EL PROGRESO AGRÍCOLA Y PECUARIO CONCURSO DE ...

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AÑO XXIX MADRID, 7 DE ENERO DE 1923 NúM. 1.277 EL PROGRESO AGRÍCOLA Y PECUARIO CALIFICADO EL MEJOR DE LOS PERIÓDICOS AGRÍCOLAS DE ESPAÑA EN EL CONCURSO DE MADRID DE 1902 Dlreodón y Administración SE PUBLICA LOS DÍAS 7, 15, 22 DIRECTOR: Plaxa d« 4krieDt«, nnm. 7, bajo Apartado de Correos ntm. 12.034. Y ÚLTIMO DE CADA MES D. ANDRÉS GARRIDO Centro de suscripciones En todas las principales librerías de Madrid y provincias. NUMERO' EXTRAORDINARIO DEDICADO AL CONCURSO DE MOTOCULTIVO DE TOLEDO Lo que se persiguió en este Concurso. En la organización y en el desarrollo de las Demostra- sintetizar en un número gran parte de dichas circuns- ciones de cultivo mecánico realizadas en Sevilla y Zarago- tancias, se adoptó, como complementaria, la norma reco- za, rigió el propósito de apreciar con todo el rigor posible, mendada por M. Ghapt, o sea la denominada por nos- El Jurado del concurso. dentro délas premuras impuestas, Lis circunstancias más otros «Coericientes técnicos de comparación». Se preteu- salientes en trabajo y en consumo de los diversos equipos día con estas primeras manifestaciones de la reforma, que a pruebas se sometieron; y buscando el modo de hacer propaganda útil, mostrando en funcionamiento los

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AÑO XXIX MADRID, 7 DE ENERO DE 1923 NúM. 1.277

E L PROGRESO AGRÍCOLA Y PECUARIO CALIFICADO EL MEJOR DE LOS PERIÓDICOS AGRÍCOLAS DE ESPAÑA

EN EL CONCURSO DE MADRID DE 1902

Dlreodón y Administración

SE PUBLICA LOS DÍAS 7, 15, 22 D I R E C T O R : Plaxa d« 4krieDt«, nnm. 7, bajo Apartado de Correos ntm. 12.034.

Y ÚLTIMO DE CADA MES D. ANDRÉS GARRIDO Centro de suscripciones En todas las principales librerías de Madrid

y provincias.

N U M E R O ' EXTRAORDINARIO DEDICADO AL

CONCURSO DE MOTOCULTIVO DE TOLEDO

Lo que se persiguió en este Concurso. En la organización y en el desarrollo de las Demostra- sintetizar en un número gran parte de dichas circuns-

ciones de cultivo mecánico realizadas en Sevilla y Zarago- tancias, se adoptó, como complementaria, la norma reco-za, rigió el propósito de apreciar con todo el rigor posible, mendada por M. Ghapt, o sea la denominada por nos-

El Jurado del concurso.

dentro délas premuras impuestas, Lis circunstancias más otros «Coericientes técnicos de comparación». Se preteu-salientes en trabajo y en consumo de los diversos equipos día con estas primeras manifestaciones de la reforma, que a pruebas se sometieron; y buscando el modo de hacer propaganda útil, mostrando en funcionamiento los

ÜJL il'KUUKitSÜ AeSIOOLA 7 JfBOTTAlUU

equipos de motocultivo y aprovechando este hecho para deducir consecuencias que permitieran pasar de nuevas suposiciones a probabilidades por lo menos.

Fué objeto el coeficiente técnico a raíz de celebrarse la Demostración de Zaragoza, dw severa crítica en una pu­blicación tan estimada como EL PROGHESO JGHÍCOLAY PE-

apreciación establecidas en los Concursos de Sevilla y Zaragoza, pero prescindiendo de la determinación de coeücieutes técnicos y realizando en cambio otras apre­ciaciones que claramente constan en la Memoria publi­cada. Estas apreciaciones, que particularizan la Demos­tración de Lérida, han sido, con oposición también, cri-

Tractor <Agro>, de 12 HP., con arado brabante.

cuABio; recibimos con toda atención y respeto las olije-ciones que a tan importante dato se hacían, y si bien no se atenuó en nosotros el interés de perseverar en tan re­comendable resumen de apreciación, sí vimos que en muchos Concursos, y prueba como el de Toledo, no se podría acudir a él, por impedirlo dificultades de determi­nación, hasta donde es posil)le exacta, de profundidades y anchura de surco, e inconvenientes de discontinuida des de labor por obstáculos materiales cual, por ejemplo, el creado por la abundancia de vegetación arbustiva. Atendimos a la crítica hecha, pero sin abandonar la idea dedeterminar y perfeccionar, cuando las circunstancias son propicias, ese di cutido resultado, en el que tantas cosas pesan; hasta muchas es' nciales y en gran parte es­condidas, correspondientes al conjunto de fenómenos que se incluyen en la termodinámica del motor de combus­tión interna.

Siguió a las Demostraciones indicadas, otra de mucha importancia también, la organizada en Lérida por la Mancomunidad de Cataluña; no pudimos asistir a esta Demostración, pero por lo publicado de ella y por las re­ferencias que de la misma no> dio uno de los ingenieros de la Estación de Ensayo de máquinas, que en concepto de técnico de este servicio oficial fué honrado con el nombramiento de miembro del Jurado calificador, sabe­mos que en ella se siguieron muchas de las normas de

ticadas en esta misma Revista, que con tanto interés recoge y analiza los resultados de los concursos de cul­tivo mecánico que en España se efectúan.

* * *

Considerando suficientemente divulgado con las De­mostraciones dichas el cultivo mecánico; teniendo en cuenta, además, que para España el asunto es de gran importancia, pero que no puede ser admitida la reforma sin concienzudas apreciaciones y perseverantes estudios previos; viendo ya que muchos agricultores están verda­deramente impuestos en lo que el cultivo mecánico su­pone, y habiendo advertido también la desilusión de al­gunos de ellos que lo adoptaron sin obtener beneficios, y que atribuyen el fracaso al sistema en sí y no a lo que verdaderamente lué la causa de que el intento se frus­trase (impremeditación, caso no adaptado, falta de per­sonal idóneo para el gobierno y conservación del equipo, carestía de los carburantes, etc., etc.), la Estación de Ensayo de máquinas juzgó llegado el momento de cam­biar el carácter que recomendó para las primeras demos­traciones públicas de motocultivo, sustituyendo el pro­pósito de sólo propaganda o divulgación por el de apre­ciaciones de hechos fundamentales en la técnica de la trascendental innovación.

Con este nuevo propósito fué organizada la Demostra-

fit. PiMMftiSÓ A«ÍdOOÍ.Á t PlOÜAMd

ción de Toledo, en la cual se había de poner de manifles-to la posibilidad y hasta la facilidad de labrar con los equipos de cultivo mecánico en parcelas de relativa cor­ta extensión, cuyos linderos se suponían además infran­queables.

* * *

No fué fácil la organización y fué difícil el desarrollo de este certamen. El presidente del Consejo de Fomento y el presidente y los vocales de la Cámara Agrícola, que con verdadera firmeza trataban de llevar a efecto el Con­curso, eligieron primeramente unos terrenos muy bien situados por la proximidad a la población y las facilida­des de acceso, pero eran muy reducidos y se hubo de desistir de efectuar en ellos las pruebas. Se optó luego por otros terrenos extensos sobradamente, pero alejados de la población, labrados hacía poco, por lo cual mos­traban el alomado de la última labor de aricar que se les dio y en los que abundaba la retama, si de brote no muy grande, con cepa en verdad corpulenta.

La distancia al poblado había de dificultar, como di­ficultó, el desarrollo de la Demostración, restaría públi­co a la misma y elevaría los gastos, siempre altos, que se les origina a los organizadores de estos certámenes y

comparables ciertas deducciones, tales que las de canti­dad de labor por unidad de tiempo.

En cambio, por estas dos últimas circunstancias del terreno y por las normas acordadas para el desarrollo de la Demostración de que se trata, en ésta se había de mos­trar el cultivo mecánico en condiciones de dificultad y, por tanto, en circunstancias especiales de convicción. Perjudicada en algo la adherencia por el removido de las capas superficiales de la tierra; creando fuertes obstácu­los la vegetación arbustiva, y obligados los equipos a no rebasar con los apoyos los límites de las parcelas, la prueba que por todo ello resultaba era en verdad dura, y nos permitimos decir que también con certeza decisiva, pcfr lo que respecta al hecho de poder labrar con los mo­tores mecánicos aun en circunstancsas tan poco favo­rables.

Varios de los señores representantes de material de motocultivo, que se proponían tomar parte en la Demos­tración, inspeccionaron previamente los terrenos en que habían de realizarse las pruebas, y al apreciar las difi­cultades del trabajo pretendido, dudaron entre inscribir­se o no; fué un momento de indecisión que pasó pronto, tomando después el acuerdo de concurrir, por lo que nos complacemos en tributarles a ellos, como a los demás que

Tractor <Aa8iin>, de 25 HP., con blsurco «OUver», de 12 pnlgadas.

a los concurrentes con máquinas. El aricado del terreno imposibilitaría las determinaciones algo exactas de pro­fundidades de surcos y, por tanto, impediría toda dedu-ción algo rigurosa de lo que en dicho dato hubiera de basarse. Y la existencia en abundancia de la retama, crea­ba una gran dificultad para el trabajo uniforme de los equipos y habría de impedir quí fueren con algún rigor

concurrieron, nuestro modesto aplauso, diciendo, que nunca es tiempo ni dinero perdido el que se emplea en cuestiones de tan vital interés patrio. Pudo ser penoso y no dar resultado comercial el Concurso de Toledo, pero en él se hizo mucho en pro del crédito motocultivo; se sembró para recoger cuando las circunstancias sean pro-' picias, y a todos los que en él intervinimos nos dejó la

4 EL^PBOABXSO AentooLA Y PIODABIO

satisfacción que produce un deber cumplido, una actua­ción difícil, pero llevada a cabo por completo, con la que se pretendía, por unos, acrecer sus legítimos beneficios comerciales, por otros no más que mostrar ordenada­mente importantísimos progresos mecánico-agrícolas, y por todos el bien de nuestra agricultura.

* * *

Se suscitó una controversia acerca de si se debe­ría admitir que los motoarados pudiesen llegar a los

cultativa, en la cual pudiera mostrarse cada equipo en alguna aplicación para la que estuviese muy adaptado.

Se efectuaron primero las pruebas obligadas de la­bor en parcela de linderos supuestos infranqueables, y de razón es decir que mucho y bueno se pudo apreciar en esta primera parte de la demostración. Era circuns­tancia muy atrayente, la relativa al modo de saltar las retamas, y en el trancurso de esta prueba se manifesta­ron dos formas de operar opuestas e interesantes. Los equipos con tractor, si, por excepción, arrancaban alguna

Tractor 'Avery», de 1-28 HP-, con trisurco «Gran Detour>, de 14 pulgadas

linderos y sacar el frente o parte en que está situado el motor, por fuera de la linde y claro es que por alto, como pueden hacerlo, sin sacar también luera los contac­tos de ruedas con el suelo, o si, por el contrario, se había de entender por linderos infranqueables los cons­tituidos por cualquier clase de cerramiento que impidiera aquella facultad. Se acordó, al fin, atenerse a lo corriente, esto es, a suponer que se labra en campo abierto, pero evitando por completo el tocar ni con el más ligero apo­yo las parcelas colindantes. Podían, por tanto, los moto­arados evolucionar ateniéndose a la primera paite de la disyuntiva, y, por tanto, sin la restricción que resultaba de la segunda.

Respecto a los obstáculos creados por las retamas, se acordó que las plantas de éstas pudieran ser salvadas al labrar, pasando sobre ellas con rejas levantadas o con­torneando la planta, como se puede hacer en la labor con yuntas. Y en lo relativo a la forma de labrar para redu­cir la extensión que quedara sin atacar por el arado, nada se impuso, muy por el contrario, en libertad que­daba cada cual para operar como lo creyese conveniente. ,: Se admitió también la propuesta de una prueba fa-

de dichas plantas, por lo general, las salvaban, utilizando lá facultad de levantar con rapidez, mediante el dispa­rador, los cuerpos de sus arados, para bajarlos después en igual forma en cuanto salía de la retama la máquina operadora; alguna que otra vez se contornearon las plan­tas, pero se vio que ei-a más seguro y menos expues­to a inconvenientes (torcedura de piezas de los arados, rotura de éstos, etc.) lo primero. Los motoarados y el tractor «Holt Caterpillar» decidieron atacar todas las retamas, cortándolas por la raíz y arrancando inmedia­tamente después la parte superior, que quedaba sepa­rada, y, en verdad, que resultó este trabajo rudo y de descuaje. Los motoarados, excepción hecha del «Stock», que hubo de desistir de la prueba—porque careciendo de piezas de repuesto, no pudo sustituir las que se le averia­ron a poco de empezar el trabajo—, labraron sus parce­las, arrancando en la forma dicha toda la retama, rompie­ron rejas en mayor o menor cantidad, pero acabaron por hacer lo que sus representantes se propusieron; el equipo «Holt» también las arrancaba, pero se le inutilizó el arado cuando iba ya avanzada la prueba, y tuvo que de­jar sin concluir la labor de su parcela.

Ehi FBoeaiso AaRÍooLA. T PwmÁBio

De todos modos, aquella manera de operar salvando con facilidad los obstáculoá, y ésta en que se les atacaba con fuertes impulsos, retrocediendo a veces y bajando más los cuerpos de arado para que, al hacer de nuevo el avance, fuera cortada la raíz por bajo de la cabeza, pro­dujeron, cada uno en su clase, excelente impresión.

*

Pero a la vez que preocupaba lo expuesto, prevenía el ánimo de los señores representantes y de los mecánicos el reducir a la nada, si pudieran, las partes sin labrar. ¡Lástima de preocupación tan al límite llevada por mu­chos! ¡Cuánto carburante gastado sin necesidad y sin más razón que la de un empeño mal tenido, de labrar hasta casi en los vértices de los ángulos! IMuchas labores per­fectamente ejecutadas antes de llegar a las lindes; que­daban afeadas y recargadas en gasto de carburante por el inexplicable deseo de no dejar los rincones o cuñas o las insignificantes tiras que poco importa que queden; se pasaba y repasaba sobre lo labrado, terminando de mala manera una labor que hasta entonces fué correcta; y lo peor era que se dejaban lengüetas interiores, quizás de mayor cuantía que las cuñas y rincones resultantes de una labor en regla. No todos los equipos pecaron por

forma que ni obligue a frecuentes maniobras retardalrices y aumentadoras de gasto de combustible, ni deje otros cornejales que los admisibles por su corta extensión.

Las segundas pruebas, o sean las que se denomina­ron facultativas, resultaron de menos interés, porque a muchos les sirvió de pretexto no más que para mostrar una reducción en el gasto de carburante, y porque nada resultó en ellas qué fuera de verdadera originalidad.

* * *

Se desarrolló el (Concurso con cierta desilusión psr ser escasa la concurrencia del público, debido este hecho a varias causas, entre ellas el mal estado de la cosecha del año y la presencia de la plaga de la langosta en mu­chas partes.

Y al cerrar este rapidísimo relato de la Demostración de cultivo mecánico realizada en Toledo, los imperece­deros efectos nos llevan a recordar con aflicción al tan querido como respetado D. Sergio de Novales y Sáinz, director de esta Revista, que concedió con esplendideces su protección al Concurso, prestándole, además, la cons­tante y entusiasta* atención que siempre puso en los pro­gresos todoá de la agricultura. Muy distinguido iogenie-ro agrónomo y gran agricultor y ganadero fué aquel

Tractor <Oase>, de 27 HP con trisurco <6rand-D8toar> de 14 pulgadas.

esta demasía; algunos, por el contrario, operaron con exceso, quizás, de despreocupación por este hecho. Se vio en alguna ocasión palpablemente, y en otras se dedu­cía, que no se puede señalar como inconveniente a los apar tos de cultivo mecánico el dejar por necesidad, en una labor en regla, amplios cornejales; no tienen tal in­conveniente, y si se planea con algún cuidado la labor, es perfectamente posible el desplazamiento del equipo en

nuestro amigo inolvidable que, a poco de celebrarse el Concurso, feneció en un suceso luctuoso que está y per­durará en la memoria de todos. Sean estas nuestras sen­tidas palabras, el homenaje que rendimos a la memoria de quien supo poner sus entusiasmos y sus talentos al servicio de cuanto en beneficio de la agricultura resultase.

M A R I A N O FEasÁNDEZ C O R T É S ,

Ingeniero-director de la Estación de Ensayo de máquinas

Eb FMffiuao AmáBuask r PKWAUO

Reglas a que se sujetó la demostraciún. Instrucciones más importantes.

Primera. Con la Demostración se pretende poner de manifiesto, en la práctica, algunas de las circunstancias de trabajo y de consumo que, para laboreo en tierras francas de secano, ofrecen los equipos de motocultivo que toman parte en la Demostración.

Cuarta. Las normas para las pruebas que se han de realizar, son las siguientes:

I.* Labrar con profundidad de 18 a 23 centímetros una parcela rectangular, siendo uno de los lados del rec­tángulo obligadamente, y, por tanto, para todos los ca­sos, de 150 metroá, teniendo el otro lado una longitud proporcionada a la anchura de trabajo en cada paso del equipo (trpü de trabajo).

Ante la diversidad en número y en dimensiones de los cuerpos de arado que pueden llevar los equipos, y ante la conveniencia de que todos éstos puedan holgadamente labrar sus parcelas en las horas utilizables de las tardes, dejando luego el tiempo suficiente para efectuar los re­llenes que determinen los consumos de carburante, se establece la siguiente escala para la asignación de longi­tud al segundo lado del rectángulo y, consecuentemente, para la superficie de la parcela:

Tren o anobars de trabajo an oada paso.

Lado segando del

rectángalo.

Metroi.

Snperflote de la parcela.

Metros cuadradoi.

Hasta 35 cectfmetros, inclusive.

De 36 a 55 centimetrog (en frene-ral bisurcoi de no más de 10").

De 50 a 80 oentímetroa (en gene ral bisurcoB de mái de 10" y tri-

De 81 a 110 centímetros (trisurcos de más de 10" y ouatriiurcos de

De 111 a 150 centímetros (cuatri-surcos de más de 10" y otros). .

24

36

60

80

140

3.600

5.400

9.600

12.000

21.000

Más de 150 centimeU-os, lo que el Jurado decida si se presentase este caso.

Quedtn exceptuados de la aplicación de esta escala, y claro es que en sus primeros grupos, los aparatos condu­cidos a pie; a éstos, que funcionaráü, si los hubiera, en grupo especial, les asignará el Jurado una parcela rec­tangular también, de lados los que el Jurado estime apro­piados.

i.'' Efectuar la labor en la forma que cada interesa­do ju^ue conveniente, pero sin salir del rectángulo, ni en las vueltas ni en las marchas en trabajo, pues se pre­tende apreciar hasta qué extremo puede ser reducida la parte que haya de dejarse sin labrar en parcelas, como se ha dicho, rectangulares, cuyos linderos todos se supo­nen irretasables. Extremo el dicho que es objeto de con­

sultas frecuentes con referencia a parcelas de variadas formas, entrando en la disyuntiva la forma rectangular, con longitud pocas veces mayor de la precisada en la norma.

Quinta. Las determinaciones principales que han de ser realizadas en consecuencia con lo que la norma im­pone, consistirán en:

1.° Apreciar si la profundidad media queda o no comprendida entre los límites señalados, siendo de ad­vertir que por acucarse macho eu el terreno un aricado que en él se dió, no es posible precisar las profundida­des haita el extremo de aquilatar pequeñas diferencias en ellas, pero sí se podrá apreciar mediante muchas de­terminaciones si el promedio corresponde o no a la nor­ma; circunstancia ésta que será objeto de observación en concepto de única, consignándola luego en los estados de trabajo bajo una de estas dos formas: «Alcanzando la norma de profundidad». «Sin alcanzar la norma». El caso de rebasar la norma debe ser evitado en esta prueba.

2." Determinar el tiempo total invertido en el tra­bajo y el gasto de carburante, aunque anotando en aquél la duración de las interrupciones, si las hubiera, y la causa de las mismas; y reduciendo a la hectárea el gasto de combustible

3." Precisar con el mayor rigor posible la cuantía absoluta de las partes que dentro del rectángulo queden sin labrar. La consignación de esta circunstancia en los estados de trabajo se hará luego con todas las aclaracio­nes necesarias para precisar bien su alcance.

4." Calificar la labor ejecutada, teniendo en cuenta la uniformidad, la inversión y el fraccionamiento del prisma, la forma en que queda la superficie de lo labra­do, etc.,, etc.

Para los efectos de esta instrucción, se tendrá en cuen­ta que el trabajo de la parcela se dará por terminado cuando el representante o el mecánico del equipo lo con­sidere y advierta; pero si en algún caso, y por la causa que fuese, se mostrase la imposibilidad de labrar la par­cela en las horas utilizables de la tarde, el Jurado deci­dirá respecto a la terminación del trabajo en tales casos.

Sexta. Además de la prueba, que como general se precisa en la instrucción anterior, cada equipo podrá efectuar posteriormente otra prueba a elección del con­cursante, si para la ejecución de lo elegido cuenta con medios el Jurado o los proporciona la representación del equipo. Y así, y a título de ejemplo, podrá realizar cada equipo una prueba de labor profunda, de labor comple -mentarla (segunda pasada, gradeado, etc., de remolcado de pesos, etc.). Cada señor concursante habrá de mani-feitar al Jurido la clase de trabajo que con su equipo desea ejecutar y el Jurado organizará la prueba de acuer­do con el señor concursante.

Séptima, En la prueba que se detalla en la iostnic-

É L PKOOKKSO ÁSHIOOLA Í PKCTASÍÓ

ción cuarta, todos los motores de explosión utilizarán gasolina que gratuitamente suministrará la entidad or gauizadora del certamen.

En la prueba segunda o facultativa, los motores utili­zarán el carburante que los señores representantes de los equipos prefieran y a sus expensas se propor­cionen.

Octava. Los concursantes han de presentar, con la máquina motora, la operadora y los accesorios que sean

Esta determinación nO se hará en particular, o sea en cada una de las parcelus, porque dada la impoáibilidad de determinar con rigor los coeficientes técnicos, al 'no poder aquilatar por el aricado del terreno las apreciacio­nes de profundidad de surco, se habrá de prescindir a fortiori de calcular dichos coeficientes, y por ello bastará, para caracterizar con suficiente aproximación el terreno de las pruebas, obtener los diagramas de tracción en dos o tres direcciones de cruzamiento del campo.

Tractor «Cletrac, de 20 HP^ con blsnrco •01iver>, de 12 pulgadas.

necesarios para el trabajo de labranza que haya de eje­cutar su equipo. Para la constitución de éstos, en lo que se refiere al número de cuerpoá de arado que hayan de montar, les servirá el tanteo que se indica en el art. 4." del reglamento,pudiendo basarse, además, en la tracción (referida al centímetro cuadrado de sección de surco) que oportunamente, y sirviéndose de un arado que se em­pleará en concepto de tipo, determinará el Jurado.

Novena. De las apreciaciones realizadas en todas las pruebas, certificará el Jurado limitándose a consignar resultados directo O de inmediata consecuencia; pero íin establecer ni clasificación de aparatos, ni aun ordena­ción de los mismos en otra forma que en la necesaria para formar los estados; esto es, agrupando los equipos por sistemas y disponiendo en cada grupo por orden al­fabético de la denominación del grupo motor.

UNA OPINIÓN PROFANA Permítase a unos insignificantes agrarios que han se­

guido paso a paso la marcha y el desarrollo del Concur­so y la labor realizada por los concursantes, que emitan su modesto juicio sobre el motocultivo en general, el cual será pequeño, deshilvanado y profano, pero es sin­cero e hijo de las importantes enseñanzas prácticas obte­nidas en estas pruebas, al lado de tan sabios profesores como hemos tenido el honor de escuchar.

Bespecto a las marcas y tipos de aparatos, entende­

mos que todos son aceptables y responden a las diversas labores y trabajos para que han sido construidos; así, los motoarados son ideales, por el mejor aprovechamiento de la fuerza que representan, para las grandes explota­ciones, en dunde se necesitan aparatos robustos y de fuerza para arar y se puedan tener otra clase de máqui­nas para realizarlas demás labores complementarias que sean precisas.

Los tractores son insustituibles, aplicando el tipo que

EL PRO0SBSO AesíooLA T PMCABIO

más convenga, dentro de las variedades de ruedas o de cadenas, según la consistencia del terreno, los desnive­les del. mismo, la mayor o menor intensidad del traba­jo, etc., etc., para aquellas medianas explotaciones en que con pocos aparatos haya que realizar muchas labo­res, sustituyendo con ventajja a la yunta de labor, pues­to que su trabajo se asemeja al de éstas en lo variado que puede ser, ya que sirven para arar, llevar una sem-

Agrícultura, autoridades e ilustres agricultores que la honraron con su asistencia, esto es, que el motocultivo no es un lujo que piiedan permitírselo solamente los agricultores poderosos, cual si se tratase de un nuevo sport, sino que es ya, y lo será mucho más en el porve­nir, la solución del cultivo racional y oportuno, que la mayor parte de las veces no puede realizarse por falta de elementos necesarios y apropiados. Además, conduce a

Tractor 'Fiat», ae2S HP., con blsurco 'Parlln», de 14 pulgadas.

bradora o una segadora, hacer labores superficiales, mo­ver una trilladora, transportar los frutos y lo que sea preciso, elevar agua para riego accionando una bomba, y, en una palabra, realizar todos los menesteres preci­sos en la agronomía y que hoy se ejecutan con la trac­ción animal.

Los que practican el cultivo mediante labores superfi­ciales, también tienen su tipo especial, con fresadoras en vez de arados, que satisface sus necesidades, y por úl­timo, para los cultivos de viñedo y huerta, también hay tractores pequeños y aparatos de mano.

Como, además, respecto a precios, los hay al alcance de todas las fortunas, si bien siempre la resistencia, du­ración y delicadeza de construcción, está en relación di­recta con el valor del aparato, en la actualidad el agri­cultor no tiene perdón ni disculpa si no practica el mo­tocultivo siéndole conocido, o no lo prueba y ensaya si no tiene conocimiento de él.

En cuanto a las demás condiciones y ventajas del cul­tivo mecánico, reiteramos aquí el juicio que tuvimos el honor de exponer en la memorable Fiesta de la Agri­cultura con que se clausuró el Certamen, ante los ex­celentísimos señores ministro de Fomento, director de

redimir al obrero agrícola de las rudas labores manuales que ahora ejecuta, transformando su trabajo en más in­telectual y humano. Tiende a resolver, en parte, el pro­blema social planteado en el campo, ya que permite al propietario agricultor poder realizar por sí propio labo­res y trabajos que de otra manera no podría ejecutar.

Ha de- facilitar grandemente la solución del problema de las subsistencias, abaratando la vida, ya que intensi­ficando la producción se puede obtener una economía grande, que necesariamente ha de repercutir en los pre­cios de cuantos artículos de primera necesidad se necesi­tan para el consumo, y, por último, el motocultivo es y representa para todo espíritu progresivo un avance científico de carácter práctico, que venciendo primiti­vas y arraigadas costumbres, abre extensos y amplios horizontes a la agricultura nacional, marcándola el nue­vo derrotero que debe seguir para llegar al perfecciona­miento industrial y económico que todos anhelamos.

ELÍAS DE MONTOTA,

Presidente del Consejo provincial de Fomento,

ARTURO RELANZÓN,

Presidente de la Cámara Oficial Agrícola.

Éii PBúaínBO ÁeiBíooM t FiouAitKi

Tractor -Herkules., de 35_HP., que trabajó con cuatrisurco «Oliver», de 12 pulgadas.

Tractor <Holt-Gateipillar> de 40 £P., con arado 'J. I. Case> cuatrisurco, de 14 pulgadas.

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Agro.

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120

120,7

120

108

177,8

106

105

IflO

90

130

lO.',

190

12T

177

152

13»,t

180

128,2u|

•200

152,4

160

140

215,9

187

160

138

iro

220

140

ijimi

1.290

700a9(»i

1.2»

9C0

1.C00

000

1.050

800^

»

5 «)

i.ooe*

900a.l.t)BOi

96ft

1.200'

720

l.?00

90©

Ajfe«it«^;mezelsd<ilOii'cnlación de agaa ¡ v

OiíMsaUoiónr, -ppt salttieadnntí

Forjsado p«>r boim b»;a.íravé»,<l9l cigüeñal ta i Kf drado.

EKSRASE:

con ««rlMtFaate4

Pbrzado porboiw

REFRIGEBACION

termosifón, radiadon ventilador.

Circulación por terinfl sifón, radiador y vof tilador.

CAR- 1 I PILTRO • i V 'f Pl AMAGIÓK REGULADO» ¡ EMBRAGUE v k LOCIDADES

BURADOR DE AIRE

TRANSMISIO.N

FINAL POLKA

^fírneto de: 'ensión.

^^jKnelo de *«nsión.

alta

alta

[.Circulación por teritifj sifón,radiador tubulfl propio con circulai-de aire por escape.

BUidiador propio, cirf-lación por bomba o#| termostato regulaáfj] ventilador accionai por engranaje.

Pbraaáoa'.travé»Circulación por bomlif' deloigSfe&al t»f Radiador Me. Coid lttdr«dai> ventilador Oakes,

Por presión.

Por salpicadura.

Automático.

Forzado con ci­güeñal taladra do.

**ífnet(» K. W.

Zenith.

Zenith.

^*»neto Kosch ^"n impulsor de fí'-aiiauo, bu JUs de 22,. 23

i»""n- Btandatd '?8neto de

^«nsión.

Kingston do. ble de 31,75 milímetros.

alta

Kingston 34,9 mm.

Kingston 28,5 mm.

de

Centrífugo.

Propio centrí­fugo ence­rrado.

Propiocentrí fugo ence­rrado.

^?8tteto de 'enaión.

Alta'

A p r e s i ó n bomba.

por

Automátrtjo por

AiitomAtico.

BV>rz«d« ••%: travé»! del cigüeñal.

Por s«}pioadnra.

Aa^mitico preaióo.

por

Forzado por bom ba.

B o m b a a nivel constante.

Foi!Zftdo. por bom b»s.

Circulación por bombíjj radiador lie aletas ventilador.

Radiador propio, cirol lación por termosífí y ventilador.

Circulación por bon radiador y ventilado

Circulación por borab^ radiador Modinc y yei tilador Oakes.

Circulación por bombf radiador.

Circulación por bombf radiador y ventilado)!

Circulación de aceite p^ bomba.

Circulación por boml^ radiador.

Circulación por bomlif radiador y ventiladci

Circulación por bomb*

•^•«ema, prop io , k.? •«•gneto de v*).« tensión y

il?«)iaide2,7TOm **Knetd Bosch.

*«ne4o Eise-*«nn.

de

P r o p i o d e inyec tores múltiples

Holley.

Pallas.

De cono £ a g ' do.

Ben^iet, en se­co.

P r o p i o . agua.

•De cono con segmentos a m o v i b l e s ( p a t e n t e Austin).

Propio de dis­co múltiple.

Dos en raarcba adelante de3.Üt)üy 4.600 m.-h. y nna en- marcha atrás de 2.300ra.-h.

Dos en marcha, adalante de 4;000 y 7.000 m.-h., y ana en marcha atrás de 3.000 m.»h.

Propio centrí­fugo.

Centrífugo en­cerrado.

Ninguno.

Automático.

Circulación por bombS radiador y venti lad^

Por bomba, ventilador.

radiador-

Circulación por t e i m « ' fon, radiador y vei^ lad or.

Circulación de agu& bomba.

*^'ieto Bosch , , , / * a u x i l i a r

t^»eto de alta

•ínetá Bosch.

Sehellerroode-i lo A especial de 38,1 mm.

Pallas.

^ • í n e t o Eise-

»?¿«t4Boschde otrt *"«i.6n y Dar » « x i l i a r

M,

P r o p i o agua.

Con agua.

P r o p i o agaa.

Kingston.

Secor Higgins de 63,5 mm.

Kingston.

Propio centrí­fugo.

C e n t r í f u g o graduable

Waukesch.

Propio.

Propio.

De eapatas de ex tens ión ; e m b r a g u e de la polea de discos.

Borg et Bnrk de 254 mm.

Dediscosjnúl-^"ples man­dado por un pedal.

De discos fun­cionando en aceite.

De cono.

Dos en marcha adelante de 3.749 y 6.632 m.-h. y unaenmarcliaatrás de 3.218 ra.>h.

Dos en marcha adelanté de 3.660 á 5J0O m.-h. y una en marsha atrás.

Por sadenas.

Por eogranaje có nico.

FRENOS MARGA

Agro.

AdiiscionadalDos. por ejngra-uajes.

Donalson, -en seco.

Bennet, en co.

Donalson.

Bennet, cen­trífugo.

P i ñ ó n y corona dentada, sujeta a los iradi-os de la rueda.

P i ñ ó n y coi-on» dentada, sujeta a. los jad ios ile la rueda.

^L'^ *"»

ParagasoKna. petróleo,al cohol-benzoi y gasolina--benzol.

Zenith.

Solex.

Mi

M

alta

alta

^feS^^« tensión.

Zenith.

Solex.

Pallas.

Propio, e e n trífugo.

Alitom á t i c o , ^ara varias velocidades.

Centrífugo.

Propio.

Centrífugo.

Con agua.

Propio da dis­cos m ú l t i ­ples en seco

De cono o enero.

D e z a p a t a s por expan-

.sióu.

De discos.

De^ discos- en b a ñ o d e aceite.

D e c o n o vertido.

De cono.

De-•conos versos.

De cono.

Una en marefaa adelante de 7.000 m.-h. y otra en marcha atrás de 3.l;00 m.-h.

Tres-en marcha adelantftj dtf 3.0(10*4.500y 6.500| m.' h. y uBa en marcha atrás de 3.700 m.-h.

Tres en marcha adelante de --2.381, 4.382 y 11.006 mi-h. y nna en marcha atrás de 4.199 mi-h.

Tres en marcha adelante de 3.800, 4.000 y 6.0U0 m.-h. y nna en marcha atrás de 2.800 m':-h.

Tre»«n maitcha adelante do 2.413,-4.825 y 9.171 m.-h. y una en marcha atrás de L609in.-h

Dos en marcha adelante de 3.260 y 4.750 m.-h. y nna en marcha atrás.

Dos en marcha adelante de 4.022 y 8.044 m.-h. y una en marcha atrás

Dos en marcha adelante de 3.380 y 4.827 m.h. y una en marcha atrás de 2.800 m.-h.

jTres en marcha adelante de 2.800, »t800 y 6.400 m.^h. y una en starcha atüAs de 2.>«8U mi-h

Dos en mar^a adelante de 3.500 y 4.500 m.-h., las mismas en marcha atrás.

Tres-en marcha adelante de 500, 3.000 y 5.000J m.-h. y ana en marcha atrás de ».000 m.-h.

Cuatro en nuurcha adelan­te de 1.332^ 2.23% 8.312 y 6;100 m.-h. y una en marcha atrás.

Dos en marcha adelante deí'.SOOy «.500m.-h. y nna en marcha atrae.

Dos en marcha adelante de 3.600 y 6 500 m.-h. y una en marchaatrás.

Tres en marcha adelante de 2.000, 4.000 y 6.0GO] m.-h. y una en marcha atrás de 9^600 m.-h.

P e r f e c t a m e n t e encerrada cou rueda dentada y pifión.

Por -loruillo sin fin.

Por tornillo fin.

Por engraje cóni­co.

Por,«¡^grasAJes.

Accionada por co>-rrea.

Cadena encerrada doble.

Por piñones.

UuBtiB.

Avery.

406Xl65!mi-límetr.os.

200X150 mi límetros.

340 x a 55 mi Un46tros.

243,6X166,7 milímetros.

Uno, a lea.

la po-i

Uno, aociosal do por- pa­lanca.

Ca«e.

Cld^ae.

Uno,, lea.

Dos.

l%po|

p o s , BBO. di# pi» jr otro ^ mano.

E m b i a g u # p e cinta, por mor­dazas.

De mano al eje; de la Cardan.

Acc ionada porergra-najes.

Movida pof m e d i o de unembra-g w e d e fricción.

Rm bragu^) de discos.

Plllt.

FQÍF^'OB.

Herknles.

Por cadt<na.

Por engranaj^es rectos sin cade na».

Pori^pgranajes.

Por j:adena unida al eje posterior

Uno de cinta.

Uno.

En e l em brague.

E m b r a g u e de discos.

Transmisión por árbol y piñón.

E m b r a g u e de-cono.

Dos.

H«t.

Keaialek.

Kibton.

«}l|>PidU

Parret.

Praga.

Rfittger.

S.O.M.D.A.

Uno de únt^.

Unoí robre el e j e poste ­rior.

Stock.

fonraBd'Iift tu.

Oruga Horii W.D.

TJ isa iBt 'A. o 3Ef I c : I -A. I-I a

MARCA

Agro

Anstin

Avery.. . . .

Case

d e t r a e . . . .

Fiat

Fordson....

Herkules...

Holt

Komnick...

Nilson

€il-Pull

Parret

Praga . . . . . .

Küttger....,

S.O.M.Ü. A

Stock.. . . . . . IWBl-yil

«HMiniH. I..

Sopeifloie de la

parcela.

Mfit. cuad.

3,600

9.000

12.000

12.000

9.000

9.000

9-000

12.000

12.000

Superficie dejada

sin labrar.

Met. cuacl.

Tanto por ciento de tierra

sin atacar. I xet. ruad.

Snperficie

labrada.

64

391

315

250

477

562,5

3.143

1,7T i 3.536

4,34

4,89

2,63

2,-78

5,30

I 6,25

26,19

No s« consignan estos da-) tos por haVr quedado slnT 8.935,5

terminar la prueba. )

20.000 73

12.000 1.292,5

12.000 1.016

12 000 1.007

21.000 183

9.000 1.284

9.000 6

0,364

10,T7

8,46

8,39.

0,87

14,2T

0,066

8.609

11.413

11.685

8.705

8.523

8.437;5

8.857

19.927

10.707,5

10.946

10.993

20.817

7.716

8.994

Daracidn total

de la prueba

Tiempo que estuvo detenido el aparato sin dejar

de funcionar el motor.

Consnmo

total.

Litros.

SU 34 '

4 h 5 2 '

4h 27 ' 4 5 "

41i 20 '

4h 17'

3h 16'

4Ji 15' 10"

4li 28'

511 4' 40"

t 9li 4'

3ii 55' h"

3h 28 ' 3 5 "

511 34' 3 5 "

611 57 ' 30"

5h 39 '

511 r 16"

42' 5 4 "

3 ' 15"

19' 3 5 "

10' 2"

19'

20' 15"

T 5 "

10' 3 0 "

20' 5 1 "

1 2 ' 2 5 "

22 ' 3 5 "

1' 40"

17' 1".

28 ' 2 "

22 '

1 ' 30"

Profundidad media

de la labor ejecutada.

Centimetroa

Consumo por

hectárea.

Litros.

Consnmo por hora

del funcio­namiento

del motor.

Litros.

27

32,40

52

36,75

40,50

29,70

39

26

38,68

85

35,90

32

32,46

73,06

35,25

18,51

18,76

19,84

19,65

19,33

20,55

18,26

19,19

20,95

22,34

19,13

19,52

19,5

20,95

18,88

19,51

76,356

37,63

45,56

31,45

46,52

34,84

46,22

29,35

43,29

42,65

33,53

29,13

29,53

35,09

3,96

11,65

O B S E R V A C I O N E S

9,67

9,41

9,91

8,44

10.63

9,48

P,67

7,29

11,75

La representación de este motoarado desistid de la prueba ofleiai 711 14' 50 12.000

12.000

39

312

0,325

2.6

11.961

11.688

El trabajo del mecánico se hacía muy penoso en loa entremos i e los surcos. Los choques ocasionados por las retamas torcieron la cama del braban­te, y éste tuvo que trabajar como si fuera de vartedera fija. Labor msr diana. Escaso volteo. No arrancó las retamas, •

lArrancó algunos en las retamas. Labor buena con regular volteo, aun<pie 6,97 ] desigual de profundidad por ser distinta la que daban las dos reja» del

(Las retamas fueron salvadas sin arrancarlas. Labor buena, bien volteada í y pul'í'erizada. . , , iLas retamasfueron salvadas levantando losarados, aunque ajganas arran-

S Aa 1 có.-Labor buena, con buen volteo, aunque desigual de profundidad por * ' * ) ir a distinta los arados. Los ángnlos mal labrados y el cierre de la la,-

' bor deficiente. Q gg (Tampoco pudo arrancar la mayoría de las retamas. Labor buena, con re-

' ( guiar volteo y bastante igual. (Las retamas se salvaron levantando los arados. Labor desigual, de peor < aspecto por quedar t ierra sin labrar en algunos surcos y en las cabec§-( ras. Regular yoltgo, Quedan los ángulos sin labrar, [Las retamas fueron salvadas levantando los arados. Ne terminó de la­

brar bien las cabeceras. Labor muy igual, de buen aspecto, pero de me­diana profundidad. La tierra quedó bien volteada.

ILOS datos referentes a este tractor nó ofrecen confianza por lo defectttoaa-' mente quefué conducido. La parcela quedó mal terminada. Labor mala, I muy desigual, pero de mediana profundidad. La tierra quedó bien vol-I teada. No arrancó las re tamas. ^La mayoría de las retamas fueron arrancadas, pero este duro trabajo rom­

pió la mayor parte de los arados, por cuya razón no pudo terminar la prueba. Labor muy buena y de gran aspecto, aunque su volteo no resul­tase muy completo. Difícilmente se apreciaba la separación de los dis­tintos pases.

(La parcela resultó casi totalmente labrada. Arrancó las retamas. Labor ( un poco desigual, con mediano volteo, pero muy profunda. (Quedaron algunas porciones de la parcela sin l abra ren las cabeceras y < sucios los surcos. El trabajo no quedó bien terminado. No arrancó las ' retamas. Labor regular,,poco volteada. .No quedó la parcela completamente labrada. En las cabeceras la labor re-, sultó más deficiente que en el resto de la parcela. No arraneó las reta-I mas. Labor buena, algo desigual por la distinta profundidad alcanzada

por los diseos del a rado. !NO atacó las retamas. Quedó bastante tierra sin remover en las lindes y ! en los ángulos. Labor muy igual, pero volteada y con terrones. (Las retamas fueron arrancadas. En los bordes de la parcela quedaron al-} gunos espacios sin atacar. Labor buena, pero de aspecto desigual por / notarse los diferentes pases de arado. Escaso volteo. La parcela quedó . regularmente terminada. [No atacó las retamas. Labor mediana con volteo regular. No quedó ter-l minada la parcela. .-/No quedó en la parcela más que un pequeño rectángulo sin remover (el ' espacio ocupado por la máquina). Labor de muy buen aspecto, por que-t dar la tierra, tal vez, excesivamente pulverizada; pero al parecer de poca I profundidad.

Fué la causa haberse roto piezas precisas, iniposibles de sustituir con premura.

No se consignan esto: datos por escape de gasolina.

39,19 8,48

18,9

23,76 51159'

14' 57"

3' 3"

66,5

53

55,59

45,34

n E^ ,Logró dejar la parcela completamente labrada. Ko atacó las retamas. La-• j bor igual, de regnlar volteo.

^Una de las cabeceras quedó algo sucia. El sistema de arados evitaba que o ne \ el aparato sufriese deterioros por las retamas, pero en cambio hacía que

' ) no quedase completamente plano el fondo del surco. Labor buena y yun-/ ta, aunque sin gran volteo. Quedaron los ángulos sin labrar.

I?

I

I

P R U E B A F H e U L T H T I Y n

MARCA

Agro.,

AuBtin.

A-very ,

Case Cletrac.. F ia t . . . . Fordson., Berkales Holt.... Eomnick.

ídem.. . . Nilson... Oil-Pull..

CONSISTIÓ EN:

Labor de arado, sin li-i mitación de forma niy tamaño de la parcela^

ídem

Soperficie

labrada.

Met. cuad.

2.110

Dorsoión Tiempo

total qae paró

de la prueba. el motor.

Tiempo • qoe estavo detenido el tractor sin dejar

de fancionarl el motor.

Gonsamo

total.

Litroi.

ídem.

ídem.

6.608

9.582

•7.106 3.»11

4h

3h20'

3li 37' 20"

SU 5 '

1

ídem La representación de este tractor No se hizo prueba facnltativa. No hizo este aparato prueba facultativa. No ejecutó este trnctor la prueba facultativa Labrar con cuatro cuer-í g nan

pos de arado i Labrar con tres ouer-j . ^«7

poa de arado I No realizó este tractor prueba facultativa Bate aparato uo hizo la prueba facultativa Gradeado de la parcelaj

Parret ) l»b«da en la prueba j ^ 993 *^*"°'' \ oficial por este apa-'

( rato \ Labrar salvando las

retamas 7 trabajan prgga .A do con cuatro rejasA 2.T70

en segundlsi velooi dad

1' 211 26* . desistió de la prueba facultativa

3'45"

20'20"

12' 9"

1' 2'30"

3.306 i Labor de arado, sin li -) Buttger. j mitación alguna. ...\

S. O. M. D. A. . . I Labor en un viñedo.. .J 4.556 Stock...., I No hizo prueba facultativa

' Labor de arado sin U-j r i-M í i^bor de ar Tourand-Latil.. mitación.

f l_

^ W * D " ^".'!!Í^'^*™

1.896

3.448

11 11' 53"

Ih 9'40"

lh52'

39'tó"

211^' 5"

Ih 9' 30"

Ih 31' 83''

Ih 41' 30"

21' 27"

12' 50"

»

9'10"

9'25"

»

28' 25"

»

2' 3"

3' 40"

13' 20"

»

4'

O' 10"

11,31

25

30,61

39,33 15

10

10

15,10

6,45

18,29

10

8,21

13,40

Profundidad

media

de la labor.

CenUmetroa

18,67

18,42

18,90

22 20,25

20,60

31,62

18.20

20,61

15

20,87

18,06

Oonsnmo

por

hectárea.

Litro».

53,60

37,83

31,94

51,04 38,35

32,67

61,46

13,74

23,28

55,32

21,48

43,30

38,46

Consumo por hora

de fancio-namiento del motor.

Litroí.

2,83 I

7,5

8,24

12,75 6,20

11,89

10,55

8,09

12,65

7,79

8,63

7,41

7,91

O B S E R V A C I O N E S

May penosa para el mecánico la operación de girar los dos cuerpos de arado al llegar al extremo del surco. Labor bas­tante bien ejecutada.

Dejó excesiva cantidad de tierra sin atacar al levailtar los arados para salvar las retamas.

La gran longitud de la besana, hizo que la extensión labrada por hora fuese muy grande, y, pOr consiguiente, el consu­mo por hectárea más pequeño que en la prueba oñcial.

Labor inmejorable. El consumo resultó muy superior al al­canzado en la prueba oficial, causando esto extrañéza.

Labor buena, con regular volteo j bastante igual.

> Labor un poco desigual, con mediano volteo.

Realizó el gradeo de su parcela.

Labor regular.

La labor no llegó a ser completaméfiie buena. La profundidad de la labor fué apreciada de un modo áfióii'

mado. Buena labor.

Labor no calificada.

Labor deficiente.

\P

<a

14 Eli PRoanjKso ÁuBÍooLA y BSOVASSO

Orieptz^cióo y porrpzvs seguidzvs. En los concursos de aparatos destinados al cultivo coa

motores inanimados, una de las dificultades mayores con que han tenido que luchar los organizadores, ha sido la calificación de los aparatos presentados, dando un orden de relatividad que permita hacerse cargo fácilmente de Ja bondad dé todas y cada una de las máquinas que en el concurso entran. Esta dificultad, inherente al moto-

petencia reconocida de su personal, ofrecía las máximas garantías de acierto y rectitud en tan difícil y delicada misión. Así se hizo en Sevilla, Zaragoza, Burgos, etc., y así se ha hecho en el concurso celebrado en Toledo, en los días 4 al 15 de mayo de 1921.

Mas en la actuación de este Centro, una diferencia ca­pital se advierte si se comparan las normas que rigieron

Motoarado (Komnick>, de;45 HP., ane trabajó con tres y con cuatro cuerpos de arado, de 280 a 300 mllimetros.

cultivo, y,'por tanto, común a todos los países, ha lle-gndo en el nuestro, quizá, a alcanzar un grado máximo, ya que, tanto labriegos como vendedores, han pedido certificados demasiado terminantes, deseosos los prime­ros de emplear el mejor equipo, como garantía de éxito al decidirse por la adopción de un sistema que hasta hoy docconocían p poco menos, y buscando los segundos una especie de patente oficial que permitiese a los favorecidos hacer un reclamo intensísimo, ala sombi'a de los con­cursos, eliminauQO competidores poco afurtunados y re­duciendo en su virtud al mínimo el trabajo de conquista del mercado.

El deseo natural en todos los Jurados de atender cuan­tas peticiohes llegaban, ha sido la causa de que cuanto se refiere a la apreciación y calificación de los trabajos realizados fuese encomendado desde el notable concurso de Sevilla, que bien podemos afirmar fué la iniciación victoriosa del motocultivo en España, hasta el momento actual, a la Estación de ensayo de máquinas agríco'as, único centro que, por su seria imparciali iad y la com-

su conducta en Sevilla y Zaragoza, con lo hecho en To­ledo, diferencia que no es hija de la casualidad, sino muy al contrario, tiene su origen en las circunstancias que a dichos concursos han acompañado.

El motivo de esta variación, lo explica con toda since­ridad D. Mariano Fernández Cortés, director del Con­curso, en el artículo de entrada de este número.

Mientras en Sevilla y Zaragoza se pretendía aquilatar, en cuanto era posible, los trabajos de los equipos presen­tados, marcando cuidadosamente todas las características y variantes observadas, para concretar el resultado de las observaciones en un coeficiente capaz de expresar la cualidad más buscada por el labrador—la economía en el combustible—, en Toledo se ha seguido un rumbo muy distinto, reducido a apreciar la posibilidad de lle­var a término aquellos trabajos que más especialmente reclamase la agricultura local, prescindiendo de todo aquello que no estuviese incluido en este plan.

Y era natural el cambio de orinnt:ición, puesto que los concursos de Sc illa y Z:ira¿oza (y a ellos nos refe-

EL PROGRESO AGRÍCOLA Y PECUARIO 15

rimos más especialmeate por haber sido los de más re­nombre entre los celebrados hasta la fecha) tenían como fui convencer al agricultor español de que el motocultivo, sistema gue por su novedad se miraba con desconfianza y recelo, era una realidad, merecedora de ser difundida y aplicada en nuestra Patria. Precisaba para ello gran acopio de datos, con los que pudieran resolverse las nu­merosas dudas que necesariamente habiali de surgir ante un cambio tan radical de sistemas y procedimientos. Bien estuvo entonces la minuciosidad en la apreciación de los trabajoá, y si aparecieron deficiencias, inevitables al plantear un problema tan complejo como el cultivo mecánico, poco representaban ante el resultado obtenido, llevando al ánimo del agricultor español el convenci­miento de la bondad del sistema

Se ha entrado ahora en una segunda fase. El agri­cultor ya no duda de la posibilidad y conveniencia del empleo de los tractores. No se pregunta si estos apa­ratos son convenientes, sino cuál de ellos, en cada caso p ;rticular, debe ser elegido. Precisa ayudaí- al agriculto-ren esta tan justa aspiración, y siendo tan variadas las con' Uciories de nuestros terrenos, se comprende la difi­cultad, la casi imposibilidad de hallar un tipo de éxito

brar fuera lo más reducida posible dentro de la mayor perfección de la labor. Se trataba así de ensayar prábtica-mente la posibilidad racional de aplicar él motocultivo en pequeñas parcelas, en cuyo caso acrecería su área de difusión.

Mas no era suficiente esta condición. Si se pretendía apreciar una posibilidad y certificar con arreglo a su gra­dación, se comprende que el trabajo debía desarrollarse en condiciones tales que las restantes variables capaces de influenciarle fuesen automáticamente eliminadas. Para alcanzar este íin, bastaba organizar las pruebas en condiciones de igualdad, y, en lo posible, eso se ha hecho.

A este fln se buscó una extensa llanura de composición aproximadamente homogénea, y se marcó la condición de que las profundidades de labor habrían de ser las mismas para todos los equipos, y como la profundidad mt-di;i exigida en la región es de 20 centímetros, y no se puede, no se debe llevar hasta un límite extremo su apreciación, se marcaron los límit s de 18 a 23 centí­metros de cifras, entre las que debía estar comprendida la profundidad media del trabajo, siendo descalificados aquellos equipos que rebasaran estos límites.

Tractor <Nllson>, de 30 HP., con trisurco <01iver>, de.12 pulgadas.

seguro en todas las regiones, y por ello es necesario dar a los concursos un carácter marcadamente 7-eg'onal.

Gomo que en la región toledana es una de las limi­tad ncs para el desarrollo del motocultivo la reducida extensión dé la mayoría de las parcelas, en esta caracte­rística se fijó la atención del Jurado, que impuso como primera condición la de que cada equipo tendría que trabajar sin salirse de su parcela en ningún momento, haciéndolo de forma tal que la superficie dejada sin la-

Con ello se consiguió evitar las protestas.que en ante­riores concursos había originado la disconformidad de apreciación entre los distintos observadores de un mismo trabajo, puesto que, no siendo, como anteriormente, la profundidad de labor un dato esencial para determinar el coeficiente calificativo del equipo, no había interés en aquilatar con todo cuidado su variación, sino sólo sus límites extremos, tal como en la práctica acontece.

Aun sé llevó más lejos la previsión al estudiar las'di-

16 EL PBOflBHO AaBíooiA T PBODABIO

mensiones de las parcelas. Éstas, de forma rectangular, tenían diferente superücie, buscando la adecuada con­formidad con la clase de aparato, toda vez que éstos se proyectan y construyen con la idea de que satisfagan cumplidamente determinadas condiciones, y es, por tan­to, conveniente, al comparar distintas modalidades de máquinas, hacerlas trabajar en las condiciones más aproximadas a la idea que presidió en su coustrucción. Sería inadecuado emplear un motoarado en una huerta y un tractor-carretilla en una roturaci n.

Atendiendo a estas consideracioues, se limitó el espa­cio designado a cada máquina, según la anchura del útil de trabajo empleado, y de este modo se consiguió apre­ciar la posibilidad de dar cima al laboreo en parcelas y tiempos limitados (objeto del concurso), colocando cada tractor o motoarado en condiciones capaces de hacer eco­nómico su empleo. Tales fueron las normas adoptadas en este Concurso, doblemente interesantes por las nove­dades introducidas y por el gran número y variedad de aparatos concurrentes.

No nos corresponde reseñar el resultado; pero sí he­mos de afirmar constituye, a nuestro juicio, un camino que debe seguirse, toda vez que sólo así podrá obtenerse de un concurso lo que éste puede dar; una primera se­

lección, en la que aparezcan claramente destacados aque­llos aparatos que pueden ser de utilidad innegable en la región del concurso, con exclusión de aquellos otros, siempre escasos en número, francamente inadaptables. Lo que no es posible pedir a un concurso es una relación en que aparezcan clasificadas las máquinas de un modo absoluto, por orden de bondad, supuesto que para el agricultor el mejor aparato será aquel que le realice las labores del modo más económico y perfecto, y esto se conseguirá en cada caso con diferente máquina, y, aun en ocasiones, será conveniente prescindir del motoculti­vo y emplear yuntas de bueyes o muías. Esperamos que en sucesivos concursos prosiga esa orientación tan feliz­mente iniciada, y, entretanto, bien puede la clase agri­cultura tributar un caluroso aplauso al autor del méto­do, nuestro sabio maestro el ingeniero Sr. Fernández Cortés, que ha sido el iniciador en España del gran pro­greso representado por el motocultivo, y prosigue sin descanso su obra de difusión, luchando con las múltiples trabas y dificultades que le opone nuestra complicada Administración, en vez de otorgarle las facilidades y re­compensas que tan merecidas tiene.

SANTIAGO SANcmz, lugeniero agrónomo.

Impresiones de un espectador de buena fe, «ISIDRO MERLO»... NO DICE CHSI NflOa

Triste recuerdo.

La fuerza de la costumbre obliga a «Isidro Merlo», el destripaterrones de arado de palo, metido a motoculti-vador, a decir algo del Concurso de Toledo.

Mas, por un lado, «Isidro Merlo» se halla con poca gana de hablar; y, por otro, tiene, realmente, poco que decir... si por decir se entiende «ponerlefaltas» a aquella demostración mecánico-agrícola; labor poco agradable, ciertamente, para «Isidro Merlo», pero que, por lo visto, encanta al respetable público que goza cuando ve «me­terse con alguien»... sea por lo que sea...

El Concurso de Toledo, trae a mi mente el recuerdo de aquel hombre bueno, de aquel cabal caballero, que durante tantos años dirigió estas páginas volanderas. Don Sergio de Novales (q. e. p. d) fué, en efecto, figura saliente en el certamen, al que dio el calor de sus en­tusiasmos rurales, su saber de agrónomo, el afecto fraternal a sus compañeros organiz dores de la fiesta, el entusiasmo que ponía en cuanto con Toledo se rela­cionaba y el apoyo que supone realizarse en su finca la fiesta y poner a su servicio cuantos elementos poseía «La

C I R C U N S T A N C I A S Las normas.

El brillante artículo del sabio director de la Estación de Eosayo de máquinas, que encabeza este número,

Alberquilla». El Concurso de Toledo fué el último acto público a que concurrió el pobre D. Sergio, que pocos días después moría trágicamente en la catástrofe ferro­viaria en Villaverde...

¿Comprendes, lector, mi estado de ánimo al rememo­rar aquellos días?

Procuraré, á pesar de la desgana, cumplir con mi obligación de cronista lo mejor que pueda.

Una explicación.

He de empezar por dar una explicación al lector del retraso con que se ha hecho esta reseña. Y la disculpa no es otra sino que hasta hace muy pocos días no han llegado a mi poder los datos técnicos del Concurso, que son base indispensable para su crítica. Es lamentable que se tarde tanto tiempo en dar a conocer el resultado en tales certámenes, porque, al pasar el tiempo, pierden toda actualidad y con ella el interés que el público pone en estas cosas.

Al ocuparme ahora del Concurso de Toledo, no pare­ce sino que es de otro más reciente del que voy a hablar, y no del que tuvo lugar del i al 15 de mayo de 1921...

D E L C O N C U R S O explica y aclara las normas seguidas y el objeto que en el certamen se persiguió, tan distinto de los que habían sido norte de los Concursos de Sevilla y Zaragoza,

E L FSOSRSBO ASRÍOOLA T FIOÜABIO 17

Y al llegar a este punto, «Isidro Merlo» tiene que hacer urgentemente una confesión: está anonadado por las pruebas de consideración que, inmerecidamente, le han guardado, tanto D. Mariano Fernández Cortés como los gestores del Concurso organizado por la Mancomunidad catalana en Lérida.

Nunca pudo suponer que sus leales, pero modestas observaciones, pudieran hallar la acogida fraternal, de igual a igual, que les han dispensado los eminentes di­rectores de ambos certámenes. Si «Isidro Merlo» no es­tuviera tan convencido de que no pasa de ser un pobre hombre, tanto honor acabaría por desvanecerle y hacerle caer en una ridicula presunción de que, afortunadamen­te, se halla horro.

Los directores del Concurso de Lérida, en efecto, des­pués de leer la crítica que de las «normas de examen» se­guidas en Zaragoza me permití hacer—con todo respeto y con la mayor buena fe—, declararon paladinamente que les había preocupado hondamente y les indujo a buscar una variante al método seguido en Zaragoza para la carac­terización de parcelas... Cierto es que a «Isidro Merlo» no le satisficieron tampoco las normas de examen puestas en práctica en Lérida; y con la misma claridad con que censuró las-unas, censuró las otras. Porque—eso sí—a

hacer patentes; si los aparatos no resultan ya clasificados y calificados de una manera automática y ordinal, y si para abandonar los antiguos moldes se han tenido en cuenta las observaciones de «Isidro Merlo», y además esto se reconoce públicamente, ¿qué le queda que hacer a éste—que aunque labriego, es hidalgo—sino dar, ren­didamente las gracias, y no meterse más en libros de caballería?

Mi gratitud a todos—y especialmente a D. Mariano Fernández Cortés — por su gentileza en atenderme; y mi promesa de no volver a importunarles.

El lugar.

Habiéndose celebrado un Concurso en la cuenca del Guadalquivir y otro en la del Ebro, parecía lógico que el siguiente tuviese lugar en la del Tajo o en la del Due­ro. Hubocieita lucha entre Toledo y Valladolid, y ganó Toledo.

La justicia obliga a declarar, que faltó ambiente; el motocultivo—pese a los esfuerzos del digno presidente del Consejo de Fomento, Sr. Montoya—no preocupa, hoy por hoy, a los toledanos, que, bien hallados con sus yuntas de muías, no piensan en sustituirlas por moto­res inanimados. Lo atrasado del cultivo en aquella pro-

Tractor Advance <Oil-Pull», de 301HP., con arado >Parlln», de cuatro discos de 660^mllimetros.

mí me ganarán a muchas cosas, pero lo que es a claro... Y viene el Concurso de Toledo... y vean ustedes lo

que dice en el trabajo—modelo de exposición—con que encabeza este número, el ilustre director del Concurso, D, Mariano Fernández Cortés.

Si las normas de examen han sido variadas; si las que se han adoptado prescinden del arado patrón y del con­sumo por «caballo-bora-útil», cuyos errores traté de

vincia, la falta de iniciativas que la caracteriza, lo que­brado de una gran parte del territorio, la abundancia de cultivos en los que—como el olivar y la viña—el moto­cultivo tiene difícil aplicación, explican, acaso, el despego con que los labradores vieron transcurrir el certamen. Es posible que verificado éste en población de carácter más netamente agrícola—Talavera de la Reina, por ejem­plo—las cosas hubieran cambiado algo de aspecto; pero

lí EL PROGRESO AGRÍCOLA T FBCÜARIO

lo cierto es.que los,labradores toledanos no aprovecha-. ron la ocasión que tenían para apreciar prácticamente las-ventajas e inconvenientes de los motores para labrar.

Yo he visto otros Concursos, donde—aunque sólo fue­ra por curiosidad—acudía mucha gente a ver trabajar los aparatos; en Toledo... ni por curioáidad.

más potente de todos los aparatos presentados, el famoso «Stock»—padre de todos los motoarados —con sus 60 ca­ballos, se le enredaron entre las patas unas retamilas que dieron con toda la caballería en el suelo, al romper re­jas, torcer cuerpos.y dejar al monstruo imposibilitado para acabar su parcela. ¡Vaya con las retamitas...!

Tractor <Parret>, de 25 HP., con trisurco <VaIcau>, de 12 pulgadas.

El terreno.

El terreno constituyó una sorpresa para muchos; acaso para to ios. Parecía dócil, fácil de labrar, más bien suelto que fuerte; pero es que no se había contado con la reta­ma que, en más o menos espesura, crecía en todas las parcelas. La retama es una planta de apariencia insigni­ficante: sus desnudos tallos, sus hojas ascéticas, engañan al que por ellas juzga la planta. Ésta tiene bajo tierra lo ques-obre ella le falta. Como buen arbusto estepario, se defiende de la evaporación gracias a su escasa superficie foliácea, y tiene, en cambio, unos órganos de absorción potentísimos, una raíz gruesa, profunda, fortísima....que puso en ridículo a ios pretenciosos motores de tantos y cuantos caballos, que al llegar con sus arados a las retamas patinaban y se paraban, como si sus flamantes caballos peroherones se hubieran convertido en burras cansinas.

Pr.^nto se.convencieron los tractores de que no podían con la retama castellana, y, excepción hecha del potente

' «HoM» y de los motoarados, que se atrevieron con ellas, los demás.dijeron lo de «guarda, que es podenco».

El (iIIolt»j el «Praga», el «Komnick» y el «Stock» se enredaron a brazo partido con las retamas de sus respec­tivas parcelas, para demostrar cuan sobrados estaban de potencia. Al «.Holt» se le resistieron bastantes; el «Pra-

: ga» y el «Komnick» no dejaron una, y para que el es­pectáculo resultase más grotesco para el motocultivo, el

Bl Jurado.

No tengo delante la lista de jurados, y, sólo de me­moria, recordando las caras que en el Concurso vi, cita­ré a D. Elias de Montoya, presidente del Consejo pro­vincial de Fomento, que fué el alma de la fiesta, y a don Federico Bajo, ingeniero de la Sección Agronómica, que fué el brazo ejecutor. Ambos derrocharon actividad, en­tusiasmo, inteligencia y deseo de agradar y de que el CoucuróO tuviera el éxito que merecía.

Los Sres. Relanzón, de los Ríos y Basarán, coopera­ron también al buen resultado.

Del director técnico no hay nada que decir; el nombre del director de la Estación de Ensayo de máquinas es de los que hacen innecesaria toda alabanza. Secundaron admirablemente a D. Mariano Fernández Cortés, los ingenieros agregados a la Estación de Ensayo de má­quinas, D. Francisco Fernández Navarrete y D. Anto­nio Velázquez, que tan compenetrados están con el maestro, y actuaron de auxiliares técnicos varios labo­riosos ayudantes del Servicio Agronómico, y de auxilia­res prácticos, algunos competentes agricultores de la pro­vincia, cuyos nombres sentimos no recordar en este momento, todos los cuales harto trabajaron para tomar los infinitos datos que un Concurso de esta naturaleza requiere.

EL PROGRESO AGRÍCOLA, T PECUARIO 19

LO» AFA.Ft-A.TOS DEL. GONCXJR.SQ. Aparatos presentados.

Diecinueve fueron los aparatos presentados. ¿Muchos? ¿Pocos?... A Sevilla acudieron 17, a Zaragoza 23 y a Lérida 24. No estuvo, pues, mal de concurrencia To­ledo, pues es natural que los tractores que se han pre­sentado en varios Concursos dejen de hacerlo, y acudan sólo los nuevos o poco conocidos.

Tractores presentados por primera vez en Toledo.

Lo fueron los tractores «Avery», «Rüttger» y «Holt>: y el motoarado «Stock».El pequeño «Agro»,el «Fordson», el «Herkules», el «Tourand-Latil» y el «W. D. Caterpi­llar», acudían por primera vez a los Concursos dirigí dos por la Estación de Ensayo de máquinas, pero en el que organizó en Lérida el Instituto de mecánica aplica­rla agrícola, de la Mancomunidad de Cataluña, ya ^e li 'bían dado a conocer.

Una elasifieaeión algo técnica de los tractores pre­sentados.

Pueden agruparse, por ejemplo, en la siguiente for­ma, a falta de otra más lógica:

De mpnni ñp 91HP 1 Fordson = 20 HP. ue menos de25 UP.^ Rüttger = 22 H P .

Aust ia==25HP. Avery = : 2 8 H P .

i Case = 2 7 H P . Fiat = 25 HP. NilsOB = 30HP. OÍ1-PQU = 3 0 H P . Parre t = 25HP.

Herkules = 35 HP. Tourand-Latil •= '.',5

HP.

ni6trao = 20HP. Holt = 40 HP W. D. Caterpillar =

20 HP.

Komniok = 45HP. Praga = 40 HP. Stock = 60 HP,

L" T r a c t o r e s ; Adherencia por, D e 2 5 a 3 0 H P . que trabajan el suelo me­diante arados o aparatos in dependientes, sirvan o no, además, para el trauí-porte y acarreo de mercancías.. .

ruedas

De más de 30 HP.

Adherencia por cadenas.

!." Trac toresX que constitu-/ yen una sola máquina coní el apaiato cul­tivador

Motoarados,,

Aparatos de órganos de trabajo accio­nados...-

3.»

4.»

5.° Aparatos espucializados para ol pequeño cultivo y plantaciones en 1 mea

Aparatos de cable.

Aparatos mixtos . . .

Somua = .35 HP-= Ninguno.

= Ninguno.

Agro = 12 HP.

íéúiúmMm )<(s(imw!iA AGRÍCOLA j

M A D R I D ,

Motoarado «Praga», de 40 HP., 4ue trabajó con cuatro cuerpos de arado, de 285 milímeiros.

Tractores presentados en anteriores Concursos que no fueron a Toledo.

«Chapron», «Hansa Lloyd», «Somua» de 5 HP.; «Lanz», «W. D.» motoarado, «Benz», «Deering», «Emerson», «Hart-Parr», «Saunderson», «Titán», «Re­nault», «Moline», «Case» de 18 HP.; «Oil Pulí» de 20 HP.; «Klose», «Traylor», «Automotive», «Glasgow», «Ueider», «Excelsior» y «Do-it-all».

Clasificación por países de origen

Franceses. Agro. Somua. Tourand-Latil.

Inglés,

Austin.

Italiano. Fiat.

20 Eu FfeoeBKW AeBíooLÁ r PIODASIO

Checo-eslovaco.

Praga.

Alemanes. Herkules. Komnick. Rüttger. Stock. W. D.

Norte- americanos. Avery. Case. Cletrac. Fordson. Holt. Nilson. Oil-Pull. Parret.

Como se ve, dominaban los americanos, y seguían en importancia los alemanes y, a alguna más distancia, los franceses.

Ordenación por su potencia.

Agro = 12 HP. Cletrac = 20 HP. Fordson = 20 HP. W. D. = 20 HP. Rüttger = 22 IIP. Austin = 25 HP. Fiat = 25 HP. Parret = 25 HP. Case = 27 HP. Avery = 28 HP. Nilson = 30 HP. Oil Pulí = 30 HP. Herkules = 35 HP. Somua = 3 5 HP. Tourand-Latil = 35 HP. Holt = 40 HP. Praga = 40 HP. Komnick = 45 HP. Stock = 60 11P.

Ligeras indicaciones sobre las características de los aparatos presentados y trabajo realizado por los mismos.

TRACTORES

ABRO.

El equipo presentado, estaba constituido por el ante­trén-tractor «Agro», acoplado con un arado brabante doble, monosurco. Construido el primero por M. J. Puech y el arado por la Casa Delahaye, de Bohain.

El antetrén-tractor lleva un motor de 12 HP., mono-cilindrico, funcionando con compresión previa en el cárter y en el ciclo de dos tiempos.

El motor va colocado delante y entre las dos ruedas motrices, que tienen un metro de diámetro, y van pro­vistas en la llanta desalientes oblicuos.

La transmisión del motor a las ruedas se hace sin en­granajes de ángulo. No tiene diferenciil, pero puiden desembragarse las ruedas separadamente paia las vuel­tas rápidas.

A este antetrén pueden unirse diversas máquinas. En distintas ocasiones han expuesto en esta Revista,

personas con petentes, hasta qué punto no son prácticos estos pequeños aparatos, salvo en casos especiales en que no pueden usarse mayores. Así como el tren no pensó en imitar el servicio de las diligencias, hay que desechar en motocultivo la perniciosa idea de que el motor s\¿s-tituye al par de muías. Estos pequeños motores, tienen forzosamente que resultar antieconómicos, y antieco­nómico resultó el «Agro», gastando la enormidad de 76 litros por hectárea para labrar a 18 y ' / , centímetros de profundidad; y si en la prueba f.icultaliva gastó menos (53 litros), resultó también un consumo exageradísmio y desproporcionado. Eso aparte de hací rse cisco el débil aparato con los graves obstáculos de las retamas... y los brazos del conductor, que debió quedar muerto con la faena que tenía que hacer al extremo de cada surco.

AUSTIN.

No he de repetir aquí lo que dije al ocuparme de este tractor con motivo del Concurso de Zaragoza.

Insisto en que es un buen tractor, pero su adherencia es escasa por falta de peso. Pesa en orden de trabajo 1.360 kilos, y yo digo que para 25 HP. de fuerza, y para tirar de un bisurco, hacen falta 2.000 kilos de peso en el tractor. Las ruedas motrices, de poco más de un m e ­tro, no son tampoco las más adecuadas para mejorar esa adherencia que echamos de menos.

Labró entre 18 y 19 centímetros de profundidad, y esa labor la hace bien; pero si tuviera que trabajar más hondo, nos parecen también pocos caballos 25 para un bisurco de 12 pulgadas. El tractor, para ir holgado, ne-cesta 15 cabalb s por reja, y aunque se han querido suplir los 5 caliallos que faltan, reduciendo casi a la mi­tad el pi'so del aparato (peso muerto que hay que arras­trar), con eso no se ganan más de 2 a 3 HP. y, además, lo que se gana por ese lado ya hemos dicho que se pierde por otro: ¡maldita adherencia...!

El gasto de gasolina por hectárea, puede verse en el cuadro correspondiente: fué de 37 a 38 litros, para una labor de 18 y 19 centímetros. Ya se verá que hubo mu­chos que gastaron menos.

AVERY.

Tenía yo ganas de ver trabajar este tractor, tan afa­mado en América y tan lleno de palancas, pedales y vo­lantes, que dan la impresión de una complicación enor­me, y de una dificultad también enorme para condu­cirlo.

No se había presentado en Sevilla, Zaragoza ni Lérida. Por este motivo lo describiré con algún detalle.

EL PROOBSSO ASBÍOO!.! T FBODABIO 21

El motor es de cuatro cilindros horizontales, opuestos dos a dos. Las culatas son desmontables y las válvulas situadas en ellas son accionadas por un sólo árbol de levas y por medio de vastagos.

El sistema de refrigeración es lo más característico de esta marca; la circulación de agua por termosiíón, y el radiador (qae va en la parte anterior del aparato) está constituido por un tiaz de tubos verticales (como en las calderas de tubos de agua). En su parte superior está si­tuado el tubo de escape del motor, de modo que la salida de los gases engendra una corriente de aire filo de abajo arriba, alrededor de los tubos, lo que evita el venti­lador.

Los engranajes para las dos velocidades y marcha atrás, van al exterior (sin encerrar eu cárter), y el cam­bio se obtiene deslizando todo el mecanismo sobre los largueros del-bastidor.

El embrague es de discos múltiple, y dada la posición del motor, no son necesarios engranajes de ángulo. La transmisión anal (del diferencial a las ruedas posterio­res) se hace por piñón y corona dentada.

El consumo, en la prueba oficial, fué de los más con-

CASE.

Antiguo conocido de todos los'concursos. Ha procu­rado sobresalir en ellos por su escaso consumo, asegu­rando, a raíz del de Sevilla y del de Zaragoza, que era el número uno en este aspecto. En Toledo debe haberse convencido de que eso no es cierto, y que yo tenia razón cuando se lo decía. No es que gastara mucho, no, que es ciertamente económico, pero... ni mucho menos el nú­mero uno. Gastó, en la prueba oñcial, labrando a 19,65 centímetros de profundidad, 31,45 litros por hectárea, y, como puede verse, hubo varios que a esa profundidad gastaron menos de 30 litros, y quien apenas paso de los 29, y hasta quien, a profundidad poco menor, no llegó a 24.

No quiso convencerse el «Case» de esta verdad, y fué a la prueba facultativa a demostrar que gastaba menos, y... lo que ocurriera no se sabe; pero, el caso es, que para labrar 2 '/j centímetros más hondo, casi gastó 10 litros más por hectárea, marcándose un consumo de 51 litros: casi lo que gastó el «Agru»... ¡No se puede presumir de naila eu este picaro mundo!

Y ¿qué peusar ahoia de aquellos 20 litros escasos que

Tractor «Rütlger», de 22 HP., con bisnrco • Parllii> de 14 pulgadas.

siderahles: 45 */s litros por hectárea, para labrar casi a 20 centímetros de profundidad.

En la prueba facultativa, tuvo un consumo muy re­ducido: 32 litros, arando a 19 centímetros; pero hay que advertir que la gran longitud de besana que la forma de la parcela le permitió adoptar, hizo que la extensión labrada por hora fuese muy grande y, por consiguiente, el consumo por hectárea resultó más reducido que para otros aparatos que labraron en besana corta.

gastó en Zaragoza, labrando a 20 centímetros de profun­didad, en una tierra de 40 kilos de resistencia por decí­metro cuadrado?

Porque la parcela que labró en Toledo no tenía más que 35 kilos de resistencia, y la profundidad de la labor no llegó a los 20 centímetros...

FIAT,

También es veterano en estas lides y a su tiempo fué descrito por mí.

n EL PaoGRESO AGRÍCOLA T Í'ECÜARIO

El consumo por hectárea, labrando a 20,55 centíme­tros de profundidaíi, fué de 34,84 litros, que, sin ser pe­queño, no está del todo mal, en comparación con el gasto que otros tuyieroii.

FORDSON.

Aunque concurrió a la,Demostración de Lérida, era la primera vez que lo hacía a las dirigidas por la Estación de Ensayo de máquinas.

¿Que tuvo un consumo elevado de gasolina...? Es cieí-to; gastar 46,22 litros por hectárea, para labrar a 18,26 centímetros de profundidad, es mucho gastar. Pero, las ventajas de que hemos hecho mérito, ¿no suponen nada?

Tal vez es escaso su peso (1.500 kg.), de poco diáme­tro sus ruedas motrices, pequeña la adherencia, por las mismas razones que al ocuparme del «Auslin» expuse. También pienso que, para ir holgado, necesitaría 5 ca­ballos más. Pero, tal como es, presta incalculables ser-

Motocnltor <Soiuua>, de 35 HP., trabajando con su fresadora, de 1,50 metros de auchnra.

De construcción unida, sin bastido-, insertándose las ruedas directamente en el armazón que forma el motor, el cambio de velocidades y la transmisión final.

El motor difiere muy poco del empleado en el auto • móvil «Ford», es de cuatro cilindros, en un bloque, es­tando fundidos integralmente con la mitad superior del cárter cigüeñal; las culatas son desmontables.

La transmisión final es por tornillo sin fin. No tiene regulador, ni freno y no va montado sobre

resortes. ¿Qué decir del «Fordson»? Es, hoy día, casi el iinico tractor que se vende en Es­

paña. Su reducido precio (4.260 pCrCtas, bordo Cádiz) le coloca fuera de toda competencia con sus similares. Además, el buen repuesto de piezas que hay en España, su módico precio, y el escaso valor de las reparaciones que generalmente requiere, hacen de este tractor un com­petidor serio para las muías. Una pareja de éstas cuesta más que un «Fordson». Además, desde hace poco tiem­po se venden a plazos -mensuales... No debe quedar ya pueblo en España donde no haya un «Fordson», y eso que es, acaso, él último tractor americano que aquí ha entrado.

vicios para labrar con cultivadores una enorme exten­sión diaria; para dar labores de vertedera a la profundi­dad corriente de 15 centímetros; para tirar de las sega doras; para mover una pequeña trilladora, y para tantas aplicaciones como en la casa de labor pueJe darse a estv poderosa fuerza auxiliar.

A Ford, el gran constructor americano, debieran le­vantarle una estatua entre todos los fabricantes de auto­móviles, camionetas y tractores. Es Ford quien abre el camino, el que hace asequible la comodidad del auto­móvil a los pequeños bolsillos, el que crea el gusto por estos adelantos modernos; gusto que más tarde se con­vierte en necesidad. Él se extiende, se populariza y deja sitio para los que tienen más dinero o necesitan mayo­res perfeccionamientos, introduzca el «Rolls Royce» o el «Pakard».

¡Bien haya el genio fabril de Mr. Ford!

HERKÜLES.

También nuevo en los Concursos dirigidos por la Es­tación de Ensayo de máquinas, si bien se había dado a conocer en el Concurso de Lérida.

La prueba que hizo este tractor fué muy deficiente.

EL PROORISO AasíooLA T PioüAitio 23

por causa del mecánico que lo condujo; hasta el punto de que la Dirección del Concurso advierte que los datos referentes al trabajo de este aparato no ofrecen confian­za, por lo defectuosamente que fué llevado.

Pero esto mismo, hace resaltar más la bondad del «Herkules», que, aun tan defectuosamente dirigido, tuvo sólo un consumo de 29,35 litros por hectárea, labrando a 19,19 centímetros de profundidad. Cierto que la par­cela quedó mal terminada y que dejó sin arar el 26 por 100 de la misma, allí donde los demás las remataron casi en absoluto, no dejando de labrar más que del 3 al 6 por 100; pero aun así, el hecho de no haber gastado, a pesar de multiud de paradas e interrupciones en mar­cha, más que 29,35 litros, habla muy alto en favor de este tractor, y hace pensar en el reducido consumo que habría tenido de haberlo conducido manos expertas.

El tractor está montado sobre bastidor, y el juego de­lantero sobre ballesta transversal.

Las ruedas posteriores van provistas en la llanta de listones oblicuos, siendo de notar la disposición de las paletas, para aumentar la adherencia, que quedan plega­das al interior de la llanta cuando el aparato se desplaza por caminos, pudiendo, fácil y lápidameute, ser coloca-

El trabajo no quedó bien terminado, y casi el 11 por 100 de la superficie por labrar. El arado no funcionaba bien y esto hacía difícil la regulación de la profundidad;

El principio de la adlierencia progresiva a que este tractor responde, no nos ha convencido en la práctica.

OlL-PULL.

He aquí un tractor en el que aunque admiré muchos detalles en Zaragoza (donde se presentó con el nombre de «Advance»), no me llfgó á convencer, y en Toledo me ha dejado enamorado. Así como suena; enamorado.

El consumo de gasolina, que en Zaragoza fué grande, resultó en Toledo de los más reducidos. Sólo gastó 29,13 litros, araudo a 19,52 centím-tros de profundidad, que es un bonito gasto..

Lo característico de esta marca, es el sistema de refri­geración, que se hace por circulación de aceite crudo, en lugar de agua. El radiador va situado en la parte ante­rior del bastidor y el escape del motor, en su parte supe­rior engendra uua corriente de aire frío de abajo arri­ba que evita el veütilador. Se señalan como ventajas de este sistema su mayor duración, por evitar oxidaciones e

Tractor iToarand-Ijatil», de 35 HP., con arado trisurco.

dos en posición de trabajo, lateralmente a la llanta (para evitar que la tierra se adhiera). Puede graduarse su saliente.

NlLSON.

Me ratifico en cuanto, con motivo del Concurso de Za­ragoza, dije de este aparato.

Gastó 33,53 litros para labrar una hectárea, a 19,13 centímetros de profundidad.

incrustaciones en los tubos y el no tener que añadir lí­quido, para suplir la evaporación, ni tampoco ser nece­sario vaciar en tiempo de heladas. Parece, particular­mente, conveniente en regiones donde escasee el agua o ésta es de mala calidad.

Dada la posición del motor, no necesita engranajes de ángulo, y la transmisión a las ruedas se hace por piñón y corona dentada.

El carburador especial para toda clase de combusti-

24 El. PRO«IKISO AQRÍOOLA Y PBOÜABIO

bles, tiene mezclador de agua y una disposición especial para el arranque con gasolina.

P A R B E T .

Este tractor no se había vuelto a presentar en los Concursos desde el de Sevilla.

El motor está colocado transversalmente en el bas­tidor.

quenas, meramente sustentatrices. f a dirección se ob­tiene por articulación del batidor principal, haciendo va­riar el ángulo que forman entre sí los ejes de las ruedas, sirviendo de auxiliar el poder frenar separadamente las ruedas motrices.

El motor va colocado en la parte anterior del bastidor, entre las ruedas motrices, y el asiento del conductor en la parte posterior, sobre las ruedas sustentatrices. El en-

Tractor «W. D. Ornga>, de 20 HP., con arado «Parlin<, de cuatro discos, de 660 milímetros.

El embrague es de fricción, y el cambio de velocida­des proporciona tres en marcha adelante y una atrás. La transmisón final, por piñón y corona dentados, comple­tamente protegidos. No tiene engranajes de ángulo.

Comenzó a labrar en el eje de la parcela para ejpcutar el núcleo central y deí¡pués siguió t['at)ajando en redon­do. Por haber quedado muy bien centrado dicho núcleo, la labor ejecutada resultó bastante regular, si bien.las porciones de tierra que quedaron sin remover en los án­gulos y en la contigüidad de las lindes no eran desprecia­bles. Fueron salvadas las retamas elevando los cuerpos del arado, pero la habilidad del conductor consiguió que la superñcie que por esto quedaba sin atacar, se reduje­se a un mínimo.

El consumo fué muy reducido: 29,53 litros por hec­tárea, labrando a 19,5 centímetros de pronfundidad.

RÜTTaBR.

Presentado por primera vez en España. El tractor tiene disposición análoga a la de algunos

antetrenes tractores, pero, en realidid, funciona como tractor independiente. Es de cuatro ruedas, las anterio­res de grah diámetro, motrices, y las posteriores, más pe-

ganche del arado es semirigido por medio de barras cru­zadas.

No pudo apreciarse el consumo de gasolina, por haber­se advertido un escape en el tubo que lleva el combusti­ble al carburador.

En la prueba facultativa gastó 55,32 litros por hec­tárea, labrando a 20,61 centímetros de profundidad. Es mucho gastar.

T O U I ' A N D - L A T I L .

Presentado por primera vez en Lérida. Este aparato, al que el constructor d-^nomina «Arado automóvil», consta de dos partes: un tractor (que puede funcionar como independiente) y un arado polisurco, proyectado especialmente para él y que puede ser levantado por completo y automáticamente desde el asiento del con­ductor, empleando la íuerza del motor, lo que permite una gran libertad de maniobra sin que el conductor abandone su puesto.

La refrigeración por circulación de agua por termo­sifón, radiador y ventilador. (Sin embargo el aparato que funcionó en Toledo lo hizo con circulación forzada, por habérsele puesto una bomba.)

La transmisión a las ruedas posteriores, se hace por

EL pBoeaiao ÁSBÍOOLA Y PKIÜASIO Ü5

cadena única. El eje posterior lleva fijas las ruedas y el piñón de la cadena. No tiene, por lo tanto, diferencial.

El arado polisurco está soportado en la parte anterior por un balancín montado sobre dos ruedas y por una tercera rueda, reguladora de la profundidad, atrás. Cual­quiera que sea la posición del tractor, el bastidor del arado permanece paralelo a la superficie del terreno. La elevación se hace por una grúa y un torno accionado por el motor.

En la forma de efectuar su trabajo, lo más saliente fué la ejecución déla labor de las cabeceras. En elLts el tractor marchaba trabajando en un sentido, y al llegar al extremo opuesto levantaba el arailo, haciendo funcio­nar a la grúa, y volvía con marcha atráshasta que llegaba al sitio de empezar un nuevo surco. Con este sistema, el consumo de gasolina debió subir l)a3tante, po!' el gran número de recorridos en vacío, pero en cambio se logró dejar la parcela totalmente labrada, pues las pequeñas extensiones que quedaron sin atacar en sus esquinas no tienen ninguna importancia, puesto que eran las estric­tamente ocupadas por el aparato.

El consumo por hectárea (55,59 litros, labrando a 18,9 centímetros de profundidad) resulta muy elevado, y esto debe ser atribuido, además de la causa antes a[)untada, a marchar el aparato con muy pequeña velo­cidad; pues el motor no funcionaba mal, como lo de­muestra el consumo por hora de funcionamiento, que de ninguna manera puede ser considerado como extraordi­nario.

TANQUES

GLETBAC.

En el artículo que dediqué ul Concurso de Zaragoza (número del 15 de febrero de 1921) di las característi­cas de este aparato, y expuse la opinión que de él había formado, y que en nada ha cambiado.

El consumo de gasolina (46,52 litros por hectárea) para una labor de 19,33 centímetros de profundidad, lo encuentro exagerado. Y como en Zaragoza y Lí^rida se registró también un elevado consumo, he de pensar que es esta condición característica del aparato, que, cierta­mente, le hace desmerecer.

Eso, no obstante, el reducido tamaño del «Cletrac» su escasísima altura, principalmente; y el reducido es pació que para girar requiere, hacen de esté aparato — gaste más o menos gasolina — el tractor preferido para labrar olivos, naranjos y vides. Creo yo, que para labrar el olivar, no han de ser aparatos de reducida fuer­za y tamaño los que se empleen, sino, por el contrario, tan potentes que puedan llevar alas laterales que se en­carguen de labrar en la proximidad del olivo, pudiendo el tractor marchar por fuera del goteo, por lo que nada importarán sus dimensiones. Pero este aparato ideal no existe aún, y hay que conformarse, por el momento, con aparatos como el «Cletrac», que resuelven la diticultad de loa cultivos arbóreos, gracias a su pequeño tamaño.

HOLT.

Este tractores, también, de tipo oruga; va montado sobre dos cadenas sin fln, motrices, sirviendo además para la dirección, que se verifica por medio de embra­gues y frenos a cada lado, lo que evita el diferencial.

El motor es de tipo de camión de cuatro cilindros verticales, fundidos en dos bloques, con válvulas en las culatas, que son desmontables.

El batidor de acero se monta sobre resortes, tanto en la parte posterior como en la anterior.

Fué el de Toledo el primer Concurso en que se pre­sentó en España, y a fe que hizo una excelente impre­sión por su solidez y suficiencia del motor.

Fué el único tractor que atacó las retamas, intentando realizar el trabajo en sus más duras condiciones. Claro es que eslo dio lugar a numerosas detenciones y a la ro­tura de varios cuerpos de arado, que acabaron por inuti­lizar el aparato, que no pudo terminar la parcela; pero es justo reconocer que la mayoría de las retamas fueron atacadas y casi todas ellas descuajadas, y que el «Holt» demostríí su resistencia y poder.

Gastó, arrancando retamas y labrando a 20,95 centí­metros de profundidad, 43,29 litros por hectárea.

W. D.

Presentado en Lérida y Toledo solamente. ' El tractor es del tipo oruga (Caterpillar), va montado

sobre dos cadenas sin On que son motrices, sirviendo, además, para la dirección, que se efectúa frenando sepa­radamente las cadenas por medio de frenos situados a uno y otro lado del diferencial; el mando de éstos se hace por medio de palancas.

Gastó 45,34 litros por hectárea, labrando a 23,76 cen­tímetros de profundidad, en la prueba oficial; y 38,46 li­tros, labrando a 18,06 centímetros, en la facultativa.

Ambos consumos los encontramos altos, y no se nos ocurre atribuirlos a otra cqsa que al excesivo peso de este aparato, que sólo tiene 20 ó 25 HP. y pesa 2.590 kilos. Este peso, que en tractor de adherencia por ruedas lo encontraríamos bien, nos parece innecesario en un oruga, que busca su adherencia, no por peso, sino por las cade­nas sin fin, que le dan una gran superficie de contacto con el suelo. El busilis, en estos tractores, está en que, aun cuando pesan poco, se adhieren maravillosamente, gracias al Caterpillar.

Debe, pues, en ellos economizarse peso, para que éste no se sume a la adherencia en el sentido de restar caba­llos en la barra. Así, el «Cletrac», de 20 HP., pesa 1.553 kilos, y aun el «Renault», con 32 HP., no pesa más que 2.800.

MOTOCULTIVADORES

S. o . M. U. A.

El motocultivador conocido por el nombre de «S. O. M. U. A.» 35 HP, construido por la Societé d'Outillage Mecanique et d'Usinage d'Artillerie, está constituido poj

26 S L PMMnMo AasfooLá T PHÜABIO

dos elementos: el tractor, propiamente dicho y el órgano operador, llamado fresadora. Puede quitarse este elemen­to y quedar reducido el aparato a un tractor ordinario.

Tiene tres ruedas, de las que son motrices las poste­riores y directriz la anterior. Es de conátrucción unida, sin bastidor, constituyendo el armazón los cárters del motor y la caja de la transmisión.

El cambio de velocidades, proporciona cuatro en mar­cha adelante, una en marcha atrás y dos combinaciones para el accionado de la fresa.

Las ruedas posteriores van locas sobre un eje y man­dadas por un árbol iutermediririo sin diferencial. Pueden ser frenadas separadamente por medio de pedales, lo que facilita los virajes cortos.

Cuando el aparato funciona como tractor, debe equi­librársele; para ello tiene cuatro contrapesos de fundi­ción, de 110 kilogramos cada uno, lo que evita que se levante de adelante cuando la tracción es grande.

El movimiento a la fresa se transmite por un árbol de Cardan, envuelto en un cárter que aloja también los engranajes.

La fresa está constituida por un tambor colocado trans-versalmente a la dirección de la labor, y en cuya super­ficie se insertan los útiles.

Estos constan de dos partes: 1.° Una fija a la superficie del tambor, que hace de

mango del útil, flexible, para que pueda ceder cuando éste encuentre un obstáculo demasiado resistente.

2." Útil, propiamente dicho o garfio, también flexi­ble, sujeto al mango.

El conjunto es esencialmente elástico para aproximar­se al eje del tambor y desembaiazarse de los obstáculos.

La fresa puede tener dos velocidades diferentes, inde­pendientemente de la velocidad del tractor.

Ejecutó su trabajo empezando a labrar en un borde de la parcela, y terminando en el opuesto, dejando, como es natural, en los extremos de los surcos algún espacio para efectuar los giros. Las cabeceras sin atacar que por esta causa resultaron, fueron labradas después, en senti­do perpendicular a la primitiva dirección, y con ello se consiguió que no quedase en la parcela más que un pequeño rectángulo de tierra sin remover; el espacio es­trictamente ocupado por la máquina.

El gasto de gasolina fué de 39,19 litros, labrando a 19,51 centímetros de profundidad. Gasto algo alto, como se ve, en comparación con los demás aparatos.

Después labró en una viña a 15 centímetros de pro­fundidad, gastando 21,48 litros por hectárea.

Doy aquí por repetido cuanto de este curiosísimo apa­rato dije en el número del 15 de febrero de 1921.

MOTOARADOS

Al contemplar un motoarado de 40 a 80 HP., de 7 a 10 metros de largo, con sus ruedas, de cerca de 2 metros de diámetro, lo primero que se piensa es: este monstruo sólo puede arar en una gran haza de tierra; para parce­las chicas no sirve, casi no cabe en ellas. Claro es que, cuando se observa que no es menor la longitud de un

tractor con los arados enganchados, y que el motoarado dispone de la facilidad de la marcha atrás—que el trac­tor no podría, ejercer sin atropellar sus arados indepen­dientes—comienza uno a darse cuenta de que, tal vez, es más manejable el gran motoarado que el pequeño trac­tor, y de ello se adquiere pleno convencimiento cuando se le ve arar, girar en escasísimo terreno y ponerse en besana rápidamente, gracias siempre a su rigidez y a su marcha atrás.

Acaso es esto lo que más claramente ha demostrado el Concurso, al invitar a los aparatos presentados a ago­tar sus respectivas parcelas sin salir de ellas para nada. Los tractores dejaron en las cabeceras y cornejales unos, como el «W. D. Caterpillar», 2 ' / , por 100 desuperflcle; otros, como el «Austin», el 4 por 100; el «Fiat», el 5 por 100; el 6 por 100 el «Fordson»; el 8 por 100 el «Parret»; el 10 por 100 el «Nilson». Algunos dejaron sin labrar una cantidad excesiva: el 14 por 100 el «Rüttger», el 26 por 100 el «Herkules»; pero menos del 2 por 100 no dejó ninguno.

Estaba reservado para el «S. O. M. U. A.», el «Tou-rand-Latil y los grandes motoarados, agotar más que los tractores la superficie labrada. El motocultivador «S. O. M. ü . A.» sólo dejó sin labrar el 0,066 por 100 de su parcela; el «Tourand-Latil» —que a estos efectos se comporta como un motoarado—el 0,325, y los moto­arados del 0,87 al 0,34 por 100.

Explicado queda por qué hacían este milagro los mo­toarados, y fácilmente se comprende que por igual mo­tivo lo hacen el «Somua» con su fresadora accionada por el motor y el «Tourand-Latil» con su arado que también levanta el motor.

Los motores fueron los únicos—aparte el Holt—que se atrevieron a atacar las retamas, en la prueba oficial, en cuya operación tuvieron forzosamente que gastar más gasolina que si no la descuajaran. Por cuya razón, labra­ron luego en la prueba facultativa, sin descuajar retama, para poder comparar su consumo con el de los tractores que no la arrancaron.

KOMNICK.

Léase el juicio que emití acerca de este aparato a raíz del Concurso de Zaragoza, y que en el'de Toledo vi con­firmado.

El «Komnick» dejó sólo sin labrar el 0,364 de su par­cela y gastó (arrancando todas las retamas de la misma) 42,65 litros por hectárea, labrando a 22,34 centímetros de profundidad.

La prueba facultativa la dividió en dos partes: en la primera hizo alarde de profundidad, quitando uno de los cuerpos de arado y labrando sólo con tres, alcanzó 31,62 centímetros de profundidad, gastando 61,46 litros por hectárea; en la segunda, trató de demostrar su economía de consumo, y labró con cuatro rejas a 20,60 centíme­tros de profundidad, con un consumo de 31,62 litros por hectárea, que no fué, ciertamente, excesivo, pero que no logró probar lo que se'proponía, puesto que, a profun-

l¿£>-.

E L FBoaRBSo AavioohA Y PIOOARIO 27

didad parecida, habían gastado los tractores: el «Herku-IPS», 29,35 litros; el «Parret», 29,53, y, sobre todo, el *Oil-Pull.), 29,13.

PRAGA.

También me remito a cuanto manifesté sobre este trac­tor con motivo del Concurso de Zaragoza.

Gastó (arrancando todas las retamas de su parcela) 35,09 litros de gasolina por hectárea, labrando a 20,95 centímetros de profundidad. Es decir, gastó menos que los aparatos que, como el «Holt» y el «Komnick», se habían propuesto arrancar la retama.

Y en la prueba facultativa, quiso probar su escaso gas­to, comparándose con los aparatos que no arrancaban las retamas, y lo consiguió plenamente, pues no gastó más que 23,28 litros por hectárea, arando a 18,20 centíme­

tros de profundidad; reducido consumo a que no llegó nadie.

STOCK.

Se presentó por primera vez en España este hermoso aparato, y hay que confesar que no tuvo fortuna, pues quiso arrancar las retamas, como los demás motoarados, y se le rompieron las piezas de trabajo, dejándolo inútil para efectuar la prueba.

¡Era mucha retama, la de To'edol Y no tengo más que decir: como no sea pedir perdón

por la exagerada longitud de erita desaliñada crónica, que el pelantrín que lirma ha hecho, más por rendir culto a la costumbre que porque realmente tuviera nada de par­ticular que decir.

ISIDRO MEKLO.

Aspecto económico del motocultivo. Realmente no deberíamos tratar, este aspecto de la

cuestión, porque es lo más vidrioso y resbaladizo de todos los temas derivados del motocultivo, como lo de­muestran el sinnúmero de discusiones que en esta ma­teria hemos teuido con representantes de maquinaria que pretendían demostrar, cómo con tractor costaba la labor el tercio que con las muías; así como con posee­dores de yuntas, que pretenden labrar más barato que con tractor, sin saber el coste de las obradas. Pero como es asunto que apasiona no debe pasarse por alto.

Fácilmente se comprende sean posibles discusiones cuando cada propietario reúne en sus Qncas condiciones completamente distintas a las de sus convecinos, tanto en cuanto al régimen de alimentación, tanto en cuanto al rendimiento útil de personas y caballerías, y así, en cosa al pancer tan trillada como el precio de yuntas u obradas de bueyes, existe disparidad de criterio.

Si esto ocurre con las yuntas, con mayor razón exis­tirán diferencias en aparatos de coste elevado, los que, según el personal que los maneja, pueden durar sólo una campaña o dar rendimiento útil durante cinco años. Siempre recordaremos el paralelo entre una trilladora Ruston que existe en la Granja Agrícola de Zaragoza, lleva 15 campañas y está dispuesta para varias más; t r i ­lladora similar se adquirió a base de Pósito en T. y en tres años quedó deshecha. ¡Qué diferencia más enorme para la amortización!

Los datos que tenemos en la región sobre tractores son escasos y aun éstos de poca confianza para funda­mentar en ellos cuentas con algo de .verosimilitud: des­conocemos la duración media de los tractores america­nos en sus variadas gradaciones; menos de europeos que, hasta la fecha, apenas se han empleado; por ello nos li­mitaremos a poner de relieve bosquejos de cuentas de tractores y yuntas, y de esta manera, en cada caso par­

ticular, sustituyendo los datos por los propios, podrán servir de orientación.

Ahora mismo, con la elevación de derechos arancela-larios, la maquinaria agrícola sufre alza en el precio, que es una buena manera de ayudar al agricultor para que produzca mucho y barato.

Bosquejo de una cuenta de gastos o precio de coste de la labor de un motoarado para finca grande.

PHIMEBA PARTIDA

/ Interés al 5 por 100 de Precio del moto- I 36 000 1660\ „„. , , .„ ro«„-„

arado.. 33.000\ Segurob al l,5por 100... 498/ ^" / ' ' - ¿«rh iaX" Valor de deshe- < ConservaoióialTporlOO 2.3i0(, ;*!',,.?5. r M »

cho. . . . 6.000) Amortización de 28.000 ( ' X ^ ' " A amortizar.... 28.000f en 4.800 horas (cinco \ ^'^'*'-

V años) 5.068J

SBGUNDA PARTIDA

Un coDdacto a 2 pesetas hora 2 \

Anxiliiir a una peseta 1 PoTsntmi .r Tíirtno / *>""•• ^ f Por horB de tr»-Fersonal y ranos <; jg ^^^^.^^ ¿g gasolina a ). bajo: 16 pese-

0,90 pesetas 11,701 tas. Aceite, grasa consisten- 1

te, etc., etc., hora 1,30;

Resnmen de gasto por hora.

Pesetas.

Por la primera partida 1,98 Porlasegunda 16,00

ToTAi,.. . 17,98

GASTO DE LA LABUR POR HEOTÍREA

Tierrras sueltas. Tierras fuertes.

Número de vertederas 5 4 Profundidad de la labor Om.,26aO,27 Om.,22aO,28 Labor ejecutada por hora 4,800 m« 4,125 m«

Costo por hect&rea. 37,46 pesetas. 43,68 pesetas.

28 £L Psoeuno AealooLA Y PSOCAHIO

Soscjuejó del precio de arada de una pareja de bue­yes de la Granja-üscuela de Agricultura.

Valor de la adquisición \ de la yunta 2.500/

Valor de deshecho 8 los ( cinco años 2.000/

A amortizar en cinco \ aBos. 600i

Interés al 6 por 100 de 2.500 pesetas 125

Riesgo al2por 100.... 601 Amortización de 500

pesetas (cinco afios) 100

Alimentación..

Por 10 litros diarios de harina a 24 pesetas hectolitro 2,40

ídem 6 idera id. de maiz triturado a 36idemld 2,16j

ídem 12 kilogramos diarios de heno alfalfa a 16 pesetas 100 kilogra­mos.... 1,92,

ídem 8 ídem id. de paja de primera a 5 ídem Id. id 0,40'

ídem lOIdemid. paracama aSMem Idemid 0,30

Jornal del boyero al afio 1. Por el concepto de alojamiento al

año Vario» <' Alumbrado 24l

^ Medicamentos y cuidados especiales 15/ Remuneración, capital, atalajes

(año) 12) ídem del grupo, arados 20/

Resnmeii de gastos. Pesetas.

Gastos generales 276 Alimentación 2.584,20 Por varios 1.976

Total: 275 pese­tas.

Por día: 7,08 ps-

Por año: 2.584,20 pesetas.

Por año: 1.976 pesetas.

TOTAL 4 835,20

A restar: Valor de 18 toneladas de estiórcol a 25 pesetas tonelada , 450

Qasto real al afio: 4.385.20 pesetas.

Pesetas.

Siendo los días de trabajo al año 255 Precio de obrada por día 17,19 Primera labor con arado Jaén, a 0,19 de profundidad (0,28 áreas).

Precio de la hectárea 61,39 Segunda lab"r con arado Bravant a 0,23 de profundidad (0,26 áreas).

Precio de la hectárea 68,76

Todos y cada uno de los factores que intervienen en estas cuentas son discutibles, y cada lector encontrará las variaciones correspondientes al modo de ser de cada explotación.

Sonreirán los que preparan pruebas teatrales en las fincas para demostrar la baratura del cultivo mecánico, pero a mí no me convencen las labores de dos horas con un motor afinado, con un experto mecánico, que pica poca tierra, aun cuando la voltea bien; yo me coloco en el medio corriente de las fincas, con tractor tratado de me­diana manera, sin mecánico, sin piezas de recambio. Después de todo, el espejuelo de que mecánicamente re­sulta mucño más barata la labor, es una obsesión que a nada conduce.

Lo que interesa es que con los tractores se labran las tierras tanto mejor que las yuntas; que se gana tiempo porque se abarca más superficie; que se suprime gente, y bastarían estas solas ventajas para alegrarnos de que el cultivo mecánico marche tan rápidamente a satisfacerlas necesidades de la agricultura.

JOSÉ GKUZ LAPAZARAN, Ingenlero-jefedel Servicio Agronómico de Zaragoza.

Muy importante. Para evitar que las cartas se extravien o sjifran retraso, en toda la correspondencia remitida a EL PROGRESO AGRÍCOLA Y PE­CUARIO, aunque vaya dirigida a cargo o persona determinada, deberá consignarse el

Apartado 12.034.—Madrid.

2 T O T X C Z A S EL PROGRESO AGRÍCOLA Y PECUARIO desea a sus colegas,

abonados, corresponsales y anunciantes un próspero afio de 1923.

Los señores suscriptores que por cualquier circunstancia no tengan completa la colección de 1922, pueden reclamar a esta Administración los números que les falten y se les fa­cilitarán, de no estar agotados. ^:-.. * * •

I>a Inoha contra la langosta.—En el salón'de actos de la Real Academia de Medicina, deZaragoza, y organizadas por la Academia de Ciencias de dicha ciudad, han tenido lu­gar unas interesantes conferencias sobre los siguientes temas:

"Morfología y biología de la langosta,, por el Sr. D. Joa­quín de Pitarque y Elío, ingeniero agrónomo, jefe de la Sec­ción Agronómica de Huesca.

"Modificaciones jurídicas necesarias para la eficacia de la lucha contra la langosta,, por el Sr. D. Manuel Marracó, abogado, ex diputado a Cortes por Zaragoza.

"Medios naturales de defensa contra la langosta,, por el R. P. Longinos Navas, S. J., doctor en Ciencias, vicepresi­dente de la Academia.

"Medios mecánicos, físicos y químicos empleados en la destrucción de la plaga de la langosta. Enseñanzas de las campañas realizadas en Aragón con dicha finalidad,, por don José C. Lapazarán, académico de número, ingeniero-jefe de la Sección Agronómica de Zaragoza.

'Aspectos social y económico de la lucha contra la lan­gosta,, por el doctor D. Mariano Baselga y Ramírez, presi­dente de la Cámara de Comercio, director del Banco de Cré­dito de Zaragoza.

"Resumen del curso,, por el Excmo. Sr. D. Carlos Castel, diputado a Cortes.

« * • Contra los vinos espafioles.—El presidente del Con­

sejo y ministro de Negocios Estranjeros de Francia ha reci­bido a una Delegación del grupo vitícola de la Cámara de los Diputados, que pidió la anulación del decreto de 8 de diciembre último, que en plena campaña vinícola permitió la entrada de mostos españoles, pidiendo además se man­tenga el régimen arancelario anteriormente aplicado a las mistelas y a dichos vinos.

Insistió particularmente sobre el considerable perjuicio causado a Argelia por la imprevista publicación del decreto concerniente a los mostos espafioles, decreto del que no tu­vieron previa noticia las Comisiones de Comercio y Agri­cultura, a las que, sin embargo, se había sometido la cues­tión de las negociaciones comerciales franco-espaflolas.

Poincaré contestó explicando en qué condiciones hubo de ser tomada la decisión concerniente a los mostos españoles, asegurando a la Delegación que el Gobierno no pensaba en adoptar medida alguna para modificar el régimen aduanero referente a las mistelas y vinos licorosos.

PERSONAL AGRONÓMICO SERVICIO AGRONÓMICO

Ingenieros.—Sapernupierario.-^Pasa a esta situación el ingeniero segundo D. Paulino Arias Juárez.

Reingreso.—Para cubrir la vacante producida por el se­ñor Arias Juárez reingresa en el servicio activo del Cuerpo, con la categoría de ingeniero segundo, D. Alfonso Ruiz de Asín y Navarro, que estaba supernumerario.

Defunción.—Fallece el ingeniero segundo D. Ramón San­cho Miflano, que estaba destinado en la Sección Agronó­mica de Murcia.

Ascensos.—Para cubrir la vacante que deja el Sr. Sancho Miflano asciende a ingeniero segundo D. Miguel Gortazi Errea, que estaba supernumerario.

Ingreso.—Para cubrir la vacante del Sr. Sancho Miflano ingresa en el servicio el aspirante núm. 1 D. Adalberto Pi­casso Vicent.

Imp. Ramona Velasco, Viuda de P. Pérez.—Libertad, 31. Tel.—3MS.

' c

' «o XXIX Madrid, 7 de enero de 1923 Nfim. 1.277

Primer premio, Diploma de Honor y Medalla de Oro en el (Concurso de Madrid de 1902

Fo.<DADOR EN 1895, L. Ipajicisco n i v a s Moreno.—DIRECTOR DESDE 1900 A 1921, D. Sergio de Novales

J L ú r e e t o r : J J . A N O R E S Q A K R I O O

NUMERO EXTRAORDINARIO

dedicado al Concurso de Motocultivo de Toledo.

S XJ IVt A. Fí. I O Slai'iaiio Feriiíinaez Cortés: Loque se persiguió en este Concurso.

Reglas <a que se sujetó la demostración. JBlías de Itloiitoya. ) , . . ., Arturo Kelaniíón. ) Una opmióu profana.

Cuadro de características de los aparatos presentados." Prueba oficial. Prueba facultativa.

Santiago Sancliiz: Orientación y normas seguidas. Is idro Merlo: Impresiones de un espectador de buena fe. José Crux liapazariln: Aspecto económico del motocultivo.

Noticias. Persona! agronómico.

P B E e i O S D E S ü S e R l P e i O N P A G O A D E L A N T A D O .

Kspaiia, un semestre 10 ptas ídem, un año 20 »; Portugal, un año 22 » Demás países extranjeros, un año 26 »

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A P A R T A D O N U M . 563 :-: TELEGRAMAS: SERUZAM

C a l l e d e A l o n s o X I I n ú m . 2 6 — M A D R I D

A 0 E : N T E S K X C L U S I V O S P A R A LA VENTA DE LOS P R O D U C T O S QUÍMIC¡OS DE: Sociedad Minera y Metelárgiea de Peiarroya, Real Ooiipañía Alturiana de Minas, Société Cotnmaroiale des Potasses d'A-lsace, Bstablissements Kuhlmann, Manufactures de Produits Ohimiques d'Auby, Usines de l'AUondoi, Ohenal & Douiihet, La Oollose, S. A. (Nantes), Sociedad Española de Tejidos Industriales, Société Indastriellé et Com erciale

du Midi, Société Oommeroiale Lambert et Riviére, etc.

SUPBRPOSPATOS Y ABONOS MINERALES

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2 7 A G E N C I A S B N E S P A Ñ A

Z S e p ó s i t o a e n l o a xxiáa izaapor t aza. t e s o e a t r o i

PERITOS AGRÍCOLAS Apuntes completos con las respuestas a todos los temas del programa de oposicio­

nes de ayudantes del Servicio Agronómico. Topografía.—Conocimiento de terrenos agrícolas.—Agronomía.—Fitotomía.—Má­

quinas agrícolas.—Industrias rurales.—Ganadería.—Economía rural.

Tres tomos con cerca de 1.000 páginas.

= Por ios Sros^ Soroa y Garrido = De venta en la Administración de El PROGRES© aGRÍGOLA Y PEeUARI©

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B A ' J A C , LiaxiOQurt (Oise) Francia. I

AÑO X X 1 X . - E L PROGRESO AGRÍCOLA Y PECUARIO

I 3Sr ID I O

Páginas.

I.—E«onoBiía agrícola. RAFAEL MADRAZO.—El problema

cerealista 29 f 111 MARQUÉS DE CABA-PACHEOO.—

Por propia con vei iencia 32 Los trigueros visitan a los minis­

tros 35 IsiDiio LABRADOR. —Burocracia

' agraria.—Unas elecciones. . . . 45 H. G. DEL CASTILLO.—La cotoui-

zicidn interior de Espafia 49, 62,80.129, 295, 310 j 393

UN TÉONICO DE LA CUBNCA DKL GuADAL<íuivia.—El más im­portante problema de Andalu­cía occidental.—Riegos, indus­tria 7 navegación de las aguas del Guadalquivir 51 y 96

El crédito agrícola . — Funesto aniversario 61

Las agaas y los ríe ¿os del Gua­dalquivir. — Una conferencia

,del Sr. Relaño 61 La elevación de las tarifas ferro­

viarias 117 Ante las eieccioies.—Un progra­

ma mínimo agrario 4.... 262 MANUBL EsPiAU. —Aspectos de la

vida nacional.—La ruina de^la agricultura 277

Palabras da un agrario. El Aran­cel, ia agricultura y las elec­ciones.. 313

Los Pósitos y el Banco agrícola. 326 Colonización interior 333 El XI Congreso internacional de

Agricultura 355 Una Comisión para la reforma del

Ca tas t ro . . . . . . . 364 Prutesta de los agrarios salman­

t i n o s . . . . . . 364 ANTONIO NAVAJAS.—La agricul­

tura en crisis 378 JOAQUÍN BONNIBR.—¿Por qué es

tan difícil la anión de los la» bradores? 379

Páginas.

Un caso típico de responsabili­dad 383

En ceneñcio de los campesinos. 460 EL PROBLEMA DEL CATASTRO EN

EL PARLAMENTO.—Una inter­pelación del señor conde de Oolombi 467

— El miaistro de Hacienda Con­testa a la interpelación del se­ñor conde de Colombí 483

— Discurso del Sr. Matesanz.., 515 — Discurso del Sr. iCastillo y

Vaquero 547 — Discurso del Sr. Cánovas del

Castillo 563 Las cjmarcas, arruinadas por las

tormentas, piden auxilios a los PodeiPB públicos 490

La coloniiación en Marruecos... 491 Las economías y el Tribunal de

Cuentas 508 El Catastro . — ü E a comisión

mixta 518 La última crisis ministerial 556 EDUARDO ORTEGA GASSRT.—El

Annual cerealista.—Las com­pras de trigo en el extran­jero 569

Viiianueva al lado de los produc­tores 576

Los militares en el poder.—El golpe de Estado , 579

NICOLÁS GARCÍA DE LOS SALMO­NES.—La agronomía española , en el Congreso internacional de Agricultura de París.—La deserción de los campos. ' . . . . . 585

Los labradores y el golpe de Es­tado 588

MiGüBL PALACIOSYGAKCÍAROJO. ¡ A g r i c u l ' o r e s ! . . . . . . . . . . . 595 y 755

LORENZO LÓPEZ SAXAH. — Una buena cosecha, causa de ruina y miseria 614

Para sostener el precio del trigo. 619 La revisión catastral 619

Páginas.

Los agricultores ante el nuevo poder constituido 627

Una visita al general Primo de Rivera 645

MARIANO MATBSANZ.—Memorial de agravios de la agricultura. 659

DOCTOR JAIME MIGUEL LLUCH.— A>pectos de la vida nacional.— La ruina de la agricultura. 666 y 695

ANDRÉS GARRIDO. — La Cámara agrícola en Palacio.—Los agri­cultores hablan con el Rey . . . . 675

El crédito agrícola 680 R. MADRAZO ESCALERA. — Los

agricultores ante el Directorio. 682 Al Directorio militar.—Las Cru­

ces del Mérito agrícola... 698 y 761 Palabras de aliento 711 y 744 Los pobrecitos constructores na •

vales 716 Los consabidos financieros...... 717 ANDRÉS GARRIDO.—La Junta del

CréJito agrícola.—Mi elección. 724 UN INGENIERO AGRÓNOMO. — Del

llamado Crédito agrícola 727,741 y 759 JOSÉ CRUZLAPAZARÁN.—LaC uz

del Mérito agrícola 728 Las tarifas f e r rov ia r i a s . . . . . . . . . 728 Junta para el estudio del Crédito

agrícola 730 EL VIZCONDE DB EZA.—La agro­

nomía española en el Congreso internacional de Agricultura de París.—Transformación de la propiedad en España- 755

ANDEÉS GARRIDO.—A losagricul-tores.—Necesito ayuda 7 ^

Lo que pide el Instituto Agrícola Catalán de San Isidro 764

Los Pósitos, base del créJito.agrí-cola , 779

Colonizacióti y repoblación inte­rior : 781

Lpsagricultores comparecen, una vez más, ante los Poderes pú­blicos 789

IV ÍNDICE

Páginas.

II . —Comercio y esladÍBfieá agrícola.

Contra los vinos españoles . . . . . . ' 28 Los mostos españoles ea Francia 38 Noruega comprará vino este mes 38 El consumo de vino en Francia

dui"ante el mes de noviembre de 1 9 2 2 . . . . . . . 38

Escasez de trigo en Rusia 52 Modus vivendt entre España y

Alemania 54 y 445 ' Remolacha y aziiear 71 y 524 La naranja española en la Gran

Bretaña 99 La situación vinícola en Francia. 101 Nuestro comercio con Francia.. . 101 Las cosechas de vino en Francia. 102 ¿Se autoriza la venta de vinos en

los Estados Unidos? 104 Exportación de lana 134 La producción de azúcar 134 Cotizaciones de aceites en el mer-

codo de Sevilla durante el año 1922 267

Cotización de vinos blancos y tin­tos en el mercado de Barcelona durante el año 1922.—Precios por grado y hectolitro, mercan-cancía en bodega de l cose­chero 267

Autorización para la importación de ganado 267

Supuesta importación da trigo. 284 El mercad) de vinos en Franoia. 285 Exportacionf s belgas 299 Exportaciones permitidas 299 A los exportadores españoles 300 Mercado de alcoholes en Francia. 300 El consumo de vino en Francia

durante el mes de marzo de 1923 ..'. 317

Los viticultores franceses piden P'Otecoión al Gobierno 364

Contra los vinos españoles 365 El comercio exterior de España

e n l 9 2 2 . . . . 381 La producción olivarera de Es­

paña 4¡3 El Tratado franco-español 429 Nuestras re'aaiones comerciales

con los Estados Unidos. 429 Los aeeifes en la Arg;entina 457 Las importaciones del ganado

vacuno 477 Los vinos españoles en Francia. 491 El precio del superfosfato en esta

campaña 508 El consumo da vino en Fr»iicia

durante el mes de junio de 1032 509

Régimen comercial entre España e Zelandia 556

El Convenio comercial coa Bél­gica 557

Las relaciones comerciales coa Franc ia . , . . . 557

Los fruteros de Levante sufrirán perjuicios considerables. 573

Comercio exterior de España 604 Régimen de comercio entre Es­

paña y las colonias y los domi­nios ingleses * 604

Los cultivos en los Estados Uni­dos 619

La importación de maíz 620 Importación de ganado extran­

jero.,. 636 Los vinos españoles en Bélgica. 637 El Tratado con los E-tadoS Uni

dos 668 Cebollas y naranjas. 668 Un peligro y un documento 701 Producción da trigo y centono en

Francia . . . . . . . . 701

El Tratado comercial italo-espa-I ñol 716 y 732 La producción de trifro es exce­

siva en Norteamérica 716 Prórroga del Modus vivendi con

Alemania . . . . 731 Se prohibe la importación de ga­

nado a rgen t ino . . . . . 731 Los vinicultores contra el cierre

de tabernas 747 Los viticultores de Jerez . 747 Los fabricantes de achicoria. . . 748 Importaciones de ganado 748 La cosecha cereal en el año agrí­

cola 192 ''23 en el hemisferio septentrional y 1923 24 en el meridional 775

Los limitts suizos y los vinos es­pañoles 779

III.—Cuesllonra sociales.

Información sobre el prob'ema de los foros 52

La propiedad de la t i e r r a . . . . . . 87 JOSÉ GAHCÍA. VIDAL.—La reden­

ción de los foros 280 Los trastornos de Cataluña y la

pobreza de Castilla 461 El.régjnaen de la tierra . . . 491 La legislación social agrícola in­

ternacional—Real decreto . . . 520 Lo que pide e) Instituto Agrícola

Catalán de San Isidro 764

•¥ .—Aranceles .

Termina el beneficio arancelario para el maíz 37

El corcho y nuestra política eco-nónnica 70

ANDRÉS GARRIDO.—Sobre un ar­tículo del Sr. ürgoiti.—Pro­tección, sí; pero razonable 291

Modificaciones introducidas en los aranceles i uizos que benefi­cian a E s p a ñ a . . . . . . . . . 317

El artículo 89 de las ordenanzas -de Aduanas 413

Algaradas de las industrias-pó­lipos.—El Arancel, muralla de la-China 451

R. M-DRAZO EsCALBBA.—Una felicitación..' 487

El Arancel y el maíz.—Vuelven a concederse derechos redu­cidos 697

Siempre el Arancel.—¡ i los cas• eos! ¡A los cascos! 723

La libei^ción del corcho. 789

V.—Abasleciinienlos.

El problema de las subsistencias 37 y 588

El precio del pan en Madrid 37 M. BívsALGA y JORDÁN. — Las

subsistencias.—¿Por qué no se vende el trigo? ¿Por qué no baja el pan? . 4 6

Escasez de trigo en Rusia 52 Las Juntas de A bastos 64 La Asociación de Agricultores

protesta contra el Decreto de abastos 69

Las famosas compras de trigo estianjero.-Más de 148 millo­nes ha perdido el Estado.—Un caso de responsabilidad minis­terial 98

La Asociación de Agri-iultores pide una investigación de la política de abastos 132

Estadística sobre el consumo de lenteja eu . ¿pañi. . , 250

Páginas.

No se exportará lenteja sí no baja el precio 250

La exportación de lentejas 299 Las lente.ias bajan de precio 35

céntimos en kilo 350 La exportación de la patata tem­

prana , 413 Las Juntas de abastos.—El Go­

bierno interviene los precios de las sustancias alimenticias

762 y 773

VI.—Legislacldn.

Las existencias de trigo extran­jero.—Real orden de Fomento. 52

Las Juntas de Abastos 64 Las infraccioDesa la ley de Gaza. 116 El reglamento de los Pósitos.—

Real decreto 331,363,570,618 y 777

El problema del Catastro en la Baceta. — Dos Reales decretos de interés 499

Mpdjfií-aciones en el reglamento de Alcoholes 508

La legislación social-agr cola in­ternacional. El trabajo de los niños en agricultura. Los de-rechi s de asociación y coaliga­ción de los trabajadores agrí­colas y la indemnización por accidentes del trabajo en agri­cultura.—Rt al decreto. 520

Ley sobre construcción de carre­teras 5?4

Pesca en aguas de dominio pri­vado 525

Ex^nción de contribución terri­torial para bienes múnloipales. Condiciones para cbtenerna.. , 525

Carreteras.—Reglamento de Po­licía 557

Ley de autorizaciones arancela­rias •• 557

Registros Aséales.—Notificación de aumentos en los líquidos imponibles 603

Higienizaeiónde viviendas urba­nas y rústicas 616

El ácdo fosfórico en las escorias. Real orden. . . 618

Adulteración de los vinos.-Real orden 635

El crédito para obras hidráulicas. Real orden 636

El Estado da 10 millones de pe­setas para fomentar el cultivo del a'godón €47

El crédito agrícola.—Real de­creto 68J

El precio de los abonos.—Rtal decreto' 683

La calidad y el precio de los abo­nos.—Real orden . . . . . . ' 699

La Comisión algodonera. 712 Una moratoria... 715 Las tarifas ferroviarias.-Real

orden 728 Langosta: Trabajos de extxución.

Real orden . . . . . . . . ' . . . 732 Caminos vecinales.—Reglas para

su construcción.—Real orden. 732 Se prorroga por un mes la mora­

toria.—Real d e c r e t o . . . . . . . . . . 743 Legitimaciones de roturaciones

arbitrarias.—ReU decre to . . . . 744 Los fabricantes de achicoria 748 Para acelerar la vigencia leí Ca-

tasti-o.—Real orden 749 Comisiones de información co­

mercial.—Real orden , . 762 Las Juntas de Abastos.—El Go­

bierno íaterviené los precios de las sustancias alimenticias.

NDÍCE

Páginas.

Real decreto.. ^62 jlld Se reforma la Comifion de los

ConTenioB comerciales, daado entrada a los elementos pro­ductores —Real o r d e n — . . . . 777

La liberación del corcho.—Beal decreto. . 789

VII..—Agronomía.

La materia orgánica en los terre­nos de tacaño dedicados al cul­tivo del trigo. 47

Ei aproyechamiento de aguas fe­cales 53

LUIS SÁBZ FERNÁNDEZ CASARIE-00.-Influencia de los abonos sobre la composición ; la c«li-dad de las cerezas . . . . 68

H. G. DSL CASTILLO.-Z« campa • ña del trigo 77 y ICQ

ISIDRO LABRADOR.—Andando por los carapos.-La sequía 112

Za campaña del trigo. El progra­ma francés de intensificación del cultivo del trigo 125

Breves indicaciones sobre la com­pra de abonos qu ímicos . . . . . . 382

PALLADIÚS. — Influencia de los abonos potásicos en la cantidad de cosecha 412, 459 y 490

El manganeso en los abonos.. . 478 PALLADIUS—Fraudes en los abo-

noa potásicos 522 Ensayos de abonos potásicos 571 La Sociedad colonizadora de los

Mouegros 717 Francia prohibe la exportación

de escorias 731 OCTAVIO CERIBOLA. — Discusio­

nes técnicas. 746 JOSÉ SÁNCHEZ PAJARES. — Del

ambiente rural.—Siembras tar­días. 761

V I I I . — MaqalnAria af^rícola y molociilllvo.

Concurso de motocultivo de Toledo: — MARIANO FBRNÁNDEzOoaTÉs.

Lo que se persiguió en este Concurso.—Reglas a que se su­jetó la demostración 6

— ELÍAS¡\.DB MONTOYA. - Una opinión profana 7

— Cuadro de características de los aparatos presentados M

— Prueba oficial 12 — Prueba facultativa... 13 — SANTIAGO SANCHÍS. - Orien­

tación y normas seguidas. . . 14 — ISIDRO MERLO Impresiones

de un espeotHdor de buena fe. 16 — JOSÉ CRUZ LAPAZARÁN.—As­

pecto económico del Inotocul -tivo 27

— FEDERICO BAJO.—Las condi­ciones del terreno y el cultivo mecánico, , 30

JOSÉ HERRERA DOBLAS.—Cálculo ' de distribución o de salida de grano en las máquinas sembra­doras 33

FEDERICO BAJO.—El motocultivo y la cuestión social. 83

GREOOHIO MATALLANA.—El mal del motocultivo 96

PEDEHICO BAJO.—El motocultivo y la fertilidad del suelo IIG

GÜiL'ERMO QÜINTANILH. — La agronomíaespañolaen el Con­greso internacional de Agri­cultura de París.-Difusión del inaTerial agrícola'con miras a . la reducción de mano de obra. 601

Págigag.

iX.—llerb1e»IMi>a!.

LoBENzo LÓPEZ SALAR.—Conve- \ ciencia de un buen barbeche. 3S

Un concur-o de espigas de trigo. 63 MIGUEL GONZÍLEZ LAOO. — El

problema del campo.—Ante la crisis cerealista 93

CARMELO BENAiGEs.—Za campa­ña del trigo •—Medios de aere-

• cer el rendimiento en los seca­nos.—Nuevos sistemas de cul­tivo de cereales:

— Viejas prácticas y modernos métodos.. •• 243

— Prácticas, precedentes y mé­todos modernos a base de apor-cailos 307

— Sistemas a base de binas y escardas 323

— La labor como medio de cap­tar y retener el agua . . . 371

—El dry farming americano y el método francés «Jfar» 387

— Cultivo cereal de escarda.. ..• 566 — Experif neias españolas 580 — Forma de hacer compatible el

empleo de la ma quinaria mo­derna 596

— Acerca de nuevos métodos de cultivo en secano.. 691

La campana del trigo.—El cultivo remunerador 259 y 276

El cultivo del tabaco en España. 365 El cultivo en fsjas 380 El consumo de las espigas 460 GREGORIO MATALLANA.—Cómo

se hace un buen barbecho 474 MARCELINO DE ARANA Y FRAN­

CO.-A'ttícoí íííííoáoí de cultivo en secano'.

— A modo de prólogo 611 — Fundamentos del cultivo de

secano 643 — El barbecho como base del

cultivo de secano. Sistemas de cultivo a base de barbecho.... 707

— Acerca de nuevos métodos.. . 739 — De los defectos de los métodos

expuestos y razones que mili­tan a favor de la supresión del barbecho 771

H. Q DEL CASTILLO.—Casas pro-dnct. ras de semillas 663

Luis SÁBZ FERNÁNDEZ-CASARIE­GO.—Almacenado y conserva­ción de los cereales en el gra­nero 667

Cultivo del tabaco pn España . . . 668 La ComÍ!iión algodonera 732 Los ensayos del cultivo del taba­

co en el año 1924 711 Ensayos de cultivo del algodón. 731

X . — A r b o r i c u l t o r a y l l e r t i -cnl lura .

La protesta de los corcheros 248 H. G. DEL CASTILLO.-^Desde Pa-

r í s . -Una Exposición de Hor­ticultura 435 y 454

LEAN HERGUETA —Las inunda­ciones y el a r b o l a d o . . . . . . . . . . 519

Montes alcornocales . . . . . 731 La liberación del corcho 789

XI.—Vides, ¥ÍaoR, olivos y ace i tes .

Las cosechas de vino en Francia. 102 JOSÉ PÉRBZ DR GRACIA.—Deco­

loración de a c e i t e s . . . . . . . . . . . 127 La actual crisis vinícola.—Contra

Páginas.

el aleoKol industrial en las^ be- b i d a s , . . , . 133

Kúmero extraordinario dedicado oi la producción vinieola y oleUeh en 1932:

— ANDsés GARRIDO.— Vinos y aceites.—Una ojeada dé Con­junto. . . 220

— J . OAMPOVAsCó,-^Estadística vinícola.—La cosechade uva y nioB^oen 1922 223-

— Estado comparativo entre la producción y consumo de vino probable en ' 1 9 2 2 - 2 3 . . . . . . . . . . 224

— Cooiercio vitícola español.... 225 —. Come'Cio vinieola español. . . 226 — Esquema gráfico de la super­

ficie de viñedo en España , . . . . 226-— Mapa de la cosecha de vino

por provincias 2 ^ — Los precios del vino desde el

año 1910 a» 1 9 2 3 . . . . 228-— Diagrama de la producción de

mosto en España en los últimos treinta años 228

— Los precios del alcohol desde el año 1910 a 1 9 2 3 . . . . . . . . . . . . 229

— La producción de pasa en Es* paña ; . . 229

— Diagrama de la superficie vi­tícola española durante los úl­timos treintaiún a f l o s . . . . . . . i 2áft-

— Mapa de importación y ex­portación interior de v i n o . . . . 230

— Kstadística de la producción mundial de mosto f n 1932. . . . 2bl

— Estadística oleícola.—La co­secha de acíituna y de aceite. 233

— Variación de la riqueza de la oleicultura española en treinta años 234

— Mapa áe la producción de aceite en 1922 . 235

— Estado comparativo entre la producción y consumo probable de aceite en 1922 236

- - Avance de producción del oli­vo en la actual campaña y su comparación con la cosecha ob­tenida en España en el año agrí­cola 1921-22 e indicación de la calificación del primero con las causas que hayan contribuido a reducir la cosecha 23$'

— Mapa de 'a producción oliva­rera en España.(promedio del último decenio) 239

— Los precios del aceite durante losónos 1910a 1923. 239

— El comercio del aceite 240 — Laolivicultura mundial. .• . . 241 LORENZO LÓPEZ SALAR—Cultivo

usual4el olivo... 248,263,294, 327 y 357

RAFAEL JANINI JANINK—Un por­venir para la viticultura. 278

— Investisraciones referentes a la protección de los viñedos contra los daños de las heladas en primavera 28-)

Los mostos mudos 297 La crisis vinícola 359 G. ANTONIO DORRONSOHO.— La

helada «n las viñas 362 RAFAEL JANINI JANINI.—Vinos

naturalei que parecen adulte­rados i 375

NICOLÁS GARCÍA DE Loa SALMO­NES.—El momento actual déla vit icultura. . . . 411

EAPAKI. JANINI JANINI.—De vi­ticultura. 427

Fermentación Tínica. 440

VI ÍNDICE

Páginas.

CLAÜDH) OUVEBABMABSÓ.—Pa­liativos enológicos para 18 en*

.8)8 del vino ... ...^.......... 455 CRI8TÓBA.I,,,ME8THBS ARTIGAS.— Nuevo método'de dQtermi&aeión -

dé la acidez volátil de loe .ri« ,jjos 470

Niímero extraordinario dedicado a -, la Conferencia internacional de

MadridtoVre lalitcAá contraía Mosca del olivo:

-r- A modo de r e s u m e n . . . . , . . . . 531 — ISIDORO AQUILÓN—Impresio­

nes de un delegado , . ; . 532 — Las conclusiones aprobadas

por la Conferencia 536 -^ ÜAiMBNoNBLt.-^Ventajas del

método Berlese 537 — DOCTOR FBLIPE SILVBSTKI.—

Lucha natural 538 — RAFAEL JANiNi.-"H»cen falta

experiencias más concluientes 540 — Ü..HowABD.^En los Estados

Unidos ios pequeños insectos se combaten con grandes me­dios 541

— P A 0 L MAECHAL.-^LB l u c h a eontra la mosca en Francia. . . 541

— José VAÍLS.—Nada práctico, hasta ahora 545

— PASCUAL CAHRIÓN.-Una ex­periencia española. 515

- ^ C o n d i c i o n e s indispensables para el éxito del sistema Lo-trionte 516

CRISTÓBAL MESTRE. — Bodegas cooperativas en Andalucía. . . . 550

ISIDORO AGDILÓ.—R1 Vi Congre­so internacional de Olivicul­tura 600

Sobre la crisis vitícola francesa.. 607 NicoLjls GARCÍA D E L O S S A I M O -

NBs. —De viticultura, J para los viticultores 631

Adulteración de los vinos.-rReal orden 635

CHISTÓBAL MBSTBB.—El pardea­do o ¿rjíBMíiírí de la v i ñ a . . . . 714

ANQBL ÜAHCÍA y LÓPEZ —Los vi­nos que quedan d u l c e s . . . . . . . 725

RAIÍAEL JANINI JANINI.—-La ha-ri a V la esencia de mostaza en viniflcación 742

X I I . —Aeeidíeniea y enemi -goH de ia« p lan tas . — S u a cauaaa | sus remedioa.

La lucha contra la langosta 28 CARLOS MORALES ANTEQUBBA.—

La plaga de langosta. ^Sobre la Asamblea de Toledo 34

Oootra la langosta.. 37 j 312 El gusano délas peras y las man-.

u n a s . . . . . . . . . . . , . , 56 L* langosta . . . . . . . . . . . . . . 97 La plaga de langosta en Badajoz. 132 El crédito para l a n g o s t a . . , . . , . . 133 Material para combatir la lan-

gQsta 134 ENHIQUE AGUDO PA^óN.-rUnnne-

vo procedimiento de'extinciÓn de 1« l a n g o s t a . . . . . . . . . . , . . . , 246

RAFAEL JANINI JANINI . -Defen­sa Qontralas plagas del campo. 362

Conferenciainterliaeional para el eatodio de lo# medios de jucha contra la mosca del olivo, en Madr id . ; . . . 366y396

CARLOS MORALES A,NTEQOBBA.— La pl aga de langosta en ia pro­vincia de Ciudad Real.. 390

Cataluña se defiende ide la lan­gosta . . . . . . . . . . . . . . í . . . . 392

Páginas.

E L TOZUDO DE SIEMPBB.—Lacam-

faña'de langosta en un pueblo e Ciudad Real 438

ESTACIÓN ENOLÓGICA DE BEQUB-NA.—Materias a combinar para defender las cosechas de laS plagas del campo 453

Gran plaga de la remolacha en Navarra 477

ANTONIO CRUZ VAIERO.—El pro­blema dé la langosta.—La cam­paña de invierno. 489

Número extraordinario dedicado a la Conferencia internacional de Madrid sobre la lucha contra la mosca del olivo:

— A mcdo de resumen 531 — ISIDORO AGULLÓ.—Impresio­

nes de un delegado 532 — Las conclusicnes aprobadas

por la Conferencia 536 — JAIME NoNBLL.—Ventajas del

método Berlese 537 — DOCTOR FELIPE .SILVESTBI.—

Lucha natural 538 — RAPAEL JANINI.—Hacen falta

experiencias más coaclu-jentes 540 — O. HowAHD.—En los Estados

Unidos los pequeños insectos se combatejí con grandes me­dios ....i 541

— PAUL MABCHAL. — La lucha contra la mosca en Francia. . 541

— JOSÉ VALLS.—Nada práctico, hasta ahora 545

— PASCUAL CARHIÓN.—Una ex­periencia espinóla 545

— Condic iones indispencables para el ésito del sistema Lo-trionte 546

— El problema de la langosta.— La campaña de primavera. . . . 552

Los insecticidas j la langosta. . . 615 La filoxera en Navarra 619 José CHOZ LAPAZABÁN.—La oru­

ga de la remolacha 630 Campaña de langosta 653 Contra la palomilla y el arañuelo

deloli»o 684 Para evitar los males del algo­

donero i 716 La plaga de la langosta 731 Langosta: Trabajos de extincidn. 732

XI I I . Zootecnia narla^

y Vete r i •

Número» extraordinarios dedicados al Concurso nacional de Gana­dos enll922:

— ISIDRO MERLO.—Impresiones dn un espflfitador de buena fe.

— RAFAEL JANINI JANINI.—LOS grupos cabalUres:

— TOMÁS CAMPÜZANO.—La sec­ción de sueros y vacunas =;

— Los premios adjudicados 159, 185, 200

— JUAN DE CASTRO VALEBO.— Notas generales.

— JUAN ROE CODINA.—LOS bo­vinos españoles

— MARIANO BSNIGASI.—Ganado vacuno extranjero

Ganado bovino cruzado... — JOSÉ LUIS DB LA LOMA.—La

Escuela especial de Ingenieros agrónomos, en el Concurso....

— ISIDRO LABRADO».—Una in­terviú.— La mejora del ganado vacuno del Centro y Sur de Es­paña

141

149

: : i56

y 216

163

165

175 178

180

182

Páginas-

— JOSÉ LUIS DE LA LOMA.—El ganado merino, .,. 187

— GREGORIO MATALLANA.—La oveja churra. 188

— José MARÍA SOROA.—El lanar manchego. 190

— VENTURA- ALVARADO.— Unas notas sobre las industrias de la l e c h e . . . . . . . . . . . IPl

— MARQUÉS DE OQUENDO.—Una hermosa iniciativa.—La funda­ción Oquendo en la Inclusa de Madrid. , . . . 193

— ISIDRO LABRADOR.—La indus­tria del queso manchego en la instalación del Sr. Sánchez do Val.—Los alimentos para el ganado en el Concurso.—La harina de pescado desengrasa­do y seco 197

— JUAN DB CASTRO Y VALEBO.— De más y de menos caballosdel último Concurso . . - 203

Los cerdos y las cabras del último Concurso 208

— ISIDRO LABRADOR.—El pabe­llón de Guipúzooí. 2 i3

MANUEL ESPIAÜ. —Concurso de Gana los en Cartagena 261

Los cursos de ganadería 268 SILVESTRE MIRANDA.—Tétanos o

mal de ciervo 292 De cría caballar 298 Puede entrar en España el gana­

do suizo 299 MARQUÉS DE CASA-PACHBCO.— Los Concursos de ganado de Ma­

drid en 1923.—El de ganado lanar manchego. 339

Método seguido para la califica­ción del ganado lanar man­chego... . . . . 343

MANUEL ESPIÁU.—LOS libros ge­nealógicos. . . . . . . . . . . 378

SILVESTRE MIRANDA.-Huérfago o huélfago de ios solípedos.... 487

LEÓN HBRQUETA.- Producción y abastecimiento de la l e c h e . . . . 650

XIV.—AvIcaKora, Apicul ta-r a y Ser lcfenl lara .

La oca de Toulouse 40 Avicultura.—Concursode puesta. 116

Número extraordinario dedicado al Concurso de Ganados de 19H2:

— E. VILLEGAS ARANGO.— Las aves .:.. 155, 183 y 198

— ADOLFO ViRGiLi.—La Serici­cultura en el Concurso 182

— F . JOSÉ TRIGO.—Las colme­nas 210

PABLO LASTRA Y ETERNA.—Algo sobre Apicultura 249

— Divulgaeióa de la Apicul­tura 314,830, 437 y 678

MARQUÉS DB CASA-PACHECO.—El Concurso de Avicultura 345

Los premios del CoEcurso de Avi-cul'tura . . . . . . . . . . . . . . . . . . ; . . .

MARQUÉS DB CASA-PACHEOÓ.— Avicultura.—El primer Con­curso de puesta

El resultado de la puesta Los premios de l Concurso de

pues ta s . . . . . . . . . , . , . Avicultura.—Otro concurso de

349

419 434

m

XV.—Indmstrias irarUú.

523

La conservación de frutas fres­cas mediante el ácido carbó­nico 104

ÍNDICE VH

Páginas.

El nitrato de Chile en la Exposi- , clon de Ganados 216

Consultorio de 'hduBtrias lácteas. 779

XVI—.AKoc'acloneii ag ra r i a s . JSIndioalos agr íco las y F e -deraeioneW reg iona le s .

H. G. DEL CASTILLO.—Una ad­mirable institución agrícola: la Liga belga «Le Coin de Te-r r e » . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112 y 265

CRISTÓBAL MBSTRÍ . — Bodegas cooperativas en Andalucía . . . 550

X V l l . — i K a m b l e a s , exposi­ciones y concursos .

GARLOS MORALES ANrBQUERA.— La plaga de la langosta.—So­bre la Asamblea de T l e d a — 34

Agricultores j harineros 38 Congreso oliyarero eu Marrue­

cos • 70 La Asamblea de Benavente. —La

agricultura j los saltos de l Duero ^

Asamblea de agricultjres . . . . . 87 Acción social agraria . . . . . . . . . 87 Homenaje a Pasteur 117 La actual crisis vinícola.—0-ntra

el alcohol industrial en las be­bidas 133

Los tiegos del Alto Aragón. . . . 134 Conclusiones aprobadas por la

Asamblea de Cámaras Agríco­las celebrada en Madr id . . . . . . 247

Mitin agrario de Toro 250 Asambea contra el Catas t ro . . . . 250 Concurso de ganado en Sevilla. 250 Concurso de ganado lanar man-

chego en Madrid 250 En favor de la agricultura.—

Conferencia del Sr. Mátesanz. 263 El Congreso internacional de

Agricultura 264 y 333 Asamblea agraria •.. 268 La feria de Sjvilla. 282 Conclusiones de unt Asamblea. 284 Concurso de ganado lanar man-

chego y de agricultura 316 La protesta contra el Catastro... 332 Congreso agrícola de Só l l e r . . . . . 333 El X( Congreso internacional de

Agricultura 355 Los agricultores de Logroño. . . . 358 Los riegos del Alto Aragón 360 Contra los trabajos catastrales... 365 Nueva e importante reunión de

Cámaras Agrícolas 375 El p r o b l e m a de l Catastro.—

Asamblea de Cámaras Agríco­las 403

Exposición de ma.uinaria agrí­cola 413

H. G. DEL CASTILLO.—Notas de viaje.—Conclusiones del Con­greso internacional de Agri­cultura 4% y 472

La Confederación Católico-Agra­ria y los agricultores portu­gueses '. 428

Los labradores de Jaén 441 Congreso universal de lechería. 444 Reunión de parlamentarios agrí­

colas 445 Asamblea de vinicultores en Ca-

rifiena 573 La Asamblea Nacional de Viti­

cultores 588 Feria de San Miguel en Sevilla'. 616 Congreso internacional de la pro­

p iedad . . . . . 619 MANÜBL ESPIAÜ.-Concurso de

ganados en Yeola. 646

Páginas.

Una Asambleaagrícola en Getafe. - 764 Empréstito para les riegos del

Alto Aragón... 765 El derrumbamiento del precio

del trigo 780

XVIII .—Enseñanza ag ra r i a .

Los campos escolares agrícolas. 117 Enseñanzas especializadas de Vi­

ticultura y Enología.. 299 La alfalfa en secano 491 Estación de ensayos de semillas

de la Moncloa 603 Enseñanzas especializadas de Vi­

ticultura y Enología 7.33 y 747 Los establecimientos enológios. 780

XIX.—Libros recibidos.

•ALBERTO FHON.—Selvicultura...' 40 D. A. TROTTBR y D. A. MATONS,

«Descripcio de las mes impor-tauts varietats d'avetlaner cul­tívales a Catalunya» 40

D. BUENAVENTURA A R A Q O . — Tratado completo del cultivo de la huerta 72

EMILIO MOYA SÁNCHEZ.—Manual del derecho de pesca. . . . . . . . 104

JOAQUÍN E-CODA Y R O M . — E l agrimensor prácticu, o sea Guía de agrimensores, peritos agrónomos y labradores 270

La intervención técnica en la agricultura. 270

Frente a la crisis vinícola 270 CAYO BERNARDO. — Manual del

viticultor 270 R. PüJOLAR HüGUET.—La qües-

tio agraria del Fia 286 D. R. RicALDONE.—Henifléación

y heno 286 INSTITUTO AGRÍCOLA CATALÁN

DE SAN IsiORO.-La Rabassa morta en Cataluña; su exten­sión oon sus conñictos, su so­lución 332

DANIEL RÍU. -^LOS impuestos en la renta y el capital 332

ADALBERTO ALONSO DE ILBRA.— Guía para la aplicación de los abonos ,334

Un libro de Salmones y MarclUa. Química, Viticultura y Enolo­gía 358

E. SERVEN.-Método práctico del cultivo industrial en España de la seta 382.

Memoria de la Asociación de La­bradores de Zaragoza 430

JOSÉ MARÍA HERNANSÁEZ.—LOS progresos de U huerta 4 ^

CAJA DE AHORROS PROVINCIAL DE GUIPÚZCOA.-Memoria del úl­timo ejercicio 494

FEDERACIÓN CATÓLICO AGRARIA DE LEÓN.—Memoria del año 1922 494

José BENÍTEZ VÉLEZ.—Memoria de la Estación Enotécnica de España en Cette correspondien­te a 1922 494

PEDRO JULIÁN MUÑOZ Y RUBIO.— Tratado de jardinería y ñorl-cultura -., . . 494

ASOCIACIÓN GENERAL DE GANA­DEROS.—Memoria del Concur­so Nacional de ganados, avi­cultura, maquinaria e indus­trias derivadas 526

DIRECCIÓN GENERAL DE AaRicuL-TüRA.—Memoria de la Confe­rencia iaternacional verificada

Páginas,

en Madrid y relativa áli)<ícwí 0¿aí (mosca del p l ivo ) . . . . . . . 526

L. E. DE P.—El Crédito agrícola y los Pósitos. . . , . , . . ; . . . - . / . - . 750

El problema de los foros eáe l Noroeste de España 766

ANTONIO LÓPEZ ídARTÍN.—p Se-., mental de cría cabal lar . , , . . , . . . 782

IGNACIO RuiS:.-Aguas subterrá­neas y pozos a r t e s i anos . . . . . . . '182

X X . — P e r s o n a l «gronériilco.

Junta de patronos de la Memoria benéfica de D. Manuel de Vega y López . . . . 88

Servicio Agronómico.^-Nuevas plantilias 119

Catastro.—Gratificaciones. . . . . 120 Los estab'ecimientps.agrícolas..- 302 La Mutualidad del Seguro Agro­

pecuario . . , . , , . . . . 302 El encargado de l despacho de

Fomento. 589 Los funcio.oarios públio. 8 . 589 y 670 Honorarios de peritos en expe^

dientes de expropiación for­zosa . . . . . . . . . . . . n 590

Unificación de trabajos topográ­ficos Chtastrales y estadíbti-cos 621y734

Las plantillas 622 La amortización en les Cuerpos

de Iñg-nierosy Ayudantes.. . . 686 Simultaneidad de funciones.. . . . 686 Comisión mspecto'a 7(0 Horas de oficina. ^03 Pases de ferrocarril 702 Contribución sobre utilidades. 702y 750 Los peritos agrícolas 702 El catastro f o r e s t a l . . . . . . . . . . . i , 750

X XI .—Weerologia.

Don Igaacio Girona 253 Doi Manuel Allendesalatar . . . . ^ i Don Fernando Villar. ^ 4 Don Eduardo C a r m e n a . . . . . . . . v 2 ^ Don Sergio de Novales 380 Don Pablo Saívat 429 Don Antonio García Maeeira.. ^. 429 Don Ricardo Codorníu y Stárico. 637

XXII.—ConsttiUus.

JJé cuUivot'.

GREGORIO MATALLANA.—Siem­bra de e s p a r e e t s . . . . . . . . . ... 39

E. Q.—Vides, que echan fruto junto a los b r o t e s . . . . . . . . . . . . 39

A. GARRIDO.—Empleo de eultí vador en líneas pareadas 55

ANTONIO TORRES. —Cultivo de olivos V 87

JUAN MARCILLA.—Uso del caldo bórdeles 118

— Plantación de vid americana. 136 — Plantación de v i d . . . . . . . . . . . 251 ANTONIO TORRES. — Cultivó de

olivos ÍSl — Vareo o apaleo de aceituna... 286 G . MATALLANA.—Cultivo en te­

rreno roturado 620 GUILLERMO QUINT ANILLA.—Aná­

lisis de tierra 669 O. MATALLANA.—Para evitar los

efectos del salitre en una finca. 717 — Cultivo de anís 765 — Sobre prados artificiales 766 C. GARRIDO.—Plantacióa de ár­

boles forestales 766

De aboHoí yriegot. Q.B.—Rendimientode una bom­

ba para riego.., 333

VIH ÍNDICE

Páginas. Páginas

ANTONIO TORRES.—Orujodje acei­tuna como a b o n o . . . . . . . . . . . . .

GBKOOBIO M*.TALLANA.— Abo­nado ea eobertuca

— Empleo de abonas químicos.

^ 1

-365 •781

GREGORIO M A T A L L A N A . - ^ T e r r e ­no y c'ase de planta forrajera para alimentación de l a n a r . . . 182

De viniculiufa y tilñcvtllwa.

JOSÉ FÁBR8GA8.—Vino falto de gusto 39

JÜAN MARCILLA. — Sobre desti­lación de «guardieatBs 118

— Lias mejores prensas para uva. 118 CRISTÓBAL MBSTRE.—Vinos que

quedan dulces. 269 — l<)áterilizacióa del moi-to de

u v a . . . . . . . 319 MANUEL GUTIÉRREZ DBL ARRO­

YO.—Para quitar el dulce del v i n o . . . . . . i . . . . . . . . . . . . 366

JOSÉ M ou: FÁBRBGAS.—Vino en es'ado dulce 574

JUAN MAROILLA;—Aplicación de ' orujos pruce lentes de la desti-lacióa. . 605

MANUEL GOTIÉRBZ DEL ARROYO. Pa a hacer cebarla fermenta­ción del vino 620

— Medios para evitar mal olor en uu local para fabricación de alcoholes 118

ANTO «10 TORRES RKI PINO. — Cantidad que se obtiene de aceite de orujo tratado por el sulfuro de carbono 734

CRISTÓBAL MBSTRB.—Para este­rilización de mosto. . . . . , . 749

De Zootecnia y Veterinaria.

SlLVBíTRR MlBANDA.—láula COn tétanos 55

G.MATALLANA.—Calabazas como pienso 119

SiLVESTKB MIRANDA. — Viruela en ganado lanar 269

— Mulo con traumatismo 334 —' Medicamento» i n y e c t a b l e s

contra el meteorismo 414 — Vaca propicia al aborto tóO — Vaca en constante celo 526 G . MATAU-AHA.—Racionamien­

to para ganado 558 SILVESTRE M^«ANDA.— Ternero

con diarrea 574 — Cólera en las gallinas . . . . . . . 605 — Malas que orinan s a n g r e . . . . 638 — Potro con un.bulto en el cor­

vejón. . . 685 — Tasación de ganado •.. 685

De mecánica agrícola.

JOSÉ HERRERA.—Regulación de sembradoras'". 300

G . B.—jpuál es el mejor arado de vertedera g i r a t o r i a , . . . . . . . 588

De jurisprudencia agrícola.

JOSÉ ATARD.-^Ley de Alcohole?. 88 y 701

— Intrusión oabuso de profesión. 251 -^ Reparto de contribución.. . . 269 — Derecho de propiedad de un

prado concejil 28g — Indemnización por roturación

de terrenos 318 — Compra verbal de finca 350 — Pabrigaftión de aicoh4 en e!

interior de poblado 430 — Plantación de olivos en un

margen de carretera del Esta­do; derecho para ello 478

— Patente de invención , 526 — Derecho a quitar una bodega

en medianería 606 — Derecho sobre medianería.. . . 621 JUAN GARCÍA FERNÁNDEZ.—So­

bre l e ; de Caz* 734 JOSÉ ATASD.-Sobre au nento en

el precio de arriendo de fincas. 748 — Incumplimiento de. contrato. 749

De enfermedades de plantas ^ herbáceas.

JOSÉCRUZ LAPAZARÁN.—Alacra­nes cebolleros en un huer to . . . 72

— Pulgón en tomates, etc 446 — Pulgón en un h a b a r . . . . . . . . . 461 — Pulgónen parras,sandías, etc. 462 — Gusanos en un huerto 492 — Huerto con topos 510 — Oruga de las coles 558 - r Pimientos atacados de hon­

g o s . . . . . 620 —r Trigoinvadido de garapatillo. 653 GREGORIO MATALLANA.— Fiuéa

invadida por el pinilio........ 669

De e»/ermedades de árboles yarbusios.

JOSÉ CRUZ LAPAZAHÁN. —Pulgón en frutales,. 71 y 553

— Aceitunas atacadas de k mos­ca del olivo ,. 135

Págiims.

C. GARRIDO.—Perales enfermos. 350 G. B.—Perales en que se echa a

perder el fruto. 366 JUAN MAROILLA . — Empleo de

caldo bórdeles y azufre liquido para el mildiu.. . . . . i . . . . . . . ^ 381

JOSÉ >!RUZ LAPAZARÁN.—Gusa­nos en almendros 414

— Olivos con taladros.. 478 — Gusanos en manzanos y pe­

rales. . . 492 — Vides con coquillo 509 — O ivos atacados de arañuelo. 637 JUAN MAROitLA.'í-'Sobré empleo •

de fuelles pulverizadores . . . . 654

De asuntos varios.

C. G.—Procedimiento para secar castañas 39

PABLO LASTRA.—Sobre incuba­doras . 39

JUAN MAHCILLA. — Construcción de depósitos 103

JOSÉ CRUZ LAPAZARÁN. —Ratas en dependencias agrícolas-• .• 103

G. B.—Construcción de depósi­tos , 382

PABLO LASTRA.—Sobre avicul­t u r a . . . 398

VENTURA AL VAHADO..—Para qui­tar el sabor metálico de las va­sijas en la leche 446

JosE CRUZ LAPAZARÁN.—Para combatir una plaga de cone­jos 462

J . M. M.—Construcción de un depónito de agua y aprovecha­miento de un pequeño salto.. . 790

X X I I I . - I l o t i c I a s .

Páginas—28, 37 52, 70, 87, 101, 116, 133, 218, 249, 267, 284, 299,316, 332, 350. 364, 380. 397,412, 428, 445, 460, 477, 490,508, 524, 556, 572, 588, 602, 636, 653, 668, 684, 700,

716, 731, 747, 764 y 779.

X X I V . — L a Agr ico l tu ra y el JE*tií4»,

Páglna8.-85, 72, 88, 104, 120, 136, ^ 1 , 269, 286, 302, 318, 334,350, 366, 398, 430, 462, 478, 510. 526. 558. 574, 590, 606,619, 638, 654, 670, 686,

702, 718, 734, 749, 766 y 782