PREOCUPACIONES EN EUROPA

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PREOCUPACIONES EN EUROPA Noviembre de 1993 - Abril de 1994

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PREOCUPACIONES EN EUROPA

Noviembre de 1993 - Abril de 1994

Junio de 1994Índice AI: EUR 01/02/94/sDistr: SC/CO/GR

Secretariado Internacional, 1 Easton Street, Londres WC1X 8DJ, Reino UnidoTraducción de Editorial Amnistía Internacional, España

PREOCUPACIONES EN EUROPA

NOVIEMBRE DE 1993 A ABRIL DE 1994

JUNIO DE 1994 RESUMEN ÍNDICE AI: EUR 01/02/94/s╶──────────────────────────────────────────────────────────────────────────DISTR: SC/CO/GR

Los países y preocupaciones son los siguientes:

INTRODUCCIÓN

ALBANIA-Arresto o procesamiento de periodistas, seguidos de indulto presidencial; arresto de miembros de la minoría griega de Albania; ex funcionarios del Partido Comunista llevados a juicio por matar a personas que atravesaban ilegalmente la frontera; la pena de muerte.

ALEMANIA-Malos tratos infligidos por la policía de Hamburgo a los detenidos; Birgit Hogefeld sometida a régimen de aislamiento prácticamente total; muerte por disparos de Wolfang Grams.

ARMENIA-Toma de rehenes; la pena de muerte; muerte de presos azerbaiyanos.

AUSTRIA-Presuntos malos tratos a detenidos; objeción de conciencia al servicio militar.

AZERBAIYÁN-Toma de rehenes; la pena de muerte.

BIELORRUSIA-La pena de muerte; homosexualidad; objeción de conciencia.

BOSNIA-HERZEGOVINA-Preocupaciones ante el conflicto entre croatas y musulmanes; minorías que aún permanecen en zonas controladas por los serbios de Bosnia; agresiones indiscriminadas y ataques deliberados contra civiles; presos de conciencia, toma de rehenes.

BULGARIA-Prosiguen las torturas y malos tratos a los gitanos.

(REPÚBLICA)CHECA -Malos tratos y muerte bajo custodia. La Ley de Difamación, enmendada por el Tribunal Constitucional.

CHIPRE-Objeción de conciencia al servicio militar.

CROACIA-Objeción de conciencia.

DINAMARCA-La pena de muerte; disparos en el curso de una manifestación; denuncias de malos tratos.

ESLOVAQUIA(REPÚBLICA DE)-La aplicación de las leyes contra la difamación provoca procesamientos.

ESPAÑA-Denuncias de torturas y malos tratos: casos y juicios; industrial vasco liberado por grupo armado vasco.

ESTONIA-La pena de muerte.

FRANCIA-Denuncias de malos tratos, disparos de la policía y muertes producidas bajo custodia policial.

GEORGIA-Presuntos malos tratos a detenidos; detención de opositores políticos; la pena de muerte.

GRECIA-La pena de muerte; juicios por ejercer el derecho a la libertad de expresión; objeción de conciencia; nuevas denuncias de malos tratos.

HUNGRÍA-Malos tratos y violación del derecho a la libertad de expresión: el caso de Hermán Péter y Pálinkás József; la ley de difamación contraviene el derecho a la libertad de expresión.

ITALIA-Muertes bajo custodia y denuncias de malos tratos infligidos por funcionarios encargados de hacer cumplir la ley; presuntos malos tratos por guardias penitenciarios.

KAZAJSTÁN-Presos de conciencia; pena de muerte.

KIRGUISTÁN-Torturas y malos tratos bajo custodia; pena de muerte.

LETONIA-Pena de muerte.

LITUANIA-Pena de muerte: Denuncias de malos tratos; nueva

legislación sobre detención preventiva.

LUXEMBURGO-Aislamiento prolongado de presos.

MOLDAVIA-El juicio de los «Seis de Tiraspol»; pena de muerte.

PAÍSES BAJOS(REINO DE LOS)-Antillas Holandesas: presuntos malos tratos a manos de policías y funcionarios de prisiones.

PORTUGAL-Denuncias de tortura y malos tratos.

REINO UNIDO-Homicidios políticos en Irlanda del Norte; denuncias de malos tratos y muertes bajo custodia; derecho al silencio; amenaza de Deportación; vista de la apelación de Paul Hill.

RUMANIA-La reforma del código penal por mal camino.

RUSIA-Denuncias de malos tratos bajo custodia; pena de muerte; el caso de Vil Sultanovich Mirzayanov; objeción de conciencia al servicio militar; designación de un comisionado parlamentario para los derechos humanos.

SUECIA-Malos tratos bajo custodia.

SUIZA-Denuncias de malos tratos bajo custodia policial.

TAYIKISTÁN-Presos de conciencia; «desapariciones» y ejecuciones extrajudiciales; pena de muerte.

TURKMENISTÁN-Posible preso de conciencia Karadzha Karadzhayev; reacción de las autoridades ante el informe de Amnistía Internacional; presos de conciencia; pena de muerte.

TURQUÍA-Preocupante aumento de las «desapariciones»; tortura «sistemática» - Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura; pena de muerte aprobada; se intensifican las amenazas contra la libertad de expresión.

UCRANIA-Pena de muerte.

UZBEQUISTÁN-Presos de conciencia; palizas; pena de muerte.

YUGOSLAVIA(REPÚBLICA FEDERALDE)-Provincia de Kosovo: aumento de la violencia policial, posibles juicios sin las debidas garantías, presos de

conciencia; objeción de conciencia y retorno forzoso de solicitantes de asilo.

RATIFICACIONES-DINAMARCA; HUNGRÍA; MACEDONIA (ANTIGUA REPÚBLICA DE); ESLOVENIA; TAYIKISTÁN; UZBEKISTÁN

PALABRAS CLAVE: / TORTURA/MALOS TRATOS1 / MUERTE BAJO CUSTODIA1 / EJECUCIÓN EXTRAJUDICIAL1 / OBJETORES DE CONCIENCIA1 / PENA DE MUERTE1 / CENSURA1 / PRESOS DE CONCIENCIA1 / MINORIAS1 / LEGISLACION1 / POLICIA1 / PERSONAL PENITENCIARIO1 / IMPUNIDAD / DESAPARICIONES / TOMA DE REHENES / DETENCIÓN EN RÉGIMEN DE INCOMUNICACIÓN / JUICIOS / DISCRIMINACIÓN RACIAL / AGRESIÓN SEXUAL / DETENCIÓN ARBITRARIA / RÉGIMEN DE AISLAMIENTO / REPATRIACIÓN FORZADA / CONFESIONES / MALA SALUD / SALUD MENTAL / MUJERES / NIÑOS / AVANZADA EDAD / MENORES / PERIODISTAS / DIRECTORES / REFUGIADOS / CIUDADANOS EXTRANJEROS / HOMOSEXUALES / GRUPOS RELIGIOSOS - TESTIGOS DE JEHOVÁ / CIENTÍFICOS / MÉDICOS / ABOGADOS / EDITORES / ESCRITORES / ECONOMISTAS / ECÓLOGOS / CONFLICTO ARMADO / LEGISLACIÓN DE EMERGENCIA / REFERÉNDUMS / DISTURBIOS CIVILES / FUGAS / INDULTOS / AUTOPSIAS / CONFIRMACIÓN MÉDICA / INVESTIGACIÓN DE ABUSOS / AI Y LOS GOBIERNOS / INSTRUMENTOS DE DERECHOS HUMANOS / CONVENCIÓN DE LA ONU CONTRA LA TORTURA /

Este informe resume un documento titulado Preocupaciones en Europa: Noviembre de 1993 a abril de 1994 (Índice AI: EUR 01/02/94/s), publicado por Amnistía Internacional en junio de 1994. Quienes deseen más información o emprender alguna acción al respecto deberán consultar el documento completo.

SECRETARIADO INTERNACIONAL, 1 EASTON STREET, LONDRES WC1X 8DJ, REINO UNIDOTRADUCCIÓN DE EDITORIAL AMNISTÍA INTERNACIONAL, ESPAÑA

PREOCUPACIONES DE AMNISTÍA INTERNACIONAL EN EUROPA

NOVIEMBRE DE 1993 A ABRIL DE 1994

INTRODUCCIÓN

El presente boletín contiene información sobre las principales preocupaciones de Amnistía Internacional en Europa durante el período de noviembre de 1993 a abril de 1994. Sin embargo, en algunas ocasiones se hará referencia a hechos acaecidos fuera de este período si no se ha informado de ellos con anterioridad o si se han recibido nuevas informaciones antes de que el boletín pasara a la imprenta. La información no atañe a todos los países de Europa, sólo a aquellos en los que se produjeron acontecimientos importantes durante el período que abarca el boletín.

Las cinco repúblicas de Asia Central, a saber, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán todavía se incluyen en la región europea y por consiguiente en este boletín, por formar parte de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), así como de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa (CSCE).

Durante el período que cubre el boletín se han publicado algunos informes sobre países individuales a los que se hacen las referencias oportunas en el apartado correspondiente. Además, se puede encontrar más información sobre preocupaciones o incidentes concretos en las Acciones Urgentes y en la información proporcionada por los Servicios de Noticias.

Las referencias en el texto a boletines anteriores son como siguen:

Índice AI: EUR 01/01/94/sPreocupaciones en Europa: mayo a octubre de 1993Índice AI: EUR 01/04/92/sPreocupaciones en Europa: mayo a octubre de 1992

ALBANIA

Arresto o procesamiento de periodistas, seguidos de indulto presidencial

El 4 de mayo, el presidente Sali Berisha concedió el indulto a cinco periodistas que habían sido condenados en relación con determinados artículos aparecidos en la prensa. En marzo, un tribunal de apelación había confirmado la sentencia de 18 meses de prisión dictada contra Martin Leka, periodista del diario independiente Koha Jonë, e impuso una pena de cinco meses de prisión a Aleksandër Frangaj, director del periódico, acusado de «revelar secretos militares». El periódico había publicado una orden militar que estipulaba que los oficiales francos de servicio no debían portar armas; Martin Leka había escrito un comentario crítico sobre esta orden. Luftar Matohiti fue condenado a dos meses de prisión a causa de una carta por él redactada y que se publicó en el diario del Partido Socialista, Zëri i Popullit, que el tribunal consideró injuriosa hacia el presidente Berisha, mientras que a Shyqyri Meka, director adjunto, se le impuso una elevada multa por publicar la carta. El 6 de abril, a Ilirian Zhupa, director de Populli, se le impuso una condena condicional de dos meses por un artículo en el que se criticaba a los servicios secretos del país. Según informes, Martin Leka era el único de los cinco que permanecía en prisión cuando se concedieron los indultos (Luftar Matohiti ya había cumplido la condena).

La prensa de oposición se mostró muy crítica con una ley de prensa aprobada en noviembre. Diversos periodistas pertenecientes a la prensa de oposición también denunciaron actos de hostigamiento por parte de las autoridades y agresiones en la calle cometidas por «personas desconocidas» de las que sospechaban que estaban vinculadas con las autoridades.

Arresto de miembros de la minoría griega de Albania

Las relaciones entre Albania y Grecia empeoraron gravemente tras un ataque perpetrado el 10 de abril contra un cuartel albanés cercano a la frontera en el que murieron dos soldados albaneses. Albania ha acusado de la acción a un grupo constituido por un «comando terrorista griego». El 21 de abril, fueron arrestados 11 miembros de la minoría griega de Albania. Los policías que efectuaron registros en sus hogares manifestaron que se confiscaron armas y documentos que revelaban «intenciones expansionistas de Grecia y planes para anexionar zonas de Albania». Entre las 11 personas arrestadas se encontraban

miembros importantes de la organización de la minoría griega, Omonia. Hasta el momento no se dispone de detalles de los cargos presentados contra ellos.

Ex funcionarios del Partido Comunista llevados a juicio por matar a personas que atravesaban ilegalmente la frontera

En noviembre, Engjel Toma, ex jefe de un puesto fronterizo, fue condenado a 10 años de prisión por haber dado muerte a seis personas en 1990 cuando intentaban huir del país. En esos momentos, cruzar ilegalmente la frontera se consideraba un delito de «traición», y era punible con una pena de hasta 25 años de prisión o la muerte. Es la primera vez que se condena a un funcionario por el homicidio de personas que cruzaban ilegalmente la frontera.

Entre otros ex funcionarios que serán juzgados en relación con abusos contra los derechos humanos se encuentra el anterior presidente, Ramiz Alia, y otros nueve acusados cuyo juicio está fijado para el 21 de mayo, también por su responsabilidad en los homicidios de personas que cruzaban la frontera ilegalmente; además, están acusados de abuso de autoridad y de apropiación indebida de propiedades de titularidad estatal.

La pena de muerte

Dos hombres, Luan Isufi y Laver Goga, fueron condenados a muerte por asesinato en enero y abril, respectivamente. Según un informe periodístico, en 1993 se ejecutó a nueve hombres.

ALEMANIA

Malos tratos infligidos por la policía de Hamburgo a los detenidos

En enero, Amnistía Internacional publicó un informe (Federal Republic of Germany: Police ill-treatment of detainees in Hamburg, Índice AI: EUR 23/01/94) en el que se criticaba a las autoridades de Hamburgo por no procesar a los agentes de policía que infligieron malos tratos a detenidos que se encontraban bajo su custodia y por no adoptar medidas disciplinarias contra ellos. Entre 1989 y 1993, se presentaron 32 denuncias de malos tratos contra los agentes, miembros de una unidad policial especial (llamada E-Schicht), ubicada en la comisaría nº 16 de Hamburgo. Ningún agente ha sido acusado ni se han adoptado medidas disciplinarias contra ninguno de ellos. En dos casos al menos, ambos documentados en el informe, un tribunal de Hamburgo adjudicó con posterioridad una indemnización a las víctimas por los daños sufridos a manos de la E-Schicht.

En febrero, Amnistía Internacional se dirigió por escrito a las autoridades de Hamburgo y manifestó que creía que al no presentarse cargos ni adoptarse medidas disciplinarias contra los agentes responsables de los malos tratos infligidos a detenidos, otros agentes pensarían que podrían cometer actos similares con toda impunidad. La organización instó a los ministros de Justicia e Interior de Hamburgo a que examinaran en profundidad todas las denuncias de malos tratos cometidos por miembros de la E-Schicht, localizada en la comisaría 16. Asimismo, la organización hizo un llamamiento a las autoridades de Hamburgo para que estudiasen las directrices existentes sobre el uso de la fuerza por parte de los agentes de policía y la forma en la que los agentes y las autoridades judiciales interpretan las mismas, con el objeto de garantizar que se adecúan a la normativa internacional.

A finales de abril, Amnistía Internacional no había recibido respuesta de las autoridades de Hamburgo a su informe ni a sus cartas. Empero, la organización pudo saber que la fiscalía de Hamburgo habían reabierto la investigación de uno de los casos de presuntos malos tratos. A finales de abril se informó de que el ministro del Interior de Hamburgo había anunciado la disolución de la E-Schicht como parte de un programa de austeridad económica.

Birgit Hogefeld sometida a régimen de aislamiento prácticamente

total

En junio de 1993, Birgit Hogefeld fue arrestada en Bad Kleinen, en el norte de Alemania, en el curso de una intervención policial en la que Wolfang Grams, presunto miembro del RAF (Rote Armee Fraktion / Fracción del Ejército Rojo) y un policía resultaron muertos (véase más abajo). De conformidad con la legislación antiterrorista, Birgit Hogefeld permanece detenida en la prisión de Bielefeld-Brackwede I, donde a finales de 1993 no había mantenido ningún tipo de contacto con el resto de las internas.

Amnistía Internacional se siente preocupada ya que el aislamiento prolongado de los presos puede comportar graves consecuencias físicas y psicológicas y constituir un trato cruel, inhumano o degradante. En diciembre, la organización preguntó al ministro federal de Justicia y al ministro de Justicia de Renania del Norte-Westphalia si la Fiscalía Federal (Generalbundesanwalt) y el Tribunal Supremo Federal (Bundesgerichtshof), cuando ordenaron que Birgit Hogefeld permaneciera en estricto régimen de aislamiento, habían considerado que el aislamiento prolongado puede ser causa de secuelas en la salud física y mental de los presos. Amnistía Internacional también preguntó por las medidas adoptadas por las autoridades de la prisión de Bielefeld para paliar los efectos del aislamiento sobre Birgit Hogefeld y si estaba previsto revisar las condiciones carcelarias a las que se encuentra sometida.

En enero, las autoridades alemanas informaron a Amnistía Internacional de que al determinar las condiciones del encarcelamiento de Birgit Hogefeld, el Tribunal Supremo Federal y la Fiscalía Federal habían tenido en cuenta el hecho de que el régimen de aislamiento estricto constituye una dura prueba para el interno. En consecuencia, habían intentado paliar los efectos del régimen de aislamiento mediante la concesión a Birgit Hogefeld de derechos de visita adicionales y amplias facilidades de acceso a la televisión, radio, prensa, etc. Además, en diciembre se le otorgó permiso para participar diariamente una hora en los ejercicios físicos.

En una carta dirigida en abril a las autoridades alemanas, Amnistía Internacional acogió favorablemente las medidas adoptadas para atenuar las condiciones de aislamiento de Birgit Hogefeld, pero manifestó que continuaba su inquietud porque las posibilidades para mantener una relación social significativa con el resto de los internos seguían siendo extremadamente

limitadas. (Según la información de que dispone Amnistía Internacional, el número de internos que pueden participar en la hora diaria de gimnasia que se ha concedido a Birgit Hogefeld es muy reducido, entre dos y siete personas. Además, parecer ser que muchos de estos presos no aprovechan la oportunidad de hacer ejercicio, o, por diversos motivos, lo hacen en escasas ocasiones, debido por ejemplo, a que se les deja en libertad tras permanecer breve tiempo en detención preventiva). Consecuentemente, la organización instó a las autoridades a que exploraran nuevas posibilidades para incrementar el contacto social que pueda mantener con otros internos.

Muerte por disparos de Wolfgang Grams (véase Índice AI: EUR 01/01/94/s).

En enero, la Fiscalía de Schwerin (Staatsanwaltschaft Schwerin) concluyó la investigación sobre la muerte de Wolfang Grams tras calificar de infundados los informes en los que se decía que un miembro del grupo antiterrorista GSG-9 había dado muerte deliberadamente al presunto miembro de la RAF. En su investigación, el fiscal llegaba a la conclusión de que Wolfang Grams se había suicidado.

ARMENIA

Toma de rehenes

Salieron a la luz nuevos informes sobre civiles azerbaiyanos que al parecer permanecían como rehenes en Armenia en el contexto del conflicto por la zona de Karabaj (véase Índice AI: EUR 01/01/94/s). En un informe aparecido durante el período a examen, se dice que el ciudadano de Azerbaiyán Maarif Ali ogly Aliyev fue detenido el 21 de septiembre de 1991 por fuerzas de etnia armenia de Karabaj mientras conducía un vehículo en su ciudad natal de Yevlaj, Azerbaiyán, o en sus cercanías. En noviembre de 1993, continúa el informe, fue trasladado al distrito Noyemberyansky de Armenia, donde una persona a título personal y en complicidad con las autoridades, le retuvo como rehén.

Amnistía Internacional sigue instando a las autoridades armenias a que investiguen esos casos de presunta toma de rehenes, determinen la identidad de las personas que puedan estar retenidas en esas condiciones, garanticen su puesta en libertad inmediata y con las debidas seguridades, y hagan que quienes sean hallados culpables comparezcan ante la justicia.

La pena de muerte

Dos presos de Azerbaiyán fueron condenados a muerte en un juicio concluido en abril en la capital, Yereván. Según se informó, Bajtiar Janali ogly Shabiev y Garai Muzafar ogly Nagiev fueron condenados por el asesinato de tres civiles armenios sucedido en la región de Kelbayar, en Azerbaiyán (zona ahora ocupada por fuerzas de etnia armenia), y por el intento de envenenamiento de un depósito de agua en Armenia. A otros seis acusados se les impusieron largas condenas de prisión. Se dijo que todos ellos pertenecían a las fuerzas armadas de Azerbaiyán.

Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin reservas, e hizo un llamamiento a las autoridades armenias para que conmuten las penas.

Muerte de presos azerbaiyanos

La muerte de ocho presos azerbaiyanos, que, según se dijo, se produjo el 29 de enero cuando intentaban escapar de la custodia del Ministerio de Defensa de Armenia en Yereván, se ha visto rodeada de informes contradictorios. Con arreglo a las autopsias practicadas en Azerbaiyán por autoridades sanitarias y por el

profesor Pounder, de la Universidad de Dundee, Escocia, un hombre murió por heridas de bala en el pecho, otro por heridas incisivas en la garganta y otros seis por heridas de bala en la cabeza (en tres de los casos el cañón del arma estuvo en contacto con la cabeza en el momento del disparo).

El profesor Pounder descartó las primeras declaraciones en las que se afirmaba que las seis personas con heridas en la cabeza recibieron los disparos cuando intentaban la huida, ya que, muy al contrario, la naturaleza de las heridas apuntaba a que se habían producido a consecuencia de «disparos característicos de una ejecución». No obstante, no excluía en absoluto la posibilidad de un suicidio colectivo, explicación facilitada por el Fiscal Militar de Armenia, quien dijo que siete hombres dispararon contra ellos mismos con una pistola poco después de que fracasara su intento de fuga. En el caso de la octava persona, el profesor Pounder consideró que las heridas en la garganta eran propias de un suicidio.

Amnistía Internacional ha manifestado su preocupación ante las circunstancias en las que se produjeron las muertes de esas personas y hace un llamamiento a las autoridades armenias para que lleven a cabo con prontitud una investigación completa e imparcial, y a que hagan públicos los resultados de la misma.

AUSTRIA

Presuntos malos tratos a detenidos

Presuntos malos tratos a ciudadanos extranjeros

En junio, Amnistía Internacional informó sobre diversas denuncias recibidas en las que se comunicaba que la policía o miembros del personal penitenciario habían sometido a tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes a ciudadanos extranjeros, algunos de ellos solicitantes de asilo (véase Austria: The alleged ill-treatment of foreigners; a summary of concerns, Índice AI: EUR 13/02/94). En algunos de los casos documentados por la organización, los detenidos denunciaron que les habían ocasionado malos tratos cuando permanecían bajo detención administrativa a la espera de su deportación (Schubhaft).

El caso de Werner Hirtmayr (véase Índice AI: EUR 01/01/94/s)

En diciembre, las autoridades austríacas informaron a Amnistía Internacional de que el Fiscal de Viena (Staatsanwaltschaft Wien) había decidido no reabrir la investigación sobre las denuncias presentadas por Werner Hirtmayr, quien afirmaba que dos agentes de policía le habían infligido malos tratos en febrero de 1992, a pesar de que el Tribunal Administrativo Independiente de Viena (Unabhängiger Verwaltungssenat Wien) había resuelto en junio de 1993 que los agentes que le arrestaron habían hecho uso excesivo de la fuerza. Según las autoridades, las pruebas presentadas por los agentes, el denunciante y la esposa del denunciante eran contradictorias y, en consecuencia, «no se podían determinar con claridad las circunstancias en las que resultó herida la rodilla del denunciante»; por lo tanto, no se podía entablar procedimiento penal ni disciplinario contra los agentes.

Objeción de conciencia al servicio militar

A finales de 1993, venció la validez de una enmienda a la Ley del Servicio Civil Alternativo (Zivildienst-gesetz), que había sido introducida únicamente para un período de dos años. (La enmienda legislativa había abolido la exigencia de que los solicitantes de la condición de objetor de conciencia comparecieran ante la Comisión del Servicio Alternativo (Zivildienstkommission) y presentaran una objeción verbal, por motivos de conciencia, al servicio militar. Al mismo tiempo, la duración del servicio civil alternativo se había incrementado de

ocho a diez meses).

Tras un vacío en la legislación que se prolongó varias semanas, durante las que se sucedieron los debates sobre la nueva legislación sustitutoria de las antiguas disposiciones, el parlamento austríaco aprobó finalmente una nueva enmienda (Zivildienstgesetz-Novelle 1994) a inicios de febrero, con carácter retroactivo al 1 de enero y válida durante dos años.

En virtud de la nueva enmienda, la duración del servicio civil alternativo pasa a ser de 11 meses, en lugar de diez. (El servicio militar tiene una duración de ocho meses). El 1 de enero de 1995, se aumentará de nuevo a 12 meses si entre el 1 de mayo y el 31 de octubre de 1994 se presentan más de 3.000 solicitudes para el servicio civil alternativo. Con arreglo a otro importante cambio introducido, se han impuesto nuevas restricciones a los plazos de que disponen los objetores de conciencia para presentar la solicitud para la realización del servicio civil alternativo. Con anterioridad al 1 de enero, los objetores tenían que solicitar el servicio alternativo dentro de las dos semanas siguientes a la recepción de la notificación para incorporarse a filas. De conformidad con las nuevas disposiciones, ahora los objetores de conciencia deben presentar su solicitud para el servicio civil alternativo en el plazo del mes siguiente al de la recepción de la notificación de aptitud para realizar el servicio militar. En la práctica, pueden transcurrir meses, e incluso años, desde el momento de recepción de la notificación de aptitud para el servicio hasta la llamada a filas. De este modo, una persona que presente objeción al servicio militar cuatro semanas después de haber sido declarado médicamente apto (los jóvenes pueden realizarse el examen médico incluso a los 17 años) estará inhabilitada para presentarse al servicio civil alternativo y se enfrenta a penas de hasta dos años de prisión si se niega a incorporarse al servicio militar o a obedecer órdenes militares.

En enero y marzo, Amnistía Internacional escribió a Robert Elmecker, Presidente del Comité de Asuntos Internos del Parlamento Austríaco (Nationalrat o Consejo Nacional), a Heinz Fishcer, Presidente del Consejo Nacional, y a Nikolaus Scherk, Director del Departamento de Derechos Humanos del Ministerio Federal de Asuntos Exteriores. En sus cartas, Amnistía Internacional manifestaba que al restringir el plazo para presentar una solicitud no se tiene en consideración el hecho de que las creencias que una persona mantiene en pleno uso de sus facultades pueden cambiar con el tiempo. La organización señalaba que la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones

Unidas y el Comité de Ministros del Consejo de Europa habían reconocido el principio de que los objetores de conciencia al servicio militar obligatorio pudieran solicitar su pase al servicio alternativo en cualquier momento. Amnistía Internacional subrayó que consideraría preso de conciencia a toda persona encarcelada por presentar fuera de los nuevos plazos propuestos una solicitud, debidamente fundamentada, para la realización del servicio civil alternativo en razón de sus creencias, mantenidas conscientemente. La organización también pidió información sobre las razones de que sigan existiendo divergencias en la duración respectiva del servicio militar y el servicio civil alternativo. (Amnistía Internacional cree que la duración de todo servicio civil alternativo no debe tener carácter punitivo para con la objeción de conciencia. Tanto la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas como el Comité de Ministros del Consejo de Europa han instado a los gobiernos a que introduzcan un servicio civil alternativo que no sea de carácter punitivo). A excepción de un acuse de recibo de la carta dirigida al Parlamento Austríaco, a finales de abril Amnistía Internacional no había recibido respuesta a sus cartas sobre esta cuestión.

AZERBAIYÁN

Toma de rehenes

Durante el período a examen, las dos partes en conflicto por la disputada región de Karabaj prosiguieron tomando rehenes (véase Índice AI: EUR 01/01/94/s). Uno de los casos que salió a la luz pública fue el de Georgy Sergeyevich Tumanyan, estudiante de 17 años de edad de origen armenio, que fue detenido el 12 de noviembre cuando viajaba a través de Azerbaiyán en un tren que había partido de Kiev, en Ucrania, y se dirigía a Tiblisi, capital de Georgia. El hecho de que siguiera esta ruta induce a pensar que Georgy Tumanyan es miembro de la comunidad de etnia armenia que vive en Georgia. Se informó que primeramente fue trasladado a Baku, la capital de Azerbaiyán, y después a un campo de prisioneros en Gobustan. Desde entonces, ha permanecido presuntamente retenido en calidad de rehén, únicamente a causa de su origen étnico.

Se supo que otros dos armenios de Georgia que habían sido detenidos mientras se encontraban en tránsito fueron puestos en libertad en agosto de 1993. Vilik Oganesov y Artavaz Mirzoyan habían sido arrestados en el aeropuerto de Baku en abril de 1992 (véase Azerbaydzhan Hostages in the Karabakj conflict:─ civilians continue to pay the price, Índice AI: EUR 55/08/93). En septiembre, el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de las Naciones Unidas había declarado que su detención era arbitraria y contravenía las normas internacionales de derechos humanos.

También salieron a la luz nuevas informaciones sobre dos de los seis miembros de una familia azerbaiyana de la que se dijo que había sido tomada como rehén por fuerzas de etnia armenia en Jodzhaly, Azerbaiyán, en febrero de 1992 (véase Índice AI: EUR 55/08/93). En diciembre se informó de que Saltanat Zulal gyzy Mamedova (nacida en 1931) y su hija Lyatifa Ibad gyzy Mamedova (nacida en 1958) habían sido vistas en agosto de ese año en una granja ganadera en el distrito de Shushinsky de Karabaj, donde se les obligaba a trabajar. Se desconoce el paradero del resto de la familia.

Amnistía Internacional prosigue instando a las partes en conflicto por Karabaj a que investiguen todos los casos en los que presuntamente se han tomado rehenes, determinen la identidad de todas las personas que puedan permanecer retenidas y garanticen su puesta en libertad inmediata con todas las seguridades, y a que quienes sean hallados culpables respondan

de sus actos.

La pena de muerte

En diciembre, fuentes no oficiales informaron de que había 48 personas en espera de ser ejecutadas, y desde entonces se ha tenido noticia de otras dos penas de muerte. E. Allajverdiyev y F. Gadzhiyev (se desconocen sus nombres de pila) fueron condenados a muerte por un tribunal de Gyandzha el 3 de marzo por el doble asesinato de un funcionario ruso residente en Azerbaiyán y de su esposa. Se cree que han elevado un recurso ante el Tribunal Supremo.

No se tiene noticia de que se hayan practicado ejecuciones durante el período a examen, aunque en abril otra persona de etnia armenia condenada a muerte falleció bajo custodia. Se trataba de Arkady Ayriyan, sexto armenio fallecido durante la espera a la ejecución desde junio de 1992. Uno de esos seis se dijo que se suicidó, y del resto que murieron a causa de diversas enfermedades, pero, según ciertas denuncias, palizas y negligencias médicas contribuyeron a su muerte.

Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepciones, y hace un llamamiento a las autoridades para que conmuten todas las condenas a muerte pendientes. La organización también solicita que se aclaren las circunstancias en las que se produjo la muerte bajo custodia de las seis personas de etnia armenia.

BIELORRUSIA

La pena de muerte

A comienzos de 1994, el Departamento de Peticiones de Clemencia y Ciudadanía de la Secretaría del Soviet Supremo (parlamento) de la república de Bielorrusia publicó unas estadísticas sobre la aplicación de la pena de muerte en 1993. En ese año, el Presidium del Soviet Supremo recibió 21 peticiones de clemencia para presos condenados a muerte en Bielorrusia. El departamento había remitido 17 de esas peticiones a la Comisión Parlamentaria de Clemencia. Una petición fue respaldada y la pena de muerte se conmutó por 20 años de prisión. Las otras 16 peticiones fueron desestimadas y se ejecutó a los presos. Todos eran hombres, y habían sido condenados por asesinato premeditado con agravantes.

Tras dos años de debates, el parlamento aprobó el 15 de marzo una nueva constitución. El Artículo 24 mantiene la pena de muerte, hasta su abolición definitiva, como una medida punitiva excepcional aplicable en casos de crímenes especialmente graves, conforme a lo establecido en el Código Penal de Bielorrusia.

En enero, el ministro de Justicia explicó que en el proyecto del nuevo código penal se proponía limitar a nueve el número de delitos, cometidos en tiempo de paz, punibles con la pena capital. Amnistía Internacional escribió al ministro para que especificara si ya se ha dejado de aplicar la pena de muerte a los menores de 18 años y a las mujeres o si se estipula así en el proyecto del nuevo código penal, al que el parlamento debe dar su aprobación final.

Homosexualidad

En enero, el ministro de Justicia confirmó que el Artículo 119 del código penal todavía estaba vigente, pero señaló que en el proyecto del nuevo código penal se proponía la abolición de la primera parte del Artículo 119 para despenalizar los actos homosexuales realizados de mutuo consentimiento entre hombres adultos. El ministro también declaró que durante 1992 resultaron condenados 12 hombres, y 15 hombres más en la primera mitad de 1993, a tenor de lo dispuesto en el Artículo 119. Amnistía Internacional escribió al ministro de Justicia para que explicara si alguno de esos hombres fueron condenados con arreglo a la primera parte del Artículo 119. Hasta la fecha no se ha recibido respuesta.

Objeción de conciencia

El 12 de febrero de 1994, el parlamento rechazó el proyecto de ley sobre una prestación civil alternativa al servicio militar obligatorio. La nueva constitución no contempla el derecho a la objeción de conciencia, y sin embargo, el Artículo 57 estipula que las causas y condiciones para la exención del servicio militar, o su sustitución por un servicio civil alternativo, se establecerán por ley. Amnistía Internacional escribió al ministro de Defensa para expresar su pesar ante la decisión adoptada por el parlamento de no aprobar una ley para el establecimiento de un servicio civil alternativo al servicio militar obligatorio.

BOSNIA-HERZEGOVINA

Preocupaciones ante el conflicto entre croatas y musulmanes

En enero se publicó un informe titulado Bosnia-Herzegovina Central y Suroeste: La población civil atrapada en un círculo de violencia (Índice AI: EUR 63/01/94/s), en el que se informaba en detalle sobre abusos cometidos entre abril y diciembre de 1993 en el conflicto entre croatas y musulmanes.

El 1 de marzo de 1994, los gobiernos croata y bosnio y representantes de los croatas de Bosnia firmaron un acuerdo en Washington. En virtud de ese acuerdo se logró un alto el fuego efectivo entre el ejército bosnio, mayoritariamente musulmán, y las fuerzas croatas bosnias. Las tensiones se redujeron radicalmente y sólo se informó de un número relativamente pequeño de presuntos abusos contra los derechos humanos en las zonas afectadas tras la entrada en vigor del alto el fuego. No se han recibido informes confirmados de homicidios arbitrarios y deliberados en gran escala como aquellos de los que se dio cuenta en el informe Preocupaciones en Europa: Mayo-Octubre de 1993 (Índice AI: EUR 01/01/94/s). La mayoría de los civiles que permanecían retenidos en relación con el conflicto entre musulmanes y croatas han sido puestos en libertad.

Minorías que aún permanecen en zonas controladas por los serbios de Bosnia

Los testimonios recogidos por Amnistía Internacional en marzo y abril entre refugiados musulmanes, croatas y gitanos recién llegados de zonas controladas por los serbios bosnios en el noroeste de Bosnia confirman la preocupación por la seguridad de las minorías que aún permanecen en esa región. Los refugiados relataron casos frecuentes de agresiones armadas contra civiles, homicidios deliberados y arbitrarios, torturas y malos tratos o violaciones. Algunos de los abusos se asocian directamente con la expulsión de la gente de sus hogares, otros consistían en robos violentos. Todos los incidentes, en su conjunto, son parte de un plan deliberado con el objetivo de que las minorías que aún restan deseen marcharse.

Con frecuencia, se pudo ver a soldados serbios bosnios uniformados perpetrar estas violaciones. Según informes, se alertaba a la policía, civil o militar, pero ésta no se mostraba dispuesta a acometer acciones terminantes para investigar o impedir las violaciones. A algunas de las víctimas entrevistadas

se les aconsejó que se marcharan cuando recurrieron a la policía o a funcionarios civiles en busca de protección.

Agresiones indiscriminadas y ataques deliberados contra civiles

El 4 de febrero, dos proyectiles de mortero cayeron en rápida sucesión sobre una hilera de civiles que esperaban para recibir ayuda humanitaria en Dobrinje, suburbio de Sarajevo controlado por el gobierno. Ocho personas resultaron muertas y otras 18 heridas; muchas de las víctimas eran niños y mujeres. Funcionarios de las Naciones Unidas declararon más tarde haber confirmado que los proyectiles de mortero se dispararon desde las posiciones de los serbios de Bosnia. Al día siguiente, 68 personas murieron y unas 200 resultaron heridas cuando un proyectil de mortero cayó sobre un mercado atestado de gente en el centro de la ciudad. Las Naciones Unidas no pudieron confirmar si había sido disparado desde las posiciones de los serbios bosnios, pero no había pruebas de que procediera del ejército musulmán bosnio. Representantes de los serbios bosnios negaron toda responsabilidad en ambos casos y, como ya hicieron con anterioridad, manifestaron que los incidentes habían sido organizados por el ejército bosnio para atraerse simpatías sobre su causa. Amnistía Internacional señaló que las autoridades serbias de Bosnia no mostraban coherencia en su desmentido, y que al estar en control de todos los terrenos elevados en torno a la ciudad desde hacía dos años, tenían la posibilidad de disparar con márgenes de error mínimos.

Estas matanzas se sumaron a incidentes frecuentes en los que resultaron muertos civiles en Sarajevo por obuses, proyectiles de mortero o disparos de francotiradores; en muchos casos se disparaba contra civiles con fuego indiscriminado, renunciando a objetivos militares. El hospital de Koševo, por ejemplo, fue alcanzado 267 veces desde abril de 1992.

Las protestas internacionales que siguieron a las últimas matanzas contribuyeron a incrementar las presiones, con lo que se alcanzó un acuerdo local de alto el fuego en la zona de Sarajevo que se ha cumplido en gran medida, y a que las Naciones Unidas y la Organización del Tratado del Atlántico Norte lanzaran un ultimátum en el que se exigía a ambas partes la retirada de las armas pesadas de la zona de Sarajevo.

En abril se produjeron encarnizados combates en torno al enclave de Goražde, en poder del gobierno bosnio, y que había sido declarado por las Naciones Unidas como «zona de seguridad». A los informes que señalaban que el ejército bosnio había

intentado realizar una salida del enclave, siguió una importante ofensiva de los serbios bosnios, cuyas unidades casi ocuparon la ciudad antes de retirarse a causa de los ataques aéreos dirigidos por la OTAN contra las posiciones serbias. Se discute cuál es la cifra de bajas civiles, de las que se informó mientras los combates eran más intensos y el acceso internacional estaba bajo mínimos. Amnistía Internacional se sentía, no obstante, preocupada debido a que el hospital y los centros donde se cobijaban los refugiados constituyeron un objetivo deliberado de los tanques y artillería de los serbios bosnios, así como a causa de los informes sobre homicidios deliberados y arbitrarios perpetrados a medida que los serbios bosnios, al inicio de la ofensiva, tomaron los pueblos que circundan a la ciudad.

Presos de conciencia, toma de rehenes

Permanece confuso el alcance de las detenciones de civiles a causa únicamente de su nacionalidad o por otras razones por las que puedan considerarse presos de conciencia. No obstante, Amnistía Internacional dispone de detalles sobre algunos casos concretos.

En enero, un grupo de cinco médicos y tres enfermeras (seis serbios, un croata y un judío) que habían permanecido trabajando en el hospital de Koševo, en Sarajevo, fueron presuntamente arrestados tras intentar cruzar desde el territorio en manos del gobierno bosnio al que controlaban los serbios bosnios. Según informes, al menos uno de ellos fue juzgado por «eludir el servicio militar» y se le condenó a dos años de prisión. Amnistía Internacional procuró confirmar los detalles de las acusaciones, al creer que podrían ser presos de conciencia.

Amnistía Internacional también tiene noticia de otros posibles presos de conciencia. Según se informó, en Sarajevo, las autoridades bosnias mantenían detenidos a serbios, bien por intentar llegar al territorio controlado por los serbios bosnios o por desertar, negándose a incorporarse al ejército bosnio o prestar servicio armado en el mismo. Según informes, el ejército serbio bosnio juzgó y sentenció a gran número de hombres durante 1993 por eludir el servicio militar o por deserción, y, con casi total seguridad, prosigue haciendo lo mismo. Los informes señalan que algunos de esos presos pudieron negarse a portar armas por razones de conciencia.

En abril de 1994, las autoridades serbias bosnias, que mantienen el poder de facto, detuvieron a 11 cooperantes franceses cerca

de Sarajevo a quienes acusaron de intentar llevar armas de contrabando para las fuerzas del gobierno bosnio. Amnistía Internacional tiene serias dudas sobre las pruebas en las que se fundamentan esas acusaciones. Las autoridades serbias bosnias ofrecieron canjearlos por el personal médico al que se hace referencia más arriba. Amnistía Internacional los consideró rehenes, detenidos únicamente con el propósito de lograr la libertad de los prisioneros en poder del gobierno bosnio. Se les puso en libertad tras el pago de «fianzas» y se les autorizó a regresar a Francia, aunque los cargos no han sido retirados. El personal médico no fue puesto en libertad.

BULGARIA

Prosiguen las torturas y malos tratos a los gitanos

Amnistía Internacional siguió recibiendo informes acerca de miembros de la comunidad gitana que fueron sometidos a malos tratos por parte de agentes de policía, así como sobre actos de violencia racista en los que, según parece, la policía no intervino adecuadamente para proteger a las víctimas. En enero, marzo y abril de 1994, Amnistía Internacional hizo un llamamiento a las autoridades búlgaras para que efectuaran investigaciones completas e imparciales sobre los siguientes incidentes:

Palizas públicas en Glushnik

Durante la noche del 3 de noviembre, un agente de policía y tres hombres armados sorprendieron a 20 gitanos del pueblo de Topolchane, en la región de Sliven, que se encontraban recogiendo uva ilegalmente en las viñas del vecino pueblo de Glushnik, y les encerraron en una porqueriza. A la mañana siguiente, les sacaron uno a uno y les ataron a una verja metálica con las manos a la espalda, donde fueron golpeados por un sargento de la policía y una multitud de vecinos allí congregados.

Dos de los gitanos que presuntamente fueron golpeados eran niños: Kolyo Petrov Iliev, de 11 años, y Petar Yordanov Jristov, de 14 años. Hacia el mediodía, una patrulla de policía llegó a Glushnik y trasladó a los gitanos detenidos a una comisaría. Se les dejó en libertad poco después.

Agresiones racistas en Dolno Belotintsi

Las agresiones y hostigamiento a causa de motivos raciales contra la comunidad gitana de Dolno Belotintsi se iniciaron el 25 de febrero, después de que un miembro de esa comunidad robara y asesinara a un vecino del pueblo de 70 años de edad.

Esa noche, los vecinos lanzaron ataques contra hogares pertenecientes a gitanos para obligar a la comunidad gitana, cifrada en unas 20 familias, a abandonar el pueblo. Entraron a la fuerza en sus hogares, rompieron las ventanas y destrozaron deliberadamente los muebles y otros enseres. Avanzada la noche, un grupo de hombres armados del pueblo obligaron a unos 30 gitanos a ir hasta Nikolovo, pueblo situado a unos tres kilómetros, y a volver. Durante el camino les insultaron, les

amenazaron con arrojarles por un puente y amenazaron a algunas mujeres con agresiones sexuales.

Los ataques prosiguieron con la misma intensidad durante los dos días siguientes. Durante la noche del 26 de febrero, la casa de Miron Simeonov Metodiev fue pasto de las llamas. Las víctimas de la marcha forzada y de las agresiones interpusieron denuncias contra los vecinos que les habían atacado; también denunciaron que, presuntamente, no recibieron protección del Departamento Regional de Policía ni del fiscal del condado.

Agresiones de «cabezas rapadas» contra gitanos en Pleven

El 26 y 28 de marzo y el 1 de abril, un grupo de unos 50 «cabezas rapadas» armados con cócteles molotov, petardos, cuchillos y palos, atacaron hogares de gitanos en el barrio de Storgozia, en Pleven. Según algunos testigos, cuando la policía se presentó, no intervino para poner fin a la agresión y, en determinados casos, algunos agentes de policía golpearon a los gitanos con porras para impedir que salieran de sus hogares. Según informes, algunos agentes también profirieron insultos de carácter racista.

(REPÚBLICA) CHECA

Malos tratos y muerte bajo custodia

Amnistía Internacional manifestó su preocupación ante los informes que indicaban que, el 17 de septiembre de 1993, la policía golpeó e infligió malos tratos a una persona de etnia gitana, Jaroslav Jonáš, de 17 años de edad, en Frydek-Místek, quien, presuntamente, el 19 de septiembre se suicidó cuando permanecía detenido en Ostrava.

Jaroslav Jonáš fue arrestado en las primeras horas de la mañana del 17 de septiembre en compañía de otro menor y de un hombre de 20 años de edad cuando intentaban robar en un restaurante de Frydek-Místek. Durante el primer interrogatorio, practicado en la comisaría sin la presencia de abogado ni de progenitor alguno, Janko Jonáš fue presuntamente golpeado y obligado a firmar una confesión. Fue puesto en libertad pero, el mismo día, fue citado de nuevo en la comisaría para practicar nuevos interrogatorios. En presencia de su padre, de un abogado y de un asistente social, Jaroslav Jonáš se desdijo de su primera declaración alegando que la policía le golpeó, y se quejó de dolores en el cuello y de haber sufrido una hemorragia nasal. Se le trasladó al hospital de Frydek-Místek, donde el médico que le examinó recomendó un tratamiento de siete días para las contusiones en la mejilla izquierda, nariz y en la parte posterior del cuello.

El 18 de septiembre, Jaroslav Jonáš compareció ante un magistrado que ordenó su detención preventiva. Fue trasladado a un centro de detención de menores de Ostrava. El 20 de septiembre se notificó a Janko Jonáš que su hijo se había suicidado hacia las 20:00 horas del 19 de septiembre. Le dijeron que Jaroslav Jonáš había solicitado al responsable de turno que le trasladara a una celda en la que estuviera solo, donde más tarde se le halló ahorcado. En el certificado de defunción se dictaminaba que la muerte se produjo por estrangulamiento y que se trataba de un suicidio, y se describían las mismas heridas que en el certificado médico emitido el 17 de septiembre.

En abril de 1994, Amnistía Internacional se dirigió por escrito al ministro de Justicia para inquirir por los resultados de la investigación de las circunstancias que rodearon la muerte de Jaroslav Jonáš y que, según informes, estaba practicando la fiscalía de Ostrava.

La Ley sobre Difamación, enmendada por el Tribunal Constitucional

El 13 de abril de 1993, el Tribunal Constitucional decidió derogar algunas partes del Artículo 102 del Código Penal, relativas a los actos de difamación contra el gobierno, el parlamento y el Tribunal Constitucional. Amnistía Internacional había manifestado con anterioridad su preocupación por las disposiciones establecidas en esta ley (véase Índice AI: EUR 01/01/94/s), y en abril escribió de nuevo al Presidente Vaclav Havel para instarle a que emprendiera otra reforma legislativa del Artículo 102; tras la decisión adoptada por el Tribunal Constitucional, este artículo todavía considera que difamar a la República Checa constituye un delito penal; también le solicitó la reforma del Artículo 103, que establece penas por difamar al presidente de la república.

Amnistía Internacional entiende que estas disposiciones contravienen el derecho a la libertad de expresión, establecido en el Artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en el Artículo 10 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, instrumentos ambos que la República Checa ha ratificado y que jurídicamente está obligada a respetar.

CHIPRE

Objeción de conciencia al servicio militar

La situación en la que se encuentran los objetores de conciencia en Chipre no ha experimentado mejoría alguna (véase Preocupaciones de Amnistía Internacional en Europa: Mayo a octubre de 1993).

Sotiris Christou y Omiros Andreou Constantinou fueron condenados a dos y seis meses de prisión, respectivamente, por negarse a participar en los ejercicios militares para reservistas, alegando para ello su condición de testigos de Jehová. En el pasado ya habían cumplido penas de prisión semejantes por el mismo delito. Probablemente, cuando sean puestos en libertad se les reclamará otra vez. Si se niegan de nuevo a realizar el servicio militar, se exponen a otra pena de prisión. Amnistía Internacional les consideró presos de conciencia e instó a que fueran liberados de forma inmediata.

En abril, otro Testigo de Jehová, Theocharis Theokli Theocharidis, de 53 años de edad, tenía que comparecer ante un tribunal por negarse a realizar los ejercicios militares para reservistas. Su vista está muy deteriorada, sufre hipertensión arterial e hipertrofia cardiaca. Hasta el momento, no se han aceptado sus solicitudes de exención de obligaciones militares basadas en motivos de salud. En el pasado ya había sido encarcelado por el mismo delito, y ahora se enfrenta a una posible pena de prisión de uno a cinco meses. Su juicio se ha pospuesto.

CROACIA

Objeción de conciencia

Las leyes sobre el servicio militar de Croacia autorizan a los objetores de conciencia a realizar un servicio alternativo, sin armas, sustitutorio del servicio militar. Según la información que obra en poder de Amnistía Internacional, se han aceptado la mayoría de las solicitudes presentadas para realizar el servicio alternativo. Según informes, se reconsiderará la solicitud de un hombre al que se le rechazó la condición de objetor de conciencia y fue procesado por negarse a incorporarse a filas.

Las principales preocupaciones de Amnistía Internacional en relación con esta legislación, es que el servicio alternativo no es propiamente civil y que quienes ya han cumplido el servicio o fueron alistados en el antiguo Ejército Nacional Yugoslavo, deben atenerse a unos plazos limitados para solicitar la realización del servicio alternativo. La ley también impide que quienes, en pleno uso de sus facultades, se hayan convertido en objetores de conciencia tras haber comenzado o concluido la primera fase del servicio militar, puedan optar por el servicio alternativo. La organización se sentía especialmente preocupada ante las movilizaciones efectuadas en Croacia a finales de diciembre de 1993 y en enero de 1994, en las que el ejército croata reclutaba a personas que luego, presuntamente, eran enviadas a combatir en Bosnia-Herzegovina en uniformes sin distintivos o con los distintivos de las fuerzas croatas bosnias (Hrvatsko Vije e Obraneć , HVO). Al parecer, estas movilizaciones afectaron a miles de hombres, en su mayoría nacidos en Bosnia-Herzegovina pero con nacionalidad croata. Al parecer, algunos estaban dispuestos a realizar el servicio militar normal en el ejército croata, pero por motivos de conciencia objetaron a ser enviados a combatir en Bosnia. Un número indeterminado de ellos se negó a ir y fueron presuntamente golpeados. Según se informó, se encarceló a algunos por períodos de hasta 30 días. Amnistía Internacional estaba preocupada ante las denuncias de malos tratos y por el hecho de que la manera en la que se realizaron las movilizaciones excluía la posibilidad de plantear objeciones a realizar el servicio combatiendo con la HVO en Bosnia-Herzegovina.

Grupos de derechos humanos de Croacia han informado de que serbios o croatas nacidos en Bosnia-Herzegovina, o serbios nacidos en Croacia, han recibido documentos de alistamiento cuando se encontraban a la espera de que les fuera confirmada la concesión de la nacionalidad croata, esto es, antes de estar

sujetos a la realización del servicio militar. En al menos un caso del que tiene constancia Amnistía Internacional, un posible objetor de conciencia fue citado en seis ocasiones aun cuando se encontraba en trámites para resolver la cuestión de su nacionalidad, y se ha negado a incorporarse a filas. Amnistía Internacional está recabando más información sobre el caso.

DINAMARCA

La pena de muerte

En febrero, el gobierno danés ratificó el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que tiene por objeto la abolición de la pena de muerte. Amnistía Internacional acogió con beneplácito esta iniciativa e invitó al gobierno a que uniera su voz a la de la organización para instar a otros Estados a que firmen y ratifiquen este instrumento y trabajen en favor de la erradicación de la pena de muerte en todo el mundo.

Disparos en el curso de una manifestación

Amnistía Internacional prosiguió la investigación sobre el incidente sucedido el 18 y 19 de mayo de 1993, en el que agentes de policía, unos provistos de material antidisturbios y otros vestidos de civil, abrieron fuego directamente contra una multitud en el curso de una violenta manifestación transcurrida en Copenhague, a raíz del segundo referéndum celebrado en Dinamarca sobre el Tratado de Maastricht. En los informes policiales hechos públicos no se explican las circunstancias específicas en las que se disparó sobre un mínimo de 11 personas. Con arreglo a esos informes, las únicas órdenes dadas por los responsables de una unidad policial compuesta por agentes uniformados y de civil eran realizar «disparos de intimidación». Según el reglamento de la policía danesa, los disparos intimidatorios se deben realizar «directamente al aire». Los heridos sufrieron heridas de bala en el estómago, en el rostro, la espalda, las piernas y las manos. Las circunstancias en las que la policía recurrió al uso de fuerza letal siguen sin dilucidarse. Se espera que en el mes de junio se concluya un informe sobre el incidente elaborado por el Director de la Fiscalía y basado en las investigaciones efectuadas por la policía de Copenhague y la policía nacional.

Denuncias de malos tratos

Amnistía Internacional continuó sus investigaciones sobre varios informes de malos tratos infligidos por la policía. Siguen pendientes de su resolución los casos civiles en los que se solicita una indemnización por las heridas sufridas por Babading Fatty, turista africano a quien guardias penitenciarios infligieron malos tratos tras haber sido detenido en 1990, y Benjamin Schou, un joven que sufrió una parada cardíaca y graves daños cerebrales tras ser reducido, mientras permanecía bajo

custodia policial en enero de 1992. En diciembre, se desmanteló una patrulla policial especial que participaba en una operación que ya duraba 15 meses y que iba dirigida contra el tráfico abierto de hachís en Christiania, antigua zona de cuarteles militares tomada por ocupantes ilegales desde 1971. Entre las denuncias de malos tratos se cuenta la técnica de «la llave de las piernas» utilizada por la policía: el detenido yace sobre su estómago, se le esposa con las manos por la espalda, con un pie encajado contra la parte interna de la rodilla opuesta y el otro pie sobre las esposas. Varias personas declararon haber sufrido dolores, entumecimiento y hormigueos en los brazos, muñecas, manos o dedos meses después de haber sido reducidos mediante esa técnica.

En marzo, el ministro de Justicia respondió a las preocupaciones planteadas por Amnistía Internacional respecto al encarcelamiento indefinido que padecen en Dinamarca ciudadanos de Groenlandia, acusados de delitos graves cometidos en Groenlandia. Los gobiernos de Dinamarca y Groenlandia han nombrado una comisión que, entre otras cosas, examinará las preocupaciones manifestadas por Amnistía Internacional.

ESLOVAQUIA (REPÚBLICA DE)

La aplicación de las leyes contra la difamación provoca procesamientos

El 7 de diciembre de 1993, el fiscal municipal de Bratislava presentó cargos, en aplicación del artículo 103, contra Iván Lexa, Secretario de Estado del Ministerio de Privatización, según los informes, por unas declaraciones publicadas en Sme y Republika que fueron consideradas difamatorias para el Presidente de la República.

El 14 de enero de 1994 se presentaron cargos, en aplicación de la misma ley, contra Andrej Hrico, director de Domino Efekt, por la carta de un lector publicada en el semanario y que también se consideró difamatoria para el Presidente de la República.

Los artículos 102 y 103 del Código Penal Eslovaco penalizan la difamación de la república, del consejo nacional, del gobierno, del tribunal constitucional y del Presidente de la República. Amnistía Internacional considera que lo dispuesto en estos artículos contraviene el derecho a la libertad de expresión establecido en el artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y el artículo 10 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, tratados ratificados por la República Eslovaca y que legalmente está obligada a observar.

En febrero, Amnistía Internacional instó al presidente Michal Kovác a suspender todos los procesos que hubiera en marcha en aplicación de los artículos 102 y 103, y a que el Tribunal Constitucional Eslovaco iniciara el correspondiente proceso de revisión judicial.

El 4 de marzo, se notificó oficialmente a Ivan Lexa que el Departamento de Investigación de la Policía Eslovaca había retirado los cargos contra él. A pesar de ello, el proceso contra Andrey Hrico siguió adelante. Funcionarios del Departamento de Investigación de la Policía Eslovaca de Kosice lo interrogaron en cinco ocasiones formulándole, entre otras, las siguientes preguntas: si había recibido tratamiento psiquiátrico, si le gustaban las bebidas alcohólicas, y dónde vivía su madre, de 77 años. El caso se envió posteriormente al fiscal de distrito para su consideración.

ESPAÑA

Denuncias de torturas y malos tratos: casos y juicios

Se recibieron nuevas denuncias por malos tratos, pero los procesos judiciales siguieron siendo muy lentos; seguían sin completarse la mayoría de las investigaciones y los juicios previamente citados por Amnistía Internacional, a pesar de que en algunos casos habían transcurrido varios años.

La organización pidió al gobierno que le facilitara información sobre el suicidio, el 28 de febrero, de José Luis Iglesias Amaro, que se ahorcó con los cordones de sus zapatos en una celda de aislamiento de la prisión de Picassent II. Acababa de salir del Hospital La Fe tras recibir tratamiento por la ingestión de varios objetos. Sus compañeros de prisión afirmaron que los funcionarios de la cárcel lo habían golpeado en repetidas ocasiones en los días que precedieron a su muerte; explicaron como grupos de guardianes, armados con porras, entraron en varias ocasiones en la celda de José Luis y le golpearon. El informe de la autopsia señalaba la existencia entre otras lesiones de coágulos de sangre del tamaño de─ ─

«huevos de paloma» en el cráneo y hematomas en la cara y otras partes del cuerpo. Las fotografías del fallecido evidencian la gravedad de las lesiones faciales. Un perito patólogo independiente declaró que las lesiones descritas en el informe correspondían a golpes asestados con porras. Se abrió una investigación en el tribunal de Picassent.

En agosto de 1993, Carlos Viña Pena, agente de la Guardia Civil en la reserva, declaró haber sido maltratado por unos policías que realizaban pesquisas sobre un posible accidente de circulación en La Coruña (véase Índice AI: EUR 01/01/94/s). El tribunal de La Coruña que investigaba su denuncia citó a declar a un civil y cuatro policías.

En agosto de 1991, Mohamed Hegazy y Raed Shibli denunciaron haber sido duramente golpeados en un puesto de la Guardia Civil, en Ibiza. Su denuncia venía respaldada por pruebas fotográficas y forenses (véase Índice AI: EUR 01/04/92). El tribunal archivó la denuncia sin investigarla, pero más tarde ordenó que volviera a abrirse el caso. En septiembre de 1993, los denunciantes fueron multados y condenados a un mes y un día de cárcel por resistencia al arresto. El tribunal reconoció que no había tenido en consideración las denuncias de malos tratos presuntamente sufridos en la comisaría de policía, manifestando que esa circunstancia sería objeto de una investigación aparte.

Rechazó el alegato del fiscal según el cual los dos hombres habían resultado lesionados en la calle, al resistirse a ser arrestados en la calle. A pesar de ello, a fines de abril todavía no había acabado la mencionada investigación y nadie había comparecido ante la justicia.

Tuvieron lugar varios juicios contra agentes de la ley acusados de torturas y malos tratos. En diciembre, el Tribunal Supremo rechazó los recursos de cinco guardias civiles contra las penas de prisión, multa e inhabilitación a que habían sido condenados en 1990 por cargos relacionados con las torturas sufridas por Tomás Linaza, en 1981. Los guardias no habían cumplido ninguna parte de sus condenas y todos habían solicitado ser indultados. En febrero, la audiencia provincial de Bilbao ordenó que se cumplieran las sentencias.

Industrial vasco liberado por grupo armado vasco

El 29 de octubre de 1993, el grupo armado vasco Euskadi Ta Askatasuna (ETA) dejó en libertad a Julio Iglesias Zamora, ingeniero electrónico, tras 117 días de cautiverio. Cuando se produjo el secuestro, en agosto de 1993, Amnistía Internacional solicitó públicamente la liberación incondicional e inmediata del industrial. La organización condenó sin reservas los abusos cometidos por los grupos armados, tales como la toma de rehenes y los homicidios deliberados y arbitrarios, considerándolos actos que contravienen las normas humanitarias internacionales.

ESTONIA

La pena de muerte

En marzo, Amnistía Internacional supo que, el 18 de mayo de 1993, el Tribunal del Condado de Laane-Viru había condenado a muerte a Sergei Krylov. Según el Ministerio de Justicia, Sergei Krylov, sobre quien pesaba una condena anterior por asesinato, fue declarado culpable de la muerte por apuñalamiento de un pensionista. El Tribunal del Estado confirmó la sentencia el 19 de agosto de 1993. Sergei Krylov ha elevado un recurso de clemencia ante el presidente Lennart Meri. Según obra en conocimiento de Amnistía Internacional, otros dos presos, Ruben Melkonjan y Vassili Otshtalenko, se encuentran a la espera del resultado de las peticiones de clemencia que han presentado. Amnistía Internacional ha realizado un llamamiento para que se conmuten esas tres penas capitales, pero no ha recibido respuesta de las autoridades estonias sobre ninguno de los tres casos.

Poco antes de tener conocimiento de la pena de muerte dictada contra Sergei Krylov, Amnistía Internacional había escrito al ministro de Justicia para recabar explicaciones sobre el número de personas que se encuentran condenadas a muerte en la actualidad. Este requerimiento ha sido motivado por un artículo aparecido el 28 de febrero en el diario sueco Dagens Nyheter, en el que se informaba de que el alcaide de la prisión de Patarei había declarado que, en ese momento, eran cinco los presos que se encontraban en espera de ser ejecutados.

FRANCIA

Denuncias de malos tratos, disparos de la policía y muertes producidas bajo custodia policial

En agosto de 1993, Amnistía Internacional se dirigió por escrito a los ministros de Interior y de Justicia para solicitar información sobre las investigaciones de las denuncias de malos tratos policiales, disparos contra personas desarmadas y muertes producidas bajo custodia (véase Índice AI: EUR 01/01/94/s). A finales de abril, no se había recibido respuesta de los ministros; a pesar de ello, la embajada francesa en Londres había facilitado información sobre las investigaciones en marcha sobre dos de los disparos que causaron muertes.

La organización siguió recibiendo denuncias de malos tratos. La noche del 10 de diciembre, Rachid Harfouche, ciudadano francés de ascendencia argelina de 20 años de edad, vio que tres policías corrían hacia él; dio la vuelta y subió corriendo hacia el piso en el que vivía con sus padres en Noisy-le-Sec. Presuntamente, la policía detuvo a Rachid Harfouche junto a la puerta de un vecino para, dijeron, realizar un control de seguridad. Le esposaron con las manos a la espalda y los miembros de su familia y los vecinos pudieron contemplar cómo dos agentes le golpeaban violentamente con porras. Le llevaron escaleras abajo, seguidos de familiares y vecinos. La policía prosiguió golpeándolo y comenzó a vomitar tras recibir un fuerte golpe en el tórax. Se practicaron varios intentos para poner fin a la agresión, pero la policía despejó el portal con gas lacrimógeno. Su madre hubo de ser trasladada al hospital a causa de los efectos del gas. Arrastraron a Rachid Harfouche al exterior y, según su padre, le propinaron golpes y patadas mientras yacía esposado cara al suelo. Fue trasladado a la comisaría de Noisy-le-Sec, donde le acusaron de agresión y le examinó un médico. Un certificado médico emitido al día siguiente, tras recibir tratamiento en el hospital, daba cuenta de una fractura de nariz y de contusiones múltiples en la garganta, pecho, espalda, glúteos y muñecas. Cuando su hermano Idris Harfouche y un amigo se dirigieron a la comisaría, les registraron y verificaron su documentación. Como Idris Harfouche se negara a marcharse sin ver a su hermano, quedó detenido bajo custodia. El 21 de diciembre, ambos hermanos interpusieron una querella judicial contra la policía en el juzgado de Bobigny.

El 9 de marzo, se produjo un grave disturbio en la prisión de Varces, cerca de Grenoble, pero durante tres semanas se suprimieron la mayoría de noticias sobre el incidente. Según

abogados de la localidad y algunos presos, los disturbios comenzaron cuando se llamó a los agentes de la «policía antidisturbios» (Compagnie Républicane de Sécurité, CRS) como refuerzo del personal penitenciario para despejar dos patios de ejercicios en los que se habían concentrado los presos para, según informes, protestar pacíficamente contra las restricciones impuestas en la administración de las condenas, el tiempo de paseo y las visitas familiares. Al parecer, en la operación se empleó fuerza física excesiva, especialmente por lo que se refiere a los golpes con porras denunciados por los presos. Los guardias de la prisión, con armas antidisturbios para arrojar balas de goma, actuaron encapuchados para ocultar su identidad. Una vez que los presos abandonaron el patio, les obligaron a subir las escaleras, donde presuntamente los agentes les golpearon. Unos 15 presos fueron tratados por heridas en la enfermería de la prisión, y otros muchos fueron trasladados de inmediato a otros centros penitenciarios. Amnistía Internacional solicitó más información sobre las razones por las que no se inició una investigación administrativa hasta tres semanas después del incidente y por qué se encontraba a cargo de la investigación el mismo oficial de la gendarmería que había encabezado la operación. Aparentemente, no se han iniciado acciones judiciales pero, el 30 de abril, un grupo de abogados de Grenoble remitieron una carta abierta al fiscal general del Tribunal de Apelación en la que denunciaban la violencia empleada por la policía en la prisión de Vares.

GEORGIA

Presuntos malos tratos a detenidos

Durante el período a examen, Amnistía Internacional ha continuado recibiendo denuncias de malos tratos infligidos a detenidos. Estos informes se ofrecen a continuación.

Irakli Gotsiridze, de 70 años de edad, director de un periódico, fue arrestado el 3 de octubre tras haberse presentado en una comisaría de Tiblisi para denunciar la detención de dos colegas. Declaró que miembros de las fuerzas armadas o de fuerzas paramilitares le golpearon contumazmente, provocándole fracturas en las costillas, y después se negaron a facilitarle asistencia médica. También, según parece, lo arrestaron sin contar con la orden oportuna. Irakli Gotsiridze fue puesto en libertad 36 días después.

El 13 de octubre, miembros de las fuerzas armadas o de fuerzas paramilitares detuvieron a Tamaz Kaladze. Amnistía Internacional desconoce los cargos en su contra, pero se dice que anteriormente había organizado una petición para solicitar la dimisión de Eduard Shevardnadze, presidente del parlamento de Georgia. Presuntamente, Tamaz Kaladze fue golpeado, en la cabeza y las plantas de los pies, entre otros sitios, le aplicaron descargas eléctricas y le cubrieron la cabeza con una bolsa de plástico. Le pusieron en libertad transcurridos 38 días.

Amnistía Internacional siguió manifestando su preocupación ante éstas y otras denuncias. La organización hizo un llamamiento para que se practicara una investigación completa e imparcial sobre todos los casos, para que se hagan públicos los resultados y comparezcan ante la justicia los responsables a los que se identifique.

Detención de opositores políticos

Irakli Gotsiridze y Tamaz Kaladze formaban parte de un grupo de 10 simpatizantes del anterior presidente, Zviad Gamsajurdia, que fueron detenidos durante breves espacios de tiempo en octubre, tras el estallido de una fugaz guerra civil. Amnistía Internacional ha expresado su preocupación ante las denuncias de que a muchos les detuvieron por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión, ha solicitado a las autoridades más información sobre los cargos concretos que pesan sobre ellos, y ha preguntado si sus casos fueron examinados por un juez independiente.

La pena de muerte

En enero, el fiscal de Abjazia, región que en la actualidad no reconoce la jurisdicción de las autoridades georgianas, informó a Amnistía Internacional de que en ese momento se encontraban cinco o seis personas condenadas a muerte en Abjazia, y de que no existía ningún organismo dedicado a examinar las peticiones de clemencia. Para más información y un estudio general de la pena de muerte en Georgia, véase República de Georgia: Actualización sobre la pena de muerte (Índice AI: EUR 56/01/94/s).

GRECIA

La pena de muerte

El 16 de diciembre de 1993, el parlamento griego aprobó una nueva ley para la abolición de la pena de muerte, sin restricciones, en tiempo de guerra o de paz. El gobierno griego también está estudiando la ratificación del Sexto Protocolo del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, que Grecia firmó en 1983.

Juicios por ejercer el derecho a la libertad de expresión

Prosiguió el procesamiento de personas que habían ejercido su derecho a expresar libremente opiniones no violentas y habían criticado la política seguida por el gobierno griego con el país vecino, la antigua república yugoslava de Macedonia, defendiendo la existencia de una minoría étnica macedonia en Grecia. Todos los cargos que existían contra 11 de esas personas se retiraron en tres juicios diferentes celebrados en enero y febrero. No obstante, siete personas todavía se enfrentaban a juicios acusados de cargos semejantes.

El 14 de abril, un antiguo diputado, Ahmet Sadik, fue juzgado en Agrinio por haber publicado un artículo en Güven el 17 de noviembre de 1989 en el que denunciaba que la minoría turca era objeto de discriminación y represión, y por haber distribuido un folleto con el mismo contenido el 22 de noviembre de 1989. Se retiraron los cargos que pesaban contra él.

Objeción de conciencia

Desde octubre, unos 150 hombres, todos ellos testigos de Jehová, han sido encarcelados por negarse a hacer el servicio militar. Se enfrentan a una condena de cuatro años en condiciones que, en julio de 1993, el propio ministro de Defensa Nacional de ese momento calificó de «censurables e inadmisibles». Unos 10 objetores de conciencia fueron puestos en libertad tras cumplir aproximadamente la mitad de la condena de cuatro años que les había sido impuesta.

En enero, a raíz de las nuevas críticas vertidas por el parlamento europeo contra Grecia por su negativa a introducir un servicio civil alternativo, el ministro de Defensa, Gerasimos Arsenis, confirmó que el gobierno griego está estudiando presentar, por tercera vez, una ley para introducir ese servicio alternativo.

Nuevas denuncias de malos tratos

En diciembre, Amnistía Internacional escribió a las autoridades griegas para manifestar su preocupación por los casos de presuntos malos tratos y torturas de los que tuvo noticia durante el año, y que implicaban a diversas dependencias de la policía y de las fuerzas de seguridad. Todavía no se ha recibido respuesta. Desde entonces, Amnistía Internacional ha recibido nuevas denuncias de malos tratos infligidos a ciudadanos extranjeros, albanos y griegos que permanecían detenidos.

El 2 de febrero, la policía efectuó un registro en busca de drogas en el bar de Charalambos Kabiotis y su compañera, Barbara Mega. Según informes, insultaron a la pareja y golpearon a la mujer. Esposaron a Charalambos Kabiotis y le propinaron puñetazos y patadas, amenazándolo de muerte antes de trasladar a ambos a la comisaría, donde, al parecer, recibieron un trato semejante.

HUNGRÍA

Malos tratos y violación del derecho a la libertad de expresión: el caso de Hermán Péter y Pálinkás József

El 15 de marzo, Amnistía Internacional escribió al ministro del Interior, Kónya Imre, para instarle a investigar con prontitud y de forma imparcial los informes que indicaban que unos agentes de policía habían golpeado e infligido malos tratos a Pálinkás József y Hermán Péter en Szarvasgede, el 19 de enero de 1994. Amnistía Internacional también se sentía preocupada a causa de que Hermán Péter, miembro de la Alternativa Verde que hacía campaña contra la decisión del Consejo de Szarvasgede de aprobar la construcción de un incinerador de residuos médicos, permaneciera posteriormente detenido hasta el 28 de enero, al parecer por ejercer sin violencia el derecho a la libertad de expresión. La preocupación de Amnistía Internacional quedaba reflejada en un informe publicado en abril, Hungary Ill-─treatment and violation of the right to freedom of expression (Índice AI: EUR 27/01/94).

La ley de difamación contraviene el derecho a la libertad de expresión

El 15 de abril, Amnistía Internacional escribió al presidente Göncz Árpád para manifestarle su preocupación por el procesamiento de Eörsi Mátyás y Lengyel László por difamar a autoridades públicas o funcionarios, con arreglo a lo dispuesto en el Artículo 232 del Código Penal de Hungría. El párrafo 1 de ese artículo establece que «toda persona que declarara o difundiera un hecho, o empleare alguna expresión para referirse a un hecho que pueda violar el honor de un funcionario público o que mediante la violación del honor de un funcionario público pueda dañar el honor de una autoridad pública, comete delito penal y se enfrenta a penas de prisión no superiores a dos años, a prestar servicios comunitarios o a una multa».

Amnistía Internacional cree que el Artículo 232 contraviene el derecho a la libertad de expresión establecido en el Artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en el Artículo 10 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, ambos ratificados por Hungría y que jurídicamente está obligada a respetar. A Amnistía Internacional le preocupa el hecho de que el cumplimiento del Artículo 232 haya sido la causa de que se haya procesado a personas que ejercían el derecho a la libre expresión de sus creencias políticas o de otra clase sin recurrir a la violencia o defender su uso. Si resultan

encarcelados, Amnistía Internacional los considerará presos de conciencia.

En octubre de 1992, Eörsi Mátyás fue acusado de conformidad con los párrafos 1 y 3 del Artículo 232 por una declaración efectuada en un programa de televisión que el gobierno húngaro estimó que difamaba a Horvath Balazs, el entonces ministro del Interior. El tribunal de primera instancia absolvió a Eörsi Mátyás de la acusación. A raíz del fallo del Tribunal de Apelación, por el que se revocaba la absolución y se amonestó al acusado, el Tribunal Supremo dictaminó en septiembre de 1993 que se debería celebrar un nuevo juicio, alegando que la declaración a examen era una declaración de hechos y se debía autorizar a Eörsi Mátyás a probar la veracidad de sus aseveraciones.

Lengyel László fue acusado con arreglo a los párrafos 1 y 3 del Artículo 232 tras una conferencia pronunciada el 10 de junio de 1993 sobre la situación de la economía húngara que se estimó era difamatoria hacia el gobierno húngaro. En diciembre de 1993, el Tribunal de Apelación le condenó a pagar una multa de 75.000 forints, sentencia que se dejó en suspenso durante un año. Lengyel Lászlo ha elevado un recurso extraordinario ante el Tribunal Supremo.

ITALIA

Muertes bajo custodia y denuncias de malos tratos infligidos por funcionarios encargados de hacer cumplir la ley

Amnistía Internacional ha recibido con preocupación nuevas denuncias de malos tratos infligidos por funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. La organización ha solicitado información sobre las medidas tomadas para investigar la denuncia presentada por Arsenie Cretu, ciudadano rumano. Éste alega que la policía de Milán lo maltrató tras detenerlo por presunto atentado sexual y robo el 27 de mayo de 1993. El 29 de mayo, cuando compareció ante el juez encargado de las investigaciones preliminares, éste tomó nota de su denuncia de que unos agentes de la policía le habían dado golpes y le habían orinado en la cabeza, y comprobó la presencia de magulladuras y otras señales de lesiones en el tórax, abdomen y espalda del detenido. Amnistía Internacional también pidió detalles sobre los avances realizados en la investigación judicial de los presuntos malos tratos sufridos por Antonio Morabito y su muerte bajo custodia de la policía de Turín el 18 de diciembre, tras ser detenido por robo. Numerosos testigos presenciales declararon que, después de esposarlo, los agentes le dieron puñetazos y puntapiés, le pegaron con la culata de un revólver y le dispararon un tiro cerca de la cabeza. Lo llevaron a una comisaría céntrica, y murió pocas horas después durante su traslado al hospital. La policía calificó de maliciosas las imputaciones de que se lo había sometido a malos tratos. La autopsia y los informes forenses comprobaron que el detenido había sufrido lesiones graves del peritoneo, que habían dado lugar a una hemorragia intestinal que le causó la muerte. Según informes, el 4 de mayo la oficina del Fiscal General solicitó el enjuiciamiento de dos agentes de la policía por cargos de homicidio preterintencional.

El 14 de enero, la policía de Bolonia detuvo a cinco personas entre ellas un menor de edad durante una redada antinarcóticos─ ─

efectuada en un mercado callejero. Los cinco fueron llevados a una comisaría céntrica; se informa que fueron puestos en libertad 48 horas después, y que solicitaron asistencia médica en un hospital de la zona, declarando que en la comisaría les habían propinado una paliza. El 22 de febrero, dos de los detenidos, Marco Lobos y Franco Vienibene, presentaron sendas denuncias formales contra la policía, acompañándolas de informes médicos que daban constancia de las lesiones.

Vicky Tschimanga, estudiante de medicina zaireño, presentó al

parecer una denuncia oficial declarando que el 27 de enero dos agentes de la policía le habían dado puntapiés y puñetazos en una calle de Roma al detenerlo, y posteriormente también en la comisaría. Más tarde, dijo, un inspector de la policía explicó que se había tratado de un error, y lo pusieron en libertad. Posteriormente, la policía manifestó que lo habían interceptado en una zona donde les habían dicho que operaba un traficante de narcóticos africano; y que lo detuvieron cuando se negó a mostrar su documentación.

Salvatore Messina, de 15 años de edad, presentó una denuncia manifestando que el 11 de marzo, en Palermo, dos vigili urbani (policía local) casi lo habían arrollado con su vehículo cuando cruzaba la calle, y después le habían pedido sus documentos, lo habían metido en el automóvil y le habían abofeteado hasta que accedió a decir: «soy una mierda»; entonces lo dejaron libre. Su denuncia iba acompañada de un certificado médico expedido por un hospital de la zona pocas horas después de su puesta en libertad, en el que, al parecer, se hacía constar la presencia de diversas lesiones faciales. Los vigili urbani declararon que se habían detenido porque el joven, en estado de embriaguez, estaba obstruyendo la circulación y lanzando improperios. Lo habían hecho subirse al vehículo para llevarlo a su domicilio pero el joven, diciendo que su padre le daría una paliza de enterarse que la policía lo había parado en la calle, había procedido a darse puñetazos y bofetadas y se había arrojado del vehículo en marcha. Filippo Campanella declaró que el 15 de marzo, cuando le preguntó a una agente de los vigili urbani si podía permanecer estacionado en doble fila en una calle de Palermo, la agente había llamado a unos colegas para que lo movieran por la fuerza, y que éstos le dieron repetidos puñetazos y puntapiés hasta que perdió el conocimiento e intervinieron los carabinieri (policía paramilitar). Según parece, numerosos testigos presenciaron el incidente. Filippo Campanella fue ingresado a un hospital, donde se comprobó la presencia de lesiones que le causaron una parálisis parcial de la pierna derecha. Los vigili urbani adujeron que la víctima se había tirado al suelo, fingiendo haber recibido un golpe; al parecer, presentaron una denuncia imputándole diversos delitos, entre ellos ultraje a un funcionario público y resistirse a la detención. Se inició una investigación judicial de los incidentes y, en abril, se estaba investigando a unos 15 agentes en relación con los presuntos malos tratos.

En febrero, el fiscal del Tribunal de Menores de Roma comunicó a Amnistía Internacional que se habían iniciado actuaciones judiciales preliminares contra un agente de la policía en

relación con malos tratos presuntamente infligidos en septiembre de 1993 a M.C., un menor de 13 años de edad. Otro caso1 relacionado con menores es el de Tarzan Sulic y Mira Djuric, dos niños de la comunidad romaní presuntamente maltratados y atacados con arma de fuego en septiembre de 1993 en un cuartel de carabinieri vecino a Padua. Los resultados de los exámenes forenses ordenados por el fiscal encargado de la investigación judicial del caso demostraron que Tarzan Sulic estaba sentado cuando le alcanzó el tiro que le dio muerte, y que sus manos no estaban en contacto con el arma de fuego cuando se disparó. Fue imposible determinar si, como habían declarado los carabinieri, se había producido un forcejeo inmediatamente antes del disparo. La Fiscalía parece haber declarado infundada la denuncia presentada por Mira Djuric en el sentido de que los dos menores habían sido golpeados durante su detención.

Presuntos malos tratos por guardias penitenciarios (actualización de la información presentada en los documentos con Índices de AI EUR 01/01/93/s y EUR 30/01/93/s)

En enero, el Ministerio de Justicia informó a Amnistía Internacional que el fiscal de Sassari había ordenado se archivase la denuncia de malos tratos presentada en 1992 por Giordano Otello Galati contra los guardias de la cárcel de Asinara, y había referido el caso al fiscal público de Palmi para que se investigase al denunciante por posibles cargos de calumnia.

Los reclusos de la cárcel de Sulmona declararon que los guardias penitenciarios los habían amenazado y golpeado como represalia por un acto de protesta realizado el 16 de diciembre al producirse aparentemente un retraso en la prestación de asistencia médica a un preso. En febrero se supo que los reclusos habían presentado 13 denuncias formales acusando al personal penitenciario de apaleamientos brutales, amenazas de muerte, abuso de autoridad, extorsión y humillaciones deliberadas.

En una carta abierta publicada en la prensa el 8 de febrero, los presos de la cárcel de Secondigliano expresaron su inquietud por el aislamiento de un compañero, Giacomo De Simone, que había estado sometido a este régimen desde el 12 de enero, fecha en que, al comparecer ante un tribunal, había acusado a los guardias de malos tratos. La carta decía que, durante los dos días anteriores a su aparición ante el tribunal, los guardias lo

1Véase Índice de AI: EUR 01/01/94/s

habían golpeado repetidamente y lo habían amenazado con continuar haciéndolo si los denunciaba. También en febrero se supo que, como resultado de la investigación judicial iniciada a principios de 1993 sobre los presuntos malos tratos sistemáticos infligidos a unos 300 reclusos de la cárcel de Secondigliano, se había instruido juicio contra cinco guardias penitenciarios y el jefe de éstos por varios cargos, entre ellos abuso de autoridad, fraude con circunstancias agravantes, calumnia, perjurio e instigación a delinquir. Según parece, en abril continuaba la investigación judicial de 108 guardias en relación con los presuntos malos tratos.

KAZAJSTÁN

Presos de conciencia.

Proceso por difamación: Karishal Asanov (actualización de la información ofrecida en Índice AI: EUR 01/01/94/s) y Ruslan Chukurov.

El 27 de diciembre se informó a Karishal Asanov del sobreseimiento de la causa que se seguía contra él. Karishal Asanov esperaba un segundo juicio acusado de «atentar contra el honor y la dignidad del Presidente» (Artículo 170-3 del Código Penal). La razón del sobreseimiento fue la abolición, el 15 de octubre, de ese artículo.

En diciembre, Amnistía Internacional se dirigió por escrito al presidente Nursultan Nazarbayev en relación al caso de Ruslan Chukurov, sentenciado el 22 de noviembre a tres años de prisión por el tribunal popular del distrito Lenin, de Alma-Ata, la capital, por «atentar contra el honor y la dignidad de un diputado del pueblo» (Artículo 170-4 parte 2 del Código Penal) y «redactar intencionadamente un informe falso» (Artículo 186). Las acusaciones estaban relacionadas con las denuncias de corrupción y hechos delictivos formuladas por Ruslan Chukurov contra el director de un instituto médico de investigación donde había trabajado como cardiólogo hasta marzo de 1992. Tras el juicio, Ruslan Chukurov quedó en libertad mientras se resolvía su apelación contra el fallo del tribunal. Amnistía Internacional declaró que, si se rechazaba el recurso y era enviado a cumplir condena, Ruslan Chukurov sería considerado preso de conciencia. El 20 de diciembre, en la vista de apelación en el tribunal de Alma-Ata, Ruslan Chukurov fue absuelto.

En respuesta a una pregunta de Amnistía Internacional, el ministro de justicia, Nagambay Shaykenov, confirmó en febrero la abolición del artículo 170-3, aunque hizo notar que el artículo 170-4 seguía en vigor.

Roman Grechko, objetor de conciencia

El 30 de marzo, el tribunal popular del distrito de Octubre de Alma-Ata sentenció a Roman Grechko a un año de prisión por «evasión del servicio militar activo» (artículo 66 del Código Penal). Roman Grechko se negaba a prestar el servicio militar por sus creencias religiosas como Testigo de Jehová. Dado que las leyes de Kazajstán no ofrecen alternativa al servicio

militar obligatorio para quienes se declaran objetores de conciencia, Amnistía Internacional declaró a Roman Grechko preso de conciencia y pidió su liberación incondicional e inmediata.

Pena de muerte

Amnistía Internacional supo de nueve condenas a la pena capital, todas dictadas por asesinato con premeditación y circunstancias agravantes. El tribunal regional de Pavlodar, al norte de Kazajstán, sentenció a la pena máxima a cinco hombres en tres juicios diferentes; las vistas tuvieron lugar en fechas desconocidas para Amnistía Internacional. A principios de 1994, el Tribunal Supremo desestimó los recursos presentados contra estas sentencias. En abril, la sección militar del Tribunal Supremo dictó cuatro penas capitales contra cuatro soldados declarados culpables de matar a una familia. En este caso los condenados no tenían derecho a apelar contra sus sentencias.Amnistía Internacional hizo campaña para que se conmutaran estas condenas y siguió presionando para conseguir la abolición de la pena de muerte en Kazajstán.

KIRGUISTÁN

Torturas y malos tratos bajo custodia.

Amnistía Internacional supo de tres casos en los que las personas implicadas afirmaron haber sido torturadas o maltratadas mientras estaban bajo custodia policial.

En marzo, la policía detuvo en Bishkek, la capital, a Valery Fyodorov, Vitaly Rakitin y Dmitry Frolov, los tres menores de edad, por presunta amenaza a la vida de un agente de policía. Posteriormente los tres denunciaron haber sido obligados a confesar el delito mediante torturas. Vitaly Rakitin y Dmitry Frolov declararon que, durante los más de dos días de estancia en la comisaría de policía del distrito de Sverdlovsk, recibieron golpes en la cabeza, en el pecho y la zona lumbar, y fueron lanzados contra las paredes. Vitaly Rakitin también aseguró que en cierto momento le pusieron una máscara de gas con la válvula del aire cerrada, lo que le impedía respirar con normalidad. No se presentaron cargos contra los tres jóvenes hasta pasados cinco días de su arresto. Vitaly Rakitin y Dmitry Frolov, que posteriormente retiraron sus confesiones, fueron puestos en libertad condicional pendientes de juicio; a fines de abril Valery Fyodorov seguía detenido.

Según los informes, el Ministerio del Interior estaba investigando las denuncias relativas al trato recibido por los tres jóvenes.

También en marzo, la policía detuvo en la ciudad de Dzhalal-Abad a Daniil Murzak, Albert Girfanov, Sandzhar Tutashev y Vladimir Metchikov, todos ellos menores de edad. Al parecer, cuatro agentes de policía los golpearon durante la detención, por lo que dos de ellos tuvieron que recibir asistencia hospitalaria.

En febrero de 1994, el tribunal regional de Chuy declaró culpables de asesinato a Andrei Arazov, Sultán Karibzhanov, Rustam Karibzhanov y Nurkan Ospanov, arrestados en febrero de 1993. Andrei Arazov y Sultan Karibzhanov fueron condenados a la pena capital [véase infra], y Rustam Karibzhanov y Nurkan Ospanov a penas de prisión de cinco y diez años respectivamente. El Tribunal Supremo confirmó las sentencias el 5 de abril. Al parecer, fueron condenados solamente en base a las confesiones que se obtuvieron de ellos mediante golpes e intimidación.

En mayo, Amnistía Internacional pidió por escrito al presidente Askar Akayev ser informada de la marcha de la investigación por

malos tratos en el caso de Valery Fyodorov, Vitaly Rakitin y Dmitry Frolov. También pidió que se investigaran las denuncias realizadas en los otros dos casos aquí mencionados.

Pena de muerte

Amnistía Internacional pidió que se conmutaran las penas capitales dictadas contra Andrei Arazov y Sultan Karibzhanov; en su carta la organización ponía de relieve que la pena de muerte es un castigo irrevocable, y que los errores judiciales que tienen como consecuencia la pena capital no se pueden corregir.

La organización tuvo conocimiento de otra pena capital: la impuesta por un tribunal regional de Osh en 1993 (se desconoce la fecha exacta) a Bakir Tanikulov, declarado culpable de asesinato. De la información disponible se deducía que el Tribunal Supremo había rechazado una apelación. Amnistía Internacional pidió la conmutación de la condena.

Amnistía Internacional continuó presionando para conseguir la abolición de la pena de muerte en Kirguistán.

LETONIA

Pena de muerte

En enero, el Ministerio de Justicia confirmó a Amnistía Internacional que durante 1993 no se había dictado ninguna condena a muerte. La última ejecución tuvo lugar en abril de 1993. (Véase Índice AI: EUR 01/01/94/s)

LITUANIA

Pena de muerte

Durante el periodo en cuestión tuvieron lugar tres ejecuciones en un margen de pocas semanas. (Desde marzo de 1990 sólo había habido otra ejecución: la de Alesandras Novadkis, en agosto de 1992.)

En enero, Amnistía Internacional supo de la ejecución de Vladimir Ivanov y Valentinas Laskys, el 22 de diciembre, una vez que el presidente Algirdas Brazauskas rechazara sus peticiones de clemencia. El Tribunal Supremo había condenado a la pena máxima a Vladimir Ivanov en julio de 1993 por el asesinato de una mujer y su hija de cuatro años. El mismo tribunal sentenció un mes más tarde a Valentinas Laskys por tres acusaciones de asesinato (véase Índice AI: EUR 01/01/94). También en enero, un funcionario del Tribunal Supremo informó a Amnistía Internacional de que durante 1993 un total de nueve condenados a muerte, sentenciados todos ellos ese mismo año, habían visto sus penas conmutadas por otras de cadena perpetua.

En febrero, la Asociación Lituana para la Protección de los Derechos Humanos, organización no gubernamental, informó a Amnistía Internacional de que el 21 de enero el presidente Brazauskas había rechazado la petición de clemencia presentada por Vidmantas Zibaitis. Se cree que el preso fue ejecutado ese mismo día o poco tiempo después. El Tribunal Supremo había condenado a muerte a Vidmantas, de 22 años, en septiembre de 1993 por el asesinato de tres personas (véase Índice AI: EUR 01/01/94/s).

Dos personas estaban pendientes de ejecución a fines de abril. El 20 de diciembre, el Tribunal Supremo sentenció a la pena capital a Jozas Maksimavicius. Según un informe de la agencia de noticias ITAR-TASS, fue declarado culpable del asesinato del director de una fundición de Kazajstán en diciembre de 1992. El 2 de febrero, Radio Lituana anunció que el Tribunal Supremo había condenado a muerte a Antanas Varnelis por el asesinato de seis personas. Amnistía Internacional pidió la conmutación de estas dos condenas.

En todos los casos hasta ahora descritos, Amnistía Internacional preguntó a las autoridades si se habían visto los recursos contra las penas capitales dictadas por el Tribunal Supremo (que en Lituania sigue actuando como tribunal de primera instancia para los casos punibles con la muerte). En marzo, en respuesta a

la pregunta de Amnistía Internacional, el Fiscal General Adjunto afirmó que, en relación al caso de Jozas Maksimavicius, que «la Constitución de la República de Lituania... garantiza a los condenados a muerte el derecho a apelar al Presidente de Lituania, que puede conmutar la pena capital por una condena menos severa, como la cadena perpetua». No obstante, la petición de clemencia no constituye una apelación, según el Artículo 14 (5) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del que la República de Lituania es parte y que está obligada a observar. (El Artículo 14 (5) dice así: «Toda persona declarada culpable de un delito tendrá derecho a que el fallo condenatorio y la pena que se le haya impuesto sean sometidas a un tribunal superior, conforme a lo prescrito por la ley».)

Denuncias de malos tratos (ver Índice AI: EUR 01/01/94/s)

En Febrero, el Ministerio del Interior informó a Amnistía Internacional de que el departamento de policía de ese ministerio había llevado a cabo una investigación de las denuncias según las cuales la policía se había abstenido de intervenir cuando, en abril de 1993, un grupo de ciudadanos lituanos agredió con palos a unos ciudadanos polacos en un paso fronterizo entre Polonia y Lituania. Según el ministerio, los agentes que se inhibieron a la hora de cumplir con su deber fueron objeto de castigos sumarios.

Nueva legislación sobre detención preventiva (véase Índice AI: EUR 01/01/94/s)

En diciembre, el parlamento lituano, Seimas, sustituyó el decreto especial sobre detención preventiva aprobado en julio por una nueva ley que modificaba el Código de Enjuiciamiento Criminal. Estaba previsto que a fines de 1993 perdiera su vigencia este decreto que permitía el arresto de toda persona sospechosa de implicación en organizaciones criminales y su detención hasta un máximo de 60 días sin pruebas ni presentación de cargos.

En carta enviada a las autoridades en octubre, Amnistía Internacional había expresado su preocupación por que la aplicación del decreto pudiera tener como consecuencia la detención arbitraria de personas a causa de su actividad política o de sus convicciones. La organización había instado a las autoridades lituanas a derogar el decreto o a enmendarlo para que se atuviera a lo dispuesto en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y demás normas internacionales; a fines de abril seguía sin recibirse respuesta.

La nueva ley, que entró en vigor el 1 de enero y es válida durante un año, estipula que los detenidos en aplicación de la misma deben ser llevados ante el juez en un plazo de 48 horas.

LUXEMBURGO

Aislamiento prolongado de presos

En diciembre, Jean-Marie Sauber, recluido en régimen de aislamiento en la prisión de Schrassig, salió del régimen de aislamiento en que había permanecido durante más de ocho meses. Al menos otros cinco presos permanecieron aislados largos periodos de tiempo. Uno de ellos, Satko Adrovic, estuvo seis meses en régimen de aislamiento, desde diciembre, como castigo por intentar fugarse. Acababa de salir de un periodo de aislamiento de ocho meses y medio (entre noviembre de 1992 y agosto de 1993) que se le había impuesto tras otro intento de fuga.

La reclusión en régimen de aislamiento en la prisión de Schrassig se impone por motivos disciplinarios o cuando el preso está catalogado como peligroso. Un preso que se encuentra en régimen de aislamiento pasa en su celda 23 horas al día; la otra hora se dedica al ejercicio en solitario en una celda especial de aproximadamente 10 m2, con el tejado hecho con una red de alambre. Esta situación supone un motivo de preocupación para Amnistía Internacional, pues la organización considera que el aislamiento prolongado puede perjudicar gravemente la salud física y mental de los presos, y puede constituir una forma de trato cruel, inhumano o degradante.

En marzo, Amnistía Internacional preguntó a las autoridades de Luxemburgo acerca de las medidas adoptadas por los responsables penitenciarios para paliar los efectos físicos y psicológicos del aislamiento prolongado en Satko Adrovic.

En noviembre, el gobierno de Luxemburgo publicó el informe redactado por el Comité para la Prevención de la Tortura, grupo de expertos establecido según lo previsto en el Convenio Europeo para la Prevención de la Tortura y de las Penas o Tratos Inhumanos o Degradantes. En el informe de su gira de nueve días, en enero de 1993, por centros de reclusión de Luxemburgo, el Comité criticó el uso del régimen de aislamiento prolongado en la prisión de Schrassig, y sometió a la consideración de las autoridades luxemburguesas unas serie de recomendaciones. Entre otras recomendaciones, el informe proponía: introducción inmediata de cambios en el régimen de aislamiento para que los presos recibieran mayor estimulación mental y el indispensable contacto humano; completa reorganización de las instalaciones de ejercicio físico, de forma que los presos dispongan del espacio suficiente para hacer ejercicio debidamente; reconsideración de

la utilización de la reclusión en régimen de aislamiento como castigo, práctica ésta que el Comité describe como «inaceptable»; establecimiento del derecho de los presos a ser informados, por escrito, de los motivos por los que se les impone la reclusión en régimen de aislamiento, así como del derecho de recurrir contra esa decisión; revisión periódica de la decisión de recluir en régimen de aislamiento a un preso, basándose en la evaluación médica y social del preso en cuestión.

En su respuesta al informe del Comité, publicado en abril, las autoridades luxemburguesas anunciaron una serie de cambios en la práctica de la reclusión en régimen de aislamiento. Entre otros, la contratación de profesores en la prisión de Schrassig cuya función sería mejorar el nivel de estimulación mental que reciben los presos sometidos a aislamiento; y la reorganización del periodo de ejercicio, de forma que los presos puedan acceder a un patio de grandes dimensiones. La recomendación del Comité de que las autoridades reconsideren la detención en régimen de aislamiento como forma de castigo fue rechazada por «motivos relacionados con el orden y la seguridad». No se había alcanzado aún ninguna decisión sobre las demás recomendaciones del Comité.

MOLDAVIA

El juicio de los «Seis de Tiraspol»

El 10 de diciembre, el presidente moldavo Mircea Snegur anuló mediante un decreto las sentencias impuestas por la autoproclamada República Moldava del Dniester (RMD) en el caso de los «Seis de Tiraspol» (véase Índice AI: EUR 01/01/94/s). No obstante, al controlar la RMD el territorio que reivindica como propio, las autoridades moldavas no tienen la capacidad de hacer cumplir allí sus decretos, por lo que los «Seis de Tiraspol» permanecen en prisión.

En febrero, Ilie Ilascu, condenado a la pena capital, se declaró en huelga de hambre para protestar por sus condiciones de reclusión, aunque en este momento no está claro para Amnistía Internacional cuánto tiempo mantuvo esta actitud. A fines de febrero fue elegido miembro del parlamento moldavo. Según los informes, otros tres acusados tampoco están bien de salud.

Amnistía Internacional continúa presionando a las autoridades de la RMD para que no se lleve a cabo la condena a muerte dictada contra Ilie Ilascu. También preocupa a la organización que el juicio por el que se condenó a los seis acusados no se haya atenido a lo dispuesto por las normas internacionales, por lo que solicita una revisión imparcial y exhaustiva del caso. AI también insta a las autoridades de la RMD a que garanticen que estas personas reciben el tratamiento médico adecuado.

Amnistía Internacional se dirige a las autoridades de la RMD solamente en su condición de autoridad de hecho sobre el área de Moldavia bajo su control, lo cual no implica que la organización reconozca de derecho a dicha república. Para mayor información véase Moldova: Update on the trial of the «Tiraspol Six» (Índice AI: EUR 59/02/94).

Pena de muerte

Los delegados de Amnistía Internacional visitaron Moldavia en febrero. Durante su estancia se les facilitaron estadísticas sobre la pena de muerte que cubrían el periodo de 1980 a 1993. De acuerdo con estas cifras, 67 personas habían sido sentenciadas a muerte durante estos años, entre ellas sólo una mujer; todas excepto una de las condenas correspondían a casos de asesinato premeditado en circunstancias agravantes. Ocho penas capitales habían sido conmutadas por penas de prisión, las dos más recientes en 1990. Durante el periodo de 1980 a 1989

fueron ejecutadas 43 personas. Desde entonces no hay registrada ninguna otra ejecución, aunque esta situación se debe más a cuestiones prácticas que a una decisión de las autoridades: Moldavia carece de las instalaciones necesarias para llevar a cabo ejecuciones.

Durante su visita, los delegados de la organización expresaron su preocupación por la falta de un derecho automático de apelación cuando el Tribunal Supremo dicta condenas a muerte actuando como tribunal de primera instancia. El ministro de Justicia indicó que está previsto modificar esta situación, de forma que el Tribunal Supremo no tenga competencia en dichos casos y se limite a funcionar como tribunal de apelación.

Amnistía Internacional se congratula de la buena disposición de las autoridades moldavas para facilitar información sobre la pena de muerte, así como de las medidas adoptadas desde la independencia para reducir el ámbito de aplicación de este castigo. La organización manifiesta su esperanza de que el nuevo parlamento adopte medidas adicionales tendentes a su total abolición. Para más información véase Moldova: Developments on the death penalty (Índice AI: EUR 59/01/94).

PAÍSES BAJOS (REINO DE LOS)

Antillas Holandesas: presuntos malos tratos a manos de policías y funcionarios de prisiones

En diciembre, el ministro de Justicia de las Antillas Holandesas respondió a las preguntas de Amnistía Internacional sobre la puesta en práctica de las recomendaciones hechas por la «Comisión de Investigación sobre el presunto comportamiento ilegítimo de la Policía» (Véase Índice AI: EUR 01/01/94/s).

El ministro informó a la organización de la presentación de un proyecto de ley para el establecimiento de un sistema permanente de investigación de las denuncias presentadas contra la policía. La propuesta Comisión de Denuncias Contra la Policía tendría el poder de citar a testigos, policías incluídos, y de interrogarlos bajo juramento. Recomendaría la adopción de mediadas legales, y redactaría informes trimestrales de sus investigaciones para que el ministro las hiciera llegar al parlamento. También se pondría en marcha un ambicioso programa de formación para la policía en 1994. El Ministro para Asuntos de las Antillas Holandesas y Aruba en La Haya afirmó en una carta dirigida a Amnistía Internacional su convicción de que este programa de formación «... mejoraría drásticamente las relaciones de los agentes con la ciudadanía y, por lo tanto, también con los presos. De la misma forma, un enfoque más profesional por parte de la cadena de mando, facilitará la rectificación de los abusos que se puedan cometer».

Amnistía Internacional preguntó al Fiscal General de las Antillas Holandesas por la anunciada investigación de las denuncias de malos tratos en la prisión de Pointe Blanche, St. Maarten. Los ex-presos afirmaron haber sido golpeados con garrotes y haber recibido puñetazos y patadas de guardianes que calzaban botas con punteras de acero. Algunos ex presos mostraron cicatrices que afirmaron eran consecuencia de los malos tratos sufridos: uno de ellos aseguró haber recibido un disparo que le atravesó el cuello. Se mencionaron tres guardianes como presuntos responsables. Según los informes, el número cada vez mayor de denuncias provocó que en noviembre el Fiscal General visitara la prisión. A fines de abril el Fiscal General no había respondido ni sobre la marcha de la investigación ni sobre el posible inicio de acciones legales.

En diciembre, Cuthbert Athanaze, conductor de una compañía de autobuses de St. Maarten, declaró haber sido amenazado y maltratado físicamente por agentes de policía. Había ido a

recoger a unos pasajeros cuando dos oficiales de policía le dijeron que estaba aparcado en un lugar prohibido y le pidieron el carnet de conducir. Cuthbert Athanaze llevó el autobús a otro lugar, pero los policías lo siguieron. Uno de los agentes subió al vehículo para arrestarlo y lo agarró por el cuello. El segundo agente le propinó varios puñetazos en el estómago, le esposó, le sacó a rastras del autobús y le introdujo en un Jeep policial. Luego llegaron más policías y, según un testigo, tres agentes participaron en la agresión contra el hombre esposado. Éste afirmó que los malos tratos prosiguieron durante el traslado a la comisaría y a su llegada allí. Mientras permaneció bajo custodia policial recibió cuidados médicos, entre otros, tres puntos sobre el ojo izquierdo. El fiscal llegó a la conclusión de que, en general, los agentes habían actuado correctamente, pero que uno de ellos, que admitió haber dado un puñetazo a Cuthert Athanaze en el ojo izquierdo, había sido «severamente amonestado». También afirmó que el detenido no podía constituir una amenaza seria en la comisaría por estar esposado y ser de reducida estatura. La organización pidió a las autoridades ser informada de la marcha de la investigación, pero a fines de abril no se había recibido respuesta alguna. La organización hizo notar que el informe de la comisión de investigación (véase supra) había hecho hincapié en que la policía de St. Marteen tenía la costumbre de comportarse con violencia; también advertía una fuerte tendencia entre los policías a «cubrirse» mutuamente.

PORTUGAL

Denuncias de tortura y malos tratos.

La mayoría de las investigaciones por tortura y malos tratos citadas previamente por Amnistía Internacional seguían incompletas tras varios años. El 6 de febrero de 1992, agentes de la Guardia Nacional Republicana (GNR) arrestaron a Francisco Carretas y a un amigo suyo en la casa de este último, en Charneca da Caparica. Francisco Carretas, en declaración al fiscal de Almada y al Director General de la Guardia Republicana, afirmó que los guardias los habían golpeado a él y a su amigo antes de trasladarlos al puesto de la Guardia Republicana de Almada, donde los volvieron a golpear y los amenazaron. Los guardias los llevaron después a un bosque donde les dieron más patadas y puñetazos; antes de liberarlos, un agente amenazó a Francisco Carretas con abusar de él sexualmente. Francisco Carretas recibió tratamiento médico ese mismo día en un hospital: le diagnosticaron rotura de coxis y lesiones múltiples en la espalda, nalgas y piernas. Posteriormente, el fiscal remitió la denuncia por malos tratos a las autoridades judiciales militares, pero a fines de abril seguía sin completarse la investigación de la denuncia de utilización ilegítima de la violencia.

En aquellos casos en que se concluyeron las investigaciones, los retrasos fueron muy prolongados. En agosto de 1991, una unidad de la GNR arrestó en Almada a Paulo Portugal. Según su propia declaración, fue golpeado y obligado a excretar en su ropa, y sufrió lesiones en la cabeza, la cara, el pecho, el estómago y las costillas (véase Índice AI: EUR 01/04/92). En mayo de 1993, seis guardias fueron acusados de causarle daños físicos, pero, al parecer, a fines de abril de 1994 no había habido ningún juicio ni se habían adoptado medidas disciplinarias contra los encausados.

Se recibieron nuevas denuncias de malos tratos. Carlos Rebelo, arrestado el 3 de marzo de 1993 por la Policía Judicial (PJ) por presunta participación en atracos a bancos, declaró que la PJ le había golpeado duramente en la comisaría, en Lisboa. Cuando compareció ante el juez, éste ordenó le llevaran de inmediato al hospital a recibir tratamiento. A pesar de ello, le devolvieron a la comisaría donde el médico de servicio apreció lesiones leves y, al parecer, no advirtió fracturas de huesos ni otras lesiones importantes. Tras ser enviado a la cárcel, donde quedó a la espera de juicio, los Servicios Penitenciarios le enviaron a un médico particular para que lo examinara con rayos-x. En su

informe, el facultativo registró cinco costillas fracturadas; los cortes y magulladuras que presuntamente había sufrido ya habían sanado para entonces. Carlos Rebelo presentó una denuncia formal ante el tribunal de Almada, que remitió los documentos a otra oficina de Lisboa para que se llevara a cabo una investigación. Según los informes, en ningún momento se llevó a cabo investigación alguna. A Carlos Rebelo nunca lo entrevistaron respecto a sus declaraciones y los documentos presentados ante el tribunal se perdieron. Pasado un tiempo se abrió una nueva investigación.

El 3 de enero, dos hombres interceptaron a José Pedro Tavares Teles Rocha cerca de su casa; José Pedro, de 27 años, era deficiente mental. Según los testigos, los dos hombres, posteriormente identificados como agentes de paisano de la Policía de Seguridad Pública, parecían «delincuentes» y actuaban de forma extremadamente «sospechosa». Pidieron a José Pedro que se identificara y afirmaron que reaccionó con violencia. No obstante, los testigos declararon que dio una respuesta chistosa, ante lo cual los dos individuos le agredieron. Un vecino que vio a José Pedro en el suelo y a los dos hombres dándole patadas avisó a la policía. Lo arrestaron y lo llevaron a la comisaría, de allí lo llevaron al hospital, donde le trataron las lesiones múltiples que presentaba. A pesar de su condición mental, la policía se negó a que lo visitaran sus familiares y permaneció esa noche detenido en la comisaría. Al día siguiente compareció ante el juez acusado de agresión a la policía. Quienes lo vieron advirtieron que tenía la cara hinchada y morada, heridas en el cuello y las ropas desgarradas. El juez suspendió la vista y lo dejó en libertad hasta que fuera reconocido por un médico.

REINO UNIDO

Homicidios políticos en Irlanda del Norte

En febrero, Amnistía Internacional publicó un informe titulado Homicidios Políticos en Irlanda del Norte (Índice AI: EUR 45/01/94/s) en el que se examinaban los tipos de homicidios de los que se ocupa AI. Entre ellos figuran los homicidios cometidos por las fuerzas de seguridad, los homicidios cometidos por fuerzas paramilitares con la aquiescencia, connivencia o complicidad de las fuerzas de seguridad, y los homicidios deliberados y arbitrarios cometidos por los grupos políticos armados. políticos.

En diciembre, dos soldados fueron declarados inocentes del asesinato de Fergal Caraher y del intento de asesinato de su hermano, Míceál. Los dos fueron tiroteados en 1990 mientras se alejaban en su automóvil de un control militar.

En enero, el agente de la Real Policía del Ulster (RUC) acusado del asesinato de Kevin McGovern en 1991 fue declarado inocente. Kevin McGovern, estudiante de 19 años, iba de camino a una discoteca con sus amigos cuando fue abatido a tiros al huir de la policía. El juez afirmó que aunque el agente «actuó de forma honesta y equivocada en defensa propia, no lo hizo de forma razonable».

Estas dos sentencias pusieron de manifiesto la necesidad de revisar las normas que rigen el uso de medios letales por parte de las fuerzas de seguridad.

La investigación sobre la muerte de seis personas, abatidas a tiros en 1982 por una unidad especial antiterrorista de la RUC, volvieron a posponerse a causa de la negativa del Comisario Jefe de la RUC a entregar a la comisión investigadora las pruebas reunidas por los expertos de la policía británica John Stalker y Colin Sampson, entre 1984 y 1987.

Denuncias de malos tratos y muertes bajo custodia

El 27 de abril, el Ministerio Público presentó cargos de homicidio contra tres agentes de policía del grupo de deportación SO1(3) de la Policía Metropolitana (policía de Londres), en relación con la muerte de Joy Gardner en agosto de 1993. Los cargos se presentaron tras una larga investigación policial, supervisada por la Oficina de Denuncias contra la Policía; el informe de la investigación no ha sido publicado. A

la organización le preocupan esta y otras denuncias de malos tratos durante las deportaciones forzosas. Estas deportaciones las llevaron a cabo funcionarios de inmigración en colaboración con empresas de seguridad privadas. Estas empresas no se rigen por las mismas normas ni responden a los mismos mecanismos de responsabilidad que la policía, y tampoco está claro que tengan el mismo nivel de preparación.

Como consecuencia de la muerte de Joy Gardner, la policía y el ministerio del Iinterior llevaron a cabo una investigación interna sobre los procedimientos de expulsión en los casos de deportación en que participaba la policía. Los resultados aparecieron en enero de 1994, junto con una serie de instrucciones sobre cuál había de ser el procedimiento de deportación. El resultado más significativo de la investigación fue la prohibición de utilizar mordazas como forma de control.

Derecho al silencio

El gobierno introdujo en diciembre nuevas leyes que limitarían, en Inglaterra y Gales, el derecho a permanecer en silencio durante los interrogatorios policiales y los juicios (véase Índice AI: EUR 45/15/93). En Irlanda del Norte ya existe una legislación similar, a la que se ha opuesto Amnistía Internacional por considerar que el derecho a permanecer en silencio es una salvaguardia esencial de dos derechos reconocidos por las normas internacionales: la presunción de inocencia y el derecho a no ser obligado a declarar contra uno mismo o a confesarse culpable.

En enero, la Comisión Europea de Derechos Humanos aceptó a trámite un recurso de John Murray en el sentido de que su derecho a la presunción de inocencia y a un juicio justo había sido violado al restringírsele el derecho al silencio y al negársele el acceso a un abogado durante las primeras 48 horas de su detención (Murray v. UK).

Amenaza de Deportación

En marzo de 1994, el Comité de Apelación de la Cámara de los Lores rechazó la solicitud de apelación que había presentado Karamjit Singh Chahal (véase AI Concerns in Europe: Mayo - Octubre 1992). A pesar de ello, se ha presentado su caso a la Comisión Europea de Derechos Humanos. El gobierno ha afirmado que no será deportado mientras no decidan el Tribunal y la Comisión Europea. Mientras tanto, Karamjit Singh Chahal sigue privado de libertad. AI siente preocupación por que esta

decisión de mantener su detención no se ha tomado tras un procedimiento judicial, sino que obedece a la decisión de un ministro del gobierno.

Vista de la apelación de Paul Hill

En abril, Amnistía Internacional recibió con satisfacción la decisión del Tribunal de Apelación de Irlanda del Norte de anular la condena impuesta a Paul Hill por el asesinato de un agente de policía en Belfast en 1974. La organización envió un observador legal a la vista de apelación, que dio comienzo en febrero, pues le preocupaba el hecho de que la sentencia se hubiera basado únicamente en una confesión impugnada y no corroborada. Paul Hill también había sido declarado culpable en 1975, como uno de «los cuatro de Guilford», de los atentados con bomba perpetrados por el IRA en Guildford y Woolwich. Esta sentencia fue anulada en 1989.

RUMANIA

La reforma del código penal por mal camino

El proceso de reformas legislativas que se está produciendo en Rumania, iniciado tras los fundamentales cambios políticos acaecidos en diciembre de 1989, no ha afectado de forma significativa al Código Penal Rumano.

Algunas disposiciones de este Código Penal imponen limitaciones arbitrarias y excesivas al derecho a las libertades de expresión, reunión, asociación y otros, contrarias a lo dispuesto en los tratados internacionales ratificados o firmados por Rumania. Destacan negativamente ciertas disposiciones de los artículos 238 y 239, que penalizan la difamación a las autoridades del Estado. El 14 de febrero, Nicolae Andrei, periodista de Craiova, fue acusado en virtud del artículo 238 por un artículo publicado en una revista local, Conflict, acusación que lo llevó a la cárcel. El 18 de febrero salió en libertad bajo fianza pendiente de juicio. Amnistía Internacional instó a las autoridades rumanas a interrumpir el proceso iniciado contra Nicolae Andrei y a iniciar la revisión legislativa de los artículos 238 y 239.

Otra disposición del Código Penal que es motivo de inquietud para Amnistía Internacional es el artículo 200, párrafo 1, que permite el arresto, precesamiento y reclusión de los adultos que mantienen relaciones homosexuales en privado y de mutuo acuerdo. En diciembre, Amnistía Internacional escribió al presidente Ion Iliescu solicitando la liberación de tres hombres encarcelados únicamente por tener relaciones homosexuales en privado. En febrero, Amnistía Internacional expresó ante el Tribunal Constitucional su preocupación por el artículo 200; este tribunal está revisando en la actualidad el caso de cuatro hombres de Sibiu procesados en aplicación de este artículo.

El 2 de febrero de 1994, el senado rumano adoptó el Proyecto de Ley para la Revisión del Código Penal que ha sido presentado para su aprobación en la Cámara de los Diputados. Esta propuesta incluye enmiendas a los artículos 200, 238 y 239.

A pesar de ello, Amnistía Internacional sigue expresando su preocupación dado que algunas de las disposiciones propuestas en el proyecto de ley todavía contravienen los tratados internacionales de derechos humanos ratificados o firmados por Rumania. El 16 de febrero, en una carta dirigida a Adrian Nastase, Presidente de la Cámara de los Diputados, Amnistía

Internacional instaba a los parlamentarios a rechazar el proyecto de ley. Las inquietudes de Amnistía Internacional se reflejan en un informe publicado en marzo, Rumania - Criminal law reform on the wrong track (Índice AI: EUR 39/01/94)

RUSIA

Denuncias de malos tratos bajo custodia

Durante el periodo en cuestión, Amnistía Internacional siguió recibiendo denuncias de malos tratos bajo custodia. Al parecer, es frecuente que las presuntas víctimas de estos abusos estén demasiado asustadas por las posibles represalias como para presentar una denuncia formal, o que tengan la impresión de que una denuncia así no sería tomada en serio. En abril, la Duma del Estado estableció un comité parlamentario encargado de investigar las condiciones de detención preventiva; Amnistía Internacional les presentó el caso de un hombre que murió, según informes, tras ser duramente golpeado por la policía de Moscú.

Según estos informes, a las 10 de la mañana del 16 de octubre, Anatoly Aleksandrovich Rassadkin mantuvo una discusión con un vecino cuyo hijo era sargento en la comisaría de policía num. 48. El vecino pidió por teléfono a la policía que acudiera a su piso donde, al parecer, ocho agentes, seis de uniforme y dos de paisano, agredieron a Anatoly Rassadkin y a otro hombre que estaba presente, dándoles patadas y golpeándoles con porras y con las culatas de sus armas automáticas. Alrededor de las 11 de la noche, los dos hombres fueron llevados a la comisaría num. 48 donde, al parecer, fueron golpeados de nuevo. Los dejaron en libertad alrededor de las 6 de la tarde y un taxi los llevó a casa de un amigo, desde donde llamaron a una ambulancia. Al parecer, Anatoly Rassadkin estaba parcialmente paralizado y era incapaz de andar. Fue llevado al Botkin City Clinical Hospital, donde fue le operaron de lesiones en la cabeza el 19 de octubre, pero murió al día siguiente.

Amnistía Internacional escribió en noviembre a las autoridades instando a que se investigaran hasta sus últimas consecuencias estas denuncias, a que se hicieran públicos los resultados y a que se llevara ante la justicia a quienes la investigación señalara como responsables. No se ha recibido respuesta alguna.

Pena de muerte

En febrero, Amnistía Internacional se dirigió por carta a las autoridades de la auto proclamada República-Ichkeriya de Chechenia; en su misiva, la organización expresaba su preocupación por la información recibida según la cual el presidente Dzhokhar Dudayev había llamado a la ejecución pública de los traficantes de drogas de la república. De acuerdo con esos mismos informes, el Fiscal General de la república había

dado instrucciones para que se redactara un proyecto de ley que estableciera la pena de muerte para los traficantes de drogas. El código penal ruso no prevé la pena de muerte para el narcotráfico. Amnistía Internacional, al tiempo que reconocía la gravedad del delito, instaba a las autoridades a reconsiderar su postura; también les pidió que, de acuerdo con la tendencia imperante en todo el mundo y las recomendaciones de las normas internacionales de derechos humanos por limitar, y no por ampliar, la aplicación de la pena capital.

En abril, el ministro de Asuntos Exteriores de la república respondió que esta decisión se había adoptado teniendo en cuenta la sensibilidad islámica de la mayoría de la población, y que la aplicación de la pena de muerte no sería obligatoria.

El caso de Vil Sultanovich Mirzayanov

El 24 de junio comenzó en Moscú el juicio a puerta cerrada contra el científico Vil Mirzayanov, acusado en virtud del artículo 75 del Código Penal de divulgar secretos de Estado. Entre otras cosas, la acusación se refirió a varios artículos y declaraciones en los que Vil Mirzayanov aseguraba que Rusia había seguido investigando y desarrollando nuevas armas químicas hasta al menos 1992, a pesar de las declaraciones oficiales en sentido contrario. Vil Mirzayanov repuso que él se limitó a dar a conocer información general cuyo objeto era probar que la práctica continuaba, sin dar fórmulas específicas.

El 27 de enero, Vil Mirzayanov, que había estado en libertad bajo fianza, fue detenido tras negarse a seguir asistiendo a las sesiones del tribunal. El 14 de febrero se aplazó el caso y se remitió a la fiscalía para que hiciera nuevas indagaciones. Vil Mirzayanov quedó en libertad el 22 de febrero, y el 11 de marzo se retiraron los cargos contra él debido a la falta de cuerpo del delito.

Amnistía Internacional reconoce el derecho de los Estados a proteger la seguridad nacional y, por lo tanto, a tener información legítimamente considerada secreta. Sin embargo, la organización había instado a las autoridades a que Vil Mirzayanov no fuera procesado ni recluido por ejercer su legítimo derecho a la libertad de expresión.

Objeción de Conciencia al servicio militar

Durante el periodo en cuestión, el parlamento no aprobó ninguna ley para establecer una alternativa civil para los objetores de

conciencia al servicio militar obligatorio, aunque el derecho a dicha alternativa había quedado establecido tanto en la nueva Constitución adoptada en diciembre de 1993 como en la que la precedió. A pesar de ello, al menos tres objetores de conciencia a los que se les impusieron sentencias condicionales en 1993 por rechazar los documentos de reclutamiento vieron anuladas esas sentencias gracias a la amnistía aprobada por el parlamento el 23 de febrero. Por otra parte, en abril, por vez primera según la información de que dispone Amnistía Internacional, un tribunal reconoció el derecho legal de los objetores de conciencia a prestar un servicio alternativo.

Pavel Zverev alegó sus convicciones pacifistas cuando en noviembre de 1983 rechazó los documentos de reclutamiento y solicitó, ejerciendo su derecho constitucional, realizar un servicio civil alternativo. Presentó una demanda civil contra la junta de alistamiento cuando ésta denegó su petición y le ordenó incorporarse al servicio militar obligatorio. El 8 de abril, el tribunal de distrito de Kuntsevsky, en Moscú, dictaminó que se le debía reconocer el derecho a realizar una prestación civil alternativa al servicio militar, aunque no quedaba claro cómo se podía ejercer este derecho dado el vacío legal existente.

Amnistía Internacional sigue exhortando a las autoridades rusas a que desarrollen un sistema de prestación civil alternativa de duración no punitiva para los objetores de conciencia; también les insta a que no encarcelen a los objetores de concienca en ausencia de dicha alternativa. Para más información sobre esta cuestión véase el informe Russian Federation: Overview of recent legal changes (Índice AI: EUR 46/21/93)

Designación de un comisionado parlamentario para los derechos humanos

En enero, la recientemente elegida Duma Estatal designó al ex preso de conciencia Sergey Kovalyov para el nuevo cargo de comisionado parlamentario para los derechos humanos. Amnistía Internacional se congratuló de esta decisión tan temprana en la trayectoria del nuevo parlamento, y esperaba que las normas legales que definieran la función del comisionado dotaran al cargo de la independencia, imparcialidad y autoridad que le permitieran desempeñar un papel constructivo en la salvaguarda de los derechos humanos.

SUECIA

Malos tratos bajo custodia

Muerte bajo custodia de Tony Mutka (actualización de la información facilitada en Índice AI: EUR 01/01/94/s)

La Fiscalía presentó un recurso de apelación contra la convicción y las condenas impuestas a tres funcionarios de prisiones que fueron juzgados en noviembre en relación con la muerte bajo custodia de Tony Mutka. Tony Mutka murió el 20 de julio de 1993, durante su traslado de la prisión de Hall, cerca de Estocolmo, a la unidad psiquiátrica de un lejano hospital. En el momento de su muerte iba tumbado boca abajo en el suelo de una furgoneta de transporte, entre los asientos delantero y trasero. Llevaba las manos esposadas a la espalda y las piernas encadenadas una a otra y dobladas debido a la falta de espacio en el suelo del vehículo. Los guardianes de la prisión que iban sentados en el asiento posterior colocaron los pies sobre el cuerpo de Tony. Al parecer, durante el viaje, uno de los guardianes se puso de pie sobre el cuello o la cabeza y los hombros de Tony. Tony Mutka murió de asfixia. En su recurso, la Fiscalía alega que las multas con que se sancionó a los funcionarios de prisiones tras ser declarados culpables de mala conducta, no guardaban proporción con el daño causado a Tony Mutka. La vista de apelación está prevista para mayo.

Denuncia de malos tratos en la prisión de Kumla

Amnistía Internacional escribió al gobierno para pedirle que iniciara una investigación independiente e imparcial de las denuncias según las cuales Sergio Nigretti, ciudadano italiano que cumple condena en la prisión de Kumla, en Estocolmo, fue víctima de malos tratos en al menos dos ocasiones en 1993, mientras permanecía en régimen de aislamiento. Parece ser que, entre otros abusos, los guardianes golpearon a Sergio Nigretti con porras de madera mientras estaba atado de pies y manos a una cama, y que posteriormente se le negaron alimentos durante uno o dos dias y el acceso al retrete. Tras recibir informes según los cuales la salud física y mental de Sergio Nigretti seguía todavía seriamente afectada como consecuencia de los malos tratos que presuntamente sufrió, la organización instó a las autoridades a tomar las medidas necesarias para que Sergio Nigretti fuera sometido a un reconocimiento médico y a otro psicológico, y a tratamiento por médicos independientes de su elección. El ministro de Justicia sueco informó a Amnistía Internacional de que la fiscalía regional de Karlstad estaba

llevando a cabo una investigación. Está previsto que Sergio Nigretti sea trasladado en junio a una prisión italiana para cumplir el resto de su condena.

SUIZA

Denuncias de malos tratos bajo custodia policial

En abril, Amnistía Internacional publicó un documento de 26 páginas titulado Switzerland - Allegations of ill-treatment in police custody (Índice AI: EUR 43/02/94) en el que se describe la inquietud de la organización por los informes recibidos estos últimos años en el sentido de que agentes de policía han recurrido a la violencia física contra los detenidos de forma deliberada e injustificable. La organización presentó el documento al Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura que se reunió en Ginebra el 20 de abril. El objeto de la reunión era examinar el informe presentado por por el gobierno suizo sobre la observancia en su país de la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura.

Las formas más comunes de malos tratos de que se ha informado son bofetadas, patadas y puñetazos, presión sobre la tráquea para llevar al detenido casi a la asfixia y obligar a desnudarse al detenido sin más motivo aparente que el de humillarlo. Muchas de las denuncias provienen de extranjeros y ciudadanos suizos de ascendencia no europea y en esos casos se han recibido con frecuencia informes de insultos raciales. Ante las lesiones que a veces presentan los detenidos, la policía suele responder que se produjeron cuando esas personas se resistieron a ser arrestados. Al parecer, a los detenidos se les amenaza con frecuencia con acusarles de difamación o de resistencia a la autoridad cuando indican su intención de presentar una denuncia formal por malos tratos; por ello, algunos detenidos se muestran reticentes a la hora de informar a las autoridades judiciales de los malos tratos recibidos. Al parecer, las investigaciones judiciales y administrativas de las denuncias formales por malos tratos no suelen ser muy exhaustivas; raramente se derivan de ellas sanciones disciplinarias o acciones legales contra los agentes de la ley. También se ha informado de que, por todas estas circunstancias, los abogados suelen aconsejar a sus clientes que no presenten denuncias.

Los informes y denuncias provienen de varios de los 26 cantones y semi-cantones en que se divide la Confederación Helvética; gran parte de ellos se refieren al cantón de Ginebra. Tienen su origen en una gran diversidad de fuentes y en su naturaleza y contenido suelen responder a la realidad. El Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa y otras organizaciones no gubernamentales tales como la Asociación para la Prevención de la Tortura y la Liga Suiza de Derechos Humanos,

ambas con sede en Ginebra, también han informado que reciben numerosas quejas de esa naturaleza. Amnistía Internacional llegó a la conclusión de que, dada la cantidad de denuncias de malos tratos que había recibido y los datos aportados por otras prestigiosas organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales, existen suficientes motivos de preocupación.

Tras examinar el informe de las autoridades suizas, el Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura declaró que era consciente de los malos tratos sufridos por algunas personas arrestadas por la policía. Por lo tanto recomendaba, además de varias reformas legales, reformas en la normativa que rige la custodia policial inicial y la detención preventiva. En concreto, recomendaba que se les reconociera a los detenidos el derecho a ponerse en contacto con sus familiares, a tener acceso inmediato a un abogado, y a recibir la visita de un médico de su elección o elegido de una lista permanente. El Comité también solicitó de las autoridades federales información sobre las denuncias de malos tratos descritas en el informe de Amnistía Internacional. Los representantes del gobierno suizo declararon que consideraban estas denuncias como «una fuente de enorme preocupación». Anunciaron que el Departamento Federal de Justicia y Policía se pondría en contacto con las autoridades cantonales pertinentes para recabar información adicional sobre todos los casos de presuntos malos tratos mencionados en el informe de Amnistía Internacional.

TAYIKISTÁN

Presos de conciencia (actualización del documento Índice AI: EUR 60/17/93)

Bozor Sobir

El juicio contra Bozor Sobir comenzó ante el Tribunal Supremo el 20 de septiembre de 1993. Concluyó tres meses después, el 29 de diciembre, y el tribunal le declaró culpable de tres cargos: agitación y propaganda para subvertir mediante la violencia el orden constitucional, incitación a la discordia inter-étnica y participación en manifestaciones no autorizadas. A Bozor Sobir le impusieron una sentencia condicional de dos años y fue puesto en libertad inmediatamente. Fue declarado inocente de otros dos cargos: terrorismo e incitación a la privación ilegal de libertad.

Dzhumaboy Niyazov y Nuriddin Sadidinov

El Fiscal General, Mamadnazar Salikhov, envió en abril una respuesta al informe publicado en octubre de 1993 por Amnistía Internacional Tadzhikistan: Human rights violations against opposition activists (Índice AI: EUR 60/17/93). En su carta, el Fiscal General rechazaba la petición de la organización de que se revisaran los casos de los posibles presos de conciencia Dzhumaboy Niyazov y Nuriddin Sadidinov (que en anteriores informes había aparecido equivocadamente como Sadiriddinov), afirmando que su procesamiento en aplicación del artículo 234 del código penal («transporte, almacenamiento, adquisición, fabricación o comercialización ilegal de armas de fuego, municiones y explosivos») se había llevado a cabo correctamente y su culpabilidad había quedado claramente establecida.

En respuesta a una pregunta de Amnistía Internacional, que pedía que se aclarara la duración de las condenas dictadas contra ellos, el presidente del Comité Nacional de Seguridad, Saydamir Zukhurov, afirmó en una carta enviada en noviembre que la pena prevista en aplicación del artículo 234 se había incrementado de un máximo de cinco años a entre siete y diez años de prisión en noviembre de 1992, durante el mandato del denominado gobierno de coalición de la «oposición».

«Desapariciones» y ejecuciones extrajudiciales

Denuncias de centros de detención no oficiales

Amnistía Internacional pidió en febrero al gobierno de Tayikistán que investigara las persistentes denuncias de la existencia de centros de detención no oficiales en los que, al parecer, permanecían detenidas personas «desaparecidas» desde fines de 1992. Según la información de que disponía la organización, al menos tres de estos campos se encontraban en el centro y el sur de Tayikistán y estaban bajo el control de fuerzas paramilitares progubernamentales que actuaban con conocimiento del gobierno. También se denunció que en la actualidad estas fuerzas estaban empezando a vaciar sistemáticamente los campos mediante la ejecución de los presos. Amnistía Internacional temía que a dos personas que habían «desaparecido» las hubieran matado después de haber estado posiblemente recluidas en uno de esos campos.

En respuesta al llamamiento de Amnistía Internacional, el Jefe del Estado de Tayikistán, Imamali Rakhmonov, negó la existencia de campos de detención no oficiales y declaró que su gobierno protestaría contra Amnistía Internacional «ante los tribunales internacionales». Posteriormente anunció que se había invitado a visitar el país a observadores de las Naciones Unidas para que investigaran las denuncias. A fines de abril seguía sin estar claro en qué medida las autoridades o los observadores de Naciones Unidas habían investigado estas denuncias, ya que no se había comunicado ninguna conclusión a Amnistía Internacional.

Investigación oficial de casos individuales (actualización de los documentos Índice AI: EUR 60/04/93, EUR 60/17/93 y EUR 01/01/94/s)

Representantes del gobierno de Tayikistán informaron a Amnistía Internacional de que se habían iniciado investigaciones oficiales de algunos de los casos de «desaparición» y ejecución extrajudicial denunciados por la organización, entre ellos los de Muso Isoyev, Shogunbek Davlatmirov, Ayniddin Sadykov y los hermanos Shoyev. Amnistía Internacional solicitó que se le mantuviera informada de los resultados de todas estas investigaciones de presuntas «desapariciones» y ejecuciones extrajudiciales.

Pena de Muerte

Amnistía Internacional supo de otras cinco condenas a muerte judiciales.

En junio de 1993, el Tribunal Supremo juzgó en la misma causa e impuso la pena capital a Takhir Pirov, Umakhon Ibodov e Ikhron

Baglonov. Los tres fueron declarados culpables de asesinato. Amnistía Internacional no disponía de más información sobre el delito que se les imputaba.

En noviembre, el Tribunal Supremo juzgó juntos y condenó a muerte a Rakhimbek Nurullobekov y Davlatbek Makhmudov. Los dos fueron declarados culpables del asesinato en agosto de 1992 del Fiscal General de Tayikistán, Nurullo Khuvaydullayev, y de su chófer. Fuentes no oficiales cuestionan las pruebas de la participación de Rakhimbk Nurullobekov en el asesinato.

Amnistía Internacional solicitó la conmutación de estas condenas a muerte y continuó instando a la abolición de la pena capital en Tayikistán.

Preocupación por un juicio injusto: Adzhik Aliyev, preso condenado a muerte (actualización del documento Índice AI: EUR 60/17/93)

Amnistía Internacional siguió solicitando la conmutación de la pena de muerte impuesta en agosto al preso político Adzhik Aliyev. La organización también mostró su inquietud por la posibilidad de que el juicio en el que se condenó a Adzhik Aliyev no hubiera reunido las debidas garantías. En consecuencia, Amnistía Internacional pidió a las autoridades que ordenaran la revisión judicial del caso.

De acuerdo con los informes, la prueba principal contra Adzhik Aliyev fue una confesión que, según sus abogados, había realizado bajo coacción tras su arresto en enero de 1993. También se informó de que los testigos no habían confirmado la presencia de Adzhik Aliyev en la escena de los crímenes por los que acabó siendo condenado. Además, a Amnistía Internacional seguía inquietándole el hecho de que, durante los cuatro meses que permaneció detenido antes del juicio, Adzhik Aliyev hubiera carecido de representación legal.

Fuentes no oficiales también hicieron hincapié en la presión a que sometieron al juez los asistentes al juicio de Adzhik Aliyev, entre los que se encontraban varios familiares de personas muertas durante la guerra civil presuntamente a manos de las fuerzas islámicas. Las fuentes informaron que durante el proceso varias voces amenazaron a gritos con quemar el edificio del Tribunal Supremo si no se condenaba a muerte a Adzhik Aliyev.

TURKMENISTÁN

Posible preso de conciencia Karadzha Karadzhayev (actualización de la información contenida en Índice AI: EUR 01/01/94/s)

A fines de diciembre, un tribunal de Ashgabat, la capital, declaró culpable de tres delitos a Karadzha Karadzhayev, que había sido arrestado en agosto de 1993 Amnistía Internacional tenía sospechas de que los cargos habían sido inventados para castigar a Karadzha por sus actividades de oposición. Se le condenó a dos años de cárcel por calumnias, dos años por abuso de su posición de funcionario, y tres años por malversación; las condenas se habían de cumplir concurrentemente. No obstante, se anunció de inmediato que Karadzha Karadzhayev se beneficiaba de una amnistía decretada en octubre por el presidente, con lo que Karadzha quedó libre en el acto.

Reacción de las autoridades ante el informe de Amnistía Internacional

El Ministro de Asuntos Exteriores, Khalykberdy Atayev, envió en febrero una contestación detallada al informe de Amnistía Internacional Turkmenistán: A summary of concerns about prisioners of conscience, ill-treatment and the death penalty (Índice AI: EUR 61/06/93). En su carta rechazaba las conclusiones y recomendaciones del informe, aduciendo que se basaban no en «hechos reales» sino «en libres y emociones».

Presos de conciencia

El ministro criticó el informe de Amnistía Internacional por basarse en «aseveraciones negativas formuladas por cinco o seis personas que, descontetas o frustradas con sus trayectorias profesionales, o por otros motivos, intentan, debido a su propia sensación de agravio personal, desestabilizar la situación socio-política o incitar a la discordia inter-étnica, infringiendo así el ordenamiento legal». Y seguía: «teniendo en consideración la necesidad de consolidar las fuerzas sociales, concedemos a esas personas la oportunidad de cambiar de opinión. Normalmente, tratamos de evitar las medidas de persuasión». Negaba que las personas descritas en el informe como presos de conciencia hubieran sido arrestados o detenidos jamás por motivos políticos.

Pena de muerte

El ministro declaró que el código penal de Turkmenistán en la

actualidad establecía la pena capital para 13 delitos, no para 18 como afirmaba Amnistía Internacional. En 1991 fue abolida la pena capital para el secuestro aéreo con agravantes y en 1993 para la malversación grave de propiedades estatales o sociales, o para la aceptación de sobornos. Según el ministro, la organización de delitos especialmente peligrosos contra el Estado, o contra otro Estado Popular, sólo eran punibles con la muerte si se cometían en conjunción con otro delito punible con la pena capital, por lo que no se debían considerar delitos punibles con la pena de muerte diferenciados.

TURQUÍA

Preocupante aumento de las «desapariciones»

Las «desapariciones», fenómeno casi desconocido en Turquía a principios de la década de 1990, experimentaron un notable incremento sobre todo en las provincias del sureste, predominantemente kurdas y que se encuentran bajo el estado de emergencia. Entre octubre de 1993 y abril de 1994 «desaparecieron» 27 personas, la mayoría de ellas de los pueblos de esa zona. Once habitantes del pueblo de Alaca, cerca de Kulp, en la provincia de Diyarbakir, permanecieron durante diez días bajo la custodia armada de agentes de la gendarmería antes de que se los llevaran. Sus familiares no tienen noticia alguna de su paradero y todos los organismos oficiales niegan que estén en su poder.

Tortura «sistemática» - Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura

La ya habitual inquietud de Amnistía Internacional por la extendida y sistemática práctica de la tortura en Turquía se vio corroborada por el informe que publicó el Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura, cuya conclusión era que no se puede negar la existencia de torturas sistemáticas en Turquía». No se siguió ninguna de las recomendaciones propuestas por el Comité, ni tampoco las que formuló en diciembre de 1992 el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura.

Durante el periodo en cuestión murieron bajo custodia nueve personas. Llegaron numerosos informes de torturas de toda Turquía.

La estudiante de 17 años Feride Yildiz, detenida el 15 de abril mientras se hallaba en su escuela, informó de que la habían desnudado en el cuartel de la policía de Bahçelilevler, la habían sometido a un chorro de agua a presión, y la habían violado analmente con un objeto que ella creyó podía ser una manguera o una porra, al tiempo que a tres amigos suyos les obligaban a contemplar la violación. Después la sometieron a la falaka (golpes en las plantas de los pies). Un examen médico independiente corroboró su declaración.

Dieciseis abogados detenidos en Diyarbakir también denunciaron torturas. La abogada Meral Danis Bestas, secretaria de la rama de Diyarbakir de la Asociación Turca de Derechos Humanos, informó de que durante su interrogatorio en el cuartel de la

gendarmería de Diyarbakir le dieron patadas y bofetadas, la sometieron a fuertes insultos sexuales, la desnudaron y la aplicaron un chorro de agua helada. En la actualidad prosigue el juicio contra los abogados, acusados de auxiliar al Partido de los Trabajadores Kurdos, PKK.

Pena de muerte aprobada

El 17 de diciembre, la Comisión Judicial parlamentaria ratificó la pena de muerte dictada contra Seyfettin Uzndiz, declarada culpable en 1992 de asesinato y robo a mano armada. Se trata de la primera sentencia de muerte aprobada desde que tuvo lugar la última ejecución en Turquía, en 1984. Tras el voto afirmativo del pleno de la Gran Asamblea Nacional Turca, la ejecución puede tener lugar en cualquier momento.

Se intensifican las amenazas contra la libertad de expresión

Se produjo un aumento de los procesos por propaganda separatista, en aplicación del artículo 8 de la ley antiterrorista. En octubre, el escritor Günay Aslan comenzó a cumplir una condena de 18 meses de cárcel por su libro «La Historia de luto - 33 balas». El abogado y editor Hamet Zeki Okçuoglu y el abogado Ömer Agin empezaron a cumplir las penas de 20 meses de cárcel a que habían sido condenados por utilizar la palabra «Kurdistán» durante una discusión política; así mismo, el economista Fikret Baskaya empezó a cumplir su condena su condena de 20 meses por las opiniones vertidas en su examen de la historia de la república turca.

La Gran Asamblea Nacional Turcavotó afirmativamente la retirarda de la inmunidad parlamentaria a los seis diputados kurdos: Leyla Zana, Ahmet Türk, Sirri Sakik, Orhan Dogan y Mahmut Alinak; el Fiscal del Tribunal de Seguridad del Estado de Ankara ha manifestado su intención de procesarlos por «intentar separar una parte del territorio de la administración del Estado», delito punible con la muerte según el artículo 125 del código penal turco. En la actualidad estos diputados vuelven a estar encarcelados en la Prisión Cerrada de Ankara a la espera de juicio.

UCRANIA

Pena de muerte

Durante el periodo en cuestión las autoridades ucranianas facilitaron cifras oficiales sobre la aplicación de la pena capital. Es la primera vez, según la información de que dispone Amnistía Internacional, que se hace pública esta información. En febrero de 1993, el Fiscal General aseguró a los delegados de la organización que Ucrania no podía publicar estadísticas sobre la pena de muerte dado que, en ausencia de legislación propia a este respecto, seguía en vigor la antigua ley de la Unión Soviética que declaraba esos datos secreto de Estado. Esto sucedía a pesar de que la misma Unión Soviética publicó estadísticas sobre la pena de muerte en 1991, por primera vez desde 1934.

En diciembre, el ministro del Interior anunció que, durante ese año, el Tribunal Supremo había condenado a muerte a 78 personas por asesinato con premeditación y en circunstancias agravantes. No obstante, no se facilitaron cifras sobre los otros cuatro delitos, todos ellos de carácter violento, que en la actualidad son punibles con la muerte; tampoco se dieron detalles sobre el número de ejecuciones o penas conmutadas en 1993. Otras fuentes informaron de al menos ocho ejecuciones durante el periodo en cuestión, pero Amnistía Internacional teme que la cifra real sea mucho mayor. También se supo de la conmutación de una pena capital.

El Tribunal Regional de Donetsk dictó dos sentencias de muerte, después ejecutadas, por asesinato con premeditación y en circunstancias agravantes. Según los informes, Vladimir Yepikov, condenado en enero de 1993, fue ejecutado a fines de noviembre de ese año. En enero de 1994, un periódico local informó de que la condena a muerte dictada contra Georgian M.N. Lomidze había sido ejecutada, aunque no daba las fechas ni del juicio ni de la ejecución. La conmutación de la que se informó era la sentencia de muerte que había dictado el Tribunal Regional de Chernigov contra Viktor Soy el 15 de diciembre de 1993. El Tribunal Supremo de Ucrania rebajó el cargo de asesinato premeditado a uno de menor gravedad; la nueva pena era de 12 años de prisión.

Una condena a muerte de la que se tuvo noticia durante el periodo en cuestión fue la dictada contra Vasily Mikhaylovich Krivonos, actualmente de 19 años de edad, que acababa de cumplir 18 en la época en que se cometió el crimen por el que fue condenado. El 18 de noviembre, el Tribunal Regional de Vinnitsa

declaró culpable a Vasily Krivonos, de quien se dice que sufre dificultades para el aprendizaje además de tener un historial de problemas nerviosos y psiquiátricos. El Tribunal Supremo rechazó su apelación el 24 de febrero, y ahora su única esperanza de evitar la ejecución radica en la petición de clemencia elevada al presidente Leonid Kravchuk. Según las leyes ucranianas, a los menores de 18 años no se les puede sentenciar a muerte.

Amnistía Internacional reconoce las medidas adoptadas por Ucrania para reducir el ámbito de aplicación de la pena de muerte, y se congratula de que el actual borrador de constitución disponga que este castigo se limitará únicamente al asesinato premeditado. La organización sigue presionando para que la pena de muerte sea abolida para todos los crímenes y para que las condenas a muerte pendientes sean conmutadas. Amnistía Internacional también sigue instando a que se publiquen estadísticas exhaustivas sobre la aplicación de la pena de muerte, de acuerdo con las recomendaciones internacionales al respecto.

UZBEQUISTÁN

Presos de conciencia

El caso de Milli Mejlis (actualización del documento Índice AI: EUR 01/01/94/s)

Salavat Umurzakov y Otanazar Aripov, dos de los seis acusados del denominado caso de Milli Mejlis, fueron juzgados de nuevo por separado en marzo y en abril, y se ordenó que empezaran a cumplir las condenas, que antes eran condicionales, de tres y cinco años respectivamente; estas condenas habían sido dictadas en agosto de 1993. Se consideró que habían violado una de las claúsulas de su libertad condicional al seguir participando activamente en el partido opositor Erk (Libertad), ilegal en la actualidad.

Para más información véase el informe de Amnistía Internacional Uzbekistán: Further prosecutions in the «Milli Mejlis» case: prisoners of conscience Otanazar Aripov y Salavat Umurzakov (Índice AI: EUR 62/12/94), publicado en junio.

Pulat Akhunov (actualización del documento Índice AI: EUR 01/01/94/s)

Amnistía Internacional siguió pidiendo la revisión judicial de la sentencia del posible preso de conciencia Pulat Akhunov, que en la actualidad cumple una condena total de cuatro años y medio en la colonia de trabajos forzados de Kyzylteppa, en la región de Navoi (Uzbequistán central), tras ser procesado por cargos aparentemente falsos. La organización también expresó su inquietud por el estado físico de Akhunov.

Inamzhan Tursunov (actulización del documento Índice AI: EUR 01/01/94/s)

En marzo, Amnistía Internacional recibió denuncias según las cuales el posible preso de conciencia Inamzhan Tursunov se encontraba en régimen de aislamiento en una prisión de Tashkent, la capital. Amnistía Internacional escribió a las autoridades para que aclararan las condiciones de reclusión de Tursunov, haciendo hincapié en que el aislamiento prolongado de los presos puede tener graves consecuencias para su salud física y mental, y puede constituir trato cruel, inhumano o degradante.

Nuevos arrestos por cargos posiblemente falsos

En noviembre fueron arrestados los posibles presos de conciencia Nosyr Zokhir y Akhmadkhon Turakhonboy-ugly, activistas del movimiento ilegal Birlik (Unidad), en Namangan, Uzbequistán oriental; el arresto se produjo cuando la policía descubrió durante un registro una granada de mano en el domicilio de cada uno de ellos. Varias fuentes aseguraron que la misma policía había puesto allí las granadas para poder acusar falsamente de posesión ilegal de armas a estos dos hombres y así castigarles por sus actividades de oposición política. Amnistía Internacional pidió información adicional a las autoridades sobre los cargos que pesan contra Nosyr Zokhir y Akhamadkhon Turakhonboy-ugly.

En febrero, la policía detuvo a Nasrullo Saidov, activista de Erk, tras encontrar una granada de mano durante un registro en su casa de Vabkent, región de Bukhara (Uzbequistán central). Según algunas fuentes, la misma policía puso allí las granadas. Nasrullo fue acusado de posesión ilegal de un arma. Sin embargo, Amnistía Internacional supo a primeros de mayo que Nasrullo Saidov había sido liberado, y que, al parecer, se había retirado la acusación que pesaba contra él.

A principios de marzo fue arrestado en su casa de Taskent Mamadali Makhmudov, un conocido escritor. Los primeros informes sugerían que se había encontrado una pistola en su casa durante un registro, pistola que, al parecer, la misma policía habría puesto allí. Sin embargo, algunas fuentes sugirieron después que se le estaba investigando por malversación de fondos. Al parecer, la intención de las autoridades era presentar cargos falsos contra Mamadali Makhmudov, y así castigarle por su relación con Muhammad Salih, líder exiliado de Erk. Amnistía Internacional pidió a las autoridades información sobre la acusación contra Mamadali Makhmudov.

Palizas

En noviembre, seis hombres agredieron a Albert Musin, Abdurashid Sharif y Yadgar Obid, exiliados políticos de Uzbequistán; los atacantes entraron a la fuerza en el apartamento donde viven en Moscú, la capital rusa. Las circunstancias que rodean la agresión sugieren que fue obra de agentes del gobierno uzbeco. Los asaltantes ataron a Albert Musin, Abdurashid Sharif y Yadgar Obid, y los amenazaron con cuchillos y con una pistola. Tras registrar el apartamento se llevaron consigo documentos relacionados con las actividades de la Sociedad para Promover el Respeto de los Derechos Humanos en Asia Central, establecida en Moscú, y de la que Albert Musin y Abdurashid Sharif eran

miembros destacados. También se llevaron los pasaportes y otros documentos personales de Albert Musin, Abdurashid Sharif y Yadgar Obid, pero ignoraron el dinero y los objetos de valor.

Amnistía Internacional escribió a las autoridades rusas solicitando que protegieran de posibles nuevos ataques a estas personas, así como que se les reconociera su condición de refugiados políticos, se les permitiera vivir legalmente en la capital rusa y se les facilitara la documentación pertinente.

Pena de muerte

Amnistía Internacional prosiguió su campaña en favor de la conmutación de todas las condenas a muerte de que tenía noticia y de la abolición de la pena capital en Uzbequistán. La organización supo de cinco nuevas condenas a muerte. Shukhrat Yuldashev y Vadim Sazonov, los dos de Tashkent, llevaban pendientes de ejecución desde 1991 y 1992 respectivamente, los dos condenados por asesinato. En enero, el Tribunal Supremo condenó a la pena capital por asesinato y bandolerismo a Abdurakhmon Akhatov, Abdukhamid Khakimov y Alisher Obidov, todos ellos de Samarkanda.

Nueva información sobre casos de pena capital mencionados en el documento Índice AI: EUR 01/01/94/s

Además de seguir pidiendo la conmutación de la pena de muerte dictada contra Dmitry Rassokhin, Amnistía Internacional expresó su preocupación por las informaciones recibidas en el sentido de que, mientras esperaba la ejecución, había contraido una úlcera de estómago y llagas en los pies y que no estaba recibiendo el pertinente tratamiento médico.

Para fines de abril se seguía creyendo que Dmitry Rassokhin y Venera Kasymova permanecían aún con vida. Se desconocía el destino que había corrido Yashar Khasanov.

YUGOSLAVIA (REPÚBLICA FEDERAL DE)

Provincia de Kosovo: aumento de la violencia policial, posibles juicios sin las debidas garantías, presos de conciencia

La violencia policial ha aumentado en la provincia de Kosovo desde primeros de año, situación que afecta a miles de personas de origen étnico albanés. Agentes de la policía, integrada mayoritariamente por serbios, han llevado a cabo registros en casas por toda la provincia buscando armas, a menudo arrestando y apaleando duramente a los miembros varones de las familias, aún en aquellos casos en que no encontraban armas. Otros familiares y parientes, entre ellos menores de edad, mujeres y ancianos también han sufrido este tipo de agresiones. La policía también ha detenido y golpeado con frecuencia a personas de origen étnico albanés conocidas por su actividad política o por su participación en la vida de la comunidad albanesa de Kosovo; entre estas personas se encuentran miembros de partidos políticos de etnia albanesa, maestros y profesores universitarios, sindicalistas y antiguos militares y agentes de policía. En abril, Amnistía Internacional publicó un informe relativo a esta cuestión: Yugoslavia: Police violence against ethnic Albanians in Kosovo province (Índice AI: EUR 70/06/94).

Entre julio y septiembre de 1993, más de 90 personas de etnia albanesa de Kosovo fueron arrestados acusados de preparar un levantamiento armado. Se les acusó de planear por la fuerza de las armas la secesión de Kosovo de la República Federal de Yugoslavia; sin embargo, no se les acusó de haber utilizado la violencia. A fines de febrero de 1994, unas 60 personas habían sido declaradas culpables y sentenciadas a penas de hasta 10 años de reclusión.

Desde entonces se han producido nuevos arrestos y nuevas condenas por estos cargos. Amnistía Internacional cree que al menos algunos de los encarcelados son presos de conciencia, y que los cargos presentados contra ellos de intentar cambiar por la fuerza la condición legal de Kosovo no han sido justificados de forma convincente ante los tribunales. Amnistía Internacional también se muestra profundamente inquieta por los informes recibidos de que muchos de los acusados fueron maltratados en las comisarías para obligarles a hacer declaraciones auto incriminatorias. En febrero, Amnistía Internacional publicó un informe, Yugoslavia: ethnic Albanians - Trial by truncheon (Índice AI: Eur 70/01/94).

Objeción de conciencia y retorno forzoso de solicitantes de asilo

Se han seguido presentando ante los tribunales casos de personas que evitaron el reclutamiento o que desertaron de las fuerzas armadas. En septiembre de 1993, el Tribunal Militar de Belgrado sentenció a cuatro meses de reclusión a Vilmos Almási, de 32 años y de origen étnico húngaro, del pueblo de Tresnjevac, por «no responder a la llamada a filas y evadir el servicio militar». Formaba parte de un grupo de hombres que organizaron protestas contra las movilizaciones que tuvieron lugar en Tresnjevac durante el verano de 1992. En el juicio expresó su objeción de conciencia a prestar el servicio militar. Su recurso de apelación no prosperó y en enero de 1994 se confirmó su condena. Fue encarcelado en mayo.

Según informes, a comienzos de 1994 las autoridades yugoslavas cooperaron en la movilización de hombres de Bosnia-Herzegovina que se encontraban en Serbia y Montenegro en calidad de refugiados; algunos de ellos habían llegado a esas dos regiones para evitar incorporarse a las filas del ejército serbio de Bosnia. Se produjeron redadas en los centros de refugiados tras las cuales estos hombres fueron entregados en la frontera a las fuerzas serbias de Bosnia.

RATIFICACIONES

DINAMARCA

En febrero, Dinamarca ratificó el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos relativo a la abolición de la pena de muerte.

HUNGRÍA

En febrero, Hungría ratificó el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos relativo a la abolición de la pena de muerte.

MACEDONIA (ANTIGUA REPÚBLICA DE)

En enero de 1994, el gobierno de la antigua República Yugoslava de Macedonia se adhirió a los siguientes pactos:

-Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

-Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

-Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y a su Protocolo de 1967.

ESLOVENIA

En febrero, Eslovenia ratificó el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos relativo a la abolición de la pena de muerte.

TAYIKISTÁN

En diciembre, Tayikistán accedió a la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y a su Protocolo de 1967.

UZBEKISTÁN

En octubre, Uzbequistán accedió a los Cuatro Convenios de Ginebra y a sus Protocolos Adicionales. Uzbekistán ya estaba obligada a observar las disposiciones de estos instrumentos en virtud de su ratificación por la Unión Soviética. La declaración entró en vigor a partir del 8 de abril de 1994.

INTERNO (sólo para miembros de AI) Índice AI: EUR 01/02/94/sDistr: SC/CO/GR ------------------------- Amnistía Internacional Secretariado Internacional 1 Easton Street London WC1X 8DJ Reino Unido

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PREOCUPACIONES EN EUROPANOVIEMBRE DE 1993 A ABRIL DE 1994

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