Durero - Viaje a los Paises Bajos

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EL VIAJE DEL ARTISTA EN LA EDAD MODERNA MATERIALES PARA SU ESTUDIO Proyecto de Innovación Educativa Nº 87 Convocatoria de Proyectos de Innovación y Mejora de la Calidad Docente 2004 Programa de Apoyo a Grupos Innovadores Vicerrectorado de Innovación y Espacio Europeo de Educación Superior Universidad Complutense de Madrid Fernando Checa Cremades [Director] Juan Luis González García [Editor] Beatriz Blasco Esquivias Miguel Morán Turina María Ángeles Toajas Roger ————— Departamento de Historia del Arte II (Moderno) Facultad de Geografía e Historia

Transcript of Durero - Viaje a los Paises Bajos

EL VIAJE DEL ARTISTA EN LA EDAD MODERNA MATERIALES PARA SU ESTUDIO

Proyecto de Innovación Educativa Nº 87

Convocatoria de Proyectos de Innovación y Mejora de la Calidad Docente 2004

Programa de Apoyo a Grupos Innovadores

Vicerrectorado de Innovación y Espacio Europeo de Educación Superior Universidad Complutense de Madrid

Fernando Checa Cremades [Director]

Juan Luis González García

[Editor]

Beatriz Blasco Esquivias Miguel Morán Turina

María Ángeles Toajas Roger

—————

Departamento de Historia del Arte II (Moderno) Facultad de Geografía e Historia

El viaje del artista en la Edad Moderna: materiales para su estudio

ÍNDICE

Aprendizaje y triunfo: el viaje del artista y la difusión de nuevos modos estéticos en la Edad Moderna Por FERNANDO CHECA CREMADES pp. I-IV Artistas hispanos en Italia en el siglo XVI: los viajes de Diego Siloe y Pedro Machuca Por MARÍA ÁNGELES TOAJAS ROGER pp. 1-21 Alberto Durero: Diario del Viaje a los Países Bajos Por JUAN LUIS GONZÁLEZ GARCÍA pp. 22-44 Diego Velázquez: los viajes a Italia Por MIGUEL MORÁN TURINA pp. 45-69 Chantelou: Diario del Viaje del Caballero Bernini Por FERNANDO CHECA CREMADES pp. 70-91 Vida y viajes del arquitecto Filippo Juvarra Por BEATRIZ BLASCO ESQUIVIAS pp. 92-110 Traducciones de: Carta de Pietro Summonte a Marcantonio Michiel sobre el arte en Nápoles (MARÍA ÁNGELES TOAJAS ROGER) pp. 10-12 Alberto Durero: Diario del Viaje a los Países Bajos (EMILIO J. GONZÁLEZ GARCÍA) pp. 30-43 Chantelou: Diario del Viaje del Caballero Bernini (JOSÉ MARÍA CARRASCAL MUÑOZ) pp. 74-90

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Alberto Durero: Diario del Viaje a los Países Bajos

(Selección, comentario y notas de Juan Luis González García) (Traducción de Emilio J. González García)

El 12 de julio de 1520, Alberto Durero, a punto de cumplir cincuenta años de edad, su esposa Agnes y su sirvienta Susanna dejaron Nuremberg camino de los Países Bajos, donde permanecerían por espacio de casi un año. Como objetivo primordial, Durero esperaba persuadir al joven Carlos V para que le confirmara la pensión anual que le había concedido el difunto emperador Maximiliano, su abuelo. Sin embargo, el artista no habría pasado tanto tiempo en los Países Bajos de no ser porque concibió también su periplo como un viaje de negocios en el que se dedicó a vender sus «libros grandes» de entalladuras y estampas calcográficas sueltas, además de comerciar con (o regalar) sus propios dibujos —generalmente retratos— y pinturas. A pesar de los indudables beneficios que le supondría al final la contemplación de tantas obras de arte que admiró, no ideó sin embargo la expedición como un viaje de estudios, al menos no de la misma manera que había realizado sus anteriores desplazamientos por el Sur de Alemania e Italia. Adicionalmente, en verano de 1520 la peste llegó a Nuremberg, y posiblemente por esta razón se llevó consigo fuera de la ciudad a su mujer y su doncella. Su mujer, por último, parece que quería conocer los Países Bajos, como se especifica en el primer párrafo del Diario: «Estos son los viajes que hizo Alberto Durero para que su mujer visitara los Países Bajos y para recibir del emperador, rey y señor, grandes honores y un ánimo favorable, como puede verse y oírse aquí». El Diario que Durero compiló durante su ausencia de doce meses fuera de Nuremberg ni es una simple narración de las impresiones percibidas en el trayecto ni una descripción detallada de lo visitado. Es, en realidad, un libro de cuentas muy preciso en el que se da razón de los gastos hasta el último extremo, desde las costas de transporte, comida, alojamiento o compras al dinero perdido en el juego o el gastado en limosnas o en baños y tabernas. Con idéntico cuidado registró lo que podían considerarse ganancias, esto es, las cantidades derivadas de la venta de sus propias pinturas, dibujos y estampas. A veces Durero trocaba sus obras, intercambiando, por ejemplo, un conjunto de grabados por algún objeto artístico o curioso. También tuvo particular cuidado en anotar los muy variopintos regalos que hizo o le hicieron. Aparte de estos datos puramente financieros, valiosos en cuanto descriptivos de la vida cotidiana del artista en aquel tiempo y lugar, el Diario contiene ricas observaciones sobre lo que vio y sobre las personas que se encontró. Son estos comentarios los que revelan el carácter de Durero y su opinión acerca de los mercaderes, artistas, príncipes, lugares, monumentos y obras de arte que tuvo oportunidad de conocer. Asimismo el Diario proporciona información preciosa para conocer los métodos de trabajo del artista y la manera en que organizaba la venta de sus obras. Es, por añadidura, un documento de enorme importancia para comprender las costumbres, ideas y el ambiente artístico de los Países Bajos en la primera etapa de la Reforma. El Diario, en fin, nos muestra a Durero en su intimidad, carente de artificialidad o pretensiones, pues nunca pretendió publicarlo. El carácter de Durero aparece lleno de contrastes; por una parte hallamos a un hombre ahorrativo al máximo, y por otra alguien que se prodiga gastando dinero en toda clase de objetos inútiles y a veces enigmáticos, como un coleccionista apasionado que adquiere las mayores rarezas para enriquecer, probablemente, su propio gabinete de curiosidades o los de sus amigos. La lista de compras evoca la más extraña recolección imaginable: cuernos de búfalo, pezuñas de alce, cañas de bambú, tortugas, papagayos, pequeños pescados secos, conchas marinas, gemas... Todo lo exótico tiene para él un atractivo singular. Ante los tesoros de Moctezuma traídos desde México y expuestos en el palacio de Bruselas, le faltan las palabras para expresar su admiración; en Amberes lo que más admira, aparte de la iglesia de Nuestra Señora y la abadía de San Miguel, son los huesos de un gigante legendario; tan pronto

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le informan de que una ballena ha quedado varada en la costa de Zelanda, apenas puede contenerse y parte de Amberes hacia Zierickzee en medio del invierno, viajando a lomos de caballo y en barco. Todo esto es muy significativo, pues nos confirma que el espíritu de Durero se conmovía al enfrentarse a lo desconocido, ya fuera venido de tierras lejanas o de algún tiempo pasado. La Reforma, el erasmismo y la sociedad mercantil de Amberes El 20 de junio de 1520, el Papa León X decretó contra Martín Lutero la bula de excomunión Exsurge Domine, que puso fin a la primera fase de la sublevación reformista contra la autoridad de Roma. Durero, cuando abandonó un mes más tarde su patria camino de los Países Bajos, dejó atrás una Alemania profundamente sacudida por las disputas teológicas. Muchos espíritus clarividentes auguraban las gravísimas convulsiones sociopolíticas que el conflicto religioso iba camino de provocar. En este momento la reforma luterana, en su sentido estricto, aún no había comenzado; se trataba de una corriente más crítica que interesada en la formulación dogmática que conllevaría la formación de una nueva Iglesia. Este movimiento protorreformista congregó a su alrededor a un número considerable de intelectuales, estudiosos, filósofos y artistas. Durero estaba entre sus simpatizantes. Ya en 1518 había regalado a Lutero una selección de sus estampas, que el teólogo agradeció haciendo especial referencia a El caballero, la Muerte y el Diablo. En los Países Bajos, sobre todo en Amberes, Durero encontraría una atmósfera fuertemente parecida a la reinante en algunas ciudades alemanas ganadas para la causa reformista, como Ulm o la misma Nuremberg. El obispo de Cambrai y la magistratura de Amberes habían llegado a un acuerdo para proteger a la ciudad de una aplicación demasiado rígida de lo promulgado por la Inquisición o el emperador. La política municipal consistía en separar lo temporal de lo espiritual y en rechazar la injerencia severa de la autoridad central en sus asuntos. Cuando los intereses comerciales podían verse amenazados llegaban a tomarse medidas radicales, como la de suspender el culto divino durante la quincena que duraba la feria comercial de la ciudad. Este sentimiento «anticlerical» sería un excelente terreno para la propagación de las ideas luteranas. Durero entró en contacto con un círculo de intelectuales que, bajo la influencia de Erasmo de Rotterdam, habían roto con el escolasticismo y con toda forma de pensamiento medievalizante. Algunos simpatizaban directamente con el movimiento reformista. El más famoso de éstos fue Cornelis Grapheus, secretario comunal y prolífico escritor, además de historiador, poeta y orador. Sus muy importantes funciones administrativas le granjearon considerable autoridad e influencia, y sus escritos se sumaron a este prestigio. Durero se llevaba bien con él; algunos meses después de su regreso a Nuremberg, Grapheus estuvo presente en la quema de libros luteranos que tuvo lugar en la Grande Place, y el 6 de mayo de 1521 desde el altar de la iglesia de Notre-Dame, tuvo que abjurar solemnemente de las herejías luteranas que él mismo se había encargado de propagar. Durero también conoció a Petrus Aegidius, secretario del tribunal de la ciudad, que había sido a su vez amigo de Erasmo y aparece mencionado en los Adagia como anfitrión del humanista. Durero nos cuenta en su Diario, sin más comentarios, que dibujó el retrato de Erasmo; pero cuando llegaron a Amberes noticias sobre el arresto de Lutero en la Dieta de Worms, el texto, casi siempre lacónico y muy prosaico en lo factual de sus registros, de pronto se vuelve extraordinariamente elocuente. El artista no oculta entonces su admiración por Lutero, y expresa en términos tan piadosos como patéticos su angustia y temores por el futuro de la Cristiandad después de que Lutero haya sido escoltado hasta Wartburg. Durero exhorta a Erasmo a tomar la pluma y continuar sin demora la obra iniciada por Lutero, a quien cree asesinado por los enemigos de la Reforma. Ofrece a Erasmo la palma del martirio con un argumento notablemente perentorio: «He oído que te has dado otros dos años, que aprovecharás para hacer algo. Estos años han de servir al Evangelio y a la auténtica fe cristiana... Y si así... sufrieses el oprobio de los mentirosos de este tiempo y murieses en poco tiempo por este motivo, así regresarás antes a la vida de entre los muertos y serás glorificado por Cristo». Ignoramos si Erasmo

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llegó a leer tan apocalípticas palabras, que acaso Durero mantuvo privadamente tras redactarlas para aliviar su alma acongojada. De haberlo leído, sin duda habría replicado a la oferta de la palma del martirio con un categórico «non-possumus». Erasmo no aspiraba a tal honor por carecer de fuerzas para ello y porque de ese modo el también sería una víctima junto con el propio Lutero; no quería implicarse en controversias ni con los enemigos de Lutero ni con sus seguidores, que trataban de ponerlo de su lado. En Amberes Durero fue también testigo de las inquietudes que preludiaron las grandes ideas del capitalismo moderno. La ciudad acababa de entrar en una fase decisiva de su historia. Se había beneficiado ampliamente de la decadencia económica de Brujas, y gracias a la protección regia había sobrepujado el liderazgo adquirido en 1488 sobre el resto de las ciudades de los Países Bajos. Dentro de sus murallas había acogido a colonias de mercaderes y financieros extranjeros que controlaban el comercio internacional y que un siglo atrás estuvieron establecidos en Brujas. La colonia portuguesa fue particularmente importante en esta Era de los Descubrimientos y se asentó en Amberes al menos desde 1510. A ellos siguieron los italianos, españoles, ingleses y alemanes. Esta población, rica y productiva, quizá no fuera numéricamente relevante en una ciudad de 100.000 habitante, pero a pesar de ser unos pocos centenares estos extranjeros fueron suficientes para dar a Amberes un aire cosmopolita y un nuevo espíritu, distinto del tardomedieval. Los compañeros constantes y amigos de cada día del pintor fueron sobre todo los miembros de la colonia portuguesa, los representantes comerciales del rey de Portugal, que eran conocidos como «factores» y se contaban entre los más importantes miembros de la comunidad mercantil de extranjeros de Amberes. El factor real gozaba de autorización expresa para adquirir bienes por cualquier cantidad en nombre de la corona portuguesa. A la llegada de Durero a Amberes, esta agencia estaba en manos de João Brandão, asistido por Rodrigo (Rui) Fernandes de Almada, hombre de gran talento y formación humanística. Brandão fue sucedido en el puesto por Francesco Pesão, a quien el artista llamaba «el pequeño factor». Durero conoció a todos ellos y los menciona en su Diario: sólo relaciones más antiguas explican tan rápido y estrecho contacto con los portugueses. En septiembre de 1519, Rui Fernandes había pasado una temporada en Nuremberg para concertar, por orden de su rey, el intercambio a gran escala de especias de Indias a cambio de cobre y armamento. Es probable que en esos días trabara contacto con Durero, quizá a través de Willibald Pirckheimer, el mejor amigo del artista. Durero y los artistas contemporáneos de los Países Bajos El nombre de Alberto Durero era famoso en los Países Bajos y su arte bien conocido. La relación de Durero con los artistas locales es de crucial importancia para el estudio de la pintura neerlandesa de las primeras décadas del siglo XVI. Hasta finales del primer tercio del siglo XX este elemento fue ignorado, y en su lugar toda la atención historiográfica se dirigió a las conexiones del alemán con el arte italiano, las cuales llegaron a enfatizarse más allá de lo debido. Entonces algunos autores comenzaron a apreciar la contribución del arte de Durero a la orientación «renacentista» de la tradición pictórica flamenca, especialmente a través de su obra gráfica. De hecho, los pintores flamencos de comienzos del siglo XVI derivan mucho más de Durero que de los italianos, incluido el celebrado Marcantonio Raimondi. El viaje de Durero fue, según hemos dicho, una empresa de negocios. Su primera preocupación era extender la venta y la difusión de sus estampas. Su equipaje contenía un número considerable de sus «Libros grandes» de entalladuras: el Apocalipsis, la Pasión grande, la Vida de la Virgen, la Pasión pequeña y una gran cantidad de estampas sueltas. Durero era su propio impresor y organizaba la venta de sus estampas. En momentos anteriores, la venta de éstas la había encomendado a su madre y a su mujer, y muy probablemente también a sus discípulos. Hacia 1520, Durero había ejecutado la mejor y mayor parte de su obra gráfica, que comprendía un centenar de grabados calcográficos y unas doscientas

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entalladuras; a todo esto se añadirían después muy pocas estampas más, destacándose las de sus tratados. Que Durero llevara consigo tantas estampas indica que confiaba en encontrar mercado para ellas en los Países Bajos. Debía de saber desde tiempo atrás que su producción era demandada allí, donde gracias a la facilidad de su transporte, circulaba por los obradores para ser empleada como repertorio de nuevas formas y motivos, figuras, poses y expresiones fisiognómicas, temas y composiciones. Nadie mejor que Durero para proporcionar a los talleres flamencos todo este material, pues ningún otro pintor-grabador poseía tal capacidad para la invención, tanto de nuevos temas como de interpretaciones personales de temas consolidados. Nunca antes se había visto en las artes visuales una creatividad tan abundante ni una fantasía tan prolífica, aunque siempre basadas en un estudio penetrante y exacto de la realidad. De acuerdo con el Diario, Durero despachó su muestrario por entero, ya vendiéndolo o intercambiándolo por obras de arte u otros objetos que le agradaran, o ya regalándolo a personas que habían sido de ayuda para él o con las que quería estar en buenas relaciones. A través de la venta obtuvo unos cien florines netos. La mayor parte de las veces debió de contactar el mismo con los eventuales compradores, pero en algunas ocasiones se sirvió de un intermediario. Tal debió ser el caso de Sebald Fischer, que al poco de llegar Durero le compró una gran colección de estampas por treinta florines. Para dar alguna idea del número de estampas que Durero llevó consigo a los Países Bajos, podemos recordar que en una ocasión vendió dieciséis copias de la Pasión pequeña, y otras veces liquidó seis o doce copias de dicha serie. Regaló conjuntos completos de sus estampas, entre otros, a Margarita de Austria o al pintor boloñés Tommaso Vincidor, quien a cambio le entregó la obra gráfica de Marcantonio Raimondi. En el Diario aparecen asimismo señales de estima y admiración recibidos por Durero de sus colegas a lo largo de su estancia. Se muestra impresionado por las obsequiosas recepciones y banquetes principescos que celebran en su honor los gremios de artistas, agradeciendo con conmovedora ingenuidad (no carente de orgullo y satisfacción) tantas muestras de aprecio derramadas sobre su persona en muchas de las ciudades por él visitadas, como en Amberes o Brujas, donde los pintores —a veces más de sesenta— llegaron a acompañarle de vuelta a casa tras los festejos a la luz de las antorchas. Los artistas competían entre sí en sus esfuerzos por agradarle y por ponerse a su servicio. Durero retrataba a los artistas celebrados, que respetaba personalmente (como Van Orley, Prevost o Meit); a otros (y en ocasiones a los mismos) regalaba, bajo probable petición, algunas de sus estampas para que les sirvieran de repertorio. Todos, en algún momento de sus carreras, se habían servido con mayor o menor frecuencia de la inventiva derrochada por Durero en sus estampas. Él, por su parte, se diría que lo que más admiraba de los artistas de los Países Bajos era su técnica más que sus virtudes para la composición o la invención. Al poco de llegar a Amberes por vez primera, Durero describió con cierto detalle en su Diario la recepción y posterior banquete que dieron en su honor los pintores locales. Justo después, el artista señalaba, lacónicamente, que estuvo «en casa del Maestro Quentin». Aparentemente no llegó a conocer a Quentin Massys, ya que de otro modo habría dedicado más espacio a registrar el encuentro con alguien que, en 1520, estaba en la cima de su carrera y cuya reputación eclipsaba la del resto de los artistas de Amberes. Después no vuelve a mencionarse a Massys en el resto del diario. Las razones para esto pueden ser varias, desde que Massys estuviera ausente cuando Durero acudió a su casa, o que se encontrara enfermo —aunque en este caso Durero seguramente habría intentado una segunda visita—; acaso Massys evitó el encuentro por pura timidez o, más probablemente, por celos u orgullo profesional. Este comportamiento encaja con algunas descripciones de su carácter que han llegado hasta nosotros, que le movió, por ejemplo, a mantenerse al margen de la corporación de pintores, en cuyo gremio nunca quiso aceptar cargo alguno. El silencio del Diario respecto a Massys es doblemente extraño si se tiene en cuenta que Durero estuvo continuamente en contacto durante su estancia en

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Amberes con todos los amigos de Massys, especialmente con Joachim Patinir, que fue además su colaborador. A la muerte de Patinir, en 1524, Quentin Massys actuaría como tutor de las hijas del primero. Massys y Durero tenían mucho en común. Ambos tenían casi la misma edad, eran los líderes en su profesión en cada uno de sus países y compartían una formación artesanal en el taller paterno que habían abandonado por la pintura. Massys y Durero estaban además interesados por los tipos faciales y las expresiones fisiognómicas, en ambos casos por influencia leonardesca. ¿Pudo ver Durero en casa de Massys algo de su obra que le impresionase tanto como para tratar de emularla, algo como un San Jerónimo en su estudio perdido, pero que serviría de modelo para tantos cuadros de idéntica temática producidos por sus seguidores, desde su hijo Jan a Marinus van Reymerswaele, Joos van Cleve o Jan Sanders van Hemessen? Esta opinión hoy parece superada, y debió de ser Durero el único responsable de la invención del modelo de San Jerónimo de medio cuerpo, meditando ante una calavera con libros repartidos sobre la mesa. Gracias al Diario pueden reconstruirse las distintas fases por las que pasó la famosa pintura de Durero. Debió de comenzar a prepararla en enero de 1521, en Amberes. A finales de marzo del mismo año Durero alude a esta obra: «He pintado al óleo un Jerónimo con mucho esfuerzo y se lo he regalado a Rodrigo de Portugal», para el cual elaboraría varios estudios preliminares en tinta y albayalde sobre papel preparado gris violeta, además de los dedicados a su protagonista, incluyendo el estudio de una mano, de la calavera y del atril de lectura con libros. La elección del tema ha de encontrarse en el deseo de Durero de hacer un regalo especial a su mejor amigo en Amberes, con quien compartía el culto que los humanistas europeos rendían al «patrón seglar» de los eruditos, filólogos y traductores. Ninguna otra tabla de Durero fue copiada, imitada y variada con tanta frecuencia en el siglo XVI, sin duda por su calidad, pero sobre todo por su novedad iconográfica. Hay que tener presente que Rui Fernandes residió en Amberes hasta 1548, antes de regresar a Portugal y llevarse consigo su colección reunida en Flandes; hasta entonces la pintura de San Jerónimo fue accesible a los artistas neerlandeses. El primero en emularlo fue Lucas van Leyden; a éste siguieron, el mismo año de 1521, Marinus y su taller —dando un desconcertante carácter irreal y manierista al precedente dureriano— y, ya en 1528, Joos van Cleve, también amigo de Patinir. Igual que conoció a Quentin Massys sólo de nombre, lo mismo le sucedió a Durero con Jan Gossaert, quien era, detrás de Massys, el pintor flamenco más estimado de su tiempo. El alemán llegó a ver una de sus obras más importantes, el tríptico del Descendimiento que adornaba el altar mayor de la abadía premostratense de Middelburg (Zelanda), quemado en un incendio en 1568 y que —según Van Mander— tenía dos alas tan gigantescas que precisaban de caballetes para mantenerse abiertas. Precisa el biógrafo que cuando «el ilustre Alberto Durero vino de Amberes a contemplar esta obra, quedó profundamente impresionado». Sin embargo, no consta lo mismo, ni mucho menos, en el Diario, pues Durero dejó escrito que no le parecía una pintura «tan buena en el modelado de las cabezas como en el colorido», opinión que supone la única crítica anotada por él respecto a sus colegas neerlandeses. Casi inmediatamente después de llegar a Amberes Durero entró en contacto con Patinir. Parece que ambos pintores se llevaron bien, y a menudo cenaron juntos e intercambiaron ideas. Patinir cedió sus colores y su aprendiz al nuremburgués, y a cambio Durero regaló a ambos algunas de sus estampas. Patinir estaba especializado en la representación de paisajes panorámicos que hibridaban elementos reales y fantásticos. Colaboró pintando fondos para Massys y Van Cleve. A finales de agosto de 1520 Durero fue a Bruselas. Allí entró en contacto con el pintor titular de Margarita de Austria, Bernard van Orley. Éste le invitó a una suntuosa cena que produjo una enorme impresión sobre él, impeliéndole a escribir en el Diario que no creía que 10 florines pudieran pagarla. Van Orley, por entonces a punto de cumplir la treintena, ocupaba el puesto que antes había tenido Jacopo de’ Barbari, el pintor veneciano que había conocido Durero en su viaje a Italia. De’ Barbari

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había vivido algún tiempo en Nuremberg como pintor del emperador Maximiliano antes de entrar al servicio de Felipe de Borgoña y Margarita de Austria. Su «librito» sobre las proporciones del cuerpo humano, que tanto admiraba el maestro alemán, le fue mostrado en Malinas por la propia doña Margarita, a quien rogó que se lo regalara. La archiduquesa, sin embargo, dijo haber prometido tal cosa a Van Orley y Durero salió del palacio con las manos vacías. Algunas líneas más adelante, Durero afirma que retrató «al carboncillo al Maestro Bernard, pintor de la señora Margarita». Este retrato a veces se ha asociado con el de un joven varón, efigiado de frente, que se conserva en el Musée Bonnat (Bayona), fechado en 1520 y con razonable parecido respecto a la estampa que aparece en la colección de Dominicus Lampsonius Pictorum aliquot celebrium Germaniae inferioris effigies. Jan Prevost, nacido en Bergen (Mons), había vivido en Brujas por algo más de veinticinco años, aunque fue en Amberes donde Durero le conoció. En abril de 1521 invitó a Durero a alojarse en su casa y ofreció una cena en su honor. Nombrado decano de la guilda de pintores de Brujas en 1519, Prevost estaba en la mejor de las posiciones para rendir a Durero un homenaje en nombre de la ciudad. Antes de abandonar Brujas aún volvería a retratar a Prevost, esta vez a punta de metal. A manera de obsequio de despedida regaló 10 st. a la esposa de aquél. Sabemos por su Diario que Durero mantuvo contactos con el escultor alemán Konrad Meit, que vivía en Malinas al servicio de Margarita de Austria. Parece que se habían encontrado ya en años anteriores, probablemente en Wittenberg en la corte del elector de Sajonia, donde Meit, nacido en Worms, había trabajado desde 1506 a 1509, aproximadamente. Tan pronto como éste llegó a Amberes le hizo llegar a través de Gilles von Apfennauwe, un noble alemán, algunos de sus mejores buriles: «Un San Jerónimo en su celda, la Melancolía, las tres nuevas Marías, el Antonio y la Verónica». Probablemente de este modo confiaba en encontrar un aliado que pudiera influir sobre la gobernadora en el asunto de la confirmación de su pensión imperial. Durante una estancia en Bruselas el Diario reza: «He retratado al Maestro Konrad de Bruselas durante la noche a la luz de una vela; él ha sido mi anfitrión». En junio del año siguiente, unas pocas semanas antes de su regreso definitivo a Nuremberg, Durero volvió a visitar Malinas e invitó dos veces a Meit —a quien volvió a retratar, al carboncillo— y una a su mujer. Los «grandes maestros» del siglo XV Los retablos de los «grandes maestros» cautivaron la imaginación de Durero. Aunque las referencias del Diario a las obras de arte vistas y admiradas por él en los Países Bajos son muy breves, son de un valor enorme para identificar pinturas de las que no existe otro registro y proporcionan información sobre obras perdidas o desplazadas debidas a artistas famosos. Es de reseñar que Durero nunca menciona los nombres de Memling o de Dirk Bouts, aunque no resulta fácil establecer conclusiones a partir de este silencio, ya que también omitió otros eventos y nombres importantes. Llama sólo «grandes maestros» a Van der Weyden y a Van der Goes, y en un lugar inmediato en su aprecio puede colocarse a Van Eyck. De ellos debió de apreciar la grandeza de sus obras, aunque acaso considerase que tal grandeza se había logrado por métodos ya superados por él mucho tiempo atrás. Durero visitó en Brujas «muchas iglesias y me permitieron ver todas las pinturas buenas, de las que hay gran cantidad allí», entre las que destacó las de mano de Jan van Eyck, probablemente a raíz de la contemplación de la Virgen del canónigo Georg van der Paele (1436), conservada en la catedral de San Donaciano. Poco más o menos le ocurriría unos días después al visitar Gante acompañado del decano y los consejeros del gremio de pintores. En la capilla de Adán y Eva de la antigua iglesia de San Juan —hoy catedral de San Bavón— vio el famoso retablo de la Adoración del Cordero Místico de Van Eyck (c. 1430). De este políptico dice con entusiasmo: «es una pintura maravillosa y muy clara, y especialmente Eva, María y Dios Padre son estupendos». En el palacio de Margarita de Austria en Malinas vio más pinturas de Van Eyck. Gracias al análisis de los inventarios de la regente, sabemos que se trataba del Matrimonio Arnolfini (National Gallery, Londres) y de la Virgen de la Fuente (Museo de Amberes).

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En su primera visita a Bruselas, Durero pudo contemplar en la Cámara Dorada del ayuntamiento las cuatro tablas alegóricas de la Justicia que pintó el Rogier van der Weyden, que tan influyentes serían sobre el Juicio de Otón, pintado por Dirk Bouts para el ayuntamiento de Lovaina, y sobre el Juicio de Cambises de Gerard David, sito en el ayuntamiento de Brujas. Estos cuadros, pintados poco antes de 1436 —cuando Van der Weyden fue nombrado pintor de la ciudad—, ardieron en 1695 durante el sitio de Bruselas por las tropas francesas al mando del mariscal Villeroy. El primer cuadro mostraba al emperador Trajano llevando a cabo un acto de justicia; el segundo al Papa Gregorio Magno rogando a Dios misericordia para los gentiles justos; y el tercero y cuarto mostraban el juicio del legendario rey Erkenbald. Se conoce el aspecto de estas obras gracias a los tapices que se tejieron en vida de Van der Weyden y que se conservan en el Museo de Berna. Aún tuvo Durero oportunidad de ver otra importante obra de Van der Weyden en Bruselas, el Retablo de San Lucas, para cuya apertura pagó Durero 2 st. También ésta es una pintura hoy desaparecida, aunque se conoce por copias, siendo las mejores las conservadas en Boston y Munich. Justo después de admirar este retablo, Durero fue a ver —en la capilla de la casa de los condes de Nassau— « la buena pintura que hizo el Maestro Hugo (van der Goes)», acaso una figuración de los Siete Sacramentos que aparece citada como perteneciente a los Nassau en un inventario de 1618. Otra tabla perdida de Van der Goes la contempló Durero en Brujas, en la iglesia tardogótica de San Jacobo. Probablemente se tratara de un Descendimiento perdido del cual hicieron fortuna las figuras centrales de la Piedad, hoy conocidas en numerosas copias de medio formato. En Brujas le enseñaron, a cambio de 1 st., «la capilla pintada por Rogier (van der Weyden) y cuadros de un gran maestro antiguo» sin identificar. Con el término «capilla» Durero podría referirse a un altarcillo dedicado a San Juan pintado por Van der Weyden en 1445 y proveniente de la cartuja burgalesa de Miraflores, hoy conservado en Berlín; esta pieza pudo servir de altar portátil a Carlos V. Con más probabilidad, sin embargo, Durero estaría aludiendo a las decoraciones murales del oratorio palatino. «Después me llevaron a San Jacobo y me dejaron ver las magníficas pinturas de Rogier y Hugo; ambos fueron grandes maestros». El retablo perdido de Van der Weyden en San Jacobo —conocido por una copia custodiada en Berlín— estaba dedicado a la Vida de San Juan Bautista y fue pintado por encargo de un mercader pisano llamado Battista de Aquelli, para este altar fundado por él en 1476. Durero, sus comitentes y su sistema de trabajo Como ya se ha dicho, Alberto Durero trabajó intensamente a lo largo de toda su estancia en los Países Bajos, a pesar de que gran parte de ese tiempo lo pasó viajando, acudiendo a recepciones y atendiendo muchos otros compromisos. El Diario nos relata con toda nitidez esa actividad incesante: vemos al artista ocupado haciendo dibujos y diseños de toda clase para sus numerosos clientes, desde muebles a una casa o disfraces para mascaradas. En todo caso, Durero se dedicó, sobre todo, a producir una inmensa cantidad de retratos. Casi podría decirse que cada persona que conoció en el Viaje posó para él. En el Diario se mencionan unos ciento cuarenta dibujos, de los cuales la mayoría fueron retratos, y es muy probable que muchos ni siquiera recordase mencionarlos. Prácticamente todos estos retratos son grandes dibujos a carboncillo (de unos 35 x 25 cm), que Durero vendía normalmente a su comitente por 1 fl. Muchos han perdurado hasta nuestros días y se han intentado identificar con ayuda del Diario, aunque esto ha presentado problemas. Hasta la fecha, los únicos retratos identificados con seguridad son aquellos que llevan inscripciones de mano de Durero o aquellos a partir de los cuáles se abrieron estampas. También se han conservado otros retratos a pincel y otros realzados con albayalde. Además de dibujos y diseños sueltos, Durero tomó numerosos apuntes, llenando muchos cuadernos. Al menos tenemos noticia de dos cuadernos usados por él en su Viaje, en los cuales registró cualquier cosa que llamara su atención: monumentos, lugares, trajes, animales, personas, etc. El primero de ellos, que comenzó a usar a partir del trayecto en barco hacia Colonia, era de pequeñas dimensiones.

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Los folios eran de formato vertical y los dibujos están realizados a pluma. Se conocen unas diez páginas de este cuaderno, hoy muy disperso. Más adelante, cuando Durero abandonó temporalmente los Países Bajos para asistir a la coronación del emperador en Aquisgrán, llevó consigo otro cuaderno de formato oblongo, en el que dibujaría a punta de plata. Se han conservado quince hojas, doce de ellas ilustradas por ambas caras y también diseminadas por varias colecciones. El estilo de estos dibujos es fuerte y preciso, e incluyen como motivos edificios, retratos, paisajes, un perro, un león que vio en Gante, etc. A menudo Durero dibuja un edificio o un paisaje junto a un retrato, aunque casi todos estos dibujos pareados están hechos en momentos y lugares distintos. No todos los retratos del cuaderno fueron tomados del natural, sino que algunos fueron ricordi de los dibujos a carboncillo que previamente había vendido o trocado. Durero, por último, concluyó once pinturas al óleo durante su Viaje, de las cuáles cinco eran retratos. A la luz del registro detallado del Diario en lo que atañe a las transacciones financieras de Durero, éste quedó decepcionado del resultado material de su Viaje. Al final de su visita, tras sumar ingresos y gastos, se queja: «he tenido pérdidas en todos mis trabajos, gastos, ventas y otros negocios, en todas mis cosas, sea con gente de clase alta o baja; y especialmente la señora Margarita no me ha dado nada por lo que le he regalado y hecho». Las consecuencias del Viaje a su vuelta a Nuremberg se hacen patentes en que en sus últimos años prácticamente sólo se dedicó a la pintura de retratos, a la estampa y a la teoría del arte.

* * * El manuscrito original del Diario del Viaje a los Países Bajos está perdido, pero su contenido está transcrito en dos copias fidedignas. Una de las copias, conocida como «Manuscrito A», se conserva en la Biblioteca de Bamberg (J. H. Msc. art. 1); la otra, más antigua, el llamado «Manuscrito B», se encuentra en los Archivos de la ciudad de Nuremberg (S. I., L 79, No. 15). La presente antología está vertida al castellano a partir de la transcripción alemana de Hans Rupprich en su Dürer Schriftlicher Nachlass, vol. 1, Berlín, 1956, pp. 146-202.

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DIARIO DEL VIAJE A LOS PAÍSES BAJOS

Estos son los viajes que hizo Alberto Durero para que su mujer visitara los Países Bajos y para recibir del emperador, rey y señor, grandes honores y un ánimo favorable, como puede verse y oírse aquí.

De Nuremberg a Bamberg

Anno 1520

[12 de julio de 1520. De Nuremberg a Baiersdorf] El jueves después de San Kilian1 yo, Alberto Durero, partí de Nuremberg con mi esposa hacia los Países Bajos, a mi costa y corriendo con todos los gastos. Y tras cruzar aquel día Erlangen, nos alojamos por la noche en Baiersdorf y allí gastamos 3 libras menos 6 pf.

[13 de julio de 1520. De Baiersdorf a Bamberg]

Al día siguiente, viernes, llegamos a Forchheim2 y allí pagué 22 pf. por la escolta. Desde allí me dirigí a Bamberg donde obsequié al obispo3 con una pintura de la Virgen4, una Vida de la Virgen5, un Apocalipsis6 y grabados por valor de 1 fl. Él me invitó como huésped suyo, me dio un salvoconducto7 y tres cartas de presentación y pagó la factura de la posada, donde había gastado como 1 fl.

Primera estancia en Amberes

[4 de agosto de 1520. En Amberes]

Ítem el sábado tras San Pedro Ad Vincula mi posadero me llevó a la casa del burgomaestre de Amberes8, construida poco ha y desmesuradamente grande y ordenada a la perfección, con amplias cámaras de exuberante belleza y en gran número, una torre ornamentada primorosamente y un inmenso jardín; en suma, nunca he visto una casa de magnificencia tal en ningún lugar de Alemania. También hay un pasaje totalmente nuevo, muy largo, a través del cual se puede llegar a su casa por ambos lados, construido en su honor, aunque también a su costa...

1 San Kilian (c. 640-689) fue un monje irlandés que recibió la dignidad episcopal en Wurzburgo (Alemania), ciudad —muy próxima a Nuremberg— de la que es patrón y donde murió martirizado. Su festividad se conmemora el 8 de julio. 2 Por aquel entonces Forchheim era la fortaleza fronteriza de Bamberg. 3 Georg Schenk von Limburg, obispo de Babmberg entre 1505 y 1522 y uno de los principales humanistas de su tiempo. 4 Este cuadro, hoy perdido, se encontraba aún a comienzos del siglo XIX en la capilla de la Residencia de Bamberg. 5 La serie de entalladuras (20 folios) de la Vida de la Virgen (1504-1505). Edición con texto latino en el reverso: Epitome in divae parthenices Mariae historiam ab Alberto Durero Norico per figuras digestam cum versibus annexis Chelidonii, Nuremberg 1511. 6 La serie de entalladuras (15 más una portada) sobre el Apocalipsis. Impresa en 1498 en dos ediciones, una en alemán, otra en latín; la versión latina apareció en 1511 en una nueva edición. 7 A efectos de evitar tener que pagar los costes aduaneros. 8 El burgomaestre de Amberes era Aert van Liere († 1529). Su casa se encontraba en la Prinsestraat y recibía el nombre de «Hof van Liere», «Prinsenhof» o «englische Haus» («La casa inglesa»). Hoy está ocupada por la Ecole Supérieure de Commerce Saint-Ignace.

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[5 de agosto de 1520. En Amberes]

Y el domingo, que era el día de San Osvaldo, los pintores me invitaron a sus salones gremiales9 con mi esposa y mi doncella. Tenían todo adornado con vajilla de plata y otras cosas hermosas y una deliciosa comida. Todas sus mujeres estaban también allí presentes. Y cuando me condujeron a la mesa todos se pusieron de pie a ambos lados, como si pasara un gran señor. Entre ellos había personas muy principales, que se mostraban muy respetuosos conmigo y con profunda cortesía. Y se ofrecieron a hacer cualquier cosa que supieran podría servir para complacerme. Y cuando estaba sentado entre tantos honores, llegó el síndico de Amberes10 con dos mozos y me regaló 4 jarras de vino en nombre de los concejales de Amberes; y le dejaron dicho que con ello me deseaban presentar sus respetos y ofrecerme su buena voluntad. Les di mis más rendidas gracias y les ofrecí mis humildes servicios. Después llegó el Maestro Peeter11, carpintero de la ciudad, y me regaló dos jarras de vino, ofreciéndome así de buen grado sus servicios. De manera que estuvimos allí todos juntos y alegres por un largo rato; y más tarde, entrada la noche, nos acompañaron a casa con farolillos, y me rogaron que estuviera siempre seguro y confiado en su buena disposición y prometieron serme de toda utilidad en cualquier cosa que quisiera hacer. Así que les di las gracias y me eché a dormir.

[6-18 de agosto de 1520. En Amberes]

También estuve en la casa del Maestro Quentin12 y en los tres grandes campos de tiro de la ciudad. Tomé un delicioso almuerzo con Staiber13; en otra ocasión lo hice con el factor de Portugal14, a quien retraté al carboncillo. También hice un retrato de mi posadero, Jobst Plankfelt, que me regaló una rama de coral blanco... Le di 2 st. al ensamblador en el almacén de los pintores15 [fig. 1]. Ítem mi posadero me llevó al taller de los pintores en Amberes, al almacén donde preparan el triunfo a través del cual va a hacer su entrada el rey Carlos16... Va a disponerse a ambos lados de la calle, con bella ordenación y una altura de dos pisos; encima se representarán obras de teatro. Hacerlo costará a ensambladores y pintores un total de 4.000 fl. También adornarán el conjunto, y todo está hecho con exquisito gusto. Ítem he vuelto a comer con el portugués y también una vez con Alexander Imhof17. Ítem Sebald Fischer18 me compró en Amberes 16 Pasiones pequeñas19 por 4 fl., más 32 Libros grandes20 por 8 fl. Más 6 Pasiones a buril21 por 3 fl. Más 20 medios pliegos de todos los géneros, mezclados, que valían a 1 fl. el lote, de los que compró por valor de 3 fl. y de nuevo por 5 ¼ fl. Más 5 ¼ fl. en cuartos de pliego, 45 variados por lote a 1 fl cada uno de ellos. Y 8 pliegos de todas clases por 1 fl.22. Está pagado. Ítem a mi posadero le he vendido una Virgen pintada sobre un pequeño lienzo por 2 fl. renanos. Ítem en otra

9 En el Gildenhaus (o casa gremial) «De Bontemantel», junto al Grossen Markt. 10 Adriaen Herbouts († 1546), síndico de Amberes desde 1506. 11 Peeter Teels (1467-post. 1543), escultor, maestro carpintero de la ciudad y de la catedral de Amberes. 12 Quentin Massys (1466-1530), el más famoso pintor de la escuela de Amberes por entonces. Amigo de Erasmo de Rotterdam, Petrus Aegidius y Tomás Moro. 13 Lorenz Staiber, maestro organista al servicio del emperador e hijo del acaudalado comerciante nuremburgués Hans Staiber. Se encontraba en Amberes de viaje hacia Inglaterra, donde fue nombrado caballero por el rey Enrique VIII. 14 João Brandão, factor del rey de Portugal de 1514 a 1521. No confundir con el «pequeño factor» —así lo llama Durero— Francisco Pesão, el «signore Francisco». 15 En el almacén llamado «De Eeckhof», dibujado por Durero junto a la torre de alto tejado picudo en su vista de El puerto de Amberes junto a la puerta del Escalda (Viena, Albertina). 16 Carlos V (1500-1558). 17 Alexander Imhof (1501-1546), miembro de la conocida familia patricia nuremburguesa, e hijo de Veit Imhof. Se encontraba en Amberes posiblemente en representación de su familia ante la entrada imperial. 18 Por la magnitud de la compra puede inferirse que se trataba de un marchante de arte. 19 La serie de 27 entalladuras de la Pasión pequeña. Edición con texto latino en el reverso: Passio Christi ab Alberto Durer Nurenbergensi effigiata cum varij generis carminibus Fratris Benedicti Chelidonij Musophili, Nuremberg 1511. 20 Durero llama «Libros grandes» a las ediciones del Apocalipsis, la Vida de la Virgen y la Pasión grande. Esta última, de 12 entalladuras, la publicó también con texto latino en el reverso en 1511: Passio domini nostri Jesu ex Hieronymo Paduano, Dominico Mancino, Sedulio et Baptista Mantuano per fratem Chelidonium collecta cum figuris Alberti Dureri, Norici pictoris. 21 Serie de 16 estampas que apareció varias veces en forma de libro. 22 Las medidas de pliego, medio (pliego) y cuarto (de pliego) se refieren a grabados calcográficos.

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ocasión he retratado a Felix23, tañedor de laúd [fig. 2]... Además he gastado 14 st. en 3 tablillas, más 4 st. en blanco para aparejarlas24. Además he comido una vez con Alexander el orfebre25, y otra vez más con Felix (Hungersperg). El Maestro Joachim26 ha comido conmigo en una ocasión; otra vez lo ha hecho un aprendiz suyo. Hice un boceto para los pintores con medias tintas27... Le regalé las 4 nuevas obritas28 a Peter Wolfgang. El aprendiz del Maestro Joachim (Patinir) comió otra vez conmigo. Al Maestro Joachim le regalé 1 fl. en estampas por haberme prestado a su aprendiz y sus colores; y a su aprendiz le di 3 libras en estampas. Ítem envié a Alexander el orfebre las 4 nuevas obras. Retraté a carboncillo a estos genoveses: Tomasin Florianus Romanus, natural de Lucca, y a sus dos hermanos, de nombres Vicentio y Gherardo, los tres Bombelli29. Así que comí frecuentemente con Tomasin: jjjjjjjjjjjj (12)30... Tomasin me ha regalado también un sombrero trenzado de corteza de aliso... Además el señor Erasmo31 me ha regalado una mantilla española y tres retratos de hombre... También le di al Maestro Agustin Lombard32 las dos partes de las Imagines33... Ítem la iglesia de Nuestra Señora34 en Amberes es tan enorme que se pueden cantar muchas misas al mismo tiempo sin que interfieran unos con otros. Y los altares disfrutan de generosas donaciones; allí se llama a los mejores músicos que pueden tenerse. En la iglesia se celebran muchos servicios divinos devotos y tiene una sillería de piedra exquisita y una torre especialmente hermosa. También he estado en la rica abadía de San Miguel35; tienen la galería superior de piedra más hermosa que he visto nunca, la sillería del coro también es magnífica. Pero en Amberes no ahorran ningún gasto para estas cosas, pues allí hay dinero suficiente. Retraté al señor Niclas, un astrónomo que vive con el rey de Inglaterra que me ha sido muy útil y provechoso en muchas cosas36. Es un alemán, nacido en Munich. Además retraté a la nuera de Tomasin, una doncella de nombre Zoetje37 [fig. 3]... Además gasté 1 st. en una propina por haberme dejado ver un retablo.

23 Felix Hungersperg, capitán imperial y gran tañedor de laúd. Por lo que parece pertenecía entonces al círculo de amigos y conocidos de Durero. Hungersperg era tuerto. Se conservan varios retratos que Durero le hizo durante el Viaje, a carboncillo y a pluma. 24 En creta para imprimar y preparar las tablas. 25 Probablemente Alexander van Brugsal, orfebre y medallista documentado en Amberes desde 1505, miembro del gremio de San Lucas a partir de 1516. 26 Joachim Patinir (c. 1475/1480-1524) de Dinant. Cercano personalmente a Quentin Massys, admitido en el gremio antwerpiense de San Lucas en 1505. 27 Un boceto ¿para el arco triunfal de Carlos V? a la pluma, ligeramente coloreado. 28 Durero alude aquí a los grabados calcográficos realizados entre 1519 y 1520, de los cuales se conocen cinco: Virgen de la Leche (T.729); Virgen con Niño coronada por un ángel (T. 521); Virgen con el Niño en pañales (T. 746); San Antonio (T. 730); Los campesinos del mercado (T. 733). 29 Tommaso, Vicentio y Gherardo Bombelli de Génova, acaudalados comerciantes de seda. Tommaso era contable de la archiduquesa Margarita de Austria. Tomasin es el diminutivo o apelativo cariñoso que emplea con él Durero, pues fue uno de sus mejores amigos en Amberes. 30 En el manuscrito Durero dejaba espacios en blanco en lugares como éste y una línea cada vez que comía con la persona correspondiente, para ir completándolos sucesivamente con marcas. 31 Erasmo de Rotterdam (1467-1536); llegó el 27 de agosto de 1520 a Bruselas y se alojó en Amberes en la casa de su amigo Petrus Aegidius. 32 Agustin «el lombardo» es Agostino Scarpinello, natural de Nápoles y por aquel entonces secretario del obispo de Tuy, el milanés Aloisius Marliano, consejero teológico del emperador y enviado en 1524 a la corte inglesa como embajador de Milán. 33 Con Imagines se refiere a las dos entalladuras tituladas, respectivamente, Imagines coeli septemtrionalis et meridionalis (1515), que representaban los hemisferios norte y sur de la esfera celeste. 34 La catedral gótica de Amberes. 35 En la abadía premostratense de San Miguel. 36 Niclas Kratzer, astrónomo de Enrique VIII de Inglaterra y amigo de Erasmo. Enrique VIII le había concedido permiso en el año 1520 para que pudiera visitar a su amigo en Amberes. Cuando Durero retrató a éste en Bruselas, Kratzer acudió al encuentro, como se demuestra a partir de una inscripción autógrafa que redactó en un ejemplar del buril que poseía con el retrato de Erasmo: «Anno 1520. Ego Nicolaus Kracerus interfui eo tempore, quo Albertus Durerus ex vivo depinxit Brusela Brabantiae». 37 Zoetje Bombelli; el suyo era un nombre común en Flandes.

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[19 de agosto de 1520. En Amberes]

Ítem el domingo tras la Ascensión de Nuestra querida Señora vi la gran procesión de la iglesia de Nuestra Señora de Amberes, donde todas las artes y dignidades de la ciudad se hallaban congregadas, vestidas con las mejores galas que su categoría permitiera. Y todos los oficios y gremios tenían sus estandartes, para que pudieran ser reconocidos. En los espacios intermedios se portaban grandes y magníficos ciriales, con sus antiguos sacabuches de plata. También había allí muchos pífanos y atabales alemanes. Todos los instrumentos eran soplados y golpeados con gran fuerza y estruendo. Vi que la gente caminaba por las calles en filas muy separadas entre sí, aunque los que las formaban permanecían cerca unos de otros: orfebres, pintores, canteros, bordadores, escultores, ebanistas, carpinteros, barqueros, pescadores, carniceros, talabarteros, pañeros, panaderos, sastres, zapateros y toda clase de obreros, y muchos artesanos y vendedores que trabajan para ganarse el sustento. También había allí tenderos y mercaderes y sus ayudantes, de todo tipo. Después venían los artilleros, arqueros y ballesteros, además de jinetes y soldados de infantería. Entonces llegó la guardia de los señores magistrados, y luego una tropa muy gallarda, vestida con esplendor y suntuosidad. Ante ellos, no obstante, desfilaban con recogimiento todas las congregaciones y órdenes regulares en toda su variedad. Dentro de esta procesión había también un gran comitiva de viudas que se mantenían de su propio esfuerzo y observaban una regla especial38; conmovía verlas a todas vestidas de la cabeza a los pies con túnicas blancas de lino, hechas expresamente para la ocasión. Entre ellas vi personas imponentes. Y los canónigos de la iglesia de Nuestra Señora, con todos los sacerdotes, colegiales y tesoreros marchaban detrás con gran pompa. Veinte personas cargaban con la imagen de la Virgen María con Jesucristo Nuestro Señor, adornada a maravilla para mayor gloria del Señor Nuestro Dios. En esta procesión había muchas cosas deleitosas y bellamente decoradas. Entonces pasaron muchos carros, obras de teatro sobre barcos39 y escenarios móviles. En ellos se figuraban el cortejo de los profetas en su orden, después escenas del Nuevo Testamento como la Anunciación, los Tres Reyes Magos sobre grandes camellos y otras extrañas bestias, todo presentado con gran acierto; también la Huida a Egipto —muy devota— y otras muchas cosas que dejo por no extenderme demasiado. Al final había un gran dragón que Santa Margarita llevaba con un ceñidor en compañía de sus vírgenes; ella era especialmente hermosa. Detrás seguía San Jorge con su escudero, un caballero armado muy bien parecido. En esta hueste, representando a varios santos, cabalgaban también mozos y doncellas vestidos según la moda de distintos lugares, con la mayor delicadeza y encanto posibles. Del principio al final de esta procesión mediaron más de dos horas antes de que pasara completa ante nuestra casa. Y hubo tantas cosas allí que no bastaría un libro para describirlas, así que lo dejo con esto. Ítem estuve en la casa de los Fugger en Amberes, que es nueva y hermosa, con una notable torre independiente, alta y amplia, rodeada de un bello jardín. Vi también sus hermosos caballos40... Le he diseñado una diadema de mujer al orfebre41... Ítem las columnas de la parroquia del convento de San Miguel en Amberes están todas hechas de una pieza a partir de hermosas piedras negras de toque42. Desde Amberes he enviado y regalado a través del señor Gilles43, ujier del rey Carlos, al buen escultor de nombre Maestro Konrad44, a quien no me fue posible ver y que está al servicio de la señora Margarita, la hija del emperador45: Un San Jerónimo en su celda, la Melancolía, las tres nuevas Marías, el Antonio y la Verónica. Y al Maestro Gilles (von Apfennauwe) le di un Eustaquio46 y una Némesis47. Ítem le debo a mi posadero 7 fl. 20 st. 1 heller —eso fue el domingo antes de San Bartolomé. Ítem tengo que darle 11 fl. al mes por alcoba y cámara y ropa de cama.

38 Se refiere a las beguinas. 39 Con los barcos sobre ruedas se refiere a los llamados Punten, barcos que se podía conducir por tierra y que servían de escenario, como sucedía frecuentemente en las procesiones neerlandesas. 40 La Fuggerhaus, situada en la Steenhouwersvest. 41 Probablemente Alexander el orfebre, ya mencionado. 42 Mármol negro con vetas amarillas de Portovenere. 43 El noble alemán Gilles von Apfennauwe, ujier imperial desde al menos 1517. 44 Konrad Meit (c. 1485 - c. 1544) de Worms, escultor y tallista, maestro entallador en la corte de la gobernadora. 45 Margarita de Austria; Durero alude al emperador Maximiliano I, no a Carlos V. 46 La estampa a buril de San Eustaquio (c. 1500). 47 La estampa a buril también conocida como la Fortuna grande.

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Viaje a Malinas y Bruselas

[27 de agosto - 1 de septiembre de 1520. En Bruselas]

[...] He visto en la cámara dorada del ayuntamiento de Bruselas las cuatro historias pintadas que hizo el gran Maestro Rogier48. Vi en la parte trasera de la casa real de Bruselas, las fuentes, el laberinto y el jardín de fieras; nunca había visto algo tan divertido y agradable, algo más parecido a un paraíso49... Ítem en Bruselas hay un ayuntamiento magnífico, grande, decorado con hermosa tracería de piedra y una soberbia torre abierta. He retratado al Maestro Konrad (Meit) de Bruselas durante la noche a la luz de una vela; él ha sido mi anfitrión... También he visto las cosas que le han traído al rey desde las nuevas tierras del oro50: un sol todo de oro, de una braza de ancho, y una luna toda de plata del mismo tamaño; también dos cámaras llenas de pertrechos de aquellas gentes, y de toda clase de armas suyas, arneses y saetas, vestimentas extrañas, camas y todo tipo de cosas maravillosas de usos diversos; sería un milagro encontrar algo más hermoso. Estos objetos son tan exquisitos que han sido valorados en 100.000 fl. Yo no he visto en todos los días de mi vida nada que haya regocijado tanto mi corazón como estas cosas, pues vi allí artefactos soberbios y me maravilló el sutil Ingenia de los hombres de tierras extranjeras. En verdad no soy capaz de describir todo lo que allí pensé. En Bruselas vi muchas otras cosas hermosas, y especialmente vi un gran hueso de pez, tan grande como si lo hubiesen hecho reuniendo sillares; medía una braza de largo y era muy grueso, pesaba unos 15 quintales y tiene la forma que aparece aquí pintada: ____ 51 y surgía de detrás de la cabeza del pez. También he estado en la casa del de Nassau52, tan magníficamente construida como adornada con hermosura... Ítem la señora Margarita, que me mandó llamar a Bruselas y me ha dicho que quiere ser mi valedora ante el rey Carlos, se ha mostrado extremadamente amable conmigo. Le he enviado mi Pasión a buril y le he regalado otra a su tesorero, llamado Jean de Marnix53, y también lo he retratado al carboncillo. Gasté 2 st. en un anillito de búfalo, y otros 2 st. para que me abriesen la tabla de San Lucas54. Ítem cuando estuve en la casa del de Nassau vi allí, en la capilla, la buena pintura que hizo el Maestro Hugo55. Y vi las dos hermosas salas grandes, y todos los tesoros que había por doquier en la casa, incluida la gran cama donde podían dormir 50 personas56. Y también vi la gran piedra que el cielo lanzó en el campo junto a mi señor de Nassau57. La casa está en un alto, por lo que las vistas desde allí son tan hermosas que maravillan. Y no creo que haya algo así en todas las tierras alemanas. Ítem el Maestro Bernard58, el pintor, me ha invitado y ha preparado una comida tan deliciosa que no creo que 10 fl. puedan pagarla. Además, para hacerme buena compañía, se sumaron al banquete por

48 Rogier van der Weyden (c. 1400-1464), principal maestro de la escuela de Brabante y, junto con Van Eyck, el gran maestro de la pintura flamenca. Estos cuatro cuadros, pintados poco antes de 1436 —cuando Van der Weyden fue nombrado pintor de la ciudad— para la cámara dorada del ayuntamiento como exaltación de la justicia, ardieron en 1695 durante el sitio de Bruselas por las tropas francesas al mando del mariscal Villeroy. El primer cuadro mostraba la justicia del emperador Trajano; el segundo al Papa Gregorio Magno descubriendo los restos de Trajano y rogando a Dios misericordia para los gentiles justos; el tercero y cuarto mostraban al legendario rey Erkenbald dando muerte con su propia mano a su sobrino culpable y recibiendo milagrosamente la comunión antes de su muerte, cuando el obispo le había negado la absolución por su acción. 49 Durero plasmó su impresión en un rápido dibujo a pluma, conservado en la Academia de Viena. 50 México. 51 En este lugar del original aparecía un dibujo del hueso —acaso un enorme diente de narval—, que no se conserva. 52 En casa de Enrique III (1483-1538), conde de Nassau, preceptor de Carlos V y gobernador de Holanda, Zelanda y Frisia. 53 Señor de Marnix y Toulouse, consejero y tesorero de la gobernadora, recaudador general de impuestos, y posteriormente uno de sus albaceas testamentarios. 54 Posiblemente el cuadro de San Lucas pintado por Rogier van der Weyden entre 1435-1440, que se encontraba antes en la capilla del gremio de pintores dedicada a su santo patrón. 55 Hugo van der Goes (c. 1440-1482). La «buena pintura» podría ser la representación de los Siete Sacramentos que se menciona en 1618 en un inventario como perteneciente a la casa de Nassau. 56 Esta enorme cama la había encargado el conde de Nassau para acomodar a sus invitados borrachos. 57 Un meteorito. 58 Bernard van Orley (1493-1542), pintor, diseñador de tapices y vidrieras, artista de corte de la archiduquesa Margarita desde 1518.

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decisión propia: el tesorero de la señora Margarita, a quien retraté59, y el mayordomo del rey, de nombre Metenye60, y el tesorero de la ciudad, de nombre Busleyden61. A éste le regalé una Pasión a buril, y el me regaló a cambio una bolsa negra española de un valor de 3 fl. Y a Erasmo Roterodamo también le he regalado una Pasión a buril... Ítem retraté a carboncillo al Maestro Bernard, pintor de la señora Margarita [fig. 4]. He vuelto a retratar a Erasmo de Rotterdam [fig. 5]... Ítem seis personas que retraté en Bruselas no me han dado nada...

Segunda estancia en Amberes

[3-30 de septiembre de 1520. En Amberes]

[...] Ítem pagué 1 st. por la impresión de la Entrada en Amberes62, en la que se veía el recibimiento triunfal del rey. Las puertas63 estaban primorosamente engalanadas con representaciones teatrales, mucho encanto y doncellas gráciles como he visto pocas64.... En Amberes he visto los grandes huesos del gigante. Su pierna mide 4 ½ pies por encima de la rodilla y es tremendamente pesada y gruesa; igualmente grandes son sus omoplatos —uno solo es más ancho que la espalda de un hombre corpulento— y sus otros miembros. El hombre medía 18 pies de altura, gobernó en Amberes y obró grandes maravillas, como se halla escrito con detalle en un antiguo libro sobre él que poseen los señores de la ciudad65. Ítem las cosas de Rafael de Urbino66 se han dispersado tras su muerte; pero uno de sus discípulos llamado Tommaso Boloñés67, un buen pintor, pidió verme. Así que vino a mí y me regaló un anillo de oro, una antigüedad con una piedra espléndidamente cortada. Vale 5 fl., pero me han ofrecido el doble por él. A cambio le he regalado 6. fl. de mis mejores estampas. Ítem gasté 3 st. en un trozo de calicud68... He gastado 3 st. en compañía. Ítem le he regalado a la señora Margarita, la hija del emperador69, una impresión completa de mis obras, y le he dibujado dos historias sobre pergamino, con gran trabajo y muchos esfuerzos, que valoro en 30 fl. Y a su médico70, el doctor, tuve que diseñarle una casa ya que quiere construirse una. Por hacerlo no me gustaría recibir menos de 10 fl...

[1-3 de octubre de 1520. En Amberes] El lunes tras San Miguel de 1520 le he dado una impresión completa a Tommaso Boloñés, que debe llevar por mí a otro pintor en Roma, quien a su vez me enviará a cambio las cosas de Rafael71. He

59 Diego Flores, guardajoyas de la regente. 60 Jean de Metenye, burgomaestre de Brujas entre 1517-1520 y después mayordomo mayor del emperador. 61 Gilles van Busleyden, miembro del consejo y junta de la cámara de cuentas de Brabante y tesorero de la iglesia bruselense de Santa Gúdula. 62 El Triunfo o descripción de la entrada triunfal de Carlos V en Amberes escrita por Peter Ægidius. Esta clase de textos solía entregarse antes de la ejecución del programa. 63 Arcos triunfales. 64 Hermosas jóvenes que estaban de pie sobre la estructura representando cuadros vivientes. 65 El «antiguo libro» se conserva aún en el archivo municipal de Amberes. Se titula Het oud register van diversche mandementen. En él se cuentan los fabulosos hechos del legendario gigante Druon Antigoon. Los huesos se conservan en el Steenmuseum de Amberes, y son en realidad de una ballena. 66 Rafael murió el 6 de abril de 1520. Con «cosas» se refiere Durero a su legado artístico. 67 Tommaso di Andrea Vincidor († 1536), pintor y arquitecto, fue en 1520 a Flandes por encargo del papa León X para supervisar la recepción de los tapices diseñados sobre cartones de Rafael y destinados para la capilla Sixtina. 68 Tejido delgado de seda procedente de India. 69 Recordemos que, en el Diario —y a pesar de haber asistido a la coronación imperial de Carlos V—, Durero sólo llama «emperador» a Maximiliano I, mientras que a Carlos le da el tratamiento de «rey». Margarita, por supuesto, era hija de Maximiliano I. 70 Posiblemente Jehan Marie de Bonisiis. 71 Las estampas basadas en modelos de Rafael y ejecutadas bajo su supervisión, especialmente las de Marcantonio Raimondi.

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comido una vez con mi mujer. He pagado 3 st. por los tratadillos72. El boloñés me ha hecho un retrato que quiere llevarse a Roma73...

Viaje a Aquisgrán y Colonia

[7-22 de octubre de 1520. En Aquisgrán] En Aquisgrán he visto las proporcionadas columnas, con sus buenos capiteles74 de pórfido verde y rojo y piedra prensada, que Carlomagno mandó traer desde Roma y dispuso allí; están hechas siguiendo realmente los escritos de Vitruvio. Ítem he pagado 1 fl. de oro por un cuerno de buey. he retratado al carboncillo al señor Hans Ebner y a Geörg Schlaudersbach. Y he retratado otra vez a Hans Ebner... Ítem he gastado 5 st. en unos baños y en beber con mis compañeros de viaje... Le he dado 2 pf. blancos al mozo del ayuntamiento75 [fig. 6], que me llevó a la sala76. He gastado 5 pf. blancos en los baños y en beber acompañado. He perdido al juego 7 st. con el señor Hans Ebner en «Spiegel»77. He retratado a carboncillo al joven Christoph Groland78, también a mi posadero Peter von Enden79. He gastado 3 st. en compañía y le he dado 1 st. al mensajero. He retratado en mi librillo80 a Paulus Topler81 y a Martin Pfinzing82 [fig. 7]. He visto el brazo del emperador Enrique, la camisa, el ceñidor y otras cosas sagradas de Nuestra Señora83. He dibujado la iglesia de Nuestra Señora y sus alrededores84. He retratado a Sturm85. He retratado a carboncillo al cuñado de Peter von Enden. He pagado 10 pf. blancos por un cuerno grande de buey... He perdido 3 pf. blancos en el juego. Más 2 st. en el juego... A la nuera de Tomasin (Bombelli) le he dado la pintura de la Trinidad, que vale 4 fl... He retratado al carboncillo a la cuñada de Köpfinger86 en Aquisgrán; otra vez más a punta de metal. He gastado 3 pf. blancos en los baños...

[23 de octubre de 1520. En Aquisgrán] Ítem el 23 de octubre han coronado al rey Carlos en Aquisgrán; he visto allí maravillas exquisitas, más hermosas de lo que ninguno de los que viven por nuestra tierra ha visto nunca, como ha quedado escrito87... 72 Octavillas relacionadas posiblemente con el curso de la Reforma. 73 Tommaso Vincidor de Bolonia retrató a Durero al óleo. Un grabado en cobre de Andreas Stock (1626) refleja esta imagen. En un cartel en la parte inferior puede leerse la siguiente inscripción: «Effigies Alberti Dureri Norici, Pictoris et Sculptoris hactenus excellentissimi, delineata ad imaginem eius quam Thomas vincidor de Boloignia ad vivum depinxit Antverpiae 1520». 74 Se refiere a las columnas de pórfido del Münster, que Carlomagno mandó traer a Aquisgrán desde el palacio de Teodorico en Rávena (no en Roma, como entiende Durero). 75 Durero dibujó el ayuntamiento en su libro de apuntes. 76 Desde una de las ventanas del lado sur de la sala de la coronación Durero dibujó en su libro las vistas de la catedral. 77 En la posada «Zum Spiegel». 78 Christoph Groland (1508-1561), hijo mayor de Leonhard Groland, que entonces contaba 12 años. Llegaría a senador de Nuremberg en 1549. 79 Peter von Enden, burgomaestre de Aquisgrán en 1521. 80 El «librillo» es el libro de apuntes de Durero. 81 Paulus Topler el Viejo (1455-1544), ciudadano de Nuremberg, hijo de Nikolaus Topler. 82 Martin Pfinzing (1490-1552). Consejero de Nuremberg. Este retrato y el anterior se conservan en la misma página del libro de dibujos de Durero. 83 Durero parece equivocarse con «el brazo del emperador Enrique»; se trataría en realidad del brazo de Carlomagno, custodiado desde 1481 en el relicario instituido por Luis XI. El emperador Enrique II está enterrado en Bamberg. Ésta y el resto de las reliquias aludidas por Durero forman parte del tesoro de la catedral de Aquisgrán, donde aún hoy se custodian. 84 Este dibujo se conserva en el British Museum. 85 Caspar Sturm (1475-1548) de Oppenheim, el heraldo imperial que condujo a Lutero a la Dieta de Worms. 86 La cuñada de Jakob Köpfinger de Ulm, abogado de 1506 a 1509 en el tribunal de la ciudad de Nuremberg. 87 Durero podría referirse aquí a la descripción de la coronación debida a Hermann Mohr, que la vivió y describió como consejero del arzobispo de Colonia: De coronatione Caroli V. apud Aquisgranum.

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[4-11 de noviembre de 1520. En Colonia]

El domingo por la noche después del día de Todos los Santos del año 1520, he visto el baile y banquete de los príncipes en la casa de baile88 del emperador Carlos; estuvo magníficamente organizado. He dibujado a (Lorenz) Staiber sus armas sobre un taco de madera. En Colonia le he regalado una Melancolía a un joven conde y la nueva María al duque Federico89. He retratado al carboncillo a Niklas Haller90... He pagado 3 pf. blancos por dos trataditos y di 10 pf. blancos por un cuerno de vaca. En Colonia fui a la iglesia de Santa Úrsula91 y a su tumba y vi las reliquias de la Santa doncella y de las otras. He retratado al carboncillo a Ferenberger92... He pagado 1 st. por dos estampas. Ítem el señor Hans Ebner y el señor Niklas Groland93 no han querido aceptarme los costes de 8 días en Bruselas, 3 semanas en Aquisgrán y 14 días en Colonia. He retratado a la monja [fig. 8]. Le he dado a la monja 7 pf. blancos y 3 medios pliegos a buril94.

[12-13 de noviembre de 1520. En Colonia]

Ha llegado mi confirmación del emperador95 a través de mis señores de Nuremberg el lunes después de San Martín del año 1520, tras grandes trabajos y esfuerzos...

Tercera estancia en Amberes

[25 de noviembre - 2 de diciembre de 1520. En Amberes]

[...] Ítem una ballena ha quedado varada en Zierikzee96, en Zelanda, arrastrada por la pleamar y la galerna. Mide mucho más de 100 brazas y nadie que viva en Zelanda ha visto algo que sea la tercera parte de esto. El pez no puede salir de la arena. A la gente le gustaría que se fuera porque temen el hedor, ya que es tan grande que creen que no sería posible cortarla y refinar el aceite ni en seis meses. Ítem Stefan Capello97 me ha dado un Paternoster en madera de cedro; a cambio tenía que retratarlo, lo cual ya he hecho [fig. 9]. Ítem he pagado 4 st. por marrón castaño y unas despabiladeras. He gastado 3 st. en papel. He retratado a pluma a Felix (Hungersperg) de rodillas en su libro98. Felix me ha regalado 100 ostras. Le he regalado al señor Lazarus99, el gran hombre, un Jerónimo a buril y los tres Libros grandes. Rodrigo100 me dio vino fuerte y ostras. He comprado 7 pf. blancos de carboncillo...

88 La Gürzenich de Colonia. 89 Federico el Sabio desistió de viajar a la coronación de Aquisgrán por culpa de un ataque de gota y hubo de quedarse en Colonia, desde donde regresó a sus dominios el 7 de noviembre. 90 Niklas Haller (1481-1528), burgomaestre de Nuremberg y miembro de la delegación de la coronación. 91 Iglesia donde se encuentran las reliquias de Santa Úrsula y de las Once Mil Vírgenes. 92 Johann Ferenberger († c. 1553), secretario real. 93 Durero probablemente equivoca su nombre, queriendo aludir en realidad a Leonhard Groland. 94 Aparentemente esta monja le habría servido a Durero de modelo, de ahí el pago. 95 La confirmación imperial de su renta vitalicia de 100 florines renanos anuales. Esta cantidad tenía que detraerse de la contribución pagada por la ciudad de Nuremberg al emperador. 96 Población situada en el condado de Zelanda, junto a la desembocadura del Schelde. 97 Stefan Capello, de Malinas, joyero y orfebre que trabajaba principalmente para la archiduquesa Margarita. 98 El dibujo, desmembrado del libro —perdido— del capitán Hungersperg, se conserva en la Albertina. 99 Lazarus Ravensburger, miembro de la familia de Augsburgo del mismo nombre y agente en Portugal de los Hochstätters. 100 Rodrigo (Rui) Fernandes de Almada, primer secretario de João Brandão, quien sería después factor de Portugal de 1521 a 1548.

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Viaje a Zelanda

[9 de diciembre de 1520. Desde Arnemuiden a Middelburg]

De allí fuimos a Middelburg101; allí, en la abadía, Jan de Mabuse102 hizo una gran tabla, no tan buena en el modelado de las cabezas como en el colorido. Después fui a Veere op Walcheren, donde atracan barcos de todos los países, es una ciudadita muy hermosa.

Pero en Arnemuiden, donde atraqué antes, me aconteció una gran desgracia. Mientras arribábamos y lanzábamos la soga, justo cuando empezábamos a desembarcar, un gran barco chocó contra nosotros; en la aglomeración dejé salir a todo el mundo por delante de mí, de forma que no quedamos en el barco nadie más que yo, Georg Kötzler103, dos ancianas y el patrón con un niño pequeño. Cuando el otro barco chocó contra nosotros y yo me encontraba todavía a bordo con los antes mencionados y sin poder salir, entonces se rompió la fuerte soga; entonces, en aquel mismo momento se levantó un viento tremendo que empujó violentamente nuestro barco hacia atrás. Entonces todos gritamos pidiendo ayuda, pero nadie quería arriesgarse por nosotros. Entonces el viento nos empujó hacia mar adentro. El capitán se tiraba de los pelos y gritaba porque toda sus hombres habían salido y el barco carecía de tripulación. Allí reinaban el miedo y la urgencia, pues el viento era fuerte y no había más que seis personas en el barco. Entonces le dije al patrón que debía tener valor y confiar en Dios y pensar en qué había que hacer. Él dijo que si conseguía largar la vela pequeña, intentaría que pudiéramos regresar de nuevo a tierra. Así que nos afanamos todos juntos y logramos izarla hasta la mitad y tomamos rumbo a tierra. Y cuando los que estaban en la costa, que ya nos habían dado por perdidos, vieron cómo nos las arreglábamos, entonces vinieron en nuestra ayuda y llegamos a tierra.

Middelburg es una buena ciudad, tiene un ayuntamiento104 precioso con una magnífica torre. Allí hay mucha industria en todas las cosas. Hay una sillería extremadamente hermosa en la abadía105 y una espléndida galería de piedra y una bonita iglesia parroquial. Y el resto de la ciudad es excelente para tomar apuntes. Zelanda es hermosa y maravillosa de ver por causa del agua, ya que ésta queda por encima del nivel de la tierra. Retraté a mi posadero en Arnemuiden. El Maestro Hugo, Alexander Imhof y el sirviente de Hirschvogel106, Friedrich, me regalaron cada uno una nuez india de coco que habían ganado jugando. Y el posadero me dio un bulbo de tulipán.

[10-13 de diciembre de 1520. Desde Middelburg a Bergen-op-Zoom]

El lunes por la mañana volvimos a salir en barco y fuimos a Veere op Walcheren y a Zierikzee. Queríamos ver el gran pez, pero la marea (la fortuna) se lo había llevado de allí...

101 Middelburg era la capital de Zelanda. 102 Jan Gossaert, llamado Mabuse (1470-1541), de Maubeuge, pintor, grabador en cobre y al aguafuerte. En la iglesia premonstratense de Middelburg se encontraba la obra más señera de Gossaert, un gran altar con el Descendimiento (1518-1520). El tríptico, encargado por el abad Maximiliano de Borgoña —hijo del bastardo Felipe de Borgoña, patrono de Gossaert— quedó destruido por un incendio en 1568. 103 Georg Kötzler (1471-1529), miembro de una antigua familia burguesa de Nuremberg. 104 El ayuntamiento había sido construido en 1512 por Rombout Keldermanns. 105 La abadía premonstratense de Nuestra Señora. 106 Los hermanos Leonhard y Bernhard Hirschvogel poseían una factoría propia en Amberes, sucursal de su almacén nuremburgués, que comerciaba con Italia y los Países Bajos. Durero era amigo de Bernhard. Friedrich era el factor de los Hirschvogel.

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Cuarta estancia en Amberes

[10 de febrero de 1521. En Amberes]

Ítem en la mañana de la fiesta de carnaval de los señores107, los orfebres me invitaron a su mesa en compañía de mi mujer. En su grupo había gente muy notable, habían preparado un almuerzo delicioso y me trataron con muchísimos honores. Y por la noche me invitó el viejo alguacil108 de la ciudad y me ofreció una comida exquisita y me honró mucho. Allí acudieron muchas máscaras extrañas...

[16 de marzo - 5 de abril de 1521. En Amberes]

[...] Ítem el sábado antes de Judica109, Rodrigo (Fernandes de Almada) me regaló 6 grandes nueces indias de coco, un hermoso coral muy extraño y 2 fl. grandes portugueses, uno pesa 10 ducados. Y le he dado 15 st. de propina a su mozo. Compré una piedra imán por 16 st... Le he enviado al Maestro Hugo a Bruselas una Pasión a buril y otras estampas pequeñas a cambio de su piedrecita de pórfido. Le hice un diseño a Tomasin con pluma y medias tintas sobre el cual mandará hacer los planos de su casa. He pintado al óleo un Jerónimo110 [fig. 10] con mucho esfuerzo y se lo he regalado a Rodrigo de Portugal, quien le ha dado 1 ducado a Susana de propina. Cambié 1 fl. de Felipe para comprar alimentos y le di 10 st. a mi confesor111. He pagado 4 st. por la pequeña concha de tortuga. Comí con el señor Gilbert; me regaló una pequeña tarja de Calicut hecha de escamas de pez, y dos guantes con los que luchan los nativos de allí. Le he dado 2 st. a Peter... He retratado muy bien con tiza dura a Cornelis112, el secretario de Amberes.

Viaje a Brujas y a Gante

[8 de abril de 1521. En Brujas]

Y cuando llegamos a Brujas Jan Prevost me alojó en su casa y organizó aquella misma noche una cena deliciosa e invitó a mucha gente para complacerme. Otro día me invitó Marc113, el orfebre, y me ofreció una comida exquisita e invitó a mucha gente para complacerme. Después me llevaron a la casa del emperador114, que es grande y hermosa. Allí vi la capilla pintada por Rogier115 y cuadros de un gran maestro antiguo; le di al joven que nos lo enseñó 1 st... Después me llevaron a San Jacobo y me dejaron

107 «Herrenfastnacht», domingo de carnaval, llamado así en contraposición a la »Bauernfastnacht» o fiesta de carnaval de los campesinos, que tiene lugar una semana después. Carnaval se celebraba 40 días antes de Semana Santa, pero el San Gregorio Magno decidió que había que excluir los domingos de esos 40 días para celebrar la Resurrección del Señor, por lo que el comienzo de la Cuaresma se adelantó 6 días, hasta el Miércoles de Ceniza. Los campesinos, sin embargo, mantuvieron el antiguo calendario, mientras que los señores prefirieron adecuarse al nuevo ordenamiento. De ahí el nombre. 108 El caballero Gerard van de Werve. 109 Domingo de Judica o Domingo de Pasión, el quinto domingo de Cuaresma. Su nombre deriva de las primeras palabras de la Introito del día: «Judica me, Deus» («Júzgame, ¡oh Dios!», comienzo del Salmo 42 de la Vulgata). En tierras alemanas y durante la época de Durero recibía también el nombre de «Domingo Negro», por la costumbre de velar entonces las cruces y las esculturas de las iglesias. 110 El cuadro de San Jerónimo de Lisboa, que causó gran admiración entre los artistas flamencos. San Jerónimo, en el Amberes de la época, se había convertido en una especie de santo patrón de paisajistas, bodegonistas y pintores de género. 111 Como donativo al religioso por escuchar la confesión de Semana Santa. 112 Cornelis Grapheus (1482-1558), secretario de la ciudad de Amberes. 113 Marc de Glasere, orfebre de Brujas, orfebre de la regente Margarita desde 1524-1525. 114 El Prinzenhof, el palacio de los duques de Borgoña desde el gobierno de Felipe el Bueno. 115 El altar pequeño dedicado a San Juan pintado por Rogier van der Weyden en 1445 (Berlín) proveniente de la cartuja burgalesa de Miraflores, que debió de servir de altar portátil a Carlos V, aunque también Durero podría referirse a las decoraciones murales del oratorio palatino.

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ver las magníficas pinturas de Rogier116 y Hugo117; ambos fueron grandes maestros. Después vi la imagen de alabastro de Nuestra Señora118, que hizo Michael Angelo de Roma. Después me llevaron a muchas iglesias y me permitieron ver todas las pinturas buenas, de las que hay gran cantidad allí. Y cuando había visto a Jan119 y el resto de las cosas120, entonces fuimos finalmente a la capilla de los pintores121, en la que hay buenas cosas. Después organizaron un banquete en mi honor. Y de allí fui con ellos a sus cuarteles. Allí se había reunido mucha gente honesta de los orfebres, pintores y comerciantes; tuve que cenar con ellos, me obsequiaron e hicieron compañía y me honraron mucho. Y los dos hermanos Jacob y Peter Mostaert122, los concejales, me regalaron 12 jarras de vino y todo el grupo, más de 60 personas, me acompañó a casa con muchas antorchas...

[9-14 de abril de 1521. En Gante]

Así que partimos el viernes por la mañana. Pero antes retraté a Jan Prevost a punta de metal y a su mujer le di 10 st. de regalo de despedida... Y cuando llegué a Gante, se me acercó el decano de los pintores123 y trajo consigo a los jurados de la guilda de pintura; me brindaron grandes honores, me recibieron con gran amabilidad, me ofrecieron sus mejores deseos y servicios y cenaron conmigo. El miércoles temprano me llevaron a la torre de San Juan124; desde allí (lo alto) pude ver la maravillosa ciudad, en la que ya me habían tratado con gran respeto. Después vi la tabla de Jan125; es una pintura maravillosa y muy clara, y especialmente Eva, María y Dios Padre son estupendos. Después vi los leones y dibujé uno a punta de metal [fig. 11]... Gante es hermosa y una maravillosa ciudad; la cruzan cuatro grandes ríos. Les he dado 3 st. de propina al sacristán y al mozo de los leones. Y además he visto muchas cosas curiosas en Gante, y los pintores y su decano no me han dejado, me han acompañado por las mañanas y por las noches y han pagado todo y han sido muy amables conmigo...

Quinta estancia en Amberes

[12-16 de mayo de 1521. En Amberes]

El domingo tras el día de la Ascensión de Nuestro Señor el Maestro Dirck126, pintor de vidrio en Amberes, me invitó a mí y a mucha más gente para complacerme, entre ellos el orfebre Alexander (van Brugsal), un hombre considerablemente rico; y disfrutamos de una comida deliciosa, y me trataron con mucho honor. He retratado al carboncillo al maestro Marc (de Glasere), orfebre, que está en Brujas...

116 Un altar dedicado a la Vida de San Juan Bautista de Rogier van der Weyden. 117 Hugo van der Goes. En San Jacobo había un Descendimiento suyo. 118 La Madonna de mármol blanco —no de alabastro— a tamaño natural (1501-1506) que hoy en día aún se encuentra en Brujas. Decoraba la capilla funeraria de la familia Moscron. 119 Jan van Eyck (ca. 1390-1441). En la catedral de San Donaciano, Durero pudo ver la Madonna del canónigo Georg van der Paele (1436). 120 Con «el resto de las cosas» se refiere quizás a Dierik Bouts y a Hans Memling. En la catedral de San Donaciano se encontraba el Martirio de San Hipólito del primero y en el Johannesspital había dos altares del segundo, el Johannesaltar y el altar de los Tres Reyes Magos. 121 El gremio de los pintores, vidrieros y talabarteros había construido su propia capilla en la Nooderzandstraat, dedicada a San Lucas y provista de numerosos cuadros. 122 Miembros del consejo de la ciudad. 123 «De deken van een gild» suponía el grado honorífico más alto del gremio. 124 La torre de la iglesia de San Bavón, que anteriormente estaba dedicada a San Juan Bautista. 125 El retablo de La adoración del Cordero Místico (ca. 1430) de Van Eyck, en la capilla de Adán y Eva de la catedral de Gante. 126 Dirck Jacobsz Vellert, pintor de vidrio y grabador en cobre, se documenta en 1511 como miembro del gremio de San Lucas en Amberes, y entre 1518 y 1526 como decano del mismo. A Vellert, conocido en España como Teodoro de Holanda, y a Juan del Campo, se les encargaron veinticuatro vidrieras de temas evangélicos (pintadas entre 1554-1561) para la cabecera de la catedral de Granada.

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He retratado al tesorero Lorenz Sterck127 al óleo [fig. 12] con mucha limpieza y trabajo, vale 25 fl. Se lo he regalado y a cambio me dio 20 fl. y a Susanna le dio 1 fl. de propina. Ítem he retratado al óleo a Jobst (Plankfelt), mi posadero [fig. 13], con mucha limpieza y esfuerzo; por ello suyo me dio lo suyo. Y le he hecho uno nuevo a su mujer, también al óleo.

[17 de mayo de 1521. En Amberes]

Ítem el viernes antes de Pentecostés del año 1521 me llegaron noticias a Amberes de que habían apresado a Martín Lutero a traición128, ya que confió en el heraldo del emperador Carlos con el salvoconducto imperial. Pero en cuanto el heraldo lo llevó a un lugar desagradable junto a Eisenach le dijo que ya no lo necesitaba y se alejó a caballo de él. Pronto llegaron 10 caballos allí, se llevaron a traición al virtuoso hombre, iluminado con el Espíritu Santo, a quien habían vendido, él era el sucesor de Cristo y de la auténtica fe cristiana. Y no sé si aún vive o si lo han asesinado, está sufriendo esto por amor a la verdad cristiana y por haber castigado al papado pagano129, que contradice la redención de Cristo con sus grandes invocaciones a las leyes de los hombres y también nos roban y quitan nuestra sangre y nuestro sudor y es vergonzoso que se alimente a este pueblo ocioso y blasfemo mientras los hombres enfermos y necesitados deben morir de hambre por ello. Y lo más duro para mí es especialmente que Dios quizás nos quiere mantener bajo estas enseñanzas falsas y ciegas que los hombres, a los que llaman padres130, se han inventado y han redactado para que la palabra divina se interprete erróneamente en muchos extremos o ni siquiera se enseñe. Ah, Dios del cielo, ten piedad de nosotros, oh Jesucristo, Rex Christe, ruega por tu pueblo; libéranos a tiempo, mantennos en la verdadera fe cristiana, reúne a las ovejas tuyas que tanto se han alejado a través de tu voz, tu palabra divina guardada en las escrituras; ayúdanos para que podamos conocer tu voz y no nos confundan otros cantos de sirena, siguiendo la locura de los hombres, ayúdanos, señor Jesucristo, a no alejarnos de ti. Llama a las ovejas de tus pastos, en los que aún se encuentra parte de la iglesia cristiana, reúne con ternura a los indios, moscovitas, rusos y griegos, que se han alejado por las conjuras y la ambición del papa, por el falso fulgor de la santidad. Oh Dios, salva a tu pobre pueblo que se ve obligado a estar constantemente en pecado por la cantidad de mandamientos y prohibiciones que a nadie le gusta cumplir, por lo que su conciencia le lleva a ignorarlos. Oh Dios, con las leyes humanas nunca has maltratado a un pueblo tanto como a nosotros, los pobres que estamos bajo la silla romana y que deberíamos ser cristianos libres131 por la redención de tu sangre. Oh, altísimo Padre celestial, llena a través de tu hijo Jesucristo nuestros corazones de una luz tal que podamos reconocer qué mandamientos tenemos que cumplir para que podamos liberarnos de las otras cargas en buena conciencia y podamos servirte, Dios eterno, Padre celestial, con el corazón alegre y gozoso. Y si perdiésemos a este hombre que ha escrito con una claridad que nadie ha tenido en los últimos 140 años132, este hombre a quien le has dado ese espíritu evangélico, te rogamos, oh Padre celestial, que vuelvas a hacer descender tu Espíritu Santo sobre otro que reunifique a la Santa Iglesia Cristiana en todas partes dentro de la cual estemos todos unidos y vivamos de nuevo cristianamente, en la que todos los infieles, sean turcos, gentiles o calicúticos, nos admiren por nuestras buenas obras y se conviertan a la fe cristiana. Pero Señor, Tú quieres, o más bien ordenas, que al igual que tu Hijo Jesucristo tuvo que morir a manos de los sacerdotes y resucitar de la muerte y después subir al cielo, tu sucesor Martín 127 Lorenz Sterck, de la región de Lüttich, tesorero de las provincias de Brabante y Amberes entre 1514 y 1525. Su retrato se conserva en el Isabella Stewart Gardner Museum de Boston. 128 Los rumores sobre Lutero eran incorrectos. El elector Federico el Sabio de Sajonia había «asaltado» el 4 de mayo de 1521 a Lutero por su propia seguridad cuando regresaba de Worms y ordenó que lo llevasen al castillo de Wart. Allí se mantuvo oculto a Lutero hasta el 1 de marzo de 1522. 129 Especialmente en el escrito Sobre el papado de Roma (junio de 1520). Los siguientes argumentos permiten suponer que Durero conocía el escrito reformador de Lutero A los nobles cristianos de la nación alemana sobre la mejora de la situación cristiana (agosto de 1520). 130 Los Padres de la Iglesia. 131 El tercer escrito programático de Lutero Sobre la libertad de los cristianos apareció en noviembre de 1520. Trata de la fe liberadora y de la relación con las buenas obras. 132 El número demuestra que Durero estaba pensando en John Wyclif (c. 1320-1384). Según las frases antecedentes puede deducirse que Durero conocía los pensamientos básicos del más importante de los precursores de la Reforma: su posición antipapal y la crítica al sistema curial de beneficios e impuestos.

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Lutero también resucite, después de que el papa le haya quitado la vida con su dinero traicionando a Dios. Y así como después de la muerte de tu Hijo decretaste que Jerusalén debía ser destruida, también quieres destruir la violencia que ha abrazado la silla romana. Oh Señor, danos después la Jerusalén que engalanaste de nuevo y que se alzaba desde el cielo, como está escrito en el Apocalipsis; el sagrado y claro evangelio que las enseñanzas de los hombres no ha oscurecido. Porque cualquiera que lea en los libros del doctor Martín Lutero ve cuán transparentemente clara es su doctrina cuando habla sobre los santos evangelios. Por eso hay que tenerlos en gran estima y no quemarlos133; a no ser que se arrojase a las llamas a sus oponentes, que combaten constantemente la verdad y quieren hacer de hombres dioses, y con ellos todas sus opiniones, pero a cambio de poder volver a imprimir nuevos libros de Lutero. ¡Oh Dios! Si Lutero está muerto, ¡quién nos traerá los santos evangelios de forma tan clara! Oh, Dios, ¡cuánto más habría podido escribir para nosotros en 10 ó 20 años! Oh vosotros, todos los cristianos piadosos, ayudadme a verter abundantes lágrimas por este hombre espiritual de Dios y a rogar al Señor que nos envíe a otro hombre iluminado. Oh Erasmo de Rotterdam, ¿dónde estás? ¡Mira lo que consigue la injusta tiranía de la violencia mundana y el poder de las tinieblas! ¡Escucha tú, caballero de Cristo, cabalga por delante junto al Señor Jesucristo, protege la verdad, consigue la corona del martirio! En lo restante tú sólo eres un hombrecillo anciano. He oído que te has dado otros dos años, que aprovecharás para hacer algo. Estos años han de servir al Evangelio y a la auténtica fe cristiana, y déjate oír entonces, así no volverás a cerrar a las puertas del infierno, de la silla romana, como dice Cristo. Y si así te parecieras a tu Maestro Cristo y sufrieses el oprobio de los mentirosos de este tiempo y murieses en poco tiempo por este motivo, así regresarás antes a la vida de entre los muertos y serás glorificado por Cristo. Como has bebido del cáliz del que Él bebió, así reinarás con Él y gobernarás con justicia a los que no han actuado con temor de Dios. Oh Erasmo, mantente aquí, que Dios te dará gloria, como está escrito por David; porque realmente tú puedes hacer caer a Goliat. Porque Dios está al lado de la Santa Iglesia Cristiana, al igual que también está entre los romanos, según su divina voluntad. Él nos ayuda a alcanzar la salvación eterna, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, un único Dios. Amén. Oh vosotros, cristianos, pedid ayuda a Dios; porque su juicio se acerca y su justicia será revelada. Entonces veremos juzgada y condenada la sangre inocente que han derramado el papa, los sacerdotes y los monjes. Apocalipsis. Allí están los ejecutados, los que yacen bajo el altar de Dios y claman venganza, la voz de Dios responderá: espera a que se complete el número de los inocentes asesinados, entonces juzgaré.

Segundo viaje a Malinas

[6-8 de junio de 1521. En Malinas]

Ítem el octavo día después del Corpus Christi he viajado a Malinas con mi mujer para ver a la señora Margarita... En Malinas he estado en el albergue Goldenen Haupt con el maestro Hendrik134, pintor. Los pintores y los escultores me han invitado allí, en mi albergue, y me han hecho grandes honores en su reunión. Y he estado en la casa de Poppenreuther135, el fundidor de cañones, y he visto cosas maravillosas en su casa. También he estado con la señora Margarita y le he enseñado mi emperador136 [fig. 14] y quería regalárselo. Pero como mostró tanto desagrado al verlo, lo retiré de nuevo. Y el viernes la señora Margarita me enseñó todas sus hermosas cosas; entre ellas vi cuarenta tablillas al óleo de una belleza y pureza que no he visto nunca antes137. Allí vi también otras buenas cosas de Jan138 y

133 A raíz de la publicación de la bula de excomunión de Eck se quemaron los libros de Lutero en Colonia y Lyon. 134 Hendrik Keldermann, de una conocida familia flamenca de arquitectos y escultores, dueño del albergue Goldenen Haupt y pintor. 135 Hans Poppenreuther († 1534), de Colonia, fundidor de cañones y artillero de Carlos V. 136 Uno de los retratos del emperador Maximiliano I pintado por Durero. Posiblemente el óleo de 1519 del Germanisches Nationalmuseum, o acaso el ejemplar vienés. 137 El Políptico de Isabel la Católica, obra de Juan de Flandes. Originariamente consistía en cuarenta y seis pinturas, adquiridas a la muerte de su primera propietaria por Margarita a través de su tesorero, Diego Flores.

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Jacobs Walchs139. Le pedí a mi señora el librito del maestro Jacobs140, pero me dijo que se lo había prometido a su pintor141. También vi otras muchas cosas hermosas, una biblioteca magnífica. El maestro Hans Poppenreuther me ha invitado. He invitado 2 veces al Maestro Konrad (Meit) y una a su mujer. Ítem he invitado al chambelán Etienne142 y a su mujer. En el viaje he gastado 27 st. y 2 st. También he retratado al carboncillo a Etienne, chambelán, y al Maestro Konrad, entallador, y el sábado volví a viajar de Malinas a Amberes.

Sexta estancia en Amberes

[29 de junio - 2 de julio de 1521. En Amberes]

[...] He hecho cuentas con Jobst (Plankfelt) y le debo 31 fl. Se los he pagado, descontando los dos retratos al óleo, además me ha dado 5 libras de bórax, según el peso flamenco. En Flandes he tenido pérdidas en todos mis trabajos, gastos, ventas y otros negocios, en todas mis cosas, sea con gente de clase alta o baja; y especialmente la señora Margarita no me ha dado nada por lo que le he regalado y hecho. Y este acuerdo con Jobst ha sucedido el día de San Pedro y San Pablo... El día de la Ascensión de Nuestra Señora, en el que quería salir de Amberes, me mandó llamar el rey de Dinamarca143 para que acudiese a retratarlo con urgencia. Lo hice con el carboncillo [fig. 15]. Y también retraté a su sirviente Anton144. Y también tuve que comer con el rey, él se mostró muy benévolo conmigo...

Viaje a Bruselas y regreso a Nuremberg

[3-12 de julio de 1521. En Bruselas]

Y al día siguiente fuimos a Bruselas por encargo del rey de Dinamarca. Y contraté a un conductor, al que le di 2 fl. Ítem al rey de Dinamarca le regalé las mejores obras de todas mis impresiones, que valen 5 fl... Ítem he visto cómo se maravilló el pueblo de Amberes cuando vio al rey de Dinamarca, que era un hombre hermoso y viril y que cabalgaba él mismo a través de la tierra de sus enemigos. También he visto cómo el emperador salió de Bruselas a su encuentro a caballo y lo recibió con gran pompa. Después he visto el magnífico banquete que le dedicaron al día siguiente el emperador y la señora Margarita... Ítem el domingo antes de Santa Margarita el rey de Dinamarca ofreció un gran banquete al emperador, a la señora Margarita y a la reina de España145 y me invitó, así que yo también comí allí... Y he retratado al óleo al rey, quien me ha regalado 30 fl...

138 La archiduquesa poseía de mano de Jan van Eyck el Matrimonio Arnolfini, que se encuentra ahora en Londres, y la Virgen de la Fuente del Museo de Amberes. 139 Literalmente, «Jacopo el Italiano»: Jacopo de’ Barbari, quien se encontraba al servicio de la gobernadora desde 1510. 140 Una lección sobre proporciones, propiedad de Jacopo de’ Barbari, o más probablemente su libro de bocetos. 141 Bernard van Orley. 142 Etienne Lullier. 143 El rey Christian II de Dinamarca (1481-1559), casado desde 1515 con Isabel, hija de Felipe el Hermoso y nieta de Maximiliano. El rey se había dirigido a Bruselas para solicitar el pago restante de la dote de su esposa a su cuñado, Carlos V. 144 Anton von Metz, embajador danés ante los príncipes alemanes. 145 Germana de Foix († 1536), abuelastra de Carlos V, viuda del rey Fernando el Católico, casada desde 1519 con el margrave Johann von Brandenburg y tras su muerte en 1525, con el duque Fernando de Calabria.

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BIBLIOGRAFÍA

- CHECA CREMADES, F., Alberto Durero, Madrid, 1993. - HUIDOBRO, C., Durero y la edad de oro del grabado alemán (s. XV-XVI), cat. exp., Madrid, 1997. - MATILLA, J. M. (ed.), Durero: obras maestras de la Albertina, cat. exp., Madrid, 2005. - PANOFSKY, E., Vida y arte de Alberto Durero, Madrid, 1982. - THAUSING, M., Alberto Durero, Buenos Aires, 1944. - WINZINGER, F., Durero, Barcelona, 1988.

ILUSTRACIONES 1. ALBERTO DURERO, El puerto de Amberes junto a la puerta del Escalda, agosto de 1520. Viena,

Albertina 2. ALBERTO DURERO, El capitán imperial Felix Hungersperg, agosto de 1520. Viena, Albertina 3. ALBERTO DURERO, Marx Ulstat y Zoetje Bombelli, agosto de 1520. Francfort, Städelsches

Kunstinstitut 4. ALBERTO DURERO, Bernard van Orley (?), agosto de 1520. París, Musée du Louvre, Cabinet

Rothschild 5. ALBERTO DURERO, Erasmo de Rotterdam, agosto de 1520. París, Musée du Louvre 6. ALBERTO DURERO, El ayuntamiento de Aquisgrán, octubre de 1520. Chantilly, Musée Condé 7. ALBERTO DURERO, Paulus Topler y Martin Pfinzing, octubre de 1520. Berlín, Staatliche Museen

zu Berlin, Kupferstichkabinett 8. ALBERTO DURERO, Retrato de una monja, noviembre de 1520. París, Institut Néerlandais,

Fondation Custodia 9. ALBERTO DURERO, Retrato de un orfebre de Malinas (¿Stefan Capello?), noviembre de 1520. Berlín,

Staatliche Museen zu Berlin, Kupferstichkabinett 10. ALBERTO DURERO, San Jerónimo, marzo de 1521. Lisboa, Museu Nacional de Arte Antiga 11. ALBERTO DURERO, Dos leones, abril de 1521. Berlín, Staatliche Museen zu Berlin,

Kupferstichkabinett 12. ALBERTO DURERO, Lorenz Sterck, mayo de 1521. Boston, Isabella Stewart Gardner Museum 13. ALBERTO DURERO, Jobst Plankfelt (?), mayo de 1521. Madrid, Museo Nacional del Prado 14. ALBERTO DURERO, Maximiliano I de Austria, h. 1516-1519. Nuremberg, Germanisches

Nationalmuseum 15. ALBERTO DURERO, Christian II de Dinamarca, 2 de julio de 1521. Londres, The British Museum