Post on 28-Feb-2023
Ley de Comunicación: Derecho a la Libertad de Expresión
Eder Cheme Bazurto
Facultad de Filosofía-Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
Abstract
El Derecho a la Libertad de Expresión es uno de los aspectos más cuestionados de la Ley
Orgánica de Comunicación. Sanciones penales a periodistas hasta medios de
comunicación cerrados temporalmente son parte del panorama que se vive en Ecuador
tras la aprobación de la nueva ley. El presente trabajo tiene como objetivo realizar una
aproximación preliminar a la Ley Orgánica de Comunicación, mediante el análisis individual
y comparativo de artículos relacionados directamente con los Derechos a la Comunicación
contemplados en la Ley. Dicho análisis también abordará la Constitución Ecuatoriana y los
tratados internacionales a los que Ecuador está suscrito.
Antecedentes
En medio de un ambiente de aceptación del oficialismo y de rechazo de la oposición, con
108 votos a favor, el pleno de la Asamblea aprobó el 14 de junio del 2013 la tan
cuestionada Ley Orgánica de Comunicación en Ecuador.
Luego de aprobada la Ley, hubo reacciones en los exteriores de la Asamblea. Una de ellas
fue la de Mauricio Andino, asambleísta por Alianza País, quien manifestó:
"Mi emoción, mi alegría, mi felicidad porque definitivamente hoy es un día histórico para el
país, un día histórico para la patria, porque vamos a hacer uso de ese derecho, que es la
libertad de comunicación".
Para el asambleísta, la aprobación de esta nueva ley posibilitaría el derecho de la libertad
de comunicación dejando entrever que tal derecho o no existía o no se podía hacer uso
pleno de él antes de que entre en vigencia la actual Ley Orgánica de Comunicación.
¿Realmente no había acceso a la libertad de comunicación en Ecuador o las declaraciones
del señor Andino responden estrictamente a intereses oficialistas? Independientemente de
cuál sea la repuesta, queda claro que solo a través de una nueva ley- en este caso la de
comunicación- era posible hacer uso pleno de un derecho fundamental como lo es la
libertad a la comunicación.
Ahora bien, es necesario conocer en un contexto más delimitado lo que abarca la libertad
bajo lo administración de un gobierno que dice ser democrático.
Según Edgar Moran, la libertad es-en términos generales- es una posibilidad de elección.
Dicho en otras palabras, el autor se refiere al acto de tomar decisiones. Y, al continuar en
su razonamiento sobre la libertad más adelante sostuvo:
“A primera vista, nos parece evidente que el ser humano dispone, en condiciones
favorables, de posibilidades de libertad. Sentimos subjetivamente nuestra libertad cada vez
que tenemos la ocasión de elegir entre alternativas y tomar una decisión(…)A la inversa,
estamos sometidos por nuestro patrimonio genético que produce y sustenta sin cesar
nuestra anatomía, nuestra fisiología, nuestro cerebro y, por tanto, nuestra posibilidad de
inteligencia y de consciencia; estamos sometidos por nuestra cultura que inscribe en
nuestro espíritu, desde nuestro nacimiento, sus normas, tabúes, mitos, ideas, creencias, y
estamos sujetos a nuestra sociedad que nos impone sus leyes, reglas y prohibiciones;
estamos incluso poseídos por nuestras ideas que se adueñan de nosotros cuando creemos
disponer de ellas. De este modo, somos ecológicamente dependientes y estamos genética,
social, cultural e intelectualmente sometidos”.
En una primera instancia, lo anterior no resulta tan sencillo de comprender. Da la impresión
de que tenemos libertades pero que al mismo tiempo no las tenemos. En eras de
comprenderlo mejor, intentemos determinar a qué se refiere el autor. Básicamente, lo que
Morín plantea es que efectivamente gozamos de libertades, no obstante, la libertad trae
consigo dependencias. Dicho en otras palabras, y de forma más inteligible, no hay libertad
sin dependencias que la condicionen. Ahora bien resulta inevitable no preguntarse cuáles
son esas dependencias y de qué forma condicionan la libertad de los individuos. Sobre la
base del texto titulado “Antropología de la libertad” cuyo autor es Edgar Morín y del cual ya
hemos citado en párrafos anteriores, se pueden identificar básicamente tres dependencias:
Genos, Anthropos e Imoprinting.
Ilustración 1. Esquematización de las dependencias de la libertad.
Ahora bien ¿cómo refleja la Ley de Comunicación el modelo de autonomía dependiente propuesto por Morín? Un claro ejemplo que permite responder a esta pregunta es el concerniente a la Libertad de Expresión. En efecto, se observa:
Derecho Dependencia
Art. 17.- Derecho a la libertad de expresión y opinión.- Todas las personas tienen derecho a expresarse y opinar libremente de cualquier forma y por cualquier medio, y serán responsables por sus expresiones de acuerdo a la ley.
Art. 19.- Responsabilidad ulterior.- Para efectos de esta ley, responsabilidad ulterior es la obligación que tiene toda persona de asumir las consecuencias administrativas posteriores a difundir contenidos que lesionen los derechos establecidos en la Constitución y en
particular los derechos de la comunicación y la seguridad pública del Estado, a través de los medios de comunicación. Sin perjuicio de las acciones civiles, penales o de cualquier otra índole a las que haya lugar.
Como vemos, el derecho a la libertad de expresión está condicionado por la
responsabilidad ulterior aun cuando la Carta Universal de los Derechos Humanos condena
tal censura de la siguiente manera:
Art 19.- “Todo individuo tiene derecho a la libertad de expresión y opinión; este derecho
incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir
informaciones y opiniones, y el de difundirlas, individual y colectivamente, sin limitación de
fronteras, por cualquier medio de expresión (sic)”
En efecto, son diferentes los conceptos y condiciones que maneja la Ley de comunicación
con respecto a la libertad de expresión comparada con la Carta Universal de los Derechos
Humanos. En una aproximación preliminar queda claro gran parte de los derechos y
libertades que tenemos- por no decir todos- están condicionados. Aunque como titulares
de derechos el disfrute de nuestros derechos debería ser pleno, se evidencian
inconsistencias que dan apertura al análisis y al debate.
DERECHOS A LA COMUNICACIÓN
Libertad de expresión
Uno de los apartados de la Ley Orgánica de Comunicación que más polémica ha generado
a raíz de su aprobación es el Capítulo II sección I, que puntualmente habla sobre los
derechos de libertad relacionados con la comunicación. Entre los artículos implicados, se
encuentra el 17 el cual sostiene lo siguiente:
Art. 17.- Derecho a la libertad de expresión y opinión.- Todas las personas tienen derecho
a expresarse y opinar libremente de cualquier forma y por cualquier medio, y serán
responsables por sus expresiones de acuerdo a la ley.
No es necesario ser expertos en el tema para comprobar que el artículo 17 en ningún
momento define el concepto de libertad de expresión, impidiendo conocer el marco de su
aplicación. Esto resulta particularmente extraño pues en los considerandos de los
proyectos de ley sí lo hacía, incluso hasta con demasiada amplitud como se ve a
continuación:
Libertad de expresión
Que se garantice el derecho de toda persona a la libertad de expresión. Este derecho
comprende la libertad de buscar, recibir, producir y difundir informaciones e ideas de toda
índole, sin consideración de fronteras y por cualquier forma y medio, sin censura previa y
con responsabilidad ulterior.
Como se puede apreciar, la explicación de motivos de uno de los considerandos de
proyecto de ley que pretendía ser alternativo al del gobierno, varía significativamente al
artículo que finalmente terminó siendo aprobado. En todo caso, no se intenta abogar por
una o por otra propuesta, pues, es lógico que la Libertad de Expresión no es un concepto
absoluto sino que está limitado por otras libertades. Ahora, veamos qué enfoque le da la
Constitución de Montecristi de 2008 al mismo objeto de estudio.
Art. 16.-Todas las personas, en forma individual o colectiva, tienen derecho a:
Una comunicación libre, intercultural, incluyente, diversa y participativa, en todos los ámbitos de la interacción social, por cualquier medio y forma, en su propia lengua y con sus propios símbolos. 2. El acceso universal a las tecnologías de información y comunicación. 3. La creación de medios de comunicación social, y al acceso en igualdad de condiciones al uso de las frecuencias del espectro radioeléctrico para la gestión de estaciones de radio y televisión públicas, privadas y comunitarias, y a bandas libres para la explotación de redes inalámbricas. 4. El acceso y uso de todas las formas de comunicación visual, auditiva, sensorial y a otras que permitan la inclusión de personas con discapacidad. 5. Integrar los espacios de participación previstos en la Constitución en el campo de la comunicación.
Art 66.- 6. El derecho a opinar y expresar su pensamiento libremente y en todas sus formas
y manifestaciones.
Lo anterior nos lleva a plantearnos la siguiente pregunta. ¿Si todos los ecuatorianos
estamos acogidos por las mismas leyes, qué necesidad tenía el Gobierno de crear una Ley
especial para los periodistas? ¿Realmente se buscaba garantizar el derecho a la libertad
de Comunicación o lo que se buscaba era la concentración deshonesta del poder por parte
de un gobierno que parecía volverse intolerante a las críticas? En cualquiera de los casos
¿No peca de inconstitucional la actual Ley de comunicación? Veamos lo que dice el artículo
424 de la Constitución de 2008.
Art. 424.- La Constitución es la norma suprema y prevalece sobre cualquier otra del
ordenamiento jurídico. Las normas y los actos del poder público deberán mantener
conformidad con las disposiciones constitucionales; en caso contrario carecerán de
eficacia jurídica.
La Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por el
Estado que reconozcan derechos más favorables a los contenidos en la Constitución,
prevalecerán sobre cualquier otra norma jurídica o acto del poder público.
En efecto, la misma Carta Magna menciona que ninguna otra ley puede estar sobre la
constitución ni sobre los tratados internacionales ratificados por el Estado ¿No es una
contradicción del Estado haber reformado la constitución para luego violarla con la
aprobación de una Ley de comunicación que evidentemente responde a los intereses del
Gobierno? ¿Y, no es acaso igual de grave pasar por alto los tratados internacionales a los
que el país está suscrito? Estas son las contradicciones de base que dejan entrever las
verdaderas intenciones de un gobierno que se camufla detrás de una ideología que
denominan, “Revolución Ciudadana”
Los creadores y promotores de la Ley de Comunicación, entre los que se encuentra
Rolando Panchana, siempre han afirmado que esta ley no atenta contra la labor de los
periodistas ni contra la libertad de expresión de nadie. Sin embargo, la percepción de
muchos periodistas luego de más un año de entrar en vigencia dicha ley, es totalmente
diferente.
¿Si ciertamente la Ley Orgánica de Comunicación garantizará el derecho a la libertad de
expresión, no debería guardar estrecha relación con los conceptos de libertad de expresión
manejados por los tratados internacionales? Veamos si la actual ley cumple con este
criterio.
En lo correspondiente a nuestro objeto de estudio, El derecho a la libertad de expresión, la
actual Ley Orgánica de Comunicación plantea lo siguiente en su artículo 17.
Art. 17.- Derecho a la libertad de expresión y opinión.-Todas las personas tienen
derecho a expresarse y opinar libremente de cualquier forma y por cualquier medio, y serán
responsables por sus expresiones de acuerdo a la ley.
Con un enfoque distinto, la Declaración Universal de los Humanos en su artículo 19 y la
Declaración Interamericana sobre los Humanos artículo 13, exponen:
Declaración Universal DDHH Art. 19.-Todo individuo tiene derecho a la libertad de
expresión y opinión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones,
el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, individual y
colectivamente, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión (sic)
Convención Interamericana DDHH Ar. 13.-Toda persona tiene derecho a la libertad de
pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y
difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea
oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de
su elección.
En efecto, se contempla una gran diferencia en el concepto de Libertad de Expresión
manejado por la Ley Orgánica de Comunicación y el postulado por los tratados
internacionales: Convención Interamericana de los Derechos Humanos 1969 y la
Declaración Universal de los Derechos Humanos 1948. La diferencia radica en que la Ley
de Comunicación ni siquiera define qué implica el derecho fundamental a la Libertad de
Expresión mientras que los tratados internacionales sí lo hacen y de forma clara y amplia.
Además, no solamente que no lo define sino que también lo condiciona al decir que “las
personas serán responsables de sus expresiones de acuerdo a la ley”.
Si Ecuador está suscrito a estos instrumentos internacionales, el enfoque referido a la
libertad de expresión no debería diferir con relación a ellos. En todo caso, se desconocen
las razones por las que en pleno siglo XXI el Gobierno ecuatoriano promulgue una ley de
comunicación en donde un derecho fundamental e irrenunciable como el de la libertad de
expresión no se paute y especifique como debe ser. Lo peor que podría suceder es que
este hecho responda a intereses gubernamentales de controlar principalmente lo que los
medios dicen sobre ellos, más aun en situaciones en las que lo que se dice no sea favorable
para la imagen del gobierno.
Aun si se pensara que este enfoque de libertad de expresión que se hace en la Ley de
Comunicación no tiene la más mínima mala intención de limitar la injerencia de los medios
en los asuntos de interés social, más concretamente en su libertad de expresión, la
Constitución de Montecristi da mayor cabida a las dudas, pues el enfoque que le da a este
derecho no dista mucho del de la Ley de comunicación. En este sentido la Constitución de
Montecristi sostiene en su artículo 66 numeral 6:
Art. 66. 6.- El derecho a opinar y expresar su pensamiento libremente y en todas sus formas
y manifestaciones.
A simple vista se puede apreciar que la Constitución da la misma visión de Libertad de
expresión que la Ley de Comunicación, alejándose asimismo de los conceptos manejados
por los instrumentos internacionales que, al parecer no fueron tomados en cuenta al
momento de ser elaboradas.
Ahora bien, ¿cómo es posible buscar y recibir información sin consideración de fronteras y
por cualquier medio, cuando se tiene una ley que no contempla una clara definición del
Derecho a la Libertad de Expresión? Las posibilidades son remotas; lo cierto es que en
Ecuador da la sensación de que la Libertad de Expresión cada día se reduce y que
principalmente la labor periodística es la más perjudicada. Las pruebas de ello son claras:
medios de comunicación cerrados temporalmente, periodistas procesados legalmente y los
ataques constantes del Presidente Rafael Correa en contra de los medios de
comunicación, llamados por el primer mandatario como la “prensa corrupta”.
¿Cuál es el futuro del periodismo ante la figura del linchamiento mediático que entre otras
cosas sanciona la publicación de información que dañe la imagen de una persona natural
o jurídica aun cuando la intención no sea esa?
Ante reflexionar en esta importante pregunta, conviene revisar qué dice exactamente el
artículo 26 de la Ley Orgánica en aras de contextualizar mejor el panorama.
Art. 26.- Linchamiento mediático.- Queda prohibida la difusión de información que, de
manera directa o a través de terceros, sea producida de forma concertada y publicada
reiterativamente a través de uno o más medios de comunicación con el propósito de
desprestigiar a una persona natural o jurídica o reducir su credibilidad pública.
Con una figura tajante como la del Linchamiento Mediático resulta sumamente complejo
cumplir con lo que dice el artículo 22 de la misma Ley:
Art. 22.- Derecho a recibir información de relevancia pública veraz.- Todas las
personas tienen derecho a que la información de relevancia pública que reciben a través
de los medios de comunicación sea verificada, contrastada, precisa y contextualizada.
No es necesario ser periodista ni tener vastos conocimientos sobre esta profesión para
entender que para que se pueda cumplir con lo que menciona el Art.22 con respecto a la
información veraz, son necesarios procedimientos rigurosos de investigación que
viabilicen el cumplimento de esta Ley. Ahora bien, si la misma Ley impide que los
necesarios procedimientos de investigación se realicen de forma cabal, las aspiraciones
del derecho a recibir información de relevancia verás y contextualizada son remotas. En
todo caso, en los pocos artículos que hemos analizado con respecto a los Derechos a la
Comunicación, se han podido notar algunas inconsistencias y contradicciones que
impiden pensar que la Ley Orgánica de Comunicación sea realmente una buena ley.
Ante las inconsistencias e imprecisiones encontradas conviene reflexionar a fin de
comprender una Ley que no justifica su razón de ser. A simple vista se evidencia ideología
retrógrada de quienes la elaboraron y tanto lucharon para que se oficialice. Ahora bien, la
Ley de Comunicación también tiene aspectos positivos que hay que resaltar aunque sean
pocos, los tiene. Eso quedará para un próximo análisis, por el momento continuaremos
enfocándonos en lo concerniente a los Derechos a la Comunicación y algunas de sus
implicaciones como: Libertad de expresión, Censura previa, Responsabilidad Ulterior y el
tan cuestionado Linchamiento Mediático
Análisis de entrevistas
Para efectos del presente trabajo, se ha complementado todo el material bibliográfico antes
citado con entrevistas a profesionales expertos en el tema analizado. En ellas se
plantearon preguntas que fueron pensadas para aclarar-en la medida posible- todas las
dudas que desde un inicio hemos planteado a modo de reflexión. Las dos entrevistas que
se analizarán en esta parte fueron hechas a catedráticos universitarios con amplios
conocimientos tanto en la Ley de Comunicación como en la Constitución.
La primera entrevista fue realizada al Psicólogo, Carlos Tutiven, catedrático de la
universidad Casa Grande de la ciudad de Guayaquil. Ya hablando sobre la Ley de
Comunicación, enfatizó que si bien la intención de tener una nueva ley pudo haber sido
buena, la Ley de Comunicación está a mitad de camino de ser una ley bien pensada.
Según este fragmento de la entrevista, lo que se interpreta es que la Ley Orgánica de
Comunicación no es una buena ley, evidencia inconsistencias que delatan su errónea
elaboración. Esta pequeña conclusión no resulta extraña, menos nueva, pues desde un
inicio la comparación y reflexión que en este estudio se ha hecho de los artículos de dicha
ley, inducían a pensar más negativa que positivamente.
Por otra parte, sobre el Derecho a la Libertad de Expresión el Psicólogo mencionó que si
bien la Ley Orgánica de Comunicación surge con la buena intención de que exista un
marco jurídico que regule en el mejor sentido, finalmente termina siendo un medio de
control político para tener a los medios sojuzgados. Además, enfatizó que el mal sentido
de la regulación es que sea un medio de control político ideológico y de censura, de atacar
la libertad de expresión porque al gobierno no le interesan otras verdades diferentes a las
que ellos creen. Pero en el buen sentido es todo lo contrario, un orden de control legal
que permite apelar a ciertos recursos jurídicos para litigar sobre problemas de
comunicación pública. De lo anterior podemos inferir que la regulación no es mala, jamás
lo ha sido y siempre será necesaria para que los derechos de las demás personas se
respeten cuando se los trata de vulnerar. Es ahí cuando la regulación, vista como un
recurso apelativo para la solución de problemas de comunicación pública, cumple un rol
esencial. No obstante, cuando esta misma regulación tiene fines netamente políticos, se
vuelve opresiva e intolerante. En todo caso, cabe recalcar que cuando la regulación es
utilizada como medio de control político es porque reponte estrictamente a intereses de
políticas de gobierno.
De igual formar, el catedrático Carlos Tutiven dijo algo que puede ser considerado ofensivo
para los medios pero que finalmente es la viva realidad. Luego de hablar sobre el control
político del gobierno por medio de la regulación (Ley Orgánica de Comunicación) sentenció
que los medios de comunicación no son ningunos santos y que han adolecido de una
práctica profesional bastante rigurosa que a les ha generado consecuencias poco
beneficiosas para sus propios intereses. En efecto, para el profesor Tutiven se ha pasado
de un extremo negativo en donde la gente decía lo que le venía en gana a otro de total
control, poder y dominio que impide un integral uso del derecho a la Libertad de Expresión.
Desde un inicio en este artículo se ha dado principal importancia a los Derechos a la
Comunicación, particularmente la Libertad de Expresión. Asimismo se ha destacado que
todo derecho trae consigo dependencias que lo condicionan. En aras de comprender de
mejor manera estos aspectos que pueden ser objeto de confusión, fueron planteados al
Psicólogo Tutiven como parte de la entrevista.
En efecto, sobre la Responsabilidad Ulterior y la Censura previa, mencionó entre otras
cosas que desde un punto de vista ético, todo periodista tiene que hacerse responsable
de lo que escriba o diga. Lo que indica el Psicólogo tiene mucha lógica porque en un
hipotético caso en el que un periodista, en ejercicio de su profesión, interprete
equivocadamente las declaraciones o expresiones de otra persona y posteriormente las
publique sin percatarse de que está cambiando por completo el sentido de lo que en
realidad la otra persona dijo, en tal caso, ante falencias periodísticas como estas, el
periodista debe hacerse responsable de lo que haya escrito o dicho. ¿Es razonable lo
anterior? Indudablemente que sí, lo que no es sensato es que quienes hayan incurrido en
tales errores tengan que apelar a organismos del Estado a fin de hacerse responsables
por su equivocación. En este punto el Psicólogo mencionó que lo correcto sería que tales
responsabilidades deberían ser saldadas en términos comunicativos y no con medidas
jurídicas-penales como se lo hace actualmente.
Sobre la Prohibición a la Censura Previa, el profesional la catalogó como muy delicada
por cuanto, en temas como el narcotráfico, la corrupción, la falta de transparencia, entre
otros, ante tantos controles y por temor a los efectos, se corre el riesgo de que el
desempeño periodístico no sea lo suficientemente verás para que la sociedad se conozca
a sí misma. En efecto, el periodista al tratar de cuidarse para no violar la ley, produce
noticias poco valientes, sobretodo en las denuncias. Entonces, con lo analizado hasta
ahora ¿se puede hablar de libertad de expresión en Ecuador? Esta es una pregunta que
se plantea para que, a la luz de todo lo visto hasta esta instancia, se la responda y analice
a nivel personal.
Aprovechamos la oportunidad para también preguntarle a nuestro entrevistado sobre el
futuro del periodismo investigativo en Ecuador ante la existencia de la figura del
Linchamiento Mediático. Con respecto al tema, aseguró que esta figura está basada en
antecedentes históricos en la que algunos medios sobresaltan una determinada situación
de manera deliberada que termina siendo un linchamiento mediático sobretodo de la
prensa amarillista. Pero asimismo, aclaró que el otro extremo es que una persona con
poder puede ampararse en esta figura para evitar que sea denunciada por su conducta o
actos. En efecto, para que quede claro, esta figura puede tener implicaciones positivas
cuando su aplicación es correcta pero por otra parte puede ser utilizada como escudo
protector por aquellos que tratan de cuidar su imagen ocultando la verdad.
La segunda entrevista fue realizada al Abogado Kleber Siguenza, profesor de la
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Básicamente, la entrevista giró en torno a
los mismos temas que la realizada al Psicólogo Tutiven, En efecto, uno de los primeros
aspectos que le planteamos fue el de la Libertad de Expresión en Ecuador.
Ya abordando el tema, de entrada mencionó que Ley Orgánica de Comunicación, es una
ley que restringe mucho la Libertad de Expresión, sobretodo porque busca regular el
contenido de opiniones que son propias de cada persona y que son ejercidas en el estricto
uso de sus facultades a la Libertad de Expresión. Resaltó que acciones sancionatorias
desde el punto de vista penal por opiniones vertidas en los medios de comunicación, es lo
que hace que la Ley de Comunicación sea demasiado represora, en un estado en donde
se supone los derechos pueden ejercerse de manera libre y sin restricción alguna. Sin
embargo, añadió que la Ley de comunicación establece muchas restricciones, a tal punto
que hay periodistas que han sido separados del medio de comunicación en el que
trabajaban por opiniones que dieron en su espacio. A partir de esta reflexión que hace el
Abogado Sigüenza, no es descabellado pensar que la Ley de Comunicación surge como
una estrategia de acumulación de poder por parte del Gobierno. Es más, con respecto a
esta idea nuestro entrevistado nos dijo que lo que se está tratando de hacer con esta ley ,
es convertirla en una mordaza para las personas que son opositoras al gobierno, personas
que a través de la ciencia y la academia critican a un gobierno que también tiene falencias
y no solo aciertos. ¿No debería el Gobierno así como acepta las condecoraciones y
felicitaciones, ser también tolerante a las críticas? Indudablemente que sí, no obstante el
Gobierno ecuatoriano más bien se ha vuelto intolerante a las críticas, desacreditando la
labor periodística que no está de su lado.
Por otra parte, con respecto a los límites de un periodista a su derecho a la Libertad de
Expresión, dijo claramente que todo periodista tiene el derecho a expresar todo aquello
que necesite o considere necesario, siempre y cuando lo que diga no atente contra el
derecho ajeno, eso por un lado. Por otro, dijo que otro de los límites es no afectar la honra
o la honestidad de otra persona.Finalmente, la entrevista concluyó con una pregunta clave:
¿cuál es el futuro del periodismo investigativo ante la figura del linchamiento mediático?
Al momento de darle respuesta a la pregunta, resaltó que hay la necesidad de que tiene
que salir a la luz actos de corrupción, actos contrarios a la administración pública que esta
ley no permite. En efecto, mencionó que va a hacer dos tipos de periodistas: uno sumiso
ante las ordenes de un superior para que nos e revelen ciertos negocios ocultos o
irregularidades y por otro lado los otros periodistas que Sí Se van a lanzar a criticar pero
que están destinados a la cárcel.
Conclusiones
El presente trabajo ha permitido conocer más a fondo la actual Ley Orgánica de
Comunicación, Constitución y lo que dicen los tratados internacionales a los que Ecuador
está suscrito. Gracias al análisis detenido, principalmente de la Ley de Comunicación, ha
sido posible identificar los puntos fuertes y débiles de esta ley, en especial en lo relacionado
al Derecho a la Libertad De Expresión.
Una vez terminado todo el repaso bibliográfico y de complementarlo con entrevistas a
profesionales expertos en el tema, se han extraído conclusiones muy importantes que
cabe puntualizar a fin de dar validez a este análisis académico.
Desde su publicación en el registro oficial, la Ley Orgánica de Comunicación ha sido
objeto de críticas a tal punto que hasta sido demandada por la oposición como
inconstitucional. Lo cierto es esta Ley- como bien dijeron los profesionales que fueron
entrevistados- está a medio camino de ser una buena ley. Lo anterior no es el resultado
juicios preestablecidos por personas de la oposición, sino más bien el producto del análisis
concienzudo de una ley que utiliza la regulación como un medio de control político a favor
de sus intereses.
Esto no significa que la regulación sea mala, todo lo contrario, es necesaria, no obstante,
lo que es incorrecto es que la regulación sea utilizada para fines perversos. En efecto, tal
y como antes lo reflexionamos, la regulación en el buen sentido busca establecer un marco
jurídico razonable que se encarguen de saldar falencias en términos comunicativos; por
otra parte, la regulación en el mal sentido termina convirtiéndose en una estrategia de
control gubernamental y esto es inaceptable desde cualquier punto de vista.
Por otro lado, se evidenciaron inconsistencias como el hecho de que la Ley de
Comunicación no de una definición del concepto de Libertad de Expresión, lo que si hace
la Convención Interamericana de los Derechos Humanos, tratado al cual Ecuador esta
suscrito. No solamente no especifica lo que implica este derecho fundamental, sino que
también lo condiciona cuando dice que las personas serán responsables ante la ley por p
declaraciones, etc.
Finalmente, resulta preocupante el futuro del periodismo investigativo ante la figura del
Linchamiento mediático. Desde que la Ley entró en vigencia la labor periodística se ha visto
perjudicada y regulada excesivamente, lo peor de todo es que el panorama no da visos de
mejorar y solo el tiempo dirá que nos depara el futuro ante una ley tan opresora y arbitraria.
Anexos
Preguntas de entrevistas
1. ¿De qué manera ha ayudado la nueva ley de comunicación al ejercicio de
un periodismo profesional y ético?
2. ¿Considera que la actual ley de comunicación posibilita el derecho
integral de la libertad de expresión?
3. El artículo 21 de la ley de comunicación hace responsables a los medios
de comunicación de la conducta general de sus periodistas. Bajo este
enfoque, sería lógico permitirle a los medios ejercer control sobre lo que
sus periodistas dicen, no obstante, la misma ley en su artículo 18, prohíbe
la censura previa a los medios de comunicación. ¿No es absurdo
responsabilizar a los medios de comunicación por cosas totalmente
ajenas a su control?
4. Tomando en cuenta que el artículo 18 prohíbe la censura previa ¿Cuáles
son para un periodista los límites de su derecho a la libertad de libertad
de expresión?
5. ¿Cuál es el futuro del periodismo investigativo, ante la figura del
linchamiento mediático que reglamenta el impacto que pueda tener una
información, cuando se publican temas que enojan, y no favorecen la
imagen de alguna persona, aunque no fueron elaboradas para perjudicar?
Art. 26
Fichas de entrevistados
Nombre: Kleber Siguenza
Profesión: Abogado
Ocupación: Profesor de la Universidad Católica
de Santiago de Guayaquil
Nombre: Carlos Tutiven
Profesión: Psicólogo
Ocupación: Catedrático de La Universidad Casa
Grande