La Acrópolis templaria en Portugal

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1 La Acrópolis templaria en Portugal Tomar una ciudad templaria construida según el modelo tradicional Paulo Alexandre Loução, Hermes International Institute “La construcción del Templo de Salomón es la representación simbólica de la adquisición de sabiduría secreta o magia; la erección y el desarrollo espiritual desde el terreno; la manifestación del poder y del esplendor del espíritu en el mundo físico por medio de la sabiduría y del genio del constructor.” H. P. Blavatsky Tomar, ciudad templaria por excelencia, representa hoy en día una clave privilegiada para el estudio y para la consecuente comprensión del espíritu que estuvo detrás de la fundación de Portugal y de la epopeya de los Descubrimientos Portugueses. Los Templarios y la Orden de Cristo marcaron de tal forma al pueblo de Tomar que cinco siglos después del fin de su relevante acción histórica, todavía se mantiene por toda la ciudad un aura de simpatía por los antiguos monjes-guerreros. Hasta hace poco y a iniciativa voluntaria de algunos tomarenses, los domingos flameaba la bandera de los templarios, en la torre de menaje del castillo. Tomar fue la antigua Sellium romana y la Teodomar visigoda. Los visigodos levantaron su primer santuario en un local antes consagrado a cultos; probablemente estaba bajo los auspicios y protección de una Virgen negra. En este lugar, se encuentra hoy la Iglesia de Sta. María de Olival. Es posible que Tomar, así como Santiago de Compostela, se encuentre en un lugar energético muy fuerte y positivo. Es por ello, un espacio propicio a la actividad espiritual, a las teofanías y a la manifestación de lo sagrado. Fátima, a pocos kilómetros de Tomar, es también un lugar con una energía muy especial.

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La Acrópolis templaria en Portugal Tomar – una ciudad templaria construida según el modelo tradicional

Paulo Alexandre Loução,

Hermes International Institute

“La construcción del Templo de Salomón es la

representación simbólica de la adquisición de sabiduría

secreta o magia; la erección y el desarrollo espiritual desde el

terreno; la manifestación del poder y del esplendor del espíritu

en el mundo físico por medio de la sabiduría y del genio del

constructor.”

H. P. Blavatsky

Tomar, ciudad templaria por excelencia, representa hoy en día una clave

privilegiada para el estudio y para la consecuente comprensión del espíritu que estuvo

detrás de la fundación de Portugal y de la epopeya de los Descubrimientos

Portugueses.

Los Templarios y la Orden de Cristo marcaron de tal forma al pueblo de Tomar que

cinco siglos después del fin de su relevante acción histórica, todavía se mantiene por

toda la ciudad un aura de simpatía por los antiguos monjes-guerreros. Hasta hace poco

y a iniciativa voluntaria de algunos tomarenses, los domingos flameaba la bandera de

los templarios, en la torre de menaje del castillo.

Tomar fue la antigua Sellium romana y la Teodomar visigoda. Los visigodos

levantaron su primer santuario en un local antes consagrado a cultos; probablemente

estaba bajo los auspicios y protección de una Virgen negra. En este lugar, se encuentra

hoy la Iglesia de Sta. María de Olival.

Es posible que Tomar, así como Santiago de Compostela, se encuentre en un lugar

energético muy fuerte y positivo. Es por ello, un espacio propicio a la actividad

espiritual, a las teofanías y a la manifestación de lo sagrado. Fátima, a pocos

kilómetros de Tomar, es también un lugar con una energía muy especial.

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Tomar fue fundada por la Orden de los Templarios en el año 1160. Así mismo quedó

registrado en una lápida del Castillo que, traducida del latín, señala:

En la era de César de 1198 [era de Cristo de 1160] reinando Alfonso, ilustrísimo rey

de Portugal, D. Gualdim, Maestre de los caballeros portugueses del Temple, con sus

frayles, comenzó en el primer día de marzo a edificar este castillo, llamado de Tomar

que, acabado, el rey lo ofreció a Dios y a los caballeros del Temple.

Se cree que el iniciar la construcción del castillo el 1 de marzo podría tener una

connotación simbólica, ya que marzo era el mes dedicado al dios Marte, divinidad

inspiradora de los guerreros.

Pero hagamos un poco de historia.

Del epicentro de la Borgoña hasta el occidente de la Península Ibérica

De forma muy concisa, diremos que Bernard de Clairvaux es el hombre síntesis que

inspiró algunos fenómenos históricos del fantástico siglo XII europeo. Fenómenos cuyo

origen está fuertemente relacionado con la Borgoña del centro de Europa. Bernard fue

el hombre que dinamizó la Orden de los Monjes del Císter y apadrinó la fundación de

la primera Orden monástico-militar, la Orden de los Templarios. También el caballero

noble que lideró el Condado Portugalense del occidente peninsular era borgoñés y

cercano a Bernard de Clairvaux: Henri da Borgoña. Su hijo, D. Alfonso Enriques, con el

apodo de conquistador, protagoniza la transición del condado portugalense a reino

portugués independiente y se convierte en fundador de la nación portuguesa.

Luego, pocos meses después de comenzar a liderar los destinos del Condado

Portugalense, en la carta de donación del Castillo de Soure a los Templarios se nombra

a sí mismo como hermano (frater) de esta nueva hermandad monástico-guerrera.

Estamos en el año 1129, apenas un año después de la oficialización de la Orden del

Temple en Troyes y once años después de su fundación en Jerusalén. Pensamos que la

ascendencia borgoñesa del primer rey portugués debió influir en este fenómeno. D.

Alfonso Enriques se cartea con Bernard; la fraternidad de los monjes-guerreros

templarios alcanza un protagonismo histórico impresionante en la formación de

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Portugal; durante el siglo XII se produce un fenómeno de sincronicidad: Portugal

estaba naciendo al mismo tiempo que la Orden. Por otro lado, los monjes-agrónomos

del Císter, liberados por Bernard, tienen, asimismo un papel vital en la formación de

este nuevo reino peninsular e independiente.

Portugal nace en el norte, haciendo frontera junto a Galicia y se va expandiendo

hacia el sur, conquistando tierras a los poderes islámicos que dominaban todo el sur

de la península ibérica en el siglo XII.

Después de la conquista de importantes ciudades como Santarem y Lisboa, en la

década de los cuarenta del siglo XII, D. Alfonso Enriques hace donación a los templarios

de un área de cuatrocientos kilómetros cuadrados en una región a poco más de cien

kilómetros al norte de Lisboa. En esa área sería construida la ciudad templaria de

Tomar.

En los interrogatorios de D. Dinis de 1317, Domingos Pais Rossado, habitante de

Tomar, afirma que antes de la fundación de dicha localidad: «El maestre [Gualdim Pais]

con los frayles vieron aquel lugar conviene saber, donde está ahora Santa María de

Tomar [hoy, Santa María do Olival] y pensaron que fuera poblado antiguo (...) y

entonces dicho maestre mandó lanzar suertes (...) y lanzadas tres veces, cayó la suerte

en aquel monte donde ahora se ve el castillo de Tomar y que entonces se acordó que

poblasen aquel monte (...)»1

Gualdim Pais, amigo de infancia de D. Alfonso Enriques y que fue armado caballero

por el mismo rey en 1139, en la célebre batalla de Ourique, gobernó la provincia

portuguesa de los templarios desde el final de la década de los cincuenta hasta el día

13 de octubre de 1195, fecha de su matrimonio; o sea, durante casi cuarenta años. Su

síntesis biográfica quedó inmortalizada en una lápida medieval que se puede visitar

hoy en el Convento de Cristo, en Tomar:

ERA. M.CC.VIII MAGISTER GUALDINUS NOBILIS: SIQUI

DEM GENERE: BRACARA ORIUNDUS: EXITIT TEMPO

RE: AUTEM ALFONSI: ILUSTRISSIMI: PORTUGALIS RE

GIS: HIC SAECULAREM ABNEGANS MILICIAM IN

1 Cf. Manuel J. Gandra, «Os Templários», en Portugal Misterioso, Lisboa, 1998, pág. 331.

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BREVI: UT LUCIFER: EMIUT: NAM TEMPLI MILES GEROSO

LIMAM PETIT: IBIQUE PER QUINQUENIUM NON INHERMEM VITAM

DUXIT: CUM MAGISTRO ENIM SUO: CUM FRATIBUSQUE INPLERISQUE

PRAELIS CONTRA AEGIPTI: ET SURIAE INSURREXIT REGEM: CUNQUE

ASCALONA CARETUR: PRESTO FUIT IN ANTOCHIA: PERGENS SEPE

CONTRA: SULDAN DETIONE DIMICAVIT. POST QUINQUENIUM

Lo que se puede traducir como:

«Era de MCCVIII [1208 de la era de César, 1170 de la era de Cristo]. El Maestre

Gualdim, ciertamente de noble generación, natural de Braga, vivió en el tiempo de

Alfonso, ilustrísimo Rey de Portugal. Abandonando la milicia secular, en poco tiempo se

elevó como un Lucifer [la Estrella de la Mañana. Etimológicamente, el que trae la Luz],

como soldado del Temple, se dirigió a Jerusalén donde durante cinco años llevó una

vida trabajosa. Con su Maestre y sus Hermanos, participó en muchas batallas,

moviéndose contra los reyes de Egipto y de Siria. Como fuese tomada Ascalon,

partiendo después para Antioquía, luchó muchas veces por la rendición de Sidón.

Pasados cinco años, volvió entonces para que el rey lo instituyera y nombrara

caballero. Convertido en Procurador de la Casa del Temple en Portugal, fundó en éste

los castillos de Pombal, Tomar, Zêzere y el llamado Almoriol; e Idanha y Monte Santo.»

(Subrayados nuestros)

Póngase atención a la frase, en poco tiempo se elevó como un Lucifer. A nuestro

entender, se refiere a la iniciación de Gualdim en Oriente.

Lucifer significa estrella de la mañana (planeta Venus), como se puede comprobar

en cualquier diccionario de latín. Etimológicamente, Lucifer es aquel que trae la Luz.

Exotéricamente es también el nombre dado al ángel caído que se convirtió en Satanás

(adversario) de Dios, o sea, el Diablo. Por ejemplo, cuando Alfonso X, abuelo de D.

Dinis en una de sus cantigas medievales se refiere a la ribera de Lucefecit, escribe

«aquel río del que no digo el nombre», debiendo naturalmente haber relacionado

dicho topónimo con Lucifer. Sin embargo, en una lectura esotérica tal vez podamos

relacionar a Lucifer con el mito de Prometeo, aquel que robó el fuego a los dioses para

ofrecerlo a los hombres.

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Así, el ángel caído no sería más que el símbolo de la divinidad interior que habita en

el ser humano, aprisionada, caída en la materia y que, naturalmente, aspira a

despertar para regresar al mundo celeste de donde proviene. No nos olvidemos que el

Grial fue esculpido en la frente de Lucifer y que el propio Cristo afirma, en el

Apocalipsis de San Juan, que es la brillante estrella de la mañana (ApocJu, 22, 16), o sea,

que es Lucifer! Por ello consideramos que esta frase esculpida en el siglo XII, todavía

en vida de Gualdim, tiene una sentido iniciático, es decir, que Gualdim Pais se elevó

como Lucifer o como Estrella de la Mañana después de abandonar la milicia secular; o

sea, fue iniciado en los misterios templarios, en Oriente.

El Proyecto de la ciudad templaria de Tomar

El maestre Gualdim Pais, diseñó el plano de Tomar, cimentado en tres puntos

fundamentales en los que hoy se encuentran los siguientes monumentos:

- La iglesia gótica de Santa María do Olival, con características de templo-gruta

(regressus ad uterum) se convirtió en el panteón de los maestres templarios

(cementerio). Está fuera del espacio original de la ciudad.

- La iglesia de San Juan Bautista, un templo gótico con un portal manuelino (un

tardogótico típicamente portugués). Marca el centro de la polis y del ágora de la

ciudad.

- El Castillo Templario con la Girola (iglesia redonda) al que se le añadió en el

interior, el Pazo del Infante y el Convento de Cristo. Es la acrópolis de Tomar.

Manuel J. Gandra2, en un interesante estudio, hace referencia al plano directriz que

Gualdim Pais debió haber trazado para Tomar. Este hecho se corresponde con la

mentalidad científico-religiosa de los templarios. Nos hallamos ante una cosmización

del espacio.

2 Op. cit.

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En el centro de la circunferencia de este plano directriz está la Iglesia de San Juan

Bautista, patrón de los templarios. La circunferencia pasa por todos los espacios

sagrados más importantes de Tomar, exceptuando la Iglesia de Santa María do Olival

que está fuera de la polis.

De hecho, del siglo XII al XVI, Tomar fue considerada como una ciudad generatriz de

arquetipos. La iglesia de Santa María do Olival fue modelo de muchas iglesias góticas

portuguesas de tres naves, construidas en el continente; y después, en las tierras más

allá del mar descubiertas por los Caballeros de la Orden de Cristo, sucesora de los

templarios en Portugal. La ciudad de Angra do Heroísmo, en las Azores, fue construida

según el modelo urbano de Tomar: «La relaciones entre la Terceira [isla azoriana] y

Tomar, establecidas así en el plan religioso-espiritual mencionado, durante estos casi

tres cuartos de siglo (1460-1534) se puede haber traducido en influencias en el plano

material, sobre todo en el urbanístico, pudiendo las concepciones henriquinas [del

Infante D. Enrique, Gobernador de la Orden de Cristo] haber servido como modelo de

intervención en la naciente ciudad de Angra. (...) Tomar y Angra presentan en las áreas

centrales un trazado regular similar, en retícula relativamente rigurosa, atribuible a la

mitad del siglo XV el primero; y el segundo (...) a finales del mismo siglo y primer tercio

del Quinientos; sincronizados por tanto con la fase de las relaciones más estrechas

entre la Orden de Cristo y la Isla Terceira. (...) Esta similitud Tomar-Angra es más

impresionante si se ve a la luz de las idénticas dimensiones de cada núcleo, la misma

escala y de su diseño concreto (...).»3

Iglesia de Santa María do Olival – Panteón de Maestres Templarios

La Iglesia de Sta. María do Olival es un monumento importante para comprender y,

sobretodo, para sentir la espiritualidad templaria. La construcción del templo actual es

del siglo XI, remodelado posteriormente en el siglo XVI. En él estaban los túmulos de

más de veinte maestres del Temple. Aún así, fray Antonio de Lisboa, cumpliendo

órdenes de D. Juan III, profanó estos túmulos. Era el siglo XVI, período en el que se

produjo un profundo corte ideológico con la tradición templaria portuguesa. Cuando

se produjo la extinción de los templarios, a principios del siglo XIV, el rey portugués

3 José Manuel Fernandes, Angra do Heroísmo, Presença, Lisboa, 1989, pp. 46-47.

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D.Dinis los protegió y consiguió de Roma la creación de una nueva orden monástico-

militar, la Orden de Cristo, en la que fueron incorporados todos los templarios

portugueses que, aunque no tenían comunicación con Oriente, podían continuar su

trabajo. No será hasta el siglo XVI que el espíritu templario de las élites sufra un duro

golpe, cuando la Orden de Cristo pasa a clausura (de monjes-guerreros pasan a ser

simplemente monjes), llega la Inquisición y los jesuitas sustituyen a los franciscanos en

las misiones: se produce un cambio ideológico radical.

Hoy en día, todavía se encuentran algunas de estas lápidas tumulares,

principalmente la de Gualdim Pais y la de D. Gil Martins, el primer Maestre de la Orden

de Cristo.

En relación al nombre actual de este templo, recordemos que del olivo se extrae el

aceite y que es el árbol consagrado a la diosa de la sabiduría, Atenea. Mera

coincidencia o no, encontramos muchos olivos junto a los antiguos monumentos

templarios, incluso dentro de los castillos, como en el caso de la llamada Torre de

Wamba, en Vila Velha de Ródão.

En el tímpano de Sta. María do Olival, encontramos una estrella de cinco puntas que

surge de una flor con los pétalos abiertos, inscrita en un círculo. En Portugal, a la

estrella de cinco puntas se le llama con frecuencia signo de Salomón y el hecho de

estar dentro del pentafolio nos recuerda su simbolismo del Hombre Realizado o

Verticalizado, de la victoria del 5 sobre el 4. Asociada a Venus (Lucifer), la estrella de

cinco puntas es un símbolo común a muchas culturas. Muy utilizada por los judíos

cabalistas, es un símbolo de Shiva en la India, aparece en amuletos gnósticos y en la

antigua Grecia estaba asociada al «E» del Templo de Delfos, quinta letra del

abecedario griego. Los pitagóricos coronaban sus cartas dibujando precisamente una

estrella de cinco puntas. Habitualmente, es mencionado como un símbolo del

microcosmos en complementariedad a la estrella de seis puntas, símbolo del

macrocosmos. Siendo el 5 la suma del primer par (2), femenino, y del primer impar (3),

masculino –el 1, la unidad, no es par ni impar- la estrella de cinco puntas, como

sombra geométrica del 5 es, no sólo símbolo de 4+1 sino también del 3+2, o sea, del

andrógino, el sabio que ya realizó las bodas alquímicas del rey y de la reina; o sea,

armonizó en una completitud las polarizaciones psicológicas femeninas y masculinas.

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Gran parte de las estelas funerarias templarias son dobles y tienen a un lado la cruz

dentro del círculo y en el otro, la estrella de cinco puntas. En el Claustro da Lavagem

del Convento de Cristo, en la Acrópolis de Tomar, se encuentra la mayor colección

conocida a nivel mundial de estelas funerarias de la Orden del Temple y de la Orden de

Cristo. Es realmente un grupo impresionante de estelas, con un gran abanico de

símbolos representados: estrellas de cinco puntas, de seis, de siete y de ocho puntas;

rosacruces, hexafolios, una serpiente, cruces templarias, etc. Muchas de estas estelas

habrán venido del cementerio de la Iglesia de Santa María do Olival.

Este templo cristiano es el único en Portugal en el que hay que descender para

entrar; y el único en el que hay tantos escalones para bajar. Este hecho provoca la

sensación psíquica de regreso al útero de la tierra, a las aguas genesíacas de Nuestra

Señora, para ir a beber la leche espiritual y renovar el alma.

La nave es muy sencilla y hermosa. El ábside recuerda a una concha y en este

espacio sagrado, tenemos una imagen de Nuestra Señora do Leite4 amamantando al

Niño, con el seno desnudo. Dicha estatua medieval es de una gran belleza.

El número 8 está asociado a este templo a través de 8 columnas (4+4), de los 8

escalones de la entrada, por la pila bautismal octogonal y por los 8 nervios de la

«concha» del ábside que dan origen a 7 ventanas. De estas 7 ventanas, dos son de

piedra y no de vidrio; están «encerradas» y sólo 5 están «abiertas».

Según la tradición popular de Tomar, de este templo salía un camino subterráneo

hasta el castillo y hasta otra iglesia de esta ciudad templaria. En la actualidad, todavía

se puede ver la piedra de grandes dimensiones que tapa la entrada de dichas vías.

Sería importante investigar estos caminos.

Como ya mencionamos, es significativo que esta iglesia templaria fuese el modelo,

gótico de tres naves, utilizado para muchas otras iglesias portuguesas y, en el primer

siglo de los Descubrimientos Portugueses, para los templos cristianos de ultramar.

4 NT. Nuestra Señora de la Leche.

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La Iglesia de Santa María do Olival y la Geobiología

Según la geobiología, la llamada red Hartmann recorre la Tierra. Las líneas de esta

red tienen 21 cm de ancho y siguen, exactamente, las direcciones norte-sur y oriente-

occidente. Estas líneas distan entre si 2,5 m en la orientación este-oeste y 2 m en la

norte-sur.5 Se cree que esta radiación podría haber tenido un origen celeste y, de las

investigaciones de su descubridor, el profesor Hartmann, resultó evidente que eran

conocidas en algunas civilizaciones antiguas, ya que muchos de los monumentos están

edificados teniendo en cuenta este alineamiento. En Santa María do Olival nosotros

mismos realizamos la prueba con Alexandre Cotta, un radiestesista experimentado que

detectó los cruces de estas líneas en el lugar exacto (!) de las columnas. Por otro lado,

en este templo la ubicación de las ventanas se corresponde con las «entradas» de las

líneas Hartmann de polaridad positiva (yang). O sea, la planta de la iglesia está

asentada, coincidentemente, con la red Hartmann.

En el ábside, existe un punto de confluencia de tres venas de agua subterránea. Los

maestres masones que dirigieron la edificación del templo debieron conocer este

hecho, pues en la pared de este mismo lugar aparecen tres espirales dobles y tres

marcas masónicas (nos referimos, obviamente, a la masonería medieval).

Los antiguos tenían un conjunto de ciencias sagradas que se fueron perdiendo a lo

largo del tiempo.

La Iglesia de San Juan Bautista en el «centro» de la polis

La iglesia de San Juan Bautista ocupa el centro de la hermosa ciudad de Tomar. Se

sitúa en la Plaza de la República, frente al edificio del Ayuntamiento; el centro religioso

enfrente del centro político. En el centro de la plaza se encuentra una estatua dedicada

a Gualdim Pais, el maestre templario fundador de la ciudad.

Este templo, de inicios del siglo XVI, se sobrepuso sobre uno anterior, medieval.

Tiene un pórtico manuelino y un campanario octogonal. En el interior sigue

5 Sobre la red Hartmann y el tema de geobiología, aconsejamos consultar la obra Energias da Terra, coordinada por

José Alexandre Cotta, Ésquilo, Lisboa, 2003.

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básicamente la estructura de la iglesia gótica de tres naves de Santa María do Olival.

Nada más entrar, se encuentra una pila con esculturas del Sol, de la Luna y de una

esfera armilar con forma de huevo. La esfera armilar en forma de huevo nos habla del

nacimiento de la obra científica de los portugueses. El Sol y la Luna señalan con

frecuencia el inicio del opus alquímico.

«El Sol es el padre, la Luna es la madre, el viento lo acunó en su

Vientre, la Tierra es su ama; el Telesma del mundo está aquí.»

Fragmento de la Tabla de Esmeralda atribuida a Hermes Trismegisto

En lo que respecta a la pintura, tiene un magnífico tríptico de la Escuela Flamenca

del siglo XVI, con un Juan Evangelista portando un fantástico cáliz con el Dragón alado,

símbolo de Cristo resucitado; y un San Andrés sujetando una enorme cruz en forma de

aspa (X), símbolo del fuego. También de este período están expuestos una serie de

óleos del pintor portugués Gregorio Lopes. En uno de los cuadros, encontramos la

representación del enigmático Melquitsedek bendiciendo a Abraham. Este cuadro

representa también el espíritu de tolerancia religiosa con el sello templario que

todavía existía en el siglo XVI en ciertos sectores de la sociedad portuguesa y en la

Orden de Cristo, puesto que en él están representadas, alrededor de Melquitsedek, las

tres religiones principales de la época: el judaísmo, a través de Abraham; el islamismo,

a través de una bandera con la media luna islámica; y el cristianismo a través de un

monje que asiste a la bendición de Melquitsedek. Abraham tiene el pan y

Melquitsedek el cáliz. Confirmando esta lectura, aparece un judío y un musulmán a la

izquierda del monje cristiano y detrás de Melquitsedek.

En la Carta a los Hebreos (6,19-7,8), San Pablo se refiere a Melquitsedek:

Es obligado mencionar que esta pintura estaba, originalmente, en la Girola de la

Acrópolis de Tomar.

Los capiteles de esta iglesia son muy ricos, con genios de la naturaleza esculpidos,

cabezas tricéfalas, caza del jabalí y, muy significativo, luchas entre grifos y entre un

León y un grifo o Dragón alado.

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La Akrópolis de Tomar En lo alto de una colina tomarense, se encuentra el castillo de los Templarios que

fue, tal vez, el más importante centro peninsular de la Orden. En esta acrópolis de

Tomar, los caballeros del Temple debieron instalar una escuela de misterios adaptada

a su espacio-tiempo. Cualquier amante del conocimiento interno lo siente a través de

la energía que circula por el monumento. Es entrar en el Convento de Cristo... y cobra

sentido aquel pensamiento de Jorge Ángel Livraga, en el que afirma que los misterios

se viven más allá de la razón.

Son muchos los motivos de interés del castillo templario y del Convento de Cristo

para que los apreciemos, estudiemos y sintamos. Umberto Eco hace referencia a su

visita a Tomar en la obra El Péndulo de Foucault: «(...) Los Caballeros de Cristo habían

prosperado durante siglos en aquel lugar: la tradición pretende que tanto el Infante D.

Enrique como Cristóbal Colón formaban parte de ellos y en efecto, se habían dedicado

a la conquista de los mares forjando la riqueza de Portugal (...). Yo no podía dejar de

pensar en el juego sutil de alianzas que ligaba la Jarretera al Toisón de Oro; éste a los

Argonautas, los Argonautas al Grial y el Grial a los Templarios. (...) tuve un sobresalto,

nuestro guía nos llevó a visitar una sala secundaria con un techo abovedado. Eran

pequeños rosetones, pero algunos tenían esculpidas una cara barbuda y ligeramente

caprina: El Baphomet.»

El Castillo Templario

Fundado en el siglo XII, el castillo templario fue proyectado, originariamente, con

una planta similar a la constelación del Boyero, de la que una de las estrellas es Arturo.

Técnicamente, con sus cubelos circulares, hurdicios, alambores y la Torre de

Homenaje, constituye una gran innovación en la arquitectura militar de la época,

gracias a los conocimientos que Gualdim Pais trajo de Oriente.

A nivel simbólico destacamos las saeteras en forma del símbolo alquímico-

astrológico de la Tierra, una cruz encima de un círculo; justo al contrario que el

símbolo de su planeta gemelo (Venus-Lucifer), el círculo encima de la cruz.

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Y es bastante significativo que la piedra angular (ángulo noroeste) sobre la cual se

asienta toda la estructura de la Torre de Homenaje, sea una lápida romana con la

inscripción:

GENIO MUNICIPII

Que traducido es al genio del municipio, al espíritu tutelar del lugar.

Parece que la Torre de Homenaje, también, fue utilizada por algunos templarios

para realizar observaciones astronómicas.

Simbólicamente, el castillo protegía el centro simbólico de la Acrópolis: la Girola.

La Girola

La girola, o iglesia redonda, tiene un centro octogonal con ocho columnas. Fue

construida como imitatio de la Cúpula de las Rocas (siglo VII d.C.) de Jerusalén, lo que

también apunta a la faceta trans-religiosa de los Caballeros de Salomón, ya que la

piedra sagrada de la Cúpula de las Rocas está vinculada a la historia mítica de las tres

religiones del Libro.

Este Templo circular debía ser un lugar de iniciación pues tiene todas las

condiciones energéticas para dicha función. Contrariamente a lo que era común en las

iglesias cristianas de la Edad Media, la entrada estaba dirigida hacia oriente y no hacia

occidente. Tenía la misma orientación que muchos de los dólmenes megalíticos, como

por ejemplo el Dolmen de Zambujeiro, en el Alentejo. Se entra por el lado de la vida

(oriente) en dirección al mundo de los muertos (occidente) para «morir» y renacer a

una nueva vida.

La Girola es recorrida por dos venas de aguas subterránea. Una viene de oriente,

entra precisamente por el lugar de la antigua puerta templaria y se dirige al coro

manuelino. La otra viene del norte y recorre la Girola en dirección sur. Por una

«coincidencia» extraordinaria, estas dos venas se cruzan en el centro de la Girola.

Era el axis mundi, el omphalos de los Caballeros del Grial. El Espacio sagrado que

conectaba la Tierra con el Cielo, centro simbólico de aquel otro «centro» espiritual

donde la luz arúpica de los arquetipos se transforma en ideas rúpicas (mitos) propicias

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a la manifestación en el mundo físico de las concretizaciones (historia). Ésta es la

verdadera función de una acro-polis (ciudad alta, ciudad de la sabiduría) y de los

acropolitanos, captar las ideas-rúpicas, hijas de los Arquetipos y manifestarlas en la

historia. Este espacio mental-espiritual de cruce, esta vesica piscis de intersección,

estaba bajo la égida del dios Thot, en Egipto; Hermes en Grecia y Mercurio en Roma.

El poema Infante, de Fernando Pessoa, por cierto dedicado al Infante D. Enrique,

comienza con al siguiente máxima: Dios quiere (arquetipo), el Hombre sueña (mito), la

obra nace (historia).

El Convento de Cristo El interior del castillo fue enriquecido con nuevas construcciones en el siglo XV, bajo

la égida del Infante D. Enrique, que edificó en él sus pazos y reformuló la vida

monástica de los Caballeros de Cristo en esta Acrópolis Templaria.

A comienzos del siglo XVI se construye el fantástico Coro Manuelino, acoplado a la

Girola. Se cierra la puerta de Oriente y surge un portal magnífico al sur, emplazamiento

de máxima luz. En el centro de este pórtico, está escupido un Cupido que arroja su

flecha de amor uránico a quien entra. En la parte central de este portal, una hilera de

huevos y un conjunto de rosas que alude a la simbología del renacimiento espiritual.

Dos columnas entorchadas simbolizan Jakin y Boaz, las columnas míticas del Templo de

Salomón, ya que la Acrópolis de Tomar era vista por los Caballeros de Cristo como un

Nuevo Templo de Salomón.

El conjunto simbólico de este Coro Manuelino es impresionante. Tenía tres

ventanas repletas de símbolos (hoy sólo se pueden apreciar dos) y cinco cabezas

alrededor (hoy, sólo quedan tres). Una de estas cabezas está en el interior de un nudo

en forma de corazón que alude a la sabiduría del corazón y a la corriente mística-

esotérica de los Fieles del Amor. Un templario gallego, Gil Peres Conde, escribió:

No es Amor en casa de Rey

Porque no lo pude ahí encontrar

Al almuerzo o a la cena.

A estas horas lo busqué

En las posadas de los privados.

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Pregunté a sus prelados

Por Amor y no lo encontré.

Tiene que no sabe El-Rey

Que Amor aquí no llegó,

Que tanto engaño de él llevó.

Y no veo ni lo busqué

En las tiendas de los infantes

Y en las de los criadores,

Y dicen todos: -No se.

Perdido está el Amor con El-Rey,

Porque nunca en hueste ven,

Pero si de él algo tiene

Os diré dónde lo busqué;

Entre estos frailes Templarios,

Porque ya a los hospitalarios

Por Amor no preguntaré.

Naturalmente, se refería al amor iniciático de cariz esotérico, que sólo encontró

«entre estos frailes templarios».

Geométricamente, el Coro Manuelino está construido en base al doble cuadrado, lo

que refuerza las similitudes con el Templo de Salomón.

La cara occidental del Coro, donde se encuentra la famosa ventana manuelina, es

una obra maestra de la arquitectura simbólica. Esta ventana emerge de las raíces de

un roble y está flanqueada por dos botareles (a manera de dos columnas gigantes). El

botarel, al norte, tiene ángeles (Cielo) con los símbolos o arquetipos que inspiraron el

Imperio portugués: Las Cinco Quinas (coraje, es el blasón de Portugal referente a una

importante victoria, en el siglo XII, sobre cinco reyes moros); la Cruz de Cristo (mística)

y la Esfera Armilar (ciencia). En el botarel, al sur, aparecen tres reyes (Tierra)

simbolizando los líderes que concretizan los arquetipos.

Todo el Coro está delimitado por una cuerda, importante símbolo manuelino con

connotaciones templarias así como representaciones de árbol seco que espera el

toque del Preste Juan para que vuelva a florecer, o sea, espera el regreso de los

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Misterios. Recordemos que Federico Barbarroja de Hohenstaufen, consideraba que

cuando el Preste Juan encontrara el árbol seco, volvería a reverdecer. Gilbert Durand

es claro en su interpretación de la Búsqueda portuguesa del Preste Juan: «La intención

del Gobernador de la Orden de Cristo, era reatar el contacto con el 'centro del mundo' o

'reino bienaventurado' donde el Rey-sacerdote –descendiente, según a leyenda de

Salomón el Sabio por vía de la Reina de Saba y cuyo nombre, 'Juan' constituye una

alusión a la vida eterna concedida por Cristo al evangelista de Patmos- se encuentra

'oculto': la Sabiduría, así como el Grial, se encuentra 'en Oriente'. (...) En Portugal, la

búsqueda del Reino del Preste Juan constituyó la motivación profunda extraordinaria

de todos los grandes navegantes. Vasco de Gama, Cabral, Magallanes...» 6 Lima de

Freitas la complementa de la siguiente forma: «El alejamiento o la desaparición del

Grial en 'Oriente' marca el exilio occidental con suficiente fuerza simbólica: se obviaba

la Tradición primordial, el saber canónico que vincula los mundos; el 'nudo del

agnosticismo' se apretaba alrededor de las conciencias, cerrándolas sobre sí mismas

(como dijo Corbin). Los herederos de los Guardianes de la Tierra Santa del extremo

occidental de Europa no podían abandonar la búsqueda que encarnaba, entonces y

luego, la esperanza de la cristiandad. Encontrar el reino del Preste Juan significaba

restablecer el contacto con el Templo eterno (…).»7

6 Gilbert Durand, Imagens e Reflexos do Imaginário Português, Hugin, Lisboa, 1997, p. 153. Subrayado nuestro.

7 Lima de Freitas, «Considerações em torno do Preste João», en Cavalaria Espiritual e Conquista do Mundo, INIC,

Lisboa, 1986, p. 131. Subrayado nuestro.

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El Proyecto «Templario» de los Descubrimientos Portugueses

«(…) significó que este señor [El Infante Don Enrique] se trabajase de

conquistas altas y fuertes, especialmente de buscar las cosas que estaban

cubiertas a los otros hombres, y secretas, según la cualidad de Saturno, en

cuya casa él está»

Gomes Eanes de Zurara

En Crónica de Guinea

Los Descubrimientos Portugueses fueron el resultado de un trabajo metódico y

persistente y constituyeron una de las importantes aperturas del Renacimiento

Europeo. Cuando Cristóbal Colón llega a América en 1492, los portugueses ya tenían

un historial de más de 70 años de Descubrimientos; es más, el propio Colón aprendió

navegación en Portugal, donde debió recibir una iniciación de tipo templaria. Después

de la conquista de Ceuta, en 1415, el hijo del rey portugués, Infante D. Enrique, ya

designado Gobernador de la Orden de Cristo, monta en Tomar su cuartel general e

inicia, con un grupo de élite de la Orden de Cristo, el proceso histórico de los

Descubrimientos Portugueses.

En 1418 redescubría la isla de Madeira y poco después, el archipiélago de las

Azores. En 1434, Gil Eanes dobla el Cabo de Bojador traspasando los límites

geográficos de la época. Mientras en Europa se pensaba que el mar tenebroso del

Atlántico destruía los navíos, el «Templario» Infante D. Enrique insistía, con absoluta

convicción, que se debía navegar hacia el sur a fin de que un día se pudiese llegar a la

India. Había que retomar el contacto con Oriente y descubrir el reino del Preste Juan.

En realidad, en 1498 el navegador portugués Vasco de Gama llegó a la India coronando

un trabajo metódico de 80 años, de diálogo entre los navegantes del mar y los

cartógrafos y matemáticos de tierra

El Infante D. Enrique, el hombre que tenía como uno de sus símbolos las pirámides

de Egipto, debió recibir información templaria, originaria del Mediterráneo Oriental.

Recordemos el mapa de Piri-Reis, el Periplo de Hanón y el viaje fenicio de

circunnavegación de África. En la misma línea, cortó con la mentalidad medieval de

subyugación a los escritos de los doctores de la Iglesia y utilizó, de forma pionera, un

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método de índole científica. En la primera mitad del siglo XV, este Proyecto de los

Descubrimientos Portugueses fue modelado en la Acrópolis de Tomar. Son, en gran

número, los navegantes de Tomar los que participaron en las expediciones marítimas

henriquinas, tales como «João Gonçalves Zarco, Gonçalo Velho Cabral, D. Fernando de

Castro, Nuno Gonçalves de Meira, Antão Gonçalves. Todos ellos eran servidores de la

Casa Henriquina. João Gonçalves Zarco y Tristão Vaz Teixeira, escuderos del Infante,

aportaron a las islas de Madeira, Porto Santo y Azores, entre 1418 y 1420, según el

cronista Zurara, Gonçalo Velho, fraile de la Orden de Cristo, inició en 1443 el

poblamiento de las islas de San Miguel y de Santa María (...). D. Fernando de Castro,

gobernador de la casa del Infante y vicario de la villa de Tomar, conquistó en 1425

Gran Canaria.» 8

El Infante D. Enrique transformó el arquetipo de caballero terrestre de la búsqueda

del Grial en el de caballero-navegante a la búsqueda del reino del Preste Juan,

simbólicamente, el Rey del Mundo en Oriente. Por ello, venían a Portugal caballeros

europeos con el objetivo de realizar hazañas en la nueva caballería de los mares, como

sucedió con un caballero del Emperador Segismundo.

Téngase en cuenta, también, que Tomar era una nulius diocesis –es decir,

eclesiásticamente, sólo dependía del Papa- a la cual y hasta inicios del siglo XVI, todo el

eclesiástico de las tierras descubiertas más Allá del Mar, estaba subordinado. En esta

coyuntura, los Caballeros de Cristo y los Franciscanos llevaron el Culto Portugués del

Espíritu Santo a varios continentes, las Saturnales Paracléticas, según Gilbert Durand.

Para tener una idea del trabajo metódico de los portugueses, véase el planisferio

llamado de Cantino, realizado por un cartógrafo portugués; data del año 1502 y en él

se ven los casi catorce mil kilómetros del África occidental cartografiados con una

perfección notable para la época. Como comenta la historiadora Geneviève Bouchon:

«El planisferio de Cantino, que hoy podemos admirar en la Biblioteca Estense de

Módena, marca una ruptura con las tradiciones antiguas y medievales9. Por primera

vez, se reconocen los límites del océano Índico. Tenemos, sin duda, que separar lo que

8 Salete da Ponte, «O Infante D. Henrique em Tomar», revista Oceanos, n.º 17.

9 Cf. Portugaliae Monumenta Cartographica, ed. de A. Cortesão e A. Teixeira da Mota, Lisboa, 1960, vol. I, pp. 7-

10. Cf. também Luís de Albuquerque e J. Lopes Tavares, Algumas Observações sobre o Planisfério «Cantino»

(1502), AECA 21, Coimbra, 1967. Nota de la autora del texto transcrito.

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fue experiencia directa de simples conjeturas. Es nítida la diferencia entre la

corrección del dibujo de las costas, realmente vistas y observadas por los

portugueses, y el esbozo imperfecto de las otras regiones (…).»10

Conclusión

La Acrópolis de Tomar, hoy considerada por la UNESCO como Patrimonio de la

Humanidad, cumplió su función de ciudad alta, proporcionando a las élites de

Portugal, en primer lugar el poder modelar arquetipos históricos para la construcción

del nuevo reino de Occidente Peninsular. El propio fundador, D. Alfonso Henriques

recibió la influencia de la mística templaria, bien visible por ejemplo, cuando pactó una

alianza con el líder sufí Ibn Qasi. Y en segundo lugar, teniendo un papel fundamental

en la concepción y manifestación inicial del Proyecto de los Descubrimientos

Portugueses, que provocaron una completa revolución geográfica y geopolítica en la

época, cuyos ecos llegan hasta nuestro tiempo.

El Lugar se mantiene, sagrado, tal vez esperando que el árbol seco vuelva a florecer.

Lisboa, 23 de Julio de 2009

10 Geneviève Bouchon, Afonso de Albuquerque – O Leão dos Mares da Ásia, Quetzal, Lisboa, 2000, pp. 30-31. El

subrayado en negrita es resonsabilidad nuestra