De Odiseo a Obama Masculinidad hegemónica y relaciones asimétricas

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1 De Odiseo a Obama Masculinidad hegemónica y relaciones asimétricas

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De Odiseo a Obama Masculinidad hegemónica y relaciones asimétricas

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INTRODUCCIÓN Este trabajo surge a partir de un primer análisis acerca del

discurso de George Bush sobre la ocupación en Iraq. ¿Cómo justifica el poder imperial sus acciones? Es una pregunta que, aunque se sabe del maniqueísmo y los lemas estereotipados, su respuesta ofrece siempre nueva información de los modelos ideológicos imperantes, sobre todo si se trabaja con el análisis crítico del discurso pues a partir de determinadas categorías se puede estudiar la subjetividad del emisor y observar los alcances y la magnitud de su relación con la realidad y cómo se asume ésta en el imaginario del poder.

Conforme se fue analizando la subjetividad del emisor George

Bush, surgieron las inquietudes fundamentales de este trabajo: ¿cómo visualiza el poder imperial las relaciones asimétricas?, y ¿cuál es la epopeya que “canta” las glorias del imperio del siglo XX y XXI? La orfandad estadounidense de un creador que alabe sus hazañas desde una perspectiva estética obligó a centrarse en la narrativa de dos presidentes estadounidenses acerca del tema de la guerra y la paz. Este último tópico abre la literatura occidental en la epopeya homérica y en la romana. Una necesaria comparación del abordaje del tópico mencionado anteriormente entre la antigüedad y el presente permitió visualizar un denominador común: la guerra conduce a la paz y las víctimas no existen, pues o son alumnos y alumnas que merecen una lección moral o son liberadas de un poder despótico y, por lo tanto, deben estar agradecidas de la labor ejecutada en su beneficio.

Una gran inversión mítica: el caballo de Troya, artificio del

héroe que le da su nombre a una de las epopeyas fundantes de la literatura occidental tendió un puente para establecer la magnitud del personaje y su mito. Odiseo, como patriarca victorioso de Troya, enseña, primero con su viaje y los desafíos que enfrenta y después con su triunfo, qué puede simbolizar Ítaca con respecto a las relaciones asimétricas. Un paralelismo entre el reino de Odiseo y el discurso del señor George Bush permite ver como, en el imaginario del poder, la realidad conflictiva se anula, se niega, se oculta y se invierte pues, al igual que el inquisidor en la Edad Media, está salvando a las víctimas del caos y de un peligro demoníaco.

Aunque al inicio el propósito fue centrarse en el discurso de

George Bush, hubo que ampliarlo al actual presidente de los Estados Unidos pues el “orgulloso” comandante en jefe de las fuerzas armadas imperiales recibe un Premio Nóbel de la paz sin haber terminado la guerra en Iraq y sin haber, evidentemente, resarcido a las víctimas inocentes de esa guerra, de todo el daño moral, psicológico, material y espiritual de

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que han sido objeto. Un cinismo como el que estamos viviendo a inicios del siglo XXI

sólo puede ser explicado, aunque nunca justificado, desde la lógica de los sacrificios humanos planteada por el teólogo de la liberación Franz Hinkelammert. La lógica del poder reclama sus víctimas y el mito de Agamenón funda, para la guerra, la gran justificación de la necesidad de las matanzas y genocidios de inocentes. Pero, ¿quién fue el héroe victorioso de Troya? Agamenón nunca será modelo a seguir. El patriarca por excelencia es Odiseo. El modelo patriarcal para la paz es el marido de Penélope.

Una última aclaración se hace indispensable: ¿por qué una

centroamericana interesada en el tema de la guerra de Iraq? La respuesta es muy simple y, al mismo tiempo, muy compleja. En la memoria histórica de los y las centroamericanas quedará la mancha oscura de la sangre derramada durante todo el tiempo que la “buena vecindad” estadounidense nos ha deparado. Especialmente, aquel personaje de Hollywood, actor de tercera o cuarta categoría, delator durante la parte más dura de la Guerra Fría de gran cantidad de sus colegas actores y actrices, así como de directores, quien en la década de los años ochenta del siglo pasado estableció la Guerra de Baja Intensidad para socavar las bases del gobierno sandinista en Nicaragua y financió los escuadrones de la muerte en El Salvador y Guatemala. El mismo ex presidente que Barack Obama cita con orgullo en su discurso por el premio nóbel.

El Destino Manifiesto y la doctrina Monroe nos han deparado a

los latinoamericanos “protectores” como Ronald Reagan. Por eso, nuestra solidaridad para el pueblo de Iraq o cualquier otro pueblo del planeta que sufra los horrores de ser protegido por los Estados Unidos.

Este ensayo sobre el imaginario del poder imperial es un

pequeño pero caluroso aporte para construir por la hermandad de los pueblos latinoamericanos con todos los pueblos del mundo.

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UN PEREGRINAJE POR LA ANTIGÜEDAD ¿La Ilíada y la guerra? Occidente ha planteado y leído la epopeya homérica como

texto fundante de su literatura. En los momentos más exacerbados del eurocentrismo, se ha llegado a visualizar como el modelo ejemplar de la literatura universal. En pleno siglo XXI, constituye, en ocasiones, el punto inicial de la formación en los estudios literarios. Ambas obras, la Ilíada y la Odisea, convergen de una u otra forma en la guerra. La primera relata el décimo año de la guerra e inicia por una disputa por el poder entre las máximas figuras de las huestes aqueas: Agamenón, comandante en jefe, y Aquiles, guerrero más fuerte y valeroso. Todo el relato gira alrededor de la injusticia cometida contra Aquiles, su salida del combate, el avance de las fuerzas troyanas, el retiro de los griegos y la amenaza de regresar derrotados y con las arcas vacías después de diez años de guerra. Posteriormente a la muerte del amigo íntimo de Aquiles, el regreso de este último al campo de batalla marca un cambio y se anuncia, aunque el relato no lo da, la derrota troyana pues la muerte de Héctor así lo presagia.

Por otra parte, la Odisea narra el consabido retorno del héroe a

Ítaca. Después de largos diez años de guerra, tarda otros diez en regresar a su reino. Y, aunque no se refiere directamente a la guerra de Troya, él es un héroe victorioso que anhela llegar a Ítaca y por su narración se conoce el fin de Troya. Gracias a la búsqueda de su hijo Telémaco por obtener noticias de su padre, puede el lector enterarse de lo que sucedió después de la victoria y acceder al encuentro con algunos héroes, quienes descansan y disfrutan de sus bienes, en compañía de sus respectivas familias. Aún para Odiseo, quien recibe de los dioses las pruebas más difíciles y extraordinarias, el relato posee un final feliz; la excepción es Agamenón, el rey de reyes, quien, por no contar con una esposa al estilo de la inigualable Penélope, tiene un final trágico.

Evidentemente, acerca de ambos poemas se ha escrito y se

seguirá haciéndolo. Unos para ensalzar ese modelo eurocéntrico, otros para analizar desde los componentes estéticos, literarios o mitológicos hasta los históricos. El interés por empezar este estudio acerca del discurso “libertador” de George Bush con una referencia a ambas obras guarda relación con una gran duda sobre de lo que cada una de éstas dice alrededor de la guerra y la paz.

A los griegos, como parte de una cultura patriarcal,

androcéntrica y hegemónica se les puede tachar de “piratas saqueadores” de Troya y el motivo mítico de la guerra -el rapto de Helena- puede desecharse, si el objetivo del estudio es histórico o económico.

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Sin embargo, a lo largo de la Ilíada no se oculta, ni se manipula, ni se tergiversa que luchan por la victoria y la venganza: saquear y destruir Troya. La última y sagaz estrategia de los griegos: el famoso caballo de Troya, es relatada en la Odisea y se le debe al héroe de esta última. Los aqueos logran con orgullo satisfacer su objetivo: saquear y destruir Troya. Después del saqueo y de la toma de esclavos y esclavas, se da el anhelado retorno.

La imagen de la guerra abarca toda la narración. La constante

alabanza de la excelencia del noble guerrero se da para ambos bandos. Se exaltan la fuerza y el valor, como requisitos del deber ser de la nobleza guerrera. El héroe se realiza en el campo de batalla y en el enfrentamiento con el enemigo. Las hipérboles abundan y cada guerrero, antes o después del combate, relata con pormenores su origen y el prestigio de sus ancestros o de su nombre, alcanzados en alguna lid con el enemigo. Vencer al oponente es requisito para la victoria y no se conoce, en el campo de batalla, la misericordia ni la compasión para el contrincante. La voz de la narración se recrea a todo lo largo del relato con la comparación del enfrentamiento o la valentía de los guerreros con la ferocidad de los leones, los lobos, los jabalíes y demás animales destacados en la caza y cuyo desenvolvimiento frente a la presa es voraz. En la imagen de la guerra, alguien perece por unas manos poderosas y se alcanza así el honor y el reconocimiento social. La voz de la narración se soslaya en la descripción de la derrota del contrincante con detalles de cómo es herido, la forma en que las armas traspasan y penetran escudos o cascos, haciendo saltar la sangre o ciertos órganos vitales. La alabanza a la fuerza del guerrero se logra por la imagen de la destrucción y el regocijo que esto produce en el vencedor.

Uno de los rasgos que más llama la atención a la hora de

conocer este modelo ejemplar de héroes, semidioses y dioses que van al campo de batalla es comprobar que al enemigo no se le denigra. Se le debe vencer y destruir para alcanzar renombre y gloria pero también se le enaltece; además, se le reta en la medida que éste posea un valor y un renombre similar. No se trata de despojarlo de identidad para destruirlo primero socialmente y después físicamente. Se le alaba y solo es digno de combate quien presenta un valor y un renombre igual o parecido al de quien lo reta. Así a lo largo de la narración, en los enfrentamientos entre enemigos se ensalzan ambos, se retan y reconoce el valor de quien combate porque de lo contrario los dos disminuyen en estatura de heroicidad. En la medida en que el vencedor enfrente a un igual, se enaltece y se glorifica su gloria. No se trata de un conflicto entre el poderoso y el débil, o entre el desvalido y el poderoso. En ese sentido, la relación de poder, valor y fuerza física es y debe ser simétrica. No se da en ningún momento una victoria construida en el aprovechamiento de

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una asimetría, por lo menos en la Ilíada, los combates se dan siempre entre iguales.

Vencer en relaciones asimétricas no forma parte de la gloria y

de la virtud homéricas en lo que a la Ilíada se refiere. En el canto III, Príamo, rey de Troya, padre de Héctor y Paris –opuestos en cuanto al valor y capacidad de lucha- y futuro vencido, contempla desde las murallas a las huestes griegas. Hace llamar a Helena a su lado, pero antes de que la nuera llegue hasta el rey troyano, la voz de la narración cuenta los susurros de algunos ciudadanos que culpabilizan a esta mujer de la desgracia; sin embargo, Príamo la sienta a su lado y frente a la culpabilización que Helena hace de sí misma, la llama hija y la exime de cualquier culpa pues son el destino y el designio de los dioses los que han causado la desgracia, dice así:

“Ven aquí, amada hija y de mí por delante toma asiento, para que a tu primer marido veas y a sus parientes y a sus amigos, (no eres tú para mí en nada culpable, pues para mí culpables son los dioses, que esta guerra de aqueos lacrimosa contra mí han impulsado)…”i Como se puede observar, el patriarca y rey de Troya no

establece una relación de dominación sobre la “culpable”, sino que priva por sobre todo la relación afectiva donde se establece el amor paternal y la comprensión. Evidentemente, esto no elimina las relaciones patriarcales dentro del relato y mucho menos en la historia de esa sociedad. El ejemplo se destaca para resaltar que la gloria en ningún momento se funda en una relación asimétrica.

En este recorrido por la ética de la guerra de Troya, propuesto

por la Ilíada, se han establecido dos elementos fundamentales: la imagen de la guerra que estructura todo el relato se fundamenta en una exaltación de la fuerza y ferocidad del guerrero cual si se tratara de una bestia salvaje frente a su presa; la gloria del victorioso no se basa en una relación asimétrica sino todo lo contrario: el vencedor debe su honor a su fuerza y valor por haber derrotado un héroe homólogo en virtudes. El tercer componente de esa ética fue enunciado brevemente a propósito de Príamo y Helena. La guerra es un mal, una desgracia enviada por los dioses y, por lo tanto, inevitable. Es parte del destino humano con el cual los dioses subyugan a los seres humanos. A partir de ver la guerra como un elemento más del destino humano y de su carácter inevitable surge otro aspecto que constituye el más importante y el más interesante para un análisis acerca del tema de la guerra en Iraq: la guerra iguala a los

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seres humanos en el dolor. En la Ilíada, la guerra provoca desgracia y hermana a todos en esa condición.

Uno de los paradigmas occidentales de la literatura, cierra con

el canto en el que Príamo, rey vencido, acude, por orden los dioses, al campo enemigo y llega hasta la tienda de Aquiles para suplicarle que le devuelva el cadáver de su hijo Héctor; este último ha sido ultrajado y humillado por el héroe aqueo para saciar su sed de venganza por la muerte de Patroclo, amigo más amado de Aquiles. El rey está seguro que Troya será destruida porque Héctor era el defensor de su territorio; muerto éste, acaba su reino. El rey sabe, además, que Aquiles es el asesino de su hijo y que ha profanado su cadáver múltiples veces. El rito funerario, con la cremación y sepultura, era requisito indispensable para entrar al Hades. Mientras el cadáver se mantuviera insepulto, el alma del afectado no podía entrar a la morada de los muertos. Por lo tanto, el encuentro entre Aquiles y Príamo se da entre enemigos, entre vencedor y vencido, entre asesinos de lo más amado. Para Aquiles, Héctor, hijo de Príamo, destruyó su ser más querido. Para Príamo, Aquiles aniquiló a su hijo más preciado y con esto a todo su mundo.

Esta situación dramática anuncia las tensiones y las fuerzas

con que el destino enfrenta a los seres humanos en la tragedia. Sin embargo, en la obra mencionada no se llega al clímax trágico porque ambos aceptan el mandato de los dioses. Príamo, suplicante a la manera griega, abraza las rodillas de Aquiles, gesto con el cual se aclara la situación del suplicante, y establece un recorrido por su infortunio para culminar con el grado máximo del dolor cuando afirma:

“Mas, ¡ea!, a los dioses ten respeto, Aquiles, y piedad de mi persona, recordando a tu padre, si bien de compasión soy yo más digno, porque yo soporté lo que hasta ahora ningún otro mortal sobre la tierra: a mis labios llevarme la mano del varón asesino de mi hijo.”ii El rey padre con tal de obtener el cadáver de su hijo y por

obedecer la voluntad de los dioses, depone el orgullo, el rencor, el odio al enemigo y asesino; llega a doblar sus rodillas frente a él, y besar la mano del causante de su desgracia y, con este gesto, Príamo logra acceder a la otra cara del enemigo, el rostro humano del otro. El poder se relativiza pues destruyendo mediante la guerra al enemigo, a pesar de la gloria alcanzada, está la desgracia y el sufrimiento. Por su parte, Aquiles también llora su infortunio por pensar en su padre, a quien ya sabe que no volverá a ver, pues ya le ha sido revelado en reiteradas

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ocasiones que morirá en Troya, y por su amigo Patroclo. Ambos han llegado de una u otra forma a la gloria, al poder y la misma gloria los hermana en su cara oculta.

“¿Ay infeliz, cuántas calamidades tú, efectivamente, has soportado dentro de tu pecho! ¿Cómo te has atrevido a venir solo aquí, cabe las naos de los aqueos, ante los ojos del varón aquel, que hijos muchos y nobles te mató? Férreo es tu corazón, a buen seguro. Mas, ¡venga ya!, siéntate en esta silla y dejemos que de una vez por todas, aun estando entrambos afligidos, nuestro dolor se asiente en nuestro pecho…”iii Aquiles no sólo cumple con las reglas de hospitalidad y respeto

debidas frente a cualquier suplicante, sino que se hermana en el dolor del enemigo. Lo protege de cualquier incidente que pudiera acontecerle en el campo aqueo; manda lavar y proteger el cadáver de Héctor para que el padre sufriente no enfrente más dolor, si lo encuentra en las condiciones en que lo tenía como muestra de su odio. El deber ser de la nobleza guerrera no encuentra límite en cuanto a defender el honor en el campo de batalla; sin embargo, ese deber ser no excluye la compasión frente al enemigo si éste acude como suplicante, es decir si éste muestra la incapacidad para la lucha de igual a igual.

La Ilíada se ha leído y se seguirá leyendo como un canto de la

guerra y a la destrucción de Troya, pero llama poderosamente la atención que el relato cierre con el encuentro entre Aquiles y Príamo. Antes de retirarse a dormir, Aquiles le aclara a Príamo que no debe permanecer en el mismo aposento que él pues no podría defenderlo, si llegan hasta su tienda otros compañeros a discutir algún asunto relativo a la batalla. Habiendo compartido el alimento, la voz de la narración se detiene en un acto recíproco que marca nuevamente una forma “sui generis” de ver al enemigo:

“Mas luego que de sí fuera arrojaron de comida y de bebida los deseos, en verdad, sí, el Dardánida Príamo a Aquiles admiraba por lo alto que era y por su aspecto; pues, de frente, a los dioses semejaba. Mas Aquiles, a su vez, admiraba a Príamo el Dardanida,

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su rostro contemplando y oyendo sus palabras.”iv El relato humaniza a los enemigos al grado de encontrarse

puntos de admiración. La imagen de la guerra en la estructura global del relato siempre es odiosa al ser humano, aunque se exalte, como ya se ha planteado, el valor y el heroísmo en el campo de batalla. Aquiles, por antonomasia, el héroe aqueo se iguala al perdedor. La guerra es pues portadora de desgracias aún para los poderosos. La compasión, el respeto y la piedad por el suplicante llegan al extremo cuando Aquiles complace a Príamo y suspende la batalla mientras se realizan las exequias de Héctor. Al enemigo se le puede brindar no sólo hospitalidad sino también ternura como ser humano:

“También te será esto concedido. como tú, anciano Príamo, lo ordenas, pues el combate habré de contener durante todo el tiempo que tú mandes.” Pronunció estas palabras, con fuerte y clara voz, y la mano derecha del anciano asió por la muñeca no fuera que en su alma algún temor sintiera.”v Si se asume la noción de mito formulada por Mircea Eliade1, el

historiador de las religiones, éste es un relato de dioses, semidioses y héroes civilizadores que revelan para la humanidad una verdad sagrada. Aquiles es un semidios y Príamo un héroe civilizador. El patriarca reina sobre un pueblo capaz de mantener en jaque al ejército griego durante diez años. De cierta manera, el relato que inaugura para Occidente la visión de la guerra, la define como una desgracia porque trae dolor para todos: vencedores y vencidos. Con esa definición de la guerra, como mal enviado por los dioses, se estructura una ética para el campo de batalla y una ética fundamental para ver al enemigo, al otro en su humanidad. Cabe la inquietud: ¿Es la Ilíada realmente una apología de la guerra?

¿La Odisea y la paz? En el tanto el segundo relato de la epopeya homérica no

presenta batallas, se asume como una narrativa de la paz. Odiseo es el héroe civilizador en tiempos de paz. A pesar de todas las pruebas que debe pasar como el de la cantidad de los pretendientes de su esposa, es

1 Eliade, Mircea. (1973). Lo sagrado y lo profano. (Segunda edición) Madrid: Ediciones Guadarrama.

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un héroe que sale victorioso siempre y enfrenta todos los obstáculos por más difíciles que éstos sean, por lo cual culmina con un desenlace feliz para todos, evidentemente excepto para los pretendientes. El final feliz se establece para la familia patriarcal.

A Odiseo se le ha cantado y visto “poéticamente” como el

marido que regresa al hogar para retomar el amor adonde lo dejó. El héroe ha de superar siempre los obstáculos que le imprimen los dioses. Odiseo cumple con ese requisito, es modelo de paciencia y perseverancia; gracias a esas cualidades vuelve para restaurar la armonía hogareña; es decir, restablece el orden frente al caos ocasionado por los pretendientes. Quienes así lo perciben soslayan o dejan de lado una de las pruebas más importantes. El mandato que obvian quienes ensalzan el amor de Odiseo, es la bajada a la morada de los muertos para conocer su destino. La revelación y el poder que los dioses le otorgan es conocer su futuro. Conocimiento que ningún mortal posee, por lo tanto, es revestido de poderes también sobrenaturales. En su visita al Hades, se encuentra con su madre y se entera de su fallecimiento; después de indagar acerca de su padre y su hijo, pregunta si Penélope, su mujer, se ha casado o todavía cuida del hijo y del patrimonio:

“Dime también la resolución y las intenciones de

mi esposa legítima, si todavía permanece junto al niño y conserva todo a salvo o si ha desposado el mejor de los aqueos.”vi

No hay ningún indicio que hable de amor, de afectividad o de

sentimientos. El anhelado regreso de Odiseo se debe al deseo de tomar posesión y cuidar de su patrimonio. El patriarca se define por su autoridad sobre lo que le pertenece. Su preocupación es indagar si Penélope cumple a cabalidad el rol de guardiana de “todo”.

Quien es depositaria de los sentimientos es la esposa, la que es

descrita por su suegra en los siguientes términos:

“Ella permanece todavía en tu palacio con ánimo afligido, pues las noches se le consumen entre dolores y los días entre lágrimas. Nadie tiene todavía tu hermosa autoridad, sino que Telémaco cultiva tranquilamente tus campos y asiste a banquetes equitativos de los que está bien que se ocupe un administrador de justicia, pues todos le invitan”. vii

Llama la atención como siendo, entre los griegos, la expresión

de los sentimientos, mediante el llanto, válida tanto para el varón como

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para la mujer, en este pasaje aparece muy delimitada esa función. Incluso inmediatamente después de referirse a la esposa sufriente, la madre del héroe lo tranquiliza al asegurarle que nadie posee y el epíteto usado “hermosa”, prepararía al lector para una afirmación de la relación afectiva, pero lo que se destaca es la autoridad. El patriarca se define por su posesión y su autoridad. Odiseo anhela regresar para asegurar su posesión patrimonial, su poder y el control sobre su esposa.

Los peligros por los que atraviesa Odiseo para llegar a su

destino y que el adivino Tiresias le revela cómo enfrentarlos, guardan en menor o mayor medida relación con situaciones asimétricas. Él es vencedor, mediante su astucia e inteligencia y la colaboración de los dioses olímpicos, en aventuras en las que se encuentra como el débil o la víctima de una asimetría. Los ejemplos abundan pero destacaremos algunos: Polifemo, las sirenas, la escila, Circe y Calipso, todos poseen alguna cualidad especial que lo devoraría o lo desaparecería como patriarca. Todas son divinidades y ninguna forma parte del panteón olímpico. Las más evidentes son las dos diosas con las que convive. Circe posee un poder del cual Odiseo puede ser víctima como sus compañeros. Aconsejado por un dios, logra vencerla y seducirla para no ser encantado. Calyso tiene tanto poder que le ofrece la inmortalidad, con tal de no perderlo. El héroe renuncia a la inmortalidad pues su deseo de regresar a Ítaca prevalece por sobre cualquier otro objetivo. La otredad en la Odisea representa a un polo asimétrico que es dominante y al cual hay que vencer. La otredad femenina es despojada del poder gracias a la seducción masculina. La otredad masculina, como el cíclope, es despojada de poder mediante la inteligencia y la astucia.

Él, Odiseo, también enfrenta a los pretendientes que, como

grupo constituyen una fuerza mayor que éste y su hijo. Igualmente los vence. Cualquier relación asimétrica en la que él representa el punto débil, se convierte en el relato en paradigma de victoria. Es un héroe civilizador que enseña la obediencia a los dioses, la perseverancia, la paciencia, la astucia y la inteligencia. Pero todas estas cualidades constituyen al héroe en tanto éste es el vencedor en una relación, asimétrica, es decir de elemento débil en la relación se convierte en polo dominante. La relación más discutida y analizada ha sido evidentemente la relación de género, en la cual él constituye el polo dominante. Penélope es el modelo ejemplar de sumisión y fidelidad femenina para salvaguardar el patrimonio y la herencia masculina. En su encuentro con Agamenón en el Hades, éste le revela cómo debe salvarse de las mujeres:

“Por eso ya nunca seas ingenuo con una

mujer, ni le reveles todas tus intenciones, las que tú sepas bien, mas dile una cosa y que la otra permanezca oculta”.viii

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En el descenso al Hades, punto máximo del revestimiento de los dioses como héroe civilizador, pues le son dadas las verdades sagradas, se le otorgan las claves para ser patriarca reinante sobre la mujer y sobre los pretendientes de su reino. Si hasta en el espacio privado el héroe debe “ocultar” sus intenciones, ¿no tendría que hacerlo en todos los otros espacios? De hecho, en su enfrentamiento con el cíclope, le salva un ocultamiento de identidad; con Circe le salva el no revelarle el verdadero móvil de la seducción: despojarla de su fuerza y de sus poderes para salvarse y rescatar a sus compañeros.

Penélope es el modelo ejemplar de negación de sí misma; es la

máscara de una entidad femenina. La contraposición que Agamenón realiza dos veces en la Odisea acerca de los modelos femeninos: Clitemnestra, que le tocó a él para desgracia y Penélope quien fue para Odiseo una salvación, convierte el relato en el paradigma del modelo patriarcal, pero en dicho modelo subyacen rasgos del patriarca que no se refieren únicamente al espacio privado.

Desde esta perspectiva, el final feliz de la Odisea se alcanza

por un largo y sesudo aprendizaje mediante el cual se llegó a tener autoridad y reinar sin la existencia de seres que atenten contra el poder. El patriarca reina en un “final feliz” porque tiene las claves para conservar su patrimonio y su autoridad libres de atentados. Es un reino donde se han vencido las relaciones asimétricas, porque se las niega o se las aplasta. Odiseo es el patriarca que disfruta de una paz ganada a fuerza de aprender a dominar en todas las relaciones. Su obediencia a los dioses, su prudencia y su astucia se fueron ejercitando a lo largo de esos diez años para convertirlo en el polo dominante en cualquier relación, así sea frente a los poderes de una diosa o de un cíclope. No hay poder que atente con él. ¿Es realmente la Odisea un relato de paz? ¿No será más bien el modelo ejemplar del patriarca que, en toda relación conflictiva o asimétrica, ve un obstáculo para sí, para su “hermosa autoridad” y, por lo tanto, debe aniquilar la asimetría o el generador del conflicto para ponerlo bajo su dominio?

La Odisea inicia y cierra en Ítaca, hay un caos por la ausencia

del patriarca y un final donde la armonía se restaura en el reino gracias a su regreso. La armonía, la paz se celebran como una coronación al triunfo de ser polo dominante en todas las relaciones. De esta forma, Ítaca se convierte en la gran metáfora o el símbolo de los reinos donde se han anulado las relaciones asimétricas. No existe la asimetría, es el reinado de la negación de las relaciones o los elementos que ponen en peligro la identidad del patriarca: la autoridad, las posesiones y, dentro de éstas, la mujer. Odiseo es un rey que no le debe a nadie pues es vencedor siempre e Ítaca solo se tiene a sí misma como referente, no es

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casual que sea una isla. El final feliz convierte el reino del patriarca en un eterno presente.

La Eneida: ¿la guerra y la paz?

Menos conocida que las primeras, deja la creación colectiva que, de una u otra forma, está presente en la historia de los relatos anteriores. La epopeya romana fue escrita por Virgilio para gloria y fama de la Roma del siglo I a C y canta el triunfo de Augusto, desde el mito de Eneas, el héroe teucro que sale de Troya, después de su destrucción, en búsqueda de la tierra donde fundar, por mandato de los dioses, una nueva Ilión que será conocida en el mundo entero. Como es sabido, Virgilio en los primeros seis cantos recrea la Odisea y en los últimos seis lo hace con la Ilíada. De este poema interesa destacar la misión que le es revelada a Eneas y su descendencia, entiéndase todos los romanos, en su descenso al Hades:

“Labrarán otros con más gracia bronces animados (no lo dudo), sacarán rostros vivos del mármol, dirán mejor sus discursos, y los caminos del cielo

trazarán con su compás y describirán el orto de los astros, tú, romano, piensa en gobernar bajo tu poder a los pueblos (éstas serán tus artes), y a la paz ponerle normas, perdonar a los sometidos y abatir a los soberbios”.” ix

El arte en general, la oratoria, el conocimiento y la ciencia

pasan a un segundo plano en lo que se refiere a la misión del romano: “Gobernar bajo tu poder a los pueblos”. La relación fundamental será dominar a los pueblos más débiles, de esta forma la asimetría que en la Odisea el héroe debe vencer, representada tan de múltiples y variadas formas, generalmente asociadas todas con los ritos o religiones preolímpicas, en Roma se establece de forma transparente. El poder del romano consiste en imponerse y bajo esta subordinación ponerle reglas a la paz. La paz es la normativa, impuesta por el romano, después de la disputa y requiere para perpetuarse la obediencia de los subordinados y el doblegar a quienes se considere soberbios. De manera que la alteridad en Roma adquiere un primer rasgo: la soberbia. Quien no se somete es por un rasgo o un defecto moral: la soberbia.

En la Ilíada el otro no es un diferente sino un igual en

características físicas, de combate y morales que merece la admiración. Y por esa razón pueden hermanarse los enemigos; la guerra como un mal arrasa por igual con unos y con otros. En la Odisea la alteridad adquiere casi siempre rasgos divinos y de poderes mayores que el héroe. Pero esta alteridad no cuenta con la sagacidad e inteligencia del héroe para

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ocultar sus verdaderas intenciones y, sobre todo, la ayuda de los dioses olímpicos. El caso más claro es cuando Polifemo, herido en su único ojo, pide auxilio y acuden a él los demás cíclopes y cuando indagan sobre lo acontecido, él responde que Nadie –nombre con que se había presentado Odiseo- lo ha herido2. Los demás cíclopes lo dejan solo. Únicamente los pretendientes son humanos idénticos, pero han de ser aniquilados por querer apropiarse del patrimonio. El caos sería la repartición del patrimonio, a lo que Odiseo responde restaurando el orden con la muerte. El otro, en este caso los pretendientes, atentan contra la propiedad de Odiseo. Él es un héroe civilizador y defensor a ultranza de su propiedad. La propiedad privada no admite ninguna otredad en la Odisea, todas deben ser aniquiladas o vencidas.

La otredad bajo el imperio romano existe en el tanto no se

someta y adquiere por primera vez el calificativo, el juicio de valor que justifica su castigo: la soberbia. A partir de este momento, el enemigo es un otro que es enjuiciado y denigrado antes de ser sometido o aniquilado. El otro es un ser diferente con defectos morales notorios al que hay dar una lección. Si el otro es soberbio, quien lo percibe así, el romano, lo plantea desde un marco de categorías morales de superioridad pues será abatido por esa característica. Así el romano dará lecciones de humildad a la alteridad. Visto desde la perspectiva que da el tiempo, el conocimiento de la historia romana, se percibe como un asunto fuera de toda lógica, sobre todo si se piensa en lo que fue el imperio romano de sangriento para con sus víctimas. ¡Nada más lejos de la realidad que una lección de humildad de parte del imperio romano!, pensarán todos y todas si se detienen en masacres, en el orgullo de vencer sintetizada en la famosa frase de César: “Fui, vi y vencí.”, y en la era de los Nerones. Sin embargo, desde ese marco categorial, la relación asimétrica sólo podía ser asumida como una eterna desigualdad y una eterna sumisión. Pretender no someterse, era intentar ser igual o diferente pero no débil y, por lo tanto, un acto de soberbia pues ningún otro pueblo podía ser igual o tener el poder del romano. El imperio debía enseñar la humildad, es decir la aceptación del dominio y un eterno ser débil.

A diferencia del eterno presente de la Odisea, la Eneida

consagra a Eneas en su viaje al Hades en un eterno futuro, pues más allá del mandato al romano no hay horizonte: “gobernar a los pueblos, perdonar a los sometidos y abatir a los soberbios…”

Este primer apartado dedicado a la antigüedad tiene como

propósito establecer la unidad “semántica” de la guerra y la paz. ¿Se han visto como opuestos? O, por el contrario, han sido concebidos como complementos. La guerra hermana en el dolor. La paz del patriarca 2 Llama la atención que si Polifemo y Odiseo se podían comunicar pues comparten algún lenguaje,

mediante el cual Odiseo le hace saber su nombre, Polifemo no conociese el significado de “nadie”.

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descansa en la propiedad privada y ésta en la aniquilación de las relaciones asimétricas para convertirse en el polo dominante. Y, para el romano, hacer la guerra e imponer su poder y sus reglas es sinónimo de establecer la paz. Predomina la paz del vencedor y sus artes son la negación de las relaciones asimétricas y la aniquilación de quienes propugnen por la eliminación de la asimetría. ¿Ha habido realmente un salto de calidad desde la antigüedad clásica?

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EL DISCURSO DE UN “ÁNGELPACIFICADOR” La paz suele definirse como el opuesto de la guerra en el plano

social. Con respecto a la mente humana y a la espiritualidad con el sosiego, la tranquilidad, la serenidad y se contrapone a la confusión, a la ira y al rencor. Se trata de una imagen generalmente aceptada de la paz. Sin embargo, así como el imperio romano concibió una paz para sus dominados, en la cual, su absoluta sumisión y obediencia al poder eran los requisitos para terminar con la guerra. El señor George Bush elabora su propia noción de guerra y de paz y se concibe, cómo se desarrollará más adelante, como un verdadero pacificador.

El interés por analizar el discurso del promotor y comandante

en jefe de la guerra en Iraq, obedece a una inquietud personal que no ha obtenido respuesta pero desde la cual han surgido caminos de indagación. Me he preguntado en diferentes ocasiones, como habitante centroamericana y víctima consciente de lo que es ser parte del “patio trasero” de los Estados Unidos, cuál es la literatura épica, el gran relato épico que le cante la gloria del imperio del siglo XX y XXI. Más de una vez he reflexionado si los Estados Unidos que se precia, hoy por hoy, de ser el dueño del mundo y el país más importante del planeta, pasará a la historia como el gran imperio que no tuvo un Homero, un Virgilio o un Ovidio que cantara su grandeza.

Evidentemente, se puede pensar en toda la filmografía

alrededor de la Segunda Guerra Mundial. Las hazañas del “buen soldado estadounidense” se glorifican en esos filmes mientras “liberan” a Europa del nazismo y del fascismo. Sin embargo, esos filmes no constituyen una expresión estética equivalente a la narrativa antigua citada anteriormente. Aún más degradado, estética y narrativamente hablando, se encuentra toda la zaga de las historietas de los super héroes. Desde hace muchos años, me viene a la mente la imagen de aquella caricatura acerca de la guerra de Viet Nam: un Superman derrotado y aplastado como símbolo de la derrota sufrida en Viet Nam. ¿Tendrán que conformarse los Estados Unidos con un símbolo tan pobre? ¿Pasará a la historia el imperio estadounidense como huérfano de una epopeya que narre lo que fue?

Sus grandes creadores en la literatura y el cine no han sido

apologistas de su destructividad. Todo lo contrario. Con aciertos o desaciertos, con vaivenes o retrocesos, los grandes valores del cine y la literatura estadounidense se sitúan más bien en una posición crítica con respecto a las políticas de sus gobiernos.

Por la falta de expresión literaria que exprese su “epopeya”,

hube de buscar dónde se manifiesta. Evidentemente, como ya se señaló

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en su filmografía y circula actualmente toda una serie de filmes que alaban las “misión liberadora en Iraq” o en la guerra contra el “terrorismo”. Alrededor de la guerra en Iraq, el discurso oficial manifiesta una epopeya y una visión del enemigo. Precisamente ése es el objetivo de este trabajo: indagar cómo se veía a sí mismo el máximo representante y comandante en jefe de una invasión que fue repudiada por la opinión pública mundial y que, pese a sus anuncios de victoria, posee más rasgos de derrota que otra cosa.

George W. Bush y la guerra de Irak.3 George Bush anuncia el comienzo de la guerra en Irakx

“Mis conciudadanos, en este momento, las fuerzas americanas y de coalición se encuentran en las primeras etapas para desarmar Irak, para liberar su pueblo y defender al mundo del grave peligro.

Bajo mis órdenes, las fuerzas de coalición han comenzado a golpear blancos de estrategia militar para socavar la habilidad de Saddam Hussein para instigar la guerra. Éstas son las etapas iniciales de lo que será una campaña expansiva e intensa.

Más de 35 países están otorgando un apoyo crucial, desde el uso de bases navales y aéreas hasta ayuda de inteligencia y logística para el empleo de unidades de combate.

Cada nación en esta coalición ha escogido sobrellevar el deber y compartir el honor de servir en nuestra defensa común.

A todos los hombres y mujeres de las fuerzas armadas de los Estados Unidos que están en este momento en el Oriente Medio, la paz de un mundo perturbado y las esperanzas de un pueblo oprimido ahora dependen de ustedes. Esa confianza está bien fundada.

Los enemigos que ustedes enfrentarán sabrán de su destreza y valor. El pueblo que liberarán será testigo del honorable y decente espíritu de la milicia americana.

En este conflicto, América enfrenta a un enemigo que no tiene miramientos hacia convenciones de guerra o reglas morales.

3 El discurso del señor George Bush que se cita a continuación constituye desde el punto de vista

lingüístico un acto de habla declarativo. Es una declaración de guerra y plantea a partir de su

pronunciamiento un cambio sustancial para la situación mundial, especialmente para Iraq.

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Saddam Hussein ha colocado tropas y equipos iraquíes en áreas civiles, intenta usar hombres, mujeres y niños inocentes como escudos de su propia milicia. Una última atrocidad en contra de su pueblo.

Quiero que los americanos y todo el mundo sepan que las fuerzas de coalición haremos todo el esfuerzo por evitar daños civiles inocentes.

Una campaña en el crudo terreno de una nación tan grande como California podría ser más larga y más difícil de lo que algunos predicen y el ayudar a los iraquíes a lograr un país unido, estable y libre requerirá nuestro compromiso continuo.

Venimos a Irak con respeto hacia sus ciudadanos, su gran civilización y los credos religiosos que practican.

No tenemos en Irak otra ambición que la de eliminar una amenaza y restaurar el control de ese país para su propio pueblo.

Sé que las familias de nuestras milicias están orando para que todos aquellos que vayan a pelear regresen seguros y pronto.

Millones de americanos están orando con ustedes por la seguridad de sus seres amados y por la protección de vidas inocentes.

Por su sacrificio, ustedes tienen la gratitud y el respeto del pueblo americano y han de saber que nuestras fuerzas regresarán a casa tan pronto como su deber sea cumplido.

Nuestra nación entra en este conflicto sin deseo pero nuestro propósito es seguro. El pueblo de los Estados Unidos y nuestros amigos y aliados no vivirán a merced de un régimen criminal que amenaza la paz con armas de destrucción masiva.

Enfrentaremos esa amenaza ahora con nuestro ejército, fuerza aérea naval, guardacostas y marinos, de tal forma que no tengamos que enfrentarlos más tarde con bomberos, policías y doctores en las calles de nuestras ciudades.

Ahora que el conflicto está aquí, la única forma de limitar su duración es ejercer una fuerza decisiva y yo les aseguro que esta no será una campaña a medias y que no aceptaremos ningún resultado final que no sea la victoria.

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Conciudadanos, los peligros en contra de nuestro país y el mundo serán superados. Sobrepasaremos estos tiempos de amenaza y persistiremos en la construcción de la paz. Defenderemos nuestra libertad. Llevaremos libertad a otros y triunfaremos.

Que Dios bendiga a esta nación y todos los que la defienden”.

Un signo devaluado: ¿un signo sin denotación?4

El emisor del discurso se comunica con dos interlocutores fundamentales: “Mis conciudadanos” y las fuerzas armadas estadounidenses. El primero en la elección son sus compatriotas que se encuentran en el país. El emisor adquiere una función de informante de lo que sucede y en ese sentido todo el discurso realiza “anuncios” que no se desarrollan y, por el contrario, quedan apenas enunciados, sin dar detalles de cómo, cuándo, quiénes o dónde se ejecutan –el lugar aludido siempre es Iraq y alguna ciudad-, pero nunca se describe detalladamente el lugar, sus condiciones o los movimientos de las tropas. Ninguna acción se especifica en sus pormenores ni las de las fuerzas armadas ni las de las fuerzas de coalisión y mucho menos las del enemigo. La ausencia de detalles, descripciones o causas del conflicto se evade con la reiteración de los mismos hechos. Los tópicos enunciados se repiten a lo largo de la exposición, de manera que se pueden esquematizar de la siguiente forma:

- el inicio de la operación: 2, - el propósito de la operación: 9, - las fuerzas de la coalisión: 3, - la moral de Saddam Hussein: 2, - las plegarias de los estadounidenses: 2, - la amenaza: 3.

4 Para analizar el lenguaje artístico y el literario del lenguaje “natural”, se ha establecido una diferenciación

fundamental entre el componente denotativo y connotativo del signo. El lenguaje literario y artístico

construye un sistema secundario de significación porque explota y desarrolla al máximo la función

expresiva del lenguaje. No establece una relación directa e inmediata con el referente extratextual.

Planteado esquemáticamente, se puede afirmar que no se requiere saber dónde queda Macondo para

comprender y leer Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. La ficción genera sus propias reglas

y una de éstas es el principio de verosimilitud; según el cual, entre el lector y el narrador, se establece un

acuerdo para aceptar la ficción y el mundo creado como si fuera verdad. Por el contrario, el lenguaje

“natural” es fundamentalmente denotativo. Es decir, el signo se estructura en una relación más directa con

el referente extratextual. Y, por lo tanto, entre el lector u oyente y el emisor o autor se establece un

principio de veracidad. Si un emisor, por ejemplo un profesor de historia, está dando una charla acerca de

su materia, el auditorio parte de que el discurso es veraz. Evidentemente, también hay reglas para este tipo

de acuerdo como lo son: las referencias bibliográficas, los datos comprobables, las fechas y actores

históricos, etc.

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Para culminar con la promesa de seguridad y protección y una última frase en la que se solicita bendición de Dios para la nación y quienes la defienden.

El primer aspecto en el que interesa detenerse es en el propósito de la operación. Según las palabras del emisor, se define como:

“Desarmar Iraq para liberar su pueblo y defender al mundo del grave peligro.(…) Para socavar la habilidad de Saddam Hussein para instigar la guerra… (…) La paz de un mundo perturbado y las esperanzas de un pueblo oprimido ahora dependen de ustedes.(…) El pueblo que liberarán… (…) Ayudar a los iraquíes a lograr un país unido, estable y libre… (…) Venimos a Irak con respeto hacia sus ciudadanos, su gran civilización y los credos religiosos que practican. (…) No tenemos en Irak otra ambición que la de eliminar una amenaza y restaurar el control de ese país para su propio pueblo. (…) Nuestro propósito es seguro. El pueblo de los Estados Unidos y nuestros amigos y aliados no vivirán a merced de un régimen criminal que amenaza la paz con armas de destrucción masiva. (…) Persistiremos en la construcción de la paz. Defenderemos nuestra libertad. Llevaremos libertad a otros y triunfaremos.” xi

La reiteración es considerada como una figura retórica pero, en dos páginas, repetir nueve veces el mismo tópico sin aclarar sus implicaciones ni sus pormenores deja de ser un tropo para convertirse en una redundancia. Y la redundancia excesiva, como en este caso, se convierte en una vaguedad. Es decir, el discurso es vaciado de cualquier referente extratextual, de cierta manera el signo pierde su valor denotativo. Y se constituye en una auténtica tautología. Interesaba llamar la atención de esta característica del discurso del ex presidente Bush porque es un aspecto que se convierte en una constante, por lo menos en lo que atañe a sus intervenciones, radiales o no, sobre el tema de la guerra en Iraq.

A partir de este primer recorrido por el texto, se puede vislumbrar la importancia de trabajar lo que se da en llamar el cuadrado ideológico. Se trata de estudiar cómo define el emisor al grupo al que pertenece, con qué cualidades o defectos lo caracteriza y lo mismo se realiza con su oponente, quien, en este caso, es su enemigo porque así se le califica. Hay dos polos que se oponen y todo grupo humano recurre a la diferenciación y a la caracterización del otro. Cabe aclarar que en el

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caso de Saddam Hussein es un otro visto como un diferente y opuesto a partir de cierto momento, pues antes de la primera guerra del Golfo Pérsico había sido aliado de los Estados Unidos. Sin embargo, en el universo discursivo de George Bush es el otro, diferente, opuesto y enemigo. El cuadrado ideológico suele expresarse por un nosotros y un ellos. En este caso el emisor a veces se propone a partir de la primera persona singular y en otros desde la plural. Se puede esquematizar de la siguiente forma:

Yo / Nosotros - Desarmaremos a Iraq – Liberaremos al pueblo – Defenderemos al mundo - Somos responsables de la paz de un mundo perturbado - Somos responsables de las esperanzas de un pueblo oprimido – Somos colaboradores – Sobrellevaremos el deber – Compartimos el honor – Somos dignos de confianza – Tenemos un espíritu honorable y decente – Haremos todo el esfuerzo por evitar daños civiles e inocentes – Tenemos un compromiso constante – Somos piadosos y oramos por los combatientes y la protección de vidas inocentes – Enfrentaremos el conflicto sin deseo pero con un propósito firme – Somos capaces de enfrentar la amenaza - Ayudaremos para lograr la estabilidad, la libertad y la unión de Iraq – Somos respetuosos de los ciudadanos, su gran civilización y sus creencias religiosas – No somos ambiciosos – Somos altruistas (deseamos eliminar una amenaza y restaurar Iraq para su pueblo) – Protegemos al pueblo de Estados Unidos, a nuestros aliados y nuestros amigos – Protegemos la paz sin armas de destrucción masiva – Construimos la paz – No aceptaremos otro resultado que

no sea la victoria - Defendemos nuestra libertad – Llevaremos la libertad a otros – Nosotros triunfaremos – Superaremos los peligros contra nuestro país y el mundo – Superaremos los tiempos de amenaza - Persistiremos en la construcción de la paz - Los que defendemos esta nación merecemos la bendición de Dios.

Él / Saddam Hussein – Es hábil para instigar a la guerra – Es un enemigo que no guarda las convenciones de guerra – No guarda las reglas morales – Da batallas en áreas civiles – Intenta usar a la población civil como escudo – Comete atrocidades contra su pueblo – Gobierna un régimen criminal – Amenaza la paz – Tiene armas de destrucción masiva.

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El propósito de la operación se convierte en una afirmación del emisor y lo que éste representa. Más que una proclama de guerra, ideológicamente, es una afirmación de la identidad como nación. Cabe resaltar el desequilibrio y la desproporción entre los calificativos para consigo mismo, su grupo y el enemigo. El enemigo recibe una caracterización muy esquemática en comparación con la cantidad de autoelogios para sí mismo y su grupo. Este es el primer indicio de que el discurso se centra y gira alrededor del emisor, pues hay una tendencia desmedida a su propia alabanza. Por otra parte, la descripción de la capacidad ofensiva de un “peligro” tan grande no se especifica ni se detalla ni se aclara. Frente a esa escueta caracterización del enemigo cabe preguntarse: ¿Cómo puede movilizar tantas fuerzas como las de la coalisión? La respuesta queda como uno de los implícitos del texto y el lector/ oyente debe realizar una comprensión emocional del texto, pues racionalmente no hay una justificación clara.

Hay en el texto, una alusión al 11 de septiembre, sin establecerla directamente: “Enfrentaremos esa amenaza ahora con nuestro ejército, fuerza aérea, naval, guardacostas y marinos de tal forma que no tengamos que enfrentarla más tarde con bomberos, policías y doctores en las calles de nuestras ciudades”.xii El hecho de no establecer una referencia directa a la fecha, abre la posibilidad de otras amenazas: el pasado puede hacerse presente y está también en el futuro, lo cual reafirma la imagen de peligro. No se hace una alusión directa pues no se relacionó tan abiertamente el ataque del 11/9 con Saddam Hussein. Pero, de una u otra forma, la alusión apela a la memoria social del pueblo estadounidense y al trauma. Procedimiento mediante el cual, el desconocimiento y la esquemática caracterización de Saddam Hussein adquiere fuerza, no por su capacidad real, sino por su relación simbólica con “las fuerzas del mal”. A partir de esa caracterización, el emisor se percibe a sí mismo y a su grupo como las fuerzas del bien, pues construyen paz y liberan a un pueblo oprimido. El bien se hace presente de una forma superlativa. El medio por el cual se logra llevar el bien y detener la amenaza son las fuerzas armadas.

A partir de este primer texto, interesa detenerse en cómo concibe el señor Bush a las fuerzas armadas puesto que son las que le permitirán detener la amenaza, llevar el bien y construir la paz. Los calificativos se concentran en exaltar la función altruista de las fuerzas ya que es un honor servir en la defensa pues de éstas dependen la paz de un “mundo perturbado” y las “esperanzas de un pueblo oprimido”. Frente al enemigo desplegarán destreza y valor y el pueblo iraquí podrá dar testimonio “de su espíritu decente y honorable”. Más que cualquier cualidad física o de fuerza, se destacan por su valor moral: uno de sus rasgos más sobresalientes es que evitarán dañar a civiles inocentes. Además, por su sacrificio recibirán la gratitud y el respeto del pueblo estadounidense. Hay, como en la misión de los romanos, una superioridad moral en las fuerzas armadas.

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Son héroes civilizadores, en la medida en que su misión es evitar el caos y restaurar el orden, puesto que llevan la misión de paz y liberar de la opresión y, aunque, por lo menos en este texto, no han sido escogidos por dios o los dioses para llevar la libertad, cabe destacar que el dios del señor Bush tiene nacionalidad pues la petición con la que cierra es una bendición para su nación: Estados Unidos y para quienes la defienden, en primer lugar las fuerzas armadas nacionales y en segundo lugar las de la coalisión. Y no solo tiene nacionalidad sino que guarda preferencia por quienes se dedican a la guerra. Es decir adquiere aquí un carácter bélico. El “dios” del señor Bush bendice la guerra.

Desde esa perspectiva, las fuerzas armadas cumplen, en el mejor de los casos, una misión sagrada, o, en el peor, bendecida por “Dios”. Ese dios aparece íntimamente ligado a las fuerzas armadas. En todas sus intervenciones, George Bush agradece, exalta y pide bendiciones para las fuerzas armadas. En su discurso del 19 de marzo del 2008: “Declaraciones del Presidente Sobre la Guerra Contra el Terrorismo”, pronunciado en El Pentágono, es un buen ejemplo de dicha exaltación. Éstas son caracterizadas como heroicas, capaces de enfrentar un sinnúmero de dificultades y atrocidades, valientes, nobles, justas, protectoras de los desvalidos y merecedoras de la victoria. En sus propias palabras:

“En el camino, nuestras tropas escribieron nuevos capítulos en la historia del heroísmo militar estadounidense. (…) Hoy, a raíz de los desafíos que hemos enfrentado en Irak, algunos miran atrás y dicen que este período fue la parte fácil de la guerra. Pero no hubo nada fácil al respecto. La liberación de Irak requirió increíble destreza e impresionante valentía. Y la velocidad, precisión y brillante ejecución de la campaña será estudiada por los historiadores militares en los años venideros. (…) Lo que nuestras tropas encontraron en Irak, después de expulsar del poder a Saddam, era pavoroso. Descubrieron prisiones para niños, cámaras de tortura y salas de violación donde las mujeres iraquíes eran violadas frente a su familia. Encontraron videos que mostraban a los matones del régimen mutilando a iraquíes considerados desleales a Saddam. Y a lo largo de la campaña iraquí encontraron fosas comunes de miles ejecutados por el régimen. (…) La batalla en Irak es noble, es necesaria y es justa. Y con su valentía, la batalla en Irak será coronada con la victoria. Que Dios los bendiga.” xiii

La cita es demasiado extensa como ejemplo de la exaltación de las fuerzas armadas; sin embargo, es pequeña en comparación con el desarrollo que adquiere en ese discurso la alabanza de su labor y los

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testimonios de soldados ejemplares que reporta el emisor. Por ejemplo, narra el caso de un joven, quien, después de perder su pierna, solicita el reingreso al campo de batalla para poder continuar con su misión. Junto a su eficacia militar aparece su heroísmo moral. Además de ser héroes eficaces y veloces, se convierten en paradigma de estrategia militar y serán estudiados como tal por los historiadores. El rasgo más sobresaliente y reiterado a lo largo de todas sus intervenciones sobre la guerra en Iraq es el rol de constituirse en fuerzas de liberación.

No sólo son los portadores de la paz, la libertad, la reconstrucción del país sino que son los protectores de los más débiles: las mujeres y los niños. De acuerdo con la narrativa del señor Bush, las fuerzas armadas estadounidenses cumplen la misma función que cumplieron en el Tercer Mundo, en especial en América Latina, los ejércitos de liberación popular. A saber: liberar de una tiranía, encontrar salas de tortura y acabar con ellas, proteger a los sectores más débiles y vulnerables.5 Por esa misión de liberación es que merecen el epíteto de nobles y de sacrificados por la libertad humana.

Al mismo tiempo, el señor Bush se concibe capaz de establecer parámetros para deslindar cuál campaña merece ser estudiada por los historiadores. En ese sentido, se propone como conocedor de la historia militar y también como evaluador para saber distinguir un acto heroico. Nuevamente, se presenta lo apuntado anteriormente con respecto a la tautología. El signo lingüístico en el discurso del señor Bush pierde su capacidad denotativa, pues no se demuestran las afirmaciones ni con respecto a su conocimiento de historia militar ni en relación con los pormenores de la “guerra de liberación” del pueblo iraquí. Sin embargo, el texto sí es capaz de brindar mucha información sobre cómo se concibe a sí mismo el emisor.

Una visión superlativa de sí mismo / Un refugio “moral” para evadir la realidad6

El rol de profesor lo retoma a lo largo de la narrativa sobre la guerra en Iraq. Se estudiará como referente inmediato el texto: Declaraciones del Presidente al (sic) City Club de Cleveland sobre la Guerra contra el Terrorismo, pronunciado el 20 de marzo del año 2006.

5 Existe, por ejemplo, toda una épica sandinista que narra los horrores vividos bajo la dictadura somocista.

El relato de la entrada al “búnker”de Somoza está impregnada de imágenes similares. Con la diferencia

de que los emisores sandinistas describen, detallan, aportan pruebas o vivencias y participan activamente

como combatientes o como víctimas. En este caso, el emisor, pese a usar una primera persona plural, no

puede dar cuenta con su discurso de los hechos. Únicamente comunica una imagen que no tiene

referencia extratextual que la acompañe.

También hay una narrativa acerca de los cementerios clandestinos en Centroamérica o América del Sur

propiciados por la doctrina de seguridad nacional, impulsada por los Estados Unidos, y también en este

caso los emisores son víctimas o participantes directos de los hechos y los describen o los documentan. 6 Para analizar cómo se percibe a sí mismo el emisor en una interacción verbal, Teun van Dijk formula un

concepto que él concibe como categoría de sí mismo del emisor. Se trata de una categoría de análisis

muy útil en los estudios ideológicos porque permite llegar a uno de los tantos implícitos de un texto.

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El primer aspecto que llama la atención es que el enemigo ya no es Saddam Hussein. Una vez depuesto y juzgado, el enemigo cambió de categoría y se convirtió en el terrorismo y en algunos momentos lo concibe como Al Qaeda. El emisor, como se vio anteriormente, se define a sí mismo como portador de cualidades morales. Posiblemente, como parte de esas cualidades morales se encuentra el agradecimiento. A lo largo de sus discursos abundan los agradecimientos. En éste, en los primeros tres párrafos se hallan diez agradecimientos.7 Se muestra preocupado por los ataques terroristas; sin embargo, expresa júbilo por el logro de las elecciones “libres”, llevadas a cabo en diciembre del 2005. Se define como colaborador, él y su gobierno, para lograr la unidad en Iraq:

“…ahora es el momento para que los líderes dejen de lado sus diferencias, olviden discordias políticas, religiosas y sectarias y formen un gobierno de unidad que se haga merecedor de la confianza de todos los iraquíes. Mi gobierno, encabezado por el embajador Zal Khalilzad, está ayudando y seguirá ayudando a que los iraquíes logren esa meta.”xiv

Como puede constatarse, en la categoría de sí mismo se reitera el “altruismo” del presidente y se enriquece pues se ve como una figura de autoridad paternal, sabia y madura pues conoce lo que le conviene a los iraquíes. Además, se establece un rasgo de superioridad moral al no formar parte de las discordias políticas, religiosas y sectarias. Al no fomentar la discordia, lleva la concordia y el diálogo entre las partes. Es un rol de pacificador. Ese rol de pacificador es una voz de autoridad con la capacidad de convertirse en un “profesor de historia” para su auditorio. Asume esa función porque comprende que la confianza de sus conciudadanos en el éxito flaquee al conocer l “los informes de matanzas y represalias” y al observar imágenes de violencia en la televisión. Desarrolla esa capacidad de comprensión porque tiene acceso a una historia como la de Tal Afar.

El relato cuenta como Tal Afar pasó de ser “una base clave” para las operaciones Al Qaeda a ser una ciudad libre, “motivo de esperanza para un Iraq libre”. En la lección “sitúa geográfica e históricamente” la ciudad –da aspectos muy generales-, reiterando su importancia para Al Qaeda. El emisor les aclara a sus conciudadanos el móvil de la guerra: liberar a Iraq de Al Qaeda pues este país pasó de la “violencia” y amenaza constante que era Saddam Hussein a la “violencia” y peligro que representan los terroristas ya que:

“Su objetivo es sacarnos de Iraq para apoderarse del país. Su objetivo es derrocar a los

7 En análisis del discurso, agradecer se concibe como un acto de habla expresivo. Es decir, forma parte

de las acciones que, al mismo tiempo que son enunciadas, se ejecutan. Y expresivo porque comunica el

estado de ánimo de emisor. La gratitud se concibe como una cualidad y como un reconocimiento.

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gobiernos musulmanes moderados en toda la región. Su objetivo es usar Irak como una base desde donde lanzar ataques contra los Estados Unidos. Para lograr este objetivo están reclutando terroristas del Oriente Medio para que vengan a Irak8, se infiltren en sus ciudades y siembren violencia y destrucción para que ningún gobierno legítimo pueda ejercer control. Y Tal Alfar era una base clave para sus operaciones en Irak.”xv

Nuevamente se encuentra una alusión implícita al ataque 11/9 y se reitera la amenaza de una repetición. Frente a la amenaza, evidentemente se repite también la promesa de protección. El conflicto más agudo por el que pasó la ciudad fue ser presa de los terroristas después del derrocamiento de Saddam Hussein. El emisor también es comprensivo para con la población iraquí, pues es capaz de sensibilizarse frente a los horrores de que han sido víctimas, su identificación es tal que cambia de persona gramatical y usa el pronombre indeterminado uno:

“De un lado, uno escucha a las fuerzas iraquíes y de la coalisión decir que van a venir a protegerlo, pero ya habían venido una vez y eso no había detenido el regreso de los terroristas. Uno se preocupa de que cuando la coalisión persiga a los terroristas, uno o su familia tal vez quede atrapada (sic) entre dos fuegos. No confía en la policía. Realmente quiere creer que las fuerzas de las coalisión lo pueden ayudar, pero tres décadas de régimen brutal de Saddam le han enseñado una lección: no se exponga por nadie”. xvi

El hecho de detenerse en el estado anímico de la víctima por proteger y liberar plantea la posibilidad de demostrar sus capacidades como voz de autoridad protectora, comprensiva y altruista pero también, y sobre todo, permite reforzar la razón “humanitaria”. Como hay estadounidenses que desconfían del éxito, realza la labor liberadora y pacificadora de la empresa.

El “relato testimonial” de un narrador en tercera persona singular continúa y el verbo ver - utilizado ocho veces en un párrafo de siete líneas- expresa su vivencia. En este pasaje, como en otros, se comprueba nuevamente la pérdida de la capacidad denotativa del signo lingüístico. El narrador testigo relata lo que observa, pero desde dónde focaliza esa mirada. La mirada se focaliza desde los Estados Unidos

8 Se están analizando las versiones traducidas al español en el sitio web de la Casa Blanca, por lo tanto, se

desconoce si el uso de venir es una mala traducción, o bien que el emisor se concibe por momentos en el

escenario de guerra, lo que le daría fuerza comunicativa a su relato. Si así fuera, podría interpretarse que

el emisor se siente parte de la lucha. Como el relato continúa con la vivencia de lo ocurrido en el sitio,

parece que no es problema de traducción.

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pero narra lo observado en presente de indicativo en Tal Afar. De forma que el emisor lanza una paradoja interesante en términos de su discurso. En la ficción el narrador puede ser testigo de un suceso así porque no hay relación directa con el referente extratextual. Desde la imaginación, el narrador puede narrar desde San José, lo que sucede en el mismo momento en la India o en cualquier geografía creada por su imaginación. La paradoja consiste en que el emisor- narrador-profesor no se define como contador de ficciones sino de realidades históricas.9 En definitiva la mirada no focaliza un entorno real y determinado; aunque si existiera un componente ético en su discurso, debería de darlo pues se afirma, como ya se dijo, como un relato verídico e histórico.

La narración-lección histórica se centra en las proezas de las fuerzas armadas frente a la crueldad y agilidad del enemigo. El enemigo ahora es un colectivo que se dedica a decapitar, matar frente a la familia del asesinado, matar a un jeque, disparar morteros hacia lugares con niños, convertir comunidades en enclaves armados. Ese colectivo, señalado por el deíctico ellos, recibe ahora una descripción más detallada de la que fue otorgada a Saddam Hussein en el inicio de la operación. Se sintetiza así:

Ellos/los terroristas poseen un salvajismo difícil de imaginar – Usan el miedo y la intimidación aún contra mujeres y niños – Secuestraron a un niño de un hospital y lo mataron10 - Impidieron el rescate del cadáver – Mataron al padre del niño – No utilizan la violencia al azar – Organizan actos violentos para intimidar – Secuestran – Decapitan – Ponen dispositivos explosivos – Asesinan a los opositores de su reino del terror – Violan a un adolescente y le enseñan actos violentos en la sexualidad – Enseñan a aspirar a ser asesino – Poseen una idea de la masculinidad fanática y perversa – Reclutan, mediante su idea de sexualidad, a adolescentes y les enseñan a realizar atrocidades – Enseñan atrocidades – Refuerzan el imperio del miedo – Son brutales – Acaban con la vida normal en una ciudad – Establecen pueblos fantasmas – Desean imponer el imperio del miedo a todo Irak.

Implícitamente el emisor se concibe a sí mismo con grados de bondad y comprensión superlativos pues al ubicar a sus enemigos como poseedores de una maldad también en grado superlativo, solo puede visualizarlos desde el extremo opuesto. En esta dinámica de

9 Para no recargar el análisis de citas, se transcribe a continuación lo que ese emisor observa:”Ve que el

alcalde y otras figuras políticas colaboran con los terroristas. Ve que decapitan a la gente que trabajó

como intérprete para las fuerzas de la coalisión. Ve a un popular miembro del gobierno municipal

muerto a tiros frente a su horrorizada esposa e hijos. Ve que secuestran y matan a un respetable jeque e

imán. Ve a los terroristas disparando morteros hacia parques de juegos y canchas de fútbol llenas de

niños. Ve a comunidades convertidas en enclaves armados. Si está en una parte de Tal Afar a la que no

se considera amistosa. Ve que los terroristas le cortan los servicios básicos como electricidad y agua.

Uno y su familia se sienten sitiados y no ven ninguna salida”.(Idem, pág. 2) 10

De nuevo el emisor se convierte en narrador testigo y aclara: “En un incidente trágico, los terroristas

secuestraron a un niño de un hospital y lo mataron. Luego colocaron su cuerpo sobre bombas, en un

camino donde su familia lo viera y cuando el padre del niño fue a recoger el cadáver de su hijo, murió en

la explosión”. (Idem, pág. 2)

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representar a un enemigo absolutamente malvado tanto el emisor como el enemigo se deshumanizan, pues ambos polos desvirtúan la noción de ser humano. Un “bueno” en grado superlativo sólo puede ser un ángel y un malo en grado superlativo sólo puede ser un demonio. La descripción de Al Qaeda como tal queda categóricamente establecida cuando el emisor-narrador apunta: “La idea de Al Qaida (sic)sobre masculinidad puede ser fanática y perversa, pero servía dos claros propósitos: ayudaba a proporcionar reclutas dispuestos a cometer cualquier atrocidad y reforzaba el imperio del miedo”.xvii La deshumanización del uno y el otro es proporcionalmente equivalente: a más maldad del enemigo más bondad del “pacificador”.

Evidentemente se está describiendo una visión maniquea del otro, pero dicho maniqueísmo incluye una visión de sí mismo. Generalmente, se asume el análisis del maniqueísmo hacia el objeto externo del sujeto. Por ejemplo, Juan Stan analiza el maniqueísmo bushiano de la noción de Dios.xviii Sin embargo, aquí interesa resaltar y destacar que a una visión maniquea de Dios, corresponde una visión homóloga del creyente. A una imagen maniquea de “ellos”, los enemigos, corresponde una visión maniquea del señor Bush de sí mismo. En ese sentido, él ocupa el polo de la bondad, la perfección, el altruismo y el sacrificio.

Del maniqueísmo a la burbuja ideológica

La bondad del emisor se mide por su capacidad para comprender la desconfianza de sus compatriotas, y la de los propios iraquíes. También respeta la diversidad étnica y religiosa de las comunidades que libera y quedan bajo su protección. Su “sapiencia” se sintetiza en un narrador omnisciente que es capaz de dominar la mirada del auditorio mediante la narración de lo que la televisión no da en los telenoticieros. Conoce totalmente la intencionalidad y las “capacidades morales” del enemigo; sabe siempre por qué realiza daño: por odio, intolerancia y violencia. Comprende a las víctimas de la violencia. Informa a su auditorio de las hazañas de las fuerzas de coalisión. Y mediante la intervención de las fuerzas armadas, restaura el orden destruyendo el caos provocado por las fuerzas del imperio del miedo. Es decir, su misión se rebela como sagrada puesto que destruye el caos y restaura el orden. La estrategia para recuperar Tal Afar del dominio de los terroristas es contada en sus diferentes fases. Con lo cual, el emisor se adjudica otra cualidad: aprender de los errores del pasado. De la reconstrucción de Tal Afar, interesa destacar dos momentos claves de su emerger de “la muerte a la vida”:

“Miren, si es un residente de Tal Afar hoy, esto es lo que va a ver. Ve que el terrorista que una vez ejerció un control brutal sobre todos los aspectos de la ciudad lo mataron, capturaron, expulsaron o se dio a la fuga. Ve que sus hijos van a la escuela y juegan en calles seguras. Ve que se restauró el

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servicio de agua y electricidad en toda la ciudad. Ve una fuerza policial que refleja mejor la diversidad étnica y religiosa de las comunidades que patrullan. Ve mercados que se abren y escucha el sonido de equipo de construcción que construye edificios y arregla casas. En resumen, ve una ciudad que está volviendo a la vida. (…) La estrategia que funcionó tan bien en Tal Afar no surgió de la noche a la mañana, se aprendió de los errores cometidos. Tomó tiempo comprender y adaptarse a la brutalidad del enemigo en Irak. Sin embargo, la estrategia está funcionando. Y sabemos que está funcionando porque el pueblo de Tal Afar está mostrando su gratitud por el buen trabajo que los estadounidenses están haciendo por ellos. Un reciente informe televisivo siguió al Capitán Jesse Sellars cuando patrullaba y lo describió como un “flautista de Hamelin” rodeado de una multitud de niños iraquíes que cantaban alegremente su nombre mientras saludaba a los locales con las palabras “Salaam alaikum”, que significa “la paz esté contigo”.xix

Nuevamente, se hace presente ese narrador testigo que se expresa siempre por el uso reiterativo del verbo ver. La oposición dadores de vida vs dadores de muerte remite una vez más al altruismo con que se representa a sí mismo y a su empresa. Por último, aparece un personaje de la ficción infantil para comparar el amor de los niños al soldado estadounidense. Esta comparación es interesante porque como todo símbolo condensa mucha información. Es la primera vez que el emisor hace una referencia extratextual, aunque reproduce las palabras usadas por un vídeo, las hace suyas. El personaje en cuestión es ficticio y utilizado como arquetipo puede indicar varios caminos para su interpretación. El más explícito lo aclara el señor Bush, al capitán Sellars lo siguen los niños como seguían al flautista. Pero el flautista del cuento recopilado por los hermanos Grim es un arquetipo de la venganza pues al no recibir el pago convenido, utiliza la magia de su música para desaparecer a la casi totalidad de los niños de Hamelin con tal de vengarse del pueblo. No tiene ninguna compasión ni identificación con la niñez ni con su indefensión. Todo lo contrario, la utiliza para sus propios fines. ¿Apuntará este símbolo hacia la realidad?, tan evadida en el discurso del señor Bush.

El signo devaluado, es decir sin capacidad denotativa, guarda relación con la incapacidad para establecer una relación directa o transparente con la realidad. Hay un proceso de desemantización léxica11 y las fuerzas armadas del imperio aparecen “ejecutando” las

11

El primero en llamar la atención acerca de este proceso de desemantización léxica fue Franz

Hinkelammert. Este autor, al inicio de los años noventa, lo llamó como la guerra de las palabras para

describir la usurpación de cierta terminología propia de los movimientos sociales y políticos por parte del

neoliberalismo. En un análisis del discurso de la prensa escrita acerca del CAFTA, quien suscribe,

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acciones propias de los ejércitos de liberación. El signo se queda sin referente extratextual. ¿Cómo logra el auditorio o el receptor realizar el proceso de comprensión de lo escuchado o lo leído?12 En el caso del discurso del presidente Bush, el camino para una comprensión emocional o una identificación empática con el discurso se abre por dos rasgos fundamentales: la promesa de protección y la amenaza que el imperio del miedo siempre está dispuesto a realizar en contra de los iraquíes, de los Estados Unidos y de sus aliados. Y la alusión reiterada, explícita o implícita, a los sucesos del 9/11 reafirman el trauma estadounidense pero también la necesidad de protección.

La evasióbn la realidad también se satisface y, al mismo tiempo, se oculta discursivamente mediante el maniqueísmo entre el imperio de la libertad y el imperio del miedo. La bipolaridad establece dos mundos irreconciliables y autoexcluyentes. Hay una frontera invisible que separa estos mundos pero tan difícil de saltar o derribar como el muro de Berlín o el que está en construcción en la frontera sur de los Estados Unidos. Se trata de una burbuja ideológica. En dicha burbuja ideológica, hay un universo de bondad donde las asimetrías no existen porque todos son superlativamente buenos, llenos de altruismo y de buenas intenciones. Son tan buenas las intenciones que un soldado sin pierna pide regresar a cumplir la misión. Encontramos un Odiseo del siglo XXI que venció a un Polifemo moral, pero la victoria se logra con un ejército de ocupación.

Lo más importante es que en esa burbuja ideológica la asimetría dejó de existir, no hay conflicto si desaparece el imperio del miedo. Por eso la noción de paz del señor Bush pasa por fortalecer las fuerzas armadas, pues con ellas aniquila la tensión, el conflicto y las asimetrías. No hay débil frente a fuerte. No hay poderoso que subyuga. Hay un antagonismo moral: la bondad vs la maldad. La bondad debe reproducirse y propagarse mediante las fuerzas armadas. El poder del bien descansa en las fuerzas armadas y el poder del miedo en su capacidad de maldad.

La credibilidad del discurso del señor Bush no descansa en la denotación del signo. Es decir, no depende de la relación con la realidad y por esa razón la comprensión esperada no es racional. Se evade

analizó este proceso alrededor del término soberanía. La Nación S.A., el diario portavoz de la oligarquía,

se autoasignó ser la defensora de la soberanía costarricense desde la década de 1950. 12

En el estudio citado anteriormente, se visualizó como el emisor, la prensa escrita comercial, bloqueaba

la posibilidad de establecer una comprensión racional porque los textos no solo eran reiterativos sino,

sobre todo, incoherentes. El discurso se dirigía a la emotividad del receptor porque las “bondades” del

Tratado de Libre Comercio nunca tuvieron demostración textual ni extratextual. Se le brindaba una

identificación emocional con el TLC mediante dos actos de habla: la promesa y la amenaza. Una vez

finalizado el análisis, se pudo concluir que todo el proceso de “información” acerca del TLC estuvo

dominado por dos macroactos de habla: la promesa y la amenaza. Cuando el primero dejó de ser

funcional, se pasó al segundo. En esta segunda etapa se ubica claramente el Memorando del Miedo,

documento suscrito por el entonces vicepresidente y un diputado y seguido por los hermanos

Arias.Sánchez Dicho documento sintetizaba la estrategia de amenaza y chantaje con que le impusieron al

pueblo costarricense el CAFTA.

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totalmente la necesidad de demostrar la argumentación con las pruebas de la realidad extratextual, se evita también la relación con la causalidad histórica y económica de Iraq, el Medio Oriente y Occidente, y en particular los Estados Unidos. Por ejemplo, como lo señalan los analistas, existe la urgencia por poseer fuentes de petróleo por el agotamiento de los pozos que lo autoabastecían. La realidad sólo ofrece relaciones conflictivas, tensas y asimetrías, en la cual los otros tienen voz, poseen derechos humanos y necesidades, generalmente insatisfechas.

La intencionalidad del emisor no es relacionarse y asumir la realidad. Todo lo contrario, su intencionalidad es alejarse de ella y evadirla. Sin embargo, no se define como contador de ficciones “sacadas de la imaginación” sino como “maestro” de la realidad histórica. Como no hay ni puede haber un canal de investigación, fuentes y explicaciones de la realidad, el emisor construye una burbuja ideológica: una suerte de refugio moral. El maniqueísmo moral domina el discurso. El emisor que no podía o no quería asumir la realidad extratextual, le había dado la espalda, se nutre de una fuente de “información” moral. A partir de dicho recurso puede ahora hacerle “frente a la realidad” para autoerigirse en un juez moral con capacidad de decidir acerca de la perfección, sabiduría, nobleza e hidalguía de sí mismo y de sus fuerzas armadas y de imperfección, salvajismo, odio y crueldad del otro. El ser deshumanizado y autoerigido en ángel –protector de los desvalidos- puede conocer siempre las motivaciones del otro ser, también deshumanizado, y convertido en demonio, pues siempre el objetivo es la maldad y propagar el imperio del mal.

Evidentemente, en esta descripción de la categoría de sí mismo del ex presidente Bush que se ha realizado, lo que se encuentra es la visión de sí mismo que tiene cualquier inquisidor. El inquisidor se convirtió en juez de la humanidad y podía decretar quien tenía derecho o no al paraíso o al infierno. Mientras tanto creaba el infierno en la tierra con la amenaza, persecución, tortura y muerte de miles de seres humanos.

Modelos discursivos del emisor/narrador

El papel del narrador “omnisciente” es “fecunda” en cuanto a nutrir el discurso de esa mirada que domina y de la posibilidad de conocer las intenciones de los buenos (él y las fuerzas armadas) y las intenciones de los malos: Saddam Hussein, los terroristas y Al Qaeda. Mediante su poder omnisciente puede desplazarse discursivamente de Estados Unidos a Iraq y entonces se convierte en narrador testigo que ve la vuelta a la vida y observa la crueldad de los dadores de muerte. Se trata pues de un narrador ágil que cambia de espacio muy rápidamente, no ofrece ni siquiera transiciones temporales o espaciales para tal cambio de escenario y de focalización. Esa agilidad se manifiesta discursivamente en otro plano: la acción. La importancia de la acción, la velocidad con que se realiza y la sucesión rápida de las mismas se

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observa en toda su narrativa acerca de la guerra en Irak. En marzo del 2008, narra el inicio de la operación:

“A medida que avanzaban nuestras tropas bregaron con tormentas de arena tan intensas que el cielo diurno se oscurecía totalmente. Nuestras tropas lucharon en combates desiguales con los fedavines de Saddam, escuadrones de la muerte a las órdenes de Saddam Hussein que no obedecían las reglas de la guerra ni los dictados de su conciencia. Estos escuadrones de la muerte se escondían en escuelas, se escondían en hospitales, esperando atraer fuego hacia civiles iraquíes. Usaban mujeres y niños como escudos humanos. No los detenía nada en sus esfuerzos por impedir que tuviéramos éxito, pero no pudieron detener el avance de la coalición.

(…) Las fuerzas de la coalisión, ayudadas por la campaña aérea más eficaz y precisa de la historia, atravesaron velozmente 350 millas de territorio enemigo, destruyeron divisiones de la Guardia Republicana, llegaron al paso de Karbala, tomaron el Aeropuerto Internacional de Sadam y liberaron Bagdad en menos de un mes. En el camino, nuestras tropas escribieron nuevos capítulos en la historia del heroísmo militar estadounidense”.xx

Ese narrador omnisciente permanece como tal frente a su auditorio estadounidense y se asume como un “maestro” que da lecciones de historia y de historia militar con un tono de superioridad moral porque libera a los pueblos del imperio del mal. Se plantea a sí mismo como un modelo ejemplar, es un héroe liberador, puesto que es el comandante de las fuerzas armadas y de la coalisión. Al mismo tiempo, tiene la capacidad para desplazarse en el tiempo y en el espacio para convertirse en un testigo ocular y relatar lo que acontece en el campo de guerra. Este recurso de desplazamiento “mágico” - pues reiteramos que el emisor se inscribió en un discurso sobre la realidad histórica y no hace transiciones ni referencias a las fuentes periodísticas, informativas, testimoniales u otras- no es un recurso literario pues la verosimilitud en la ficción cuenta con reglas como la descripción, las anticipaciones o las retrospecciones de la acción. Tampoco es un recurso estilístico del cine, pues en la imagen cinematográfica también hay determinadas reglas para realizar tales procedimientos. ¿Cuál podría ser la fuente de tal maniobra narrativa?

Propone una hazaña militar sin precedentes en la historia de su país y no hay ninguna descripción táctica o estratégica del movimiento de las tropas, de sus avances, los territorios recorridos, los partes de guerra, etc., etc. En dos párrafos se enumeran las acciones sin ningún atisbo de un tiempo y un espacio preciso, es decir elimina

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cualquier marco temporal o espacial. Nueve acciones enunciadas “escriben” la hazaña paradigmática. Ni la literatura, ni el periodismo, ni el cine pueden mostrar acciones en las que no se dé una información verosímil o veraz que aporte los aspectos de quién ejecuta, dónde se ejecuta y los oponentes o los favorecedores de la acción. Todas las secuencias narradas en éste o en otros de sus discursos se expresan por la oposición mecánica entre el éxito o el fracaso; y siempre acaban con una resolución positiva para las fuerzas del bien porque logran superar en bondad a las fuerzas del mal.

En la única narrativa que no se detalla el desarrollo de las acciones y que sus héroes se desplazan “mágicamente” de un lugar a otro sin cambios, trayectos o itinerarios es en las historietas dibujadas y ahí también la secuencia de la acción se estructura por la oposición simplista del éxito o fracaso. ¿Será esa la fuente discursiva del ex presidente de los Estados Unidos?

Tendríamos pues en el siglo XXI un Odiseo, romanizado y degradado, que sale de Ítaca, el reino donde las asimetrías no existen, a dar una lección moral al enemigo. Un Odiseo que desconoce la elocuencia y no es ejemplo de astucia e inteligencia sino que su escuela para la retórica son las historietas pero que, al fin y al cabo, sigue cumpliendo el rol de héroe civilizador pues es capaz de llevar orden al caos. Por supuesto, desde su ínsula ideológica, donde es el polo dominante porque se ocultan las asimetrías o se eliminan físicamente para no contradecir el dominio y la autoridad, se ha autoconvertido en protector y liberador del pueblo iraquí. El polo que vive la dominación no debe preocuparse ni sufrir ni luchar pues el “superlativamente” bueno lo liberará, sin más objetivo que el puro altruismo. Hay un Odiseo que deja Ítaca pero ya no para vengarse, destruir y saquear sino para proteger a los desvalidos y oprimidos iraquíes.

Un Odiseo, en fin, que oculta ser el polo dominante de las relaciones asimétricas, económica, política y socialmente hablando, porque ser concibe a sí mismo y se presenta como héroe liberador. Un Odiseo que encarna el bien supremo.

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ROMPIENDO LA BURBUJA IDEOLÓGICA13 SALEN DE ÍTACA EN BÚSQUEDA DE LAS ASIMETRÍAS Una polifonía de voces El refugio moral en el que se atrincheró George Bush para

consagrar su misión en Iraq y mantenerla durante los últimos cinco años de su mandato fue bombardeado desde múltiples rincones del mundo y no precisamente por las fuerzas “terroristas”. Los “mísiles” fueron enviados por la opinión pública mundial que se opuso masivamente a la invasión en Iraq. El signo “devaluado”, que giraba sobre una concepción maniquea de sí mismo y de la misión, adquirió en la contraparte el desarrollo que el emisor imperial le negaba. En la opinión pública mundial, la denotación se convirtió en un mar de caminos que llevaban o llevan a transparentar la relación de lo sucedido con la realidad. En este apartado, se tratará de ubicar los principales aspectos que el discurso “bushiano” ocultó y evadió. Es así como la denotación tan deformada en su discurso, adquiere un desarrollo inusitado porque la intencionalidad de los emisores es antagónica a la del ex presidente. Se trata de documentar, aportar pruebas, analizar y llevar a los lectores al conocimiento de la realidad; de una realidad desgarradora y compleja.

La creación “bushiana” de un “polifemo” moral al que había

que destruir, acallar y aniquilar para que “el imperio del bien” reinara y portara “la paz a un mundo perturbado”, generó una polifonía de voces que se opusieron y se oponen a la invasión, a la guerra y a la destrucción de Iraq. Para analizar el desarrollo del componente denotativo del signo lingüístico, se requiere cierta labor de clasificación pues, como se afirmó anteriormente, existe un copioso material difundido fundamentalmente en la red de Internet y por los medios tradicionales como las publicaciones editoriales. Los criterios utilizados han valorado al emisor de la crítica; es decir, se han retomado análisis políticos, económicos y sociales de ciertas voces de autoridad14 de reconocido prestigio internacional. Y, por otro lado, se ha querido dar lugar a las voces testimoniales de denuncia acerca del drama humano – el genocidio- y el drama cultural e histórico –el memoricidio-.

Una lección de geografía política

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Cabe destacar que si, para una costarricense, el signo desarrolla al máximo su capacidad dentotativa,

es porque la cantidad y la dimensión de la información acerca de las consecuencias de la invasión a Iraq

es verdaderamente amplia. Se plantea esta observación porque Costa Rica es un país pequeño y

desinformado. Desinformar, tergiversar, manipular y ocultar información son ejercicios cotidianos de la

prensa escrita y televisiva, con algunas excepciones de poca cobertura. Por otra parte, las librerías son

pocas y el tema de la invasión a Iraq no existe como tal. Por lo tanto, si desde esta pequeña ínsula

ideológica se puede percibir la dimensión, cómo será desde Madrid o París, para poner dos ejemplos. 14

Se entiende por voces de autoridad aquellas figuras de relevancia política, económica, social o cultural

y que se constituyen en referentes para legitimar una opinión. Se plantean como voces de autoridad

porque su discurso produce un eco social que repercute en la opinión pública.

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Imposible iniciar la ruptura de la burbuja sin mencionar en

primer lugar a Noam Chomsky. Pues se ha convertido, fuera de las fronteras estadounidenses, en una voz de autoridad para quienes nos interesamos por conocer los significados y alcances de las políticas hegemónicas de los Estados Unidos. Constituye en sí misma una voz compleja pues al mismo tiempo que documenta para analizar, denuncia y se convierte en el plano internacional en una de las personalidades capaces de recordarle al poder hegemónico que los continuamente asediados, bloqueados, amenazados o destruidos en África, Asia, Medio Oriente o América Latina somos seres humanos y tenemos los mismos derechos que los ciudadanos del Primer Mundo.

Aunque su libro Hegemonía o supervivencia El dominio

mundial de EE.UUxxi no trata exclusivamente acerca de Iraq es importante aludir a él. Como en la mayoría de sus publicaciones políticas, ofrece a los y las lectoras una concatenación de factores y de hechos para dar una visión global de la política internacional de su país. Su objetivo es superar la información fragmentada y manipulada ideológicamente con que la gran prensa comercial pretende desinformar. Pues, como lo repite y lo demuestra constantemente, el poder de las empresas transnacionales domina, pone y quita las fichas del ajedrez mundial. El título del ensayo apela a una de sus premisas fundamentales: la supervivencia del planeta y de los seres humanos está realmente en entredicho y, la potencia imperial, bajo la administración Bush y las que le han antecedido sobre todo desde Ronald Reagan, ha contribuido enormemente a esta situación.

De forma tal que sienta las responsabilidades y el daño de las

políticas estadounidenses impuestas a lo largo y ancho del mapamundi. Quizás la característica más singular de su estilo de análisis es argumentar sobre la base de “escudriñar” en los documentos del gobierno de los Estados Unidos, revisar la gran prensa de su país y confrontar el discurso de los políticos estadounidenses con la realidad vivida y sufrida en el resto del planeta. Su propósito es develar los ocultamientos, aclarar las tergiversaciones, denunciar las agresiones provenientes desde el Norte para el Sur y demostrar insistentemente que la política exterior de su país se ha construido sobre la base de un terrorismo de Estado. Así su obra se podría leer o sintetizar desde el eje: Quienes proclaman la libertad, el imperio de la ley y la democracia llevan, en realidad, destrucción, esclavitud y opresión al mundo.

Las huellas de la dominación El hilo de continuidad Su obra constituye una voz de alarma constante acerca de la

injusta existencia de las asimetrías económicas, políticas y sociales. Aunque su análisis se acompaña siempre de una alusión o una explicación de las políticas de los economistas neoliberales, en este

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caso, el énfasis es más político que económico pues son las directrices políticas las que posibilitan el ajedrez económico. Para situar el por qué de la invasión a Iraq no se limita a denunciar el factor de los requerimientos de petróleo. Todo lo contrario, enmarca la estrategia de poder de los centros hegemónicos desde la Inglaterra del siglo XVII y establece una línea de continuidad para llegar a los Estados Unidos del 2002. Para dibujar esa línea puede detenerse en el asedio occidental a la antigua Unión Soviética como se ejemplifica a continuación:

“El ataque es, pues, defensa, otro “ilogismo

lógico” que adquiere coherencia cuando se entiende correctamente el mecanismo doctrinario. Los mismos argumentos dan razón de la persistencia de las políticas básicas de Estados Unidos y otras potencias occidentales antes, en medio y después de la Guerra Fría, siempre en defensa propia. Nótese que la invasión defensiva de Rusia de 1908 es otra precursora de la doctrina de guerra preventiva, declarada en septiembre de 2002 por nacionalistas radicales en pos de su sueño imperial”. xxii

Su capacidad para rearticular lo que, aparentemente, se

muestra como fragmentado o sin relación explícita se basa en entresacar los presupuestos, siempre ocultos o implícitos, de la política de la dominación. Por esa razón, no es de extrañar que, en esa continuidad de la lógica imperial, señale la visión de los Estados Unidos con respecto a Mussolini y Hitler:

“El surgimiento del fascismo en el período

de entreguerras despertó inquietudes, pero en general fue mirado más bien con buenos ojos por los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña, el mundo de los negocios y buena parte de la opinión de élite. Esto, porque la versión fascista del nacionalismo extremo permitía una amplia penetración económica por parte de Occidente y a la vez destruía los muy temidos movimientos de los trabajadores y la izquierda, además de la democracia desbordada que les daba cabida. El apoyo a Mussolini fue efusivo. A lo ancho de una amplia gama de opinión, “ese admirable caballero italiano” (como lo describió el presidente Roosevelt en 1933) fue muy respetado hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. El respaldo se extendió también a la Alemania de Hitler. Conviene, de paso, tener en mente que el régimen más monstruoso de la historia subió al poder en el país que en todas las medidas encarnaba la cumbre de las ciencias y las artes de la civilización occidental y que era tenido por un modelo de democracia antes de que el conflicto internacional cobrara formas que no

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cuadraban con esa concepción, un país que, como sucedió con Saddam Hussein medio siglo después, conservó un sustancial apoyo angloamericano hasta que Hitler se lanzó en una agresión directa que comprometía gravemente los intereses de Estados Unidos y Gran Bretaña”. xxiii

La amplitud de su recorrido no puede ser reseñada en su

totalidad, tampoco los ejes sobre los que se basa; interesa destacar dos aspectos fundamentales: la matriz principal de su pensamiento es que los acontecimientos no pueden interpretarse de forma aislada y, mucho menos cuando se trata de las intervenciones políticas, económicas o militares de su país en el extranjero; el otro es el objetivo con que traza la mencionada línea de continuidad de la Inglaterra del siglo XVII al 2002. Ese objetivo se sintetiza en las estrategias de la dominación occidental sobre el resto del mundo. Por ejemplo, en una de las “estaciones”, se detiene en las políticas del ex presidente Woodrow Wilson para ilustrar la forma en cómo, desde los espacios de la dominación, se controla la opinión de los ciudadanos, si es necesario como lo hizo Wilson, aun dentro de los Estados Unidos, con la represión. Sin embargo, donde las luchas han construido bases legítimas para el ejercicio de la libertad y los derechos, se han ido estableciendo “colosales industrias” para conseguir la quietud, obediencia y sumisión de la ciudadanía.

Esa obediencia ha sido el leit –motiv del pensamiento de las

elites a lo largo de estos siglos y ha redundado en la creación de una “poliarquía” que ha sustituido la posibilidad de una democracia. El punto crucial de su itinerario es develar cómo y bajo qué políticas, medidas coercitivas o represivas, la dominación logra perpetuarse para mantener control sobre el “enemigo interno”, cuando se trata de los países de Norte; y sobre el “enemigo externo”, cuando se trata de los países del Sur. Tampoco duda en señalar la o las definiciones que los diferentes representantes del poder utilizan para justificar sus enseñanzas, pues los siempre débiles, o los siempre “púber” del Tercer Mundo requieren de una autoridad que les enseñe el orden y la civilización. Así interpreta el “sueño americano” en lo que a América Latina concierne:

“El alcance del poderío norteamericano era

aún limitado en tiempos de Wilson, pero como observó con clarividencia el presidente William Howard Taft, “no está lejano el día [en que] el hemisferio entero será nuestro de hecho, tal como, en virtud de nuestra superioridad de raza, ya lo es moralmente”. Los latinoamericanos quizás no lo entiendan, añadía la administración Wilson, pero eso es porque “son niños traviesos que ejercen todos los privilegios y derechos de los adultos” y necesitan “una mano firme, una mano autoritaria”. Sin embargo, no se deberían descartar los métodos más suaves. Puede que sirva “darles

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palmaditas y hacerles creer que les tienes cariño”, como aconsejaba el secretario de Estado, John Foster Dulles al presidente Eisenhower”. xxiv

Chomsky continúa con una afirmación irónica y escribe: “Hay

niños traviesos por todos lados” y describe, aunque no al “estilo” del ex presidente Bush, sino documentalmente cómo concibió Wilson a los “niños” filipinos o a los niños italianos. El mapamundi se puede recorrer, cual estratega que señala en un mapa su campaña con los avances y retrocesos de sus tropas, con los lugares y las fechas en los cuales los ex presidentes estadounidenses se “han visto obligados” a ir a darle algunas lecciones con palmaditas y otras con torturas, muertes y desaparecidos a los “niños traviesos” que no quieren aprender la lección de sumisión al amo imperial. Sin agotar las lecciones de geografía histórica que nos brinda el autor, podemos citar algunos de los ejemplos con los cuales los centros hegemónicos, especialmente los Estados Unidos, han ido consolidando el terrorismo de Estado:

- La ex Unión Soviética en 1908, como ya fue citado. - Italia, 1948. - Irán, 1954. La lección duró más de veinte años. - Guatemala, 1954. - Nicaragua, El Salvador y toda Centroamérica,

1981. - Grenada, 1983. - Cuba, desde la década de 1960 a la actualidad pues

enmarca la agresión y el bloqueo contra la isla dentro de la Estrategia de Seguridad Nacional de septiembre 2002.

- Haití (“…Franklin Delano Roosevelt, quien afirmaba haber reescrito la Constitución de Haití durante la ocupación militar de Wilson…”) Sólo para citar una de las tantas lecciones que han recibido los haitianos.

- Libia, 1986. - Turquía, 1997. - Colombia, 1998. - Timor Oriental, atrocidades de veinte y cinco años

que culminan en 1999. - Kosovo, 1999.

El haz de relaciones establecidas en su trabajo abarca

tópicos como la investigación científica, los problemas del medio ambiente y las políticas de George Bush, los conflictos y la pertenencia del armamento nuclear. En este apartado, se trata de ofrecer un panorama de cómo Chomsky desarticula el discurso imperial para explicar el caso de la invasión a Iraq dentro de una lógica, cuya racionalidad está sujeta al control del mundo.

Esa racionalidad implícita puede hacer que converjan en un paralelismo dos ex presidentes tan “dispares”, por lo menos para la mayoría de los estadounidenses, como lo fueron John F. Kennedy y George Bush II. En 1962, a raíz de la crisis de los misiles, John F.

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Kennedy escribe un guión que fue reinterpretado por la administración estadounidense en el 2003, fundamentalmente en lo que concierne a las intervenciones en la ONU y a la relación con los países europeos, no así con la “cuarentena” que posibilitó una baja de tensión durante la crisis.

Contextualización de Saddam Hussein Cuando plantea el tema de la invasión a Iraq, se formula

como una pieza más dentro de esa lógica de la dominación. En su estudio, el “satanizado” Saddam Hussein sufre una contextualización histórica para presentar su currículo de tirano que, como muchos otros en el mundo, fue perfectamente “democrático”, mientras estuvo acorde con los intereses de los Estados Unidos. Aunque ya en una cita se hizo referencia, pues el autor estableció un paralelismo entre el apoyo a Mussolini y el otorgado a Hussein, cabe resaltar que:

“… el prolongado apoyo que los actuales

mandatarios brindaron a Saddam Hussein y que suele atribuirse a una obsesión con Irán. Esa política no sufrió ningún cambio tras la capitulación de Irán en su guerra con Iraq, en razón de “nuestro deber de apoyar a los exportadores estadounidenses”, como explicó el Departamento de Estado a principios de 1990, añadiendo los usuales clichés de que la ayuda a Saddam redundaría en beneficio de los derechos humanos, la estabilidad regional y la paz. En octubre de 1989, tiempo después de terminada la guerra con Irán y a más de un año del ataque con gas a los kurdos por parte de Saddam, el presidente Bush I expidió una directiva de seguridad nacional para manifestar que la “las relaciones normales entre Estados Unidos e Iraq convendrían a nuestros intereses a largo plazo y promoverían la estabilidad tanto en el Golfo como en el Medio Oriente”. Poco después aprovechó la ocasión de la invasión a Panamá para levantar un veto de préstamos a Iraq”. xxv

Fue así como Saddam recibió de los Estados Unidos

“alimentos subsidiados”, “tecnología avanzada” y “agentes biológicos adaptables a armas de destrucción masiva”; además en 1990 contó con la visita de una delegación de senadores, encabezada por Bob Dole, quien después fue candidato presidencial. Los senadores llevaban el saludo del entonces presidente Bush y destacaron la importancia de que el gobernante iraquí extendiera una invitación a la prensa para hacerla cambiar de opinión y se resaltó el hecho de que se había despedido a un comentarista de La voz de América que había criticado al régimen.

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Con su estilo irónico, repasa pacientemente la lista de los “dictadores brutales fracasados”, según las palabras autoelogiadoras de Donald Rumsfeld, por el ejercicio liberador de la potencia. Desfilan de la mano de Hussein, Ferdinando Marcos, “Baby Doc” Duvalier , Nicolás Ceausescu, Suharto de Indonesia, Mobutu Sese Seko del Zaire y Manuel Noriega, por ejemplo. En algunos casos, los colegas de Hussein cayeron por la presión popular, a pesar del apoyo estadounidense. En otros, como Noriega, cuando dejó de ser útil se convirtió en malvado al que había que darle caza y castigarlo. Hay un esfuerzo consciente y sistemático por entregarle al o la lectora un historial completo de las “hazañas gloriosas” por la democracia que llevan a cabo los Estados Unidos en el mundo.

Por ejemplo, cuando trata la caída de Ceausescu, confronta el

discurso de Bush II en la Plaza de la Liberación de Bucarest acerca de lo que fue la vivencia de la dictadura para el pueblo rumano con el apoyo recibido por el gobierno estadounidense en diferentes ocasiones y con un artículo del Washington Post sobre la responsabilidad occidental en el sostenimiento de la dictadura. Aunque cuando los estadounidenses convierten a los tiranos en malvados y acuden presurosos a “liberar” de sus garras a los pueblos para sembrar el “imperio de la ley” y la democracia, tratan de borrar de su pasado glorioso el apoyo al “malvado”; Chomsky es meticuloso en recordar con pormenores, entresacados generalmente de los discursos oficiales, las enseñanzas y aplausos de sus compatriotas para con los dictadores. La dominación imperial padece de amnesia súbita cuando de cambiar sus políticas se trata y el autor, puesto que se concibe a sí mismo como una voz de denuncia, se convierte en una memoria política que atenta y transparenta concienzudamente las razones de esa “amnesia” política.

Entornos de la invasión Encontrarle la lógica oculta a las actuaciones de las diferentes

administraciones, documentar con datos y estadísticas los efectos “benéficos” de las intervenciones a lo largo y ancho del planeta, establecer las líneas de continuidad entre un fenómeno y otro, son los principios sobre los que se erigen sus ensayos. Por esa razón, una vez que relacionó a Hussein con sus hermanos y sus respectivas filiaciones con la política imperial pasa a establecer tres entornos fundamentales en los cuales se sitúa la invasión a Iraq. El primer entorno lo delimita a partir de la situación interna de los EE.UU con la impopularidad de las políticas económicas de las administraciones Reagan y Bush I, la urgencia de acudir al miedo como estrategia de control y el relato terrorífico de Gadafi como un enemigo poderoso y temible para los estadounidenses, cuando Gadafi se apaciguó surgió Grenada en 1985 y fue necesario invadirla para impedir otro ataque terrorista, después vino Nicaragua y otra vez salió a actuar “siniestramente” Gadafi.

Ese preámbulo le permite abordar el segundo entorno que se

convirtió en algo esencial: el escenario de la ONU y la doctrina de la

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“guerra preventiva”. En 1986, se aludió al Artículo 51 de la Carta de la ONU con el fin de justificar un bombardeo a Libia para poder intensificar los ataques a Nicaragua, por las conexiones “intra terroristas”, pues mediante dicho artículo se afirma la posibilidad de una “defensa legítima contra un ataque futuro”. Se planteaba de esa forma la defensa legítima y legal por cualquier eventual ataque que se diera en el provenir. Una vez allanado el camino de la defensa por los posibles ataques terroristas, surgió el tercer escenario fundamental para comprender la urgencia de invadir Iraq. Se trata de la exacerbación del miedo.

La exacerbación del pánico se articula con tres miedos de la

década de los años ochenta a los que alude el autor: el miedo de sus compatriotas a viajar a las ciudades europeas por la posibilidad de recibir ataques de árabes “perturbados u otros demonios”; la delincuencia interna y el consumo de drogas. Citados simplemente parecen fenómenos cotidianos –por lo menos dos de ellos- y a los que en cualquier ciudad del mundo nos hemos ido acostumbrando a sortearlos para continuar nuestra existencia. Sin embargo, dentro de los Estados Unidos, se construyen campañas de intensificación de los miedos cuando las necesidades políticas del inquilino de la Casa Blanca así lo plantean.

Una campaña exitosa fue “la guerra contra las drogas” de

1989, que cubrió no solo la prevención sino señalar a los narcotraficantes latinos como amenaza y la captura de Noriega. En la invasión a Panamá para liberarla de Noriega se apeló nuevamente al Artículo 51. El guión se ha ido escribiendo, rescribiendo y perfeccionando, para poder establecer un aumento en los gastos del presupuesto militar y los recortes en el presupuesto federal (social). El analista establece un paralelismo entre 1981 y el 2002. El fin último es desarticular la existencia de las redes de la solidaridad social, por ejemplo, la salud social y la enseñanza pública. Al privatizar los servicios sociales, los mismos trabajadores se opondrían a cualquier tipo de incentivo como los aumentos salariales pues se traducirían en perjuicio para sí mismos.

Estos factores del entorno social y político de la invasión a

Iraq adquieren pleno sentido cuando se ubican las necesidades de la administración Bush II en el 2002. La popularidad había descendido por el descontento producido por las políticas sociales y económicas. Había un guión perfeccionado a lo largo de una década y Kart Rove, “el supremo consejero político” acudió con la receta adecuada al indicar que el pueblo estadounidense desconfiaba de los republicanos con respecto a la seguridad social pero creía en el Partido Republicano para “la protección de América”. Por lo tanto, el diseño de la campaña tuvo como eje “apelar al país con el tema de la seguridad nacional”. En septiembre del 2002 se proclama la Estrategia de Seguridad Nacional, y en palabras de Chomsky:

42

“El miedo fabricado proporcionó el soporte popular a la invasión de Iraq e instituyó la nueva norma de la guerra ofensiva a discreción, y dio a la administración suficiente palanca política para sacar adelante una agenda nacional dura e impopular”. xxvi

Sintetizado a grandes rasgos el contexto político y económico

en el que se da la invasión a Iraq, permite medir la verdadera dimensión de las ansias de poder. El discurso oficial se desmitifica porque tiene lugar la investigación. Como parte de esa investigación exhaustiva aparecen las opiniones de expertos analistas quienes, desde la cumbre de las instancias internacionales, alertaron acerca de los riesgos para los mismos Estados Unidos, pues la posibilidad de un ataque terrorista aumentaría como respuesta a la exacerbación de la violencia. Chomsky sintetiza las advertencias y destaca su pertenencia a los círculos oficiales: organismos de inteligencia estadounidenses e internacionales; la principal publicación militar del mundo; exclusivas revistas de política exterior; una publicación poco usual de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias; respetados expertos en asuntos internacionales, como terrorismo y análisis estratégico, y hasta del círculo de Davos surgieron voces de oposición.

Por otra parte, también recoge los criterios de quienes se

opusieron por razones humanitarias y médicas. Chomsky15 alude a una reunión llevada a cabo en Suiza, con la presencia de treinta países para prepararse por la situación que se vislumbraba en el horizonte, Estados Unidos se negó a asistir. Kenneth Bacon, ex subsecretario de Defensa y director de Refugiados Internacional con sede en Washington, alertó acerca de los grandes contingentes de refugiados y los problemas de salud pública. Esas razones humanitarias tomaban en cuenta algo que los medios de comunicación nunca dieron a conocer de la situación en Iraq. Se trata de los estragos producidos por las sanciones impuestas por Estados Unidos y Gran Bretaña desde 1991, así como los daños que la guerra de ese mismo año había dejado en el país.

El autor, sin tomar partido evidentemente por Hussein,

establece como principio rector de su discurso la objetividad y es capaz de indicar que:

“Horripilante y brutal como era el régimen de

Saddam Hussein, de todas formas encauzaba los ingresos del petróleo hacia el desarrollo nacional. “Un tirano, a la cabeza de un régimen que ha hecho de la violencia un instrumento del Estado”, con un “espantoso expediente de derechos humanos”, que sin embargo “había elevado a la mitad de la población de su país hasta la clase media y los árabes de todo el

15

El autor solamente cita la reunión no aclara la fecha, cita la asistencia de los otros miembros

permanentes del Consejo de Seguridad.

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mundo (…) venían a estudiar en las universidades de Iraq”. La guerra de 1991, que presenció la destrucción deliberada de los sistemas de acueducto, electricidad y alcantarillado, produjo una terrible mortalidad y el régimen de sanciones impuesto por Estados Unidos y el Reino Unido llevó al país al nivel de la supervivencia mínima”.xxvii

En ese estado de supervivencia mínima, el Informe sobre el

Estado Mundial de la Infancia de la UNICEF del 2003 calificaba como un retroceso la situación de la mortalidad infantil en Iraq durante la última década y situaba al país en el puesto 193, con un margen distante de los últimos; el autor indica, además, que la situación de Iraq en ese momento era por debajo de casi todos los países africanos. Es decir, en términos de la mortalidad infantil el diagnóstico era desastroso en el 2003. Por esa razón, también incluye las palabras de dos analistas militares que –sin vocación de pacifistas- establecen las sanciones económicas como la causa de las muertes más que a raíz de las llamadas armas de destrucción masiva.

El discurso de Noam Chomsky se configura como una voz

objetiva que recoge la mayor cantidad de documentación y de voces para establecer claramente la asimetría. La descripción de la asimetría no implica ocultar el carácter despótico y cruel de Saddam Hussein para exaltar la deshumanización del poder imperial. Se trata de describir la situación y el acontecer en todas sus múltiples y complejas dimensiones, siempre desde la perspectiva de quién o qué daña más a los más débiles. Desde esa perspectiva, establece los parámetros de medición del perjuicio causado a Iraq por Hussein, como se vio anteriormente, y por las potencias occidentales.

Reseña también lo que Denis Halliday y Hans von Sponeck

plantearon acerca del régimen de sanciones angloamericanas. Se trata de dos diplomáticos de la ONU encargados de la coordinación humanitaria, y jefes de cientos de investigadores internacionales que viajaban por Iraq todos los días. Presentaron su renuncia y acusaron de “genocida” al régimen de sanciones angloamericanas. Además, negaron la posibilidad –como se había afirmado en Occidente- de que las autoridades iraquíes “retenían alimentos y medicinas”. Quien les remplazó en la ONU, Tun Kyat, reafirmó esas apreciaciones y agregó elogios para el sistema de distribución iraquí y lo catalogó como el mejor que había observado. Un funcionario del Programa Mundial de Alimentos destacó la cifra de “más de un millón de inspecciones del sistema y “no descubrió indicios significativos de fraude o favoritismo”.

Dramática era la situación del pueblo iraquí antes del 2003.

Según la Cruz Roja Internacional, en 1999, después de diez años de sanciones la economía estaba destruida. También llamaba la atención acerca de la situación del sistema de salud y lo planteaba como en

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estado de colapso, de la misma forma se refería a las reservas de agua y agrega el autor:

“Los organismos de ayuda “tan solo pueden

abrigar la esperanza de mitigar algunos de los peores efectos de las sanciones [ y ] no pueden ni de lejos satisfacer las ingentes necesidades de veintidós millones de personas”, hacía saber el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)”. xxviii

A partir de la indagación y el conocimiento de las distintas

autoridades en campos tan disímiles como la estrategia militar y la asistencia pública, el autor indica claramente que la destrucción de Iraq era ya un hecho antes de la invasión y no por la gestión tiránica de Hussein; había sido más devastador el plan de sanciones anglo estadounidenses. Pero era requisito indispensable de la administración Bush “desmantelar lo que quedaba del ordenamiento mundial y controlar el mundo por la fuerza, con Iraq a modo de “tubo de ensayo”, como lo llamó The New York Times”, donde se establecerían las nuevas “normas””. xxix

Desde el análisis del discurso del señor Bush se constató la

regla imperial, según la cual hay que destruir primero socialmente al enemigo y después físicamente, derecho que concede la superioridad moral. ¿Realmente se escribió ese guión hace diez, veinte años o tres siglos? ¿No estamos en pleno siglo XXI dentro de una Ítaca romano-estadounidense?

Una lección de geografía económica Unos “magos geniales” que transforman la tragedia humana en oportunidad Menos conocida que Noam Chomsky pero cuyo libro, La

doctrina del shock El auge del capitalismo del desastre, se ha convertido en clave fundamental para comprender la sociedad capitalista del siglo XXI, se trata de Naomi Klein. Esta economista canadiense plantea que el capitalismo neoliberal, llamado por algunos salvaje, es, en realidad, un capitalismo del desastre y requiere para poder implantarse de un “shock” colectivo. Es decir, de una tabula rasa social para imponer, sobre la base del miedo, medidas coercitivas que de otra forma no podrían dictarse por la resistencia social y el repudio. Como en el caso de su antecesor, no se puede ni se pretende suplantar la riqueza del conocimiento directo de su pensamiento. Se trata de sintetizar algunos de sus recorridos por el mapamundi con el fin de reconocer las líneas que dibujan un rompecabezas cuyo diseño final, una vez reunidas todas las piezas, es ver la manera cómo el capitalismo delinea la apropiación de los recursos públicos y los recursos naturales en todo el planeta.

45

Como si se tratara de un acertijo, su investigación responde a

la siguiente pregunta: ¿Qué pueden tener en común, la población víctima del huracán Katrina de Nueva Orleáns, una canadiense muy enferma, un psiquiatra de la misma nacionalidad, las dictaduras del Cono Sur, la CIA y Milton Friedman, el Premio Nóbel de Economía? Para quienes poseemos un nivel información política suficientemente amplio, los últimos elementos de la relación son evidentes. Ya de por sí es de sobra conocida la relación de la Central de Inteligencia en los golpes de estado llevados a cabo por militares en Brasil, Argentina, Chile y Uruguay, pero y ¿los demás?, se preguntará alguien. Al igual que su predecesor en esta exposición, uno de los objetivos de su búsqueda es encontrar el hilo conductor que le dé coherencia y articulación a lo que aparentemente es inconexo y fragmentado.

Su teoría del “shock” se construye siguiendo las huellas del

psiquiatra canadiense, Ewen Cameron, en una de sus tantas pacientes, y en su relación con la Central de Inteligencia para el financiamiento de sus investigaciones. Demuestra cómo la premisa de la que parte Cameron para tratar los “problemas” mentales de sus pacientes: la búsqueda de una tabula rasa de la identidad individual para imponer una nueva identidad “equilibrada”, le proporciona a la CIA el fundamento “científico” con el fin de provocar el pánico en el oponente, desmoronar las bases de su identidad y lograr su “colaboración” en los interrogatorios.

La paciente Gail Kastner sufrió corporal y cerebralmente el

tratamiento que la dejó postrada el resto de su vida16 y no fue la única en sufrir los experimentos de Cameron, hubo algunas de ellas que fueron resarcidas por los daños recibidos. Esta mujer, después de padecer durante años males desconocidos y que no podía explicar su origen, se entera por una publicación que en los años cincuenta, la CIA había respaldado económicamente a un psiquiatra canadiense para que llevara a cabo experimentos como: aislar a los pacientes durante semanas y mantenerlos en vigilia, administrarles dosis elevadas de electro-shocks, o de drogas como el psicodélico LSD y el alucinógeno PCP. La relación de la CIA con Cameron y el Allan Memorial Institute de la Universidad McGill se dio a conocer a finales de los años setenta por la actuación de la Freedon of Information Act y dio origen a varias sesiones en el Senado de los Estados Unidos.17 Al quedar esbozado el primer eje de esas relaciones, la autora plantea que:

16

En palabras de la autora: “El dolor de espalda es sólo uno de los recuerdos de las sesenta y tres veces

que descargaron entre 150 y 200 voltios de electricidad en los lóbulos frontales de su cerebro, mientras su

cuerpo se convulsionaba violentamente encima de la camilla , causándole diminutas fracturas, roturas de

ligamentos, mordeduras en los labios y dientes rotos”. Pág. 50. 17

Dice la autora: “En 1988, la CIA se avino a pagar daños perjuicios, por la suma de 750.000 dólares para

los nueve demandantes. Fue la cifra más alta jamás pagada por la agencia hasta la fecha. Cuatro años

después, el gobierno de Canadá se avino a pagar otros 100.000 dólares a cada demandante que fue objeto

de los experimentos ilegales”. Pág. 53.

46

“Cameron desempaño un papel clave en el desarrollo de las técnicas de tortura contemporáneas de los Estados Unidos. Sus experimentos también nos ofrecen un claro ejemplo de la lógica subyacente en el capitalismo del desastre. Al igual que los economistas defensores del libre mercado, que están convencidos de que sólo mediante un desastre de enormes proporciones –una gran destrucción- se puede preparar el terreno para sus “reformas”. Cameron creía que podría recrear mentes que no funcionaban, y reconstruir personalidades sobre su ansiada tabla rasa, si infligía dolor y traumatizaba el cerebro de sus pacientes”.xxx

Al igual que su predecesor en esta exposición, Klein

desarrolla al máximo la relación denotativa del signo para desestructurar el ocultamiento sistémico. Para la “normalidad” estándar, establecer el nexo entre la CIA18, Cameron y los golpes de estado en el Cono Sur de América es un desafío que puede juzgarse de hiperbólico o fantasioso pero unir también a los economistas defensores del libre mercado en el mismo plano de responsabilidad, podrá parecer a simple vista una fantasía o un juicio de valor demasiado audaz. Quien no haya recorrido el intrincado laberinto de relaciones realizadas a partir de entrevistas a altas autoridades, economistas claves de ciertos procesos llevados a cabo en diferentes partes del planeta, lectura de periódicos y documentos oficiales así como otro tipo fuentes no puede hacerse una idea cabal de la agudeza, seriedad y pruebas documentales que aporta la autora no solo para demostrar sus premisas sino también, y sobre todo, concluir que el desastre se ha convertido en el acicate número uno para la acumulación del capital.

La lógica del capitalismo del desastre es intrínsicamente

destructiva porque requiere para imponer sus políticas económicas de un gobierno autoritario que entre en acción cuando la población está en estado de “pánico” por una emergencia natural o una intervención política. La búsqueda de un estado de tabula rasa en la mente o el imaginario social es similar al que creaba Cameron en sus pacientes. La capacidad de resistencia se anula o se pierde por el pánico y el desconcierto generado en las víctimas.

18

Conviene señalar lo siguiente: “Alfred W. McCoy, un historiador de la Universidad de Wisconsin que

ha documentado la evolución de las técnicas de tortura desde la Inquisición hasta nuestros días en su libro

A Question of Torture: CIA Interrogation fron the Cold War to the War on Terror, describe las

instrucciones del manual Kubark para la privación sensorial y la sobrecarga sensorial subsiguiente como

“la primera revolución real en la cruel ciencia del dolor que ha habido en más de tres siglos”. Según

McCoy, esa revolución no habría tenido lugar sin los experimentos MCGil en los años cincuenta.

“Prescindiendo de sus extravagantes excesos, los experimentos del doctor Cameron, que bebían de las

investigaciones pioneras del doctor Hebb, sentaron las bases del método de tortura psicológica en dos

fases diseñado por la CIA”. Pág. 69. El manual al que se refiere el historiador es de 1963 y la CIA lo

produce dos años después de haber terminado el financiamiento de los experimentos de Cameron, según

los datos aportados por Klein.

47

A raíz de los destrozos del huracán en Nueva Orleáns, la autora recoge expresiones de un congresista republicano y de un rico constructor para ilustrar cómo en medio de la tragedia, surgían propuestas de partir de zero y borrar del escenario toda la intervención estatal. Después, señala como Milton Friedman, “el gran gurú del movimiento a favor del capitalismo de libre mercado” y “responsable de crear la hoja de ruta de la economía global, contemporánea e hipermóvil”, pese a su avanzada edad y precaria salud, publica tres meses después del huracán un artículo en The Wall Street Journal en el cual indica:

“La mayor parte de las escuelas de Nueva

Orleáns están en ruinas –observó Friedman-, al igual que los hogares de los alumnos que asistían a clase. Los niños se ven obligados a ir a escuelas de otras zonas, y esto es una tragedia. También es una oportunidad para emprender una reforma radical del sistema educativo”.xxxi

Friedman no tuvo que insistir para que la tragedia en Nueva

Orleáns se convirtiera en oportunidad para el ex presidente Bush y para que los “libres empresarios” se adueñaran de los bienes públicos que tanto esfuerzo habían costado en las luchas por los derechos civiles de los afro-estadounidenses. La autora contrasta el vertiginoso ritmo de la subasta del sistema educativo con el lento arreglo de los diques y la red eléctrica. Apunta como antes del huracán Katrina, se contaba con 123 escuelas públicas, después sólo había 4; también señala un antes y un después para la existencia de las escuelas chárter (tipo privadas), pasan de 7 a 31. De la misma forma, hay dos tiempos para los derechos de los maestros: antes contaban con un sindicato fuerte, después los contratos fueron destruidos y los 4.700 afiliados del sindicato fueron despedidos; los jóvenes, algunos, obtuvieron trabajo en las nuevas escuelas “chárter” con salarios menores. Los otros, la mayoría, no recuperaron ni su trabajo ni sus derechos. Este guión local, diseñado desde la prensa estadounidense, como se vio, por Milton Friedman y ejecutado por Bush II sin demora, con sus aliados de derecha, ya había sido puesto a prueba a lo largo y ancho del planeta, según la conveniencia del capital transnacional y los intereses de Wall Street. En el micro ensayo llevado a cabo en Nueva Orleáns solo faltaron dos actores y aliados decisivos en el resto del mundo: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Tras las huellas de Milton Friedman y sus “boys” La urgencia por transparentar la alianza colaboradora entre el

uso de la violencia, la fuerza, la represión física o psicológica de las poblaciones y la aplicación de las políticas económicas del libre mercado es, quizás, la preocupación, conceptualmente hablando, más sentida de la autora. Es decir, aunque no lo enuncie abiertamente, éticamente no puede ni quiere permitir que de la lectura de su

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investigación no se desprenda la responsabilidad de los Chicagos Boys en el sufrimiento y dolor de gran parte del planeta, incluidos no sólo sus habitantes sino también sus recursos naturales. No puede haber libre mercado sin la aplicación de la violencia:

“De Chile a Irak, la tortura ha sido el socio

silencioso de la cruzada por la libertad de mercado global. Pero la tortura es más que una herramienta empleada para imponer reglas no deseadas a una población rebelde. También es una metáfora de la lógica subyacente en la doctrina del shock”.xxxii

Después de sintetizar lo que llama un “cuento de hadas”, la

versión oficial difundida en la gran prensa comercial acerca de la lucha de Friedman por la libertad y la democracia; elogios y alabanzas cubrieron el escenario público mundial a raíz de su muerte y The Wall Street Journal lo calificó como: “El hombre de la libertad”. La autora define lo que es su desafío hacia la historia oficial:

“…demostraré que esta forma

fundamentalista del capitalismo ha surgido en un brutal parto cuyas comadronas han sido la violencia y la coerción, infligidas en el cuerpo político colectivo así como en innumerables cuerpos individuales. La historia del libre mercado contemporáneo –el auge del corporativismo, en realidad, ha sido escrita con letras de shock.

Hay mucho en juego. La alianza corporativista está cerca de conquistar su última frontera: los mercados y las economías del petróleo del mundo árabe, hasta ahora cerrados, y sectores de las economías occidentales que llevan tiempo protegidos de la regla de los beneficios”. xxxiii

Su interés por demostrar la relación entre violencia político-

social y violencia económica la sintetiza con una imagen “sarcástica” acerca de Milton Friedman. Se trata del “ OTRO DOCTOR SHOCK”, así lo nombra en un juego metafórico que apunta en dos direcciones: por una parte señala a Cameron, evidentemente; sin embargo, la otra es que así como el psiquiatra canadiense pudo desarrollar sus investigaciones, gracias al apoyo –clandestino- de la CIA. Es decir, hubo una retroalimentación entre la agencia y el psiquiatra. De la misma forma, los economistas de Chicago, requerían de oportunidades políticas y alianzas con políticos que estuvieran dispuestos a las medidas de “shock”, para impulsar su libre mercado. Esa asociación no se logra fácilmente por el contexto político después de la Segunda Guerra Mundial y el reconocimiento de los derechos de los trabajadores que se dio.

49

Su demostración adquiere sentido en un recorrido histórico, como ya se apuntó, de cómo, cuándo y, sobre todo, quiénes fueron los asesores –los gurús- economistas que lidereaban las reformas a lo largo y ancho del mundo. Inicia su rastreo tras las huellas de Friedman con algunos datos biográficos, el halo “místico” con que se revistió la Escuela de Economía en Chicago, la razón de ser de su confesión de fe al fundamentalismo del libre mercado, su relación con Friedrick Hayeck desde 1947, su aislamiento social durante los años en que el entorno político se resistía a aceptar un movimiento de tal envergadura en contra del Estado de bienestar y a favor de la libre empresa. Pero el momento se presentó y Milton Friedman se convirtió en el eje “pensante” que le permitiría al sector privado una reforma para retornar al capitalismo en su estado “más puro”.

¿A quién o a quiénes le debió Milton Friedman su salto a la

fama? Klein resalta lo buen orador y “brillante” matemático del economista y como “la imparcialidad científica” de un intelectual prestigioso le aportaron al sector privado, la voz para expresar abiertamente su predilección por el “laissez-faire”. Y así como en los cuentos de hadas, “llovieron donaciones” sobre la Escuela de Chicago”. Su voz encontró eco y sus críticas al “New Deal” y a la revolución keynesiana pudieron entonarse y resonaron en los oídos para formar alumnos y seguidores del movimiento “neoconservador”. Los “ideales” de la cruzada estaban perfectamente delineados pero quiénes y en dónde se llevaría a cabo no se había definido.

Sin entrar en pormenores de la ruta seguida por la

investigadora, hay un movimiento dentro de los Estados Unidos contra el desarrollismo y desde ahí hacia otras latitudes del mundo. Especial atención recibieron los focos donde el nacionalismo económico estaba dando sus frutos: Irán, Indonesia y el Cono Sur. Éste último es premiado: Chile fue favorecido con “el Proyecto Chile”, a partir de 1956, entre 1957 y 1970, cien estudiantes de esa nacionalidad fueron a cursar estudios de posgrado en la Universidad de Chicago. En 1965, se amplió para estudiantes de toda Latinoamérica, financiados por la Fundación Ford y se creó el Centro de Estudios Económicos Latinoamericanos de la Universidad de Chicago. Entre cuarenta y cincuenta estudiantes latinoamericanos cursaban siempre la licenciatura de economía. Los contrastantes palabras y actos de Arnold Harberger, director del programa, André Gunder Frank, ex alumno de Friedman y destacado desarrollista después, y la trayectoria dichos de estudiantes le permiten a la autora plantear:

“Fue una forma desvergonzada de

imperialismo intelectual. Hubo, sin embargo, un problema: el sistema no funcionaba. Según un informe de 1957 de la Universidad de Chicago a sus financiadores del Departamento de Estado, “el propósito principal del proyecto” era formar a una generación de estudiantes “que se convirtieran en los

50

líderes intelectuales de los asuntos económicos de Chile”. Pero los Chicago Boys no habían alcanzado el gobierno de sus países en ninguna parte. De hecho, estaban quedándose atrás”. xxxiv

Según el análisis de Klein, las preocupaciones del “laissez-

faire”, estaban fuera de contexto en una Latinoamérica que se debatía en la década del 60 entre radicalizar las reformas económicas hacia la nacionalización y la reforma agraria o el centrismo que propiciaba más una integración y cooperación latinoamericana para lograr un bloque económico con que rivalizar frente a Europa y América de Norte. La década del 70 estuvo marcada en todo el continente por la presencia del Gobierno de la Unidad Popular pero evidentemente en Chile lo era más.19 Ya el guión económico estaba preparado y diseñado desde finales la década del 50, faltaba el guión político y quién o quiénes serían los protagonistas. De sobra es conocido, cómo el terror, el asesinato, la calumnia, la extorsión y las desapariciones marcaron el destino del pueblo chileno hasta el día de hoy.

Retomamos, particularmente, la preocupación de la autora: la relación de Milton Friedman y sus seguidores con Augusto Pinochet, como autores intelectuales y ejecutores de un plan que se puede sintetizar en: hambre, pobreza, muerte y persecución a quien se opusiera a ese plan:

“Su Biblia económica, de más de quinientas páginas –un detallado programa que sería la guía de la Junta durante sus primeros días- llegó a conocerse en Chile como el “ladrillo”. Según un comité del Senado que investigó lo sucedido, “los colaboradores de la CIA estuvieron implicados en la elaboración de un plan económico inicial que fue la base de las decisiones más importantes de la Junta durante su etapa inicial”. Ocho de los diez principales autores del “ladrillo” habían estudiado economía en la Universidad de Chicago. (…)

El choque del golpe militar preparó el terreno de la terapia de shock económica. El shock de las cámaras de tortura y el terror que causaban en el pueblo impedían cualquier oposición frente a la introducción de medidas económicas. De este laboratorio vivo emergió el primer Estado de la Escuela de Chicago y la primera victoria de su contrarrevolución global”.xxxv

19

Como se ha reiterado, no es posible seguir paso a paso el análisis. Destacamos que, antes de referirse al

caso chileno con Allende y el golpe de estado de la junta militar, la autora plantea el análisis de Brasil en

1964 e Indonesia en 1965. Ambos golpes de estado perpetrados por militares, bajo la dirección de la CIA

y los Estados Unidos, se convirtieron en modelos de uso de la fuerza y la represión abierta para imponer

medidas de apertura a la inversión extranjera, aunque con algunas diferencias de fechas o de actores. El

caso de Indonesia se destaca por un grupo de lo que ella llama “la mafia de Berkeley”, estudiantes

egresados de esa universidad que lograron imponer un plan económico para el futuro de ese país. El

guión se estaba preparando para Chile.

51

Un epígrafe le sirve para abrir la segunda parte de su libro,

sintetizar y reiterar su objetivo: “Las teorías de Milton Friedman le dieron el Premio Nóbel: a Chile le dieron el general Pinochet”, Eduardo Galeano, Días y noches de amor y de guerra. 1983”. Hay una minuciosa descripción de hechos, actores, factores e instituciones y cómo actuaron para ir destruyendo un tejido social, una cultura, una historia, una población e imponer un modelo de sociedad en el cual la violencia era la norma de vida, pero no solo la violencia política. La autora desentraña continuamente los indicios públicos y privados de los actores políticos e intelectuales para dejar claramente establecido el nexo entre política de terror y política económica.

La comparación del Chile de Pinochet con la Alemania de

Hitler no exime de responsabilidad a Friedman o a sus discípulos, aunque este último recibiera el Premio Nóbel. Puede ser con los argumentos de Gunder Franck o con los planteamientos de Orlando Letelier, asesinado “extrañamente” en Washington en 1976, con las palabras de escritores como Galeano, ya citado, o Rodolfo Walsh, argentino, el crimen contra Víctor Jara; o documentando las complicidades del Departamento de Estado con las juntas militares; las ayudas y consejos de Henry Kissinger en Argentina. Particular atención le dedica al pensamiento esclarecedor de Letelier acerca de la “armonía interna” entre el “purismo” de los adeptos al libre mercado, cuyo ideal es lograr un mercado sin distorsiones y la necesidad de eliminar cualquier atisbo de pensamiento alternativo u opositor.20 Todos esos recorridos llevan a la integración de las políticas criminales de los militares en el Cono Sur con las políticas económicas. El experimento se sintetiza como:

“… La inmensa mayoría de las víctimas del aparato del terror del Cono Sur no eran miembros de grupos armados sino activistas no violentos que trabajaban en fábricas, granjas, arrabales y universidades. Eran economistas, artistas, psicólogos y gente leal a partidos de izquierdas. Les mataron no por sus armas (que no tenían) sino por sus creencias. En el Cono Sur, donde nació el capitalismo contemporáneo, la “guerra contra el terror” fue una guerra contra todos los obstáculos que se oponían al nuevo orden”. xxxvi

¿Cómo y por qué se desliga en el escenario mundial Friedman

de Pinochet? Aunque, como lo señala la autora, el mismo Friedman no solo se reconoce en el modelo chileno sino que lo alaba cuando afirma:

20

Es interesante ver cómo esa “armonía interna” se expresa también no sólo en la alianza para la acción

sino también en el lenguaje con la metáfora de la “limpieza”, cuya similitud con Alfred Rosemberga,

escritor del Tercer Reich es innegable.

52

“Lo verdaderamente importante del tema chileno es que el final el libre mercado cumplió su labor en la creación de una sociedad libre”.xxxvii

Letelier, quien había denunciado y demostrado la relación entre los crímenes de Pinochet y el pensamiento de los economistas de la Escuela de Chicago, muere en 1976, como ya se había apuntado. Tres semanas después le dan el Premio Nóbel de Economía a Friedman. Éste, en su discurso, defiende la tesis de una economía científica, rigurosa y objetiva como cualquier ciencia natural. El reconocimiento mundial lo recibe por su empeño en la relación entre inflación y desempleo. Oculta el efecto de sus ideas en las filas de desempleados, los hambreados y enfermos en Chile. Al año de recibir dicho premio, otro jurado y en otra ciudad otorga el Premio Nóbel de la Paz a Amnistía Internacional por su lucha por los derechos humanos en el Cono Sur.

Para Klein, hay dos nobles cruzadas que, sin saberlo, ayudaron a ocultar la responsabilidad de los economistas de Chicago en los crímenes del Cono Sur. Por una parte, la lucha por los derechos humanos situó en el banquilo de los acusados a los militares y fue decisiva para detener las masacres; sin embargo, al centrar la lucha y la denuncia en el atropello a los derechos humanos, no se pudieron focalizar las causas económicas y políticas. Por otra parte, el Premio Nóbel de la Paz ayudó a visibilizar el crimen pero “el jurado más prestigioso del mundo” colaboró a limpiarle la responsabilidad de uno de los actores fundamentales. La sentencia de la autora es contundente:

“Pero al centrarse puramente en los

crímenes y no en las razones que los motivaron, el movimiento de defensa de los derechos humanos también ayudó a la Escuela de Chicago a escapar de su primer sangriento laboratorio prácticamente sin un rasguño”. xxxviii

“Los sangrientos laboratorios”21 En todos los países citados a continuación, la autora realiza

un análisis pormenorizado de la terapia de shock impuesta a la población, ya sea vía golpe militar, represión física y psicológica; ya sea por medio de la amenaza psicológica después de un shock político o natural. Detalla con pormenores las políticas impuestas por el FMI y el Banco Mundial; así como: quiénes fueron los economistas estrella que elaboraron el plan de políticas económicas y su currículo en tanto alumnos y seguidores de la Escuela de Chicago o afines; así como, el secretismo, las dosis de miedo inyectadas a la población, y las

21

Aunque sea reiterativo, insistimos en la necesidad de apreciar la investigación de Klein “in situ”. Nos

limitaremos a establecer la lista de países y los años. Eso no da ni una imagen remota, de todo su

recorrido documental.

53

urgencias con que se impusieron las políticas económicas22 para no dar tiempo ni al debate ni a la oposición. Ésta última, en muchos casos, como ya se vio, tuvo que enfrentar la persecución, la muerte y la tortura.

- Brasil – 1964. - Indonesia , 1965. - Chile, 1973. - Uruguay, 1973. - Argentina, 1976, 1995. - Inglaterra, 1984 y 1988. Oleada de privatización, a raíz de la

Guerra de las Malvinas. - Bolivia, 1985, 1995. - Polonia, 1989. - China, 1989. - Sudáfrica, 1990. - Rusia, 1991. - México, 1994. - Sudeste asiático: Tailandia, Indonesia, Malasia, Filipinas, Corea

del Sur, 1996. - Estados Unidos y sus dosis internas de terapia de shock, después

9/11. Se desata el boom de la seguridad como industria.

La modalidad para imponer las medidas neoliberales fue el golpe de estado en muchísimos casos. Aunque Friedman negara el nexo entre medidas económicas y violencia política, Klein reproduce las palabras de Stephen Haggard, ferviente neoliberal de la Universidad de California, en las que se lamenta al reconocer que “algunas iniciativas reformistas” se han llevado a cabo a partir de golpes de estado. Añade al Cono Sur, países como Turquía, Corea del Sur y Ghana. Otros países se lograron alinear sin golpes militares pero eran países monopartidistas como: México, Singapur, Hong Kong y Taiwán. El reconocimiento de Haggard es contundente al concluir que las virtudes, entiéndase democracia y política económica de libre mercado, no necesariamente caminan unidas. Para la autora, no hubo, a inicios de los años ochenta, un ejemplo de “democracia pluripartidista” que hubiese adoptado completamente el libre mercado.23

Su análisis pormenorizado de la “armonía interna” entre libre

mercado y doctrina del shock tiene como fin: advertir del peligro actual. Si en 1970 los Chicago Boys quedaron impunes para buscar las próximas conquistas, en el 2009 debemos abrir los ojos y señalar el

22

El paquete de medidas se expresa generalmente por una nueva legislación que puede concretarse en una

nueva constitución política para el país de turno. En Bolivia, impusieron 220 leyes que se aceptaban o se

rechazaban en su totalidad, no había posibilidad de enmiendas. El “rechazo” es un eufemismo, pues el

caso de Bolivia, como el del Cono Sur, ilustra qué significa el rechazo. 23

Mención especial le merece el caso de la impopularidad de Margaret Thatcher en Inglaterra en 1982 y

su “imposibilidad” de llevar a cabo las políticas de privatización. Proceso que revierte entre 1984 y

1988, gracias a la guerra por las Malvinas. Su popularidad cambia y emprende las políticas de

privatización que no había emprendido. La autora establece una actuación paralela en George Bush

después del 11/9.

54

peligro actual: “una nueva era de masacres corporativas” con países sufriendo violencia militar y moldeados por la economía de libre mercado, con desapariciones y torturas a la orden del día. Los ideólogos del “laissez faire” deben ser señalados por su complicidad y coautoría.

Iraq: destrucción y mercado24 Antes de analizar lo sucedido en Iraq. La autora se dedica a

investigar el modelo corporativista de George Bush como estrategia de gobierno. El trío formado por: el gobernador de Texas y futuro presidente, cuya misión principal fue distribuir entre las empresas privadas las funciones del gobierno local; Dick Cheney, como poderoso empresario de Halliburton, apoderándose por medio de dicha empresa de la infraestructura de guerra en el extranjero; y Ronald Rumsfeld controlando las patentes de medicamentos de posibles y futuras epidemias, le posibilita esbozar lo que fue el impulso del estado corporativista que se terminó de impulsar en Estados Unidos después del 11/9. Un Estado vaciado de sus funciones para la vida y el bienestar social, pero explotado por las empresas privadas que le cobran enormes sumas por saquearlo. Todas las funciones de la seguridad se fueron privatizando durante los ocho años del gobierno de Bush y la guerra se convirtió en el gran negocio de unas cuantas compañías.

Ese modelo se lleva a Iraq. Se destruye para acabar con

cualquier atisbo de Estado, empresa, industria, funciones, identidad, memoria, cultura o historia iraquíes. En palabras de Klein, el producto es:

Irak en manos de Bremen fue la conclusión

lógica de la teoría de la Escuela de Chicago: un sector público25 reducido al mínimo número de empleados, en su mayoría contratados, viviendo en una ciudad-Estado creada por Halliburton y ocupados en firmar leyes benévolas con las empresas (redactadas por KPMG) y en entregar fajos de dinero a contratistas occidentales protegidos por soldados mercenarios (escudados, a su vez, en una inmunidad legal total). A su alrededor, gente furiosa cada vez más volcada en el fundamentalismo religioso porque es la única fuente de poder en un Estado hueco. Como el gangsterismo de Rusia y el amiguismo de Bush, el Irak contemporáneo es una creación de la cruzada que lleva cincuenta años privatizando el mundo. En lugar de ser repudiado por sus creadores, merece ser visto como la encarnación

24

Para el caso de Iraq, se señalará lo que, conceptualmente, es más relevante pues la destrucción será

analizada desde las voces testimoniales. 25

Aproximadamente Bremen despidió a 500.000 empleados del Estado con el pretexto de limpiarlo de los

leales a Saddam.

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más pura hasta la fecha de la ideología que le ha dado vida”. xxxix

Evidentemente, ese modelo “perfecto”, cuyo símbolo es la

Zona Verde en Bagdad, donde en medio de la destrucción y el dolor se erigió una isla o una “Ítaca” que recuerde a la sociedad occidental, no pudo implantarse sin la terapia de shock que, para el caso iraquí, implicó una primera invasión y los años de las sanciones económicas anglo-estadounidenses. Sin embargo, la población iraquí debía aprestarse a recibir dosis aún más fuertes al mejor estilo del doctor Cameron. La autora describe detalladamente la campaña de terror de que fueron víctimas los iraquíes:

1/ Anuncios de la estrategia días antes. Se mostraron los

instrumentos del terror. Por ejemplo, se les anunció lo que se iba a realizar. Como parte de esa escuela, se les mostró –aunque no se llegó a utilizar- “la madre de todas las bombas”.

2/ Fueron minuciosamente bombardeados o privados los

sentidos, particularmente el oído y la vista, mediante el asilamiento sensorial. Por ejemplo, “la percepción de la ciudad” fue literalmente cortada, pues se bombardeó y fue consumido por las llamas el Ministerio de Comunicaciones, lo mismo sucedió con cuatro centrales de teléfono. La destrucción de las centrales llegó a sumar un número doce hasta que el 2 de abril quedó un teléfono operando en todo Bagdad. Lo mismo con las emisoras de radio y los canales de televisión. Para la población, psicológicamente hablando lo peor del ataque aéreo fue la destrucción del servicio telefónico. Se dio una combinación de escucha y alteración pues oían y sentían caer bombas por todas partes pero no sabían ni podían saber qué daño o a quiénes estaba afectando realmente. Aterrorizados no podían saber quién estaba bien o mal o calmar a sus seres queridos en el extranjero.

La perdida de la vista fue también paralizante pues sin que se

notara un cambio en la frecuencia de los bombardeos, la ciudad quedó a oscuras. Cinco millones de seres humanos fueron sumidos en una noche “pavorosa y eterna”, el día 3 de abril. Atrapados en sus casas no podían ni hablar ni saber qué sucedía ni ver. Para Klein, “toda la ciudad estaba encadenada y encapuchada” como si estuviera en un interrogatorio de la CIA.

3/ La ciudad fue desnudada al igual que al interrogado se le

despoja de su ropa o de los objetos que le recuerdan quién es y cuáles son sus valores y creencias. Los iraquíes vieron cómo su ciudad fue destruida y lo que no fue destruido, fue saqueado. Llegaban los camiones y cargaban la historia de la civilización y no podían saber para dónde o qué iba a ser de los objetos sagrados de los museos, templos, bibliotecas. La memoria fue borrada. Había que crear la tabula rasa:

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“Resulta difícil de creer, pero de nuevo ése era más o menos el plan de Washington para Irak: sembrar el shock y el terror en todo el país, destruir sus infraestructuras, permanecer de brazos cruzados mientras su cultura y su historia eran víctimas del pillaje, para arreglarlo después con abastecimiento ilimitado de electrodomésticos baratos y comida basura importada. En Irak, este ciclo de borrar una cultura para sustituirla por otra no fue teórico; todo se desarrolló en cuestión de semanas”.xl

A medida que la población iraquí fue perdiendo las esperanzas

de poder incidir en el proceso de reconstrucción, de participación democrática, de toma de decisiones y reaccionó repudiando las medidas y las imposiciones fueron administradas otras dosis de terapia de shock.

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EL DOLOR TIENE ROSTRO Y NOMBRE

Un viaje al infierno y una nueva revelación

La lectura realizada acerca de la Odisea ha permitido interpretar a Ítaca como la metáfora o el símbolo del reino donde las relaciones asimétricas dejan de existir porque el aprendizaje del héroe consistió en convertirse en el polo dominante en cualquier relación. Así el héroe pasa las pruebas que los dioses olímpicos le han impuesto, bajo la tutela de Atenea, y aprende esa regla y el deber de no permitirse ser transparente frente a las mujeres ni aún frente a la inigualable Penélope.

Tanto para Odiseo como para Eneas el viaje al Hades es una iniciación en los misterios de la vida, pues les es posible lo que al común de los mortales le está vedado. De ese conocimiento no regresan, como sucede con los testimonios de chamanes en América o en otras latitudes con el poder de la sanación.26 El viaje chamánico al más allá reviste al iniciado de la capacidad de comunicarse con los espíritus para colaborar y ayudar a las víctimas de las enfermedades. En el caso de los héroes en cuestión, el poder del que son revestidos es el patriarcal, para el primer caso, y el poder de crear la nación llamada a imponerse y dominar a los otros, para el segundo héroe. Las verdades reveladas en el inframundo no se articulan para el bien de los otros sino para la concentración del poder.

El señor Bush asume públicamente una misión en nombre de

los valores cristianos y de la civilización para restaurar el orden en el caos creado por Saddam Hussein primero, después por Al Quaeda y los terroristas. Como se ha demostrado, se concibe a sí mismo como un héroe civilizador cuya misión está bendecida por “Dios”. Aunque en los discursos analizados no lo dice explícitamente, fueron difundidas y comentadas mundialmente sus palabras cuando expresó que Dios se le había manifestado para establecerle una misión.

Jimmy Massey es un soldado estadounidense de los tantos

que tuvo que ir a Iraq en la misión “liberadora” y se definió a sí mismo como “un cowboy del infierno”, por lo menos mientras fue un militar activo. Su libro Cowboys del Infierno, es un testimonio y una revelación de su metamorfosis en marine estadounidense, su trabajo como reclutador y su estadía en Iraq como parte del mayor ejército del mundo y el más poderoso. En su itinerario para convertirse en cowboy del infierno, debió pasar una serie de pruebas por medio de las cuales se hubiera podido consagrar como héroe civilizador, tal y como lo mandaba su comandante en jefe, de no haber sido por la revelación de su propia

26

Al respecto apunta Mircea Eliade: “En cuanto a las técnicas chamánicas del éxtasis, desde luego no

agotan todas las variedades de la experiencia extática atestiguadas en la historia de las religiones y la

etnología religiosa; pero no se puede considerar a un extático cualquiera como chamán; éste es el

especialista de un trance durante el cual su alma se cree abandona el cuerpo para emprender

ascensiones al Cielo o descendimiento al Infierno.”, en El chamanismo y las técnicas arcaicas del

éxtasis, pág.23.

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conciencia. Por lo tanto, Jimmy Massey emprende un viaje por los intersticios de su conciencia y su vivencia aclara dos procesos opuestos: la consagración como soldado estadounidense y el revestimiento de poder que eso implica y la abjuración de serlo, pues la maquinaria de la espiral de la violencia se le hizo insoportable; por lo que no pudo regresar como héroe pues asumió una verdad que estaba vedada para él. En algún momento de su estadía en Iraq, enfrenta a un superior con las siguientes palabras:

“- Señor, creo que lo que estamos haciendo

en Irak es un genocidio. Lo de la ayuda humanitaria es sólo una excusa de mierda; es tan sincera como la afirmación del Presidente Nixon de que él no era un sinvergüenza. Creo que nuestro único objetivo en Irak es el petróleo y las ganancias. Y estamos dejando tanto uranio enriquecido en el campo de batalla que no tendremos que preocuparnos por futuros terroristas o incluso futuros iraquíes, porque los estamos matando poco a poco y uno a uno”. xli

Una vez que rompe con la burbuja ideológica y sale de su Ítaca

mental pues no solo vive el deterioro de su propia vida, sino que observa y enfrenta el dolor de los iraquíes. Deja de verse como único, y empieza a reconocer al otro como ser humano. Los otros y las otras iraquíes son humanos, son sus iguales y le devuelven su propia imagen. Entonces cambia su categoría de sí mismo y es capaz de concluir que:

“Tengo 32 años y soy un asesino psicópata

entrenado. Las únicas cosas que sé hacer es vender a los jóvenes la idea de enrolarse en los Marines y matar. Soy incapaz de conservar un trabajo. Para mí los civiles son despreciables retrasados mentales, unos débiles, una manda de ovejas. Yo soy su perro pastor. Soy un depredador. En el ejército me llamaban Jimmy el Tiburón 1. Para mí todo el mundo es una presa potencial. Sí, todavía miro a los civiles como a presas. Para eso me entrenaron. Me fijo en sus debilidades y en cómo puedo aprovecharme de ellas. Los utilizo. Los mantengo siempre en la incertidumbre. Si dejas ver tus debilidades, estás muerto. Me crezco en el dolor. El dolor significa que la debilidad está abandonando el cuerpo”. xlii

Es elocuente cómo un soldado estadounidense que, quizás no

ha leído la Odisea y si la leyó fue como una novela de aventuras, descomponga en esta cita al personaje Agamenón y los consejos que le da a Odiseo en el Hades: no ser transparente con ninguna mujer. En el caso del personaje femenino en la obra es la representante de la debilidad. ¿Cuál fue el itinerario de este Odiseo que desobedece el

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mandato de su comandante en jefe y cuenta un viaje por su infierno mental y el que vio y vivió en Iraq?

Los ornamentos de la deshumanización

Como los héroes clásicos su descenso al “infierno”, es para

revestirse de poder. El nombre cowboys del infierno lo toma de un grupo de rock y forma parte de un “bautizo” con que él y su grupo se definen durante el entrenamiento recibido. El nombre sintetiza con orgullo, en ese momento, los rituales de poder y endurecimiento para matar por los que están pasando. Éste sería, simbólicamente, su primer viaje y se lleva a cabo durante el proceso de convertirse en miembro de las fuerzas armadas estadounidenses. En el proceso de reclutamiento y entrenamiento se va revistiendo cuál “caballero de la Edad Media” de la armadura, en este caso invisible, pero que lo convierte en soldado. Se trata de aprender, igual que Odiseo, a ser el polo dominante en cualquier relación. El poder que exige deshumanizarse, da la “técnica” para dejar de sentir al otro o la otra en sus necesidades y, sobre todo, en su fragilidad. El proceso sigue etapas determinadas e incluye sus propios rituales.

La iniciación se plantea a partir de un modelo de héroe

“hollywodense” que marca el imaginario infantil masculino, por lo menos para el caso de Massey. El emisor relata la identificación “rámbica” con una maquinaria que enseña a matar y a disfrutar de hacerlo:

“A los diez años sólo pensaba en pasarme el

día pescando y cazando ardillas. Cuando los perseguía, jugaba a estar patrullando por una jungla vietnamita verdaderamente peligrosa buscando a un hombre llamado Charlie y, una vez que lo encontraba, el hombre se convertía en ardilla estofada. Me encantaba jugar a Rambo con mi rifle de aire comprimido”.xliii

El reclutamiento es una “puerta”, también simbólica, que tiene

dos inscripciones -una explícita y la otra invisible- para quienes transitan por ella: “Serás un triunfador y un héroe”; la otra, “Dejas toda esperanza de ser tú mismo y la paz mental”. Massey cuenta como transitó por ella sin siquiera imaginarse que la segunda existiera. Fue enlistado para alcanzar el “sueño americano”; una vez concluido su entrenamiento, actuó después como reclutador, ofreciendo el triunfo, la salida de la pobreza, la posibilidad de realizar estudios universitarios y el alto honor de servir a las Fuerzas Armadas.

Mientras en su fuero interno y, tratando de obviarlo, iba

comprobando cómo se desmoronaba su psique y su identidad bajo situaciones de alta tensión para poder matar a sangre fría, llenar la cuota de reclutamiento mensual de jóvenes con tal de mantener a su familia, con medicamentos anti-depresivos, fármacos para obtener potencia sexual y un horario de trabajo aniquilador. Una forma de

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ejemplificar la presión insoportable que padecen los reclutadores es la “reunión mensual de desmoralización”, para su caso en junio del 2001, se celebró en el Hotel Ramada en Carolina del Sur, “…en ella avergonzaban públicamente a quienes no habían podido lograr sus objetivos”. Todo por el honor de ser soldado.

El honor de ser parte del cuerpo del ejército imperial reviste

como se vio anteriormente todo un proceso de armadura. Se arman físicamente pero también psíquicamente. El primer paso es deshumanizar al enemigo. Al respecto apunta la coautora Natasha Saulnier, en el prólogo del libro, que desde 194427 el ejército estadounidense tuvo que elaborar una estrategia con el objetivo de que sus soldados lograran matar al enemigo, pues el estudio War Psychiatry del Cuerpo Médico del Ejército US destacó, en su momento, que la mayor parte de los mamíferos nos resistimos a matar a nuestros semejantes. Dicha estrategia ha incluido técnicas para insensibilizar, condicionamientos y métodos específicos para negar al otro.28 Agrega Saulnier que, como parte del endurecimiento, debieron enseñar a disparar a blancos en movimiento similares a seres humanos y el acto de matar se empezó a describir con deleite y placer.

Los rituales para aprender a matar se establecen alrededor de

esas dos lecciones: deshumanizar al enemigo y el placer de matar. Para lograr satisfacción al matar a un ser humano, se debe iniciar por la insensibilización personal del guerrero. El endurecimiento tiene múltiples facetas pues pasa por asumir el dolor físico como placer; asociar violencia y sexualidad; humanizar al ejército al grado de convertirlo en la nueva familia para el soldado; diferenciarse del resto de la sociedad y asumir, como propia de la identidad del soldado, la oposición entre militares y civiles, con la consabida superioridad de los primeros; humanizar el fusil al grado de simbolizar la relación con el arma como un acto de amor y, por supuesto, gratificarse con el acto de matar.

El orgullo de ser marine y formar parte de los escogidos al

estar dentro de las Fuerzas Armadas, no se logra sin grados de sacrificio y de tortura física y psicológica. El entrenamiento del soldado siempre va en una escalada de resistencia física y psicológica cada vez más alta. Por ejemplo, el emisor describe el horror que sentía cuando la orden recibida era: “Afílense los dientes!” o “¿Muchachos, es hora de ir a pescar!” La primera se refería a dos horas de ejercicios físicos en el área apelada “squad bay”, el espacio medía unos 185 metros cuadrados con muros en blanco y suelo negro de losa. Según su experiencia, ahí se perdía la noción del tiempo y el espacio. La segunda hora era la más fuerte y la cataloga como una tortura pues:

27

“Según S.L. Marshall, sólo el 15% de los soldados enviados al frente europeo en 1944, apretaron (sic)

el gatillo”. “El miedo a matar más que el miedo a morir era la causa más frecuente del fracaso individual

en el combate.” Op. Cit. p.13. 28

Antes de iniciar el estudio de la obra de Jimmy Massey, se analizó la matriz ideológica de la

deshumanización del otro en el discurso de George Bush.

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“Nos reventábamos el culo, pero los

sargentos instructores nos hacían parar cada diez minutos más o menos para que nos tomáramos una cantimplora llena de agua. Algunos marines llegaban incluso a orinarse en los pantalones. Yo no. Me negaba a que me llamaran puta y me dijeran que no podía aguantarme las ganas de mear. Después teníamos que “ir de pesca”29 y cuando ya no aguantábamos más nos decían que éramos unos niños malos y teníamos que empezar de nuevo”.xliv

El entrenamiento pretende afirmar al joven como un verdadero

“Hombre”. La masculinidad hegemónica convierte al joven en un verdadero guerrero que disfruta del dolor. Massey repite un lema: “El dolor es bueno. ¿Qué hace que la hierba crezca? Sangre, sangre, sangre”. Aunque no aclara su origen, si acompañaba o no los entrenamientos, sí afirma que éste se repetía constantemente en su mente y en su fuero interno se sentía como un “pit-bull en miniatura”. Junto al entrenamiento físico se realiza el revestimiento de la armadura interna. La identidad se afirma en torno a la violencia. La relación con el fusil se establece como un ritual de amor y el lenguaje referido a la sexualidad se asocia con la violencia verbal o física dentro o fuera del ejército.

Los rituales marcan, como ya se dijo, la armadura “mental”.

Massey apunta uno en particular relacionado con el amor al fusil. Todas las noches, el sargento a cargo de su entrenamiento, los alineaba firmes frente a la litera y debían recitar en coro un “poema” dedicado al arma. La recitación expresaba la identificación total y simbólica con el arma, al punto de establecer una relación fetichista con ésta.30 La humanización del fusil es absoluta:

“Éste es mi fusil. Hay muchos como él, pero

éste es el mío. Mi fusil es mi mejor amigo. (…) Mi fusil es tan humano como yo, porque es mi vida. Lo tendré por

29

“Ir de pesca” en su campamento de reclutamiento de San Diego, California significaba realizar un

ejercicio físico también extenuador y muy complejo durante el cual debían deslizarse con la espalda

pegada a una pared con la mano de un oficial sobre sus cabezas y ponerse de cuclillas, tomar un fusil y

realizar acciones con éste, si fallaban, pasaban a la “silla eléctrica”; en la misma posición debían

extender los brazos hacia delante, “pasados unos tres minutos empezaban a temblarme las piernas y

tenía la impresión de que me estaban friendo en la silla eléctrica”. Idem, p.30.

30

Fetichista se usa en este análisis con el sentido que Kart Marx le da al término fetichismo. Se trata de

un proceso ideológico mediante el cual en la producción capitalista, la mercancía aparece desligada del

proceso de producción. La división social del trabajo impide que un solo productor intervenga en el

proceso. Hay una cadena de producción que escapa a los trabajadores y, en su conciencia enajenada, es

decir desligada de todo el proceso que la origina, la mercancía, como producto en el mercado, aparece

independiente del proceso que le dio origen y se muestra con aquellas cualidades humanas que los

trabajadores pierden en el proceso de explotación humana. Los trabajadores se deshumanizan, como

efecto de las condiciones de vida, y las mercancías se humanizan.

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un hermano.(…) Matendré mi fusil tan limpio y a punto como me mantengo a mí mismo limpio y a punto. Seremos parte el uno del otro. Sí, lo seremos. Ante Dios juro este credo. Mi fusil y yo somos los defensores de mi país. Somos los dueños de nuestro enemigo. Somos los salvadores de mi vida. Y así será hasta que la victoria sea de Estados Unidos y no haya enemigos, sino paz”.xlv

La insensibilización y la deshumanización que vive el soldado

parte de la oposición civil-militar para integrarse a una nueva familia. El hecho de que el ejército se autoproclame una nueva familia para el soldado no es únicamente un aspecto formal, implica una nueva socialización. En ese proceso, el soldado va perdiendo sus identificaciones afectivas y emocionales, primero consigo mismo. Se vio claramente como si no alcanza el objetivo de “endurecerse” no se puede valorar a sí mismo. Después con los civiles, y, principalmente, con una parte del género humano que debe aprender a deshumanizar, debe dejar de verlos como humanos y asumirlos como enemigos. Los enemigos son blancos que matar. La deshumanización se acompaña de la humanización del fusil y con éste de toda la maquinaria de guerra. El fusil es el portador de la vida, es humano, y el soldado deja de asumirse con la primera persona singular: Yo, para fundirse en un colectivo –primera persona plural-: Nosotros. La comunión con la maquinaria de matar tiene como uno de sus puntos culminantes la oración al fusil, el credo, además, tiene por testigo a “Dios”. La sacralización del arma condensa un nuevo fetichismo: El arma como portadora de “vida”; las Fuerzas Armadas como portadoras de “vida”. 31

El fusil no solo se humaniza sino que también se feminiza pues

el acto de disparar se compara con el acto sexual y los mismos soldados son tratados como “putas”; la fragilidad es señal de feminidad:

“En su tiempo32, los reclutas solían dormir

con los fusiles, pero los malditos hippies dijeron que aquello era inhumano y tuvieron que dejar de hacerlo. Siempre terminaba su arenga gritando: “No sois más que un puñado de putas, queridas mías”. Desde entonces, siempre me he referido a mi arma como a mi “puta” y, créanme, siempre hice todo por tratarla bien porque como siempre digo, si quieres que tu puta funcione bien, tienes que asegurarte de que esté engrasada, limpia, lubricada y lista para joder y disparar.(…)

Este poema es una historia de amor para los marines”.xlvi

31

Al igual que la otra matriz ideológica, ésta también se encuentra explícita en el discurso de George

Bush. 32

Se refiere a la época en que el sargento que les enseñó el “poema” era recluta.

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La masculinidad hegemónica exige la deshumanización y en

ese proceso no solo se deshumaniza el enemigo. El soldado estadounidense se ve forzado a llevar un proceso en su conciencia similar. Massey pone énfasis en la descripción de múltiples rituales que, como un círculo, van encerrando al soldado en el un modelo mental: poder, fuerza, “joder” y matar. Por razones de espacio no podemos detenernos en ellos minuciosamente pero destacaremos dos o tres de esos rituales con que culmina el aprendizaje de matar. Explícitamente uno de sus superiores -un sargento mayor-, como parte de la bienvenida al entrenamiento, les aclara que harán de ellos “máquinas asesinas”. La jornada de entrenamiento finalizaba con la orden de revolcarse en las cenizas que habían ido dejando los “proyectiles reales” en la hierba. Para regresar al campamento debían correr ocho kilómetros, después de todo un día de práctica, cubiertos de ceniza negra y gris. ¿Se trata de una máscara ritual?

El éxtasis de la deshumanización El endurecimiento de la identidad “masculina” se pone a

prueba constantemente durante los ejercicios de entrenamiento dentro o fuera del país, en escenarios “creados” o en escenarios naturales. Sin embargo, la personalidad y la deshumanización se van apropiando de la diversión, de las relaciones interpersonales hasta el extremo de un vaciamiento como ser humano. Massey no oculta ni se autocensura a la hora de relatar juegos y bromas entre los pares, juegos sexuales con prostitutas, pérdida del afecto con su esposa y la impotencia sexual de la que padece como efecto de la violencia sistémica. Describe escenas de humillación sexual a un compañero más débil -marica para ellos- y la forma en que, bajo efectos del licor, hay “sexo público” ningún tipo de límite porque el deseo de ser violentos domina el acto. Quizás uno de los rituales más impactantes es el siguiente:

“Ahora puedo decir honestamente que los

marines son, probablemente, las peores personas que he conocido en toda mi vida. Nada ni nadie está a salvo cuando los marines están por los alrededores. Pondré un ejemplo. En la base de Okinawa, nos hicimos cargo de Snack, Dinner y Lunch, tres perros callejeros de raza híbrida. Una noche nos emborrachamos y, bien, como se sabe a los marines les cortan el pelo una vez a la semana, así que decidimos afeitar a los perros también. Pero como era tan difícil, los herimos, y de pronto el cabo Rains cogió a Snack, le partió el cuello, agarró un cuchillo y lo destripó. El perro daba unos aullidos terribles y el cabo Rains se bebió su sangre”.xlvii

La insensibilidad ha calado en la identidad del soldado. El

placer de matar se aprendió. Se podría pensar que eso fue un acto que forma parte de una borracherra, pero el relato de Massey es pródigo en

64

ejemplos acerca del ejercicio de la violencia. Al inicio del escrito, la co-autora, lo ejemplifica con los trofeos de guerra. Ella trabó relación con un reservista del cuerpo de Marines que, al igual que Massey, padece de tensión postraumática (TEPT) tras su experiencia en Iraq. Una de los sucesos más perturbadores para el joven fue ser testigo de cómo su sargento robó oro, dinero y documentos de identidad de cuarenta y siete iraquíes que habían sido enterrados en una fosa común. El sargento había vendido los documentos, como trofeos de guerra, entre los marines que deseaban impresionar a sus allegados en Estados Unidos. Además, el reservista contaba para su relato con fotografías de los cuerpos quemados de los iraquíes, éstas mostraban los cráneos y las piernas destrozados por el peso de los vehículos de los soldados estadounidenses. Quienes habían tomado las fotografías de los cadáveres les habían puesto cigarrillos en sus bocas.

Iraq, de la burbuja ideológica a la realidad Tal y como se ha podido observar, el discurso de Jimmy

Massey es prolífico en aportar pruebas, en dar descripciones de lugares, espacios y en establecer un discurso articulado sobre las reglas de la veracidad. Evidentemente, el relato sobre su experiencia en Iraq es antagónica a la visión de “superhéroe” que dio George Bush. Si en el discurso del ex comandante en jefe priva la vacuidad y un texto sin referencia alguna con la realidad, por el contrario, el signo lingüístico en el relato de Massey adquiere el desarrollo denotativo que se le había negado. Su visita a la Universidad de Bagdad es un ejemplo claro de denuncia de lo que su propio ejército es capaz de hacer:

“Lamentablemente, el batallón 1/7 ya había

visitado la universidad iraquí y ya la había jodido. Tan pronto como llegamos, el decano, un hombre bien arreglado y distinguido que llevaba camisa y pantalón de vestir nos saludó, estrechó calurosamente la mano de los suboficiales y oficiales y dijo:

- Bienvenidos. Me alegro de que estén aquí. Entren en (sic) la Universidad.

- Lo seguimos hasta la entrada mientras señalaba su oficina a la izquierda del vestíbulo:

- Miren, mi oficina ha sido destruida por completo.

Miramos adentro y observamos que las mesas estaban patas arriba, las fotos habían sido destrozadas y habían pintado una gran vagina con spray en la pared trasera junto a una foto de Saddam. Nos mostró la biblioteca, donde diez estanterías de unos cuatro metros y medio cada una habían sido derribadas como un dominó; habían roto ventanas, volcado escritorios y pintado un gran pene en la pared con un letrero que decía: “Chupapollas”. Las aulas también habían sido saqueadas”.xlviii

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La anécdota continúa: el decano solicita que le limpien el

destrozo; el teniente y el capitán a cargo de la visita acceden gustosamente a realizarlo. Pero cuando el decano se ocupa de otro asunto, Massey escucha al teniente preguntándole al capitán quién iba a jugar el rol del bueno y quién del malo cuando no se realizara nada. Dejaron la Universidad como la encontraron, aún así el decano les obsequió libros. El emisor rescata su regalo: Alguien voló sobre el nido del cucu. Su libro lleva un capítulo con ese nombre. La violencia extrema y gratuita para con los iraquíes fue el detonante que le exigió la toma de conciencia de ver en quién se había convertido.

El desprecio al otro y a su cultura, constatado en el acto

vandálico que tuvo lugar en la Universidad de Bagdad, no es un caso aislado. El mismo Massey comprueba y es testigo cómo destrozaron y saquearon también el Instituto de la Moda. Cuando él y su grupo se alojaron en este recinto ya había sido víctima de un incendio y del saqueo; aún en esas condiciones el emisor contempla la manera en que un pelotón de morteros destroza vidrios y todo lo que encuentra. Además, sufre la represión de un superior por leer unos documentos acerca de la función cultural que cumplía el Instituto y preocuparse por la autoría del destrozo; su función no era preocuparse por la cultura iraquí, debía enfrascarse en atender lo que hacían sus subalternos. Duda de que los iraquíes sean quienes estuvieran destrozando su propia cultura y por eso recibe una reprimenda. Hasta en los juegos más simples se constata el desprecio a la cultura iraquí. El emisor recuerda como en cierto momento se topan con un burro. Un compañero va a su encuentro, lo acaricia y lo monta, como parte del juego, grita: “-Vamos, arre, vamos a Bagdad. ¡Vete a la mierda, Alá! ¡Vete a la mierda, Alá!”

Es una espiral de violencia en el que se pierde toda noción de

respeto a la vida humana. Varios son los casos, durante su estadía en Iraq, en que pudo ser testigo de muertes gratuitas de civiles, o de ejecutar operativos bajo falsas alarmas o bajo pretextos inexistentes.33 En Nasiriyah se encuentran en una misión de paz; el trato hacia los civiles cambia, en lugar de apuntarlos con el arma, les hablan, hay un intercambio con unos niños y están, los soldados estadounidenses, alertas por un grupo de hombres iraquíes que hablan cerca de un camión militar abandonado, los compañeros de Massey abren fuego como advertencia, en ese momento llegan dos helicópteros Cobra, sobrevuelan el lugar y lanzan un misil, los cuerpos de los iraquíes saltan en pedazos; murieron además del grupo de varones, una mujer y un niño que estaban cerca. Cuando Massey indaga y hace la observación de que se está pasando una línea que no debía pasarse, la respuesta es que los Cobra debían disparar por si los iraquíes estaban armados. Ni siquiera, apunta el emisor, se dio la posibilidad de que la infantería indagara.

33

Los capítulos 14, 15, 16 y 17 del texto desarrollan esa espiral de violencia en Iraq.

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Antes de su llegada a Bagdad, relata la matanza de un grupo de pacifistas que protestaban contra los Estados Unidos, en ésta él participa activamente en un tiroteo de dos minutos y medio. Él mismo disparó doce veces mientras que del lado de los iraquíes no salió ningún disparo, a algunos les dispararon por la espalda. El emisor cuenta como sus soldados gritaban eufóricos por las muertes logradas e insultaban a los iraquíes por “¡Blandengues de mierda!, pues no sabían pelear. Insiste en hacer él mismo la inspección para constatar que se había matado de forma justificada y según las normas de la Convención de Ginebra, etc., etc. No hay tal justificación y observa cómo un muchacho sobreviviente de unos veinte años y con una pierna destrozada lo mira con terror. Comprueba con su inspección que los iraquíes hubieran podido abrir fuego y liquidarlos de haberlo deseado pues cerca del grupo – a unos 150 metros- había tres o cuatro lanzagranadas RPG listos para ser usados. Cuando pregunta quién abrió el fuego, sus hombres responden que habían oído un disparo perdido. La conclusión lógica que el emisor comparte es que un terrorista habría abierto fuego con una ráfaga no con un disparo.

Ese mismo día, poco después, dispararon contra un tractor

que venía a cierta velocidad y no atendió o no vio las señales manuales para detenerse; abren fuego; estalla el tanque de combustible; el conductor, de unos sesenta años, sale envuelto en llamas; mientras tanto los soldados celebran la hazaña y comparan al hombre con Michael Jackson en el anuncio de Pepsi. Pero queda la interrogante: ¿por qué no se escuchó la explosión secundaria, si era que el hombre venía cargado de explosivos? Massey concluye:

“… hoy sigo pensando todavía que el tractor

era el sustento del aquel viejo, que tan solo trataba de huir de ese lugar”.xlix

La realidad de la ocupación queda totalmente desnudada en el

testimonio cuando rompe con el modelo de Odiseo. El poder de dominar ya no satisface. Ser el polo dominante en cualquier relación humana que se presente, ofende, denigra y niega su propia humanidad. Massey rompe con Ítaca cuando los muertos de Iraq dejan de ser enemigos y se convierten en víctimas inocentes. El modelo mental explota en mil pedazos cuando el soldado estadounidense empieza a verse a sí mismo en la mirada de los otros. El terror del pacificista, el dolor del despojado o la despojada. Las víctimas inocentes se convierten en voces en su conciencia que lo llaman a gritos. Queremos cerrar este análisis con el momento en que la asimetría, la que se niega constantemente para formar parte de Ítaca, se hace presente simbólicamente en la vida de Jimmy Massey como soldado estadounidense en Iraq. Un padre llega a pedir ayuda para su hijo en estado de coma diabético y no hay una inyección de insulina para darle y salvarle la vida a aquel niño:

“¿Me queréis decir que podemos traer miles

y miles de toneladas de galones de combustible a

67

través del desierto y costear tres comidas al día para todo el personal en Irak y suministros médicos para todos los marines, pero no podemos dar algo tan simple como insulina para un niño moribundo?

- Mire, sargento. Este niño ya ha estado en tres campos diferentes, Kido, Lima e India. No podemos hacer nada por él – dijo levantando la voz.

Miré en dirección al niño, que me miraba. Su rostro había pasado del júbilo a la desesperación. No quería regresar sin (sic) decirles que nosotros, los Estados Unidos de América, no podíamos hacer nada por él. No quería decir aquellas palabras: “No puedo ayudarte”. No quería mirar a los ojos llenos de lágrimas de aquel niño y aquel padre. Sabía que aquel dulce niño estaba muriendo por nuestra culpa, los Estados Unidos de América, por las bombas y las sanciones. Pero tenía que hacerlo. “Y las palabras que dije ese día y los ojos de aquel niño me perseguirán siempre”.lli

Quizás Jimmy Massey tampoco leyó la Ilíada, y si la conoció no

habrá reparado en la verdad sagrada que revelaba para los griegos. El reconocer al enemigo como un ser humano y hermanarse en el dolor pues la guerra trae sufrimiento y angustia para vencedores y vencidos. Su tragedia es no poder olvidar la mirada de aquel niño, el dolor de las víctimas, el olor de la masacre de la guerra. Pero su tragedia lo convierte de psicópata entrenado en ser humano.

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¿Dónde están las Naciones Unidas? Los mil y un horrores

Es imposible dejar de asociar, desde un marco occidental y

centroamericano, Bagdad, Iraq y el Medio Oriente con los cuentos de Las mil y una noches. Y si se trata de plantear la incapacidad o la rotunda negación del modelo de dominación occidental a aceptar la existencia de las relaciones asimétricas -cuya masculinidad hegemónica es depredadora desde los griegos hasta los estadounidenses-, no solo es imposible dejar de pensar en dicha obra, sino que debemos reflexionar acerca de Sherezade y su capacidad para invertir la amenaza de muerte, pues desde su indefensión, debilidad e impotencia hace uso de la inteligencia, imaginación y elocuencia para desarmar al rey y lograr no solo su vida, sino también el cambio de su condición. También desde la antigüedad, nos enseña Sherezade que el poder de la palabra es un arma cargada de inteligencia y se opone a la fuerza bruta. Por sí misma no transforma pero colabora para develar lo oculto que el poder dominante no visualiza o no quiere aceptar. Sherezade seduce al rey porque tiene un encanto que las otras víctimas no poseían o no supieron usar, la inteligencia y el poder de la palabra.

La lección de Sherezade se actualiza y una vez más desde

Bagdad llegan historias a los oídos sordos de Occidente para conocer el horror de la destrucción y el asesinato de miles de víctimas, la gran parte inocentes y sin ninguna relación con el conflicto. En este caso, se trata de Imán Ahmad Jamás, profesora de literatura y periodista, activista de los derechos humanos, quien recorre las zonas más afectadas de su país, para dar a conocer Lo que significa recibir una visita de las tropas estadounidenses; así se titula una de las crónicas que editó en abril del 2006lii. De eso se trata su libro, de dar a conocer el horror de las víctimas y el dolor por las pérdidas irreparables. A diferencia de la heroína con la que se le ha comparado recientemente, no hace uso de la imaginación ni de la fantasía pues la realidad de Iraq supera cualquier horizonte fantasioso.

La interrogación que le da título a este apartado, se la hacen

una y otra vez las víctimas inocentes de la invasión estadounidense a Iraq, entrevistadas por la autora. Como periodista, su objetivo es documentar. Lo que en el discurso de George Bush se evade, oculta, tergiversa e invierte, en su trabajo se muestra, se palpa y se desnuda: la otra cara de la invasión. El dolor de la masacre y el despojo revelan lo que significa verdaderamente estar en la punta de mira del Pentágono y las Fuerzas Armadas estadounidenses. El polo más débil de la relación asimétrica tiene voz, nombre y rostro. Desde su indefensión, su angustia y su sufrimiento nos permite ver “la humanidad” del “ángel pacificador”; es decir, de lo que es capaz un ejército entrenado para aniquilar “el imperio del mal”. Tal y como lo afirma la autora:

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“Cuando llegamos a Darausha, recordé lo que James Baker dijo antes del ataque estadounidense contra Iraq en 1991: “Devolveremos Iraq a la Edad Media”. 34

Aunque la emisora asume, en esa cita, una primera persona

singular, para recordar y asociar implícitamente la amenaza realizada y cumplida, rara vez su pensamiento o su posición se dejan ver de manera tan evidente. Su propósito es, como ya se planteó, es documentar. Para lo cual, reduce al mínimo la expresión de su emotividad o su pensamiento, con lo que da cabida al testimonio directo de las víctimas. Sus crónicas presentan, en general, una estructura similar: inicia el relato con las dificultades que pasa para llegar a su destino35; da una descripción minuciosa de lo observado en el lugar, es decir, la destrucción llevada a cabo por las fuerzas de ocupación; luego da el testimonio de algunos de los sobrevivientes en ese lugar; y remata con un comentario –propio o de alguien más- acerca de la situación. El cierre plantea generalmente escepticismo pues pone en duda el discurso oficial y la posibilidad de que cumplan las fuerzas de ocupación o el gobierno “iraquí” la palabra de remediar la situación.

Como se ha apuntado con respecto a los otros autores, la

síntesis y el análisis que se hace en este trabajo, no puede dar cuenta del valor de su investigación. En esas crónicas, se articulan el compromiso de la activista de los derechos humanos con un periodismo ejercido desde el deber ético de informar y divulgar lo que los medios de comunicación y la gran prensa comercial no solo no informan sino que ocultan a la opinión pública mundial. Un recorrido por algunas de las crónicas, permitirá visualizar la focalización realizada. Ismán Jamás lee y documenta la ocupación estadounidense desde los más débiles e indefensos. Para lo cual incluye las descripciones espaciales pues, como si se tratara de la decodificación de un nuevo lenguaje, interpreta las señales encontradas en los objetos pues las botas de la ocupación también anduvieron sobre ellos.

Un breve recorrido por las crónicas

34

La autora pone una cita al pie de página y nos dice: “Amenaza espetada por James Baker, entonces

secretario de Estado de EEUU, a Tareq Aziz, vicepresidente y ministro de Exteriores de Iraq, en la

reunión que mantuvieron en Ginebra pocas horas antes del inicio de la denominada Guerra del Golfo de

enero-febrero de 1991”. Op. Cit. p.99.

3535

Aunque la autora, como parte de la ética del periodismo investigativo, oculta hasta donde le sea

posible la categoría de sí misma como emisora y no relata sus propios miedos o dificultades personales

para hacer una investigación de esta índole, quien lee no puede dejar de pensar en su labor como una

verdadera hazaña. Como ejemplo, de una punta del iceberg que queda oculto, se puede medir el nivel de

peligro y horror a la hora no sólo de escuchar los testimonios y observar la destrucción, sino de llegar

hasta los lugares, cuando se lee: “Finalmente, un coche se nos colocó detrás y pidió a nuestro chófer que

se detuviera. Así lo hizo. Su ocupante nos dijo: “Teneís que ir a la izquierda y tomar un desvío, y seguir

por ahí todo el camino hasta Aaluse. Los estadounidenses están en la carretera y disparan a cualquier

coche que se les aproxime Mejor sería que os quedaraís aquí”. Op. Cit., p. 188. Ellos, por supuesto,

continúan por el nuevo trayecto.

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“Bodas de sangre en Murgarladib” Como ya se advirtió, inicia su crónica con la dificultad para

llegar hasta Al-Qaim; logra entrevistarse con el doctor del hospital dos horas después de lo acordado, pues un viaje que “normalmente” duraba cuatro horas, implicó seis o más porque había un fila de unos veinticinco vehículos militares estadounidenses; debían mantenerse a 200 0 300 metros de distancia del último y sin posibilidad de adelantar, aunque la autopista tenía 50 metros de ancho. En una nota al pie de página, aclara que en el último vehículo y el primero de esa gran fila había una señal en árabe con una calavera y tibias cruzadas36 advirtiendo que si no se guardaba una distancia de 100 metros en zona urbana y 300 metros en autopista se abriría fuego.37

El objetivo de su viaje era comprobar la noticia de que las

tropas estadounidenses habían matado a 41 civiles en una boda. El médico le relata que el 19 de mayo del 2004 recibieron en la mañana a unos heridos, provenientes de ese pueblo, la mayoría niños y mujeres. Arribaban al hospital en estado shock, sin saber realmente lo que había sucedido. En el pueblo había unos 42 cadáveres, de los cuales 14 eran niños menores de 12 años y 11 mujeres de diferentes edades. Los muertos presentaban heridas en la cabeza, el pecho y el abdomen. Una de las muertas sujetaba a su hijo con los dientes, después de haber perdido sus manos. Murió en el hospital un niño de ocho meses. En el hospital, se encontraba todavía un niño sobreviviente que desconocía la perdida de toda su familia. En el hospital de Al-Qaim, había nueve heridos con heridas graves. Ahí mismo recoge el testimonio de algunos de los heridos, veamos lo que apunta uno de ellos:

“- Los tiroteos iniciaron a la una y media de la

madrugada. Huí con el cantante de la banda, su nombre es Basem Al-Alí. (Los soldados estadounidenses) utilizaban proyectiles para alumbrarse, seguían a los que huían y los mataban: no dejaron con vida a nadie que se moviera. Eran paracaidistas. Buscaron en la casa y remataron a los heridos. Al alba, llegaron dos helicópteros y recogieron a los soldados. Entonces, pasados unos minutos, vino un avión negro y bombardeó con misiles la casa de Rekad y las de sus hijos, destruyéndolas.

- ¿Qué hiciste? - Ayudé a poner los cuerpos en el camión.

Tuvimos que recoger trozos de cuerpos e intentamos completarlos. Vi cuerpos despedazados. Ayudé a

36

Aunque la autora, no se detiene en la simbología de la calavera y las tibias cruzadas, no deja de ser

llamativo que ése haya sido el símbolo lo los piratas y de las advertencias sobre venenos. 37

En este caso, la advertencia escrita en árabe está presente. Tanto Massey como Jamás apuntan que no

en todos los casos se cumpliría la regla de la advertencia, lo que dio lugar a tiroteos indiscriminados como

el que se vio con el tractorista, relatado por Massey.

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recomponer treinta cuerpos, entre ellos quince mujeres y muchos niños. Se incendiaron seis coches”.liii

De Al-Qaim debían recorrer 130 kilómetros en el desierto para

llegar a Murgaladib. Se trata de un pueblo aislado en el desierto, cuyas casas están separadas unas de otras y cuyos habitantes pasan solo parte del año en éstas para cuidar el ganado. Como es habitual en la cronista, ubica el marco espacial de lo observado. Las descripciones de la destrucción, que ella y su equipo encuentran por doquier, son amplias, detalladas y revelan una mirada que no quiere dejar de reseñar nada pues será la única prueba que quede para el lector:

“Hay dos casas, a unos 50 metros una de

otra, destruidas por su lado sur; los tejados están a ras de tierra. El aspecto de los tejados derrumbados y las barras de hierro retorcidas recuerdan el refugio de Al-Amiriya, que fue alcanzado por misiles estadounidenses en Bagdad en 1991, resultando muertas alrededor de 440 mujeres y niños: la similitud entre ambas situaciones resulta horrible. 38

Todos los cristales están hechos trizas, y las agrietadas paredes cubiertas por cientos de disparos de diferente tamaño. (…)39 Todo ha sido acribillado con miles de balas y perforado por la metralla. Contamos en un plato por lo menos 25 agujeros. Una manguera azul está cortada en varias piezas. Todos los detalles nos dicen que estos eran los objetos utilizados en la celebración de una boda campesina, donde una fiesta importante, con cientos de platos, es signo de prestigio social. También nos dicen que hubo un tiroteo salvaje que duró mucho tiempo”.liv

Las fuerzas de ocupación no solo atacan sino que destruyen y

se ensañan contra las víctimas inocentes y contra los objetos. ¿Qué otro significado puede tener una destrucción total de dos viviendas, más que la de dejar a la población iraquí en estado de shock?, tal y como lo señalaba Naomi Klein. Por otra parte, esta masculinidad depredadora no reconoce límite alguno, una boda, niños, criaturas de ocho meses.

El horror de la comprobación continúa y, avisada por el

camarógrafo, asiste a ver una mancha de sangre al lado de un cercado

38

En este caso, la autora rememora la guerra de 1991. Los testimonios recogidos aluden en ciertos casos

a la experiencia anterior. El terror sufrido entonces se suma al actual. 39

Transcribimos el paréntesis de la cita: “Fuera pueden verse un tanque de agua y un gran camión

destrozados y quemados por las bombas. Hay un aparato de música estéreo roto cerca de la puerta,

zapatos de diferentes tamaños desparramados, muchos de ellos de niños, trozos de las vestimentas que las

mujeres se ponen en Iraq rural manchados de sangre, juguetes infantiles, pasadores de pelo de niñas,

piezas dominó, pilas de cámara… Detrás de la casa, hay decenas de ollas, bandejas, paños de cocina,

hornos de cocer pan, hornillos, un saco de arroz, latas de tomate triturado, aceite de cocinar y sacos llenos

de restos de comida para los animales”. Op. Cit. p. 31

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de ovejas. Un hombre que se les ha unido, un vecino que ayudó a rescatar cadáveres, los conduce a observar otras manchas de sangre:

“Durante los diez minutos siguientes vemos

las cosas más horribles que nunca habíamos visto. La tierra está llena con agujeros de misiles de tamaño diferente, manchas de sangre por doquier, algunas de un metro de ancho. En algunas de ellas, restos de carne humana se secan aún bajo el sol, que cada vez calienta más. En uno de los restos hay un largo mechón negro todavía sin arrancar de la carne. No puedo seguir mirando y regreso huyendo hacia la casa

demolida”.lv

Además de recoger la versión de dos o más heridos en el hospital, se preocupa por tomar la opinión de vecinos, otros protagonistas de la tragedia y compara con el informe policial. Todas las versiones, coinciden en los hechos y en la sucesión de los mismos, incluso el de la policía. Hay una pequeña divergencia con respecto a si el vuelo de un avión era de reconocimiento o un apache. Es la única diferencia en las versiones. Una de sus indagaciones es acerca de si hubo disparos al aire, hecho acostumbrado en las bodas. Uno de los entrevistados en el hospital aclara la existencia de una escopeta en la casa por el peligro de vivir en medio del desierto pero fue escondida en un desván diez días antes de la boda. Los tiros al aire fueron eliminados del festejo como precaución por la situación en que estaban.

La cronología de las acciones es reiterada por un vecino: la

fiesta inició en la tarde; la música y el baile continuaron hasta la diez de la noche; durante la cena él y su familia escucharon un avión dar vueltas mucho tiempo; a las once se fueron los invitados, quedaron únicamente los que llegaron de lejos; entre las dos y media o tres de la madrugada lo despierta el tiroteo; dos helicópteros estuvieron disparando durante más de dos horas hacia las casas de Rekad; alrededor de las cinco de la madrugada, una treintena de soldados se dirigen hacia las casas con linternas en la mano, disparan con armas ligeras; buscaron por la casa y se llevaron todo el oro y el dinero que las víctimas llevaban puesto;40 a las seis de la mañana dos helicópteros Chinook recogieron a los soldados; poco después un caza negro, “que no volaba muy alto”, disparó varios misiles contra las dos casas y las pulverizó. Esta cronología fue reseñada por Hamid Atalá, quien reporta la visión de cinco vehículos blindados que no se acercaron. El testigo también ayudó a recoger cadáveres y fue capaz de indicar, por ejemplo, dónde yacía asesinada la esposa del dueño de la casa, y cuál mancha de sangre era la correspondiente. Él también corrobora que no hubo disparos al aire.

40

Es común en el relato de las víctimas plantear el saqueo de las joyas y el dinero que las víctimas poseen

en su casa, o en el momento de ser atacadas. Por otra parte, Jimmy Massey también lo atestigua en

algunos de las ocupaciones de las que él fue testigo.

73

Para cerrar estas “bodas de sangre”, la periodista entrevista

al padre del novio, Rekad, sobreviviente junto con su hijo viudo, éste último guarda un silencio total. El padre se dirige a ella:

“-Hija mía, dijo dirigiéndose a mí- soy un

pobre hombre viejo. He enterrado a todos mis hijos, hijas y nietos. Han matado a toda mi familia. Estoy muy triste. Pero lo que me pone mucho más triste son las mentiras que están diciendo sobre mí. Todo lo que hice fue celebrar una fiesta para la boda de mi hijo, algo que haría cualquier padre.

Interviene un anciano, sentado al lado de Rekad:

- Que den una sola prueba de lo que dicen, una. Pero son unos mentirosos. Mataron a todas estas mujeres y niños, incluso llegaron a robarles el oro y el dinero –y vuelve a contar lo que había ocurrido en la noche del 18 al 19 de mayo, exactamente la misma historia que habíamos oído de los demás”.lvi

“Mentirosos” es el epíteto y la acusación contra los asesinos

de toda su familia. ¡Cuánta indefensión revela ese epíteto!, o, ¡cuánta bondad para con el enemigo! El despojo absoluto. El número total de muertos fue de 45 personas. El reclamo fundamental una honorabilidad cuestionada y mancillada.

La descrita anteriormente es la tónica de todas las acciones

de que ha sido víctima la población iraquí. Pasamos a continuación a reseñar:

“Lo que significa recibir una “visita” de las tropas

estadounidenses” Esta crónica reúne historias de víctimas también inocentes de

niños, mujeres y hombres que se cruzan en el “pánico” de los soldados estadounidenses. La autora apunta como “un mal hábito” de dichos soldados el disparar dos veces sin pensar a cualquier “cosa móvil” en medio de una calle, una casa o si se desplazan por una carretera. En el mejor de los casos, dicen: “Lo sentimos”, puede que lleguen a dar bastante tarde compensaciones “vergonzosas”, pero la mayoría de las veces ni uno ni otro. En las afueras de la prisión Abu Ghraib, “tristemente célebre por la denuncia de torturas practicadas en ella, estaba Imán Jamás con su equipo, recogiendo impresiones entre los familiares de los detenidos, cuando un joven se acercó con inseguridad hasta ellos para indagar si se interesaban solo por los casos de prisioneros. Frente a la respuesta negativa, los invitó a visitar su pueblito a pocos metros de ahí, cruzando la carretera.

74

Se sitúa en la zona Jan Dari, distrito de Sinaí, un pueblito construido por el Estado para la gente que había trabajado en la reforma agraria. El primer testimonio es de un hombre, padre de familia, agricultor jubilado y conductor de taxi, a continuación una síntesis41 de las acciones de las tropas estadounidenses:

- incursión a las tres de la madruga por enfrente y por detrás de la vivienda;

- disparos con ametralladoras y fusiles; - destrucción de las habitaciones de dos guardas de unos huertos; - saltaron al jardín de su casa; - botaron la puerta con una carga de TNT; - muerte, con la cabeza destrozada, de uno de sus hijos que no

había llegado a esconderse a la cocina y que miraba por unas ventanas de un vestíbulo, a tres metros de la puerta;

- no encontraron combatientes, armas, ni siquiera un cartucho vacío;

- ataron las muñecas del padre de familia, le pusieron un saco en la cabeza, lo tiraron al suelo en la entrada;

- no atendieron las explicaciones del padre de familia; - le dijeron a la mujer que llevara al hijo al hospital, (este acto, según

el afectado, era imposible de realizar porque la carretera a Abu Ghraib estaba llena de puestos de control estadounidenses, aún así le ordenaron llevarlo y no los dejaron pasar del primer puesto de control);

- les impidieron la entrada a la casa cuando regresaron del intento fallido;

- limpiaron el comedor para lavar las manchas de sangre, se llevaron las sábanas, la manta y la alfombra;42

- lo encerraron, junto a otros vecinos, en un tanque con ruedas (vehículo acorazado de multiruedas);

- lo detuvieron dos días, sufrió malos tratos y modos (insultos con palabras soeces e inmorales);

- lo patearon por pedir agua.

Cuando se efectúa la entrevista, la puerta había sido reparada pero los agujeros y trozos de metralla dentro se observaban claramente. En la puerta del baño todavía quedaba el impacto, cerca de donde recogieron al hijo. La madre y un hijo todavía tenían restos de metralla en diferentes partes del cuerpo. A los días de haber sido liberado, llegaron y le dijeron:”Lo sentimos, nos hemos equivocado, no queríamos matar a tu hijo”. Este personaje es uno de los que culmina su relato pidiendo la intervención de las Naciones Unidas, además castigo por la muerte de su hijo y una compensación. ¿Cuándo se le hará justicia?

41

Reiteramos que la síntesis no sustituye ni se acerca al drama que la víctima narra. Se eliminan las

descripciones para visualizar el modus operandi que es precisamente lo que la crónica desea destacar. 42

La víctima asegura haber guardado los guantes manchados de sangre con que limpiaron.

75

Otra víctima: una mujer de 50 años solicita ayuda para poder ver a su hijo y su marido. Este último había sido general y había sido expulsado del ejército al descubrir una conspiración contra Saddam Hussein; el hijo, también arrestado, es oficial de policía, les enseñó sus credenciales y no le sirvió de nada. He aquí, la secuencia de acciones de la “visita” realizada el 25 de mayo del 2004:

- asaltaron la casa a las tres de la madrugada; - los despertó el tiroteo dentro y fuera de la casa; - entraron unos veinte soldados por la puerta de delante y la del

tejado; - gritaron y gritaron sin parar; - le dispararon al marido cuando salía de la cama para ir a ver qué

sucedía, resultó con una pierna herida; - le dispararon en la pierna y en la mano a la mujer cuando se

devolvía hacia su cama por lo sucedido al marido; - le dispararon en los pies a una hija de 24 años que dormía en un

dormitorio del segundo piso cuando corría a ver qué le había sucedido al padre;

- le dispararon en la pierna a una niña de seis años cuando la madre trataba de huir con ella (como consecuencia, la pierna de la niña presenta graves problemas sin solución porque tiene un trozo de metralla incrustado en el hueso);

- rompieron la puerta del piso de arriba y le dispararon a una hija de 16 años (a ésta le sacaron 16 trozos de metralla de sus piernas);

- el intérprete les dijo que ellos (la familia) habían atacado a las tropas estadounidenses;

- encontraron la pistola del hijo policía; - rompieron los muebles, la vajilla, los libros, las puertas, “todo”; - lanzaron el Corán tres veces al aire; - golpearon al hijo policía cuando les hablaba y les enseñaba su

identificación; - encerraron en el baño a los dos hijos y a la mujer del policía que

estaba embarazada (por lo cual sufrió un embarazo de alto riesgo);

- les sustrajeron dos millones de dinares iraquíes y quinientos dólares, las llaves del coche, la agenda de teléfonos y el bolso del hijo, su esposa ignora la cantidad de dinero contenida en él.

El relato continúa y:

“A Asiya se la llevaron los soldados para tratarla en un hospital militar de la Zona Verde. Sangraba copiosamente, necesitaba una operación urgente en los pies. Se la llevaron con su padre en un helicóptero. Cinco días después los militares estadounidenses llamaron a su madre para que fuera a buscarla, pues necesitaba otra operación más de cirugía protésica. Las tropas ocupantes visitaron a la familia diez días después para llevarse los informes médicos y los casquillos de las balas”. lvii

76

En el momento de la entrevista, la mujer desesperada pide ayuda para poder ver al marido que se encuentra en un hospital militar y no la dejan visitarlo, y para ubicar el paradero de su hijo arrestado pese a ser policía. Se pregunta a lo largo de su testimonio por qué los soldados estadounidenses asaltaron su casa en la noche, si hubieran podido arrestar a su marido durante el día, pues él no se estaba escondiendo de nadie, salía y entraba a cualquier hora. Pide la devolución del dinero sustraído.

El 9 de mayo del 2004 una señora de unos 60 años asiste a una

de las conferencias de prensa de la escritora y le pide escuchar su historia. Un asalto similar a los anteriores, perpetrado el 17 de julio del 2003, le sustrae cuatro de sus cinco hijos. Uno de ellos había desaparecido y no se conocía su paradero. Los otros tres estaban detenidos en Campo Bucca, en Um Qasr, una de las grandes prisiones de Iraq en manos de los estadounidenses, por lo menos en ese momento. La madre se las ingeniaba para verlos dos veces al año, pero del tercero no había rastro. A un año de los hechos, todavía ignoraban por qué su casa fue invadida y por qué fueron detenidos esos cuatro varones.

La mirada de la periodista no se centra en cuantificar

víctimas y daños materiales –aunque a veces lo realiza- sino en dar a conocer el grito desgarrador de quién no debe nada ni es culpable y es castigado como si lo fuera. El “demonio terrorista” se encarna en los seres más indefensos y en las situaciones más triviales: en las casas de habitación en la madrugada, de camino al trabajo o al servicio sanitario, al colegio, la escuela, cruzando la calle. La vida cotidiana de las y los iraquíes se vio invadida y violada, y algunos mueren en situaciones inimaginables como si un terremoto los hubiera sorprendido en mitad de un sueño. La tónica de los testimonios se mantiene en términos de la crueldad que se ensaña contra los y las débiles e indefensas. No podemos sustituir el conocimiento de las crónicas ni detallar todos los pormenores de la violencia ejercida contra la población iraquí. Daremos un panorama de los grupos o poblaciones tipificadas en el trabajo.

“Al Qaim: la Faluya desconocida” Mientras la autora investiga la matanza en la boda de

Murgarladib, se entera de que había habido un ataque de las tropas estadounidenses un mes antes en Al Qaim. Inicia comparando la total cobertura de los noticieros al asalto en Faluya, durante ese mes de abril, con la escasa referencia a lo sucedido en Al-Qaim, del 17 al 19 de abril del 2004. Esta ciudad rural se encuentra a 440 kilómetros de Bagdad. Según las noticias una patrulla estadounidense fue atacada y perecieron entre cinco y nueve soldados; reportaron la muerte de más de cien iraquíes. Hasta ahí las noticias. ¿Qué encuentra la periodista?

La indignación del director del Hospital General porque los

heridos del 17 de abril en su mayoría eran mujeres, niños y ancianos que

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pudieron salvarse, si hubiesen contado con los servicios médicos adecuados. Para el médico había sido el día más miserable de su vida. Una síntesis de los sucesos narrados por el director y el administrador del hospital:

- llamadas de socorro durante 24 horas; - impedimento por parte de las tropas estadounidenses de que las

ambulancias salieran a atender; - solicitud del director y otros médicos de que levantaran el

impedimento; - amenaza de que si salían las ambulancias serían atacadas y los

chóferes también; - amenaza cumplida en una ambulancia y en el chófer que resultó

herido ( muestra el vehículo con los agujeros); - solicitud de ayuda al Creciente Rojo (equivalente iraquí de la Cruz

Roja), al alcalde, a la policía, a los responsables sanitarios con iguales resultados;

- pasadas 24 horas pudieron atender únicamente a las mujeres y a los niños (murió un niño de catorce años);

- no pudieron contabilizar exactamente el número de muertos porque, pasadas las 24 horas dieron el permiso de atender heridos (los ya señalados) y enterrar a los muertos, pero las familias se habían apresurado a enterrar a los parientes por miedo a que los ataques reiniciaran, (apunta que algunos fueron sepultados en los jardines de las casas);

- señala un caso de una mujer embarazada, herida en la cabeza, que estuvo desangrándose hasta ser atendida, murió de camino a un hospital;

- el 18 de abril, después de la atención de heridos, muchos vehículos blindados se apersonaron en el hospital para ver a los heridos, se les negó la solicitud;

- tumbaron en el suelo al personal, registraron a los médicos, especialistas y al personal del hospital;

- el director del hospital presentó la queja a los Responsables Sanitarios, sin respuesta;

- el 20 de abril, se presentaron de nuevo las tropas estadounidenses para llevarse a una ginecóloga, acusada de atender a un herido, para interrogarla en una base militar;

- el director se rehúsa a dejarla ir sola y a ir en vehículo militar; - aceptan pero en el lugar los hacen esperar 90 minutos y los

trasladan a otra base militar en tres Humvees43, ahí les atan las manos y les cubren las cabezas con sacos; en ningún momento aceptaron o respetaron las explicaciones médicas sobre el deber de atender heridos;

- la versión del director es corroborada por el administrador del hospital;

- el administrador informa de un cuerpo encontrado en las afueras del hospital, en una bolsa plástica el día 17 de abril, con signos

43

Se trata de los vehículos blindados con varias ruedas.

78

evidentes de tortura extrema del cual cuentan con pruebas fotográficas; al llamar a la policía les dieron cita para el día siguiente porque estaban con un caso de cuatro cadáveres aparecidos asesinados hacía más de un mes; también reporta de un trabajador de gasolinera44 encontrado en circunstancias similares después de haber estado arrestado una semana en Kilo 22, una de las prisiones manejadas por los estadounidenses;

- las paredes del hospital presentan muchos agujeros de bala, la explicación es: “Nos han disparado muchas veces”; da el caso de un médico al que le dispararon cuando iba a entrar a su turno de noche;

- el 17 de abril, el hospital recibió cientos de balas, un hombre que esperaba en una camilla para una radiografía recibió seis balas y murió pocas horas después;

- el 17 de abril no había sido decretado el estado de sitio, era un día normal, a una niña de nueve años le dispararon, a una empleada cuando iba a su trabajo;

- dos pastores son heridos en la puerta del hospital y les prohíben rescatarlos, lo logran después de que el director envía una carta en inglés a los estadounidenses;

- las dificultades para rescatar los heridos se definen en la boca del administrador del hospital como: “La cosa más complicada que he hecho en mi vida” pues había un vehículo blindado cada cincuenta metros;

- impedían el rescate de un hombre herido que se desangraba porque deseaban matarlo, el día anterior habían aniquilado a su hijo de diez años;

- los detuvieron cuando trataban de rescatar a una mujer y a un niño de doce años;

- el día 18 de abril tuvieron cuarenta y cinco heridos; - los detuvieron cuando se dirigían a un pueblo vecino a traer

sangre, bajo la acusación de ayudar a los terroristas, los dejaron continuar porque el administrador del hospital los invitó a acompañarlo para que se aseguraran de lo afirmado.

La enumeración con las referencias a las víctimas lo más

completa posible continúa, destacaremos el siguiente ejemplo para corroborar la imagen del ataque inesperado e indiscriminado:

“En Al-Qaim, como en muchas zonas de Iraq,

la gente construye el baño fuera de la casa, en el jardín. Esaf45 iba del baño al interior de su casa cuando un

44

La mayoría de las víctimas se citan con nombre y apellido, sexo, edad y profesión u oficio. Se eliminan

esos datos para resaltar la acción y el modus operandi. En ese sentido, el trabajo documental de Imán

Jamás es muy respetuoso para con la identidad de los seres humanos, no reporta números, reporta la

muerte dolorosa de personas y trata de dar elementos generales de su identidad. Se eliminan de la síntesis

para no recargar de datos tan específicos. 45

Antes de esta cita, la autora ha aclarado la identidad de Esaf. Se trata de la mujer de Jaleif Al-Salmani,

de unos cuarenta años que perdió su mano derecha en 1983, cuando era soldado de la guerra contra Irán.

Su esposa, de treinta años, madre de nueve niños y embarazada de seis meses fue atacada por el

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francotirador estadounidense que estaba escondido en la segunda planta de la casa vecina le disparó en la cabeza. Aún hay muchos agujeros en la pared junto a la que le dispararon. (…) Uno de los vecinos de la casa de al lado, saltó la valla y llevó a Esaf dentro. Estaba inconsciente y sangraba. Llamó al hospital muchas veces solo para que le dijeran que no podían ir a ayudarlo, que las tropas estadounidenses se lo impedían. No fue sino hasta el mediodía del día siguiente, cuando una ambulancia pudo llegar para ayudar a Esaf. Murió con su bebé camino del hospital. Cuando preguntamos a Ammar, de 18 meses, dónde estaba su madre, nos dijo: “Bush la mató”. Jaleif está furioso:

-¿Qué voy a hacer ahora? Si esta (sic) es la democracia que nos prometieron, no la queremos”.lviii

La muerte de Esaf no sólo deja desolado a su marido y

huérfanos a sus nueve hijos. Su vecino de al lado, Fleiyij Abid Hommadi, salió al jardín para tratar de ayudarla y murió en la terraza, aparentemente las balas procedían de la misma dirección, éste a su vez, deja una viuda con trece hijos. Su viuda, además de desesperada, indignada se preguntaba y le pregunta a Bush y a todo Occidente:

“Durante este último año hemos vivido,

continuamente aterrados. ¿Es ésta la libertad que nos prometieron? ¿Qué clase de seres son?, ¿por qué nos matan de esta manera?, ¿qué les hicieron una mujer embarazada y mi marido?, ¿por qué nos humillan hasta dentro de nuestras casas? Quiero preguntarle a Bush por qué nos está haciendo todo esto. ¿Aceptarían los estadounidenses que alguien les hiciera lo mismo a ellos?”lix

En la lista de los muertos el 17 de abril, se encuentran muchos

discapacitados; por ejemplo, uno de 51 años gritaba pidiendo ayuda, entonces le dispararon en el pecho. La lista de muertes se engrosa de la forma más inaudita: un hombre salía de la mezquita con las manos alzadas y le dispararon; otro por tratar de ayudarlo también resultó herido. Un maquinista de tren relata su propia cuota de horror. Durante un asalto a su casa, lo sacan fuera de ésta y por una llamada se entera que su hermano, sin ninguna participación en ningún acto violento, es apresado y conducido a Abub Ghraib, por llamarse Saddam. Mientras atiende a su madre, desmayada por la noticia, recibe otra llamada comunicándole que su padre yace en media calle baleado por un francotirador. Posiblemente había dejado el trabajo por ayudar a alguien.

francotirador. Su esposo se encontraba, junto con su hijo de 14 años, en el mercado vendiendo una oveja

que la mujer había matado.

80

El terror invadió Iraq y cada ser humano, recién nacido, niño46,

niña, mujer, varón joven, viejo, minusválido o no, debe recibir su cuota de terror. La “democracia” del señor Bush reparte terror y masacre como el pan de cada día. La lista de víctimas continúa en Al-Qaim, cada una daría para que un dramaturgo del siglo XXI, hiciera con su muerte una tragedia pero como las víctimas de los pobres e indefensos solo cuentan para ellos y ellas, quedan en el olvido. El 17 de abril, en Al Qaim y Rumana, las dos únicas comisarías de la zona fueron asaltadas, destrozadas sus puertas, confiscadas sus armas, y robado el dinero”. Al igual que a las autoridades del hospital se les prohibió moverse bajo amenaza de muerte. Y también las autoridades de policía reportan muertes injustificadas, detenciones, asesinatos por tratar de ayudar a los compañeros, etc.

El caso del hospital de Al-Qaim no es único. En la crónica:

“Una visita al Hospital General de Hadiza”, se describe la situación de su hospital. Hadiza es una ciudad de 80.000 habitantes a unos 250 kilómetros al oeste de Bagdad. Su hospital, presentaba un aspecto miserable, puertas y ventanas destrozadas, muros con impactos de bala. El relato de uno de sus médicos aclara que en la madrugada del 7 y 8 de mayo del 2005 hubo un enfrentamiento entre los muyahidin y soldados de EE.UU. por la explosión de un coche-bomba en la carretera principal que pasa detrás del hospital. Las tropas estadounidenses, vehículos blindados y helicópteros asaltaron el hospital en la mañana “disparando a todo y a todos”, y lanzando “bombas sonoras y de humo”.

Prendió fuego el almacén del hospital por un aceite de soya

para el racionamiento. Las fuerzas de ocupación no permitieron que se apagara el fuego y entonces alcanzó el depósito de medicinas, el almacén del laboratorio, la unidad de lavado antisépticos, la unidad de especialidades y otras instalaciones pequeñas. El incendio duró dos días. Esas partes quedaron destruidas y hasta los tejados se cayeron, el hospital debe reconstruirse. Las tropas adujeron que fue consecuencia del coche-bomba. El personal del hospital lo negó e invitó a la periodista a visitar el lugar de la explosión del coche-bomba y ver los restos.

El hospital volvió a ser asaltado el 25 de mayo bajo la

acusación que los muyahidin habían atacado desde ese lugar. El personal lo refuta con la cantidad de heridos que tuvieron que ser desplazados a causa del fuego y de los disparos. Si el hospital hubiese sido el refugio de los combatientes, no habría estado lleno de pacientes y cita el caso de un doctor que estaba a punto de iniciar una operación en el momento del primer asalto. La misma escena se repite, según palabras de la periodista, en Faluya, Ramadi, Tal Afar.

46

Anmar Rahim Zabba tenía diez años cuando se asomó, el 17 de abril del 2004, a la puerta de su casa

para ver los aviones, ahí mismo le dispararon.

81

Hay como lo afirmó Massey en su testimonio una tipología del terror, llevada a cabo por una secuencia de acciones que se repiten compulsiva y obsesivamente en contra de los débiles. La sensación de poder invade el cuerpo y aleja el pánico del soldado estadounidense, lo aleja aniquilando cualquier movimiento humano, indiscriminado. Hacen máquinas de matar. El objetivo del ejército estadounidense después de la Guerra Mundial alcanzó su cometido, no exorcisaron el miedo, pero sí lograron enseñarles a matar y a sentir el placer de matar a cualquier cuerpo en movimiento.

Testimonios de torturados Si el trato normal para la población iraquí es la muerte de una

forma despiadada, cuando se trata de la población “sospechosa” de ayudar a la resistencia, puede cualquiera imaginarse lo que ha sido, si conoce el Chile de Pinochet, las cárceles de Anastasio Somoza en Nicaragua, los escuadrones de la muerte en Guatemala y El Salvador en la década de los ochenta del siglo pasado o cualquiera de las prácticas de la Seguridad Nacional practicadas en el Cono Sur. Naomi Klein tiene razón en rastrear las huellas de Cameron, la CIA, Friedman, Pinochet y sus aliados en el mundo entero. Iraq es como un enorme campo de concentración de acuerdo con las indagaciones de Ismán Jamás.

“La crueldad innecesaria se ha convertido en

una práctica corriente, las palizas, en una rutina, y la tortura hasta matar o dejar incapacitado, en algo normal. La cuestión que se plantea es por qué, debido sobre todo a que esos detenidos han sido arrestados sin pruebas, casi siempre bajo sospechas falsas. Es bien conocida la historia del general Abid Hamad Mawish, que se entregó a los estadounidenses y sin embargo fue humillado y torturado salvajemente ante sus compañeros hasta morir”.lx

La práctica de la tortura al igual que el asalto a las casas en la

madrugada sigue un esquema básico que se diferencia poco en uno u otro caso. Varía, a veces, la intensidad y el período de detención. Los soldados estadounidenses paran a la víctima en la calle, de camino a su casa o al trabajo, donde sea y le preguntan por los combatientes. Los interpelados aseguran no saber nada y entonces los detienen. En la prisión, les vuelven a hacer la misma pregunta y como responden negativamente, los desnudan, parcial o totalmente, y aplican sesiones diarias de tortura de unas dos o tres horas. Encapuchar la cabeza con un saco, golpear, denigrar, amenazar, hacer pasar frío, impedir que duerman, poco o ningún alimento. Un castigo corporal muy usado es el llamado “escorpión” y, según la periodista, al soldado que lo practica se le apoda Satán. Según la descripción de una de las víctimas:

“En una ocasión, un estadounidense casi me

ahogó tapándome la boca y la nariz cuando estaba

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debilitado tras la tortura del escorpión47, y me preguntaba: “¿Confiesas?”, y volvía a asfixiarme de nuevo. Así estuvo durante más de dos horas. A veces venían en grupo a torturarme, tres o cuatro de ellos. Uno se subía a mi espalda o ponía su pie en mi espalda y me la curvaba juntando mis manos y mis pies atados. Otro me golpeó con una porra y me rompió mi mano derecha –puedes ver las cicatrices-. Una vez perdí la conciencia a causa del dolor. Cuando me volví a despertar comprobé que mi mano estaba cubierta de sangre y que de ella salía un clavo”. lxi

En este caso, se describe una sesión de más de dos horas

pues, la asfixia se da después del escorpión y no aclara por cuánto tiempo se le aplicó la primera. El período de detención también es indefinido y puede oscilar entre días, meses o años. Cuando los familiares empiezan a rastrear a los detenidos, en ocasiones, los cambian de lugar que puede ser una base estadounidense o una prisión. Los testigos de semejante cita con los “cowboys del infierno” dicen haber visto cantidades de detenidos, un habitante de Al-Qaim se refiere al hecho:

“Había muchas edificaciones.48 Hasta donde

mis ojos pudieron ver en cada una había unas doscientas personas. También había espacios al aire libre rodeados de alambradas de espino. Pensé que habían arrestado a todos los hombres de mi ciudad: los ancianos, los jóvenes, los ciegos, los sordomudos y los discapacitados49, como Saad Nayim, que sufre trastornos mentales.”lxii

La imagen de los discapacitados no es ninguna hipérbole. En

este caso la retórica se queda corta para aludir a la realidad. En la crónica “Detenidos en el país cautivo”, otro de los tantos relatos de horror, lo protagoniza un paralítico que fue detenido dos veces y, además, torturado sin saber la causa. Durante la guerra Irán-Iraq fue herido, en 1981, y desde entonces se desplaza en silla de ruedas. La primera detención sucedió cuando regresaba del mercado con su hija menor, su casa estaba rodeada por jeeps militares y decenas de soldados. Lo acusaron de atacar un convoy militar. Lo liberaron a los tres días, porque su salud empeoró pues también padece de los riñones.

47

La nombra y la describe después: se trata de unir pies y manos de la víctima atándolos con un cordel

para que la espalda quede curva. 48

Se está refiriendo a Kilo 8, una prisión a ocho kilómetros de Al-Qaim. 49

En la crónica llamada “Tarmiya: la agonía silenciosa”, la esposa relata el asalto a su casa y la captura

de Saad Nayim, un enfermo mental, que en Tamiya la gente lo apela “el loco”. Fue capturado mientras

veía un partido de fútbol. La esposa mostró informes médicos, facturas de medicinas, etc. para probar la

depresión crónica, problemas de personalidad e impotencia. Permanecía prisionero en Campo Bucca,

pese a que su padre ya había ido a explicar la situación del prisionero. Además, los estadounidenses

sustrajeron los documentos del enfermo y la esposa no podía cobrar la pensión. No encontraron nada en

la casa, pero a pesar de eso lo capturaron, sin importar el problema mental de la víctima.

83

La segunda detención fue todavía más impactante. Sucedió

un mes después, cerca de Zona Verde, fue golpeado y torturado, por no saber responder acerca de unas armas que los soldados decían haber encontrado cerca del río. Le patearon la cara y le rompieron la boca hasta sangrar; a pesar de ser invierno le echaron agua helada sobre su cuerpo desnudo. A los seis días de tortura le dio un colapso, lo liberaron casi muerto, fue abandonado en una estación de autos. A la pregunta de por qué lo capturaron, responde:

“Creo que por mi aspecto, ya sabes lo que

piensan cuando te ven con barba50. Decían eso. Me preguntaban por los terroristas. Les dije que desde que me hirieron en la guerra, era muy complicado para mí ir bien arreglado. Detuvieron a mucha gente conmigo, pero me liberaron al ver que me moría. Lo que no entiendo es por qué asaltan las casas con tanta violencia. No necesitan hacerlo así. Estuvieron apuntándome con sus armas, y solo soy un inválido, no puedo ni siquiera vestirme solo.”lxiii

Una de las preguntas sin respuesta que se formula, como se

vio anteriormente la autora, y también las víctimas es por qué tanta crueldad. ¿Por qué son tan crueles? ¿Por qué desconocen la piedad?

Otras de las torturas usadas es el ataúd. Después de recibir

una sesión de dos o tres horas de golpes, la víctima es colocada en una caja vertical de 50 centímetros de ancho, ahí puede permanecer hasta diez días o más. El torturado debe permanecer de pie todo el tiempo que permanezca dentro de la caja, no puede dormir, comer ni sentarse; si se duerme o se cae, recibe un castigo adicional. En algunos casos, la tortura del ataúd era aún más cruel pues se le colocaba a la víctima de cabeza en lugar de pie. Otra modalidad es cubrir la cabeza con un saco verde y colocar una luz enfrente del rostro. Suelen aplastar la boca de los prisioneros con las botas.

Aunque en menor número, pero las mujeres también han

sufrido las detenciones y torturas51 por falsas sospechas. Hay una

50

La autora aclara en una nota al pie de página que la barba “supuestamente” es un rasgo de los

islamistas. 51

El siguiente es un relato, dado por una de las hijas, de lo acontecido a una mujer que fue presa: “Pero

el problema no es ese, insiste Faraj. El problema es que mi madre estaba enferma cuando la detuvieron

en febrero. Le habían hecho una operación en una axila y todavía no le habían quitado los puntos de

sutura. Le ataron, apretando con fuerza, los brazos por detrás, ella lloraba. Le ataron también los pies

y la encapucharon. No se llevaron las medicinas que necesitaba”. Op. Cit. 178. El relato de lo

sucedido, realizado por las hijas, no incluye las torturas de que fue objeto en prisión, porque la madre se

los ocultó. Quien le informa a la cronista sobre las torturas es el abogado de la prisionera. Esa mujer,

detenida en más de una ocasión, estuvo desaparecida durante meses hasta que un pariente, también

detenido, la vio y dio la voz de alarma a la familia. La peor tortura de que fue objeto dicha mujer, fue

cuando le lanzaron el cadáver de su hermano con signos evidentes de haber sido torturado. La autora

relata la primera detención en 2003, después de recibir muchas visitas de los soldados estadounidenses,

84

madre que fue detenida en Al-Qaim, después de su esposo. Ella fue encarcelada junto con cuatro de sus hijas. Los más pequeños quedaron abandonados en su casa.

“Nos interrogaban acerca de los

“muyahidin”52y de los que colocaban minas (explosivas). Yo les decía que no los conocía. Me hicieron estar de pie contra la pared durante cuatro horas hasta que me desvanecí. Nos amenazaron con perros. Les dije que verdad yo no conocía a ningún combatiente. Soltaron al perro, que me atacó y destrozó el vestido. Perdí la conciencia. Una mujer soldado me llevó al hospital; tenía la tensión muy baja. Estaba muy triste y desesperada porque me habían llevado a prisión con mis hijas, aunque somos mujeres. Me gritaban en los oídos. La niña estaba sola en casa con 13 años”.lxiv

A las hijas también las amenazaron con los perros. La falsa

acusación con que justificaban las torturas, era que habían encontrado minas en sus casas. Después de ser liberadas, bajo la presión del pueblo, los jeques y la gente de las tribus, abandonaron su casa y se fueron a vivir a un pueblo porque los soldados las amenazaron con violarlas, si ellos regresaban a sus casas y se las encontraban ahí.

Una Asociación de Derechos Humanos Una vez más narra el recorrido para llegar a Hila, capital de la

provincia Babilonia o Babel, a 100 kilómetros al sur de Bagdad. La explosión de un camión cisterna de gas, acompañado por vehículos militares y tanques, atrasa unas tres horas el viaje. Son recibidos por Hazim Al-AJari, secretario cultural de dicho grupo. El motivo de la visita fue el asalto de las tropas estadounidenses al centro con motivo de una reunión de las fuerzas vivas de la ciudad. En el salón de actos, donde se hacían funciones de teatro para niños, había iniciado el asalto y la pared posterior del escenario presentaba muchos impactos de bala, se veían puertas rotas y una gran mancha de sangre en el camerino, donde corrieron a esconderse muchas personas; en ese lugar les dispararon a dos jeques, uno de ellos era el presidente de la conferencia; en el mismo camerino vieron restos de huesos fracturados. En dicho asalto murieron dos personas, tres fueron gravemente heridas y dos fueron arrestados; uno de los arrestados, para ese momento, todavía se encontraba detenido en Abu Graib, pese a haber sido herido el día del asalto por dos balas, el otro detenido ya había sido liberado.

fue a hablar con el comandante para aclarar la situación. Fue detenida y desaparecida durante diez meses.

En una de sus detenciones vio catorce mujeres en las mismas condiciones. 52

Combatientes de la resistencia.

85

El motivo de la reunión era preparar la III Conferencia de las Fuerzas Populares.53 En la lista de personalidades políticas o culturales a quienes se les dirigió la invitación, se encontraba la señora Mary Witt, asesora de Estados Unidos en la delegación de gobierno de Babilonia, quien, evidentemente, no asistió. También habían sido invitados el gobernador, el alcalde y el director de policía quienes tampoco asistieron.

En dicho salón de actos se llevaban a cabo reuniones con

gente muy diversa: izquierdistas y derechistas; religiosos y laicos; estadounidenses, polacos y españoles; y como lo resalta la autora, el propio Bremer había asistido allí a una reunión; días antes del asalto había habido un espectáculo internacional de británicos e italianos. El objetivo de la reunión era establecer un diálogo entre las fuerzas de la sociedad civil y los estadounidenses para encontrar una vía de entendimiento con las autoridades de ocupación:

“Parece una burla política asaltar y tirotear

una reunión que perseguía lograr un diálogo pacífico. La idea fue del jeque Maizal Al-Hashimi. Él era uno de los hombres religiosos más reconocidos de Hila. Participaban al menos 45 personas. Un acto completamente pacífico; los asistentes no tenían más que sus bolígrafos y sus papeles. (…)

(El ataque) fue un acto inimaginable de terrorismo en la oficina de los Derechos Humanos, donde la gente buscaba refugio frente a la injusticia”.lxv

El asalto se dio al finalizar la reunión, el señor Hazim resultó

herido pues lo tiraron, lo patearon y le golpearon la cabeza con la culata de una pistola, muestra una foto en la que aparece inconsciente cubierto de sangre, él tuvo que ser hospitalizado. La crónica continúa con los pormenores de cómo se realizó el asalto, los gritos, las amenazas, golpes y disparos. Como si fuera ficción, uno de los participantes relata:

“Sachit lo vio y estaba gritando (sic) “¡Por

Dios!, todo está ocurriendo bajo el techo de los Derechos Humanos”, cuando una bala le destrozó la cabeza, haciendo desaparecer la parte superior de la misma”.lxvi

Entre los objetivos del Consejo era ayudar a orientar aspectos

como: la inutilidad de invertir en tuberías donde ya había agua potable;

53

Se cita a continuación la invitación dirigida a todas las fuerzas representativas de la ciudad: “El Comité

Preparatorio del Consejo de Fuerzas Populares de la provincia de Babilonia tiene el honor de invitarte a

asistir a la tercera sesión que se celebrará en el salón de actos de la Asociación de Derechos Humanos a

las 16:30 horas el sábado 1 de mayo de 2004. También te invitamos a unirte a este Consejo a fin de que

todos los sectores puedan participar en el proceso de reconstrucción de Iraq. Es importante asistir a esta

reunión para que puedas expresar tu opinión, participar en las discusiones y expresar tu posición ante el

Consejo. Con los mejores saludos y respetos, El Comité Preparatorio”. Op. Cit. p.82.

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si era real o no la necesidad de ordenadores para las escuelas; realizar un mapeo sobre pobreza, sanidad y educación. Buscaban mejor coordinación entre la sociedad civil y las fuerzas de ocupación para atender los graves problemas de salud pública, educación y pobreza. El delito “aparente” pues no habían recibido ninguna justificación del asalto era su lucha por mantener su autonomía y que no los integraran a las instancias oficiales. Se trata de su propia deducción.

El horror no tiene límites y las pesadillas “democráticas” de la

población iraquí continúan ya sea en los campos de refugiados, en los cuales no existe ni las mínimas condiciones para la vida, ya sea en las calles o en las zonas más rurales, pero cualquiera ser que se movilice puede ser objeto del ataque, no importa si el blanco es infantil, femenino o un simple trabajador, vive y se mueve, ése es su delito.

El signo desprovisto de la función lingüística de denotar, vacío

de referencialidad que nos ofrece el discurso del ex presidente Bush contrasta con la información detallada que nos da Ismán Jamás. Para que el lector o lectora pueda contrastar con las “descripciones” realizadas por el señor Bush, se entresaca la siguiente aclaración sobre Tal Afar de una nota al pie de página, acerca de lo acontecido en esa ciudad:

“El asalto contra Tal Afar, una ciudad

también de la provincia de Al-Anbar, de 200.000 habitantes, se inició en la última semana de agosto, prolongándose hasta mediados de septiembre. En un comunicado del 19 de septiembre, el CRI advertía sobre la crítica situación humanitaria que sufría la población refugiada, hasta 5.000 familias que habían huido de la ciudad “(…) debido a la violencia y las operaciones militares de las tropas de EEUU e iraquíes en su interior”. Del millar de supuestos combatientes que fueron detenidos durante el asalto de 8.500 soldados estadounidenses e iraquíes contra Tal Afar, ni uno solo era extranjero, según han reconocido mandos militares estadounidenses dos meses después, pese a que la justificación de la toma de la ciudad fue de nuevo desarticular la red de Al-Zarqaui”.lxvii

Todo apunta a que mientras en la Ítaca patriarcal, capitalista y

defensora del libre mercado los patriarcas y las patriarcas54 sueñan con

54

Dos ejemplos elocuentes de cómo las mujeres soldados asumen una conducta netamente patriarcal se

citan a continuación: “Basem, no fue torturado, pero presenció como lo eran otros muchos prisioneros.

Una mujer soldado se orinó encima de un hombre religioso con barba y lo violó. Después de eso, el

jeque no volvió a pronunciar ni una palabra: no habló más con ningún prisionero”. Op. Cit. p.174-175.

Basem relata su peregrinaje por diferentes prisiones iraquíes en manos de los estadounidenses y acota las

torturas vistas. El otro testimonio es todavía más cruel: “A otro lo obligaron a acostarse con una mujer

soldado. Se negó, pero lo torturaron hasta que se acostó con ella; entonces ella colocándose un cinturón

con algo que semejaba un miembro viril lo violó. Cuando regresó todavía sangraba”. Op. Cit. p.185.

87

un “eterno presente” en el que siempre constituyen el polo dominante de cualquier relación, en Iraq la realidad se llena de crueldad, riesgo, contaminación55 y destrucción. El punto máximo de esa espiral de violencia nunca se sabe dónde está pues en las investigaciones hechas por la periodista, cada una porta por sí misma tal grado de dolor, tristeza, abandono, pobreza y desolación que sólo cabe preguntarse junto a los y las iraquíes: “¿Cómo pueden ser tan crueles?”:

“Había allí otro detenido llamado Ala Dambi

que tenía sólo un dedo en la mano derecha. Sus hermanas también estaban detenidas. Estuvieron gritando y llamándolo para que las ayudara porque estaban siendo violadas. Las guardianas pisaban con sus botas la cabeza de los hombres. A los soldados no les importaba tocar a un perro, pero no querían tocar a un prisionero iraquí: se ponían guantes. Colgaban a los prisioneros de las manos que habían atado a la espalda y los perros los mordían. De esa manera conseguían que muchos de ellos confesaran cosas que no habían hecho. Había un sitio especial que llamaban “la caja fuerte”, que no tenían ninguna abertura por ningún lado. Encontré también allí a Mohamad, un niño de diez años, que lloraba todo el tiempo”. lxviii

El testimonio de Jimmy Massey marca una ruptura en términos

de un antes y un después de sentir la humanidad de las víctimas. La crueldad deja de tener razón de ser y para la visión del ejército, el soldado ya no es funcional ni está capacitado, empezó a sentir lo que no debía sentir: el dolor del otro u otra y la piedad. El rostro del dolor le permitió verse como un psicópata y ver su propio cuota de dolor y destrucción personal. Las Crónicas de Iraq permiten develar lo oculto, la crueldad y el terror aplicados a la población iraquí. La teoría del shock de Naomi Klein tiene nombre, apellido. Son seres humanos quienes son castigados para terminar con su visión de la vida, su sensibilidad y espiritualidad. El dolor de las víctimas revela la crueldad del opresor. El discurso de las víctimas permite ver la otra cara de la dominación, la real y no la fetichizada que propone el polo dominante.

La respuesta ideológica y discursiva que este estudio plantea

como posible explicación, tiene que retomar lo desarrollado en torno al maniqueísmo de la bondad y la maldad superlativas. El amo imperial se percibe a sí mismo como el polo de la bondad y percibe al otro, su enemigo de turno, como el polo de la maldad. Ambos términos de esa oposición se diferencian antagónicamente en el modelo mental del amo imperial. En ese antagonismo maniqueo la bondad, se deshumaniza pues se desliga de las condiciones económicas, políticas y sociales y

Evidentemente, la proposición de la mujer patriarca es una forma de nombrar la ideología patriarcal

reproducida según el modelo masculino. 55

Ese aspecto queda claro en la visita realizada a los campos de refugiados y los relatos de la

contaminación en Faluya, por ejemplo. Aspecto que Jimmy Massey resaltaba en su testimonio.

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también deshumaniza al “malo” de sus propias condiciones de vida. Genera seres abstractos desligados de la historia. Esos seres abstractos y deshumanizados solo viven en la conciencia de quienes dominan las relaciones asimétricas. Pero, para los dominadores, la relación asimétrica no existe, solo existen los enemigos absolutamente malos y perversos. Y por eso cualquier acción que emprenda la bondad abstracta y deshumanizada es siempre bondadosa y necesaria pues está dando la lección moral que el malvado requiere para someterse a la obediencia de la “ley” dictada por el bueno.

Como se afirmó en el análisis del discurso del ex presidente

Bush, es la lógica del inquisidor. Cualquier sacrificio es necesario, lo que esa lógica requiere, como condición sine que non, es el ocultamiento de la intencionalidad económica y política de la dominación. Dicha intencionalidad sólo existe para quien vive el extremo de la relación asimétrica. La historia oficial y la historia no oficial revelan ese antagonismo ideológico para la Edad Media, para la Conquista y colonización de América, y, por supuesto, para la historia de los Estados Unidos y el resto del mundo, particularmente para América Latina.

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¿OBAMA EN ÍTACA? ¡Un Premio Nóbel de la paz para el comandante en jefe! El objetivo fundamental de este apartado es tratar de

responder a las siguientes preguntas: ¿Rompió Barack Obama con la lógica imperial?, o ¿la lógica imperial rompió al Barack Obama representante del polo más débil de la asimetría? El actual presidente de los Estados Unidos centró su campaña, primero por la candidatura del Partido Demócrata y después por la presidencia de su país, como representante de dos relaciones asimétricas: “la racial” y la económica. Sus discursos aludían constantemente a su origen étnico y al de su madre y abuelos trabajadores luchando por darle educación. Suficientemente difundida y propagandizada ha sido su imagen de afroamericano, producto del esfuerzo familiar y luchador de los trabajadores. Esa exaltación mobilizó la esperanza en una época de crisis y estancamiento económico. Su candidatura y después su elección planteó un hito en los Estados Unidos y en el mundo entero no faltaron masas que vislumbraban un cambio en el horizonte neoliberal, pese a las advertencias de analistas destacados acerca de la imposibilidad de realizar una transformación pues el poder mediático y las corporaciones transnacionales lo impedirían.

Evidentemente, sus promesas de campaña abonaron terreno

para “renovar” la esperanza. En este apartado nos interesará ver cómo se concibió a sí mismo durante la campaña y cómo se visualiza como presidente.

Su relación con la asimetría económica:

- ejemplo vivo de la promesa de la familia americana: alcanzar lo que se propusiese como sueño;

- forma parte de los y las que han hecho posible esa promesa durante 230 años;

- no forma parte de las descomposición política de Washington; - encarna un cambio para mantener viva en el siglo XXI la promesa

americana; - forma parte de un colectivo que se levantaría el 4 de noviembre y

diría: “…ya estamos hartos”; - agradecido con John McCain por haber sido soldado; - diferente a McCain porque capta la problemática en salud,

educación y economía; - diferente a McCain porque sí conoce la ayuda fiscal a las

corporaciones y compañías petroleras; - diferente a McCain porque no está de acuerdo con el desamparo

de cien millones de “americanos”; - diferente a McCain porque no ha estado “abonado” a la “vieja,

desacreditada filosofía republicana”; - diferente a McCain porque no acepta la ley del mercado de librar a

cada quien a su suerte; - como un demócrata que mide el progreso por los beneficios que

le llegan a los y las trabajadoras;

90

- un creyente en la economía que honra la dignidad del trabajo; - un nieto que reconoce el valor de su abuelo por haber ido a la

guerra y recuerda las oportunidades que tuvo como veterano; - desea lo mismo para los veteranos que regresan de Iraq y

Afganistán; - como un hijo que recuerda los sacrificios de su madre trabajadora

para criarlos y educarlos pero que contaba con la ayuda de los préstamos para estudiantes y las becas;

- como un luchador social y solidario para con los desempleados; - como un agradecido nieto de una trabajadora que lo forjó en el

trabajo duro y se sacrificó para él; - como capaz de distinguir entre los famosos de McCain y sus

propios héroes: los trabajadores anónimos; - representante de los héroes anónimos; - capaz de ofrecer promesas de cambio para el bien de todos los

trabajadores; - capaz de ser solidario con las víctimas de los seguros por haber

visto a su madre, enferma de cáncer, pelear con las empresas; - diferente a McCain porque se opuso a la guerra de Iraq por ser

una guerra equivocada, pues no era la amenaza real; - como un aliado de la lucha antiterrorista y por eso estuvo a favor

de más recursos y tropas adicionales para Afganistán; - capaz de resguardar el patrimonio construido por generaciones

de estadounidenses y que la política exterior Bush-McCain ha malgastado;

- capaz de ponerle fin a la guerra en Iraq; - capaz de terminar la lucha contra Al Qaeda y los Talibán en

Afganistán.

En general, esos rasgos dominaron la campaña para encauzar la necesidad de esperanza. En el apartado anterior se sintetiza su alusión a la asimetría económica. Sin embargo, en el mismo texto se aclara que el conflicto económico, la desigualdad y la injusticia social, es decir la explotación de unos seres humanos sobre otros no divide a la sociedad estadounidense. Aparece Ítaca en el horizonte para anular y resolver el conflicto. Se alude a la “realidad”, a la conflictividad de la relación pobreza vs riqueza, pero para exaltar la promesa de cambio y la del sueño americano. Esas críticas a las relaciones asimétricas constituyen el puente para llegar al verdadero objetivo ideológico porque tanto McCain como él aman al país y el patriotismo no tiene partido:

“Yo amo a este país, y John McCain también lo ama. Los hombres y las mujeres que prestan servicio en nuestros campos de batalla pueden ser Demócratas y Republicanos e independientes, pero han luchado y derramado sangre juntos y algunos han muerto juntos bajo la misma orgullosa bandera. No han prestado servicio a una América roja o a una América azul – han prestado servicio a los Estados Unidos de América”.lxix

91

El amor de Barack Obama y John McCain por su país y por su

patria es indiscutible pues en la individualidad de las emociones y los sentimientos no podemos ni queremos entrar si se trata de un análisis ideológico. Sin embargo, cabe el siguiente cuestionamiento: ¿El amor de ambos es el mismo? ¿Expresan ambos la misma sensibilidad? ¿No hay diferencia en el amor de un descendiente de trabajadores a uno que no lo es? ¿Aman de la misma forma los cien millones de abandonados a su patria que George Bush, por ejemplo? El “amor” se convierte en una gran metáfora que anula la desigualdad. Pero, como dentro de Estados Unidos, el histórico, permeado por las contradicciones sociales, económicas y políticas, no se pueden ocultar las diferencias sociales ni las diferentes formas del amor a la patria, hay que salir de la realidad, hay que evadirla y entonces Ítaca se traslada al extranjero.

La metáfora y personificación “orgullosa bandera” cobija en

su seno a todos por igual. En la declaratoria de George Bush acerca de la invasión a Iraq, se vio como se trataba más que todo de una afirmación de la identidad como nación. La identidad estadounidense ligada a la guerra en el extranjero es reiterada por un candidato que se definió como representante de las relaciones asimétricas y que planteaba poner fin a la guerra en Iraq y en Afganistán. La gran madre, llamada patria, se realiza en la batalla, donde todos juntos luchan y mueren por el mismo “ideal”: los Estados Unidos, o sea la gran Ítaca donde las asimetrías y las contradicciones no existen pues todos y todas se igualan en el amor y se sacrifican por ella en el campo de batalla.

El mismo emisor construyó su identidad por su relación con la

asimetría “racial”, se vio a sí mismo como: - fiel creyente en la posibilidad de perfeccionar la unión; - fiel creyente en la decencia y generosidad de los

estadounidenses; - con capacidad para perfeccionar la unión como presidente por su

fe en los estadounidenses y por su propia historia; - es una síntesis de la “raza negra” y la “raza blanca”; - con una familia que sintetiza la fusión “racial”: “…Estoy casado

con una estadounidense negra que lleva sangre de esclavos y dueños de esclavos –una herencia que pasamos a mis dos hermosas hijas. (sic) Tengo hermanos, hermanas, sobrinos, sobrinas, tíos y primas de todas las razas distribuidos en 3 continentes y mientras viva nunca olvidaré que en ningún otro país del mundo esta historia es posible”.lxx

- perteneciente a un país que le posibilitó una experiencia única en el mundo;56

56

Evidentemente, todo el discurso acerca de las “razas” de Barack Obama ameritaría un análisis

exclusivo sobre ese tópico. Aquí, en su “eufórica exaltación de su síntesis racial”, deja de lado por

desconocimiento u omisión deliberada la historia de los países caribeños, Brasil, y gran parte de América

Latina donde esa u otra amalgama de orígenes diversos es posible. Por ejemplo, en el Caribe

costarricense es absolutamente posible una familia donde hay hijos de una madre afroamericana con

92

- sin capacidad para repudiar al Reverendo Wright57, pese a sus declaraciones ni a la comunidad negra;

- tampoco puede repudiar a su abuela blanca por haberle tenido miedo a los hombres negros y haberla escuchado emitir estereotipos que le avergonzaron;

- ama a los Estados Unidos porque toda esa gente forma parte suya; - se diferencia del Reverendo Wright porque no comete el error de

insultar a los EEUU; - él no simplifica ni estereotipa ni amplifica lo negativo para no

distorsionar la realidad; - él no ignora el tema racial para no distorsionar la realidad; - es capaz de entender la ira, el resentimiento, los recuerdos de

humillación, duda y miedo de la generación de Wright y otros afroamericanos;

- él es capaz de entender las raíces de la ira para disminuir los malentendidos existentes entre las “razas”;

- también es capaz de entender la ira existente en “segmentos de la comunidad blanca” por la injusticia del desempleo, los problemas de la pensión, el supuesto desplazamiento de parte de los afroamericanos o el miedo por el crimen en barrios urbanos;

- él hace un esfuerzo de comprensión para disminuir el resentimiento;

- él no centra su atención ni en la ira negra negra ni en los resentimientos blancos;

- él se enfrasca en los verdaderos temas que perjudicas a la clase media;

- él no espera que los resentimientos de los estadounidenses blancos desaparezcan ni quiere etiquetarlos como racistas porque se basan en reclamos legítimos;

- él busca disminuir la diferencia social y allanar el camino a la comprensión.

En su definición de la asimetría étnica, también enarbola su

origen, en el cual aparece una tercer etnia que no nombra. Sin embargo, su esfuerzo por allanar el camino a la unión más perfecta, deja de lado, oculta, omite u olvida explicar, por ejemplo, por qué su esposa es descendiente de esclavos y de dueños de esclavos; qué combinación de relaciones de dominación puede contener esa alusión; por supuesto, el objetivo de nombrarlas no es entrar en la historia de dichas relaciones, sino todo lo contrario, se trata de evadir esa historia de la dominación. Por eso, su distanciamiento del Reverendo Wright, quien puso énfasis en su discurso en la historia de la opresión ejercida sobre los afroamericanos y en la opresión sobre otros pueblos con el terrorismo de estado de Estados Unidos. Por lo tanto, su camino es la unión más perfecta:

diferentes compañeros chino, indígena, negro u otro. Y así sucesivamente sus nietos y nietas. Por otra

parte, no nombra la tercera “raza”. El término raza se pone en comillas porque antropológicamente no se

puede hablar de razas, sería origen étnico o etnias. 57

El tema de la polémica entre el Reverendo Wright y Obama también daría para otro análisis pero nos

desviaría del objetivo de nuestro trabajo.

93

“Aquí es donde estamos hoy en día. En un

punto muerto racial. Un punto muerto donde hemos estado por años. Nunca fui tan ingenuo como para creer que podemos superar nuestras diferencias sociales en una sola elección. Pero tengo una firme convicción –basada en mi fe en Dios y en los estadounidenses- que trabajando juntos podemos ir más allá de nuestras heridas raciales y que de hecho no tenemos opción si queremos continuar el camino hacia una unión más perfecta”.lxxi

En los Estado Unidos de Ítaca, la asimetría económica se

resuelve en el extranjero por el gran amor a la patria y a la bandera; la asimetría racial no puede ni evadirse ni ocultarse ni sacarla al extranjero, se resuelve o se anula en la unión más perfecta y su experiencia familiar única lo faculta para esa misión. Hay una contradicción en la forma cómo plantea la existencia del conflicto étnico y su afirmación de la “unión más perfecta”, pues esta expresión presupone que ya existe la unión perfecta, lo que él plantea es aumentarla. ¿Cómo mejorar lo perfecto que supone ya un estado máximo de bondad o excelencia? ¿Si ya es perfecta cómo perviven la ira “negra” y el resentimiento blanco? 58

Ya electo, en su discurso inaugural, él énfasis recae en la

exaltación ideal de los Estados Unidos para enfrentar la situación difícil por la que están atravesando por la “economía debilitada, consecuencia de la avaricia”, “en guerra contra una red de violencia y odio”, y aparece una responsabilidad ciudadana también causa de la crisis: “…pero también la población ha fallado al tomar malas decisiones a la hora de preparar al país para una nueva era”.lxxii Esas decisiones erráticas de la población se distancian y se diferencian mucho de aquellos “cien millones de americanos” de los que McCain se olvidaba cuando proponía “cientos de miles de millones en rebajas fiscales para las grandes corporaciones y compañías petroleras” pero “ni un solo penique” para ellos. Ese día hay una evocación a Ítaca, a la promesa que ofrece ese ideal, y desaparece la alusión a las asimetrías:

“En este día, nos reunimos porque hemos

escogido la esperanza sobre el miedo, la unidad de propósitos sobre el conflicto y la discordia. (…) Seguimos siendo una nación joven, pero según las Escrituras, ha llegado el momento de dejar a un lado la inmadurez. Ha llegado el momento de reafirmar nuestro espíritu de permanencia, de escoger nuestra mejor historia, de llevar hacia delante ese precioso

58 Y no se trata de un problema de traducción pues el título original apunta en esa dirección: “A

More Perfect Union”.

94

regalo, esa noble idea, que ha pasado de generación a generación: la promesa divina de que todos somos iguales, todos somos libres y todos merecemos una oportunidad de buscar la felicidad absoluta”.lxxiii

En esta exaltación de los Estados Unidos, el país se propone

como ejemplo por haber derrotado el fascismo y el comunismo. Para lograr esa victoria, la grandeza se sostuvo con alianzas sólidas y creencias duraderas más que en los mísiles y tanques de combate. Otorga una gran confianza al poderío de su nación porque establece “la justicia de nuestra causa”, “la fuerza de nuestro ejemplo” y, además, las cualidades de humildad y moderación. Y, por supuesto, el modelo de justicia, humildad y moderación tiene una misión que cumplir:

“… y como hemos probado el trago amargo

de la guerra civil y la segregación y emergimos de ese capítulo oscuro más fuertes y más unidos, no podemos evitar el creer que los viejos odios pasarán algún día, a que las líneas tribales pronto serán disueltas, de que a medida que el mundo se hace más pequeño, nuestra humanidad común se revelará y que EEUU debe jugar su papel en marcar el comienzo de una nueva era de paz”.lxxiv

¿De dónde sale la fuerza moral de los Estados Unidos? ¿Cómo

van a construir la paz? Al igual que lo señalaba el ex presidente Bush, Obama en su

declaración en Fort Hood por las honras fúnebres de las víctimas del atentado, caracteriza a las fuerzas armadas como modelo y fuente de la moral:

“Sus historias describen hombres y mujeres

estadounidenses que respondieron a un llamado extraordinario: el llamado a ponerse al servicio de sus compañeros, sus comunidades y su patria. En la era del egoísmo, encarnan la responsabilidad. En la era de la división, nos exhortan a la unión. En la era del cinismo, nos hacen recordar qué tipo de gente somos los estadounidenses. (..)

Serán testamento del carácter de quienes prestaron servicios y del ejemplo que todos ustedes que visten el uniforme le dan a Estados Unidos y al mundo. (…)

Entonces, nos despedimos de quienes ahora le pertenecen a la eternidad. Seguimos adelante con la búsqueda de la paz que guió su servicio”.lxxv

Las fuerzas armadas están constituidas por verdaderos

“héroes civilizadores” porque construyen la paz. La dimensión de

95

bondad y altruismo asignadas al ejército estadounidense tiene la misma definición que en el universo ideológico de George Bush. El honor de ser comandante en jefe es inigualable porque implica ser la cabeza del ejército más poderoso del mundo, pero, sobre todo, el que conduce a la humanidad a la libertad y la paz, ofrecen su sacrificio constante por llevar la paz a los pueblos. En las declaraciones ofrecidas en el día de los veteranos, el presidente afirma:

“Es un gran honor y un orgullo pasar el Día de

los Veteranos con ustedes en este sagrado lugar donde descansan generaciones de héroes… (…)

Este cargo conlleva muchos honores y responsabilidades. Pero el más sublime es ser Comandante en Jefe. (…)

Así que a todos ellos, a nuestros veteranos, a los caídos y a sus familiares: ningún homenaje, ninguna conmemoración, ningún elogio realmente está a la par de la magnitud de sus servicios y sus sacrificios.59

Éste es un lugar donde es imposible no conmoverse por esos sacrificios”. lxxvi

En el mismo texto, resalta la actuación muy honorable de los

veteranos estadounidenses en Viet Nam y realiza una crítica porque a su retorno en muchos casos encontraron rechazo y negligencia en lugar del agradecimiento y el apoyo que merecían. Continúa resaltando los momentos en que las fuerzas armadas han cumplido el papel de iluminar los principios con que se fundó la nación y como “países por todo el mundo” que sólo conocían el miedo pudieron a probar “los frutos de la libertad”. Iluminar al mundo con la revelación de la libertad sólo se puede hacer por medio de la guerra:

“Y es por eso que nos congregamos en estas

conmemoraciones y recordatorios de guerra para volver a comprometernos con el arduo trabajo de la paz”.lxxvii

Para quienes se sorprendieron por el discurso del Premio

Nóbel de la Paz 2009, cabe aclarar que las piezas del rompe cabezas con que se articula el binomio guerra-paz en el discurso de la dominación imperial están claramente delimitadas desde la antigüedad. El imperio romano daba lecciones de moral y humildad a los pueblos. El imperio del siglo XXI, nos libera del miedo y nos conduce a la libertad. Por otra parte, era necesario que en ese discurso Barack Obama descartara a dos pacifistas, uno de ellos Martin Luther King, pero sobre todo, al que con su vida y sus actuaciones nos dejó el legado de la no-violencia: Mahatma Gandhi. No pueden ser modelos ni referentes para justificar por qué la guerra es necesaria porque ambos diseñaron su estrategia de lucha a partir de la dignidad humana y su rechazo a los

59

El subrayado es nuestro.

96

métodos violentos para la liberación de las diferentes opresiones que subyugan a los seres humanos.

Al igual que en el discurso de su predecesor, el universo

ideológico imperial justifica la existencia de la guerra y de las fuerzas armadas como un acto humanitario y liberador porque si asumiera el dolor y las necesidades de sus víctimas dejaría de ser imperio. Y como Obama, al igual que Odiseo, gobierna en Ítaca, el reino patriarcal donde las asimetrías se anulan por el dominio absoluto del polo dominante, aspira, por supuesto, al eterno presente donde los conflictos desaparezcan porque ya no habrá quien reclame derechos humanos, justicia y paz.

Obama, fiel y orgulloso de cumplir el rol más sublime de su

cargo, llega a recibir el Premio Nóbel de la Paz y justifica la guerra necesaria para llevar la paz, como un sacrificio y una carga de los Estados Unidos:

“El servicio y sacrificio de nuestros hombres y mujeres de uniforme han promovido la paz y prosperidad desde Alemania hasta Corea, y permitido que la democracia eche raíces en lugares como los países balcánicos. Hemos sobrellevado esta carga no porque queremos imponer nuestra voluntad. Lo hemos hecho por un interés propio y bien informado: porque queremos un futuro mejor para nuestros hijos y nietos, y creemos que su vida será mejor si los hijos y nietos de otras personas pueden vivir en libertad y

prosperidad”.lxxviii

La guerra, aunque necesaria, argumenta Obama, constituye siempre una tragedia humana y, no puede elogiarse. Lo que sí merece alabanzas es el objetivo que ésta implica porque es el camino para la paz. Y, con un paralelismo al estilo de Priamo en la Ilíada, afirma que es un mal inevitable porque, aunque ya no es un mal enviado por los dioses, Obama la considera parte de la naturaleza humana y, por lo tanto, también es inevitable pues “surgió con el primer hombre”; la guerra a la manera de la selección natural de Darwin, es una ley natural. La gran diferencia que establece Obama es que en los albores de la historia no “se cuestionaba” su moralidad. Con la civilización, se puede acceder a la guerra justa. Los Estados Unidos pueden encarnar una guerra justa por los principios de la civilización y porque deben seguir “dando el ejemplo respecto a estándares en conducta de guerra”.

En una alocución donde es capaz de alabar y proponer como

ejemplo a Ronald Reagan, afirma:

“Pues la paz no es simplemente la ausencia de un conflicto visible. Solamente una paz justa y

97

basada en los derechos inherentes y la dignidad de todas las personas realmente puede ser perdurable”.

¿Cómo va a lograr que las víctimas de Iraq le crean? Pero las víctimas de Iraq no cuentan, sólo son sacrificios que

impone el deber de liberar al mundo. Con el Premio Nóbel de la Paz, Estados Unidos al igual que Ítaca en la epopeya de la antigüedad, se corona una vez más como el reino donde vive el patriarca sin que ninguna relación asimétrica lo ponga en duda o en peligro. Y es que Ítaca era únicamente posible para Odiseo, una Penélope sin identidad, es decir sin dignidad y un Telémaco, como aprendiz de patriarca. Y, por supuesto, unas fuerzas armadas capaces de procurar todas las materias necesarias para seguir viviendo y defender al reino en cualquier momento frente a los pretendientes. El caballo de Troya fue, para los troyanos, un regalo de los dioses y el símbolo de la retirada y el fin de la guerra. Contenía en realidad su destrucción. Uno de las grandes mitos de la antigüedad nos enseña el peligro que encierran las inversiones de la realidad: Un pueblo pasó de vencedor a vencido y esclavo de la mañana a la noche, después de diez años de resistir a los griegos, por creer en la mentira y el engaño de Odiseo.

¿Hemos salido de Ítaca? ¿O estamos en una Ítaca

romanizada? Una Ítaca romanizada que no tuvo un creador a la altura de Homero, Virgilio u Ovidio que cantara su gloria.

98

UNA REFLEXIÓN NECESARIA La lógica de los sacrificios humanos en Occidente A lo largo del análisis se han podido confrontar diferentes

modelos mentales e ideológicos. Tanto el ex presidente Bush como el actual presidente representan el modelo mental del opresor. En dicho modelo, la evasión de la realidad y la creación de seres y mundos abstractos se estructuran a partir de una lógica en la cual priva la creencia en la superioridad moral y la noble misión que llevan a cabo las fuerzas armadas. En esa lógica, como se ha visto, no hay crueldad, se trata de una carga y un sacrificio. No hay autoritarismo, es un legado y un regalo el que realizan pues llevan la paz y la libertad al mundo. La abstracción puede continuar erigiendo mundos y seres a su imagen y semejanza en una espiral ideológica siempre y cuando oculte, tergiverse, manipule e invierta la realidad. El desconocer la realidad y la humanidad de las víctimas y con éste, su dolor, su humillación, su pobreza y las pérdidas humanas es la condición sine qua non de la identidad del opresor. No se puede oprimir a los seres humanos y verlos como iguales. Únicamente, deshumanizando al otro y a la otra y convirtiéndolos en una abstracción malévola, se puede llevar a cabo el genocidio.

Por otra parte, hemos podido conocer el modelo mental del

soldado estadounidense entrenado para llevar a cabo “la noble misión”. En un testimonio desgarrador, el victimario se refleja en el dolor de su víctima y los ojos del débil le devuelven su verdadera imagen de cruel pero también de ser humano víctima de la dialéctica del poder por la cual estuvo dispuesto no sólo a matar sino a morir. Jimmy Massey es el victimario que se desenmascara a sí mismo y con ese proceso desenmascara la misión en Iraq: el petróleo. Al descubrir la razón de ser de su misión, invierte la lógica imperial y descubre la esencia de la acumulación capitalista y del saqueo: el tesoro, que en la Troya moderna son los recursos naturales y las reservas de energía.

Los iraquíes, que se expresan en las Crónicas de Iraq, no han

podido, aparentemente, como sociedad, construir un modelo mental que justifique o explique la ocupación, la invasión y el saqueo hasta de sus billeteras. Los testimonios recogidos por Ismán Jamás no llegan a generar una creencia uniforme sobre el proceso. Se trata de un rechazo generalizado por la crueldad utilizada. Hay víctimas que ni siquiera cuestionan las acciones en sí, cuestionan el porqué en la madrugada; por qué los detienen con violencia, si podían apresarlos sin ningún problema con solo visitarlos y llevárselos, indagan el porqué de la destrucción. No han construido una respuesta porque no le encuentran la lógica a las mentiras que dicen acerca de ellos y ellas, por ejemplo. Y es que en esas crónicas se expresa el sentimiento de terror y horror de que han sido víctimas y la destrucción de su vida cotidiana. ¡Es la emotividad del que o la que está presa de pánico y dolor! Pero no tienen una respuesta lógica y racional para explicarlo porque ellos y ellas no se

99

ven en la identidad del “terrorista malvado y perverso” con que los inquisidores estadounidenses los juzgan y los castigan.

Ellos y ellas no se perciben como los seres abstractos,

demonios del siglo XXI, que los inquisidores modernos fabricaron para perpetuar la lógica de la dominación. Ellos y ellas siguen siendo la esposa de, la madre de, el vecino, el trabajador de, ellos expresan su propia identidad. Son los seres humanos concretos e históricos que siempre han sido con una nueva identidad: las víctimas de los “cowboys del infierno”. Pero que desconocen por qué si siguieron siendo los mismos de antes, las mismas personas que cumplen las rutinas de la sobrevivencia y viven en las mismas coordenadas geográficas, aunque ya no históricas, son maltratados a los extremos de la crueldad. Ellos y ellas no se expresan todavía, esperemos que nunca lo hagan, bajo la focalización que de ellos hace el poder imperial. Aún se perciben y expresan como ciudadanos de Iraq, con esa nueva condición: las víctimas del terrorismo de estado. En ese sentido, la labor investigativa de Ismán Jamás tiene un valor imperecedero ya que les abrió la posibilidad para verse a sí mismos y a sí mismas bajo su propio parámetro. Podrían eliminar a la población de Iraq pero ya estos testimonios le hablarán a Occidente siempre del precio pagado por los pueblos que viven sobre los “tesoros”.

En medio, de los modelos mentales antagónicos aparecen dos modelos conceptuales para explicar la ocupación en Iraq: el propuesto por Noam Chomsky y el de Naomi Klein. Ambos constituyen marcos de referencia para articular y aclarar la lógica de la dominación. Se trata de investigaciones históricas, económicas y políticas para comprender el juego del poder y los intereses de las grandes transnacionales. La lógica y la ética implícitas en ambos autores llevan el compromiso del o la intelectual con los oprimidos del mundo y la lucha por su liberación, ya no desde el discurso del Primer Mundo sino de la práctica y la gesta diaria de los propios pueblos en busca de sus respuestas para construir una sociedad más justa e igualitaria.

No podemos cerrar este análisis sin aludir, aunque sea

brevemente, a la lógica de los sacrificios humanos en Occidente.60 Franz Hinkelammert conceptualiza a la sociedad occidental como una sociedad que para perpetuarse exige sacrificios humanos. De forma muy sintética, se puede afirmar que compara dos mitos fundantes para Occidente: el mito de Abraham y el mito de Agamenón. Ambos mitos reclaman el sacrificio de un hijo. En el caso de Abraham, el padre por fe no mata a su hijo; su Dios le enseña que aquella ley que exige el sacrificio humano debe relativizarse por fe y así se perpetúa la vida. En el caso de Agamenón, el sacrificio se lleva a cabo para poder salvar el

60

El tema merecería un mayor desarrollo por tratarse de un modelo conceptual que desarticula la lógica

de la dominación occidental. Dos obras fundamentales de referencia: La fe de Abraham y el Edipo

Occidental y Sacrificios humanos y sociedad occidental de Franz Hinkellammert.

100

honor de la Hélade y, gracias a ese sacrificio, los griegos parten hacia Troya y obtienen la victoria. El modelo que priva es el modelo griego.

“Ni en este caso, ni en ningún caso

posterior61, aparece el argumento de que Agamenón se habría liberado en el caso de no haber sacrificado a Ifigenia. ¿No se liberaron los griegos por el hecho de que conquistaron y destruyeron Troya? ¿No fue precisamente el sacrificio de su hija Ifigenia de parte del comandante Agamenón, lo que hizo posible la libertad de Grecia? Es cierto: Abraham, quien por fe no sacrifica a su hijo Isaac, jamás puede conquistar y destruir Troya. Si Agamenón hubiera sido un Abraham y los griegos hubieran aceptado esta fe, ellos no habrían conquistado Troya. ¿Valía la pena? Toda la tradición griega, cristiana y occidental, está firmemente convencida de que no había ninguna alternativa ni para Agamenón ni para los griegos. Esta convicción atestigua solamente que la propia tradición occidental, en su situación actual, tampoco acepta ninguna alternativa para este tipo de sacrificio humano”.lxxix

Occidente es una sociedad cuyos sacrificios no dejan

huellas, porque los justifica mediante las grandes inversiones que los ocultan y los avalan. Recorre la historia de Occidente y aclara la importancia del mito de Ifigenia en la literatura occidental, no así el mito de Edipo que, apenas es significativo para Freud, pues su aparición obedece de cierta forma a la irrupción de los movimientos revolucionarios que cuestionaban la figura del padre para la visión de mundo de la sociedad burguesa. Por el contrario, la presencia de Ifigenia ha sido constante. En su análisis, recorre la Edad Media y estudia la figura de Cristo, el sacrificado por la ira paterna para redimir a la humanidad, en paralelismo con Ifigenia. Pues, en esa lógica, el sacrificio del hijo en Cristo no acaba con los sacrificios humanos. Todo lo contrario, los exalta y posee un valor infinito por tratarse del Hijo de Dios. Según este autor, el cristianismo, en su ortodoxia, al aceptar la muerte sacrificial de Cristo como una redención de la humanidad, genera la urgencia de que esa muerte sacrificial lo sea para todos los seres humanos.

Para la sociedad burguesa, plantea la secularización del mito

y, a partir de los siglos XVI y XVII, la lógica del imperio cristiano, cuya ley es la crucifixión de los crucificadores es reemplazada por la lógica burguesa que se interpreta como ley de Dios:

61

Se refiere a la versión en la literatura griega del mito y a las versiones posteriores de la literatura

occidental.

101

“En lugar del Lucifer-Satanás aparece el caos, y la ley natural, que no es más que la ley del mercado. Lucha en contra de este caos. El caos tiene todas las características de este Lucifer-Satanás y algunas más aún. (…)

La ley natural, como ley del mercado, mantiene en jaque al caos. En todas partes donde se ve amenazada, se ve la amenaza de este caos y con eso la amenaza de la despotía. El caos lleva a la despotía, que no es más que caos ordenado. No obstante, despotía es cualquier resistencia en contra de las leyes del mercado o cualquier intento de intervenir en ellas. Aparece una nueva ley de Dios, secularizada como ley natural, que sustituye la ley religiosa del imperio cristiano medieval. Ahora, todos aquellos que no viven bajo la ley del mercado o que ejercen resistencia en contra de ella, son considerados como enemigos de la humanidad –Locke dice sobre todo: enemigos de la especie humana-, como lo eran en la Edad Media los que despreciaban la sangre de Cristo”.lxxx

El análisis del autor cubre la lógica de las relaciones

capitalistas en esas obras citadas, así como en toda su producción y para eso recorre el pensamiento de sus principales ideólogos, desde Locke hasta Hayek y Friedman. Pero, nos interesa destacar, siempre sobre el mismo Locke, una afirmación que establece poco después. Afirma que Locke reconoce tres poderes legítimos: el patriarcal en la familia, el político en el Estado y el despótico para todos aquellos que no tienen propiedad, fundamentalmente los esclavos.

Para retomar el tema fundamental de este libro, la

masculinidad hegemónica y las relaciones asimétricas, tenemos que volver a Agamenón y Odiseo. Hinkelammert ha desarrollado toda una explicación sobre la vigencia, la exaltación y el sacrificio de Ifigenia. Revisa los grandes autores de la literatura occidental para confirmar cómo Agamenón sigue siendo el héroe trágico y cómo ningún autor ha cuestionado la utilidad de su acción. Sin embargo, alrededor del discurso imperial sobre la invasión a Iraq y sus justificaciones ideológicas, nos surge una inquietud. Agamenón regresa triunfante de Troya y es vencido, por lo menos en la tragedia de Esquilo, por su esposa Clitemnestra y, en otras versiones, el amante de la esposa, Egisto, es el asesino pero con la colaboración de la mujer. El comandante en jefe es asesinado en la bañera de su casa por su esposa. El polo débil se convierte en dominante, ataca y vence. ¡La mujer puede ser altamente peligrosa!

Odiseo, por el contrario, y eso se exalta una y otra vez en la

obra que lleva su nombre es el verdadero héroe triunfador de Troya. La primera razón es que los aqueos le deben el ingenioso ardid del caballo de Troya, que, como vimos anteriormente, constituye una gran inversión,

102

de regalo de los dioses pasa a ser instrumento de opresión y esclavitud. El ocultamiento de la información y la mentira aseguran el triunfo. Pero, por otra parte, Agamenón en el Hades le revela una de las grandes verdades a Odiseo para su triunfo como patriarca: el ocultamiento de información y la mentira hacia la mujer. Como se vio en la primera parte, Odiseo es el modelo de patriarca, pero no creemos que la ideología patriarcal se quede únicamente para la familia.

El modelo de dominación patriarcal es una ideología que, al

igual que Marx lo estableció para la ideología capitalista, se construye sobre la base de la manipulación, el ocultamiento, la tergiversación de la información, y la inversión de la realidad. El eje fundamental de la ideología es que el o la patriarca constituya el polo dominante en cualquier relación. La masculinidad hegemónica abarca, para el caso estadounidense, a los y las soldadas. Jimmy Massey fue desnudando el proceso en cómo se hacía hombre o más hombre. La ideología patriarcal, a partir de la incorporación de la mujer a los ejércitos y a la vida política, deja de ser un elemento socializador de los varones y se constituye en una ideología que abarca ambos sexos. Pero dicha conversión es posible por la forma de anular las asimetrías.

Hay un nexo entre la lógica de los sacrificios humanos y la

lógica patriarcal. Agamenón y Odiseo constituyen dos caras de la misma moneda. Por una parte, Agamenón simboliza la masculinidad hegemónica y el sacrificio humano; por otra, Odiseo encarna la relación entre masculinidad hegemónica y las relaciones asimétricas. El modelo social de dominación para la guerra es Agamenón, el modelo para la “paz” es Odiseo. Este héroe proporciona uno de los fetichismos estructurales de la ideología del opresor: el reino de Ítaca. Para construir ese reino, aparece otro fetichismo: la bondad y la grandeza moral de las fuerzas armadas, la legitimidad de su existencia siempre se demuestra por el “ideal” de alcanzar Ítaca y de las fuerzas armadas surge un tercer fetichismo: el arma del soldado humanizada y portadora de vida62.

El fetichismo, definido a partir de Marx por Franz

Hinkelammert en Las armas ideológicas de la muerte (1981), se entiende como el proceso mediante el cual el sistema capitalista produce su propio universo simbólico, y su espiritualidad. Genera una sensibilidad dominante que tiene un halo religioso mediante el cual justifica su razón de ser: la división de la sociedad en clase y la producción de plusvalía. Esa religión se constituye en el fundamento de la actividad política y de los Estados. Como toda religión presenta sus propias reglas, mandamientos, ética, premios y castigos; establece su propia sacralidad y quienes la resguardan y quienes la profanan. En palabras de Obama, vimos como Fort Hood es un “sagrado lugar”.

62

Aunque en la teoría del fetichismo, Marx, según apunta Hinkelammert, no incluye sociedades

esclavistas o feudales, sino capitalistas. La vigencia del modelo estaba presente desde la antigüedad y se

articula con la lógica capitalista.

103

La mistificación de las relaciones sociales, políticas y

económicas que genera la división social del trabajo se conoce como el proceso de fetichismo. Ese fenómeno no se muestra a los ojos de los seres humanos que de él participamos de una manera transparente. La razón de ser de la acumulación y reproducción del capital escapa de la vida y la sensibilidad cotidianas. Exige de un proceso de reflexión y análisis que permita visualizar las inversiones que contiene, visibilizar lo invisible. Esta mistificación desarrolla un proceso mediante el cual la conciencia se desliga de las condiciones que la producen y encuentra explicación en un “afuera” aparente de la historia, que se manifiesta como totalmente desligado de su origen. En el proceso del fetichismo, el dinero, las mercancías, el oro, el capital se “personifican”, según Hinkelammert, se humanizan, y las personas se “cosifican”; es un reino donde las relaciones humanas ser mercantilizan. El mismo autor señala que la historia del capitalismo se puede esquematizar como: “el fetichismo de las mercancías, el fetichismo del dinero y el fetichismo del capital”.

El punto crucial del fetichismo es que los seres humanos

envueltos en la dinámica de la producción capitalista delegan la decisión sobre su vida o su muerte a un “mecanismo mercantil”, que es obra suya pero no se reconoce como tal y por eso no se hacen responsables de sus consecuencias y efectos. La “imposibilidad” de hacerse responsable de unas consecuencias cuyas causas quedan ocultas, se proyecta en un Dios cuya arbitrariedad es “infinitamente legítima”; se trata del dios de la propiedad privada, de los ejércitos y de la “historia”. Sin embargo, enfatiza el autor, la esencia fundamental de ese Dios es la”renuncia” de los seres humanos a “hacerse responsables de los resultados de la obra de sus manos”. Ese es el Dios invocado en el discurso de los presidentes de los Estados Unidos, que ha escogido a la nación más poderosa como instrumento para revelarse en el mundo y es el que premia y bendice a las fuerzas armadas y maldice y castiga a los malvados terroristas, al estilo de todos y todas las iraquíes que recibieron los beneficios de la visita estadounidense.

Gracias a ese proceso ideológico, ambos presidentes pueden

revelar cual vates consagrados a la divinidad cuáles son los lugares y las misiones sagradas y, además, concebir como sublime el rol de comandante en jefe, y recibir, en el caso de Obama, sin ningún asomo de vergüenza, un Premio Nóbel de la Paz.

El asombro queda para quienes vivimos las consecuencias y

los efectos que su modelo de sociedad produce en el planeta. La historia de Iraq y de América Latina está llena de ejemplos de cómo profanamos al dios-capital cada vez que recordamos nuestros derechos, nuestras necesidades y, sobre todo, nuestra existencia como seres humanos con capacidad de decidir y luchar por nuestro propio modelo de sociedad.

104

i Homero. (2004) Ilíada. Traducción de Antonio López E. (Décima edición) Madrid: Cátedra. p, 146.

ii Idem, p. 1010

iii Idem, p. 1012

iv Idém, p. 1019, 1020.

v Idém, p.1022, 1023

vi Homero. (2004) Odisea. Traducción de José Luis Calvo. (15.a edición) Madrid: Cátedra, p. 206.

vii Idém, p. 106

viii Idém, p. 214

ix Virgilio. (1998). Eneída. Traducción de Rafael Fontán B.. (1era. Edición) Madrid: Alianza Editorial,

p. 172. x Bush, George. (2003) Discurso de G. Bush sobre el comienzo de la guerra, en:

http://www.whitehouse.gov/news/relaeases/2003.

Este artículo fue publicado por primera vez el jueves 20, 2003. Se actualizó por última

vez a las 4:18 en marzo 20, 2003. Traducción de Marta Sánchez S.

xi

Idém, p. 1-4.

xii

Idém, p. 2. xiii

Bush, George. (2008) Declaraciones del Presidente Sobre la Guerra Contra el Terrorismo,

declaraciones del 19 de marzo del 2008 en : http://www.whitehouse.gov/news/relaeases/2008, p.2 y 7.

xiv

xiv

Bush, George. (2006) Declaraciones del Presidente al (sic) City Club de Cleveland sobre la

Guerra contra el Terrorismo, en : http://www.whitehouse.gov/news/relaeases/2008, p.1

xv

Idém, p. 2. xvi

Idém, p.2. xvii

Idém, p. 2.

xviii Stam, Juan. ( 2003) El lenguaje religioso de George W. Bush: análisis semántico y teológico.

(http://servicioskoinonia.org/logos/articulo.php?num=104

xix Op.cit., p. 4. xx Op. cit. p.1-2. xxi

Chomsky, Noam. (2004). Hegemonía o supervivencia El dominio mundial de EE.UU. (1era.

Edición en castellano). Bogotá: Grupo Editorial Norma S.A.. xxii

Op.cit., p. 101 xxiii

Op., cit. P. 96 xxiv

Op., cit. P. 92 xxv

Op. Cit. P. 154. xxvi

Op. Cit. P. 167

xxviii

Op. Cit. P. 177 xxix

Op. Cit. P. 197 xxx

Kein, Naomi. (2007) La doctrina del shock El auge del capitalismo del desastre. Barcelona:

Ediciones Paidós Ibérica S.A. p.53 xxxi

Op. Cit. p. 25. xxxii

Op. Cit. p. 39 xxxiii

Op. Cit. p. 43 xxxiv

Op. Cit. p.95 xxxv

Op. Cit. p´.105-106.

105

xxxvi

Op. Cit. 136 xxxvii

Citado por Klein, p.160. xxxviii

Op. Cit. p. 161. xxxix

Op. Cit. p. 471. xl

Op. Cil. p.447. xli

Massey, Jimmy. (2006) Cowboys del Infierno. Madrid: Ediciones Tímeli-Apóstrofe, p. 228. xlii

Idem, p.15. El subrayado no es nuestro. xliii

Idem. p. 20. xliv

Idem. P. 29. xlv

Idem, p.26. xlvi

Idém, p. 26 xlvii

Idem, p.57 xlviii

Idem, p. 205-206. xlix

Idem. P. 173. l Idem, p. 236.

li Idem, p.235.

lii Jamás, Imán Ahmad. (2006). Crónicas de Iraq. Madrid: Ediciones del Oriente y del Mediterráneo.

Versión digital. liii

Idem, p. 29. liv

Idem. P. 31. lv Idem. P. 31.

lvi Idem, p.34.

lvii Idem, p.42.

lviii Idem, p.54.

lix Idem, p. 55.

lx Idem, p. 60.

lxi Idem, p. 63

lxii Idem, p. 62.

lxiii Idem, p. 180-181

lxiv Idem, p. 71

lxv Idem, p.83.

lxvi Idem, p. 86.

lxvii

Idem, p. 252-253. lxviii

Idem, p. 186. lxix

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ÍNDICE Introducción……………………………………………………………………......2 Un peregrinaje por la antigüedad………………………………………………4 El discurso de un “ángel pacificador”………………………………………...16 Rompiendo la burbuja ideológica………………………………………………34 El dolor tiene rostro y nombre…………………………………………………..57 ¿Obama en Ítaca?................................................................................ 89 Una reflexión necesaria…………………………………………………………..98