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CORTE NACIONAL DE JUSTICIA DEL ECUADOR
SALA ESPECIALIZADA DE LO PENAL, PENAL MILITAR, PENAL
POLICIAL Y TRANSITO
PROCESO No.1175-2013
RECURSO: CASACIÓN
JUEZ PONENTE: Merck Benavides Benalcazar.
Quito, 14 de abril de 2014, las 8h02.
VISTOS:
ANTECEDENTES DE LA CAUSA
En cumplimiento del acto urgente ordenado por la fiscalía del cantón
Rumiñahui, atendiendo a una llamada telefónica receptada en la Jefatura
Provincial de Antinarcóticos de Pichincha, por medio de la cual se da a
conocer que en el barrio Dolores de la Vega, segunda etapa, parroquia
Sangolquí, calles B S/N y Y, en el domicilio que estaría habitado por dos
personas, se estaría expendiendo sustancias ilícitas; el 9 de junio del
2011, un equipo técnico de la policía, procede a realizar el allanamiento
ordenado, en donde se encontró a la ciudadana Ama Lucía Quinga
Loachamín, quien es detenida, al descubrirse la existencia de sustancias
ilícitas, sujetas a fiscalización, las mismas que luego de las pruebas
practicadas, dieron como resultado positivo para marihuana, con un
peso bruto de 185.95 gramos, 13.62 gramos de pasta y base de cocaína.
ANTECEDENTES PROCESALES
El Tribunal Sexto de Garantías Penales de Pichincha, declaró la
culpabilidad de Ana Lucía Quinga Loachamín, por considerarla autora,
del delito de tenencia y posesión ilícita de marihuana, pasta y base de
cocaína, tipificado y sancionado en el artículo 62 de la Ley de Sustancias
Estupefacientes y Psicotrópicas, por lo que le impone la pena modificada
de tres años de reclusión mayor extraordinaria, multa de sesenta
salarios mínimos vitales, con fundamento en el artículo 123 ibidem.
En cumplimiento al artículo 123 de la Ley de Sustancias Estupefacientes
y Psicotrópicas, disponen la consulta a la instancia respectiva.
La Primera Sala de Garantías Penales de la Corte Provincial de Justicia de
Pichincha, reforma la sentencia elevada en consulta, declarando a la
señora Ana Lucía Quinga Loachammn, autora responsable del delito
tipificado y sancionado en el artículo 62 de la Ley de Sustancias
Estupefacientes y Psicotrópicas, en concordancia con el artículo 42 del
Código Penal, imponiéndole la pena de doce años de reclusión mayor
extraordinaria y multa de sesenta salarios mínimos vitales, sin
modificación a la misma, considerando que la defensa no justificó dos o
más de las atenuantes contempladas en el artículo 29 ibidem.
Ana Lucía Quinga Loachamín, interpone recurso de casación, mismo que
es oportuno.
Estando la causa en estado de resolver, para hacerlo se considera:
PRIMERO: JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA
El Consejo de la Judicatura de Transición posesionó a las Juezas y
Jueces Nacionales el 26 de enero de 2012. El Pleno de la Corte Nacional
de Justicia en sesión extraordinaria de 22 de julio de 2013, integró sus
seis Salas Especializadas conforme dispone el Código Orgánico de la
Función Judicial en su artículo 183 sustituido por el artículo 8 de la Ley
Orgánica Reformatoria al Código Orgánico de la Función Judicial,
publicada en el Suplemento del Registro Oficial No. 38, de 17 de julio de
2013. La Sala Especializada de lo Penal, Penal Militar, Penal Policial y
Tránsito tiene competencia para conocer los recursos de casación y
revisión en los procesos por acción pública según los artículos 184.1 de
la Constitución de la República del Ecuador, y 186.1 sustituido del
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Código Orgánico de la Función Judicial. Por sorteo realizado, los
doctores Merck Benavides Benalcázar, Paúl Iñiguez Ríos y la doctora
Mariana Yurnbay Yallico, Jueces y Jueza Nacionales, respectivamente,
integran el Tribunal; al doctor Merck Benavides Benalcázar le
corresponde ser el Juez ponente, según el artículo 141 del Código
Orgánico de la Función Judicial.
SEGUNDO: VALIDEZ PROCESAL
El recurso de casación ha sido tramitado conforme la norma procesal
del artículo 352 del Código de Procedimiento Penal y lo dispuesto en el
artículo 76.3 de la Constitución de la República del Ecuador, por lo que
se declara la validez de lo actuado.
TERCERO: ARGUMENTACIÓN Y FUNDAMENTACIÓN DEL RECURSO
EN AUDIENCIA ORAL, PÚBLICA Y CONTRADICTORIA
Según lo dispuesto en el artículo 352 del Código de Procedimiento Penal,
en concordancia con el artículo 345 ibídem, se llevó a cabo la audiencia
oral, pública y contradictoria, en la que los sujetos procesales expresan:
FUNDAMENTACIÓN DEL RECURSO POR PARTE DEL RECURRENTE
El doctor Eddy Benavides, defensor (público) del recurrente, manifestó
que:
En la sentencia emitida por la Primera Sala de Garantías Penales de la
Corte Provincial de Justicia existe violación a la ley. El Tribunal Sexto de
Garantías Penales de Pichincha, al resolver el juicio iniciado en contra
de la recurrente la encuentra responsable del delito tipificado en el
artículo 62 de la Ley de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas
imponiéndole la pena de tres años de reclusión mayor ordinaria y
motiva esta sentencia en base a algunos antecedentes jurisprudenciales
y jurídicos como el indulto, la debida proporcionalidad que consta en la
Constitución, por lo que es de aplicación directa e inmediata. La Sala de
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la Corte Provincial de Justicia, para resolver la consulta obligatoria,
reforma la sentencia y le impone la pena de doce años de reclusión
mayor extraordinaria, sin considerar atenuantes; no se puede modificar
la pena, contraviniendo así lo dispuesto en el artículo 29 del Código
Penal, ya que dentro de la etapa probatoria del juicio se presentó como
prueba documental los certificados de antecedentes penales concedidos
por los Tribunales de Pichincha, comprobando conforme a derecho el
atenuante del artículo 29.7 del Código Penal, la recurrente es una
persona de apenas 22 años que no cometió la infracción, pues señala
que al llegar la policía a quien buscaban era a su conviviente el señor
Agustín Vélez. La recurrente colaboró en la etapa investigativa
señalando que sabía que existía el negocio ilícito y que a quien se
buscaba era a Agustín Vélez, siendo este un testimonio verdadero,
espontáneo, que se encasilla en la atenuante establecida en el numeral
artículo 29.10 del Código Penal. Al no tomarse en cuenta la atenuantes
señaladas se contraviene lo que dice el artículo 72 ibidem, pues al
existir dos atenuantes y ninguna agravante se podía modificar la pena
de acuerdo a lo señalado en los incisos siguientes; al caso sería aplicable
el inciso tercero, el cual señala que la reclusión mayor extraordinaria de
12 a 16 años se sustituirá con reclusión mayor ordinaria de 8 a 12 años
y una vez modificada la pena, en base al principio de proporcionalidad,
por tener exiguos 200 gramos de marihuana y 13 gramos de cocaína, se
le debe imponer la mínima pena atenuada. Por lo que solicita, se case la
sentencia y se imponga una pena acorde a la infracción cometida.
INTERVENCIÓN DE LA FISCALÍA GENERAL DEL ESTADO
El delegado del Fiscal General del Estado, doctor Raúl Garcés, manifestó
que:
El recurso de casación es un recurso extraordinario para corregir los
errores de derecho en los que hubiere incurrido el juzgador de
instancia, de acuerdo al artículo 349 del Código de Procedimiento Penal.
De la lectura del considerando cuarto de la sentencia de la Primera Sala
de lo Penal de Corte Provincial de Justicia de Picliincha que reforma la
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sentencia subida en consulta se puede constatar que la materialidad de
la infracción se encuentra claramente demostrada, con la edstencia de
las drogas, cuya experticia química dio positivo en marihuana y cocaína;
la responsabilidad se encuentra también demostrada en el considerando
cuarto, con los testimonios de los policías que practicaron el
allanamiento, previa autorización del juez pertinente, quienes
encontraron en delito flagrante a la recurrente con la droga.
La Primera Sala de Garantías Penales de la Corte Provincial de Justicia de
Pichincha, al hacer el análisis jurídico de motivación en la sentencia del
Tribunal Sexto de Garantías Penales de Pichincha , en su considerando
séptimo, señala que las normas y el criterio jurídico no están de acuerdo
a la relación de los hechos, haciéndose una valoración indebida de la
prueba y de los hechos, además analiza lo relacionado con la existencia
material y la responsabilidad de la sentenciada y estima que el tribunal
realizó una indebida aplicación del artículo 62 de la Ley de Sustancias
Estupefacientes y Psicotrópicas y resolviendo la consulta reforma esta
sentencia imponiéndole la pena de doce años de reclusión mayor
extraordinaria como autora responsable del delito de tenencia y
posesión ilícita de marihuana y cocaína, las cuales fueron encontradas
en su domicilio.
Como consta la sentencia del Tribunal, considera el indulto, este fue
ocasional y luego de cumplido el período ya no se puede considerar, no
es materia de análisis, como lo hace el Tribunal Sexto, quien lo aplica
para atenuar la pena a la sentenciada. No se pueden aplicar las
atenuantes alegadas en la fundamentación, puesto que de la lectura de
las sentencias del Tribunal y de la Corte Provincial, no se aprecia que se
hayan presentado las atenuantes referidas en el artículo 29 del Código
Penal, por lo tanto, tampoco procede su aplicación por no ser
oportunas.
De acuerdo al último inciso del artículo 349 del Código de
Procedimiento Penal, no es procedente la revalorización de pruebas,
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conforme lo ha solicitado el abogado defensor de la recurrente. En
consecuencia, por cuanto no se ha demostrado la violación de la ley en
la sentencia dictada por Primera Sala de la Corte Provincial de Pichincha,
fallo que se encuentra motivado, imponiendo la pena de 12 años de
reclusión extraordinaria a Ana Lucía Loachammn, la Fiscalía solicita el
rechazo del recurso, por improcedente y por falta de motivación.
RÉPLICA DEL RECURRENTE:
El doctor Eddy Benavides, defensor del recurrente en uso de su derecho
a la réplica manifestó que:
La fundamentación ha sido clara y conforme al articulo 349 del Código
de Procedimiento Penal, no se ha pedido revalorización de la prueba, se
ha pedido aplicar el derecho que no se aplicó en la consulta por el
juzgador de la Corte Provincial de Justicia. No se ha hablado de indulto
ni de que se rompa la legalidad con la proporcionalidad, se han
solicitado puntos exactos, por contravención expresa de los artículos
29.7.10 y 72 del Código Penal, por no modificar la pena; y, como
resultante del artículo 76.6 de la Constitución de la República pues no
se aplicó el principio de proporcionalidad por la cantidad, que es 183
gramos de marihuana y 13 gramos de cocaína, por lo que procede la
modificación de la pena y una sentencia más justa.
CUARTO: CONSIDERACIONES DEL TRIBUNAL DE CASACIÓN DE LA
SALA ESPECIALIZADA DE LO PENAL, PENAL MILITAR, PENAL
POLICIAL Y TRÁNSITO
4.1 SOBRE LA NATURALEZA DEL RECURSO DE CASACIÓN
i. Es preciso manifestar, que se reconocen como fines esenciales de la
casación, la defensa del derecho objetivo, buscándose con ello el
imperio de las garantías judiciales, la seguridad jurídica y la igualdad de
los ciudadanos ante la ley, aspectos que se encuentran regulados por los
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artículos 76, 77 y 82 de la Constitución de la República del Ecuador, así —
como por los artículos 8 y 24, de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, que hacen referencia a que toda persona tiene
derecho a ser oída con las debidas garantías y dentro de un plazo
razonable, por un juez o tribunal competente e imparcial, a que se
presuma su inocencia, a ser asistido gratuitamente por un traductor o
intérprete, a la comunicación previa y detallada de la acusación
formulada, a concederle el tiempo y los medios adecuados para
preparar su defensa, a ser asistido por el abogado de su elección o por
uno otorgado por el Estado, a no ser obligado a declarar contra sí
mismo, a recurrir del fallo, a no ser sometido a un nuevo juicio por los
mismos hechos, al principio de publicidad; y, el último artículo del
Pacto de San José anteriormente indicado que de manera expresa dice
“Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen
derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley.”
u. El tratadista Fernando de la Rúa establece que: “La casación es un
verdadero y propio medio de impugnación, un recurso acordado a las
partes en el proceso, bajo ciertas condiciones, para pedir y obtener el
examen de las sentencias desde el punto de vista de su corrección
jurídica.” (DE LA RÚA, Fernando, 1968, “El Recurso de Casación”, pág.
50).
iii. En la casación penal es relevante tener en cuenta que lo procedente
es el examen de la sentencia recurrida, para determinar posibles
violaciones en ella a la ley, ya por haberse contravenido expresamente a
su texto, ya por haberse hecho una indebida aplicación de la misma; en
fin, por haberla interpretado erróneamente, como dispone el artículo
349 del Código de Procedimiento Penal. El recurso de casación es
especial y extraordinario, el mismo tiene como objeto el estudio la
sentencia, a fin de determinar la violación de la ley, lo que impide una
nueva valoración de las pruebas que han sido consideradas por el
juzgador de instancia para dictar sentencia; sin que pueda realizarse un
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nuevo estudio del proceso, como ha sido el criterio mantenido por la
jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia y la actual Corte Nacional
de Justicia. No obstante, cuando el juzgador comete errores de derecho
en la valoración de la prueba, procede su corrección.
iv. Los objetivos del recurso de casación se contraen a tres: El imperio
de la ley, es decir la aplicación correcta; la uniformidad de la
jurisprudencia para que los jueces den igual interpretación a la ley y en
las mismas circunstancias; y, la rectificación del agravio inferido a uno
de los sujetos procesales. Sin dejar de mencionar que a través del
recurso de casación el Estado vela por la aplicación correcta del
Derecho, imperando el interés del Estado para la vigencia efectiva de los
derechos y garantías establecidos en la Constitución de la República y
en los instrumentos internacionales de derechos humanos.
y. En su naturaleza jurídica se caracteriza por su tecnicismo. Su función
principal es lograr la certeza jurídica, fijar la jurisprudencia y garantizar
los derechos de protección, enmendando los agravios inferidos a las
partes.
4.2 CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL TIPO PENAL
El delito de tenencia y posesión de estupefacientes, se encuentra
tipificado en el artículo 62 de la Ley de Sustancias Estupefacientes y
Prsicotrópicas que establece: “Quienes sin autorización legal o despacho
de receta médica previa, posean o tengan, con su consentimiento
expreso o tácito, deducible de una o más circunstancias, sustancias
estupefacientes o psicotrópicas, en sus personas, ropas, valijas,
muebles, en su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro sitio del que
sean propietarios, arrendatarios, tenedores u ocupantes a cualquier
título, o que esté bajo su dependencia o control, serán sancionados con
la pena de doce a diez y seis años de reclusión mayor extraordinaria y
multa de sesenta a ocho mil salarios mínimos vitales generales”.
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‘o
El bien jurídico protegido en esta clase de delitos es la salud pública; al
referirse al delito de tenencia y posesión de estupefacientes, el
tratadista Francisco Muñoz Conde dice: “Normalmente la posesión por
el no consumidor de cantidades que excedan para el consumo se
considera posesión para el tráfico”. (MUÑOZ CONDE, Francisco, 2010,
“Derecho Penal. Parte especial. Décimo octava edición”, pág. 677).
4.3 ANÁLISIS DEL TRIBUNAL DE CASACIÓN RESPECTO A LA
FUNDAMENTACIÓN DEL RECURSO
i. El recurrente manifiesta que existe contravención del artículo 29.7 y
10 del Código Penal, ya que asegura que la atenuante del artículo 29.7
ibídem la justificó con certificados de antecedentes penales concedidos
por los Tribunales de Garantías Penales de Pichincha, y la atenuante del
artículo 29.10 ibidem se justificó mediante la colaboración de la
recurrente en la etapa investigativa, estableciendo también que al no
tomarse en cuenta las atenuantes señaladas, se contraviene el artículo
72 ibidem, al no modificarse la pena, y el artículo 76.6 de la
Constitución de la República al no considerarse el principio de
proporcionalidad.
El artículo 29 del Código Penal, establece: “Son circunstancias
atenuantes todas las que, refiriéndose a las causas impulsivas de la
infracción, al estado y capacidad física e intelectual del delincuente, a su
conducta con respecto al acto y sus consecuencias, disminuyen la
gravedad de la infracción, o la alarma ocasionada en la sociedad, o dan a
conocer la poca o ninguna peligrosidad del autor, como en los casos
siguientes:... 7. Conducta anterior del delincuente que revele claramente
no tratarse de un individuo peligroso... 10. La confesión espontánea,
cuando es verdadera...”. De conformidad con lo que dispone el artículo
72 del Código Penal, para que proceda la modificación de la pena debe
justificarse de manera legal la existencia de dos circunstancias
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atenuantes y ninguna agravante no constitutiva ni modificatoria de la
infracción, aspecto que no ha ocurrido en la presente causa, como se
desprende de la sentencia dictada por el Tribunal ad-quem, la cual en su
parte pertinente debidamente motivada dice “...esta Sala de Alzada
discrepa con el Tribunal de Mérito, en torno a la pena que impuso a la
acusada de ‘tres años de reclusión mayor ordinaria’, pues al apartarse
de la pena prevista en el artículo 62 de la Ley de Sustancias
Estupefacientes y Psicotrópicas, la sanción impuesta deviene en
arbitraria, ilegal y discrecional por parte del Juzgador, por ser violatoria
de los principios de legalidad y proporcionalidad, entendido este último
como ‘la forma de aplicar el quantum de la pena y no al método de
solución de anomias y antinomias’... Además, esta Sala advierte que la
Ley de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas en actual vigencia, no
contempla la posibilidad de graduación de la pena, en virtud de la
cantidad de sustancia sujeta a fiscalización incautada; así como
tampoco era factible constitucionalmente, aplicar por parte del Tribunal
Ad-quem el principio de proporcionalidad para atenuar la pena, por
estricto mandato de la sentencia No. 006-12-SCN-CC, Caso No. 0015-11-
CN expedida el 8 de febrero de 2012 por la Corte Constitucional y
publicada en el Registro Oficial No. 641 de 15 de los mismos mes y año,
que tiene carácter vinculante y es de aplicación inmediata y obligatoria
para la justicia ordinaria en esta clase de delitos, la misma que en
resumen puntualiza que las penas que sancionan este tipo de delitos
“responden a los presupuestos de idoneidad, necesidad y
proporcionalidad”. Con tales antecedentes, se impone por parte de esta
Sala de Alzada corregir este error de derecho incurrido por el Tribunal
Juzgador, e imponer una pena a la acusada en base al rango legal
previsto para el delito de tenencia y posesión ilícita de sustancias
estupefacientes, en el artículo 62 de la Ley de Sustancias Estupefacientes
y Psicotrópicas, esto es, de 12 a 16 años de reclusión mayor
extraordinaria, sin modificación de la pena, pues de conformidad con el
artículo 72 del Código Penal, (...) la defensa no justificó dos o más de las
atenuantes contempladas en el artículo 29 del Código Penal; lo que no
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o’
significa de ninguna manera vulneración del principio de la no
reformatio im pejus, (...) en la medida en que la consulta que prevé el
artículo 123 de la Ley de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas, no
es un recurso, sino un mecanismo de revisión de carácter judicial, en el
que no hay ningún recurrente.”
La sentencia recurrida se encuentra debidamente motivada, pues los
jueces de la Primera Sala de Garantías Penales de la Corte Provincial de
Justicia de Pichincha hacen una apreciación razonada , en base a las
reglas de la sana crítica y utilizando normas lógicas y jurídicas propias
de la actividad judicial, que permiten formar su convicción, llegando a la
certeza sobre la existencia de la infracción y la responsabilidad de la
acusada, como dispone el artículo 252 del Código de Procedimiento
Penal.
Al resolver la consulta no se vulnera los derechos de la recurrente, pues
es un mecanismo previsto en la ley, de carácter obligatorio y en ejercicio
de la sana critica propia del juzgador, el tribunal ad-quem procede a
reformar la pena de manera constitucional y legal; la consulta se
encuentra ordenada de manera obligatoria en el inciso quinto del
artículo 123 de la Ley de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas: “El
auto en que se revoque la prisión preventiva, de cesación de medidas de
aprehensión, retención e incautación, el sobreseimiento provisional o
definitivo, dictado por el Juez y las sentencias condenatorias y
absolutorias serán obligatoriamente elevadas en consulta a la respectiva
Corte Superior, quien resolverá, previo informe obligatorio que emitirá
el Ministro Fiscal dentro del plazo improrrogable de veinticuatro horas”.
La Corte Constitucional de Transición se pronunció respecto a la
constitucionalidad de la consulta en su sentencia No. 002-1O-SCN-CC, de
24 de febrero del 2010, en la misma que expresa: “En definitiva, es
obligación del Estado garantizar formas y métodos jurídicos que
permitan aminorar los impactos negativos que, en todos los órdenes,
II
promueve e impulsa el narcotráfico, de los cuales no está excluida la
administración de justicia, y en ese marco, “el comiso especial” y “la
consulta” de las decisiones judiciales en esta materia que prevé el
artículo 83, y el inciso quinto del artículo 123 de la Ley de Sustancias
Estupefacientes y Psicotrópicas, respectivamente, buscan de alguna
manera aminorar este flagelo; por consiguiente, mal puede existir
inconstitucionalidad que declarar.”
Es evidente que la consulta no constituye recurso alguno, procede sin
necesidad de solicitud de los sujetos procesales y es obligatoria en los
casos y circunstancias establecidas por la ley, en ese sentido, es un
mecanismo automático que lleva al tribunal ad quem a establecer la
legalidad de la decisión adoptada por el tribunal a quo, a diferencia de
la apelación, no es un recurso, por eso no hay apelante y, por ende, la
competencia del juzgador ad quem no depende de si uno o ambos
sujetos procesales aspiran a la modificación de la sentencia emitida, de
tal manera que goza de atribuciones suficientes para reformar y aún
revocar la sentencia que se somete a su conocimiento y resolución. Es
necesario aclarar que el principio de proporcionalidad está íntimamente
ligado con el principio de legalidad, es decir que el juzgador tiene la
capacidad jurídica de imponer la pena, basándose estrictamente en los
parámetros establecidos en la ley penal, que en el caso subjudice es la
Ley de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas.
Se considera, que al resolver la consulta, la Primera Sala de Garantías
Penales de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha, tiene facultad
legal y constitucional para aplicar la pena correspondiente, y como es el
caso concreto, al no haberse justificado debidamente las atenuantes
invocadas, la pena de 12 años establecida se encuentra dentro de lo
contemplado en el artículo 62 de la Ley de Sustancias Estupefacientes y
Psicotrópicas, razón por la cual en la presente causa, el juzgador ad
quem no ha violado el artículo 29.7,10 del Código Penal, lo cual hace
que este recurso no tenga asidero legal.
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ji. El recurrente manifiesta también que se violentó el principio de
proporcionalidad, pues se encontraron “exiguos 200 gramos de
marihuana y 13 gramos de cocaína”, por lo que se le debe imponer la
mínima pena atenuada. Al respecto es evidente que no nos encontramos
ante un problema de adicción, sino ante un delito que surge con fines
lucrativos y afecta a varias personas y a la sociedad en su conjunto,
atentando contra el bien jurídico protegido que es la salud pública, por
lo que se encuentra tipificado y sancionado en la normativa vigente, y
en concordancia lo ha resuelto de manera motivada la Primera Sala de
Garantías Penales de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha, pues
en los delitos de tenencia y posesión de sustancias sujetas a
fiscalización es determinante que se diferencie la posesión para el
consumo y la posesión para el tráfico, para lo cual nos remitimos a la
tabla de cantidades máximas consideradas para el consumo de drogas
de una persona, la misma que fue aprobada mediante resolución del
Consejo Directivo del Consejo Nacional de Control de Sustancias
Estupefacientes y Psicotrópicas, sustentada en el informe del Ministerio
de Salud Pública, fijando que cada consumidor, sin incurrir en ningún
delito, puede portar la cantidad de alguna de las siguientes drogas: 10
gramos de marihuana, 2 gramos de pasta base de cocaína, 1 gramo de
clorhidrato de cocaína, 0,1 gramos de heroína, 0.015 de MDA-N.etil-a
meta- 3 .4-metilendioxifenetilamina, 0.01 5 de MDMA-N-a-dimetil-3 .4-
metilendioxifenetilamina (éxtasis) y 0.040 de anfetaminas, publicada en
el Registro oficial No. 19, de 20 de junio de 2013; concebida ésta tabla
como un instrumento o herramienta que guía las resoluciones judiciales;
en el presente caso es necesario indicar que no tiene cabida el término
“exiguos” (insuficiente, escaso)’ utilizado por el abogado de la
recurrente, pues se trata de cantidades que exceden considerablemente
los mínimos establecidos, tratandose de un peso bruto de 185.95
gramos de marihuana y 13.62 gramos de pasta y base de cocaína.
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. hitp://lema.rae.es/d,ae/?val=exiguo.
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Por lo expuesto, se determina que las pretensiones de la recurrente no
tienen asidero jurídico, porque no se ha demostrado la violación de la
ley en la sentencia impugnada y tampoco se determina de manera
fundamentada como tales violaciones influyeron en la decisión de la
causa.
RESOLUCIÓN:
Por lo expuesto este Tribunal de Casación de la Sala Especializada de lo
Penal, Penal Militar, Penal Policial y Tránsito de la Corte Nacional de
Justicia ADMINISTRANDO JUSTICIA EN NOMBRE DEL PUEBLO
SOBERANO DEL ECUADOR Y POR AUTORIDAD DE LA
CONSTITUCIÓN Y LAS LEYES DE REPÚBLICA, con fundamento en el
artículo 358 del Código de Procedimiento Penal, por no haberse
demcstradcla vió1~dóflde lrley por ninguna de las causales
determinadas en el artículo 349 ibidem, declara improcedente el recurso
de casación presentado por Ana Lucía Quinga Loachammn. Ejecutoriada
la sentencia se devolverá el expediente a la autoridad de origen para los
fines legales pertinentes. Actú el doctor Milton Alvarez Chacón, en
calidad de Secretario Relato .- N IFIOUESE
allico
Certifica. -
Dr.
SECRETARIO RELATOR