Los Habiru

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INTRODUCCIÓN Los habirū son probablemente, una de las incógnitas relevantes pendientes de descifrar en la historia del Próximo Oriente antiguo. Diversas fuentes aseguran que su aparición en el panorama social y estatal fue alrededor del II milenio antes de nuestra era, entrando en la civilización mesopotámica como tribus seminómadas desarraigadas quienes se dedicaban normalmente al pastoreo, y ocasionalmente al pillaje. Fueron primeramente definidos como gentes que no eran ni sumerios, ni acadios, solamente clanes semitas provenientes de otras tierras, junto con los amurrū (amorreos) originarios de la estepa occidental siria. El impacto provocado en la sociedades mesopotámica y babilónica fue definitivo y supuso el ocaso de la hasta el momento pacífica simbiosis sumero-semita (que acontece con el fin del III milenio antes de nuestra era y abre la época paleosemítica). Los habirū, estas tribus semitas con inicio en la antigua Mesopotamia, dieron lugar posteriormente a los llamados ‘ivri, los antiguos hebreos, que mucho después originarían su nación y encontrarían cobijo en las tierras de Canaán. Mi objetivo para este trabajo es analizar con profundidad el origen de dichas tribus y su evolución social, religiosa y cultural desde su inicio hasta lo que hoy llamamos antiguo Israel, considerando el impacto en otras naciones que se cruzaron en su camino y asimismo, la influencia que tomaron ellos de otras sociedades circundantes. Los antiguos reinos israelitas (Judá e Israel) no entran dentro del marco de mi trabajo, como tampoco la época de los Reyes ni de los Jueces. 1

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INTRODUCCIÓN

Los habirū son probablemente, una de las incógnitasrelevantes pendientes de descifrar en la historia delPróximo Oriente antiguo. Diversas fuentes aseguran que suaparición en el panorama social y estatal fue alrededor delII milenio antes de nuestra era, entrando en lacivilización mesopotámica como tribus seminómadasdesarraigadas quienes se dedicaban normalmente al pastoreo,y ocasionalmente al pillaje. Fueron primeramente definidos como gentes que no eran nisumerios, ni acadios, solamente clanes semitas provenientesde otras tierras, junto con los amurrū (amorreos)originarios de la estepa occidental siria.El impacto provocado en la sociedades mesopotámica ybabilónica fue definitivo y supuso el ocaso de la hasta elmomento pacífica simbiosis sumero-semita (que acontece conel fin del III milenio antes de nuestra era y abre la épocapaleosemítica).Los habirū, estas tribus semitas con inicio en la antiguaMesopotamia, dieron lugar posteriormente a los llamados‘ivri, los antiguos hebreos, que mucho después originarían sunación y encontrarían cobijo en las tierras de Canaán.

Mi objetivo para este trabajo es analizar con profundidadel origen de dichas tribus y su evolución social, religiosay cultural desde su inicio hasta lo que hoy llamamosantiguo Israel, considerando el impacto en otras nacionesque se cruzaron en su camino y asimismo, la influencia quetomaron ellos de otras sociedades circundantes. Losantiguos reinos israelitas (Judá e Israel) no entran dentrodel marco de mi trabajo, como tampoco la época de los Reyesni de los Jueces.

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Para adentrarme en esta historia, he tenido en cuentatambién el Antiguo Testamento, desde el Éxodo en Egiptohasta la conquista de Canaán que empieza en manos de Josué.Arqueólogos e historiadores han coincidido en infinitasocasiones acerca de la historia que concierne a estepueblo, que no dejó casi material arqueológico enMesopotamia, pero sí mucho y muy variado en Canaán. Que loencontrado concuerde con los escritos del AntiguoTestamento da mucho que pensar, y ayuda considerablemente afusionar una visión física de los hechos históricos con unavisión más personal y más elaborada de cómo eran dichastribus.

Es posible que a lo largo y ancho del trabajo use ladatación temporal usada por el Doctor Joaquín Sanmartín ensu libro Historia antigua del Próximo Oriente. Mesopotamia y Egipto,pues me ha sido de gran utilidad en el momento de organizary esquematizar mi trabajo.

ÍNDICE GENERAL

1. Origen de los habirū

2. Análisis cultural

2.1. Rasgos culturales

2.2. Religión

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2.3. Modo de vida

3. Las cartas de Tall Al-Amarna

4. Habirū y hebreos. Abraham

5. Israelitas

6. Conclusiones

1. ORIGEN DE LOS HABIRŪ

Los habirū (del verbo semita ‘abāru <<pasar la frontera>>)fueron tribus seminómadas semitas provenientes de la estepasiria que hicieron su súbita aparición y concentraron suactividad durante el II y hasta el fin del III milenioantes de nuestra era (s. -XIV), y que aumentaron su

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actividad durante el periodo de Ur III. Estos habirū fueronel factor determinante del tránsito de la fase culturalmesopotámica I a la II y el motor de lo que hemos llamadoÉpoca Paleosemítica.

Siendo Ur una ciudad sumeria, las primeras referencias aellos, durante el reinado del rey Šulgi de Ur, están enlengua sumeria, en la que se referían a ellos bajo ellogograma SA.GAZ, étimo indescifrable por no tenerequivalente en dicha lengua. La mayoría de sus nombres,registrados en estelas y tablillas en los dos idiomasmesopotámicos, son de origen acadio, semita occidental ohurrita (como en las tablillas de Ebla y Mari, descubiertasen 1933 por A. Parrot).

Las tribus habirū entraron en territorio mesopotámico juntocon otras tales como los amorreos, los benjaminitas y loshaneos, siendo los primeros los que más impactaron en lasociedad social, lingüística y políticamente. Normalmenteestas tribus hablaban los mismos dialectos semíticos quelas poblaciones urbanas mesopotámicas, y no desarrollaroncaracterísticas culturales propias hasta mucho después.

Los habirū -y seminómadas en general- se encontraban ya portodo el Creciente Fértil, aunque predominantemente enMesopotamia y Asiria, extendiéndose paulatinamente amientras avanzaba el poder semita en el este, en Súmer yAkkad.

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El Creciente Fértil durante elImperio Nuevo.

El modo de vida de losseminómadas, con sustiendas, sus macrofamilias yclanes, su idioma y sutradición, chocabaterriblemente con el modo devida instaurado en lasociedad mesopotámica,centrada en la ciudad-templo, en un panteónestable de dioses sumerios yen el sedentarismo; por loque el primer problema paralos sumerios era el registrocensal de dichas gentes quehabían aparecido de golpe ensu mundo. A pesar del choquecultural, la ciudad siempreatrajo a esos pastores quepodían parecer taninofensivos en un principio.Esta atracción llevóposteriormente a la toma depoder de ciudades enteras amanos de las tribus yamencionadas.

Mediante una inserción lenta pero paulatina en la sociedadmesopotámica de la época, las tribus semitas acabaron porcrear sus propias dinastías en ciudades tan significativascomo Mari y Akkad, entre otras. Su modo de gobierno, untanto agresivo ocasionalmente, acabó por destruir ladinastía III de Ur y su centralismo, que hasta el momentoapoyaba una simbiosis sumero-semita considerada por amboslados, perfecta. ¿Qué sucedió entonces, para que los clanesdesarraigados y menospreciados por los ciudadanos urbanosllegaran al poder y dejaran tal impacto en la sociedadmesopotámica para el resto de su historia? Los pastoresmiraban con desagrado la vida urbana, aunque, como losamorreos hicieron, acabaron por tomar el poder de modo

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brutal y constante hasta instaurar su estirpe en tierrasextrañas, como por ejemplo Asiria y Babilonia. Lainfluencia que los amorreos y demás tuvieron sobre lassociedades mesopotámicas cambió para siempre el rumbo delpaís.

Más tarde, se produjo el mismo fenómeno con los arameos yuno de sus clanes, los caldeos, que se apropiaron de laciudad de Ur (donde originariamente provenía el patriarcaAbraham, del que más tarde hablaremos) y que en general,fueron creando varios estados en toda la zona de influenciamesopotámica, que, recordemos, se extendía incluso hasta elsur de Anatolia. Con la invasión semita de distintas tribusya nombradas, el ámbito lingüístico hizo un cambio radicaly definitivo, hasta el punto de perderse el sumerio comolengua hablada (aunque manteniéndose un tiempo prudencialcomo lengua de cultura) para ser substituido por el acadioy el arameo.

2. ANÁLISIS CULTURAL

2.1. Rasgos culturales

Las bandas de habirū no desarrollaron lengua ni culturapropia durante su estancia en Mesopotamia, sino muchodespués de haber asimilado nuevos individuos provenientesde otras culturas circundantes (recordemos que estas bandasagrupaban gentes de distintos países y culturas).

A pesar de ser tribus itinerantes que no mantenían unaconexión estable con ningún centro urbano (al menos hastaque se “instalaron” en Mesopotamia de forma definitiva),los habirū eran las gentes más cultas del desierto;recordemos que el patriarca Abraham provenía de una ciudad,aún y mantener una relación eterna con el desierto y laestepa.

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El término habirū, originariamente, denota un modo de vidamás que un grupo étnico determinado, por lo que se entiendeque había varios grupos a lo largo y ancho del CrecienteFértil que pertenecían a dichas tribus. Cada una de ellasera dirigida por un jefe, como en el caso de Abraham y sutribu en partir de Mesopotamia. Las tribus amorreas y loshabirū estaban caracterizados por una fuerte estructuraclánica, cosa que posteriormente podría llevar a lasdistintas tribus hebreas asentadas en Canaán, que darían aluz a los futuros israelitas.

Una frase para enfatizar el sino de los habirū en estecontexto es “Un habirū no nace: se hace” (Sanmartín,1998:69), por donde puede interpretarse que la distincióncultural no era tan obvia como podía verse con los otrosgrupos pastoriles (a pesar de haber llevado consigo el quesería el calendario judío). Ser habirū es ser pastor de laestepa, de las montañas, e ir vagando: un modo de vida, nonecesariamente una cultura (a pesar de que posteriormente,su evolución será tan marcada que ya adquiriráncaracterísticas culturales diferenciables de las de otrastribus).

Una vez en tierra cananea, los habirū, quienes parecen habersido siempre monoteístas, llevan sobre sus hombros laautoridad del dios a quien ellos llamaron El. A pesar detodo, la influencia siria en la cultura y vida cananea delmomento también tiene alcance religioso, por lo que lafigura del dios Baal también se instaura en según quémomentos en gentes de origen habirū establecidas en Canáan.

2.2. Religión

Considerando que los habirū son identificados por vezprimera en Mesopotamia, es más que posible que, siendoseminómadas, veneraran divinidades solares y lunares. Otroaspecto que apoya la teoría de las divinidades celestes, es

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el calendario acadio, que da origen al actual calendariojudío, que es lunar. No debería descartarse estaposibilidad.

Abraham, el patriarca de varias tribus en las que seincluían los habirū, es considerado el primer proto-monoteísta, proveniente de una cultura donde el culto a laluna se estaba convirtiendo en una forma rudimentaria demonoteísmo. La huida de un país politeísta con un panteóncomo el mesopotámico debería entenderse como un gesto demadurez por parte de las tribus habirū.

A pesar de todo, y debido a que la cultura de los antiguoshebreos era cananea y, globalizando, semítica, veneraban enocasiones a dioses de panteones semíticos, tales como Baal,Asherah y El (que más tarde sería el Allah musulmán y elElohim judío). Muchas ciudades cananeas tenían su versiónpatronal del dios, como por ejemplo El Shaddai (de laciudad amorita de Shaddai), El Elyon…y así sucesivamente.Las cartas de Tall Al-Amarna también mencionan laveneración en Jerusalén de una diosa llamada Kheba, laposiblemente llamada Eva.

El Di-s judío (YHWH) era originariamente considerado eldios de la guerra en Edom y Midián, y fue asimiladopaulatinamente en el panteón cananeo, pasando así también alos habirū, quienes tenían una fuerte tendencia al culto alos antepasados y al dios tribal de su clan (eran proto-monoteístas).

Los dioses antes citados fueron fusionándose gradualmentehasta llegar a ser todos únicamente YHWH.

Durante la estancia de los habirū en Egipto, la cuestiónreligiosa gana importancia: los habirū eran las gentes máscultas del desierto, ahora habitando en Goshen, donde seposeía un panteón provisto de dioses que eran animales y ala vez, hombres. El significado que tenía el dios para loshebreos y para los egipcios era radicalmente distinto, por

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lo que es de suponer, que la huída de Egipto tambiénsuponía una liberación espiritual para los habirū (tal comolo supuso para Abraham abandonar Ur y los múltiples diosesque reverenciaban sus padres).

Es posible que la ley mosaica tenga trazos de la leycananea, de origen sumerio, babilonio, asirio e hitita. Laantigua teoría de que la mayor parte del material mosaicoderiva de los tiempos que siguieron al Éxodo puededesecharse, pues los israelitas ya tenían la idea de leymuy presente desde tiempos bastante anteriores. El librotécnico del Levítico, muy ritualista y fuente de la baselegal de la vida religiosa y cívica organizada de losisraelitas, armoniza muy bien con lo que se sabe de lahistoria política de éstos durante los siglos XIII y XIIantes de nuestra era. Lo mismo sucede con el libro delDeuteronomio, que también aborda cuestiones como la dieta,la medicina, la ciencia rudimentaria y la prácticaprofesional, además de la ley. El contenido de dichoslibros concuerda también con material no bíblico, queabarca temas análogos, y que fue compuesto en el OrientePróximo durante la Edad del Bronce Tardío o que ya habíaestado circulando durante siglos.

Tradicionalmente se ha considerado que los habirū, en sumayoría, pasaron a ser judíos en recibir Moisés los DiezMandamientos.

2.3. Modo de vida

Los habirū están descritos en las fuentes mesopotámicas yegipcias como meras bandas de salteadores, vagabundos ypastores, pero que a pesar de ello, tuvieron una graninfluencia en la zona hasta el fin de la misma eramesopotámica. Inicialmente, eran inmigrantes que seagruparon con otros inmigrantes, creando bandas que mástarde serían tribus, ni completamente urbanas, nicompletamente nómadas.

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La característica cultural más significativa de estastribus seminómadas es una que sobrevivió por largo tiempo,y que incluso tiene su huella en las gentes post-cananitasactuales: las macrofamilias y la intensa estructuraclánica. Su hábitat de origen era la zona esteparia siria yárabe septentrional, donde se dedicaban a la ganaderíatranshumante, normalmente de ganado menor y de asnos.

También en el ámbito alimenticio tenían susparticularidades: aparentemente, estas tribus rechazaban elconsumo de cerdo incluso antes de llegar a Canaán, y esposible que por su expansión geográfica, esta costumbrefuera adoptada también por otros pueblos de la zona. Laprueba arqueológica que apoya esta teoría es que en losrestos de ciudades o asentamientos no se han encontradohuesos de este animal.

3. LAS CARTAS DE TALL AL-AMARNA

El documento que más informa sobre los habirū son las cartasde Tall Al-Amarna (ciudad del Alto Egipto), escritas enacadio cuneiforme, de la época de los faraones Amenofis IIIy Amenofis IV (primera mitad del s.XIV antes de nuestraera), donde se expone algunas características de su modo devida y el entorno en el que se mueven, así como su papel enel marco político del momento (intervenciones casuales enla política levantina, siria, mittánica, hitita, alasita[de Chipre] o mesopotámica y también casuales momentos enque actuaban como legiones mercenarias de las ciudades-estado sirias).

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Una de las tablillas de Tall Al-Amarna.

Las cartas de Tall Al-Amarna contienen cartas de reyescananitas y babilonios – Rey de Shechem, Rey de Ahshaf, Reyde Jerusalén y Rey de Hazor entre otros- quejándose de lastribus habirū que estaban invadiendo el país y atacandocaravanas y ciudades. Estos hechos sucedieron en el sigloXIV antes de nuestra era.

Cuando Egipto tenía el dominio nominal sobre el territoriosiro-palestino, los faraones Amenofis III y Amenofis IVmantuvieron activa correspondencia con dicho territorio,comentando la situación sociopolítica en la zona, donde loshabirū amenazaban constantemente el poder. Estas cartascuentan 382 en total, y pueden ser situadas con precisiónentre los años 1389-1358 antes de nuestra era.

No solamente eran los habirū quienes controlaban y luchabanpor el poder en la zona: también los llamados “Pueblos delMar”, provenientes de Egipto y asentados en la costa,luchaban violentamente por el poder, intentando tomar elpoder en Libia, Egipto, el Egeo, Siria y Anatolia, entreotros. Como consecuencia, ciudades como Ugarit, Qatna,Qadeš, Meggido, Ašdod y Gaza quedaron destruidas ycontroladas por estos “Pueblos del Mar”, los filisteos(llamados pulesti en los textos egipcios), los que daríannombre al territorio que tiempo después llevaría su nombre:Palestina.

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4. HABIRŪ Y HEBREOS. ABRAHAM.

Abraham, el habirū, “el padre de todas las naciones”, partióde la ciudad sumeria de Ur de los Caldeos (recordemos quelos caldeos eran un clan amorreo especialmente violento)tras ser llamado por Di-s a seguir el camino divinocorrecto, según cuenta la tradición. La religiónmesopotámica le era demasiado incómoda, y como él creía enuna divinidad y no en varias, como hacían sus padres,decidió emigrar, muy posiblemente con más personas, haciaCanaán. Es de suponer que durante su travesía por Siria –donde nacieron y crecieron incluso los 12 hijos de Israelexcepto Benjamín- y Harán también absorbió algunas ideasculturales y religiosas de la gente autóctona, quienes eransemitas y hurritas. Toda esta migración está relatada enlos capítulos 11-25 del Génesis.

Abraham, por Efraim Moses Lilien.

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Los habirū, que fueron extendiéndose paulatinamente por todoel Creciente Fértil, debían haber contenido entre ellos aAbraham, durante su travesía por las ciudades de Ur,Sippar, Mari, Haran, Karkemiš, Alepo, Damasco, Shechem,Hebrón, Beersheva y, si tenemos en cuenta la teoría de laidentificación habirū-hykso, llegaron también a la ciudadegipcia de Avaris, donde comenzó la expansión por la zona.

A comienzos del I milenio antes de nuestra era, los habirū yotras tribus hebreas poseen el control de los reinosantiguos de Israel y Judá, compartiendo territorio con losfenicios en la costa palestina y con los arameos al norte,en la zona de Damasco. Este marco cronológico ya lepertenece a Salomón, quien, gracias a la debilidad delimperio asirio, expande su territorio, así como expande lacultura de los habirū en todos los puntos cardinales.

Si comprobamos la concordancia del Antiguo Testamento conlas listas de reyes mesopotámicos y sus correspondientesreinados con las genealogías de los patriarcas hebreos,llegamos a la conclusión de que los patriarcas del Génesispertenecen al periodo entre Ur-Nammu y Hammurabi –entre2100 y 1550 antes de nuestra era-, en la Edad del BronceTardío. Es posible que Abraham llevara las leyendas delzigurat (la Torre de Babel) y el Diluvio consigo en partirhacia Canaán, para que, tras generaciones y miles de años,pasaran a formar parte de la tradición y la historia comúnde su pueblo.

El étimo hykso, usado en fuentes egipcias, significaextranjero, por lo que es de suponer que la gran comunidadhabirū de Goshen era considerada y conocida oficialmentecomo comunidad hykso. Hubo otra referencia a los habirū enEgipto, en textos tales como el papiro de Brooklyn nº35,1446 y en las Inscripciones del Sikor nº123 y 112respectivamente, así como en la tumba nº3 de Beni Hassan;donde se llama amu a los esclavos del faraón, provenientes

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de Canaán y con nombres semitas. Las características deestas gentes hacen que los historiadores los identifiquencon los antiguos hebreos pre-Éxodo.

Las leyendas como las del Éxodo (hyksos), el paso por elSinaí (shasu) o la conquista de Canaán (a manos de Abdi-Ashirta y sus descendientes) y otras muchas quedaríanimpregnadas en la conciencia de los errantes/hebreos ypasarían a formar parte de la historia del pueblo hebreo.

La primera ola migratoria de Canaán a Egipto parece habersido en época de Abraham, y la segunda siendo en tiempos deJacob. Todos ellos, en llegar a Canaán, seguían siendollamados extranjeros: esta palabra se repite en el AntiguoTestamento varias veces, para remarcar el origen no-cananita de los hebreos, en concreto, de Abraham, que vinodirectamente de Ur, en Mesopotamia.

Según el libro de Números y el Deuteronomio, losisraelitas/habirū capturaron territorios al este del Jordán,donde posteriormente se asentaron las tribus de Rubén, Gady la mitad de Manasés.

Fue entonces, cuando se asentaron en Canaán, que adoptaronel hebreo como idioma propio.

La evolución étnica y lingüística de los habirū y de lasdistintas tribus semitas de Canaán se corresponden con lagenealogía de Abraham y sus descendientes: Hagar, laegipcia, iba a ser madre de los futuros árabes, quienescompartían en parte esta cultura seminómada con los habirū.Además, tras cuatro generaciones en Canaán, los habirūdieron lugar, debido a su expansión por el territorio, a

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los amonitas, los madianitas, ismaelitas, moabitas,lihyanitas y edomitas. Ellos mismos avanzaron y pasaron aser los israelitas, que mucho más adelante pertenecerían alos reinos de Judá e Israel, para ser la nación judía muchomás tarde.

A partir de la evolución de estas tribus, se conoce a loshabirū como ‘ivri, quienes mantuvieron el linaje sanguíneo yla tradición cultural (hebreos).

Para dejar clara la idea, podría decirse que las tribushebreas eran habirū pero no todos los habirū eranhebreos/israelitas. Ser habirū es tener unas característicasculturales y un modo de vida determinados, y loshebreos/israelitas son ya un grupoétnico/lingüístico/cultural determinado.

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5. ISRAELITAS

Las antiguas tribus habirū, a quien ya llamaremosisraelitas, se asentaron en Canaán en el siglo XIII antesde nuestra era, durante la época semítica media (-1000-609). Tenían un origen común y antepasados y tradiciones comunes,por lo que además de tener rasgos culturales casi idénticos(exceptuando quizás a Efraím y las tribus del norte),hablaban también dialectos de un mismo idioma. Este nexoétnico-cultural era la base más sólida de la ideología dedichas tribus (entre los que también contamos los arameos). La extensión de estos pueblos fue notable, pasando a amboslados del río Jordán, y, por así decirlo, casi de punta apunta de lo que hoy conocemos como Israel/Palestina. Como ya hemos visto muy superficialmente en mencionar lascartas de Tall Al-Amarna, la zona siro-palestina estaba

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dominada por jeques sin gran poder, en su momento bajo eldominio de Egipto, esta vez por <<reyes>> débiles sometidosa las oligarquías locales, es decir, a las macrofamilias(que ya se vieron por primera vez en la aparición de loshabirū en Mesopotamia).

A partir de este momento, encontramos ya la mención deestas tribus bajo el nombre común de Israel en la Estela deMerenptah, donde aparecen bajo el nombre de <<Yasirel>>. Laestela, que proviene de Egipto, es el primer documentodonde aparece explícitamente Israel y no tribus dispersasen territorio cananeo. Aunque la estela per se habla de otros conflictos, mencionaIsrael como nación constituida por grupos seminómadas y nocomo país; aparte de mencionar el sitio de las ciudadescananeas de Gezer, Ashkelón y Yanoam.La estela (y los egipcios en general) llamaban a losantiguos hebreos/habirū Shasu (como ya he mencionadoanteriormente), entendidos como grupos semi-beduinoscananitas identificados con la nación de Israel.

6. CONCLUSIONES

Los habirū tuvieron para el futuro un peso más importanteque el que tuvieron al inicio de su historia como pastoresde la estepa. Simples pastores se extendieron y acabaroncon un imperio cultural potentísimo, que se despedazó ydesapareció entre las arenas del desierto. Simples pastoresdieron origen a un fuerte país que acabó por desaparecer,pero que creó a un grupo etnocultural todavía muy vivo: loshebreos. <<Los que traspasan fronteras>> llegaron mucho máslejos de lo que llegaron los sumerios, y su idiomafructificó en el arameo, el hebreo y el árabe.

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La hormiga acaba con el reino de la cigarra y establece sumandato eterno, ya no como pastor, sino como guía y luz deuna gran nación.

BIBLIOGRAFÍA

JOHNSON, Paul, 1987, A history of the Jews, London, Ediciones Bpara Zeta de Bolsillo

SANMARTÍN, Joaquín, 1998, “El Próximo Oriente asiático.Mesopotamia y sus áreas de influencia”, en: JoaquínSanmartín / José M. Serrano, Historia Antigua del Próximo Oriente:Mesopotamia y Egipto (Akal textos 22), Madrid: Akal Ediciones.

BARNAVI, Eli, 2002, A historical atlas of the Jewish People: from theTime of the Patriarchs to the Present, New York, Paris: HachetteLittératures.

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