Epigrimas (Limpio)
Transcript of Epigrimas (Limpio)
seudónimo: Hetera
Epi: del griego “en”, “sobre”
Grima: desazón, disgusto, rabia, sensación desagradable
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Si leyeres o no leyeres, igual,
que las ninfas pues numen no hay aquí
en su bacanal te acojan.
Vocatio ad cenam
Cenarás a lo grande mi Sulpicia:
en mi casa te espero con jazmines.
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Con varitas de incienso y muchas velas
te brindaré confort sin miramientos.
Seré el chef, el mesero y tu anfitrión
con un menú de gala para honrarte.
Mi receta privada de entremeses,
pan, salmón, vino terso y magno postre.
Al final un perfume voy a ungirte,
masajes a los pies y… no respondo.
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Denominación de origen
La codicia del tabernero Incróspito,
lo ha convertido en hábil milagrero:
puede estirar un ánfora de vino
y trocarla en veinte de agua.
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Pedĕre artis
Es popular la anomalía de nuestros senadores,
Gárrulo,
en la vastedad de la república.
Dinámicas mandíbulas de efecto soporífero.
Al hablar exhalan flatulencias,
al peerse expelen articulada jerigonza de
pujidos.
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Xenia 2
(Pobreza)
No tengo dinero, Sulpicia.
Poseo tan solo las flores
que te ofrendo como un detalle
onomástico. ¿Me las compras?
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alineado con...]
no fueron propicios y mintieron
sobre mi suerte en campaña:
herido en el combate.
Que te cornee un toro o te envenene el
escorpión.
Por lo menos que el cangrejo te pellizque entre
las ingles.
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Xenia 3
(Dádivas)
Me pides que no te envíe
mis regalos, cruel Sulpicia,
acompañados de versos
porque te parecen nimios
(los versos no los obsequios).
Fiel a lo que te conviene,
siempre eliges lo prosaico
en vez de mis rollos épicos
que son como los de Homero.
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Magna moralia
Lo que herido he admirado, cruel Sulpicia,
de tu ebúrnea, lozana y dulce piel,
ha sido su metódica constancia,
porque siempre en mi ausencia me es infiel.
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Cirugía estética
Te han metido cuchillo en el abdomen
y la grasa, Sulpicia, que albergaba,
la injertaron cual rúbrica adiposa
para moldear tus firmes nuevas nalgas.
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Salón de belleza
En manos de las ninfas que acicalan tus rizos,
malgastas tiempo y dracmas con revistas de moda,
calibrando una dieta y un nuevo maquillaje.
¿Eso es vivir, Sulpicia? ¿Esclava de tu cutis?
Joven eres y sobran en tu faz los menjurjes.
Despilfarra otra cosa: tu cuerpo y tus caricias,
que habemos en la calle mendicantes de besos
raudos por consumir tus bocales migajas.
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Pasmarote
Eres tan distraída, Sulpicia, que todo lo dejas
abierto.
El grifo, la puerta, los cajones, los frascos,
las preguntas, los paréntesis,
las posibilidades.
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Las piernas.
Espíritu deportivo
Admiras, Sulpicia, a un atleta
que tiene músculos de mármol,
sonrisa como un firmamento,
un vasto club de admiradoras
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y un gran contrato millonario
con una marca prestigiosa
de ropa interior masculina
que te excita en los comerciales.
¿Que son celos o hiel de envidia?
Se ve cuán poco me conoces:
yo no soy de pasiones tibias.
Lo mío es odio destilado
con alto grado de pureza.
Cicuta para los campeones.
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Culto
Piensa que es un homenaje mi solitaria liturgia:
mi carne blandiendo a solas y mi simiente que
bulle.
Pulsátiles llamaradas, áspero licor lechoso
que recibe en el vacío tu inmaterial impostora.
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Contribuyente
Tal es tu negocio, Solón, pastor de esclavas.
Proxeneta de tarifadas mozas
para menguar concupiscentes gulas.
Puntual con tu gravamen,
tu operación es primordial
para la derrama económica de las polis.
Y otros derramamientos.
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Ágape
Cuán salaz es el éxito pero más tu fracaso:
alzo mi copa y brindo por tus hados adversos.
Perdóname, Sulpicia, que pregone y festeje
tu ruptura amorosa con Sátiro el borracho,
y que aparte celebre mi rotunda conquista
de la ninfa internauta que modela en bikini
con venéreas posturas enfrente de la cámara.
Por ti caí en la dulce red del cibertinaje.
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Sala de operaciones
En el quirófano con Hipócrates y Galeno
(pese a la diferencia de centurias),
me anestesian con beleño y mandrágora.
Buscan el origen de mi padecimiento.
Lo extirpan con soplete.
La intervención es todo un éxito.
Mas Amor rima con Tumor,
y regenera.
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El trabajo número 13 de Heracles
El corazón, cuanto más lleno,
más fácil de cargar.
La cabeza, cuanto más hueca, más pesada.
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Homérida
¿Homero? Me suena. Sí,
creo haber ojeado una de sus epopeyitas.
¿Que ayer lo vio firmando autógrafos
en medio de una devota multitud
y declinando entrevistas?
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¡Bah! Artimañas publicitarias.
¿Novena edición? ¡Vaya!
En fin. No creo que su fama permanezca.
Homérida 2
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Si los distintos episodios son obra de uno solo.
Si son pasajes compilados por gramáticos,
¿en qué afecta tu disfrute, Plagiomedes?
La gesta es sublime, tu necedad, épica.
Incluso tú remiendas tus historias con ajenas
frases.
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Diván del psicoanalista
Soñé que era Homero.
Hablaba en hexámetros impolutos
y podía leer braille
con el pene.
¿Cuál es su diagnóstico, doctor?
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La Guerra de Trojan
No podré complacerte, mi Helena,
aunque insistas en riesgos venéreos:
nunca usé la capucha de látex
y no pienso ponérmela ahora.
No me arguyas ni cruces las piernas,
soy un hombre de sano organismo
y además hasta Zeus lo sostiene
esa elástica funda degrada
nuestro bélica miel del fornicio.
Sentiríase igual al besarte
cual a plástica faz de muñeca.
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Travesti
Da fe el grácil Hermafrodito
vasta práctica lo avala
que las mujeres son mejores que los hombres,
pero es mejor ser hombre.
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Chicas modernas
Mis amigas no quieren flores,
tampoco gustan de los versos.
No buscan ser las heroínas
de mis epopeyas urbanas
o mis mitologías tersas.
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Ellas son prácticas mujeres
con preferencia por los viajes,
el dinero acuñado en plástico,
el guardarropa y los convites
en restaurantes macedonios,
flechando a machos cabríos.
Movimiento feminista
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Sois, Erógena, baquiana de la falange feminista.
Buscáis ser tasada igual ante los varones:
por vuestro talento y belleza interna.
Denostáis a la muñeca Barbie y aniquiláis a la
muñeca Barbie
para después convertiros en un clon de la muñeca
Barbie.
Narciso
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Hoy como político,
Narciso, se ha magnificado tu defecto.
Como primor y gobernante
(en túnica fiusha),
tu único interés en la asamblea
es que la asamblea te admire.
Permites el saqueo del erario
a cambio de la adulación del consejo.
Los vítores de los magistrados
compran tu silencio ante lo ilícito.
Nada te importa más que tu puesto
en una celestial tramoya
donde ostentar
tu carita de agua cristalina.
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Afrodita
Pero es tan delicada:
los besos las hieren.
Inflaman sus venas
los roces más gentiles.
Aun los suspiros
erosionan su áurea piel invitante.
Su estigma dejan
las oblicuas miradas.
No sueñen con ella
que se desmorona.
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Cromosoma Y
Refieren, Narciso, que te vieron en la sala de
espera
del eximio médico Hipócrates mientras absorto,
leías el nuevo artículo de la tablilla
quincenal:
"Cuidado con la calvicie".
¿Verdad es que te ofreciste para un experimento
de intercambio celular contigo mismo
para salvarnos de la extinción?
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Besos
Niñas, fuerza es entregarse pródigamente
con besos cual muestras gratis,
besos promocionales.
(Prohibida su venta).
Darse en forma magnánima,
besar con labios gratuitos,
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nada de besos pichicatos,
no maquinales: espontáneos.
Moda
Recorriendo escaparates en pos de maniquíes,
comprando idénticas prendas,
los mismos géneros recargados,
idénticas fragancias
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(ninfas con análogo aroma).
Sandalias y diademas,
predecibles aliños
que compran todas.
¿Dónde está el estilo propio, Sulpicia?
¿Dónde esa fanfarrona individualidad
de que se jactan las mujeres
que siguen la moda
como cabritas?
Academia
De ser transgresor te envaneces
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al exaltar todos los vicios,
las epicúreas abyecciones.
Tu filosofía tramposa
que preconizas en la polis:
el culto a la inutilidad,
la fe y doctrina de la podre,
la estética hostil de la grima;
tiene abundantes seguidores.
Tantos, Hipocrítico Bato,
que ya me quedo sin amigos.
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Salve patricio
Cuán deplorable gusto tiene Bato,
los áureos brazaletes y las gemas
que como pavo real abigarrado
ostenta hasta en el culo y en las cejas,
dan cuenta de su espíritu cretino,
vulgar, que es lo que lo hace distinguido.
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Principios
Confía en la tutela de tu mente,
sé tú mismo tu credo y estandarte,
ten dudas en lo real y lo aparente
y deja que el Azar haga su parte.
Y aunque suene a tramposo silogismo
encuentra a Zeus partiendo de ti mismo.
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Contradictio
Sulpicia:
Desdeñas al que te procura,
persigues a quien se te niega.
A aquel que te requiebra, riñes
y te amistas del agresor.
Tan tolerante con el necio
e intransigente con el sabio.
Del arrogante eres devota
y antagonista del humilde.
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En el súmmum de la incongruencia:
tu repugnancia por Apolo
y tu bucólico romance
con el tullido y feo Hefesto.
Musa
No tengo
más tema
de chisme
que un nombre:
Sulpicia.
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Peroro,
pregunto,
contesto,
difamo,
discuto.
Sin ella,
un mudo
sería.
Tales de Mileto
El misterio que te distrajo
incluso hoy día mueve a burlas.
Dicen que fueron tus teoremas
o los geométricos portentos
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de las pirámides de Egipto.
O las cósmicas predicciones
de los eclipses inminentes.
La cosmología del agua:
esencia y germen de las cosas.
En los papiros de la Historia
no son muy claros al respecto.
Lo que se sabe es que tu criada,
por reír, hizo de las aguas
la vez que caíste en un pozo
mientras mirabas las estrellas
como si fueran pensamientos.
El cuadrado de los catetos
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Se mofan de ti, Pitágoras, de tus jueguitos
con las cifras (mística numérica, dirías);
de tu crisis existencial
ante la raíz cuadrada de 2. (Bicho salido
de tu propio teorema).
Mas no se ríen cuando en la cantina
los vences al billar,
gracias a tus proezas mentales
con los triángulos.
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Théano
La hermosa y sabia Théano a los números honra
tanto como a sí misma.
De entendimiento soberano, exacta resplandece.
La perfección de su belleza matemática
es símbolo de unidad.
Exáltanla los pitagóricos.
Su efigie se acuña con la cifra 1.
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La náyade en el metro
¿Por qué llamarla diosa si la divinidad
es incognoscible?
¿Por qué adorar sus turgencias
de ninfa, náyade o nereida
en yendo a la oficina?
Los presocráticos pasajeros callan.
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Diógenes y Alejandro
Al contemplar tus reinos conquistados, gran
adalid, pienso:
querer unir lo bárbaro y lo helénico,
es como un intento necio de aparear
una tarántula con una mariposa.
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Escolio
Dice el filósofo,
que lo feo es otro tipo de belleza,
como ese peculiar cariz que adquiere
la vanidad de ser humilde.
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la manzaneidad de la manzana,
ni aprecias la computareidad de la computadora,
¿cómo intentas fundar la escuela de la
Todoeidad?
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Negocio redondo
He sabido, Abstrúsides, que te has vuelto
marchante.
¿De qué, si no tienes ni espacio vacío
donde tus huesos dejar caer?
Como no sea del aire,
dividiéndolo geométricamente
para venderlo en parcelas.
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Reputación
Tienes, mi frívola Sulpicia,
un nombre feo como pocos
pero rauda cunde tu fama
pues tu destreza en la jodienda,
ofrece a esclavos y patricios
los más olímpicos deleites.
Tu nombre es popular conjuro:
"un ósculo para mi bálano".
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Pompeyana
Ya todos sabemos, Erógena,
de tu abolengo pompeyano.
Después de audaces contorsiones,
tras cobrar sudoroso óbolo
a clientes de babas espesas,
duermes en púdica postura
como párvula inofensiva.
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Esparcimiento
¿Qué ha de importarte, Rétor, lo que hagan con
su cuerpo
las traviesas heteras nativas de Pompeya?
¿Buscabas placer gratis y ante la negativa
te desquitas ahora con frases moralinas?
Hay formas de recreo que no tienen tarifa.
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Valga este racimo de dátiles que me recuerdan,
Erógena,
la confitura que hay en los gajos de tu boca.
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Retórica
Y dicen que el Rétor declaró en el simposio:
"El consejo más útil a seguir,
es no seguir los consejos inútiles".
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Unción
Pleitesía rindes, Erógena,
a un idolillo que parece de madera.
Tan religiosa eres que irrumas
el enhiesto venablo en entrepiernas.
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Xenia 5
(Canastita de higos)
Estos higos, Erógena, vienen de Pompeya.
Te los envío con ganas de añadir mi lengua.
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Nicho de mercado
Cesa, Rétor, de dar consejos
mediante rústicos axiomas
de filósofos timadores
que son un éxito de ventas.
[Sé feliz en tres simples pasos].
Plaga del infortunio ajeno,
son tu provecho los incautos;
presas de tu hueca facundia
los deslumbras con tu oráculo
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de superación personal.
Aviso clasificado
Se solicita joven filósofo epicúreo
para gira de pedicación pública.
Enviar foto trasera.
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Melifluo
Dices, Erógena, que mis requiebros
son como dátiles y membrillos
macerados en miel silvestre.
Yo entiendo "exquisitos"
cuando quieres decir "indigestos".
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Índole
Eres, Erógena, la copia fiel
de los elementos.
Acomodaticia como el agua,
impenetrable como la piedra,
inquieta como el fuego,
tornadiza como el aire.
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Cucufato
Te jactas, torpe Cástulo, de tu ausencia de
vicios.
Cual superior te eriges mirando desdeñoso
a las torvas bacantes y a crápulas reidores.
Ufano en tu pureza con tu arnés de virtudes,
machos y hembras te evitan porque eres un
insípido.
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Caso curioso, Fanatifonte, el de tu preceptor:
mercaba fórmulas para la bienaventuranza
y la perfecta convivencia humana.
Salió a ocho columnas en primera plana
por masacrar a su familia.
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Vida breve
Si tus riquezas son agobio
y los placeres te avejentan.
Si la fama es impertinente
como efímera la belleza,
¿por qué despilfarras el tiempo,
tu más preciado patrimonio?
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Solipsismo
Cual tirano de mí mismo, soy mi propio
comediante.
Esclavo de mis deseos y de mis cuitas, señor.
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Respetable público
Me saco de mí mismo,
me desdoblo y me anunció: bufón de mí.
Me presto mi careta, mi disfraz.
Me río de mis torpes contorsiones, muecas y
rutinas;
mas son vanas mis cabriolas.
Me arrojo frutas agusanadas, mientras pido telón
invito a la rechifla.
(Me devuelvo el dinero de la entrada).
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Vida breve 2
Alegrías postizas, penas imaginarias,
inútiles disputas, apócrifos deberes.
Un estéril empleo y una ambición absurda.
Con la mente marchita y el espíritu preso.
En tales menesteres se te evapora la vida.
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Mitología
Por tu belleza sobrehumana,
las diosas están en ti y tú en las diosas.
Infiel como Afrodita,
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tan irreflexiva como Atea,
llena de celos y vengativa como Hera,
caótica como Eris,
incestuosa como Mirra.
De lo mejorcito que hay en el barrio del Olimpo.
Grafiti
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Arqueología
En su ostentosa sepultura
descansa el cuerpo de Sulpicia,
rodeada de vasijas áureas
y prendas de magnos modistos,
bella aún con su cara bella,
momificada por el semen
de sus tantísimos amantes.
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