Análisis de abilidad mediante un modelo de regresión logística

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Máster en Estadística Aplicada

Universidad de Granada

Análisis de �abilidad mediante unmodelo de regresión logística

Alumna: Juliana Troyano Dueñas

Tutora: María Luz Gámiz Pérez

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Índice general

1. Análisis de estructuras 5

1.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51.2. Conceptos básicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81.3. Fiabilidad de sistemas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

1.3.1. Fiabilidad de sistemas de componentes independientes 141.3.2. Cotas de �abilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

1.4. Medidas de importancia de una componente . . . . . . . . . . 171.4.1. Medida de importancia estructural (Birnbaum) . . . . 171.4.2. Medida de importancia de Birnbaum sobre la �abilidad 19

1.5. Redundancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

2. Regresión Logística (RL) 23

2.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232.2. Modelo de regresión con respuesta binaria . . . . . . . . . . . 24

2.2.1. Interpretación de los coe�cientes . . . . . . . . . . . . . 272.2.2. Estimación de los parámetros del modelo . . . . . . . . 28

2.3. Evaluación del modelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 292.3.1. Estudio de la bondad de ajuste . . . . . . . . . . . . . 292.3.2. Tests de signi�cación de los coe�cientes . . . . . . . . . 322.3.3. Análisis de la capacidad predictiva del modelo . . . . . 34

2.4. Regresión logística múltiple . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 352.4.1. Interpretación de los coe�cientes . . . . . . . . . . . . . 362.4.2. Contrastes de signi�cación del modelo . . . . . . . . . 38

3. Análisis de estructuras mediante RL 41

3.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 413.2. Modelo de RL basado en una variable latente . . . . . . . . . 443.3. RL monótona para estimar la �abilidad . . . . . . . . . . . . . 463.4. Medida de importancia de Birnbaum (IB) . . . . . . . . . . . 493.5. Simulaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51

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4 ÍNDICE GENERAL

4. Modelo de regresión logística local 614.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 614.2. Modelo de Probabilidad Local . . . . . . . . . . . . . . . . . . 614.3. RL local de la función de �abilidad de un sistema continuo . . 65

Capítulo 1

Análisis de estructuras

1.1. Introducción

En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados y don-

de nuestra vida cotidiana depende en gran medida y, día a día más, del

buen funcionamiento de mecanismos que se encargan de realizar determina-

das operaciones imprescindibles para nuestro bienestar, resulta fundamental

un conocimiento previo de la "�abilidad"de tales mecanismos.

Este hecho hace que paralelo al desarrollo tecnológico se produzca el desa-

rrollo de una ciencia que se encarga de cuanti�car los efectos que tendrá en

el futuro la incertidumbre en cuanto al éxito del funcionamiento de un me-

canismo o, en general del desarrollo de una operación. Así, se ha ido creando

una base teórica sobre fundamentos probabilísticos y estadísticos a la que

nos referimos como Teoría de Fiabilidad (ver Barlow y Proschan (1975) y

Modarres, M., Kaminskiy, M. and Krivtsov, V. (2010)).

La Teoría de la Fiabilidad experimentó un avance muy importante en la

Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, ninguna otra rama de la ciencia

de ingeniería, a excepción de la tecnología informática y la ingeniería ambien-

tal, ha desarrollado y avanzado tan rápido como la ingeniería de �abilidad.

Este área se ha desarrollado para satisfacer las necesidades de la tecnología

moderna, particularmente en electrónica, comunicación, redes informáticas y

de transporte, sistemas de control, aviación, tecnología espacial entre otros.

El desarrollo tecnológico en estas áreas ha dado como resultado la creación

5

6 CAPÍTULO 1. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS

de una enorme variedad de dispositivos complejos, so�sticados y automati-

zados. La mayoría de estos dispositivos no son baratos, y nuestra con�anza

en ellos es cada vez mayor. Por lo tanto, existe una creciente necesidad de

dispositivos de alta �abilidad, particularmente en áreas en las que los costes

de sustitución son excesivamente altos. Cuando el fallo de un dispositivo au-

menta el coste y/o amenaza seriamente la seguridad pública, el usuario exige

determinado grado de con�anza de que el dispositivo que utiliza sea e�ciente.

En particular, los sistemas de alto riesgo, como las centrales nucleares y algu-

nas plantas químicas, requieren una seguridad operacional de primer orden.

Pero incluso los productores de objetos cotidianos como electrodomésticos o

teléfonos móviles tienen que tener en cuenta aspectos de �abilidad y calidad

del producto, o no tendrán una salida comercial adecuada.

Es por eso que en cualquier diseño de ingeniería, la �abilidad es un factor

clave. En todas las normas internacionales, la �abilidad de un mecanismo se

de�ne esencialmente como su idoneidad para llevar a cabo adecuadamente

su propósito de�nido en condiciones de funcionamiento especi�cadas durante

un intervalo de tiempo determinado. La teoría de �abilidad se entiende por

tanto como la ciencia de predecir y estimar la probabilidad de supervivencia,

la vida media, o, en general, la distribución del tiempo de vida de un sistema.

Desafortunadamente, este concepto de �abilidad de un sistema no es fá-

cilmente cuanti�cable. Usualmente se describe en términos de la probabilidad

de supervivencia del sistema, es decir, la probabilidad de que el sistema sea

capaz de hacer su trabajo cuando sea necesario.

El problema de determinar la �abilidad de un sistema complejo (más de

500 componentes) a partir de las �abilidades de sus componentes pertenece

desde el punto de vista computacional a los problemas más difíciles (Mteza,

2014). Con un número creciente de componentes, el tiempo de cálculo para

determinar la �abilidad del sistema a partir de la �abilidad de sus compo-

nentes generalmente aumenta exponencialmente. Por lo tanto, los algoritmos

para determinar �abilidad exacta del sistema pueden requerir un cómputo

sustancial incluso con la ayuda del ordenador más actualizado.

1.1. INTRODUCCIÓN 7

En esta memoria, entendemos por sistema una con�guración dada, des-

tinada a cumplir determinada misión, es decir una serie de bloques interco-

nectados de tal forma que desempeñan un conjunto de funciones requeridas.

Nuestro objetivo consiste en indicar cómo derivar modelos analíticos para el

funcionamiento de un sistema.

En primer lugar aclaramos que por sistema o estructura entendemos una

colección de elementos, llamados componentes, ordenados según un diseño

especí�co con el objetivo de cumplir determinadas funciones.

Se dice que la �abilidad de un sistema es la capacidad de dicho sistema

para llevar a cabo una determinada función, bajo unas condiciones experi-

mentales dadas y durante un cierto período de tiempo.

Debemos tener presente que la Teoría de la Fiabilidad pretende calcular

las medidas del rendimiento de un sistema, procedimiento para el que resulta

esencial tener clara la descomposición en unidades más simples del sistema

que estamos considerando.

Por tanto, el principal objetivo de este primer capítulo será calcular la

función de estructura, que determina el estado del sistema como una función

de los estados de sus componentes. En los siguientes apartados construire-

mos modelos que representen el funcionamiento de un sistema basado en el

funcionamiento de sus componentes.

En cuanto al número de unidades que componen el sistema, dependerá

de la información disponible acerca del sistema, pero también debemos te-

ner en cuenta que considerar un gran número de componentes aumentará la

complejidad de la función de estructura.

Otro aspecto elemental son las relaciones lógicas entre las componentes

del sistema y con el sistema. En principio suponemos que las componentes

funcionan de forma independiente. Además, la repercusión de cada unidad

8 CAPÍTULO 1. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS

en el sistema dependerá de cada estructura, y queda plasmada en la función

de estructura.

Para llevar a cabo el análisis consideramos un sistema en un instante

de tiempo �jo t, es decir, el estado actual del sistema viene dado por los

estados actuales de sus componentes, sin tener en cuenta la evolución de las

componentes, y por tanto del sistema, en el tiempo.

1.2. Conceptos básicos

Empezamos considerando lo que vamos a llamar sistemas y componentes

binarias, es decir, tanto para el sistema como para sus componentes distingui-

mos entre estado de funcionamiento y estado de fallo. Para indicar el estado

de la i-ésima componente del sistema, utilizamos la variable xi

xi =

{0 si la componente i-ésima falla1 si la componente i-ésima funciona

para i = 1, 2, ..., n, siendo n el número de componentes, al que llamaremos

orden del sistema. Así, el vector estado del sistema es x = (x1, x2, ..., xm) y

el número de posibilidades para este vector es 2m.

De forma análoga, asignamos la variable φ para indicar el estado del

sistema

φ =

{0 si el sistema falla1 si el sistema funciona

La función φ depende del vector estado del sistema, φ = φ(x), y se denomina

función de estructura del sistema.

Ejemplo. Sistema en serie

Sea un sistema de orden 2, diremos que está en serie en el caso de que

funcione si las dos componentes funcionan. Veamos los posibles estados de

las componentes y el valor de la función estructura en cada suceso

1.2. CONCEPTOS BÁSICOS 9

x1 x2 φ(x1, x2)0 0 00 1 01 0 01 1 1

Por tanto, la función de estructura, cuya expresión algeraica no es única, se

puede expresar como

φ(x) = min{x1, x2}

o equivalentemente, como los únicos valores posibles para el vector estado

son 0 y 1,

φ(x) = x1 · x2

Si generalizamos este resultado para un sistema con m componentes, la fun-

ción de estructura vendría dada por la siguiente expresión

φ(x) = min{x1, x2, .., xm}

o

φ(x) =m∏i=1

xi

Ejemplo. Sistema en paralelo

Si consideramos un sistema con dos componentes, diremos que está en

paralelo si funciona siempre que alguna de las dos componentes funcione. Así,

los posibles estados de las componentes y el valor de la función de estructura

en cada caso son los siguientes

φ(x) = max{x1, x2}

o equivalentemente, como la variable xi puede tomar únicamente los valores

0 y 1

φ(x) = 1− (1− x1)(1− x2)

10 CAPÍTULO 1. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS

x1 x2 φ(x1, x2)0 0 00 1 11 0 11 1 1

Generalizando para un sistema de orden m, se tiene la siguiente expresión de

la función de estructura

φ(x) = max{x1, x2, ..., xm}

o

φ(x) = 1−m∏i=1

(1− xi) =m∐i=1

xi

Ejemplo. Sistema k/m

Un sistema k/m es aquel que funciona siempre que funcionen al menos

k componentes, con 1 ≤ k ≤ m. La función de estructura de este sistema se

puede expresar de la forma

φ(x) =

{0 si x · 1 < k1 si x · 1 ≥ k

donde 1 = (1, 1, ..., 1)′ ∈ Rm.

Cabe destacar dos casos particulares, un sistema m/m es un sistema en

serie, y un sistema 1/m es un sistema en paralelo.

De�nición. Componente irrelevante

Una componente i se dice irrelevante al sistema si la función de estructura

es constante en xi, es decir, el sistema funciona o falla independientemente

del estado de la componente i-ésima. En otro caso, la componente será rele-

vante.

1.2. CONCEPTOS BÁSICOS 11

De�nición. Sistema monótono

Se dice que un sistema es monótono si se veri�ca que:

i. φ(0, ..., 0) = 0 y φ(1, ..., 1) = 1

ii. φ(x) ≤ φ(y) para x < y

De forma que un sistema monótono funciona si todas sus componentes están

operativas y falla si todas sus componentes han fallado. Además, en este tipo

de sistemas, si alguna de las componentes ha sido mejorada, el estado del

sistema no puede empeorar.

De�nición. Sistema coherente

Un sistema se denomina coherente si es monótono y no tiene componentes

irrelevantes.

Los sistema en serie, los sistemas en paralelo y los sistemas k/n son ejemplos

de sistemas coherentes.

De�nición. Sistema dual

Sea un sistema con función de estructura φ, se de�ne su dual como el

sistema que tiene la siguiente función de estructura

φD(x) = 1− φ(1− x)

Ejemplos de estructuras duales son los sistemas en serie y los sistemas en

paralelo.

De�nición. Módulo de un sistema

Se denominan módulos a los subsistemas en los que se puede dividir un

sistema para hacer más sencillo el análisis de su �abilidad. Cada módulo se

comporta como una componente y la función de estructura del sistema se

puede obtener como sigue.

12 CAPÍTULO 1. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS

Sea S = {1, 2, ...,m} un sistema de orden m, consideramos una partición:

S =r⋃i=1

Mi, con Mi ∩Mj = ∅, para i 6= j. Sea φi(xMi) una función binaria

monótona de�nida sobre xMi = (xj; j ∈Mi), que vale 0 si el módulo Mi falla

y 1 si funciona. La función de estructura del sistema queda como

φ(x) = s(φ1(xM1), φ2(x

M2), ..., φr(xMr))

donde s es la función organizadora de la estructura del sistema.

Un ejemplo es el siguiente sistema

Cuya función de estructura es

φ(x) = max {x5,min {x1, x4,max {x2, x3}}}

De�nición. Vector camino

Se dice que un vector estado x es un vector camino si su conformación

conlleva el funcionamiento del sistema, es decir, si φ(x) = 1. El conjunto

de componentes activas en un vector camino se denomina conjunto camino,

A(x). Si φ(y) = 0 para todo y < x, x es un vector camino minimal y A(x),

llamado conjunto camino minimal, simboliza el menor conjunto de compo-

nentes cuyo funcionamiento garantiza que el sistema funcione.

1.3. FIABILIDAD DE SISTEMAS 13

Según esto, cualquier sistema coherente binario se puede representar me-

diante un conjunto de sistemas en serie, cada uno formado por un conjunto

camino minimal, dispuestos en paralelo. Esto es,

φ(x) =m∐j=1

∏i∈Aj

xi

donde Aj con j = 1, ...,m son los conjuntos camino minimales del sistema.

De�nición. Vector de corte

Se dice que un vector estado x es un vector de corte si su conformación

implica que el sistema falle, es decir, si φ(x) = 0. El conjunto de componen-

tes inactivas en un vector de corte se denomina conjunto de corte, C(x). Si

φ(y) = 1 para todo y > x, x es un vector de corte minimal y C(x), llamado

conjunto de corte minimal, simboliza el menor conjunto de elementos cuyo

fallo provoca que el sistema falle.

Por tanto, cualquier sistema coherente binario se puede representar me-

diante un conjunto de sistemas en paralelo, cada uno formado por un conjunto

de corte minimal, dispuestos en serie. Esto es,

φ(x) =r∏

k=1

∐l∈Ck

xl

donde Ck con k = 1, ..., r son los conjuntos de corte minimales del sistema.

1.3. Fiabilidad de sistemas

En esta sección suponemos que el estado de cada componente es una

variable aleatoria X, binaria que describiremos más adelante. Así, vincula-

remos la �abilidad de un sistema con la �abilidad de las componentes que

lo forman. Para los casos que sea posible analizaremos procedimientos para

obtener la �abilidad del sistema de forma exacta, pero en ocasiones ésto re-

sulta imposible. Para calcular la �abilidad de estos sistemas se suelen buscar

cotas en términos de los caminos y cortes minimales.

14 CAPÍTULO 1. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS

1.3.1. Fiabilidad de sistemas de componentes indepen-dientes

Sea Xi el estado de la i-ésima componente del sistema, esta variable to-

mará el valor 0 cuando dicha componente falle y el valor 1 cuando esté en

funcionamiento. Esto es, Xi B(pi)

Xi =

{0 con probabilidad 1− pi1 con probabilidad pi

donde pi es la �abilidad de la componente i-ésima.

De�nición. Fiabilidad del sistema, R

Sea un sistema con vector estado aleatorio X = (X1, ..., Xn) y función de

estructura φ(X) = φ(X1, ..., Xn), se de�ne la �abilidad del sistema, R, como

la probabilidad de que φ(X) = 1, es decir

R = P [φ(X) = 1] = E[φ(X)]

En el caso de que las componentes del sistema sean independientes, la �abi-

lidad estará totalmente determinada por las �abilidades de las componentes,

es decir

R = R(p1, ..., pn)

Ejemplo. Sistema en serie

Para calcular la función de �abilidad de un sistema en serie, consideramos

la esperanza de la función de estructura de dicho sistema, obteniendo la

siguiente expresión

R(p) = E

[m∏i=1

Xi

]=

m∏i=1

E[Xi] =m∏i=1

pi

Siendo R ≤ pi ya que pi ≤ 1 para todo i. Por tanto, la �abilidad de un

sistema en serie es siempre menor que la �abilidad de cada una de sus com-

ponentes.

1.3. FIABILIDAD DE SISTEMAS 15

Ejemplo. Sistema en paralelo

Procediendo de forma análoga al ejemplo anterior, pero en este caso con

la función de estructura de un sistema en paralelo, obtenemos que la función

de �abilidad de estos sistemas es de la forma

R(p) = E

[1−

m∏i=1

(1−Xi)

]= 1−

m∏i=1

E[1−Xi] = 1−m∏i=1

(1− pi)

Como pi ≤ 1, se tiene que, para todo i, R ≥ pi, por lo que la �abilidad de un

sistema dispuesto en paralelo es mayor que la �abilidad de sus componentes.

Ejemplo. Sistema k/m

Consideramos un sistema k/m con componentes idénticas, cuyas �abili-

dades son pi = p, para todo i. La función de �abilidad de este sistema tiene

la siguiente expresión

R(p) =m∑r=k

(m

r

)pr(1− p)m−r

De forma que cuanto más �ables sean las componentes de un sistema monó-

tono mayor es la �abilidad de dicho sistema.

Normalmente los sistemas no son tan sencillos. Es por ello que existen

distintas estrategias para simpli�car el cálculo de la función de �abilidad de

un sistema. Entre otras se puede emplear la descomposición pivotal o restrin-

gir el cálculo de la �abilidad del sistema a los vectores estado que sean camino.

1.3.2. Cotas de �abilidad

A pesar de contar con estrategias que nos facilitan el cálculo de la �abi-

lidad de un sistema, a veces esta labor resulta difícil en sistemas complejos.

Por una parte debemos encontrar todos los conjuntos de corte minimales, lo

cual podemos resolver utilizando el algoritmo del árbol de fallo. Por otra par-

te nos encontramos con el problema de representar la función de estructura

16 CAPÍTULO 1. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS

mediante la suma de productos de Xi, para así poder aplicar la esperanza a

cada sumando.

Suponemos que tenemos todos los conjuntos de corte minimales, entonces

sólo faltaría suprimir las repeticiones de las variables Xi para simpli�car la

expresión de la función de estructura y aplicar el operador esperanza. Pero

estos cálculos son complicados por lo que nos conformamos con aproxima-

ciones basadas en los conjuntos camino y de corte que acotan el valor de la

�abilidad del sistema.

Cota superior

Sean conocidos todos los conjuntos camino minimales, Ai, i = 1, ...,m,

el sistema es equivalente a una estructura en paralelo formada por sub-

sistemas en los que las componentes están dispuestas en serie y forman

un conjunto camino.

Así, la �abilidad del sistema queda acotada superiormente como sigue

R(p) ≤m∐j=1

∏i∈Aj

pi

Cota inferior

Análogamente, sean Ci, con i = 1, ..., r los conjuntos de corte del siste-

ma, éste es equivalente a una estructura en serie en la que cada elemento

es un subsistema formado por componentes de un conjunto de corte dis-

puestas en paralelo.

De esta forma, la cota inferior de la �abilidad viene dada por la siguiente

expresión

r∏h=1

∐q∈Ch

pq ≤ R(p)

1.4. MEDIDAS DE IMPORTANCIA DE UNA COMPONENTE 17

1.4. Medidas de importancia de una compo-

nente

En una estructura de �abilidad no todas las componentes son igual de

importantes a la hora de causar el fallo del sistema. Conocerla es importante

en ingeniería de �abilidad.

Podemos encontrar distintas formas de medir la importancia de una compo-

nente. Este aspecto depende de dos factores principalmente:

La ubicación de la componente en el sistema.

El valor de la �abilidad de la componente.

Sea un sistema conm componentes, pi la �abilidad de su componente i-ésima,

para todo i = 1, ..., n y sea R(p) = (p1, ..., pn) la función de �abilidad del

sistema, algunas medidas que aportan información sobre la importancia de

las componentes son

medida de importancia de Birnbaum;

medida de importancia crítica;

medida de capacidad de mejora;

La medida de importancia de Birnbaum y la de capacidad de mejora son las

más útiles si pretendemos localizar la componente que debería ser mejora-

da. Sin embargo, si nuestra intención es encontrar la componente con mayor

probabilidad de causar el fallo del sistema, debemos emplear la medida de

importancia crítica.

Nos centraremos en la medida de importancia de Birnbaum por su fácil

interpretabilidad práctica por encima de las otras dos. Podemos enfocar el

problema desde dos puntos de vista:

1.4.1. Medida de importancia estructural (Birnbaum)

Como hemos dicho previamente, en un sistema algunas componentes pue-

den jugar un papel más importante que otras. Es por ello que resulta de gran

18 CAPÍTULO 1. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS

interés conocer cómo cada componente contribuye al funcionamiento del sis-

tema. Birnbaum (1969) fue el primero en cuanti�car esta importancia.

Hay situaciones en las que sólo se conoce la función de estructura φ(x)

del sistema, pero no se tiene información acerca de las �abilidades de las

componentes. En estos casos la importancia relativa de varias componentes

se denomina importancia estructural.

De�nición. Importancia estructural

La importancia estructural de la componente con estado xi para el

funcionamiento del sistema viene dada por

I(B)i (φ, 1) = 2−m

∑x∈Vm

(1− xi)[φ(1i, x)− φ(0i, x)]

donde Vm representa el conjunto de estados: Vm = {x = (x1, ..., xn)} deforma que card(Vm) = 2m.

La importancia estructural de la componente con estado xi para el fallo

del sistema viene dada como

I(B)i (φ, 0) = 2−m

∑x∈Vm

xi[φ(1i, x)− φ(0i, x)]

La importancia estructural de la componente con estado xi para el

sistema viene dada por la siguiente expresión

I(B)i (φ) = I

(B)i (φ, 1) + I

(B)i (φ, 0) =

= 2−m∑x∈Vm

[φ(1i, x)− φ(0i, x)]

Teorema. Birnbaum (1969)

Para cualquier sistema coherente se veri�ca

I(B)i (φ, 1) = I

(B)i (φ, 0) =

1

2I(B)i (φ)

1.4. MEDIDAS DE IMPORTANCIA DE UNA COMPONENTE 19

Este teorema mani�esta que no resulta demasiado útil distinguir entre im-

portancia estructural para el funcionamiento y para el fallo del sistema. No

ocurre lo mismo para la importancia sobre la �abilidad, como veremos en la

siguiente sección.

1.4.2. Medida de importancia de Birnbaum sobre la �a-bilidad

En las situaciones en las que tanto la función de estructura φ(x) del siste-

ma como las �abilidades pi de las componentes son conocidas, la importancia

de las componentes se denomina importancia sobre la �abilidad.

De�nición. Importancia sobre la �abilidad

La importancia sobre la �abilidad de la componente xi para el funcio-

namiento del sistema es

RI(B)i (φ, 1, p) = P [φ(x) = 1|xi = 1]− P [φ(x) = 1]

La importancia sobre la �abilidad de la componente xi para el fallo del

sistema es

RI(B)i (φ, 0, p) = P [φ(x) = 0|xi = 0]− P [φ(x) = 0]

La importancia sobre la �abilidad de la componente xi para el sistema

es

RI(B)i (φ, p) = RI

(B)i (φ, 1, p) +RI

(B)i (φ, 0, p)

Cuanto mayor sea el valor de la importancia de la �abilidad de un compo-

nente, más peso tendrá la componente en dicho sistema.

Corolario 1. Birnbaum (1969)

Para cualquier función de estructura se veri�ca

cov[xi, φ(x)] = piqiE[φ(1i, x)− φ(0i, x)]

20 CAPÍTULO 1. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS

Corolario 2. Birnbaum (1969)

Las siguientes identidades son siempre ciertas

RI(B)i (φ, 1, p) = qiE[φ(1i, x)− φ(0i, x)] = qi

∂R(p)

∂pi

RI(B)i (φ, 0, p) = piE[φ(1i, x)− φ(0i, x)] = pi

∂R(p)

∂pi

RI(B)i (φ, p) = E[φ(1i, x)− φ(0i, x)] =

∂R(p)

∂pi

Ejemplo. Sistema en serie

Sea la función de �abilidad de un sistema en serie

R(p) =n∏k=1

pk

La medida de importancia sobre la �abilidad de Birnbaum viene dada por

RI(B)i (φ, p) =

∂R(p)

∂pi=

n∏k=1,k 6=i

pk

De forma que la componente con menor �abilidad es la que tiene mayor im-

portancia.

Ejemplo. Sistema en paralelo

Sea la función de �abilidad de un sistema en paralelo

R(p) = 1−n∏k=1

(1− pk)

La medida de importancia sobre la �abilidad de Birnbaum viene dada por

RI(B)i (φ, p) =

∂R(p)

∂pi=

n∏k=1,k 6=i

(1− pk)

Esto es, la componente con máxima �abilidad es la que tiene mayor impor-

tancia.

1.5. REDUNDANCIA 21

De�nición. Equivalencia entre la importancia estructural y de

�abilidad de Birnbaum

La importancia estructural y de �abilidad de Birnbaum son equivalen-

tes en todos los sentidos si p1 = p2 = · · · = pn, es decir, ambas medidas

determinan de igual forma la importancia de las componentes del sistema.

1.5. Redundancia

Una forma de aumentar la �abilidad de un sistema es incluir redundancia

en los puestos críticos del sistema, esto es, introducir unidades de reserva.

Se dice que hay redundancia activa si la unidad principal es sustituida

por dos o más componentes dispuestas en paralelo. Además, las unidades

que están en reserva pueden permanecer en standby, esto es, se mantienen

inactivas hasta que la componente operativa falla. Diremos que en un sistema

se ha introducido redundancia pasiva si las unidades en reserva garantizan

el funcionamiento del sistema durante el período de inactividad. Finalmente,

hablamos de redundancia parcialmente cargada cuando hay posibilidad de

que el sistema falle durante el período de inactividad. No trataremos este

tipo de estructura (redundancia pasiva) en esta memoria.

22 CAPÍTULO 1. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS

Capítulo 2

Regresión Logística (RL)

2.1. Introducción

Como hemos explicado en el capítulo anterior, en teoría de �abilidad, el

estado del sistema se expresa por medio de la función de estructura a partir

de los estados de sus componentes. Esta función se considera usualmente

como una relación determinística, de modo que conocido el estado de las

componentes y conocida la estructura del sistema, se puede determinar con

certeza si el sistema está en funcionamiento o fallo.

Ya hemos visto en el capítulo anterior que determinar la función de es-

tructura de un sistema es una tarea difícil y la di�cultad crece debido al

incremento de la complejidad de los sistemas en ingeniería. A esto se une que

el hecho de que el comportamiento de todos los factores que in�uyen en el

rendimiento del sistema puede no estar bajo control de modo que el estado

del sistema puede no ser por tanto especi�cado teniendo en cuenta única-

mente el vector de estado (ver Gámiz et al. (2011)). En consecuencia, resulta

conveniente tener en cuenta una componente de perturbación aleatoria (no

controlada) que impide que el estado del sistema Y pueda determinarse con

certeza a partir de los estados de las componentes usando como enlace la

función de estructura tal como se ha explicado en el capítulo anterior.

Siguiendo esta línea, tiene sentido formular un modelo de regresión en

el que la respuesta Y , estado del sistema, puede considerarse una variable

aleatoria con distribución B(1, p), donde el parámetro es alguna función que

depende del vector estado. Más especí�camente, consideramos para analizar

23

24 CAPÍTULO 2. REGRESIÓN LOGÍSTICA (RL)

el estado del sistema un modelo de regresión con respuesta binaria, en el

que Y , el estado del sistema es una función de X, el vector estado y una

perturbación aleatoria, ε, y en concreto nos permita expresar

E [Y |X = x ] = Pr {Y = 1 |X = x} = π(x)

con x = (x1, x2, . . . , xm) representa un valor del vector de estados de las

componentes del sistema y π es una función de�nida convenientemente.

El modelo más usual en esta situación es el modelo de regresión logística.

En este capítulo presentamos un resumen de las característica más impor-

tantes de este modelo que usaremos en el capítulo siguiente para analizar el

comportamiento del estado del sistema a partir del estado de sus componen-

tes en presencia de incertidumbre.

En concreto, en este capítulo estudiaremos un modelo clásico de regresión

lineal, que puede ser simple o múltiple, en el que la variable dependiente es

binaria o dicotómica. Esto es, toma sólo dos posibles valores: éxito (Y = 1)

o fracaso (Y = 0).

La regresión logística es un caso particular de regresión que se utiliza para

explicar y predecir una variable categórica binaria en función de una serie de

variables independientes cualitativas o cuantitativas. Es decir, esta estretegia

nos permite modelizar la probabilidad de que ocurra un determinado suceso

a partir de una serie de variables independientes.

En este capítulo recogemos conceptos y resultados generales del modelo

de regresión logística binaria para lo cual nos basamos en el texto de Hos-

mer y Lemeshow (2000). Usaremos el lenguaje y notación general y habitual

en el contexto de regresión logística. En el capítulo siguiente usaremos esta

herramienta general en el contexto particular de estructuras de �abilidad.

2.2. Modelo de regresión con respuesta binaria

Nos centramos en las situaciones en las que la variable respuesta, Y ,

re�eja la ocurrencia o no de un suceso. Esta variable es binaria y la podemos

2.2. MODELO DE REGRESIÓN CON RESPUESTA BINARIA 25

codi�car como sigue:

Y =

{1 si el suceso estudiado ocurre0 si el suceso estudiado no ocurre

Empezamos considerando el caso simple, en el que la ocurrencia o no del

suceso está determinada por una sola variable explicativa X. Únicamente

imponemos la hipótesis monotonía.

El paso siguiente es construir un modelo adecuado para Y de la forma que

se ha mencionado anteriormente, Y = f(X, ε). Como hemos explicado antes

el objetivo �nal es predecir la probabilidad de una respuesta 1. Se podría

plantear la idea de utilizar el modelo de regresión lineal para ontener la res-

puesta binaria, pero este modelo presenta importantes defectos estructurales

que le hacen inviable para explicar el comportamiento de las probabilidades

de respuesta, y que podemos enumerar como sigue.

1. Este modelo predice valores fuera del intervalo [0, 1] ya que las funciones

lineales de variables cuantitativas pueden tomar valores en toda la recta

real.

2. No se satisface la condición de homocedasticidad .

3. Como Y no tiene distribución normal no podemos usar las distribucio-

nes normales de los estimadores de mínimos cuadrados ordinarios para

hacer inferencia sobre el modelo.

4. Este modelo implica el cambio en probabilidad de respuesta por unidad

de cambio en la variable explicativa es constante.

Debido a estas di�cultades nos planteamos ajustar un modelo no lineal

que implique una relación entre X y Pr {Y = 1 |X } que sea curvilínea, mo-

nótona, y acotada entre cero y uno.

En resumen, si la media o probabilidad condicional E [Y |X ] = Pr {Y = 1 |X }se expresa como una ecuación lineal tenemos que es posible para esta función

tomar cualquier valor cuando X se mueve en toda la recta real. Con datos

binarios, la media condicional tiene que limitarse al intervalo [0, 1]. Además

en muchos casos, esta media se aproxima gradualmente a 0 y a 1, esto es, el

26 CAPÍTULO 2. REGRESIÓN LOGÍSTICA (RL)

cambio en E [Y |X ] por unidad de cambio en X se va haciendo progresiva-

mente menor a medida que la media condicional se aproxima a 0 y 1. Las

funciones de distribución de variables continuas de�nidas sobre toda la recta

real podrían ser transformaciones adecuadas que cumplen estos objetivos.

La que usaremos aquí es la función de distribución de una variable logística,

principalmente por dos razones:

Desde un punto de vista algebraico es extremadamente �exible y fácil

de usar;

Se presta a interesantes interpretaciones desde el punto de vista prác-

tico.

El modelo de regresión logística tiene la siguiente expresión:

π(x) =eβ0+β1x

1 + eβ0+β1x

Al analizar dicho modelo, cobra especial importancia la transformación logit :

logit(x) = lnπ(x)

1− π(x)= β0 + β1x

dondeπ(x)

1− π(x)simboliza la relación entre la probabilidad de que tenga lu-

gar el acontecimiento estudiado y la probabilidad de que no suceda. Esta

cantidad se denomina odds. Por ejemplo, si π toma el valor 0,6 el odds es de

3 : 2, es decir, la ocurrencia del acontecimiento tiene una ventaja de 3 a 2

respecto a que no ocurra.

La regresión logística es un procedimiento cuyos dos principales objetivos

son

1. Medir la importancia de la relación que hay entre la variable depen-

diente y las distintas variables independientes.

2. Clasi�car individuos según la probabilidad que tengan de pertenecer a

la categoría presente o a la categoría ausente de la variable dependiente.

2.2. MODELO DE REGRESIÓN CON RESPUESTA BINARIA 27

2.2.1. Interpretación de los coe�cientes

Retomando la expresión obtenida tras realizar la transformación logit de

π

logit(X) = lnπ(X)

1− π(X)= β0 + β1X

Consideramos dos individuos con probabilidades π1 y π2 de poseer la propie-

dad estudiada, respectivamente. Para estos sujetos el modelo queda como

lnπ1

1− π1= β0 + β1X1 ; ln

π21− π2

= β0 + β1X2

siendo X1 el valor del primer individuo para la variable X y X2 el valor que

toma el segundo. Restando ambas cantidades

lnπ1

1− π1− ln

π21− π2

= (β0 + β1X1)− (β0 + β1X2) = β1(X1 −X2)

y aplicando las propiedades del logaritmo, obtenemos

ln

π1

1− π1π2

1− π2

= ln

[π1(1− π2)π2(1− π1)

]= β1(X1 −X2)

Pues bien, la cantidadπ1(1− π2)π2(1− π1)

se denomina odds ratio (OR), de forma

que podemos escribir

ln(OR) = β1(X1 −X2)

En el caso particular de que X1 = X2 + 1 tenemos que ln(OR) = β1, por

lo que el odds ratio es igual a eβ1 . Veamos distintos casos sobre el riesgo de

presentar la característica de interés en función del odds ratio:

Si OR > 1 (β1 > 0), el primer individuo tiene mayor riesgo de presentar

la propiedad en cuestión que el segundo.

Si OR < 1 (β1 < 0), el primer sujeto tiene menor probabilidad de tener

la caraterística de interés que el segundo.

Si OR = 1 (β1 = 0), ambos sujetos tienen el mismo riesgo de presentar

la característica de interés. Esto signi�ca que la variable independiente,

X, no está ligada a la probabilidad de que el suceso estudiado ocurra.

28 CAPÍTULO 2. REGRESIÓN LOGÍSTICA (RL)

2.2.2. Estimación de los parámetros del modelo

Supongamos que observamos una muestra {(Xi, Yi) ; i = 1, 2 . . . , n} de ta-maño n. Las técnicas de regresión lineal simple requieren de observaciones

del logit, de las cuales no disponemos puesto que π (Xi) son cantidades des-

conocidas. Es por ello que, para estimar los parámetros del modelo de�nido

por logiti = β0 + β1Xi, emplearemos el método de máxima verosimilitud.

Este método nos proporciona los valores de los parámetros que maximizan

la probabilidad de obtener el conjunto de datos examinado. En primer lugar,

construimos la función de verosimilitud, la cual expresa la probabilidad de la

muestra como función de los parámetros desconocidos. En el caso de regresión

logística, como la variable dependiente Y es binaria, se tiene

π(x) = P (Y = 1|x)

y

1− π(x) = P (Y = 0|x)

De este modo, la contribución a la función de verosimilitud de pares de la

forma (Xi, Yi) con i = 1, ..., n tales que Yi = 1 es π(Xi) =eβ0+β1Xi

1− eβ0+β1Xi,

mientras que en aquellos pares tales que Yi = 0 la contribución es 1− π(Xi).

Así, la contribución del par (Xi, Yi) a la función de verosimilitud viene dada

por la siguiente expresión

Li = π(Xi)Yi [1− π(Xi)]

1−Yi

Suponiendo que las observaciones son independientes, obtenemos que la fun-

ción de verosimilitud es:

L(β0, β1) =n∏i=1

Li (2.1)

La �nalidad es obtener los valores de los parámetros β0 y β1 que maximizan

la ecuación (1). Para ello, en primer lugar tomamos logaritmos

l(β0, β1) =n∑i=1

[Yi ln(π(Xi)) + (1− Yi) ln(1− π(Xi))]

2.3. EVALUACIÓN DEL MODELO 29

A continuación, diferenciamos respecto a los parámetros e igualamos a cero,

obteniendo las siguientes ecuaciones de verosimilitud:n∑i=1

[Yi − π(Xi)] = 0 (2.2)

n∑i=1

Xi[Yi − π(Xi)] = 0 (2.3)

La resolución de estas ecuaciones requiere métodos iterativos que incorpo-

ran herramientas de regresión logística. Una forma usual de resolverlas es

mediante el método de Newton-Raphson.

2.3. Evaluación del modelo

2.3.1. Estudio de la bondad de ajuste

En esta sección se presentan algunos métodos que nos permiten estudiar

la bondad del ajuste para el caso simple. No obstante, son también aplicables

a los casos de regresión logística múltiple, es decir, con más de una variable

explicativa.

Coe�ciente R2

Para determinar la bondad de ajuste en un modelo de regresión lineal

analizamos el coe�ciente de determinación R2, pero en el caso de la regresión

logística este coe�ciente puede aportar información errónea. Sin embargo,

encontramos varias formas para calcular el coe�ciente R2 para el model lo-

gístico binomial. Maddala (1983) y Magee (1990) propusieron el siguiente

coe�ciente

R2 = 1−

[L(0)

L(β0, β1)

] 2n

donde L(0) es la verosimilitud del modelo nulo, esto es, sin regresores, y

L(β0, β1) la función de verosimilitud evaluada en el estimador máximo vero-

símil.

30 CAPÍTULO 2. REGRESIÓN LOGÍSTICA (RL)

Por una parte, se tiene que L(0) = pn11 (1 − p1)n−n1 ya que en el modelo

logístico nulo se estima π0 = p1 =n1

n, con n1 =

∑Yi el total de 1 en los datos.

Por otro lado, L(β0, β1) es un producto de probabilidades, lo que signi�ca

que el valor máximo que puede tomar es 1. Así, el máximo valor que puede

tomar R2 es

R2 ≤ 1− (L(0))2n = 1− (pn1

1 (1− p1)n−n1)2n =

= 1− (pp1n1 (1− p1)n−p1n)2n = 1− (pp11 (1− p1)1−p1)2

lo que implica que los valores entre los que está el coe�ciente R2 depen-

derán del problema. Para evitar esta coyuntura podemos medir la bondad

del ajuste utilizando el coe�ciente dado por Nagelkerke (1991): R2= R2

max(R2).

Además, se tiene que el coe�ciente es siempre positivo porque ln(L(0)) ≤ln(L(β0, β1)).

Test de razón de verosimilitudes

En regresión logística, la comparación entre los valores observados y los

predichos por el modelo se realiza mediante la función de verosimilitud pre-

sentada en (2,1), basándonos en la expresión

D = −2lnn∑i=1

[Yiln

(πiYi

)+ (1− Yi)ln

(1− πi1− Yi

)]donde πi = π(Xi) simboliza el valor i predicho por el modelo. La expresión

de D se obtiene como menos dos veces el logaritmo de la razón de verosi-

militudes, la cual se calcula como el cociente de la función de verosimilitud

del modelo actual y la del modelo saturado (modelo en el que el número de

parámetros coincide con el número de datos). El estadístico D se denomina

deviance y es equivalente a la suma de residuos al cuadrado en regresión

lineal.

Para evaluar la bondad del ajuste comparamos el valor de D incluyendo

y sin incluir la variable en la ecuación, obteniendo

G = D(modelo sin la covariable)−D(modelo con la covariable)

2.3. EVALUACIÓN DEL MODELO 31

y como el modelo saturado es común para los dos valores de D anteriores,

podemos reescribir G como

G = −2ln[función de verosimilitud del modelo sin covariablefunción de verosimilitud del modelo con covariable

]Cabe destacar que, debido a la presencia de una sola varible independiente,

la estimación de la bondad del ajuste equivale a evaluar el grado de signi�-

cación de dicha variable, tal y como se mostrará en la sección (2.3.2.)

En el modelo sin covariable o nulo únicamente consideramos el parámetro

β0. El estimador máximo verosímil se obtiene como ln(n1

n0

), con n0 =

∑(1−

Yi), n1 =∑Yi y valor predicho π0

i =n1

n0+n1= n1

nconstante. De esta manera

se obtiene

G = −2ln

(n1

n

)n1(n0

n

)n0

n∏i=1

πYii (1− πi)1−Yi

En el caso univariante, el estadístico G se emplea para resolver el siguiente

contraste de hipótesis: {H0 : β1 = 0H1 : β1 6= 0

De forma que, bajo la hipótesis nula, G tiene una distribución χ2(1).

Test de Hosmer-Lemeshow

Para realizar este test debemos seguir los siguientes pasos:

1. Calculamos π1 = π(X1), ..., πn = π(Xn), una vez que el modelo esté

ajustado.

2. Ordenamos los n valores de menor a mayor.

3. Agrupamos los valores calculados en cuartiles, deciles o alguna distri-

bución semejante. O bien formamos el primer grupo con los sujetos

para los que Pi < 0,1, el segundo grupo con los individuos tales que

32 CAPÍTULO 2. REGRESIÓN LOGÍSTICA (RL)

0,1 < Pi < 0,2, etc.

Sean n1, ..., n10 las respectivas frecuencias,

4. Sumamos los valores de πi en cada uno de los grupos, obteniendo los

valores esperados, denotados por E1, ..., E10.

5. En cada grupo contamos el número de sujetos para los que Y = 1,

obteniendo los valores observados, denotados por O1, ..., O10.

Finalmente, calculamos el estadístico de Hosmer-Lemeshow:

χ2 =10∑i=1

(Oi − Ei)2

Ei+

10∑i=1

(O∗i − E∗i )2

E∗i

donde E∗i = ni − Ei y O∗i = ni −Oi.

Según Hosmer y Lemeshow este estadístico se distribuye como una χ2 con

8 grados de libertad.

2.3.2. Tests de signi�cación de los coe�cientes

Una vez que el modelo está ajustado, procedemos a valorar la signi�ca-

ción de las variables del modelo. Los contrastes de hipótesis nos servirán para

determinar si las variables independientes están relacionadas de forma sig-

ni�cativa con la variable respuesta. Este proceso se basa en la comparación

de los valores observados de la variable respuesta con los valores obtenidos

a partir de los modelos con y sin la variable cuya signi�cación estemos es-

tudiando. Veamos algunos estadísticos útiles para evaluar la signi�cación de

una determinada variable a la hora de explicar la variable respuesta.

Test de Wald

Para j = 0, 1 se consideran los siguientes contrastes de hipótesis:{H0 : βj = 0H1 : βj 6= 0

2.3. EVALUACIÓN DEL MODELO 33

El contraste para β1 es el mismo que planteábamos para el test de razón de

verosimilitudes en la sección 2.3.1.

Otro método para resolver el contraste anterior es el test de Wald, el cual

se calcula comparando el estimador de máxima verosimilitud de βj con una

estimación de su error estándar. Sea H la matriz hessiana de orden 2 dada

por

Huj =∂2l(β0, β1)

∂βu∂βj

con u, j = 0, 1. Al evaluarla en los estimadores máximo verosímiles de los

parámetros, para muestras grandes, obtenemos la matriz de covarianzas de

los coe�cientes de regresión, es decir,∑(β0, β1) = −(H(β0, β1))

−1

siendo las raíces cuadradas de los elementos de la diagonal los errores están-

dar, esto es, los coe�cientes de regresión seβj , para j = 0, 1.

Así, el estadístico de Wald para el contraste de signi�cación de�nido es

W =βjseβj

Y se distribuye según una distribución Normal estándar, bajo la hipótesis

nula.

Prueba Score

Tanto el test de razón de verosimilitudes como el test de Wald requie-

ren calcular el estimador máximo verosímil para β1. En el caso de muestras

grandes el coste computacional puede ser elevado. Para evitar esta situación

podemos utilizar la prueba Score, test de signi�cación basado en la distribu-

ción condicional de la derivada dada en la ecuación (3) dada la derivada de

la ecuación (2).

34 CAPÍTULO 2. REGRESIÓN LOGÍSTICA (RL)

Veamos la expresión para la prueba Score en el caso univariante. Para

ello usamos el valor de la ecuación (3) calculado usando que β0 = ln(n1

n0) y

β1 = 0. Los valores predichos con estos parámetros son πi =n1

n= Y . De

forma que la ecuación (3) queda como sigue

n∑i=1

Xi(Yi − Y ) = 0

Siendo la varianza estimada: Y (1− Y )n∑i=1

(Xi −X)2.

Finalmente, el estadístico para la prueba Score viene dado por la siguiente

expresión

ST =

n∑i=1

Xi(Yi − Y )√Y (1− Y )

n∑i=1

(Xi −X)2

Este estadístico sigue una distribución Normal estándar.

2.3.3. Análisis de la capacidad predictiva del modelo

Resulta de gran utilidad presentar los resultados de un modelo logístico

ajustado en una tabla de clasi�cación. Este método consiste en construir una

tabla 2 x 2 cruzando los valores de la variable respuesta y una variable di-

cotómica cuyos valores se obtienen a partir de las probabilidades logísticas

estimadas.

Para de�nir la variable dicotómica tenemos que elegir un punto c de corte,

y a continuación comparar cada probabilidad estimada con ese valor. Si la

probabilidad estimada supera al valor c, la nueva variable tomará el valor 1,

en otro caso, se le asignará el valor 0. Lo más frecuente es considerar c = 0,5.

El objetivo es determinar si el modelo logístico estimado clasi�ca adecua-

damente a los individuos de acuerdo con los valores de la variable respuesta,

pero no siempre se obtienen conclusiones acertadas. Sin embargo, la tabla

de clasi�cación nos proporciona interesantes conclusiones sobre el ajuste del

modelo a los datos.

2.4. REGRESIÓN LOGÍSTICA MÚLTIPLE 35

2.4. Regresión logística múltiple

En este punto consideramos más de una variable explicativa (categóricas

o continuas), de forma que el modelo se expresa como

P (Y = 1) =eβ0+β1X1+···+βpXp

1 + eβ0+β1X1+···+βpXp

Para estimar los parámetros se suele utilizar el método de máxima verosimi-

litud, al igual que en el modelo simple. Supongamos que contamos con una

muestra de n observaciones {(Xi, Yi) ; i = 1, 2, . . . , n}, donde ahora Xi es un

vector que contiene la información de las variables explicativas respecto al

i-ésimo individuo de la muestra.

Sean

X =

1 X11 · · · X1p

1 X21 · · · X2p... . . .

. . ....

1 Xn1 · · · Xnp

;Y =

Y1Y2...Yn

; π =

π1π2...πn

con πi = π(Xi1, Xi2, ..., Xip), la función de verosimilitud viene dada por

ln(L(β)) =n∑i=1

[Yilnπi + (1− Yi)ln(1− πi)]

y las ecuaciones de verosimilitud quedan como

∂l(β)

∂β0=

n∑i=1

(Yi − πi) = 0

∂l(β)

∂βj=

n∑i=1

(Yi − πi)Xij = 0

con j = 1, ..., p. Matricialmente

X ′(Y − π) = 0

Para resolver estas ecuaciones empleamos el método de Newton-Raphson,

llegando a π(Xi1, Xi2, ..., Xip). Derivando dos veces la función de verosimilitud

obtenemos la matriz de información de Fisher

I(β) = −(∂2l(β)

∂βj∂βu

)

36 CAPÍTULO 2. REGRESIÓN LOGÍSTICA (RL)

para u ≥ 1, p ≥ j y con

Hjj =∂2l(β)

∂β2j

= −n∑i=1

X2ijπi(Yi − πi) = 0

Huj =∂2l(β)

∂βj∂βu= −

n∑i=1

XijXiuπi(Yi − πi) = 0

notando, cuando j = 0, Xi0 = 1 para todo i = 1, ..., n.

La matriz de varianzas-covarianzas se obtiene como∑

(β) = I−1(β) y,

evaluando en el estimador de máxima verosimilitud, conseguimos una estima-

ción de la matriz de varianzas:∑

(β) = I−1(β). Los elementos de la diagonal

aportan estimaciones de las varianzas de las componentes de β, de forma que

podemos considerar se(βj) como una estimación del error estándar.

2.4.1. Interpretación de los coe�cientes

El coe�ciente β0 simboliza el logaritmo del odds de presentar la carac-

terística de interés cuando todas las variables independientes valen 0. El

coe�ciente βj representa el cambio producido en el logaritmo del odds cuan-

do Xj aumenta en una unidad y el resto de variables se mantienen iguales.

Veamos a continuación un ejemplo para ilustrar lo anterior que hemos

tomado del texto de Silva y Barroso (2004), pg. 58.

Ejemplo. Se quiere estudiar la aparición de cierta enfermedad

coronaria en varones no menores de 50 años durante un período

de observación de 10 años. Para ello se consideran 3 variables cuya

in�uencia sobre el desarrollo de la enfermedad se sospecha. De

forma que la variable Y registra la aparición o no de la enfermedad,

tomando el valor 1 si ésta se desarrolla y el valor 0 en caso contrario,

esto es,

Y =

{1 si la enfermedad se desarrolla0 si la enfermedad no se desarrolla

2.4. REGRESIÓN LOGÍSTICA MÚLTIPLE 37

Las tres variables medidas al principio del período son

X1 = edad del sujeto

X2 = hábito de fumar =

{1 si fuma0 en otro caso

X3 = tensión arterial sistólica

A partir de una muestra de individuos se han estimado los pará-

metros por máxima verosimilitud, obteniendo

β0 = −6,614β1 = 0,075

β2 = 0,312

β3 = 0,018

A partir de ellos es posible estimar la probabilidad de que un sujeto

padezca la enfermedad según los valores que tomen las tres cova-

riables. Por ejemplo, el modelo asigna una probabilidad de 0.679

de desarrollar la enfermedad a un individuo de 58 años, fumador y

con una tensión de 150 mm.

Si consideramos los per�les de dos individuos: X11 , X

12 , ..., X

1k y

X21 , X

22 , ..., X

2k , denotamos O(X1) y O(X2) a los respectivos odds de

desarrollar la enfermedad frente a no hacerlo para cada uno de los

sujetos. Haciendo el cociente entre los odds obtenemos la siguiente

expresión

O(X1)

O(X2)= e

k∑i=1

βi(X1i −X2

i )

la cual proporciona una medida relativa del riesgo que tiene el per�l

1 de presentar la enfermedad respecto al per�l 2. Por ejemplo, si

consideramos dos individuos de la misma edad y presión sistólica,

siendo el primero fumador y el segundo no, tenemos

O(X1)

O(X2)= 1,37

38 CAPÍTULO 2. REGRESIÓN LOGÍSTICA (RL)

lo que signi�ca que ser fumador aumenta la probabilidad de padecer

la enfermedad coronaria un 37%. Si ahora comparamos el riesgo

cuando la edad aumenta en 10 años y el resto de variables son

iguales, obtenemos

O(X1(40años))

O(X2(30años))= 10β2 = 0,75

2.4.2. Contrastes de signi�cación del modelo

Desviación del modelo

El test de bondad de ajuste para la signi�cación del modelo

es equivalente al del caso univariante. Ahora tenemos el siguiente

contrate de hipótesis:{H0 : β1 = β2 = · · · = βp = 0H1 : ∃βj 6= 0

Para contrastar la signi�cación del modelo se utiliza un test de ra-

zón de verosimilitudes basado en el estadístico G de�nido para el

caso univariante. La diferencia es que ahora los valores ajustados,

π, bajo el modelo se basan en un vector β que contiene p+ 1 pará-

metros.

Bajo la hipótesis nula, G sigue una distribución χ2 con p grados

de libertad.

Pruebas de hipótesis sobre subconjuntos de parámetros

Los contrastes individuales{H0 : βj = 0H1 : βj 6= 0

para todo j = 0, 1, ..., p, se resuelven mediante el estadístico de Wald:

Wj =βjseβj

2.4. REGRESIÓN LOGÍSTICA MÚLTIPLE 39

Este estadístico tiene una distribución Normal estándar.

Puede resultar interesante resolver contrastes de signi�cación

de subconjuntos de covariables. Para ello partimos del vector de

parámetros β = (β(1), β(2)), cuyo primer vector tiene dimensión r < p

y el segundo p− r. En este caso el contraste queda como{H0 : β(1) = 0H1 : β(1) 6= 0

y para resolverlo empleamos una vez más el test de razón de vero-

similitudes:

G = −2[l(modelo bajoH0)− l(modelo bajoH1)],

este estadístico sigue una distribución χ2 con p− r grados de liber-tad.

40 CAPÍTULO 2. REGRESIÓN LOGÍSTICA (RL)

Capítulo 3

Análisis de estructuras medianteRL

3.1. Introducción

La mayoría de los modelos en �abilidad se han concentrado tra-

dicionalmente en una formulación binaria del comportamiento de

los sistemas, esto es, los modelos consideran sólo dos niveles de fun-

cionamiento para un sistema y sus componentes: funcionamiento

perfecto y fallo completo. Sin embargo, en la práctica, muchos sis-

temas pueden experimentar una degradación continua de tal modo

que pueden exhibir diferentes niveles de desarrollo entre los dos ex-

tremos de funcionamiento completo y fallo fatal. Un ejemplo típico

es un sistema sujeto a desgaste, el cual se va degradando continua-

mente en el tiempo, de modo que sus propiedades de rendimiento

decrecen progresivamente y, en consecuencia, es necesario conside-

rar una más amplia especi�cación del espacio de estados con el �n

de obtener una descripción más precisa y apropiada del comporta-

miento del sistema en cada momento.

Baxter (1984) introdujo los modelos continuos para la �abilidad

de sistemas, y desde entonces, una amplia variedad de medidas de

rendimiento han sido de�nidas y calculadas siendo válidas para sis-

temas binarios, multi-estados y continuos (ver Brunelle y Kapur

(1998) para un detallado resumen). En particular, la función de

41

42 CAPÍTULO 3. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS MEDIANTE RL

estructura del sistema, que representa la función de enlace entre

el estado del sistema y sus componentes, ha sido un tema de in-

terés principal en el campo de la �abilidad de sistemas. Dado que

la evaluación de la �abilidad puede ser un problema complejo en

la práctica, incluso para sistemas parece razonable que contar con

un procedimiento para modelizar la relación entre el estado del

sistema y sus componentes puede ayudar de modo e�ciente en la

evaluación de la �abilidad de sistemas complejos.

Para sistemas binarios, la función de estructura puede determi-

narse cuando o bien los caminos minimales o los cortes minima-

les son conocidos (ver capítulo 1). Diversos procedimientos se han

desarrollado para generalizar el concepto de estructura coherente

binaria a una con�guración multi-estado, y así, la función de es-

tructura puede especi�carse por medio de un conjunto �nito de

puntos frontera. Aven (1993) justi�ca la introducción de modelos

multi-estado por la necesidad en algunas áreas de aplicación, en

Ingeniería, tales como producción de gas/oil y sistemas de trans-

portes, donde un enfoque binario daría una representación pobre

del mundo real. Este autor investiga el problema del cálculo de de-

terminadas medidas del rendimiento de un sistema monótono con

múltiples estados y presenta estudios de comparación sobre la pre-

cisión de sus cálculos mediante un estudio de simulación de Monte

Carlo.

En la literatura reciente sobre el análisis posterior del problema

se ha puesto de mani�esto que la evaluación de la �abilidad de un

sistema es una tarea difícil desde un punto de vista práctico, inclu-

so en sistemas no excesivamente complejos.

En el caso de un sistema continuo, si la función de estructura no

puede ser determinada basada en características cualitativas, por

ejemplo, estructuras en serie y/o paralelo) o mediante análisis de

puntos frontera, se requieren métodos de aproximación. Para tal

3.1. INTRODUCCIÓN 43

�n, Lisnianski (2001) desarrolla diversos tratamientos del proble-

ma e investiga una aproximación basada en la técnica de la función

generatriz universal.

El método consiste en una aproximación discreta del rendimien-

to del sistema con conjunto de estados continuo mediante un siste-

ma multi-estado �nito y el propósito es construir cotas superiores

e inferiores para las medidas de �abilidad del sistema continuo.

En vista de la gran di�cultad inherente en la evaluación analítica

del rendimiento de un sistema continuo, nuevos enfoques basados

en métodos empíricos han surgido recientemente. Brunelle y Ka-

pur (1998) propusieron un método de interpolación multivariante

mediante el cual puede construirse la función de estructura del sis-

tema continuo partiendo de una nube de puntos que representa el

valor del estado del sistema dados determinados valores de los esta-

dos de sus componentes. Por otro lado, Gámiz y Martínez-Miranda

(2010) han propuesto una nueva técnica que asume un modelo de

regresión para la función de estructura de un sistema continuo. El

principal �n es construir la función de estructura del sistema dado

un conjunto observado de estados del sistema y sus componentes.

La idea principal se basa en el uso de técnicas de regresión mo-

nótona no paramétrica, dado que la naturaleza del problema exige

que la función de regresión debe ser monótona en cada variable

explicativa. El método de ajuste se desarrolla teniendo en cuenta

dos etapas, en primer lugar usando técnicas de regresión local se

construye la super�cie que mejor se ajusta a los datos y a conti-

nuación se considera un método numérico de isotonización de la

respuesta. El método considerado es el algoritmo PAVA (Pool Ad-

jacent Violators Algorithm) que fue introducido para resolver el

caso uni-dimensional, con una sóla variable explicativa y posterior-

mente ha sido generalizado para problemas de mayor dimensión,

ver Burdakow et al. (2004).

44 CAPÍTULO 3. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS MEDIANTE RL

En este capítulo consideramos también el caso de sistemas conti-

nuos pero usamos un enfoque diferente. Nuestro objetivo se centra

más en construir una expresión para la función de �abilidad del

sistema más que para la función de estructura.

Proponemos estimar la probabilidad de que el sistema se en-

cuentre en funcionamiento dada una con�guración particular del

conjunto de sus componentes mediante un modelo de regresión con

respuesta binaria que explicamos en la siguiente sección. Queremos

hacer notar que nuestra propuesta también supone un enfoque di-

ferente al análisis tradicional de �abilidad, donde, por un lado, el

estado del sistema se analiza usualmente en función de los estados

de las componentes a través de la función de estructura, y, por otro

lado, la �abilidad del sistema se determina a partir de las �abilida-

des de sus componentes mediante la misma función enlace que para

los estados (ver capítulo 1). Dado el carácter continuo de los es-

tados de las componentes, proponemos analizar la probabilidad de

que el sistema esté en funcionamiento (�abilidad del sistema) direc-

tamente partir de los estados de las componentes. La razón es que

el procedimiento que proponemos es un procedimiento empírico

basado en la observación de una muestra de sistemas y entende-

mos que el estado de una componente es directamente observable

y/o controlable mientras que su �abilidad puede no serlo.

3.2. Modelo de RL basado en una variable la-

tente

Sin pérdida de generalidad, consideramos en esta sección que el

estado de l i-ésima componente del sistema es una variable xi (i =

1, 2, . . . ,m) directamente observable que toma valores en el intervalo

[0, 1]. Dada una con�guración particular de las componentes, se

tendrá que el estado del sistema y∗ es una variable aleatoria que

puede responder a un modelo como el siguiente

y∗ = ψ (x1, x2, . . . , xm) + u

3.2. MODELO DE RL BASADO EN UNA VARIABLE LATENTE 45

donde ψ es una función apropiada, que usualmente se asume lineal,

es decir ψ (x1, x2, . . . , xm) = β0 + β1x1 + β2x2 + . . . + βmxm; y, U es una

variable aleatoria para la que asumimos E[u] = 0. Hay que destacar

que la función ψ no es literalmente la función de estructura del

sistema, tal como se de�ne en el capítulo 1.

En muchos casos prácticos la información que queremos extraer

no es el nivel exacto de rendimiento del sistema, es decir, no in-

teresa tanto el valor exacto de la variable y∗ que se obtiene sino que

es su�ciente con saber simplemente si el sistema está desarrollando

satisfactoriamente la operación para la que ha sido diseñado, o no.

Es decir, entendemos que la propiedad que nos interesa a nivel de

sistema es el resultado de una variable binaria y que toma valor 1 si

el sistema funciona y 0 en otro caso. El objetivo es caracterizar esta

variable en términos de los valores de las variables que denotan el

estado de cada componente. Para estimar la probabilidad de que

un sistema funcione proponemos un modelo de regresión basado

en una variable latente, que no es observada por el investigador, la

cual depende linealmente de xi, y que enunciamos como sigue

Modelo:

y∗i = x′iβ + ui , E (ui) = 0

La variable latente y∗i se puede interpretar como la diferencia de uti-

lidad entre el funcionamiento (yi = 1) y el fallo del sistema (yi = 0).

Se dice que es un modelo de utilidad aleatoria.

El investigador únicamente observa la variable yi. Se de�ne yi = 1

si la variable latente toma valor por encima de un umbral (y0)

�jado de antemano y que representa el límite por encima del cual

se considera que el sistema funciona satisfactoriamente, y yi = 0 en

otro caso. En resumen la variable observada se de�ne como

yi =

{1 si y∗i > y00 si y∗i ≤ y0

Además, suponemos que las observaciones individuales (xi,yi) son

46 CAPÍTULO 3. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS MEDIANTE RL

independientes e idénticamente distribuidas, y que el modelo es

homocedástico, es decir, V ar (ui|xi) = σ2.

La probabilidad de que la con�guración i, es decir xi produzca un

buen funcionamiento del sistema, yi = 1, puede ser ahora obtenida

a partir de la variable latente y la regla de decisión, por ejemplo

P [yi = 1|xi] = P [y∗i > y0|xi] = P [x′iβ +Ui > y0|xi] = P [Ui > y0 − x′iβ|xi] =

= 1− φ (−x′iβ∗/σ) = φ (x′iβ∗/σ) ,

donde hemos llamado β∗ al vector de coe�cientes β∗0 = β0 − y0 y

β∗k = βk, para k = 1, . . . ,m.

Por otro lado la función φ denota la función de distribución de

la variable U estandarizada, que suponemos es simétrica con res-

pecto a 0. En esta memoria suponemos que φ(z) = Flogis(z) = ez

1+ez

con z ∈ R es la función de distribución de una variable logística.

Nótese que no es posible identi�car de forma separada los pa-

rámetros y0, β yσ, y que se estimará el cociente β∗/σ.

3.3. RL monótona para estimar la �abilidad

Teniendo en cuenta el apartado anterior, sea Y la variable alea-

toria que denota el estado de un sistema (funcionamiento o fallo)

con m componentes y sea x = (x1, ...,xm) el vector estado de dichas

componentes, suponemos que Y y x están relacionados mediante el

modelo de regresión logística de forma que Y sigue una distribución

binomial

Y =

{1 si el sistema funciona0 si el sistema falla

donde

P [Y = 1|x1, ..., xm] =eβ0+β1x1+···+βmxm

1 + eβ0+β1x1+···+βmxm= R(x1, ..., Rm)

es la �abilidad del sistema.

Denotamos como β = (β0, β1, ..., βm)′ al vector de los parámetros de

3.3. RL MONÓTONA PARA ESTIMAR LA FIABILIDAD 47

regresión, el cual queremos estimar a partir de los datos.

Para un conjunto de datos observados dados {(xi;yi) ∈ [0,1]m ×[0,1]; i = 1, ...,n} usamos el método de máxima verosimilitud para

estimar un valor apropiado del vector β, el cual nos proporcionará

una estimación de la �abilidad del sistema. En otras palabras, para

un determinado vector estado x = (x1, ...,xm) formulamos el modelo

de regresión, como es habitual, como sigue

π(x) = R(x) =eβ0+β1x1+···+βmxm

1 + eβ0+β1x1+···+βmxm

Dado nuestro contexto de esta memoria, utilizaremos la nota-

ción R(x) usual en el análisis de �abilidad de sistemas, para re-

ferirnos a esta probabilidad. De este modo, podemos reescribir el

modelo como

lnR(x)

1−R(x)= β0 + β1x1 + · · ·+ βmxm

Como vimos en el capítulo 2 de este documento, la cantidad R(x)1−R(x)

se denomina odds de la �abilidad R(x). De forma que el modelo es-

tablece que el logaritmo del odds, denominado logit, es una función

lineal del vector estado de las componentes del sistema considerado.

Ahora, dados dos vectores x1 y x2, esto es, dos con�guraciones

distintas de las componentes del sistema, se de�ne la medida de

asociación odds ratio como la proporción entre el odds de x1 y el

odds de x2 y viene dado por la siguiente ecuación

OR =

R(x1)

1−R(x1)

R(x2)

1−R(x2)

= ψ(x1, x2)

Y el logaritmo del odds ratio es entonces la diferencia de los loga-

ritmos de los odds de x1 y x2 como se muestra a continuación

ln OR = lnR(x1)

1−R(x1)− ln R(x2)

1−R(x2)= logit(x1)− logit(x2)

48 CAPÍTULO 3. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS MEDIANTE RL

Si los vectores x1 y x2 sólo di�eren en el estado de la componente

j, por ejemplo, suponemos que en el primer vector la componente

j funciona al más alto nivel, x1,j = 1, mientras que en el segundo

vector esta componente está en fallo total, x2,j = 0, entonces el

logaritmo del odds ratio es

ln ψ(x1,x2) = βj

A continuación, para estimar los parámetros del modelo de�nido

anteriormente usamos métodos de máxima verosimilitud. Para ello

consideramos el siguiente problema de optimización

β = arg maxβ {ln L(β)} =

= arg maxβ

{n∑i=1

Yiln(R(xi))(1− Yi)(1− ln(R(xi)))

}

Para mantener la coherencia del sistema, necesitamos que la esti-

mación sea no decreciente en cada argumento, es decir, se requiere

que ∂R(x)∂xj

sea positiva para j = 1, ...,m. Si resolvemos la derivada

obtenemos, para j = 1, ...,m

∂R(x)

∂xj=

eβx

(1 + eβx)2βj > 0

Por consiguiente, el signo de la j-ésima derivada parcial viene de-

terminada por el signo del coe�ciente βj. Esto nos lleva a introducir

ciertas restriciones en el probema de optimización, de forma que

el problema de optimización queda formulado como sigue

ln L(β) =n∑i=1

Yi ln(R(xi))(1− Yi)(1− ln(R(xi)))

con las restricciones

βj > 0 ; j ∈ {1, ...,m}

En otras palabras, debe ocurrir que β0 < 0 para que se manten-

ga la condición de extremos propios, esto es, R(0) = 0. En nuestro

3.4. MEDIDA DE IMPORTANCIA DE BIRNBAUM (IB) 49

modelo, para un nivel nulo de �abilidad, R(0) = eβ0

1+eβ0debe ser su�-

cientemente pequeño para a�rmar que el sistema falla para p = 0.

De esta forma podemos introducir una nueva restricción en el pro-

blema de optimización anterior, al tener en cuenta que el parámetro

β0 debe ser negativo.

3.4. Medida de importancia de Birnbaum (IB)

La principal �nalidad de las medidas de importancia en �abi-

lidad es ordenar las componentes del sistema con el objetivo de

detectar aquellas componentes que por su localización o por sus

características particulares tienen una mayor probabilidad de cau-

sar el fallo del sistema. Como vimos en el capítulo 1, hay varias

formas de medir la importancia de las componentes, siendo la más

usada en la práctica la medida de importancia de Birnbaum, intro-

ducida por Birnbaum (1969).

Sea la siguiente cantidad

R(x|xj = 1)−R(x|xj = 0)

donde R(x|xj = a) denota la �abilidad del sistema cuando la compo-

nente j está en el estado a, siendo x = (x1, ..., xm) ∈ [0, 1]m el vector

de las estado de las componentes. Si el enfoque a nivel de compo-

nentes es binario, es decir sólo se consideran dos estados (0, fallo;

1, funcionamiento) la cantidad considerada arriba mide el efecto

(incremento) que causa en la �abilidad del sistema el hecho de que

la componente j-ésima pase de estado fallo a funcionamiento. Es-

ta medida podría considerarse una mezcla entre las medidas de

importancia estructural (I(B)j ) e importancia en �abilidad (RI

(B)j )

de�nidas en el capítulo 1, las cuales proporcionan desde diferentes

enfoques una cuanti�cación de la importancia de las componentes

en un sistema, la primera atendiendo exclusivamente a la localiza-

ción de la componente dentro del sistema y la segunda teniendo

en cuenta la calidad de la componente representada mediante la

50 CAPÍTULO 3. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS MEDIANTE RL

�abilidad de la misma. Dado que en los sistemas continuos el esta-

do de las componentes puede tomar un rango de valores continuo

(asumimos el intervalo [0, 1]), introducimos la siguiente medida de

imporancia que surge de manera natural teniendo en cuenta los

dos conceptos anteriores de importancia estructural e importancia

en �abilidad.

De�nición. Medida de importancia de Birnbaum para sistemas

continuos, IBjSea S un sistema coherente formado por m componentes, y sea

R (x1, x2, . . . , xm) = P [”Y = 1” = Sistema funciona |x1, x2, . . . , xm ], se de-

�ne la medida de importancia de la componente j-ésima como

IBj =∂R (x1, ..., xm)

∂xj

Esta medida ordena las componentes de acuerdo con el efecto que

un cambio gradual en el estado de dichas componentes tiene sobre

la �abilidad del sistema.

Basándonos en el modelo de regresión logística de�nido en la

sección 3.2, podemos estimar la función de �abilidad mediante R,

de modo que proponemos estimar la medida de importancia de

Birnbaum para la componente j mediante

IBj =∂R (x1, ..., xm)

∂xj=

eβx

(1 + eβx)2βj

Teniendo en cuenta que Y es una variable con distribución B (R(x)),

podemos escribir

IBj = V (Y )βj,

de donde se deduce que, bajo el modelo logístico, las componentes

del sistema pueden ordenarse según el valor del coe�ciente β esti-

mado, o equivalentemente, según el valor del odds ratio, ORj = eβj ,

que habitualmente es el coe�ciente central en el software estadístico

para ajustar el modelo de regresión logística.

3.5. SIMULACIONES 51

3.5. Simulaciones

Siguiendo el procedimiento descrito anteriormente hemos reali-

zado una serie de simulaciones con la ayuda del software R. Para

ello hemos construido las siguientes funciones auxiliares: Una pri-

mera función se encarga de generar la muestra. Esta función nos

proporciona una matriz con tantas �las como simulaciones indique-

mos y con una columna más que componentes tenga el sistema: las

primeras columnas representan los estados de las componentes del

sistema y la última es de 1 y 0 en función de si el sistema funciona o

no. Las muestras son generadas a partir de un �chero de semillas. A

continuación, para emplear los métodos de máxima verosimilitud,

implementamos una función de verosimilitud y la función gradien-

te. Finalmente, construimos una función que nos permite hacer las

predicciones.

La siguiente función empleada elige una muestra del tamaño

indicado para cada simulación usando la primera función. Seguida-

mente, ajusta el modelo logístico usando las funciones de verosi-

militud y gradiente, así como la función constrOptim del paquete

MASS. Cabe destacar que este ajuste se lleva a cabo con ciertas

restricciones sobre el signo de los parámetros: los β deben ser todos

positivos a excepción de β0 que debe ser negativo. A continuación,

calcula predicciones usando el β estimado y lleva a cabo un estudio

de la bondad del ajuste mediante una tabla de clasi�cación. Para

ello compara los datos observados (simulados en nuestro caso) con

el modelo ajustado, de forma que si la probabilidad estimada es

menor que 0,5 entenderemos que el sistema falla y si se estima una

probabilidad superior el sistema funciona. Para cada muestra, esta

función crea un vector con la siguiente información: betas, esta-

dísticos deviance del modelo nulo y el modelo estimado, p-valor

asociado al test LR de bondad de ajuste y CPM (estadístico capa-

cidad predictiva del modelo). Cada vez que se genera una muestra,

se añade una �la al vector. Dicho vector es guardado en un �chero

de texto.

52 CAPÍTULO 3. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS MEDIANTE RL

Finalmente, hemos implementado una función encargada de leer

el �chero creado por la función anterior y presentar un resumen

con los resultados, guardándolos en un nuevo �chero.

Veamos los resultados obtenidos para algunos sistemas.

Caso 1. Sistema en serie

En primer lugar hemos considerado un sistema con 3 compo-

nentes dispuestas en serie.

La función de estructura de dicho sistema es de la forma

φ(x) = min(x1, x2, x3)

siendo x1, x2, x3 los estados de las respectivas componentes.

Esta función es introducida en la función auxiliar que genera la

muestra para calcular el estado del sistema en función de las com-

ponentes.

Por ejemplo, realizamos una prueba de tamaño 10 obteniendo

la siguiente matriz

x_1 x_2 x_3 y0

[1,] 0.5664804 0.5352917 0.7697899 0

[2,] 0.5072702 0.5025413 0.5062494 0

[3,] 0.5621357 0.7650100 0.5958715 0

[4,] 0.5647201 0.5903164 0.5338788 0

[5,] 0.6331171 0.6478231 0.6584968 1

3.5. SIMULACIONES 53

[6,] 0.5402228 0.6501890 0.7738738 0

[7,] 0.6171973 0.6206103 0.6185314 1

[8,] 0.6107947 0.7931248 0.6145577 1

[9,] 0.7006079 0.6074978 0.7902500 1

[10,] 0.7976330 0.6474982 0.7545984 1

A continuación se ajusta el modelo logístico utilizando las funciones

mencionadas previamente y se calculan predicciones usando el β

estimado, llevando a cabo un estudio de la bondad de ajuste. Para

la prueba anterior se obtiene el siguiente resumen de resultados

[[1]]

beta.0 beta.1 beta.2 beta.3

m.betas -28.40670 12.75563 12.58026 11.97476

se.betas 299.53371 56.80264 56.88887 55.64667

sd.betas 62.35762 71.47626 67.08149 66.72514

[[2]]

p.value CPM

summary 0.02251166 0.9506

En esta simulación la capacidad predictiva del modelo es muy bue-

na, pues supera ligeramente el 95%, siendo el p-valor 0.022.

Además, se observa que las tres componentes tienen una impor-

tancia similar, ya que la media de los coe�cientes β1 es 12.755, la

de los β2 12.580 y la de los β3 11.974. Este resultado es coherente

con la disposición de las componentes, ya que en el momento que

una de ellas falle, el sistema dejará de funcionar.

Caso 2. Sistema en paralelo

A continuación tenemos un sistema con 3 componentes en pa-

ralelo.

54 CAPÍTULO 3. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS MEDIANTE RL

La función de estructura de este sistema se puede expresar como

φ(x) = max(x1, x2, x3)

donde x1, x2, x3 representan los estados de cada una de las tres com-

ponentes del sistema.

Si realizamos una prueba de tamaño 10 obtenemos la siguiente

matriz con los estados de las componentes y del sistema

x_1 x_2 x_3 y0

[1,] 0.18506510 0.10293477 0.72044665 1

[2,] 0.02914479 0.01669222 0.02645668 0

[3,] 0.17362403 0.70785978 0.26246155 1

[4,] 0.18042950 0.24783322 0.09921423 0

[5,] 0.36054163 0.39926737 0.42737489 0

[6,] 0.11592016 0.40549765 0.73120098 1

[7,] 0.31861965 0.32760723 0.32213279 0

[8,] 0.30175946 0.78189543 0.31166867 1

[9,] 0.53826744 0.29307755 0.77432495 1

[10,] 0.79376687 0.39841183 0.68044249 1

Procediendo de forma análoga al caso 1 obtenemos el siguiente

resumen de resultados

[[1]]

beta.0 beta.1 beta.2 beta.3

m.betas -12.64439 17.89610 18.38619 16.99085

se.betas 10.30345 18.01980 18.43604 17.66166

3.5. SIMULACIONES 55

sd.betas 31.68694 59.87154 66.39274 50.95524

[[2]]

p.value CPM

summary 0.0002505123 0.8802

En este caso la capacidad predictiva del modelo es bastante buena,

aunque algo inferior que la del sistema en serie, pues el modelo ex-

plica correctamente el 88% de las preicciones. El p-valor obtenido

en este ejemplo es de 0.00025.

Respecto a la importancia de las componentes, de nuevo las

tres tienen un peso similar en el funcionamiento del sistema. Este

resultado es lógico si tenemos en cuenta la disposición de las com-

ponentes, ya que mientras que una de ellas funcione, el sistema

funcionará.

Caso 3. Sistema en serie-paralelo

En este caso tenemos un sistema con 3 componentes, dos de ellas

dispuestas en paralelo y una terceera en serie respecto a éstas.

La función de estructura de este sistema se puede expresar como

φ(x) = min(max(x1, x2), x3)

donde x1, x2, x3 representan los respectivos estados de las compo-

nentes del sistema.

56 CAPÍTULO 3. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS MEDIANTE RL

Si realizamos una prueba de tamaño 10 obtenemos la siguiente

matriz con los estados de las componentes y el estado del sistema

x_1 x_2 x_3 y0

[1,] 0.4329608 0.3705834 0.8395797 0

[2,] 0.3145403 0.3050827 0.3124987 0

[3,] 0.4242714 0.8300201 0.4917430 0

[4,] 0.4294401 0.4806328 0.3677576 0

[5,] 0.5662342 0.5956461 0.6169936 1

[6,] 0.3804457 0.6003780 0.8477476 1

[7,] 0.5343947 0.5412207 0.5370629 1

[8,] 0.5215895 0.8862497 0.5291154 1

[9,] 0.7012158 0.5149956 0.8805000 1

[10,] 0.8952660 0.5949963 0.8091968 1

Al igual que en los casos anteriores, ajustando el modelo logístico,

obtenemos el siguiente resumen de resultados

[[1]]

beta.0 beta.1 beta.2 beta.3

m.betas -15.529792 5.760361 5.745859 16.519198

se.betas 3.804046 2.036187 1.779591 5.413116

sd.betas 7.006675 2.840269 2.115077 24.164045

[[2]]

p.value CPM

summary 0.00100041 0.8871267

Para el sistema serie-paralelo la capacidad predictiva del modelo

es bastante buena, del 88%. El p-valor obtenido en este ejemplo es

de 0.001.

En esta simulación se re�eja que la componente 3, la cual se en-

cuentra en serie respecto a las otras dos componentes que forman

un módulo en paralelo, tiene una importancia mucho mayor en el

funcionamiento del sistema. Este hecho tiene sentido, ya que si la

3.5. SIMULACIONES 57

tercera componente falla, el sistema dejará de funcionar. Sin em-

bargo, si falla sólo la componente 1 o la componente 2, el sistema

continuará en funcionamiento.

Caso 4. Sistema en puente

En este ejemplo tenemos un sistema con 5 componentes dis-

puestas como se muestra a continuación

La función de estructura de este sistema se puede expresar como

φ(x) = max(min(x1, x4),min(x2, x5),min(x1, x3, x5),

min(x2, x3, x4))

donde x1, x2, x3, x4, x5 representan los estados de las cinco compo-

nentes del sistema.

Si realizamos una prueba de tamaño 10 obtenemos la siguiente

matriz con los estados de las componentes y el estado del sistema

x_ 1 x_ 2 x_ 3 x_ 4 x_ 5 y

[1,] 0.4329608 0.3705834 0.8395797 0.4203651 0.8763243 0

[2,] 0.3145403 0.3050827 0.3124987 0.8837189 0.7328086 0

[3,] 0.4242714 0.8300201 0.4917430 0.5814801 0.6433845 1

[4,] 0.4294401 0.4806328 0.3677576 0.8404032 0.4073213 0

[5,] 0.5662342 0.5956461 0.6169936 0.3026557 0.5368664 1

[6,] 0.3804457 0.6003780 0.8477476 0.8269504 0.4205405 1

58 CAPÍTULO 3. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS MEDIANTE RL

[7,] 0.5343947 0.5412207 0.5370629 0.7876191 0.7937319 1

[8,] 0.5215895 0.8862497 0.5291154 0.8651818 0.7070794 1

[9,] 0.7012158 0.5149956 0.8805000 0.4437783 0.4464304 0

[10,] 0.8952660 0.5949963 0.8091968 0.7530033 0.8597410 1

Al igual que en los casos anteriores, ajustando el modelo logístico,

obtenemos el siguiente resumen de resultados

[[1]]

beta.0 beta.1 beta.2 beta.3 beta.4 beta.5

m.betas -12.012323 5.549212 5.652446 1.841044 5.579165 5.576709

se.betas 3.114312 2.088085 2.011206 1.611218 2.151980 2.166964

sd.betas 4.162128 3.605022 5.326670 1.260466 2.847197 3.258897

[[2]]

p.value CPM

summary 0.00215754 0.8313787

Para el sistema puente la capacidad predictiva del modelo es de

0.83, es decir, explica correctamente más del 80% de las prediccio-

nes. El p-valor obtenido en esta simulación es de 0.002.

Si nos centramos en la importancia de las componentes, se ob-

serva que la componente 3 es la que menos peso tiene en el fun-

cionamiento del sistema, mientras que las otras cuatro tienen una

importancia muy parecida. Este resultado es totalmente coherente

con la disposición de las componentes.

Si nos �jamos en las matrices de los estados de las componentes

y del estado de los sistemas, observamos que el sistema en serie

funciona en muy pocos casos, mientras que el sistema en serie-

paralelo lo hace en un mayor número de pruebas. Los sistemas

cuyas componentes se disponen en paralelo, serie-paralelo y puen-

te, respectivamente son los que funcionan en más ocasiones. Este

suceso es totalmente coherente con la disposición de las compo-

nentes, pues el sistema en serie requiere que las tres componentes

3.5. SIMULACIONES 59

estén en funcionamiento para funcionar, mientras que el sistema

en paralelo por ejemplo funcionará siempre que, al menos, una de

las componentes esté funcionando.

Cabe destacar que en los cuatro tipos de sistemas se han consi-

derado componentes con un estado entre 0.01 y 0.9.

Finalmente, si nos �jamos en la segunda �la de los resultados

obtenidos, en cada uno de los casos vemos que, para cada sistema,

los errores para los coe�cientes son bastante similares.

60 CAPÍTULO 3. ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS MEDIANTE RL

Capítulo 4

Modelo de regresión logística local

4.1. Introducción

Los modelos lineales generalizados (McCullagh y Nelder 1989)

proporcionan una extensión de la regresión lineal para modelos de

verosimilitud, por ejemplo, cuando las respuestas son binarias. En

este capítulo trabajaremos desde el punto de vista de la probabili-

dad local. Esta idea fue propuesta por primera vez por Brillinger

(1977) y estudiada en detalle por Tibshirani (1984), Tibshirani y

Hastie (1987) y Staniswalis (1989) entre otros. En la sección 4.2 se

describe el modelo de probabilidad local junto con una pequeña

discusión acerca de los ajustes con el paquete LOCFIT. En la sec-

ción 4.3 abordamos la estimación logística local de la función de

�abilidad en el caso de un sistema continuo.

4.2. Modelo de Probabilidad Local

En los capítulos anteriores, hemos asumido un modelo de regre-

sión con respuesta binaria (estado del sistema)

Yi ∼ B (R (x))

, donde hemos considerado en particular que la transformación logit

del parámetro R es una función lineal de los estados de las com-

ponentes. En muchas ocasiones prácticas este modelo paramétrico

61

62 CAPÍTULO 4. MODELO DE REGRESIÓN LOGÍSTICA LOCAL

podría resultar demasiado restrictivo. De modo que lo más apro-

piado sería asumir un modelo no paramétrico en el que el logit es

una función cuya forma no es especi�cada de antemano, en otras

palabras

R(x) =ef(x)

1+ ef(x).

Si admitimos que f es una función suave en el sentido de que existe

al menos la primera derivada, podemos considerar un desarollo en

serie de Taylor alrededor de un valor concreto x0, de la siguiente

forma

logit(x) = f (x0) +∇f (x0)′ (x− x0)

siendo esta aproximación válida en un entorno del punto x0; y, don-

de ∇f (x0) =(∂f∂x1, . . . , ∂f

∂xm

)|x0 es el vector gradiente de f evaluado

en el punto x0.

Si denotamos β0 = f (x0), y βj =∂f∂xj

(x0), podemos expresar el mo-

delo logístico no paramétrico para R(x) escrito arriba como un mo-

delo lineal localmente. Este modelo local ya no supone una forma

parámetrica para la función logit, pero ajusta un modelo lineal lo-

calmente dentro de una ventana de suavizado. La log-verosimilitud

polinomial local puede escribirse

`x0(β) =n∑i=1

wh(xi − x0) {Yi log (R0(xi)) + (1−Yi) (1− log (R0(xi)))} .

donde

R0(xi) =eβ

′(xi−x0)

1+ eβ′(xi−x0);

y donde wh(xi−x0) es una función núcleo que determina los pesos

asignados a las observaciones alrededor del punto x0, se consideran

así para asegurar que la aproximación lineal de la función f se

aplica en el entorno donde es válida. En este sentido, aunque otras

opciones más generales son admisibles, elegimos como función peso

la siguiente

wh(xi − x0) =m∏j=1

{K

(xij − x0j

h

)/h

}

4.2. MODELO DE PROBABILIDAD LOCAL 63

donde h es un parámetro ancho de banda que controla el tamaño

del entorno alrededor del punto x0 donde la aproximación local es

válida. La función K es una función núcleo que suele elegirse como

una función de densidad con soporte compacto, usualmente en el

intervalo [−1, 1].

Maximizando sobre el parámetro β obtenemos la estimación lo-

cal de la función f , de modo que el valor estimado de β0 proporciona

una estimación de f en el punto x0 y los demás valores estimados

del vector β proporcionan estimaciones de las derivadas parciales

de la función f evaluadas en el vector x0, es decir

β0 = f (x0)

βj =∂f

∂xj(x0) , j = 1, 2, . . . ,m.

Verosimilitud Local con LOCFIT

LOCFIT implementa la regresión local con una variedad de fa-

milias y funciones de enlace. En nuestro estudio nos interesa la

familia Binomial. Veamos un ejemplo.

Ejemplo En este ejemplo usaremos los datos de mortalidad de

Henderson y Sheppard (1919) para los que se conoce tanto el nú-

mero de muertes como el número de pacientes para cada edad. El

número de pruebas en cada edad es dado como el argumento pesos

en la función loc�t():

> fit<-locfit(deaths~age, weights=n,

+ family="binomial", data=morths, alpha=0.5)

> plot(fit, band="g", get.data=T)

64 CAPÍTULO 4. MODELO DE REGRESIÓN LOGÍSTICA LOCAL

En el grá�co anterior se muestra el ajuste, con intervalos de con-

�anza puntuales del 95%. Los datos han sido ajustados usando re-

gresión logística cuadrática local. Esto muestra una tendencia cre-

ciente gradual, con un comportamiento algo más perturbado en el

límite derecho. Debemos tener cuidado con la interpretación del

grá�co, ya que hay grandes diferencias en los pesos. Para las eda-

des entre 70 y 80 hay hasta 150 pacientes en riesgo, mientras que

sólo hay uno para la edad 99. Asimismo, hay únicamente seis pa-

cientes para las edades 55 y 56; esto explica los amplios intervalos

de con�anza en el límite izquierdo.

A continuación, de�nimos las familias implementadas por LOC-

FIT. Cada familia es especi�cada usando el parámetro media µ(xi).

También se incluye el parámetro peso ni, el cual para la mayoría de

familias puede ser interpretado como un peso anterior o el número

de réplicas para cada observación.

Centrándonos en el caso que nos ocupa, la familia binomial tiene

la siguiente función masa de probabilidad

P [Yi = y] =

(niy

)µ(xi)

y(1− µ(xi))ni−y

4.3. RL LOCAL DE LA FUNCIÓN DE FIABILIDADDE UN SISTEMACONTINUO65

para y = 0, 1, ..., ni. La distribución de Bernoulli (ni = 1) representa

el resultado de un solo ensayo con probabilidad de éxito µ(xi). La

distribución binomial cuenta el número de éxitos en ni ensayos in-

dependientes.

4.3. RL local de la función de �abilidad de un

sistema continuo

Como sabemos la función de �abilidad de un sistema coherente

es una función no decreciente en cada argumento. Esta condición

no está asegurada por el procedimiento que hemos explicado en la

sección anterior, salvo que determinadas restricciones se impongan

en el proceso de estimación máximo verosímil local. En este caso,

no resolvemos el problema globalmente, sino que �jamos un punto

de estimación x0 y resolvemos un problema de estimación máximo

verosimímil y repetimos el procedimiento de modo que de alguna

manera podemos construir la función R en todo el espacio Vm =

[0, 1]m. Para que la estimación de la función R sea compatible con un

sistema coherente debemos asegurar de alguna manera que R (x1) ≤R (x2), siempre que x1 ≺ x2, donde ≺ es la relación de orden parcial

usual considerada en Vm = [0, 1]m.

Para asegurar esta situación proponemos un proceso de isotoni-

zación similar al empleado en Gámiz et al (2011) donde se generaliza

al caso multidimensional el problema de isotonización simple pro-

puesto por Ayer et al. (1955). El problema de isotonización simple

puede formularse como sigue:

"Sea {(xj, yj); j = 1, 2, . . . , n} un conjunto de datos bidimensio-

nal tal que los valores de xj están ordenados en orden crecien-

te. Se trata de encontrar {f(xj), j = 1, 2, . . . , n} tal que minimice

n−1∑n

j=1 (yj − f(xj))2 sujeto a la restricción f(x1) ≤ f(x2) ≤ . . . ≤

f(xn)".

Una solución puede ser obtenida mediante el algoritmo PA-

VA (Pool Adjacent Violators Algorithm) propuesto por Ayer et

66 CAPÍTULO 4. MODELO DE REGRESIÓN LOGÍSTICA LOCAL

al. (1955) y que puede resumirse en los siguientes pasos

Algoritmo PAVA

1o. Empezamos con y1. Nos movemos hacia la derecha y paramos

si el par (yj, yj+1) viola la condición de monotonía, esto es, si

yj > yj+1. En ese caso, yj y su adyacente yj+1 son reemplazados

por el valor promedio

y•j = y•j+1 =yj + yj+1

2

2o. A continuación, comprobamos que yj−1 ≤ yj. En otro caso sus-

tituimos yj−1, yj, yj+1 por el valor promedio. Nos movemos hacia

la izquierda hasta que la condición de monotonía se satisface.

Entonces procedemos de nuevo hacia la derecha.

La solución �nal es f(y1) ≤ f(y2) ≤ . . . ≤ f(yn).

Gámiz y Martínez-Miranda (2010) proponene una solución al

caso mulidimensional. En primer lugar se trata de de�nir una red

de d puntos en el intervalo [0, 1], es decir G = {l/d; l = 1, 2, . . . , d}, yconsideran Gm = G×G×. . .×G. Calculamos los valores del estimador

de R tal como se describe en la sección anterior en cada punto x de

la red. El problema de isotonización para el caso m-dimensional se

resuelve basándose en la solución del problema para el caso (m−1)-

dimensional. En otras palabras, �jamos una componente del punto

x, por ejemplo x1. Cada valor de x1 genera un problema de isotoni-

zación de orden m− 1. De modo que si el problema es resuelto en

una dimensión menor, se puede continuar. En la última etapa, te-

nemos un problema unidimensional de modo que podemos aplicar

el algoritmo PAVA.

Ejemplo. Sistema serie-paralelo

Hemos considerado un caso particular del sistema con tres com-

ponentes las dos primeras dispuestas en paralelo y en serie con la

tercera, como en la �gura de la página 52 especi�cado en el caso 3

4.3. RL LOCAL DE LA FUNCIÓN DE FIABILIDADDE UN SISTEMACONTINUO67

Figura 4.1: Estimación local de un sistema serie-paralelo

de la sección 3.5. Hemos simulado una muestra de tamaño n = 250

y hemos aplicado el procedimiento descrito arriba. El resultado

puede verse en la �gura a continuación para distintos niveles de

funcionamiento de la componente que está en serie.

68 CAPÍTULO 4. MODELO DE REGRESIÓN LOGÍSTICA LOCAL

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