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NOTULAE MINIMAE MOMMSENIANAE: MOMMSEN, HÜBNER E HISPANIA Y UN APUNTE SOBRE LA ESTRATEGIA DE TRABAJO DE MOMMSEN EN ITALIA MARC MAYER Universitat de Barcelona Mommsen, Hübner e Hispania Theodor Mommsen fue, es bien sabido, de una gran capacidad prolífica en casi todos los campos y su numerosa correspondencia, además de su obra gigantesca, es una buena muestra de ello 1 . Su dilatada trayectoría vital ha sido objeto de numerosos estudios biográficos, algunos de ellos de gran densidad 2 , y su conocimiento global del Mundo Antiguo y de las ciencias a él consagradas 1 En los ultimos tiempos y a raíz del centenario se han publicado diversos trabajos entre los cuales cabe destacar las contribuciones de M. Buonocore, Theodor Mommsen e gli studi sul Mondo antico dalle sue lettere conservate nella Biblioteca Apostolica Vaticana, Nápoles, 2003, y «Nel centenario della morte di Theodor Mommsen. Le sue lettere nel fondo Autografi Ferrajoli della Biblioteca Vaticana», en Miscellanea Bibliothecae Apostolicae Vaticanae, X, Città del Vaticano, 2003, 75-117. Anteriormente a título de muestra: M. Buonocore, «Miscellanea epigraphica e codicibus Bibliothecae Vaticanae: Lettere di Theodor Mommsen a Rodolfo Lanciani (Vat. lat. 13037, 13042)», Epigraphica, 58, 1996, 115-130; St. Rebenich, «Ein Brief Theodor Mommsen an Otto Jahn», Philologus, 139, 1995, 169-172; M. Cardozo, Correspondencia epistolar entre Emilio Hübner e Martins Sarmento, Guimaraes, 1947; Fr . y D. Hiller von Gaertringen, Mommsen und Wilamowitz. Briefwechsel 1872-1903, Berlín, 1935, de nuevo recientemente reeditada por W. M. Calder III, R. Kirstein, “Aus dem Freund ein Sohn”. Theodor Mommsen und Ulrich von Wilamowitz-Moellendorff: Briefwechsel 1872-1903, Hildesheim, 2003; L. Wickert, Theodor Mommsen - Otto Jahn. Briefwechsel 1842-1868, Frankfurt a. M., 1962; H.-E. Teigte, Theodor Storms Briefwechsel mit Theodor Mommsen, mit einem Anhang: Theodor Storms Korrespondenzen für die Schleswig-Holsteinische Zeitung 1848, Weimar, 1966; St. Rebenich, Theodor Mommsen und Adolf Harnack. Wissenschaft und Politik im Berlin des ausgehenden 19. Jahrhunderts. Mit einem Anhang: Edition und Kommentierung des Briefwechsels, Berlín - Nueva York, 1997; B. Rink - R. Witte, «Einundzwanzig wiederaufgefundene Briefe Mommsens an Jahn», Philologus, 127, 1983, 262-283. Naturalmente su inmensa correspondencia ha sido bien explotada por sus biografos, cf. nota 2. 2 Véase por ejemplo L. Wickert, Theodor Mommsen: eine Biographie, 4 vols. Frankfurt a. M., 1959-1980, o St. Rebenich, Theodor Mommsen. Eine Biographie, Munich, 2002, o bien la segunda edición a cargo de J. Bleicken, Stuttgart, 1996 de la biografía de A. Heuss, Theodor Mommsen und das 19. Jahrhundert, Kiel, 1956; para aspectos concretos: A. Wucher , Theodor Mommsen. Ges- chichtsschreibung und Politik, Göttingen, 1968 2 (1ª ed. 1956); en este último aspecto es interesante para precisar directamente el pensamiento político de Mommsen: Th. Mommsen, Reden und Aufsätze, Berlín, 1905. Cf. además el importante capítulo “Momm- sen und die Politik” de la biografía escrita por L. Wickert, vol. IV, 1980, pp. 46-122, en especial para su enfrentamiento con el

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NOTULAE MINIMAE MOMMSENIANAE: MOMMSEN, HÜBNER E HISPANIA Y UN APUNTE SOBRE LA ESTRATEGIA

DE TRABAJO DE MOMMSEN EN ITALIA

MARC MAYERUniversitat de Barcelona

Mommsen, Hübner e Hispania

Theodor Mommsen fue, es bien sabido, de una gran capacidad prolífica en casi todos los campos y su numerosa correspondencia, además de su obra gigantesca, es una buena muestra de ello1. Su dilatada trayectoría vital ha sido objeto de numerosos estudios biográficos, algunos de ellos de gran densidad2, y su conocimiento global del Mundo Antiguo y de las ciencias a él consagradas

1 En los ultimos tiempos y a raíz del centenario se han publicado diversos trabajos entre los cuales cabe destacar las contribuciones de M. Buonocore, Theodor Mommsen e gli studi sul Mondo antico dalle sue lettere conservate nella Biblioteca Apostolica Vaticana, Nápoles, 2003, y «Nel centenario della morte di Theodor Mommsen. Le sue lettere nel fondo Autografi Ferrajoli della Biblioteca Vaticana», en Miscellanea Bibliothecae Apostolicae Vaticanae, X, Città del Vaticano, 2003, 75-117. Anteriormente a título de muestra: M. Buonocore, «Miscellanea epigraphica e codicibus Bibliothecae Vaticanae: Lettere di Theodor Mommsen a Rodolfo Lanciani (Vat. lat. 13037, 13042)», Epigraphica, 58, 1996, 115-130; St. Rebenich, «Ein Brief Theodor Mommsen an Otto Jahn», Philologus, 139, 1995, 169-172; M. Cardozo, Correspondencia epistolar entre Emilio Hübner e Martins Sarmento, Guimaraes, 1947; Fr. y D. Hiller von Gaertringen, Mommsen und Wilamowitz. Briefwechsel 1872-1903, Berlín, 1935, de nuevo recientemente reeditada por W. M. Calder III, R. Kirstein, “Aus dem Freund ein Sohn”. Theodor Mommsen und Ulrich von Wilamowitz-Moellendorff: Briefwechsel 1872-1903, Hildesheim, 2003; L. Wickert, Theodor Mommsen - Otto Jahn. Briefwechsel 1842-1868, Frankfurt a. M., 1962; H.-E. Teigte, Theodor Storms Briefwechsel mit Theodor Mommsen, mit einem Anhang: Theodor Storms Korrespondenzen für die Schleswig-Holsteinische Zeitung 1848, Weimar, 1966; St. Rebenich, Theodor Mommsen und Adolf Harnack. Wissenschaft und Politik im Berlin des ausgehenden 19. Jahrhunderts. Mit einem Anhang: Edition und Kommentierung des Briefwechsels, Berlín - Nueva York, 1997; B. Rink - R. Witte, «Einundzwanzig wiederaufgefundene Briefe Mommsens an Jahn», Philologus, 127, 1983, 262-283. Naturalmente su inmensa correspondencia ha sido bien explotada por sus biografos, cf. nota 2.

2 Véase por ejemplo L. Wickert, Theodor Mommsen: eine Biographie, 4 vols. Frankfurt a. M., 1959-1980, o St. Rebenich, Theodor Mommsen. Eine Biographie, Munich, 2002, o bien la segunda edición a cargo de J. Bleicken, Stuttgart, 1996 de la biografía de A. Heuss, Theodor Mommsen und das 19. Jahrhundert, Kiel, 1956; para aspectos concretos: A. Wucher, Theodor Mommsen. Ges-chichtsschreibung und Politik, Göttingen, 19682 (1ª ed. 1956); en este último aspecto es interesante para precisar directamente el pensamiento político de Mommsen: Th. Mommsen, Reden und Aufsätze, Berlín, 1905. Cf. además el importante capítulo “Momm-sen und die Politik” de la biografía escrita por L. Wickert, vol. IV, 1980, pp. 46-122, en especial para su enfrentamiento con el

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le llevaron a destacar y ser el punto de referencia en numerosos campos, recordemos aquí tan sólo la denominación de “princeps philologorum” que le dedica Franz Bücheler y que recoge Eduard Norden en su introducción al volumen séptimo de la recopilación de las obras de Mommsen3.

Emil Hübner fue sin duda alguna uno de sus colaboradores primerizos y su dedicación a la Península Ibérica han hecho de él un personaje indispensable a la hora de hacer una historia de la epigrafía hispana o incluso de la Arqueología4. Nacido el 7 de julio de 1834 y muerto el 21 de febrero del año 19015, fue profesor ordinario de Filología Clásica en la Universidad de Berlín desde 1870. Su relación con Mommsen fue de una gran confianza como registra su correspon-dencia, aunque se fue deteriorando con el paso de los años hasta el extremo de que la tirantez entre ambos es mencionada claramente en el epistolario de Mommsen, en una forma que va mas allá de una simple rivalidad universitaria. La situación llevó a Hübner en 1881 a dimitir de su cargo de editor de Hermes por imposición de Mommsen y Ulrich von Wilamowitz- Moellendorff6, que se había casado con Maria Mommsen en 18787. No conocemos los motivos profundos de este

canciller Bismarck. M. Buonocore además en su reciente edición de la correspondencia de Mommsen en la Biblioteca Apostolica Vaticana hace una buena síntesis bibliográfica con su habitual erudición: M. Buonocore, Theodor Mommsen, p. 1, n. 1. El propio Mommsen contribuyó grandemente a su biografía tanto por su abundante correspondencia como por notas del tipo del diario de su viaje a Francia y a Italia ente 1844 y 1845, cf. G. y B. Walser (eds.), Theodor Mommsen Tagebuch de französisch-italienischen Reise 1844/1845, Berna - Frankfurt a. M., 1976. Pueden ser útiles también opúsculos como el de O. Gradenwitz, Theodor Mommsen, Weimar, 1904, publicado separadamente a partir del vol. 25 de la Zeitschrift der Savigny-Stiftung für Rechtsgeschichte, en su Romanistische Abteilung, o el volumen de L. M. Hartmann, Theodor Mommsen. Eine biographische Skizze, Gotha, 1908, que lleva un apéndice “Ausgewählte politische Aufsätze Mommsens”. De forma general y antes de la muerte del proprio Mommsen cf. K. Zangemeister, Theodor Mommsen als Schrifteller. Ein Verzeichnis seiner Schriften, Berlín, 1905, se trata del homenaje para el septuagésimo aniversario de Mommsen el 30 de noviembre de 1887, publicado con un addendum bibliográfico hasta 1905 a cargo de Emil Jacobs, que ha sido reimpreso recientemente al cuidado de St. Rebenich, que lo suplementa y añade los estudios posteriores sobre Mommsen, en Hildesheim, 2000. Un breve esbozo biográfico a propósito de la recepción en España de la obra de Mommsen: J. A. Delgado, «La obra de Theodor Mommsen en España: la traducción española de la Römische Geschichte», Gerión, 21, 2003, 45-58.

3 Th. Mommsen, Gesammelte Schriften, 7. Band. Philologische Schriften, Berlín, 1907, que recoge los trabajos de este tipo escritos entre 1844 y 1898; cf. el “Vorwort” de E. Norden, p. v, donde se refiere a un telegrama propuesto por F. Bücheler en estos términos a la reunión de filólogos celebrada en Colonia en 1895 y dirigido a Mommsen.

4 P. Le Roux, «E. Hübner ou le métier d’epigraphiste», en Epigraphie hispanique problèmes de méthode et d’edition, París, 1984, 17-31. Más recientemente, A. U. Stylow - H. Gimeno, «Emil Hübner», en Pioneros de la Arqueología en España del siglo XVI a 1912 (Zona Arqueológica 3), Alcalá de Henares, 2004, 333-340.

5 B. L. Gildersleeve, «Necrology. Emil Hübner, July 7, 1834 - February 21, 1901», AJPh, 22,1901, 113-114; E. Tormo, «Ho-menaje español a la memoria de Emil Hübner: el fundador de la moderna arqueología hispánica», BRAH, 121, 1947, 489-506.

6 Aunque discípulo de Fr. Ritschl, Mommsen lo reconoció siempre como su primer discipulo epigrafista, cf. L. Wickert, Theodor Mommsen, pp. 6-7, donde recoge el texto de una carta de Theodor Mommsen a su hermano Tycho de 6 de marzo de 1864, en la que se refiere a los discípulos que siguieron los pasos de Hübner. Emil Hübner se había habilitado con Mommsen (sobre la “Habilitation” cf. L. Wickert, Theodor Mommsen - Otto Jahn, p. 258, núm. 212, carta del 2 de abril de 1861) anteriormente, y Mommsen siempre lo consideró alumno suyo a pesar de proceder de otra escuela, fue Privat-Dozent en 1859 y profesor en 1863; las relaciones de Hübner con su maestro no obstante se fueron enrareciendo, como sucedió con otros de sus antiguos discípulos, y eran ya muy malas cuando obtuvo el ordinariato en Berlín, cf. St. Rebenich, «Ein Brief Theodor Mommsen an Otto Jahn», p. 171, n. 10, para un sucinto estado de la cuestión (L. Wickert, Theodor Mommsen - Otto Jahn, p. 378, resume brevemente el cursus de Hübner). Rebenich cita una carta de Mommsen a Henzen, de 13 de enero de 1872, en la que se refiere a Hübner y las posibles consecuencias poco afortunadas de su nombramiento como ordinario para sus intenciones, cf. L. Wickert, Theodor Mommsen, vol. IV, p. 11, donde se reproduce el texto de la carta. En el mismo sentido se manifiesta el texto de otra carta a su amigo Jacob Bernays del 3 de octubre de 1871: “Ich will nur eins erwaehnen: die unglückliche Fixierung von Hübner hier, deren Konsequenzen für die Zukunft Sie selbst berechnet haben werden”, cf. L. Wickert, Theodor Mommsen, vol. IV p. 10. Cf. para esta cuestión también: St. Rebenich, Theodor Mommsen und Adolf Harnack, pp. 110-111, donde recoge el progresivo distancia-miento científico entre Mommsen y Hübner hasta el rompimiento definitivo que se produjo en 1881, cuando este último tuvo que cesar en la redacción de la revista Hermes de la que había sido el redactor desde el inicio (cf. Fr. y D. Heller von Gaertringen, Mommsen und Wilamowitz, p. 128, num.109, carta de Mommsen a Wilamowitz del 7 de diciembre de 1881, donde le habla de la necesidad de encontrar un nuevo redactor para substituir a Hübner), en el momento en que Wilamowitz y Mommsen, que la había fundado, le obligaron a retirarse de la misma; cf. también la ed. de W. M. Calder, R. Kirstein, Avs dem Freund…, vol. I nº 109, pp. 178-180 esp. p. 179 y nota 554. Véase también más brevemente: St. Rebenich, Theodor Mommsen, p. 162. Un breve resumen del cursus académico de Emil Hübner en A. U. Stylow - H. Gimeno, «Emil Hübner», p. 333.

7 Cf. M. Buonocore, Theodor Mommsen, p.164 y n, 485, el comentario a la carta número 76 dirigida a De Rossi en vísperas de la boda.

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distanciamiento y no podemos valorar cuánto es atribuible a Hübner en estos momentos que siguieron al golpe sufrido por Mommsen con el incendio en 1880 de su biblioteca y archivo8. La contribución al nacimiento del CIL por parte de Hübner, secundando a Mommsen en los primeros momentos de andadura, fue muy importante y marcó sin duda alguna la pauta a aquellos otros estudiosos que le siguieron en la vía trazada por el maestro9.

Su disponibilidad y entrega a la tarea encomendada por Mommsen, para la que le había preparado previamente el gran Bartolomeo Borghesi –“l’anziano” de S. Marino como le llamará con aprecio frecuentemente Mommsen en sus cartas– durante su estancia de formación en Italia, es total. La especial predisposición de Hübner y sobre todo su sociabilidad le hicieron particular-mente adecuado para los viajes de preparación del CIL que le fueron encargados, especialmente en la Península Ibérica10.

El polifacetismo de Hübner fue semejante en cierta manera al de su maestro berlinés si bien tuvo una vertiente mucho más didáctica en ciertos puntos, que le llevó también a la paleografía epigráfica11. Esta capacidad de comprensión de los problemas le es común con Mommsen tanto en lo que concierne a cuestiones filológicas e históricas como a algunas cuestiones más de minucia como pueden ser incluso los sellos12. Ya en el primer número de la revista Hermes puede verse la singular capacidad de síntesis de Hübner y su interés por las fuentes históricas y literarias sin dejar de lado las propiamente arqueológicas, de lo cual es un ejemplo preclaro su artículo todavía valioso en muchos puntos sobre Tarragona13.

En Hübner estará presente siempre además del interés epigráfico un gusto muy notable y depurado por la arqueología14. El hecho de ser yerno del historiador J.G. Droysen15 y discípulo

8 El incendio se produjo la noche del 11 al 12 de julio de 1880. Sobre este hecho cf. O. Diliberto, Storia di un libro, Cagliari, 1995; La biblioteca stregata, Milán - Roma, 1999; La biblioteca stregata. Nuove tessere di un mosaico infinito, Roma, 2003. Véase una completa bibliografía en M. Buonocore, Theodor Mommsen, pp. 175-176 y n. 525 ,y p. 360, n. 1094.

9 P. Le Roux, «E. Hübner ou le métier d’epigraphiste», p. 27, n. 24, al ocuparse del origen del CIL sobre la base de A. Harnack, Geschichte der königlich preussischen Akademie der Wissenschaften zu Berlin, vol. I, Berlín, 1900, pp. 900-913, es muy importante J.P. Waltzing, Le recueil général des inscriptions latines (Corpus Inscriptionum Latinarum) et l‘épigraphie latine depuis 50 ans, Lovaina, 1892, en especial el capítulo 3 para nuestro objeto.

10 E. Hübner, «Reiseberichte des Hrn...», en las correspondientes “Sitzungen der philosophisch-historischen Klasse” publicadas en los Monatsberichte der Königlichen Preussischen Akademie der Wissenschaften zu Berlin. Aus dem Jahre1860, Berlín, 1861, pp. 231-235, desde Barcelona 22 de marzo de 1860; pp. 235- 241, desde Tarragona 31 de marzo de 1860; pp. 324-332, desde Madrid 27 de mayo de 1860; pp. 421-440, desde Cartagena 28 de junio de 1860; pp. 440-450, desde Gibraltar 7 de julio 1860; pp. 594-643 desde Granada 5 de septiembre de 1860; y Monatsberichte…1861, Berlín, 1862, pp. 16-113, desde Sevilla 10 de diciembre de 1860; pp. 377-405, desde Madrid 1 de marzo de 1861; pp. 525-549, desde Madrid 5 de mayo de 1861; pp. 721-837, desde Lisboa 3 de julio de 1861; pp. 938-986, sin indicación de ciudad y encabezado por el número XIV; dado que se trata de la sesión del 29 de octubre debió de ser entregado directamente por Hübner. Véase también Th. Mommsen, «Mittheilung aus spanischen Reiseberichten Emil Hübners», AZ, 19, 1861, col. 163. Un buen resumen de ellos en A.U. Stylow - H. Gimeno, «Emil Hübner», pp. 334-337. La publicacion de la parte relativa a Portugal : E. Hübner, Noticias archéologicas de Portugal, Memorias da academia real das sciencias de Lisboa, Classe das sciencias moraes, politicas e bellas lettras, t. IV, parte I, 4, Lisboa, 1872 ; cf. ademas P. Le Roux, «E. Hübner ou le métier d’epigraphiste», pp. 27-28, n. 32.

11 Un ejemplo de ello lo encontramos en la “Römische Epigraphik” contenida en el Handbuch der Klassischen Altertumswissenschaft, de I. von Müller, vol. I, Nördlingen, 1886, pp. 475-548, y también en la 2ª edición de Munich, 1892, pp. 625-710, o el artículo correspondiente, “Roman Inscriptions”, de la Enciclopaedia Britannica, producto de su presencia en Inglaterra; por no mencionar otros manuales filológicos e incluso gramaticales. El tratadito de E. Hübner, Über mecanische Copien von Inschriften, Berlín, 1881, con un apéndice en francés: “Instruction pour l’estampage des inscriptions”, ha sido bien valorado en P. Le Roux, «E. Hübner ou le métier d’epigraphiste», p. 29, nn. 47-48. Hay que destacar en este campo los colosales Exempla scripturae epigraphicae latinae a Caesaris dictatoris morte ad aetatem Iustiniani. Auctarium CIL, Berlín, 1885.

12 Por ejemplo la “Bemerkung” recogida en el texto de E. Hübner, «Römische Siegel», Hermes, 1, 1866, 136-142, pp.138-139, donde se entrecomilla la contribución de Mommsen lo que constituye una buena muestra de la consideración e interacción entre ambos en el momento de aparecer el primer volumen de Hermes del que Emil Hübner fue el primer editor en 1866. En este primer número de la revista tanto Mommsen, con una docena de contribuciones distintas, como Hübner, con ocho, dan una prueba más de su trabajo infatigable y de la amplitud de sus intereses.

13 E. Hübner, «Tarraco und seine Denkmäler», Hermes, 1, 1866, 77-127.14 Arqueología de España, Barcelona, 1880, pp. 73-74, bien puesto de relieve por P. Le Roux, «E. Hübner ou le métier d’epigraphiste»,

p. 28, n. 44. Prueba de este interés no desmentido desde el primer momento de su trabajo en la Península Ibérica es la recopilación

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de Friedrich Ritschl, que publicó unos Priscae latinitatis monumenta epigraphica16, puede haber contribuido a la diversificación amplia de intereses de quien en principio era un filólogo clásico de excelente formación. No obstante parece que la experiencia definitiva fueron los 20 meses se-guidos en España y Portugal17, que le abrieron los ojos a la necesidad de un conocimiento amplio más allá de la erudición y de los documentos obtenidos en las bibliotecas, y sobre todo le hicieron comprender la necesidad de entender y querer el terreno que se estudia en todos los sentidos, lo cual incluye evidentemente a los habitantes de la zona18. Fruto de esta gran capacidad de absor-ción es seguramente el sumar al proyecto del CIL, la publicación de las inscripciones cristianas de Hispania y de Britannia, así como los Monumenta linguae Ibericae, intentando de esta forma, con gran tesón y trabajo, colmar las lagunas de conocimiento que detectaba en los territorios que le correspondió estudiar19. En los Additamenta nova publicados en Ephemeris Epigraphica en 1899, y datados en 1896, ya casi al término de su carrera hispánica y vital indica: “sed primum veterum amicorum meorum industria effectum est…”20, efectivamente reconoce que su red de amistades es la que le proporciona información, lo cual, no obstante, es consecuencia de su conocimiento del país sobre el que trabajó y del inmenso esfuerzo científico y humano que le dedicó en todo momento.

No podemos suponer el motivo exacto por el que se encargó a E. Hübner en primer lugar Hispania como misión epigráfica. Sabemos sin embargo que en el plan ambicioso de Mommsen no podían faltar estas provincias y que su interés por las mismas se debió acrecentar en gran medida seguramente durante su periodo en Breslau, donde se instaló en 1854 y desde donde empieza a ocuparse de las leyes de Salpensa y Malaca21. El hecho de que después Emil Hübner comience los trabajos del CIL por estas provincias puede coincidir perfectamente con ello. Puede añadirse el hecho de que a Mommsen le preocupó siempre mucho el problema de la falsificación de los documentos históricos y que la epigrafía hispana era un excelente ejemplo de estos problemas, como demostrará con creces el trabajo que Emil Hübner llevará a cabo.

de los monumentos vistos que publicará después en el opúsculo Die antike Bildwerke in Madrid nebst einem Anhang enthaltend die übrigen antiken Bildwerke in Spanien und Portugal, Berlín, 1862. Más adelante seguirá el volumen Arqueología de España, Barcelona, 1880; cf. nota 18.

15 Sobre Droysen cf. P. Le Roux, «E. Hübner ou le métier d’epigraphiste», pp. 26-27, con la bibliografía esencial para este caso.16 Berlín, 1862, es uno de los muchos trabajos que publicó Fr. Ritschl sobre inscripciones, que recogen al menos en parte sus

Philologische Schriften, vol. IV, Leipzig, 1877. 17 A. U. Stylow, «Von Emil Hübner zur Neuauflage von CIL II. Anhang: Zu einer neuen Pales-Schrift aus Mirobriga», MM, 36,

1995, 17-29, esp. pp. 17-18, muy interesantes resultan la noticias sobre la continuación, interrumpida por los avatares de las guerras, encargada Lothar Wickert que viajó dos veces a la Península, en 1928 y 1931, cf. pp. 18-19. Un excelente resumen de los viajes de Hübner a la Península Ibérica en A. U. Stylow - H. Gimeno, «Emil Hübner», pp. 334-337, cf. además M. Rodrí-guez de Berlanga, «Estudios epigráficos. Aemilio Huebnero», Revista de la Asociación artístico arqueológica barcelonesa, III, pp. 185-210 y 313-321; M. García González - I. Martínez Herranz - M. Ayarzagüena Sanz, «Hübner en España», Revista de Arqueología, 191, 1997, pp. 9-11.

18 Cf. P. Le Roux, «E. Hübner ou le métier d’epigraphiste», p. 20, a propósito de la Arqueología de España, Barcelona, 1880, de Hübner premiada por la Academia de Barcelona. Cf. además la introducción de Hermann Dessau a la publicación póstuma de los Additamenta nova ad Corporis volumen II de E. Hübner que le había entregado Rudolph Hübner, su hijo, en Ephemeris Epigraphica, IX, Berlín, 1903, pp. 12-185, véase p. 12, donde destaca el gran esfuerzo de Hübner y el progreso científico que trajo a los Hispani, al tiempo que pedía a éstos una continuidad en la colaboración en la tarea de la cual se hacía cargo. Dessau añadió ya en aquel volumen las inscripciones llegadas después de la muerte de Hübner e intervino especialmente en el apéndice sobre las inscripciones pertenecientes al “instrumentum domesticum”, ocupándose de la epigrafía anforaria.

19 Inscriptiones Hispaniae christianae, Berlín, 1871; Inscriptiones Britanniae christianae, Berlín, 1873, que contiene además un suple-mento a las cristianas de Hispania; Monumenta linguae Ibericae, Berlín, 1901.

20 E. Hübner, «Additamenta nova ad Corporis volumen II», Ephemeris Epigraphica, VIII, Berlín, 1899, 351-620, esp. p. 351.21 Cf. L. Wickert, Theodor Mommsen, vol. III, 1969, pp. 358-363, recordemos que la edición primera de esos bronces la realizó

M. Rodríguez de Berlanga en 1853, y que fueron hallados a finales de octubre de 1851. Cf. Th. Mommsen, «Die Stadtrechte der latinische Gemeinden Salpensa und Malaca in der Provinz Baetica», Abhandl. d. Sächs. Ges. d. Wissensch., 3, 1855, 361-507 (= Gesammmelte Schriften, vol. I: Juristische Schriften vol. I, Berlín, 1905, 265-382).

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Emil Hübner inicia su trabajo y su preparación en 1858 cuando Mommsen lo propone a la Academia de Berlín con este objetivo y, una vez realizada una primera labor de documentación en las bibliotecas alemanas, partirá en febrero de 1860 con destino a España deteniéndose en París para ver libros y manuscritos, aprovechando las excelentes relaciones de Mommsen en aquel mo-mento con los especialistas y eruditos franceses22. En las bibliotecas de París (Biblioteca Imperial, hoy Nacional, y del Institut de France) hallará nueva documentación que le da confianza para su trabajo futuro sobre el terreno23. El propio Hübner se dará cuenta más tarde de lo alejado que estaba de la realidad, cuando, a continuación con esta preparación previa, se enfrenta a las circunstancias creyendo que ésta sería suficiente para su trabajo sobre el terreno durante veinte meses: «ut mihi videbar –dice con una sombra de ironía sobre la suficiencia de su preparación– Hispaniam ipsam adii et Portugalliam totamque paeninsulam mensibus fere viginti peragravi»24. El momento de iniciar este viaje hispánico de Hübner tuvo una gran trascendencia para el desarrollo posterior del CIL, hecho que no escapó a quienes estaban al tanto del desarrollo de la empresa, se trataba del primer viaje con responsabilidad completa no realizado personalmente por Th. Mommsen y por primera vez se confiaba en un jovencisimo colaborador para trabajar en un territorio relativamente desconocido, al menos directamente, para los centroeuropeos en aquel momento, exactamente al contrario de Italia que era meta preferente de los viajes de perfeccionamiento.

El proprio Mommsen cuenta a O. Jahn la partida de Hübner a España y seguirá a ésta una serie de cartas en que aparecerá la figura de Hübner y su viaje como elemento reiterado, asimismo esta correspondencia pondrá de relieve más tarde las excelentes relaciones personales y científicas entre Mommsen y su ahora discípulo en cuyas capacidades confía plenamente en aquel período25.

22 CIL II, Praefatio p. xxv: “Mense Februario deinde anni 1860 Parisios me contuli ibique libros impressos et schedas aliquot ma-nuscriptas in bibliothecis publicis imperiali et instituti francogallici servatas contuli adiutus summa virorum eorum, qui haec studia nostra ibi fovent, Benedicti Hasii interim defuncti, Leonis Renierii nunc socii nostri, Hadriani de Longperier, Aemilii Egger benevolentia”, que constituían en aquel momento lo mejor de la ciencia francesa en este campo. Sobre el inicio de las relaciones de Mommsen con los franceses, cf. L. Wickert, Theodor Mommsen, vol. II, 1964, pp. 9-42.

23 Seguramente en este momento Emil Hübner entablará las relaciones cordiales con los franceses que le valdrían una consideración de los mismos incluso en momentos tan dificiles de los contactos de Theodor Mommsen con ellos como consecuencia de la publicación de la “Lettera ai Italiani” en 1870, en las primeras semanas de la guerra franco-prusiana: cf. L. Wickert, Theodor Mommsen, vol. IV, pp. 170-179 y 295-299. Y en especial la carta de L. Renier a Mommsen del 21 de febrero de 1872, allí mismo parcialmente recogida y comentada (pp. 284-287), con una referencia a Hübner. Para las relaciones con Francia en general, cf. también las pp. 137-170 y 274-295. Mommsen quedará marcado por esta contienda, así en una carta a R. A. Lanciani (1845-1929), del 10 de septiembre de 1880 fechará “10 giornata di Sedan 1880”, cf. M. Buonocore, Theodor Mommsen, p. 354, carta núm. 204.

24 CIL II, Praefatio, p. xxv25 Cf. sobre este viaje L. Wickert, Theodor Mommsen, vol II, p. 239. Cf. también St. Rebenich, «Ein Brief Theodor Mommsen

an Otto Jahn», p. 171, n. 10, con referencia a una carta del 14 de junio de 1860 a Otto Jahn, recogida en L. Wickert, Theodor Mommsen - Otto Jahn, p. 245, núm. 198. Mommsen ha recibido cartas de Madrid y de Cartagena y sabe que Hübner estará de nuevo en otoño en Madrid; hay también una respuesta de Jahn en p. 199, núm. 199 con referencia Hübner. Se refiere Mommsen en esta misma correspondencia a la necesidad de encontrar los fondos para Hübner, lo cual ha conseguido finalmente, cf. p. 255, núm. 210; se refiere de nuevo a las mismas cuestiones financieras en p. 360 núm. 212, de 2 de abril de 1861, en la que da cuenta a Jahn de que Hübner volverá a Berlin en julio o agosto de este año. En diciembre de 1861 en una nueva carta a Jahn, datada el 13 de dicho mes, le cuenta cómo confiará a Hübner el cuidado de los Fastos, cf. p. 275, núm. 228. El 23 de octubre de 1863 Jahn encomienda a Mommsen que felicite a Hübner por su matrimonio, contraido con una hija de las primeras nupcias de J.G. Droysen, cf. p. 299, núm. 258. Son los momentos en que Hübner está al lado de Mommsen en todos los quehaceres docentes como reflejan una carta del mismo Jahn de 30 de mayo de 1864 y otra del 10 de julio del mismo año, cf. p. 311, núm. 271 y p. 313, núm. 273 respectivamente, o en una nueva carta de Jahn de 16 de mayo de 1867, p. 353, núm. 319. Menos abundante es la documentación sobre el periplo de Hübner en Gran Bretaña para redactar el volumen correspondiente del CIL VII, publicado en 1873. Sobre este viaje, cf. L. Wickert, Theodor Mommsen, vol. II, p. 277, donde recoge un pasaje de una carta de Mommsen a Max Müller al respecto datada el 9 de agosto de 1866, en la que, con un tono patriótico, dice: “…das ist ein echt deutsches Unternehmen, begründet auf Zusammenwirken vieler und Selbstverleugnung des einzelnen, etwas was eben auch nur hier möglich ist”, frase que refleja perfectamente el pensamiento mommseniano en aquel momento sobre el “corpus” epigráfico al que consagrará prácticamente su vida.

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Complemento de la información que proporciona la correspondencia de Mommsen con Otto Jahn es la del proprio Mommsen con Wilhelm Henzen de la que queremos aportar algunos pasajes que ilustran los mismos hechos que refleja la correspondencia con Jahn, pero en este casos dirigidos a su gran amigo de Roma26.

La preparación de la empresa epigrafica exige fondos y recursos no sólo humanos. Theodor Mommsen en una carta a W. Henzen datada en Trieste el 6 de noviembre de 1857 recoge como Mommsen esta preparando minuciosamente la intendencia del viaje de Emil Hübner: “1) Hin-sichtlich der Hispanien liegen jetzt bestimmte Anerbietungen von Hübner vor. Er ist bereit die Reise in der Art zu übernehmen,dass ihm auf 2 Jahre jarhrlich 500 rtt. zugeschossen, dagegen die Mitredaction zugesichert wird; über das detail verhandeln wir noch, werden aber uns wahrschein-lich einigen. Mir scheint dieser Antrag so sehr anehmbar, dass ich mit beiden Händen zugreifen möchte; besonders desshalb, weil die Kosten dann für unsere Kasse sich auf eine feste Summe reduciren und das Schlimmste dabei, das investum, Hübner trägt –er kann es, wie Sie wissen. Ehe ich indess schliess ich Ja sage, möchte ich auch Ihr und Rossi‘s Fiat haben, da die Sache uns ja alle angehet und Sie Hübners Thätigkeit besser taxiren können als ich”. El texto resulta verdaderamente interesante, aunque no desde el punto de vista de los datos económicos ya que el estipendio de Hübner se conoce también por otras fuentes; lo que de verdad resulta notable es la búsqueda por parte de Mommsen del placet para Hübner, del fiat como dice el pasaje de la carta, de W. Henzen y de G. B. de Rossi (1822-1894), un testimonio más de lo que ellos mismos reconocerán como un “triunvirato pacífico”27 que procuró la continuidad sin altibajos de la empresa mommseniana. Demuestra ademas este pasaje el conocimiento previo que tenían de Hübner y de su manera de trabajar, seguramente fruto de la estancia italiana de éste por aquellos años. El documento tiene, pues, una gran trascendencia para este período preparatorio que se remonta a 1857, justo en el momento anterior a que Hübner recibiera el encargo de la Academia de Berlín.

El segundo de estos pasajes, contenido al final de una carta del 2 de octubre de 1858 enviada a Henzen desde Berlín, parece insignificante pero tiene en cambio una gran pregnancia: “Hübner kommt; ich muss heute schliessen”. Mommsen demuestra con ello una familiaridad con Hübner que no le debía resultar desconocida a Henzen, a la vez que utiliza un recurso estilístico y literario muy conocido para cerrar un texto o una carta. Las visitas de Hübner a Mommsen en su período de preparación berlinesa debieron ser muy frecuentes y bien recibidas por su maestro, por lo cual este documento cobra al menos un valor indicativo importante para estos momentos anteriores al gran viaje.

El tercero de ellos corresponde a una carta esta datada en Berlín el 1 de febrero de 1860 y en ella dice: “Hübner reist morgen. Gott sei Dank dass dieser Theil des Unternahmens in so guten Händen ist”, una prueba evidente de cuanto acabamos de decir anteriormende. La confianza y la esperanza de Mommsen en su empresa están depositadas en las manos de Hübner y en los resultados que espera obtener.

Una carta del 21 de abril del año 1860 contiene una nueva noticia: “Von Hübner habe ich Briefe aus Barcelona, Tarragona, Valencia. Es geht ihm gut und er scheint seine Sache gut zu

26 Wilhelm Henzen (1816-1887) es uno de los referentes romanos de Mommsen y se conserva dirigido al mismo un nutrido epis-tolario de Mommsen en el Archivo del Instituto Arqueológico Germánico de Roma, de donde sacamos estas noticias. Queremos dar gracias al director de la Biblioteca, Dr. Thomas Fröhlich, por su disponibilidad para acceder a estos materiales, y agradecer también a la Dra. Giulia Baratta su ayuda en el tratamiento de los mismos.

27 Cf. M. Buonocore, Theodor Mommsen, p. 9 y n. 15. Tanto el uno como el otro entablaron con Mommsen una amistad entrañable y casi familiar.

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machen, aber er findet nicht viel”. La labor de Hübner va bien, e informa puntualmente, aunque los resultados son menores de lo esperado. Mommsen no obstante mantiene un tono positivo y parece destacar la capacidad de actuación de su joven colaborador.

Capacidad que no se verá desmentida por la realidad hispánica que refleja en sus prólogos y en sus informes de viaje a los que queremos dedicar sólo unas pinceladas de pasada ya que, con mayor o menor extensión, se trata de un tema a menudo desarrollado28.

Además de las menciones que Hübner hace de sus colaboradores y amigos españoles en su “praefatio” a CIL II29, es interesante recoger las que hace primeramente en sus informes de viaje y que mencionan una lista de nombres muy semejante: Don Josè Antonio de Llobet y Vall-llosera, Don Ramon Roig y Rey, Don Manuel Milà y Fontanals, Don Antonio de Bofarull30, Dr. Volger31, el francés Léon Renier32, Don Buenaventura Hernandez33, Don Manuel Rodríguez de Berlanga y los hermanos Don José y Don Manuel Oliver Hurtado, además de Don Jorge Loring, Marqués de Casa Loring en Málaga34. Una lista que como hemos dicho repetirá en CIL II prácticamente sin variaciones. Valga para ello el ejemplo de sus colaboradores y amigos en Cataluña : “Neque in bibliotheca publica Barcinonensi, quae mihi patuit amicitia praefecti eius Mariani Aguiló, praeter schedas Antoni Augustini et libros epigraphicos et topographicos perpaucos multum inveni. Sed quod libri et schedae negaverunt, id mihi liberalissime obtulerunt colloquiis et indicationibus suis amici Barcinonenses, quos habui multos et egregios, Emmanuel de Bofarull, praefectus ar-chivii coronae Aragonensis, Antonius Lobet y Vall-Llosera. Academiae Barcinonensis, quae me inter socios recepit, secretarius interim iam defunctus, Raimundus Roig y Rey, academiae tum director, Emmanuel Mila y Fontanalls (sic), poesis Catalanae professor egregius, Marianus Aguiló bibliothecarius, Antonius de Bofarull, Volgerus nostras, tum rei publicae Americanae proxenus, alii. Eorum beneficio debeo, quod m. Martio a. 1860 monumenta musei omnia, quae academia a. 1844 sibi emenda sumpserat, describere potuerim”35. El prólogo se firma en Berlín en el mes de mayo de 1869 y recoge además otros muchos colaboradores españoles36: “Ubique in itinere meo expertus sum comitatem liberalitatem auxilium hominum multorum, quos scio non tum solum, cum ibi fui, amicos mihi fuisse, sed esse etiam nunc itemque futuros esse in posterum. Sunt autem illi Antonius Delgado, Aurelianus Guerra, Eduardus Saavedra,Valentinus Calderera, Emanuel de Goicoechea Matritenses, Iacobus Zobel nunc Manilensis Philippinus, Marianus Aguilo et Ema-nuel de Bofarull Barcinonenses, Buenaventura Hernandez Tarraconensis, Emanuel de Berlanga et fratres Oliver Malacitani, Iohannes Facundus Riaño et Emanuel de Gongora Granatenses, Demetrius de los Rios Hispalensis, Emanuel Ruiz Llull Gaditanus, Marianus Pardo de Figueroa Asidonensis, Ludovicus Maria Ramirez y de las Casas-Deza Cordubensis, Iohannes Fernandez

28 Véase por ejemplo el apartado “Los contactos de Hübner en España” en A. U. Stylow - H. Gimeno, «Emil Hübner», pp. 337-338.

29 CIL II, Praefatio, p. xxvi.30 «Reiseberichte…», Monatsberichte…1860, p. 231.31 «Reiseberichte…», Monatsberichte…1860, p. 233: “Consul der vereinigten Staaten”.32 «Reiseberichte…», Monatsberichte…1860, pp. 234-235, cf. además nota de este mismo trabajo.33 «Reiseberichte…», Monatsberichte…1860, p. 235.34 «Reiseberichte…», Monatsberichte…1860, pp. 594-595.35 CIL II, p. 601. En la Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona se conserva la memoria de la propuesta de socio correspondiente

a favor de E. Hübner en la sesión del 30 de abril de 1862: “Presentóse una propuesta para socio correspondiente con destino a la sección de antiguedades a favor de D. Emilio Hübner, firmada por D. Manuel Milà, D. Mariano Aguiló y D. Manuel Bofarull”, en la sesión del 14 de mayo de 1863 fue votado unánimemente: “…fue admitido por unanimidad Mr. Emilio Hübner, doctor en filosofía de la universidad de Berlín”. Así consta en el llibre d’actes des del 26 de març 1858 - 23 de novembre 1887 (signatura 1-II-7) de la Acadèmia, cuya consulta ha sido realizada por la Dra. Alejandra Guzmán, a quien hago constar mi agradecimiento.

36 CIL II, Praefatio, pp. xxv-xxvi.

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Emeritensis, Alexander Herculano et Augustus Soromenho Olisiponenses, Emanuel da Gama Xaro Setubalensis, Eduardus Allen Portuensis, Josephus I. da Silva Pereira Caldas Bracarensis. Hi omnes studia mea ita promovere voluerunt, ut etiam absenti continuo mitterent, quae nova prodirent”; como puede verse se trata de una relación que contiene no sólo un elogio de quienes ayudaron al insigne epigrafista sino también una serie de nombres, algunos de ellos tan ilustres como el suyo. Con ejemplar laboriosidad, de nuevo en Alemania, Hübner puso manos a la obra para la redacción: “In patria redux inde ab a. 1861 quae collegeram coepi ad edendum disponere ac castigare”37. La impresión de la publicación requirió también años de esfuerzo y se inició en 186338.

Acto seguido, como sabemos, emprendió la publicación de las inscripciones británicas y no cesó en ningún momento de ayudar a los demás miembros del gran proyecto epigráfico: así en 1870 al publicar CIL IV, aparecido en 1871, Carl Zangemeister agradece en la introducción la ayuda de Mommsen y de Hübner en casi plan de igualdad: “…denique Theodorus Mommsen et Aemilius Huebner quorum uterque cum aliis de me meoque opere tum eo bene meritus est, quod mihi in hac sylloge distribuenda, concinnanda, elaboranda consilio suo aderant et plagulas typis descriptas perlegentes non pauca correxerunt emendaruntque”39; nos hallamos ante una muestra más de cómo Hübner fue mas allá de sus propios volúmenes y contribuyó al buen éxito de la empresa epigráfica que dirigía Mommsen.

En el “Praemonitum editoris” que antecede a CIL II suppl., fechado en Berlin en diciembre de 1891, dice explícitamente respecto a su dedicación a la epigrafía hispánica: “Tertia fere saeculi pars, grande mortalis aevi spatium, transiit ex quo volumen secundum corporis inscriptionum Latinarum imprimi coeptum est”40. Menciona sus nuevos viajes de 1881, 1886, 1889 por encargo de la Academia de Berlín y fiel a su trayectoria anterior hace de nuevo una lista de sus amigos españoles y portugueses, de los cuales muchos ganados en estos años, recordando a los vivos y de-dicando unas palabras de nostalgia a los ya difuntos41. Se trata de un texto casi de obligada lectura para quien se dedica a la epigrafía hispánica, donde se entreverán los nombres ilustres de Fidel Fita, de Estacio da Veiga o de Matías Gago con los de Franz Bücheler o Heinrich Kiepert, con menciones elogios de nuevo a Rodríguez de Berlanga y ya al octogenario Hernández Sanahuja, o bien refiriéndose a los Gómez Moreno. De manera ejemplar cierra esta introducción manifestando la voluntad de continuidad y de superación de su obra42.

De nuevo y ya por último nos detendremos en los pasajes barceloneses de Hübner, que aprovecha esta nueva ocasión para demostrar su acribia en el tratamiento científico y su personal simpatía por la ciudad43 y por los nuevos amigos como Antonio Elías de Molins44. Celebra nue-

37 CIL II, Praefatio, p. xxvi.38 El volumen había empezado su impresión en febrero de 1863 como indica el proprio Hübner: “Mense Februario a. 1863 volumen

hoc imprimi coeptum est, quod nunc demum edo post laborem in eo consumptam annorum plus decem”, (CIL II, Praefatio, p. xxvi), cf. además la carta de Mommsen a De Rossi del 28 de enero de 1863 en que le dice: “La stampa delle iscrizioni spagnuole comincia nel mese futuro”, cf. M. Buonocore, Theodor Mommsen, p. 122, carta núm. 33 y nota 338.

39 CIL IV, p. xii.40 Una carta de Mommsen a De Rossi recoge también el inicio del trabajo de Hübner para este suplemento el 15 de septiembre de

1881: “Hübner viaggia nella Spagna; mettiamo mano al supplemento primo del Corpus che apparterrà al vol(ume) II”, cf. M. Buonocore, Theodor Mommsen, p. 196, carta núm. 96; aún en este mismo año, crucial en las relaciones entre Mommsen y Hübner, como ya hemos visto anteriormente, Mommsen remitirá a De Rossi a su discípulo para una cuestión científica: cf. ibidem, p. 200, carta núm. 101 del 20 de noviembre de 1881. El 23 de febrero de 1882 el telegrama dirigido a de Rossi con motivo de su septuagésimo aniversario sera firmado también por E. Hübner con todos los demás colaboradores del CIL, cf. ibidem, p. 263, núm. 142 y nota 759.

41 CIL II suppl., pp. lxi-lxii.42 CIL II suppl., p. lxii, cf. el comentario de A. U. Stylow, «Von Emil Hübner zur Neuauflage von CIL II», p. 24.43 CIL II suppl., p. 983: “Ut Barcino urbs primaria est paeninsulae cum Matrito ipso capite de palma certans, ita etiam studia

historica ibi maxime effloruerunt” y muestra su conocimiento y uso de las publicaciones catalanas: ”Societas virorum historiam

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vamente, ya en Tarragona, la feracidad epigráfica nunca desmentida de esta ciudad donde obtuvo nuevos datos en sus tres viajes45.

Se trata en suma de la crónica de una fidelidad, que ocupó la vida científica de Emil Hübner hasta su muerte y que ha mantenido una memoria merecida en la historiografía hispana.

Un apunte sobre la estrategia de trabajo de Mommsen en Italia

Un pequeño conjunto de documentos hallados hace poco en el mercado anticuario de Roma, y ahora en la Universidad de Macerata, nos ha proporcionado algunos datos que pueden resultar de interés para las relaciones italianas de Theodor Mommsen. Se trata en primer lugar de un breve acuse de recibo de las Notizie degli Scavi correspondientes a 1886. En la parte superior de esta hoja de papel amarillento y casi transparente, del que se solía servir muy a menudo Mommsen, se halla escrita con lapicero azul la nota Sig(nore) Prof(essore) Barnabei a quien muy posiblemente se dirigió esta nota de agradecimiento, datada el 30 de marzo de 1887, que transcribimos a continuación46:

Ebbi della Direzione Generale delle Antichità i fascicoli Nov(embre) Dic(embre) delle [tachadura que cancela Direz] Notizie degli scavi.

T. MommsenCharlottenburg30 Marzo 1887

Que el acuse de recibo sea dirigido a Felice Barnabei no tendría nada de particular dado que este estudioso italiano, doblado de administrador público y de político, fue director general de las Antigüedades y además, al igual que Fiorelli su antecesor, fundador de las Notizie degli Scavi47 y Theodor Mommsen lo tuvo en alta consideración como refleja su correspondencia48.

Acompaña a este documento en el mismo lote un esbozo de carta, que no parece de mano de Mommsen, encaminada a obtener el uso de unos materiales con destino a la edición de CIL IV. El interés de este texto radica como veremos en que hace un poco de historia como antecedente de lo que había sido la colaboración anterior y reclama con firmeza y al mismo tiempo con cortesía una actitud semejante en esta nueva ocasión. Se trata, pues, de una excelente muestra de cómo actuaba Mommsen para obtener las autorizaciones y complicidades necesarias para el logro de sus objetivos científicos en Italia y constituye por sí misma un documento notable para contribuir a la historia de la elaboración de CIL IV. No resulta inútil por consiguiente transcribirla49:

artes antiquitates patrias colentium, quae utitur lingua patria, la associació catalanista d’excursions cientificas(sic), edidit scripta varia…”. Hecho ya destacado por A. U. Stylow - H. Gimeno, «Emil Hübner», p. 337.

44 CIL II suppl., pp. 981-983.45 CIL II suppl., p. 974.46 Queremos agradecer al profesor Marco Buonocore de la Biblioteca Vaticana el haber querido confirmarnos, con su probada ex-

periencia en el tema, que se trata efectivamente de la letra de Mommsen cuando escribe en italiano.47 Sobre Felice Barnabei (1842-1922) cf. M. Barnabei - F. Delpino (eds.), Le “Memorie di un archeologo” di Felice Barnabei, Roma,

1991 y también muy especialmente M. Buonocore, Theodor Mommsen, p. 62, n. 125, al anotar una carta de 1882 de Mommsen a G. Minervini (1819-1891), y en especial las demás referencias a este personaje contenidas en la correspondencia de Mommsen que edita y comenta: pp. 172 y 338, cartas a De Rossi (núm. 82) y a E. Stevenson (1854-1898) (núm. 191), datadas en el año 1880, véase además p. 259 y n. 752.

48 Además de las noticias recogidas en la nota anterior, cf. la carta de Mommsen a Henzen de 21 de diciembre de 1879 recogida en L. Wickert, Theodor Mommsen, vol. I, 1959, p. 555, n. 226. Para una carta dirigida al proprio Barnabei desde Berlín el 25 de noviembre de 1882 con una reconvención cordial y no exenta de humor, cf. L. Wickert, Theodor Mommsen, vol. IV, p. 269. Otra carta en M. A. Cavallaro, «Un liberto “prega” per Augusto e per le gentes: CIL VI 30975 (con inediti di Th. Mommsen)», Helikon, 15-16, 1975-1976, 146-186, esp. 153-156, para los cinco documentos de Mommsen.

49 De nuevo Marco Buonocore ha coincidido con nosotros en la no atribución a la mano de Mommsen de este texto.

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La direzione degli scavi di Pompei incirca nell’a(nno) 1840 ha incominciato una grande carta di Pompei, la quale d’allora in poiè stata regolarmente continuata, aggiungendosi ogni anno le parti recentemente scoperte dell’antica città.

Quando il Mommsen nell’a(nno) 1852 publicò le Inscriptiones regni neapolitani, il governo borbonico gli diede il permesso di ridurre quella carta e di aggiungere la riduzione a la cosidetta opera, ciò che diede al Mommsen la possibilità di indicare sulla carta ridotta preci(sa)mente il posto, di onde proveniva ogni iscrizione trovata a Pompei.

Il Mommsen ebbe lo stesso permesso all’a(nno) 1866, nel quale la carta era considerevolmente aumentata, dal Fiorelli, allora direttore degli scavi di Pompei. Egli ne fece una nuova riduzione e se ne servi per lo stesso [escrito sobre una tachadura de allo] scopo come prima per il volume del Corpus inscriptionum latinarum, nel quale di nuovo furono raccolte le iscrizioni pompeiane.

Ora incomincierà la stampa d’un volume del Corpus che conterrà l’instrumentum domesticum di Pompei, cioè le piccole iscrizioni aggiunte sopra utensili domestici, fistule di piombo ecc(etera). Il Mommsen desidera di accompagnare anche questo volume con una riduzione della sudetta carta. Il suo scopo principale è di indicare precisamente le case, nelle quali furono trovate le fistule di piombo, giachè le iscrizioni di esse spesso menzionano i nomi dei propietarii. S’intende che una riduzione della sudetta carta al formato di piccolo in folio non pregiudicherebbe in alcuna maniera ad una pubblicazione in dimensioni maggiori, perché nella riduzione molti particolari debbono esse(re) tralas(c)iati nell’interesse della chiarezza.

No sabemos quién pudo escribir este esbozo de petición que seguramente se debió de dirigir a Felice Barnabei, que fue director general de las «Antichità» sucediendo precisamente a Giuseppe Fiorelli también mencionado en este memorandum como director de las excavaciones de Pompeya en 186650. Evidentemente sale del círculo directo de Mommsen y casi parece dictada por él mismo. Sea cual sea el origen del documento es una buena muestra del proceder de Mommsen para la prosecución de sus empresas en Italia, siguiendo los procedimientos a veces largos y procurando no herir susceptibilidades, al tiempo que recordando los antecedentes para así obtener mas fácil-mente su objetivo en caso de duda. Naturalmente los buenos oficios de sus numerosos amigos alemanes e italianos en Roma debían completar el proceso para el buen éxito de sus iniciativas, y la reciprocidad en este intercambio de favores en aras de la ciencia es especialmente evidente en la correspondencia con sus amigos, y hay que destacar esta palabra, italianos.

Tan sólo por afán de exhaustividad recogeremos aquí el tercer elemento de este lote que es ni más ni menos que una hoja impresa fechada el 21 de mayo de 1904 firmada por 23 notables estudiosos, aministradores y personalidades de la cultura del momento51, en la que se hace una convocatoria a la subscripción de fondos, 80.000 marcos, para erigir un monumento a Mommsen en el «Vorgarten» de la Universidad de Berlín52, utilizando un procedimiento del mismo tipo del que ya había servido para constituir la fundación que quería Mommsen con motivo de los 50 años del doctorado del gran maestro en 1893. Hemos podido consultar los dos ejemplares conservados del

50 G. Fiorelli vivió entre 1823 y 1896, fue director general de las antigüedades en 1875, antes, desde 1863 había sido director de la excavaciones de Pompeya. Una carta dirigida a él mismo por Mommsen, en M. Buonocore, Theodor Mommsen, carta número 167, pp. 291-292, y una noticia sobre su trayectoria vital en pp. 22-23, n. 37, con bibliografía. Cf. además S. De Caro - P. G. Guzzo, Giuseppe Fiorelli nel centenario de la morte, Nápoles, 1999.

51 Alhoff, A. Auwers, Bardt, Brunner, Luise Delbrück, Ludwig Delbrück, Diels, Harnack, Hirschfeld, Kirschner, Elise Königs, A. von Menzel, el Freiherr von Richthofen, Schmidt, Erich Schmidt, Schmoller, R. Schoene, Schusterus, Tobler, Vahlen, Ernst Vollert, la señora Wenzel-Henkmann, von Wilamowitz-Moellendorf, Wilmans, todos ellos profesores, directores de instituciones culturales, o cargos del Kultusministerium o bien de la administración de Berlín y de Charlottenburg. Las explicaciones de coste, destino y precedentes se daban en una hoja adjunta explicativa del llamamiento.

52 Sobre este monumento encargado al artista Adolf Brütt, fue inaugurado el 1 de noviembre de 1909, cf. St. Rebenich, Theodor Mommsen, pp. 225-227.

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mismo documento en el archivo del Museo de Split y podemos añadir más información respecto al que ahora publicamos. El manifiesto era acompañado de una carta circular de explicación más detallada53, que indicaba también el lugar a dónde enviar los donativos así como un formulario a rellenar con un sobre ya preparado dirigido al Ministerialdirektor Althoff54. Un segundo recorda-torio para aquellos que no habían todavía participado fue enviado de nuevo en junio de 1904 y contenía ya una lista de todos aquellos que habían contribuido en aquel momento. En el expediente del Museo de Split se halla una carta de J. Brunšmid, a la sazón director del Museo de Zagreb al director del Museo de Split Don Frane Bulic, que puede justificar la no participación de ambos hasta aquel momento, dado que Brunšmid es partidario de no hacerlo ya que, aún reconociendo la talla de Mommsen, resulta clara, en su opinión, la aversión de éste a todo lo eslavo que nunca ocultó públicamente55. Lo cual contrasta sin embargo con las excelentes relaciones mantenidas por Mommsen con el Museo de Split, sostenidas por largos años a lo que parece56.

En suma lo que aportan estas páginas a la biografía de Mommsen es poco, y algo más a la historia de la epigrafía. No obstante esto resultan de indudable valor para complementar otros datos que se han ido acumulando sobre la infatigable actividad del estudioso alemán.

Hemos intentado en estas páginas presentar algunos datos que pueden iluminar algo más la importante presencia de Emil Hübner en la Península Ibérica, algunos de ellos, como habrá podido observarse son inéditos, aunque se refieran a hechos ya bien conocidos. En un volumen de homenaje a Mommsen nos ha parecido muy apropiado traer también a la memoria del lector el recuerdo de aquel discípulo aventajado del mismo que fue Emil Hübner, aunque la confianza entre discípulo y maestro se fuera resquebrajando a lo largo de los años cuando Hübner, en una posición universitaria ya consolidada, mantuvo actitudes que a Mommsen se le antojaron contrarias y contra las cuales reaccionó con acritud flanqueado por su yerno Ulrich von Wilamowitz-Moellendorf.

Las sombras, no obstante, no resultan lo suficientemente obscuras como para ocultar el brillo de ambos personajes en el logro de una empresa que ocupó, una vez iniciada, casi completamente la vida y la actividad científica del gran maestro Mommsen, más aún cuando en el comienzo y en los primeros resultados jugó un papel pionero Emil Hübner.

Una observación final que vale para ambos, aunque sin duda en distinto grado, es el polifa-cetísmo y versatilidad científica que refleja su obra al igual que su titánica capacidad de trabajo,

53 El ejemplar del archivo del Museo de Split Br. 92/904/M indica que fue recibida el 24 de mayo de 1904 y lleva la firma autógrafa de Hirschfeld, que es uno de los corresponsales habituales de Don Frane Bulic, director en aquel momento.

54 Las contribuciones debían ser enviadas a Delbrück Leo & C., Berlin W. Mauerstrasse n° 61, y el formulario en el sobre dirigido al Kultusministerium, Unter den Linden n° 4, Berlin W. Para la relación de Mommsen con Friedrich Althoff, cf. St. Rebenich, Theodor Mommsen, pp. 145-151, en el apartado titulado: “Le bon diable: Mommsen und Althoff”.

55 Debemos esta información a la cortesía de Arsen Duplancic, director de la biblioteca del Museo de Split.56 El Bullettino di Archeologia e Storia Dalmata dirigido por M. Glavinic y G. Alacevic, en su primer volumen de 1878, propone su

actuación futura de la forma siguiente: “Programma publicato il Sessagesimo Giorno Natalizio di Teodoro Mommsen”, pp. 1-4 firmadas por M. Glavinic el 30 de noviembre de 1877, con un agradecimiento de Mommsen reproducido literalmente en la p. 5 en el que dice literalmente: “Il Mommsen chiede che i suoi amici faccian ciò che possono per sostenerlo degnamente come lo richiede l’onore della scienza e la gloria della patria; né a lui guiderdone personale potrebbe essere maggiore di questo che chi gli vuol bene si faccia sia il protettore, sia il coadiutore di questo nuovo Bullettino”. De nuevo en en el año 1893, 16 de la revista espalatense, siendo ya director don Frane Bulic, reproduce, con motivo del quincuagésimo aniversario del doctorado de Mommsen el 8 de noviembre de aquel año, el despacho telegráfico en latín que le había mandado el director en nombre de la redacción del Bulletttino. Sobre estos aspectos se puede ver el breve resumen introductivo de E. Marin, «Msgr. Frane Bulic i europski epigrafi-cari», ZAnt, 34, 1984, 233-236. El archivo del Museo de Split contiene otro expediente, Br. 112/03/M, que recoge las noticias de la muerte de Mommsen en forma de necrologías en la prensa croata y también las referencias de revistas, así como una copia del telegrama de pésame mandado a Hirschfeld para que lo hiciera llegar a la familia Mommsen. Se conserva además la participación que manda la familia de la muerte de Th. Mommsen encabezada por su esposa Maria Mommsen, nacida Reimer, y también el tarjetón de agradecimiento por las condolencias recibidas.

Marc Mayer

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que en caso de Mommsen se vió flanqueada por una actividad política y de opinión más que notoria. Ambos personajes representan, con sus particulares maneras de comprender la realidad, la sociedad alemana de su tiempo y también la proyección internacional de la misma, no sólo en el campo científico, en un siglo XIX que representó históricamente mucho para la vertebración de Alemania. Lo mismo paralelamente significó este siglo para la constitución de las Ciencias de la Antiguedad como disciplinas modernas, dando así un salto cualitativo que hunde sus raices en la Aufklärung alemana, que tuvo también en su momento un indudable eco en la evolución cultural e ideológica de los ilustrados hispanos57.

Addendum

Impresas ya las pruebas de este volumen, ha llegado a nuestras manos el importante conjunto de estudios Theodor Mommsen e l’Italia, Roma, 2004, fruto de un congreso en la Accademia Nazionale dei Lincei que tuvo lugar en el año 2003. En el cuadro de esta importante publicación nos parecen indis-pensables como referencia para nuestro trabajo los estudios de A. Mastino con la col. de R. Mara y E. Pittau, «Il viaggio di Theodor Mommsen e dei suoi collaboratori in Sardegna per il Corpus Inscriptionum Latinarum», pp. 225-344, con una importante bibliografía sobre los colaboradores italianos del sabio alemán, y de S. Panciera, «Quo tempore tituli imprimebantur. Mommsen revisore dei volumi non suoi del CIL» pp. 437-457. Hemos de añadir además para las relaciones de Mommsen en Italia otros estudios como los de A. Massi Secondari, «Theodor Mommsen e le iscrizioni romane di tolentino, Urbisaglia, Colmurano, Belforte del Chienti. Alcune precisazioni», Picus, 21, 2001, pp. 151-184, donde se estudia la correspondencia de Mommsen con el conde Aristide Gentiloni Silverj (1844-1937), y M. G. Arrigoni, «Mommsen, Veleia e la lex Rubria de Gallia Cisalpina», RSA, 24, 1994, pp. 155-170, ahora en Parma romana. Contributo all storia della città, Parma, 2004, pp. 153-170. Continúan siendo indispensables para las relaciones de Mommsen con Italia el coloquio Bartolomeo Borghesi. Scienza e libertà, Bolonia, 1982, y las cartas recogidas en E. Costa, Teodoro Mommsen. Appendice, Bolonia, 1904. Es importante además recordar el intercambio epistolar publicado por I. Stahlmann, «Friedrich Carl von Savigny und Theodor Mommsen. Ihr Briefwechsel zwischen 1844 und 1856», en Alte Geschichte und Wissenschaftsgeschichte. Festschrift für K. Christ, Darmstadt, 1988, pp. 465-501. Para el tema de las relaciones de Mommsen y Hübner se pueden hallar algunos datos significativos en M. Braun, W. M. Calder III, D. Ehlers, eds. (preparado para publicación por S. Trzaskoma), Philology and Philosophy. the Letters of Hermann Diels to Theodor and Heinrich Gomperz (1871-1922), Hildesheim, 1995, esp. pp. 26 y 122.

57 Hemos intentado recientemente recoger las relaciones de los eruditos epigrafistas hispanos del siglo XVIII con la ciencia centroeu-ropea en «P. Burmann, los carmina Latina epigraphica y la recepción de los ilustrados hispanos del siglo XVIII», en II Reunión internacional sobre poesía epigráfica latina (Tarragona 2004), en prensa. Sobre la relación de la Ilustración española y alemana véase F. Benavent, «Los colaboradores de Mayans en sus relaciones con la Ilustración alemana», en Actas del Congreso Internacional sobre Gregorio Mayans, Valencia, 1999, 489-525, y también «Gregorio Mayans y el Hispanismo alemán en el siglo XVIII», Saitabi, 48, 1998, 27-50; A. Mestre, «Aportación de Mayans a la imagen de España en la Ilustración alemana», en Actas del simposio Internacional sobre la imagen de España en la Ilustración alemana, Madrid, 1991, 83-114; un buen resumen de estas cuestiones en S. Aleixos Alapont, «Nuevas aportaciones sobre las diversas ediciones de la vida de Antonio Agustín por Don Gregorio Mayans y Síscar», Escritos del Vedat, 32, 2002, 403-417, esp. pp. 409-415.