2. DESCARTES-LOCKE-HUME

22
20 Descartes: Los problemas del método René Descartes René Descartes nació en Francia (1596), en el seno de una familia noble. En un afamado colegio jesuita, La Fleche, estudió la filosofía escolástica que criticaría durante toda su vida. En ese mismo lugar se inició en el estudio de las matemáticas, que le serían de gran utilidad. Continuo sus estudios en París en 1613, pero pronto los suspendió y se dedicó a reflexionar por si mismo acerca de la ciencia. Mientras participaba en las guerras de Holanda y de Baviera, en los cuarteles de Neuburg, concibió, en 1619, la primera y más fundamental “revelación filosófica”, de la que se desprenderá todo su sistema: el principio del conocimiento es el yo. Abandonó luego la milicia y volvió a París, en donde vivió dedicado a la reflexión. Fue amigo de los oratorianos, grupo católico que profesaba una espiritualidad radicalmente subjetivista. En 1628 se traslado a Holanda, donde escribió sus grandes obras: El discurso del método, Meditaciones filosóficas, Principios de la filosofía y Reglas para dirigir el intelecto. Invitado por la reina Cristina de Suecia, viajó a Estocolmo, donde murió el 11 de febrero de 1650. Primera preocupación de Descartes: encontrar un método de conocimiento. El discurso del método Método significa camino a seguir. En la primera parte de su obra Descartes señala la existencia de una crisis del conocimiento en su época y trata de encontrar un camino para “bien dirigir la razón y buscar la verdad en las ciencias “, preocupado por sentar las bases se un conocimiento humano cierto e indudable. Copérnico, Bacon y Galileo habían elaborado un método que fue valioso para algunas ciencia como la astronomía y la física; Descartes, en cambio, buscará uno que pueda aplicarse a todo el saber. El objetivo de Descartes es reforzar no sólo el método de la ciencia particular, sino del conocimiento humano en general.

Transcript of 2. DESCARTES-LOCKE-HUME

20

Descartes: Los problemas del método

René Descartes René Descartes nació en Francia (1596), en el seno de una familia noble. En un afamado colegio jesuita, La Fleche, estudió la filosofía escolástica que criticaría durante toda su vida. En ese mismo lugar se inició en el estudio de las matemáticas, que le serían de gran utilidad. Continuo sus estudios en París en 1613, pero pronto los suspendió y se dedicó a reflexionar por si mismo acerca de la ciencia. Mientras participaba en las guerras de Holanda y de Baviera, en los cuarteles de Neuburg, concibió, en 1619, la primera y más fundamental “revelación filosófica”, de la que se desprenderá todo su sistema: el principio del conocimiento es el yo. Abandonó luego la milicia y volvió a París, en donde vivió

dedicado a la reflexión. Fue amigo de los oratorianos, grupo católico que profesaba una espiritualidad radicalmente subjetivista. En 1628 se traslado a Holanda, donde escribió sus grandes obras: El discurso del método, Meditaciones filosóficas, Principios de la filosofía y Reglas para dirigir el intelecto. Invitado por la reina Cristina de Suecia, viajó a Estocolmo, donde murió el 11 de febrero de 1650.

Primera preocupación de Descartes: encontrar un método de conocimiento.

El discurso del método

Método significa camino a seguir. En la primera parte de su obra Descartes señala la

existencia de una crisis del conocimiento en su época y trata de encontrar un camino para “bien dirigir la razón y buscar la verdad en las ciencias “, preocupado por sentar las bases se un conocimiento humano cierto e indudable.

Copérnico, Bacon y Galileo habían elaborado un método que fue valioso para algunas ciencia como la astronomía y la física; Descartes, en cambio, buscará uno que pueda aplicarse a todo el saber.

El objetivo de Descartes es reforzar no sólo el método de la ciencia particular, sino del

conocimiento humano en general.

6 Ibid, p. 185

21

Para esto, Descartes extiende los principios del conocimiento científico a todo el conocimiento humano y reduce la totalidad del pensar a la ciencia. A partir de Descartes, el conocimiento válido o verdadero se identifica con la ciencia, aunque esta identificación ha sido criticada en nuestro siglo gracias a la revalorización de otras formas de pensamiento, de otras culturas que no siendo de corte “científico” corresponden, sin embargo, a captaciones válidas y profundas de la realidad. Piénsese, por ejemplo, en los aportes de la antropología moderna sobre la importancia del pensamiento mítico.

Descartes hace la división entre conocimiento científico y fe.

El hecho es que a partir de Descartes se produce esta identificación entre pensamiento verdadero y pensamiento científico. Al hacer esta ampliación de la ciencia. Descartes entra en conflicto con la Iglesia, que aún defiende como suyo el campo de la fe, pero el filósofo francés elude el problema separando los dos campos; por un lado la fe, que es más afectiva que intelectual; por otro lado, la inteligencia con su campo y su interés propio.

Elimina los peligros mostrándolos fiel a la Iglesia, pero mantiene su pensamiento libre de influencias eclesiásticas. Descartes quiere construir el saber, la ciencia, por las fuerzas del hombre sin recurrir a la fe.

Su punto de partida es el cuestionamiento de lo adquirido por la tradición y que ya no responde a las inquietudes del pensamiento.

“Desde la niñez fui criado en el estudio de las letras y como me aseguraban que por medio de ellas se podía adquirir un conocimiento claro y seguro de todo cuanto es útil para la vida. Sentía yo un vivismo deseo de aprenderlas. Pero tan pronto como hube terminado el curso de los estudios cuyo remate suele dar ingreso en el número de los hombres doctos cambié por completo de opinión. Pues me embargaban tantas dudas y errores que me parecía que procurando instruirme, no había conseguido más provecho que el de descubrir cada vez mejor mi

ignorancia”.4

En este desconcierto intelectual queda claro el valor del pensamiento matemático: “Gustaba, sobre todo, de las matemáticas por la certeza y evidencia que poseen sus razones; pero aún no advertía cuál era su verdadero uso y, pensaba que sólo para las artes mecánicas servían, extrañábame que, siendo sus cimientos tan firmes y sólidos, no se hubiese construido sobre ellos nada más elevado”.5

Precisamente su obra fue intentar construir algo “más elevado”. Ve en todo viajero el prototipo del hombre que desea conocer y adquirir una experiencia. “...resuelto a no buscar otra ciencia que la que pudiera hallar en mi mismo o en el gran libro del mundo,

empleé el resto de mi juventud en viajar, en ver cortes y ejércitos “.6

4 Ibid, p. 183

5 Ibid, p. 184

7 Ibid, p. 185

22

La interioridad es un punto de partida para Descartes.

Descartes amplia el campo experimental transfiriendo a la ciencia el elemento de interioridad que se había empleado en el Renacimiento y que tuvo su origen en el campo religioso. “Mas cuando hube pasado varios años estudiando en el libro del mundo y tratando de adquirir algunas experiencias, resolvíme un día a estudiar también en mi mismo y a emplear todas las fuerzas de mi ingenio en la elección de la senda que debía

seguir”.7

En esta interioridad radica uno de los principios fundamentales de la filosofía

cartesiana, que más que la experiencia externa utiliza la interna del sujeto que conoce.

Descartes trata de formalizar la realidad por medio de las matemáticas.

La filosofía cartesiana se construye, pues, a partir del yo. Recordemos que la revolución científica presentaba dos caminos de interpretación de la realidad: por un lado>: la afirmación ya asentada en el siglo XVI de la experiencia sensible como principio de todo el saber; por otro, la necesidad de la formalización de la realidad, mediante el instrumental matemático.

Descartes opta por lo segundo, enfatizando el aspecto formal del pensamiento científico. Por su parte Johon Locke, uno de los principales representantes del empirismo,

enfatizará la experiencia, dividiendo así los campos de la filosofía: el que da la primacía a los sentidos y la experiencia, y que se denomina sensualismo y empirismo y el que, con Descartes a la cabeza, enfatiza la actividad deductiva dela mente, denominado racionalismo.

Esta será una de las grandes contradicciones del pensador francés, de la que no logró salir: el haberse alejado cada vez más del valor cognoscitivo de los sentidos hasta negarlos definitivamente.

Estas dos corrientes del pensamiento –el empirismo y el racionalismo- se opondrán durante el siglo XVII y parte del XVIII. El primero afirma que un conocimiento valido científico, es el que se obtiene a partir de la experiencia sensible afirma que los conceptos y juicios universales se obtienen a partir de la experiencia y que sólo lo que puede ser demostrado por los sentidos tiene validez. El racionalismo, en cambio, afirma que todo conocimiento cierto es consecuencia del entendimiento, que obtiene sus principios en forma independiente, a priori, sin condiciones previas, y deduce de estos principios conclusiones verdaderas.

23

En la segunda y tercera partes del Discurso, Descartes lleva la crisis del conocimiento hasta sus ultimas consecuencias al poner en duda todo el saber. Se va a sí mismo destruyendo todos los conocimientos heredados, inclusive se “construye su cabaña” –para usar el símil del arquitecto que tiene que derrumbar un edificio y vivir fuera de él por algún tiempo- y adopta provisionalmente los usos y costumbres de su época.

La duda “universal y metódica “va destruyendo las verdades consideradas

anteriormente y buscar llegar a un fundamento, “como roca” o piso firme, para iniciar una nueva construcción del conocimiento

“Y no es que imitara a los escépticos, que dudan por sólo dudar y se las dan simplemente de irresolutos; por el contrario, mi propósito no era otro que afianzarme en la verdad, apartando la tierra movediza y la arena, para dar con la roca viva o la arcilla”.

La duda metódica no es simplemente la puesta en entredicho de aquello que rodea al pensador, sino que, como su nombre lo indica, se trata de un método de conocimiento;

la inteligencia se pregunta a sí misma para profundizar cognoscitivamente la realidad. No da nada por válido y cuestiona todo para llegar a conocimientos ciertos.

Descartes propone cuatro reglas que constituyen los principios de su método y que corresponden a las características del pensamiento analítico que mencionábamos en la unidad anterior:

1. “No admitir como verdadera cosa alguna, como no supiese con evidencia

que lo es; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mi espíritu, que no hubiese ninguna ocasión de ponerlo en duda”.

2. “Dividir cada una de las dificultades que examinare, en cuantas partes fuere

posible y en cuantas requiriese su mejor solución”.

3. Conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los más compuestos, e incluso suponiendo un orden entre los que no se preceden naturalmente”.

4. “Hacer en todo unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan

generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada”.

24

Al final de este largo recorrido, Descartes sale de la crisis para llegar a una evidencia, a una verdad segura, a la manera de un axioma matemático: “Pienso, luego existo”.

Al dudar, al pensar, capta su propia existencia y, a su vez, su existencia se manifiesta en el hecho de pensar. No se trata de una existencia física, corporal, sino de una existencia fuera del especio, del tiempo y de las condiciones biológicas y naturales del ser humano.

Para Descartes la premisa: “Yo pienso” es la primera verdad evidente de su existencia.

“Examiné después atentamente lo que yo era, y viendo que podía fingir que no tenia cuerpo alguno y que no había mundo ni lugar alguno en el que yo me encontrase, pero no podía fingir por ello que no fuese, sino al contrario, por lo mismo que pensaba en dudar de la verdad de las otras cosas, se seguía muy cierta y evidentemente que yo era , mientras que, con sólo dejar de pensar, aunque todo lo demás que había imaginado fuese verdad, no tenía ya razón alguna para creer que yo era, conocí por ello que yo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar, y que no necesita, para ser, de lugar alguno, ni depende de cosa alguna material; de suerte que este yo, es decir, el alma, por lo cual yo soy lo que soy, es eternamente distinta del cuerpo y hasta más fácil de conocer que éste, y aunque el cuerpo no fuese, el alma no dejaría de ser cuanto es”.8

Este párrafo es muy importante para la historia dela filosofía. Expone en un síntesis la concepción de lo que después se denominó el yo cartesiano, el ego, principio del pensamiento, primera verdad indudable, primera idea clara y distinta.

La primera verdad indudable que descubre Descartes es el sujeto que piensa sus propios pensamientos, principios con que se afirma a sí mismo.

Al comparar el pensamiento de Descartes con el de otros filósofos encontramos que, por ejemplo, según Aristóteles, el sujeto se piensa a si mismo gracias a que percibe por medio de sus sentimientos el mundo que lo rodea. El conocer que se piensa tiene una condición: la percepción de las cosas. Si yo no percibiera nada en absoluto, no tendría ninguna conciencia de mi mismo, por lo que el cuerpo y los órganos sensoriales son la condición del pensamiento. En cambio, Según Descartes, el pensarse a si mismo es algo incondicionado, un principio autosuficiente. El hombre es lúcido por sobre todas las cosas y, afirma que, aunque no tuviera cuerpo seguiría es esa misma lucidez; según descartes es más fácil conocer el alma que el cuerpo.

Al sostener lo anterior, Descartes afirma que el centro del pensamiento radica en el alma del hombre; sólo que lo afirma con tal fuerza que prácticamente deja aparte al cuerpo. Ser hombre es ser un alma individual conciente de sus pensamientos. Con ello repite lo que se expresaba en el terreno religioso, otorgándole un nuevo sentido; es el existir del hombre el que se da a nivel puramente interior, afirmación que niega la interrelación del pensar con la naturaleza y, necesariamente, la relación del los hombres entre si.

8 Ibid., p. 193

25

? ? ¿De que forma comprueba Descartes la existencia humana?

Los individuos son individuos cerrados, partículas inteligentes. Su actividad propia es puramente mental. Todo lo exterior es un no-yo: es decir, el mundo material y los demás yoes, abarcando también al no-yo que es el cuerpo. Descartes denomina substancia pensante al mundo del yo del pensamiento, y substancia extensa al no-yo lo exterior la naturaleza.

La tesis de Descartes tiene un punto débil en su teoría. ¿Cómo se armonizan, como entran en contacto el mundo del yo y el mundo del no-yo? ¿Cómo se relacionan el mundo material y el mundo subjetivo?

? ? ¿Cómo se relaciona la naturaleza con el sujeto pensante?

La segunda idea clara es la existencia de Dios.

Para tratar de amortizar esos conceptos, el pensador recurre a la divinidad. De la verdad de su propia existencia deduce una segunda idea clara y distinta; la existencia de un pensamiento perfecto. Si el yo, al pensar, duda y concibe su existencia como imperfecta,

esto significa que no se da a si mismo la existencia que percibe, porque si se diera la existencia, se la daría total y perfecta. Y si existe, aunque su existencia sea limitada, ya que piensa imperfectamente, tiene que admitir la existencia de una existencia perfecta, es decir, Dios.

La existencia de Dios es el puente entre el yo y el no-yo porque garantiza que lo que se piensa acerca del cuerpo, de los otros y del mundo es verdadero, dado que Dios ni se engaña ni engaña, puesto que es perfecto. Y si el yo confirma la existencia de la materia, Dios es la garantía de que el pensamiento y la realidad se corresponden.

Esta segunda idea, clara y distinta –la idea de Dios- tiene un importante papel en la

filosofía cartesiana ya que garantiza que el pensamiento humano es verdadero. En este sentido, muchos autores han visto en Descartes al último de los escolásticos, puesto que acude a la autoridad divina para dar validez a la ciencia. El pensamiento

científico posterior se desprenderá de esta condición de validez, buscando justificar a la ciencia por sí misma.

Dios es como el aval que asegura que lo que se piensa es verdadero, pero, ¿qué es lo que se piensa cuando se piensa el mundo material? Pensar no es percibir el espectáculo del mundo que nos rodea ---colores, formas, olores movimiento ---, esto es, el mundo engañoso de la experiencia sensible corporal. En ello no se encuentra la ciencia. La única forma de racionalizar el mundo material es considerado como una extensión, y aquí tenemos la tercera idea clara y distinta.

26

La tercera idea clara y distinta es el mundo

Podemos entender la idea de extensión acudiendo a la geometría o a su expresión en fórmulas matemáticas (Descartes es el fundador de la geometría analítica). Las relaciones matemáticas de los números, pesos y medidas, las fórmulas de la mecánica, son las formas con las que racionalizamos la materia.

Ordenemos lo expuesto hasta ahora:

1. La duda nos lleva afirmar la primera idea clara y distinta, el fundamento de todo el pensamiento, de toda la ciencia, es decir, la idea del ego, del yo, captación simple y directa de la existencia pensante.

2. De esta primera idea se deduce la segunda: Dios existe. El pensar de una existencia imperfecta permite deducir la existencia de un ser perfecto: Dios.

3. De la existencia de Dios se deduce que los contenidos matemáticos y geométricos que pienso tienen contenidos reales. El mundo existe porque Dios, causa del pensamiento, por ser perfecto no puede engañarme. Toda la matemática de la naturaleza esta contenida en una sola idea: la extensión. Al ir desarrollando y deduciendo todos los axiomas, medidas, fórmulas matemáticas y mecánicas se construirá todo el saber del mundo, que se contiene en la idea de extensión.

Prácticamente, en esas tres ideas ---Dios, el hombre y el universo material--- está contenida toda la ciencia, todo el saber que es posible adquirir, la síntesis de lo existente. En la medida que la conciencia penetre el contenido riquísimo de estas ideas, obtendrá, por vía deductiva, toda la ciencia. Según Descartes, la tarea del hombre consiste en extraer, sin dejarse engañar por los sentidos, los conocimientos que lúcidamente se pueden demostrar.

Estas ideas son innatas, no se han adquirido por vía sensible o por medio de una

abstracción de la experiencia. El cuerpo no conoce, los sentidos nos engañan. Desde que existimos llevamos en nuestro ser todo lo cognoscible. No es por vía de experiencia

como adelanta nuestro conocimiento, sino por reflexión interna.

27

El universo cartesiano

El universo propuesto por Descartes establece un dualismo: por una parte, las substancias pensantes y por otra las substancias extensas. A las primeras

corresponden Dios y los egos, cuya característica es el pensamiento, que implica conciencia, lucidez, vida, movimiento interior, libertad; las segundas constituyen la materia, pura inconsciencia, exterioridad, máquinas extensas. Nuestro cuerpo no es más que eso, una máquina perfeccionada, un robot avanzado. Árboles, piedras, animales, astros, todo es una gran máquina geométrica, muerta, regida por leyes de choque, fuerzas de atracción y repulsión, sistema geométricos.

El universo cartesiano es una gran máquina geométrica

“No parecerá de ninguna manera extraño a los que sabiendo cuántos autómatas o máquinas semovientes puede construir la industria humana, sin emplear sino poquísimas piezas en comparación de la gran cantidad de huesos, músculos., nervios, arterias, venas y demás partes que hay en el cuerpo de un animal, consideren este cuerpo como una máquina que, por ser hecha de manos de Dios, esta incomparablemente mejor ordenada y posee movimientos mas admirables que

ninguna otra de las que pueden inventar los hombres”.9

Según Descartes, en una parte del cerebro, la glándula pineal, está el alma, a manera de un piloto que dirige su aparato. Desde ahí controla los movimientos corporales usando al cuerpo como instrumento para transformar a la naturaleza.

Consecuencias del pensamiento cartesiano

El universo geométrico-espiritual de Descartes dio un impulso definitivo a la filosofía y al pensamiento científico. En el terreno filosófico, sus continuadores, como Guillermo Leidbniez (1696-1716), Benedictus de Spinoza (1632-1677) y Nicolas Malebranche (1638-

1715), ahondaron en el pensamiento de Descartes llevándolo hasta sus últimas consecuencias.

Toda la filosofía moderna es heredera del pensamiento racionalista cartesiano, por lo que a Descartes de le ha considerado como el padre de la filosofía moderna.

Se relegó todo conocimiento carente de fundamentos racionales

Al justificar las reglas de la actividad racional se consideró solidamente fundamentado el pensamiento científico y continuó buscándose, con mayor seguridad, la matematización de la naturaleza. El mecanicismo, ya anunciado por Galileo y que después continuo Newton,

9

Ibid., p. 200.

28

alcanzó un gran prestigio en todos los medios intelectuales. Explicar racionalmente la naturaleza se consideró suficiente para entender todo lo concerniente al hombre, al mundo y a la sociedad. Se abandonó por completo a la fe como medio para explicar las

cosas. Todo lo que quedaba fuera del ámbito racional – científico no era aceptado; el sentimiento o la voluntad quedaron relegados.

La concepción antropológica de Descartes es dualista.

Descartes aportó el concepto de materia que necesitaba la ciencia y que aprovechó toda la cultura postcartesiana del siglo XVIII y que aún sostienen muchos pensadores. La idea sobre el universo material, muerto, mecánico, matemático, agudizó la separación de mente y cuerpo. Ser hombre no es comer, trabajar, desear, amar, tener instintos. Ser hombre es ser lucidez, conciencia, libertad, interioridad, racionalidad.

Ideológicamente, Descartes separa al hombre de sus condiciones materiales, considerándolo totalmente abstracto, espiritual, incorpóreo; no natural, no biológico.

Desde el punto de vista de la filosofía de Descartes, la inteligencia es la que tiene el poder, el cual se ejerce sobre una materia inanimada, obscura, irracional; el poder no conoce limite no tiene por qué respetar a lo material. Este poder se manifiesta en el control de la naturaleza, de la producción y de la sociedad. Descartes no se interesa por la

política, pero de su teoría de desprende una racionalización contractual de las relaciones humanas regidas por un aparato científico encargado de la explotación de la naturaleza.

Del tronco cartesiano se desprenden el mecanicismo, el deísmo y el critisismo.

En su época se consideró a Descartes un gran defensor del espiritualismo; pero al exagerarlo, prácticamente expulsa al alma y a la divinidad del mundo real y material. En esta forma, Descartes impulsó el materialismo, en especial al que después se conocería como materialismo mecanicistas. Por otra parte, su filosofía impulsó el deísmo, doctrina que separa al universo material y a la divinidad. Esta separación permite

considerar al mundo sin elementos sagrados. Dios se aleja cada vez más del terreno filosófico, cuya finalidad sería buscar explicaciones del mundo en el mundo mismo. Kant y los pensadores idealistas de los siglos XVIII y XIX se nutrieron con estos principios cartesianos.

29

Locke: Teoría del conocimiento

John Locke

John Locke antepone la experiencia para llegar al conocimiento verdadero.

Al igual que Descartes, ocupado por sentar las bases del conocimiento científico pero desde un punto de vista diferente y en cierta forma contrario, John Locke (1632-1704) considera que las ideas no son innatas, sino que nacen a partir de la experiencia; la

verdad de la ciencia sólo podrá lograrse acudiendo al los datos proporcionados por los sentidos y sólo será digno de crédito aquel conocimiento que pueda remontarse a la experiencia. Este pensador se inscribe en la corriente empirista iniciada por Bacon y ha sido denominado por algunos el “Aristóteles ingles”, por la amplitud del tema que estudia, por su ponderación y mesura en el tratamiento de los problemas y por el primordial valor que concede al conocimiento sensible.

Conocedor y crítico de la filosofía cartesiana, John Locke estudia en Oxford y, como Hobbes, se dedica a educar jóvenes de casas nobles. Emigra a Holanda en 1683 después de un viaje a París y vuelve en 1689 a Inglaterra, donde radica hasta su muerte. Su obra filosófica más importante es el Ensayo sobre el entendimiento humano. Otras de sus obras son: Cartas sobre la tolerancia, Pensamiento sobre la Educación, Lo razonable del cristianismo tal y como ha sido transmitido por las sagradas Escrituras y Dos Tratados sobre el gobierno civil.

Locke se opone a Descartes, principalmente por el valor que concede a la experiencia sensible, y piensa que la mente es como una hoja en blanco y que las ideas sólo se obtienen a partir de la experiencia.

Para Locke el origen de la ideas es la sensación.

En su ensayo sobre el entendimiento humano, Locke analiza con detenimiento el origen de las ideas que posee la mente, haciendo ver éstas son contenidos sensibles que se han ido estructurando a partir de elementos simples, de sensaciones que poco a poco dan lugar a composiciones que denominamos ideas, y con las cuales nombramos a las cosas.

30

A diferencia de Descartes, la idea no nace en la mente del hombre, sino que proviene de la experiencia, ya sea externa o interna. A la externa pertenecen sensaciones como el color, el olor, la extensión, la forma, el movimiento. Las sensaciones externas nos entregan las cualidades de los cuerpos; pero de esta masa indiscriminada de sensaciones hay algunas puestas por los objetos –como la extensión y el movimiento-, y otras puestas por el sujeto –como el color-, de modo que no tienen el mismo valor.

Las sensaciones internas como percibir, dudar, desear, son puestas por el sujeto y están presentes en él. Poco a poco el sujeto organiza las percepciones y va obteniendo las ideas. A este proceso lo denomina Locke abstracción:

1. La abstracción implica separación. Una sensación o conjunto de sensaciones

se separa de las otras.

2. Separada una sensación o conjunto de sensaciones, se identifica con otro

conjunto semejante.

3. Se atribuye una sensación o conjunto de sensaciones a un sujeto que porta

este conjunto.

Por ejemplo, el conjunto de sensaciones que tienen como contenido hablar, caminar, tener ojos, nariz, boca, etc., que se presentan cuando percibo un hombre, se separan de un conjunto de sensaciones que aparecen cuando percibo un perro: ladrar, tener pelo, caminar en cuatro patas, etc. Ya aislado un conjunto de sensaciones de otro, al percibir a un conjunto semejante a uno ya aislado (habla, camina, tiene ojos, etc.) nos damos cuenta que el primer conjunto es similar al segundo conjunto, y así formamos una idea la de hombre.

Separando e identificando sensaciones realizamos una abstracción.

Notamos que cuando realizamos una abstracción estamos separando. Nos sería imposible identificar un hombre con otro si tomamos todas las sensaciones que nos entrega su ser – potencialmente un infinito número de sensaciones- de modo que nunca lo podríamos identificar con otro, que también potencialmente nos entrega un número infinito de sensaciones. Al separar podemos llegar a un universal el “hombre”, que es el conjunto separado de sensaciones que tiene similitud con otros conjuntos separados de sensaciones y por medio de las cuales lo identificamos y lo aislamos de lo que no sea “hombre”.

Se propone un método que va de lo particular a lo general.

La mente, de este modo, puede construir. De Hecho, un número infinito de conjuntos aislados, a los que denominamos ideas. Así, por ejemplo, de “hombre” y “perro”, podemos obtener “vertebrado”, “animal”, etc.

31

Para Locke, es necesario estructurar ordenadamente las sensaciones.

Los actos del espíritu permiten: 1) reunir varias ideas en una sola; 2) comparar, estableciendo relaciones entre ellas; 3) separar las ideas, aislándolas de las que existen junto a ella.

Sin esta estructuración por medio de la separación, la identificación y el aislamiento, quedaríamos ligados a un caos de sensaciones sin orden. En el caso de las sensaciones internas, el proceso es semejante, sólo que quedan referidas a un sujeto, que en este caso el yo.

Esta estructuración de las ideas ¿es objetiva o subjetiva? Este problema no lo resolvió Locke del todo; pasará a formar parte de los problemas que preocuparon a la filosofía posterior (Hume, Kant). Locke aportó una doble respuesta: las cosas tienen ya una estructura, dada sobre todo por las cualidades primarias (movimiento, extensión y figura) aportadas por los objetos. Pero el sujeto aporta a esta estructuración elementos subjetivos (color, olor, etc.) denominados cualidades secundarias y que no poseen los objetos.

Locke considera que en las cualidades primarias es probable que exista algo que las “soporte”, pero que, en todo caso, no es objeto de conocimiento, como por ejemplo, el yo- sujeto, soporte de las experiencias internas.

Con estos elementos de análisis y explicación de la experiencia, Locke aporta el complemento necesario al pensamiento cartesiano para la total justificación de la ciencia es su época

32

Los problemas del método: Descartes.

El discurso del método

Los principios del método científico se extiende a todo el conocimiento humano

- La interioridad es el punto de partida del conocimiento.

- La ciencia es una construcción puramente racional.

- Racionalismo y empirismo son corrientes opuestas en la teoría del conocimiento.

- Las reglas del método son: duda, análisis, síntesis y recapitulación.

- Las tres ideas claras y distintas son: yo, Dios y mundo.

- El yo se concibe como pensamiento y el mundo como extensión. - Para racionalizar al mundo se debe formalizar el conocimiento de la extensión. - Las ideas claras y distintas son innatas y de ellas se deduce todo el saber.

Consecuencias del pensamiento cartesiano.

- Se generaliza la concepción mecanicista del universo. - Resurge el dualismo antropológico.

- El método cartesiano se impone como método crítico.

Locke: Teoría del conocimiento

- El origen de la ideas es la sensación.

- El proceso de abstracción consiste en la organización de las

percepciones.

- El posible soporte de las cualidades primarias no es objeto de conocimiento.

- El sujeto aporta las cualidades secundarias en la construcción del

objeto del conocimiento.

33

Teoría del conocimiento.

David Hume

Hume es un de los principales exponentes del empirismo inglés.

Para entender la teoría del conocimiento, de David Hume, se precisa recordar que la filosofía moderna nace con Renato Descartes (1596-1650), filosofo francés, quien desplazó la especulación del ser con la del conocer, iniciando con ello una verdadera revolución en la filosofía; esto es, que a partir de la reflexión del hombre puede conducirse hasta las verdades más fundamentales, para entender el mundo tanto como la propia conciencia.

El racionalismo iniciado por Descartes, fue continuado por otros filósofos, como el alemán Godofredo Guillermo Leibnitz (1646-1719) y el holandes-judio Benito Spinoza (1632-1677).

Frente a esa postura racionalista se alzó otro tipo de reflexión que ponía mayor énfasis en el aspecto experimenta. El precursor de esta corriente fue el inglés Francis Bacon (1561- 1626), y John Locke (1632-1704) se distingue como uno de sus principales

representantes.

El método que se constituye a partir de esta corriente se basa

fundamentalmente en los datos que proporcionan los sentidos; la razón solamente los ordena

David Hume es importante en la historia de las ideas por dos motivos:

Lleva el empirismo hasta sus últimas consecuencias, e

Influye de manera decisiva en Kant y en muchos pensadores importantes del siglo XIX.

34

David Hume (1711-1776) nació en Edimburgo, Escocia. Inicialmente estudió leyes, pero se dedico posteriormente a la filosofía y a la literatura. Vivió en Francia entre 1734 y 1737. Viajó por Holanda, Alemania e Italia. En 1763 pasó a Francia como secretario de la Embajada de su país y en 1769 regresó a Edimburgo, en donde falleció en 1776.

Publicó las siguientes obras: Tratado dela naturaleza humana, (3 volúmenes, 1740); Ensayos morales y políticos (1742); Ensayos filosóficos sobre el entendimiento humano (1748); que en una segunda edición tituló Una investigación sobre el conocimiento humano (1751), Investigación sobre los principios de moral (1752) y Discursos políticos y Diálogos sobre la religión natural (1757).

Su obra principal es el Tratado de la naturaleza humana, cuyo primer tomo se ocupa del conocimiento, el segundo se refiere a cuestiones de moral y psicología y el tercero analiza la justicia y otros temas políticos.

En cuanto al conocimiento, y siguiendo la tradición de Locke, Hume se propuso analizar el origen y clasificación de nuestras ideas; para ello establece una tesis muy importante: todo hombre advierte la diferencia entre sentir y pensar.

Su concepción acerca del conocimiento del fenómeno condice a Hume al inmanentismo.

Según él la conciencia percibe del exterior una serie de fenómenos. Esto significa que no sabemos como son los objetos exteriores en sí mismos; únicamente conocemos lo que percibimos de ellos, es decir, el fenómeno: Todas las percepciones se reducen a “impresiones o ideas”.

Hume sostiene el principio de inmanencia; esto es, que solo conocemos las

representaciones, es decir solo conocemos al fenómeno. Por ejemplo: conozco mi impresión visual de una mesa, pero no conozco la mesa. El objeto de conocimiento es lo que conozco, es decir el fenómeno. De ahí que se diga que la teoría del conocimiento de Hume es un inmanentismo y un fenomenismo.

Ahora bien, lo que el sujeto percibe (lo fenoménico) se reduce a impresiones y a ideas:

Impresiones son aquellas que penetran con mas fuerza y violencia, como las sensaciones, pasiones y emociones.

Las ideas son imágenes débiles de estas en el pensamiento y razonamiento.

Las ideas son entonces, reproducción de una impresión anterior.

35

Las impresiones son sensaciones externas o sentimientos ligados a sensaciones

externas; las ideas reproducen o combinan impresiones.

No existen ideas innatas todas derivan de las impresiones, pero no sabemos de donde provienen éstas si del objeto, del sujeto o de Dios. La razón humana no puede explicar este origen con seguridad.

Las ideas pueden ser simples o compuestas:

Las ideas simples son la reproducción fiel de una impresión.

Las compuestas se constituyen por combinación de las ideas simples y éstas pueden ser producto de la memoria o de la imaginación. La memoria reproduce combinaciones de ideas simples a partir del modelo de combinación que nos dan las impresiones compuestas. La imaginación, en cambio, hace

combinaciones caprichosas.

? ? ¿Cómo vinculamos los fenómenos?

La conexión entre ideas es de semejanza, de contigüedad de tiempo y espacio, y causa-efecto.

Hume afirma que las ideas no existen sueltas sin conexión entre sí; prueba de ello son las lenguas humanas; las cuales no serían posibles sin una asociación de ideas. Las ideas compuestas se elaboran de acuerdo con tres clases de leyes:

Ley de la semejanza. Cuando dos o mas ideas son semejantes, la presencia de

una de ellas evoca a la otra; se unen y forman una idea compuesta.

Ley de contigüedad en el espacio y en el tiempo. Cuando dos o mas ideas han

sido percibidas en el mismo espacio y en el mismo tiempo, la presencia posterior de una de ellas evoca a la otra; se conjugan y forman una idea compuesta.

Ley de causalidad. Cuando una idea es causa de otra, la presencia de la primera

evoca a la segunda; se conjugan y forman una idea compuesta.

Como consecuencia podemos decir que:

- La objetividad de nuestras ideas depende de las impresiones que la originan.

- Los contenidos de ideas que no provienen de una impresión no son reales.

Estas consecuencias constituyen la base del empirismo de Hume. Otro aspecto

fundamental de su filosofía es el siguiente:

36

Para el nominalismo de Hume solo existen ideas particulares.

La posición nominalista de Hume no acepta la existencia de ideas generales delante de objetos. Por ejemplo, en relación con las figuras siguientes:

La mente no puede elaborar una idea general que abarque a las tres, es decir no elabora la idea de triángulo. Ya que nuestras ideas son concretas (de lo contrario pueden llegar a ser irreales), elaboramos la idea de un triángulo cada vez.

Con esto, Hume rechaza la teoría de la abstracción (aristotélico tomista) y en cambio

acepta la asociación como procedimiento para la elaboración de ideas:

Por asociación de semejanza, de contigüedad o de causa-efecto, a partir de las ideas

singulares, construimos una palabra universal (no una idea universal) que en la mente evoca alguna de las ideas que asociamos.

En resumen para Hume:

En la mente no hay ideas abstractas, todas son singulares, representan a un objeto.

En la realidad no hay nada que sea universal.

Lo único que puede ser universal es la palabra, el término.

Al relacionar ideas se forman diferentes tipos de juicios

Según Hume entre las ideas pueden existir relaciones que dan origen a los juicios

y afirma que hay siete tipos de relaciones y por ende siete tipos de juicios:

Relación de semejanza. Ejemplo: por intuición y con evidencia descubro que una

idea de silla es semejante a otra idea de silla.

Relación de diferencias. Ejemplo: con evidencia y por intuición descubro las

diferencias entre la idea de pizarrón verde y la de puerta negra.

Relación de grado cualitativo. Ejemplo: con claridad descubro la intensidad de las

cualidades, como un rojo más oscuro.

37

Relación de proporción cuantitativa. Ejemplo: con base en la unidad numérica

descubro que cinco objetos son más que cuatro

Las relaciones espaciales y temporales.

La relación de identidad objetiva y subjetiva

.

La relación de causalidad.

Para Hume las ciencias verdaderas son la matemática, la lógica y la física, por el tipo de juicios que las conforman.

Hume afirma que los juicios elaborados a partir de las cuatro primeras relaciones se descubren por intuición, proporción, certeza y dan origen a ciencias analíticas verdaderas, como la lógica, la aritmética, la geometría, y en un rango menor la física.

Los tres últimos tipos de relaciones no se dan en los objetos, no se obtienen por simple intuición y no resultan evidentes; por lo cual no dan origen a juicios científicos; Hume las pone en tela de juicio y al respecto dice lo siguiente:

Espacio y tiempo no tienen realidad objetiva

1ª. Las relaciones espaciales y temporales no se perciben a partir de los objetos. Si

nos encontramos frente a dos cuerpos contiguos; si recorremos los diferentes puntos de esos cuerpos con la vista, surge la idea de distancia que se originó por el esfuerzo muscular de mis ojos. Si además, por la imaginación prolongo la distancia al infinito, entonces surge la idea del espacio al que concibo como la condición necesaria para que

haya cuerpos. La mesa que este más próxima a usted ¿es espacial y temporal? O bien ¿usted ve la mesa en el espacio?

El tiempo , en cambio, lo percibo a partir de la sucesión de los fenómenos externos e internos, por ejemplo cuando escucho una nota musical y después otra; o bien si por reflexión percibo mi estado de alegría seguido de un estado de tristeza, entonces concibo al tiempo como condición de la sucesión de los fenómenos internos y externos; espacio y tiempo no son percibidos directamente por intuición, sino a partir de la aprehensión de diversas impresiones simples que se presentan a la conciencia para que ésta las ordene.

Así por espacio, los objetos coexisten y por el tiempo aparecen sucesivamente, pero

espacio y tiempo no son realidades en sí, sino meros nombres.

? ? ¿Podría afirmar que es usted la misma persona desde el momento en que nació

hasta la fecha?

38

2ª. La relación de identidad objetiva y subjetiva se refiere a la relación entre substancia y

accidentes.

No hay substancia s materiales ni espirituales.

La substancia, según Hume, tampoco corresponde a algo real, porque no hay ninguna impresión a la cual podamos referir nuestra idea de substancia. Lo que percibimos son cualidades sensibles (lo que filósofos anteriores llamaron “accidentes”).

Ejemplo:

Si vemos una silla y con la imaginación le quitamos una a una sus cualidades sensibles --- su color, su tamaño, su figura, su olor, etc.--- ¡no queda nada! Lo cual significa que no hay sustentáculo de los accidentes; es decir, no hay substancias materiales.

En el hombre no hay una identidad substancial.

Lo mismo podría decirse respecto de la idea del “yo”, a la que concebimos como sustentáculo de nuestros sucesivos estados: tristeza, alegría, emoción, etc. Si quitamos uno a uno esos sucesivos estados, tampoco queda nada del “yo”. Así pues, no existen, substancias materiales ni substancias espirituales. Estas sólo son una “creencia” (creemos que existen pero no corresponden a nada real). El hombre es sólo un haz de fenómenos.

La substancia es un concepto que carece de valor real y objetivo, pues se encuentra fuera de la experiencia:

“La idea de substancia, lo mismo que la de un modo, no es más que una colección de ideas simples que están unidas por la imaginación y poseen un nombre particular asignado a ellas, por el que somos capaces de recordar para nosotros mismos a los otros en esta colección”.

Respecto a la sustancia divina (Dios), Hume afirma que no hay nada en los datos sensibles para negar o afirmar su existencia por lo que se declara agnóstico.

? ? Reflexione acerca de lo siguiente: Si una bola de billar empuja a otra ¿usted dirá que

el movimiento de la primera es causa del movimiento de la segunda?

El principio de causalidad no tiene fundamento empírico.

3ª. Tampoco acepta Hume la posibilidad de percibir las relaciones de causa efecto; ejemplos:

11 Ibid., p. 164.

39

Cuando vemos que una bola de billar se mueve, golpea a otra y la segunda inicia su movimiento, entonces “creemos” que el movimiento de la primera es causa del movimiento de la segunda. Pero no vemos el nexo casual.

Cuando vemos una olla con agua sobre una ornilla, primero vemos el fuego, después las burbujas; entonces “creemos” que el fuego es causa de la ebullición.

El escepticismo de Hume en cuanto al principio de causalidad, revoluciona la concepción científica de su época.

En otras palabras, cuando vemos dos fenómenos siempre unidos y sucesivos, por costumbre llamamos causa al primero y efecto al segundo, pero en realidad no hemos percibido la causalidad y de acuerdo con el fundamento empirista, el principio de causalidad debe ser desechado en las explicaciones científicas.

? ? ¿Qué consecuencias tiene la negación del principio de causalidad para la concepción de la ciencia en el siglo XVlll?

A la pregunta ¿qué garantiza la necesaria conexión entre causa y efecto en los fenómenos?. Hume responde que es la “creencia” o hábito de pensar en que exista una necesaria dependencia entre el fenómeno y el efecto. Esto constituye un gran misterio dentro de la filosofía y Hume trata de explicarlo empleando términos como: “fuerza, viveza, solidez, firmeza, fijeza superior”.10

Sin embargo, encuentra un grave obstáculo al tratar de explicar porqué establecemos relaciones entre los diversos objetos al conocerlos; es decir, porque predicamos o negamos algo de una cosa. ¿Sólo por la creencia? ¿De qué naturaleza es la “creencia”?

Responde el filósofo: “... es evidente que la creencia no consiste ni en la naturaleza, ni en el orden de nuestras ideas, sino en la forma de su concepción y en su afección con respecto al espíritu”.11

El propio Hume reconoce que su tesis es poco satisfactoria y más difícil explicar la naturaleza de la creencia; lo evidente es que:

La creencia es una forma que afecta al espíritu, por lo cual éste establece

relaciones de conocimiento en tiempo y espacio respecto de los objetos.

10 Ibid., p. 163.

12 Ibid., p. 288.

40

El principio de causalidad no es evidente por sí mismo. La única intuición directa es la

de la experiencia misma a través de los sentidos. Al percibir un fenómeno A y otro B, no podemos demostrar que uno de los anteceda al otro; lo único posible para el entendimiento es establecer entre ambos con base en la costumbre.

La causalidad tiene un valor psicológico derivado del hombre que conoce, y no un

valor ontológico que obtuviésemos del objeto mismo.

? ? ¿Qué relación hay entre el principio de causalidad de Hume y el de Aristóteles?

Después de explicar las doctrinas de las percepciones podemos entender porque Hume rompe con las teorías psicológicas anteriores al sostener un nuevo principio en el conocimiento, el asociacionismo, su doctrina de las percepciones se reduce a la asociación de ideas y al rechazo de la doctrina tradicional de la abstracción y sus

conclusiones inmanentistas y fenomenistas derivadas de este principio lo acercaron al escepticismo; la razón opera con seguridad tratándose de las ciencia demostrativas, pero fuera de este campo resulta falible. “Por esto, todo conocimiento degenera en probabilidad, y esta probabilidad es mayor o menor según la veracidad o error de nuestro

entendimiento y según la simplicidad o complicación de la cuestión”.12

Conozco el objeto en sí, es decir el fenómeno.

El escepticismo no es sólo respecto de la razón, sino también respecto de los sentidos, pues no tenemos seguridad de la “existencia en sí”, de los objetos que vemos. Además los sentidos únicamente proporcionan impresiones e imágenes más o menos fuertes de las cosas. Por lo que se refiere a las cualidades secundarias de un

objeto –su color, olor, sabor- las diferencias de percepción son más agudas y en consecuencia el espíritu las reciba más debilitadas.

El alma no existe para la razón, sólo para la moral.

Por todas estas razones, la existencia del alma y su naturaleza inmaterial no pueden ser probadas. Por la razón no se puede demostrar nada relativo al alma y su inmortalidad, únicamente en el campo moral se puede expresar argumentos en su favor.

EMPIRISMO, RACIONALISMO, MODELO DE LA CIENCIA FÍSICO- MATEMATICO DE NEWTON.

TEORIA DEL CONOCMIENTO

(CRITICA DE LA RAZÓN PURA)

PRIMER PROBLEMA

¿CUÁLES SON LAS CONDICIONES QUE HACEN

POSIBLE LA CIANCIA?

SEGUNDO PROBLEMA ¿ES POSIBLE LA METAFÍSICA COMO CIENCIA?

La ciencia está constituida por juicios sintéticos a priori. (Elementos empíricos y formales a priori)

La metafísica versa sobre el ser (Noúmeno)

El objeto de conocimiento es el fenómeno. La ciencia

versa sobre los fenómenos (El noúmeno o cosa en si no se conoce.

La metafísica como ciencia es imposible

Los elementos empíricos del conocimiento nos vienen de

las impresiones de la cosa en sí

Dios, alma y mundo poseen una realidad valida para el sujeto y su conducta moral.

Los elementos formales a priori

Espacio y tiempo

Estética (Hacen posible Trascendental la matemática)

Categorías

Analítica Esquematizadas Trascendental (Hacen posible

Intuición pura

Entendimiento puro

YO TRASCENDENTAL

Problema Hombre

Sujeto físico Orden de la necesidad

Yo trascendental Orden de la libertad

la física) E T I C A HISTORIA Y POLÍTICA

Dialéctica Principios e ideas

Trascendental (Yo, mundo y Dios)

Razón pura

Relaciones entre

individuos

Desarrollo de la

naturaleza (Orden fenoménico ).

Orden de la naturaleza

Orden de la libertad

Ética formal

Imperativo categórico

Ley natural

Ley moral

actuar conforme al deber y

por respeto a la ley moral

Bondad (Buena voluntad

forma del acto moral.

Historia universal

REPUBLICA

UNIVERSAL

DERECHO

Regula las relaciones

entre individuos y

entre los estados

Guerra y paz

Relaciones entre estados

Decisiones libres (Orden nouménico y

sociedad y

constitución civil).

41