El franquismo en Tenerife: una primera aproximación

19
Actas de las 11 Jornadas Prebendado Pachecho de Investigación Histórica Roberto J. González Zalacain (coord.) Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Tegueste CajaCanarias, Obra Social y Cultural \

Transcript of El franquismo en Tenerife: una primera aproximación

Actas de las 11 Jornadas Prebendado Pachecho de Investigación Histórica

Roberto J. González Zalacain (coord.)

Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Tegueste CajaCanarias, Obra Social y Cultural

\

Titulo ~telas ele las 11 Jormulas Prebemlado Pctcheco de bll'estigucián Histórica

Edita Ilustre Ayuntamíetllo de la Villa ele Teguesle c,yaCmzarias, Obm Social y Cullural

Coordi11a la edicicí11: Roberto J. González Zalacllitz

Imprime Gráfic(l.s Sabater

Depósitt} Legal TF-466-2008

ISBN 978-84-930723-7-7

lmage11 de la portada Víviemla del Prebemlado Pucheco etl La Arañil a (autor Guillermo Pozuelo Gil)

Dedicado a la memoria de Toño García de Ara

,

ÍNDICE

Remedios de León Santana Preselllación 3

Ricardo A. Guerra Palmero y Juan Francisco Navarro Medcros 'In memoriam', José Amonio Garcia de Ara, (1958-2008), 1111/Cho más que un hisloriador 5

Juan Manuel Bello León Introducción

Tiempos Remotos

Eduardo Miguel Mesa Hernándcz Los discos de 'Conus sp' y el comercio de 'conchas de Canarias' con el ¿(frica

11

Allcílllica 11

José A. Afonso Vargas De la Prehistoria a la aclllalidacl: implimcíón de /u microarqueologia en el estudio de los procesos sociales de las Islas Canarias 31

Miriam Marrcro Rodríguez El inicio de la producción en la Península Ibérica. Un análisis historiográfico 53

El Antiguo Régimen

Roberto González Zalacain Las formas de la violencia: fuemes y aproximaciones a su estudio hislórico en la coloni=ación ele Tener!fe 71

Javier Luis Álvarez Santos Portugueses en Tenerife durallle la Edad Modema: una aproximación 89

Gustavo A. Trujillo Yánez El mito de la 'aparición' ele la Imagen de N ira. Sra. del Pino en Teror (Gran Canaria) según Fray Diego Henríque= 103

Belinda Rodríguez Arrocha Delito y sexualidad en la Isla de Tenerife en el siglo XIX 121

Román M. González Rodríguez Tala y quema: la producción de brea en Tenerife 1464-1652 141

Francisco Báez Hemández Unidad l'S. elementos que componen la organización social del espacio de la 161 Comarca de Tegueste a comienzos del siglo XVI

El pasado reciente

Aarón León Álvarez El franquismo en Tenerife: una primera aproximación 177

Joaquín Carreras Navarro El campesino de Teguesle y su percepción de los pájaros. El caso del Pájaro 191 Cochino, pájaro de la muerte

Jesús de Felipe Redondo El vocabulario de la cuestión social en Espai"m durame el siglo XIX 203

Roberto J. González Zalacain Conclusiones de las Jornadas 219

Programa de las 1I Jornadas Prebendado Pacheco de Investigación Histórica 227

EL FRANQUISMO EN TENER/FE: UNA PRIMERA APROXIMACIÓN

Aarón León Álvarcz Universidad de La Laguna

1. Introducción.

La finalización de la guerra civil española el 1 de abril de 1939 supuso el punto de

arranque de una dictadura de casi cuatro décadas de duración que evolucionó

ostensiblemente en cuanto a su imagen, tanto interna como externa, pero que mantuvo

su esencia reaccionaria. conservadora, católica y de clase hasta la muerte del general

Franco, momento en el que teóricamente se procede a la demolición de las bases de

dicho sistema.

El presente articulo tiene por objeto el estudio del franquismo en Canarias y, más

concretamente, en Tenerife durante la etapa de 1936 a 1960. Se trata de un estudio

introductorio que nos servirá para plantear las características esenciales de este período

y su influencia en el desarrollo político. económico y social del archipiélago, al tiempo

que nos ofrecerá la oportunidad de plantear los ejes centrales de nuestra línea de

investigación sobre el tema.

Este período cronológico que se ha denominado por parte de la historiografia como

primer franquismo supone un momento crucial en el asentamiento del régimen

franquista, tanto desde el punto de vista institucional -subordinación al poder militar en

un primer momento, importante grado de centralidad- como desde el punto de vista

social -feroz represión sobre distintos sectores sociales. especialmente sobre las clases

trabajadoras, actitudes de apoyo y colaboración-.

Una cuestión imprescindible a la hora de abordar el estudio del franquismo es

definir su naturaleza. para lo que hemos planteado un primer apartado en el que

introduciremos brevemente las principales líneas de investigación, así como el estado

actual de la historiografia española y canaria al respecto.

2. Alllecedente.~ y estado de la cuestión.

A lo largo de las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI las

investigaciones sobre el régimen franquista han ido creciendo cuantitativamente pero

177

sobre todo cualitativamente, pues se ha pasado de un tipo de estudios marcados por

posturas políticas e ideológicas que han transmitido en ocasiones una visión deformada

de este período a otros en los que ha primado la investigación sobre el funcionamiento y

la estructura del franquismo. En los últimos años se viene otorgando mayor

protagonismo a otros en los que se da mayor protagonismo a los instrumentos

conceptuales necesarios para poder explicar la naturaleza, la dinámica y la evolución de

este proceso histórico, a pesar de recientes éxitos editoriales que no han hecho más que

recuperar viejos mitos del franquismo dentro del proceso de rearme ideológico de la

derecha española.

Una de las cuestiones teóricas en la que se ha reflejado más claramente esta

evolución historiográfica es en el debate sobre la naturaleza de lhmquismo, originado

en tomo a la controversia sobre las propiedades y la esencia misma del régimen. En

1964 Juan José Linz planteaba una hipótesis de ruptura frente a la interpretación casi

hegemónica hasta entonces: presentaba al franquismo como un tipo ideal de régimen

autoritario (pluralismo político y de grupos de intereses limitado; ausencia de ideología;

falta de movilización política; debilidad del partido único; importancia del ejército,

etc.). De este modo ponía en cuestión el hasta entonces aceptado carácter fascista del

régimen, que tenia su origen en el apoyo de Alemania e Italia al bando sublevado

durante la guerra civil, en la posterior identificación que se hizo de España con los

gobiernos de estos países en la Declaración de condena del régimen franquista de la

ONU en 1946 y. sobre todo, en la visión transmitida por las fuerzas de oposición al

franquismo. Esta interpretación no ha sido ajena a la historiografia, especialmente desde

posturas cercanas al materialismo histórico, que han identificado al franquismo con un

régimen fascista a partir de una explicación amplia del fascismo y de una identificación

de estos regímenes con Jos grupos hegemónicos y. por tanto, con un claro componente

de clase. No obstante, un gran número de investigadores que han optado por esta

definición no han logrado articular una definición clara del concepto fascismo según su

interpretación, vaciando de contenido real a éste y convirtiéndolo en un instrumento de

descalificación. Con todo, se puede destacar la definición que realizó en su momento

Manuel Muñón de Lara, especialmente porque sintetiza brevemente la esencia de esta

interpretación:

178

"( .. .) hay que hablar de fascismo cuando el totalitarismo es de derecha.~. representa el Poder de las clases hegemónicas, ct~l'll dominación secular

está basada sobre /u explotución de la .fuerza de trabajo, sobre la idea ele la propiedad pril•udu de los medios de producción y beneficio privado como objetil'O de esa producción ". 1

El planteamiento de Linz es considerado como el origen del debate sobre la

naturaleza del franquismo. que mantiene toda su vigencia y complejidad, a pesar de que

algunos historiadores como Javier Tuscll o Julio Aróstegui pronosticaran a principios de

los años noventa el agotamiento de esta discusión. Durante la última década se ha

producido una revitalización del mismo debido especialmente a que en los trabajos

publicados se aprecia una mayor preocupación por profundizar en cuestiones tales como

el proceso de institucionalización del régimen o la implantación y función social del

mismo, alejándose de este modo de la simple conceptualización y categorización a la

que hasta ese momento se había limitado la mayor pane de estudiosos del tema. Pero

realmente no se aprecia prácticamente ningún avance en lo relativo a la definición del

franquismo como sistema político surgido de un período de crisis, algo a lo que ha

contribuido decisivamente la excesiva reiteración esquemática de muchos estudios que

se reducen a la repetición automática de las visiones que tuvieron mayor influencia en la

década de los 60, 70 y 80, ya sea el caso de la teoría de Linz, la aplicación del concepto

de fascismo o los referentes a la ideu de totalitarismo o bonapartismo. Considero que

resulta esencial analizar el régimen desde dentro y no limitarse en exceso a las

identificaciones que desde fuera se pueden hacer al respecto para lo que es

imprescindible dar mayor protagonismo a las fuentes oficiales, a los responsables

políticos de la época sin perder de vista la utilización de una perspectiva comparada con

los regímenes que surgen en Europa a principios del siglo XX. Junto a estos aspectos,

mi línea de investigación incorpora dos cuestiones claves, que pueden ayudar a avanzar

en el conocimiento del franquismo. y que son: el concepto de consenso -que abordaré

más adelante- y el de ciudadanía, partiendo de la idea de que en España, salvo en los

breves períodos republicanos, nunca hubo democracia.

Respecto a esta última categoría, hay que destacar que el siglo XIX en España viene

determinado por el los limitados efectos de la revolución liberal, reducidos

exclusivamente a las elites, y el predominio de un sistema político que en diferentes

momentos y con distintas fórmulas siempre ofreció barreras a sus aspiraciones políticas,

ya fuese impidiendo directamente su participación o bien falseando y manipulando los

1 TUÑÓS DE LARA. l\lanuel ( 1977): "Algunas propuestas para el análisis del l'rnnquismo". en 1'/1 Coloquio de Pan. De la crisis del anli¡..'lw Régimen al fmm111ismo. Mculri<l, Cuadernos para el diálogo.

179

resultados electorales. Teniendo en cuenta lo expuesto hasta el momento, queda claro

que la identificación del franquismo, con la complejidad propia de un régimen que tiene

su base ideológica en la fascistización de sus componentes y su base efectiva en un

golpe de estado y la posterior guerra civil originada a partir del mismo, no podemos

adentramos en su análisis limitándonos a una simple categorización, si no que por el

contrario es necesaria la investigación y análisis de su funcionamiento institucional y

social.

Por otra parte, este avance historiográfico que se aprecia a nivel nacional no tiene su

correspondencia en el ámbito regional canario. Salvo el reciente estudio de Ricardo

Guerra Palmero sobre el período autárquico en las islas y el trabajo realizado por José

Alcaraz Abellán sobre la evolución de las instituciones y la sociedad franquista en Gran

Canaria hasta Jos años 60, el resto de trabajos de investigación sobre el franquismo en

las islas se ha limitado a estudios fragmentarios sobre aspectos de diversa índole

(represión política, economía, sociedad, etc.) que han sido publicados como artículos de

revistas o capítulos de libros con una temática amplia. Hasta el momento no se ha

afrontado la investigación del sistema político franquista en Canarias en profundidad.

Esta situación nos impide establecer conclusiones claras sobre la continuidad o no del

personal político insular y nos limita, en la mayoría de los casos, a estudios parciales y

aislados, obviándose aspectos muy importantes como la colaboración de los grupos de

poder con la dictadura y las actitudes sociales de la población respecto a ella, al tiempo

que la influencia del debate historiográfico sobre el franquismo ha sido escasa.

A pesar de estas deficiencias, el caso de las Islas Canarias representa un ejemplo

paradigmático para el estudio del franquismo a nivel regional, puesto que se aprecia una

importante confrontación social que va en aumento durante los años 30, con la

existencia de un sistema de predominio y de hegemonía social incontestable para las

clases dominantes que, a partir de 1946, coincidiendo con la desaparición del Mando

Económico, van a reclamar insistentemente la vuelta del sistema de franquicias que

había desparecido con la llegada del nuevo régimen. Frente a eso, la vida cotidiana va a

estar marcada por unas duras condiciones materiales, lo que obliga a un gran número de

canarios a recurrir a la emigración a América como única opción de supervivencia. Aún

así en nuestro archipiélago no se ha abierto un proceso de reflexión teórica e

investigación empírica que determine el funcionamiento político-institucional del

franquismo, limitándose la mayor parte de investigaciones a tratar de desentrañar los

efectos de la represión y dejando en un segundo plano todos aquellos aspectos que

180

tuvieran relación con la estructura del nuevo régimen2• Estudios regionales como los de

María Encama Nicolás para el caso de Murcia o de Ángela Ccnarro para Aragón, junto

a otros como los publicados sobre los casos de Alicante o Málaga, han demostrado

como a partir del análisis de los principales ayuntamientos, del Gobierno Civil, la

Universidad o la Iglesia, se pueden extraer conclusiones satisfactorias a la hora de

evaluar en su justa medida la implantación del franquismo y su modelo de

funcionamiento.

J. El franquismo en Tener!fe: mw propuesta de estudio.

La proclamación de la 11 República el 14 de abril de 1931 inauguní aparentemente

una etapa de esperan?.a y de ilusión en la sociedad española, aunque lo cierto es que los

objetivos que creían haber conseguido, o pretendían ver cumplidos, los distintos

protagonistas de la sociedad española de la época eran radicalmente opuestos. Se trata

de un punto de no retomo ante la radicalización de dos posturas y visiones de la

sociedad radicalmente opuestas y que hunden sus raíces en las etapas anteriores; por eso

resulta necesario interpretar el franquismo como la consecuencia de un hecho muy

concreto, como es la guerra civil. pero sobre todo como la culminaci6n de una gran

crisis a todos los niveles. La siguiente propuesta de Julio Aróstegui resume en esencia

este hecho:

"(. .. ) el franquismo es /u última gran cm!fi·omación de 1111 régimen político y 11110 ba~e social producto de /u España del cupitalismo agrario .wbde.mrro/lado que surge recompuesta de la última gran crisis -la de los cstios 30- sufrida por /u sociedad de la Restauración, mediante 1ma sublemcilm militar. En buena medie/u, significa una restauración de las realidades muy amenazcsdus por los lmrrulllos de revolución .wcia/ que se preselltan coincidiendo con la impla/Ilación de la 11 República "3•

~ Un caso que evidencia estas deliciencias son los pocos estudios realizados hasta el momento sobre Falange: GoNZÁt.EZ VÁZQUF.Z, Salvador (I<JIJ~): "Falange Española en la provincia de Tenerife (1933-1939)", en XIII Coloquio de Historie~ Ce~nario·Amrricana. Patronato de la Casa de Culón-Cabildo Insular de Gran Canarin, Las Palmas de Grnn Canaria, pp. 2747-2770; GUERRA PALMERO, Ricardo (2003): "FET y de las JONS en Canarias en la década de 1940. Una primera aproximación". en 1/is¡umicl ,\',MI. Revista de Historia Cmuem¡mránea, n"3.

J ARÓSTE<il!t, Julio (2000): "Política y administraciún en d régimen de Franco", en El r'ranqui.wno: el régimen y la opo.<icitin. Actas de /u.\ /1' Jomadm e/,• Cmtilla-La ,\fanchCl .mhre im·••.<li~cldtÍtl rtr archi•·os. T.l. Anabad-Castilla La Mancha. Guadalajarn, p.42.

181

Tomando como referencia este comentario, pretendemos destacar que la 11

República escenificó la lucha entre dos concepciones políticas e ideológicas diferentes:

la del movimiento obrero que aspiraba a lograr mejoras laborales, económicas y

sociales y la de los grupos de poder que creían haber frenado la ansias reivindicativas

de los obreros y que buscaban exclusivamente estabilizar una situación de orden en la

que sus privilegios y sus beneficios no se viemn afectados. Sin embargo, el choque de

realidades se fue radicalizando ante la decepción de los primeros y el temor de los

segundos en el marco de un período de intensa crisis económica y de las pretendidas

reformas republicanas que no co/1/entaban a ninguno de los contendientes.

El golpe de estado de 18 de julio de 1936 supone la ruptum de la legalidad

republicana instaurada cinco años antes, una nueva prueba del activo papel de ejército

en la vida española y, sobre todo, la causa principal del desenlace posterior que tiene

como hecho específico el comienzo de la guerra civil española.

En el caso del archipiélago canario los sublevados se hacen rápidamente con las

principales instituciones y los puntos estratégicos de comunicación. La oposición al

golpe es prácticamente nula en la mayoría de las islas, a excepción de acciones

individuales y algunas muestras de resistencia organizada en determinados puntos de la

geografía insular, como es el caso de La Palma.

El triunfo del golpe y la colaboración activa de los grupos hegemónicos de poder

significó una ruptura política y paralelamente social, puesto que se inició una feroz

represión que, al menos físicamente, sólo se vería atenuada a mitad de los años 40.

Falange y Acción Ciudadana, apoyadas ambas por el ejército, actuaron como

portavoces de la nueva política, es decir, como garantes del orden y la justicia rebelde,

ejecutando para ello las medidas las dictadas desde el nuevo poder político, lo que

contribuyó a crear un clima de terror en el que también apareció la colaboración de

aquellos que vieron una ocasión perfecta para vengar antiguas deudas o diferencias de

todo tipo. La evaluación de la represión en Canarias sitúa las cifras en tomo a las 2600

personas entre las dos provincias, datos que revelan hasta qué punto en Canarias sí

hubo guerra civil aunque nunca llegara a sonar el ruido de las armas.

Este marco de crisis política, económica y social nos permite adentrarnos en el

análisis del funcionamiento del franquismo, considerándolo como un sistema que

rompe con los modelos predominantes en España hasta el momento y que influye

decisivamente en la composición del sistema político instaurado en los años 70 y en la

formación de una nueva sociedad. A continuación pasaré a exponer los principales ejes

182

de mi línea de investigación que pueden contribuir a dar un impulso a las

investigaciones sobre el franquismo en Canarias, ya que es la primera vez que se

planeta un estudio de conjunto en cuanto al funcionamiento político y social del mismo.

El nuevo régimen fundamentado en el golpe de estado de 1 8 de julio de 1936, se

caracteriza por un claro afán restauracionista de los viejos valores que la República

estaba poniendo en peligro. al tiempo que introduce nuevas estrategias de dominio

político y social que rompen con las experiencias anteriores en Espm1a, dado que se

interpreta la necesidad de iniciar una nueva etapa ante la incapacidad del sistema

republicano para frenar las acciones combativas de un movimiento obrero que crece

considerablemente y que se va fortaleciendo en distintos puntos del país. La imagen

fascista va a ir evolucionando hacia un modelo político ultraconservador, católico y

defensor de los intereses del grupo de poder en el que se impone el autoritarismo como

base del sistema.

Sin lugar a dudas, una de las claves a la hora de definir el franquismo es la

aplicación que se haga del concepto de fascismo, aspecto éste muy controvertido por

los distintos resultados que puede aportarnos una interpretación u otra. A mi juicio,

resulta erróneo simplificar el significado de fascismo a un sistema en el que los

intereses de los grupos dominantes se ven privilegiados y defendidos, puesto que lo

vacía de contenido y olvida que define a un sistema político surgido en un momento de

crisis de la historia europea durante el periodo de entreguerras. No creo acertada la

interpretación del franquismo como fascista. toda vez que el nuevo régimen no adopta,

en líneas generales, ninguno de los rasgos propios de este tipo de regímenes y, sobre

todo, porque lo que pretende es reestablecer Jos viejos valores pero adoptando una

nueva fórmula, violenta y fuerte que impida cualquier reacción de los opositores. Como

se puede comprobar parto del concepto de fascismo en sentido estricto, como un

fenómeno político propio de principios del siglo XX,

"moderno, nacionalista y revolucimuwio, ami/ibera/ y antimat:tista, organizado en 1111 partido mílícia, con una concepción totalitcwia del la política y el Estado'"'

El caso español viene determinado por la escasa influencia de Falange española

como elemento representativo del fascismo patrio. tanto desde un punto de vista

4 GENTILE, Emilio (2004): 1-i.udsmo. Historitz e illlt!IJ11'etacián. Alianza, Madrid, p.l9.

183

electoral como social. Por tales motivos con la creación de un partido único con el

Decreto de Unificación de abril de 1937 se busca la homogeneización de las fuerzas

reaccionarias y la concreción de un mando único que facilitara el control de los

esfuerzos de la guerra. Además. el partido, a pesar de ocupar aparentemente todas las

esferas de dominio, va a ir viendo reducida su influencia paulatinamente, especialmente

con la destitución de Serrano Súñer y el posterior viraje católico del régimen, hasta

quedar su influencia neutralizada en distintos ámbitos de la política y la vida social. De

igual forma resulta necesario recordar que, a diferencia de los casos alemán e italiano.

el "fascismo español" no tiene unos fuertes lazos de relación en la sociedad española

sino que se produce una rápida acumulación ideológica derivada de las necesidades de

la guerra. Aunque se produjera un proceso de radicalización -:félscistización- de los

sectores conservadores, temerosos ante el avance reformista republicano y, sobre todo,

ante el creciente auge de las agrupaciones obreras. no buscaban asumir posiciones

ideológicas de ningún tipo, sino conseguir una situación de paz y de orden que les

beneliciara y que pusiera lin a la amenaza obrera.

Por otro lado, considero errónea la simplilicación que ha predominado hasta el

momento en la historiogralia española al reducir al régimen a la exclusiva y única

imagen de Franco. A pesar de la influencia indiscutible del general -sin ir más lejos

deline con su nombre a toda la etapa-, parece más que dudosa esta teoría que hace

descansar sobre una sola persona una dictadura de casi cuatro décadas de duración. Es

decir, que aunque se constatasen las diferencias o luchas internas por el poder. el

bloque hegemónico que va a respaldar a Franco en su política durante todo este periodo

tiene mayor protagonismo del que se le ha dado hasta el momento, especialmente

porque la dictadura supone el marco perfecto para conservar sus privilegios anteriores

pero al mismo tiempo para ver implementados nuevos y ampliar algunos otros. Los

sectores conservadores apoyaron la solución militar y la posterior evolución política del

régimen, incluso una vez fallecido el dictador e iniciado el proceso de transición de la

democracia como fórmulas adecuadas para mantener el orden social y la defensa de sus

intereses de clase. Esto nos lleva a replantear la imagen de la transición y a evaluar la

repercusión posterior del régimen en distintos ámbitos de nuestra sociedad, entendiendo

de este modo que si el franquismo supuso el final de una larga etapa de crisis, también

significó el inicio de una nueva etapa a la que no fueron ajenas ni la Transición ni

nuestro sistema político actual.

184

La concreción práctica de estos hechos quizá sea más contundente al respecto. Para

ello hemos seleccionado como ejemplo el caso del Cabildo de Tenerife al ser la

principal institución insular. pues aunque se ve sometida durante los primeros

momentos al control militar y luego a la centralidad del gobernador civil. se caracteriza

por su singularidad frente al resto del Estado tras la aprobación de la Ley de Cabildos

en 1912. Como ocurre en la mayoría de los casos. tras una breve etapa inicial en la que

los cargos serán ocupados por militares, se inicia una nueva fase en la que retoman el

poder antiguos políticos insulares. caso de Francisco La Rochc, Casiano García-Feo o

Tomás Cruz García.

El gobierno constituido en Burgos dictó las normas para proceder a constituir las

nuevas gestoras de las instituciones de las zonas ocupadas, estableciendo qué personas

debían ocupar los cargos de responsabilidad política. quién continuar ejerciendo dicha

responsabilidad. quién causar baja y. paralelamente. quién sustituir a los destituidos.

Las normas impuestas recalcaban que, aparte de no haber pertenecido a ninguno de los

partidos que constituyeron el Frente Popular, se buscaban personas con una solvencia

moral bien notoria y de orden, bien entendido que la ideología de todo ese personal no

ha de tener significación política algww o. en último extremo, ser de lendencius

concordcmtes o al menos afines a la Ccm.m Nacional. al tiempo que se recordaba que

debían quedar constituidas con la participación de representantes de las Cámaras

Agrícolas y de Comercio e Industria, así como con las de Navegación. dependiendo de

los casos. De este modo, no ha de extrañar que una de las características comunes en el

proceso de institucionalización del Nuevo Estado fuese su militarización y la

incorporación de nuevos elementos a la vida política nacional al tiempo que se produce

la reincorporación de antiguos políticos. Las primeras muestras obtenidas del estudio

del personal político del Cabildo de Tcncrífe reflejan esta triple realidad, aunque lo

cierto es que progresivamente. a lo largo de las décadas siguientes. se acentuará la

presencia de esos viejos políticos y la aparición de lazos familiares con aquellos nuevos

que les sucederán. El caso de Francisco La-Roche y AguiJar resulta un caso

representativo, pues con anterioridad a 1936 había ocupado los cargos de alcalde de

Santa Cruz de Tenerífe y de presidente del Cabildo de Teneril'e, responsabilidad que

volvería a asumir entre 1939 y 1945. El ejemplo de La-Roche es representativo dentro

de la victoria política de los sublevados pues su pasado político chocaba con el discurso

~ ARMC: ""Corporaciones públicas (Mancomunidades-Cabildos-Ayunlamicnlos)"". Caja 1724-10.

185

falangista que atacaba los perjuicios que la nefasta actividad de los políticos del pasado

había causado a la vida nacional. Aún así, tal y como ha demostrado Antonio Cazorla,

en España se va a generalizar ese proceso de integración de los viejos políticos que,

como ocurre en las islas, irá retomando el protagonismo que los años de la guerra le

habían quitado. Eso sí, cumplían con el precepto que expone el bando: personas de

orden y ser de tendencias afines a la Causa Nacional. En la figura de Francisco La­

Roche tienen bastante importancia estos dos últimos aspectos pues colaboró

activamente en el embarque expedicionario del Regimiento de Infantería Tenerife n°.64

con motivo de su desplazamiento a Marruecos en 1924. Según consta en un oficio

firmado por el coronel de dicho regimiento, La-Roche se dirigió a los fabrican/es para

que hiciesen donativo a los soldados y por su iniciativa regaló la Corporación

Municipal 1000 pesetas al Batallón. Posteriormeme ( ... ) ha iniciado por propio

impulso una suscripción en Joda la isla para el '"Aguinaldo del Soldado" y a su

constante celo y asiduo lrabajo, se debe a que esa suscripción lenga asegurado

brillante éxito. (. . .) adquirió una camioneta FORD, saliendo garante personalmellle de

su pago a fin de que no se retrasase su envío6• Esta colaboración con el ejército

favoreció que el27 de diciembre de 1924 el rey Alfonso XIII le concediera, a propuesta

del Presidente Interino del Directorio Militar, la Gran Cruz de la Orden del Mérito

Militar por su acendrado amm· al elemento armado creándose la obligación moral de

comribuir con los mayores esfuerzos posibles a cuanto redunda en beneficio del

ejército7•

Junto al triunfo político ganado por las armas, la victoria social es incontestable. En

palabras de Antonio Canales:

"la victoria social supuso un verdadero ajusle de cuemas de clase que se expresó en lodos los ámbitos de las relaciones sociales, desde las relaciones laborales hasta las políticas económicas y fiscales pasando por la redefinición explicila y clasista del sistema educativo . .s

La posguerra supuso, sin lugar a dudas, una de las etapas más duras en la historia de

Canarias, especialmente en lo que se refiere a la supervivencia humana puesto que la

crisis económica y la política autárquica del franquismo, así como la feroz represión

6 Archi,·o Regional Militar de Canarias (ARMC): Francisco La·Rochc y AguiJar. Caja 5523. 7 1bidem. 8 CASALES SERRANO, Antonio F. (2006): "Las lógicas de la victoria. Modelos de funcionamiento político local bajo el primer franquismo", en Historia Socia/, p.ll6.

186

iniciada al finalizar la contienda. significaron un momento de extrema dureza para la

población. La responsabilidad de las autoridades en el desenlace de los acontecimientos

parece fuera de toda duda, pues como ha demostrado Ricardo Guerra:

'"la accton combinada ele la irregulariclacl en los swmmstros, la omnipresencia ele/ mercado negro. el fruce~so ele tus medidas autárquicas en el plcmo agrícola e industrial, junio con una c:oyumura de hundimiento clellráfic:o comercial, lllvieron como ccmsec:uenc:ia, además de la parálisis de la e~ctil•iclacl económica 11/Ul degradación de las condiciones de vida de le~ mayoría ele la poblclcián ccmuria. que se puede cal(ficar como de hambre"9

Si partimos de la premisa ya expuesta que evita la reducción del franquismo a la

figura providencial de Franco y tenemos en cuenta el apoyo de las clases altas, resulta

imprescindible conocer y reconocer las actitudes sociales de la mayoría de la población.

El caso alemán puede ilustrar bastante bien la aplicación del concepto consenso, pues

ha contribuido decisivamente a la renovación de los estudios sobre el régimen nazi al

poner en duda algunos estereotipos sobre la homogeneidad de sus apoyos y

composición social. Algunas obras recientes han aportado una visión de ruptura en la

que se plantea abiertamente el concepto de consenso o al menos de apoyo y

colaboración ciudadana con el régimen, aunque como apunta Robert Gellately "fue en

todo momento plural. diferenciado, y en algunos momentos inestable"10• Sin embargo,

las causas de este apoyo han provocado alguna diferencia entre los historiadores que

han abordado esta cuestión, pues si Gellately destaca factores como la represión y

algunos efectos directos -por ejemplo, el miedo-, la colaboración ciudadana por

motivaciones sentimentales -vengan?.a- o por el apoyo activo de una población más

preocupada por mantener un buen nivel de vida, con bajos niveles de delincuencia y

una situación de orden, por su parte Gotz Aly considera que es especialmente esta

última cuestión -estabilidad material- la que influye decisivamente en la plasmación del

consenso alemán, dejando en un segundo plano el "convencimiento ideológico" 11•

Respecto al caso de España, hay que tener en cuenta que el franquismo surge de una

guerra civil que tuvo su origen en el golpe de estado de 18 de julio de 1936. A

diferencia de los casos italiano y alemán, el nuevo régimen alcan7.a el poder a partir de

• GUERRA PALMERO, Ricardo (2006): Sohrel•Mren Cllllllrias. Sama Cruz de Tenerile, Idea, p.l 59. 10 GELI.,\TELY, Roben (2002): No _..;fo 1/itler. La Alenwnit1 na::i enm: la coacció11 y el consenso. Barcelona, Crilica. p. l. 11 GOTZ. Aly (2006): l.alltopillllll:i. c.;mo 1/it/ermmpróalo.• t~lemant•s. Critica, Barcelona, p.338.

187

una acción militar. de fuerza, y no a través de unas elecciones democráticas como en

los otros casos. Este hecho repercute bastante en la instauración del franquismo pues el

Nuevo Estado tendrá como pilares de su estructura la victoria en la guerra civil, el

control social y la defensa de los intereses de clase, de los que se deriva una situación

de aparente armonía social, aunque siempre sustentada en la división entre vencedores

y vencidos12. Es por ello que supone un reto determinar el grado de colabomción de la

ciudadanía española con el franquismo, sobre todo porque tendrá que evitar los

prejuicios tmnsmitidos a lo largo de las últimas décadas y porque no resulta

aparentemente comprensible que una sociedad que sufrió unas condiciones materiales

de vida tan penosas y soportó una represión tan intensa, que no se limitó sólo a la

violencia fisica, sino que tuvo otras expresiones como la exclusión social. la

humillación por el pasado político propio o de los familiares, cte., pudiera optar por

apoyar, o al menos colaborar, con el régimen. La transmisión de prejuicios derivados de

la revisión democrática ha influido sobre nuestra percepción de la dictadura que ha

quedado reducida a un régimen opresor y que no contó con el apoyo de ninguna fucr.t.a

social. Por contra, el franquismo se sustentó sobre el apoyo social de los grupos de

poder que vieron en el régimen la materialización de todos sus deseos, pues

comprendieron como sus intereses estaban protegidos a todos los niveles, en el mundo

laboml con un férreo control sobre los obreros, con un sistema fiscal que favorecía el

incremento de sus beneficios, etc. Por eso resulta necesario afrontar el estudio del

franquismo en sentido estricto, no limitando nuestra mirada al funcionamiento

institucional. La llegada de la democracia dulcificó en exceso el pasado reciente de

nuestra historia contemporánea, no sólo desde el punto de vista de la represión sino

también de las actitudes sociales. La imagen tradicional nos muestra como la España de

Franco se derrumbó a partir de la muerte del dictador y. en el mejor de los casos con la

Constitución de 1978. Es por eso que mi estudio pretende demostrar que el régimen si

contó con el apoyo de los grupos de poder pero también de buena parte de la sociedad.

aunque las razones de esta última sean más dificiles de identificar y que en ambos casos

influya la percepción actual del franquismo como un régimen negativo para la sociedad

y que influye directamente en carencias de diversa índole aún vigentes.

12 A este respecto Cándida Calvo Vicente ha afirmado que "el consenso requerido por el franquismo no lile el mismo para todos los sectores de la población, sino que tuvo múltiples significados en función de las respuestas que el régimen exigía de cada uno de ellos. Según a qué niveles se pedítm adhesiones nuís explicitas". CAt.VO VICENTE, Cándida (1995): "El concepto de consenso y su aplicación al csludio del régimen lranquistu"; en Spugna Co/1/emporuneu, n°7, pp.l57-158.

188

Estos factores que he explicado previamente son mucho más importantes de lo que

en un principio puedan parecemos. La transmisión actual de un discurso sustentado en

valores democráticos y la progresiva interiorización de una mala imagen del

franquismo en la opinión de los espai\oles ha contribuido a crear un perfil esteriotipado

y alejado de la realidad que ha permitido construir un discurso oficial que evita juicios

críticos y reduce el análisis a aspectos muy concretos de su funcionamiento.

Por todo ello. a la hora de plantear esta hipótesis de trabajo. creo que se deben tener

en cuenta varios factores que van desde la propia actitud de las personas hasta las

estrategias de integración por las que optó el franquismo. Respecto a las primeras. hay

que tener presente que las personas asumen actitudes cambiantes a lo largo de toda su

vida. algo que se ve acentuado en período de crisis y en los que la supervivencia

humana llega al límite como sucede en este caso, sobre todo en las primeras décadas de

su existencia. Igualmente tendremos que evaluar los posibles beneficios materiales

obtenidos por estos sectores sociales tomando como referencia la situación de

necesidad y por ende de supervivencia, entendiendo que pequeñas ganancias podían

contribuir a mejorar su situación personal ligeramente. sin perder de vista los beneficios

que políticos y empresario obtuvieron de una etapa caracterizada por la corrupción. Con

todo, habrá que tener en cuenta factores que no debemos perder de vista, en especial el

trauma generado por la guerra civil y sus efectos perdurables durante varias décadas y

generaciones y la idea extendida entre la población que pasaba por conservar una

situación de paz y tranquilidad y a evitar cualquier conllicto que por pequeño que fuese

pudiera inlluir negativamente en su vida cotidiana. Esto no quiere decir que no se

dit..'sen situaciones de disconformidad. pero los primeros indicios de nuestra

investigación nos llevan a atirmar que en gran número tenían que ver con la ausencia de

alimentos y las decisiones políticas que afectaban negativamente al abastecimiento. Eso

sí. en ningún caso esas protestas atacaban al sistema político en sí y mucho menos a la

figura de Franco. que ante los ojos de la población -algo a lo que contribuyó

activamente la propaganda del régimen- aparecía como garante de la paz y como un

incansable luchador contra la corrupción generalizada que afectaba al país en general.

En efecto. podemos citar actos aislados e individuales -reparto de propaganda. pintadas

en contra del régimen. etc.- pero no acciones organi;r.adas. llegándose incluso en

ocasiones a manifestarse el rechazo de la población a esos grupos opositores. Tomando

como referencia esta hipótesis. resulta preciso evaluar el papel de los grupos de la

189

oposición al régimen, no tanto en cuanto a su número ni a sus actividades sino sobre

todo a la trascendencia de las mismas y a los posibles efectos que tuvo en la población.

Por su parte, el propio régimen desarrolló sus propias estrotegias paro captar el

apoyo de las masas. Aunque un número importante de historiadores ha desdeñado esta

teoría valiéndose del escaso interés del fronquismo por optar por estrategias como la

movilización social y la participación política, considero que el franquismo desarrolló

unas políticas que pasaban fundamentalmente por la integración social de los vencidos,

que debían ser reeducados y adaptados a la mte1•a .mciedad. Para ello se procedió a

asumir una política de control social en la que fueron piezas claves el discurso

falangista, traducido en políticas sociales de apoyo a las necesidades de la población, el

adoctrinamiento promovido desde la escuela y el activo papel de la Iglesia que actuó

como punto de apoyo para el régimen con un discurso justificador del fronquismo, tanto

en lo moral como en lo político y social.

En conclusión, no se busca relativizar la crueldad del régimen ni despreciar la

importancia de la oposición al mismo, sino de valorar en su justa medida hasta qué

punto el franquismo se mantuvo durante cuarenta años no sólo por la importancia de la

figuro del genero! Franco sino por la colaboración de los españoles. desde los grupos

que querían ver conservados sus intereses hasta aquellos que por el controrio sólo

aspiraban a lograr algunas mejoras de sus terribles condiciones de vida, aunque con ello

contribuyeran a consolidar el régimen fronquista. Para ello, resulta preciso estudiar el

funcionamiento de las instituciones franquistas -en el caso de las islas, especialmente el

Gobernadores Civiles, los Cabildos insulares y los ayuntamientos- al tiempo que la

recepción del discurso oficial en la sociedad, evitando un estudio en el que lo político y

lo social aparezcan como compartimentos aislados y sin relación aparente.

190