,. MUSEO UNIVERSAL. - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

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AÑO SESTO ,. MUSEO UNIVERSAL. PERIÓDICO DE CIENCIAS, LITERATURA, ARTES, INDUSTRIA Y CONOCIMIENTOS ÚTILES. ILUSTRADO CON MULTITUD DE LAMINAS Y GRABADOS POR LOS MEJORES ARTISTAS ESPAÑOLES. 1862. MADRID. IMPRENTA. Y LIBRERÍA DE GASPAR Y ROIG , EDITORES.

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AÑO SESTO

,. MUSEO UNIVERSAL.PERIÓDICO DE CIENCIAS, LITERATURA, ARTES, INDUSTRIA Y CONOCIMIENTOS ÚTILES.

ILUSTRADO

CON MULTITUD DE LAMINAS Y GRABADOS POR LOS MEJORES ARTISTAS ESPAÑOLES.

1862.

MADRID.IMPRENTA. Y LIBRERÍA DE GASPAR Y ROIG , EDITORES.

ÍNDICE DE LOS ARTÍCULOS, o)

J l .—p^n. i.—Revista de la semana, por don Ne-mesio Fernandez Cuesta.—'Viajes. Portugal. Lis-boa I, por rli n Federico Pérez de Molina.— El algo-don, por A. 'Santo Domingo.—'Episodios del 2 deMayo, cuadros de Goya, por don M.—Literaturade ia Edad Media, fragmentos de las cánticas delrey don Alfonso el Sabio, por don Florencio Jiiner.—Los borradlos, cuento por don Antonio Truena.

o 2.—pág. 9.—Revista de la sentara , por don Ne-mesio Fernandez Cuesta.—"Viajes. Portugal. Lis-boa 11, porrltiii Federico Pérez deMolina.—El Has-chisch, por A.—'Madrid moderno, unión de losdistritos de Palacio y la Latina.—El príi cipe Al-berto.—'Tipos y trajes de las provincias de España.—Revista musical. Teatro Real , del Circo, de laZarzuela, por *".—Los borrachos, cuento por donAntonio de Truelm, (continuación).

o 3.—pág. 17.—'Revista de la semana, por don Ne-mesio Fernandez Cuesta.—*E1 teatro de la guerraen los Estiidos-Unidos.—¿Cuánto podemos vivir?,por A.—Costumbres y fiestas de Galicia , por donManuel Jiménez Peña.—Luis de Mármol, porAdar.—El caballero de Olmedo por don "V. Joa-quín Bastús.—Los borrachos, cuento por don An-torio de Trueba. (continuación).

° 4,—pág. 2b.—'Revista de la semana, por don Ne-mesio Fernandez Cuesta.—Viajes. Portugal. Lis-boa. Plazas y calk-i niai notables, III, por don Fe-derico Pérez rie Molina.—'Particularidades de laguerra por A.—Trascendencias de la historia y dela arqueología é interés rie los monumentos conalgunas observaciones crílicas sobie las coronasde Guarrazar, por J. Puigenrí.— Un cuento deviejas, por don M. Ossorio y Bernard.—Los borra-chos, cuento por don Antonio Trueba , (continua-ción).— 'Tipos españoles. Cbesos de Aragón.—Suelto.

0 ó.—Pág. 33.—Revista de la semana, por don Ne-mesio Fernandez Cuesta.—'Yeracruz de San Juande lilua —De los alimentos en diferentes paises,por A.—Don Diego de Silva y Y'elazquez, por donRicardo de Federico.—Trascendencias rie la his-toria y de la arqueología é interés de los monu-mentos, con algunas observaciones críticas sobrelas coronas de Guarrazsar, por J. Puiggar!, (conti-nuación).—Dos mártires , episodio de la guerra deÁfrica, por G. C.

•° 6.—Pág. 41—Revista déla semana por don Ne-mesio Fernandez Cuesta.—*La Barcaza Espin óhatería flotante con coraza , por don J. Ferrer deCuuto.—Sobre la pesca y comercio de bacalao porA.—*J. Verdi, por M.—Trascendencia de la his-toria y do la arqueología é interés de los monu-mentos con algunas observaciones críticas sobrelas coronas de Guarrazar. por J. Puiggarí, (conti-nuación).—'Tipos españoles. Charros de Salaman-ca.—El alma de Garibay, poesía por don G. Nuñezde Arce.—'El anfiteatro de Roma , por F. J.—Lacalle de la Traición, 1, (tradición popular) (conti-nuación), por don Eduardo Zamora Caballero.—Anuncio del viajero.

•° 7.—Pág. 49.—Revista de la semana, por don Ne-mesio Fernandez Cuesta.—De las espediciones enbusca de EUU.rado por A.—Relación verdaderadel Cerco y toma de la ciudad de Breda en Flan-des, por el Excmo. señor marqués de Spinola, ge-neral del ejército del rey nuestro señor en aqiie-1-os botados, escrita en ib de junio de 1825 —Espectrógrafo, por C. Saez de Montova.—Tras-

Í 'a i ' i d lontova.ÜSÍ i S ' ° r i a y d e l a »«l««olop¡n, é in-de los monumentos, con alguna- oh erva-

cioiios criticas sobre las d d, algun

las coronas de Guarda •^ 8 e r '§ f?"T* E 1 .alistllm¡'-nto nació aV" é1808 en Cádiz - L o s naipes.—El comercio rie Li-verpool.—La soledadjlel alma, socologia v cua-dro fantástico, por dona Dolores Gómez de Cádiz—Advertencia a los suscritores.8.—Pág. b7 .~ Revista de la semana por don Ne-mesio Fernandez Cuesta —'Martínez de la Rosapor "—'Antigüedades romanas, mosaico descu-bierto deluPalau» en Barcelona por don J. de Dios

de la Rada y Delgado (continuación).—El sómbrelopor A.—Revista musical, Teatro Real. Los Pur i -tanos. Rígoletto. Debut del barítono español Pa-dilla. Datos biográficos. Los Titanes de Rossini:Detalles íntimos. Post-scriptum, por F . O.—Lacalle de la Traición (tradición popular) 11, pord"i) Eduardo Zamora y Caballero.—Geroglífico.

N." 9.—Pág. (¡o.—Revista de la semana, por don Ne-mesio Fernandez Cuesta.—Antigüedades romanas,mosaico descubierto en las ruinas del uPalau» enBarcelona, 11, por don J. rie Diosrie la Rada y Del-gado.— La mano, I, por A.—*LI palacio rie la pre-sidencia en Méjico.—'Don Manuel Yilar y Roca,escultor español: por " — ' L o s bailes de máscarasen Madrid, porSidi Zular;b.—Fragmentos del in-termezzo de ñame por J N . - D o s mairimonios,novela original por don Ricardo Molina.

f\.° 10. — Pág. 73.—Revista de la semana, por don Ne-mesio Fernandez Cuesta.'—La mano, 11. por A.—*La Trireine riel emperador Napoleón 11], por donMiguel Lobo —El ferro-carril de los Alduides.—Los bailes de máscaras tn Madrid, 11, por SidL-Zularab.—'Medina riel campo.—Dos matrimoniosnovela original por don Ricardo Molina (conti-nuación).

N.° 11.—Pá«. 81 •—Revista rie la semana por don Ne-mesio Fernandez Cuesta.-—El té , por A.—'Losingenios de la isla de Cuba, I, por don S. Ortega.— El oidium, i or"—*E1 invierno, por N.—Laciencia-—Las Lorias en Calcula.—Lo riejó colgado,origen rie esta frase , por don Leai dio P. Cossio.— La banda encarnada. Del libro inédito. Cítenlosdala villa, por don Juan A. rie Yirrima.—Dosmatrimonios, novela original por don Rit arrio Mo-lina, (continuación).

N.° 12. — Pá;.1. 89.—'Revista de la semana por don Ne-mesio Fernandez Cuesta.—'Incendio riel alcázarde Segovia, por don José I.osañes —Lis guantes,por A.—'Los ingenios de la isla rie Cuba, III, porJ. Ortega.—La lianza, balada de Schíller por 1.a-ganosk1 —'Cí'ñon revolver de Brame por A.—Li-teratura antigua: Canciones del marqués rie Snn-tillana.-—Alumbrado de las minas | or el gas.—Los matrimonios, novela original por don RicardoMolina, (continuación).

N.° 13.—Pág. 97.—Revista rie la semana por don Ne-mesio Fernandez. Cuesta.—La economía políticaantes de Luis X1Y, por Adar.—La digestión art i -ficial por A.-—'Los ingenios rie la isla de Cuba III,por J. Ortega.-—*Ti[ os españoles. Murcianos.—'Goveit Fiinck nacido en 1619 muerto en 1G60,por don A. Mafias.—El consumo del café.—Mis-celáneas.—Dos matrimonios: novela original pordon Ricardo Molina, (continuación)—Ceroglí-íico.

N.°14.—Pág IOS.—Revista déla serrana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—'Nauppia y sus cer-canías por A.-—La semana santa en Alhaurin por

doña Dolores Gómez de Cádiz.— 'Méjico y su ter-ritorio por don Florencio Janer. —Trovadores es-pañoles, Juan Rodríguez del Padrón, por don Ma-nuel Tornjos.—El reo de muerte, por don Gas-par Nuñez de Arce.—Dos n alrimonios , novelaoriginal por don Ricardo Molina (continuación).—'Tipos italianos. Mujer rie Trastcbera. Segadorromano.

N.° 15.'—Pág. 113.—Revista rie la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—El magnetismo y lasalteraciones magnéticas, por A —'Santo Domingo.La catedral, jior don Antonio Martínez del Horne-ro.-—I'legías de don Ventuia Ruiz Aguilera, á lamuerle de su hija, por Menenriez Rayón.—Últi-mos momentos del arzobispo de Méjico señor l.a-garza, por don Francisco Puig y Estove.—Origenrie los árboles frutales.-—líos matrimonios, novelaoriginal rie don Ricardo Molina , (conclusión).—'Plazas y esquinas de Madrid. El cerrillo de íanBlas con sol rie invierno.

N.° lfi.—Pág. 121.—Revista dé la semana , por donNimosiii Fernandez Cuesta.—Los huevos de Pas-cua rie Resurrecci. n por M. A.—L'na corta es.-

cursioo á la Liébana , por don Remigio Salomón1

—"Combate naval de los federales y los confede-rados.—literatuia, por doña Dolores Gómez deCádiz.—'Ratazzi, nuevo presidente de ministrosde Cerdeña.—El Acuario del jardín zoológico deParís.—Los mosaicos rie barro cocido.—Anécdo-tas.—La levita, por don Ramón Rodríguez Correa.

N." 17.—Pág. 129.—Revista de la semana, por denNemesio Fernandez Cuesta —Las escuadras delmundo, por A.—*E1 clero de Santo Domingo, suhistoria y su estado actúa!, por don Antonio Mar-tínez del Romero.—Dos \ ties rie mayo, por doñaDolores Gómez de Cádiz.—'Nicolás Poussíno.—Nuevos criaderos de oro , por A.—La emboscada:leyenda cosaca jorAriam Mickíewicz.-—Lil.iratu-ra polaca. A Muría: por Adán Miekii-wiez.—Misce-lánea.—Mirando al rio (traducido de Lucano)porM. Vergara.—Sueltos.—L"n buen amigo de pro-vincia , por don Federico Villalva.—'Tipos espa-ñoles. iVaragatos.

N.° 18.—Pág. 137.—Revista de la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—Mitología finlande-sa JJI r A.—'Madrid moderno: El jardín botánico| or"*.-—'Nuevos inventos bélicos contra las bate-rías flotantes j los buques de coraza.—'Iconogra-fía española.—La calumnia, soneto por don Maxi-mino Carrillo de Albornoz.—La impresión de co-loies en los tejidos.—Al n:ejor cazador se le vauna liebre: por di n José J. Soler rie la Fuente.

N.c 10.—l'ág. líj .—Revista de la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—Luis Hurtado rieToledo, I, porción Ramón Segade Caiupoarnor.—"Telegrafía submarina, 1. por oon Félix G. Riveio.— 'Madrid moderno: el jardín botánico por F . J.—Las iloi es, por don José Oilega.—'José Rivera.(el españoleto).—El mirto.—Pensamientos.

N." SO.—Pág. 153.—Revista ne la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.-—Luis Hurtado doToledo, II, por don Ramón Segade Canipoanior.— 'San Isidio, por dona Doloies Gómez rie ( ádiz.—'Telegralia submarina, por don Félix G. Rive-ro.—"La romería de San Isidio, por M. riel Pala-cio.—Las momias, su origen, su procedimiento,su significación, por A —La amistad entre los an-tiguos.-— Los miriñaques de las antiguas damasromanas.

N.° 21.—Pág. 1C1.-—Revista de la semana , por donNemesio Fernandez Cuesta.— La poesía inglesadesde el siglo XY1, por don Federico Leal.—'Lossitios reales.—'Las tones de la catedral de San-tiago, por M. Murcia.—De la enfermedad produ-cida por la triquina.-—'Pintura del Congreso delos Diputados, por don Francisco de Y,llar.— P tn -samienlos.— 'Nueva guia del viajero en París yLondres, por F . J.—El primer deber riel ciudada-no, por don Joaquín Rivó.

N.° 22.—Pág. 169.—Revista de la semana, perdónNemesio Fernandez Cuesta.—* Dou Juan Prim,conde de Rcus.— Las Cigarras, por A.—La islade Cuba.—Caita á María sobre la emancipaciónde la mujer, y si debe ó no tomar la iniciativa enlas declaraciones de amor, 1, por doña DoloresGómez de Cádiz.-—'Gruta de I'osilippo en Nápo-les.— Costumbies , notii ¡as históricas sobre losmodos de saludar , por don Eduardo rie Anca yCerio.—La fé , la rinda y el escepticismo en elamor , Balada , por don José Suero.—La incom-lustibilidad en los tejidos—La actividad segúnlos filósofos latino?. Un capricho. .

N.° 23.—Pág. 177.—Revista de la semana , por donNemesio Fernandez Cuesta.—La quinta casa riosocorro, por don A. Fernandez de los Ríos.—'Descripción rie Méjico.—'El general San Migue!.— Carreras de caballos, examen crítico rie las ve-rificadas en les días 2fí y 30 del mes anterior, pordon Nicolás Casas.—Pensamientos —Un capriclio,(conclusión), por ri'.n José María Cuenca.—'TiposItalianos. Carretero romano Romana.

N.°24.—Pág. 185.—Revista rie la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—'Semina Santa ysus precesiones en Barcelona , por J. Puiggarí.—

(1) A lüá artículos que van enarcados cen una ' les acompaüa grabado.

"Los sitios reales. El real palacio do Aranjuez.—•Carla a Maria, sobre la emancipación de la mujery si debe, ó no lomar la iniciativa en las declara-ciones do, amor, |»or doíia Dolores (ionio/, de Cádiz.—Kl azúcar por A.—El aumento de, ag >as en laHabana —Los recuerdos, por R. Segado Campo-anior.—Sueltos.— Antes del baile, en el baile ydespués del baile, por don Manuel Casorio y Ber-nn l .—* Tipos españoles, (lobos ó aldeanos deBilbao.

N . °2J .—l>ág . 193.—Revista de la semana, por donNemesio Fernandez. Cuesta.—'Semana Santa ysus procesiones en Bireelona, (conclusión) , porJ. Puiggarí.—Los te¡idos; El lino, La lana, Kl al-fíOilon, por \ .—'Los silios reales. Lo;jardino> deAranjuez..—"Kossini.—"La nueva espada del du-que de Tetuan.—Kiranlo , 1, Corazón de. León(ojeada histórica), por don Eduardo Zamora y Ca-ballero.—Tipos espinóles. Cayeses mallorquines.

N A 26 —Pág. "201.— Revista de la semana, por ;!onNemesio Fernandez Cuesta. — Filosofía oriental.Los eon-.ejos 'le Suadi.-—Las ostras , por A.—SanPedro, por doña Dolores Gómez de Cádiz..—Klcastillo de Faria, traducción portuguesa tomadade las «leídas é narrativas» de A. Érculano , pordon M. Ossorio y B-rnard.—*La nueva puerta deCiudad Real.—huerta del castillo de Penha deCintra —El perro de Juan Martin, por don JoséCaray de Sarti.

N.° -27.—Pág. -209.—Revista de la semana, por donNemesio Fernandez. Cuesta.—"La cárcel de Mi-guel de Cervantes en Argamasilla de Alba.—*Lossitios reales.—Descripción de, Trípoli —Biografíade Guillermo Pitt , conde de Chathan y luego lordChatban , por don Miguel Lobo —D'ivision deltiempo.—Amor á la patria.—El perro de JuanMartin, (couclusi m) por don José Garai de Sartí.—*Pla/.as y esquinas de Madrid.

N.n. 2S —Pag.'217.—Revista de la semana , por doaNemesio Fern nulez Cuesta.—Historia de la rosa,por A.—*La Esposieion Universal de Londres , 1,por don J. S. Buzan.—Una visita á Pamplona,por don Ramón Medel.—Los tres estados (del li-bro inédito «Sueños y realidades»), por F.

N." 20.—Pág.'225.—Revista de la semau.i, por donNemesio Fernán,lez Cuosti. *La marina española,por don Gerónimo Lobo y Casal.—Biografía deldoctor don Juan de Dios y Hen iros, por iion Fran-cisco de. P. Éntrala.—Los vinos de España por A.San Jorge.—Idilio erótico-burlesco Gangas de laépoca, por don VenUir i Ruiz, Aguilera.—La ca-bra tira al monte; por don José Requena y Espi-nar.—'Tipos españoles. Choricero, Etromeño yPaya.

¡yo 3o .L-Pág . 2 3 ) . — '.evisia dé la semana, por donNemesio Feruand •/. Cuesta. —' Li marina espa-ñola, por don Gerónimo Lobo y Casal.—'Los siliosreales. La Granja.—Observaciones á las cariastrascendentales de don José de Castro y Serrano,I, por doña Dolores Gome/, de Cádiz..—'Said Bijavirey de Ejipto.—Sihdi de Colon del puerto de.Palos, por don M. Ossorio y lie.inat—Pensamien-tos.—La cabra tira al monte, (continuación) , pordon José Re |uena y Espu.a .

>;_" 31 —i>¡íg, ¿i).—Revista de la semana, por donNemesio Fernandez, Cuesta.— La pulsación delmar , por A.*—La marina de guerra española, suscostumbres y su estado actual.—*EI general Mae-Clellan y la" ciudad de Richmond.—"Los sitiosreales La Granja, II.—Observaciones á las cartastrascendentales de don José de Castro y Si" rano(continuación), por doña Dolores Gome/, de Cádiz.—La cabra tira al monte, por don José Roqueñay Espinar.

!V.° 32.—Pag. 219.—Revista de la semana , por donNemesio Fernandez, Cuesta.—*EI general Burn-hide, por A. P. La koka del Perú, por A.—'Lossitios reales. La Granja, 111.—Observaciones á lascartas trascendentales de don José de Castro ySerrano (conclusión), por doña Dolores Gómez deCádiz.—La leyenda del Judio Errante.—Ti é.Eu.Sonó d' uhna noite d' vrao, por don Benito Vicet-t.o.—El novio por don Carlos Frontaura.—"Tipo.Plazas y esquinas de Madrid.

•̂/> Xi.—Pag. '¿:>7 —Revista de la semana, por donNemesio Fernandez. Cuesta.—La Armenia y losarmenios, por A. — Jardín de aclimatación enOrol.ava. Cananas, por O.—"Escenas de la vi.lade María Santísima . copiadas de un retablo delRenacimiento, por .!. Puiggarí—La caja de lasreliquias, por T. de Rojas y Rojas.—"¡Vamos álas proviii' ¡as!—Los sitios reales, (lonelusion).—Leyendas asiáticas —En la muerte do mi queridosobrino don Francisco do la Rada y Méndez, pordon F anci co de P. Éntrala.—La novia por don('¡irlos Froniaura.—'Tipo. Plazas v esquinas deMadrid.

N ° 34.—Pág. 2C>'¡.—Revista de, la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—Mitología scandina-va , por A.—Los dos prismas , por don Jacinto La-baila. —"Carolina Sautoni, por don Manuel Fer-

nandez y González.—*EI general Seolt.—'¡Vamosá las provincias'., por ***.—Noticia de las pestes yotras calamidades qii" afligieron á la i'iudaddc Bar-celona.— Pensamientos.—El perro negro, cuentopopular, por don Antonio do. Trueha.

N." 3;>.—Pág. 273.—Revista de la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—El sueño de. las plan-las, por A.— Biografía de Pablo Pilferror. por donF. Janer.—La cascada y la campana.—El ermita-ño ile Monserrat.—Vuelta á la esperanza.—Cua-dros de costumbres y tipos de Galicia, por donFederico Alejos Pitá.—* El fuerte Moultri-1.—-"Plano de la batalla que tuvo lunar el dia .'i demayo do ISi¡2 en los suburbios de la ciudad dePuebla, entre las fuerzas mejicanas y las france-sas, que fueron rechazadas al emprender el asal-to del cerro de Guadalupe. Formado en vista delmandado publicar por el ministerio de la guerra,por don Antonio García Cubas.—Sueltos.—Dosdiarios en uno. Estudios filosóficos, por don FelipeCarrasco de Molini.—"Tipo. Madrid de antaño yMad id le ogaño.

NV 30.—Pág. 2!U —Revista de la semana, por donNemesio Fernandez, Cuesta.—Mitología de la Nue-va Zelanda, por A.—"Artistas célebres de la an-tigüedad. Xeuxis, por J. Puiggarí.—"La Alham-bra . muros de la parte llamada en lo antiguo,torres y castillo; y acueducto por donde pasa laacequia deGeneraiife á la Alhambra. por don Ma-nuel Fernandez y González.—"Bitería de á caba-llo de Hoandman.--Cuadros de costumbres y ti-pos de Galicia por don Federico Alejos Pita.—Losjuegos de la infancia, por J.—Recuerdo á Amaliapor don Salvador María Granes.—Dos diarios enuno. Estudios lilosólicos, por d m Felipe Carrascode Molina.—'Tipos. Madrid de antaño y Mulriddeogaño.

N.° 37.—Pág. 2^9.—Revista de la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—Los venen >s , p>rA.—'Pin t res célebres de la antigüedad. Parra-sio, por J. Puíggarí.—'Manresa y la cueva de Sanljnacio.—'Los cometas de este año, por F. Pi-catoste.—*E1 conde de Chamb >rd.—La filosofíaal uso del dia, por don Manuel Jiménez Peña.—Sagua la grande . (Isla de Cuba).—D >s diarios enuno. Estudios (ilosóüc >s, p >r do i Felipe. Carrascode Molina.

N.° 3S.—I'ag. 297.—Revista de la semana , por donNemesio Fernandez Cuesta.—*La esposicion uni-versal de Londres, 11 . por J. S. Razan.—*EI relojd mal.—Dii las c m i l a s d" los r. míanos, por A.—Laodilisca, p >r 11. V. Duninguoz.—A Balines enel duodécimo ani ersariode su muerte , por donCarlos Mari i Perier.—Pensamientos.—Ultimo tes-I míenlo ile Muévedo, por .1 Puíggarí.—"Tipos. An-taño y ogaño.

N." ;!'.(.—Pág. 3lK>.—Revista de la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—"La esp isicion uni-versal de Londres, 111, porJ. S. lia/.an.—Li sim-bólica délos movimientos, por A.—"El generalForoy.—Apuntes biográficos de un conocido es-critor, (estudios fisiológicos), pnrdou Pedro Yago.—Sueltos.—Pensamientos.—En la tumbado. Rai-mes, por fiarlos Maria Perier.—La olalisea , p >r11. V. D uningue/..

N." i >.—Pág. 313.—Revista de la semana, por dinNemesio Fernandez, Cuesta —"La esposíeiun uni-versal de Londres, IV, por J. S. lia/.an.—La varitaadivinatoria, por A.—Proverbios ejemplares. Has-ta los galos quieren zapatos por don Ventura Ruiz,Aguilera.—"La princesa Pía —'El golf > ile Spez-z.i i y la prisión de Ganbaldi.—El diario do, Gio-vanni, p o r d o n J . d e Dios de la Rada y Delgado.Pensamientos.—Misteriosde una sombra, cuent, >,p r don Fernando Martínez.Pedrosa.—"Tipos. An-iañ • y ogaño

N." 41.—Vái_r. :í•'. 1.—Revista de la semana, p >r donNemesio Fernandez Cuesta.—*La esposícíon uni-versal o, Londres, departamento inglés, V, porJ. S. liazan.—Mitología de, Tabiti, por A.—Pro-verbios ejemplares. Hasta los gatos quieren zapa-tos (conclusión), por don Ventura Ruiz Aguilera.—'Fernando O-sorio. — Llegada de. SS. MM. yAA. á Sierra-Morena.—Laguyana francesa.—Losinslruitient s de presión.—A Dolores , por M. A.Ortiz. — Misterio- de una s 'Uihra , cuento por donFernando Martine/, Pedrosa, (continuación).

N." 12.—Pág. 329.—Revi-la de la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—"La esposic.ou uni-versal o Londres, departamento francés, VI , porJ. S. Razan. —Pi'dras preciosas artificiales, p"r A."La princesa Alejandra de Dinamarca.—Recuer-dos ile un viaje, por don Benigno de llo/.usla.—Los oj s negros y los a/.nlos, imitacio i del italia-no, por'Ion Ricardo de Federico.—Sueltos —Mis-terios ile una sombra , cuento, por don FernandoMartille/, Pedrosa , (continuación).—"Tipos. An-taño y ogaño.

N." |:i —p¡i^ :U7.—Revisla de la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—"Esposicíon uni-versal de Londres, departamento italiano, Vil, por

N.

don J. S. Bazan.—Inconvenientes de la vida s e -denlaría, por A.—"Real monasterio de NuestraSeñora de Pedralbes en el campo de R.ireoloiia,por ,) Puiugarí.—La abundancia. Las barcarolas.Las bayaderas. -Misterios di^ una sombra, cuento, pordon Fernando Martínez Pedrosa, (continua-ción)H.—Pág. 3io.—Revista dé la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta —"La esposicion un i -versal de. Londres, departamento austríaco, VIH,pordon J. S. Bazan.—"El coronel Pallavic.ini.—*Lazotera marina.—Carreras de. caballos. Examen crí-tico de las verificadas en la real Ca>a de campo enlos dias 26 y 30 de octubre último, por don Nico-l.is Casas. — Mitología asturiana, por non Gumersin-do Lávenlo y Ruiz de l.aniadnd.—Sueltos. — Mis-terios de una sombra , cuento por don FernandoMartínez Pedrosa, (continuación).—'Tipo;. Mo-dismos españoles.í'.i.—Páiz. 3i>3—Revista de la semana, por donNemesio Fernand"/. Cuesta.—Cuatro palabras so-bre la esposicion de Bellas Artes, por J. F. G.—"La esposicion universal de Londres , el Zollvereiny las ciudades anseáticas, IX, por J. S. Razan.—Madagasear en 1862, por J.—"El mayor generalPope.—Cuadros del día , un retíalo al natural, pordon José Forre i ro y Peralta.—"Nuevo mortero.—La humanidad, por don José Maria de Albuerne.—Misterios de una sombra, cuento por don Fernan-do Martínez Pedrosa, (continuación).

46.—Pág..-§61.—Revista ile la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—Cualro palabras so-brí la ospo-icion de Bellas Artes, por J. F. G.—*La esposicion universal de Londres, departamen-to ruso, X, por J. S. Bazan. —El cerebro, el cráneoy el alma, por A.— La república negra de Libe-ria. —Los nidos, armo.iía campestre , por don Ven-tura Ruiz Aguilera. -La reliyion de los lamas, porM. A.—Sueltos.—Misterios de, una sombra , cuen-to , por don F. Ma tinez, Pedrosa, (continuación).

47. —Pág. 369.—Revista de la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—Cuatro pa abras so-bre la e~pos¡. ion de Bellas Artes, por J F. G.—"Laesposicion universal de Londres, por J. S. Bazan.—La pesca del Trepang, por A. —Lancha cañone-ra de los federales.—Ej camino de hierro en Lon-dres.—Consecuencias de una taza de café , pordon M. Rayón.—En el fondo, por don P. Yago.—El aqueronte.—Siemprevivas (imitación del alo-man) , por don C. M.—Misterios de una sombra,cuento , pordon Fernando Martínez Pedrosa, (con-tinuación).—"Tipo Modismos españoles.

4S—P.ig. 377.—Revista de la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—Cuatro palabras so-bre la esposicion de Relias Artos , por J. F. G.—*La esposicion universal de Londres, España yPortugal, XI, por J. S. Razan. —La vida en el Océa-no , por A.—"El arco de triunfo levantado en Mur-cia.—Consecuencias de una laza de calé , por donM. Rayón.—Misterios de una sombra, por donFernando Martínez Pedrosa (conclusión).—"Tipos.

0 4D.— pát-. 380.—Revi-la de, la semana, por donNemesio Fernandez Cues1.?..—Cuarto palabras so-bre la esposicion de Rollas Artes, p o r J . F . G.—La esposiciou uní ersal de Londres, departamentoholandés, XII por J. S Bazan.—La vida en el Océa-no, por A - "Mr. Drouyu de Lbuys.—L"S pobresvergonzantes, por don i arlos Frontaura.—Suel-tos —Historia de un paraguas, por don José Garayde Sartí.—'Felipe II implorando el auxilio de laDivina Magestaü.

.° iíO.—Pág. 39;t.—Rev sla déla remana, pordonNemesio Fernandez Cuesta—Cuatro palabras so-bre la esposicion de Bellas Artes , por don J. F. G.—"Esposicíon universal do Londres. Turquía yEgipto , XIII, por don J. S Razan. — El papel y pa-pyrus, por A.—Los p dires vergonzantes (con-ciu-ion), por don Carlos Frontaura. — 'Necrologíade don Agustín Duran , por don M. Ovilo y Otero.—Historia de un paraguas (continu eion), por donJos ¡ Garay de Sartí.

0 ;>l. — Pag. 401.—Revista de la semana, por donNemesio Fernandez Cuesta.—Cuatro palabras so-bre la espnsieiou de Bellas Artes, por ilon J. F. G.—"Esposicíon universal de Londres, departamen-to belga, XIV, por don .1. S Razan.—La religio:ide los lipones , por A.—El reino de Angola, por J.—Un amifío infiel , según Ovidio.—Historia de unparaguas (conclusión), por don José Cluray de Sar-l.í.—'Caricaturas.—Versos de aguina'do.

" : Í2 . —P.ig. 409.—Revista de la semana, por donN MIIOSIO Fernán lez Cuesta .—'Cuatro palabrassobro 11 exposición de bollas artes, (conclusión),por don José Fernandez Giménez.—"La exposiciónuniversal do, Londres. Kl Japón y la China, XV,(conclusión), por .1 S. Ba/.an.—El café , por A.—"C.iusa célebre, don Claudio F , por "".—Loscien iialadmes, ronance, por don Ensebio Martínezde Velii*co.—Sócrates y sus discípulos, por 15.15..—Esludios de costumbres.—Runioo y miseria, pordon Juan Alonso y Eguilaz.

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NÚM. 1.° PRECIO DE LA SUSCRICION.—MM>RJD , por númerossueltos á 2 rs. ; tres meses 22 rs. ; seis meses•42 rs.; un afio 80 rs.

REVISTA DE LA SEMANA.

MADRID 5 DE ENERO DE 1862.PROVINCIA?.—Tres meses -28 rs.; seis meses 50 rs.

un año 9fi rs.—CHÍA. PIERIO HICO, v KSTKANJERO, \ \ ü V Iun aüo 7 pesos.—ADEKICA T ASIA , 10 i 1K pesos.

a publicación de ELMUSEO UNIVERSAL en-

tra hoy en su sesto año con elcrédito consiguiente á cinco añosde constancia y de esfuerzoscoronados del mejor éxito parapresentar un periódico que pu-diera sostener la comparaciónal lado de las mejores publica-ciones ¡lustradas que se dan áluz en el estranjero.

La mismaconstanciaen el buencamino que

^ hadistingui-' do á EL MU-

SEO en los úl-timos años,

en el que hoy conuenza, en el cual p r o c u r a r á e o ^ i ípre ponerse al nivel de las exigencias del buen gustoartístico y literario y ser el fiel trasunto y espejo de losadelantos y progresos de las ciencias, de la ¡mlustrhde la literatura y de las artes. l '

A nuestros constantes suscritores poco tenemos quodecirles en esta parte. Testigos de las rápidas y pro-gresivas mejoras de EL MUSEO, tienen en los cinco tomospublicados la mejor prueba de cuanto hemos dichoEn esos cinco tomos está compendiada la historia de

los progresos del saber y del ingenio en nuestra patria¡ durante el período que abrazan , período no escaso en

acontecimientos, ni en glorias para la España.Otro se inicia al comenzar el año actual que creemos

: ha de ser aun mas fecundo. La gran esposicion dei Londres , superior á la de 1851, nos abrirá sus puertasy nos mostrará sus tesoros en mayo, y nosotros lospondremos fielmente á la vista del lector; los triunfosde nuestras armas en Méjico y los sucesos de aquellospaíses nos ofrecerán campo á descripciones animadas yá preciosos grabados; y las esposiciones de bellas artesy de agricultura de que Madrid y otras provincias ha-rán alarde vendrán á completar para el otoño y el in-

, vierno uno de los tomos mas interesanles de la colec-• cion de EL MUSEO.| Y si el tomo que hoy comienza ha de ser\ necesaria-mente uno de los mas interesantes de EL MUSEO , aunsin contar con que no ocurran en el año mas aconteci-mientos que los ya anunciados; si este pronóstico le

i podemos hacer ya con seguridad desde el primer nú-mero ¿qué podremos decir cuando el año 62 termi-ne? ¿Quién puede prever los grandes hechos queguarda la historia para desarrollarlos en su gran teatroen lo que podemos llamar el drama de 1802? ¿Quién escapaz de decir de antemano, hasta dónde llegarán esteaño los adelantos que hará la industria en su rapidísi-ma carrera; á qué altura remontará su vuelo el geniode los descubrimientos científicos, hasta dónde raya-rán las artes? ¿Quién podrá medir la profundidad y laestension de las diversas sorpresas que el mundo nosreserva para 18(¡2 en esta época agitadísima, en que lamateria y el espíritu, la naturaleza y la humanidad to-do se conmueve y tiembla como si anunciase eJ naci-miento de un nuevo Mesías?

EL MUSEO que será de todo un fiel cronista y exactoreproductor, marcará en sus páginas cada descubri-miento, cada hecho importante, cada fenómeno nota-ble de la historia de 1862 con los colores y atributosi;ue merezca.

! Y en verdad que el año de 1862 promete. No harémuchos meses una familia real, querida ile su pueblo ycontenta con sus destinos, dos cosas que cuando se en-cuentran deben apreciarse mucho, era señalada por eldedo de la muerte para aumentar el número de susvíctimas. De cinco varones que componían esa familia,tres han bajado ya al sepulcro á impulsos de una en-

j fermedad agudísima y terrible, y el cuarto ha quedadoen un estado lamentable. El pueblo de Lisboa, agitadopor el temor de ver desaparecer el último vastago d<;

i los Coburgos portugueses, buscó en sus recuerdos yen sus rencores á quien atribuir la culpa de la catás-

, trofe; y si los siniestros rumores que se han hechocorrer por aquella capital fueran exactos, seria preci-so decir que habíamos vuelto al tiempo de los Bor»iasy de las Catalinas de Médicis. En la noche en que mu-rió el infante don Juan, última víctima arrebatada porla enfermedad, que parece cebarse solo en los miembros,de la real familia, la población de Lisboa fue teatro dedesórdenes que indudablemente se repetirían si algunanueva desgracia viniese á alligir los ánimos. Las Cor-tes se han reunido y se preparan ú proveer al gobiernode Portugal para en el caso de que la raza actual desus reyes se estinga totalmente. Esperamos que no lle-gará ese caso, pero de todos modos buena es la previ-sión; y ahora aplaudiremos que en la constitución in-troduzcan los artículos necesarios para ocurrir á todas,las eventualidades posibles. La constitución españolaes en esta parte completa, y ha previsto todas las con-tingencias : es lo primero que siempre han hecho los.españoles, procurar que jamás les falte rey: por esodesde muy antiguo hay aquel refrán que dice: rey queme mande ni ¡papa que ¡me escomulgue no me ha defaltar, refrán que espresa la indiferencia con que nues-tros abuelos veían los negocios políticos, tanto de Es-paña como de Roma.

Y hablando de Roma ocurre preguntar ¿qué pasaráen la capital del orbe católico en 1862? Los mas parti-

' darios del status quo no se atreven á esperar que con-

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momento que si Goya hubiese dispuesto de mas tiempo,si hubiese perfeccionado su cuadro, hubiera dejado unade sus mejores obras en la composición de que nos ocu-pamos. l'ues(|iié ¿puede ser mayor su electo, puede estarme¡or escogida la situación y mejor compuesto el cuadro?no'seguramente. En buen hora que su color no sea tanbueno como el que el artista empleaba en sus demásobras; en él se verá sin embargo la manera franca yvaliente con que piulaba (¡ova lodos sus cuadros, asicomo se admirara su perfecto dibujo, y se verá quenada dejan que desear en cimillo á actitud, la tiguraque se tapa los ojos con las manos, y el grupo princi-pal, que está lleno de vida.

El otro cuadro que forma juego con el de que acaba-mos de hablar, representa el sangriento encuentro quetuvo el pueblo, con los mamelucos, en la calle de laMontera. No es nuestro ánimo ocuparnos de él; pero sidiremos para concluir, que se ven allí, las mismasdotes de genio que caracterizaban á su autor.

Él, como Quintana, empezaron la gran obra de nues-tra regeneración artística y literaria; él como Quinta-na , amaron los nuevos dias que amanecían para lahumanidad; el como Quintana, supieron dar vida á lasgloriosas escenas de nuestra guerra de la Independen-cia , ejemplo elocuente y duradero. que enseñará ánuestros lujos á defender nuestra nacionalidad, y á lospueblos estranjeros á saber cómo se arroja del suelo dela patria al enemigo que quiere subyugarla.

LITERATURA DE LA EDAD MEDIA.FRAGMENTOS DE LAS CANTIGAS DEL REY DON ALFONSO

EL SABIO.

Las poesías del rey don Alfonso el Sabio, lo mismoque otras producciones literarias de su época, llamaránsiempre la atención de los críticos y de los apasiona-dos a la antigua literatura española, por la sencillezy la convicción piadosa que respiran, por las dotes decredulidad y ternura que revelan en el pueblo lo mismoque en el monarca, por la verdad y sentimiento conque pintan las creencias, las emociones y las costum-bres de la sociedad de aquel tiempo. Como monumen-to literario, son las cantigas composiciones tambiénmuy dignas del estudio de nuestros literatos y bibliófi-los,* y como preciosidades artísticas que revelan lostrajes, las armas y los utensilios ele tan reinóla época,los códices en que están escritas merecen la atenciónde nuestros anticuarios y pintores.

No nos detendremos en esponer el mérito literariode este género de composiciones, ponderado por di-versos escritores , pues nos proponemos solo publicaralgunas de las menos conocidas.

Asi como, por ejemplo, los libros del ajedrez, delos dados y de las tablas, don Alfonso el Sabio losmandó escribir, las cantigas aparecen escritas por élmismo, esto es, compuestas por el mismo monarca,como se lee en su prólogo ó introducción.

Don Afonsso de Casildade Toledo de LeónRey . e ben des Copostellata o Rey no dar agónDe Cordoua, de ¿aliende Seuilla outrossie de Murc.a U gran benlie fez deus coni aprendíDo algarue que ganoude mouros e nossa ferneteu y . e ar pobloubadalos que Rey no e

E que dos Romanos Reye . per dereit e Sennoreste liuro com acheyfez . a onrre a loorDa uirycn sania Maria, ele.

En efecto, la mayor parte de cantigas ó cantaresson de milagros y loores de la Virgen María, teniendotodas la música con que se acompañaban. Al princi-piar las cantigas dice el mismo don Alfonso :

Fez cen cantares e sonessaborosos de cantartodos de sentías razonesrom y podedes adiar.

Los motivos ó sean los milagros, quedan ocasión alpoeta para cantar las alabanzas de la Virgen María, son'tan diversos como peregrinóse interesantes. Tan pron-to loa don Alfonso la conversación de un caualeyronanwrado quess ouuera desesperar porque non podíaauer sa amiga, como reliere el milagro de que fezfazer tíos babous que crian a seda duas toncas por-que a dona que os guardaua lie prometerá vna e nonlia tlcra; tan pronto nos esplica como sánela Mariauiudoua enperadriz de roma a sofreí- as grandes coi-las per que passou , porque.

Quenas coilas (leste mundoven quiser sofreí-sancta maria denesempr ante si poner

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EL MUSEO UNIVERSAL.

como nos reliere el hecho de haber librado á un laura- <dor que non morresse das /tridas que le daua un caita-leiro e scus ornes, porque

Muy gran poder a aniadre. de deusde defender ed anparar los seus.

Mas adelante refiere el autor como sánela mariaacrecentou o tino no tonel por amor da bona donade crctaima; como sancta maria leuou o boi do al-deano de scgouia quell auia prometíalo e non lioquería dar; como símela maria defendeu a cidade decesaira do encerador iityano ; como sánela mariaaparece no maste da ñaue de noite que ¡ya a bre—latina e o guardou que non perigoasse," como sánelamaria sacou dos cscudeiros de prison. e l e , ele.

Pero entre todas las cantigas del sabio monarca deCastilla, una de las mas interesantes por la naturali-dad de su narración y la estremada sencillez de susconceptos, es la primera de las cinco dedicadas á ce-lebrar las festividades de María durante el año. La pu-blicamos á continuación completa y enteramente con-forme con uno de los diversos y antiquísimos códicesque contienen las cantigas y se conservan en varias denuestras bibliotecas. Dice asi:

Poís que el Rey fez cen cantares de miragres ct deloores de Sancta maria et ouuc feita sa pitiron: teuepor ben de fazer outras cinco Cantigas das sas festasdo anuo.—E esta primeira e da sa nacenca que cae nomes de setenbro c comeva assi:

Beneito foi o díaet ben auenturadaa ora que a uirgenmadre de deus foi nada.E daquesta nagengafalou nmit ysayae profetando disseque amor fayriaben da rayz de iessee que tal fror faríaque do sant espiritode deus fosse morada.

Beneito foi o dia et ben auenturadaa ora que a uiryen madre de ikus foi nada.

Outros profetas muitosdaquesto profetaronet os euangelístasdesta sennor Calaroncom era de gran guysaet os reis ar contarondo línag onde uiniaesta sennor onrrada.

Beneito foi o dia et ben auenluvadait ora que a uirgenmadre de deus foi nada.

Mas pro de seo pudreque ioauliim chamadoloi et sa madre amiadirei nos seu estadoquanto no mund ouueronpartíron per recadoque de quanto auiaunon lies licaua nada.

Beneito foi o día et ben auenturadaa ora que a uirycn madre de deus foi nada.

Ea ioachim el aunatal acordó preseronque fezeron tres partesde quant auer ouuerona huma pera pobresa outra reteueronpera si a tereeiraao leinpl era dada.

licneilo foi o dia el ben auenturadaa ora que a uirgcti madre de deus foi nada.

En quanl esta ronpannasanta assi obrauadeus toda las sus cousasdous lant. aci'ecenlaua,mas non lies daua filiopor que eoilad andanamuit enil ele mas elaera en mais eoitada.

Beneito foi o dia et ben auenluratlaa ora que a uirgen madre de deus foi nada.

l'or que os rezonauanpor malditos as gentesel. poren lilluu eleolerías el présenlesque leuass ao templocon oulros seus párenlesmas lidien et. simeonuedai'on lia (Mitrada.

Bencilo foi o dia e ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi na Ja.

Que lie disseron logoilaqui entrar es quito *ioachim poren uaile

pois de deus es malditoque te non quis dar Hiloca assi e escritoporend entrar non deliesen casa tan sagrada.

llencito foi o día e benauenttiradaa ora que a uirgen madre de deus joi nada.

El ouue dest enbargoet vergonna tamannaque non foi á sa casaneno uyu sa conpannamas lillou seus ganadosel fois aa monlannaassi que por gran tenponon tez ali tornada.

Beneito foi o dia c ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nada.

Auna quando uiu estoouuo tan gran despeitoque con coila chorandose deitou en seu leitoet de grado morreramas non llouue proueitoca deus pera gran eousaxa tinia guardada.

Beneito foi o dia et ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nuda.

E ali u iaziagemend e sospirandnet sa desaventuraa deus muit comentandode que era sen Hilosde ioachim chorandoquis deus que do seu angeofoss ela confortada.

Beneito foi o dia c ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nada.

E disse lie non temasauna ca deus oydaa ta oracon ouueet poren sen falidade ten marido tillaañeras que conpridasera de todos benesmais doutra et pregada.

Beneito foi o dia et ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nada.

E pois llest ouue ditofoiss o angeo logoa ioachim que eramedido no meogodunas grandes inonlannaset dissell en te rogoque tornes a la casalogo sen alongada.

Beneito foi o dia et ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nada.

El cuidando que eraorne respos llalantocom ireí a mi a tenau recebi quebrantogranel entre meus uizinn»que en palo deus sanctoquisera que a testaque foss ante tallada.

Beneito foi o dia et ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nuda.

Ca a porta do templodisseron mios porteñospois non auia Hiloscomo meus conpaniieirosnon entraría dentronen aues non cordeirosnon ren de uña ofertanon seria tillada.

Beneito foi o dia et ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus fot midn.

E por esta uergonnaet por este líenoslofogi a esta térra

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et e.i ia assi postoque nunca ala torne

assi postica ala tf

et eno mes dagosl.oañera ben seis mesesque liz aqui estada.

Bcneilo foi o dia el lien auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nada.

Entr aquestas inonlannasque e tena esquyuacon estes meus ganadosca mais me ual que ninaen logar apartadoque inda mili catiua

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I EL MUSEO UNIVERSAL.

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fazer entre mias gentesuergonnos e uiltada.

Beneito foi o dia et ben auenturada'i ora que a uirgen madre de deus foi nada.

O angeo He disseeu soor mandadeiroati de deus do ceopor te fazer certeiroque de ta mollor annaaueras tal erdeiroper que toda a torrasera enlumenada.

Beneito foi o dia et ben auenturada• i ora que a uirgen madre de deus foi nada.

E se esto que digolenes por marauillacertanamente creique te dará deus filiaque o que perdeu euaper sa gran pecadillacobrar ssa per aquestaque sera auogada

lieneito foi o dia et ben auenturada•i ura que a uirgen madre de deus foi nada.

Entre deus et as gentesque foren pecadoresporen uaí te ta uiaet leixa teus pastoresque guarden teus ganadosca muito son mayoresde deus las sas mergeesca ren que foss osmada.

lleneilo foi o dia et ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nada.

(guando ioachim estooyu log es moridocaen e iouuen torrafora de sen sentidoalones que o angeofoi dali partidoque seus ornes o foronerger sen detardada.

fíeneito foi o dia et ben auenturada<i ora que a uirgen madre de deus foi nada.

E que lie preguntaronlogo o que ouueraque tal pega en torraes morido iouueraet el contou lies quanto angeo lie disseraet eles He disseronde uos yr e guysada

Beneito foi o dia et ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nada.

Coussa et non passedesde deus sen mandamentoe id a nossa casalogo sen tardamenteca seo non fezerdesquicai por escarmentónos dará deus tal morteque sera mui sonada.

Beneito foi o dia et ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nada.

Tanto llesto mostraronet per tantas razonesque lies respos chorandopois que nos praz uaroneslarei nosso consellomas por deus conpannonesguardade mios ganadosen aquesta mallada

Beneito foi odia elben auenturada'i ora que a uirgen madre de deus foi nada.

E pois lies esto dissemeteuss ao carreyrapor sir pera sa casaveer sa companneiraque o beneit angeofezera ia certeiraque ioachim uerriapela porta dourada-.

Beneito foi o dia et ben auenturadaa ora que o uirgen madre de deus foi nada.

E que a el sayesserecébelo aginaca'deus enas sas coitasporria meczinaet He daria (illadele tal que reynaseria deste mundoet dos ceos chamada.

Beneito foi o dia c ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nada.

Quand aquest oyu annaque iazia gemendoet sospirand ergeusseet foi ala correndoet leuon seus parentessigo com eu aprendoben como se ouuessa casar outra uegada.

fíeneito foi o dia e ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nada.

E pois uiu seu maridoobridou seus pesaresct con militas saudeset muitos abracareso acolleu nmi lodaet pois muitos mamaresHe guysou et sa casamui ben encortinada.

fíeneito foi o dia et ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nada.

Na qual aquela noiteest e cousa sabudafoi na beneita annaa uirgon concobudaa que pelos profetasnos fora prometudaante que esto fossemui gran sazón passada.

Beneito foi o dia et ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nada.

E logo que foi uiuano corpo de sa madrefoi quita do pecadoque adam nosso padrefezera per conssollodaquel que pero ¡adrepor nos leuar conssigoa porta lie serrada.

fíeneito foi o dia et ben auenturadaa ora qne a uirgen madre de deus foi nada.

Do yferno ca estalio pos a serrailuraet aliriu paraysoque per mala uenturaserrón nossa madr euaque con mui gran loucuracomen daquella finitaque deus llouue uedada.

Beneito foi o dia et ben auenturadaa ora que a uirgen madre de deus foi nada.

FLORENCIO JANER.

LOS BORRACHOS.CUENTO POR DON ANTONIO DE TRLEBA.

I.

El pintor, antes de pintar el cuadro, prepara el lien-zo , y lo mismo debo hacer yo, que también soy pin-tor, aunque de brocha gorda.

Preparemos el lienzo.El lienzo en que voy á pintar es uno de los valles

mas hermosos de Vizcaya.Entre las razones que tengo para llamarle hermoso

hay dos muy poderosas: la primera que lo es, y la se-gunda que nací en él.

—Y a nosotros, dirá el lector, ¿qué nos importa quenaciera usted en él ó en el inliorno que es tierra ca-liente?

— ¡ Pues no les ha do importar ;'t ustedes! Diciendoque nací en él, pruebo que sé lo que digo, cosa que noles sucede á todos los que hablan ó escriben.

Por medio del vallo corre un rio no muy caudaloso,pero sí muy claro y muy fresco.

¡Ay, castaños, y ay,"nogales, que os miráis en lasfugitivas ondas do aqiíe.l rio, quién fuera, no ya nogalni castaño, quién lucra alcornoque con tal que pu-diera mirarse en vuestro espejo!

j En la ribera del Sur hay uií altito, y allí está rodea-| da de fresnos y do casas blancas, la iglesia do Santa

María, para mí la de mas sonoras campanas, la de mashermosas imágenes y la de mas santos y dulces re-cuerdos.

Desde la iglesia ¡il rio hay una cueslocila do doscien-tos pasos.

En aquella cucstoeila so encuentra lo siguiente: uncauce que lleva el agua á un molino y á una ferreríaque medio so ven un poquito mas abajo, entre los no-gales ; cuatro ó cinco casas á la derecha, un verdehuerto á la izquierda, y por último el puente, por elcual pasaba á gatas Lorenzo...

¡ Pero qué Lorenzo ni qué niño muerto, si aun no he-mos acabado de preparar el lienzo!

El puente es muy viejo, muy linne, muy alto, muyangosto y muy escueto.

Al otrb lado del rio hay un cerro muy alto coronadopor una cruz , á donde subo el párroco de la aldea du-rante las rogativas de mayo para bendecir los camposdesde allí.

La falda del corro está cubierta de seculares encinas,y las llamo seculares porque á mi abuelo oí contar mu-chas veces que en sus mocedades, á la sombra de aque-llas encinas retozaban los mozos con las mozas los diasde fiesta por la tarde, y acaso acaso cuando la luna losimportunaba en el resto del valle.

Preciosísimo os este dato histórico para probar quenuestros abuelos gustaban do retozar con las mozascomo los libertinos del dia !

La cuesta y las encinas y las lastras (1) calcáreasempiezan desdo la misma orilla del rio, cubierta de ali-sas y salceñas (2).

El camino, no bien pasa el puente, comienza á ha-cer eses como Lorenzo...

¡ Pero dale con Lorenzo , que se empeña en plantár-senos en el lienzo antes de que el lienzo esté prepa-rado!

El camino, repetimos, costea, haciendo eses como unborracho, la falda del COITO sin detenerse en la fuente-cilla que encuentríi á su paso, aunque allí no puededecirse que el agua cria ranas.

A la sombra de las encinas, en el primer término dela cuesta, están diseminadas tres ó cuatro casas.

Rio abajo, rio abajo, una vega siempre verde y unnocedal, entre cuyo ramaje medio se ven, como' he-mos dicho, un molino y una terrería. El negro tejadode la ferrería dice á los pasajeros: «¡Vaya un cisco quese arma aquí á todas horas!» y el blanco tejado del mo-lino : «Esta ya es harina de otro costal. »

Rio arriba, rio arriba, un angosto y retorcido valle,en cuyo fondo ruge el agua contenida por la presa que,quieras ó no quieras, la hace tomar la ruta hacia laferrería y el molino susodichos.

Entre las casas del encinar hay una que nos convie-ne dibujar de cuatro pinceladlas.

Tres de sus cuatro fachadas dan á un lmertecito muylindo formado sobre la lastra á fuerza de subir á manotierra de la orilla del rio.

El huerto tiene un parral por toda la parto interiorde la cerca, y arrimados á la casa basta una docena defrutales.

Sobre la puerta de la casa liay un balconcito de ma-dera, y sobre el balcón estiende sus multiplicados bra-zos, y á su debido tiempo sus multiplicados racimos,una parra.

Delante de la puerta, que por mas señas mira alOriento, hay una esplanadita que debe ser artilicial,pues la roca en que so ha abierto, muestra aun la se-ñal do los barrenos, y esta esplanaditn está sombreadapor dos enormes encinas que so alzan cada cual á tulado, la de la izquierda cobijando un horno, y la de laderecha cobijando una casita, á cuya espalda se ve unmontón de chatarra (3), lo que quiere decir que enaquella casita so halla establecida una fragua.

Tenemos, pues, proparado el lienzo.Ahora... pintemos en él.

II.

Una tarde del mes de junio, poco antes de anoche-cer, dejó Rosa la pieza en que sallaba borona con supadre y sus hermanos, y so encaminó á una de las ca-sas que hemos dicho liay bajando de la iglesia alpuente.

Poco después salió humo del hogar de aquella casa,y poco después salió de aquella casa Rosa cantando conia herrada colgada del brazo.

Rosa cantaba al pasar el puente :Déjame pasar, que voy

á coger la agua serenapara lavarme la cara,que han dicho que soy morena.

Y Lorenzo, limpiándose el sudor que brillaba en sufrente, se asomó a la puerta de la fragua, sonrióse alver á Rosa, Uosa se sonrió al ver á Lorenzo, y mien-tras Lorenzo se, preparaba á cerrar la fragua, Rosa con-tinuó hacia la fuente cantando.

Rosa aplicó la horrada á la teja por donde corría elescaso caudal de la fuenlo, y se puso á hacer un cabe-zal do helécho verde.

Rosa era una muchacha como de veinte años, nomuy hermosa, poro sí muy fresca, muy robusta, muygraciosa, muy aseado, y sobre todo con una cara de,mujer do bien que nadn." hahia que pedir.

—¿Y cuáles son las caras de mujer do bien?Las que lo son.—¡ Dos cuarlitos por la gracia!Conocí yo en ('astilla á una muchacha, que cuando

su madre la mandaba á misa do diez, volvía á casa áliis doce porque se oslaba hora y media hablando conel novio.

\\) Sucio forrando do roca.('2 ¡ Alisos y sauces.(3) Escoria.

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EL Ml/SKO LMVKHSAI.

I -.í.

i_i• i —in>•«• m i . J2 D I : M A T O . — r . i ' M M i o n r : C O Y A .

i-a éii iflopriidicii lo, PU nnlifnin a l í en lo , su valoc inFíiflo I ni i i ianon of l r rn jora . I.os quo dcspuos de la ínfausia i lucha e n c a r n i z a d a , supieron arrojar de s u \ s u H o i_lojs u indómita nrropancia, su c ie rno odio al yugo y la do- I den-ola de f .ur .dalele . y du ran t e siete siglos de una afortunados vencedores de un día, no necesi taban ciea

D. JlAX S tERO, 6ENEIUI. KN SANTO DOMINGO. I). PEDRO VAJ.VERDL, ACTUAL GOBERNADOR POLÍTICO DE PANTO nD I

EI/MUSEO UNIVERSAL.

lamente, mas que el soldado trances levantase su ban-dera y pretendiese colocarla allí donde poco antes on-deaba aquella que habia visto el sol de Lepanto, de Pa-vía y de San Quintín, para levantarse como un solohombre y defender su patria é independencia amena-zadas por un ejército estranjero.

La indómita sangre española hirvió de 'indignación•en las venas de nuestros padres y cuando Napoleón cre-yó concluida y asegurada su obra , fue cuando tuvo que

pasar por la humillación de que hubiese un pueblo queosase hacer frente al que todo lo queria y lo p&dia todo.Madrid primero, vertió la sangre generosa de sus hi-jos por salvar la independencia de España tan inicua-mente amenazada, toda la península después siguióun ejemplo tan elocuente y Europa atónita quedó asom-brada al ver una pequeña y olvidada nación, hacer fren-te á los vencedores de cien batallas.

Tremoló el anciano, con sus cansados brazos el pen-

dón de España, agrupáronse á su alrededor lodos losque podían sostener el peso del arma vengadora, y nofaltó poeta que enardeciese mas y mas lasangre irritada,y diese al aire el cántico do guerra, ni'pintor quetrasladase al lienzo, las tristes y sangrientas escenasque tuvieron lugar aquel dia espantoso, en que Madrid•lió á la confiada nación su grito de alarma. No parecesino que la antigua musa española despertaba de su es-téril y largo sueño y el arte español renacía de sus an-

PORTUGAL. VISTA DA PENA DE CISTRA.

liguas cenizas para presenciar tan gloriosas escenas ypara inmortalizarlas en el no olvidado cántico en elclon OutaTna ^ r Í r a d ° I S i e m ? r e di&™ de admira-ción gumtana y Goya, honor del arte español trae.acudiendo las pesadas trabas anunciaban nuevos 3 asde grandeza, y abrían una nueva y esplendorosa erafueron los que no se creyeron disculpáis con las tor-pezas agenas, para uncirse indignamente al ™"o es-tranjero, sino que amando de corazón su desgraciad-ipatria, se apresuraron á combatir al lado de°los míemorían por defender la independencia de esa mtrhquerida. ' J d u l d

Goya, cuya vida , cuyas obras conocen va los lecto-res de EL MUSEO , ese admirable artista , que atesorahnen su alma algo de aquella sublime inspiración queanimo los cuadros de nuestros artistas del siglo de oro'Goya , cuyo genio era superior al siglo en que vivía , v

cuyo talento, era también superior al de muchos egre-gios artistas, fue el que nos dejó en el lienzo un recuerdoaterrador de ese dia de luto, en que dio principio laguerra siempre gloriosa de la independencia española.

Pero ¿ es acaso que sus dos cuadros son obra de arteacabada, y que so pueden mirar como verdaderos cua-dros? No ciertamente. Pintados en horas, destinados áformar parte de una decoración en unos festejos pú-blicos, no podía ni debía pedírsele mas.

La composición . la espresíon de las (¡guras ; hé aquílo único que puede exigírsele á un artista que se veobligado á improvisar cuadros semejantes, y escusadoserá añadir que Goya llenó cumplidamente ambas con-diciones. El grabado que acompaña á estas líneas, di-rá á nuestros lectores mas de lo que podemos decirnosotros; al examinarle notarán cuan admirablementeescogida está la situación, cuan bien compuesto está

el cuadro, cuan llenas de espresion las figuras todas.En medio de las tinieblas, y como si tuviesen ver-

giienza de su crimen, los soldados franceses llevaron ácabo los inicuos asesinatos que hicieron mas tristeaquella terrible noche. ¡Miradles, son ellos! son los quearaban de enseñar á la Europa atónita, cómo se con-serva la independencia de las naciones; Son'los que su-cumbieron , no ante el vator, sino ante la muchedumbredel enemigo. Ahí los tenéis, levantan sus brazos nanque dejen libre el pecho generoso que un momento des-pués deben atravesar las balas francesas apagando ensus coléricos labios la maldición que interrumpe lamuerte. ¡ Ahí están! saben morir sin que sus enemigosles arranquen una súplica ni un gemido!

¡Ah! ¡cuánto patriotismo, cuánto valor, debía en-cerrarse en el corazón del artista que asi supo interpre-tar tan solemne y tan triste escena! No dudemos un

C L

liiuV por espacio de olro año. \ las dudas y sobresal-tos i|iu' la cuestión do Uoina suscita, se agrega el toinov<¡uc infunden la avanzada edad y los achaques del SuinnPontífice, que rodeado do tina guarnición francesa bacetroco años, carece de la tranquilidad necesaria para en-trojarse á los cuidados que exigiría el estado de susalud.

I .a 1'rancia dependo también de la salud de un hom-liro; \ las demás naciones del continente miran coninquietud Inicia osa Vrancia , de cuyos sucesos, esperan<'i temen su salvación ó su ruina.

El 1862 tiene también su espectro, como le tenia 18:>2:solo que el do 18J2 era rojo. y el del año que comien/a(modo revestirse do todos los colores.

íbamos á decir que Inglaterra se mantenía tranquila,liera y aislada entre las rocas de sus costas, como elbuitre que aguarda la hora del combate ó del testin paraaprovechar sus despojos: pero recordamos que el añode 1862 empieza ron la amenaza de una próxima guerraentre la Gran Bretaña y los anglo-americanos delNorte.

No hay paz asegurada, consolidada, en Europa, y laguerra arde, en América; es decir, el mundo civilizadose agitado un modo que llamaríamos bárbaro, si no noscontuviera el respeto á la civilización.

Porque la verdad es que en medio de todos los horro-res de que cubren y amenazan cubrir al mundo lasambiciones del hombro civilizado, la civilización avan-za, las ciencias y las artes se perfeccionan , los hori-zontes del saber se estienden , los grandes descubri-mientos caminan á constituir una poderosa unidad quedomine las variedades del género humano. Tal vez losmismos actos de barbarie á que los hombres civilizadosse entregan, contribuyen sin saberlo sus autores áesaunidad inmensa. Hoy la guerra de los Estados-Unidosbace estudiar con mas ahinco ¡que jamás el manejo delos globos aerostáticos; y quizá en este año veamosresuelto en grande escala el problema de la navegaciónsubmarina, merced al deseo, no de comerciar), no dedescubrir, no de mejorar, sino de ofender ó defender.

Por tanto encomendémonos al Omnipotente, y espe-remos con tranquilidad los sucesos: aquí estamos losredactores, dibujantes y grabadores IIOJÍL] MUSEO, plu-ma, pinrel y buril en mano: al que, sucumba Dios leperdono: el que sobreviva describirá y representará lascatástrofes y los venturosos acontecimientos, mientrasle llega su hora.

l'ur esta rcrista, y la-parir no /¡nnadii de este ÍKÍ-inero,

NEMESIO FEKNANIIKZ CI KSTA.

VIAJES.

roimcAi..—i.isiioA.

La alicion á los viajes, se ha desarrollado de talmodo entre nosotros, de poco años á esta partí1, que,apenas hay persona regularmente acomodada, que porrecreo, y "mas aun por rendir este culto á las exigen-cias de la moda,—(porque entre nosotros—dicho seacnii verdad, —pocos son los viajes artísticos y científi-cos que se emprenden);—apenas hay, digo, persona,que deje de, hacer su escursion al ostranjoro, princi-palmente en la buena estación, eligiendo para s u | r e -residencia, ya cualquiera de los lindos cantones de lapintoresca y encantadora Suiza ; bien una de las infini-tas ciudades que pueblan las amenas y deliciosas orillasdel Khin; quién un puerto cualquierade los que baña elAdriático, siendo sin embargo, Francia el punto dereunión, (le preferencia de nuestra .sociedad elegantebien sea que esta limite sus deseos á bañarse, entre lasrocas de Hiarritz, ora prefiera para sus abluciones lastranquilas aguas del caudaloso Sena.—

Pues bien, en medio de ose. furor por viajar—(que asipuede calificarse), que se viene observando hace algúntiempo entre nosotros, á nadie se le ocurre visitar nipor curiosidad siquiera, una de aquellas capitales masdignas ile al raer a su centro , no solo al inundo fimhin-tuibtí!, si que también al curioso, al artista y ¡i todas lasgentes de buen goslo.—

En electo, haya niioslraspuorlas,—¡qué digo á nues-tras puertas! entre nosotros mismos, en nuestra penínsu-la, un pequeño rincón, (y permítanme la frase sus susrep-lible.s hijos), que no por ser pequeño deja do ofrecer me-nos interés á los ojos del artista , del viajero entendidoó del simple curioso, asi por las bellezas naturales quéle son propias, las que posee en tan alta escala como el

país mas favorecido, en esta parte, por la mano de >aProvidencia, como por los notables monumentos y pre-ciosidades artísticas que guarda ; tanto por la bondad desu clima privilegiado, como por las tradiciones históri-cas que encierra , dignas de lijar la atención de cual-quiera , y especialmente la nuestra.—Este rincón es elvecino reino de Portugal.—

Pero desde que en UiíO en el reinado de Felipe IV ydurante el gobierno del famoso conde-duque de Olivares,perdió la corona de Castilla , uno de sus mas ricos llo-rones, al perder para siempre tal vez el reino do Por-tugal; desdi' que el espíritu de antagonismo , sos-tenido por sus gobernantes (que sucedió, primero a lafuerza de las armas, y luego á los arreglos y tratadosdiplomáticos.), dominó allí, separando y conviniendo enestraños á dos pueblos esencialmente iguales v hernia-nos, por su origen, por su índole, por sus hábitos ycostumbres, y hasta por su posición topográfica; desdeque, sin fronteras naturales, siquiera, los políticos por-tugueses pretendieron bailarlas en la animadversiónque han hecho germinar siempre en el corazón de suscompatriotas, contra todo lo que es español; desdeentonces, digo, en que amenguaron nuestras mutuasé íntimas relaciones; desde que en lin, el Portugalperdió, para nosotros, su importancíapolitica. faltos aunhasta do medios de comunicación directa entre ambospueblos, todos aquí hemos visto con la mayor indife-rencia la patria del autor do los Lusiadas; y en nues-tros dias , poquísimas han sido las personas que ni depaso, se hayan dignado visitar nuestros antiguos do-minios de la península, y muy raras, por tanto, lasque conocen un país digno por tantos títulos de nues-tro estudio y consideración.—

Nosotros, que hace muy poco tiempo , hemos tenidoocasión de visitarlo, la hemos tenido también de apre-ciar detenidamente sus favorables condiciones, su im-portancia, su literatura, sus instituciones, su legislación,sus monumentos , sus bellezas, y francamente hablan-do , no hemos podido menos de ¡amentar el desden quenos merece , el cual hace que ese hermoso país nos seatan desconocido, en general, ó mas si cabo que lo pu -diera ser la Australia ó la Nueva-Zelanda.—

Fundados en las razones dichas, há tiempo concebi-mos el proyecto de publicar una serie de artículos ilus-trados, que sino tan estensos como fuera necesario, parahacer una descripción exacta y detallada del país, pu-siera á nuestros lectores en estado de conocer, al me-nos á la antigua Ulima ú Olisipo , boy Lisboa, siquierafuese en panorama , y en cumplimiento de nuestro pro-pósito, este que les damos hoy, constituye el primerode la serie indicada.—

Como siguiendo la opinión del célebre escritor por-tugués Duarte Nuñez de Leao, la ciudad de Lisnoa,constituye por sí sola un reino entero, y asi es la ver-dad en efecto, pues Lisboa y Oporto, reúnen en sí todala importancia de aquella reducida monarquía,—empe-zaremos nuestra tarea por la descripción general de lagran ciudad, dejando para nuestros artículos sucesivosel ocuparnos detenidamente de cada uno de los monu-mentos y maravillas que ella encierra; poro antes depenetrar en la población, suplicamos á nuestros lectoresnos acompañen á dar un paseo por su niíignílicn bahía.

Nada mas grato, nada mas pintoresco y delicioso, álos ojos del que por primera vez lo contempla , queel magnífico panorama que presenta la gran ciudad,muelle, y magestuosamente asentada en medio de lasondas que la acarician blandamente; cualquiera que seael punto por donde se llegue á su escelente puerto, elviajero no puede menos de quedar sorprendido agrada-blemente, al tender la vista sobre el cúmulo de belle-zas que de pronto se ofrecen á su mirada investigadorasin poderse fijar en ninguna con especialidad, porqueson tuntas, que apenas la imaginación alcanza á con-cebirlas.—

Si al acercarse á su recinto, se entra salvando la bar-ra que forma el caudaloso Tajo, á su desembocaduraen la mar, el rico y variado paisaje que so presenta alcurioso viajero le traslada seguidamente á las hermosasbahías de Ñapóles y Constantinopla, puliendo apenasdecidirse á dar la preferencia á aquellas, sobre la quetiene delante.—Pasada la barra, y dejando á la margendel Sur el puntal de Casilhas , dominado por el castillode Almada, y á la izquierda, las cascadas y la tierra deCintra, con su ahumado palacio, residencia real, seatraviesa por entre las torres de liogio y de San Julián,presentándose á la vista un nuevo y mágico espec-táculo;—multitud de. pequeñas y pintorescas poblacio-nes esmaltan graciosamente la campiña , desde la Cruzdu los Arrepentidos, situada al lado de San Julián, hastala morisca torrr de Belem, uno de los mas bellos monu-mentos, que de su género se conservan, é inlinidad dequintas de recreo , cuyos frondosos |ardines v elegantesedílicios , patentizan ia nobleza y el gusto de sus due-ños, destacándose en medio de ellos e| palarin ilr Ai/it-da , que aunque sin concluir, revela U grandeza de áni-mo del que lo mandara cdilicar;—asi como el mirador deCarias, la estilla de Jacob, San José de Itietimar , lloa-Viaijen , l'edroiros, y finalmente la población entera,formando montañas de las casas, cuyos límites van áperderse en el horizonte.—

Entre la confusa aglomeración del caserío, descuellanen primer término, como un pensamiento divino entre

las ideas profanas, las elevadas torres y el Cimborio dela Estrella.

A medida que se adelanta, pasada una vez la barra,bacía la torro i\e ISoloin, vaso descubriendo la parto bajade la ciudad , y el magnífico 'l'erreiro do l'aeo, que conel grandioso monumento que ostenta en su centro,parece adelantarse dentro del agua, para saludar alrecíenvonido, sirviéndolo t[e po'tnposo cortejo el restodo los edificios que se eslíendon por la orilla del riobasta Alcántara.

Además de la citada torro de Belom y del Cimboriode la Eslrolla (convento del Corazón do Jesús), otrosdos objetos notables cautivan todavía la atención delviajero, al surcar las aguas de Beleni; el convento delos (Jerónimos (Santa María de Bolom), monumentogótico del mejor gusto, y el Acueducto t\t> las aguas li-bros, obra tan atrevida como la mas preciada de estaclase, que los romanos legaron á la posteridad.—Laaridez de las playas y do las montañas de la banda delSur (mitra-banda), apenas interrumpida por pequeñoscaseríos y poblaciones insignificantes, contrasta nota-blemente con las bellezas que hemos dejado menciona-das , contribuyendo á dar mas realce al cuadro queacabamos de describir.—

Sí en vez de entrar en el puerto por la barra el via-jero corta diagonalmente el rio, embarcándose en Al-dea Gallega ó en ralle de Zebra; después de haberatravesado los arenales del Alem-Tejo, no deja de serpor eso menos encantador el aspecto que presenta laelegante ciudad, cuya magnificencia se ostenta do unavez y en toda su ostensión , por esta parte, sin que ja-más los ojos se sacien de admirar tanta y tanta belleza,aglomerada en el recinto de aquella gigantesca matrona,asentada magestuosamente á la orilla del caudaloso rioque sus pies besa blandamente durmiéndose al arrayodo sus corrientes cristalinas aguas:—y por último, siávido de nuevas emociones, el estranjero quiere em-barcarcarse en Vala de Azambulla ó en Yillanueva dela lleina, situada hacia el Norte , descendiendo por elTajo en un vapor pequeño, todavía podrá esperimentarlas que lo proporciona tan agradable travesía, aunqueahora la ciudad lusitana , á la manera que un avaro,en lugar de mostrar su riqueza de una vez, las irá pre-sentando de una en una, dándole tiempo de admirar endetall sus perfecciones.—

Una voz llegad» á Lisboa, por cualquiera de los trespuntos mencionados, y después de haber desembarca-do á la izquierda del Terreiro do Paro, frente al minis-terio de la (íiierra, la admiración del forastero sube depunto al ver de cerca la magnifica plaza y el suntuosomonumento que la decora, la estatua ecuestre del reydon José I, los edificios que la forman y el magníficoarco que da entrada á la rita Augusta, digna del nom-bre que lleva, por su amplitud, hermosura y regulari-dad , y do cuya descripción, asi como de la de" los dmiiásmonumentos que hemos mencionado, prescindiremoshoy, reservándonos hacerlo minuciosa y detallada-monte de cada uno de aquellos mas notables, en ar-tículos sucesivos, según dijimos al principio.—

EKIIEIUCO PÉREZ DK MOLINA.

EL ALGODÓN.

La industria del algodón existe en España desde laantigüedad mas remota. En tiempo de los árabes hahiaya fabricas de tejidos do algodón en Córdoba, Sevilla y(¡ranada; los de esta última ciudad se considerabancomo muy superiores á los del Asia por su flexibilidady belleza. Por aquel tiempo se hallaba floreciente laindustria algodonera en Barcelona. Los fabricantes deestos géneros en aquella ciudad, constituían un gre-mio en el siglo XIII.

La industria algodonera parece haber tenido su prin-cipio en el Asia; los pueblos del Indostan la conocíandesde una época que se pierde en la historia. Herodoto(lib. III, cap. 7), dice, que en la India había árboles sil-vestres que producían una especie de lana superior á lade las ovejas, con la que los habitantes del país tejíantelas para' vestirse. Estrabon (lili. XV, § 10). Arríano(Indio, c. 10) y Mola (lili. III, c. 7) , hacen relacionessemejantes; poro aunque estas noticias se refieren sinduda alguna al algodón, es evidente que sus autores notenían ideas muy determinadas respecto á la lana mis-ma ni á su manufactura.

No se conoce con corteza la época en que se intro-dujo en Inglaterra la industria algodonera, pero es muyprobable que fuera á principios del siglo XVII. La pri-mera mención auténtica que hallamos de ella es en el«Tesoro ilo Comercio,» libro curioso , escrito y publi-cado por l.ewis Iioberts en )(¡ í l , en el que dice : «Laciudad de Manchester en el condado do l.ancaster, debecitarse aquí y ser elogiada con razón por el estímuloque da al comercio, pues compra en gran cantidad loshilados de los irlandeses, los teje v después los vuelveá llevar á Irlanda para venderlos allí; pero no es estasola en industria, sino que además, compra en Lon-dres el algodón que viene, de Chipre y do Ksmirna , le :

trabaja, hace de él cotonía, fustán y otras telas pare-cidas y las envía á Londres donde se venden.» Es ver-dad también que los escritores anteriores á esta époc"

EL MUSEO UNIVERSAL.

le mencionan muchas veces y que en las leyes que sehicieron mucho antes, se citan (dos algodones de Man-chester» y los «terciopelos de algodón,» pero estosartículos estaban fabricados eselusivamente de lana yel llamarlos algodone?., era debido á que estaban he-chos á imitación de algunas telas de algodón traídas dela India y de la Italia.

El desarrollo rápido y la estension prodigiosa de laindustria algodonera en Inglaterra son uno de los fenó-menos mas estraordinarios de la historia de la indus-tria. Los pedidos de la lana mas fina que tenían conmucha frecuencia, los hicieron fijarse en las manufac-turas de algodón y abrieron el camino para esa supe-rioridad á que han llegado hace ya tiempo. Cuando losingleses emprendieron esa industria, tuvieron que lu-char con las mayores dificultades; el algodón se criabaá una distancia Inmensa de los puertos ingleses y loshabitantes del Indostan y de la China habían llegadoá tal perfección en el arte de hilarle y de tejerle, quela finura y la delicadeza de sus mejores teias podíanigualarse al tejido de las plantas y parecían desterrartoda idea de competencia. Mas sin embargo, los inven-tos de Hargreaves, Arkwright, Crompton y otros fuerontales , que lograron vencer todas las dificultades, y nila estremada baratura del trabajo en el Indostan, ni laperfección á que habian llegado los naturales, pudieranresistir á la competencia de los ingleses que los com-praban su algodón y que después de conducirle á masde cinco mil millas para trabajarle, volvían á llevar alpunto donde le habian comprado los efectos fabricadoscon él. Este es el triunfo mayor que ha alcanzado el ge-nio mecánico; pero lo mas estraordinario tal vez, es quela superioridad de los ingleses en esta industria no es elresultado de una larga serie de inventos y descubri-mientos sucesivos, sino que la lian alcanzado en muypocos años. Hace poco mas de medio siglo que la indus-tria algodonera se, hallaba en la infancia en Inglaterra;en el día forma la ocupación principal del país, propor-cionando un campo vasto y ventajoso al empleo de mi-llones de millones de capital y de millares de millaresde hombres. La habilidad y el genio que lian producidotan asombrosos resultados han hecho un beneficio ¡n-

1- menso á la nación entera, porque esta lia sido una delas causas principales del poderío británico, puesto queha contribuido á elevar á la Inglaterra á la alta y dis-tinguida posición que ocupa en el dia.

En el primer período de la industria algodonera enInglaterra, los tejedores habitaban en cabanas que sehallaban diseminadas por todo el país, pero hacia 1700los mercaderes de Manchester adoptaron otro sistemamejor que el que se había seguido hasta entonces; ade-más , el aumento estraordinario que fue tornando des-pués esta industria , y la invención de máquinas yaparatos para facilitar él trabajo, hicieron que se si-guiera otro sistema mas conveniente y dieron lugar ála creación de esas fábricas gigantescas, cuyos produc-tos son enviados á todos los puntos del globo.

El comercio de algodón en grande escala con losEstados-Unidos es moderno; antes del año 1790 apenasla América del Norte proporcionaba algunas libras deél; es verdad que varios Estados del Sur producian unpoco antes de la guerra de su independencia , pero eraen tan corta cantidad que no servia mas que para em-plearse en el país y apenas es digno de mención. En 1791empezó á esportarse por primera vez; en el curso deeste año se embarcaron 189,316 libras; en 1792 se es-portaron 138,328; este fue el principio del comercio dealgodón en América. Nada hay en la historia de la in-dustria que pueda compararse con el aumento que hatenido después, mas que el desarrollo de su manufac-tura en Inglaterra.

El algodón se distingue en el comercio por su color,! pero mas especialmente aun por la longitud, fuerza yi suavidad de sus filamentos; el blanco está consideradoen general como de segunda clase; el color amarillo ó

i amarillento, cuando no es debido á humedad acciden-tal ni á la inclemencia de las estaciones, está miradocomo indicio de una gran finura.

En el mercado se conocen algunas variedades de al-godón crudo; sus nombres en general son derivacío-

; nes de los sitios de donde proceden; y por lo regularI están clasificados bajo las denominaciones de preparadoí corto y preparado largo. El mejor de los largos es el

llamado sea island; su calidad és tan superior que su-precio es frecuentemente triple que el de los inferio-f res. Los del Brasil están contados entre los preparados' ] a J g 0 ^ ; l0S d,e l o s Estados-Unidos, esceptuando el sca-

& . e _ c e n ,a 1()S cortos, como los de la India.t Para demostrar el valor que tienen as princ na esi clases de algodón hasta ver el estado siguienteP<iuemarca os precios que tuvieron en Liverpool en 1830

Estado de los preejos estreñios de la lili™ de algodónn Liverpool en el ano de 1830. «'O'JUUH

ALGODÓN. DINEROS. DINEROS.

[Nueva-Orleans. de 5 ' / , á 9 de H ' / á 10i Sea-Islam 1. . . de 9 á 20 de II «/* á 20¡Fernambuni. . <Ie 6 ' / , á 7 1 / , de 8 V. á 9 1/¡Maraiion: . . . de 5 '/* á ü ' /» de 7 s /¡ á n i/1

í Egipto de 6 á 0 " de 7 */. á n '*Surate de 3 '/4 á 5 l!i de 4 s/* á 6 VDcmerara . . . de 5 ' á 7 de 7 ¡i 9 ll

La inferioridad del algodón de Surate ha sido atr i -buida durante algún tiempo al modo defectuoso que te-nian de prepararle, pero Mr. Horacio H. "Wilson, hom-bre de grande autoridad en la materia, duda de que enla India pueda prepararse mejor.

El algodón americano es de dos clases conocidas porlos nombres de sca-island y upland; el primero, quees el mas fino que se importa á Inglaterra, se cria enlas pequeñas islas arenosas y á lo largo de las costasbajas de la Carolina y de la Virginia; es largo y de unatestura casi sedosa que se separa fácilmente de la se-milla. No puede cultivarse mas que en ciertos puntospor lo que su cosecha es limitada y en realidad no haaumentado desde 1805. El llamado upland, aunque devarias clases, todo él es corto y tan difícil de separarde la semilla, que si se hiciera á mano, no mereceríael trabajo que costaba. Este era el único que se espor-taba antes del año de 1793. Mr. Whitney inventó unamáquina para separarle de la semilla con la mayor fa-cilidad y prontitud, creando asi un ramo de industriamuy importante y aumentando la riqueza y el trabajode una multitud de hombres. El invento de Mr. Whit-ney se empezó á usar en 1793; en 1794 se esporta-ron 1.001,760 libras y en 1793, 3.270,300. Véase,pues, cuan asombroso lia sido el aumento del comerciode algodón en los Estados-Unidos cuando en 1849 as-cendió á la prodigiosa cantidad de l,02b'.6(>2,2G9 l i-bras, de las cuales 1,014.633,010 eran del llamadoupland.

El algodón se importa también á Europa de Asia yde África pero de ninguna parte en cantidades tan in-mensas como de los Estados-Unidos por cuya razónnos referimos mas especialmente á ellos en este ar-tículo.

Las cantidades de algodón esportadas de los Estados-Unidos á diferentes puntos del globo en 1846 ascendíaná 347.338,035 libras de peso; en 1847 á 327.219,938;en 1848 á 814.274,431 y en 1849 á 1,014.633,010, re-partidas del modo siguiente:

RusiaSuecia y NoruegaDinamarcaCiudades hanseáticasHolandaBélgicaInglaterraEscociaIrlandaGibralt.ii 3CanadáColonias inglesas de América'Francia , por el Atlántico IÍ2

— por el Mediterráneo ti

LIBRAS.

10

13II28

08738

3

España.CubaPortugalItaliaCerdeñaTrieste y puertos del AustriaMéjicoRepúblicas de la América Centra!. .China y mares del Sur

330,631024,100

4,779844,494887,380113,309490,911171,773

.908,547

.723,812ͻ4,3S72,747

.232,509838,2S3283,804384,784240,8! 3604,402033,707279,384208,704323,721760,861

El algodón sea-island que asciende á 11.969,239 li-bras no está incluido aquí; incluyéndole la esportaciontotal del año, llega á 1,026.602,209 libras.

En el mismo ano de 1849 se habian recolectado enlos Estados-Unidos 2.096,706 pacas de algodón, lo cualdemuestra el estraordinario aumento que ha tenido elcultivo de esta planta de algunos años á esta parte, puestoque en 1827 no se habian recolectado mas que 937,000pacas.

En 1817 Mr. Kennedy estimaba en 110,763 el núme-ro de personas empleadas en los hilados de algodón dela Gran-Bretaña; el auxilio que los daban las máquinasde vapor empleadas , igual á la fuerza de 20,708 caba-llos y en 0.043,833 el número de las ruedas para hilarpuestas en movimiento. Pero desde 1817 la industriaalgodonera se ha aumentado inmensamente; Mr. Hus-kisson, manifestó en la Cámara de los comunes en mar-zo do 1824 que el valor total de los géneros de algodóny los ovillos de la misma materia manufacturados anual-mente en la Gran-Bretaña, ascendía á 33.000,000 '/ade libras esterlinas. Esta suma debe ser exagerada, peroen los años de 18Í3 y 1840 habrá llegado próxiinameii-te á 36.000,000 de libras esterlinas.

El término medio de la cantidad de algodón impor-tada á Inglaterra anualmente, viene asorde 330.000,000de libras de peso. El valor total de las esporlaciones degéneros de algodón, de ovillos, cordones, etc., de In-glaterra durante algunos años según datos fidedignos,es el siguiente:

AÑOS. VALOR.

1847 23.333,221 libras esterlinas184* 2?.68),200 »1849 26.77o, (33 »1850 28.237,401 »

En el año de 1832 el valor total de la esportacion degéneros ingleses de algodón hecha á diferentes puntos

del globo, ascendió á la cantidad de 29.878,087 librasesterlinas. En esta suma la España con las Islas Balea-res figura por la cantidad de 113,084 y las Canariaspor 23,023 que hacen un total de 138,707 libras ester-linas, ó sean ¡3.870,700 reales.

Al examinar estos datos completamente exactos ytomados de un autor digno de todo crédito, se com-prende- bien la inmensa trascendencia que puede lencrpara la Inglaterra la guerra actual de los Estados-Uni-dos que paraliza sus fábricas privando de trabajo á mi-llares de hombres y de recursos á la nación , cuya prin-cipal riqueza consiste en la esportacion de géneros de.algodón á casi todos los países del globo.

En España la industria algodonera puede decirse queno existe mas que en muy pequeña escala dentro delprincipado de Cataluña; fuera de allí apenas habrá al-guna fábrica cuyos productos quedan siempre en elpaís. Si en el presente articulo nos hemos concretadomas bien á los Estados-Unidos y á Inglaterra, es por-que estas dos naciones son las que hacen un verdade-ro comercio de esta materia, la primera por el cultivode la planta y su esportaciou, y la segunda por la fa-bricación de los géneros liechos'con ella.

A.

SANTO DOMINGO.

La colonización de Santo Domingo adelanta desdelas últimas fechas, y creemos que ha de adelantar aunmas notablemente a consecuencia de las medidas eco-nómicas, francamente liberales que el gobierno se pro-pone adoptar.

Véase el estado de lo recaudado por aquellas aduanasen el mes de julio último:

Productos de los derechos de aduanas de Jos puertoshabilitados de la isla de Santo Domingo en el mes dejulio anterior.

Pesos. Centauii-

Azua, importación 1,207Samaná klem 302 01Puerto-Plata, ídem 22,068

|ideni esportacion 3.637Santo Domingo, inipnrtnriüii. 27,274 03

Ídem esportacion 888 93

33,038 48

Téngase presente que en el mes de julio hay pocomovimiento mercantil en los puertos de esta isia, porser la época de las tormentas. Del l.° al 19 de agobio,los derechos de importación en la aduana de Sanio Do-mingo han dado la suma de mas de 12,000 duros.

En el presente número hallarán nuestros lectores elretrato del general don Pedro Santana , presidente queera de la república y uno de los que mas contribuye-ron á la reincorporación y de otros dos generales ni*,is.Tenemos además los retratos fotográficos, perfecta-mente sacados de la mayor paite de los generales yalgún diplomático de los que auxiliaron al genera'!Santana y á sus demás compatriotas en la obra de vol-ver al seno déla madre patria; y los ¡remos publican-do en los próximos números.

EPISODIOS DEL 2 DE MAYO.

CLAUItOS LE COYA.

Prósperos y bonancibles dias corrían para el primerimperio, sonreía la fortuna al gran soldado del siglo,y no parecía sino que allí, hacia donde las águilas fran-cesas dirigiesen su vuelo, la victoria debía ir con ellas.Los vencedores en tantas batallas, los que habían cla-vado sus triunfadores estandartes en los muros v!i;tantas ciudades estranjeras, aquellos que habían-vistodesaparecer ante ellos numerosos y valientes ejércilos,pudieron creer muy bien que bastaba tender la miniohacia España para que España fuese suya

Asi lo creyó en efecto Napoleón y ¿quién hay entrenosotros que no sepa cómo la perfidia franqueó la en-trada en la península á los batallones franceses, quiénque ignore cómo se perdió nuestra marina en los des-graciados combates de Fini.sterre y Trafalgar, donde unalmirante francés, oprobio de su nación fue tan cobar-de entonces como osados son boy los que pretendenborrar aquella terrible mancha y hacerla recaer sobrelos inmaculados, sobre los valientes sobre los que su-pieron morir antes que rendirse á un enemigo afortu-nado, enemigo en verdad mucho mas digno de e||oS míesu torpe y cobarde aliado? Nadie habrá que lo ¡mioiv,como tampoco habrá quien no sepa cómo España suporechazar a los que creían esta desgraciada nación (unolvidada de sí misma que bastaba la voluntad del que.entonces era dueño de Europa, para que entrase áformar parte del imperio francés.

No se necesitaban en verdad mas que semejantespretensiones, para devolver á esta nación siempre lio-

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—¿Poro muchacha, dondehas estado tanto tiempo? l«>preguntaba su madre.

—Toma, ¿dónde he de es-tar? en mi>a.

—Pero si la misa concluyóá las diez y media, y son masde las doce.

—¡Vela;/ usted! contestabala muchacha, y lo misino con-testo yo al lector que me pre-gunta en qué se conocen lascaras de mujer de bien.

llosa no servia para novela;pero servia para gobernar bienuna casa y hacer feliz á unhombre. Jesús, qué chica tanhermosa!

La herrada estaba ya llenacuando Lorenzo apareció junioa la fuente.

—Allá voy yo á echai unr¡manila , alma de los dos.

—Creí que no venias, dijollosa sonriendo de satisfac-ción.

—Poco favor me hacías,prenda.

—Al contrario, puede quirte hiciese mucho, que antes esla obligación que la conversa-ción.

—Pues qué. ¿mi conversa-ción no te gusta'.'

—Muchísimo. pero me gus-ta aun mas tu laboriosidad.

—Cuando pasaste el puentedi el último martillazo á unas-layas que he estado calzando,y ya no me quedaba mas quétrabajar.

—Entonces has hecho bienen venir.

—Pues si no nos viésemosahora, no nos veríamos hastamañana.

—Qué, ¿no vas luego porcasa á echar una pipada conmi padre?

—No, que se han empeña-do el alguacil y Meiiehaca yotros en que juguemos uncabrito y una azumbre de cla-rete en la taberna.

—¡En la taberna!... Hacesmuy mal, Lorenzo, en ponerlos pies en semejante sitio.

—Pero mujer, ¿no ves que si uno se niega creen quees por no gastar una poseía?

—No importa que lo crean.— ¡Eso es! Vosotras las mujeres—Nosotras las mujeres, aunque tengamos menos la-

lento que los hombres, tenemos el necesario para en-señarles el buen camino, y sobre lodo le tenemos cuan-do los queremos.

—Mujer, uo será por el vino que yo he de beber,que con medio cuartillo me sobra.

—Ya lo sé; poro si quieres beber vino, bébelo encasa.

—Si yo tuviera familia , lo bebería en casa con ella,pero como no la tengo y me da tristeza pasar la nochesolo entre cuatro paredes, voy á distraerme donde en-cuentro compañía.

—¡Ay qué gana longo de que cese tu soledad!•—¡Je, ¡e, yo también la tengo! dijo Lorenzo miran-

do amorosamente á Rosa, que se puso colorada y seapresuró á replicar.

—Anda, malicioso, que lo digo por t í , porque deseoque tengas un poco de arreglo, que los hombres en lolocante á las cosas de la casa no sois nada sin nosotras,

—Tienes mil razones, chica. Y ya que viene á polof_cuando nos casamos?

Rosa volvió á ponerse colorada y contestó bajandolos ojos al suele.

—Eso tú lo has de decir...—l'ues mira, ya que lo he de decir yo, digo que si

tu padre quiere, el domingo se leerá la primera amo-nestación.

—Mi padre ya le ha dicho que cuando tú quieras.—Ka, pues mañana voy á enterarle del caso, y el

domingo sabe lodo el concejo que vas á ser remen-lera ( i ) .

— i Ay que, vergüenza! esclainó Rosa sonriendo y po-niéndose colorada por tercera vez.

•—Mira, tengo va ahorrados mil reales, y con ellosvamos á celebrar la boda como príncipes.

—La celebraremos como pobres reinenleros y na-da mas.

—Anda, que el dinero es para gastarlo, y nuncamejor ocasión...

(1) Herrera.

El. GENERAL S A N T A N . \ , I LT1.N1O 1 I I E S W E N T E 1IE LA HFI'CDLICA DOMINICANA.

—Nunca mejor ocasión para tener juicio.—Pero dejémonos de eso y hablemos de lo dichosos

que vamos á sor. Qué gloria, chica, vivir siempre jun-tos , ir juntos á las romerías.

— ¡Av, Lorenzo, qué pena me. da el ver que siem-pre eslas pensando en las diversiones!...

—l'ues qué, ¿no soy buen trabajador?—Porque lo eres te quiero, que si no...—Pues el que trabaja necesita también divertirse.—Para los casados como Dios manda, no hay mayor

diversión que el cuidado de la casa y el amor do la "fa-milia.

—¡Je , j e , la familia! ¿Con que tú piensas tenerla?Rosa se puso colorada por cuarta vez al ver que Lo-

renzo tomaba la palabra familia en el sentido vulgar,en el sentido de hijos, y quiso dar á su novio una lec-ción filológica.

—Ea, ayúdame á alzar la herrada, que voy á hacerla cena á mi familia, dijo poniéndose con una mano enla cabeza el cabezal de helécho, y echando la olíaal asa.

Lorenzo la ayudó, y valiéndose de la ocasión, aven-turó un conato de abrazo que Rosa rechazó, á pesar deembarazarla la herrada.

•—Con que chica, hasla mañana, dijo Lorenzo juntoá su casa, tomando la sendila que conducía á esta des- ¡de el camino que conducía al puente.

—Adiós. Que no vayas á la taberna.—Quiero ir , aunque no sea mas que en celebridad

de que el domingo nos amonestamos.—No, protestos no te faltan á lí nunca.—Adiós, predicadora.—Adiós, cascabel.Rosa desapareció al otro lado del puente, y Loienzo

desapareció en su casa.Por lo poco que el lector sabe de llosa, sabrá que

esta, soliera aun, tenia ya la noble gravedad y el au -gusto instinto que Dios "anticipa á las doncellas quehan de ser buenas esposas y buenas madres.

l'ii año inles de su cas:to habia perdido Lorenzo]madre, que era su única fruy desde entonces el gobierisu casa estaba á cargoviejecila de la vecindad,]abandonaba todos losquehaceres para atender ia los mas precisos de Loi

Asi que entró Rosa en la)todo se animó, lodo se :necio, todo se alegró en]Las telarañas y el polvo irecieron del techo y las piel entarimado de la sala vibrillar con el lucientebarnlque se lustra el pavimenlas casas medianamente ("tes del país vascongado; iespetera y muebles volvíejaparecer ordenados como«loj y limpios como la píahermoso gato ahuyentatlratones que durante mimeses habían paseado librate por la casa; un perro idia y noche por la casaadherencias; un cerdo, quel)cebaba mañana y tarde, es]'ba su San Martin , y pronsus amos escelentes magpor último, una docenaíHiñas cacareaban las sar

tortillas que proporcionasus amos.

La pobre parra que habájjado caer tristemente su cásobre el balcón al ver el aldono en que la tenían, oíde nuevo el lugar que le coipondia, gracias al apoyo qiinueva ama le proporcionó.!

La yerba que en el huíbia invadido las sendas itinadas á su uso y los ino destinados á su alojansufrió el esterminio que lmaba su audacia; los roalas matas de claveles,lio, de eneldo, de esplieghoja-santa (I) que se mised, refrescaron y recsu lozanía; y finalmentlhuerto que. renegaba de sutjbie porque ni un puñadofrejil podía ofrecer á su amjcocina, se iba poniendo i

caso de regalar á esta desde laberza al pisco (2),íla seruga (J) al tomate y el pimiento, y desde el |la cebolla.

1 i .Monta ó ycrba-tiunia.:i ' (¡UÍMilltl's.\." ) jlllií::* wnl.'S. f Se continuará.) '

AVISO.—Este número se remite á todos los q" ;;sido suscritores el año último en provincias y eií '•}Iranjero y no han renovado por falta de tiempo,<lin de que no esperimenten retraso, ndvirtiéndolíel segundo no se remitirá ya sino á los que hay»novado.

Los que lo han sido en Madrid, le recibirán tallodos y á los que no hayan abonado el importósuscrícion en la librería de los editores ó demásPde suscricion , so los pasará el recibo al tiempo <Almanaque Literario de EL MLSKO UMVEHSAI-,regalo ofrecido.

Suplicamos también á lodos los señores susefly particularmente á aquellos que nos honran i® »primer dia de la aparición do EL MUSEO IÍNIVKHSALI,se interesan por su adelanto, que le den publiClin de aumentar el número de sus abonados.

l'n mes hacia que se habían casado Rosa y Lorenzo,y la presencia de ima mujer propia habia traslbrmadola casa v cuanto á la casa pertenecía.

DIRECTOR, D. J. GASPAR.

KDITUK RESPONSABLE D. JOSÉ H O I C — IJIP. DE GASPAR T IEDITORES. MADRID : PRINCIPE . i .