"Encuadernaciones bizantinas de la Biblioteca Universitaria de Salamanca", Handschriften- und...

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SERTA GRAECA Beiträge zur Erforschung griechischer Texte Herausgegeben von Klaus Alpers, Christian Brockmann, Dieter Harlfinger und Diether R. Reinsch BAND 30 WIESBADEN 2014 DR. LUDWIG REICHERT VERLAG

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SERTA GRAECABeiträge zur Erforschung griechischer Texte

Herausgegeben von

Klaus Alpers, Christian Brockmann,

Dieter Harlfinger und Diether R. Reinsch

BAND 30

WIESBADEN 2014DR. LUDWIG REICHERT VERLAG

WIESBADEN 2014DR. LUDWIG REICHERT VERLAG

herausgegeben von

Christian Brockmann, Daniel Deckers,

Lutz Koch und Stefano Valente

Handschriften- und

Textforschung heute

Zur Überlieferung der griechischen Literatur

Festschrift für Dieter Harlfinger aus Anlass seines 70. Geburtstages

Gedruckt auf säurefreiem Papier(alterungsbeständig – pH7, neutral)

© 2014 Dr. Ludwig Reichert Verlag Wiesbadenwww.reichert-verlag.de

ISBN 13: 978-3-95490-050-3Das Werk einschließlich aller seiner Teile ist urheberrechtlich geschützt.

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„Themenorientierte Informationsnetze“ zur Einrichtung des Teuchos-Zentrums für Handschriften- und Textforschung.

Encuadernaciones bizantinas de la Biblioteca Universitaria de Salamanca*

Teresa Martínez Manzano

El estudio de las encuadernaciones de los manuscritos tiene una doble utilidad, ya que, además de ayudar a conocer la técnica empleada por los artesanos medievales y renacen-tistas para vestir los libros, contribuye a delimitar la procedencia de los códices o su paso por determinadas localidades, en definitiva, su iter cultural. Por tratarse de un material especialmente expuesto a los daños físicos y por no haber sido suficientemente apreciado su valor artístico y cultural en épocas pasadas, buena parte de las encuadernaciones originales de los manuscritos griegos ha desaparecido. En este sentido es significativo el dato de que de los aproximadamente 4700 manuscritos griegos de la Biblioteca Vaticana, sólo 94 con-servan su encuadernación original bizantina.1

En aras de la uniformidad y de los criterios estéticos imperantes, las encuadernaciones originales presentes en grandes colecciones de manuscritos fueron sustituidas en muchas ocasiones por una encuadernación más moderna con el monograma o el escudo de armas del coleccionista que confería homogeneidad al conjunto de una biblioteca y a la vez la dotaba de una impronta característica. Ejemplos de este proceder los encontramos en las más importantes bibliotecas españolas con fondos griegos: los manuscritos griegos de Con-stantino Láscaris que se conservan en la Biblioteca Nacional recibieron la encuadernación típica de muchos de los libros de IV Duque de Uceda en cuero teñido de verde con deco-ración geométrica y vegetal de hierros dorados;2 un buen número de los manuscritos de Diego Hurtado de Mendoza fue mandado encuadernar por su propietario en Venecia, mien-tras otros códices suyos fueron reencuadernados a su llegada a El Escorial;3 los manuscritos

* Trabajo elaborado en el marco del Proyecto de Investigación FFI2009-10360. Esta contribución dedicada a las

encuadernaciones bizantinas que aparece en el volumen de homenaje al profesor Dieter Harlfinger quiere ser una modesta muestra de mi mayor admiración hacia él, recordando que fue el Prof. Harlfinger quien en muchos de sus trabajos subrayó la importancia para los estudios de transmisión textual del análisis de los aspectos externos del libro.

1 Paul Canart, Le legature bizantine della Biblioteca Vaticana, en: Carlo Federici y Konstantinos Houlis, Legature Bizantine Vaticane, Roma 1988: 9–11. A este exiguo corpus se añaden otras trece encuadernaciones bizantinas vaticanas que fueron reemplazadas en el s. XIX pero que se conservan todavía. Impulsoras en la elaboración del presente trabajo han sido las palabras de Mons. Canart en esa misma contribución (p. 11) que hacían referencia a la necesidad de extender el censo y el análisis de las encuadernaciones bizantinas a todos los manuscritos griegos conservados en el mundo.

2 Cf. José Maria Fernández Pomar, La colección de Uceda y los manuscritos griegos de Constantino Láscaris, en: Emerita 34 (1966): 211–288, en esp. 271 y 275–278; Gregorio de Andrés, Catálogo de los manuscritos de la biblioteca del Duque de Uceda, en: Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos 78 (1975): 5–40: 16.

3 Entre las encuadernaciones venecianas se distinguen dos: una combina los colores rojo y negro en las cubiertas y presenta en medio de ellas un medallón oval en dorado con figuras en relieve, mientras otra está realizada con una piel en diferentes tonos que se ha oscurecido hoy en día hasta el negro y con toda la superficie de la cubierta trabajada en frío. Los manuscritos de Mendoza encuadernados en El Escorial por obra de Pedro del Bosque tienen piel roja o castaña y una decoración muy escueta con el motivo de una parrilla sobre la que figura una corona. Cf. Charles Graux, Essai sur les origines du fonds grec de l’Escurial, Paris

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procedentes de los Colegios Mayores salmantinos recibieron durante su estancia en el Palacio Real de Madrid en el s. XIX una encuadernación en pasta española, con un jaspea-do que imita las vetas de la madera, que es la que les sigue protegiendo en la actualidad, de nuevo en Salamanca desde 1954.4

En este escenario de pérdida generalizada de las encuadernaciones originales bizantinas hay ciertamente, en las colecciones españolas, algunas excepciones, como es el caso del Escurialensis X II 11, que contiene una copia de Teodoreto de Ciro realizada en el s. IX, probablemente en el monasterio de San Juan de Estudio de Constantinopla, pero que fue reencuadernado en Creta en torno a 1517. En la actualidad conserva esta encuadernación cretense; o el del Matritensis 4729, con las Homilías de Basilio de Cesarea, copiado en el s. XI, pero revestido con una encuadernación bizantina del s. XIV. Un estudio reciente ha centrado su atención en éstas y otras encuadernaciones originales conservadas en la Biblio-teca de San Lorenzo de El Escorial y la Biblioteca Nacional, en total trece ejemplares, dos de la Nacional y once de El Escorial.5

Sin embargo, nadie hasta ahora ha reparado en el hecho de que el tercer fondo de manuscritos griegos más importante de España, el de la Biblioteca Universitaria de Sala-manca, conserva porcentualmente el mayor número de encuadernaciones bizantinas origi-nales: en concreto, de sus 91 códices griegos, ocho ejemplares preservan su encuadernación griega. Todos estos volúmenes tienen en común el haber pertenecido a la colección de Her-nán Núñez de Guzmán, el Pinciano (ca. 1473–1553), quien, al adquirirlos en Italia entre finales del s. XV y principios del XVI, se convirtió en precursor del coleccionismo de manuscritos griegos en España.6 Durante décadas los manuscritos griegos salmantinos habían quedado al margen de las investigaciones tanto de bizantinística como de paleogra-fía y codicología griegas,7 y sólo recientemente se les está dedicando la atención que me-

1880, citado aquí por la traducción española y actualización de Gregorio de Andrés, Los orígenes del fondo griego del Escorial, Madrid 1982: 240–242 y 256; Antony Hobson, Renaissance book collecting: Jean Grolier and Diego Hurtado de Mendoza, their books and binding, Cambridge 1999: 93–138.

4 Cf. Guy Beaujouan, Manuscrits scientifiques médiévaux de l´Université de Salamanque et de ses ‘Colegio Mayores’, Bordeaux 1952: 48. Responsable de encuadernación fue Santiago Martín (1775–1828), que realizó numerosos trabajos para la Real Librería, tanto en el reinado de Carlos IV como en el de Fernando VII. Él mismo dice haber sido elegido en 1803 por el P. Fernando Scío, encargado de la Real Biblioteca de Palacio, para la delicada encuadernación de la colección de manuscritos de los Colegios mayores salmantinos. Véase Matilde López Serrano, Los libreros encuadernadores de cámara, en: Arte español. Revista de la Sociedad Española de Amigos del Arte 14 (1942): 7–14.

5 Cf. Inmaculada Pérez Martín, Encuadernaciones bizantinas en los manuscritos griegos de España, en: The Book in Byzantium. Byzantine and Post-Byzantine Bookbinding. Ed. Niki Tsironi et al., Athenais 2008: 277–314; y ead., Lecturas de Bizancio. El legado escrito de Grecia en España, Madrid 2008: 46 y 52s. A las once encuadernaciones bizantinas escorialenses, la estudiosa española ha añadido la encuadernación gótica del Escur. R III 1. Hay que advertir, no obstante, que hemos localizado en El Escorial más encuadernaciones bizantinas que las señaladas por Pérez Martín. De ellas daremos cuenta en otro trabajo de próxima aparición.

6 Los ocho manuscritos que se tendrán aquí en consideración muestran en el margen inferior del primer folio que contiene el texto principal el exlibris de la Universidad de Salamanca con el que la institución académica salmantina marcó todos los libros que el Pinciano le había cedido para evitar que fuesen robados.

7 Tal olvido se constata asimismo en trabajos promovidos recientemente desde la propia Universidad de Sala-manca y centrados en la historia del libro. Así, el estudio de Elvira-Julieta Míguelez González, La encua-dernación artística de la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca. Estilos y técnicas, tesis doctoral, Salamanca 2009, no ha tomado en consideración ni una sola de las encuadernaciones de manuscritos griegos.

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recen. El examen de este modesto fondo pone de manifiesto que, también en lo relativo a las encuadernaciones bizantinas, los manuscritos del Pinciano ofrecen información relevan-te, ya que ayudan a completar el panorama sobre las encuadernaciones bizantinas conserva-das en la actualidad del que paulatinamente diversos trabajos va dando cuenta.

El primero en llamar la atención sobre la posibilidad de que el fondo griego salmantino conservase alguna encuadernación griega, y más concretamente cretense, fue Martin Wittek en su trabajo sobre el scriptorium del cretense Miguel Apostolio,8 aunque este estudioso no aportaba ningún dato concreto más allá de apuntar esta hipótesis. La publicación en 1963 del catálogo de los códices griegos del fondo antiguo de Antonio Tovar no supuso ningún avance en este sentido, ya que Tovar reconocía ignorar9 si manuscritos como los Salm. 15, 16 ó 17 – entre otros – conservaban la encuadernación original de la biblioteca del Pinciano o si, por el contrario, la que exhiben en la actualidad la habían recibido tras su ingreso en la Biblioteca de la Universidad de Salamanca después de la muerte del Pinciano y la donación de sus libros a esta institución académica.

La contribución de J. Signes sobre las encuadernaciones de los libros del Pinciano10 supuso una notable aportación en este aspecto, ya que este estudioso logró diferenciar en estas encuadernaciones tres grupos enteramente distintos: en primer lugar, libros con encua-dernación en piel vuelta sobre tablas costeada por la Universidad de Salamanca en 1556; en segundo lugar, libros con encuadernación en pergamino sobre cartón datable en los ss. XVII–XVIII; y, en tercer lugar, libros con la encuadernación original que exhibían en la biblioteca del Pinciano. Dentro de este tercer grupo, Signes proponía una subclasificación en varios apartados, uno de los cuales recibía la denominación „de cofia griega y cierre de lazos“ (p. 81) y estaría constituido esencialmente por siete manuscritos: los Salm. 15, 16, 17, 20, 48, 236 y 285. En realidad, aunque la agrupación ensayada por el bizantinista espa-ñol coloca algunos manuscritos fuera de lugar al no distinguir entre la encuadernación bi-zantina y la encuadernación ‘alla greca’11 e incurre en serios errores de apreciación – prin- 8 Martin Wittek, Manuscrits et codicologie. 4) Pour un étude du scriptorium de Michel Apóstoles et consortes,

in: Scriptorium 7 (1953): 274–297: 297. 9 Antonio Tovar, Catalogus Codicum Graecorum Universitatis Salamantinae, I. Collectio Universitatis Antiqua,

Salamanca 1963: 12. 10 Juan Signes Codoñer, en: Biblioteca y epistolario de Hernán Núñez de Guzmán (El Pinciano): una aproxima-

ción al humanismo español del s. XVI. Ed. Juan Signes Codoñer, Carmen Codoñer Merino y Arantxa Domin-go Malvadi, Madrid 2001: 77–99.

11 Es el caso del Salm. 48, un códice con los Erotémata de Manuel Crisoloras transcrito por el italiano Lianoro Lianori a mediados del s. XV que conserva en ambos planos restos de su encuadernación original, la cual ha sido en su mayor parte restaurada ‘alla greca’. Éste es un procedimiento habitual en el Renacimiento que consistía en imitar parcialmente la técnica de la encuadernación bizantina, en consonancia con la lengua griega en que estaba escrito el códice. Por tanto, la encuadernación de este manuscrito no debe confundirse con una encuadernación bizantina, con la que sólo comparte el lomo saliente en sus partes superior e inferior en lo que suele denominarse ‘cofia’. Un segundo manuscrito ubicado equivocadamente por Signes es el Salm. 66, con la traducción de Pier Candido Decembrio de la República de Platón, que no presenta cofia griega, sino una encuadernación típicamente occidental. Francisco Lisi y David Hernández de la Fuente, Hacia un nuevo catálogo de los manuscritos griegos de la Biblioteca Universitaria de Salamanca: algunos ejemplos (Salm. 9, 15, 16, 17), en: The Legacy of Bernard de Montfaucon: Three Hundred Years of Studies on Greek Handwriting. Proceedings of the Seventh International Colloquium of Greek Palaeography (Madrid–Salamanca, 15–20 September 2008). Ed. António Bravo García y Inmaculada Pérez Martín, Turnhout 2010: 537–543, en esp. 540s. incurren igualmente en el error de no distinguir entre encuadernación bizantina y ‘alla greca’ y considerar encuadernaciones ‘alla greca’ las de los Salm. 15, 16, 17, 20, 236 y 285.

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cipalmente por considerar que todas estas encuadernaciones están restauradas, cuando en realidad ninguna lo está, y que abundan en ellas los motivos decorativos mudéjares –,12 tiene el mérito de haber desbrozado el camino para un mejor conocimiento de las encuader-naciones de los Codices graeci salmanticenses y de haber intuido el valor histórico-cultural de algunas de ellas,13 proporcionando un útil punto de partida.

En el proceso de formación de la biblioteca del Pinciano se sabe que éste compró manuscritos griegos de procedencia tanto oriental como italiana, algunos de los cuales conservan hasta hoy su encuadernación original. Un ejemplo de encuadernación italiana original lo ofrece el Salm. 243, que procede de una biblioteca romana y cuya encuaderna-ción es seguramente también romana.14 Otros manuscritos estaban probablemente sin en-cuadernar o presentaban una encuadernación pobre o deficiente, por lo que fueron enviados por el Pinciano a un taller de encuadernación en Salamanca. Éste es el caso del Salm. 130, un códice del s. XIV procedente de Chipre con obras de San Juan Damasceno que comparte el mismo tipo de encuadernación que cinco impresos de la colección del Pinciano con edi-ciones comprendidas entre los años 1531 y 1539.15 Interesante en este sentido es una lista escrita por el Pinciano en el verso de la hoja de guarda final del impr. 13.839 (Venecia 1513) en la que enumera una serie de encuadernadores y libreros cuyos servicios probable-mente requirió.16 Por otra parte, se encuentran ocasionalmente en la correspondencia del Pinciano referencias a la vestidura de sus libros y a su precio. Pero, en todos los casos, estas referencias son a obras impresas, nunca a los manuscritos.17 Hay que recordar, en cualquier

12 Cree además Signes que el cierre con martilletes es característico de todas estas encuadernaciones, cuando lo

cierto es que sólo se encuentra en el Salm. 48, que, según hemos visto en la nota anterior, ha sido objeto de una restauración. Para los cierres característicos de las encuadernaciones bizantinas cf. Federici–Houlis, Legature Bizantine Vaticane (v. n. 1): 36–40.

13 „Se trata de algunas de las encuadernaciones más valiosas de la biblioteca de la Universidad“, p. 81. 14 Cf. Teresa Martínez Manzano, Un códice romano en Salamanca. Salm. 243: a propósito de sus copistas y de

su historia, en: Segno e testo 6 (2008): 377–388 y lámina 5. 15 Cf. Teresa Martínez Manzano, Manuscritos de Chipre y Creta en el fondo griego salmantino, en: Alethes

Philia. Studi in onore di Giancarlo Prato. Ed. Marco D�Agostino y Paola Degni, Spoleto 2010: 505–521. 16 Se menciona a Campo / La mujer de Jusquin / León / Juan Agostín / Durazno enquadernador / el otro

enquadernador de canil través / el enquadernador de enfrente de Jusquin. Cf. la edición de esta lista en Signes Codoñer, Biblioteca y epistolario (v. n. 10): 125 y lám. 23. Para los libreros Juan del Campo, Juana Maldonado y su marido Jusquin le Carón, Antonio de León y Juan Agustín del Burgo cf. Vicente Bécares Botas, Guía documental del mundo del libro salmantino del siglo XVI, Valladolid 2006: 89, 91, 98, 162 y 170. Del encuadernador Durazno nada se sabe. „El otro enquadernador“ de la calle Traviesa puede ser Pedro Rodríguez, que tenía su taller en dicha calle, aunque la referencia a la calle aparece tachada en esta lista: cf. José Luis Gonzalo Sánchez-Molero, La ‘Librería rica’ de Felipe II. Estudio histórico y catalogación, El Escorial 1998: 114.

17 Así, en una carta dirigida en 1522 a Juan de Vergara, el Pinciano propone al que fuera su discípulo en Alcalá la permuta del códice de Arquímedes que Vergara poseía por una edición aldina del Thesaurus cornucopiae de 1496, y para animar a su antiguo alumno a este trueque, el Pinciano asegura que invertirá dos monedas de oro en la encuadernación de este incunable (addam ego insuper dominationi tuae duos aureos nummos ad elegantiorem libri compaginationem). En una carta de septiembre de 1541 dirigida a Jerónimo Zurita, el Pinciano asegura tener una versión de Johannes Vernerio de la Geografía de Ptolomeo que ocho años antes le había costado nueve reales, „aunque era encuadernado en pergamino“. En otra epístola de diciembre de ese mismo año dirigida también a Zurita, el Pinciano se refiere a un impreso de su biblioteca en el que están encuadernadas juntas varias obras „que con las encuadernaciones me costó nueve reales“. En una carta de 1543 dirigida asimismo a Zurita se refiere a una edición del comentario de Eustracio a la Ética a Nicómaco

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caso, que junto con el pujante negocio de producción y comercio de libros en torno a la Universidad, el negocio de las encuadernaciones fue especialmente floreciente en Sala-manca, por ser zona ganadera y con industria del curtido, y alcanzó gran renombre, de suerte que, por ejemplo, numerosos libros de la biblioteca particular del propio Felipe II, aún príncipe, están revestidos con encuadernaciones platerescas realizadas en Salamanca por Juan Vázquez entre 1541 y 1548.18

En lo que sigue, tomaremos en consideración ocho manuscritos griegos: los Salm. 15, 16, 17, 20, 74, 115, 236 y 285.19 Al margen de su procedencia concreta y de los rasgos específi-cos de cada una de las encuadernaciones, la vestidura de todos estos códices comparte una serie de características, típicamente bizantinas, que pueden resumirse en los siguientes pun-tos:20

1. Las tapas de madera tienen idéntica dimensión que el cuerpo del manuscrito. Carecen, por tanto, de reborde o ceja. El borde de las tablas suele estar achaflanado interior o exteriormente a la altura del bocado para permitir un mejor juego de las tablas al abrirlas; 2. El lomo del libro es liso, sin nervaduras aparentes, ya que en el lomo de los fascículos se han practicado unas ranuras o grecados para acoger las puntadas y disimular de este modo la protuberancia del cosido; 3. Los fascículos se han cosido, en uno o dos bloques, sin la ayuda de un telar. En un segundo momento se han fijado las tapas protectoras, cada una por separado, mediante un cosido de fijación, que en muchos casos es un cosido en forma de zig-zag. La cabezada o capitel – el cosido de refuerzo de los fascículos en la parte inferior y superior del lomo – se prolonga sobre las tapas gracias a unos orificios o canales realizados en la madera; 4. Para acoger y proteger las cabezadas, la piel de la cabeza y del pie del lomo es saliente y tiene prolongaciones laterales sobre las tapas; 5. Los cierres se han perdido en la mayoría de los casos, pero se conservan restos o huellas de ellos, como los orificios para la sujeción de las manezuelas o machos o para la fijación de las tiras de cuero entrelazadas que se engarzaban a ellos; 6. La decoración de los planos oscila entre dos esquemas básicos: a base de formas romboi-dales o en rectángulos concéntricos. Estas disposiciones geométricas generales suelen ador-narse con motivos florales, zoomórficos o geométricos en diversas combinaciones.

aristotélica que ha hecho encuadernar por el „mejor encuadernador de Salamanca“: la encuadernación le costó dos reales. Finalmente, en una lista copiada probablemente por el Pinciano en una hoja de guarda del impr. 11774, asegura haber pagado por la encuadernación de los Fastos de Ovidio 27 maravedíes. Para los pasajes de la correspondencia del Pinciano cf. Domingo Malvadi, Biblioteca y epistolario (v. n. 10): 267, 294, 295 y 312. Para la lista en la hoja de guarda cf. Signes Codoñer, Biblioteca y epistolario (v. n. 10): 144.

18 Gonzalo Sánchez-Molero, La ‘Librería rica’ (v. n. 16): 110–134. La selección de esta vistosa y lujosa encuadernación se debe a Cristóbal Calvete de la Estrella, preceptor del príncipe Felipe y antiguo alumno del Pinciano en Salamanca.

19 Para evitar ambigüedades nos atendremos, en la denominación de los elementos constitutivos de la encuader-nación bizantina, a la terminología española empleada por Elisa Ruiz García, Introducción a la codicología, Madrid 1988.

20 Especialmente valioso para los aspectos generales de la encuadernación bizantina es el trabajo, publicado póstumamente, de Berthe van Regemorter, La reliure byzantine, en: Revue Belge d’Archéologie et d’Histoire de l’Art 36 (1967): 99–142 y láminas I–XX.

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A estos rasgos característicos puede añadirse como denominador común de las ocho encua-dernaciones a las que se hará referencia en las páginas que siguen el que ninguna de ellas es lujosa, ya que todas están hechas sobre tablas de madera recubiertas únicamente de piel curtida con decoración gofrada. Se trata de una decoración realizada mediante la aplicación de hierros calientes sobre la piel con estampado ‘en seco’, es decir, sin dorados, un estilo que confiere sobriedad a las cubiertas. Un segundo rasgo compartido por estas vestiduras salmantinas – con la excepción de l�s Salm. 236 y 285 – es que el lomo no ha sido decorado.21 En el caso de los dos manuscritos en donde el lomo sí está decorado, los adornos son extremadamente sobrios y nada llamativos. Y un tercer rasgo común es que las tapas conservan hierros fijados mediante dos clavos (o huellas de ellos) con los que los libros se encadenaban a los estantes o a los pupitres de la Biblioteca Universitaria de Sala-manca. Estos hierros podían colocarse en dos puntos distintos del ejemplar, bien dos hierros en la misma tapa o bien uno en cada una de las tapas, pero hay manuscritos que estaban fijados a las cadenas mediante un único hierro.

Es importante insistir en este último punto, ya que en las encuadernaciones bizantinas de Salamanca es posible observar diversos orificios en las tapas de madera que tienen una cronología y una funcionalidad distinta. Por una parte, están los que servían para fijar los cierres o broches del libro en la tapa y contratapa, que son de origen bizantino, ya que lo habitual en Bizancio era que los libros se cerrasen mediante cierres. Se trata de orificios practicados en el canto de la tapa para la fijación de las manezuelas y en la contratapa (en grupos de tres agujeros taladrados en disposición triangular) para embutir los cordones entrelazados. Y, por otra, están los dos orificios para sendos clavos que sujetan cada uno de los hierros que la Universidad de Salamanca ordenaba colocar en los libros para evitar hur-tos. Del recurso a las cadenas en la Biblioteca Universitaria tenemos constancia ya desde 1465, pues a ello se refieren los libros de claustros,22 y, después, durante todo el s. XVI: tanto las actas de los claustros como los libros de cuentas hablan del gasto en cadenas, de los encargos de hierros que se hacen al herrero y de la renovación de las cadenas viejas, tanto para manuscritos como para impresos.23 La homogeneidad en el sistema de fijación de las cadenas de los ocho manuscritos griegos que se tienen aquí en consideración – que son códices de cronología y origen geográfico diverso – demuestra que el encadenamiento del que las encuadernaciones conservan huella es el de la Biblioteca salmantina y no el de una biblioteca a la que hubieran podido pertenecer anteriormente.

21 Todos los manuscritos tienen un tejuelo redondo u ovalado de papel en la parte superior del lomo con la letra

M, que indica ‘manuscrito’, y su signatura actual. Prescindiremos de este dato en las sucesivas descripciones. 22 Cf. Óscar Lilao Franca y Margarita Becedas González, La Biblioteca General Universitaria: evolución

histórica y fondos, en: Historia de la Universidad de Salamanca, III/2. Saberes y confluencias, Salamanca 2006: 879–953, en esp. 901.

23 Tras la remodelación y ordenación de la Biblioteca que tuvo lugar en torno a 1556 en operaciones que se vieron plasmadas en la reencuadernación de libros, el inventario y clasificación de los fondos y la expurgación de libros de poco valor, un estudiante de Salamanca entre 1577 y 1582, Diego Pérez de Mesa, nos ha dejado una descripción de la distribución física de los libros en la Biblioteca en la que se habla de cómo éstos estaban en cajones en estanterías adosadas a la pared y en atriles situados en la parte central de la sala, „todos asidos con sus cadenas, […] y anda siempre un oficial paseándose a todas partes componiendo los libros que se dejan mal puestos y guardando siempre no corten alguna cadena o hojas del libro“: cf. Marta de la Mano González y Óscar Lilao Franca, La Biblioteca Universitaria de Salamanca en el siglo XVI: entre tradición y renovación, en: Studia Historica. Historia Moderna 21 (1999): 219–240, en esp. 236.

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Los títulos de los cortes debieron de ser grabados también por la Universidad al hacerse efectivo el ingreso de los libros del Pinciano en la antigua Librería. La grabación de estos títulos en los cortes para facilitar la identificación de los libros se vio condicionada por la colocación de los hierros para las cadenas en los cantos laterales y no en la parte superior o inferior del lomo. De manera que los libros descansaban en los estantes con los cantos, y no con el lomo, a la vista. Que tales títulos quedasen parcialmente ocultos por los broches del libro puede ser una impresión falsa, ya que es muy probable que los broches originales de varios ejemplares ya hubiesen desaparecido cuando se procedió a la impresión de los cor-tes. Sin embargo, en cuatro de los manuscritos – Salm. 17, 20, 236 y 285 – se han dejado espacios en blanco entre las letras de los cortes para evitar que el cierre tapase las letras, lo que indicaría que cuando se marcaron los cortes los cordones de los cierres de esos manu-scritos todavía existían.

La cronología de los ocho códices tenidos en cuenta aquí abarca un arco temporal que va desde finales del s. XIV hasta principios del XVI, lo que significa que la confección de algunos de los ejemplares y también su encuadernación se enmarca ya en el período de la Grecia otomana. Pienso, por lo demás, que todas las encuadernaciones examinadas aquí son contemporáneas de la copia de los manuscritos, es decir, que no se trata de reencuaderna-ciones. Sobre el origen local de cada una de estas encuadernaciones no siempre tenemos certeza, ya que varias comparten motivos decorativos que son altamente frecuentes en las encuadernaciones griegas, con independencia de su lugar de origen y de su cronología, como la flor de lis o el águila bicéfala.24 Pero en ocasiones el análisis del manuscrito o del texto que éste transmite aporta datos determinantes sobre el lugar de confección de la copia del códice que hace pensar que éste fue encuadernado contemporáneamente en un taller anexo al scriptorium donde se realizó la transcripción del ejemplar. Es el caso de los Salm. 16, 17 y 115, cuya localización geográfica (Creta para los dos primeros, el Peloponeso para el tercero) está asegurada gracias a otros datos – paleográficos, codicológicos y de conte-nido – ajenos a la encuadernación, que, es de suponer, se realizó en la misma época y lugar que la ejecución de las copias. En la descripción que sigue haremos hincapié en datos paleográficos y en el contenido de los ejemplares allí donde esta información pueda contribuir a la localización del manuscrito tanto en una zona geográfica concreta como en un milieu cultural o académico determinado.

1. Salmanticensis 15

El Salm. 1525 es un ejemplar en papel plegado in folio de dimensiones notables (294 x 214 mm) que contiene la Historia de Tucídides. Se trata de una copia cuidada en la que no sólo se ha hecho acompañar el texto de los escolios (hasta el f. 113v) y de la tradicional Vida anónima de Tucídides (ff. 2r–3r), sino que además se ha añadido material introductorio

24 No se puede descartar tampoco el que alguna de estas encuadernaciones de factura y ornamentación típica-

mente bizantinas haya sido realizada en la Italia renacentista por obra de artesanos bizantinos o formados en las técnicas bizantinas, un fenómeno que no debe confundirse con las encuadernaciones ‘alla greca. Cf. Canart, Le legature bizantine (v. n. 1): 9.

25 Cf. Alphonse Dain, Liste des manuscrits de Thucydide, en: Revue des Études Grecques 46 (1933): 21–28, en esp. 22; id., Sur un manuscrit grec de Salamanque. Salmanticensis M 15. Thucydide, en: Emerita 10 (1942): 1–12; Tovar, Catalogus (v. n. 9): 17s.

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ajeno en parte a la transmisión textual de Tucídides.26 Se desconoce la identidad del copista principal, el cual en el f. 3r ha apuntado el día y el mes del comienzo de la copia, obviando sin embargo el dato del año: ����� ��� ��������� �� �� ��������.

En 1942 Alphonse Dain, en el marco de un trabajo dedicado a este Salmanticensis, llamó la atención sobre una nota necrológica, escrita por una mano distinta a la del copista principal, presente en el último folio de guarda del manuscrito (f. IV´v) relativa a la muerte de Jorge Gemisto Pletón, acaecida en 1452:27 �� ������ �� ��. �� ��������� � �..�!"#�28 ������!��� � ������$�, %�&�' ����&�', +�' (sic) <�=�>. Es decir, 26 de junio, de la indicción decimoquinta, lunes. Dain puso en relación esta nota con otra muy similar que se lee en el f. 50r del Monac. gr. 495: �. ���. �� ��. �� ��������� � ������!��� � �$������, %�&�' ����&�', ?�' ! �@� %�&�!�.29 Estudios posteriores han demostrado que el Monacensis es, tanto desde el punto de vista gráfico como por su contenido, un códice de la escuela pletoniana.30

Así las cosas, la presencia de la nota sobre la muerte del maestro Gemisto Pletón en el códice de Salamanca podría significar que el ejemplar circuló en un ambiente cultural cercano a alguno de sus alumnos o incluso que fue producido en el Peloponeso.31 Apoyán-

26 En concreto, en f. 1v, escrito por una mano distinta de la del cuerpo principal del códice, el Encomio de

Tucídides tomado de los Progymnásmata de Aftonio (VIII 4–9 Patillon), que, según parece, se encuentra aquí ligado por primera vez de forma fáctica a la tradición manuscrita de Tucídides, y en ff. 3v y 229v – enmar-cando la copia de la Historia tucididea – el epigrama encomiástico de Tucídides de la Antología Palatina IX 583. Otros manuscritos de Tucídides como el Laur. Plut. 69, 2, el Monac. gr. 430 o el Lond. 11727 presentan también estos versos: cf. Pierre Waltz y Guy Soury (ed.), Anthologie Grecque. Première Partie. Anthologie Palatine, VIII, Paris 1974: ad loc.

27 Cf. para la fecha de la muerte de Pletón Wilhelm Blum, Georgios Gemistos Plethon. Politik, Philosophie und Rhetorik im spätbyzantinischen Reich (1355–1452), Stuttgart 1988: 5.

28 Tras la letra alpha aparecen varias letras semiborradas y el resto de la palabra ��!"$� tachada. 29 Esta última reproducida en el catálogo de Ignaz Hardt, Catalogus codicum manuscriptorum Graecorum

Bibliothecae Regiae Bavaricae, V, Monachii 1812: 155. Obsérvese que el nombre de Gemisto está escrito en el manuscrito de Múnich de forma errónea, aunque quizás se trate de un error tipográfico del catálogo de Hardt.

30 Copiado en parte por los anónimos 22 y 37 de Harlfinger y por Caritónimo Hermónimo: cf. Dieter Harlfinger, Die Textgeschichte der pseudo-aristotelischen Schrift \��� ��$�^ ��!��_. Ein kodikologisch-kulturge-schichtlicher Beitrag zur Klärung der Überlieferungsverhältnisse im Corpus Aristotelicum, Amsterdam 1971: 419s.; Giuseppe De Gregorio, Attività scrittoria a Mistrà nell’ultima età paleologa: il caso del cod. Mut. gr. 144, en: Scrittura e Civiltà 18 (1994): 243–280, en esp. 250–254; Demetrios Dedes, Die Handschriften und das Werk des Georgios Gemistos (Plethon), en: Hellenika 33 (1981): 66–81, en esp. 74 n. 4, y 77. Un dato más sobre el contenido del Salm. 15 debe ser tenido en cuenta aquí: en f. 229v y 230r, tras el texto de Tucídi-des, el copista ha transcrito unas notas sobre los cuatro elementos y sus correspondientes propiedades, acom-pañadas de definiciones y diagramas con las cuatro estaciones y los cuatro humores del cuerpo humano que Dain ( Sur un manuscrit [v. n. 25]: 11) pone en relación con los diagramas y el texto de los ff. 18–23 del Marc. gr. Z 333 (coll. 644), un códice autógrafo del cardenal Besarión que contiene también material relacio-nado con la muerte de su antiguo maestro Pletón.

31 A sustentar esta hipótesis vendría el dato de que la transcripción de las obras de historiadores antiguos en el Peloponeso cuenta con una larga tradición que remonta al patrocinio del déspota de Morea Manuel Cantacu-ceno en la segunda mitad del s. XIV, quien promovió una copia sistemática de autores como Tucídides, Jeno-fonte, Heródoto, Plutarco o Arriano, que son de hecho los únicos autores clásicos transcritos en esa zona geo-gráfica. Cf. Giancarlo Prato, Manoscritti greci in Grecia, en: Scritture, libri e testi nelle aree provinciali di Bisanzio. Atti del seminario di Erice (18–25 settembre 1988). Ed. Guglielmo Cavallo, Giuseppe De Gregorio

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dose en el dato de las distintas filigranas, que corresponden todas a papel italiano de media-dos del s. XV,32 Dain concluyó que el Salmanticensis había sido producido en la Italia cen-tral y que también la necrológica había sido escrita en Italia, quizás por Demetrio Raúl Cabaques a partir de 1466, fecha en la que este discípulo de Pletón se encontraba ya en Italia. Hoy sabemos, sin embargo, que el uso de papel italiano era habitual en los scriptoria orientales, y a ello viene a sumarse el dato de la encuadernación original bizantina que exhibe el códice y que confirma que el Salm. 15 fue elaborado en territorio bizantino, a mediados del s. XV.33

La encuadernación mide 294 x 215 mm y está hecha con tapas muy gruesas, de 13 mm de grosor, cuyo canto está acanalado. A la altura del bocado las tapas están biseladas por el lado externo. El lomo es liso y plano, de 60 mm. La piel es de color marrón oscuro, más gastada en la contratapa. La piel del pie y de la cabeza del lomo se ha perdido parcialmente y ello permite ver ambas cabezadas, reforzadas con una cadeneta de hilo amarillo sobre núcleo de cuerda y otras dos cadenetas decorativas a base de hilos trenzados, una en azul y otra en rojo y blanco. De la cadeneta superior salen dos trenzados de hilos que actúan como señaladores. El cosido de fijación de las tapas se ha hecho a base de cinco orificios taladra-dos en ellas y que corresponden a las cinco grecadas con las que se ha cosido el cuerpo de los fascículos. Los folios de guarda al principio y al final están cosidos al bloque de cuadernos.34

La decoración de los dos planos responde a esquemas decorativos diversos.35 En el plano anterior se inserta en un marco de triple filete decorado con anulas (formadas por dos círculos concéntricos, las cuales aparecen no sólo en las intersecciones, sino también a razón de dos o tres a lo largo del filete). Dentro hay cuatro rectángulos concéntricos que dan lugar a tres cenefas intermedias formadas por una sucesión de hierros rectangulares: en la exterior éstos son de 26 x 17 mm con corazones enfrentados, en la segunda de 32 x 15 mm con una cadeneta; y en la tercera de 27 x 11 mm con dos plantas en círculo. Sólo el

y Marilena Maniaci, Spoleto 1991: I 3–24 [cito por la reproducción de este trabajo en Giancarlo Prato, Studi di paleografia greca, Spoleto 1994: 151–169, en esp. 158s.].

32 Se trata de ‘Ciseaux’ sim. a 3661 Br. (Venecia 1438), ‘Fleur’ sim. a 6306 Br. (Nápoles 1438), ‘Mons’ sim. a 11880 Br. (Brescia 1448–1453), ‘Enclume’ sim. a 5956 Br. (Florencia 1450–1452) y ‘Ancre’ 439 (Nápoles 1443).

33 Un manuscrito copiado en el ambiente tardo-bizantino de Mistra, Neap. Gerolamini XXII.I, perteneciente seguramente a Juan Doceianós, conserva su encuadernación original: cf. Berthe van Regemorter, La reliure des manuscrits grecs, en: Scriptorium 8 (1954): 3–23, en esp. 14; y De Gregorio, Attività scrittoria (v. n. 30): 251 n. 18. Por otra parte, el Vat. gr. 127 fue copiado en Mistra y conserva asimismo su encuadernación origi-nal, aunque corresponde al s. XIV: cf. Federici–Houlis, Legature Bizantine Vaticane (v. n. 1): 69 y 83. Para otro manuscrito procedente del ambiente cultural de Mistra cf. más adelante Salm. 115. Erróneamente se dice en Lisi–Hernández de la Fuente, Hacia un nuevo catálogo (v. n. 11): 541 que la encuadernación del Salm. 15 es cretense. Estos autores enumeran una serie de características que creen específicas de encuadernaciones realizadas en la isla de Creta pero que en realidad son – como es bien conocido – comunes a cualquier encua-dernación bizantina (así, por ejemplo, el que los cantos de las tapas estén biselados, que las tapas presenten bullones o que uno de los motivos decorativos sea un águila bicéfala).

34 Los cuaterniones están señalados con custodios sólo en el primer folio, lo que indicaría, si hacemos casos de las observaciones de Brigitte Mondrain, Les signatures des cahiers dans les manuscrits grecs, en: Philippe Hoffmann (ed.), Recherches de codicologie comparée: la composition du codex au Moyen Âge, en Oriente et en Occident, Paris 1998: 21–48, en esp. 23, que el cosido se realizó en un solo bloque.

35 El plano anterior corresponde en líneas generales al núm. 11 y el plano posterior al núm. 6 dentro de los esquemas decorativos señalados por Federici–Houlis, Legature Bizantine Vaticane (v. n. 1): 66.

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rectángulo más interior tiene filetes dobles. El espacio interior del rectángulo central se ha decorado mediante la impresión en vertical de cinco águilas bicéfalas en rombo (22 mm) y ocho anulas en los espacios en blanco. En el plano posterior sólo hay tres rectángulos con-céntricos, y, por tanto, dos cenefas, la exterior con los mismos hierros de la cadeneta que aparecían en el plano anterior y la siguiente con corazones enfrentados (26 x 16 mm). El espacio del rectángulo central se ha dividido mediante dos diagonales, un rombo y una horizontal, dando lugar a catorce triángulos, dentro de cada uno de los cuales se han impre-so uno o varios hierros: bien tres anulas, bien una flor de cuatro pétalos en rombo (16 mm), bien un águila en rombo (21 mm).

Tanto en la tapa como en la contratapa se observan en cada uno de los cuatro ángulos dos orificios destinados a fijar los bullones, así como en el centro un orificio para el ombli-go. El ejemplar tenía en origen cuatro cierres, dos laterales más uno superior y otro inferior. En los cantos de la tapa lateral e inferior se conservan orificios para fijar los machos, y en el canto superior restos del hierro del macho. En el interior de la contratapa se conservan los cordones de piel entrelazados de los cuatro cierres, a razón de tres por cierre (la piel ha sido cortada para dejarlos a la vista), que se han embutido cada uno a través de tres orificios dispuestos en triángulo que son visibles en el exterior de la contratapa, hacia donde tenían su salida, aunque los cordones exteriores se han perdido. En el lateral superior de la contra-tapa hay cuatro orificios dispuestos en línea destinados a fijar el hierro que encadenaba el libro a los estantes de la biblioteca. El nombre ‘THVCYDIDES’ ocupa toda la longitud del corte lateral, sin dejar ningún espacio para los cierres, lo que indica que éstos ya no existían en el s. XVI.

2. Salmanticensis 16

Este códice y el siguiente tienen idéntica factura y origen, como he intentado demostrar en otra parte,36 y constituyen una colección orgánica de textos elaborada en un mismo atelier cretense. El Salm. 1637 es un manuscrito en papel (311 x 207 mm), plegado in folio, que contiene el comentario de Alejandro de Afrodisias a los Analíticos primeros de Aristóte-les.38 Las filigranas del papel corresponden a varios tipos de ‘Balance’ 6, 7 y 10 Sosower y ‘Coupe’ 1 Sosower.39 La copia es obra de un único escriba anónimo que ha participado también en la transcripción de parte del Salm. 17 (ff. 1r–109r), un colaborador de Jorge Gre-gorópulo. El manuscrito se data en la intersección entre los ss. XV y XVI. El trabajo de este escriba colaborador del famoso sacerdote y copista cretense, la decoración de cenefas e ini-ciales – en este manuscrito y en el siguiente –, que se compadece bien con la iluminación

36 Cf. Martínez Manzano, Manuscritos de Chipre y Creta (v. n. 15): 510–515: de donde retomo algunos datos de

esta descripción. 37 Cf. Tovar, Catalogus (v. n. 9): 18s. 38 Está compuesto de cuaterniones numerados con custodios griegos en el margen superior derecho del primer

folio y en el margen inferior derecho del último aunque, debido al guillotinado, no todos se conservan. Es probable que el cosido de los fascículos se haya realizado en dos bloques. Cf. Mondrain, Les signatures des cahiers (v. n. 34): 23.

39 Las referencias de las filigranas en este manuscrito y en el siguiente proceden del álbum de Mark L. Sosower, Signa officinarum chartariarum in codicibus Graecis saeculo sexto decimo fabricatis in bibliothecis Hispaniae, Amsterdam 2004.

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característica de otros códices de origen cretense de la segunda mitad del s. XV40 y finalmente la encuadernación, similar a la del Salm. 17, que responde en su factura y moti-vos decorativos a un esquema típico de talleres encuadernadores cretenses de la segunda mitad del s. XV, según ha demostrado Jean Irigoin,41 señalan a Creta como lugar en el que se efectuó la copia y se encuadernó el ejemplar.42

La encuadernación se ha hecho sobre tablas de madera gruesas, de 313 x 205 mm y 10 mm de grosor, acanaladas por los cantos y biseladas por el lado externo del bocado. La piel es de color marrón oscuro y el lomo es de 50 mm y está ligeramente redondeado. Parte de la piel del extremo superior del lomo se ha perdido, lo que ha dejado al descubierto la cabezada superior y algo de la arpillera. El cosido primario es de color crema, recto sobre nudo de cuerda y debajo en disposición oblicua (se ha reforzado el capitel a la altura de las tablas con hilo azul). Yuxtapuesto está el cosido secundario hecho con una cadeneta de hilo en colores verde, rojo (o rosa) y blanco.43 En el interior de la tapa y contratapa se han pega-do sendos folios de guarda, lo que oculta los puntos del cosido de fijación. Al tacto se apre-cian cinco, que corresponden a las cinco grecadas de los cuadernos. Las hojas de guarda – asociadas al taller encuadernador – presentan la filigrana ‘Balance’ 2538 Br. (Ferrara 1497).

Tanto en el plano anterior como en el posterior la disposición de los hierros está organizada en cuatro bandas concéntricas.44 En el plano anterior, como el rectángulo que conforma la banda central resulta demasiado estrecho, éste se ha decorado con pequeños hierros de formas variadas alineados verticalmente. Los motivos concretos son tres: de arri-ba a abajo flor de lis inscrita en rombo (15 mm), flor de seis pétalos inscrita en círculo

40 Cf. Susanne Rothe, Textillumination bei einigen Schreibern kretischer Herkunft im 15. Jahrhundert, en:

Paleografia e codicologia greca. Atti del II Colloquio internazionale. Berlino–Wolfenbüttel, 17–21 ottobre 1983. Ed. Dieter Harlfinger y Giancarlo Prato, I–II, Alessandria 1991: I 355–362, en esp. 361 y II, lám. 5c (Vat. gr. 1458).

41 Jean Irigoin, Un groupe de reliures crétoises (XVe siècle), en: Krêtika Chronika 15/16 (1961/1962 [pero 1963]): 102–112 y lám. 3–6. En lo que sigue se hará referencia a los hierros reproducidos por el estudioso francés en la lám. VI de su trabajo.

42 Para una impresión de conjunto de la decoración de las encuadernaciones cretenses debe acudirse a Wittek, Manuscrits et codicologie (v. n. 8): lám. 32, con la reproducción del Bruxell. 11343 e Irigoin, Un groupe de reliures crétoises (v. n. 41): láms. 3–5, con la reproducción de los Par. gr. 2707 y 2807. En Dieter Harlfinger y Martin Sicherl, Griechische Handschriften und Aldinen. Eine Ausstellung anlässlich der XV. Tagung der Mommsen-Gesellschaft in der Herzog August Bibliothek Wolfenbüttel, Braunschweig 1978: 70–72, se encuentra una reproducción de la encuadernación bizantina del Guelf. Gud. gr. 77, identificada después como cretense por Paul Canart, Nouvelles recherches et nouveaux instruments de travail dans le domaine de la codi-cologie, en: Scrittura e Civiltà 3 (1979): 267–307, en esp. 300s. n. 98. El estudio de los distintos juegos de hierros, organizados en series diferentes, ha permitido a Dominique Grosdidier de Matons postular la existen-cia en Creta de al menos cinco talleres de encuadernación que estarían asociados a sendos talleres de copia y cuya actividad se prolongaría durante el s. XVI: cf. Dominique Grosdidier de Matons, Nouvelles perspectives de recherche sur la reliure byzantine, en: Paleografia e codicologia greca (n. 40): 409–430, en esp. 411, 426s., aunque las láminas que acompañaban a este trabajo quedaron sin publicar.

43 Para la pasamanería verde, rosa y blanca como rasgo típico de las encuadernaciones cretenses cf. Philippe Hoffmann, Sur quelques manuscrits vénitiens de Georges de Selve, leurs reliures et leur histoire, en: Paleogra-fia e codicologia greca (v. n. 40): 441–462, en esp. 442s. y n. 8, quien señala su existencia en los manuscritos cretenses Perusini 51 (A 51) y 714 (I 108) y Ambr. gr. L 107 sup., que pertenecieron a la biblioteca del erudi-to de Perugia Francesco Maturanzio.

44 Cf. Irigoin, Un groupe de reliures crétoises (v. n. 41): 105.

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(10 mm de diámetro), águila bicéfala inscrita en rombo (15 mm, igual al hierro 15 Irigoin) y de nuevo flor de seis pétalos en círculo. Estas cuatro formas se vuelven a repetir una se-gunda vez. El friso exterior está decorado a base de hierros rectangulares con motivos vege-tales dispuestos en forma de corazones enfrentados (33 x 16 mm, igual al hierro 1 Irigoin), el siguiente a base de motivos cordiformes y el tercero mediante hierros rectangulares (30 x 11 mm) decorados con hojas de vid enfrentadas. La cuarta y última banda hacia el interior repite los motivos cordicordes de la segunda. Los filetes triples que separan las bandas están remachados, no sólo en sus intersecciones, por anulas formadas por tres círculos con-céntricos. Cada uno de los filetes verticales del rectángulo interno está adornado también por cuatro flores de cuatro pétalos. En el plano posterior el esquema es idéntico pero varían ligeramente los hierros: concretamente en el friso exterior se utiliza un modelo distinto de motivos vegetales en forma de corazones enfrentados y en el friso tercero un rectángulo de tres flores de cinco pétalos inscritas en círculo. En el hueco central se han dispuesto en ver-tical los mismos hierros que en el plano anterior pero en distinto orden, comenzando por el águila bicéfala.

Las tablas no tenían bullones, pero sí dos cierres en el lateral, en uso todavía cuando se imprimieron los cortes. El canto de la tapa presenta dos orificios para los machos y la con-tratapa, por el lado externo, los tres orificios en disposición triangular y restos de los cordo-nes, y, por el lado interno, los tres cordones entrelazados para cada cierre que se han dejado al descubierto, cortándose a tal fin la piel de la encuadernación y el papel pegado al interior de la contratapa.

La decoración de los cortes – similar a la del Salm. 17 – consiste en tres círculos en el corte vertical y dos en los cortes superior en inferior, unidos mediante un entrelazado y di-bujados con tinta roja y marrón. Son también característicos de los manuscritos cretenses,45 si bien ni el nombre del autor ni el título de la obra están inscritos en los tres cartuchos cir-culares del corte lateral, como suele suceder en los códices cretenses analizados por Irigoin. Sobre esta decoración se ha impreso en el corte vertical, presumiblemente durante el s. XVI y en Salamanca, el nombre del autor y título de la obra abreviados para facilitar la identificación del volumen y dejando dos espacios para el cierre de los broches: .AL EXAN.APHR.IN PRI. En el lateral superior de la contratapa se conserva el hierro de la Universidad sujeto mediante dos clavos.

3. Salmanticensis 17

El Salm. 1746 (313 x 201 mm) es un códice en papel plegado in folio que contiene los comentarios de Alejandro de Afrodisias a los Meteorológicos y a las Refutaciones sofísticas de Aristóteles. Presenta las filigranas ‘Balance’ 3, 4, 6, 10 y 11 Sosower, y ‘Tête de boeuf’ 22 Sosower. La primera sección del manuscrito (ff. 1r–109r) es obra de un copista anónimo responsable asimismo de la copia de todo el Salm. 16, mientras que la segunda sección

45 Cf. Irigoin, Un groupe de reliures crétoises (v. n. 41): 107 n. 15. Cortes adornados con estos motivos se

encuentran en otros manuscritos de origen cretense, como el Escur. R I 6 o los Vat. gr. 1333 y 1585. Cf. Pérez Martín, Encuadernaciones bizantinas (v. n. 5): 137.

46 Cf. Tovar, Catalogus (v. n. 9): 19s. y Martínez Manzano, Manuscritos de Chipre y Creta (v. n. 15): 510–515, en donde se encuentra una reproducción del plano anterior del Salm. 17.

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(ff. 110r–227r) procede de la pluma de Jorge Gregorópulo,47 conocido calígrafo y sacerdote activo en Creta durante casi cuatro décadas hasta su muerte ante 1501. El códice, elaborado al tiempo que el Salm. 16, se data por tanto inmediatamente antes de esta fecha, situándose su confección en Creta.48 También la decoración de los folios a base de lacerías, cenefas e iniciales es característica de manuscritos de origen cretense de la segunda mitad del s. XV, como en el Salm. 16. Los fascículos se han cosido a través de cinco grecadas en dos blo-ques de quince cuaterniones cada uno. El segundo, numerado desde la letra !, presenta a la vez una segunda numeración correlativa a la del primer bloque que empieza con las letras �` (16).49

La encuadernación (314 x 199 mm) es de piel marrón oscura que en la actualidad está pelada en algunos puntos. La longitud del lomo, algo redondeado, es de 52 mm. El canto tiene 11 mm de grosor, está acanalado y biselado en el exterior del bocado. Se conserva intacta la piel de la cofia. La cabezada se ha cosido recta con hilo de color crema y se ha decorado con una cadeneta de hilo verde, rojo y blanco. Tanto el primer folio del binión inicial como el último del cuaternión final han sido pegados al interior de las tapas, como sucedía con el Salm. 16.

La decoración de ambos planos es semejante y responde a esquemas y motivos típicos de talleres encuadernadores cretenses de la segunda mitad del s. XV. En ambos planos se trata de tres orlas concéntricas separadas entre sí por filetes triples que dejan en el centro un rectángulo bastante estrecho. En el plano anterior la cenefa exterior consta de hierros de 27 x 17 mm con hojas de vid entrelazadas, la siguiente está hecha a base de hierros de 35 x 10 mm (igual al hierro 7 Irigoin) con motivos geométricos y la tercera con hierros de 29 x 10 mm (igual al hierro 6 Irigoin) con dos hojas rodeadas por una rama. El rectángulo central queda dividido mediante dos aspas en cuatro espacios triangulares. El superior y el inferior están decorados por sendos triángulos de 35 mm de base con un dragón (hierro 14 Irigoin). Sobre la base se disponen tres flores de seis pétalos y en el vértice de nuevo la misma flor. En los espacios triangulares laterales se ha impreso un hierro triangular con motivos fito-mórficos de 70 mm de base igual al reproducido por Irigoin 13.50 Las anulas que remachan las intersecciones de los filetes decoran también los espacios en blanco.

El plano posterior consta de una primera cenefa a base de hierros de 33 x 15 mm con corazones enfrentados, una segunda con hierros de 30 x 12 mm con dos retículas en círculo lobulado (similar a hierro 5 Irigoin) y una tercera con hierros de 22 x 10 mm con motivos

47 Cf. la subscripción del f. 227r ��� �# �_�� �!� {�^��(|)�� <}�� ��� {�����<�~��� ���! �!� "~���. 48 Los ff. 1r–22v presentan frecuentes marginalia en latín que no son del Pinciano y que pueden ser reflejo de la

lectura del códice tanto en la Creta de cultura y lengua grecolatina como en la Italia humanista. 49 Cada cuaderno presenta custodios en el primer folio (márgenes superior e inferior) y en el último, aunque par-

te de esta numeración se ha perdido por el guillotinado. La numeración independiente de los fascículos de las dos secciones del manuscrito y la aparición en él de dos exlibris de la Universidad („Este es de la Universidad de Salamanca“), uno en f. 1r y otro en f. 110r, coincidiendo con el comienzo de los dos comentarios de Alejan-dro de Afrodisias, hizo pensar a Tovar, Catalogus (n. 9): 12, que la encuadernación de este manuscrito había sido realizada por la Universidad de Salamanca después de 1610 y que el encuadernador había reunido en este ejemplar dos volúmenes separados de la biblioteca del Pinciano. Como se ha visto, la numeración indepen-diente de las dos partes del códice se debe al cosido en dos bloques. Habrá que pensar que la aparición de dos exlibris fue ocasionada por el temor del escribano de la Universidad de que los dos bloques del códice fuesen desmembrados y vendidos por separado.

50 Se trata del mismo hierro que se encuentra en el Vat. Barb. gr. 249 (Creta, 1481): cf. Federici–Houlis, Legatu-re Bizantine Vaticane (v. n. 1): 60.

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florales rodeados de ramas. La decoración del rectángulo central es idéntica a la del plano anterior.

El libro constaba de dos cierres laterales de los que se conservan los orificios para los machos en el canto de la tapa y los cordones a base de tres lazos de cuero entrelazados en disposición triangular para cada cierre en el interior de la contratapa. También aquí, como en el manuscrito anterior, se ha cortado cuero y papel para dejarlos a la vista (por el exterior los lazos se han perdido). Los tres cortes están decorados con cartuchos circulares unidos mediante un entrelazado y pintados en color marrón y rojo, un tipo de decoración frecuente, como ya hemos visto, en las encuadernaciones cretenses, si bien en este caso y en el del Salm. 16 no se ha inscrito dentro de los cartuchos el nombre del autor o de la obra, como es habitual en otros códices de Creta. Sobre la decoración del corte lateral la Universidad salmantina imprimió el texto ‘A LEXAN.A.INME TE’, dejando dos estrechos espacios para los cordones de los cierres. El manuscrito estaba encadenado al mobiliario de la biblioteca de la Universidad mediante un único hierro fijado en el lateral superior de la contratapa que se conserva íntegro junto con los dos clavos de fijación.

4. Salmanticensis 20 Se trata de un manuscrito51 en papel (287 x 205 mm) plegado in quarto que contiene Tucídides y ha sido transcrito por un único copista anónimo. Llevaba al principio un binión a modo de guarda cuyos cuatro folios han sido cortados. No ha ocurrido lo mismo con el binión final, plegado in folio, que sí se ha conservado íntegro y que presenta dos filigranas: ‘Balance’ similar a 2471 Br. (Lucca 1482) y ‘Ciseaux’ similar a 3686 Br. (Génova 1460–1464). Las filigranas del cuerpo del códice son ‘Echelle’ 5911 Br. (Siena 1476–1494) y ‘Arbalète’ similar a 746 Br. (Lucca 1469–1473). Estos datos permiten situar la copia del manuscrito algo avanzada la segunda mitad del s. XV.

Ningún folio ha sido pegado al interior de las tapas, lo que permite ver los puntos de fijación de éstas en número de cinco. Los cuaterniones, numerados con letras griegas en el margen inferior del primer y último folio, han sido cosidos a través de cinco grecadas. La doble signatura de cada fascículo sería señal de que el cosido de los cuadernos se ha hecho en dos bloques.52

La encuadernación, de 288 x 202 mm, es de piel marrón oscura, que está más deteriora-da en la parte superior de la tapa. El lomo, de 75 mm, es redondeado; el canto, de 8 mm, acanalado y ligeramente biselado por el exterior del bocado. La piel del lomo superior e in-ferior se ha perdido, por lo que se puede ver la cabezada, hecha con hilo de color crema, sobre un núcleo recto y con un segundo cosido debajo al biés.

La decoración es idéntica en los dos planos.53 Dos filetes dobles enmarcan una cenefa exterior decorada por hierros rectangulares (17 x 13 mm) con una flor rodeada de un ra-maje. El siguiente friso queda en blanco salvo por la impresión de cuatro flores de cinco pé-talos de 5 mm en sus ángulos interiores. El tercer friso se compone de hierros (14 x 10 mm)

51 Cf. Dain, Liste des manuscrits de Thucydide (v. n. 25): 22; Tovar, Catalogus (v. n. 9): 20s. 52 Seguramente la letra � que aparece escrita en el margen inferior del f. 136v (al final del fascículo ��, el décimo-

séptimo) indicaba que en ese punto comenzaba el segundo bloque de cuadernos. Sin embargo, el último cuaternión señalado es el �� (37), por lo que los dos bloques no constarían del mismo número de fascículos.

53 Responde al esquema 11 de Federici–Houlis, Legature Bizantine Vaticane (v. n. 1): 66.

Encuadernaciones bizantinas de la Biblioteca Universitaria de Salamanca

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con motivos geométricos. En el rectángulo central se han impreso en vertical tres rombos de 10 mm con formas geométricas entre los que aparece la flor de cinco pétalos y un hierro minúsculo formado por un círculo. Este círculo se repite en grupos de tres en cada uno de los ángulos del rectángulo central y de forma individual rodeando cada vértice de las formas romboidales.

El manuscrito carecía de bullones y tenía dos cierres laterales: en el canto de la tapa se conservan los orificios para los machos y en el interior de la contratapa los cordones entre-lazados embutidos en sus tres orificios dispuestos en forma triangular que por el exterior se han perdido. Había un único hierro para el encadenado del ejemplar a los muebles de la Biblioteca de la Universidad, pero de él sólo se conservan los orificios, en el lateral superior de la contratapa, para la fijación de los dos clavos. El corte lateral dice TH VCY DI, dejando un estrecho espacio para los broches.

5. Salmanticensis 74

Escrito en pergamino de buena calidad (280 x 198 mm), el Salm. 7454 contiene la Historia de Tucídides precedido de la Vida anónima del historiador griego. Aunque Tovar fecha la copia en el s. XV apoyándose en la opinión de Graux,55 las filigranas de los bifolios inicial y final, que están cosidos, y no pegados, al cuerpo del códice ‘Hache’ 7505 Br. (Tirlemont 1378) en el bifolio inicial y ‘Mont’ sim. a 11678 Br. (Fano 1373) en el bifolio final – in-dican que la copia y la encuadernación fueron realizadas probablemente a finales del s. XIV.56

Varias lagunas del texto en el último fascículo, el decimoquinto, han sido suplidas por una mano posterior y gráficamente muy distinta de la del copista principal, la misma que en el margen superior del recto de la primera hoja de guarda escribió el exlibris ��� ��!�-������. Razones de orden paleográfico excluyen que se trate del humanista Francesco Filelfo, como suponía Tovar,57 aunque tampoco puede ser Francisco Bravo, como pensaba Graux.58 Seguramente se trate de un humanista italiano, el propietario del códice anterior al

54 Cf. Dain, Liste des manuscrits de Thucydide (v. n. 25): 22 y Tovar, Catalogus (v. n. 9): 33s. 55 Charles Graux, Rapport sur une mission en Espagne et en Portugal. Notices sommaires des manuscrits grecs

d’Espagne et de Portugal [extrait des Nouvelles Archives des Missions scientifiques et littéraires II], Paris 1892: 161.

56 El copista anónimo parece especialmente interesado en los acontecimientos narrados por Tucídides referidos a Sicilia, ya que en el margen superior del f. 95v (poco después del comienzo del libro VII) escribe en unciales ������! y en el margen lateral interior de ese mismo folio <��� �@� ������!�. Correcciones al texto y adiciones en los márgenes han sido hechas por varias manos coetáneas.

57 Cf. al respecto la opinión expresada por Dieter Harlfinger en Paolo Eleuteri, Francesco Filelfo copista e possesore di codici greci, en: Paleografia e codicologia greca (v. n. 40): I 163–179: 168. Tampoco desde el punto de vista tipológico la firma se aviene bien con el exlibris griego de Filelfo en códices como el Laur. Plut. 59, 22, ff. 5v y 460v.

58 Seguido por Signes Codoñer, Biblioteca y epistolario (v. n. 10): 19. Francisco Bravo es un personaje de principios del s. XVII al que perteneció tanto el Salm. 2752 como los Escur. R III 15 y T II 3 (para él véase la información recogida en Teresa Martínez Manzano, Otra falsificación darmariana, en: Helmantica 57 (2006): 63–75, en esp. 68s.), y no se entendería que marcase con su exlibris un manuscrito que desde hacía décadas obraba en poder de la Universidad de Salamanca. El Salm. 74 tiene – recordémoslo – en el margen inferior del f. 1r el exlibris „Es de la Universidad de Salamanca“ mandado poner por la Universidad antes de 1553.

Teresa Martínez Manzano

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Pinciano, al que por el momento no podemos situar con certeza en ningún período concreto del s. XV.59

No tenemos datos sobre el origen del Salm. 74, pero una pequeña glosa podría aportar luz sobre su procedencia. En su estudio sobre la recensión cretense de Tucídides llevada a cabo por Miguel Apostolio y sus consorcios, Powell60 apunta cómo Apostolio realizó en 1461 una visita a su ciudad natal, Constantinopla. Allí encontró un manuscrito de Tucídi-des, Bodleianus Canonici 48,61 del que extrajo una copia que portó consigo a Creta: el Vat. Urb. gr. 91. El manuscrito Bodleianus contiene numerosos escolios y glosas, que Apostolio no copió, salvo una – ��$�^�� ��! �������� – escrita sobre el texto �����^ �����! (I, 3, 4), que Apostolio confundió e incluyó en el texto principal, transcribiendo el pasaje en su copia vaticana del siguiente modo: �����^ ��$�^�� ��! �������� �����!. De suerte que esta corrupción caracteriza a todos los descendientes del Vat. Urb. gr. 91. Es interesante, sin embargo, el dato señalado por Powell de que la glosa ��$�^�� ��! ����-���� que dio lugar a esta corruptela no se conoce por ningún otro testimonio.62 Pues bien, la glosa en cuestión – en la forma más abreviada ��$�^�� ��! – está presente precisamente en el Salm. 74, transcrita, no dentro del texto principal, y tampoco en la interlínea, sino en el margen inferior del f. 2r. Que de este dato debamos deducir que el Salmanticensis se en-contraba en Constantinopla igual que el Bodleianus Canonici 48 y por la misma época es seguramente precipitado, pero es hasta ahora la única pista sobre el posible origen del manuscrito.63

La encuadernación de este Salm. 74, de 290 x 205 mm, de color marrón oscuro tirando a granate, es sin duda original, pero presenta tres peculiaridades que la diferencian de las siete restantes: por un lado, el lomo – sin nervadura, de 50 mm – no tiene cofia porque la cabezada (única y sobre núcleo duro) no se prolonga sobre las tapas y no está por tanto fijada en ellas;64 en segundo lugar, los cantos, de 11 mm de grosor, no están acanalados, sino biselados (como también el bocado por la parte externa); y en tercer lugar, tampoco la fijación de las tapas a los cuadernos es la habitual, sino que el bramante pasa en la tapa por dos orificios en paralelo al largo de los cuadernos y en la contratapa por cuatro. El cosido se ha hecho a través de cuatro grecadas.65

59 Por error al consultar los datos que aporta Alexander Turyn, The Byzantine Manuscript Tradition of the

Tragedies of Euripides, Urbana 1957: 163, relativos al Vindob. Philol. gr. 289 transcrito por un desconocido ���������� c. 1500 y con obras de Eurípides, Gabrielle Lherminier, Un épisode de l’histoire du texte de Paul d’Égine au XIVe siècle: les deux copies de Pierre Télémaque, en: Revue d’Histoire des Textes n.s. 5 (2010): 1–23, en esp. 3 y n. 14, afirma que el Salm. 74 perteneció al cardenal Thomas Bakàcs y a Auger de Busbecq.

60 J. Enoch Powell, The Cretan Manuscripts of Thucydides, en: Classical Quarterly 32 (1938): 103–108: 103. 61 De finales del s. XIV o principios del XV. El ejemplar oxoniense muestra marginalia de Ciriaco de Ancona. 62 Tampoco figura entre los escolios: cf. Karl Hude (ed.), Scholia in Thucydidem ad optimos codices collata,

Lipsiae 1927, ad loc. 63 Me propongo volver sobre la historia de este manuscrito Salm. 74 con nuevos datos en otro lugar, dado que

las conclusiones crítico-textuales de Powell han sido revisadas posteriormente por Giovan Battista Alberti, Questioni tucididee, en: Bolletino dei Classici 12 (1964): 41–56, y id., Thucydidis Historiae, I (Libri I–II), Romae 1972: CLXXX–CLXXXV y CXLIV–CLXIV.

64 Las partes superior e inferior del lomo están muy deterioradas y han perdido la piel. Además, a lo largo del lomo la piel está reseca y en parte despegada, lo que permite ver la arpillera.

65 Los custodios aparecen en ocasiones en el margen inferior derecho y en otras en el margen superior, en el primer y último folio, pero en parte se han perdido por el guillotinado.

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La decoración es idéntica en los dos planos:66 un rectángulo formado por filetes triples se divide mediante tres líneas horizontales, tres líneas verticales, dos diagonales y un rom-bo, dando lugar a 32 triángulos de idénticas dimensiones en los que no se ha impreso nin-gún hierro decorativo. Las intersecciones de las líneas, que son todas de triple filete, están marcadas por anulas formadas por dos círculos concéntricos (de 8 mm el exterior). Da la sensación, tanto por su factura como por la escueta decoración, de que se trata de una encuadernación modesta y elaborada rápidamente.

En el plano anterior hay marcas de los cuatro bullones de las esquinas (13 mm de diá-metro) y restos del metal del bullón central; en el plano posterior, se conservan restos de metal de los bullones central y derecho superior. El libro constaba de dos cierres laterales, de los que quedan en la tapa posterior las marcas en forma de sendos grupos de tres orifi-cios dispuestos en triángulo para la sujeción de las correas. Del cierre lateral superior se conservan los tres cordones trenzados. En el canto lateral de la tapa anterior se observan los dos orificios para los machos. En el lateral superior de la contratapa se conservan dos orifi-cios para los clavos y las huellas del hierro para la cadena que preservaba al manuscrito de posibles hurtos en la Biblioteca. En el centro del corte lateral se lee THVCIDIDES (sic), que-dando espacios libres a los lados para cerrar los broches.

6. Salmanticensis 115

El Salm. 11567 es un manuscrito en papel (204 x 142 mm) plegado in quarto cuyas filigra-nas corresponden a papel italiano de ca. 1450.68 Contiene las obras de Arriano Anábasis e Índica, entre las cuales se ha insertado un cuaternión con dos opúsculos tardíos de Jorge Gemisto Pletón, uno de los cuales – la Oración fúnebre por Helena Paleologuina – es posterior al 23 de marzo de 1450. En función del ductus de los cuatro copistas y del conte-nido del manuscrito, acorde a los gustos literarios del entorno de Pletón, la confección del ejemplar se sitúa en el ámbito de la escuela del famoso filósofo neoplatónico en Mistra.69 El exlibris del humanista boloñés Lianoro Lianori (†1478) que se lee en el borde superior del verso de la primera hoja de guarda, Liber mei Lianori Bononi<ensis>, proporciona un ter-minus ante quem para la copia del códice,70 que se realizó, por tanto, en el tercer cuarto del s. XV, seguramente poco después de 1450. No queda margen temporal para que el libro haya sido objeto de una reencuadernación, por lo que podemos ubicar con seguridad la en-cuadernación de este ejemplar en el Peloponeso, en los primeros años de la segunda mitad del s. XV.

Las tapas miden 204 x 135 mm y tienen 10 mm de grosor. La tabla de la contratapa está tronzada. El canto es liso, no acanalado, y las tapas están biseladas por el lado externo del bocado. El lomo, de 70 mm, está ligeramente redondeado. La piel que cubre las tapas es de

66 Sigue en líneas generales el esquema 5 de Federici–Houlis, Legature Bizantine Vaticane (v. n. 1): 66. 67 Cf. Tovar, Catalogus (v. n. 9): 37s. 68 Similares a 5956, 11656, 3984 y 3668 Br. 69 Teresa Martínez Manzano, Un códice de la escuela de Pletón propiedad de Lianoro Lianori, en: Néa Rhóme 5

(2008): 397–404. 70 Teresa Martínez Manzano, Un nuevo manuscrito de Lianoro Lianori en Salamanca, en: Munus quaesitum

meritis. Homenaje a Carmen Codoñer. Ed. Gregorio Hinojo y José Carlos Fernández Corte, Salamanca 2007: 571–583.

Teresa Martínez Manzano

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color avellana y en parte está pelada (y en el plano posterior en buena medida arrancada). Dado que el cuero no cubre la totalidad de las tablas de madera en su interior, puede apre-ciarse el sistema de fijación del bloque de cuadernos a las tapas: los cuadernos están cosi-dos a través de cuatro grecadas y la fijación de las tapas se ha realizado mediante cuatro ranuras en zig-zag, que se observan en el interior de la tapa y de la contratapa.71 A modo de hojas de guarda se ha cosido al principio un binión, plegado in quarto, cuya filigrana es la misma que una de las que aparecen en el cuerpo del manuscrito: ‘Mont’ 11656 Br. (Udine 1452). La pérdida de parte de la piel en la parte superior del lomo permite ver algo de la arpillera. El capitel superior, en parte desprendido, está confeccionado con un hilo de color crema, cosido recto sobre un núcleo de cuerda, y se prolonga sobre las tapas sujeto median-te dos orificios.

Los hierros son los mismos en tapa y contratapa y conforman una decoración muy tosca. En el plano anterior se aprecian mejor los motivos decorativos y su disposición por no haberse deteriorado tanto. Un friso formado por filetes dobles enmarca un rectángulo central decorado con cadenetas entrelazadas dispuestas en tres filas horizontales y una ver-tical y rodeado por una cenefa decorada mediante una sucesión de hierros cuadrangulares (8 mm) que contienen dentro, en círculo, lo que parece un animal.

Las tapas no tenían bullones, pero sí dos cierres laterales. Con todo, los cierres del libro no son los tradicionales hechos a base de cordones de cuero entrelazados: lo que se observa en la contratapa son dos hendiduras en la madera que sostendrían unas manezuelas que en-garzarían con sendos botones metálicos sujetados en la tapa mediante sendos grupos de tres agujeros taladrados en disposición triangular.72 En el lateral superior de la tapa hay un hierro fijado mediante dos clavos que serviría para encadenar el manuscrito al estante de la Biblioteca Universitaria. El lateral inferior de la contratapa presenta otros dos orificios en los que se sujetaba un segundo hierro que se ha perdido. En el corte inferior se lee ARRIAN y en el lateral ARRIANUS, ocupando todo el largo del corte. Por tanto, en el s. XVI los cier-res ya no estaban en uso.

7. Salmanticensis 236

Se trata de un ejemplar en papel73 plegado en cuarto (220 x 157 mm) que contiene dos tra-tados gramaticales transcritos por sendos copistas anónimos: los Epimerismos a los Salmos de Jorge Querobosco (ff. 1r–99r) y una compilación gramatical anónima cuya fuente pare-cen ser los escolios a la Gramática de Dionisio Tracio y que pudo haber sido reunida por Lucio Tarreo (ff. 106r–233v).74 La filigrana a lo largo de todo el códice – y también en el

71 Los custodios se encuentran en el margen inferior del primer y último folio, pero no de forma regular. Sobre

el interior de la madera de la tapa una mano griega ha escrito una indicación de dos líneas, tapadas en su final por la piel de la encuadernación, referente a un precio: ��� �!��� �# ��… ����� � �!�… En la madera de la contratapa el Pinciano ha escrito distintas cuentas domésticas.

72 Y no para embutir lazos. Por otra parte, los cantos no presentan orificios. 73 Cf. Tovar, Catalogus (v. n. 9): 59s. 74 Cf. f. 143r �!��! ������� � �!��!��� <!�!��"��!�. Véase también John A. Cramer, Anecdota Graeca e codd.

manuscriptis Bibliothecarum Oxoniensium, IV, Oxonii 1837: 322, a partir del códice Lond. British Museum Add. 5118. Una compilación de contenido semejante se encuentra en el Matr. 4613.

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binión final que se ha colocado a modo de hojas de guarda, el último de cuyos folios se ha pegado a la cara interior de la contratapa – es ‘Balance’ con contramarca ‘A’ 2594 Br. (Venecia 1500). Una segunda filigrana se encuentra en el penúltimo binión, ‘Chapeau’ con contramarca 3457 Br. (Ferrara 1504). Estos datos permiten situar la elaboración de la copia y de la encuadernación entre los últimos años del s. XV y los primeros del s. XVI.

El cosido de los cuadernos se ha hecho a través de cinco grecadas. Los cuadernos están numerados en el margen inferior del primer y último folio, en una posición variable. Como folios de guarda se han añadido sendos biniones al principio y al final, de los que se ha pe-gado un folio al interior de las dos tapas (del binión inicial se han cortado los tres restantes folios).

La encuadernación mide 220 x 157 mm, las tablas tienen 10 mm de grosor y están bise-ladas por el lado externo del bocado. Su canto está sin acanalar. El lomo está ligeramente redondeado75 y está decorado a base de filetes dobles que se cortan en diagonal, la misma decoración que se encuentra en el Salm. 285. La piel es de color marrón y está en parte pe-lada. Se ha perdido algo de la piel de la cofia, lo que permite apreciar buena parte del cosi-do de la cabezada, hecha con hilo de color crema sobre un único núcleo de cuerda y decora-da con un segundo hilo rojo que en parte se ha perdido. El cosido de fijación se ha hecho a través de cinco puntos en la tabla.

El ejemplar carecía de bullones pero tenía dos cierres laterales. En el canto de la tapa se conserva los orificios para los machos y en la contratapa dos orificios para cada uno de los cordones, que eran de color negro. De los hierros de la Biblioteca se conserva completo el del lateral superior de la contratapa, mientras que el de la tapa se ha perdido pero ha dejado rastro en el lateral inferior, ya que donde estaba colocado ha desaparecido parte de la piel y se puede ver la madera de la tabla.

La decoración de ambos planos es idéntica y no tiene grandes pretensiones: una orla formada por tres marcos de doble filete enmarca una cenefa hecha a base de hierros rectan-gulares (17 x 14 mm) con motivos geométricos. Siguen dos filetes triples que forman un friso que se deja vacío salvo por dos flores de cuatro pétalos en rombo (9 mm) en mitad de los laterales. El rectángulo central se ha decorado a base de la repetición 25 veces de este mismo hierro romboide formando un gran rombo en el centro, el cual está custodiado arriba y abajo por otras dos formas romboidales más pequeñas formadas por la disposición de cuatro de los hierros romboidales con el motivo de la flor.

En el corte lateral y centrado se lee CHOER: semejante abreviatura de Choeroboscus y su disposición en el centro del corte indica seguramente que los cierres estaban en uso cuando éste se imprimió.

8. Salmanticensis 285

El Salm. 285,76 plegado en cuarto, es un códice en papel escrito por dos copistas anónimos contemporáneos (212 x 143 mm). El primero (ff. 1r–107r) ha transcrito el tratado Sobre la

75 En él hay restos de un segundo tejuelo rectangular en el que se aprecia el número ‘2’, situado debajo del

tejuelo habitual redondo. 76 Cf. Tovar, Catalogus (v. n. 9): 68–70.

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sintaxis de Miguel Sincelo y la Theologia Graeca de Cornuto, mientras que el segundo (ff. 111r–165v) ha copiado tres tratados bizantinos de teoría retórica. Las dos partes del có-dice tienen numeración distinta. Aunque algún estudioso moderno ha querido ver en el escriba de la primera parte la mano del cretense Manuel Gregorópulo,77 no se trata de él, sino de un copista de escritura arcaizante y ductus semejante al de los copistas de esta cono-cida familia de escribas cretenses. Los folios de guarda del ternión inicial, de los que el pri-mero se ha pegado al interior de la tapa, presentan como filigrana ‘Balance’ con contramar-ca ‘A’ 2594 Br. (Venecia 1500); en el resto de los folios se observan a lo largo del códice distintos tipos de balanza, pero uno se identifica con certeza con 2480 Br. (Venecia 1490).78 El manuscrito de Salamanca y su encuadernación pueden datarse, por tanto, en la intersec-ción entre los dos siglos.

Digno de señalarse, por lo demás, es el dato de que un lector anónimo ha reivindicado para el primero de los tratados retóricos que configuran la segunda parte del manuscrito, \��� �_ <�������&^ �@� ������@� (ff. 111r–114v), la autoría de Miguel Glicas, escri-biendo sobre el título {���� ������, y para el segundo, que el epígrafe atribuye expresa-mente a Mateo Camariotes, �<����� ��� �� ������� �� �_ ����&^ �_ ������ ����-�&�� ����"���! �<# ��� ���^����� �!� ������^����� ������ ��� �!�!��=��� (ff. 119r–163r, l. 3),79 la autoría de Jorge Gemisto Pletón, añadiendo también encima del nombre de Camariotes que se lee en el título la indicación {�^����� {�������, y de nuevo {�^����� {������� encima de la lacería en tinta roja que encabeza la copia del texto. Recuérdese que Camariotes († ca. 1490) fue nombrado megas rhetor de la escuela patriarcal de Constanti-nopla tras la toma de la ciudad y que este epítome de la doctrina hermogeniana debe de ser fruto de su enseñanza de la disciplina retórica en la capital del Imperio recién desaparecido. La mención de Camariotes como ������=�!��� ������ haría referencia precisamente a este cargo académico. Sin embargo, la valoración del dato de que la atribución de este escrito en el manuscrito de Salamanca ha sido corregida por un lector señalando la autoría de Pletón ha de hacerse quizás a la luz del enfrentamiento ideológico que existía entre Ple-tón y Camariotes.80 El tercer tratado es un epítome de los Progymnásmata de Aftonio (ff. 163r, l. 4–165v) que no tiene atribución expresa, aunque la autoría es asimismo de Camario-

77 Cf. Peter Krafft, Die handschriftliche Überlieferung von Cornutus’ Theologia Graeca, Heidelberg 1975: 128 y

131, seguido por Paolo Eleuteri, Storia della tradizione manoscritta di Museo, Pisa 1981: 172 n. 78. Con menos razón aun, Tovar, Catalogus (v. n. 9): 70, atribuye dubitativamente la copia al padre de Manuel, Jorge Gregorópulo.

78 A estos datos debe añadirse el de que el texto de Sincelo deriva del Vat. gr. 1121 – copiado por Constantino Láscaris y por su colaborador Manuel en Milán entre 1458 y 1465 –, pero a través de un eslabón intermedio, un modelo anotado que ha recibido también la influencia del Vat. gr. 1751: cf. Daniel Donnet, Le Traitè de la construction de la phrase de Michel le Syncelle de Jérusalem. Histoire du Texte, édition, traduction et com-mentaire, Bruxelles–Roma 1987: 52–61.

79 Las indicaciones que da Tovar, Catalogus (v. n. 9): 69, sobre el contenido de esta parte del ejemplar son incorrectas, en especial el dato de que se trata de un compendio inédito de Camariotes de la obra completa de Hermógenes. El texto corresponde a la edición de Christian Walz, Rhetores Graeci, I–VI, Stuttgart–Tübingen 1832–1836: 601–644. Varios manuscritos contienen este epítome de Camariotes con diversas variaciones en el epígrafe. El título del Salm. 285 coincide con el del Par. gr. 2973 (cf. Walz 599).

80 Si bien una ������ <��� ��^ ���_ �@� ������@� se atribuye al famoso filósofo de Mistra en el Par. gr. 2926, que ha servido de base para la edición de Walz, Rhetores Graeci (v. n. 79): VI 546–595. En el margen inferior derecho del f. 119r del Salm. 285, y escrito al revés y semiborrado se lee: �$�! �_ �$� ����.

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tes.81 Por tanto, no sería desatinado pensar que el manuscrito procede en última instancia de la escuela de este último.

Los folios tienen dimensiones más grandes que las tapas. La encuadernación es de 212 x 141 mm. El último folio del cuaternión final ha sido pegado al interior de la contratapa. El cosido de los cuadernos se ha hecho a través de tres grecadas y el cosido de fijación a través de tres puntos en las tapas. La cabeza y pie del lomo han desaparecido en buena medida, pero sí se conserva su prolongación en las tapas. El canto de las tapas es liso, sin acanalar, de 9 mm de grosor, y está biselado en el exterior del bocado. La cabezada está hecha sobre un núcleo de cuerda con hilo de color crema y decorada con un segundo hilo rojo. La ar-pillera es de pergamino escrito en caracteres latinos.

El ejemplar constaba de dos cierres laterales. En la contratapa se conservan dos orificios para fijar los lazos de cada uno de los dos cierres y en el canto lateral de la tapa sendos orificios para los machos de los cierres. En el lateral inferior de la contratapa se observan dos orificios para los dos clavos del hierro de la Biblioteca, que no se han conservado, mientras que en el lateral superior de la tapa hay restos del hierro y de los dos clavos.

La piel de la encuadernación es de color marrón oscuro. El lomo está decorado con filetes dobles dispuestos en diagonales que se cortan, como en el Salm. 236. La decoración de los planos es modesta: en las dos tapas un rectángulo de triple filete encuadra la decora-ción, que incluye sucesivos rectángulos concéntricos. La cenefa entre el primero y el segun-do de los rectángulos está hecha a base de hierros rectangulares (22 x 12 mm) formados por filetes dobles horizontales y dentro un motivo floral, un tallo que se desdobla en dos hojas. El espacio central está dividido mediante dos diagonales. Apoyados en el lado externo de estas diagonales se han impreso unos semicírculos, a razón de cuatro por cada semidia-gonal. Los triángulos superior e inferior formados por las diagonales se han decorado con motivos florales: en la base, tres flores de seis pétalos y seis hojas en círculo (13 mm de diámetro) y en cada lateral dos flores de lis, una en el vértice (14 mm de largo) y tres flores más pequeñas en el centro de cada triángulo. En el centro de los dos triángulos laterales se ha estampado una vez la misma flor de seis pétalos y seis hojas. En la contratapa el esque-ma es el mismo, aunque varía ligeramente el número de flores de los triángulos y el de los semicírculos de las diagonales.

Siguiendo las indicaciones del pínax del f. Ir, en donde aparece en primer lugar el nombre Camariotes tachado, se han elaborado los títulos de los cortes: el inferior dice CAMARIOTES y el lateral C AMARI OTE, dejando espacio libre para los cierres originales, de lo que se deduce que cuando se imprimieron los cortes, los cierres bizantinos todavía esta-ban en uso.

No queremos dar fin a esta contribución sin señalar que en el proceso de renovación de en-cuadernaciones de los libros del Pinciano se debieron de perder algunas encuadernaciones bizantinas, algunos de cuyos elementos estructurales fueron, sin embargo, reutilizados oca-sionalmente: es el caso del incunable Salm. 288 con las Epístolas de filósofos y oradores griegos compiladas por Aldo en 1499. La tapa posterior de la encuadernación de este incu-

81 Edición del texto en Walz, Rhetores Graeci (v. n. 79): I 121–126. A la misma opinión sobre la autoría del

texto había llegado el Pinciano cuando en f. 163 afirma: Hucusque in codicibus impressis ab Aldo. Desideran-tur enim quae sequuntur reliqua ad praexercitamenta pertinentia. Existimo autem voluisse Camariotem in compendium redigere etiam Aphthonii progymnasmata et quod in Hermogenem fecerat, idem in Aphthonium facere.

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nable procede con certeza de un manuscrito bizantino del Pinciano: tiene los cantos acana-lados, está biselada por el lado externo y tiene cinco orificios en el lateral superior e inferior para afianzar la cabezada. Éstos son, como hemos tenido ocasión de ver, tres de los rasgos que definen las tablas de madera que protegen a los manuscritos bizantinos que han conser-vado su encuadernación original. Algo semejante ha ocurrido con el incunable Salm. 209, que contiene el Etymologicum Magnum en la edición de 1499. Está encuadernado con ta-blas típicas de encuadernaciones bizantinas: acanaladas, biseladas por el lado externo a la altura del lomo y con el sistema de fijación en zig-zag. Las tablas están al aire, sin cuero que las recubra y muestran la arpillera en el lomo.

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ca, B

iblio

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Martínez Manzano

Fig.

6 –

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Sala

man

ca, B

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Martínez Manzano

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8 –

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Sala

man

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Martínez Manzano

Fig.

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9 –

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