Metodología de la intervención educativa en la práctica del docente del Nivel Medio Superior

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[1397] Metodología de la intervención educativa en la práctica del docente del Nivel Medio Superior Silvia Leonor Con Gómez 1 Virginia de los Ángeles Chávez Martínez 2 Abstract. Para dar cumplimiento a las exigencias que actualmente demanda el contexto social a la educación resulta importante enfocar la atención en la formación del profesorado. Considerando que el docente enfrenta dos opciones de desarrollo: profesional técnico o profesional investigador; como profesional técnico, el docente circunscribe su desempeño áulico en repetir los esquemas de trabajo elaborados por especialistas, limitando su participación en el proceso educativo; el profesor-investigador convierte su actividad áulica en valiosa fuente de información que puede concretarse en una investigación para intervenir la práctica educativa. Por ello, la finalidad de este estudio es reconocer al docente del Nivel Medio Superior como profesor investigador; desarrollando acciones de carácter dialéctica de constante indagación de la práctica educativa y las teorías al respecto para mantener un proceso de búsqueda, transformación e innovación del ejercicio educativo a través de la Metodología de la Investigación Acción para la Intervención Educativa del Nivel Medio Superior. Palabras clave. Intervención, práctica docente, profesor reflexivo. 1 El autor es Maestra en Práctica Docente. Profesor de asignatura: Lectura de Textos Informativos y Científicos, en el Plantel “Cuauhtémoc” de la Universidad Autónoma del Estado de México. 2 El autor es Maestra en Educación. Profesor de asignatura: Inglés A-1, B-1 del Plantel “Cuauhtémoc” de la Universidad Autónoma del Estado de México.

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Metodología de la intervención educativa en la práctica del docente del Nivel Medio Superior

Silvia Leonor Con Gómez1 Virginia de los Ángeles Chávez Martínez2

Abstract. Para dar cumplimiento a las exigencias que actualmente demanda el contexto social a la educación resulta importante enfocar la atención en la formación del profesorado. Considerando que el docente enfrenta dos opciones de desarrollo: profesional técnico o profesional investigador; como profesional técnico, el docente circunscribe su desempeño áulico en repetir los esquemas de trabajo elaborados por especialistas, limitando su participación en el proceso educativo; el profesor-investigador convierte su actividad áulica en valiosa fuente de información que puede concretarse en una investigación para intervenir la práctica educativa. Por ello, la finalidad de este estudio es reconocer al docente del Nivel Medio Superior como profesor investigador; desarrollando acciones de carácter dialéctica de constante indagación de la práctica educativa y las teorías al respecto para mantener un proceso de búsqueda, transformación e innovación del ejercicio educativo a través de la Metodología de la Investigación Acción para la Intervención Educativa del Nivel Medio Superior.

Palabras clave. Intervención, práctica docente, profesor reflexivo.

1 El autor es Maestra en Práctica Docente. Profesor de asignatura: Lectura de Textos Informativos y Científicos, en el Plantel “Cuauhtémoc” de la Universidad Autónoma del

Estado de México. 2 El autor es Maestra en Educación. Profesor de asignatura: Inglés A-1, B-1 del Plantel “Cuauhtémoc” de la Universidad Autónoma del Estado de México.

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Introducción

La intervención dentro del ámbito educativo es un proceso complejo que

debe ser realizado por el docente a partir de la investigación de la práctica educativa. Las intencionalidades de la investigación de las acciones educativas tienen como primera finalidad establecer

significaciones de las acciones del proceso, resignificar la práctica docente y sistematizar la profesionalización del docente.

Actualmente, entendemos a la intervención educativa como un proceso asociado con la investigación del trabajo docente vinculado con la reflexión sistemática de las acciones, relaciones y significaciones de la

práctica educativa y que busca detectar problemáticas propias del quehacer educativo, explicar las causas y buscar alternativas de transformación bajo una perspectiva innovadora.

La particularidad que define a la intervención en el campo de la educación radica en transformar la práctica educativa. Hasta hace poco, a la práctica educativa se le había otorgado un carácter técnico. Esta

concepción circunscribía a la actividad docente a la transmisión de conocimientos, habilidades y actitudes para la aplicación de técnicas en

la solución de problemas de la vida cotidiana. Sin embargo, a través de la de la investigación científica a la práctica educativa, además de transformar la práctica educativa se accede a un proceso de

investigación en el medio natural.

Esta nueva actitud frente al quehacer docente convierte al aula en un laboratorio de experimentación natural en donde se observan, diagnostican diferentes obstáculos pedagógicos de la compleja vida

áulica, elaboran planes de intervención, se experimenta, evalúa y redefinen los modos de intervención desde la perspectiva desde quienes intervienen en ella y en virtud de los principios educativos que justifican

y validan la práctica.

CUERPO CENTRAL

¿Qué es la intervención?. Con el proceso de investigación de la acción educativa se busca revisar, identificar problemáticas, evaluar, buscar

alternativas de cambio, modificar o transformar la práctica educativa desde la perspectiva desde quienes intervienen en ella.

En este sentido, el docente es el principal protagonista de la

intervención porque su labor en el quehacer educativo es un indicador de la calidad de la educación; calidad que se construye en las acciones

áulicas. Por consecuencia, para dar cumplimiento a las exigencias que

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actualmente demanda el contexto social a la educación resulta importante enfocar la atención en la formación del profesorado.

Considerando que el docente enfrenta dos opciones de desarrollo: como profesional técnico o como profesional investigador reflexivo.

El docente como profesional técnico solamente centra su desempeño áulico en repetir los esquemas de trabajo elaborados por especialistas. Por otro lado, el docente como profesor investigador sustenta una actitud que gira alrededor de la reflexión sobre la práctica áulica y la

teoría educativa; desarrollando acciones de carácter dialéctica de constante indagación de la práctica educativa y las teorías al respecto

para mantener un proceso de búsqueda, transformación e innovación del ejercicio educativo.

Visto de este modo, la intervención educativa guarda una estrecha relación con el paradigma de la investigación en la acción y de una serie de aportaciones de la tradición educativa inglesa y retomada por la reforma educativa en España.

Con relación a la investigación acción como la metodología del profesorado como investigador se debe hacer referencia a una amplia

gama de estrategias realizadas para intervenir y por ende mejorar el sistema educativo y social.

La investigación acción, la metodología del profesorado como investigador. En este sentido, John Elliot (2000) propone el estudio de

una situación social con el fin de mejorar la calidad de la acción dentro de la misma; desarrolla la idea de la investigación-acción a través de la práctica reflexiva y la relaciona con el diagnóstico de situaciones

problemáticas de la cotidiana práctica áulica susceptibles de intervención, cambio o que requieren una respuesta práctica del binomio enseñanza-aprendizaje. Dentro del contexto de la investigación

educativa, Elliot es uno de los promotores de la Etnosociología.

Wilfred Carr y Kemmis (1988) consideran que la adopción de una posición crítica implica cuestionar las relaciones entre educación y sociedad; exigen del investigador un conocimiento objetivo, medible y fundamentado en los métodos cuantitativos de la ciencia natural.

Opinan que la ciencia social crítica surge de los problemas de la vida cotidiana y su objetivo es desarrollar procesos que establezcan nuevos valores educativos. Enfatizan el aspecto ético de la enseñanza,

incluyendo la formación del profesorado. La educación es una actividad comprometida con los valores sociales, morales y políticos.

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¿Quién, cómo, cuándo intervienen?. Si tomamos como punto de partida que el docente es el principal protagonista de lo que ocurre en el

aula, entonces concordamos en que él debe comprender la complejidad de las actividades áulicas para el análisis reflexivo de la situación educativa y con ello generar modelos de intervención escolar. Por ende,

el docente debe resignificar su práctica adoptando una actitud crítica, reflexiva y profesionalizante a efecto de ser competente en el dominio de conocimientos habilidades y actitudes que le permitan comprender,

reconocer y analizar la complejidad de las situaciones áulicas e institucionales de las cuales forma parte para llevar a cabo una eficaz

intervención educativa basada en la concepción teórica y la observación experencial de la práctica.

Para el logro de estas facultades, es adecuado estructurar la modalidad

de investigación-acción como estrategia de intervención educativa para la formación docente. El método básicamente puede comprender seis momentos de desarrollo:

1. Identificación del problema

2. Diagnóstico 3. Supuesto de acción 4. Elaboración del modelo de intervención

5. Implementación, imprevistos y ajustes 6. Teorización

Estos seis momentos se desarrollan en dos ciclos; el primer ciclo abarca:

• Identificación del problema

• Diagnóstico • Supuesto de acción • Modelo de intervención

Y el segundo ciclo comprende:

• Identificación de problemáticas

• Revalorización de la práctica (evaluación diagnóstica) • Revalorización teórica

• Supuesto conceptual • Modelo de intervención • Teorización (aporte) “cierre del ciclo”

El modelo de intervención, tanto en el primer ciclo como en el segundo, tiene la finalidad de implementar las siguientes acciones para

profesionalizar la práctica educativa.

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La exposición de los datos relacionados al espacio de la intervención: unidad de aprendizaje, etapa formativa,

características áulicas, entre otros.

Caracterización de los sujetos: alumnos y docente y relaciones

entre ellos.

Argumentar teóricamente lo relacionado con lo que se quiere

lograr.

Presentar las intencionalidades que se desarrollarán.

Manifestar el propósito de la intervención.

Informar acerca del tipo de enfoque de la enseñanza que se

aplicará.

Exponer las diferentes formas de abordar la resignificación de la

práctica educativa.

Implementación de acciones por docente y alumnos

participantes.

Con base en elementos teóricos sobre la intervención educativa, y a

partir del análisis de un programa de intervención y debido a que existen diferentes enfoques desde los cuales se puede llevar a cabo la

intervención en la educación, resulta indispensable que el docente del Nivel Medio Superior pueda reconocer y distinguir las posibles áreas de su práctica en las que deba intervenir dentro del marco del modelo

constructivista basado en el enfoque por competencias.

La intervención educativa debe entenderse teniendo en cuenta algunos factores: la intencionalidad, las previsiones, las expectativas y la valoración de los resultados.

Partamos de Carr (2002) para recordar que el estudio de la práctica educativa supone a su vez el estudio de la teoría educativa, tanto la práctica como la teoría ambas forman parte de la teoría de la educación: Todas las teorías de la educación son teorías de la teoría y de la práctica.

Ese supuesto es fundamental para superar el divorcio entre concepción y acción que falsamente se cultiva en las comunidades de docentes.

También, es relevante para identificar las competencias para la intervención de la práctica educativa, porque se debe contemplar la teoría educativa que integra concepción y acción, en este caso desde el

marco de las competencias.

La educación basada en competencias sustenta una teoría educativa

que moldea a las concepciones y orienta a las prácticas en una misma dirección, porque proporciona la lógica de la construcción teórica y los marcos interpretativos para la acción intencionada que pauta las

intervenciones en la educación. En esta dirección, la noción que

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proponemos de práctica educativa es la que sustenta Carr: “Es una actividad intencional, desarrollada de forma consciente, que solo puede

hacerse inteligible en relación con los esquemas de pensamiento, a menudo tácitos y, en el mejor de los casos, parcialmente articulados, en cuyos términos dan sentido a sus experiencias los profesionales. Por

tanto, éstos sólo pueden llevar a cabo prácticas educativas en virtud de su capacidad para caracterizar su propia práctica y para hacerse idea de las prácticas de otros partiendo de la base, por regla general implícita,

de un conjunto de creencias relativas a lo que hacen, de la situación en la que actúan y de lo que tratan de conseguir (…), una práctica

educativa presupone siempre un esquema teórico que, al mismo tiempo, es constitutivo de esa práctica y el medio para comprender las prácticas educativas de otros” (Carr, 2002: 64-65)

Vale la pena subrayar de la cita que una práctica educativa presupone siempre un esquema teórico, en este caso partimos que el esquema

teórico es la educación basada en competencias, que exige un cambio en la concepción y acción del docente. Por tanto, la formación y práctica educativa van de la mano sobre los mismos ejes orientadores porque la

intervención exige un esquema teórico y una significación de la práctica para cambiar hacia el mejoramiento o hacia la innovación.

No trataremos por ahora el punto de las competencias de los docentes, sólo con relación al párrafo anterior, queremos resaltar que la intervención de la práctica educativa descansa sobre los pilares de la

formación basad en competencias. De manera sintética citamos lo expresado por un estudioso de la educación:

“La formación del profesor debe incluir un conjunto de conocimientos, actitudes y capacidades requeridas para su intervención autónoma y eficaz en el aula. Así pues, el profesor debe ser capaz de responder a las

exigencias del conocimiento disciplinar y, en su caso, interdisciplinar que enseña, a las necesidades de diagnosticar la situación de

aprendizaje del individuo y del grupo, de concretar y acomodar las propuestas curriculares genéricas a las situaciones peculiares y cambiantes del aula y del centro, de formular y experimentar estrategias

metodológicas de enseñanza y de evaluación adecuadas a la diversidad de los estudiantes, de diseñar y desarrollar instrumentos, técnicas y

materiales didácticos, de organizar el espacio y el tiempo, en definitiva, el profesor debe estar preparado para diseñar, desarrollar, analizar y evaluar racionalmente su propia práctica” (Pérez, 2007; 18)

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La intervención de la práctica educativa. La intervención de la práctica educativa requiere, como señala Pérez, de un conjunto de

conocimientos, actitudes y capacidades, en otras palabras de competencias. Estas competencias abarcan distintas dimensiones de la práctica educativa que se pueden compactar en tres aspectos:

a) Docencia. La práctica docente comprenden competencias disciplinares, pedagógicas y didácticas.

b) Gestión. La práctica en la gestión del proyecto educativa incluye competencias para la gestión de la enseñanza, competencias para la gestión de los aprendizajes y competencias para la gestión de la

organización escolar.

c) Investigación. La práctica de la investigación en torno de la docencia y la gestión comprenden las competencias de reflexión y

de autorreflexión.

En esos tres aspectos se presentan una serie de problemáticas o bien de necesidades de resignificar las acciones docentes, la atención a ambas

cosas requiere que el docente adquiere un conjunto de competencias para la intervención. Entre las problemáticas que se pueden presentar y

de las necesidades a resignificar se encuentran las siguientes:

a) Comunicación.

b) Empatía c) Autoritarismo.

d) Seguimiento. e) Planeación. f) Secuencia didáctica.

g) Administración del tiempo. h) Conocimiento disciplinar. i) Didáctica.

j) Método pedagógico. k) Gestión de recursos para la enseñanza.

l) Gestión de recursos para el aprendizaje. m) Gestión de recursos para la formación. n) Gestión de recursos para el proyecto escolar.

o) Trabajo individual. p) Trabajo en equipo. q) Ambiente de enseñanza.

r) Toma de decisiones. s) Liderazgo.

t) Delegación de funciones. u) Indisciplina. v) Conflicto.

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w) Adaptación. x) Aislamiento.

y) Violencia.

Competencias para la intervención. La lista no es concluyente solo es

ilustrativa para dar cuenta de la infinidad de cuestiones donde se puede intervenir para mejorar e innovar. Por tanto, la intervención requiere de la adquisición de un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes,

proponemos las siguientes:

Competencias Genéricas

a) Identifica necesidades o problemáticas educativas en la práctica, formación, gestión e investigación educativa.

b) Describe situaciones y las caracteriza. c) Reflexiona en torno de sus hallazgos a partir de sus esquemas

mentales.

d) Hace uso crítico de la teoría. e) Construye marcos interpretativos de su realidad.

f) Construye argumentaciones de la teoría educativa. g) Interactúa con otras subjetividades. h) Diseña método de intervención.

Competencias específicas

a) Manejo de la teoría educativa acorde a la problemática a

intervenir. b) Moldea la realidad para intervenirla.

c) Aplica sus propias construcciones teóricas. d) Redefine a la luz de otras prácticas sus acciones. e) Resignifica sus esquemas mentales y sus acciones.

f) Reconstruye su propia subjetividad.

Estas competencias se desarrollan con base un método específico de intervención que contempla una secuencia, por lo general, compuesta

de: planeación, diseño, aplicación, valoración, ajustes, re-aplicación, resultados, evaluación y aporte. La planeación consiste en identificar y

describir el problema que se intervendrá; el diseño comprende la reflexión, interpretación y teorización del modelo de intervención; la aplicación abarca la interacción y reconstrucción de subjetividades y el

modelamiento de la realidad que se interviene; la valoración es en torno de las propias construcciones teóricas y de las intencionalidades en las

acciones; los ajustes incluyen la redefinición de lo realizado; la re-aplicación es el re-remodelamiento de lo inicialmente aplicado; los resultados son las resignificaciones logradas o bien los problemas

resueltos; la evaluación la comparación entre los resultados y las fases

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iniciales del proceso de intervención; y el aporte la contribución a la teoría educativa.

En todo momento del proceso de intervención se encuentra en acción competencias ya sean genéricas o específicas.

Conclusiones

En resumen, la intervención de la práctica educativa debe ser un proceso de ejecución de procedimientos para actuar e implementar un plan de acciones flexibles, fundamentadas, deliberadas, controladas y

evaluadas por el profesor-investigador a partir del paradigma de indagación propuesto por la investigación-acción. Las intencionalidades

tanto de la intervención como de la investigación de las acciones educativas deben tener como finalidad establecer instrumentos de acción reflexiva para la construcción teórica de la práctica educativa.

Dicho de otro modo, la intervención debe ser producto de la reflexión de la acción educativa; resultado de la investigación sistemática de acciones y motivos para descubrir explorar e interpretar críticamente los

propios motivos asumiendo el fuerte compromiso de buscar la mejora de la práctica educativa.

Esta nueva forma de concebir la práctica educativa, le otorga al trabajo docente una perspectiva práctica y un enfoque para la comprensión e intervención del proceso educativo. Esta idea de incorporar a la práctica

educativa en el ámbito científico de la investigación-acción faculta al docente para cuestionar el quehacer educativo, indagar sobre la función

docente, analizar la práctica educativa con fundamentos teóricos, reflexionar sobre los métodos y estrategias de enseñanza, identificar obstáculos, regular las acciones concernientes al contexto educativo,

elaborar planes de intervención, plantear acciones de implementación, evaluar las acciones de implementación de la intervención, elaborar informes de investigación, sistematizar el proceso de investigación sobre

la práctica educativa para que el ejercicio de intervención sea de naturaleza dialéctica. En consecuencia, después de la primera

intervención se deberán reelaborar los planes de intervención, plantear acciones de implementación, evaluar las acciones de implementación de la intervención, elaborar informes de investigación.

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BIBLIOGRAFÍA

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