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Quintero, Ana Alejandra 2 Anido R., José Daniel 3 LA ALIMENTACIÓN COMO DERECHO HUMANO Y SUS VÍNCULOS CON LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS EN VENEZUELA: DE LA I REPÚBLICA AL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI 1 1 Este artículo recoge resultados parciales del proyecto del tesis doctoral de la autora, titulado «Políticas agroalimentarias y nutricionales en Venezuela, 1960-2017 y sus efectos sobre el Sistema Alimentario Venezolano. Fundamentación histórica e institucional», en el marco del Programa de Doctorado en Ciencias Humanas, Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes (ULA, Venezuela). Es así mismo parte del Plan de Formación desarrollado en el marco del Programa de Formación de Personal e Intercambio Científico (Plan II) de la Universidad de Los Andes-Venezuela, bajo el proyecto denominado «Políticas alimentarias y nutricionales en Venezuela, 1999-2017. Principales efectos sobre la situación alimentaria y nutricional (SAN) y medidas para su recuperación», ambos bajo la tutoría del segundo autor. 2 Licenciada en Historia (Universidad de Los Andes-ULA, Venezuela); M.Sc. en Historia (ULA, Venezuela); Cursante del Doctorado en Ciencias Humanas-Facultad de Humanidades y Educación (ULA, Venezuela). Asistente de investigación del CIAAL-EAO, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Los Andes (ULA, Venezuela); Becaria del Plan de Formación de Personal e Intercambio Científico de la ULA. Dirección postal: Av. Las Américas, Núcleo Liria, Edif. G «Leocadio Hontoria», 2ª piso, CIAAL. Mérida 5101, Venezuela. ORCID: 0000-0003-4091-3720. Teléfono-Fax: +58 274 2401031; +58 274 2403855; e-mail: [email protected] 3 Economista y Contador Público (Universidad de Los Andes-ULA, Venezuela); M.Sc. en Economía (ULA, Venezuela); Especialista, Diploma de Estudios Avanzado (DEA) y Doctor en Economía Agroalimentaria y del Medio Ambiente (UPV, España). Profesor titular e investigador del CIAAL-EAO, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Los Andes (ULA, Venezuela). Dirección postal: Av. Las Américas, Núcleo Liria, Edif. G «Leocadio Hontoria», 2ª piso, CIAAL. Mérida 5101, Venezuela. ORCID: http://orcid.org/0000-0002-7773-3304. Teléfono- Fax: +58 274 2401031; +58 274 2403855; e-mail: [email protected]; [email protected] RESUMEN El de la alimentación es un derecho humano incluyente, según el cual toda persona debería acceder a una ingesta de todos los elementos nutritivos que requiere para vivir una vida sana y activa, así como a los medios para materializarlo. Es responsabilidad de los Estados, mediante las políticas y medios a su alcance, actuar y velar por la seguridad alimentaria y nutricional de toda la población. En el caso venezolano, una nación rural y exportadora agrícola hasta entrada la década de 1930, diversas corrientes ideológicas e intereses delinearon las distintas políticas implementadas desde la conformación del Estado-nación iniciada en 1830 hasta el presente, entre ellas las orientadas a satisfacer las necesidades alimentarias y nutricionales. En este escenario, el artículo tiene como objetivos: i) realizar un inventario de las principales políticas de carácter económico general y sectoriales agrarias/agrícolas/agroalimentarias implementadas por los distintos gobiernos a lo largo de los siglos XIX, XX y XXI, con énfasis en el período 2013-2021; y, ii) sobre esta base, discutir cómo han contribuido para garantizar el ejercicio de este derecho a todos los ciudadanos. Metodológicamente se sigue un enfoque histórico- económico para el examen de las principales políticas, sustentado también desde la teoría y las evidencias empíricas. Se revisaron, catalogaron y contrastaron diversas fuentes secundarias de información, tanto bibliográficas como hemerográficas, así como información económico-financiera de algunas fuentes oficiales o privadas cuando estaban disponibles. Los principales hallazgos dan cuenta que durante los primeros años del Recibido: 03/02/2020 Revisado: 19/05/2021 Aceptado: 20/05/2021

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AGROALIMENTARIA. Vol. 26,Nº 51; julio-diciembre 2020

La alimentación como derecho humano y sus vínculos con las políticas económicas en Venezuela... (137-192) 137

Quintero, Ana Alejandra2

Anido R., José Daniel3

LA ALIMENTACIÓN COMO DERECHO HUMANOY SUS VÍNCULOS CON LAS POLÍTICASECONÓMICAS EN VENEZUELA: DE LA I

REPÚBLICA AL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI1

1 Este artículo recoge resultados parciales del proyecto del tesis doctoral de la autora, titulado «Políticasagroalimentarias y nutricionales en Venezuela, 1960-2017 y sus efectos sobre el Sistema Alimentario Venezolano.Fundamentación histórica e institucional», en el marco del Programa de Doctorado en Ciencias Humanas, Facultadde Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes (ULA, Venezuela). Es así mismo parte del Plan deFormación desarrollado en el marco del Programa de Formación de Personal e Intercambio Científico (Plan II) dela Universidad de Los Andes-Venezuela, bajo el proyecto denominado «Políticas alimentarias y nutricionales enVenezuela, 1999-2017. Principales efectos sobre la situación alimentaria y nutricional (SAN) y medidas para surecuperación», ambos bajo la tutoría del segundo autor.2 Licenciada en Historia (Universidad de Los Andes-ULA, Venezuela); M.Sc. en Historia (ULA, Venezuela); Cursantedel Doctorado en Ciencias Humanas-Facultad de Humanidades y Educación (ULA, Venezuela). Asistente deinvestigación del CIAAL-EAO, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Los Andes(ULA, Venezuela); Becaria del Plan de Formación de Personal e Intercambio Científico de la ULA. Direcciónpostal: Av. Las Américas, Núcleo Liria, Edif. G «Leocadio Hontoria», 2ª piso, CIAAL. Mérida 5101, Venezuela.ORCID: 0000-0003-4091-3720. Teléfono-Fax: +58 274 2401031; +58 274 2403855; e-mail:[email protected] Economista y Contador Público (Universidad de Los Andes-ULA, Venezuela); M.Sc. en Economía (ULA, Venezuela);Especialista, Diploma de Estudios Avanzado (DEA) y Doctor en Economía Agroalimentaria y del Medio Ambiente(UPV, España). Profesor titular e investigador del CIAAL-EAO, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de laUniversidad de Los Andes (ULA, Venezuela). Dirección postal: Av. Las Américas, Núcleo Liria, Edif. G «LeocadioHontoria», 2ª piso, CIAAL. Mérida 5101, Venezuela. ORCID: http://orcid.org/0000-0002-7773-3304. Teléfono-Fax: +58 274 2401031; +58 274 2403855; e-mail: [email protected]; [email protected]

RESUMEN

El de la alimentación es un derecho humano incluyente, según el cual toda persona debería acceder a una

ingesta de todos los elementos nutritivos que requiere para vivir una vida sana y activa, así como a los medios

para materializarlo. Es responsabilidad de los Estados, mediante las políticas y medios a su alcance, actuar y

velar por la seguridad alimentaria y nutricional de toda la población. En el caso venezolano, una nación rural y

exportadora agrícola hasta entrada la década de 1930, diversas corrientes ideológicas e intereses delinearon las

distintas políticas implementadas desde la conformación del Estado-nación iniciada en 1830 hasta el presente,

entre ellas las orientadas a satisfacer las necesidades alimentarias y nutricionales. En este escenario, el artículo

tiene como objetivos: i) realizar un inventario de las principales políticas de carácter económico general y

sectoriales agrarias/agrícolas/agroalimentarias implementadas por los distintos gobiernos a lo largo de los siglos

XIX, XX y XXI, con énfasis en el período 2013-2021; y, ii) sobre esta base, discutir cómo han contribuido para

garantizar el ejercicio de este derecho a todos los ciudadanos. Metodológicamente se sigue un enfoque histórico-

económico para el examen de las principales políticas, sustentado también desde la teoría y las evidencias

empíricas. Se revisaron, catalogaron y contrastaron diversas fuentes secundarias de información, tanto

bibliográficas como hemerográficas, así como información económico-financiera de algunas fuentes oficiales o

privadas cuando estaban disponibles. Los principales hallazgos dan cuenta que durante los primeros años del

Recibido: 03/02/2020 Revisado: 19/05/2021 Aceptado: 20/05/2021

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RÉSUMÉL’alimentation est un droit humain inclusif, selon lequel chaque individu doit avoir accès à un apport de tous

les éléments nutritionnels dont il a besoin pour vivre une vie saine et active, ainsi qu’aux moyens de la matérialiser.Il appartient aux États, à travers les politiques et les moyens dont ils disposent, d’agir et d’assurer la sécuritéalimentaire et nutritionnelle de l’ensemble de la population. Dans le cas du Venezuela, nation rurale et exportatrice

de produits agricoles jusqu’au début des années 1930, divers courants et intérêts idéologiques ont décrit lesdifférentes politiques mises en œuvre depuis sa naissance en tant qu’État-nation en 1830 jusqu’à nos jours, ycompris celles visant à satisfaire les besoins alimentaires et nutritionnels. Dans ce scénario, l’article vise à: i)

ABSTRACTThe right to food is an inclusive human right, according to which every person should have access to the intakeof all the nutritional elements required to live a healthy and active life, and the means to realize it. Through the

policies and means at their disposal, it is the responsibility of the States to act and ensure food and nutritionalsecurity for the entire population. In the case of Venezuela, a rural and agricultural exporting nation until the1930s, different ideological currents and interests have shaped the heterogeneity of policies implemented since

its configuration as a nation-state started in 1830 to the present, including those aimed at meeting food andnutritional needs. In this scenario, the article aims i) to make an inventory of the main general economic andsectoral agricultural/agrifood policies implemented by the different governments throughout the nineteenth,

twentieth, and twenty-first centuries, with emphasis on the period 2013-2021; and, ii) on this basis, to discusshow they have contributed guarantying the exercise of this right to the whole population. Methodologically, ahistorical-economic approach is followed to examine the main policies, also supported by theory and empiricalevidence. Various secondary sources of information were reviewed, cataloged, and contrasted, both bibliographic

and periodical, as well as economic-financial information from some official or private sources when these wereavailable. The main findings show that during the first years of the Socialism of the 21st-century model therewere important advances in terms of social demands for the whole population, which translated into

improvements in food and nutritional security and helped reduce poverty. However, more recent factors –suchas the decline of the oil-exporting economic activity, the deepening of the rentier state model, the rise of a rent-seeking culture, and the growing and widespread corruption, among others–, have resulted in a severe economic

crisis in general, and food crisis in particular, whose most visible consequences have been general impoverishment,together with an unprecedented emigration and food and nutritional crisis, whose magnitude and consequencescannot yet be specified. The balance made shows the inadequacy of the new legal and institutional framework

and the inability of the current Venezuelan Food System to meet the conditions of food availability in sufficientquantity and quality, culturally acceptable and sustainable access, which allows the population as a whole torealize the right to adequate food.

Key words: food, nutrition, right to adequate food, economic policies, agrifood policies, XXI Century Socialism,Venezuelan Food SystemFood System

Socialismo del siglo XXI hubo importantes avances en cuanto a reivindicaciones sociales para el conjunto de la

población, que se tradujeron en mejoras en la seguridad alimentaria y nutricional y que coadyuvaron a reducir

la pobreza. No obstante, factores de ocurrencia más reciente –tales como la merma de la actividad económica

petrolera exportadora, la profundización del sesgo estatista-rentista de los gobiernos, el auge de una cultura

rentista y la creciente y generalizada corrupción, entre otros–, han devenido en una severa crisis económica en

general, y alimentaria en particular, cuyas consecuencias más visibles han sido el empobrecimiento general, una

emigración sin precedentes y una crisis alimentaria y nutricional, cuya magnitud y consecuencias aún no se

pueden precisar. El balance efectuado evidencia la insuficiencia del nuevo marco jurídico e institucional y la

incapacidad del Sistema Alimentario Venezolano actual para cumplir con las condiciones de disponibilidad de

alimentos en cantidad y calidad suficiente, culturalmente aceptables y acceso sostenible, que permitan al conjunto

de la población materializar el derecho a una alimentación adecuada.

Palabras clave: alimentación, nutrición, derecho a la alimentación adecuada, políticas económicas, políticas

agroalimentarias, Socialismo del siglo XXI, Sistema Alimentario Venezolano

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RESUMOA alimentação é um direito humano inclusivo, segundo o qual, toda pessoa deveria ter assegurado o acesso à

ingestão de todos os componentes nutricionais que necessita para ter uma vida sã e ativa, assim como os meiospara que tal requisito se materialize. É responsabilidade dos Estados, mediante políticas e meios ao seu alcance,no sentido de atuar e zelar pela segurança alimentar e nutricional de toda a população. No caso venezuelano,uma nação rural e exportadora de produtos agrícolas até o começo da década de 1930, correntes ideológicas e

interesses distintos foram responsáveis por conceber distintos instrumentos de intervenção nesta esfera. Emverdade, esforços nessa direção surgiram desde o surgimento como um Estado-nação (1830) até o momentopresente, em grande medida guiados pelo esforço de satisfazer as necessidades alimentares e nutricionais do

povo venezuelano. Dentro deste contexto, o presente artigo tem por objetivos: i) realizar um inventário dasprincipais políticas de natureza econômica, geral e setoriais (agrícolas e agroalimentares), implementadas pelossucessivos governos ao longo dos séculos XIX, XX e XXI, com ênfase no período 2013-2021; e ii) sobre esta base,

discutir como tais políticas contribuíram para assegurar esse direito a todos os cidadãos. Metodologicamenteoptou-se por um enfoque histórico-econômico no exame das principais políticas, o qual se mostra fundado emteorias e evidências empíricas. Foram analisadas revistas catalogadas e contrastadas diversas fontes secundárias

de informação, incluindo fontes bibliográficas e hemerotecas, assim como informações de natureza econômico-financeira de algumas fontes oficiais e privadas disponíveis. Dentre os principais achados consta o entendimentode que, durante os primeiros anos do Socialismo do século XXI, houve importantes avanços enquanto ao

atendimento de reivindicações sociais para o conjunto da população. Tais avanços se traduziram em melhoriasdo ponto de vista da segurança alimentar e nutricional, bem como em relação à redução da pobreza. Nãoobstante, fatores que incidiram mais recentemente, a exemplo do enfraquecimento econômico do setor exportador

petroleiro, o aprofundamento do viés estatal-rentista dos governos, o auge de uma cultura rentista e a corrupçãocrescente e generalizada atuaram, conjuntamente, no sentido de aprofundar uma crise econômica e, sobretudo,alimentar de grandes proporções. As consequências visíveis são o empobrecimento generalizado, um movimento

migratório sem precedentes e o colapso alimentar e nutricional, cuja magnitude e consequências sequer podemser avaliados. O balanço efetuado evidencia a insuficiência do novo marco jurídico e institucional, bem comoa incapacidade do Sistema Alimentar Venezuelano atual para assegurar a disponibilidade de alimentos em

qualidade e quantidade suficiente, culturalmente referenciados e com um acesso sustentado que garanta, para oconjunto da população, a materialização do direito a uma alimentação adequada.Palavras-chaves: alimentação, nutrição, direito à alimentação adequada, políticas econômicas, políticas

agroalimentares, Socialismo do século XXI, Sistema Alimentar Venezuelano

réaliser un inventaire des principales politiques générales économiques et sectorielles agricoles / agroalimentairesmises en œuvre par les différents gouvernements au cours des 19e, 20e et 21e siècles, en mettant l’accent sur lapériode 2013-2021 ; et, ii) sur cette base, discuter de la manière dont elles ont contribué à garantir l’exercice de

ce droit à tous les citoyens. Sur le plan méthodologique, l’analyse des principales politiques suit une approchehistorico-économique, également supportée par la théorie et des preuves empiriques. Diverses sourcesd’information secondaires, à la fois bibliographiques et hémérographiques, ont été examinées, cataloguées et

comparées, ainsi que des informations économiques et financières de certaines sources officielles ou privéeslorsqu’elles étaient disponibles. Les principales conclusions montrent qu’au cours des premières années dusocialisme du XXIe siècle, des progrès ont été accomplis pour répondre aux demandes sociales de la population

en général, ce qui a abouti à des améliorations de la sécurité alimentaire et nutritionnelle qui ont permis laréduction de la pauvreté. Cependant, des facteurs plus récents – tels que le déclin de l’activité économiqueexportatrice de pétrole, l’approfondissement du biais étatiste du gouvernement, la montée d’une culture basée

sur la rente pétrolière, ainsi que la corruption croissante et généralisée, entre autres -, sont à l’origine d’une criseéconomique générale, et alimentaire en particulier, dont les conséquences les plus visibles ont été unappauvrissement général, une émigration sans précédent et une crise alimentaire et nutritionnelle dont l’ampleur

et les conséquences ne peuvent encore être déterminées. Le bilan réalisé montre l’insuffisance du nouveau cadrejuridique et institutionnel et l’incapacité du système alimentaire vénézuélien actuel à fournir une disponibilitéalimentaire adéquate en quantité et qualité, avec un accès culturellement acceptable et durable, qui permet à la

population de satisfaire le droit à l’alimentation.Mots-clés : alimentation, nutrition, droit à une alimentation adéquate, politiques économiques, politiques

agroalimentaires, socialisme du XXIe siècle, Système Alimentaire Vénézuélienne

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1. INTRODUCCIÓNEl derecho a la alimentación es un derechohumano incluyente, según el cual todapersona debería acceder a la ingesta de todoslos elementos nutritivos que requiere paravivir una vida sana y activa, así como a losmedios para materializarlo. Los Estados –através de las distintas políticas y medios asu alcance– tienen la responsabilidad de serlos primeros garantes de este derecho atodos sus ciudadanos, esto es, de actuar yvelar por la seguridad alimentaria ynutricional de la población (FAO, 2019).En el caso venezolano, una nación rural yexportadora agrícola hasta entrada la décadade 1930 (Cartay, 1988), diversas corrientesideológicas e intereses delinearon lasdistintas políticas adoptadas a lo largo delos distintos gobiernos que se han sucedidodesde su nacimiento como Estado-nacióniniciada en 1830 (Arráiz, 2011)4 hasta elpresente, entre ellas las orientadas asatisfacer las necesidades alimentarias ynutricionales.

Históricamente Venezuela había sidoreconocida como un país con sólidaspolíticas gubernamentales en materia deseguridad alimentaria, con una legislaciónbasada en la ciencia, con objetivos clarosde seguridad alimentaria nacional, estrictasnormas para la producción nacional dealimentos e importaciones, así como conun sistema de instituciones comprometidasa garantizar la seguridad y la calidad a lolargo de cada etapa de la cadena alimentaria(Hernández, Carmona, Tapia y Rivas, 2021).La seguridad alimentaria tiene en el paísrango constitucional desde 1999 –estableciendo como garante al Estadovenezolano– (RBV, 1999, Art. 305; Marreroe Inciarte, 2021), aunado al ingenteconjunto de leyes y lineamientos aprobados

4 El consenso más general entre historiadores (e.g., Langue,2009) es denominar I República al período comprendidoentre el 19/04/1810 (fecha de la Dclaración de laIndependencia) hasta julio de 1812 (Capitulaciones de SanMateo); la II, entre agosto de 1813 y diciembre de 1814;la III, desde 1817 a diciembre de 1819; y la IV, iniciandoen 1830, tras la disolución de la Gran Colombia.

por el gobierno para regular el derecho ala alimentación de la población del país.

A nivel regional, a mediados de la décadade 2010, un número importante de paíseslatinoamericanos habían alcanzado algunosde los Objetivos de Desarrollo del Milenio-ODS, con el 2015 como punto deculminación de una ambiciosa agendaadoptada desde el 2000 por NacionesUnidas, orientada a mejorar el bienestarhumano en el mundo. Estos logros incluíanlas metas relativas a pobreza y hambre, cuyocumplimiento requería un fuertecrecimiento económico y agrícola, asícomo a la ampliación de las redes deseguridad social. No obstante, el hambre yla malnutrición persistían en algunas áreas,como América Central y el Caribe, altiempo que la región en conjunto sufre deseveras tasas de sobrepeso, obesidad yenfermedades no transmisibles relacionadas(Fan, 2016).

En el caso de Venezuela, el ejecutivonacional reiteradamente ha reportadoresultados similares en materia alimentariay nutricional (GBV, 2010; MINCI, 2015),en particular con respecto al compromisoque había suscrito en 2010, durante elprimer Gobierno de Hugo Chávez (ChávezI). En la documentación oficial incluso seresalta el haber obtenido en los años 2013y 2015 sendos reconocimientos por partede la FAO por sus «avances» en laerradicación del hambre (MINCI, 2015).Más aún, se alude a ellos en términos deque «…la inmensa riqueza de nuestro paísha logrado distribuirse para la inversiónen educación, vivienda, salud, derecho a laalimentación5, derecho a la vida...» (MINCI,2015, p. 56, como parte de la intervencióndel presidente venezolano en la 70ºAsamblea General de la ONU). Noobstante, sobre la base de los escasosindicadores disponibles y/o incompletos,los indicios al finalizar el 2015 dibujabanun escenario totalmente opuesto, ya que enrealidad el país se alejaba cada vez más deesas metas, no obstante algunos avances enalgunos de los objetivos (Cardona, 2015).

Diversas organizaciones académicas, nogubernamentales y comunitarias (e.g .,

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CENDES-UCV-OVS-FB-CNDV, 2014; OVS,2016) habían advertido que el deterioro dela situación alimentaria en el país venía yaevidenciándose desde el 2012, cuandojustamente la FAO reconocía a Venezuelapor el cumplimiento anticipado de lasmetas del milenio. Ya entonces se advertíade la vulneración en el cumplimiento delderecho a la alimentación de la poblaciónvenezolana, cuyas debilidades debíancorregirse para garantizarles más y mejoralimentación (Landaeta-Jiménez et al., 2012).Así mismo, un estudio llevado a caboconjuntamente por la Universidad CatólicaAndrés Bello, la Simón Bolívar en el últimotrimestre de 2016 (UCAB-USB-UCV, 2016)reveló que el principal problema de lapoblación a nivel nacional era la «comida»(reportado por 53% de los venezolanos),con situaciones en las que las familias habíadebido desprenderse de prendas o artículospara poder completar la adquisición dealimentos (36%), recibieron alimentoscomo regalo (30%) o ayuda de desconocidospara comer (5%) o han debido alimentarsecon desechos (8%).

En 2018 ya la situación se habíaconvertido en una «EmergenciaHumanitaria Compleja» (FB-OVS-RAV,2018), que compromete severamente elderecho humano a la alimentación delconjunto de su población desde 2015, en

5 En cuanto a este derecho, Ricardo Menéndez –entonces Ministro del Poder Popular para Ciencia,Tecnología e industrias Intermedias– señaló laexistencia de 4 ministerios (Civilis, 2016, p. s/n) «(…)encargados de lidiar con el problema del hambre y lacomida y organizaciones locales encargadas de ladistribución de la comida -los CLAP-.» Así mismo,indicó que «(…) el uso especulativo de la materia primaha empeorado la situación del hambre en el país, elcual es un aspecto que desean eliminar, pues el Estadocree en el derecho humano a la alimentación, como loha indicado la FAO… se ha inventado una crisishumanitaria para justificar una intervenciónextranjera». Incluso, en el marco de la reunión de AltoNivel de la Organización de las Naciones Unidas «ElMomento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible(ODS) 2020», Nicolás Maduro señaló que «(…) elGobierno Bolivariano cumplió con los Objetivos delMilenio» (MPPP, 2020, p. s/n).

particular a las poblaciones y comunidadesen extrema pobreza. Así , 94% de lapoblación del país no contaba con ingresossuficientes para pagar por la canastaalimentaria y los servicios básicos, juntocon una caída del 60% de la produccióndoméstica y del 70% en las importacionesagroalimentarias , cierre deestablecimientos, escasez y dificultades enel acceso al agua, gas doméstico yelectricidad. Como consecuencia se produjoun acelerado deterioro nutricional de lapoblación, siendo los niños y niñas,embarazadas, personas de edad, personasen condiciones crónicas de salud y lasrecluidas o en zonas de difícil accesogeográfico los más afectados, al tiempo quese compromete el bienestar social de lasnuevas generaciones. Se estimaba así mismoque 64% de la población había perdidocerca de 11 kg de peso corporal entre 2016-2017, que entre 2016-2018 entre 5-11,5% dela población estaba subalimentada, con másde 25.000 embarazadas sin control prenataly más de 7.500 con control tardío, ademásde que 33% de niños entre 0-2 de edadpresentaban retrasos en su crecimiento –indicador de talla para la edad– (FCG-OVS-RAV, 2018), entre otras cifras alarmantes.

Lejos de mejorar, el bienestar de lapoblación venezolana ha idodeteriorándose cada vez más (Rodríguez,2021). En 2019 Venezuela, el país con lasmayores reservas de crudo probadas delplaneta (BBC News Mundo, 1999, 2019),era ya señalada como la nación donde sehabía registrado una de las peores crisisalimentarias de la historia. En este caso setomó como base que el Índice de PobrezaHumana-IPH/CH se hallara en fase 3 osuperior, resultando en aproximadamente9,3 millones el número de habitantes encondición de inseguridad alimentaria –en«crisis o peor»–, equivalentes a la mitad dequienes lo estaban en América Latina y elCaribe. A ello se sumaban los 17 millones ensituación de estrés, i.e., con un Índice dePobreza Humana en fase 2. El paísrepresentaba así la 4ª mayor crisis al nivelmundial, solo precedida por tres paísesafectados por conflictos bélicos, que por tanto

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demandaba asistencia urgente para supoblación (FSIN, 2020). Era así mismo unode los 41 países que requerían de ayudaalimentaria externa, siendo la única naciónLatinoamericana y del Caribe –junto conHaití– en figurar en dicho ranking (PROVEA,2021).

Según ACNUR (2019, p. 3), «El tamaño delos flujos provenientes de Venezuela aumentóconsiderablemente de unos 700.000 en el 2015a más de 4 millones para junio de 2019». Enmayo de 2020 se estimaba en 5.095.283 elnúmero de venezolanos que han abandonadoel país y se hallan en condición de migrantes,refugiados y solicitantes de asilo (ACNUR-R4V,2020). Al finalizar el 2020 se reportaba unaumento en el número de venezolanosdesplazándose desde el interior del país haciala frontera –cruces ilegales–, en gran medidadebido a la inseguridad económica derivada dela pandemia de la COVID-19. El número totalde desplazados se estimaba al finalizar el Itrimestre de 2021 en más de 5,4 millones entodo el mundo –frente a los cerca de 3,4millones al finalizar el 2018–, de los cualesmenos de la mitad se hallan en situación regular–i.e., contaban con permisos de residencia y deestancia– (ACNUR, 2021). Esto últimodificulta por tanto el acceso a empleos formales,y con ello, a mejores ingresos para susnecesidades básicas y las del grupo familiar. Deotro lado, estos migrantes –particularmentemujeres, adolescentes y personas vulnerables–en el curso de su desplazamiento ponen enriesgo tanto sus vidas como su seguridad,incluyendo el ser potenciales víctimas deactividades como trata y tráfico y violenciabasada en género (ONU-OCHA, 2021).También la crisis ha afectado severamente a ladisponibilidad, el acceso y el consumo dealimentos en Venezuela, cuyo efecto es mássevero en niñas y mujeres, al igual que en niños,con desnutrición severa en aumento y cuyasconsecuencias comprometen a las futurasgeneraciones (Moreno-Pizani, 2021; PMA,2020).

En este escenario, el presente artículo tieneun doble objetivo: ii) inventariar las distintaspolíticas de carácter económico general ysectoriales agroalimentarias implementadaspor los distintos gobiernos a lo largo de los

siglos XIX, XX y XXI, con énfasis en el período2013-2021 y particularmente los últimos 4años; y, ii) sobre esta base, discutir cómo ellashan contribuido poco o nada para garantizar–desde el Estado venezolano–, el ejercicio deeste derecho a todos sus ciudadanos a lo largode los distintos gobiernos, desde unaperspectiva histórica. Desde el punto de vistametodológico se siguió un enfoque histórico-económico para el inventario de lasprincipales políticas, junto con uno de tipoteórico-empírico para el examen ysustentación de las principales políticaseconómicas y sectoriales implementadas enel país durante el horizonte temporal objetode estudio. Con este fin se revisaron,catalogaron y contrastaron diversas fuentessecundarias de información, tantobibliográficas y hemerográficas, así comoinformación económico-financiera de fuentesoficiales, cuando estaban disponibles. Desdeel punto de vista temporal el análisis fuedividido en dos lapsos diferenciados: elprimero, muy amplio, comprende el períodorepublicano hasta 1998, para el que a partirde los datos e información disponible seactualizó el dosier de políticas económicasgenerales y sectoriales agroalimentariasinicialmente recopilado por Anido y García(2018), a fin de dejar constancia de lainstitucionalidad construida a los fines deasegurar la Seguridad Alimentaria yNutricional de la población; el segundo, porsu parte, comprende el períodoautodenominado por sus principales actorescomo «Socialismo del siglo XXI» -desde 1998a la fecha-.

2. ALGUNAS APROXIMACIONESCONCEPTUALES2.1. EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓNCOMO DERECHO HUMANO FUNDAMENTALEl de la alimentación es un derecho incluyente,referido no solo a una ración mínima decalorías, proteínas y otros nutrientes, sino elderecho a la ingesta de todos los elementosnutritivos que requiere una persona para viviruna vida sana y activa y –por tanto–, a losmedios que le permitan acceder a ellos(ACNUDH-FAO, 2010). Así, «El derecho ala alimentación adecuada se ejerce cuando

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todo hombre, mujer o niño, ya sea solo o encomún con otros, tiene acceso físico yeconómico, en todo momento, a laalimentación adecuada o a medios paraobtenerla» (ACNUDH-FAO, 2010, p. 3).Implica por tanto que todos los sereshumanos tengan acceso, de forma libre,regular y permanente a una alimentaciónadecuada y suficiente, en términoscuantitativos y cualitativos. Y aunque elproblema de falta de acceso a los alimentos yde hambre sea probablemente el más grave yurgente –particularmente en los países endesarrollo–, también el consumo en excesode alimenticios con ingentes cantidades desal, azúcares añadidos, grasas saturadas y trans,promovidos por los actuales sistemasalimentarios globalizados, podría convertirseen un importante factor de riesgo tanto parala salud como para la vida. Esta heterogénearealidad demanda, por tanto, no solo accioneshacia la trazabilidad de los alimentos,autorizaciones y etiquetado, sino además deaquellas orientadas a elevar la calidadnutricional de los productos procesados, asícomo a replantear la publicidad en targetscomo la infancia y a elevar la educaciónnutricional (Carretero, 2018).

El hito que marca el proceso de desarrollode la alimentación como derecho es suinclusión como parte de la DeclaraciónUniversal de Derechos Humanos-DUDH dela ONU en 1948 (ONU, 1948), así como en suposterior inclusión en el Pacto Internacionalde Derechos Económicos, Sociales y Culturalesde 1966 –que entrara en vigor en 1976–,principales instrumentos al nivel internacionalen materia de Derechos Humanos (Medina,2018). Estos compromisos y obligaciones porparte de los Estados firmantes fueronrenovados sucesivamente en cumbres yasambleas donde participaron la mayoría depaíses que forman parte del sistema deNaciones Unidas, como: la Cumbre Mundialde la Alimentación de 1996 (Fundación Polar,1996), con la firma de la Declaración de Romasobre la Seguridad Alimentaria Mundial; en el2000, con la Declaración del Milenio, uncompromiso para alcanzar los Objetivos delDesarrollo del Milenio-ODS, entre ellos laerradicación de la pobreza y del hambre

(ONU, 2000); y más recientemente, en laAgenda para el Desarrollo Sostenible (PNUD,2015), con redefinición de los ODS y elcompromiso por erradicar la pobreza y elhambre, proteger el planeta, así como mejorarlas vidas y las perspectivas de las personas anivel mundial.

El fin último de este derecho se resume enel Art. 25.1 (United Nations, 1948; FAO, 2019,p. 1), como el derecho de toda persona a «(…)un nivel de vida adecuado que le asegure, asícomo a su familia, la salud y el bienestar, y enespecial la alimentación, el vestido, la vivienda,la asistencia médica y los servicios socialesnecesarios». El otro aspecto relevante –partefinal del Artículo 25.1– es la preocupación debrindar a las personas seguridad en situacionescomo desempleo, enfermedad, invalidez,viudez, vejez o cualquier otra situación decarencia de medios de subsistencia encircunstancias ajenas a su voluntad. Esto últimoes, por tanto, la base de los distintos sistemasde seguridad social y de cobertura por vejez y/o desempleo, previstas en la mayoría de países.Adicionalmente, el Artículo 25.2 da cuenta delderecho de las personas durante la maternidady la infancia a cuidados y asistencia especiales–esta última, enfatizando en la igualdad de trato,sin importar si son o no nacidos dentromatrimonio–.

Como se desprende de su enunciado, elderecho a una alimentación adecuada suponeel cumplimiento/garantía de dos elementosconstitutivos (FAO, 2019): i) la disponibilidadde alimentos, en la cuantía y calidad suficientes,así como culturalmente aceptables; y, ii) elacceso a los alimentos, los cuales han de estardisponibles de forma sostenible y «sin interferircon el disfrute de otros derechos humanos»(p. 2). Por tanto, el derecho en cuestión suponepor parte de los actores responsables degarantizarlo, alcanzar las cuatro condicionesconvencionalmente aceptadas para la seguridadalimentaria (CEPAL, 2016): i) disponibilidaden cantidad y calidad suficientes; acceso aalimentos adecuados y nutritivos; 3) utilizaciónbiológica o cubrimiento de necesidadesfisiológicas para alcanzar su bienestarnutricional; y 4) estabilidad en el tiempo. Enla práctica –y aunque de Perogrullo– son losEstados los garantes de dicho derecho –esto

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es, de respetar, proteger y realizarlo–, en tantotodas las personas (la «población») sus sujetosde derecho (FAO, 2019).

En el plano internacional son obligacionesde los Estados la adopción progresiva demedidas, la no discriminación, el respeto,protección y garantía y la cooperación yasistencia internacional. En el plano nacional,la transposición o reconocimiento por partede los Estados nacionales del derecho se realizaesencialmente a través de dos vías: i) desarrollode leyes marco; y/o, ii) el impacto de otras leyes,vinculadas con dicho derecho (FAO, 2019). Noobstante, su inclusión en las constitucionesnacionales constituye una de las accioneslegislativas más importantes y perdurables.Dado su posicionamiento jerárquico dentro delordenamiento jurídico, dicha inclusión implicaque tiene el más alto nivel de reconocimiento yresguardo, al tiempo que facilita lainterpretación de leyes conexas y eventualesenmiendas constitucionales, junto con lapromoción y concienciación sobre este derechoa nivel nacional (FAO, 2019).

De otro lado, en la materialización de loscompromisos suscritos en instanciasinternacionales por parte de los Estados juegatambién un rol muy importante el llamadoderecho indicativo o instrumentosinternacionales y regionales no vinculantes (e.g.,las Directrices Voluntarias en apoyo de la realizaciónprogresiva del derecho a una alimentación adecuada en elcontexto de la seguridad alimentaria nacional de 2004)(FAO, 2019). En ellos son definidas algunas«directrices persuasivas», principios yresponsabilidades morales para los Estados, conel fin de que estos puedan implementar elderecho a la alimentación adecuada. Ellasrecomiendan un conjunto de medidas de tipoconstitucional, legislativas y marcosinstitucionales articulados para el abordaje detodas dimensiones intersectoriales del citadoderecho.

En el caso de Venezuela, su inclusiónexplícita en una constitución ocurrió en la másreciente reforma institucional del país, iniciadaen 1999. No obstante, ya el Estado venezolanovenía progresivamente adoptando mecanismosy disposiciones desde la propia promulgaciónen el marco de la DUDH de 1948. El recorridodel marco jurídico hasta llegar a la actualidad

se resume en la Tabla Nª 1. Resaltan allí, ademásdel andamiaje internacional construido durantemás de 7 décadas, el ingente cuerpo legislativoque se ha construido en el país alrededor delderecho a la alimentación adecuada. Junto conla Constitución de 1999, otros hitos odispositivos relevantes -tanto a nivel mundialcomo venezolano-, fueron la ConferenciaMundial de la Alimentación de Roma, en 1974;la Conferencia Mundial sobre Reforma Agrariay Desarrollo Rural, en 1984; el Pacto Mundialde Seguridad Alimentaria, en 1985; laConferencia Internacional sobre Nutrición, en1992; y la Declaración de Barcelona «Losderechos alimentarios del hombre», tambiénen 1992 (Fundación Polar, 1996); y laDeclaración de Roma sobre la SeguridadAlimentaria Mundial (FAO, 1996).

Finalmente, dos rasgos adicionalesmerecen ser resaltados en cuanto al derechoa una alimentación adecuada. El primero esque, en tanto derecho humano fundamental,el acceso a la alimentación suele estar mejorvalorado y garantizado en los sistemasdemocráticos a lo largo del planeta. En elloslos medios de comunicación libres y lospoderes públicos independientes sedesempeñan como contrapesos al poderejecutivo central y actúan como instrumentoseficaces para corregir las políticas equivocadasen materia alimentaria y nutricional (Marreroe Inciarte, 2021). El segundo se refiere a la«justicialidad» nacional o internacional; esto es,a la protección judicial efectiva a las víctimasde violaciones del derecho a la alimentación,documentados a veces como patrones deviolaciones que se estructuran de conformidadcon las obligaciones de los Estados de respetar,proteger y promover el derecho, así como la degarantizar la no-discriminación. En la prácticaexisten ingentes dificultades de tipo legal,metodológico, financiero y sociológico quese traducen en que la violación del derechohaya tenido un escaso desarrollo legal, ya seaen la justicia ordinaria o en el ámbito de losderechos humanos en general. Además, paragarantizar que las víctimas de tales violacionesaccedan de forma efectiva a la justicia senecesita algo más que un reconocimientoestatal y judicial de la justiciabilidad (Viveroy Erazo, 2009).

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Tabla 1Venezuela: marco legal del derecho humano a la alimentación

Nota: (*) LDS No-MJI-SAN = Leyes y decretos sectoriales no pertenecientes al marco jurídico einstitucional de la SAN. Fuente: elaboración propia, con base en ONU (1948, 1974, 2000), ACNUDH(1966), FAO (1996), Fundación Polar (1996), RBV (1999), PNUD (2015) y FAO-ALADI-CEPAL (2021)

Tipodeinstrumento

Fecha depromulgación/entrada envigor

Denominaciónoficial delinstrumento odisposición legal

Objeto

Establecer a la alimentación como derecho humano incluyente, para que toda persona acceda a una ingesta de todos los elementos nutritivos requeridos para una v ida sana y activa, así como a los medios para materializarlo

Dec larac ión Universal sobre la Erradicac ión del Hambre y la Malnutr ic ión

Pac to internac ional de Derechos Civ iles y Políticos -ICCPR

Dec larac ión de Roma sobre la Seguridad A limentaria Mundial

Cons tituc ión Nac ional de la República Bolivariana

Dec larac ión del Milenio (Resoluc ión A /RES/55/2)

Dec reto con Rango, V alor y Fuerza de Ley de Tierras y Desarrollo A grario

Ley N° 38.094 de A limentac ión para los Trabajadores

Dispositivo marco de reconocimiento del derecho

A cuerdo/ dec laración internacional

A cuerdo/ dec laración internacional

Cumbre Mundial de la A limentac ión

Constituc ión nac ional

A cuerdo/ dec laración internacional

Ley (LDS No-MJI-SA N)*

Ley (LDS No-MJI-SA N)*

10/12/1948

16/11/1974

16/12/1966 y 23/03/1976

13/11/1996

30/12/1999

13/09/2000

13/11/2001 (reforma parcial el 29/07/2010)

26/12/2004

Declaración y compromiso para alcanzar los 8 Objetivos del Desarrollo del Milenio-ODM 2000-2015 entre ellos, la erradicación de la pobreza y el hambre y la reducción de mortalidad infantil

Proc lamar el derecho inalienable de toda persona "a no padecer de hambre y malnutric ión a f in de poder desarrollarse plenamente y conservar sus capac idades f ís icas y mentales"

Desarrollar los derechos c iv iles y políticos y las libertades recogidas en la Declarac ión Universal de los Derechos Humanos de 1948

Renovar el compromiso mundial de eliminac ión del hambre y la malnutric ión, así como de garantizar la seguridad alimentaria sostenible para toda la poblac ión

(A rt. 305) Des ignación de la "agricultura tropical sustentable" como base de un desarrollo rural integral y garante de la seguridad alimentaria de la poblac ión en V enezuela. Su fundamento es el concepto de seguridad alimentaria de la FA O, priv ilegiando la producción agropecuaria doméstica ("desarrollo endógeno")

Es tablecer las bases para el desarrollo rural integral y sustentable en el país, en tanto medio para el desarrollo humano y el c rec imiento económico del sector agrario; entre otros, eliminando el latifundio y la tercerizac ión; asegurando la biodivers idad, la seguridad agroalimentaria, así como la v igenc ia de los derechos de protecc ión ambiental y agroalimentario para las generac iones presente y f tRegular el benef ic io de alimentac ión para trabajadores , a f in de proteger y mejorar su estado nutric ional, f ortalecer su salud, prevenir enfermedades ocupac ionales y propic iar una mayor

Regular el benef icio de alimentación para trabajadores, a f in de proteger y mejorar su estado nutricional, fortalecer su salud, prevenir enfermedades ocupacionales y propiciar una mayor productividad

Establecer las bases para el desarrollo rural integral y sustentable en el país, en tanto medio para el desarrollo humano y el crecimiento económico del sector agrario; entre otros, eliminando el latifundio y la tercerización; asegurando la biodiversidad, la seguridad agroalimentaria, así como la vigencia de los derechos de protección ambiental y agroalimentario para las generaciones presente y futuras

Declaración Universal de los DDHH

I

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Nota: (*) LDS No-MJI-SAN = Leyes y decretos sectoriales no pertenecientes al marco jurídico einstitucional de la SAN. Fuente: elaboración propia, con base en ONU (1948, 1974, 2000), ACNUDH(1966), FAO (1996), Fundación Polar (1996), RBV (1999), PNUD (2015) y FAO-ALADI-CEPAL (2021)

Tabla 1 (continuación)

Tipodeinstrumento

Fecha depromulgación/entrada envigor

Denominaciónoficial delinstrumento odisposición legal

Objeto

Ley (LDS No-MJI-SA N)*

Ley marco de la SAN

Ley (LDS No-MJI-SA N)*

Ley (LDS No-MJI-SA N)*

Ley (LDS No-MJI-SA N)*

22/12/2006

31/07/2008

23/01/2014

25/06/2014

13/11/2014

Ley Orgánica del A mbiente

Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía A groalimentaria

Decreto con Rango, V alor y Fuerza de Ley Orgánica de Prec ios Jus tos

Decreto con Rango, V alor y Fuerza de Ley de A tenc ión al Sec tor A grario

Decreto con Rango, V alor y Fuerza de Ley para la Juventud Produc tiva

Establecer dispos ic iones y principios rectores para la gestión del ambiente, teniendo como marco al desarrollo sustentable en tanto derecho y deber fundamental del Estado, y a la soc iedad, con el f in último de contribuir a la seguridad, al máximo bienestar de la poblac ión y al sostenimiento del planeta

Garantizar la seguridad y soberanía agroalimentaria, de acuerdo con los lineamientos, princ ipios y f ines tanto constitucionales como legales relac ionados con la seguridad y defensa integral de la Nación

Consolidar orden económico socialis ta del "Plan de la Patria"; incrementar el nivel de la población; alcanzar desarrollo armónico y estable de la economía con "prec ios justos" en bienes y serv ic ios base para la protecc ión del salario y otros ingresos; f ijar criterios para adopción/modif icac ión de normativas sobre costos y % de ganancia razonables; defender, proteger y salvaguardar derechos/intereses indiv iduales, colectivos y difusos en acceso a bienes y serv ic ios para satisfacc ión de necesidades; priv ilegiar producción nac ional de bienes y serv ic ios; proteger al consumidor/usuario contra prácticas de acaparamiento, especulac ión, boicot, usura, des información y otras “del modelo capitalis ta”, que afecten dicho acceso; atacar efectos noc ivos y restric tivos de prácticas monopólicas, monopsónicas, oligopólicas y de cartelización; cualquier otro determinado por el Ejecutivo Nacional

Establecer normas para regular benef ic ios, fac ilidades de pago y reestructuración del f inanc iamiento agrícola, para deudores de créditos para la producc ión de rubros estratégicos para la seguridad y soberanía alimentaria, cuyo cumplimiento pueda ser afectado total o parc ialmente por daños causados por factores c limáticos, meteorológicos, telúricos, biológicos o f ís icos

Promover, regular y consolidar mecanismos para la partic ipac ión de los jóvenes, incorporándolos al proceso soc ial del trabajo, garantizando condic iones para su evoluc ión y crec imiento mediante la formación técnica, tecnológica, c ientíf ica y humanística

para la juventud

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Nota: (*) LDS No-MJI-SAN = Leyes y decretos sectoriales no pertenecientes al marco jurídico einstitucional de la SAN. Fuente: elaboración propia, con base en ONU (1948, 1974, 2000), ACNUDH(1966), FAO (1996), Fundación Polar (1996), RBV (1999), PNUD (2015) y FAO-ALADI-CEPAL (2021)

Tabla 1 (continuación)

Tipodeinstrumento

Fecha depromulgación/entrada envigor

Denominaciónoficial delinstrumento odisposición legal

Objeto

Ley (LDS No-MJI-SAN)*

Ley (LDS No-MJI-SAN)*

Ley (LDS No-MJI-SAN)*

Ley (LDS No-MJI-SAN)*

13/11/2014

17/11/2014

18/11/2014

18/11/2014

Establecer: un marco para garantizar los derechos sociales constitucionales; los criterios para la creación, desarrollo, supresión o fusión de las Misiones, Grandes Misiones y Micromisiones y su Sistema; las competencias y obligaciones del Estado y sus instituciones en cuanto a su planif icación, gestión y control; regular y garantizar la prestación de bienes y servicios a través de ellas; los mecanismos de planif icación, evaluación y seguimiento; garantizar las condiciones para su f inanciamiento

Regular el derecho a jubilación y pensión de trabajadores de órganos y entes de la Administración Pública

Establecer y regular el Sistema Nacional Integral Agroalimentario y las competencias que corresponden a órganos y entes del Estado encargados de su ejecución y control, dentro del marco de la normativa establecida en el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica en materia de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria

Desarrollar un sistema de registro integral permanente de procesos, actores y sectores del encadenamiento productivo; establecer mecanismos de formación, partic ipación y organización de productores y demás actores y sectores; impulsar proyectos de innovación productiva de rubros agrícolas en los sectores primario, agroindustria, distribución y comercialización; adoptar el desarrollo tecnológico para solucionar problemas de los sistemas de producción, procesamiento, conservación y comercialización; garantizar la participación activa del pueblo organizado en ellos; fortalecer la producción primaria y agroindustrial; promover y fortalecer la agricultura familiar y escolar

Decreto con Rango, V alor y Fuerza de Ley Orgánica de Mis iones, Grandes Mis iones y Mic romis iones

Decreto con Rango, V alor y Fuerza de Ley sobre el Régimen de Jubilac iones y Pens iones de los Trabajadores y las Trabajadoras de la A dminis trac ión Pública Nacional, Es tadal y Munic ipal

Decreto con Rango, V alor y Fuerza de Ley del Sis tema Nac ional Integral A groalimentario

Decreto con Rango, V alor y Fuerza de Ley de la Gran Mis ión A groV enezuela

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2. POLÍTICA, POLÍTICAS ECONÓMICAS YPOLÍTICAS AGROALIMENTARIASDel griego polis (mucho, pluralidad), el vocablo«política» tiene ingentes acepciones y usos.En los ámbitos que ocupan en este artículo,son al menos tres las estrechamente aludidas:i) en tanto referida a la «Actividad de quienesrigen o aspiran a regir los asuntos públicos»(Real Academia Española, 2020, definición 8);ii) como «Arte o traza con que se conduce unasunto o se emplean los medios para alcanzarun fin determinado» (Real AcademiaEspañola, 2020, definición 11); o la referida alas «Orientaciones o directrices que rigen laactuación de una persona o entidad en un

susceptibles de vigilancia por parte de lasociedad en su conjunto. Así, organizacionesde la sociedad civil, grupos de base ymovimientos sociales, que en la práctica sonlos más cercanos y por tanto que puedenpalpar mejor las consecuencias de la falta derealización del derecho en cuestión, son lasque tienen una vocación natural para dichomonitoreo. A través del mismo pueden dartestimonio de las carencias y problemas enlas actividades de los Estados que interfiereny/o impiden la realización del derecho. Portanto, un adecuado mecanismo de monitoreodebe coadyuvar al examinen de los progresosen su implementación, así como a detectarviolaciones o situaciones que puedan resultaren riesgo de violación del derecho a unaadecuada alimentación (FAO, 2019).

Adicionalmente, un elemento clave parala realización plena del derecho a laalimentación adecuada es su vigilancia porparte de los distintos actores de una sociedad6.En la práctica son ingentes los obstáculos paramaterializar este derecho, que emergen debidoa que las transformaciones políticas,económicas, sociales y estructurales en generalno ocurren con la profundidad y rapidezdeseadas. A veces aquellos no son más que laexpresión de la falta de voluntad de losEstados para cumplir con los pactosinternacionales a los que se hancomprometido. De allí que la comunidadinternacional -a través de una crecienteinstitucionalidad- haya posicionado la ideade que los compromisos estatales sean

6 Una de las grandes dificultades en el análisissituacional–y por tanto, una debilidad de partida encualquier monitoreo de la SAN y/o sobre elcumplimiento de este derecho–, es el acceso aestadísticas e información oficial actualizadas yoportunas. A modo de ejemplo baste con mencionarque el Sistema de Vigilancia Alimentario y Nutricionalpara Venezuela-SISVAN no publica información desdeel 2007 (último año disponible); la última vez que sepublicó la Hoja de Balance de Alimentos del InstitutoNacional de Nutrición-INN fue en 2014; el últimodato disponible en el Instituto Nacional de Estadísticasen cuanto a seguimiento del consumo es la EncuestaNacional de Seguimiento al Consumo corresponde alI semestre de 2014; la última Encuesta Nacional dePresupuestos Familiares-ENPF se llevó a cabo en 2008-2009, por citar algunos.

Nota: (*) LDS No-MJI-SAN = Leyes y decretos sectoriales no pertenecientes al marco jurídico einstitucional de la SAN. Fuente: elaboración propia, con base en ONU (1948, 1974, 2000), ACNUDH(1966), FAO (1996), Fundación Polar (1996), RBV (1999), PNUD (2015) y FAO-ALADI-CEPAL (2021)

Acuerdo/ declaración internacional

28/09/2015

Objetivos de Desarrollo Sostenible

Declaración y compromiso para alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible-ODS (2015-2030), 17 Objetivos y 169 metas que integran las dimensiones económica, social y ambiental del desarrollo sostenible (entre ellos, reducción de la pobreza y f in al hambre)

Tabla 1 (continuación)

Tipodeinstrumento

Fecha depromulgación/entrada envigor

Denominaciónoficial delinstrumento odisposición legal

Objeto

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asunto o campo determinado (Real AcademiaEspañola, 2020, definición 12). En síntesis,es el arte con el que se conduce un asunto,una acción deliberada y consciente dirigida ala consecución de un determinado fin (Anido,2015b). Política –en singular, o en su acepcióninglesa policy– puede ser entendida en el ámbitode la economía y los negocios como un plande acción o declaración de ideales (Tuck,1994). Junto con el adjetivo económica (y enplural), corresponden a la denominacióngeneral con la que se refieren los distintosactos o intervenciones del gobierno o nivelesde gobierno –i.e., la Administración uorganismos del sector público– en la actividadeconómica de un país, región o localidad, conel propósito de revertir, controlar o alcanzaruna situación determinada (Anido, 2015b).

Para materializarlas, los distintos nivelesde gobierno se valen de los instrumentos depolítica, que designan un conjunto devariables que los formuladores de políticas(policy-makers) emplean con el fin de alcanzarlos objetivos fijados para cada políticaeconómica. Los mismos pueden agruparse encategorías o «familias» de políticas (Cuadradoet al., 2009), a saber: i) monetarios y crediticios;ii) tributarios y del gasto público; iii)comerciales y de tipo de cambio; iv) controlesy regulaciones directas; v) regulaciones derentas (a veces incluidas dentro de la categoríaanterior); vi) cambios institucionales; y, vii)otras medidas de política macroeconómica.Otras clasificaciones dan cuenta de políticasde estabilización y de ajuste estructural,cuando los instrumentos persiguen los reducirdesequilibrios básicos en la economía, cuentasexternas y uso interno de recursos, así comoalterar la estructura de incentivos y lasinstituciones (Gutiérrez, 1995). Así, sedenominan de estabilización si se enfocan encorregir los desequilibrios internos y debalanza de pagos. Pero si sus objetivos soncambios institucionales, de la estructura deincentivos y asignación de recursos paramejorar la eficiencia económica, sedenominan estructurales. También se hallanen la literatura distinciones entre políticasortodoxas, aquellas basadas en el enfoquemonetario de balanza de pagos, liberación demercados de bienes, servicios y financieros,

junto con la reducción del rol del Estado enla economía como productor y regulador; ypolíticas heterodoxas, que son las que combinaninstrumentos de las anteriores con controlesde precios, del tipo de cambio y el comercioexterior- (Gutiérrez, 1995).

Más recientemente, el giro hacia medidasliberales por parte de organismos como elBanco Mundial en sus políticas de desarrolloes considerado un paso hacia del denominadoneuroliberalismo (Hernández y Díaz, 2020),que emplea técnicas psicológicas paragobernar a las personas en las sociedadeslibres. De esta forma, las ciencias delcomportamiento se incorporan al diseño eimplementación de políticas públicas(Whitehead, Jones, Pykett y Howell, 2018).Según estos últimos autores, el neuroliberalismoofrecería un contexto creativo para interpretarlas iniciativas gubernamentales con respecto acontextos geográficos particulares -con lageografía como factor clave-, no obstante quelas políticas asociadas a estas formas emergentesde gobierno conductual sean alabadas por sufalta de abstracción y orientación pragmática.En todo caso, la geografía permite a losneuroliberales justificar sus acciones con baseen fallos de los mercados, para luego utilizarsus políticas para promover las normas delmercado.

En el caso particular de las políticasagrarias, agrícolas o agroalimentarias, estaspersiguen objetivos variados, como e.g., apoyaro estabilizar ingresos, incrementar laproductividad y competitividad, asegurar unaoferta alimentaria saludable y segura, al igualque mejorar la sustentabilidad ambiental ysocial de la agricultura (OECD, 2013).Además, sus objetivos y prioridades varíandependiendo del producto, país y en eltiempo. Así, los países aplican diversidad demedidas comerciales y regulaciones que lespersiguen alcanzar sus objetivos relacionadoscon el sector –tales como los apoyos a precios,basadas en medidas internas y comerciales;pagos directos a agricultores sobre la base deutilización de insumos, áreas o ingresos; oinvierten en servicios públicos destinados alsector, incluyendo I+D, educación, extensióny desarrollo de infraestructura rural yagrícola– (ídem).

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El origen de las políticas agrarias, agrícolaso agroalimentarias de la actualidad se remontaa las normas aprobadas en EE.UU. en ladécada de 1930 –en el marco del New Deal–,denominadas Agricultural Adjustement Act, noobstante algunas intervenciones previas comolas de Francia al inicio del siglo XX paracontrolar la oferta vinícola, o las Corn Lawinglesas del siglo XIX, referente clásico parael debate entre proteccionismo vs. liberalismo(Compés, 2007). Así, los marcos regulatoriosgubernamentales locales o nacionales seremontan a apenas los dos últimos, en tantoque los marcos de políticas internacionalesdatan del siglo XX (Hawkes y Ruel, 2006).No obstante, de manera análoga a lo queocurre en los restantes sectores económicos,dos aspectos merecen particular atención enel caso de la agricultura. El primero es que lamayoría de los instrumentos tiene o sueletener efectos en distintas direcciones; i.e., nopersiguen un único objetivo, sino varios ycon distinta intensidad. El segundo es que,aunque los instrumentos no deben nuncaconsiderarse como fines, en la práctica losformuladores de políticas o los políticossuelen presentar como fines a los propiosinstrumentos (Cuadrado et al., 2009). El otroaspecto adicional a considerar es que laspolíticas económicas son interdependientes,por lo que la unidad de análisis en cualquiercaso debe ser el conjunto o totalidad demedidas en curso en un determinadomomento, o que se proponen adoptarsesimultáneamente de forma –i.e., un sistemade política económica– (Anido, 2015b).

En el caso de la hoy Unión Europea, laspolíticas especializadas del sector se inscribenen la Política Agraria Común-PAC, que entérminos generales combina diversosinstrumentos de los previstos en las categoríasdescritas en el segundo párrafo –particularmente relacionados con la políticafiscal y/o presupuestaria–, tales comosubsidios, incentivos a la inversión y controlesdirectos, como parte de sus objetivos deregulación sobre sectores productivos(Compés, 2007; Anido, 2015b). Los cambiosregistrados entre las décadas de 1990 y 2010como resultado de la adopción de la PAC enla Unión Europea pueden resumirse (Compés

y García, 2009), en: i) reducción del gastoagrícola total en términos reales yporcentuales; ii) aumento del apoyodesacoplado a rentas y disminución del apoyoacoplado a precios, producción, superficie ocabezas de ganado; iii) aumento del gastoorientado a políticas de desarrollo rural; iv)participación creciente de los Estadosmiembros en la gestión y financiación de laPAC; v) traspaso del costo del apoyo delconsumidor al contribuyente; vi)incorporación de nuevos objetivos; vii)simplificación normativa y armonizaciónprogresiva de los instrumentos de apoyo; vii)aumento de la transparencia y de la presiónsobre los grandes beneficiarios; y, ix)mantenimiento de status quo desequilibradoentre sectores, explotaciones, países y regiones.En el caso de países mediterráneos, las líneasadoptadas se orientaron a mejorar laproducción agraria –principalmente en temasde regadío y búsqueda de seguridadalimentaria– y en alcanzar una competitividadcreciente del sistema agroalimentario en todoslos niveles, con especial cuidado del medioambiente (Malorgio, 2002).

Por otro lado, en el caso de los países endesarrollo –e.g., América latina y el Caribe–,como parte del enfoque adoptado desdemediados de la década de 1990 la agricultura–denominada sostenible en la agenda dedesarrollo– se planteaba como objetivosestratégicos (IICA-IFPRI-MADR-DNP, 1996),los siguientes: i) respecto a lacomercialización, diferenciación de la ofertay diseño de estrategias basadas en la demandade los clientes; ii) respecto al perfil gerencial,existencia de empresarios generadores debienes intermedios para la agricultura; iii)respecto a los activos empresariales, convertira la información en la fuente principal decontrol y de poder; iv) respecto a recursos/capital humano, convertir a fuerza laboral eninversión y al equipamiento en un costo; v)respecto a inserción en la cadena de valor,considerar a compradores y suplidores comoaliados; vi) respecto a innovación, prevalenciadel cambio institucional; vii) ventajascompetitivas dadas por los «activos blandos»como recursos humanos, planes,organización; viii) respecto al rol de los

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consumidores, serían cuestionar y castigar, através de poder de compra, la calidad yseguridad de los alimentos; ix) respecto alespacio rural, las comunidades se vuelven másdependientes de la generación de empleos noagrícolas; x) rol clave del Estado para lainclusión de pequeños productores al procesoproductivo; y, xi) visión ampliada de laagricultura, caracterizada por la existencia deun sistema agroalimentario. No obstante, alfinalizar el siglo XX las políticas sectoriales –en términos de definición de prioridades yénfasis para alcanzar la sostenibilidad– seguíanpresentado un notable retraso en cuanto alperfil y diseño de las instituciones, así comofalta de concordancia entre los niveles globalesy sectoriales, disgregación de los centros dedecisión y dispersión de los mecanismos decontrol (Bejarano, 1997; Lang, 2006).

Al iniciar el siglo XXI los grandes desafíosenfrentados por productores, empresariosagropecuarios, agroindustria, organizacionesgremiales y ministerios de agricultura –conespecial referencia a Centroamérica, peroaplicable al resto de la región, se resumen en:i) alcanzar la competitividad de la unidad deproducción/empresa, que se traduzcan a suvez en generación de divisas y empleos,mediante productos con valor agregado; ii)contribuir la seguridad alimentaria del país,enfatizando en lo regional más que en laautosuficiencia de un país, disponibilidad dealimentos sanos e inocuos, empleos bienremunerados y buenas prácticas agrícolas, enlas que las bandas de precios y bolsas agrícolaspodrían ser la semilla de una política agrariacomún; iii) contribuir al desarrollo rural, bajoun enfoque multisectorial y una coordinaciónen instancias superiores; y, iv) asumir su cuotade responsabilidad respecto a la calidadambiental, en la que acciones como laconservación de áreas protegidas, laexplotación racional de bosques, mares ysuelos, limpieza de aguas y del aire seanaspectos incorporados a los procesos dedesarrollo y sean de responsabilidad tantopública como privada (Trejos, Pomareda yVillasuso, 2004). Este nuevo giro se explicaen parte por una paradoja que comienza a sercada vez más palpable en los sistemasalimentarios a nivel mundial. Así, las políticas

agrícolas funcionan en un mundo complejo,donde la inseguridad alimentaria coexiste conel consumo excesivo, al igual que lo hacen elsuministro altamente tecnificado dealimentos con alimentos inseguros, lo queocurre incluso dentro de una misma sociedad(Lang, 2006).

Por último, consensos más recientes ydiscusiones desde distintas organizaciones deapoyo y fomento de la agricultura (e.g., CEPAL-FAO-IICA, 2019) apuntan a priorizar eldesarrollo rural amplio como uno de los pilaresde la política agrícola en la región,complementadas con políticas de inclusiónproductiva. A pesar de que la región tiene unadotación privilegiada de recursos naturales ybiológicos, su base productiva es poco diversa,en tanto que las exportaciones agrícolas sonde baja complejidad. Ello apunta a la necesidadde medidas ambientales urgentes, dado que esepatrimonio es objeto de un proceso dedegradación, situación que puede empeorar deno propiciarse cambios importantes en lasprácticas actuales, para una mejor coordinacióninterinstitucional y reconocimiento al rol decada sector.

En este escenario, las acciones de losformuladores deben por tanto orientarsehacia la intensificación de la agriculturasostenible, lo que implica compatibilizardiferentes opciones tecnológicas y transitarhacia modelos de producción agroecológicos;desarrollo de la bioeconomía –que en tantonuevo enfoque de desarrollo y nuevoparadigma tecnoeconómico de producción yconsumo, requiere que se construyancondiciones políticas, económicas yambientales–; y uso sostenible de los recursosy uso de las TIC para la construcción desistemas alimentarios diversificados, conmayor valor agregado y socioeconómicoresilientes y sostenibles, así como elaprovechamiento de acuerdos comercialesvigentes en la región. En ello tienen un rolcrucial los modelos de producciónagroecológicos, como base para transformarlas actuales formas de producir, comercializary consumir alimentos. Así mismo, se requieredesarrollar sectores agrícolas competitivos,diversificados y sostenibles para el logro delos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS,

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ocho de los cuales están directamenterelacionados con la agricultura, si bien estase vincula en mayor o menor medida con los17), incorporando también a los agricultoresfamiliares y a la población rural sin tierra. Estambién necesario aumentar la penetración einclusión financiera en el sector, así comocerrar las brechas de inversión en el plazo,que se alcanzaría con una serie deintervenciones en forma de regulaciones,instituciones e instrumentos –a nivelindividual, de las organizaciones, las cadenasde valor y los territorios, al igual que a nivelmacro–. Otro aspecto es dar prioridad a losbienes públicos, dado el escenario de recursosfiscales restringido, en tanto que para el caso delos bienes privados –aunque no exclusivamente–se requiere una nueva combinación de recursosfinancieros provenientes de productores,gobiernos, la cooperación internacional,empresas, fondos sociales, ONG y lascomunidades étnicas. Finalmente, las nuevasrealidades demandan una coordinaciónintersectorial y una nueva gobernanza rural, quepropicie consensos y acciones más expeditas(CEPAL-FAO-IICA, 2019).

2.3. EL SISTEMA ALIMENTARIO Y SU ROL ENLA SEGURIDAD ALIMENTARIA YNUTRICIONAL (SAN)En años recientes en la literatura se insta aadoptar enfoques sistémicos para el abordajede la seguridad alimentaria (Moragues,Sonnino y Marsden, 2017; Béné et al., 2019;Galli et al., 2020). El enfoque de sistemasalimentarios permite comprender lasinteracciones dinámicas entre actores,actividades y resultados, incluida la seguridadalimentaria (Galli et al., 2020). También lossistemas alimentarios tienen cada vez mayorpreeminencia y una creciente atención porparte de académicos y formuladores depolíticas (Béné et al., 2019). Ejemplo de elloes la más reciente convocatoria de NacionesUnidas a la Cumbre Mundial sobre losSistemas Alimentarios de 2021, en el marcodel «Decenio de Acción para alcanzar losObjetivos de Desarrollo Sostenible» ymediante diálogos independientes departicipación pública, con el fin último deayudar a transformar los sistemas alimentarios

mundiales (ONU, 2021). Además de sutradicional rol principal en la seguridadalimentaria y nutricional a través de lasdistintas actividades desarrolladas por losdiversos actores (Cerrada, 2019; Béné et al.,2019), crece también la preocupación a nivelmundial por otros aspectos conexos, tales talescomo su vulnerabilidad y gobernanza(Abdullateef, 2019), la insostenibilidad de lossistemas alimentarios modernos y susimplicaciones para la seguridad alimentariade las respectivas poblaciones.

Un sistema alimentario-SA estáconformado por diversas actividades queconvergen para cubrir las necesidades de unasociedad para cumplir satisfactoriamente lafunción social de la alimentación y lanutrición, cada una de las cuales se agrupaen un conjunto de componentes -primario;industrial, externo, consumo y transporte,almacenamiento y comercialización (Abreuet al., 1993; Abreu y Ablan, 1996). En otrostérminos, es la interrelación de un conjuntode actividades -producción agrícola,procesamiento agroindustrial,comercialización doméstica y con losmercados exteriores, junto con el consumode alimentos- y de actores -públicos comoprivados- que hacen posible que un productoagrícola cualquiera se convierta en alimento,para ser finalmente consumido en un algúnlugar (Gutiérrez, 2020).

El caso del venezolano, el sistemaalimentario tiene una serie departicularidades, sintetizadas en lo queGutiérrez (2013) ha denominado "un sistemaalimentario en el contexto del capitalismorentístico". En él la renta petrolera confiereal Estado venezolano una gran autonomía,pues no depende de la tributación para elfinanciamiento de sus actividades y le permitemantener artificialmente -como en buenaparte de las últimas décadas- un tipo decambio sobrevaluado. El Sistema AlimentarioVenezolano-SAV corresponde al conjunto derelaciones entre los distintos actores,componentes y actividades como laproducción agrícola, la agroindustria, lacomercialización doméstica, el comercioexterior y el consumo, que posibilitan lafunción alimentación y nutrición de la

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sociedad venezolana; es decir, que es unconjunto de actores, funciones einterrelaciones que hacen posible que unproducto agrícola primario se convierta enalimento y sea finalmente comercializado,demandado y consumido en algún lugar,dentro o fuera del país (ídem).

El SAV es dinámico por naturaleza, porlo que evoluciona y se transformaconstantemente. No obstante, a partir de 1998ha exhibido notorios y sustanciales cambiosen su desempeño, al igual que se hanmodificado los contextos nivel mundial ynacional que condicionan su dinámica. A estose aúnan los cambios sucedidos desdeentonces en el marco institucional nacionaly en la estrategia de desarrollo adoptada enel país, que han incidido significativamenteen la forma cómo se interrelacionan losactores privados del SAV con el Estadovenezolano (Gutiérrez, 2013).

En los sistemas alimentarios losgobiernos, a través de las distintas políticas,tratan de incidir sobre los actores paraalcanzar sus propósitos de fortalecer,proporcionar o mejorar los niveles deseguridad alimentaria. El fin último es quetoda la población en todo momento tengaacceso a una ingesta de alimentos suficientee inocua, que le permita llevar una vida activay saludable. Pero también persiguenaprovechar al máximo las posibilidades deun determinado país o su sociedad, deacuerdo con su bondades agroclimáticas,tierras, recursos humanos, capital-tecnologíay capacidad gerencial, para así producir ydistribuir entre la población bienesagroalimentarios al menor costo para ella(Gutiérrez, 2020).

Aunque evidentemente todas lasactividades y actores del SA soncomplementarias y por tanto igual derelevantes, es a través del consumo que unadeterminada población materializa el accesoal derecho humano a la alimentación, la cualdebe ser suficiente, inocua y estable en eltiempo, condiciones indispensables paraalcanzar la seguridad alimentaria. Su abordajepuede ser definido como un caso particulardel comportamiento del consumidor, en estesentido relacionado al proceso de decisión y

actividades físicas individuales en el cual seinvolucran factores la evaluación, adquisicióny uso económico de los alimentos con el finúltimo de satisfacer sus necesidadesalimentarias y nutricionales (Anido, 2015a).

3. HACIA UNA SÍNTESIS DE LASPRINCIPALES POLÍTICAS ECONÓMICASY AGROALIMENTARIAS IMPLEMENTADASEN VENEZUELA DURANTE LOS SIGLOSXIX Y XXI3.1. CRONOLOGÍA DE LAS POLÍTICAS YMEDIDAS DESDE EL ESTADO VENEZOLANO1830-1998En el Recuadro Nª 1 se presenta una síntesisde las principales políticas económicas -generales, con afectación directa o indirectaal Sistema Alimentario Venezolano-SAV- ysectoriales agroalimentarias, implementadasdurante el período comprendido entre 1830 -hito que la historiografía venezolanaconsidera como el inicio del Estado-nación-hasta la llegada al poder del "Socialismo delsiglo XXI" en 1998. La primera columnaincluye todas las medidas e instrumentos detipo general adoptadas en cada períodopresidencial, agrupando en un primerconjunto a los gobiernos que tuvo el paísdesde 1830 hasta la alcanzar la democracia en1958. La segunda columna hace lo propio paraaquellas medidas directamente vinculadas conel sistema alimentario venezolano, afectandodirectamente a algún actor o funciónparticular, o bien al sistema como conjunto.El Recuadro en cuestión, al igual que el Nª 2que detalla las políticas correspondientes alSocialismo del siglo XXI (epígrafe 3.3.), es asu vez un resumen actualizado de la revisiónoriginalmente efectuada por Anido y García(2018).

3.2. PRINCIPALES EFECTOS SOBRE LASVARIABLES CLAVE DEL SAVPor razones de espacio solo se analiza elcomportamiento de dos variables clave paraentender la dinámica del SAV; en este caso,durante el período comprendido entre 1949 -año en el que inicia la medición del consumoalimentario en el país a través de las Hojas deBalance de Alimentos, HBA- y 1999 -año enel que culmina un período de alternabilidad

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Recuadro 1Principales políticas económicas y sectoriales agroalimentarias implementadas en el SistemaAlimentario Venezolano, período 1830-1998

Fuente: adaptado y actualizado de Anido y García (2018, pp. 71-74), con base en Straka (2016);España (2016); Díaz (2017) y Gutiérrez (2013, 2014, 2017, 2019a, 2019b)

PeríodoEntorno nacional (políticas

económicas con orientación a ladinámica económica)

Entorno sectorial (políticas agroalimentarias einstituciones relacionadas)

1830-1958 Prohibición de importaciones ymonopolios (estatales oconcesionados), para el comercioexterior (como la CompañíaGuipuzcoana), desde inicios de laColonia; luego, l imitacionesconstitucionales casi inexistentes a lalibertad económica (entre 1893 y1914); entre 1868 y 1908, una políticaorientada a promover la inversiónextranjera y el monocultivo del café;establecimiento de limitaciones alPoder Público para restringir la libertadeconómica e igualdad de losciudadanos (Constitución de 1811);libertad de industria y posibilidad a laLey para otorgar privilegios temporalesa autores/descubridores, o a quienesimplantaran una industria en el país(Constituciones de 1901, 1904 y1909), como incentivos para eldesarrollo y establecimiento de nuevasindustrias; Promulgación de la Ley deprivilegio de industrias inexplotadas(1913); prohibición expresa de losmonopolios (Constitución de 1914).Alta conflictividad e inestabilidadpolítica (guerras intestinas, intentos ygolpes de Estado consumados).Luego de 1945: creación de laCorporación Venezolana de Fomento(1947); creación de la JuntaReguladora de Precios (en 1943) y dela Comisión Nacional deAbastecimiento (en 1944);continuación de las políticas de controlde precios (Junta Revolucionaria yRómulo Gallegos); construcción deimportantes obras de infraestructura yvialidad (en particular, en y hacia elinterior del país)

Continuación de obras deinfraestructura iniciadas por PérezJiménez (represas de Las Majaguas,Santo Domingo y Mazparro)

Entorno sectorial (políticas agroalimentarias einstituciones relacionadas)Resolución para la ejecución de la Ley de marcasde fábrica y comercio de 1877 y su Reglamentode 1878 (en 1913); creación del Banco Agrícolay Pecuario (en 1928); creación del Ministerio deSalubridad y Agricultura y Cría (MSAC, en 1930)y de la Escuela de Expertos Agropecuariosmodernización de los matadero (Gómez); creacióndel Ministerio de Agricultura, por escisión delMSAC (en 1936). Alianza Rockefeller-gobiernonacional para crear la Corporación de EconomíaBásica, responsable de de muy diversasactividades -desde la pesquería hasta distribuciónmasiva de alimentos- (1947). Estrategias dedesarrollo agrícola del siglo XX: incremento de laproducción aumentando la superficie (frontera),empleo de técnicas de irrigación y drenaje, juntocon sistemas de producción complejos eintensivos en tierra y mano de obra; empleo máseficiente de insumos para responder al urbanismoy mercados; aplicación de las mejores prácticaso introducción de nuevas, para mejorar laproductividad de la tierra o del trabajo; y mayordesarrollo mediante el incremento de lascapacidades investigativas de los sectores yprivados para generar nuevos conocimientos, paraser capital izados por la agroindustria yproductores primarios. Con la CVF, surgimientode los planes de fomento lechero y pecuario,créditos para arroz, azúcar, leguminosas yadquisición de maquinaria; fundación de lascolonias agrícolas e inmigración calificada (casi415 mil extranjeros entre 1945-1957); creaciónde 298 cajas rurales, los primeros camposexperimentales, exoneración de aranceles amaquinarias importadas y bono de exportaciónpara café y cacao (Medina Angarita); construcciónde obras de riego y mecanización (1950-58);sustitución de importaciones y elaboraciónnacional de alimentos y bebidas

"Siembra del petróleo" y Reforma Agraria;creación del Banco de Desarrollo Agropecuario(BANDAGRO, en 1967); Plan del Maíz (siembra ycosecha mecanizadas); adjudicación de tierras yotorgamiento de créditos baratos; creación delFondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias(FONAIAP, en 1961); promulgación de la Ley deMercadeo Agrícola (en 1960), para defender aproductores y consumidores de las "roscas" yagroindustrias; fundación del Banco Agrícola yPecuario

1958-1968(Rómulo

Betancourty RaúlLeoni)

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Recuadro 1 (continuación)

Fuente: adaptado y actualizado de Anido y García (2018, pp. 71-74), con base en Straka (2016);España (2016); Díaz (2017) y Gutiérrez (2013, 2014, 2017, 2019a, 2019b)

PeríodoEntorno nacional (políticas económicas con

orientación a la dinámica económica)

Entorno sectorial(políticas agroalimentarias einstituciones relacionadas)

1968-1973(Rafael

Caldera)

IV Plan de la nación (que proponía: aumentosistemático de las inversiones y de laproductividad; búsqueda de mercados internos;expansión de servicios sociales; y búsquedasistemática del pleno empleo); Modelo desustitución de importaciones, basado enrestricciones arancelarias y para-arancelarias;Programa de Alimentación Escolar (1969); V Plande la Nación (marco referencial para laconstrucción de la "Gran Venezuela");Nacionalización de la Industria Petrolera (en 1976);programa de becas Gran Mariscal de Ayacucho

V Plan de la Nación (marco referencial para laconstrucción de la "Gran Venezuela");Nacionalización de la Industria Petrolera (en1976); programa de becas Gran Mariscal deAyacucho

Plan orientado a "mejorar las condiciones y calidadde vida de los venezolanos, especialmente la ensituación de pobreza crítica (mantener el empleoy ampliar los programas de atención a las áreasmarginales, urbanas y rurales); devaluación deltipo de cambio ("Viernes negro"); controles del tipode cambio, tasas de interés, importaciones yprecios (ajuste no ortodoxo, en 1983)

Continuación de ajustes heterodoxos, 1983-1985: controles del tipo de cambio, mediante laadopción de un sistema de cambios múltiples,el RECADI; de las tasas de interés; de lasimportaciones, mediante aranceles,contingentamientos y prohibiciones; controles deprecios; a partir de 1986, aumento del gastopúblico y las inversiones, con abandono de ladisciplina fiscal y monetaria; creación de laComisión para la Reforma del Estado (COPRE)e inicio del proceso de descentralización

Programa de Ajuste Estructural (PAE, o "GranViraje", de corte ortodoxo), basado en : liberaciónde los mercados, disminución y/o eliminación desubsidios generalizados, fijación de los preciosde los bienes públicos con base en sus costosde oportunidad (caso de bienes transables) y conbase en sus costos marginales de largo plazo(no transables); unificación del tipo de cambio,bajo un sistema flexible; reforma de la políticacomercial, orientada a aumentar la eficiencia,reorientar el aparato productivo y la asignaciónde recursos para producir bienes con ventajascomparativas y competitivas; reforma fiscal, juntocon la privatización, eliminación y/oreestructuración de empresas y organismospúblicos. Adopción de programas socialescomplementaria paliativos de la políticaeconómica: Plan para el Enfrentamiento de laPobreza (1989-1993)

Creación de la Comisión Presidencial MisiónAdopción del Programa de Reforma AgrariaIntegral (PRIDA, 1971-76); Creación delBanco de Desarrollo Agropecuario (en1970); promulgación e instrumentación dela ley de reforma agraria; bonos a lasexportaciones no tradicionales (lasagrícolas, entre ellas); exoneración del pagodel Impuesto sobre la renta (ISLR) a lasactividades agropecuarias

Creación del Fondo de Crédito Agropecuario(FCA, en 1974); transformación del BancoAgrícola y Pecuario (BAP) en Instituto deCrédito Agropecuario (ICAP, en 1975);creación de la cartera crediticia agrícola,para financiar al sector agrícola y laagroindustria; exoneración del pago delISLR; subsidios a las importacionesCreación de la Corporación de MercadeoAgrícola (CMA), Fondo Nacional del Café(FONCAFÉ), Fondo Nacional del CACAO(FONCACAO); exoneración del pago delISLR; subsidios a las importaciones de losprincipales renglones alimentarios (azúcar,trigo, soya, leche, aceites comestibles)

Subsidio cambiario para la importación demaquinarias, equipos, utensilios y materiasprimas destinadas a las actividadesagropecuarias; exoneración del pago del ISLR;subsidios a las importaciones de los principalesrenglones alimentarios (azúcar, trigo, soya,leche y aceites comestibles); subsidios a losfertilizantes; contingentamiento de lasimportaciones, con base en la adquisición dela cosecha nacional; fijación de precios internospor encima de los internacionales; aumentode la inversión pública en los sectores rurales

Creación de la Corporación deAbastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA,S.A., en 1989); durante el lapso 1989-92:creación de la Beca alimentaria, Bono lácteo,Ampliado materno-infantil (atención primariay asistencia nutricional), Vaso de lecheescolar, Merienda escolar y preescolar,Lactovisoy, Cesta de Casa, Bono alimentario(arroz y harina), Centro de recuperaciónnutricional, comedores populares eindustriales, comedores escolares,PROALIFAM (suministro de 1 cesta dealimentos todo el año); adopción (en 1993)del Programa Integral para la Transformaciónde la Agricultura (PITSA); reducción de losniveles de protección y subsidios a laagricultura

1979-1983(Luis

HerreraCampins)

1983-1988(Jaime

Lusinchi)

1989-1992(CarlosAndrés

Pérez II /Ramón J.

Velásquez)

1973-1978(CarlosAndrésPérez I)

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Recuadro 1 (continuación)

PeríodoEntorno nacional (políticas

económicas con orientación ala dinámica económica)

Entorno sectorial (políticas agroalimentarias einstituciones relacionadas)

1993-1998(Rafael

Caldera II)

Creación del FondoIntergubernamental para laDescentralización (FIDES, en1993); firma de los acuerdos delGATT y adhesión a laOrganización Mundial deComercio (1995), del Grupo de losTres (G-3, en 1994) y continuaciónde los acuerdos de integración dela ALADI, CARICOM y otros;establecimiento de la UniónAduanera Andina (en 1995, mástarde Comunidad Andina deNaciones, CAN); incremento delgasto con orientación social(educación, vivienda y servicios,salud, seguridad social y otros)

Fijación de precios mínimos para algunos rubros,permisos sanitarios para impedir las importaciones yrefinanciamiento de la deuda agrícola. Adopción deprogramas de naturaleza remedial como la Becaalimentaria, la Beca láctea, el Bono de cereales, elPrograma de atención solidaria, el Programa de atencióncomunitaria y de dotación de uniformes. Inicio de unprograma de extensión agrícola, con financiamiento delBanco Mundial; adopción del Programa de AlimentosEstratégicos (PROAL), para subsidiar al consumidor deescasos recursos el costo de 7 alimentos básicos;Promulgación de las "Buenas prácticas de fabricación,almacenamiento y transporte de alimentos para consumohumano"; creación del Programa de Al imentosEstratégicos (PROAL, en 1996); programa deenriquecimiento y fortificación de harinas a base decereales (1993)

Fuente: adaptado y actualizado de Anido y García (2018, pp. 71-74), con base en Straka (2016);España (2016); Díaz (2017) y Gutiérrez (2013, 2014, 2017, 2019a, 2019b)

democrática, con el segundo mandato delpresidente Rafael Caldera-. Así, la Figura Nª1 permite visualizar cómo durante el citadoperíodo existe grosso modo uncomportamiento tendencial similar en lasvariables Disponibilidad para el ConsumoHumano de energía alimentaria -DCHcalórica, incluida como proxy del consumoalimentario del habitante promedio enVenezuela- y el Producto Interno Bruto percápita, incluida como proxy del ingreso realper cápita o, en otros términos-, como medidade su poder de compra alimentario. Hay queaclarar que prácticamente hasta la década de2010 el flujo de remesas y otros ingresos delos hogares no eran tan significativos en laestructura de ingresos de los hogares del país.

3.3. CRONOLOGÍA DE LAS PRINCIPALESPOLÍTICAS Y MEDIDAS DESDE EL ESTADODURANTE EL PERÍODO 1998-2021 Y SUSIMPLICACIONES PARA LA SANEntre 1998 y 2001 la mayor parte de laactividad del gobierno estuvo enfocada asentar las bases para un nuevo marcoinstitucional en el país, iniciando con lanueva constitución y siguiendo por unconjunto de leyes, en el marco de una Ley

Habilitante de 2001. En el año 2003 secrearon por iniciativa gubernamental lasdenominadas «misiones» para atender a lossectores más desfavorecidos del país. Con ellose buscaba dar respuesta a los problemassociales prioritarios como alimentación,educación, empleo y vivienda, en particulara aquellos sectores que venían siendoexcluidos por los gobiernos anteriores. Si biensu origen se remonta a las primeras medidasadoptadas en el marco del Plan Bolívar 2000,su génesis fue motivada más por razoneselectorales, dadas las dificultades queenfrentaba el gobierno ante la proximidadde un referéndum revocatorio en 2004; ello,en un contexto caracterizado además porgrandes tensiones y polarizaciones entredistintos sectores políticos.

Una de las más importantes –tanto porsu impacto como su cobertura nacional– fuela Misión alimentación, cuya finalidad erala distribución de productos alimentariosmediante la implementación de megamercados a cielo abierto (Hurtado, 2017). En2003 se creó la empresa Mercado deAlimentos Mercal C.A. (MERCAL), cuyo ejede acción consistiría en garantizar laseguridad alimentaria de la población

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recursos en todo el país, por medio de laimplementación de casas de alimentación –de carácter gratuito–, además de laincorporación de bolsas alimenticiassolidarias en comercios o bodegas autorizadaspor dicha Fundación. En el mismo año secreó la empresa pública Logística Casa S.A.-LOGICASA (Gaceta Oficial Nª 38.162, delfecha 08/04/2005), que se encargaría de lasoperaciones logísticas aduanales, además decontrol de calidad y almacenamiento dealimentos en volúmenes considerables.

En 2007 y con la finalidad de sustituir laEmpresa MERCAL, se creó la ComisiónPresidencial Misión Alimentación, cuyo ejede acción se centraría en la garantía dedisponibilidad de alimentos en buenacantidad de manera estable y constante anteuna eventual situación de escasez ydesabastecimiento de distintos rubrosalimenticios. En 2008 se estableció la empresa

Figura 1. Venezuela: evolución del consumo alimentario (DCH calórica/persona/día) y del ingresoreal (PIB per cápita, en millones de Bs. Constantes de 1997), período 1949-1998. Fuente: elaboraciónpropia, con base en Calvani (2003) y Gutiérrez (2013)

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l/per

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venezolana, según los lineamientosestablecidos en el Plan de DesarrolloEconómico y Social de la Nación 2001-2007.Esta iniciativa se dirigía al fortalecimientodel mercado interno, basada en el desarrollode canales para la distribución directa dealimentos, para así contar con una oferta deproductos alimenticios y no alimenticios deprocedencia nacional e importada (ídem).

En 2004 se creó el Ministerio deAlimentación (Gaceta Oficial Nª 38024, defecha 16/09/2004), que se transformaría luegoen el Ministerio del Poder Popular para laAlimentación (Gaceta Oficial Nª 5836extraordinario, del 08/01/2007). En 2005 seestableció y reestructuró la FundaciónPrograma de Productos Estratégicos-FUNDAPROAL (Gaceta Oficial Nª 38152, del23/03/2005). Como entidad desconcentrada,esta última se encargaría de la atenciónalimentaria de la población de menores

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Recuadro 2Principales políticas económicas y sectoriales agroalimentarias implementadas en el SistemaAlimentario Venezolano, período 1998 al presente

Desde 1998, política social basada en programasasistencialistas (o compensatorios). I etapa (1999-2001): Reducción de la tasa del impuesto al valoragregado, IVA y de casi de 1/3 de sus exenciones;eliminación del impuesto al débito bancario, IDB;fijación de tasa de cambio basada en un sistema debandas; política monetaria anti-inflacionaria; aumentode las compras gubernamentales como incentivo a laproducción nacional de bienes y servicios; apoyofinanciero estatal a nuevas inversiones; desarrollo yrehabilitación de los parques industriales; apoyofinanciero a pequeñas y medianas empresas (creaciónposterior los bancos De la Mujer y Del Pueblo);reactivación de obras paralizadas (autopistas,viviendas, hospitales); reconstrucción y recuperacióndel estado Vargas, devastado en 1999; diseño einstrumentación del Plan Bolívar 2000 (reparación,acondicionamiento y construcción de infraestructuras;con 4 planes: Pro-país, para la protección social delos más necesitados y de situaciones de emergencia,con vigencia durante 1999; Pro-Patria, concebidocomo un plan para la organización social y el trabajo;su objetivo era la reactivación económica y su duraciónestimada en 2 años; Pro-nación, que contemplaplanes estructurales con 5 años de duración; y un Plande largo plazo)

II etapa (a partir de 2001): continuación del PlanBolívar 2000; instrumentación del Plan de Desarrollode la Nación 2001-2007 (desarrollo endógeno);creación (desde 2003) de 34 Misiones (34),transformadas en 2011 en Grandes misiones (11); LeyHabilitante de 2001 (aprobación de 49 leyes, incluidala de Hidrocarburos; establecimiento de controles deprecios (precios máximos), del tipo de cambio y delas tasas de interés. Desde 2003, política fiscal-monetaria fuertemente expansiva. Creación de laComisión de Administración de Divisas (CADIVI), parala adjudicación de divisas; establecimiento de unsistema de exoneración de aranceles y de licenciasprevias para las importaciones, así como restriccionescuantitativas y administrativas para las exportaciones

I fase: Rescate de la infraestructuraagrícola (sistemas de riego, vialidad,electrificación, viviendas rurales,etc.); y xi) incentivos fiscales parala construcción y las cadenasagroproductivas "bandera": palmaafricana, arroz, caña de azúcar, café,cacao, entre otras, y a las actividades"aguas abajo" de las mismas;subsidios a la tasa de interés agrícolay expansión del crédito (Carteraagrícola). II fase: promulgación dela Ley de Tierras y Desarrollo Agrario,con reformas posteriores en 2005 y2010

Creación del ProgramaAgroalimentario Nacional, para elSiglo XXI, fundamentado en las áreasde tenencia de la tierra,financiamiento, tecnología,infraestructura y comercialización. IIfase: diseño e instrumentación delModelo de desarrollo endógeno,basado en los rubros bandera (palmaafricana, arroz, caña de azúcar, café,cacao, entre otras); fijación deprecios mínimos para productorespara gran diversidad de rubrosagrícolas (cereales, caña de azúcar,café, leche, otros); instrumentación(desde 2003 y hasta 2009) dealgunos subsidios a la producciónagrícola primaria (maíz, arroz y cañade azúcar), para evitar alzas deprecios a lo largo de la cadena;exoneración de aranceles a lasimportaciones de bienes básicos;creación de la empresa estatalMercado de Alimentos Mercal C.A.(MERCAL, en 2003), del Ministeriodel Poder Popular para laAlimentación (2004); de laFundación Programa de ProductosEstratégicos (FUNDAPROAL, en2005); vuelta a la exoneración delpago del ISLR a las actividadesagropecuarias

1998-2001(Hugo

Chávez I)

2001-2007(Hugo

Chávez II)

Período Entorno nacional (políticas económicas conorientación a la dinámica económica)

Entorno nacional (políticaseconómicas con orientación a la

dinámica económica)

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Fuente: adaptado y actualizado de Anido y García (2018, pp. 75-76), con base en Straka (2014);España (2016); RBV (2016) Díaz (2017) y Gutiérrez (2013, 2014, 2017, 2019a, 2019b)

Recuadro 2 (continuación)

PeríodoEntorno nacional (políticas

económicas con orientación a ladinámica económica)

Entorno nacional (políticas económicas conorientación a la dinámica económica)

2007-2013(Hugo

Chávez III)

Continuación del régimen decontroles de precios, tipo decambio y tasas de interés;monopolio del Gobierno paraefectuar las importaciones devarios alimentos básicos;abandono del G-3 y de laComunidad Andina de Naciones(firma, en este último caso, queimplicaba algunos años hastaextinción de deberes y derechos);creciente intervención en losmercados; fortalecimiento del roldel Estado en la economía y delrentismo petrolero

Continuación de los controles deprecios (precios máximos), del tipode cambio y tasas de interés;instrumentación del sistemaDIPRO (divisas prioritarias, a unatasa fija de BsF: 10/USD) y DICOM(divisas complementarias, a unatasa flotante), para la adjudicaciónde divisas para importaciones;Agenda Económica Bolivariana(15 "motores" productivos:Farmacéutico, Industrial,Exportación y fuente de divisas;Economía comunal, social ysocialista; Hidrocarburos;Petroquímica; Minería; TurismoNacional e Internacional;Construcción; Forestal; Militarindustrial; Telecomunicaciones einformática; Banca pública yprivada; ocupación y estatizaciónde empresas privadas; liberaciónde facto de precios (2019);aumento de impuestos y encajelegal bancario; ajustes del salariomínimo; flexibilización delmercado cambiario;financiamiento monetario delgasto público, vía BCV; ajustesevero del precio de combustibles(2019) y los servicios públicos(2020-2021). Creación delSistema Centralizado yEstandarizado de ComprasPúblicas para los órganos y entesde la Administración PúblicaNacional (2016)

Creación de la Comisión Presidencial Misión Alimentación(en 2007); de la empresa pública Productora yDistribuidora Venezolana de Alimentos S.A. (PDVAL, filialde la estatal PDVSA, (en 2008) , para garantizar elabastecimiento de alimentos a la población; y de laempresa estatal Corporación Venezolana de Alimentos,S.A. (CVAL) y Red de Abastos Bicentenario, en 2010.instauración del aval del Ministerio de Agricultura y Tierras(MAT) para poder realizar exportaciones agrícolas; aumentosignificativo del gasto público y del financiamiento agrícolapúblico (ya no solo desde el Ministerio de Agricultura yCría, luego MAT y de la banca especializada del gobierno;en adelante también se destinarían al sector desde PDVSA,del Fondo para el desarrollo Económico y Social del País(FONDESPA), la Banca oficial de desarrollo (BANDES), labanca oficial especializada (FONDAPFA, Banco Agrícola deVenezuela...), de instituciones microfinancieras públicas,bancos comunales y otras entidades

Motor Agroalimentario, como parte de los 15 Motorespara "reactivar el país y derrotar la guerra económica"(sic); mantenimiento del tipo de cambio protegido paraimportaciones alimentarias (DIPRO); continuación de laventa de algunos productos de la cesta básica a preciossubsidiados (Mercal, PDVAL y Abastos Bicentenario);creación de los Comités Locales de Abastecimiento yProducción (CLAP), de la Gran Misión AbastecimientoSoberano (GMAS) y del Programa de AbastecimientoComplementario (PAC). Ocupación de explotacionesagropecuarias y estatización de agroindustrias (molinos,centrales azucareros, lácteos); estatización de ladistribución de insumos y semillas

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eventualmente lograrían autogestionar el en-vasado de alimentos adquiridos a granel. Enjulio de 2016 fue creada la Gran misión abas-tecimiento soberano-GMAS, controlada porla Fuerza Armada Nacional Bolivariana, cu-yos miembros por tanto en adelante contro-larían en buena medida los precios, la pro-ducción, la distribución y la importación dealimentos. Ese mismo año se puso en mar-cha el Programa de abastecimiento comple-mentario-PAC, una alianza con empresariosprivados que permitía importar y comerciali-zar alimentos a un tipo de cambio no oficial.Esto último evidenció la implosión del siste-ma de control de precios que había sido unaconstante desde 2003 (Gutiérrez, 2017).

Las Casas de Alimentación -anteriormen-te adscritas a FUNDAPROAL y destinadas aatención de personas en situación de calle- seintegrarían también a las actividades desarro-lladas por los CLAP. Igualmente pasaron aser parte de sus funciones el supervisar el fun-cionamiento del Programa de ComedoresEscolares en las Escuelas Bolivarianas, el Pro-grama de suplemento nutricional para lossectores catalogados como de pobreza extre-ma y el ya extinto Programa de areperas so-cialistas (Gutiérrez, 2014). Casi todas las ini-ciativas fraguadas o continuadas en el perío-do 2013-2019 fueron paulatinamente debili-tándose y perdiendo cobertura, siendo actual-mente la bolsa/caja CLAP la única que semantiene.

Grosso modo, el marco institucional y laspolíticas económicas generales implementadasentre 1998 y el 2013 -los gobiernos de Chávez-condujeron al fortalecimiento del Estado ydel rentismo en el país (Gutiérrez, 2013). Enel caso de la agricultura la aplicación de pre-cios mínimos al productor, en particular enel caso de cereales y otros productos básicos;el control de precios al nivel de venta al detaly de cambios; fuerte intervencionismo en lapolítica comercial -abandono de la discipli-nas acordadas, en tanto miembro de la Co-munidad Andina de Naciones y de la OMC-, con algunas restricciones a la importacio-nes, fueron la constante. A esta se sumaba lapráctica de mantener un tipo de cambiosobrevaluado se tradujo en freno a la produc-ción nacional al abaratar las importaciones y

pública Productora y DistribuidoraVenezolana de Alimentos-PDVAL, filial dePDVSA, cuya actuación y finalidad seorientaba a garantizar el abastecimiento dealimentos a la población venezolana engeneral. En 2010 fue creada la CorporaciónVenezolana de Alimentos S.A.-CVAL,empresa pública destinada a «apoyaractividades y líneas de acción para alcanzarla soberanía alimentaria».

Tras la nacionalización de la cadena desupermercados CADA y su empresaadministradora ÉXITO en 2010, se creó lacadena pública de Abastos Bicentenario S.A.,con la finalidad de asegurar abastecimientode productos y alimentos, a "precios justos",además de la distribución y comercializaciónde alimentos y diferentes productos deprocedencia doméstica o importada. Para elaño 2014, como consecuencia de cambios enlas estructuras institucionales y de lacoyuntura económica, las misionesnuevamente se transformaron. La premisa eraminimizar las utilidades económicas parallegar a una mayor cantidad de beneficiarios,lo cual incrementó sustancialmente sus gastosy costos operativos y –por tanto– lasostenibilidad a corto plazo–

En abril de 2016 se crearan los ComitésLocales de Abastecimiento y Producción –los CLAP–, que bajo la figura de organizacióncomunitaria articularían accionesconjuntamente con el Ministerio deAlimentación. Esta sería la estructuraencargada de la distribución a nivel local ybajo la modalidad casa por casa de losproductos alimenticios de primera necesidad(MINPPAL, 2016). Paradójicamente ni losCLAP ni las estructuras organizadas de lasociedad estaban contempladas ni formabanparte de ninguno de los planes de desarrollodel gobierno, pues inicialmente fueroncreados con la finalidad de combatir el«bachaqueo» –i.e., la reventa de productos conprecios regulados-subsidiados y en generalracionados, a precios superiores–, las colas,el contrabando de extracción y el«desabastecimiento inducido» (MINPPAL,2016). Este mismo año se implementaron losCentros de Empaquetado de Alimentos-CEAC), que conjuntamente con los CLAP

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encarecer los bienes transables/comercializables (ídem). Aunque en esenciaestas medidas no cambiaron entre 2013 y el2021, sí lo hicieron en cobertura y eficacia.Además, debido a la caída de la produccióndoméstica -agricultura y agroindustria- seflexibilizaron en alguna medida las restric-ciones a las importaciones, que cobraron aúnmás importancia en el abastecimientoalimentario -hasta que la capacidad financie-ra del Estado lo permitió, como se verá másadelante-.

3.4. PRINCIPALES EFECTOS SOBRE LASVARIABLES CLAVE DEL SAV ENTRE 1998 YEL PRESENTEEn la Figura N° 2 se puede apreciar cómo apartir de 2011 el consumo alimentario (líneaverde, eje derecho) exhibe una tendenciadecreciente. También en 2015 y 2016 semantuvo esa tendencia a la disminución, noobstante el que no se hayan publicado lasHojas de balance de alimentos, pero

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Figura 2. Venezuela: evolución del consumo alimentario (DCH calórica/persona/día) y del ingresoreal (PIB per cápita, en millones de Bs. Constantes de 1997), período 1998-2014 (último año depublicación de la HBA). Fuente: elaboración propia, con base en INN e INN-ULA (varios años) yGutiérrez (2013)

20

14

constatada en fuentes alternas como laEncuesta de seguimiento al consumo delInstituto Nacional de Estadística-INE o laEncuesta Nacional de Condiciones de Vida-ENCOVI (UCAB-USB-UCV) que se aplicadesde 2014. De manera análoga a lo ocurridoen el caso de la Figura Nª 1, a lo largo delperíodo 1999-2014 tanto el consumoalimentario con el ingreso real (línea roja, ejeizquierdo) de los consumidores del país secomportan –salvo contadas excepciones– deforma similar: cada vez que el ingreso o poderde compra alimentario del venezolanopromedio crecía, como ocurrió entre 1999 y2008, el consumo alimentario hizo lo propio;y viceversa. A partir del 2009 el país se resintiópor los efectos de la crisis financierainternacional, algo similar a lo que ocurriríamás tarde en 2014, esta vez con la crisis deprecios del crudo. Esto se reflejó en unacontracción de la producción de laagroindustria y a partir de 2009, al igual que laproducción agrícola primaria (Gutiérrez, 2013).

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La economía venezolana ha mostrado unasevera contracción entre los años 2014 –segunda crisis de precios internacionales delpetróleo– y 2020, comportamiento que seextenderá al menos hasta el 2021 –aunque amenores tasas–, algo similar a lo que vieneocurriendo con la producciónagroalimentaria doméstica. Cálculos de laconsultora Ecoanalítica (2021) revelan queentre 1995 y 2020 el PIB per cápita registróuna contracción acumulada de 71,2%, algosimilar a lo reportado por Abuelafia y Saboín(2020) para el caso del PIB total durante elperíodo 2013-2019 –superior al 70%–. Por suparte, la producción agrícola total y vienereduciéndose de manera sistemática: yadurante el lapso 1998-2013 había mostradouna tendencia al estancamiento (Gutiérrez,2013), con apenas aumentos marginalesdurante el período 2004-2008; pero a partirde 2009 se ha venido reduciendo a elevadastasas, estimándose que para entonces sucuantía era menos de 1/3 de la que tenía elSAV en 1998. Durante el período 2013-2016–en ausencia de datos más recientes– lasimportaciones totales y per cápita seredujeron drásticamente (Gutiérrez, 2017),que junto con el cierre de empresas y mermasocurridas en la producción reportadas porlos gremios de comerciantes e industriales –e.g., Fedeagro, Fedecámaras, Conindustria,Consecomercio– permiten explicar el por quése mantiene la caída en el consumoalimentario.

Otros estudios señalan que desde hacevarios años se mantiene la forma cómo sealimenta la población venezolana, esto es, lapersistencia de una dieta diaria incluye menosproteínas y más carbohidratos (Venamcham,2021). Este rasgo también lo corrobora unestudio publicado en diciembre de 2020 porla Confederación Nacional de Agricultores yGanaderos de Venezuela-Confagan, indicandoque la población compraba entonces unpromedio de 12 kg de carne por habitantepara ese año. Ello supone una caída del 50%en comparación con los 24 kg/persona/añoque consumía en promedio en 2010.

Igualmente son ingentes los estudios yprogramas comunitarios de alcance regionaly nacional (e.g., Landaeta, Sifontes y Herrera,

2018; Cáritas Venezuela, 2021) que reportandurante los últimos años severos retraso enel crecimiento y desnutrición aguda lapoblación infantil, en particular la de laszonas rurales de menores recursos y zonasperiurbanas. Otros datos como los aportadosmás recientemente por la Confederación deAsociaciones de Productores Agropecuariosde Venezuela-Fedeagro apuntan que al iniciarel año 2020 la producción agropecuariadoméstica apenas representaba 25% de losalimentos producidos en el país (Pérez, 2020),consumo equivalente al que había en el paísen 1958. No es casualidad que, tanto losestudios realizados por institucioneshumanitarias como parte de su cotidianidaden el país como los efectuados desde laAcademia revelaran la pérdida de peso/masacorporal en una parte importante de lapoblación en los últimos meses, con severasconsecuencias sobre la salud y como evidenciavisual del deterioro de los indicadoresrelativos a peso para la edad, peso por talla ytalla para la edad de la población infantil; ode la pérdida sistemática de calidad en laingesta en general, que se vienen advirtiendode manera reiterada desde muy diversasfuentes.

4. EVOLUCIÓN RECIENTE Y SITUACIÓNACTUAL DE LOS SERVICIOS PÚBLICOSY VARIABLES CLAVE PARA LAMATERIALIZACIÓN DEL DERECHO A LAALIMENTACIÓN Y SUS IMPLICACIONES4.1. SITUACIÓN DE LOS SERVICIOSPÚBLICOS ESENCIALES4.1.1. AGUALa estrecha relación que existe entre el agua,la salud y la nutrición ha sido resumidaclaramente por Ringler y Passarelli (2016) enlos términos siguientes: el adecuadodesarrollo y gestión de los recursos de aguadulce pueden liberar el potencial para mejorar

7 Se basa en dos cuestionarios estructurados (unosocioeconómico y otro alimentario), con muestreo noprobabilístico, que son aplicados a un conjunto deinformantes calificados en 76 localidades del país(delimitadas como regiones en el sistema), cuya dinámicaproductiva es dependiente de la producción de lossubsectores agrícola vegetal y animal.

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la seguridad alimentaria, la nutrición y lasalud. El agua afecta a través de varias víasdirectas a la nutrición y la salud, mientrasque apoya a la agricultura y otras funcionesde subsistencia a través de vías indirectas. Entanto vector de muchas de las enfermedadesque afectan negativamente al estadonutricional, el agua es una de las principalesvías de interacción entre la salud y lanutrición. Además, la malnutrición y el estadode salud están estrechamente vinculados porlos procesos biológicos del organismo. Es asícomo disponer de una inadecuada diversidade inadecuada cantidad de nutrientes podríanprovocar la supresión del sistemainmunitario, provocando en consecuencia quelas personas sea más susceptibles de contraerdeterminadas enfermedades, además de quedificulta su recuperación. A su vez, lasenfermedades pueden también causarsíntomas que reduzcan el estado nutricional,como e.g., mala absorción de nutrientes comoresultado de la diarrea, la reducción del apetitoo la actividad, así como el aumento de lasnecesidades de nutrientes para combatirlas.De esta manera el ciclo de desnutrición y malestado de salud puede autoperpetuarse, si nose interrumpe. De allí por qué el rolfundamental que tienen el agua, elsaneamiento y la higiene para garantizar unanutrición y una salud adecuadas ha sidoreconocido desde hace tiempo, al igual queen literatura reciente se destaca cómo lascondiciones ambientales insalubres puedendelinear una fuerte vía hacia la desnutrición(ídem). En el caso particular de laalimentación, el agua es indispensable paralavar los alimentos y los utensilios de cocinay para la preparación de las comidas. Portanto, es fundamental facilitar el acceso alagua para garantizar un uso adecuado parala salud y la higiene, en las casas pequeñashay restricciones de almacenamiento dondelos miembros de la familia priorizan el usodel agua para beber y cocinar en detrimentode la higiene (Ray, 2020).

En este marco, el papel del Estado en laregulación de los servicios de utilidad públicavinculados al agua es fundamental,particularmente en aquellos países en los quese mantiene la provisión pública de los

servicios (Jouravlev, Saravia y Gil, 2021), comoVenezuela. Aquí, además, el agua constituyeun recurso fundamental en la generación deenergía hidroeléctrica, en los que factoresclimáticos como El Niño han afectado lageneración, así como un aumento de loscostos por la generación termoeléctrica encompensación de las mermas en la generaciónhidroeléctrica. No obstante, debido a la crisisde combustibles, acciones delictivas,corrupción y otras causas, buena parte de estasinfraestructuras termogeneradoras se handeteriorado, al tiempo que los caudales delos ríos que alimentan las hidroeléctricas hansido afectados por los efectos ambientales dela creciente extracción minera –principalmente, en el denominado ArcoMinero del Orinoco–.

En el caso del agua para consumo humano,en el país –de manera análoga a lo que ocurreen otros países de la región, los sistemas dedistribución se basan en sistemas consubsidios cruzados, en los que los estratossocioeconómicos altos subsidian a los másbajos (CEPAL, 2020). En este ámbito, entre2020 y lo que va del 2021 la tarifa por elservicio de agua potable se ha venidoajustando al alza, si bien se mantiene baja encomparación con otros países de la región.

En relación con el servicio de agua potable,el porcentaje de hogares en viviendas sinacceso al sistema de acueductos pasó de 19%en 2015 a 23% en 2019, en tanto en ese lustro2015-2020 se duplicó el de las que no tienensuministro continuo/diario de agua –al pasarde 36% en 2015 al 75% en 2019 (UCAB-IIES,2020b; Abuelafia y Saboín, 2020). En 2018 el93% de los hogares venezolanos en zonasurbanas accedían al agua mediante redes, entanto que al alcantarillado era del 78%(Abuelafia y Saboín, 2020). Entre finales de2019 e inicios del 2020, la Encuesta Nacionalde Condiciones de Vida-ENCOVI (USB-IIES,2020b) reveló que apenas 25% de la poblaciónvenezolana tenía acceso al servicio de aguapotable todos los días. De hecho, en muchaszonas la población recibía menos de dos díasa la semana el agua corriente, teniendo portanto que recurrir a estrategias paraproporcionársela, tales como las fuentes deagua inseguras y poco fiables (Abuelafia y

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Saboín, 2020), o bien al agua embotellada ode camiones cisternas (WFP, 2019),obviamente, más caras y por tanto no siempredentro de las posibilidades económicas de lasfamilias más pobres. Según el ObservatorioVenezolano de los Servicios Públicos (OVSP,2020; UE-INVESP-FTV, 2021), más del 90%del país estaba presentando graves fallas en elbombeo, mientras que más del 70% de lapoblación se queja del servicio. Las causas seatribuyen en gran parte a la falta demantenimiento y al deterioro de lasinfraestructuras de suministro yalmacenamiento de agua. Más recientemente,la primera encuesta del Sistema deInformación Agroalimentaria Regional7 –realizada entre finales de enero e inicios defebrero de 2021– (Red Agroalimentaria, 2021a)reportó que se mantenían a nivel nacionallas graves las deficiencias en los serviciospúblicos, entre ellos el de agua potable. Estasituación se había agravado al finalizar el mesde marzo de 2021 (Red Agroalimentaria,2021b). De hecho, solo el 25% de las familiasdel país (OVSP, 2021, basado en un estudiorealizado en 12 ciudades) tenía en enero de2021 siempre acceso al servicio.

De manera que si bien no constituye unexamen exhaustivo, las cifras aquí revisadas dancuenta de la advertencia incluida en el Boletínde Acción Climática de febrero de 2021 (UE-INVESP-FTV, 2021), en cuanto a que elsuministro de agua se ha convertido en unosde los graves problemas que enfrentan losvenezolanos en la «Emergencia HumanitariaCompleja». Las consecuencias más evidentesde ella se traducen en que miembros de estoshogares no pueden enjabonarse con aguacorriente cada vez que comen o llegan a casacon la compra, o realizar la limpieza a sus hijoscuando evacúan. Deben también almacenar elagua en recipientes de plástico o de metal, paralo cual la mayoría de las veces deben realizargrandes desplazamientos hasta alguna fuentede agua que a veces no es potable (Ray, 2020;OVSP, 2020, 2021). Por tanto, esta situacióndificulta técnicamente el cumplimiento de losObjetivos de Desarrollo Sostenible en cuantoal acceso a suministros básicos de agua y jabón(Ray, 2020). Pero aún más delicado es que laescasez del agua afecta también en la práctica

poder adoptar las medidas básicas paraenfrentar la COVID-19, agravando la situaciónde crisis que enfrentan las familias venezolanas(DW, 2020). Las difíciles condiciones queenfrentan los hogares del país para el acceso alagua potable, en cantidades y calidadadecuadas afectan la preparación de alimentos,lavado de manos y otras actividades ordinariasde los hogares; amén del costo de oportunidaddel tiempo empleado en los casos que debenrecurrir distintas a la red pública, con lasamenazas adicionales que ello supone parasu salud. Así, la falla del Estado en sucondición de monopolista prestador de estebien público es una severa limitante para lapreparación de alimentos en horas, cuantía ycalidad adecuadas. Por tanto, constituye unsevero obstáculo para el ejercicio del derechohumano a la alimentación, afectando portanto la SAN de los hogares de Venezuela.

4.1.2. GAS DOMÉSTICOEn Venezuela se han empleado históricamentedos tipos de gases para cocinar. En algunosestados productores de petróleo como el Zuliael acceso al gas (metano) se hace a través detuberías construidas para tal fin. En el restodel país, en ausencia de tales infraestructuras,se emplea principalmente el propano. Este seextrae del gas rico –i.e., del gas asociado a laproducción de petróleo, en instalacionesubicadas tanto en el Zulia como en el orientedel país–, mezclado con otros componentescomo el butano. La comercialización del gasdoméstico o gas licuado de petróleo GLP –distribución a los hogares para su usodoméstico– es una actividad que en el país serealiza de manera conjunta entre los sectorespúblicos y privado, mediante fleteros yvehículos de distribución en todo el territorionacional (PDVSA, 2021). De hecho, más del90% de los hogares a nivel nacional dependíandurante el I semestre de 2020 del gasdoméstico (OVSP, 2020). Con la merma dela actividad de hidrocarburos de los últimosaños, ha ido en aumento el rol de la filialestatal de PDVSA, Gas Comunal, en ladistribución final a los hogares. En variosestados, frente a la escasez creciente –agravadapor los problemas del transporte, derivadosa su vez de la crisis del diésel (Romero y

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Guanipa, 2021); la intervención de algunasempresas privadas, entre otras–, se vieneimplementando en los últimos meses unsistema basado en el trabajo conjunto de lascomunidades organizadas –a través de losllamados Consejos Comunales y los ConsejosLocales de Abastecimiento y Producción-CLAP– y la empresa privada. No obstante, lapercepción de la población en cuanto al delservicio de gas doméstico es que este es malo,con tendencia a empeorar. Es el caso de lascifras al nivel nacional de la RedAgroalimentaria de Venezuela y del CentroGumilla, según las cuales el 78% de losinformantes reportó que este ha empeorado(FCG-RAV, 2020; RAV, 2021a, 2021b).

Una de las consecuencias visibles de elloes el creciente uso de leña –e.g., en las zonasproductoras de rubros de los subsectoresagrícola vegetal y pecuario es el principalcombustible que se emplea para cocinar–, conseveros efectos sobre la salud –e.g., aumentode enfermedades respiratorias, que tambiénse reporta en las zonas urbanas– y sobre elambiente –e.g., polución, tala indiscriminaday deterioro de los hábitats de la fauna asociadaa estos–. Un elemento adicional que agrava lasituación del servicio de gas es el deterioro delos cilindros o recipientes en los que se envasay distribuye. Técnicos del área dan cuenta delo que ya es evidente en el país: bombonasoxidadas y corroídas, con abolladuras yabultamientos y hasta fugas, que contravienenlas Normas Covenin/Fondonorma de 1997.Se estima así que hay en el país un déficit debombonas de unos 2 millones de unidades, porlo que a la escasez del gas per se que se suma lade los contenedores, lo que agrava aún más lasituación (Fermín, 2021) e incrementa el riesgode accidentes por esta causa en los hogares.Las dificultades en el acceso al gas domésticoque se acentúan en los últimos meses –cantidades menores o inexistentes en algunoscasos, retrasos crecientes en la reposición delgas y sus elevados costos–constituyen unasevera limitante para la preparación dealimentos en horas, cuantía y calidad adecuadas.Por tanto, constituye también un severoobstáculo para el ejercicio del derechohumano a la alimentación, afectando portanto la SAN de los hogares de Venezuela.

4.1.3. ELECTRICIDADEl servicio de electricidad es, por razonesobvias, uno de los más importantes a nivelde cualquier hogar del planeta. Buena partede los dispositivos que facilitan la actividaddiaria en ellos son movidos con electricidad,en particular los vinculados con lapreparación y cocción de los alimentos. Enel caso particular de Venezuela, el uso deelectricidad en los hogares tiende a crecer afinales de la década del 2000, no solo inducidopor los cambios propios en el diseño yequipamiento arquitectónico en las viviendasurbanas, sino también desde el propio sectorpúblico. Ejemplo de ello fue Mi Casa BienEquipada, un programa social creado porChávez en 2010 para la adquisición deelectrodomésticos, las familias podíanadquirir diversos artefactos –tales comoneveras, congeladores, hornos, topes decocina, licuadoras, etc.– a precios inferioresque en los establecimientos convencionales,con financiamiento y en teoría para«contribuir al ahorro energético» (MPPAL,s/f). Se estima que hasta 2014 se habíanvendido a través de él aproximadamente 3millones de artefactos a nivel nacional(Finanzas Digital, 2014).

Esta política –obviamente– se traduciríaen una creciente demanda de electricidad parauso doméstico, cuya oferta ya en aquelmomento no se ajustaba a la demanda. Yaunque se anunció la realización de ingentesinversiones durante el trienio 2008-2010 enel Sistema Eléctrico Nacional-SEN,particularmente en generación termoeléctrica,estas finalmente no se hicieron. Esta última,según cifras oficiales, cubría en 2016 el 40%de la generación eléctrica total del país(Corpoelec, 2020). Desde 2007, con lacreación de la Corporación EléctricaNacional-Corpoelec se centralizó en ella todolo concerniente al servicio, con la estatizaciónde algunas empresas privadas y latransformación de Corpoelec en la matriz delas 14 empresas que existían hasta entonces,más la incorporación de EDELCA a sucontrol en 2010 (Transparencia Venezuela,2020).

Pero en marzo de 2019 de produjeron almenos 3 apagones –blackouts, parciales o casi

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totales, de envergadura nacional– (CNN enEspañol, 2019), que pusieron en evidencia ladelicada situación del SEN, en buena medidaabastecido por la hidroelectricidad generadaen la región de Guayana y distribuida al restodel país a través del sistema interconectadonacional. Este consiste en unos 5 milkilómetros de líneas de transmisión quecubren según Transparencia Venezuela (2019),el 60-70% de la demanda de energía nacional.El mismo es complementado con lageneración de otras hidroeléctricas ytermoeléctricas en diversos estados. SegúnOsío y Stolt (2020), desde entonces se mantuvoa la red eléctrica nacional en un esquema deracionamiento que privilegiaba a Caracas, aleste de Venezuela y Guayana; no obstante, yadesde el 2020 también se registran en estasúltimas regiones cortes o caídas de tensión.

De acuerdo con la ENCOVI 2019-2020(UCAB-IIES, 2020b), los hogares venezolanosvienen experimentando un deteriorosistemático en el acceso y calidad de losservicios públicos. En el caso de laelectricidad, 90% de los hogares encuestadosseñaló interrupciones del servicio eléctrico –frente al 84% que lo hicieron en 2018; el 75%reportado en 2017; el 66% en 2016 o el 86%en 2015–. Entre abril y mayo del 2020 enpromedio apenas el 41% de la poblaciónnacional –con base en un estudio realizadoen 10 ciudades del país por el OVSP, 2020–valoraba positivamente el servicio eléctrico.Las razones más recurrentes por quienes lovaloran mal son los bajones –caídas detensión, 69,5%–, daño a electrodomésticos(39,5%), racionamiento (34,7%) eintermitencia del servicio (33,3%). En enerode 2021 52,8% de los hogares nacionalescalificaban al servicio eléctrico como regular-malo-muy malo (OVSP, 2021). Cifras másrecientes (FCG-RAV, 2021; RAV, 2021a,2021b) confirman que el deterioro de losservicios públicos continúa en el país,particularmente los casos de agua potable, gasdoméstico y servicio eléctrico.

Ante la ausencia de gas doméstico, laalternativa natural de la población era recurrira los artefactos eléctricos para cocinar susalimentos. De hecho, las cifras delObservatorio Venezolano de Servicios

Públicos (apud Davies, 2020; OVSP) indicaronque a mediados de ese año 39,3% de losencuestados optaba por adquirir hornillas ococinas eléctricas, en tanto que cocinar conleña fue el segundo método más utilizado(33,2%). Como se indicó en el epígrafeanterior, esta práctica creciente en el paíssupone severos daños al ambiente –y portanto, compromete otros compromisos en elmarco de los ODS de 2030, como adviertenLuy et al., (2020) –, afectando zonas arboladasde áreas urbanas y rurales, especialmente enzonas protegidas. Adicionalmente, lasneveras/refrigeradores utilizados paraconservar alimentos en hogares yestablecimientos de restauración casi en sutotalidad están conectados a la red eléctricanacional. De manera que las severasinterrupciones y bajas de tensión quecaracteriza al servicio eléctrico en el paísdurante los últimos años obstaculizan tantola preparación como la preservación de losalimentos. También acá hay un fallo degobierno –dada la condición del Estadovenezolano de monopolista prestador de estebien público–, que obstaculiza el ejercicio delderecho humano a la alimentación, afectandoen consecuencia la SAN de los hogares delpaís.

El otro elemento directamente asociado alo anterior se refiere a las constantesinterrupciones en los servicios públicos –yafuera por cortes prolongados, falta de oferta/generación, problemas asociados al transportey distribución o cualquier otra causa, comolas estructurales– han provocado reaccionesde la población. Destacan de modo particular,ingentes protestas para exigir más y mejores

8 También han afectado al sistema financiero otrasmedidas como las denominadas de «proteccióneconómica» tras la COVID-19 (Gaceta Oficial N° 41.965,del 15/09/2020), que entre otras medidas establece lareestructuración de pagos de capital e intereses decrédito hasta por 6 meses y la no reclasificación de loscréditos hasta un plazo de 30 días, que se suman a lasya cuestionadas medidas de control de tasas de interés,obligación de adquirir papeles públicos, manejodiscrecional de la liquidez, cuantías exorbitantes delencaje legal, que ya venían afectando su funcionamiento(Observatorio Gasto Público CEDICE, 2020).

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servicios. Si bien no es nada nuevo en el país,sí que las protestas se han agudizado, comose detalla a continuación.

4.2. CONFLICTIVIDAD Y LIMITACIONES ALOS DERECHOS DE LA POBLACIÓNA mediados de 2016 y de acuerdo con la ONGObservatorio Venezolano de ConflictividadSocial (OVCS, 2016) se registraron al menos662 protestas en la geografía venezolana, con1/3 de ellas (229 en julio, 70% más conrespecto a julio de 2015) relacionadas con surechazo a la escasez y desabastecimiento dealimentos, al tiempo que los saqueos (73 esemes) e intentos de saqueo (46 ese mes) ligadosal hambre se incrementaron sustancialmentecon respecto al 2015 (OVCS, 17 de agosto de2016). Durante el año 2020, el número deprotestas por parte de la población del paísexigiendo sus derechos fundamentales y elacceso a alimentos y servicios se haintensificado respecto a los meses finales del2019, probablemente restringidas en lapráctica por las restricciones a la movilidadderivadas de las medidas de confinamiento ydeclaración del estado de alarma. De acuerdocon el OVCS (2020) durante el mes de enero deeste año se registraron 618 protestas –para unamedia de 21 diarias–, para demandar a los entesresponsables por sus derechos económicos,sociales, culturales y ambientales; en particular,demandas laborales, acceso a servicios públicosde calidad, educación, salud y alimentos.

En fecha 13/03/2020 y teniendo comojustificación la necesidad de contrarrestar lapandemia de la COVID-19, se declaró elestado de alarma en el país (Decreto de Nª4.160, en Gaceta Oficial Nª 6.519extraordinario; Fernández, 2020). DichoDecreto ha sido prorrogado al menos 10 veces–contando entre «Decretos» y «prórrogas» –hasta febrero de 2021, a pesar de que laConstitución Nacional (1999, Art. 338)establece claramente que «Dicho estado deexcepción durará hasta treinta días, siendoprorrogable hasta por treinta días más», consu «constitucionalidad» declarada por partede la Sala Constitucional del TribunalSupremo de Justicia en enero de 2021 (e.g., ladel Decreto N° 4.413 del 31/12/2020 enSentencia N° 0002-2021; TSJ, 2021), a pesar

de que tampoco fue inicialmente remitidopara su aprobación de la Asamblea Nacional(RBV, 1999, Art. 339). Tal situación haconducido a una incertidumbre jurídica, encuanto al goce de las garantíasconstitucionales (Fernández, 2020). SegúnCasal y Morales (2020, p. s/n), la ComisiónInteramericana de Derechos Humanos-CIDH denunció en un informe de mayo de2020 la «grave crisis de derechos humanos»que se vive en el país debido a la falta deindependencia judicial y del Estado deDerecho. Además, el Decreto contradice lasdisposiciones constitucionales para losestados de excepción, al tiempo que se usapara «imponer limitaciones abusivas a losderechos humanos, agravar la represión y lapersecución política, desdibujar la gravedadde ciertos problemas socioeconómicos ycontener las protestas sociales» (ídem).

Esto explica por qué al culminar el 2020apenas se registraron 9.633 protestas,equivalentes en promedio a 26 diarias y a unamerma del 42% con respecto al año anterior(OVCS, 2021). También en los estudios decampo de la Red Agroalimentaria deVenezuela y del Centro Gumilla (2021a,2021b) a nivel nacional los encuestadosreportan la reducción de las protestas en loque va del 2021. No obstante, en tantoexpresión de inconformidad, estas continúan

9 En la literatura económica es generalmente aceptadala definición clásica formulada en 1956 por Philip Cagan(Sachs, 1986), en términos de que «(…) un episodio dehiperinflación comienza el mes en el que el aumentode los precios supera el 50% y termina el mes anterioral cual ese aumento cae por debajo de esa tasa ypermanece así por lo menos durante un año» (Reinharty Savastano, 2003, p. 20). También se establece una claradiferencia entre las hiperinflaciones post I guerramundial (desencadenadas y finalizadas rápidamente) ylos «episodios modernos», que justamente ni han sidobreves ni rápidos. En estos últimos se registraron ademáslargos períodos con inflaciones muy elevadas, comosucedió e.g. en Argentina, Brasil y Perú, donde la tasaanual permaneció por encima del 40% durante 12 a 15años, antes de llegar a la hiperinflación) (ídem). En elcaso de Bolivia llegó a mostrar una tasa anualizada entre1984-85 de hasta 26.000% (Sachs, 1986). Los efectos másimportantes de la hiperinflación son dos: i) : uno, detipo nominal, que ocurre vía ajustes de precios a fin de

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produciéndose y en su mayoría estánrelacionadas con servicios públicos.

4.3. MEDIOS DE PAGO GENERALES Y PARALA COMPRA DE ALIMENTOSUno de los efectos de la hiperinflación es lacontracción o reducción abrupta del nivel deintermediación financiera (Reinhart ySavastano, 2003; Abuelafia y Saboín, 2020).Esto ha ocurrido en Venezuela, al igual queel volumen de créditos al sector privado. Laintermediación pasó de 64,1% en diciembrede 1998 a 48,8% (en diciembre de 2004), luegoa 15,86% (en enero de 2019) y a 13,29% (endiciembre de 2019). Al finalizar el I semestredel 2020 se había reducido al 11,34%,alcanzando la cartera de crédito1 menos del1% del PIB (El Aragüeño, 2020). También seha reflejado en los créditos al consumo, conajustes marginales a los límites de las tarjetasde crédito por parte de algunos banco yentidades financieras, límite que finalmentese han congelado en prácticamente todas lasprivadas en los últimos meses –con excepciónde los dos principales bancos públicos, quepaulatinamente los han ido aumentando, enparte debido a un reciente ajuste de la UnidadTributaria–. A enero de 2021 se estimaba quelos activos de la banca venezolana –que entérminos nominales, en bolívares soberanos(Bs.S) había crecido en términos más del2.300% como tasa anualizada–, apenasrepresentaba al tipo de cambio oficial unosUSD 5.526 millones, convirtiéndole en unode los países más pequeños en América Latina(Banca y Negocios, 2021). Comoconsecuencia natural, el sistema bancarioprácticamente limita sus funciones a lafacilitación de transacciones (Abuelafia ySaboín, 2020), siendo las tarjetas de créditocon alguna «holgura» adicional utilizadas

preservar el valor de las operaciones en divisas; y, ii) elotro, real, que se refleja en la contracción de la actividadeconómica (Abuelafia y Saboín, 2020). En Venezuela elconsenso es que la hiperinflación inició en noviembrede 2017 (Balza, 2020), si bien las tasas intermensuales –tanto las reportadas tardíamente por el BCV o laalternativa de la Asamblea Nacional electa en 2015–,como e.g. el 19,20% de junio de 2016 o la prácticamentesostenidas tasas de dos dígitos intermensuales registradasdesde noviembre de este año.

como complementos del salario (Banca yNegocios, 2021).

Como consecuencia de lo anterior, losmedios de pago en moneda domésticaprogresivamente van perdiendo importanciaen la economía venezolana. Paulatinamenteson desplazados por otros, tales como lasdivisas y hasta el «trueque» –trabajo pormercancías, intercambio de un bien por otro–, como respuestas naturales de la poblaciónante la escasez de efectivo para sustransacciones –en parte debido a los elevadoscostos del señoreo por el BCV y al vértigohiperinflacionario, que impiden ajustaroportunamente el cono monetario–, las fallaseléctricas y de conexión que limitan y/oreducen los pagos electrónicos; la negativa delas empresas comercializadoras,establecimientos comerciales y hasta eltransporte público para aceptar billetes viejos/deteriorados o de baja denominación, entreotras razones.

Este avance de la «dolarización» de factoes atribuido por Abuelafia y Saboín (2020)como una respuesta la pérdida del bolívarfuerte y bolívar soberano de sus atributosbásicos como dinero –como reserva de valory como medio de pago–, comportamiento quemás tarde fue validado por el gobierno, dadasu crítica situación externa que le impedíaasumir los costos de actualizar dicho cono.Esta práctica se acentuó más rápidamente enlas transacciones de bienes durables, en tantoque las relacionadas con alimentos y artículosde cuidado personal lo hicieron en menorgrado o más tardíamente. Paradójicamente,tanto el pago de salarios, como lastransferencias sociales y pensiones del sectorpúblico aún se realizan en moneda doméstica,a pesar de que cada vez más crece la expresiónen otras monedas de los ingresos que estepercibe. Así, e.g., algunas tasas y servicios denotarías y registros, sanciones tributarias oservicios de extranjería, aunque para efectosformales (¿legales?) son denominados enbolívares o petros –un particular criptoactivopromovido desde el gobierno, de escasaaceptación–, sí que son ajustados casisemanalmente sus montos a una velocidadque se mueve aproximadamente a ladevaluación del tipo de cambio oficial.

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Figura 3a. Venezuela: inflación general y del grupo Alimentos y Bebidas No Alcohólicas (ABNA),enero 2017-agosto 2020 según fuentes de información alternas (como % de variaciónintermensual). Fuente: Asamblea Nacional y Econométrica (2020)

Figura 3b. Venezuela: inflación general y del grupo Alimentos y Bebidas No Alcohólicas (ABNA),enero 2017-abril 2021 según fuentes oficiales (como % de variación intermensual). Fuente: BCV(2021b)

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Citando estudios de consultoras locales,los autores señalan que en octubre de 201956% de las transacciones en establecimientoscomerciales encuestados fueron realizadas endivisas, porcentaje que en febrero de 2020 fuedel 64% (Abuelafia y Saboín, 2020). Noobstante, el volumen de transaccionesutilizando medios de pago alternativos albolívar depende de diversos factores, talescomo la época del año, la cercanía a las zonasfronterizas, el volumen de las remesas, la ventade divisas en efectivo de las autoridadesmonetarias como mecanismo de freno a laspresiones del tipo de cambio, entre otras. Losestudios de campo realizados por la RedAgroalimentaria de Venezuela y el CentroGumilla (RAV, 2020, 2021a, 2021b), revelaronque tanto en las zonas productorasagropecuarias como en centros popularesurbanos del país, el uso de divisas tiende aincrementarse en los últimos meses. Entreenero y febrero se mantuvo la tendencia de ladolarización informal en las transacciones decompra-venta a nivel nacional, si bien en laszonas fronterizas esta se combina con otrasdivisas como pesos colombianos o realesbrasileños. En marzo de 2021 el principalmedio de pago empleado para la adquisiciónde los alimentos, tanto en las zonasproductoras como en los núcleos urbanos –en donde aumenta respecto al bimestreanterior– fue el efectivo con otras monedasdistintas al bolívar, acompañado por la tarjetade debido (RAV, 2021b). En esta línea, algosimilar viene ocurriendo con lasremuneraciones privadas en el país, enparticular, los salarios. Para enero de 2021 seestimaba que 35,8% de todas lasremuneraciones fueron pagadas en dólaresestadounidenses, frente al 13,5% estimadopara el año 2020 (OVF-ANOVA, 2021).

4.4. PRECIOS DE LOS ALIMENTOS: DE LAPERSISTENTE ELEVADA INFLACIÓN A LAHIPERINFLACIÓN9

Desde 2003 una de las prácticasgubernamentales recurrentes ha sido la de loscontroles, particularmente en precios, tipo decambio y –en años recientes–, en lasestructuras de costos que las empresas podíanimputar como base para la fijación de precios

finales. Inicialmente se fijaron preciosmáximos para un conjunto de 45 bienes y 7servicios declarados como «de primeranecesidad», progresivamente renovada yampliada. Estas prácticas se consolidaron mástarde en el sector agroalimentario, enparticular, con la Ley Orgánica de Seguridady Soberanía Agroalimentaria de 2008. Másrecientemente –hasta el año 2019– estuvo envigor la denominada «Ley Constitucional dePrecios Acordados», si bien en la práctica tuvouna efectividad muy limitada para evitar losaumentos en los precios. Así, a pesar de queen 2020 se anunció la reinstauración de loscontroles de precios (Abuelafia y Saboín,2020), esta medida no tuvo efectos en lapráctica, entre otras razones dada lapermisividad para que se importaran ycomercializaran alimentos importados aprecios por encima de los regulados. Estoexplica por qué la escasez registrada en añosanteriores fue desapareciendo paulatinamente.

La ineficiencia de las políticas fiscales ymonetarias adoptadas entre 2003 y 2021 haevidenciado la incapacidad y/o falta devoluntad del ejecutivo para controlar lainflación ((Figuras Nª 3a y 3b). De hecho, lainflación –en particular la alimentaria–continúa siendo el factor principal de impactosobre la situación de los hogares, reportadapor el 70% de ellos (UCAB-IIES, 2020). Ni laexagerada tasa de encaje legal aplicada durantebuena parte del 2020 ni la venta puntualdivisas por parte de las autoridades monetariashan logrado contener la preferencia delpúblico por las divisas, creando una presiónsobre el mercado cambiario y –como unasuerte de «eco» al tipo de cambio paralelo–,una constaste depreciación de la tasa oficial.No obstante, la velocidad de ajuste de estaúltima es inferior y rezagada en relación conla tasa de inflación, lo que ha llevado en elargot popular a hablar de una presunta«inflación en dólares». En realidad obedece aque los ajustes en el tipo de cambio –tanto elparalelo o de mercado negro como el oficial–presentan importantes rezagos con respectoa la velocidad a la que crecen los precios,generando sobrevaluación del tipo de cambio.Así, la percepción de los consumidores es quemes tras mes deben desembolsar mayores

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cantidades de divisas para adquirir las mismascantidades de bienes y servicios que demandanregularmente; en particular, los de primeranecesidad. Por tanto, el efecto neto de laspolíticas económicas y sectorialesagroalimentarias en el país en las últimasdos décadas es la pérdida sostenida delpoder de compra alimentario de loshogares venezolanos, con el consiguienteempobrecimiento general de la población.

En la literatura de manera recurrente sealude a la eliminación del déficit fiscal –elemento central de la políticaantiinflacionaria–, como medidafundamental para eliminar la hiperinflación,sin importar cuál sea el ancla monetaria quese escoja para ello. De hecho, esto últimopuede tomar años si la política fiscal no seajusta de forma adecuada (Reinhart ySavastano, 2003; Abuelafia y Saboín, 2020).No obstante, la práctica recurrente enVenezuela es financiar monetariamente talesdéficits, ya sea vía créditos a la estatal PDVSAo directamente vía transferencias electrónicasa las distintas instancias pagadoras públicas.

Figura 4. Venezuela: comportamiento del salario mínimo integral, SMI (en Bs.S/mes y en USD/mes), período 2000-2020. Fuente: adaptado de Abuelafia y Saboín (2020)

Durante el llamado Socialismo del sigloXXI las políticas implementadas handemostrado ser ineficientes para controlar lainflación, especialmente la de los alimentos,que históricamente y salvo contadasexcepciones suele mostrar tasas más elevadasque las de las otras agrupaciones y que elíndice promedio nacional-INPC. Así, lapolítica recurrente ha sido aplicación erróneade los controles de precios como medidaantiinflacionaria. La otra política «comodín»ha sido la de los subsidios generalizados. Estase ha basado en gran medida en la distribuciónpública de alimentos, como la red Mercal, laProductora y Distribuidora Venezolana deAlimentos-PDVAL, cuyos inicios se remontana la creación de las Misiones en 2003 y que sehan venido transformando en el tiempo, hastaagruparse en la Gran Misión Agro Venezuelay del conjunto de macro y micromisiones (año2014). Este sistema público se basa en esenciaen la intervención del Estado como vendedorfinal de los alimentos, a precios subsidiados.Sin embargo, en los últimos años se ha vistoseriamente afectada por la merma de la renta

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petrolera, que se ha traducido en la prácticaen el cierre de los establecimientos públicos,abastos y supermercados de las redes Mercaly PDVAL, limitándose prácticamente lossubsidios directos a las cajas/bolsas CLAP,con las limitaciones aludidas por losbeneficiarios.

Del análisis conjunto de las Figuras N° 3ay 3b se desprende que si bien las seriescorrespondientes a la variaciones del ÍndiceNacional de Precios al Consumidor-INPC ydel Índice de Precios del grupo Alimentos yBebidas No Alcohólicas-IP ABNA exhibencomportamientos similares, la fuente oficial(Figura N° 3b) tiende a subvalorar elcomportamiento real de la inflación, conrespecto a otras 196% con respecto a enerode ese fuentes como la Asamblea Nacionalelecta en 2015 o la firma Econométrica. Asíe.g., en enero de 2019 –correspondiente a latasa histórica intermensual más elevada–según el Banco Central de Venezuela-BCV lavariación del INPC nacional fue de 196,6%,en tanto que la de ABNA fue 204,0. Encontraste, Econométrica (2021) reporta parael mismo período de medición una variaciónintermensual de 270,1% en el INPC y de249,0% en el caso del índice del grupo deABNA.

4.5. INGRESOS DE LOS CONSUMIDORES YDE LAS FAMILIAS Y COMPORTAMIENTO DELPODER DE COMPRA ALIMENTARIOEn Venezuela, en un escenario de nuevainstitucionalidad iniciado en 1999, hubo –almenos en el papel– algunas iniciativasorientadas a mejorar el bienestar de lapoblación, en cuanto a los medios paramaterializarlo, como parte de las promesaselectorales que se habían formulado el añoanterior. Uno de ellas fue la inclusión en eltexto constitucional del derecho al trabajo ya la no discriminación por razones de género(RBV, 1999, Artículo 88), así como el derechoa percibir «(…) un salario suficiente que lepermita vivir con dignidad y cubrir para sí ysu familia las necesidades básicas materiales,sociales e intelectuales» (RBV, 1999, Artículo91). También se extendía ese derecho a lapoblación en condición de jubilación, alestablecer que «(…) las pensiones y jubilaciones

otorgadas mediante el sistema de seguridadsocial no podrán ser inferiores al salariomínimo urbano (RBV, 1999, Artículo 80). Enrealidad esta última medida ya estaba en vigordesde el año 1995, cuando se promulgó laLey de homologación de las pensiones delseguro social y de las jubilaciones y pensionesde la administración pública, al salariomínimo nacional (Gaceta 1995 OficialExtraordinaria N° 4.920, del 16/05/1995). Elotro importante es que desde 2001 los salariosmínimos se vienen ajustando nominalmenteal alza de forma unilateral –mas no bajoacuerdos tripartitas, junto con los sindicatosy el sector empresarial, como en el pasado–,siendo más de 40 los ajustes realizados en losúltimos 20 años. Y aunque el gobierno sevanagloria de un presunto éxito en materialsalarial luego de los ingentes ajustes salariales,la realidad es que esas remuneraciones tiendena decrecer progresivamente en términos realesa partir de 2014, como se muestra en la FiguraNª 4 –o desde 2012, si se emplea como proxydel mismo su valor reexpresado en USD, altipo de cambio paralelo–. De modo que lasreivindicaciones y logros de los primeros añosse diluyeron en el tiempo, siendoparadójicamente ese mismo grupo en el poderel responsable por el creciente deterioro delpoder de compra de la población,especialmente en los casos de trabajadores delsector público y de los jubilados ypensionados.

Un trabajo reciente de Prodavinci (2021),a partir de datos oficiales del Banco Centralde Venezuela-BCV y del Instituto Venezolanode los Seguros Sociales –entre otras– indicaque al I trimestre del 2021 hay en el país5.003.987 pensionados –algo más de 1/5 de lapoblación en edad de retiro (Villasmil, 2017)–. Para optar al cobro de una pensión ellasdeben fundamentalmente haber alcanzado laedad de jubilación –55 años las mujeres y 60los hombres–, así como haber cotizado elequivalente a 750 semanas de salarios. A partirde un índice que reexpresaba el monto de laspensiones para el período 2000-2020 en divisas,se estimó que entre octubre de 2000 –cuandoequivalía a 311 USD/mes– a septiembre de2020 –cuando el monto era apenas equivalentea 0,94 USD/mes– las pensiones perdieron

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99,70% de su valor acumulado –valor presenteneto–. En otros términos, su pensión enseptiembre-2000 era 330 veces la que percibeen la actualidad. El otro golpe fatídico fue elefecto de la reconversión monetaria de 2018,que prácticamente acabó con las prestacionessociales que decenas de miles de trabajadoreshabían acumulado durante años.

Algunas cifras recientes permiten señalarque durante el I semestre de 2019 el salariomínimo se ajustó en 789% con respecto alvigente en 2018. No obstante, como ha venidoocurriendo en los últimos años, aquel semantiene muy por debajo del costo de lacanasta alimentaria normativa (PROVEA,2021). De hecho, el salario mínimo urbano eraen mayo de 2020 el equivalente a 2,3 USD/mes (Abuelafia y Saboín, 2020), mientras queel que estaba en vigor al culminar este artículoera de Bs.S. 7 millones mensuales (GacetaOficial Extraordinaria N° 6.622, del 01/05/2021), esto es, el equivalente aproximado a 2,48USD/mes al tipo de cambio oficial, frente auna canasta básica de alimentos, bienes yservicios con un costo superior a 550 USD/mes (cálculos propios, a partir del CENDA,2021). Así que, dependiendo del mes dereferencia, ese salario «aumentado» puede nollegar a representar ni siquiera el 1% de aquella.

Ante la merma del salario, desde elgobierno se viene implementando desde 2019la entrega de transferencias unilaterales a lostrabajadores y familias –bonos–, sin dejar muyclaro el criterio empleado para su cálculo y lafrecuencia de pago. Estas se efectúan a travésdel «Carnet de la Patria» –o Sistema Patria–,un instrumento/mecanismo de índolepolítico-económica creado en 2017. Algunosejemplos de bonos pagados en meses recientesson el Petro aguinaldo, en diciembre 2019,transferido a todos los registrados en laplataforma y que consistió en asignar 0,50unidades del «criptoactivo estatal» petro; losBonos de Reyes 2020, Disciplina y solidaridad,Día del trabajador, Disciplina y consciencia,Cuidar y Cuidarse, Padre Bolívar, 100% Amormayor y Especial Quédate en casa –pagadosambos casi todos los meses del año–, 3erAniversario carnet de la patria, Patria digna,De carnaval, Marzo de lealtad, Especialmédicos y médicas de la patria, Disciplina y

solidaridad, Semana santa, Salud y vida, Díadel trabajador, Día de la madre, Normalidadrelativa, Victoria de Carabobo, Cuidad ycuidarse, Conciencia y responsabilidad,Disciplina y compromiso, Disciplina yvoluntad, Unidos por la vida, Venezueladecidió cuidarse, 7+7 perfecto, Amor porVenezuela Conciencia y prevención,Navidades felices y seguras, FelicidadesVenezuela y Aguinaldo Mayor, durante el 2020.En 2021 se mantienen los bonos: Amor mayor,transferido a los pensionados registrados en laplataforma; José Gregorio Hernández, apersonas con discapacidad allí registradas;Hogares de la Patria, a padres o representanteslegales cursando año escolar e inscritos en laplataforma; Bono Simón Rodríguez, atrabajadores públicos de la educación allíregistrados; y Protectores de la Salud,destinado al personal sanitario –médicos,enfermeras y obreros del Ministerio del PoderPopular para la Salud (Patria, 2021).

Su importancia creciente fue recogida enla ENCOVI, que reportó que entre octubre2019-febrero 2020 25% de los hogares del paísdeclararon recibir transferencias deinstituciones públicas, que en marzo abril de2020 ascendía ya al 52% (IIES-UCAB, 2020b).Y aunque para algunas familias puedensignificar algún alivio en sus gastosrecurrentes, en particular los alimentos, unade las más severas críticas es que estos bonos,como ocurre igualmente con el complementomensual al salario denominado «Bono dealimentación», justamente por la figuraescogida no se consideran como parte delsalario y no tienen por tanto implicacionesen las prestaciones sociales de los trabajadores.Con ello no solo se afecta la situación presentede los trabajadores, sino que se afectanbeneficios monetarios que contractualmentedeberían recibir a futuro.

Los más recientes resultados de laENCOVI 2019-2020 (UCAB-IIES, 2020)

10 Para entender la magnitud de sus repercusiones bastecon decir que el país pasó de un tipo de cambio de573,88 Bs./USD al asumir el poder Hugo Chávez (02/02/1999), a uno que nominalmente casi alcanzaba los300.000.000.000.000 (300 billones castizos de la monedaque había en 1999).

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revelaron que a nivel nacional hasta 43% delos hogares reportaban la imposibilidad desu fuerza laboral para trabajar o bien quehabían experimentado una pérdida deingresos. Adicionalmente, a pesar demantenerse la política de los transferenciasvía bonos (25% de los hogares declararon queentre octubre 2019 y febrero de 2020 recibíantransferencias procedentes de institucionespúblicas, porcentaje que aumentó al 52% enmarzo/abril de 2020, cuya cuantía oscilabaentre USD 1 y 5), los montos que percibenpor esta vía continúan siendo insuficientespara cubrir sus necesidades. De hecho, elindicador de pobreza de ingresos según estafuente era de 96% al finalizar abril de 2020,debido al deterioro de los ingresos de loshogares y el empeoramiento del empleo(ídem).

No obstante, ante el empobrecimientogeneralizado –en particular, de quienes sonasalariados del sector público y el consecuenteabandono de cargos en este–, el sector privadoviene ajustando en meses recientes al alza susremuneraciones, muy por encima de lossalarios mínimos obligatorios. Al analizar losdatos de la ENCOVI 2019-2020, elObservatorio Venezolano de Finanzas (OVF-ANOVA, 2020) indicó que al momento derecabar su información el salario mínimovigente equivalía a 6,10 USD/mes. Paraentonces los salarios promedios pagados porel sector público eran de 13,16 USD/mes; de30,61 USD/mes en el caso de los trabajadorespor cuenta propia y de 30,71 USD/mes losdel sector privado, siendo el industrial elsector productivo que pagaba los mayoressalarios. Cifras más recientes, calculadas apartir de un índice de remuneración de lostrabajadores construido por esta fuente (OVF-ANOVA, 2021) revelaron que en enero de2021, en el país: i) el promedio de salario delos trabajadores no calificados era de 47,8USD/mes; ii) el promedio del salario en elsector público era de 4,7 USD/mes; iii) estosupone un marcado contraste con el del sectorprivado, que pagó en promedio 70,1; y, iv) elpromedio a nivel nacional era de 55,5 USD/mes. Destaca así mismo el aumento en laproporción del salario pagada en USD porparte del sector privado, al pasar de 17,4% en

2020 a 46,0% en 2021. Así mismo, losresultados globales revelaron que lasremuneraciones salariales totales promedio enVenezuela aumentaron en términos reales22,7% entre enero de 2020 y enero de 2021, elequivalente al 123,0% si se toma en valorescorrientes. En todo caso, la «pulverización»del salario real para los trabajadores del sectorpúblico ha propiciado un aumentosignificativo de la deserción laboral, agudizadatambién por efectos de la COVID-19, la faltade transporte público y/o escasez de mediospara costearlo, entre otras razones.

De modo que las estrategias de los hogarespara enfrentar la insuficiencia de ingresos hansido resumidamente la emigración, búsquedade un segundo empleo, migración al sectorprivado y/o depender de remesas familiares.Según cifras estimadas por el BCV (Abuelafiay Saboín, 2020), las remesas enviadas porfamiliares en el exterior ascendieron en 2019a USD 3 mil millones. De acuerdo con elBanco Mundial (2020), se esperaba que en2020 –debido a la pandemia– se produjera alnivel mundial una caída de las remesascercana al 20%, aunque finalmente fue menordel 1%. En muchos países esta fuente deingresos es fundamental para que las familiaspuedan costear sus gastos recurrentes enalimentos, salud y otras necesidades básicas.A finales del 2020 e inicios del 2021 (RAV,2020, 2021a, 2021b), tanto en las zonasrurales/productoras del país como enpoblados urbanos algunas familias continúanrecibiendo ayudas del exterior. De acuerdocon el Centro para la Migración yEstabilización Económica (Orosco ySpanswik, 2021), el país recibió deaproximadamente 2,8 millones de migrantesunos 2.493 millones de USD, 20% de ellosprovenientes de EE.UU. Según esta fuente lacifra supone una contracción del 20%respecto al año anterior, cuando fueronreportadas en 3.116 millones. Algo similarreporta la ENCOVI (IIES-UCAB, 2020b),según la cual el porcentaje de hogares querecibió remesas pasó de 9% en octubre 2019-febrero 2020 a 5% en marzo abril de 2020.

Como conclusión parcial puede afirmarseque el efecto neto tras dos décadas de políticasejecutadas en el marco del Socialismo del siglo

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XXI –o la falta de unas adecuadas– ha sido lamerma del ingreso real de consumidores yde las familias, con una inflación persistentedevenida en hiperinflación y con expectativasnegativas en cuanto a su reversión en el cortoo el mediano plazo. Su magnitud ha sido talque fueron necesarias dos reconversionesmonetarias: la primera, en marzo de 2007,eliminado 3 ceros de la moneda y pasandodel bolívar (Bs.) al bolívar fuerte (Bs.F); lasegunda, en agosto de 2018, eliminado 5 ceros,previéndose casi con certeza una terceradurante 202110. Adicionalmente, el deteriorode la infraestructura productiva petrolera –de cuyas exportaciones dependían en granmedida los ingresos del sector público–implica que a pesar de la recuperación de losprecios internacionales del crudo en mesesrecientes tras la debacle registrada el Itrimestre de 2020, la renta petrolera no serámás la vía para recuperar el poder adquisitivode los salarios, pensiones y otrasremuneraciones desde el sector público –como lo fue en el pasado–. El sistema depensiones actual es financieramenteinsostenible y solo mostró «resultados»medianamente aceptables para el ciudadanomientras hubo rentas petroleras quéredistribuir. Y aunque en el sector privadoha mostrado alguna recuperación, tal y comosugieren los datos del ObservatorioVenezolano de Finanzas (OVF-ANOVA,2021), ni su tamaño ni su capacidad actual lepermitirá erigirse en el motor requerido parala reactivación económica de la nación; menos

11 Inicialmente fue denominado Fondo de Inversión parala Estabilización Macroeconómica-FIEM, creado en 1999y derogado en 2005, para crear el nuevo FEM. De acuerdocon el BCV (2021a), el fondo terminó en 1999 con 215millones de USD; en 2000 había alcanzado 4.588 MMUSD y en 2001, su nivel más alto de 6.227 MM USD. Apartir de 2011 el monto de dicho Fondo se repiteinvariablemente –al menos hasta 2020, con la risible sumade 3 millones de USD–.12 El precio regulado era hasta el 19/08/2018 de tansolo 6 bolívares fuertes (Bs.F). Con la reconversiónmonetaria, al día siguiente pasó a constar 0,00006 Bs.Spor litro de 95 octanos, menos de 0,01 USD/l. Perocomo la denominación más baja a partir del 20/08/2018 era 50 céntimos, en la práctica pasó a constar 0,0125Bs.S/l, aunque en realidad se pagaban aún mayores.

verosímil aún para una economía que tienemás de 4 años en recesión y que vieneregistrando severas contracciones récord desu PIB: 29% en 2019 y 32% en 2020, con unabaja institucionalidad y pérdida decredibilidad en las políticas públicas (deKrivoy, 2021). Esto último se ha traducidoen un elevado costo en la vida diaria delciudadano común y, más recientemente,frente a la lucha contra la COVID-19. A ellose suman que desde 2014 se perdió el accesoa los mercados financieros internacionales,junto con la entrada en default en 2017 de ladeuda de PDVSA y la República, así comounas reservas internacionales en nivelesmínimos históricos (ídem).

4.6. PRODUCCIÓN DOMÉSTICA EIMPORTACIÓN DE MATERIAS PRIMAS YBIENES AGROALIMENTARIOSUna buena salud y una agricultura productivason fundamentales para la lucha contra lapobreza, interactuando por medio de laspersonas, el entorno natural, los alimentos yotros productos. Por un lado, los productoresagrícolas pobres y sus familias sonparticularmente vulnerables a la desnutricióny enfermedades; por otro, los sistemasagroalimentarios interactúan con el ambiente,incidiendo a su vez en la salud humana; yfinalmente, la agricultura proporciona losalimentos, fibras y plantas con propiedadesmedicinales que resultan esenciales para lavida humana, la salud y la cultura. Es así comolos tres componentes –i.e., productores,sistemas agroalimentarios y productosagrícolas– interactúan entre sí, generandonodos fundamentales para lograr mayoressinergias con una buena salud. Por tanto,además de las políticas regularmenteimplementadas, son necesarias medidascomplementarias adicionales, a para estimularlas relaciones entre los sectores de laagricultura y la salud, con el fin último develar por una atención adecuada de madres yniños, adecuadas prácticas de alimentación ehigiene en los hogares –particularmente, losagrícolas, así como el acceso y uso adecuadosde servicios de salud (Hawkes y Ruel, 2006).Además, la nutrición adicional para los niñosen edad preescolar, aunada a las ayudas con

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las habilidades de los padres, tambiéncontribuyen a alcanzar mejores resultadoseducativos y mayores ingresos en el futuro(Shafik, 2021).

En Venezuela, durante el lapsocomprendido entre 1998 y 2013 se registraroncomportamientos diferenciados en relacióncon la producción agrícola doméstica:inicialmente, un crecimiento leve-estancamiento, entre 1998 y 2003; luego, uncrecimiento moderado, entre 2003 y 2008; yfinalmente, un decrecimiento, entre 2008 y2013. No obstante, durante la mayor partedel período 1998-2013 la producción agrícolaen términos per cápita tendía a estancarse, altiempo que la productividad agrícola –medidaen este caso por el valor de la producción porhectárea– también declinaba en dicho período(Gutiérrez, 2013, 2014, 2017). No obstante,en los años cuando la producción agrícolacrecía –particularmente en términos devolumen– esos aumentos fueron exiguos ono se correspondieron con la superficie quepresuntamente se habría incorporado a laagricultura doméstica como resultado del«rescate de tierras» (ídem). Al finalizar el 2020,las cifras reportadas por las organizaciones deproductores para algunos de los principalesrubros agropecuarios señalaban un contracciónsevera de la producción que ha llevado al paísa niveles que tenía en 1958 (Velásquez, 2020).Adicionalmente, desde el 2012 se registrótambién una reducción sostenida en ladisponibilidad y acceso de los alimentos parala población. También han sido grandes lascantidades de alimentos contaminados y oque se descomponen hasta alcanzar los puntosde venta, de las importaciones efectuadas porel gobierno y cuyo destino final era ladistribución a través de las redes públicas(Landaeta et al., 2018).

Por su parte, durante la mayor parte delperíodo 1999-2021 las importaciones totalesse comportaron en consonancia con la rentapetrolera de origen internacional (Abuelafiay Saboín, 2020), algo similar a lo registradoen las importaciones agroalimentarias totalesy per cápita (Gutiérrez, 2013). Sin embargo,en los últimos años para los que se disponede información la tendencia de estas últimases a disminuir, pasando e.g. de 1.623 USD/

año/habitante registrados en 2013, a 1.261en 2015 y a 677 que se estimaron para el 2016(Gutiérrez, 2017). Una contrastación porfuentes secundarias dan cuenta que esatendencia se mantiene hasta el presente, porlas contracción de la renta petrolera.

Paradójicamente, cada vez queaumentaron los ingresos en divisas víaexportaciones petroleras, se redujo laacumulación de recursos, sumado a laexpansión masiva del gasto y de la deudapública (Abuelafia y Saboín, 2020). De hecho,durante el lapso 1999-2021 se modificaronrepetidas veces las normativas que regulan elactual Fondo de EstabilizaciónMacroeconómica-FEM, que se suponía seríaun instrumento para ahorro nacional en añosde bonanza petrolera y para la estabilizacióndel gasto11. Por el contrario, durante las fasede depresión económica, dada la naturalezadel régimen fiscal venezolano y la contraccióneconómica, la falta de recursos fue cubiertacon financiamiento monetario del gasto y susconsecuentes efectos sobre la inflación.

Más recientemente emergió en el país unnuevo problema para la producción ycomercialización de alimentos, mayormenterealizada mediante transporte terrestre. Enmayo de 2020 se decretó un aumento sinprecedentes en el precio de la gasolina. Estecombustible, que durante décadas fueprácticamente gratuito, pasó a tener un preciode 5.000 Bs.S/litro, i.e. unos 2,50 centavos deUSD (BBC Mundo, 2020)12. Pero esta gasolinaaún subsidiada se limita tan solo a 120 litros/mes por conductor/vehículo y para accedera ella los conductores deben hacer largas filasy pagarla con un sistema biométrico que fallasistemáticamente. Con la creciente escasez elgobierno ajustó nuevamente el preciosubsidiado hasta uno cercano al precio defrontera, teóricamente sin limitar lascantidades, pasando ahora a costar 0,50 USD/l. La única limitante es cumplir con el ordende carga establecido desde el ente centralizado,que limita a un día por semana según laterminaciónde sus matrícula/placa, mismalimitación que viene aplicando en el caso dela subsidiada.

A lo anterior se suma más recientementela crisis del diésel (gasoil), debido a la

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suspensión de EE.UU. del permiso otorgadoa compañías petroleras internacionales parael intercambio de este combustible porpetróleo a la estatal PDVSA –swaps–, así comotambién debido al deterioro de las refineríasvenezolanas y las dificultades para conseguiruna mezcla con la graduación API quemanejan regularmente estas instalaciones,dada la merma creciente en la extracción decrudo. Al respecto algunas consultorasinternacionales (Crisis Group Latinoamérica,2021) reafirman lo que ya se venía advirtiendodesde la Academia y las distintasorganizaciones de productores y de lasociedad: la escasez de diésel no solo afecta alsistema de transporte público, sino tambiéna la agricultura y la industria, imponiendoimportantes limitaciones a la producción ydistribución de alimentos básicos –dado queel transporte de mercancías en el país casi ensu totalidad se realiza vía terrestre–. Deacuerdo con la consultora, algunas solucionespuntuales pasan por reactivación de los swaps;o bien, como señalan desde las zonasproductoras, por el otorgamiento por elejecutivo de los permisos para que el sectorprivado pueda importarlo directamente(RAV, 2021a).

Por último, si bien durante los últimosmeses se ha atenuado la escasez de la mayoríade los productos básicos, su elevado precio yel bajo poder de compra en la mayor partede la población del país limitan severamenteel acceso de los hogares a ellos (PROVEA,2021). Estas dos limitaciones emergen demanera reiterada en las distintas fuentesprimarias o secundarias de información (e.g.,RAV, 2021a; UCAB-IIES, 2020a, 2020b; WFP,2021; UNICEF, 2021a, 2021b, entre otras),como las principales causas que restringen ala población el acceso a alimentos suficientes,nutritivos y de calidad.

5. POLÍTICAS ECONÓMICAS YSITUACIÓN ACTUAL DEL EJERCICIODEL DERECHO A UNA ALIMENTACIÓNADECUADAEn Venezuela la inseguridad alimentariaconstituye un importante factor determinantede la malnutrición que afecta a su población.No obstante, tiene sus particularidades al

mostrar una desigual distribución geográfica,social, económica y grado de severidad, quepuede ser moderado o severo (Landaeta et al.,2018; PMA, 2020). En ambos grados se venlimitadas tanto la capacidad de las personaspara obtener alimentos como la de mantenerla calidad y la cantidad de la dieta consumida,al tiempo que se alteran sus hábitosalimentarios normales y se saltan comidas –fundamentalmente debido a la falta de dineroo de otros recursos–. En el segundo laspersonas ya no cuentan con alimentos y hanpasado varios días sin comer, poniendo portanto en riesgo su salud y su bienestar. Lasconsecuencias son el aumento de lamalnutrición y del hambre oculta en lapoblación más vulnerable –niños, mujeresembarazadas y adultos mayores–, con mayorimpacto en los estratos más pobres ycercenando una adultez y vejez saludablemayor –dada su relación con aumentos de laobesidad, diabetes y enfermedadescardiovasculares– (Landaeta et al., 2018). Portanto, en una situación de emergenciahumanitaria como la actual, obviamente noes posible pensar siquiera que toda lapoblación del país puede materializar suderecho a una alimentación adecuada.

La situación de vulnerabilidad de estederecho no es nueva. Ya en 2015, a propósitodel «Reconocimiento FAO por los ODM»,desde una coalición de organizacionesacadémicas y activistas por los derechoshumanos del país (OVS-FB-CIAAL, 2015;Observatorio Venezolano de la Salud-CENDES, 2019) se había advertido sobre lacontracción de la producción nacional dealimentos y de la ingentes cantidades deimportaciones de alimentos como rasgoscaracterísticos, variables que veníanexhibiendo una caída en los últimos años.Como resultado, se origina en el país unaescasez permanente y, a su vez, una situaciónde alta vulnerabilidad para lograr laprotección contra el hambre; entre otrasrazones, porque los programas desde el sectorpúblico ya entonces resultaban insuficientesy/o incapaces para llegar a los másnecesitados.

A nivel regional se han adelantado algunasiniciativas relevantes para mejorar la SAN.

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Así, por ejemplo, desde la Comunidad deEstados Latinoamericanos y Caribeños-CELAC diseñó en 2016 el denominado «Planpara la seguridad Alimentaria, nutrición yerradicación del hambre de la CELAC 2025».Su objetivo se resume en coadyuvar a alcanzaren los Estados miembros resultados concretosque se traduzcan en mejoras significativas enla calidad de vida de sus poblaciones. Conesta orientación las medidas previstaspersiguen erradicar la pobreza –particularmente la extrema–, de modo tal quegaranticen la seguridad alimentaria ynutricional, «(…) con enfoque de género yrespetando la diversidad de hábitosalimentarios, para afrontar los desafíos de laseguridad alimentaria y la nutrición con vistasa la erradicación del hambre y al disfrute delDerecho a la Alimentación» (CELAC, 2016,p. 2), dirigido a todos los sectores encondiciones de vulnerabilidad. Según estafuente, el Plan suscrito por 33 paísesconstituye un hito político en la región y sebasa en 4 pilares que respetan lasparticularidades de cada país en cuanto a susproyectos políticos y sociales, a saber: i)estrategias coordinadas de SA a través depolíticas nacionales y regionales, con enfoquede género y perspectiva de derechos; ii) accesooportuno y sostenible a alimentos inocuos,nutritivos, adecuados y suficientes para todos;iii) bienestar nutricional y aseguramientos delos nutrientes, respetando los hábitosalimentarios diversos; y, iv) producciónestable y atención oportuna en caso dedesastres de naturaleza socionatural quepuedan afectar las disponibilidadesalimentarias. Sin embargo, poco o nada sesabe respecto a la puesta en marcha de Planen Venezuela, pues las fuentes oficiales nodan cuenta alguna en cuanto a suimplementación en Venezuela.

Lo que sí ha trascendido es la alerta delPrograma Mundial de Alimentos-PMA sobrela preocupante situación de inseguridadalimentaria (WFP, 2019). Durante el lapsocomprendido entre julio y septiembre de 2019,con base en el análisis de los patrones deconsumo, las estrategias de alimentación ysobrevivencia y la vulnerabilidad económicaen el país, el PMA reveló que nivel nacional

24,4% de la población estaba entonces ensituación de inseguridad alimentariamoderada (i.e., con tasas de prevalencia entre6,6% y 10,8%; con Anzoátegui, Barinas,Bolívar, Mérida, Monagas, Portuguesa,Táchira, Trujillo y Yaracuy), en tanto que7,9% lo estaba en inseguridad alimentariasevera (i.e., con tasas de prevalencia superioral 10,9%; en particular, los estados Amazonas,Delta Amacuro, Falcón y Zulia).Adicionalmente, aún en los estados con lasmás bajas tasas, al menos 1 de cada 5 personasy de estaba situación de inseguridadalimentaria. Al nivel de los hogares, 17,8%mostraban niveles inaceptables de consumoalimentario; 60% señalaron la reducción delas raciones consumidas, en tanto que 59%indicaron que los ingresos del hogarresultaban insuficientes para la adquisiciónde alimentos. Del lado nutricional, las cifrasrevelaron la falta de diversidad de la dietacomo la mayor preocupación, en la quepredominan el consumo diario de cereales,raíces y tubérculos, revelando la inadecuadaingesta nutricional. En relación con losservicios públicos, 72% de los hogaresindicaron un suministro irregular de gas; 4de cada 10 hogares reportaron interrupcionesdiarias del servicio eléctrico e interrupcionesen el suministro de agua, mientras 25% deellos no tenían acceso sostenible a aguapotable. Para 2020 y según esta misma fuentehabía en el país 7 millones de personas ensituación de inseguridad alimentariamoderada, en tanto que 2,3 millones losestaban en inseguridad alimentaria severa;esto es, 1 de cada 3 venezolanos (PMA, 2020).

Más recientemente, la situación delderecho humano a la alimentación tiende aempeorar severamente, tras los efectosmacroeconómicos y sectorialesagroalimentarios de la pandemia de laCOVID-19. Tal y como señalan algunosorganismos internacionales y especialistas delárea, ciertamente las crisis alimentarias y lainseguridad alimentaria están asociadas conlas políticas adoptadas por diferentes paísesen las últimas dos décadas, particularmenteal desmantelamiento de programas defomento a la agricultura (Fletes, Ocampo yValdiviezo, 2016). Pero la irrupción de la

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pandemia –tras reportarse el primer casodetectado en Venezuela en marzo de 2020–,fue el detonador de una crisis alimentaria sinprecedentes.

Los efectos de la COVID-19 afectanprincipalmente a las poblaciones –e.g.,indígenas, mujeres– y actividades económicasmás vulnerables –e.g., pequeños productores,poblaciones rurales cuyos medios de vidadependen del turismo, trabajadoresinformales, entre otros–, con menorescapacidades para enfrentar los efectos queaquella puede provocar en el sistemaalimentario. Para estos actores el impacto delCOVID-19 implica mucho más que unapérdida momentánea de ingresos, que es laamenaza a su seguridad alimentaria ynutricional (FAO-CEPAL, 2020).

En el estudio más reciente del que sedispone realizado por la Red Agroalimentariaejecutado en campo en la 2º quincena demarzo de 2021, los informantes calificadosrevelaron que la falta de ingresos paracomprar los bienes y servicios necesarioscontinúa siendo el principal problema de lapoblación; le siguen la salud y la asistenciamédica, así como los servicios públicos y laforma cómo estos son proveídos, los que lamayoría percibe que continúan funcionandoigual, con muchas fallas o que hanempeorado, como ocurre con el agua potabley la electricidad. En relación con el casoparticular del gas doméstico, que haempeorado, cerca de la mitad de losinformantes reportan el uso de leña comoenergía para cocinar (RAV, 2021b). Por suparte, los servicios de telefonía fija, móvil einternet tienden a empeorar. También siguedeteriorándose el suministro de gasolina ydiesel, que por tanto afecta tanto el

13 Según cifras oficiales, cuando «se creó» el Programa deAlimentación Escolar-PAE «al inicio de la Revolución»solo existían 119.512 jóvenes recibiendo este beneficio.Ya en 2015 había 4.352.972 estudiantes que disfrutabandel beneficio, «(…) lo cual representa un incremento de3.542% (MINCI, 2015, p. 14). En realidad, el PAE creadoen 1969 y desde entonces había atendido varios centenaresde miles de niños escolarizados. Claramente, el supuestologro fue usado con fines de propaganda política y paraminimizar el impacto social y redistributivo de las políticassociales anteriores a 1999.

funcionamiento de las maquinarias y dificultaaún más el transporte de insumos y productosagropecuarios en las zonas productoras. Partede los efectos de esta escasez y racionamientose reflejan en un aumento sus precios en elmercado negro, en particular del segundo. Enrelación con la salud se reportaron algunasmejoras –e.g., descenso en el número decontagios por la COVID-19–, no obstante quecontinúa la desconfianza en las cifras oficiales.Así mismo, el abastecimiento demedicamentos se mantiene, pero contrastacon el deterioro de la situación de los centrosde salud –en particular, en las zonasproductoras–, si bien es percibido tambiéncomo grave a nivel nacional. En cuanto a laeducación, se reporta el deterioro del sistemageneral de educación, particularmenteevidenciado en la caída del número de clasesque reciben los niños en edad escolar –soloalgunas veces–, así como el aumento de niñosen situación de abandono.

En relación con lo económico, losinformantes reportan que se mantiene elapoyo público a los ingresos: se mantiene lafrecuencia de los bonos, pero persiste elproblema de su cuantía. Entre el deterioro dela situación fiscal petrolera, más la persistenteinflación, los montos recibidos continúansiendo insuficientes. Sin embargo, continúanpercibiendo ingresos desde el exterior –víaremesas–, al tiempo que también –enparticular en las zonas próximas a las fronterasterrestres–, continúa la emigración devenezolanos, a pesar de la delicada situaciónsocioeconómica –y últimamente, de ordenpúblico– en los países que podrían acogerles.Por su parte, en cuanto a la conflictividad elreporte a nivel nacional indicó que si bien sehan reducido significativamente el númerode protestas –en gran medida por las medidasde confinamiento y limitaciones demovilidad–, siguen algunas, la mayoríavinculadas con la escasez de gas doméstico,agua y electricidad. Por último, tampoco hacambiado la situación de seguridad personal,al tiempo que se mantiene o aumenta ladelincuencia y la extorsión y atracos conviolencia en las zonas productoras. Igualmentese mantiene la desconfianza en los cuerposde seguridad.

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Como se ha indicado en epígrafesanteriores, el efectivo en divisas y las tarjetasde débito son actualmente los medios de pagomás preferidos por los venezolanos paraadquirir sus alimentos. El lugar de comprapreferido a nivel nacional es los «abastoschinos» (reportado por el 47% de losinformantes), bodegas cercanas (28%),automercados/supermercados (17%) ycomercio informal (8%). Entre las familiasde bajos ingresos la frecuencia más comúnes diaria (41%) y semanal (34%),manteniéndose por tanto –como en el reporteanterior– conductas correspondientes aestratos de bajos ingresos. El costo de lacanasta básica de 9 alimentos a los cuales sele realiza el seguimiento aumentó conrespecto a enero-febrero 2021 del 12% (RAV,2021b). Esta situación, con matices, tambiénse registró en algunas de las zonasproductoras del país. Las bolsas/cajas CLAPcontinúan presentando retardos en llegar alos hogares, misma situación que había sidoreportada en el informe anterior (RAV,2021a): estas llegan con mucho retraso,situación que es aún más delicada en elinterior del país, donde esos retrasos sonmayores y por tanto discriminan y afectanen mayor medida a las familias de menoresingresos que dependen en parte de ellas parasu alimentación. Los productos que con másseguridad están contenidos con mayorseguridad en esas transferencias son harinade maíz, pastas alimenticias, arroz, azúcarrefinado y leguminosas, en tanto los menosseguros son leche, quesos, sardinas, atún,aceite vegetal y margarina (ídem). Esta medidaestatal, tal y como han advertido tanto elPrograma Mundial de Alimentos (WFP, 2021)como algunos investigadores (Landaeta et al.,2018; UCAB-IIES, 2020b), promueve dietaspoco variadas, en las que predomina unexceso de carbohidratos y muy pocasproteínas –en particular, de origen animal–,con severas consecuencias para la nutrición.

Adicionalmente, un informecorrespondiente a febrero de 2021 publicadopor UNICEF (2021a) estimaba en 3.200.000el número de infantes en situación denecesidad de asistencia humanitaria en el país.Los planes de esta agencia se han orientado –

entre otros– a la alimentación escolar, concasi 50.000 niños atendidos en los estadosAmazonas, Apure, Bolívar, Mérida, Miranda,Táchira y Zulia –bolsas de comida y comidaspara llevar, distribuidas entre niños yadolescentes–, así como a través de aliadospara niños en condición de desnutriciónaguda o severa y a las madres embarazadas ylactantes. Pero también resaltan la persistenciala situación humanitaria, caracterizada porlas interrupciones del sistema eléctrico, enparticular en los estados occidentales, conseveras consecuencias y desafíos para laeducación y el trabajo remoto; racionamientode gasolina y escasez de diesel, con impactostanto en el transporte público como en el debienes y servicios. Más tarde, en marzo de2021 se confirmó el aplazamiento de lamedida de reapertura de las escuelas y centroseducativos por razones de la COVID-19(UNICEF, 2021b), con lo que crece laincertidumbre sobre la reactivación delPrograma de Alimentación Escolar13, que sehabía convertido en uno de los principalesmedios de acceso a los alimentos –al menos,a alguna comida diaria–, para las familias máspobres.

Por último, en cuanto a los efectos sobrela dieta y la nutrición, las conductasrecurrentes de la población emulando a paísesque históricamente han sufrido de hambre ydesnutrición, constituyen otro indicio másde la situación de emergencia del país. Así,según el Programa Mundial de Alimentos(2020) 3 de cada 4 personas han adoptadoestrategias de sobrevivencia para el consumode alimentos; 1 de cada 5 familias ha vendidoactivos para cubrir la compra de susalimentos; 1 de cada 3 personas ha trabajadoa cambio de alimentos y 6 de cada 10 personashan gastado sus ahorros para adquiriralimentos (Landaeta et al., 2018; PMA, 2020).Así mismo, en parte debido a lo anterior, ladieta para la mayoría de los hogares se hacecada vez más monótona, menos diversa y másinadecuada, al tiempo que se reducen lasraciones y/o el tamaño de estas (Landaeta etal., 2018; USB-IIES, 2020b). Estos efectos dancuenta que el Sistema AlimentarioVenezolano-SAV de hoy presenta severas fallasen las cuatro dimensiones de la seguridad

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alimentaria (disponibilidad, acceso,bioutilización y estabilidad), afectando enconsecuencia la posibilidad de materializaral conjunto de la población al cacareadoderecho a una alimentación adecuada.

5. REFLEXIONES FINALES YCONCLUSIONESLa investigación tuvo como objetivos larealización de un inventario de las principalespolíticas económicas generales y sectorialesagroalimentarias de los distintos gobiernos alo largo de los siglos XIX, XX y XXI, conénfasis en el período 2013-2021, así comoanalizar sus contribuciones para garantizarel ejercicio del derecho humano a unaalimentación adecuada en Venezuela. A lolargo de casi 200 años de vida republicana sefue fraguando en el país un sistemaalimentario que fue progresivamentemodernizándose y mejorando sus capacidadesde desempeño en su rol clave de coadyuvar ala seguridad alimentaria y nutricional de sushabitantes. No obstante, el efecto de la rentapetrolera sobre el SAV -que determinó laelevada dependencia de las importaciones ypor tanto su volatilidad atada alcomportamiento de aquella-, junto con lapersistente sobrevaluación del tipo de cambioy las dificultades que más recientementeenfrentan los distintos actores en medio deuna crisis social, económica e institucionalsin precedentes -entre otros factores-, hanevidenciado las severas deficiencias queamenazan el cumplimiento del objetivoprincipal del SAV.

En este marco, la inseguridad alimentariaconstituye un factor determinante de lamalnutrición que afecta a la población enVenezuela, cuyas consecuencias son elaumento de la malnutrición y del hambreoculta en los grupos más vulnerables. Unexamen de las principales políticasimplementadas en el país a lo largo de suhistoria republicana, pero particularmente lasde las dos últimas décadas, permite confirmarla drástica transformación de aquel país suigeneris y de vanguardia que se hallaba en laAmérica Latina hasta finales de la década de1970. Partiendo de una naciónagroexportadora que sobrevivió hasta la

década de 1930, pasó rápidamente a ser unpaís petrolero, en el que la renta derivada desus exportaciones permitió consolidar una"industria petrolera" y se tradujo enimportantes cambios hacia la modernidad.Desafortunadamente, diversas causas comopolíticas inadecuadas o extemporáneas,estímulo de la cultura del rent-seeking desdelas élites gobernantes, corrupción y agendaspersonalistas de algunos funcionariosllevaron a la otrora protagonista principal delas negociaciones mundiales petroleras, larespetada intermediaria diplomática o el paísde las mayores reservas de crudo del planeta,a depender de las importaciones de gasolinae insumos importados para abastecer a susemiparalizado parque automotor eindustrias que aún sobreviven a la crisis. Másallá de las transformaciones políticas eideológicas, Venezuela ha sufrido cambios degran envergadura, en el que las dimensioneseconómica, social, política, ambiental y hastacultural se han visto severamente alteradas.Es la transformación hacia lo que Osío y Stolt(2019) han denominado nueva forma delEstado y del país como Estado-nación, en elque colapso económico provocado algunasveces por sus erradas políticas -o por su inerciao inacción, otras tantas- fue aprovechado paraconvertirse en una estructura más liviana yadaptativa que concentra sus escasos fondosactuales en el único objetivo de mantenerseen el poder.

Lo que al iniciar la década del 2000 parecíaser el inicio hacia un nuevo orden y de unnuevo modelo de desarrollo -con la nuevaConstitución Nacional de 1999 y las leyesaprobadas en el marco de la Ley Habilitantede 2001, basado en el "desarrollo endógeno"-, terminó por parecerse más a un enigmáticomodelo sociopolíticoeconómico. Con las"misiones" sociales iniciadas en 2003ciertamente comenzaron a mejorar algunosde los indicadores, destacandoparticularmente las mejoras en los salarios,en el acceso a los alimentos y la reducción dela pobreza. No obstante, el carácterredistributivo de estas medidas, fiscalmentesoportados por una renta que mermabaprogresivamente hasta prácticamentedesaparecer en la actualidad -buena parte de

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las exportaciones petroleras corresponden acanjes por otros productos, para honrarcompromisos/deudas previamente contraídascon China y Rusia, etc.- les hacíaninsostenibles en el tiempo. La realidad actuales que las familias deben procurarse suspropios medios de subsistencia, pues nisiquiera los salarios les permiten cubrir susnecesidades alimentarias y nutricionales.Además, las políticas de distribución ycomercialización de alimentos implementadasen los últimos gobiernos -basadas en subsidios-fueron diseñadas solo para mejorar el accesode la población, pero no como instrumentospara generar hábitos saludables ni parapropiciar una oferta equilibrada paraalimentación sana (Tapia et al., 2017). Parecenolvidar que la responsabilidad del Estadocomo garante del derecho a una alimentaciónadecuada no se limita a un mero deberasistencial o como benefactor, sino que debegarantizar que nadie sufra hambre odesnutrición severa (Marrero e Inciarte,2021).

Un balance del SAV tras 22 años de«socialismo del siglo XXI» -el equivalente acuatro lustros o períodos presidenciales delanterior régimen constitucional de 1961-evidencia que este hoy no capaz de cumplircon las dos condiciones necesarias ysuficientes para materializar el derecho a unaalimentación adecuada -disponibilidad dealimentos en cantidad y calidad suficiente,culturalmente aceptables y acceso sostenible,sin interferir con otros derechos humanos-.A pesar de los ingentes cambiosinstitucionales gestados desde 1999 y de losavances significativos en materia de SAN yreducción de la pobreza, el desempeño delSAV particularmente desde 2014 corroboralo que ya advertido la FAO en 2019: lasconstituciones y sus disposiciones jurídicaspor sí solas resultan insuficientes paragarantizar la seguridad alimentaria ynutricional, reducir la pobreza y erradicar elhambre. Los severos retrocesos aludidos a lolargo del artículo solo confirman el deterioroprogresivo del bienestar de la poblaciónvenezolana -que aún no se detiene-, sino queponen en entredicho la motivación y lascapacidades del Estado venezolano para

garantizar aquel derecho. Y aunque laproducción petrolera se haya recuperadomarginalmente en los últimos meses, eldeterioro de sus infraestructuras y las ingentesinversiones requeridas para retomar lascapacidades que había en 1998 evidencian quela renta petrolera -al menos no en el cortoplazo- no será más una fuente suficiente yestable para financiar los cambioseconómicos necesarios para la recuperacióneconómica.

Por tanto, en un escenario incierto comoeste, está claro que son otras las fuentes definanciamiento a las cuales se deberá recurriry que el Estado no será más el actortodopoderoso en las décadas por venir. Lastareas urgentes -de cara a la recuperacióndeseada y necesaria- pasan entre otras por larestauración de los servicios básicos comoagua, electricidad, transporte y seguridad entodas sus vertientes, los de salud, larecuperación de la agricultura y de lo quesea posible en el caso de la industria, así comopor buscar la vía para superar el hambre(Pérez, 2020). Pero pasa también por alcanzarla paz social y política, como precondiciónpara atraer las inversiones privadas requeridaspor el país para su reactivación -repetidaincesantemente por diversos actores políticos,económicos y sociales y reseñada en febrerode 2021 por DATINCORP, en alusión a losempresarios venezolanos-. Todas ellasrepresentan apenas una fracción del conjuntode políticas necesarias orientadas a atenderla emergencia humanitaria, la estabilizacióny reformas estructurales iniciales, así comopara avanzar hacia una economía donde elEstado cede sus activos y competencias alsector privado, presenta y ejecuta unpresupuesto oportuno y cesa elfinanciamiento del gasto público para reducirla inflación (Balza, 2021). Sin una nuevainstitucionalidad y recuperación de laeconomía venezolana es imposible que el SAVpueda retomar la senda para desempeñar surol principal que permita a todos losvenezolanos materializar su derecho a unaalimentación adecuada.

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