CUADERNO DE DOCUMENTACION - Ministerio de Hacienda

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MINISTERIO DE ECONOMÍA Y SECRETARIA DE ESTADO DE ECONOMIA Y APOYO A LA EMPRESA DIRECCION GENERAL ANALISIS MACROECONOMICO Y ECONOMÍA INTERNACIONAL SUBDIRECCION GENERAL DE ECONOMIA INTERNACIONAL CUADERNO DE DOCUMENTACION Número 94 ANEXO VIII Alvaro Espina Vocal Asesor 24 de Enero de 2012

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MINISTERIO DE ECONOMÍA YCOMPETITIVIDAD

SECRETARIA DE ESTADO DE ECONOMIA Y APOYOA LA EMPRESA

DIRECCION GENERAL ANALISIS MACROECONOMICO Y ECONOMÍA INTERNACIONAL SUBDIRECCION GENERAL DE ECONOMIA INTERNACIONAL

CUADERNO DE DOCUMENTACION

Número 94 ANEXO VIII

Alvaro Espina Vocal Asesor

24 de Enero de 2012

ENTRE 16 DE JULIOY EL 31 DE AGOSTO DE 2011

2

BACKGROUND PAPERS*:

1. Es la hora de indignarse, Europa, Der Spiegel, de Ulrich Beck…11

2. La democratización de la destrucción, Fp de Andrew Krepinevich…14

3. El futuro está aquí, Fp…14 4. Isolating Assad, The New York Times …17 5. We must embrace Gaddafi’s allies … or else, Financial

Times by Hafed Al-Ghwell…18 6. Thank you, America!, New York Times by Nicholas D

Kristof…20 7. Gaddafi’s family flees to Algeria, Financial Times by Eileen

Byrne…22 8. Defence: lessons from Libya, Financial Times by James

Blitz…23 9. Las fuerzas de élite leales al régimen sirio salen a la caza

de los desertores, El País.com de Reuters…29 10. La oposición siria se arma para derrocar a El Asad, El

País.com de Ignacio Cembrero…30 11. Score one for Interventionism, The New York Times by

Roger Cohen…31 12. 2011, the year of global indignation, Financial Times by

Gideon Rachman…33 13. Gadafi se declara dispuesto a negociar la entrega del

poder, El País.com de Juan Miguel Muñoz…36 14. Libia: las lecciones de Irak, El País.com de Fred

Kaplan…39 15. Libia sin Gadafi, El País.com …43 16. La Liga Arabe readmite a Libia bajo la representación

de los rebeldes, El País.com de Agencias…44 17. Un tigre de papel menos, El País.com de Bernard-Henry

Lévy…45 18. Sangre a las puertas de Europa, El País.com de Enric

González…47

3

19. La escasez de agua atenaza a Trípoli, El País.com de Juan Miguel Muñoz…54

20. Cuando Libia se despertó, El País.com de Juan Miguel Muñoz…56

21. American Theocracy revisited, The New York Times by Ross Douthat…58

22. Ban Ki-moon pedirá un despliegue de una misión de paz en Libia, El País.com de Alvaro de Cózar…60

23. Muamar el Gadafi ya se ha ido. Ahora ha llegado tu turno, Bachar, El País.com de Tiziana Trotta…62

24. El Sahara fue la primera rebelión, El País.com de Ignacio Cembrero…63

25. Una cierta Europa aprueba el examen libio, El País.com de Javier Valenzuela…65

26. Rejoice-the tatty Arab furniture i son its way out, Financial Times by David Gardner…67

27. La batalla de Abu Salim, El País.com de Juan Miguel Muñoz…70

28. Los rebeldes temen que Gadafi destruya los pozos de agua en su huida de Trípoli, El País.com de Alvaro de Cózar…71

29. Envenenar toda el agua es posible, El Pais.com de Marie Mertens…74

30. Los rebeldes temen que Gadafi detruya los pozos de agua en su huida de Trípoli, El País.com de Alvaro de Cozar…75

31. Israel pide a España que no apoye a Palestina en la ONU, El País.com de Miguel González…77

32. Libya rebels probe state fund corruption, Financial Times by Lina Saigol…78

33. La encrucijada libia, Fp by Barah Mikail…80 34. Escuela para tiranos, Fp de Douglas Farah…83 35. La no democracia es la enfermedad de Egipto, Lourdes

Romero…87 36. La ONU desbloquea 1000 millones para los rebeldes, El

País.com de David Alandete…90

4

37. La primavera árabe cobra ímpetu, El País.com de Ignacio Cembrero…91

38. La aviación de la OTAN rastrea todo el país en busca de fuerzas gadafistas, El País.com de Juan Gómez y Sandro Pozzi…93

39. El desmoronamiento del régimen libio aísla al Gobierno de Argel, El País.com de Ignacio Cembrero…94

40. La oposición siria se una para reforzar la lucha contra El-Asad, El País.com de Enric Gonzalez…95

41. El futuro empieza ahora, El País,com de Juan M Muñoz…97

42. China se inclina hacia los rebeldes y pide que la ONU lidere la reconstrucción, El País.com de José Reinoso…98

43. ¡Sólo falta Muamar!, El País.com de Álvaro de Cózar …100

44. Los rebeldes libios ofrecen una amnistía al que entregue a Gadafi vivo o muerto, El País.com de Juan Miguel Muñoz…101

45. La nueva Libia no quiere ser Irak, El País.com de Patricia Tubella…104

46. El fin de 40 años de dictadura, El País.com de Enric González…105

47. Libyan lessons, Financial Times by Ft.com…110 48. ¿Qué deparará la era pos-Gadafí?, Revista de Prensa de

Kap…111 49. Why Assad need not fear Gaddafi’s fate, Financial Times

by Ed Husain…114 50. Israel protesta por las declaraciones de Jiménez sobre el

Estado palestino, El País.com de M González…116 51. Ha llegado la hora de dar un paso hacia el

reconocimiento del Estado palestino, El país.com de Miguel González …117

52. ¿Cómo podemos salvar la revolución?, El País.com de Alaa Al Asway…121

53. Tripoli falls to Libyan rebels, AP, de Ben Hubbard y Karin Laub… 124

5

54. La alianza de Israel y Egipto entra en crisis, El País.com de Enric González…127

55. Europa, el islam y la política del miedo, El País.com de Ramin Jahanbegloo…129

56. Concentración en la plaza Tahrir de El Cairo a favor de mayores reformas, El País.com de EFE…131

57. Netanyahu, sin tiempo, El País.com…132 58. Las letras, con actualidad entran, El País.com de Javier

Rodríguez Marcos…133 59. Tropas sirias asaltan con tanques y excavadoras la

ciudad de Deir Al Zor, El País.com de Agencias…136 60. Sin miedo al sátrapa, El País.com de Enric González…138 61. Hay reformistas dentro del régimen sirio, El País.com de

Miguel González…142 62. Los rebeldes libios avanzan un paso más hacia Trípoli, El

País.com de Agencias…144 63. Una ventana a un futuro diferente, El País.com de David

Grossman…145 64. Los sirios desafían la represión de El Asad, El País.com

de Enric González…148 65. Las fuerzas sirias matan a cuatro opositores tras los

rezos del Ramadán, El País.com de Agencias…149 66. La ofensiva del Ejército sirio en Hama causa al menos 45

muertos en dos días, El País.com de Agencias…151 67. Grecia construye un foso defensivo para cerrar la

frontera con Turquia, El País.com de Efe…152 68. Erdogan pacta con el Ejército turco una salida a la crisis

entre el Gobierno y cúpula militar, El País.com de Agencias…154

69. El Asad intenta aplacar las protestas aprobando un decreto que permite el multipartidismo, El País.com de Agencias…156

6

70. El Consejo de Seguridad de la ONU condena al régimen sirio por la represión de las protestas, El País.com de I Cembrero y T Trotta…158

71. Habrá sangre, pero El Asad caerá, El País.com de Ana Carbajosa…160

72. El fiscal acusa a Mubarak de matar a cientos de opositores durante la represión en Egipto, El País.com de Nuria Tesón…161

73. Argelia legaliza a la iglesia protestante tras años de acoso, El País.com de I Cembrero…164

74. La ofensiva del Ejército sirio contra los manifestantes causa otra veintena de muertos, El País.com de Agencias…166

75. Londres admite que no hay ni la más remota posibilidad de atacar Siria, El Pais.com de Walter Oppenheimer…168

76. Marruecos utiliza la religión para controlar a sus inmigrantes en España, El País.com de Ignacio Cembrero…170

77. Assad has little to fear from the west, Spiegel On Line…173

78. Can Europe’s populists be blamed for Anders Breivik’s crusade?, Spiegel On Line…175

79. Syria teeters on the brink, Guardian.co.uk by Chris Doyle…192

80. El régimen sirio arremete de Nuevo contra la ciudad de Hama, El País.com de Agencias…194

81. Día de sangre en Siria, El País.com …196 82. Hama, símbolo de resistencia contra la represión de los

Asad, El País.com de Agencias…197 83. El Consejo de Seguridad de la ONU se reúne esta noche

para analizar la represión en Siria, El País.com de Agencias…200

84. El horror de Noruega y la libertad de expresión, El País.com de Timothy Garton Ash…202

85. Niños palestinos, el País.com de Ilan Pappe…205

7

86. Depende: partidos islamistas en el nuevo mundo árabe, FP de Haizam Amirah Fernández…208

87. Los hermanos musulmanes aguardan su momento, FP de Javier Martín…212

88. El verano africano, FP de Calestous Juma…215 89. ¿La última batalla de Bashar Al Assad?, FP de Blake

Hounshell…219 90. Apuntando a los islamistas, El País.com de Milagros Pérez

Oliva…224 91. Bengasi reconoce que su jefe militar fue asesinado por

rebeldes, El País.com de Agencias…227 92. Más de 100.000 indignados se echan a la calle por todo

Israel, El País.com de Ana Garralda…228 93. La última revuelta del Ejército turno, El País de B López

Arangüena …230 94. Contragolpe a la turca, El País.com de Juan carlos

Sanz…232 95. La cúpula militar turca desafía al poder civil, El País.com

de Blanca López Arangüena…233 96. Turquía prepara el relevo generacional en su Ejército, El

País.com de Blanca López Arangüena…234 97. El monstruo que vestía de macho, El País.com de ACy

JG…235 98. El asesinato del general Yunis agrava la división entre los

rebeldes libios, El País.com de Maite Rico…237 99. El loco de Oslo, El País.com de Sami Naïr…239 100. Europa ya tiene un rol que jugar, Europa vista desde

fuera, de Al Hayat…241 101. ¿Qué hacemos con Gadafi?, Europa y el Mundo The

Independent de AFP…243 102. Eight lessons of the Arab spring, Financial Times by

Roula Khalaf…245 103. It’s time to compromise to protect Libya,s people…252 104. EU declares fight against right wing extremism, Spiegel

OnLine …255

8

105. Britain expels Libyan diplomats, Financial Times by Michal Peel and Kiran Stacey and Helen Warrell…259

106. A plea to those who nourished the killer, Financial Times by Petter Nome…261

107. European right under pressure in wake of attacks, Spiegel On Line by Charles Hawley…263

108. The cold aggression of a mass murderer, Spiegel OnLine by Cinthia Briseño…266

109. Tribal rivalries complicate Libyan war, Spiegel On Line by Mathieu von Rohr…268

110. What will happen after Gadhafi?, Spiegel On Line by Mathias Schepp and Bernhard Zand…273

111. Sorpresas nada sorprendentes, El País.com de Norman Birnbaum…278

112. Democracia bajo ataque, El País.com de Jordi Vaquer…281

113. Populismo: cuidado, puede quemar, El País.com de AFP…282

114. Cuando Europa mira para otro lado, El País.com de Martinez Rituerto…285

115. Muammar Gaddafi could stay in Libya William Hague concedes, Guardian.co.uk by Nicholas Watt and Richard Norton-Taylor…286

116. La ultraderecha amenaza Europa, El País.com de Ricardo Martínez de Rituerto…288

117. Anders Breivik’s roots in right-wing populism, Spiegel OnLine by Frank Patalong…291

118. Violence Against writers in Bahrain ‘as bad as ever, Spiegel On Line…294

119. Ni stieg Larsson lo vio venir, Corriete della Sera de AFP…296

120. Killer personifies of new far-right, Financial Times by Robin Wigglesworth…299

121. Oslo suspect wrote of fear of Islam and plan for war, The New York Times by Steven Erlanger…300

9

122. Arabia Saudí: un proyecto de ley antiterrorista impide las manifestaciones pacíficas, Amnistia Internacional…304

123. Temporary migration between Morocco an Spain (ARI), Real Instituto Elcano de Carmen González Enriquez…306

124. German conservatives welcome Turkey’s EU threats, Spiegel On Line…313

125. Revolting middle classes eclipse clash of civilizations, Financial Times by John Paul Rathbone…315

126. Diplomats need united front in Libya crisis, Financial Times by Roula Khalaf…317

127. Syrian protesters killed in apparent sectarian violence, Guardian.co.uk …319

128. US and Libya in face-to-face talsk, Guardian.co.uk by Ewen MacAskill…321

129. Award for Putin was Dilettantish and politically insensitive, Spiegel On Line…323

130. Austrian right-wing populists in Libya for mediation effort, Spiegel On Line by Charles Hawley…326

131. Egypt approves massive bridge to Saudi Arabia, Spiegel On Line by Volkhard Windfuhr…328

132. Divisive author chases out of inmigrant district, Spiegel On Line…329

133. Egypt’s next steps, Financial Times …332 134. El cerco a Gadafi, El País.com…333 135. Choque de clases, El País.com de Moisés Naím…334 136. A 17.000 pies de la tragedia libia, El País de Ricardo

Martínez de Rituerto…336 137. Egypt military aims to cement muscular role in

government, The New York Times by David Kirkpatrick…338

138. Los asedios del embajador de Israel, El país de Juan Goytisolo…341

139. No country for an old tyrant, Financial Times…343 140. Damasco vive la mayor manifestación contra El Asad, El

País de Agencias…344

10

141. Judios y árabes marchan juntos por el Estado palestino, El País de Agencias…345

142. La represión policial en una manifestación en Jordanía causa al menos 17 heridos, El País.com de Agencias…346

143. El enviado de la ONU para Libia será el único mediador ante Gadafi, El País.com de BL Aranguena…347

144. Western rebels take lead in Libyas’s future, Financial Times…349

145. A revolution foreshadowed on the pitch of Benghazi, Spiegel On Line by Juliane Von Mittelstaedt…352

*Índice elaborado por Francisca Simón Gil

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IDEAS CRISIS DE LA EUROZONA

Es la hora de indignarse, Europa 31 agosto 2011 DER SPIEGEL HAMBURGO

Curier Ante la crisis y la revuelta de los jóvenes solo cabe una solución: más Europa. Un camino tan importante como la Ostpolitik de los años 70 y que Angela Merkel debería de tener el valor de tomar sin demora, opina el sociólogo Ulrich Beck. Ulrich Beck La política europea de Alemania está a punto de sufrir una transformación tan importante como lo fue a comienzos de la década de los setenta la Ostpolitik para mejorar las relaciones con el bloque soviético del país. Aunque esa política se caracterizaba por el eslogan "cambiar a través del acercamiento" el nuevo enfoque de Berlín podría titularse "más justicia con más Europa".

En ambos casos, se trata de superar una división, entre el Este y el Oeste en los setenta y entre el Norte y el Sur actualmente. La amenaza existencial que ha impuesto la crisis financiera y el euro es lo que está haciendo a los europeos ser conscientes de que no viven en Alemania ni en Francia, sino en Europa.

Por primera vez, la juventud europea está sintiendo su propio "destino europeo". Poseen la mejor formación de la historia y grandes expectativas, pero se enfrentan al declive de los mercados laborales, desencadenado por la amenaza de las bancarrotas nacionales y la crisis económica. Actualmente, uno de cada cinco europeos menor de 25 años está en el paro.

Cooperar o fracasar En los lugares en los que han montado sus tiendas de campaña y alzado sus voces, exigen justicia social. En España y en Portugal, al igual que en Túnez, Egipto e Israel (y a diferencia de Gran Bretaña), exponen sus demandas de una forma tan pacífica como poderosa. Europa y su juventud están unidas en su ira contra los políticos, que están dispuestos a gastar sumas ingentes de dinero para rescatar bancos, aunque se estén

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jugando el futuro de las juventudes de sus países. Si las esperanzas de la juventud europea se ven truncadas por la crisis del euro, ¿qué futuro le depara a una Europa cuya población envejece cada vez más?

Hay algo que sin duda ha logrado la crisis financiera: todo el mundo (incluidos los expertos y los políticos) se ha visto catapultados a un mundo que ya nadie entiende. En lo que respecta a las reacciones políticas, se pueden yuxtaponer dos perspectivas extremas. La primera es una perspectiva hegeliana, en la que, dadas las amenazas que genera el capitalismo de riesgos globales, se le concede una oportunidad histórica a la "astucia de la razón". Es el imperativo cosmopolita: cooperar o fracasar, lograr juntos el éxito o fracasar individualmente.

Leyes comunes y principio del "nunca más" Al mismo tiempo, la incapacidad de controlar los riesgos financieros (junto al cambio climático y los movimientos migratorios) presenta un escenario propio de Carl Schmitt, un juego de poder estratégico, que abre la puerta a la política étnica y nacionalista.

Paradójicamente, el éxito de la UE es también uno de sus mayores obstáculos. La gente ha acabado dando por supuestos muchos de sus logros, hasta el punto que puede que solo sea consciente de ellos si estos dejasen de existir. Solo hay que imaginarse una UE en la que se vuelven a adoptar los controles de pasaporte en las fronteras, en la que ya no existan en todos los lugares normativas de seguridad alimentarias fiables, en la que no exista libertad de expresión y de prensa según los estándares actuales (algo que ya infringe Hungría y por lo que ya se está exponiendo a un estricto escrutinio) y que los europeos que viajan a Budapest, Copenhague o Praga, o incluso a París, Madrid y Roma, tengan que cambiar de moneda y mantenerse al día sobre los tipos de cambio. Para nosotros, la noción de Europa como nuestro hogar se ha convertido en algo evidente. Quizás esto explique por qué estamos dispuestos a poner en peligro su existencia tan a la ligera.

Debemos reconocer y aceptar la realidad de que Alemania se ha convertido en parte de la comunidad de destino europea. A diferencia de la comunidad de destino existente entre dos rivales como Estados Unidos y China, la comunidad de destino de Europa se basa en leyes comunes, una moneda común y fronteras comunes, pero también en el principio del "nunca más". Europa se percibe como un cúmulo de imposiciones En lugar de evocar un pasado noble, la UE intenta asegurarse de que el pasado nunca se repita. En lugar de convertirse en un súper Estado o en un mecanismo que represente los intereses nacionales ilustrados en el mejor de los casos, la UE ha adoptado una tercera forma. Su función más importante es organizar. Facilita la conexión de compromisos y entidades, entre las que se incluyen Estados soberanos, así como organizaciones transnacionales, Gobiernos municipales y regionales y organizaciones de la sociedad civil.

En este contexto, los fondos de rescate para los países europeos del sur han generado una lógica de conflictos entre las naciones donantes y las deudoras. Las naciones donantes deben adoptar programas domésticos de austeridad y por este motivo, ejercen una presión política en las naciones deudoras hasta un nivel que supera el umbral del dolor. Por el contrario, las naciones deudoras se sienten sometidas a un dictado de la UE que infringe su autonomía nacional y su dignidad. En ambos casos se despierta el odio

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por Europa, porque todo el mundo considera a Europa como un cúmulo de imposiciones.

Cuando se trata de la crisis eterna llamada Europa, este conflicto sobre el modelo del futuro plantea las siguientes preguntas: ¿Hasta qué punto la revolución de la juventud indignada traspasa realmente las fronteras nacionales y fomenta la solidaridad? ¿Hasta qué punto el hecho de sentirse abandonado desemboca en una experiencia generacional europea y en nuevas iniciativas políticas europeas? ¿Cómo están reaccionando los trabajadores, los sindicatos y el centro de la sociedad europea? ¿Cuál de los principales partidos en Alemania, por ejemplo, tiene el valor de explicar a los ciudadanos el valor que tiene para ellos Europa como patria?

La hora de SPD y los Verdes La introducción de eurobonos no constituiría una traición a los intereses alemanes. ¿Por qué no debería introducir Europa un impuesto de transacciones financieras, que establecería un ámbito financiero para una Europa social y medioambiental, que a su vez aportaría seguridad a los trabajadores en toda Europa y al hacerlo se tratarían las mayores preocupaciones de los jóvenes europeos? El enfoque de Merkel hacia atrás y hacia delante, hacia arriba y hacia abajo también podría ser una oportunidad para un proyecto futuro en el que participen los social-demócratas y el partido ecologista. En el momento en que el SPD y los Verdes expliquen que una Europa social más que una tacañería introvertida es una necesidad histórica, empleando el argumento de Hegel, incluso el SPD cobrará más importancia y ganará las elecciones. Por supuesto es algo que depende de que tenga el valor de declarar que Europa es su principal proyecto, al igual que lo fue la Ostpolitik hace más de 40 años.

http://www.presseurop.eu/es/content/article/900831-es-la-hora-de-indignarse-europa

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LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA DESTRUCCIÓN Agosto 2011 [2]

Andrew Krepinevich [3]

La manera de hacer la guerra va a cambiar, drásticamente. Como observó Niels Bohr en su famosa frase, “la predicción es muy difícil, sobre todo si es sobre el futuro”. Pero no debemos dejar que los sucesos futuros nos cojan del todo por sorpresa. El rápido ritmo de los avances tecnológicos, así como su difusión actual, ofrece pistas sobre algunos de los próximos grandes acontecimientos más probables en el ámbito de la guerra. De hecho, ya están en marcha cambios militares importantes que serán difíciles o imposibles de revertir. Por desgracia, es posible que estos acontecimientos, junto con otros en los ámbitos económico, geopolítico y demográfico, hagan del mundo un lugar menos estable y más peligroso.

Consideremos, para empezar, la pérdida del Ejército de EE UU de su quasi monopolio de la guerra con municiones de alta precisión, del que disfrutaba desde la guerra del Golfo, hace dos décadas. Hoy, China hace gala, en cantidades más elevadas que nunca, de misiles balísticos y de crucero con sistemas de guiado de alta precisión, así como otras armas inteligentes. Pueden ser empleadas para amenazar a las escasas bases estadounidenses de importancia que aún quedan en el Pacífico Occidental y, cada vez más, para disparar contra buques de guerra estadounidenses. Como Pekín, Irán está entrando en la revolución de los sistemas de armas guiadas de precisión, pero en el escalón inferior, produciendo una versión pobre de las capacidades del gigante asiático, que incluye misiles de crucero antibuque y minas inteligentes antbuque. Cuando se hayan desarrollado en su totalidad estas tendencias podríamos encontrarnos con que, a principios de la próxima década, gran parte del Pacífico Occidental, así como el Golfo Pérsico, se habrán convertido en zonas prohibidas para las fuerzas militares estadounidenses, áreas en las que los riesgos de llevar a cabo operaciones serán prohibitivamente altos.

Informe especial de FP: EL FUTURO ESTÁ AQUÍ [4]

Incluso los grupos no estatales están entrando en el juego. Durante su guerra con Israel, en 2006, Hezbolá lanzó sobre Israel más de 4.000 proyectiles relativamente imprecisos –cohetes, municiones de artillería, morteros y misiles–, lo que obligó a la evacuación de al menos 300.000 israelíes de sus hogares y provocó importantes trastornos en la

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economía de ese país. Entre estos miles de artefactos, sólo tenían sistema de guiado unos pocos aviones sin tripulación y misiles de crucero antibuque. Pero a medida que la proliferación de armas guiadas continúe, las guerras irregulares se transformarán hasta el punto de que, en comparación, la amenaza de las bombas de carretera –para defenderse de las cuales, en Irak y Afganistán, Estados Unidos ha gastado miles de millones de dólares– puede parecer trivial.

La propagación de las armas nucleares en el mundo en desarrollo es igual de alarmante. Si Irán se convierte en una potencia atómica, la presión sobre los Estados árabes más importantes, así como sobre Turquía, para que sigan el mismo camino va a resultar irresistible. Teniendo en cuenta que el tiempo de vuelo de los misiles balísticos entre los Estados de la región es menor de 10 minutos, la estabilidad del corazón energético de la economía mundial sería extremadamente frágil.

Pero el mayor riesgo de sufrir un ataque devastador en territorio estadounidense no provendrá probablemente de los misiles cargados con armas nucleares, sino de ciberataques perpetrados a la velocidad de la luz. EE UU, que tiene una avanzada ciberinfraestructura civil pero prohíbe a sus ejércitos que la defiendan, será un objetivo muy atractivo, especialmente porque los métodos para descubrir a los autores de los ataques no son ni rápidos ni infalibles. Las potencias extranjeras pueden haber colocado ya bombas lógicas (códigos informáticos insertados de forma subrepticia con el fin de desencadenar un efecto dañino futuro) en la red eléctrica estadounidense que les permitiría, en teoría, provocar un apagón masivo y prolongado.

Como en el ámbito de la cibernética, los mismos avances de la biotecnología que prometen una mejora de la condición humana tienen el potencial de infligir un sufrimiento incalculable. Por ejemplo, los agentes patógenos de diseño dirigidos contra determinados subgrupos humanos o creados para superar a los antibióticos convencionales y a las medidas antivirus parecen cada vez más plausibles, dando a los científicos un potencial que antes se creía propio de la ciencia ficción. Como en el ámbito informático, tales avances incrementarán de forma rápida la capacidad de destrucción de los grupos pequeños, un fenómeno que puede definirse como la democratización de destrucción.

También la estabilidad internacional está en un peligro cada vez mayor debido a las debilidades estructurales del sistema económico mundial. Los satélites comerciales artificiales, por ejemplo, proporcionan poca protección –si es que proporcionan alguna– frente a la creciente amenaza de los sistemas antisatélite, ya sean estos láseres terrestres o proyectiles cinéticos de ascenso directo. Internet fue creada, asimismo, con un entorno benigno en mente, y la progresión hacia posibles fuentes que produzcan fallos de punto único en los sistemas, en forma de software común y depósitos de datos como la nube, no puede descartarse.

Luego están las infraestructuras económicas sumergidas, ubicadas principalmente en las plataformas continentales del mundo. Proporcionan una parte sustancial del petróleo y gas natural, al tiempo que albergan una red de cables que conectan la red global de fibra óptica. El valor de los bienes de capital solo de las plataformas continentales de Estados Unidos se calcula en billones de dólares. Estos activos –manantiales, estaciones de bombeo, cables, plataformas flotantes– están indefensos en la práctica.

Mientras los desafíos contra el orden global aumentan de escala y cambian de forma, los medios para hacerles frente se debilitan. La era de la austeridad ha caído sobre nosotros y parece probable –si no seguro– que el Ejército estadounidense tenga que enfrentarse a

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estos crecientes desafíos con unos recursos relativamente reducidos. El presupuesto del Pentágono va a verse reducido en, al menos 400.000 millones de dólares (unos 277.000 millones de euros) en recortes que se realizarán durante la próxima década. Y no puede contarse con la ayuda de Europa, además. Tampoco está claro si las grandes potencias emergentes como Brasil e India tratarán de llenar el vacío.

¿Con lo rápido que avanza la tecnología, puede EE UU intentar conservar su dominio militar y la estabilidad internacional desarrollando nuevas fuentes de ventaja militar? Recientemente se han producido innovaciones radicales en las energías dirigidas: láseres y haces de partículas que podrían proporcionar avances importantes en zonas claves de operaciones. Pero hay indicios de que sus competidores, China en particular, están siguiendo el ritmo e incluso pueden disfrutar de ventaja.

Estados Unidos lidera la robótica –por ahora. Si bien muchas personas son conscientes de que se han empleado aviones no tripulados Predator en la guerra contra los grupos islamistas radicales, también están apareciendo robots en forma de vehículos submarinos y mulas mecánicas terrestres utilizadas para mover equipos. Pero el Pentágono tendrá que hacerlo mejor que sus rivales en la explotación de los avances en inteligencia artificial para mejorar el funcionamiento de sus sistemas no tripulados. El Ejército estadounidense también deberá hacer sus aparatos robotizados más sigilosos, reducir su vulnerabilidad frente a enemigos más sofisticados que los talibanes y hacer más sólidos sus enlaces de datos para defenderse de los intentos de desactivarlos.

La conclusión es que la superpotencia y sus aliados podrían perder su ventaja militar, y están surgiendo nuevas amenazas para la seguridad global más rápidamente de lo que aquellos tardan en contrarrestarlas. ¿Cree que el actual orden mundial es frágil? En palabras de la gran (cantante de jazz) Al Jolson: “aún no ha visto nada”.

Source URL: http://www.fp-es.org/la-democratizacion-de-la-destruccion

Links: [1] http://www.fp-es.org/temas/defensa [2] http://www.fp-es.org/agosto-2011 [3] http://www.fp-es.org/autor/andrew-krepinevich [4] http://www.fp-es.org/el-futuro-esta-aqui

¿Será posible que animales políticos como los del Consejo de Seguridad lleguen a acuerdos sobre inmunidad?

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EDITORIAL August 31, 2011

Isolating Assad As the killings mount in Syria, the United States and its allies are not the only ones declaring their revulsion. A number of President Bashar al-Assad’s longtime apologists have decided that they can no longer stand mute.

Over the weekend, the Arab League finally urged Syria to “end the spilling of blood and follow the way of reason before it is too late.” Foreign ministers agreed to send the group’s secretary general, Nabil el-Araby, to Damascus with proposals to end the conflict. According to Al Jazeera, those include holding presidential elections, withdrawing the army from cities, releasing political prisoners and forming a national unity government.

Set aside the obvious fact that Arab League members are not strong on democracy. They are right to worry that Mr. Assad’s murderous behavior could destabilize the region by fomenting all-out civil war between Syria’s ruling minority Alawites, a Shiite subgroup, and the majority Sunnis. Even Iran, in the height of hypocrisy, is urging Damascus to be more “patient” with its people — a sign that it, too, is worried about the instability spreading.

The Arab League can certainly give it a try, but Mr. Assad has promised reforms before and kept on killing. On Tuesday, his forces killed at least seven people as protesters left mosques after prayers at the end of Ramadan. The Arab League needs to impose tough sanctions, now.

Turkey is also speaking out — but not as clearly or forcefully as it should. On Sunday, President Abdullah Gul said he had “lost confidence” in the Syrian government, but Prime Minister Recep Tayyip Erdogan was still giving Mr. Assad a lifeline by exhorting him to “listen to people’s demands.” Turkey, which does $2.5 billion in annual trade with Syria, needs to take an unambiguous stand by imposing economic sanctions.

The Obama administration has frozen all Syrian government assets here and banned American citizens and corporations from doing any business with Damascus. But Washington has limited leverage. The European Union, a major importer of Syrian oil, could have a far greater impact. The Europeans announced last week that they would impose new sanctions, but members are still squabbling over details. An oil embargo is essential, but sanctions should also be imposed on Syrian banks and energy and telecommunications companies.

And Mr. Assad still has a few, far too powerful, protectors. Russia and China, along with India, Brazil and South Africa, are blocking a United Nations Security Council resolution that could impose broad international sanctions on Damascus. Their complicity is shameful. http://www.nytimes.com/2011/09/01/opinion/isolating-assad.html?ref=opinion

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ft.com comment Opinion

August 31, 2011 9:18 pm

We must embrace Gaddafi’s allies ... or else By Hafed Al-Ghwell

I was 17 years old, when I felt I had no choice but to leave Libya. Life in Tripoli was stifling. To survive you had to fall into line and sing the praises of “the brother leader” and his green book. I remember when soldiers would march into our classroom, file us into single lines, and take us, under threats of giving failing grades and beatings, to rallies for the regime. I also remember the arbitrary arrests and barbaric “revolutionary courts” on TV, passing summary judgments on “the traitors of the revolution”.

In this environment anyone who wanted to be independent had a simple choice: become one of them, or leave the country. So in 1980, I arrived in Washington, DC. When I began to speak out against the regime of Muammer Gaddafi, my exile became mandatory. My parents were threatened, and many relatives and friends were pressured to call me to ask me to stop talking. This, of course, made returning home simply an act of suicide.

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Today, however, as I watch events in Libya unfold, my joy is tempered with anxiety for the future. Building a viable state is far more complex than bringing down a tyrant. Libya is handicapped by the fragility of its institutions and its shortage of professionals. It will need foreign experts to work alongside Libyans to stabilise the country and restart the administration. Yet more important, the new rulers have to reconcile themselves with those who served under the old regime.

Libya is a patchwork of tribal and regional affiliations, underpinning the social, political and economic foundation of the country. Given the number of casualties on both sides in the past six months, Libya faces a real possibility of descending into chaos, especially now the unifying slogan of bringing down Gaddafi is no longer viable. Libya has to follow the example of other countries and have an amnesty for former officials and supporters of the regime.

A particular obstacle is the corruption and nepotism that kept the former regime in control for 42 years. This is invisible to most outsiders, but every Libyan is all too aware of it. It implicates much of the private and public sectors, as well as the foreign companies that have learned how to sidestep anti-corruption laws in their countries through distorted sub-contracting and consulting arrangements. In the oil sector, hiring officials of the National Oil Company as consultants was almost routine, as well as sub-contracting companies owned by the sons and nephews of regime officials as service companies.

I know of many examples of US and European firms that made under-the-table deals with members of the old regime with the help of Libyan businessmen, where the foreign firms handed out generous sub-contracts to favoured businessmen and companies, for

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the contracts they received from the government. These contracts usually entailed over-inflated prices charged to Libya’s coffers, with the understanding that much of the overpricing would go to the pockets of the Libyan officials or companies owned by their relatives. Removing this cancer will be hard.

Then there is the spectre of the “oil curse”, with a political elite presiding over a system that hands out the goodies, excluding most of the population. The statistics are unpromising: 70 per cent of the population is below the age of 30; 30 per cent of the labour force is unemployed, with most of the rest employed by the public sector while the country is 95 per cent dependent on oil revenues. This year, Libya’s gross domestic product is expected to decline by as much as 50 per cent.

There is a series of moves the new government must take: reestablishing security, addressing water and food shortages; restoring public services; assessing the damage to and rebuilding critical infrastructure; and resuming oil production and exports. In all this it must take account of a Libyan identity, shaped by centuries of Bedouin life, that sets religion and custom before rules and planning; depends not on effort but on God; and does not easily distinguish between private property and public good.

But as a priority, it must be made clear that everyone in society, irrespective of ethnicity, religion and politics – and yes, that must include former Gaddafi officials who have no blood on their hands – must be allowed a role in government. The worst thing Libya can do now is repeat the de-Ba’athification mistake of post-Saddam Iraq. The Arab saying of “I am with my brother against my cousin, and with my cousin against a stranger” will not help Libya. A better model to follow, would be the saying of the Prophet Mohamed: “stand with your brother whether he is right or wrong, if he is right support him, and if he is wrong correct him.” Libya asked the world to help against Col Gaddafi. Now, it must do its best to ensure Libya keeps its part of the bargain. Anything less would be a betrayal.

The writer is a Libyan American working for an international organisation in Washington, DC. http://www.ft.com/intl/cms/s/0/0d4187a0-d31f-11e0-9ba8-00144feab49a.html#axzz1WhcwJO9h

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N-WO-PARIS-EYEING-DEMO

August 31, 2011

‘Thank You, America!’ By NICHOLAS D. KRISTOF TRIPOLI, Libya

Americans are not often heroes in the Arab world, but as nonstop celebrations unfold here in the Libyan capital I keep running into ordinary people who learn where I’m from and then fervently repeat variants of the same phrase: “Thank you, America!”

As I was walking back from Green Square (now renamed “Martyrs’ Square”) to my hotel on Wednesday morning, a car draped in the victorious Libyan flag pulled up and offered me a lift. “I just want you to feel welcome here,” explained the driver, Sufian al-Gariani, a 21-year-old salesman. He beamed when he heard where I was from and declared: “Thank you, Americans. Thank you, President Obama.”

The hard work in Libya is only just beginning, and it’ll be a Herculean challenge to knit together tribal divisions and nurture democracy in a nation where all civil society has been squelched. The Libyan experiment could yet fail. Yet let’s also savor a historic moment: This was a rare military intervention for humanitarian reasons, and it has succeeded. So far.

President Obama took a huge political risk, averted a massacre and helped topple an odious regime. To me, the lesson is not that we should barge into Syria or Yemen — I don’t think we should — but that on rare occasions military force can advance human rights. Libya has so far been a model of such an intervention.

I drove to Tripoli from Tunisia, and the roads in some places are still insecure. Nervous rebels — occasionally child soldiers — operate frequent checkpoints, and there are long lines for gasoline.

Yet there has been great progress in the last few days. More roads and shops are opening, and Tripoli now feels reasonably safe. The biggest menace comes not from Qaddafi militias but from rebels firing automatic weapons into the air in celebration.

Most strikingly, there has been almost no looting, and little apparent retaliation against the families of loyalists to Col. Muammar el-Qaddafi. People have grabbed grenade-launchers from arsenals, but they haven’t helped themselves to private shops or homes (with rare exceptions, such as the homes of the Qaddafi family).

Pro-Americanism now is ubiquitous. I was particularly moved by a rebel soldier near Zuwarah in the west who asked me if New York City was safe. When I looked puzzled, he explained: “Irene. The hurricane.” And he asked how he could help.

“Without America, we would not be here,” Ismael Taweel, a businessman, told me as he stood by Martyrs’ Square with a huge grin on his face. “I hope there will be more relations between Libya and America now,” he added. That’s a common refrain: Libyans are hungry to rejoin the world.

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Belgassim Ali, a petroleum engineer, told me: “I would thank America for the stance to protect my people.” Without America, he added, “we would not be celebrating. We would be in the cemetery.”

I told him that many Americans criticized Mr. Obama for the Libyan intervention, arguing that America should solve its own economic problems first. He looked pained and said: “Your money, we will give it back. We are a rich country.” He added that without American military backing, vast numbers of Libyans would have been massacred — that should count for something, he pleaded.

Some Libyans told me that they initially had distrusted the American intervention, fearing that it might turn Libya into something like war-torn Iraq. And Haithem Ahmed, a 24-year-old student with bullet wounds in his stomach and arm, disputed that the intervention was primarily humanitarian: “They didn’t do it for us,” he said. “They did it for oil.”

But, in his next breath, he added: “I love America so much. It’s the land of freedom.” That warmth toward the United States seems to have replaced the early doubts. It’s coupled with huge appreciation for other foreign supporters such as Qatar, Tunisia, France and Britain.

We Americans have seen military interventions go awry — we are still seared by Vietnam and Iraq — and caution is worthwhile, for the end of the Libya story has yet to be written. We can’t avert every atrocity, and there are legitimate arguments for investing in nation-building at home rather than abroad. In any case, our use of force will inevitably be inconsistent.

Yet to me Libya is a reminder that sometimes it is possible to use military tools to advance humanitarian causes. This was an exceptional case where we had international and local backing. The big difference with Syria and Yemen is that Libyans overwhelmingly favored our multilateral military intervention, while Syrians and Yemenis mostly don’t.

The question of humanitarian intervention is one of the knottiest in foreign policy, and it will arise again. The next time it does, let’s remember a lesson of Libya: It is better to inconsistently save some lives than to consistently save none.

http://www.nytimes.com/2011/09/01/opinion/kristof-from-libyans-thank-you-america.html?_r=1&nl=todaysheadlines&emc=tha212 2 -FALL-OF-

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ft.com world Middle East & North Africa

Last updated: August 30, 2011 9:11 am

Gaddafi’s family flees to Algeria By Eileen Byrne in Tunis and agencies

Libya's rebels on Tuesday accused neighbouring Algeria of an “act of aggression” for admitting the fleeing wife of Muammer Gaddafi and three of his children.

Algeria’s foreign ministry confirmed on Monday that Safia Gaddafi, wife of the embattled Libyan leader Muammer Gaddafi, had arrived on Algerian territory along with other family members.

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The presence of members of the Gaddafi family in Algeria could prove an embarrassment to the authorities there, not least as domestic public opinion has long been uneasy about the government’s ambiguous stance towards the conflict in Libya.

The foreign ministry added that it had informed the UN and Libya’s transitional national council of the group’s crossing into their country. An TNC spokesman said the council would seek to extradite the Gaddafis. "We have promised to provide a just trial to all those criminals and therefore we consider this an act of aggression,” spokesman Mahmoud Shamman told Reuters.

“We are warning anybody not to shelter Gaddafi and his sons. We are going after them ... to find them and arrest them.”

NTC chairman Mustafa Abdel Jalil called on the Algerian government – which has not recognised the council as Libya’s legitimate authority – to co-operate with it and hand over any of Gaddafi’s sons on its wanted list. Safia Gaddafi crossed into Algerian territory early on Monday along with three of Col Gaddafi’s children and some grandchildren, the ministry said in a statement carried by the official APS news agency.

The group comprised Col Gaddafi’s oldest son, Mohammed (born to his first wife, Fatiha); Hannibal Gaddafi, 36; and the 35-year-old lawyer Aicha Gaddafi, along with their children, according to the ministry.

On Saturday, a foreign ministry spokesman had dismissed reports that six armoured Mercedes vehicles, possibly with senior Libyan figures on board, had been seen crossing into Algeria via the country’s long desert border with Libya.

“There are a lot of doubts about the government’s relationship with the Gaddafi regime, and about why these people have now come to Algeria,” Faycal Metaoui, a columnist with the Algiers-based El-Watan newspaper, told the Financial Times.

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However, he said the ministry earlier on Monday had confirmed that Mourad Medelci, Algeria’s foreign minister, had met Mahmoud Jibril, president of the Libyan TNC, on the margins of an Arab League meeting in Cairo. This indicated that Algeria’s policy towards was “becoming more realistic”, the government having previously kept the TNC at arm’s length, said Mr Metaoui.

The website of the Algiers daily Echorouk, regarded as having good sources among the country’s security services, reported late on Monday that according to “official sources ... Algeria has decided to hand over Col Gaddafi to the International Criminal Court” if he attempts to enter Algeria.

Meanwhile the key border crossing between Libya and Tunisia, at Ras Ajdir, has been in rebel hands since Friday, the Tunisian army having mediated a largely non-violent handover by pro-regime forces previously in charge there.

Libyan families fearing rebel reprisals have been using cross-country smugglers’ routes south of Ras Ajdir to reach Tunisia. Some 700 people arrived in this way in the last week, some of them from the southern town of Sabha, regarded as a Gaddafi stronghold, Rocco Nuri, a spokesman for the UNHCR in Tunisia, told the German press agency DPA.

http://www.ft.com/intl/cms/s/0/d6f9b5be-d283-11e0-a409-00144feab49a.html#axzz1WVaNJueR

ft.com comment Analysis

August 30, 2011 10:19 pm

Defence: Lessons from Libya By James Blitz

Target Tripoli: Nocolas Sarkozy (let) and David Cameron in the Elysee palace in Paris. In the face of reluctance from fellow Nato members, the Franch and British leaders were at the forefront of western action in Libya

At about 5pm on Thursday, Nicolas Sarkozy and David Cameron will meet at the Elysée palace in Paris. It promises to be a moment rich in political theatre. Joining the French president and British prime minister will be the leaders of Libya’s rebels, as well as governments and organisations that backed Nato’s mission over the north African state. It will be the first time they have come together since the fall of Colonel Muammer Gaddafi.

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Five and a half months ago, Britain and France led an international mission to halt Col Gaddafi’s crackdown against Libyans rising up against his despotic 42-year rule. From the outset, it was an operation fraught with risk. Some Nato allies refused to support the mission and an array of experts said it would never work – diplomatically or operationally. On Thursday in Paris they celebrate the victory of the country’s opposition and begin charting Libya’s future.

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No one present will want to indulge in hubris. They know the war is not completely over. Col Gaddafi remains at large. Many western leaders wonder whether the transitional national council (TNC) can forge a unified, stable government. Nobody wants to echo the words of George W. Bush, then US president, immediately after the fall of Saddam Hussein in Iraq in 2003: “Mission accomplished.”

Nonetheless, a little more than 150 days after the alliance began operations over Libya, Nato’s role is moving to a close – and military chiefs are debating the lessons. Some of that discussion is about a feature of this mission that brought it close to failure: the weakness of the rebels on the ground. Many ask why western defence ministries failed to predict how shambolic they would be for much of the conflict, and whether they now have the skills to stabilise the country.

The really big questions, however, are about the lack of unity within Nato towards the operation, and what this tells us about the state of the transatlantic alliance. In recent years, relations between the US and Europe have been strained by the reluctance of some European states to throw their weight behind Nato operations in Afghanistan. But the Libyan war has put a great deal more pressure on the relationship.

LIBERATED LIBYA: ‘We don’t want what we had in Iraq – the west doing everything for them’ Now that Nato has helped bring down Colonel Muammer Gaddafi’s regime, many in the alliance believe it would be best to wrap up the mission as fast as possible, write James Blitz and Anna Fifield. “My advice to Downing Street is to get out while we have our heads high,” says a leading figure in the UK’s Ministry of Defence. “There is no point hanging around.”

In one sense, this desire to withdraw is motivated by genuine fears about what will happen next in the north African state. Within the UK defence establishment, there is deep scepticism about the ability of the transitional national council to bring the country together under a stable regime in the months ahead.

“What you have always had on the rebel side is a lot of loosely affiliated groupings whose common thread was to get rid of Gaddafi,” says the same MoD figure. “The TNC is very much from the east of the country, from Benghazi and Libya’s urban coastal elite. It now has to establish its writ over a lot of areas in Libya where they have no authority at all. Frankly, I’m pretty doubtful about whether they can do it.”

But this is not the only factor. There is also a belief that, even with the total defeat of the Gaddafi regime, there is only a limited role that the international community can play.

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Western governments certainly want the UN to play a leading role, establishing a mission on the ground. The aim of such an operation would be to provide the TNC with technical assistance necessary to cope with the humanitarian problems it faces, including pressure on hospitals, the lack of a functioning water supply and the need to import refined fuel.

However, some Nato nations believe the interim leadership has huge resources at its disposal and should in time be able to stand on its own two feet. “The TNC is inheriting a reasonably going concern,” says a Nato diplomat. “It may need expert advice to help with the process of getting the country back to its feet. But what we don’t want to see is what we had in Iraq, which is the US, UK or UN coming in and doing everything for them.”

Some dispute this analysis. Col Peter Mansoor, who served as executive officer to General David Petraeus when he commanded US-led international forces in Iraq, says there is a feeling in Washington “that we don’t have to worry about [Libya] now, that we can leave it up to the UN and the Europeans and the Arab League”. The problem with that view, he argues, is that “there is very little capacity in those organisations, and state-building is required since the oil infrastructure needs to be rebuilt and there is a lack of civil society after four decades under dictatorship”.

The US – the driving force in the 28-member alliance – threw its weight behind the operation at the start, then surprised allies by refusing to participate in ground attacks. Several members refused to participate at all. As a result France and Britain, which led attacks from the air, struggled to make the mission work.

“Libya came out all right in the end,” says Kurt Volker, a former US ambassador to Nato. “But if we come to a quick judgment that this mission was a Nato success story, and don’t have a serious discussion of its strengths and weaknesses, we will never get to the bottom of some of the problems plaguing the alliance.”

As they look back over events since March 19 – when French jets first streaked across the Libyan skies – government and military leaders know they got much right. They removed the Gaddafi regime with a relentless assault from the air on tanks, artillery and command centres that incurred few civilian casualties. Nato lost no aircraft or personnel. There was no clear breach of the hurriedly drafted UN resolution that authorised military action but confined it to protection of civilians.

From a military perspective, there was also one core success: the accurate use of air power to destroy Col Gaddafi’s ground assets. In this conflict, Nato showed the increasing efficacy of air-launched weapons. “We demonstrated that we can use these missiles in very congested urban centres without incurring collateral damage,” says a senior Nato air chief.

However, the mission also reaffirmed the dictum that air power alone does not guarantee total victory. Nato jets undertook nearly 8,000 strike sorties against regime targets but Nato planners realised the Gaddafi government would not crumble until rebels emerged as a capable fighting force. “Without a ground component, things tend to stagnate, which is what we saw for the first few months while the Libyan forces got their act together,” says Col Peter Mansoor, a former executive officer to US General David Petraeus in Iraq.

In Britain, senior Ministry of Defence figures say one of the biggest military lessons arises from the transformation of the rebels into credible fighters. According to one such

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official, not all of this was thanks to Nato nations: “The countries that deserve most credit in this conflict are Qatar and the United Arab Emirates. They provided the rebels with the training and weapons they needed, and acted as their leaders.”

This is instructive for Britain and other Nato states, says the official. “We don’t want to repeat the mistake that’s often made of regarding the war that’s just ended as the template for all future ones. But we need to think harder about our capacity to train proxy fighters on the ground at speed. After the wars in Iraq and Afghanistan, western states will be reluctant to commit their own troops to a ground campaign for years to come. There needs to be more focus in Nato nations on the need to have training teams at high readiness that can turn a proxy army into an effective fighting force.”

The west’s difficult experience with the rebels is not the only issue on which reflection is required. The other is the way in which Nato’s 28 members operated as an alliance.

The most unusual feature of this mission was the role of the US. In the Afghanistan and Iraq wars begun in the previous decade, America has been the predominant military power. In Libya, its role was more complex. US cruise missiles destroyed much of Col Gaddafi’s anti-aircraft capability at the start of the war, and the US provided most of the air-to-air refuelling and electronic warfare capability for combat jets. But the Pentagon stunned allies by stating early on that it would not engage in direct combat, and it did not deploy aircraft to attack the regime’s military assets.

This had unfortunate consequences. It quickly exposed the unwillingness of Europeans to step up to the plate. Only nine Nato members deployed aircraft to attack ground targets. France and Britain alone deployed attack helicopters. Turkey and Spain refused to participate in ground attack missions. Germany and Poland refused to take part at all.

Robert Gates, then US defence secretary, expressed outrage at weak European support in June. “We have the spectacle of an air operations centre designed to handle more than 300 sorties a day, struggling to launch about 150,” he said.

Europe lacked not just will. Even where allies wanted to engage, they struggled to find the means. The British were forced to postpone decisions taken in last year’s landmark defence review to scrap aircraft. France deployed the Charles de Gaulle aircraft carrier but struggled to keep it operational. After 11 weeks many allies ran short of munitions, leaving the US to make up the difference. As Michael Clarke, head of the Royal United Services Institute, a London-based think-tank, puts it: “The Europeans could not get their act together in a convincing way. Even in a comparatively small operation against a weak and crazy opponent, they struggled.”

Some military chiefs argue that this criticism of the mission, and of the Europeans’ role, is overdone. They suggest it showed the alliance is flexible and able to work through its political differences. “Nato provided the broad framework for the mission, the structure, and command and control,” says a senior figure from the organisation. “But within it there was a core coalition of the willing who worked well with the Gulf states outside the alliance. I’m not sure this sort of improvisation is a bad thing.”

Others disagree. Mr Volker has serious worries about the legacy of the mission for Nato. “The concept of an alliance is one of sharing common strategic purposes and being willing to fight together for the common good,” he says. “That is what Nato’s article five commitment to collective defence – all for one and one for all – is about. This solidarity was severely damaged by the war in Afghanistan, when several allies set

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limits to what they would do. With Libya, solidarity has gone out of the window. We can do coalitions of the willing but that’s not an alliance.”

Moreover, many believe the declining defence capability of the Europeans – which is being savaged by budget cuts – bodes ill. Britain would still be able to carry out a medium-sized operation of the kind seen in Libya one year from now. But it would deploy considerably fewer aircraft because some of the Tornado jets deployed over Libya will be retired early under defence cuts. The operation also proved the limitations of European capabilities in any Nato operation not involving the US. Without America’s technical backbone – Tomahawk cruise missiles, drones and electronic warfare aircraft to guide combat missions – the Libya mission could not have succeeded.

“We’ve learnt that Nato is unprepared for even relatively simple operations without appreciable American logistical support,” says John Nagl of the Center for a New American Security, a Washington-based think-tank. “We’ve seen the costs of long-term underinvestment by European nations.”

When the Friends of Libya (as the country’s international backers call themselves) meet in Paris on Thursday, such concerns will be put to one side. All thoughts will be on the

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fall of Col Gaddafi – and what the new authorities in Tripoli need to entrench stability. There will be a celebration, too, of new military relationships that have been boosted by this mission – most notably between Britain and France, and between Nato and the Gulf Arab states.

However, the Libya conflict of 2011 has also cast a shadow over the transatlantic defence relationship. In time, the war will come to be remembered by historians as the moment when one of the most notorious despots of the Middle East was toppled by international action. But it may also come to be seen as the point when the US signalled to the nations of Europe that they must start thinking harder about how to provide security in their own backyard.

As Professor Clarke of Rusi puts it: “Nato should think long and hard about this operation. Whatever it represents to the Libyan people, it may come to look like a tipping point in the transatlantic evolution of Nato.”

Additional reporting by Anna Fifield

http://www.ft.com/intl/cms/s/0/0cb0b274-d2f8-11e0-9aae-00144feab49a.html#axzz1whcwjo9h p://www.ft.com/intl/cms/s/0/0cb0b274-d2f8-11E0-9AAE-00144FEAB49A.HTML#AXZZ1WHCWJO9H

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Las fuerzas de élite leales al régimen sirio salen a la caza de los desertores Decenas de soldados abandonan el Ejército para evitar participar en la represión REUTERS - Ammán - 30/08/2011

Tropas sirias rodearon ayer Rastán, un municipio cercano a la ciudad de Homs, y dispararon armas pesadas contra los vecinos después de que desertaran decenas de soldados procedentes de esta localidad, según informaron residentes y activistas. Alrededor de las 5.30 de la mañana (una hora menos en España), al menos 40 tanques y vehículos armados, incluyendo una veintena de autobuses cargados con tropas, entre ellas efectivos de inteligencia militar, irrumpieron en Rastán y comenzaron a disparar. Las fuerzas de seguridad accedieron a la ciudad a través de la autopista de Rastán. Situada a 20 kilómetros de Homs en la principal carretera que lleva a Turquía, Rastán es tradicionalmente un bastión de reclutas del Ejército, estamento de mayoría suní en los rangos bajos. Por el contrario, la elite militar siria está dominada por oficiales de la minoría alauí, a la que pertenecen el presidente Bachar el Asad y su familia.

"Los tanques se desplegaron a los dos lados de la autopista y empezaron a disparar en Rastán", indicó uno de los residentes de la localidad, que se identificó por teléfono con el nombre de Raed. Añadió que las deserciones comenzaron en el pueblo hace tres meses cuando se reprimieron con tanques las protestas contra Bachar el Asad y murieron docenas de civiles.

Otras unidades del Ejército apoyadas por tanques entraron en la localidad de Qara, que también había sido escenario de protestas diarias en las últimas semanas. En Qara, situada en la misma carretera que Rastán, pero al sur de la ciudad de Homs, el Ejército mató a un residente y arrestó a decenas de personas durante redadas casa por casa, según informaron diversos activistas.

El organismo opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó de que en la localidad de Sarmin, situada en la provincia de Idlib, fronteriza con Líbano, también se produjo un acto de represalia por parte del Ejército. Cinco personas murieron, entre ellas un niño, y más de 60 resultaron heridas después de que varios soldados desertaran y rechazaran disparar contra los manifestantes en esta localidad.

A las muertes de Qara y Sarmin se sumó la de un activista durante una emboscada tendida por las fuerzas de seguridad en la zona de Kafrnabl, también en Idlib. En total, fallecieron ayer al menos siete personas a manos del Ejército y la policía, según las cifras aportadas a la agencia Efe por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Los datos son casi imposibles de contrastar porque el régimen sirio impide el acceso de la prensa internacional a casi todos los lugares de conflicto.

Desde que comenzó la revuelta en Siria el pasado marzo han fallecido ya unas 2.200 personas, entre las que figuran 500 soldados, según la ONU. Y desde el derrocamiento de Muamar el Gadafi en Libia, varios activistas han informado de un creciente número de deserciones entre las tropas sirias, además de las protestas callejeras más intensas en los cinco meses de levantamiento popular.

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http://www.elpais.com/articulo/internacional/fuerzas/elite/leales/regimen/sirio/salen/caza/desertores/elpepiint/20110830elpepiint_3/Tes

La oposición siria se arma para derrocar a El Asad Los disidentes confían en la división del Ejército para acabar con el régimen Militares leales y desertores se enfrentaron ayer en Damasco

IGNACIO CEMBRERO - Madrid - 29/08/2011

En el mercado negro de armas en Líbano no se encuentra ni un solo fusil de asalto Kaláshnikov. De vez en cuando, la prensa de Beirut, sobre todo los diarios As Safir y Al Akhbar, informan de que el Ejército libanés ha interceptado un cargamento de armas con destino a Siria, un país donde la represión ha acabado desde marzo con la vida de al menos 2.200 civiles.

De vez en cuando, también, Sana, la agencia de prensa oficial siria, da cuenta de un ataque contra el Ejército. El pasado jueves, por ejemplo, se produjo en la provincia de Homs, donde en dos emboscadas cayeron ocho militares. Gran parte de las noticias de Sana son pura propaganda, pero algún conato de resistencia armada debe de existir.

A finales de la semana pasada fue colgado en YouTube un vídeo en el que varios jefes tribales de la zona de Deir al Zor, cerca de la frontera con Irak, anunciaban su determinación a hacer frente a una inminente operación represiva del Ejército. Al final apenas opusieron resistencia.

"Temo que algunos en la oposición, que tienen prisa por acabar con el régimen

[del presidente Bachar el Asad], van a decir ahora que en Libia ha sido un éxito" y querrán "recurrir a las armas" en Siria, advertía el escritor disidente Louai Hussein en una entrevista con la agencia Reuters.

¿Se está armando la oposición siria? A través de la frontera libanesa y también de la iraquí, más alejada de los núcleos urbanos, lleva semanas haciéndolo, según fuentes diplomáticas europeas, aunque por ahora sus protestas callejeras cotidianas son pacíficas, pese a que el Ejército las reprime a sangre y fuego.

Desde hace ya meses, los miembros de las coordinadoras que convocan las manifestaciones poseen teléfonos vía satélite con los que comunicarse y enviar también material gráfico al extranjero sin ser interceptados. Se lo han regalado colaboradores del ex primer ministro libanés Saad Hariri, cuyo padre fue asesinado en Beirut en 2005, con, acaso, la complicidad del servicio secreto sirio. Algunos magnates del Golfo, sobre todo de Catar, también han hecho donaciones a la lucha de la oposición. Ahora sucede otro tanto con las armas.

Para derrocar a El Asad no basta con que la oposición siria empuñe las armas. Uno de sus dirigentes más destacados, Haitham el Maleh, preveía en julio, a su paso por Madrid, que el Ejército se acabaría dividiendo como sucedió en Libia. Por ahora no hay muchas evidencias de que se esté rompiendo.

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Un soldado desertor declaró este mes en Ammán a Michael Weiss, del think tank Just Journalism, que miles de compañeros suyos habían desertado. Un oficial destinado hasta hace poco en Abu Kamal asegura en YouTube hablar en nombre del Ejército Sirio Libre y, el sábado, un comunicado firmado por "oficiales libres" anónimos anunciaba que tropas leales al régimen luchaban contra militares rebeldes en los jardines de Al Ghouta, en la periferia de Damasco. Habitantes del barrio lo confirmaron por teléfono a la agencia Reuters.

El Asad no se fía del conjunto de sus Fuerzas Armadas. Prueba de ello es que en la represión solo participan dos cuerpos de élite, la Guardia Republicana y la IV División Acorazada, que manda su hermano pequeño, Maher. Esos 20.000 soldados se coordinan con los servicios secretos y la shabbiha, los grupos paramilitares.

Todos ellos pertenecen a la minoría religiosa alauí, de la que forma parte el presidente, aunque el país es mayoritariamente suní. Ambos cuerpos no disponen de suficientes efectivos para reprimir simultáneamente en varias ciudades y por eso lo hacen por turno.

El grueso de los cerca de 300.000 reclutas del mastodón-tico Ejército sirio y los pilotos de la Fuerza Aérea son suníes. Hasta ahora apenas han sido utilizados para reprimir. Apenas mantienen contactos con sus familias, que con frecuencia padecen exacciones del régimen que ellos ignoran. Si las manifestaciones continúan y estalla la insurrección armada, El Asad no tendrá más remedio que involucrarlos en la represión. Es entonces cuando el Ejército puede quebrarse.

Se reproduciría así una situación similar a la de Libia, en marzo pasado, cuando una parte del Ejército regular se unió en Bengasi a los rebeldes y juntos se hicieron con el control de la segunda ciudad del país. Los leales a Gadafi se disponían a reconquistarla en abril, pero Francia y el Reino Unido pararon esa ofensiva y les ayudaron a ganar la guerra contra el dictador. IGNACIO CEMBRERO La oposición siria se arma para derrocar a El Asad Madrid - 29/08/2011 http://www.elpais.com/articulo/internacional/oposicion/siria/arma/derrocar/Asad/elpepiint/20110829elpepiint_5/Tes

August 29, 2011

Score One for Interventionism By ROGER COHEN LONDON — It will be two decades next year since the outbreak of the Bosnian war — and since the debate on interventionism began to rage, becoming one of the most acrimonious moral questions of our times. Now Libya, a successful Western intervention, will be placed on the scales.

The issue has divided friends and united enemies. Democrats under the age of 30 were almost as eager to go to war in Iraq as Republicans over 65, according to a Pew Research Center poll of October 2002, a moment when liberal hawkishness and conservative American hubris coalesced with disastrous consequences.

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It has been the focus of an age-old foreign policy debate between realism and idealism, prompted a deluge of finger-pointing, and proved a catalyst to the U.N.-endorsed notion of a responsibility to protect. At the heart of the polemics lie divergent views on the very nature of American power.

Like many of my generation, I became an interventionist in Bosnia. Sickened by carnage, and by the lies and ignorance of Western politicians who prolonged the carnage, I understood that caution — or more accurately hypocrisy masquerading as prudence — can be as criminal as recklessness.

A war with very specific reasons and equally specific crimes committed overwhelmingly by Serbian forces was dressed up as a millennial conflict beset by Balkan fog and moral equivalency in order for craven Western leaders to justify an inaction that killed.

So I sat in Sarajevo and fumed and tried to pierce the fog with words. I tried to say who was killing whom beneath the gaze of blue-helmeted United Nations “peacekeepers” and below the fatuous flights of NATO planes patrolling empty skies. Was Sarajevo to be another Munich?

We had been morally numbed by the Cold War. It seemed as inevitable as the earth’s rotation. Mutual assured destruction was ugly; it was also comforting in its limitation of choice. Now, with the demise of the Soviet Union, an ascendant West was faced with barbarism on European soil and had the disquieting latitude to act. It prevaricated. People died.

NATO finally bombed Serbian positions in 1995. The war ended soon after. The alliance bombed again in Kosovo in 1999. Soon after, Slobodan Milosevic’s murderous dominion ended. Western intervention in a cruel war in Sierra Leone led to the end of that conflict. Liberal interventionist had become the proud badge of a generation discovering the good war.

A new century began at this zenith of the post-Cold-War interventionist cycle. In his important book, “The Icarus Syndrome: A History of American Hubris,” Peter Beinart traces how such cycles come and go — and how personal experience can be as blinding as it is illuminating. He quotes the brilliant historian, Arthur Schlesinger Jr., warning that the 1991 Gulf War that quickly drove Saddam Hussein from Kuwait would likely cause “the gravest damage to the vital interests” of America, and quotes him again comparing arguments for a Bosnia intervention with those that led to the Vietnam disaster.

It was through the prism of Vietnam, the war he lived most passionately and painfully, that Schlesinger saw the choices posed by subsequent conflicts.

Beinart describes how even in his adulation for Schlesinger, he in time became sickened by the Vietnam analogy with its recurring prescription for inaction. Shaped by Bosnia, he backed the Iraq war. The pendulum had swung. Vietnam-induced excess of caution had given way to Bosnian-induced hubris.

I, too, fell under its influence. Mea culpa. Whatever the monstrosity of Saddam, and whatever the great benefit to the world of his disappearance, the war as it was justified and fought — under false pretenses, without many of America’s closest allies, in ignorance and incompetence — was a stain on America’s conscience.

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Libya, in the wake of this damage, was a risk for President Obama. There were many reasons for not intervening — a third war in a Muslim country was not what America needed and the homegrown quality of the Arab Spring has been central to its moral force. But to allow Muammar el-Qaddafi to commit a massacre foretold in Benghazi would have been unforgivable.

The intervention has been done right — with the legality of strong United Nations backing, full support from America’s European allies, and quiet arming of the rebels. The Libyan people have been freed from a crazed tyranny. Unlike in Iraq, burdens were shared: America flew the intelligence missions and did the refueling while the French, British, Dutch and others did most of the bombing. Iraq was the wrong prism through which to look at Libya. I’m glad I resisted that temptation. Another cycle has begun.

In the end, I think interventionism is inextricable from the American idea. If the United States retreats into isolationism, it ceases to be itself — a nation dedicated, however much it falls short, to a universalist ideal of freedom.

There are no fixed doctrinal answers — a successful Libyan intervention does not mean one in Syria is feasible — but the idea that the West must at times be prepared to fight for its values against barbarism is the best hope for a 21st century less cruel than the 20th. http://www.nytimes.com/2011/08/30/opinion/30iht-edcohen30.html?partner=rssnyt&emc=rss

ft.com comment Columnists

August 29, 2011 9:55 pm

2011, the year of global indignation By Gideon Rachman

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Is there such a thing as a global mood? It certainly feels like it. I cannot remember a time when so many different countries, all over the world, were gripped by some form of street protest or popular revolt. 2011 is turning into the year of global indignation.

The “Arab spring” at the beginning of the year set the tone – with the fall of the Tunisian and Egyptian regimes, now followed by the ousting of Muammer Gaddafi in Libya and the insurrection in Syria.

More ON THIS STORY Gideon Rachman In defence of gloomy columnists Gideon Rachman It’s 1989 but we’re the Russians Gideon Rachman A last hurrah for the west Gideon Rachman Hotheads, fainthearts and Gaddafi Gideon Rachman Fiction a route to political truth

But milder forms of popular revolt are breaking out across the globe. Europe has experienced political riots in Athens, sit-ins in Madrid and looting in London. In India, thousands of demonstrators turned out across the country to support Anna Hazare, a social activist and hunger striker, who has panicked the Indian government into agreeing to new anti-corruption measures. China has seen public demonstrations and online protests sparked by a factory accident and a high-speed train crash. In Chile, the past two months have seen huge marches by students and trade unions demanding higher social spending. In Israel, the main boulevards of Tel Aviv have been occupied by ordinary people protesting against the cost of living.

Of course, there are also big differences between the various upheavals around the world. Why dignify the actions of a British hoodie caving in the window of a department store, by comparing him to a Libyan risking his life for freedom? The link between a Chinese housewife demonstrating against a chemical plant in Dalian and an Israeli office worker demanding affordable housing might also seem tenuous.

Conclusions drawn in the face of such disparate events do have to be cautious. But there are common traits. Many of the revolts of 2011 pit an internationally-connected elite against ordinary citizens who feel excluded from the benefits of economic growth, and angered by corruption.

Rage at the wealth and corruption of the ruling elite fuelled the revolts in Tunisia and Egypt. Allegations of corruption and official misdoing have been central to the popular protests in India and China. Anger about lack of opportunity for the young and the erosion of middle-class living standards are common themes in the demonstrations in Spain, Greece, Israel and Chile.

Many of the countries hit by unrest have explicitly accepted rising inequality as a price worth paying for rapid economic growth. In China, Deng Xiaoping set the stage for the Communist party’s embrace of capitalism decades ago when he announced – “To get rich is glorious.” In Britain, Peter Mandelson, architect of Tony Blair’s New Labour, pronounced himself “intensely relaxed about people getting filthy rich”. Chile was the pioneer of free-market reforms in Latin America. In India, an economic boom has seen billionaires’ mansions constructed near abject slums.

And yet many of these same countries also have strong egalitarian political traditions that still strike a popular chord. Mr Hazare has consciously aped the methods and language of Mahatma Gandhi. Many of Israel’s demonstrators decry the free-market policies of Benjamin Netanyahu’s government and speak nostalgically of the socialist traditions of the kibbutz movement. The indignados of Madrid, Athens and Paris demand support for a “European social model”, which promises free education and healthcare and a decent income for all.

It is tempting to see all these upheavals as linked by a globalisation that boosted the incomes of the wealthy, while creating an international labour market that holds down the wages of the unskilled, at least in the west. Globalisation has also fostered the communications networks that allow ideas and images of revolt to skip around the world.

But the creation of a global mood is a mysterious thing. In 1968, before the word “globalisation” or the internet were even invented, there were student rebellions around the

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world. The year 1989 saw not just of the fall of the Berlin Wall, but the Tiananmen Square revolt in China. Perhaps 2011 will come to rank alongside 1968 and 1989 as a year of global revolt?

And yet there is one striking exception to this pattern – the US. America exhibits many of the social and economic trends that have got people out on the streets in other countries: rising inequality, a threat to middle-class living standards, anger against the political and business elite. Yet, so far, all this rage – whether on the left or the Tea Party right – has been expressed in the media or at the ballot box, but not by disorder on the streets.

Some argue that ordinary Americans are suffering from a form of false consciousness in which anger about economic issues gets misdirected into rage about guns or religion. But that is too patronising. America’s political culture has always been more individualistic and less egalitarian than that of other nations. And while there are huge rewards for the successful in the US, there is a belief that malefactors will be punished. Some may recoil at the spectacle of executives forced to do the “perp walk” or presidents impeached for their sexual peccadilloes. But it sends a message that nobody is above the law and that corruption will not be tolerated.

President Barack Obama has been accused of not believing in “American exceptionalism”. But this is one of form of American exception he has reason to be grateful for.

http://www.ft.com/intl/cms/s/0/36339ee2-cf40-11e0-b6d4-00144feabdc0.html#axzz1wvanjuer

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Gadafi se declara dispuesto a negociar la entrega del poder El Gobierno rebelde responde que el dictador debe ser juzgado junto a sus hijos.- La cadena CNN localiza al terrorista de Lockerbie en Trípoli y en estado comatoso, según su hijo.- Los sublevados calculan que llegarán en 10 días a Sirte JUAN MIGUEL MUÑOZ | Trípoli (Enviado Especial) 29/08/2011

Muamar el Gadafi puede influir en el futuro próximo de Libia solo si sus leales siguen perpetrando las horrendas carnicerías que cometieron cuando los sublevados contra su dictadura de 42 años se lanzaron a conquistar Trípoli, hace 10 días. Políticamente, es historia. Puede permanecer en una guarida durante un tiempo, como hizo el tirano iraquí Sadam Husein durante ocho meses. Pero ya nadie considera sus tretas.

El portavoz del autócrata, Musa Ibrahim, telefoneó ayer desde un lugar desconocido a la agencia Associated Press para proponer un Gobierno de transición que sería negociado por Saadi, uno de los hijos del tirano. La respuesta fue contundente. "No tiene ningún sentido. El camino está claro para nosotros. Gadafi y sus hijos son buscados por la justicia libia y el Tribunal Penal Internacional", declaraba a este diario Abderrahim el Keib, uno de los 31 miembros del Consejo Nacional de Transición (CNT), el Gobierno de los rebeldes que desde la madrugada de ayer ocupa el asiento de Libia ?expulsada en febrero por la represión desatada por Gadafi? en la Liga Árabe.

La propuesta de Gadafi, teñida de desesperación, es síntoma de que se siente derrotado, aunque ayer la OTAN bombardeara una lanzadera de misiles en Sirte, ciudad natal del sátrapa, a 450 kilómetros al este de la capital y a la que se aproximan desde Bengasi los insurgentes. Gadafi ha rebajado su habitual tono desafiante. Hasta hace pocos días, llamaba "ratas" y "matones" a los rebeldes y su hijo Saadi amenazaba con convertir "Trípoli en un mar de sangre". No hubo la más mínima fisura en el CNT. "Gadafi y sus hijos son criminales y serán detenidos muy pronto", aseguraba ante los periodistas su portavoz, Mahmud Shaman.

El excéntrico líder no tiene más opción que la fuga permanente o el refugio en algún país dispuesto a acogerle. Sus relaciones con los dictadores del Magreb y de Oriente Próximo siempre fueron estridentes (insultos y gestos despectivos incluidos). Si nunca gozó Gadafi de demasiada influencia entre los países árabes, ya no es nadie. El jefe del Gobierno rebelde, Mahmud Yibril, fue acogido con una calurosa ovación en la reunión de la Liga Árabe celebrada en El Cairo, sede de la institución en la que ya ondea la bandera roja, negra y verde de la Libia monárquica. Yibril imploró a los ministros de Exteriores que aceleraran la entrega de ayuda humanitaria y contribuyeran a liberar los fondos congelados del régimen en el extranjero, que ascienden a 110.000 millones de dólares. Una primera partida de 1.000 millones de euros en fondos del dictador ya fue descongelada por Naciones Unidas esta semana.

Ayuda humanitaria -material médico, agua, pañales y paquetes para higiene personal- llegaba al puerto de Trípoli ayer a bordo de cuatro buques. "Estos barcos también atracaban cuando Gadafi dirigía el país", decía Hisham Zughni, empleado de la Cruz

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Roja Internacional mientras descargaba un cargamento de Unicef. A pocos metros, otro buque se preparaba para zarpar con 1.200 emigrantes a bordo, 800 de ellos egipcios.

La ayuda humanitaria es solo un parche. El CNT afronta una misión ciclópea. La situación de Libia es catastrófica, por el abandono de décadas y por los destrozos causados a las infraestructuras tras seis meses de guerra. Pero a los tripolitanos les importa un comino. Explicaba un adulto: "Cuesta encontrar agua, faltan los alimentos y la gasolina. Pero puedo hablar contigo. Soy libre". Los libios de a pie han dado muestras sobradas de civismo, a pesar de su escasa cultura política. Nunca se han escuchado noticias de pillaje. Preocupan en la era pos-Gadafi las venganzas personales por motivos que poco tienen que ver con la política, los ajustes de cuentas por la represión ejercida por matones del régimen, las rivalidades tribales... La coyuntura es peliaguda porque miles de hombres se apoderaron de armas para derrocar al dictador, y será difícil que entreguen sus Kaláshnikov en estas circunstancias. No obstante, el CNT tiene en mente prioridades inaplazables.

En coma el terrorista de Lockerbie En primer lugar, la creación de un Ejército, tarea complicada dado el deplorable estado al que Gadafi redujo las fuerzas armadas, reemplazadas por las brigadas comandadas por sus vástagos. El Consejo informó de la constitución de un tribunal especial para juzgar los crímenes cometidos desde que en febrero nació la revuelta en Bengasi tal y como pidieron Reino Unido y EE UU, y que no extraditará a Abdel Basset al Megrahi, condenado por el atentado aéreo de Lockerbie, en 1988, que causó la muerte a 270 personas. "No entregaremos a ningún ciudadano libio a Occidente", declaró el ministro de Justicia, Mohamed al Alagi. "Ya fue juzgado una vez. Nosotros no entregamos a ciudadanos libios. Gadafi sí lo hizo", concluyó. Al Megrahi, cuyo paradero era una incógnita, está en Trípoli, según su hijo "en estado comatoso" y "al borde de la muerte" debido al cáncer de próstata que padece, informó anoche la cadena de televisión CNN, que le localizó en el domicilio familiar. Los familiares de Al Megrahi han denunciado que el exespía libio, cuya última aparición fue en julio pasado en silla de ruedas junto con el dictador libio, carece de atención médica apropiada.

Tras su liberación de la cárcel escocesa donde cumplía condena desde 2001 tras considerarse que le quedaban tres meses de vida, Al Mehagri fue recibido en agosto de 2009 por las autoridades del régimen del coronel Muamar el Gadafi con honores de héroe en un aeropuerto de Trípoli y con fiestas en las calles, lo que generó la indignación en torno a su puesta en libertad.

Los disparos y explosiones apenas se escucharon ayer en Trípoli, que recupera su latido. El tráfico, todavía escaso, reaparece; algunos comercios abren sus puertas pese a la carencia de productos; las instalaciones petroleras se ponen a punto, aunque se necesitarán meses, si no años, para recuperar la producción de 1,6 millones de barriles diarios. Y, ya instalados en la capital varios miembros del CNT, ayer se preveía la llegada de algunos más de sus 31 componentes. "Al presidente [Mustafá Abdel Yalil] le pediremos que viaje a Trípoli cuando la seguridad pueda garantizarse", explicaba El Keib. Hasta el sábado, todavía se disparaba contra el hotel donde se alojan varios dirigentes del Consejo.

10 días hasta Sirte Los rebeldes libios calculan que tardarán al menos diez días en hacerse con el control de la ciudad de Sirte, último bastión de las tropas leales a Gadafi y uno de los posibles

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escondites donde podría refugiarse Muamar el Gadafi tras la toma de Trípoli por los insurgentes. El cálculo lo ha realizado un comandante rebelde que participa en la operación en declaraciones a la agencia Reuters mientras prosigue sin grandes sobresaltos el avance rebelde hacia la cuna del dictador.

Las tropas avanzan en dos frentes con la intención de rodear Sirte. Por un lado, las unidades que han partido desde Bengasi, capital rebelde al este del país, ya están a solo 100 kilómetros del objetivo, en la localidad de Ben Jawad. Mientras, varias columnas de insurrectos avanzan hacia Sirte desde Misrata (oeste libio) con la intención de entablar combate si las negociaciones que actualmente están en curso para la rendición de la ciudad fracasan, según fuentes rebeldes. "Nuestro objetivo es que no se derrame sangre, nuestro objetivo es la liberación [de Sirte]", ha asegurado el coronel Salem Muftah al-Refaidy a la agencia británica durante una visita a Bengasi. "No queremos más sangre, sobre todo de civiles, de niños, ancianos y mujeres", ha añadido este responsable militar.

Observadores internacionales temen que la batalla de Sirte sea más encarnizada y sangrienta que la acaecida días atras en Trípoli, donde aún permanecen tendidos en muchas calles cadáveres putrefactos de combatientes de los dos bandos. En Sirte se cree que permanece atrincherado el núcleo más fiel a Gadafi y además la ciudad alberga importantes instalaciones militares. De hecho, según la OTAN, el Ejército del sátrapa habría disparado varios misiles Scud desde ese enclave pero ninguno habría alcanzado sus objetivos.

El portavoz rebelde Mohammad Zawawi ha informado por su parte de que sus tropas han entrado en la ciudad de Ben Jawad, a escasos 100 kilómetros de Sirte, y están a la espera del resultado de las negociaciones para decidir su siguente movimiento. Las fuerzas rebeldes creen que Sirte es el último obstáculo para controlar el acceso al mar Mediterráneo y su toma supondría el impulso definitivo para finiquitar el conflicto. Tras la previsible conquista de Sirte, la intención de los insurgentes es continuar su avance hacia Sabha, un reducto de gadafistas al sur del país, en pleno desierto.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Gadafi/declara/dispuesto/negociar/entrega/poder/elpepuint/20110829elpepuint_1/Tes

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TRIBUNA: FRED KAPLAN

Libia: las lecciones de Irak Tras la derrota de Gadafi, habrá que reconstruir el país, imponer el orden y organizar unas elecciones y un sistema político que los libios sientan como suyo. Para lograrlo hay que aprender de los errores del pasado Las revoluciones alimentan altas expectativas. Si no son satisfechas, vuelve la tiranía o surge el caos

FRED KAPLAN 29/08/2011

Con el reinado de Muamar Gadafi en Libia casi finalizado, ahora la pregunta es: ¿Y ahora qué? Nadie de los que están allí lo sabe y los que estamos fuera -y que no hemos tenido acceso a las conversaciones entre líderes rebeldes y sus contactos occidentales—sabemos menos.

Por lo menos en esta ocasión todo el mundo comprende (o debiera comprender) que "cambio de régimen" solamente marca el comienzo de la historia, no su final. Y, en cualquier caso, esta vez (una importante diferencia entre la Libia post-Gadafi y, digamos, el Irak post-Sadam) los libios estarán al mando; ha sido su guerra, y pronto será su victoria, no la nuestra.

En este sentido, la política del presidente Barack Obama de apoyar a los rebeldes sólo hasta el punto de hacer las cosas que ningún otro puede hacer -una política censurada por sus críticos como excesiva o como insuficiente- ha resultado ser casi perfecta.

Sin el bombardeo de precisión al inicio del conflicto, los aviones no tripulados de vigilancia y ataque más tarde, y las redes de control y mando continuamente, es casi seguro que la rebelión hubiera sido aplastada. (Mi impresión es que la CIA y los servicios de operaciones especiales de otros países occidentales también han ayudado a adiestrar a los soldados rebeldes sobre el terreno.)

Al mismo tiempo, debido a que Estados Unidos ha mantenido un perfil bajo (en comparación con otras naciones de la OTAN, especialmente Reino Unido, Francia e Italia, que tienen un interés mayor en el destino de Libia), la regla del "puesto de cerámica" -si lo rompes, lo compras—no se aplicará.

Los senadores republicanos John McCain, por Arizona, y Lindsey Graham, por Carolina del Sur, han hecho pública una declaración realmente desagradable, felicitando a "nuestros aliados británicos, franceses y de otros países, así como a nuestros socios árabes, especialmente Catar y los EAU, por su liderazgo en este conflicto", añadiendo, casi como por si acaso, "los norteamericanos pueden estar orgullosos del papel que ha desempeñado nuestro país contribuyendo a la derrota de Gadafi, pero lamentamos que ese éxito haya tardado tanto por no haber empleado Estados Unidos todo el peso de nuestra fuerza aérea."

Primero, seis meses, aunque es más tiempo de lo que la mayoría preveía (y una eternidad en el mundo de 24 horas de noticias por cable), no es un tiempo terriblemente largo para una operación cuyo fin es deponer a un dictador que ha conseguido permanecer en el poder durante cerca d 42 años.

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Segundo, si un par de prominentes demócratas hubiera hecho pública semejante declaración, digamos, después de que el presidente George W. Bush contribuyera a desalojar del poder a los talibanes en Afganistán, se les hubiera tachado de partidistas resentidos o de algo peor.

Si Obama hubiera emprendido una campaña de bombardeo masivo, y no digamos si hubiera dispuesto a la infantería norteamericana sobre el terreno (como algunos neoconservadores pedían con insistencia), y si, como resultado de ello, Gadafi se hubiera rendido o muerto entre los escombros de su palacio, el mundo -quizá los propios rebeldes—se habría indignado por la "agresión imperialista" y habría exigido que Estados Unidos restaurase el orden, y luego nos hubiera criticado severamente si nuestro esfuerzo se quedaba corto.

Sin embargo, ahora mismo, los libios no pueden restaurar el orden o reconstruir su país ellos solos. Gracias en buena parte a las cuatro décadas de gobierno de Gadafi, no tienen tradiciones o instituciones democráticas, su economía está patas arriba, sus fuerza armadas y su policía están en retirada, y, por mucho que los rebeldes hayan aprendido estos últimos meses a maniobrar contra un enemigo armado y a coordinar un asalto a una ciudad, es una incógnita saber si serían capaces de ejercer labores de policía en esa misma ciudad.

Hay lecciones que deben aprenderse de lo que se hizo, y no se hizo, en los primeros meses de la ocupación de Irak comandada por Estados Unidos. Esperemos que alguien haya entendido cómo aplicar esas lecciones a Libia.

Por ejemplo:

Imponer la ley y el orden inmediatamente. Si las autoridades bajo mando estadounidense hubieran disparado contra algunos saqueadores en los primeros días posteriores a la huída de Saddam Hussein de Bagdad (en vez de anunciar el caos como una desbordante expresión de libertad, como hizo Donald Rumsfeld) la ocupación de Irak podría haber seguido un curso muy diferente. Después de que Gadafi se venga abajo, los nuevos poderes, sean quienes sean, podrían declarar un toque de queda, quizá incluso una ley marcial, al menos durante un tiempo. Eso no debería ser necesariamente causa de alarma; es probablemente algo esencial, no solo para prevenir que resistentes pro-Gadafi continúen luchando, sino también para reprimir las tensiones entre facciones y tribus en el seno de los rebeldes.

Como condición previa para imponer el orden los mandos rebeldes necesitarán aprender el modo de compartir el poder, al menos a corto plazo. Puede que no sea fácil. Las "fuerzas rebeldes" consisten en al menos una docena de facciones, algunas de las cuales se odian mutuamente. (Hace solo unas semanas el comandante en jefe de los rebeldes fue asesinado, casi con toda seguridad por un oficial rival.) Uno espera que se hayan decidido ya por alguna fórmula. Si no es así, la situación podría ser desastrosa.

Liberar el dinero. Al comienzo del conflicto las naciones occidentales congelaron los activos de Libia (30.000 millones de dólares solo en Estados Unidos), en espera de la llegada de un nuevo régimen. La administración de Obama ha reconocido ahora al Consejo Nacional de Transición como gobierno legítimo (como lo han hecho la mayoría de los países occidentales involucrados) y sus responsables ya han dicho que la congelación será levantada.

Una gran lección no solo del Irak post-Sadam sino también de Afganistán, de la Primavera Árabe, y de casi toda agitación política de esa magnitud en la historia, es que

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las revoluciones alimentan altas expectativas y, si las expectativas no son satisfechas al menos de algún modo, vuelve la tiranía o surge el caos. Una manera de impedir esas fatalidades es proporcionar trabajo, y un medio de hacerlo es financiar proyectos. En Libia es necesario reconstruir mucho, o simplemente construir. Es preciso canalizar dinero para ese tipo de proyectos lo antes posible.

La frase clave, por supuesto, es "lo antes posible". Uno solamente puede esperar que esté ya listo el mecanismo, de rápida puesta en práctica, que pueda procesar, administrar y controlar el cash flow. Ese mecanismo no tiene que ser perfecto, o "a prueba de" FMI. En algunos aspectos, es mejor si supone la participación de tradicionales, o de algún modo conocidas, redes de autoridad. Pero el simple vertido de dinero es una receta para la inflación, la corrupción intensiva (cierta corrupción es casi inevitable, pero más de la cuenta será ruinosa), y la ausencia de verdadero desarrollo.

Una vez que se haya establecido algún mecanismo, el dinero deberá ser canalizado hacia proyectos locales, preferiblemente muchos y pequeños, después de (rápida) consulta a (o de abierto control de) personas que sepan qué tipo de mejoras son necesarias y factibles. Aquí Irak nos da una lección negativa. Cuando, después de algún retraso, Estados Unidos asignó 18.500 millones de dólares para la reconstrucción económica de Irak, el dinero se gastó en grandes proyectos y se contrató con corporaciones cuyos dirigentes eran incompetentes acerca del medio ambiente local. Por ejemplo se gastó un montón de dinero en una nueva central eléctrica pero no había cables para llevar la electricidad a los hogares. También se adjudicó mucho dinero a la construcción de una nueva instalación para el tratamiento de aguas residuales, pero el contrato no contenía la provisión para el tendido de las tuberías de desagüe.

Ayudar a organizar las elecciones locales rápidamente. Es ingenuo esperar que la nueva Libia brote como una democracia. Pero cualquiera que sea el sistema político que resulte o se desarrolle, es improbable que arraigue pacíficamente a menos que una masa crítica de la población sienta que el nuevo sistema es suyo y que su éxito les incumbe. Quizá los mayores errores que cometieron los responsables estadounidenses de la ocupación en el Irak post-Sadam (además de tolerar a los saqueadores, disolver el ejército e impedir que los miembros del partido Baas ocuparan puestos de trabajo gubernamentales) fueron los de instalar un primer ministro y crear un complicado sistema de caucuses para seleccionar un parlamento nacional. Hubiera sido mejor reconocer la naturaleza tribal y regional de Irak como base para la creación de foros para elegir a los representantes locales. En pocas palabras, permitir que el gobierno se desarrollara más "orgánicamente" desde sus raíces.

Solo es de esperar (y, otra vez, si no es el caso, las cosas pronto irán mal) que diplomáticos, responsables de inteligencia y otros asesores que han celebrado reuniones con los rebeldes en las pasadas semanas o meses incluyeran en ellas a personas que supieran algo sobre la estructura social de Libia, y que esas personas fueran escuchadas por funcionarios de alto rango que es casi seguro (y comprensible) que no lo saben.

¿Un papel que le corresponderá a la CIA? Puede que sea una casualidad que el general David Petraeus vaya a ser investido director de la agencia el 6 de septiembre. En los meses iniciales de la ocupación de Irak, Petraeus, entonces al mando de la 101 División Aerotransportada, hizo en el norte de Irak (concretamente en Mosul, la capital de la provincia de Nínive) todo lo que de algún modo se necesita hacer en Libia. Impuso la ley y el orden mediante el despliegue de patrullas, organizó elecciones locales con la ayuda de líderes locales y dotó a miles de proyectos de reconstrucción con dinero que

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Saddam Hussein había atesorado en sus palacios. (Ese dinero, conocido como Programa de Respuesta de Emergencia del Mando, se obtuvo para proyectos similares por varios otros jefes militares norteamericanos en Irak, no solo por Petraeus.)

Es dudoso que a la CIA de Petraeus se le implique realmente en organizar ese tipo de programas en Libia (la agencia no tiene un claro mandato ni una predisposición cultural para llevar a cabo "operaciones de estabilidad"; y el Departamento de Estado, que se prepara para establecer una embajada en Trípoli en cuanto se despeje el humo, es probable que insista en tomar la iniciativa en ese terreno, en la medida en que los Estados Unidos tienen un papel que desempeñar.)

Sin embargo, la agencia puede (y lo hará, si se le ordena, incluso si Petraeus no estuviera a punto de convertirse en su director) llevar a cabo operaciones de inteligencia que ayuden a identificar los mejores destinos a los que dirigir los fondos de estabilización. En cualquier caso, ya que será una autoridad con nivel ministerial, sería tonto no aprovechar su experiencia en la materia. (Algunos funcionarios de la Casa Blanca no se fían mucho de Petraeus y le consideran un tanto ambicioso, una razón por la que no fue nombrado Jefe del Estado Mayor Conjunto. Pero la superarán.)

Mantener la internacionalidad. Ante todo (y estoy seguro de que la Casa Blanca lo entiende como una premisa básica), sea cual sea el tipo de gobierno que se cree en Libia, y sean cuales sean los tipos de programas de reconstrucción que se ofrezcan desde fuera de sus fronteras, Estados Unidos no estará a la cabeza. Ni debería estarlo. El presidente Obama se alistó en esta misión de una manera decisiva pero limitada, y en el marco de la política norteamericana se podría apostar que el alcance de ese compromiso seguirá siendo "decisivo pero limitado".

En su declaración del lunes pasado, Obama alabó la operación como, entre otras cosas, una demostración de "lo que la comunidad internacional puede lograr cuando nos mantenemos unidos como si fuéramos uno solo". Desde el final de la Guerra Fría, los norteamericanos han estado esperando a que los aliados tomen la iniciativa, y los aliados se han estado quejando (a veces falsamente) de la tendencia de Estados Unidos a dominar. Todas las señales sugieren que Obama está decidido a que Libia siga siendo un teatro -en la guerra y en la paz, en el conflicto y en su solución—en el que los actores de ambos lados del Atlántico (e incluyamos también aquí a los aliados árabes) vean cumplidos sus deseos.

Fred Kaplan es periodista y columnista de Slate Magazine. © 2011, The Slate Group LLC. Distribuido por The New York Times Syndicate. Traducción de Juan Ramón Azaola.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/libia/lecciones/irak/elpepiopi/20110829elpepiopi_11/tes

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EDITORIAL

Libia sin Gadafi Construir una nueva democracia exige aplicar la justicia a los crímenes de ambos bandos 28/08/2011

La toma de Trípoli por las tropas rebeldes pone al Consejo Nacional de Transición ante sus primeras responsabilidades en la construcción de la nueva Libia. Los combates continúan en torno a Sirte y Muamar el Gadafi sigue sin aparecer, pero son los últimos episodios de una guerra civil que condicionará el futuro del país y de las revueltas árabes. La caída de Sirte es cuestión de tiempo; también la de Gadafi, y ese será el momento en que, si aparece con vida, las nuevas autoridades libias tomen la decisión de juzgarlo en el país o de enviarlo ante la Corte Penal Internacional. Ni en un caso ni en otro existiría la opción de la impunidad para quien sojuzgó Libia durante 42 años y prefirió la guerra civil antes que abandonar el poder.

Las primeras horas del control de Trípoli por parte de los rebeldes han sembrado la inquietud. La aparición de cadáveres que evidencian ejecuciones sumarias llevadas a cabo por los leales a Gadafi ratifican que era necesario acabar con un régimen de terror. Pero, de confirmarse los indicios de que los rebeldes podrían estar haciendo otro tanto con los gadafistas, Libia se precipitaría al peor de los infiernos: la caída de un tirano a costa de mantener la tiranía. Para el futuro Gobierno libio, el derecho a un juicio justo para Gadafi y los suyos tendría que ir acompañado por el deber de un juicio equivalente contra los rebeldes que pudieran haber cometido crímenes en el momento de aproximarse la victoria.

La guerra civil supuso un punto de inflexión en las revueltas árabes, al fijar una pauta de comportamiento para los autócratas. Dependiendo de los pasos que dé a partir de ahora el Consejo de Transición, Libia podría convertirse de nuevo en un modelo negativo para las transiciones democráticas en curso. Nada debería impedir que los ciudadanos de los países árabes accedan a una democracia plena y sin adjetivos, algo que depende en exclusiva de las decisiones que adopten los dirigentes encargados de gestionar la nueva legitimidad que han fundado las revueltas. El camino es más fácil en los países que no derrocaron a sus dictadores por las armas. Pero tampoco es imposible en Libia, siempre que las nuevas autoridades sean conscientes de que no solo lucharon contra Gadafi, sino también a favor de un régimen de libertades.

Ante estos países, la comunidad internacional tiene tendencia a dejarse llevar por actitudes paternalistas que, en el fondo, responden a un resabio racista. Los nuevos dirigentes árabes, incluidos los libios, no pueden beneficiarse de una actitud de condescendencia similar, por lo demás, a la que se dispensó ante los antiguos dictadores. Las mismas responsabilidades que se exigen a cualquier Gobierno del mundo incumben a quienes tienen ahora la ocasión, ofrecida por los ciudadanos árabes que se han jugado la vida, de demostrar que

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La Liga Árabe readmite a Libia bajo la representación de los rebeldes La organización decide enviar de urgencia a su secretario general a Siria para pedir al régimen el cese de la represión AGENCIAS | El Cairo 28/08/2011

La Liga Árabe ha readmitido esta madrugada (hora española) a Libia después de que el país fuera suspendido de militancia en febrero por la represión de las manifestaciones a manos de las fuerzas de seguridad del régimen de Muamar al Gadafi. Ahora que Gadafi, aún en paradero desconocido desde que los rebeldes accedieran a Trípoli, parece haber perdido el poder, la Liga Árabe ha readmitido al país bajo la representación del rebelde Consejo Nacional de Transición (CNT). Ello supone el reconocimiento de los sublevados como legítimo representante del pueblo libio. Una decisión que ha quedado escenificada fuera de la sede de La Liga Árabe, cuando un individuo ha reemplazado la bandera libia actual por la de los rebeldes.

Esta decisión se ha producido en una reunión extraordinaria mantenida en la sede de la organización en la capital egipcia, El Cairo, donde la delegación de Libia ha estado representada por el ministro de Asuntos Exteriores del CNT, Mahmud Jibril.

El secretario general, Nabil al Araby, ha pedido a los países árabes que liberen los activos libios de sus bancos en señal de apoyo al CNT, a petición de Jibril. Según ha informado Reuters, la Liga Árabe también ha reclamado a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad de la ONU que descongele los fondos libios de forma inmediata. Hace tres días, Naciones Unidas -a petición de Estados Unidos- acordó desbloquear 1.000 millones de euros de los fondos que Muamar el Gadafi tenía en el extranjero, que pasarán inmediatamente a la oposición. Una oposición que aún así reclama 3.400 millones de euros para mantener la infraestructura del Estado en funcionamiento.

Por su parte, Jibril ha urgido a sus colegas árabes que ayuden a Libia en la reconstrucción del país y en su estabilización, según ha informado la cadena qatarí Al Yazira.

En marzo, la Liga Árabe ya respaldó la resolución emitida por el Consejo de Seguridad de la ONU que permitió la intervención militar extranjera en Libia.

Presión a Damasco La organización se ha reunido también de urgencia para tratar de presionar al presidente sirio, Bashar el-Asad, para que cese la violencia contra los manifestantes que piden su renuncia y una mayor apertura democrática en el país. Para conseguir poner fin a la violencia desatada por el régimen sirio, la Liga Árabe ha decidido enviar de urgencia a su secretario general, Nabil al Araby, a Siria para pedir el cese de la represión, según ha anunciado en un comunicado, en el que no especifica la fecha del viaje.

La decisión de enviar a Al Araby ya estaba sobre la mesa, junto con la posibilidad de enviar a Siria a una delegación compuesta por varios ministros de Asuntos Exteriores árabes, según ha informado la cadena qatarí Al Yazira.

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La organización, compuesta por 22 países árabes, entre ellos Siria, se ha mostrado profundamente preocupada por "las miles de víctimas" en el país a causa de la violencia ejercida por las fuerzas de seguridad contra los manifestantes. Según Naciones Unidas, desde que empezara la revolución en siria contra el régimen de El-Asad en el mes de marzo ha habido más de 2.000 víctimas mortales. Unas cifras que han llevado a la organización a exigir en el comunicado el fin del derramamiento de sangre y que se respete el derecho del pueblo sirio a vivir en un clima de seguridad y a llevar a cabo sus aspiraciones de reformas económicas y políticas, ya que considera que la estabilidad siria es crucial en la región y para el mundo árabe.

Una vez finalizado el encuentro, un delegado de la organización confirmó a Reuters que se había alcanzado "un acuerdo" para "presionar al régimen sirio para que detenga de forma absoluta las operaciones militares y retire sus tropas" de las ciudades. AGENCIAS La Liga Árabe readmite a Libia bajo la representación de los rebeldes28/08/2011 http://www.elpais.com/articulo/internacional/Liga/Arabe/readmite/Libia/representacion/rebeldes/elpepuint/20110828elpepuint_5/Tes

REPORTAJE: PRIMAVERA INQUIETANTE

Un tigre de papel menos La caída de Gadafi es un éxito de la insurgencia, que ha superado la desorganización e incompetencia iniciales, y de los aviadores europeos BERNARD-HENRI LÉVY 28/08/2011

Qué no habremos escuchado!

La guerra se estancaba.

Los insurgentes estaban desorganizados, eran indisciplinados, incompetentes.

El Consejo Nacional de Transición estaba dividido, desgarrado por la rivalidad de las distintas facciones, tribalizado.

Por otra parte, llegado el momento, las tribus fieles a Gadafi iban a oponer una resistencia encarnizada y prolongada desde sus baluartes de Tripolitania.

Y en cuanto a Nicolas Sarkozy, se había embarcado en una aventura incierta, mal calculada y de la que sus socios políticos soñaban con sacarlo.

La verdad es que, una vez más, en este conflicto se enfrentaban esos dos grandes bandos tan viejos como la política que son, por una parte, la eterna familia, no tanto de los enemigos de los pueblos o de los amigos de los déspotas como de los paralizados por el poder y los hechizados por la tiranía, la eterna familia, en efecto, de quienes no llegan a imaginar -y digo bien: a imaginar- que el orden de las dictaduras es transitorio, efímero como todos los órdenes humanos, o puede que más; y por otra parte, el gran bando de aquellos a quienes esa extraña pasión, esa parálisis del alma ante la Gorgona o el monstruo frío, no les ha nublado el juicio y son capaces de concebir, nada más concebir, que las dictaduras solo se mantienen gracias al crédito que se les concede, es decir, al miedo que suscitan entre sus súbditos y a la reverencia que inspiran en el resto del mundo, y que cuando ese crédito desaparece, cuando se evapora como un mal conjuro o un espejismo, se derrumban como castillos de arena o se convierten en tigres de papel.

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Cuando llegue el momento, contaré en detalle todo lo que he presenciado, en Libia y fuera de Libia, durante estos seis meses que tal vez hayan cambiado la faz de este comienzo de siglo.

Pero, por ahora, quiero rendir homenaje a todos aquellos que, aquí y allí, no dieron por perdida esta apuesta, tan natural, pero que a muchos les parecía insensata, a favor de la simple libertad de los seres humanos.

Quiero hacer justicia a esos combatientes libios, de los que alguien se atrevió a decir que salían corriendo como conejos ante las legiones de un diablo de opereta, con los que tuve el privilegio de codearme en los frentes de Brega, Ajdabiya, Goualich y Misrata, y que una vez más han demostrado la invencible fuerza que, a lo largo de toda mi vida, siempre he hallado en quienes hacen la guerra sin amarla.

Quiero proclamar la probidad de ese CNT al que vi nacer, luego madurar y que, con sus hombres y mujeres de orígenes diversos, demócratas de siempre o tránsfugas del gadafismo, retornados de un largo exilio u opositores del interior, apenas tenía, él tampoco, experiencia de la democracia, no más que de lo militar, y a pesar de todo ha sabido añadir una página magnífica a la historia mundial de la resistencia.

Quiero saludar a esos aviadores europeos, y en particular a los franceses, que han librado una guerra que no era exactamente la suya, y cuya misión era dedicar el tiempo que fuera necesario a ese auxilio a la población que les encomendaron las Naciones Unidas, así como exponerse, si era necesario, a las iras de los impacientes que, durante los 42 años de dictadura, no encontraron que el tiempo discurría lentamente y ahora, cuando se trataba de salvar inocentes y apenas habían pasado cien días, se les hacía interminable, y a veces arriesgarse ellos para evitar alcanzar un blanco civil.

Y en cuanto a Nicolas Sarkozy, uno puede no ser de su misma cuerda, uno puede -y es mi caso- oponerse al resto de su política, pero ¿cómo no reconocer que fue Francia quien, bajo su presidencia, tomó la iniciativa de apoyar el nacimiento de la Libia libre? ¿Cómo no aplaudir la inédita tenacidad que demostró en cada etapa de la guerra? ¿Y cómo no admitir que ha hecho por Libia lo que François Mitterrand se negó a hacer por la Bosnia despedazada?

Los rebeldes, apoyados por Francia y sus demás aliados, han escrito una nueva página de la historia de su país. Más allá de su país, han inaugurado una era que cuesta creer que no vaya a tener efectos sobre el conjunto de la región, y especialmente sobre Siria.

Y esta antiguerra de Irak, esta intervención militar cuyo objetivo no era imponer la democracia a un pueblo silencioso, sino apoyar una insurrección que ya la reclamaba y que se había dotado de una representación transitoria pero legítima, también permanecerá en los anales.

Lo que muere: una concepción antigua de la soberanía en virtud de la cual todos los crímenes están permitidos mientras tengan lugar dentro de las fronteras de un Estado.

Lo que nace: una idea de la universalidad de los derechos que ya no es un deseo vano, sino una ardiente obligación para todo aquel que crea realmente en la unidad de la especie humana y en las virtudes del derecho de injerencia que es su corolario.

Naturalmente, llegará el tiempo de las preguntas, las dudas y, tal vez, los pasos en falso o los primeros reveses, pero habría que ser muy mediocre para darle la espalda a la pura alegría que debe inspirar este acontecimiento de todo punto asombroso. -

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REPORTAJE: PRIMAVERA INQUIETANTE

Sangre a las puertas de Europa Las revueltas árabes y la guerra de Libia son motivo de esperanza, pero también de inquietud por la incertidumbre sobre su futuro y la inestabilidad que han generado en un área tan próxima Uno de los grandes temores europeos es que la primavera árabe conduzca a una eclosión del islamismo

El riesgo principal no consiste en la guerra, sino en la guerra crónica que caracteriza el colapso del Estado

Hay consecuencias negativas de la guerra en Libia: grandes cantidades de armas han salido del país

El fin no era imponer la democracia a un pueblo silencioso, sino apoyar una insurrección que ya le reclamaba

Las dictaduras solo se mantienen gracias al crédito que se les concede, es decir, al miedo que suscitan

ENRIC GONZÁLEZ 28/08/2011

Las grandes revoluciones constituyen un espectáculo desagradable. Son largas, sangrientas y de final incierto. Por el momento, el fenómeno histórico que alguien bautizó con el delicado nombre de primavera árabe exhibe todos los atributos revolucionarios. Con alguna característica adicional que lo hace especialmente inquietante para Europa: ocurre muy cerca, en una región de vital importancia geoestratégica para el planeta y en un momento en el que la población europea, alarmada por la inmigración, la crisis económica y el terrorismo, tiende a cobijarse en ideologías reaccionarias. Lo que en enero suscitaba cierta simpatía provoca ahora escepticismo, miedo o, en los sectores más receptivos al fenómeno, reacciones de impaciencia. La primavera árabe, sin embargo, no ha hecho más que empezar.

Es muy pronto para evaluar la magnitud del terremoto diplomático, comercial y demográfico, y para trazar el contorno de sus consecuencias. La última revolución registrada en la región que se extiende por el norte de África y Oriente Próximo fue la iraní, en 1979, y su onda expansiva sigue haciéndose sentir con fuerza a través de Hezbolá en Líbano, de Hamás en los territorios palestinos y de la dinastía El Asad en Siria.

Lo que se intuye ya con alguna claridad es que el libro de referencia para interpretar estos compases introductorios no parece El choque de civilizaciones, de Samuel Huntington, donde se vaticinaba una era de conflicto permanente entre Occidente y el Islam, sino más bien Orientalismo, de Edward Saïd. En su obra, el ensayista palestino proclamó que Occidente sólo era capaz de mirar el mundo árabe a través de un caleidoscopio de prejuicios y de un profundo complejo de superioridad, por lo que su visión sufría una distorsión que de alguna forma alcanzaba a la visión que los propios árabes tenían de sí mismos.

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Cada vez que los políticos y los comentaristas auguran un rápido tránsito a "la libertad y la democracia" (las palabras son siempre esas) como hizo George W. Bush en 2003 refiriéndose a Afganistán o como acaba de hacer el británico David Cameron en referencia a Libia, se homenajea a Saïd. Ni Afganistán ni Libia han tenido jamás instituciones sólidas, o un sistema judicial al margen de las tradiciones clásicas, o una clase media, y eso hace improbable que se conviertan en sociedades de tipo occidental en un futuro previsible. Ocurre que las palabras "libertad" y "democracia" funcionan en estos casos como código justificador de las intervenciones bélicas de tipo neocolonial, y encubren tanto el desconocimiento como los intereses poco confesables.

El simple hecho de generalizar y de englobar dentro de la primavera árabe a países tan distantes y distintos como Marruecos, Libia, Siria, Egipto o Bahréin, unidos solamente por el idioma y los gobiernos represivos o estrictamente tiránicos, complica las cosas. Y fomenta el prejuicio orientalista. Como cuando se atribuye a las poblaciones árabes un resentimiento antioccidental que, sin embargo, sólo se percibe en la gastada retórica de los déspotas.

Los riesgos son muy grandes, tanto para las poblaciones directamente implicadas como para sus vecinos y en general para el mundo. El riesgo principal no consiste en la guerra, sino en la guerra crónica que caracteriza el colapso del Estado o su inexistencia. Y no existe una fórmula que permita predecir qué país va a convertirse en un fracaso, en un espacio sin ley, fértil en bandas armadas y acogedor para el terrorismo. Somalia fracasó, pero Etiopía, a su lado y en condiciones similares, va tirando.

Libia, un invento de hace medio siglo cuya población se dedicaba, hasta el hallazgo de petróleo, a vender la chatarra militar abandonada por sus invasores, muestra características similares a las de Somalia e induce al pesimismo.

La guerra de Libia es la primera en la primavera árabe y muestra rasgos muy específicos. Por primera vez desde la desastrosa invasión del canal de Suez, en 1956, Francia y Reino Unido se han aliado para una intervención militar en el extranjero sin la tutela de Estados Unidos, escarmentado por las guerras de Afganistán e Irak y deseoso de asumir un papel muy secundario, casi invisible. Sin los bombardeos francobritánicos, apoyados en la estructura de la OTAN, y sin los soldados de élite enviados para ayudar a los rebeldes (aunque oficialmente no se haya hecho uso de tropas de tierra), Muamar Gadafi seguiría retozando en su jaima de Trípoli. Pero ese apoyo militar, reclamado por los jefes rebeldes, contamina el futuro del país.

El Foreign Office británico insiste en que la intervención era necesaria por razones humanitarias y, sobre todo, para evitar que la crisis arrojara sobre las costas europeas grandes oleadas de inmigrantes y terroristas. No existe ninguna garantía de que eso se haya evitado. Lo que se procura no nombrar, después de las tropelías cometidas en Irak, es el petróleo. Incluso creyendo que el petróleo ligero libio, uno de los mejores y el más fácil de transportar a Europa por la evidente proximidad, no ha constituido un factor determinante en la actitud de Londres y París, ¿quién no interpretará las futuras concesiones petroleras a compañías británicas y francesas como una forma de pago? En los meses próximos, ¿será posible mantenerse al margen de una evolución política previsiblemente caótica? Libia compendía casi todo lo que puede ir mal en el proceso de cambio árabe.

Alguna consecuencia negativa de la guerra en Libia se percibe ya en Oriente Próximo. Grandes cantidades de armas, en parte proporcionadas por países de la Unión Europea en estos últimos meses, han salido del país y se venden en el mercado negro de Oriente

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Próximo. Egipto e Israel coinciden en que cada vez son más las caravanas de armamento clandestino vendido por grupos rebeldes libios que cruzan el desierto del Sinaí para dirigirse a organizaciones armadas como Yihad Islámica. Esas caravanas no desembocan siempre en Gaza. Aunque no existe confirmación oficial, el nuevo Gobierno de El Cairo admite que al menos tres de los participantes en los recientes ataques terroristas en Israel eran egipcios, no palestinos, y podrían considerarse la expresión de una incipiente nueva generación de guerrilla islamista en los amplios espacios del Sinaí.

Lo cual no significa que la primavera árabe conduzca por fuerza a una eclosión del islamismo y a la creación de sistemas religiosos. Ese es uno de los grandes temores europeos, y una de las muchas paradojas de la situación: cuesta concebir una tiranía religiosa más severa que la impuesta por el régimen wahabí en Arabia Saudí, uno de los más antiguos aliados de lo que llamamos Occidente. Y a la vez, cierto, el principal financiador de los movimientos salafistas que preconizan la guerra santa.

Resulta complejo analizar lo que está sucediendo en Siria, porque el régimen de Bachar el Asad no permite la estancia de periodistas extranjeros y solo realiza alguna invitación selectiva con fines propagandísticos. Dada la fidelidad que el Ejército sirio ha mantenido hasta ahora hacia El Asad, no ha estallado una guerra como en Libia sino una campaña de protestas civiles que el Gobierno ha reprimido con mucha dureza y ocasionales arrebatos de sadismo.

La ausencia de información independiente y fiable ha permitido a ambos bandos, el centralizadísimo régimen dictatorial y la difusa constelación de comités de coordinación que impulsan las protestas, mentir con liberalidad. El Gobierno de Damasco, por ejemplo, insiste en que no hay manifestaciones significativas sino sólo acciones terroristas de bandas armadas. Los comités de coordinación y los activistas que ejercen como portavoces, necesitados de atraer la atención internacional, inventan a su vez bulos como el supuesto cañoneo de ciudades desde buques de guerra.

La oposición siria, a diferencia de la oposición libia (cuyos dirigentes eran hasta hace poco miembros de la élite gadafista), no ha pedido la ayuda de la OTAN ni apoyo militar alguno. Alepo, la principal ciudad del país, y Damasco, la capital, se mantienen en relativa calma, lo que concede al régimen un margen vital. Más allá de un goteo informativo compuesto por recuentos de víctimas no del todo fiables (la ONU estima unas 2.500 en total, desde marzo hasta ahora) y relatos no siempre creíbles sobre la brutalidad del régimen, hierve un debate intelectual y político de gran riqueza. La revuelta de Siria carece de líderes, cosa que inquieta en Europa y Estados Unidos porque sería mucho más fácil cambiar a un presidente por otro y propiciar algo parecido a una reforma, y un cambio de programa. Solo aspira a derribar al dictador y comenzar de nuevo. Es decir, se aspira estrictamente a la revolución.

La agresión sufrida el jueves en Damasco por el dibujante Ali Ferzat, el caricaturista político más popular y mordaz de Siria, es solo una muestra de que los resquicios tolerados por la censura gubernamental (se puede criticar al poder en general, por ejemplo, aunque no caricaturizar a El Asad), la facilidad con que se puede viajar a una ciudad liberal como Beirut y una cultura antiquísima hacen que la sociedad siria sea mucho más refinada que la libia, y que las ideas cuentan tanto como las armas o más.

Conviene recordar, en cualquier caso, que en esta región las paradojas son recurrentes y el fundamentalismo islámico no es siempre monolíticamente retrógrado. En Líbano, un país desgajado de Siria por las potencias coloniales y tan fragmentado como Siria en

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grupos religiosos, se puede pasear por un barrio controlado por la milicia chií Hezbolá (Partido de Dios) y ver en las vallas publicitarias anuncios de corsetería que tal vez no se tolerarían, por exceso de erotismo o por utilización de la mujer como objeto sexual, en algunas ciudades europeas. Líbano, que en los años ochenta, invadido por Israel y martirizado por una guerra civil a múltiples bandas, no solo se consideraba un país fracasado sino muerto y enterrado, es hoy, con Turquía, ejemplo de que en Oriente Próximo pueden existir sistemas políticos capaces de conceder a sus ciudadanos una cierta libertad y una cierta representación en el poder.

Se puede ser muy pesimista respecto a Siria. El régimen creado por Hafez el Asad y seguido por su hijo Bachar muestra rasgos totalitarios, lo cual hace improbable una reforma controlada: si El Asad cae, y parece probable que lo haga a medio plazo por su falta de apoyos externos y su creciente fragilidad económica, habrá que afrontar una revolución, sin la posibilidad de que el Ejército asuma una dictadura teóricamente benevolente como en Egipto a la espera de elecciones y Parlamento constituyente. Las minorías religiosas (los alauíes que componen la élite del régimen, los cristianos, los drusos, los chiíes) pueden sentirse avasalladas por la minoría mayoritaria de los suníes, que hoy se siente a su vez discriminada por los alauíes y tal vez acumule ansias de revancha. El desastre es posible.

Sin embargo, la impresión no es esa cuando uno sigue la polémica que se desarrolla en torno a Ali Ahmad Said Esber, más conocido por el seudónimo Adonis, poeta eximio, tótem de la intelectualidad siria y candidato recurrente al Premio Nobel de Literatura. Adonis, que ha residido largo tiempo en Francia y se vincula al posmodernismo, lleva años pregonando la muerte de la cultura árabe y la esterilidad de sus sociedades. El mes pasado, el escritor iraquí Sinan Antoon (profesor en Nueva York) publicó un artículo en el que denunciaba a Adonis como un neo orientalista de los definidos por Edward Saïd, incapaz de percibir la vitalidad de sus conciudadanos y, por su pesimismo frente a las revueltas, cómplice implícito de El Asad.

El artículo respondía a una carta de Adonis a la oposición siria en la que recomendaba cooperación con el Gobierno para emprender reformas y preservar la laicidad del Estado. Han aflorado muchas opiniones y se ha llegado pronto a la cuestión crucial del orientalismo y del hipotético complejo de inferioridad de las sociedades árabes. Antoon y quienes se alinean con él se preguntan por qué los árabes deberían estar condenados a la sumisión ante regímenes tiránicos y abrumadoramente corruptos, sin dar con una respuesta válida.

Debates como este, llenos de matices, indican que debajo de la dictadura no hay un simple magma de tribus y religiones, sino una sociedad compleja y madura.

La primavera árabe comenzó en otoño en un país no árabe, Túnez, y es allí donde permite albergar mayor confianza de éxito inmediato. La crisis económica y la explosión demográfica (las sociedades del norte de África y Oriente Próximo se caracterizan por su gran porcentaje de adolescentes y jóvenes sin perspectivas de futuro) fueron una de las causas de la revuelta y ahora actúan como lastre, pero la audacia de ciertas medidas, como la obligación de mantener la paridad de hombres y mujeres en las listas electorales, revela que el cambio es ambicioso.

Egipto, la gran potencia cultural del mundo árabe, aún ofrece numerosas incógnitas, pero la potencia icónica de las concentraciones en la plaza de Tahrir y de la caída del raïs Hosni Mubarak, reducido ahora a la condición de viejo enfermo juzgado por asesinato de masas, fue lo que contagió a otros países la convicción de que los tiranos

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no eran invencibles y el cambio era posible. De la próxima evolución política en Egipto, muy en especial del resultado de las elecciones presidenciales y parlamentarias (aún sin fecha), dependerá en gran medida el rumbo de la primavera árabe.

En Bahréin, la monarquía suní ha aplastado sin miramientos la revuelta de los chiíes y ha apelado al apoyo militar saudí; la crisis permanece interrumpida pero no finalizada. En Yemen, el presidente Alí Abdulá Saleh (32 años en el poder) fue herido y tuvo que refugiarse en Arabia Saudí, pero amenaza con volver; las posibilidades de que el país desemboque en un caos de bandas armadas similar al de Somalia son bastante altas, aunque eso entroncaría con el turbulento pasado reciente del país.

¿Bastarán las tímidas reformas aplicadas por el rey de Marruecos para desligar su país del terremoto revolucionario? ¿Bastarán las promesas del rey de Jordania? ¿Cuánto tardará Argelia en recibir de lleno la onda expansiva de las revoluciones en sus vecinos Túnez y Libia? ¿Podrán mantenerse inmunes las dos grandes potencias de Oriente Próximo, el Irán chií y la Arabia Saudí suní? ¿Caerá el régimen sirio en la tentación de provocar una guerra regional para sostenerse por más tiempo en el poder? ¿Cómo asumirá Irak la tormenta a su alrededor? ¿Qué hará Israel si algún día se disipa su estupefacción?

Por el momento, quedan muchas preguntas sin respuesta. Y el fragor revolucionario aumenta día a día.

Nueve meses de primavera árabe DICIEMBRE DE 2010

17/12/2010. Mohamed Bouazizi prende la mecha de la revolución tunecina al quemarse a lo bonzo cuando la policía tunecina confisca su mercancía.

ENERO DE 2011

12/1/2011. Zine el Abidine Ben Ali, presidente de Túnez, impone un toque de queda en la capital.

14/1/2011. El presidente de Túnez huye a Arabia Saudí, presionado por los manifestantes. Asume el poder el primer ministro Mohamed Ghannuchi.

25/1/2011. Manifestación en la plaza de la Libertad de El Cairo (Egipto) convocada por Internet contra el régimen de Hosni Mubarak.

27/1/2011. Manifestación en Saná (Yemen) por el fin de la presidencia de Ali Abdalá Saleh.

28/1/2011. El Cairo: los policías que se negaron a disparar a los manifestantes son tiroteados por sus mandos.

FEBRERO DE 2011

1/2/2011. Manifestación masiva en El Cairo contra Hosni Mubarak, que anuncia que no se presentará a las elecciones. O

El rey de Jordania, Abdalá II, disuelve el Gobierno y nombra a un nuevo primer ministro Marouf Bakhit.

3/2/2011. El presidente de Yemen se compromete a no presentarse a la reelección y entablar un diálogo con la oposición.

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7/2/2011. Liberan a Wael Ghonim, responsable de mercadotecnia de Google y miembro de la oposición egipcia. Fue secuestrado el 27 de enero.

11/2/2011. Hosni Mubarak dimite de su cargo tras 30 años de Gobierno de Egipto y huye hacia su mansión de Sharm el Sheij en el mar Rojo.

12/2/2011. Manifestación en Argel (Argelia) en la plaza del 1 de mayo pidiendo el cambio de sistema.

14/2/2011. Manifestaciones en Teherán (Irán), Sana (Yemen) y Manama (Bahréin).

16/2/2011. Enfrentamientos con la policía durante una manifestación en Bengasi (Libia) por la liberación de un abogado defensor de presos de conciencia. Causan tres muertos y varios heridos.

19/2/2011. Gadafi reprime las protestas libias con morteros y ametralladoras.

20/2/2011. En Marruecos miles de manifestantes piden reformas al rey.

22/2/2011. Tras 19 años en vigor, el Gobierno argelino deroga el estado de excepción que vetaba las manifestaciones al aire libre.

26/2/2011. El sultán de Omán, Qabús bin Said, cambia a varios ministros.

27/2/2011. Dimite el primer ministro de Túnez, Mohamed Ghannuchi. O Se establece en Bengasi (Libia) un Consejo Nacional para dirigir el cambio.

MARZO DE 2011

3/3/2011. El Ejército egipcio nombra a Essam Sharaf para que forme un gobierno de transición.

4/3/2011. Decenas de muertos en el ataque de tropas leales a Gadafi a dos ciudades clave dominadas por los rebeldes (Zauiya y Ras Lanuf).

7/3/2011. Túnez disuelve la policía política del presidente Zine el Abidine Ben Ali.

9/3/2011. Mohamed VI de Marruecos anuncia una reforma de la constitución que recortará sus poderes en respuesta a las protestas.

13/3/2011. Los antidisturbios marroquíes reprimen una manifestación en Casablanca.

14/3/2011. Tropas de Arabia Saudí entran en Bahréin para frenar las protestas.

19/3/2011. La coalición internacional liderada por EE UU, Francia y Reino Unido ataca Libia para frenar la represión lanzada por Muamar el Gadafi.

20/3/2011. El presidente de Yemen, Ali Abdalá Saleh, destituye al Gobierno en pleno. O Manifestantes sirios queman la sede del partido de Baaz, los tribunales y dos compañías telefónicas. O Medio centenar de ciudades marroquíes piden al rey que ceda sus poderes.

25/3/2011. Tropas sirias causan decenas de muertos al reprimir la manifestación de Deraa.

30/3/2011. El ministro de Exteriores de Libia, Musa Kusa dimite y retira su apoyo a Gadafi.

ABRIL DE 2011

1/4/2011. Cientos de miles de yemeníes se manifiestan en Saná, Adén, Taiz y otras ciudades para exigir la dimisión Ali Abdalá Saleh.

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12/4/2011. Túnez anuncia paridad de sexos en las listas electorales del 24 de julio.

13/4/2011. La fiscalía egipcia detiene a Hosni Mubarak y a sus hijos Gamal y Alaa.

15/4/2011. El presidente de Argelia anuncia una revisión controlada de la Constitución.

23/4/2011. El presidente de Yemen acepta abandonar el poder 30 días después de firmar un acuerdo con la oposición.

MAYO DE 2011

7/5/2011. Siria cerca con tanques los barrios suníes del pueblo de Banias.

11/5/2011. La UE abrirá una oficina en Bengasi para apoyar al Consejo Nacional de Transición.

21/5/2011. Las fuerzas de seguridad disparan contra los asistentes a un funeral de 10 activistas Homs (Siria). Mueren al menos 11 personas.

JUNIO DE 2011

3/6/2011. El presidente de Yemen, Ali Abdalá Saleh resulta herido en un ataque a su palacio.

16/6/2011. El Gobierno español expulsa al embajador y a otros tres diplomáticos libios en Madrid como muestra de su ruptura con Gadafi.

17/6/2011. El rey Mohamed VI presenta la nueva Constitución. O Mujeres de Arabia Saudí conducen pese a la prohibición de la monarquía.

JULIO DE 2011

15/7/2011. Cientos de miles de personas se manifiestan en Hama (Siria) contra Bachar el Asad.

30/7/2011. El rey de Marruecos, Mohamed VI, adelanta a otoño las elecciones legislativas.

31/7/2011. El Ejército sirio entra en la ciudad de Hama y mata a un centenar de civiles.

AGOSTO DE 2011

3/8/2011. El pueblo egipcio juzga a Mubarak.

5/8/2011. Centenares de miles de personas se manifiestan en las principales ciudades de Siria contra el régimen de El Asad.

18/8/2011. Barack Obama exige al presidente sirio, Bachar el Asad, que abandone el poder.

21/8/2011. La Liga Árabe insta a Muamar el Gadafi a entregar el poder al pueblo de Libia.

23/8/2011. Las fuerzas rebeldes libias conquistan el cuartel general de Gadafi y controlan la mayor parte de Trípoli. El dictador y su familia siguen en paradero desconocido.

http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Sangre/puertas/Europa/elpepuint/20110828elpdmgrep_1/Tes

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La escasez de agua atenaza a Trípoli Los dos millones de habitantes de la capital libia empiezan a quedarse sin alimentos y combustible.- El Gobierno rebelde se compromete a restablecer los servicios JUAN MIGUEL MUÑOZ | Trípoli (Enviado Especial) 28/08/2011

Volviendo al pasado y reabriendo los antiguos pozos, muchos tripolitanos recordaban ayer que en 1998 la capital libia se quedó sin agua corriente. Desde el jueves por la noche reviven la ingrata experiencia. "Hace 13 años Muamar el Gadafi quería que todos los barrios estuvieran conectados al proyecto del Gran Río Hecho por el Hombre", explicaba Mansur Mohamed, de 56 años, en alusión a la megalómana obra de ingeniería que transporta el líquido desde los pozos de Jabel Hasuna, a 700 kilómetros al sur de Trípoli, cerca de la ciudad de Sabha. Ahora es diferente. Con la ciudad tomada por los rebeldes casi al cien por cien, a pesar de que los francotiradores siguen activos, sus vecinos pelean contra la escasez de alimentos, de medicamentos y de gasolina. Pero sobre todo, a 40 grados centígrados, combaten contra la sed. Nadie ofrece una explicación convincente del porqué del drástico corte en el suministro de agua.

Mohamed y su hermano Yusef enseñaban el pozo en el patio de su vivienda, en el centro de Trípoli. "El agua está a 18 metros de profundidad. En otros barrios de la ciudad está a solo 10", explicaba Yusef. Pero antes hay que superar otro obstáculo, porque en Libia parece que los escollos nunca terminan de acumularse. Sacar el agua de los pozos para conducirla a los depósitos que casi todas las viviendas tienen en sus tejados requiere disponer de las máquinas para bombear y de electricidad. Pero los apagones son frecuentes. Y, sobre todo, escasean las bombas. Se observaban ayer en el barrio de Fashlun, a las tres de la tarde, a un puñado de hombres esperando para comprarlas. Pero tampoco abundan en el mercado. Luego es necesario purificar el agua, y no todos cuentan con el artilugio para hacerlo. Mucha gente no tiene más remedio que recurrir a otras alternativas.

Un grupo de hombres y niños esperaban ayer en Fashlun, bidones en mano, para recoger agua de camiones cisterna. Porque la inmensa mayoría podría asumir por poco tiempo el desorbitado precio que está alcanzando el agua embotellada. De 0,13 euros se ha disparado hasta un euro o 1,5. En los hoteles son palabras mayores: se vende a tres euros el litro. Los hay que no tienen medios de ningún tipo. Era el caso de Adnan, un turco de Antakia que trabajaba en un restaurante que cerró sus puertas. Sus compañeros de piso, de la misma nacionalidad, abandonaron el país. No puede pagar solo el alquiler y se ha refugiado en la antigua y céntrica mezquita Zauit Dahmani, que cuenta con un pozo al que se acercaban muchos vecinos del barrio.

Mahmud Shaman, portavoz del Consejo Nacional de Transición, el Gobierno de los sublevados contra el dictador, trataba de tranquilizar a los dos millones de capitalinos. "El agua no ha sido cortada", decía en conferencia de prensa para sorpresa de muchos ciudadanos, que podían desmentirle abriendo el grifo. "Tenemos suficiente agua", añadió el vocero, "para abastecer a la ciudad, pero hay unos problemas técnicos que estamos abordando". La cadena catarí Al Yazira informaba de que la falta de electricidad en la región de Jabel Hasuna impide bombear el agua hacia el norte de

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Libia. La rumorología habla de sabotaje, de envenenamiento de depósitos, de que Gadafi ha escapado a través de los conductos del Gran Río...

Sea cual sea el motivo, en los hospitales la escasez de agua es especialmente dramática. Todavía ayer, en el de Abu Salim, se esmeraban en limpiar el suelo. Los operarios tenían que entrar con máscaras de gas para eludir el insoportable hedor que desprende un cuerpo que lleva días en descomposición en este hospital donde los pacientes fueron abandonados y, muy probablemente, algunos asesinados a sangre fría y entregados en el centro sanitario. Tampoco corría el agua en el hospital Shara Azzauiya, el principal de la ciudad, y en la morgue más importante.

Algo similar sucede con el combustible. La gasolina, normalmente a un precio irrisorio para los estándares europeos, ha multiplicado por diez su precio en el mercado negro. En el distrito de Suk al Juma, el contrabando es de proporciones considerables. Pero gran parte de la gasolina se destina al menester en el que están embarcados casi todos los libios: encontrar al tirano Gadafi -cuyo paradero se ignora, según afirmó el presidente del Consejo Nacional, Mustafá Abdel Yalil- y acabar con sus tropas y mercenarios. Apenas circulan coches en Trípoli. No hay atascos. En algunas carnicerías se hacía cola. Escasea la carne cuando los libios se disponen a celebrar en un par de días el Aid el Fitr, la fiesta que pone punto final al mes sagrado musulmán.

Con todo, la situación de desabastecimiento podría mejorar con relativa rapidez. A Trípoli ya han llegado 32 barcos con suministros -agua, alimentos y medicamentos- de la coalición internacional de países amigos, España entre ellos, y pronto comenzará la distribución, según Shaman, que hizo un llamamiento a los operarios de la refinería de Zauiya para que retomen las operaciones en el principal punto de suministros de carburante de la capital.

La situación bélica, además, mejora cada día a favor de los alzados contra el dictador. Si en el oriente del país los rebeldes avanzan hacia Sirte, cuna de Gadafi, el puesto fronterizo de Ras Ajdir, en la frontera con Túnez, fue tomado sin apenas combatir por los insurgentes. Es un cruce fundamental para la llegada de ayuda humanitaria. El aeropuerto de la capital también está bajo su dominio desde el viernes, aunque costará días, si no semanas, reabrirlo al tráfico.

A pesar de las carencias, de las pérdidas de parientes -en las amplias familias libias, al igual que en todo el mundo árabe, pocos se salvan de no llorar la muerte de un ser querido-, de no cobrar salarios durante meses, del cierre de colegios y universidades, de la ausencia de Administración y de soportar un durísimo mes de Ramadán, los tripolitanos seguían celebrando que el Siete Letras -en alfabeto latino los árabes escriben Qaddafi- o Bushafshufa -algo así como pelo revuelto- vive ahora como un fugitivo al que casi todos desean ver cazado. "El agua se puede compartir, la libertad individual, no. Y ahora somos libres", sonreía Yusef Mohamed.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/escasez/agua/atenaza/Tripoli/elpepuint/20110828elpepuint_4/Tes

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REPORTAJE: PRIMAREVA INQUIETANTE

Cuando Libia se despertó El fin de Gadafi llega después de siete meses de lucha encarnizada que deja un país exhausto JUAN MIGUEL MUÑOZ 28/08/2011

Resultaba emocionante el ansia de los libios por algo tan sencillo como hablar, por relatar lo que habían padecido durante 41 años de dictadura y las tropelías perpetradas por el régimen. Al extranjero le arrastraban del brazo para que escuchara cómo Muamar el Gadafi, el "hermano líder", había alienado sus mentes. Mostraban las fotografías de sus parientes asesinados, su frustración por la absoluta carencia de justicia. "Ese tipo obligaba a las madres a aplaudir la ejecución de sus hijos", comentaba un comerciante. Febrero llegaba a su fin y la revuelta contra el dictador había comenzado días antes en la oriental Bengasi, una ciudad decrépita, despreciada por el tirano, con infinidad de calles polvorientas, sin asfaltar, en un país que nada en la abundancia petrolera. La confusión y la muerte estaban siempre presentes esas fechas. La inmensa mayoría de los vecinos de la capital del alzamiento, alrededor de un millón de personas, estaban, pese a todo, exultantes. Cada día lo están más, ahora que concluye otro Ramadán sangriento. Porque Trípoli también está en manos rebeldes.

Entre Túnez y Egipto, que ya habían derrocado a sus autócratas en enero y febrero, Gadafi se las veía venir. Desde 2009, los familiares de las víctimas de la matanza en la prisión tripolitana de Abu Salim -1.270 reclusos, la mayoría disidentes del oriente libio- se manifestaban en silencio, portando fotos de sus parientes ametrallados en el patio de la cárcel, en junio de 1996.

Se había decidido que el 17 de febrero sería el Día de la ira. Pero Fathi Terbul, abogado de los deudos y hermano de un masacrado, fue detenido en Bengasi dos días antes, y unos pocos cientos de personas salieron a la calle a protestar. "La gente no se atrevía a hablar ni en casa, por temor a que sus hijos pudieran decir algo inconveniente en el colegio que llegara a oídos de los soplones", se lamentaba el parado Taufik Abdulmunim. Los padres pagaban por la inocencia de sus pequeños. "Hubo 250 detenidos. Pero al día siguiente, en la plaza Shasara, estábamos más de 400 abogados, comerciantes, médicos, ingenieros... Llegaron los mercenarios con sus cascos de obra amarillos, sus cuchillos y palos. Muchos jóvenes se sumaron a la protesta, empezaron a ganar terreno y la policía disparó.

"El 17 de febrero, tras el entierro de 10 personas, comenzó una algarada contra la policía", contaba en Bengasi el empresario Fauzi Dihum. Y el régimen dijo basta sin asimilar que quienes habían dicho "se acabó" eran la gran mayoría de los libios. Y se desató el caos, que hasta hoy perdura. Los hijos de Gadafi, al frente de algunas de las brigadas mejor adiestradas y equipadas, tiraron a matar incluso desde helicópteros contra gente desarmada.

La gran mayoría de los militares -el Ejército nunca mereció la atención del dictador- habían desertado. Los cuarteles presentaban un aspecto desolador. En la oriental Cirenaica (Bengasi, Tobruk, Darna, Al Baida) se expulsó a los soldados y a los esbirros del régimen en pocos días. Emergieron las mazmorras de Gadafi -cuentan que a los presos se les obligaba a permanecer días enteros de pie, hacinados 15 en una celda

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ínfima chapoteando en sus orinas-, al tiempo que las paredes de los edificios de la plaza de los Juzgados de Bengasi se llenaban de fotos de los asesinados y de caricaturas despectivas contra el tirano. "Esto durará unos días", se oía decir a muchos. Cauteloso, Mustafá Gheriani, portavoz de los sublevados, afirmaba: "Primero hay que liberar Trípoli. Creo que la comunidad internacional acabará bombardeando Bab el Azizia", el baluarte de Gadafi en la capital del país.

Reinaba la euforia en aquella primera quincena de marzo. Avanzaban fulgurantes los rebeldes, hasta que de pronto la ofensiva gadafista les obligó a retroceder. Se pasaba a la depresión en cosa de minutos. Y sucedió muchas veces. Los reveses en el campo de batalla situaron Bengasi al borde de una matanza. "Palmo a palmo, casa a casa, callejón a callejón...", Gadafi había prometido el 8 de marzo matar a las "ratas", como ha tildado siempre a los sublevados. Se palpaba el miedo. Los tanques del sátrapa llegaron a tres kilómetros de las puertas de la ciudad. Corría el 19 de marzo, y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ya había aprobado las resoluciones que imponían la zona de exclusión aérea y el deber de proteger a los civiles. Los cazabombarderos franceses salvaron a la capital de Cirenaica, bombardeada con cohetes y artillería, de una matanza cierta. La recién bautizada plaza Tahrir (la de los Juzgados) comenzó a llenarse de banderas francesas, de Catar, de Estados Unidos, Reino Unido, e incluso de Italia, por mucho que la antigua potencia colonial matara a casi la mitad de la población de Cirenaica. Los shabab (los muchachos) se lanzaban al combate con las armas que habían tomado de los cuarteles abandonados. Pero también con navajas, siempre gritando: "Dios es grande". Y sin nadie al mando, sin estrategia alguna, cientos llenaron los depósitos de cadáveres de Bengasi. Caían como moscas en el camino hacia Sirte -patria chica del autoproclamado rey de reyes-, en las inmediaciones de las instalaciones petroleras de Brega y Ras Lanuf.

Las comunicaciones fueron cortadas; los funcionarios dejaron de percibir sus salarios; los puertos y aeropuertos permanecieron cerrados semanas; se dejó de extraer crudo y escaseaba el combustible, que muchos chavales sacaban de los depósitos de gasolina absorbiendo con tubos de goma. Los contratiempos no importaban. Estalló la solidaridad y brotaron los primeros periódicos no afectos al régimen.

Las tropas de Gadafi continuaban su bestial represión en las ciudades occidentales del país. Aplastaron con tanques la revuelta en Zauiya, a 50 kilómetros de Trípoli. Nunca pudieron con Misrata, la ciudad mediterránea a 200 kilómetros al este de la capital, que sufrió un asedio de más de dos meses, bombardeada a diario por cohetes, asesinados sus ciudadanos por francotiradores que impedían recoger los cuerpos. En las cárceles se rompía los huesos a los rebeldes; se denunciaron fosas comunes. No había vuelta atrás. Los rebeldes avanzaban en todos los frentes. El cerco a Trípoli se estrechaba. Hasta que, el 24 de agosto, Gadafi rindió Bab el Azizia y se convirtió en fugitivo.

Mustafá Abdul Yalil, exministro de Justicia de Gadafi, un hombre muy respetado, de los pocos que se atrevió a dimitir tres veces del Gobierno del tirano, presidió el Consejo Nacional Transitorio -con personalidades de todo el país, la mayoría en la clandestinidad- desde los primeros días de marzo. Ahora, seis meses después, se traslada a Trípoli como Gobierno legítimo, una vez que ha logrado el reconocimiento internacional y empieza a llegar una minúscula fracción de los 110.000 millones de dólares que Gadafi y su camarilla conservaba en cuentas en el extranjero que habían sido congeladas. El futuro pinta incierto para esta sociedad tan conservadora, tan carente

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de cultura política como ignorante de lo que significa la democracia. Su sector petrolero, principal fuente de ingresos del país, está hecho cisco.

"Palmo a palmo, callejón a callejón" es el dictador ahora el perseguido. Con esas palabras se ha compuesto un rap que causa furor en Trípoli y Bengasi, aunque no tanto como el himno de la Libia monárquica anterior al golpe de Estado de Gadafi, en septiembre de 1969. "Así ha terminado Gadafi. Como una rata en un callejón", comentaba el viernes un miliciano en Trípoli. Los rebeldes creían que se hallaba, ¡qué paradoja!, en el barrio de Abu Salim, donde se alza la prisión de la macabra matanza.

http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Libia/desperto/elpepuint/20110828elpdmgrep_3/Tes

August 28, 2011

American Theocracy Revisited By ROSS DOUTHAT During George W. Bush’s presidency, many liberal and secular Americans came to regard religious conservatives not merely as their political opponents, but as a kind of existential threat. The religious right, they decided, wasn’t a normal political movement. Rather, it was an essentially illiberal force, bent on gradually replacing our secular republic with what Kevin Phillips’s 2006 best seller dubbed an “American Theocracy.”

These anxieties dissipated once the Republican majority imploded. In the Obama era, debates over the economy and health care crowded out arguments about sex education and embryo destruction, and liberals found a new set of right-wing extremists to worry about: Tea Party activists, birth certificate obsessives, the Koch brothers.

But with the rise of first Michele Bachmann and then Rick Perry in the presidential polls, and the belated liberal realization that many Tea Partiers are also evangelical Christians, the fear of theocracy has suddenly returned. Beginning with Ryan Lizza’s profile of Bachmann in The New Yorker, a spate of recent articles have linked the Republican presidential candidates to scary-sounding political theologies like “Dominionism” and “Christian Reconstructionism,” and used these links to suggest that Christian extremism is once more on the march.

In this week’s New York Times Magazine, The Times’s outgoing executive editor, Bill Keller, argues that Perry and Bachmann should face tough questions about their religious beliefs. The Republican hopefuls’ associations, he writes, should force us to “confront our scruples about the privacy of faith in public life — and to get over them.”

Keller is absolutely right. The separation of church and state in the United States has never separated religion from politics, and the “private” beliefs of politicians have often had very public consequences. When candidates wear their religion on their sleeve, especially, the press has every right to ask how that faith relates to their political agenda.

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But here are four points that journalists should always keep in mind when they ask and then write about religious beliefs that they themselves don’t share.

First, conservative Christianity is a large and complicated world, and like other such worlds — the realm of the secular intelligentsia very much included — it has various centers and various fringes, which overlap in complicated ways. Sometimes teasing out these connections tells us something meaningful and interesting. But it’s easy to succumb to a paranoid six-degrees-of-separation game, in which the most radical figure in a particular community is always the most important one, or the most extreme passage in a particular writer’s work always defines his real-world influence.

Second, journalists should avoid double standards. If you roll your eyes when conservatives trumpet Barack Obama’s links to Chicago socialists and academic radicals, you probably shouldn’t leap to the conclusion that Bachmann’s more outré law school influences prove she’s a budding Torquemada. If you didn’t spend the Jeremiah Wright controversy searching works of black liberation theology for inflammatory evidence of what Obama “really” believed, you probably shouldn’t obsess over the supposed links between Rick Perry and R. J. Rushdoony, the Christian Reconstructionist guru.

Third, journalists should resist the temptation to apply the language of conspiracy to groups and causes that they find unfamiliar or extreme. Republican politicians are often accused of using religious “code words” and “dog whistles,” for instance, when all they’re doing is employing the everyday language of an America that’s more biblically literate than the national press corps. Likewise, what often gets described as religious-right “infiltration” of government usually just amounts to conservative Christians’ using the normal mechanisms of democratic politics to oust politicians whom they disagree with, or to fight back against laws that they don’t like.

Finally, journalists should remember that Republican politicians have usually been far more adept at mobilizing their religious constituents than those constituents have been at claiming any sort of political “dominion.” George W. Bush rallied evangelical voters in 2004 with his support for the Federal Marriage Amendment, and then dropped the gay marriage issue almost completely in his second term. Perry knows how to stroke the egos of Texas preachers, but he was listening to pharmaceutical lobbyists, not religious conservatives, when he signed an executive order mandating S.T.D. vaccinations for Texas teenagers.

This last point suggests the crucial error that the religious right’s liberal critics tend to make. They look at Christian conservatism and see a host of legitimately problematic tendencies: Manichaean rhetoric, grandiose ambitions, apocalyptic enthusiasms. But they don’t recognize these tendencies for what they often are: not signs of religious conservatism’s growing strength and looming triumph, but evidence of its persistent disappointments and defeats.

http://www.nytimes.com/2011/08/29/opinion/american-theocracy-revisited.html?partner=rssnyt&emc=rss

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Ban Ki-moon pedirá un despliegue de una misión de paz en Libia El secretario general de la ONU asegura que el país está en una "fase decisiva".- La OTAN despeja el camino a los rebeldes para la toma del último bastión del régimen ÁLVARO DE CÓZAR | Bengasi (Enviado Especial) / AGENCIAS 27/08/2011

Tanques, lanzamisiles, carros blindados y baterías antiaéreas se encaminan desde Bengasi y Ajdabiya hacia Sirte con paso lento para fijarse a unos 250 kilómetros de la localidad, en las inmediaciones de la refinería de Ras Lanuf, e iniciar allí de una vez por todas la toma de la ciudad natal del coronel Gadafi.

Están dirigidas por el comandante Fawzi Bukatif, al mando de un ejército de soldados y jóvenes rebeldes armados con fusiles Kaláshnikov y entusiasmados ante la posibilidad de ser ellos quienes encuentren al dictador, que se resiste a dejar el poder que ha ostentado en Libia durante 42 años.

Los rebeldes libios en Trípoli tratan de mantener la presión sobre las fuerzas gadafistas, solo organizadas aparentemente al sur de la capital, y han logrado unir sus esfuerzos con los combatientes del frente occidental de Misrata mientras intentan llegar hasta Sirte. Por el momento, las fuerzas rebeldes tomaron este viernes el puesto fronterizo libio-tunecino de Ras Jedir tras, con lo que los insurgentes han conseguido hacerse con la principal vía de abastecimiento y comunicación de Trípoli con Túnez, confirmó a Efe un militar tunecino. Los leales al autócrata, por su parte, han bombardeado el aeropuerto de Trípoli, según la cadena panárabe Al Arabiya. En la capital libia son frecuentes los cortes de electricidad y hace al menos seis horas que no hay agua corriente.

Ante la situación de violencia que vive el país, a la espera de la posible batalla final en la ciudad natal del dictador, y a la que ahora se suman las primeras informaciones sobre ejecuciones masivas, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha asegurado este viernes que pedirá al Consejo de Seguridad del organismo que estudie el despliegue urgente de una misión de paz en Libia, debido a la caótica situación en el país magrebí.

"Hemos entrado en una fase distinta y decisiva en Libia", aseveró ante la prensa Ban, que considera que sería "deseable" tener al menos un grupo allí que ayudara "a restaurar el orden y la estabilidad", objetivo para el que pidió la colaboración de la comunidad internacional. "Claramente los desafíos que Libia tiene delante son enormes", reconoció el máximo responsable de la ONU. "Claramente los desafíos que Libia tiene delante son enormes", reconoció el máximo responsable de la ONU, quien este viernes celebró una reunión mediante videoconferencia con representantes de la Liga Árabe, la Unión Africana (UA), la Unión Europea (UE) y la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), para analizar el futuro del país africano sin Muamar el Gadafi al frente.

Bombardeo británico Nadie sabe si puede esconderse en Sirte, pero si es así, ha debido sentir cuando menos el estallido de los misiles crucero Storm Shadow lanzados el jueves por la noche desde cazas Tornado británicos, según informó a la BBC el ministro de Defensa de Reino

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Unido, Liam Fox. Los aviones salieron desde la base de Marham, en el condado inglés de Norfolk, y lanzaron los misiles sobre un búnker situado en un cuartel militar de la ciudad. "No se trata de encontrar a Gadafi, sino de asegurarse de que el régimen no pueda seguir luchando contra su propio pueblo", explicó el ministro a la BBC.

La noticia fue recibida con alegría en Bengasi. En la plaza de la Libertad, convertida en una especie de santuario con miles de fotos de los muertos del conflicto, un grupo de hombres comentaba ayer la noticia mientras señalaba carteles de David Cameron, Nicolas Sarkozy y Barack Obama en los que se lee la frase: "Dios os bendiga". "Esto no podría haberse hecho sin ellos, estaríamos todos muertos y no habría paredes en esta ciudad para colgar las fotos de todos los mártires de esta revolución", aseguraba Mufta Abdulá, uno de los pocos taxistas que trabajaba ayer en una ciudad casi vacía por ser día de rezo. "Tienen que atacar más si queremos tomar Sirte", añadía.

Los aviones también alcanzaron 29 vehículos blindados cerca de la ciudad y algunas instalaciones de misiles tierra-aire en Trípoli, según un comunicado de la OTAN en Bruselas.

El objetivo de las tropas rebeldes es instalarse en Ras Lanuf, fuera del alcance de los BM-21 utilizados en Sirte, un sistema soviético de lanzamiento de cohetes despedidos desde 40 tubos al mismo tiempo conocidos como Grad. La idea es que todo el despliegue pueda completarse rápidamente y seguir avanzando en los próximos días por la carretera de la costa para iniciar el asalto definitivo al último bastión del régimen.

En los últimos días, los rebeldes se habían llegado a acercar a unos 150 kilómetros de Sirte, en la ciudad de Bin Yauad, pero los ataques con cohetes Grad desde la ciudad les habían hecho retroceder. Según indicó ayer la BBC citando a comandantes rebeldes, los combates en las ciudades que hay entre Ras Lanuf y Sirte se sucederán en los próximos cuatro días. Si alguna circunstancia inesperada no lo precipita todo, los rebeldes prevén estar a las puertas de Sirte el martes, quizá incluso el lunes.

Los rebeldes aseguran estar en contacto con los jefes de las tribus de la ciudad para tratar de convencerles y conseguir una rendición que evite una batalla final con miles de muertos. El Consejo Nacional de Transición ha repetido esa idea en los últimos días sin que se haya anunciado algún avance en ese sentido. Por ahora, todo parece apuntar a un combate áspero. Algunos informes de inteligencia manejados por organizaciones internacionales señalan que parte de la Brigada 32 comandada por el hijo menor del dictador, Jamis Gadafi, estaría esperando en Sirte.

En cualquier caso, si todo sale de acuerdo con los planes de los insurgentes, el conflicto no habría finalizado. La carretera de la costa, donde viven prácticamente la totalidad de los seis millones de habitantes de Libia, estaría despejada y eso permitiría al Consejo Nacional de Transición formar Gobierno, establecer medidas de seguridad, recuperar la producción de petróleo y garantizar los servicios de agua y electricidad.

Sin embargo, la mayoría de los combatientes gadafistas que han luchado estos días en Trípoli se han batido en retirada hacia el suroeste. Muchos temen en Libia que eso sea el principio de una guerra de guerrillas en el desierto y las montañas que duraría meses y que podría prolongarse aún más si su líder, el coronel Gadafi, no aparece.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Ban/Ki-moon/pedira/despliegue/mision/paz/Libia/elpepuint/20110827elpepuint_1/Tes

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Represión en Siria

"Muamar el Gadafi ya se ha ido. Ahora ha llegado tu turno, Bachar" La protesta contra el régimen de Siria se reaviva al calor del fin del tirano libio "Hay que proteger con urgencia a los civiles", subraya Naciones Unidas

TIZIANA TROTTA / AGENCIAS - Madrid / Ammán - 27/08/2011

Las protestas en contra del régimen del presidente sirio, Bachar el Asad, han cobrado nuevo vigor a raíz del desmoronamiento de la dictadura de Muamar el Gadafi en Libia. Las fuerzas leales al mandatario mataron al menos a tres manifestantes y causaron heridas a otros 13 en el último viernes de Ramadán, bautizado como "viernes de la paciencia y de la perseverancia. La justicia triunfará".

"Muamar el Gadafi ya se ha ido, ahora ha llegado tu turno, Bachar", coreaban los manifestantes en las calles de Hirak, cerca de Deraa, la ciudad del sur donde empezaron las protestas hace cinco meses.

La cadena de televisión catarí Al Yazira, sin embargo, elevó el número de víctimas mortales a ocho. Hozan Ibrahim, del opositor Comité de Coordinación Local, declaró en conversación telefónica que otros tres activistas se encuentran gravemente heridos tras haber sido torturados por las fuerzas del régimen. Ibrahim informó también de la muerte de un activista en Idlib. Este dato no pudo ser confirmado por otros medios, puesto que la mayoría de periodistas extranjeros tienen prohibido el acceso a Siria desde el comienzo de las revueltas.

"En Hama y en Homs, dos bastiones de la resistencia en contra de la familia El Asad [en el poder desde hace 40 años], la situación es especialmente peligrosa", destacó el portavoz del Comité. "Hay tanques en cada esquina y francotiradores que disparan a cualquier objetivo a su alcance", añadió Hozan Ibrahim.

En las manifestaciones de la capital, algunos activistas enarbolaban la imagen de Ali Ferzat, uno de los más famosos caricaturistas del mundo árabe. El artista, cuya obra se ha centrado en la crítica del Gobierno de Damasco y la dura represión de las protestas, fue agredido la madrugada del jueves por hombres cercanos al presidente El Asad.

Los leales al régimen de Damasco reprimieron las manifestaciones en el este y en el sur del país, así como en la periferia de la capital. Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, las milicias ciudadanas prorrégimen (shabiha) dispararon sobre los manifestantes también en Alepo (la segunda ciudad del país, en el norte), en la frontera con Irak y en Kisweh (sur), donde viven miles de refugiados de la región del Golán, ocupada por Israel.

Las víctimas del conflicto ascienden ya a 2.200, según el último saldo facilitado por Naciones Unidas. Farhan Haq, portavoz de la ONU, presentó ayer los primeros resultados de la misión humanitaria de la organización, recientemente autorizada a entrar en Siria. "Hay que proteger con urgencia a los civiles contra el uso excesivo de la violencia", destacó. "Aunque no exista una situación de crisis humanitaria a escala nacional, es preciso intervenir con urgencia para proteger a la población siria", añadió.

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Los observadores de la ONU, los primeros extranjeros en entrar en Siria desde marzo, visitaron varias ciudades, pero no pudieron desplazarse sin la compañía de representantes del Gobierno.

Tiziana Trotta "Muamar el Gadafi ya se ha ido. Ahora ha llegado tu turno, Bachar" La protesta contra el régimen de Siria se reaviva al calor del fin del tirano libio 27/08/2011 http://www.elpais.com/articulo/internacional/Muamar/Gadafi/ha/ido/Ahora/ha/llegado/turno/Bachar/elpepiint/20110827elpepiint_4/Tes?print=1

ENTREVISTA: viene de primera página... la revuelta en El Aaiún ELABADILA CHBIHNA MAAELAYNINE Activista del Movimiento 20 de Febrero

"El Sáhara fue la primera rebelión" IGNACIO CEMBRERO 27/08/2011

Elabadila Chbihna Maaelaynine, de 46 años, ya no aguantó más. El 4 de noviembre de 2010 este informático saharaui, bien integrado en la sociedad marroquí, voló de Casablanca a El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental. Necesitaba ver de cerca el campamento de Agdaym Izik que 20.000 saharauis habían erigido, hacía casi un mes, en las afueras de esa ciudad.

"Quería estar con la gente", afirma Maaelaynine. "El Sáhara fue escenario de la primera revuelta árabe aunque, a diferencia de lo sucedido en Túnez o en Egipto, no tuvo un desenlace feliz", comenta. El profesor estadounidense Noam Chomsky ha teorizado sobre Agdaym Izik, punto de partida de las revoluciones árabes.

Maaelaynine tiene credenciales para ser un buen observador. Su tatarabuelo es el jeque Maaelaynine, uno de los jefes militares y religiosos del Sáhara que se enfrentó, a principios del siglo XX, a españoles y franceses. En el siglo XIX fundó Smara, la capital religiosa de la antigua colonia española.

El informático saharaui, que trabaja para multinacionales, no es sospechoso de ser un fanático independentista. En 2003, cuatro años antes de que Rabat ofreciera la autonomía al Sáhara, publicó un artículo en el semanario Le Journal a favor de una amplia autonomía política y un condominio económico. Ahora es uno de los responsables del Movimiento Veinte de Febrero que reivindica un cambio democrático en Marruecos.

"Allí, en el campamento, me encontré con saharauis llegados de todas partes, muchos de España", recuerda Maaelaynine. "Pero, en cambio, no estaban las figuras de la lucha por la independencia". "Me sorprendió la organización, con su sistema de recogida de basuras para sus 6.500 jaimas (tiendas nómadas), su ambulatorio para el reparto de medicinas...".

"Me llamó también la atención la inteligencia política de la dirección improvisada del campamento", prosigue Maaelaynine, sentado en la terraza de su piso de Rabat. "Evitaban cualquier provocación y para eso registraban los coches en busca de banderas del Polisario o de Marruecos". "Durante los mítines nunca se corearon eslóganes hostiles a Marruecos". "A los marroquíes que residen en el Sáhara no se les llamaba colonos sino norteños".

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El perfume de la revolución árabe Maaelaynine lo detectó en los primeros comunicados que exigían "libertad, dignidad y que los ingresos que genera la explotación de los recursos locales reviertan a la población". Más concretamente, los saharauis pidieron terrenos para construir casas o directamente viviendas.

Bajo la autoridad del ministro del Interior, el gobernador de El Aaiún, Mohamed Guelmouss, negoció con los líderes del campamento y Mohamed VI pronunció, el 6 de noviembre, un discurso exento de amenazas. "La gente estaba contenta; se apuntaba en listas para obtener ayudas", rememora Maaelaynine. Decidió regresar a Rabat el 7 de noviembre.

Poco antes de que despegara su avión renunció a embarcar. Circulaban rumores sobre un inminente asalto al campamento que las autoridades marroquíes desmentían, pero que se confirmaron el 8 de noviembre de madrugada. Rabat alegó que los pro-Polisario se habían apoderado de Agdaym Izik. En el desmantelamiento y los posteriores choques en la ciudad murieron 11 agentes de seguridad y dos civiles saharauis, según un balance avalado por organizaciones de derechos humanos.

"Lloraba", recuerda Maaelaynine. "¿Por qué arrasar un campamento pacífico?", se pregunta. En la tarde de ese día, después de horas de enfrentamientos, empezó lo peor a ojos del informático: "Civiles marroquíes atacaron, con respaldo policial, propiedades de saharauis". "El odio que suscitan hará más difícil la convivencia".

Maaelaynine condena la violencia y cree que los autores de la muerte de los agentes marroquíes deben ser juzgados. Pero, añade levantando la voz, "no tengo ningún respeto por un régimen que alentó expediciones punitivas; reprimió masivamente intentado detener a todos los jóvenes saharauis de entre 18 y 25 años y mantiene en prisión a más de 160 personas que, en su mayoría, solo fomentaron una protesta pacífica".

"El exgobernador, sus superiores y subordinados deben ser juzgados por crímenes étnicos contra los saharauis", concluye. "Fui testigo de esos crímenes".

http://www.elpais.com/articulo/ultima/Sahara/fue/primera/rebelion/elpepiult/20110827elpepiult_1/Tes?print=1

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TRIBUNA: JAVIER VALENZUELA

Una cierta Europa aprueba el examen libio JAVIER VALENZUELA 26/08/2011

A comienzos de este verano, los Gobiernos implicados en la operación militar en Libia, y muy en particular los de París y Londres, barruntaban que si esta se prolongaba durante el otoño podrían comenzar a dispararse las dudas y críticas en el seno de sus respectivas opiniones públicas.

Gadafi ofrecía entonces una resistencia tenaz, los rebeldes no acababan de convertirse en una fuerza militar efectiva y las acciones de la OTAN tenían que ser consensuadas por tanta gente y con tanto detalle que se convertían en escasas y poco contundentes. El campo de los opositores a esta intervención comenzaba a sonreír desdeñosamente.

Pero no ha terminado el verano de 2011, ni tan siquiera el mes de Ramadán del año 1432 de la Hégira, y la vistosa bandera roja, negra y verde de los rebeldes ondea ya en la capital libia. Desde allí, Juan Miguel Muñoz informaba ayer en este periódico: "En Trípoli la mayoría de la gente es feliz". Así que, a falta del desenlace, puede decirse que la primera intervención militar de Occidente tras el desastre de Bush en Irak se salda con un aprobado, lo que no es poco. Modesta, de "baja intensidad", ha funcionado.

El objetivo era justo: combatir a un tirano contra el que ya se había alzado su propio pueblo y que estaba aplastando la rebelión con medios militares. Y la ejecución era legal: aprobada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Tales diferencias respecto a Irak han sido cruciales, recordó el miércoles Mohamed Salem en The Guardian. La intervención en Libia no ha provocado, ni mucho menos, la indignación en el mundo árabe, y en todo el planeta, que despertó la chulesca aventura del "trío de las Azores".

Otro elemento novedoso y positivo es que el protagonismo haya sido más europeo que norteamericano. Obama, con un Estados Unidos que aún intenta salir de Irak y Afganistán, no ha asumido el liderazgo político, que ha recaído en Sarkozy, y sus fuerzas militares no se han empleado a fondo en ningún momento. Como nada iguala a la máquina de guerra estadounidense, esto ha limitado mucho la capacidad de acción de la OTAN. Pero, a trancas y barrancas, Francia y Reino Unido han hecho de esta una misión esencialmente europea, y ya iba siendo hora de que el Viejo Continente asumiera riesgos propios en la defensa de la libertad en el Mediterráneo.

Quedarán para la historia la racanería de una Alemania de mercaderes en pantuflas, y el simbólicamente valioso compromiso de un pequeño y rico país árabe, el Catar de Al Yazira.

Limitada a la acción aérea y al apoyo técnico, necesitada de permanente acuerdo entre sus protagonistas políticos y militares y muy prudente para evitar "daños colaterales", la intervención en Libia ha dado pocas hazañas bélicas, pero también, y es encomiable, no ha causado las matanzas de población civil sufridas en Irak. La misión está, pues, cumplida o casi. Cuando comenzó Gadafi estaba a punto de aplastar a sangre y fuego la capital rebelde de Bengasi; ahora él está en fuga y no han sido soldados de la OTAN sino combatientes libios los que han entrado en Trípoli.

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Tras sus vacilaciones iniciales, esa mezcla de estupor ignorante y miedo burgués con que acogió el incendio democrático en el norte de África y Oriente Próximo, es saludable que Europa, o una parte de Europa, se haya arriesgado en defensa de una rebelión por la libertad y la dignidad. No es demasiado coherente pedir todo y su contrario: criticar la realpolitik europea que apoyaba a los tiranos árabes a cambio de gas y petróleo, control de la emigración y represión de los islamistas, y denostar también el que fuerzas europeas se sumen a la lucha contra uno de ellos.

No hay soluciones perfectas. Esta misión no lo ha sido, pero peor hubiera sido la pasividad que proponían en marzo esos escépticos profesionales para los que todo es complejo y por tanto lo mejor es no mojarse, esos bienintencionados que invocan el pacifismo incluso para oponerse a un intento de evitar una matanza y aquellos que en todo ven una guerra por el petróleo olvidando que en este caso era Gadafi quien garantizaba el suministro. Por no hablar de Aznar, que calificaba de "amigo" al Nerón libio en una conferencia en Nueva York.

Los derrocamientos de Ben Ali y Mubarak confirmaron a Gadafi en su idea de que el mejor modo de mantenerse en el poder era emplear la máxima brutalidad. Si hubiera triunfado, no solo la rebelión libia habría sido aplastada sino que la revolución democrática árabe habría sufrido un grave revés y el golpe para la exigua credibilidad de Europa en la escena internacional habría sido devastador.

En los últimos cinco meses, el sirio Bachar el Asad se ha parapetado en los sucesos de Libia para reprimir salvajemente las demandas democráticas en su país. Confiaba en el aguante de Gadafi y en la incapacidad internacional para plantearse nuevas misiones mientras siguiera la guerra en Libia. El déspota de Damasco ha acumulado muchas papeletas para convertirse en candidato al cuarto derrocamiento de la primavera árabe. HTTP://WWW.ELPAIS.COM/ARTICULO/OPINION/CIERTA/EUROPA/APRUEBA/EXAMEN/LIBIO/ELPEPUOPI/20110826ELPEPIOPI_5/TES

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ft.com comment Opinion

August 26, 2011 7:41 pm

Rejoice – the tatty Arab furniture is on its way out By David Gardner

The night Libya’s rebels broke into Tripoli to join the insurrection in the capital, Bashar al-Assad, the Syrian president, was being interviewed by the sycophants of his state television, explaining how he, unlike his fellow tyrant Muammer Gaddafi, was bringing Syria’s five-month-old civic uprising firmly under his boot.

Startlingly, al-Manar, the TV station of Hizbollah, the powerful Lebanese Shia Islamist movement allied to Damascus, carried the Syrian president’s interview on its satellite network, for export, but not its terrestrial channel for domestic viewers. As a third Arab despot falls victim to his people’s yearning for dignity and freedom, the clientele for Mr Assad’s vainglorious boasts is shrinking. The regional furniture just keeps on moving.

More On this story Rebels seek definitive end to Gaddafi era Nato strikes Gaddafi’s home town Tripoli runs short of essential supplies Libya rebels probe state fund corruption

In depth Libya uprising

ON THIS TOPIC US to Release $1.5bn to Libyan Rebels Pressure to Start the Business of Governing Wealth Fund Still Conceals Inner Secrets Insight Building a Working State From Nothing Portentous forecasts of the Arab spring turning into winter, and how Libya could become a new Somalia, and Syria a new Iraq, tend to miss these little symptoms of change, which are spreading like a rash. Each upheaval has its own particulars, but the commonality of the Arab awakening – of youth-led, broad-based Arab mass movements self-determining their future – is there for all to see.

The case of Libya is singular. Col Gaddafi, a tribal chief masquerading as a third world messiah, backing anyone abroad genuflecting to the drivel of his Green Book philosophy while annihilating institutional life at home, was more like a hallucination than a regional trend. His opponents had to take up arms and seek Nato help to prevail – but prevailing they are. While Syria’s opposition can expect no external military help – and seeks none – the Anglo-French move prevented the Gaddafi regime from breaking the wave of revolution, which then coursed into Syria.

This should be a moment of triumph. Yet platoons of shallow realists and superannuated cold warriors, to whom the threat of international jihadism offered the moral clarity of a new crusade, and some of whom bought the pipe-dreams of reform

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promised by the Mubaraks, the Gaddafis and the Assads, seem intent on snatching defeat from the jaws of victory.

True, after the cavalier incompetence exhibited in Iraq there is understandable emphasis on “what comes next?” But Iraq was invaded and occupied. The Libya-is-heading-for-Somalia crowd needs to grasp that this new Arab awakening is different because it is the Arabs who are liberating themselves.

In Iraq, moreover, the insurgency ignited in those towns such as Fallujah which, after liberating themselves, had the heavy hand of the occupation superimposed on them. The Anglo-American forces’ repeated attempts to postpone elections to try to ensure a result to their liking helped convince many Iraqis and Arabs that western policy was not about their freedom.

The naysayers’ real fear is that Islamists will come to power across the region. The electoral success of Hamas in Palestine and Hizbollah in Lebanon, and the structural majority of Islamist parties, which the occupation seems to have engineered in Iraq, are adduced as evidence. But where did these “realists” imagine most Arab countries were heading anyway, under tyrannies that bred Islamic revivalism with the efficiency of incubators?

These frequently western-backed dictators had destroyed mainstream dissidence, leaving their opponents nowhere to regroup but the mosque. While paying lip-service to western notions of reform, they surrendered cultural space to reactionary clerical establishments, both to furnish themselves with legitimacy and to outflank the Islamists. Under the old order, despotism and Islamic revivalism acted in perverse symbiosis, manufacturing Islamists.

Yet there is no automatic reason to suppose Islamists will now sweep the board. Their movements, in Morocco, Jordan or Egypt, typically get no more than a quarter of the popular vote, even if the contests are not exactly reliable barometers. Where a movement has the aura of a resistance movement, both to occupation and a corrupt established order – the cases of Hamas in Palestine, Hizbollah in Lebanon, or the movement of Moqtada al-Sadr in Iraq – there is a “resistance premium” of electoral affluence.

But the movements that benefit from it have to deliver. Their voters cannot eat slogans such as Egypt’s Muslim Brotherhood’s “Islam is the solution”. The competition from the new movements that have emerged – outside the tramlines of the Islamists and the regimes – highlights decades of failure by Islamist activists to upend the region’s despotic order.

The Gaddafis and Assads have tried to portray their opponents as al-Qaeda bands, intent on building jihadist bastions on the shores of the south and east Mediterranean. This gets attention in the west. But it is spectre-mongering. Faced with the clamour for change, it is they who threaten new Iraqs, not their opponents.

Movements such as the Muslim Brotherhood and Tunisia’s Nahda will do well in elections this year. Yet voters in both countries know they hesitated before joining the uprisings. Their entry into democratic politics, moreover, can energise competition. Pessimists will point to the 1979 Iranian revolution, initially broad-based but hijacked by the theocrats. Yet the relevant example today is Turkey, now in open regional competition with Iran.

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Since 2002, Turkey’s triumphant and increasingly post-Islamist Justice and Development party has cracked open an ossified political structure and forced the displaced Kemalist establishment to compete: to accept that it can only change governments at the ballot box, not through the generals. The secularist vote is now slowly rising. Under the old order, by contrast, despotism and Islamism fed on each other. It would be fatal for the west now to succumb to nostalgia for Arab authoritarianism, just as the young, dynamic middle classes it long betrayed are, against all odds, trying to create a new democratic order.

http://www.ft.com/cms/s/0/0c6f3cd2-cf28-11e0-86c5-00144feabdc0.html#axzz1WFn6hhLg

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El conflicto libio - La agonía de la dictadura

La batalla de Abu Salim Los sublevados combaten calle a calle en el barrio más fiel al tirano y donde creen que aún se oculta - Los actos de represalia contra los gadafistas se multiplican en Trípoli JUAN MIGUEL MUÑOZ (ENVIADO ESPECIAL) - Trípoli - 26/08/2011

Las potentes explosiones se escuchan cada día más lejos del centro de Trípoli. Comentaba un joven rebelde la noche del miércoles que ayer emprenderían un asalto contra el populoso barrio de Abu Salim, donde los sublevados libios creen que se hallaban Muamar el Gadafi y su hijo, Saif al Islam. Y a partir del amanecer, y mucho más por la tarde, el intercambio de proyectiles fue intenso como nunca en estas seis jornadas de la batalla de Trípoli. Los milicianos que persiguen al tirano imprimieron un ritmo feroz a su ofensiva y disfrutan del inestimable apoyo -"Gracias, OTAN", gritan alzando los brazos al cielo muchos ciudadanos- de la Alianza Atlántica. Liam Fox, ministro de Defensa británico, admitió que la OTAN está colaborando con sus servicios de espionaje en la caza de Gadafi. Pero el autócrata no capitula. A media tarde, se dirigió a través de una televisión local a las tribus del país para que marcharan hacia la capital. "No teman a los infieles. Liberen Trípoli. Que salga toda la gente y avancen hacia Trípoli. Luchen calle por calle y combatan. Avancen desde todos los lugares hacia el enemigo. Mátenlos y arréstenlos. Ustedes son la mayoría aplastante. Hay que purificar Trípoli de los rebeldes" apremió Gadafi. Sin embargo, es muy improbable que suceda.

Se combatió en el centro de la ciudad -especialmente en torno al hotel Corintia- durante un rato por la mañana, pero la guerra con armamento pesado se centró ayer en el barrio de Abu Salim. A la 1.30 de la tarde, a las puertas de ese distrito, los milicianos se movían nerviosos y apuntaban a los vehículos para hacerlos retroceder. Se libraba una batalla que consideraban decisiva porque estaban convencidos de que Gadafi se escondía en un bloque de edificios del barrio, lugar en el que se ubica la infausta prisión en la que fueron asesinados en junio de 1996 más de 1.200 presos, en su mayoría disidentes políticos, muchos de ellos de Bengasi, cuna de la rebelión nacida en marzo.

Relata cualquier tripolitano que Gadafi goza de cierto respaldo en este barrio porque en él residen emigrantes africanos -la mayoría de los detenidos que ingresan en las improvisadas prisiones rebeldes son negros- que el dictador ha utilizado a su antojo. "Gadafi pagaba a sus mercenarios extranjeros para que no hicieran nada. Solo debían estar listos para cuando fueran llamados. Mientras, se dedicaban a trabajar en el resto de la ciudad", asegura el ingeniero Jaled Ramadán. "Pero", añade, "también abrió las puertas de las cárceles al comienzo del alzamiento. A ellos, a los mercenarios y a los criminales es a quien paga para que nos maten. Les da dinero y drogas. ¿Sabes que en Libia el hachís es más barato que en ningún otro sitio?". Otros agregan motivos diferentes.

"Hay personas absolutamente iletradas que creen que Gadafi es como Dios. Y también vive en Abu Salim mucha gente procedente de Warfala y de Tarjuna. La tribu Warfala ha tenido buenas relaciones con la familia Gadafi desde mucho tiempo atrás. Les ofrecía buenos cargos en el Gobierno o en las empresas del Estado", señala Mahmud Ashur, dueño de una empresa textil. Y alrededor del 25% de los dos millones de tripolitanos

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son originarios de Tarjuna. "Pero la gran mayoría de los vecinos, sean de donde sean, están escondidos en sus casas atemorizados", asegura Ramadán.

Poco antes de anochecer, las explosiones arreciaron y el cielo se cubrió de humo al tiempo que los conductores hacían sonar sus bocinas cada vez con más ímpetu. Gadafi no había sido capturado, pero los lugareños, que se refugian en sus casas durante las abrasadoras y eternas horas de un duro Ramadán, y que apenas salen para comprar alimentos, no tienen ninguna duda de que verán a su detestado líder entre rejas o cadáver. El dictador, en su intervención en la televisión local, había vuelto a tildar poco antes de "ratas, cruzados e infieles" a los insurrectos. Y animó a los imanes a declarar la yihad (guerra santa) contra los alzados en armas que luchan por derribar un régimen que perdura 42 años. Gadafi, obviamente, no es ningún líder religioso. Pero tampoco son devotos de la piedad muchos insurgentes.

La agencia Reuters informaba ayer de que los cuerpos de 30 hombres fueron hallados con evidentes señales de haber sido ejecutados sumariamente por los rebeldes. Al menos un par de ellos -también grabados por el equipo de TV3- estaban maniatados. No es difícil toparse, como se veía ayer en el bastión del dictador en Bab el Azizia, totalmente bajo control de los rebeldes, con el cuerpo de algún fiel a Gadafi pudriéndose a pleno sol. Días atrás, el presidente del Consejo Nacional de Transición, Mustafá Abdel Yalil, amenazó con dimitir si no se ponía freno a esos desmanes. Parece que no hay modo.

Las palizas y golpes a los detenidos gadafistas son moneda corriente. El odio y el ánimo de revancha contra los soldados o mercenarios del tirano superan con creces en muchos rebeldes cualquier sentimiento benigno. No se esconden aunque sean filmados por las cámaras. Se lanzan sobre el supuesto enemigo para atizarle. Pero eso puede ser un arma de doble filo. Porque los leales al dictador, que están demostrando no ser una simple banda, y todavía numerosos en varias zonas de Libia, se lo pueden pensar dos veces antes de rendirse.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/batalla/abu/salim/elpepiint/20110826elpepiint_3/tes

El conflicto libio - La agonía de la dictadura

Los rebeldes temen que Gadafi destruya los pozos de agua en su huida de Trípoli La toma de la ciudad natal de Gadafi es vital para acabar con el régimen y evitar que deje sin agua a tres millones de habitantes de la capital libia ÁLVARO DE CÓZAR (ENVIADO ESPECIAL) - Bengasi - 26/08/2011

Gadafi se resiste a la derrota. Su capacidad de destrucción es todavía tan alta que puede dejar a tres millones de personas sin agua con un solo y minúsculo ataque en una de las tuberías que él mismo mandó construir y que abastecen a la población. Ese es el temor de los rebeldes estos días, quienes tratan de avanzar a Sirte con todas sus fuerzas, no solo para acabar con la resistencia que queda en la ciudad natal del dictador, sino para resolver el problema del agua.

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En Bengasi nadie sabe si todo obedece a un plan diseñado por el coronel o si es fruto de la casualidad, pero el hecho de haber sido expulsado de Trípoli le ha brindado una estrategia que podría ser mortífera. Aunque todavía hay reductos que combaten a los rebeldes en la capital, la mayoría de las tropas gadafistas que defendían la ciudad se están desplazando hacia el sur, en dirección a la zona montañosa de Hasuna, según los informes de inteligencia con los que cuenta el Consejo Nacional de Transición, órgano de gobierno de los rebeldes.

Al sur de Trípoli, donde ayer hubo combates, los leales a Gadafi han destruido algunas instalaciones eléctricas y tuberías secundarias que dan suministro de agua y luz. De ahí que los rebeldes sospechen que el nuevo plan del coronel sea atacar las instalaciones de Hasuna, un área llena de pozos naturales en tierra de nadie y donde podría establecerse la base de operaciones de los gadafistas, empeñados en buscar una salida al sur para tratar también de acercarse a Argelia, donde les sería más fácil aprovisionarse de combustible, vital para continuar la guerra.

En las oficinas de Bengasi de El Gran Proyecto del Río Hecho por el Hombre (The Great Man Made River Project), una especie de empresa estatal que fue bautizada por Gadafi con ese rimbombante nombre, el ingeniero Mohamed Bushala explica los temores de los opositores. "Es muy fácil atacar esos pozos. Si destruyen los sistemas eléctricos que sirven para extraer el agua, se acabó. Una vez que se consumiera el agua de las tuberías, Trípoli se quedaría seca", explica.

Hay una posibilidad de bombear el agua de las reservas del este, controladas totalmente por los rebeldes, hasta Trípoli. Pero esa solución pasa por tomar Sirte. El régimen construyó hace más de cinco años dos estaciones de bombeo para conectar allí las dos redes de acueductos de todo el país, la del este y la del oeste. Ese canal va de Sirte hasta Assadada, donde se conecta a la red de la capital, y nunca ha sido utilizado aunque sí se ha probado con éxito en varias ocasiones, según señala Bushala.

Con la posibilidad de que los pozos de Hasuna sean atacados o envenenados, la conquista de Sirte se hace cada vez más apremiante. En su camino por carretera hasta allí, las tropas rebeldes han quedado bloqueadas en Bin Yauad, a un centenar de kilómetros de Sirte. Varios misiles de los leales a Gadafi cayeron ayer sobre esa zona y muchos de los insurgentes tuvieron que retroceder hasta Ras Lanuf. Aun así, las tropas opositoras respondieron con su propia artillería y desplegaron tanques en las inmediaciones, según la BBC.

La cabezonería de los gadafistas ha sorprendido en Bengasi, donde los militares pensaban que "una vez tomada Trípoli, las demás fuerzas se rendirían", según dijo ayer el comandante rebelde Fawzi Bukatif a la agencia France Presse.

Para algunos analistas en Bengasi, la retirada del régimen de su feudo en la capital obedece a un sofisticado plan del coronel Gadafi. Su imagen de jugador de ajedrez, capaz de anticipar varios movimientos imaginando lo que va a hacer el contrario, casa en cierta forma con su fuga del cuartel de Bab el Azizia en Trípoli.

Otros no lo ven así y aseguran que Gadafi es solo un loco, incapaz de hacer razonamientos tan lógicos. "No creo que piense tan a largo plazo", señala Nasser Bubteina, jefe de las redes de agua del este y uno de los más preocupados estos días por la posibilidad de que la otra mitad del país se quede seca. "Lo que sí está claro es que la situación es esta ahora, que el riesgo de los ataques a las instalaciones del oeste es máximo y que Gadafi está dispuesto a hacer lo que sea con tal de mantener el poder",

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declara Bubteina, que pide más seguridad y más personal y material técnico para seguir llevando el agua a las casas.

"El problema del agua es capital", señala Jeremy Nagoda, representante de la UE en Bengasi. "Lo advertimos hace dos meses y estamos desde entonces colaborando con el Consejo Nacional de Transición para tratar de dar seguridad en la zona y aprovisionar de combustible a las estaciones eléctricas para que no haya problemas en el suministro. Pero todo eso pasa por que las tropas del Consejo Nacional de Transición venzan en Sirte o que los leales a Gadafi se rindan", explica.

En Bengasi se habla de transición hacia la democracia. Algunas ONG llevan trabajando meses para ayudar a crear partidos políticos y las bases de un nuevo futuro. Los libios tratan de adoptar un nuevo lenguaje que les permita salir de los 42 años bajo el poder del coronel Gadafi. Pero todos saben que antes de empezar han de resolver cuestiones más básicas como el abastecimiento de agua y ganar de una vez esta guerra. En buena parte, la resolución de esos problemas depende de que la comunidad internacional libere los miles de millones de euros congelados al régimen al inicio del conflicto.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/rebeldes/temen/gadafi/destruya/pozos/agua/huida/tripoli/elpepiint/20110826elpepiint_1/tes

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El conflicto libio - La agonía de la dictadura

"Envenenar toda el agua es posible" Relato de un ingeniero alemán que ayudó a construir el sistema de acueductos MARIE MERTENS - Madrid - 26/08/2011

"Técnicamente, es posible" que el dictador libio, Muamar el Gadafi, "envenene el agua de varias ciudades", pero "todo depende" de si aún controla las distintas bombas de agua, explicó ayer en una conversación telefónica un ingeniero alemán que trabajó en los túneles de irrigación que se extienden por toda Libia, y que prefiere mantener el anonimato.

Trazas de fosfato de aluminio -sustancia tóxica utilizada en veneno para ratas- fueron encontradas en una planta purificadora de agua cerca de la ciudad de Misrata. Al menos dos personas han sido hospitalizadas por ingerir agua del grifo, informa el diario británico The Telegraph. Al Consejo Nacional de Transición libio y a sus asesores europeos les preocupa una posible intoxicación intencionada del agua de las ciudades controladas por los rebeldes.

"En Trípoli vi contenedores de veneno, no sé si llegará a usarlo", pero "todo es posible", contó este ingeniero que trabajó durante 18 años en Libia para una empresa alemana. Su compañía, junto a la surcoreana Daewoo, construyó gran parte de los embalses y los conductos del mayor proyecto del líder libio: el llamado The Great Man Made River (El Gran Río Hecho por el Hombre). Más de 2.000 kilómetros de túneles trasladan el agua de los acuíferos del desierto a los campos agrícolas y ciudades de la costa.

Gadafi también puede, si controla las bombas de agua, "simplemente cortar el suministro". Sería también "una catástrofe". El agua se usa para irrigar las plantaciones de todo el norte del país; "en principio", aseguró el ingeniero, especialista también en demoliciones, "no está pensada para el consumo humano", pero "muchos sí la ingieren". No se sabe cuántas personas la toman.

Los túneles de irrigación de lo que los libios llaman "la octava maravilla del mundo" tienen "en casi todos los tramos" unos cuatro metros de diámetro, por lo que pueden transitar "perfectamente todoterrenos". "Solo hay que cortar el agua", explica orgulloso el ingeniero.

En alguna ocasión el ingeniero alemán estuvo con el dictador libio. "No me dejaron acercarme a más de tres metros de Gadafi", por la "seguridad" del líder.

Gracias a construir embalses durante casi dos décadas por toda Libia, este profesional conoce bien el país y afirma incluso que sabía dónde se encontraban algunas cámaras de tortura. El ingeniero asegura que, además de los túneles que conectan las ciudades, toda la capital, Trípoli, y Sirte cuentan con una compleja y extendida red de conductos que pueden llevar a Gadafi sin problemas a los túneles del proyecto nacional hidráulico.

"A ese no le pillan". En coche puede "perfectamente" salir a la superficie desde los túneles del sistema de irrigación. "Sin problemas", Gadafi "puede llegar al Chad o a Sudán, nadie se lo impedirá". Además "los clanes le ayudarán", aseguró este ingeniero.

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"Por la noche todos los gatos son pardos", y en las carreteras del centro del país puede ir en convoy, que "no le parará nadie". En coche puede perfectamente salir a superficie y continuar una huida por tierra.

El entrevistado tampoco descarta que la red de túneles de irrigación conecte los distintos búnkeres del dictador libio. Uno de ellos, el de la ciudad de Brega, fue construido por la empresa holandesa Interbeton. Un ingeniero que participó en su construcción a finales de los ochenta, y que también prefiere mantener el anonimato, explicó que la "paranoia" de Gadafi le llevó a solicitar varios edificios fortificados.

El ingeniero alemán entrevistado ayer coincide: "Gadafi tuvo más de 40 años para prepararse para esto". http://www.elpais.com/articulo/internacional/envenenar/toda/agua/posible/elpepiint/20110826elpepiint_2/tes

El conflicto libio - La agonía de la dictadura

Los rebeldes temen que Gadafi destruya los pozos de agua en su huida de Trípoli La toma de la ciudad natal de Gadafi es vital para acabar con el régimen y evitar que deje sin agua a tres millones de habitantes de la capital libia ÁLVARO DE CÓZAR (ENVIADO ESPECIAL) - Bengasi - 26/08/2011

Gadafi se resiste a la derrota. Su capacidad de destrucción es todavía tan alta que puede dejar a tres millones de personas sin agua con un solo y minúsculo ataque en una de las tuberías que él mismo mandó construir y que abastecen a la población. Ese es el temor de los rebeldes estos días, quienes tratan de avanzar a Sirte con todas sus fuerzas, no solo para acabar con la resistencia que queda en la ciudad natal del dictador, sino para resolver el problema del agua.

En Bengasi nadie sabe si todo obedece a un plan diseñado por el coronel o si es fruto de la casualidad, pero el hecho de haber sido expulsado de Trípoli le ha brindado una estrategia que podría ser mortífera. Aunque todavía hay reductos que combaten a los rebeldes en la capital, la mayoría de las tropas gadafistas que defendían la ciudad se están desplazando hacia el sur, en dirección a la zona montañosa de Hasuna, según los informes de inteligencia con los que cuenta el Consejo Nacional de Transición, órgano de gobierno de los rebeldes.

Al sur de Trípoli, donde ayer hubo combates, los leales a Gadafi han destruido algunas instalaciones eléctricas y tuberías secundarias que dan suministro de agua y luz. De ahí que los rebeldes sospechen que el nuevo plan del coronel sea atacar las instalaciones de Hasuna, un área llena de pozos naturales en tierra de nadie y donde podría establecerse la base de operaciones de los gadafistas, empeñados en buscar una salida al sur para tratar también de acercarse a Argelia, donde les sería más fácil aprovisionarse de combustible, vital para continuar la guerra.

En las oficinas de Bengasi de El Gran Proyecto del Río Hecho por el Hombre (The Great Man Made River Project), una especie de empresa estatal que fue bautizada por Gadafi con ese rimbombante nombre, el ingeniero Mohamed Bushala explica los temores de los opositores. "Es muy fácil atacar esos pozos. Si destruyen los sistemas

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eléctricos que sirven para extraer el agua, se acabó. Una vez que se consumiera el agua de las tuberías, Trípoli se quedaría seca", explica.

Hay una posibilidad de bombear el agua de las reservas del este, controladas totalmente por los rebeldes, hasta Trípoli. Pero esa solución pasa por tomar Sirte. El régimen construyó hace más de cinco años dos estaciones de bombeo para conectar allí las dos redes de acueductos de todo el país, la del este y la del oeste. Ese canal va de Sirte hasta Assadada, donde se conecta a la red de la capital, y nunca ha sido utilizado aunque sí se ha probado con éxito en varias ocasiones, según señala Bushala.

Con la posibilidad de que los pozos de Hasuna sean atacados o envenenados, la conquista de Sirte se hace cada vez más apremiante. En su camino por carretera hasta allí, las tropas rebeldes han quedado bloqueadas en Bin Yauad, a un centenar de kilómetros de Sirte. Varios misiles de los leales a Gadafi cayeron ayer sobre esa zona y muchos de los insurgentes tuvieron que retroceder hasta Ras Lanuf. Aun así, las tropas opositoras respondieron con su propia artillería y desplegaron tanques en las inmediaciones, según la BBC.

La cabezonería de los gadafistas ha sorprendido en Bengasi, donde los militares pensaban que "una vez tomada Trípoli, las demás fuerzas se rendirían", según dijo ayer el comandante rebelde Fawzi Bukatif a la agencia France Presse.

Para algunos analistas en Bengasi, la retirada del régimen de su feudo en la capital obedece a un sofisticado plan del coronel Gadafi. Su imagen de jugador de ajedrez, capaz de anticipar varios movimientos imaginando lo que va a hacer el contrario, casa en cierta forma con su fuga del cuartel de Bab el Azizia en Trípoli.

Otros no lo ven así y aseguran que Gadafi es solo un loco, incapaz de hacer razonamientos tan lógicos. "No creo que piense tan a largo plazo", señala Nasser Bubteina, jefe de las redes de agua del este y uno de los más preocupados estos días por la posibilidad de que la otra mitad del país se quede seca. "Lo que sí está claro es que la situación es esta ahora, que el riesgo de los ataques a las instalaciones del oeste es máximo y que Gadafi está dispuesto a hacer lo que sea con tal de mantener el poder",

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declara Bubteina, que pide más seguridad y más personal y material técnico para seguir llevando el agua a las casas.

"El problema del agua es capital", señala Jeremy Nagoda, representante de la UE en Bengasi. "Lo advertimos hace dos meses y estamos desde entonces colaborando con el Consejo Nacional de Transición para tratar de dar seguridad en la zona y aprovisionar de combustible a las estaciones eléctricas para que no haya problemas en el suministro. Pero todo eso pasa por que las tropas del Consejo Nacional de Transición venzan en Sirte o que los leales a Gadafi se rindan", explica.

En Bengasi se habla de transición hacia la democracia. Algunas ONG llevan trabajando meses para ayudar a crear partidos políticos y las bases de un nuevo futuro. Los libios tratan de adoptar un nuevo lenguaje que les permita salir de los 42 años bajo el poder del coronel Gadafi. Pero todos saben que antes de empezar han de resolver cuestiones más básicas como el abastecimiento de agua y ganar de una vez esta guerra. En buena parte, la resolución de esos problemas depende de que la comunidad internacional libere los miles de millones de euros congelados al régimen al inicio del conflicto.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/rebeldes/temen/gadafi/destruya/pozos/agua/huida/tripoli/elpepiint/20110826elpepiint_1/tes

Israel pide a España que no apoye a Palestina en la ONU Jiménez recibe al viceministro de Exteriores israelí MIGUEL GONZÁLEZ - Madrid - 26/08/2011

Israel pidió ayer a España que no apoye la iniciativa unilateral de Palestina en la ONU para su reconocimiento como Estado. Lo hizo por boca del viceministro de Exteriores de ese país, Daniel Ayalon, que se reunió con la titular española, Trinidad Jiménez, a pesar de que solo estaba previsto que lo hiciera con su número dos. Israel considera que la propuesta palestina va en contra de los acuerdos de Oslo, pero la ministra aseguró a Ayalon que España no ha tomado aún una decisión porque no conoce el texto de la resolución que se someterá a la Asamblea General. Jiménez añadió que para que España la apoye debe incluir un reconocimiento del Estado de Israel, así como garantías para su seguridad y un llamamiento a la negociación entre ambas partes. Ayalon agradeció las explicaciones de la ministra, aunque no quiso revelar si se dio por satisfecho con ellas.

http://www.elpais.com/articulo/espana/israel/pide/espana/apoye/palestina/onu/elpepuesp/20110826elpepinac_10/tes

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ft.com world Middle East & North Africa

August 25, 2011 7:23 pm

Libya rebels probe state fund corruption By Lina Saigol in London

Libya’s rebels are examining possible corruption at the country’s $65bn sovereign wealth fund and its links to the family of Colonel Muammer Gaddafi, according the man in charge of the investigation.

Mahmoud Badi, a former technocrat with the Gaddafi regime, has been appointed by the National Transitional Council to track Libya’s foreign assets, including those held by the Libyan Investment Authority.

More ON THIS STORY Wealth fund still conceals inner secrets US to release $1.5bn to Libyan rebels In depth Libya uprising Italy seeks to restore oil ties with Libya Pressure to start the business of governing

“We are collecting all the information and data needed to evaluate the state of these assets, and will look at all the misdoings and corruption and those responsible for it,” Mr Badi told the Financial Times in an interview in the LIA’s London office.

Colonel Gaddafi and his son Seif al-Islam, who established the LIA in 2006, have been accused by the rebels of using the sovereign wealth fund for their personal use and embezzling billions of dollars accrued from oil production.

Mr Badi, who hopes the sovereign wealth fund will have a new board within three months, said many of the LIA’s funds had lost up to 40 per cent of their value during the six-month uprising against Col Gaddafi and that asset managers were still making millions of dollars of fees on some of its investments.

“Many of these funds need to be liquidated and others need to be consolidated because they are spread all over the place,” Mr Badi said. He added there were no immediate plans to sell any LIA assets, which include a 3.01 per cent stake in Pearson, publisher of the FT.

Mr Badi also indicated a possible change of direction, emphasising the need to spend more of the country’s surplus oil revenues internally to rebuild the country’s dilapidated infrastructure. “We may not need such a big sovereign wealth fund [for overseas investments] in the future,” he said. “We will spend much more inwards to rebuild Libya’s infrastructure.”

Global Insight: Rebels face building a working state from nothing

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There is no parliament, no political parties and no civil society. Education is poor, the bureaucracy is inept and oil money has undermined the work ethic

Last year, a quarterly report to LIA management outlined the extent of the losses on portfolios run on its behalf by international banks including BNP Paribas and Credit Suisse, as well as investments in hedge funds such as Permal. “High fees have been directly responsible for poor results,” the report said.

Mr Badi pledged transparency and professional mangement for the new LIA: “It used to be all about who you knew, not who gave the best advice. The sovereign wealth fund belongs to the people and we need to invest to win, not to lose.”

Seif al-Islam exercised influence over the sovereign wealth fund through a tight-knit circle of friends, many of whom he had known since childhood.

http://www.ft.com/intl/cms/s/0/147e5e82-cf3f-11e0-b6d4-00144feabdc0.html#axzz1W8HbEvA9

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Published on Foreign Policy en español (http://www.fp-es.org), 25/08/2011

LA ENCRUCIJADA LIBIA Barah Mikail [3]

Cinco paradojas del escenario libio tras la caída del régimen de Gadafi.

AFP/Getty Images

El régimen de Gadafi se acerca a su fin. Aunque caótica y a veces sangrienta, la estrategia militar desplegada en Libia durante estos últimos seis meses por fin ha resultado fructífera. La adhesión de Gadafi a la postura antioccidental y sus llamamientos a la solidaridad panafricana, panárabe y panislámica durante el proceso de revueltas árabes no bastaron para mantenerle en el poder.

No obstante, deberíamos observar los acontecimientos con un optimismo cauteloso. El país podría estar entrando en una nueva era, pero eso no significa que sus ciudadanos vayan a llegar con facilidad a un consenso sobre el tipo de futuro que desean. En Túnez y Egipto podemos observar claramente un día tras otro lo complicado que puede resultar un proceso de transición, incluso cuando se produce como resultado de los esfuerzos de una única nación, sin el más mínimo apoyo directo del extranjero. Por eso, la ecuación libia podría originar más dificultades, y una sucesión de paradojas de las que deberíamos ser conscientes a partir de ahora.

La primera paradoja es que, mientras el éxito de la Revolución Libia ha quedado garantizado por la acción de potencias extranjeras –empezando por la OTAN–, ninguna de ellas parece proclive a subrayar este detalle. De hecho, la OTAN tardó muchísimo en lograr su objetivo inicial implícito, es decir, la caída del régimen de Gadafi. Mientras sus miembros parecían creer en un principio que podrían derrocar al dictador con una Blitzkrieg (guerra relámpago), al final han acabado con seis meses de conflicto, miles de víctimas y de daños –muchos de ellos de los llamados colaterales– y el recientemente constituido Consejo Nacional de Transición (CNT) como único aliado. Por eso, es posible que la OTAN haya logrado en Libia lo que aún está lejos de conseguir en

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Afganistán, pero el período que se avecina podría demostrar también que la organización aún se encuentra muy lejos de poder conquistar los corazones y el pensamiento de la población.

Y así llegamos a la segunda paradoja: el éxito de la OTAN en Libia no significa que esa misma experiencia vaya a repetirse en otras partes del mundo árabe, al menos a corto plazo. El desarrollo de los acontecimientos en este país ha demostrado ser un campo lo suficientemente minado como para que Occidente y sus aliados se hagan una idea de lo complicado que puede ser la región. ¿Qué podría ocurrir pues si la OTAN o una coalición de países cayeran en la tentación de abrir un frente parecido en Yemen o Siria? Seguramente Libia parecería una delicia comparada con la complejidad y las sensibilidades, mucho más profundas, de esos dos Estados.

De hecho, la tercera paradoja es que, a pesar de la felicidad que expresaban muchos libios mientras los rebeldes entraban en Trípoli, ahora mismo siguen sin alcanzarse aún las condiciones necesarias para una victoria real y una completa legitimación del CNT. La nueva clase política no parece representarse más que a sí misma, una pequeña parte de la población libia, y, claro está, a los voluntarios de la llamada “comunidad internacional”. Pero ¿basta con eso? Al centrar su objetivo en la caída de Trípoli, los rebeldes diseñaron y siguieron una estrategia a lo largo de la costa que les ha llevado desde Benghazi a la capital. Pero ¿y el resto del territorio, una superficie inmensa que se extiende desde las ciudades del litoral hasta las fronteras con Argelia, Níger, Chad y Sudán, y que el propio Gadafi no fue capaz de someter por completo durante su largo reinado? Puede que el apoyo de la OTAN haya permitido al CNT presentarse de manera oficial ante los habitantes de la región de Tripolitania. Pero eso no significa que el nuevo liberador libio vaya a ser capaz de llenar el hueco dejado por la total ausencia de una alternativa política fuerte a la acción de Gadafi, ni significa que el propio CNT vaya a ser capaz de superar sus contradicciones internas a corto plazo.

Y es que en la muy artificial victoria del CNT podemos encontrar la cuarta paradoja. Quizá algunos piensen que derrocar el régimen de Gadafi constituye un logro suficiente para mirar con buenos ojos las aspiraciones del presidente del CNT, Mustafá Abdel Jalil. Y quizá tengan razón. Pero al mismo tiempo, deberíamos tener en cuenta que, debido a que en el CNT existen demasiados puntos de vista contradictorios, sería un error pensar que una transición al uso en Libia va a producirse sin problemas. Laicos frente a islamistas, regionalismo frente a nacionalismo, altruistas frente a oportunistas, tribus frente a tribus, clanes frente a clanes, todos son, entre otros muchos, antagonismos que coexisten en el CNT.

Sin olvidar que hoy en día no tiene sentido hablar de una población libia única, como tampoco lo tenía cuando el rey Idriss consiguió por fin pasar de un Reino Federal Libio Unido (1951) al oficial Reino de Libia (1963). Debido a la sociología tan particular del país, sería error creer que el CNT podría conseguir que Libia pasara directamente de un sistema autoritario a uno abierto y democrático. De hecho, y esta podría ser la quinta paradoja, Libia da la impresión de ser un país capaz de lograr una transición sin tener que iniciar necesariamente una guerra civil; pero, al mismo tiempo, nada indica que nos

La política debería prevalecer sobre las preocupaciones de los negocios durante todo el tiempo que sea necesario

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hallemos ya en la víspera de la edad de oro democrática del país. Los mecanismos de reacción tribales y las estrategias de cooptación podrían seguir siendo durante mucho tiempo la condición del CNT para conseguir estabilizar Libia políticamente de manera artificial.

Pero, junto a esta serie de paradojas, podría haber un elemento predecible y coherente: la avalancha de visitantes internacionales que recibirá Trípoli en el futuro inmediato. Es un país rico, repleto de recursos naturales, empezando por sus 40.000 millones de barriles de petróleo, que no han sido suficientemente explotados, y las infraestructuras que han resultado dañadas en los acontecimientos recientes. Sin olvidar las posibilidades que ofrece el tema de la reconstrucción, ya que cualquiera que viaje por el país se sentirá como si volviera a vivir en la década de 1950 (Trípoli, Benghazi) o incluso en la Edad Media.

Pero sea cual sea el grado de “legitimidad” que quiera otorgarse –o no– a este “período de resarcimiento”, no deberíamos olvidar que esa misma clase de oportunidades, combinadas con prácticas inapropiadas, son las que han provocado recientemente muchos procesos caóticos en Irak. Por eso, sigue resultando perentorio tener bien presente que, aunque bien recibida, la caída de Gadafi implica tal cantidad de desafíos que la política debería prevalecer sobre las preocupaciones de los negocios durante todo el tiempo que sea necesario. Dicho de otro modo: la última –por no decir la primera– paradoja de Libia sigue siendo la necesidad de que los nuevos representantes del país encuentren un sólido equilibrio entre los logros políticos y el relanzamiento de la extracción de petróleo. Pero incluso en tal caso, podría resultar difícil conseguir que todos los representantes libios se pongan de acuerdo en quién lo llevará a cabo, y cómo y cuánto beneficiarán las ganancias derivadas del crudo a los unos y los otros.

Definitivamente, a Libia le queda mucho camino por recorrer.

http://www.fp-es.org/la-encrucijada-libia

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ESCUELA PARA TIRANOS Marzo 2011 [3] Douglas Farah [4]

Cómo se convirtió Gadafi en maestro de una generación de dictadores.

AFP/Gettyimages

El coronel Muamar el Gadafi es hoy famoso por los abusos que ha cometido con su pueblo durante más de cuatro décadas de Gobierno brutal en Libia, pero pocos recuerdan la amplia campaña de matanzas y actos terroristas que orquestó en África occidental y Europa cuando estaba en el apogeo de su poder.

Tampoco se conocen bien su reciente alianza con el venezolano Hugo Chávez ni su larga amistad con el nicaragüense Daniel Ortega, dos presidentes muy ocupados en la labor de pisotear sus respectivas constituciones y progresar hacia una dictadura. Y suele ignorarse el hecho de que estos tres gobiernos apoyan a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un grupo terrorista que produce más de la mitad de la cocaína mundial y dos tercios de la que llega a Estados Unidos.

Ortega y Chávez son dos de los pocos dirigentes que han defendido públicamente los ataques del líder libio contra su propio pueblo y que le instan a resistir y librar una última batalla revolucionaria. En 2004, Gadafi otorgó a Chávez el Premio Internacional el Gadafi de Derechos Humanos, creado por él mismo. El líder venezolano, que, a su vez, concedió la máxima condecoración civil de Venezuela a Gadafi en 2009 y le comparó con el libertador suramericano Simón Bolívar, se ha ofrecido ahora a mediar en el conflicto libio. Hasta ahora, el único que parece haber aceptado la oferta es el propio coronel.

Los vínculos de Gadafi con varios de los regímenes y movimientos armados más represivos se establecieron en los 80, cuando estaba considerado como una de las mayores amenazas terroristas del mundo. Rebosante de dinero del petróleo, Gadafi organizó una campaña de entrenamiento para individuos que acabaron siendo los

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señores de la guerra más brutales de gran parte de África, un legado que dejó una región asfixiada e inestable.

El Centro Revolucionario Mundial (CRM) de Gadafi, próximo a Bengasi, se convirtió, como escribió el especialista Stephen Ellis en su libro de 2001 The Mask of Anarchy, en “el Harvard y el Yale de toda una generación de revolucionarios africanos”, entre ellos, muchos de los tiranos de más triste fama del continente. Allí, unos campamentos levantados en el desierto acogían a reclutas de distintos países que recibían formación en el uso de armas y técnicas de espionaje, con cierta dosis de adoctrinamiento ideológico basado en el Libro Verde de Gadafi. Los cursos duraban de unas semanas a más de un año, en función del nivel de especialización y el rango que tuviera cada uno.

Además de africanos, los cuadros de Gadafi entrenaron a sandinistas de Nicaragua y a miembros de otros movimientos revolucionarios latinoamericanos, y desarrollaron una sólida relación con Ortega. Posteriormente, Gadafi estableció una estrecha relación con las FARC y conoció a sus líderes en reuniones de grupos revolucionarios que se celebraban de forma periódica en Libia.

En los 80 y 90, un grupo selecto de discípulos de entre el alumnado del CRM formó una fraternidad de déspotas que decidieron apoyarse mutuamente en sus campañas sanguinarias e implacables para obtener poder y riqueza. Esa red sigue teniendo hoy una influencia considerable a través de los miembros que siguen en el poder, como Blaise Compaoré de Burkina Faso e Idriss Déby de Chad.

El elemento que todos estos matones tan distintos tenían en común era su actitud antiamericana, que hizo que Gadafi apoyara a otros dictadores. Su mejor aliado en el continente era el asesino Robert Mugabe, que, aunque no se entrenó en el CRM, se ha sostenido gracias a donaciones directas de Libia y envíos de petróleo subvencionado; sobre todo, envíos de crudo subvencionado por valor de cientos de millones de dólares. En los últimos tiempos, las relaciones entre los dos países son más tensas, porque Zimbabue no puede pagar el dinero que debe a Libia.

Da la impresión de que Gadafi ha sacado buena rentabilidad de sus inversiones. Después de intervenir militarmente en la República Centroafricana en 2001, el presidente al que protegía, Ange-Félix Patassé, firmó un contrato por el que daba a Libia una concesión de 99 años para explotar todos los recursos naturales del país: uranio, cobre, diamantes y oro negro. En Zimbabue, Gadafi adquirió por lo menos 20 propiedades de lujo después de acudir al rescate de Mugabe; asimismo obtuvo acciones en varias de las pocas empresas estatales que seguían siendo viables.

Pero fue en África occidental donde más se notaron los primeros efectos de la ambición de Gadafi. Liberia, el bastión de Estados Unidos en la zona durante la guerra fría, interesó de manera especial al líder libio, sobre todo después de que el presidente Ronald Reagan ordenase en 1986 un bombardeo en el que murió una de las hijas de Gadafi.

Para que le ayudase a ejecutar su venganza, Gadafi recurrió al presidente de Liberia, Charles Taylor, un criminal de guerra que hoy está sometido a juicio por crímenes contra la humanidad, incluidos el secuestro de niños para utilizarlos en combate, las violaciones sistemáticas y el asesinato de masas. Otro reclutado por Gadafi, Foday Sankoh, del Frente Unido Revolucionario (FUR) de Sierra Leona, estaría hoy presente en el mismo tribunal y por los mismos motivos si no hubiera muerto por causas naturales.

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Sankoh, un cabo analfabeto, formó el FUR bajo el patrocinio de Taylor, y los dos fueron los pioneros del atroz método que les hizo famosos en los 90: la amputación de brazos y piernas de hombres, mujeres y niños como parte de una campaña de tierra quemada planeada para apoderarse de los yacimientos de diamantes de la región. Gadafi respaldó su salvajismo y se reunió a menudo con Taylor y sus más estrechos colaboradores para examinar el progreso de los conflictos y suministrarles armas. De hecho, siguió enviando armas a Taylor incluso después de que éste perdiera el poder por la fuerza, en 2003.

Otro que fue alumno del centro libio fue Laurent Kabila, cuyas fuerzas despiadadas se hicieron con el poder en la República Democrática del Congo (RDC) en 1997, tras la implosión del régimen dictatorial de Mobutu Sese Seko. Ernesto Che Guevara, el revolucionario argentinocubano, había intentado colaborar con las tropas de Kabila en los 60, pero se dio por vencido por la incompetencia del líder y la enorme corrupción que fomentaba. Las relaciones de Gadafi con el hijo de Kabila, Joseph, actual presidente de la RDC, no son tan buenas.

Compaoré, actual presidente de Burkina Faso, es otro famoso graduado del CRM. En 1987, unas tropas leales a él, en aquel tiempo capitán y ministro de la presidencia, asesinaron al presidente Thomas Sankara, que era su mejor amigo, y allanaron el camino para que se adueñara del poder. Cuando ya era presidente de Burkina Faso, un país pequeño, pobre y sin salida al mar, Compaoré apoyó con tropas y recursos la insurgencia de Taylor en Liberia y las acciones del FUR en Sierra Leona. En 2002, una investigación de Naciones Unidas llegó a la conclusión de que había contribuido de forma importante a armar al FUR y a Taylor y con ello había violado el embargo de armas impuesto por la ONU. El líder de Burkina Faso ha seguido siendo todos estos años firme aliado de Gadafi.

En Latinoamérica, Gadafi ha ayudado a los sandinistas y a Ortega desde 1979, y este no lo ha olvidado. La semana pasada, declaró que Gadafi era su "hermano", y hace unos días comunicó su apoyo y prometió que "Nicaragua, mi gobierno del Frente Nacional Sandinista de Liberación y nuestro pueblo están contigo en estas batallas".

La relación de Libia con Chávez y las FARC se remonta al menos a 2000. Numerosos correos electrónicos enviados entre el comandante de las FARC, Raúl Reyes, Gadafi y Ortega muestran lo profunda que seguía siendo su relación en un pasado no muy lejano. Las FARC, fundadas en 1964 y cuyo ámbito de actuación es fundamentalmente Colombia, son el movimiento guerrillero más antiguo del hemisferio occidental. Desde que Chávez llegó al poder, el presidente venezolano les ha dado todo su respaldo político y ha exigido que se eliminara el grupo de las listas de terroristas de Estados Unidos y la UE. Ortega posee una vieja relación con las FARC, además de con Gadafi y Chávez.

El apoyo de Chávez y Ortega a Gadafi ha tenido un alto coste político y ha sido motivo de bochorno para muchos antiguos revolucionarios latinoamericanos

Cuando Reyes murió a manos de las tropas colombianas en 2008, la policía se incautó de los discos duros de sus ordenadores, que contienen una montaña de correspondencia, con mensajes como la carta del alto mando de las FARC enviada el 4 de septiembre de 2000 al “Camarada coronel Gadafi, Gran Líder de la Mathaba Mundial”. La misiva daba las gracias a Gadafi por haber acogido, poco tiempo atrás, a los altos jefes de las FARC en su país. Después, el grupo guerrillero solicitaba "un

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préstamo de 100 millones de dólares, a pagar en cinco años... Una de nuestras primeras necesidades es la compra de misiles tierra-aire para repeler y derribar aviones de combate". Los aviones en cuestión eran los que Estados Unidos suministraba al Ejército colombiano.

El 22 de febrero de 2003, Reyes escribió una carta a Ortega, con la advertencia de "Entregar en mano", en la que le pedía noticias sobre la situación de la petición que habían hecho las FARC de misiles, y subrayaba la urgencia. "Querido camarada Daniel", escribía, "los libios dijeron que nos responderían, pero todavía no hemos recibido ninguna información... Cuando estábamos en Libia nos explicaron que la responsabilidad política de las estrategias de Libia en la región estaba en manos de Daniel Ortega. Por ese motivo nos dirigimos a ti, con la esperanza de obtener una respuesta". No está claro si alguna vez les entregaron las armas.

Chávez tiró la casa por la ventana durante la visita de Gadafi a Venezuela en 2009. “Lo que es Simón Bolívar para el pueblo venezolano, lo es Gadafi para el pueblo libio”, dijo mientras concedía al coronel la medalla de la Orden del Libertador, junto con una réplica de la espada de Bolívar. A su vez, Gadafi elogió a Chávez por “haber expulsado a los colonialistas”, como él los había expulsado en Libia. "Compartimos un mismo destino, un mismo combate en una misma trinchera contra un enemigo común, y venceremos", afirmó.

Chávez, Ortega, Mugabe, Compaoré y los demás miembros, cada vez menos numerosos, del club de déspotas de Gadafi, deben de estar deseando que el coronel no tuviera razón. El apoyo de Chávez y Ortega a Gadafi ha tenido un alto coste político y ha sido motivo de bochorno para muchos antiguos revolucionarios latinoamericanos que hoy comparten la visión de un futuro democrático. Da la impresión de que el club de viejos dictadores perderá pronto a uno de sus miembros, y los supervivientes -y sus ciudadanos- se quedarán pensando si también existe un destino común.

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LA NO DEMOCRACIA ES LA ENFERMEDAD DE EGIPTO Lourdes Romero [5]

25/08/2011

¿Cómo llegó el país a la revolución?

• Egipto: las claves de una revolución inevitable Alaa Al Aswany 251 páginas Galaxia Gutenberg/ Círculo de lectores, Barcelona, 2011

A comienzos de 2011 el mundo entero observaba lo que pasaba en Egipto y otros países del Mediterráneo como Túnez. El pueblo egipcio se había levantado contra el régimen de Hosni Mubarak que gobernaba el país de forma represiva desde hacía 30 años. Los ciudadanos se apostaron en la Plaza Tahrir de El Cairo y tras 18 días de protestas el Faraón dimitió.

El pueblo había vivido bajo un yugo represivo y plagado de injusticias durante demasiado tiempo. Pero, ¿por qué los egipcios no se habían rebelado? Esta es la pregunta que plantea Alaa al Aswany en Egipto: las claves de una revolución inevitable y que trata de responder a través de una compilación de 45 artículos publicados en los periódicos egipcios Al Dustur y Al Shorouk, durante los dos años previos al estallido de la revolución.

Con sus crónicas este dentista de profesión, que hoy en día es uno de los egipcios con más proyección e influencia internacional, hace un reflejo sincero de la corrupción del Estado, el abuso del poder policial, la religión musulmana viciada, el fanatismo o la violencia ejercida contra las mujeres y la minoría copta. Analiza la devastadora situación económica y social del país, la violación constante de los derechos humanos y la frustración de los ciudadanos. Todos sus artículos plantean los problemas acaecidos en Egipto durante el gobierno de Mubarak, los estudia y aporta la única solución posible con la que concluye todos sus escritos: la democracia es la solución.

Una solución que era difícil de conseguir dado el débil estado en el que se encontraba el país. Para Al Aswany, la revolución estaba cociéndose desde hacía muchos años, pero no había estallado porque existían multitud de factores que impedían que ésta tuviera lugar. Sin embargo, era cuestión de tiempo que algo extraordinario pasara.

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AFP/GettyImages

En su obra, el autor plantea tres soluciones al enigma de por qué los egipcios habían aguantado tantos años de represión. La primera se debe a la situación de hastío a la que habían llegado los ciudadanos después de tantos años de injusticia y sumisión que hacía imposible un levantamiento por temor a las represalias. La segunda, algo más compleja, se basa en que después de tres décadas de violencia y azote contra el pueblo, sumado a una ausencia completa de organización o poder de una oposición fuerte, además de la necesidad de los egipcios de subsistir (la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza), provocaba la emigración de miles de personas a Arabia Saudí, en su mayoría para trabajar, importando a su regreso una interpretación wahabí del islam, que, entre otros preceptos, obliga al musulmán a obedecer a su gobernante por muy injusto que éste sea. La tercera, refleja el carácter y la naturaleza egipcia, poco violenta y muy comprometida, sin embargo, capaz de defenderse y rebelarse cuando son conscientes de la incompetencia de ese compromiso.

Al Aswany relata los males endémicos de Egipto, un país que antes había sido abierto y culto y que bajo el puño de hierro de Mubarak se ha guiado por las ideas más agresivas y cerradas del islam. La religión musulmana egipcia viciada y sus adeptos viven bajo una estela de hipocresía continua, donde siguen preceptos religiosos muy estrictos y se rigen con rigor por los símbolos como los cinco rezos diarios, la necesidad de cubrir a la mujer con el niqab y el ayuno durante el mes del Ramadán, pero obviando la esencia originaria de la religión islámica de solidaridad y humanidad. En el libro vienen reflejados algunos hechos acaecidos que son una muestra directa de esta idea. Para un policía egipcio es compatible y legítimo con el ayuno y el rezo violar a las mujeres de los detenidos o dar palizas a los reos hasta la muerte. Para cientos de jóvenes es totalmente aceptable abusar de mujeres en la calle durante una fiesta nacional ante los ojos de todo el mundo, incluidos agentes policiales.

El autor denuncia estos y otros muchos hechos sucedidos en Egipto durante los últimos años ante la mirada impasiva del régimen. Esta decadencia de la sociedad egipcia y esta violencia sin causa, vienen en su mayoría suscitadas por la falta de porvenir y la pobreza a la que está sometido el pueblo, que acorralado por la falta de un futuro, proyecta su frustración en el prójimo.

Para un policía egipcio es compatible y legítimo con el ayuno y el rezo violar a las mujeres de los detenidos o dar palizas a los reos

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Ahora la incertidumbre y el miedo residen en la definición de un futuro justo y la construcción de un Estado democrático. Cómo crear una estructura estatal, hacer que una sociedad sometida y en la miseria trabaje junta para levantar una nación y adaptarla a los nuevos cambios. Configurar una oposición que tenga un papel relevante en el nuevo entramado político, entre ellos los Hermanos Musulmanes. Volver a la religión musulmana tolerante y respetuosa y definir el rol que deben desempeñar las minorías del país como las mujeres y los coptos. Todos estos asuntos están todavía en el tintero.

Egipto: las claves de una revolución inevitable es una muestra directa del país, un análisis de los hechos que revelan qué es Egipto, por qué se vivió allí la primavera árabe a principios de 2011, hacia dónde debe dirigirse y cómo tiene que hacerlo. Por ahora, el primer paso se ha dado y se ha derrocado al régimen, pero el camino aún es muy largo. ¿Conseguirá Egipto la democracia?

Artículos relacionados: Depende: Egipto. [6] Blake Hounshell Días de furia en Egipto. [7] Depende: Partidos islamistas en el nuevo mundo árabe. [8] Haizam Amirah Fernández y Silvia Montero Los hermanos musulmanes aguardan su momento [9]. Ana Mangas

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La ONU desbloquea 1.000 millones para los rebeldes El Consejo de Seguridad ha aprobado la propuesta de ayuda económica presentada por EE UU.- El nuevo Gobierno provisional necesita 3.400 millones de forma urgente DAVID ALANDETE - Washington - 25/08/2011

El objetivo inmediato de la comunidad diplomática que ha apoyado a los rebeldes en su toma de poder en Libia es que la situación en ese país no se convierta en una repetición de los errores que sumieron a Irak en un vacío de poder tras la invasión norteamericana de 2003. Por eso, y por iniciativa de Estados Unidos, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha permitido descongelar 1.000 millones de euros de los fondos que Muamar el Gadafi tenía en el extranjero, que pasarán inmediatamente a la oposición, que ya controla Trípoli. El Consejo Nacional de Transición (CNT) libio asegura que necesita urgentemente 3.400 millones de euros para mantener la infraestructura del Estado en funcionamiento.

El coronel tenía, a su nombre o al de miembros de su familia y Gobierno, 70.000 millones de euros en cuentas fuera de Libia que han sido congeladas. De ese dinero, un 75% se halla en bancos de EE UU, Reino Unido y Alemania. En total, incluyendo otras inversiones, como propiedades inmobiliarias, Gadafi atesoraba una fortuna de 111.000 millones de euros en el extranjero. La Casa Blanca ha liderado el esfuerzo diplomático para que la totalidad de ese dinero, congelado por sanciones contra la represión gubernamental contra los rebeldes, quede ahora a disposición del nuevo Gobierno transicional.

Con la propuesta presentada por Estados Unidos y sopesada a última hora de este jueves en el Consejo de Seguridad es la segunda vez en que Washington intentaba una medida similar. La primera, el 8 de agosto, ocurrió en el Comité de Sanciones del Consejo de Seguridad, un mecanismo en el que necesitaba unanimidad por parte de sus 15 miembros permanentes. Posteriormente, Washington optó por la vía de la resolución, más realista, ya que sólo hubiera requerido nueve votos a favor. Finalmente, ha llegado a un acuerdo con otros miembros del Consejo, como Sudáfrica, para aprobar la ayuda sin votar formalmente una resolución.

El mayor escollo a una votación era Sudáfrica, que es miembro de turno del Consejo hasta 2012. Ese país propuso previamente descongelar únicamente 345 millones de euros para fines humanitarios pero se oponía, con amenaza de veto, a medidas más amplias.

El primer ministro británico, David Cameron, lideró el esfuerzo diplomático para disuadir a Sudáfrica de un posible veto. Llamó al presidente Jacob Zuma y, según aseguró Downing Street en un comunicado, "ambos llegaron al acuerdo de que Libia ahora tiene la oportunidad de vivir una transición a un Gobierno democrático, pacífico e inclusivo". El gobierno de Sudáfrica actúa con recelo porque aun queda en él el recuerdo de que Gadafi fue uno de los primeros líderes internacionales en apoyar la lucha contra el apartheid.

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Esa postura es una muestra de la división que viven muchas naciones del continente africano. Después de ver fracasar sus aspiraciones de fomentar la unidad árabe, el coronel destinó numerosos recursos a esos países. Fue uno de los fundadores y mayores patrocinadores de la propia Unión Africana. De hecho, de los países subsaharianos, sólo Gambia, Senegal, Gabón, Nigeria, Burkina Faso, Chad y Etiopía han reconocido hasta la fecha al CNT.

Otros países aliados del CNT han emprendido una ofensiva diplomática para dotar al nuevo Gobierno de liquidez de forma inmediata. Italia, uno de los mayores socios comerciales de Libia, anunció este jueves que avanzará a los rebeldes 350 millones de euros de cuentas congeladas a Gadafi. Además, la empresa petrolera romana Eni SpA, la que tiene mayor presencia en Libia, firmará el lunes un acuerdo con el Gobierno de transición para abastecer a la población civil de carburantes y gas natural. El primer ministro Silvio Berlusconi anunció ambas medidas en Milán, en una rueda de prensa conjunta con Mahmoud Jibril, líder del Gobierno de los rebeldes libios.

"Aunque la liberación de Trípoli está casi culminada, la batalla continúa. Necesitamos ayuda de forma urgente", dijo Jibril, que el miércoles visitó Francia para tomar parte en una reunión del llamado Grupo de Contacto de 30 naciones, que ayudará en la reconstrucción. Mientras el gobierno provisional se muda a Trípoli, después de expulsar a de allí a los leales a Gadafi, Jibril ha asegurado que necesita liquidez de forma inmediata para financiar programas de atención sanitaria y para organizar una retirada masiva de armas de la calle, para evitar que se utilicen en posibles conflictos en el futuro. "Si no se hace así, habrá graves consecuencias", dijo.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/ONU/desbloquea/1000/millones/rebeldes/elpepiint/20110825elpepuint_11/Tes

REPORTAJE: El conflicto libio - Repercusiones en la región

La 'primavera árabe' cobra ímpetu España sigue de cerca el impacto del fin de la era Gadafi en Argelia, su mayor proveedor de gas - La presión internacional se centra ahora en Siria y Yemen IGNACIO CEMBRERO - Madrid - 25/08/2011

No ha sido tan pacífica como la tunecina o la egipcia, ha necesitado para triunfar el apoyo militar de la OTAN y su éxito no ha suscitado tanto entusiasmo en el mundo árabe como el derrocamiento de Zine el Abidine ben Ali, en enero, y de Hosni Mubarak, en febrero. Aun así, el triunfo de la revolución libia tendrá una gran repercusión sobre la región. "Va a dar esperanza a las revoluciones árabes tras la frustración por el estancamiento de estos últimos meses", cuando los rebeldes libios no conseguían avanzar sobre el terreno, asegura el sirio Salam Kawakibi, investigador de la Iniciativa Árabe para la Reforma.

Siria es precisamente el primer país concernido, aunque también se menciona abiertamente a Yemen -su presidente, Ali Abdalá Saleh, sigue ingresado en un hospital saudí- y, con más discreción pero con la misma insistencia, a Argelia. Es el más poblado de los Estados del Magreb y el primer proveedor energético de España: más de un tercio de las importaciones de gas proceden de ese país.

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Argelia es la única de las repúblicas norteafricanas que se ha librado de la marea revolucionaria, pero ya hace unos días el opositor islamista Abdelá Djaballah advertía en una entrevista a la agencia Reuters de que "no es inmune" al fin de la era Gadafi. El divorcio entre el pueblo y el régimen constituye "un fenómeno peligroso que indica que una gran explosión puede producirse en cualquier momento", añadía.

Hasta el Movimiento de la Sociedad para la Paz, formación islamista moderada integrada en la coalición que apoya al presidente Abdelaziz Buteflika, le ha invitado, tras felicitar al pueblo libio, a "escuchar la contestación en cuanto empieza y responder inmediatamente a las quejas". Es hora de "iniciar las reformas porque el tiempo no juega a favor de los regímenes tradicionales".

Las manifestaciones juveniles empezaron en Argelia en enero, casi al mismo tiempo que en Túnez, pero se apagaron rápidamente mientras que la oposición política, dividida y reprimida, tampoco logró tomar el relevo en febrero. El régimen apaciguó entonces el malestar aumentando los sueldos de los funcionarios, empezando por los policías, y el 15 de abril un Buteflika achacoso -está enfermo desde 2005- anunció una apertura política.

Cuatro nuevas leyes sobre partidos políticos, asociaciones, sistema electoral y libertad de prensa están en preparación, pero antes de ser aprobadas provocan ya una selva de críticas porque "no corresponden en nada a (...) las expectativas de la sociedad", según Omar Belhouchet, director del diario El Watan. De ahí que él y otros analistas anuncien ya un otoño "caliente".

En Damasco no se esperará al otoño. El derrocamiento de Gadafi tendrá "consecuencias considerables sobre Siria", vaticinó el ministro francés de Exteriores, Alain Juppé. No solo será un estímulo para los cientos de miles de sirios que desde marzo reivindican la caída del régimen de Bachar el Asad.

"La presión internacional va a poder centrarse ahora en el régimen de Asad", prevé la opositora hispano-siria Sirin Adlbi. Confía en que la comunidad internacional endurezca aún más las sanciones impuestas a Damasco, pero recuerda que la oposición siria no desea una intervención militar de la OTAN como en Libia.

Tampoco los países occidentales parecen proclives a reeditarla, a juzgar por las declaraciones de sus líderes. Los adversarios del clan de los Asad no han logrado, a diferencia de los libios en Bengasi, liberar ninguna porción del territorio que pueda ser protegida por la OTAN; el Ejército sirio aparenta ser más sólido y estar más unido que el de Gadafi; es, por último, improbable que una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU ampare esa hipotética intervención.

Mientras que Gadafi estaba aislado, El Asad cuenta con dos potentes aliados. Irán considera vital para su seguridad el mantenimiento en el poder del clan de los Asad. En Líbano el movimiento armado chií Hezbolá está a las órdenes de Damasco.

Solo algunos analistas osados, como el británico Robert Fisk, vaticinan que se abrirá el debate sobre la necesidad de auxiliar a la oposición, en cuyas filas se registran más de 2.200 muertos por culpa de la represión militar. "¿Cuánto tiempo pasará antes de que los europeos se pregunten por qué la OTAN, que ha sido eficaz en Libia, no puede emplearse contra las legiones de Bachar el Asad utilizando a Chipre como portaviones?", escribía Fisk en The Independent.

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El escritor disidente sirio Louai Hussein teme que no sea la OTAN, sino el propio "movimiento pacífico" de protesta, el primero en empuñar las armas contra El Asad animado por el ejemplo exitoso de los rebeldes libios. ¿Reaccionará entonces la OTAN de la misma manera que en Libia?

Ignacio Cembrero La 'primavera árabe' cobra ímpetu25/08/2011 http://www.elpais.com/articulo/internacional/primavera/arabe/cobra/impetu/elpepiint/20110825elpepiint_9/Tes

El conflicto libio - El apoyo internacional

La aviación de la OTAN rastrea todo el país en busca de fuerzas gadafistas Naciones Unidas convoca el viernes la primera cumbre sobre la nueva Libia JUAN GÓMEZ / SANDRO POZZI - Berlín / Nueva York - 24/08/2011

"Trípoli ya no está bajo control de Gadafi", aunque permanecen activos algunos "focos de lucha", aseguró ayer el portavoz militar de la Operación Protector Unificado de la OTAN, el coronel canadiense Roland Lavoie. Aunque Lavoie declinó confirmar si la OTAN bombardeó el bastión de Gadafi en Trípoli, los testigos del ataque aseguran que los aviones de la Alianza atacaron con fiereza la fortaleza del dictador y sobrevolaron sin descanso la zona.

Lavoie añadió que la situación todavía era "peligrosa para los civiles", de modo que no quiso vaticinar cuándo terminarán las operaciones militares. Dijo además que la OTAN "apunta a los cuarteles generales", así que "si Gadafi está en uno de los lugares desde donde se controlan y organizan los ataques" de su Ejército, "es un objetivo legítimo y le atacaremos".

Lavoie tampoco quiso confirmarlo, pero los rebeldes también han asegurado que la aviación de la Alianza ha intensificado sus tareas de observación en busca de Gadafi o lo que quede de sus fuerzas. El diario The Daily Telegraph asegura que la Fuerza Aérea británica y aeronaves de otros países rastrean todo el país, sobre todo al sur, en el desierto, para localizar los vestigios del régimen.

Mientras la OTAN vislumbra el final de la operación militar, la diplomacia internacional empieza a prepararse para la próxima fase en Libia. Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas, convocó ayer oficialmente a los líderes de la Unión Africana, Liga Árabe, Unión Europea y de la Organización para la Cooperación Islámica a una primera reunión el viernes en la sede del organismo en Nueva York.

El propósito del encuentro es "desarrollar vías en las que la comunidad internacional pueda trabajar junta en la fase posterior al conflicto" y garantizar que la transición se lleva delante de una manera "ordenada". Abdel-Elah al Khatid, su enviado especial para Libia, ya discute en Doha la próxima fase con los responsables del Consejo Nacional de Transición.

"Tenemos que estar listos para responder cuando las autoridades libias nos especifiquen las áreas en las que les gustaría tener nuestra asistencia", señala la ONU, donde admiten

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que este proceso no está exento de "riesgos". Por eso, explican, la esperanza que genera el cambio de régimen debe cimentarse con una buena planificación que garantice la unidad de acción.

La asistencia de la ONU se centraría en áreas como la seguridad, la recuperación económica, la preparación de elecciones o la redacción de la futura Constitución. Pero en estos casos, como condición previa, desde el organismo se deja claro que es vital que el conflicto cese y haya una fuerza que garantice el alto el fuego. Eso requeriría la autorización del Consejo de Seguridad.

En paralelo, el presidente estadounidense Barack Obama habló de la situación en Libia con su homólogo francés, Nicolas Sarkozy. Los dos mandatarios coincidieron en que Muamar el Gadafi y su entorno deben "aceptar" que su tiempo pasó y que deben ceder el poder "de una vez por todas". Pero también creen que el Consejo de Transición Nacional debe mostrar su "liderazgo".

Mientras tanto, el ministro alemán de Exteriores, el liberal Guido Westerwelle (FDP), propuso ayer en Berlín que el dinero confiscado de las cuentas europeas de la familia Gadafi pase a disposición de los rebeldes libios. Propone una nueva resolución de Naciones Unidas que lo regule. El jefe de la diplomacia alemana dijo que se trata de "evitar que el país se hunda en el caos". Alemania concederá un primer crédito de 100 millones de euros a los rebeldes libios.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/aviacion/OTAN/rastrea/todo/pais/busca/fuerzas/gadafistas/elpepiint/20110824elpepiint_3/Tes

Vers El conflicto libio - El impacto regional

El desmoronamiento del régimen libio aísla al Gobierno de Argel Argelia es el único país del Magreb reacio a reconocer al Gobierno rebelde IGNACIO CEMBRERO - Madrid - 24/08/2011

Uno tras otro los vecinos norteafricanos de Libia han ido reconociendo estos últimos días al Consejo Nacional de Transición (CNT), que tras seis meses de guerra civil ha derrocado al régimen de Gadafi. Solo hay una excepción: Argelia. La bandera del CNT ondea desde el lunes en la Embajada de Libia en Argel, pero el Gobierno argelino sigue sin reconocerle.

El tratamiento informativo de la caída de Gadafi en la televisión pública argelina, la única que existe, ilustra la incomodidad del régimen. La noticia de la conquista, el lunes, de la mayoría de Trípoli por milicianos del CNT solo apareció en el minuto 20 del telediario vespertino, el de mayor audiencia. En la prensa escrita privada fue primera plana.

De todos los países del área, Argelia ha sido el único que prefería a Gadafi en el poder en Trípoli antes que a los rebeles. "Apoyó con discreción al coronel Gadafi, pese a que no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir", recordaba ayer el profesor Rachid Tlemsani, de la Universidad de Argel, en una declaración a la web Tout sur l'Algérie.

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El que más aborrecía a Gadafi en la zona era el Gobierno de transición de Túnez, un país que el líder libio se prometió desestabilizar tras el derrocamiento, en enero, del presidente Ben Ali. La rebelión de Bengasi se lo le impidió. Aun así, el primer ministro, Beji Caid Essebsi, mantuvo una cautelosa neutralidad hasta el domingo, cuando dio el paso del reconocimiento. Túnez acoge a más de 100.000 refugiados libios. Egipto siguió el ejemplo y, el lunes, Marruecos se sumó a la ola de reconocimientos. Ayer, su ministro de Asuntos Exteriores, Taieb Fassi-Fihri, viajó incluso a Bengasi con un mensaje del rey Mohamed VI para el CNT.

A lo largo de todos estos meses los ministros argelinos han justificado la actitud de Argel y su oposición a la intervención de la OTAN, describiendo a Gadafi como un dique contra el terrorismo, evocando el riesgo de convertir a Libia en un segundo Afganistán. También han desmentido con contundencia los rumores sobre su ayuda a Gadafi permitiendo el tránsito de las armas o el envío de mercenarios saharauis para luchar junto al dictador. Ninguna prueba avala esta acusación.

Aun así, la Embajada argelina en Trípoli fue atacada el lunes por, probablemente, elementos afines al CNT. En la prensa de Argel abundan los testimonios de ciudadanos argelinos residentes en Libia amenazados de muerte estos últimos días. "Tras la caída del régimen de Gadafi, Argelia va a enfrentarse a serias dificultades de vecindad y de inserción regional", vaticina el politólogo argelino Mohamed Chafik Mesbah, autor del ensayo Argelia problemática. Argel mantiene pésimas relaciones con Rabat a causa del contencioso del Sáhara Occidental. Su frontera común está cerrada desde 1994.

Argelia es además la única de las repúblicas norteafricanas en las que perdura el antiguo sistema político, aunque el presidente Abdelaziz Buteflika prepara medidas aperturistas. "La caída del clan de Trípoli coloca a las autoridades argelinas en el ojo del huracán", señalaba ayer en su editorial Omar Belhouchet, director del diario El Watan de Argel.

"Carentes de legitimidad, aisladas internacionalmente, nuestras autoridades han jugado con fuego al proponer leyes (sobre partidos, información, etcétera) que no corresponden en nada a las exigencias de apertura y a las expectativas de la sociedad", proseguía. "La rentrée social y política corre el riesgo de ser muy agitada".

Lo sucedido en países de su entorno debe suponer una señal para Argel, según el politólogo Mesbah: "Ningún régimen despótico sobrevive eternamente. Existe una dinámica política y social empujada por la historia que el poder argelino debería tener en cuenta".

http://www.elpais.com/articulo/internacional/desmoronamiento/regimen/libio/aisla/Gobierno/Argel/elpepiint/20110824elpepiint_9/Tes

El conflicto libio - El impacto regional

La oposición siria se une para reforzar la lucha contra El Asad Turquía tutela la formación de un Consejo Nacional similar al libio ENRIC GONZÁLEZ - Jerusalén - 24/08/2011

La oposición siria intenta crear un Consejo Nacional para cubrir un posible vacío de poder en el caso de que cayera el presidente Bachar el Asad. Un grupo de delegados

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permanece reunido en Estambul (Turquía) para discutir la composición del organismo y sus mecanismos de funcionamiento. "Aún estamos trabajando en los detalles", dijo uno de los delegados, Obeida al Nahhas, quien anticipó que el Consejo contaría con entre 115 y 150 miembros. "En principio preferimos no establecer cuotas por partidos o etnias, sino seleccionar a cada persona por sus méritos", agregó el profesor Wael Merza, otro delegado.

Las dificultades de la oposición siria en el interior del país son el obstáculo que ha impedido hasta el momento la creación de un Gobierno alternativo al de Bachar el Asad, capaz de recabar apoyos en el extranjero y de tranquilizar a los ciudadanos que temen que la caída del régimen supondría luchas sangrientas entre los distintos grupos religiosos.

Cuando cientos de delegados de la oposición en el exilio se reunieron en la ciudad turca de Antalya, en junio pasado, optaron por crear un grupo dedicado a desarrollar actividades diplomáticas, pero sin ningún atributo de poder para no discriminar a quienes mantenían vivas las protestas en territorio sirio, bajo una dura represión.

Los reunidos ahora en Estambul estudian la opción de elaborar un Consejo Nacional cuyos miembros se dividirían, por partes iguales, entre opositores del interior y opositores en el exilio. "Esperamos que todo esté listo hacia el fin de semana", dijo Merza.

Bachar el Asad permitió por fin la entrada en Siria de un grupo de observadores de la ONU, cuya misión consistirá en evaluar el deterioro de los derechos humanos durante la campaña represiva del Gobierno. Los observadores se dirigieron el lunes a la ciudad de Homs, una de las más castigadas. Fuentes de la oposición dijeron que una pequeña multitud se congregó para recibir a la comitiva de la ONU, pero fue dispersada a tiros. Los inspectores pudieron permanecer poco tiempo, ya que, explicaron, la policía les "aconsejó" regresar a Damasco "por razones de seguridad". El equipo de la ONU indicó que en cuanto se fueron se reanudaron los tiroteos por parte del Ejército.

Varios activistas grabaron vídeos en los que se veía a manifestantes congregados en torno a vehículos con la bandera azul de la ONU, alzando pancartas con la inscripción "no pararemos hasta conseguir la libertad". Los mismos activistas informaron de que los disparos del Ejército mataron a cuatro personas después de que se fueran los inspectores de Naciones Unidas, dato incomprobable porque no está permitida la entrada de periodistas en el país.

Según los recuentos de la ONU, desde que comenzó la revuelta en marzo han muerto unas 2.200 personas, entre las que figuran 500 soldados. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que ha ordenado una investigación sobre los posibles crímenes cometidos por las fuerzas del régimen, señala que decenas de miles de personas, soldados incluidos, han sido detenidas. El Gobierno de Damasco culpa de las víctimas a "grupos armados" de tendencia islamista.

El embajador de Estados Unidos en Siria, Robert Ford, visitó ayer Jassem, una localidad en el sur del país donde se han registrado graves protestas. En esta ocasión disponía de autorización gubernamental. Un viaje anterior de los embajadores de Estados Unidos y Francia al sur de Siria, donde expresaron su respaldo a los manifestantes, fue condenado por el Gobierno como "prueba" de que Washington quería "incitar a la violencia". Enric González La oposición siria se une para reforzar la lucha contra El Asad. Turquía tutela la formación de un Consejo Nacional similar al libio - 24/08/2011

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http://www.elpais.com/articulo/internacional/oposicion/siria/une/reforzar/lucha/Asad/elpepiint/20110824elpepiint_10/Tes

"El futuro empieza ahora" La capital libia se muestra exultante por la caída de un régimen que mantuvo a la sociedad paralizada de miedo JUAN M. MUÑOZ | Trípoli (Enviado especial) 24/08/2011

Trípoli se parece a Bagdad: hay que detener el vehículo cada medio minuto. Los rebeldes libios echan un vistazo y franquean el paso. Pero algo distingue a ambas ciudades. En la capital libia no hay apenas tráfico, algo excepcional en una urbe árabe. Y, sobre todo, en Trípoli la inmensa mayoría de la gente es feliz. Los tiroteos, los cientos de muertos que ha padecido en las últimas cuatro jornadas, los cohetes que lanzan los leales al dictador no les provocan especial preocupación. "El futuro empieza ahora", dice exultante el soltero Esam Omar Ahmed, ingeniero informático de 30 años, en el céntrico barrio de Goryi. Solo hace 24 horas que el tirano ha abandonado su fortaleza. "No queremos derrocar a Muamar el Gadafi porque sí. Lo necesitamos para desarrollar el país".

Es de entender. Abdulhamid Taleb, comandante de los insurgentes en Yefren, en las montañas de Nafusa, y ahora a cargo de los insurrectos en un barrio tripolitano, explica: "Este hombre no nos dejaba ni pensar. Ahora todo el mundo es feliz. No se podía decir nada malo ni siquiera del pavimento". Y eso donde lo hay. En Goryi, la porquería se amontona en la arena mientras desde un megáfono alguien llama a los vecinos a limpiar un pedazo de calle sin asfaltar. "Ahora todo el mundo es feliz", concluye Taleb. "Mira la mierda que es Libia. Gadafi no quería que la gente prosperara en sus negocios o sus empresas. Ni uno solo de los 42 años de su dictadura dejó que el país viviera en paz", apunta Anuar Mamluk, comerciante de 48 años que vivió una década en España, con relación a la breve guerra contra Egipto, a la mucho más prolongada de Chad, a los conflictos con Occidente en los años noventa... "A ver si se va el hijo de puta este", remata en aceptable español.

Un miedo atroz ha paralizado Libia durante demasiados años. "Todos tenían pánico a pronunciar su nombre. Si lo hacías, la policía secreta podía llegar a tu casa, y preferían detenerte delante de la familia. Así se infundía más temor", dice Ahmed Tori, empleado en la empresa petrolera noruega. Como Jaled Hareb, que trabaja en la empresa rusa Gazprom, no cobra su salario desde hace meses. "Eso ahora no importa nada. Esto es cuestión de días", asegura convencido.

El efecto de la enorme dosis de anestesia social y política que inyectó el régimen en los libios ha pasado, aunque cientos de tripolitanos pasen la mañana y la tarde recostados, a la sombra de un sol abrasador, en las paredes de sus vecindarios. No cuesta demasiado apreciar que Trípoli es mucho más cosmopolita que Bengasi, la capital de la rebelión. Es fácil toparse con personas que hablan inglés fluidamente, que han vivido en Manchester, Liverpool o Los Ángeles.

Y tampoco es difícil darse cuenta de que en estos tiempos complicados, los residentes se ofrecen lo que tienen. Comida no falta, pero las farmacias, por ejemplo, estaban bastante desabastecidas y, ahora, la mayoría han cerrado. A muchos no les pilló por

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sorpresa e hicieron acopio de medicamentos. Ayer un hombre ofrecía a un matrimonio unas pastillas que al parecer buscaban desesperadamente para su hija. De lo que no se pudieron abastecer lo necesario es de gasolina. Las hileras de vehículos en Zauiya durarían muchas horas en desaparecer. En Trípoli, el mercado negro funciona, pero no cubre ni de lejos la demanda. Pero en las celebraciones hay quienes ayudan a mejorar aún más los ánimos. "El martes, cuando cayó Bab el Azizia [el bastión de Gadafi], los comerciantes regalaban productos a sus clientes", cuenta Esam Omar, el soltero que solo sueña con casarse. Aunque lo tenga arduo con un sueldo que apenas alcanza los 100 euros mensuales.

En esta Trípoli con sus calles desiertas, la laza Verde vacía y bajo el continuo estruendo de los combates en el sur de la ciudad, de vez en cuando explotan otras emociones. A las puertas del colegio Al Masira al Wahdauiya, estalla el odio. Dos negros detenidos son introducidos en el colegio convertido en cuartel rebelde. Un joven le atiza a uno un puñetazo que duele hasta a quien lo ve. Otro chaval se acerca y se lía a patadas con el segundo hasta que un adulto les frena. Minutos después parece que la guerra ha llegado a la escuela. Pero los tiros son de alegría. Un hombre de Yefren acaba de ser liberado de una prisión gadafista. Le daban por muerto. No había noticias de él desde marzo. Ahora también tiene futuro.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/futuro/empieza/ahora/elpepiint/20110824elpepuint_14/Tes

China se inclina hacia los rebeldes y pide que la ONU lidere la reconstrucción Pekín no ha reconocido aún a las fuerzas anti Gadafi como nuevos líderes de Libia JOSE REINOSO | Pekín 24/08/2011

El desmoronamiento del régimen de Muamar el Gadafi ha dejado a China en una posición incómoda. Los dirigentes de Pekín, que mantenían estrechos lazos económicos con el líder libio, se abstuvieron en la resolución de la ONU que autorizó el uso de la fuerza militar para proteger a los civiles, criticaron la campaña aérea en apoyo de los rebeldes y rechazaron condenar a Gadafi.

Son posiciones que no han olvidado en el Consejo Nacional de Transición (CNT), el Gobierno de los insurgentes ya con un amplio reconocimiento internacional. Pero los líderes chinos son pragmáticos y rápidos de cintura, y desde hace meses han intentado jugar con dos barajas. Inicialmente siguieron su tradicional política de no injerencia en los asuntos internos de otros países y evitaron adoptar una actitud clara de respaldo a ninguna de las partes, pero luego, quizás previendo que la suerte de Gadafi estaba echada, cambiaron de pie y comenzaron a cortejar a las fuerzas rebeldes. Los intereses chinos en Libia son muchos.

El pasado junio, Pekín recibió al ministro de Exteriores de Gadafi, Abdelati Obeidi, con el objetivo declarado de impulsar un alto el fuego y un fin negociado al conflicto. Ese mismo mes, el ministro de Exteriores, Yang Jiechi, recibió al líder de los rebeldes Mahmud Jibril y reconoció al movimiento opositor como un "importante socio de

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diálogo". Al menos en dos ocasiones anteriormente, diplomáticos chinos se habían reunido con miembros del CNT.

Pekín ha reproducido hoy los guiños de apoyo a los sublevados. China "respeta la elección del pueblo libio y confía en que se produzca una transición de poder estable", ha asegurado Ma Zhaoxu, portavoz de Exteriores, en un comunicado. "Siempre hemos dado relevancia al importante papel del Consejo Nacional de Transición en la resolución de los problemas de Libia (...) Esperamos que el futuro nuevo Gobierno adopte medidas efectivas, una a las diferentes facciones y restablezca el orden social tan pronto como sea posible".

China no ha reconocido aún a las fuerzas rebeldes como nuevos líderes del país, pero las declaraciones de Ma y otros altos responsables de Exteriores muestran que Pekín parece haber abandonado a Gadafi y se ha vuelto hacia sus sucesores.

Yang Jiechi dijo ayer, martes, por teléfono al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que el organismo internacional debería dirigir los esfuerzos de reconstrucción de Libia tras finalizar el conflicto y trabajar en colaboración con la Liga Árabe y la Unión Africana, según ha señalado el Ministerio de Exteriores. Esto daría voz a Pekín en las decisiones, a pesar de que han sido las potencias occidentales quienes han liderado el apoyo a los rebeldes para acabar con el régimen de Gadafi.

Shen Danyang, portavoz del Ministerio de Comercio, ha afirmado que China está dispuesta a participar en los trabajos de reconstrucción. Pero el país asiático podría tenerlo más difícil que con Gadafi. Pekín urgió el martes a Libia a que proteja las inversiones chinas y aseguró que el comercio petrolero beneficia a ambas partes, después de que un líder rebelde advirtiera que las petroleras asiáticas podrían perder negocio porque China no ha ofrecido suficiente apoyo a los insurgentes.

Pekín tiene importantes intereses económicos en el país norteafricano, especialmente en los sectores petrolero, de las telecomunicaciones y la construcción de infraestructuras como ferrocarriles. Las empresas chinas gestionaban contratos valorados en unos 20.000 millones de dólares (13.800 millones de euros), pero, cuando estallaron los enfrentamientos armados en febrero, Pekín tuvo que evacuar a sus casi 36.000 ciudadanos y muchos de los proyectos se quedaron a medias. Se estima que las empresas del país asiático han sufrido grandes pérdidas en equipos y materiales. Libia suministró el 3% del petróleo que importó China el año pasado.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/China/inclina/rebeldes/pide/ONU/lidere/reconstruccion/elpepiint/20110824elpepuint_6/Tes

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El conflicto libio - Euforia en Bengasi

"¡Solo falta Muamar!" La población de Bengasi celebra la caída del cuartel general de Gadafi - Los insurgentes aseguran haber tomado el puerto petrolero de Ras Lanuf ÁLVARO DE CÓZAR (ENVIADO ESPECIAL) - Bengasi - 24/08/2011

Los pitidos y el ruido del motor de los coches volvieron ayer, a las siete de la tarde, a Bengasi, el bastión de los rebeldes, para celebrar la supuesta caída de Ras Lanuf, el puerto petrolero del este de Libia retomado por enésima vez en lo que va de conflicto, pero sobre todo la toma del palacio de Bab al Azizia, el cuartel de Gadafi en Trípoli.

"Ha sido muy difícil", decía ayer Sadi, uno de los jovenes que celebraba en la plaza central de Bengasi la caída del palacio. "Ha habido que superar tres barreras para acabar conquistando Bab al Azizia. Llevo todo el día hablando por teléfono con mis amigos en el frente y hace unos minutos me han dicho que todo se había acabado. ¡Solo falta Muamar!", gritaba.

Hasta Bengasi llegaron las imágenes de los rebeldes encaramados sobre la estatua del puño de oro que destroza un avión estadounidense y que preside el palacio desde los bombardeos ordenados por Ronald Reagan en 1986. Los rebeldes festejaron a cañonazos la caída de ese símbolo del régimen y esperaron con impaciencia la primera imagen del coronel muerto o arrestado. Esa imagen no llegó y los ciudadanos prolongaron su fiesta por las calles con derrapes y disparos de Kaláshnikov.

Pese a la euforia y la sensación de que todo ha terminado, las operaciones de la OTAN en Libia continuarán hasta que se establezca la seguridad en todo el país, segun dijo ayer en la capital rebelde el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu. El diplomático compareció en rueda prensa junto con Mustafa Abdel Yalil, presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), para afirmar también que todo el dinero que el régimen tiene depositado en bancos occidentales debe "descongelarse para que los libios cuenten con recursos financieros, especialmente antes de que acabe el Ramadán". El Grupo de Contacto sobre Libia, del que forman parte 10 países, se reunirá esta semana para estudiar el levantamiento de estas sanciones y fijar los pasos para la transición en el país una vez que el régimen haya sido disuelto.

El Consejo Nacional de Transición es ya para la mayoría del planeta el único interlocutor libio posible. A Estados Unidos y la mayoría de los miembros de la Unión Europea se le sumaron ayer Irak, Grecia, Nigeria, Marruecos y Bahréin. Estos dos últimos países han sufrido manifestaciones populares contrarias a sus Gobiernos para pedir más apertura y reformas democráticas. También la Autoridad Nacional Palestina y la Liga Árabe han mostrado su aceptación del Consejo Nacional de Transición. En total, son ya unas 40 las naciones que reconocen al CNT como representante legítimo del pueblo libio. China y Rusia se han encargado en los últimos meses de mantener contactos permanentes con sus portavoces, pero siguen considerando a los rebeldes una parte más con la que tratar.

De este a oeste, el país y toda su capacidad de producir combustible está en manos de los insurgentes. Solo quedan algunos puntos aislados en el mapa y la zona de Sirte, leal todavía al dictador. Según fuentes de inteligencia, las tropas de Gadafi tratan ahora de crear un pasillo que conecte Sirte con el suroeste del país hasta Argelia para transportar

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desde allí la gasolina con la que poder seguir luchando. "La situación es todavía caótica y es imposible determinar con seguridad lo que está ocurriendo en el terreno", destaca la misma fuente.

Los rebeldes aseguraron ayer haber tomado el puerto petrolero de Ras Lanuf, al oeste de Bengasi, obligando a la retirada de las tropas gadafistas, que eran el objetivo de la aviación de la OTAN. "Hemos tomado Ras Lanuf. Ellos han huido hasta el Valle Rojo", declaró a la agencia Reuters un portavoz rebelde, que reiteró que también había caído en sus manos la refinería de Brega. Ras Lanuf alberga una de las terminales petroleras y de ahí salían 195.000 barriles de crudo al día antes del conflicto.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Solo/falta/Muamar/elpepiint/20110824elpepiint_8/Tes

Los rebeldes libios ofrecen una amnistía al que entregue a Gadafi vivo o muerto Los intensos enfrentamientos se extienden por toda la ciudad.- Un portavoz rebelde asegura que las fuerzas leales al dictador están bombardeando el centro de la capital, incluyendo el palacio presidencial que ayer tomaron los insurgentes JUAN MIGUEL MUÑOZ | Trípoli (Enviado Especial) / AGENCIAS 24/08/2011

Nadie respirará tranquilo en Libia hasta que Muamar el Gadafi sea detenido. Por eso, el Consejo Nacional de Transición (CNT), que hace de Gobierno en funciones en el bando rebelde, ha ofrecido una amnistía a todo aquel que capture vivo o muerto al dictador libio, en paradero desconocido, mientras en Trípoli aún domina el sonido de los disparos por los intensos enfrentamientos entre los gadafistas y los insurgentes.

"El CNT anuncia que cualquiera del círculo próximo que mate a Gadafi o le capture, se le dará una amnistía o perdón por cualquier crimen que haya cometido", ha anunciado Abdel Jalil, presidente del Consejo, en una rueda de prensa. Según Jalil, un empresario de Bengasi, sede del CNT y bastión insurgente, ha ofrecido una recompensa de casi un millón de euros para quien consiga la captura del dictador.

Un portavoz del CNT había dicho previamente que los rebeldes asumían que Gadafi se encontraba todavía en Libia, aunque no tenían idea dónde podía estar. "Creemos que está en Trípoli o cerca de Trípoli", ha asegurado el portavoz, Guma el Gamaty, a la BBC de Londres. "Tarde o temprano, lo vamos a encontrar, y espero que sea detenido vivo, así es como nos gustaría capturarlo. Porque si se resiste, morirá".

Según han informado los sublevados, los gadafistas han bombardeado varios barrios de la capital y su fortín, Bab el Azizia, que se encuentra bajo el control de los rebeldes. Las calles de la capital libia están desiertas, solo se ven milicianos y periodistas. Al menos, los 35 periodistas que permanecían atrapados y vigilados por los fieles a Gadafi en el lujoso hotel Rixos han sido liberados. Aunque los rebeldes aseguran controlar casi toda la ciudad, en muchas zonas todavía tienen lugar combates entre los sublevados y los seguidores del dictador libio. En diversos puntos de la ciudad se observan cortinas de humo, mientras en los distritos del sur se vive un intenso fuego cruzado debido a rumores que indican que Gadafi puede encontrarse escondido en la zona.

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Mientras, confiados en la victoria definitiva los rebeldes libios se aprestan a iniciar una compleja y

larga transición mientras preparan el asalto a Sirte, ciudad natal del ilocalizable líder libio y último bastión que leal al antiguo régimen. Según Abdala Abu Arafa, uno de los portavoces castrenses de la oposición, las tropas avanzan desde el este y el oeste hacia Sirte y comienzan a concentrarse en la vecina localidad de Wadi al Ahmar, desde se donde preparan para un eventual asalto.

Llamamiento de Gadafi Los gadafistas están respondiendo así a un llamamiento de su líder. La pasada madrugada, en sus primeras declaraciones desde que los sublevados tomaran el control de su residencia, Gadafi dijo estar dispuesto a "morir o vencer" en la lucha contra esta "agresión". Es más, el líder libio aseguró a una radio local que su retirada del cuartel general de Bab el Azizia es un "movimiento táctico" después de que su fortín tripolitano fuese alcanzado por 64 ataques aéreos de la OTAN, según afirmó. Poco después, en unas declaraciones divulgadas por la Al-Rai TV el mandatario pidió a todos los residentes de la capital que "barran" la ciudad de rebeldes. "Todos los libios deben estar presentes en Trípoli, hombres jóvenes, hombres de las tribus y mujeres deben barrer Trípoli de los traidores", dijo el líder libio, que aseguró además que se ha paseado por la capital de incógnito y que no ha sentido que esta estuviera "en peligro".

Tras las palabras de su líder, el portavoz del Gobierno libio, Musa Ibrahim, aseguraba que el régimen es capaz de resistir la ofensiva de los rebeldes durante "meses o años", según aseveró en una conversación telefónica con la televisión Al Urubá y Al Rai, prometiendo que las fuerzas de seguridad convertirán el país en un volcán de lava y fuego. Unas declaraciones en las que aprovechó para asegurar que unos 12.000 voluntarios tribales se dirigen en estos momentos hacia Trípoli para frenar el avance rebelde.

También la hija de Gadafi, Aisha, ha hecho un llamamiento a los libios a unirse contra al OTAN y a permanecer junto al líder libio ante la injerencia extranjera, en declaraciones a la cadena de televisión lealista Al Uruba. "Les digo a los libios que no teman a las fuerzas armadas. El líder está en lo cierto", ha afirmado. "Pido a los libios que estén unidos mano a mano contra la OTAN", ha añadido.

A pesar de que el conflicto está lejos de terminar, los insurgentes controlan casi todo Trípoli. Según un portavoz rebelde, ya han tomado el 95% del país. En mitad de esta guerra también de propaganda, jóvenes, mujeres y hombres se atrevieron el lunes a salir a las calles para abrazar la bandera de la Libia monárquica. Daban por hecho que Gadafi y sus 42 años de dictadura eran historia. La batalla por Trípoli ha dejado más de 400 muertos y al menos 2.000 heridos, según los rebeldes en declaraciones recogidas por la cadena panárabe Al Arabiya.

Rusia, sin embargo, advierte que el régimen libio aún se mantiene fuerte. El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha afirmado que, a pesar del éxito de los rebeldes en Trípoli, Gadafi mantiene cierta influencia y capacidad militar. "De momento, la situación sigue siendo la que era. De hecho, hay dualidad de poder" en Libia, ha subrayado el jefe del Kremlin, citado por la agencia Interfax.

Los rebeldes son más optimistas. Mientras el dirigente libio sigue en paradero desconocido, el Consejo Nacional de Transición sigue dando pasos para consolidar su legitimidad al frente de Libia. Este miércoles se ha reunido en Doha (Qatar) con

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representantes de los Gobiernos de EE UU, Reino Unido, Francia, Italia, Turquía y Qatar, para intentar conseguir fondos para recuperar la economía libia tras seis meses de conflicto. Además, el CNT ha sido invitado a participar en una reunión extraordinaria del Consejo de la Liga Árabe del próximo sábado.

Cae un símbolo La mañana del lunes, la del tercer día de la batalla de Trípoli, comenzó con fuertes combates alrededor de la residencia de Gadafi y del hotel Rixos, de donde finalmente ayer pudieron salir varios periodistas internaciones invitados por el régimen que estaban enclaustrados en las instalaciones incapaces de salir por la violencia desatada en las calles. Incluso los leales a Gadafi dispararon, según portavoces de sus enemigos, con morteros y proyectiles de grueso calibre contra la Plaza Verde, escenario de alguno de los últimos discursos del autócrata. También los francotiradores hacían de las suyas.

Los acontecimientos trepidantes que se sucedieron durante toda la jornada apoyan la tesis de que el sátrapa libio no volverá a mandar en su país, por mucho que a un dictador tan brutal como imprevisible todavía pueda quedarle alguna carta en la manga. De hecho, a media tarde, minutos antes de que se apoderaran del cuartel general tripolitano de Bab el Aziza, camionetas con milicianos a bordo seguían marchando hacia la capital y no todos los focos de combate se habían apagado.

En la que sin duda era una de las imágenes que definieron las últimas jornadas, la cadena Al Yazira mostró a rebeldes peleando por derribar una de las esculturas favoritas del coronel Gadafi: un puño gigante aplastando un avión de combate estadounidense. El coronel Gadafi la hizo instalar en la fachada de uno de los edificios del complejo que fue bombardeado en 1986 por orden del expresidente Ronald Reagan, en un momento en que Libia era considerada como un Estado terrorista. El edificio derrumbado se convirtió en telón de fondo de Gadafi para los discursos más importantes, incluyendo sus desafíos a los rebeldes en el inicio de la sublevación.

Era imprescindible para los sublevados adueñarse de Bab el Azizia. Porque el impacto psicológico tiene que ser tremendo entre quienes todavía respaldan a Gadafi, pero tampoco conviene a los rebeldes libios dar todo por concluido. Con Gadafi nunca se sabe, y los impulsivos insurrectos han dado sobrados ejemplos de cantar victoria con facilidad asombrosa. Sin ir más lejos, con la anunciada detención de Saif al Islam, supuestamente arrestado el domingo, que apareció al día siguiente repartiendo abrazos a sus fieles en Trípoli. Fue un fiasco para el Consejo Nacional de Transición, ya reconocido por casi todos los países.

EEUU piensa en desbloquear 1.500 millones de dólares para rebeldes libios Estados Unidos está trabajando para desbloquear en los próximos días entre 1.000 y 1.500 millones de dólares en bienes congelados al régimen de Muamar el Gadafi para entregárselos a los rebeldes libios, según ha informado la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.

El dinero procedería de los alrededor de 30.000 millones en bienes libios que Estados Unidos congeló este año, solo una décima parte de los cuales, unos 3.000 millones, es dinero líquido.

La portavoz ha explicado a la prensa que Estados Unidos que está trabajando en el comité de sanciones de la ONU para conseguir su visto bueno a la liberación de los

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bienes congelados y que espera que "este proceso esté completado en los próximos días".

En este sentido, ha añadido que Washington confía en que el dinero se emplee de forma adecuada. "No habríamos dado este paso si no confiáramos en que el dinero llegará a la gente que lo necesita", ha aseverado.

Liberados los cuatro periodistas italianos secuestrados Cuatro periodistas italianos secuestrados ayer en la capital libia, Trípoli, han sido liberados hoy. Se trata de Domenico Quirico, del diario La Stampa, Giuseppe Sarcina y Elisabetta Rosaspina, del Corriere della Sera y Claudio Monici, del periódico Avvenire.

Los cuatro enviados especiales italianos salieron por la mañana de Zauiya rumbo a Trípoli a bordo de un coche conducido por un chofer libio. Los cinco fueron parados en un puesto de control por un grupo de hombres armados y trasladados a un piso cercano. Desde ahí, Claudio Monici, periodista del diario cercano al Vaticano L'Avvenire, pudo llamar a su redacción para avisar del secuestro. "Estamos todos bien" añadió, para luego informar de la muerte del conductor del coche. Los cuatros rehenes fueron posteriormente trasladados a un apartamento en Trípoli.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/rebeldes/libios/ofrecen/amnistia/entregue/Gadafi/vivo/muerto/elpepiint/20110824elpepuint_2/Tes

La nueva Libia no quiere ser Irak El Gobierno provisional apela a la ayuda internacional para evitar el caos PATRICIA TUBELLA | Londres 24/08/2011

Los representantes de nuevo poder que se afianza en Libia han pasado de la etapa de liberación a la de estabilización, con un llamamiento para captar ayuda financiera internacional de urgencia, al tiempo que se perfila un plan para restaurar la seguridad. El Consejo Nacional de Transición ha comenzado a negociar en una cumbre en Qatar el apoyo de los países occidentales y del Golfo con el objetivo de evitar que el inicio de la era post-Gaddafi replique el caos que siguió al finiquito del régimen de Sadam Husein en 2003.

El espíritu de reconciliación nacional pretende guiar ese proceso de transición, aseguraba ayer en el emirato Aref Nayed, portavoz del equipo de estabilización del CNT, quien preguntado sobre la hipotética captura de Muammar el Gadafi respondió: "[El ex dictador] ya ha abandonado nuestros corazones y mentes". Pero reconoció que aún es "muy pronto" para hablar de su futura entrega a la justicia internacional. La prioridad del nuevo Gobierno, añadió, pasa por captar un paquete de ayuda inmediata de 2.500 millones de dólares y la garantía de que los bienes del anterior régimen congelados en diversos países serán pronto devueltos al pueblo libio.

La cita de Qatar reunió a miembros del CNT con enviados de Estados Unidos, Francia, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos para discutir la cobertura financiera de la reconstrucción de Libia y la instauración de nuevas estructuras de autoridad civil en un entorno seguro. El Consejo estima que los fondos libios congelados en cuentas extranjeras ascenderían a más de 160.000 millones de dólares. La Administración de

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Barak Obama se ha comprometido a liberar 1.500 millones y el Gobierno británico una cifra no especificada de dinares libios, mientras los diplomáticos de estos países y de Francia trabajan en un borrador que permita descongelar la totalidad de los bienes.

Para que ello sea posible, se requerirá que las Naciones Unidas levanten las sanciones que todavía pesan sobre Libia y reconozca al CNT como el único representante legítimo del pueblo libio. En principio estaba previsto que la resolución viera la luz verde durante la Asamblea General del próximo mes, pero fuentes británicas filtraron anoche que la votación podría adelantarse a esta misma semana para que el nuevo gobierno pueda costear suministros médicos y humanitarios vitales.

El 1 de septiembre el presidente francés quiere convocar en París una conferencia internacional sobre Libia, tal como anunció ayer tras recibir en el Elíseo al líder del CNT, Mahmud Jibril, a quien brindó todo su apoyo, incluido el militar mientras sea necesario. Francia fue el primer país en reconocer la legitimidad del CNT de Jibril.

La reconstrucción del país africano "será un proceso liderados por los libios y propiedad de los libios, con el apoyo coordinado de la comunidad internacional y la ONU", ha subrayado el primer ministro británico, David Cameron, cuyo país asesora en materia de seguridad al nuevo Gobierno. El Consejo, que según Nayed ya ha comenzado a operar desde Trípoli con el envío de cinco de sus representantes, quiere asegurar la continuidad de la burocracia y el funcionamiento de las estaciones de policía, a las que ha enviado mensajes para que los agentes permanezcan en sus puestos y sigan implementando la ley y el orden. Oficiales de enlace de la brigada de Trípoli que han recibido entrenamiento en Qatar garantizarán a los policías que sus trabajos serán respetados en la nueva etapa que encara el país.

El CNT también ha emitido mensajes a través de dirigentes religiosos en los que se apela a respetar la propiedad privada y "la memoria colectiva del pueblo libio", en alusión a los museos y bienes culturales del país (que, en el caso de Irak, fueron saqueados hace ocho años).

Nayer ha explicado desde el emirato del Golfo que ya se han iniciado los trabajos de reparación de las instalaciones dañadas desde el inicio del levantamiento contra Gaddafi en febrero, y que confía en que la producción de crudo alcance la capacidad de 1,5 millones de barriles diarios en el plazo de un año. El Gobierno provisional ha conseguido, asimismo, restablecer las redes de teléfonos móviles e incluso enviar mensajes de aliento a la población local de la capital libia.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/nueva/Libia/quiere/ser/Irak/elpepiint/20110824elpepuint_13/Tes

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REPORTAJE: El conflicto libio - La historia El fin de 40 años de dictadura La sublevación acaba con el país que el coronel Gadafi se inventó de la nada en 1969 mezclando panarabismo, socialismo y capitalismo petrolero ENRIC GONZÁLEZ - Jerusalén - 23/08/2011

En 1951, la ONU empaquetó tres provincias desérticas en un solo país llamado Libia y reconoció su independencia, con el único fin de que ni Estados Unidos ni la Unión Soviética instalaran bases militares en ese vacío arenoso estratégicamente situado en mitad del Mediterráneo. Nadie era optimista sobre el futuro libio. La ONU envió a un economista, Benjamin Higgins, para que estudiara posibles formas de desarrollar la joven nación, y recibió un informe descorazonador: "Libia combina en un solo país prácticamente todos los obstáculos al desarrollo que pueden encontrarse en el planeta: geográficos, económicos, políticos, sociológicos y tecnológicos; si Libia puede alcanzar un crecimiento sostenido, ningún país ha de perder la esperanza".

Muamar Gadafi era entonces un niño beduino de nueve años que pastoreaba camellos y pensaba sobre Libia lo mismo que los libios: nada. Dos históricas regiones del desierto, Tripolitania y Cirenaica, habían sido ensambladas con una tercera prácticamente deshabitada, Fazan, pero la gente, poco más de un millón de personas, ignoraba en qué consistía una nación. La brutal colonización italiana había exterminado a un tercio de los habitantes, había impedido que los nativos participaran en la Administración o los negocios y solo había conseguido fomentar un odio profundo hacia los funcionarios y hacia cualquier cosa relacionada con el Estado, es decir, con la opresión externa al clan tradicional.

Al frente del país fue colocado un rey, Idris, del clan cirenaico Sanusi. Idris no quería reinar y no reinó: pasó 18 años evitando tomar decisiones. Le espantaban tanto la ambición y la corrupción de su familia que en 1969, cuando un grupo de jóvenes militares ejecutó un golpe incruento y le derrocó, se estableció en Egipto pensando que era lo mejor para él y para Libia.

Los nuevos líderes del país, encabezados por el capitán Muamar el Gadafi, de 27 años, no tenían otra ideología que el panarabismo socialista del presidente egipcio Gamal Abdel Nasser. El país que heredaban no era tan pobre como en 1951 porque empezaba a explotar sus reservas petrolíferas, pero seguía hundido en la miseria. El profesor Dirk Vanderwalle estima en su libro A history of modern Lybia que todos los alimentos producidos en Libia a lo largo del año, gracias al trabajo del 40% de la población, daban solamente para una comida. Es decir, los libios podían consumir el conjunto de su agricultura, ganadería y pesca en un solo almuerzo. La dependencia del petróleo y de las importaciones era absoluta.

Considerando las circunstancias, Gadafi no disponía de demasiadas opciones para establecer algún tipo de estructura. Comprobó que los libios mantenían una absoluta apatía política (nadie movió un dedo a favor del rey o de los rebeldes en el golpe de 1969), una profunda aversión a la burocracia y a los funcionarios estatales y un feliz desinterés por las cosas patrióticas. ¿Cómo inventar un Estado en esas condiciones? Gadafi, por otra parte, era un hombre joven, guapo y locuaz, mucho más sincero que los otros mandatarios árabes y con una altísima opinión de sí mismo. ¿No podía él ejercer

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de alguna forma las funciones de legitimidad, soberanía y regulación que se arrogan los Estados tradicionales?

La idea empezó a concretarse con la creación de los Congresos Populares (1971), agrupaciones voluntarias que de alguna forma inconcreta ejercerían el poder, y la Ley 71 (1972), que prohibía toda actividad política que implicara "disidencia". Y alcanzó la plenitud en 1973 con el lanzamiento de la Revolución Popular y la publicación del primer tomo del Libro Verde, centrado en una Tercera Teoría Universal que superaba el capitalismo y el marxismo. La gran teoría universal de Gadafi y su libro, inspirados en la Revolución Cultural y el Libro Rojo del chino Mao Zedong, constituían un intento técnicamente insostenible pero probablemente sincero de crear un sociedad justa, igualitaria y participativa, sin Estado ni burocracia ni corporaciones capitalistas.

Como Nasser había muerto y los libios se mostraban inmunes al chovinismo, Gadafi combinó la revolución sin Estado con ímprobos esfuerzos por alcanzar la unidad del mundo árabe en su sentido más amplio, desde Marruecos hasta Yemen. Libia mostraba un auténtico furor por fusionarse con otros países. Lo hizo con Egipto y Sudán (1969), con Egipto y Siria (1971), con Egipto a solas (1972), con Argelia (1973), con Túnez (1974), con Chad (1981) y con Marruecos (1984). Ninguna de las fusiones funcionó. El panarabismo agonizó en un par de décadas.

Los años setenta, con sus dos crisis petroleras (1973 y 1979) y su tremendo encarecimiento del petróleo, proporcionaron a Libia enormes recursos financieros que Gadafi aprovechó para dar un paso más hacia el socialismo sin Estado. En 1980, Gadafi proclamó que los 40.000 empresarios libios, comerciantes en su gran mayoría, eran "parásitos", y estranguló la propiedad privada. Como eso no encajaba con la ley coránica, la sharia, muy respetuosa con lo privado, se descartó el sistema legal religioso hasta entonces vigente en Libia y se sustituyó por tribunales revolucionarios que aplicaban "la ley revolucionaria", consistente en los deseos de Gadafi, para entonces ya denominado El Líder.

En realidad, el sistema del "socialismo sin Estado" constituía un juego de espejos. La economía se gestionaba en teoría de forma asamblearia; en la práctica, la industria petrolera (98% del Producto Interior Bruto) se había dejado absolutamente al margen de las doctrinas del Libro Verde y era dirigida por tecnócratas a las órdenes de El Líder. En teoría Gadafi no ocupaba ningún cargo porque no existía Estado ("yo no puedo hacer nada", decía en el párrafo final del primer tomo del Libro Verde); en la práctica, él y su entorno, luego oficializado como Foro de Compañeros de Gadafi, ejercían un poder absoluto.

El poder absoluto de Gadafi se canalizaba por vías informales. Como no se fiaba del Ejército (tan mal organizado y armado que fue capaz de perder en 1987 una guerra contra Chad, por entonces el país más pobre y disfuncional del mundo), utilizaba grupos policiales paralelos que se solapaban unos con otros y garantizaban la paranoia necesaria en un régimen dictatorial.

Ante sus fracasos panarabistas, Gadafi decidió influir en la política mundial a través de grupos terroristas interpuestos. Tuteló a los palestinos de Abu Nidal y Yihad Islámica, financió al IRA irlandés y patrocinó numerosos atentados. Eso fue desastroso para Libia. Las sanciones comerciales impuestas por Estados Unidos y luego por el resto del mundo arruinaron el país. Las rentas del petróleo alcanzaban los 21.000 millones de dólares anuales en 1982; en 1986 apenas superaban los 5.000 millones. Los bombardeos ordenados por Ronald Reagan en 1986 hundieron la ya renqueante popularidad de

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Gadafi y convencieron a El Líder de la necesidad de cambiar de rumbo. Lo hizo, como siempre, de forma paradójica: anunció una "extensión de la revolución" que, en realidad, suponía el fin de los años revolucionarios, y publicó la Gran Carta Verde de los Derechos Humanos en la Era de las Masas.

Se abrieron las fronteras, se liberó a centenares de presos políticos, los Comités Revolucionarios desaparecieron de los cuerpos policiales, se suprimieron los tribunales revolucionarios y se promulgaron algunas leyes que redujeron la arbitrariedad y permitieron una parcial reaparición de la empresa privada. En el terreno diplomático, Libia siguió practicando el terrorismo (con los atentados a aviones de Pan Am y UTA, por ejemplo), pero con convicción decreciente. En los años noventa, las sanciones mantuvieron su terrible efecto y empezó a faltar literalmente el pan en Libia. Eso suscitó algunas sublevaciones islamistas en Cirenaica, aplastadas con relativa facilidad.

Los atentados del 11 de septiembre de 2001 ofrecieron la oportunidad de ponerse del lado de Estados Unidos y salir del ostracismo internacional. Libia volvió a recibir inversiones petroleras, aumentó la producción de crudo, multiplicó sus inversiones en Europa, especialmente Reino Unido e Italia, y volvió a ser mimada por las corporaciones capitalistas. El retraso de las dos décadas perdidas, sin embargo, ya no se recuperó jamás.

En 2004 se inauguró en Trípoli el primer hotel con cinco estrellas, y por primera vez fue posible utilizar en el país una tarjeta de crédito. El retorno del dinero y las tímidas liberalizaciones y privatizaciones impulsadas por Saif al Islam Gadafi, hijo favorito de El Líder y en la práctica primer ministro, acabaron con lo que quedaba del espíritu igualitario de la revolución. La casta dominante se hizo riquísima mientras la población permaneció en una relativa pobreza, dominada como siempre por las paradojas: cuantas más universidades se abrían, más aumentaba el paro juvenil; cuanto mejor era la medicina, más libios acudían a hospitales tunecinos; cuanto más alta era la esperanza de vida (una de las más elevadas de África), menos popular era Gadafi.

Y entonces llegó la revolución.

Una era de poder absoluto Muamar el Gadafi nació en 1942 en un campamento cercano al puerto libio de Sirte, en una familia de beduinos de la tribu Gadafa, muy influyente en las esferas de poder. Hijo de un pastor de camellos, se licenció en la Academia Militar tras realizar los estudios de secundaria. En el Ejército desarrolló un fuerte sentimiento anticolonialista y panarabista y tomó como referente político al expresidente egipcio Gamal Abdel Nasser.

- 1969. Muamar el Gadafi y otros oficiales del ala izquierdista del Ejército organizan un golpe de Estado para derrocar al rey Idris I, que se encuentra de visita en Atenas, e instauran el Consejo Supremo de la Revolución.

- 1973. Tras sofocar una intentona golpista organizada por militares disidentes, Gadafi declara la Revolución Cultural para crear una sociedad nueva y establecer los comités populares de base: células políticas en escuelas, hospitales y en la Administración.

- 1976. Gadafi publica el Libro Verde, texto en el que expone su original concepción de un islam politizado, ni laico ni integrista.

- 1977. Proclama la Yamahiriya (la república de las masas), un sistema asambleario que instaura el Congreso General del Pueblo y los comités revolucionarios, organizaciones de base que controlan la actividad política del país.

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- 1980. Gadafi decide incrementar su apoyo financiero y logístico a grupos considerados terroristas por Occidente, incluidas varias facciones radicales palestinas.

- 1981. Cazas de EE UU derriban dos aviones libios en el golfo de Sirte, reivindicado por Trípoli.

- 1985. Doble atentado terrorista en los aeropuertos de Roma y Viena. Mueren 19 personas. EE UU acusa al Gobierno libio de estar vinculado con los autores.

- 1986. Atentado contra la discoteca La Belle en Berlín, frecuentada por soldados norteamericanos: tres muertos y 300 heridos. Como represalia, aviones de EE UU bombardean Trípoli y Bengasi y matan a 44 personas, incluida una hija adoptiva de Gadafi.

- 1988. Atentado contra un avión de Pan Am, que estalla sobre Lockerbie (Escocia) con 270 personas a bordo. La justicia británica acusa de este atentado terrorista a dos agentes del régimen libio, pero Muamar el Gadafi se niega a entregarlos.

- 1992. Naciones Unidas impone sanciones económicas y diplomáticas a Libia para que entregue a los sospechosos del atentado de Lockerbie.

- 1994. La ONU endurece las sanciones contra Libia y ordena la congelación de activos del régimen en el extranjero.

- 1999. Libia entrega a los acusados del caso Lockerbie. La ONU suspende las sanciones contra Libia y Trípoli retoma las relaciones diplomáticas con Reino Unido.

- 2003. El régimen libio asume su responsabilidad por el atentado en Escocia y acepta indemnizar a las víctimas. Gadafi renuncia al programa de desarrollo de las armas de destrucción masiva.

- 2004. Trípoli indemniza a víctimas del atentado contra la discoteca berlinesa de 1986, del que se acusó a los servicios secretos libios.

- 2006. Se restablecen las relaciones diplomáticas y económicas entre EE UU y Libia, que Washington borra de su lista de Estados terroristas.

- 2008. Visita a Trípoli de Condoleezza Rice, la primera a este país de un secretario de Estado norteamericano en 55 años. Los dos Estados firman un acuerdo para indemnizar a las víctimas de ataques en Libia.

- 2009. Reino Unido entrega a Libia a uno de los acusados del atentado de Lockerbie por razones de salud.

- 2010. Acuerdo entre la Unión Europea y Libia para frenar la inmigración clandestina.

Enric González El fin de 40 años de dictadura- La sublevación acaba con el país que el coronel Gadafi se inventó de la nada en 1969 mezclando panarabismo, socialismo y capitalismo petrolero 23/08/2011 http://www.elpais.com/articulo/internacional/fin/anos/dictadura/elpepiint/20110823elpepiint_11/Tes

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ft.com comment Editorial

August 23, 2011 10:15 pm

Libyan lessons With the capture of Muammer Gaddafi’s Tripoli compound, it is apparent that his forces are melting away. Barring a dramatic turn of events, Nato’s operation against the Libyan regime will soon draw to a close. There are still many questions unanswered about the situation on the ground – not least whether the rebels can form a unified and stable government. The moment has come, however, when Nato members must start contemplating the lessons of this mission.

On some counts, they have been successful. Nato is close to achieving its goal of overwhelming Col Gaddafi without incurring many civilian casualties. It has done so without flagrantly breaching the UN resolution that confined military action to protecting civilians. But there are two big worries about the way Nato has operated – and these must be addressed.

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The first regards the role of the US. At the start of this operation, Washington gave significant military backing in helping to destroy Libyan military assets. But it quickly shifted to offering more limited support. In part, this was because the Obama administration did not wish to embroil the US in another Middle Eastern war. But Washington’s action demonstrates how it wants European states to bear more of the security burden in their own back yard. The US – faced by huge fiscal pressures and the growing security challenge from China – will understandably not fund and lead every Nato operation as it once did.

The second lesson is that once the US sat back, the Europeans struggled to maintain the mission on their own. As a result, it was seriously under-resourced. Some powers – Germany and Poland – refused to participate. Others were willing but not capable. As Robert Gates said in his last speech as US defence secretary in June, Nato’s air operations centre was designed to handle more than 300 sorties a day. It struggled to launch 150. Eleven weeks into the operation, many European allies ran short of munitions, requiring the US to make up the difference.

European members of Nato must now ponder how they can better co-ordinate their defence procurement policies, where there has long been excessive duplication. They must ponder, too, how far they can responsibly go on cutting defence budgets. Anders Fogh Rasmussen, Nato secretary general, wants next summer’s alliance summit to forge new agreements for pooling and sharing national defence assets. The Libyan conflict has demonstrated why Europe must urgently heed this challenge.

http://www.ft.com/intl/cms/s/0/56a58160-cd81-11e0-b267-00144feabdc0.html#axzz1W8HbEvA9

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EUROPA Y EL MUNDO REVISTA DE PRENSA

¿Qué deparará la era post-Gadafi? 23 agosto 2011 PRESSEUROP

Kap

Si la prensa europea celebra la caída del régimen libio y el efecto que tendrá sobre la "primavera árabe", se muestra igualmente prudente sobre el futuro del país. Un futuro en el que Europa deberá jugar un papel determinante. Es “la hora de Libia”, afirma El País, para el que la intervención de la OTAN ha sido “la opción correcta”, aunque cabría preguntarse sobre el retraso al tomar las primeras decisiones y sobre la “sorprendente improvisación” con la que se puso en práctica el dispositivo militar. El periodo que se abre en Libia estará marcado por la “incertidumbre” y “nadie puede permitirse errores”: ni la dirección de los rebeldes, ni la comunidad internacional que, “tras varias décadas de políticas equivocadas hacia la región, tiene ahora la oportunidad de contribuir al avance de la

libertad”.

“Se tarda menos tiempo en derrocar a los dictadores que en restaurar la normalidad en los países que tenían oprimidos”, destaca en Gazeta Wyborcza el editorialista Jacek Pawlicki, según el cual “juzgar al dictador, si es que alguna vez se llega a hacer, tan sólo será un pequeño paso hacia el objetivo de una Libia pacífica, estable y territorialmente íntegra, un exportador creíble de petróleo y un centro político importante en el Magreb”. Se trata de una reconstrucción que los libios únicamente podrán lograr “con la ayuda de Estados Unidos, la OTAN y la UE”, estima Pawlicki y añade que también deberán participar “China, Rusia, Turquía y otros países

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árabes y africanos”.

Su colega de Rczeczpospolita Marek Magierowski, se muestra más escéptico y estima que “la UE puede aconsejar a los libios sobre el modo de organizar elecciones libres, cómo crear un sistema de partidos políticos o apoyarles económicamente, pero tarde o temprano, los consejeros volverán a Bruselas, los fondos se agotarán y Libia se quedará sola. Será un proceso muy doloroso ya que, al igual que Afganistán, Libia es un Estado heterogéneo, una constelación de 150 tribus, cada una con sus propios intereses. Una Libia democrática y pacífica es una perspectiva atrayente, pero aún queda muy lejos”.

En The Independent, el corresponsal para Oriente Medio Robert Fisk se pregunta si el futuro de Libia será muy distinto al pasado. “Por supuesto”, afirma, podemos imaginar al país como una “superpotencia de Oriente Medio” y un país “menos africano y más árabe”, que “podrá contagiar sus libertades a Argelia y a Marruecos”. Pero Libia, prosigue Fisk, hace tiempo que “sufre el cáncer del mundo árabe: una corrupción moral y financiera”. Por este motivo, deberá vigilarse con mucha atención a sus nuevos dirigentes designados.

Además, según Fisk, Libia no será el último país que vivirá los efectos de la “primavera árabe”: Bahrein, Arabia Saudí, Jordania, Yemen y sobre todo, Siria, son los próximos de la lista. Porque, tal y como se pregunta, “¿cuánto tiempo tardarán los europeos en preguntarse que, si la OTAN ha sido tan eficaz en Libia, por qué no puede emplearse contra las legiones de Hafez El Assad en Siria, utilizando a Chipre como portaaviones?”

Para el Spiegel, la derrota de Gadafi es un “triunfo para Sarkozy” y “una vergüenza para Merkel”: “El Gobierno no quería participar en absoluto en la intervención militar contra la dictadura de Gadafi”, escribe la revista, “y ahora conoceremos el alcance de esta mala decisión”. La expulsión del régimen de Gadafi es un “éxito de Nicolas Sarkozy, de los estadounidenses y los británicos”, afirma Der Spiegel y añade que “la credibilidad de Alemania como defensora de los derechos humanos y su reputación como socio fiable

han recibido un gran golpe".

Según Le Figaro, la operación libia es “un éxito indiscutible para la diplomacia francesa”. El diario parisino celebra también el éxito europeo de la operación: “El hecho de que París y Londres hayan suplantado por primera vez a Washington en la realización de una operación de la OTAN tendrá sin duda consecuencias en el futuro de la Alianza Atlántica. A pesar de las reticencias alemanas y gracias a la determinación franco-británica, Europa es perfectamente capaz de reaccionar en su entorno inmediato”, se felicita Le Figaro.

No obstante, en el Corriere della Sera, el editorialista Antonio Ferrari insta a la Unión Europea a “no permanecer como mera espectadora” de los cambios que se están produciendo en el mundo árabe: “Lo que sucede en el mundo árabe debería extender la convicción de que existe la posibilidad de convertir las ‘revoluciones de primavera’ en

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auténticas oportunidades, o animar a los diferentes países a que logren que así sea. Sería de gran beneficio tanto para nuestros vecinos cercanos como para nosotros”.

Con el fin de Gadafi, los países europeos que han contribuido a su caída se dan codazos para ocupar una posición privilegiada en lo que respecta a las relaciones con el nuevo régimen, tal y como explica La Stampa: “la competencia entre las cancillerías es tal que, si Sarkozy anuncia que debe recibir en el Elíseo al presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT, el Gobierno rebelde) Mustafa Abdel Jalil el 24 de agosto, Silvio Berlusconi trabaja en una operación de “acuerdo para Libia” en Roma, el mismo día o incluso la víspera.

La competencia entre París y Roma sobre la era después de Gadafi también se ejerce en el plano comercial, y en particular alrededor del petróleo, destaca La Stampa y afirma que “Francia e Italia tienen pensado llenar sus depósitos con el petróleo libio. Por su parte, Rusia, China y Brasil”, que poseen empresas petroleras asentadas en Libia y se mostraron en contra de la intervención militar, “corren el riesgo de pagar un alto precio”.

PRESSEUROP¿Qué deparará la era post-Gadafi? 23 agosto 2011 http://www.presseurop.eu/es/content/article/880311-que-deparara-la-era-post-gadafi

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ft.com comment Opinion August 23, 2011 7:26 pm

Why Assad need not fear Gaddafi’s fate By Ed Husain

The dramatic scenes in Tripoli are already being seized upon by those keen to depose other despotic regimes. Taken alongside the unstable situation in Syria, there is now a risk of a dangerous moment of western triumphalism. This must be resisted, especially given that the odds of overthrowing dictator Bashar al-Assad are so small.

After months of holding his nerve, US president Barack Obama last week succumbed to calls from commentators and Syrian opposition leaders, and demanded Mr Assad’s removal. The decision was a mistake. Earlier in the week, Hillary Clinton, secretary of state, noted that, “if the US called for Mr Assad’s head, then what?”. And, indeed, then what?

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I lived in Syria for two years and still visit regularly, so I know only too well that the US is viewed with deep animosity. Officials told me many times, and with straight faces, that America is at war with Arabs and Muslims – a view also ingrained among the wider population, particularly after the Iraq war.

Calls for regime change will thus help Syria, as Mr Assad defies the west with ease. As elsewhere in the Middle East, defying Washington is a cause of strength and popularity, as Hamas, Hezbollah and Iran show. Every passing day will now be seen as a humiliation for Mr Obama, while the fragmented and shambolic Syrian opposition will be more credibly dubbed “American stooges” or “Zionist agents”. For a population that is vehemently anti-American and anti-Israel, such labels are powerful and destructive.

The regime has been barbaric in responding to the brave people on the streets, but we must be careful about accepting the narrative that the whole of Syria is demanding change. The largest cities of Aleppo and Damascus remain relatively calm, while opinion in western capitals is led by reports generated via opposition movements, often using social media of questionable reliability. The army has committed many atrocities but hundreds of its members appear to have been killed, too. In the absence of international media, it is debatable whether the protesters are altogether peaceful.

Already, calls for military intervention are being made by Syrian opposition activists in meetings at the White House and US state department. Yet such movements have led us astray before, as when politicians such as Ahmed Chalabi misled the US about realities in Iraq. In truth, Mr Assad’s regime is much less likely to fall than that of Muammer Gaddafi: there have been no high-profile political or military defections, while Mr Assad remains relatively popular among senior military commanders, Syrian mosque clerics, the middle classes and business leaders.

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This brings us back to the “then what” question. The numbers being killed now will wither in comparison with a possible future civil war, if an increasingly sectarian Syria splinters between the ruling Alawites, the elite and urban Christians, the majority Sunnis, the Kurds, Druze and others. There is no civil society to engineer a peaceful transition, while Syria could plausibly become another Lebanon, acting as a proxy battleground for regional powers.

This risk partly explains why Syria’s ally Turkey has exerted such effort to rein in the slaughter, and why Saudi Arabia, Russia and China have not joined America’s lead. They all want to give Mr Assad more time – because they recognise the thin chance of getting rid of him, and because they fear the violence that would follow if he did fall.

Almost 90 per cent of Syria’s crude oil exports go to European countries. Almost $3bn of its annual trade is conducted with Turkey. Saudi Arabia is a regional power with vested interests in the country, and Russia and Syria enjoy historical relations, as well as arms deals. It is these countries that now must be on the front lines of reform, with the US largely working behind the scenes.

For the west, the most powerful and poignant moment in recent months came when US ambassador Robert Ford travelled to Hama, scene of protests, to show solidarity and monitor the regime’s actions. His quiet move warmed usually hostile Sunni communities elsewhere in the Middle East to America, while putting fear into the heart of the tyrant himself. Such innovative, soft power strategies will do more to help Syrian democracy than loud statements from the White House.

The most powerful pressure on Mr Assad so far, however, has been from Al Jazeera’s Arabic coverage, which encouraged Syrians to take control of their own destiny. This is surely right, for any long-term change must come from within. Sadly, in the short term and in a highly volatile region, at present Mr Assad remains the least worst option.

The writer is a senior fellow at the Council on Foreign Relations, and author of The Islamist http://www.ft.com/intl/cms/s/0/73d4c680-ccb7-11e0-b923-00144feabdc0.html#axzz1WVaNJueR

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Israel protesta por las declaraciones de Jiménez sobre el Estado palestino Jerusalén se queja al embajador español por la entrevista de la ministra a EL PAÍS M. GONZÁLEZ / I. CEMBRERO - Madrid - 23/08/2011

Israel ha reaccionado con disgusto a las declaraciones de la jefa de la diplomacia española, Trinidad Jiménez, quien en una entrevista publicada el pasado domingo en EL PAÍS manifestó que "en este momento hay un grado de madurez suficiente como para dar un paso en la dirección" de reconocer al Estado palestino. El director del departamento de Europa del Ministerio israelí de Exteriores, Naor Gilon, convocó al embajador español en Tel Aviv, Álvaro Iranzo, para transmitirle su sorpresa y malestar por las palabras de la ministra, según fuentes diplomáticas.

Iranzo, según las mismas fuentes, le contestó que la postura que adopte España ante el reconocimiento del Estado palestino está condicionada al contenido de la resolución que someterá la delegación palestina a la Asamblea General de la ONU y a las consultas en el seno de la UE, cuyos ministros de Exteriores debatirán el asunto el próximo día 2 en una reunión informal en Sopot (Polonia).

En realidad, estas matizaciones ya figuraban en las declaraciones de Jiménez a este diario, en las que subrayaba que, antes de desvelar lo que votará España en la ONU, hay que conocer el texto que se someterá a votación y debatirlo con los socios europeos. Además, la ministra detallaba tres requisitos que debe incluir la resolución para poder apoyarla: "El reconocimiento de los dos Estados [Israel y Palestina], la necesidad de dar garantías de seguridad a Israel y la vuelta a las negociaciones". No obstante, la ministra insistía en que "ahora es el momento de hacer algo, de darles a los palestinos la esperanza de que su Estado puede ser una realidad [...]. Tenemos que lanzar alguna señal, porque si no, se puede generar una gran frustración en la población palestina". Estos extremos eran conocidos por el Ministerio israelí de Exteriores antes de convocar al embajador.

Lo cierto es que Israel está embarcado en una campaña diplomática para disuadir al mayor número posible de países de que apoyen la posición palestina en la ONU. Mañana llegará a Madrid el viceministro israelí de Exteriores, Daniel Ayalon, quien el jueves será recibido por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Juan Antonio Yáñez.

El propósito de Ayalon es "explicar la posición de Israel ante la iniciativa palestina" y "evitar que se produzca un cambio unilateral en el status quo y una internacionalización del conflicto", según fuentes israelíes. El propio Ayalon declaró a la radio del Ejército israelí: "Nuestro objetivo es llegar a una situación en la que haya un bloque de países serios y morales que no voten a favor de los palestinos. Si hacemos esto y logramos un bloque de entre 50 y 70 países, creo que podremos cantar victoria desde nuestro punto de vista".

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Ayalon es un diplomático retirado que fue embajador de Israel en EE UU y que poco antes de las últimas elecciones se unió al partido del actual ministro de Asuntos Exteriores, el ultraderechista Avigdor Lieberman.

Adelantándose a las críticas de Israel, la propia Jiménez subrayó a EL PAÍS que "acudir a Naciones Unidas no puede ser un acto de hostilidad contra nadie. Es la organización que de manera más amplia y legítima nos representa a todos. Es mucho mejor utilizar instrumentos legales internacionales que cualquier otra alternativa. Sinceramente creo que, cuando la Autoridad Nacional Palestina recurre a esta vía, es pensando qué es lo mejor para la paz. Así se lo hemos explicado muchas veces a las autoridades israelíes y espero que lo podamos seguir haciendo".

http://www.elpais.com/articulo/espana/israel/protesta/declaraciones/jimenez/estado/palestino/elpepiesp/20110823elpepinac_13/tes

ENTREVISTA: TRINIDAD JIMÉNEZ Ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación

"Ha llegado la hora de dar un paso hacia el reconocimiento del Estado palestino" MIGUEL GONZÁLEZ - MADRID - 21/08/2011

El próximo día 2 se reunirán en Sopot (Polonia) los ministros de Asuntos Exteriores de la UE. Sobre la mesa tendrán, entre otros asuntos, la crisis de Siria y la guerra de Libia. Pero el punto más peliagudo será el reconocimiento del Estado palestino, que en septiembre se votará en el Consejo de Seguridad y en la Asamblea General de la ONU, una cita a la que los Veintisiete llegan profundamente divididos y ante la que la ministra española de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez (Málaga, 1962), aboga por lograr que, si no todos, al menos una mayoría de países de la UE respalden "un avance en el reconocimiento del Estado palestino". De lo contrario, advierte, "se puede generar una gran frustración en la población palestina".

Pregunta. ¿El futuro de Siria pasa por la dimisión de El Asad?

Respuesta. La postura que mantiene Bachar El Asad es absolutamente intolerable. La represión sistemática de ciudadanos que reclaman pacíficamente libertad, la entrada de los tanques en las ciudades, las detenciones masivas... Aunque desde la comunidad internacional se ha modulado la condena para darle alguna opción...

P. España ha sido de los más remisos a una condena dura...

R. No, no... Hemos estado siempre en el consenso básico de la UE y hemos sido de los países que han inclinado la balanza en favor de la condena. Se intentó persuadirle de que iniciara un proceso de reforma y cesara la represión, pero llega un momento en que es normal que la comunidad internacional diga: "Hasta aquí hemos llegado. Ya no hay más que dialogar". Cuando la presión diplomática no surte efecto, hay que ir más allá. El Asad ha ido tan lejos que ya no le queda ninguna salida. Ha perdido toda credibilidad.

P. ¿Y cómo se le puede forzar a dejar el poder si se excluye una intervención militar?

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R. La petición de dimisión es ya una forma de presión. Además, la UE está aplicando sanciones que se incrementan de forma gradual, aunque se intenta que no afecten al pueblo sirio. El propio Consejo de Seguridad aprobó una declaración de condena que, aunque quizá no lo bastante contundente, fue un paso adelante. Ante la evidencia de que Asad no está dispuesto a parar la represión, espero que la comunidad internacional actúe ahora con mayor firmeza. Sobre todo cuando la ONU nos está alertando de que el régimen sirio podría ser acusado de crímenes contra la humanidad...

P. ¿Deben ser investigados los crímenes del régimen sirio?

R. Por supuesto.

P. ¿En el Tribunal Penal Internacional?

R. Yo creo que habría que utilizar primero los instrumentos de investigación de las propias organizaciones humanitarias de Naciones Unidas...

P. España está en el Comité de Derechos Humanos...

R. Efectivamente. Y estamos trabajando con nuestros socios en esa dirección. Debemos saber qué ha ocurrido, porque no tenemos información sobre el terreno, no hay periodistas ni ONG.

P. ¿España estaría dispuesta a dar asilo a la familia Asad?

R. Es algo que no nos hemos planteado. Lo que me importa es que acabe la represión y se inicie un diálogo nacional en Siria que garantice la libre convivencia en paz.

P. Italia ha retirado a su embajador en Damasco, lo mismo han hecho Arabia Saudí y otros países del Golfo, pero no España...

R. Nuestros embajadores tienen que seguir informando, haciendo presión y protegiendo a nuestros ciudadanos. Hay más de 1.000 ciudadanos españoles en Siria. Mientras sean útiles, somos partidarios de mantenerlos, pero estamos abiertos a que esa opción se debata en la UE.

P. España ha recomendado a sus ciudadanos que abandonen Siria. ¿Se plantea evacuarlos?

R. Siempre que se da una situación de conflicto, si vemos que [los españoles] no tienen posibilidad de regresar por la vía ordinaria y que existe algún riesgo para sus vidas, estudiamos facilitarles medios para que puedan hacerlo.

P. La intervención militar en Libia empezó en marzo, para un mes, y ya lleva cinco meses sin que Gadafi ceda el poder...

R. La situación era demasiado compleja para que pudiera resolverse en un mes. Creo que se ha trabajado bien y se han hecho avances. Es cuestión de tiempo que Gadafi caiga y yo creo que va a ser pronto.

P. El Reino Unido ha expulsado a todos los diplomáticos de Gadafi y ha pedido al Gobierno rebelde, el Consejo Nacional de Transición, que nombre al nuevo embajador en Londres. ¿Cuándo dará España ese paso?

R. Las personas que estaban en la embajada libia [en Madrid] acreditadas por el Gobierno de Gadafi prácticamente han salido todas ya. Ahora estamos a la espera de que el CNT nos diga si, entre los que quedan, hay alguien que pueda ejercer funciones de representación... o cualquier otro que ellos designen.

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P. ¿España reconoce al CNT la facultad de designar al embajador de Libia en Madrid?

R. Sin duda. En la última reunión del Grupo de Contacto [en Estambul] reconocimos al CNT como autoridad gubernamental y, siendo coherentes, debemos otorgarle esa capacidad.

P. ¿Financiará al CNT con fondos congelados a Gadafi?

R. Hemos iniciado los trámites con el Ministerio de Economía y Hacienda para ver cuál sería la mejor fórmula, pero el Gobierno tiene toda la disposición para hacerlo, dentro de la legalidad.

P. La Asamblea de la ONU debatirá en septiembre el reconocimiento del Estado palestino. Usted ha abogado por lograr una postura consensuada en la UE. ¿Qué va a proponer a sus socios?

R. Hemos trabajado con la idea de que haya una mayoría en la UE que pueda representar un avance en el reconocimiento del Estado palestino, que es un objetivo compartido por todos los países dentro de la solución al conflicto de Oriente Medio. Incluso Israel acepta la existencia de dos Estados. Ese es el objetivo que llevamos buscando desde hace años y creo que en este momento hay un grado de madurez suficiente como para dar algún paso en esa dirección. Es verdad que, si no hay negociaciones entre Israel y Palestina, es difícil que un reconocimiento formal tenga consecuencias prácticas; por tanto, al mismo tiempo llamamos al diálogo entre las partes para debatir las consecuencias de ese reconocimiento: la capital, los refugiados, las fronteras, etc... Hay la sensación de que ahora es el momento de hacer algo, de darles a los palestinos la esperanza de que su Estado puede ser una realidad. Sabemos que es un conflicto muy prolongado y es muy difícil solucionarlo en unos pocos meses, pero este es un momento crucial. Tenemos que lanzar alguna señal, porque si no, se puede generar una gran frustración en la población palestina. Ellos también quieren formar parte de esa expectativa de democracia y libertad que se vive en el mundo árabe...

P. ¿Se puede convencer a Israel de que el reconocimiento del Estado palestino no es un acto hostil y tampoco le debilita?

R. Acudir a Naciones Unidas no puede ser un acto de hostilidad contra nadie. Es la organización que de manera más amplia y legítima nos representa a todos. Es mucho mejor utilizar los instrumentos legales internacionales que cualquier otra alternativa. Sinceramente creo que cuando la Autoridad Nacional Palestina (ANP) recurre a esta vía es pensando en qué es lo mejor para la paz. Así se lo hemos explicado muchas veces a las autoridades israelíes y espero que lo podamos seguir haciendo.

P. España tiene una tradición de compromiso con la causa palestina. ¿Será coherente su voto en la ONU con esta política o se subordinará a lo que diga la UE?

R. El consenso en la UE es deseable. Una posición mayoritaria en la UE sería incluso más útil para la propia ANP. Pero primero tenemos que conocer el contenido de la resolución que se va a someter a votación y debatirlo en la UE. Esto es algo que la propia ANP comprende.

P. ¿Lo deseable sería que la mayoría de los países de la UE apoyaran en la ONU el reconocimiento del Estado palestino?

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R. Hay tres elementos que compartimos todos los socios de la UE. Uno es el reconocimiento de los dos Estados. Otro es la necesidad de dar garantías de seguridad a Israel. Y un tercero, la vuelta a las negociaciones. Todo lo que votemos tendrá que reunir esas tres condiciones.

P. El Foro Tripartito sobre Gibraltar ¿está suspendido o definitivamente difunto?

R. El Foro es un buen instrumento para lo que se diseñó: para abordar cuestiones prácticas que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos de la zona. Pero el ministro principal de Gibraltar [Peter Caruana] quiso llevar al Foro determinadas cuestiones como la soberanía y la jurisdicción de las aguas que rodean el Peñón. El Gobierno tiene claro que estos asuntos solo se tratan bilateralmente entre el Reino Unido y España y, por tanto, decidimos no convocarlo...

P. Entonces, mientras Caruana insista en abordar la soberanía de las aguas...

R. No se reunirá el Foro Tripartito.

P. ¿España ha recibido en el Papa a un jefe de Estado extranjero o a un líder religioso?

R. Hemos recibido a un líder religioso que tiene categoría de jefe de Estado y le hemos dado los honores que le corresponden.

P. ¿Ha cedido el Gobierno en leyes que incomodaban a la Iglesia, como la de libertad religiosa o la de muerte digna?

R. En materia de libertades públicas no ha habido un avance en la historia de España más importante que el que ha llevado a cabo Zapatero. Las leyes se han ido aprobando a medida que hemos tenido el consenso necesario, porque el Gobierno no dispone de mayoría absoluta y debe pactar con otros grupos. Aun así, el balance de esta etapa es extraordinariamente positivo.

P. Tampoco ha recibido nunca la Iglesia tanta financiación...

R. La Iglesia católica tiene en España un papel relevante que ningún Gobierno debe desconocer. Las relaciones han sido de respeto y diálogo, pero también de estricta separación entre el ámbito civil y el religioso.

http://www.elpais.com/articulo/espana/ha/llegado/hora/dar/paso/reconocimiento/estado/palestino/elpepiesp/20110821elpepinac_1/tes

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TRIBUNA: LA CUARTA PÁGINA ALAA AL ASWANY

¿Cómo podemos salvar la revolución? Egipto debe completar la transición hacia la democracia. Más de mil egipcios han perdido la vida por un cambio integral, a gran escala, no por una reforma parcial ni por un golpe que cambie a un tirano por otro El Consejo Militar es muy lento en dar los pasos necesarios para poner fin al antiguo régimen Urge limpiar de corrupción la justicia y la policía, hacer una ley electoral y convocar elecciones ALAA AL ASWANY 21/08/2011

La tarde del 11 de febrero iba caminando por la calle Kasr el-Aini hacia la plaza Tahrir cuando algunos de los manifestantes se agruparon a mi alrededor para preguntarme qué creía yo que iba a pasar. Mientras charlaba con ellos oí de pronto un fuerte griterío. La cosa me preocupó, ya que había oído gritos parecidos los primeros días de la revolución, cuando unos francotiradores empezaron a disparar a los manifestantes, pero esta vez el griterío tuvo un efecto diferente. Una mujer con hijab salió corriendo de una tienda de zumos de frutas y gritó: "¡Mubarak ha dimitido!". No recuerdo con detalle lo que sucedió después de eso, porque yo, junto a millones de otros más, me apresuré a ir a celebrar la victoria de la revolución. Era una escena de alegría y orgullo que Egipto no había visto desde la guerra de octubre de 1973, una profunda y auténtica emoción que hizo que hombres hechos y derechos lloraran como niños.

Me quedé celebrándolo con los manifestantes de la plaza Tahrir hasta las primeras horas del día siguiente. Los manifestantes comenzaron a dispersarse y entonces se alzaron algunas voces que decían que no deberíamos irnos hasta que las reivindicaciones de la revolución se hubieran logrado en su totalidad. Esta llamada cayó en oídos sordos. La mayoría de la gente pensó que la revolución había triunfado al forzar la dimisión de Mubarak y que después de eso debían dar al consejo militar la oportunidad de supervisar la puesta en práctica de las reivindicaciones revolucionarias. Los acontecimientos posteriores han demostrado varias realidades:

En primer lugar, la salida de Mubarak no significó el derrocamiento del régimen. Solo hay que fijarse en cómo el gobierno egipcio ha mantenido el aparato de Seguridad del Estado (después de cambiar su nombre por el de Seguridad Nacional), o en las desesperadas maniobras del ministro del Interior Mansur el-Eissawi para proteger a los oficiales de la policía y a los francotiradores que mataron a manifestantes, o en el nombramiento de gobernadores provinciales pertenecientes al antiguo régimen, para darse cuenta de que fue solo Mubarak el derrocado, mientras que su régimen continúa gobernando Egipto.

En segundo lugar, para ser justos, tenemos que reconocer nuestra deuda con el consejo militar por haber protegido la revolución, pero para ser precisos también tenemos que recordar que el consejo militar nunca ha compartido la visión de la revolución y que ha accedido a demandas de la revolución solamente bajo una intensa presión popular. La razón de ello podría estar en la cultura propia de los miembros del consejo militar, que se basa en la obediencia y el respeto a las órdenes. Los deseos del consejo militar siempre han sido diferentes de los deseos de la revolución. Mientras que la revolución

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hizo caer a Mubarak como preludio de la eliminación del antiguo régimen en su totalidad y de la creación de un nuevo sistema revolucionario, el consejo militar da la impresión de haber acordado el derrocamiento de Mubarak con el fin de preservar el antiguo régimen. Ese desfase entre lo que la revolución quiere y lo que el consejo militar puede conseguir es el motivo de todos los problemas a los que ahora nos enfrentamos. Si el consejo militar hubiera llevado a cabo las reivindicaciones de la revolución desde el principio, Egipto habría dado ya inicio a una transición democrática. Tenemos que dejar claro en este punto que nuestra crítica a las políticas del consejo militar en modo alguno hace que disminuya nuestro respeto a las fuerzas armadas, pero el consejo militar ejerce ahora las funciones de jefe del estado, por lo que tenemos el derecho y el deber de criticar su gestión política.

En tercer lugar, después de que Mubarak dimitiera, expertos e intelectuales patriotas ofrecieron al consejo militar estudios detallados de cómo deshacerse del antiguo régimen y allanar el camino hacia un auténtico sistema democrático, pero el consejo militar no respondió y fue muy lento en dar los pasos necesarios para proteger la revolución. Ello concedió a los afiliados al antiguo régimen una ocasión de oro para conspirar en contra de la revolución. No hay duda de que las conspiraciones contra la revolución egipcia han tenido el respaldo de países árabes y no árabes que, por diversas razones, no quieren que Egipto complete el proceso de cambio democrático, que haría de Egipto un gigante regional a la cabeza de todo el mundo árabe. Durante seis meses ha tenido lugar una sucesión de conspiraciones en contra de la revolución, como si hubiera que castigar a los egipcios por haber provocado un levantamiento en favor de la libertad y la dignidad. Las autoridades policiales leales a Mubarak han conseguido atemorizar al pueblo al desatender su deber de proteger vidas y propiedades de los ataques de los matones, muchos de los cuales guardan estrechos vínculos con los restos del antiguo régimen. Al mismo tiempo, los medios gubernamentales, la mayoría de los cuales son afectos al antiguo régimen, han descrito continuamente a la revolución como responsable de la crisis económica del país. Lo cual está en completo desacuerdo con los hechos, ya que la revolución egipcia no ha ocupado el poder y no se le puede cargar con la responsabilidad del declive económico. La revolución entregó el poder al consejo militar, que corre con la principal responsabilidad de todo lo que ha sucedido en Egipto desde que dimitió Mubarak.

En cuarto lugar, se han seguido produciendo manifestaciones y concentraciones para insistir en favor de las reivindicaciones de la revolución, y después de una intensa presión el consejo militar ha cumplido con algunas de ellas, la más reciente de las cuales ha sido el juicio público a Hosni Mubarak. Aunque ver a Mubarak en el banquillo de los acusados constituye un gran éxito para la revolución, lo sucedido durante el juicio resulta preocupante. A los familiares de los asesinados durante la revolución se les impidió asistir al juicio, a matones en apoyo de Mubarak se les permitió pasar armados con ladrillos, que lanzaron contra los familiares, y la seguridad intervino para excluir del juicio a periodistas acreditados y a abogados. Al final de la vista las cámaras de televisión mostraron imágenes de Gamal y Alaa Mubarak, y del cruel exministro del Interior Habib el-Adli saliendo de la sala como si estuvieran saliendo del cine. Se reían y no llevaban las manos esposadas, como requiere la ley. De hecho, el jefe de la policía militar y los altos mandos de la policía que estaban presentes saludaron al antiguo ministro como si aún conservara el cargo. Simultáneamente, la policía militar atacaba en la plaza Tahrir a las familias de las víctimas y a sus simpatizantes, disolviendo su concentración con gran brutalidad. Yo mismo les oí contar a unas chicas egipcias cómo

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habían sido insultadas y golpeadas por policías militares que no tuvieron escrúpulos en entrar calzados en la mezquita de Omar Makram, a plena luz del día en Ramadán, para detener a los participantes en una concentración pacífica y que ahora son tratados como enemigos del Estado. Algunos jóvenes revolucionarios fueron al día siguiente a la plaza Tahrir para romper el ayuno del Ramadán y volvieron a ser atacados por la policía militar, la cual les insultó y maltrató como si Mubarak estuviera aún gobernando en Egipto. Después de eso la plaza Tahrir quedó completamente cerrada y ocupada por docenas de tropas, como si el consejo militar nos estuviera diciendo: "Habéis visto a Mubarak en el banquillo de los acusados. A partir de ahora no os permitiremos que os manifestéis, o ni siquiera que protestéis."

La revolución egipcia pasa ahora por una fase verdaderamente crítica y si no la salvamos se quedará en un simple golpe. Una revolución significa un cambio integral, mientras que un golpe significa un cambio limitado a la cúspide. Si no nos movemos con rapidez, Mubarak se habrá ido pero un nuevo gobernante llegará bajo el mismo sistema, con la misma mentalidad y con las mismas prácticas. Tenemos que admitir que las sucesivas conspiraciones contra la revolución han desanimado a millones de egipcios que esperaban que sus circunstancias mejorarían después de seis meses del éxito de la revuelta. Solo tenemos que comparar el optimismo que reinaba cuando dimitió Mubarak con la preocupación y miedo a lo desconocido que ahora impera. La crisis se ha acentuado por la actitud de algunos islamistas que han creído que el de complacer al consejo militar era el camino seguro para tomar el poder y que se han convertido en sus virtuales portavoces. Alaban al consejo noche y día, aprueban todo lo que hace y nada dicen de sus errores, por graves que puedan ser. La actual debilidad de las fuerzas revolucionarias egipcias ha ofrecido la oportunidad de poderlas golpear mejor, y los magníficos jóvenes que con su valor cambiaron el destino de Egipto y de toda la región se han enfrentado a una corriente de acusaciones sin base en el sentido de que están trabajando en beneficio de alguien. El incidente de Abbasia se ideó para atacar a los jóvenes revolucionarios: el joven Mohamed Mohsen fue asesinado y hubo cientos de heridos. La ola de represión y de insultos contra los manifestantes ha continuado, como si el régimen de Mubarak estuviera vengándose de ellos por ser la causa de su derrocamiento y detención. ¿Qué hay que hacer ahora? Creo que son necesarios tres pasos para salvar la revolución:

Primero, todas las fuerzas revolucionarias tienen que unirse ahora y sin demora. Tiene que formarse un grupo que represente a la revolución, de manera que someta sus demandas al consejo militar y que al mismo tiempo controle a los manifestantes para que no se pueda utilizar la indisciplina para atacar a la revolución.

Segundo, tenemos que acordar las mínimas demandas necesarias que garanticen unas elecciones limpias y luego seguir insistiendo en esas demandas ante el consejo militar y ejerciendo presión para que las acepte. Quisiera subrayar aquí que ejercer presión sobre el consejo militar no significa insultarlo o exigir su caída, ya que el consejo militar, a pesar de su actuación, que no aprobamos, es el último bastión de la nación y nunca permitiremos que se ponga en peligro. Esas demandas son: el fin de los juicios a civiles ante tribunales militares, la liberación de todos los detenidos en cárceles militares, la dimisión del actual fiscal general y el nombramiento de uno nuevo entre los miembros más destacados del movimiento judicial independiente. El poder judicial debe de quedar limpio de jueces que supervisaron elecciones amañadas o de los que esté probado que colaboraron con la Seguridad Estatal. Las fuerzas de policía tienen que quedar limpias de oficiales corruptos y quienes estén acusados de haber matado a manifestantes tienen

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que ser suspendidos del servicio hasta que se resuelvan sus juicios. Y, finalmente, la ley electoral tiene que ser corregida de acuerdo con las demandas de las fuerzas políticas. Esas demandas son indispensables para garantizar unas elecciones que reflejen la voluntad de los egipcios, y transigir con ellas sencillamente significaría que las siguientes elecciones serán amañadas.

Tercero, si conseguimos que se acepten esas demandas que garanticen elecciones limpias, tenemos que convocar esas elecciones lo antes posible, de manera que el poder se trasfiera al gobierno civil que salga elegido. Ya no hay más tiempo y ya no tiene sentido entrar en largos debates sobre la Constitución y sus principios rectores. Todos esos debates retrasarán el traspaso del poder al pueblo y contribuirán a la división entre grupos políticos, y finalmente no nos llevarán a ninguna parte.

Si queremos salvar la revolución tenemos que dar esos pasos inmediatamente. Los 1.000 egipcios que fueron asesinados, los 1.400 que perdieron la vista y los 5.000 que quedaron heridos, así como los otros 1.000 dados por desaparecidos, muy probablemente muertos en los primeros días de la revolución, todos ellos se sacrificaron en beneficio de un cambio integral, no de una reforma parcial, en beneficio de una verdadera revolución a gran escala, no de un golpe que cambiase a un tirano por otro bajo el mismo antiguo sistema. Conseguir las reivindicaciones de la revolución es el único camino hacia el futuro.

La democracia es la solución.

© Alaa Al Aswany, 2011.

Traducción del inglés de Juan Ramón Azaola.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/podemos/salvar/revolucion/elpepiopi/20110821elpepiopi_13/Tes

Tripoli falls to Libyan rebels

By BEN HUBBARD - Associated Press, KARIN LAUB - Associated Press | AP – Sun, Aug 21, 2011 TRIPOLI, Libya (AP) — Libyan rebels raced into Tripoli Sunday and met little resistance as Moammar Gadhafi's defenders melted away and his 42-year rule rapidly crumbled. The euphoric fighters celebrated with residents of the capital in Green Square, the symbolic heart of the fading regime.

Gadhafi's whereabouts were unknown, though state TV broadcast his bitter pleas for Libyans to defend his regime. Opposition fighters captured his son and one-time heir apparent, Seif al-Islam, who along with his father faces charges of crimes against humanity at the International Criminal Court in the Netherlands. Another son was in contact with rebels about surrendering, the opposition said.

"It's over, frizz-head," chanted hundreds of jubilant men and women massed in Green Square, using a mocking nickname of the curly-haired Gadhafi. The revelers fired shots in the air, clapped and waved the rebels' tricolor flag. Some set fire to the green flag of Gadhafi's regime and shot holes in a poster with the leader's image.

By the early hours of Monday, rebels controlled large parts of the capital. They set up checkpoints alongside residents — many of them secretly armed by rebel smugglers in recent weeks. But pockets of pro-Gadhafi fighters remained: In one area, Associated Press reporters with the rebels were stopped and told to take a different route because of regime snipers nearby.

"We were waiting for the signal and it happened," said Nour Eddin Shatouni, a 50-year-old engineer who was among the residents who flowed out of their homes to join the celebrations. "All mosques chanted 'God is great' all at once. We smelled a good scent, it is the smell of victory. We know it is the time."

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The seizure of Green Square held profound symbolic value and marked a stunning turn in the tide of the 6-month-old Libyan civil war. The regime has held pro-Gadhafi rallies there nearly every night since the revolt began in February, and Gadhafi delivered speeches to his loyalists from the historic Red Fort that overlooks the square.

The sweep into the capital came after the rebel fighters advanced 20 miles from the west in a matter of hours. They took town after town and overwhelmed a major military base meant to defend Tripoli, 16 miles from the city. All the way, they met little resistance and residents poured out on the streets to welcome them.

In a series of angry and defiant audio messages broadcast on state television, Gadhafi called on his supporters to march in the streets of the capital and "purify it" of "the rats." He was not shown in the messages.

His defiance raised the possibility of a last-ditch fight over the capital, home to 2 million people. Government spokesman Moussa Ibrahim claimed the regime has "thousands and thousands of fighters" and vowed: "We will fight. We have whole cities on our sides. They are coming en masse to protect Tripoli to join the fight."

But it appeared that Gadhafi's military was abandoning him quickly.

The rebels' way into Tripoli was opened when the military unit in charge of protecting Gadhafi and the capital surrendered, ordering his troops to drop their weapons, the rebel information minister Mahmoud Shammam said.

In a sign of the coordination among rebels, as the main force moved into the city from the west, a second force of 200 opposition fighters from the city of Misrata further east landed by boat in the capital. They brought weapons and ammunition for Tripoli residents who join the rebellion, said Munir Ramzi of the rebels' military council in Misrata.

NATO Secretary-General Anders Fogh Rasmussen said Gadhafi's regime was "clearly crumbling" and that the time to create a new democratic Libya has arrived.

The sooner Gadhafi "realizes that he cannot win the battle against his own people, the better," he said in a statement, adding that NATO will continue to strike his troops if they make "any threatening moves toward the Libyan people."

In a statement early Monday, President Barack Obama said the way to prevent more bloodshed was for Gadhafi "to relinquish power once and for all." Obama said the rebel leaders must pursue a peaceful transition to democracy.

It was a stunning reversal for Gadhafi, who earlier this month had seemed to have a firm grip on his stronghold in the western part of Libya, despite months of NATO airstrikes on his military. Rebels had been unable to make any advances for weeks, bogged down on the main fronts with regime troops in the east and center of the country.

Gadhafi is the Arab world's longest-ruling, most erratic, most grimly fascinating leader — presiding for 42 years over this North African desert republic with vast oil reserves and just 6 million people. For years, he was an international pariah blamed for the 1988 bombing of a Pan Am jumbo jet over Lockerbie, Scotland, that killed 270 people. After years of denial, Gadhafi's Libya acknowledged responsibility, agreed to pay up to $10 million to relatives of each victim, and declared he would dismantle all weapons of mass destruction.

That eased him back into the international community.

But on February 22, days after the uprising against him began, Gadhafi gave a televised speech amid violent social unrest against his autocratic rule. In the speech, he vowed to hunt down protesters "inch by inch, room by room, home by home, alleyway by alleyway." The speech caused a furor that fueled the armed rebellion against him and it has been since mocked in songs and spoofs across the Arab world.

As the rebel force advanced on Tripoli, taking town after town, thousands of jubilant civilians rushed out of their homes to cheer the long convoys of pickup trucks packed with fighters shooting in the air. One man grabbed a rebel flag that had been draped over the hood of a slow-moving car and kissed it, overcome with emotion.

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Some of the fighters were hoarse, shouting: "We are coming for you, frizz-head." In villages, mosque loudspeakers blared "Allahu Akbar," or "God is great."

"We are going to sacrifice our lives for freedom," said Nabil al-Ghowail, a 30-year-old dentist holding a rifle in the streets of Janzour, a suburb just six miles west of Tripoli. Heavy gunfire erupted nearby.

As rebels moved in Tripoli, thousands celebrated in the streets of Benghazi, the rebels' de facto capital hundreds of miles to the east. Firing guns into the air and shooting fireworks, they cheered and waved the rebel tricolor flags, dancing and singing in the city's main square.

Rebel chief Mustafa Abdel-Jalil in Benghazi confirmed to the AP that the rebels arrested Gadhafi's son Seif al-Islam but refused to give the details of the capture.

"We have captured Seif al-Islam and he is in safe hands," he said.

In the Netherlands, the prosecutor at the International Criminal Court, Luis Moreno-Ocampo, said his office would talk to the rebels on Monday about Seif al-Islam's transfer for trial. "It is time for justice, not revenge," Moreno-Ocampo told the AP.

Seif al-Islam, his father and Libya's intelligence chief were indicted earlier this year for allegedly ordering, planning and participating in illegal attacks on civilians in the early days of the violent crackdown on anti-regime protesters.

Another son, Mohammed, was in contact with the rebels and was asking for guarantees for his safety, said rebel spokesman Sadiq al-Kibir. Mohammed, who is in charge of Libyan telecommunications, appeared on the Arabic satellite channel Al-Jazeera, saying his house was surrounded by armed rebels.

"They have guaranteed my safety. I have always wanted good for all Libyans and was always on the side of God," he said. Close to the end of the interview, there was the sound of heavy gunfire and Mohammed said rebels had entered his house before the phone line cut off.

A rebel spokesman based in London said Gadhafi's prime minister, Al-Baghdadi Al-Mahmoudi, was in a Tunisian hotel, indicating he had joined a growing list of defecting officials.

The day's first breakthrough came when hundreds of rebels fought their way into a major symbol of the Gadhafi regime — the base of the elite 32nd Brigade commanded by Gadhafi's son, Khamis. Fighters said they met with little resistance. They were 16 miles from the big prize, Tripoli.

Hundreds of rebels cheered wildly and danced as they took over the compound filled with eucalyptus trees, raising their tricolor from the front gate and tearing down a large billboard of Gadhafi. From a huge warehouse, they loaded their trucks with hundreds of crates of rockets, artillery shells and large-caliber ammunition.

One group started up a tank, drove it out of the gate, crushing the median of the main highway and driving off toward Tripoli.

"This is the wealth of the Libyan people that he was using against us," said Ahmed al-Ajdal, 27, pointing to his haul. "Now we will use it against him and any other dictator who goes against the Libyan people."

At the base, the rebels also freed more than 300 prisoners from a regime lockup, most of them arrested during the heavy crackdown on the uprising in towns west of Tripoli. The fighters and the prisoners — many looking weak and dazed and showing scars and bruises from beatings — embraced and wept with joy.

"We were sitting in our cells when all of a sudden we heard lots of gunfire and people yelling 'God is great.' We didn't know what was happening, and then we saw rebels running in and saying 'We're on your side.' And they let us out," said 23-year-old Majid al-Hodeiri. He said he was captured four months ago by Gadhafi's forces crushing the uprising in his home city of Zawiya. He said he was beaten and tortured while under detention.

From the military base, the convoy sped toward the capital.

Mahmoud al-Ghwei, 20 and unarmed, said he had just came along with a friend for the ride .

"It's a great feeling. For all these years, we wanted freedom and Gadhafi kept it from us. Now we're going to get rid of Gadhafi and get our freedom," he said.

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The uprising against Gadhafi broke out in mid-February, and anti-regime protests quickly spread. A brutal regime crackdown quickly transformed the protests into an armed rebellion. Rebels seized Libya's east, setting up an internationally recognized transitional government there, and two pockets in the west, the port city of Misrata and the Nafusa mountain range.

Gadhafi clung to the remaining territory, and for months neither side has been able to break the other.

In early August, however, rebels launched an offensive from the Nafusa mountains, intending to open a new, western front to break the deadlock. They fought their way down to the Mediterranean coastal plain, backed by NATO airstrikes, and captured the strategic city of Zawiya.

On Saturday, they consolidated control of Zawiya, then launched their furious rush on the capital.

At the same time, rebel "sleeper cells" inside Tripoli rose up and clashed with Gadhafi loyalists. Rebel fighters who spoke to relatives in Tripoli by phone said hundreds rushed into the streets in anti-regime protests in several neighborhoods on Sunday.

"We received weapons by sea from Benghazi. They sent us weapons in boats," said Ibrahim Turki, a rebel in the Tripoli neighborhood of Tajoura, which saw heavy fighting the past two days. "Without their weapons, we would not have been able to stand in the face of the mighty power of Gadhafi forces."

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Hadeel Al-Shalchi in Cairo contributed to this report.

Ben Hubbard y Karin Laub, “Tripoli falls to Libyan rebels, AP, 21 Agosto, 2011 http://news.yahoo.com/tripoli-falls-libyan-rebels-015336671.html

Tensión en Oriente Próximo

La alianza de Israel y Egipto entra en crisis La escalada de atentados palestinos desde Gaza enfrenta a ambos Gobiernos - El Cairo amenaza con llamar al embajador por la muerte de cinco policías en Sinaí ENRIC GONZÁLEZ - Jerusalén - 21/08/2011

Todas las opciones de paz en Oriente Próximo se basan en la alianza entre Israel y Egipto. Pero la alianza -forjada en los acuerdos de paz de Camp David firmados por Menahem Begin y Anuar el Sadat en 1978- se resquebrajó con la caída de Hosni Mubarak y ahora, tras los atentados del jueves, ha entrado en crisis. El Gobierno de El Cairo convocó ayer al embajador israelí y amenazó con retirar a su propio embajador en Tel Aviv, como protesta por la muerte de cinco policías egipcios en un tiroteo fronterizo y por las acusaciones de que no es capaz de controlar el movimiento de terroristas en el desierto del Sinaí. Pese a la tensión, ambos Gobiernos intentaban evitar que la crisis desembocara en ruptura. Israel, en un gesto inhabitual, expresó su "pesar" por la situación.

El detonante de la crisis fue un incidente, aún confuso, durante los combates entre soldados israelíes y milicianos palestinos que penetraron el jueves en Israel para cometer una serie de atentados. Los israelíes entraron en territorio de Egipto para perseguir a los palestinos y en la batalla fueron alcanzados y muertos tres policías egipcios (otros dos, heridos muy graves, fallecieron ayer).

En un primer momento, el Gobierno de Benjamín Netanyahu acusó de esas muertes a un terrorista suicida palestino. Pero esa versión no pudo sostenerse. Tampoco en la parte egipcia tenían las cosas claras: unos decían que los policías habían sido tiroteados por soldados desde el lado israelí de la frontera, otros decían que habían sufrido un

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ametrallamiento desde un helicóptero y una tercera versión culpaba a los palestinos que trataban de escabullirse hacia el interior del Sinaí.

El jefe del Ejército egipcio, general Sami Enan, se desplazó a la frontera para recabar información sobre el incidente. El viernes, el primer ministro Essam Sharaf convocó a su Gabinete para hablar de la situación en el Sinaí, un desierto por el que circulan con creciente libertad guerrilleros y terroristas, y más en concreto de la muerte de los policías. "Egipto ha presentado una protesta formal ante Israel por los incidentes fronterizos y exige una investigación urgente sobre las razones y las circunstancias que rodearon la muerte de miembros de las fuerzas egipcias", anunció un portavoz militar.

El Gobierno egipcio, que cooperó con los israelíes durante los ataques del jueves, solo aspiraba a que Netanyahu o su ministro de Defensa, Ehud Barak, presentaran excusas y ofrecieran alguna explicación pública. La población egipcia nunca se ha mostrado entusiasta ante la existencia de Israel y tiende a pensar que Mubarak fue demasiado servil con su poderoso vecino, por lo que la Junta Militar y el Gobierno que asumieron el poder tras la caída del dictador, en febrero, necesitaban mostrar una imagen de firmeza. La situación no era muy distinta a la de Turquía tras el cruento asalto a la nave Mavi Marmara. Bastaba una declaración más o menos compungida de Israel para salvar la cara y la alianza. Pero Israel, como con Turquía, ignoró olímpicamente las quejas.

Miles de manifestantes furiosos se congregaron ante la Embajada israelí en El Cairo. En Alejandría, un manifestante arrancó la bandera con la estrella de David del consulado y la sustituyó por banderas egipcias y palestinas.

Vista la situación, el Gobierno de Egipto elevó el tono. La televisión oficial anunció que el embajador egipcio en Tel Aviv sería retirado por tiempo indefinido. El embajador israelí fue convocado con urgencia (en realidad, el embajador vive en Israel por razones de seguridad y la legación es dirigida por el encargado de negocios) para ser informado de que Egipto consideraba los hechos "una vulneración de los acuerdos de paz de 1979". Las relaciones parecían al borde de la ruptura.

La amenaza surtió efecto. Netanyahu se reunió con sus principales ministros para buscar remedio a la crisis y optó por hacer lo que podía haber hecho la víspera. Ehud Barak realizó una declaración conciliadora: "Israel expresa su pesar por las muertes de tres agentes egipcios durante el ataque en la frontera", dijo. Añadió que la paz entre Israel y Egipto era "de gran importancia y valor estratégico para la paz en Oriente Próximo", y elogió la "discreción y responsabilidad" de las autoridades de El Cairo. También intentó satisfacer una de las exigencias egipcias y anunció que el incidente sería investigado. "Haremos lo necesario para evitar que el embajador egipcio se vaya", explicó un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en Jerusalén.

El gesto de Barak, sin embargo, fue insuficiente para El Cairo. Un portavoz diplomático egipcio manifestó a la BBC que la declaración no bastaba y que eran necesarias "excusas formales", así como el compromiso oficial de que cualquier investigación sobre el incidente sería compartida por militares de Egipto e Israel.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/alianza/israel/egipto/entra/crisis/elpepiint/20110821elpepiint_1/tes

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TRIBUNA: RAMIN JAHANBEGLOO

Europa, el islam y la política del miedo Musulmanes y occidentales deben revisar su legado común y empezar un nuevo diálogo

Muchos musulmanes alzan la voz contra la violencia, por el diálogo y la paz

RAMIN JAHANBEGLOO 13/08/2011

El miedo no precisa de definición. Es el padre de la violencia. Quizá por eso un autor como Montesquieu lo considerara una "pasión tiránica". Pero lo peligroso del miedo es que es una enfermedad contagiosa: otros pueden contraerla. El miedo existencial al otro siempre va acompañado de un proceso de "demonización" de ese otro. La demonización se alimenta del miedo y del odio. Y cuando se convierte en algo aceptable, en parte del discurso político ortodoxo, crea un clima que propicia la violencia.

En el caso de la relación entre el islam y Occidente, podemos subrayar el peligro de mutua demonización o de simétrica intolerancia que existe entre quienes sufren una islamofobia acusada o una extrema fobia a Occidente. Muchos de los tópicos y de las informaciones erróneas que contribuyen a la articulación de la islamofobia surgen de un miedo al islam que retrata a esa religión como un bloque monolítico, estático, bárbaro, irracional, violento, amenazador y reacio al cambio. En Occidente, el miedo al islam se ha convertido en un fenómeno social y el 11 de septiembre de 2001 convirtió la imagen del musulmán invasor en la de un musulmán terrorista.

Desde el siglo XI, ese miedo viene siendo un elemento permanente del imaginario social europeo. Sin embargo, es necesario subrayar que hoy día ya no estamos hablando de ese antiguo y primigenio miedo de Occidente al islam, hecho de ideas religiosas y teológicas preconcebidas, sino de un miedo moderno, moldeado por una visión del mundo secularizada y monolítica. El miedo moderno al islam no solo procede de la oposición cristiana a lo musulmán, sino de una relación secularizada con el islam y con los musulmanes.

En la mayoría de los países europeos, la ruptura con la islamofobia cristiana medieval se inició en el siglo XVIII y sobre todo durante la colonización francesa del Magreb y de Oriente Próximo. De este modo, el miedo cristiano al islam inició su decadencia, convirtiéndose en un miedo geopolítico: el Imperio otomano simbolizaba un peligro para el mundo occidental, pero un peligro más temporal y político que religioso. En el mundo contemporáneo, la islamofobia arranca de una concepción culturalista y esencialista del islam, que no ve en él una forma de espiritualidad, sino una cultura totalitaria que comporta una amenaza para el universalismo occidental.

Así podemos ver que donde más fuerte es la islamofobia es en aquellas culturas occidentales en las que impera la idea de una misión universalista, secular y republicana, que observa todas las prácticas religiosas anticuadas con voluntad de excluirlas o asimilarlas.Entre esas anticuadas prácticas religiosas que hay que erradicar está el pañuelo en la cabeza, que parece haberse convertido en un identificador visual de primer orden del objeto de odio. El hecho de centrarse en el hiyab y el niqab no solo constituye un caso de discriminación, también alimenta el sentimiento antimusulmán que crece en ciertos círculos europeos. Evidentemente, tenemos el ejemplo de ese juego de ordenador llamado Muslim Massacre creado por Eric Vaugh, el mismo de la página web Something Awful, y en el que el jugador debe matar a todos los musulmanes que

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aparecen en pantalla en las diferentes fases del juego, hasta llegar a los jefes del mismo: Osama bin Laden, Mahoma y Alá.

Si analizamos detenidamente el reciente asesinato masivo cometido en Noruega, que causó la muerte de 77 personas, comprenderemos que también pone de relieve otra falsa representación del islam como religión regresiva y opuesta a la mente misionera secular, que, por su parte, cree que hay que emancipar a los musulmanes de su mundo arcaico.

Esta representación errónea del islam va de la mano de otra relativa a Occidente. De este modo, la "islamofobia" o miedo a la corriente islámica se ve contrarrestada, al otro lado, por la "fobia a Occidente". En realidad, la representación errónea del islam convence a los musulmanes de que ni siquiera los occidentales razonables pueden comprender su credo y de que existe realmente un odio muy arraigado contra ellos. Esa fobia a Occidente crea una imagen especular: todo lo que viene de Occidente se pasa por el filtro de la sospecha y el odio. Llevada a su extremo, esa fobia antioccidental hace que los talibanes afganos agarren sus armas y disparen a las televisiones porque para ellos representan todo lo que hay de sexo y violencia en Occidente.

Estereotipar es típico de los musulmanes extremistas, que poca atención prestan al carácter heterogéneo del mundo occidental. En las comunidades islámicas extremistas, la imagen que se proyecta de los cristianos es la de seres inmorales, individualistas y hedonistas, como si el cristianismo y la cultura occidental fueran lo mismo. Pongamos el ejemplo de los libros de texto y guías para docentes iraníes. Una investigación realizada por el Centro para el Seguimiento del Impacto de la Paz (CMIP, en sus siglas inglesas) con 115 libros de texto y guías para docentes iraníes de todos los cursos demuestra que el sistema educativo iraní prepara a los alumnos para una guerra mundial contra Occidente en nombre del islam. En los libros de texto iraníes se alude a numerosos "otros": religiosos y étnicos, de fuera y de dentro del país, de contextos históricos y actuales. Sin embargo, dos suscitan especial atención: Estados Unidos y Occidente en general, por una parte; el "otro" judío-sionista-israelí, por otra. En consecuencia, los libros de texto iraníes constituyen un ejemplo de un programa de estudios que, al estar dedicado al odio, delata un orden educativo que prepara a los escolares para la guerra y el martirio contra el conjunto de Occidente y, en particular, contra Estados Unidos e Israel.

Queda por dilucidar cómo podemos ir más allá de este choque de intolerancias. No hace falta decir que en las escuelas de toda Europa habría que enseñar más cultura y religión musulmanas, para que pierda peso la idea de que sus practicantes son un pueblo exótico o ajeno. Además, en la vida pública y en los medios tendría que haber más musulmanes, lo cual facilitaría la comunicación.

Muchos musulmanes del mundo han alzado realmente su voz contra la violencia, defendiendo igualmente soluciones espirituales y no violentas como el diálogo y la paz. Pero no han logrado contener la marea. Son voces que es preciso escuchar, amplificar y enseñar, tanto en Occidente como en el mundo musulmán.

Más que nunca, ha llegado el momento de que el islam y Europa vuelvan la vista a su legado común y comiencen un nuevo diálogo. De hacerlo así, no solo conseguirían asentar una actitud intercultural caracterizada por la buena voluntad, sino que ayudarían a modelar la conciencia de la comunidad musulmana, conduciéndola hacia tradiciones islámicas y europeas no violentas. http://www.elpais.com/articulo/opinion/europa/islam/politica/miedo/elpepiopi/20110813elpepiopi_4/tes

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Concentración en la plaza Tahrir de El Cairo a favor de mayores reformas Varios centenares de egipcios rompen el ayuno del Ramadán en el emblemático lugar.- El jefe de la junta militar egipcia, Mohamed Tantaui, visita a las tropas desplegadas allí EFE - El Cairo - 12/08/2011

Varios centenares de egipcios han roto hoy el ayuno del mes sagrado musulmán de Ramadán en la emblemática plaza Tahrir y se han manifestado a favor de mayores reformas, rodeados de un impresionante despliegue policial. La convocatoria, bajo el lema "Un viernes por el amor de Egipto", ha reunido a un buen número de personas a pesar del boicot de varios grupos políticos y de la presencia de las fuerzas de seguridad.

"La idea de este día no era el de una marcha del millón", ha explicado el activista Ramy Sawisy, uno de los portavoces y fundadores del Movimiento 6 de Abril, en alusión a las multitudinarias protestas que se han convocadas en Tahrir. El llamamiento era para "un festival que incluyera a la mayoría de las fuerzas políticas", según Sawisy, que ha destacado la alta presencia tanto de cristianos como de musulmanes.

El Movimiento 6 de Abril, que promovió la Revolución del 25 de Enero, decidió participar en la manifestación y el iftar (comida con la que se rompe el ayuno) y llevó bebida y comida con la ayuda de voluntarios y de donaciones. Sentados en el suelo, en bancos o en los bordillos de las aceras, gente de todas las edades degustaba algún alimento, mientras el centro de la plaza y las calles aledañas se mantenía tomadas por policías y soldados.

Visita de Mohamed Tantaui Las tropas, que llevan desplegadas en Tahrir desde que el pasado 1 de agosto desalojaron por la fuerza a los últimos manifestantes que permanecían allí acampados, fueron visitadas por el jefe de la junta militar egipcia, Mohamed Tantaui, antes de la convocatoria. El jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que asumió el poder interinamente el pasado 11 de febrero tras la renuncia de Mubarak, expresó su confianza en que los militares y policías sabrían cumplir con su misión de mantener la estabilidad y seguridad de Egipto y su pueblo.

El despliegue policial no ha evitado que se desarrollara una manifestación a favor de un Estado civil y de una aceleración de las reformas políticas y de los juicios contra los responsables del antiguo régimen. También han destacado en Tahrir los llamamientos al respeto de todas las tendencias y a la unidad de todos los egipcios para evitar la tensión sectaria.

Esta convocatoria no ha estado exenta de polémica, ya que algunos grupos aseguraban que iba a crear una fractura en la sociedad egipcia, al considerarla una respuesta a la manifestación protagonizada por los islamistas el pasado 29 de julio, de la que se retiraron los partidos laicos, izquierdistas y liberales. http://www.elpais.com/articulo/internacional/concentracion/plaza/tahrir/cairo/favor/mayores/reformas/elpepuint/20110812elpepuint_7/tes

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EDITORIAL

Netanyahu, sin tiempo Los indignados israelíes exigen mejoras sociales a un Gobierno obsesionado con el desafío palestino 10/08/2011

El Gobierno de Benjamín Netanyahu ha decidido crear una comisión para atender las demandas de los miles de israelíes que el pasado fin de semana tomaron las calles del país reclamando mejoras sociales y, en particular, el acceso a una vivienda digna. La protesta ciudadana en Israel se produce en un momento delicado para la coalición en el poder, puesto que abre el frente interno en vísperas de que, en el diplomático, pueda prosperar en Naciones Unidas la declaración del Estado palestino, una iniciativa que Netanyahu está intentando a toda costa detener. Las manifestaciones de los que ya se conocen como los indignados israelíes vienen a demostrar que el conflicto con los palestinos ha dejado de operar como un factor indiscutible de cohesión, al que hasta ahora se supeditaba el resto de los problemas que padece el Estado. El discurso del enemigo exterior no ha podido ocultar por más tiempo que los israelíes esperan de su Gobierno, además de seguridad, una gestión distinta de los asuntos cotidianos que más les afectan. En Tel Aviv y otras ciudades, los ciudadanos no han salido a la calle para reclamar la paz ni tampoco la guerra, sino para llamar la atención sobre unas condiciones de vida cada vez más degradadas. Los manifestantes no han querido tomar posición sobre la ocupación del territorio palestino, conscientes de que podría provocar división. Pero han denunciado que la política de asentamientos seguida por el Gobierno, empeñado en colonizar ilegalmente un territorio que no le pertenece, distorsiona gravemente la capacidad del Estado para aliviar el problema de la vivienda.

La oposición acusa al Ejecutivo de carecer de otra estrategia que no sea la de ganar tiempo, y no le falta razón. Netanyahu, en efecto, necesita tiempo para que la coalición que lo sostiene no se resquebraje ante las múltiples presiones a las que está sometida. Lo necesita, además, para que las protestas internas no se solapen con lo que pueda suceder en septiembre, prospere o no la declaración del Estado palestino. Y lo necesita, por último, porque el único objetivo en el que parecen estar de acuerdo las distintas fuerzas integradas en su Gobierno es el de conservar el poder. A costa, incluso, de la inacción, por más que la haya intentado ocultar detrás de rotundas palabras. O de comisiones como la recién creada para apaciguar unas protestas sociales inéditas en Israel.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/netanyahu/tiempo/elpepiopi/20110810elpepiopi_3/tes

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REPORTAJE: Libros

Las letras, con actualidad entran JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - 09/08/2011

El 31 de agosto se acaba el optimismo veraniego: bienvenidos al desierto de lo real. Eso que en Francia llaman rentrée y que en España no acaba de quitarle del todo el protagonismo a la inefable "campaña del libro de texto" llegará este año con el barro de todas las tormentas (las económicas y las otoñales) pegado a los zapatos de la literatura. Ya sea de ficción o no. La intrahistoria de la era Obama -a unos meses de las elecciones estadounidenses- y nuestras tragedias laborales -a unas semanas de las españolas- alternan en la parrilla editorial en el mes en que se conmemora el décimo aniversario del 11-S, aquel martes en que el mundo supo trágicamente que la historia no había terminado en 1989 en Berlín.

- La novela del mes. Si la literatura fuera como el fútbol Libertad (Salamandra), de Jonathan Franzen, sería uno de esos partidos del siglo que se juegan cada cierto tiempo. Cuando esta novela de 600 páginas se publicó en Estados Unidos hace un año la revista Time le dedicó la portada a su autor, algo que solo habían conseguido escritores como Joyce, Nabokov o Salinger. En su caso, además, el titular era rotundo: "El gran novelista americano". El hecho de que Obama se interesara por el libro antes de su aparición ya había puesto bajo los focos a un narrador que atesoraba dos medallas: el National Book Award por su novela anterior, Las correcciones (Seix Barral), y haber rechazado la invitación para salir en el programa de televisión de Oprah Winfrey. Para algunos Libertad es la primera novela del siglo XXI. Para otros, la última del XIX. Los primeros se basan en su contenido: la historia de una familia de Minnesota que con el cambio de milenio pasa de acercarse al ideal para convertirse en una fábrica de sospechas. Los segundos, entretanto, subrayan un modo de narrar ese contenido que acerca a Franzen a autores como Tolstoi, Dickens o Balzac. Para ambos, la novela como género sigue siendo la historia privada de las naciones. En este caso, la más poderosa del planeta. Un lugar en ocasiones ideal, sospechoso en otras.

- La confesión del año.

Tan voluminosa, y tan ambiciosa, como la novela de Franzen es otra de las grandes apuestas del nuevo curso: Yo confieso (Destino), de Jaume Cabré. Si la duda en el caso del estadounidense, que cambia de editorial, es si los lectores españoles responderán tan bien como sus compatriotas, en el caso del autor catalán, y en catalán, lo es si este relato de formación servirá para que se conozca en toda España la obra de un autor traducido a casi 20 lenguas -es uno de los tesoros de la alemana Surkamp- y que ha ganado casi todos los premios, entre ellos el prestigioso Méditerranée a la mejor obra extranjera publicada en Francia en 2004.

- Días laborables. Uno de los jóvenes autores españoles que mejor ha sabido armonizar la ambición en la forma y la contundencia en los temas, la historia de la vida privada y la de la vida pública, es Isaac Rosa, autor en 2004 de El vano ayer, una de las grandes obras sobre el antifranquismo. En septiembre, Rosa publicará su cuarta novela, La mano invisible (Seix Barral), una aproximación desde la ficción al mundo laboral que podría tener su cara testimonial en El muelle de Ouistreham (Anagrama), de Florence Aubenas. En su reportaje, la periodista francesa narra su experiencia durante los días de 2007 en

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que, tras estallar la crisis, se inscribió en el paro poder contar desde dentro el cruce de explotaciones y humillaciones a las que son sometidos muchos trabajadores. Los de la limpieza, por ejemplo. Como ella.

- Francia, a lo suyo. Hay, no obstante, otra Francia y casi toda estará en Anagrama, que desembarca apostando por nuestros vecinos (Beigbeder, Roudinesco). La estrella más rutilante es Michel Houellebecq con El mapa y el territorio, novela ganadora del último premio Goncourt después de que el autor de Las partículas elementales despotricara durante años contra el galardón. Al final se lo llevó con su ácido retrato del mundo del arte contemporáneo en el que él aparece como personaje: "Un autor agradable de leer", escribe de sí mismo.

- Una década sin nombre. Los hechos son subversivos (Tusquets), es el título del nuevo libro de Timothy Garton Ash. Su subtítulo: Ideas y personajes para una década sin nombre. Esa década es la que empezó en 2000 y quedó marcada un año después por los atentados del 11-S. El historiador británico, experto en Europa del Este, es profesor en Oxford y en Stanford (EE UU). Si a esto se le une que el suyo es uno de los estilos más transparentes, rigurosos y bienhumorados del panorama intelectual de nuestro tiempo, su colección de ensayos y reportajes es una garantía de sugerencia y pensamiento libre. A riesgo de sonar a sinergético, sus artículos semanales en este periódico bien valen un euro veinte. Aunque marcado por los atentados de Nueva York, el libro incluye una aproximación a la película La vida de los otros que es mucho más que una anécdota: el propio Garton Ash fue espiado por la Stasi durante sus años de estudiante en Berlín. Lo contó magistralmente en El expediente (Tusquets).

Hablando de la película, el historiador escribió hace dos años que, por contraste con la posguerra, hoy los alemanes tenían mejor protegida su privacidad que los británicos. Algunos le acusaron de tremendista. Murdoch ha terminado dándole la razón.

- El hueco del World Trade Center. "El siglo XXI nació sin anestesia", dice la periodista Ana Pastor en el prólogo a Nueva York, 8:45 A. M. (Errata Naturae), una antología de reportajes y artículos plagada de premios Pulitzer que, tesela a tesela, completa un mosaico que va del 11-S a la muerte de Bin Laden pasando por Afganistán e Irak, Bush y Obama, Washington y Guantánamo. Lo firman nombres como Bob Woodward, Judith Miller o Amy Goldstein. El arranque en vivo del siglo vio también cómo el periodismo tradicional se veía sacudido por la contribución de una fuente inédita y, por momentos, inagotable: WikiLeaks. También en septiembre, Seix Barral recupera Underground, una historia particular del ciberactivismo escrita en los años noventa por Julian Assange y Suelette Dreyfus. En una nota a la edición española Dreyfus se pregunta: "¿Hemos alcanzado un momento en que solo los curiosos y los imprudentes podrán salvarnos del Estado vigilante y del Estado secreto?"

- Imperialismos. Como todo imperio tiene su antiimperialista, ahí está Noam Chomsky (RBA) con su particular contribución al análisis de la política mundial a partir de los atentados contra las Torres Gemelas. Como la historia explica muchas veces lo que la actualidad no alcanza a explicarse, Jane Burbank y Frederick Cooper publican Imperios (Críticas), de Roma a Estados Unidos pasando por China o la Unión Soviética, un caso este, a cuyo declive dedicó David Remnick, director de The New Yorker y biógrafo de Obama, su crónica La tumba de Lenin, que aparecerá en Debate.

- Primavera árabe, otoño español. La primera revolución democrática del mundo árabe, la acontecida en Túnez, ya tiene quien la explique: Sami Naïr, que publica simultáneamente en árabe, francés y español La lección tunecina (Galaxia

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Gutenberg / Círculo de Lectores), un libro tejido con entrevistas a los que encendieron una llama que todavía sigue encendida. De algo más al este llegan los relatos de un clásico vivo, el cairota Alaa Al Aswany, opositor a Mubarak y autor del celebérrimo El edificio Yacobián. Su libro Deseo de ser egipcio (Mondadori) reúne una serie de cuentos que las autoridades de su país rechazaron con el argumento de que contienen "opiniones subversivas al tiempo que se burlan de los valores de la sociedad egipcia, el Estado y la Patria". - El resto es literatura. La actualidad, la historia y la memoria mandan en el otoño casi tanto como eso que llaman "los mercados". De las tres cosas hay en Esperanza (Roca), la crónica biográfica en la que Jesús María Santos retrata a Esperanza Pérez, una española de Cuba que terminó viendo cómo su hijo engrosaba la lista de los desaparecidos en la Argentina en la dictadura militar. Por lo demás, una de las mesas de novedades más poblada será la de los ensayos literarios con Juan Benet (Lumen), Umberto Eco (Debate), Zadie Smith (Salamandra), Orhan Pamuk (Mondadori) o T. S. Eliot (Lumen). Además, un inédito inesperado: el Diario anónimo escrito por José Ángel Valente entre 1959 y 2000 (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores).

Por el lado de la imaginación, el otoño verá llegar a las librerías los cuentos completos de Antonio Muñoz Molina (Seix Barral), Manuel Rivas (Alfaguara) y, en 2.500 páginas y tres tomos, los de Pirandello (Nórdica). También relatos -Carolina Grau- publicará Carlos Fuentes, que hace doblete con el monumental volumen La gran novela latinoamericana (Alfaguara), un panorama que va de los tiempos de la conquista a Juan Gabriel Vásquez. Sin olvidarse, por supuesto, del boom de los años 60. "Nosotros queríamos contar lo que la historia no había contado", dice el escritor mexicano refiriéndose a su generación. "Los autores que vinieron luego ya no tenían esa pretensión". Algunos, no obstante, todavía la conservan. Y llegan en septiembre.

http://www.elpais.com/articulo/revista/agosto/letras/actualidad/entran/elpten/20110809elpepirdv_1/Tes

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Tropas sirias asaltan con tanques y excavadoras la ciudad de Deir Al Zor Los activistas denuncian la muerte de al menos 20 personas.- Ban exige a El Asad que detenga "de manera inmediata" la violencia contra la población.- El mandatario sirio no atendía las llamadas del secretario general de la ONU desde el pasado mes de mayo AGENCIAS / Nueva York 07/08/2011

El Ejército sirio ha entrado este domingo con tropas de tierra, tanques y excavadoras en la ciudad de Deir Al Zor, la ciudad más grande del noreste del país, para atajar las protestas contra el régimen del presidente Bashar el Asad, según han informaron activistas de oposición a la cadena CNN, horas después de que el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, exhortara al presidente sirio a que pusiera fin a la represión militar en el país.

Activistas presentas en la ciudad aseguran que hay al menos 20 muertos. El asalto está siendo intenso: varios testigos informan ya de "fuertes explosiones" en varios barrios de la ciudad mientras los residentes instalan barricadas improvisadas, con rocas y postes, para impedir el acceso de los vehículos por las calles más estrechas. La población parecía estar prevenida del asalto. El pasado viernes, un activista de oposición advertía a los líderes tribales de que el Ejército sirio tenía intención de irrumpir en la ciudad en las próximas horas, recomendando a los "notables" de la zona que se prepararan para el asalto militar.

Esta no es la única operación que ha puesto en marcha el Ejército sirio en las últimas horas. En la provincia de Homs, ocho civiles han muerto en un enfrentamiento con militares leales al Gobierno. El presidente El Asad ha asegurado hoy, tras estos nuevos ataques, que es un "deber del Estado" proteger la seguridad de sus ciudadanos y actuar contra aquellos que "violan la ley" en su país.

"Alarma" en la ONU El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, se ha mostrado alarmado por la escalada de violencia de los últimos días en Siria y así se lo ha hecho saber al mandatario del país. En una conversación telefónica mantenida este sábado, el secretario general de la ONU ha exigido al presidente Bashar el Asad que detenga "de manera inmediata" el uso de fuerza militar contra la población civil, según informa un comunicado hecho público por la oficina de prensa de la ONU.

"En una conversación telefónica mantenida este sábado con el presidente de Siria, el secretario general de Naciones Unidas ha expresado su gran preocupación -y la de la comunidad internacional- ante la escalada de violencia y el aumento de víctimas en el país en los últimos días", agrega el texto.

Ban ha intentado durante los últimos meses mantener una conversación con El Asad, según fuentes de Naciones Unidas, pero el presidente sirio había rechazado hasta ahora contestar a dichas llamadas. La última vez que ambos mandatarios hablaron fue el pasado mes de mayo, cuando Ban pidió a El Asad que pusiera fin a la represión contra

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los manifestantes que piden su salida del poder y una mayor apertura democrática en el país.

La última llamada telefónica llega días después de que el pasado 3 de agosto el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenara la represión del Ejecutivo sirio contra los manifestantes, en lo que ha supuesto la primera acción de peso sobre el tema, después de que la división entre los miembros del Consejo haya bloqueado todas las propuestas anteriores. Cualquier otra declaración más contundente, así como la imposición de sanciones a los dirigentes del país, parece imposible ante el veto de China e Rusia, los únicos aliados que tiene Siria dentro del Consejo.

El comunicado de Ban hace referencia al "gran número de vidas que se han perdido entre las fuerzas de seguridad y la Policía", una afirmación que ha mantenido el Gobierno sirio desde el comienzo de las protestas y sobre la que los diplomáticos occidentales han mostrado suspicacias. Varias organizaciones humanitarias que trabajan en el país cifran en más de 1.500 las muertes desde que estallara la revolución en Siria el pasado mes de marzo. Esta semana, la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, responsabilizó al dirigente del país de la muerte de más de 2.000 de sus opositores.

Ban se ha referido también a las promesas formuladas por el presidente sirio sobre reformas políticas, cuando el pasado jueves legalizó por decreto los partidos políticos y ha promulgado una ley sobre la celebración de elecciones pluralistas. "El secretario general ha recalcado que para que esas medidas tengan credibilidad, el uso de la fuerza y los arrestos en masa deben detenerse de manera inmediata", agrega el texto. La misma posición que adoptó la oposición siria, que calificó de burla los pasos dados por El Asad los mismo días que las fuerzas de seguridad siria mataban a decenas de personas en la ciudad de Hama.

Por último, Ban ha reiterado las peticiones de Naciones Unidas para que Damasco permita la entrada de misiones de organizaciones humanitarias internacionales y del Alto Comisionado en Derechos Humanos de la ONU en el país.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/tropas/sirias/asaltan/tanques/excavadoras/ciudad/deir/zor/elpepuint/20110807elpepuint_1/tes?print=1

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REPORTAJE: SOLOS ANTE EL TIRANO

Sin miedo al sátrapa Los opositores se enfrentan a Bachar el Asad sin apoyo exterior, aunque esperaban que sus manifestaciones pacíficas les granjearan el respaldo de la comunidad internacional. Pero por ahora combaten solos la violencia salvaje del régimen. La ayuda no llegará ENRIC GONZÁLEZ 07/08/2011

Mohamed Bouazizi, el frutero tunecino que se inmoló el pasado 17 de diciembre, se convirtió en un símbolo de dignidad desesperada frente a la tiranía y la corrupción. Su gesto hizo estallar las ansias de libertad de millones de norteafricanos y árabes.

Hamza Ali al Jatib simboliza una situación distinta. Hamza, de 13 años, fue detenido en Daraa el 29 de abril por gritar en una manifestación "Abajo el régimen sirio". Su familia no volvió a verle hasta el 25 de mayo, cuando la policía devolvió el cadáver descompuesto. El muchacho había sido electrocutado, quemado, parcialmente despellejado y castrado antes de morir a tiros. La policía recordó al padre que tenía otros hijos y que ellos también podrían sufrir daños. El padre obedeció las instrucciones y acusó a extremistas musulmanes de haber asesinado a Hamza.

Eso es Siria hoy. Bachar el Asad, benjamín de los dictadores árabes con solo 45 años, ha optado por seguir las enseñanzas de su padre, Hafez el Asad, de quien heredó la presidencia en 2000. Hafez se mantuvo 40 años en el poder gracias a una fría administración de la crueldad y a un formidable entramado de cuerpos policiales. Bachar se presentó ante su pueblo como un reformista, pero en cuanto empezaron las protestas populares, en marzo pasado, optó por imponer el terror. A Hafez siempre le funcionó. Su destrucción de la ciudad de Hama en 1982, con al menos 10.000 muertos, constituyó el paradigma de su régimen. Bachar también está destruyendo ahora Hama. Ocurre, sin embargo, que algo ha cambiado. La gente, o al menos gran parte de ella, ya no tiene miedo.

Con su suicidio, el frutero Bouazizi proclamó que prefería la muerte a la humillación continua. Esa declaración de orgullo prendió en el mundo árabe e impulsó un movimiento revolucionario cuyas consecuencias finales son aún imprevisibles. Los ciudadanos aprendieron que los dictadores podían caer, como ocurrió en poco tiempo en Túnez y en Egipto. Los dictadores, a su vez, aprendieron que una actitud conciliatoria ante los manifestantes solo podía llevarles al exilio, a la cárcel o a la horca. Y optaron por la sangre.

A El Asad no le ha ocurrido, por ahora, lo que al libio Muamar el Gadafi. No se le ha desgajado el Ejército. La solidez de la cúpula militar y de la élite del régimen de Damasco garantiza a El Asad tiempo y recursos para defender su presidencia a cañonazos. También garantiza, probablemente, un final desastroso para su dinastía. Ha sido la represión salvaje y específicamente diseñada para infundir terror, del que la tortura y asesinato de Hamza Ali al Jatib constituye el mejor ejemplo, la que ha animado a más y más ciudadanos a salir a la calle y a desafiar a la muerte. El mecanismo represión-reacción gira cada vez más deprisa.

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No está nada claro cuánto puede durar la crisis en sus actuales términos de manifestaciones y matanzas. Existen muchos factores a considerar. Y la información disponible es deficiente.

No hay periodistas en Siria. Los extranjeros no pueden entrar en el país, y los sirios llevan años domesticados para contar solo lo que el poder desea que se cuente. El control militar de las fronteras, la abundancia de espías internos (uno por cada 150 ciudadanos adultos, más varios cientos de miles de informadores) y la ayuda tecnológica de Irán, el último aliado fiel de El Asad y los suyos, ha permitido cerrar el país y detectar las intrusiones en cuestión de horas.

El régimen ha intentado crear un vacío informativo y fabricar un relato de los hechos dirigido, como siempre, a atemorizar a los ciudadanos: en la versión del Gobierno no existen manifestaciones pacíficas (salvo las de apoyo a El Asad), sino ataques de bandas armadas, terroristas islámicos y agentes provocadores financiados por potencias enemigas, cuyo objetivo consiste en azuzar el odio entre los distintos grupos religiosos y sociales para lograr una guerra civil al estilo libanés, con diversos bandos y destrucción asegurada del país. En esa misma versión, el Ejército y los temidos shabiha (grupos de obreros y campesinos de la minoría alauí) no disparan contra civiles desarmados, sino contra guerrilleros enemigos.

Ese relato es globalmente falso. No del todo, sin embargo. Aunque los manifestantes actúan de forma pacífica en su gran mayoría, numerosos indicios apuntan a la existencia de grupos violentos de inspiración islamista. Además de las filmaciones que muestran a civiles con armas arrojando cadáveres al río al grito de "Alá es grande", aparecen testimonios personales difíciles de discutir. El profesor estadounidense Joshua Landis, un reputado especialista en Siria casado con una mujer de esa nacionalidad, asegura que uno de sus parientes políticos, militar de profesión, fue asesinado en una emboscada junto a otros soldados.

Incluso los activistas que desde el extranjero coordinan la revuelta admiten la presencia de extremistas. Ammar Abdulhamid, exiliado en Washington y organizador de la conferencia de opositores celebrada en Antalya (Turquía) hace un par de meses, declara que el éxito de la revolución depende en gran medida de que las protestas sigan siendo "mayoritariamente pacíficas" y de que "los fanáticos puedan ser mantenidos al margen". Es decir, hay una minoría violenta en el movimiento contra El Asad y hay fanáticos que desean venganza.

La venganza constituye otro factor de gran importancia. El régimen sirio se basa en la minoría alauí, lo que durante años ha alimentado rencores en la mayoría de la población (el 70%, que profesa la religión musulmana suní). Los alauíes son una secta que combina el islam chií con elementos paganos premusulmanes, doctrinas esotéricas y ciertos rasgos cristianos. Durante la época colonial, los franceses reclutaron alauíes de las montañas como fuerza de choque nativa contra los suníes. Eso dejó cicatrices en la sociedad siria. Hafez el Asad se comprometió desde que alcanzó el poder, en 1970, a forjar un país en el que los diferentes grupos religiosos pudieran convivir sin tensiones sectarias dentro de un Estado laico. Las minorías, en especial alauíes y cristianos, se han sentido cómodas y seguras bajo el régimen de los Asad. Paradójicamente, se trata de un régimen estrictamente sectario, cuya élite pertenece casi en su totalidad, como la familia El Asad, a la comunidad alauí.

Los integristas suníes que se rebelaron en Hama en 1982 perpetraron una matanza de oficiales alauíes. Ese es el tipo de recuerdo siniestro que agita el clan El Asad (muchos

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analistas consideran que la familia domina al presidente) para mantener el apoyo de las minorías religiosas. La posibilidad de que una hipotética caída del régimen suscitara actos de venganza contra las minorías por parte suní no es en absoluto remota. Y explica la pasividad de millones de sirios, en Alepo, Damasco y otras ciudades, temerosos de que tras el actual baño de sangre se produzca uno aún más terrible. El activista Abdulhamid opina que el Gobierno fomenta eso -temores y odios sectarios- para empujar al país hacia un ambiente de guerra civil. El miedo siempre favorece a El Asad.

El movimiento opositor tampoco es angelical. Al margen de las dudas que pueda suscitar la teórica moderación de los Hermanos Musulmanes, el núcleo de los activistas que luchan por una democracia liberal surgió de un programa estadounidense destinado a crear una generación de jóvenes líderes prooccidentales. Decenas de estudiantes sirios recibieron cursos en Washington y otras ciudades, en los que aprendieron básicamente a organizar una revolución. Sus recursos intelectuales y materiales (desde la habilidad propagandística hasta los teléfonos por satélite) proceden de Estados Unidos y de una discreta red suní que enlaza el capital saudí con miembros de la coalición libanesa Futuro, radicalmente antisiria.

La característica común al conjunto de las revueltas árabes radica en la ausencia de líderes. Los Comités de Coordinación Local de Siria, la estructura compuesta por unos centenares de personas que utilizan las redes sociales para homogeneizar el movimiento de protesta, carecen de un líder. Eso constituye una ventaja cuando se trata de aunar corrientes muy distintas en la lucha contra el dictador. Por otra parte, impide que las potencias occidentales reconozcan a un Gobierno alternativo (como en el caso de Libia) y augura una situación caótica en el caso de que el régimen sufriera un colapso.

Los revolucionarios esperaban que sus manifestaciones pacíficas y laicas les granjearan la simpatía de la llamada comunidad internacional, y que la violencia salvaje del régimen provocara algún tipo de intervención externa. La simpatía la han conseguido. La ayuda, en cambio, no llegará. La convulsión siria coincide con un momento catastrófico de la economía mundial, con el agotamiento militar y presupuestario de Estados Unidos tras los conflictos de Afganistán e Irak, con la frustración suscitada por la errática e infructuosa operación de la OTAN a favor de los rebeldes libios y con un clima global de pesimismo y desconfianza.

También coincide con un momento de estupor en la región. En general, se asume que algo empezará a ocurrir a partir de septiembre, cuando la ONU deberá decidir si hay alternativa al fracasado proceso negociador entre israelíes y palestinos, y Egipto se adentrará en un decisivo proceso electoral. Reina una curiosa pasividad mientras en Siria, tradicionalmente considerada el corazón de Oriente Próximo, se abre un agujero negro.

Hafez el Asad, el creador de la Siria contemporánea, fue sin duda un óptimo estratega. Tejió con paciencia una sólida telaraña diplomática. Supo ver el futuro de la revolución de los ayatolás y estableció una alianza sólida con Irán, que correspondió legitimando el alauismo como rama del chiismo y apoyándose en Siria para participar en los continuos enredos regionales; supo jugar la carta palestina y apostar por Hamás en el momento justo; supo dominar la explosiva política libanesa sin llegar a tentaciones anexionistas y tuteló la creación de la milicia chií Hezbolá como elemento interpuesto en su enfrentamiento con Israel. Todo eso, Líbano, Irán, el nacionalismo kurdo (que tiene su feudo en el extremo nororiental de Siria), el contiguo Irak, la vecina Turquía, el enemigo Israel (que ocupa el Golán), se vería afectado si cayera el régimen. Oriente

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Próximo cambiaría de golpe. Y no es posible adivinar en qué posición caerían las piezas del caleidoscopio.

Las críticas a El Asad se han hecho durísimas en Estados Unidos y la Unión Europea, e incluso aliados tradicionales como Rusia y Turquía han tomado distancias respecto a Damasco, pero el dictador sirio sabe que son solo palabras y que por el momento tiene las manos libres para matar al porcentaje de población que considere necesario.

El tunecino Ben Alí y el egipcio Mubarak cayeron porque Washington les amenazó con cortar el grifo del dinero y porque sus generales no acataron la orden de disparar contra los manifestantes. El Asad dispone de financiación iraní y de unos generales absolutamente fieles, controlados por su propio hermano menor, Mahir, jefe de la Guardia Presidencial, de la Cuarta División Acorazada y, en la práctica, de todo el Ejército.

Como en Túnez y Egipto, la oposición se organiza en las mezquitas y ha hecho de los viernes, el día en que los musulmanes olvidan su condición social y se postran juntos para rezar, la jornada de manifestaciones. El Ramadán que acaba de empezar, con su ayuno, su espiritualidad y su incremento de visitas a la mezquita, hace que cada día sea un viernes y que cada noche, tras la cena, ofrezca la oportunidad de salir a la calle. Por eso el Gobierno ha movilizado todos sus recursos militares y ha acelerado la campaña represiva. Se ha abierto una nueva fase, aún más violenta.

La revolución egipcia, considerada poco cruenta por la negativa del Ejército a disparar contra la multitud, costó unos 2.000 muertos entre una población de 80 millones. En Siria, según Amnistía Internacional, ya hay unos 2.000 cadáveres para una población de 16 millones. Y el proceso sólo está comenzando. -

ENRIC GONZÁLEZ Sin miedo al sátrapa Loss opositores se enfrentan a Bachar el Asad sin apoyo exterior, aunque esperaban que sus manifestaciones pacíficas les granjearan el respaldo de la comunidad internacional. Pero por ahora combaten solos la violencia salvaje del régimen. La ayuda no llegará 07/08/2011 http://www.elpais.com/articulo/reportajes/miedo/satrapa/elpepusocdmg/20110807elpdmgrep_1/tes

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ENTREVISTA: BERNARDINO LEÓN - Enviado especial de la Unión Europea para el Mediterráneo Sur

"Hay reformistas dentro del régimen sirio" "Hay que aumentar la presión sobre El Asad tanto como permita el consenso internacional"

"Fue un error decir 'mejor Ben Ali que Bin Laden' y confundir estabilidad con democracia"

MIGUEL GONZÁLEZ 07/08/2011

Bernardino León (Málaga, 1964) lleva apenas tres semanas como enviado especial de la Unión Europea para el Mediterráneo Sur, un cargo de nueva creación con el que los 27 aspiran a hacerse presentes en la primavera árabe, que ha cambiado radicalmente el panorama de su vecindario más conflictivo. Ya ha visitado Marruecos y Túnez, la semana próxima viajará a Egipto y luego a Jordania antes de comparecer el 31 de agosto ante el Parlamento Europeo. Aunque cada país es diferente, a todos les transmite el mismo mensaje: "La UE asume su responsabilidad y está dispuesta a ayudar para que se consoliden estos procesos sin injerencias. Queremos más presencia, más diálogo y más eficacia".

Pregunta. No sé si es suya esta frase: "Los Gobiernos europeos han sido durante demasiado tiempo demasiado amigos de los enemigos de las sociedades árabes".

Respuesta. No es mía, pero la he repetido más de una vez. Las revueltas árabes son democráticas, pero sobre todo son revueltas de dignidad y si ellos están dispuestos a hacer cuentas con el pasado, esperan de nosotros que hagamos lo mismo. Es verdad que hay que mirar al futuro, pero también tenemos que plantearnos qué es lo que hicimos mal cuando confundimos estabilidad con democracia o decíamos: "Mejor Ben Alí [dictador tunecino] que Bin Laden". Fue un error y hay que reconocerlo.

P. ¿Hasta cuándo tolerará la comunidad internacional que el régimen de Bachar el Asad masacre impunemente al pueblo sirio?

R. Todos sentimos un profundo rechazo ante lo que está pasando. El uso de armamento pesado contra la población civil es lo más deleznable que puede hacer un Gobierno...

P. Sin embargo, los países occidentales han confiado en el supuesto reformismo de El Asad incluso cuando ya había desatado la represión...

R. No hay paños calientes en la condena rotunda de la violencia y en la determinación de que Siria pase página y deje atrás cuanto antes esta dictadura dinástica tan terrible. El Asad ha traspasado hace tiempo el punto de no retorno, pero es cierto que hay personas dentro del régimen, y estamos en contacto con ellos, que ven la situación y quieren un cambio. Lo que es evidente es que están en minoría frente a quienes temen que una mínima apertura lleve a la caída del régimen.

P. ¿Qué se puede hacer?

R. Aumentar la presión tanto como lo permita el consenso internacional. En eso estamos trabajando. No hay posibilidades hoy por hoy de una intervención militar como la que se ha producido en Libia, pero sí probablemente de un paquete de sanciones que

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podrían funcionar como círculos concéntricos: más intensas por parte de la UE y EE UU, y menos por parte de otros actores internacionales.

P. ¿Pueden las sanciones parar la matanza?

R. No producen efectos inmediatos, tenemos que ser pacientes y eso no es fácil cuando vemos lo que estamos viendo, pero al final hacen daño. Yo no creo que el régimen sirio tenga posibilidades de supervivencia a medio plazo con una fuerte presión.

P. Las sanciones no doblegaron a Irán.

R. Siria no tiene los recursos de Irán. En todo caso, habría que plantearse sanciones más amplias y que afectaran, por ejemplo, al comercio de hidrocarburos.

P. En Libia la comunidad internacional ha ido mucho más lejos y no ha conseguido derribar a Gadafi.

R. La comunidad internacional ha conseguido parar a Gadafi y ya todo el mundo acepta, incluso su propio entorno, que Gadafi no forma parte del futuro político de Libia. La cuestión ahora es cómo esas negociaciones que se están produciendo, con apoyo internacional, con intercambio [de mensajes] entre las partes, llevan a su salida del poder. La presión militar hay que mantenerla porque es la que nos llevará a un resultado, aunque no vaya a producirse mañana o pasado.

P. Gadafi es la piedra de toque para saber si la primavera árabe puede aplastarse con sangre...

R. Siria está mirando con atención a Libia y otros probablemente también. Lo que suceda en Libia va a ser determinante para Túnez y para Egipto. Es esencial que apliquemos el no pasarán.

P. ¿Qué significado tiene la presencia de Mubarak en el banquillo de los acusados?

R. Es un símbolo muy potente de normalización. Es muy importante que una revolución sea capaz de organizar un juicio en el que la comunidad internacional y el propio pueblo egipcio confían.

P. ¿Se puede confiar en que los militares egipcios cumplirán su promesa de dejar el poder antes de fin de año?

R. Por ahora no han hecho nada que haga pensar lo contrario...

P. Pero han rechazado la presencia de observadores internacionales en las elecciones...

R. Nadie cuestiona la voluntad ni la capacidad de las autoridades egipcias de hacer esas elecciones con todas las garantías, pero pensamos que una presencia de la comunidad internacional sería positiva. En Túnez se ha establecido una misión de observación de la UE...

P. El mayor riesgo para las revoluciones tunecina y egipcia es que no sean capaces de satisfacer las necesidades más básicas de la población. ¿Llegarán las ayudas prometidas antes de que sea demasiado tarde?

R. La labor de la task force que se ha creado en el seno de la UE a propuesta de la alta representante, Catherine Ashton, es que lleguen con la mayor rapidez y eficacia. Es verdad que la cooperación o la transferencia [de fondos] suele llevar un tiempo en condiciones ordinarias, pero esta es una situación extraordinaria, por eso se ha involucrado no solo a las instituciones europeas y a los Estados miembros, sino también

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al Banco Europeo de Inversiones, al Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, o a instituciones financieras internacionales, como el FMI.

P. ¿Qué capital se movilizará?

R. En torno a 7.000 millones de euros, además de lo que preparan los dos bancos. Ya se ha aprobado un aumento en 1.000 millones de los recursos para la política de vecindad y más de 1.000 para la facilidad euromediterránea. En todo caso, nuestro reto es ser eficaces y llegar a tiempo.

P. El G-8 anunció en Deauville la creación de un fondo de 20.000 millones de dólares [unos 14.000 millones de euros]. ¿Se van a coordinar o va cada uno por su cuenta?

R. Para ser eficaces, el G-8 y la UE deben ir de la mano. Yo asistí a una reunión de sherpas del G-8 [comisiones previas de representantes de cada país que preparan la reunión entre los jefes de Estado] en París y llevo días trabajando en esa coordinación. Como coordinador europeo es una de las tareas que me pueden corresponder y estoy seguro de que se logrará.

P. Además de la UE y del G-8 hay otros actores. Arabia Saudí ha anunciado que dará 1.000 millones a Jordania y uno puede sospechar que si Riad ayuda al régimen jordano no es para que se democratice.

R. Debo decir que las monarquías del Golfo han desempeñado un papel determinante en estos procesos: los están ayudando económicamente, están apoyando el consenso en la Liga Árabe y, en algún caso, la intervención militar en Libia.

P. ¿No podemos repetir ahora en el Golfo el error que cometimos en el Magreb: respaldar regímenes no democráticos?

R. Son ellos los que están brindando un respaldo a las primaveras árabes sin el que será muy difícil que salgan adelante. En cuanto al sistema de Gobierno, no nos corresponde en este momento juzgarlo. Sí puedo decir que están haciendo reformas, con sus ritmos, que no son los nuestros, pero lo importante es que estos procesos se pongan en marcha. Marruecos es un buen ejemplo de que se pueden hacer reformas de calado y mantener la estabilidad. Como evolución, no como revolución. –

http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Hay/reformistas/dentro/regimen/sirio/elpepusocdmg/20110807elpdmgrep_2/TesI

Los rebeldes libios avanzan un paso más hacia Trípoli AGENCIAS - Bengasi - 07/08/2011

El ayuno preceptivo del Ramadán y el calor asfixiante poco influyen en los frentes bélicos de Libia. Los rebeldes anunciaron ayer que han emprendido una ofensiva para capturar la ciudad petrolera de Brega, a 250 kilómetros al suroeste de Bengasi, al mismo tiempo que los sublevados tomaban Bir Ghanem, a 80 kilómetros al sur de Trípoli. Muchas veces desde que comenzó la guerra en Libia, hace más de cinco meses, los sublevados se han apoderado de ciudades para perderlas después. Pero a pesar de esos reveses, los opositores a Muamar el Gadafi ganan terreno poco a poco.

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La conquista de Bir Ghanem es importante porque ello permitirá a los rebeldes comenzar a acercarse a Zauiya, una ciudad 50 kilómetros al oeste de la capital que acoge la única refinería con la que cuenta el dictador, ahora que Trípoli sufre desabastecimiento de gasolina y las colas en las estaciones son kilométricas. La conquista de Zauiya es crucial porque ello permitiría a los insurrectos cortar el suministro de combustibles al régimen, que utiliza para abastecerse la carretera que enlaza Trípoli con Túnez.

Munición de Catar No obstante, los alzados carecen de entrenamiento militar para enfrentarse a un ejército mucho mejor adiestrado y disponen de escasa munición. Al margen de las aparentes disputas internas entre los rebeldes, que parecen estar en el origen del asesinato, el 28 de julio, de Abdel Fatah Yunes, el jefe máximo de los milicianos.

Lo han anunciado varias veces. No tienen balas. Esa es la razón por la que un avión de Catar aterrizó ayer en Misrata para suministrar munición a los rebeldes. Desde el avión se descargaron seis camionetas cargadas con munición, según reconoció a la agencia Reuters un empleado del aeropuerto. El emirato de Catar se decantó desde el primer día en favor de los rebeldes, y es el único país árabe que ha respaldado, al menos abiertamente, a los enemigos de Gadafi con dinero y se ha declarado dispuesto a ser intemediario para las ventas de petróleo de los insurrectos.

Paulatinamente, los insurgentes se acercan a Trípoli. Misrata, a 200 kilómetros al este de Trípoli, fue liberada, y ahora se lucha en Zlitan, 50 kilómetros más cerca de la capital. Los sublevados pretenden asediar Trípoli antes de que concluya el Ramadán, a finales de agosto. Pero sus previsiones se han demostrado a menudo demasiado optimistas.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/rebeldes/libios/avanzan/paso/Tripoli/elpepiint/20110807elpepiint_3/Tes

Una ventana a un futuro diferente El escritor israelí considera que el movimiento de protesta es una ocasión única para la refundación de un país que necesita como pocos la cohesión social "Por primera vez en decenios hay un programa común humano y cívico"

"La ocupación es lo que más ayuda al fracaso del sistema de alerta social"

"Hace tiempo que no hablamos entre nosotros, y más aún que no escuchamos"

DAVID GROSSMAN 07/08/2011

El sábado 30 de julio por la tarde, mientras nos manifestábamos en Jerusalén, miré a mi alrededor y vi un río de gente que recorría las calles. Había miles de personas que llevaban años sin hacer oír sus voces, que habían abandonado toda esperanza de cambio, que se habían encerrado en sus problemas y su desesperación.

No les resultó fácil unirse a los jóvenes ruidosos provistos de altavoces. Quizá por la timidez propia de unas personas poco acostumbradas a levantar la voz, sobre todo en medio de un coro de gritos. A veces, tenía la impresión de que nos mirábamos

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asombrados e incrédulos, sin creernos del todo lo que salía de nuestras bocas. ¿De verdad éramos aquella turba, aquella muchedumbre indignada, que levantaba el puño como habíamos visto hacer en Túnez y Egipto, en Siria y Grecia? ¿Queríamos serlo? ¿Hablábamos en serio cuando gritábamos "¡revolución!"? ¿Qué ocurriría si lo conseguíamos y los lazos que mantenían unida nuestra frágil nación se deshacían? ¿Y si las protestas y las pasiones se transformaban en anarquía?

Sin embargo, después de un rato de desfilar, algo empezó a recorrer nuestras venas: el ritmo, la energía, el sentimiento de unidad. No una unidad que nos intimidase y nos aplastara, sino una unidad heterogénea, abigarrada, familiar e individual al mismo tiempo, una unidad que nos proporcionaba un fuerte sentimiento: aquí estamos, haciendo lo que es debido. Por fin.

Pero entonces llegó la desolación: ¿dónde estábamos hasta ahora? ¿Cómo hemos permitido todo esto?

¿Cómo pudimos resignarnos a que el Gobierno elegido por nosotros convirtiera nuestros sistemas de educación y de salud en un lujo? ¿Por qué no gritamos y protestamos cuando el Ministerio de Economía aplastó a los trabajadores sociales en huelga, y antes de ellos a los discapacitados, a los supervivientes del Holocausto, los ancianos y los jubilados? ¿Cómo es posible que durante años empujáramos a los pobres y los hambrientos a una vida de humillaciones sin fin, en comedores sociales y otras instituciones de beneficencia? ¿Cómo es posible que abandonásemos a los trabajadores extranjeros a merced de personas que les perseguían y les vendían como esclavos de todo tipo, incluso sexuales? ¿Por qué nos acostumbramos a la rapiña de las privatizaciones, que provocó la pérdida de la solidaridad, la responsabilidad, la ayuda mutua, el sentimiento de pertenecer a una misma nación?

Por supuesto, semejante apatía se debió a muchos motivos, pero, en mi opinión, la ocupación es el factor que más ha contribuido al fracaso de los sistemas de control y alerta en la sociedad israelí. Los sectores más enfermos y perversos de nuestra sociedad salieron a la superficie mientras nosotros, tal vez por temor a enfrentarnos a la realidad de nuestras vidas, nos dedicábamos con gran placer a todo tipo de cosas concebidas para embrutecer nuestros sentidos y ocultar esa realidad. De vez en cuando, cuando nos mirábamos en el espejo, algunos se sentían satisfechos por lo que veían y otros se estremecían, pero incluso estos últimos decían: bueno, qué se le va a hacer; suspiraban y le echaban la culpa a La Situación [el conflicto árabe-israelí], como si fuera nuestro destino o un decreto de las alturas. Más aún, dejamos que la televisión comercial llenara el vacío en nuestra conciencia colectiva y pasamos a definirnos en función de luchas por la supervivencia y comportamientos depredadores, a atacarnos unos a otros sin piedad y a despreciar a cualquiera que fuera más débil, o diferente, o menos bello, menos rico o menos listo. Hace años que no hablamos entre nosotros, y más tiempo aún que no escuchamos. Al fin y al cabo, en una atmósfera de codicia y egoísmo, cómo no vamos a atacar a los demás y a pulverizarlos, si eso es precisamente lo que nos enseñan en cada momento: sálvese quien pueda.

Cuanto más nos agotábamos negando sin cesar la realidad, más invitábamos a la opresión, la manipulación y el embrutecimiento de nuestros sentidos, y nos fuimos convirtiendo en víctimas de una política secreta -y eficaz- de divide y vencerás. De modo que una cosa llevó a otra, y nuestras reflexiones honradas sobre el destino y la fatalidad disminuyeron hasta quedarse en peleas por "quién ama al Estado de Israel y quién lo odia", "quién es leal y quién es traidor", "quién es un buen judío", en vez de

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"quién se ha olvidado de que es judío"; cualquier discusión racional está hoy cubierta de una capa de sentimentalismo, el sentimentalismo patriótico y nacionalista del fariseísmo y el victimismo, la posibilidad de hacer una crítica inteligente de la situación ha ido reduciéndose, e Israel, al final, actúa y se comporta con sus ciudadanos de manera totalmente contraria a los valores e ideales que en otro tiempo le daban su carácter extraordinario y el oxígeno que respiraba.

No obstante, de pronto, en contra de todas las predicciones, hay algo que se ha despertado. La gente se frota los ojos y empieza a abrirse a ese algo, todavía indefinible e impredecible, incluso indescriptible, pero que está adquiriendo forma a través de eslóganes rescatados del tópico, como "¡el pueblo exige justicia social!" y "¡queremos justicia, no caridad!" y otros sentimientos recuperados de épocas anteriores. Existen en el aire indicios de una posible curación, un tikkun, y, por primera vez en mucho tiempo, volvemos a respetarnos a nosotros mismos, como ciudadanos individuales y como pueblo de Israel.

Este despertar está lleno de fuerza, pero también de ingenuidad, y puede embriagarnos. Resulta tentador dejarse llevar por la euforia ante todo lo que ha inspirado este giro de los acontecimientos, hacernos la ilusión de que, una vez más, estamos derribando un viejo orden hasta sus cimientos. Pero no es exactamente eso: el viejo orden no estaba tan mal. Tuvo sus grandes logros, que, entre otras cosas, permiten que el movimiento de protesta exprese sus aspiraciones y que se hagan realidad al menos algunas de ellas. Por eso es imperativo que esta lucha utilice un lenguaje distinto al de otras luchas anteriores que ha habido en este país. Por encima de todo, la lucha debe basarse en el diálogo, para ser socios, y no agentes de unos intereses estrechos y egoístas; personas de principios, y no unos oportunistas sectarios; para no vivir según el versículo "cada uno a su tienda, Israel". Esa es la única manera de que este movimiento siga teniendo el inmenso apoyo de la población con el que ha contado hasta ahora. El carácter ligeramente confuso del movimiento es precisamente el que hace posible que los distintos grupos reunidos en él conserven sus propias opiniones políticas diferentes al mismo tiempo que comparten -por primera vez en decenios- un programa común humano y cívico, que nos hace estar orgullosos de pertenecer a esta comunidad. ¿Quién, en Israel, puede permitirse el lujo de renunciar a unos bienes tan escasos?

Este movimiento de protesta y sus ecos nos ofrecen una oportunidad de acercamiento entre distintos elementos de la sociedad que no se comunicaban desde hacía generaciones: religiosos y laicos; árabes y judíos; miembros de clases sociales distintas y distantes. En este proceso de identificar lo que tienen en común y lo que pueden conseguir, incluso la derecha y la izquierda pueden emprender un diálogo más realista y comprensivo; por ejemplo, sobre la apatía de la izquierda ante quienes tuvieron que recolocarse tras la retirada de Gaza, una herida abierta entre los colonos. Dicho diálogo quizá pueda aún salvar lo que sea posible del concepto de solidaridad, que un país en nuestra situación no puede dejar desaparecer. En otras palabras, si podemos encontrar este movimiento de protesta en las palabras del poeta Amir Gilboa -"Un día, un hombre se despierta por la mañana y siente que es una nación, y empieza a caminar"-, entonces debe continuar como el poema: "Y a todos los que se encuentra por el camino les dice: 'Que la paz sea contigo'".

Es fácil criticar la evolución de este movimiento recién nacido y arrojar dudas sobre él. Siempre es más sencillo encontrar motivos para no hacer algo audaz y definitivo. Pero quien escuche los latidos de los corazones de los manifestantes -no solo en el bulevar

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Rothschild de Tel Aviv, sino también en los barrios pobres del sur de la ciudad, y en los de Jerusalén, y Ashdod, y Haifa y Beit Shean- se dará cuenta de que se ha abierto una ventana a un futuro diferente. Ese es el momento propicio para que suceda algo así, y, para gran sorpresa de todo el mundo, la gente, por fin, está verdaderamente adhiriéndose a la causa. Tal vez es eso lo que quería decir la joven que se me acercó en la manifestación de Jerusalén y me dijo: "Mira. Todavía faltan líderes, pero la gente ya está aquí".

http://www.elpais.com/articulo/internacional/ventana/futuro/diferente/elpepiint/20110807elpepiint_1/tes

Los sirios desafían la represión de El Asad Decenas de miles de personas se manifiestan contra el régimen en varias ciudades del país pese a la matanza perpetrada por el Ejército en los últimos días en Hama ENRIC GONZÁLEZ - Jerusalén - 05/08/2011

Los tanques de Bachar el Asad no consiguen amedrentar a la población siria. Centenares de miles de personas han vuelto a manifestarse en las principales ciudades de Siria, salvo Alepo, desafiando las operaciones represivas del Ejército y de las milicias alauíes armadas por el régimen. Al menos cuatro personas han muerto por disparos de las fuerzas de seguridad y otras 10 sufrieron heridas, según activistas antigubernamentales, aunque las cifras parecían destinadas a aumentar porque no había apenas datos sobre Hama, que sufre su sexto día de bombardeos. Pese a las exhibiciones de ferocidad militar de El Asad, el volumen de la protesta aumenta día a día.

El primer viernes de Ramadán, el mes de ayuno y reflexión religiosa de los musulmanes, ha marcado, según los activistas que informan al exterior sobre la revuelta en Siria (la prensa tiene prohibido el acceso), un incremento en la agresividad de las consignas coreadas por los manifestantes. El grito más habitual en las últimas semanas, "El pueblo exige la dimisión del presidente", se ha transformado en "El pueblo exige la ejecución del presidente". Las imágenes del juicio en El Cairo al ex presidente egipcio Hosni Mubarak, el miércoles, reconfortaron a la oposición siria y estimularon su arrojo.

El asalto de las tropas y las milicias alauíes, los shabiha, sobre Hama se ha mantenido sin variaciones en su sexto día. El Gobierno ha cortado en la ciudad las comunicaciones telefónicas, tanto fijas como móviles, y ha sido imposible comunicar con los residentes de la ciudad, convertida junto a Deraa en el corazón de la protesta. Un activista con un teléfono por satélite ha declarado a Associated Press que los disparos de artillería se habían reanudado hacia las cuatro de la madrugada. "Cuando alguien resulta herido, resulta casi imposible llevarle al hospital", ha dicho. Un mensaje de voz recibido por BBC desde Hama ha indicado que pasadas las tres de la tarde proseguían los cañonazos y tiroteos. Según los recuentos facilitados por activistas y asociaciones de derechos humanos, durante las últimas jornadas los muertos en Hama habrían sido unos 200. No se disponen datos de hoy.

Imágenes de Hama La televisión oficial siria ha ofrecido, por primera vez, imágenes de Hama. El reportaje ha mostrado calles desiertas, restos de barricadas, casas y coches destrozados y algún

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cadáver. También ha aportado imágenes de civiles armados con fusiles ametralladores, sin mostrar los rostros, para reforzar su mensaje fundamental: el presentador ha insistido en que el Ejército había combatido contra "grupos armados" que "habían logrado hacerse con el control de la ciudad" y habían tomado a sus habitantes como "rehenes".

Parece probable que los civiles armados exhibidos por televisión no fueran opositores sino shabiha, la milicia alauí del régimen (basado en esa minoría religiosa), dado que han permitido que los filmara a corta distancia un medio de estricta fidelidad gubernamental.

Gaëtan Vannay, un periodista de la RSR suiza que dijo haber logrado introducirse clandestinamente en Siria durante 10 días para asistir en Hama a las manifestaciones y a los ataques del Ejército, ha asegurado que no había visto ninguna actitud violenta por parte de la oposición ni la presencia de grupos armados en las calles. "He visto una auténtica voluntad de hacer la revolución de forma pacífica", ha esrito. Según Vannay, la vida transcurría normalmente en Hama, pese a las manifestaciones, hasta que el domingo los tanques y los cañones lanzaron su ataque.

Cuando ha comenzado el asalto de las tropas del régimen, según la información del periodista suizo, "la población, que quería defender la ciudad, se ha lanzado a la calle con palos, cuchillos y cócteles mólotov". Pero los tanques han aplastado las barricadas, seguidos por soldados que "han disparado contra cualquier cosa que se moviera".

Hama, situada en el centro del país y con unos 800.000 habitantes, ya fue destruida en 1982, cuando el Gobierno aniquiló una sublevación islamista y dejó entre las ruinas de la ciudad entre 10.000 y 20.000 cadáveres.

La falta de resultados mostrada hasta ahora por la mezcla de represión y ofertas de reforma escasamente creíbles hicieron que incluso Rusia, hasta el momento uno de los pocos países influyentes que concedía aún un margen de confianza a Bachar el Asad, reconsiderara su posición. El presidente ruso, Dmitri Medvedev, ha declarado que El Asad se enfrentaría a "un triste destino" si no aplicaba con rapidez reformas reales. "La situación está cambiando, y nuestra posición está cambiando también", ha añadido.

HTTP://WWW.ELPAIS.COM/ARTICULO/INTERNACIONAL/SIRIOS/DESAFIAN/REPRESION/ASAD/ELPEPUINT/20110805ELPEPUINT_7/TES

Las fuerzas sirias matan a cuatro opositores tras los rezos del Ramadán Clinton asegura que Bachar el Asad es el responsable de más de 2.000 muertes AGENCIAS - Damasco - 05/08/2011

Las fuerzas sirias han asesinado a tiros a cuatro opositores del régimen de Bachar el Asad al terminar los rezos del Ramadán antes de caer la noche. Abdullah Abazeid, miembro del Comité de Coordinación de la Revolución Siria, ha informado de que tres manifestantes que pedían aperturas democráticas al régimen han fallecido y otras 10 han resultado heridas en la ciudad de Nawa, cerca de Deraa (en el sur del país). Una zona en la que las manifestaciones nocturnas se han sucedido desde el inicio del Ramadán. Otra organización ha informado de la muerte de otro opositor en la ciudad de Damasco

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cuando cuatro autobuses llenos de fuerzas de seguridad han disparado contra una multitud que se manifestaba.

Estas nuevas muertes se producen el mismo día en que el presidente sirio ha legalizado por decreto los partidos políticos y ha promulgado una ley sobre la celebración de elecciones pluralistas. Una medida recibida por sarcasmo por la oposición, que ve como este paso no va acompañado de un cese de la violencia sobre la población civil.

El Asad, responsable La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, quien en más de una ocasión ha asegurado que El Asad ha perdido toda legitimidad tras la represión ejercida sobre la población siria, ha responsabilizado al régimen de la muerte de más de 2.000 ciudadanos del país desde marzo, cuando comenzó la represión de las protestas. "Creemos, que hasta hoy, el Gobierno es responsable de las muertes de más de 2.000 personas de todas las edades", dijo Clinton en una conferencia de prensa tras su encuentro bilateral con el ministro de Exteriores canadiense, John Baird.

La cifra aumenta las estimaciones ofrecidas hasta ahora por las principales organizaciones opositoras sirias, que situaban el número de víctimas mortales en las protestas en alrededor de 1.000 personas.

Las manifestaciones contra el presidente se han hecho más multitudinarias en las últimas semanas, así como también desde que empezó el Ramadán. Y se ha desencadenado el horror. Hoy vuelve a ser un viernes de la ira, el primero desde que empezara el Ramadán. Las nuevas muertes suceden a la matanza ocurrida en Hama durante los últimos días. Un activista en la ciudad informó que ayer murieron "al menos 45 personas", a las que habría que sumar entre 100 y 150 desde el pasado fin de semana, cuando comenzó el asalto a la ciudad rebelde, y ha asegurado que miles de personas intentaban huir. Una situación caótica a la que se suma el hecho de que el régimen haya cortado la electricidad y las líneas de teléfono.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/fuerzas/sirias/matan/opositores/rezos/Ramadan/elpepuint/20110805elpepuint_2/Tes

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La ofensiva del Ejército sirio en Hama causa al menos 45 muertos en dos días El Consejo de Seguridad de la ONU condena al régimen sirio por la represión de las protestas AGENCIAS - Damasco - 04/08/2011

Tras dos meses de bloqueo y varios días de intensa discusión, el Consejo de Seguridad de la ONU ha logrado expresar este miércoles una condena unitaria a la represión que el régimen sirio ha ejercido contra los opositores a El Asad, aunque no se trata de una resolución de condena sino de un texto aprobado como declaración presidencial no vinculante. La única voz disonante ha sido la de Líbano, vecino de Siria y que acoge en su territorio a varios miles de refugiados del país, cuyo representante "se desvincula porque no aborda la actual situación" de Siria. El acuerdo se ha precipitado en plena ofensiva del Ejército contra la ciudad de Hama, bastión de los rebeldes, asediada por tanques desde el domingo, víspera del inicio del Ramadán, y donde al menos 45 personas han muerto entre el miércoles y la madrugada del jueves, según informa hoy un activista citado por Reuters e identificado como Thaer.

Hasta 40 de los fallecidos se habrían producido en el distrito de Al Hader -al norte del río Orodes- mientras que los cinco restantes habrían muerto mientras intentaban salir de la ciudad por la carretera Al Dhahirya. Estos últimos serían miembros de las familias Fajri y Assaad, y entre ellos habría dos niños.

El informante, quien habría logrado escapar de la ciudad sitiada, precisa que las fuerzas sirias se emplearon a fondo con ametralladoras y tanques. Las autoridades sirias no permiten la entrada de la amplia mayoría de medios independientes, con lo que resulta complicado tener los balances oficiales y los facilitados por testigos.

Horas antes, vecinos de Hama advirtieron de que los tanques habían avanzado hasta el centro, donde ocuparon la plaza Orontes, centro neurálgico de las multitudinarias protestas contra el régimen del presidente Bashar el Asad. Los francotiradores se desplegaron por las azoteas y dentro de la ciudadela. Los bombardeos tuvieron lugar en Al Hader. Activistas pro Derechos Humanos van más allá al asegurar que desde el inicio de la ofensiva, el pasado domingo, han muerto más de 90 personas en la ciudad, situada en el oeste de Siria y poblada por cerca de 700.000 personas, lo que la convierte en la cuarta del país.

Un diplomático destinado en Damasco asegura que "el aparato de seguridad piensa que puede acallar este levantamiento confiando en la alternativa de la seguridad y matando a todos los sirios a los que le dé tiempo". "Los tanques están disparando con sus cañones contra edificios residenciales en Hama y Deir al Zor después de que las dos ciudades fueran abandonadas durante semanas para protestar pacíficamente. Esta es la primera vez que el régimen está utilizando tanques con tanta agresividad", prosigue el diplomático, que permanece en el anonimato.

Hama ha sido tradicionalmente la ciudad más rebelde de Siria. En 1982, ya se sublevó contra Hafez el Asad, el padre del actual presidente, y la represión que llevó a cabo el

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Ejército se cobró unos 20.000 muertos. Entonces fueron los Hermanos Musulmanes los que protagonizaron la revuelta que ahora no aparenta tener connotaciones religiosas.

Condena internacional Pese a la brutal represión que sufre el país desde marzo, el Consejo de Seguridad de la ONU no se había pronunciado sobre la situación en Siria, a causa de las reticencias de Rusia y China. Ahora lo ha hecho, por fin, mediante la aprobación de una tibia declaración de la presidencia del Consejo, que ejerce el embajador indio Hardeep Singh Puri, y no de una resolución que tendría más fuerza jurídica.

En ningún momento amenaza con sancionar a los dirigentes del régimen que encabeza El Asad -como han hecho por su cuenta EE UU y la Unión Europea- ni tampoco se muestra dispuesto a investigar in situ las posibles matanzas perpetradas. Su pronunciamiento está muy alejado del que adoptó sobre Libia, donde sí amparó jurídicamente la intervención militar.

El máximo órgano de la ONU "condena las violaciones generalizadas de los derechos humanos y el uso de la fuerza contra los civiles por parte de las autoridades sirias", reza el texto de la declaración. Pide además que cese la violencia y urge a ambas partes, incluida a la oposición, que "actúen con máxima contención". Solicita a continuación a Damasco que "respete plenamente los derechos humanos" y que los responsables de la violencia rindan cuentas aunque no precisa ante quién deberían hacerlo. Toma, por último, nota del anuncio de las autoridades sirias de llevar a cabo reformas y "lamenta la falta de avances a la hora de aplicarlas".

http://www.elpais.com/articulo/internacional/ofensiva/ejercito/sirio/hama/causa/45/muertos/dias/elpepuint/20110804elpepuint_3/tes

Grecia construye un foso defensivo para cerrar la frontera con Turquía La trinchera antitanques, de 120 kilómetros de largo, servirá como barrera contra la inmigración, posibles ataques e inundaciones EFE - Atenas - 04/08/2011

Las Fuerzas Armadas griegas construyen una barrera defensiva como freno a la inmigración. Un foso de 120 kilómetros, 30 metros de ancho y siete de profundidad a lo largo de la frontera con Turquía pretende frenar el flujo de inmigrantes indocumentados que quieren entrar en la Unión Europea, según publica el diario griego To Vima. A la vez sirve de trinchera antitanques ante un hipotético ataque turco.

El foso, construido por las Fuerzas Armadas, convierte a la región de Evros en una zona esencial en la defensa del país. Los primeros 14,5 kilómetros de la obra, según To Vima, ya están terminados y se preparan los trabajos para otros dos tramos de 11 y 13,5 kilómetros respectivamente.

El año pasado, el 90% de los inmigrantes que entraron de manera ilegal en el Espacio Schengen lo hicieron a través de esta frontera. Grecia ya había amenazado con la construcción de un muro para frenar la inmigración el pasado enero y se desplegó una

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misión de patrulla de la agencia europea de fronteras, Frontex. Las fuerzas europeas detuvieron el año pasado a unas 48.000 personas en su intento de entrar a Grecia.

Las organizaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes han criticado el foso por considerarlo una solución parcial, ya que el tráfico de inmigrantes puede seguir a través del río Evros

Unos 130.000 inmigrantes ilegales entraron en la Unión Europea a través de Grecia, de los que más de 40.000 accedieron a través de la zona de Evros, según el Gobierno heleno.

El foso, además de obstaculizar el flujo migratorio, aumenta la defensa de las fronteras ante un hipotético ataque turco y permitirá disminuir las fuerzas militares en la zona. También servirá para contener las inundaciones, frecuentes en la región.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Grecia/construye/foso/defensivo/cerrar/frontera/Turquia/elpepuint/20110804elpepuint_8/Tes

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Erdogan pacta con el Ejército turco una salida a la crisis entre Gobierno y cúpula militar El Gobierno logra un acuerdo para remodelar el Estado Mayor del Ejército.- El pacto implica que 14 generales imputados en un presunto complot golpista mantengan su rango un año más AGENCIAS - Ankara - 04/08/2011

El Gobierno islamista moderado de Turquía y el Ejército han logrado hoy un acuerdo para remodelar la cúpula militar, después de que el pasado viernes dimitieran cuatro miembros del Estado mayor en protesta por el ingreso en prisión provisional de oficiales acusados de golpismo. El jefe de la Gendarmería y único comandante que se negó a presentar su dimisión, Necdet Özel, ha sido nombrado hoy nuevo jefe del Estado Mayor del Ejército turco, según ha informado la cadena NTV citando fuentes de la Presidencia de la República.

La reunión entre Gobierno y militares en el Consejo Militar Supremo (YAS) ha sido tensa a causa de las desavenencias entre el estamento civil y el castrense, aunque finalmente ambas partes cedieron y lograron un acuerdo. El pacto implica que 14 generales en prisión, imputados en un presunto complot golpista, mantengan su rango un año más, sin ser ascendidos, como pedían los militares, ni enviados a la reserva, como reclamaban el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, y el presidente, Abdullah Gül.

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La reunión anual del Consejo Militar Supremo, que comenzó el lunes en Ankara, ha supuesto una novedad para los equilibrios en el país, estableciendo la preponderancia del Gobierno civil sobre las Fuerzas Armadas. Un cambio que supone una revolución para el sistema político turco, acostumbrado a décadas de tutela castrense. La renuncia, el viernes pasado, de la cúpula militar -hecho nunca ocurrido en la historia de la Turquía moderna- y el reemplazo efectuado de modo fulgurante han reforzado la posición del Gobierno, que por primera vez podrá controlar en el consejo donde se deciden los nombramientos en el Ejército.

Reforzado políticamente tras su victoria electoral de junio, el Ejecutivo de Recep Tayyip Erdogan podría ascender en el escalafón a una nueva generación de comandantes más afines al Gobierno que sus predecesores. Desde su llegada al poder en 2003, Erdogan ha protagonizado una pugna política contra el estamento militar, tradicional garante de la laicidad y de la unidad del país, que siempre ha recelado del islamismo moderado de la formación política del primer ministro, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Erdogan/pacta/Ejercito/turco/salida/crisis/Gobierno/cupula/militar/elpepuint/20110804elpepuint_5/Tes

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El Asad intenta aplacar las protestas aprobando un decreto que permite el multipartidismo Según los nuevos decretos, los sirios tendrán derecho a formar partidos con el objetivo de activar la vida política y la participación de los ciudadanos AGENCIAS 04/08/2011

El régimen sirio sigue en su esfuerzo para apagar la llama de la revuelta popular por todos los medios. Mientras por un lado aumenta la represión con el despliegue de tanques en la calle, el presidente sirio, Bachar el Asad, ha aprobado hoy un decreto que abre oficialmente su país al multipartidismo. Una decisión que llega a los cinco meses del inicio de las protestas en favor de reformas y apenas unas horas después de recibir la condena del Consejo de Seguridad de la ONU, que llegó ayer a un acuerdo que cristaliza una presión formal tras semanas de negociaciones.

El Asad ha emitido hoy dos decretos legislativos, referidos a la Ley de Partidos y a la de Elecciones Generales, según un comunicado difundido por la agencia oficial siria Sana. Según las nuevas normas, los sirios tendrán derecho a formar partidos políticos con el objetivo de activar la vida política y la participación de los ciudadanos en esta. Los partidos "se basan en la democracia y en los medios pacíficos, y deben respetar la Constitución, los derechos y las libertades públicas", según el texto difundido por las autoridades.

Además, se declara prohibido que un partido tenga bases religiosas, sectarias o tribales, o discrimine por diferencias de raza o sexo. Otro de los puntos más destacados de la nueva ley -una de las primeras reivindicaciones de los manifestantes antes de pasar a pedir la caída del régimen- es que las actividades del partido "no deben incluir la formación de órganos militares públicos o secretos, ni deben usar la violencia". El pasado 25 de julio, el Gobierno sirio aprobó el proyecto de la nueva ley de partidos, que establece los principios de regulación de los partidos políticos y las condiciones y procedimientos para establecerlos, además de sus fuentes de financiación, derechos y deberes.

El ministro de Justicia, Taysir Qala Awad, explicó entonces que un comité gubernamental se encargaría de dar el visto bueno a los nuevos partidos o rechazarlos. La ley de partidos llevaba paralizada desde que fuera prometida en 2005 en un congreso del partido Baas, la formación política del El Asad.

Condena de la ONU y nuevas víctimas La aprobación de las reformas llega después de que anoche el Consejo de Seguridad de la ONU condenase al régimen sirio por la violenta represión contra la población civil y pidiese un cese inmediato de la violencia. El máximo órgano de decisión de las Naciones Unidas lamentó "la falta de progresos" en la ejecución de "los compromisos de reforma anunciados por las autoridades sirias" y pidió al Gobierno de Al Asad que cumpla con las promesas anunciadas en distintas ocasiones desde que empezaron las protestas de la población.

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Desde el domingo pasado el régimen ha aumentado la represión contra las protestas sobre todo en la ciudad de Hama, tradicional de bastión de la oposición. Al menos 45 personas han muerto en las últimas 24 horas tras el asalto de tanques de las fuerzas de seguridad en el centro de Hama, según informa hoy un activista citado por Reuters.

Hasta 40 de las víctimas han fallecido en el distrito de Al Hader -al norte del río Orodes- mientras que los cinco restantes mientras intentaban salir de la ciudad por la carretera Al Dhahirya. Desde mediados de marzo pasado, la represión por parte de las fuerzas de seguridad contra las protestas antigubernamentales se ha cobrado las vidas de más de 1.600 personas, según los organismos de defensa de los derechos humanos.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Asad/intenta/aplacar/protestas/aprobando/decreto/permite/multipartidismo/elpepuint/20110804elpepuint_7/Tes

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El Consejo de Seguridad de la ONU condena al régimen sirio por la represión de las protestas La ciudad de Hama sufre por cuarto día consecutivo la dura ofensiva del Ejército contra los opositores de El Asad.- "Han convertido la ciudad en un infierno", dice un joven que ha logrado escapar I. CEMBRERO / T. TROTTA - Madrid - 03/08/2011

Tras dos meses de bloqueo y varios días de intensa discusión, el Consejo de Seguridad de la ONU ha logrado expresar este miércoles una condena unitaria a la represión que el régimen sirio ha ejercido contra los opositores a El Asad, aunque no se trata de una resolución de condena sino de un texto aprobado como declaración presidencial no vinculante. La única voz disonante ha sido la de Líbano, vecino de Siria y que acoge en su territorio a varios miles de refugiados del país, cuyo representante "se desvincula porque no aborda la actual situación" de Siria. El acuerdo se ha precipitado en plena ofensiva del Ejército contra la ciudad de Hama, bastión de los rebeldes, asediada por tanques desde el domingo, víspera del inicio del Ramadán.

Pese a la brutal represión que sufre el país desde marzo, el Consejo de Seguridad de la ONU no se había pronunciado sobre la situación en Siria, a causa de las reticencias de Rusia y China. Ahora lo ha hecho, por fin, mediante la aprobación de una tibia declaración de la presidencia del Consejo, que ejerce el embajador indio Hardeep Singh Puri, y no de una resolución que tendría más fuerza jurídica.

En ningún momento amenaza con sancionar a los dirigentes del régimen que encabeza El Asad -como han hecho por su cuenta EE UU y la Unión Europea- ni tampoco se muestra dispuesto a investigar in situ las posibles matanzas perpetradas. Su pronunciamiento está muy alejado del que adoptó sobre Libia, donde sí amparó jurídicamente la intervención militar.

El máximo órgano de la ONU "condena las violaciones generalizadas de los derechos humanos y el uso de la fuerza contra los civiles por parte de las autoridades sirias", reza el texto de la declaración. Pide además que cese la violencia y urge a ambas partes, incluida a la oposición, que "actúen con máxima contención". Solicita a continuación a Damasco que "respete plenamente los derechos humanos" y que los responsables de la violencia rindan cuentas aunque no precisa ante quién deberían hacerlo.

Toma, por último, nota del anuncio de las autoridades sirias de llevar a cabo reformas y "lamenta la falta de avances a la hora de aplicarlas".

"Han convertido Hama en un infierno" "No hay agua, han cortado las comunicaciones y la electricidad, falta comida y continúan los bombardeos". "Han convertido a Hama en un infierno", afirma Mahmoud, un joven informático que este miércoles ha logrado huir de la ciudad más castigada de Siria. "Bombas, disparos, tanques", prosigue al teléfono, "es la mayor operación [de represión] desde el inicio de las protestas".

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Mahmoud eleva hasta cerca de 300 el número de muertos a manos de las fuerzas de seguridad desde el domingo, aunque las agencias de prensa internacionales solo evocan un centenar.

A los muertos en las calles hay que añadir, según el Comité Sirio de Derechos Humanos, los presos recluidos en 13 celdas de la cárcel central de Hama que fueron ejecutados el lunes por la noche. Todos ellos habían sido apresados durante las manifestaciones.

Mahmoud también se ha echado a la calle estos días. "Trabajo como informático, carezco de vínculos con grupos de activistas que están en el extranjero, soy un tipo corriente, pero esta vez me he manifestado para exigir libertad", explica al teléfono desde la carretera que une Hama con Damasco.

Salir de la ciudad asediada por el Ejército ha sido una odisea. Decenas de vecinos se agolpaban en un convoy de unos 50 coches. "Nos adentramos por una pequeña calle y el soldado del puesto de control nos dejó pasar", comenta.

Antes de ponerse en ruta recibió la mala noticia de la detención de un joven al que conoce. "Nunca le vi hacer algo malo en las protestas callejeras", recuerda. "Muchos como él desaparecen un buen día y ya no volvemos a tener noticias de ellos", se lamenta.

La oposición calcula que desde marzo hay unos 3.000 desaparecidos y 12.000 detenidos. El número de civiles víctimas mortales de la represión asciende a 1.600 a los que hay que añadir unos 300 uniformados.

Por eso "quiero ver a El Asad sentado el banquillo de un tribunal sirio como hoy hemos visto a [Hosni] Mubarak", el expresidente egipcio cuyo juicio empezó este miércoles en El Cairo, concluye Mahmoud.

Tras dedicarse a peinar a sangre y fuego la periferia de Hamas durante 48 horas las unidades de élite del Ejército se han desplegado con sus carros de combate en la céntrica plaza de Alaassi, donde se han desarrollado, en julio, las mayores manifestaciones contra el régimen sirio.

Hama ha sido tradicionalmente la ciudad más rebelde de Siria. En 1982 ya se sublevó contra Hafez el Asad, el padre del actual presidente, y la represión que llevó a cabo el Ejército se cobró unos 20.000 muertos. Entonces fueron los Hermanos Musulmanes los que protagonizaron la revuelta que ahora no aparenta tener connotaciones religiosas. http://www.elpais.com/articulo/internacional/Consejo/Seguridad/ONU/condena/regimen/sirio/represion/protestas/elpepuint/20110803elpepuint_3/Tes

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ENTREVISTA: viene de primera página... las protestas en Siria SIRIN ADLBI SIBAI Investigadora y activista hispano-siria

"Habrá sangre, pero El Asad caerá"

En marzo, las protestas árabes resurgieron con fuerza en Siria, Yemen y Jordania. El régimen sirio de El Asad intenta aplacarlas a sangre y fuego. ANA CARBAJOSA 03/08/2011

Sirin Adlbi Sibai piensa que los que no han vivido en Siria no lo entienden, pero que los que conocen en primera persona el miedo y las amenazas solo pueden sentirse ilusionados y esperanzados al ver a los cientos de miles de sirios que cada viernes se manifiestan sin más armas que sus eslóganes para pedir la caída del régimen. "Va a haber mucha más sangre, pero al final, el régimen de El Asad caerá", pronostica Adlbi Sibai, una joven que desde hace meses invierte sus esfuerzos en apoyar una revolución que, de triunfar, le permita a ella y a su familia volver a Siria.

Hija de exiliados políticos sirios afincados en España, Adlbi Sibai evita como muchos de los sirios de la diáspora cualquier contacto con su familia en el país porque teme las represalias del régimen. "Hay gente a la que han torturado solo porque sus familiares se han movilizado en el extranjero en contra del régimen". Esta mujer de 28 años explica que otros hablan a través de Skype del tiempo y poco más. Nada de política. Nada de derechos humanos. Nada de protestas. "El control de la mujabarat [los servicios secretos] es férreo. Controlan las llamadas de teléfono, las cuentas de correo electrónico, todo", asegura esta investigadora de estudios del Mediterráneo de la Universidad Autónoma de Madrid.

Cuenta Adlbi Sibai que incluso en España ha resultado difícil convencer a muchos sirios para que se movilicen. "Tienen miedo por sus familias, miedo de que no les vuelvan a dejar entrar en el país". Poco a poco, se han ido atreviendo y ahora organizan sentadas frente a la embajada en Madrid para pedir la expulsión del embajador, y organizan manifestaciones.

Fuera de Siria sorprende la brutalidad de una represión que se ha cobrado ya miles de muertos y desaparecidos, y que ha forzado a más de 100.000 personas a huir del país. Adlbi Sibai dice que a ella no le sorprende; que es "lo mismo que ha sucedido en los últimos 50 años". "Los asesinatos, las torturas... lo que ha cambiado es la mentalidad de la gente. Los sirios han roto la barrera del miedo", asegura. ¿Cómo se ha producido esa ruptura? ¿Ha sido suficiente el efecto contagio de las revueltas en otros países árabes? "Como en otros países de la zona, ha sido precisamente la represión la que ha hecho que la gente salga en masa a la calle. Al principio, en Siria la gente pedía reformas políticas. Pero cuando detuvieron a un grupo de niños en Deraa [al sur del país] y los torturaron, la gente se indignó y salió a pedir la caída del régimen. La estupidez de los regímenes ha sido clave en las revoluciones. Cuando matan a tus familiares, a tus vecinos, ya no te puedes quedar en casa. Cada viernes hay más gente en las manifestaciones". Las protestas crecen al tiempo que la cifra de muertos a manos de las fuerzas de seguridad no deja de aumentar. Resulta difícil pronosticar el fin de la masacre.

A diferencia de lo que sucedió en Egipto, en Siria el ejército, controlado por la minoría gobernante alauí, no acaba de ponerse del lado de la población. Lo mismo sucede con la clase media y con los comerciantes, que temen la inestabilidad y la pérdida de sus

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privilegios. También teme la batalla final la comunidad internacional, que pide la caída del régimen sirio, pero con la boca más bien pequeña. "Aún así, todo el mundo es consciente, incluso el propio régimen, de que ya no estamos en 1982 [cuando las fuerzas armadas sirias mataron a entre 10.000 y 20.000 personas en Hama]. Saben que ya no se puede matar a decenas de miles de personas y que no pase nada".

A Adlbi Sibai le preocupa qué pasará el día que el partido Baaz no microgobierne el país. "La oposición, incluidos los Hermanos musulmanes, está totalmente desestructurada. En Siria, los opositores o han muerto o están en el exilio". Pero esta joven no quiere desperdiciar demasiada energía en pensar en el día después. Dice que ahora lo único importante es lograr que la revolución triunfe. ANA CARBAJOSA "Habrá sangre, pero El Asad caerá"03/08/2011 http://www.elpais.com/articulo/ultima/Habra/sangre/Asad/caera/elpepuint/20110803elpepiult_1/Tes

El fiscal acusa a Mubarak de matar a cientos de opositores durante la represión en Egipto El expresidente egipcio, que comparece en camilla, y sus hijos se declaran no culpables de los cargos.- Enfrentamientos a pedradas entre partidarios y detractores del exmandatario NURIA TESÓN | El Cairo 03/08/2011

El misterio quedó desvelado en torno a las 10 de la mañana. De blanco, en una camilla, con el rostro pálido, el rais entró en la jaula donde ya le esperaban sus dos hijos, Alaa y Gamal, uno de sus principales colaboradores, el exministro de Interior Habib el Adli, y seis oficiales asesores de este. Así, postrado e intentando incorporarse de cuando en cuando, ha escuchado el depuesto faraón la primera vista del juicio que se celebra contra él y también los cargos por asesinato, de los que se ha declarado no culpable.

Habían terminado las especulaciones de las últimas semanas y las desconfianzas de los que esperaban que en el último momento el proceso fuera aplazado o que Hosni Mubarak, de 83 años, no compareciera por motivos de salud. El Gobierno egipcio, sin embargo, había asegurado que el exmandatario se encontraba en condiciones de asistir aunque pocos egipcios confiaban en poder ver al que consideran el origen de todos sus males, en la jaula-celda de los acusados. El empresario Hussein Salen, implicado en esta causa, se encuentra bajo arresto en España.

El juez Ahmed Refat, que preside el procedimiento, ha nombrado primero al extitular de Interior y sus asesores, que contestaron con un breve "sí, presente". Después, han surgido problemas porque algunos abogados de El Adli y sus asesores no están registrados mientras que otros no han podido estar presentes. La explicación se encontraba en las puertas de la Academia de Policía Mubarak, el ahora irónico nombre del centro de formación de los principales represores de las protestas que tumbaron al exdirigente y donde ahora se juzga al exlíder que le dio nombre. A las afueras, en la

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única ventanilla habilitada para recoger los permisos expedidos con cuentagotas para asistir a la vista, un centenar de abogados trataba de identificarse al mismo tiempo y recoger su acreditación. Con la llegada de Mubarak a la sala del tribunal habilitado, que estaba siendo retransmitida en una pantalla gigante en el exterior, los simpatizantes del rais que se manifestaban fuera, se lanzaron contras las puertas del recinto gritando, golpeando con palos y lanzando sillas, en protesta por lo que consideraban "una injusticia". Algunas mujeres lloraban y clamaban la liberación del rais. La policía ha cargado contra ellos y ha cerrado la puerta para impedir el acceso de cualquier persona, acreditada o no.

Pasadas dos horas de juicio y tras un receso, se han leído los cargos contra los comparecientes. La fiscalía ha acusado a Mubarak de ordenar a la policía disparar contra los manifestantes durante las protestas que en los 18 días de enero y febrero pasado acabaron con su reinado y dejaron 850 muertos. El octogenario líder ha tomado el micrófono de manos de su hijo Gamal y con voz clara se ha declarado no culpable. "Niego completamente esas acusaciones", ha señalado el rais, poco después de que sus dos vástagos negaran también su culpabilidad. Ambos han permanecido junto a su padre todo el tiempo, dirigiéndole algunas palabras de cuando en cuando y tratando de evitar, aparentemente, que las cámaras de la televisión egipcia (la única autorizada a grabar el proceso) pudieran obtener un buen plano. La fiscalía acusó a Mubarak y a El Adli, así como a los oficiales imputados, de permitir que los policías disparar contra los manifestantes y los atropellaran con su vehículos, y no utilizaron sus poderes para prohibir estas acciones. Ambos podrían enfrentarse a la pena capital si se demuestran los cargos contra ellos.

También pesan sobre ellos acusaciones por corrupción y malversación, en el caso de Mubarak durante sus 30 años de Gobierno. Siendo presidente del país, aceptó para él y sus dos hijos cinco villas y otras propiedades por un valor de 39 millones de libras egipcias (6 millones y medio de dólares) del empresario Husein Salem, detenido en España, a cambio de cederle terrenos privilegiados en la localidad de Sharm el Sheij. Otro de los cargos que se le imputan es el supuesto acuerdo con el exministro de Petróleo Sameh Fahmi para la venta de gas a Israel por un precio inferior a su valor real en el mercado, a través de una compañía de Salem, que es juzgado en ausencia, y que ocasionó millones de dólares de pérdidas al país.

El abogado de Mubarak, Fareed El-Deeb, ha pedido la comparecencia como testigo, entre otros, del mariscal Mohamed Hussein Tantawi, que se encuentra al frente del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que actualmente gobierna el país, desde la caída del dictador.

Enfrentamientos Mubarak permanecerá en el hospital de la academia de policía en la que se le está juzgando mientras dure el proceso. Desde el pasado 13 de abril Mubarak ha estado bajo arresto en un hospital de la ciudad de Sharm el Sheij, en el mar Rojo, a causa de una cardiopatía (sufrió un infarto durante su interrogatorio). Los médicos desaconsejaron su traslado a la prisión de El Cairo por ese motivo. Además, en las últimas semanas fuentes médicas, aparte de su abogado, han afirmado que estaba muy débil y deprimido, que se negaba a comer e ingería sólo líquidos. El juez Ahmed Refat ha manifestado su intención de que sea un juicio rápido con sesiones diarias.

Aunque el juicio se había previsto para las 10 de la mañana, tres horas antes ya había un grupo de simpatizantes y detractores ante las puertas de la academia-tribunal. Con

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pancartas exaltando a Mubarak unos y con fotos de los muertos de la revolución otros, las palabras se han convertido en gritos y cuando estas ya no se oían, han dado paso a las pedradas. La policía ha intervenido con bastones y piedras para disolverles y ha formado cordones para separar a ambos grupos. Pero el avance de la mañana y las quejas de los que no habían podido acceder a la sala siguieron caldeando los ánimos y las pugnas entre ambas facciones se han sucedido.

El júbilo de los que nunca creyeron que verían al rais tras las rejas contrastaba con las expresiones de dolor de los que juraban que morirían "antes que condenar a Mubarak", mostrando su foto. "Él es la base de este país, él es nuestro presidente. Egipto sólo tiene un presidente y ahora le están juzgando", clamaba una joven con una camiseta en la que podía leerse: "Soy egipcia y rechazo insultar al líder de la umma (la comunidad islámica)". "Sólo quiero verle sufrir lo que yo he sufrido, lo que mi hija ha sufrido", afirmaba una mujer de Alejandría cuya hija perdió la vida durante la revuelta.

El 'rais', del poder absoluto hasta el banquillo Hosni Mubarak accedió al poder en 1981 tras el asesinato del presidente Anuar Sadat. Durante 30 años gobernó el país con puño de hierro, reprimiendo cualquier intento de oposición. Inspirados por la revuelta en Túnez que acabó con el régimen de Ben Alí, miles de egipcios empezaron en enero una protesta que forzó la dimisión del rais.

25 de enero: Primera gran marcha contra el régimen, bautizada como el "día de la Ira", que moviliza a miles de personas en varias ciudades del país.

28 de enero: Se recrudecen las protestas, que se saldan con 70 muertos. Las autoridades decretan el toque de queda y cortan el acceso a Internet y a los móviles.

29 de enero: Mubarak renueva su gobierno y Omar Suleimán, exdirector de inteligencia, es nombrado vicepresidente.

31 de enero: El Ejército califica como legítimas las reclamaciones y asegura que no va a disparar contra la población.

1 de febrero: Un millón de personas se manifiesta en la plaza de Tahrir en El Cairo en un día de huelga general. Mubarak anuncia que no se presentará a las elecciones de septiembre pero que continuará hasta que se celebren.

5 de febrero: Dimite la cúpula del gobernante Partido Nacional Democrático. El rais aparta de la dirección a su hijo Gamal.

10 de febrero: Mientras miles de opositores se reúnen en la plaza Tahrir, Mubarak anuncia que delega parte de sus poderes a Suleimán aunque no dimite y continúa en el país.

11 de febrero: Mubarak dimite y cede el poder al Ejército. El expresidente se marcha con su familia a Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo.

12 de febrero: Los militares destituyen al Gobierno del expresidente y disuelven el Parlamento. El Ejército promete levantar el estado de excepción vigente desde 1981. El mariscal Mohamed Husein Tantaui asume todo el poder.

21 de febrero: La fiscalía pide congelar los fondos de Mubarak y prohíbe a él y a su familia salir del país.

19 de marzo: El 77,2% de los votantes aprueba en un referéndum la reforma constitucional propuesta por un comité formado por el Gobierno militar.

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28 de marzo: Mubarak y su familia son puestos bajo arresto domiciliario.

10 de abril: La Fiscalía de Egipto pide interrogar al expresidente por la muerte de manifestantes y a sus dos hijos por supuesta malversación de fondos.

12 de abril: Mubarak ingresa en un hospital tras sufrir una crisis cardiaca mientras es interrogado por la policía y permanece en la unidad de cuidados intensivos en un centro sanitario del balneario de Sharm el Sheikh.

13 de abril: El fiscal pone a Mubarak bajo arresto por la represión de la revuelta y por corrupción. Sus dos hijos, Gamal y Alaa, también son detenidos.

24 de abril: La Fiscalía ordena que Mubarak sea trasladado a un hospital militar de El Cairo después de que los médicos dictaminaran que está en condiciones de viajar para el juicio.

24 de mayo: La Fiscalía General ordena que el expresidente y sus dos hijos, Alaa y Gamal, sean juzgados por la muerte de manifestantes durante las protestas y les ordena presentarse ante el Tribunal penal de El Cairo. Los tres son acusados también por delitos de corrupción y enriquecimiento ilícito.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/fiscal/acusa/Mubarak/matar/cientos/opositores/durante/represion/Egipto/elpepuint/20110803elpepuint_2/Tes

Argelia legaliza a la iglesia protestante tras años de acoso Apertura en el país magrebí con mayor número de conversos al cristianismo I. CEMBRERO - Madrid - 03/08/2011

Hace aún un par de años, el ministro argelino de Asuntos Religiosos, Buabdelá Gulamalá, no dudaba en equiparar "evangelización y terrorismo". Pero a finales de julio, el Ministerio del Interior argelino convocó al pastor Mustafá Krim, presidente de la Iglesia Protestante de Argelia (IPA), para anunciarle el reconocimiento de su institución por las autoridades.

"Es una buena noticia", ha declarado días después Krim a una página web protestante. "En principio vamos a poder desarrollar nuestras actividades con toda normalidad", ha añadido.

La única iglesia cristiana reconocida hasta ahora en Argelia era la católica, cuyos escasos fieles son, sin embargo, casi exclusivamente extranjeros, en su mayoría europeos o estudiantes subsaharianos matriculados en las universidades argelinas.

Fundada en 1974, la IPA cuenta con una treintena de templos, la mayoría en la región de Cabilia, y varios miles de devotos, casi todos ellos argelinos conversos al cristianismo. Constituyen la principal corriente confesional después del islam, religión de Estado.

Argelia es así el primer país del Magreb en el que una iglesia cristiana autóctona logra el reconocimiento oficial. Es también allí donde hay más conversos al cristianismo, un

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fenómeno que se suele explicar porque el terrorismo islamista, que causó cerca de 200.000 muertos en los años noventa, incitó a un puñado pequeño sector de la ciudadanía a buscar alternativas.

"La decisión significa un cambio de actitud de las autoridades", afirma satisfecho desde Tizi Ouzou (Cabilia), Tarek Berki, tesorero de la Iglesia Protestante, "pero ahora hay que ver cómo se concreta sobre el terreno".

"¿Podremos practicar nuestra fe sin trabas, poner nombres cristianos y no musulmanes a nuestros hijos, construir iglesias o abrir librerías?", se pregunta Berki. "En teoría sí, pero queremos comprobarlo", recalca al teléfono.

Los protestantes aspiran además a que se derogue una ley de 2006 que prevé penas de entre dos y cinco años de cárcel y multas de 10.000 euros para todo aquel que incite, obligue o recurra al proselitismo para convertir a un musulmán a otra religión.

En virtud de esa ley, Siagui Krimo fue condenado, en mayo en Orán, a cinco años de cárcel por entregar a su vecino, que le denunció, un CD sobre cristianismo. La sentencia ha sido recurrida.

Ese mes también el gobernador de Beyaia ordenó cerrar siete iglesias. El pastor Krim denunció el "ensañamiento de las autoridades" contra los protestantes y, al final, la decisión no se aplicó.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Argelia/legaliza/iglesia/protestante/anos/acoso/elpepuint/20110803elpepuint_10/Tes

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La ofensiva del Ejército sirio contra los manifestantes causa otra veintena de muertos Los tanques vuelven a reprimir con dureza las manifestaciones en Hama.- Al menos 134 personas han muerto en la ofensiva lanzada el domingo por el régimen de El Asad AGENCIAS - Beirut / Ammán - 02/08/2011

Al menos cinco personas han muerto en la ciudad siria de Hama por los ataques de los tanques del Ejército, en el tercer día de ofensiva militar tras el inicio del mes sagrado de Ramadán, según han informado los grupos opositores. Los Comités Locales de Coordinación han identificado a cinco víctimas en Hama (centro), que han fallecido a causa del bombardeo de obuses contra los barrios de Janub Malab y Qusur, mientras que decenas de personas han resultado heridas. Al menos 27 personas han muerto entre ayer y hoy en la ofensiva del Ejército contra los manifestantes en distintos puntos del país, según ha informado varias organizaciones sirias de derechos humanos.

Los grupos opositores han señalado que hay francotiradores apostados por toda la ciudad de Hama y que los habitantes temen que las fuerzas de seguridad irrumpan en la ciudad. La red Revolución Siria contra Bachar el Asad ha indicado que los ataques con armas pesadas afectaron a la mezquita de Al Sharía, coincidiendo con la llamada a la oración del mediodía, y que parte de su minarete quedó destrozado. El presidente del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abdul Rahman, ha explicado que 10 personas perdieron la vida cuando participaban en manifestaciones organizadas en la noche de ayer después de la oración en las mezquitas, típica del mes de Ramadán. En 1982, Hama sufrió una masacre perpetrada por el régimen de Hafez el Asad, padre del actual presidente, que aplastó un levantamiento liderado por los Hermanos Musulmanes y causó unos 20.000 muertos.

La Policía siria ha matado a al menos seis civiles en Erbin, barrio del este de Damasco, según han relatado vecinos de la zona. "La gente marchó después de las oraciones nocturnas por el Ramadán. Coches de seguridad armados con ametralladoras en la parte trasera entraron en Erbin en torno a media noche y se reunieron en la rotonda principal antes de ramificarse por las calles y disparar", ha relatado un testigo a Reuters. Un activista del barrio ha informado de que hay decenas de personas heridas.

Otras dos personas fallecieron de madrugada en la localidad de Albu Kamal, en la provincia oriental de Deir el Zor, y otras dos en Homs (este). "Ayer hubo manifestaciones en todas las zonas y disparos hasta dentro de las mezquitas, detenciones masivas y una campaña para aterrorizar a los ciudadanos", ha denunciado a EFE el presidente del Observatorio Sirio de Derechos Humanos. "Es posible que los heridos se conviertan en mártires", ha advertido Rahman respecto a la gravedad de muchos de los heridos, y ha añadido que las ciudades de Homs y Latakia fueron escenario anoche de grandes manifestaciones después de la oración nocturna.

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Esta ofensiva se enmarca en el recrudecimiento de la represión del régimen contra las protestas antigubernamentales. Solo en la ciudad de Hama murieron el domingo un centenar de civiles en el ataque de las fuerzas de seguridad, aunque en ciudades de todo el país se repite la represión militar. Según la población local, testigos y defensores de los Derechos Humanos, al menos 134 manifestantes han muerto en Siria desde el pasado domingo, en la ofensiva a gran escala lanzada por las tropas en las ciudades que han protagonizado las mayores protestas contra el régimen.

La diferente versión del Gobierno Mientras continúa la represión, los medios oficiales del régimen de Bachar el Asad prosiguen con su visión particular de los hechos. Según ha informado la agencia oficial SANA, "grupos armados" lanzaron ayer un intenso ataque con munición y cócteles molotov contra edificios oficiales y comisarías en Hama.

Una fuente oficial anónima aseguró a SANA que hombres con ametralladoras patrullan la ciudad en motos, y que algunos de ellos se apostaron en tejados, desde donde abrieron fuego y lanzaron los cócteles contra los edificios gubernamentales. La televisión estatal recogió testimonios de soldados en hospitales supuestamente heridos por "grupos terroristas armados". Debido al estricto bloqueo informativo impuesto por las autoridades sirias, ni estas versiones ni las cifras de víctimas ofrecidas por los activistas opositores pudieron ser verificadas de forma independiente por la prensa internacional.

El régimen de Bachar el Asad sigue acusando a grupos armados y terroristas de estar detrás de las protestas y ayer defendió la actuación del Ejercito en la represión de las manifestaciones. Unos 1.600 civiles y cerca de 400 soldados y efectivos de las fuerzas de seguridad han muerto desde el comienzo de las protestas en marzo, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/ofensiva/ejercito/sirio/manifestantes/causa/veintena/muertos/elpepuint/20110802elpepuint_2/tes

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Londres admite que "no hay ni la más remota posibilidad" de atacar Siria Damasco reanuda por segundo día la represión con tanques en Hama WALTER OPPENHEIMER | Londres 01/08/2011

El ministro británico de Exteriores, William Hague, ha admitido en declaraciones a la BBC que "no hay ni la más remota posibilidad" de que haya un ataque militar contra el régimen sirio a pesar del precedente de Libia. O quizás debido precisamente al precedente de Libia. Sus declaraciones se han realizado horas antes de que anoche se reuniera a puerta cerrada el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en Nueva York para discutir la situación en Siria. Quizás el objetivo de Hague ha sido allanar la posibilidad de que se abra paso una resolución contra Damasco, que hasta ahora ha tropezado con la oposición de países como India, Brasil y, sobre todo, Rusia y China, que no quieren de ninguna manera autorizar una intervención armada en Siria.

El régimen de Bachar el Asad, por su parte, no parece dispuesto a ceder ni un milímetro ante los manifestantes que piden democracia. Según la agencia Reuters, tropas del ejército, con el apoyo de tanques, han lanzado nuevos ataques en la ciudad de Hama, provocando la muerte de cuatro civiles en el barrio de Hamidiyah. Con estos cuatro son ya 59 los manifestantes muertos en Hama desde el domingo y 84 en el conjunto del país.

En el terreno diplomático, quizás el hecho más significativo han sido las duras declaraciones del presidente turco, Abdullah Gül, uno de los aliados de Siria. "No podemos mantenernos callados y aceptar esta sangrienta atmósfera justo cuando empieza el Ramadán", ha declarado. "Es imposible mantenerse en silencio ante estos acontecimientos que todos hemos podido ver. Urjo a la administración siria a detener la violencia contra el pueblo y a poner en marcha las reformas necesarias para construir el futuro del país a partir de la paz y la estabilidad", ha añadido.

Presión internacional La Unión Europea se ha unido a la presión internacional al típico estilo de la burocracia comunitaria: Bruselas ha ampliado con cuatro nuevos nombres la lista de 35 personas del régimen sirio, incluido el presidente El Asad, que tienen sus bienes congelados y a los que no se les permite entrar en territorio comunitario. Los nombres de esas cuatro personas aún no han sido revelados. La representante de la política exterior de la UE, lady Ashton, ha advertido que se darán nuevos pasos "si el liderazgo sirio sigue por este camino".

El jefe del Foreign Office ha apostado también por incrementar la presión sobre Damasco por vía diplomática. Hague se ha inclinado por hacerlo a través del Consejo de Seguridad, como ya han pedido la víspera países como Alemania e Italia, a los que se ha unido Francia. El Consejo de Seguridad estaba convocado esta noche para discutir la situación a puerta cerrada. Dicha reunión concluyó con el único acuerdo de retrasar hasta el martes las conversaciones cobre cómo responder a la nueva ola de represión orquestada por el régimen sirio y que el din de semana pasado dejó al menos 120 muertos. "Todos los miembros de expresaron su preocupación ante la escalada de

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violencia en Siria", afirmó al término de la reunión el presidente de turno del Consejo, el embajador indio Hardeep Singh Puri.

"En una situación muy frustrante. Nuestro margen de maniobra es muy escaso", ha admitido el jefe de la diplomacia británica. Ha defendido la imposición de "sanciones adicionales" para presionar al régimen de El Asad pero ha advertido que para que estas tengan algún efecto "no puede haber solo presión de las naciones occidentales: tiene que incluir países árabes, tiene que estar Turquía, que hasta ahora ha estado muy activa intentando persuadir al presidente Asad de que acepte reformas en lugar de embarcarse en estas acciones espantosas".

Cuatro meses de desafío a El Asad - Marzo. Prende la ola de las protestas árabes en la ciudad sureña de Deraa. El día 23, el Ejército mata a seis manifestantes y dispara sobre cientos. El Asad destituye al gobernador de la provincia. Un día después, el Ejecutivo promete subir el sueldo a los funcionarios y revisar la Ley de Emergencia tras la muerte de 37 personas por disparos de la policía. El 25 es el primer Viernes de la Dignidad, que se ha repetido cada semana.

- Abril. El Gobierno deroga la Ley de Emergencia, vigente desde 1963, pero las protestas, la represión y los muertos se extienden por todo el país. El día 22 de abril 88 personas mueren en protestas en distintas ciudades. El 25 de abril el Ejército cerca Deraa con tanques. El 29, viernes, fallecen otras 60 personas en manifestaciones, y en Deraa, sitiada, el niño de 13 años Hamza al Jatib fallece torturado por el régimen. Su imagen será uno de los iconos de la protesta.

- Mayo. El Ejército aplasta las revueltas en Banias y en Homs. La UE incluye en su lista negra de sanciones a 13 miembros del régimen. Días después incluye a El Asad.

- Junio. La oposición siria se reúne en Antalya (Turquía) y pide a El Asad que deje el poder. En Hama mueren 54 personas. El día 6 el régimen anuncia que 80 policías han muerto en Jisr al Shughur y culpa a terroristas de ello. La versión de los opositores es que esos soldados se negaron a disparar a civiles y que por eso fueron asesinados por sus compañeros. Miles de refugiados cruzan a Turquía.

- Julio. El día 10, los embajadores de Estados Unidos y Francia visitan Hama en señal de solidaridad con los ciudadanos. El régimen lo interpreta como una provocación y al día siguiente una turba asalta las Embajadas de ambos países en Damasco. Hillary Clinton declara que Bachar El Asad ha perdido su legitimidad y no es "indispensable". El Observatorio sirio de Derechos Humanos cifra en 1.583 los muertos civiles desde marzo.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/londres/admite/hay/remota/posibilidad/atacar/siria/elpepuint/20110801elpepuint_5/tes?print=1

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INFORMES SECRETOS DEL CNI Y DE LOS MINISTERIOS DE INTERIOR Y JUSTICIA

Marruecos utiliza la religión para controlar a sus inmigrantes en España Las autoridades de Rabat entorpecen la integración social de los marroquíes IGNACIO CEMBRERO - Madrid - 02/08/2011

Marruecos ha elaborado "una estrategia de gran magnitud" en España. "Diseñada y desarrollada por el régimen, su objetivo es extender su influencia e incrementar el control sobre las colonias marroquíes utilizando la excusa de la religión", subraya el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en un informe secreto remitido en mayo por su director, el general Félix Sanz Roldán, a los ministros de Interior, Exteriores y Defensa. Los ministerios del Interior y de Justicia comparten esta opinión del servicio secreto. Rabat "tiene como objetivos prioritarios el control de su colonia

[unas 760.000 personas, a las que hay que añadir otras 70.000 que adquirieron la nacionalidad] para detectar movimientos opositores al régimen y evitar la aparición de corrientes islamistas ajenas a la dominante" en Marruecos, señalan en otro informe confidencial elaborado conjuntamente en 2009.

La "principal herramienta de control" que emplea Rabat es, según el CNI, la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas cuyo presidente, Mohamed Ali, es un español ceutí que propugna la "devolución" de la ciudad a Marruecos.

La Federación distribuye sus fondos "no solo entre sus miembros, sino entre aquellas asociaciones que se muestran dispuestas a seguir las directrices de Rabat". En Cataluña, sin embargo, el principal destinatario de las subvenciones marroquíes es el Consell Islàmic Cultural de Catalunya.

Al dinero público se añade el de los particulares. "Empresarios marroquíes afines al régimen y afincados en España" hacen también sus contribuciones. "Las aportaciones de Marruecos a las comunidades musulmanas alcanzan cantidades sumamente importantes", concluye el servicio secreto, sin dar estimaciones globales.

En Marruecos se practica el Islam malekita, considerado moderado en relación al wahabita o salafista que rige en Arabia Saudí. Interior y Justicia señalan que Rabat controla centenares de las 998 mezquitas registradas en España, a las que se añaden cientos de oratorios cuyo rito es siempre el malekita.

Pero no ejerce tanto esa supervisión a través de la Federación, como sostiene el CNI, sino "a través de su Embajada y consulados (...), personal afín y de la Fundación Hassan II" que preside la princesa Lalla Meryem, hermana del rey Mohamed VI, y cuyo presupuesto no se somete al control del Parlamento marroquí.

En su informe de mayo sobre La financiación del islamismo en España, el CNI brinda otro ejemplo de la utilización del islam con fines políticos. En noviembre 2008, recuerda, "el Ministerio de Asuntos Islámicos de Marruecos convocó y financió íntegramente una reunión, en Marraquech, a la que asistió un gran número de imanes y responsables de comunidades islámicas en España".

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Allí se les prometió "financiación para sus asociaciones y mezquitas a cambio de someterse al control del régimen y adherirse a sus postulados". La estrella de aquel encuentro fue Yassin Mansouri, jefe del principal servicio secreto exterior marroquí (DGED), que dio incluso una charla al clero.

Un buen número de imanes residentes en Europa rehusaron acudir a esa cita. Los Países Bajos protestaron incluso ante Marruecos por esa "intromisión" en sus asuntos internos, pero España optó por no hacerlo.

En el informe Los musulmanes y las comunidades musulmanas de España, Interior y Justicia se muestran, por su parte, muy críticos con las clases de lengua y cultura marroquí que, costeadas por la Fundación Hassan II, se imparten en más de un centenar de centros escolares públicos con fuerte proporción de alumnado inmigrante.

Esas clases obstaculizan, según el informe, la integración de los chavales inmigrantes en la sociedad española. "Es una herramienta para enseñar a los hijos de sus emigrantes a ser marroquíes" y no españoles, recalca.

"El carácter periférico de las clases (fuera del horario lectivo y con un alumnado compuesto solo por hijos de inmigrantes marroquíes), un profesorado exclusivamente marroquí y la utilización de materiales y pedagogías habituales en Marruecos, pero muy diferentes a las utilizadas en España, son elementos que contribuyen a que estos jóvenes interioricen profundamente la diferencia" con los españoles, constatan ambos ministerios.

"En definitiva, al Estado marroquí se le permite seguir manteniendo el control sobre sus ciudadanos en el exterior", prosigue el informe. "Control que, con respecto a los niños, se ejerce a partir del aprendizaje de la lengua y cultura oficial del Estado".

Pero esas clases llevan aparejada "la enseñanza religiosa musulmana". Para Interior y Justicia, ese añadido es "difícil de aceptar desde el punto de vista de la configuración de la enseñanza de la religión en nuestro sistema educativo".

Si Marruecos imparte subrepticiamente clases de islam es en parte debido a que ninguna de las comunidades autónomas que tienen la educación religiosa transferida cumplen con su deber, según el informe ministerial.

No lo hace ni siquiera Cataluña, donde están escolarizados decenas de miles de musulmanes pese a que la legislación estipula que basta con que haya diez solicitudes en un centro para que se proporcione a esos alumnos un profesor de religión.

Allí donde esa competencia no está transferida (Andalucía, Aragón, País Vasco, Canarias, Cantabria, Ceuta y Melilla), el Estado sí tiene en su nómina a medio centenar de profesores de islam que no dan abasto.

¿Por qué hacen dejación de funciones las autonomías y dejan en manos ajenas la formación religiosa? Interior y Justicia dan cuatro razones: para ahorrar, porque desconfían del profesorado disponible, porque desconfían de los contenidos de los libros de texto (el grueso de los cursos solo están disponibles en árabe), y porque "se percibe al islam como amenaza y un asunto de extranjeros".

Los Ayuntamientos tampoco tienen, según el informe ministerial, un enfoque "positivo y acogedor" de las comunidades musulmanas. Les obligan con frecuencia a inscribirse en sus registros, algo innecesario si ya están apuntadas en el de Justicia. Cuando quieren dar de alta un templo, les aplican la normativa de locales de ocio, incluso la de

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discotecas, o les mandan al polígono industrial, algo que nunca harían con la Iglesia católica.

Cinco movimientos radicales El régimen marroquí es combatido en España por su mayor enemigo, el movimiento islamista Justicia y Espiritualidad (JyE), que desde finales de febrero participa en las manifestaciones que reivindican más democracia en Marruecos.

Los ministerios españoles de Interior y Justicia describen a JyE como no violento, pero "integrista" porque "predica un Islam riguroso y sectario que favorece la radicalización de sus miembros y dificulta la integración de los musulmanes en la sociedad española". El movimiento desmiente ser radical.

JyE ejerce su acción a través de la Organización Nacional para el Diálogo y la Participación, con sede en Leganés (Madrid), y se ha apoderado de las mezquitas de Murcia y de las de parte de Andalucía. La Alianza para la Libertad y la Dignidad es su rama más política, a la que pertenecen parte de las elites marroquíes en España.

Junto a JyE, ambos ministerios señalan que otros cuatro grupos radicales están implantados en España. El salafista Partido de la Liberación Islámica (Hizb ut Tahrir al Islami), asentado en Cataluña; los Hermanos Musulmanes, cuyo feudo es Valencia; la Asamblea Islámica (Jamaat e islami), predominantemente paquistaní y con raíces en Barcelona; y el Tabligh, de origen indio, que domina Ceuta.

El Tabligh expulsó en 2007 a parte del clero pro marroquí de Ceuta con el beneplácito de las autoridades de la ciudad autónoma y de Justicia, que ahora lo tacha en su informe de "radical". El auge del Tabligh en Ceuta provocó tensiones con Rabat y una queja de Yassine Mansouri, jefe de su principal servicio secreto.

Juntas, estas facciones descritas como radicales controlan, según Interior, más de 120 mezquitas registradas, casi el 15% del total, y la mitad de los 200 oratorios (lugares de culto no declarados) existentes en Cataluña.

http://www.elpais.com/articulo/espana/marruecos/utiliza/religion/controlar/inmigrantes/espana/elpepuesp/20110802elpepinac_1/tes

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08/01/2011 02:52 PM

The World From Berlin

'Assad Has Little to Fear From the West' Sunday's massacre of at least 80 pro-democracy protestors by Syrian troops in Hama has sparked fresh international condemnation, but that won't deter President Bashar Assad, German commentators say. Daily prayer gatherings during the fasting month of Ramadan pose a far greater threat, they write. Germany on Sunday requested an emergency UN Security Council session after military forces in Syria killed at least 80 pro-democracy demonstrators in the central city of Hama.

Germany, which handed over its one-month chairmanship of the Security Council to India on July 31, asked for a meeting to take place on Monday to address the escalating violence in the government crackdown. Russia and China have so far blocked a UN resolution condemning President Bashar Assad for the violent suppression of protests against his regime. However, German newspaper Süddeutsche Zeitung quoted European diplomatic sources as saying the high death toll in Hama could prompt the two countries to drop their opposition to a resolution.

The tank assault on Sunday came on the eve of the fasting month of Ramadan, and was one of the bloodiest days of the five-month-old uprising against Assad. Hama was the scene of a 1982 massacre by Assad's late father in which thousands of people were killed.

Security forces had besieged the Sunni Muslim city of 700,000 for nearly a month before Sunday's assault. Ramadan is a holy month when Muslims fast until sundown. Many flock to mosques for prayers at night, and those gatherings could provide opportunities for protests to spread across Syria.

President Barack Obama called Sunday's military action "horrifying" and said Assad is "completely incapable and unwilling" to respond to the legitimate grievances of the Syrian people. "Syria will be a better place when a democratic transition goes forward," Obama said in a statement.

EU Widens Sanctions Against Syria Britain, France and Italy also condemned the violence in Hama. The European Union plans to widen sanctions by imposing asset freezes and travel bans on five more Syrians. EU sanctions already target Assad and over two dozen officials, as well as Syrian companies linked to the military.

EU foreign policy chief Catherine Ashton denounced the killings, saying that Syria had refused to "implement the reforms it has promised in response to the legitimate requests" of the country's citizens.

Turkey, which was one of Assad's main allies until the uprising, said it and the rest of the Muslim world were "deeply disappointed" by the violence that contradicted Assad's previous promises to enact democratic reforms.

German media commentators say protests could escalate during Ramadan and reach the critical mass needed to topple the Assad regime. But they add that Syria's pro-

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democracy movement shouldn't expect concrete help from the West, which has been deterred from intervention by the lack of progress made by NATO in its air campaign to support rebels in Libya.

Center-left daily Süddeutsche Zeitung writes:

"America, Germany, and Britain are condemning the violence in Hama, but Assad doesn't have to fear much more than that from the West. The most recent events in Libya are likely to have sapped the West's desire to get involved in another crisis. In the rebel bastion of Benghazi, the fighters have recently been attacking each other, reducing their chances of a triumph over Gadhafi anytime soon. One can regret, curse, and bemoan all this. But the West must now avoid doing one thing: turning away from the Arab summer out of frustration at the creeping pace of the revolution."

Conservative daily Frankfurter Allgemeine Zeitung writes:

"The fasting month of Ramadan starts this Monday. It almost looks as if the people who expect the next four weeks to determine the outcome of the Syrian uprising will be proved right. The government in Damascus will not shy away from attacking mosques if it can only survive that way."

"In the fasting month the likely clashes between the army and the opposition will gain an added religious edge."

Left-wing daily Die Tageszeitung writes:

"The offensive by Syrian forces on the eve of Ramadan was a calculated move. During Ramadan, every day is a Friday. Daily protests would shake the regime to its foundations. Parts of the population who have so far been in wait-and-see mode, like business people and traders in Damascus and Aleppo, could start to side with the demonstrators in view of the growing instability."

"In his 11 years in power, Bashar Assad has missed every chance to pave the way for a peaceful transition from a dictatorship to a more democratic society. The sacrifices he is imposing on his population will only seal his downfall. The demonstrators on Syria's streets are showing incredible courage and determination. It is high time they were supported."

Center-left Berlin daily Der Tagesspiegel writes:

"War against one's own people -- that is the only way to describe the bloody assault by the army on cities and villages in Syria. On the past 19 Fridays, tens of thousands of people have already taken to the streets against Bashar al-Assad, and more than 1,700 citizens have paid for their courage with their lives since mid-March. But since the march by millions two weeks ago in Hama and Deir al-Sor, Assad and his supporters know that the unrest could reach a critical mass. Thirty days of Ramadan could mean 30 days of mass protests and end up toppling the Baath regime."

David Crossland

URL:http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,777684,00.html Related SPIEGEL ONLINE links:

• Photo Gallery: Syrian Forces Kill At Least 80 in New Crackdown http://www.spiegel.de/fotostrecke/fotostrecke-71071.html

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• Settling Old Scores: Tribal Rivalries Complicate Libyan War (07/26/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,776695,00.html

• 'They Can Only Kill and Hope': Journey Through a Divided Syria (06/22/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,769618,00.html

• Seeking Safety in Turkey: Syrian Refugees Describe Horrors of Assad Crackdown (06/17/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,769029,00.html

08/01/2011 06:16 PM The Trail of Evil

Can Europe's Populists Be Blamed for Anders Breivik's Crusade? Norway and the world are still struggling to understand the ghastly deeds of Anders Breivik, who was driven to kill by his hatred of Muslims. His confused worldview, which Breivik describes in a 1,500-word manifesto, was influenced by European right-wing populists. Do politicians and writers share some of the blame for his terrible crimes? By SPIEGEL Staff. Geir Lippestad is sitting on a beige chair. He seems calm and collected, but there is also a tense alertness in his sharply defined features. Is there such a thing as pure evil? Can a human being be intrinsically evil? And if not, what induces him to commit evil acts, such as casually killing people and shooting children?

These are the kinds of questions that preoccupy Lippestad, 46, as well as an entire country, and possibly even the world. But the questions are particularly important for Lippestad. He is an attorney -- Anders Behring Breivik's attorney.

He says he received a call, and was told that Breivik had requested him as his defense attorney.

After receiving the call Lippestad, a member of Norway's center-left Labor Party, asked for time to consider the request. He spoke with his family and thought about what it would mean for him and for them. He also thought about what it would mean for Norway, democracy and the rule of law, whose principles guide his actions. "A legal system must also function in exceptional situations," says Lippestad.

Now he is defending a man who defiled those principles, a man who killed 77 people in half a day. A man who, as Norwegian Prime Minister Jens Stoltenberg put it, was responsible for the worst tragedy to hit Norway since World War II.

A Unique Case Lippestad told the Oslo newspaper Aftenposten that Breivik had told him he had wanted to kill even more people, and that he had intended to bomb two other buildings. This is supported by the fact that police are still searching for most of the six tons of fertilizer Breivik had ordered over the course of several months, of which he used only a fraction. What happened to the rest?

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A category for Breivik's incomprehensible crime doesn't even exist. Is he a terrorist? A madman? A right-wing extremist? Should he be tried for crimes against humanity?

Breivik's case is unique, says Lippestad, as he sits in his office. "Anders Breivik is waging war against our values," he says. "Against our democracy and against our openness." As an attorney, he feels that it is his duty to defend those values by defending a man who seeks to destroy them. At the moment, Lippestad is the person with the closest relationship to Breivik. He visits his client almost every day, sometimes spending as much as two hours with him.

Breivik is now in an isolation cell at Ila Prison west of Oslo. He will spend at least four weeks there, with no access to visitors, books, television or newspapers. Lippestad and the guards are the only people who speak to him. One of the first questions Breivik asked his attorney was whether he could get him a uniform. Breivik also explained to him that this was the beginning of a 60-year war, and that he had to make sacrifices for that war.

Breivik, too, seems to believe that he is performing his duty.

The Worldview of a Killer He is a Christian and a mass murderer, a man who hates Islam and invokes the Bible, a 32-year-old Norwegian terrorist who claims to be fighting to save the Western world and kills people to do so. He killed eight people with a 500-kilo (1,100-pound) bomb in Oslo, and the other 69, many of them teenagers, by shooting them to death at a Labor Party youth camp on Utøya island.

Breivik's crime, as unexpected as it was horrific, exposes new truths and raises new, unsettling questions. What have we overlooked? Where does this violence come from? Will we see more of it? Were the killer's actions those of a lone psychopath, or was he inspired by right-wing populist, xenophobic and Islamophobic rhetoric? Did he use violence to put into practice the ideas that people like the late Austrian politician Jörg Haider and the Dutch politician Geert Wilders promoted with words? Should we really be paying attention to his confused ideas and his self-important 1,500-page manifesto?

Now that Breivik is in prison, the police are investigating the case and Norwegian society is forced to confront the horror that emerged from its midst, it is time to examine the worldview of a killer and the question of where his ideas come from and what the consequences of the attacks should be. An anti-Islamic terrorist is a first for Europe.

Was this an isolated case, or does Breivik represent a movement? Is he even a terrorist?

SPIEGEL examines the most important questions surrounding Breivik and his actions.

How Does an Average Citizen Turn into a Mass-Murderer? Breivik is a child of the middle class, the son of a diplomat and a nurse. After his parents were divorced, he grew up with his mother and stepfather. He lived with his mother again for a period before the attack in Skoyen, a neighborhood in western Oslo where there are few Muslim immigrants. It's a pleasant neighborhood with flowerboxes and Thuja hedges, not far from the fjord. Breivik had lunch with his mother every other Sunday, say the neighbors.

It is in that neighborhood, where he grew up and where his mother lived until she was taken away on the night of the attack, where people are particularly appalled by the

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events. Before the massacre, locals thought of Breivik simply as "Anders," just another young man from the neighborhood.

An elderly woman with gray curls and pink lipstick is sitting on a chair, leaning against a flowered cushion, in Café Valentin behind Möllhausen Torg, a small shopping center with a supermarket and a flower shop.

The woman, who prefers not to mention her name, says that Breivik's mother is her best friend. She calls it a tragedy, this thing that the son has done to her best friend. The mother, she says, was proud of her son. He was quiet and reserved, and he had never had any problems or been a troublemaker. Perhaps he was a little too shy, the mother had once told her friend in confidence, but she was also quick to point out that it was probably a sign of great intelligence.

"I don't know," says the elderly woman. "He was too quiet. And he was very much alone. Always."

Just Shy Breivik's mother doesn't even have a computer in her apartment, not even a mobile phone, says the woman. The mother told her that young Anders was a real technology buff, something she had respected and encouraged. "She did everything for her children. There was nothing they didn't have." The woman talked to her friend about Anders' loneliness, his reclusive nature and his visits on Sundays. She said she thought it was odd that he wasn't in a relationship and never brought home friends. But the mother dismissed her friend's concerns, saying that he just happened to be shy and that he would grow out of it.

It was by no means obvious that Breivik saw himself as a chosen one, a "Knight Templar," a member of a Christian conservative avant-garde, named after the medieval order of knights that not only protected pilgrims to Jerusalem, but also used violence to spread the Christian faith in the Holy Land. Breivik claims that in April 2002 he went to London to attend the re-founding of the Knights Templar, an international network dedicated to the fight against a global Muslim conspiracy and its "cultural Marxist" backers.

This sounds odd, and yet a website operated by Paul Ray, a founding member of the anti-Islamic English Defense League, displayed photos of two men posing in Templar T-shirts featuring a red cross on a white background. One of the men in the image is Nick G., a former neo-Nazi from the Bavarian town of Marktredwitz. A film from Malta has also surfaced in which Ray, Nick G. and a third man, seemingly evoking the Knights Templar, pose next to a suit of armor. Ray has told the Telegraph newspaper that while he may have been Breivik's inspiration, that was the extent of his involvement. Nick G. confirmed that the "Knights Templar" movement exists, but he refers to the Oslo killer as a "lunatic" who has "brainwashed himself." He characterizes Breivik's alleged "initiation" in London as "pure fantasy."

It is one of the few trails that lead from Breivik's confused intellectual world into reality. It remains to be seen how many others exist.

Europe's Declining Morals Breivik compiled, concocted and wrote some outlandish things. He wrote speeches for Knights Templar to give in court if they happened to be arrested. To describe the deterioration of morals in Europe, he used conversations on Facebook to compute a

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quotient for the sexual morality of women in 17 European countries and the United States. Scandinavia was at the bottom of his ranking, while Maltese women were apparently the least licentious.

In general, Breivik writes in his manifesto, women should have three options: "be a nun, be a prostitute, or marry a man and bear children." This, he writes, would lead to an increase in the birth rate.

For those who simply cannot do without it, Breivik envisions a sex enclave, a sort of Las Vegas in the desert, whose residents can be as profligate as they wish -- an idea that sounds more like a swinger club than 1950s patriarchy.

None of it sounds rational. Breivik's thought system sounds neither logical nor convincing. This is the question that is on everyone's mind, from the courts to those who seek to interpret and somehow cope with his murderous crime. How normal is Anders Behring Breivik? Some might find it comforting to call him a lunatic, but is he one?

Is Breivik a Psychopath? Breivik reportedly cheered as he was shooting children on the island. "This is the laughing killer type," says German sociologist Klaus Theweleit, who became known in the late 1970s through his two-volume work "Male Fantasies," a psychological interpretation of fascism. "They are men who enjoy their murderous game, who see themselves as part of a higher power that condones all of this. They laugh as they celebrate the sanctioned crime, their unpunished, godlike actions."

In "Male Fantasies," Theweleit analyzed the writings of the violent Weimar-era paramilitary groups known as the Freikorps and identified considerable similarities in their images of women and the hatred with which they encounter the opposite sex. Theweleit's interpretive patterns now apply to Breivik with astonishing precision. Breivik reminds him of an "SS man, like Max Aue in Jonathan Littell's novel 'The Kindly Ones,'" he says.

For Theweleit, Breivik's detachment suggests a similarity with the fascist murderers. He did not have a girlfriend and, according to his manifesto, he had sex only once during his "mission." He claims to have slept with two girls in Prague. Otherwise, he refers to sex only one other time -- as a planned act: He wanted to hire "two high class model whores," essentially as a last act before committing his murderous deeds. In his view, women are saints or sinners, while feminism, which he sees as a significant precursor to "cultural Marxism," is a massive threat. He yearns for the return of corporal punishment and the patriarchy.

Theweleit, thinking in psychoanalytical terms, believes that Breivik is motivated by a central fear surrounding the body he has devoted so much effort to create. In "this idiotic concept of becoming a man," the objective is to replace the strong mother and give birth to oneself all over again -- and to become big and strong, independently of one's mother. This, says Theweleit, is what the army used to do, through military exercises that took soldiers to the brink of utter exhaustion.

Always Blaming Someone Else Breivik didn't need the army to create his own perfect body. While building his bombs, he completed a punishing training program and took anabolic steroids. In the end, incapable of forming ties with other people, he resorted to violence as proof of his own strength and superiority.

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"Breivik must be a narcissist," says Oslo clinical psychologist Svenn Torgersen. In fact, he believes that the extent of Breivik's narcissism is "unique" and unprecedented in criminal history.

According to Torgersen, the staged photos of Breivik wearing various costumes reveal that he is extremely preoccupied with appearances, a typical feature of narcissism. A narcissist reacts to frustrations by assigning the blame to something in his environment, but never to himself. Pathological narcissists are characterized by a sense of their own magnificence coupled with fragile self-esteem. According to Torgersen, Breivik exhibits the classic profile of a pathological personality: emotional coldness and the inability to enter into relationships.

The efforts to establish a business, which he grandiloquently describes as successes in his manifesto, were in fact miserable failures. He experienced a corporate bankruptcy in 2002, and in 2008 another company, his E-Commerce Group, went into receivership. The first-person author of the manifesto probably perceived these failures as highly mortifying. According to Torgersen, Breivik was also characterized by an extreme form of sadism that finds pleasure in the suffering of others.

Torgersen believes that Breivik is mentally ill, but not so ill that he could not have functioned in everyday life. Two court psychiatrists are now compiling expert opinions and examining his legal culpability. "He has a concept of reality that no other human being shares with him" -- no one, anywhere -- says Breivik's attorney, noting that this is evident in the kinds of questions he asks and the way he talks about certain things.

Is he crazy?

His crime was, says Lippestad.

'Waging War against Democracy' When Breivik converses with his attorney, he speaks quietly, almost casually. He is well-spoken, and yet he is not educated or even sophisticated, says Lippestad. In one of their first meetings, Breivik told Lippestad that English is his working language, but that he could speak Norwegian with Lippestad if the attorney preferred. Lippestad believes that Breivik is not waging war against the Muslim world but against the West and its supposed depravity. "He is waging war against democracy," says Lippestad.

Breivik does not recognize the court or even the legal system that ordered him arrested. He confesses his crime but insists that he is not guilty. If Breivik is as he describes himself in his manifesto, he ought to relieve the attorney of his duties. In the document, he predicted people would "label me as a nut" and urged his readers not to believe it.

He is now being evaluated, and the courts will have to reach their own conclusions. But no matter what degree of culpability is ultimately assigned to him, the fact remains that this 1,500-page manifesto exists. And it was not dictated to Brussels by demons.

How Does the Perpetrator Justify His Crimes? "2083. A European Declaration of Independence." This is the title of the murderer's manifesto, which he placed on the Internet shortly before his killing spree. The document, 1,518 pages containing about 800,000 words, enables the reader to travel into the mind of a killer in a way that has never been possible before. Although the supposed facts it contains cannot be accepted as truth without verification, the document does reveal how the killer's mind works.

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Breivik's convoluted manifesto consists of a section in which he foments violence, practical advice for potential killers, an interview with himself and a diary of sorts that he wrote in the months leading up to the attack.

Breivik avails himself of old conspiracy theories and new right-wing bloggers, and sometimes he quotes people who wrote sentences that appeal to him, be it Benjamin Franklin, Fidel Castro or Mark Twain.

Breivik is obsessed with Islam's supposed aim to subjugate Europe. He claims that a complacent Western elite of "multiculturalists/cultural Marxists" is serving Islam's purposes in the process. He demands that a Christian conservative avant-garde stand up and fight against this threat, and he counts himself as a member of this avant-garde. He imagines these "Knights Templar" committing assassinations and attacks, organizing a resistance movement and eventually taking power and expelling the Muslims from Europe. This goal, according to Breivik, is to be reached by 2083, 400 years after the Turks were defeated outside Vienna.

Breivik writes that what he opposes most of all is the position of "political correctness," which he equates with a "cultural Marxism."

The goal of this "cultural Marxism," in his view, is to deconstruct the old values and norms of Europe, Christianity, male and female roles, and sexual morality. Breivik believes that the most dangerous side of "cultural Marxism" is "multiculturalism," because it opens Europe's doors to Islam.

The Main Enemy Breivik's manifesto is a strange conglomerate of quotes, plagiarized material and his own words. He provides footnotes and references, but he also quotes the Economist and SPIEGEL. He has academic pretensions, and he has a penchant for using numbers, although they are often taken from questionable sources. He distances himself from neo-Nazis, writing that anti-Semitism is nonsense and that Europe's Jews are allies in the fight against Islam. He calls Hitler a mass murderer and insists that the Holocaust is indisputable. But he also fantasizes over what he calls a genocide being committed by Muslims against Christian Europeans, except that it is being hushed up by the "cultural Marxists." Even more than Muslims, he seems to hate those he sees as paving the way for Muslim domination.

Only a few of Breivik's victims were Muslims. Instead of attacking a home for asylum seekers, he struck at what believes to be the main enemy: the future establishment of "cultural Marxists."

For Breivik, that category includes the majority of Europe's politicians, journalists and university professors, and he believes that 90 percent of these opinion-shaping elites are proponents of "cultural Marxism." He has no answer to the question of why these people so complacently allow themselves to be roped in by the Muslims. At times he refers to these elites as ignorant people who simply don't recognize the threat, and at times he reasons that their actions are driven by the dependence on Arab oil and the fear of terrorist attacks.

Breivik even seriously considers the question of whether it would be possible to use nuclear weapons against multiculturalists. He concludes that it would be difficult but should not be ruled out in a later stage of the revolution.

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For his days of judgment, Breivik envisions the deportation of Muslims and the execution of traitors. He divides his cultural Marxist enemies into "category A to C traitors." Category A includes top opinion leaders like editors-in-chief and politicians, while group B consists of the foot soldiers of the multiculturalists. "They know that they are contributing to a process of indirect cultural and demographical genocide," he writes. Breivik's Category C consists of apolitical followers.

For Breivik, the 69 victims on Utøya Island, most of them youths attending a Social Democratic Party summer camp, are presumably Category B traitors.

Where Did Breivik Derive His Ideas From? The killer has a political history, which begins with Norway's populist right-wing Progress Party.

On the fifth day after Breivik's terrorist attack, Progress Party leader Siv Jensen, a blonde woman in a black dress with a design featuring two gray hearts nestled together, is standing in the garden outside the official apartment of Prime Minister Jens Stoltenberg, together with the leaders of all parties represented in the parliament.

In this garden, Stoltenberg intends to announce the establishment of a commission that will investigate the possible mistakes made by the state security agencies, police and emergency rescue forces. But he also wants to send a message that Norwegians are not about to go into hiding, and that the political class is more united than ever.

Shortly after the attack, Siv Jensen stated: "All Norwegians are now young Labor Party members." She has been invited to join the other party leaders, as if her party were being treated the same as all the others. Nevertheless, Jensen has a problem, namely that Breivik was an active member of her party for seven years, serving as the deputy chairman of a local youth organization.

Another of Jensen's problems is that one of her party members published a document a year ago titled "The Dream of Disneyland," which accused the Labor Party of treason. "What was so wrong with Norwegian culture that you want to replace it with something you call multicultural?" the author asks. "And why are you stabbing our own culture in the back?"

Fears of Foreign Domination There is a new right-wing mainstream all across Europe, which, like Breivik, is turning away from anti-Semitism and declaring Islam to be the enemy instead.

Geert Wilders, the blonde Dutch politician who, together with his Party for Freedom, has supported the minority government in Amsterdam since last year, is the vanguard of this movement. He has called for a ban of the Koran and has likened it to Hitler's "Mein Kampf," and he wants women who wear the headscarf to pay a "head-rag tax." Wilders has his imitators, who feed on fears of globalization and modernization and stoke fears of foreign domination.

They include the Danish People's Party, which has helped Denmark's center-right minority government stay in power for almost 10 years; Italy's Northern League; the Sweden Democrats, whose leader told that country's parliament that Islam is "the greatest threat to Europe since World War II"; the True Finns; Marine Le Pen in France; Belgium's Flemish nationalist party Vlaams Belang; and the far-right Freedom Party of

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Austria (FPÖ). Breivik is particularly enamored of Austria, which he mentions 70 times in his manifesto, even expressing his appreciation to his "brothers and sisters" there.

This may have something to do with the polls showing that the FPÖ, known for its anti-Muslim slogans and its claims that Islamism is the "fascism of the 21st century," is on its way to becoming Austria's strongest party.

Germany's debate over Thilo Sarrazin's controversial book, "Germany Does Itself In," would probably have interested him, but it was too late for Breivik's purposes. When the controversy began in August 2010, Breivik had already completed the research for his manifesto, as he says.

In fact, Breivik is less than satisfied with Germany. He writes that it has no serious anti-Islam party and is "simply unable to build a political defence against Islamisation." Nevertheless, he is interested in the neo-Nazi NPD party.

Appealing to Copycats What do his attacks mean for the far-right in Germany? "It could serve as a blueprint for copycats," says Alexander Eisvogel, the vice-president of Germany's domestic intelligence agency, the Federal Office for the Protection of the Constitution (BfV). "From the point of view of a terrorist, his planning was meticulous and carefully geared toward not attracting the attention of the authorities. He noted all of this in diary form in his manifesto. It is precisely this combination of the attacks and the preparation, which was so carefully planned and is now accessible to the general public, that is now our greatest concern."

So far, however, reactions in the right-wing community have ranged from reserved to hostile, probably, as Eisvogel speculates, because this combination "of the mystification of the Knights Templar and the explicit rejection of Nazi thought is hard to stomach for German right-wing extremists."

Right-wing populists have been more or less quick to distance themselves from Breivik's crime. The FPÖ, headed by Austrian politician Heinz-Christian Strache, has been careful to characterize any attempt to saddle it with the blame as a "primitive and disgraceful" attempt to make political capital out of the Norwegian tragedy.

The English Defence League, which confirms that some of its members were in contact with Breivik via Facebook, praises his ideology. The EDL agrees that Islam poses "a serious problem," a problem that has "cost many thousands of human lives" around the world in recent years, a spokeswoman said. But, she adds, violence is "not the answer."

For the moderate populist right-wing milieu, it would be more convenient for Breivik to be portrayed as a madman, and as a lone, unpredictable killer. But although he found his real, brutal ideological dynamite on the Internet, primarily in the writings of an anonymous right-wing blogger who uses the name "Fjordman," Breivik's roots are in the right-wing populist scene.

Who Are the People Who Influenced Breivik Intellectually? Far-right politicians are not the only ones to blame. Even mainstream conservatives must ask themselves how they have contributed to a climate in which a self-proclaimed savior of the world could feel encouraged, and even obligated, to commit such a violent attack. The New York Times even accuses British Prime Minister David Cameron,

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French President Nicolas Sarkozy and German Chancellor Angela Merkel of sowing "doubts about the ability or willingness of Europe to absorb newcomers."

Is Europe under the spell of a murderous right-wing climate of thought? Since July 22, 2011, this question can no longer be answered with a categorical "no." With his manifesto, in which he cites as his sources journalists, thinkers and crackpots of extremely diverse and often incompatible stripes, Breivik has thrown a firebomb into European societies. The debate between the right and the left, between defenders of multiculturalism and the saviors of the West, is what triggered the dangerous spark and the murderous impulse in his head, Breivik claims.

Those who promote his way of thinking now find themselves in the hot seat. According to a message posted on the German-language blog pi-news.net 24 hours after the killings in Oslo and on Utøya, what the killer wrote in his comments on a Norwegian anti-Islam website were "largely things that could also be found in this forum."

'A Conservative Catastrophe' The letters "p.i." stand for "politically incorrect," which has become a rallying cry for authors of xenophobic writings who seek to distance themselves from the supposed mainstream of politically correct social tolerance and mutual respect.

The blog, founded in 2004 by Stefan Herre, a physical education teacher from Bergisch Gladbach in western Germany, claims to receive 50,000 clicks a day and is seen as the most important anti-Islamic Internet forum in Germany. Prior to the debate over the Danish cartoons of the Prophet Mohammed in 2005, Herre was the blog's only author. But then he was joined by others whose numbers are now as unknown as their identity. Since the end of 2007, the Internet presence of the group, which describes itself as "pro-American" and "pro-Israeli," has been hosted on servers abroad, allegedly because of massive threats to which the fighters "against the Islamicization of Europe" felt they were exposed.

Two days after the mass murder, an author with the supposedly humorous pseudonym Frank Furter described the attacks in Norway as "a conservative catastrophe." He argued that the problems that motivated Breivik to commit the attacks are all too real, namely the "ubiquitous integration problems involving many Muslim immigrants, worries about a gradual Islamicization, the growing attitudinal dictatorship from the political left, the loss of values and identity among European people and their presumed 'elimination.'"

Many of the right-wing populist blogs use the legitimate conflict with the values and religion of Islam as an excuse to incite racist Islamophobia.

The pi-news blog includes many reader comments (often written in poor German, sometimes without any commas) similar to this one from a reader with the pseudonym Warwolf: "All I can hope is that when the killing begins here in Germany and Europe, the leftists will be the first to be beheaded. I pray for war."

It's only a few steps from such comments to the insane world of Anders Breivik.

Not Under Surveillance Nevertheless, pi-news is not a case for Germany's domestic intelligence agency, which monitors extremist activities in the country. "Although we are keeping an eye on the group, the legal conditions for including it in the domestic intelligence report have not

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been met," a spokeswoman for the agency said last week. The Federal Office for the Protection of the Constitution also argues that because of its explicit support for Israel, the United States and the German constitution, pi-news cannot be classified as a right-wing extremist organization.

This means that people like "Warwolf" and "Proxima Centauri" can calmly prepare themselves for an event by the German right-wing populist party Die Freiheit (Freedom), whose leader, René Stadtkewitz, is closely aligned with pi-news founder Stefan Herre: the appearance by Dutch right-wing populist Geert Wilders in Berlin on Sept. 3. Oskar Freysinger, a member of the Swiss National Council for the Swiss People's Party (SVP), will also attend the event.

Racists and self-appointed saviors of the world, crusaders and protectors of the West have established connections around the world. In Germany, they include such aggressive provocateurs as Nürnberg 2.0, a website named to invoke the Nuremberg trials of Nazi war criminals. It sharply criticizes defenders of Islam -- including Green Party European politician Daniel Cohn-Bendit and SPIEGEL writer Erich Follath -- and argues that they should be "held accountable publicly."

How Do Right-Wing Bloggers Defend Themselves Against Accusations that They Bear Part of the Blame? One of the most influential Islam-critical blogs is called Jihadwatch.org. It is run by the American author Robert Spencer and maintains close ties to the David Horowitz Freedom Center, a conservative foundation. In his articles, Spencer warns almost daily against violent Islam, which denies non-Muslims equality, human rights and honor.

Spencer, who Breivik quoted 64 times, bridles against the notion that he has laid the groundwork for the actions of evil perpetrators, and he insists that he has never advocated violence. "If I was indeed an inspiration for his work, I feel the way the Beatles must have felt when they learned that Charles Manson had committed murder after being inspired by messages he thought he heard in their song lyrics," he writes.

There is an obvious difference between Spencer and Breivik: The American writer believes that only radical Muslims are dangerous and that Islamic doctrine can be reformed, making peaceful coexistence with other religions possible. Spencer asserts that "Islam is not a monolith," whereas Breivik emphatically draws no distinction between radical and moderate Muslims. For him, all Muslims are dangerous jihadists.

American terrorism experts, like former CIA officer Marc Sageman, feel that the bloggers absolutely bear part of the intellectual blame for Breivik's deed. Just as Salafism helped the Al-Qaida terror network by serving as its "intellectual infrastructure," Sageman argues, Breivik availed himself of the ideas he found on blogs critical of Islam.

'I Can Hardly Defend Myself' Meanwhile, Europe's agitators are wallowing in self-pity. "I very much regret that this psychopathic killer believed he had to make reference to my beliefs in his 1,500-page manifesto," writes Austrian blogger Elisabeth Sabaditsch-Wolff. "I can hardly defend myself against such wrongful exploitation," she continues, arguing that "if well-founded criticism is blamed for those attacks, aren't the critics of (former Swedish Prime Minister) Olof Palme to blame for his murder?"

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More conciliatory language is certainly not to be expected from Sabaditsch-Wolff, a political activist with ties to the FPÖ whose writings are characterized by language like: "Islam is hostile. The Koran is evil. Muslims hate us and are in a permanent war against us." A criminal complaint has been filed against Sabaditsch-Wolff in her native Austria for the "vilification of religious teachings." In addition to being one of the central figures in the world of anti-Islamic bloggers, Sabaditsch-Wolff, like Dutch right-wing populist Wilders, is a key thinker in the world of European right-wing populist parties.

The fear of Islam is merely the vehicle that drives the latter-day crusaders. They want to purge their Christian, Western and free world of all those who oppose their ideas of the right way to live. It is not a crusade against Islam, but against the modern world, a world that is globalized, multicultural and tolerant of non-Christians. This revolution, of which Breivik perceived himself a pioneer, is a conservative revolution. It is not directed against a forward post of Islam, but against those the killer perceived as being friendly to Islam. Breivik's revolution is directed against the enlightened, secular and liberal society of Norway and its politicians.

The German neo-Nazi blog "Störtebeker-Netz" recognized this. On the day after the Oslo killings, its "editorial staff" wrote that although Breivik is a "bad apple," he could be "given credit for an act committed in the heat of passion, which is understandable in light of the social democratic policies in Norway and Europe."

For people who think this way, it is also "understandable" that the despair over the moral decline of pansies, leftists and do-gooders in today's world could lead to a monstrous act of violence. The trail of evil leads to the conservative romantics, with their vision of a nationally organized world characterized by law and order and faith in God -- not unlike the early days of the United States, which the ultra-right US Tea Party movement now seeks to invoke.

The Power of Words How can deluded people like Breivik be prevented from taking violent action based on yesterday's mindset? The notion that right-wing bloggers can be monitored and tracked, as German domestic policy experts suggested immediately after the Norway killing spree, is like searching for a needle in a haystack.

Officials at the Interior Ministry in Berlin also warn against knee-jerk reactions. "Whether we should take action here in Germany after the horrific events in Oslo is something we can only decide after soberly reviewing the facts," says German Interior Minister Hans-Peter Friedrich, a member of the conservative Christian Social Union (CSU). "Anyone who calls for action such as banning the NPD shortly after the events in Norway is exploiting and even abusing the tragic incident for his own political purposes."

The trail of evil could go on and on. If all the ideas that could possibly end up in Breivik's head were used to compile a blacklist, it would have to include authors and journalists who sometimes employ harsh language to warn against the dangers of Islamist terror.

The taint of intellectual complicity also adheres to journalists and populist politicians. Sigmar Gabriel, the chairman of German's center-left Social Democratic Party (SPD), already seized the opportunity to place fellow party member Thilo Sarrazin, an outspoken critic of Islam, and his readers on the list of agitators. "In a society in which anti-Islamism and discrimination against others is becoming acceptable, one in which

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the middle class applauds Mr. Sarrazin," Gabriel says, "lunatics" like Breivik feel encouraged to take action and even "legitimized."

Ideas and words will always have consequences. But there is no way to prevent that in an open society -- except with other ideas and words.

Is Breivik Different from Other Terrorists Such as Islamists and Anarchists? Breivik applies a concept with left-wing origins: "propaganda of the deed," which dates back to 19th century anarchism. The idea here is that individual acts of violence are essential to sparking social transformation -- a notion that was embraced by these anarchists and, later, by Germany's Red Army Faction (RAF) in the 1970s.

But left-wing terrorists killed their victims in operations targeting specific individuals who represented the hated establishment. The RAF took into account that this could entail collateral damage, and that people who were close to the group's targets, such as drivers and policemen, might die. Indiscriminate mass murder, however, was anathema to Western leftists.

Breivik noted that he liked the 2008 film "The Baader Meinhof Complex," which deals with the early years of the RAF, yet he didn't say what appealed to him, and he wasn't inclined to emulate the tactics of left-wing terrorists, as described in the film.

Instead, he was more of a "lone wolf who has been very intent on staying under the radar of the security services by leading a lawful life," as Janne Kristiansen, the head of Norway's Police Security Service (PST), told Time magazine.

Lone-Wolf Crusader The lone wolf or werewolf is a concept that has been circulating in right-wing circles since the final days of World War II. At the time, diehard Nazis dreamed of guerrilla cells that would instigate the final struggle of the Aryan race.

Breivik also borrowed liberally from the "Unabomber Manifesto," which outlines the confusing anti-industrial world view of American terrorist Ted Kaczynski, who sent parcel bombs to university professors and corporate executives. Yet the Unabomber's campaign of sporadic killings didn't appeal to Breivik.

There have been mass murders in the past committed by right-wing extremists. For instance, there was the bombing of the main railway station in Bologna in 1980, which resulted in 85 deaths, and the Munich Oktoberfest bombing in 1980, which killed 13 people and injured hundreds. There was also a series of attacks in London that resulted in three deaths in 1999. This killing spree was committed by David Copeland, a man who harbored an intense hatred of immigrants and gays.

But there has never been a terrorist inspired by right-wing ideology who sees himself as a "crusader" and murders in the name of "Christendom" and "Western civilization."

Mohammed Atta's Mirror Image Breivik was a man with a plan. He planned to kill infidels. He prepared for nine long years, endeavored to avoid detection -- and succeeded. He remained inconspicuous until the day of the attacks.

He intended to send a message, in the name of God, to this world, which he sees as degenerate -- and he knew there was also a good possibility that he would die in the

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process. In his manifesto, which he wrote as a sort of last will and testament, he mentioned several times that he sees himself as a "martyr."

He wants to impose a world of rigid, backward morality in which women are subservient, children can be severely disciplined, and God the Almighty has decreed that men should rule -- a curious Christian reflection of the beliefs of the Muslim extremists that Breivik abhors. The Norwegian has quite a few things in common with Mohammed Atta, the man who crashed the plane into the North Tower of New York's World Trade Center during the attacks of Sept. 11, 2001.

An Atta of the West, one could call him. In a sense, what happened in Norway is a mirror image of the events in New York on Sept. 11, 10 years ago.

True, Atta killed far more people than Breivik, and caused far more destruction. But both attacks were horrific and totally unexpected, and both represented a turning point for the world that experienced them.

'Morality Has Lost Its Meaning' This was Norway's 9/11 moment, as commentators later wrote, only that this moment was triggered by a blond Norwegian. In an almost absurd way, this man has adopted the methods and rhetoric of the hated Islamists to wage his very own personal war, nearly 10 years after the attacks of 9/11, at a time when many top American analysts believe that the al-Qaida terror network is in decline.

"In many ways, morality has lost its meaning in our struggle," he writes in his manifesto. Breivik also states that those who are unwilling to martyr themselves for the cause are not suited to becoming Knights Templar. He also claims to renounce women and many worldly pleasures to devote himself exclusively to his plan. Just as Atta made his last will and testament, and the other terrorists of Sept. 11 left their legacy for posterity in video recordings, Breivik has worked on the fame that he expected would follow his attacks, playing for the crowd and revealing his insidious world of ideas.

He says that he is at war. It is a war of martyrs who will soon be assembled in the "Kingdom of Heaven," he writes. This sounds very much like the "holy war" of the jihadists -- except that the 72 virgins are missing. It is a clash of civilizations, a struggle against the political establishment -- and it has similarities with Osama bin Laden's 1998 declaration of war on Americans, the struggle against the crusaders of the West who the Islamists saw as such a threat.

"This latest act of religious hatred, carried out in the name of cultural purity," wrote Karen Greenberg, executive director of the Center on Law and Security at New York University, in an article in the American magazine The New Republic, "signals the febrile acceptance of Osama bin Laden's invitation to reignite the medieval holy war between Islam and the Christian West."

Playing God The meticulous planning over the years, mired in a cobbled-together worldview that is immune to criticism, the reference to a higher order in whose name blood supposedly has to flow -- these are all elements that al-Qaida and Breivik unquestionably have in common. If this is madness, then it's madness with a good dose of method behind it.

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There is also the terrifying determination with which they take leave of normal life, all for the sake of their missions. One learns to fly so he can use a plane as a bomb. The other leases a farm so he can purchase fertilizer, which he then uses to make bombs.

Unlike Atta, Breivik doesn't appear to be surrounded by a crowd of accomplices. Unlike Atta, he had to kill many of his victims individually.

He, the narcissist, did not submit himself to his God, as Atta did. Instead, he calls on God for support. "God will anoint you with his power to go into battle," he writes, as part of his advice for his fellow Knights.

Breivik is intoxicated by the lure of power. He links the bombing, which he only saw from afar, with the cold, deliberate murder that he carried out personally. He creates a combination of the two, mixing the force of the detonating bomb with the cold precision of school shooters who kill individually and deliberately.

Breivik sought to play God, to decide who will live or die. He took aim at some of his victims on the island, yet allowed them to live. Perhaps this gave him even more satisfaction.

He was able to carry out this plan, yet he was actually prepared, at least according to what he wrote, to become a martyr the next day.

He planned to go down in history as a great man -- that was the idea. He had already designed a Knights Templar tombstone with all sorts of right-wing bombast as an inscription. "Born into Marxist slavery on xx.xx.19xx. Died as a martyr," the tombstone was to read. The text also included the significant line: "All free Europeans are in your eternal debt."

Why Didn't Anyone Notice What Breivik Was Planning? Breivik leased a farm in the small town of Rena, about 170 kilometers (105 miles) from Oslo, to devote himself to building bombs for three months. He had a neighbor, Svein Meldieseht, whom Breivik allowed to mow the grass on the land that he leased. The farmer visited the property on a number of occasions, sometimes even showing up unannounced.

Today, the neighbor says that Breivik looked like a city dweller who wore expensive shirts and knew nothing about farming, and who blacked out his windows. But all of this didn't make the neighbor suspicious enough to report Breivik to the authorities. Meldieseht says that two days before the attacks he saw a light-colored car in Breivik's driveway. It was parked in a way that no one could look inside. On the evening when the bomber was presumably busy packing his lethal cargo, Meldieseht says that he wanted to briefly drop in on Breivik. But then he decided it was too late in the day.

Bilal Güclü, co-proprietor of the Milano Rena Restaurante in the town, said he thought the killer was a nice student. Unlike some of his other customers, Breivik was very friendly toward him, even though he has a Turkish name.

Lasse Nordlie, owner of the Cuckoo's Nest bar, said he used to work as a profiler at the airport in Oslo. He says his job was to interpret the body language of passengers and, if anything looked suspicious, to check their travel documents and search their luggage. But although Breivik occasionally came in for a beer, the profiler says that the man certainly wouldn't have aroused his attention.

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Police Security Service chief analyst Jon Fitje issued the "Annual Threat Assessment" for 2011 and came to the following conclusion: "As in previous years, the far-right and far-left extremist communities will not represent a serious threat to Norwegian society in 2011." In his security service headquarters in Oslo, Fitje admits that Breivik's name came up at least once in the agency's computer. He had ordered sodium nitrate online from a Polish company that was under surveillance. But it was only a small amount and, up to the time of the attacks, the name Breivik was only useless data for the investigators.

Taken Alive On July 22, at 6:25 pm, the police reached the island of Utøya. They discovered Breivik near the shore. One unit ran straight up toward him, the second approached from the side, using several trees for cover. In the command center in Oslo, Anders Snortheimsmoen, who headed the Delta unit that stormed the island, was in radio contact and could follow events as they unfolded. At the time, Breivik still had a number of loaded magazines in his vest and a bullet in the chamber of his semi-automatic rifle, a Ruger Mini-14. He had fired his Glock 17 pistol until it was empty, but he still had it on him. According to Snortheimsmoen, the slide of the pistol was pulled back.

Breivik was no more than 50 meters (165 feet) from the police. The policemen standing in front of Breivik told him to drop his weapons. He laid his rifle on the ground and spread out his arms. He slowly walked toward the unit. He was still carrying his pistol. The police saw a wire protruding from his vest. They were afraid that Breivik had concealed explosives on his body. They had permission to shoot Breivik if he took one more step. The unit behind the trees recognized that the wire led to an earplug. At this point, the decision was made to apprehend the suspect. The bloodbath ended at 6:27 pm.

Snortheimsmoen says that after the arrest the police found an iPod music player on Breivik. Just as he predicted in his manifesto, he had apparently listened to music while shooting his victims.

Breivik remained at the scene of his arrest for at least half an hour, guarded by a single policeman, while law enforcement officials searched the island for additional explosives and other perpetrators. They found plastic bottles filled with gasoline hanging in the trees. These were perhaps incendiary devices, which he intended to ignite later for a final inferno.

Breivik could not see the suffering that he had caused. But he could hear the wailing sirens of police cars, the sounds of motor boats and probably the cries of the children. Afterwards, the police brought him to a house on the island. Eye witnesses said later that he smiled on the way there.

Losing Control Now, he is in custody near Oslo and has not been allowed to give public speeches in court. His lawyer refuses to procure him a uniform. Indeed, Breivik is not allowed to show himself to anyone at all. He is shrinking back to his normal stature.

His manifesto, this work of self-projection and self-glorification, reveals his thoughts and provides a glimpse of what was going on inside his head. It shows how he wants to be seen -- as a knight and a warrior -- but now he has lost control over how his story will be interpreted.

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He describes himself as a dominant man, a fighter, but everyone who remembers him as a youngster -- from his neighbors in the middle-class neighborhood of Skoyen to his old schoolmates -- characterizes him as a nondescript individual who people quickly forgot.

He writes that he earned a great deal of money with various successful companies, but it doesn't look as if this were true. It is possible that he had backers. Investigators are also looking into the possibility that he is connected to a sensational crime. Over €6 million ($8.6 million) was stolen during a bank robbery in Stavanger in 2004. A large amount of this money has still not been recovered. The mastermind behind the robbery had connections to the man who leased the farm in Rena to Breivik.

The authorities are investigating, Norway is coming to terms with the shock and, if Prime Minister Jens Stoltenberg gets his way, Breivik will have lost. The politician would like to see Norway become "an even more open, more tolerant democracy" in the future.

'The Struggle Is Over' In his office in the heart of Oslo sits Geir Lippestad, the lawyer who, following much trepidation, finally agreed to defend Breivik. About one hundred meters away lies the spot where Breivik detonated his bomb. And only a few hundred meters away is the cathedral, where a sea of flowers has been laid out on the pavement, where memorial candles for the dead are still lit and mourners continue to pray. Every day, Lippestad passes by the banners on the church square that are held down by flowers and candles. The banners call for the maximum sentence of 21 years to be increased for Breivik. Many want to adapt justice to the injustices that he has committed.

"Probably he will eventually understand that the struggle is over for him now," says Lippestad.

The trial is not scheduled to begin for another six months. There are still many open questions. Breivik will be charged with 77 counts of murder, one for each individual who died by his hands.

Does Breivik regret what he did?

Lippestad speaks slowly: "He is sad, yes." But he apparently does not regret anything. "He sees his actions as a sort of necessary evil," the lawyer says. As far as Breivik is concerned, he engaged in a war that had to be started. He views it as a necessity.

"When I see him," says Lippestad, slowly enunciating his words, "then I see a person who is far removed from everything -- far from any reality, any socialization, far from any community."

Is he asking for anyone? For his mother, his family?

"No," says Lippestad. Reported By Sven Becker, Rafaela Von Bredow, Thomas Darnstädt, Manfred Ertel, Julia Amalia Heyer, Hans Hoyng, Gunther Latsch, Walter Mayr, Jan Puhl, Sven Röbel, Mathieu Von Rohr, Britta Sandberg, Holger Stark, Daniel Steinvorth, Barbara Supp, Christoph Sydow And Gerald Traufetter

Translated from the German by Christopher Sultan and Paul Cohen

URL: http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,777710,00.html Related SPIEGEL ONLINE links:

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• Photo Gallery: Norway's 9/11 http://www.spiegel.de/fotostrecke/fotostrecke-71059.html

• The Norway Attacks: Is Delusion a Valid Defense? (07/27/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776878,00.html

• After Norway: EU Declares Fight Against Right-Wing Extremism (07/27/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776985,00.html

• An Atmosphere of Suspicion: European Right Under Pressure in Wake of Attacks (07/26/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776752,00.html

• Norwegian Openness: Attacks Reveal the Limits of Freedom (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776510,00.html

• Blogging Hate: Anders Breivik's Roots in Right-Wing Populism (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776413,00.html

• Programmed to Kill: The Cold Aggression of a Mass Murderer (07/26/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776693,00.html

• Madame Rage: Marine Le Pen's Populism for the Masses (07/07/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,772875,00.html

• Brussels' Fear of the True Finns: Rise of Populist Parties Pushes Europe to the Right (04/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,758883,00.html

• Riding the Wave of Islamophobia: The German Geert Wilders (01/06/2011) http://www.spiegel.de/international/germany/0,1518,737676,00.html

• Continent of Fear: The Rise of Europe's Right-Wing Populists (09/28/2010) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,719842,00.html

• The Sarrazin Debate: Germany Is Becoming Islamophobic (08/31/2010) http://www.spiegel.de/international/germany/0,1518,714643,00.html

Related internet links • New York Times: Norway's Horror

http://www.nytimes.com/2011/07/26/opinion/26tue2.html

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Syria teeters on the brink The regime's campaign of brutality in Hama could push Syria towards civil war. But how will the international community react?

Chris Doyle guardian.co.uk, Monday 1 August 2011 16.18 BST

Residents of Hama protest against President Bashar al-Assad after Friday prayers, less than 48 hours before government forces stormed the city. Photograph: Reuters

In Hama, Syrians no longer know where to bury their dead. Following the assault on Syria's fourth largest city by tanks and bulldozers at 5am on Sunday morning, movement is nigh impossible. The cemeteries are cut off. Families with backyards or gardens can at least bury their loved ones.

Hama's bloody history has seen many Syrians in unmarked graves across the city, not least after the massacre in 1982 that left around 20,000 dead. Who knows how many are buried under the rubble? How many more will join them?

The regime launched what can be seen as pre-emptive massacres designed to reassert the climate of fear and thwart any pressure to reform prior to Ramadan. Hama had been increasingly outside of the regime's control. But will such escalating brutality work? All the evidence of the last few months shows that this will only trigger further protests.

Most of the debate had been on how the protesters would up their activity during Ramadan, not the regime. The refrain was that every day would be Friday as large numbers of Syrians would pour out of mosques daily into larger demonstrations all over the country. The mosques have been the only place Syrians can gather without security permission. No surprise, therefore, that tanks were even shelling mosques.

The regime seems to be taking them at their word. For months Fridays have equalled repression, so now will every day see the regime's security services and thugs dishing up a menu of death, arrests and torture. This welcome to Ramadan salvo has left some

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100 dead in Hama and 11 in Deir Ezzor. A US official described this as "full-on warfare" although there is still no sign of the notorious "armed gangs" that the regime claims are fermenting violence and attacking the security services.

What is the regime's strategy? In addition to repression, it has tried to stoke sectarianism, blame outsiders, divert attention with marches on the Israeli-occupied Golan Heights and lure its opponents into taking up arms. All have failed as has the charade of a reform process that saw regime apparatchiks sitting side by side with actors listening intently to the vice-president. Even those running this dialogue do not know if it will continue. For days the regime's media has called for an "iron fist" strategy (what was it before?). This may be it.

The Hama operation seems a deliberate step-up. Leaks from within the regime say that there was a meeting on Saturday. This included the president, his brother Maher, and key heads of the military and security apparatus. Within hours of that meeting Hama was under attack.

The regime's opponents insist that they will not be intimidated and these actions will only swell their ranks. Worryingly, the mood among a small but significant number of the protesters is changing. There is growing impatience. The demonstrations have largely been peaceful, emphasising unity and non-violence. Increasingly there is more chatter about having the right to protect themselves, the non-violent path seemingly discredited against a regime prepared to use all necessary force to cling on to power, and an international community unwilling or unable to do anything about it. Pictures of guns are appearing on Facebook profiles. Syrians fear civil war.

Building the Syrian opposition as a political force continues. Syrian intellectuals who organised the first-ever opposition conferences in Syria under this regime are trying to do more. A conference on 2 August, entitled Shaping Syria's Future and aimed at debating plans for transition to a democratic state, has been postponed. Many of those who would have presented papers have been arrested or forced into hiding. Others could not get to Damascus because of the dangerous situation. Nevertheless, this political debate about Syria's future continues apace.

Options for the international community are thin. Ban Ki-moon, the UN secretary-general, is "deeply concerned", which usually means nothing will happen. He used the same phrase when dealing with Thailand, Lebanon, Bahrain, Iran, Sudan and the Democratic Republic of the Congo, on each occasion drawing a largely inactive response.

Inaction should not be an option. The regime only sees this as a "green light." Russia China, India, South Africa and Brazil should be compelled to explain their positions. How many thousands does the Syrian regime have to kill before the UN security council can even issue a condemnation?

Arab states have largely been silent on massacres in Syria, some even overtly supporting Syrian president Bashar al-Assad. Even Egypt, which kicked out its own dictator, has backed him. The Arab League suspended Libya and even supported the no fly zones. In ruling out military force, foreign secretary William Hague cited the lack of Arab League support as one key difference with Libya. This is disingenuous because even if the Arab League had asked for action against Syria, there is neither the appetite nor the resources in Britain, France and the US to engage in yet another conflict.

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The reality is, as I have argued previously, that there is no viable military option, and above all, most Syrians see international intervention as the worst possible option. However, if the regime were to commit another 1982-style massacre, how would the international community react?

The US is pushing for oil sanctions, but largely because of the lack of alternatives. Oil sanctions are far from welcome by opposition inside Syria who know that this will give the regime a further excuse to punish the people and blame external conspiracies.

Increasing targeted sanctions will be the only constructive option to pressure the regime. The EU has announced a fourth round of sanctions against five people, bringing the total to 35 and four entities as well. This number will expand. It could include, for example, ad-Dounia TV, the regime channel that habitually incites violence. Human rights researchers are confident of providing more detailed information on other targets, so do not be surprised if we see further rounds of sanctions. Every person associated with this regime's atrocities needs to know that they could be next unless they stop now.

http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2011/aug/01/syria-hama-civil-war

El régimen sirio arremete de nuevo contra la ciudad de Hama La represión supone una advertencia para evitar protestas en Ramadán.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó con dureza la actuación del Ejército que, dijo, le había "horrorizado" AGENCIAS - Ammán - 01/08/2011

Los tanques del Ejército sirio han bombardeado un barrio del noreste de la ciudad de Hama causando la muerte de al menos cuatro personas, según han informado vecinos de la zona, aunque el Observatorio Sirio de Derechos Humanos reduce los muertos a dos personas, y otra más en la ciudad de Albu Kamal (en el este). Con este ataque el Gobierno de Bachar el Asad intensifica el asedio a Hama, que tuvo su origen el sábado y que se ha saldado con más de un centenar de muertos.

"Nadie puede abandonar la ciudad porque las tropas y las shabbiha (milicias afines al Gobierno) están disparando de forma indiscriminada con ametralladoras, ha explicado a Reuters un residente que se ha identificado como Raed. Entre las cuatro víctimas confirmadas este lunes figura Jaled Adel al Sheij Mossa, cuya casa fue alcanzada durante un bombardeo, informan los habitantes de Hama, que también han relatado cómo la demolición de otra vivienda ha destruido también una farmacia. Un médico ha indicado, asimismo, que un joven ha perecido tras recibir un disparo en el pecho.

Coincidiendo con los ataques por tercer día consecutivo el presidente sirio ha elogiado a las Fuerzas Armadas por su "lealtad" en un discurso difundido hoy con motivo del 66 aniversario de su creación. En la felicitación, el Asad considera que las fuerzas armadas han sido "un modelo de compromiso con las causas de la nación y defensores de sus derechos".

Las tropas de el Asad entraron ayer a sangre y fuego en Hama, uno de los símbolos de la resistencia al régimen de Bachar el Asad. Grupos de derechos humanos y de la

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oposición cifran en un centenar los civiles muertos ayer por disparos de los militares que, según los testigos, cortaron la luz y el agua al amanecer para entrar con tanques y disparar indiscriminadamente sobre la población. El régimen pretende así machacar cualquier intento de protesta durante el Ramadán -un mes sagrado de ayuno diurno en el mundo musulmán-, que este año se celebra en agosto.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó con dureza la actuación del Ejército que, dijo, le había "horrorizado". En un comunicado, aseguró que la presión para aislar al régimen iba a continuar, y afirmó: "Una vez más, el presidente Asad ha mostrado que es completamente incapaz y que no tiene voluntad de responder a las aspiraciones legítimas del pueblo sirio. Siria será un lugar mejor cuando salga adelante una transición democrática".

La versión sobre lo ocurrido que ofreció el régimen se hizo saber a través de la agencia estatal de noticias, Sana, que publicó que grupos de hombres armados se habían colocado en los tejados de la ciudad y estaban "disparando intensamente para aterrorizar a los ciudadanos". En su página web, la agencia informó de que esos "grupos armados" habían "prendido fuego comisarías, destrozado el mobiliario público y privado" y habían colocado "barricadas y ruedas quemadas a la entrada de la ciudad y en las calles". Esta es la causa y no las protestas, según Sana, de que el Ejército tuviera que entrar a poner orden.

Hama, de unos 700.000 habitantes, es uno de los principales focos de oposición al régimen, y ha sido duramente reprimida, ahora y en el pasado. En la memoria de la ciudad está la brutal matanza que llevó a cabo en 1982 Hafez el Asad, padre del actual presidente, para sofocar una rebelión liderada por los Hermanos Musulmanes. Las estimaciones más conservadoras calculan que hubo al menos 10.000 civiles muertos. Los grupos de derechos humanos elevan la cifra hasta 30.000.

Los embajadores en Siria de Estados Unidos y Francia también escogieron Hama para solidarizarse con la población siria que pide la caída del régimen. El pasado 10 de julio, viernes, se unieron a la manifestación de protesta, lo que provocó la indignación de las autoridades sirias y dio pie a que, por primera vez, Estados Unidos contemplara la posibilidad de una Siria sin El Asad: "No es indispensable", afirmó la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.

La represión alcanzó también ayer a la capital, Damasco. El régimen lanzó allí explosivos con metralla que hirieron a 42 personas en una manifestación en el barrio de Harasta. Dos testigos dijeron a Reuters que en ese suburbio se había desplegado la Cuarta División del Ejército sirio, una de las más próximas al régimen, para aplastar la protesta. Las organizaciones de derechos humanos aseguraron que había un centenar de detenidos.

El régimen arrestó ayer en Damasco al líder de la tribu de los baqqara, Nawaf al Bashir. Más de un millón de personas pertenece a esta tribu, y la mayoría viven en la provincia de Deir al Zor, uno de los bastiones de la oposición. Poco antes de su detención, Al Bashir había dado una rueda de prensa para explicar que había pedido a los habitantes de Deir al Zor que emplearan métodos pacíficos en su protesta contra el régimen sirio.

Varios testigos dijeron a Reuters que entre el sábado y el domingo habían muerto en Deir al Zor 11 civiles. "Hay tanques del Ejército en las calles, pero la mayor parte de las muertes se han producido por la actuación de los servicios secretos", explicó un vecino.

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Los llamados Comités Locales de Coordinación informaron de que en esta misma ciudad 57 soldados habían desertado para pasarse al bando de la oposición, incluidos dos lugartenientes y un capitán. Los ciudadanos levantaron barricadas y colocaron obstáculos en las calles para impedir el avance de los tanques. En otras ciudades, como Latakia e Idlib, también hubo protestas, según estos comités.

Las manifestaciones para acabar con el Gobierno de El Asad duran ya cuatro meses y han dejado 1.583 muertos civiles, según el Observatorio sirio de derechos humanos, que cifra en 12.600 el número de detenidos y en 3.000 los desaparecidos.

Cuatro meses de desafío a El Asad - Marzo. Prende la ola de las protestas árabes en la ciudad sureña de Deraa. El día 23, el Ejército mata a seis manifestantes y dispara sobre cientos. El Asad destituye al gobernador de la provincia. Un día después, el Ejecutivo promete subir el sueldo a los funcionarios y revisar la Ley de Emergencia tras la muerte de 37 personas por disparos de la policía. El 25 es el primer Viernes de la Dignidad, que se ha repetido cada semana.

- Abril. El Gobierno deroga la Ley de Emergencia, vigente desde 1963, pero las protestas, la represión y los muertos se extienden por todo el país. El día 22 de abril 88 personas mueren en protestas en distintas ciudades. El 25 de abril el Ejército cerca Deraa con tanques. El 29, viernes, fallecen otras 60 personas en manifestaciones, y en Deraa, sitiada, el niño de 13 años Hamza al Jatib fallece torturado por el régimen. Su imagen será uno de los iconos de la protesta.

- Mayo. El Ejército aplasta las revueltas en Banias y en Homs. La UE incluye en su lista negra de sanciones a 13 miembros del régimen. Días después incluye a El Asad.

- Junio. La oposición siria se reúne en Antalya (Turquía) y pide a El Asad que deje el poder. En Hama mueren 54 personas. El día 6 el régimen anuncia que 80 policías han muerto en Jisr al Shughur y culpa a terroristas de ello. La versión de los opositores es que esos soldados se negaron a disparar a civiles y que por eso fueron asesinados por sus compañeros. Miles de refugiados cruzan a Turquía.

- Julio. El día 10, los embajadores de Estados Unidos y Francia visitan Hama en señal de solidaridad con los ciudadanos. El régimen lo interpreta como una provocación y al día siguiente una turba asalta las Embajadas de ambos países en Damasco. Hillary Clinton declara que Bachar El Asad ha perdido su legitimidad y no es "indispensable". El Observatorio sirio de Derechos Humanos cifra en 1.583 los muertos civiles desde marzo.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/regimen/sirio/arremete/nuevo/ciudad/hama/elpepuint/20110801elpepuint_3/tes

EDITORIAL

Día de sangre en Siria Abandonada por la comunidad internacional, la población sufre otro cruel ataque del régimen 01/08/2011

El último domingo de julio fue un día negro para la población siria que, con un sorprendente arrojo, desafía al dictador Bachar el Asad desde mediados de marzo con

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multitudinarias protestas inspiradas en las revueltas árabes. De confirmarse los datos aportados por las organizaciones locales de derechos humanos, la matanza de ayer, con más de 120 muertos y decenas de heridos, sería una de las peores perpetradas por un régimen para el cual la comunidad internacional ha hecho poco más que elevar el tono verbal de sus críticas. Berlín, París y Roma reaccionaron contra el nuevo y sangriento ataque y Estados Unidos lo tachó de "acto a la desesperada" del régimen en la guerra total contra su propia población.

A estas alturas, las duras palabras de Washington suenan con dosis de aparente ingenuidad. Desde hace cuatro meses, Bachar el Asad ha reprimido a sangre y fuego todas y cada una de las manifestaciones de un pueblo oprimido que reclama democracia. El recuento de la brutal represión ejercida contra los participantes en las revueltas arroja un escalofriante resultado de centenares de muertos y desaparecidos y de miles de torturados. El régimen parece actuar a la desesperada sin que se produzca una adecuada respuesta de la comunidad internacional, que en ningún modo contempla una intervención como la acometida en Libia. El temor a desestabilizar aún más Oriente Próximo -región en la que Damasco tiene una influencia crucial- y el bloqueo de China y Rusia a cualquier iniciativa de mayor envergadura contra el régimen deja a este las manos libres para seguir actuando contra su propio pueblo. El único motivo de desesperación para un tirano que hasta ahora cuenta con el respaldo del Ejército y la Policía es la valentía de esos miles de ciudadanos que ahora en Hama y antes en Damasco, en Deraa o en Banias desafían, desarmados, a las denominadas fuerzas del orden.

Por el contrario, cada día que pasa se pone más de manifiesto la debilidad de la presión internacional, incapaz de desalojar del poder a Gadafi tras casi tres meses de bombardeos de la OTAN y paralizada ante la represión que están sufriendo los ciudadanos de otros países árabes como Yemen y Bahréin. Aislados, sin libertad de información y bajo el yugo de un tirano implacable y una oposición todavía por organizarse, los sirios se enfrentan solos a su destino.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/dia/sangre/siria/elpepuint/20110801elpepiopi_3/tes

Hama, símbolo de resistencia contra la represión de los Asad Con el ataque de hoy, el Gobierno sirio intensifica el asedio a esta ciudad, protagonista de sangrientas represalias ya en los años 80 AGENCIAS - Damasco - 01/08/2011

La ciudad siria de Hama ha vuelto a convertirse en los últimos meses en uno de los focos más activos contra el presidente Bachar el Asad. Esta localidad siempre ha sido un símbolo de la resistencia contra la represión del régimen. Su nombre está relacionado además con violentos episodios de hace 30 años. Una vez más, Hama vuelve a estar en el centro de la atención internacional por ser uno de los escenarios más sangrientos de las revueltas contra el mandatario. Con el ataque de hoy, que ha causado al menos

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cuatro víctimas, el Gobierno de El Asad intensifica el asedio a Hama, que desde el sábado ya se ha saldado con más de un centenar de muertos.

Los periodistas extranjeros tienen prohibido el acceso a Siria y el balance de víctimas (que hasta ahora asciende a al menos 1.500 según organizaciones de derechos humanos) se basa en las informaciones que difunden los mismos militantes. Un número exiguo de observadores extranjeros ha tenido acceso a Hama desde el comienzo de las revueltas el pasado mes de marzo. Una de las últimas crónicas desde el interior dela ciudad lleva la firma del periodista de The New York Times Anthony Shadid, que consiguió entrar a Hama el pasado mes de julio.

En el momento en que el periodista escribe, la ciudad celebraba su liberación de las tropas del régimen, aunque las razones que llevaron a la retirada del Ejército todavía no quedaban claras. Algunos apuntaban a la presión internacional. Otros hablaban de razones demográficas de Hama, donde, a diferencia de Homs, no existe una minoría alauí, la secta heterodoxa musulmana a la que pertenece gran parte de los partidarios de El Asad. La mayoría de su población de 700.000 habitantes es musulmana suní.

"Después de la medianoche, una multitud de jóvenes gritaba en las calles para celebrar el simple hecho de que podía protestar", escribe Shadid. "Los manifestantes gritaban: Hama está libre y permanecerá libre".

"Libertad" es una palabra que el periodista había escuchado con frecuencia en los últimos tiempos en esta ciudad, la cuarta más grande de Siria, aunque la libertad verdadera parecía todavía lejana. Tras la retirada de las tropas leales al presidente la primera semana de junio, Hama vivía un estado entre la euforia y el miedo a que los soldados volvieran a entrar. Mientras, la ciudad iba organizando su estructura interna.

"Hama ha destacado en las protestas en contra de El Asad como un modelo turbulento de lo que sería una ciudad siria una vez que se termine la dictadura de cuatro décadas. En las bulliciosas calles, existe un sentimiento naciente de autodeterminación: los vecinos tratan de hablar por sí mismos y defender una ciudad que consideran suya", declara The New York Times.

Shadid afirma que el único retrato del mandatario que quedaba en la ciudad, colgaba de las paredes de los cuarteles del partido gobernante, Baaz. Grupos de ciudadanos se juntaban para discutir de política, cantar himnos de protesta y recordar las heridas de la sangrienta represión de las protestas islamistas en 1982. Por primera vez, los clérigos y la élite culta de Hama estaban negociando con las autoridades sobre la administración de la ciudad, en un país acostumbrado a los monólogos por parte del régimen hacia la población.

"Bordada por árboles de adelfa y eucalipto, la carretera hacia Hama subraya la profundidad del reto a El Asad", reflexiona Shadid. Los tanques estaban aparcados en el interior de Homs, al sur, así como en otras ciudades como Talbiseh y Rastan (entre Homs y Hama). En una de las entradas, rodeada por piedras arrojadas por los manifestantes, había una consigna: "El Ejército y la gente van de la mano". Pero las escenas de los soldados nerviosos detrás de los sacos de arena y los tanques apuntando a la carretera, sugerían una realidad distinta. "Siria está colonizada por sus mismos hijos", comentó un vecino al periodista.

En el centro de esta ciudad, una de las más conservadoras del país del punto de vista religioso, a unos 210 kilómetros al norte de Damasco, en la plaza Jerajmeh se podía leer: "Esto es Hama. No Tel Aviv", en referencia al mayor enemigo de Siria, Israel.

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"Por supuesto, sabemos que el régimen puede entrar en cualquier momento", dijo un carpintero de 30 años, quien afirma llamarse Abdel Razzaq, a Shadid. Y añade: "Habrá enfrentamientos. ¿Qué podemos hacer al respecto?".

Una historia de represión En Hama empezó en 1976 una rebelión de los grupos islámicos, liderados por los Hermanos Musulmanes. En el enfrentamiento de esta organización islamista con los Asad se mezclan factores políticos y religiosos, ya que los Hermanos Musulmanes, suníes y conservadores, habían sido tradicionalmente el blanco del régimen sirio, en manos de la secta alauí de la corriente chií, y del partido Baaz.

La rivalidad de esta formación política panárabe con los Hermanos Musulmanes se remontaba a las décadas anteriores y en Siria estalló a finales de los años setenta, cuando los Hermanos Musulmanes intentaron derrocar al entonces presidente Hafez al Asad, padre del actual mandatario. En aquellos años Idlib, una provincia al noroeste fronteriza con Turquía y de mayoría suní pero con varias comunidades alauíes y cristianas, fue escenario de intermitentes insurrecciones islamistas, protagonizadas por los Hermanos.

En 1980, Hafez el Asad ordenó a su hermano Rifaa que bombardeara Jisr al-Shughur, una de las principales ciudades de esta provincia. El ataque causó unos 200 muertos y acabó con la resistencia antigubernamental en Idlib.

Dos años después, en febrero de 1982, se produjo la peor masacre de la historia contra los opositores. Los Hermanos Musulmanes tendieron una emboscada a las fuerzas del régimen, que respondieron arrasando los viejos barrios de Hama para acabar con los opositores que se escondían ahí.

La masacre fue dirigida personalmente por el hermano menor del presidente, Rifaa el Asad. El mandatario ordenó el bombardeo de Hama, que causó entre 10.000 y 30.000 muertos (cuando la población alcanzaba los 350.000 habitantes) y puso fin a la presencia legal de Hermanos Musulmanes en el país. Desde entonces, en Siria la simple pertenencia a la organización es castigada con la muerte.

Y como en los años ochenta hacían Hafez y Rifaaa, ahora el presidente Bachar el Asad y su hermano Maher, jefe de la Guardia Presidencial y de la Cuarta División y virtual jefe del Ejército, se reparten los papeles: uno se encarga de la administración y el otro de la represión contra la revuelta que sacude Siria desde marzo.

Los activistas sirios denunciaron el pasado mes de junio la muerte de al menos 60 opositores en Hama a mano de las tropas de El Asad. Los testigos sostienen que francotiradores y miembros del Ejército dispararon sobre los manifestantes.

El 2 de julio El Asad ordenó el saqueo de la provincia de Hama, un día después de que decenas de miles de personas se manifestaran en la calle para exigir la dimisión del mandatario. Los embajadores de EE UU y Francia, Robert Ford y Eric Chevalier respectivamente, visitaron la ciudad unos días después, como un gesto de apoyo simbólico a la población. El Gobierno sirio convocó a ambos para criticar su acción, mientras las sedes de las embajadas fueron objeto de protestas por parte de leales al presidente.

Apenas ayer al menos 100 personas perdieron la vida en Hama, según denuncian algunas asociaciones en defensa de los derechos humanos, aunque la agencia de noticias

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estatal Sana haya afirmado que los militares estaban expulsando a grupos armados que aterrorizaban a los ciudadanos.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/hama/simbolo/resistencia/represion/asad/elpepuint/20110801elpepuint_7/tes

El Consejo de Seguridad de la ONU se reúne esta noche para analizar la represión en Siria La UE impone sanciones a cinco personas más vinculadas al régimen.- El ministro de Exteriores británico afirma que la intervención militar no es remota, pero descarta que se den las circunstancias para llevarla a cabo. EL PAÍS / AGENCIAS - Madrid / Londres / Bruselas - 01/08/2011

El Consejo de Seguridad de la ONU ha acordado hoy reunirse para analizar el recrudecimiento de la represión del Gobierno sirio contra los manifestantes de la oposición, después de que ayer murieran más de un centenar de personas en el país árabe. La presidencia del máximo órgano internacional de seguridad, que desde hoy ostenta India, aceptó la petición de la delegación alemana para celebrar a partir de las 21.00 (dos horas más en España) consultas a puerta cerrada sobre la situación en Siria, según informó hoy un portavoz de la Misión de Alemania ante la ONU.

La Unión Europea también ha acordado este lunes extender a otras cinco personas adicionales las sanciones acordadas contra dirigentes y empresas vinculadas al régimen sirio de Bashar al Assad, a la luz de la "gravedad" de los últimos ataques contra la población civil que participa en protestas antigubernamentales. Por su parte, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, ha hecho un llamamiento para que Siria libere a los presos políticos y para que cese la violencia en ese país, al tiempo que ha pedido a Damasco que establezca un "verdadero diálogo inclusivo" para superar la crisis. Habrá más "medidas restrictivas" si el régimen de Assad "persiste en el camino actual", ha dicho en un comunicado.

El de este lunes es el cuarto paquete de medidas aprobadas por la Unión Europea, que ya impone un veto de entrada a territorio comunitario y congelación de activos al líder sirio y a al menos otras doce personas relacionadas con la violenta represión. Las cinco personas incluidas en la lista de sancionados no se harán públicas hasta el martes, cuando sus nombres sean publicados en el diario oficial de la UE, pero se trata de personas "ligadas al régimen y a los acontecimientos de los últimos días", explican desde el gabinete de la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton.

El ministro de Exteriores británico, William Hague, ha instado hoy a elevar la presión internacional sobre el Gobierno sirio, unas horas después de que organizaciones de derechos humanos cifraran en más de un centenar los muertos por la represión del régimen de Bachar el Asad en la localidad de Hama. El máximo representante diplomático de Reino Unido ha pedido a los países árabes que se impliquen en esa presión, pero ha descartado una intervención militar.

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"Queremos una mayor presión internacional", ha declarado Hague a la emisora Radio 4, de la BBC. "Para tener eficacia no basta con la presión de los países occidentales, sino que se necesita a los países árabes y a Turquía, que ha sido muy activa intentando convencer al presidente (sirio, Bachar) Al Asad, para que emprenda reformas, en lugar de emprender estas atroces acciones", ha subrayado. Pese a que ha reconocido que la intervención militar sobre Siria "no es una posibilidad remota", el titular de Exteriores ha afirmado que la situación es diferente a la que llevó a aprobar una ofensiva sobre Libia y un embargo naval. Hague, no obstante, ha pedido a la comunidad internacional "más sanciones" contra el régimen.

Anoche fue el presidente estadounidense, Barack Obama, quien se reconoció "horrorizado" por la actuación del Ejército sirio contra la oposición. A las condenas de Londres y Washington se han unido las de Moscú y la Unión Europea que ya ha anunciado que reforzará de forma "inminente" las sanciones en contra de Damasco.

En la misma línea, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha manifestado que no se dan las "condiciones" para una intervención militar. "En Libia, la operación está basada en un mandato claro de la ONU", ha explicado Rasmussen. "Tenemos el apoyo de los países de la región. Y no reunimos esas dos condiciones en el caso de Siria", ha matizado.

Moscú hace un llamamiento a las dos partes Unos minutos después ha sido el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, el que ha pedido a las dos partes en la revuelta siria, opositores y Gobierno, que pongan fin a la violencia. "Moscú está muy preocupado por las informaciones sobre la cantidad de víctimas", ha señalado Lavrov. "El uso de la violencia contra los civiles y los representantes de las estructuras del Estado es inaceptable y debe parar", ha afirmado. Rusia, no obstante, junto a China, son los dos miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que frenan una resolución de condena al régimen auspiciada por Londres, Berlín y París.

También el presidente de la República turca, Abdullah Gül, ha dicho que es "inaceptable" la matanza llevada a cabo el domingo por el Ejército sirio en la localidad de Hama. En unas declaraciones difundidas por la agencia de noticias estatal turca Anadolu, el jefe del Estado turco ha asegurado sentirse "profundamente compungido" por el hecho de que los tanques entrasen en Hama precisamente cuando el mundo musulmán entra, hoy, en el mes sagrado del Ramadán. Según Gül, su homólogo sirio, Bashar El Asad, debería "escuchar el espíritu del Ramadán" y "acometer reformas de raíz". "En cambio, es inaceptable que Siria entre en el mes de Ramadán en un ambiente aún más sangriento. No es algo ante lo que uno pueda permanecer callado", ha añadido.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/consejo/seguridad/onu/reune/noche/analizar/represion/siria/elpepuint/20110801elpepuint_5/tes

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TRIBUNA: TIMOTHY GARTON ASH

El horror de Noruega y la libertad de expresión Claro que hay vínculos entre Breivik y el discurso ultra sobre la 'islamización' de Europa Debemos combatir abiertamente a los xenófobos, no intentar apaciguarlos TIMOTHY GARTON ASH 01/08/2011

Podemos ignorar la yihad, pero no podemos evitar las consecuencias de ignorar la yihad". Esa fue la primera reacción de la bloguera antiislámica estadounidense Pamela Geller tras la noticia de los atentados terroristas en Noruega, y en su página web, Atlas Shrugs (Atlas se encoge de hombros), colocó el enlace a un vídeo anterior de una manifestación a favor de Hamás en Oslo. Cuando nos enteramos de que el asesino de masas no era un terrorista islámico sino un terrorista antiislámico, cuyo manifiesto de 1.500 páginas estaba lleno de citas de escritores como ella, Geller se encogió de hombros como Atlas: "Es un maldito asesino. Punto. Es responsable de sus actos. Él y solo él. No ha habido nada de ideología". "Nadie ha explicado ni puede explicar qué tienen que ver las supuestas opiniones antiyihad de este individuo con el hecho de que haya asesinado a unos niños", protestó Robert Spencer, de Jihad Watch, otro bloguero al que Breivik citaba y elogiaba. A los "luchadores de la libertad" como él mismo, decía Spencer, no había que meterlos en ese mismo saco.

Bruce Bawer, un estadounidense residente en Oslo que escribió una jeremiada sobre la toma de Europa (Eurabia) por parte de los musulmanes, se mostró más considerado. Tras tomar nota de que, en su manifiesto de los Neocaballeros Templarios, Anders Behring Breivik "cita de forma elogiosa y con detalle mi trabajo y menciona mi nombre 22 veces", Bawer reflexiona, con una desolación que le honra: "Es escalofriante pensar que esas notas que yo había escrito para el blog en mi hogar del oeste de Oslo a lo largo de los dos últimos años las estaba leyendo y copiando un futuro asesino en su hogar del oeste de Oslo".

¿Qué relación hay, pues, entre sus palabras y los actos cometidos por Breivik? ¿Qué consecuencias debe tener para la forma de tratar a unos escritores a los que este asesino de masas citaba en términos tan elogiosos?

En primer lugar, las personas como Geller y Spencer, y mucho menos Bawer, más atento, no son responsables de lo que hizo Breivik. Es un error tan grande declararles cómplices de asesinato de masas como proclamar que los escritores musulmanes no violentos (aunque a veces autoritarios y extremistas) son cómplices de los terroristas musulmanes que atentaron en Nueva York, Londres y Madrid. Dado que ellos llevan muchos años haciendo precisamente eso, sería tentador sentir cierta pizca de satisfacción al ver que a Geller y compañía les ha salido el tiro por la culata. Pero no debemos actuar como ellos. No son cómplices. Punto.

Sin embargo, si es ridículo sugerir que no existe ninguna relación entre la ideología islamista y el terrorismo islamista, también lo es decir que no hay ningunaconexión

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entre la visión alarmista de la islamización de Europa que difunden estos autores y lo que Breivik creía estar haciendo. ¿"Nada de ideología"? Por supuesto que sí. Una parte importante del manifiesto de Breivik es una evidente repetición -con frecuentes citas sacadas y recortadas de Internet- de las historias de horror que escriben sobre Eurabia, tan debilitada por el veneno del multiculturalismo y otras enfermedades izquierdistas que se somete sin lucha a una situación de dimitud bajo la supremacía musulmana. Su mente, claramente desequilibrada (otra cosa es que esté loco en sentido legal), salta de ahí a la conclusión de que el Caballero Justiciero (él mismo), en su soledad, debe dar un toque de atención heroico y brutal que despierte a esta sociedad debilitada, una señal aguda, como explicó a los investigadores noruegos.

¿Qué hay que hacer con esas palabras tan inflamatorias? Una respuesta, muy popular en algunos sectores de la izquierda europea, es: "¡Prohibirlas!". Si la idea engendró el hecho, impidamos la idea. Habría que añadir una nueva serie de términos y sentimientos ofensivos y extremistas a la ya larga lista de palabras dentro del "discurso de odio" que son procesables en uno u otro país de Europa. Hace unos años, la entonces ministra de justicia alemana, Brigitte Zypries, logró que la UE aprobara una "decisión marco" para la multiplicación paneuropea de esos tabúes; por suerte, no se ha llevado a la práctica todo lo que ella pretendía.

Por suerte, digo, porque es una vía equivocada. No va a hacer desaparecer esas ideas, solo hacer que pasen a la clandestinidad, donde se enconarán y se harán más venenosas. Congelará el debate legítimo sobre temas importantes: la inmigración, la naturaleza del islam, los hechos históricos. Dará a gente tan repugnante como David Irving la oportunidad de proclamarse mártires de la libertad de expresión. Llevará a los tribunales a personas fantasiosas como Samina Malik -una vendedora de 23 años procesada en Reino Unido por escribir unos pésimos versos en los que glorificaba el martirio y los asesinatos de los yihadistas-, pero no a los hombres que de verdad ejercen la violencia.

Contra la incitación directa a la violencia debe caer, siempre y en todas partes, todo el peso de la ley. Los textos ideológicos que alimentaron la locura de Breivik, en mi opinión, no cruzaron esa línea. Permitir la manifestación de las fantasías militantes de los extremistas, tanto islamistas como antiislámicos, es el precio que pagamos por tener libertad de expresión en una sociedad abierta.

¿Quiere eso decir que no hay que darles respuesta? Por supuesto que no. Precisamente porque el precio de prohibir esas palabras es demasiado alto, y de todas formas sería imposible hacerlo en la era de Internet, es por lo que debemos hacerles frente en combate abierto. Un campo de batalla fundamental es la política, y los políticos de los grandes partidos europeos, viendo el éxito electoral de los partidos populistas y xenófobos, están dedicándose a apaciguar, en vez de levantar la voz contra los mitos extremistas. Otro terreno es el de los medios llamados convencionales. En un país como Noruega -y en Reino Unido-, la radiotelevisión pública y la prensa de calidad responsable son la garantía de que, aunque se difundan opiniones radicales, los peligrosos mitos que proponen estén acompañados de datos, reflexión y sentido común. Para quienes aún leen y escuchan esos medios, claro está.

¿Pero qué sucede cuando uno se informa a través de los periódicos sensacionalistas y demagogos, como los que tanto le gustan a Rupert Murdoch? ¿O en una cadena de televisión que siempre es sectaria, como las de Silvio Berlusconi en Italia o Fox News (también de Murdoch) en Estados Unidos? La noche de los asesinatos de Oslo, la presentadora invitada en el programa de Fox News The O'Reilly Factor, Laura

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Ingraham, informó de "dos atentados mortales en Noruega, que parecen ser obra, una vez más, de extremistas musulmanes". Después de contar lo que se sabía de los ataques, continuó: "Mientras tanto, en Nueva York, los musulmanes que desean construir la mezquita en la Zona Cero han logrado una victoria legal...". Malditos musulmanes, que ponen bombas en Oslo y mezquitas en Nueva York.

¿Y si uno obtiene sus informaciones de lo que ocurre en el mundo, sobre todo, a través de Internet? El caso de Breivik vuelve a mostrar que la red es un recurso fantástico para quienes quieren buscar con la mente abierta. En solo unas horas, se obtiene una cantidad de información para la que antes hacían falta semanas e incluso seguramente un viaje al país en cuestión. Ahora bien, cada vez existen más pruebas de que el funcionamiento de Internet puede contribuir también a cerrar las mentes, reforzar los prejuicios y alimentar las teorías de la conspiración.

En Internet es demasiado fácil encontrar a las otras 1.000 personas que comparten tus opiniones pervertidas. Y entonces entras en una espiral viciosa de pensamiento de grupo que refuerza el peor tipo de ideología: una visión del mundo sistemática y coherente que está totalmente alejada de la cotidianeidad humana. El manifiesto de Breivik, con sus interminables citas sacadas de la Red, es ejemplo perfecto de ese proceso.

No hay soluciones fáciles. "¡Prohibidlo!" es la respuesta equivocada. El verdadero reto es descubrir cómo aprovechar al máximo la extraordinaria capacidad de Internet para abrir las mentes y reducir al mínimo su tendencia a cerrarlas.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/horror/noruega/libertad/expresion/elpepuopi/20110801elpepiopi_4/tes

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TRIBUNA: ILAN PAPPE

Niños palestinos Desde 1967 Israel ha detenido a 700.000 palestinos, un 20% de la población de los territorios ocupados aquel año. Muchos son menores de edad que sufren torturas en el Campamento Offer y son condenados sin juicio Estos hechos constituyen una violación de las avanzadas leyes que Israel se da a sí mismo Los sufrimientos han hecho de los palestinos jóvenes una generación de resistentes ILAN PAPPE 01/08/2011

En memoria de Juliano Mar-Hamis Aparecen en mitad de la noche cuando los niños están profundamente dormidos, tal vez soñando con una vida mejor. Con los ojos tapados, amordazados, esposados, los menores son llevados a los camiones y esa misma mañana apriscados en el Campamento Offer, departamento número 2 del Juzgado Militar, también conocido como Departamento Infantil. Durante ese día -y todos los demás- tendrán que permanecer sentados en una especie de clase donde no hay profesores y tampoco padres, pero sí jueces, fiscales y muchos guardias. Tienen entre 10 y 13 años los mayores y están acusados de tirar piedras a las fuerzas armadas israelíes, probablemente denunciados por sus propios compañeros de clase. Serán brutalmente interrogados: golpes en la cara y el abdomen, privación de sueño, pinchazos de aguja en manos, piernas y pies, amenazas de violencia sexual y, en algunos casos, electrochoques. Suelen confesar enseguida, están aterrorizados, pero solo cuando aceptan convertirse en colaboradores les sueltan, si es que les sueltan.

Ofra Ben-Zevi, una de las pocas y valientes mujeres israelíes que trabaja sin descanso por el despertar nacional e internacional de las conciencias dormidas, dice que a esta política criminal y odiosa hay que llamarla la cacería del niño.

Resulta fácil olvidarse de Palestina cuando Damasco, El Cairo y Saná están en plena ebullición. El ruido de los disparos contra los manifestantes, el espectáculo de los dictadores sentados en el banquillo, la genuina necesidad de los ciudadanos árabes de encontrar su propia vía hacia la democracia ocupan los titulares de prensa.

La destrucción de Palestina es mucho más lenta, y su tragedia invisible para el mundo exterior, pero es también mucho más antigua que todas estas revoluciones y me temo que seguirá todavía ahí mucho después de que cualquiera de ellas llegue a dar fruto en alguna nueva y esperanzadora realidad. Y puesto que Palestina no forma parte de esta positiva transformación, esto afectará al éxito de su supervivencia.

Esta es una herida que no sanará fácilmente. ¿Por qué? Porque, después de años de cacería diaria, miles de niños palestinos han terminado por convertirse en una generación de tenaces resistentes, una generación que no sucumbirá jamás ante la presión de Israel aunque sus líderes sí lo hagan. Ellos nunca fueron tratados como niños por Israel, sino como criminales (al contrario de lo que sucede dentro de Israel, donde los delitos menores de los más jóvenes son borrados de los archivos o prescriben, algo

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que no ocurre en ningún caso con los jóvenes de la Palestina ocupada, lo que facilita a la policía israelí la posibilidad de utilizar como colaborador en cualquier momento a cualquiera de ellos).

Según la ONG Adamer, desde que Israel sobrepasó las fronteras que le fueron adjudicadas antes de 1967, ocupando Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, han sido detenidos aproximadamente unos 700.000 palestinos, es decir el 20% de la población total de estos territorios. Según esta misma fuente, siguen en sus cárceles más de 5.600 y por eso los abusos que aquí relatamos constituyen solo un pequeño ejemplo de una realidad acumulativa, una escena de una película que todavía no se estrenó y que probablemente no se estrene nunca.

Imaginen pues que la escena que voy a describir tiene lugar en el Campamento Offer, frente al distinguido juez Sharon Rivli o alguno de sus colegas, todos los lunes entre las nueve de la mañana y las seis de la tarde. No todo el mundo en Israel ha oído hablar del Campamento Offer, pero si se toma la carretera 443 de Tel Aviv a Jerusalén (una carretera apartheid por la que los palestinos tienen rigurosamente prohibido viajar, aunque se haya construido a costa de sus campos de cultivo y atraviese y destruya las propiedades de docenas de aldeas palestinas), puede verse un enorme bastión de cemento armado: es el Campamento Offer y allí, y en otros campamentos como este distribuidos estratégicamente, opera la industria israelí de "prisiones" que pone entre rejas diariamente a un número de personas que supera con mucho a alguno de los regímenes más brutales del mundo.

Cientos de palestinos son traídos aquí todos los meses basándose en uno de los procedimientos de arresto y detención más rápidos del mundo -uno que ni siquiera permite a los abogados conocer los cargos, y donde la mayoría de las condenas terminan sin juicio y con penas de cárcel.

Es tan frecuente este tipo de abusos que han dejado de ser noticia. La rutina, sin embargo, se rompe de vez en cuando con alguna variante en el menú. Hace unos días, por ejemplo, una clase entera de niños aterrorizados fue detenida. Será procesada al estilo "industrial", de acuerdo con los métodos de esta justicia, de esta broma macabra.

Las historias del Offer aparecen aquí y allí de vez en cuando, pero por lo visto no son lo suficiente llamativas para impresionar a nadie. Una delegación de diputados laboristas visitó el lugar en diciembre del año pasado antes de ser entrevistados por Amira Hass, del diario Haaretz, y contarle lo impactante que había resultado para ellos la experiencia al conocer de primera mano la historia de los niños torturados y obligados a confesar crímenes que no habían cometido. Uno de los diputados, Richard Burden, conmocionado, tuvo que oír además cómo su guía le reconocía que ese día en particular había habido suerte porque habían visto a los niños esposados con las manos hacia adelante y no hacia atrás, que "como ustedes saben es una postura mucho más dolorosa".

También Haaretz dio a conocer la historia de un joven de 14 años encarcelado sin juicio. Su abogado contó al tribunal que el joven había sido brutalmente torturado durante las cuatro o cinco horas que duró el interrogatorio. Como de costumbre en estos casos, ni el abogado defensor ni el propio acusado tenían idea -ni la tendrán nunca- de qué se le estaba acusando, lo cual, por supuesto, no fue obstáculo alguno para que le metieran en la cárcel. Seguirá, pues, encerrado en un cubículo de siete por tres metros, con otros nueve presos, comiendo, desnudándose y haciendo sus necesidades en la

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misma habitación: una historia de lo más corriente multiplicada por cientos, no, por miles de casos.

El juez trabaja eficiente y rápidamente enviando a un niño tras otro a la cárcel. Todos van vestidos con uniformes marrón o naranja. Capturados en plena noche, interrogados sin la presencia de ningún adulto o siquiera un trabajador social y denunciados a menudo por sus propios compañeros de clase.

Aya Qanyok, veterana de la ONG Machsom Watch, que en una ocasión pudo presenciar los juicios, ha contado la historia de un crío de 13 años que llevaba tres meses y medio preso. Ese mismo día presenció otros 24 juicios de niños procedentes del campamento de Calandia (Ramala), secuestrados todos ellos en plena noche y encadenados el uno al otro por las fuerzas militares de la "única democracia de Oriente Próximo".

Niños encarcelados e interrogados no solo en el Offer y centros semejantes, sino también en las mismas aldeas o vecindarios donde viven. En Ghawarta, ciudad donde los israelíes sospechaban que dos escolares desesperados habían asesinado brutalmente a una familia de colonos perteneciente a uno de los grupos más fanáticos de entre todos los que ocupan los territorios, los cazaron de casa en casa. La batida fue seguida por un duro interrogatorio. Los sospechosos, uno de cuatro años y su hermano de 11, fueron interrogados dos veces por dos grupos diferentes de soldados.

Todos estos hechos constituyen una flagrante violación no solo de los tratados internacionales para la protección de la infancia, sino también de las mismas y avanzadas leyes que el propio Israel se ha dado a sí mismo. En la maravillosa película Los niños de Arna, Juliano Hamis nos muestra cómo su madre primero y luego él mismo intentaron crear en Jenin un reducto de libertad para los niños palestinos. Se trataba de una pequeña compañía de teatro, pero no duró mucho: los cazadores de niños la convirtieron enseguida en su objetivo. Ahora, también Juliano acaba de ser asesinado, quizá por un islamista fanático, quizá por un colaborador israelí. Con él desaparece otro de los pocos espacios seguros para la infancia en los territorios ocupados por Israel en 1967. Entretanto, el lento infanticidio de Palestina continúa.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/ninos/palestinos/elpepuopi/20110801elpepiopi_12/tes

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DEPENDE: PARTIDOS ISLAMISTAS EN EL NUEVO MUNDO ÁRABE Agosto 2011 [7]

Haizam Amirah Fernández [8]

Silvia Montero [9]

De la ilegalidad a la legalización y a la competición por los votos, los partidos islamistas pueden ser una fuerza importante, pero no la única, en las nuevas realidades políticas que se abren en un mundo árabe en profunda transformación.

Manifestantes salafista en un mitin en la plaza Tahrir de El Cairo, protestan junto con el resto de egipcios por la frágil transición del páis.

KHALED DESOUKI/AFP/Gettyimages

¡Que vienen los islamistas!

Sí y no. El temor a la llegada al poder de los islamistas ha sido utilizado por los regímenes autoritarios árabes como instrumento para perpetuarse en el poder con el apoyo de los gobiernos occidentales. Alegaban que los barbudos radicales instalarían regímenes islámicos hostiles a Occidente. En unos contextos autoritarios donde la oposición política efectiva era prácticamente inexistente, los partidos islamistas –prohibidos o tolerados parcialmente– fueron durante mucho tiempo la principal alternativa de la que disponía la población para mostrar su oposición al régimen.

Sin embargo, no es lo mismo ser la principal oposición a la dictadura que entrar a formar parte de un sistema democrático en el que hay que competir por los votos con otros partidos. En este nuevo contexto ya no se trata de denunciar a un régimen

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corrupto, sino que las fuerzas políticas tienen que proponer programas que ofrezcan resultados más atractivos que los de los otros competidores. Y es aquí donde los resultados de los partidos islamistas quizás no lleguen a ser tan buenos como algunos creen. De hecho, varias estimaciones en el caso de Egipto y Túnez les dan un máximo que se sitúa en torno a un tercio de los votos, porcentaje que no es suficiente para hacerse con el poder, pero que sí puede ser suficiente para colocar a estos partidos como fuerza política relevante en un nuevo contexto democrático.

¿Hay que temerlos?

No. Claramente no por el hecho de que sean islamistas, pero sí hay que temer a cualquier totalitarismo, del tipo que sea, y a la ausencia de reglas de juego democráticas acordadas y respetadas por todos. Los regímenes cleptocráticos árabes han sido –y varios siguen siendo– auténticas incubadoras de un malestar que se traduce con frecuencia en fundamentalismo religioso, y aún así han recibido –y algunos siguen recibiendo– un apoyo acrítico de los gobiernos occidentales.

Es importante no confundir islamistas o Hermanos Musulmanes con los musulmanes en general. Por ejemplo, con frecuencia se cita que los simpatizantes de los Hermanos Musulmanes en Egipto representarían en torno al 20% de la población. Esto quiere decir que, aunque en estos países la gran mayoría sea musulmana, no por ello todos van a votar a partidos islamistas. Dicho de otra forma, muchas musulmanas con velo y musulmanes con barba nunca votarían a los islamistas. De hecho, la media de votos recibidos por los partidos islamistas en todas las elecciones (más o menos libres) en las que han participado en los distintos países durante los últimos cuarenta años se sitúa en torno al 15%.

Si ganan, impondrán regímenes teocráticos como el de Irán

Muy improbable. Los movimientos islamistas no fueron quienes instigaron las revueltas y empezaron las revoluciones que ya derrocaron a los dictadores Hosni Mubarak en Egipto y Zine el Abidine Ben Alí en Túnez. Si bien al principio se mostraron dudosos, se unieron luego a las manifestaciones y demandas populares de democracia, justicia y libertad. Además, conocedores de que se encuentran en el punto de mira, desde los Hermanos Musulmanes egipcios a los miembros del Partido Ennahda en Túnez o los seguidores del Partido Justicia y Desarrollo en Marruecos, se han apresurado en mostrar su apoyo a las normas democráticas y su deseo de participar plenamente en ese tipo de sistema político.

Ni en las revoluciones tunecina y egipcia ni en ninguna de las revueltas que se están produciendo en la región se ha pedido un sistema teocrático ni se ha mencionado a Irán como modelo a seguir. Más bien al contrario, el régimen de Teherán es el antimodelo para muchos árabes. Por una parte, estas sociedades están cansadas de vivir bajo gobiernos autoritarios del tipo que sea y, por otra, han visto en lo que ha derivado el Irán revolucionario tras más de tres décadas de mandato islamista.

El islam es su única razón de ser

No es del todo cierto. Sin duda, el islam, sus preceptos y enseñanzas constituyen una parte fundamental del discurso de los islamistas. Pero también es cierto que movimientos como los Hermanos Musulmanes han abogado desde su creación en 1928 por las reformas políticas y la justicia social. Además, es necesario distinguir entre movimiento y partido. Ha sido precisamente la labor asistencial llevada a cabo por los movimientos lo que permitió a los islamistas ganarse el favor de sectores de la

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población en el pasado. Los Hermanos Musulmanes son en sí un grupo religioso en el que pueden distinguirse varias facetas, siendo la caritativa una de las más conocidas.

Los Hermanos Musulmanes en Egipto, así como Hezbolá en Líbano y Hamás en Gaza han puesto en marcha redes de servicios sociales, incluyendo hospitales, escuelas o bancos, para ayudar a amplios sectores sociales, sobre todo a los desfavorecidos. Es decir, en ausencia de un Estado que respondiese a las necesidades de la población, estos movimientos islamistas han llegado donde la Administración estaba ausente. Ahora bien, si éste funciona, como es de suponer en un sistema democrático eficaz, el atractivo que estos grupos pudieran despertar en la población no sería el mismo que durante las dictaduras.

Por otra parte, los islamistas no constituyen un bloque monolítico y sin fracturas. Al contrario, las divisiones en el seno de estos movimientos son cada vez más frecuentes a causa del elemento generacional. Frente al inmovilismo o conservadurismo que puedan defender los sectores de más edad, los miembros más jóvenes de estos movimientos muestran una tendencia más aperturista y modernizadora que, en ocasiones, los lleva a formar sus propios partidos (como es el caso del partido egipcio al-Wasat al-Yadid, o Nuevo Centro, formado en 1996 por una parte de los Hermanos Musulmanes). Esto es, mientras que en las costumbres y en la forma de vida siguen primando el islam y las estructuras más conservadoras, aceptan los procedimientos democráticos en el ámbito político. En este sentido, y en función de la experiencia que acumulen, podrían equipararse a los partidos democristianos europeos que participan en el proceso democrático a la vez que defienden formas de vida conservadoras acordes con los valores cristianos.

¿Sólo estos partidos pueden dar respuesta a las demandas sociales?

En absoluto. Las sociedades árabes están pidiendo un nuevo clima de libertad, dignidad y justicia del que no han gozado en el pasado, así como oportunidades y resultados tangibles (trabajo, prosperidad, avances sociales, fin de la corrupción). Los nuevos gobiernos que surjan tras las elecciones tendrán que hacer frente a los problemas reales que sufren estos países, entre ellos el déficit alimentario, muy extendido en la región (particularmente agudo en Egipto, país que es el mayor importador de trigo del mundo y que se encuentra entre los Estados africanos más afectados por el déficit alimentario). La religión no alimenta cuando los estómagos están vacíos y, por ende, el islam por sí solo no puede producir los resultados necesarios.

Los partidos islamistas no pueden ignorar la dependencia del exterior que tienen sus países y que se manifiesta en forma de ayuda externa, inversión extranjera e ingresos por el turismo (en Egipto las actividades económicas relacionadas con el turismo suponen más del 15% del PIB, mientras que en Túnez rondan el 17% del PIB). Por tanto, en el hipotético caso de que los islamistas llegaran a gobernar, sus agendas no podrían ser radicales pues las economías nacionales dependen del exterior para obtener financiación… y para alimentar a millones de estómagos.

Son anti-occidentales por naturaleza No todos ni siempre. Todo lo desconocido genera recelo y desconfianza. Durante años, los autócratas árabes agitaron el espantajo de los islamistas para generar miedo en las sociedades occidentales. Lo anterior, sumado a las acciones de los sectores más extremistas que actúan en nombre del islam (criminales como Al Qaeda o exaltados durante momentos de crisis como la de las caricaturas de Mahoma), han generado una

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percepción de los islamistas como si todos fueran radicales, violentos y hostiles a Occidente. La realidad es mucho más variada. No hay que olvidar que numerosos dirigentes islamistas han vivido o se han formado en países occidentales, cuyas lenguas y culturas conocen. Con frecuencia, las posturas más críticas con estos Estados están ligadas a las políticas exteriores de éstos en Oriente Medio y en otras zonas del mundo islámico (operaciones militares, apoyo a regímenes opresores, posiciones en el conflicto israelo-palestino, etc.).

Están forzando un discurso moderado

Hay que comprobarlo. Últimamente, se está especulando con que los partidos islamistas están usando un discurso moderado para poder así conseguir más influencia en sus países y ganarse la confianza del exterior. La única forma de comprobar la veracidad de ese discurso es conociendo a esos partidos y el modelo de gobierno que proponen (por ejemplo, el papel que tendría la sharía, o ley islámica, dentro del sistema jurídico; su proyecto económico y las bases de la relación entre Estado y sociedad). En esta nueva etapa es necesario que, desde las sociedades democráticas, se abran las puertas al diálogo con todos los nuevos actores comprometidos con las normas de la alternancia política y el respeto de la diversidad, sin excepción. Sólo mediante el conocimiento mutuo y la búsqueda de intereses compartidos se podrá disipar la desconfianza y establecer nuevas relaciones más equitativas y respetuosas con la voluntad de las poblaciones.

No se puede volver a cometer el error de dejar a los partidos islamistas de lado por temor a lo que pueda pasar. Esta estrategia ya se utilizó en el pasado (con el FIS en Argelia en las elecciones de 1991- 1992 y con Hamas en 2006) y no funcionó, puesto que a la larga las consecuencias resultaron ser mucho más negativas que positivas. Por tanto, para que haya una democratización real es necesario incluir a todos los actores que se comprometan a participar en el juego democrático. Además, una opción que podría barajarse internacionalmente sería la creación de plataformas que facilitasen ese conocimiento mutuo tan necesario, o incluso la incorporación de las nuevas fuerzas políticas de los países árabes en transición –sean islamistas o no– en estructuras transnacionales ya existentes como la Internacional Demócrata de Centro o la Internacional Socialista, entre otras.

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Los Hermanos Musulmanes aguardan su momento. [10] Ana Mangas Depende: Egipto. [11] Blake Hounshell Los isalmistas no vienen. [12] Charles Kurzman ¿Quién es la oposición islamista en Arabia Saudí? [13] Guillaume Fourmont Gobiernos isalmistas. [14] Las raíces europeas del radicalismo islámico. [15] Olivier Roy ¿Un vecino islamista? [16] Álvaro Tizón

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[9] http://www.fp-es.org/autor/silvia-montero [10] http://www.fp-es.org/los-hermanos-musulmanes-aguardan-su-momento [11] http://www.fp-es.org/depende-egipto [12] http://www.fp-es.org/los-islamistas-no-vienen [13] http://www.fp-es.org/quien-es-la-oposicion-islamista-en-arabia-saudi [14] http://www.fp-es.org/gobiernos-islamistas [15] http://www.fp-es.org/las-raices-europeas-del-radicalismo-islamico [16] http://www.fp-es.org/un-vecino-islamista

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LOS HERMANOS MUSULMANES AGUARDAN SU MOMENTO MUSULMANES AGUARDAN SU MOMENTO

Agosto 2011 [3]

Ana Mangas [4]

Del limbo legal y la represión a la responsabilidad de gobernar. Los hermanos musulmanes Javier Martín 125 páginas Los libros de la Catarata, Madrid, 2011

“Hermanos musulmanes versus Al Qaeda”. Al navegar por la página web [5], en su versión en inglés, de la organización islamista más importante de Egipto, el internauta puede pinchar sobre una opción de menú con ese título. Toda una ciberdeclaración de principios para distanciarse de los grupos islamistas radicales que defienden el uso de la violencia, proscrita por la hermandad en los 70.

En algunos de los artículos e informaciones publicadas en la web se translucen muchos de los dilemas y retos que han estado presentes, y lo siguen estando, en el seno del grupo desde que fuera creado por el pensador egipcio Hanan al Banna hace 83 años. Desmarcarse de la violencia, el fantasma de la división interna, colaborar o no con el poder… Todas estas inquietudes son analizadas y contextualizadas por el arabista español Javier Martín en el ensayo Hermanos Musulmanes, obra abalada por sus 10 años de trabajo como periodista en la delegación de la Agencia Efe en El Cairo.

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MARCO LONGARI/AFP/Getty Images

Ilegales, tolerados y perseguidos. La Hermandad ha navegado desde su nacimiento por un limbo legal. Esta obra camina por su tumultuosa historia: desde los primeros pasos de la organización, su evolución y escisiones, alternando periodos de clandestinidad y otros de mayor tolerancia, hasta los Hermanos musulmanes 2.0, presentes en Internet y redes sociales, que apoyaron la revuelta que expulsó a Hosni Mubarak y que más temprano que tarde podría gobernar Egipto.

Los Hermanos musulmanes descubre al lector cómo el grupo ha sabido llenar el vacío dejado por el Estado egipcio en materia de sanidad o educación durante décadas. Su presencia en las universidades le ha permitido filtrase en las asociaciones de profesionales liberales y sus programas de ayuda social le han reportado popularidad entre la población. Eso sí, siempre abanderando la idea del islam como única solución a la corrupción política, social y moral del país. Una receta exitosa que ha servido de inspiración para otros grupos de similar ideología en la región como Hezbolá en Líbano y Hamás en Palestina.

Sin embargo, generan recelos, dentro y fuera de Egipto, y ellos lo saben. Por eso su cautela a la hora de hablar de su modelo de Estado. El miedo de laicos, de mujeres que temen ver limitadas sus libertades y de Occidente se encarna en una palabra: sharia. El grupo islamista insiste en su ideología moderada y su defensa de los derechos humanos dentro de un modelo religioso. Con un estilo directo y conciso, evitando hacer juicios de valor, Javier Martín formula una pregunta presente en la mente de muchos: “¿Cómo un cuerpo jurídico creado hace 13 siglos, para una sociedad de hace 13 siglos, puede regir sin conflictos los designios de los países árabes musulmanes contemporáneos?”. Este dilema podría convertirse en un gran desafío para unos Hermanos Musulmanes en el poder, ya no en el lado de las fuerzas opositoras frente un Gobierno corrupto y detestado, sino en el lado de la responsabilidad de gobernar para todos.

Lobos con piel de cordero para algunos o una corriente política que podría evolucionar a hacia el modelo del partido turco Justicia y Desarrollo para otros. Conocer los orígenes y evolución de esta organización, que marca tendencia en el mundo árabe-musulmán, es esencial a la hora de entender el pasado y el presente de Egipto, y quizá ayude a vislumbrar un poco el incierto escenario postrevoluciones de la región.

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Antes de finales de año está previsto que Egipto celebre elecciones generales, y Estados Unidos, aceptando el peso político de la organización en el país árabe, anunció recientemente “contactos limitados [6]” con la Hermandad. ¿Ganarán los Hermanos Musulmanes los comicios? ¿Está el grupo realmente preparado para asumir el poder? Estos son algunos de los interrogantes que deja en el aire este libro. Sin embargo, Javier Martín lo tiene claro: la clase media que ha hecho la revolución y los movimientos de islam moderado están destinados a jugar un papel fundamental en el rediseño del mundo árabe.

Artículos relacionados Hermanos de armas. [7] Marc Lynch Unidos por la hermandad. [8] Las raíces europeas del radicalismo islámico. [9] Olivier Roy Iluminaciones: Tariq Ramadan. [10] La Lista: 'web rebeldes' que hay que vigilar. [11] Elizabeth Dickinson

Source URL: http://www.fp-es.org/los-hermanos-musulmanes-aguardan-su-momento Links: [1] http://www.fp-es.org/temas/religion [2] http://www.fp-es.org/regiones/africa-magreb [3] http://www.fp-es.org/agosto-2011 [4] http://www.fp-es.org/autor/ana-mangas [5] http://www.ikhwanweb.com/ [6] http://www.elpais.com/articulo/internacional/EE/UU/planea/mantener/contactos/limitados/Hermanos/Musulmanes/Egipto/elpepuint/20110630elpepuint_4/Tes [7] http://www.fp-es.org/hermanos-de-armas [8] http://www.fp-es.org/unidos-por-la-hermandad [9] http://www.fp-es.org/las-raices-europeas-del-radicalismo-islamico [10] http://www.fp-es.org/iluminaciones-tariq-ramadan [11] http://www.fp-es.org/la-lista-webs-rebeldes-que-hay-que-vigilar

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EL 'VERANO AFRICANO' EL 'VERANO AFRICANO'

Agosto 2011 [6]

Calestous Juma [7]

Las llamas de la revolución democrática no se extenderán hacia el sur después de la primavera árabe. Y menos mal.

Moussa Sow/AFP/Getty Images

La rapidez con la que el incendio revolucionario recorrió el norte de África sorprendió al mundo: fue una primavera árabe que dio esperanzas a muchos. Sin embargo, el resto del continente parece estar experimentando un largo verano africano que se caracteriza por un cambio democrático gradual y un crecimiento económico lento pero constante.

Es cierto que ha habido algunas protestas en países africanos desde el comienzo de la llamada primavera árabe, pero en cuanto a resultados, ha habido de todo. Las últimas protestas en Malaui y Senegal se han presentado como indicios de que la revolución

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está extendiéndose, pero otros intentos similares en Zimbabue se reprimieron a toda velocidad y da la impresión de que el país ha vuelto a la inestabilidad y la opresión.

Es posible que en otros países, como Sudán, se produzcan estallidos repentinos de rebelión que recuerden a los sucesos del norte del continente. Pero hay muchas más probabilidades de que el África subsahariana siga como hasta ahora, con una mezcla de lentas reformas democráticas y perspectivas económicas gradualmente mejores, una doble transformación relativamente a prueba de revoluciones, que hace que los ciudadanos estén suficientemente contentos como para evitar una revuelta. En cualquier caso, 2011 será un año con un número sin precedentes de elecciones en África, alrededor de 28 comicios nacionales; que en su mayoría sean verdaderamente libres o no -o que sean el preludio de auténticas transiciones democráticas- es otra cuestión.

El progreso democrático del África subsahariana comenzó en una época en la que el continente tenía malas perspectivas económicas. Las dos crisis del petróleo de los años 70 habían contribuido de manera fundamental a empeorar las balanzas macroeconómicas en varios países. Al mismo tiempo comenzaron las exigencias de reformas democráticas, cuando se vio con claridad que en muchos Estados, las promesas de prosperidad tras la independencia no estaban cumpliéndose. El aumento de la corrupción y la difusión de los gobiernos de partido único suscitaron los primeros movimientos a favor de la democracia.

La caída del muro de Berlín reforzó esta tendencia, porque muchos regímenes represivos a los que habían beneficiado las alianzas de la guerra fría se volvieron vulnerables a las demandas de más democracia. La imposición de políticas de ajuste estructural por parte del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, a pesar de incluir desafortunados recortes en proyectos públicos de infraestructuras, gastos sociales y otros, impulsaron asimismo la liberalización económica, la eliminación de los monopolios de Estado y la creación de un entorno económico más abierto. Países como Túnez y Kenia fueron de los primeros en adoptar (presionados por el Banco Mundial) programas de reformas macroeconómicas. Pero, mientras que el primero emprendió reformas graduales, el segundo se atrincheró.

Durante la siguiente década, los sistemas unipartidistas y los monopolios políticos desaparecieron de la mayor parte del continente, pero el ascenso de la política pluralista no vino acompañado de esfuerzos serios para crear instituciones democráticas. Sin las instituciones y las prácticas de la política de partidos moderna, muchos países africanos regresaron a las alianzas étnicas como vehículos para la movilización política, un modelo que fue la causa directa de gran parte de las guerras civiles, los brotes de violencia postelectoral y otras inquietantes dinámicas de poder que hemos visto desde entonces. De hecho, en Estados como Kenia y Zimbabue, la lucha por la democracia sin una estructura moderna de partidos no ha servido más que para reavivar viejas querellas étnicas.

En otras palabras, la lucha del África subsahariana para implantar la democracia ocupa ya el centro del terreno político y las influencias externas -por ejemplo, la primavera árabe- son menos importantes y más inútiles a la hora de reforzar ese proceso.

África no necesita una revolución para crecer. Se prevé que la economía del continente crezca un 3,7% en 2011 y un 5,8% en 2012.

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El lugar en el que ha sido más visible la fe popular en el cambio democrático gradual es Kenia. Pese a los episodios de violencia, la mayoría de la gente sigue creyendo en la reforma constitucional. La violencia que estalló tras las elecciones de 2008 se debió al fracaso de los esfuerzos para elaborar una nueva Constitución. Hoy, el progreso democrático del país ha dado como resultado un nuevo orden constitucional y un crecimiento económico apreciable. No todos se han beneficiado de él; las disparidades de rentas han aumentado. No obstante eso no ha apagado las aspiraciones populares de lograr un futuro más brillante y democrático.

En Kenia, como en otros países del continente, sectores nuevos como los de las transferencias de dinero y la banca móvil han dado a la gente la esperanza de que un entorno más liberal pueda ampliar las oportunidades económicas. Las libertades políticas y las económicas se favorecen mutuamente y refuerzan la sensación general de que los cambios graduales están funcionando y las repercusiones negativas que tuvo la violencia postelectoral keniata en la economía también fueron un recordatorio de que el cambio político radical tiene un grave coste inmediato.

En pocas palabras, África no necesita una revolución para crecer. Según el informe African Economic Outlook 2011, se prevé que la economía del continente crezca un 3,7% en 2011 y un 5,8% en 2012, unas cifras globales tras las que se oculta la rápida renovación económica en países como Etiopía, Congo y Zambia.

La fuente de estabilidad más importante, tanto económica como política, estará en los esfuerzos coordinados para fomentar la integración regional y ofrecer una alternativa sólida a las divisiones étnicas que a menudo han paralizado los países. Dicha tarea se está llevando a cabo a través de comunidades económicas regionales, ocho de las cuales están ya reconocidas por la Unión Africana como bases para la integración continental. África está dando un paso más con la fusión de los organismos regionales actuales en zonas de libre comercio más amplias.

Hace poco, por ejemplo, se fusionaron tres de esos organismos (el Mercado Común del Este y el Sur de África, la Comunidad de África Oriental y la Comunidad para el Desarrollo del Sur de África) en una Gran Zona de Libre Comercio desde Ciudad del Cabo a El Cairo. La nueva entidad abarcará 27 países y una población de aproximadamente 700 millones de personas, con un PIB total de 1 billón de dólares (700.000 millones de euros aproximadamente).

Ahora bien, para hacer realidad las apiraciones de la gran zona comercial, los Estados miembros tendrán que hacer inversiones importantes en infraestructuras, energía, transporte, agua y telecomunicaciones. Se calcula que África tendrá que invertir casi 50.000 millones de dólares anuales durante el próximo decenio. Si lo hace, esas inversiones sentarán las bases del crecimiento futuro y proporcionarán empleo a corto plazo. Sobre todo, enviarán señales positivas sobre el futuro.

La perspectiva de agrupar amplias zonas económicas y comerciales parece estar ya influyendo en cómo esos países están resolviendo conflictos internos históricos y emprendiendo transiciones democráticas. En Burundi, por ejemplo, una guerra civil que se prolongaba desde hacía décadas, alimentada por las tensiones étnicas, se ha terminado en parte por el deseo del país de incorporarse a la nueva Comunidad de África Oriental (CAO) e iniciar una nueva vía de reconstrucción económica. Sudán del Sur, que posee sus propios conflictos, también tiene previsto unirse a la CAO, un paso que, con suerte, tendrá una influencia positiva en la trayectoria política del nuevo país.

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Sin duda, el camino democrático del África subsahariana sufrirá aún episodios violentos, muchos de ellos derivados de procesos internos que se prolongan desde hace muchos años. Pero, a diferencia de la primavera árabe, relacionada con unos cambios políticos repentinos que han devorado a las viejas instituciones, el verano africano, de combustión lenta, permanecerá como un rasgo dominante en el continente; y también debemos congratularnos por ello.

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¿Traerá la primavera árabe cambios para las mujeres? [8] Clare Castillejo Los blogueros más influyentes del Mediterráneo árabe [9]. Lourdes Romero y Sergio Montijano Túnez: de la revolución a la transición. [10] Ana María Menéndez El largo camino que aguarda a Túnez. [11] Barah Mikail La ideología del desarrollo. [12] Bernardo Kliksberg

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¿LA ÚLTIMA BATALLA DE BASHAR AL ASSAD? Agosto 2011 [5]

Blake Hounshell [6]

Ahora que vuelve a haber más sangre en las calles de Siria, ¿puede presionar Washington lo suficiente para derrocar, por fin, al tirano de Damasco?

LOUAI BESHARA/AFP//Getty Images

Mientras las fuerzas antidisturbios de Bashar al Assad atacan ciudades y pueblos de toda Siria y dejan un número de muertos -centenares- que ha alimentado más aún las llamas de la rebelión, la Administración de Barack Obama está intensificando las medidas para debilitar de manera definitiva el régimen del dictador sirio.

Los detractores de la política del presidente estadounidense, sobre todo los de la derecha, llevan mucho tiempo acusándole de ser demasiado blando con Al Assad. Ahora, Estados Unidos está ya inequívocamente decidido a acabar con él, después de haber perdido la escasa fe que podía tener en la voluntad de reforma del líder sirio. “No tiene legitimidad”, dice un alto funcionario de Washington. “Hemos dejado muy claro que no vemos a Al Assad en el futuro de Siria”.

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Para ello, el Gobierno estadounidense está trabajando en estrecha colaboración con sus aliados europeos y Turquía, intentando aumentar la presión sobre un régimen que los analistas, incluidos los del propio Ejecutivo, consideran cada vez más condenado. “Todos los factores que mantienen al régimen en el poder están diluyéndose”, dice el funcionario, que señala el rápido derrumbe de la economía y el empeoramiento de la cohesión dentro del régimen. “Al Assad está presente en todas las decisiones, sin duda, pero cada vez hay más luchas internas”.

Hasta ahora, la revuelta se ha producido sobre todo fuera de la sede del poder: empezó en pequeñas ciudades rurales como Daraa y se ha ido extendiendo a núcleos más grandes como Hama y Homs. Pero, a medida que las manifestaciones se aproximan a los bastiones del régimen, Aleppo y Damasco, el Departamento de Estado estadounidense ve indicios de que varios partidarios de Al Assad, entre los cuales hay cristianos, algunos alauíes y unos cuantos empresarios suníes, están distanciándose poco a poco del poder porque empiezan a considerar que el presidente es un lastre; una opinión que la embajada de EE UU en Damasco trata de cultivar en la trastienda.

Ahora bien, Siria es, en palabras de la asesora de la Casa Blanca Samantha Power, un problema endemoniado, un Estado brutal con una frágil composición de facciones étnicas que se extiende por encima de las divisiones más peligrosas de la región, desde el enfrentamiento entre suníes y chiíes hasta el conflicto árabe-israelí. A diferencia de Libia, Siria es importante en la geopolítica regional, y nadie se hace ilusiones de que Al Assad vaya a caer con facilidad. “Va a ser sangriento, como un descarrilamiento a cámara lenta”, advierte Andrew Tabler, especialista en Siria en el Institute for Near East Policy en Washington.

Los lugares en los que más se ha dejado sentir la furia de Al Assad son Hama, donde su padre mató a miles de personas en los 80, y Deir al Zor, una ciudad en la zona oriental, junto al río Éufrates, que está ya fuera del control del Gobierno. La cifra de muertos sigue ascendiendo y las páginas de los activistas en Facebook muestran docenas de vídeos espantosos en los que se ven los cuerpos de los fallecidos en los ataques, la gran mayoría de ellos en Hama, donde las tropas del Estado han empleado a fondo la artillería. Se dice que algunos fueron aplastados por carros de combate.

“Están haciendo lo único que saben, que es matar»”, dice Shakeeb al Jabri, un activista de la oposición que se encuentra en Beirut.

La comunidad internacional no ha permanecido callada. Obama ha reaccionado rápidamente y con indignación ha calificado los ataques de “horripilantes” y ha prometido aumentar las presiones sobre el régimen de Al Assad y trabajar para lograr una transición democrática. El ministro británico de Exteriores, William Hague, ha pedido que el Consejo de Seguridad de la ONU apruebe una resolución para “condenar esta violencia, exigir la liberación de los presos políticos y reclamar que se satisfagan las reivindicaciones legítimas”. Incluso Rusia ha hablado, por fin, contra su aliado: “El uso de la fuerza contra la población civil de Siria y los organismos del Estado es inadmisible y debe cesar” (no han hecho falta más que unos 2.000 sirios muertos para que los rusos se decidieran a intervenir).

Como el propio Hague reconoció, parece poco probable que haya una resolución del Consejo de Seguridad: Pekín y Moscú se han resistido a todos los intentos de emprender medidas de importancia contra Al Assad y mencionan siempre el precedente de Libia. Estados Unidos ha presionado -de forma agresiva, insiste el Gobierno- para que haya una resolución de condena de la represión, pero topa con la oposición, no sólo de China

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y Rusia, que tienen poder de veto, sino de varios miembros temporales del Consejo: Brasil, India, Líbano y Sudáfrica. Cualquier intento de llevar a los responsables sirios ante el Tribunal Penal Internacional se encontraría con los mismos obstáculos, porque tendría que ser el Consejo de Seguridad el que los remitiera.

Pero la situación política puede cambiar si, como muchos prevén, el baño de sangre sigue aumentando durante el mes sagrado del Ramadán y el mundo se enfrenta a la perspectiva de cientos o incluso miles de cadáveres más en las calles. “No me cabe duda de que la dinámica de la situación sobre el terreno avergonzará a quienes se oponen a las medidas”, asegura Salman Shaikh, director del Brookings Center de Doha. Shaikh es partidario de que se presione en el Consejo de Seguridad para acusar formalmente a varios dirigentes sirios -que deberían ser cada vez más numerosos- de la matanza. “No sé de qué otra forma vamos a conseguir que esta gente lo comprenda”, explica.

Shaikh defiende asimismo la creación de un “grupo de contacto” informal de los países interesados -como en el caso de Libia-, con un núcleo compuesto quizá por Estados Unidos, Francia, Qatar y Turquía. Pero los turcos, que son fundamentales porque comparten frontera con Siria y han acogido a miles de refugiados y varias reuniones de la oposición, no acaban aún de decidirse. La declaración que ha hecho el ministro de Exteriores turco exigía al Gobierno sirio que “ponga fin a las operaciones y recurra a los métodos políticos, el diálogo y las iniciativas pacíficas para llegar a una solución”, unas opciones que el movimiento de protesta abandonó de forma explícita hace varias semanas.

La posición de la Unión Europea parece igual de precavida, como corresponde a una institución que actúa por consenso. “La única forma de salir de esta crisis es un diálogo nacional auténticamente integrador, que incluya a la oposición”, ha dicho la responsable de la política exterior de la UE, Catherine Ashton. La Unión ha anunciado nuevas sanciones, la congelación de activos y la prohibición de viajar a cinco nuevos responsables sirios, pero otras medidas más duras que, según Tabler, podrían hacer verdadero daño al régimen -centradas en los ingresos del gas y el petróleo que mantienen a flote al Gobierno sirio-, no están en absoluto sobre la mesa de discusión. Estados Unidos ya está aplicando penas unilaterales contra el Ejecutivo sirio y sus principales figuras, pero se podrían hacer más cosas para cortar sus fuentes de ingresos, dice Tabler.

Los sirios no tienen grandes esperanzas. “No esperamos gran cosa de la comunidad internacional”, dice Jabri, y casi todos ellos miran con suspicacia la intervención externa en su lucha. La oposición, muy dividida –y, en muchos casos, escasamente conectada con los manifestantes callejeros–, está concentrando sus esfuerzos en lograr un consenso y demostrar al pueblo que es una alternativa viable a Al Assad, una tarea que resulta muy difícil porque hasta hace poco, como dice Jabri, “dos sirios no podían juntarse a hablar de política sin acabar en la cárcel”. Están previstas nuevas reuniones tanto dentro de Siria como en el extranjero, tal vez en Egipto y Arabia Saudí.

Aunque ni las presiones internacionales ni la oposición sean muy de fiar, lo que parece innegable es que el mandatario está en una situación muy complicada. Un informe

Al Assad podría no caer y convertirse en un paria internacional como Sadam Husein o la junta militar birmana

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hecho público recientemente por International Crisis Group, en el que revisaba la errática estrategia del presidente sirio para contener las protestas –medidas de represión seguidas de reformas hechas a medias y vagas promesas, continuadas por nuevas medidas de represión–, llega a la conclusión de que, “en su intento de sobrevivir a toda costa, el régimen sirio parece estar cavándose su propia tumba”. Se ha demostrado que la violencia es una estrategia que le perjudica, porque cada muerte enfurece a los demás sirios, desata nuevas manifestaciones y convence a más indecisos de que el diálogo es una empresa inútil.

La estrategia de Obama respecto a Siria es el centro de atención por el momento, tras la brutalidad mostrada por el régimen en Hama y con ocasión de la presencia del embajador Robert Ford en Washington para someterse a la confirmación en el Congreso. Ford, a quien Obama envió a Damasco mediante un nombramiento de urgencia, aprovechando las vacaciones de las Cámaras, porque no había logrado que aprobaran su designación en un primer intento, tendrá que enfrentarse a los senadores republicanos del Comité de Relaciones Exteriores, deseosos de criticar lo que consideran la timidez del Gobierno sirio. Algunos de ellos han exigido que se revoque el nombramiento.

La Casa Blanca alega que la presencia de Ford en Damasco es fundamental porque le permite reunirse con miembros destacados de la oposición, advertir a los aliados del régimen de que no deben apoyar a Al Assad e incluso identificar a posibles dirigentes para la transición. Es posible que la reciente y dramática visita de Ford a la asediada Hama, donde los manifestantes le recibieron con rosas y ramas de olivo, sirva para que en Capitol Hill le den cierto margen de maniobra.

La sesión de confirmación del embajador llega “no semanas, sino días” antes de que el Departamento del Tesoro de EE UU haga públicos los nombres de más dirigentes sirios que van a sufrir sanciones, según predice un funcionario de Washington que no participa directamente en los preparativos, pero lo más probable es que eso no le evite un buen rapapolvos en el Congreso. En la sesión de la semana pasada con el secretario de Estado Adjunto Jeffrey Feltman, el congresista demócrata Gary Ackerman se dejó llevar y llegó a pedir que Obama exigiera “la salida inmediata” de Al Assad. “La historia recordará, no sólo que ignoramos al pueblo de Siria cuando más nos necesitaba, sino, peor aún, que no tuvimos en cuenta nuestros propios intereses nacionales, que van claramente unidos a la desaparición del régimen de Al Assad”, dijo Ackerman.

Pero son pocos los analistas que piensan que las palabras puedan hacer mucha mella en un Ejecutivo tan afianzado como el sirio, y a algunos, como Michael Hanna, de Century Foundation, les preocupa que Al Assad pueda mantenerse, renqueante y como sea, mucho más tiempo del que se prevé. Tampoco las sanciones multilaterales, suponiendo que el Consejo de Seguridad consiguiera aprobarlas, tendrían un efecto inmediato. “Salvo que se produzcan deserciones en masa entre los responsables de los servicios de seguridad, es poco probable que las presiones externas vayan a cambiar las decisiones del núcleo duro del régimen”, dice Hanna. El presidente sirio podría no caer, advierte, y sí convertirse en un paria internacional como Sadam Husein o la junta militar birmana.

Washington ha tomado su decisión, aunque nadie sabe cuándo se irá Al Assad. “Está de salida”, dice el alto funcionario, que subraya: “Lo importante no somos nosotros, sino

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los sirios. Ellos son los que dicen que quieren a otra persona, y ellos tienen que poder escoger el gobierno que deseen”.

¿Y Al Assad? “Pertenece al pasado”.

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La caída de la casa de Assad. [7] Robin Yassin-Kassab Siria: ¿reformas o revolución? [8] Natalia Sancha Bashar al assad, la gran decepción. [9] Hélène Michou Mucho palo y poca zanahoria para Siria. [10] Natalia Sancha La primavera del autoritarismo. [11] Guillaume Fourmont Abrir la puerta a Damasco. [12] Jessica Mathews La chiización de Siria. [13] Stuart Reigeluth y Abdel Rahman al Haj Salafismo 'importado'. [14] Natalia Sancha

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TRIBUNA: MILAGROS PÉREZ OLIVA

Apuntando a los islamistas DEFENSORA DEL LECTOR. Quejas por la tardanza en asumir que la matanza de Noruega era obra de la extrema derecha. La máxima expectación suele coincidir con el momento de mayor ignorancia MILAGROS PÉREZ OLIVA 31/07/2011

Juan Faus Giménez me escribe desde Zúrich, Suiza, para llamar la atención sobre lo siguiente: "En El País Digital, cuando se produce una noticia de última hora, aparece resaltado en rojo la palabra URGENTE. Según el diccionario de la RAE, urgente significa que urge, y urgir es 'exigir o pedir algo con apremio'. Por tanto", concluye, "la palabra está incorrectamente utilizada"; sería más apropiada la expresión "última hora". El lector tiene razón. Y como él dice, es solo un detalle, pero un detalle cargado de significado. Con esta palabra solían encabezar las agencias de noticias los teletipos urgentes que debían ser entregados sin demora a los responsables de las redacciones. Si se ha trasladado esta misma fórmula a las ediciones digitales no es solo por inercia: en realidad define muy bien la nueva cultura de la urgencia y del apremio que invade las redacciones, orientadas ahora a servir sin demora sus ediciones online. Un apremio que puede conducir a la precipitación.

Varios de los lectores que me han escrito esta semana consideran precipitadas las primeras versiones sobre el atentado y la masacre posterior ocurridos en Noruega. Estos lectores estiman que EL PAÍS se decantó excesivamente a favor de la hipótesis de que el atentado hubiera sido cometido por el terrorismo islamista. El suscriptor Frederic Page califica de "terrible" la cobertura inicial: "Una vez solamente se evoca la pista de la extrema derecha, casi para menospreciarla, mientras se comenta en los principales artículos y de manera repetida la tesis del atentado islamista. Parecía el 11-M al revés. Evidentemente, la historia reciente de España invita a pensar que los islamistas se esconden detrás de este tipo de atentados (...) pero a las diez de la noche la cadena Al Yazira informaba ya de que el individuo responsable del ataque en la isla de Utoya era 'alto y rubio'. Otros periódicos han sido mucho más cautelosos", concluye. A estas críticas se suman otros lectores como Víctor Nelson, Martín Parga o Federico Faccio Peláez.

El subdirector Carlos Yárnoz no está de acuerdo con estas críticas: "Las noticias que se difundieron, tanto en la web como en el periódico impreso, fueron presentadas con la adecuada prudencia. Lo tuvimos muy en cuenta en todo momento", afirma. "A las ocho de la tarde, por ejemplo, los titulares en la web eran: 'Noruega sufre en pocas horas dos atentados con víctimas mortales'; 'Disparos en una reunión del partido gobernante'; 'Directo: la policía confirma siete muertos'; 'Todavía sin pistas'. Tres horas más tarde, los titulares eran: 'El terrorismo golpea Noruega con dos atentados sangrientos'; 'Pánico en el campamento juvenil del partido gobernante'; 'Directo: la policía apunta a grupos locales".Yárnoz prosigue: "En el diario del sábado titulamos: 'Un doble atentado terrorista deja un reguero de muertos en Noruega', junto a dos sumarios: 'Una bomba en el centro de Oslo mata al menos a siete personas'. Ya en la primera página señalábamos que estaba detenido un ciudadano noruego y en el interior se informaba de que, pese a la confusión reinante, se manejaban 'dos pistas para un doble atentado', y se añadía:

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'Noruega está bajo amenaza de Al Qaeda desde 2003 por su participación en la guerra de Afganistán, pero no se descarta un ataque de la extrema derecha".

Esos titulares reflejaban adecuadamente la situación. Sin embargo, los textos de las sucesivas versiones incluían abundantes referencias a las relaciones de Noruega con los conflictos que alimentan el terrorismo islamista y lo que daba especial relevancia a esta hipótesis era un artículo del catedrático Fernando Reinares titulado "¿Para qué en Noruega?", que se publicó en la edición digital y en la página 5 de la primera edición impresa. "Algunas de las frases de este artículo nos ruborizan, cuando a las pocas horas de los atentados, la policía noruega había detenido a un ciudadano de este país de ideas ultracatólicas, islamófobas y nacionalistas", escribe Carlos Gómez Gil, del Departamento de Análisis Económico Aplicado de la Universidad de Alicante. "Espero que la próxima vez sean más cautos a la hora de publicar reflexiones tan incendiarias".

Carlos Yárnoz considera "totalmente válido que los expertos manejen hipótesis de trabajo o teorías, aun cuando no se haya determinado la autoría. Cuando se conocieron suficientes datos como para entender que la más sólida era la pista de la extrema derecha se optó por retirar el artículo que describía la otra potencial hipótesis. Se trataba, en todo caso, de un análisis válido para un escenario determinado", afirma.

Aunque el artículo de Reinares terminaba diciendo que "esta es una hipótesis plausible sobre lo ocurrido ayer en Noruega, pero no la única", lo cierto es que cuando se llegaba a esa frase estaba ya claro, y los lectores lo sabían, que el atentado era obra de un terrorista de extrema derecha. Por eso, Jota Martínez Galiana, aunque encuentra el artículo muy interesante, cree que EL PAÍS se precipitó al publicarlo. "Al cierre de la edición del viernes no había confirmación de la autoría. Es más: se sabía que la persona detenida en Utoya era un noruego rubio de 1,90 de estatura y ustedes mismos señalaban que el atentado tanto podía ser obra de fundamentalistas islámicos como de ultraderechistas. ¿No hubiera sido mejor reservar el artículo para cuando se hubiera confirmado la autoría?".

Así es. El análisis podía ser pertinente, pero solo en caso de que ese escenario estuviera confirmado. Es responsabilidad del diario cotejar si el contenido de un artículo de análisis se corresponde con los datos de la realidad. En este caso, parece que hubo precipitación en la publicación del artículo y falta de agilidad en su retirada. Fernando Reinares publicó el jueves una carta al director en la que afirmaba: "A fin de no inducir a equívocos a los lectores sobre un asunto de tanta gravedad como este, deseo aclarar que la desafortunada aparición parcial de dicho artículo en modo alguno responde al deseo de insistir en relacionar los actos de terrorismo ocurridos en Noruega con una ideología distinta a la de la extrema derecha antisistema e islamófoba".

Valorar un acontecimiento con datos tan confusos no es fácil. Y muchos periódicos fueron víctimas de esa misma confusión. Mientras se conocía que la policía había detenido a un noruego como presunto autor del atentado, el diario The New York Times recogía en su portada que un grupo islamista lo había reivindicado. Precisamente por eso hay que extremar la cautela y tener en cuenta que el momento de mayor expectación coincide justamente con el de máxima ignorancia sobre lo ocurrido.

La primera valoración es muy importante, pues puede producir efectos en cascada. Al poco de publicarse la noticia, muchos lectores estaban ya enzarzados en un agrio debate en la web. La mayoría daba por descontada la autoría islamista. Su lectura indignó a Jota Martínez Galiana: "La mayoría culpaban sin datos, ya no a los terroristas de Al Qaeda, sino a los musulmanes en general. Los comentarios fueron subiendo de tono (...)

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hasta convertirse en soflamas racistas en contra de los musulmanes, su religión, la inmigración o la multiculturalidad". También a Eduardo Alonso: "Mi asco y mi indignación han llegado a un grado difícilmente superable. Me produce una inmensa tristeza ver en EL PAÍS esta cochambre. ¿Tan difícil es exigir y hacer cumplir en la edición electrónica los principios que siempre han regido en la sección de Cartas al director?", pregunta.

Muchos medios incurrieron el viernes en la misma precipitación. Y muchos lectores les siguieron. El afán de ser los primeros no debería llevarnos a adelantar acontecimientos. Si no se sabe lo que ha ocurrido, mejor no especular. Porque en estos casos, querer ser los primeros puede llevarnos a ser los primeros en equivocarnos.

Con esta reflexión me despido de ustedes hasta septiembre. Les deseo unas muy felices vacaciones.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/apuntando/islamistas/elpepuopi/20110731elpepiopi_5/tes

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Bengasi reconoce que su jefe militar fue asesinado por rebeldes AGENCIAS - Bengasi - 31/07/2011

Las autoridades rebeldes libias han reconocido que su jefe de Estado Mayor, el general Abdel Fatah Yunis, fue asesinado por una brigada a la que habían encargado que lo trasladaran desde el frente de Brega hasta Bengasi, donde sería interrogado por una comisión que investigaba "asuntos militares". Según afirmó el ministro de Finanzas y Petróleo, Ali al Tarhuni, el crimen fue perpetrado por miembros de la brigada Abu Obeida al Yara, una milicia de corte islamista que se integra en el ejército insurgente.

El asesinato de Yunis y de dos de sus coroneles amenaza con agravar las divisiones internas en la filas rebeldes justo en un momento en el que el Consejo Nacional de Transición estaba concitando un reconocimiento internacional cada vez más amplio. De ahí que las autoridades de Bengasi, que en un principio culparon a un "comando gadafista", hayan constituido una comisión de investigación para llegar al fondo del asunto.

Tarhuni explicó que el líder de la brigada Abu Obeida al Yara había sido detenido y confesó que sus subordinados cometieron el asesinato. "No fue él, sino sus lugartenientes". Según el relato de algunos colaboradores de Yunis, el general y varios de sus hombres fueron recogidos en Brega en la noche del miércoles para comparecer ante una comisión judicial el jueves. Sin embargo, antes de llegar al bastión rebelde, sus guardianes separaron a Yunis y a los dos coroneles del resto del grupo y se los llevaron con rumbo desconocido. Los cuerpos tiroteados y carbonizados fueron hallados el viernes.

No está claro quién ordenó el crimen ni los motivos. Algunos sectores rebeldes desconfiaban de Yunis por sus antiguos vínculos con Gadafi, de quien fue compañero de armas y ministro del Interior. El general, oriundo de Bengasi, se pasó a las filas rebeldes con miles de hombres y fue decisivo en la defensa de la ciudad y en la organización de las tropas insurgentes.

Mientras, la OTAN continuó en la noche del viernes con sus ataques contra Trípoli, feudo de Gadafi, donde destruyó la sede de la televisión. Según el portavoz del régimen, el bombardeo mató a tres periodistas.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/bengasi/reconoce/jefe/militar/fue/asesinado/rebeldes/elpepuint/20110731elpepiint_6/tes

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Más de 100.000 indignados se echan a la calle por todo Israel Es la crisis interna más grave de los tres años de legislatura de Benjamín Netanyahu. Ni sus promesas de reformas, ni los incentivos a la vivienda prometidas por el Gobierno contentan a estudiantes y jóvenes profesionales que piden "justicia social y no caridad" ANA GARRALDA | Jerusalén 31/07/2011

Una masa de gente de unas 100.000 personas tomó ayer las calles de varias ciudades de Israel para exigir un cambio radical en las políticas sociales y económicas del Ejecutivo de Benjamín Netanyahu, e incluso un relevo del primer ministro. Bibi, como se conoce a Netanyahu, fue el protagonista de muchas de las pancartas que pudieron verse anoche en las siete ciudades del país que atendieron la convocatoria realizada a través de Facebook por una estudiante desahuciada de su vivienda. Desde la enorme Tel Aviv, pasado por la norteña Haifa (con entre 8.000 y 10.000 manifestantes, según las diferentes fuentes) hasta la urbe más desértica del país, Beer?sheva, que protestaba hasta "siete veces", según rezaban algunos carteles, sirviéndose del nombre de la ciudad para hacer un juego de palabras (sheva significa "siete" en hebreo)

Netanyahu no da con la fórmula; tampoco su ministro de Hacienda, Yuval Steiniz, que ya ha recibido las reprimendas del primer ministro, que no cesa de pedir a su Gabinete fórmulas infalibles y rápidas para terminar con la crisis interna más grave que vive desde que asumió el cargo en 2006. Ni las 10.000 nuevas viviendas para estudiantes prometidas por el Ejecutivo, ni la rebaja del 50% en el precio de los terrenos públicos que salgan a concurso, parecen contentar a los indignados. En este fin de semana de protestas se les unieron en Jerusalén, además, los gays, que celebraron su desfile anual, y los médicos, que mantienen su propia batalla con el Gobierno debido a la creciente precariedad de la sanidad pública.

"Los servicios sociales no son un lujo", se leía en una de las pancartas en Tel Aviv, mientras se oía de fondo el escenario donde actuaban músicos y cantantes de renombre. Exigía lo que para muchos ciudadanos israelíes es un derecho en una sociedad acostumbrada históricamente a una política intervencionista y que observa, impotente, cómo se dispara el precio de la gasolina o de productos básicos como la leche, la mantequilla o los yogures (su precio es un 36% más caro que en Estados Unidos, Reino Unido o Australia, según un estudio publicado en julio por la organización de consumidores israelí, Imán Hatzibur)

Pero el caso más sangrante es el de la vivienda. En los últimos tres años, su incremento ha sido del 250% en ciudades como Tel Aviv frente a una subida salarial irrisoria del 1%. "La economía crecerá este año un 5%, nos dicen, pero nosotros, la clase media, no sabemos dónde va", comenta Gabriel, un universitario que asegura estar decidido a no cerrar su tienda, en Jerusalén, hasta que el Gobierno le dé una solución.

Marchas multitudinarias por todo el país a las que por primera vez en 16 días se les unieron ciudadanos árabe-israelíes y donde empiezan a tomar fuerza lemas contra la ocupación militar de Cisjordania y a favor de la solución de dos Estados.

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Una protesta convocada por Facebook Ninguno de los miembros del Ejecutivo israelí ni de la oposición imaginaron hace dos semanas que una protesta que empezó con una convocatoria en Facebook de una estudiante desahuciada de su vivienda se convertiría en el quebradero de cabeza más importante para el Ejecutivo.

La jefa de la oposición y líder del partido Kadima le pedía este sábado al presidente de la Knesset, Rubén Rivlin, que cancelara el tradicional periodo vacacional de agosto. "No está el horno para bollos" decía Livni en el Canal 10. Rivlin anunció que la comisión parlamentaria de vivienda e infraestructuras debatirá la conveniencia de prorrogar el período de sesiones estival mientras duran las protestas.

Y, mientras tanto, comienzan las primeras bajas en el Gabinete de Netanyahu. Hoy domingo ha dimitido el director general del Ministerio de Hacienda, Haim Shani, por desavenencias con el ministro Steiniz. Incluso, el reputado presidente del Banco Central de Israel, Stanley Fisher ha dicho que mañana lunes comparecerá ante los medios para analizar la situación y ofrecer posible soluciones.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/100000/indignados/echan/calle/todo/israel/elpepuint/20110731elpepuint_3/tes?print=1

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La última revuelta del Ejército turco La dimisión de la cúpula militar ofrece una victoria al Gobierno - Erdogan designa a un general de su confianza al frente de la Fuerzas Armadas

B. LÓPEZ ARANGÜENA / AGENCIAS - Estambul - 31/07/2011

El Gobierno turco intentaba poner fin ayer al grave conflicto abierto el viernes con la dimisión en bloque de la cúpula militar, un episodio que no tiene precedentes en el largo enfrentamiento entre las autoridades islamistas moderadas, que llegaron al poder en 2002, y un estamento castrense que se considera garante de la laicidad del Estado.

Lejos de poner en jaque al Gobierno, la renuncia del general Isik Kosaner, jefe del Estado Mayor, y de los jefes de las tres fuerzas ofrece al primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, una oportunidad para extender su autoridad sobre las otrora todopoderosas Fuerzas Armadas. El mismo viernes, Erdogan nombró al general Necdet Özel, comandante de la Gendarmería, jefe provisional del Estado Mayor y jefe del Ejército, lo que le sitúa como el previsible sucesor de Kosaner.

Avalado por un programa reformista que contaba con el beneplácito de la Unión Europea y respaldado por un gran apoyo popular, que le ha dado tres victorias electorales consecutivas desde 2002, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ha impulsado una oleada de reformas constitucionales destinadas a acabar con la tutela del Ejército y cuyo mayor éxito fue el inicio de las negociaciones de adhesión con la UE en 2005.

Hoy, tras nueve años en el poder, el AKP ha conseguido acaparar gran parte del poder que pertenecía a los militares y ha llevado ante los tribunales civiles a 250 oficiales de alto rango acusados de intentonas golpistas. Entre ellos hay 42 generales, casi el 10% del total.

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Esta es precisamente la razón de fondo de la dimisión de la cúpula castrense, que mañana debía reunirse con el Gobierno para debatir las promociones de la alta oficialidad en el Consejo Militar Supremo. En la agenda de este año estaba el ascenso de 17 uniformados sospechosos de pertenecer a la Operación Mazo, una trama golpista que, presuntamente, buscaba desestabilizar el Gobierno de Ankara con atentados que serían luego achacados a grupúsculos radicales. Según la prensa turca, las Fuerzas Armadas exigieron esta semana al Ejecutivo que se permitiera a los sospechosos beneficiarse de las promociones, ya que sus sentencias todavía no han sido emitidas. El rechazo de la propuesta, así como la orden de arresto emitida el mismo viernes contra otros siete generales acusados de "propaganda antigubernamental" ha sido, según el diario turco Milliyet, la gota que ha colmado el vaso.

"Uno de los objetivos de esas investigaciones y estas detenciones es mantener a las Fuerzas Armadas en el banquillo y dar la impresión a la opinión pública de que somos una organización criminal", declaró el general Isik Kosaner al presentar su dimisión. Esta renuncia, y la de sus compañeros, es la última revuelta, esta vez pacífica, de un estamento acostumbrado a ejercer de árbitro de la vida política turca durante más de 70 años, esgrimiendo la defensa de los principios de laicidad y unidad nacional impuestos por el general Mustafá Kemal, Atatürk, al término de la I Guerra Mundial. Son esos mismos principios los que sirvieron para justificar los cuatro golpes de Estado perpetrados desde 1960.

Esta vez, la renuncia de la alta cúpula, que ha visto cómo su autoridad se desvanecía en los últimos años, marca para analistas como Ahmet Insel el fin de la era de los golpes de Estado. "Los militares se han retirado porque no son capaces de hacer frente a las acusaciones del poder civil, porque son acusaciones con fundamento", asegura. La clave, según Insel, es el fuerte apoyo popular al partido del gobierno que en junio renovó su mandato por tercera vez consecutiva.

Pero también hay quien teme por el futuro de las Fuerzas Armadas. Su desprestigio es un asunto delicado para un país que mantiene un enfrentamiento armado con la guerrilla kurda del PKK dentro de su territorio, y que tiene vecinos problemáticos como Irak o Siria.

En la reunión de mañana, el nuevo jefe provisional del Estado mayor, Necdet Özel, deberá negociar la restructuración de las Fuerzas Armadas, que con 600.000 efectivos constituyen el segundo ejército de la OTAN, tras Estados Unidos. El desmembramiento de la cúpula militar podría dar paso a una nueva generación de militares. Y es que sus predecesores, ascendidos a punta de asonada, son quizás demasiado viejos para empezar a respetar la voluntad popular.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/ultima/revuelta/Ejercito/turco/elpepuint/20110731elpepiint_7/Tes

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ANÁLISIS: ANÁLISIS

Contragolpe a la turca JUAN CARLOS SANZ 31/07/2011

Un grupo escultórico del faraónico mausoleo de Mustafá Kemal, Atatürk, en Ankara simboliza con precisión el régimen con el que el fundador de la Turquía moderna creyó dejar atado y bien atado el reparto del poder. Un burócrata y un soldado preceden, la mirada al frente, a un cabizbajo campesino anatolio: un sistema de gobierno de las élites para el pueblo, pero sin el pueblo.

Pero el pueblo turco hace tiempo que no marcha detrás de dirigentes a los que no ha podido elegir. Ha recorrido en el último medio siglo un camino jalonado de golpes de Estado militares que derribaron entre 1960 y 1997 cuatro Gobiernos democráticos. Hasta que en 2007 el Ejecutivo de Recep Tayyip Erdogan dijo no a la orden de mando.

Los generales se oponían entonces tajantemente a que la esposa del presidente de un Estado laico se cubriese la cabeza con un pañuelo. El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado) ganó poco después las elecciones con cerca del 50% de los votos y ha vuelto a arrasar en las urnas el pasado mes de junio.

En el golpe de Estado electrónico del 27 de abril de 2007 -un comunicado contra el Gobierno difundido en la web del alto mando de las Fuerzas Armadas- a los militares les salió el tiro por la culata. Cuatro años después han acabado arrojando la toalla. La dimisión del jefe del Estado Mayor, el general Isik Kosaner, secundado por los máximos comandantes del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea, no es tanto una crisis de cuatro estrellas en la bocamanga como el reconocimiento de la impotencia castrense ante el poder civil.

Más de 40 generales o almirantes turcos -una décima parte de la cúpula militar- y unos 250 altos oficiales se encuentran en la actualidad procesados o encarcelados por sus implicaciones en tramas golpistas.

Las investigaciones del caso Ergenekon, sobre las implicaciones del llamado "Estado profundo" en atentados y asesinatos, y de la Operación Mazo, un detallado plan para sembrar el caos y propiciar una intervención de las Fuerzas Armados, han acabado por minar el prestigio social de un Ejército que se consideraba garante de los principios legados por Atatürk.

Con su vigilante tutela sobre el poder civil, los militares turcos llegaron a constituir un auténtico Estado dentro del Estado, en el que los altos mandos se designaban por cooptación y sin intervención del Gobierno. Han perdido relevancia política, pero cuentan aún con una gran autonomía financiera. El Fondo de Pensiones de las Fuerzas Armadas, con intereses en la banca y el sector automovilístico, controla uno de los mayores conglomerados económicos de Turquía.

Cuando mañana, 1 de agosto, se reúna en Ankara el Consejo Supremo Militar para estudiar las promociones de la carrera castrense, los generales se cuadrarán ante el presidente Abdulá Gül y el primer ministro Erdogan, dos dirigentes islamistas que fueron apartados del poder tras el pronunciamiento de 1997. Los militares parecen haber dejado ya de marcar el paso a los turcos.

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La cúpula militar turca desafía al poder civil Los jefes de las tres fuerzas dimiten ante la oposición del Gobierno al ascenso de efectivos sospechosos de sedición BLANCA LÓPEZ ARANGÜENA - Estambul - 30/07/2011

El jefe del Estado Mayor turco, el general Isik Kosaner, secundado por los jefes de las tres fuerzas, presentó ayer su renuncia por desavenencias con el Gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan. Detrás de la dimisión en bloque está, según la prensa turca, la promoción de 17 altos mandos del Ejército imputados en una supuesta trama golpista conocida como Operación Mazo. La trama, urdida en 2003, buscaba desestabilizar el Gobierno islamista de Ankara y crear un momento propicio para un golpe de Estado. Unos 200 uniformados fueron procesados.

Entre las acciones se contemplaban el derribo de un caza-bombardero turco sobre las disputadas aguas del Egeo y culpar a la aviación militar griega. O la colocación de bombas en dos de las principales mezquitas de Estambul durante el rezo del viernes así como el asesinato de políticos, intelectuales y líderes religiosos que serían achacados a grupos radicales.

Las dimisiones se producen tres días antes de que se celebrara la reunión del Consejo Militar Supremo, en donde Gobierno y los militares deciden las promociones dentro de las Fuerzas Armadas. La decisión de la cúpula castrense supone un claro desafío al Gobierno del islamista moderado Erdogan, que con su plan de reforma constitucional ha intentado rebajar el histórico poder con el que cuentan los militares desde la revolución de Mustafá Kemal, Atatürk. La dimisión del jefe del Estado Mayor sorprendió al país, ya que se produjo tras días de reuniones a puerta cerrada con el presidente, Abdullah Gül, y el primer ministro Erdogan. A la renuncia de Kosaner se ha unido la de los jefes de los Ejércitos de Tierra, Erdal Ceylanoglu, Mar, Esref Ugur Yigit, y Aire, Hasan Aksay. Los cuatro alcanzaron sus puestos hace un año y les quedaba al menos otro de servicio. El comandante de la Gendarmería, el general Necdet Özel, fue ayer ascendido de manera extraordinaria a comandante del Ejército de Tierra y será nombrado, previsiblemente, nuevo jefe del Estado Mayor, informa Efe.

La desbandada dejó por unas horas acéfalo al segundo mayor ejército de la OTAN, con más de 600.000 efectivos, y vaticina un desenlace incierto para la reunión del Consejo Militar Supremo, prevista para este lunes. Lo que hasta el año pasado era una reunión de carácter burocrático interno de la jerarquía militar que se saldaba sin mayores problemas, promoviendo a aquellos uniformados que defendieran los sacrosantos valores castrenses heredados del fundador de la república, se ha convertido en un nuevo campo de batalla entre el Gobierno y los militares. La reunión de este año acapara toda la atención ya que se prevé un pulso de poder en el que los generales juegan, por primera vez, en inferioridad de condiciones. El Gobierno parece decidido a impedir la promoción de cualquier militar sospechoso de estar implicado en la Operación Mazo.

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Las tensiones entre militares e islamistas se enmarcan en un duro pulso subterráneo que los dos estamentos libran desde hace nueve años. El Gobierno de Erdogan, desde su subida al poder en 2002, ha buscado supeditar el estamento militar al poder civil, una de las exigencias que Bruselas impuso a Turquía para su entrada a la UE. Sin embargo, el desmantelamiento del sistema kemalista es considerado como un ataque frontal a la República por parte del Ejército y de los estamentos kemalistas. Para estos últimos, las fuerzas armadas son los guardianes legítimos de los valores nacionales, entre los que se encuentra el principio de laicidad, y su defensa justificaría la tutela política del Ejército e incluso los distintos golpes que ha sufrido el país desde 1960.

La victoria electoral del AKP en junio muestra cómo las reformas de Erdogan tienen aceptación. Pese a que muchos ciudadanos miran con recelo el ascenso islamista, la disminución del poder de las Fuerzas Armadas es acogida con satisfacción.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/cupula/militar/turca/desafia/poder/civil/elpepuint/20110730elpepiint_3/Tes

Turquía prepara el relevo generacional en su Ejército El Gobierno de Erdogan domina la cumbre militar anual y puede ascender en el escalafón a oficiales más afines BLANCA LÓPEZ ARANGÜENA - Estambul - 01/08/2011

Paso a paso, con el respaldo de gran parte de la población, el Gobierno turco está logrando acabar con la injerencia de los militares en el campo político. La reunión anual del Consejo Militar Supremo ha comenzado en Ankara con una novedad: la preponderancia del Gobierno civil sobre las fuerzas armadas. Algo que en otras democracias se da por sentado, supone una revolución para el sistema político turco, acostumbrado a décadas de tutelaje castrense.

La renuncia, el pasado viernes, de la cúpula militar -hecho nunca ocurrido en la historia de la Turquía moderna- y el reemplazo efectuado de modo fulgurante han reforzado la posición del Gobierno, que por primera vez llevará la batuta en una reunión donde se deciden los nombramientos en el Ejército. Aupado a su contundente victoria electoral de junio, el Ejecutivo de Recep Tayyip Erdogan podría ascender en el escalafón a una nueva generación de comandantes más afines al Gobierno que sus predecesores.

Las condiciones no podrían ser más propicias para este cambio. En primer lugar, 42 altos mandos, una décima parte de los comandantes del país, se encuentran en prisión imputados por diversas intentonas golpistas. Además, entre los candidatos a los ascensos de este año se encuentran 17 uniformados sospechosos de estos mismos cargos, cuyas promociones serán, previsiblemente, revocadas por el Gobierno. Finalmente, el interlocutor del gobierno, el general Necdet Özel -ascendido in extremis al puesto de jefe del Estado Mayor, tras la dimisión de su predecesor, el general Isik Kosaner- es conocido por sus escasas apetencias políticas. Sumado esto a que Özel presidirá la reunión, por primera vez sin los comandantes de los ejércitos de Tierra, Aire y Marina, las cosas se aventuran un poco más fáciles para un Gobierno que lleva años intentando desplazar a las antaño todopoderosas fuerzas armadas de la arena política.

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Durante décadas, los militares arbitraron la política turca arropados por una gran parte de la población que los consideraban guardianes de los sacrosantos valores nacionales heredados del general Mustafá Kemal Atatürk. Principios como la laicidad y la unidad nacional fueron invocados por los uniformados en las asonadas de 1960, 1971, 1980 y 1997. Sin embargo, el cambio generacional, la aproximación a la Unión Europea, y la llegada de un Gobierno islamista moderado (AKP) con un amplio apoyo popular, fueron poco a poco arrebatándoles el poder. "En el pasado, cuando a un general no le gustaba un Gobierno lo forzaba a salir. Ahora vemos como se retiran, lo cual es una señal de que la democracia turca está avanzando", asegura el analista Mustafá Akyol.

La renovación generacional del Ejército podría facilitar el cambio de la Constitución golpista de 1982 por una más democrática. Pero ese relevo generacional tampoco está exento de obstáculos. Muchos expertos opinan que una vez conseguido el alejamiento de los militares de la escena política, el Ejército necesita una profunda reforma interna. "La nueva Constitución debería permitir la supervisión de los gastos de las Fuerzas Armadas y del currículo de las escuelas militares. Es esencial crear un sistema educativo que enseñe a los futuros oficiales que interferir en la política es un delito", ha escrito el analista Ergun Babahan en el diario digital Today's Zaman.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/turquia/prepara/relevo/generacional/ejercito/elpepuint/20110801elpepuint_8/tes

REPORTAJE: EL MONSTRUO

El monstruo que vestía de macho El autor de la matanza en Noruega se crió en un barrio acomodado. Acusaba a su padre de cortar el contacto con los hijos, vivía aislado y estaba obsesionado con su apariencia física Á. C. Y J. G. 31/07/2011

El barrio de Skoyen, al oeste de Oslo, es un suburbio en el que las casas de color rojo y ocre se alternan con edificios de ladrillo visto. La mayoría tienen chimeneas, jardines cuidados y flores en los balcones. Las avenidas son anchas, la vegetación espesa y, en general, no parece que sus habitantes se vean demasiado afectados por los rigores de la vida moderna, el tráfico o la contaminación. En ese lugar tranquilo de familias acomodadas y escasa inmigración vivía el monstruo.

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Nadie sabe exactamente cuándo Anders Behring Breivik dejó de ser un chico normal para convertirse en un tipo que se puso como misión la de eliminar al mayor número de personas posible. Peter Svaar, periodista de la televisión pública noruega y amigo de la infancia de Breivik, lo recuerda como un "chico agradable, inteligente y leal a sus amigos". "Tenía todas las posibilidades, nunca le ha faltado nada. Nunca ha sido víctima de alguna injusticia social. ¿De dónde viene su odio?", se pregunta Svaars.

Breivik nació en Londres en 1979. Su padre, un diplomático de la Embajada de Noruega, y su madre, enfermera, pelearon por la custodia del chico. Ella se hizo finalmente cargo de su educación. Aunque Breivik mantuvo cierto contacto con su padre, la relación se rompió en 1995. "Tiene cuatro hijos, pero ha cortado el contacto con todos ellos. Está claro de quién es la culpa", explica el propio Breivik en el manifiesto de 1.500 páginas que envió a varias personas por Internet poco antes de cometer los asesinatos.

Aparentemente no sucedió nada traumático, pero lo cierto es que algo ocurrió en esos años que acabó por obsesionar a Breivik. En sus recuerdos de esa época su madre era una feminista moderada que le dio una educación que, según él, le convirtió en un débil. "No me gusta la educación superliberal, matriarcal, que me dieron. Carecía de disciplina. Aquello contribuyó a feminizarme", cuenta Breivik.

Empezó a mostrar algún gesto de rebeldía. Se le daba bien el grafiti. Sus amigos le recuerdan por eso más que por otra cosa. En clase no llamaba la atención. Al final de la adolescencia, empezó a aislarse de alguna manera. No encajaba con los demás. Siempre pasaba desapercibido. Su complejo de inferioridad le llevó a preocuparse por su apariencia física. Ya maduro, empezó a tomar esteroides para aumentar la masa muscular. Incluso acabó pasando por el quirófano en Estados Unidos, donde se operó la nariz, la frente y el mentón. Se jactaba de salir con muchas mujeres pero no se le conoce novia alguna. En su manifiesto deja claro que no es homosexual, aunque algunos amigos suyos lo piensen. "Es gracioso", dice, "porque yo soy 100% hetero".

Trató siempre de cultivar una imagen de macho y llevó ese extremo hasta el pensamiento político. De alguna forma, lo que viene a decir Breivik en su manifiesto es que los socialdemócratas han hecho de Noruega un país de nenazas. En 1999 se afilió al Partido del Progreso, una formación conservadora que acabó abandonando en 2004 por considerarla demasiado tibia con el multiculturalismo y la corrección política, los grandes males de Europa, según Breivik. Había tonteado con el nazismo a los 18 años, pero pronto le pareció que no era su camino. Según él, el problema son los musulmanes, no los judíos.

El año de 1999 es la fecha que marca políticamente su ideología. El bombardeo de la OTAN sobre Serbia es descrito en su libro como una traición a la cristiandad en favor de los musulmanes.

No hizo el servicio militar, aunque no está claro por qué. Un amigo suyo citado por el periódico noruego Dagbladet dice que intentó entrar en sus filas pero que fue rechazado por "inestable". Breivik dice no haberlo hecho porque defiende ideas en las que él no creía. En cualquier caso, en su cabeza empezó a organizar un ejército imaginario con él como general y soldado. Modificó un traje de gala al que colgó parches y medallas de su invención, se vio a sí mismo como un miembro de los templarios. Contactó en Internet con todas las personas y grupos que criticaban la religión islámica, leyó ensayos y debatió en foros las ideas que quería implantar. Muchos defienden en esa esfera la guerra contra el islam. Él la quería llevar a cabo. Empezó a organizar la misión

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que él mismo se había encomendado para salvar a Europa de la amenaza islamista que -a su entender- trae consigo la inmigración.

En mayo, alquiló una granja en las afueras de Rena, 160 kilómetros al norte de Oslo. Se entretenía viendo el festival de Eurovisión y jugando a los videojuegos, pero la mayoría del tiempo trataba de convertir seis toneladas de fertilizantes y polvo de aspirinas en material explosivo. Y escribía. "Intenté contactar con mi padre hace cinco años, pero me dijo que no estaba mentalmente preparado", dice en otro momento de su manifiesto.

Días antes de cometer los atentados, Breivik se registró en Facebook. La foto de su perfil -pelo largo, abrigo, corbata, perilla recortada- dista mucho de la imagen que tiene en la actualidad, con el pelo rapado y bastante más gordo. En las últimas semanas, tomó drogas para sentirse más fuerte y eficiente, según relataría luego a su abogado.

El 22 de julio, Breivik se levanta temprano, hace las últimas pruebas con los explosivos y se viste de policía. "Creo que esta será mi última entrada de hoy. Es viernes, 22 de julio, las 12.51", concluye.

En Skoyen, el barrio de casas de color rojo y ocre, una muchacha camina sola por la calle Hoffsveien. A mediodía son muy pocos los que transitan por las anchas aceras del vecindario. La chica indica amablemente que esa es la casa en la que se crió Breivik: "Ese es el edificio, el primer piso, el que tiene el balcón con las flores pequeñas. Saludo a su madre cada vez que la veo. A él lo he visto alguna vez, pero no le recuerdo muy bien. No tenía el aspecto de un monstruo".

http://www.elpais.com/articulo/reportajes/monstruo/vestia/macho/elpepusocdmg/20110731elpdmgrep_2/Tes

El asesinato del general Yunis agrava la división entre los rebeldes libios Partidarios del jefe militar culpan del crimen a una facción rival MAITE RICO / AGENCIAS - Madrid / Bengasi - 29/07/2011

El misterioso asesinato, el jueves, del general Abdel Fatah Yunis, jefe militar de la rebelión libia, ha puesto contra las cuerdas a las autoridades rebeldes. Cada vez más indicios apuntan a que Yunis, cuyo cadáver baleado y carbonizado le fue entregado ayer a su familia, fue secuestrado por una facción armada rival, y no por un comando gadafista, como sostienen los dirigentes de Bengasi. La capital de la Libia liberada estaba ayer conmocionada. Sobrepasado por los acontecimientos, el Gobierno de transición intenta evitar que el crimen active las rivalidades tribales y desate una lucha interna hasta ahora contenida.

El asesinato del general Abdel Fatah Yunis es un rompecabezas en el que faltan muchas de las piezas y sobran rumores. La película de los hechos arrancó en la mañana del jueves, cuando Yunis abandonó el frente de Brega en un coche oficial para presentarse ante una comisión judicial en Bengasi, que quería interrogarlo "sobre cuestiones militares". ¿Cuáles? Supuestamente, se le achacaban graves errores en la ofensiva de Brega. Una acusación complicada para un hombre como Yunis, que suscitaba recelos en algunos sectores rebeldes por su antigua cercanía con Gadafi, de quien había sido

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ministro del Interior y jefe de las fuerzas especiales antes de unirse a la rebelión de febrero.

A lo largo del jueves, partidarios del Yunis exigieron la liberación de su jefe. Por eso, cuando ya por la noche, el Gobierno anunció que el general y dos coroneles que le acompañaban habían sido asesinados, la sorpresa fue mayúscula. Mustafa Abdel Yalil, presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT, la autoridad interina rebelde), dejó entender que el crimen era obra de un comando gadafista, cuyo cabecilla había sido detenido. Dijo también que estaban buscando los cadáveres.

La comparecencia del presidente del CNT desató las alarmas, porque no tenía ni pies ni cabeza. ¿Cómo se sabía que Yunis y sus compañeros habían muerto si no tenían los cuerpos? ¿Cómo un fantasmagórico comando gadafista podría interceptar una comitiva oficial escoltada? La ira se adueñó de algunos seguidores de Yunis, que dispararon contra el hotel donde se celebraba la conferencia de prensa y clamaron venganza.

¿Contra quién? Es de sobra conocida la enemistad entre Yunis y el general Jalifa Heftar, héroe de la guerra del Chad y luego exiliado, que pugnó en balde por dirigir las fuerzas rebeldes. Pero los colaboradores más directos de Yunis señalan a la Brigada 17 de Febrero, un grupo paramilitar fuertemente armado, dirigido por un ingeniero, Fauzi Bukatef, cuya autonomía y sus abusos han provocado más de un quebradero de cabeza al CNT. Un guardaespaldas de Yunis asegura que su jefe fue detenido por ese cuerpo. Ayer, la base militar de Brigada había sido desalojada. Un oficial de ese cuerpo aseguraba a la agencia Efe que Yunis había sido interrogado porque "estaban bastante seguros de que trabajaba para Gadafi".

Este viernes, en el funeral, la familia de Yunis cerró filas con el CNT. Su actitud fue recibida con alivio por el Gobierno rebelde, porque la tribu de Yunis, los Obeidi, es la más importante del este de Libia. Lo que no está claro es que los miles de hombres leales al general se vayan a quedar de brazos cruzados.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/asesinato/general/yunis/agrava/division/rebeldes/libios/elpepuint/20110729elpepuint_6/tes

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SAMI NAÏR

El loco de Oslo SAMI NAÏR 30/07/2011

El odio extravía; mata cuando cae en manos de individuos psíquicamente perturbados, como es el caso de la horrible masacre ocurrida en Noruega. Otrora afiliado al partido de extrema derecha curiosamente llamado "Partido del Progreso", el asesino es hoy condenado por ese mismo partido. ¿Pero es ello suficiente para disculpar a la ideología que ha hecho posible un acto semejante? No pasa ni un día sin que en alguna parte de esta Europa que da en todas partes lecciones de derechos humanos al mundo asistamos a agresiones, ataques, persecuciones contra los extranjeros, los "no comunitarios", aquellos cuya presencia, por una razón u otra, parece ilegítima a ojos de poblaciones europeas cada vez más desestabilizadas por la terrible crisis económica y social actual. El aumento de una extrema derecha racista, xenófoba, cada vez más decidida a utilizar la violencia para hacer prevalecer su ideología, se ha vuelto una realidad en Europa. Eco espeluznante, en verdad, de los años treinta del siglo XX. Y sabemos cómo acabó aquello. Creíamos que aquella extrema derecha había desaparecido para siempre después de la II Guerra Mundial; la vimos sin embargo reaparecer a partir de los años ochenta, primero en Francia, luego, poco a poco, en todas partes de Europa. La crisis económica, que hace estragos desde la puesta en marcha de la construcción liberal de Europa, es la razón principal, de fondo, del aumento de esa extrema derecha. Unas sociedades que estaban acostumbradas a asegurar el empleo y la estabilidad profesional a las más amplias capas de la población se han visto desarmadas ante los estragos del liberalismo económico defendido tanto por la derecha como por la izquierda social-liberal en Europa. La crisis de confianza ideológica que derivó de él condujo a las clases populares a alejarse de los partidos tradicionales. En Francia, en Italia, en Bélgica, en Holanda, en todos los países del norte de Europa han visto así grupúsculos minoritarios de extrema derecha recuperar a esas capas y transformarse en partidos electoralmente decisivos. Su apoyo, directo o indirecto, se convierte cada vez más en una condición de gobernabilidad de las democracias.

Los partidos tradicionales, en vez de oponerse frontalmente a esos partidos extremistas, de declararles la guerra ideológica, de combatirlos con unas políticas sociales integradoras, se inclinan en realidad ante ellos; condenan moralmente los actos y palabras de la extrema derecha, pero no hacen nada para luchar contra las causas profundas del "malestar europeo" que beneficia a esa extrema derecha. La cruda verdad es que derecha e izquierda son responsables del paso del "bienestar social" al malestar identitario. Esos partidos han aceptado como una evidencia natural el liberalismo económico, se han convertido en sus vectores dóciles. La extrema derecha ha dado la vuelta a esta situación social en el tema identitario, en el de los valores, en el de la raza y la nación. Y ni la derecha conservadora ni la izquierda liberal pueden responder a este cambio ideológico, porque no quieren comprender que la causa reside en la inseguridad social y profesional, y la pauperización provocadas por las políticas económicas que ellas defienden. La señora Merkel acusa al "multiculturalismo" de querer desestabilizar las identidades nacionales, cuando es la desestabilización social, económica, profesional, promovida por el Gobierno que ella dirige, la que provoca los choques identitarios y culturales entre los distintos grupos sociales. Transformamos a conciencia

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unos problemas sociales en problemas identitarios, de la misma manera que en ciertos países musulmanes se explica el desempleo por el no respeto a los versículos del Corán. Estas son las manipulaciones que preparan el terreno para el extremismo ideológico.

No saldremos de esta crisis con votos piadosos o simplemente apelando a los valores morales. Hay que combatir ideológicamente a la extrema derecha en todas partes, convertir en penalmente condenable la xenofobia, el racismo, el antisemitismo, pero también hay que acabar con esa economía basada en la lucha de todos contra todos, en el desempleo, en la destrucción del interés general. El jefe del Gobierno noruego ha respondido a ese ataque monstruoso reclamando más tolerancia, más libertad, más solidaridad. Tiene razón. ¡Pero que desconfíe! Convertiremos la tolerancia, la libertad, la solidaridad, en evidentes para todo el mundo cuando hayamos reinstaurado una sociedad del empleo, de la seguridad profesional, de la identidad común para todos. El acto del loco de Oslo no es un accidente aislado. Es posible que sea la señal anunciadora de tiempos turbulentos por venir.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/loco/oslo/elpepiint/20110730elpepiint_9/tes

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EUROPA VISTA DESDE FUERA ORIENTE MEDIO

Europa ya tiene un rol que jugar 28 julio 2011 AL HAYAT LONDRES

Haddad

Actriz secundaria desde hace tiempo en el mundo árabe, la UE podría constituir una fuerza constructiva entre unos Estados Unidos y una Rusia que no están a la altura de los cambios radicales en la región, como se expone en una crónica de Al-Hayat. Raghida Dergham El menguante interés de los estadounidenses por los asuntos internacionales y la vuelta de los rusos hacia una mentalidad soviética brindan una oportunidad a los europeos para que desempeñen una función de primer nivel en el ámbito internacional. Oriente Próximo, el Golfo y África del Norte se encuentran geográficamente cerca de Europa y ésta posee en estas zonas numerosos intereses económicos y estratégicos.

En los últimos decenios, Europa ha ido retrocediendo y ha quedado reducida a una especie de satélite, como en la época de la bipolaridad estadounidense-soviética de la Guerra Fría. Y todo ello a pesar de los vínculos históricos entre Europa y el mundo árabe. Tras los cambios producidos en la región, se ha dado un nuevo giro desde comienzos de año. Pero la crisis del euro ha encadenado a la Unión Europea y ha obligado a muchos países miembros a replegarse sobre sí mismos. Por ello, la idea de un plan Marshall para garantizar el éxito de la transición en Túnez y en Egipto se ha quedado en una promesa, ante la ausencia de medidas concretas.

Europa sigue interesándose tanto por los sucesos acontecidos en Liba, en Siria, en Yemen, en Bahrein, en Irán y en el Líbano, como en el conflicto israelí-palestino. Cada vez que los estadounidenses se han mostrado impasibles con respecto a Libia o Siria, han sido los europeos los que les han instado a que no se limiten a preocuparse por sus asuntos internos ni a tener pegada la vista en los resultados de las próximas elecciones.

Europa tiene que terminar con su tolerancia hacia Rusia

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Cuando la administración de Barack Obama cometió un error que pagará bien caro, la representante de Asuntos Exteriores de la UE, Catherine Ashton, tomó las riendas y logró impedir una declaración extremadamente peligrosa del Cuarteto para Oriente Próximo [integrado por la ONU, Estados Unidos, la UE y Rusia].*

Europa también es importante con respecto a los rusos, que actúan como protectores de los regímenes de Trípoli, Damasco y Teherán en el Consejo de Seguridad de la ONU, con un desprecio total por las reivindicaciones de los pueblos. En cuanto a China, copia a Moscú en esta política de obstrucción que los soviéticos practicaban ya en la época del marxismo, haciendo planear la amenaza del veto.

La importancia de Europa reside en el hecho de que impide a los rusos que se abandonen a esta táctica de obstrucción sin explicaciones, seguros de poseer el arma del derecho de veto y dando prioridad sin escrúpulos a sus intereses nacionales por encima de la responsabilidad que recae en los miembros permanentes del Consejo de Seguridad: mantener la paz y la seguridad internacionales. Ante los rusos, Europa puede llenar este vacío, o bien coordinarse con Estados Unidos para apoyar a las incipientes democracias del mundo árabe.

La UE, un mero proveedor de fondos No se trata en absoluto de decir que los europeos pueden sustituir a los estadounidenses en el ámbito internacional, ni que Obama puede contar con Europa para ahorrarse la necesaria reorganización de las relaciones entre Washington y sus principales aliados.

Actualmente es posible que nos encontremos ante dos bandos. El primero defiende el acercamiento entre la Liga Árabe por un lado y Rusia y China por otro, con el fin de defender a los regímenes ante el riesgo de tener que rendir cuentas por la represión de sus pueblos. El segundo lo dirige a nivel regional Turquía, con el apoyo de la UE y Estados Unidos.

Las organizaciones defensoras de los derechos humanos, tanto internacionales como locales, se encuentran presentes y actúan en Siria, Libia, Egipto, Túnez, Yemen, Palestina e Israel. Su aliado natural es la UE. Ésta tiene una eminente función que desempeñar en este periodo de repliegue estadounidense, de crispación rusa y de tendencias reaccionarias como las que se observan en la Liga Árabe. Catherine Ashton no es sólo capaz sino también digna de resaltar la función de la UE para que sirva a las aspiraciones democráticas y para que Europa ocupe un lugar en el mapa del mundo como potencia y como socio, en lugar de ser únicamente el proveedor de fondos que políticamente se queda a remolque de los demás.

* El artículo hace referencia a un proyecto de declaración en el que se designaba a Israel como "Estado judío", algo que rechazan los palestinos

http://www.presseurop.eu/es/content/article/810551-europa-ya-tiene-un-rol-que-jugar

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EUROPA Y EL MUNDO LIBIA

¿Qué hacemos con Gadafi? 28 julio 2011 THE INDEPENDENT LONDRES

Una pareja junto a un muro representando al líder libio Muammar Gadafi en Bengasi,en junio de 2011.

AFP

Tras cuatro meses de operaciones militares contra el coronel Gadafi, los Gobiernos británico y francés siguen buscando una política coherente con respecto a Libia. Pero, como escribe un columnista británico, la culpa la tienen sólo ellos. Adrian Hamilton El martes, William Hague siguió al ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, (literalmente, ya que compartieron el mismo estrado en París) al aceptar la posibilidad de que Gadafi y su familia permanecieran en Libia, después de que los dos insistieran durante meses en que debía marcharse. Ayer, Hague volvió a anunciar después de Francia que Gran Bretaña reconocería a la oposición libia y expulsaría de Londres a los diplomáticos que representen al antiguo régimen de Gadafi.

Esta es la peor de las políticas de gestos. Lo que se pretende demostrar con ello es que, aunque Reino Unido ahora reconoce que puede que no sea capaz de deshacerse personalmente de Gadafi, sigue adelante con su intención de apoyar el cambio de régimen. En realidad es simplemente un reconocimiento de los hechos sobre el terreno.

Apoyamos a la oposición con nuestras fuerzas aéreas con el convencimiento de que cambiaría el equilibrio militar y permitiría a la oposición ganar la guerra. Pero no fue así. En lugar de ello, se llegó a un punto muerto que podría durar perfectamente todo el verano. Declarar ahora que Gadafi puede quedarse siempre que renuncie al poder es como escupir al viento. La realidad es que el líder libio no renunciará al poder mientras crea que tiene la capacidad militar para mantenerlo al menos en parte de Libia. Y parece tenerla.

Occidente no debe gritar, sino observar A largo plazo, sólo se le podrá obligar a salir mediante presión económica y con la pérdida de ingresos por el petróleo. Pero a corto plazo, la mejor política que puede adoptar Occidente no consiste en gritar lo que puede y no puede hacer, sino en conseguir que la oposición declare un alto al fuego y que comiencen las conversaciones entre ambas partes, tanto bajo los auspicios de la ONU como de la Unión Africana.

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El problema de los políticos occidentales y de todos los políticos en general es el de "la propiedad". Si se les plantea una cuestión que puede aportarles ventajas, como la Primavera Árabe, quieren reclamar parte del asunto. Si se les presenta una situación que se ha complicado, como la de Yemen o el de Bahrein, se distanciarán del ella al máximo.

Pero la Primavera Árabe no es algo que se pueda "poseer" de este modo. Sería ideal que los movimientos sociales como los levantamientos en Oriente Próximo pudieran desarrollarse pacíficamente, en un entorno de armonía y luz. Pero en última instancia se trata de una cuestión de poder condicionada por todo tipo de factores, en su mayoría locales. La intervención occidental no puede funcionar a menos que actúe de lleno e invada un país y entonces nos encontramos con todos los problemas que hemos visto en Irak y Afganistán. Por ello, la mejor política de Occidente es la observación discreta.

Un renacimiento económico del Sur Es no significa que tengamos que sentarnos y no hacer nada. Pero las mejores armas y alicientes a nuestro alcance son de tipo económico. Reconocer al Consejo Nacional de Transición como auténtico Gobierno no servirá de mucho. Al final, serán los libios los que tengan que fraguarse por sí solos un destino político. Pero al menos podemos brindarles un futuro en el que la ayuda económica, los mercados abiertos y la libertad de movimiento les ofrezcan una mejor vida que la que han sufrido en los años de poder autocrático y de corrupción.

Las fronteras abiertas y la inmigración son por supuesto lo último que están dispuestos a aceptar los políticos europeos. Tampoco se muestran dispuestos a ofrecerles mucho en lo relativo al acceso al mercado o a ayudas económicas directas en esta época de austeridad.

Pero demos un paso atrás y reflexionemos. La Primavera Árabe podría ser lo mejor que le ha ocurrido a Europa en una generación, al plantear una oportunidad no sólo de una nueva política para todo el Mediterráneo sino también de un renacimiento económico que incluiría al sur de Europa y al norte de África. Ha llegado la hora de dar una respuesta firme y de dejar de poner objeciones sobre el futuro del coronel Gadafi, por muy desagradable que pueda resultar este hombre.

BULGARIA 'Putsch' en la embajada de Libia El antiguo cónsul de Libia en Bulgaria, Ibrahim al-Furis, apoyado por un grupo de compatriotas, asaltó el pasado 25 de julio la embajada de su país en Sofía. Proclamándose representante del Consejo Nacional de Transición (CNT), despidió al personal de la legación y encerró al embajador. Ese mismo día, el Gobierno búlgaro había declarado persona non grata a Al-Furis, conminándole a abandonar el país en 24 horas, pero no se ha establecido un vínculo con la tentativa de asalto.

En Bengasi, el CNT declaró que no reconoce a Al-Furis como su representante diplomático. Bulgaria ha decidido suspender las relaciones diplomáticas con la embajada de Libia hasta que la situación se aclare. Ibrahim Al-Furis, por su parte, se niega a abandonar el país y “permanece en el edificio – un diplomático que no representa a nadie, en una embajada sin relaciones diplomáticas, con agentes de policía en la puerta”, comenta Kapital. http://www.presseurop.eu/es/content/article/810391-que-hacemos-con-gadafi

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ft.com comment Analysis July 28, 2011 8:16 pm

Eight lessons of the Arab spring By Roula Khalaf

Bahraini Shia demonstrate against their Sunni rulers Discussing an expected surge in pro-democracy protests during Ramadan, one Syrian activist declares trenchantly: “Every day will be a Friday.”

As the Muslim month of fasting gets under way next week, the young protesters waging the battle to destroy the autocratic Arab order – who have become accustomed to staging their biggest demonstrations on Fridays – are gearing up for an escalation. Their aim: to break the will of the regimes that are fighting back the revolutionary spirit.

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ON THIS TOPIC The pitfalls of throwing money at Arab unrest Fears as Tunisia’s old guard regroups Opinion You’ve ousted an Arab autocrat. Now what? Avignon’s precarious progress amid cuts

More than six months after Zine al-Abidine Ben Ali, Tunisia’s long-ruling president, fled to Saudi Arabia, unleashing the “Arab spring”, the region has been transformed. Most dramatically – and crucially – the region’s largest nation, Egypt, swept aside its leader of 30 years with extraordinary speed. Ousted as president in February, Hosni Mubarak is to go on trial as early as next week over the killing of some 850 demonstrators.

Tens of millions have been emancipated in a matter of months, says Abdulkhaleq Abdulla, a professor at Emirates University in Dubai. “That’s a huge gain for the Arabs and the positive energy unleashed is incredible for the Arab world,” he says.

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Yet, as observers lament that spring has turned into a long hot summer, the price of dismantling decades of autocratic rule is proving enormously high. Other young Arabs who have sought to emulate their brethren in north Africa have found themselves locked in much longer, bloodier fights with the ruling establishments.

Bahrain’s revolt was all but crushed by force, Libya and Yemen are stuck in a stubborn stalemate and Syria’s regime is on a relentless military campaign to put down the protest movement. Thousands of lives have already been lost; more could die before the year’s end.

The political transitions in both Egypt and Tunisia are, moreover, proving messy, with popular expectations far exceeding what transitional governments can deliver, particularly when it comes to economic benefits.

Yet the awakening of Arab youth – perhaps a more appropriate description of the momentous change in the region – is undoubtedly a powerful new force and its ability to bring about a more democratic future will be profound.

From Cairo to Manama, young people say that the days when their aspirations are ignored and their future is decided by rulers they never chose are gone for ever. They speak of their willingness to sacrifice, of the new-found power of peaceful civil action as more potent than the resort to weapons, and of their use of the media and the internet to bolster their cause.

But the youth movements’ battle will be measured in years, not months. It is bound to be uneven, with advances and setbacks, moments of exhilaration and periods of frustration. Libya’s protesters quickly took up arms, turning into rebels, and a similar evolution could be imposing itself in Syria.

Are the outcomes assured? Certainly not. Nor will every attempt at change proceed in a predictable fashion – some new democracies will emerge, some states may collapse while others suffer long-term violence or civil war on the way towards a transition. “Arabs are paying a high price for freedom – but throughout history, freedom doesn’t come at no expense,” says Prof Abdulla.

As a new Arab order emerges, what are the patterns that have emerged and the conclusions that can already be drawn? Below, a look at eight distinctive aspects.

Young and fearless The thread that runs through all the rebellions in the region is that they have been driven by nascent and often disorganised youth movements, with traditional political groups – whether Islamist or secular – jumping on the bandwagon.

A February vigil in Cairo's Tahrir Square

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But while in some cases economic frustrations have driven the outcry – most notably in Tunisia where the lack of jobs for the youth was the first slogan raised, and in Syria where the uprising is being seen as the revenge of the provinces long ignored by the regime in Damascus – political demands for freedom and democracy and a clamour for accountable government have been dominant.

Youth movements have advantages: they comprise people on their first political adventure and who therefore are difficult for the security services to track. They are technologically savvy and media-aware.

But they are also more uncompromising than politicians. Once uprisings gather momentum, attempts to douse them with economic hand-outs and promises or changes in the faces of those in government are futile, with demands becoming ever more entrenched.

The end of republican dynasties Arab rulers most forcefully challenged have been those who were the greediest for power, concentrating decision-making in the hands of their own families and hoping to extend their rule through their children. From the Ben Ali family of Tunisia to the Mubaraks of Egypt, from Libya’s Gaddafi clan to Yemen’s Salehs and Syria’s Assads, the youth revolts have targeted long-resented monopoly rule.

Anger centred on Hosni Mubarak and his family This family power extended into business, deepening the alienation of the middle class but also losing support for leaders among the elite. Former regime officials in Egypt now argue that it was Gamal Mubarak, the leader’s son, and his mother Suzanne who were responsible for the demise of the president. It was they who argued incessantly for Gamal to assume a greater political role in the ruling party, marginalising other political forces, and helped to stage a rigged parliamentary election last year that infuriated other political forces.

One former Egyptian regime insider says the irony is that Hosni Mubarak himself was never convinced that his ambitious son should succeed him as president, yet could not stand in his way.

The army steps in However passionate and resolute the youth movements have been, those who have swept aside rulers achieved their objective with the help of the military establishment.

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Yemen's military has been suffering defections The army’s refusal to fire on protesters sealed the fate of the Tunisian and Egyptian presidents. Divisions in the military, with parts of it remaining loyal to existing leaders in Yemen and Libya, have meanwhile prolonged regimes’ political lives. In Syria, military and security agencies are led by officers from the minority Alawite community to which the ruling Assad family belongs, and they have so far remained loyally engaged in the repression of the five-month uprising.

The involvement of the military is, however, a double-edged sword. A source of stability during a transition, not least because it protects a state from collapse, the military is also an integral part of the old regime and could develop a taste for power.

The military council now ruling Egypt shows every sign it wants to return to the barracks. But the way it is handling the transition frustrates parts of the youth movement, which have turned against it.

Beware of sectarianism The most dangerous development in the Arab world’s transformation has been the exacerbation of sectarian tensions.

The downfall of the Tunisian and the Egyptian regimes was helped by the fact that those societies are largely homogenous.

In contrast, minority regimes – the Alawites in Syria and the Sunni ruling al-Khalifa family in Bahrain – have been able to exploit sectarian fears, with segments of the population backing repression out of fear of civil war.

Pro-democracy activists complain that talk of sectarianism is exaggerated. But there is no doubt that the Sunni minority in Bahrain has turned more fiercely against the Shia majority who rose against the ruling family and today is even less willing than before to address long-held Shia complaints of discrimination.

In Syria, the army is dominated by top Alawite officers who have so far seen their fate as closely tied to the survival of the Assad family. So have the minority Christians who fear a backlash from the largely conservative Sunni majority.

The Islamists’ moment As the most organised opposition forces during autocratic rule, Islamist parties are big beneficiaries of a political opening. Though they do not constitute a majority of the electorate, their advantage lies in heightening the polarisation in societies where Islamists were long held up as a menace.

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The Muslim Brotherhood long led opposition in Egypt

Both the long-exiled Nahda of Tunisia and Egypt’s Muslim Brotherhood are preparing for elections with more confidence than liberal parties, many of which are only now being formed. Some pragmatic liberal politicians as well as western diplomats in the region argue that transitions must be judged over a five-year horizon, however, not in the context of the first elections, and say Islamists will face greater competition as the democratic process evolves.

Islamist parties themselves are going through turmoil, with splits and challenges to the leadership emerging from the younger guard. But in Cairo, Abdulmoneim Abulfutuh, a reformist leader in the Muslim Brotherhood, says the Islamists’ very integration into the political system will drive moderation as society imposes more progressive views on them.

Monarchies strike back Monarchies are not immune to youth uprisings, as evidenced by protests in Oman and the revolt of the Shia in Bahrain. Broadly, however, royal families have proved more resilient than republics, partly because they enjoy a certain level of legitimacy.

Portraits of the king on display in Rabat protests In the monarchies of the oil-rich Gulf, vast financial resources have helped stem the tide of disenchantment by spreading the wealth, with Saudi Arabia unveiling more than $100bn in social spending.

A crucial advantage for monarchies is that power is diffused, argues Robert Danin at the US-based Council on Foreign Relations, noting that Jordan’s King Abdullah sacked his prime minister and Oman’s Sultan Qaboos dismissed his ministers soon after crowds took to the streets. “In contrast, power is so highly centralised in many of the republics that the state and the leader have become synonymous,” he says.

In Morocco, the diffusion of power has allowed King Mohammed to announce reforms that strengthen the elected parliament, a move that the youth movement deems insufficient. But politicians say it could yet show the way towards peaceful transitions.

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A shifting regional order The forces of counter-revolution have been in action as Arab leaders have faced an unprecedented popular challenge, with Saudi Arabia standing out as the most eager to protect the old order.

Saudi forces crossing into Bahrain to quell unrest

Infuriated by the humiliating removal of Hosni Mubarak in Cairo, it acted quickly to bolster the Bahraini royal family, sending troops to Manama as part of a Gulf Co-operation Council force.

Riyadh also worked hard (though unsuccessfully) for a transition in Yemen that would provide for Ali Abdullah Saleh to step down. Its wish is for a smoother and more acceptable transfer of power than what is taking place in Egypt. Mr Saleh has been in Saudi Arabia receiving medical treatment for injuries he suffered in an unexplained explosion at the presidential palace.

Although the Saudi autocracy has comfortably co-existed with more democratic systems close by – Kuwait is the prime example – it is generally unsettled by any hint of instability around it. It worries about the impact of the uprisings on its own population and on the regional balance of power.

With Mr Mubarak gone, Egypt could emerge with a more independent-minded foreign policy, less in line with Saudi Arabia’s strong stance against Iran. In what was seen as an attempt to draw a line under the Arab uprisings and help boost the resilience of important allies, Saudi Arabia backed a GCC plan to invite Jordan and Morocco in as members, in effect making the organisation a protective club of Arab monarchies.

Syrian loyalists carry a 2,300m national flag

In terms of shifting dynamics, the Arab uprisings have also left Israel perturbed. They have thrown the (already dim) prospects for peace with Palestinians into uncharted territory and forced the Jewish state to take account of the sentiment of Arab masses rather than rely on the accommodating attitude of leaders.

For all countries in the region it is the turmoil in Syria, Iran’s closest ally in the Arab world, that could have the most significant ramifications. A collapse of the regime of

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Bashar al-Assad, who inherited the presidency from his late father Hafez, would deal a devastating blow to Tehran’s regional ambitions. Assuming a stable alternative emerges, that could play to the advantage of Saudi Arabia, Iran’s main foe.

The west must wait With heightened instability in the Middle East and the shape of a new Arab order still in the making, western powers are scrambling to adjust policies and strike a balance between supporting democracy movements and backing their traditional allies in government.

Outrage at Muammer Gaddafi’s attacks against Libyan towns rising up against him drove an international coalition into a reluctant and now stalled military intervention that is not likely to be repeated elsewhere.

Graffiti mock Muammer Gaddafi in rebel-held Benghazi

While pro-democracy activists argue that the US and its European allies should be more forceful in their discourse and their pressure on regimes harsher, no one is calling for active intervention, acknowledging instead that Arabs themselves, rather than the west, must be the drivers of change. Indeed, as the west pledges to help the transitions in Egypt and Tunisia with economic assistance, there is a recognition that the outside world has limited influence over the turn of events in the Arab world.

As one US official says: “On the edges we can help those who want to move to genuine democracy, but we cannot be decisive.”

http://www.ft.com/intl/cms/s/0/51b37e5e-b94b-11e0-b6bb-00144feabdc0.html#axzz1TUZJQAce

Foreign Policy • Middle East • World

Anne-Marie Slaughter July 28, 2011

It’s time to compromise to protect Libya’s people It is time for real compromise in Libya. The principal reason to support the intervention in the first place was to protect the people of Libya. Decisive action aligned the west with popular movements sweeping the Middle East and north Africa — a goal justified by both ideals and interests. For the same reasons, stopping the fighting now is more

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important than an opposition victory on the current terms advocated by the National Transitional Council in Benghazi.

Some conditions remain non-negotiable. Muammer Gaddafi must step down. If he remains inside Libya, it must be in a place and on terms that prevent him from maintaining a personal power base. The fighting must stop and both sides must pull out of population centres. But everything else should be on the table.

Remember how the intervention began. The only ground on which the Arab world and then the United Nations could agree on the use of force was the protection of Libyan civilians. Security Council resolution 1973, which authorised the no-fly zone and other measures, listed a long set of humanitarian concerns and justifications, beginning with “the responsibility of the Libyan authorities to protect the Libyan population”, and noting the perpetration of gross and systematic human rights violations and possible crimes against humanity. On April 14 Nato and its partners announced that they would continue “a high operational tempo against legitimate targets” (ie, intensive bombing) until Col Gaddafi ended attacks and threats of attacks against civilians and civilian-populated areas, verifiably withdrew all his forces to bases, and permitted humanitarian access to all Libyans who need help.

Those are genuine humanitarian conditions, but de facto they would require Col Gaddafi to give up all the military gains he has made against opposition forces by pulling out of all the cities that are currently contested. He has no incentive to give up the fruits of his military victories except in return for an acceptable political agreement with the opposition.

Here is where the views of leading coalition members come into play. The US, Britain and France appear to have political red lines of their own, most notably the non-participation of any Gaddafi family members in some kind of transitional governing arrangement. Since Col Gaddafi himself has refused any suggestion that does not include the face-saving formula of allowing him to transition at least some power to one of his sons, real progress is stymied until Col Gaddafi is killed either by a bomb or one of his own associates. Yet none of his family members have any incentive to advocate compromise, as his fate and theirs are tied.

I fully understand why the idea of any member of the Gaddafi family continuing to hold power of any kind is so repugnant. I in no way accept a moral equivalence between the two sides; Col Gaddafi’s abuse of his own people extends back nearly a half century. I was an early and vocal supporter of the UN intervention in Libya precisely because I foresaw that Col Gaddafi’s ruthlessness and disregard for the lives and prospects of his citizens imperiled a city of 700,000 people. I also share the genuine commitment of many in the NTC to create a liberal democratic Libya that protects and empowers all Libyans.

Yet it is time to rethink, because the longer the fighting continues, the longer it is likely to continue. This is counter-intuitive; both sides assume that each is wearing the other down and thus “victory” is just a matter of weeks or months. But in a conflict like this one, where for various reasons neither side has the ability to deliver a decisive blow, the fighting itself creates a cycle of radicalisation and entrenchment that makes it progressively harder rather than easier to reach a settlement.

At the outset, I and many others saw the conflict not as a civil war but as an uprising of the Libyan people against their government. I continue to think that widespread

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opposition to Gaddafi exists in Tripoli and across Western Libya. But opposition to Gaddafi has not translated into mass uprising or manifest support for the Benghazi forces, in no small part because the more family members lose loved ones, suffer prolonged privation and life disruption, and are victims of the kinds of human rights abuses that reporters and non-government organisation observers are beginning to document on the part of opposition forces, the more reason they have to believe Col Gaddafi’s propaganda and conclude that the devil they know is better than the devil they don’t.

The more sacrifices individual fighters make for their cause the more they hate and harden their positions, on the grounds that only a complete victory can justify the mounting costs of the struggle. The longer the fighting continues, the more opposition members will have blood on their hands as well. Moreover, the destruction of ongoing warfare undermines the economic and social preconditions for any meaningful political order in Libya over the coming years.

Meanwhile, the human costs to the Libyan people that Nato seeks to protect mount daily. In battle zones, widespread death and rape, with the attendant destruction of families and the all-too-human desire for revenge. The destruction of vital infrastructure necessary for economic activity, from oil production to ordinary small business. The flooding of the country as a whole with arms, which will spur further conflicts and raise the overall levels of violence in communities across the country. The continued shortages of food, medicine, power and other basic necessities of life, the disruption of education, business, travel, and interaction with the outside world. The deepening of tribal divisions and ancient enmities across the country.

All this will make it much harder to rebuild a Libya with a government that actually serves rather than oppresses its people: the ultimate goal not just in Tripoli, but across north Africa and the Middle East. We have seen such a political tragedy unfold many times before, in Iraq, Afghanistan, Somalia and the Democratic Republic of Congo. The relative success stories, such as East Timor and Kosovo, are ones where the fighting ended quickly once the basic objective had been achieved. It is time to explore all possible avenues to add Libya to that list.

The writer is the Bert G. Kerstetter ’66 University Professor of Politics and International Affairs at Princeton University and former director of policy planning for the US state department

Response by Shashank Joshi Moral superiority does not ensure military victory Humanitarian intervention seems to afflict different ends of the political spectrum with different pathologies. For swathes of the right, humanitarian intervention can never be sound strategy; for the left, never humanitarian. But the onset of war reveals a new type: the pure interventionist, convinced that the righteousness of the cause entails the imminence of victory and the impossibility of compromise.

Regarding Libya, this cognitive dissonance is widespread.

Many remain unable to understand that moral and military superiority do not overlap. But in the absence of overwhelming strength, obstinacy is a recipe for a prolonged war that could poison the fruits of eventual victory (and some manner of victory is near-certain, given the progressive withering of every supply line into Tripoli). As Anne-

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Marie Slaughter astutely notes, it is difficult to understand the enduring effects of war on the people until political institutions and social relations stand in tatters at the end.

Many draw false analogies from Nato’s war for Kosovo, a campaign in which limited means were commensurate with limited objectives, falling well short of regime change.

More still are unwilling or unable to distinguish between Gaddafi’s departure comprising a necessary outcome, as opposed to a precondition, of negotiations. The result has been the demonisation of those, like Slaughter, who favour a negotiated rather than a purely military solution.

This reflects a sharp paradox. The moralisation of foreign policy is the sine qua non of liberal intervention, but in furnishing the ideological basis of such wars it renders a settlement all the harder – whether the Taliban or the Gaddafi regime, engaging with evil is a hard sell.

Effective strategy however, requires more than sticks; it requires handing carrots to those who are manifestly undeserving. The international coalition is entitled to have different objectives to those of the Libyan opposition without thereby abandoning their cause or betraying their trust. Indeed, the rebels’ proximity to the war, and the sacrifices they have made in an obviously noble cause, may all the more cloud their own assessments of the war’s likely course.

British leaders, repeating overconfident projections for months now, and obscuring to parliament and people the full costs of the operation, are in danger of discrediting the vitally important concept of humanitarian intervention in the long-term. That would be a shame, for it is an instrument of foreign policy which will inevitably be required in the years ahead when the next democratic wave hits the rocks.

The writer is an associate fellow at the Royal United Services Institute

http://blogs.ft.com/the-a-list/2011/07/28/compromise-must-be-reached-to-end-libya-conflict/#axzz1TUdeaJln

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07/27/2011 06:24 PM

After Norway

EU Declares Fight Against Right-Wing Extremism The European Union has pledged to address far-right extremism following the deadly attacks in Norway motivated by hatred of Muslims. While a number of populist groups initially spoke out against such violence, two right-wing leaders have since defended part of the ideology behind the massacre. Following the horrific attacks that left 76 dead in Norway last week, many European leaders have been asking questions about the dangers of right-wing radicalization in the region. In recent years European Union member countries have seen growing support for right-wing populist groups -- but the attacks confessed to by Anders Behring Breivik took their anti-Islam, xenophobic ideology to an entirely new and deadly level.

DER SPIEGEL

Graphic: Europe's Right Turn -- brown indicates presence of a right-wing populist party in parliament

In hopes of preventing similar events, this week both European Union interior ministers and the European law enforcement agency Europol pledged to review the dangers posed by far-right extremists within the 27 member states. The topic of radicalization has been

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tacked on to the agenda for the late September meeting of the Justice and Home Affairs Council, to which non-EU member Norway has now also been invited. Meanwhile, an EU anti-radicalization network already set in motion last year is set to take up its work earlier in the same month.

In a blog entry announcing the new measures on Monday, European Commissioner for Home Affairs Cecilia Malmström referred to Breivik's 1,500-page online manifesto, saying that while it was clearly written by a disturbed individual, some of his sentiments were not uncommon to contemporary European political discourse.

"I have many times expressed my concern over xenophobic parties who build their unfortunately quite successful rhetoric on negative opinions on Islam and other so-called threats against society," she wrote. "This creates a very negative environment, and sadly there are too few leaders today who stand up for diversity and for the importance of having open, democratic and tolerant societies where everybody is welcome."

Atmosphere of Intolerance On Wednesday, the leader of Germany's center-left Social Democratic Party (SPD), Sigmar Gabriel, said that precisely this atmosphere of intolerance had abetted the attacks in Oslo and on the island of Utøya.

"In a society where anti-Islam and the discrimination of others has become acceptable again, and in which the middle class applauds the likes of (controversial author) Thilo Sarrazin, there will naturally be lunatics on the fringes of society who feel legitimized in taking stronger action," Gabriel told the German news agency DPA.

The result of the mainstream nationalist sentiment has been a retreat from the idea of a united Europe, Gabriel alleged. "We need exactly the opposite right now," he added.

Meanwhile, conservative German Interior Minister Hans-Peter Friedrich warned against the dangers of an increasingly violent far-right community in his country. In an interview with daily Rheinische Post on Wednesday, Friedrich said that while the number of members in right-wing extremist groups was declining, the concentration of those willing to commit violent acts for their beliefs had swelled.

A group he referred to as "nationalistic anarchists," who have modeled themselves after leftist anarchists, are of particular concern, the interior minister said. An attack such as those carried out by Breivik last week in Norway could also not be ruled out in Germany, he told the paper, adding that this was also true for left-wing and Islamist extremists.

"Among the right-wing extremists, we are aware of a few potential threats," Friedrich said. "But the problem isn't those we have in our sights, but rather those who are radicalizing underground."

Far-Right Points to Growing Frustrations As if to confirm such fears, members of both a British right-wing group and an increasingly populist Italian party bucked the initial trend of rejecting Breivik's ideology, expressed their understanding for certain sentiments. Stephen Lennon, leader of the English Defense League, a far-right British group to which Breivik has claimed ties, said the attacks proved the desperation of those with populist leanings in Europe.

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"It's a ticking time bomb," he told news agency AP. "If they don't give that frustration and anger a platform as such -- and a way of getting emotion out in a democratic way -- it will create monsters like this lunatic."

A member of Italy's Northern League Party, the populist junior partner in Prime Minister Silvio Berlusconi's government, went as far as praising some of Breivik's ideas. In an interview with an Italian radio station, Mario Borghezio, a member of the European Parliament with the party, said: "Some of the ideas he expressed are good -- barring the violence -- some of them are great."

Attack Sparks EU-Wide Debate Comments like those, along with the general debate about far-right influence had a number of other European nations reflecting on their own relationships with such groups.

Media in Russia seized on Breivik's suggestion that Europe was being overrun by Islam, with tabloid Komsomolskaza Pravda saying his ideas paralleled neo-Nazi ideology popular in their own country. "Breivik fulfilled the secret wishes of some of his Russian followers," the paper wrote.

The ideological basis of the Norway attacks was also the subject of debate in Austria, where the populist Freedom Party (FPÖ) is being accused of going too far with anti-Islamic campaign materials. "If incitement goes on long enough, then one will find people who are willing to take action," Thomas Schmidinger, a political scientist at the University of Vienna, said of the party. FPÖ leader Heinz-Christian Strache has said that attempts to politicize such a shocking crime were incomprehensible to him.

In the Netherlands, debate focused on the right-wing Party for Freedom (PVV), led by the divisive Geert Wilders. While Wilders condemned the attacks and called Breivik a madman, he also refused any potential blame after it became clear that his anti-Islam speeches had been quoted in Breivik's manifesto.

In Poland, the daily Gazeta Wyborcza called the massacre a "warning to right-wing extremist parties" such as Wilders' PVV or Finland's True Finns. Meanwhile, the Polish Left party called on Warsaw to strengthen its fight against right-wing extremist websites in the country.

France's National Front party, known for its nationalistic, far-right policies, has also shifted into the spotlight. Anti-racism initiative MRAP accused the party of nurturing conditions for such an attack, while the left-wing news magazine Le Nouvelle Observateur said Breivik was the "embodiment of a new spirit in Europe." National Front politicians denied any role in the encouraging terrorism with their policies.

Czech Republic's Foreign Minister Karel Schwarzenberg condemned the attacks as the work of a disturbed individual, while at the same time voicing his concerns over the spread of different extremist groups throughout the world. This kind of agression is particularly prevalent in areas where immigration from countries with significant cultural differences was an issue, he told news portal aktualne.cz. But the financial newspaper Hospodáské noviny disagreed. "Everything that we hear about Breivik shows that he would have killed even if ther wasn't a single Muslim immigrant in Europe."

kla -- with wires

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URL: • http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776985,00.html

Related SPIEGEL ONLINE links: • The Norway Attacks: Is Delusion a Valid Defense? (07/27/2011)

http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776878,00.html • An Atmosphere of Suspicion: European Right Under Pressure in Wake of

Attacks (07/26/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776752,00.html

• Blogging Hate: Anders Breivik's Roots in Right-Wing Populism (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776413,00.html

• Norwegian Openness: Attacks Reveal the Limits of Freedom (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776510,00.html

• The World from Berlin: 'Breivik Came from the Center of Society' (07/26/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776685,00.html

• 'Our Streets Are Filled with Love': Norway Holds Rallies to Remember Attack Victims (07/26/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776607,00.html

• Mourning the Utøya Victims: Norwegians Respond to Massacre with Quiet Dignity (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776365,00.html

• Norway's Black Friday: A Chronology of the Twin Attacks (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776437,00.html

• The World from Berlin: 'Open Societies Pay a High Price' (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776436,00.html

• The Campers of Utvika: A Tale of Heroism During the Norwegian Massacre (07/24/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776287,00.html

• 'Closeness Amid Our Sorrow': Norway Mourns Victims of Twin Attacks (07/23/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776268,00.html

• Attacks in Norway: Police Identify Right-Wing Extremist as Suspect (07/23/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776091,00.html

• No Kebab for Sarrazin: Divisive Author Chased Out of Immigrant District (07/18/2011) http://www.spiegel.de/international/germany/0,1518,775043,00.html

• Madame Rage: Marine Le Pen's Populism for the Masses (07/07/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,772875,00.html

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ft.com world uk Politics & Policy

Last updated: July 27, 2011 11:01 am

Britain expels Libyan diplomats By Michael Peel in Tripoli, and Kiran Stacey and Helen Warrell in London

Britain is expelling Libya’s remaining diplomats after the regime rejected a proposal for Col Gaddafi to leave power but stay in Libya.

William Hague, foreign secretary, said the UK would recognise Libya’s Transitional National Council as the sole governmental authority in the country, and that the move meant the UK would be able “to give greater practical assistance [to the Libyan opposition] than we have been able to give so far”.

More ON THIS STORY Britain urges US to step up Libya support Gaddafi regime seeks conditions for exit In depth Libya uprising

Britain is unfreezing assets worth £91m belonging to an oil company now controlled by the transitional council, to help it provide for the material needs of civilians in liberated areas of the country, said Mr Hague.

It is understood that eight representatives of Muammer Gaddafi’s regime are still staffing the Libyan embassy in London’s Knightsbridge, more than four months after Britain joined international air strikes.

A Foreign Office spokesman said: “We can confirm that the Libyan chargé d’affaires has been called to the Foreign and Commonwealth Office and is being informed that he and the remaining Libyan diplomats in the UK are expelled.’’

The move follows Tuesday’s rejection by Libya’s prime minister of a proposal that Colonel Gaddafi could leave power but remain in Libya as part of a negotiated settlement to bring the conflict there to an end.

Al-Baghdadi al-Mahmoudi made his comments soon after meeting Abdel-Elah al-Khatib, the UN special envoy for Libya, who has been authorised to offer terms to Colonel Gaddafi.

Western officials had hoped that a recent softening on the issue of Col Gaddafi from France and the UK would bring an end to his rule, and the conflict. Both France and Britain have recently changed their stance on whether Col Gaddafi should leave the country as well as power.

Mr Hague said on Monday that whether or not Col Gaddafi stayed in Libya was “ultimately a question for the Libyans”.

“It is for the Libyan people to determine their own future. Whatever happens, Gaddafi must leave power,” Mr Hague added.

But Mr Mahmoudi retorted: “He can’t decide on behalf of the Libyan people. What’s important to us is what Libyans decide, not what William Hague decides.”

Mr Hague’s comments came a week after a similar move by Alain Juppé, the French foreign minister, who said one scenario for the Libyan leader would be “that he stays in Libya on one condition, which I repeat: that he very clearly steps aside from Libyan political life”.

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Mr Juppé earlier this month confirmed the existence of “unofficial contacts” between the Libyan regime and members of the Nato-led coalition. Under discussion was the idea that Col Gaddafi could be allowed to remain in the country on the understanding that he stepped down, according to people familiar with the negotiations.

This position has also been endorsed by the rebel forces. Mustafa Abdel Jalil, the Libyan opposition leader, said over the weekend: “Gaddafi can stay in Libya but it will have conditions. We will decide where he stays and who watches him. The same conditions will apply to his family.”

The moves come amid signs that the five-month Libyan campaign has become mired in stalemate. British army chiefs have previously warned that the nation’s armed forces, already stretched by simultaneous deployments in Afghanistan, would be severely challenged if the Libyan operations continue longer than six months.

British officials denied the change in tone marked a U-turn, despite reports that the French had forced a change in policy from the Foreign Office. One official said: “There is a degree of sequencing here. If you are trying to get a political process started ... you start from the point that Gaddafi has to leave power. We will deal with his future after that in due course.”

But Mr Mahmoudi said on Tuesday: “We believe that the Libyan population has made itself very clear. They are not negotiating the future of Muammer Gaddafi.” http://www.ft.com/intl/cms/s/0/012f4264-b762-11e0-b95d-00144feabdc0.html#axzz1TIcHMGei

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ft.com comment Opinion July 26, 2011 11:10 pm

A plea to those who nourished the killer By Petter Nome

It is only natural to ask what kind of mental and moral disorder could lead a young man to attempt to eradicate the heart of political life in a normally peaceful nation, and also massacre 76 people in a youth camp. Yet making this a mental issue alone risks a dangerous dead end.

In recent days it has become clear that Anders Behring Breivik had been planning his acts, and writing his 1,500-page political manifesto, for the past nine years. For at least part of that time he was enrolled in the populist rightwing Norwegian Progressive party, and served as head of the board in a local party branch. Elsewhere, he has been a member of the Freemasons, and admitted to admiring the Knights Templar and crusaders. He also identifies with Christian fundamentalism. In all of this he seems like an intelligent man, with an intellectual, if obviously deeply disturbed, mind.

His “philosophy” is extreme and pervaded with hate, but we must admit that many of his views and arguments are not obscure nonsense in the mind of a freak. Instead, they are arguments sometimes found in everyday conversations in many of Europe’s streets and pubs – and also from time to time in mainstream politics.

First of all, there are his anti-Muslim views, and fear of what he calls “multiculturalisation”. However, Mr Breivik has other proposals: increasing the use of the death penalty for repeat criminal convictions, for example, or the forced use of residential camps to treat drug addicts. Some of his ideas – such as increasing the birth rate in western countries by banning abortion, and giving more cultural power to the church – are also not unheard of among the far right in Europe.

Populist parties and movements in most western countries embrace at least some of these ideas, which, in democratic societies, they are free to do. My accusation is not that they use freedom of speech to support marginal ideas. Instead, it is that many of these movements breed and build their influence by fostering suspicion towards peoples and groups that they hardly know. They nourish the smouldering fear and uncertainty in parts of the population, thus making it possible for such feelings suddenly to transform into hate and violence.

The Progress party is the second-biggest party in Norway, holding 41 out of 169 seats in parliament. Its leader, Siv Jensen, said she was shocked when Mr Breivik turned out to be a former member. There is no reason not to believe her.

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Even so, her party’s slogans about “Islamisation” and “Christian” values have never been a force for the building of bridges between people and cultures. Of course, Ms Jensen is not a supporter of violence. Neither are most of her colleagues in Europe’s

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populist and rightwing parties. But they do carry profound responsibility for creating a climate in which hate and violence are options for their impatient followers.

At this moment, Norway is united in grief and sorrow. Normal political controversies are now swept away. Government buildings still look like a war zone, even as a mountain of flowers and candles grows outside Oslo’s cathedral. There is no visible anger, no loud cries for revenge, just silent despair and proud moments of dignity. As one of the Utoya survivors, a teenage girl, said: “If one man can show so much hate, imagine how much love we all can show together.”

The government has made clear that these attacks will not alter the freedom and openness of Norwegian society. “The Norway of tomorrow will look the same,” says secretary of state Jonas Gahr Store. I hope he is right. However, the time must also come to answer the vital questions of responsibility and lessons learnt. That day should dawn, not only in Norway, but in all European countries, so that fear and hate are no longer methods or goals in our everyday politics.

The writer has contributed journalism to various Norwegian newspapers, radio and television stations for the past 30 years

http://www.ft.com/intl/cms/s/0/97639256-b7af-11e0-8523-00144feabdc0.html#axzz1TIcHMGei

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07/26/2011 05:47 PM

An Atmosphere of Suspicion

European Right Under Pressure in Wake of Attacks By Charles Hawley

Europe's right-wing populists are not used to being on the defensive. But the perpetrator of last Friday's horrific attacks in Norway was steeped in their anti-immigration, Muslim-skeptical ideology. They now find themselves in an uncomfortable position. It was a somber gathering on the street out in front of the Norwegian Embassy in Berlin on Monday. Several people filed by throughout the morning to lay flowers in front of the embassy gates and Social Democrat leader Sigmar Gabriel also came to show his respect and sympathy in the wake of the Friday attacks which killed 76 people in Oslo and on the island of Utøya.

Just over a dozen of those standing in front of the embassy were holding signs: "The Capital of Fear? Not with Us!" they read, beneath the image of an ominous-looking figure wearing a black balaclava. The group belonged to the small right-wing populist group Pro-Deutschland. "Solidarity with Oslo!" the group chanted.

"When something so terrible happens in Europe, we felt that we needed to express our sympathy," Manfred Rouhs, the small party's lead candidate in upcoming Berlin city-state elections, told SPIEGEL ONLINE on Tuesday. "We also saw it as an opportunity to clearly distance ourselves from the terrible deed."

That, it would seem, has been tops on the priority list for right-wing populist groups around Europe so far this week. Muslim-skeptic, anti-immigration populist groups across Europe have rushed to condemn the attacks perpetrated by Anders Behring Breivik and to portray him as a disturbed loner. The English Defense League, for example, referred to him as a "murderous creature," the Freedom Party of Austria called it a "psychopathic crime."

A Deeply Disturbed Individual There is little reason to doubt their sincerity. While distasteful to many for their strident anti-Muslim posturing and sharply polarizing rhetoric on immigration and immigrants, European right-wing populist parties do not as a rule encourage violence -- and Breivik, as even his own lawyer said on Tuesday, is almost certainly a deeply disturbed individual.

And yet, much as Muslims in Europe and the US are viewed with suspicion in the wake of every Islamist attack perpetrated in the West -- particularly, it must be said, by right-wing populist rhetoricians -- Breivik has now made it difficult for the anti-Islam right wing to avoid the spotlight which has now been trained upon them.

After all, much of the 1,518-word treatise he published concurrently with his attacks could easily have come from the populist platform: The concept of "Islamic demographic warfare," concerns about "mass immigration," and worries about the downfall of the "Christian West" are all issues which have become key elements of

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populist stump speeches. Furthermore, Breivik expresses admiration for several right-wing leaders, Geert Wilders of the Netherlands and Filip Dewinter of Belgium among them.

Freedom Party of Austria (FPÖ) leader Heinz-Christian Strache stated his message concisely during an early July interview with SPIEGEL ONLINE. "Not every Muslim is a terrorist," he said. "But every terrorist in the last decade was a Muslim. That is the fundamental problem."

That this is no longer the case has now become a fundamental problem for Strache and his ideological companions.

A Political Act One can, of course, question whether or not Breivik's horrific shooting spree and bomb attack was indeed a terrorist attack. Despite the cold, analytical tone of his tome, its sheer size and rambling breadth bear witness to a psyche that would seem not to be entirely stable. The difference to a school shooting would appear to be one of magnitude.

Yet Breivik himself clearly saw his massacre as a political act, as the logical conclusion of the ideology he adhered to. His choice of targets also indicates that he was operating within the political worldview he created for himself: the government quarter is the center of political power in Norway and the summer camp was run for the youth wing of the center-left Labor Party, which Breivik blamed for what he saw as excessive Muslim immigration in Norway.

As one contributor wrote on Jihad Watch, a website run by well-known Islam-critic Robert Spencer: "Breivik's atrocious crime did an incredible disservice to legitimate debate concerning Muslim immigration, a debate that could now be marginalized."

Europe's right-wing populists, it has become apparent this week, are not used to being on the defensive. For years, they have seen public support for their causes grow and are in parliament in several countries. Furthermore, as integration and demographics have risen to the top of worry lists in several countries on the Continent, the populists saw little reason to tone down their attacks.

'We Thought It Was Al-Qaida' Now, though, they are eager to avoid the kind of net of general suspicion much of their rhetoric has cast over Islam. And so far, they have largely chosen to sidestep questions about the ideological origins of Breivik's crime. "We strongly condemn the attack," David Lasar from the FPÖ told SPIEGEL ONLINE on Tuesday. "But the leftists cannot be allowed to (use the attacks to) score political points."

Rouhs from Pro-Deutschland identified a different culprit for the sudden attention. "The problem is that we have a biased media eager to make such a connection," he said. "I think that is absurd."

Rouhs also said that Pro-Deutschland made the decision to hold a vigil in front of the Norwegian Embassy on Friday evening before it became clear who the perpetrator was. "Like everyone, we thought it was an organized group like al-Qaida," he said.

Had that turned out to have been correct, the figure on their signs on Monday, one is tempted to assume, would likely have been wearing a burka rather than a balaclava.

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URL: • http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776752,00.html

Related SPIEGEL ONLINE links: • The World from Berlin: 'Breivik Came from the Center of Society' (07/26/2011)

http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776685,00.html

• 'Our Streets Are Filled with Love': Norway Holds Rallies to Remember Attack Victims (07/26/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776607,00.html

• Norwegian Openness: Attacks Reveal the Limits of Freedom (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776510,00.html

• Blogging Hate: Anders Breivik's Roots in Right-Wing Populism (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776413,00.html

• Norway's Black Friday: A Chronology of the Twin Attacks (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776437,00.html

• Mourning the Utøya Victims: Norwegians Respond to Massacre with Quiet Dignity (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776365,00.html

• The Campers of Utvika: A Tale of Heroism During the Norwegian Massacre (07/24/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776287,00.html

07/26/2011 01:58 PM

Programmed to Kill

The Cold Aggression of a Mass Murderer By Cinthia Briseño

What goes through a person's mind during a 90 minute killing spree? Once they have decided to engage in the most extreme of acts, killers like Anders Breivik conduct their slayings mercilessly and in cold blood. Psychologists say they enter a primal hunting mode in which their emotions are completely shut down. When Anders Beivik arrived at Utøya, he wasn't in a state of rage -- he was relaxed. He even offered a plausible story to the guard responsible for controlling entry to the Norwegian island on Friday, telling him he needed to check the security following the terrorist attacks in Oslo. Breivik, who was disguised in a police uniform and was wearing a bullet-proof vest and carrying a heavy bag, was quiet and moved slowly. And when he met the youth who had gathered at the camp, witnesses said he exuded trustworthiness.

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But then he started to kill and continued to do so for 90 minutes. "It looked as though he didn't really care," a survivor would later say. For 90 minutes, Breivik hunted down his victims and shot at them. For 90 minutes, he remained ice cold, not displaying any emotion and concentrating entirely on his mission. He didn't even express any irritation over the first police helicopters that began flying over Utøya. He ruthlessly continued to pursue his goal -- literally assassinating as many young people as he could, 76 according to the latest police figures.

How is a human being capable of remaining so cold-blooded for such a long period of time? Researchers who have looked into mass slayings are familiar with the phenomenon. It is part of our biology, they argue, and experts call it cold aggression.

"The perpetrator is in a hunting mode," explained Jens Hoffman, director of the Institute of Psychology and Threat Management in Aschaffenburg, Germany. Hoffman views the case as one of a mass killer. "He acted in a calculated and planned manner, his emotions were completely shut down," he said. Breivik just celebrated, giving out calls of victory, one survivor said. Others say they heard him scream, "I will kill you all."

In contrast to cold rage, the psychologist says that in this case it was cold aggression that prevailed. If a person feels acutely threatened, he explains, then that person reacts impulsively and cannot think clearly. Their heartbeat then rises and muscles become tense. After an outbreak of anger or violence, as soon as the threat has dissipated, this condition ends very quickly.

Perpetrators Like Breivik Feel No Threat Whatsoever But that's not the case with cold aggression. "When in hunting mode, the perpetrator feels no threat whatsoever. That's why the person can think clearly and act in a focused manner," Hoffman told SPIEGEL ONLINE. "He can maintain this condition for as long as he wants to." The psychologist says that this hunting mode is biologically anchored in every person. Earlier, hunters and gatherers needed it in order to secure their food. On Friday, Breivik activated it in order to hunt other people.

In his 1,516-page long manifesto, Breivik explains in some passages how he mentally prepared for the act. It is just a small part of his work, which is filled with delusional ideology. But this, too, shows how obsessed Breivik was with his idea. In the manifesto, he also explains how one can maintain the "capability to motivate/indoctrinate yourself over a prolonged period of time."

"You have to overcome difficult initial psychological challenges and perform a slight subsequent mental check every single day until the operation is complete," the killer wrote. "Embracing martyrdom is not something you suddenly decide to do, but it is a process that takes time and requires effort and self contemplation."

Breivik wrote that he went on a 40-minute walk each day. If his writings are to be believed, he spent this time "philosophizing ideologically/performing self indoctrination and the mental simulation of the operation."

He writes that he played through the entire operation mentally, simulating different scenarios -- resistance efforts, confrontations with police, future interrogation scenarios and even possible future court appearances. He even planned for future press interviews. During his mental training, Breivik wrote, he listened to "motivational and inspiring music."

'Everything Is in Black and White'

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"He used common mentalization strategies," says Hoffmann. The long-term preparation, with an eye on triumph and the "historic mission" are typical behavior patterns. He justified his action with his ideology. It was terrible, but necessary, Breivik said, after he completed his operation and was arrested.

Breivik's rigidity also fits into a typical pattern, Hoffmann says. "Such perpetrators have very assiduous tendencies and think in stereotypes. Everything is in black and white." An Australian colleague of Hoffmann's was told once by a gunman after his crime that he had not wanted to commit it in the end, but it had been planned for so long and he had chosen the date so far in advance that he didn't know what else to do other than to carry it out. He had to follow his plan.

One unusual item out of Breivik's manifesto is when he details what kinds of amphetamines one must use to make the operation function well. He explains what combinations of drugs work the best, where one can get them easily, in what doses they should be taken, and what the best time is to take them.

Physical strength, agility, and focus are all enhanced by stimulants by 30 to 50 percent and for one to two hours, Breivik writes. Whether or not he actually took the substances during his crime spree remains unclear. And it is equally unclear how much desired effect the drugs would bring. It is known that many offenders drink small quantities of alcohol before committing their crimes in order to calm their nerves. But aside from that, drugs and alcohol hardly play a role in cold-blooded crimes.

A Need for Reward at Any Cost What likely goes on in the minds of such violent criminals is extremely difficult to assess. Psychologists and neurobiologists have both looked for answers. Last year, United States researchers at Vanderbilt University in Tennessee discovered an especially pronounced mechanism in the brain of psychopaths, namely that they have a need for reward at any cost.

Joshua Buckholtz, who led the Vanderbilt study, said in a statement: "We found that a hyper-reactive dopamine reward system may be the foundation for some of the most problematic behaviors associated with psychopathy, such as violent crime, recidivism and substance abuse."

Buckholtz and his colleagues analyzed brain scans of people with psychopathic traits in their study. Whether or not Breivik's brain is also damaged in such a way remains unclear. And it would be almost incomprehensible to look for a passing diagnosis for such a crime.

Breivik is not the only mass murderer in history to painstakingly plan and organize his crime. "The biggest difference is that it worked," says Hoffmann, because killing so many people would involve especially complex planning.

Self-aggrandizement is another common trait among cold-blooded killers like Breivik, according to Hoffmann. "He enjoys being the lord over life and death," he says.

URL: • http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776693,00.html

Related SPIEGEL ONLINE links:

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• Blogging Hate: Anders Breivik's Roots in Right-Wing Populism (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776413,00.html

• The World from Berlin: 'Open Societies Pay a High Price' (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776436,00.html

• Norway's Black Friday: A Chronology of the Twin Attacks (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776437,00.html

• Norwegian Openness: Attacks Reveal the Limits of Freedom (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776510,00.html

• 'Our Streets Are Filled with Love': Norway Holds Rallies to Remember Attack Victims (07/26/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776607,00.html

07/26/2011 01:26 PM

Settling Old Scores

Tribal Rivalries Complicate Libyan War By Mathieu von Rohr in Qawalish, Libya

The rebels in western Libya have captured the Nafusa Mountains and are only 80 kilometers from Tripoli, but have been unable to advance further. Meanwhile long-simmering tribal hostilities are complicating the situation, as rival groups clash and old resentments flare up. The inter-tribal conflict adds to a growing sense that the uprising against Gadhafi is turning into a civil war. The decisive front in the war against Moammar Gadhafi runs through the dusty village of Qawalish, which consists of a mosque, a few dozen houses and a hill, behind which rebel fighters are entrenched.

At first glance, it is hard to understand why more than 15 rebels have been killed in this godforsaken place, and why Qawalish has changed hands three times in only two weeks.

Musbah Milad, a rebel fighter from the city of Zintan in northwestern Libya, is standing on the roof of a two-story building in the midday heat. He gazes out at the flat landscape and points to a row of trees at the other end of a vast plain. "There you can see him," he says. "Fucking Gadhafi." Through his binoculars, Milad can make out two trucks hidden in the shade of trees, about 6 kilometers (4 miles) away. Sometimes Gadhafi's forces fire a poorly targeted missile, prompting the rebels to return fire.

The fate of the Libyan dictator Moammar Gadhafi is being decided in these days and weeks in tiny villages in the Nafusa Mountains of western Libya. The region was almost unknown to the world before the Libyan revolution began in February.

Loosely Organized State Since the outbreak of the war, the rebel offensive has made more significant advances in these hilly highlands than anywhere else in Libya. In the eastern part of the country, the rebels are still entrenched near Brega, a city they captured for the first time in February, only to lose it to Gadhafi's forces soon afterwards. Brega is more than 600 kilometers from the capital Tripoli.

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In the west, on the other hand, the rebels have captured almost the entire mountain chain, where they have established a loosely organized state, complete with its own newspapers, a radio station and a makeshift airfield. The territory they control extends 200 kilometers eastward from the Tunisian border. And at the northern end of the Nafusa Mountains, the rebel fighters are now only 80 kilometers from the capital.

But the most important front lies in Qawalish. If the rebels manage to advance into the next town, which is 30 kilometers away, they will have cut off Gadhafi's key supply route, the road from Sabha to Tripoli.

However, the rebels have not made any progress in weeks. After taking Qawalish in early July, they were so heady with victory that they left the front and returned to their villages, leaving only a few 16-year-olds with Kalashnikovs in the village. Their mission was to hold the town, but the small rebel contingent didn't stand a chance when Gadhafi's troops attacked on Wednesday of the week before last.

In the ensuing six-hour battle, the rebels mobilized all of their forces to return to the front that they had so foolishly exposed. Troops rushed back to Qawalish from Zintan, Jadu and Kikla. By the end of a bloody day, they had regained control over the village, despite heavy rocket fire. Eight men died. It was a strange battle, and it showed how little Gadhafi's opponents in western Libya understand about waging battles. The rebel force there consists of a motorized horde that rushes to the front when it is needed and then quickly disperses.

Since then, the rebels have done nothing to advance farther to the east.

Limits of Their Strength When Ramadan begins in a week, the fighters will not be allowed to eat or drink anything during the day, at temperatures of 45 degrees Celsius (113 degrees Fahrenheit) in the shade. Some say that they are holding back because Gadhafi's forces have left thousands of mines in the vast steppe, while others say that the rebels are trying to spare the pro-Gadhafi civilians in the next town.

There are also signs that the rebels in the west are gradually reaching the limits of their strength. Even their military leaders in Zintan admit that there are no plans to advance from the mountains in the coastal plain and hazard a march on Tripoli. Instead, they are waiting for a revolt in the capital. And on Sunday, they had to rebut another hard-fought attempt by Gadhafi's troops to take back the town.

The truth is that the uprising against Gadhafi is looking more and more like a civil war every day. At first, it seemed as if Libyans had all come together to revolt against the man who had controlled the country for the last 42 years. Much like the uprisings in neighboring Tunisia and Egypt, the Libyan revolt began in mid-February with peaceful protests, but this dictator refused to allow himself to be toppled and responded by waging a cruel war on the civilian population instead. This response was the reason behind the NATO mission.

But reality is more complicated than that, as evidenced in the Nafusa Mountains. The situation in Libya is made more difficult by the fact that it is a tribal society, not a nation state like its neighbors.

Most Libyans may be strongly opposed to Gadhafi, and yet there are still important tribes that largely support him, including the Warfalla, the Tarhuna and Gadhafi's own

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tribe, the Gadhadhfa. And despite the rebels' official claims to the contrary, this conflict is also a war among tribes.

Warmhearted The rebels were so successful in the mountains because most of the tribes there are hostile to Gadhafi. The Berbers in the western part of the mountains, the country's original inhabitants, have liberated their traditional areas in recent months. Under Gadhafi, they were prohibited from speaking their own language. Most of the rebels in the eastern part of the mountains are Arabs, members of the Zintan tribe and its allies.

Zintan is their key city, the center of the rebellion in the west. Most of the rebel fighters are from Zintan, as are most of the dead. It is a small city with a population of about 25,000, a maze of narrow streets where canisters of gasoline smuggled from Tunisia are sold, but where bread is hard to find these days. There are no women to be seen, but there are bearded men who show off their weapons and drive makeshift combat vehicles. The people of the town are as warmhearted as they are rough around the edges. They give food to outsiders, even though it is in short supply, and no one would think of demanding payment for accommodations.

The military council, the nominal leadership of the rebel army in the west, has its headquarters in Zintan. Last week, Omar Hariri, the military coordinator of the Transitional National Council, came to visit Zintan to talk about strategy. But many rebels from the town refuse to take direct orders from such officials. Instead, their allegiance lies with their local command center.

It is Gadhafi's army that has committed the heinous war crimes in this conflict. Nevertheless, a trip along the road that extends for 50 kilometers from Zintan to the front in Qawalish reveals that the rebels' behavior is not always exemplary.

Looting and Arson Several towns along the route are now completely depopulated. One is Awaniya, a town of 15,000 people until the rebels captured it. The shops lining the highway in Awaniya were looted and are now littered with garbage. In some stores, even the shelves are missing. In the town itself, houses stand empty and ransacked, and some have been burned down. Other towns look similar. New houses are still burning days after the rebels took over, and trucks are removing anything that was overlooked during the initial looting: sacks of wheat as well as food and sheep.

A piece of graffiti on the wall of an empty supermarket in Awaniya berates the "Mashashiya traitors." The Mashashiya are the tribe that lived in Awaniya and two other nearby towns. Most of its members supported Gadhafi, as did the inhabitants of most of the remaining depopulated towns along the road from Zintan to the front, including Qawalish.

In a report, Human Rights Watch has sharply criticized the rebels for engaging in looting and arson. In an interview, a spokesman for the western Libyan military council admits that there have been isolated incidents of this nature, but he also insists that the rebels only set those houses on fire in which Gadhafi's troops had been holed up.

The rebels respond aggressively to anyone who tries to investigate. A SPIEGEL team was taken into custody in Awaniya, escorted to the Zintan command post and interrogated.

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Gadhafi Played Off Tribes Against Each Other To explain the hostility between the Mashashiya and the Zintan, a visit with the council of elders in Zintan is helpful. It is a group of more than a dozen old men in white robes. The men hold their meetings in an administrative building in the center of the town, sitting in a circle.

They say that the Mashashiya did not own the land they had inhabited and where they had built their houses, and that it was land that they had stolen from other tribes, including the Zintan, the Khaleifa and the Kikla. According to the Zintan elders, the Mashashiya are shepherds, as their name, which means "Walkers," signifies. They have never owned land and are not from the area. Instead, they are from southern Libya.

The elders say that the Mashashiya supported Gadhafi because he gave them the land in the region in the 1970s. They also say that Gadhafi bred discord in their valleys to play off the tribes against one another and safeguard his own power.

The men speak of old deeds of ownership from the Italian period, deeds that allegedly prove which established tribes own the land. They also mention maps drawn by the former French colonial rulers in Algeria, which show the large tribal territory of the Zintan and make no mention of the Mashashiya.

"We've known about the tricks of the Mashashiya for a long time," says one man. "Sometimes they would move into empty houses, set up gravestones nearby and claim that their ancestors were buried there. They worked as informers for the Italians during the colonial period."

'They Should Stay Out of Here' The people in Zintan say that the Mashashiya benefited under Gadhafi while the Zintan suffered from neglect. The hostility between the two tribes has simmered beneath the surface for decades. There was no intermarriage between members of the two tribes, they avoided each other and sometimes they went to court over land disputes. Then the revolution erupted and the Mashashiya declared their support for Gadhafi.

The elders in Zintan say that they had negotiated three times with the Mashashiya elders since April, and that the latter had agreed to remain neutral. But Gadhafi's soldiers apparently used Awaniya as a base for their tanks, firing Grad rockets from there at the civilian population of Zintan and the surrounding villages for months. The tribes have been at war with each other ever since.

The Mashashiya will only be allowed to return if they can prove that the land belongs to them, but it doesn't, say the Zintan elders. Many of the rebels are more direct, saying that they don't like the Mashashiya and that "they should stay out of here."

On the rebel side of the front, there are no longer any members of the tribe who could be asked about these accusations. The only remaining Mashashiya are in the Zintan prison, a former school. One of the two men interviewed admits that most members of his tribe are for Gadhafi, but the other one denies it. Both of the two men insist that they did not fight for Gadhafi. They say that they are only in prison because of their tribal affiliation.

Returning to Libya to Fight Nevertheless, the military leaders of the western rebels still insist that all Libyans are fighting Gadhafi together and are careful not to portray the rebellion as a tribal matter.

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To be sure, these tribal disputes are not the basis of the rebellion against Gadhafi's dictatorship. All it takes to understand why the rebellion occurred is to look at the uneven distribution of oil wealth in the country, the poor outlook for young people, nepotism and brutal repression by the regime.

But the tribal structure is one of the key reasons why Gadhafi is still in power. He knew how to play the tribes against one another, and many derived benefits from him. This is why there is such a great risk of civil war.

Significant migrations have been taking place since the uprising began. Thousands of young men have returned to the mountains from other parts of Libya, and even from elsewhere in the world, to fight for their tribes and against Gadhafi in these dusty hills. Many rebels fighting for the Zintan are unwilling to be photographed, because they have come from Tripoli and their families are still there.

Forces Are No Armies A 22-year-old named Ahmed Hanna says that he was working on an oil tanker and was on land in France when the war began. He returned home, as did Hani Mahlouf, a 29-year-old Berber, who had been living in Kuala Lumpur, where he was writing his dissertation on supersonic aircraft wings. He says that he couldn't stay there, and that his place is here, on the front in Qawalish.

Mahlouf explains, in a surprisingly simple sentence, what is happening in the mountains: "This is a war that is being fought between the tribes that were here originally, and the people who only arrived 50 or 60 years ago."

Many rebels say that more and more volunteers are now fighting for Gadhafi, whose army had previously consisted solely of mercenaries and soldiers. The forces facing off in the mountains are no armies. In the battle for Qawalish two weeks ago, few more than 1,000 men were fighting on the rebel side, while Gadhafi's troops were hardly any more numerous.

It is impossible to capture and hold larger pieces of territory with such a small army, which probably explains why the rebels are not advancing any farther in Qawalish. The inhabitants of the villages on the other side of the front are, in their majority, seen as Gadhafi supporters, from whom the rebels cannot expect much help.

Computer Scientist Turned Sniper Last week only a few dozen fighters were visible at the northernmost point along the front, a cement plant near the town of Bir al-Ghanam on the northern edge of the mountain, 80 kilometers from Tripoli. They have dug themselves into the mountain, where they were attacked on the previous day and fought successfully for hours to hold their positions.

A 21-year-old rebel fighter named Mohammed, who was a computer science student before he became a sniper, says that Gadhafi has only 300 soldiers stationed below. He points to a wall in the village. "I can see two of them with my bare eyes." he says. "They're probably smoking."

He says that they sometimes fire rockets at the town, mostly out of boredom. He decides to show us how it's done. The rebels use the base of a home trainer as a firing ramp. They aim the rocket and connect the ignition wire to a car battery. Nothing happens. They try it three or four times, but still nothing happens.

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Exhausted by the heat, they sit down again in the shade behind a large cliff. And they wait.

Translated from the German by Christopher Sultan

URL: • http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,776695,00.html

Related SPIEGEL ONLINE links: • Photo Gallery: Stalemate in Western Libya

http://www.spiegel.de/fotostrecke/fotostrecke-70796.html

• The Vienna-Tripoli Connection: Austrian Right-Wing Populists in Libya for Mediation Effort (07/15/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,774779,00.html

• Uprising in Libya: 'Survival Hinges on Tribal Solidarity' (02/23/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,747234,00.html

07/26/2011 05:52 PM

Interview with Former Russian Prime Minister

'What Will Happen After Gadhafi?' By Matthias Schepp and Bernhard Zand

In an interview with SPIEGEL, 81-year-old former Russian Prime Minister, Foreign Minister and chief of foreign intelligence Yevgeny Primakov discusses the situation in Libya and Russia's concerns about an "explosive trend" in NATO operations. SPIEGEL: Mr. Primakov, which Arab country currently worries you the most?

Primakov: Libya. The Western coalition's attempt to bomb the Gadhafi regime away isn't backed by UN Resolution 1973 -- and it's not well thought-out in strategic terms. It's high time for us to find a political solution to the Libyan crisis.

SPIEGEL: Russian Foreign Minister Sergey Lavrov met with his Libyan counterpart in Moscow last week, and even French and American diplomats have started talking with representatives of the Gadhafi regime.

Primakov: NATO is stuck in a dead-end. No one seems to be asking the truly important questions, such as: Where is this war leading? And what will happen after Gadhafi? Have we really already forgotten what happened in Iraq? Eight years of chaos! Daily bomb attacks, daily deaths. Don't tell me that's stability?

SPIEGEL: You've met with Gadhafi on several occasions. Should we go easy on him?

Primakov: I'm far from idealizing him. Over four decades ago, when Gadhafi overthrew King Idris, he contacted Egyptian President Gamal Abdel Nasser. Gadhafi thought Nasser could help him obtain an atomic bomb from the Soviet Union if he gave him enough money. Gadhafi had the mentality of a Bedouin.

SPIEGEL: And today?

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Primakov: He's older and more experienced, but Libya continues to be a dictatorship -- though one supported by a certain segment of the population. There are people who go to places where Gadhafi stays to serve as human shields. They do so voluntarily.

SPIEGEL: What would you propose as a solution to the Libya crisis?

Primakov: A mediation mission is, in any case, being blocked by the decision to try to bring him before the International Court of Justice at the Hague. Russia doesn't want to see Libya sink into chaos. The only way out is through a rapprochement between the parties in conflict.

SPIEGEL: How can Russia's mediation lead to success?

Primakov: Because we try to keep the same distance between both sides. NATO is de facto supporting one of the sides in this civil war. It is difficult to mediate under these circumstances.

SPIEGEL: Soon after Russian Prime Minister Vladimir Putin criticized the Libya resolutions as 'calls to a crusade,' President Dmitry Medvedev condemned his remarks as 'unacceptable.' Is Moscow really even speaking with one voice?

Primakov: Putin didn't want to veto the UN resolution. And Medvedev also stated that the resolution doesn't back NATO attacks. The two share a position; the differences are minimal.

SPIEGEL: In the end, Russia joined Brazil, China, Germany and India in abstaining from the vote. Do you think Russia should have vetoed it instead?

Primakov: No. If Libyan troops had kept up their attacks for two or three more days, Gadhafi would have taken Benghazi. It would've been a bloodbath. Resolution 1973 is certainly much too vague; a no-fly zone means taking out Gadhafi's air force and air defenses. But NATO has bombed troop formations, oil refineries, Gadhafi's palaces and even civilians. Where does it say that that's allowed?

SPIEGEL: What were your feelings when Germany joined the other countries abstaining in the vote on Resolution 1973?

Primakov: I was very happy about it. Germany realistically assessed the situation and the risks.

SPIEGEL: Do you interpret Berlin's abstention as turning its back on the West?

Primakov: I'm a realist. Relations between Germany and America remain intact. Please don't think that we Russians break into applause the second Germany disagrees with America. That would be primitive.

SPIEGEL: Still, you don't seem to think too highly of NATO's Middle East policies.

Primakov: I see an explosive trend: NATO wants to replace the UN. I was always a supporter of having the United Nations be allowed to delegate peace missions to regional alliances. But NATO often acts independently -- and worldwide.

SPIEGEL: What makes Russian policies toward the Middle East different from those of the West?

Primakov: More than anything, we're convinced that it's impossible to impose decisions on sovereign states. We're not happy about everything happening in the Middle East either. But we don't think bombs will solve the problems. We understand

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the Middle East better than many Western countries. We know how important it is to take history, mentality and traditions into account. I don't think that democracy based on a European model is possible in the Arab Spring countries.

SPIEGEL: Do you think a 'guided democracy' after the Russian model would work better in the Middle East?

Primakov: I'm generally against any recommendations. Arab countries should decide for themselves how they want to be governed.

SPIEGEL: Did you foresee the wave of popular uprisings in the Arab world?

Primakov: No. Like the West, we thought that only Islamist movements could bring about the collapse of authoritarian post-colonial regimes. Now we see that there are also other forces at work. We underestimated the influence of globalization and modernization, particularly the power of television and the Internet. Incidentally, the crisis in the Middle East is generally presented in an overly simplistic way.

SPIEGEL: What do you mean by that?

Primakov: In the coverage I've been observing exaggeration and one-sidedness at the same time. For example, have you seen images on CNN or Al Jazeera substantiating that Gadhafi is actually committing genocide? Likewise, there have been atrocities on both sides, but unbalanced judgments have been made on multiple occasions.

SPIEGEL: What gives Russia the right to criticize America's allegedly hegemonic policies? Sure, America has a naval base in Bahrain, but the Kremlin has one in Syria, too.

Primakov: There is a subtle difference. When 2,000 Saudis and police from the United Arab Emirates marched into Bahrain to help put down the unrest, it wasn't possible without America's blessing. Under no circumstances would Russia back an intervention in Syria.

SPIEGEL: But it also wants to preserve the status quo there.

Primakov: After our experiences with the Libya resolution, I hope we've all gotten a bit wiser. No one in the West seems to have seriously looked into who Assad's opponents really are. There are undoubtedly some genuine democrats among them, but there are also Islamists and al-Qaida supporters. It's hard to say who is in the majority. The Muslim Brotherhood in Syria is different than the one in Egypt. In Egypt, the Muslim Brothers will now even admit Christians into their party.

SPIEGEL: In 2007, you said that Assad was still a 'man of profound strategic vision.' Do you still see things that way today?

Primakov: He is predictable. Let's be honest: The West is not primarily concerned with democracy. What troubles the West is Syria's closeness to Iran. I often met with Assad's father, Hafez. He once told me that something he wanted to avoid under all circumstances was confronting the Israelis alone. The Israeli-Palestinian conflict is what makes Syria cling to Iran.

SPIEGEL: America and the West as a whole view the stability of the Gulf region and Saudi Arabia, in particular, as vital. Do you agree?

Primakov: No one wants to see an unstable Saudi Arabia. We don't, and neither does King Abdullah, who quickly distributed $36 billion (€25 billion) after the revolutions in

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Tunisia and Egypt got started. If he now allows women to drive, we'll soon have the most beautiful democracy there. (Laughs.)

SPIEGEL: Militant Islam, or jihadism, expanded under autocrats like Nasser, Assad and Saddam Hussein -- all of whom enjoyed the Soviet Union's backing. How much does Moscow share in the blame for the current situation in the Arab world?

Primakov: For its part, the West backed autocrats in Tunisia and Egypt. So how much is the West to blame?

SPIEGEL: Are you saying both sides are to blame?

Primakov: I wouldn't say that, either. I was one of the first people to counter the voices in Russia claiming the West was secretly behind the upheavals. The Americans were shocked. After all, Mubarak was their partner in the fight against terrorism.

SPIEGEL: Is the era of authoritarian leaders in the Middle East over for good?

Primakov: No. I expect to see governments that are more democratic than before but still bear authoritarian traits.

SPIEGEL: Hillary Clinton claims that leaders in Beijing are afraid the Arab revolutions might spill over into China. Are Kremlin officials also nervous about the rage of Russia's youth?

Primakov: We have our own contradictions. But Arab events have no influence on internal developments in Russia. Though I respect Hillary, I disagree with her appraisal of the situation in China.

SPIEGEL: For decades, the Middle East served as a stage for the Cold War. Will China now take over Russia's role of America's adversary there?

Primakov: History does not repeat itself, and that kind of zero-sum game belongs to the past. There are no longer any superpowers.

SPIEGEL: Does that mean China will not become a superpower?

Primakov: Certainly not. China will grow, and it has a lot of ambition. It's already the world's second-largest economy. But, these days, we are dealing with a multi-polar world, with difficult relations between the individual poles.

SPIEGEL: What role will Russia play?

Primakov: We will be one pole among many. And our strength will depend on whether we can succeed in modernizing our economy.

URL: • http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,776509,00.html

Related SPIEGEL ONLINE links: • Settling Old Scores: Tribal Rivalries Complicate Libyan War (07/26/2011)

http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,776695,00.html

• The Shadow Boxers: Putin and Medvedev Eye the Kremlin -- and Each Other (07/18/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,775128,00.html

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• The Vienna-Tripoli Connection: Austrian Right-Wing Populists in Libya for Mediation Effort (07/15/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,774779,00.html

• Libya's Soccer Rebellion: A Revolution Foreshadowed on the Pitch of Benghazi (07/15/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,774594,00.html

• Request from NATO: Berlin Willing to Supply Weapons for Libyan War (06/28/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,770949,00.html

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TRIBUNA: NORMAN BIRNBAUM

Sorpresas nada sorprendentes NORMAN BIRNBAUM 26/07/2011

La crisis financiera y el desempleo, los miedos y disturbios consiguientes, la disminución general de las expectativas y la airada retirada a una política de gestos son rasgos que caracterizan a las democracias industriales. Las clases dirigentes están especialmente preocupadas, y con razón: su incapacidad colectiva e individual para encontrar soluciones pone en peligro su legitimidad. Los proyectos de reconstrucción a largo plazo exigen, tanto de las élites como de la población, precisamente lo que no tenemos: unas visiones coherentes del pasado, el presente y el futuro. La desorientación e incluso la incredulidad están en todas partes. Parece como si las privaciones y las desgracias que sufren las familias, las comunidades, las regiones y las naciones, desde los desastres climáticos hasta los conflictos económicos y sociales sin solución, fueran unas sorpresas.

Los ciudadanos y las élites de Europa Occidental y Estados Unidos parecen especialmente sorprendidos. Dejemos de lado las inquietudes por el hecho de que los asiáticos están adelantándonos y por la amenaza (ridículamente exagerada) del islam militante. Lo preocupante es la convicción persistente de que, si nos regimos por nuestros propios criterios de democracia igualdad y justicia social, estamos fracasando. Las grandes esperanzas de 1945 son recuerdos amargos. Ha habido victorias importantes, por supuesto. Los derechos de las mujeres han progresado, el espantoso legado del racismo en Estados Unidos está muy debilitado. Pero cada vez es más evidente que los ciudadanos experimentan un furioso alejamiento de las decisiones políticas que, en vez de generar proyectos de cambio institucional, crean un resentimiento contra el sistema.

Entre 1945 y 1970, las clases dirigentes cambiaron de composición social. En Estados Unidos, el fenómeno de Kennedy simbolizó la integración de las oleadas de inmigrantes europeos de finales del siglo XIX y principios del XX. En Europa, la extensión de la enseñanza superior abrió la puerta a los hijos (y, con más lentitud, a las hijas) de las capas medias de la sociedad. Las revueltas estudiantiles de los años sesenta definieron con gran exactitud nuevos límites. No todo el mundo podía ser inspecteur des finances o abogado con un título de Harvard y dedicarse a entrar y salir del Gobierno. Las nuevas élites se comportaron con tanta arrogancia como las viejas. Aceptaban (la doctrina socialcristiana era tan importante como la convicción socialista) asumir la responsabilidad del bienestar de toda la sociedad, pero, ateniéndose a un noblesse oblige modernizado, insistían en que eran ellos los que tenían que actuar en nombre de otros.El arreglo fue eficaz mientras los niveles de vida fueron subiendo y se ampliaron los servicios públicos y las prestaciones sociales al alcance de la población. A las reducciones iniciadas en los años setenta y ochenta se les dio la misma interpretación que a los avances logrados en los cuarenta, los cincuenta y los sesenta, no como resultados de decisiones políticas e institucionales, sino como producto de la naturaleza de la economía y la sociedad. La doctrina de la inevitabilidad sirvió de base a la reanimación de la ideología del mercado. Se le quitó la libertad de elección al país y se puso a la venta la soberanía de Estado. En las décadas de progreso social, hubo pocos experimentos dirigidos a extender la democracia existente en el gobierno nacional y

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local a los mecanismos de la economía. Las empresas estatales en Francia, Gran Bretaña, Alemania e Italia estaban dirigidas de forma muy similar a unas empresas capitalistas normales, y la planificación nacional se atenía a unos límites muy estrictos. En Estados Unidos, los sindicatos, de gran dimensión e influencia, se aliaron con los empresarios industriales capitalistas para formar sus propios Estados de bienestar. Cuando la producción industrial empezó a declinar, también lo hizo esa versión privatizada de la socialdemocracia.

Además estamos viviendo las consecuencias aplazadas del reaganismo y el thatcherismo, de los compromisos de Mitterrand y Schroeder, de los limitadísimos proyectos de bienestar de Blair y Clinton. Durante los últimos 30 años, la educación cívica, en forma de extensiones del ejercicio cotidiano de la democracia, ha sido mínima. Los partidos socialistas y socialdemócratas europeos se han convertido en grandes grupos de presión o en máquinas de clientelismo. La redacción de programas y el desarrollo de proyectos, a veces de gran nivel intelectual, continúa. Pero la conexión con la historia, a través de las vidas de personas reales, se ha atenuado o incluso desvanecido. Un gran historiador francés, Pierre Nora, se ha dedicado al estudio de la memoria colectiva, precisamente cuando una fragmentación sin precedentes separa a sus conciudadanos de su propio legado. La entusiasta acogida que tienen en Estados Unidos los libros y las películas sobre temas históricos no suele incluir las luchas sociales de las personas corrientes. Nuestro pasado sigue siendo, en gran parte, muy desconocido.

La eliminación de las tradiciones de renovación democrática en los grupos sociales locales es un obstáculo para la aparición de nuevos movimientos de transformación. La vieja clase obrera ha sido sustituida por un amplio espectro de culturas e intereses independientes. Es asombroso que en Estados Unidos, donde en la actualidad no existe ningún potencial socialista, los guardianes de la ortodoxia social vigilen la memoria cultural. Se gasta mucho dinero en justificar la ideología de mercado, pese a la ausencia de una oposición amplia y organizada. Los terratenientes y sus apologistas no acaban de creerse su buena suerte política. Temen el empuje en sentido contrario de una narrativa que no existe más que en recuerdos dispersos, proyectos aislados de renovación y las críticas de una minoría intelectual, y que no tiene una encarnación política. El presidente, que está dispuesto a negociar y ceder parte de las adquisiciones sociales de los últimos 80 años (a partir del New Deal), es el tecnócrata supremo. Acepta la jerarquía establecida del poder y la riqueza. Su calma y su contención enfurecen a sus adversarios, que son demasiado estúpidos para comprender su exquisita defensa del orden actual. Y preocupan a su propio partido, incapaz de desarrollar un nuevo proyecto para el país y obligado a seguir a un presidente al que muchos consideran demasiado despegado del atribulada alma de los demócratas.

Los verdes europeos han modernizado en parte la tradición socialista. Pero están tan empeñados en dominar la rutina política que rechazan muchos elementos del pathos secular del socialismo. Los recientes movimientos de protesta dirigidos por jóvenes son admirables, pero las protestas no van a darnos forzosamente un proyecto más amplio a largo plazo. En las dos orillas del Atlántico, la esfera pública recuerda a un estadio cuyo techo está amenazado por un huracán. El techo está temblando. No sabemos si se va a caer o si va a salir volando. Solo sabemos que algo malo va a pasar. Es sorprendente que nos sorprenda.

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JORDI VAQUER Masacre en Noruega Democracia bajo ataque El populismo xenófobo aleja a los partidos de derechas de su tradición democrática JORDI VAQUER 26/07/2011

Como pasó en enero con el atentado contra la congresista Giffords de Arizona, la carnicería en Noruega ha puesto en cuestión el extremismo que socava las bases de la convivencia democrática en Occidente. La matanza es un síntoma excepcional, injusto para caracterizar a todo un fenómeno político e ideológico que no es, en esencia, violento. Pero no faltan otros indicadores. La economía internacional vive pendiente del Congreso estadounidense, donde los ultras del Tea Party han radicalizado a su Partido Republicano hasta el punto de acercar a su país al abismo económico con tal de no romper con su dogma ideológico contra la subida de impuestos. El acceso de partidos xenófobos populistas (derechistas en lo social, no siempre en lo económico) a la representación parlamentaria es ya un hecho en prácticamente la mitad de los Estados miembros de la UE. Y el caso de las escuchas ilegales de News of the World ha puesto de relieve la falta de escrúpulos de un imperio mediático con un programa ideológico al servicio de su modelo empresarial. En Europa, Estados Unidos y otros países como Australia y Canadá, la derecha moderada, que empezó a crecer con la caída del muro de Berlín y la crisis ideológica de la izquierda, corre el riesgo de ser devorada, a la par que la propia izquierda, por un radicalismo que no se detiene ante los límites éticos del Estado democrático.

La crisis económica ha puesto de relieve el extremismo de la doctrina económica que prevaleció en Occidente, y que desde allí se impuso a otros, en las dos últimas décadas. El llamado consenso de Washington tuvo efectos devastadores para las economías en desarrollo de América Latina, África y Asia, y los tiene, y tendrá, en las de Europa y Estados Unidos. La reacción al desastre que se desencadenó en 2008, sin embargo, no ha sido la autocrítica, sino una ofensiva todavía mayor para asentar unos dogmas económicos que han demostrado sus carencias. En Europa se impone una mal llamada ortodoxia que podría condenar a toda la eurozona, y en especial a los mediterráneos, a lustros de crecimiento anémico en pos de una supuesta virtud macroeconómica ciega a la realidad del momento. En Estados Unidos la contraofensiva de Wall Street se ha combinado con el populismo antiimpuestos para hacer prácticamente imposible la reforma, incluso moderada, de un sistema cuyas disfunciones han quedado patentes.

Si en el terreno económico este radicalismo tiene raíces en América, Europa tiene el dudoso honor de llevar la vanguardia en otro tipo de radicalización, la xenófoba. El discurso contra la diferencia ha hecho furor en muchos países europeos. Ya sea el inmigrante (real o imaginario, de primera generación o de cuarta) o la minoría nacional (en Europa Central y Oriental) se ha convertido en el blanco preferido de una nueva ola de partidos populistas que han logrado éxitos no desdeñables, incluyendo la entrada en Gobiernos de países como Italia, Austria o Dinamarca. Los atentados del 11 de septiembre de 2001 pusieron en primera línea los argumentos que tienen como diana al islam, que han hecho fortuna a ambos lados del Atlántico. Ante una nueva fuerza con gran empuje electoral que amenazaba su hegemonía, las derechas tradicionales han adoptado parte del discurso radical, poniendo en peligro la convivencia en barrios y pueblos, y logros históricos como el melting pot en Estados Unidos o la libre circulación de personas entre Estados europeos.

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Esta radicalización se ha vivido también en el discurso público, donde se banaliza el recurso a tildar al adversario de enemigo (un clásico del populismo) y se presentan las soluciones de consenso como una capitulación. El imperio de Rupert Murdoch se ha convertido en la cara más visible de un modo de hacer periodismo que fuerza no solo los códigos deontológicos de la profesión, sino incluso los límites éticos en democracia. En su carrera hacia el poder, desde el nuevo laborismo de Blair hasta los conservadores de mayor tradición democrática no han dudado en aliarse con él.

El extremismo violento no es patrimonio exclusivo de la derecha ni de la izquierda: en ambos lados es una excepción patológica. Pero el radicalismo ideológico en Occidente está recorriendo caminos muy distintos: mientras las opciones de extrema izquierda no han logrado atraer a la izquierda moderada y al centro-izquierda hacia sus opciones, la ultraderecha y el populismo xenófobo están consiguiendo mover a los partidos de la derecha tradicional hacia posiciones alejadas de su tradición democrática: aislacionistas, nacionalistas, intolerantes con la diversidad y rígidamente ideológicas en lo económico. La izquierda, en especial la socialdemócrata, tiene clara conciencia de estar en crisis. Pero la derecha democrática, con sus éxitos electorales y su capacidad por mover el llamado centro político hacia su campo, no puede mirar hacia otro lado ante estas amenazas.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Democracia/ataque/elpepiint/20110726elpepiint_7/Tes DEBATES NORUEGA

Populismo: cuidado, puede quemar 26 julio 2011 TROUW AMSTERDAM

Manifestación en Ámsterdam: "El extremismo perjudica seriamente la salud. 10 de enero de 2008.

AFP Aunque Anders Breivik sea el único responsable de las atrocidades cometidas en Noruega, ha sacado sus ideas delirantes de un entorno populista. Esto dice mucho sobre el estado de ánimo de Europa, afirma un historiador neerlandés. Jan Dirk Snel

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Tras los terribles atentados de Anders Breivik en Noruega, se intensifican los debates sobre la relación entre el asesino y los círculos ideológicos con los que se le vincula. De hecho, en atentados anteriores, como el asesinato de Theo van Gogh [polémico realizador neerlandés asesinado en 2004 por un extremista islamista], ¿no se habían pedido cuentas a los correligionarios de los autores? Si entonces se consideraban a los musulmanes responsables ¿podríamos tratar del mismo modo a los defensores de la ideología de la nueva derecha a la que se adhería Breivik?

Habrá pocas personas que compartan o legitimen la forma con la que Breivik justifica su masacre. Él es el único responsable. Y tan sólo podemos pedir cuentas a las personas que justifican o explican sus atrocidades desde un punto de vista ideológico y que comparten el conjunto de sus ideas. Al igual que sólo podíamos juzgar a las personas que compartían la ideología violenta de Mohamed Buyeri, el asesino de Theo van Gogh. Pero ahí queda todo.

Breivik se basó en una ilusión La justificación de la violencia de Breivik procede de una ilusión según la cual Europa está amenazada por los políticos que apoyan el multiculturalismo y por el islam. Su manifiesto de 1.500 páginas "2083, una declaración europea de independencia" está repleto de teorías conocidas en los medios de la nueva derecha, representada en Países Bajos por el PVV.

Se trata sobre todo de una visión deformada del mundo, en la que Europa estaría amenazada por el islam. Breivik cita a Geert Wilders [líder del partido populista PVV], que sostenía que los marroquíes iban a colonizar Países Bajos y que no llegaban para integrarse, sino para someter a los neerlandeses. También escuchamos entre algunos miembros del PVV las teorías sobre el peligro del "marxismo cultural".

Difundir mentiras no es un acto tan inocente Se trata en este caso de una imagen deformada de la realidad que no tiene nada que ver con la realidad social. Es la visión del mundo de la que Breivik ha sacado sus violentas conclusiones. Él mismo es responsable de ello. Pero el hecho de que haya podido reunir tantas ideas delirantes dice mucho del estado de ánimo de Europa, y en especial de Países Bajos, donde un movimiento con estas ideas está asociado al Gobierno mediante un acuerdo de apoyo [en el Parlamento].

La violencia de Breivik fue un acto que cometió él. Él es el único responsable. Pero Breivik comparte su visión del mundo falsa y delirante con otros. Y partiendo de ahí, ahora debemos pedir cuentas a todos los adeptos. No es un acto tan inocente difundir mentiras, crear espectros engañosos. Al que deforme la realidad no se le debe tomar en serio como a las numerosas voces en el debate social. Hay que tratarle con rigor. Le podemos exigir que deje de engañar a la gente. Y esto se aplica también a los populistas neerlandeses que propagan la ideología de la nueva derecha. Se acabó el juego. Es la hora de la verdad.

CONTRAPUNTO Cuidado con explotar demasiado la política

"Demasiada política perjudica a la política", advierte Maroun Labaki en Le Soir, que recuerda que para el presidente de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, la masacre noruega "requiere una respuesta europea, una respuesta común en defensa de la democracia" y que un portavoz del Partido Socialista francés ha censurado con dureza

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"la ideología del choque de civilizaciones y de la incompatibilidad de las culturas" que conduce hacia el "odio y el terrorismo".

"El debate político es un valor en sí mismo. La explotación política, o propia de los políticos, por el contrario, apenas engrandece a quienes la ejercen", afirma el periodista, que recuerda que el suceso es el acto "de un único hombre. No es una milicia fascista que desembarca a ritmo de desfile marcial en la isla de Utoya".

"No es nuestra intención banalizar sobre la extrema derecha y la derecha populista. Son peligrosas para la democracia y, la segunda, mucho más de lo que se cree, con una simpleza que contamina la derecha tradicional y el debate público", añade el periodista, pero "hay que pensar con la cabeza".

http://www.presseurop.eu/es/content/article/797441-populismo-cuidado-puede-quemar

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REPORTAJE: Masacre en Noruega

Cuando Europa mira para otro lado La UE se ha concentrado en el terrorismo islámico ignorando la amenaza de la extrema derecha R. MARTÍNEZ DE RITUERTO - Bruselas - 26/07/2011

El doble atentado de Oslo, de inspiración ultraderechista, ha sorprendido a la Unión Europea mirando para otro lado: a la amenaza del terrorismo islámico, "considerada como la principal por la mayoría de los Estados", según el último informe de Europol, la agencia que coordina las actividades policiales y de seguridad en los Veintisiete. Europol se propone ahora crear una célula con medio centenar de efectivos para investigar las amenazas de origen no islámico en los países nórdicos para cubrir urgentemente las inmensas lagunas en la materia de los responsables europeos de seguridad.

La lucha antiterrorista a escala comunitaria es una entelequia, al ser una atribución exclusiva de los Estados, cada uno de los cuales actúa en este asunto según sus propias circunstancias y preferentemente en relaciones bilaterales. De hecho, el núcleo duro antiterrorista en la UE lo forma el G-6, constituido originalmente por Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido, al que luego se sumó Polonia, sexteto no asociado orgánicamente a los Veintisiete.

Para ellos, con su poder ejecutivo, Europol es un mero instrumento, que tiene valor como coordinador de actividades genéricas y punta de lanza de determinadas actuaciones, como la que acaba de anunciar el director del ente sobre la creación de una célula específica de investigación sobre el terrorismo no islámico en Escandinavia.

Porque el hecho es que, hasta ahora, "el terrorismo islámico sigue siendo considerado como la principal amenaza por la mayoría de los Estados", de acuerdo con el informe de Europol de 2010, referido a 2009, último disponible. Como ataques terroristas de ultraderecha solo da cuenta el documento de cuatro intentos frustrados en Hungría. Noruega no figura en ese informe.

Europol, que ayer no respondía en su sede de La Haya a las llamadas realizadas desde Bruselas, no tenía en su web ninguna referencia a los sucesos de Oslo y ofrecía como última noticia una fechada el 18 de julio sobre cómo se había coligado con Eurojust, otra agencia europea, para combatir a los extremistas proderechos de los animales.

La estrategia antiterrorista de la UE, adoptada en 2005 a raíz de los atentados de Madrid de 2004, no alude a la extrema derecha. La palabra derecha (right, en inglés) solo está asociada a los derechos humanos, maridaje que se repite en el informe de actualización del pasado enero. Extremismo y extremistas se vinculan en 2005 con terroristas y extremistas en el contexto del choque entre islam y Occidente.

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, habló ayer en Londres de la necesidad de dar "una respuesta europea compartida" contra el fanatismo, el radicalismo y la xenofobia. Zapatero no se refirió a ninguna respuesta concreta, porque hoy por hoy no puede haber nada más allá de la retórica o de los gestos simbólicos.

"Los servicios de información de los distintos países no quieren trabajar de manera institucionalizada ni multilateral", dice un diplomático, lo que confirma un policía: "A Europol no se le da información porque a veces los policías ni siquiera se la pasan entre compañeros, no sea que el otro le vaya a quitar una medalla".

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Europa/mira/lado/elpepiint/20110726elpepiint_6/Tes

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Muammar Gaddafi could stay in Libya, William Hague concedes Foreign secretary opens path for political peace as British planes step up bombing before Ramadan

Nicholas Watt and Richard Norton-Taylor

guardian.co.uk, Monday 25 July 2011 20.20 BST

Muammar Gaddafi could stay in Libya but would have to give up power, according to a political settlement plan initiated by Britain. Photograph: Sabri Elmhedwi/EPA

Britain is prepared to agree to a political settlement in Libya that would see Muammar Gaddafi remain in the country after relinquishing his hold on power, the foreign secretary, William Hague, has said.

As British aircraft step up the bombing against Gaddafi's security and intelligence apparatus before the arrival of Ramadan on 1 August, Hague said the focus should be on ensuring that the Libyan leader leaves power. Speaking at a press conference in London Monday with his French counterpart Alain Juppé, who has been more relaxed about Gaddafi's personal future, Hague said it was up to the Libyan people to decide his future.

"What happens to Gaddafi is ultimately a question for the Libyans," Hague said. "It is for the Libyan people to determine their own future. Whatever happens, Gaddafi must leave power.

"He must never again be able to threaten the lives of Libyan civilians nor to destabilise Libya once he has left power.

"Obviously, leaving Libya itself would be the best way of showing the Libyan people they no longer have to live in fear of Gaddafi. But as I have said all along, this is ultimately a question for Libyans to determine."

British sources said that Hague was not denoting a shift in British thinking because ministers have maintained from the start of the military action in March that the future of Libya will be decided by its own people.

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But on 28 February, a few weeks before the launch of the air campaign, David Cameron told MPs that Gaddafi must go. "We should be clear that for the future of Libya and its people, Colonel Gaddafi's regime must end and he must leave," he said at the time.

Libyan rebel leader Mustafa Abdel Jalil has said Gaddafi and his family could stay in the country if they gave up power. His concession, in an interview with the Wall Street Journal, reflects those by Nato governments, including Britain and France, which are now suggesting Gaddafi might not be arraigned before the international criminal court (ICC) in The Hague for war crimes.

Juppé said Britain and France were in agreement in demanding that Gaddafi relinquish power. But the French foreign minister was more relaxed about Gaddafi's personal future. "On Libya, since the beginning, we have been engaged in the same operation with the same goal which is to allow the Libyan people to achieve liberty and democracy. We are clear that the goal must be that Gaddafi must give up power and all his military and civil responsibilities and then it is for the Libyan people to decide what their fate is: will it be within or outside Libya?

"We are continuing to work on this. We are keeping up the military pressure and co-operating with the Libyan transitional council," he added.

Hague and Juppé also appeared to differ on whether Gaddafi should face the ICC. Juppé said it was important to uphold the principle that nobody is immune from prosecution. The transitional council in Libya has indicated that it would send Gaddafi for trial at the ICC.

But Hague indicated that Britain may be prepared to see Gaddafi escape justice. Asked whether Gaddafi could secure immunity from prosecution, the foreign secretary said: "The British government is very in favour of the powers of the ICC and the requirements of the ICC being complied with. So I think you are trying to take us down a hypothetical route."

It is understood that Britain hopes to tempt Gaddafi out of Libya by saying that he can go to a country that does not recognise the ICC.

The talks came as the RAF dropped "precision" weapons on the Central Organisation for Electronic Research, described by the Ministry of Defence as "a cover for the regime's nefarious activities".

It said that until Gaddafi's renunciation of weapons of mass destruction in 2003, the facility was responsible for his long-range missile development programme.

Intensive surveillance by Nato over the past weeks had revealed the building was still being "actively used by his security apparatus to repress the civilian population, and was thus a wholly legitimate target", Major General Nick Pope, Britain's chief military spokesman, said.

The attack on the building came a day after the MoD said RAF aircraft had breached the walls of Gaddafi's command complex in central Tripoli.

"Gaddafi has for decades hidden from the Libyan people behind these walls," said Pope. "The vast Bab al-Aziziyah compound is not just his personal residence but more importantly is also the main headquarters for his regime." http://www.guardian.co.uk/world/2011/jul/25/gaddafi-libya-william-hague-plan/print

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Masacre en Noruega

La ultraderecha amenaza Europa El extremismo, tintado de nacionalismo y xenofobia, ha dejado de ser tabú y políticos respetables se acercan a él RICARDO MARTÍNEZ DE RITUERTO - Bruselas - 25/07/2011

A Siv Jensen, la incendiaria líder del Partido del Progreso noruego, se le mojó la pólvora al saber que Anders Behring Breivik, el asesino de Oslo, había militado durante años en sus filas. "Duele saberlo", comentó cuando le dieron la noticia. "Lo que ha ocurrido es una terrible tragedia y lo importante es que los noruegos estemos juntos". Jensen se encuentra ahora en el centro del escenario, bajo unos focos que la muestran en nutrida compañía de líderes y partidos extremistas europeos, que cazan a placer votos de un electorado a la defensiva por la crisis económica y defraudado por una Unión Europea que no solo no resuelve sus problemas sino que sacrifica en el altar de la

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globalización puestos de trabajo cada vez más escasos. El extremismo político, tintado de nacionalismo y xenofobia, ha dejado de ser tabú cuando políticos tan respetables como Nicolas Sarkozy, Angela Merkel o David Cameron juegan con la idea de que "el multiculturalismo ha fracasado completamente", como mantiene la canciller alemana. Políticos clásicos y radicales pugnan por ese electorado como en una subasta, lo que permite a los analistas aventurar que las ideas extremas modelarán el debate político en Europa.

Además de pedir unidad, Jensen dice estar muy de acuerdo con el primer ministro socialdemócrata, Jens Stoltenberg, en que "lo que necesitamos ahora es más democracia". No explica lo que eso supone ni si teme que la furia asesina de su antiguo correligionario vaya a dañar la fuerza de un partido xenófobo y ultranacionalista que hace casi dos años ella convirtió en la segunda fuerza política nacional, apoyada por el 23% de los noruegos.

El Partido del Progreso es el alumno aventajado de una ideología y un programa muy bien representados en los países nórdicos, antaño tenidos por la encarnación de lo liberal y la tolerancia y donde hoy crece el número de quienes se sienten arrollados por gentes venidas de fuera y de lejos con culturas extrañas y religiones inflexibles. El último en sumarse a esa familia en expansión de los ultranacionalistas ha sido el partido de los Auténticos Finlandeses, encabezado por el pulido Timo Soini con un programa hostil a la UE y contrario a transigir con los derrochadores países del sur, aunque al final haya aceptado que el Gobierno finlandés sea solidario con el plan para rescatar a Grecia y estabilizar las finanzas de la Unión.

Los Demócratas de Suecia también hicieron el año pasado buen papel en las urnas aupados a una plataforma antiinmigración, por más que sigan en el gueto político, al contrario de lo que ocurre con su equivalente en la vecina Dinamarca, el Partido Popular Danés, sostén parlamentario del Gobierno conservador desde 2001. Para su líder, Pia Kjaersgaard, el peligro viene de la todavía tolerante Suecia. "Si quieren convertir Estocolmo, Gotemburgo o Malmö en unos Beirut escandinavos con guerras de clanes, asesinatos por honor y violaciones por bandas, que lo hagan", advirtió Kjaersgaard. "Nosotros siempre podemos poner una barrera en el puente de Oresund". Dicho y hecho. El Gobierno danés ha lanzado un órdago a la UE al imponer de nuevo controles en las fronteras, una congelación de la libertad de circulación que consagra Schengen, sobre cuya legalidad tiene graves dudas Bruselas.

En Austria, en Hungría, en los Países Bajos (con la figura estelar de Geert Wilders, el ídolo antiislámico de Breivik), en Italia, en Suiza o en el Reino Unido la derecha nacionalista y xenófoba tiene ahora unos resultados que convierten a muchos de estos partidos en fuerzas con gran capacidad de influir en las políticas, en ocasiones desde el propio Gobierno, como la Liga Norte en Italia.

Shada Islam, politóloga asociada al European Policy Center, un centro de estudios de Bruselas, cree que "debido a la crisis y a la falta de puestos de trabajo los políticos juegan con las emociones para ganar votos y para ello buscan chivos expiatorios". Lo dijo claramente el holandés Wilders: "La inmigración tiene un enorme impacto económico. Creemos que cortar la inmigración por razones económicas debería ser parte de la campaña. Millones de holandeses creen que inmigración y economía tienen mucho que ver". Con ideas como esas convirtió hace un año a su Partido de la Libertad en la tercera fuerza política holandesa.

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Estas doctrinas y programas se someterán por todo lo grande al veredicto de las urnas en la elecciones presidenciales francesas del próximo mes de mayo, en las que Marine Le Pen está llamada a jugar un papel crucial, según los sondeos: "Izquierda y derecha ya no significan nada; tanto izquierda como derecha están por la UE, el euro, el libre comercio y la inmigración. La verdadera fractura está ahora entre quienes apoyan la globalización y los nacionalistas", replicaba en un reciente debate en París a Charles Grant, director del Center for European Reform (CER), un instituto de análisis político de Londres.

Grant refiere la experiencia de su encuentro con Le Pen en un informe que publicó la semana pasada, donde da cuenta de cómo la nueva líder del Frente Nacional está distanciándose de la extrema derecha, ha abandonado el racismo y la islamofobia de su padre, y se presenta como una fuerza nacionalista con supuestos de política económica propios de la vieja izquierda.

"Creo que Le Pen tiene razón cuando dice que la fractura política en Europa está entre nacionalistas y globalizadores", escribe Grant, quien no cree que los problemas tengan las soluciones (abandonar el euro, la UE y la OTAN) que ella propugna. Sus ideas "pueden ser extremas, pero dado el desastre en que está inmersa Europa, no le costarán votos entre quienes quieren dar una patada a las élites de París y Bruselas por su (aparente) presunción, soberbia e incompetencia".

"Aunque no llegue a ganar, ella -como sus equivalentes en Austria, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos y Suecia- está modelando el debate político en su país", concluye el politólogo británico.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/ultraderecha/amenaza/Europa/elpepiint/20110725elpepiint_4/Tes

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07/25/2011 11:49 AM Blogging Hate

Anders Breivik's Roots in Right-Wing Populism By Frank Patalong

He was a prolific contributor to extremist blogs and had ties to right-wing populists: The murderer from Norway did not, it would seem, come out of nowhere. Rather, he had found an ideological home among those seeking to cleanse Europe of Islam and multi-culturalism. They are seeking to distance themselves. As news of the horrifying massacre on the Norwegian island of Utøya began spreading, it wasn't long before it became clear that the perpetrator came out of the anti-Muslim, extreme nationalist camp. For years, he had been leaving his traces in several right-wing blogs and in other online writings.

It also didn't take long for those behind many of the sites carrying those blogs and writings to go on the defensive. They immediately tried to distance themselves -- not, of course, from the nationalist, anti-Islam tone, but from the methods used.

Anders Behring Breivik, the message seemed to be, may have been a follower of right-wing convictions, but he had misunderstood core elements of the ideology. Bombs and mass murder, according to the argument, are not among the tools one should use in the effort to free the Western world from Muslims, multi-culturalists and Marxists. Nationalists and Christians, according to one right-wing blogger, do not murder children -- and "certainly not children of their own race."

The German blog called Politically Incorrect, which is not considered to be right-wing extremist by Germany's domestic intelligence agency due to its perceived pro-Israeli and pro-American leanings, wrote about the attack under the headline "The Case of Anders B. Is a Conservative Catastrophe." The massacre, the item reads, is a horrifying catastrophe visited upon Norway and the family members deserve "our sympathies."

Drawing the Line But the right wing sees it as a "conservative catastrophe" primarily because of the danger that blame might extend from Breivik to the extremist scene itself. Indeed, wherever Breivik left his digital calling card in recent years, he hardly stood out from the crowd of similar missives. "What he writes," reads an offering on Politically Incorrect, "are largely things that could be found in this forum... Whether Breivik suffered from a psychological illness that has since become worse is not known to us."

Contributors to Document.no -- where Breivik had been active for months and sought out a direct exchange with publisher Hans Rustad -- also seek to draw the line between themselves and Breivik. Given the large degree of ideological crossover, it is not a simple endeavor. The fact that Breivik, as early as Sept. 8, 2009, announced his intention to publish the 1,500 page treatise which is now in circulation -- and repeated the announcement on at least two other occasions -- does not make the effort any easier.

Breivik is also not the sole author of that tome, a work called "2083 - A European Declaration of Independence" and which calls for a crusade against Islam in Europe.

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Hundreds of pages were written by other right-wing bloggers, Breivik simply copied and pasted them into his treatise. Dozens of chapters were published in recent years on blogs like Gates of Vienna (GoV) and The Brussels Journal, two of his most-cited sources. Breivik himself claimed to follow the "Viennese school of thought," a direct reference to GoV.

Stridently Anti-Muslim Such blogs provide a window into a strange scene: pro-Western, exceedingly pro-American and friendly to Israel -- but extremely anti-Muslim, aggressively Christian and openly hostile to everything which is liberal, leftist, multi-cultural or internationalist. It is a "patriotic-nationalist" scene which detests the Nazis but is sympathetic -- to the point of maintaining informal contacts -- to the Tea Party Movement in the US, to the right-wing populist Freedom Party of Austria, to the right-wing football fan group known as the Casuals and to the stridently anti-Muslim English Defence League.

It is a scene which is considered to be militant and ultra-right wing, but which has in the past cooperated with the Jewish Defense League (JDL), a group which has been branded a terrorist organization in the US. Such a connection would be unthinkable for neo-Nazi groups. Indeed, the JDL has even joined demonstrations held by the English Defence League -- a surprising alliance perhaps, but the crossover is clear: Islam is the enemy.

A central tenant of the writings coming out of this scene is that Muslims are currently in the process of taking over Europe with a "demographic Jihad." They use statistics, historical references and precarious prognostications in an effort to feed the extreme right with an intellectual-sounding foundation for their hatred of foreigners. The scene is extremely well networked and growing rapidly. Breivik himself claims to have participated in the creation of a Norwegian chapter of the English Defence League, called the Norwegian Defence League.

Both groups sought to distance themselves from Breivik on Sunday. "We can categorically state that there has never been any official contact between (Breivik) and the EDL," read a statement on the EDL website.

Searching for a Way into the Mainstream Nothing is as important to the far-right as establishing a respectable presence throughout Europe. Members see themselves as "anti-Jihad," a counter balance. They are striving for attention in the media, on the streets and in parliaments. Breivik himself was engaged in Norway's right-wing party the Fremskrittspartiet, or the Progress Party. They must be relieved that he left the party early on.

According to some evidence, the suspect shifted his political activities some nine years ago to the written word and subversive sources. For a number of years he has been sprinkling his views around right-wing blogs. On Saturday Breivik's web presence -- in particular his ideological proximity to one of the biggest stars of the right-wing scene -- sparked a bizarre conflict. A far-right blog called LittleGreenFootball, known simply as LGF to insiders, started a rumour that Breivik was none other than the well-known rightist blogger "Fjordman."

The blogger, known for his radical, elegantly formulated essays against Muslims, liberals and multi-culturalism, has since made a number of postings denying the rumor.

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Since then web chatter has focused on how, as an arsonist, he was "only" Breivik's inspiration.

Fjordman, the Intellectual Stooge There are almost no arguments to disprove this claim, thanks to Breivik's activities. Already in 2009 Breivik, whose email address was [email protected], directly contacted Fjordman in hopes of interesting him in what was then a 1,100-page document outlining his ideology. But Fjordman was reportedly unmoved because it offered nothing to differentiate itself "from all the others," and contained nothing that Fjordman hadn't already heard "at the pub."

But the top blogger has missed something. Though it may have been without his consent, as Breivik's most-quoted source, Fjordman is the most important co-author of the polemic.

The document by Breivik is no monograph or political-literary outpouring by a madman, who had clearly been planning a devastating attack for years. Instead it is a type of collage. The document "2083" comprises long sections of articles and essays found by Breivik in various "patriotic," "national" and "conservative" publications and blogs. This makes Fjordman the actual author of several hundred pages in the convoluted bundle -- in total some 38 chapters or subsections stem from his work. These sections fit in seamlessly with this "opus," which calls on Europeans to engage in a bloody anti-jihad movement that goes as far as martyrdom.

The enemy, he makes it clear, are all those who are responsible for the Islamization of Europe -- those who are not nationalists in the same vein as himself. In his words it sounds like this: "(...) it's in your interest to help out your French, British, German, Scandinavian etc brothers to defeat the cultural Marxists/multiculturalists here in European metropolitans. Travel here yourself, transfer funds, give your moral support, become a martyr in the fight yourself --anything will be greatly appreciated."

And that's what Breivik did. On the island of Utøya alone he shot 68* young people who, according to his warped senses, embodied "cultural Marxists." He invested years in planning these murders, and even more. In his "2083" scribblings he wrote: "Creating this compendium has personally cost me a total of €317,000 (...) All that, however, is barely noticeable compared to the sacrifices made in relation to the distribution of this book, the actual marketing operation."

Two catastrophic, cold-blooded attacks with a total of 76* dead and hundreds of others traumatized for life or injured. This, in the words of the perpetrator, is a "marketing operation."

*An earlier version of this article stated that 85 people had been killed on the island of Utøya, and another seven in the bomb attack in Oslo, totalling 93. Police have since adjusted this count to 68 on Utøya and eight in Oslo, bringing the total dead to 76.

URL: • http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776413,00.html

Related SPIEGEL ONLINE links: • Norway's Black Friday: A Chronology of the Twin Attacks (07/25/2011)

http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776437,00.html

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• The World from Berlin: 'Open Societies Pay a High Price' (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776436,00.html

• Mourning the Utøya Victims: Norwegians Respond to Massacre with Quiet Dignity (07/25/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776365,00.html

• The Campers of Utvika: A Tale of Heroism During the Norwegian Massacre (07/24/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776287,00.html

• Norway's 'National Tragedy': Over 90 Dead in Twin Attacks (07/23/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776078,00.html

• Attacks in Norway: Police Identify Right-Wing Extremist as Suspect (07/23/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776091,00.html

• 'Closeness Amid Our Sorrow': Norway Mourns Victims of Twin Attacks (07/23/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776268,00.html

• Explosion and Shooting: Norway Shocked by Twin Attacks (07/22/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,776071,00.html

07/25/2011 05:21 PM

Poet Al Jalawi

Violence Against Writers in Bahrain 'as Bad as Ever' The poet Ali Al Jalawi has been imprisoned twice in his home country Bahrain. He has now fled to Germany where he spoke to SPIEGEL about the dangers facing writers and activists -- and why, despite everything, he wants to return home. SPIEGEL: Mr. Al Jalawi you are a famous poet in your home country of Bahrain but you are now seeking refuge in Germany. Why?

Al Jalawi: Following the democratic protests in February, there have been raids across the country and many people have been imprisoned. I recited a poem to demonstrators on a large square in the center of the capital Manama. Afterwards I heard that my parents had been visited by the security forces and I knew that I would have to leave Bahrain. First, I travelled to Lebanon and then came to Germany.

SPIEGEL: What were you afraid might happen?

Al Jalawi: In the 1990s I was in prison twice. The first time I was imprisoned because of a poem that I wrote when I was 17 and the second time it was because I had joined a campaign for political rights. I was tortured and I do not ever want to experience that again.

SPIEGEL: Has violence against writers increased in recent months?

Al Jalawi: There were always three big taboos which were not to be written about: sex, religion and politics. If you wrote about them you would go straight to prison. In recent

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years the situation improved a bit but now it is as bad as it has ever been. I know two writers who died after spending two days in prison.

SPIEGEL: What are your plans in Germany?

Al Jalawi: My temporary visa has just expired but fortunately the writers' organisation PEN arranged a fellowship for me in Weimar. I am very grateful -- it saved me from a lengthy asylum application.

SPIEGEL: Do you believe that the situation in Bahrain will soon change?

Al Jalawi: No. The royal family and the ministers have been in power for a very long time and they will do every thing they can to extend their power. I think that I will have to stay in Germany for a long time. But even though my country is a desert, I want to go back. I left my wife and 10-year-old son behind.

Interview conducted by Johan Dehoust

URL: • http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,776490,00.html

Related SPIEGEL ONLINE links: • Has the Arab Spring Stalled?: Autocrats Gain Ground in Middle East

(05/18/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,762861,00.html

• The World from Berlin: US and Germany Offer 'Feeble Opposition' to Bahrain Crackdown (03/17/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,751508,00.html

• Arab League Secretary-General Amr Moussa: 'The Beginning of an Epochal Development' (03/16/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,750969,00.html

• Zero Hour in the Middle East: What the Arab World's Past Can Tell Us About Its Future (03/08/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,749537,00.html

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SOCIEDAD NORUEGA

Ni Stieg Larsson lo vio venir 25 julio 2011 CORRIERE DELLA SERA MILÁN

Intervención de los equipos de salvamento tras el atentado contra la sede del Gobierno en Oslo, el 22 de julio.

AFP Hasta la matanza del 22 de julio, se consideraba a Noruega inmunizada contra el extremismo. A pesar de no contar con un verdadero reflejo político, se ha organizado un movimiento radical cuyo alcance todavía se desconoce. Paolo Valentino ¿Se puede prever lo imprevisible? ¿Se puede comprender lo incomprensible? ¿Se podrían haber previsto las oscuras intenciones de Anders Behring Breivik? Stieg Larsson es, durante estos días, una cita recurrente. Durante los años noventa, el autor sueco de novelas policíacas levantó las sospechas sobre los virajes violentos de los grupos de extrema derecha en Escandinavia.

En su revista Expo, el autor de la trilogía Millenium fue clarividente y lo pagó recibiendo agresiones y amenazas. Y, sin embargo, él también se hacía ilusiones, porque todos estábamos fascinados con la imagen de una Noruega inocente, con la apertura de una sociedad que parecía inmunizada contra el virus de la intolerancia. Fue Stieg Larsson quien desveló que Suecia, cuyos grupos neonazis se manifiestan cada vez más arrogantes, era la productora número uno de música "White Power" (poder blanco) y de otras demencias racistas.

Incluso un agitador de conciencias como Stieg Larsson consideraba que los extremistas noruegos estaban en su primera fase, desorganizados; se trataba de grupúsculos compuestos por individuos aislados con ideas confusas e incoherentes que llegaban casi siempre borrachos a las reuniones de sus grupos.

Nada que ver con los populismos europeos Si dicha imagen ha pervivido, apenas sorprende que haya evolucionado hasta aquí. En efecto, han transcurrido 15 años. Según se sostiene hoy en día, la extrema derecha

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noruega ha creado estrechos vínculos criminales con otros movimientos en el extranjero, en Europa, en Rusia, y hasta en Estados Unidos. El informe anual de la PST, los servicios secretos de información noruegos, publicado en marzo, recogía un "grado creciente de activismo en el seno de los grupos islamófobos" así como un "aumento de la actividad en los círculos de extrema derecha" durante 2010. Pero el estudio concluía que los grupos o los individuos de extrema derecha "no [constituían] un peligro grave para la sociedad".

"Nadie previó la tragedia", reconoce Kari Helene Partapouli, del Centro Noruego contra el Racismo. Para ella, existen numerosos elementos que ayudaban a crear la ilusión de inmunidad. La nebulosa xenófoba, nacionalista e islamófoba nunca había encontrado en Noruega verdaderos reflejos políticos, y sobre todo, carecían de líderes carismáticos. El movimiento más populista del país es el Partido del Progreso de Siv Jensen, que exige el endurecimiento de la legislación migratoria. Anders Behring Breivik militó en él entre 2004 y 2006. Antes de abandonar el partido, se le veía visiblemente descontento con esa línea excesivamente moderada.

Pero nada que ver con la marea creciente de nuevos populistas europeos, como los así llamados "Demócratas de Suecia" de Jimmie Akesson que, al igual que el Partido del Pueblo Danés de Pia Kjærsgaard o el PVV holandés del muy hábil e igualmente atemperado Geert Wilders, los cuales son ahora personæ gratæ en los salones donde se discute la política nacional. Incluso analizando más a la derecha y franqueando el umbral indecente del neo-nazismo antisemita o anti-gitano, Noruega carece de movimiento semejantes al Jobbik [Movimiento por una Hungría mejor] del húngaro Gábor Vona.

El debate sobre el multiculturalismo, el gran ausente "En Noruega – explica Kari Helene Partapouli – no se plantea un gran debate sobre el fracaso del multiculturalismo, tal y como hemos visto en Dinamarca o en los Países Bajos". Evidentemente, Jonas Gahr Støre, el ministro noruego de Asuntos Exteriores, afirma hoy que el extremismo de derechas es un "fenómeno que ha de tomarse muy en serio".

En Anders Behring Breivik reside la clave del misterio. A estas alturas, el único vínculo con el extranjero que se le ha establecido es su registro en el blog neo-nazi sueco Nordisk, fundado en 2007, el cual cuenta con 22.000 miembros y recalca la importancia de "la identidad, la cultura y las tradiciones históricas de los países nórdicos". A él pertenecen tanto miembros del Parlamento sueco como representantes de movimientos neo-nazis o xenófobos.

Desde luego, un proyecto tan planificado, que consiste en colocar una bomba asesina y en sostener un fusil para abatir a decenas de adolescentes, es fruto de un espíritu perturbado y apunta hacia la locura. En cualquier caso, los poderes públicos, los investigadores y la opinión pública todavía tienen una duda: ¿realmente ha actuado en solitario? De la respuesta a esta pregunta dependen las repercusiones que tendrá esta masacre sobre el propio país y sobre el resto de Europa.

http://www.presseurop.eu/es/content/article/794681-ni-stieg-larsson-lo-vio-venir

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ft.com world Europe

July 24, 2011 7:00 pm

Killer personifies rise of new far-right By Robin Wigglesworth in Oslo and Quentin Peel in Berlin

Experts and Norwegian politicians say Anders Behring Breivik in many respects typifies a new breed of conservative extremists who have risen in prominence in recent years, in Norway and across Europe, supplanting longer-established but often withering groups of mostly white supremacists.

“He’s representative of a new type of rightwing extremism. Rather than the old neo-Nazis they are pro-Israel and driven by radical anti-Islam,” says a senior Norwegian Conservative politician. “This is a clear trend across Europe, which has been gaining ground and becoming more mainstream in many countries.”

More ON THIS STORY Norway gunman says he is part of group Europe on alert after Norway attacks Comment Norway’s lost innocence ‘I decided I would rather drown than be shot’ Editorial Comment The world mourns a paradise lost

In addition to Norway’s Progress party – of which Mr Breivik was a member – the anti-immigrant Danish Peoples’ party, the rehabilitated neo-Nazi Sweden Democrats, the True Finns, Geert Wilders’ Party for Freedom in the Netherlands and France’s National Front have become electoral forces in recent years.

Norway and the Nordic countries have in the past had relatively large neo-Nazi movements. While the Sweden Democrats have been able to enter national politics, most other groups have faded over time.

The most infamous far-right group in Norway was Nasjonal Samling, Vidkun Quisling’s party that ruled Norway during the German occupation in the second world war. The party disappeared after liberation – and overtly neo-Nazi groups have often struggled to gain mass support due to an association with the occupation – but several similar homegrown movements have since sprung up.

Chief among these is Vigrid, a white supremacist group that venerated Norse gods, and White Choice Alliance, which unsuccessfully contested parliamentary elections in 1997. Vigrid was closed down in 2009 after the retirement of chief ideologue Tore Tvedt, and White Choice faded in the late 1990s, to be replaced by smaller groups.

While Mr Breivik dismisses the larger anti-immigration parties’ prospects for change through democratic means – and neo-Nazi parties, which he groups in communists and Muslims – he frequently lauds fringe groups in his manifesto.

These groups include Stop Islamisation of America and Stop Islamisation of Europe, websites such as JihadWatch and Gates of Vienna, and the True Finns, some of whose members were sent the manifesto shortly before his killing spree started.

Mr Breivik also talks of his links to and friendship with members of the UK’s English Defence League. But he chides the EDL for being “dangerously naive” in pursuing a democratic path, and instead advises it to attack a nuclear plant to “cripple the British economy, contributing to creating an optimal climate for significant political change”.

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Groups cited in Mr Breivik’s screed rushed to condemn the attacks and disavow any links to him.

Experts are uncertain if the attacks are part of, or could trigger, a wider phenomenon of rightwing violence in Europe. “The nationalist, anti-immigration movement has first and foremost been an internet phenomenon,” says Tore Bjorgo, an expert on rightwing extremism and professor at the Norwegian Police University College. “It was pretty unexpected that the movement would breed terrorism of this kind.”

Mr Breivik is thought to have operated alone, and experts say allusions to a larger pan-European organisation may be a figment of his imagination. But it is much harder to detect radicalisation among the new strain of conservative extremists because of the movement’s lack of cohesion and its online nature, Mr Bjorgo warns.

Hans-Peter Friedrich, Germany’s interior minister, called for an early warning system for European security services to alert each other to potential threats, including from extreme rightwing radicals.

He said the German security services were already watching far-right political activists “intensively”, but the “dreadful” events in Norway proved the dangers that still existed from the acts of fanatical individuals.

“Security precautions in Germany are already at a very high level,” he told Bild am Sonntag newspaper. “They are constantly reviewed. Current developments and events are always taken into account.”

Meanwhile Europol, the European police agency based in The Hague, announced it was setting up a task force of more than 50 experts to help investigate non-Islamist threats in Scandinavian countries.

Soeren Pedersen, an agency spokesman, said “there have actually been warnings that [rightwing groups] are getting more professional, more aggressive in the way they attract others to their cause”.

It is clear from Mr Breivik’s manifesto – for which the bloody attacks were partially a marketing ploy – that he fully expects to have fired the first shots in a civilisational conflict.

“The first raindrop marks the coming of a great and unstoppable cultural conservative tidal wave. This tidal wave will release western Europe of cultural Marxism and will result in the banishment of Islam for the third time,” he wrote. “Celebrate us, the martyrs of the conservative revolution, for we will soon dine in the kingdom of heaven.”

http://www.ft.com/intl/cms/s/0/55aab1f8-b60d-11e0-8bed-00144feabdc0.html#axzz1TIcHMGei

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Europe July 23, 2011

Oslo Suspect Wrote of Fear of Islam and Plan for War By STEVEN ERLANGER and SCOTT SHANE OSLO — The Norwegian man charged Saturday with a pair of attacks in Oslo that killed at least 92 people left behind a detailed manifesto outlining his preparations and calling for a Christian war to defend Europe against the threat of Muslim domination, according to Norwegian and American officials familiar with the investigation.

As stunned Norwegians grappled with the deadliest attack in the country since World War II, a portrait began to emerge of the suspect, Anders Behring Breivik, 32. The police identified him as a right-wing fundamentalist Christian, while acquaintances described him as a gun-loving Norwegian obsessed with what he saw as the threats of multiculturalism and Muslim immigration.

“We are not sure whether he was alone or had help,” a police official, Roger Andresen, said at a televised news conference. “What we know is that he is right wing and a Christian fundamentalist.”

In the 1,500-page manifesto, posted on the Web hours before the attacks, Mr. Breivik recorded a day-by-day diary of months of planning for the attacks, and claimed to be part of a small group that intended to “seize political and military control of Western European countries and implement a cultural conservative political agenda.”

He predicted a conflagration that would kill or injure more than a million people, adding, “The time for dialogue is over. We gave peace a chance. The time for armed resistance has come.”

The manifesto was signed Andrew Berwick, an Anglicized version of his name. A former American government official briefed on the case said investigators believed the manifesto was Mr. Breivik’s work.

The manifesto, entitled “2083: A European Declaration of Independence,” equates liberalism and multiculturalism with “cultural Marxism,” which the document says is destroying European Christian civilization.

The document also describes a secret meeting in London in April 2002 to reconstitute the Knights Templar, a Crusader military order. It says the meeting was attended by nine representatives of eight European countries, evidently including Mr. Breivik, with an additional three members unable to attend, including a “European-American.”

The document does not name the attendees or say whether they were aware of Mr. Breivik’s planned attacks, though investigators presumably will now try to determine if the people exist and what their connection is to Mr. Breivik.

Thomas Hegghammer, a terrorism specialist at the Norwegian Defense Research Establishment, said the manifesto bears an eerie resemblance to those of Osama bin Laden and other Al Qaeda leaders, though from a Christian rather than a Muslim point

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of view. Like Mr. Breivik’s manuscript, the major Qaeda declarations have detailed accounts of the Crusades, a pronounced sense of historical grievance and calls for apocalyptic warfare to defeat the religious and cultural enemy.

“It seems to be an attempt to mirror Al Qaeda, exactly in reverse,” Mr. Hegghammer said.

Mr. Breivik was also believed to have posted a video on Friday summarizing his arguments. In its closing moments, the video depicts Mr. Breivik in military uniform, holding assault weapons. Rarely has a mass murder suspect left so detailed an account of his activities. The manifesto describes in detail his purchase of chemicals, his sometimes ham-handed experiments making explosives and his first successful test detonation of a bomb in a remote location on June 13.

He intersperses the account of bomb-making with details of his television-watching, including the Eurovision music contest and the American police drama “The Shield.”

The manifesto ends with a chilling signoff: “I believe this will be my last entry. It is now Fri July 22nd, 12.51.”

Indeed, the operation appeared to have been extremely well planned.

According to the police, Mr. Breivik first drew security services to central Oslo when he exploded a car bomb outside a 17-story government office building, killing at least seven people.

Then he took a public ferry to Utoya Island, where he carried out a remarkably meticulous attack on Norway’s current and future political elite. Dressed as a police officer, he announced that he had come to check on the security of the young people who were attending a political summer camp there, many of them the children of members of the governing Labor Party.

He gathered the campers together and for some 90 hellish minutes he coolly and methodically shot them, hunting down those who fled. At least 85 people, some as young as 16, were killed.

The police said Saturday evening that they expected the death toll to climb. There were still bodies in the bombed government buildings in Oslo, and at least four people missing on Utoya.

The police also said that unexploded munitions were still in some downtown Oslo buildings, and they had not ruled out the possibility that Mr. Breivik had accomplices.

He was equipped, the police said, with an automatic rifle and a handgun; when the police finally got to the island — about 40 minutes after they were called, the police said — Mr. Breivik surrendered.

The police also said he had registered a farm in Rena, in eastern Norway, which allowed him to order a large quantity of ammonium nitrate fertilizer, an ingredient that can be used to make explosives. The authorities were investigating whether the chemical had been used in the bombing.

Besides the manifesto, Mr. Breivik left other hints of his motives.

A Facebook page and Twitter account were set up under his name days before the rampage. The Facebook page cites philosophers like Machiavelli, Kant and John Stuart Mill.

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His lone Twitter post, while not calling for violence, paraphrased Mill — “One person with a belief is equal to the force of 100,000 who have only interests” — suggesting what he saw as his ability to act.

Those postings, along with what was previously known about Mr. Breivik publicly, aligned with but hardly predicted the bloody rampage he would undertake on Friday.

Before then, he had been a member of the right-wing Progress Party, which began as an antitax protest and has been stridently anti-immigrant and anti-Muslim.

Joran Kallmyr, a member of the party who is now Oslo’s vice mayor for transportation, said he met Mr. Breivik several times in 2002 and 2003 at local party meetings. “He was very quiet, almost a little bit shy,” Mr. Kallmyr said. “But he was a normal person with good behavior. He never shared any extreme thoughts or speech with us. There was absolutely no reason to expect that he could do something like this. We’re very shocked.”

Mr. Breivik quit the party in 2006, apparently disappointed by the party’s move toward the center.

“He didn’t like our politics, I guess, and moved on,” Mr. Kallmyr said.

His Internet posts also indicated contempt for the Conservative Party, which he accused of having given up the battle against multiculturalism.

But on Friday he directed his firepower at the center-left Labor Party, which leads the coalition government.

“Breivik feels that multiculturalism is destroying the society and that the enforcing authority is the prime minister and the Labor Party, the lead party of contemporary Norwegian politics,” said Anders Romarheim, a fellow at the Norwegian Institute for Defense Studies.

But the attacks, along with what appear to have been years of preparation for them, raised questions about whether the Norwegian security authorities, concentrating on threats of Islamic terrorism, had overlooked the threat from the anti-Islamic right.

“This is the Norwegian equivalent to Timothy McVeigh,” the right-wing American who bombed a federal building in Oklahoma City in 1995, said Marcus Buck, a political scientist at the University of Tromso in northern Norway. “This is right-wing domestic terrorism, and the big question is to what extent Norwegian agencies have diverted their attention from what they knew decades ago was the biggest threat” to focus instead on Islamic militants.

The unclassified versions of the last three Norwegian Police Security Service reports assessing national threats all played down any threat by right-wing and nationalist extremists. Instead, the reports emphasized the dangers posed by radical Islam, groups opposed to Norway’s military involvement in Afghanistan and Libya, and others.

The 2011 report, released early this year, concluded that “the far-right and far-left extremist communities will not represent a serious threat to Norwegian society.”

Even after the attacks, that appeared to be the official position.

“Compared to other countries I wouldn’t say we have a big problem with right-wing extremists in Norway,” Prime Minister Jens Stoltenberg told reporters at a news

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conference on Saturday. “But we have had some groups, we have followed them before, and our police is aware that there are some right-wing groups.”

Even if the authorities had focused on right-wing groups, it was unlikely that they would have noticed Mr. Breivik.

Kari Helene Partapuoli, director of the Norwegian Center Against Racism, said Mr. Breivik did not belong to any violent neo-Nazi groups that she was aware of, and his Internet postings, before those of last week, did not espouse violence.

“The distance between the words spoken and the acts that he carried out is gigantic, because what he did is in a different league of what the debates have to do about,” she said.

Arild Groven, secretary general of the Norwegian Shooting Association, a sports group, confirmed that Mr. Breivik had belonged to Oslo Pistolklubb, one of the 520 clubs in the association.

“We all read and watch the news about the shootings in the United States,” Mr. Groven said. “But it doesn’t happen here.”

Mr. Romarheim said in some ways the homegrown nature of the attack made it harder for Norwegians to accept. “With 9/11 in America, people could ask, ‘Who are they?’ and could pour their rage out on someone else,” he said. “But we can’t disavow this person, he’s one of us.”

Steven Erlanger reported from Oslo, and Scott Shane from Washington. Reporting was contributed by Elisa Mala, Michael Schwirtz and Matthew Saltmarsh from Oslo, David Jolly from Paris, Nicholas Kulish from Berlin and Christina Anderson from Stockholm . http://www.nytimes.com/2011/07/24/world/europe/24oslo.html?nl=todaysheadlines&emc=tha2

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Arabia Saudí: Un proyecto de ley antiterrorista impide las manifestaciones pacíficas

22.07.2011 · Amnistía Internacional

Primera página del proyecto de ley al que ha tenido acceso Amnistía Internacional. © AI Londres.- Un proyecto de ley antiterrorista saudí al que Amnistía Internacional ha tenido acceso permitirá a las autoridades perseguir judicialmente la disidencia pacífica como si se tratara de un delito de terrorismo.

La organización ha tenido acceso al texto de la Ley Penal de Delitos de Terrorismo y Financiación del Terrorismo, que permite también prorrogar la detención sin cargos ni juicio. Cuestionar la integridad del rey o el príncipe heredero se penará con 10 años de prisión como mínimo.

La filtración de este proyecto de ley se produce en un momento en que las constantes manifestaciones pacíficas de todo Oriente Medio y el Norte de África están recibiendo por respuesta la represión de los gobiernos.

“Este proyecto de ley plantea una seria amenaza a la libertad de expresión en Arabia Saudí con la excusa de la prevención del terrorismo”, ha manifestado Philip Luther, director adjunto del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

“Si se aprueba, preparará el terreno para que se califiquen de terrorismo incluso los actos más insignificantes de disidencia pacífica y se cometan violaciones de derechos humanos en gran escala.”

Un comité de seguridad del gobierno saudí revisó el proyecto en junio, pero no se sabe si va a ser aprobado ni cuándo.

“Delitos de terrorismo”

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La definición de “delitos de terrorismo” del proyecto de ley es tan amplia que se presta a ser interpretada de modo muy general y a ser aplicada indebidamente, por lo que en la práctica se tratará como delito la disidencia legítima.

Según el proyecto de ley, entre los delitos de terrorismo figurarán actos como “poner en peligro […] la unidad nacional”, “no seguir la ley básica o alguno de sus artículos” o “perjudicar la reputación del Estado o su posición”.

Las infracciones de la ley comportarán severas penas. Se aplicará la pena capital por levantarse en armas contra el Estado o por cualquier “delito de terrorismo” causante de muerte.

Otras disposiciones clave del proyecto de ley son contrarias a las obligaciones jurídicas internacionales de Arabia Saudí, incluidas las que ha contraído en virtud de la Convención de la ONU contra la Tortura.

Derechos de los detenidos El proyecto de ley permite mantener a las personas detenidas en régimen de incomunicación por periodos de hasta 120 días o más largos –en potencia indefinidamente– si lo autoriza un tribunal especial.

La detención en régimen de incomunicación facilita la tortura y otros malos tratos, y cuando es prolongada puede constituir en sí misma tortura.

Lógicamente, a las personas detenidas en régimen de incomunicación se les niega también el acceso a un abogado durante su investigación.

El proyecto de ley permite la detención arbitraria: niega a la persona detenida el derecho a ser llevada con prontitud ante un juez y a ser puesta en libertad o juzgada en un tiempo razonable. Concede al tribunal especializado atribuciones para mantener a la persona detenida sin cargos ni juicio por periodos de hasta un año y prorrogar tal detención indefinidamente. Tampoco ofrece a los detenidos medios de impugnar la legalidad de su detención ante un tribunal.

El proyecto de ley no contiene tampoco una prohibición clara de la tortura y otros malos tratos.

Concede al ministro del Interior amplios poderes para “tomar las medidas necesarias para proteger la seguridad interna de toda amenaza terrorista”. No prevé la autorización ni la supervisión judicial de tales medidas.

“En un momento en que en todo Oriente Medio y el Norte de África la gente está ejerciendo su derecho legítimo a expresar su disidencia y pedir cambios, las autoridades saudíes intentan privar de este derecho a sus ciudadanos”, ha señalado Philip Luther.

“El rey Abdulá debe reconsiderar esta ley y garantizar que no se restringe en nombre de la lucha contra el terrorismo el derecho legítimo de su pueblo a la libertad de expresión.”

http://amnistiainternacional.periodismohumano.com/2011/07/22/arabia-saudiun-proyecto-de-ley-antiterrorista-impide-las-manifestaciones-pacificas/

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Temporary Migration between Morocco and Spain (ARI)

Carmen González Enríquez ARI 111/2011 (Translated from Spanish) - 21/7/2011

Theme[1]: European institutions and international bodies now present Spain's management of temporary migration from Morocco as a success story to be emulated.

Summary: Temporary migration with repeated stays over the years is one of the types of ‘circular’ migration to the EU which the European Commission proposes to foment, especially from neighbouring countries. In Spain, the management of this migration from Morocco has attained a high degree of efficiency amid efforts to align the interests of all stakeholders, and it is therefore being offered as an example in a number of international forums. However, other forms of circular migration seen in other EU countries are missing from the relations between Spain and Morocco. This ARI proposes ways to broaden the spectrum of this circular migration and improve the impact of migration on relations between the two countries.

Analysis

The European Commission’s Proposal

In the early 1990s, the Central European countries discovered a new form of migration from Eastern Europe, from the former soviet States which were experiencing newly-found freedom of movement towards the West. It was, and still is, a migration for short periods, in which migrants travel without their families, sometimes for working days during the week or for the summer months only, while spending the rest of their time in their countries of origin. This immigration affects doctors, construction workers, agricultural works, waiters and carers of the elderly or children, in other words, immigrants of all skill levels. And it is spontaneous, rather than managed by government agencies and takes place both legally or illegally –sometimes a mixture of both, with legally documented stays to perform illegal work–. The experience of the 1990s continued, with some variations, into the 2000s in terms of both the origin and destination of these migrant flows, while new EU member countries in Eastern Europe also became receivers of this back-and-forth migration from more easterly countries such as the Ukraine and Moldova, which in some cases arrived to replace the workers that had emigrated westward from countries like Poland, Romania and Bulgaria.

In its quest for new formulae to enable the EU to combine its own interests with those of others, in 2007 the European Commission presented its Communication on Circular Migration and Mobility Partnerships between the European Union and Third Countries (COM 2007-248 final) in which it raised the issue of the advisability of fostering legal mechanisms and international agreements to attract circular or back-and-forth migration, with the express aim of combating irregular immigration and preventing brain drain in countries of origin. The implicit logic of the proposal was that many immigrants remain in the European country of destination even when they no longer have work or when their permit has expired, because they cannot risk

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returning to their country of origin amid the uncertainty of whether or not they will be allowed back. Under the current stringent rules for granting residence permits, immigrants who cannot risk returning decide to settle down, bring their family and break all professional ties with their countries of origin. This creates pressure on the labour market and on European countries' welfare systems and at the same time causes a permanent loss of professional capacity in the countries of origin. This proposal was broadly inspired by watching this de facto circular migration from Eastern Europe and its advantages both for the destination countries, which received a flexible supply of labour, and those of origin, which maintained their population and obtained professional, commercial and business contacts through this migration, and kept alive economic activities, such as farming, performed by these circular migrants.

However, despite proposing greater development of circular migration, the Commission's Communication explicitly recognised that the concept was far from clearly defined. Its definition of circular migration as ‘a form of migration that is managed in a way allowing some degree of legal mobility back and forth between two countries’ leaves too many grey areas, but the series of proposals accompanying it indicate that the core idea is to facilitate ‘circulation’ in the sense both of mobility (just as one might talk of the ‘circulation of traffic’) and of a circular movement back and forth. The link between this and the fight against irregular immigration is two-fold: the aim is to offer immigrants legal entry channels for stays that are limited in time (either for periods of months for temporary work or years for those seeking a high-level professional specialisation) with the guarantee that they will be able to repeat their stay, provided they meet the requirement of returning to their countries of origin when their permits expire.[2]

The Spanish Experience

In the past, Spain has been the country of origin of circular migrant workers or migrants repeatedly staying temporarily in other European countries: the best-known case is that of the grape harvest in France and the tens of thousands of Spaniards who used to participate in it (some 80,000 people per year), a number which fell to 10,000 and which now, as a result of the labour market crisis, has risen again (to 14,000 this year). Also significant was the repeated temporary migration from Spain to Switzerland in a number of different sectors (tourism, construction and agriculture). As a receiver of circular migration, Spain has considerable experience with Portuguese migration in a number of regions of the north and west of the Peninsula (Galicia, León, Asturias and Extremadura), a migration which has attracted little attention due to its unrestricted nature: as European citizens, Portuguese immigrants do not require a permit to settle and work in Spain. Neither is a great deal known about the first major Moroccan migration to Spain in search of work, which occurred in the 1980s and was aimed at the agricultural areas of Catalonia’s Maresme region, at a time when Moroccan citizens could travel to Spain without a visa. Both then and in the 1990s, after the visa requirement was introduced in 1991, when irregular migration between Morocco and Spain was in practice an easy option, many of the Moroccan migrants working in agriculture in Mediterranean coastal areas, from the Maresme to Almería, were actually practising circular migration, combining their work and period of residence in Spain for some months with maintaining their family, home and farming activity in Morocco. The distinctly masculine composition of Moroccan migration in Spain, for many years comprising young men, is related with this circular practice.

When irregular immigration became more difficult due to legal changes and stepped-up monitoring of the Strait of Gibraltar, mainly since 2002, this kind of back-and-forth migration became impossible, especially for immigrants whose situation was still irregular and who did not wish to risk having to return to Morocco. From then on, circular migration became only the migration that was regulated through international agreements and was legally channelled via quotas, except in the case of European citizens. Romanians, Bulgarians, Moroccans, Ecuadorians and Colombians made up the bulk of this contingent until the former two nationalities became able to migrate freely from January 2009, following the end of the moratorium on the free circulation of workers which a number of European countries, including Spain, had imposed on Romania and Bulgaria when it joined the EU. Essentially, it is seasonal agricultural labour migration, focusing geographically on the Mediterranean coast plus Huelva and Lleida. The total number of immigrants using this channel is very small compared to the total inflow, although, following the restrictions imposed on the arrival of new labour immigration as a result of the economic crisis, it has become one of the few means of legal immigration.

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Recently, the European research project METOIKOS, co-funded by the European Fund for the Integration of Third-Country Nationals, in which Elcano Royal Institute has participated, has studied the nature and impact of circular migration among countries bordering with the EU (Ukraine, Albania and Morocco) and EU periphery countries, like Hungary, Poland, Greece, Italy and Spain (http://www.eui.eu/Projects/METOIKOS/Home.aspx). The research found various types of circularity which, in general terms, correspond to what is described at the beginning of this ARI with respect to Eastern Europe: in other words, circular migration affects all kinds of professional categories and occurs legally, illegally and semi-legally. However, in the case of migration between Morocco and Spain, there is only one kind of back-and-forth migration, the State-regulated migration of seasonal agricultural workers.

Circular Migration from Morocco to Spain

The first peculiarity highlighted by the analysis of the case of Morocco and Spain is the small scale in Spain of intermediate or highly educated migrants coming from Morocco, whereas this type of Moroccan migrant is to be found in other European countries, and it is one that largely feeds circular migration. Indeed, the education level of Moroccan migrants in Spain is lower than that of Moroccan migrants elsewhere in Europe,[3] including countries where this migration is recent, such as Italy. In Spain it is hard to find Moroccan entrepreneurs or professionals, and this has a negative impact on the image of this group, and, by extension, of Morocco in Spain. The number of Moroccan post-graduate students in Spain is also small (2,590 in 2009) largely because French is the language of the educated in Morocco, learned in school, and it is the language used in university for technical degree courses. Consequently, a person with an engineering degree who wishes to obtain a post-graduate qualification or train professionally abroad would choose France first, and indeed many graduates of technical degrees in Morocco do just that. However, in addition to the language disadvantage is the fact that the policy for granting residence permits for students has done little to foster the presence of Moroccan university students in Spain. As for entrepreneurs or self-employed people, the discretionary policy in granting residence permits for those wishing to set up their own business in Spain has rendered this kind of immigration negligible. The possibility of obtaining legal residence based on self-employment was not included in the scenarios for the amnesty in 2005 either, evidently due to the broad scope for fraud which this would have entailed. Only in Ceuta and Melilla, due to their proximity to Morocco, and the freedom of entry into these cities for Moroccan citizens living in the bordering provinces, are there Moroccan entrepreneurs and self-employed people. As for university professions, only very recently has Spain started to hire Moroccan doctors, as a result of their inclusion in the catalogue of professions with shortages that are difficult to cover, but, overall, university graduates represent barely 10% of Moroccan immigrants.

Migratory regulations in Spain do not help migrants circulate between their countries of origin and destination in a flexible manner in line with work opportunities or life requirements: at present, with unemployment at 47% among male Moroccan immigrants and 51% among women,[4] many would opt to return to their country, where life is cheaper, were it not because they risk losing their permission to reside in Spain if in a single year they spend more than six months outside the country. There are signs that these unemployed migrants might be moving to other European countries within the Schengen area, as the absence of border controls would enable migrants to spend time abroad without this being detected in Spain. Even in the case of immigrants with a permanent permit, now called a long-term permit, European regulations prevent them from spending more than 12 consecutive months outside the EU (2003 directive on the status of long-term residents). The Commission proposed in the aforementioned Communication on circular migration that this 12-month period should be extended to two or three years, but it has not presented a specific proposal to modify the Directive.

In this regulatory framework and in the context of an efficient policy to combat the arrival of irregular immigrants from Morocco, the only back-and-forth migration taking place between the two countries is managed by the public administrations, and concerns seasonal agricultural workers. This kind of immigration is regulated by the labour agreement signed in 2001 by Spain and Morocco, which was not activated until 2004. In that year the first major programme was implemented: the recruitment at source of women to harvest strawberries in Huelva, selected by the Moroccan National Employment Agency, ANAPEC (planting and harvesting strawberries has traditionally been women's work). That experiment

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failed for several reasons: most of the women who received a temporary residence permit came from cities, had no agricultural experience and, above all, had no intention of returning to Morocco. Many of these women did not even turn up at the strawberry farms and 60% of those recruited did not return to Morocco. This percentage rendered the plan of having a stable source of Moroccan women workers for the subsequent seasons unsustainable. Consequently, in 2005, ANAPEC and the Spanish authorities adopted an agreement to revise the selection criteria: from then on, rural women with farming experience and dependent children were chosen. Also in that year, ANAPEC received sizeable European aid via the MEDA funds for its institutional development, which clearly helped enhance the agency's capacities and boosted the transparency of its selection processes. The result of the new selection criteria and the greater involvement of Spanish entrepreneurs has been an 8% fall in cases of non-returners, which has made it possible to maintain the programme and increase the number of women hired to a peak figure of 16,000 in 2009. As well as the strawberry-growing area in Huelva, there are another two areas, Almería and Lleida, where temporary agricultural workers are hired at source in Morocco, but on a much smaller scale. In Almería, only 500 workers, men and women, were hired this way in Morocco in 2009, and 120 were hired in Lleida.

The management of seasonal Moroccan migration from Huelva, or most specifically from Cartaya, the centre of the strawberry-growing area, has become a model which the European Commission, the World Bank and the International Organisation for Migration, along with other international bodies, often presents as an example of good practices combining the interests of agricultural entrepreneurs with legal security and the interests of migrant workers. The programme has received European aid via two successive AENEAS projects by the European Commission (Programme for Financial and Technical Assistance to Third Countries in the Area of Migration and Asylum) and now receives backing via another European programme, M@res, focusing on border management. One of the results of these projects has been the creation of a stable coordinating body, FUTEH (Foundation for Foreign Workers in Huelva - Fundación para los trabajadores extranjeros en Huelva), involving all the local institutions and private agents or interested associations. The research conducted in the context of the METOIKOS project found a high level of satisfaction among all parties taking part in the project, both in Spain and Morocco, including women workers. On average, the latter spend 12 weeks in Huelva doing physically demanding work, receiving overall an average of some 2,800 euros, a very sizeable sum for a rural Moroccan family. The pre-requisite for returning to Huelva in successive seasons is that they return to Morocco when the work is done. Many of the women involved are heads of households, separated women or widows with dependent children (who are left in the charge of other women while their mothers are in Spain). The prevalence of extended families in Morocco makes it easier for these dependants to be looked after (whether they are children or elderly) by other relatives.

The management of the entire process involves various institutions and organisations in Spain and the Moroccan National Employment Agency (ANAPEC). In Spain, it involves the Labour and Immigration and Foreign Affairs ministries, the central government's representation (Subdelegación del Gobierno) in Huelva, the municipal governments in strawberry-growing areas, the trade unions and, clearly, entrepreneurs from the sector. The coordination of all the stakeholders is complex and must be swift and flexible in order to adapt to the short period in which strawberries must be harvested. From the standpoint of Moroccan institutions, the main demand vis-à-vis a project which, overall, is perceived as very positive, is that it should be extended to include other crops and other geographical areas, so that more workers can benefit for longer. The prevalence of satisfaction does not mean there are not problems which could be ironed out, such as improvements to accommodation, a better offering of Spanish language classes and, as the Ministry is already looking into along with the businesses in the sector and local institutions, better planning of the harvesting campaigns to offer workers more security regarding their future contract or linking up of the harvests of various crops to extend the duration of their contracts.

The Spanish economic crisis has had a considerable impact on the number of women hired in Morocco. Native workers abandoned the sector during the 1990s to undertake other activities (construction and services) but the crisis unleashed in 2007 caused many native workers and immigrant workers already resident in Spain to return to agriculture. This process was noticeable in 2009, coinciding with the end of the unemployment benefits of those who lost their jobs in 2007 and 2008. In 2010, in Huelva only 6,000

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Moroccan women were recruited, compared with 16,000 the previous year. In any event, it is worth highlighting that, since Romania and Bulgaria joined the EU, Morocco is the only non-EU country in which this hiring of immigrants for the strawberry sector continues. Another effect of the crisis was the appearance of complaints among natives or immigrants resident in Spain regarding the recruitment of foreign workers at source and the dissatisfaction of those returning to the sector due to the low wages paid, compared with other seasonal agricultural jobs in which there has always been some presence of native workers, such as the olive harvest.

Conclusion: Spain's is a strange case in the European context of the receipt of circular migration from neighbouring countries to the EU: on the one hand, Spain has well-managed experience presented as a model in some international forums and, in general terms, satisfactory for all parties involved.[5] On the other hand, it does not have the variety and number of back-and-forth or circular migrants who do appear in other countries on the EU periphery in their relations with the East or the South. Despite the proximity between Spain and Morocco, the circular movement is a minority phenomenon among migrants because the Spanish regulations hamper it. In turn, the regulations are the result of having received sizeable flows of irregular migrants for many years, which has translated into a cautious approach in terms of both the design of the legal framework and the administrative practice. Perhaps at this time many of the unemployed immigrants (50% of Moroccans) would return to their country if the rules allowed them to return legally to Spain when new work opportunities arise. The current return plan, which is incorporated into the new Law on Foreign Persons, requires a minimum period of residence that is too long, three years, forcing migrants to undertake an uncertain long-term venture.

From the standpoint of Spain-Morocco relations it is important that Spain also receives other kinds of immigrants from its neighbour, emulating France or Canada in its ability to appeal to Moroccan university students and graduates. This would improve the image of Moroccan society in Spain, which is now associated with a certain type of illiterate rural migrant with little or no training, and at the same time of Spain's image in Morocco, which is now highly influenced by the areas of conflict and by the perception of the Moroccan immigrants themselves who feel undervalued. Skilled immigrants encounter fewer integration difficulties, their work and life experiences are more satisfactory and, consequently, they convey a better image of the destination country in their country of origin. They also have a greater influence as leaders of opinion.

When Spain emerges from the current crisis it would be advisable to design a specific policy of scholarships for Moroccan students, aimed at university courses with good work prospects (medicine, nursing and engineering degrees) and linked to the opening of this market for graduates and post-graduates trained in Spain. Work permits in this case could span one year, with the possibility, conditional upon the return to Morocco, of work or training placements in later years. Accordingly, this would avoid the permanent ‘brain drain’, allowing professionals studying for degrees or post-graduate qualifications in Spain to acquire work experience and useful contacts in Morocco, leaving the door open for later periods of residence in the country to update their training or establish professional, commercial or business networks. The risk that this scheme might result in another gateway to irregularity appears small in light of past experience: the years of presence of Moroccan university students in Spain, concentrated mainly in Granada, have not triggered an increase in irregular immigration from Morocco. Currently, among all the non-EU communities from poorer countries, the Moroccan community presents the lowest percentages of irregularity.[6]

Lastly, when Spain's economic and labour market situation permits, it would be advisable to open the tourism sector to seasonal immigration from Morocco, designing a temporary work permit specially adapted to the characteristics of this sector. The current temporary permit is designed for the agricultural sector and obliges entrepreneurs to undertake commitments relating to the sector's low wages and to the absence of accommodation available in rural areas, conditions which do not apply to many jobs in the tourist sector.

In short, the idea is to achieve various objectives: to use migration as an instrument to nurture Spain-Morocco relations and foster development cooperation, to attract skilled immigration while avoiding the brain drain in Morocco and allowing unemployed migrants to return to Morocco with the possibility of

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coming back to Spain, even when they have spent more than six months there in a given year, when job opportunities arise. Unquestionably, this does not meet the migratory demand among Moroccan youth and neither does it eliminate the need to sustain and indeed redouble efforts to combat irregular immigration and illegal employment, but it may help to improve the impact on Morocco and Spain of the migration which Spain is able to absorb in an orderly fashion.

Carmen González Enríquez Senior Analyst in Demography, Population and International Migrations, Elcano Royal Institute

[1] I am very grateful for the suggestions made by those attending the Seminar on circular migration between Morocco and Spain, organised by Elcano Royal Institute and held in Madrid on 13 May, and in particular the contributions of those participating in the round table, Marcus González Beilfuss, Director General of Immigration at the Ministry of Labour and Immigration, Abdelhalim El Fatihi, Director of International Relations at the Moroccan National Employment Agency, ANAPEC, and Manuel García Robles, manager of the Foundation for Foreign Workers in Huelva (Fundación para los Trabajadores Extranjeros en Huelva - FUTEH) and head of the AENEAS-Cartaya project. The moderator was professor and journalist Felipe Sahagún. Iván Martín made very germane comments on the presentation of the findings of the METOIKOS study in Spain. In any event, the proposals included herein are the author's responsibility alone. The report is at

http://www.eui.eu/Projects/METOIKOS/Documents/CaseStudies/METOIKOScasestudySpainMorocco.pdf.

[2] Regarding the viability of circular migration and its impact on the countries of origin and destination, see P. Fargues (2008), ‘Circular Migration: Is it Relevant for the South and East of the Mediterranean?’, CARIM Analytic and Synthetic Notes, 2008/40, www.carim.org; R. Skeldon (2009), ‘Managing Migration for Development: Is Circular Migration the Answer?’, The Whitehead Journal of Diplomacy, vol. XI, nr 1, p. 21-33; A. Triandafyllidou (2010), ‘Towards a Better Understanding of Circular Migration’, METOIKOS concept paper, http://metoikos.eui.eu; and A. Venturini (2008), ‘Circular Migration as an Employment Strategy for Mediterranean Countries’, CARIM Analytic and Synthetic Notes, CARIM-AS 2008/39, www.carim.org.

[3] Concerning the level of education of Moroccan migrants in Spain, see Héctor Cebolla & Miguel Requena (2010), ‘Marroquíes en España, los Países Bajos y Francia: Gestión de la Diversidad e Integración’, Working Paper nr 11/2010, Elcano Royal Institute, and, by the same authors (2009), ‘Los inmigrantes marroquíes en España’, in D.-S. Reher and M. Requena (eds.), Las múltiples caras de la inmigración en España, Alianza Editorial, Madrid, p. 251-287. Regarding the educational level of Moroccan migrants in Europe, see Haut-Commissariat du Plan (2007), Les Marocains Residant à l’Etranger, Centre d’Etudes et de Recherches Démographiques

[4] Colectivo IOÉ (2010), ‘El impacto de la crisis económica en la situación laboral de los inmigrantes marroquíes en España’, Notas Socioeconómicas de Casa Árabe, nr 11/2010, http://www.casaarabe-ieam.es.

[5] This does not mean it is free of criticism, formulated from external spheres of observation. Some, for example, consider the exclusive selection of women with dependent children to be immoral. Others mention women's weak position in respect of the entrepreneurs and they signal cases of sexual harassment or non-compliance with the agreement. See, for example, F. Lmadani (2010), ‘Migrations féminines marocaines. Pour un regard genrée’, http://codesria.org/IMG/pdf/Fatima_Ait_Ben_Lmadani.pdf; N. Messaoudi (2008), ‘12.000 mères marocaines pour la fraise espagnole’, http://www.rue89.com/2008/05/23/12-000-meres-marocaines-pour-la-fraise-espagnole; L`Observateur, 4-10/II/2011, ‘Le goût amere de la fraise espagnole’, http://www.ccme.org.ma/fr/images/stories/YMD/LObservateur_du_Maroc.pdf.

[6] There also appears to be no irregularity among Chinese immigrants, but in this case there are signs that the figures are less reliable due to their tendency to not register with their local authorities, unlike Moroccans.

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07/20/2011 01:54 PM

Cyprus Dispute

German Conservatives Welcome Turkey's EU Threats

The ongoing dispute over divided Cyprus may escalate problems between Turkey

and the European Union after Turkish Prime Minister Erdogan threatened to freeze

EU relations when the Greek Cypriots take on the rotating presidency in 2012. The

move only serves to further disqualify Turkey's plans to join the EU, German

conservatives say.

Greek southern Cyprus, a European Union member since 2004, is set to assume the EU's

rotating presidency in July 2012. But if the Greek Cypriots don't agree to a deal ending the

three-decade division from the Turkish northern part of the island, Turkey will refuse to

recognize their EU leadership, Prime Minister Recep Tayyip Erdogan said Tuesday.

"Nobody should expect us to consider the administration of Southern Cyprus as an

interlocutor," Erdogan said during a press conference after meeting with Dervis Eroglu, the

president of northern Cyprus. "We will never consider them as (an) interlocutor and sit at

(the) table with them."

Erdogan's two-day visit marks the July 20 anniversary celebration of Turkey's 1974 invasion

of Cyprus, which ultimately led to the island's division. Turkey remains the only nation to

recognize the internationally isolated Turkish Republic of Northern Cyprus, where it

maintains a military presence. The situation is a major stumbling block to Turkey joining the

EU.

While the Turkish Cypriots voted in favour of reunification in a 2004 referendum, their

southern neighbors rejected the measure, a perceived insult that has prompted stiff Turkish

resistance to further efforts at finding a solution.

'We Are a Step Ahead'

Erdogan went as far as issuing an ultimatum on Tuesday, saying there would be no

movement towards a solution unless negotiations were based on having two founding states

in the reunification.

"We are a step ahead of Greek Cypriots and we have the right for it, they don't," he told the

press conference. "Now, they are thinking that they have an advantage that they don't

deserve and it is a sin of EU member countries."

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In an interview with Turkish newspaper Milliyet, he reiterated his threat, saying that for the

six-month duration of Cyprus's EU presidency, Turkey would have no relationship with the

union.

Erdogan's comments echoed those made by Turkish Foreign Minister Ahmet Davutoglu last

week, who said he also hoped both sides of the Mediterranean island could renegotiate

parameters for reunification and put them to a referendum vote in early 2012.

While representatives of the northern and southern parts of the island have signalled a

willingness to reunify, boundary and property disputes continue. After meeting with the two

sides in Geneva this month, UN Secretary General Ban Ki-moon said he expects the islanders

to resolve the conflict by October.

Threat Disqualifies Turkey, Conservatives Say

But Turkey's threats may seem hollow when it comes to the process of joining the EU.

Negotiations have been stalled for some time, with no real movement in more than a year.

The country formally began talks to join the EU in 2005, but key members have major

reservations about accepting the Muslim-majority nation.

Germany is among the countries skeptical of Turkey's EU qualifications, and conservatives in

the southern state of Bavaria were quick to accept Turkey's threat, saying it showed the

country was not ready for membership anyway.

"Those who refuse to hold talks with a member state are snubbing the entire EU," said

Stefan Müller, a senior member of the conservative Christian Social Union (CSU), the

Bavarian sister party to Angela Merkel's Christian Democratic Union. Erdogan has proven

that "he doesn't shy away from attempts at blackmail in the interest of political power,"

Müller told the daily Rheinische Post. He said that fact further disqualifies Turkey's plans to

join the bloc.

"They can never be an equal partner in the EU," he said.

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ft.com comment blogs The World

Revolting middle classes eclipse clash of civilisations July 19, 2011 4:49 pm by John Paul Rathbone

Where lies the world’s biggest source of instability? For many, it is the “clash of civilizations”, an idea popularised by Samuel Hungtington, whereby people’s cultural and religious identities will remain the main source of conflict in the post-Cold War World. “The clash of civilizations will dominate global politics. The fault lines between civilizations will be the battle lines of the future,” the political scientist wrote in 1993.

Certainly, Al-Qaeda’s terrorist attacks, the rise of China and wars in Afghanistan and Iraq seem to confirm this notion. Yet, as Moises Naim, the former editor of Foreign Policy Magazine points out in a recent article , most conflicts have lately been within civilizations than between them. Islamic terrorists have killed more innocent Moslems than anybody else. Ditto the fight between Shiites and Sunnis. And the source of the “Arab Spring” is homegrown. Indeed, the main source of global conflict, Mr Naim suggests, stems not from a clash between civilisations but rather the changing fortunes of the world’s middle classes inside them.

The observation rings with truth. In the developed world, the middle classes of Europe and the United States are getting poorer and feeling mad about it. Result? In the United States, the rise of the Tea Party – and the very real possibility of a sovereign default. In Europe, angry protests in Spain, Greece and France over austerity measures – and the quite possible collapse of the eurozone.

Meanwhile, in the developing world, a new middle class, while not enjoying the same standards of living as its rich world counterparts, is consuming food, clothes, medicines, electronic goods and new housing like never before. Yet that prosperity inevitably brings other aspirations, especially better political representation and all manner of better public services. The new middle classes of India, China and Brazil often feel frustrated not because they want more but because they want better.

Chile is a case in point. It is often held up as one of the most economically successful and politically stable countries in the world. It also has a middle class that has continued to grow. And yet huge middle class street protests have become a recurring problem for President Sebastian Piñera. In June, some 80,000 students took to the streets to demand changes to the education system – the largest protest since Chile’s transition to democracy in 1990. In response, Mr Pinera set aside $4bn to improve education. And on Monday, faced by increasing unpopularity, he reshuffled his cabinet. “We are being put to the test by a more powerful citizenry,” he said. “Our institutions, our leadership, are being tested by citizens who are more empowered, who are demanding greater participation, and, above all, greater equality.”

Mr Pinera usually has a tin ear when it comes to politics, but here he was quite right. And it is true elsewhere in the world too.

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ft.com world Global Insight July 19, 2011 3:47 pm

Diplomats need united front in Libya crisis By Roula Khalaf in Beirut

How do you get rid of Muammer Gaddafi? Five months after Libya’s revolution erupted, the mercurial colonel is hanging on. He is still fighting despite the loss of vast territory east and west of the country, despite a Nato bombing campaign that has neutralised his air defences and paralysed his troops, and despite crippling international sanctions.

Holed up in his stronghold of Tripoli and confident that tribes to the east and west of the capital will wage fierce battles against rebel advances towards the capital, he appears to be in a negotiating mood, hoping to convince adversaries that his family should have a place in any political transition. More ON THIS STORY Gaddafi must go, US tells his aides In depth Libya uprising Opinion Keep the faith: Gaddafi will fall soon Britain urges US to step up Libya support Western rebels take lead in Libya’s future

With the holy month of Ramadan looming, constraining Nato’s already reluctant bombing campaign, and serious doubts emerging over the rebels’ ability to fight their way to victory, western powers too are ready to negotiate.

As support for the Nato campaign has dwindled and fears have grown of a protracted civil war, the buzzword these days is the search for a “political solution” to Libya’s crisis.

True, the demand that “Gaddafi must go” is as determined as ever. But it now seems to be accompanied with a nuance – he could in fact remain in Libya.

US officials have joined the clamour, meeting with Gaddafi representatives on Saturday in what Washington said was an attempt to press for the Libyan leader to step down.

The meeting followed contacts between a Gaddafi envoy and French officials, who are quietly raising the prospect of a compromise over the charges against the colonel by the International Criminal Court.

This is not the evolution that the Libyans and the world community had hoped for. But it could be the only way to prevent the prolonged bloodshed which would devastate Libya and damage the nascent democratic movement. The idea said to be under discussion is for Col Gaddafi to quit his official role as head of the army and stick to what he has always claimed – that he has no other title and no effective say in running the country despite his iron grip for more than 40 years.

Non-family members close to him could then be part of a negotiation with the rebel council, leading to a ceasefire, a political transition and possibly some form of international peacekeeping force on the ground.

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However reasonable the search for a compromise might be, however, diplomats say a solution remains some ways off (if it is ever reached). Col Gaddafi, for now, still appears more interested in buying time and dividing international ranks than striking a deal. His overtures, say diplomats, are still partly aimed at testing whether one of his sons could play a future role in Libya. It is therefore crucial that the world community speak with one voice, not hold separate meetings with Gaddafi envoys, allowing him to prolong negotiations and exploit potential divisions.

The rebels in Benghazi also remain resistant. When rebel leader Mustafa Jalil said recently that the Libyan leader could live out his retirement on Libyan soil, he was forced to backtrack the next day, insisting that Col Gaddafi could not stay in Libya and would have to face justice.

Saad Djebbar, a London-based lawyer who has advised the Libyans in the past, says there are two pillars for a political solution: the colonel would have to stay in Libya at least for a few months while negotiations over the transition take place, allowing him to appear as if he is contributing to the peace. He would also have to receive international guarantees that he will not be hauled before the ICC.

Farhat Bengdara, the former central bank governor who defected from the regime, argues that the colonel is not yet ready for surrender and no one in his inner circle will tell him that his time is up. But he also says that the Libyan strongman has to be approached by “understanding his psychology.” The colonel is deluded, says Mr Bengdara, but the rebels are also incapable of dislodging him on their own. “The rebels cannot end the fight and reach Tripoli. And if the Nato bombing campaign stops then Gaddafi can try to regain territory,” he says. “We need a political solution.” http://www.ft.com/intl/cms/s/0/07849450-b1f6-11e0-a06c-00144feabdc0.html#axzz1Sd6SMCgt

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Syrian protesters killed in apparent sectarian violence At least 10 people die during clashes in flashpoint city of Homs in first signs of sectarian strife in Syrian uprising

Syria's president, Bashar al-Assad, belongs to the minority Alawite group. About three-quarters of the population are Sunni. Photograph: Benoit Tessier/Reuters

Syria's protest movement struggled to keep the uprising peaceful and non-sectarian on Monday after at least 10 people, and possibly up to 30, were reported dead during the first allegedly factional clashes in Homs, a flashpoint city where Sunni and Alawi neighbourhoods sit side by side.

According to the Syrian Observatory of Human Rights, a London-based organisation, 30 people were killed in 24 hours of clashes in the city, Syria's third largest, some 100 miles north of the capital. Other activists and residents disputed both the numbers and the account, with one saying between 10 and 15 people had been killed. The news emerged as diplomatic pressure increased on Syrian president Bashar al-Assad with Qatar, previously a supporter of the regime, closing its embassy in Damascus and the EU announcing it was considering further sanctions.

If the clashes were sectarian in origin, it would fuel fears of the potential for further strife between the Sunni majority, who form around three-quarters of the population, and the 10% Alawite minority to which Assad belongs. Not all Alawis support Assad, but the regime has rallied support among the minorities with some success by fear-mongering, arming and drawing in Alawi thugs to help suppress protesters, causing tensions to rise, residents and activists say.

The deaths in Homs came after three regime supporters seized last week were killed and mutilated, according to Rami Abdel Rahman, head of the Observatory. "Security forces murdered three people – but they were one Shia, one Sunni and one Alawi – so Alawi pro-regime thugs went and smashed and torched Sunni shops in the areas," said one Homs resident, adding that protesters had set up roadblocks to protect certain neighbourhoods. Radwan Ziadeh, a US-based human rights activist, said some relatives who had lost protesting family members opened fired in an Alawite area, leading to clashes.

Definitive accounts are difficult to confirm in Syria, where reporting relies heavily on amateur footage and eyewitness accounts. The Syrian opposition has been criticised for downplaying reports of tensions between majority Sunnis and the Alawite minority. Activists and protesters have managed to adhere to a peaceful, non-sectarian movement for over four months in which 1,500 protesters have been shot dead and thousands

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detained. But some admit they are struggling to keep it that way as a regime losing control sparks further violence. The government says some 400 security forces and soldiers have also been killed.

Mixed cities such as Homs and coastal cities in the heart of the Alawi homeland are the most potentially explosive places. Homs, home to 1.5 million people, is the most religiously mixed city in the country and has had tanks on its streets for weeks. A small minority of residents admit they have been fighting back and some also express anti-Alawite sentiment.

Activists and residents in Homs have reported the arming of Alawite villages, the use of Alawite gangs to crackdown on protests and checkpoints in Alawite areas. There are reports of Alawi gangs vandalising and intimidating people in Sunni areas. The security forces stood by and watched as the weekend's violence unfolded, residents and activists said. The Local Co-ordination Committees of Syria, a group publicising the demonstrations, denied the attacks were sectarian, accusing the government of deliberately stirring tensions between Syria's multifarious groups as a way of holding on to power.

The regime has tried to rally support by warning Alawites, and other minorities, of attacks against them if it falls. One Alawi student in Damascus said he feared being forced to "return to my village", referring to the Alawi villages around the coastal area. The International Crisis Group reported that some Alawi officials in the capital had already sent their families out of Damascus. "Syria has never had a history of sectarian strife," said one analyst in Damascus. "But the government's line can become a self-fulfilling prophecy and this fighting suggests a more violent turn to come. Revenge killings are on the up."

Attitudes to government do not divide neatly along sectarian lines. There are some Alawis who are anti-regime, just as there are Sunnis who support the government. In response to this weekend's violence, some of the city's Alawis wrote letters, now circulating online, apologising for the damage to the shops in Homs.

The murky and increasingly violent nature of Syria's uprising is complicated not only by the involvement of pro-regime gangs but also defecting soldiers. In Al Boukamal, on the border with Iraq, elite troops have been moved in after activists claimed 100 soldiers and army intelligence officers had defected to join protesters. Footage of protesters sitting on army vehicles circulated. The city's proximity to Iraq and the easily availability of weapons is likely to be of concern to the regime, although it has been careful to avoid too many deaths and inflame the tribes in the area. Pro-government newspaper al-Watan described the army as intervening in the "explosive" city after state media agency Sana said three military intelligence officers were killed by insurgents on Friday.

Reports from Hama suggest some of the civilian checkpoints have been removed after authorities agreed to release 50 protesters and stop raiding neighbourhoods.

Nour Ali is the pseudonym of a journalist in Damascus

http://www.guardian.co.uk/world/2011/jul/18/syrian-protesters-killed-sectarian-violence?CMP=EMCGT_190711&

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US and Libya in face-to-face talks Officials confirm talks lasting three hours took place in Tunisia – but Washington and Tripoli disagreed on what comes next

Ewen MacAskill in Washington

The Guardian, Tuesday 19 July 2011

Libyan officials have been told that Muammar Gaddafi must step down in face-to-face talks held in Tunisia. Photograph: Ahmed Jadallah/Reuters

The US and Libya on Saturday held their first face-to-face talks since the conflict in Libya began four months ago, officials from both governments have confirmed.

But the two sides disagreed about what was discussed – and what happens next.

The three-hour talks were held on neutral ground in Tunisia.

A US state department official said Washington agreed to the meeting, after several requests from Tripoli, in order to deliver a message to the Libyan government that its leader, Muammar Gaddafi, had to step down.

It was not the start of negotiations and no further talks were planned, the official said.

But the Libyan government spokesman, Moussa Ibrahim, speaking in Tripoli, described it as a first step.

"We support any dialogue, any peace initiative, as long as they don't decide Libya's future from outside," Ibrahim told journalists in Tripoli.

"We will discuss everything, but do not condition your peace talks. Let the Libyans decide their future."

The discussions took place amid concern in the US and Europe that the conflict – which Britain and France expected to lead quickly to Gaddafi's exit – was dragging on. Washington, too, is keen on a quick resolution, with Barack Obama conscious of the war weariness in the US, with Libya coming on top of missions in Iraq and Afghanistan.

Obama has been calling publicly for several months for Gaddafi to stand down.

The weekend meeting came after the US on Friday joined other countries in officially recognising the Libyan rebels as the new government, bringing the total of such countries to 30.

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A US state department official said the meeting was a one-off to emphasise that Gaddafi had to depart. Ibrahim has said in the past that negotiations that involved Gaddafi's exit were a non-starter.

The Americans who took part in the talks included the US ambassador to Libya, Gene Cretz, who was forced to leave Libya in December after embarrassing leaked cables on WikiLeaks, and Jeffrey Feltman, assistant secretary of state for Near Eastern Affairs. Four members of Gaddafi's inner circle also took part.

The French foreign minister, Alain Juppe, last week said Paris was talking to representatives of the Gaddafi government.

The US and Libya on Saturday held their first face-to-face talks since the conflict in Libya began four months ago, officials from both governments have confirmed.

But the two sides disagreed about what was discussed – and what happens next.

The three-hour talks were held on neutral ground in Tunisia.

A US state department official said Washington agreed to the meeting, after several requests from Tripoli, in order to deliver a message to the Libyan government that its leader, Muammar Gaddafi, had to step down.

It was not the start of negotiations and no further talks were planned, the official said.

But the Libyan government spokesman, Moussa Ibrahim, speaking in Tripoli, described it as a first step.

"We support any dialogue, any peace initiative, as long as they don't decide Libya's future from outside," Ibrahim told journalists in Tripoli.

"We will discuss everything, but do not condition your peace talks. Let the Libyans decide their future."

The discussions took place amid concern in the US and Europe that the conflict – which Britain and France expected to lead quickly to Gaddafi's exit – was dragging on. Washington, too, is keen on a quick resolution, with Barack Obama conscious of the war weariness in the US, with Libya coming on top of missions in Iraq and Afghanistan.

Obama has been calling publicly for several months for Gaddafi to stand down.

The weekend meeting came after the US on Friday joined other countries in officially recognising the Libyan rebels as the new government, bringing the total of such countries to 30.

A US state department official said the meeting was a one-off to emphasise that Gaddafi had to depart. Ibrahim has said in the past that negotiations that involved Gaddafi's exit were a non-starter.

The Americans who took part in the talks included the US ambassador to Libya, Gene Cretz, who was forced to leave Libya in December after embarrassing leaked cables on WikiLeaks, and Jeffrey Feltman, assistant secretary of state for Near Eastern Affairs. Four members of Gaddafi's inner circle also took part.

The French foreign minister, Alain Juppe, last week said Paris was talking to representatives of the Gaddafi government. http://www.guardian.co.uk/world/2011/jul/19/us-libya-talks-tunisia/print

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07/18/2011 04:37 PM

The World from Berlin

Award for Putin Was 'Dilettantish and Politically Insensitive'

A week after it emerged that Russian Prime Minister Vladimir Putin would receive a prestigious German prize meant to honor "role models," the sponsoring organization has pulled the plug on this year's entire award ceremony. German commentators agree with critics: Putin has little in common with previous winners. Russian Prime Minister Vladimir Putin's award closet must be crammed. It holds his judo trophies, Time magazine's "Person of the Year" award, the Grand Croix of France's Legion of Honor and the highest civilian honors of Saudi Arabia and the United Arab Emirates. And, from Germany, he already has the "Order of Saxon Gratitude," which the eastern city of Dresden awarded him in 2009 for reportedly promoting cultural relations between Russia and Germany.

But just a week after news emerged that he might have to make room for another German award, the deal is off.

Some two weeks ago Germany's Süddeutsche Zeitung revealed that Werkstatt Deutschland, a Berlin-based nonprofit organization, was planning to present Putin with its Quadriga Prize on Oct. 3, the day on which Germany's celebrates its reunification. Since 2003, the private organization has used the prestigious award to annually honor a handful of "role models who are committed to enlightenment, commitment and welfare," according to its website. The prize is in the shape of a chariot drawn by four horses -- or a "quadriga" -- like the statue on top of Berlin's Brandenburg Gate.

On Saturday, the sponsoring organization responded to a storm of criticism from the media and politicians by not only canceling Putin's award, but also "regrettably" calling off this year's entire award ceremony. In a statement on its website, the organization said that it was "concerned by the massive criticism" and made the decision under "increasingly unbearable pressure."

By then, a number of members of the prize board had stepped down, and Danish-Icelandic artist Olafur Eliasson had returned his award. But what really seems to have tipped the scales is when former Czech President Vaclav Havel threatened to return his 2009 award if Putin received this year's honor. Other former award winners include political leaders such as Shimon Peres, Mikhail Gorbachev, and Hamid Karzai, plus a number of notable actors, authors, architects, activists, scientists and filmmakers.

Downplayed by the Government Officials in Berlin have kept mostly mum on the issue, perhaps trying to avoid any controversy as German Chancellor Angela Merkel and other senior government officials meet with Russian President Dmitry Medvedev in Hanover and Wolfsburg on Monday and Tuesday for the annual Petersburg Dialogue talks on Russian-German relations.

Still, Merkel spokesman Steffen Seibert told journalists on Monday that the government did not view the prize cancellation as an affront, adding that Merkel would begin the German-Russian consultations "with confidence."

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But Russia's ambassador to Germany, Vladimir Grinin, was displeased. While the situation was unlikely to overshadow the talks, it was still "highly disagreeable and rude," he told German public broadcaster ARD on Monday.

"I regret it very much," he added.

Marieluise Beck, an expert on Russian and Eastern European affairs for the Green Party's parliamentary group, said she was relieved Putin would not receive the prize.

"It's only regrettable that it ever got so far that the organization considered Putin prize-worthy at all," Beck told daily Berliner Zeitung, adding that it should have considered President Medvedev instead. "Medvedev is always saying that democracy and modernization belong together in Russia," she told the paper.

In Monday's newspapers, German commentators weigh in on the scandal:

The center-left Süddeutsche Zeitung writes:

"(The members of the board of the Quadriga Prize) stubbornly believe it was right to choose Putin for the award; they just couldn't bear the pressure anymore. … The small-minded people behind it blatantly disregarded all the warnings. They didn't care that the man they chose to honor has his political opponents locked up. It's all the same to them that Putin has perfected the police state. They also showed no sympathy for those whose rights … were trampled by their hero."

"The Petersburg Dialogue meetings are currently being held again, and -- as happens every year -- they are being advertised as a meeting of civil societies. The German side in this will mostly buy into the Russian definition of civil society, which holds that the state determines who is a part of civil society. Behind this definition is a way of thinking not unlike that held by the Quadriga (prize) organizers. According to this mind-set, whatever pleases those in power in Moscow is helpful for German-Russian relations."

"People who criticize this stance are dismissed as naïve. They are admonished that it isn't Germany's job to democratize Russia. That's correct. But it's even less its job to wrap an authoritarian system in a democratic mantle."

The center-right Frankfurter Allegemeine Zeitung writes:

"By selecting Putin, (the award's) curious board … did not show itself as being particularly sensitive to human rights issues. … The fact that some of its members have now stepped down and that (this year's) award ceremony has been cancelled altogether … is proof that they failed to see how this could turn into a massive embarrassment. Moscow speaks of 'chaos within the jury,' but one that will have no effect on Russian-German relations. The would-be role-model scouts would be well-advised to completely dissolve this self-important society."

The Financial Times Deutschland writes:

"In reality, such awards for politicians already known around the world are superfluous and should be done away with. There is no connection between the growing number of such prizes and their actual meaning. The prizes only serve as self-gratification for the organizations behind them, a way to confirm their own sense of importance …"

"Above all, prizes should be used to highlight the merits of less-known individuals, as was the case with the latest winner of the Nobel Peace Prize, Chinese dissident Liu

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Xiaobo. With their decision, the (Nobel) committee … made far more of a difference that any Quadriga Prize … could, or would even want to, do."

Conservative daily Die Welt writes:

"Only a press release that blamed the media was released, while none of the board members … had the guts to speak openly about the Quadriga debacle. Under these circumstances, no one should grieve if the organization doesn't survive this conflict over Putin. A 'Werkstatt Deutschland' needs a face, ideally a number of interesting faces who don't hide themselves. Berlin doesn't need every prize -- and certainly not one so dilettantish and politically insensitive."

"Talks between the German and Russian governments begin in Hanover today. There, the topics will be economic ties, international conflicts and human rights. Even if Putin isn't there, Merkel still has some explaining to do."

The left-leaning Berliner Zeitung writes:

"Putin is not getting the Quadriga award. Of course, it's extremely embarrassing to first say 'Giddy up!' and then say 'Whoa, Nelly!' But it would have been a whole lot more embarrassing if Putin had received the little piece of gilded plastic on Oct. 3."

"All of those who are talking about scandal and offense should give a little thought to how insulting it would have been for Vaclav Havel or Mikhail Gorbachev to find themselves sharing the same honor with Putin. Despite all his missteps and mistakes, and even if he did so somewhat unwittingly, Gorbachev still opened the doors to Russia's democratization. Putin slammed these doors shut again, reverting to the political culture inherited from the Soviet Union and a feigned democracy. How deaf does one have to be to ignore this and to award this man a prize for democracy?"

-- Kristen Allen and Josh Ward

URL: • http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,775103,00.html

Related SPIEGEL ONLINE links: • Quadriga Quagmire: Politicians Criticize Prize for Putin (07/11/2011)

http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,773631,00.html

• Political Limbo Over 2012 Election: Long Wait Rattles Nerves in Moscow (05/17/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,762897,00.html

• SPIEGEL 360: Our Full Coverage of Russia http://www.spiegel.de/international/topic/russia/

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07/15/2011 10:27 PM

The Vienna-Tripoli Connection

Austrian Right-Wing Populists in Libya for Mediation Effort By Charles Hawley

An emissary of the right-wing populist Austrian Freedom Party is currently in Libya at the invitation of Libyan leader Moammar Gadhafi. The relationship between the party and the dictator has a history. The regime of Libyan dictator Moammar Gadhafi, it has become apparent in recent weeks, is eager for the bombs to stop falling. Kirsan N. Ilyumzhinov, president of the World Chess Federation, played a chess match with Gadhafi on a trip to Tripoli as part of a US-supported Russian effort to find a path to peace. France too has been in contact with Libyan emissaries, with Foreign Minister Alain Juppe saying on Tuesday that Gadhafi might be prepared to step down.

But perhaps the most bizarre feeler sent out by the Gadhafi regime extends to Vienna -- and the right-wing populist Austrian Freedom Party (FPÖ). In June, a senior official in Tripoli sent an invitation, which SPIEGEL ONLINE has seen, to FPÖ leader Heinz-Christian Strache, inviting him to the Libyan capital "to follow up closely the reality of what has been happening in my country Libya and the NATO's aggression."

Weeks of e-mail traffic followed. And on Thursday, David Lasar, an FPÖ member of the Vienna city-state government, travelled to Tripoli at Strache's behest in an effort to prepare the way for an eventual mediation effort between Gadhafi and the rebels by the FPÖ leader himself.

On Friday, he was visiting sites near Tripoli in the company of Foreign Ministry officials. He said he had been to hospitals to visit what he had been told were victims of NATO bombs and spoken with pro-Gadhafi protesters.

"I have met government representatives and they have showed me around," Lasar told SPIEGEL ONLINE in a Friday evening telephone call from Libya. "They are happy that at least one person from Europe has made the effort to see what is going on here."

'More Helpful than Larger Countries' The party says it informed both NATO headquarters and embassies of alliance member states upon receipt of the invitation. Western embassies have also been notified of the trip, though the US Embassy in Vienna denies knowledge.

"Austria is a small country and has always been neutral," Lasar said prior to his trip. "Perhaps it could be more helpful than other, larger countries in efforts to find a peaceful solution to the ongoing conflict in Libya."

Still, he also said that he hadn't seen any anti-Gadhafi protesters in his travels and pointed to that as an indication that the NATO bombing campaign against the Gadhafi regime was unjust. That, he said, is what he was going to tell reporters he met in Libya.

The FPÖ, one of several right-wing populist parties gaining in popularity across Europe, is viewed with distaste by many for its strident opposition to Austria's Muslim

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immigrant population. The party is also deeply skeptical of the European Union and efforts to prop up the common currency. Many see the FPÖ and its right-wing allies across the Continent as being too close to the extreme right wing for comfort.

But it is also no secret that Strache's party has long had close ties to the Gadhafi clan. Former FPÖ leader Jörg Haider became friendly with Gadhafi's second-oldest son, Saif al-Islam Gadhafi, when the Libyan was studying in Vienna in the 1990s. Haider visited Tripoli for the first time in 1999 and returned several times thereafter, getting to know Moammar Gadhafi in the process.

Relations with the Gadhafis Following an internal party spat, Haider split off from the FPÖ in 2005 and founded the Alliance for the Future of Austria (BZÖ). And in 2008, the right-wing leader died in a car accident.

The two parties rejoined forces soon thereafter and the FPÖ, Strache said, has maintained relations with the Gadhafi clan. On his trip to Tripoli, Lasar hopes to meet with Saif Gadhafi, who had been seen as a potential successor to his father prior to the current rebellion. In June, the International Criminal Court issued an arrest warrant for both Saif Gadhafi and his father for crimes against humanity.

In a conversation with SPIEGEL ONLINE, Strache insisted that "we are not interested in pushing ourselves into the limelight. We have contacts in this region and we are happy to be of help."

But with his party neck and neck with Austria's center-left Social Democrats at the top of opinion polls, evidence of the FPÖ's ability to play a role on the international stage certainly wouldn't hurt ahead of 2013 general elections.

Furthermore, the party has something of a tradition of pushing for a role in mediating international conflicts, particularly in North Africa and the Middle East. In 2002, Haider made headlines by flying to Iraq for a controversial visit with dictator Saddam Hussein. In the same year, Haider founded the Austrian-Libyan Society (Österreichisch-Libysche Gesellschaft) in the hopes that it could contribute to the Middle East peace process. He also pushed his way into negotiations surrounding the 2007 release of five Bulgarian nurses who had been arrested in Libya years earlier.

Active in Syria The FPÖ's mediation endeavors this year have not been limited to Lasar's trip to Tripoli. With pro-democracy protests in Syria having turned bloody in recent months, Strache and other FPÖ leaders have become active there too. In May, a group of opposition leaders travelled to Vienna at Strache's invitation.

Efforts at becoming involved in negotiations there are ongoing. "We are engaged in intensive discussions to see how we can be of use as mediators in Syria," Strache said.

URL: http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,774779,00.html

Related SPIEGEL ONLINE links: • Libya's Soccer Rebellion: A Revolution Foreshadowed on the Pitch of Benghazi

(07/15/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,774594,00.html

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• Right-Wing Populists on the Rise: Austria's Freedom Party Goes from Strength to Strength (07/14/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,774255,00.html

• Madame Rage: Marine Le Pen's Populism for the Masses (07/07/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,772875,00.html

• The World from Berlin: Wilders Acquittal a 'Slap in the Face for Muslims' (06/24/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,770343,00.html

• 'They Can Only Kill and Hope': Journey Through a Divided Syria (06/22/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,769618,00.html

07/18/2011 01:00 PM

Crossing the Red Sea

Egypt Approves Massive Bridge to Saudi Arabia By Volkhard Windfuhr

Egypt has given the nod to plans for a gigantic bridge across the Red Sea. It would provide the first direct road link between Arab North Africa and the Middle East -- but the project could upset Israel and Jordan. Egypt and Saudi Arabia hope to construct a giant bridge spanning the Gulf of Aqaba for road and rail traffic. Officials at Egypt's Ministry of Transportation have confirmed to SPIEGEL that the project, under discussion since 1988, has finally been approved. Egyptian Prime Minister Essam Sharaf has reportedly put General Abdul Aziz, the chairman of the Arab Road Association, in charge of overseeing the project's implementation.

The Gulf of Aqaba runs along the eastern edge of the Sinai Peninsula. Plans call for the 32-kilometer (20-mile) bridge to cross the narrow Strait of Tiran from Ras Nasrani, near the Egyptian resort of Sharm el-Sheikh, to Ras Hamid in northwestern Saudi Arabia. Parts of the bridge would be suspended.

A Boon to Travel and Trade For the Arabs, the massive construction project would be a triumph. For the first time since 1948, when the modern state of Israel was founded, Arab states in North Africa would have a direct road link with fellow Arab states in the Middle East without having to cross Israeli territory. It would also reduce dependence on sometimes perilous ferry crossings over the Red Sea and Arab ports on the Mediterranean.

Planners believe that tolls paid by millions of Muslim pilgrims on their way to holy sites in Saudi Arabia could make up for the roughly $5 billion (€3.6) the bridge is expected to cost. They also believe the bridge will significantly increase the number of pilgrims.

Five years ago, then-Egyptian President Hosni Mubarak abruptly put the monster project on ice shortly before construction began in response to security concerns voiced by neighboring Israel.

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A spokesman for the Saudi government simply said: "We won't let anyone discourage us from our construction plans. The Strait of Tiran lies in international waters." This area of the Red Sea is highly important to Israel and Jordan as it provides them with access to the Indian Ocean.

Western diplomats view the announcement as being strategically timed to bolster Egypt's weak government.

jtw, spiegel

URL: http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,775020,00.html Related SPIEGEL ONLINE links:

• Photo Gallery: Bridging the Red Sea http://www.spiegel.de/fotostrecke/fotostrecke-70520.html

• Tunnel Trumps Bridge: Denmark to Build Underwater Link to Germany (02/02/2011) http://www.spiegel.de/international/europe/0,1518,743151,00.html

07/18/2011 01:16 PM

No Kebab for Sarrazin

Divisive Author Chased Out of Immigrant District Angry Muslims reportedly drove controversial author Thilo Sarrazin from a Turkish restaurant in Berlin. Though his bestselling book claims Muslims are dumbing down German society, their accusations of racism have left the former central bank board member shocked and indignant. "Get lost!" and "Nazis out!" were among the epithets lobbed at controversial author Thilo Sarrazin during a recent trip to Berlin's Kreuzberg district, according to newspaper reports on Monday. The city's former finance senator had taken a trip to the area with broadcaster ZDF to film a TV special ahead of the one-year anniversary of the publication of his controversial book "Deutschland schafft sich ab" ("Germany Does Itself In").

The memory of the book's content, which sparked massive controversy in Germany for what many called its anti-immigrant sentiments, was apparently still fresh in the minds of some residents of the district, known for its high concentration of Muslim immigrants.

Accompanied by Turkish-German journalist Güner Balci, Sarrazin took a tour of the district, stopping by a Turkish market where he wrote in Die Welt he was yelled at by an "angry man in his fifties" whom he dubbed "the squaller," before a group of other "politically correct" market patrons joined in, calling him a racist until he and the camera team left.

The show's camera team then followed Sarrazin to the popular Turkish restaurant Hasir, where they had planned a talk with co-owner Ahmet Aygün, who runs a number of successful restaurants across the city with his five brothers. But before they reached the eatery, a "well-dressed" couple of "obviously Turkish decent" began shouting at him, he

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wrote. The woman, who "seemed intellectual in a somewhat anemic way," called him a "racist," and the man called for him to leave Kreuzberg, Sarrazin reported.

'Like Beaten Dogs' "A rational discussion was impossible," he added.

The couple's outrage at Sarrazin's entry into the restaurant drew such a crowd that the management apparently became uncomfortable. "We Turks are usually very hospitable, but I don't think I can serve you," one of the managers reportedly said.

Sarrazin and the television crew left the restaurant "like beaten dogs," Sarrazin wrote. "Under pressure, the loyalty of this successful German-Turkish businessman belongs more to the rioters of his own ethnic group that to his German guest," he added.

On Monday, manager Mehmet Özkan told the mass-circulation tabloid Bild that the situation became "too hot" and that he had asked Sarrazin to leave. "I didn't want rumors in Kreuzberg that he eats in our restaurant," he told the paper. A crowd reportedly also blocked the TV crew from entering a center for the Turkish Alevi community.

The reaction of the crowds to Sarrazin's presence highlights how unpopular his book has been within Germany's immigrant community. Details include his theories on integration and heredity, which claim that Muslims have a deficient level of education compared to ethnic Germans and that intelligence is largely hereditary. The result, he wrote, is that all of German society is becoming dumber, particularly because Muslim immigrants in the country have higher birthrates.

'Woe Betide Us' Politicians and immigrant groups around the country condemned his positions as intolerant and racist when the book was released last August, and Sarrazin was forced to give up his post on the board of the Bundesbank. He was also nearly kicked out of the center-left Social Democratic Party, which backed down after he made a formal apology.

Still, the 66-year-old was surprised and outraged by the Kreuzberg reception, writing that while his statistical and analytical claims were subject to debate, critics had likely not read his book.

The "tendency of representatives of Muslim immigrants to take offence to uncomfortable truths" is part of the "Oriental mentality and deeply anchored in Islamic belief," Turkish-German feminist and social scientist Necla Kelek told him last year, he wrote in Die Welt. "A merit-worthy former Berlin senator, who is guilty of nothing more than writing a book with unwelcome numbers and analysis, is literally mobbed out of a central Berlin district that calls itself the spearhead of German integration," Sarrazin wrote. "Woe betide us if, as many hope, the conditions in Kreuzberg are the workshop for future Germany."

kla

URL: http://www.spiegel.de/international/germany/0,1518,775043,00.html

Related SPIEGEL ONLINE links:

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• Opinion: Dear Germany, What Can You Offer Your Immigrants? (07/07/2011) http://www.spiegel.de/international/germany/0,1518,772940,00.html

• 'A Slap in the Face for Muslims': New German Interior Minister Reopens Integration Debate (03/07/2011) http://www.spiegel.de/international/germany/0,1518,749477,00.html

• Opinion: Could Sarrazin Be Right about Integration in Germany? (05/06/2011) http://www.spiegel.de/international/germany/0,1518,760937,00.html

• Victory for Sarrazin: Firebrand Politician Can Remain a Social Democrat (04/22/2011) http://www.spiegel.de/international/germany/0,1518,758709,00.html

• The Man Who Divided Germany: Why Sarrazin's Integration Demagoguery Has Many Followers (09/06/2010) http://www.spiegel.de/international/germany/0,1518,715876,00.html

• The Sarrazin Debate: Germany Is Becoming Islamophobic (08/31/2010) http://www.spiegel.de/international/germany/0,1518,714643,00.html

• A 'Jewish Gene': Immigration Provocateur in Germany Crosses the Line (08/30/2010) http://www.spiegel.de/international/germany/0,1518,714567,00.html

• 'Injurious, Defamatory and Polemical': New Book Plunges Germany into Immigration Debate (08/25/2010) http://www.spiegel.de/international/germany/0,1518,713796,00.html

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ft.com comment Editorial July 17, 2011 10:57 pm

Egypt’s next steps The Arab spring has given way to summer and things are hotting up again in Cairo. For more than a week, demonstrators have pitched camp in Tahrir Square, cradle of the Egyptian revolution, to express their discontent at the path followed by the country’s transitional government, the Supreme Council of the Armed Forces.

The post-revolutionary period in Egypt was always going to be fraught with political and economic difficulties. But both Egypt’s liberal forces and the armed forces need to do their utmost to cool things down again and safeguard a transition to constitutional government.

More ON THIS STORY Roula Khalaf Sectarian polarisation threatens Arab spring Protests turn on Cairo’s interim rule Egyptian protesters threaten to block Suez Canal Land deal battle reflects Egypt’s dilemma Opinion Egypt’s Brothers need an economic policy

The anger on display in Tahrir Square reflects a demand for faster and more visible restitution of past wrongs and a suspicion that Egypt’s “deep state” has reasserted itself, in the aftermath of the overthrow of Hosni Mubarak as president. Although the Egyptian revolution is often described as “peaceful”, hundreds of people were killed in efforts to suppress demonstrations – and many more suffered at the hands of Mr Mubarak’s police state.

To its credit, Egypt’s transitional government has moved to meet some of these concerns. Essam Sharaf, the country’s interim prime minister, has just reshuffled his cabinet, getting rid of some ministers deemed to be too close to the old regime. He has promised to clean up the interior ministry and fired some officials accused of complicity in torture. The judicial authorities have also announced that some senior officers accused of torture had been fired – and a larger number had been given an honourable discharge.

The military authorities would do well to proceed faster with the prosecution of some top figures from the Mubarak era, while slowing down the slew of relatively minor corruption cases that risk paralysing the private sector, by targeting almost anybody who did business under the rules of the old regime.

Egypt’s liberal forces also need to balance their concern to right the wrongs of the past with a focus on shaping the future. The fragmented liberal political parties must do a better job of preparing for elections this year. They should also focus on setting out the principles that will guide the process of writing a constitution and prevent the establishment of an illiberal Islamic state. These principles should include the protection of minority rights and the independence of the judiciary.

Egypt’s democrats need to focus on the future, more than the past.

http://www.ft.com/intl/cms/s/0/4359f3e4-b0a7-11e0-a5a7-00144feab49a.html#axzz1SRYCfZZc

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EDITORIAL

El cerco a Gadafi Los fondos bloqueados del tirano llegarán a los rebeldes libios, legitimados internacionalmente 17/07/2011

El Grupo de Contacto sobre Libia ha enterrado diplomáticamente a Gadafi en Estambul. Su declaración final (más de 30 Gobiernos y organizaciones internacionales y regionales) niega cualquier legitimidad al viejo tirano y reconoce al Consejo Nacional de Transición como autoridad provisional legítima. Más importante en la práctica que el declarado ostracismo de Gadafi, que le descarta absolutamente en el futuro del país árabe, es el hecho de que el máximo órgano rebelde puede recibir ahora miles de millones de dólares en activos del dictador bloqueados internacionalmente. Más de 34.000 solo en EE UU.

Ni el déspota libio caerá esta semana ni sus oponentes van a recibir de la noche a la mañana el maná de los dineros del coronel repartidos por medio mundo. Pero el reconocimiento de Estados Unidos abre, sobre todo, la puerta a cambios sustanciales en el desarrollo de la guerra civil libia. La medida adoptada por Washington es el final de un proceso iniciado en febrero, cuando Obama declaró que la brutal represión de las aspiraciones de libertad y democracia de su pueblo privaba al coronel libio de toda legitimidad. Y tiene una obvia lectura en la Siria de Bachar el Asad, que escala sus atrocidades y al que la Casa Blanca acaba de marcar con una cruz después de varios meses de inadmisible contemporización. Libia y Siria, a la postre, focalizan las revoluciones árabes en este momento.

Gadafi dispone de soldados, mercenarios, armas, dinero y petróleo (este cada vez con mayores dificultades) para intentar sobrevivir. Y a quien se ha proclamado durante más de 40 años mesías de su pueblo tampoco le falta determinación para luchar, acusado como está de crímenes contra la humanidad por la Corte Penal Internacional. Pero los acontecimientos, no solo los diplomáticos, apuntan inexorablemente hacia su final. Los rebeldes avanzan en Libia, por primera vez de manera constante. Siguen careciendo de una firme unidad política y su ejército, de la profesionalidad deseable y una clara cadena de mando; pero su moral y sentido de misión son incomparablemente más altos que en las tropas de Trípoli y su logística e intendencia mejoran por momentos, como su coordinación con la OTAN.

Ese final en el horizonte, el de Gadafi, implica la posibilidad, ya no tan remota, aunque impensable hace seis meses, de una franja casi democrática a lo largo del norte de África.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/cerco/Gadafi/elpepuopi/20110717elpepiopi_3/Tes

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MOISÉS NAÍM

Choque de clases MOISÉS NAÍM 17/07/2011

La principal fuente de los conflictos venideros no van a ser los choques entre civilizaciones, sino las expectativas frustradas de las clases medias, que declinan en los países ricos y crecen en los países pobres.

La teoría del "choque de civilizaciones", popularizada por Samuel Huntington, mantiene que, una vez agotado el enfrentamiento ideológico entre comunismo y capitalismo, los principales conflictos internacionales surgirán entre países con diferentes identidades culturales y religiosas. "El choque de civilizaciones dominará la política global. Las fallas tectónicas que dividen las civilizaciones definirán los frentes de batalla del futuro", escribió en 1993. Para muchos, los ataques de Al Qaeda y las guerras en Afganistán e Irak confirmaron esta visión. Pero en realidad, lo que ha ocurrido es que los conflictos se han dado más dentro de las civilizaciones que entre ellas. Los piadosos terroristas islámicos han asesinado más musulmanes inocentes que nadie. Y las pugnas entre chiíes y suníes siguen produciendo víctimas, la mayoría musulmanas.

En mi opinión, una fuente mucho más importante de conflictos que los choques entre culturas o religiones serán los cambios en los ingresos de las clases medias en los países ricos -donde están declinando- y en los países pobres -donde están aumentado-. Tanto el aumento como la disminución de los ingresos generan expectativas frustradas que alimentan la inestabilidad social y política.

Los países pobres de rápido crecimiento económico tienen hoy la clase media más numerosa de su historia. Es el caso de Brasil y Botsuana, China, Chile, India e Indonesia, entre otros. Estas nuevas clases medias no son tan prósperas como las de los países desarrollados, pero sus integrantes gozan de un nivel de vida sin precedentes. Mientras tanto, en países como España, Francia o Estados Unidos la situación de la clase media está empeorando. En un millón y medio de familias españolas todos los miembros en edad laboral están desempleados. Solo el 8% de los franceses opina que sus hijos tendrán una vida mejor que ellos. En 2007, el 43% de los estadounidenses aseguraba que su sueldo solo les alcanzaba para llegar a fin de mes. Hoy el 61% dice estar en esta situación.

Por otro lado, las aspiraciones insatisfechas de la clase media china o brasileña son tan políticamente incandescentes como la nueva inseguridad económica de la clase media que está dejando de serlo en España o Italia. Los Gobiernos respectivos se ven sometidos a enormes presiones, ya sea para responder a las crecientes exigencias de la nueva clase media o para contener la caída del nivel de vida de la clase media existente.

Inevitablemente, algunos políticos en los países avanzados aprovecharán este descontento para culpar del deterioro económico al auge de otras naciones. Dirán que los empleos perdidos en EE UU o Europa, o los salarios estancados, se deben a la expansión de China, India o Brasil. Esto no es cierto. Las más rigurosas investigaciones revelan que la pérdida de empleos o la disminución de los salarios en los países desarrollados no se deben al rápido crecimiento de los países emergentes, sino al cambio tecnológico, a una productividad anémica, a la política de impuestos y a otros factores domésticos.

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A su vez, en los países pobres, la nueva clase media que ha mejorado su consumo de comida, ropa, medicinas y viviendas rápidamente exigirá más y mejores escuelas, agua, hospitales, transportes y todo tipo de servicios públicos. Chile es uno de los países económicamente más exitosos y políticamente más estables del mundo, y su clase media ha venido creciendo sistemáticamente. No obstante, las protestas callejeras por la mejora de la educación pública son recurrentes. Los chilenos no quieren más escuelas, quieren mejores escuelas. Y para todo gobierno es mucho más fácil construir una escuela que mejorar la calidad de la enseñanza que allí se imparte. En China se dan cada año miles de manifestaciones para reclamar más o mejores servicios públicos. En Túnez, la frustración de la gente derribó al régimen de Ben Ali, a pesar de que es el país con el mejor desempeño económico del norte de África. No existe gobierno alguno que pueda satisfacer las nuevas exigencias de una clase media en auge a la misma velocidad con la que se producen. Ni gobierno que pueda sobrevivir a la furia de una clase media próspera que ve cómo cada día su situación desmejora.

La inestabilidad política causada por estas frustraciones ya es visible en muchos países. Sus consecuencias internacionales aún no son tan obvias. Pero lo serán.

Sígame en Twitter @moisesnaim

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Choque/clases/elpepiint/20110717elpepiint_5/Tes También en: http://www.moisesnaim.com/

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A 17.000 pies de la tragedia libia EL PAÍS vuela en un Avión de Control y Vigilancia con el que los militares de la OTAN imponen la zona de exclusión aérea en el conflicto RICARDO MARTÍNEZ DE RITUERTO - Base Aérea de Trapani (Sicilia) - 17/07/2011

Las sonoras carcajadas que estallan en la cola del avión de la Royal Air Force británica que impone la zona de exclusión aérea sobre Libia sorprenden a quien en ese momento lee sobre las devastadoras consecuencias del Trastorno de Estrés Postraumático en soldados que han sobrevivido a una situación bélica límite. Ninguna señal de estrés en estos militares bienhumorados.

-No parece que haya aquí mucha tensión bélica. -La tensión está allí.

Allí es una zona hacia la mitad de la cabina donde se concentra toda la capacidad bélica de este AWACS (Avión de Control y Vigilancia Aérea, en sus siglas en inglés), una nave inteligente plagada de sensores y sistemas de comunicación para el control aéreo, la gestión del campo de batalla y el apoyo a fuerzas aéreas, navales y terrestres. Allí, sobre una decena de pantallas, se inclinan, concentrados y con cascos de escucha, otros tantos hombres, que reciben y analizan la miríada de informaciones llegadas por satélite y radio y a través de ese singular radar con forma de platillo volante que los AWACS llevan plantado en todo lo alto.

Si por fuera el AWACS es un Boeing 707 tuneado, por dentro parece una oficina confinada en un tubo de unos 45 metros de largo. En esta oficina sin ventanillas, y dadas las largas horas de encierro que exige el trabajo, hay un espacio reservado para la distensión en la cola del aparato, convertido en una especie de cuarto de estar con cocinilla y servicio al que la tripulación acude para charlar, tomar un té, comer un sándwich, calentarse alguna comida preparada o echarse unas risas. Ocho asientos de avión y seis camastros colgados en los laterales como literas plegadas hacen de mobiliario.

Cuatro periodistas europeos, entre ellos un enviado especial de EL PAÍS, ocupan asientos como invitados de la OTAN para participar en un fin de semana de imposición de la zona de exclusión área sobre Libia. El vuelo despega a las 13.00 del domingo en lo que se presenta como un día menos activo de lo habitual. "Normalmente tenemos unos 20 o 30 aviones más en el aire de los que hay hoy", comenta en la zona de descanso uno de los tripulantes.

Apenas transcurridas tres horas de vuelo, el Director Táctico de la misión deja su puesto ante las pantallas y da la novedad al grupo: "Un buque de patrulla español, el Juan de Borbón, está auxiliando a un barco con unos 100 refugiados que ha pedido socorro al noroeste de Trípoli, en aguas internacionales".

La misión humanitaria es seguida de repetidas actualizaciones a lo largo de las casi diez horas de la jornada de este AWACS que sobrevuela el Mediterráneo al norte de Libia, con detalles que van cambiando y enriqueciéndose en cada ocasión: "El destructor español

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[en realidad, la fragata Juan de Borbón] tiene dominada la situación". Ya en tierra y terminada la misión, el Director Táctico resume al filo de las 23.00: "Ha sido una historia de refugiados que hemos hecho además de todo el trabajo ya previsto".

Del "trabajo ya previsto" no da detalles porque un secretismo extremo permea toda la misión del AWACS, uno de los varios que escrutan simultánea y solapadamente las 24 horas del día todo lo que pasa en el campo de batalla norteafricano. La OTAN emitió el lunes el parte oficial de los objetivos atacados el domingo en Libia: tres vehículos armados cerca de Brega; ocho piezas de artillería, un carro de combate, ocho vehículos militares, tres lanzadores múltiples de cohetes y una instalación militar cerca de Misrata; tres radares y tres lanzadores de misiles tierra-aire cerca de Trípoli; un radar y un almacenamiento militar cerca de Okba; tres lanzadores múltiples de cohetes cerca de Zlitan, y una instalación de almacenamiento militar cerca de Al-Aziziyah.

El detalle de lo bombardeado da idea tanto de la minuciosa selección de objetivos como de que cada vez queda menos por destruir en "esta guerra tan extraña", en palabras de una alta fuente europea.

Extraña hasta en lo anecdótico. La base de Trapani es también un aeropuerto civil y el AWACS ha de ceder el paso a un avión de Ryanair antes de enfilar la pista rumbo al campo de acción libio. La guerra tiene que esperar a que empiecen sus vacaciones unos turistas ajenos al otro uso de su soleado aeropuerto siciliano.

Un número indeterminado de esas operaciones de ataque fueron dirigidas desde este AWACS, pero los anfitriones británicos no hablaron de ellas con los invitados, a quienes dejaron asomarse fugazmente a sus posiciones, lo justo para percibir en las pantallas los contornos móviles de Sicilia y de la costa de Libia.

Sentado en su puesto, el Director Táctico ve todo lo que pasa en el aire y en tierra en un radio de unos 500 kilómetros: aviones, barcos, cualquier objeto que en tierra se mueva a más de 8 kilómetros por hora... debidamente identificados, etiquetados y coloreados todos los puntos (rojo, para el enemigo; verde, para el amigo; amarillo para el neutral, que puede ser un avión civil). Cuenta con la ayuda de los datos recibidos por radar, satélites, aviones no tripulados o la información visual comunicada desde los cazabombarderos que patrullan la zona de exclusión aérea.

Solo en combustible cada día se consumen del orden de 1,1 millones de litros en la campaña libia. Unos 80.000 litros fueron suministrados el pasado sábado por un avión nodriza británico VC10, gasolinera volante en cuyo interior el olor a combustible lo impregnaba todo. La cabina de la veterana aeronave ha sido vaciada para dejar espacio a cinco grandes contenedores cilíndricos que durante seis horas de misión aprovisionó frente a las costas libias a dos F-18 canadienses, dos harrier italianos, y dos mirage y dos rafale franceses.

El repostaje es un delicado ballet a 17.000 pies (algo más de 5.000 metros), evocador de un cortejo nupcial de los cazas, por parejas, sobre el avión nodriza que en la oscuridad de la noche necesita de más de un intento para conseguir el machihembrado. En el horizonte, la ciudad de Misrata, controlada por los rebeldes, aparece como una miniconstelación de puntos naranja sobre un fondo negro al que pone límite por encima la delgada franja roja de un sol que ya ha caído.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/17000/pies/tragedia/libia/elpepiint/20110717elpepiint_6/Tes?print=1

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Middle East July 16, 2011

Egypt Military Aims to Cement Muscular Role in Government By DAVID D. KIRKPATRICK CAIRO — The military council governing Egypt is moving to lay down ground rules for a new constitution that would protect and potentially expand its own authority indefinitely, possibly circumscribing the power of future elected officials.

The military announced Tuesday that it planned to adopt a “declaration of basic principles” to govern the drafting of a constitution, and liberals here initially welcomed the move as a concession to their demand for a Bill of Rights-style guarantee of civil liberties that would limit the potential repercussions of an Islamist victory at the polls.

But legal experts enlisted by the military to write the declaration say that it will spell out the armed forces’ role in the civilian government, potentially shielding the defense budget from public or parliamentary scrutiny and protecting the military’s vast economic interests. Proposals under consideration would give the military a broad mandate to intercede in Egyptian politics to protect national unity or the secular character of the state. A top general publicly suggested such a role, according to a report last month in the Egyptian newspaper Al- Masry Al- Youm. The military plans to adopt the document on its own, before any election, referendum or constitution sets up a civilian authority, said Mohamed Nour Farahat, a law professor working on the declaration. That would represent an about-face for a force that, after helping to oust President Hosni Mubarak five months ago, consistently pledged to turn over power to elected officials who would draft a constitution. Though the proposed declaration might protect liberals from an Islamist-dominated constitution, it could also limit democracy by shielding the military from full civilian control.

The military is long accustomed to virtual autonomy. Its budget has never been disclosed to Parliament, and its operations extend into commercial businesses like hotels, consumer electronics, bottled water and car manufacturing.

Some are already criticizing the military’s plans as a usurpation of the democratic process. Ibrahim Dawrish, an Egyptian legal scholar involved in devising a new Turkish constitution to reduce the political role of its armed forces, said the Egyptian military appeared to be emulating its Turkish counterpart. After a 1980 coup, the Turkish military assigned itself a broad role in politics as guarantor of the secular state, and in the process, contributed to years of political turbulence.

“The constitution can’t be monopolized by one institution,” he said. “It is Parliament that makes the constitution, not the other way around.”

Jurists involved in drafting the text say the Egyptian military told them to draw from several competing proposals that are circulating in Cairo. At least one assigns only a narrow, apolitical role to the military as guardian of national sovereignty. But others grant it sweeping authority and independence or a writ to intercede in civilian politics similar to the Turkish model.

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Mr. Farahat said he was unsure of the wisdom of granting the armed forces a role in Egyptian politics, but he said he supported shielding the defense budget from public scrutiny as a guarantee of national security and military independence.

Others picked by the governing council to draft the declaration have argued publicly for a broad, Turkish-style role for the Egyptian armed forces in post-revolutionary politics. “The military in Egypt is unlike militaries in other countries where the military is isolated from the political life,” said Tahani el-Gebali, a judge involved in the drafting. “The military’s legacy gives it a special credibility, and hence it is only normal that the military will share some of the responsibility in protecting the constitutional legitimacy and the civil state.”

She said that she would prefer the governing council submit the declaration for up-or-down approval in a referendum, but that if it did not pass as expected, the document would derive its legitimacy from the authority of the governing military council.

The announcement of the declaration is a setback for the Muslim Brotherhood, the Islamist group considered Egypt’s best-organized and most formidable political force. It was poised to win a major role in the new Parliament, and thus in the writing of the new constitution. The group has opposed liberal proposals to draft a constitution before parliamentary elections expected this fall or to postpone the elections long enough to let liberals catch up in organizing.

Liberals — most notably Mohamed ElBaradei, the former United Nations diplomat who is now running for president of Egypt — have advocated a code of agreed-upon universal rights as a compromise in the increasingly bitter debate between Islamists calling for an early election and liberals demanding a constitution first. Mr. ElBaradei, whose own proposal includes a provision that narrowly defines the military’s role guarding national security, said the declaration “really should be put to a referendum so it would have some legitimacy.”

That is especially relevant now, because the military council has come under mounting criticism for its opaque and inaccessible decision-making, occasionally heavy-handed tactics against civilian protesters, continued trials of civilians in military courts and intimidation of journalists who criticize it. Many have grown especially impatient with the pace of legal action against Mr. Mubarak and other former officials.

Demonstrators have returned to Tahrir Square with increasing frequency to voice their demands, culminating in a weeklong sit-in rivaling the days of the revolution. The military-led government, in turn, has appeared to respond to public demands with repeated concessions — including replacing an interim prime minister with the handpicked choice of the Tahrir protest leaders, arresting Mr. Mubarak and his two sons and releasing jailed activists. Last week, the government offered concessions, removing hundreds of senior police officers accused of killing protesters during the uprising. It also announced “the declaration of basic principles.”

This time, however, the demonstrators refused to budge. On Saturday afternoon, Gen. Tarek Mahdy, a member of the governing council, attempted to speak in Tahrir Square and was chanted off a stage, witnesses said. Many say they have grown increasingly cynical about the military. “They do comply with our demands, but within limits that they put on it themselves,” said Shady el-Ghazaly Harb, one of the organizers of the revolution.

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The protests are increasingly taking aim at the military. On Thursday, a coalition of 24 political groups and five presidential contenders endorsed a call by the young leaders of the protests for the military to cede more power to a civilian government now rather than wait for elections.

The military leaders are sounding increasingly exasperated. In a news conference, Major General Mamdouh Shaheen, the council member who reportedly suggested a Turkish-style military role, recalled the military’s support for the revolution and its pivotal decision not to help uphold Mr. Mubarak.

The military would not give up “until there is an elected civil authority,” he said, but “the Supreme Council of the Armed Forces “does not want to stay in power.”

Heba Afify contributed reporting. http://www.nytimes.com/2011/07/17/world/middleeast/17egypt.html?_r=1&nl=todaysheadlines&emc=tha2

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TRIBUNA: JUAN GOYTISOLO

Los adioses del embajador de Israel El antisemitismo es una monstruosidad, pero una colonización ilegal es un 'apartheid' Los políticos conservadores de España sostienen la postura de Netanyahu JUAN GOYTISOLO 16/07/2011

En lo que parece ser una carta de despedida a los españoles (Perspectiva y paciencia, EL PAÍS, 2-7-2011), el embajador de Israel en Madrid, Raphael Schutz, nos descubre el Mediterráneo. Desde el decreto de expulsión de los Reyes Católicos de 1492, nos dice, "a diferencia de lo que sucedió en otros lugares de Europa, que en España no hubo convivencia con judíos de carne y hueso durante siglos... El desconocimiento personal del judío hizo que proliferaran los estereotipos. Se puede deducir hasta qué punto estos están enraizados por el hecho de que hasta hoy día expresiones como hacer judiadas son comunes y corrientes en el discurso español, así como por los elementos manifiestamente antijudíos en las procesiones religiosas de Andalucía y de otros lugares".

Si a primera vista las cosas sucedieron tal como las pinta el embajador, su reducción simplista a conocidos giros y refranes o a vagas referencias a la piedad popular de nuestro folclor deja de lado aspectos fundamentales del tema. Los judíos no desaparecieron sino aparentemente de la sociedad peninsular incluida la de Portugal. Aunque encubierta y rodeada de todo tipo de precauciones en razón del acoso de la Inquisición, la elite judeoespañola siguió siendo parte de nuestro paisaje cultural. Los cristianos nuevos que recibieron a la fuerza el "bautismo de pie" y sus descendientes de sangre "manchada" compusieron al revés la verdadera elite intelectual de la Península al punto que, como dijo un historiador, ya fueran secretamente judíos, ya racionalistas -esa línea de pensamiento que va de Fernando de Rojas a Spinoza, pasando por Uriel da Costa, tan bien estudiada por Révah-, ya cristianos embebidos en la mística hebrea, crearon en gran parte la espléndida cultura española de los siglos XV, XVI y XVII mientras que los españoles de sangre "limpia" se encastillaban en su búnker antisemita. La llamada Edad Conflictiva por Américo Castro y los dramas provocados por la obsesión enfermiza de la pureza de sangre han sido analizados por intelectuales de la talla de Castro, Domínguez Ortiz, Julio Caro Baroja, Márquez Villanueva, José Jiménez Lozano, etcétera, que quizá no sean unos desconocidos para Raphael Schutz, y por otros que ha leído sin duda como Benzion Netanyahu, Ierushalmi (cuya obra de referencia reseñé hace años en L'Express), el ya citado Révah, Samuel Armistrad, Silverman...

El antisemitismo sin judíos -que no es una triste singularidad nuestra sino también de algunos países del Este europeo como Polonia- se prolongó a lo largo de los siglos XVIII, XIX y primera mitad del XX. El magnífico estudio de Gonzalo Álvarez Chillida, El antisemitismo en España. La imagen del judío (1812-2002), que tuve la satisfacción de prologar, examina atentamente los prejuicios y clichés que salpican la obrade autores tan diversos como Alarcón, Bécquer, Balmes, Vázquez de Mella, Emilia Pardo Bazán, Pío Baroja, González Ruano o Vicente Risco. Las bien meditadas réplicas a dicha malquerencia de José Amador de los Ríos, Adolfo de Castro, Ángel Pulido y Rafael Cansinos Assens, amén del filosemitismo de figuras como Espriu o Josep Pla, podrían apuntalar con mayor firmeza la paticoja exposición del señor embajador.

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Igualmente le aconsejaría la lectura de la antología de Literatura fascista española de Julio Rodríguez Puértolas que, frente al odio visceral al moro de los poetas y escritores del bando republicano durante la Guerra Civil -odio fomentado por la utilización de míseros mercenarios rifeños por los militares franquistas-, presenta en opuesta y perfecta simetría las soflamas antijudías de los agrupados tras la bandera de la Falange y el credo nacionalcatólico. ¡Un revelador homenaje de la barbarie a la llamada España de las Tres Culturas!

Sí, señor Schutz, el antisemitismo persiste en España después de tres décadas de democracia. Diversas estadísticas indican que en el palmarés de la infamia de los prejuicios raciales, el judío imaginario ocupa el tercer lugar después del gitano, pese a su probada españolidad desde hace siglos, y, naturalmente, del moro. Pero deducir que este "telón de fondo histórico dicta la actitud de los españoles hacia Israel" es dar un salto muy peligroso en la medida en que pasa por alto algo tan claro como que ser judío, ser sionista, ser israelí y ser extremista religioso del orden de los que imponen su ley en los territorios ocupados de Palestina son cosas distintas, y que esa amalgama no conduce a esclarecer el problema sino que lo complica.

Fuera de un puñado de antisemitas puros y duros, nostálgicos de la cruz gamada y de la Falange, la clase política conservadora de España, tradicionalmente antijudía, sostiene hoy la postura de Netanyahu y la ocupación de Cisjordania -vayan de ejemplo el expresidente Aznar y el vivero de pensadores de la FAES, para quienes Israel es el centinela de Occidente frente a la marea negra islámica-, y son muchos los projudíos de izquierda que sin dejar de serlo critican, por las mismas razones éticas que les condujeron a apoyar la creación del Estado israelí, el implacable apartheid impuesto por este a los palestinos y reclaman una paz justa y duradera entre dos Estados soberanos basada en las fronteras internacionalmente reconocidas.

Raphael Schutz se lamenta de que "los españoles en general se informen sobre Israel a través del prisma de los medios de comunicación y por ello no conocen el verdadero Israel". Ahora bien, fuera de la quimérica posibilidad de ofrecerles una masiva visita guiada a su país, ¿cómo quiere el embajador que se informen si no por medio de la prensa, televisión, radio, Internet, etcétera? Los veinte y pico representantes de los distintos periódicos y canales televisivos, afirma, no cubren el auténtico Israel de la diversidad cultural, la vanguardia tecnológica, el éxito económico y el florecimiento literario: "Un español que conozca Israel solo a través del material visual que llega aquí podría pensar que en aquel país viven únicamente dos tipos de habitantes: los ultraortodoxos y los soldados".

Pero la implícita acusación de maniqueísmo a nuestros corresponsales no tiene en cuenta un factor elemental que vale tanto para Israel como para el resto del mundo: el contenido informativo de los hechos, lo que es noticia. Nadie o casi nadie duda de que los israelíes gozan de derechos democráticos y han alcanzado un nivel educativo y cultural digno de aplauso, pero esos derechos y valores ¿se extienden a los palestinos que sufren su ocupación militar? ¿Qué tiene mayor contenido informativo: la Operación Plomo Fundido, o la exposición visual de la vida apacible de una familia israelí de clase media, con buenos conocimientos tecnológicos y abierta a las redes sociales del mundo moderno? Si, por poner un ejemplo, los corresponsales de este periódico, desde Ferrán Sales a Juan Miguel Muñoz y Enric González, han centrado su atención en los ultraortodoxos y los militares o, mejor dicho, en la creciente influencia de ciertos grupos de los primeros en los segundos, es porque dicha situación revela la inquietante

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militarización mental de una gran parte de una sociedad que era décadas atrás liberal y laica, y el devastador influjo en ella de un extremismo religioso que poco tiene que envidiar al de los grupos radicales árabes que niegan su existencia. La promesa bíblica de la tierra de Judea y Samaria a las tribus de Israel no es un contrato de propiedad avalado ante notario que autoriza a desahuciar de su suelo a quienes nacieron y viven en él. Este es el fondo del drama que no se resolverá mareando a la perdiz durante décadas como pretenden Benjamín Netanyahu y los suyos, sino con el cumplimiento de las resoluciones de la Asamblea General de la ONU de 1948 y 1967.

Olvídese el señor Schutz de las teorías conspirativas y supuestas "coaliciones del odio" como aquella en la que me metió sin pararse en pelillos en compañía de Chomsky, Saramago (cuya desafortunada comparación de Cisjordania con Auschwitz me dejó literalmente sin habla y estropeó mi viaje a Ramala) y, como guinda de tan extraño cóctel, Antonio Gala, y no incurra en amalgamas y descalificaciones similares a las que denuncia. El antisemitismo es una monstruosidad que toda persona digna rechaza. Pero hay que poner las cosas en su lugar y llamar una colonización ilegal con su verdadero nombre: un régimen de apartheid que tarde o temprano, y el porvenir de Israel le va en ello, Tel Aviv tendrá que liquidar.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/adioses/embajador/Israel/elpepuopi/20110716elpepiopi_4/Tes

ft.com comment Editorial July 15, 2011 7:49 pm

No country for an old tyrant On March 17, the UN authorised an international coalition to take all steps necessary to protect Libyan civilians from the brutality of their tyrannical ruler, Muammer Gaddafi. Yet while the western-led intervention has to some extent curbed the colonel’s aggression, it has not forced his regime to crumble. As the conflict drags on, and Ramadan and the French presidential election season loom, coalition officials are searching for ways to break the deadlock.

One proposal is that Col Gaddafi could be offered internal exile in Libya if he promised to abdicate all military and political power. This is a bad idea. It is not obvious that such an arrangement would offer Col Gaddafi any security: as his Egyptian counterpart, Hosni Mubarak, found, internal exile leads via house arrest to the courts. Given this risk, and Col Gaddafi’s record, there is no reason to believe he would keep his word. Leaving him in Libya as the next regime, which will initially be weak, struggles to build a state from scratch, would be an unacceptable risk.

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That is not to say that the coalition should shun non-military ways of prising Col Gaddafi from power. His exit is the key precondition for a resolution of the Libyan conflict. And given the regime’s military superiority over the rebels, and the fact that the coalition has neither the mandate nor the appetite to use ground forces in Libya, it could be some time before Col Gaddafi is defeated on the battlefield. If a deal can be brokered that is acceptable to the rebels’ Transitional National Council and relieves the

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threat to civilians, it should be welcomed. Were Col Gaddafi to run for it, the coalition need not stand in his way.

Col Gaddafi has sworn to die at his post, however. He is unlikely to give up unless forced. Therefore, it is crucial that the coalition maintains the military pressure on his regime. His forces must be sufficiently degraded that he realises that he has no chance of military victory. And sanctions must be made to bite. It is reasonable for the coalition to consider reducing operations during Ramadan, which runs for 30 days from August 1. But if the regime uses this lull to attack civilians, the coalition should not shy from striking back.

While continuing with its military campaign, the coalition must plan for the reconstruction of Libya once it is finally liberated from Col Gaddafi. To avoid an alien system being foisted on an unwilling country, the TNC must take the lead. But given the scale of the task – 42 years of personal rule have caused most civic institutions to wither – western help will be crucial in providing the logistics for basic services.

Col Gaddafi’s eventual departure will be a triumph for Libya’s citizens. But it will also pose a serious challenge.

http://www.ft.com/intl/cms/s/0/b495ceec-af0e-11e0-bb89-00144feabdc0.html#axzz1SI4m5j8B

Damasco vive la mayor manifestación contra El Asad La policía dispersa en Ammán una protesta a favor de reformas políticas AGENCIAS - Ammán - 16/07/2011

Ofertas de diálogo político, permisos para que algunos opositores celebren reuniones, concesión de nacionalidad a la minoría kurda, promesas de amnistía... Nada vale al Gobierno sirio para frenar las manifestaciones que se extienden y crecen en todo el país. Ayer, cientos de miles de personas salieron a la calle después del rezo para exigir el final del régimen de Bachar el Asad. La respuesta de las fuerzas de seguridad y de los matones vestidos de civil fue idéntica a la que aplica desde que hace cuatro meses comenzó la revuelta popular: mataron al menos a 32 civiles en varias ciudades del país.

En Idlib (norte), Deraa (sur), Deir al Zor (este), Homs, Hama, y en la capital, Damasco, la población desafió al Gobierno al grito de "el pueblo quiere la caída del régimen", que perdura desde hace cuatro décadas. En todas estas ciudades murieron a tiros varias personas, que se suman a los más de 1.400 muertos desde mediados de marzo. Pero no hay modo de disuadir a los ciudadanos, hartos de años de represión y corrupción.

"Estas son las manifestaciones más grandes hasta ahora. Es un claro desafío a las autoridades, especialmente cuando vemos a tanta gente saliendo a la calle en Damasco por primera vez", declaró Rami Abdelrahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

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La erupción de la protesta en la capital del país es otra muestra de que la fuerza armada difícilmente logrará detener la rebelión. Al menos 23 personas fallecieron en Damasco. De ellas, 14 fueron tiroteadas enfrente de un edificio en el que un grupo opositor tenía previsto celebrar hoy una reunión, según declaró el disidente Walid al Bunni.

No obstante, el régimen -cada día más aislado y sometido a sanciones económicas por parte de la Unión Europea, su primer socio comercial- parece también lejos de claudicar porque, a diferencia de lo sucedido en Túnez y Egipto, el Ejército se mantiene leal al presidente Bachar el Asad.

Si en Siria gran parte de los 22 millones de habitantes reclama la desaparición del régimen del Partido Baaz, en Jordania el descontento popular es mucho más moderado: solo piden reformas políticas y en el Gobierno, y no cuestionan la monarquía. Aun así, la policía repartió porrazos en el centro de Ammán para dispersar a cientos de personas que se dirigían al corazón de la capital. Una decena de periodistas, policías y manifestantes fueron heridos. El Ejecutivo jordano parece decidido a impedir a toda costa que se repita el escenario que se vivió en la plaza Tahrir de El Cairo en enero y febrero. "Las sentadas en lugares abiertos no se aceptan y no se tolerarán en Jordania", advirtió el jueves por la noche el primer ministro, Maruf Bajit.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Damasco/vive/mayor/manifestacion/Asad/elpepiint/20110716elpepiint_6/Tes?print=1

Judíos y árabes marchan juntos por el Estado palestino AGENCIAS - Jerusalén - 16/07/2011

No había ocurrido desde hacía 20 años que israelíes judíos y palestinos se manifestaran juntos en favor de un Estado palestino. Lo hicieron ayer en Jerusalén unas 2.000 personas en favor del reconocimiento en septiembre del Estado palestino en Naciones Unidas, la iniciativa impulsada por la Autoridad Palestina una vez fracasado el diálogo de paz.

La llamada Marcha por la Independencia recorrió un itinerario cargado de simbolismo: partió de la Puerta de Jaffa, en las murallas otomanas de la ciudad vieja, y concluyó en el barrio de Sheij Jarrah, distrito en el que la expulsión de familias árabes de sus viviendas para ser ocupadas por colonos judíos dio pie al nacimiento de las protestas que cada viernes se celebran a la entrada del barrio. Los manifestantes recorrieron para llegar a Sheij Jarrah la línea verde que separó la mitad árabe de Jerusalén -hasta 1967 bajo soberanía jordana- y la mitad judía. Varios ultraderechistas trataron de interrumpir la marcha.

Participaron en ella, además de algunos diputados de partidos de izquierdas, un exfiscal general de Israel, Michael Ben Yair, y el expresidente laborista del Parlamento y de la Agencia Judía, Abraham Burg.

"La independencia palestina no es solo el derecho natural del pueblo palestino, es también la única solución que puede evitar una oleada de violencia entre israelíes y

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palestinos. Esta marcha prueba que una lucha conjunta es el camino para terminar con la ocupación", declaró Avner Inbar, uno de los organizadores de la manifestación.

Boicoteo Los manifestantes gritaron eslóganes como "judíos y árabes luchan contra la ocupación" o "los asentamientos son un delito, sí, boicotearemos sus productos", un lema que hace referencia a la polémica ley recientemente aprobada por la Kneset en la que se penaliza a quienes aboguen por el boicoteo a los productos producidos en las colonias de la Cisjordania ocupada. Docenas de profesores y juristas la consideran un ataque frontal contra la libertad de expresión.

"Establecer un Estado palestino basado en las fronteras de 1967 es compatible con el interés de Israel", afirmó Dov Khenin, diputado del izquierdista Hadash. El activista Hillel Ben Sasson dijo del primer ministro israelí: "Bibi [Netanyahu] no solo rechaza la paz, es un manipulador de la paz".

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Judios/arabes/marchan/juntos/Estado/palestino/elpepiint/20110716elpepiint_4/Tes?print=1

La represión policial en una manifestación en Jordania causa al menos 17 heridos Los participantes de la marcha exigen reformas políticas y económicas AGENCIAS - Ammán - 15/07/2011

Al menos 17 personas han resultado heridas por choques entre la policía jordana, leales al régimen y cientos de personas que se manifestaban hoy en la capital, Ammán, para exigir reformas políticas y económicas. La marcha ha comenzado después de la oración del viernes en la Gran Mezquita Huseini y ha finalizado en la plaza Najil, donde la coalición de movimientos juveniles 15 de Julio tenía previsto organizar una acampada.

Los enfrentamientos entre la policía y el pueblo jordano han sido hasta ahora muy puntuales y poco violentos en comparación con las revueltas en otros países árabes, como la sangrienta represión en Siria.

De los heridos, nueve son periodistas -tanto de medios locales como internacionales-, siete policías y una militante islamista, informa France Presse. La cadena de televisión Al Yazira precisa que entre los periodistas se encuentra un cámara de Reuters y un periodista del diario americano The New York Times. La policía había obligado a los periodistas llevar chalecos naranjas para su identificación en caso de disturbios. Según Europa Press, el director de la Asociación de Prensa Jordana, Tareq Momani, pidió a los periodistas que se quitaran el chaleco ya que así eran un blanco fácil para la represión policial.

En el bando gubernamental, siete policías han resultado heridos -dos de ellos apuñalados- cuando las fuerzas de seguridad trataban de separar a los manifestantes de grupos leales al Gobierno, según ha informado el portavoz de la Dirección de Seguridad Pública, Mohamad Jatib, citado a su vez por la agencia estatal Petra. Una periodista y

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testigo de France Presse ha informado, sin embargo, que los policías han dispersado la manifestación de manera violenta, causando los heridos.

Jordania es desde enero el escenario de manifestaciones a favor de reformas políticas y económicas. La marcha de hoy ha ido acompañada de carteles y eslóganes que pedían la renuncia del primer ministro, Maruf Bajit, y la disolución de la Cámara Baja del Parlamento.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/represion/policial/manifestacion/Jordania/causa/heridos/elpepuint/20110715elpepuint_10/Tes

El enviado de la ONU para Libia será el único mediador ante Gadafi 32 países reconocen a los rebeldes como "autoridad gubernamental legítima" B. L. ARANGÜENA / M. GONZÁLEZ - Estambul - 16/07/2011

La comunidad internacional quiere acabar con la cacofonía de estrategias para poner fin al conflicto de Libia y evitar que la mediación entre las partes sirva de terreno abonado para medradores y ventajistas. El Grupo de Contacto sobre Libia, que reunió ayer en Estambul a 32 países y siete organizaciones multilaterales, ha decidido designar al enviado especial del secretario general de la ONU, el jordano Abdelilah el Jatib, como único negociador habilitado para hablar en su nombre.

Los ministros de Exteriores Trinidad Jiménez (España), Hillary Clinton (EE UU) y Abdulá bin Zayad (EAU), ayer en Estambul.- BURHAN OZBILICI (AP)

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El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Franco Frattini, ha admitido que la multiplicidad de contactos, muchos de ellos secretos y clandestinos, han resultado contraproducentes, mientras que la española Trinidad Jiménez ha agradecido la mediación de Rusia o la Unión Africana, pero la ha dado por concluida.

El Jatib ha anunciado a los ministros de Asuntos Exteriores reunidos en Estambul -entre otros, la estadounidense Hillary Clinton, el británico William Hague y el francés Alain Juppé- que propondrá a Trípoli y Bengasi la formación de una mesa negociadora con tres representantes de cada parte, que deberán ser aceptados como interlocutores por la otra. Eso significa que no podrán participar ni Gadafi ni sus familiares más directos, con quienes los rebeldes se niegan a sentarse. Asimismo quedan excluidos de la mesa los acusados de crímenes contra la población civil. Será en este marco en el que el enviado especial de la ONU presente su hoja de ruta, que incluye un cese del fuego duradero y verificable y la formación de un gobierno provisional que dirija la transición al postgadafismo.

Para los miembros del Grupo de Contacto, hay pocas dudas de que el núcleo del futuro gobierno debería ser el Consejo Nacional de Transición (CNT), al que ayer reconocieron como "autoridad gubernamental legítima" de Libia, un paso más allá de la condición de "interlocutor legítimo" que hasta ahora le daban. "Hasta que se asuma una autoridad interina, Estados Unidos reconocerá al Consejo Nacional de Transición Rebelde como la autoridad legítima de Gobierno para Libia", aseguró Hillary Clinton tras la reunión de Estambul.

Este reconocimiento debería facilitar la entrega al CNT de los 3.000 millones de dólares que Gadafi tiene congelados en bancos extranjeros, aunque no está claro que sea tan fácil. El jefe de la diplomacia turca, Ahmet Davutoglu, anunció que su país dará un préstamo de 200 millones de dólares a los rebeldes utilizando como aval los fondos libios bloqueados. Italia utilizó la misma fórmula para abrir ayer mismo una línea de crédito al CNT por valor de 100 millones de euros, que en dos semanas podrían ampliarse en 300 más, incluido el suministro de combustible. Francia prometió 250 millones de dólares. El Gobierno español, que recibirá la semana que viene en Madrid al primer ministro rebelde Mahmud Jibril, no descarta hacerlo, pero preferiría contar con el aval de una decisión de la Unión Europea.

Turquía evitó plantear su demanda de que se decrete un alto el fuego coincidiendo con el mes sagrado musulmán del Ramadán, que se inicia a principio de agosto. Sabía que se enfrentaba a la oposición rotunda de las autoridades de Bengasi, para quienes ese medida solo serviría para alargar el conflicto. Por eso, Davutoglu se limitó a pedir que durante el Ramadán se multipliquen los esfuerzos para hacer llegar ayuda humanitaria a la población civil, tanto en la zona controlada por los rebeldes como en la que sigue en manos de Trípoli, utilizando para ello parte de los fondos congelados, bajo supervisión de la ONU. Se da por hecho que las operaciones se ralentizarán en agosto.

Aunque públicamente no se admita, entre los socios del Grupo de Contacto es cada vez más patente el cansancio ante una campaña militar que se prolonga más de tres meses y cuyo desenlace parece incierto. Ya no se descarta que Gadafi pueda quedarse en Libia bajo determinadas condiciones, una vez desalojado del poder que ha ostentado durante 41 años, a pesar de que sobre él pesa una orden de arresto del Tribunal Penal Internacional. "Hay que dejar abiertas todas las opciones a una solución política negociada, pero son los propios libios los que deben decidir", argumenta Jiménez. Será tarea de la mesa negociadora el decidir el "cómo" y el "cuando" según aseguró Frattini.

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Los participantes en la Cumbre de Estambul -la cuarta desde el 13 de abril- volverán a reunirse en septiembre en Nueva York. Hasta entonces los líderes de los 32 países reunidos quisieron destacar que seguirán unidos en la "búsqueda de una solución al conflicto y la restitución a Libia de su puesto dentro de la comunidad internacional".

Abdelilah el Jatib - Nació en 1953. Está casado, y tiene tres hijos.

- Es economista. Fue ministro de Exteriores de Jordania en dos ocasiones

y diplomático en la ONU.

- Fue nombrado enviado especial de la ONU para Libia el 7 de marzo de 2011.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/enviado/ONU/Libia/sera/unico/mediador/Gadafi/elpepuint/20110716elpepiint_5/Tes

ft.com world middleeast&northafrica Politics & Society July 15, 2011 7:21 pm

Western rebels take lead in Libya’s future By a Financial Times reporter in Zintan

Tarek Zanpou, a defector from Colonel Muammer Gaddafi’s Libyan intelligence services, halted on a dusty cliff top and swept his arm towards the loyalist army controlled plains below.

Pointing to two towns in the middle distance of the desert, he explained the task the rebels faced as they tried to root Gaddafi forces out of the populous areas on the road to Tripoli without harming the people who lived there. “We have a nice view, and the

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mountains protect us 90 per cent,” he said. “Now we face this problem with the civilian people: how are we going to deal with them?”

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The quandary for Col Zanpou is one of many facing an enclave of insurgents whom some western powers now see as the best hope for ousting the 41-year-old Gaddafi regime, ending Libya’s five-month conflict and Nato’s near four-month entanglement with it.

While the resilience of this ethnically patchwork and logistically patched-up rebellion in the country’s Nafusa mountains is clear, questions remain over whether it has the weapons and strategic wherewithal to secure the quick, clean win that its international allies want.

After months of being overshadowed by the eastern centre of Libya’s rebel uprising, the war in the western uplands has grabbed attention through a combination of its own gains and the failure of the rebel capital, Benghazi, to break Col Gaddafi’s rule.

The French government’s announcement last month that it had dropped weapons to the mountain rebels highlighted the faith that the anti-Gaddafi coalition has invested in them as they prepare to attack the nearby city of Gharyan and cut a crucial supply route to Tripoli, 80km up the road. One foreign diplomat said: “If the rebels are able to take this city, this will have a huge impact.”

The mountains, with a string of small towns linked by a tarred road cutting through a dusty plateau, are full of reminders of the siege laid for months by government forces that still fire rockets into some areas. Abandoned regime tanks and the husks of cars litter the roadside, while on one building bullet holes mingle with the dots of the Arabic letters in a revolutionary slogan. Messages of suffering and resistance complement the dark green, black and red rebel flags and pennants that stand out like drops of blood against the sandy landscape.

One said: “We don’t give up. We have victory or die.”

For all the passion and pride of this uprising by indigenous Berbers and their Arab neighbours, many rebel fighters and civilians said they were short of rifles and relied on a combination of heavier weapons seized from the regime and their own ingenuity. In the town of Kabow, two rickety metal gates opened to reveal a workshop where rebels were fixing two old T-55 tanks and fitting out pick-up trucks with rocket launchers made from water pipes, phone parts and a control panel from a regime Russian radar system.

Omar Said, an engineer whose nickname of “Rambo” was scrawled in Arabic on the workshop wall, looked up from his work on a large chunk of metal and explained that his knowledge of the T-55s meant it had only taken him a day to refit them.

“This is the only thing that Gaddafi did for me,” he said. “Because I studied tanks in high school.”

While the rebels have proved better than their eastern counterparts at holding territorial gains – they recaptured the frontline village of Qawalish this week within hours of

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being dislodged by Gaddafi forces – they admitted that they will need help once they descend from their mountain redoubt to push towards the capital.

Edweeb, a former government worker and one of many volunteer fighters with no military experience, said: “We don’t have weapons to make Tripoli free. But we have one chance: if the people in Tripoli feel like us, maybe we can do it.”

Another unknown, and concern, in any rebel advance is the possibility of revenge attacks against suspected Gaddafi supporters, such as the beatings, looting and building burning that Human Rights Watch said occurred during the rebels’ initial capture of Qawalish last week.

Col Mohammed Ahmed Khabasha, head of the military council in the nearby town of Zintan, said the torched buildings had been used by Gaddafi forces, adding that he would try to prevent further reprisals.

He added: “If someone has killed your brother and your son, it’s going to be hard to control. God willing, it won’t happen.” Outside the colonel’s office, the courtyard was full of disintegrating crates of ageing ordnance taken from the regime, some of which predated even Col Gaddafi’s 1969 coup.

It was a reminder that the first big test of the rebels’ capabilities as an offensive force on unfavourable terrain is still to come. Col Zanpou his feet crunching over stones mingled with the occasional spent cartridge, called for western powers to do more. “Maybe Nato has a plan,” he said. “But that plan is strange.”

http://www.ft.com/intl/cms/s/0/35977220-af00-11e0-bb89-00144feabdc0.html#axzz1SI4m5j8B

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07/15/2011 01:34 PM Libya's Soccer Rebellion

A Revolution Foreshadowed on the Pitch of Benghazi By Juliane von Mittelstaedt

In the summer of 2000, thousands of Libyans in Benghazi launched a spontaneous revolt against the Gadhafi regime after their hometown soccer team suffered one insult too many. Only now can the survivors tell the story of this little-known revolt -- and how it became the opening salvo of the current revolution. Chalifa Binsraiti presses his arms to his sides to show how wide the cell was. Then he wiggles his toes and places a hand over his head to show how long the cell was. The 65-year-old had to lie in that tiny cell for a month -- alone, in the dark and with two bottles next to him: one for water, one for urine. He had been accused of being an enemy of the people, of wanting to form an anti-government party and of conspiring with other regime opponents abroad.

But it was really about soccer.

Binsraiti is a quiet, friendly giant of a man with laugh lines that don't seem to fit with his past. He was a sports manager of the Al-Ahly Benghazi SC soccer club for 15 years, including the four when the club was banned. After the incident in 2000, he spent nine months in prison. "And it was all because of a football match," he says.

Binsraiti smiles and pauses for a moment. Now he can finally tell strangers the story of Al-Ahly Benghazi, an incomprehensible story that reveals the lunacy that prevailed in Libya for 42 years -- and says a lot about why, today, Benghazi is the capital of Libya's rebellion.

A History of Hatred Very little is known about Libya during these years. The country was shut off from the outside world, particularly for foreign journalists. Some things are difficult to verify, and some stories might have evolved into exaggerated urban myths.

The story Binsraiti tells is unusual even for Libya. It's especially striking for what it says about the blind wrath that led Libyan dictator Moammar Gadhafi and his son Saadi to destroy one of the oldest football clubs in the country, founded in 1947. They had dozens of fans tortured, 32 were sentenced to prison terms, three were sentenced to death, the club was banned and its headquarters were demolished. The same relentless brutality that Gadhafi and his family are now directing against their own people was once directed against this club and its supporters.

Binsraiti has arranged to meet us at the club's former training site. He is standing in a field of weeds littered with empty paint buckets and cans. Smashed bleachers provide the only clue that this was once a soccer field. Trees are now growing among the stands, and the floodlight supports tower over us like steel skeletons. "This was once the headquarters of Al-Ahly," Binsraiti says. "That over there was the indoor basketball court, and the tennis court was over there," he says, gesturing toward piles of garbage and rubble. A pink rhododendron is blooming in the midst of the debris.

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A black building once used by Libyan intelligence looms over the field as a grim reminder of the surveillance the club and Libyan society as a whole had to put with for decades. Protesters torched the building in February along with many military barracks, former torture chambers and police stations in the city.

This time the revolution succeeded. But that first attempt, known as "the soccer revolution" of 2000, was a failure.

Libya 's Self-Appointed Soccer King The Gadhafis had always had an ambivalent and somewhat paranoid relationship with soccer. They used it, and yet they were deeply suspicious of it. Soccer matches served as a backdrop for Gadhafi's public appearances, but he also used the stadiums to strike fear into the hearts of Libyans by having real and suspected regime opponents hanged in them. Stadium announcers and sports commentators were only allowed to refer to players by their jersey numbers; no one could be more popular than the dictator.

Gadhafi's son Saadi made himself king of the Libyan soccer world. In the late 1990s, he was appointed president of the Libyan Football Federation. He also became captain of the national team and the owner, manager and captain of the Al-Ahly Tripoli SC. Later, when Libya became too small for him, he bought his way onto the Italian first-division teams Perugia, Udinese and Sampdoria. Over the four years he was with these clubs, he spent a total of 25 minutes on the field.

Saadi was a laughing stock in Italy. But, in Libya, he was omnipotent. As long as he ruled over Al-Ahly Tripoli SC, he was determined to make sure it was the best club in Libya and even all of Africa. He had also made up his mind that it would be the only club to bear the traditional name Ahly.

The Boiling Point It is this decision that led to Saadi's campaign against the club in Benghazi with a similar name. He bought its best players and bribed referees. On a hot July day in 2000, it appeared that his efforts were about to pay off when Benghazi was on the verge of being relegated to the second division.

On that day, Binsraiti was sitting with his team in the stadium while Saadi was sitting in the stands. According to Binsraiti, there were more than 30,000 fans in the stadium. "It was the typical story," he says. "The opposing team was being awarded one penalty kick after another." In their everyday lives, the people of Benghazi were used to putting up with injustices. But now they had had enough.

"The entire stadium was against Saadi," Binsraiti says. "Everyone had a relative or a friend in prison, and everyone knew someone who had been killed or stripped of their property."

"Benghazi hated the Gadhafis," Binsraiti adds. "But, on that day, it hated Saadi in particular."

The men in the stadium began to boo, and the booing grew into a roar. A crowd of hundreds stormed the field and spilled out into the streets. They burned posters of Gadhafi and set the local office of the Libyan Football Federation on fire. At one point, someone dressed a donkey in a jersey with Saadi Gadhafi's number on it.

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Security forces were sent in and quickly crushed the spontaneous uprising. About 80 fans and club employees were arrested and vanished into torture chambers. Benghazi fell back into its usual lethargy.

A Prince's Revenge "I will destroy your club," Saadi reportedly threatened. "I will turn it into an owl's nest."

He waited until Sept. 1, 2000, the 31st anniversary of his father's revolution. On that day, soldiers razed the hated club's headquarters as a gift to their revered leader.

"They destroyed the club emblem and the gate, and then they sent in three bulldozers to mow everything down," Binsraiti recounts. "It took three or four hours. They forced people to watch and cheer. That evening, they broadcast the destruction on television."

Of course, Binsraiti only got this information second-hand, from a former janitor, since he was in prison at the time.

The soldiers returned the next day to finish the job. Their orders were to not leave a single wall of the clubhouse standing and to transform the building into nothing more than dust and debris.

"The destruction of Al-Ahly also contributed to our current revolution," Binsraiti says. Indeed, fans and players were among the first protesters, and they were also among those who stormed the "Katiba," the city's main military base. This act allowed the rebels to score their first important victory against the regime. Volunteers went to the front wearing Ahly jerseys, and one of the team's midfielders died in the fighting in Misurata.

Resurrected as a Ghost Abd al-Salam Thau speaks without moving his lips. He says that the torturers knocked out his incisors, but he can't afford new ones. Thau, 42, is a dark, muscular man, and it was his misfortune to have led the Al-Ahly fan club at the time of the 2000 revolt. He was sentenced to 10 years in prison and claims to have been tortured every day for three months.

After five years, Moammar Gadhafi pardoned him along with those who had been sentenced to death. There were only two left since one had already committed suicide in prison.

Al-Ahly Benghazi SC was allowed to reopen. But this wasn't because Gadhafi felt sorry for it. Instead, it was because having imprisoned soccer players would have hurt his efforts to win greater recognition from the West.

The club was given a trash-strewn plot of land in Benghazi with a few sheds on it. For years, it was promised funding for a training center, but to this day the only new features at the site are the grass pitch and the fence surrounding it. Since most major companies sided with the regime, it didn't have any sponsors.

According to Thau, the team was only allowed to play important matches without any fans present, as if they didn't exist.

Ruses and Refusals Ironically, 11 years after the first soccer uprising, it was Saadi Gadhafi who was in Benghazi on Feb. 17, the day now considered the beginning of the Libyan revolution.

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This was also the day that the dictator's son reportedly ordered soldiers to open fire on protesters. It was a continuation of his battle against Al-Ahly, and the goal was the same as before: total destruction.

On that day, while sitting in a broadcast studio, Saadi reportedly said with a sigh that he would support Al-Ahly Benghazi SC, that he would correct the mistakes of the past, that Al-Ahly would be transformed into the best team in Libya and that it would enjoy the full support of the Gadhafi family. The regime was trying to use football for its own purposes one last time.

"No one in Benghazi believed him, not after everything he'd done to Ahly," says Moataz Ben Amer, the captain of the club for the last five years. Ben Amer is a midfielder, a small-framed 29-year-old with eyes that twitch nervously when the conversation turns to the Gadhafis.

Ben Amer was also supposed to help stop the revolution -- with the power of football. In the first days of the uprising, he received a phone call. The man on the other end ordered him to come to the television studio immediately. He said that Ben Amer would have to publicly condemn the protests -- and that bad things would happen to him if he refused. Ben Amer hung up. They tried to call him several times after that, but Ben Amer didn't answer. It was his first act of resistance. His voice still slightly trembles when he talks about it.

Tentatively Backing the Revolution In those early days of the revolution, Ben Amer wasn't the only soccer player asked to defend the regime. The president of Al-Ahly Tripoli, Saadi's old club, was also told to support the regime. He was prompted to say that the rebels in Benghazi were affiliated with al-Qaida. But he refused and fled.

A few weeks ago, some members of the national team joined the rebels. "We don't want to be used anymore," says Ben Amer. "We want democracy and freedom, and we want soccer back."

Ben Amer knows Saadi Gadhafi well after having played on the same squad with him in Tripoli for a season. "It wasn't easy," Ben Amer says quietly. "Saadi was the captain, and he wanted to shoot the goals. When Saadi was furious because someone passed him the ball incorrectly, he would start beating him. Or he would have his hair shaved off. Sometimes he also set his dogs on a player."

Ben Amer still fears the long arm of the Gadhafis. He avoids leaving the house he shares with his parents and siblings, an unadorned one-story concrete building. Two trophies stand on a little embroidered blanket in the living room. One is for 26 successful penalty kicks in a row, which he says is an African record. "But there was one taboo: We were not allowed to be champions," he explains. As a rule, the champion could only be either Al-Ahly or Al-Ittihad, the Tripoli-based clubs sponsored by Gadhafi's sons.

Waiting for Renewal After the revolution began, Al-Ahly Benghazi SC was once again dissolved. The president installed by the Gadhafis fled abroad amid rumors that he had been involved in efforts to put down the February revolution. The Tunisian coach returned to his home country, as did the players from Nigeria, Mali and Tunisia. Others joined the rebels fighting at the front.

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Today, only half of the team is still in Benghazi. They occasionally go running together in a small patch of woods outside the city. It's their only training at the moment. "Our club isn't a club; it's a pile of garbage," Ben Amer says. "We have absolutely nothing. I make enough money to support my parents and my siblings, but it's always barely enough to get by." He now sells athletic clothing in Benghazi's only Adidas shop.

Ben Amer has given money to the rebels, and he and his fellow team members have bought them clothing, food and AK-47s. They have also donated blood and driven to Misurata to visit the wounded. Still, Ben Amer doesn't want to go to the front, and he doesn't consider himself a fighter.

He says that he and his fellow team members had wanted to hold a friendly match in Benghazi. It would have been the first match in freedom, and he believes it would have triggered a major celebration. But the rebels' Transitional National Council opposed the idea, Ben Amer says, because they feared it might draw attacks by Gadhafi supporters.

Perhaps, the captain hopes, they could hold a match between the two Ahly clubs -- Al-Ahly Benghazi and Al-Ahly Tripoli -- sometime soon. If it does happen, only one simple rule will apply to the match: May the best team win.

Translated from the German by Christopher Sultan

URL:

• http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,774594,00.html

Related SPIEGEL ONLINE links: • The World from Berlin: 'The Noose Is Getting Tighter Around Gadhafi's Neck'

(06/28/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,771062,00.html

• The Benghazi Mission: Diplomats Flock to Rebel City (06/21/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,769470,00.html

• Villa Mussolini: NATO Wages War on Libya from Italian Ballroom (06/21/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,769465,00.html

• Frozen Funds: The Complicated Hunt for Gadhafi's Billions (05/16/2011) http://www.spiegel.de/international/business/0,1518,762748,00.html

• The Rebels from Benghazi: Chaos and Uncertainty in Libya's Revolutionary Leadership (03/30/2011) http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,754035,00.html

Casa árabe: Cronología del 6 de Junio al 11 de Julio: http://www.casaarabe-ieam.es/p/procesos-politicos-en-marcha

Trimestre Marzo- mayo: http://www.casaarabe-ieam.es/private/teldalati/p/procesos-politicos-en-marcha-marzo-mayo-2011

Atalaya Casa Árabe: Mayo Junio, nº 15, disponible en: http://www.casaarabe-ieam.es/publicacions/show/atalaya-sociopolitica-de-casa-arabe-numero-15-mayo-junio-2011?utm_source=mailings&utm_medium=email&utm_campaign=Email_especifico