La representación del mundo, una lectura al señor de los anillos

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Salazar | 1 YEISON SALAZAR MOSQUERA GÉNEROS LITERARIOS CRISTIAN SUAREZ OCTUBRE DE 2014 La representación del mundo, una lectura al Señor de los Anillos «Sólo atravesando la noche se llega a la mañana» J. R. R. Tolkien El mundo en el cual estamos irremediablemente insertos, se halla en una época de transición 1 , en la que todo parece expectante ante lo que está por suceder. No es errado entonces expresar que la vida en esta tierra debe encaminarse, como propone Berdiaev 2 , a un nuevo modo de ser, a una particular forma de comprenderse y de relacionar a todos estos seres que la habitamos. Son muchos los horizontes que podrán ayudar a vislumbrar que esta idea de una nueva era no está lejana, es más, los habrá quienes expongan el cambio del mundo desde un horizonte un tanto apocalíptico, como la postura que plantea Vacca 3 ; pero lo cierto es que la época del mundo en el cual estamos realizando nuestra existencia, está pasando por grandes transformaciones y siendo cada uno de nosotros responsables con esta hora histórica que nos ha correspondido vivir, es necesario hacer una pausa y asumir eficazmente el camino correspondiente. Se hace clara la necesidad de contemplar el panorama, ver el desenvolvimiento 1 Cfr. Giuseppe Sacco, Ciudad y sociedad hacia la nueva edad media, En: La nueva Edad Media, (Madrid: Alianza, 1997) 147 2 Nicolás Berdiaev, Una Nueva Edad Media, Trad. Ramón Alcalde (Buenos Aires: Edición Carlos Lohlé, 1979) 53-95 3 Citado en: Nicolás Berdiaev, Una nueva… 53-54, Medievalista que propone la conformación de una nueva edad media a partir del colapso social y estatal, debido a la saturación que estos reciben en un momento determinado de la historia de la humanidad.

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YEISON SALAZAR MOSQUERAGÉNEROS LITERARIOSCRISTIAN SUAREZOCTUBRE DE 2014

La representación del mundo, una lectura al Señor de losAnillos

«Sólo atravesando la nochese llega a la mañana»

J. R. R. Tolkien

El mundo en el cual estamos irremediablemente insertos,se halla en una época de transición1, en la que todo pareceexpectante ante lo que está por suceder. No es erradoentonces expresar que la vida en esta tierra debeencaminarse, como propone Berdiaev2, a un nuevo modo de ser,a una particular forma de comprenderse y de relacionar atodos estos seres que la habitamos. Son muchos los horizontesque podrán ayudar a vislumbrar que esta idea de una nueva erano está lejana, es más, los habrá quienes expongan el cambiodel mundo desde un horizonte un tanto apocalíptico, como lapostura que plantea Vacca3; pero lo cierto es que la épocadel mundo en el cual estamos realizando nuestra existencia,está pasando por grandes transformaciones y siendo cada unode nosotros responsables con esta hora histórica que nos hacorrespondido vivir, es necesario hacer una pausa y asumireficazmente el camino correspondiente. Se hace clara lanecesidad de contemplar el panorama, ver el desenvolvimiento

1 Cfr. Giuseppe Sacco, Ciudad y sociedad hacia la nueva edad media, En: Lanueva Edad Media, (Madrid: Alianza, 1997) 147

2 Nicolás Berdiaev, Una Nueva Edad Media, Trad. Ramón Alcalde (BuenosAires: Edición Carlos Lohlé, 1979) 53-95

3 Citado en: Nicolás Berdiaev, Una nueva… 53-54, Medievalista quepropone la conformación de una nueva edad media a partir del colapsosocial y estatal, debido a la saturación que estos reciben en un momentodeterminado de la historia de la humanidad.

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de las cosas y actuar en conformidad con el proyecto demejoramiento humano. Dar un respiro que nos prepare paraasumir el futuro tiempo pasado4y hacernos partícipes de esteproyecto de reafirmación de la vida.

La cuestión de descubrir hacia dónde se encamina elmundo es la centralidad que ocupa el presente texto, peroevitando todo tipo de confusiones es menester esclarecerque la consolidación de la presente reflexión toma comofundamento el mundo que dibujaron la creatividad, la mano yla imaginación de J. R. R. Tolkien en su famosa obra el Señor delos Anillos; a partir de la cual se puede hacer lectura denuestro tiempo y exponer ese mundo que emerge dentro de laobra literaria en mención, el cual evoca una propuesta dealivio ante las tinieblas que empiezan a invadir nuestromundo. La pregunta que enmarca la presente búsqueda es: ¿Cuáles la representación del mundo que hace J. R. R. Tolkien ensu obra El Señor de los Anillos? A esta pregunta se plantea la tesisque afirma: El Señor de los Anillos bosqueja una realidad edificadaa partir de los valores de la Edad Media, buscando recuperarmodos de vida que puedan contribuir en la construcción delmundo presente5.

La estructura para el desarrollo de esta propuesta serála siguiente: en primer lugar, se realizará un breveacercamiento a la visión del mundo en la edad media,considerando que es el sustrato fundamental para lapresentación de la propuesta en mención; en segundo lugar, seexpondrá la concepción que afirma la vigencia actual de unaNUEVA EDAD MEDIA en nuestro mundo contemporáneo; en tercer lugarse presentarán los elementos de la época medieval que sepueden denotar en la obra del Señor de los Anillos; finalmente sedesarrollará a partir de la visión de mundo que plantea la

4 Esto con relación al argumento de la nueva Edad Media5 Tesis propia que espero argumentar en el desarrollo del texto.

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obra, una propuesta de alivio ante la situación crítica quevive la humanidad.

El punto de partida: La Edad Media

En lo que se refiere a la Edad Media, no se pretende aquíhacer un exhaustiva descripción de este tiempo, sino unesbozo de los rasgos generales que enmarcaron dicha época; afin de contar con el sustrato que consolide la visión demundo dentro de la obra literaria en cuestión. Considero queantes de hacer referencia a elementos que precisen los rasgosfundamentales de esta época, habrá que partir de la visióngeneral que se tiene en la conciencia colectiva sobre dichotiempo; aquí quiero referirme al término con el que desde elRenacimiento se le ha considerado a la Edad Media, es decir:el tiempo de la oscuridad.

Para el espíritu Renacentista, movido por lapreocupación de rescatar al hombre y los valores de lacultura clásica, que según su percepción, habían sidoolvidados durante mil años por la Edad Media, considerar eltiempo transcurrido entre la Antigüedad Clásica y elRenacimiento como una época transitoria6 y de pocaimportancia; fue una concepción reaccionaria y por qué nodecirlo, injusta. A este respecto afirma Dawson: «es verdadque la continuidad de la tradición europea fue aparentementeinterrumpida por la reacción consciente contra la cultura yla religión medievales producida en la época del Renacimientoy la Reforma»7, de ello se logra identificar que el procesode renovación instaurado en el siglo XVI, ponderando unhumanismo racional, quiso poner a un lado la concepciónhumanista desarrollada durante diez siglos en manos de los

6 Julio Valdeón Baruque, La valoración histórica de la Edad Media: entre el mito yla realidad, Actas: Memoria, mito y realidad en la Hª Medieval XIII SemanaEstudios medievales de Nájera 2002. 313

7 Christopher Dawson, Ensayos acerca de la Edad Media, Trad. JustoFernández Bujan (Madrid: Aguilar 19602) 75

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pensadores cristianos. Pero no solo abandonó los logrosalcanzados en torno a la cuestión humana; sino que a la vez,ocupado en el estudio de la Antigüedad Clásica, ignoró losgrandes desarrollos de la cultura Cristiana y nominó aqueltiempo como la noche oscura del hombre, la “lúgubre” época enque el hombre se desgastó inútilmente.

Contrario a estas aseveraciones, hay que denotar que losmil años no han de ser vistos peyorativamente como el tiempodel eclipse de la humanidad, pues la historia y la culturacontinuaron consolidándose desde ópticas variadas y cargadasde una visión más espiritual del hombre, del mundo y de lahistoria. Dawson agrega que esta época contempló la formaciónde Europa, así como el nacimiento y renacimiento de lacultura occidental. Igualmente, afirma que estos siglosfueron testigos de la unidad socio-religiosa que llamamoscristiandad, de la incorporación a nuestra cultura de lascreencias y la moral, de los principios intelectualescristianos8. Los siglos en los que se desenvolvió la EdadMedia «Han dejado una huella indeleble en nuestra vida socialy religiosa. Han ayudado –para bien o para mal- a hacernosser como somos; y aún aquellos que no conocen ni se ocupan dela religión y de la cultura medievales son herederosinconscientes de sus tradiciones»9.

Continuando ahora con la reflexión y no pretendiendorealizar una apología de la Edad Media (aunque el interés searescatar los valores que ennoblecieron aquella época), esnecesario ocuparnos de las percepciones primordiales que sehan tenido sobre el medioevo y sobre la forma en que seconcibió el mundo desde esa perspectiva. Dentro de lasnotables figuras que avivaron la chispa del renacimientoaparecen encabezando la lista los humanistas; quienes en su

8 Cfr. Ibíd., 749 Ibíd., 75

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empeño por revitalizar la cuestión del hombre desde losvalores de la Antigüedad Clásica, consideraron el tiempoanterior a ellos «como una edad oscura de barbarismo gótico»10,con lo cual asumieron que esa época pasada y siendo yasuperada, no tenía voz dentro de la consolidación de la nuevahumanidad que nacía en los albores de la racionalidad y latécnica. La deslegitimación de los avances realizados entodos los campos durante el medioevo, hacían pensar que sinduda alguna aquella había sido una verdadera época deoscuridad para la humanidad, pues no solo el hombre habíasido “menospreciado”, sino que el desarrollo de toda la razahumana y de la cultura había quedado estático.

Los reformadores en la misma tónica de renovación yrecuperación del “tiempo perdido” la consideraron, comoexpone Dawson, una época de oscuridad espiritual y con uncontenido supersticioso tal, que apenas se le podíaconsiderar cristiana. Concretamente la postura se cerníasobre reconstruir todo de nuevo, por un lado se situó lapretensión de una cultura emergida desde la fuente de laAntigüedad Clásica y por el otro un renovado espíritu de fe apartir de los valores del cristianismo primitivo. Si bienambos esfuerzos se vieron empeñados por alcanzar la meta quese proponían, no alcanzaron a reinstaurar el nuevo orden queaspiraban crear. Las aspiraciones de consolidar un nuevomundo en el que habitaran estos hijos “renacidos” no quedaronaisladas de la huella del pasado. Los valores quepretendieron olvidar siguieron allí vigentes; pues no eranbotín de unos pocos, sino el legado para toda una cultura ypor ende obviarlos, era una tarea inútil11.

Por otro lado considerando el papel que ocupaba lareligión, Dawson afirma que «es característico de la religión

10 Ibídem.11 Cfr. Ibíd., 75

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medieval que su ideales espirituales encontraran expresión enun organismo sociológico definido»12, de lo cual se puedetraer a colación la maravillosa exposición de la teocracia deSan Agustín y a la vez esclarecer el papel, permítasenosdecirlo así, primordial de la vida espiritual para lacomprensión de todo el evento de la existencia. El hombre nosolo hallaba el espacio para encontrarse con Dios, sino laposibilidad de tener un lugar entre los hermanos y un puestodentro de la sociedad. Valga como punto de referenciarecordar que en esta época se consolidaron las grandesórdenes religiosos y se erigieron admirables monasterios, endonde los primeros (religiosos), encontraban un lugar paraestar con Dios, y a la vez éste (monasterio), se arraigabacomo la extensión hacia la vida social de aquellos quemoraban en él o en sus cercanías; a la vez brindaba a loshombres la posibilidad de tener un lugar dentro del ordenestablecido en el mundo que hasta ese entonces se conocía.

Otro elemento del que no se puede prescindir es el de larelación del estado y de la Iglesia. Si se presta la atenciónsuficiente se podrá denotar la lógica que existe entre estadimensión y la anteriormente expuesta, se puede confirmar quedesde la lógica del orden de la época, la relación Iglesia-Estado sin duda debería ser lo más natural y porque no, lomás acertado. Recordando lo antes expuesto, se tenía que lavida espiritual y religiosa13estaba estrechamente vinculadacon la experiencia social; de modo que todas las cosas seasumían desde la óptica de la presencia divina. De este mismomodo se concebía que la vida de fe y la vida pública secomplementaran eficazmente, donde la relación con Dios se

12 Ibíd., 9013 Entiéndase espiritual en el sentido de tener la sensibilidad

hacia lo trascendente y religioso en la adhesión a una forma de vidacentrada en Dios.

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hacía extensiva a los demás en la experiencia de compartir lavida y tener la vivencia de los otros.

Sin embargo es imprescindible agregar que el poderunitario del cual era poseedora la Iglesia, no se reduce alsimple acto de relacionar la vida de fe con la experienciasocial; sino que además comporta la organización jerárquica yla dirección eficaz de alguien que detente el poder paramantener el orden establecido. Su preocupación era la unidaddel pueblo cristiano y de ahí que el centro del poder seestableciera como lugar desde el cual se dieran lasrelaciones de unificación y consecución de un proyecto común.Si bien esa concepción se mantuvo durante los primerossiglos, llegó a transformarse y a pasar por profundas crisis,ya que los mismos argumentos en los cuales se sostenía elpoder de la Iglesia, empezaron a carecer de sentido cuando larenovación espiritual concibió que el poder hacia lotrascendente no podía quedarse apresado por lo temporal; deallí que la convivencia estado e Iglesia se viera encaminadaa fundamentar el puesto y el papel de cada uno por separado.

El rol que desempeñó la Iglesia como eje del mundoMedieval, permitió la unidad de una bastedad inconmensurablede personas, territorios y voluntades, el mundo entero girabaen torno a un mismo ideal, razón por la cual se alcanzó, enla mayor parte de aquel mundo, una paz envidiable, la cualfue el fermento para ocuparse en tareas beneficiosas, como lofue el conocimiento del mundo, del orden de las cosas y delhombre; aunque todo visto desde la óptica del artífice únicodel mundo14.

Quisiera ahora hacer un eco de las palabras de Berdiaev,quien en su escrito sobre la nueva Edad Media15 expresa quelos tiempos medievales «Forjaron la personalidad bajo el

14 Cfr. Christopher Dawson, Ensayos acerca… 98-118 15 Nicolás Berdiaev, Una Nueva Edad Media…

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aspecto del monje y del caballero»16. A partir de ello esposible considerar que estos roles descritos como fundamentosde la personalidad de esa época, son base auténtica paradescubrir el camino ideal del hombre medieval. En relación almonje téngase presente lo dicho con relación a la vidacentrada en la experiencia de relación con Dios comoposibilidad de existir en el mundo, con los otros yorientados hacia la trascendencia de la vida. El monje por elhecho de morar en los templos de la cultura (monasterios), seconvierte en prototipo de hombre noble y venerable, su ser yhacer (servir a Dios mediante la entrega de su vida a lacausa del Reino y gastarse la vida buscando los vestigios delos misterios del mundo), lo ubican admirablemente como unhombre virtuoso en el sentido Aristotélico.

Como ejemplos de esa valorada figurada cabe resaltar aSan Bernardo17 con el fundamento de la mística del amor deDios, en la cual expresa la magnificencia de la unidad alamor a partir de la experiencia humana, de estar con Dios enun amor real que ilumina la sombra del amor humano; es unamística orientada filosóficamente desde la visión Platónicade la vida18. Junto a él pero con una clara distinción,aparece la figura del santo de Asís, San Francisco; orientadocomo expresa Dawson, hacia la piedad evangélica y la devociónprofunda a la humanidad de Jesús. Alejándose de los complejosfundamentos especulativos toma como punto de partida laexperiencia personal y asume el amor desde la forma concreta,es decir, amando19. Los dos hombres se encuentran comoparadigma de vida virtuosa; uno lo es desde la experienciamística propiamente y el otro desde la mística práctica:acercándose al hombre más bajo para ver allí el rostro de

16 Ibíd., 8117 1090-115318 Cfr., Christopher Dawson, Ensayos acerca…130-13319 Cfr., Ibíd., 136-138

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Dios. En estos hombres como en muchos otros se puede ahoraconsolidar un proyecto de seguimiento hacia Dios, pues susvidas se convierten en paradigma a imitar, en camino decomunicación con el trascendente.

Ahora bien, por un lado están los valerosos heraldos delamor de Dios, siendo representantes de la grandeza del hombreceñido a la completa voluntad del que ha hecho todo en todos.Por el otro, erigido desde la barbarie, el hombre noble yhonorable es nombrado caballero al servicio de los másnecesitados y de su Iglesia. Parafraseando a Dawson20 seconcibe esta figura del caballero como la renovación del héroede la épica Nórdica con la incorporación de valores delcristianismo y del caballero feudal; de tal suerte queheredó la fidelidad del guerrero a su tribu y a su jefe, losideales de honor y de desprecio a la muerte, la liberalidadsin tasa; además le fueron agregados el heroísmo cristiano,el nuevo culto del amor romántico, los ideales de cortesía yde caballerosidad, el servicio a la dama y la protección delos desamparados. La instauración de códigos decomportamiento y de cultura hicieron del caballero (que soloera un luchador) «un hombre de mundo y verdadero caballero[…]; la caballería medieval […] era una institución sagrada,dedicada al servicio de Dios y a la defensa de la santaIglesia, consagrada mediante ritos religiosos»21. En concreto,el caballero asumía la vivencia de una vida desde la primacíade Dios y evocada hacia el bien de los demás. El monje y elcaballero se imponen como paradigma de vida, figurasadmirables en el medioevo. El uno cultiva la cultura desde lavivencia profunda de relación con Dios, el otro efectúa surelación vital con Dios presente en los demás.

20 Cfr. Ibíd., 203-21821 Ibíd., 211

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Hasta aquí se ha pretendido esbozar a grandes rasgos loselementos primordiales que caracterizan la Edad Media,aclarando que estos han sido tomados en virtud de lapracticidad que ocupan dentro del desarrollo del argumentodel presente texto. Ahora el interés nos evoca a denotar lavigencia de una nueva Edad Media en nuestro mundocontemporáneo.

Encrucijada: La nueva Edad Media

Fundamentalmente se presenta la necesidad de determinarcuál va a ser el encauce que se habrá de seguir para exponerel presente argumento; esto en virtud de contar, en términosgenerales, con dos perspectivas sobre la nueva Edad Media. Laprimera, concibe el advenimiento de una época de decadencia oun tiempo de transición que abre las puertas a un futurorenacimiento; la segunda, sin desconocer el lado oscuro deesta época, evoca a reactualizar los valores que yacenolvidados, para reacuñarlos de modo eficaz en la realidad ynecesidades presentes. Tomar uno de los dos caminos puedehacernos incurrir en una malversación, pero insistir en traera colación ambas visiones puede resultar una tarea confusa.Ante esto, la solución más efectiva será mostrar del modo másclaro y breve ambas posturas, a fin de no generar un discursoamañado que pondere exageradamente la posición que se quiereexponer y a la vez, abrir horizontes interpretativos ampliosy justos.

El primer marco de referencia indica que la nueva EdadMedia ha comenzado ya22; Umberto Eco define el advenimiento deuna época en la que el caos conducirá al establecimiento deuna época desordenada e inestable. La paz, como fundamentovital de la Edad Media, estará ausente de los principios devida del nuevo mundo, la seguridad se fijará según el interés

22 Umberto Eco, La Edad Media ha comenzado ya, En: la nueva Edad Media,Trad. Carlos Manzano (Madrid: Alianza 1997) 9-34

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de cada uno. En términos generales el mundo se encontrará enun estado de asedio, en donde la providencia del grupo y elclan será el único vínculo social; pues la organizaciónsocial-nacional no podrá asumir su rol. La vida social seencogerá a la expresión más mínima y egoísta, encaminándosede ese modo a la caída de los ideales macro. Esto conducirá aque todos los grupos en su individualidad busquen mantenersesea como sea dentro de su círculo, so pena de descuidar elplaneta y en consecuencia dirigirse al colapso yautodestrucción del hábitat. En conclusión Eco afirma queesta época, de la nueva Edad Media, será «una época detransición permanente», «nacerá, como ya está naciendo, unacultura de la readaptación continua, alimentada de utopía»23,no será ni alegre ni dichosa, pues exigirá que el hombrereconstruya la vida y para ello deberá luchar aguerridamentey ejerciendo grandes esfuerzos si aspira renacer a un mundonuevo estable y ordenado.

La segunda perspectiva tomada de Alain Minc, se definecomo el gran vacío ideológico. La nueva Edad Media desdeesta óptica es concebida ausente de sistemas de organizacióny denota la preocupante desaparición del centro. Se presenta« la aparición de solidaridades fluidas y evanescentes, de laindeterminación, de lo aleatorio, de lo vago y de loindefinido»24. La vida se enfrasca en sistemas ausentes dehorizontes, reina la confusión y el malestar, el caos generadesorden y lo único que se ansía es reconstruir el sistemapara reorientar la humanidad y ejercer de nuevo una vidasostenida por el control necesario.

El tercer elemento de identificación se toma de la“apocalíptica” percepción que expone Roberto Vacca sobre laconsolidación de una nueva Edad Media, surgida por la caída

23 Ibid.,3424 Florencio Hubeñak, Ante una nueva edad media: en los albores del tercer milenio

[PDF], La Nueva Provincia, sección Ideas e Imágenes N° 298 (1999) 2

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del sistema de organización. Él también concibe esta nuevaépoca como un tiempo intermedio breve, de no más de un siglo,en el cual se degradarán los grandes sistemas sociales acausa de la sobresaturación de la población y la carencia derecursos necesarios para suplir las necesidades. Este puntode vista se sostiene en que siendo la Edad Media un tiempotransitorio que llevó a la germinación del siglo de lasluces, necesariamente la nueva Edad Media será concebida comola transitoriedad que abra las puertas a un nuevo siglo delas luces25.

La cuarta imagen de la nueva Edad Media la proponeBerdiaev, quien la consolida a partir de una valoración máspositiva de la Edad Media. El punto de partida refiere que«nos ha sido dado vivir, históricamente, en un tiempo detransición»26, en el cual se debe colocar el empeño necesariopara darle forma a este mundo que nos pertenece y del cualse puede llegar a constituir una realidad más loable y grata.Como punto de partida identifica la Edad Media como lanoche27; pero no en el sentido peyorativo acostumbrado, sino,concibiendo la noche como aquella que posibilita elconocimiento de los grandes secretos, como el tiempo capaz dedisponer el espíritu para descubrir la causa motiva de todavida. Para Berdiaev, el mundo antiguo que fenece es el mundomoderno, el siglo de las luces y la razón instrumental, ese yno otro es el mundo antiguo que debe morir para dar paso auna advenediza nueva Edad Media. La instauración de estanueva época representa el resurgimiento de los valoreshumanos que yacen opacados por el uso indiscriminado de larazón y la técnica, simboliza la posibilidad de construirnuevas sociedades y afianzar los vínculos humanos hacia laconsolidación de una época que deroga las viejas sociedades

25 Cfr. Umberto Eco, La Edad Media… 9-12 26 Nicolás Berdiaev, La nueva Edad… 5327 Ibíd., 58

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obsoletas y odiosas, para instaurar unas nuevas que permitancontinuar forjando el futuro de la cultura y la civilizaciónhumana.

Recapitulando, se presentan cuatro percepciones de lanueva Edad Media28, las cuales permiten recabar la suficienteinformación para descubrir que la vida en este tiempoconcreto se encuentra definitivamente en un estado detransición, estamos en los albores de una época que oxigenará-para bien o para mal- lo que hasta ahora habíamos conocido.Pero esta afirmación no es de ningún modo catastrófica nimenos aún desesperanzadora; sino por el contrario, sepresenta sutilmente como camino hacia la consolidación de unproyecto de mejoramiento humano. La nueva Edad Media se erigecomo una posibilidad de recrear la organización social,política, económica y espiritual. Reconociendo los albores deeste nuevo tiempo, es necesario asumir la concreción de losprocesos y la puesta en marcha del renacimiento humano.

Los ecos en el camino: el pregón del Señor de los Anillos

Hasta ahora nos hemos ocupado de exponer los elementoscaracterísticos de la Edad Media y de la nueva Edad Media;ahora el interés se centra en destacar la presencia de lostópicos medievales dentro de la obra del Señor de los Anillos. Loque se busca es reconocer el contexto de la obra literaria,tomando para dicha exploración los valores de un tiempopasado. Pero al ser pasado no se puede creer que sea unatarea de poca utilidad, pues si algo ha quedado claro en eldecurso de esta reflexión es que el pasado nos habla tambiénde un presente y un futuro; y de allí el empeño por conoceren la estructura de la obra literaria, aquel contenido

28 Las que se han recabado en este texto, lo han sido en cuanto a laaplicabilidad que puedan tener en el decurso del mismo, a la vez, se handesarrollado con brevedad en cuanto son una base necesaria para lapresente propuesta; pero no son la centralidad de esta investigación.

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profundo que llega a nosotros como un eco que pretendeayudarnos a encaminar el rumbo de nuestra existencia. Elpregón que se encuentra en El Señor de los Anillos, es la voz quetrascendiendo los límites de las épocas, subsume un pasado deloables valores y los configura en un espacio ficcional paraanunciar una realidad que adviene sin remedio, pero a la vezrevela algunos elementos que podrán ayudar a aliviar latragedia del tiempo actual.

Dado que la pretensión es descubrir o más bien, dar luza los elementos de una época pasada que se encuentranpresentes en la obra del Señor de los Anillos, y que pueden brindaruna ayuda a la tarea de comprender y reorientar el presente;considero justo partir desde una concepción particular quetiene J. R. R. Tolkien sobre las alegorías en su obra. En elprólogo del primer tomo del Señor de los Anillos exponiendo elporqué de su rechazo a las alegorías escribe: «Prefiero lahistoria, auténtica o inventada, de variada aplicabilidad29 alpensamiento y la experiencia de los lectores»30; en estesentido la tarea que nos atañe no se enfoca en indicarcuáles son los elementos de esa época dentro de la obra deTolkien, sino más bien, recabar aquellos indicios que nospermitan sostener que la presente obra, se ambienta en unmundo alimentado por la cultura de la Edad Media. Ir trasesos indicios es entonces la misión propia de este apartado.

El punto de partida para esta búsqueda, debe sernecesariamente el elemento “central” de la época medieval, esdecir, Dios como centro de la vida de los hombres y de lacultura de los pueblos. La cuestión preliminar que atañe aeste respecto es que, dentro de la obra del Señor de los Anillosno existe ninguna referencia explícita de elementosreligiosos, por lo tanto se tendrá que recurrir, como ya se

29 Énfasis propio30 John Ronald Reuel Tolkien, El Señor de los Anillos: La comunidad del

Anillo, (Bogotá: Editorial Planeta 2013) 12

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había mencionado anteriormente, a los indicios que permitanesbozar el contexto religioso de la obra de Tolkien.

Hay que considerar que Tolkien fue un hombreeminentemente creyente, Marqués expresa que «el Cristianismoformaba parte importante de la vida familiar de Tolkien»31, ysin duda alguna que así lo fue. Este hecho es posible deverificar en la lectura de la biografía32escrita sobre él;allí es posible retratar esos valores cristianos que fueronalimentando la vida de Tolkien y ver el notable papel quejugó la madre en la educación cristiana de sus hijos. La vidade Tolkien en relación a su experiencia religiosa se remarcaen el acontecimiento de la muerte de su madre, cuando ocurreeste evento, él y su hermano pasan al cuidado de un sacerdoteamigo de la familia. Con aquel sacerdote, Tolkien tuvo laoportunidad de empaparse de los elementos de su fe y a la vezintroducirse a un estilo de vida motivado por todos losvalores cristianos. Desde su juventud se mostró inquieto porla razón de su fe, esto lo llevó a una búsqueda autónoma yprofunda de su relación con Dios, lo cual se volcó,“inconscientemente” en su posterior obra literaria.

Este hecho “inconsciente” fue reconocido por él mismo.Al respecto afirma: «El Señor de los Anillos es, por supuesto, unaobra fundamentalmente religiosa y católica; de manerainconsciente al principio, pero luego cobré conciencia deello en la revisión»33. Esto nos lleva a corroborar aquelloque Tolkien mismo escribe en el prólogo de su obra: «un autorno puede, por supuesto, dejar de ser afectado por su propia

31 José Miguel Marqués Campo, El catolicismo en Tolkien y el Señor de los Anillos:Una aproximación con afecto,http://www.elfenomeno.com/info/ver/9020/titulo/El-Catolicismo-en-Tolkien-y-en-i-El-Se-or-de-los-Anillos-i-Una-aproximacion-con-afecto, Últimabúsqueda 30 de octubre de 2014, PDF 9

32 Humphrey Carpenter, J.R.R. Tolkien Una Biografía, (Barcelona: Minotauro,1990) Esta es la que se toma como fuente.

33 José Miguel Marqués, El Señor de los Anillos… PDF 20

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experiencia»34, y eso mismo le sucedió a él en la construcciónde su magnífica creación, una narración que nació como frutode su amor a las lenguas, se erigió como legado del “sub-creador”35 de la Tierra Media.

En la misma línea, Ferro refiere en su obra que lacreación de Tolkien se puede considerar como: «“Mito”, pues,en cuanto relato portador de un sentido de otro modo para élincomunicable. Y cristiano, en cuanto reflejo y eco delmensaje evangélico. «Ficción» en cuanto obra de arte, peroque no se contrapone sin más a la “verdad”; antes bien es unaforma en la que ésta se manifiesta»36. De lo cual es posiblesugerir que los valores cristianos están presentes dentro dela obra, pero no solo por las infidencias del autor o lasproclamas de sus estudioso, que por cierto han atinado en susafirmaciones, sino que además es posible redescubrir desdeuna lectura teológica que la Tierra Media, goza de unsimbolismo majestuoso que nos evoca a una reactualización deciertas vivencias de sumo valor para la humanidad. Baste paraello, sugerir el símbolo que representa Aragorn durante todoel relato:

Aparece como un simple montaraz37, lo cual nos evoca laspalabras de Natanaél a Felipe: ¿Puede algo bueno salir deNazaret? Jn 1, 46; sobre él pesa una profecía: «De lascenizas subirá un fuego, y una luz asomará en las sombras; eldescoronado será de nuevo rey, forjará otra vez la espadarota»38 , estas palabras se relacionan con las de Josué: «Lo

34 J. R. R. Tolkien, El Señor de los Anillos: La comunidad del Anillo… 1235 En el ensayo Sobre los Cuentos de Hadas, Tolkien describe que el

escritor de cuentos, mitos y fantasía, es un “sub-creador”, el cualconstruye un mundo secundario donde es posible entrar y sentirse volcadoen una nueva realidad. Este arquetipo va acompañado del papel que juegael consuelo y la catarsis, dentro de los valores que subyacen en una obraliteraria.

36 Jorge N. Ferro, Leyendo a Tolkien,(Buenos Aires: Vórtice 20122) 4637 J. R. R. Tolkien: La comunidad del Anillo… 23538Ibíd., 347

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veo, más no ahora; lo contemplo, más no de cerca: Saldrá laestrella de Jacob, se levantará el cetro de Israel» Nm. 4,17; tiene el don de curar: «Las manos del rey son manos quecuran, el legítimo rey será así reconocido»39, el evangelio deLucas corresponde a esta palabras cuando describe la misión ala que ha sido enviado Jesús: «me ha enviado a proclamar lalibertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para darlibertad a los oprimidos» Lc 4, 18; estas palabras: «un grangentío esperaba a Aragorn junto a las puertas de las Casas deCuración; y lo siguieron; y cuando hubo cenado, fueron y lesuplicaron que curase a sus parientes o amigos»40, se puedencorresponder perfectamente con estas: «a la puesta del sol,todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se losllevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno de elloslos curaba» Lc 4, 40. Los anteriores son tan solo algunos delos indicios que permiten afirmar la presencia del valorsagrado dentro de la obra en cuestión y como se hizo menciónanteriormente es justo afirmar que El Señor de los Anillos evocaotra realidad al interior de los elementos que laconstituyen, su carga simbólica y su “aplicabilidad”,renuevan un “mensaje” de esperanza para toda la humanidad.

Continuando con la presentación de estos “ecos”,ocupémonos ahora de la figura del caballero; el hombre dehonor y virtud que con su Modus Vivendi se instaura comoparadigma de vida y figura de gran admiración. Dada laagilidad con que se pretenden mostrar estas referencias, nose tendrá una ampliación sobre cada una de las figuras quedan significado al prototipo de caballero, nos limitaremos apresentar los personajes que se encajan con el modelo encuestión. De nuevo se trae a colación la majestuosa figura deAragorn, el hombre que habla con elocuencia, se interesa porayudar a los más necesitados e indefensos (Hobbits), asume la

39 J. R. R. Tolkien, El Señor de los Anillos: El retorno del Rey…18140 Ibíd.,193

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responsabilidad de ir a la guerra por defender la libertad dela Tierra Media, su temple y valor para la lucha no aminoransu capacidad para tratar con encanto y gallardía a la figurafemenina (Éowyn, Arwen), y su servicio fiel por el bien de lahumanidad.

Otro prototipo de gran mérito es Faramir, el senescal deGondor; un hombre valiente y sabio, diestro en el oficio dela guerra y en el conocimiento de la vida, docto y gentil,amable y franco, en su trato con la dama Éowyn esverdaderamente encantador y respetuoso. Asume la tarea dedefender el reino de Gondor y aunque pesa sobre él eldesprecio de su padre, no por ello cesa en su comportamientogentil y honorable. Junto a él se presenta al admirableTheodén, rey de Rohan; él se destaca por su gentileza paracon todos los que le rodean, un apoyo en los momentos másaciagos de la humanidad (cuando se dirige a apoyar al reinode Gondor en la Guerra final contra Sauron), y su tratoamable para con la Dama.

En la figura, no tan majestuosa, de Gimli (un enano) sepueden descubrir ciertos rasgos de caballerosidad; porejemplo, el arrojo que muestra cuando se hace necesaria laconformación de una compañía que vaya al extremo del mundopara destruir el “Anillo”, el trato para con la mujer esexcepcionalmente gentil (en especial con Galadriel (reinaelfo) en el bosque de Lothlórien), su valentía al acompañar aAragorn en el camino de los muertos y luego en el viaje hacialas puertas de Mordor. En el mismo sentido en Boromir(senescal de Gondor), es posible destacar el rasgo delcaballero guerrero, diestro en las prácticas bélicas,valiente y osado; aunque no supera la tentación del “Anillo”,tiene la ocasión de redimirse al entregar su vida en defensade los Hobbits y al recibir el perdón del rey justo antes deentregar su vida al silencio de la muerte.

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Los caballeros aparecen en repetidas ocasionesdemostrando honor y valentía, son los hombres admirables quehan sido capaces de ceder a la desesperación y han cambiadoel orgullo en servicio fidelísimo por el bien de todos loshabitantes de la Tierra Media. Dejando hasta aquí la figuradel caballero, es menester presentar la majestuosa figura dela dama. La manera como Tolkien presenta la figura de lamujer dentro de la obra es majestuosa, tres mujeres sonsuficientes para caracterizar el tiempo en que la belleza, lacandidez, el buen gusto, la sabiduría, el amor fiel ytransparente, y la bondad creativa; marcaron la relación delhombre hacia la mujer y rescataron el valor de aquella quepor siglos fue reducida a mero servilismo. En el primerapartado no se hizo explicita la referencia de la mujerdentro de la época Medieval, sin embargo es un rol que mereceser considerado con bastante claridad.

Berdiaev en su reflexión en torno a la nueva Edad Media,destaca que «la mujer desempeña en ella un gran papel»41, alseguir el hilo conductor del presente texto, es posibleafirmar que la mujer vive un renacimiento de su papel en elmundo. Si se plantea que la obra del Señor de los Anillos seconfigura en un ambiente con los valores de la Edad Media,pero a la vez constituye un mensajero que exhorta alrestablecimiento de valores desechados; entonces es posibledenotar que el papel de la mujer exaltado en la épocadenominada Alta Edad Media, es reacuñado en la obra deTolkien, quizá con la pretensión de reestablecer el lugarfemenino dentro de una cultura al extremo machista y ruda.

La primera figura femenina que se quiere presentar dela obra del Señor de los Anillos, es Galadriel; una reina elfo,descendiente de los primeros elfos que salieron de la tierra

41 Nicolás Berdiaev, La nueva Edad… 93

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bendecida y se dirigieron a morar en la Tierra Media42. Ellaera la gran protectora del reino de Lothlórien, recibió a lacompañía del “Anillo” cuando estos necesitaban el consuelotras la pérdida de Gandalf43. Los bosques de Lothlórien eranun gran bastión de los elfos, un lugar en el que el tiempocorría lentamente y las fuerzas se restablecían con bastanterapidez; todo esto por el gran poder de la dama Galadriel. Eneste contexto se aplican las palabras de Berdiaev: «La mujerestá más ligada que el hombre al alma del mundo, a lasprimeras fuerzas elementales, y el hombre comulga con estas através de la mujer»44; por eso la compañía del “Anillo” sedirige a la dama, saben que ella les dará el consuelo y elaliento para continuar; ella les ha de comunicar las fuerzasdel mundo para que les ayuden en el largo viaje que debenrealizar.

Berdiaev expone la Edad Media como la época oscura, ycon este mismo apelativo cataloga la nueva Edad Media, lanoche de la historia universal45. Pero no asume esa oscuridadcomo el nombrado oscurantismo medieval, sino que concibe lanoche como la profundización y comprensión de los grandesmisterios. Destaca que la nueva Edad Media con sus raíces enla Edad Media, ha de ser la época de la noche, en la cual elhombre volverá a los grandes misterios, encontrará el caminoque lo lleve a ver el corazón del mundo y de sí mismo. Contodo, Berdiaev indica que en esa oscuridad el papelpreponderante lo tendrá la mujer, ella es la conocedora de lanoche (en el sentido del misterio del mundo) y por eso ellatendrá la posibilidad de ayudar a reconducir los caminos del

42 Cfr. J. R. R. Tolkien, El Silmarillion, (Barcelona: Editorial Planeta2009) 86

43 El mago gris que se sacrificó por todos en el puente de Khazand-dûm, cuando se precipitó hacia el abismo para detener el paso del Balrogque se disponía acabar con la compañía. Cfr. J. R. R. Tolkien: Lacomunidad del anillo… 461

44 Nicolás Berdiaev… 9345 Ibíd., 58

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hombre que se han alejado del misterio y han perdido elcamino. Galadriel es la figura amable, hermosa, cándida ymaravillosa que se presenta al hombre para renovar su secocorazón y reanimar sus pasos. Su bosque es el completomisterio, es la oscuridad para los mentes ocupadas enraciocinios desconcertantes y deshumanizados, en definitiva«la noche es el tiempo en que el elemento femenino recuperasus derechos», esto es posible tomarlo desde dos ópticas; laprimera en el sentido que los expone Berdiaev, donde la mujerestá capacitada para reconocer los misterios que le daránvida al mundo, y la segunda, desde la perspectiva en la cualella (la mujer) se convierte en el alivio y la fuente de laesperanza en la hora más oscura de los corazones.

La segunda figura femenina es la dama Arwen, una hermosaelfa de la ciudad de Rivendel. Su papel es muy breve dentrode la obra; tan solo en algunos pasajes se le menciona46juntoa Aragorn y al final del libro tercero aparece cuando va aser desposada por este mismo. Para denotar lo fascinante desu figura, sea permitido que hable la obra misma:

«allí estaba sentada una hermosa dama […] Erajoven, y al mismo tiempo no lo era, pues aunque laescarcha no había tocado las trenzas de pelo sombrío, ylos brazos blancos y el rostro claro fuesen tersos y sindefecto, y la luz de las estrellas le brillara en losojos, grises como una noche sin nubes, había en ellaverdadera majestad, y la mirada revelaba conocimiento ysabiduría, como si hubiera visto todas las cosas quetraen los años […] Frodo no había imaginado nuncabelleza semejante en una criatura viviente»47

Como se puede notar Tolkien no se descuida en losdetalles, describe suficientemente la hermosura de aquella

46 J. R. R. Tolkien: La comunidad del Anillo… 33347 Ibíd., 319

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dama y renueva el gran encanto de la figura femenina,teniendo en cuenta la belleza física, y además la belleza ygrandeza interior. Arwen es una dama maravillosa y lo másconmovedor es que siendo una elfa inmortal, renuncia a esedon, por el amor que siente hacia un mortal, Aragorn, Rey deGondor. Tolkien sin duda sabe jugar el juego del sub-creador,hace evocar mediante esta encantadora trama de amor, lahistoria de Lúthien y Beren48, un hombre y una elfa, que debenenfrentar un sinnúmero de desafíos para poder estar juntos.Esta historia puede, si se quiere, relacionarse con laleyenda de Tristan e Isolda o por qué no, con la famosatragedia de romeo y Julieta de Shakespeare. En las treshistorias el amor es el centro de la acción, por él, lopersonajes son conducidos a curiosas situaciones y por él,consiguen estar juntos contra todo pronóstico.

Por otro lado, la tercera mujer que se presenta en laobra es la dama Éowyn, descendiente de los hombres de Rohan ypor lo tanto representa la figura más “heroica” dentro delrelato al comparársele con las otras dos figuras femeninas;además ella es humana, en tanto las otras dos pertenecen a laraza de los elfos. Sin dudad son muchos detalles que puedenocupar nuestra mente, pero lo que interesa ahora es reconocerel maravilloso papel que juega dentro del desenlace de laobra, razón por la cual se le puede considerar el prototipode mujer aguerrida, valiente y heroica. Para dejar más claraesta postura, veamos cuál es el contexto:

48 Cfr. La historia de Beren y Lúthien. J. R. R. Tolkien, Elsilmarillion…190-222, escrita por él mismo, haciendo configurar un marco“histórico” maravilloso. El amor de Aragorn y Lúthien es la renovación deun evento que había acontecido en la tierra Media; se puede considerarque él crea de una forma u otra, un correlato que revitalice su historia,en otras palabras, le da vida a su mundo y lo hace creíble. Al fin y alcabo de eso se trata la tarea del sub-creador, dar vida a un mundo en elcual pueda vincularse.

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- Éowyn, como era de esperarse en una mujer comoella, no atiende al imperativo del rey de quedarse encasa mientras ellos van a la guerra. En la batalla elrey es arrojado del caballo por una de las criaturas delas que se ha servido sauron para hacer la guerra a loshombres. La criatura aquella bajo los hechizos que harecibido, se convierte en inmortal para todo hombre;pero no precisamente para una mujer. En ese momento ycuando todo parecía desastroso para la vida del rey queyacía malherido delante de la criatura que pretendíadevorarlo, Éowyn se coloca en frente y de un tajodesprende la cabeza de la bestia. El inmortal selevanta del cadáver de la criatura y se dispone a cobrarvenganza; pero en ese momento la astucia de un Hobbit lohiere en una pierna y de repente cae de rodillas y enese momento, la vencida Éowyn se levanta y le propina lamuerte a un ser del cual se creía nadad podíaocasionarle daño.49

Sin muchos detalles (suprimidos por el ejercicio desíntesis) aquí se enmarca el gran logro de una mujer, unadama que siendo de alta cuna, noble y aparentemente frágil,se enfrenta al mal y lo vence. De nuevo, surge la figurafemenina en una hora de oscuridad para transformar lastinieblas en un atisbo de esperanza. El momento fatídico parala vida de un hombre, es transformado y aliviado por lapresencia de la dama, su belleza es el emblema para ponersedelante de la noche y valentía es el impulso necesario paratrastocar y revertir lo que parecía inevitable y lógico. Ladama entra de improviso en escena, en la hora en la cual loshombres han cedido a la locura de las tinieblas y han perdidoel rumbo, ella se impone como doncella valiente y temeraria,brindando con su heroicidad una luz de esperanza en lossombríos corazones de los hombres.

49 J. R. R. Tolkien: El retorno del Rey…148-151

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Con estas tres damas es posible, si se quiere, exponercuál podría ser el papel de la mujer en esta hora oscura delmundo. Sin atrevernos a exponer detalles con mayorprofundidad, creo que es justo afirmar que como valores quehabrán de tener las mujeres en esta nueva Edad del mundoserán: la sabiduría, nobleza, encanto y conexión con lanaturaleza de Galadriel; la sencillez, el recato y la bondadde Arwen; y finalmente, el arrojo, el coraje, la esperanza yla valentía de Éowyn.

Dejando atrás la prominente figura femenina, tomo comoúltimo elemento de este apartado la figura del monje, o si sequiere, del hombre del silencio, la conexión con los grandesmisterios, del estudio y la sabiduría orientados a ayudar afijar nuevos horizontes para el mundo en el cual habita.Antes que nada es justo decir que quien reconoce que poseemuchos dones debe por lo mismo otorgarlos a los demás, el“monje” debe saber dar de lo que tiene, proveer a lahumanidad de la riqueza que hay en su espíritu, de locontrario será solamente una cantilena absurda o unpromontorio inerte en medio de la vida del mundo. Los Istari,digámoslo así, son una síntesis especial del arquetipo delmonje en el medievo.

En el Silmarillion así se relata el suceso de la llegadade los Istari a la Tierra Media: «mientras aún las primerassombras empezaban a invadir el Bosque Negro, en el oeste dela Tierra Media aparecieron los Istari, a quienes los hombresllamaron los magos […] Nadie sabía en aquél tiempo de dóndeeran […] sólo a Elrond [Señor elfo de Rivendel] y a Galadrielse les reveló que venían allende el mar »50, así los grandesseñores elfos reconocieron que los Istar (Sabios) proveníandel mar, es decir, del mismo lugar de donde ellos provenían,la tierra sagrada de Iluvatar (dios: único y de

50 J. R. R. Tolkien, El Silmarillion… 356

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todos).Venidos de aquel lugar a tantos siglos después delcomienzo de la Tierra Media, era claro que ocuparían unpapel de gran importancia. Su tarea era «contrarrestar elpoder de Sauron, si éste despertaba de nuevo, e incitar a loselfos y a los hombres y a todas las criaturas vivientes debuena voluntad a que emprendieran valerosas hazañas»51, deello se justifica el no desacierto compararlos con losmonjes, pues si vemos cuál era su (monjes) tarea primordialse relaciona curiosamente con el cometido de los Istar en laTierra Media, he citado ya: contrarrestar el poder del Mal eincitar a los “hombres de buena voluntad” para que luchen convalor y emprendan grandes hazañas contra la opresión queinvade el mundo. En apariencia son simples magos, pero si semira cuidadosamente es posible descubrir aquel hombreentregado a Dios (conoce de dónde proviene y la tarea que seha encomendado), dispuesto al servicio de los demás ypreocupado por hacer unificar las voluntades de todos loshombres para que avancen hacia la construcción de un mejormundo. Quede tan solo insistir en que los monjes no distan deesta manera de comprender la vida y de trazar rumbos haciaaquello de lo que poco sabemos, pero a lo cual todosanhelamos.

Esta revisión, tan somera como inevitablemente personalhan de recrear insípidamente, la visión del mundo de laTierra Media en relación a los elementos de la Edad Media yque me ha parecido necesario presentar, en tanto que de allíes posible argumentar el planteamiento de la tesis queorienta toda esta búsqueda. Volviendo la vista, se haexpuesto en el primer apartado algunas característicasimportantes de la Edad Media, tomando para la escogencia deDichos elementos la aplicabilidad que pudiesen tener dentrode lo que se quiere desarrollar con el presente texto; en elsegundo apartado nos hemos visto evocados a exponer algunas

51Ibíd., 357

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consideraciones sobre lo que se ha llamado la nueva EdadMedia, considerando algunas orientaciones pertinentes para lahipótesis final de este texto; y finalmente en el tercerapartado se ha descrito la relación aparente entre la EdadMedia y el mundo construido en el Señor de los Anillos, de talsuerte que se han evocado algunos ejemplos y se han designadoalgunas categorías que permitan comprender el valor que unaobra de este tipo puede tener en nuestro mundo actual. Ahorahemos de dar paso a lo que he considerado la propuesta dealivio ante la situación caótica (sin un pesimismo exagerado)que está emergiendo en nuestro mundo actual.

El camino: La renovación del hombre interior

El fundamento de las siguientes propuestas de renovación,es tomado de la descripción que hace Tolkien mismo acerca dela función el relato fantástico. En su ensayo sobre los cuentos dehadas52, expone que ante el aburrimiento y la rutina de laexistencia, en donde todo parece configurar la vida en unaacelerado envejecimiento inútil, es posible tomar unaposición de renovación, descubrir de nuevo el éxtasis de lascosas que nos rodena y de aquellas que se encuentran,ciertamente, en otra dimensión, cargadas de magia, belleza yfantasía. Denota que al encontrarnos con los centauros y losdragones, es posible que prestemos atención a lo que aconteceen nuestro mundo, que fijemos la mirada hacia los sucesoscotidianos y no cesemos de curiosear en esta amalgama demisterios y esperanzas.53

Tolkien identifica tres valores que aportan los cuentosde hadas; a saber: Renovación, evasión y consuelo. A la primera laidentifica como un volver a ganar la visión prístina de las

52 J. R. R. Tolkien, Cuentos desde el Reino Peligroso: Apéndices: Ensayosobre los cuentos de hadas,(Barcelona: Editorial Planeta 2013) 279-345

53 Cfr. Ibíd., 323-324

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cosas, del mismo modo la define como la manera de ver lascosas como se supone que debíamos verlas: «como objetosajenos a nosotros». En relación a esto agrega: «necesitamoslimpiar las ventanas para que las cosas que alcanzamos a verqueden libres de la monotonía del empañado cotidiano ofamiliar, y de nuestro afán de posesión»54. Con todo esposible afirmar que Tolkien propone una transformación denuestra manera de relacionarnos con el mundo, alejarnos de laposesión de las cosas como medio de reconocer el valor queposeen y a la vez aprovechar su esencia profunda. En nuestrosdías nos hemos olvidado del lugar que le corresponde a lascosas en el mundo, desviamos la mirada ante el misterio quecada una de ellas manifiesta; llegamos a olvidar nuestropropio valor, el de los otros, el de las cosas e incluso elde Dios. Nos hemos acostumbrado y familiarizado posesivamente detodo cuanto nos rodea, por ello mismo hemos dejado de ver lasacralidad y el misterio que hay en todas las cosas.

Respecto a los otros dos valores, evasión y consuelo, Tolkienlos describe en mutua relación, proponiendo en cuanto alprimero una apología de la palabra en el campo de laliteratura. Partiendo del uso peyorativo que se le da a lapalabra y en esa sintonía a la literatura, considerándolaevasora de la realidad, Tolkien concluye que esta evasión hade comprenderse como la Gran Evasión, que no es otra cosa queescapar de la muerte. La conciencia del fin que nos espera esel aliciente para recrear los mundos posibles en que podremosexistir sin temor al inminente final de nuestra vida.55

Finalmente respecto al valor Consolador de los cuentos dehadas, Tolkien lo comprende como el consuelo del final felizy remarca diciendo que ese debería ser el final adecuado deun todo cuento de hadas que tenga valor. El cuento de hadas

54 Ibíd., 32555 Cfr. Ibíd.,326-332

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deberá ser la antípoda de la tragedia, y para definir estaoposición, acuña la Eucatástrofe (buena catástrofe) como laverdadera manifestación y más elevada misión del cuento dehadas56. A partir de esta consideración, no es errado afirmarque los cuentos de hadas nos trasladan a la buena nueva en lacual la esperanza siempre está viva, donde el giro final ydecisivo, será la corona gozosa de toda la obra. En la últimajornada la vida de todos estará en el abismo, la oscuridadterrible invadirá los corazones y las voluntades, las lucesya no serán más que una ilusión… de repente la esperanzarenacerá en el corazón, la fuerza regresará a las voluntadesy entonces el gozo de la buena nueva será la luz del nuevomundo que renace después de aquella noche de tinieblas.

Hasta aquí el fundamento necesario, ahora la propuestadel camino que consolide la renovación del Hombre interior.

El tiempo de transición en el que históricamente nos hasido dado vivir según Berdiaev57, es el único tiempo que nosdebe importar; sencillamente por el hecho de que no contamossino con el Hic et Nunc. Es el tiempo único para que nazca elnuevo mundo, en donde habitarán hombres renovados queconciben la vida como una novedad, donde el valor de lascosas se determina por la sacralidad que cada una de ellasposee; el mundo donde la noche cae y el misterio se reveladando vida a todo lo que existe.

Como seres sobre esta tierra estamos convocados arenegar del viejo mundo58, ese viejo mundo en el que las luceshan echado a perder los misterios, ese en el cual la conexióncon el cosmos es unilateral y servil, el mismo que entonandocantos de sirena pretende consolidar reinos de papel y vacíosde humanidad, el mundo viejo al que debemos renunciar es

56 Cfr. Ibíd.,333-33457 Cfr. Nicolás Berdiaev, La nueva Edad… 5358 Cfr. Ibíd., 61

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aquel que se dirige irremediablemente hacia la destrucción ycon él, se llevará nuestra forma de vida en la tierra,borrará nuestra naturaleza y hará de los sobrevivientes,absurdos seguidores del vacío y el sinsentido. Ese y no otro,es el mundo al que debemos desarticular, arrojarlo hacia elabismo y consumirlo en la noche sagrada; donde el misterio detodas las creaturas surge y la vitalidad de toda existenciavuelve a tener sentido.

Los nuevos caballeros han de campear por la defensa dela vida, venciendo el individualismo que corroe nuestrasociedad y la conduce hacia la deshumanización total. Cargarcontra toda forma de atomismo obsesivo en el cual, lahumanidad se reduce al hombre. Pregonar con valentía que «elhombre no puede ser el fin del hombre»59, sino que lahumanidad entera está convocada a alcanzar el lugar que lepertenece y en el cual tendrá la dicha.

Del mismo modo los nuevos monjes, auténticos renovadoresdel espíritu del mundo, deberán ampliar las sendas derelación con lo sagrado, abrir los corazones y las voluntadeshacia la construcción de sentido. Incentivar a toda lacreación para que eleve su rostro y redescubra que estállamada a hacer de esta vida, un verdadero proyecto designificado que se construye aquí y trasciende.

La era oscura necesita mujeres valientes que traigan suslámparas y nos ayuden a ver en medio de esta oscuridad, quesean portadoras de la sacralidad del mundo, que nos orientena caminar en medio de la noche e introducirnos en el misterioíntimo del hombre, el mundo y la divinidad. La mujer sabeconectarse con las energías del mundo (es madre) y por ello,puede poner a circular las nuevas fuerzas de renovación,mediante las cuales la humanidad del hombre, y no otra, se

59 Ibíd., 66

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eleva desde la noche y se erige orgullosa, noble, sublime ysagrada; digna de admirar y defender a toda costa.

La renovación del Modus Vivendi es ahora, la tierra nosnecesita, es necesario rescatarla. El hombre ha de saber que«no debe vivir únicamente para sí mismo»60, sino que su empeñoy energía deben gastarse dando vida digna a cuantos viven conél; esto incluye el planeta, del cual es un habitante más.Debe superar la ceguera que tanta luz enfermiza le ha causadoy desacostumbrarse del mundo en que habita, para volver adistinguir que lo abstracto solo estaba en sus ojos, quedetrás de esa costra hedionda habita un mundo sublime ymajestuoso en el que los colores, las formas, los sabores yla diversidad, son un eco que eleva el espíritu paracomunicarlo con la fuente de la energía, la tierra misma, elhogar de toda forma de vida presente y desde el cual esposible la relación con el misterio y con la profundidad delo sagrado.

El mundo reclama la unión de las voluntades para lucharen contra de la amenaza del egoísmo, la soberbia de uno solopuede acarrear el fin de todos. Hoy se necesitan héroes ymártires, héroes para hacer grandes hazañas de frente contrael mal y pequeños mártires que se entregan silenciosamentepor los demás. Luchamos por lo que amamos, aunque esorepresente sacrificios, y «cuando las cosas están en peligro:alguien tiene que renunciar a ellas, perderlas, para queotros las conserven»61; de eso se trata la humanidad, no lapreservación de un individuo, sino la de todos… pero paraello es necesario que algunos revestidos con nobles dones sesacrifiquen por los demás, renuncien a todo para que otrospuedan heredarlo todo. Es imprescindible reconocer que «elhombre no es en el universo un átomo que forme parte de un

60 Ibíd., 6961 J. R. R. Tolkien: El retorno del Rey…422

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mecanismo indiferente, sino un miembro viviente de unajerarquía orgánica; pertenece orgánicamente a conjuntosreales»62, existir humanamente en el mundo es habitar conotras humanidades, construyendo una sola y majestuosahumanidad.

El mundo construido por Tolkien es un mundo deesperanza, donde todo se puede renovar, pero donde cada unohace su aporte. Los enanos mordiendo las montañas no van a laguerra, creen que si el mal se extiende no los ha dealcanzar; pero en eso se equivocan sustancialmente, el tiempode la renovación está en las manos de todos y solamente conla unión de las voluntades, es posible vencer el egoísmo dela humanidad y que renazca la noche gozosa, la oscuridadsublime en que todo se transforma de melancolía en gozo yesperanza. Los orcos avanzan contra todo y nos hacen olvidarde la era humana, hoy es la noche para renacer, ver losmisterios nuevamente y dejarnos iluminar por el que llena loscorazones. Necesitamos renovar los espíritus y rescatar elhombre interior, el hombre del mito, el hombre de la leyendainspiradora, el que admira al héroe y que ve siempre alfuturo con esperanza.

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62 Nicolas Berdiaev, La Nueva edad… 87

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