TÍTULO
LA LECTURA COMO PROCESO DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE EN LA
FORMACIÓN SUPERIOR
Autor(es)*
Claudia Patricia Otálvaro Puerta. [email protected]
Yilder Ochoa Gómez. [email protected]
Semillero de investigación Lengua y Cultura (Universidad Pontificia Bolivariana).
Título en inglés
Reading as a learning/teaching process in Higher Education
Tipo de contribución* marque con una X el tipo de contribución que envía:
Ponencia (para publicación en memorias ISBN y/o presentación) X Poster
Tipo de trabajo* marque con una X el tipo de trabajo que envía:
Experiencia significativa Investigación o tesis concluida
Reflexión derivada de investigación o
tesis X Otra
Investigación o tesis en proceso Indique cual:
Línea temática* marque con una X la línea temática en la que se inscribe la
contribución que envía:
La investigación educativa y pedagógica: impacto en la transformación e X
Resumen*
Este texto es fruto de los análisis hechos en la investigación Alcances del uso de
la lectura en el desarrollo de los procesos de aprendizaje de los estudiantes de la
Licenciatura Inglés-Español de la Facultad de Educación de la Universidad
Pontificia Bolivariana (2013) que, en términos generales, concluye que los hábitos
y prácticas de lectura de docentes y estudiantes son un factor determinante a la
hora de enseñar y aprender nuevos saberes y conocimientos, esto es, el qué, el
cómo, el para qué y el por qué se lee en la formación de maestros no solo implica
el éxito en la producción y comprensión textual, sino que determina la condición
ética, política y estética de los futuros maestros de lenguas del país.
En esta lógica, el reconocimiento de las prácticas y hábitos de lectura de los
estudiantes y docentes influye de manera directa en sus desempeños y, sobre
todo, en las estrategias metodológicas para el abordaje, comprensión e
interpretación de los textos y materiales de lectura de su disciplina; igualmente tal
reconocimiento permite, en el caso de los docentes, que estos trabajen con base
en unos cánones y enfoques que hacen posible que los estudiantes -aparte de
que se sientan identificados con la lectura- transformen su pensamiento para
generar ideas y cuestionamientos con el fin de dinamizar sus competencias y
fortalecer su condición de maestros.
En el marco de estas reflexiones se logra establecer que, en la Licenciatura en
Inglés-Español de la Universidad Pontificia Bolivariana, se hace ineludible
evidenciar posiciones claras y coherentes en torno al papel de los procesos de
lectura como estrategias de aprendizaje y enseñanza, puesto que cada docente
fundamenta su trabajo en concepciones diversas e, incluso, contradictorias que no
hacen posible una visión de facultad que permita acuerdos de aprendizaje y
enseñanza mediados por prácticas situadas de lectura. Es por esto que se hace
necesario reflexionar de qué manera se están formando a los futuros maestros y
cómo se está promoviendo en ellos una reflexividad acerca de la lectura, sus
procesos, su papel en el aprendizaje y la enseñanza, y su cualidad para configurar
visiones de mundo (Goodman, 1978).
Abstract
This analysis is based on the results done during the research project “Alcances
del uso de la lectura en el desarrollo de los procesos de aprendizaje de los
estudiantes de la Licenciatura Inglés-Español de la Facultad de Educación de la
Universidad Pontificia Bolivariana” (2013) which general includes some practices
and habits related to the reading process applied by teachers and pupils; these
habits are determining factors throughout the process of language acquisition and
supports the learning process which conveys to success at producing and
comprehending academic writing, including several factors such as cultural, social
and ethical conditions taking into account teachers and students needs and
realities.
Following this fact, recognizing reading practices and habits is an instrument for
teachers and students to include their achievements, teaching strategies, and
didactics to figure out reading materials and their relationship to their knowledge
fields, so that teaching and learning efforts transform their labor and encourage a
better acquisition of competences.
In terms of this thoughts and reflections, it can be established that in the English –
Spanish degree program it is not well-defined what is the importance of setting
goals during reading acquisition skills and their effects on teachers and students,
for instance, some teaching practices are not well defined since each teacher has
their own system, didactics and strategies to assume reading processes, and –of
course- this does not allow meaningful practices. This proposal deals with the
significance about training and setting new conceptions related to the promotion of
reading practices to define their role in the formation of language teachers and, as
it is clearly exposed by Goodman (1978), constructing new visions to understand
the world.
Palabras clave*
Procesos de lectura, enseñanza, aprendizaje, prácticas, formación de maestros.
Key words*
Reading processes, teaching, learning, practices, teacher formation.
Datos de la experiencia, la investigación o la tesis
Este artículo mana del trabajo de investigación formativa “Alcances del uso de la
lectura en el desarrollo de los procesos de aprendizaje de los estudiantes de la
Licenciatura en Inglés-Español de la Facultad de Educación de la Universidad
Pontificia Bolivariana” desarrollado por los estudiantes Claudia Otálvaro y Yílder
Ochoa, ambos adscritos al semillero de investigación Lengua y Cultura.
Trayectoria profesional y afiliación institucional del autor o los autores*
Claudia Patricia Otálvaro Puerta: graduada del Colegio Nuestra Señora de la
Candelaria (Cartagena-Bolívar). Licenciada en Educación Básica con énfasis en
Humanidades, Lengua Castellana e idioma extranjero (Inglés). Aspirante a
Especialización en Literatura, Producción de textos e Hipertextos.
Yilder Ochoa Gómez: graduado con distinciones de la Institución Educativa
Francisco Miranda (con énfasis en filosofía). Actualmente es estudiante de último
semestre de la Licenciatura en Educación básica con énfasis en Humanidades,
Lengua Castellana e Idioma Extranjero de la Universidad Pontificia Bolivariana.
Labora como docente de inglés en el Instituto Parroquial Jesús de la Buena
Esperanza del Municipio de Bello y, adicionalmente, como docente de inglés en la
Academia de inglés Universal Language Academy.
INTRODUCCIÓN
Cuando se reconocen las prácticas y los hábitos de lectura de los estudiantes y
docentes en la Educación Superior, se piensa que a partir de ellos estos van a
transformar su pensamiento a través de la generación de ideas y competencias a
la hora de formar maestros de lenguas en el país. Asimismo, los docentes al
momento de impartir sus clases utilizan diferentes estrategias metodológicas para
motivar y estimular al estudiante, con el fin de que hagan un uso adecuado de la
lectura, encuentren en ella un evento de fruición, una forma de aprender nuevos
saberes y tener éxito en las prácticas de producción y comprensión textual.
En este caso, es necesario que se replantee la forma en que las facultades de
educación están promoviendo los procesos de lectura en sus cursos y cómo los
docentes hacen uso de estas prácticas con los estudiantes. De acuerdo con los
análisis hechos en la investigación Alcances del uso de la lectura en el desarrollo
de los procesos de aprendizaje de los estudiantes de la Licenciatura Inglés-
Español de la Facultad de Educación de la Universidad Pontificia Bolivariana
(2013), se evidencia la trascendencia que tiene la lectura para la formación de
maestros y la importancia en el momento de formar, aprender y enseñar, porque
es a partir de buenos hábitos de lectura y con la mirada consciente en el qué, el
cómo, el para qué y el por qué se lee que se configura el quehacer docente.
Planteamiento del problema
Concepciones y perspectivas de lectura
Esta propuesta nace del análisis hecho de los programas de los cursos de la
Licenciatura Inglés-Español de la Facultad de Educación de la Universidad
Pontificia Bolivariana, en la cual se observa que muchos de estos cursos no
evidencian una relación directa y contundente con la práctica de la lectura. Con la
ayuda de las encuestas desarrolladas con estudiantes y docentes que fueron
usadas en el proyecto, se señaló que los cursos describían que había hábitos de
lectura para alcanzar los objetivos de los cursos, pero no estaban clara y
sólidamente relacionados con las prácticas metodológicas y evaluativas de clase.
A partir de esta experiencia se decide que es pertinente analizar e identificar los
alcances de los usos y las prácticas de lectura en el desarrollo de los procesos de
aprendizaje en la Educación Superior, particularmente, en un programa de
licenciatura que forma los futuros docentes de lenguas del país.
Dentro de los objetivos de este trabajo, se propuso la descripción de las prácticas
de lectura de los estudiantes en la universidad, la identificación de las perspectivas
teóricas y los enfoques metodológicos y evaluativos en torno a la lectura en las
prácticas de enseñanza, y, como último, se proyectó un esbozo teórico y
metodológico acerca del uso de la lectura en los procesos de enseñanza y
aprendizaje en los contextos universitarios.
Metodología
Como herramienta fundamental para hallar los primeros indicios de las prácticas
de lectura y las concepciones de las mismas, se desarrolló un ejercicio de
investigación cualitativa de carácter descriptivo que trabajó con algunos
instrumentos como la entrevista semi-estructurada y la observación. La población
de este ejercicio estuvo conformada por estudiantes y profesores de la Facultad
de Educación de la U.P.B., con la cual se conformó una muestra no probabilística
con sujetos voluntarios de treinta (30) estudiantes y ocho (8) docentes.
Finalmente, se aplicaron los instrumentos sobre dicha población con el fin de
desarrollar los primeros análisis y triangular la información con mayor detalle para
que cumplir con el horizonte de los objetivos propuestos.
Los estudiantes y los docentes fueron entrevistados con el ánimo de recoger
información acerca de sus hábitos de lectura (teniendo en la cuenta que tanto
estudiantes como docentes fueron elegidos de forma aleatoria y con el debido
consentimiento al momento de la entrevista). Con base en esto, se recolectaron
los datos y se procedió a la triangulación de la información y el análisis, con lo cual
se logró articular y contrastar la información que dieron los estudiantes con la de
los docentes: estos aportes fueron de gran importancia porque se encontraron
algunos vínculos en relación con las concepciones, los hábitos y las metodologías
que no necesariamente se lograron visualizar en los análisis individuales. Luego
se desarrolló un análisis riguroso para determinar las prácticas de lectura de los
estudiantes de la licenciatura y la identificación de las perspectivas y enfoques
metodológicos aplicados por los docentes en las prácticas concretas de clase.
El propósito de las entrevistas está directamente relacionado con el objeto de la
investigación: “Uso de la lectura en los procesos de aprendizaje”; se utilizaron las
mismas categorías para estudiantes y docentes, pero algunas preguntas tuvieron
que ser re-estructuradas dependiendo del sujeto entrevistado sin perder la
coherencia y el contexto de las preguntas. En la primera categoría, prácticas y
hábitos de lectura, se indagó por la relación directa que tienen estudiantes y
docentes con los textos dentro y fuera del contexto educativo; la segunda,
concepciones de la lectura, se enfocó a la decisión consciente u obligada al
momento de abordar un texto y si, precisamente, las lecturas sugeridas por los
cursos han aportado a la formación y a resolver la pregunta del por qué y para
qué se debe leer; y, por último, prácticas y concepciones institucionalizadas de la
lectura, en la cual se intentó determinar las estrategias metodológicas y didácticas
usadas por los docentes para abordar textos con las prácticas de lectura, y,
analizar si las lecturas propuestas tienen relación con los objetivos de formación
de los cursos.
Perspectiva teórica
Desde el punto de vista normativo, el Ministerio de Educación Nacional expresa
que “Leer es un proceso de construcción de significados a partir de la interacción
entre el texto, el contexto y el autor” MEN, (p. 47), en la medida que cada lector es
capaz de comprender un texto de acuerdo con sus hábitos y experiencias con las
cuales construye un significado y transforma sus maneras de ver y entender la
realidad.
En palabras de Paula Carlino (2006) es en esa práctica de lectura en la cual el
lector no solo transforma y se trasforma, sino que dota de significado lo que lee
con el fin de aprender y, en este proceso, se desarrolla en el sujeto un hábito y
una estrategia que le sirven al lector para abordar un texto con mayor conciencia y
autonomía. En esta lógica la autora sostiene que el sujeto “señala el conjunto de
nociones y estrategias necesarias para participar en la cultura discursiva de las
disciplinas así como en las actividades de producción y análisis de textos
requeridas para aprender en la universidad” (p. 6), en la cual se hace énfasis en
las prácticas de aprendizaje en una disciplina y la importancia que tiene el
desarrollo de ese hábito para que dicho proceso se lleve a cabo.
Ahora, desde el punto de vista de las prácticas de lectura digital, se plantea que
estas “sugieren una mirada crítica, leer no es solo comprender las líneas, sino una
búsqueda de lo que interesa en la abundancia digital” (Cassany, 2006, p. 399), lo
que señala que debe existir un criterio que haga parte de las particularidades del
lector y que lo doten de habilidades y herramientas para seleccionar sus textos
para que, frente a la infinidad de fuentes, el buen hábito y el pensamiento crítico
formados por buenas prácticas de lectura permitan mayor conciencia de cómo
leer, para qué, por qué y dónde leer: las prácticas y los hábitos de lectura deben
ser dinamizados durante el proceso de aprendizaje en la Educación Superior y en
el marco de metodologías apropiadas de construcción y formación (sobre todo
cuando se forman docentes).
Con esa finalidad, la lectura como instrumento de aprendizaje es una práctica que
debe ser impartida desde la escuela con trascendencia en la Educación Superior.
Al respecto Roger Chartier expresa que “Desde el siglo XIX el saber leer y la
práctica de la lectura definen las condiciones del acceso al conocimiento. Leer es
el instrumento imprescindible sin el cual aprender es imposible” (p. 23). Así pues,
por medio de la lectura, se generan ideas y se obtienen nuevos conocimientos con
los cuales el estudiante comprende la lectura como hábito de formación y no
como una obligación, y, asimismo, forma al docente en formación para que
enseñe a sus estudiantes a aprender a aprender.
Ana Teberosky (2006) expresa, en esta misma línea, que “La actividad de leer y
trabajar con textos incluye formas de discurso que se asocian con los textos. Esas
formas se desarrollan en una combinación de oralidad, lectura del texto y
comentarios.” (p. 10), lo que hace posible comprender que tanto lector como texto
interactúen con el fin de transmitir un saber o un conocimiento. A partir de ese
momento, el lector le da significado a lo que lee y, por tanto, lo vuelva experiencia
de aprendizaje –configura y diseña su mundo a través de aquello que lee. En este
mismo sentido, esta autora afirma que “El aprendizaje de la lectura es una práctica
social donde la relación con el libro y la lectura es un ambiente del desarrollo
lingüístico, cognitivo y social y tiene grandes implicaciones en el aprendizaje” (p.
), lo que evidencia las implicaciones que las prácticas de lectura tienen en los
procesos de aprendizaje y en la formación de la condición docente en relación con
la construcción de unas metodologías, un estilo, un modelo pedagógico de
docencia.
Por su parte, Emilia Ferreiro (2007) sostiene que “Leer es un acto de
reconstrucción de una realidad lingüística a partir de los elementos provistos por la
representación”, (p. 252), lo que permite indicar que el maestro en formación está
configurando un paradigma, un modelo y un devenir de saberes y prácticas que no
solo hablan de su quehacer como docente, sino que demuestran que su formación
fue construida bajo criterios evaluativos y metodológicos de calidad, en las cuales
la lectura y su práctica forman parte de esas representaciones que se construyen
y se reconstruyen con los buenos hábitos de lectura y, que sin duda, harán de sus
prácticas de enseñanza verdaderos eventos de formación y construcción de
saberes experienciales (Tardif, 1994). Esto es, “La actividad de estudio en la
universidad depende del propio esfuerzo del estudiante y requiere de su formación
como lector y escritor autónomo y crítico” (Castronovo, 2007; p. 21).
Lo que surgió del análisis de la información de los docentes y estudiantes
La lectura y su práctica en el contexto de la Educación Superior se han
considerado como ejes primordiales para la adquisición de conocimientos; la
importancia de esto radica en que los docentes en formación son los futuros
maestros que en un determinado momento estarán en la aulas escolares
impartiendo conocimientos y promoviendo que sus estudiantes hagan uso de la
lectura en los procesos de aprendizaje. Es importante repensar la forma en que
los estudiantes reconocen que la lectura se debe abordar en clave de unos
propósitos, como son el placer por leer y los compromisos académicos que exigen
unos niveles de lectura que, en cierta forma, se tornan como experiencias forzosas
ya que devienen de cursos estructurados desde el programa de formación y por
mandato directo de los docentes.
Para los estudiantes, y futuros maestros, es pertinente resaltar que las lecturas
que producen y son detonadas por el placer generan aprendizajes provechosos y,
además, ayudan a construir la autonomía, la capacidad crítica y la propia
subjetividad. Al parecer de los estudiantes, las lecturas de carácter académico se
sustentan en una idea de obligación que nace de aquel que la solicita (el docente),
pues están soportadas en una lógica de la calificación y en una óptica punitiva del
no cumplimiento, lo que hace pensar que leer, para los docentes, se convierte en
un ritual académico que dista de la emoción y el afecto y que solo tiene
implicaciones de carácter cognitivo.
Queda claro, en términos generales, que los docentes deben interrogar sus
propias prácticas de clase, con el ánimo de reconocer si los procesos de selección
de textos y las maneras como son abordados contribuyen al aprendizaje de los
estudiantes y, se reitera, a la ineludible relación que debe ser construida entre
futuros maestros y hábitos de lectura. Igualmente, es importante evaluar de qué
forma leen los estudiantes para saber si el problema en las habilidades para leer y
comprender se relaciona con malas prácticas, puesto que el maestro no solo
endilga lecturas, sino que principalmente enseña a leer (a aprender) a sus
estudiantes.
Por esta razón, el reconocimiento de las prácticas y hábitos de lectura de los
estudiantes y docentes influye de manera directa en sus desempeños y, sobre
todo, en las estrategias metodológicas para el abordaje, comprensión e
interpretación de los textos y los materiales de lectura de su disciplina; igualmente
tal reconocimiento permite, en el caso de los docentes, que estos trabajen con
base en perspectivas y enfoques que hacen posible que los estudiantes -aparte de
que se sientan identificados con la lectura- transformen su pensamiento para
generar ideas y cuestionamientos, con el propósito de dinamizar sus
competencias y fortalecer su condición de maestros.
Algunas conclusiones
Las prácticas de lectura -entendidas estas como hábitos que se forman- deben ser
objetos de enseñanza, aprendizaje e investigación de los formadores de
formadores, no solo por la importancia del acto de leer en sí mismo, sino porque
desde la lógica de la enseñanza y el aprendizaje son estas prácticas las que
diseñan y perfilan los saberes, las competencias y las capacidades para seguir
aprendiendo de lo leído y, sobre todo, para producir a posteriori conocimiento
escrito.
Es evidente que la Educación Superior fundamenta sus prácticas de formación en
prácticas de lectura y escritura, no solo por las condiciones que demanda una
cultura escrita (Olson, 1995), sino porque las prácticas mismas del enseñar y el
aprender se fundamentan en la polifonía que hace posible el diálogo entre saberes
y autores y la producción de conocimiento que de aquí mana:
“La escritura es un invento para aumentar la capacidad intelectual. Es su
primera prolongación. La aumenta por ser permanente lo que permite
ayudar en la memoria y la comunicación en el espacio y en el tiempo. No
podría existir la ciencia sin la escritura. Permite explicar la práctica y dejarla
para que otro lector en otro momento pueda leer e interpretar de otra
manera distinta. Por otro lado, la escritura también ha permitido la
educación. Es imposible la enseñanza sin la escritura porque permite
instruir a mucha gente y a lo largo del tiempo. Es más, cuando uno aprende
a leer y a escribir no sólo domina los contenidos sino el instrumento básico
para adquirirlos, aprender a aprender” (Teberosky, 2001, p. 85)
Sin lugar a dudas se pensaría que no hay un enfoque colectivo e integrador que
dé cuenta concreta y específica de las prácticas de lectura, ni tampoco se
evidencia una forma evaluativa y metodológica clara. Asimismo, es posible
identificar perspectivas divergentes por parte de los docentes -formador de
formadores- en relación con el impacto de la lectura en los procesos de
aprendizaje. Es decir, no hay un acuerdo en las formas en la que los docentes
desarrollan los hábitos de lectura en los estudiantes y la forma en que los
maestros enseñan sus saberes a través de prácticas concretas de lectura y
escritura.
Igualmente, las barreras educativas en relación con la promesa de una educación
para todos de manera igualitaria es un asunto que merece ser observado con una
mirada crítica y constructiva, con el fin de posibilitar que las habilidades para leer y
escribir de todos los estudiantes se desarrollen de modo integral y equivalente,
puesto que en la misma lógica del leer por leer y hasta la saciedad, se ignoran las
particularidades de cierto tipo de población con barreras cognitivas, físicas o
sensoriales que exigen apuestas coherentes y contextuadas para la enseñanza y
el aprendizaje de la lectura y la escritura y su ya referida potencia para formar
maestros de calidad y con una condición ética, política y estética situada.
En términos generales, el problema central es que los propios estudiantes sienten
que buena parte de esta abundancia de lecturas no tiene una reflexión de fondo
por parte de los docentes en términos del papel formativo de estas prácticas: son
ejercicios del leer por leer, pues esa es la lógica universitaria, esa es la labor de un
intelectual de la educación, de un investigador de la educación.
En el contexto de la Educación Superior, casi como una obviedad, se debe
comenzar a pensar en la lectura y la escritura académicas con énfasis centrado en
el acto de lectura para el aprendizaje, esto implica cambios en la cultura docente e
institucional para que los hábitos de lectura no se conviertan en obstáculos, sino
en oportunidades. Para esto es necesario emprender una transformación
curricular, en la cual el docente en primera instancia sea un lector experto y,
además, ofrezca “categorías de análisis para interpretar los textos a sus
estudiantes, enseñando a hacer con lo leído lo que ha tomado conciencia que
realiza él mismo, como miembro de una comunidad disciplinar” (Carlino, 2003, p.
5). No obstante, el docente debe romper con ese categoría que lo define como un
sujeto que meramente referencia obras a la de un mediador que dé cuenta de su
experiencia con la lectura en relación con otras tantas experiencias, esto es, que
la lectura se convierta en un modelo dialéctico por medio del cual se enseñe, se
aprenda y se aprenda a aprender.
La lectura debe estar ligada y conceptualizada de manera interdisciplinar y
pensada curricularmente. Como responsabilidad institucional, al existir
necesidades específicas sobre los textos académicos especializados
particularmente en la formación de docentes de lengua, sería factible la aplicación
de proyectos de lectura que estén debidamente relacionados con el currículo, las
didácticas, las metodologías y las disciplinas que, en este caso, mejorarían los
hábitos de lectura con fines formativos y crearían docentes preparados en una
propuesta innovadora y efectiva frente al proceso de aprender y de enseñar a la
juventud.
BIBLIOGRAFÍA
Chartier, R. (2008) Aprender a leer, leer para aprender. págs. 23-39. Extraído de:
http://www.lalectura.es/2008/chartier.pdf
Carlino, P. (2005). Escribir, Leer y Aprender en la Universidad. Buenos Aires:
Fondo de Cultura Económica.
Carlino, P. (2002). ¿Quién debe ocuparse de enseñar a leer y a escribir en la
universidad?: tutorías, simulacros de examen y síntesis de clase en las
humanidades. Lectura y Vida 23 1 (6-14).
Carlino, P. (2013). Alfabetización académica diez años después. Revista Mexicana
de Investigación Educativa, Consejo Mexicano de Investigación Educativa, A.C.
Distrito Federal, México. Vol. 18, núm. 57, 2013, pp. 355-381.
Cassany, D (2006) Tras las líneas. Sobre la lectura contemporánea, Anagrama,
Barcelona. 297 páginas. ISBN: 84-339-6236-1. Citado por: Vargas, A. (2006)
Retos de la lectura contemporánea. Escuela de Ciencias del Lenguaje,
Universidad del Valle. Lenguaje Nº34 - Noviembre de 2006
Cassany, D (2008) Investigaciones y propuestas sobre literacidad actual:
multiliteracidad, internet y criticidad. Cátedra UNESCO para la Lectura y la
Escritura. Universidad de Concepción, Chile.
Castronovo, A. (2007) Nuevas propuestas en promoción a la lectura. 1ra ed.
Buenos Aires: Colihue. 112 páginas. ISBN: 978-950-563-981-6
Ferreiro, E. (2007). Alfabetización de niños y adultos. Textos escogidos.
Pátzcuaro, Mich., México: CREFAL. (Paideia latinoamericana; 1)
Goodman, K. (2002) El proceso de lectura: Consideraciones a través de la lengua
y del desarrollo. Siglo XXI Editores, Buenos Aires, Argentina.
Teberosky, A., Sepúlveda, A., Martret, G. & Fernández de Viana, A. (2006). El
discurso sobre los textos y el conocimiento textual. Original en catalán publicado
en Articles: Revista de didàctica de la llengua i la literatura, 40, 50-65.
Teberosky, A. (2001). Los desarrollos educativos en el desarrollo del niño. Editorial
siglo XXI, 2001, 85p.
Top Related