LOS PROGRAMAS FAMILIARES BASADOS EN EVIDENCIA: LA IMPORTANCIA DEL ROL DE LOS FORMADORES

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INTRODUCCIÓNRESUMEN

LOS PROGRAMAS FAMILIARES BASADOS EN EVIDENCIA: LA IMPORTANCIA DEL ROL DE LOS FORMADORES

Ballester, LluísVives, MargaPozo, RosarioAmer, JoanOliver, Josep LluísUniversitat de les Illes [email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected]; [email protected]

Palabras clavebasado en evidencia, prevención familiar, formador, técnica Delphi

Los programas de prevención familiar presentan distintos pun-

tos de partida teóricos que determinan las características de los

roles atribuidos a los formadores. Son responsables de la apli-

cación del contenido de las sesiones, por tanto su adherencia al

programa, así como su motivación y habilidades para trabajar

con familias influye en la eficacia de los programas. Mediante

un Delphi o panel de expertos basado en la discusión de un do-

cumento base y la respuesta a un cuestionario, se persiguen las

metas de consensuar las características del buen formador y di-

señar la metodología más adecuada para evaluarlo.

La agencia norteamericana SAMHSA (Substance Abuse and

Mental Health Services Administration) subraya – en sus cri-

terios para proyectos preventivos- la experiencia y la voluntad

de recibir formación y supervisión (www.samhsa.gov). Turner y

Sanders (2006) consideran como principales factores para una

implementación óptima: confianza en sus habilidades, experien-

cia en programas basados en evidencia, conocimiento del tipo

de intervención, identificación de las barreras a la implementa-

ción y calidad en la formación. Shapiro, Prinz y Sanders (2012)

añaden que también impactan en la implementación las motiva-

ciones y necesidades de los formadores, sus actitudes en relación

al programa aplicado y su conocimiento sobre cómo funciona el

cambio familiar a través del programa. Turner y Sanders (2006)

subrayan que, para poder mejorar la confianza de los formadores

en sus habilidades de apoyo a las familias, es necesario entre-

nar sus habilidades relacionales y promover la responsabilidad

personal en el aprendizaje.

Un aspecto subrayado en diferentes estudios son las habilidades

de los formadores. De acuerdo con Breitenstein et al. (2010), la

competencia del formador tiene un efecto positivo en la satis-

facción parental. Small, Cooney y O’Connor (2009) consideran

las habilidades interpersonales como determinantes, mientras

que Kilmes-Dougan et al. (2009) añaden que son más impor-

tantes incluso que la experiencia.

En la investigación sobre programas familiares basados en evi-

dencia se pueden encontrar diferentes bibliografías relacionadas

con el contenido de los programas y los resultados en las fami-

lias. Sin embargo, menos información se puede encontrar sobre

los formadores, actores clave en la implementación de estos pro-

gramas. La presente comunicación es el resultado de un debate

entre ocho formadores y ocho académicos, mediante la técnica

Delphi, con el objetivo de generar consenso sobre los principales

aspectos que definen el buen formador, así como las mejores me-

todologías para evaluar su tarea. En la comunicación se incluyen

primero las principales características que deben reunir los for-

madores de programas basados en la evidencia, de acuerdo con

la literatura. Segundo, se aportan los resultados de un cuestio-

nario que se distribuyó en tres oleadas al grupo de expertos del

Delphi. Los participantes del Delphi subrayan la importancia de

las habilidades interpersonales y la experiencia en intervención

familiar. En relación a las técnicas de evaluación, se destacan

las técnicas cualitativas de observación y grupos de discusión.

En el próximo apartado se discutirán las características de los

formadores así como las mejores metodologías de evaluación de

su trabajo, de acuerdo con los expertos del Delphi. En cuanto

a las metodologías de evaluación, en la literatura encontramos

técnicas muy variadas: entrevistas (Shapiro, Prinz, & Sanders,

2012), grupos de discusión (Baumann, Kolko, Collins & Hers-

chell, 2006), encuestas (Asgary-Eden & Lee, 2011), autoinformes

(Baumann et al., 2006), observaciones independientes (Eames

et al., 2010), observaciones independientes cruzadas con autoin-

formes (Breitenstein et al., 2010; Orte, Amer, Pascual, & Vaqué,

2014), revisión de las sesiones a partir de su grabación (Brei-

tenstein et al., 2010) y autoinformes utilizando sistemas web

(Klimes-Dougan et al., 2009).

173

MÉTODO

METODOLOGÍA

MUESTRA

7DEOD����3HU¿O�GH�OD�PXHVWUD�

EXPERTO/A FORMACIóN

PREVIA

LUGAR DE

TRABAJO SEXO

AC1 Psicóloga Univ.Coimbra, Portugal Femenino

AC2 Pedagoga Univ. Navarra, España Femenino

AC3 Psicólogo Univ. California, USA Masculino

AC4 Psicóloga Univ. Santiago, España Femenino

AC5 Psicólogo Univ. Kentucky, USA Masculino

AC6 Psicólogo Univ. Oporto, Portugal Masculino

AC7 Psicólogo Health Services Irlanda Masculino

AC8 Pedagoga Univ. Oviedo, España Femenino

FORMACIóN

PREVIAPERFIL EN PCF

FM1 Educadora Social Formadora Femenino

FM2 Psicóloga Coordinadora técnica Femenino

FM3 Psicólogo Formador Masculino

FM4 Educador Social Formador Masculino

FM5 Psicólogo Coordinador Masculino

FM6 Ed. y Trab. Social Coordinadora Femenino

FM7 Trabajadora Social Formadora Femenino

FM8 Educación Social Coordinador Masculino

El uso del método Delphi, utilizado prioritariamente en estu-

dios de Economía, Administración y Medicina (García Martínez,

Aquino, Guzmán & Medina, 2012) es también válido y utiliza-

do en estudios relacionados con las ciencias sociales (Landeta,

2006; Rowe & Wright, 2012). En este sentido, los primeros tra-

bajos documentados con fines sociales y económicos aparecen

sobre los 60 (Camisón, Fabra, Florés, & Puig, 2008). En esta pri-

mera etapa de desarrollo del método Delphi, se desarrollaron

también sus primeras definiciones consensuadas, como la de la

Rand Corporation (Bosón, Cortijo & Escobar, 2009; Bennàssar,

2012) en los años 50 centrada en el objetivo de facilitar el acuer-

do entre expertos, habitualmente con finalidades prospectivas.

Se trata de una técnica de consulta a una muestra –no probabi-

lística- de personas con un buen nivel de conocimientos sobre

el tema objeto de análisis.

El método Delphi necesita cumplir una serie de requisitos bási-

cos para ser válido y fiable, algunos de ellos relacionados con la

muestra. En nuestro estudio consideramos importante contar no

sólo con la valoración de expertos académicos sino también con

las valoraciones y aportaciones de profesionales que hubiesen

participado de forma activa en, al menos una implementación

del Programa de Competencia Familiar 8-12 (PCF) (Orte, Balles-

ter & March, 2013). El PCF es la adaptación cultural española

del Strengthening Families Program 6-11 (SFP) (Kumpfer, De-

Marsh & Child, 1989). Así pues, se ha trabajado con dos grupos

muestrales diferenciados, donde la distribución por sexo ha sido

igualitaria (4 hombres y 4 mujeres en los dos grupos). El grupo

de académicos estaba formado por 4 españoles, 2 portugue-

ses y 2 estadounidenses, con amplia experiencia en programas

basados en evidencia, mientras que el grupo de profesionales

responde a perfiles de formadores (responsables de trabajar el

contenido de las sesiones con las familias) y coordinadores (res-

ponsables del conjunto de la aplicación del programa), que han

participado en el Programa de Competencia Familiar (PCF), tal

y como se muestra en la tabla siguiente:

INSTRUMENTO

Para González y López (2010) este cuestionario debe recoger

la información relevante de la primera fase y, al mismo tiempo

ser claro. En este sentido, acompañamos el cuestionario con re-

sumen ejecutivo a modo de resumen del estado de la cuestión

utilizado como base teórica para la elaboración del cuestionario.

Como se puede comprobar en el apartado de resultados, reali-

zamos dos grupos de preguntas (sobre el perfil del formador y

sobre la metodología de evaluación de éste), en el primer grupo

se incluyen listados de ítems que los expertos deben priorizar;

en el perfil del formador se trabaja sobre la experiencia y forma-

ción, las habilidades del formador, la adherencia al programa y

la dinámica del grupo y el perfil de las familias; en el segundo

grupo se trabaja sobre aspectos prioritarios que deben tener-

se en cuenta a la hora de evaluar al formador y las técnicas de

evaluación. Cada grupo de preguntas se finaliza con una pre-

gunta abierta; ésta permite al experto poder incluir aspectos que

considera importantes que puede que no hayan aparecido o ha-

cer puntualizaciones o comentarios que considera relevantes.

174

PROCEDIMIENTO DE ANÁLISIS

Tabla 2: Descripción de las fases realizadas

FASE DESCRIPCIóN OBSERVACIONES

1 Formulación del problema 3ODQWHDPLHQWR�GH�OD�SUHJXQWD�LQLFLDO�\�UHYLVLyQ�ELEOLRJUi¿FD

2Construcción del grupo

director / monitor

Todos son miembros del Grupo de Investigación y Formación Educativa y Social (GIFES), el cual trabaja desde el 2006 en la adaptación e

implementación en diversas instituciones (Projecte Home, Serveis Socials y Dirección General de Menores) del PCF. Sus tareas fueron, principalmente,

seleccionar y comunicarse con los expertos, creación, análisis del cuestionario y del resumen ejecutivo que acompaña al cuestionario.

3 Elaboración del cuestionario

$�SDUWLU�GH�OD�OLWHUDWXUD�UHYLVDGD��VH�HODERUy�HO�FXHVWLRQDULR�EDVDGR�HQ�ORV�LQGLFDGRUHV�PiV�UHOHYDQWHV�FHQWUDGRV�HQ�HO�SHU¿O�GHO�EXHQ�IRUPDGRU�HQ�programas de competencias familiares. El cuestionario solicitaba a los expertos la jerarquización de diferentes ítems según las categorías (4 para

SHU¿O�GHO�IRUPDGRU�\�GRV�VREUH�OD�PHWRGRORJtD�GH�HYDOXDFLyQ��DGHPiV�GH�XQD�SUHJXQWD�DELHUWD�SDUD�OD�LQFOXVLyQ�GH�SRVLEOHV�DSRUWDFLRQHV�

4 Lanzamiento de cuestionariosSe realizó a través del correo electrónico, asegurando anonimato. Dos de los miembros del grupo director / monitor fueron los responsables del

lanzamiento, seguimiento y recepción de los cuestionarios. Uno de ellos coordinó el grupo de académicos y el segundo el de formadores.

5Desarrollo del proceso

iterativo y retroalimentado

Como ya hemos comentado, el cuestionario se envió con un resumen ejecutivo; a partir del primer envío de los expertos, se realizaron un conjunto de estadísticos

que se pueden revisar en el apartado de resultados; además, se introdujeron sus comentarios al informe ejecutivo y un resumen de las aportaciones realizadas en

ODV�SUHJXQWDV�DELHUWDV��(VWH�GRFXPHQWR�VH�UHHQYLy�D�ORV�H[SHUWRV��&DEH�GHVWDFDU�TXH�WRGRV�ORV�H[SHUWRV�TXH�KDQ�LQLFLDGR�HO�PpWRGR�'HOSKL�OR�KDQ�¿QDOL]DGR�

6$QiOLVLV�¿QDO�\�UHGDFFLyQ�

de las conclusiones

$�SDUWLU�GHO�VHJXQGR�HQYtR�GH�ORV�H[SHUWRV��VH�UHDOL]y�HO�LQIRUPH�¿QDO�TXH�IXH�HQYLDGR�D�FDGD�XQR�GH�HOORV��DO�PLVPR�tiempo, se les envió un listado de los consultores que han formado parte de esta investigación

Analizamos, en un primer momento, los resultados de las jerar-

quizaciones de las seis categorías enviadas (4 sobre el perfil del

formador y 2 sobre metodología); donde se recogieron las medias

de las priorizaciones de los académicos, de los formadores y el

total del panel, ésta última sirvió para ordenar los indicadores

evaluados en cada categoría. Realizamos un análisis estadístico

de pruebas no paramétricas de muestras no relacionadas, incor-

porando los estadísticos de chi-cuadrado, W de Kendall, grados

de libertad y grado de significación estadística, tanto del grupo

de expertos en global como de los dos subgrupos por separado

(académicos y formadores).

Fuente: Elaboración propia a partir de Camisón et al. (2008)

RESULTADOS

Los resultados obtenidos tanto en el primer como en el segundo

envío por parte de los expertos quedan reflejados en este apar-

tado. Debemos recordar que en cada tabla, los expertos debían

ordenar (1 más importante) los indicadores incluidos en cada

apartado. En el segundo envío, se les ofrecía la posibilidad de,

si no estaban de acuerdo con la priorización, realizar de nuevo

su priorización.

En cada tabla, puede observarse la media de la priorización del

conjunto del panel de expertos, así como la de los formadores y

de los académicos por separado, además del orden de los indi-

cadores evaluados a partir de la media global. Todos estos datos

responden al análisis del segundo envío, por ello, incorporamos

también la primera priorización realizada por los expertos en

general. Incorporamos los estadísticos (N, chi-cuadrado, W de

Kendall, grados de libertad y grado de significación estadísti-

ca) tanto del conjunto de expertos como de los dos grupos por

separado (académicos y formadores).

175

PERFILES DE LOS FORMADORES

El primer indicador hace referencia a la experiencia y prepara-

ción del formador; la formación en el programa así como tener

experiencia en intervención familiar son los dos indicadores

que tanto formadores como académicos destacan en primer lu-

gar (los formadores con la misma puntuación, 1,50); si bien los

académicos creen que la formación en el programa (1,38 de me-

dia) es la habilidad más importante. En este caso, revisando el

coeficiente de concordancia W de Kendall es superior en el gru-

po de formadores (,828) que en el de académicos (,634); siendo

el nivel de confianza significativo (p=0,000) en los tres grupos.

Referente a las habilidades del formador, sí hay un acuerdo en

qué tres habilidades son las más importantes: habilidades de

comunicación (1,56 de media), habilidades de empatía (2,19) y

manejo de grupos (3,13) son las más valoradas tanto por aca-

démicos como por expertos. Como podemos ver, los acuerdos

no solo se han producido entre los dos grupos sino también en-

tre los dos envíos de los cuestionarios, puesto que sólo se ha

modificado un lugar (de 5 a 6 y viceversa) la confianza en sus

habilidades y la exposición de contenidos y del lugar 7 al 8 y vi-

ceversa de las habilidades para manejar participantes difíciles

y la exposición de contenidos. Ambos grupos obtienen puntua-

ciones similares en coeficiente de concordancia W de Kendall

(,692 académicos y ,639 en formadores), siendo también signi-

ficativa en los tres grupos (p=0,000).

ACADÉMICOS FORMADORES TOTAL 1R RANKING 2º RANKING

Experiencia en intervención familiar 2,25 1,50 1,88 2 2

$GKHUHQFLD�\�¿GHOLGDG�DO�SURJUDPD 2,88 3,38 3,13 3 3

Conocimiento sobre los modelos de intervención familiar 4,25 4,00 4,13 4 4

([SHULHQFLD�HVSHFt¿FD�HQ�HO�SURJUDPD�GH�SUHYHQFLyQ�IDPLOLDU 4,25 4,63 4,44 5 5

Formación en el programa 1,38 1,50 1,44 1 1

Estadísticas de contraste Académicos Formadores Expertos

N 8 8 16

Kendall’s Wa 0,634 0,828 0,705

Chi-square 20,300 26,500 45,150

gl 4 4 4

p ,000 ,000 ,000

Tabla 3. Experiencia y formación

Tabla 4. Habilidades de los formadores

AC

AD

ÉM

IC

OS

FO

RM

AD

OR

ES

TO

TA

L

1R

RA

NK

IN

G

RA

NK

IN

G

Habilidades de comunicación 1,75 1,38 1,56 1 1

Habilidades de empatía 2,13 2,25 2,19 2 2

Dinamización del grupo 3,00 3,25 3,13 3 3

Habilidad para implicar

a las familias4,75 5,13 4,94 4 4

&RQ¿DQ]D�HQ�VXV�propias habilidades

6,13 6,38 6,25 5 6

Estrategias de resolución

GH�FRQÀLFWRV8,13 6,63 7,38 9 9

Responsabilidad personal

en el aprendizaje

6,88 7,38 7,13 7 8

Habilidad para manejar

participantes difíciles

7,00 7,00 7,00 8 7

Presentación de los contenidos 5,25 5,63 5,44 6 5

Estadísticas de contraste

Aca

dém

ico

s

Fo

rm

ad

ore

s

Ex

perto

s

N 8 8 16

Kendall’s Wa 0,692 0,639 0,653

Chi-square 44,267 40,900 83,533

gl 8 8 8

p ,000 ,000 ,000

176

AC

AD

ÉM

IC

OS

FO

RM

AD

OR

ES

TO

TA

L

1R

RA

NK

IN

G

RA

NK

IN

G

Mala gestión del tiempo 2,00 2,63 2,31 2 2

Actividad considerada de poca importancia 3,75 3,88 3,81 4 4

Falta de preparación de la sesión por parte del formador 1,00 1,25 1,13 1 1

Padres/hijos/familias se sienten incómodos con las actividades propuestas 4,88 4,50 4,69 5 5

Falta de comprensión de la actividad propuesta para los padres/hijos/familias 3,38 2,75 3,06 3 3

Estadísticas de contraste Académicos Formadores Expertos

N 8 8 16

Kendall’s Wa 0,922 0,628 0,750

Chi-square 29,500 20,100 48,000

gl 4 4 4

p ,000 ,000 ,000

Tabla 5. Aspectos que impactan negativamente en la adherencia del programa

Respecto a los aspectos que dificultan la adherencia al progra-

ma, la falta de preparación de la sesión por parte del formador

(en primer lugar); especialmente para los académicos y una mala

gestión del tiempo (en segundo lugar) son los elementos más

importantes a tener en cuenta a la hora de la adherencia al pro-

grama. El coeficiente de concordancia de Kendall significativo

en los tres grupos (p=0.000) para los académicos de .922 mien-

tras que hay más dispersión en las respuestas de los formadores

(.628 en coeficiente W de Kendall). El acuerdo en la priorización

de los indicadores se mantiene en la segunda iteración.

El reconocimiento de las posibilidades de cambio familiar a

través del programa es valorado como el primer indicador so-

bre la dinámica del grupo y el perfil de las familias por parte

de los dos grupos (1,69), seguido de la actitud y disposición de

las familias durante el desarrollo de las sesiones (2,19). Cierto

es que entre la primera y la segunda valoración de los expertos

la clasificación no varía, pero si cabe destacar que parece haber

más acuerdo entre los académicos (,831) que entre los formado-

res (,699); siendo significativo el nivel de confianza en los tres

grupos (p=0,000). Cabe destacar que el primer indicador (re-

conocimiento de las posibilidades de cambio familiar a través

del programa) es el que más elevada puntuación ha obtenido en

los formadores (1,38), especialmente si la comparamos con la

de los académicos (2,0).

7DEOH����'LQiPLFD�GHO�JUXSR�\�SHU¿O�GH�ODV�IDPLOLDV

AC

AD

ÉM

IC

OS

FO

RM

AD

OR

ES

TO

TA

L

1R

RA

NK

IN

G

RA

NK

IN

G

Feedback positivo

de las familias4,88 5,25 5,06 4 4

Reconocimiento de la

¿JXUD�GHO�IRUPDGRU 8,25 6,00 7,13 8 8

Constatación de las

posibilidades de cambio

familiar a través del programa

2,00 1,38 1,69 1 1

Actitud y predisposición de las

familias durante las sesiones2,13 2,25 2,19 2 2

&RQÀLFWR�GRPpVWLFR 9,75 9,38 9,56 10 10

Nivel de problemática familiar 8,75 7,88 8,31 9 9

Efectividad de la actividad 5,38 5,63 5,50 6 6

Participación en discusiones 5,75 7,63 6,69 7 7

Comprensión de las

explicaciones5,50 5,25 5,38 5 5

Participación en actividades 2,63 4,38 3,50 3 3

Estadísticas de contraste

Aca

dém

ico

s

Fo

rm

ad

ore

s

Ex

perto

s

N 8 8 16

Kendall’s Wa 0,831 0,659 0,705

Chi-square 59,836 47,482 101,550

gl 9 9 9

p ,000 ,000 ,000

177

METODOLOGÍAS DE EVALUACIÓN DEL TRABAJO DE LOS FORMADORES

Los tres ítems que se consideran necesarios evaluar respecto

a la tarea del formador son: a) habilidad relacional y de vincu-

lación con los participantes (1,44); manejo general de la sesión

y dinamización del grupo (3,0) y c) formación en el programa

(4,22). En este caso sólo se ha modificado el orden del 4 al 5 y

viceversa de los ítems adherencia y fidelidad al programa (pasa

del 4º al 5º lugar) y capacidad para mantener la motivación de

ACADÉMICOS FORMADORES TOTAL 1R RANKING 2º RANKING

$GKHUHQFLD�\�¿GHOLGDG�DO�SURJUDPD 3,63 6,50 5,06 4 5

Habilidades relacionales y vinculación con los participantes 1,50 1,38 1,44 1 1

Claridad expositiva 7,38 6,44 6,91 7 7

Habilidad para captar y mantener la atención 9,13 8,50 8,81 10 10

Habilidad para mantener la motivación de los participantes a lo largo del programa 4,88 5,06 4,97 5 4

Habilidad para implicar a los participantes 10,88 10,25 10,56 12 12

Habilidad de escucha 8,25 6,69 7,47 8 8

Respuestas adecuadas a las demandas de los participantes 8,88 7,88 8,38 9 9

Gestión del tiempo 10,00 10,56 10,28 11 11

Gestión de la dinámica del grupo 3,38 2,63 3,00 2 2

Formación en el programa 3,00 5,44 4,22 3 3

Responsabilidad personal y autoaprendizaje a lo largo del programa 7,13 6,69 6,91 6 6

Estadísticas de contraste Académicos Formadores Expertos

N 8 8 16

Kendall’s Wa 0,742 0,567 0,619

Chi-square 65,269 49,916 108,906

gl 11 11 11

p ,000 ,000 ,000

Tabla 7. Ítems para evaluar el trabajo de los formadores

los participantes a lo largo del programa (del 5º al 4º lugar).

Se mantiene la tendencia que sean los académicos los que me-

jor puntuación obtienen en el coeficiente de concordancia de

Kendall (0,742 académicos y 0,567 formadores) con un nivel de

confianza alto en los tres grupos (académicos, formadores y ex-

pertos en general) (p=0,000).

Referente a las técnicas de evaluación, es, en el único caso en

que el coeficiente de concordancia es más elevado en los for-

madores (0,866) que en los académicos (0,467), manteniendo

el nivel de confianza alto (p=0,00 en formadores y en el grupo

de expertos y p=0,001 en académicos). La observación indepen-

diente es la más valorada (1,00 de media en formadores y 1,50

de media en académicos) seguida de los grupos de discusión y

de la revisión y codificación del contenido de sesiones parenta-

les grabadas. No aparecen cambios entre la priorización de la

primera iteración con respecto a la segunda.

178

AC

AD

ÉM

IC

OS

FO

RM

AD

OR

ES

TO

TA

L

1R

RA

NK

IN

G

RA

NK

IN

G

Auto-informe 5,13 5,25 5,19 5 5

Observación independiente 1,50 1,00 1,25 1 1

Entrevista estructurada 4,13 3,88 4,00 4 4

Encuesta 5,25 5,88 5,56 6 6

Grupos de discusión 2,63 2,13 2,38 2 2

Autoinforme utilizando

sistema de seguimiento 5,44 6,50 5,97 7 7

Revisión del contenido

de las sesiones a partir

de su grabación

3,94 3,38 3,66 3 3

Estadísticas de contraste

Aca

dém

ico

s

Fo

rm

ad

ore

s

Ex

perto

s

N 8 8 16

Kendall’s Wa 0,467 0,866 0,645

Chi-square 22,430 41,571 61,951

gl 6 6 6

p ,001 ,000 ,000

Tabla 8. Técnicas de evaluación DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN

En este apartado se contrastan los resultados del DELPHI con

las aportaciones teóricas tanto en relación al perfil de los for-

madores, como en relación a las metodologías más adecuadas

para evaluar su trabajo.

En relación a las características de los formadores, el debate

teórico y los resultados del DELPHI convergen en subrayar la

importancia de la experiencia en intervención familiar y la re-

levancia de la formación específica en el programa a aplicar

(Turner & Sanders, 2006). Además, en nuestro DELPHI es in-

teresante señalar, para el caso de los formadores entrevistados,

la obtención del mismo resultado a la hora de priorizar entre la

formación en el programa y la experiencia, a diferencia de lo que

ocurre con los académicos entrevistados, que indican la forma-

ción como el primer factor. También los formadores apuntan que

la experiencia permite situar la realidad de las familias y tener

una mirada global de los programas.

Las habilidades de los formadores son destacadas por distintos

autores (Breitenstein et al., 2010; Small, Cooney & O’Connor,

2009; Kilmes-Dougan et al., 2009) y también son resaltadas

en el DELPHI, especialmente las habilidades comunicativas,

la empatía y la gestión del grupo. Estas habilidades tienen que

permitir motivar a las familias y adaptarse culturalmente y emo-

cionalmente a ellas.

Un tema importante en la implementación de programas basa-

dos en evidencia es la fidelidad o adherencia al programa. Sin

embargo, con la excepción de Breitenstein et al. (2010), al hablar

de buenos formadores este aspecto se deja en segundo lugar. En

nuestro estudio, según los profesionales y académicos entrevis-

tados, la falta de preparación de las sesiones y la mala gestión

del tiempo impactan negativamente en la adherencia al progra-

ma. Para el buen funcionamiento del programa, los entrevistados

consideran relevante que los formadores entiendan el modelo

de cambio que el programa contiene, así como un conocimien-

to profundo de los objetivos y contenidos.

En relación a las metodologías más idóneas para la evalua-

ción del trabajo de los profesionales, la bibliografía estudiada

se dedica principalmente a la medida de las habilidades de los

formadores (Eames et al., 2010; Klimes-Dougan et al., 2009;

Turner, Nicholson & Sanders, 2011), aunque también hay enfo-

ques más orientados a la medición de la adherencia (Shapiro,

Prinz & Sanders, 2012). En cuanto a los ítems a evaluar de la

labor de los formadores, en el DELPHI se destacan los siguien-

tes: habilidades relacionales y capacidad de vinculación con los

participantes, manejo de la sesión y de la dinámica del grupo y

la preparación y dominio del programa. En todo ello es primor-

dial la actitud del formador en relación con el programa y con

las sesiones. En referencia a la combinación de técnicas más

adecuadas, profesionales y académicos entrevistados apuntan la

observación independiente y los grupos de discusión. Más con-

cretamente se anota la utilidad de los focus groups al final de

la aplicación del programa, así como sondear vía encuesta o vía

entrevista la opinión de las familias participantes sobre el pa-

pel de los formadores.

En relación a la metodología, el anonimato de la técnica DELPHI

permite eliminar la influencia de la reputación de otro experto,

además del hecho de poder oponerse a la mayoría o cambiar de

opinión (Rosas, Sánchez & Chávez, 2012). En nuestra investi-

gación realizamos dos pasaciones del cuestionario, una tercera

no fue necesaria al haber un grado elevado de acuerdo entre las

respuestas de la primera y la segunda pasación del cuestionario.

Todos los expertos han reenviado sus cuestionarios en las dos

itinerancias. La técnica permite no sólo validar los hallazgos de

la búsqueda bibliográfica sino que permite también incorporar,

con la validez de la opinión de un experto, otros indicadores que

deben tenerse en cuenta.

En cuanto a las implicaciones para la práctica de la presente co-

municación, hay que destacar que un mejor conocimiento de las

características idóneas de los formadores para un buen desar-

rollo de los programas ayudará a obtener mejores resultados.

En la misma línea, las ref lexiones aportadas sobre las técni-

cas más adecuadas para analizar el trabajo de los formadores

permiten afinar los instrumentos de evaluación de la labor de

estos profesionales.

179

En relación a las líneas de futuro, esta investigación DELPHI

colabora en el estudio del papel de los formadores en la imple-

mentación de los programas, especialmente en la aplicación del

contenido de las sesiones y en la adherencia a estos contenidos.

Dado que el análisis del papel de los formadores ha ocupado un

segundo lugar en el estudio sobre los programas, sería un buen

momento para continuar la línea de investigación iniciada con

otros planteamientos metodológicos complementarios a la téc-

nica DELPHI. Éste podría ser el caso de trabajar para el testeo y

refinamiento de las principales técnicas de evaluación del trabajo

de los formadores sugeridas por los participantes del DELPHI,

como son los grupos de discusión y las técnicas de observación

de las sesiones. Otro aspecto a considerar sería la evaluación

previa de los formadores, a través de la evaluación de sus habi-

lidades después de la formación preparatoria para implementar

un programa y antes del inicio de este programa.

En conjunto, los formadores desarrollan un papel clave para el

éxito de los programas familiares basados en evidencia. Un buen

desempeño de sus labores podrá colaborar a mejorar la efecti-

vidad de estos programas.

AGRADECIMIENTOS

Queremos agradecer a las siguientes personas su contribución

al artículo: Apol·lònia Mas, Cristina Fernández, Miquel Far, Mi-

quel Cruz, Oriol Esculies, Dolors Bordas, Xesca Cerdà, Fabiola

Farias, Tomeu Cursach, Ana Melo, Carme Urpí, Enrique Orte-

ga, Estrella Romero, Joaquín Fenollar, Jorge Negreiros, Robert

O’Driscoll y Susana Torío.

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Título: Pedagogia / Educação Social - Teorias & Práticas. Espaços de investigação, formação e ação

Editor: Escola Superior de Educação do Politécnico do Porto

Prefixo de Editor: 978-972-8969

Autor(es): Paulo Delgado, Sílvia Barros, Carla Serrão, Sofia Veiga, Teresa Martins, António José Guedes, Fernando Diogo, Maria José Araújo (Coordenadores)

Design Gráfico: Jorge Araújo e Paulo Moreira

Tiragem: 200 exemplares

ISBN: 978-972-8969-06-6