Las unidades de información, la secuencia usuarios-servicios
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V Jornadas de Archivos, Museos y Bibliotecas en La Rioja (JAMyBLaR 2014
)
Titulo: Las unidades de información, la secuencia usuarios-servicios
Autores: Juan José Vega y Roberto Lucas Andrada
Correo electrónico del autor responsable: [email protected]
Universidad o institución de procedencia: Universidad Nacional de Córdoba y Universidad
Nacional de La Rioja
Disciplina: Administración de Documentos y Archivos
Área temática en la que se encuadra: El nuevo perfil de los usuarios de Archivos y sus
necesidades.
RESUMEN
Las unidades de información que preservan la documentación no están exentas de la
complejidad y mutación constante que se manifiesta en el entorno, y por consiguiente los
archivos deben adaptarse constantemente al mismo ritmo de la institución que los contiene.
Uno de los principales cambios son los clientes/usuarios/ciudadanos en demanda de
información, dichas demandas son cada vez más variadas y lleva al profesional a diagramar un
servicio que respondan a esas exigencias.
Con este trabajo intentamos resaltar la importancia de conocer los hábitos de los
clientes/usuarios/ciudadanos para recién planificar el servicio, por supuesto, contextualizando
en el trabajo según la tipología de archivos bajo análisis.
Por último toda metodología de estudio de usuario, como servucción debe realizarse de manera
multidisciplinaria apelando a la ingeniería concurrente para diseñar el servicio de las unidades
de información conjuntamente con los clientes/usuarios/ciudadanos – todas las áreas
productoras de los documentos – profesional archivero.
Palabras Claves: unidades de información, clientes/usuarios/ciudadanos, servicios.
1. INTRODUCCIÓN. LA UNIDADES DE INFORMACIÓN COMO
SERVICIO Y SU CONSUMO POR PARTE DE LOS USUARIOS
Los seres humanos siempre han necesitado información para el desarrollo de sus
actividades, o, bien, para llevar a cabo alguno de las múltiples tareas que cotidianamente
realizan. En este sentido, todos somos usuarios de información.
Para referirse a los usuarios se han empleado diferentes términos o acepciones,
provenientes de diversas épocas y de lenguajes propios y particulares de distintas
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profesiones como la Bibliotecología, la Administración, la Mercadotecnia y la Ciencia de la
Información, entre otras.
Las funciones archivísticas como reunir, organizar y custodiar tienen una finalidad
primordial y básica: poner a disposición de los clientes/usuarios/ciudadanos la información
contenida en los documentos (Tarraubella, 1997). Es por ello que se plantea que el archivo no
debe ser solo cumplir una función de conservación de la memoria común, materializada en
documentos, sino ofrecer un servicio a la comunidad en la que está inserto.
Tanto las archivos, las bibliotecas y los museos conservan sus productos en grandes
depósitos, y a su vez lo que está adherido a estos productos es básicamente información. La
información para que llegue en manos de los interesados, debe pasar por un proceso
denominado diagramación del servicio.
En ese sentido vamos a conceptualizar todo lo que es referido a clientes/usuarios/ciudadanos
en primera instancia, y luego nos centraremos en la conceptualización del servicio, y por último
el nexo imprescindible entre ambos.
Estas unidades, como servicio que son, tiene por delante la difícil tarea de satisfacer las
variadas demandas de acceso a la información de la manera más eficiente posible. Para ello, es
fundamental conocer cuáles son esas demandas, esto es, quiénes son sus
clientes/usuarios/ciudadanos y qué información solicitan. Sólo de esta manera será posible
adaptar la oferta de un servicio de información a la sociedad.
1.1 Objetivos
Demostrar que es necesario un trabajo multidisciplinario para el crecimiento de nuestra
disciplina, y este punto como Administración y Archivología se complementan mutuamente
Cambiar la denominación de clientes/usuarios/ciudadanos, ya que nos autoimponemos
restricciones para los archivos, limitando el potencial de los mismo como proveedores de
información
Contribuir a una mejor definición de la prestación del servicio
2. DESARROLLO: USUARIOS Y SERVCIOS
2.1 Los usuarios de las unidades de información
B.1 Usuarios
Hay una gran diversidad de definiciones relativas a los usuarios de los archivos; sin
embargo, al comparar algunas de ellas, se puede concluir que los usuarios son las personas,
grupos o entidades (usuario corporativo) que hacen uso de la información contenida en los
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documentos, de acuerdo con sus intereses y necesidades (Sanz, 1994; Rendón, 2000;
Acosta, 2006).
Según Israel Núñez Paula, la acepción “usuario” se emplea para designar a quien utiliza
la información o los servicios de información. Es un término genérico y abarcador, y suele
orientarse a los que reciben la acción de los trabajadores de la información (Núñez, 2000).
Este autor añade que el trabajador de la información desempeña sus labores utilizando
información proveniente de sus interlocutores o usuarios, y que, por lo tanto, aquel
(trabajador) es, a su vez, usuario de su usuario, pues así estén ambos inmersos en un
proceso continuo de comunicación, desempeñan roles de fuente y destino de la información
en diferentes situaciones. Así, el término usuario es relativo, y se refiere a todos los que
utilizan la información, sean o no trabajadores de la información (Núñez, 2000).
Otro término utilizado recientemente, para referirse a los que recurren a los archivos en
busca de información, es el de cliente. Esta expresión proviene de la práctica del comercio y de
la teoría de la administración y del mercadeo, y, según Núñez, dicho término comienza a
utilizarse en las actividades de la información y bibliotecaria en la década del ochenta, y, en
algunos países latinoamericanos, como Cuba, en la década de los noventa (Núñez, 2000). En
las ciencias de la administración “cliente” es toda persona, grupo o entidad que recibe
servicios de otra.
2.1.1 Categorización de usuarios
Es importante hacer mención a la frecuencia con que dichos clientes asisten a los archivos,
teniendo en cuenta la tipología de los usuarios. Con base en ello, los usuarios se catalogan en
reales y potenciales.
Los usuarios reales son aquellas personas conscientes de su necesidad informativa;
utilizan o hacen un uso efectivo y continuo de los servicios y productos que ofrece el archivo
para satisfacer sus necesidades (Jaén, 2006b). Por esta razón, poseen un gran conocimiento
sobre el archivo, sus fondos, funcionamiento y organización. Efectivamente, los usuarios
reales, por su presencia continua en los archivos, pueden ser considerados como “parte de
la planilla”.
Los usuarios potenciales son los que tienen necesidades informativas, pero no son
conscientes de ello; por lo tanto, no expresan dichas necesidades y desconocen a dónde deben
dirigirse para obtener la información que satisfaga sus necesidades informativas (Jaén, 2006b).
Para satisfacer sus necesidades, los clientes potenciales podrían hacer uso del archivo
mediante recomendación o por pura casualidad. Por lo general, ingresan al archivo con
muchas dudas sobre la organización y funcionamiento, pero también con muchas inquietudes
y curiosidad ante el mundo de los archivos. La información que demandan es precisa, y
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requieren una formación y orientación particular. Los usuarios potenciales pueden evolucionar a
reales.
2.1.2 Tipologías clásicas de usuarios
La diferencia tipológica clásica se refiere a usuarios internos y externos, y más
recientemente se ha incluido al usuario virtual. Los internos son los clientes que forman parte
de la entidad u organización; su interés en la información que custodia el archivo se basa en
apoyar la toma de decisiones, la planificación, la rendición de cuentas y la transparencia
administrativa (Tarraubella, 1997; Núñez, 2000).
Los usuarios externos son clientes que se encuentran fuera de la organización. Cabe
mencionar que el incremento en la consulta de los archivos por parte de estos usuarios se ha
dado desde mediados del siglo XX, a partir de la llamada -liberalización de los archivos-
(Acosta, 2006).
Según Sanz Casadoestos usuarios se pueden clasificar en tres grupos:
El científico: usuario tradicional de los archivos; por ello, durante mucho tiempo los
servicios y productos del archivo estuvieron a su completa disposición para resolver sus
necesidades informativas.
El político y el administrador: usuarios que demandan mucha información con fines
administrativos para la toma de decisiones, la rendición de cuentas y la planificación y
transparencia administrativa (Sanz, s.f.).
La industria y el hombre de la calle: sobre este último, se reconoce su heterogeneidad, y,
en este sentido, la información que demanda es variada y, en la mayoría de casos, muy
puntual y precisa (Sanz, 1994).
Por su parte, Alfonso Rubio Hernández, comienza con una revisión de estudios de usuarios
anteriores y las clasificaciones que éstos hacían de los usuarios de biblioteca y archivo. Por
ejemplo, la de Elías Sanz (1994), que distingue entre administradores, investigadores, industria
y hombres de la calle. Rubio Hernández (2004) propone, por su parte, entre usuarios internos y
usuarios externos, entendiendo por los primeros a funcionarios, gestores administrativos, etc. La
categoría de usuarios externos se subdivide, a su vez, en ciudadanos e investigadores.
Algunas características mencionadas sobre el investigador son su diversidad formativa, su
familiarización con el mundo de los archivos, un usuario formado y especializado, y cliente
asiduo. Entre estos se cita a historiadores, economistas, sociólogos y geógrafos.
El ciudadano o gran público, según Rubio Hernández, se caracteriza por ser de un
nivel cultural diverso e impreciso; acude al archivo ocasionalmente en busca de información
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puntual, desconoce la dinámica de los archivos y, por ello, requiere atención y orientación
particular (Rubio, 2003).
El estudio de usuarios expuesto por Ermisse (2003), y que versa sobre archivos franceses,
propone una clasificación en tres categorías de usuarios muy amplias: ciudadanos,
investigadores (historiadores) y genealogistas. Señalando además una tabla con todos los
motivos de visita recogidos, de los más a los menos comunes; algo imprescindible de cara a
plantear mejoras en los archivos a todos los niveles, y no encaradas sólo a un “usuario ideal”
que encaje en una de tres categorías.
En otros trabajos encontramos otras tipologías de usuarios, todas en torno a las categorías ya
comentadas. (Alberch, 2003), por ejemplo, distingue entre:
Investigadores profesionales.
La administración misma.
Ciudadanos que acuden a resolver problemas administrativos.
Estudiantes universitarios.
Sector muy diverso y variado en cuanto a su composición.
Como vemos, la única categoría que se mantiene en todos los trabajos es la de investigador.
También frecuentes son la administración y el ciudadano, aunque en general, se definen de
manera poco específica.
(Daniels, 2007) realiza un breve repaso histórico de las distintas percepciones que se han
tenido sobre usuarios de archivos a lo largo del siglo XX, señalando que, en los años 20, el
usuario fundamental que se consideraba era la administración; desde los años 50 fueron los
investigadores académicos, y cómo a partir de los años 70 y 80 esta visión empezó a cambiar
para reconocer tipos de usuarios más amplios y variados que los dos anteriores.
Así, el ciudadano común ha acabado constituyendo otro grupo, por derecho propio, que la
bibliografía no duda en reconocer. “A los investigadores tradicionales y a los genealogistas se
añaden, en lo sucesivo, las demandas de un público más amplio de simples ciudadanos que
buscan fundamentar sus derechos” (Canavaggio, 2003:p. 29).
Santaella dice: “La correcta identificación de usuarios es la clave para el éxito de los
sistemas de información, ya que la definición de sus necesidades y de las categorías de
personas a las que los servicios no se dirigen asegurará ofertar servicios de calidad total”
(Santaella, 2007: p. 79).
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2.2 Evolución y cambios
2.2.1 Cambios tecnológicos
El desarrollo de las tecnologías digitales y su incidencia en el terreno documental es un
fenómeno propio del siglo XXI. Las posibilidades de crear, gestionar y conservar todo tipo de
documentos se han multiplicado y socializado de forma difícilmente imaginable hasta no hace
mucho. Su incidencia en el ámbito administrativo está revolucionando el funcionamiento
interno, las relaciones y los servicios que se ofrecen a la ciudadanía.
Estas tecnologías han contribuido al aumento exponencial de la información y han
aportado drásticos cambios en su abordaje, por cuanto han permitido una mayor rapidez y
precisión en el almacenamiento, recuperación y análisis de información.
También en la forma de acceder e ingresar a los archivos ha aportado transformaciones
sustanciales que brindan beneficios al usuario en cuanto a tiempo y espacio, y, al archivo, en
que trascienden esas mismas variables (tiempo y espacio), por ejemplo, en la difusión y mayor
presencia en la sociedad.
No se puede decir todavía que se ha llegado a la “oficina sin papeles”, pero sí que cada vez
son más los documentos que nacen y viven en las organizaciones sin pasar por el formato
papel.
Una de las consecuencias de estos cambios es la intervención creciente de los técnicos
informáticos en los sistemas de gestión documental, la manera de responder a esta nueva
realidad requiere mayor presencia, más cooperación y transversalidad con otras áreas de
gestión e intensificar la formación especializada en estas materias, no obstante, .si bien la
forma de trabajar del profesional de la información ha cambiado significativamente, no se
considera que el perfil profesional necesite cambiar sustancialmente, ya que la tecnología
afecta al modo en que se trabaja, no al contenido y las funciones tradicionalmente ligadas a la
profesión.
Los archivos también han sufrido cambios en cuanto a sus funciones, ya que deben
adaptarse para acoger a los nuevos documentos electrónicos, sin embargo se considera que no
es el soporte lo que conlleva la consideración o no de un documento como documento de
archivo, sino sus características de origen y de función. Por lo tanto, la gestión de los registros
electrónicos no significa tener que crear nuevas teorías archivísticas.
El Comité de documentos electrónicos del CIA propone que con la implantación de las redes
de ordenadores se crea una nueva forma de acceder al archivo: desde el puesto de trabajo. El
número de consultas va a aumentar según se vaya implantando este modo de acceso, ya que no
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es preciso ir al archivo (entendido como un lugar físico) para consultar la documentación que
se requiere para llevar a cabo una actividad.
2.2.2 Cambios socioculturales
Paralelamente, asistimos a un renovado interés por la memoria dada su capacidad de
identificación y diferenciación en un contexto globalizado. En ese sentido, las instituciones
públicas son las principales responsables de construir y preservar la memoria colectiva, de
asegurar el acceso a las expresiones culturales y al conocimiento pasado, presente y futuro.
Es así que la apertura de la sociedad de la información y el desarrollo de la sociedad del
ocio ha provocado el incremento de los usuarios externos
Oportunidades que se vislumbran
La universalización del acceso a la información.
Las necesidades y exigencias informativas de individuos, empresas y
administraciones en el contexto digital.
Las posibilidades del trabajo colaborativo y en red y de cooperación
transdisciplinar.
Las posibilidades de rediseño de servicios y de aplicación de soluciones
tecnológicas.
Las posibilidades de personalización y adaptación de los servicios presenciales y en
red.
La asunción del aprendizaje permanente y de las competencias informacionales como
necesidad.
La progresiva convicción sobre el rol social y ciudadano, con énfasis en
colectivos mayores y desfavorecidos.
Interés de las colecciones digitales y de la función preservadora difusora de las
colecciones digitales (memoria, conocimiento…).
2.3 Nuevos usuarios
La evolución de las tecnologías de la información y de la comunicación ha contribuido a
que, poco a poco, surjan los archivos virtuales y, por ende, los usuarios virtuales; es decir,
clientes con acceso re moto a la información custodiada en los archivos.
Por otro lado, también la tipología de usuarios, en especial los externos, se ha transformado
a partir de mediados del siglo XX. Este cambio se intensificó a finales de ese siglo, y se ha
pasado de un público erudito a uno más diverso.
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Los investigadores profesionales han cedido protagonismo frente a otros clientes externos.
Así, es común que en los servicios de referencia archivísticos, los historiadores se vean
acompañados de otros profesionales tales como arquitectos, ingenieros, biólogos, filósofos,
médicos, economistas y auditores, además de cineastas, empresarios, dibujantes y público en
general.
Ante esta diversificación de clientes, otros investigadores, como Jaén García y Cruz
Mundet, teorizan y reconocen esta realidad archivística, y señalan como usuarios recientes de
los archivos:
• Investigador científico y profesional. Es aquel que acude al archivo con la finalidad de
generar nuevo conocimiento. Se destaca, además, por poseer una formación y trayectoria
científica (Jaén, 2006b). El investigador, como lo menciona Rubio Hernández, conoce la
dinámica y está familiarizado con los archivos.
• Investigador aficionado. Posee una formación muy variada, sus líneas de
investigación comprenden desde la genealogía hasta la historia cultural y del pensamiento;
además, como lo señala Cruz Mundet, requiere mayor atención (Cruz, 2003).
Otros “nuevos” usuarios de los archivos son los estudiantes universitarios, quienes acuden
para elaborar y sustentar trabajos de investigación para obtener un grado académico, o bien
para realizar alguna tarea dentro del ámbito de sus materias de estudios (Jaén, 2006b).
Jaén García también menciona al “gran público”. Este grupo es sumamente diverso y
carente de formación, pero de gran proyección e importancia para los archivos.
Este cambio cuantitativo y cualitativo en los usuarios de los archivos conlleva el
imperativo de conocer las necesidades de información y el perfil o las características de los
clientes, así como determinar la calidad de los servicios brindados, los temas investigados y
los fondos o subfondos más consultados.
2.4 Necesidad de estudios de usuarios
Tal como hemos mencionado, el archivo está orientado a ofrecer los servicios de manera
satisfactoria a una comunidad de usuarios cada vez más diversa de usuarios , los cuales han
venido recobrando su papel protagónico en los archivos, por lo que es prioritario conocer
sus hábitos y necesidades de información, con la finalidad de adaptar los servicios y productos
que ofrecen los archivos, con base en las demandas del cliente. La herramienta que permite
y facilita dicho conocimiento son los estudios de usuarios.
2.4.1 Estudios de Usuarios en el Entorno de los archivos
2.4.1.1 Concepto
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Elías Sanz Casado ha definido los estudios de usuarios como el conjunto de estudios que
tratan de analizar, cualitativa y cuantitativamente, los hábitos de información de los usuarios
mediante la aplicación de distintos métodos, entre ellos los matemáticos–especialmente
estadísticos– a su consumo de información (Sanz, 1994).
En los archivos, los estudios de usuarios posibilitan determinar las necesidades, demandas,
usabilidad y deseos de información de los clientes, ya sean individuales o grupales
(institucionales), y también permiten conocer en qué medida se satisfacen dichas
necesidades. De igual forma, revelan necesidades potenciales de información que, en la
relación diaria entre archivista–usuario, no son fácilmente detectables. Los estudios de
usuarios también muestran en qué grado los servicios y productos ofrecidos por el archivo
responden a las necesidades de los clientes (Rubio, 2004).
En la realización de los estudios de usuarios se combinan diferentes conocimientos que son
el resultado de la aplicación de técnicas de investigación social, la teoría archivística y la
metodología estadística. Su finalidad es medir el comportamiento del usuario frente a la
información y viceversa.
El objetivo general de los estudios de usuarios es brindar la información necesaria y
requerida para crear, transformar o mejorar de forma eficiente y eficaz un servicio o producto
del archivo; en definitiva, para tomar decisiones y planificar adecuadamente el diseño del
archivo en función del usuario, su única razón de ser.
2.4.1.2 Importancia
Debido a la diversidad de usuarios que acuden a los archivos, los estudios de usuarios se
han convertido en una herramienta esencial, ya que, solamente por medio de ellos, se
determina de forma científica el consumo, las necesidades y los hábitos de información
archivística de los clientes, lo que contribuye a una acertada toma de decisiones y a evaluar
la efectividad del sistema de información.
El aporte de los estudios de usuarios es diverso, pues, además de los señalados, los
resultados y conclusiones arrojadas por éstos permiten:
• Maximizar los recursos con que cuenta el archivo en función de las demandas reales de
información. En lo que tiene que ver con los recursos, se pueden mencionar: económicos,
humanos, tecnológicos y materiales, entre otros (Jaén,
2006b; Sanz, 1993).
• Desarrollar y programar la formación de usuarios a la medida de las necesidades de los
clientes (Ruiz, 2004; Sanz, 1993).
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• Conocer la dinámica y la estructura de los colectivos de investigación para
proporcionar a los usuarios la información precisa en el momento adecuado, lo cual redundará
en ahorro de tiempo y de recursos económicos a los clientes y al mismo archivo (Sanz, 1993).
• Mejorar las instalaciones y planificar el espacio físico, el cual debe ser agradable,
flexible y previsto a transformaciones futuras, todo en beneficio de los usuarios (Jaén, 2006b).
• Respaldar a los encargados del archivo en la solicitud de los requerimientos
(presupuestarios, tecnológicos y de personal, entre otros) necesarios para el adecuado
funcionamiento del archivo.
• Analizar la interacción y relación información- usuario-sistema, lo que permite medir el
grado de satisfacción y actitudes del usuario, así como minimizar los obstáculos en dicha
relación.
2.4.1.3 Metodología, como hacer un estudio de usuarios
La metodología para realizar un estudio de usuarios se basa en el análisis del entorno y la
aplicación del método directo y el método indirecto.
Jaén García, explica que el método directo consiste en diseñar y aplicar algún instrumento
de recolección de información como el cuestionario o la entrevista, previa identificación de
la población, sean los usuarios reales o potenciales (Jaén, 2006b). Una desventaja de esta
metodología estriba en su costo, que es, comparativamente, más elevado que el de método
indirecto.
El método indirecto permite conocer las necesidades y costumbres de información de los
clientes mediante la recopilación de los datos, pero sin consultar directamente al usuario. Este
método se aplica por medio de los instrumentos de control que todo archivo debería poseer: el
registro de usuario, la boleta de préstamo y de reprografía (Jaén, 2006b). De igual forma,
Sanz Casado sugiere la observación como técnica fundamental de la metodología indirecta
(Sanz, 1994).
Al respecto, Rubio Hernández señala que las fuentes de información sobre los usuarios son
muy diversas, se pueden agrupar entre aquellas que cabe considerar directas, de campo –
cuando obtenemos la información de lo que nos dicen los usuarios mismos– o
indirectas cuando aprovechamos datos factuales del archivo a través de la memoria anual,
estadísticas o instrumentos de control metodología para la realización de estudios de usuarios
en archivos, teniendo en cuenta para ello los siguientes epígrafes:
a) Análisis de entorno donde se encuentra el archivo. ; Tanto el entorno externo donde se
encuentra el archivo (para lo cual se pueden tener en cuenta indicadores como: Territorialidad,
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demográficos, económicos, sociales, políticos, etc.), como su entorno interno (Estructura,
políticas, recursos, Objetivos, etc.)
b) Aplicación del método indirecto. Reside en la recopilación de los datos o información,
proporcionada por parte de los clientes, sin tener que consultarlos a ellos. Su aplicabilidad
permite medir aspectos cuantitativos de las demandas y usabilidad de la información. Esto se
realiza a partir de los instrumentos de control que todo archivo debe disponer, tales como:
Registro de usuario, Boleta de préstamo de documentos, Registro de consulta, Boletas de
solicitud de reprografía
c) Aplicación del método directo. Se realiza a través de diversas técnicas de recolección de
información como el cuestionario, la entrevista, la observación y los grupos focales. Se aplica
directamente a los usuarios, previa identificación de la población; permite evaluar aspectos
relacionados con los servicios, tales como percepción, calidad, opiniones, valoraciones,
inconsistencias, etc. Además, sirve para medir la calidad de los servicios y productos,
determinar las necesidades de información y analizar los aspectos cualitativos del archivo
El estudio de usuarios supone el desarrollo de una investigación sistemática y completa de
los usuarios, entendiendo por tales, todas las personas que se acercan a un archivo con
cualquier tipo de motivo, mediante todo tipo de canales o plataformas reales, presenciales, a
distancia o virtuales. Los estudios de usuarios tratan de centrar los tres grandes tipos básicos de
ciudadanos que se acercan a un archivo, los reales, los potenciales y los no usuarios.
Los estudios de usuarios deberían cubrir un amplio espectro de objetivos, como por ejemplo,
los perfiles estructurales y funcionales, segmentación de audiencias, las expectativas según
segmentos, detección de problemas e ideas previas erróneas sobre el funcionamiento de la
entidad, análisis de las necesidades y sensibilidades ante los distintos tipos de ofertas y
servicios, etc.
Los productos posibles más comunes e importantes a evaluar en los estudios de usuarios
serían los siguientes:
· Perfiles, proporcionarían características demográficas, sociográficas, psicográficas, y
culturales del usuario: Conocimientos sobre las temáticas de la actividad: estudios cursados u
ofrecidos, investigaciones, asesorías o consultorías realizadas, etc.
Motivaciones, cuáles son los motivos de la visita o de la consulta, es fundamental para
entender el para qué nos visitan. Temáticas centrales relacionadas y subtemáticas. Tipo o
contenido de los datos que se requieren. Editoriales, autores, expertos, publicaciones
específicas. Nivel de actualidad de los datos o la información que se requiere. Alcance de los
datos
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Expectativas, estudia los conocimientos previos, sus sesgos y sus heurísticos, concepciones
erróneas (missconceptions), resultaría fundamental para entender tanto el bagaje previo como
las carencias de los visitantes (el para bien y el para mal).
Impactos, conocer la calidad percibida de los servicios recibidos o no recibidos, es
fundamental para saber cómo hemos quedado ante el usuario. Uno de los problemas del
impacto es que se mide la calidad percibida no la calidad real y hay una interacción perversa
entre expectativas y calidad percibida. Valoración y satisfacción acerca de la atención del
personal, Horario, medios digitales disponibles, instalaciones, etc.
Opinión, escuchar es importante, en ocasiones los usuarios tienen ideas muy claras sobre las
necesidades, los servicios y hasta sobre las soluciones.
Empatía, lo contrario del „no‟ y del „vuelva usted mañana‟, supone un valor institucional.
Por ejemplo, los tres pasos básicos para atender cualquier apreciación o reclamación: 1-. la
empatía; 2-. la re-escritura; 3-. y la derivación efectiva.
Uso, es mucho más importante de lo que parece, permite evaluar la utilización de los
espacios, la manera en que se usan los recursos, las plataformas tecnológicas, etc. Permite
evaluar el comportamiento real del visitante en cada momento (uso, seguridad, confort,
facilitación). Generalmente se utilizan estudios cronométrico-temporales que tienen en cuenta
variables de accesibilidad, atractividad, atrapabilidad. Un análisis importante suele ser el de los
tiempos reales frente a los tiempos útiles y los tiempos de transición, que incluyen las esperas,
tiempos de traslados, tiempos muertos, etc.
Flujos, sigue el esquema anterior de usos pero centrado en el uso global de los espacios
funcionales que establecen determinados recorridos. Tradicionalmente distinguimos entre cinco
grandes flujos, a saber, de documentos, de usuarios, de participantes, de personal, de
suministros. Estos cinco flujos suelen resultar más problemáticos en la medida en que se
mezclan en los mismos espacios. Además hay que resolver los recorridos, los análisis de cargas
de cada uno de los espacios (fundamentales para que no se produzcan tapones o colapsos en
determinados servicios, lo cual afecta entre otros aspectos a la seguridad y al impacto).
Comprensión, cada vez más importan en la medida en que se amplían y complejizan los
servicios, resulta fundamental de cara a establecer protocolos y tutoriales eficaces y que se
adapten a los tipos de usuarios.
Comunicación, es nuestra conexión al exterior y resulta fundamental la evaluación del plan
y de las acciones de comunicación, especialmente por el alto coste de muchas de estas acciones
para los resultados que en muchas ocasiones proporciona.
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Fidelización, resulta muy importante para conocer los motivos y el funcionamiento de los
visitantes asiduos y los mecanismos por los que se fidelizan, lo que permite reorientar
programas por ejemplo de asociacionismo o de voluntariado.
Los estudios de usuarios emplean una estrategia básica en dos fases complementarias y
simétricas. Una es perfilar, un proceso analítico que permite segmentar a los usuarios en grupos
o tipologías. Un paso fundamental en este proceso es que la segmentación debe ser funcional y
no estructural. La segunda fase en volver a agrupar los segmentos en agrupaciones que
permitan el mismo tratamiento funcional y que permite ahorrar recursos. (Ver en Anexo A:
Diseño de la Investigación)
2.5 Unificación de criterios
Por ultimo sugerimos que los archivos deben estar orientados a sus documentos y a sus
usuarios por igual. Por lo tanto las webs deberían ofrecer tanto guías de investigación y manejo
en el archivo para el usuario como guías de conservación para archiveros. Más aún, toda la
normativa sobre consulta de fondos, uso de sala de lectura, etc., debería tener un formato que
podríamos llamar „user-friendly‟.
Quienes están más avanzados en este sentido, son los archivos anglosajones, donde las
evaluaciones del PSQG han conducido a la elaboración de un documento denominado “A
Standard for access for archives”, que recoge las directrices fundamentales que un archivo debe
tener en cuenta a la hora de prestar servicio a los usuarios; los problemas y conflictos que
puede surgir en torno a ello; y consejos sobre cómo evaluar y cumplir esas directrices. Según la
última versión del documento (PSQG, 2008), en el 2007 se contabilizó un total de 79 servicios
de archivo que se habían adaptado a sus directrices. Así, cabe esperar que el funcionamiento de
esos archivos tienda progresivamente a una homogeneidad protocolaria que facilite al usuario
el trasladarse de uno a otro sin tener que aprender procedimientos nuevos en cada ocasión.
Consideramos que eso no sería posible sin un profundo conocimiento empírico de sus usuarios
y sus demandas, de cara a cubrir las necesidades de servicio a la sociedad que se les demanda a
los archivos modernos.
3. SERVICIOS
Como corresponde a toda terminología, es conveniente que la definamos, siendo servicios
“una actividad intangible que ofrece una parte a otra y que por lo general no da como resultado
la propiedad de ninguno de los factores de producción”. (Lovelock, 2011: pag 4)
Para el caso de servicios, dado que se trata de un activo intangible, se detalla con precisión
el listado integral de prestaciones a brindar, las herramientas y/o equipos a utilizar, incluyendo
la determinación de los elementos que conforman el paquete de servicios, el cual contempla:
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1. Servicios explícitos: conjunto de servicios directos percibidos por los sentidos de la
persona.
2. Servicios implícitos: vinculados con los beneficios psicológicos obtenidos.
3. Instalaciones de apoyo: responde a la pregunta ¿Dónde se presta el servicio?
4. Bienes facilitadores: materiales necesarios para la prestación del servicio.
3.1 Mixtura entre producción y servicios en las unidades de información
Nuestro trabajo se orienta básicamente a SERVICIOS, pero desde una visión
multidisciplinaria tomando conceptos propios de Administración de operaciones, mirando a las
unidades de información como el corazón del sistema operativo en las organizaciones.
La Administración de Operaciones es una de las tres funciones principales de cualquier
organización y está íntegramente relacionada con las otras funciones de negocios. Todas las
organizaciones comercializan, financian y producen, para lo cual resulta clave saber cómo
funciona el área de operaciones / producción de las organizaciones. Es por ello que estudiamos
cómo se organiza la gente para producir, y la forma en que los bienes y servicios son
generados. Por otro lugar estudiamos Administración de Operaciones porque es una porción
costosa de una organización. (Krajewski, 2000)
Los beneficios de definir un buen servicio son:
Establecer un nuevo espacio de trabajo compartido Unidad de información /
clientes/usuarios/ciudadanos
Aumentar el valor de la información de la organización/institución.
Evitar la duplicación de tareas así como los tiempos de búsqueda de la información.
Incrementar la calidad de servicio y la productividad.
Nosotros ofrecemos y prestamos un servicio, pero hay similitudes con las empresas
manufactureras, exponemos la más importante:
Producto tangible como lo es el documento en cualquier soporte y lo intangible que es la
información adherida al documento y la atención al clientes/usuarios/ciudadanos. Se puede
inventariar (Proceso descripción), el intangible no (calidad en la prestación del servicio
atención al ciudadano). Inversión alta en estanterías, en este caso equipado con estanterías
modulares.
Alto contacto con el clientes/usuarios/ciudadanos.
Tiempo de respuesta corto.
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Instalaciones grandes (como las manufactureras), presentan grandes depósito. Necesitamos
grandes espacios para albergar la documentación. Calidad, no es fácil medirla en los servicios,
por que influyen las preferencias individuales en la evaluación de la calidad.
Mucho personal
Generar todos los tipos de archivos, implica un inversión muy grande para quienes toman
decisiones, es nuestra obligación simplificar el sistema de archivos.
Por último para lograr una integración con las áreas proponemos aplicar la INGENIERÍA
CONCURRENTE, donde se diseñe la prestación del servicio de archivo con todas las oficinas
productoras, ya que en función de sus necesidades se logrará diseñar un servicio que responda a
los criterios de costos, calidad y entrega a tiempo. Para ello la metodología de trabajo debe
tener en cuentas estos pasos esenciales para alcanzar los resultados:
1. Reuniones periódicas para romper con el mito que los archivos es un simple depósito y se
deje de considerar erróneamente los archivos solo como un lugar, con esto se comenzaría a
maximizar su potencialidad como servicio de información y cuando se lo comprenda como una
función, se optimizará su rol.
2. Para lograr plasmar esta iniciativa como una política de estado, la variante principal es dictar
Cursos de formación constantes.
3. Instructivos para remitir documentación.
4. Normalizar nuestros procesos en instructivos que formen parte de los manuales de
procedimiento.
4. CONCLUSIÓN. CONEXIÓN USUARIO-SERVICIO
Existen al menos tres razones, por las cuales hoy los archivos no están dirigidos
primordialmente a investigadores académicos y profesionales, sino que tienen como principal
público potencial a aquellas personas que nunca antes han utilizado un servicio de archivo
PRIMERA: un cambio de mentalidad en la función social de los archivos, al hilo
de un cambio mayor en las administraciones públicas (Franz, 1995; Charbonneau, 1999);
SEGUNDA es el desarrollo de intereses concretos como lo fue en su momento el
usuario genealogista o lo son actualmente en nuestros archivos los estudiosos de la
memoria histórica (Lever, 1991); o la introducción de cambios tecnológicos que provocan
unos nuevos usos (Daniels, 2007);
TERCERA: es la proliferación de acciones educativas y de participación cultural
que amplían las actividades de los archivos y por tanto su base social (Franz, 1986; Brejon,
2003).
16
Se ha afirmado que lo que ha prevalecido en los archivos es brindar los servicios de
acuerdo con lo que el archivista considera importante para los clientes/usuarios/ciudadanos,
sin tomar en cuenta sus requerimientos reales; esto debido a que no existe un acercamiento
y, por ende, una interrelación entre el profesional y los clientes/usuarios/ciudadanos sobre lo
que necesitan (Acosta, 2006).
Los clientes/usuarios/ciudadanos están recobrando su papel protagónico en los archivos;
por lo tanto, es prioritario conocer sus hábitos y necesidades de información, con la finalidad
de adaptar el archivo y los servicios y productos que ofrece con base en las demandas del
cliente. El medio que facilita, sin duda alguna, dicho conocimiento son los estudios de
usuarios.
Los estudios de usuarios son una poderosa herramienta en el permanente quehacer de los
archivos, pues contribuyen a elaborar productos de información adecuados, y a planificar y
diseñar sistemas y servicios acordes con las necesidades de los usuarios, destacando que son
los clientes quienes determinan los archivos y no a la inversa. En definitiva, aportan elementos
científicos sobre los cuales ofrecer un servicio eficiente, eficaz y de calidad.
Es decir, que entre el papel protagónico de los nuevos clientes/usuarios/ciudadanos con
necesidad de información, con la apertura de los archivos y el estudio de
clientes/usuarios/ciudadanos con una metodología apropiada, se estaría en condiciones de
PRODUCIR UN SERVICIO, llamado esto como SERVUCCIÓN, La servucción es la subárea
que diseña, opera, dirige y controla los procesos de prestación del Sistema Operaciones en las
organizaciones. Esta subárea recoge en un documento el esquema de servicio siendo este un
cuadro que detalla toda la información y muestra al servicio de manera visual, así mismo deja
reflejado en forma precisa el proceso-método del sistema integral de prestación, de modo que:
quienes han de proporcionarlo, lo comprendan y actúen de forma objetiva. Éste comprende: 1)
El proceso del servicio, 2) Los puntos de contacto con los clientes/usuarios/ciudadanos 3) La
evidencia del servicio desde la perspectiva del clientes/usuarios/ciudadanos.
La posibilidad de acceder a un archivo se convierte, por tanto, en el concepto que vertebra la
relación entre las dos funciones básicas del archivo (y de cualquier servicio de información
público). El binomio „conservación - accesibilidad‟ es algo que preocupa hondamente a los
profesionales desde hace tiempo (López, 1981) y hasta la actualidad (Fernández, 2003). De
poco sirve que una institución ofrezca información si el público interesado no sabe cómo
acceder a ella.
18
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Tarrés Rosell, A. (2006) Márquetin y archivos. Gijón: Trea.
21
Anexo A: Diseño de la Investigación
Diseño de la investigación.
FUENTES DE DATOS
Autocuestionarios a usuarios presenciales (Análisis cuantitativo y cualitativo) El modelo de
autocuestionario incluye preguntas de escala de satisfacción con diversos aspectos del archivo,
preguntas demográficas sobre edad, estudios, profesión y residencia, y preguntas cortas abiertas
sobre los aspectos positivos, negativos y mejorables que el usuario quisiera indicar. Se
preguntaba también por la frecuencia de las visitas al archivo, los motivos de la visita, si habían
acudido antes a otras instituciones en busca de la información, y el tiempo que habían tardado
en resolver su solicitud.
entrevistas a distintos usuarios (Análisis cualitativo)
Reuniones en „focus group‟ con personal del archivo y usuarios fidelizados, (Análisis
cualitativo) las situaciones grupales o cooperativas, las más adecuadas para extraer información
confrontada;
la observación, directa o mediada, la más adecuada cuando nos interesan los temas de usos
de espacios, recursos o dispositivos;
libros de registro Libro registro de préstamos y consultas de usuarios internos, Libro registro
de ciudadanos, y Fichero de Investigadores. En base a los libros de registros, se puede conocer
la demanda por parte de usuarios particulares de documentos muy específicos sobre temas
diversos, o llevar a cabo investigaciones personales, fueran estas genealógicas, de memoria
histórica, etc.
ANALISIS DE DATOS
A partir de una tabla de frecuencias para datos demográficos, o para motivos de consulta, es
posible valorar en qué medida los perfiles propuestos serían más o menos homogéneos dentro
del grupo de usuarios tipificado
SEGMENTACION
Se define el concepto de segmento como un grupo real o convencional (conformado por
personas concretas y conocidas) cuyos miembros tienen en común uno o más aspectos
esenciales de sus necesidades o disponibilidades y que, por tanto, tienen comportamientos
similares ante determinados mensajes, situaciones o estrategias de comunicación. (Nuñez,
Paula, 2004)
PROPUESTAS DE ACTUACION e intervención en el funcionamiento del archivo a partir de
tales perfiles.
22
ASPECTOS CLAVES PARA ADAPTAR LOS ARCHIVOS A LOS NUEVOS USUARIOS
“El aumento constatado en el número y la tipología de los usuarios obliga a replantearse los
sistemas clásicos de acceso, orientados inicialmente a una minoría erudita que ya conocía sus
mecanismos”. Alberch (2002, p. 178). La complejidad de las funciones que actualmente
contemplan los archivos aconseja distinguir entre tres tipos básicos de audiencias:
„participantes‟, aquellas personas o instituciones que se acercan al archivo no para utilizar sus
funciones básicas directamente relacionadas con los documentos sino eventos, programas,
cursos o acciones complementarias; „usuarios‟, las personas o instituciones que demandan las
funciones del archivo directamente relacionadas con la gestión de documentos; y „clientes‟,
actualmente sin organizar pero potencialmente ya presentes, y que serían las personas o
instituciones que disfrutan de un beneficio añadido directo o indirecto por la gestión realizada
en el archivo.
La conciencia en el mundo de la archivística ante los cambios en las tipologías de usuarios,
cómo la realidad de un archivo particular determina las demandas a las que tendrá que atender,
así como las implicaciones particulares de gestión y difusión que de esa realidad se pueden
deducir. Como señala Tarrés (2006): “elementos como el concepto de servicio, la
conceptualización del rol de usuario desde el archivo, la preocupación y la inquietud por dar a
conocer el archivo y su contenido, la captación de nuevos usuarios, la fidelidad de estos, y en
general la elaboración de proyectos para cualquiera de los elementos reseñados, vendrá
condicionada en cada archivo por su realidad” (Tarrés, 2006, p. 121).
ESTRATEGIA DE ORGANIZACIÓN
Elaboración de un plan estratégico del servicio
Elaboración de una política de marketing
Diseño de una política de personal.
Diseño, seguimiento y evaluación de proyectos.
Evaluación los recursos de los que se dispone.
Planificación de espacios y recursos.
Control de las tareas de gestión no archivísticas del centro.
Conocimiento de las necesidades reales de sus comunidades de usuarios
Análisis de los nichos existentes y potenciales
Capacidad de reacción.
Anticipación, visión de futuro, innovación, investigación, creatividad, imaginación,
proactividad, inquietud, curiosidad por lo nuevo, búsqueda continua de mejoras...
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Incorporación a las tecnologías.
Realizar una buena gestión de los recursos, invirtiéndolo en aquellos servicios y productos
que son más demandados
COMUNICACION
Rendir cuentas, mostrar evidencias, difundir indicadores de éxito, grados de adecuación a las
necesidades de los usuarios
Difundir servicios y habilidades, comunicar dentro y fuera de la organización.
Política decidida de difusión de los servicios de los centros de información para
Cambiar la percepción que tienen los usuarios y la sociedad.
Conocimiento de la percepción que tienen los usuarios de los servicios.
GESTION DE LOS RRHH
Conocer el personal necesario para los distintos servicios que precisa el archivo, en
función de la cantidad y del tipo de demandas que reciben.
Analizar las necesidades formativas no cubiertas, teniendo en cuenta de forma especial la
necesaria adaptación a los cambios tecnológicos.
Integración de los RRHH en proyectos y grupos multidisciplinares de actividad, internos y
externos. Transversalidad con otras profesiones y actividades.
Dinamización de funciones y versatilidad.
Definición de perfiles profesionales, capacidad para dar visibilidad a los mismos y sus
ventajas, y adecuada política de contratación. Reid (2007) señala, acertadamente, que aunque
su oficio sea “archivero”, en realidad se dedica a muchas más tareas que a la preservación de
documentos. El trabajo de archivero incluye mucho más: labores de gestión, de administración,
de atención al público, atención a necesidades particulares de los usuarios, informática,
digitalización, enseñanza, guía a público de exposiciones, y muchas más. Reid aboga, en último
término, por diversificar la gama de puestos de trabajo incluyendo otros profesionales como
informáticos, profesores, etc.
· La necesidad de aprendizaje permanente. Formación en áreas de las tecnologías de la
información e informática, la “difusión y marketing” y la “dirección, planificación, evaluación
y gestión “proceso técnico”, “gestión de la colección” y “servicios a usuarios/as”. El
conocimiento en todas aquellas temáticas relacionadas con la gestión de documentos
electrónicos y la administración electrónica
RECURSOS TECNOLÓGICOS:
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Adaptación a los recursos de información digital. Aumentar la visibilidad en la red.,
servicios en línea y en dispositivos móviles.
Gestionar la presencia en redes sociales
La accesibilidad debe ser en función de la tipología que tenga el usuario, ya sea
genealogista, profesional de la archivística, estudiante, etc. Cada una de esas opciones debe
conducir a informaciones diferentes: si escogemos la opción de “Genealogista”, podremos
acceder a guías y tutoriales sobre cómo comenzar una investigación genealógica, qué
información podemos recabar por nosotros mismos, y cómo podemos delimitar la información
que necesitamos de la manera más precisa posible, para que su localización en los fondos de los
archivos sea lo más rápida posible. Todo esto sin mencionar otros muchos servicios, como
actividades educativas para colegios, actividades on-line, exposiciones, etc.
La mayoría de la documentación de archivos administrativos no está en soporte electrónico,
sino en papel, por lo que sería necesario digitalizarla para poder hacerla accesible mediante
redes de comunicaciones. Demasiado trabajo.
Habría que normalizar el software empleado por todos los archivos, ya que el usuario no
puede tener todos los programas y utilizar uno u otro según el archivo que quiera consultar.
ESPACIO FÍSICO
Evaluar la pertinencia del equipo y mobiliario que dispone el servicio de referencia, para
que los clientes puedan hacer uso de la información en un ambiente ergonómico En la
planificación del espacio físico de los servicios de referencia archivístico, es importante tener
en cuenta la opinión de los usuarios, pues ellos son los que precisan de ese servicio mediante
su presencia física la mayor parte del tiempo. Por eso es trascendental que la construcción de
dicho espacio sea flexible, que permita realizar cambios y distribuciones en función de las
necesidades que se detectan, para beneficio de los usuarios. Los profesionales consideran
de forma generalizada que los espacios presenciales seguirán siendo necesarios
GESTIÓN DOCUMENTAL
Diseño, evaluación (auditoria) y control del sistema de producción, recepción,
modificación, manejo y circulación de los documentos.
GESTIÓN DE RIESGOS
Gestionar adecuadamente los potenciales daños o pérdidas tanto de documentos como de
información. la elaboración de una política adecuada para prevenir cada uno de ellos
Elaboración de un programa de conservación de los documentos.
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Diseño del sistema de almacenamiento.
Establecimiento de un plan progresivo de restauración de documentos.
COMUNICACIÓN Y FUNCIÓN SOCIAL
Está vinculada a las cuestiones relativas a la consultabilidad y uso tanto de los documentos y
de la información en ellos contenida, como de los instrumentos de descripción y control de los
mismos generados en la organización documental o archivística. Asimismo, se incluyen todas
las actividades destinadas a dar a conocer el servicio de archivo y su papel a la institución o a
la sociedad. Los conocimientos más importantes para esta función son normativa sobre acceso
a la documentación e información y protección de datos y de la intimidad, códigos éticos,
cultura de la organización para la que se trabaja (fijación de niveles de acceso…), relaciones
públicas y marketing, programación de actividades, montaje de exposiciones, edición de
publicaciones, procedimientos de contratación de actividades, formación en atención al
público, etc.
En síntesis, las recomendaciones que se plantean en el estudio se dirigen a intensificar la
acción , fomentar la cooperación y la transversalidad; la flexibilidad y adaptación a los
cambios; potenciar el conocimiento de las necesidades y percepciones de los usuarios; dar
evidencias de la utilidad de estos servicios ofreciendo calidad y, por supuesto, intensificar y
mejorar la formación inicial y continua.