Pragmática de la puntuación y nuevas tecnologías

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PRAGMÁTICA DE LA PUNTUACIÓN Y NUEVAS TECNOLOGÍAS 1 Carolina Figueras Universitat de Barcelona RESUMEN La puntuación constituye un código de signos cuyo contenido y funciones refleja las complejas relaciones que, a lo largo de la historia, se han establecido entre oralidad y escritura. En palabras de la lingüista norteamericana Naomi Baron, la puntuación, como los antiguos canarios en las minas, ha sido el indicador de los radicales cambios producidos en el equilibrio entre lengua oral y lengua escrita a través de los siglos (Baron, 2001). La trayectoria de los signos, su emergencia y su caída, han constituido indicios inequívocos de las corrientes evolutivas que han modelado la lengua escrita. Igualmente, en la actualidad, los nuevos usos de la puntuación en los textos electrónicos parecen revelar una radical transformación en las actividades de lectura y escritura, fruto de las modernas tecnologías de la información y la comunicación. En el presente artículo, mi propósito es reconsiderar la pragmática de la puntuación desde el ámbito de la comunicación mediada por ordenador (en adelante, CMO) 2 . El análisis de los signos de puntuación que planteo en este artículo parte de la premisa de que el significado 1 Agradezco a los profesores Esteban Montoro y Juan Antonio Moya la oportunidad que me ofrecieron de presentar este trabajo en las Jornadas sobre la lengua española y su enseñanza. Agradezco, asimismo, los comentarios de Pedro Gras, que me han ayudado a iluminar los aspectos principales de este trabajo. 2 Por comunicación mediada por ordenador se entiende, siguiendo a O’Neill (2010), cualquier método de comunicación entre dos o más personas físicamente separadas, por medio de la interacción de un mecanismo computacional (sea ordenador o teléfono móvil).

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PRAGMÁTICA DE LA PUNTUACIÓN Y NUEVAS TECNOLOGÍAS1

Carolina Figueras

Universitat de Barcelona

RESUMEN

La puntuación constituye un código de signos cuyocontenido y funciones refleja las complejas relaciones que,a lo largo de la historia, se han establecido entreoralidad y escritura. En palabras de la lingüistanorteamericana Naomi Baron, la puntuación, como losantiguos canarios en las minas, ha sido el indicador de losradicales cambios producidos en el equilibrio entre lenguaoral y lengua escrita a través de los siglos (Baron, 2001).La trayectoria de los signos, su emergencia y su caída, hanconstituido indicios inequívocos de las corrientesevolutivas que han modelado la lengua escrita. Igualmente,en la actualidad, los nuevos usos de la puntuación en lostextos electrónicos parecen revelar una radicaltransformación en las actividades de lectura y escritura,fruto de las modernas tecnologías de la información y lacomunicación. En el presente artículo, mi propósito esreconsiderar la pragmática de la puntuación desde el ámbitode la comunicación mediada por ordenador (en adelante,CMO)2.

El análisis de los signos de puntuación que planteo eneste artículo parte de la premisa de que el significado

1 Agradezco a los profesores Esteban Montoro y Juan Antonio Moya la oportunidad que me ofrecieron de presentar este trabajo en las Jornadas sobre la lengua española y su enseñanza. Agradezco, asimismo, los comentarios de Pedro Gras, que me han ayudado a iluminar los aspectos principales de este trabajo. 2 Por comunicación mediada por ordenador se entiende, siguiendo aO’Neill (2010), cualquier método de comunicación entre dos o máspersonas físicamente separadas, por medio de la interacción de unmecanismo computacional (sea ordenador o teléfono móvil).

intencionalmente transmitido por el escritor es elresultado de la combinación, en distinta medida en funcióndel medio, del modo tecnológico y del tipo de texto, de uncontenido de representación y de un contenido deinterpretación. En consecuencia, cabe entender que los usosno normativos de la puntuación, tan frecuentes en la CMO, nopueden ser explicados sin ampliar la definición de lasfunciones pragmáticas de los signos de puntuación paraacoger los usos metarrepresentativos (o interpretativos)desempeñados por estas marcas en los textos electrónicos.

El contenido modalizador codificado por los signos depuntuación en la CMO representa, en realidad, el desarrollode los valores de modalidad asociados en el códigonormativo a ciertas marcas (como los signos deinterrogación, exclamación y los puntos suspensivos).Existe, pues, una ampliación de los valores demodalización, mientras que, por otro lado, otros elementosque transmiten contenidos metarrepresentativos (como losemoticones) se combinan con las marcas de puntuación. Todoello sugiere que está configurándose un nuevo sistema de lapuntuación en el texto electrónico, al que propongodenominar “puntuación retórico-emotiva”. Este sistemaemergente compite con los dos sistemas tradicionales: elcódigo normativo de la puntuación, o puntuación gramatical(la propia del texto escrito), y la puntuación retórico-prosódica (la propia del texto escrito que reproduce laprosodia de la oralidad con fines estilísticos).

1. UN POCO DE HISTORIA

El código de la puntuación tiene una larga historia yrepresenta, de hecho, el producto de siglos de evolución.El sistema originario de la puntuación, desarrollado apartir del siglo III a. C. por los filólogos alejandrinos,constaba de tres puntos y estaba basado en la notación delas pausas respiratorias y en la delimitación de lasunidades léxicas. Ese primer sistema de signos respondía alos requerimientos de la lectura en voz alta, de modo que

estaba básicamente vinculado a la reproducción oral deltexto escrito.

Paralelamente, en la Antigüedad clásica, la puntuaciónestaba en relación con las exigencias de la retórica. Eldiscurso retórico, ideado para la declamación pública,contenía las notaciones que indicaban las inflexionestonales y las pausas. Básicamente, la puntuación retóricaobedecía a dos estrategias fundamentales: una de naturalezapuramente estética y otra de corte comunicativo (RAE yAsociación de Academias, 2010).

Desde una perspectiva estética, la puntuación retóricaimprimía al discurso declamado el ritmo de la lenguahablada, dotándolo de secuencias proporcionadas, armoniosasy bellamente construidas. Desde una vertiente comunicativa,delimitaba las partes del discurso, articulaba laestructura de sus componentes, destacaba lo que erarelevante, realzaba ciertos contenidos (y no otros), etc.(RAE y Asociación de Academias, 2010).

Durante la Edad Media, la puntuación siguió vinculada ala oralidad. Los signos de puntuación (básicamente, elsistema grecolatino de los tres puntos) todavía se usabanpara la reproducción del texto escrito. Con la llegada delas cancillerías y la proliferación de las traducciones dela Biblia, sin embargo, la puntuación empezó a concebirsetambién como una herramienta eficaz para asegurar lainterpretación correcta de los textos. Se incorporaronnuevos signos de puntuación y el sistema evolucionó (RAE yAsociación de Academias, 2010).

El nacimiento de la imprenta representó un momentodecisivo en la historia de la cultura escrita occidental.Con las ediciones impresas, el libro alcanzó una difusiónmucho mayor que en tiempos anteriores, con lo que editorese impresores se enfrentaron a la necesidad de desarrollarnormas prácticas para la edición de los originales. En estesentido, fueron, precisamente, los impresores y loscorrectores, y no los autores, quienes se encargaron defijar los criterios de uso de los signos de puntuación,erigiéndose en nueva fuente de autoridad. Así, por ejemplo,

el influyente impresor Alzo Manuzio delineó en 1566 unsistema de puntuación en su Epitome ortographiae basado enprincipios sintácticos, más que retóricos. El sistemacontenía seis signos: coma, punto y coma, dos puntos,punto, interrogación y paréntesis. A partir de la imprenta,la puntuación trascendió el ámbito del uso personal y seconvirtió en un código universal.

La idea de que la puntuación debería emplearseestrictamente para señalar unidades gramaticales de sentidoera desconocida en la Antigüedad clásica. No fue hastaIsidoro de Sevilla (560-636) cuando se destacó la idea deque la escritura constituía una presentación independientede la lengua, hecha para ser leída en silencio. Isidoro deSevilla reconsideró la función de la puntuación en el textoescrito: la puntuación no debería marcar únicamente límitesoracionales, sino también estructuras clausales en elinterior de la oración (Baron, 2000).

La evolución hacia un modelo de la puntuación basado enprincipios gramaticales, sin embargo, fue un proceso lentoy estuvo vinculado al tránsito de la lectura en voz alta ala lectura individual. La proliferación de la culturaimpresa y el incremento en los niveles de alfabetizaciónmarcaron decisivamente la evolución de las prácticas delectura: la actividad lectora pasó de ser un acto público,en grupo, a ser una tarea solitaria y silenciosa. El textose concibe progresivamente como texto escrito, por lo que loscriterios sintáctico-semánticos empiezan a primar sobre losprosódicos en el sistema de la puntuación.

A medida que los signos de puntuación desarrollan nuevasformas y usos, también los principios que rigen su empleoevolucionan. En este sentido, dos son las tradiciones que,desde el Renacimiento, están en la base de la explicaciónde la puntuación: la puntuación prosódica (o puntuaciónretórica) y la puntuación lógico-semántica (RAE yAsociación de Academias, 2010).

2. PUNTUACIÓN RETÓRICA Y PUNTUACIÓN GRAMATICAL

La puntuación retórico-prosódica es heredera de latradición grecolatina y medieval. Se da preeminencia alaspecto fónico y prosódico del lenguaje. El texto escritoes concebido como el espacio en el que se representan laspausas y la entonación de la lengua hablada. La puntuaciónse convierte así en el guion para re-presentar el habla enalgún momento del futuro. Acorde con esta concepción, lasmarcas de puntuación se aplican con la función de asistir alos lectores para devolver la voz al texto, sea leyéndoloen voz alta o memorizándolo (Baron, 2000).

Los textos literarios y la publicidad explotanestratégicamente la puntuación retórico-prosódica paraobtener un conjunto amplio de implicaturas débiles yefectos poéticos. Una variante de esta puntuación retórico-prosódica es la llamada por Serafini (1992) “puntuaciónenfática”, caracterizada por usar reiteradamente el punto yseguido, el punto y aparte (o los dos puntos) paradelimitar como enunciados textuales fragmentos oracionales(vid. Figueras, 2001). Así ocurre en el siguiente anunciode una conocida firma de productos de belleza:

«Utilizo el tinte más caro del mundo, Preference, de L'Oreal. No esque no me importe el dinero. Es que me preocupo por mi pelo. No essólo el tinte. Espero que el color me quede genial. Lo que vale máspara mí es cómo me queda el pelo. Suave y sedoso, pero con cuerpo.Me gusta sentirlo sobre la nuca. En realidad, no me importa gastarmás en L’Oréal. Porque yo lo valgo».

El ejemplo anterior ilustra las posibilidades expresivasde la puntuación para suscitar determinadas impresiones enel lector. La sintaxis parcelada, la ausencia deconectores, y el recurso al punto y seguido son estrategiaspara reproducir de algún modo la prosodia y el énfasis quese imprimiría al mensaje si lo leyéramos en voz alta. En contraste con la puntuación prosódico-retórica, la

puntuación lógico-semántica o gramatical nace en el sigloXVI y es el producto de la lectura silenciosa. Desde esteenfoque, los signos de puntuación se usan para identificarlas unidades sintáctico-semánticas del texto escrito. El

criterio lógico-semántico heredero de la Gramática de Port-Royal es el que se defiende en la Ortografía académica de1741: los signos de puntuación «no solo indican la divisiónde la cláusula, sino el sentido de ella» (RAE y Asociaciónde Academias, 2010: 292). En la tradición lógico-semántica,la puntuación se define como un conjunto de convencionesque marca las relaciones gramaticales y textuales entre lasdistintas unidades del documento escrito.

La coexistencia de ambas tradiciones, la retórico-prosódica y la gramatical, puede rastrearse en lassucesivas ediciones de la Ortografía académica. Así, en laedición de 1754 se reinstaura el vínculo entre los signosde puntuación y la entonación. Esta visión está todavíapresente en la Ortografía de 1999, en la que se estableceexplícitamente que, con la puntuación, «se pretendereproducir la entonación de la lengua oral» (RAE, 1999:55).

La visión de las funciones de la puntuación ha cambiadosustancialmente, sin embargo, en la más reciente versión dela Ortografía académica, elaborada por la RAE y la Asociaciónde Academias de la Lengua Española, y publicada en 2010. Enesta última edición, los signos de puntuación son definidosestrictamente desde un enfoque lógico-sintáctico: «Lossignos de puntuación son los signos ortográficos queorganizan el discurso para facilitar su comprensión,poniendo de manifiesto las relaciones sintácticas y lógicasentre sus diversos constituyentes, y señalando el carácterespecial de determinados fragmentos» (RAE y Asociación deAcademias, 2010: 20-21). La Academia recupera así ladefinición estrictamente gramatical de la puntuación, ydesvincula explícitamente el uso de los signos en relacióncon la prosodia. A este respecto, la Academia puntualiza:«[…] no puede hablarse en rigor de que la puntuaciónreproduzca las propiedades prosódicas de los enunciados»(RAE y Asociación de Academias, 2010: 287). Puntuación yprosodia son sistemas paralelos, «pero no puede decirse queuno refleje al otro» (RAE y Asociación de Academias, 2010:288).

Originariamente, sin embargo, los signos de puntuaciónsurgen de la necesidad de reproducir las característicasprosódicas del discurso oral. Esta íntima conexión entreoralidad y escritura, como veremos, prevalece todavía en eluso de la puntuación, y se expresa claramente en los usosno normativos de los signos de puntuación en los textoselectrónicos.

En cualquier caso, el código de la puntuación establecidopor la RAE y la Asociación de Academias en su últimaOrtografía regula y sistematiza, en realidad, el sistema dedelimitación de las unidades textuales y de procesamientoen los textos con el grado más alto de escrituridad; estoes, aquellos que se encuentran en el extremo del continuumentre oralidad y escritura3. Desde este enfoque, los signosde puntuación definen textos que se caracterizan, engeneral, por una mayor planificación y una mayorcomplejidad sintáctica y estructural; por la preferencia dela subordinación sobre la coordinación; por el más elevadoíndice de frecuencia de ciertas construcciones gramaticales(tales como gerundios, participios, adjetivoscalificativos, auxiliares modales, etc.); por lapreeminencia de artículos definidos sobre demostrativos ydeícticos; por la eliminación de repeticiones, digresionesy otros elementos redundantes; y por la presencia de formasde organización textual (marcadores textuales) propias dela escritura (cfr. Yus, 2001).

El sistema normativo de la puntuación responde, pues, alas propiedades sintácticas y estructurales que definen eltexto escrito. Como se insiste en la Ortografía, el uso delos signos se fundamenta en «la estructura sintáctico-semántica de los enunciados y de los textos» (RAE yAsociación de Academias, 2010: 288). En consonancia con

3 Para la extensa discusión en torno a las relaciones entre discursooral y el discurso escrito, y para una sistematización de los diversostipos de textos en el continuum entre lo oral y lo escrito, vid.Akinnaso, 1982; Bedmar, 1989; Briz, 1998; Bustos Tovar, 1997;Casalmiglia y Tusón, 1999; Halliday, 1994; Harweg, 1986, 1987; Ochs,1979; Pérez Juliá, 1997; Redeker, 1984; Yabuuchi, 1998.

esta visión, tres son las funciones de los signosreconocidas por la norma académica: indicar los límites delas unidades lingüísticas; indicar la modalidad de losenunciados; e indicar la omisión de una parte delenunciado.

La Ortografía establece que todos los signos de puntuación(excepto los diacríticos y los auxiliares) cumplen unafunción demarcativa, si bien cabe establecer una distinciónentre delimitadores principales –punto, coma, punto y comay dos puntos–, cuya labor es definir las unidadesprincipales del texto; y delimitadores de un segundodiscurso añadido al texto (función desempeñada por la raya,los paréntesis, los corchetes y las comillas) (vid.Figueras 2000, 2001). La función demarcativa, se recuerdaen el texto académico, es una de las posibles funciones delos signos de interrogación, de exclamación, y los puntossuspensivos, aunque no la más característica (RAE yAsociación de Academias, 2010: 283).

La nómina de los signos de puntuación, así como lasunidades textuales definidas por cada signo, se recogen enlos cuadros 1 y 2 (Figueras, 2000, 2001).

Primer régimen de puntuaciónMARCADOR UNIDAD DELIMITADAComa Sintagma

Nivel microestructuralDos puntos Enunciados oracionalesPunto y coma Enunciado textual

Punto y apartePunto final

PárrafoNivel macroestructuralTexto

Cuadro 1. Los signos de puntuación de primer régimen

Segundo régimende puntuaciónIntroducción de

un segundoMarcadores de modalidad

discurso

Guiones largos Signos de interrogación

Paréntesis

Comillas

Signos de exclamación

Puntos suspensivosCuadro 2. Los signos de puntuación de segundo régimen

Las normas académicas de la puntuación se asientan en dospilares básicos. En primer lugar, se entiende que lostextos son, fundamentalmente, textos escritos. En segundolugar, se recoge la idea, nacida del tránsito de la lecturapública en voz alta a la lectura individual y silenciosa,de que los signos de puntuación constituyen estrategiasdestinadas a controlar la interpretación. A este respecto,en la Ortografía explícitamente se señala que los signos depuntuación guían «la comprensión cabal de los textosescritos» (RAE y Asociación de Academias, 2010: 282). Deesta concepción se deriva la conclusión de que la“correcta” interpretación del significado transmitido porel texto comporta necesariamente marcar la estructuragramatical, a fin de que el lector pueda identificarla.

La perspectiva adoptada por la Academia es, precisamente,la que estaba en la base de la pragmática de la puntuaciónque proponía en mis trabajos anteriores (Figueras 1999a,1999b. 2000, 2001). La explicación cognoscitiva de lossignos, y la delimitación de las unidades textualesdefinidas por la puntuación, partían, en efecto, delprototipo de texto escrito de alto nivel de planificación.Sin embargo, y más allá del modelo de escritura formal, lacuestión que planteo en el presente trabajo es cómodesarrollar una pragmática de la puntuación de los textosde función interaccional no planificados propios de la CMO.

3. PRAGMÁTICA DE LA PUNTUACIÓN

Reconsideremos, llegados a este punto, la funciónprocedimental de la puntuación a partir de un texto

ampliamente citado en blogs y foros de Internet dedicados ala ortografía: el caso del testamento de Facundo Fonseca,un ejemplo planteado por el escritor y pedagogo colombianoLeón Vallejo Osorio. La versión ofrecida aquí es unareformulación del original.

Cuentan que don Facundo Fonseca, viéndose a las puertasde la muerte, redactó el siguiente testamento, que entregóa su buen amigo el notario: «Yo dejo mis bienes a mi hijono a mi sobrino tampoco nunca se pagará la cuenta delsastre no dejo mis bienes a mi esposa no a mi cuñado. Quemis deseos sean lo que dispongas tu amigo Facundo Fonseca».

Tras su muerte, los herederos litigaron por eltestamento, y presentaron al juez diversas versionespuntuadas del texto original. El hijo, por ejemplo,presentó una copia que decía: «Yo dejo mis bienes a mihijo; no a mi sobrino. Tampoco nunca se pagará la cuentadel sastre. No dejo mis bienes a mi esposa; no a mi cuñado.Que mis deseos sean lo que dispongas. Tu amigo, FacundoFonseca».

La copia del sobrino, por su parte, establecía: «Yo dejomis bienes: ¿a mi hijo? No. A mi sobrino. Tampoco nunca sepagará la cuenta del sastre. No dejo mis bienes a miesposa; no a mi cuñado. Que mis deseos sean lo quedispongas. Tu amigo, Facundo Fonseca».

La del sastre, en cambio, estipulaba: «Yo dejo misbienes: ¿a mi hijo? No. ¿A mi sobrino? Tampoco. ¡Nunca! Sepagará la cuenta del sastre. No dejo mis bienes a miesposa; no a mi cuñado. Que mis deseos sean lo quedispongas. Tu amigo, Facundo Fonseca».

La copia de la esposa rezaba: «Yo dejo mis bienes: ¿a mihijo? No. ¿A mi sobrino? Tampoco. Nunca se pagará la cuentadel sastre, no. Dejo mis bienes a mi esposa; no a micuñado. Que mis deseos sean lo que dispongas. Tu amigo,Facundo Fonseca».

Y, finalmente, la copia del cuñado disponía: «Yo dejo misbienes: ¿a mi hijo? No. ¿A mi sobrino? Tampoco. Nunca sepagará la cuenta del sastre. No dejo mis bienes a miesposa, no. A mi cuñado. Que mis deseos sean lo quedispongas. Tu amigo, Facundo Fonseca».

Enfrentado a tal disparidad de contenidos en las cincocopias, el juez resolvió leer el testamento de esta manera:«Yo dejo mis bienes: ¿a mi hijo? No. ¿A mi sobrino?Tampoco. Nunca se pagará la cuenta del sastre. No dejo misbienes a mi esposa. No a mi cuñado. Que mis deseos sean loque dispongas tú, amigo. Facundo Fonseca». Y el juezdispuso que todos los bienes se destinasen a caridad.

De este ejemplo pueden extraerse tres ideasinterrelacionadas. En primer lugar, que la puntuación guíala interpretación. Los signos de puntuación codificaninstrucciones de procesamiento para construir de modoeficiente la interpretación (Figueras, 1999a, 1999b, 2000,2001). En segundo lugar, que distintas segmentaciones deltexto inducen diferentes interpretaciones. Y, en tercerlugar, que la interpretación no se agota únicamente con lademarcación de las unidades sintáctico-semánticas ytextuales. Determinados signos de puntuación aportan unsegundo nivel de modalización, metarrepresentación yparatextualidad. Esta función modalizadora ymetarrepresentativa es la que, como argumentaré en lassecciones siguientes, aparece vinculada a los nuevos usosde la puntuación en los textos electrónicos.

4. ORALIDAD, ESCRITURA Y NUEVAS TECNOLOGÍAS

Los inventos tecnológicos de los últimos 150 años hanrevolucionado el modo de comunicarnos. En este sentido, lacreación de teletecnologías, tales como el telégrafo, elteléfono, la radio, la televisión, e Internet ha permitidoseparar transporte y comunicación (Baron, 2000). Asimismo,

los nuevos medios de comunicación han transformado lasrelaciones entre lo oral y lo escrito4.

Con la radical evolución de las comunicaciones, latradicional distinción entre oralidad y escritura ha idopoco a poco desdibujándose (Baron, 2000). Desde finales delsiglo XX, la escritura se ha convertido paulatinamente enun reflejo del habla conversacional espontánea (Ross,2006), por lo que está dejando de ser bien el testimonioperdurable o duradero de los actos de habla formales, bienel medio de re-presentar el habla como retórica pública(Baron, 2000).

Por otra parte, la popularización de Internet y laproliferación, desde los años ochenta, de los diversosinstrumentos puestos a nuestra disposición para lainteracción en línea han abierto nuevos canales decomunicación que han transfigurado nuestra concepción ynuestra relación con la lectura y con la escritura. Lasnuevas tecnologías de la información y de la comunicaciónhan favorecido el incremento diario en el número depersonas que producen información escrita (mecanografiada)sin las restricciones impuestas por editores, académicos, eimpresores (Ross, 2006). La consecuencia inmediata es queel lenguaje escrito es manipulado hasta los límites (y másallá, en muchas ocasiones) de las convenciones normativas.

Con la comunicación electrónica, la escritura ha dejadode ser un modo de comunicación “más lento” que el habla. Enla era de la “mensajería”, la escritura veloz se haconvertido en un imperativo social. La comunicación escritaacelerada permite menos tiempo para el pensamientoorganizado y la planificación cuidadosa. Esta es en partela razón por la que los correos electrónicos, los mensajesde chat, y los mensajes instantáneos se asemejan

4 Con el término oral no se hace referencia en el presente trabajo alcanal de transmisión (oralidad medial), sino a los rasgossituacionales (falta de planificación, finalidad interaccional,informalidad, subjetividad, etc.) que caracterizan la conversaciónoral (oralidad concepcional), tal y como se ha establecido en lalingüística de la variación alemana (Koch y Oesterreicher, 1985).

estilísticamente más a la lengua hablada que a la lenguaescrita (Ross, 2006).

La observación, precisamente, de rasgos de la oralidad enla CMO ha constituido el punto de partida para eldesarrollo de un debate en torno a los límites einterrelaciones entre lo oral y lo escrito en los nuevosmedios (cfr., por ejemplo, Voiskounsky, 1997). Así, porejemplo, December (1993) constata la presencia de rasgos decultura oral en los textos electrónicos, y sugiere que laCMO constituye una tercera oralidad de base textual. Lascaracterísticas orales identificadas por December (1993)«surgen de la comunicación mediada por ordenador, queproporciona a los participantes una mayor independencia conrespecto al tiempo y al espacio que la comunicación ensoporte tradicional. Estos foros de CMO dan lugar acomunidades de personas que participan con emoción,implicación, y expresividad» (December, 1993).

A este respecto, y de acuerdo con Yates (1996), la CMO nose corresponde simplemente con la oralidad o con laescritura. A pesar de que la CMO guarda similitudes en elaspecto textual (por ejemplo, la densidad textual) con eldiscurso escrito, difiere en gran medida en otros (enconcreto, en el uso de los pronombres y de la modalidad enlos auxiliares). Tomadas en conjunto, estas similitudes ydiferencias dejan clara la complejidad de la CMO como unanueva modalidad de comunicación, a la que diversos autoreshan calificado de texto escrito interactivo (Werry, 1996),conversación escrita (Blanco, 2002), conversación por escrito (Young,1994), o texto escrito oralizado (Yus, 2001, 2011).

La CMO constituye, en suma, una modalidad compleja decomunicación, en la que la escritura representa, al mismotiempo, un instrumento de comunicación y un conjunto deestrategias pragmático-discursivas desarrolladas por losusuarios para adaptarse al medio. La lengua empleada en laCMO y, en particular, la gramática y la ortografía, nodeben considerarse tanto desviaciones de la norma comoeficaces instrumentos para optimizar el intercambiocomunicativo. De igual modo, el recurso a signos gráficos

tales como los emoticonos no es únicamente el resultado dela limitación del medio para reproducir la riqueza dematices comunicativos de la lengua hablada (prosodia,entonación, cinésica, proxémica, etc.), sino una estrategiaeficaz para transmitir una gama amplia de contenidoslingüísticos y no lingüísticos en la comunicación.

Como argumentan Jiménez y Vela (2005), el medioelectrónico vehicula nuevas expresiones semióticas, yposibilita nuevas relaciones sociales y de comunicación delas que nacen prácticas de interacción especializadas quedesarrollan y aplican estrategias discursivas y deescritura propias. Las nuevas tecnologías no constriñen lacapacidad comunicativa, tal y como constatan Jiménez y Vela(2005), sino que la amplían, de modo que los usuarios noestán tanto violando el código normativo de la escrituracomo haciendo gala de un gran dominio de las destrezasescriturales específicas del medio.

En la misma línea, la nueva modalidad de lo habladoescrito, característica de muchos de los modos de la CMO,no es una versión empobrecida de la lengua oral o de lalengua escrita. Se trata de una nueva modalidad de lacomunicación que permite, por una parte, tipos de actividadinteractiva distintos a los tradicionales de la oralidad yla escritura; y, por otra, el desarrollo y evolución denuevos mecanismos lingüísticos adaptados al medio.

Las alteraciones del código ortotipográfico normativo,características de gran parte de los géneros electrónicos(como el chat o los SMS), y que han merecido la atención denumerosos especialistas, pueden entonces concebirsesimultáneamente como codificaciones naturales de actitudesadaptadas al medio electrónico de que se trate, y comoeficaces estrategias de explotación de los recursos que elmedio pone a disposición del usuario.

De modo similar, los usos no normativos de los signos depuntuación, tan frecuentes en la CMO, constituyen unindicio más de cómo los usuarios de la lengua ajustan losrecursos convencionales a la nueva modalidad de escritura

oralizada desarrollada en el medio electrónico. De ahí,precisamente, la necesidad de desarrollar una pragmática dela puntuación de base cognoscitiva que dé cuenta de losnuevos contenidos desarrollados por los signos en la CMO.Consideremos, por ejemplo, el siguiente comentario de unabitácora (http://vesania.blogia.com /2009/011306-urgente-noticia-de-ultima-hora.-.php):

URGENTE: NOTICIA DE ULTIMA HORA.-Vuelve a nevar en estos momentos

en MADRID,

en la capital mismooooo

a 655 m sobre el nivel del mar, y en pleno mes de eneroooooo...

¡¡¡cómo lo oyen!!!!

y tal como predijeron desde la semana pasada los de la Ag. Estatalde Metereología.... ¡¡no me lo puedo creer!!!

¡¡¡OOOOOoohhhhhhh dios mío, dios mío... apiadate de nosotros....estoel FINAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL!!!!!!!

Del ejemplo anterior se desprende, por una parte, que lossignos de puntuación se usan para transmitir una gamaamplia de actitudes proposicionales (modalización); y, porotra parte, que no puede entenderse el uso de la puntuaciónsin atender a la estructura gramatical (sintáctica ysemántica) de las unidades textuales. En la modalidad de laescritura, la puntuación delimita niveles de complejidadestructural y semántica propias del texto escrito. ¿Cómofuncionan los signos de puntuación, sin embargo, en lamodalidad de lo oral escrito propia de la CMO?

5. GRAMÁTICA Y PUNTUACIÓN EN LA CMO

El código normativo de la puntuación, establecido sobrela base de la demarcación de las unidades sintáctico-semánticas del texto escrito, entra en colisión con laestructuración sintáctica que a menudo aparece en la CMO.En este sentido, Crystal (2006) apunta lo siguiente:

«En relación con la gramática, los fragmentos de texto desafían losanálisis convencionales gramaticales en términos de oraciones. Eldiscurso expresa una secuencia de unidades de pensamiento, peroestas no se corresponden con los tipos de división oracional que noshan enseñado que están asociadas con la escritura ‘elegante’»(Crystal, 2006: 244-245).

Los usos no normativos de la puntuación en ciertos modostecnológicos tales como el chat, o los foros de debate, porejemplo, deben ponerse en relación con lo que se ha dado enllamar ciberhabla (Crystal, 2001) o gramática-e (Herring,2012). La gramática-e, de acuerdo con Herring (2012), noconstituye una gramática única para todos los tipos delenguaje mediado por el ordenador, sino que varía a travésde lenguajes, contextos, usuarios y modos tecnológicos. Losfenómenos gramaticales que integran la gramática-e son decarácter tipográfico, ortográfico, morfológico ysintáctico.

De los fenómenos recogidos por Herring (2012), tresaspectos, por lo menos, son relevantes para estudiar lapragmática de la puntuación en la CMO: el recurso a unaestructura sintáctica calificada de telegráfica yfragmentada cuando no se ajusta a la sintaxis normativa(cfr. Gómez Torrego, 2001); la puntuación repetida paraexpresar afecto; y el uso de emoticonos, o de caracteresque imitan expresiones faciales (p.ej., :-D).

Dada la heterogeneidad de usuarios, contextos, modos decomunicación y formatos, la discusión se centrará en tornoa dos de los medios más estudiados hasta el momento: laconversación electrónica y el correo electrónico.

5.1. La conversación electrónicaLas conversaciones electrónicas son quizás el mejor

ejemplo de cibergénero en el que la sintaxis y laestructura textual se han modificado radicalmente paraadaptarse a las prestaciones del medio. En cuanto a laestructura, puede decirse que las conversacioneselectrónicas son menos coherentes en ciertos aspectos que

las conversaciones cara a cara (Johnstone, 2008). Por unaparte, las distintas plataformas de software para el chat enlínea transmiten mensajes en una única dirección cada vez,de modo que no es posible proporcionar feedback simultáneo.Por otra parte, en el sistema de distribución de turnos enel chat las intervenciones no son sucesivas. Unaintervención pueda estar separada varias líneas de otraintervención previa con la que está discursivamenterelacionada, porque otros participantes han enviado antessus contribuciones al servidor.

Herring (1999) muestra que la gente que habla en línearesponde a la incoherencia inducida por el medio de dosmodos distintos: diseñando estrategias para mitigarla,tales como modos de señalar al turno de a quién se estárespondiendo (por ejemplo, nombrando a la que persona a laque uno se está dirigiendo mencionando su nickname); o bienrecurriendo al humor y a la finalidad lúdica delintercambio.

En la conversación electrónica, la función interaccionalprima sobre la función transaccional del lenguaje. De ahíla necesidad de desarrollar recursos que reproduzcan lainmediatez, la espontaneidad y la intensidad emocional dela comunicación cara a cara. Varios trabajos se han ocupadode los cambios ortográficos que pueden documentarse en laconversación electrónica y que se explican por laincorporación de la oralidad en la escritura (Cabedo Nebot,2009; Eres y Almeida, 2009; Mayans, 2002; Sanmartín Sáez,2007).

El uso transgresor del código escrito tiene una función amenudo humorística, y representa una marca de identidadsocial (Mayans, 2002). Como observa Yus (2001, 2005), lasdeformaciones textuales (básicamente, ortografía creativa yusos no normativos o no estándar de los signos depuntuación), tan comunes en los chats, representanmarcadores discursivos de identidad. Signos afectivos y depuntuación crean barreras lingüísticas intra-grupales (lajerga empleada solo es comprensible para los miembros delgrupo), e indizan una determinada identidad colectiva.

Yus (2005) aduce pruebas, asimismo, de que, además de susignificado social, las deformaciones textuales en el chatcomunican una amplia gama de actitudes y emociones, enausencia de la información contextual accesible en lacomunicación cara a cara. Las marcas de puntuación seconvierten así en un buen recurso para expresar actitudesproposicionales. Por ejemplo, la repetición de signos deinterrogación se interpreta como un signo de insistencia(Yus, 2005: 161). Los casos que se reproducen acontinuación proceden de Yus (2005):

<nenita69> alguien de torrejon de ardoz???????<beckham15_msn> alguna valenciana?????????????????

El usuario, guiado por el signo de puntuación y surepetición, debe recuperar una descripción del acto dehabla del emisor del tipo: <nenita69> está preguntando coninsistencia si alguien de Torrejón de Ardoz quiere hablar con ella (Yus,2005).

Los resultados obtenidos por Yus (2005) muestran que losusuarios del chat asocian la repetición de la puntuacióncon la intensidad de la actitud transmitida, y queconsideran el texto de puntuación más neutra o normativainsuficiente para expresar esos contenidos ilocutivos o deactitud proposicional. Parece, pues, que la explotación delos recursos modalizadores asociados a determinados signosde puntuación asegura que el mensaje será interpretado enla dirección prevista por el emisor. Los signos depuntuación aparecen, de nuevo, como signos ostensivos queconstriñen la interpretación, aunque, en el caso de la CMO,los signos de modalidad del código normativo(interrogación, exclamación y puntos suspensivos) setransforman, combinan y repiten para restringir y guiartanto las explicaturas de alto nivel (actos de habla ydescripciones de actitudes proposicionales) como lasimplicaturas del enunciado. En el ejemplo proporcionado porYus (2005), las implicaturas podrían ser que el usuario<beckham15_msn> tiene un fuerte deseo de atraer la atenciónde los otros usuarios del chat, que está altamente

interesado en contactar con alguien de su misma áreageográfica, que es muy probable que quiera conocer a laposible chica valenciana en persona, etc. 5.2. El correo electrónicoEl correo electrónico es el medio de comunicación más

extendido en determinados círculos (por ejemplo, el mundoacadémico), y sigue siendo un medio presente en las nuevasredes sociales. La diversidad de usuarios y la variedad desituaciones comunicativas en las que se usa el correoelectrónico cuestionan su posible definición como géneroelectrónico, lo que dificulta establecer generalizacionesacerca del uso de la puntuación en este medio.

El correo electrónico presenta atributos que lo sitúan enambos polos del continuum entre la oralidad y la escritura.En el correo electrónico se produce cierta tensión entre,por una parte, el rasgo paradigmático de la falta decorrección gramatical de los mensajes (debido a lainmediatez con la que a menudo hay que responder, y laactitud relajada y descuidada que resulta común en lacomunicación personal en línea); y, por otra, la tendenciareal de los usuarios a corregir y a editar sus textos, enparte a causa del uso creciente del correo electrónico paracomunicaciones más formales (por ejemplo, en el mundolaboral y de los negocios).

De acuerdo con Yus (2011), la clave para determinar elestatuto oral o escrito del correo electrónico radica, aligual que la conversación virtual, en el hecho de que losusuarios escriben un mensaje pero desearían decirlo. Así,es factible suponer que, a pesar de tratarse de un medioasincrónico, el correo electrónico constituye, tal y comose ha establecido para la comunicación electrónicasincrónica, un discurso a medio camino entre la modalidadoral y la modalidad escrita.

Entre las estrategias de oralización en el correoelectrónico, se han destacado, entre otras, el uso de lospronombres de primera y segunda persona, la puntuaciónmúltiple, el alargamiento vocálico, el uso de mayúsculas,

los iconos sonrientes, los asteriscos para expresarénfasis, el recurso a descripciones de acción, o lainserción de un espacio mayor entre letras (Danet, 2002).

Centrándonos en el ámbito del español, la investigaciónempírica sobre el correo electrónico desarrollada por Vela(2006) ha revelado la frecuente acumulación de signos depuntuación repetidos, con lo que se generan textos conpuntuación muy profusa aunque poco estandarizada, tal ycomo se observa en el siguiente mensaje, procedente delcorpus de esta autora:

«Asunto: Re: Cxxx, la tia de Exxx

Fecha: 01 Diciembre 2001 12:38:21

De: [email protected]

Para: [email protected]

a ver, a ver....tengo varias cosas que proponerte.....en primerlugar, he empezado a ir a una terulia para guiris, y sobre todo sehabla en francés.....te apetece venir? es el miércoles, a eso de las9 por la calle de la palma...bueno, ya medirás......ahhhhhhhh....ahora que lo pienso llevamos todo el mes sinvernos......enfin (léase en francés)....por otro lado, si en tuacercamiento al cine gringo, te apetece ir a ver "bridget jones" aúnestamos a tiempo...en los ideal...en la sesión de madrugada......porotraparte, siempre podemos ir a tomar un café, no?????.....así quedime hora, sitio, día, etc....y estaré allí.....GROS GROS BISOUS m.»[Ejemplo de Vela, 2006]

Los estudios sobre la puntuación en el correo electrónicosubrayan una gran variedad de actitudes por parte de losusuarios, lo que explica la diversidad de uso de lossignos: desde la estricta sujeción al código normativo dela escritura, a su uso de forma creativa y superflua,pasando por la completa omisión (Lan, 2000; Thurlow, 2001;Frehner, 2008).

Dos prácticas contrapuestas, sin embargo, se desprendende los estudios sobre la puntuación en el correoelectrónico: los signos de primer orden, cuya misión esfundamentalmente definir unidades de procesamiento, tienden

a reducir su empleo, en tanto que los signos de segundoorden, relacionados con la modalidad del enunciado y lamodalidad del hablante, incrementan su presencia.

6. HACIA UN CÓDIGO EMERGENTE DE PUNTUACIÓN RETÓRICA EN LA CMO

Las nuevas tendencias y prácticas en el uso de los signosde puntuación se han puesto en relación con el recurso aotros signos gráficos, como los emoticones, nacidos en elmedio electrónico (correo electrónico, chat público yprivado, foros de discusión pública, mensajes de texto ensitios web, etc.). Los emoticonos representan el modo másconocido de connotar el texto mecanografiado coninformación visual no verbal (Yus, 2011). Los emoticonos sepopularizaron en el chat, y se han exportado a los mensajesinstantáneos, los textos de teléfono móvil, Twitter y otrasredes sociales.

En principio, los emoticonos se utilizaban por medio dela combinación clásica de signos de puntuación. Algunossignos, como los originales, todavía usan símbolos ASCII,tales como felicidad [:=)], tristeza [:-(] y guiño [;-)].Con la modernización del chat y el Messenger, losemoticonos son ahora dibujos expresivos, la mayoríaimitando expresiones faciales.

Dresner y Herring (2010) observan que los emoticonos sonparte del texto, a la par que los signos de puntuación.Originariamente, los emoticonos surgieron por laslimitaciones de la puntuación tradicional para expresar lascualidades vocales y visuales de la conversación (Yus,2011), de modo que cabe considerarlos como modificadorespragmáticos que reproducen las claves paralingüísticas enlos mensajes transmitidos (cfr. Frehner, 2008).

El mismo tipo de análisis puede hacerse extensivo a lossignos de puntuación. El uso no normativo de las marcas depuntuación en los distintos medios electrónicos se explicacomo parte del paralenguaje desarrollado en la modalidad dela escritura oralizada propia de la CMO. En la oralidad, el

paralenguaje incluye, en una definición amplia, losfenómenos lingüísticos que quedan fuera de los límites dela fonología, la morfología y el análisis léxico, en losque se incluyen las cualidades y tonos de la voz quecomunican emociones; indican sexo, edad, salud; modificanel significado de las palabras; o contribuyen a regular lainteracción entre los interlocutores. En la escrituraoralizada de la CMO, el paralenguaje estaría expresado porun uso retórico-emotivo de la puntuación y de losemoticonos.

En su estudio sobre los mensajes electrónicos en unalista de distribución, Carey (1980) enumera una serie derasgos paralingüísticos presentes en la CMO. Entre losrasgos identificados por Carey (1980) destacan losmarcadores de manipulación gramatical. Mayúsculas, puntos,comas, comillas y paréntesis son manipulados por losusuarios para imprimir énfasis, indicar pausas, modificarel tono de una unidad léxica, y para señalar el cambio dela voz del emisor. Carey (1980) observa, por ejemplo, queun usuario puede emplear tres signos de exclamación alfinal de un enunciado para proporcionar intensidad a lainformación transmitida. Igualmente, una palabra en mediode un enunciado (o un enunciado en un mensaje) puedecolocarse en mayúscula para asignarle énfasis. Losparéntesis y las comillas a menudo se usan para indicar quelas palabras contenidas en estos signos se oyen condiferente tono del resto del mensaje. Por último, una seriede puntos se emplea para indicar pausa, y también paramarcar junturas internas y finales.

Si emoticonos y signos de puntuación conforman un nuevosistema paralingüístico en la escritura oralizada de laCMO, ¿cuál es la relación entre ambos tipos de elementos?En respuesta a esta cuestión, algunos autores han sugeridoque la puntuación es la función primaria de los emoticones(Markman y Oshima, 2007), ya que estos se colocan al finalde frases, enunciados y mensajes, y existe, además, latendencia a omitir la puntuación final del enunciado cuandose insertan (Frehner, 2008). En esta misma línea, Provineet al. (2007) argumentan que el denominado efecto de la

puntuación (Provine, 1993) se extiende a los emoticonos. Elefecto de la puntuación se refiere a la tendencia en lalengua oral a colocar la risa en lugares de la cadenahablada asociados con pausas, límites de frases, yprincipios y finales de enunciados declarativos einterrogativos (Provine et al., 2007). El estudio empíricodesarrollado por Provine et al. (2007) muestra que estatendencia está también en la base del uso de los emoticonesen el texto de los tablones de anuncios electrónicos. Losautores concluyen que «el texto mecanografiado, como lalengua oral y el lenguaje de signos, está gobernado por unaprogramación lingüística que segrega el lenguaje y laexpresión emocional, en tanto que preserva la estructura defrase» (Provine et al, 2007: 301).

En general, son predominantemente los puntos, y no lossignos de exclamación y de interrogación, los que seomiten. El punto es neutro en cuanto a la expresión de lamodalidad o la actitud proposicional, de modo que elemoticono se convierte en un índice de lo que Verschueren(1999) denomina concienciación metapragmática; esto es, unindicador del conocimiento que los hablantes tienen de loque hacen cuando usan el lenguaje en situacionescomunicativas concretas5. Los signos de interrogación y deexclamación, en cambio, permanecen y se combinan conemoticonos (Frehner, 2008, estudiando los SMS).

Los siguientes ejemplos ilustran la combinación de signosde puntuación y emoticonos. El primero procede de un correoelectrónico; el segundo, del mensaje en una bitácora; y, eltercero, de un mensaje de Messenger.

«Un besazo muy fuerte, recuerdos para el balcánico de lavapiés quele veo ya muy integrado;-))» [Ejemplo de Vela, 2006]

5 En palabras de Verschueren (1999), «no hay uso del lenguaje sinconstantemente calibrar entre el funcionamiento pragmático ymetapragmático. El estudio sistemático del metanivel, en el que losindicadores de concienciación reflexiva se encuentran en la toma dedecisión real que constituye el uso del lenguaje, es el dominio propiode lo que generalmente se llama metapragmática» (Verschueren, 1999: 187-188).

«Y abres el Twitter y tu time line rebosa de tweets llenos deganas, de buen humor, de entusiasmo, de trabajo sin descanso, genteque ha empezado el día, a saco, a las 6 de la mañana!!, vamos, quete conectas a las 9, cuando llegas al despacho después de dejar atus hijos en el cole, y piensas que ¡ya vas tarde! Que se te hanpegado las sábanas, y que duermes demasiado!!!! ;-)))»[http://vesania.blogia.com/2009/011306-urgente-noticia-de-ultima-hora.-.php]

<NeneRubitoCam18>Hay alguna chica entre 16 y 20 añitos con cam????enviadme privados!!!!besitos =) ich liebe dich dice: bueno, perovos sos una luz [Ejemplos deCabedo Nebot, 2009]

Dresner y Herring (2010) argumentan que los emoticonos

son indicadores de la fuerza ilocucionaria del enunciado, yno tanto expresiones de emoción. Funcionan, en estesentido, como desambiguadores del significado pragmáticodel mensaje. De igual modo, los signos de puntuación usadosno normativamente en la CMO parecen señalar ostensivamente laactitud proposicional del emisor. En consonancia con su usometarrepresentativo, los emoticones pueden considerarse unaexpansión del texto, de la misma forma que lo fueronhistóricamente los signos de interrogación y de exclamación(Parkes, 1993).

La necesidad, precisamente, de integrar en muchos textoselectrónicos el material visual y prosódico de la oralidadha conducido al desarrollo de una puntuación retórica, unsistema de signos emergente. En este caso, la base retóricaha evolucionado desde la tradicional re-presentación detextos escritos formales hasta la re-presentación del hablaespontánea (Baron, 2001). A medida que las oracionesescritas se acortan, tal y como ocurre en medios como lamensajería instantánea o el chat, resulta cada vez menosnecesario recurrir a las marcas de puntuación de primerorden. Paralelamente, la necesidad de crear un espacio deinmediatez, familiaridad y conexión emocional entre losinterlocutores explica el uso de material paralingüístico,como los emoticonos o la repetición de signos de puntuaciónde segundo orden. Desde esta perspectiva, los emoticonospueden concebirse como un conjunto de marcas que, junto con

los signos de puntuación con función modalizadora,conforman un sistema emergente de puntuación retórico-emotiva en la CMO.

Además de los signos de puntuación y los emoticonos,otros elementos expresivos emergentes, tales como lasabreviaturas usadas en las redes sociales, en Twitter,etc., convergen en la puntuación retórico-emotiva. Talessignos compiten y, a menudo, complementan a los signos depuntuación. Así, y además de los emoticonos, lasabreviaturas que indican risa también aparecen enposiciones de ruptura sintagmática y oracional, y funcionana modo de signos de puntuación (O’Neill, 2010). Ejemplos deeste tipo de marcas son las abreviaturas LOL (Laughing OutLoud, traducido como ´riéndome a carcajadas’), ROFL (Rollingon Floor Laughing, ‘revolcándome de risa por el suelo’), LMAO(Laughing My Ass Off, ‘partiéndome el culo de risa’). Seañaden a estas abreviaturas algunos emoticonos como XD, quetambién expresan risa, alegría, o carcajadas en Internet.XD, que constituye el equivalente al LOL empleado eninglés, simboliza un emoticono que tiene los ojos cerrados(la X) y la boca abierta riéndose (la D).

Como ocurre con los signos de puntuación, tanto lasabreviaturas como los emoticonos de risa pueden repetirsepara incrementar la intensidad de la actitud proposicionaltransmitida, tal y como se ilustra en los siguientes casos:

Publicado por Feldkhon, el 1 de Diciembre de 2005 a las 20:23 Por ejemplo, siempre que se cae un vasito sin romperse, el sonidoque hace contra el suelo me recuerda a la palabra "concupiscente" ysiempre que oigo esa palabra me acuerdo de los vasitos y me río xDD[http://divina.mforos.com/800967/3911210-palabras-graciosas-xd/]

Publicado por Goewin, el 4 de Diciembre de 2005 a las 02:12 Patata chamuscada XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD [http://divina.mforos.com/800967/3911210-palabras-graciosas-xd/]

Shintaroo.. tienes mucho futuro por delante.. ¿qué te parece sicuando cumplas 18 te vienes a LatinoAmerica de stripper o deteibolero?? LOL.. ganaraas mucho maas! LMAO

[http://vany93.blogspot.com/2010/04/yuuki-100-sub-espanol-descarga-premios.html]

WILBUR dice:julio 19th, 2009 a las 3:59 pm ¡¡¡LOLOLOLOLOLOLOLOL!!![http://www.oconowocc.com/?p=3680]

Es preciso llevar a cabo un estudio empírico de loscontenidos pragmáticos y metapragmáticos codificados porlas diversas marcas que configuran este nuevo códigoemergente de la puntuación retórico-emotiva, así como unasistematización de sus posibilidades combinatorias. Contodo, lo que estos ejemplos ponen de manifiesto es que, taly como ha ocurrido en etapas anteriores de la puntuación,el sistema de signos está evolucionando: algunas marcas delcódigo normativo amplían o reducen funciones, en tanto quenuevos miembros ingresan en la nómina de signos. Solo eltiempo dirá qué elementos del nuevo sistema de signosquedan fijados en el código, y cuáles caen en desuso.

En cualquier caso, las nuevas tendencias en el uso de lapuntuación, su combinación con otros signos, como losemoticonos, las abreviaturas que expresan emociones, y lasinnovaciones tipográficas responden, en última instancia,al objetivo básico de optimizar la comunicación. Lapresencia, ausencia, redundancia o repetición de los signosde puntuación constituyen signos ostensivos del tipo decomunicación y del grado de formalidad, o informalidad, dela comunicación. La puntuación se erige así en un índice dela identidad social adoptada por el emisor en cada contextocomunicativo. Una puntuación retórico-emotiva que reproducela lengua hablada señala al lector que la relevancia delmensaje radica en la transmisión de actitudesproposicionales, actos de habla, usos metarrepresentativosy otros valores metapragmáticos, y no tanto en latransmisión de conocimiento fáctico (o funcióntransaccional del lenguaje).

7. PUNTUACIÓN RETÓRICO-EMOTIVA Y PUNTUACIÓN GRAMATICAL EN LA CMO

La puntuación retórico-emotiva compite en la CMO con unaumento del uso del correo electrónico para los trámitesoficiales y para el mundo académico y de los negocios. Entanto que los mensajes de correo electrónico informalespueden presentar rasgos de la gramática-e, un númerocreciente de mensajes reproduce los rasgos propios de laescritura formal (memorandos, contratos, correspondenciaformal, etc.).

Internet es cada más el medio para desarrollarinteracciones formales. Sin pretensión de exhaustividad, através de Internet se lleva a cabo gran parte de lacomunicación en el mundo académico, así como un gran númerode trámites administrativos; se publican currículos enlínea en las redes profesionales; nacen foros de discusiónprofesional; se desarrolla parte de la comunicaciónempresarial y corporativa, dentro y fuera deorganizaciones; se crean sitios web de asesoramientoprofesional (jurídico, médico, etc.), etc. En cualquiera deestos modos de comunicación, la expectativa es que losusuarios se ajusten al código de la escritura.

La consecuencia inmediata del desarrollo de estas nuevasformas de comunicación en línea es el hecho de que la CMOestá ampliando progresivamente su presencia en contextosque requieren una comunicación interpersonal sutil ysocialmente orientada (Kalman y Gergle, 2010). Medios comoel correo electrónico se usan cada vez más para comunicarcon otros colegas profesionales, clientes y empresas.

Sin embargo, en el entorno de la comunicación virtual, elusuario carece de todas las claves visuales para formarseuna impresión del emisor, lo cual entra en conflictodirecto con la necesidad que los seres humanos tenemos dereducir la incertidumbre en nuestras interacciones. Como seha señalado desde el campo de la comunicación, los sereshumanos nos sentimos profundamente incómodos con laincertidumbre, así que intentamos reducirla buscandoactivamente información acerca del otro (Berger yCalabrese, 1975).

En el ámbito de la CMO, los usuarios recurren a cualquierclave contextual a su alcance para formar juicios socialesy psicológicos acerca del emisor (Byron y Balridge, 2007;Lea y Spears, 1992; Tidwell y Walther, 2002). Entre lasclaves empleadas por los usuarios destacan los elementosparalingüísticos tan frecuentes en la CMO. Las clavesparalingüísticas en la CMO adoptan la forma de marcastipográficas, emoticones, presencia/ausencia de signos depuntuación de primer orden, repetición de signos depuntuación de segundo orden, etc. Tales claves carecen designificado léxico, pero transmiten significadossocialmente compartidos.

Estudios como el de Lea y Spears (1992) demuestran queclaves paralingüísticas tales como faltas de ortografía yde tipografía, así como el uso normativo o no de lapuntuación son asociados por los lectores con determinadasimpresiones acerca de los atributos personales(competencia, conocimiento, seriedad, formalidad, etc.) delos emisores. Compárense, a este respecto, los dos textossiguientes, en los que la ortografía y la puntuacióncontrastan de forma llamativa. El emisor del primer textopone un especial cuidado en respetar la norma ortográfica ygramatical, puesto que el contexto en el que se inscribe eltexto (un sitio web dedicado a los profesionales de lainformación) requiere mostrar una imagen deprofesionalidad, eficiencia y conocimiento. El emisor delsegundo texto, en cambio, recurre a un estilo mucho máslaxo y descuidado con respecto a la norma académica,probablemente porque no siente que el contexto sea deescritura, sino más bien de oralidad no planificada.

El día 05.03.08 a las 12:36 Fernando Juárez dijo:[…] En la biblioteca de Muskiz utilizamos Twitter para lanzarmensajes cortos que recogen noticias “perecederas”: el último títuloque ponemos a disposición del usuario, la interrupción momentánea deun servicio…que incrustamos en nuestra página web (Azken ordukoak /Última hora). Si además utilizamos Firefox existe una extensión(Twitterbar) que nos permite introducir el mensaje desde la barra dedirecciones del navegador, sin necesidad de abrir aplicacionesdiferentes; y lo que es más importante, sin necesidad de dejar de

hacer lo que estemos haciendo en ese momento.[http://comunidad20.sedic.es/?p=73]

vaya pijeria de serie todos estos niños estan locos y nadie se creeque tengan edad escolar pero que no la quiten por que a mimadre legusta y a toda mi familia menos a mi que hagan 20 temporadas y va enserio a ver como se apañan para disimular la edad [El Internado] 6.

Los ejemplos precedentes muestran que no existe ningúnmensaje producido en el entorno de la CMO exento de clavesparalingüísticas. Un texto estructurado con una puntuaciónlógico-semántica producirá una determinada impresión en ellector, en tanto que el mismo texto definido con unapuntuación retórico-emotiva producirá una impresióncompletamente distinta en el mismo lector (además detransmitir probablemente un contenido proposicionaldistinto). La puntuación es siempre un recursoestilísticamente marcado: lo que resulta pragmáticamenteadecuado en un determinado contexto (una conversaciónelectrónica entre amigos) puede no serlo en otro (unmensaje de correo electrónico a un profesor).

En el mundo profesional, la puntuación retórico-emotivano es pragmáticamente adecuada, tal y como muestran Byron yBaldrige (2007). Aunque el uso de emoticones resulte muyútil para clarificar el significado subjetivo del mensaje,la transmisión de tales contenidos no es aceptada en lacomunicación empresarial (cfr. Byron y Baldrige, 2007). Encambio, claves paralingüísticas como un uso neutro de lapuntuación, observando el código normativo de tales signosen la escritura planificada, garantizan la eficacia de lacomunicación y refuerzan la imagen de profesionalidad delemisor.

Una puntuación lógico-semántica guía la interpretacióndel lector instruyéndole a interpretar cada unidad textualen la dirección prevista por el escritor. Una puntuaciónretórico-emotiva, como la que resulta común en muchasformas de CMO, guía la recuperación de contenidos6 El ejemplo está tomado de Álvarez (2011).

pragmáticos y metapragmáticos ostensivamente comunicadospor el emisor. Tanto en un caso como en el otro, lapuntuación dirige la formación de impresiones sociales queel lector se forma del escritor.

8. REFLEXIONES FINALES En un mundo dominado por la rapidez de la comunicación y

por la creciente necesidad de interconexión ymultimodalidad discursiva, la competencia para producirtextos relevantes (en el sentido de Sperber y Wilson, 1986)es cada día más compleja. A las formas tradicionales desoporte de la escritura y la lectura se unen los nuevosmedios para transmitir el conocimiento y construir lainteracción social, fruto de las tecnologías de lainformación y la comunicación. Escritores y lectores seconvierten, así, en estrategas multidimensionales de lacomunicación (Fraca, 2009).

Hoy en día, los lectores, además de ser competentesprocesando un texto en soporte tradicional, son letradosdigitales. El lector del siglo XXI es capaz de navegarhipertextos, creando múltiples lecturas a través de loshipervínculos; está preparado para interactuar y opinarcríticamente al participar como comentarista en foros dedebate; es eficiente procesando multisensorialmente loscontenidos, e integrando diversos formatos (verbales,visuales, auditivos) aplicados en bitácoras y redessociales; y está dispuesto a realizar una lectura colectivacon otros usuarios con los que está conectado. El altogrado de alfabetización digital de los usuarios de lasnuevas tecnologías de la comunicación exige que elproductor de un texto sea competente para aplicarestrategias comunicativas cada vez más sofisticadasadaptadas al género, al medio, y a la audiencia.

En esta nueva era de las comunicaciones, la puntuaciónsigue siendo un instrumento fundamental para crearsignificado textual. Los signos de puntuación son marcas

ideográficas; esto es, son portadoras de sentido. Elloimplica que el contenido del mensaje se crea con los signosde puntuación, y no independientemente de ellos. El granreto para el usuario competente de la puntuación encualquier medio de comunicación (sea el tradicional de laescritura o sea el de los nuevos medios electrónicos) esser capaz de dominar todos los posibles registros(normativos, personales y emergentes) de este particularsistema de signos. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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