Estructura del Sistema Normativo Wayuu
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Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
1
LÍNEAS ESTRUCTURALES DEL SISTEMA NORMATIVO WAYÚU
CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS ETNOGRÁFICOS
LUIS FELIPE MEDINA MORENO
ANTROPÓLOGO
BOGOTÁ
2014
Centro de Investigaciones y Estudios Etnográficos
El presente documento contiene las conclusiones sobre el sistema normativo Wayúu, las
cuales se lograron bajo la entera colaboración de las autoridades tradicionales, líderes,
jóvenes, maestras, niños y niñas del sur de la Guajira. Principalmente aquellos residentes
en el resguardo Mayabangloma, durante los meses de agosto y septiembre de 2014.
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
3
Tabla de contenido:
Pag. 4. Breve contexto del territorio.
Pag. 7. Sistema normativo Wayúu.
Pag. 11. Compensación.
Pag. 22. Redistribución.
Pag. 25. Reciprocidad.
Pag. 27. El Encierro
Pag. 31. El trueque
Pag. 31. La solidaridad
Pag. 32. Pagamento
Pag. 33. Matrimonio
Pag. 36. Esquema de reciprocidad.
Pag. 39. Estado actual del sistema normativo Wayúu.
Pag. 43. Bibliografía
Centro de Investigaciones y Estudios Etnográficos
Breve contexto del territorio.
El sur de la guajira y el sistema normativo Wayúu.
La división de la guajira en tres zonas geográficas, conocidas como la alta, media y baja
guajira se caracteriza por lo que algunos indígenas manifiestan como “marcadas
diferencias” tanto en lo cultural como lo organizativo. Respecto a ciertas características
culturales, así como de las formas de compensación, en el sur de la guajira se suelen recibir
testimonios que indican la diferencia existente entre las dinámicas de la alta guajira respecto
de las de la baja. Varios testimonios apuntan al autoreconocimiento de un mayor nivel de
mestizaje en la zona sur de la guajira, otros hacen énfasis en que las principales diferencias
son de tipo organizativo y que existe incluso una especie de “discriminación” al interior de
la misma etnia:
“La forma, por la cercanía que teníamos a la civilización [las grandes ciudades] era
agruparnos. No nos diferencia el hecho de que adoptemos un sistema [unir varias
rancherías y clanes en un resguardo], no obstante seguimos practicando prohibiciones,
costumbres, eso no significa entonces que abandonemos la cultura, sin embargo en la
percepción de ellos nosotros no somos wayúu, somos mestizos, se creen más wayúu
ellos”1.
En el norte los resguardos están organizados de forma clanil, el territorio no se comparte,
por tal motivo cada clan tiene su territorio (Woumainpá). Existe la percepción en los Wayúu
del sur según la cual la agrupación de varios clanes y rancherías en un solo resguardo,
como Mayabangloma2, ha permitido una administración más eficaz de los recursos del
Estado como los del Sistema General de Participación, pues las cantidades son mayores y
se invierten para proyectos comunitarios o de beneficio colectivo.
1 Maber Solano, clan Epiayú. Líder comunitario, director de la emisora comunitaria del reguardo Mayabangloma en entrevista el 01 de septiembre de 2014. 2 El resguardo se encuentra ubicado al sur de la Guajira, en el municipio de Fonseca. Se compone de las comunidades (o rancherías) de Mayalita, Bangañita, La Gloria y La loma. A su vez, esas comunidades se conforman de distintos espacios poblados o barrios –definido así por su gobernador-.
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
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Las diferencias culturales que puedan existir entre los indígenas Wayúu del norte, centro y
sur de la Guajira no son gratuitas, responden a distintos procesos históricos donde entran
a hacer parte distintas características geográficas e históricas. El sur de la Guajira se
caracteriza por un paisaje menos agreste y una tierra de mayor calidad la cual se presta
para diversas actividades agrícolas aparte del pastoreo, a diferencia de la calidad de suelo
presente en la alta Guajira. Así, el sur de la Guajira atrajo distintos colonos que se fueron
apropiando de grandes extensiones de tierra, principalmente para producción de tabaco y
una fuerte época dedicada a la producción de caña de azúcar y sus derivados,
principalmente panela. Ese proceso de colonización reciente, que se dio en el siglo XX
obligó al indígena a adoptar el español y a ser trabajador por jornales en las fincas
dedicadas a la producción de caña y panela, es definido por los mismos mayores como un
proceso de esclavitud.
“Antes era una vida muy pesada la de uno, sí, y para nosotros los indígenas no había
libertad como la tenemos hoy en día. Vea tenemos nuestra emisora, eso no lo
teníamos, éramos esclavos. Antes, la gente de Hato Nuevo tenía a todo el indígena
agarrado pa’ molienda de bestias: Juan Manuel Hernández, Víctor Miguel, eran dueños
de panela, todos los indígenas eran de ellos, Albertico Ortiz, Juan Amaya,
los trabajadores eran puros indígenas. Ya cuando vine pa’ estos lados, ya la cosita
estaba cambiando. Aquí era molienda de Crispín Medina, ahí venía el indígena de por
ahí, se huían por allá de la sierra esa a ganar, porque ya no tenían como vestirse ni la
mujer, porque era esclavo. No salieron nunca de la deuda, vinieron ahí, vino un señor
de apellido Carrillo, yo estaba ahí, estaba empacando panela, la envolvida de un
paquetico de panela de 16 panelitas, ¡valía un paquetico centavo y medio!, tenía uno
que envolver dos pa’ ganarnos tres centavos. Eso sí estaba bueno [sarcástico], el
trabajo era de día y de noche, en las moliendas de agua, día y noche sin descansar,
sin pegar los ojos. Yo empacaba panela. Y los bueyes, había como 20 bueyes arriando
caña, cañeros. No hombe’, sin poder uno decir: hombe’ tengo sueño vamos a dejar ese
jornal pa mañana, ¡no señor!... ahí había que cumplir, si no, no se ganaba uno la
papita. Y Crispín era un hombre bueno, él nos daba la carne por la noche, paraba uno
a las 11 a comer, a las doce echar agua de una vez en la molienda y la panela y seis
pailas, esa era panela corrida, ¡y ese chorro que se mandaba ese trapiche! Y el
candelero, y el velero. Y nosotros en la mesa éramos tres empacadores. El jornal había
que sacarlo, y lo que en otras partes no daban, el viejo Crispín si lo daba, daba por ahí
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la carne por la noche, pa’ comer en la noche. Y ahí fue que terminé mi juventud en esa
molienda, ahí.”3
Ese sistema de patronazgo al cual se sometieron los indígenas, entre los diversos cambios
culturales que trajo consigo, tuvo el de imponer el apellido del patrono a los indígenas que
no estaban registrados ante el Estado. Por tal motivo el apellido arijuna de los indígenas de
la zona suele coincidir, independientemente de la casta4. En adelante esto traería además
una superposición obligada del apellido paterno al del materno, forzando a la desaparición
formal y de registro ante el Estado de la casta matrilineal del indígena Wayúu (apellido
materno). A pesar de esa formalidad del registro, los indígenas demuestran tener claridad
en cuanto a la proveniencia de su casta.
Se pueden identificar tres distintas etapas donde diferenciar la Ley Wayúu. Primero estaría
la ley tradicional cuando el contacto con el no indígena era mínimo, la segunda etapa se
refiere a la esclavitud (o intromisión de colonos terratenientes en el territorio) y la tercera es
la actual donde se puede ver una mezcla cultural y un sincretismo en diversas
manifestaciones5. La segunda etapa marcó un cambio importante en la medida en que
su condición desfavorable, catalogada como esclavos, como ya se acotó, trunca la
posibilidad de ejercer la ley propia. Si no se tiene control territorial no se tiene la oportunidad
de ejercer autonomía y jurisdicción, y por supuesto ley propia.
3 Ramón Ramírez, indígena proveniente de Hato Nuevo. 06 de septiembre de 2014. 4 Siendo mayoritario en el resguardo de Mayabangloma el apellido Solano. 5 Propuesta teórica del actual cacique gobernador del resguardo de Mayabangloma, Oscar Uriana.
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Sistema Normativo Wayúu.
El conflicto es parte esencial de las relaciones humanas. Más aún, el conflicto construye
sociedad. A pesar de que la palabra suele ser utilizada con intenciones sombrías en
atmósferas belicosas que tienden a imprimir una idea negativa de lo que es, haciendo
pensar “el conflicto es algo malo”, haciendo vivir a quien lo vive una desarmonía de lo que
debería ser la sociedad, logrando que muchos desearan vivir un mundo sin conflictos, la
verdad es que el conflicto podría ser sin lugar a dudas el motor de las sociedades. Si se
piensan detenidamente, los conflictos no sólo dejan ver las más nefastas acciones del ser
humano sino que también revelan innumerables expresiones de talento colectivo, un
pensamiento conjunto: la búsqueda de resolución del conflicto. Y como dinámica social es
apenas coherente pensar en el desarrollo de los conflictos como construcción de sociedad,
en la medida en que su desarrollo responde a una causalidad de inconformidad o malestar
y su terminación permite ver una pluralidad de características culturales del entorno en que
sucede. Así, se tiene para el Derecho Internacional Humanitario la terminación de un
conflicto cuando se da la rendición de uno de los bandos o la victoria del uno sobre el otro
(Merz, 2012), al otro extremo, en un conflicto familiar –dependiendo de las características
culturales de la sociedad donde se desenvuelva- será recurrente ver que las soluciones
tiendan al bienestar del total de la sociedad, cuando hablamos de familia como la primera
de las sociedades. No es como tal el conflicto lo que construye sociedad, probablemente lo
sea menos la belicosidad, o la violencia, pero sí son todos los factores que le rodean así
como la generación de mecanismos para salir de un estado de conflicto,
independientemente de su escala, lo que fortalece y desarrolla una sociedad.
La nación indígena Wayúu se caracteriza por un desarrollado nivel de resolución de
conflictos que se basa en la compensación y cuyo elemento principal es la palabra. Es una
práctica cuyas raíces y condiciones o reglamento se expresan en la misma cosmología del
pueblo, no es algo que esté escrito y normativizado con el rigor del derecho positivo6, sino
que se presenta como un producto de la vida cotidiana, ancestral por demás, aquellos que
6 En una reducción escueta, podría pensarse el positivismo en el Derecho, como una corriente epistemológica que brinda especial importancia a la formalización de la norma, es decir, lo que no esté escrito no tiene validez.
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hemos tratado de esquematizarlo somos precisamente los arijunas7. Resulta complicado
tratar de encuadrar en un esquema una normatividad consuetudinaria, pues a priori se está
imponiendo una idea etnocéntrica del derecho occidental, donde un sistema normativo es
esquemático, rígido, estático, no permite pensar en un dinamismo ni un cambio constante
pues precisamente dejaría de ser un esquema normativo preestablecido, algo que se debe
cumplir, debe estar además consignado por escrito. Resulta paradójico plasmar por escrito
una forma de resolución de conflictos en donde la palabra que vale no es la que se escribe,
sino la que se pronuncia, donde la palabra no sólo es discurso sino que también es honra
y dignidad8. Lo anterior se da precisamente por otra de las grandes diferencias entre la
normatividad Wayúu con el derecho occidental: que la responsabilidad no sea personal sino
colectiva (Perafán 1995) da un mayor peso a la palabra, pues se convierte en la palabra de
una familia e incluso hasta de un clan o casta, es decir la responsabilidad colectiva de los
actos individuales genera un mayor peso en la palabra, la cual a fin de cuentas termina
siendo también colectiva.
En el territorio nacional existe una variedad de sistemas normativos, los pueblos indígenas
practican varios de ellos e incluso se da que en la solución de un problema se pase de un
sistema a otro buscando la satisfacción de ambas partes, esta pluralidad de sistemas
genera una dificultad en tanto no se da aplicabilidad real al principio de “cosa juzgada”9
(Perafán 1995). Es complicado tratar de aplicar el principio de cosa juzgada en el pueblo
Wayúu, en la medida en que las deudas o compensaciones no prescriben en el tiempo
hasta haber sido completadas, la interrupción en una compensación deslegitima
inmediatamente el pago que ya se haya realizado, la armonía se desfigura y el problema
revive como si nunca se hubiera llevado a cabo el arreglo.
Para entender lo anteriormente expuesto es necesario llevar a cabo una revisión de la
estructura y características especiales del sistema de solución de conflictos entre los
Wayúu. Lo primero que cabe anotar es que se trata de un sistema segmentario, es decir,
como lo anota Perafán (1995) las sociedades se dividen en diversos segmentos, donde
7 Persona no indígena en Wayuunaike o lengua Wayúu. 8 Se evidenció una circunstancia en la cual se logró un acuerdo entre una empresa constructora que adelanta la pavimentación de las vías del resguardo de Mayabangloma. Al finalizar, antes de retirarse los funcionarios, una autoridad tradicional les sugirió “hagan un acta, porque ustedes son arijunas, no son indios”, dando a entender que para el Wayúu lo que más peso tiene es la palabra. 9 El principio de cosa juzgada hace referencia a la imposibilidad de juzgar un hecho el cual haya sido previamente sometido a la decisión de autoridades del orden jurídico.
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usualmente el primero desde dentro hacia fuera es la familia, continúa la familia extensa, la
localidad, el clan, la etnia, dependiendo del tipo de organización social. En cuanto a la
resolución de conflictos, cada segmento cuenta con autoridades cuya competencia sea
suficiente para la toma de decisiones, cuando los hechos involucren a dos segmentos del
mismo nivel se acude a autoridades del siguiente segmento (por ejemplo dos familias de
un mismo clan o casta, se acude entonces a la autoridad del segmento más amplio: la
casta), aunque puede pasar, esas autoridades no siempre coinciden con las autoridades
administrativas o de gobernabilidad en las sociedades (Perafán 1995) en la medida en que
usualmente se requiere para la solución de conflictos a personas mayores y que cuenten
con la experiencia dada por la vida, a diferencia de los roles de representatividad y gobierno
que en ocasiones son ocupados por personas jóvenes.
Aparte de ser segmentaria, la ley Wayúu se basa en el principio de la compensación. Se
hace referencia aquí a que las faltas deben ser pagadas. Al incurrir en una conducta punible,
se genera inmediatamente una deuda. Es un sistema donde lo punible es la dignidad y la
honra de todo un segmento debido a que, como se anotó anteriormente, la responsabilidad
de los actos no es individual sino colectiva. Así las cosas, el sistema normativo Wayúu es
de compensación en la medida que exige el pago de faltas, y es segmentario debido a que
la responsabilidad de ejecutar el pago así como sus destinatarios no es sólo de los
individuos involucrados sino de la totalidad del segmento social al que pertenezcan.
El sistema de compensación remite irremediablemente a la teoría del Don de Marcel Mauss,
en ésta las relaciones sociales se basan en la reciprocidad. El don se configura como una
compleja mezcla, a veces diacrónica, a veces sincrónica de tres momentos: dar, recibir y
devolver (Mauss, 1924). No existe un don puro, es decir, siempre hay una expectativa
latente de reciprocidad. La reciprocidad es lo que genera y fortalece relaciones, de lo
contrario simplemente dar o recibir se convertiría en una transacción unidireccional
(Godbout, 1992). La reciprocidad en el sistema normativo Wayúu es responsable del
proceso de redistribución de los bienes.
El concepto clave para comprender el sistema normativo Wayúu es el “pago de faltas”. El
sistema de compensación Wayúu se centra en tal premisa, donde las autoridades de los
grupos enfrentados actúan como “pares” en los procesos de solución de conflictos. El
sistema normativo Wayúu, como lo anota César Perafán (1995), debe ser visto de manera
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holística pues relaciona distintas esferas como la política, la cosmovisión y los patrones
culturales, lo cual imposibilita pensar el sistema normativo como algo aislado. De gran
importancia, cuando se habla de patrones culturales y su incidencia en el sistema normativo
es la estructura social, basada en un parentesco de matrilinaje.
La solución de conflictos en los Wayúu parte, como se ha mencionado, del sistema de
compensación. Es un sistema donde están presentes en todo momento obligaciones
mutuas de reciprocidad y diversos mecanismos de redistribución. La obligación de
reciprocidad está presente en distintos momentos de la cultura Wayúu. De hecho se
expresa en diversos mitos y leyendas, cuentos infantiles e incluso en expresiones artísticas
como la poesía. El pago por faltas es una de las bases del proceso de redistribución de
bienes en los Wayúu.
La imputabilidad de las ofensas se da en torno a la responsabilidad colectiva, no existe la
responsabilidad individual. Perafán (1995 : 218) lleva a cabo una categorización de los tipos
de ofensa en los cuales caracteriza cinco tipos. Él establece que la determinación del tipo
de ofensa es necesaria y se establece previa a la negociación. Se encuentran:
“- “Ayaraya” – lloro-: comprende los pagos por el ultraje a los antepasados.
- “Ewirra” – Lágrimas: comprende los pagos por homicidio –parcial-, mal consejo.
- “Nulia” –Dignidad-: comprende los pagos por calumnia, hurto, estafa.
- “N’sha” –Sangre-: comprende los pagos por violación, estupro, lesiones.
- Carne: comprende los pagos por homicidio –parcial principal-.” (Perafán 1995 :
219).
La cultura Wayúu está permeada de prohibiciones que se ejercen en la vida cotidiana.
Algunas de ellas se relacionan directamente con el sistema normativo. Por ejemplo en un
caso de homicidio, este no podía ser presenciado por un niño o por un joven. Incluso se
recogía la sangre posteriormente, las repercusiones en el niño podrían ser muy graves. El
homicidio no se podía velar ni tampoco se podía llevar el cuerpo a la casa. Tampoco podía
ser enterrado en el cementerio porque podría repetirse un hecho violento. No se podía
comer durante el entierro. Si el asesinado (también aplica para muerte natural) dejó esposa,
ésta debía esperar un tiempo prudencial, por lo menos varios años antes de casarse de
nuevo de lo contrario el nuevo esposo correría pronto con la misma suerte.
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
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Lo anterior tiene una estrecha relación con la importancia de la sangre para los Wayúu. De
hecho, el parentesco es matrilineal y se da especial importancia a la sangre. La mujer es la
que brinda la sangre a las siguientes generaciones. Incluso en el mito de Worunka10
muestra la relación entre la sangre y la fertilidad. La sangre configura incluso la importancia
del matrilinaje en el sistema normativo, donde la mayoría de las compensaciones eran para
el apushi, o familia materna, de sangre. La sangre tiene un valor mágico además. La de un
muerto puede ser utilizada por ejemplo para “ser preparada” y atacar a los responsables
de la muerte. Incluso, relatos de etnoeducadoras indican que anteriormente existía la
prohibición de tener descendencia con ciertos clanes o incluso se permitía la reproducción
dentro del mismo con extender el linaje a través del tiempo11.
El sistema normativo Wayúu puede pensarse en clave de tres conceptos principales, los
cuales, como se anotó anteriormente, no están presentes únicamente en cuanto a la
resolución de conflictos sino que se presentan en diversas manifestaciones de la
cotidianidad del indígena y por esto el sistema normativo debe ser visto de manera holística,
a saber: la compensación, redistribución y la obligación de reciprocidad.
Compensación.
Todo acto que sea tipificado como una falta requiere de dos actores como mínimo: un
ofensor o persona que comete la falta, y un ofendido o víctima de la falta. El sistema de
compensación en los Wayúu es segmentario en la medida que se requiere que el segmento
al cual pertenece la persona que comete la falta (ya sea su familia nuclear o su propio clan,
dependiendo de los segmentos involucrados) redima el hecho ante el segmento ofendido.
No es un sistema punitivo que se centre en el castigo de quien comete la falta, sino que
compromete la integralidad de la totalidad de un segmento. Algunos indígenas Wayúu
manifiestan estar en desacuerdo con sistemas que incluyan actos punitivos como el cepo
que recaen directamente sobre la persona responsable.
10 Deidad mujer de vagina dentada, la cual fue procreadora hasta después de la eliminación de esa dentadura, y lo cual en algunas interpretaciones es el origen de la menstruación en la mujer, y así mismo de la fertilidad. 11 Es posible el matrimonio entre familiares pero no de la parte húmeda pues esa es la parte pura. Se ve este tipo de unión para que los bienes no se vayan para otro lado sino que quedan dentro de la misma familia.
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Cuando se comete una falta y se exige la compensación de la misma, el involucrado
(ofensor) recibe apoyo de su familia, esto como parte de una red de reciprocidad que más
adelante se estudiará. Es su segmento el encargado de llevar a cabo una reprimenda en el
ámbito de la moral, haciéndole entender las repercusiones de su acto para el bienestar de
la totalidad del mismo.
Algunos indígenas encuentran las raíces del sistema normativo en la misma relación que
tiene el Wayúu con la naturaleza. El hecho de realizar un pagamento es en sí una
reciprocidad con la naturaleza, compensar una pérdida, así, cuando se extrae algo de ella
se deja algo a cambio, con el fin de compensarlo. De igual forma el sueño es de gran
importancia para el Wayúu, le rige en su vida cotidiana. El sueño es colectivo en la medida
en que su interpretación se realiza en conjunto, se socializa y se llega a una conclusión
dependiendo de las diversas interpretaciones logradas.
“Juya es nuestro papá –la lluvia- porque fue el que engendró a la tierra…
nuestros hermanos, plantas, estrellas, plantas, la luna, eso son sistema
normativo también, eso es parte de la ley de origen, parte del derecho mayor,
esa estrecha relación con la naturaleza, con la estrella, con el sol. Porque el
sistema normativo no va desligado a eso. Hay una estrecha relación con eso,
con el derecho mayor. Nosotros tenemos nuestras propias leyes desde antes
que existiera el Estado, una ley consuetudinaria” “por lo menos, hay una planta
que sirve para un niño, mal de ojo, un ejemplo. Entonces allá tiene que llevar
una tela roja, una hilaza roja, allá lo tiene que enterrar donde saca la planta [una
reciprocidad, un pagamento] Por eso le digo que hay una estrecha relación, el
sistema normativo Wayúu se desprende de la relación de la naturaleza y el
wayúu.”12
“Las autoridades que no tienen fin son el sol, el viento, la lluvia, nosotros nada
más somos por un ciclo, ochenta años, sobre la madre tierra y tenemos que
cumplir un procedimiento y un mandato que nos dio Dios, la orientación a través
del sueño, lo que no deben hacer y lo que deben hacer, y si no cumplen con ese
procedimiento habrá fracaso, muerte, eso es lo que quiere decir.”13
12 Indígena Wayúu, profesora del Centro Educativo Bangañita del Resguardo Mayabangloma. 09 de septiembre de 2014. 13 José Julián Solano, clan Ipuana. 06 de septiembre de 2014.
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
13
Los pagamentos son en ocasiones también ordenados por el sueño. El piache14 recibe
instrucciones en los sueños sobre pagamentos que se deben realizar. El espíritu ordena el
animal que debe ser sacrificado y sus características como el color y la edad, así como se
dan indicaciones sobre la yonna15 y el lugar donde esta debe realizarse e incluso el toque
de la kasha (tambor). Lo anterior es visto también como una suerte de compensación
preventiva (Perafán, 1995) respecto a eventos futuros, así como también puede ser visto
como una especie de reciprocidad con los espíritus y su benevolencia.
Cuando existe el caso de una falta, es el segmento ofendido el primero en “enviar la
palabra”. Como se mencionó anteriormente, el diálogo cumple un papel fundamental, la
palabra que se pronuncia es la honra y la dignidad de una persona y de una familia entera.
El tránsito de la palabra se encarga a un personaje, este recibe el nombre de palabrero. La
labor principal del palabrero es suavizar los discursos, a veces tajantes y agresivos a la
hora de una negociación de una compensación. Así, su talento radica en trasmitir la idea
que envíen las dos familias pero de tal forma que omita y transforme las expresiones
ofensivas en aras de no profundizar más el conflicto.
En wayuunaike hay varios términos para referirse al palabrero. Putchipü’ü y putchejane,
son básicamente lo mismo, el primero es la denominación para quien recibe la palabra y el
segundo para quien la lleva. Pasa como una calificación semántica del movimiento de la
palabra, así un palabrero, al recibirla será putchipü’ü y al entregarla putchejane, pero no es
algo de vital importancia para la comprensión de la labor del palabrero. Un palabrero puede
pertenecer a la misma casta de uno de los involucrados en el problema, sin embargo debe
conservar “la imparcialidad”. No obstante lo ideal es que ninguno de los palabreros esté
involucrado con ninguno de los segmentos en conflicto, y eso depende también de la
gravedad de la falta. Aunque en ocasiones ambas partes consiguen palabrero para que se
entiendan entre estos (algunos indígenas hacen analogía con labor del abogado
arijuna) cuando la familia agresora no consigue palabrero entonces se lleva la palabra a
un tío materno. Se debe recordar que el tío materno es la autoridad. El tío materno es la
mayor autoridad pero no depende de que sea el más viejo sino aquel que tenga la cualidad
de saber hablar, de la mesura y sabiduría al hacerlo. Como se verá más adelante el papel
14 Chamán. 15 Baile tradicional.
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del tío materno, así como la importancia de la división entre el matrilinaje (apushi) y la familia
paterna (oupayú) se ha visto modificada en el momento actual del sistema normativo.
El uso del palabrero depende incluso del tipo de falta que se haya cometido y la gravedad
de la misma, así, hay situaciones que ameritan compensación pero que pueden ser
resueltas directamente por las autoridades segmentarias. Por ejemplo en casos donde
están involucrados niños y niñas, pueden ser arreglados por sus propios tíos o padres16.
Estos hacen las veces de llevar la palabra. Cuando la falta es leve, aparentemente no vale
la pena llevar palabrero, pues a este se le debe también un reconocimiento por su labor,
‘por el viaje pa’ acá y pa’ allá’. Los problemas internos de un segmento en ocasiones
también obvian la necesidad del palabrero pues son sus autoridades segmentarias las que
se encargarán de tasar los montos y forma de compensación.
“Un problema interno entre un clan. No, ahí lo que se hace es: se sientan son los
mayores, los tíos, no se busca palabrero, porque ya hay ciertas consideraciones,
y es coyuntural. Pero para la modernidad nuestra, ahora, incluso hasta ha
ocurrido acá, y hasta mandan palabrero, el palabrero es hasta familiar nuestro,
ya ocurre eso. Pero en la forma digamos, ancestral de cómo debería y debe ser,
es con lo que dije primero. En los casos internos del clan se sientan los mayores
del clan y deciden cómo tasar las compensaciones. Como son familia. Entonces
lo que predomina más es procurar de una generosidad intencional muy buena
ante esa situación porque no se puede propagar. Incluso algunas familias en ese
16 Don Pedro, clan Uauriyú. 24 de agosto de 2014 ofrece esta narración: “Por ejemplo yo he llevado dos casos de los sobrinos. Que uno quiere quedar bien, uno mira en su corral saca lo que va a sacar y lo lleva de una vez allá, así sale más rápido también, que si uno se pone de guapito no saca nada también. Una vez me sucedió un caso, el asunto de los pelaos del colegio. Un sobrino mío rompió una peladita de allá de la loma, y yo soy Uauriyú entonces buscaron al papá del sobrino mío y allá dijeron: no tiene es que buscar al tío. La hora, ellos llegan a las dos de la mañana o tres de la mañana, y les dije “espera yo voy a hablar con el pelao’ y voy a preguntar pa’ ver”, con la mamá, con el papá pa’ ver que me dicen. Me dieron unos días. Yo hablé con el papá, ¿qué me respondió el papá? “tienes que esperar”, yo esperé casi dos semanas. ¿Si será que él va a pagar una cantidad por qué se demora tanto? yo ya estaba desesperado. Eso es muy fregado también, si uno se demora a pagar una cosa será que va a dar bastante y por eso está… dura mucho tiempo. Eso me tenía preocupado, hasta que yo fui allá, hablé con un hijo mío es un hombre ya, le dije: métete en ese corral saca un chivo. Entonces saca una que ya estaba preñada, dijo mi señora “esa está preñada”. No me importa –dije- porque ya lo manoseó, ya lo sacaron. Y lo sacaron, fuimos así a las cuatro de la mañana y llegamos allá en la loma y le dije “yo quiero darte esto pa’ salir de lo de la peladita”. Me atendieron bien, hasta me dieron carne de chivo de allá, un galón de leche de allá y me atendieron bien. Pa’ saber que ellos no esperaban eso, es lo que me dijeron: “nosotros no esperábamos eso”. Es costumbre de uno, tienes que sembrar delante de los otros… Si uno lo deja sigue el pelao, porque eso es una deuda, cada vez que quiere alzar la mano el pelado uno lo agarra: “¿se acuerda la vez que yo pagué?”.
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
15
mismo caso lo consideran como una información muy confidencial, lo manejan
de manera reservada, primero no quedar mal ante otros clanes porque eso
también baja prestigio.”17
En el mito del pájaro Utta se establecen las cualidades que debe tener un palabrero: “la
palabra debe ser llevada de manera recta, en una sola dirección, no debes ocasionar
problema”. Así mismo se establecen allí las consecuencias de un palabrero que no posea
tales cualidades. Se señala entonces lo problemático que puede ser un palabrero que
maneje un lenguaje fuerte y un tono de voz elevado, que genere temor. Se establece
también la necesidad de que exista cobro en ocasiones donde haya una forma ofensiva de
dirigirse a alguien, así sea el mismo putchipü’ü. La principal labor del palabrero es lograr
que se tase el monto de la compensación (y de pago de matrimonio también) de manera
armónica sin que el problema pase a mayores. Algunos indígenas declaran que no todos
los palabreros son buenos, es tanto así que algunos no logran mediar de manera efectiva
el problema sino que agravan la situación. La compensación siempre se verá de uno u otro
modo, es decir, si no se llega a un acuerdo y el segmento del ofensor no lleva a cabo una
compensación, el segmento ofendido optará por hacer justicia por su propia mano, lo cual
se considera legítimo pero puede impulsar a una situación de guerra.
El cobro de la compensación depende de distintas características, se tiene en cuenta la
gravedad de la falta por ejemplo, y la culpabilidad es también circunstancial. El Wayúu
maneja un concepto distinto al del arijuna sobre la intencionalidad y responsabilidad de las
faltas. Se ilustra con los siguientes ejemplos:
- Dos primos están detrás de la misma mujer. Una noche bebiendo los tres, uno de
los primos asesina al otro. Hay cobro para la mujer, en la medida en que “si usted no
le sonriera al uno y al otro, esto no habría pasado”.
- Un marido iba borracho manejando su carro hasta otro municipio para visitar a su mujer,
se accidenta en el camino y muere. A persa de estar borracho, se atribuyó la culpa y el
cobro a la mujer en la medida en que “si usted estuviera viviendo con él, él no se hubiera
ido a buscarla y no le habría ocurrido eso”.
- Un señor va caminando por un camino con su esposa. Pasa un familiar en moto y el marido
le dice que por favor la lleve para que ella no tenga que caminar tanto. En el camino
17 Maber Solano, clan Epiayú. 28 de agosto de 2014.
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se accidenta la moto y la mujer sale herida. Hay cobro para el que maneja la moto, a pesar
de estar haciendo un favor.
- Cuando un hijo le pega al otro, lo lastima. La familia del padre cobra a la familia de
la madre. O el padre cobra a la madre por fallar en su crianza.
- En el caso de un homicidio con un arma prestada, el cobro no es únicamente para el
segmento de quien cometió el asesinato sino también para el de aquél que prestó el arma,
pues debió cerciorarse cuál sería su uso. Se atribuye una forma de complicidad.
La tasación por las ofensas y faltas se da en animales (chivos, ganado) y collares. Más
adelante se verá cómo han cambiado las formas de tasación y su influencia en el sistema
normativo. A mayor gravedad de la falta, mayor será la tasación de la compensación. Se
entra en una dinámica donde el segmento ofensor usualmente no aprobará el monto exigido
y allí es donde es vital la labor del palabrero, debe hacer entender al segmento ofendido
que la parte ofensora no está en disposición de pagar una suma tan elevada de manera tal
que la parte ofendida no interprete un menosprecio de la acción ni mucho menos de su
estatus por parte del segmento que va a realizar el pago. La falta más grave es matar otra
persona, las características del asesinato como la humillación y la disposición del cuerpo
pueden ser factores agravantes18. No obstante, existe también la creencia que una
amenaza de muerte es igualmente grave que el asesinato19.
Diversos testimonios apuntan a que el cobro por muerte deliberada es de los más
complicados. “Cuando es cobro de plomo es jodido”, esta implica cinco pagos, uno anual
(aunque podría variar dependiendo de la voluntariedad de ambas partes y el arreglo llevado
a cabo por el palabrero) por los siguientes motivos: sangre, carne, lágrimas, angustia y
tristeza20. Y en ocasiones, dependiendo de la muerte da a lugar el pago de una multa aparte
del pago del homicidio. Al finalizar el proceso de compensación también da a lugar una
18 Orinar el cuerpo del muerto constituye una gravísima ofensa, el carácter simbólico del acto trae consecuencias que pueden conducir incluso a la guerra de clanes. Otros factores como la sangre del muerto pueden tener usos de tipo mágico. 19 Manifiesta Oscar Uriana, cacique del resguardo Mayabangloma, que el caso de la amenaza de muerte puede ser incluso más costoso y complejo que la misma muerte o intento de homicidio. Por la cuestión de la incertidumbre que genera, pues el amenazado siente en constante peligro su vida, y no sólo en un plano físico sino también mágico, de brujería. 20 Clasificación ofrecida por autoridades tradicionales, similar a la citada arriba, establecida por César Perafán (1995).
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
17
reunión de los segmentos involucrados donde hay comida y bebida, con el fin de
reestablecer las relaciones y se armonice la convivencia entre estos21.
“[En caso de homicidio] Cuando ocurre, ambas familias recurren a enviar un
palabrero. Éste no puede ser de la misma familia del autor, debe ser una persona
que sea neutral, que no sea de la familia. Entonces mandan el palabrero, “yo
quiero tanto que me den, por esto”. Ellos piden primero por haber derramado la
sangre, por derramar la sangre ellos piden “me dan tanto”, eso es lo primero que
dan por derramar la sangre, ese primer pago no vincula con el costo del muerto,
es distinto. El costo de él es otro pago que viene. Después viene lo segundo que
es el pago que es el más grande, donde le van a dar tanto de reses, tanto de
bestia, tanto de chivo, tanto de collares, menos burro porque es un animal que
vale menos. Ese crimen, mientras él está pagando él no sería buscado por
ninguna ley, ni por la justicia ordinaria ni por la mano propia. El putchipü’ü es
testigo del pago que se ha hecho. Mientras que esté pagando no le pueden hacer
nada, se establece entonces durante la negociación un plazo. Si se paga bien
durante el plazo establecido y en las “cuotas” establecidas entonces no pasa
nada. Pero si se toma venganza después de haber empezado a pagar, deben
devolver lo que hubiera empezado a pagar. Los plazos y montos se pueden
negociar. Entonces ponen un plazo: “bueno este pago va a durar diez plazos”.
Si ellos pagan cumplidos ya queda la cosa así, porque si se ponen a hacer
venganza se le complica la cosa porque tienen que devolver por lo que ya habían
empezado a pagar. “Toda esa historia me la contó el abuelo”. El pago por muerte
también se reparte entre la familia para que se conformen, cosa que un primo no
piense “a mí no me dieron yo si voy a buscar venganza”22.
El propósito final de una compensación no está tanto en redimir el acto cometido sino más
bien en asegurar que no se tomen represalias por propia mano en contra de la familia de
quien comete la falta. Y así mismo, la colecta que se lleva a cabo involucra la totalidad del
segmento, en la medida en que a todos les conviene que se pague la falta, pues de no ser
así, la parte ofendida puede ejercer represalias con cualquiera de los individuos del
segmento que debe pagar. Aquí, y como se verá más adelante, juega el principio de la
reciprocidad. Teniendo en cuenta la teoría del Don, en donde las relaciones se basan en la
21 Información suministrada por Oscar Uriana y Juan Pablo Ipuana, ambos “araldayu”; mayores, autoridades tradicionales. 22 Víctor Peláez. Indígena Wayúu de la comunidad Cerrodeo, municipio de Barrancas.
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reciprocidad, se podría argüir que el altruismo puro no existe (Medina 2011) y que la
colaboración ofrecida por los familiares trae consigo también la justificación individual de no
llegar a ser víctima de una venganza o cobro de sangre, “por ejemplo si yo soy familiar de
un agresor yo tengo que ayudarlo, tengo que dar por mi vida porque estoy en peligro.
Obligatoriamente tiene que salir de ese problema”23. En el momento de dar se está
recibiendo. Al colaborar en la colecta para el pago de una falta, se recibe la tranquilidad de
no sufrir las consecuencias a futuro, además de generar una obligación de reciprocidad
fáctica a futuro. Y en el caso de las amistades que colaboran en las colectas se está
generando una obligación de reciprocidad que se verá en otro momento.
Si en el caso de una falta una familia se niega a pagar, eso se considera como una ofensa
de gravedad mayor. La familia ofendida puede proceder a tomar por vías de hecho y hacer
de su propiedad lo que considere necesario para saldar la ofensa. Igualmente, la situación
puede ser tal que se llegue a exiliar a la familia ofensora, a eso se le conoce como el aparto.
Otra cuestión al respecto es que una situación de estas puede incluso conducir a la guerra.
“Por ejemplo si hay una pelea y hay un muerto, no tiene que pagar por el muerto
sino por los vivos. Por ejemplo, si hay una parranda o matan a alguien, ahí y si
van a cobrarlo el agresor no tiene que pagar por el muerto, no están cobrando
un muerto sino el vivo. Están cobrando por la vida del agresor, por la familia, de
los sobrinos, toda la familia. Están cobrando es por la libertad de ellos, que anden
por ahí por el territorio. Ellos no están cobrando el muerto porque el muerto está
muerto y nadie lo va a regresar de esa muerte pa´ pagarlo, lo que están cobrando
es por los vivos. Porque si yo quiero a alguien, a un sobrino, si yo tengo un
problema no tengo por qué esconderme y dejarlo ahí…”24.
Entre las faltas más comunes, según indígenas del sur de la Guajira, están además del
asesinato, la calumnia, el hurto, la amenaza, la sospecha y la pelea.
La calumnia puede ser a menudo relacionada con la brujería. Pues cuando una persona
se ve bajo el influjo de esta, empieza a buscar explicaciones sobre los hechos e intuye
culpables, esto se debe a la dificultad de encontrar culpables responsables de males
mágicos. Es decir, una persona que se vea afectada por brujería, intentará deducir de quién
23 Roermir Solano Solano, casta Uauriyú. 27 de agosto de 2014. 24 Roermir Solano Solano, casta Uauriyú. 27 de agosto de 2014.
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
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proviene tal acto, pero su comprobación será siempre compleja de realizar, por tal motivo
muchas personas son acusadas de realizar brujería pero si no está fundamentada y
comprobada tal acusación, la persona acusada puede alegar que se está incurriendo en
calumnia.
El hurto es una falta recurrente, algunos jóvenes excusan tal comportamiento teniendo en
cuenta la difícil situación económica de los indígenas, impulsado por las condiciones
climáticas, entre otros. No existen parámetros preestablecidos a cerca de la cuantía de los
montos a pagar, tanto con faltas que no involucran bienes (como las faltas a la dignidad, a
la sangre, a la carne) como con aquellas que tienen que ver con la pérdida de bienes. Lo
que sí es recurrente observar es que los bienes que fueron hurtados sean solicitados
igualmente en compensación, así el robo de un chivo debe pagarse bien sea con dos o
doce chivos, o la tasación a la que se llegue en la compensación. El hurto exige la
devolución de lo que fue tomado, más la compensación por la ofensa que constituye tal
falta.
La amenaza tiene el agravante de dejar en completa incertidumbre e intranquilidad tanto al
ofendido como a su segmento, tanto en un plano físico como en uno espiritual. Por tal
motivo constituye una falta grave.
Levantar sospechas constituye una falta en tanto que si existe sospecha sobre alguien
quiere decir que su comportamiento lo amerita.
Los motivos más frecuentes de pelea se dan durante las fiestas, incluyen usualmente
hechos como injuria e insulto, los cuales también constituyen falta y se deben compensar.
Tales hechos son tenidos en cuenta al momento de la negociación con el palabrero para
definir sobre quién recae la responsabilidad de la pelea. En las últimas décadas, y producto
del cambio cultural, son repetidas las peleas por amoríos y pretensiones con mujeres, en
tanto el enamoramiento es ahora parte esencial del proceso del matrimonio.
Como se mencionó anteriormente, los indígenas Wayúu rigen su vida cotidiana por una
serie de prohibiciones. La omisión de esas prohibiciones puede en ocasiones generar
cobro. Entre ellas está la prohibición de pronunciar el nombre de un difunto, e incluso tocar
una joven en el brazo si no se han presentado intenciones de esposarla. Tales prohibiciones
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han ido cambiando producto de la relación con el arijuna, por ejemplo, el hecho de adoptar
nombres occidentales hace de la primera prohibición algo complejo de cumplir. Explican
algunos mayores que anteriormente los nombres de las personas eran únicos y hacían
referencia incluso a seres de la naturaleza o a eventos. Al adoptar nombres arijuna, por
demás repetidos y comunes, se dificulta continuar ejerciendo tal prohibición. El segundo
caso también ha cambiado drásticamente debido a la influencia arijuna, la necesidad de
que exista un enamoramiento previo al matrimonio ha disminuido la cantidad de faltas
existentes en el sistema normativo. Por ejemplo que la mujer no llegue virgen al
matrimonio25, o que los jóvenes ejerzan conductas frente a las mujeres, que anteriormente
se consideraban inapropiadas y estaban prohibidas.
“La mujer no puede usar vestido ajeno. Puede que el marido de la persona que
usa ese vestido la “agarre” pensando que era su esposa. La prohibición a las
mujeres a que salgan solas al río. Porque en el río hay muchos hombres.
Tiene que salir con la suegra, con la cuñada, con alguien. Al hombre también, a
uno le prohíben andar cogiendo mujeres ajenas porque te pueden matar o te
pueden cobrar después. Si a uno le gusta la mujer, uno le tira garra, te viene
cobro por eso, sólo por haberla agarrado. Te viene cobro por eso, porque la
mamá está viva, el papá, el tío, no tiene por qué agarrarla. Si le quiere hablar
que hable en frente de la familia. A veces incluso sólo por dirigirle la palabra,
por haberle tocado o por haberle dicho algo: es que usted me gusta, es que es
muy bonita.”26
“Bueno, la muchacha cuando es virgen eso tiene un valor. La abuela, o un tío va
a cobrar el valor de la hija. Si no era virgen se prestaba para problemas. La noche
que se iban a vivir juntos se les ponía un chinchorro blanco. La mamá del
muchacho se preocupa por ir a preguntar la satisfacción del hombre y saber si
en realidad era virgen o no. En caso de no ser virgen, aquel que la desvirgó
debe pagar. Si el marido decide que seguirá viviendo con ella, el primero [el que
la desvirgó] debe pagar el valor del matrimonio y la falta que cometió”27
25 Aunque anteriormente la castidad no era condición para el matrimonio, el matrimonio con una mujer virgen podía tener un valor mayor. En caso que se mintiera al respecto el hombre podría solicitar una parte de la dote que se había ofrecido, en especial el collar familiar. (Mejía 2001) 26 Cacique Oscar Uriana, sobre las prohibiciones. 30 de agosto de 2014. 27 Cacique Oscar Uriana. 30 de agosto de 2014
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
21
Como se ha mencionado, e incluso es reconocido por los mismos indígenas, el sistema
normativo Wayúu parte desde las prácticas cotidianas y gira en torno a innumerables
muestras que generan redes del don y reciprocidades, tanto diacrónicas como sincrónicas.
Una de las prácticas culturales de las que se desprende la estructura como tal del sistema,
hablando de un sistema de reciprocidad y redistribución, es el matrimonio. La dinámica en
torno al matrimonio es similar a la que ocurre en los casos de compensación, entre estos:
Solicitar ayuda para la colecta.
Mediación por medio de la palabra. Siempre se utiliza palabrero para los
matrimonios, a diferencia de algunas compensaciones que, como se vio, pueden
ser tasadas sin éste. El palabrero tiene distintas especialidades, unos se dedican a
la solución de conflictos leves, otros a problemas graves (que involucran pago de
sangre) y otros a convenir matrimonio.
Redistribución de los bienes recibidos.
Obligación de reciprocidad. Los individuos que reciben de su segmento y amistades,
ya sea para la dote del matrimonio o la compensación de una falta, generan
obligación de reciprocar lo recibido en algún momento. La ruptura de la red de
reciprocidad puede generar problemas o incluso desestimar el estatus social de un
segmento.
La dote para un matrimonio requiere primero que todo una presentación formal del
pretendiente ante la familia de la interesada. Es obligación mandar al representante,
usualmente el tío materno, a realizar tal declaración. Constituye una falta que el joven se
presente a hablar directamente con la familia de su pretendida. En este primer
acercamiento, la costumbre es llevar un presente, éste no es la dote ni significa el cierre del
pacto. Rafael Solano Uauriyú, palabrero de matrimonios, informa que el pago de un
matrimonio se da en tres momentos, aparte del regalo inicial ya mencionado. Uno como tal,
el principal y que es arreglado por medio del tránsito de la palabra, es el valor de la dote o
kapadna. Para éste la familia del joven recurre a realizar el omnawa o colecta. El segundo
pago se da en el momento en que la mujer va a su casa a recoger implementos de cocina,
el chinchorro y demás pertenencias tanto personales, como aquellas que le serán útiles
para desempeñar el rol del hogar que le corresponde. Y existe un tercer pago que es cuando
nace el primer hijo de la pareja.
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La dote tiene como significado la entrada de la persona a una familia. Los mayores insisten
en el valor de la dote a las nuevas generaciones, la cual crea una alianza. Se ahondará
más adelante en ese aspecto. El Wayúu ha optado por dar esa re-significación a la alianza
que genera el pago de la dote, es algo que surge de la misma necesidad para que no entre
en desuso la práctica, pues desestabilizaría muchos aspectos culturales, y entre ellos el
sistema normativo. Antiguamente, manifiestan mayores de la comunidad de
Mayabangloma, podía verse “como entrar en un corral y elegir chivo”. Ocurría en ocasiones
que un hombre de mucho prestigio o de muchos bienes le dijera al padre de la mujer que
“se la compraba”. Sólo por ese hecho, se consideraba ofensivo pero en todo caso procedía,
y por tal se le cobraba el máximo monto. En otras palabras, le salía costoso atreverse a
decir “cuanto por su hija” y en ese caso, el enamoramiento le correspondía a la mamá, era
ella la que debía comentarle a su hija “él te va a dar un buen futuro, que lo vas a tener todo,
que es una persona de bien”. Igualmente, en el caso que no deseara hacerlo, la
embarcaban y la llevaban. Algunos testimonios incluso apuntan a que tales situaciones
generaban desespero en las mujeres, podía causar abandono e incluso el suicidio de la
mujer. No obstante lo anterior, el pago de la dote para el matrimonio traía consigo otras
dinámicas generadoras de identidad y que traspasaban a las esferas económicas y
simbólicas, por ejemplo la circulación de collares familiares por toda la guajira y la
redistribución de bienes. Valores que tratan de no ser olvidados por el Wayúu hoy en día,
incluyendo ahora, la necesidad de que exista un enamoramiento previo al matrimonio.
También existe el caso contrario, en donde a pesar de la voluntad de la mujer, la familia del
hombre no da la dote por ella. Si en el pago de un matrimonio los familiares de la mujer no
quedaban conformes o se les pagaba incompleto, estos podían ir a sacarla de la casa del
esposo y la devolvían a la propia, recurrían a actos como rasurar la cabeza para que a esta
le diera pena salir a la calle y no volviera con su marido. “La desnudaban, le daban su
fuetera y le rambaban la cabeza”, anteriormente, hasta que no se cumpliera el pago a
satisfacción, no se le permitía salir de casa e irse con el hombre.
Redistribución
Esta parte es clave para entender el siguiente paso del sistema de compensación. Es lo
que ocurre con los bienes una vez han pasado del ofensor al ofendido. Así, después de
tasar el monto por una falta y de la efectiva entrega de los mismos, el destino de estos
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
23
bienes no será únicamente para el individuo sino para la totalidad del segmento involucrado.
La personas que reciben compensación están en el deber de repartirla entre su propia
familia, e incluso amistades.
Los montos suelen tasarse en animales, collares, y más recientemente en dinero. Cada
casta tiene un animal totémico y se identifica con un símbolo, es con este último con el que
se marcan los animales. Así las cosas habrán animales que tengan marca de distintos
clanes cuando han sido dados en forma de pago, lo anterior no genera confusión respecto
a la tenencia de animales, pues como se ha mencionado la palabra es de gran importancia
para el indígena Wayúu, así basta con explicar cuál es el motivo de que algunos animales
tengan varias marcas para que no se piense que es mal habido, lo anterior aplica tanto para
animales recibidos por compensación como en pago por dote.
Cuando la falta no ha sido lo suficientemente grave para ameritar un gran número de
animales, se sacrifica el animal que se recibe y se reparte entre el segmento. El segmento
nuclear que fue afectado por la falta, no come del animal que le entregan por parte de
compensación, pues se corre el riesgo de que vuelva a ocurrirle algo así a la familia.
“Hay familias que una compensación la distribuye incluso con
personas particulares, es porque eso que trajeron, hay una creencia para ellos
de la energía, entonces uno no puede consumir eso que trajeron. Entonces uno
lo recibe y lo rebota otra vez. Lo reparte a otra familia para que no vuelva a
suceder. Ahora si yo quiero comer una lo que hago es: cambio esos chivos con
otros chivos, los reemplazo. Los que fueron compensados no pueden comer, así
sea cambiado. Es decir si a mí me agredieron, me faltaron y me dieron la
compensación, no pueden darme de eso, ni si quiera cambiado. Porque se me
puede repetir el caso.”28
Los collares son bienes que preserva la familia nuclear, estos no son sujetos a ser
redistribuidos. Sin embargo ocurre algo importante que es la circulación de los mismos.
Estos se elaboran en distintos materiales: tuma, esmeralda y oro. Siendo los de mayor
aprecio y valor los collares de tuma. Ejercen un valor simbólico. Por ejemplo en el caso del
matrimonio, la madre de la hija que se casa conserva los collares que le sean entregados
28 Maber Solano, clan Epiayú. 28 de agosto de 2014.
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a la familia como parte de la dote como un símbolo de esa hija que antes la acompañaba y
ahora no está. Así mismo, las cuencas que conforman el collar simbolizan a cada uno de
los familiares que hacen parte del segmento del cual salió. Los collares circulan a lo largo
de la guajira y entre clanes, pues el collar que una madre recibe por el matrimonio de una
hija, luego tendrá que ofrecerse como parte de la dote que ofrezca un hijo varón al momento
de casarse. Esta circulación de bienes tiene un valor tal que genera un vínculo de etnia,
han pasado por distintos clanes y circulan por todo el territorio. Las fronteras territoriales
ejercidas por los clanes, su womainpá, es traspasada simbólicamente mediante el tránsito
de los collares. Los casos de matrimonio donde la mujer comete una falta, como lo es la
infidelidad, ameritan la devolución de una parte de la dote, entonces aquellas personas que
recibieron como parte de la distribución de la dote están en la obligación de devolver, para
hacer ese pago a la familia del esposo, en estos casos se piden de regreso los collares por
su carga simbólica.
Un momento clave en la compensación es la negociación. Usualmente la parte que debe
pagarla intentará ofrecer menos que lo estimado por la parte ofendida. Allí, el hecho de
ofrecer una cantidad demasiado inferior a la solicitada puede ser considerado igualmente
una ofensa. En estos casos la labor del palabrero es esencial tanto para hacer entender a
una parte que la gravedad de la falta amerita un pago más alto, como para explicarle a la
otra que la familia responsable del pago no está en capacidad de reunir la cantidad exigida.
Algunos indígenas encuentran la justificación para que los montos en ocasiones sean muy
altos en la premisa “debe alcanzar para repartirle a la familia”.
El hecho de distribuir lo recibido en compensación tiene varias motivaciones. Primero, es
necesario asegurarse que alguna persona del segmento ofendido quede inconforme al no
recibir parte de la compensación y opte por buscar venganza, eso podría significar una
posible guerra. Es decir, un familiar que no recibió compensación por X hecho en contra de
algún familiar (porque se ocultó la compensación o se decidió no brindarle), puede buscar
un cobro por vías de hecho al no sentir que haya sido compensado por lo que le ocurrió a
su familiar, la familia que pagó la compensación reaccionaría mal pues se supone que ya
estaba compensado el hecho, la situación podría complicarse y conducir incluso a una
guerra. Segundo, la distribución de un pago obliga a la reciprocidad de manera diacrónica.
Esas personas a las que les fue repartido el pago, tienen la obligación de respaldar a
quienes lo repartieron en una siguiente ocasión, ‘todo pago, de ahí tiene que surgir otro
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
25
pago’. Esa obligación de reciprocidad que se genera, es parte vital del sistema normativo
Wayúu.
Reciprocidad
Existen otras relaciones de reciprocidad que contribuyen a la redistribución de los bienes
en la sociedad Wayúu. Las compensaciones incluso requieren en ocasiones la
colaboración de amistades - más allá del apushi - para lograr los ‘montos’ establecidos en
las negociaciones. Tal colaboración, bien sea de su apushi, como en ocasiones de
amistades obliga a una posterior reciprocidad. Visto de manera sincrónica es un don que
se redistribuye, en perspectiva diacrónica es un don que obliga a reciprocidad en otro
momento. El sistema de compensación en los Wayúu implica una “permanente circulación
de los bienes dentro del contexto de la sociedad” (Perafán 1995 : 193).
Cuando se habla de reciprocidad se hace referencia a cerrar el tránsito del don, que
consiste en dar, recibir y devolver (Mauss 1925). En una reducción del término podría
definirse como devolver, pero devolver no explícitamente lo que se ha recibido, porque no
es un préstamo. Podría hacerse la analogía con la respuesta en una conversación. Así
como no existe diálogo a menos que exista respuesta, la ausencia de reciprocidad escinde
las relaciones sociales. Siguiendo con la misma analogía, el diálogo es en sí un don, tiene
los tres momentos citados, se da al hablar, se recibe al escuchar y hay reciprocidad al
responder. Ante la ausencia de respuesta (reciprocidad), dejaría de ser un diálogo para
convertirse en un tránsito unidireccional de información. Lo mismo ocurre con las relaciones
sociales, el don genera la obligación de reciprocidad para que se establezcan las relaciones
sociales. Ahora, la reciprocidad es dinámica, no siempre se devuelve a quien entrega ni en
el mismo momento, por eso existen dones de tránsito generacional, como lo es la crianza.
Es algo que se recibe de aquellos que jugaron el rol paterno y materno durante la vida y
que es reciprocado no directamente con ellos sino cuando llegue el momento de criar. Así
mismo se podría ver la obligación de reciprocidad como una deuda, la deuda más grande
que se tiene, y que es común a todos los seres humanos es la generada por el don de la
vida (Godbuot 1992), por eso no es extraño encontrarse con sociedades ancestrales
basadas en el matrilinaje como los Wayúu, que elevan la importancia del rol femenino en
la sociedad, en la medida en que son dadoras de vida.
Centro de Investigaciones y Estudios Etnográficos
El sistema normativo Wayúu se basa en la compensación de faltas a través del don y genera
además obligaciones de reciprocidad. Existen numerosas expresiones culturales de la etnia
que permiten ver el don en todo momento, la vida del sistema normativo depende de la
reciprocidad que tienen los miembros de los segmentos, ya sea la familia nuclear o el clan.
En la actualidad, la relación salarial del trabajo y la imposición del dinero como unidad de
intercambio (Medina 2011) amenazan la misma estructura del sistema normativo pues pone
en peligro de desaparición la redistribución y circulación de bienes, dinámicas que, como
se ha mencionado ejercen la importante labor de afianzar la cohesión social. Es
imprescindible analizar algunas de las expresiones del don y la reciprocidad presentes en
la cotidianidad del Wayúu, pues esto permite entender el nudo central del sistema normativo
en relación con las demás esferas de la sociedad: las manifestaciones religiosas, prácticas
comunitarias y económicas, ritos de paso y sistema normativo. El don y la reciprocidad son
trasversales a todas, de ahí la importancia de ver el sistema normativo como algo holístico
y no como algo aislado.
La redistribución de los bienes genera pertenencia e identidad de nación o etnia, lo cual es
producto de los conflictos, por tal motivo se mencionó al inicio de este texto que el conflicto
es constructor de sociedad. La transacción realizada posterior a una falta se concreta en la
distribución de bienes de una familia en otra, o de un clan en otro, dependiendo de los
segmentos involucrados. El concepto de propiedad tiene un alto significado para los Wayúu,
tanto es así que los animales se marcan con el símbolo del clan o casta29 y la ofrenda de
animales genera una de las mayores obligaciones de reciprocidad. Así, la importancia de
la distribución y transacción de bienes no es dada por el sistema normativo de
compensación, sino al contrario, es algo tan importante en la vida diaria del indígena que
por tal motivo termina configurándose como el pilar del sistema normativo. El Don, la
reciprocidad y la redistribución se ven reflejadas en distintas prácticas del indígena Wayúu.
La invitación a una fiesta se puede considerar en sí un don, por ejemplo la yonna por el
paso de ser niña a ser mujer (rito de pasaje tras el encierro), genera la obligación a quien
fue invitado, de invitar a otra fiesta o ceremonia. Igual sucede con las invitaciones a los
velorios, donde la familia anfitriona redistribuye una serie de bienes, tal don genera
obligación de reciprocidad (en la invitación y distribución) y faltar a esto puede causar
29 Son de carácter totémico, identificados con animales.
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
27
pérdida de estatus social, deshonra. Esta temática se refleja en algunos cuentos Wayúu
para niños donde el abuso del don y la muestra de no reciprocidad, o el hecho de no ser
invitado a una festividad generan malestar30.
El encierro
Worunka, mito que tiene variadas versiones y así mismo interpretaciones. Era la hija de
Juyá y Mma (de la lluvia y la tierra). Ya se ha mencionado que era una mujer con la vagina
dentada. La historia se centra en dos gemelos hombres, que con flechas logran quitarle esa
dentadura sobre la piedra en que se bañaba. La sangre se derramó en el agua, algunos
indígenas atribuyen tal acontecimiento al origen de la menstruación en la mujer, desde
entonces son fértiles las mujeres. Además que anteriormente la dentadura no le permitía
mantener relaciones sexuales. La mujer es el máximo don de la sociedad en la medida que
es generadora de vida. Pero eso no ocurre sino hasta después del desarrollo, por tal motivo
la menarquia tiene un significado especial para los Wayúu y existe alrededor de esta toda
una práctica que constituye un rito de paso.
El encierro es un proceso de preparación para la niña que ahora será mujer. Es una de las
características propias de la educación propia de la etnia Wayúu. Ahora, se está viendo
reemplazada por procesos etnoeducativos, que si bien pueden responder a las necesidades
de las comunidades, no son efectuados de la misma forma en que se lleva a cabo la
educación propia. Las instituciones educativas, por lo menos al sur de la Guajira, otorgan
permiso durante un mes a las niñas que se desarrollan para ir al encierro, “no están
perdiendo clase porque están recibiendo de la madre y la abuela” y además se les envían
las tareas para que sean realizadas en la casa. En el encierro se enseña cual debe ser su
comportamiento como mujer, qué hacer para no perder la figura. Durante el encierro se
hacen tratamientos con plantas para la piel, en ese sentido, hay reproducción de
la medicina tradicional. Se prohíbe el consumo de carnes rojas durante el encierro, pues
estas tienen efectos negativos sobre la piel, aceleran el proceso de envejecimiento. La
efectividad de este último punto ha cambiado, ahora que el encierro ya no de es un año o
30 Por ejemplo el cuento de la capa y el morrocón, donde toda una historia de utilitarismo empieza con la desavenencia de no invitar un tamborero a una fiesta –el intérprete de la kasha-. Igualmente el cuento del conejo y el samuro, donde el primero recibe un castigo por aprovecharse de dones de especial valor, como lo son los tabacos del samuro (que hacía las veces de piache, chamán Wayúu).
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cinco con estas prohibiciones sino que se ha bajado a tan solo un mes, en el mejor de los
casos.
El encierro es un proceso en el cual se reproduce por medio de la tradición oral el rol de la
mujer en la sociedad Wayúu. Es un espacio dedicado completamente al aprendizaje de la
mujer. Allí aprende desde el tejido hasta normas comportamentales, y muy importante, se
le prepara para la vida en matrimonio. Dentro de las dinámicas sociales es importante
entender el encierro como una práctica del don que requiere reciprocidad. Las
características de una mujer preparada, que es completamente capaz de ejercer su rol en
la vida familiar, brindan sentido, entre muchas otras cosas, al cobro de la dote. En palabras
de José Julián Solano, autoridad Wayúu: “se enseña a la niña las labores que debe realizar
al ser mujer, a dar, ofrecer”
Cuando la niña tiene la menarquia es encerrada en su casa. Se le guinda adentro el
chinchorro y allí pasaba un año encerrada. Recién tiene la primera menstruación no puede
escupir, no se le da comida por cuatro días. Posteriormente se le corta el pelo y entonces
sí puede comer, durante esos anteriores cuatro días se alimentaría únicamente con
mazamorra. Podía durar hasta un año encerrada. Allí aprendía a hilar y a tejer mochilas y
chinchorro. Para el baño y las necesidades, se hacía un subterráneo dentro de la caza,
como un pozo séptico. Su familia procedía a hacerle baños especiales de plantas para que
permaneciera con cutis bello y limpio. Al momento de terminar el encierro, se realiza una
comida, se reparte alimento a los invitados pero ahí también ellos aportan, chirinche,
mazamorra, comida, entre otros. Es el flujo del don y la reciprocidad. Este rito de paso
significa dejar atrás todo lo que le hacía niña, entre otras cosas, no puede volver a utilizar
ninguna prenda que hubiera utilizado siendo niña. Toda la ropa sobrante se hereda a
alguna otra familiar o se regalaba a un particular que la necesite.
“Usted sabe que el encierro es una enseñanza que se le da a la persona porque
la persona después que la encierran viene que le cortan el cabello, la ramban,
tienen que cortarle ese cabello porque ese cabello ya lo conocían, lo han
manoseado y entonces tiene que dejar eso ahí. Eso cae a la tierra. Ahí en el
encierro y cuando va a salir, por eso es que dura tanto tiempo ahí: para que
le crezca nuevamente ya para tener un cabello nuevo. Ella al salir tiene que
cambiar todo: la ropa, los zapatos, todos los atuendos los tiene que cambiar.
Entonces ella sale de una vez con su collar, con sus aretes, todo nuevo, ahí no
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
29
va a salir con ese viejo [vestido], eso le ponen su vestido, le ponen sus
collares porque eso es lo que lo va a valorar a ella, porque esa es la costumbre,
el collar es la familia de uno, ese es el símbolo de la familia, por eso es que se
le da eso. A esa muchacha le dan una instrucción allá adentro de la casa:
“muchacha mira cuando usted se casa tiene que saber”, por eso le enseñan, al
aislarle le enseñan a hacer chinchorros. Para que cuando llegue un suegro, o
un cuñado, una cuñada, no puede sentarle en una silla sino que tiene que
guindarle un chinchorro. Usted viene a ver a fulano: “sí”, bueno entonces aquí
hay un chinchorro, pero si se va antes de que llegue “entonces usted no vino a
verlo, por qué se va si es que ya le guindé un chinchorro”, hasta que llegue el
hombre. Así sucesivamente, entonces le aconsejaban, porque ella podía
estar haciendo un chinchorro, o podía estar hilando, estar arrundiando, pero ella
está pendiente de la olla, atizando la olla, mirando por donde sale el marido.
Cuando sale el marido ella se levanta de una vez, le guinda el chinchorrito allá,
eso lo guinda para él, ¡sólo eso es pa’ él solo!, nadie más se va a meter allá. Por
eso es que lo pone, cuando lo ve que ya viene ¡tan!, lo guinda… ¿Por qué hacen
eso? Porque esa es la enseñanza que le dan desde allá, porque hay mujeres que
hay que estarles diciendo las cosas: “mire que ya llegó tu marido andá ponele la
comida”, esa costumbre hay que ponérsela desde un principio, poner el agua pa’
lavarse las manos, eso es una costumbre que le enseñan ahí y ella se mantiene
con esa costumbre tradicional, entonces ¿por qué esas muchachas eran tan
queridas anteriormente?, ¿por qué el marido las quería tanto anteriormente?,
¿por qué la suegra lo quería tanto?, ¿por qué la cuñada la quería tanto?,
porque cuando ella salía a buscar leña, le traía leña a la suegra, que cuando
salía a buscar agua le traía una porrita de agua para bañar la suegra, entonces
eso era lo más querido que había, porque eso es una costumbre que se lo
enseñan desde allá mismo del encerramiento. Eso no es que se lo enseñaron
afuera, no, fue en el encerramiento, ahí le dan instrucciones de muchas cosas,
de muchas cosas importantes. Valorar lo que tiene, porque ahí le enseñan a
hacer una mochilona grande, ¿para qué?, es para guardar digamos el collar, lo
que es la esmeralda, lo que es la tuma, todo eso tiene que guardarlo en una
mochila, ahí está metido junto con la ropa, pero eso lo tiene ahí dentro de otra
mochilita. Entonces, ahí está la contra también, la contra del hombre y la contra
de la mujer, porque tiene contra para la cría, contra para el enemigo, para la
calumnia, todo eso lo tienen ellos ahí, dentro de esa mochila”31
31 Cacique Oscar Uriana, 03 de septiembre de 2014.
Centro de Investigaciones y Estudios Etnográficos
“Hablándole de como era antes, el contexto histórico. Cuando la niña se
desarrollaba, la primera que tenía contacto con ella era mamá y ella se la lo
comunicaba a las abuelas. Tiene relevancia para la cultura, porque es
una consagración ya de ser mujer. A partir de eso ya la aíslan, hay un
aislamiento, la desconectan digamos del ambiente exterior, se convierte ya en
un ambiente interior dentro de un espacio adecuado, una casa bien adecuada y
que inicia desde su encerramiento hasta durar cinco años, ese era el periodo
antiguo. A veces iban de un año, otros dos o tres, pero la mayoría eran de 5 años.
Las muchas durante esos 5 años ya están preparadas, hay dos personas que
asisten durante 5 años, de dotarla de conocimiento, de técnicas, de sabiduría,
espiritualidad propia, la relación que se va a enfrentar en el mundo nuevo, porque
para ellas ya es un mundo nuevo de iniciar nuevamente una etapa de vida.
Entonces dentro de ese cumulo de conocimiento en esos 5 años está el tema
del matrimonio. Usted sabe que existen clanes, Epiayú, Uriana… cada clan se
conoce, cada clan tiene sus sabios, cada quien tiene sus desperfectos, cada
quien tiene su parte favorable y otros desfavorable, entonces los sabios, en ese
capítulo del tema del matrimonio, la muchacha durante esos 5 años le
introdujeron y le hicieron saber que el tema del matrimonio es un tema
de responsabilidad sobre todo de las mujeres porque son las que procrean y las
que generan. Le hacen saber su responsabilidad y le recomiendan que su
esposo debe ser proveniente de “tal” clan, porque ese es compatible con los
objetivos del clan. Cada clan no es compatible. Por eso es que los matrimonios
antiguos duraban desde iniciarse hasta la muerte de cada persona, ahora no. La
etapa de los 5 años la denominan uramía, uramía es una muchacha muy
consagrada. El aislamiento incluye que no puedan verla, sus salidas se producen
en las horas de la noche, puede salir únicamente para bañarse pero a la
media noche. Eso también consiste en que también tienen que hacerle una
inducción del calendario, el calendario es el espacio, el calendario de los Wayúu
es el espacio, la estrella ‘tal’ tiene tres rutas… eso hace parte también de una
ilustración dentro del cúmulo de conocimiento. Además maneja el calendario y
también el horario aproximado. Los baños hacen parte de eso también.”32
El Trueque
32 Maber Solano, clan Epiayú. 28 de agosto de 2014.
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
31
El intercambio de productos es tal vez una de las muestras más explícitas de reciprocidad.
Se habla aquí de cuando existe un intercambio directo sin que exista una unidad de
intercambio que estandarice, como lo es el dinero. Debido a las diferencias de las
características geográficas del sur de la Guajira con el norte, existía anteriormente un
intercambio de bienes de consumo, debido a las diferencias en la fauna, las actividades
económicas, ya fueran la pesca o el pastoreo, así como las actividades agrícolas. Y no sólo
eran productos los que se traían desde la alta Guajira hasta zonas más prósperas,
antiguamente, las sequías impulsaban a que la gente de la media y alta guajira dejaran sus
niños pequeños en la baja guajira. Esto debido a que existen mejores condiciones
climáticas y geográficas para sobrevivir en el sur de la guajira. Esa es una de las razones
para que haya mezcla de apellidos y clanes en el territorio del sur, en suma a la colonización
llevaba a cabo para explotar la caña de azúcar, como se explicó en la introducción.
“El cazador traía un cuarto de cauquero para hacer trueque por maíz, ya no se
hace eso. Si no hay esta [señal de dinero], no da. Todo es por la plata ahora.
¡Cómo se ha cambiado esto en un momento! Los pescadores traían desde
Rioacha, hay animal que le dicen el chucho, tiene un rabo como de una rata pero
grande, inmenso ese animal. Y la saca de la maleta y ¡eso es sabrosísimo!, lo
traía de allá del cabo de la vela. De aquí llevaba un saco de mango, yuca, y
hacíamos el trueque, así permanecía esto. Como allá no se consigue el mango,
ni la yuca.”33
“Así era la vida de antes, Y así venían por ahí los Wayúu también. Muchos Wayúu
que venían a buscar maíz, traían sal, traían todas esas cositas de por ahí para
cambiarlas por maíz acá, a la provincia.”34
Solidaridad
Eventos como la Yonna que se celebra tras un encierro, o un funeral, son muestras aun
latentes de reciprocidad. A pesar de que los anfitriones ofrezcan a los invitados bienes como
chivos, éstos también aportan en estas situaciones. Por ejemplo en el caso de los entierros,
las personas que llegan, traen chivos, comida, implementos de cocina, en el peor de los
33 José Julián Solano, clan Ipuana. 06 de septiembre de 2014. 34 Ramón Ramírez, indígena proveniente de Hato Nuevo. 06 de septiembre de 2014.
Centro de Investigaciones y Estudios Etnográficos
casos, quien no tenga qué ofrecer aporta un viaje de leña, que es de fácil acceso. El dolor
se comparte, los invitados guindan sus chinchorros y acompañan a la familia en su duelo.
Existen también otras muestras de reciprocidad, como el intercambio de regalos con otros
Wayúu que provengan de zonas lejanas.
“La gente es muy solidaria, si hay enfermedad se reúnen todo, en un velorio se
hace un corral grande y cada familia le trae un animal. De ese animal le sacan
lo que trajo, lo guarda y tome, le dan verdura, a veces le dan el trago también
para los que les gusta el chirinche, cuelgan su chinchorro y comparten el dolor
entre todos. El doliente da vueltas y ve si hay una atención bien integral. Que no
haya nadie apartado, todo en igualdad. Así es la costumbre nuestra en el
velorio.”35
Pagamento
Un pagamento consiste básicamente en dejar algo a la naturaleza en señal de
agradecimiento por algo que ella ofrece para el bienestar de las personas. Esta es una
muestra más de reciprocidad. Por ejemplo en los nacimientos se solía hacer pagamento a
través de la placenta. Esta se enterraba en un sitio de determinadas características con la
finalidad de equilibrar el corazón del recién nacido a futuro. Es una práctica que empieza a
desaparecer en el sur de la Guajira, algunos indígenas encuentran en esto la causa para
que ‘los niños ahora anden desequilibrados’.
El piache tienen entre sus cualidades la de poder interpretar los sueños de las personas.
Un sueño en ocasiones, es producido por la intervención de espíritus y requiere la ofrenda
de un don, por ejemplo buscar un animal de tales o cuales características. Juan Pablo
Ipuana, hijo de una mujer piache explica que el espíritu actúa “igual que el médico, el
espíritu le dice: te voy a curar pero tú me das tal cosa”. Al hablar acerca de su madre, quien
era piache, comentó que él carga una especie de amuleto, el cual encierra un poder
mágico, y es secreto su contenido. Lo heredó de un tío abuelo materno (pasó a su madre,
luego a él) y sobre el futuro del mismo, manifiesta que será para su sobrino, matrilineal (es
decir el hijo de su hermana), para el “más pegado”, es decir el que más comparte con él.
Este tipo de dones tiene una relevancia significativa debido a su prolongación en el tiempo.
35 José Julián Solano, clan Ipuana. 27 de agosto de 2014.
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
33
“Usted sabe que uno conserva lo que le dan”, por tal motivo este tipo de regalos (collares,
joyas) tienen un significado distinto a los animales, pues los últimos o bien serán
redistribuidos o serán a fin de cuentas para consumo.
Matrimonio
Ya se han hecho algunas consideraciones sobre el matrimonio y cómo este ejemplifica la
redistribución y circulación de bienes del sistema normativo. A continuación, los mismos
indígenas Wayúu explican las alianzas a las que conlleva el matrimonio, así como la
obligación de reciprocidad que se genera.
El valor de la dote es tasado por la familia de la mujer. La familia puede pedir por lo que
tiene, es decir si una familia pide cien chivos, es porque es poseedora de tal cantidad de
animales. Así, a mayor riqueza de la familia de la mujer, mayor será el valor de la dote.
Anteriormente, el pago del matrimonio era para el apushi o familia matrilineal, con excepción
de la dote recibida por la hija primogénita. Si la familia es de prestigio y el valor de la dote
es elevado, así mismo quien la paga se convertirá en destinatario de las propiedades de la
mujer, pues ésta va con sus pertenecías a vivir con el nuevo esposo. El hombre no paga
por la mujer sino por el derecho de “asociarse” a tal familia, se paga el derecho a casarse.
“El pago de la mayor es para la familia paterna, ¿por qué?, porque ellos fueron
los que dieron para el pago de la mamá de esa muchacha. Es una retribución
porque ellos fueron a pedir colaboración a toda su familia36, lo que llaman
omnawa, así cuando es la mayor que se casa, es para la familia paterna. De la
segunda para acá le corresponde a la familia materna, pero eso de ahí tiene que
darle al tío, tiene que darle a la tía, a la abuela. O sea eso se va
distribuyendo. Cuando le va a pedir la mano, o sea es como para ingresar a esa
familia… Más o menos es así entonces por pedir la mano de una muchacha tiene
que pagar, eso es una falta, porque tiene que dirigirse a esas personas mayores.
Eso es una falta, tiene que pagar eso para que no haya ningún problema porque
si entra así de una es una persona que no va a servir, que no va a valorar a la
muchacha, porque todo eso es con respeto. Creo que usted hasta en ley arijuna
tiene que buscar un espacio para pedir la mano. Entonces eso es así, por eso
36 Se observa aquí otro eslabón de la red de reciprocidad. La dote que se ofrece por una mujer, será reciprocada generacionalmente y por parte de otro segmento social.
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tiene que hacer un reconocimiento por el primer paso que va hacer [cuando va a
pedir la mano], el segundo ya cuando se va a unir la pareja tiene que pagar lo
que en sí es el dote, bueno le piden cuanto se pide en collares, chivos vacas, lo
que pidan tienen que darlo, entonces al reunir eso, la colaboración entre la familia
–el omnawa- y no alcanza, tu sabes que todo está difícil, entonces supongamos
dice 20 vacas, tiene que dar la mitad 10 o 15, que se acerque, pero si piden 10
vacas ¿y sólo 2 vacas?, no, eso es una falta de respeto. Tiene que ser de la
mitad hacia arriba, mirar al menos el 80, 90 por ciento, puede ser del
cincuenta para arriba pero no para abajo. Entonces ya cuando la muchacha
queda embarazada y va a dar a luz, va a tener un nuevo bebé, entonces por el
sufrimiento, entonces le llevan chivo [a familia de la mujer] eso es a conciencia
del muchacho, ahí no se pide. Entonces comienzan a tomar, hacer comida, esa
es como una parte ritual. Hay otros que se llevan la muchacha y van por el
chinchorro y las cosas, pa’ modo de sacar de esa casa donde vive la muchacha
tiene que dar una parte de dote también. Tiene que, supongamos bueno vamos a
dar 5 chivos y un porro de chirinche pa’ ir a buscar el chinchorro. No se puede
“ah esto es lo mío lo tengo que sacar”, para recoger la ropa, el chinchorro, para
llevárselo a esa nueva casa”37
Para el Wayúu, por lo menos hoy en día, el pago de la dote no significa la compra de la
mujer, y manifiestan, es algo que los arijuna no han entendido bien. Reconocen en todo
caso que es debido a la dificultad del Wayúu para explicar el significado de la dote y del
arijuna para entenderlo. El asunto es que el dote no tiene sentido de intercambio por la
mujer, sino más bien una muestra de respeto a la familia de la mujer para tener aceptación
en la misma. ‘genera amistad’, quiere decir que el hombre valoró la entrada a la familia de
la novia.
En los casos de infidelidad, la familia de la mujer debe regresar la mitad de los animales
que hayan sido dados como parte de la dote:
“Cuando la muchacha deja al hombre, entonces cuando se casa con el otro,
vuelve la mitad de los animales que uno había dado, por la ayudanza que hizo
ella con el hombre, por eso es que no se devuelven los animales todos. Tiene
que: mitad para ella mitad por ella, mitad pal hombre otra vez… Así como que
me pasó a mí, con la primera señora que yo tuve, como yo puse 10 hijos con ella
37 Profesora Yesenia, Etnoeducadora del Centro Educativo Bangañita del resguardo Mayabangloma.
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
35
entonces le dije al patrón: “oiga patrón yo quiero que usted me devuelva mis
animales porque la mujer esa se comprometió con otro fulano”, entonces me dijo:
“bueno suba Alberto y vamos y arreglamos allá en la casa”. Entonces cuando la
mujer me dijo: “oiga Alberto, mucho lucho yo contigo, ya mucho quedo con mis
hijos”. Ya me quedo yo ahí, tuve que dejarla con los hijos y tal.”38
Una forma de entender las ventajas de un sistema que genera obligación de reciprocidad
es entender lo que ocurre cuando no existe tal obligación, o cuando existe ausencia de
reciprocidad. Se puede ejemplificar mediante el caso de una mujer que no fue criada en el
territorio de los Wayúu a pesar de ser descendiente de una mujer perteneciente a la etnia.
Vivió por muchos años en Venezuela y se casó con una persona oriunda de allí, por tal
motivo no hubo pago de dote por el matrimonio. Ya que para los Wayúu el valor que se
paga con la dote “es el mismo valor de usted”, es decir de quien será el esposo, “cuando
no hay ese acuerdo, no hay valor en el matrimonio, no es apreciado”. El esposo de la mujer
ejercía maltrato sobre ella. Al ocurrir tal situación (y ya vivían en el resguardo de
Mayabangloma), la mujer acudió a su tío para solicitarle apoyo. Este se negó, diciendo
que nada podría hacer, teniendo en cuenta que no hubo pago de dote en su unión. ‘si
hubiera hecho las cosas en el orden de la cultura, no me habría pasado eso’, manifiesta la
mujer.
Así mismo, se puede ver ausencia de amarajirawa (reciprocidad) en los casos en que no
hubo redistribución de los bienes. Entonces se genera una ruptura en la red de reciprocidad.
Si no hay don, no habrá reciprocidad. Siempre se espera que al recibirse un pago, bien sea
por compensación o la dote de un matrimonio, éste sea repartido. De lo contrario es una
desavenencia al don.
“Como el tío recibe cuando se casan las hembras, él es el que recibe. Un
reconocimiento que dieron a la hija mía eso se repartió, ahí se repartió entre la
familia de ella, al señor ese que es Uriana, y a mi papá, él también recibió. Qué
pasa, que se reparte y el día que se casa un hijo varón propio se puede ir a pedir
colaboración y ellos responden porque ya recibieron hace rato. Es eso, uno
va sembrando y el día que le toca va recogiendo, por eso es que se salva uno
en esa parte, el que recibe en sus bolsillos sólo, ahí si sufre cuando se casa [un
hijo]. Eso le pasó a un tío mío hace años, yo he escuchado que le pagaron las
38 Alberto Epiayú. 26 de Agosto de 2014
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hembras, le pagaron bien eso y él recibió eso sólo. A lo que le tocó a los varones
[casarse] ¡ahí si hay familia! Buscó la familia, me llegó una vez en la
madrugada, yo le dejé que hablara y dijo todo pidiendo colaboración: “que fulano
trajo una hembrita por ahí”, yo le dije: “eso está muy bien pero ¿dónde está lo
que te tocó recibir de las hembras aquella vez?” Ahí si le respondí yo así: “ahí si
hay familia cuando son los varones”, le dije yo así. Y así se murió, resentido por
esa palabra porque le dije así, y es la verdad, nada más viene a uno cuando se
casan los varones. Y todavía está sucediendo, después, hay problemas que los
arreglan cuando está sucediendo bien se quedan cayados cuando reciben
también [pago de compensación], y entonces cuando a uno le toca decir la
verdad a ellos están apurados, “¿oye y aquello por qué lo recibiste sólo?”, así hay
familias, que uno les espera con eso. Bien está que la unión hace la fuerza como
dice uno y eso le ayuda a uno bastante.”39
Esquema de reciprocidad.
Para explicar el sistema normativo Wayúu se puede hacer énfasis en las tres líneas
estructurales que fueron analizadas. Se habla de un sistema de compensación
segmentario, donde se redistribuyen y circulan los bienes dados en compensación y que
genera obligaciones de reciprocidad tanto sincrónica como diacrónica dentro de los mismos
segmentos.
El primer momento en un proceso de compensación es el envío de la palabra. Ésta es
enviada en principio por los representantes o autoridades de la familia ofendida. El
putchipü’ü llevará y traerá la palabra varias veces hasta que se llegue a un acuerdo en la
tasación de la compensación.
39 Pedro Uauriyú, 24 de agosto de 2014.
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
37
Esquema 1: Flujo de la palabra.
Posteriormente a la tasación del monto. Los representantes de la familia o el segmento al
cual pertenece quien cometió la falta, procede a realizar la colecta con las personas de su
segmento y de ser necesario se acudirá a solicitar colaboración a las amistades de la
familia. Una vez terminada la colecta, se procede a efectuar el pago de la falta ante las
autoridades del segmento al cual pertenece el o los individuos víctimas de la falta. Una vez
terminado el pago, estas autoridades proceden a distribuir los bienes recibidos entre su
mismo segmento, e incluso a amigos si es que se tiene obligación de reciprocidad con ellos,
o si no para generarla.
Centro de Investigaciones y Estudios Etnográficos
Esquema 2: Redistribución de bienes y obligación de reciprocidad.
En el esquema 2 se representa por medio de las líneas negras el flujo de los bienes. Éstos
son colectados por las autoridades familiares que representan el individuo que ha cometido
la falta. Son entregadas a los representantes de la familia ofendida, quienes proceden a
redistribuirlo en su propio segmento. Las líneas verdes muestran la obligación de
reciprocidad que se genera a partir de tal don. En el caso del segmento A, se genera
obligación de reciprocidad desde el individuo que cometió la falta y los representantes de
su familia hacia los integrantes de su segmento por haber contribuido en la colecta. En el
segmento B, se genera obligación de reciprocidad desde aquellos a quienes les fueron
repartidos los bienes hacia aquellos que los repartieron.
Al hablar de redes de reciprocidad, se hace referencia a que los individuos y familias a los
cuales se les genera obligación de reciprocar, al mismo tiempo tienen amistades o
familiares que se encuentran en deuda por algún otro pago que se haya realizado. Es
probable que en ocasiones no se vea un movimiento recíproco directamente desde las
personas a las que se les ha colaborado. En este caso la reciprocidad es colectiva, es decir,
al ayudar en una colecta no se espera que directamente esa persona ejerza reciprocidad
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
39
cuando se necesite, pero sí se genera una dinámica colectiva donde la persona que
colabora en la colecta sabe que cuando llegue su momento, las personas de su familia o
su casta brindarán la colaboración.
Estado actual del sistema normativo Wayúu
A pesar de mantenerse las líneas estructurales del sistema normativo, los cambios
culturales a los que se ha sometido la etnia, por lo menos en el sur de la Guajira, han
cambiado las expresiones del don y la reciprocidad, los tipos de faltas que se pueden
cobrar, los destinatarios de la redistribución, la tasación de los cobros y algunos elementos
simbólicos.
Una situación que ocurre desde la conformación de cabildos para el manejo de recursos,
es que no siempre coinciden las autoridades tradicionales con los líderes o autoridades
administrativas o que ejercen representación ante el Estado. Algunos indígenas identifican
esto como un problema para el sistema normativo en la medida que las nuevas
generaciones suelen acudir a las autoridades administrativas y termina solapándose su rol
con el que ejercían anteriormente los araldayu, o autoridades tradicionales, los mayores.
Respecto a las prohibiciones alimenticias que se daban anteriormente han empezado a
cesar. Por ejemplo la dieta estricta que se llevaba durante el encierro. Empezando por
la duración de la dieta. Anteriormente era entre uno a varios años, hoy en día dura en el
mejor de los casos un par de meses. Hay encierros que duran tan sólo los días que dura el
periodo de la mujer. Es un lugar común la intromisión del arijuna en las costumbres del
Wayúu. Muchos padres arijuna que se han casado con mujeres Wayúu no permiten que se
lleve a cabo el encierro como se hacía de manera tradicional, debido a que no entienden la
importancia de éste en tanto educación propia sino más bien es percibido como un maltrato
para la niña.
Los procesos de aprendizaje en el marco de una educación institucionalizada en ocasiones
no tienen en cuenta las características locales de las comunidades. Por ejemplo en el
resguardo de Mayabangloma existe un centro de aprendizaje infantil del ICBF, los
contenidos que allí se dictan y la lengua utilizada no contribuyen a fortalecer la
Centro de Investigaciones y Estudios Etnográficos
identidad indígena. No se da en wayuunaike y no se contó con la participación de las
comunidades en la formulación de los contenidos. Desde muy pequeños se ven reducidos
los espacios de educación propia, pues los niños asisten al jardín del programa “de 0 a
siempre” en la primera infancia, así los espacios de educación propia como en el pastoreo
o el acompañamiento a los padres en las actividades cotidianas van siendo reemplazados
cada vez desde más temprana edad por la educación institucionalizada. Entre
las indiscreciones llevadas a cabo, según manifiestan algunos indígenas, está por ejemplo
el hecho de que el ICBF prohíba ciertas formas de castigo. Así como la ausencia de claridad
en la diferencia entre trabajo y explotación infantil, en la medida que el primero hace parte
de un proceso de educación propia. Respecto al trabajo como forma de educación propia:
“Es un proceso que se va dando y el niño va a prender muchas cosas, por
ejemplo, va a conocer el niño el territorio, va a conocer los sitios sagrados, qué
horario debe pastorear, las frutas silvestres y su época, las plantas medicinales,
va a conocer la cacería, todo el tema de la cacería, aprende a buscar la miel,
eso sí con responsabilidad, era como más conservacionista, no iba a acabar
[las especies] con eso sino que era con ciertas reglas. Era por temporadas,
habían muchos animales de caza, por ejemplo el conejo en un tiempo, el zaino
otro, la paloma otro, la iguana otro, así sucesivamente, incluso el mismo
morrocón. Son tiempos diferentes y que va variando la cosa. Entonces los niños
aprendían todo ese cumulo de conocimiento y además de eso y una perspectiva
del entorno y del territorio más amplio. Ese era el tema de la educación. Y ese
era como el principio de ser responsable a futuro, cuando fuere una persona
adulta tendría que responder ante la sociedad. Y cuando adulto será reconocido
por ser una persona responsable y distinguida en esa parte de cumplir todos
esos requisitos. Ese era como el tema de la educación, y así la cultura, cuando
un niño pastoreaba sabía qué significado tenía el pastoreo no era solo por ver
los chivos sino a futuro también cuando iba a tener su esposa iba a responder
con esos mismos chivos y después iba a seguir su generación, esa era la
cadena. Por eso el principio de impartirles, y por eso no lo consideramos como
un trabajo forzoso, teniendo en cuenta lo que establece la ley infantil y el código
de infancia y adolescentes. Entonces ellos vienen aquí imagínese quién les
dicta la cátedra en los centros educativos, es el mismo Estado. Y ahí entra
digamos la contradicción, hay una malinterpretación del trabajo en los niños.”40
40 Maber Solano, clan Epiayú. 03 de septiembre de 2014.
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
41
Al respecto, anteriormente se requería más de la presencia de pastores cuidando los
rebaños, pues abundaban animales de presa que podían mermar el número de animales.
Así mismo, solía consumirse más leche de caprinos, hoy en día prevalecen los lácteos de
bovinos.
Hoy en día es recurrente encontrar en el discurso de los y las jóvenes una concepción sobre
el matrimonio que difiere de la de los mayores. Algunos jóvenes insisten en la premisa de
que la mujer no es un bien de compra, y se vive una especie de conflicto epistemológico
con los mayores quienes intentan trasmitir el significado de la dote que ha sido tratado a lo
largo de este documento. Es grande el número de familias que han optado por omitir el
cobro de la dote desde que los jóvenes se comprometan a “comprarle sus cosas y hacerle
la casa” a la mujer. Ese concepto desconoce el hecho de la colecta, no es probable que
una familia realice una colecta para construir la casa a una pareja, como sí lo es para el
caso del pago de una dote. Esa situación genera que se rompan las redes de reciprocidad,
y todo lo que trae consigo: la circulación de bienes simbólicos como los collares, la
redistribución de bienes, y al quebrantar las obligaciones de reciprocidad se está
quebrantando la cohesión social.
La presencia de agentes externos en el territorio ha provocado que se dé enamoramiento
entre personas wayúu con arijunas. Es común encontrar en la nueva generación, niños
cuyos padres son militares, guerrilleros, paramilitares, trabajadores de proyectos privados
o estatales que se adelantan en el territorio. A pesar de esto, insisten algunos mayores que
resulta irónico que el arijuna exponga menos inconvenientes en realizar el pago de la dote
que algunos jóvenes Wayúu.
La tasación tanto de las compensaciones como de la dote está dejando de hacerse en
animales y collares y cada vez tiene mayor prelación el uso del dinero. Cuando el pago es
en dinero, primero es más sencillo de esconder, así que se facilita guardarlo para sí mismo
y no realizar redistribución. Caso contrario ocurre con los animales, pues la comunidad
fácilmente se da cuenta que el rebaño ha aumentado. Algunos relatos apuntan a que las
compensaciones en dinero rara vez son repartidas. Se rompe entonces la red de don que
genera reciprocidad.
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Las compensaciones y el pago de la dote anteriormente tenían un componente muy fuerte
sobre quiénes serían los destinatarios de la distribución. Siendo en la mayoría de faltas
tipificadas por Perafán (1995) para el apushi. Una característica era que las herencias se
daban por la línea de sangre, la matrilineal, es decir se heredaba a los sobrinos hijos de
las hermanas. En el sur de la Guajira hoy en día no funciona de esa manera. A pesar de la
fuerte influencia que tienen los tíos en su papel de representatividad y consejería, son los
padres los que cada vez adquieren más el papel de responder por sus hijos en las faltas
que ameriten pago, así como en la consecución de la dote. Esto se relaciona directamente
con el hecho de que ya no se quiera heredar a los sobrinos sino directamente a los hijos.
Del mismo modo, la distribución de los bienes se lleva a cabo ya no únicamente en el apushi
sino en ambas líneas de parentesco. A pesar de que cambie el segmento, se sigue
reproduciendo una red de reciprocidad. No se debe olvidar que los cambios como el uso
del dinero pueden constituir una afrenta a la generación de reciprocidades.
“Eso era antes, que anteriormente se moría un tío y que tenía derecho a la
herencia eran los sobrinos, antes, de pronto en la época de mi papá. Porque vi
que un tío de mi papá se murió y el dejó un testamento. Había un testamento de
una tierra que quedaba por allá, le dijo “tome sobrino, el día que yo me muera,
eso no le corresponde a mis hijos, sino a usted”, le dijo a mi papá, pero en la
época de mi papá. Y resulta que a los hijos no les entregó nada. Entonces vino
mi papá, tomo conciencia y dijo: “no yo que voy a hacer con un poco de tierra
allá yo ya tengo la mía, mejor se lo entrego a los hijos”, y él entregó el testamento
a los hijos del tío de él. Pero hoy en día no, la herencia queda para los hijos, no
los sobrinos.”41
Desde el mismo hecho de pensar que la herencia ya no es para los sobrinos matrilineales,
se reconfigura la forma en que se piensa el matrilinaje, así las cosas, los pagos por faltas
y dotes ya no son únicamente para el apushi sino también para oupayú. A pesar de que
cambia la forma de redistribución, que tenía un significado simbólico de sangre y demás
(apushi, oupayú), aún se conserva una red de reciprocidad.
41 Profesora Yesenia, Etnoeducadora del Centro Educativo Bangañita del resguardo Mayabangloma.
Líneas estructurales del Sistema Normativo Wayúu.
43
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