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Lengua, Escritura, Conquista de América y Lógica Capitalista: La teoría del valor cómo consolidación del saber biopolítico Ricardo Esteves (UBAMaestría Análisis del Discurso) Este trabajo realiza un recorrido histórico exploratorio desde una mirada periférica sobre la idea de una medida universal de intercambio basada en el valor que intentó fundir la lógica de la lingüística con la del capitalismo. Es un intento de darle protagonismo a un proceso marginal cómo es el descubrimiento y conquista de América de la historia “universal” del conocimiento que culmina con la lingüística del valor de Saussure. Proponemos que el descubrimiento y conquista de América jugaron un papel fundamental en el desarrollo de las ciencias modernas en occidente, cómo la lingüística, la biología y la economía política. Intentamos incluir América en una historia del surgemiento de la biopolítica a partir de los conocimientos de campos cómo los de la lengua, la vida, y la generación de valor que se practicó durante este proceso colonialista. Planteamos que América cumpió un factor importante en dar forma a las ideas sobre la lengua; la idea de raza y el surgimiento del racismo; y la acumulación originaria que posibilitó la aparición del capitalismo. Dos aspectos del encuentro entre América y España (occidente) nos interesan en esta historia del conocimientos. El primero tiene que ver con la noción de sujeto trascendental de la historia y el conocimiento que adopta occidente frente a su encuentro con el nuevo continente. Esto tiene que ver con la consideración del Otro [la mayúscula es de Todorov] que no solo es un espectador de su propio relato sino que establece el límite de la civilización y el papel trascendental de occidente de llevar el progreso al mundo. Algunas de las propuestas de Mignolo (1996) intentan dislocar el “universalismo” de esos relatos posibilitando nuevas perspectivas para pensar a América no cómo suplemento sino cómo protagonista de los procesos globales cómo son el colonialismo . En este sentido proponemos una nueva mirada, que incluye el 1 descubrimiento y conquista de América, cómo nudo focal de los procesos de la historia de occidente. Esto es pensar el origen de ciencias y el conocimiento moderno, no cómo una necesidad ontológica del saber, sino cómo resultado del encuentro entre culturas y civilizaciones que disputaban expandir su poder y dominación. Nos interesa pensar los discursos sobre la lengua que dieron origen a la lingüística a partir de ese encuentro y las condiciones del conocimiento que establecieron para una historia universal con su centro en Europa y donde confluirían la de todos los demás pueblos. El segundo aspecto tiene que ver con la utilización y aplicación de estos dispositivos biopolíticos basados en el lenguaje, tanto en la conquista y colonización de América, cómo 1 Argumentaré a favor de la razón postcolonial entendida como un grupo diverso de prácticas teóricas que se manifiestan a raíz de las herencias coloniales, en el cruce de la historia moderna europea con las historias contramodernas coloniales”(Ibid. (1996), p:2) 1

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Lengua, Escritura, Conquista de América y Lógica Capitalista: La teoría del valor cómo consolidación del saber biopolítico Ricardo Esteves (UBA­Maestría Análisis del Discurso)

Este trabajo realiza un recorrido histórico exploratorio desde una mirada periférica sobre la idea de una medida universal de intercambio basada en el valor ­que intentó fundir la lógica de la lingüística con la del capitalismo. Es un intento de darle protagonismo a un proceso marginal ­cómo es el descubrimiento y conquista de América­ de la historia “universal” del conocimiento que culmina con la lingüística del valor de Saussure.

Proponemos que el descubrimiento y conquista de América jugaron un papel fundamental en el desarrollo de las ciencias modernas en occidente, cómo la lingüística, la biología y la economía política. Intentamos incluir América en una historia del surgemiento de la biopolítica a partir de los conocimientos de campos cómo los de la lengua, la vida, y la generación de valor que se practicó durante este proceso colonialista.

Planteamos que América cumpió un factor importante en dar forma a las ideas sobre la lengua; la idea de raza y el surgimiento del racismo; y la acumulación originaria que posibilitó la aparición del capitalismo.

Dos aspectos del encuentro entre América y España (occidente) nos interesan en esta historia del conocimientos.

El primero tiene que ver con la noción de sujeto trascendental de la historia y el conocimiento que adopta occidente frente a su encuentro con el nuevo continente. Esto tiene que ver con la consideración del Otro [la mayúscula es de Todorov] que no solo es un espectador de su propio relato sino que establece el límite de la civilización y el papel trascendental de occidente de llevar el progreso al mundo. Algunas de las propuestas de Mignolo (1996) intentan dislocar el “universalismo” de esos relatos posibilitando nuevas perspectivas para pensar a América ­no cómo suplemento­ sino cómo protagonista de los procesos globales cómo son el colonialismo . En este sentido proponemos una nueva mirada, que incluye el 1

descubrimiento y conquista de América, cómo nudo focal de los procesos de la historia de occidente. Esto es pensar el origen de ciencias y el conocimiento moderno, no cómo una necesidad ontológica del saber, sino cómo resultado del encuentro entre culturas y civilizaciones que disputaban expandir su poder y dominación. Nos interesa pensar los discursos sobre la lengua que dieron origen a la lingüística a partir de ese encuentro y las condiciones del conocimiento que establecieron para una historia universal con su centro en Europa y donde confluirían la de todos los demás pueblos.

El segundo aspecto tiene que ver con la utilización y aplicación de estos dispositivos biopolíticos basados en el lenguaje, tanto en la conquista y colonización de América, cómo

1“Argumentaré a favor de la razón postcolonial entendida como un grupo diverso de prácticas teóricas que se manifiestan a raíz de las herencias coloniales, en el cruce de la historia moderna europea con las historias contramodernas coloniales” (Ibid. (1996), p:2)

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en la conformación de los Estados nacionales europeos que reforzarían el colonialismo y la expansión global del capitalismo. Una de las propuestas fundamentales de este trabajo es que la lingüística del valor de Saussure es la culminación del establecimiento del capitalismo cómo sistema universal de intercambio. Esto es pensar la lingüística de Saussure cómo una sofisticación de una forma de saber biopolítico cuyo fin es establecer la lógica del valor cómo unidad universal de intercambio en el proceso de consolidación del capitalismo.

Nos interesa pensar la experiencia del encuentro ­la conquista y colonización­ cómo moldeadora ­sino influyente­ en las primeras reflexiones sobre el lenguaje. Al mismo tiempo que ver cómo esas mismas ideas constituyeron un saber que conformaría una tecnología que reforzaría el colonialismo a partir del Estado­nación.

En este sentido, el descubrimiento de América, cómo experiencia presente en las primeras reflexiones sobre el lenguaje, contribuye con el desarrollo de dispositivos biopolíticos de conquista y colonización, cómo de conformación de los Estados­nacionales.

Éste recorrido histórico de los saberes biopolíticos ­partiendo del lenguaje­ propone el descubrimiento y conquista de América cómo acontecimiento central en la conformación de los Estados­nación modernos y el ascenso del capitalismo. Un intento por desarrollar un relato sobre el centro desde la periferia que nos permita comprender cómo se originan y utilizan ­a través del lenguaje­ los dispositivos biopolíticos que crean esas distinciones y establecen el capitalismo (y la linguística de Saussure) cómo sistema universal de intercambio en base al valor.

El objetivo es anudar estos acontecimientos encontrando sus interrelaciones logrando establecer el papel del descubrimiento de América en el proceso que conformó Europa como sujeto trascendental de la historia. Esto es vincular el surgimiento del conocimiento sobre el lenguaje y la biología que surgió durante el iluminismo en Europa con el acontecimiento del descubrimiento de América, cómo elemento que posibilitó la acumulación originaria que dio lugar al capitalismo y contribuyó al establecimiento mutuo de sus identidades. Nos interesa mostrar cómo en las reflexiones sobre la lengua en Europa se encuentra presente la idea de un otro exterior, extranjero, que permite la diferencia estableciendo el límite de la civilización, de un pueblo ó una nación . 2

Entre la historiografía, la historia conceptual (o de las ideas) y la filología, intentaremos realizar un rastreo del peso e importancia de América en el establecimiento del sujeto trascendental de occidente y el desarrollo de sus formas de saber y el despliegue de sus tecnologías biopolíticas.

2 Esto es reconocer la importancia del saber sobre la lengua en los procesos de la conformación de la nación, el Estado, la colonización de América y el establecimiento del capitalismo cómo lógica universal de intercambio de valor. Nos interesa observar el devenir y desarrollo de estos procesos desencadenados por las reflexiones sobre el lenguaje desde una perspectiva periférica, que aunque sea desde una posición de dominación, mantenga a América cómo protagonista, al menos actor principal de esta historia. Esto es señalar el aspecto “dialéctico” o inter­relacional de las identidades tanto de occidente cómo sujeto trascendental de la historia, cómo de América cómo reflejo del pasado, o suplemento de la historia universal. Revisar la historia de la lingüística es hacer una genealogía de la identidad tanto europea cómo americana y la forma en que fue adoptado el capitalismo cómo lógica universal de intercambio.

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El análisis que aquí proponemos no es lineal y funciona en ambos sentidos y direcciones en términos de la relación establecida entre América y Europa. Éste trabajo posee hiatos y agujeros tanto en la cronología cómo en el desarrollo de algunos conceptos. El proceso y campo que nos proponemos abordar es tan amplio que desborda cualquier análisis mensurado. Para ello realizaremos cortes arbitrarios y omitir temas y cuestiones que más que dearrollar una historia extensiva le interesa plantear un problema. La cronología no responde a una periodización clara y realiza saltos abruptos ­tanto en el tiempo y espacio físicos cómo conceptuales­ intercalando conceptos y relaciones que muchas veces requieren desarrollos más exhaustivos. El análisis comienza en América durante la conquista, salta hasta el iluminismo del siglo XVIII y la consolidación en Europa de las ciencias modernas a partir del XIX, para finalizar en la lingüística de Saussure. En esta cronología no abordamos los procesos de independencia en América y queda pendiente ese capítulo tan interesante sobre el surgimiento de lo “criollo”. Este planteo despliega su argumento en tres puntos. 1) El origen de las reflexiones sobre el lenguaje que dieron lugar a la lingüística. 2) La aplicación de tecnologías elaboradas por ese saber en el proceso de conquista y colonización de América. 3) La ética protestante cómo lógica subyacente de la separación sagrado y lo mundano, de lo profano y lo religioso, iglesia y Estado, conocimiento científico y creencias religios, del capital y trabajo, público y privado característicos de la modernidad, del régimen capitalista y de la historia de Europa y La consolidación de una lingüística del valor cómo unidad universal de intercambio cómo manifestación de la coronación del capitalismo. La conclusión que nos interesa llegar es que el estudio de la lengua permitió el establecimiento del sujeto trascendental de occidente y el Estado­nación cómo principal agente del establecimiento de un orden biopolítico que desplegó una nueva forma de gubernametabilidad que dio origen al capitalismo y la idea de valor cómo unidad universal de intercambio considerando el descubrimiento de América un acontecimiento fundamental de este proceso. El objetivo exploratorio de este trabajo es plantear un problema y desarrollar de forma mínima algunos argumentos y explicaciones, para nuevos abordajes de la lingüística, la filología, la historia conceptual, los estudios postcoloniales e incluso la teoría política contemporánea.

1. El origen de la reflexión sobre lenguaje: El origen de la nación, el Estado y las tecnologías biopolíticas.

Las primeras reflexiones sobre el lenguaje manifiestan el proceso de racionalización característico de la modernidad durante el iluminismo. Pensar el lenguaje cómo objeto de conocimiento implicaba un cambio en la subjetividad que reconfigura el orden social de su época dando lugar a un proceso de gubernametabilidad en el que el Estado­nación es su protagonista. Estas reflexiones también generaron una separación, no solo entre las “palabras y las cosas”, sino también entre lo animal y humano, naturaleza e historia(civilización y barbarie) que opera en distintos niveles, haciendo del lenguaje un objeto que puede moldearse y utilizar cómo herramienta para crear nuevos órdenes de cosas en el

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mundo. “(...) es posible que el acontecimiento de la lingüística moderna haya modificado radical, definitivamente, el ser mismo del lenguaje. Y esa modificación tiene que ver tanto con el umbral de la nueva positividad lingüística que marca el trabajo de los grandes filólogos del siglo XIX, cómo con la historia que inscribe.” (Ennis, Pfänder, (2013) p:13). Esta nueva manera de abordar el lenguaje abría las puertas a nuevas formas de conocimiento no solo sobre los objetos del mundo sino de nuestra propia humanidad. “La filología había alcanzado plenamente y por propio mérito nuevos descubrimientos y revelaciones en cuanto a las relaciones históricas “profundas” entre las lenguas y la humanidad.” (Errington (2008), Cap4. p:2) La cuestión de la pregunta sobre el lenguaje no es otra pregunta entre otras sino una vía de ingreso a una forma de conocimiento que entrega al mundo cómo su objeto para ser conquistado para ponerlo al servicio de la razón y su cógito trascendental del sujeto de la filosofía de occidente. El lenguaje cómo objeto de conocimiento hace posible preguntas sobre la naturaleza y la cultura, lo animal y lo humano y el tiempo y la historia. Estás preguntas sobre la producción de riquezas, las clases y tipos de seres vivos, y a la comunidad y la nación, dan lugar a la economía política, la biología y el Estado. Lo que Foucault define cómo “Trabajo, vida, lenguaje” ­disciplinas cómo la economía política, la biología y la lingüística­ cómo tres formas de saber biopolíticos que inauguran una nueva manera de configurar el espacio social. “He aquí que hemos llegado mucho más allá del acontecimiento histórico que tratábamos de situar ­mucho más allá de los límites cronológicos de esta ruptura que parte en su profundidad a la episteme del mundo occidental y aísla, para nosotros, el comienzo de una cierta manera moderna de conocer las empiricidades” (Foucault (1998) p:245). Hacer del lenguaje un objeto de conocimiento produce una nueva subjetividad (sujeto de conocimiento) que despierta junto a otros factores cómo el descubrimiento de América, el calvinismo y la ética protestante que forman parte del proceso de racionalización característico de la modernidad que dan origen al capitalismo y el Estado nación. En este punto nos interesa desarrollar tres cuestiones. La primera sobre los orígenes de la reflexión en torno al lenguaje y su establecimiento cómo objeto y disciplina, dando lugar a otras formas de conocimiento en las cuales intentaban replicar un orden natural ya establecido entre occidente y los pueblos bárbaros, en especial en la relación entre Europa y América. La segunda sobre las formas en que las ideas sobre el lenguaje influyen también sobre la definición de lo animal y humano (la biología) permitiendo hacer una genealogía del racismo en tanto mecanismo de la conquista y colonización de américa. La tercera es sobre la idea de lengua y nación que hacen posible el proceso de establecimiento del Estado moderno. Concretamente abordamos el orígen del estudio de la lengua, cómo éste define lo animal y humano, y de que manera a través de la idea de lengua nacional contribuye con el establecimiento del Estado moderno. Un punto de partida sobre los estudios del lenguaje que dan origen a la filología moderna pueden ser las obras de Herder, Rousseau, Grimm y Schlegel. Sus obras comienzan a sistematizar las formas de abordaje, las preguntas y cuestiones fundamentales sobre la lengua. Plantean las mismas cuestiones y problemas epistemológicos, antropológicos y políticos, cómo su origen, su utilización, su clasificación jerárquica y distinguir e identificar los

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pueblos. El saber sobre la lengua separa lo artificial de lo divino, lo humano de lo animal, la civilización de la bárbarie y los límites de un pueblo cristalizados en la historia de la nación. Los discursos sobre el lenguaje del siglo XVIII son tratados sobre la misma humanidad. El lenguaje permite un acceso a los distintos reinos y dominios de la naturaleza estableciéndolos cómo campos y objetos de conocimiento. Estos discursos sobre la lengua contribuyen a los procesos de separación de los campos de conocimiento y el establecimiento de las ciencias modernas. Sin embargo estos primeros tratados sobre la lengua son reflexiones sobre la naturaleza humana. Herder y Rousseau se hacen las mismas preguntas sin necesariamente llegar a las mismas respuestas. ¿Acaso el lenguaje es de origen divino o un artificio humano? Las diferencias entre las lenguas ¿A que se deben y si existen jerarquías entre ellas? Y su uso cómo instrumento social ¿Es un medio para expresar las pasiones personales o manifestar el espíritu de un pueblo? En “El origen del lenguaje” Rousseau afirma: “Siendo la palabra la primera institución social, debe su forma sólo a causas naturales. Apenas un hombre fue reconocido por otro como un ser que siente, piensa, y semejante a él, el deseo o la necesidad de comunicarle sus sentimientos y pensamientos le hicieron buscar los medios”. El lenguaje es presentado cómo un instrumento humano que permite establecer la comunidad de los hombres permitiendo manifestar aún lo animal cómo las pasiones. El lenguaje opera sobre la separación de la razón y la pasión, entre la naturaleza y la cultura . Las lenguas, en la concepción de 3

Rousseau, tienen un origen histórico (no mítico) y por lo tanto poseen un desarrollo y evolución. El desarrollo y evolución de las lenguas dependen de factores ambientales (el entorno que exige formas de expresión particulares) cómo también del ingenio de un pueblo que haga de su lengua un instrumento para expresar conceptos más precisos y complejos. La lengua cómo producto histórico ­que propone Rousseau­ plantea de forma embrionario una noción orgánica (en términos de la biología) de la lengua similar a la de los organismos vivientes. Las lenguas puede modificarse, desarrollarse y sofisticarse inventando suplementos cómo la escritura (que posibilitan la historia) según Rousseau. Esto permite establecer una clasificación de lenguas “civilizadas” (desarrolladas) y “bárbaras” (primitivas) planteando un orden y jerarquía entre lenguas “superiores” e “inferiores” basada en la edad histórica de los pueblos y su ingenio “evolutivo”. Esto propone dos cuestiones. Primera la naturaleza dinámica y cambiante de la lengua. Segundo, una jerarquía entre las lenguas a partir de su grado de desarrollo y la existencia de la escritura. A pesar de la figura benigna del “buen salvaje” en la concepción del lenguaje de Rousseau podemos rastrear los principios de un pensamiento “eurocentrista” que sostiene [aunque con cierta nostalgia romántica] una idea sobre la tarea civilizadora de occidente. Herder, contemporáneo alemán de Rousseau, parte de los mismos interrogantes llegando a algunas conclusiones distintas.

3 “¿De dónde puede venir este origen? De las necesidades morales, de las pasiones. Todas las pasiones acercan a los hombres en tanto que la necesidad de buscar para vivir fuerza a huirse entre sí. No es ni el hambre, ni la sed, sino el amor, el odio, la piedad, la cólera, lo que arrancó las primeras voces” Rousseau “Ensayo sobre el origen de las lenguas….” (Cap. II).

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A diferencia de Rousseau que plantea el lenguaje cómo un invento humano, Herder propone su origen en lo divino . En una argumentación similar a la de Rousseau, Herder, a pesar de 4

naturalizar el lenguaje (junto a la escritura), reconoce diferencias fundamentales entre la mismas, sus grados de desarrollo, las características de de sus pueblos y su nivel de civilización. Siendo la escritura y el ingreso a la historia un atributo fundamental de esta distinción entre pueblos civilizados y bárbaros. Herder propone tres leyes naturales del lenguaje. La primera, que el hombre se reconoce en y a través del lenguaje. Segunda, el lenguaje es necesario en tanto el hombre es un animal social. Tercera, no es posible que exista una única lengua. Las lenguas son lo que permite diferenciar los pueblos, sus valores y costumbres cómo medida de la cultura y civilización. La idea de lengua en Herder se encuentra fuertemente asociada a la noción de pueblo y nación y su historia . “En esa filosofía positiva, la historia es representada cómo una cadena 5

continua de acontecimientos en la cual es posible leer la marcha ascendente del alma humana, que cómo escribe Herder “ascendió por encima de todas las potencias de organismos inferiores hasta el extremo de que no solo gobierna cómo reina miles de fuerzas orgánicas de nuestros cuerpos con una especie de omnipresencia y ominipotencia, sino que además (maravilla de maravillas) puede mirar en sí misma y dominarse” (cfr.) y que de este modo, queda asociada en su potencialidad y libertad al dominio y autodominio, con lo cual se define ­al mismo tiempo­ su telos: la conquista del mundo cómo garantía de la vida eterna del “si mismo”” (Catanzaro, (2011) p:65). Podemos encontrar en este pasaje ideas sugerentes que anticipan los poderes biopolíticos del lenguaje. Por sobre todo Herder piensa el lenguaje cómo el acerbo cultural de un pueblo y que permite establecer una identidad nacional . 6

Parecería que Herder intuyó las capacidades y poderes del lenguaje cómo instrumento manipulable para la construcción ­a partir de una comunidad de hablantes­ de una unidad política y de identificación cómo la nación. Herder posee un punto de vista político más pragmático que Rousseau sobre la lengua y su relación con el pueblo y la nación. La noción de “Volksgeist” (Espíritu de pueblo) que propone Jacob Grimm ­en torno a la reflexión sobre el lenguaje­ influirá de manera importante el pensamiento alemán, más allá de la lingüística, influyendo la filosofía de Hegel. (Catanzaro, (2011) p:108) Grimm en su abordaje de las lenguas ­ya con un método propiamente científico­ las describe cómo organismos vivientes que se desarrollan y emparentan a través de sus raíces y ramificaciones. Grimm logra clasificar grandes grupos de lenguas relacionadas cómo en un árbol familiar, estableciendo su legado y parentesco (por ejemplo en el latín, eslavo y las

4 “Era aliento divino, aire que soplaba al oído, y las letras muertas que la representaban no eran más que elcadáver que debía ser animado con el espíritu vital al ser leídas. En qué medida este hecho influye poderosamente en su comprensión del lenguaje no vamos a decirlo aquí. Pero es evidente que esesoplo revela el origen de su lengua” (Herder “Ensayo sobre el origen de las lenguas”) 5 “Los pensamientos sobre la nación muchas veces se situaron, efectivamente, entre la naturaleza y la historia. Así fue con Herder, quien, al intentar dar cuenta ­precisamente­ de la historicidad de la razón, conceptualizó el papel jugado por las lenguas (nacionales) en la antropogénesis al mismo tiempo que el enraizamiento corporal de cogito y el lenguaje” (Catanzaro, (2011) p:20) 6 “¡Qué tesoro es la lengua familiar para una especie en desarrollo! Las canciones de los padres, los cantos a las gestas de los antepasados, constituyen en casi todas las pequeñas naciones del mundo, por muy escasa que sea su cultura, el tesoro de su lengua, su historia y su poesía, así como su sabiduría, su estímulo, su enseñanza, sus juegos y sus danzas.” (Herder, (s/d) p:38)

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lenguas germánicas) . La etimología ­cómo raíz de las palabras y de una lengua­ es el 7

principio empírico de clasificación de la lenguas introducido por Grimm y aún vigente en la lingüística. La empiricidad de este enfoque permite establecer la familiaridad y extrañeza entre las lenguas, su cercanía y lejanía cómo las formas de solidaridad que puede existir entre ellas a partir de sus ramificaciones, contacto y legado . 8

Schlegel continúa el esquema organicista de Grimm para clasificar las lenguas según sus raíces, introduciendo dos elementos ­fundamentales para la filología y lingüística moderna­ cómo la gramática y la literatura . 9

Foucault plantea sobre esto: “La segunda consecuencia es que el lenguaje no está ya ligado a las civilizaciones por el nivel de conocimientos que hayan alcanzado (la finura de la red representativa, la multiplicidad de lazos que pueden establecerse entre los elementos), sino por el espíritu del pueblo que las ha hecho nacer, las anima y puede reconocerse en ellas. Así como el organismo vivo manifiesta por su coherencia las funciones que lo mantienen en vida, el lenguaje, y en toda la arquitectura de su gramática, hace visible la voluntad fundamental que mantiene vivo a un pueblo y le da el poder de hablar un lenguaje que sólo le pertenece a él.” (Foucault (1998) p: 284) Las miradas antropológicas sobre el lenguaje que podemos encontrar en Herder, Rousseau, Grimm y Schlegel, contiene y presenta una lógica sobre lo viviente que posteriormente daría lugar a la biología. Esto nos da pie a la segunda cuestión de este punto sobre el origen del lenguaje relacionado al origen de raza y la genealogía del racismo que introduciría la biología. Todas estas reflexiones sobre el lenguaje abordan cuestiones fundamentales sobre la vida a través de una serie de dicotomías cómo animal­humano, naturaleza­cultura, tiempo­historia, civilización­barbarie, superior­inferior. Incluso ­Grimm y Schlegel­ conciben el lenguaje cómo un organismo viviente y anticipan un modelo clasificatorio que adoptaría la taxonomía (para la biología) para la clasificación (cómo en la filología) de las especies . 10

Ya propiamente desde el campo y reflexión en torno a la vida (la paleontología y la biología) Haeckel y Steinthal vuelven al lenguaje para pensar lo humano y lo animal. En lo que Agamben (2007) denomina la “máquina antropológica” describe cómo el campo de la biología utilizó las ideas sobre el lenguaje para establecer lo animal y humano. “En sus investigaciones sobre el origen del lenguaje, Steinthal había propuesto por su cuenta, muchos años antes que Haeckel, la idea de un estadío prelinguístico de la humanidad. Había

7 “La lingüística, según mi parecer, ha experimentado una profunda revolución por el mismo camino cuyo desandar apartara a la disección de plantas y animales de su estrecha perspectiva para elevarlas al lugar de una anatomía y una botánica comparadas.” J. Grimm “Sobre el origen de la lengua” (p:4) 8 “La anatomía del lenguaje para usar la expresión de Grimm funciona en cambio en el elemento de la historia: pues es una anatomía de los cambios posibles, que pueden hacerse que enuncia no la coexistencia real de los órganos o su exclusión mutua, sino el sentido en el cual las mutaciones pueden o no hacerse” (Foucault (1998) p:287) 9 “De este modo, Friedrich daba sustento empírico a la visión organicística amplia de Herder sobre los interrogantes acerca del parentesco histórico entre lenguas, postulando que las categorías gramaticales ofrecían un medio para la comparación “en un modo similar a aquel en el cual la anatomía comparada ha iluminado la historia natural” (Schlegel 1808, citado en Koerner 1990:243). August von Schlegel, el hermano de Friedrich, extendió y particularizó más aún la imagen orgánica en sus estudios de historia literaria, la cual no era considerada aún un campo de estudio específico separado del de la gramática.” (Errington (2008), Cap. 4. p:5) 10 “El lenguaje, que se convertirá en la característica por excelencia de lo humano, hasta el siglo XVIII supera los órdenes y clases, porque sospecha que también los pájaros hablan. (...) Pero también la demarcación física entre el hombre y las otras especies implicaba algunas zonas de indiferencia, donde no es posible asignar una identidad cierta” (Agamben (2007) p:55)

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tratado de imaginar una fase de la vida perceptiva del hombre en la cual el lenguaje todavía no había aparecido y la había comparado con la vida perceptiva del animal. Luego había tratado de mostrar de que modo el lenguaje pudo surgir de la vida perceptiva del hombre y no del animal (...) “Así, pudimos mostrar porque el lenguaje se originaba del alma humana y de sus percepciones y no de la del animal (...) El lenguaje es, en efecto, tan necesario y natural para el ser humano que sin él el hombre no puede ni existir no ser pensado cómo existente. O el hombre tiene lenguaje o bien simplemente no es.”(Haeckel. cfr.)” Lo que discrimina al hombre del animal es el lenguaje, pero este no es un dato natural innato en la estructura psicofísica del hombre, sino una producción histórica, que cómo tal, no puede ser propiamente asignada al ni al hombre” (Agamben (2007) pp:73­74) La “máquina antropológica” de Agamben propone que el lenguaje sigue siendo para la biología del siglo XIX un principio fundamental para pensar lo animal y lo humano. Propone que el lenguaje es mucho más que un atributo distintivo de lo humano. El lenguaje le permite al humano dar cuenta de sí mismo creando un dispositivo que produce la misma humanidad. Schleicher reflexiona desde la lengua sobre los descubrimientos de Darwin ligando los saberes ya no es su campo sino en su lógica . 11

A pesar de la creciente separación y especialización de los saberes, la biología adopta no solo los supuestos, sino el mismo método de la filología para pensar la vida y lo humano. El lenguaje sigue teniendo un papel central en éste campo basado no en su capacidad de distinguir ontológicamente entre lo animal y humano, sino de producirlo . 12

Las reflexiones sobre el origen del lenguaje no solo contienen las concepciones sobre ése objeto sino que ya albergan principios que darán forma a la biología, cómo las familias, las especies y tipos, y sobre todo las nociones de desarrollo y evolución. Podríamos arriesgar aquí una hipótesis filológica sosteniendo que las ideas de la teoría de Darwin ya se encontraban presentes en las primeras reflexiones sobre el lenguaje. El establecimiento de lenguas más desarrolladas ­superiores e inferiores­ abonan la idea de la evolución de Darwin permitiendo una transposición de escala evolutiva para las pueblos, ya no a partir de características antropomórficas sino de sus lenguas . 13

11 “Así, para los organismos lingüísticos valen pareceres similares a los que expresa Darwin para el común de los seres vivos, en parte de manera casi general, en parte me pronuncié casualmente en año 1860 –es decir en el mismo año en el cual apareció la traducción alemana de la obra de Darwin supresión de formas antiguas, sobre la gran expansión y diferenciación de clases particulares en el ámbito lingüístico en un modo que, prescindiendo de la expresión, coincide con las posiciones de Darwin de un modo llamativo – sobre la 'lucha por la existencia' [Kampf ums Dasein], sobre la supresión de formas antiguas, sobre la gran expansión y diferenciación de clases particulares en el ámbito lingüístico en un modo que, prescindiendo de la expresión, coincide con las posiciones de Darwin de un modo llamativo” August Schleicher. “La teoría de Darwin y la Lingüística.” 12 “La imagen partogenética de la reproducción lingüística en Schleicher, como mostré en el capítulo 3, hizo posible que el árbol del indoeuropeo pasara por alto esta diferencia conceptual básica, y así también las diferencias entre las visiones darweiniana (variacional) y romántica (transformacional). Una vez que la filología hubo literalizado las metáforas de la descendencia, la lengua y el cambio lingüístico podían representar, parte por todo, comunidades humanas y sus historias, aunque también la historia natural.” (Errington (2008), Cap. 4. p:15) 13 “El paso del animal al hombre, a pesar del énfasis puesto en la anatomía comparada y en los hallazgos paleontólogos, era en realidad producido a través de la sustracción de un elemento que no tendría que ver con una cosa no con la otra y que era presupuesto cómo característica de lo humano: el lenguaje” (Agamben (2007) p:71).

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En este sentido, Darwin, más que descubrir una lógica (ontología) de la naturaleza hace uso del lenguaje y sus ideas cómo “máquina antropológica” para establecer un orden natural ya impregnado por sus supuestos replicándolos en el campo de la biología. Las reflexiones que establecieron la filología moderna transformaron de manera radical el conocimiento y las formas de los saberes biopolíticos sobre la lengua, la vida y el trabajo. Estas transformaciones epistémicas sobre orden de la naturaleza y el hombre tienen cómo punto de partida las reflexiones sobre el lenguaje. Esta reflexión sobre el lenguaje contiene desde su origen varios principios sobre las formas del saber biopolítico y podemos encontrar en ella las fuentes sobre la concepción del mundo, el hombre y la riqueza. En este punto no propusimos abordar tres cuestiones: El origen del lenguaje (la filología y la lingüística moderna), su influencia sobre la biología y su idea de la evolución (y en cierta manera el racismo), y su capacidad política e instrumental en los procesos de establecimiento del pueblo, la nación y el Estado moderno. El surgimiento de las ciencias modernas en occidente no puede ser pensado cómo un acontecimiento ecuménico­trascendental del conocimiento sino a partir de las condiciones y necesidades históricas que se conjugaron a partir del encuentro que demarcó ­cómo límite o exterioridad­ la identidad y lógicas de un nuevo sujeto poder. Los conocimientos inaugurados por la filología y lingüística que dieron lugar a una serie de dispositivos y tecnologías que iniciarían una nueva época que establecería la lógica del capitalismo y al Estado nación cómo actor principal de la historia desatando cómo contrapartida una reforzada expansión colonialista. Nos interesa continuar esta reflexión incorporando el papel de la conquista de América en el orígen y desarrollo de estas formas de saber.

2. Conquista de América: Imposición de la lengua escrita y el conocimiento cómo mecanismo de dominación.

El encuentro de dos mundos que representó el descubrimiento de América fue un acontecimiento que tuvo un importante impacto en la conformación de la identidad y devenir de la subjetividad europea (occidente). La conquista de América entraña un problema práctico sobre el uso de lenguaje (de establecimiento de identidad, de comunicación y dispositivo de dominación), el invento de la raza (como precedente de la biología), y el proceso de acumulación originaria que propició el surgimiento del capitalismo. En este punto nos interesa plantear el descubrimiento y conquista de América cómo condición de la modernidad y surgimiento de las formas de conocimiento de occidente. Nos interesa trasladar el centro de la historia del saber de occidente a la periferia localizandolo en el acontecimiento del descubrimiento de América. Nos interesa rastrear en ésta experiencia algunas ideas que pudieron influir el proceso que desarrollamos en el punto anterior. Esto es plantear ­de alguna manera­ que la experiencia del descubrimiento de América tuvo algún efecto en la conformación de las formas de los saberes biopolíticos que surgieron a partir del estudio del lenguaje, la vida y la generación de riquezas; así cómo de la modernidad y el capitalismo.

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Cómo en las propuestas de Mignolo (1996, 1996b, 2003) postcolonial, postoccidental y decolonial, nos interesa invertir la mirada del centro a la periferia para contar una historia del orígen de la reflexión sobre el lenguaje, la conformación de las ciencias modernas, y el ascenso del capitalismo, relatada desde (ó a partir) de América. Nos interesa contar una historia sobre occidente y el surgimiento de la modernidad que tome otro punto de partida histórico y geográfico. De alguna manera forzar los límites de la subjetividad de occidente que fue transformada por la experiencia del descubrimiento de América y el encuentro de culturas y civilizaciones distintas. Localizaremos éste análisis en la conquista y temprana colonización de América sin llegar a los procesos de independencia y omitiendo el surgimiento de la identidad criolla. Las tres cuestiones que nos interesa abordar en este punto son, el uso de la lengua y la escritura cómo dispositivo de dominación, la invención del racismo y el proceso de acumulación originaria del capitalismo y su nueva lógica de gobernabilidad. En el año 1492 suceden dos acontecimientos íntimamente ligados. El descubrimiento de América y la aparición de la primera gramática española. La gramática de Nebrija estaba concebida desde el principio cómo instrumento de colonización y conquista. “Pues bien, es en ese año simbólico de 1492, que el gran humanista Elio Antonio de Nebrija publica su Gramática castellana. La ofrece a Isabel la Católica como una demostración de que la lengua es el Imperio. Interrogado por la Reina respecto a la utilidad práctica de una gramática castellana, Nebrija le responde: "Después que Vuestra Alteza metiese debajo de su yugo muchos pueblos bárbaros e naciones de peregrinas lenguas, e con el vencimiento aquellos tenían necesidad de recibir las leyes quel vencedor pone al vencido, e con ellas nuestra lengua; entonces por está mi Arte podrían venir en el conocimiento de ella, como agora nosotros deprendemos el arte de la gramática latina para deprender el latín". En suma, lengua e Imperio.” (Abelardo Ramos (s/d) pp: 29­30) Dos siglos y medio antes de que comenzara la discusión sobre la lengua (que describimos en el capítulo anterior) comenzaba un uso del lenguaje con fines instrumentales que manifiestan ­aunque de forma tácita e intuitiva­ muchos de los principios que podemos encontrar en la lingüística y filología moderna. De forma manifiesta Nebrija expresa la relación entre la lengua (sus instrumentos: la gramática y los diccionarios), el poder y el establecimiento de un imperio. A pesar de una carencia de un saber moderno sobre la lengua ­cómo el inaugurado en el siglo XVIII­ la conquista de América desplegó una serie de prácticas lingüísticas que resultaron más efectivas que la pura violencia. La escritura (y el libro) fue un instrumento indispensable para la conquista de América por diferentes razones. En primer lugar la escritura, para los primeros conquistadores fue un instrumento para dar órdenes, atribuciones administrativas específicas, establecer autoridades en los primeros asentamientos y por sobre todo apropiarse de las riquezas que se encontraran en estas tierras. El celo y desconfianza de la corona en los primeros 14

14 En cartas cómo la de Pedro de Mendoza al gobernador del Río de la Plata Juan de Ayolas de 1537 la escritura es una forma mantener un régimen, disponer de las riquezas, establecer autoridades y administrar la justicia “Ahí os dejo dos testamentos cerrados, uno que fenía fecha y otro que enmiendo y otro que queda al escribano (...) Si ayaís algún oro o plata, sacareís las costas que yo he fechado que vos las teneís por escrito y sacareís para mi diez y seis partes y para vos ocho, y a los capitanes

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adelantados, que a enormes distancias de la metropoli exploraban nuevas tierras en su nombre, utilizó la escritura para delegar autoridad pero por sobre todo establecer límites. La escritura cómo instrumento de autoridad ­cómo fetiche dotado de puro valor simbólico­ hacía posible el simulacro de la reproducción del orden de la metrópoli en tierras tan remotas. Permite a los primeros exploradores establecer en las nuevas tierras un “reino imaginario” y crear la ficción de la continuidad de un órden jurídico suspendido por la distancia y un entorno desconocido y hostil a las formas de los conquistadores. Esta situación de desamparo pone al desnudo el débil carácter del lazo social frente a una multitud obligada a ejercer una soberanía propia en nombre de un otro ausente . 15

Beasley­Murray (2010) propone que la situación de los conquistadores en América más que reforzar la idea de pueblo, apela a la multitud, siempre al borde del motín, cómo sujeto efectivo de la soberanía en las nuevas tierras lejanas. “El ritual vacío, las escenificaciones absurdas del simulacro de una llegada triunfal, el gesto irracional de evocar una práctica aparentemente inútil es una forma de reforzar el hábito y el lazo de afecto que éste conlleva para poder recrear a la distancia el orden de España” (Ibid.). Más importante que brindar autoridad y dar órdenes, la escritura en la conquista fue utilizada para registrar y otorgar la propiedad de las riquezas encontradas. “Los campos se medían en la escritura, la autoridad se afirmaba en las cédulas reales, la excelencia se adquiría en los capítulos eclesiásticos” (Martinez Estrada, (1986) p: 12). En segundo lugar, la escritura, el libro ­la biblia­ fue utilizado cómo instrumento legitimador de la colonización, basado en la obligación moral y religiosa de España de evangelizar a los “indios” . Otros usos ­secundarios­ de la escritura durante la conquista y colonización son las 16

peticiones a las autoridades y por último cómo forma de registro y crónica de viaje 17

­documentos oficiales, diarios personales­ del paso y exploración de esta tierras. Por su lado, el establecimiento de la lengua oral (ya no escrita) respondía a las necesidades de los 18

cuatro (...) y ponedlo por escrito ante escribano lo que dais a cada uno (...) y alguna obligación si tenéos de algunom que muchas escrituras me faltan” (Busaniche, (1971) pp:20­21) 15 “El imperio español se vio obligado a establecer un enorme aparato burocrático para vigilar este espacio intermedio, amenazado constantemente por la piratería, el fraude, la deserción y el motín. El nombre que le dieron a esa burocracia fue “Casa de Contratación”” (Beasley­Murray, (2010) p: 27) continúa señalando la fragilidad del orden instituido en situaciones donde la multitud descubre de forma muy evidente su capacidad cómo sujeto de soberanía solo sujetado por él hábito y el afecto que lo mantienen agenciando las formas de la comunidad abandonada al otro lado del océano. 16 “El texto parece buscar consenso y de ese modo expandir la comunidad creyebte, pero aquellos a los que se les ofrece semejante oportunidad no pueden oírlo, mientras que aquellos que se encuentran dentro del círculo de su influencia están allí sin importar la creencia que puedan tener. El Requerimiento es comparable con la Biblia que le ofrecen al inca Atahualpa en Cajamarca mientras el conquistador Gonzalo Pizattp avanzaba en la conquista de lo que hoy es Perú. (...) El libro era más un fetiche que un texto, una consigna cuyda significación incidental. Ni la Biblia ni el Requerimiento eran documentos que exigieran interpretación; eran más bien la mecha de esa violenta explosión que fue la expansión imperial, contraseñas del “protocolo de conquista”” (Beasley­Murray (2010) p:26) 17 Cómo en la carta de Isabel de Guevara a la gobernadora “He querido escribirle esto y traer a la memoria de V.A. para hacerle saber la ingratitud que conmigo se ha usado en esta tierra, porque al presente se repartió por la mayor parte, de lo que hay en ella (...)” (Busaniche, (1971) p:41) 18 "El comportamiento semiótico de Cortés es característico de su lugar y su época. El lenguaje sirve tanto para la integración en el seno de la comunidad también para la manipulación del otro. Los mayas o los aztecas que veneraban el dominio de lo simbólico, no parecen haber comprendido la importancia política de la lengua común, y la diversidad lingüística dificulta la comunicación con los extranjeros. Por ello los españoles emprendieron la enseñanza de su lengua. " (Todorov. Ibid: p)

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conquistadores de poder ordenar (dar órdenes [someter]) a los indígenas y eliminar su 19

propia cultura . 20

El aspecto más importante de la escritura durante la conquista consistía en establecer y registrar el valor y propiedad de las riquezas de América para la corona española. La forma de la escritura como “letra de cambio” anticipa una concepción del valor cómo la del signo lingüístico de Saussure al separar (cómo el significado del significante) la riqueza real de su valor nominal en papel. Cómo la lingüística del valor, la escritura en América, permite esta separación entre el objeto de riqueza y su valor (nominal) de cambio. La carta de Pedro de Mendoza al gobernador del Río de la Plata, cómo muchos otros testimonios, señalan el peso de los documentos para asignar y reclamar el valor de las riquezas de América. La escritura permitió a España despojar a América de su riqueza. Los títulos de propiedad sobre las tierras, recursos, y otras riquezas, permitieron a España adueñarse a la distancia de todo lo que podía brindar el continente americano. El requerimiento fue uno de los primeros mecanismos utilizado para someter a los indígenas. Aunque basado en un texto en forma de proclama ­imposible de ser entendido por los indígenas (al estar en castellano)­ funcionaba cómo excusa para utilizar la violencia y saquear los bienes de las comunidades nativas. El texto del requerimiento demandaba la entrega y sometimiento de las comunidades indígenas en nombre de la obligación divina de los conquistadores católicos y el poder investido en ellos por dios. Éste texto más que estar dirigido a los indígenas, estaba dirigido a los mismos conquistadores, para justificar y legitimar la violencia que la acompañaba . 21

“Con esa particular mezcla de misticismo y codicia que distinguía a los conquistadores, bien provistos de los formulismos jurídicos redactados por los ceremoniosos letrados de Castilla, se confeccionó un complejo discurso que los soldados españoleas leían a los indios antes de someterlos por la fuerza. Este discurso llamábase "requerimiento". Si su atropellada lectura no decidía a los indios absortos a prestar su aprobación al vasallaje que se les pedía y a adoptar la fe ofrecida, quedaban notificados, por una lengua que no comprendían y por unos extranjeros a los que no habían visto nunca, que serían obligados a ceder a golpes de espada.” (Abelardo Ramos (s/d) p: 72) Aunque en cada caso ­el de Cortés en México y Pizzaro en Perú­ la conquista adquirió su particularidad ya sea por la crueldad de los conquistadores, la oposición de los indígenas y las riquezas que podían ofrecer, se intentaba establecer instituciones que regularan estos procesos reforzando la autoridad y control de la corona. El requerimiento fué sustituido por la encomienda, práctica basada en el deber evangelizador de los españoles, que ponía a los indígenas bajo la tutela de los conquistadores. La

19 “Si el comprender no va acompañado de un reconocimiento pleno del otro como sujeto, entonces esa comprensión corre el riesgo de ser utilizada para fines de explotación de TOMAR, el saber quedará subordinado al poder.” (Todorov. Ibid: p) 20 “Cómo es sabido, la destrucción de las sociedades y de las culturas aborígenes implicó la condena de las poblaciones dominadas a ser integradas a un patrón de poder configurado, básicamente, por los siguientes rasgos:” (...) Patrón de dominación entre colonizadores y colonizados. Imposición de una nueva identidad de “indios”. Distribución de jerarquías sociales entre los tipos raciales. Distinguir entre lo europeo y no­europeo. Prohibir adorar sus propias imágenes y símbolos. Abandonar sus prácticas sagradas, (Quijano, (2000) pp 120­) 21 “El Requerimiento consolida las relaciones entre los conquistadores españoles después del hecho concreto de la dominación; los convertía en una personificación del Estado, en sujetos de un poder constituído” (Beasley­Murray (2010) p:27)

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legitimidad de la encomienda descansa tanto en el texto de los evangelios como de su misma institución, aunque esta fuera puramente una excusa para justificar el acto de dominio. Concretamente el lenguaje ­principalmente la escritura­ antes de la imposición del castellano (cómo lengua hablada: oral) cumplió, en su distintas modalidades de mecanismo de conquista y dominación, funciones de mantener el orden y autoridad de la metrópoli, recrear hábitos y rituales de legitimación, justificar la violencia y el saqueo en nombre de creencias religiosas, y por sobre todo registrar e inventariar las posesiones de la corona (cómo títulos de propiedad) separando la riqueza del objeto de valor (cómo el signo lingüístico de Saussure). Prácticas cómo la gramática de Nebrija, los usos de la escritura (para establecer autoridad, orden y propiedad), los rituales (cómo formas vacías), las instituciones cómo el requerimiento o la encomienda (fundamentados en las santas escrituras) plantean un saber sobre el lenguaje que no puede pasar inadvertido en las discusiones posteriores de la filología y la lingüística moderna. Aunque anterior al surgimiento de la ciencia y subjetividad propiamente moderna y el Estado­nación cómo unidad política, la experiencia del descubrimiento de América presenta un precedente sobre el uso de de formas biopolíticas primitivas cómo la escritura, la raza, y el saqueo cómo proceso de acumulación originaria. Los principios sobre la vida, la biología (que planteamos en el primer apartado), que encontramos en las primeras reflexiones sobre el lenguaje, relacionados con la distinción de lo animal y humano, lo civilizado y bárbaro, las especies superiores e inferiores, que descubrimos en la teoría de la evolución de Darwin, los encontramos también en el concepto de raza que creó un orden social colonial que posibilitó una extracción extraordinaria de riqueza del continente Americano. La raza, según Quijano (2001), permite establecer una estratificación social que distribuye el trabajo y su forma de apropiación (esclavo, vasallo, tributo, etc.) basado en principios filotípicos que se enriquecieron con la introducción de esclavos de África y las mezclas y mestizajes que se dieron tanto entre indígenas, africanos, europeos y los primeros criollos. La raza en la conquista y colonización de América opera ­precozmente­ cómo lógica evolutiva, presente tanto en la biología cómo en los primeros escritos de Rousseau y Herder en los que distinguen a los pueblos civilizados y bárbaros cómo superiores e inferiores. “La raza marca la complejidad del proceso de acumulación capitalista: “Producida en el mero comienzo de la formación de América y del capitalismo, en el tránsito del siglo XV al XVI, [y] en las centurias siguientes fue impuesta sobre toda la población del planeta como parte de la dominación colonial de Europa” (Quijano, 2000a), es la marca de la alteridad y de la división internacional en el mundo moderno/colonial. Las diferencias fenotípicas entre conquistadores y conquistados se naturalizaron en una jerarquía de dominación, explotación y conflicto basada en la raza que todavía, por la colonialidad, atraviesa a múltiples relaciones sociales – sexualidad, género, conocimiento, clase, división del trabajo, epistemología, espiritualidad, etc. – (Quijano, 2000a,b; Castro Gómez y Grosfoguel, 2007).” (Gigena (2011) p: 6).

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Cómo en los discursos sobre la lengua de Rousseau y Herder durante la conquista de América, el concepto de raza funciona distinguiendo lo civilizado y bárbaro identificándolos con el dominador y dominado . 22

La raza es la forma ­la excusa, la justificación­ de este orden de explotación que permite una extración de enormes riquezas y acumulación capitalista. ”La mejor manera de deshacerse del trabajador, como sabemos desde Valladolid (1550), consiste en mostrar que él no es una persona sino una cosa (es decir, mostrarlo como un no­humano o un humano solamente en potencia), en presentar el mundo en el cual vive como una Terra Nullius (tierra vacía), y mostrar su actividad como una no­acción (así por ejemplo Ginés de Sepúlveda muestra que los indígenas no tienen lenguaje o al menos no uno distinto del de los animales; John Locke afirma que los indígenas norteamericanos no trabajan la tierra dado que son nómades cazadores; y J. M. Samper, padre del derecho constitucional colombiano en el siglo XIX, autor del Ensayo sobre las revoluciones políticas, afirma que las gentes de las provincias, hijos de indios y negros, carecen de la capacidad de autogobernarse debido a que son hijos de indios y negros, razón por la cual la capital de Colombia es hasta hoy Bogotá, a contrapelo de lo que sucede en casi todo el resto de América).” ( Guardiola­Rivera (2003)p:119­120) En éste punto nos interesa señalar la importancia del descubrimiento y conquista de América en el proceso de la modernidad a partir de tres cuestiones fundamentales, el uso de la lengua cómo instrumento de sometimiento, la invención del racismo y su utilización para el establecimiento de un régimen de explotación que posibilitó el capitalismo. Si podemos pensar la conquista de América cómo momento primitivo del surgimiento de los saberes biopolíticos; el sugimiento de la filología moderna cómo momento de consolidación del sujeto de saber­poder de occidente, entonces la aparición de la lingüística del valor de Sausurre representa la culminación de un ciclo de sofisticación de los saberes biopolíticos comenzados en 1492.

3. Ética protestante y capitalismo: El valor cómo unidad universal de intercambio Este es un punto bisagra para articular el orígen de la lingüística, la conquista de América con la teoría del signo lingüístico de Saussure cómo culminación del establecimiento de una lógica universal de intercambio basada en el valor. Ésto es proponer que la lingüística ha adoptando la lógica de la economía o más lejos de eso, de la religión. Aquí nos interesa ligar el origen del capitalismo con el surgimiento del Estado cómo agente de los poderes biopolíticos fundados en la lingüística, la biología y la economía política . 23

La ética protestante, el capitalismo y la teoría del signo lingüístico (del valor) aquí se articulan para plantear el estatuto que éstos adquieren cómo lógicas análogas. Esto es la vinculación

22 “Dos procesos históricos convergieron y se asociaron en la producción de dicho espacio/tiempo y se establecieron como los dos ejes fundamentales del nuevo patrón de poder. De una parte, la codificación de las diferencias entre conquistadores y conquistados en la idea de raza, es decir, una supuesta diferente estructura biológica que ubicaba a los unos en situación natural de inferioridad respecto de los otros” Quijano (2001) 23 Plantear ese origen del capitalismo cómo la emergencia de una nueva lógica de gubernamentabilidad que operaba cómo la pastoral cristiana (Foucault ()) ejerciendo más allá de un efecto disciplinario cómo el Estado, ejerciendo un control que precinde de la presencia del mismo para conseguir obediencia del sujeto.

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entre la lógica religiosa, la lógica de la economía y la lógica del lenguaje que operan separando a partir del concepto de valor, las “cosas” de los instrumentos que utilizamos para intercambiarlas. La religión, la economía y la lengua separan lo espiritual de lo terrenal, las mercancías del valor, y el significante del significado estableciendo las lógicas que gobiernan el mundo. Esto es la subjetividad moderna que nos permite operar con las “cosas” del mundo, no a partir de ellas cómo objetos sino desde su valor, la posición diferencial que le corresponde en una estructura cerrada de equivalencias. Con la misma lógica del dinero, en la que la moneda no posee (en términos reales sino nominales) su propio valor, el significante no representa su significado, sino la posición de equivalencia que adquiere en el sistema estructurado de la lengua. Desde Marx, Weber, Benjamin y Bourdieu intentaremos abordar estas cuestiones para encontrar las relaciones entre la ética religiosa, el valor que se le da a los distintos usos de la lengua, su relación con el capitalismo y el modelo de una lingüística del valor cómo unidad de intercambio. Weber sostiene el carácter religioso del capitalismo, Benjamín que el capitalismo es una religión en sí (Benjamin, s/d ). Para Benjamin el Capitalismo es cómo una lógica religiosa 24

que opera sobre la conciencia del sujeto creando un imperativo moral que lo oprime . El 25

culto compulsivo del ritual del capitalismo en torno a su fetiche, el dinero, utiliza la culpa cómo motor de su movimiento incesante. “El capitalismo es, presumiblemente, el primer caso de un culto que no expía la culpa, sino que la engendra. Aquí, este sistema religioso se arroja a un movimiento monstruoso. Una monstruosa conciencia de culpa que no sabe cómo expiarse apela al culto no para expiarla, sino para hacerla universal, inculcarle la conciencia, y finalmente sobre todo incluir al Dios mismo en esa culpa [,] para finalmente interesarlo a él mismo en la expiación. Ésta no debe esperarse, pues, en el culto, ni tampoco en la Reforma de esta religión, que debería poder aferrarse a algo seguro en sí misma, ni en la renuncia a ella.” (Ibidem) Benjamin adhiere a Nietzche en la idea que “dios ha muerto” y del “superhombre” cómo el 26

converso de esta nueva ética religiosa. El calvinismo cómo ética religiosa identificada con la actividad económica de la empresa capitalista que se caracteriza por una racionalidad del cálculo de la ganancia de cada acto implica una lógica económica. Weber define esto cómo: “(...) acto de economía “capitalista” significa un acto que descansa en la expectativa de una ganancia debida al juego de recíprocas probabilidades de cambio; es decir, en probabilidades (formalmente) pacíficas de lucro.(...) Cuando se aspira de modo racional a este lucro de tipo capitalista, la actividad

24 Benjamin, W. “El Capitalismo cómo religión” 25 “Tres rasgos, empero, son reconocibles, en el presente, de esta estructura religiosa del capitalismo. En primer lugar, el capitalismo es una pura religión de culto, quizás la más extrema que jamás haya existido. En él, todo tiene significado sólo de manera inmediata con relación al culto; no conoce ningún dogma especial, ninguna teología. Bajo este punto de vista, el utilitarismo gana su coloración religiosa. Esta concreción del culto se encuentra ligada a un segundo rasgo del capitalismo: la duración permanente del culto” (Ibidem) 26 “El tipo del pensamiento religioso capitalista se encuentra magníficamente pronunciado en la filosofía de Nietzsche. El pensamiento del superhombre coloca el “salto” apocalíptico no en la conversión, en la expiación, en la expurgación, en la penitencia, sino en el incremento discontinuo aunque aparentemente constante, que estalla en el último tramo. Por ello es que el aumento y el desarrollo en el sentido de un “non facit saltum” son inconciliables. El superhombre es aquel que ha arribado sin conversión, 6 el hombre histórico, el que ha crecido atravesando el cielo”(Ibidem. p:18)

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correspondiente, se basa en un cálculo de capital; es decir , se integra en una serie planificada de prestaciones útiles reales o personales, cómo medio adquicitivo, de tal suerte que, en el balance final, el valor de los bienes estimables en dinero (o el valor de estimación periódicamente calculado de la riqueza valorable en dinero de una empresa estable), es decir, al valor de estimación de los medios adqucitivos reales que se emplearon para la adquicisión del cambio(...). ” (Weber (1994) pp:13­14). Para Weber el valor es la medida del cálculo racional sobre el beneficio de la acción y la ética protestante (el calvinismo cómo su forma más acabada) como la lógica del capitalismo. Cómo si el capitalismo fuera la lógica religiosa del calvinismo que calcula el beneficio de la acción utilizando el valor como forma universal de intercambio del capitalismo, el dinero. El protestantismo también atribuye valor al trabajo profesional (Ibid. p: 86) y plantea el ascetismo cómo una de sus cualidades (Ibid. p: 213). Esto nos hace pensar en la lógica del capitalismo ­representada cómo una racionalidad autónoma y sobredeterminada por las relaciones de producción­ más que una actividad “necesaria” de eficiencia económica, cómo manifestación de una forma específica de ética religiosa identificada con el calvinismo. El capitalismo más que lógica secular del campo de la economía es una forma de ética religiosa calvinista que adquiere pretensiones universales a través de la noción de valor y el principio de cálculo y beneficio. Marx es quien de forma más exhaustiva describe las articulaciones del valor cómo unidad que permiten establecer las cadenas de trabajo­mercancía­dinero­capital (Marx, (1998) pp:103­214). Marx logra explicar cómo opera el valor separando el aspecto real de un objeto­mercancia de su aspecto simbólico, valor­de­cambio, cómo sistema universal de intercambio . 27

Aunque Marx establecía una relación entre la estructura (la base de la producción material) y la super­estructura (el sistema simbólico­jurídico­institucional que se monta y regula la base) no la especifica. Pierre Bourdieu ­de alguna manera­ articula una noción de valor con las condiciones económicas de mercado con las simbólicas, de identificación y distinciones que establece el uso de la lengua. 28

Bourdieu disecciona con toda claridad ­algo presente en este texto desde el comienzo­ la forma en que el saber de la lengua y su utilización cómo instrumento permite el establecimiento de una comunidad lingüística así cómo de mercados y mecanismos de distinción social. “Así, Saussure resuelve la cuestión de las condiciones económicas y sociales de la apropiación de la lengua sin llegar a planteársela nunca recurriendo, como Augusto Comte, a la metáfora del tesoro, aplicada por él a la «comunidad» o al individuo: habla de un «tesoro interior», de un «tesoro depositado por la práctica de la palabra en los sujetos que

27 “El valor de uso de la mercancía dineraria se desdobla (en ítalica en el original). Al lado de su valor de uso particular en cuanto mercancía ­el oro por ejemplo, sirve para obturar cavidades dentarias, cómo materia prima de artículos suntuarios, etcétera­, adquiere un valor de uso formal que deriva de sus funciones sociales específicas (...) El proceso de intercabio confiere a la mercancía que él transforma en dinero, no el valor, sino la forma específica de valor que la caracteriza ” (Marx (1998) pp: 109­110) 28 “A través de estos efectos, inevitables, el mercado contribuye a construir no solo el valor sombólico, sino también el sentido del discurso.” (Bordieu (2014) p:16)

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pertenecen a la misma comunidad», de «una suma de tesoros individuales de lengua» o incluso de una «suma de acuerdos depositados en el cerebro». Chomsky tiene el mérito de atribuir explícitamente al sujeto hablante en su universalidad la perfecta competencia que la tradición saussuriana le atribuía en forma tácita: «la teoría lingüística se ocupa fundamentalmente de un locutor­auditor ideal, inserto en una comunidad lingüística completamente homogénea, que conoce su lengua perfectamente y al abrigo de los efectos gramaticalmente no pertinentes como limitaciones de la memoria, distracciones, deslizamientos de atención o errores de resultado en la aplicación de su conocimiento de la lengua. Tal fue, en mi opinión, la posición de los fundadores de la lingüística general moderna, y no hay ninguna razón convincente para modificarla ». En suma, desde este punto de vista, la competencia Chomskiana no es más que otro nombre de la lengua saussuriana . A la lengua concebida como «tesoro universal», poseída en propiedad indivisa por todo el grupo, corres­ ponde la competencia lingüística en tanto que «depósito»” (Bordieu, (2014) pp:19­20) Así resume Bordieu la relación interna del valor cómo unidad de intercambio en sistemas estructurados cómo el de la lengua, ya sea desde la perspectiva de Saussure cómo la de Chomsky. Al mismo tiempo señala la pretensión ideal sujeta a una medida de intercambio idéntica para todos los casos pero que termina valorándose de forma diferencial los distintos usos del lenguaje.Aquíi encontramos una crítica a la idea igualitaria y democrática de las formas y usos del lenguaje ­cómo del mercado cómo institución económica ideal y equitativa­ prácticas lingüísticas y simbólicas. Esta idea del valor cómo unidad de intercambio, lejos de igualar (cómo proponen Saussure y Chomsky), diferencia no solo las naciones y los Estados sino que al interior de los mismos sistemas las distintas jerarquías sociales marcadas por las formas de uso de la lengua. Bordieu consigue mostrar la valorización de los usos del lenguaje y las distinciones sociales que eso establece en una comunidad de hablantes. El acceso al patrimonio de la alta cultura ­cómo capital cultural (casi en un sentido de Hereder y Grimm) y los distintos usos de la lengua establecen un valor cultural diferencial. La idea de valor (de Saussure) establece la noción de sistema cómo estructura subyacente a la actividad humana que permite medir la unidad del intercambio. “La lengua oficial se ha constituido vinculada al Estado. Y esto tanto en su génesis como en sus usos sociales.Es en el proceso de constitución del Estado cuando se crean las condiciones de la creación de unmercado lingüístico unificado y dominado por la lengua oficial: obligatorio en las ocasiones oficiales y en los espacios oficiales (escuela,administraciones públicas, instituciones políticas, etc.), esta lengua de Estado se convierte en la norma teórica con que se miden objetivamente todas las prácticas linguísticas. Se supone que nadie ignora la ley lingüística, que tiene su cuerpo de juristas, los gramáticos, y su agentes de imposición y de control, los maestros de enseñanza prima­ ria, investidos de un poder especial: el de someter universalmente aexamen y a la sanción jurídica del título escolar el resultado lingüístico de los sujetos parlantes” (Ibid, p: 22) La lingüística del valor de Saussure representa la forma de saber biopolítico correspondiente a la consolidación del capitalismo cómo lógica de intercambio mundial.

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Las formas cómo las ciencias del lenguaje moldearon la subjetividad y episteme de occidente a partir del siglo XVIII y cierran en el siglo XX (incluso en su corta extensión [1914­1989 (Hobsbawn (1998))]) con la teoría de Saussure la idea de la lengua cómo estructura basado en un sistema de diferencias que opera bajo la unidad del valor. El proceso de separación que permitió a la lengua, a partir del descubrimiento de América, separar la riqueza de su valor, encuentra su culminación en la linguistica de Saussure cómo saber biopolítica que logra establecer el valor cómo medida universal de los intercambios tanto económicos cómo lingüísticos. Esta lógica es solidaría con la ética protestante y el capitalismo. En este sentido articula formas de gubernametabilidad religiosa, económica y lingüística. El valor es la unidad de medida que se ha impuesto cómo lógica religiosa gobernando los intercambios económicos y lingüísticos.

4. Epílogo: América cómo suplemento de la historia del valor y el capitalismo En este rastreo histórico sobre la modernidad que ha mantenido su foco en el lenguaje hemos propuesto el protagonismo del descubrimiento y conquista de América cómo experiencia que dio comienzo a un proceso que culminó con la consolidación del capitalismo y la lingüística del valor de Saussure. Propusimos que la conquista de América despliega de forma temprano prácticas y políticas lingüísticas que presentaban de forma embrionaria algunas de las ideas del origen del lenguaje que dieron lugar a la filología y la lingüística moderna. Asociamos algunos mecanismos desplegados durante la conquista con los posteriores sabres biopolíticos cómo la lingüística, la biología y la economía política, en la imposición de la escritura, la raza y en los régimenes de explotación coloniales. Este recorrido de la historia de la lengua desde la conquista de América, al iluminismo, a la lingüística del siglo XX, intenta mostrar el desarrollo de las tecnologías biopolíticas y su consolidación al fusionar la lógica de la economía y la lingüística en una teoría unificada del valor. Nos interesaba incluir el descubrimiento de América en la historia universal, en especial la historia de la modernidad, de las reflexiones sobre el lenguaje y sobre el establecimiento del capitalismo cómo lógica religiosa. El planteo se desarrollo en 3 puntos. 1. El origen de la reflexión sobre lenguaje: El origen de la nación, el Estado y las tecnologías biopolíticas 2 .Conquista de América: Imposición de la lengua escrita y el conocimiento cómo mecanismo de dominación. 3. Ética protestante y capitalismo: El valor cómo unidad universal de intercambio. El primer punto aborda las preguntas sobre el origen del lenguaje, el uso de este saber para establecer campos y objetos de saber cómo la vida, y el establecimiento de unidades políticas cómo el Estado­nación en base a las comunidades lingüísticas. El segundo punto intenta mostrar cómo en la conquista de América existían forma incipientes de conocimiento sobre el uso de la lengua, la biología y la economía política. Esto se manifestó en los usos de la escritura para establecer un orden, separar la riqueza del objeto de su valor, el concepto de raza, y el orden social colonial establecido en base al mismo que permitió la extracción de extraordinarias cantidades de riquezas del continente.

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El tercer punto trata el capitalismo cómo una ética religiosa cómo la protestante, fundada en el cálculo del valor de las actividades, y la asimilación de lingüística del signo con la lógica del capitalismo. Las conclusiones que intentamos abordar en cada punto intentaban rastrear la evolución de los usos y saberes sobre el lenguaje que se desarrollaron desde el descubrimiento de América al siglo XX. Intentamos mostrar la evolución de los conocimientos biopolíticas sobre la lengua, la vida (la biología), y la generación de riquezas (la economía política). Intentamos mostrar las interconecciones entre los saberes que inaugura la reflexión sobre el lenguaje, en distintas épocas y espacios. Intentamos ligar una historia marginal a la historia universal de de occidente haciendo de América un protagonista del proceso de la modernidad y el establecimiento del capitalismo. Cómo en una cronología de Goddard no lineal partimos de los estudios sobre la lengua del 29

iluminismo (Siglo XVII) de Rousseau, Herder y Grim, donde anticipabamos que muchas de esas ideas ­incluso la separación del objeto de riqueza de su valor de cambio cómo mercancía­ se encontraban de forma primitivas ­productos de una subjetividad “proto­moderna”­ de muchas intuiciones sobre el saber y uso del lenguaje cómo dispositivo biopolítico. El descubrimiento de América anticipó muchas intuiciones de las ciencias modernas del siglo XVIII cómo el uso de la lengua y la escritura, la invención de la raza, y establecimiento de regimenes de explotación colonial que contribuyeron con la acumulación originaria del capitalismo. Haciendo un salto importante en la cronología y de los acontecimientos que sucedieron durante ese período influyendo la lingüística y filología moderna abordamos la teoría del valor de Saussure. Proponemos que la lingüística del valor de Saussure es la culminación de un prceso de los saberes biopolíticos que logran articular en la misma lógica, la religión, la lengua (el habla), y la economía. En cierta medida la historia de la lingüística es la historia de la biopolítica. Podemos pensar que los saberes sobre la lengua habilitaron una nueva subjetividad que constituyó un sujeto trascendental de la historia encarnado en occidente que conquistó el mundo al hacerlo objeto de su conocimiento. Bibliografía: Abelardo Ramos, J (1968) “Historía de la Nación Latinoamericana”, s/d Agamben, G (2002) “Lo abierto”, Ed. Adriana Hidalgo, Buenos Aires. Arditi, B. (2007) “Post­hegemonía: la política fuera del paradigma post­marxista habitual” en “Contemporary Politics”, Vol. 13, No. 3, 2007. pp. 205­226 Beasly­Murray, Jon (2010) “Posthegemoía: Teoría Política y América Latina”, Paidós, México. Benjamin, W. (1995) “Para una crítica de la violencia” Ed. Leviatán, Bs. As. Benjamin, W. (s/d) “El Capitalismo cómo religión” s/d Bhabha, H (2002) “El lugar de la cultura” Manantial, Buenos Aires Bordieu, P. (2008) “¿Que significa hablar? Economía de los intercambios lingüísticos” Ed. Akal, Buenos Aires

29 toda historia tiene una introducción, un nudo y un desenlace, pero no necesariamente en ese orden

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