La lectura como proceso de enseñanza aprendizaje en la educación superior.

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TÍTULO LA LECTURA COMO PROCESO DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE EN LA FORMACIÓN SUPERIOR Autor(es)* Claudia Patricia Otálvaro Puerta. [email protected] Yilder Ochoa Gómez. [email protected] Semillero de investigación Lengua y Cultura (Universidad Pontificia Bolivariana). Título en inglés Reading as a learning/teaching process in Higher Education Tipo de contribución* marque con una X el tipo de contribución que envía: Ponencia (para publicación en memorias ISBN y/o presentación) X Poster Tipo de trabajo* marque con una X el tipo de trabajo que envía: Experiencia significativa Investigación o tesis concluida Reflexión derivada de investigación o tesis X Otra Investigación o tesis en proceso Indique cual: Línea temática* marque con una X la línea temática en la que se inscribe la contribución que envía: La investigación educativa y pedagógica: impacto en la transformación e X

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TÍTULO

LA LECTURA COMO PROCESO DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE EN LA

FORMACIÓN SUPERIOR

Autor(es)*

Claudia Patricia Otálvaro Puerta. [email protected]

Yilder Ochoa Gómez. [email protected]

Semillero de investigación Lengua y Cultura (Universidad Pontificia Bolivariana).

Título en inglés

Reading as a learning/teaching process in Higher Education

Tipo de contribución* marque con una X el tipo de contribución que envía:

Ponencia (para publicación en memorias ISBN y/o presentación) X Poster

Tipo de trabajo* marque con una X el tipo de trabajo que envía:

Experiencia significativa Investigación o tesis concluida

Reflexión derivada de investigación o

tesis X Otra

Investigación o tesis en proceso Indique cual:

Línea temática* marque con una X la línea temática en la que se inscribe la

contribución que envía:

La investigación educativa y pedagógica: impacto en la transformación e X

innovación social, institucional, de las comunidades y de las prácticas.

Resumen*

Este texto es fruto de los análisis hechos en la investigación Alcances del uso de

la lectura en el desarrollo de los procesos de aprendizaje de los estudiantes de la

Licenciatura Inglés-Español de la Facultad de Educación de la Universidad

Pontificia Bolivariana (2013) que, en términos generales, concluye que los hábitos

y prácticas de lectura de docentes y estudiantes son un factor determinante a la

hora de enseñar y aprender nuevos saberes y conocimientos, esto es, el qué, el

cómo, el para qué y el por qué se lee en la formación de maestros no solo implica

el éxito en la producción y comprensión textual, sino que determina la condición

ética, política y estética de los futuros maestros de lenguas del país.

En esta lógica, el reconocimiento de las prácticas y hábitos de lectura de los

estudiantes y docentes influye de manera directa en sus desempeños y, sobre

todo, en las estrategias metodológicas para el abordaje, comprensión e

interpretación de los textos y materiales de lectura de su disciplina; igualmente tal

reconocimiento permite, en el caso de los docentes, que estos trabajen con base

en unos cánones y enfoques que hacen posible que los estudiantes -aparte de

que se sientan identificados con la lectura- transformen su pensamiento para

generar ideas y cuestionamientos con el fin de dinamizar sus competencias y

fortalecer su condición de maestros.

En el marco de estas reflexiones se logra establecer que, en la Licenciatura en

Inglés-Español de la Universidad Pontificia Bolivariana, se hace ineludible

evidenciar posiciones claras y coherentes en torno al papel de los procesos de

lectura como estrategias de aprendizaje y enseñanza, puesto que cada docente

fundamenta su trabajo en concepciones diversas e, incluso, contradictorias que no

hacen posible una visión de facultad que permita acuerdos de aprendizaje y

enseñanza mediados por prácticas situadas de lectura. Es por esto que se hace

necesario reflexionar de qué manera se están formando a los futuros maestros y

cómo se está promoviendo en ellos una reflexividad acerca de la lectura, sus

procesos, su papel en el aprendizaje y la enseñanza, y su cualidad para configurar

visiones de mundo (Goodman, 1978).

Abstract

This analysis is based on the results done during the research project “Alcances

del uso de la lectura en el desarrollo de los procesos de aprendizaje de los

estudiantes de la Licenciatura Inglés-Español de la Facultad de Educación de la

Universidad Pontificia Bolivariana” (2013) which general includes some practices

and habits related to the reading process applied by teachers and pupils; these

habits are determining factors throughout the process of language acquisition and

supports the learning process which conveys to success at producing and

comprehending academic writing, including several factors such as cultural, social

and ethical conditions taking into account teachers and students needs and

realities.

Following this fact, recognizing reading practices and habits is an instrument for

teachers and students to include their achievements, teaching strategies, and

didactics to figure out reading materials and their relationship to their knowledge

fields, so that teaching and learning efforts transform their labor and encourage a

better acquisition of competences.

In terms of this thoughts and reflections, it can be established that in the English –

Spanish degree program it is not well-defined what is the importance of setting

goals during reading acquisition skills and their effects on teachers and students,

for instance, some teaching practices are not well defined since each teacher has

their own system, didactics and strategies to assume reading processes, and –of

course- this does not allow meaningful practices. This proposal deals with the

significance about training and setting new conceptions related to the promotion of

reading practices to define their role in the formation of language teachers and, as

it is clearly exposed by Goodman (1978), constructing new visions to understand

the world.

Palabras clave*

Procesos de lectura, enseñanza, aprendizaje, prácticas, formación de maestros.

Key words*

Reading processes, teaching, learning, practices, teacher formation.

Datos de la experiencia, la investigación o la tesis

Este artículo mana del trabajo de investigación formativa “Alcances del uso de la

lectura en el desarrollo de los procesos de aprendizaje de los estudiantes de la

Licenciatura en Inglés-Español de la Facultad de Educación de la Universidad

Pontificia Bolivariana” desarrollado por los estudiantes Claudia Otálvaro y Yílder

Ochoa, ambos adscritos al semillero de investigación Lengua y Cultura.

Trayectoria profesional y afiliación institucional del autor o los autores*

Claudia Patricia Otálvaro Puerta: graduada del Colegio Nuestra Señora de la

Candelaria (Cartagena-Bolívar). Licenciada en Educación Básica con énfasis en

Humanidades, Lengua Castellana e idioma extranjero (Inglés). Aspirante a

Especialización en Literatura, Producción de textos e Hipertextos.

Yilder Ochoa Gómez: graduado con distinciones de la Institución Educativa

Francisco Miranda (con énfasis en filosofía). Actualmente es estudiante de último

semestre de la Licenciatura en Educación básica con énfasis en Humanidades,

Lengua Castellana e Idioma Extranjero de la Universidad Pontificia Bolivariana.

Labora como docente de inglés en el Instituto Parroquial Jesús de la Buena

Esperanza del Municipio de Bello y, adicionalmente, como docente de inglés en la

Academia de inglés Universal Language Academy.

INTRODUCCIÓN

Cuando se reconocen las prácticas y los hábitos de lectura de los estudiantes y

docentes en la Educación Superior, se piensa que a partir de ellos estos van a

transformar su pensamiento a través de la generación de ideas y competencias a

la hora de formar maestros de lenguas en el país. Asimismo, los docentes al

momento de impartir sus clases utilizan diferentes estrategias metodológicas para

motivar y estimular al estudiante, con el fin de que hagan un uso adecuado de la

lectura, encuentren en ella un evento de fruición, una forma de aprender nuevos

saberes y tener éxito en las prácticas de producción y comprensión textual.

En este caso, es necesario que se replantee la forma en que las facultades de

educación están promoviendo los procesos de lectura en sus cursos y cómo los

docentes hacen uso de estas prácticas con los estudiantes. De acuerdo con los

análisis hechos en la investigación Alcances del uso de la lectura en el desarrollo

de los procesos de aprendizaje de los estudiantes de la Licenciatura Inglés-

Español de la Facultad de Educación de la Universidad Pontificia Bolivariana

(2013), se evidencia la trascendencia que tiene la lectura para la formación de

maestros y la importancia en el momento de formar, aprender y enseñar, porque

es a partir de buenos hábitos de lectura y con la mirada consciente en el qué, el

cómo, el para qué y el por qué se lee que se configura el quehacer docente.

Planteamiento del problema

Concepciones y perspectivas de lectura

Esta propuesta nace del análisis hecho de los programas de los cursos de la

Licenciatura Inglés-Español de la Facultad de Educación de la Universidad

Pontificia Bolivariana, en la cual se observa que muchos de estos cursos no

evidencian una relación directa y contundente con la práctica de la lectura. Con la

ayuda de las encuestas desarrolladas con estudiantes y docentes que fueron

usadas en el proyecto, se señaló que los cursos describían que había hábitos de

lectura para alcanzar los objetivos de los cursos, pero no estaban clara y

sólidamente relacionados con las prácticas metodológicas y evaluativas de clase.

A partir de esta experiencia se decide que es pertinente analizar e identificar los

alcances de los usos y las prácticas de lectura en el desarrollo de los procesos de

aprendizaje en la Educación Superior, particularmente, en un programa de

licenciatura que forma los futuros docentes de lenguas del país.

Dentro de los objetivos de este trabajo, se propuso la descripción de las prácticas

de lectura de los estudiantes en la universidad, la identificación de las perspectivas

teóricas y los enfoques metodológicos y evaluativos en torno a la lectura en las

prácticas de enseñanza, y, como último, se proyectó un esbozo teórico y

metodológico acerca del uso de la lectura en los procesos de enseñanza y

aprendizaje en los contextos universitarios.

Metodología

Como herramienta fundamental para hallar los primeros indicios de las prácticas

de lectura y las concepciones de las mismas, se desarrolló un ejercicio de

investigación cualitativa de carácter descriptivo que trabajó con algunos

instrumentos como la entrevista semi-estructurada y la observación. La población

de este ejercicio estuvo conformada por estudiantes y profesores de la Facultad

de Educación de la U.P.B., con la cual se conformó una muestra no probabilística

con sujetos voluntarios de treinta (30) estudiantes y ocho (8) docentes.

Finalmente, se aplicaron los instrumentos sobre dicha población con el fin de

desarrollar los primeros análisis y triangular la información con mayor detalle para

que cumplir con el horizonte de los objetivos propuestos.

Los estudiantes y los docentes fueron entrevistados con el ánimo de recoger

información acerca de sus hábitos de lectura (teniendo en la cuenta que tanto

estudiantes como docentes fueron elegidos de forma aleatoria y con el debido

consentimiento al momento de la entrevista). Con base en esto, se recolectaron

los datos y se procedió a la triangulación de la información y el análisis, con lo cual

se logró articular y contrastar la información que dieron los estudiantes con la de

los docentes: estos aportes fueron de gran importancia porque se encontraron

algunos vínculos en relación con las concepciones, los hábitos y las metodologías

que no necesariamente se lograron visualizar en los análisis individuales. Luego

se desarrolló un análisis riguroso para determinar las prácticas de lectura de los

estudiantes de la licenciatura y la identificación de las perspectivas y enfoques

metodológicos aplicados por los docentes en las prácticas concretas de clase.

El propósito de las entrevistas está directamente relacionado con el objeto de la

investigación: “Uso de la lectura en los procesos de aprendizaje”; se utilizaron las

mismas categorías para estudiantes y docentes, pero algunas preguntas tuvieron

que ser re-estructuradas dependiendo del sujeto entrevistado sin perder la

coherencia y el contexto de las preguntas. En la primera categoría, prácticas y

hábitos de lectura, se indagó por la relación directa que tienen estudiantes y

docentes con los textos dentro y fuera del contexto educativo; la segunda,

concepciones de la lectura, se enfocó a la decisión consciente u obligada al

momento de abordar un texto y si, precisamente, las lecturas sugeridas por los

cursos han aportado a la formación y a resolver la pregunta del por qué y para

qué se debe leer; y, por último, prácticas y concepciones institucionalizadas de la

lectura, en la cual se intentó determinar las estrategias metodológicas y didácticas

usadas por los docentes para abordar textos con las prácticas de lectura, y,

analizar si las lecturas propuestas tienen relación con los objetivos de formación

de los cursos.

Perspectiva teórica

Desde el punto de vista normativo, el Ministerio de Educación Nacional expresa

que “Leer es un proceso de construcción de significados a partir de la interacción

entre el texto, el contexto y el autor” MEN, (p. 47), en la medida que cada lector es

capaz de comprender un texto de acuerdo con sus hábitos y experiencias con las

cuales construye un significado y transforma sus maneras de ver y entender la

realidad.

En palabras de Paula Carlino (2006) es en esa práctica de lectura en la cual el

lector no solo transforma y se trasforma, sino que dota de significado lo que lee

con el fin de aprender y, en este proceso, se desarrolla en el sujeto un hábito y

una estrategia que le sirven al lector para abordar un texto con mayor conciencia y

autonomía. En esta lógica la autora sostiene que el sujeto “señala el conjunto de

nociones y estrategias necesarias para participar en la cultura discursiva de las

disciplinas así como en las actividades de producción y análisis de textos

requeridas para aprender en la universidad” (p. 6), en la cual se hace énfasis en

las prácticas de aprendizaje en una disciplina y la importancia que tiene el

desarrollo de ese hábito para que dicho proceso se lleve a cabo.

Ahora, desde el punto de vista de las prácticas de lectura digital, se plantea que

estas “sugieren una mirada crítica, leer no es solo comprender las líneas, sino una

búsqueda de lo que interesa en la abundancia digital” (Cassany, 2006, p. 399), lo

que señala que debe existir un criterio que haga parte de las particularidades del

lector y que lo doten de habilidades y herramientas para seleccionar sus textos

para que, frente a la infinidad de fuentes, el buen hábito y el pensamiento crítico

formados por buenas prácticas de lectura permitan mayor conciencia de cómo

leer, para qué, por qué y dónde leer: las prácticas y los hábitos de lectura deben

ser dinamizados durante el proceso de aprendizaje en la Educación Superior y en

el marco de metodologías apropiadas de construcción y formación (sobre todo

cuando se forman docentes).

Con esa finalidad, la lectura como instrumento de aprendizaje es una práctica que

debe ser impartida desde la escuela con trascendencia en la Educación Superior.

Al respecto Roger Chartier expresa que “Desde el siglo XIX el saber leer y la

práctica de la lectura definen las condiciones del acceso al conocimiento. Leer es

el instrumento imprescindible sin el cual aprender es imposible” (p. 23). Así pues,

por medio de la lectura, se generan ideas y se obtienen nuevos conocimientos con

los cuales el estudiante comprende la lectura como hábito de formación y no

como una obligación, y, asimismo, forma al docente en formación para que

enseñe a sus estudiantes a aprender a aprender.

Ana Teberosky (2006) expresa, en esta misma línea, que “La actividad de leer y

trabajar con textos incluye formas de discurso que se asocian con los textos. Esas

formas se desarrollan en una combinación de oralidad, lectura del texto y

comentarios.” (p. 10), lo que hace posible comprender que tanto lector como texto

interactúen con el fin de transmitir un saber o un conocimiento. A partir de ese

momento, el lector le da significado a lo que lee y, por tanto, lo vuelva experiencia

de aprendizaje –configura y diseña su mundo a través de aquello que lee. En este

mismo sentido, esta autora afirma que “El aprendizaje de la lectura es una práctica

social donde la relación con el libro y la lectura es un ambiente del desarrollo

lingüístico, cognitivo y social y tiene grandes implicaciones en el aprendizaje” (p.

), lo que evidencia las implicaciones que las prácticas de lectura tienen en los

procesos de aprendizaje y en la formación de la condición docente en relación con

la construcción de unas metodologías, un estilo, un modelo pedagógico de

docencia.

Por su parte, Emilia Ferreiro (2007) sostiene que “Leer es un acto de

reconstrucción de una realidad lingüística a partir de los elementos provistos por la

representación”, (p. 252), lo que permite indicar que el maestro en formación está

configurando un paradigma, un modelo y un devenir de saberes y prácticas que no

solo hablan de su quehacer como docente, sino que demuestran que su formación

fue construida bajo criterios evaluativos y metodológicos de calidad, en las cuales

la lectura y su práctica forman parte de esas representaciones que se construyen

y se reconstruyen con los buenos hábitos de lectura y, que sin duda, harán de sus

prácticas de enseñanza verdaderos eventos de formación y construcción de

saberes experienciales (Tardif, 1994). Esto es, “La actividad de estudio en la

universidad depende del propio esfuerzo del estudiante y requiere de su formación

como lector y escritor autónomo y crítico” (Castronovo, 2007; p. 21).

Lo que surgió del análisis de la información de los docentes y estudiantes

La lectura y su práctica en el contexto de la Educación Superior se han

considerado como ejes primordiales para la adquisición de conocimientos; la

importancia de esto radica en que los docentes en formación son los futuros

maestros que en un determinado momento estarán en la aulas escolares

impartiendo conocimientos y promoviendo que sus estudiantes hagan uso de la

lectura en los procesos de aprendizaje. Es importante repensar la forma en que

los estudiantes reconocen que la lectura se debe abordar en clave de unos

propósitos, como son el placer por leer y los compromisos académicos que exigen

unos niveles de lectura que, en cierta forma, se tornan como experiencias forzosas

ya que devienen de cursos estructurados desde el programa de formación y por

mandato directo de los docentes.

Para los estudiantes, y futuros maestros, es pertinente resaltar que las lecturas

que producen y son detonadas por el placer generan aprendizajes provechosos y,

además, ayudan a construir la autonomía, la capacidad crítica y la propia

subjetividad. Al parecer de los estudiantes, las lecturas de carácter académico se

sustentan en una idea de obligación que nace de aquel que la solicita (el docente),

pues están soportadas en una lógica de la calificación y en una óptica punitiva del

no cumplimiento, lo que hace pensar que leer, para los docentes, se convierte en

un ritual académico que dista de la emoción y el afecto y que solo tiene

implicaciones de carácter cognitivo.

Queda claro, en términos generales, que los docentes deben interrogar sus

propias prácticas de clase, con el ánimo de reconocer si los procesos de selección

de textos y las maneras como son abordados contribuyen al aprendizaje de los

estudiantes y, se reitera, a la ineludible relación que debe ser construida entre

futuros maestros y hábitos de lectura. Igualmente, es importante evaluar de qué

forma leen los estudiantes para saber si el problema en las habilidades para leer y

comprender se relaciona con malas prácticas, puesto que el maestro no solo

endilga lecturas, sino que principalmente enseña a leer (a aprender) a sus

estudiantes.

Por esta razón, el reconocimiento de las prácticas y hábitos de lectura de los

estudiantes y docentes influye de manera directa en sus desempeños y, sobre

todo, en las estrategias metodológicas para el abordaje, comprensión e

interpretación de los textos y los materiales de lectura de su disciplina; igualmente

tal reconocimiento permite, en el caso de los docentes, que estos trabajen con

base en perspectivas y enfoques que hacen posible que los estudiantes -aparte de

que se sientan identificados con la lectura- transformen su pensamiento para

generar ideas y cuestionamientos, con el propósito de dinamizar sus

competencias y fortalecer su condición de maestros.

Algunas conclusiones

Las prácticas de lectura -entendidas estas como hábitos que se forman- deben ser

objetos de enseñanza, aprendizaje e investigación de los formadores de

formadores, no solo por la importancia del acto de leer en sí mismo, sino porque

desde la lógica de la enseñanza y el aprendizaje son estas prácticas las que

diseñan y perfilan los saberes, las competencias y las capacidades para seguir

aprendiendo de lo leído y, sobre todo, para producir a posteriori conocimiento

escrito.

Es evidente que la Educación Superior fundamenta sus prácticas de formación en

prácticas de lectura y escritura, no solo por las condiciones que demanda una

cultura escrita (Olson, 1995), sino porque las prácticas mismas del enseñar y el

aprender se fundamentan en la polifonía que hace posible el diálogo entre saberes

y autores y la producción de conocimiento que de aquí mana:

“La escritura es un invento para aumentar la capacidad intelectual. Es su

primera prolongación. La aumenta por ser permanente lo que permite

ayudar en la memoria y la comunicación en el espacio y en el tiempo. No

podría existir la ciencia sin la escritura. Permite explicar la práctica y dejarla

para que otro lector en otro momento pueda leer e interpretar de otra

manera distinta. Por otro lado, la escritura también ha permitido la

educación. Es imposible la enseñanza sin la escritura porque permite

instruir a mucha gente y a lo largo del tiempo. Es más, cuando uno aprende

a leer y a escribir no sólo domina los contenidos sino el instrumento básico

para adquirirlos, aprender a aprender” (Teberosky, 2001, p. 85)

Sin lugar a dudas se pensaría que no hay un enfoque colectivo e integrador que

dé cuenta concreta y específica de las prácticas de lectura, ni tampoco se

evidencia una forma evaluativa y metodológica clara. Asimismo, es posible

identificar perspectivas divergentes por parte de los docentes -formador de

formadores- en relación con el impacto de la lectura en los procesos de

aprendizaje. Es decir, no hay un acuerdo en las formas en la que los docentes

desarrollan los hábitos de lectura en los estudiantes y la forma en que los

maestros enseñan sus saberes a través de prácticas concretas de lectura y

escritura.

Igualmente, las barreras educativas en relación con la promesa de una educación

para todos de manera igualitaria es un asunto que merece ser observado con una

mirada crítica y constructiva, con el fin de posibilitar que las habilidades para leer y

escribir de todos los estudiantes se desarrollen de modo integral y equivalente,

puesto que en la misma lógica del leer por leer y hasta la saciedad, se ignoran las

particularidades de cierto tipo de población con barreras cognitivas, físicas o

sensoriales que exigen apuestas coherentes y contextuadas para la enseñanza y

el aprendizaje de la lectura y la escritura y su ya referida potencia para formar

maestros de calidad y con una condición ética, política y estética situada.

En términos generales, el problema central es que los propios estudiantes sienten

que buena parte de esta abundancia de lecturas no tiene una reflexión de fondo

por parte de los docentes en términos del papel formativo de estas prácticas: son

ejercicios del leer por leer, pues esa es la lógica universitaria, esa es la labor de un

intelectual de la educación, de un investigador de la educación.

En el contexto de la Educación Superior, casi como una obviedad, se debe

comenzar a pensar en la lectura y la escritura académicas con énfasis centrado en

el acto de lectura para el aprendizaje, esto implica cambios en la cultura docente e

institucional para que los hábitos de lectura no se conviertan en obstáculos, sino

en oportunidades. Para esto es necesario emprender una transformación

curricular, en la cual el docente en primera instancia sea un lector experto y,

además, ofrezca “categorías de análisis para interpretar los textos a sus

estudiantes, enseñando a hacer con lo leído lo que ha tomado conciencia que

realiza él mismo, como miembro de una comunidad disciplinar” (Carlino, 2003, p.

5). No obstante, el docente debe romper con ese categoría que lo define como un

sujeto que meramente referencia obras a la de un mediador que dé cuenta de su

experiencia con la lectura en relación con otras tantas experiencias, esto es, que

la lectura se convierta en un modelo dialéctico por medio del cual se enseñe, se

aprenda y se aprenda a aprender.

La lectura debe estar ligada y conceptualizada de manera interdisciplinar y

pensada curricularmente. Como responsabilidad institucional, al existir

necesidades específicas sobre los textos académicos especializados

particularmente en la formación de docentes de lengua, sería factible la aplicación

de proyectos de lectura que estén debidamente relacionados con el currículo, las

didácticas, las metodologías y las disciplinas que, en este caso, mejorarían los

hábitos de lectura con fines formativos y crearían docentes preparados en una

propuesta innovadora y efectiva frente al proceso de aprender y de enseñar a la

juventud.

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