Travestismo Y Militancia. Pedro Lemebel Y La Literatura Comprometida
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F F H A
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN
FACULTAD DE FILOSOFÍA, HUMANIDADES Y ARTES
Departamento de Letras
Tesina para obtener el grado de Licenciatura en Letras
Travestismo Y Militancia. Pedro Lemebel Y La Literatura Comprometida
Tesista: Alessio F. Arredondo
Directora: Dra. Stella Saint André
SAN JUAN-ARGENTINA
2013
Esta Tesis de Licenciatura es de propiedad de la Facultad de Filosofía, Humanidades
y Artes de la Universidad Nacional de San Juan, y no puede ser publicada en todo o en parte, o resumirse, sin el consentimiento escrito de las
autoridades de la Facultad y de su autor
Tesis de Licenciatura en Letras Aprobada por el Tribunal examinador reunido el efecto, en San Juan, de 2013 Calificación obtenida: .............................................. ..................................... Firma (Director Tesis) .................................... Firma .................................... Firma
................................ Firma (Tesista)
ÍNDICE GENERAL
ÍNDICE GENERAL _______________________________________________ 4
INTRODUCCIÓN ________________________________________________ 5
CAPÍTULO I ____________________________________________________ 8
IDENTIDAD TRAVESTI ______________________________________________ 8 El travestismo en la Historia __________________________________________________ 8 El travestismo y la literatura __________________________________________________ 20
CAPÍTULO II ___________________________________________________ 27
LA RUPTURA CON LA DOXA. EL CONCEPTO DE LA LÓGICA DIFUSA Y LOS LÍMITES PERMEABLES ________________________________________ 27 La dicotomía masculino / femenino como construcción social naturalizada ____________ 27 Sexo y género. Transexualismo y Travestismo ___________________________________ 30
CAPÍTULO III __________________________________________________ 40
EL TRAVESTISMO EN LATINOAMÉRICA Y LA NEGACIÓN DE LA HOMOSEXUALIDAD _______________________________________________ 40 La Homosexualidad, el travestismo y la construcción de la masculinidad en Argentina, Cuba y México _________________________________________________________________ 40
EL TRAVESTISMO EN CHILE _______________________________________ 47 Pedro Lemebel. Travestismo y militancia _______________________________________ 47 La democracia y las nuevas formas de discriminación. Los medios de comunicación hegemónicos y alternativos y el rol en la construcción de la imagen __________________ 51
CAPÍTULO IV __________________________________________________ 57
ANÁLISIS DE “LA NOCHE DE LOS VISONES (O LA ÚLTIMA FIESTA DE LA UNIDAD POPULAR)” DE PEDRO LEMEBEL _______________________ 57 Trama ___________________________________________________________________ 57 El título y la dilogía ________________________________________________________ 60 La estructura de la crónica ___________________________________________________ 62 Los tiempos verbales y la estructura ___________________________________________ 65 Recursos o tropos __________________________________________________________ 68 El Tiempo ________________________________________________________________ 72
ANÁLISIS DEL MANIFIESTO DE PEDRO LEMEBEL __________________ 74
CAPÍTULO V ___________________________________________________ 78
LITERATURA TRAVESTI ___________________________________________ 78 Antecedentes Literarios de Pedro Lemebel. Sarduy – Cobra (Cuba), Puig – El beso de la mujer araña (Argentina), Donoso – El lugar sin límites (Chile) ______________________ 78 El Neobarroco _____________________________________________________________ 81 El género de las crónicas ____________________________________________________ 84 Poder y Literatura. Literatura comprometida y las crónicas de Lemebel _______________ 89
CONCLUSIONES _______________________________________________ 92
APÉNDICE ____________________________________________________ 96
BIBLIOGRAFÍA _______________________________________________ 105
INTRODUCCIÓN
La cultura occidental en la que vivimos, devenida en androcéntrica desde
hace ya miles de años, propone una visión de mundo donde priman las
dicotomías. De hecho, si atendemos etimológicamente a la palabra mundo
veremos que hace referencia al orden. En nuestra cultura ese orden se centra en
clasificar todas las conductas, seres y creencias a partir de taxonomías binarias
con límites pensados inicialmente como impermeables y rígidos. La tradición ha
hecho que veamos el mundo a partir de categorías como: Bien / Mal, Arriba /
Abajo, Blanco / Negro, Macho / Hembra, Fuerte / Débil, Activo / Pasivo.
Colocando al primer término de dicha clasificación siempre en un estatus
superior, privilegiado dentro de la sociedad, justamente porque favorecen a la
Ideología que impera.
Sin embargo, cualquiera puede notar que la realidad se presenta mucho
más compleja para ser mostrada a partir de esta lógica tan simple. Lo real, como
puede ser demostrado desde diferentes corrientes del pensamiento, rompe con
todas las dicotomías. Pensemos en cualquier categoría y veremos que muchas de
ellas semánticamente proponen oposiciones polares que son relativas al objeto o a
la persona que las enuncia, de esta manera algo está Bien / Mal o Fuerte / Débil,
dependiendo de la situación de esa persona respecto al objeto y como así también
del objeto mismo.1
En este punto es donde surge la figura del travesti, dado que rompe con
toda clasificación taxonómica binaria. A tal punto que permite que sean revisadas
las categorías de sexo y género y replanteados estos conceptos. Esta manifestación
que subvierte los conceptos tradicionalistas y conservadores de la sociedad es el
foco de varios ataques provenientes de diferentes ámbitos -políticos, económicos,
culturales, sociales, entre otros- por lo que resulta de importancia observar de qué
1 En este punto recordé el estudio que incluso en el plano del estudio de los sistemas fonológicos por parte de los funcionalistas en la década del ’40 se encuentra lleno de dicotomías. Donde clasificaron a los fonemas según la presencia o ausencia de ciertos rasgos en Sonoros / Sordos, Oclusivos / Fricativos. Sin embargo, a la hora de hacerlo con los fonemas líquidos tuvieron problemas con las categorías de Vocálico / Consonántico. Dado que estos poseían la particularidad de pertenecer a los dos, por tal razón, solucionaron el problema...a través de dos dicotomías más: Vocálico / No Vocálico; Consonántico / No Consonántico.
modo un escritor como Pedro Lemebel, se expresa artísticamente a través de una
literatura comprometida con la que se ubica en un lugar claramente político y
crítico para la sociedad androcéntrica y altamente clasificatoria como es, no sólo
la de Chile actual, sino la de toda Latinoamérica.
No se puede negar que en la constitución de las identidades sexuales, el
cuerpo cumple un papel importante, dado que es el medio a través del que se
presentan las diferentes categorías genéricas. Cualquiera de ellas que sea –
heterosexual, homosexual, bisexual, travesti, transexual, etc.- utiliza al cuerpo
como carta de presentación ante la sociedad y es a través de él que se manifiestan
las características represivas del Poder cuando no se corresponden con la norma.
Ser Cuerpo y Tener Cuerpo pasan a ser elementos centrales en la configuración
del género travesti. Del mismo modo, las figuras generalmente antitéticas de El
Cuerpo Deseado y El Cuerpo Real constituyen una de las grandes problemáticas
que deben afrontar muchos de los individuos que constituyen la sociedad, y se ve
con más fuerza aún esta disyuntiva entre los grupos de travestis. Debido a que el
Poder es quien determina a través de diferentes medios cómo deben ser los
cuerpos y cuáles son las normas para que éstos sean considerados dentro de los
parámetros aceptados, el género travesti funciona como un elemento que, al
escapar a la norma, genera conflicto contra los discursos establecidos.
Uno de los puntos principales para poder desarrollar esta investigación es
el de definir qué es ser travesti –fuera de las implicancias ontológicas a las que
pudiera hacer creer que se refiere el término-, cuál es su rol en la sociedad,
particularmente latinoamericana, en el pasado y en la actualidad. Tal
caracterización persigue un objetivo más importante, el de analizar una crónica,
“La Noche De Los Visones” y el “Manifiesto” de Pedro Lemebel, determinando
la militancia política y de género en este escritor.
Este trabajo se encuentra dividido en tres grandes bloques. En primer
lugar, lo que se intenta es esclarecer qué es el travestismo, la relación de éste con
la Literatura y la Historia para poder llegar a cómo se observa al travesti en
Latinoamérica y en Chile y, con ello, poder esclarecer de qué modo Lemebel
encuentra espacios para escribir y militar política y sexualmente, a la par que se
construye una imagen de este escritor a través de distintos medios gráficos y
audiovisuales que -dependiendo del caso- resulta ser tergiversadora de la realidad.
Esta primera parte concluye con la ubicación de Lemebel dentro de una corriente
literaria latinoamericana.
En segundo término, el trabajo se centra en un análisis formal de una de
sus crónicas, “La noche de los Visones (o la última fiesta de la unidad popular) y
de su “Manifiesto”, poesía dicha en un encuentro por la diversidad sexual en
1986. A través de este análisis lo que se busca es encontrar los recursos que
permiten que Lemebel sea considerado por ciertos estudios como un escritor
barroco, aunque esta clasificación será punto de debate en este escrito. A su vez,
se busca determinar de qué modo su literatura se presenta como un punto de
quiebre frente a la tradición literaria, que es muestra de la visión androcéntrica a la
que critica.
Finalmente, el trabajo se cierra sobre ciertos aspectos pragmáticos que van
desde el análisis de las posibles intenciones que llevaron al autor a la elección de
la crónica como género literario para expresarse, hasta la relación que existe entre
su palabra y la acción política, o mejor dicho, entre Literatura y el Poder.
CAPÍTULO I
IDENTIDAD TRAVESTI
El travestismo en la Historia
Durante el transcurso de los años, en diversas civilizaciones ha existido la
necesidad de dividir el mundo masculino del femenino y viceversa. En relación a
ello, la vestimenta, la forma de comportarse, de caminar, hasta las actividades
diarias, logran ser distribuidas según los sexos. Por su parte, el sexo en la cultura
occidental comienza a ser motivo de una serie de restricciones y la forma en la
que el Poder expresa su aparato represivo. El único sexo que es posible se debe
llevar a cabo en la alcoba de los padres, al decir de Foucault2. Sin embargo, esta
visión es propia del siglo XIX y se encuentra relacionada íntimamente con la
revolución industrial. Por ello, el sexo debe ser tomado como un medio de
producción de mano de obra para las fábricas que la requieren y toda
manifestación sexual que persigue el placer debe ser abolida y castigada, a menos
que deje ganancias monetarias –como es el caso del prostíbulo-.
“entonces, la sexualidad es cuidadosamente encerrada. Se
muda. La familia conyugal la confisca. Y la absorbe por entero en
la seriedad de la función reproductora. En torno al sexo, silencio.
Dicta la ley la pareja legítima y procreadora. Se impone como
modelo, hace valer la norma, detenta la verdad, retiene el derecho
de hablar –reservándose el principio del secreto. Tanto en el
espacio social como en el corazón de cada hogar existe un único
lugar de sexualidad reconocida, utilitaria y fecunda: la alcoba de
los padres (…) Y el estéril, si insiste y se muestra demasiado, vira a
lo anormal: recibirá la condición de tal y deberá pagar las
correspondientes sanciones3.
2 FOUCAULT, M. Historia De La Sexualidad. SXXI. Bs. As. 1995. Tomo I. Página 9. 3 FOUCAULT, M. Op.cit. pàginas 10-11.
Es a partir del siglo XIX cuando se profundizan las sanciones a quienes no
respondan al sexo como el Poder determina y hacen de su cuerpo un medio en la
búsqueda del placer. Si el sexo no es de índole reproductiva, éste debe ser
castigado. Surge así la idea de las mal llamadas “desviaciones sexuales”,
desviaciones debido a que no se ajustan a la norma instituida desde los centros
regidores y las instituciones a través de las que se manifiesta el Poder, como son:
la Familia, el Estado, la Iglesia, entre otros. La homosexualidad, el travestismo, la
bisexualidad son vistas como factores que perjudican al sistema. Debido a que no
buscan la reproducción, están condenadas. En una sociedad industrial, donde
hacen falta millones de brazos para hacer funcionar las máquinas que generan
dinero y, por ende, poder, no puede permitirse que se otorgue un espacio para el
placer. No hay tiempo para el placer, sólo para reproducirse, parece que se versara
una ley tácita que los seres humanos deben obedecer. En Argentina el slogan de J.
B. Alberdi “Gobernar es Poblar” que se encuentra en las Bases Y Punto De
Partida Para La Organización Política De La Confederación Argentina, más
conocida por cuestiones de economía lingüística como Bases, junto con las
políticas de estado desde Sarmiento hasta Perón marcan esta dirección.4 Arturo
Roig dice respecto al discurso civilizatorio de Alberdi que la propuesta política
“será la de movilizar una política inmigratoria para poblar un país con hombres
laboriosos y poner en marcha una política étnica, especialmente dirigida contra
la población indígena, que debía ser eliminada. Y con todo esto aprovechando lo
que de positivo había dejado Juan Manuel de Rosas, el ‘instinto de obediencia’
inculcado a las plebes, por una parte, y su política de expansión hacia el sur
mediante la ocupación del territorio mapuche.”5
Al referirnos a la imagen del travesti en la historia, hay que observar que
en la antigüedad han existido muchos casos registrados de algún tipo de conducta
donde un hombre o una mujer utilizan vestimentas, indumentaria u ornamentos
4 Las políticas inmigratorias de Sarmiento, Avellaneda y Mitre, quienes prefieren la mano de obra inglesa pero que en la práctica deviene en las grandes migraciones Ìtalo-españolas o las de Juan D. Perón que proponen que el presidente sea el padrino de bautismo del séptimo hijo varón, o la séptima hija mujer, de una familia, son sólo muestras de esas políticas reproductivas manifestadas desde la revolución industrial. 5 ROIG, ARTURO. El “Discurso Civilizatorio· en Sarmiento y Alberdi, en Rostro y Filosofía de nuestra América. Ed. Una ventana. Bs. As. 2011.
que en su contexto pertenecen al sexo opuesto. No obstante, antes de poder
determinar y desarrollar cómo el travesti se manifiesta históricamente, es
conveniente determinar qué es el travestismo y porqué se caracteriza, aunque más
no sea en simples rasgos.
De lo enunciado en el párrafo anterior se puede entrever el concepto más
generalizado y superficial de lo que es el travestismo. Reduciéndolo al hecho por
el cual travestismo designa etimológicamente a la conducta de vestirse con
atuendos propios al sexo opuesto, y travesti, por lo tanto, a la persona que se viste
con atuendos no correspondientes a su sexo. Ahora bien, desde un inicio estos
conceptos se muestran como imprecisos y difíciles de definir, dado que -según la
cultura- los atuendos se corresponderán con determinados sexos. En otras
palabras, dependiendo de la cultura es como se ha naturalizado la diferencia de
masculino y femenino en relación con ciertas prendas de vestir.
Para argumentar lo dicho, sólo basta observar que el uso de la prenda de
vestir denominada falda en varias sociedades representa a lo femenino, sin
embargo esto no es así en algunas pertenecientes a los grupos célticos –como
escoceses o gallegos, por ejemplo-. Lo mismo sucede con los tatuajes, los
maquillajes faciales, los aros u otros tipos de ornamentos. Por ende, para poder
determinar qué es el travestismo es necesario emplear una perspectiva acotada a
una cultura y época determinada, dado que incluso dentro de una misma sociedad
el correr del tiempo implica un cambio de paradigmas en cuanto a las divisiones
ya enunciadas.
Al hablar de travestismo, es innegable la relación que existe entre éste y la
decoración corporal, sea a través de atuendos o maquillajes. Lo que el travesti
busca no es ser como el sexo opuesto, sino simularlo6. En cuanto a la vestimenta,
puede afirmarse que es vasta la cantidad de funciones que desempeña en nuestras
relaciones sociales, constituye –en cierto sentido- una máscara7 con la que nos
6 Severo Sarduy es quien utiliza este término en un ensayo acerca del movimiento artístico del Barroco titulado “La Simulación”, en Sobre El Barroco. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. 1987 7 FLÜGEL, J.C. Psicología Del Vestido. Paidós. Bs. As. 1964
desenvolvemos en nuestra cultura. Según Flügel8 la vestimenta cumple tres
propósitos principales: decoración, pudor y protección. Desde los remotos
tiempos lo que en la vestimenta sobresale es lo que se denomina el elemento
sexual, su función sería la de atraer al otro, como si se tratara de un mecanismo de
trampa sexual.
“Ha sido evidente para los estudiosos serios del vestido que
de todos los motivos concernientes al uso de ropas, los relacionados
con la vida sexual tiene una posición predominante (…) La minoría
que considera al pudor como primario, piensa que la vestimenta es
el resultado de un intento de inhibir la sexualidad. La gran mayoría
que afirma la primacía del motivo de decoración sostiene que el uso
de ropas surgió del deseo de realzar la atracción sexual y de llamar
la atención sobre los órganos genitales del cuerpo”9
Sin embargo, no sólo se trata de aumentar la atracción sexual, sino que en
muchos de los casos las prendas de vestir guardan un lazo simbólico con el sexo al
que quieren representar. Por ejemplo, la corbata representa al falo y la pollera al
útero. No es de extrañarse -por lo tanto- que el sacerdote católico utilice un
atuendo similar a una pollera, que inconscientemente anula su sexualidad. Sobre
este hecho, Federico García Lorca, a través del personaje dramático Bernarda
Alba, expresa:
“Las mujeres en la iglesia no deben mirar más hombre que
al oficiante, y a ese porque tiene faldas. Volver la cabeza es
buscar el calor de la pana”10 .
Esta cita resulta interesante además, porque muestra naturalizada la
diferenciación sexual a través de una metonimia, cuando refiere a un tipo de tela,
que generalmente es usada para la elaboración de pantalones, en relación con el
8 FLÜGEL, J.C. Op. Cit. Página 13 9 Ídem P. 24 10 GARCÍA LORCA, F. La Casa De Bernarda Alba. Losada. Bs. As. 2007
sexo masculino. Con ello, Lorca da una muestra más de la sensibilidad de los
artistas para poder leer el mundo.11
En lo que respecta a la Historia, hay que decir que se registran diversas y
variadas acciones que permitirían ser consideradas como hechos de travestismo.
Si bien son comentadas algunas de ellas en el presente capítulo, existen razones
muy fuertes para diferenciar de lo que verdaderamente se puede considerar como
travestismo, dado que la vestimenta y los ornamentos sólo constituyen el aspecto
más superficial de esta clasificación genérica.
Además de lo enunciado hay que aclarar que con el término travesti no
sólo puede denominarse a un hombre que configura su estética feminizándola,
sino que puede ser una mujer que hace lo propio masculinizándola. Del mismo
modo, se asocia generalmente al travestismo con la homosexualidad, sin embargo
el travestismo puede presentarse en forma de fetichismo por parte de
heterosexuales. Por estas razones esta conducta genérica se vuelve más compleja a
la hora de clasificarla y delimitarla.
Hay que destacar, sin embargo, que existen diversos tipos de travestismo,
según sea que la utilización de prendas coincida con la elaboración de un show,
una forma de identificarse con lo femenino en todo momento del día o la muestra
de una feminización que resulta exagerada y que toma como modelo de mujer a
las Divas. De esta manera, se manifiestan diversas clasificaciones en torno a esto,
donde se encuentran los Transformistas, los Crossdressers, las Drags Queens,
entre otros. Sin embargo, todas estas categorías mantienen elementos que
comparten entre sí y en el caso particular del término crossdresser no es más que
el término anglosajón para denominar etimológicamente lo mismo que el de raíz
latina, travesti. En pocas palabras, se denomina transformista a aquella persona
que utiliza vestimentas no correspondientes -según su sociedad- a su sexo como
parte de una representación artística en un escenario, pero fuera del mismo, se
11 Gran parte de la obra dramática citada de Lorca abunda en recursos simbólicos y resulta ser una rica fuente de aquellos que refieren al mundo masculino vs al femenino.
viste como cualquier otro hombre12. En cambio, los denominados Drags Queens
son aquellos que, no sólo se visten como mujeres, sino que el modelo de mujer
elegido para su performance13 es la figura de la Diva de Hollywood, con sus
atuendos extremadamente vistosos rompen con la monotonía de lo cotidiano,
aunque no son tan comunes en Latinoamérica, se los puede ver más comúnmente
en ciudades como Nueva York, Londres y otras grandes ciudades norteamericanas
y europeas. Quizá la razón de ello se deba a que en Nuestra América todavía
existe una visión extremadamente negativa de la femineidad en el hombre y
debido a la presencia del drag tan sobresaliente, puede ser objeto de agresiones
constantes. A pesar de ello en grandes ciudades como Buenos Aires o San Pablo
puede constarse su presencia.
El concepto de performance, enunciado en el párrafo anterior es de suma
importancia para comprender al travestismo. Este es el verdadero motivo que
permite caracterizarlo. En pocas palabras la performance es el arduo trabajo14 –
como afirman las travestis en varias oportunidades- que realiza la travesti para
configurar su cuerpo y adaptarlo a la imagen que crea internamente de la mujer a
la que quiere simular. Es como una puesta en escena, con la diferencia que la
puesta en escena se relaciona con la ficción y la performance es la muestra ante el
mundo de la identidad travesti en el plano no ficcional. Este trabajo que realizan
es tan minucioso que las travestis han logrado percibir diferencias tan pequeñas
del cuerpo femenino que, inclusive, la misma mujer no tiene conocimiento de ello.
Esto es, fuera de las diferencias más perceptibles -como la barba o la Nuez de
Adán-, la curva de los pómulos, la composición de los brazos, el empeine de los
pies, entre otras tantas particularidades. Al respecto, Josefina Fernández menciona
con asombro:
“El reconocimiento de las formas femeninas, el detalle con
que describen cada una de ellas asombraría al/la más
12 La mayoría de los que se conocen como transformistas son hombres ornamentados como mujeres, pero no tengo conocimiento hasta el día de la fecha que indiquen que haya mujeres que al presentarse en shows vestidas de hombre sean catalogadas de la misma forma. 13 El término performance será utilizado en gran medida, porque es uno de los rasgos más sobresalientes y constitutivos de lo que llamamos travestismo, como se verá luego. 14 FERNANDEZ, J. “Cuerpo Travesti”, en Cuerpos Desobedientes.. Ed. Edhasa. Buenos Aires. 2004 capítulo 5
preocupado/a por su imagen corporal, cualquiera sea su sexo.
Escuchando sus relatos yo misma conocí la silueta del empeine de
mis pies, el ancho de mi maxilar inferior, la altura de mis pómulos,
el grosor de mis brazos, el arco de mi frente. Ellas miran el cuerpo
femenino de manera bastante diferente a como lo hacemos las
mujeres.”15
En este punto el hecho de los conceptos de Tener Cuerpo y Ser Cuerpo
son fundamentales para comprender uno de los aspectos que conforman la
búsqueda del travesti en su vida. Esto conduce a lo que Josefina Fernández dio por
llamar El Detalle de La mirada16, porque para una travesti lograr un tórax con
formas femeninas les permite separarse visualmente de otros grupos genéricos. En
el trabajo de la autora referido se pueden leer varios de los dichos de las travestis
como el siguiente:
“Travestizarse es un viaje de ida sin pasaje de vuelta. A
diferencia de los homosexuales y los transformistas, incluso de las
lesbianas, nosotras no podemos elegir cuándo visibilizarnos y
cuándo no. Somos siempre visibles. ¿Te imaginás?, ¿dónde voy a
esconder tremendas tetas? Pero sí podemos elegir cómo hacer
nuestro cuerpo”17
Dentro de las clasificaciones de los tipos de travestismo existentes, el
crossdresser es quien manifiesta al género de mejor forma, dado que la
performance es parte de su forma de mostrarse al mundo. A diferencia del
transformista, identidad pasa por una feminización que se muestra en todo
momento del día.
El modelo de mujer elegido es también objeto de caracterización genérica.
Esto se debe a que la travesti no fija su mirada sobre cualquier mujer, sino más
15 FERNÁNDEZ, J. Op. Cit. Página 162 16 El fragmento citado anteriormente corresponde a esta parte del trabajo de Fernández. 17 Ibidem. P. 171
bien que se construye a partir de la imagen de la vedette o la prostituta. “O sos
Moria Casán o sos un mariquita de cuarta”, afirma una de ellas18.
Entre todos los hechos que pueden mencionarse respecto a situaciones en
las que una persona utiliza elementos, que en su cultura se consideran
pertenecientes al sexo opuesto, en la Historia se encuentran varios casos, de los
que pueden referirse sólo algunos. Uno de los más antiguos se halla en el Antiguo
Egipto, durante el reinado de Hatshepsut. Ella era la mujer de Tutmosis II y,
además, su hermana19. Al morir éste, Hatshepsut tomó las riendas del estado y fue
gracias a los sacerdotes que se le permitió seguir gobernando sin tener a un
hombre al lado, pero la condición que se le impuso fue la de llevar una barba
postiza y vestimentas masculinas20 para ocultar su condición de mujer. Un hecho
posterior llama la atención, quien la sucede al trono, Tutmosis III, manda a borrar
todo registro que permitiera saber de la existencia de Hatshepsut, como una forma
de ocultar toda huella de lo femenino en el trono egipcio. En cierto sentido, a nivel
simbólico resulta interesante este caso por varias razones. En primer lugar,
muestra que la negación o subestimación de lo femenino existe desde tiempos
remotos y, si bien se intensifica o se hace más compleja con el correr del tiempo,
desde el antiguo Egipto hasta nuestros días pueden encontrarse ciertas similitudes.
En segundo lugar, se observa la sexualización del trono, como un objeto
naturalmente masculino, de ello se puede afirmar que en las culturas
androcéntricas el poder es siempre masculino. Y en tercer lugar, en relación con
lo anteriormente dicho, esta obligación de los sacerdotes sobre Hatshepsut es
también una muestra de la negación de lo femenino en el trono egipcio, y podría
decirse que en el fondo no responde a las características del travestismo como
muestra genérica, dado que es un travestismo impuesto por la tradición.
Si bien el caso que se cita a continuación puede ser discutido porque no
pertenece estrictamente al plano histórico sino más bien al mítico, es de interés
por cuanto muestra de qué manera se puede presentar cierto tipo de travestismo,
18 Ibidem P. 188 19 Este incesto real era común en la cultura egipcia 20 Se recomienda sobre el tema visitar la página digital http://www.canaluned.com/index.html#frontaleID=F_RC§ionID=S_TELUNE&videoID=4590
aunque con fines diferentes de Hatshepsut. Aproximadamente 500 años después
de ella, del otro lado del mediterráneo, se encuentra registrado el caso de uno de
los héroes más sobresalientes de la guerra de Troya, Aquiles. Según se cuenta, la
madre de este héroe, Tetis, lo viste de mujer y lo esconde entre las esclavas para
que no fuera a la guerra. Sin embargo, a pesar de su esfuerzo por permanecer
oculto, es descubierto por Odiseo, luego de lo cual tiene que acompañar a los
demás héroes a la gesta hacia Ilión21. En este caso, hay un travestismo por
necesidad individual, diferente del caso de la faraona egipcia en donde su
travestismo es una obligación tradicional.
En ninguno de estos dos casos, el uso de vestimentas propias al otro sexo
se realiza como muestra o reafirmación de género para la persona que lo hace,
sino más bien es una acción circunstancial y por esa razón no es admisible el
calificarlos como travestis en el sentido estricto del término.
En la Antigua Grecia también se observa un tipo de travestismo en el
plano religioso, donde el uso de prendas o de conductas que pertenecen al sexo
masculino caracteriza a una de las diosas griegas más importantes del Olimpo,
Palas Atenea. Esta diosa, con su armadura y sus acciones en la guerra, es
presentada como un gran general y como virgen, por lo que manifiesta –además-
una sexualidad anulada22. Siendo este último factor el más relevante para la
caracterización de la diosa, razón por la cual el edificio más importante erigido en
su honor, lo destaca.23 También surge entre los mitos griegos la figura del adivino
Tiresias. Este personaje mítico, según se cuenta, viaja por el Hades y vuelve
convertido en mujer, luego de un tiempo desciende nuevamente y torna a la tierra
como hombre, pero ciego. Gracias a esta iniciación, Tiresias puede saberlo todo,
porque había sido Hombre y Mujer. Guillaume Apollinaire, con humor y
sapiencia, lo manifiesta en un título a una de sus obras: Las Tetas de Tiresias,
haciendo referencia a lo visiblemente más sobresaliente del sexo femenino. En
este sentido hay que agregar que la idea de los pechos es muy importante en la
21 ENCICLOPEDIA COMPLETA DE LA MITOLOGÍA. Ed. De Vecchi. Barcelona. 1972 22 Basta recordar que la palabra Virgen, Virtud y Viril provienen del mismo vocablo latino, Vir-viris. 23 Partenón proviene de párthenos (virgen).
performance travesti, al punto que muchas de ellas mueren por lograr obtener un
cuerpo deseado a través de cualquier precio.
Según versan los libros de historia, en otra cultura antigua del
mediterráneo, los romanos, es muy común la práctica de travestir a un prisionero
de guerra devenido en esclavo. Al mismo, luego de ser llevado ante su amo, se le
deja crecer el cabello y se lo maquilla como una mujer, se lo viste con prendas
femeninas y su función es la de proporcionar servicios sexuales a los hijos de su
amo.
En occidente, habrá que esperar recién hasta el siglo XVIII para encontrar
a una persona que acepta abiertamente su género travesti el Caballero Charles
d’Éon de Beaumont (1728 – 1819). A partir de él se generaliza el término
eonismo, con el que se hace referencia a las conductas propias de lo que hoy
denominamos travesti y es utilizado por primera vez por el investigador Havelock
Ellis.24
En varias culturas autóctonas de América, existe la imagen de un ser cuyo
rol es de importancia dentro del funcionamiento del sistema de creencias,
ocupando el cargo de chamán de la tribus. A estos individuos se los conoce hasta
el día de hoy con el nombre de berdaches. Cierto es que este término hace
referencia a los chamanes de las tribus de Piegan que son los que encuentran los
franceses al arribar a las costas de Norteamérica. El rasgo distintivo que llama la
atención de los invasores europeos es que son hombres –sexualmente hablando-
pero que realizan tareas correspondientes al sexo femenino. Adoptan, también,
prendas de vestir correspondientes culturalmente al otro sexo y pueden contraer
matrimonio con un varón. Aunque los estudios determinan posteriormente que no
hay reglas muy precisas en cuanto a los deberes sexuales de estos individuos y
pueden, por ende, contraer parejas heterosexuales. Para ser berdache, se lleva a
cabo una ceremonia de transición donde se incendia una choza y se coloca junto a
ésta un cesto y un arco. Dependiendo del implemento que el niño tome marca su
iniciación como guerrero o como berdache. Esta característica de los chamanes
Piegan no es exclusiva a esta tribu, sino que varias otras la poseen, aunque con
24 FLÜGEL, J. Op. Cit. Pág 152
nombres muy diversos. Los dinéh (navajos) los llaman nàdleehé, que significa
algo así como el que se transforma; los lakota (sioux), winkte; los mojaves, alyha;
los zuñi, ihamana; los omahas, mexoga; los aleutianos y kodiaks, achnucek; los
zapotecas, ira’muxe; los cheyenes, he man e; o muxhes en otras tribus mejicanas
del norte25. Según el relevo llevado adelante por Will Roscoe26, cerca de 155
tribus norteamericanas poseían la figura de los berdaches.
A continuación se observa uno de estos chamanes de los cuales se ha
hablado en líneas precedentes. Pertenece a la tribu Zuñi –situada entre Nuevo
México y Arizona- llamado We’wha (1849-1896). La importancia que reviste esta
persona es la de ser embajador cultural de su pueblo ante las autoridades
norteamericanas motivo de estudios antropológicos en su época porque los
occidentales desconocían estos seres que se hacen llamar “dos espíritus”.27
25 Sobre estos términos es de notar la revista producida por la agrupación CGT de España denominada Materiales de Reflexión, nº 70 del 6-4-2010 encontrada en: http://www.cgt.org.es/mr-n%C2%BA-70-abril-de-2010-berdaches%C2%A0-entre-la-tradicion-y-el-activismo 26 Roscoe, W. (Ed.) Living the Spirit: A Gay American Indian Anthology. City: Publisher. 1988 27 Esta foto fue extraída de http://viajeroimaginario.wordpress.com/2012/11/30/indios-norteamericanos/ , también se recomienda visitar la página http://www.dancingtoeaglespiritsociety.org/twospirit.php. A pesar de ser una fotografía muy difundida por la red no se encontró hasta el momento datos sobre el fotógrafo y fuentes de la misma.
Dentro de la sociedad nativa el berdache no sólo posee la función de
chamán de la tribu, sino también de mediador en diversos conflictos y suele actuar
en problemas de parejas. El término berdache significa “ser humano con dos
espíritus”, masculino y femenino, esta razón es la que permite entender porqué se
los reverencia y se los tiene en un lugar de importancia respecto de la tribu, dado
que ese conocimiento de lo masculino y de lo femenino le permite que su
concepción sea más amplia que la del resto de los integrantes de la sociedad, algo
similar a lo que ocurre con Tiresias en la cultura griega. Con el correr del tiempo,
la figura del berdache ha ido desapareciendo y la homofobia correspondiente a la
visión occidental se ha expandido por las pocas etnias nativas americanas que hoy
quedan al norte del Río Grande. Esto ha hecho que varios activistas difundan en
las comunidades nativas información sobre los aspectos tradicionales referidos a
estas prácticas y en relación a la tolerancia de las diversidades sexuales entre sus
antepasados, como una muestra de la tolerancia tradicional a las diferentes praxis
sexuales de los integrantes de la tribu. Sin embargo, no todas las perspectivas de
análisis de este comportamiento tribal resultan ser positivas, algunos ven en el
berdache un intento de oportunismo que busca obtener reconocimiento y estatus
dentro de su sociedad a costa de su manifestación genérica. 28
En algunas otras tribus también se comprueba la existencia de una
categoría similar al berdache pero que se produce con mujeres cazadoras a las que
se les ha dado el nombre genérico de amazonas. Las amazonas son aquellas
mujeres, sexualmente hablando, que cumplen un rol masculino dentro de la tribu
como es el arte de la cacería. Según se ha determinado, la existencia de las
amazonas cubre gran parte de las civilizaciones americanas y, al igual que lo que
sucede con el berdache, tampoco se encuentran referencias de que
tradicionalmente hayan sido atacadas por cumplir dicho rol, realizando ciertas
acciones que son catalogadas propias del género masculino.
El travestismo y la literatura
El arte literario se encuentra lleno de ejemplos desde donde puede
observarse al travestismo. El caso de Aquiles referido con anterioridad constituiría
uno de los momentos donde se presenta en este arte, si es que permitimos que el
mito se considere dentro del campo de las letras.
Entre muchos de los ejemplos que podrían citarse además, se puede
comentar el de la “dueña adolorida” que no es otro que el que se presentan en la
segunda parte de Don Quijote de la Mancha, donde la duquesa para burlarse de
Don Quijote presenta una historia fantástica a través de unos lacayos suyos
28 Sobre los estudios de los berdaches y nadle más importantes se hallan los de Whitehead (1981) quien respecto a los roles berdache de las sociedades nativas norteamericanas opina que los berdache son personas de un sexo anatómico que asumen ocupaciones, adornos, vestidos y estatus social del sexo opuesto por motivos oportunistas: ganar prosperidad económica y respeto social. Y los de Bárbara Vorhies y Kay Martin (1978) quienes, según Josefina Fernández (op. Cit.), hacen reveladores estudios a partir de las etnografías clásicas sobre los berdache, hijras y nadle elaborando una propuesta de géneros supernumerarios. Al respecto se recomienda consultar a WHITEHEAD, H. “The Bow And The Burden Strap: A New Look At The Institunalized Homosexuality In Native Noth America”, en S.B. Ortnar y Harriet Whitehead (eds.), Sexual Meaning: The Culture Construction Of Fender And Sexuality, Cambridge University Press.
vestidos con atuendos negros ceñidos al cuerpo y velos que dejan traslucir las
barbas.29
En otros textos del siglo XVII, también podemos remitirnos al género
dramático de las denominadas Comedias de las Equivocaciones de Shakespeare,
como es el caso de Mucho Ruido y Pocas Nueces, donde los personajes se visten
con ropas que no corresponden a su sexo con ciertos propósitos individuales. Sin
embargo, el caso del teatro isabelino es mucho más interesante que lo que este
simple ejemplo puede mostrar, dado que en esa época el drama era una actividad
que resulta ser inmoral para el Poder instituido. Los actores, dramaturgos y
propietarios de teatros son perseguidos y apresados, al considerar que realizan
tareas que van en contra de la moral. La gente del teatro es considerada del mismo
modo que son considerados las prostitutas y los ladrones. Debido a esta
concepción, en la Inglaterra de aquellos años, la actuación no es una actividad
propia de las mujeres, por lo que los papeles femeninos de los dramas eran
actuados por hombres jóvenes, generalmente lampiños o bien afeitados que se
presentan en el tablado. Después de lo enunciado, la imagen que tenemos de
algunos de los memorables personajes de Shakespeare, como puede ser Julieta,
Ofelia o Desdémona, puede cambiar un tanto.30
Sin embargo, el problema principal que presenta la Literatura a la hora de
estudiar al travestismo se manifiesta en que la misma permite ser abordada a partir
de diversos planos, como son: el autor, el narrador y los personajes.
De esta manera, es importante que se identifique con claridad qué aspecto
literario se tiene en cuenta de acuerdo con el objetivo de la investigación que se
quiere realizar. Es así que, si lo que se intenta describir es el travestismo en el
autor, es de notar que antes de Pedro Lemebel a lo largo de la Historia de la
Literatura, se presentan otros casos, generalmente dados por mujeres escritoras
que se travisten en algún momento para ejercer su profesión. Entre ellas, Sor
Juana Inés de la Cruz, quien en el siglo XVII, ante la imposibilidad de poder
29 La edición consultada es la que corresponde a CERVANTES S., MIGUEL DE. Don Quijote De La Mancha. Grijelmo. España. 1973. Capítulo XXXVII 30 Al respecto del teatro de Shakespeare y la época isabelina, se recomienda la lectura de PRAZ, MARIO. La Literatura Inglesa. De la Edad Media Al Iluminismo. Losada. Bs As. 1975
escribir y leer siendo mujer, toma las vestimentas de hombre hasta que es
descubierta y se le da la oportunidad de recluirse en un convento. Esta imposición
logra el objetivo, dado que esta mujer en cuestión puede seguir estudiando, pero
ya no representa un peligro para el orden establecido, porque realiza sus
actividades intelectuales en un ámbito apartado donde no contagia su gusto por el
saber a otras mujeres de su época.
Otro de los casos, lo presenta más adelante en el tiempo, George Sand
(1804 – 1876), quien utiliza un pseudónimo y vestida de hombre concurre a las
tertulias literarias francesas correspondientes la primera mitad del siglo XIX. Su
nombre de pila era Amandine Aurore Lucile Dupin, pertenece a la nobleza y tiene
el cargo de baronesa Dudevant. En aquella época, la educación de la mujer sólo
sirve para colocarlas en la situación de ser buenas esposas, con la inteligencia
justa para enseñar a los hijos y para mostrarse ante la sociedad como una joya que
le pertenece exclusivamente al marido31. Coincidiendo con la perspectiva de
Foucault, quien afirma que en el siglo XIX las prácticas sexuales comienzan a ser
regladas32, como ya se pudo comentar con anterioridad, es justamente la época de
la Reina Victoria en Inglaterra cuando George Sand incurre en vestimentas
masculinas para poder ser tomada en cuenta por los demás escritores 33. Ella
misma afirma:
“Yo era demasiado independiente en medio de mi fantasía
como para alimentar cualquier tipo de aspiración, sino tan sólo un
destino de libertad espiritual y aislamiento poético en una
sociedad a la cual no le pedía más que olvido y condescendencia
31 Respecto a esta época, en relación al vestido inclusive, es de notar las prendas excesivamente incómodas para el desenvolvimiento natural de la biología femenina, desde los corsés, los zapatos pequeños y en punta, hasta los vestidos acampanados. Todas estas prendas hacen que acciones tan simples como caminar o agacharse resulten muy complejas, llegando inclusive a la imposibilidad de realizar muchas de ellas, como correr. 32 FOUCAULT, MICHEL. Historia De La Sexualidad. Tomo I Op. Cit., aunque cabe destacar que e Francia desde el siglo XVIII se estaba reforzando la idea androcéntrica a partir de los planteos de varios intelectuales. Es el caso de Rousseau quien piensa que las mujeres no aman ningún arte y no tienen genio. Con la llegada de Napoleón esto se intensifica y sostiene que “la Naturaleza procuró que las mujeres fueran nuestras esclavas”, como así también que “la mujer no puede ser sino esposa y madre; de lo contrario, es un monstruo”. Sobre lo afirmado puede ser útil el trabajo de CALVERA, LEONOR. El Género Mujer. Ed. De Belgrano. Bs. As. 1982 33 Sobre este tema y lo relacionado con la escritora francesa nombrada, se recomienda la lectura de SAND, GEORGE. Historia De Mi Vida. Edición Digital El Aleph, particularmente sobre este hecho y a la elección del pseudónimo, las páginas 361-368.
para que me permitiera ganar mi pan cotidiano sin esclavitud.” (p.
361)
y más adelante, respecto a su conducta:
“Ya no era una dama, tampoco era un caballero.” (p. 363)
Si bien, tanto el caso de Sor Juana como el de George Sand son ejemplos
del uso de ropas del sexo opuesto, en el fondo, no pueden llegar a ser consideradas
verdaderas manifestaciones de travestismo. Esto se afirma a partir del simple
hecho que marca que las prácticas o conductas no determinan al género, como se
detallará en el parágrafo donde se desarrollan los conceptos de Sexo y Género.
En segundo lugar, si lo que se busca es ver el travestismo en el narrador,
cabe expresar que existen obras en las que no coincide el género del autor con el
de la “persona” que cuenta la historia. De tal forma que puede haber una obra que
sea relatada por alguien femenino, mientras que su escritor, el autor empírico es
masculino. Este autor empírico es, según Umberto Eco quien resulta ser sujeto de
la enunciación textual y es el encargado de formular una hipótesis de Lector
Modelo y, al traducirla al lenguaje de su propia estrategia, se caracteriza a sí
mismo en cuanto sujeto del enunciado 34.
Este último caso es el más generalizado, puesto que un mismo autor puede
haber constituido un narrador con características de niño en un relato y de un
hombre anciano o de mujer en otro. Es una de las estrategias literarias más
antiguas de ocultamiento de la persona del autor empírico, de carne y hueso,
detrás de las figuras de papel como son los diferentes tipos de narradores y de
personajes. En la Comedia de Dante Alighieri, se encuentra ejemplo claro de lo
anteriormente afirmado, que sirve para observar cuán antiguamente puede hallarse
esta característica que va a marcar a la literatura hasta nuestros días. En el Canto
V del Infierno, que cuenta la llegada del personaje Dante al segundo círculo
infernal, el protagonista se encuentra con las almas en pena de Paolo y Francesca
quienes son azotados por los vendavales infernales como si fueran hojas secas,
ésta última refiere la historia donde puede leerse:
34 ECO, UMBERTO. Lector In Fábula. Lumen. Barcelona. 1993. Página 90
“Como el amor de Lanzarote hiriera,
por deleite, leíamos un día:
soledad sin sospechas la nuestra era.
Palidecimos, y nos suspendía
Nuestra lectura, a veces, la mirada;
Y un pasaje, por fin, nos vencería.
Al leer que la risa deseada
Besada fue por el fogoso amante,
Éste, de quien jamás seré apartada,
La boca me besó todo anhelante.” 35
En este fragmento, el autor empírico ha puesto sus palabras en un
personaje femenino y comenta el encuentro amoroso –su primer beso, de hecho-
con el hermano de su marido, Paolo. Sin lugar a dudas, nadie duda de la
sexualidad del escritor florentino por el hecho de narrar a partir de la perspectiva
de un personaje femenino. Esto se debe a que se presenta una especie de contrato
tácito o pacto ficcional, que se establece entre el lector y el autor. Este pacto es la
regla fundamental para abordar cualquier texto narrativo literario, el lector -a
través de éste- tiene que saber que lo que se cuenta es algo imaginario, sin que
esto llegue a ser considerado, simplemente, una mentira. Hasta el día de hoy,
leemos y disfrutamos a Dante sabiendo que él no era Francesca y, al aceptar el
pacto, simulamos que lo que nos cuenta sucedió.
Este recurso del autor de colocar palabras, de dar voz, a sus personajes es
una de las formas más comunes del enmascaramiento, que bien se considera por
algunos como una especie de travestismo literario, dado que el autor simula –en
términos de Sarduy- ser mujer.
La máscara es uno de recursos que permiten la simulación. En el caso de
la literatura, la misma funciona a partir de una serie de categorías que sirven como
máscaras, en el sentido bajtiniano del término, a través de las que el autor
empírico se oculta.
35 ALIGHIERI, DANTE. La Divina Comedia, en Obras Completas. Tomo I. Aguilar. Barcelona. 2004. versos 126 – 136. Página 193. Traducción de Ángel Crespo. (el subrayado es nuestro)
El tema de la máscara es más importante aún. Es el tema
más complejo y lleno de sentido de la cultura popular. La máscara
expresa la alegría de las sucesiones y reencarnaciones, la alegre
relatividad y la negación de la identidad y del sentido único, la
negación de la estúpida autoidentificación y coincidencia consigo
mismo; la máscara es una expresión de las transferencias, de las
metamorfosis, de la violación de las fronteras naturales, de la
ridiculización, de los sobrenombres; la máscara encarna el
principio del juego de la vida, establece una relación entre la
realidad y la imagen individual, elementos característicos de los
ritos y espectáculos más antiguos. El complejo simbolismo de las
máscaras es inagotable.36
Del mismo modo que en la performance travesti el aspecto camaleónico
que adopta el individuo es un factor de importancia respecto a su manifestación
genérica, en el caso de la literatura, el uso de diferentes máscaras, que van desde
un pseudónimo del autor, pasando por la figura del narrador, hasta llegar a los
diferentes personajes que conforman la obra permiten que los textos literarios se
encuentren relacionados entre sí por el uso de estos artilugios, de hecho es parte
de su estrategia y se encuentran convencionalmente aceptados.
De este modo, cuando habla un personaje como Hamlet, el lector sabe que
se encuentra en un ámbito ficcional y es el actor quien sirve como medio para
verbalizar lo que el personaje dice en la obra y lo que Shakespeare puso en boca
del príncipe de Dinamarca. A fin de cuentas, nadie objeta si uno afirma que
Shakespeare dijo tal o cual cosa, como –por ejemplo- la célebre frase “the rest is
silence” dicha por boca de Hamlet al momento de morir en el acto V escena 2.
En los párrafos anteriores se determinó que la literatura puede encontrar
relación con un tipo de ocultamiento a través de máscaras que, en algunos casos
podrían ser consideradas travestismo en diferentes niveles. Ahora bien, cuando se
observa a los personajes en cuestión, sin que se hable de psicología de los
36 BAJTÍN, MIJAIL. La Cultura Popular En La Edad Media Y El Renacimiento. El Contexto De Francois Rabelais. Alianza. Buenos Aires. 2003. p. 36
personajes, dado que no pueden ser analizados en un diván, podemos observar que
en la historia de la literatura han aparecido casos que resultan muy importantes
para el desarrollo de este trabajo y constituirían un antecedente, si se quiere, de
Pedro Lemebel y su literatura. Existen dos razones fundamentales para esta
afirmación. Por un lado, las obras de las que se hablará a más adelante en este
trabajo son latinoamericanas. Y, por otro lado, los personajes que se encuentran en
estas obras son característicamente travestis. A diferencia de los casos literarios
expuestos con anterioridad, donde la figura del travestismo se encuentra
relacionada más bien como una característica de máscara, casi carnavalesca, en
estas obras los personajes marcan una identidad genérica.
CAPÍTULO II
LA RUPTURA CON LA DOXA. EL CONCEPTO DE LA
LÓGICA DIFUSA Y LOS LÍMITES PERMEABLES
La dicotomía masculino / femenino como construcción social naturalizada
Por un lado, según nos informa Foucault, las reglas y los conceptos de
Homosexualidad y Heterosexualidad comienzan a circular en el siglo XIX en
relación a la idea de reproducción. La Doxa a la que responde nuestra sociedad
indica que la sexualidad debe poseer reglas y servir principalmente a la
reproducción, por tal motivo deja de lado cualquier relación con el placer, como
se dijo.
Por otra parte, la lógica difusa es un concepto que originalmente surge de
la física y matemática. Hacia 1965 el físico de apellido Zadeh desarrolla una
teoría que rompe con la lógica binaria que se basa en las premisas de Verdadero o
Falso. Pone a consideración de esas ciencias –que el positivismo cataloga de
“duras”- una propuesta de lógica multivalente en donde se establece la
proposición Verdadero y Falso, porque arguye que se parece más a la forma en la
que se presenta ante nosotros, los humanos, aquello que denominamos realidad.
Este cambio aparentemente mínimo, de cambiar un conector disyuntivo por otro
copulativo, es de gran importancia para todas las ramas científicas, no sólo para
aquellas que se relacionan con la lógica física o matemática. Si bien los planteos
de Zadeh y sus seguidores, como es el caso de Bart Kosko, generan controversia y
rechazo académico, en la actualidad se están desarrollando sistemas de aplicación
de la Lógica Difusa, o Fuzzy Logic, en materia de Inteligencia Artificial en
Japón.37 Este planteo resulta de gran interés para muchas de las otras ciencias que
en ciertos momentos de la historia –como en la etapa positivista- han visto en las
ciencias matemáticas y físicas un modelo a seguir, por ser consideradas por
algunos como más serias o duras e intentan aplicar conceptos o modelos
pertenecientes a ellas en Filosofía, Lingüística, Historia y otras ramas humanas y
37 MAFFÍA, DIANA (comp.). Sexualidades Migrantes Género y Transgénero. Feminaria. Buenos Aires. 2003
sociales. Respecto a la Lógica Difusa en particular y su aplicación a la teoría del
género, Amalia E. Fischer Pfaeffle38 refiere:
Para la lógica difusa o fuzzy logic explicar fenómenos
complejos según el esquema de lo verdadero y falso, no es posible.
Para tratar de explicárnoslo, es necesario salir de la lógica
excluyente y entrar en otra lógica, que no deje afuera la
posibilidad de la multiplicidad o del multivalor, lo que implica
entrar en el mundo del pensamiento complejo donde sistemas,
subsistemas o cuerpos están permanentemente en orden-desorden-
auto-organización. Estos sistemas lejos de estar en un equilibrio,
en un orden, están más bien en desequilibrio, en un desorden que
contiene su propio orden. Dentro de un sistema, cuando un factor
extraño entra en él, produce un desorden que modifica las
condiciones iniciales en las que se encontraba; esto va provocar
un desequilibrio, un caos que buscará cómo auto-organizarse.
Una modificación a nivel de una parte del sistema, dará un
resultado imprevisible e irreversible. Este factor ajeno al sistema
se llama atractor extraño, que en otras palabras sería: “lo
imprevisto”, “la casualidad”. No se trata más de analizar los
fenómenos dentro de la lógica de la dicotomía orden o desorden,
sino de estudiar la complejidad que se establece en los procesos,
tomando “proceso” aquí como una serie de hechos que llevan a
otra serie de hechos y así sucesivamente. Es como si no existiera
ni comienzo, ni fin y sí un continuum.
Lo citado permite entender que ante una dicotomía como la que se
presenta con la división masculino / femenino no puede ni debe entenderse como
algo rígido e inmutable. Sino, basta observar las diferentes características o
propiedades que se le asignan a cada sexo en las diferentes culturas. En muchos de
los casos, los límites que marcan qué es lo masculino y qué es lo femenino se
38 FISCHER PFAEFFLE, AMALIA E. “Devenires, cuerpos sin órganos, lógica difusa e intersexuales”, en MAFFÍA, DIANA (comp.) Op. Cit. página 10
hallan en un estado de indefinición y permiten que los límites no se encuentren
bien marcados.
No caben dudas que la dicotomía que toma como base al sexo, es una
distinción que cada sociedad hace a su manera de los individuos que la integran.
En muchas culturas se llega a naturalizar esta división con el objetivo claro de
mostrarla como una distinción que proviene de un mandato divino o biológico.
Por ello, es que cualquier intento de mezcla o de hibridismo es tomada como algo
negativo al escapar de la doxa. En nuestra vida cotidiana, bajo la visión
occidentalizada del mundo, a los niños se les dice cuando prorrumpen en llanto:
“los hombres no lloran”. De esta manera, las conductas humanas son percibidas
como un espacio que permite dar cuentas de lo masculino o de lo femenino. A
cada sexo le corresponden, según este tipo de discurso, ciertas conductas propias
que van desde la forma de vestirse, de hablar, de caminar, hasta de comer.
La pregunta ahora sería, de qué manera coincide la figura del travesti con
la llamada Lógica Difusa y de qué modo se establece la ruptura con la doxa. La
respuesta es más bien sencilla. La identidad travesti se construye a partir de una
serie de conductas y de relaciones que se establecen con el cuerpo, que tienen por
objeto llevar las características biológicas a un grado cero, a la par que se busca la
exaltación de los factores que delimitan o caracterizan al sexo opuesto. A pesar de
ello, nuestra sociedad actúa negativamente frente a estas muestras genéricas,
según Butler:
This has consequences for how gender presentations are
criminalized and pathologized, how subjects who cross gender risk
internment and imprisonment, why violence against transgendered
subjects is not recognized as violence, and why this violence is
sometimes inflicted by the very states that should be offering such
subjects protection from violence.39
39 BUTLER, JUDITH. Undoing Gender. Routledge Ed. New York 2004. Pág. 30
Sin embargo, cabe aclarar que las prácticas en sí mismas, no terminan de
delimitar genéricamente a un individuo40. Por lo que el simple hecho de vestirse
de mujer no indica que esa persona sea denominada travesti. Para que ello ocurra,
además de las conductas se debe presentar la identificación con tal o cual género.
En cuanto a la ruptura con la doxa, se determina que ésta es la que rige las
prácticas y conductas humanas separándolas dicotómicamente en masculino y
femenino. Desde esta perspectiva taxonómica binaria del mundo, no pueden entrar
diferentes géneros que escaparan a la dicotomía. Por ello, es que, para comprender
las diferencias genéricas, hace falta de una lógica que rompa con la dicotomía y
acceda a límites permeables. He aquí la utilización de la lógica difusa como
concepto válido, la necesidad de romper con el coordinante disyuntivo de
masculino o femenino y cambiarlo por el copulativo de masculino y femenino.
La figura del travesti es estudiada por diversas ciencias humanas, en varias
de sus ramas, desde la psicología analítica y la psicología del vestido, hasta la
antropología social y la sociología. Toda esta caracterización persigue el objetivo
de determinar la figura de Pedro Lemebel y observar en su obra la militancia
política y de género.
Sexo y género. Transexualismo y Travestismo
A pesar de ser de origen intelectual, el cuerpo es uno de los ejes a través de
los cuales se mueve el concepto de género. Desde hace tiempo, se determina que
los conceptos de género y sexo no son análogos41. El sexo, por su parte, se
encuentra más bien relacionado y condicionado por la dicotomía biológica de
macho-hembra. Pero esto no es así en cuanto al género, donde el abanico de
posibilidades es mucho más vasto dado que no responde a la bipartición –
precaria- de la biología y sí lo hace en el campo intelectual.
Ahora bien, mucho se ha discutido en los ámbitos académicos los
conceptos de sexo y género, que se encuentran relacionados, pero responden a
40 LIST REYES, MAURICIO. “Masculinidades Diversas”, en La Ventana. Revista de Estudios de Género. N´º 20. Universidad de Guadalajara. 2004. p. 101 - 117 41 Basta con observar algunos de los estudios de género citados a lo largo de este trabajo.
dos áreas de la praxis social. Si, bien el problema es muy amplio para abarcarlo en
este trabajo, cabe afirmar que el sexo es considerado una propiedad biológica y
por ello, binaria que permite sólo la división de masculino y femenino.42
Por otro lado, el género es considerado de origen intelectual, por lo que la
razón de ser taxonómicamente binario es difícil de aceptar. De este modo, a
diferencia de la característica sexual otorgada biológicamente, el género se
presenta como un factor que se construye a partir de la idea de identidad. Sin
embargo, tal construcción no es rígida y no determina que no pueda ser
modificada a lo largo del tiempo. Al respecto List Reyes ha afirmado:
Las dimensiones del género no se reducen a formas
preestablecidas y dicotómicas, sino pensarlas como aspectos
inestables en la conformación de la identidad del individuo.43
De esta manera, la división entre lo masculino y lo femenino resulta ser
una construcción social que varía de cultura en cultura. De este modo se puede
determinar que lo que resulta ser masculino en una cultura, no puede tomarse en
el mismo sentido en otra. Cada sociedad naturaliza ciertas conductas y al
colocarlas de este modo se convierten en discursos difíciles de modificar. Esto
resulta peor aún si en varias oportunidades, a lo largo del tiempo, se dan
explicaciones de conductas humanas provenientes de ciencias biológicas en las
que se tiene al sexo como parámetro.
Si el sexo es un principio biológico y, por ello, regido por parámetros de la
naturaleza, el género no tiene porqué seguir las mismas reglas. Esto permite la
siguiente afirmación de Judith Butler:
It is no longer possible to attribute the values or social
functions of women to biological necessity, and neither can we
42 A pesar de ello, hay varios estudiosos que plantean una crítica a esta visión binaria de los sexos, véase, por ejemplo, la obra de Diana Maffía citada en varias oportunidades en este trabajo. 43 LIST REYES, MAURICIO. Op. Cit.
refer meaningfully to natural or unnatural gendered behavior: all
gender is, by definition, unnatural.44
En lo que respecta al género travesti y para comprender las características
del mismo puede decirse, parafraseando a Beauvoir, que no se nace travesti, se
llega a serlo45. Entonces, el género es una construcción social que se hace y
deshace según la cultura y la sociedad, mientras que el sexo es una cuestión
biológica que coincide sólo en parte con algunas de las ramas genéricas. Por tal
razón, no puede juzgarse al género a partir de los parámetros de la Naturaleza,
catalogando ciertas actitudes genéricas como naturales o innaturales.
A pesar de esto último, los diferentes géneros existentes utilizan como
medio de expresión de su identidad al cuerpo. Esta presentación no es sólo ante la
sociedad, sino también la utilización del cuerpo es la que marca e identifica al
género en cuestión. De esta manera un individuo masculino heterosexual, como
representante más importante dentro de la sociedad androcéntrica se manifiesta a
través del prototipo de un ser de músculos sobresalientes con muchas parejas
femeninas a lo largo de su vida, llegando inclusive a una promiscuidad aceptada y
avalada por otros individuos de su sociedad, en algunos casos –aunque hoy en día
se ha dado un giro respecto a este punto- la existencia de vello corporal ayuda a
que se muestre exitoso dentro de dicho ámbito. También en este caso, además de
la relación con la musculatura, existen ciertas prácticas que hacen a lo corporal
que caracterizan al género masculino, como el hecho de no arrojar lágrimas –eso
es “para las niñas” dicen todavía algunos y algunas-. De esta manera se observa
que el cuerpo cumple un rol decisivo en la constitución del género, dado que no es
sólo una cuestión de tener una identidad, sino de mostrarla. Butler, afirma:
The body implies mortality, vulnerability, agency: the skin and the
flesh expose us to the gaze of others but also to touch and to
violence. The body can be the agency and instrument of all these
44 Butler, Judith. Página Sex and Gender in Simone de Beauvoir's Second Sex . Yale French Studies, No. 72, Simone de Beauvoir: Witness to a Century. 1986, p. 35, en http://links.jstor.org/sici?sici=0044-0078%281986%290%3A72%3C35%3ASAGISD%3E2.0.CO%3B2-E 45 La célebre frase de Simone de Beauvoir es “una no nace mujer, se llega a serlo” (traducción mía), citada por Judith Butler en el artículo referido anteriormente.
as well, or the site where “doing” and “being done to” become
equivocal.46
He aquí uno de los grandes problemas a la hora de comprender al
travestismo, dado que ellas no quieren ser mujeres, pero no se consideran en sí
mismos Hombres –en el sentido más usado generalmente, como sinónimo de
“masculino”-. Y adoptan todo tipo de conductas propias del género femenino
como un recurso camaleónico.
Este parecer, encuentra una gran relación, a su vez, con lo que plantea
Severo Sarduy en un ensayo titulado La Simulación47, afirmando que “El travesti
no imita a la mujer (...) sabe que ella es una apariencia, que su reino y la fuerza
de su fetiche encubren un defecto”. Sin lugar a dudas, el autor citado reduce la
conducta del travesti al concepto psicológico de fetichista, quien encuentra placer
sexual en objetos que mueven a la libido48. Además, Sarduy cree ver en el travesti
a un ser cuya fisonomía, biológica e innegablemente masculina, le proporciona un
sentimiento de angustia, considerando cuerpo “un defecto”. Este punto resulta
particularmente discutible, gracias a varios estudios provenientes de la
antropología social como los llevados a cabo por Josefina Fernández49 , a quien ya
hemos citado otras veces, donde se ha podido comprobar que el travesti sí se
encuentra en disconformidad con su cuerpo, pero no al punto de querer introducir
cambios ciertos cambios quirúrgicos, en cuanto a su sexo. Esto permite establecer
una diferencia entre las categorías genéricas del transexual y el travesti. Si bien
los dos encuentran conflictos entre Tener Cuerpo y Ser cuerpo, en el caso del
travesti no llega a renegar de su parte genital, por lo que si intenta cambiar su
apariencia a través de medios quirúrgicos, este cambio no llega abarcar a la
eliminación del falo; mientras que en el transexual es la búsqueda primera en su
cambio50.
Sin embargo, a pesar de lo expuesto, Sarduy acierta al afirmar que el
travesti no imita a la mujer y a esto agrega que “El travesti no copia: simula”. Lo
46 BUTLER, JUDITH. Undoing Gender. Op. Cit. Página 21 47 SARDUY, Severo. Op. Cit. p. 55 (el subrayado es nuestro) 48 http://calceus.wordpress.com/freud/. 49 FERNÁNDEZ, Josefina. Op. Cit. 50 FERNÁNDEZ, Josefina. Op. Cit.
compara con la Mariposa de Indias insecto que se caracteriza por mimetizarse en
los árboles, desapareciendo51. Es este acto de simulación uno de los aspectos más
relevantes para la descripción de lo que es el travestismo. Si el travesti buscara
simplemente ser una copia de la mujer en un intento de captar al macho -como
sucede con ciertos animales- los atuendos, colores y demás aspectos cosméticos
serían usados de manera anticríptica, es decir que funcionan como el que puede
producir similarmente un insecto camuflado en flor o en hoja para atraer a su
presa y no de manera pseudosomática, es decir, destinados a despistar: “...El
animal-travesti no busca una apariencia amable para atraer (ni una apariencia
desagradable para disuadir) sino una incorporación de la fijeza para
desaparecer”.
El Cuerpo es uno de los temas centrales en la construcción del ser travesti.
El cuerpo es para el travesti un lugar donde se manifiesta su forma de mostrarse al
mundo, es el vínculo entre su interior y su forma de presentarse a los demás. Por
ello, el decorado que realiza sobre el mismo llega a ser camaleónico, dependiendo
del espacio y el ámbito donde se presente.
Generalmente, suele confundirse a los transexuales con los travestis y
viceversa. De hecho, a mediados del siglo XIX y comienzos del siglo XX
cualquier práctica genérica que no se encuentra dentro de la norma es considerada
“desviación sexual”. Sin embargo, luego de varios estudios, empezando por
Havelock Ellis quien acuña el término eonismo para referirse al travestismo, las
diferencias entre estos dos grupos son muchas. Existen dos puntos fundamentales
sobre los cuales caracterizarlos: el cuerpo y el placer.
En el caso del travestismo el cuerpo es un espacio de rechazo
prácticamente absoluto, respecto al vínculo entre el cuerpo real y el cuerpo
deseado. El individuo manifiesta que su cuerpo no le pertenece y el sexo
biológico es la principal muestra de su rechazo. Según se encuentra documentado
51 En este caso Sarduy resulta poético al hablar sobre el la figura camaleónica del travesti y su ser que simula, partiendo de una figura retórica como es la semejanza o símil. SARDUY, SEVERO. Op.cit. Página 57
en varios casos de psicoanálisis clínico52, las personas transexuales están
convencidos que han sido colocados en un cuerpo sexualmente opuesto y por ello
manifiestan un gran rechazo hacia el mismo, como se lee a continuación respecto
a una entrevista con el psicólogo de una mujer de 19 años que quiere ser
intervenida quirúrgicamente:
“Bueno, digamos que yo soy un varón, eh; y además, el
único problema es que estoy metido en un cuerpo de mujer y
tengo el cerebro de un hombre...eso me genera muchas
dificultades. Querría convertirme en lo que soy de veras, porque
eso...eso pesa...eh. (...) como usted sabe que es un hombre,
bueno, yo sé que soy un varón...”53
En este caso, la persona transexual no intenta simular54 un cuerpo, como
en el caso del travesti, sino que apunta a ser cuerpo. Por ello, la intervención
quirúrgica gira en torno hacia su sexo a través del mal denominado cambio de
sexo, dado que lo único que cambia a fin de cuentas es la apariencia de éste.
El otro punto en cuestión al que se hace referencia para distinguir al
género travesti del transexual es el placer. Respecto a éste se puede afirmar, que
la búsqueda del placer sexual no es la razón por la que se intervienen
quirúrgicamente las personas transexuales. De hecho, existe una anulación del
placer una vez que se lleva a cabo la intervención médica. Entonces, es muy
importante establecer esta diferencia respecto de las travestis, porque en ellas el
placer sexual es un factor de búsqueda.
En este punto podría surgir la pregunta de cuál es la relación entre la
homosexualidad y las categorías genéricas que se comentan. Respecto a ello, hay
muchas diferencias entre cada una de esas manifestaciones genéricas que son
vistas antiguamente de igual modo como manifestaciones desviadas de la
sexualidad.
52 Al respecto se recomienda consultar el libro de FRIGNET, HENRY. El Transexualismo. Nueva Visión. Buenos Aires. 2003 53 FRIGNET, HENRY. Op. Cit. página 48 54 El concepto de simulación ya fue expuesto con anterioridad al citar a Sarduy.
En primer lugar, la homosexualidad se caracteriza por la unión o atracción
de personas respecto a otras del mismo sexo y el travestismo no implica que la
persona que adopte conductas y ornamentos propios del sexo opuesto tenga
prácticas homosexuales. Es decir que existen personas que se travisten y son
heterosexuales. A pesar que varios estudiosos afirman la existencia de una íntima
relación entre la homosexualidad y el travestismo, cabe aclarar que el individuo
que practica travestismo como fetiche lo realiza en espacios privados, mientras
que el espacio público es utilizado generalmente por las travestis que ejercen la
prostitución como modus vivendi al ver negados otros espacios públicos para
realizarse.
En segundo lugar, se deriva otro cuestionamiento, qué es lo que sucede
con las personas transexuales. En este caso, las estadísticas indican que la
homosexualidad es cercana al 49 %55. Lo que implica que en muchos de los casos
registrados al momento, las personas que eran consideradas sexualmente hombres
heterosexuales antes de la intervención, luego de la misma siguen con sus
preferencias sobre las mujeres.
55 FRIGNET, HENRY. Op. Cit.
“La Manzana de Adán: La habilidad del impostor para conmover al espectador atraviesa esta serie fotográfica. En su cruda domesticidad , éstas imágenes revelan comunidades fraternas cuya vida se trafica en la explotación del comercio sexual. Con su exhibición se consuma en estas representaciones, la esperanza de reconocimiento social junto a su despreocupado ademán insolente”.56
En el caso del travestismo se presenta una característica muy difundida
que es la de la relación de la travesti con su lado femenino, en algunos casos con
su parte materna, como un tipo de pacto o de aceptación del lado femenino. Según
Josefina Fernández, a quien hemos citado varias veces en este trabajo,
“...es en la propia vida cotidiana que la travesti se
impregna de todo un sintagma femenino, ocultando los signos que
delatan su pertenencia al sexo opuesto. La travesti se levanta por
encima de su condición biológica y asume tareas y roles para cuya
plena consecución (...) debe conducir sus características
biológicas al punto cero. Sin tregua debe ser femeninamente
56 Fotografía y texto de Paz Errázuri. Perteneciente a la colección titulada “Manzana de Adán” con la que trabajó junto a Claudia Donoso. Fuente: http://www.pazerrazuriz.cl/obra_manzana.php
investido. Una especie de combate contra la masculinidad
atraviesa la vida de toda travesti.”
Esta lucha contra la masculinidad es la que se manifiesta, no en la lucha
contra otros seres de sexo masculino como puede llegar a pensarse, aunque esto
ocurra permanentemente debido a la discriminación sufrida por las travestis. Sino
que esa lucha es una pugna interna, contra el cuerpo biológicamente recibido ante
el que debe realizar un acto de ocultamiento de dicha parte, a la par que exaltar su
lado femenino. Si lo que la travesti busca es llevar las características biológicas al
punto cero –por ejemplo desaparecer cualquier vestigio de vello facial-, por otro
lado, busca la exaltación al máximo de rasgos femeninos.
Este proceso de feminización es uno de los factores que la caracterizan
genéricamente y que en parte la diferencian, como otros más, de la categoría del
transexual. Éste último no presenta obligatoriamente una aceptación de las
conductas del sexo biológico deseado dado que existen casos de personas que
realizaron la intervención –mal denominada- de cambio de sexo57 y siguieron
presentándose ante la sociedad con vestimentas propias de los hombres o mujeres
que eran antes de su paso por el quirófano.
En el caso del travesti el modelo de mujer elegido es también digno de
observación. Según lo que opinan las mismas travestis, particularmente las que
trabajan en la calle, ellas realizan la performance de su cuerpo teniendo la imagen
de la prostituta como ejemplo a seguir. Para muchas de ellas, al ser la calle
nocturna el único ámbito donde pueden expresar su libertad, la misma se convierte
en un lugar donde presentarse como si fuera un espectáculo. Sin embargo, como
afirma Fernández, la imagen de las mujeres y de las travestis son diferentes. De
hecho, ellas mismas notan la diferencia con la forma de vestir de las trabajadoras
sexuales mujeres, que son hasta más recatadas que las travestis. Esto se debe a que
responden a dos modelos diferentes, como puede notarse en los dichos de una de
ellas. Con esto cabe destacar que las travestis no sólo se desempeñan como
trabajadoras sexuales y muchas de las que lo hacen se debe a la necesidad que se
57 El cambio de sexo, como se enunció, es una falacia, dado que lo que cambia es la apariencia del sexo biológico.
presenta para sobrevivir en una sociedad hostil. Si bien hoy en día se han ganado
más derechos y espacios dentro de universidades y trabajos en oficinas públicas u
hospitales, todavía faltan elementos que permitan el cumplimiento pleno de los
derechos que les corresponden como individuos integrantes de la comunidad.
“Las mujeres en prostitución no se visten como el
estereotipo de una prostituta. El estereotipo de una prostituta son
las travestis, que sería lo que vos tenés como imagen de prostituta.
Las mujeres a veces están en la parada hasta con la bolsa de los
mandados. Porque la mujer se crió con el estereotipo de una mujer
y la travesti con el de prostitutas.”58
58 FERNÁNDEZ. Op. Cit. Pág. 100
CAPÍTULO III
EL TRAVESTISMO EN LATINOAMÉRICA Y LA NEGACIÓN
DE LA HOMOSEXUALIDAD
La Homosexualidad, el travestismo y la construcción de la masculinidad en Argentina, Cuba y México
En Nuestra América la relación de la Doxa con la homosexualidad y con el
travestismo, particularmente, se presenta de manera muy conflictiva. Esto se debe
principalmente a que nuestras sociedades son muy tradicionales influidas
fuertemente por la visión católica. Asimismo, la masculinidad se da en nuestras
sociedades de manera fuertemente opresora frente a los demás géneros. De hecho,
algunos investigadores, como el antropólogo Oscar Guash59, afirman especto a la
homosexualidad que la misma fue un invento del siglo XIX marcado por la
tradición católica.
Tanto la homosexualidad, como las diferentes representaciones genéricas –
tales como: bisexualidad, travestismo, transexualismo, etc.- son vistas de mal
modo por nuestras culturas debido a la gran imposición del cristianismo. Aunque
con el tiempo la institución que llamamos Iglesia, pierde poder, la tradición
machista hace que muchas de las minorías sexuales se vean afectadas en gran
medida. Las formas de discriminación de las minorías van desde el simple chiste o
chanza cuyo tema principal es mostrar a las mujeres, homosexuales, travestis,
transexuales y demás en objeto de burla. Esto es grave dado que al mostrarse este
tipo de discursos como humorísticos, ante la reacción de los afectados, conduce al
argumento que por tratarse de humor no es dañino, cuando lo que sucede en
verdad es que las burlas se expresan a través de ese tono para opinar lo que
seriamente no conviene. Es decir, los chistes que tienen como base la burla hacia
las minorías son otra forma de canalizar la Doxa. Asimismo, la discriminación
puede llegar en forma de ataque por parte de ciertos sectores conservadores –
generalmente muy ligados a la iglesia- con lemas anti-homosexualidad e incluso a
la violencia física, como la manifestada por varios grupos neonazis que proliferan
en Nuestra América.
59 Citado por LIST REYES, MAURICIO. Op cit.
Entonces, la homosexualidad al igual que cualquier representación
genérica que escapa de la norma debe ser tomada como un elemento político.
Cada hombre o mujer que, a pesar de estas manifestaciones discriminatorias de
una sociedad que es adversa, se presenta ante ella como diferente a lo que el
discurso dogmático impone constituye un punto de quiebre ante el sistema60. En
otras palabras, manifestarse contra los discursos dogmáticos coloca a la persona
en una posición revolucionaria. Entonces, en las sociedades donde las
representaciones genéricas son atacadas, la homosexualidad puede ser considerada
como revolucionaria, en este sentido. Jeffrey Weeks, respecto a este tema afirma:
La identidad no es un destino sino una elección. Pero, en
una cultura donde los deseos homosexuales –femeninos o
masculinos- siguen siendo execrados y negados, la adopción de
una identidad lesbiana o gay constituye inevitablemente una
elección política. Estas identidades no son expresiones de esencias
concretas. Son autocreaciones, pero creaciones en términos no
elegidos libremente, sino establecidos históricamente. Así, las
identidades homosexuales ilustran la relación entre la restricción
y la oportunidad, la necesidad y la libertad, el poder y el placer. 61
En cierto modo, la masculinidad se da de forma que el hombre debe ser y
parecer un macho latino como el que aparece en las películas hollywoodenses.62
Un estudio realizado en Cuba refiere de qué modo los jóvenes buscan para novias
o esposas a mujeres vírgenes, pero asimismo llevan una cuenta de cuántas
60 Sin embargo hay quienes opinan que una sociedad más tolerante no permitiría que el ser se manifieste en su totalidad, como es el caso de Jean Paul Sartre en El Ser Y La Nada. Losada. Buenos Aires. 1981. Ahí el autor afirma: “Realizar la tolerancia en torno del Prójimo es hacer que éste sea proyectado por la fuerza a un mundo tolerante. Es quitarle, por principio, esas libres posibilidades de resistencia valores, de perseverancia, de afirmación de sí, que hubiera tenido ocasión de desarrollar en un mundo de intolerancia” Páginas 507 - 508 61 JEFFREY WEEKS, encontrado en List Reyes Op. Cit. 62 Un estudio pormenorizado acerca de la construcción de la masculinidad en Chile se encuentra en el trabajo de TERESA VALDÉS y JOSÉ OLAVARRÍA (EDS.). “Ser Hombre En Santiago De Chile: A Pesar De Todo Un Mismo Modelo”, en VALDÉS, T y OLAVARRÍA, J. (eds.) Masculinidades Y Equidad De Género En América Latina. FLACSO. Santiago de Chile. 1998
virginidades tomaron a lo largo de su vida, como si fueran trofeos de guerra63,
situación que se repite en varias partes de Latinoamérica.
En cuanto al travestismo en Cuba, hay muchos casos que merecen un
capítulo aparte, como lo conforman el de “La Monja Alférez”, el de Enriqueta
Faber –la primera mujer médico de Cuba- o, en el plano de la literatura, los
pseudónimos usados por José Martí –Adelaida Ral- y por Alejo Carpentier –
Jacqueline-, con el que pueden vender sus escritos64. Sin embargo, en este país
centroamericano la homofobia es un hecho que no puede ser desterrado
totalmente.
La tradición machista hace que la negación de las minorías sexuales se vea
profundizada por el modelo androcéntrico. A tal punto que en Cuba, muchos de
sus escritores más reconocidos como es el caso de Severo Sarduy, Reinaldo
Arenas o José Lezama Lima, tengan que ocultar sus preferencias sexuales o
expresarlas fuera de la isla. Asimismo, el modelo comunista se presenta como
progresista en varios aspectos concernientes a los derechos humanos, pero como
extremadamente conservador en otros. Por lo que la homosexualidad es en Cuba
objeto de varios ataques, entre otras cosas porque el ideal revolucionario propone
que el “fusil es para los hombres”. En relación con lo anterior, la creación del
sidario en Cuba, para segregar y hacer desaparecer de la vista a aquellos que
padecen la enfermedad propiciada por el virus del VIH es otra muestra más de
ocultamiento y negación de la homosexualidad. Al no ver la homosexualidad, ésta
desaparece, y no puede “contagiar” o “desviar” las ideas de las personas de
“buenas costumbres”.
Otros países latinoamericanos no escapan a esta visión, como sucede en
México y en relación a las ideas revolucionarias de izquierda, con el
63 KRAUSE-FUCHS, MONIKA "Para mi una virgen es como un carro nuevo" Reflexiones sobre la sexualidad en Cuba, en FRANCISCO CORTÉS RODAS y ALFONSO MONSALVE SOLÓRZANO (Coord.) Multiculturalismo Los Derechos De Las Minorías Culturales. RES PUBLICA // Instituto Filosofía Universidad Antioquia. Colombia. 1999 64 Al respecto de los cuatro casos mencionados, se recomienda la lectura de PANCRAZIO, JAMES. El Travestismo Y La Tradición Del Desconocimiento En Cuba. Revista Encuentro. Página 229, encontrado en: http://www.cubaalamano.net/voces/images/debates/TransCuba/documentos/el%20travestismo%20y%20la%20tradici%F3n%20del%20desconocimiento%20en%20cuba.pdf
Subcomandante Marcos y su lucha con el EZLN en Chiapas. Un estudio
pormenorizado del uso del lenguaje y otras prácticas en México revelan un
intenso comportamiento sexista, incluso en los discursos del Subcomandante. La
figura de él se construye tanto en base a la idea de héroe popular, como también
acompañada de símbolo sexual, mujeriego y supermacho65. Esta construcción de
la masculinidad se repite no sólo dentro de México y no sólo en referencia a
personajes de la talla del Subcomandante Marcos, sino que la masculinidad en
Latinoamérica se basa en propiciar la idea de mujeriego como sinónimo de
macho.
Respecto a esto último, la construcción de los mundos femenino y
masculino se realiza a través del lenguaje que sirve para canalizar y distribuir los
discursos que regulan las conductas humanas. Un estudio aparte correspondería a
la forma en que nuestro idioma castellano manifiesta la Doxa machista. De
cualquier modo, el idioma funciona como un medio de expresión de la visión de
mundo. Ésta se puede presentar como en algunos casos donde se muestra de
forma represiva ante la pasividad sexual, como sucede en ciertos términos que no
contraen una relación de significado como antónimos –lo que sí sucede con otros
lexemas de nuestro lenguaje- según designen a la mujer o al hombre, como son:
puta y puto. En ellos dos se ataca al pasivo, mientras que no existe un término que
designe a aquél hombre promiscuo, y si lo hay funciona con un valor positivo
dentro de la sociedad, mientras que los citados anteriormente son negativos ante
la persona que se les aplique.
Volviendo al tema del travestismo en América Latina y específicamente en
el caso de Argentina, la tradición médica de finales del siglo XIX hasta mediados
del XX presenta la idea de que la homosexualidad y otras representaciones
genéricas correspondían a lo que se denominaba “desviados sexuales” o
“invertidos”. Al igual que en otras partes del mundo, la homosexualidad es
considerada algo fuera de la norma. Con la llegada de las investigaciones
psiquiátricas y médicas en las que la religión va dejándose de lado, las prácticas
65 GALINDO, MARTHA ZAPATA. “Más allá del machismo. La construcción de masculinidades”, en CORTÉS RODAS y MONSALVE SOLÓRZANO (Coord.) Multiculturalismo Los Derechos De Las Minorías Culturales. Op. Cit.
diferentes a las heterosexuales -donde se encuentran bien delimitados los mundos
masculino y femenino- siguen considerándose anormales. Es decir, que en cierto
modo la homosexualidad y las demás prácticas dejan de ser vistas como pecado
para convertirse en un elemento que podía ser curado como un resfrío.
En cierto sentido, el hecho de que las investigaciones médicas entre 1870 y
1920 tomaran esta postura las hacen coincidir de fondo con la perspectiva
religiosa y no se producen cambios de fondo, sino que encuentra en la ciencia un
fundamento que puede ser considerado como más fuerte que el religioso. Como ya
se ha observado, el Poder considera que el único sexo admisible es el que se
realiza en la habitación de los padres, y sólo admite la sexualidad cuando
responde al aspecto reproductivo, condenando a las prácticas sexuales en las que
se busca placer.
El travestismo, el transexualismo, la homosexualidad y la bisexualidad son
mal vistas en la sociedad argentina hasta bien avanzado el siglo XX. Lo que
justifica que aquellos que las practiquen sean objeto de represión y de reclusión en
diferentes prisiones a lo largo del país. Hay una criminalización de las conductas
sexuales. Esta criminalización se corresponde con el orden reproductivo que se
intenta imponer, por lo que los criminólogos de la época establecen una
tipificación de las diferentes desviaciones sexuales y la utilizan como herramienta
de regulación de los estados.
Poco se sabe de la historia del movimiento travesti en Argentina luego de
la primera década del siglo XX, sin embargo, el primer gobierno de la era
peronista sirve para iniciar claramente una persecución de gays y travestis,
independientemente de si ejercían la prostitución o no. Las conductas son motivo
de condenas para este gobierno. Las razones parecen obvias, dado que muchas de
las políticas peronistas estaban en concordancia con la idea de poblar al país, por
lo que las prácticas sexuales debían estar relacionadas con la reproducción,
además no debe dejarse de lado las ideas fascistas de Juan Domingo Perón. Estas
políticas de represión y persecución de los homosexuales y travestis transcurre por
diferentes modelos e ideologías de Argentina. Se llegan a manifestar, incluso, en
el código de faltas de 1985 –cuando el expresidente De la Rúa era intendente de la
ciudad de Buenos Aires- donde se le otorga a la policía el poder de juzgar. En el
mismo, uno de los artículos versa que son objeto de castigo “los que exhibieren en
la vía pública con ropas del sexo contrario”, con lo que se ataca directamente a las
travestis.
En Argentina, México y Nicaragua los médicos criminólogos son quienes
encabezan las investigaciones de los distintos tipos de desviaciones sexuales y se
involucran en un proyecto de país donde estas conductas fueron asociadas al
delito. Con este tipo de acciones lo que se logra es juzgar públicamente una
actividad que se realiza en el ámbito privado, como si se apresara a quien decorara
su cocina con ciertos muebles y no otros. Aunque esta analogía resulte exagerada,
es precisamente similar al hecho comparado si se le presta debida atención.
El hecho que el travestismo sea objeto de discriminación, permite que
quienes lo practican vean negados muchos de sus sueños o perspectivas a futuro
en la vida. Dado que el hecho de poder presentarse a un trabajo exige respetar la
Doxa, uno de los modus vivendi más comunes para las travestis lo constituye la
calle y la prostitución. No es que las travestis elijan prostituirse, sino que es uno
de los pocos espacios donde pueden manifestarse tal cual son y a la par trabajar
para subsistir. En muchos de los casos, se ha detectado que ellas cargan con el
peso de una familia a la que mantener, con una madre que no gana lo suficiente y
muchos hermanos que requieren cuidados. Éste ámbito no es el propicio y muchas
de ellas mueren jóvenes, de hecho su promedio de vida es muy bajo, sumado a la
problemática de enfermedades sexuales –como el caso del VIH- y a la infinidad
de prácticas quirúrgicas a través de métodos caseros que utilizan para embellecer
su cuerpo o de borrar las marcas biológicas masculinas realizadas en ambientes
poco propicios y con materiales dañinos para la salud –como aceite de avión en
vez de siliconas-.
La sociedad manifiesta sus estructuras dóxicas y forma las conciencias
desde varias instituciones, pero es la Escuela la que funciona en gran medida
como constructora de la visión androcéntrica y discriminadora de las travestis.
Según Butler y Foucault66 la escuela es la que tiende a una normalización de las
conductas y la sexualidad. Ahora bien, esta normalización se realiza de acuerdo
con las divisiones de lo masculino y lo femenino, pero es en este punto donde las
travestis no van a encontrar lugar en la escuela y van a ser excluidas totalmente
por no ajustarse a la norma. En este caso, la escuela funciona como un elemento
represivo. De hecho, son muy pocas las travestis que logran terminar la
secundaria. En general, es el mismo alumnado el que sirve como medio de
distribución de la Doxa.
La razón principal para que esta exclusión del sistema educativo se dé
responde a la imposibilidad de la travesti de disimular su identidad genérica, a
diferencia de los gays y lesbianas que desde chicos/as pueden pasar
desapercibidos, no es así en el caso de las travestis quienes desde temprana edad
hacen muy visibles sus rasgos genéricos. A su vez, esto permite que la
discriminación hacia ellas se vea multiplicada en gran medida, llegando incluso al
abuso sexual o a constantes golpizas por parte de gente cercana a su entorno, tema
que es doloroso y generalmente reservado por ellas. Según lo que comenta una de
ellas en una entrevista:
“Lo que sucede es que nosotras cuando niñas, con esas
tendencias homosexuales, que podrían llamarse homosexuales
pero que yo creo que ya son travestis, ya somos muy lanzadas, muy
abiertos nuestros comportamientos, muy aviesos y muy tempranos.
Eso nos convierte en blanco fácil, en blanco fácil de agarrar, de
que nos violen. Porque a diferencia del niño gay, que se esconde,
son calladitos, nosotras mostramos rápido nuestro deseo de ser
niñas.”67
66 FOUCAULT, MICHEL. Vigilar Y Castigar. Siglo XXI. Buenos Aires. 2002. Páginas 184-186 y BUTLER, JUDITH. Undoing Gender. Páginas 40 – 41. 67 FERNÁNDEZ, J. Op. Cit. Página 79
EL TRAVESTISMO EN CHILE
Pedro Lemebel. Travestismo y militancia
Al igual que en otras partes de Latinoamérica, en Chile la situación de las
diferentes manifestaciones genéricas no es muy diferente de lo que sucede en
otras partes de la región. También se encuentra marcada por el dogma de tradición
católica. Por ende, la discriminación sufrida por las travestis se manifiesta en
varios ámbitos de la sociedad y a través de varias instituciones de poder.
Sin embargo, hay posturas encontradas respecto a la imagen de “la loca”,
la travesti, y la imagen del hombre homosexual en el país trasandino. Estos dos
puntos de vista se encuentran signados por el hecho de considerar a una u otra
imagen como importada o autóctona. Según lo que manifiesta Rolando Jiménez68,
la imagen de las travestis constituye un molde importado a Latinoamérica
correspondiente a la visión europea donde la homosexualidad se debe manifestar
como feminizada. Según el mismo, considera que la figura de “ ‘la loca’ no es
revolucionaria ni original porque reproduce lo que la cultura dominante cree que
es un homosexual y porque copia los roles que la sociedad ha constatado como
propios de las mujeres”.
Por otra parte, el escritor Pedro Lemebel posee un concepto contrario al
expresado en el párrafo anterior respecto al hombre homosexual. Según se puede
observar en varios de sus escritos, pero particularmente en la crónica que se
analiza en forma detallada más adelante, La Noche De Los Visones (O La Última
Fiesta De La Unidad Popular). En la misma, al comentar los discursos de las
homosexualidades latinoamericanas afirma:
El «hombre homosexual» o «mister gay», era una
construcción de potencia narcisa que no cabía en el espejo
desnutrido de locas. Esos cuerpos, esos músculos, esos bíceps que
llegaban a veces por revistas extranjeras, eran un Olimpo del
Primer Mundo, una clase educativa de gimnasia, un
68 JIMENEZ, ROLANDO. “Ser Homosexual En Chile”, en TERESA VALDÉS y JOSÉ OLAVARRÍA (EDS.). Masculinidades Y Equidad De Género En América Latina. FLACSO. Santiago de Chile. 1998
fisicoculturismo extasiado por su propio reflejo. Una nueva
conquista de la imagen rubia que fue prendiendo en el arribismo
malinche de las locas más viajadas, las regias que copiaron el
modelito en New York y lo transportaron a este fin de mundo. Y
junto al molde de Superman, precisamente en la aséptica envoltura
de esa piel blanca, tan higiénica, tan perfumada por el embrujo
capitalista. Tan diferente al cuero opaco de la geografía local. En
ese Apolo, en su imberbe mármol, venía cobijado el síndrome de
inmunodeficiencia, como si fuera un viajante, un turista que llegó a
Chile de paso, y el vino dulce de nuestra sangre lo hizo quedarse.69
De manera mucho más dura, el autor chileno muestra a la construcción del
“hombre homosexual” como un producto extranjero que no coincide con la visión
de la homosexualidad latinoamericana ni con su forma de vida. Y del mismo
modo que la invasión mediática a través del cine norteamericano promueve
costumbres y conductas que no son tradicionales en estas tierras70, a través de las
revistas o el cine llega la imagen narcisista de esta forma de homosexualidad, con
características apolíneas -como el físico torneado y el cabello corto- a través de las
que no borra sus rasgos masculinos, sino que los aumenta. Convirtiéndose este
tipo de muestra de la homosexualidad en opuesta al travestismo, por esta última
razón.
Este multifacético artista, Pedro Lemebel, nacido a mediados de los años
’50, desde pequeño tiene una vida que se presenta como muy dura, más allá de la
identidad genérica, la pobreza es uno de los factores que lo marcan y contra el que
tiene que luchar. En varios de sus escritos, cuando Lemebel recuerda su infancia,
ve a su madre como un motor de lucha contra la adversidad. Una mujer que a
pesar de la pobreza cumple su rol de madre a puro sudor, intentando que sus hijos
tengan un mejor pasar. Esta exaltación de su madre hace que posteriormente deje
69 LEMEBEL, PEDRO. “La Noche De Los Visones (O La Última Noche De La Unidad Popular)”, en Loco Afán. Anagrama. Barcelona. 2000 Páginas 26 y 27 70 La imposición de conductas propias a otras tierras puede verse en varios ámbitos, desde ciertas festividades como la navidad, en la que se come alimentos de gran contenido calórico en verano, o Halloween; mientras otras festividades tradicionales se ven disminuidas, como el caso de la chaya en Cuyo.
el apellido paterno y lo cambie por el materno para firmar sus escritos, que
permite observar la identificación de su lado femenino y con su madre.
Si bien es algo poco comentado, la relación de Pedro Lemebel con su
padre no fue mala. Él mismo así lo refiere en una entrevista realizada en un
programa de literatura llamado Trazo Mi Ciudad71 donde aclara que su padre fue
una persona excelente y que como toda persona del sur que llega a la ciudad tuvo
que buscar algo para sobrevivir, en su caso fue la profesión de panadero. Esto
último es interesante, dado que los estudios realizados por varios de los
antropólogos que tratan al travestismo aseveran que la relación con la figura
paterna no suele ser buena muchos de los casos.
Lemebel participa luego en diversas actividades culturales, siempre
manifestándose ante las estructuras dóxicas de pensamiento72; criticando al
régimen militar de Pinochet, por un lado, y militando activamente por la
aceptación de la identidad sexual, por el otro.
En la década del ’70 la situación política y social de Chile es muy
inestable, con la caída del gobierno democrático de Allende, debido a la presión
de EEUU y la posterior dictadura pinochetista, las libertades y los sueños de las
clases populares se ven derrumbados. En este contexto, Pedro Lemebel trabaja en
varios círculos artísticos y se manifiesta políticamente participando activamente
en movimientos socialistas. En este punto se encuentra una paradoja que se
presenta en los movimientos de izquierda. Dado que tanto la derecha como los
movimientos socialistas van a discriminar a Lemebel por diferentes razones. Por
un lado, sus ideas contra el régimen militar, las acciones punitivas que quitan la
libertad de expresión y la ideología neoliberal que este régimen está llevando
adelante, lo colocan en un plano que resulta peligroso para el orden impuesto por
la extrema derecha. Por otro lado, a pesar de que la izquierda se muestra como
progresista respecto a la tolerancia y aplicación de los derechos humanos, se
presenta –inclusive- hasta más rígida en cuanto a la aceptación de las identidades
sexuales. Al igual que en Cuba y otros países, la homosexualidad también
71 Trazo Mi Ciudad. Capítulo 10: Pedro Lemebel. Santiago, Chile. 29/05/11 en http://www.youtube.com/watch?v=n21S1UQoMlA 72 BOURDIEU, Pierre. La Dominación Masculina. Anagrama. Barcelona. 1998. Pág. 148
significa una ruptura de los órdenes preestablecidos y la izquierda, al considerarla
una enfermedad, se muestra aún más conservadora que la derecha en este
sentido73.
A finales de la década del ’70, obtiene el título de Profesor en Artes
Plásticas en la Universidad de Chile y se desempeña como docente en un liceo de
Puente Alto hasta 1983, cuando es despedido74. Sólo por nombrar algunos datos
biográficos más, hay que agregar que ganó el Concurso Nacional de Cuento
Javiera Carrera en 1982 con su nombre paterno, Pedro Mardones, el que luego
cambiaría por el apellido materno. Además, junto con Francisco Casas conforma
en 1987 el colectivo de arte “Las Yeguas del Apocalipsis”, realiza varias
instalaciones. Su obra transcurre entre diferentes artes y técnicas compositivas,
que van desde la escritura, la plástica, la fotografía, la performance, hasta el video
y la instalación75. Sin embargo, dentro de todas sus actividades, particularmente
como escritor, en un acto realizado por la izquierda chilena en 1986, lee una
poesía: “Manifiesto, (hablo por mi diferencia)”76. En ella, se presenta como
crítico del socialismo, al que considera que, a pesar de mostrarse ideológicamente
diferente a la dictadura pinochetista, lo discrimina por su homosexualidad. Y
demuestra, allí, de qué manera desde su posición como artista y militante político,
es revolucionario aunque no levante el fusil. El fusil se lo dejo a usted / Que tiene
la sangre fría / Y no es miedo / El miedo se me fue pasando (...) Mi hombría no la
recibí del partido / Porque me rechazaron con risitas / Muchas veces (...)Yo no
voy a cambiar por el marxismo / Que me rechazó tantas veces / No necesito
cambiar / Soy más subversivo que usted77.
Posterior a eso, Lemebel trabaja intensamente en diversos proyectos, como
la escritura y publicación de su primera novela, Tengo Miedo Torero, y la
73 Una muestra de ello es el sidario construido en Cuba, al que se hace referencia en el citado Manifiesto de Lemebel. Además, sobre este tema puede consultarse: PANCRAZIO, James J. El travestismo y la tradición del desconocimiento en Cuba, en http://www.cubaalamano.net/voces/images/debates/TransCuba/documentos/el%20travestismo%20y%20la%20tradici%F3n%20del%20desconocimiento%20en%20cuba.pdf 74 ESPAÑA, ARISTÓTELES. Pedro Lemebel, De Perlas Y Cicatrices, 3 de julio de 2004, consultado en: http://www.letras.s5.com/pl030704.htm 75 En http://www.letras.s5.com/lemebel1.htm 76 Extraído de: LEMEBEL, PEDRO. Loco Afán. Crónicas Del Sidario. Anagrama. Barcelona. 2000 77 Ibidem.
publicación de una gran serie de crónicas, que luego recopila y edita como libro,
tal es el caso de su obra Loco Afán. Crónicas Del Sidario dentro de la que se
encuentra La Noche De Los Visones.
Éste género literario a través del que se manifiesta este autor corresponde a
un género literario marginal, fuera del canon, que no coincide con los moldes y
distinciones clásicas de la literatura. Siendo, además, el género en el que este
escritor se siente más a gusto para desarrollar su labor literaria.
Con la llegada de la democracia en Chile, la discriminación sigue
presentándose en diversos modos, particularmente a través de los medios de
comunicación. Lemebel no escapa a esta realidad y en muchas oportunidades se
ha visto censurado o tergiversado por los grandes monopolios mediáticos
chilenos, quienes construyen una imagen de Pedro Lemebel que no se
corresponde con la realidad.
La democracia y las nuevas formas de discriminación. Los medios de comunicación hegemónicos y alternativos y el rol en la construcción de la imagen
La figura de Lemebel suele mover a la polémica. Por tal razón, ciertos
medios de comunicación la utilizan como otra forma más para causar cierta
impresión en el público lector e incrementar las ventas, a la par que muestran al
escritor como una personalidad con características negativas, restándole mérito a
su opinión y a su erudición. Cuando lo más lógico sería que fueran, las dos
últimas mencionadas, las que se deben resaltar a la hora de entrevistar o hacer un
artículo sobre un autor determinado.
En Chile, varios de los medios de comunicación más populares pertenecen
a grupos monopólicos, particularmente a El Mercurio. Este grupo concentra
medios de diversa índole, desde páginas de Internet y medios gráficos de
información, hasta una empresa importadora en Chile de nombre Canelo Ltda. y
se encuentra en manos de una familia tradicional del país trasandino de apellido
Edwards.
Además del diario El Mercurio, este grupo posee otros medios gráficos, tal
es el caso del que periódico de nombre Las Últimas Noticias. Este último, según
lo que se conoce, es uno de los periódicos con más tirada en su país78. Las noticias
presentadas en el mismo suelen tener titulares donde es difícil reconocer cuál es el
tema del que tratará el texto y cuyos temas suelen ser banales a la par que puede
reconocerse en varios de ellos un tinte sexista. Tal es el caso, por tomar sólo un
ejemplo al azar, del día 16 de enero de 2012 en edición digital79 donde bajo el
título de “El Complejo de la Alcaldesa del Tatuaje: ‘Me siento poco femenina’” y
con el copete de Karen Rojo, la morenaza de Antofagasta80 el epíteto utilizado
para tratar a una funcionaria no se encuentra en relación con el cargo ocupado por
esta mujer, de la misma manera que la entrevista realizada. El sexismo expresado
en esta noticia es sólo un ejemplo de la ideología altamente machista y
sensacionalista que posee este periódico.
Como sucede en Argentina y en otras partes del mundo, el grupo
monopólico mediático posee una ideología conservadora y neoliberal, donde los
reclamos y problemas sociales comentados de manera muy breve, desviando la
atención sobre otros conflictos o, directamente, no se encuentran en titulares,
como pueden demostrarlo las noticias del día 26 de enero del 2012. Entre las
noticias de ese día se muestra a la activista Camila Vallejo de viaje por Europa
distendida y sonriente encima de una bicicleta -como si fuera una turista con
planes de vacaciones- bajo el título de “Camila Vallejo se va de gira81 por
Alemania, Suecia, Italia y Holanda82. Además, este artículo presenta una gran
diferencia entre lo que plantea la noticia en su desarrollo, donde se comenta que
ella fue invitada a participar en conferencias y debates. Como así también llama la
atención la diferencia entre el tamaño de las letras que corresponden al titular
respecto de la noticia en sí. 78 Respecto a estos datos puede consultarse http://ahorasi.over-blog.es/article-diario-ultimas-noticias-chile--lectores-deben-conocer-85836991.html, como así también el artículo de Hernán Uribe, Prensa y Periodismo Político en los años 1960/1970, que puede consultarse en http://www.archivochile.com/Medios_de_Comunicacion/html/text_gen/comutextgen0003.pdf 79 Todas las notas y artículos de diarios que se citan han sido extraídos de sus respectivas versiones digitales en sus páginas de Internet y se encuentran adjuntos en el apéndice. En este caso, el sitio web del periódico referido es http://www.lun.cl 80 El subrayado es nuestro. 81 Esta frase es similar a la utilizada contra Lemebel al dar la conferencia en Harvard, como si fuera de gira al igual que un cantante o un turista, en un viaje de placer. (El Subrayado es nuestro). 82 En el apéndice de este trabajo se pueden encontrar las noticias referidas.
Otro caso puede constituirlo la tapa del día 26 de enero de 2012, donde hay
varias noticias de la farándula chilena y entre ellas sobresale la morbosidad de
otras. Por ejemplo, aquella donde bajo el título de “Cristina K mostró su cicatriz”
junto con una foto de la presidenta argentina pueden notársele los puntos luego de
una cirugía. La búsqueda de sensación en el público lector es continua.
En este contexto de comunicación, se puede inferir cómo sirve la figura
del escritor Lemebel a ciertos fines de estos periódicos. En algunas oportunidades,
su persona es utilizada con fines perversos83, como sucedió en la entrevista que
puede encontrarse en Las Últimas Noticias del día jueves 13 de mayo de 2004
realizada por Carlos Vergara:“La farándula gay chilena es pura pose y cuento”.
La entrevista es encarada por el periodista de manera perversa dado que busca en
más de una oportunidad hacerle decir al entrevistado una opinión o una frase que
sirva a la vez de titular y como una información que repercuta en otros ámbitos.
Como se observa en este caso particular, el título toma, a través del estilo directo,
una frase dicha por el escritor pero sacada de contexto.
Este estilo permite al autor de la nota hacerse invisible detrás del texto y,
por ende, liberarlo de cualquier culpa o incitación para haber provocado tal
afirmación. Ante la pregunta de Vergara sobre sus dichos en Harvard sobre la
farándula chilena, Lemebel responde:
Es pura pose y puro cuento. De alguna manera es un lugar
que no ha sido ganado en términos militantes. Es un espacio
cómodo y coqueto que instala el poder. Es un discurso forzado
porque sólo pueden hablar de la homosexualidad, del fashion, del
glamour y de todas estas tonteras frívolas que maneja la
83 Sobre el tema, Paul-Laurent Assoun citando a Freud (en EL PERVERSO Y LA MUJER. Ed. Nueva Visión. Argentina. 1995. Pág. 30) afirma que “(lo perverso) se trata de una ‘actitud’ por la cual el sujeto encuentra el medio de evitar lo prohibido negando el peligro real que representa la pulsión por satisfacer, pero en lugar de adentrarse en un conflicto neurótico fundado sobre la incompatibilidad efectiva, él va a reconocer simbólicamente el peligro ‘hendiendo’ el Yo mismo: y este éxito se logra a costa de un desgarrón del yo que nunca se cura, sino que se profundiza con el paso del tiempo”. El autor agrega que el perverso puede actuar desafiando la amenaza de la ley paterna que es la amenaza suprema para el inconsciente, “como si el objeto debiese ser cada vez vuelto a robar” (Op. Cit. pág. 31) y coloca el ejemplo de Don Juan, quien desea sólo a mujeres prometidas o aquellas que se encuentran bajo un régimen de legalidad y al conseguirlas su deseo aumenta.
farándula. Es el circo y ellos son los nuevos payasos de la fiesta
neoliberal.
Con lo cual el escritor no dice nada fuera de sus convicciones políticas e
ideológicas, no es nada nuevo ni exclusivamente chileno tampoco el hecho de que
la farándula sea superficial. Sin embargo, el periodista quiere insistentemente
nombres precisos de gente perteneciente a este ámbito, con ello se genera el
conflicto que culmina con el fin de la entrevista.
Además, el escrito en su volanta agrega: “El autor de ‘Tengo Miedo Torero’
se zampó una petaca de whisky antes de dejar boquiabierta a la audiencia que lo
aplaudió a rabiar durante su gira por Estados Unidos.”, lo que deja al escritor
como una imagen negativa para la sociedad, como un alcohólico y a la par alguien
que no está haciendo nada importante, sólo de vacaciones o de gira como un
personaje de la farándula. Hecho, este último, con el que comienza el artículo de
manera muy poco profesional, dado que la fuente no es creíble –el mismo
comienza con un verbo que alude a los dichos de sujetos no reconocibles:
“Cuentan quienes asistieron a la deslenguada charla...”(subrayado nuestro)- y, lo
que es peor, demuestra la carencia de ética y profesionalismo, porque lo
enunciado allí no pertenece al tema central de la noticia. Sólo busca esta
información desprestigiar al escritor como tal y responder al amarillismo que
quiere difundir este periódico, por lo menos en esta nota.
Es de notar también, aunque no sorprende por ser del mismo grupo, que las
repercusiones de esta entrevista se repitieran casi simultáneamente el mismo día
en el periódico El Mercurio, donde se hizo un extracto de la entrevista citada
anteriormente y sobre su visita a Harvard, pero tergiversando los hechos
comentados. Por la brevedad de dicha nota y para marcar las diferencias con la
anterior se la ha transcripto a continuación:
Pedro Lemebel se refirió a la revolución mediática gay que se está
generando en Chile, durante su presentación en la Escuela de
Literatura de la Universidad de Harvard, Estados Unidos. El literato
dijo que esta farándula es pura pose, puro cuento, como todo en
Chile, no hay un destape revolucionario, sino que una tímida muestra
contenida. Sobre su propio destape homosexual, explicó que él nunca
tuvo que salir del clóset: los pobres no tenemos clóset, sino ropero,
pero a mí se me notaba a la legua. El tema que lo llevó a la
universidad norteamericana fue la crónica urbana, género al que
define como un reflejo de la realidad de localidades inocentes y
olvidadas.84
En el fragmento subrayado se nota la opinión de Lemebel sobre su destape
homosexual. Sin embargo, en la entrevista del diario Las Últimas Noticias
mencionada en líneas anteriores se lee, ante la pregunta sobre su “salida del
closet” una respuesta un tanto diferente: “Es que yo era tan pobre que no tenía ni
clóset, ni ropero”. Con ello se nota que en el artículo del diario El Mercurio, el
estilo indirecto sirve para tergiversar los dichos del escritor.
Sin embargo, no todos los medios se encuentran enfrentados al escritor
Pedro Lemebel. Esta misma noticia se encuentra en un periódico que se distribuye
gratuitamente en subtes y calles santiaguinas, El Sur, donde titula “Escritor Pedro
Lemebel Asombra a Recatada Audiencia de Harvard” y cuya volanta afirma que
“el cronista nacional ‘dictó cátedra’ en la seria universidad estadounidense, en
clara discordancia con la nota publicada por el diario Las Últimas Noticias. En
esta nota, se cita la fuente de Emol.cl que es una de las páginas de internet del
grupo El Mercurio, y se hace referencia a los mismos hechos y dichos
comentados por los otros medios. Sin embargo, a diferencia de los anteriores no
los tergiversa. Además, la nota periodística se cierra de modo que no ataca al
escritor, sino a la institución académica conservadora.
“Los compuestos alumnos tuvieron que guardarse sus
preguntas y se dedicaron a escuchar y a reír con sus historias, que
en este medio puritano y académico dio un respiro de liviandad y
chilenidad honesta, sin miedos ni censuras”85
Estos ejemplos analizados no son los únicos que pueden encontrarse, por
citar uno más, en Las Últimas Noticias del día 9 de abril de 2004, puede leerse el
84 El subrayado es nuestro. 85 En el apéndice.
siguiente titular: Hilarante escritor sacó aplausos de universitarios. Lemebel
estremeció a todos con su relato de zoofilia. Aquí el cronista es presentado como
una persona cuyo fin es el de hacer reír a sus oyentes, cual bufón, a la par que
hace estremecer, como un personaje sacado de una película de terror. Ninguna de
las dos clasificaciones lo muestran como una persona inteligente o cuyos dichos
merezcan ser escuchados, sino como un burlón y aterrorizador.
Rara vez los medios, presentan a Pedro Lemebel como un eslabón
fundamental en la sociedad y cultura chilena contemporánea o como un
intelectual cuya militancia ha sido y será factor de debate y construcción de un
futuro más tolerante. Todo lo contrario, su figura es utilizada por los grandes
medios cuando conviene por razones ajenas a la producción intelectual y el
debate, cuando no, es censurado. Esto último sucede en televisión en un programa
de la TV de Chile86, cuando el escritor en el momento de afirmar que existen
todavía en este medio audiovisual muchas personalidades relacionadas con la
figura de Pinochet, ve interrumpidos sus comentarios con una publicidad de
colchones sin audio de la marca Rosen como colocada casi sin pensar, y al volver
del corte, ya se encuentra hablando de otro tema. Ante este hecho, la relacionista
pública del canal afirma que no había sido censura, sino una cuestión de contrato
por la que tienen la obligación de pasar tal publicidad todos los días a las 23.
Aunque luego agrega que bien pudo ser un error humano. Sin embargo, Lemebel
con el humor ácido que lo caracteriza enuncia que: "A lo mejor, estas son nuevas
formas de censura, con aparatajes de represión blanda. Es significativo que
pusieran un colchón Rosen. O sea, hay una ironía también que tiene que ver con
los medios".
86 En el programa De Vez En Cuando La Vida conducido por Tatti Penna, el día lunes 28 de febrero de 2000. La fuente de la que se ha extraído este dato es el artículo de Melanie Josch, bajo el título de Pedro Lemebel Alega Censura En ChileVisión, La Tercera, 01 de marzo de 2000, versión digital en: http://www.letras.s5.com/archivolemebel.htm.
CAPÍTULO IV
ANÁLISIS DE “LA NOCHE DE LOS VISONES (O LA ÚLTIMA
FIESTA DE LA UNIDAD POPULAR)” DE PEDRO LEMEBEL
Trama
Esta obra se circunscribe dentro de las denominadas crónicas –género de
difícil clasificación, dado que pertenece tanto a la Historia, como al Periodismo o
la Literatura- y se encuentra en el libro LOCO AFÁN. Crónicas del Sidario
publicado hace ya algunos años por el escritor chileno acerca de quien nos
interesa estudiar, Pedro Lemebel.
Esta crónica, que es la que encabeza el libro mencionado anteriormente,
cuenta la historia del festejo de las locas en la UNCTAD para despedir el año
1972 y recibir el 1973. Se inicia con una contextualización por parte del narrador
de la situación social y política en la que se vive, donde puede verse un Chile
convulsionado, debido al enfrentamiento hacia el gobierno del presidente
democrático Salvador Allende por parte de los sectores acomodados, que se
manifiestan haciendo sonar ollas87, textualmente somos testigos de la opinión del
narrador, cuando afirma:
Por los aires un vaho negruzco traía olores de pólvora y
sonajeras de ollas, «que golpeaban las señoras ricas a dúo con sus
pulseras y alhajas». Esas damas rubias que, pedían a gritos un
golpe de Estado, un cambio militar que detuviera el escándalo
bolchevique.88
Ante esta situación, se narra también cómo los obreros, tal vez en nombre
de las demás personas pertenecientes a los otros estratos sociales, las miran con
sorna y las dejan en ridículo con ciertos ademanes impúdicos, “ofreciéndoles sexo,
87 En este punto, como lectores argentinos del siglo XXI no se puede dejar de lado la comparación con los hechos acontecidos durante la crisis del 2001, cuando se realizaron ciertas manifestaciones denominadas “cacerolazos” encabezadas por ciertos grupos de clase media, quienes se mostraban en contra del gobierno y se intentaban diferenciar de otros grupos, como los denominados “piqueteros”. 88 LEMEBEL, Pedro. Loco Afán. Crónicas del Sidario. Anagrama. Barcelona. 2000
riéndose a carcajadas, a toda hilera de dientes frescos, a todo viento libre que
respiraban felices cuando hacían cola frente a la UNCTAD para almorzar”
El hecho con el que continúa la crónica se presenta cuando, según se
comenta, una de las locas, La Palma, es quien ha organizado el festejo de fin de
año y se ha animado a invitar a todas las conocidas, incluso a aquellas
pertenecientes a los grupos de la elite local, La Pilola Alessandri, La Zañartu y La
Astaburuaga, cuyos apellidos ya funcionan como epítetos para el lector atento.
Una de estas últimas, herida de amor propio ante el desafío de La Chomilou lleva
a la fiesta dos tapados de visón –uno blanco y otro negro- pertenecientes a su
madre, acción que origina el título y sirve como motor de una de las líneas
narrativas. Durante la fiesta, los tapados desaparecen y esto genera una serie de
burlas contra la dueña de los mismos y el bando al que pertenecía. Sin embargo,
hay otras acciones menores que se encadenan al hecho principal ya comentado y
que resultan importantes para el análisis del relato como son: la llegada de las
locas de la elite in media res a la fiesta –llegada que tiene al lector como partícipe,
dado que en el relato hay una elipsis-, la elaboración de la montaña de huesos de
pollo con la banderita chilena en su cumbre y la fiesta orgiástica con la que
reciben el año nuevo.
La narración se desarrolla estructuralmente en dos direcciones. Por un
lado, se encuentra la historia de los visones, que comienza con el desafío de La
Chomilou a una de las locas adineradas para que ésta traiga los visones al festejo
de La Palma, hasta la desaparición tales prendas, junto con el escándalo y burlas
por este hecho. Y, por otro lado, se encuentra la voz del narrador que cuenta cómo
la enfermedad importada del SIDA fue afectando a cada una de las integrantes de
ese festejo. Esto surge a partir de la reflexión sobre la única foto de esa noche con
todas las locas, que se asemeja a un carro alegórico como el que podría aparecer
en el paraíso de Dante89. Las manchas, por la humedad y las moscas, y el tiempo
que ha actuado sobre esta imagen son tomados como una excusa por el narrador
para contar la historia de algunas de las integrantes de ese vistoso grupo, en donde
89 De hecho, la comparación con la institución eclesiástica se encuentra expresa en la crónica, y se presenta a modo de comparación entre dicha foto y la Última Cena. En lo que respecta al carro de Dante Alighieri nombrado puede encontrarse en PARAÍSO, XXIX v. 106-154
cada uno de los procesos que han afectado a la foto sirven como metáfora del sida
y la manera en que perjudicó a cada una de ellas, junto a las críticas sobre la
dictadura de Pinochet y la imposición/importación neoliberal de la imagen del
“masculino homosexual” o, en palabras de Lemebel, “Mister Gay”. A
continuación, se ha elaborado un esquema que permite hacer más práctica la
descripción de la estructura del relato y las secuencias narrativas que componen a
sus partes.
Historia de los visones
Historia del sida y la foto de esa noche en la UNCTAD
Relato (nivel diegético)
Invitación de La Palma a la fiesta de fin de año. Catálogo de las locas. (1º Secuencia)
Comentarios sobre la vestimenta a lucir – Desafío de La Chomilou y cumplimiento de La Pilola Alessandri (2º Secuencia)
Muestra de los visones por el barrio. (3º Secuencia)
Fiesta. Baile. Desaparición de los visones. (4º secuencia)
Búsqueda de los visones. Continuidad de la fiesta (5º secuencia)
Amanecer del 73 (6º secuencia)
Relato de La Pilola
Relato de La Palma
Relato de La Chomilou
Esquema 1
El título y la dilogía
El título completo de esta crónica, que no podemos dejar de lado a la hora
del análisis, es: La Noche de los Visones. (O La Última Fiesta de la Unidad
Popular). A simple vista, éste se encuentra dividido en dos partes. Por un lado el
título principal, que encabeza la crónica y, por otro, el subtítulo que se encuentra
encerrado entre paréntesis, colocándolo en un lugar de aparente menor
importancia o como una voz en off que sirve de completante del primero a pesar
de la disyunción O.
Tanto La Noche de los Visones como O La Última Fiesta de la Unidad
Popular deben ser entendidas como dilogías dentro de los tropos literarios. Es
bien sabido que este recurso se caracteriza por elaborar una frase que posea varias
interpretaciones, diferenciándose de otros recursos, como la ambigüedad léxica o
estructural, donde uno de los dos significados es el considerado como correcto. La
diferencia principal que caracteriza a este recurso es la de proponer una frase cuyo
sentido es ambiguo pero cuyos significados tienen la misma importancia a la hora
de interpretarla, es decir que todos sus sentidos resultan ser válidos90. Este tropo
ha sido muy explotado por los poetas del Barroco. Ejemplos de su uso lo podemos
encontrar en varios escritores. Tal es el caso de Francisco de Quevedo, en lengua
castellana, de quien la poesía satírica A Una Nariz es todo un ejemplo de dilogías,
basta sólo recordar la línea que versa: era un elefante boca arriba91. También, de
la misma época, el escritor inglés William Shakespeare, en su obra Hamlet92, el
príncipe discute con la hija de Polonio y cuando ella le reclama amor, él le
contesta “Get thee to the nunnery”. Esta última palabra debe ser entendida tanto
como convento a la par que como prostíbulo, sin que sea simplemente un doble
sentido solamente.
90 El uso de la dilogía no sólo es usado en el arte literario, en el uso cotidiano también pueden aparecer, más aún en nuestra experiencia como argentinos, donde los dobles sentidos y los juegos con los significados es muy común. Hace tiempo, en un programa de televisión fui testigo de una muy interesante dilogía referida al mal estado en el que se encontraba el club de fútbol River Plate. En el zócalo del programa Duro de Domar se alcanzaba a leer la frase: ¡QUÉ PASSARELLA CON RIVER!, haciendo alusión tanto a los malos resultados futbolísticos, como al presidente de dicho club, Daniel Passarella. 91 Con lo que se entiende que era grotesco como un elefante acostado boca arriba, a la par que indica que arriba de la boca era como un elefante. 92 Se hace referencia al Acto III Escena 1
En el caso del título de esta crónica la parte que se encuentra entre
paréntesis debe ser entendida desde dos perspectivas diferentes y complementarias
a su vez. Por un lado, al referirse a la Unidad Popular, inmediatamente se hace
alusión al partido de Allende y a la fiesta de fin de año que llevan a cabo las locas.
A esto se debe sumar el hecho que puede interpretarse a los términos Unidad
Popular desde una idea más amplia relacionada con la idea de la alegría
democrática al estar Allende en el poder, donde tal presidente asumió gracias a la
unión de su pueblo que lo eligió a través del voto.
En cuanto a la primera parte del título, es un poco más compleja la
relación entre sus significados posibles. Por un lado, la palabra visones alude a los
atuendos llevados por las locas de la alta sociedad a la fiesta de las locas rotas93.
Entonces con la frase La Noche De Los Visones lo que se indica es el momento y
la anécdota de la fiesta de año nuevo del ’73.
Por otra parte, si se presta atención al término visones el resultado de la
interpretación es diferente, dado que los visones son carnívoros que se
caracterizan por tener un cuerpo esbelto y alargado, por su pelaje espeso y suave
de color castaño muy oscuro -muy apreciado en la industria peletera- y por ser un
animal de hábitos nocturnos. Entonces, lo anteriormente comentado acepta la
interpretación de la primera parte del título como una metáfora en la que el autor
asocia a las locas con los visones. La característica de carnívoros puede ser
tomada alegóricamente en relación con la lujuria expresada en el amanecer del
’73. La figura alargada y esbelta y el color de su piel, como la imagen de la
performance travesti en Latinoamérica, donde la piel morena es característica. Y
el hecho que la piel del visón sea objeto preciado económicamente en relación con
el ejercicio de la prostitución como modus vivendi.
Este último dato permite reconocer en el título una interpretación diferente
del dilógico si se toma al término visones como una forma metonímica en la que
se expresa un objeto característico de la elite que es usado por las locas de la clase
popular
93 Término dialectal, que en Chile significa “pobre”
Por último, el término visones también puede ser interpretado desde una
última perspectiva que –aunque resulte exagerada- juegue con el significado de la
pieza léxica. Bajo esta mirada, la palabra visones permite ser entendida como un
neologismo en relación al voyeurismo. Es decir, asociando el término visón con
visión, haciéndola equivalente al significado denotativo de fisgón.
La estructura de la crónica
En cuanto a la estructura de la crónica, el relato se establece
temporalmente en tres momentos. Por un lado, se encuentra un presente
indefinido, que denominaremos postdictatorial. El mismo se circunscribe al
momento de enunciación y es desde donde habla el narrador homodiegético. Por
otro lado, un pasado lejano definido que llamamos predictatorial y se encuentra
delimitado desde antes del ‘72, hasta la fiesta de año nuevo para recibir al ‘73). Y,
por último, y un pasado más cercano definido, dictatorial, que va desde 1973
hasta 199094. Estas tres etapas están hiladas por la mirada nostálgica del narrador
y cada una posee piezas léxicas que corresponden a diferentes campos semánticos.
A partir de lo enunciado, puede establecerse el siguiente cuadro:
94 Dato a tener en cuenta: Hasta septiembre de 1974 se multiplicaron las ejecuciones y desapariciones de personas detenidas (la mayoría de ellas, miembros o simpatizantes de partidos de la Unidad Popular en los que se había sustentado el gobierno de Allende).
Cuadro I
Tiempo Etapa Piezas léxicas y campos
semánticos referidos
Pasado lejano definido.
1972
(Relatado)
Predictatorial
Brindis – abrazos – calenturas
– globos – serpentinas –
alianzas – seducciones –
apretones – risas – comilona –
cumbias - juego
Pasado más cercano
definido. Desde 1973 hasta
1990.
(No relatado)
Dictatorial
Muerte – SIDA – cripta –
huesario – calaveras –
despeñaron – derrumbe –
sepultaron – hedor a cadáver
– tufo mortuorio -
Presente indefinido
(Situación de enunciación) Postdictatorial
Democracia y recuperación
de espacios – foros sobre
homosexualidad, SIDA,
utopías y tolerancia.
El autor ha hecho que el desarrollo del texto narrativo coincida con la
división temporal observada. Esto se determina, debido a que la etapa
predictatorial se corresponde con la parte inicial del texto, mientras que la etapa
dictatorial con la media y la postdictatorial con la final. A partir de esta división
es lícito relacionar esta disposición con la división clásica del relato proveniente
de la tradición griega95, la que enunciaba que toda narración posee
obligatoriamente tres partes en las que pueden distinguirse: Introducción, Nudo y
Desenlace –o Situación Inicial, Complicación y Resolución, según la
terminología-. Sin embargo, tal afirmación es errónea, dado que no se aplica a la
crónica analizada aquí por la sencilla razón que esta narración se encuentra
dispuesta con otra forma, diferente de la clásicamente aceptadas, como se ha
podido vislumbrar en el Esquema 1.
Asimismo, cada una de las etapas de las que se habló posee una marca
muy definida, sin lugar para un momento de transición. Por ello, la narración pasa
de la noche del 72, con toda la alegría y la fiesta, a la dureza y rigidez de la etapa
Dictatorial, una muestra de ello resulta ser el párrafo en el que se cuenta el primer
amanecer del año 73, inmediatamente después de la fiesta orgiástica. En él
redundan los términos que tienen en común el campo semántico del cementerio, la
muerte y los cadáveres. A pesar que resulta ser en cuanto a cantidad de años la
instancia más larga, el narrador ha optado por dejar sólo dos párrafos que cuentan
este momento tan importante en la historia chilena. A continuación, se cita in
extenso para vislumbrar lo afirmado:
El primer amanecer del 73 fue una gasa descolorida sobre
las bocas abiertas de los colizas durmiendo desmadejados en la
casa de la Palma. Por todos lados las cenizas de los cigarros bajo
el parrón las guirnaldas pisoteadas. Leves quejidos de ensarte se
oían en las revueltas camas. Vasos a medio tomar, mecidos por el
vaivén de una cacha en reposo, risitas calladas recordando el
vuelo del visón. Y esa luz hueca entrando por las ventanas, esa luz
de humo flotando a través de la puerta abierta de par en par.
Como si la casa hubiera sido una calavera iluminada desde el
exterior. Como si las locas durmieran a raja suelta en ese hotel
cinco calaveras. Como si el huesario velado, erigido aún en medió
de la mesa, fuera el altar de un devenir futuro, un pronóstico un
95 Al respecto Aristóteles plantea que “Sentamos antes que la tragedia era remedo de una acción completa y total, de cierto grandor, porque también se halla todo sin grandor. Todo es lo que tiene principio, medio y fin.” (subrayado nuestro), en ARISTÓTELES. El Arte Poética. Edición digital extraída de http://www.librodot.com
horóscopo anual que pestañeaba lágrimas la cera de las velas, a
punto de apagarse, a punto de la última chispa social en la
banderita de papel que coronaba la escena.
Desde ahí, los años se despeñaron como derrumbe de
troncos que sepultaron la fiesta nacional. Vino el golpe y la
nevazón de balas provocó la estampida de las locas, que nunca
más volvieron a danzar por los patios floridos de la UNCTAD.
Buscaron otros lugares, se reunieron en los paseos recién
inaugurados de la dictadura. Siguieron las fiestas más privadas,
más silenciosas, con menos gente educada por la cripta, del toque
de queda. Algunas discotecas siguieron funcionando porque el
régimen militar nunca reprimió tanto al coliseo corno en
Argentina o Brasil. Quizás, la homosexualidad acomodada nunca
fue un problema subversivo que alterara su pulcra moral. Quizás,
había demasiadas locas de derecha que apoyaban el régimen. Tal
vez su hedor a cadáver era amortiguado por el perfume francés de
los maricas del barrio alto. Pero aun así, el tufo mortuorio de la
dictadura fue un adelanto del SIDA, que hizo su estreno a
comienzos de los ochenta.96
Como se puede visualizar en el fragmento citado se encuentran una serie
de isotopías en referencia a ciertos campos semánticos descriptos,
particularmente, correspondientes al ámbito de la muerte.
Los tiempos verbales y la estructura
En cuanto a los tiempos verbales utilizados se observa que en los dos
párrafos citados se encuentra predominancia de diferentes tiempos. En el primero
impera el uso del pretérito imperfecto, tanto del modo indicativo como del modo
subjuntivo. Mientras que, en el segundo párrafo abunda el pretérito perfecto
simple.
96 (El subrayado es nuestro).
De la misma manera, la era Postdictatorial quiebra tajantemente la
anterior con el párrafo siguiente:
De aquella sinopsis emancipada sólo quedó la UNCTAD, el
gran elefante de cemento que por muchos albergó a los militares.
Luego la democracia fue recuperando las terrazas y patios, donde
ya no quedan las esculturas que donaron los artistas de la Unidad
Popular. También los enormes auditóriums y salas de
conferencias, donde hoy se realizan foros y seminarios sobre
homosexualidad, SIDA, utopías y tolerancias.
Cada una de las etapas diferenciadas con anterioridad utiliza tiempos
verbales que permiten identificarlas. En lo que respecta a las otras partes del texto,
se ha podido determinar que en la introducción sobresale el uso del pretérito
imperfecto por su matiz que en castellano le otorga matices de iteración, lo que no
sucede en otras lenguas que carecen de este matiz –como el inglés-97. La iteración
aparece para comentar, en este caso, las actividades cotidianas de las locas.
Luego de la introducción, los tiempos verbales comienzan a mezclarse a
medida que se desarrolla el relato, dado que aparecen tanto el perfecto como el
imperfecto e incluso el presente. Esto se manifiesta hasta la llegada de la etapa
dictatorial en el texto. A partir de ese momento el uso del tiempo perfecto se hace
más notable, como puede notarse en los párrafos citados con anterioridad.
Los tiempos verbales utilizados en esta última parte ayudan a reconocer la
situación de enunciación, junto con algunos términos que marcan el presente –sin
fecha específica- como es el caso del adverbio hoy:
También los enormes auditóriums y salas de conferencias,
donde hoy98 se realizan foros y seminarios sobre homosexualidad,
SIDA, utopías y tolerancias.
97 Al respecto, Umberto Eco, en Seis Paseos Por Los Bosques Narrativos. Lumen. Barcelona. 1996 hace referencia a esta característica lingüística. 98 (El subrayado es nuestro)
Los verbos utilizados en la última parte se presentan en dos tiempos:
presente del indicativo y pretérito perfecto simple. El uso de las formas
conjugadas en presente del modo indicativo giran en torno al verbo ser en 3º
persona del singular y se refieren de aquella noche en donde aparecen todas las
locas que asistieron a la fiesta de fin de año. Debido a que la foto deja congelado
el pasado en esa simple imagen de modo que trae al momento de enunciación los
hechos, gestos y poses de aquella noche, el tiempo verbal utilizado se corresponde
con esta manifestación. Mientras que el uso del pretérito perfecto simple del modo
indicativo se corresponde con el relato de cada una de las muertes que el sida
provoca en las locas que sonríen en la foto, en aquella donde no hay distinciones
sociales, tratando al sida como un velo que surca toda la imagen.
La nostalgia del narrador resulta una forma de dividir en etapas en las que
el pasado predictatorial representa la “edad de oro” en términos de Hesíodo,
donde el paso del tiempo es sólo una muestra del deterioro y el declive de la
sociedad.
Sin embargo, es más factible interpretar la distinción realizada hasta ahora
entre los tiempos verbales y su correlación con las tres partes en las que puede ser
dividido el relato, como una forma de representar la estructura de la dialéctica
marxista. Los tres momentos del relato permiten que la estructura de la crónica en
cuestión pueda ser considerada en relación a la división de dicha dialéctica debido
a que es similar a la estructura de los relatos de Alejo Carpentier. En este caso, la
tesis, la antítesis y la síntesis se encuentran en concordancia con las tres etapas en
que puede ser dividido el relato: predictatorial, dictatorial y postdictatorial.
En cuanto a las voces que se encuentran en el relato, se encuentran la
del narrador en el nivel diegético, cuya perspectiva es heterodiegética y su
focalización es interna variable. La mirada del narrador surca la crónica desde
la contextualización inicial donde se encuentran las manifestaciones con
cacerolas hasta la llegada de la fiesta de fin de año. Luego, esta perspectiva se
mantiene medida que describe la fotografía va posando su mirada en cada una
de las locas que se encuentran en la imagen.
De acuerdo con lo que muchos investigadores que han estudiado a
Lemebel opinan, el narrador de las crónicas se presenta como un voyeur que
incita al lector a disfrutar del placer de mirar. Esta postura podría
fundamentarse en el hecho del uso del lenguaje en forma cruda y las
situaciones que se encuentran en varias de las crónicas, donde la división entre
erotismo y sexualidad se ha desdibujado. Sin embargo, en este caso hay que
discrepar con tal afirmación, dado que se considera como voyeur a aquél que
goza simplemente mirando y en este caso el narrador conduce al lector, lo
incita, a que mire.
De algún modo, el narrador de la crónica analizada en este punto
coincide con el concepto de barroco que enuncia Severo Sarduy y que
citamos en otra parte de este trabajo. Respecto al mismo, el autor cubano
afirma que la literatura es un juego en el que se busca algo más que contar una
historia, sino más bien colocar al lector en una situación de erotización
enorme y de placer sexual.
Asimismo, la relación de Lemebel con la corriente del neobarroco va
más allá que la idea de colocar al lector en una posición sexualizada y utilizar
a la literatura como un elemento que permita el quiebre de estructuras. Al
igual que el movimiento del siglo XVII, el neobarroco se caracteriza por el
uso –y abuso- de tropos literarios. En las crónicas de Pedro Lemebel, pueden
observarse tropos de diferentes tipos, en particular de las metáforas.
Recursos o tropos
En la obra analizada, existe una gran cantidad de metáforas y
comparaciones que aluden a la homosexualidad, al gobierno de Allende, al
sida y a la dictadura. Si nos basamos en esta distinción entre los temas a los
que aluden las metáforas puede leerse que al referirse a la homosexualidad de
una estrella de la televisión, el Lolo Mauricio, la crónica utiliza un lenguaje
propio del habla coloquial al afirmar que: “Se apresuraban a inventar
historias con el príncipe mancebo de la televisión, asegurando que era de los
nuestros, que también se le quemaba el arroz”. Con esto, la crónica da
muestras de una mezcla entre el registro formal, que tradicionalmente debe
tener la literatura, y el registro informal, propio de la comunicación coloquial
y cotidiana.
En el caso de las metáforas que aluden al gobierno de Allende, las dos
primeras líneas del escrito enuncian: “Santiago se bamboleaba con los
temblores de tierra y los vaivenes políticos que fracturaban la estabilidad de
la joven Unidad Popular”, con lo que se muestra al gobierno como un
elemento que puede ser quebrado por un movimiento producto de la violencia.
La violencia generada por las clases acomodadas que sentían que no se
encontraban representados en la Unidad Popular. Sin embargo, existe otra
metáfora que alude al descontento de la elite con el gobierno de Allende, cuya
característica resulta interesante observar por ser de elaborada complejidad.
La misma se encuentra en el momento donde las locas recias, pertenecientes a
la clase social alta, llegan a la fiesta de fin de año a la que habían sido
invitadas. Las mismas son presentadas como personas que sin carisma y
despreciativas quienes “(...) derramaban chorros de perlas, lagrimeras
porque a la mamá los rotos le habían expropiado el fundo”.
La dificultad de esta metáfora se encuentra en el hecho de ser una
sobremetáfora, similar a la que se encuentra en Dante Alighieri cuando habla
del dolce color d'oriëntal zaffiro99. Por un lado, los chorros de perlas que
derraman se interpreta como la pérdida de las riquezas a partir de las
expropiaciones que llevaba adelante el gobierno de Allende. No obstante, por
otro lado, las perlas son símbolo de las lágrimas100, con lo que coinciden al
hecho de ser derramadas.
99 BORGES, JORGE L. “Dante. La Divina Comedia”, Junio 1o. de 1977; en Siete noches, 1980, la metáfora es entendida por el escritor argentino como un juego de espejos, donde “Dante describe el cielo oriental, describe la aurora y compara el color de la aurora con el del zafiro. Y lo compara con un zafiro que se llama «zafiro oriental», zafiro del Oriente. En dolce color d'oriëntal zafiro hay un juego de espejos, ya que el Oriente se explica por el color del zafiro y ese zafiro es un «zafiro oriental»” 100 Basta recordar la obra de La Casa De Bernarda Alba, en el momento donde Angustias muestra su anillo de perlas a la amiga de su madre durante la cena y la misma opina, junto con su hermana –Adela- que las perlas significan lágrimas. Con lo que se adelanta al desenlace fatal de la obra.
En lo que respecta a las metáforas que refieren a la dictadura y el
SIDA, se destaca una que sirve como prolepsis del futuro que tendrán muchas
de ellas, en el momento de la fiesta donde se juntan los huesos de pollo y una
de las locas coloca una banderita chilena en la cima de la misma. De algún
modo se muestra la llegada del ’73 como un huesario producido por la
dictadura y el SIDA.
Además de las metáforas, que son tan características del lenguaje
literario, la obra en cuestión presentaba una serie de tropos de distinta índole.
De acuerdo con la distinción y clasificación de tropos realizada por García
Barrientos101, en la obra se pueden encontrar diversos recursos fonológicos,
semánticos, sintácticos y pragmáticos. Tal es el caso del anagrama, en el uso
de los términos colas y locas, por el que se ponen en relación sintagmática los
mismos fonemas pero en diferente orden.
A nivel sintáctico, se puede observar el uso de epífrasis en la
superacumulación de descripciones relativas al retrato de las locas en la foto
de la noche de la fiesta. Del mismo modo que uso de sinatroísmo, que se
caracteriza por la acumulación coordinante de términos complementarios. El
mismo se vislumbra en el uso redundante de construcciones con el nexo
copulativo ni, o la introducción de locuciones a partir de la utilización de o
tantas, que otorgan ritmo a la narración del mismo modo que si fueran
anáforas colocadas en la prosa. En relación a estos usos que marcan un ritmo,
García Barrientos nombra el recurso de la diseminación, que se encuentra en
conexión con los anteriores de epífrasis y anáfora, donde se repiten en un
contexto determinado ciertos términos, a veces ligeramente modificados, sin
un orden determinado, como así también en el uso de palabras sinónimas. En
la crónica la diseminación se observa a partir de los términos: tantas, nunca,
ni, no, la foto no es buena, dictadura / régimen militar102 y SIDA / plaga /
epidemia.
101 GARCÍA BARRIENTOS, José Luis. Las figuras retóricas. Arco Libros. Madrid. 1998 102 Cabe agregar que en el caso de los términos dictadura y régimen militar hay diferencias de aspecto y no poseen la misma fuerza. Desde hace un año, aproximadamente, las políticas educativas del gobierno de Piñera han prohibido el término dictadura en los libros de estudio y lo
En el caso de las figuras semánticas encontradas además de la
metáfora, las comparaciones o símil abundan en este texto a partir del uso del
nexo como. En La Noche De Los Visones, la comparación es llevada al
extremo en el caso de la relación asociativa entre La Chomilou y Cristo. De
manera que fusiona, como en el caso del lenguaje lo culto con lo popular, en
este caso, lo sagrado con lo profano. Sin embargo, esta relación no es objeto
de burla o una simple desacralización de aspectos religiosos, sino que
funcionan como una exaltación de una persona que por sus actitudes de
bondad y amor al prójimo la acercan al héroe del cristianismo, y como él,
debe morir por los demás.
Dentro de los recursos semánticos, pueden encontrarse varias
metonimias referidas a una parte corporal de las locas que resulta
característico de ellas, fundamental en su ideal de ser cuerpo, la cola. Además,
en el caso del travestismo prostibular, esta porción de cuerpo representa más
que una parte, significa el elemento a través del que pueden manifestarse o
entregar placer sexual.
En lo que refiere a los recursos pragmáticos, hay tres que marcan la
narración de los hechos. Uno de ellos es la optación que constituye la
expresión de deseos, lo que puede observarse en las expresiones desiderativas
de La Chomilou. Otro de los recursos de este tipo lo constituye la prosopeya
o, simplemente, personificación con la que el narrador presenta al SIDA en
varias oportunidades. Y, por último, hay un tropo que particularmente para
esta crónica funciona como motor de la narración. Tal es el caso de la
denominada écfrasis, que se representa un tipo de traducción intersemiótica,
que tiene por objeto el traspaso de los códigos de una imagen, particularmente
de una fotografía o un cuadro, al código lingüístico. Es decir, traducir en
palabras una fotografía o la imagen representada en un cuadro. Al respecto de
han permutado por proceso militar. Esto ha hecho que escritores como Lemebel se manifiesten contra la medida, dado que la acusan de tergiversadora del pasado y que atenúa aspectos que fueron graves para la historia de Chile.
este último tropo literario, Umberto Eco hace una detallada descripción del
mismo en un ensayo titulado Decir Casi Lo Mismo.103
El Tiempo
El tiempo funciona de modos diferentes de acuerdo con el factor que
se preste atención. Si el objetivo es dividir la crónica en etapas o secuencias,
basta observar el análisis realizado en líneas precedentes sobre la estructura y
los tiempos verbales. Pero, si lo que se busca es la relación con ciertos
momentos del día y ciertas conductas, podrá observarse que la mañana
funciona como un tiempo donde se desenvuelven prácticas de la ciudad
normal, la que se encuentra a la vista, que se permite hacer manifestaciones
contra el gobierno democrático y los obreros burlarse de las mujeres que
empuñan cacerolas gritándoles y ofreciéndoles sexo. Mientas, que la noche
funciona como el momento donde surgen las conductas no regidas y la
sexualidad no regulada. El momento de la fiesta no es el día, sino la noche, el
tiempo preciso para que pueda darse el ritual orgiástico iniciado por la fiesta
de la Chomilou. Donde los encuentros homosexuales, las risas, la música y la
mezcla de estratos sociales está permitida y son libres de manifestarse. De
este modo, se considera que la mañana es un tiempo de queja y de violencia,
mientras que la noche es un espacio para la libertad y la alegría.
Si además de esto sumamos los días posteriores a esa fiesta, la
normalidad terminará por sobreponerse al jolgorio y a la fiesta, con lo que
Chile pasará a ser tanto de mañana como de noche como un lugar donde
impere la muerte y la violencia. Simbolizado y referido a lo largo de la
crónica de diversos modos en los que se hace alusión a la llegada del ’73 y la
muerte que vendrá con el sida y la dictadura.
Asimismo, el tiempo transforma las cosas, y no es sólo la foto de esa
noche con todas las locas que se deteriora con su avance, sino la también la
UNCTAD. La misma pasa a ser, en un primer momento. un espacio para las
103 ECO, UMBERTO. Decir Casi Lo Mismo. Lumen. Uruguay. 2008. P. 270
reuniones de las locas hasta esa noche. Luego, un lugar que resulta un
cementerio de huesos, donde la muerte y la tortura imperan. Y, por último, un
espacio de arte y reflexión, en el que se plantea como un sitio para el debate y
que vuelve a funcionar, pero sin muchas de las obras de arte que inicialmente
se encontraban allí.
ANÁLISIS DEL MANIFIESTO DE PEDRO LEMEBEL
El texto de Pedro Lemebel titulado Manifiesto (Hablo por mi diferencia)
es leído como intervención en un acto político de la izquierda en septiembre de
1986, en Santiago de Chile. En él, el escritor se presenta de manera crítica ante la
izquierda que lo rechaza, incluso posterior al momento de ser leído en público este
escrito.
La relación de la izquierda marxista con la homosexualidad siempre fue
mala, dado que el comunismo se presenta como otra forma dogmática de ver la
sociedad. Y, si bien manifiestan descontento por la desigualdad social, económica
y política dentro del pueblo, en lo que refiere a la sexualidad se encuentran en un
punto más conservador y de rechazo incluso que la derecha pinochetista.
Ante esta situación, Pedro Lemebel, quien participa aún hoy de varias
marchas a favor de la igualdad de derechos, la educación pública y otros motores
de cambio que favorezcan al pueblo chileno104, elabora esta crítica que permite
considerar la perspectiva del escritor sobre el mundo y la sociedad, como también
respecto de la división setentista entre izquierda y derecha.
En lo que concierne a la forma del escrito se puede decir que no posee una
estructura fija, lo que es común en Lemebel, a quien las formas rígidas le resultan
poco convenientes para expresarse, del mismo modo que a Severo Sarduy, quien
considera que la forma fija corresponde a un clasicismo. Mientras que el barroco
con su forma cambiante, se constituye como un motor subversivo de cambio con
el que se busca estar en permanente desequilibrio con el dogma o lo que el canon
literario propone.
A diferencia de la crónica analizada en este trabajo, el Manifiesto no
presenta sobrecarga de recursos literarios y apela a un discurso frontal dirigido
hacia los compañeros de la izquierda. El escrito en cuestión no responde a una
forma rígida, esto se debe a que la crítica de Lemebel encuentra otros medios para
104 De hecho, al final de una entrevista para un programa de televisión, al que nos referiremos más adelante en este trabajo, deja el programa para participar de una marcha que se realiza en ese preciso momento.
expresarse. Por lo que utiliza recursos argumentativos que van marcando el ritmo
de la poesía a lo largo de la misma.
Entre estos recursos argumentativos sobresalen las negaciones, que se
presentan en forma de anáfora al inicio del texto, No soy Pasolini pidiendo
explicaciones / No soy Ginsberg expulsado de Cuba / No soy un marica
disfrazado de poeta / No necesito disfraz. Aunque las negaciones se encuentran a
lo largo de todo el escrito, sirvan de ejemplo los siguientes versos extraídos, entre
otros.
El fusil se lo dejo a usted
Que tiene la sangre fría
Y no es miedo
El miedo se me fue pasando
De atajar cuchillos
En los sótanos sexuales donde anduve
Y no se sienta agredido
Si le hablo de estas cosas
Y le miro el bulto
No soy hipócrita
¿Acaso las tetas de una mujer
no lo hacen bajar la vista?
¿No cree usted
que solos en la sierra
algo se nos iba a ocurrir?
El fragmento citado con anterioridad es importante para determinar que,
además de la negación y la reiteración de estructuras, el texto presenta preguntas
retóricas con las que elabora un planteamiento agudo que giran en torno a la
construcción de la masculinidad y el ocultamiento de la homosexualidad. El
Manifiesto con ello critica profundamente la visión de la masculinidad y el
machismo imperante en Chile, que también podría aplicarse a cualquier otro país
latinoamericano. A su vez, presenta un tema tabú para la construcción de la
masculinidad como es el hecho de la referencia a las relaciones homosexuales de
los jóvenes durante el descubrimiento de su sexualidad. ¿Qué hará con ese
recuerdo de niños / Pajeándonos y otras cosas / En las vacaciones de Cartagena?
De este modo, el escritor plantea, dirigiéndose siempre al compañero de
izquierda, que la homosexualidad si es aceptada primero no tiene que ser negada y
discriminada después. La homofobia queda reducida al cuestionamiento, ¿Tiene
miedo que se homosexualice la vida? Con tales argumentos, la masculinidad o lo
que permite al individuo androcéntrico sentirse como macho entra en crisis. La
poesía presenta la idea de valentía y construcción de la hombría de forma mucho
más compleja que con el hecho de levantar el fusil que les era negado a los
homosexuales, ante lo cual puede leerse –también en el fragmento citado
anteriormente- que el fusil no es una buena muestra de construir la hombría, pero
sí lo es la actitud de pelearse a cuchillo para defenderse en los sótanos y lugares
pertenecientes a la noche. En ese espacio y momento del día donde la mirada
regidora de la sociedad no puede actuar.
Mi hombría me la enseñó la noche
Detrás de un poste (...)
Mi hombría no la recibí del partido
Porque me rechazaron con risitas
Muchas veces
Mi hombría la aprendí participando
En la dura de esos años (...)
Mi hombría fue la mordaza
No fue ir al estadio
Y agarrarme a combos por el Colo Colo
El fútbol es otra homosexualidad tapada
Como el box, la política y el vino
Mi hombría fue morderme las burlas
Comer rabia para no matar a todo el mundo
Mi hombría es aceptarme diferente
Ser cobarde es mucho más duro
En el fragmento citado puede verse el modo en que muestra el escritor el
hecho de la diferencia y la lucha por su identidad dentro de una sociedad que no lo
acepta por romper ciertas estructuras dóxicas. En el caso de la homosexualidad,
Lemebel no sólo se muestra en contra de su negación y ocultamiento, sino que
presenta a la homosexualidad como una característica política y revolucionaria
que rompe con los moldes preestablecidos: ¿No habrá un maricón en alguna
esquina / desequilibrando el futuro de su hombre nuevo?
La poesía culmina con la idea de la construcción del futuro y lucha por una
utopía, la aceptación de la homosexualidad en sociedades posteriores. De modo
que el autor se compromete con su identidad y trata de mostrar cómo ciertos
factores que permiten clasificar al machismo entran en crisis para luego
argumentar a favor de una aceptación de la postura genérica que él avala y que
sabe no es el único. Es decir, que con este escrito, Lemebel quiere marcar una
lucha que no es sólo para el, sino que tiene objetivos altruistas dirigidos a la
comunidad homosexual por venir.
Hay tantos niños que van a nacer
Con una alita rota
Y yo quiero que vuelen compañero
Que su revolución
Les dé un pedazo de cielo rojo
Para que puedan volar
CAPÍTULO V
LITERATURA TRAVESTI
Antecedentes Literarios de Pedro Lemebel. Sarduy – Cobra (Cuba), Puig – El beso de la mujer araña (Argentina), Donoso – El lugar sin límites (Chile)
La literatura y el travestismo en América Latina ha sido un tópico que se
ha manifestado en diferentes modos, ya sea a través de personajes literarios como
en el caso de autores, algunos de ellos ya nombrados entre los que se encuentran:
Sor Juana Inés de la Cruz, Pedro Lemebel o, más recientemente, Susy Shock.
Ningún escritor, como es sabido, construye su obra a partir de la nada,
sino que a priori existen desde escuelas literarias hasta ideologías sobre las cuales
se construye la obra literaria. En el caso de Pedro Lemebel, su literatura posee
varias aristas que deben ser analizadas cuidadosamente, como el barroquismo -
característicamente latinoamericano- en sus frases o la construcción de una
literatura no ficcional y de índole comprometida.
Dentro de las obras latinoamericanas que funcionan como antecedentes del
travestismo y la literatura existen varias, pero a modo de ejemplo se nombran
cuatro: El Lugar Sin Límites (1966) de José Donoso –coterráneo de Pedro
Lemebel-, De Dónde Son Los Cantantes (1967) y Cobra (1972) de Severo Sarduy
y El Beso De La Mujer Araña (1976) de Manuel Puig. Estas novelas
latinoamericanas, permiten que se inicie una crítica del orden paternalista en
nombre a un derecho de la diferencia sexual.
En el caso de la novela de Donoso, la imagen del travesti es utilizada de tal
forma que está simulada a lo largo de toda la obra y recién al final, la protagonista
llamada Manuela, se nos revela como Manuel. Lo particular es que a partir del
juego de la simulación de la que habla Sarduy, que ya hemos comentado, el juego
de ocultamiento de su sexo o la eliminación de marcas de su masculinidad,
permiten que se establezca esta ilusión. Además, la protagonista, a pesar de no ser
descripta a partir de características propias de la belleza, sus acciones permiten
colocarla en una situación que resulta ser querible por parte del lector, dado que se
muestra como una madre en todo momento respecto a las demás que viven en su
casa. Sarduy, a propósito del Lugar Sin Límites, afirma105:
"El travestismo, tal y como lo practica la novela de
Donoso, sería la metáfora mejor de lo que es la escritura: lo que
Manuela nos hace ver no es una mujer bajo la apariencia de la
cual se escondería un hombre, una máscara cosmética que al caer
dejara al descubierto una barba, un rostro ajado y duro, sino el
hecho mismo del travestismo."
Por otra parte, las dos novelas nombradas del escritor cubano, Severo
Sarduy, revelan además de personajes que se travisten, un léxico que rompe en
muchos casos con las normas. Esto permite que algunos estudiosos hayan visto
que la escritura de Sarduy se basa en el hecho de travestir al lenguaje.106
Al respecto de Sarduy y Donoso, Anke Bierkenmaier afirma que:
“Los travestis sarduyanos son, al contrario del travesti en
la novela de Donoso, no tanto confrontados con una realidad cruel
que los maltrata como personajes grotescos, sino personajes
ejemplares en un mundo abstracto y estrambótico. Los travestis
Auxilio y Socorro, en De donde son los cantantes, son puros
actores, su esencia consiste en el performance de sí mismos, de ahí
su habla artificial y la insistencia en su maquillaje. Los dos son,
como los personajes del Teatro Shangai en la novela, alegorías.
En eso se aproximan al arte barroco, y su emblema El gran teatro
del mundo de Calderón.” 107
Finalmente, Manuel Puig con la novela El Beso De La Mujer Araña
presenta a dos personajes disímiles dentro de una prisión. Las características de
105 SARDUY, SEVERO. “Escritura / Travestismo”, en Ensayos generales sobre el Barroco. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. 1987. 106 ESTERRICH, CARMELO. “Mecánicas Groseras, Mecánicas En Crisis: Travestismo Y Retórica En Severo Sarduy”, en Revista Iberoamericana, Vol. LXIX, Núm. 204, Julio-Septiembre 2003, 597-611, versión digital encontrada en http://revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/.../article/.../5788 107 Al respecto, véase el artículo de Birkenmaier, Anke (Universidad de Yale) Travestismo Latinoamericano: Sor Juana Y Sarduy. Encontrado en: http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/
estos dos, permiten que se establezcan fuertes relaciones con la primera novela del
escritor Pedro Lemebel, Tengo Miedo Torero. dado que en las dos novelas se
plantea la idea de una relación afectiva entre un personaje –Molina, en el caso de
la obra de Puig y La Loca del Frente, en la novela de Lemebel- con otro que
resulta ser de partidario de las ideas revolucionarias de carácter marxista. Sin
embargo, las diferencias que se plantean son varias.
En El Beso De La Mujer Araña, el espacio donde se desarrollan los hechos
principales es la prisión y entre los dos personajes se consuman relaciones
sexuales. A pesar de la reticencia inicial del revolucionario, poco a poco deja
atraparse por las redes emocionales que le tiende su compañero de reclusión.
Además, el final que posee esta obra es de carácter fatalista. Los dos personajes
mueren, aunque no de la forma que ellos mismos hubieran esperado. En cambio,
Tengo Miedo Torero, se desenvuelve en muchos espacios y a través de narradores
focalizados en diferentes personajes –tanto en la Loca del Frente como en el
dictador esperpentizado-, en lo que respecta a la estructura narrativa. En cuanto a
la relación que se establece entre los personajes, es de destacar que no se presenta
una unión sexual entre ellos, y el revolucionario pasa a ser un objeto de amor
platónico para La Loca Del Frente. Además, el carácter de la ficcionalidad de las
obras es un punto de quiebre entre los dos relatos. La novela de Puig resulta ser en
gran medida ficcional respecto a la narración de Lemebel, dado que los hechos
que se cuentan en la novela del escritor chileno, inclusive la existencia de La Loca
Del Frente, son comprobables aunque hayan sido literaturizados. Por ello, la
relación establecida entre ellas sólo desde el punto de vista del argumento y las
características de los protagonistas sería casual. Por último, a pesar que la figura
del travesti no se encuentra en gran medida caracterizada en la obra de Puig,
aunque sí la cuestión de las relaciones homosexuales, desde el título plantea la
imagen de una mujer, que representaría al presidiario Molina, quien es un hombre
–sexualmente hablando- y utiliza ciertos recuerdos de películas que sirven para
acercarse emocionalmente hacia su compañero de celda y permiten que haya un
juego de simulación. Es decir, una estrategia que permita la ilusión de hacer
parecer a Molina, una mujer, con lo que puede observarse la relación con el
travestismo.
Hasta el momento, se han nombrado cuatro novelas pertenecientes a la
literatura latinoamericana, la figura del travesti ha surcado diferentes obras
latinoamericanas más adelante en el tiempo. Y en este caso sólo se mostraron
cuatro de ellas para mostrar los antecedentes literarios de la relación existente
entre la literatura y el travestismo en América Latina.
En cuanto a la obra de Lemebel en relación a su proyección, la misma
presenta varias influencias en otros artistas y escritores, tal es el caso de Susy
Shock, escritora que presenta sus poesías en bares de Buenos Aires. En ellas se
manifiesta, al igual que la obra del escritor chileno, como un polo de lucha frente
a la visión dicotómica y androcéntrica de la sociedad. Entre las poesías de Susy
Shock sobresale la de Hay Madres y Abuelas Travas de Pañuelo Blanco, a la que
se hace referencia posteriormente en relación al Manifiesto de Pedro Lemebel.
Otro caso de la proyección de la obra lemebeliana se manifiesta en las ofertas
teatrales de Buenos Aires, particularmente la adaptación a escena de las crónicas
de Loco Afán, realizada por Gerardo Begérez estrenada por primera vez en enero
de 2011108. Este último caso resulta interesante dado que al traducir
intersemióticamente109 las crónicas al drama se produce un tipo de juego de
enmascaramiento. En otras palabras, las crónicas se travisten en drama logrando el
efecto de camaleonizarlas y presentarlas de otra forma a través de actores que
representan a las personas que aparecen en ellas.
El Neobarroco
La literatura latinoamericana, al igual que todas sus manifestaciones
artísticas, son catalogada por gran cantidad de estudiosos como representaciones
en las que el movimiento barroco parece haberlas marcado hondamente. De
hecho, desde el plano de las artes plásticas, la arquitectura y la literatura se
comenta que el arte latinoamericano es barroco, como si fuera una característica
innata a estas tierras. Según varios de estos estudios, este movimiento llega con
los invasores europeos y se arraiga a partir del sincretismo producido con las
108 La puesta en escena puede verse en http://www.youtube.com/watch?v=DtuB2rt17eA 109 El concepto de traducción intersemiótica pertenece a Roman Jackobson, en este caso está tomado de ECO, UMBERTO. Decir Casi Lo Mismo. Lumen. Uruguay. 2008 página 292
culturas aborígenes. De este modo, las grandes catedrales americanas, como las
que pueden encontrarse en Lima, Brasil y México son conceptuadas como
construcciones barrocas.
En el caso de la literatura, sobresale Sor Juana Inés de la Cruz. La época
en la que vive y el uso de gran cantidad de recursos literarios –particularmente del
retruécano- permite calificarla dentro del movimiento barroco. Con el correr del
tiempo, llegado el siglo XX, varios autores más son caracterizados como
pertenecientes a esta corriente artística. Lo que permite que Severo Sarduy
propusiera el término de Neobarroco.
Una de las características principales del Neobarroco, corresponde a la
relación entre el cuerpo y la escritura, factor que no se encuentra en el movimiento
surgido en el siglo XVII en España. Asimismo, si bien los escritores neobarrocos
manifiestan una especie de juego con el lenguaje, no encuentran en la escritura un
objetivo simplemente lúdico. Lo que se busca es transgredir las normas existentes,
encontrar los límites y violentarlos a través del arte. En este sentido, Severo
Sarduy en una entrevista a Soler Serrano, realizada a mediados de los años ’70,
afirma:
“Practicar la literatura es una especie transgresión muy
grande es una especie de amenaza muy grande para la seguridad
simbólica de los otros y yo creo que hay una especie de gran
represión en este acto aparentemente banal de escribir, un gran
rechazo. En definitiva, se amenaza mucho al escribir, se manejan
conceptos simbólicos muy importantes para el cuerpo de uno y
para el cuerpo de los otros, se ejerce una especie de violencia
somática, de violencia corporal muy grande. La escritura es como
la danza es un ejercicio puramente corporal y el cuerpo lo
siente”110
110 La entrevista en cuestión se lleva a cabo en el programa de televisión española "A fondo", conducido por Joaquín Soler Serrano, que puede verse en: http://www.youtube.com/watch?v=hc8ieKHsc6Y
Desde esta perspectiva, el arte de escribir es equivalente a un tipo de juego
de seducción por parte del autor sobre el lector. De tal modo que el escritor intenta
al desarrollar su obra, seducir y atrapar al lector. Esta relación entre la literatura y
el trabajo del autor con el acto sexual no es propia solamente de Sarduy, basta
recordar con ello que Julio Cortázar afirmaba que no quiere lectores hembra111, lo
que está en consonancia con las teorías de Umberto Eco respecto a la cooperación
textual112 y a la distinción de lectores de primer y segundo nivel113. Más adelante
en la entrevista, Severo Sarduy explicita aún más la relación aquí enunciada al
comentar:
“Yo quisiera que el lector mío se encontrara en un estado
prácticamente de placer sexual. Es decir que el placer que yo le
comunico no es un placer intelectual; en definitiva poco importa si
yo le comunico un relato. No se trata en lo más mínimo de contar
una historia, se trata de ponerlo en una situación física muy
parecida a la del amor, muy sexualizada. Y, además, se trata de
invadir su cuerpo, no sólo en la cabeza, sino en su totalidad. (…)
pretendo que el lector sea captado por este aspecto puramente
físico, por este placer sexual.”
El Neobarroco se presenta de modo que puede observarse en él una especie
de juego con las palabras, aunque no es la finalidad que persigue. De cualquier
modo, la literatura debe funcionar con ciertas reglas114, y este movimiento
artístico lo que busca es replantearlas. Severo Sarduy agrega, acerca de esto, en la
entrevista referida:
“(...) yo sé muy bien lo que no es ser barroco. Es decir, no
se trata en lo más mínimo, (...) no se trata de un juego verbal. No
se trata de un puro divertimiento, no es un ejercicio frívolo de,
digamos, hacer juegos de palabras. (...) se trata, en definitiva, de
111 Esta concepción se encuentra en la novela Rayuela, Cap. 109. La edición consultada pertenece a: CORTÁZAR, JULIO. Rayuela. Alfaguara. 2004 112 ECO, UMBERTO. Lector In Fabula. Op. Cit. 113 ECO, UMBERTO. Seis Paseos Por Los Bosques Narrativos. Lumen. Barcelona. 1996 114 TODOROV, TZVETAN. “El Origen De Los Géneros”, en Los Géneros Discursivos. Monte Ávila. Venezuela. 1996 p. 49
amenazar eso que es el soporte esencial de la sociedad que es la
economía. Vivimos en un mundo de, no ya tanto de economía, yo
diría como de mezquindad, en definitiva. El barroco amenaza este
mundo. El barroco pone en tela de juicio, pone en parodia, en
discusión esta sociedad en que vivimos totalmente basada en la
economía e incluso en la mezquindad. El barroco despilfarra, lo
bota todo por la ventana, pero lo que me interesa en mi literatura,
es que lo bota todo por la ventana en función de placer. Lo que
cuenta no es la información que la frase va a trasmitirte, sino el
placer que tú vas a sentir. Y es lo que yo creo que el barroco tiene
de subversivo que lo bota todo en función de placer. Y no hay
función de información. No es un arte utilitario, es un arte del
placer del cuerpo. (...) El clasicismo sería como la sexualidad. El
erotismo, al contrario, sería tratar de lograr placer, sobre todo. No
en función de una información, en función únicamente de ese
gasto, de esa maquina barroca revolucionaria que es mi cuerpo”
A partir de los dichos de Sarduy se interpreta que el Neobarroco busca la
transgresión de las normas preestablecidas. Entonces requiere o necesita de otras
normas que le permitan actuar con sus leyes en función de la búsqueda de placer.
En cambio, la literatura perteneciente al clasicismo sería como la sexualidad
debido a que obedece las reglas que permiten la creación, como si fuera un mero
hecho reproductivo. Por lo que en este movimiento, la libertad se encuentra
oprimida, mientras que el barroco se presenta como un escape o una subversión de
la norma preestablecida.
El género de las crónicas
Pedro Lemebel cataloga a sus escritos como crónicas. Las mismas se
caracterizan por no ser ficcionales y describir sucesos y personas a través de una
serie de recursos literarios que van desde los semánticos, como metáfora y
metonimia, hasta los fonéticos y sintácticos, como aliteración, paralelismo y otros.
Si bien, al observar los antecedentes literarios o conexiones artísticas con
otros escritores se lo relacione en varias oportunidades con Sarduy, Donoso y
Puig, -debido a la manifestación de la homosexualidad a través de la literatura- es
innegable la asociación con Carlos Monsiváis, principalmente por el género
literario elegido para comunicarse.
La ciudad se vuelve un espacio propicio para comentar y criticar. Al igual
que los escritores del siglo XIX, el espacio urbano y los individuos que lo
transitan se convierten en personajes cuyas historias merecen ser escuchadas. Y
donde la perspectiva del autor funciona como un tamiz donde se pueden apreciar
las conductas –buenas o malas- de una sociedad determinada.
El origen de este tipo de narraciones no es reciente, sino que se remonta a
la llegada y conquista de América. Las cartas de relaciones, elaboradas por Cortés
y otros conquistadores, como las que hicieron posteriormente los monjes jesuitas,
donde describían la vida de las comunidades aborígenes a las que adoctrinaban y
transculturaban115, describen hechos reales pero a través de una serie de recursos
literarios. Las comparaciones, hipérboles, metáforas y otros recursos más
permiten que se configure una forma de describir la realidad de manera
literaturizada, aunque no fuese la intención de los autores españoles.
De aquellas primeras crónicas hasta las de Lemebel y Monsiváis hay
diferencias insalvables. En primer lugar, el objetivo que tienen las crónicas
españolas es el de comentar y hacer visible la situación de América a personas que
se encuentran a miles de kilómetros y sin posibilidad de ver con sus propios ojos
lo que se les relata. Mientras que en el caso de los escritores contemporáneos este
género es un medio a través del que se comunican, moviéndose libremente,
expresando opiniones políticas, críticas sociales, o simplemente comentando
algún hecho particular de forma literaria. Estas acciones, a diferencia de los
conquistadores o religiosos –entre los que se destacaron los jesuitas-, son llevadas
a cabo sin que exista un mandato que los obligue a realizarlas, sólo la voluntad de
hacer ver su visión de mundo.
115 Sobre el concepto de aculturación y transculturación recomiendo RAMA, Á. Transculturación Literaria En América Latina.. El Andariego. Buenos Aires. 2007
En el transcurso del siglo XIX, el género del Artículo de Costumbres,
llegado a estas tierras a partir de la lectura de Juan Manuel de Larra, provoca una
forma de hacer literatura que marca a gran parte de la producción latinoamericana.
Muchos de los escritores en los que recaen los ideales románticos de la fundación
de las bases de sus repúblicas, ven en este género un tipo de comunicación que
permite la satirización de ciertas conductas, con lo que buscan corregirlas a la par
que se manifiestan políticamente. De hecho, la política va a ser uno de los temas
que se construyen como pilares en el arte latinoamericano, es decir, sin la política
son pocas las obras que funcionan dentro del mercado cultural en estas tierras.
En la primera mitad del siglo XX, se encuentran en las Aguafuertes
Porteñas de Roberto Arlt lo que constituye un antecedente preciso de las crónicas
de Lemebel. Estos pequeños escritos publicados en el diario El Mundo entre 1928
a 1935 expresan diversas temáticas de la realidad de la Argentina en crisis a través
de la mirada atenta de Arlt, quien -a partir de su posición de marginal y de hombre
de mundo dentro de la sociedad- se permite esbozar críticas agudas a la clase
política, la oligarquía y hacia los sectores más conservadores de la sociedad
argentina del momento. Con menos poesía que Lemebel, Arlt dirige sus escritos
en los que no sólo se plantean estas críticas, sino que en ellos pueden leerse
además ciertas reflexiones en cuanto al lenguaje y sobre la vida.
En estas obras se observa, en relación a las crónicas de Lemebel, que por
el contexto de producción y el medio a través del que se transmiten las cuestiones
sexuales están dejadas de lado y puede notarse alguna que otra mirada
machista116. Sin embargo, al igual que el escritor chileno, Arlt describe
críticamente desde su posición marginal a la Argentina en crisis, donde los valores
que se muestran como fundamentales no son respetados por aquellos que los
defienden. Entonces, la visión del artista que habla de la pobreza, la delincuencia,
de la noche y otros temas que resultan tabúes en nuestra sociedad cobra un
aspecto de verídico dado que pertenecen a sus vivencias cotidianas. En otras
palabras, el artista cuando habla de tales temas desde una perspectiva que lo sitúa
116 Al respecto hay varias de sus aguafuertes que resultan derivar de miradas machistas. Por ejemplo, “Causa Y Sinrazón De Los Celos”, “Diálogos De La Lechería” o “Del Que No Se Casa”, entre otras. Encontradas en, ARLT, ROBERTO. Aguafuertes Porteñas. Losada. Buenos Aires. 2005
dentro del conflicto sus palabras adquieren mayor fuerza que si lo hiciera
idealizando la pobreza o la delincuencia. Esto último es lo que sucede con Borges
y sus escritos sobre los malevos o seres marginales de Buenos Aires de principios
del siglo XX.117
La desconfianza del escritor Roberto Arlt respecto a los individuos que se
presentan como nacidos en cuna de oro y con pañales de seda o ante aquel pillo
que habla del trabajo y el esfuerzo en un café con los amigos o sentado en la
vereda mientras su mujer trabaja es un eje característico de las Aguafuertes. Del
mismo modo que su disposición de mantenerse situado en una perspectiva que lo
aleja de aquellos y lo coloca más cercano a los ladrones y otras personas de los
suburbios puede ser tomado como factor en concordancia con la obra de Lemebel.
Asimismo, la dificultad que presentan las Aguafuertes en relación a la
ficcionalidad y las características de los personajes/personas que allí se comentan
son también elementos que permiten asociar a las Aguafuertes de Arlt con las
Crónicas de Lemebel.
La característica fundamental de las crónicas es que poseen una gran
libertad en cuanto los temas a tratar y particularmente a la forma, según el mismo
Lemebel es una forma de contar abierta y puede colocarse desde la música
popular, hasta lo político. Él comienza a escribir en este género en el año 1990, a
través de una publicación mensual llamada Página Abierta. Si bien, no es el único
género que transita su escritura, es en el que el autor chileno se siente más
cómodo.118
Según el mismo Lemebel, Monsiváis constituye un autor contemporáneo
con quien puede relacionarse en la forma de ver y escribir. El género de las
crónicas del escritor mexicano han sido estudiadas en profundidad por Jezreel
Zalazar119 quien observa que la crónica es un género de los márgenes que no
117 Particularmente me refiero aquí a las poesías “Alusión a una sombra del mil ochocientos noventa y tantos” y a Milonga de Juan Muraña de Jorge Luis Borges. 118 Según el mismo autor confiesa en una entrevista televisiva citada 119 ZALAZAR, Jezreel. La crónica: una estética de transgresión. Edición en línea: http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n47/jsalazar.html y La ciudad como texto. La crónica urbana de Carlos Monsiváis. Edición en línea: http://uacm.academia.edu/JezreelSalazar/Papers/609532/La_ciudad_como_texto_la_cronica_urbana_de_Carlos_Monsivais
permite clasificación taxonómica alguna y rozan la literatura, la historia y el
periodismo.
En cuanto al espacio de las crónicas, se puede afirmar que Pedro Lemebel
narra desde los espacios conocidos de Santiago. Estos espacios, que a la mañana
son vistos de una manera, a la noche se transforman gracias a los personajes que
los circundan en otros diferentes. Como si existiera una ciudad matutina, visible, y
otra nocturna, prostibularia, donde el sexo, la violencia, pero también el amor, se
encuentra esperando en cada esquina. La ciudad es un cuerpo, según Karina
Wigozki120, al trabajar con las formas de representación de la ciudad en las
crónicas.
Respecto a los personajes, si es que puede denominarse de esta manera a
los seres que actúan en ellas debido a la difícil distinción entre la realidad y la
ficción, se puede ver que ellos, al igual que los espacios en los que estos
interactúan, poseen mucha intensidad, mucha humanidad. Si bien se los describe a
muchas de estas personas grotescamente adornados por la gran cantidad de giros
literarios, particularmente con metáforas y comparaciones, sus acciones, sus
modos, sus sueños y frustraciones los vuelven en muchos casos seres entrañables
que mueven al lector a la catharsis. Sin lugar a dudas, una de las razones para que
esto se produzca se debe a que las crónicas son relatos que se caracterizan por ser
no ficcionales. Aunque, se encuentren descriptos poéticamente, barrocamente, a
través de la sobrecarga tropos literarios, no pierden en lo más mínimo su carácter
de no ficción. Esta catarsis provocada por el narrador que lleva al lector como de
la mano por ese mundo oculto, casi llevándolo hacia una conexión que trascienda
las ideas y sea más corporal, más sexual, en el sentido de Sarduy, permite que el
lector coopere de manera diferente con el texto, dado que no hay pacto ficcional
que aceptar, éste sólo dejarse llevar por la historia, dejarse hacerse el amor por ese
narrador que lo guía figurativamente hablando.
120 WIGOZKY, KARINA. “El discurso travesti o el travestismo discursivo en La esquina es mi corazón: Crónica urbana de Pedro Lemebel.”, edición en línea: http://www.class.uh.edu/mcl/faculty/zimmerman/lacasa/Estudios%20Culturales%20Articles/Karina%20Wigozki.pdf
Poder y Literatura. Literatura comprometida y las crónicas de Lemebel
No puede negarse que el contexto intelectual de los años ’70
particularmente influye en gran medida la obra de Pedro Lemebel. Los planteos de
Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir respecto al Poder de la Literatura121
influyeron a varios de los escritores de la época en Latinoamérica. Varios de
aquellos que pertenecen al Boom Latinoamericano, como así también muchos de
los otros contemporáneos y posteriores a ellos que no son considerados dentro de
dicho movimiento, se ven persuadidos por estas ideas.
El concepto de Literatura Comprometida se presenta como una forma
opuesta al arte que evade la realidad y se encierra en su torre de marfil. Al
respecto, Simone de Beauvoir expresa
“el individuo comprometido en su época trata de encontrar
un asidero sobre la historia por medio de una acción o de una
indignación, o por la rebelión, tiene con el mundo vínculos más
ricos y más profundos que el que se retira del mundo”
No es que se trate tampoco, como podría pensarse a simple vista, de una
literatura militante122, sino que Sartre, desde la perspectiva del lector, detecta que
existe una búsqueda de libertad en la literatura. Frente a la vida que no es como
debería ser y que podría ser diferente.
En este sentido, la literatura de Lemebel se encuentra cargada de poesía, a
la par que marca y demuestra una forma de ver el mundo. Muchas veces esta
visión se corresponde con un grito de denuncia y de bronca, a la par que resulta
nostálgico, como sucede con La Noche De Los Visones.
Sin embargo, en lo que concierne a la literatura comprometida puede
observarse que constituye una característica del arte latinoamericano. El origen de
la misma puede remontarse –inclusive- a la formación de los estados y a la luchas
121 Planteos que aparecen en el debate titulado Que Peut la Litteratture?, traducido como ¿Para qué sirve la literatura? Aumentando de este modo la idea y alimentando el antiguo tema del utilitarismo del arte. (SARTRE, J; BEAUVOIR, S. y Otros. ¿Para Qué Sirve La Literatura? Proteo. Buenos Aires. 1966) 122 SARTRE, J; BEAUVOIR, S. y Otros. Io. Cit. Página 104
emancipatorias. Lo que permite observar en realidad es que muchos de los artistas
latinoamericanos ven en los planteos sartreanos un fundamento a una forma ya
existente de hacer arte.
En relación con lo anteriormente dicho, cuando la literatura se presenta
ideológicamente como de compromiso la realidad y la ficción establecen lazos
más estrechos que en aquella que se presenta con los rasgos del arte por el arte.
Al presentarse la literatura latinoamericana en gran medida como comprometida
permite que guarde, en algunos casos, lazos o límites difusos entre la realidad y la
ficción. Obras literarias del siglo XIX, como pueden ser El Matadero de Esteban
Echeverría o El Facundo de D. F. Sarmiento, guardan estrechos vínculos con la
lucha política y la realidad social del momento, coincida o no nuestra postura
ideológica respecto de ellas.
En el siglo XX la concepción de la literatura de compromiso cobra mucho
valor a partir de la revolución cubana. En este contexto, la izquierda misma sufre
una división de acuerdo con los ideales y roles que les corresponden a los
intelectuales de la época. De un lado se conforma un bloque de los escritores que
consideran que escribir es un acto revolucionario, por lo que proponen la idea de
ser revolucionarios en las letras. Y, por otra parte, se encuentran los escritores que
afirman que no sólo deben actuar a partir de las letras, sino a partir de la acción,
con lo que –en caso de ser necesario- deberán tomar el fusil, siguiendo el modelo
de José Martí.
Dentro del primer bloque, el de aquellos que consideran que el
compromiso puede mostrarse a partir de las letras, se encuentra Julio Cortázar,
como ha documentado extensamente Claudia Gilman123. Este escritor enuncia
claramente:
“A nosotros, los que hemos elegido, hacer de la palabra un
instrumento de combate, nos incumbe que esa palabra no se quede
atrás frente al avance de la historia, porque sólo así daremos a
nuestros pueblos las armas mentales, morales y estéticas sin las
123 GILMAN, CLAUDIA. Entre La Pluma Y El Fusil. Siglo XXI. Buenos Aires. 2003
cuales ningún armamento físico conduce a una liberación
definitiva”124
En estas palabras, el escritor se conforma como un elemento fundamental
en la conformación de una lucha revolucionaria. Desde esta perspectiva, el
escritor Pedro Lemebel se presenta a través de sus obras como un referente de la
transgresión de normas impuestas en dos ámbitos diferentes.
Por un lado, la lucha que establece a partir de las normas literarias contra
las que se rebela a partir del sincretismo que logra fusionando discursos
antitéticos. La mezcla entre lo sagrado con lo profano, lo culto con lo popular o
las categorías de lo real y lo ficcional que se observa en sus obras manifiesta la
necesidad de jugar con los límites propuestos para la Literatura como una forma
de desacralizarla. Es decir, de sacar al arte de un pedestal simbólico y utilizar las
normas o reglas en función de la idea y no al revés.
Por otra parte, esta necesidad de transgredir los límites impuestos
tácitamente no se corresponden sólo con el hecho de presentarse en contra de los
mismos como una manifestación lúdica o de rebeldía sin causa con la que busca el
replanteo de las reglas literarias. Contrariamente a esto, la postura del escritor
respecto al discurso canónico de la literatura responde más bien a la manifestación
política de las diferencias genéricas y a la muestra de límites difusos entre las
categorías propuestas en todos los niveles de las actividades humanas.
124 CORTÁZAR, JULIO. “Mensaje (al Primer Encuentro de Intelectuales por la Soberanía de los Pueblos de Nuestra América)”, en Obra Crítica III. Alfaguara. Uruguay. 2011 P.329
CONCLUSIONES
En este escrito el eje temático se presenta como un abanico de
posibilidades a la hora de desarrollarlo, además exhibe una riqueza en cuanto a las
aristas de cuestionamientos e hipótesis en diferentes planos. Por lo que sirve más
bien que de fin, como un principio para otras investigaciones futuras.
En primer lugar, la relación que se establece entre Literatura y Poder es un
tema en el que varios estudiosos han pensado y desarrollado esporádicamente pero
nunca se ha establecido una línea investigativa que permita ordenar el tipo de
lucha que busca la literatura y los logros obtenidos a través de dicha pugna.
Tampoco, se ha establecido a lo largo de la historia de la Teoría Literaria una
organización de los momentos en las que se presentan o los factores que permiten
que surja un tipo de literatura combativa. De este modo, en Latinoamérica la
relación entre los dos polos se manifiesta de diversa manera.
Sin embargo, esta investigación logra mostrar cómo un autor es utilizado
como herramienta para servir a diferentes fines. Por un lado, el sector conservador
de la sociedad chilena –como sucede en otras partes del mundo- construye una
imagen del intelectual, en este caso Pedro Lemebel, que es falsa y tergiversadora
de la realidad. Bajo esta perspectiva, la intelectualidad resulta un peligro para el
orden tradicional impuesto, para la Doxa. De esta manera, se lo presenta como un
individuo cuyo modelo no debe seguirse, una persona que sus conductas
pertenecen a lo perverso o terrorífico, como pudo mostrarse a partir del análisis de
las noticias en las que se nombraba a este escritor. Otro trabajo futuro consistirá
en observar cómo son vistos los demás escritores contemporáneos chilenos por los
mismos medios de comunicación monopólicos, como Diamela Eltit, Patricio
Manns o Pía Barros.
Por otra parte, la imagen de Pedro Lemebel es también utilizada por
ciertos sectores considerados minoría, como la comunidad homosexual y travesti,
quienes ven en este escritor una posibilidad de expresar su voz y de hacerse
escuchar por los bloques que constituyen el Poder.
En este punto, se observa de qué manera funcionan los textos de Lemebel.
Es decir, cómo se entrecruzan las intenciones y posturas del escritor, por un lado,
y las de sus lectores, por otro. Estos últimos son quienes usan el texto y generan
una imagen del lector modelo que no coinciden con el lector real, quien manifiesta
que él “no es la Eva Perón de las locas”. Con ello, el autor quiere afirmar que no
desea que se lo utilice como bandera o portavoz, sino que su tarea consiste en
escribir literatura y criticar la realidad chilena, desde su perspectiva personal. No
obstante, esa imagen de lector modelo es la que termina funcionando como un
estandarte portado por las diferentes comunidades.
Asimismo, el género elegido por el escritor para manifestarse contra la
Doxa no es azaroso, sino el objeto de una identificación genérica a través de las
formas de hacer literatura. La crónica, los recursos utilizados, la ruptura con los
factores y mezcla de la realidad con ficción, lo sagrado con lo profano, lo culto
con lo popular constituyen no sólo un estilo que caracteriza al autor. El uso de
estos elementos y las rupturas en cuanto a la clasificación permiten observar que
la crítica del autor no se presenta dirigida sólo a un punto político, social o
económico que se encuentra explícito en su obra. Estos elementos presentan un
cuestionamiento aún más profundo respecto a la concepción occidental binaria
donde todo se plantea como A o B, Blanco o Negro, Bueno o Malo, Masculino o
Femenino. Por ello, al plantear el tema del travestismo y su relación con la
literatura, el primero de estos factores resulta como la constitución de un quiebre
con nuestra concepción y nuestras bases culturales, como así también una nueva
construcción a partir de estructuras permeables y límites difusos.
En síntesis, Lemebel es un artista de los márgenes, clasificarlo, encasillarlo
en alguna categoría sólo serviría para desmerecerlo. Puede observarse en muchas
de sus crónicas la inclusión de la música; particularmente, de aquella de tipo
romántica y latinoamericana como es el caso del Bolero, lo que constituiría otra
forma de presentar una fusión entre el lenguaje popular con el culto al que
pertenece la literatura.
Entonces, cabe criticar también a las clasificaciones literarias, sexuales y
de toda índole. En el fondo, el cuestionamiento de Lemebel permite deconstruir
los conceptos referidos a nuestras actividades humanas. De modo que a través del
arte y la transgresión de sus normas se propone un replanteo de todas las
concepciones políticas, sociales, sexuales y de cualquier tipo.
Ahora bien, si a lo anteriormente dicho presentamos las categorías con las
que los latinoamericanos hablamos de Latinoamérica, nos daremos cuenta que
nunca aprendimos a vernos con nuestros ojos. Los términos para definir a los
movimientos de Nuestra América se corresponden con los utilizados en Europa.
Es decir, nos vemos aún hoy con ojos europeos. Por ello, el movimiento
Neobarroco, bajo el que se colocó a varios escritores –inclusive a Lemebel-, posee
una denominación que no le corresponde, cuestión que Sarduy no ve por ser un
apasionado de las letras del Siglo de Oro español y de los franceses.
En este trabajo, la cuestión terminológica presentó un gran problema, a
veces sin solución –como el caso del término Barroco o Neobarroco-, sin embargo
en otras se trató de proporcionar un giro diferente, como en el caso de llamar al
territorio al sur del Río Bravo Nuestra América o Latinoamérica, debido a que la
denominación de América hubiera designado a través de significados reflejos un
matiz que no se quería obtener. Así también, hubo otros problemas con la
terminología, todos relacionados a que nuestra concepción europeizada no
proporciona el léxico suficiente para nombrar ciertos elementos o, a veces, resulta
demasiado clasificatoria.
Por último, volviendo a la crítica lemebeliana, la misma parte de la historia
de un Chile golpeado por la dictadura pinochetista y el imperialismo
norteamericano en todos sus planos, desde la implementación del neoliberalismo
en economía, como la importación de un léxico foráneo y ajeno, o la imposición
del modelo GAY, “Mister Gay” en palabras de Pedro Lemebel. Su literatura se
encuentra cargada de fuerza y violencia, pero sin dejar la sensibilidad de lado. En
ella puede observarse la fuerza por hacer escuchar la voz de un grupo marginado
por la sociedad y, a la par, la ternura que flota en sus líneas al referirse a la gente
querida.
Sólo basta ver con qué odio ataca la ideología de la elite chilena (si es que
puede hablarse de ideología, dado que su superficialidad hace difícil pensar en
ello) a la par que habla de sus amigas locas con ternura casi maternal o de otras
personas con una sensualidad manifiesta, por ejemplo, cuando compara a La
Chomilou con Cristo (“la Noche de los Visones”) o cuando se dirige al líder de la
revolución zapatista en México, el Subcomandante Marcos (en “Aquellos ojos
verdes”).
El escritor relata su presentación ante estudiantes y académicos
de la prestigiosa universidad estadounidense
Pedro Lemebel en Harvard:
“La farándula gay chilena es pura pose y cuento”
por Carlos Vergara
Las Ultimas Noticias, Jueves 13 de mayo de 2004
“Fue tan populoso como un recital de Juan Gabriel”, dice Lemebel. El autor de “Tengo miedo torero” se zampó una petaca de whisky antes de dejar boquiabierta a la audiencia que lo aplaudió a rabiar durante su gira por Estados Unidos. Cuentan, quienes asistieron a la deslenguada charla -performance incluida- de Pedro Lemebel en el departamento de Literatura de la Universidad de
Harvard, que el ex "Yegua del Apocalipsis" se bajó una petaca entera de whisky mientras dictaba su charla.
Entre discusiones sobre la crónica urbana -el tema que definitivamente convocó ayer a los estudiantes latinos de la universidad-, Lemebel también dictó cátedra ante los académicos, convirtiéndose en la vedette de los expositores que han pasado por el centro académico de Boston en el último tiempo, todo esto aumentado por la entrada de su novela "Tengo miedo torero" ("My tender matador", editorial Grove Press) al mercado norteamericano. "Fue una presentación en la que no estuvieron ausentes los temas que yo trato en mi escritura: minorías y memoria. Y culminé la presentación con un homenaje a los detenidos desaparecidos. Dije que, de alguna manera, en
términos simbólicos, los aviones que bombardearon La Moneda habían despegado desde acá", relató ayer Lemebel directamente desde la oficina del profesor de Letras chileno Luis Cárcamo, ubicada en un ala del departamento de Literatura. "Fue tan populoso como un recital de Juan Gabriel", detalló. -¿Y cómo lo recibieron?
-Con una risa media torcida, pero también con muchos aplausos. Si bien es cierto que éste es un lugar del saber ortodoxo, del saber blindado en términos imperiales, también se permite la autocrítica. Lo que he echado de menos es la ausencia del discurso político. Nadie habla de la guerra, ni de los torturados iraquíes, ni de papá Bush. -También aprovechó de hablar sobre la farándula gay chilena.
-Es pura pose y puro cuento. De alguna manera es un lugar que no ha sido ganado en términos militantes. Es un espacio cómodo y coqueto que instala
el poder. Es un discurso forzado porque sólo pueden hablar de la homosexualidad, del fashion, del glamour y de todas estas tonteras frívolas que maneja la farándula. Es el circo y ellos son los nuevos payasos de la fiesta neoliberal. -¿Como Jordi Castell?
-No. Yo creo que Jordi me interesa porque desmarca su discurso hacia otros temas. Es lo único rescatable de ese zoológico tan superficial que es la televisión. -¿Qué tan distinto es ser maricón a ser gay?
-A ver. No te voy a contestar eso porque creo que es agresivo en tu boca. -Pero si eso es algo que usted mismo ha dicho, pues. Tal como su analogía entre salir del clóset o del ropero.
-Es que yo era tan pobre que no tenía ni clóset, ni ropero. Es más, yo nunca salí del clóset, porque salía directo a la intemperie. Uno pone algunos límites, pero cada gay o cada homosexual lleva en sí mismo muchas diferencias. La categorización dual de decir maricón o decir gay no es tan así. Hay un abanico infinito de posibilidades de ser homosexual o ser gay. -¿Qué es lo más detestable de la televisión? ¿Yerko Puchento? -¿Lo más detestable? Yerko, no. Yo soy amigo de Daniel Alcaíno. Tampoco puedo ser una tonta grave. -¿Passalacqua también es un aporte?
-No, no, no. No voy a caer en la trampa de la farándula. Córtala. Yo soy un escritor y no voy a aceptar que me trates como la loca de las letras. Ya, chao no más. Me chorié contigo. Foto: Héctor Ruz
Hilarante escritor sacó aplausos de universitarios
Lemebel estremeció a todos con su relato de zoofilia
por Marianela Cisternas Las Ultimas Noticias, Viernes 9 de abril de 2004
“Quise darle un espacio a algunas amorosas perversiones sexuales que ocurren en la urbe y que se publicitan de forma demoníaca”, contó.
La homosexualidad y el travestismo siempre han sido el gran tema de la hilarante y sabrosa pluma de Pedro Lemebel, pero ahora el escritor quiso ir más allá. En sus nuevos relatos, que ayer leyó a un auditorio repleto de estudiantes de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y que planea publicar próximamente, habla sobre la zoofilia y el incesto. “Quise darle un espacio a algunas amorosas perversiones sexuales que ocurren en la urbe y que se publicitan de forma demoníaca”, dijo al comenzar a leer su relato
“Noche quiltra, ¡oh, SanFrancisco nunca lo pensó!”. Lemebel sacó carcajadas y aplausos de los estudiantes cuando contó la vez en que llegó de madrugada a su población y después de unos tragos y unos “cuetes” se despertó y se dio cuenta que “todos los chicos se habían ido, en realidad casi todos, pensé con los ojos cerrados, sintiendo un bulto tibio pegado a mi pierna... y era tan suave el pelaje arisco de su quiltra piel y era tan velludo ese cuero canino que dormía a mi lado, que no parecía humano ese animal que lamía mis dedos en el estruje de la caricia”. “Era más que humana la orfandad negra de sus llorados ojos y estaba tan solo, tan infinitamente triste, como yo en esa noche quiltra, que me sentí generoso en la repartija de mi mano multiplicando
fiebres, me sentí San Francisco de Asís, lujuriosamente enamorado de su lobo, y dejé correr su cochambre tiñienta por mis yemas... por eso archivé la moral ecológica en el estante de Greenpeace y le mandé a mi cholo una paja gloriosa, que nunca una caricia le había concedido y así se fue, meneándome la cola caninamente agradecido y yo también le dije adiós...”. Después de leer otros relatos que también sacaron aplausos, como el que relata la vida de Benjamín, el primo gay de Violeta Parra, explicó que en su libro “puedan estar presentes ciertas sexualidades marginadas o ciertas perversiones, entre comillas, demonizadas como la zoofilia o el incesto”. -¿Cómo hablar del incesto sin demonizarlo? -El título de la crónica te lo puedo adelantar. Se llama “Me acosté con mi hijo para salvarlo de la droga”. -Qué fuerte. -Son realidades poblacionales urbanas, pero tratadas literariamente y con cierta distancia. No como noticia condenatoria. Cuando estos temas son tratados por los medios de comunicación ahí se hace el pecado, no antes. -¿Alabas, pontificas o muestras? -Muestro, muestro con la ternura pioja de mis letras Foto: Abraham Márquez
El Mercurio
13 de mayo de 2004
Pedro Lemebel se refirió a la revolución mediática gay que se está generando en Chile, durante su presentación en la Escuela de Literatura de la Universidad de Harvard, Estados Unidos. El literato dijo que esta farándula es pura pose, puro cuento, como todo en Chile, no hay un destape revolucionario, sino que una tímida muestra contenida. Sobre su propio destape homosexual, explicó que él nunca tuvo que salir del clóset: los pobres no tenemos clóset, sino ropero, pero a mí se me notaba a la legua. El tema que lo llevó a la universidad norteamericana fue la crónica urbana, género al que define como un reflejo de la realidad de localidades inocentes y olvidadas.
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