La iniciación como dinámica en un colegio

111
Institut International de Catéchèse et de Pastorale LUMEN VITAE affilié à l’Université Catholique de Louvain La iniciación en los colegios La dinámica de la iniciación como herramienta para crecer hacia un colegio en pastoral. Mémoire présenté en vue du D.E.S. en Catéchèse et Pastoral par Andrés BOONE sous la direction du Professeur André FOSSION 2003

Transcript of La iniciación como dinámica en un colegio

Institut International de Catéchèse et de Pastorale

LUMEN VITAE

affilié à l’Université Catholique de Louvain

La iniciación en los colegios La dinámica de la iniciación como herramienta para crecer hacia

un colegio en pastoral.

Mémoire présenté en vue du D.E.S.

en Catéchèse et Pastoral par

Andrés BOONE

sous la direction du Professeur

André FOSSION

2003

2

Después de 15 años de trabajo pastoral como salesiano sacerdote, y en

diálogo con el P. Inspector Enrique BISIO del Uruguay, he tenido la

oportunidad de hacer un alto en el camino para estudiar en LUMEN VITAE.

No fue un paréntesis entre tantas actividades sino una posibilidad para

renovar mi trabajo para con los jóvenes en el Uruguay. Estoy agradecidos a

los hermanos de la Inspectoría, y en especial a mi comunidad de Juan

Lacaze, que me han dado el tiempo y el apoyo para poder realizar estos

estudios.

Mi agradecimiento a la Inspectoría de Bélgica Norte y la comunidad

salesiana de Sint-Pieters Woluwe (Bruselas) que me dio alojamiento y pagó

mis estudios. Fue un gesto de solidaridad y de apoyo concreto para

conmigo y la Inspectoría del Uruguay.

Este trabajo escrito fue posible, gracias a la colaboración de muchos

encargados de pastoral de jóvenes, catequistas y animadores de los

colegios salesianos del Uruguay. A través de los diálogos y sus

experiencias fue posible tener una visión de una realidad tan compleja que

son nuestros colegios. A todo ellos dedico estas reflexiones.

LUMEN VITAE me ha dado un nuevo empuje para con mi trabajo con los

jóvenes. Su visión y su método me han abierto nuevos caminos de

reflexión sobre el quehacer pastoral. Agradezco todos los profesores y en

especial al P. André FOSSION, S.J., el promotor de mi trabajo, por su

entusiasmo y dedicación.

Y un último agradecimiento al P. Justo SANFRANCISCO,SDB, que ha

tenido la gentileza de corregir la ortografía de este trabajo.

Andrés BOONE, SDB

3

INTRODUCCIÓN.

I. LA PROPUESTA EDUCATIVA PASTORAL

EN LOS LICEOS SALESIANOS EN EL URUGUAY.

1. El contexto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 9

1.1. La enseñanza en el Uruguay.

1.2. La enseñanza privada.

1.3. Los centros salesianos de enseñanza.

1.3.1. Historia.

1.3.2. Los liceos.

2. El alumnado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 15

2.1. Procedencia.

2.2. Niveles de fe.

2.2.1. Confesión de la fe.

2.2.2. Celebración de la fe.

2.2.3. Vivencia cristiana y valores.

2.3. Tiempos fuera del colegio

3. La propuesta educativo pastoral en los liceos salesianos. . . p.25

3.1. El Proyecto Educativo Salesiano (PEPS).

3.1.1. La dimensión educativo-cultural.

3.1.2. La dimensión evangelización y catequesis.

3.1.3. La dimensión asociativa.

3.1.4. La dimensión vocacional.

3.2. Valoración por parte de los alumnos.

3.2.1. Valoración de la institución.

3.2.2. Participación en las actividades.

4. ¿Un colegio en pastoral? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 37

4.1. ¿Hacia dónde apunta la educación?.

4.2. ¿Una educación que evangeliza?.

4.3. Se está dando respuestas, pero…

4

II. HACIA UNA PEDAGOGÍA INSPIRADA EN EL

EVANGELIO.

1. La meta: el Reino de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 45

1.1. Un objetivo: el Reino de Dios.

1.2. Palabras del Reino de Dios.

1.2.1. Bienaventuranzas.

1.2.2. Parábolas.

1.3. Acciones del Reino de Dios.

1.3.1. Una opción por la vida.

1.3.2. Una opción por la libertad.

1.3.3. En realidad una sola exigencia: el amor.

2. “El camino”, como imagen del actuar pedagógico de Jesús . . . p. 52

2.1. El relato de Emaús: un ‘camino’ como relación y experiencia

pedagógica.

2.1.1. Emaús: caminar y hablar.

2.1.2. Emaús: compartir.

2.1.3. Emaús: ir y venir.

2.2. “El camino” como modelo pedagógico.

2.2.1. El primer paso del camino.

2.2.2. Caminar en medio del pueblo.

2.2.3. El camino de la Pasión y de la Muerte.

2.2.4. Caminar con el Resucitado.

3. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 62

5

III. LA EDUCACIÓN CATÓLICA:

UN INSTRUMENTO PARA ANUNCIAR EL REINO.

1. Declaración ‘Gravissimum Educationis’. – 1965. . . . . . . . . . . . p. 64

2. Documento ‘Educación’ – Medellín – 1968. . . . . . . . . . . . . . . . p. 66

2.1. Características de la educación en América Latina.

2.2. Sentido humanista y cristiano de la educación.

2.3. Orientaciones pastorales.

2.4. Resumiendo.

3. ‘La Escuela Católica’ – 1977. . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 69

3.1. La Escuela Católica y la misión salvífica de la Iglesia.

3.2. El concepto ‘escuela.’

3.3. Carácter específico de la Escuela Católica.

3.4. Resumiendo.

4. Educación en Puebla – 1979. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 72

4.1. La situación.

4.2. Principios y criterios.

4.3. Sugerencias pastorales.

4.4. Concluyendo

5. La acción educativa de la Iglesia – Santo Domingo – 1992. . p. 76

5.1. Iluminación teológica.

5.2. Desafíos y líneas pastorales.

5.3. Concluyendo.

6. ‘La Escuela Católica en los umbrales del Tercer Milenio’ – 1997 p. 79

7. Conclusión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 81

6

IV. LA INICIACIÓN: UN CAMINO OLVIDADO, PERO

POSIBLE.

1. La iniciación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 85

1.1. Las etapas.

1.1.1. Las etapas como etapas cronológicas.

1.1.2. Las etapas como recorrido simbólico muerte-vida.

1.2. Elementos de los ritos de la iniciación en la escuela.

1.2.1. Ruptura.

1.2.2. Prueba.

1.2.3. Integración.

2. La iniciación junto con la enseñanza y el aprendizaje. . . . . . . p. 91

2.1. Una nueva exigencia para la escuela.

2.2. Iniciar, herramienta para la evangelización.

2.3. Concluyendo.

3. Poner en práctica la iniciación en nuestros colegios. . . . . . . . p. 95

3.1. Algunas aclaraciones.

3.1.1. El aspecto formativo de las etapas.

3.1.2. La presencia formativa del adulto en la iniciación.

3.2. La iniciación, motor para un colegio en pastoral.

3.2.1. El motivo de su objetivo.

3.2.2. El motivo de su acción.

3.2.3. El motivo de la coordinación.

3.3. Propuestas para formar nuevos equipos.

3.3.1. El Equipo de Pastoral.

3.3.2. El Equipo de Acompañamiento Grupal.

CONCLUSIÓN.

BIBLIOGRAFÍA

7

INTRODUCCIÓN.

Desde algún tiempo, a nivel de los centros docentes se están cuestionando sobre

el aspecto pastoral de la propuesta educativa. En los últimos años, se han organizado

fuertemente las diferentes dimensiones del Proyecto Educativo-Pastoral en los

colegios. El hecho de que en cada colegio exista un Encargado de Pastoral de

Adolescentes y Jóvenes que está encargado de la dimensión Evangelización y

Catequesis, ha ayudado mucho a la organización de actividades. Pero ahora, surge el

cuestionamiento de que no sólo existe esta dimensión como pastoral, sino que todo lo

que se realiza en el colegio, tiene que ser pastoral. De ahí que se quiere pasar de:

‘pastoral en el colegio’ a ‘un colegio en pastoral’. Lo que parece ser un juego de

palabras, es un cambio de mentalidad y un cambio profundo en la forma de trabajar.

Hace tiempo que todas las obras salesianas están empeñadas en la elaboración

de su proyecto educativo-pastoral y en la planificación anual. Si bien podemos

constatar un cierto desnivel en su elaboración, globalmente, podemos decir que todos

los colegios están trabajando con mentalidad de proyecto. Una encuesta reciente

demuestra también en qué grado está propuesta tiene influencia en la labor educativa

y evangelizadora con los alumnos.

A través de una descripción narrativa, complementado la encuesta1, queremos en

la primera parte hacer un diagnóstico de la situación actual de nuestros colegios. Y si

bien el proyecto educativo-pastoral esta dando sus frutas, no podemos tampoco

escapar a la pregunta: ¿somos un colegio en pastoral? o si “tenemos actividades

pastorales en nuestro colegio”.

Queremos tener una propuesta educativa y evangelizadora. Para ser fieles a

nuestra misión es necesario que nuestra pedagogía esté inspirada en el Evangelio.

En la segunda parte, queremos demostrar que la única meta que tenemos

presente en el momento de actuar, debe ser la única meta que Jesús tenía en su vida:

la proclamación del Reino de Dios. La vida de Jesús está marcada por este objetivo

del Reino de Dios; y a través del actuar de Jesús, queremos descubrir algunos

caminos que ayuden a realizar la meta del Reino de Dios. La imagen del ‘camino’,

1 Durante el año 2001 se realizó en todas las obras salesianas una encuesta para conocer la realidad juvenil de los destinatarios de las obras salesianas en el Uruguay. Esta encuesta fue realizada por la Sociedad San Francisco de Sales (Equipo de Pastoral Juvenil) y la Universidad Católica del Uruguay (Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación). En total fueron censados 3.744 destinatarios de las obras salesianas. Con respecto a los colegios de los cuales se habla en este estudio, 585 alumnos fueron entrevistados. Solamente fueron encuestados alumnos de 1° y de 4° y de 6° (en términos oficiales son:1° de ciclo básico y de primer y tercer año de bachillerato). No en todos los liceos están por el momento funcionando el 2do y 3er año de bachillerato y se limitó el trabajo al 1er año de bachillerato.

8

será posteriormente la imagen para descubrir nuestra relación pedagógica con los

jóvenes en su crecimiento.

Nuestra acción educativa, está inscrita en la misión misma de la Iglesia. Por ese

motivo, queremos en la tercera parte, acercarnos a los últimos documentos de la

Iglesia y en especial, de la Iglesia Latinoamericana, para ubicar así realmente nuestra

labor dentro del estilo de educación que propone la Iglesia, tendiente a una formación

integral del alumno para que él se sienta protagonista de su propia vida y que se

sienta convocado a colaborar en la construcción del Reino.

El sistema educativo de nuestros colegios está basado sobre 2 columnas o vías

que son: la enseñanza y el aprendizaje. En otras culturas encontramos una tercera

vía: la iniciación.

En la cuarta parte estudiaremos primeramente los mecanismos de la iniciación,

para luego buscar caminos de viabilidad dentro del sistema escolar. A su vez, nos

preguntaremos si la iniciación podría ayudar a mejorar también nuestra propuesta

evangelizadora. Pero para poder poner en marcha la iniciación en relación con la

enseñanza y el aprendizaje, se necesita necesariamente una buena coordinación

entre las tres. Y justamente ahí existe la posibilidad de hacer de nuestros colegios

verdaderos lugares de evangelización.

9

I. LA PROPUESTA EDUCATIVA PASTORAL EN LOS

LICEOS SALESIANOS EN EL URUGUAY.

1. El contexto.

1.1. La enseñanza en el Uruguay.

En varios aspectos Uruguay es considerado atípico en el panorama del

continente latinoamericano. Hace tiempo, era considerado la “Suiza” de América. Con

una gran población de inmigrantes, sin población indígena, separación de Iglesia y

Estado, etc…, ha marcado una diferencia en relación con los países vecinos. Esta

diferencia se es notoria también a nivel de la enseñanza

La base de esta enseñanza se puede resumir en 3 palabras: gratuita, laica y

obligatoria.

- Gratuita: el Estado organiza la enseñanza, haciéndose cargo del costo de la

misma buscando así que todas las clases sociales tengan acceso a la escuela.

- Laica: en 1909 se suprimió la enseñanza y la práctica religiosa en las escuelas

públicas: “Art.1 …desde la promulgación de la presente ley, queda suprimida

toda enseñanza y práctica religiosa en las escuelas del Estado. Art. 2: .. la

Dirección General de Instrucción Pública determinará los casos en que hayan

de aplicarse penas a los maestros transgresores de esta ley. Estas penas

serán de suspensión, pudiendo llegarse hasta la destitución en caso de

reincidencias graves y comprobadas”2 La promulgación de ésta ley se ubica en

una época de tensión entre la Iglesia y el Estado que se manifestó en la

promulgación de distintas leyes, como por ejem., la orden de sacar los

crucifijos de los hospitales (1905), la ley del divorcio (1907),… La corriente

laicista a principios de siglo, ha dejado una marca muy fuerte en la sociedad y

en la cultura uruguaya. Es suficiente constatar, que hasta las fiestas religiosas

fueron ‘laicizadas’ por iniciativas del estado: la Semana Santa pasó a ser

‘Semana de Turismo’, el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción,

se convirtió en el ‘Día de las Playas’. Hoy por hoy, y resumiendo toda una

corriente, se entiende por “una escuela laica”: la total exclusión de los valores

religiosos (de cualquier religión y de cualquier sistema filosófico u orientación

política) en el área educativa oficial. No es un tema terminado; de vez en

cuando resurge alguna discusión sobre el tema; últimamente, apareció la

2 POSE, Francisco J. Apuntes para un estudio sobre la libertad religiosa en el Uruguay, p. 102

10

cuestión relacionada con el pedido de la Enseñanza Católica de alguna

subvención del estado, para poder seguir manteniendo sus escuelas y

colegios, ya que no reciben el servicio por el cual aportan.

- Obligatoria: a través de ciertos mecanismos, el Estado controla la asistencia de

los niños y adolescentes a la Escuela. El hecho de que la enseñanza es

gratuita y obligatoria, ayuda a que Uruguay sea el país con menor porcentaje

de analfabetos del continente. Casi el 100 % de los niños en edad escolar

concurren a la escuela, el 85 % de los adolescentes llegan al segundo ciclo. Si

bien el sistema da acceso a gran cantidad de la población joven, el problema

del sistema está en el egreso prematuro de los alumnos, ya que sólo el 55 %

de los adolescentes terminan el ciclo básico. (Tercer año de liceo)

Actualmente el gran desafío es elevar la calidad educativa. Se está elaborando

una reforma educativa tratando de responder a la preocupación creciente de los

uruguayos en todos los ámbitos, que abarca desde la formación de los docentes hasta

la educación en valores.3

3 cfr. FONTANA, M., Una aproximación a la realidad del Uruguay. Este ensayo fue presentado en las Asambleas Educativos Pastorales, organizadas por la Pastoral Juvenil Salesiana en Montevideo, nov. 2001.

11

1.2. La Enseñanza Privada

Además de la red de escuelas de la enseñanza pública, existen también escuelas

y liceos privados habilitados. “Serán Institutos Habilitados aquellos establecimientos

de enseñanza privada que sean facultados por el Consejo Nacional de Educación a

impartir estudios a los que se les otorgue validez oficial”4

“La Ordenanza 14” es el documento oficial que regulariza todas las normas y

reglamentos de un Instituto Habilitado, dejando al Director la responsabilidad “de la

orientación pedagógica que se imparte en la Institución y de la formación cívica y

moral de los educandos”5. Si bien en las orientaciones pedagógicas hay libertad en las

opciones que un Instituto pueda hacer, en los programas y actividades se tienen que

adecuar a lo propuesto a nivel de Enseñanza Pública. Con este fin, “Cada Liceo

Habilitado quedará adscripto a uno o varios Institutos Oficiales, que oportunamente

determinará la Dirección de Educación Secundaria y Básica y Superior, de acuerdo

con la naturaleza de los cursos que se impartan en el Establecimiento.”6 Y además “La

Dirección de cada Instituto Habilitado facilitará en todo lo que esté a su alcance la

labor del Inspector, poniendo a su disposición de inmediato la documentación escolar

(trabajos domiciliarios, trabajos diarios y pruebas), así como el acceso a las aulas.

Practicada la visita, el Inspector actuante realizará el asesoramiento, destacará los

aspectos positivos y formulará las observaciones correspondientes, al Director del

Instituto y al docente interesado.”7

Como respuesta al carácter laico de la Escuela Pública, la Iglesia Católica fue

organizando sus propios centros de enseñanza, sin contar por esto con un aporte

económico de parte del Estado. Si bien existe el derecho de los padres a brindarle a

sus hijos la educación que ellos estimen mejor, ellos mismos tienen que asumir los

costos de la educación privada.

4 CONSEJO NACIONAL DE EDUCACIÓN, Ordenanza 14, art. 1 5 id, art. 18 6 id., art. 25 7 id., art. 18

12

1.3. Los centros salesianos de enseñanza

1.3.1. Historia

Los primeros salesianos llegan al Uruguay en 1876. Se instalan en una zona en

las afueras de Montevideo para comenzar ahí su labor educativa fundando el Colegio

Pío en Villa Colón. A través de los años la presencia salesiana fue creciendo en:

Montevideo, Las Piedras, Paysandú, Mercedes…, etc... con obras de distintas

características, como colegios, parroquias, oratorios, escuelas profesionales, ..etc... 8.

La presencia de la Congregación Salesiana en el Uruguay no estaba ajena a todo el

tema de la educación que se fue discutiendo en la sociedad, tratando siempre de dar

una respuesta a las necesidades del momento y defendiendo la enseñanza católica

cuando era necesario. Si a principios de siglo se trataba más de afianzar el método

educativo de Don Bosco, al final de este siglo, se busca nuevos horizontes de

presencia, como por ejem., la Casa Tacurú, una respuesta a la urgencia de atender a

niños y jóvenes en situación de riesgo social.

La importancia de este estilo de educación y de la tarea de la Familia Salesiana

recibió un espaldarazo cuando en 1988 la Cámara de Diputados, en un hecho sin

precedentes en el país, realiza una sesión de homenaje a Don Bosco con motivo del

centenario de su muerte. Legisladores de todos los partidos resaltaron de una o otra

manera la importancia de la educación impartida por la Familia Salesiana.

1.3.2. Los liceos

Si bien en varios lugares los salesianos fueron llamados para atender una

parroquia, muy rápidamente levantan un colegio. En algunos lugares había también

un internado. Pero por varios motivos y momentos históricos, dejaron de existir los

internados relacionados con los liceos.

En este estudio nos limitamos a los siguientes liceos9:

- Colegio Pío: (Villa Colón, fundado en 1876), primera obra salesiana del Uruguay,

pionera de la educación católica del país, cuenta con una escuela primaria y

secundaria (hasta 4to año). “Actualmente hay más de 110 educadores vinculados

a la actividad, con alrededor de 700 alumnos entre Primaria y Secundaria”.

8 cfr. VARIOS, Una historia nos impulsa, 125 años de presencia salesiana en Uruguay. Este libro, editado al conmemorarse los 125 años de la llegada de los salesianos, trata de dar una visión general histórica, y de la labor educativa salesiana en la actualidad. 9 La denominación de los cursos en Secundaria son las siguientes: Ciclo Básico Único: 1° ,2°, 3º año de liceo; el bachillerato: 4°, 5°, y 6° años. Puede parecer algo extraño que muchos colegios terminan con 4to año o 1º año de bachillerato. Esto es debido que a partir del 5° año (o 2do año de bachillerato) los cursos se diversifican en varias opciones. La cantidad de opciones trae consigo un costo adicional muy grande y es por este motivo difícil de organizar con el número de alumnos que se tienen.

13

- Nuestra Señora del Rosario: (Paysandú, fundado en 1885). Cuenta con primaria y

secundaria (ciclo completo). En la actualidad el colegio atiende a “.. 720 niños y

adolescentes con más de 100 educadores entre todas las áreas, con un

crecimiento, en los últimos años, de la consistencia de la propuesta

evangelizadora, y una especial preocupación por la calidad pedagógica de la

Dimensión Cultural.”

- Colegio San Miguel: (Mercedes, fundado en 1892). Cuenta con primaria y

secundaria (hasta 4to año), atendiendo a “más de 600 alumnos … llevada adelante

por la comunidad salesiana y 85 docentes”.

- Colegio San Isidro: (Las Piedras, fundado en 1881). Cuenta con primaria y

secundaria (ciclo completo). Se han dado en los últimos años “pasos muy

significativos en la mejora de la propuesta educativa, como convenios con

instituciones deportivas y academias de inglés y computación del más alto nivel,

con un total de más de 1500 destinatarios”.

- Colegio San Francisco de Sales: (Montevideo, fundado en 1907). Es más

conocido como “Maturana” en alusión a la calle donde funcionó en un principio el

colegio. Cuenta con primaria y secundaria (hasta 4to año). “Hoy cuenta con más

de 1000 alumnos, atendidos por 130 educadores..”

- Colegio Nuestra Señora del Carmen: (Salto, fundado en 1920). “… atiende más de

625 alumnos desde el nivel inicial hasta 1º de Bachillerato, con 90 educadores a su

cargo”.

- Liceo Monseñor Luis Lasagna: (Melo, fundado en 1959) Fue la última fundación

de un colegio con educación formal y cuenta solamente con un centenar de

alumnos.

Es importante destacar la gran cantidad de laicos que están comprometidos en la

labor educativa. El personal salesiano religioso en todos los lugares se limita a: un

director y un encargado pastoral de adolescentes y jóvenes.

Tratando de saber la motivación por la cual se elige un colegio salesiano, una

encuesta reciente nos dio el siguiente cuadro10:

10 Encuesta, Tomo II, Cuadro 50 y Tomo III, Cuadro 50

14

Razones por las que vienen a este colegio

% - 1er año % -

Bachillerato promedio sin información 1 29,4 15,2 el colegio es bueno/se enseña bien 41 11,7 26,4 por la propuesta educativa s/d 9,4 vienen mis amigos 9 12,4 10,7 es un colegio reconocido/con prestigio 0,5 4,1 2,3 por la educación cristiana 13,5 8,3 10,9 queda cerca de mi casa 2 5,1 3,6 siempre fui a colegios salesianos 1,5 3 2,3 porque mis padres lo decidieron 19 12,9 15,9 porque mis padres vinieron aquí 1,5 s/d porque mis hermanos vinieron aquí 3 s/d porque es un colegio completo 5,5 s/d por otras razones 1,5 s/d

En la encuesta se nota que la decisión de concurrir a un liceo salesiano es porque

existe un concepto que el colegio es bueno y se enseña bien (26,4 %); la decisión para

concurrir al liceo salesiano es en gran parte tomada por los padres (15,9 %) y

alrededor de un 10 % apuntan directamente a la educación cristiana y a la propuesta

educativa. La encuesta reveló también que nuestros alumnos conforman un espectro

que va desde aquel que viene con un proceso previo de educación religiosa y una

familia cristiana, hasta aquel que carece de información y de un acompañamiento

familiar en relación a su crecimiento religioso.

15

2. El alumnado.

2.1. Procedencia.

Todos los liceos salesianos son mixtos con unos índices bastante equilibrados de

los sexos: en el primer año del liceo 50 % son varones y 49 % son mujeres, mientras

que en el 4to año 52 % son varones y 47 % son mujeres.11

Tratando de saber el nivel socio-económico se tomó como base “las siguientes

variables: ocupación del padre, y de la madre, tipo de vivienda (...), el nivel de

equipamiento familiar (...) y la tenencia o no de vivienda. Cada uno de los elementos

mencionadas fue combinado en un índice sumatorio simple”12 A base de esto se llegó

a los siguientes porcentajes13:

nivel socio-económico en %

bajo medio alto

Notamos que los alumnos son en dos tercios de los casos provenientes de la

clase media (67 %), seguido en orden de magnitud por el nivel alto (26 %) y luego el

nivel bajo (7 %). Es un cuadro a tener en cuenta cuando hablamos de nuestra opción

preferencial por los pobres y los jóvenes proveniente de ambientes populares. No

podemos olvidar que no se cuenta con ningún aporte económico que no sea el de los

mismos padres. (elemento que dificulta una opción más radical)

Un tercer aspecto a tener en cuenta es la integración familiar del alumno. Como

la gráfica anterior al momento de querer hacer un índice de integración familiar se ha

tomado en cuenta “el tipo de hogar (si el joven vive con ambos padres, con sólo uno

de ellos o con otro familiar) y la evaluación que el estudiante hace de la relación con

su madre, con su padre y con sus hermanos.

11 Encuesta, Tomo II, p 29 y Tomo III, p. 30 12 Encuesta, Tomo II, p. 25 13 Encuesta, Tomo II, p. 25 y Tomo III, p. 26

16

A hogares ‘muy integrados’ pertenecen estudiantes que evalúan muy bien o bien la

relación con su madre, padre y hermanos y que, además, vive con ambos padres

juntos.

A hogares ‘integrados’ pertenecen alumnos que tienen una evaluación neutra o buena

de la relación con sus padres, y viven sólo con uno de ellos.

A hogares ‘desintegrados’ pertenecen niños que viven con otro familiar, evalúan de

forma negativa o dicen no tener relación con sus padres y hermanos.”14

Nivel de integración familiar, según centro (en porcentajes)15

Si bien podemos notar ciertas variantes en algunos liceos, casi la mitad de los

alumnos provienen de hogares muy integrados (46,4 %). En el porcentaje de los

hogares desintegrados encontramos a los alumnos del colegio de Melo y de Las

Piedras estando sobre el promedio de 26,2 %.

Considerando que la familia es la primera escuela, dónde se aprende a

relacionarse y a comunicarse, la mitad del alumnado proviene de hogares integrados o

desintegrados, donde el aprendizaje y las relaciones manifiestan algún defecto y hasta

alguna carencia.

2.2. Niveles de fe.

14 Encuesta, Tomo II, p. 47

Salto Pays. Merced. Melo Matur. Pío Las Piedras total

1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. prom. sin información 0 2 3 8 1 2 0 0 0 5 7 2 2 1 2 3 2,4 muy integrado 48 50 60 44 57 51 40 47 54 37 35 36 48 43 49 44 46,4 integrado 23 30 21 28 23 30 20 6 28 31 26 28 20 26 23 26 24,3 desintegrado 29 19 16 20 19 16 40 47 18 27 32 24 30 30 26 26 26,2

17

En una sociedad secularizada y laicizada, como es la sociedad uruguaya, uno no

puede suponer que el alumno que ingresa proviene de una familia cristiana, o que

tenga una vivencia cristiana. Algunos números y conclusiones de la encuesta nos

pueden ayudar a comprender la situación compleja en la que queremos sembrar la

semilla de la Palabra de Dios.

2.2.1. Confesión de la fe.

Cómo indicador hemos tomado solamente algunas preguntas de la encuesta que

nos pueden acercar a una idea sobre el concepto que los alumnos tienen sobre Dios y

el sentido de la fe cristiana en su vida.

A la pregunta sobre su creencia en Dios se ha obtenido los siguientes resultados:

porcentaje de alumnos que respondieron afirmativamente a la pregunta: ¿Crees en Dios?

En el primer año del liceo en general un 76 % cree en Dios, pero luego en los 4to

años baja este nivel a 54 %. El período que corre entre ambos, es la etapa de

adolescencia, en dónde el adolescente cuestiona muchas cosas de su formación. Pero

aparentemente las respuestas que se trata de dar a través de los distintos itinerarios

no son las adecuadas o no son asumidas como propias.

Esta misma incógnita se refleja cuando se pregunta a los alumnos: ¿quién es Dios

para ti?. Se nota que en el Bachillerato casi 21 % no da ninguna información con

respecto a la pregunta, mientras que 13 % lo ve como un amigo, 12 % encuentran en

Dios alguien que escucha y 10 % recurre a Dios cuando tiene problemas. Al iniciar el

15 Encuesta, Tomo II, cuadro 20 y Tomo III, cuadro 20.

18

liceo, si bien los números no difieren tanto, hay un porcentaje menor que no responde

(14 %), 20 % lo ve como un amigo, 15 % encuentran en Dios alguien que escucha y

11 % ve en Dios alguien que nos ama y se entregó por nosotros.16 Si bien en la

encuesta no se ha pedido ni ofrecido definiciones ‘teológicas’ vemos reflejado una

cierta imagen de Dios como Alguien que ayuda, que valora la persona (me valora – me

acepta como soy); un Dios cercano a la vida del adolescente. La imagen de Dios Juez

o Ser supremo, no está presente en el mundo del adolescente, que busca más una

relación más personal con Dios en función de su crecimiento y deseo de ser alguien.

¿Quién es Dios para ti?

Agregamos una pregunta más para descubrir el lugar que ocupa la fe en la vida

cotidiana de los alumnos: ¿Para que sientes que te sirve la fe cristiana en tu vida?17

Ahí encontramos cierta similitud entre los alumnos del primer año de liceo y los del

bachillerato: el 16 % de los alumnos del primer año contestó ‘para valorar las

pequeños cosas que Dios me pone en mi camino’, y el 15 % dijo que ‘para ser feliz’.

En el bachillerato, para el `4 % de los estudiantes, ‘la fe sirve para valorar las

pequeñas cosas que Dios pone en nuestro camino’, para el 13 %, la fe es útil para dar

16 Encuesta, Tomo II, cuadro 28 y Tomo III, cuadro 28 17 Encuesta, Tomo II, cuadro 29 y Tomo III, cuadro 29

Salto Pays. Merced. Melo Matur. Pío Las Pie. total 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. prom.

Sin información 6 12 18 19 13 26 15 16 17 22 16 26 16 23 14 21 17,5 Un amigo 21 15 15 14 17 12 26 16 21 12 17 10 23 11 20 13 16,4

Alguien que me escucha 14 9 18 13 15 16 15 8 15 11 15 13 16 13 15 12 13,6 Alguien a quien recurro

cuando tengo problemas 9 7 9 10 7 9 9 14 7 10 7 10 7 8 8 10 8,8 Alguien que me valora

como persona 7 2 3 2 5 3 4 2 5 1 4 2 2 3 4 2 3,2 Alguien que me acepta

como soy 11 5 6 6 9 7 5 12 7 4 10 4 6 6 8 6 7,0 Alguien que me ayuda a

ser feliz 9 13 8 6 4 5 9 2 6 6 7 5 6 4 7 6 6,4 Alguien demasiado lejano 0 0 0 1 0 1 0 2 0 2 1 2 0 1 0 1 0,7

Un ser superior 3 7 3 4 5 2 1 6 2 6 3 3 0 4 2 5 3,5 Alguien que juzga mi

comportamiento 1 0 0 1 1 2 0 6 1 2 2 2 0 3 1 2 1,5 El creador de todas las

cosas 6 6 4 5 6 1 2 6 7 4 4 4 3 3 5 4 4,4 Alguien que nos ama y se

entregó por nosotros 11 15 11 12 13 5 6 10 9 10 12 6 16 6 11 9 10,1 Alguien que me inspira a

ser mejor 3 6 3 5 4 3 6 0 3 4 2 4 3 5 3 4 3,6 Nadie, no creo 0 1 1 1 0 2 3 0 1 1 0 2 0 3 1 1 1,1

No lo tengo claro 1 2 1 2 1 5 0 2 1 2 2 8 2 6 1 4 2,5 Otros 0 0 1 1 0 0 1 0 1 0 0 1 0 1 0 0 0,4

19

sentido a la vida y para 10 %, la fe sirve para ser feliz. Llama la atención el alto

porcentaje de los alumnos que no han contestado la pregunta: el 18 % en el primer

año de liceo y el 31 % en el Bachillerato.

“Los altos niveles de creencia en Dios que se registraban entre los jóvenes

pueden estar relacionados con la forma en que los padres y hermanos viven la

religión”.18 En primer año, los alumnos manifestaron que el 92 % de las madres, el 82

% de los padres, el 75 % de los hermanos más cercano y el 84 % de los mejores

amigos que tienen, creen en Dios. En el cuarto año estos porcentajes están algo más

bajos: el 89 % de las madres, el 71 % de los padres, el 70 % de los hermanos y el 72

% de los amigos creen en Dios.

¿Para qué sentís que te sirve la fe cristiana en la vida?19

2.2.2. Celebración de la fe

Los alumnos que ingresan en nuestro centro han tenido todos lo que podemos

llamar una ‘preevangelización’. Un alto porcentaje fue bautizado, hizo la primera

comunión y se han confesado alguna vez. Es un reflejo de una tradición existente en

la sociedad; pero no es reflejo de una fe enraizada en la vida personal. Los alumnos

que provienen de nuestros centros salesianos o de una primaria católica han recibido

18 Encuesta, Tomo II, p. 101 y Tomo III, p. 109

Salto Pays. Merced. Melo Matur. Pío Las Pie. total 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. prom.

Sin información 14 20 17 26 12 34 19 33 20 33 19 40 23 31 18 31 24,4 Para soportar el dolor y

los sufrimientos 9 2 8 6 9 9 8 4 7 7 10 4 6 6 8 5 6,8 Para darle un sentido a

mi vida 13 12 14 14 13 12 11 22 13 14 16 6 9 11 13 13 12,9 Para hacer los problemas

más llevadores 1 3 3 7 3 2 6 0 2 6 2 4 3 6 3 4 3,4 Para desarrollar los

dones que Dios me ha dado 13 10 15 9 18 8 11 2 15 6 9 6 12 4 13 6 9,9

Para valorar las pequeñas cosas que Dios me pone en mi

camino 13 19 18 19 18 14 19 18 18 9 12 8 16 11 16 14 15,1 Para ayudar a los más

necesitados 16 12 11 6 11 4 9 4 7 8 11 7 12 6 11 7 8,9 Para ser feliz 18 17 10 9 16 7 14 12 15 9 17 6 13 11 15 10 12,4

Para nada 0 1 1 1 0 1 0 0 1 1 1 3 1 2 1 1 0,9 No lo tengo claro 1 2 2 2 1 6 2 6 2 5 2 10 3 6 2 5 3,6

No tengo fe cristiana 1 1 1 1 0 2 1 0 1 2 1 5 1 4 1 2 1,5 Otros 1 0 1 0 0 1 1 0 0 0 0 2 0 0 0 0 0,4

20

todos catequesis para prepararse a la comunión. Alumnos que ingresan de la Escuela

Pública, pero que han ‘tomado la primera comunión’ han pasado todos por una

catequesis de 3 años de duración en su parroquia correspondiente. En ambos casos,

es muchas veces una catequesis de preparación a un sacramento. Es una mentalidad

muy común en la gente: ‘ha tomado la primera comunión’, a veces ‘una segunda’... y

muchas veces fue también la última comunión. Los altos porcentajes de chicos que

han recibido los sacramentos de iniciación no es garantía de una fe vivida y celebrada.

Esto se refleja claramente en el sacramento de la confirmación: la preparación de la

confirmación es más exigente tanto en la preparación como en el compromiso que se

tiene que asumir dentro de una comunidad, y esto hace que muchos no se acerquen a

esta preparación. Además la preparación empieza alrededor de los 15 años o 3er año

de liceo.

Porcentaje de personas que recibieron los siguientes sacramentos20

0

20

40

60

80

100

120

1º Año Bachillerato Promedio

bautismoprimera comuniónreconciliación/confesiónconfirmación

Si bien no es fácil de medir la práctica en la celebración de la fe, en la encuesta se

ha tratado a través de varias preguntas elaborar un índice de práctica en la

celebración de la fe. “El índice de nivel de la celebración de la fe fue construido en

base a las siguientes variables: sacramentos que recibió, frecuencia con la que reza,

frecuencia con la que lee la Biblia, frecuencia con la que se confiesa y frecuencia con

la que va a misa. Estos elementos se conjugan en un índice sumatorio simple que

varía entre 1 y 18, donde 1 es el menor puntaje posible y 18, el máximo nivel de

práctica en la celebración de la fe. A continuación se detallan los tramos con los que

se construyeron las tres categorías:

19 Encuesta, Tomo II, Cuadro 29 y Tomo II, Cuadro 29 20 Encuesta, Tomo II, Cuadro 32 y Tomo III, Cuadro 32

21

• nivel bajo: de 1 a 7 puntos

• nivel medio: de 8 a 13 puntos

• nivel alto: de 13 a 18 puntos”21

Indice de práctica en la celebración de la fe

Salto Pays. Merced. Melo Matur. Pío Las Pie. total

1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. prom. sin información 0 0 0 0 1 0 0 1 0 1 2 0 0 0 0 0 0,4 Bajo 2 6 1 7 0 9 0 6 4 12 10 21 12 24 4 12 8,1 medio 26 43 50 49 41 49 69 59 56 63 49 67 58 43 50 53 51,6 Alto 72 52 49 44 57 42 31 35 39 24 38 12 30 32 45 34 39,8

Con excepción del Colegio de Melo, vemos que entre el 1er año y el 4to año el

índice baja con un promedio del 9 % en el nivel alto y sube un 8 % en el nivel bajo. Si

bien podemos encontrar una explicación válida en la etapa en la cual el alumno se

encuentra, la adolescencia, éstos números en cierta forma cuestionan también nuestra

intervención educativo-pastoral durante los 4 años que los alumnos pasan en nuestros

ambientes.

Agregamos a esto que los alumnos de primer año a la pregunta sobre qué

persona los orienta en su vida cristiana “69 % dijo que sus padres, 24 % un sacerdote,

21 % un amigo, 16 % su hermano u otro familiar y 10 % su padrino. Sólo 6 %

respondió que no tiene quien lo acompañe u oriente22 En el primer año de bachillerato,

encontramos algunas variantes: el 46 % dijo que sus padres, el 27 % un amigo, el 17

% un sacerdote, “uno de cada cinco jóvenes dice no tener quien lo oriente en su vida

cristiana”23.

Pero no podemos negar la importancia del colegio en el momento que se

pregunta “¿Dónde surgió tu fe cristiana? Para el 55 % de los entrevistados del primer

año y para 48 % de los entrevistados del 4to año, la fe cristiana surgió en la familia.

Mientras que el colegio aparece en segundo lugar respectivamente con un 32 % y un

23 %.24,esto, podría mostrar, por otro lado, la importancia de la propuesta educativa-

pastoral de nuestros liceos.

2.2.3. Vivencia cristiana y valores

21 Encuesta, Tomo II, p. 81; Tomo II, Cuadro 35; Tomo III, Cuadro 35 22 Encuesta, Tomo II, p. 102 23 Encuesta, Tomo III, p. 110 24 idem

22

No es fácil de descubrir a través de una encuesta la vivencia de la fe y los valores

cristianos. Se han hecho varias preguntas con relación al consumo de marihuana, uso

de anticonceptivos, grado de acuerdo con el matrimonio para toda la vida, grado de

acuerdo con el consumismo, etc... No se ha llegado a formular un índice de vivencia

cristiana; pero los datos siguientes, quizás nos pueden acercar más a entender al

adolescente que frecuente nuestros liceos. A la pregunta de “cosas que considera que

son más importantes en mi vida”, se dejo al alumno varias opciones y la posibilidad de

señalar varias: ganar mucho dinero, ayudar a los pobre y necesitados, divertirse y

disfrutar de la vida, formar una familia, tener fe en Dios, tener buena salud, tener

amigos, descubrir mi vocación y ser un buen profesional.

Cosas que considera que son más importantes en mi vida25

Salto Pays. Merced. Melo Matur. Pío Las Piedras total

1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. prom. sin información 11 17 3 6 7 0 3 6 4 14 31 14 16 9 11 9 10,1 Ganar mucho dinero 5 4 16 3 10 5 3 6 13 11 2 12 4 23 8 9 8,4 ayudar a los pobres y necesitados 9 9 16 0 4 7 11 6 6 1 5 2 19 7 10 5 7,3 divertirse y disfrutar de la vida 18 17 18 19 11 23 31 0 25 23 16 17 15 23 19 17 18,3 formar una familia 20 22 26 37 21 37 20 41 18 22 18 14 18 14 20 27 23,4 tener fe en Dios 18 7 4 8 19 2 3 0 8 6 8 17 9 2 10 6 7,9 tener buena salud 9 11 4 13 4 9 11 24 11 5 9 0 9 4 8 9 8,8 tener amigos 6 7 9 9 7 2 14 6 8 11 4 12 2 8 7 8 7,5 descubrir mi vocación 0 4 3 3 9 7 0 0 4 2 1 7 2 3 3 4 3,2 ser un buen profesional 3 2 0 2 7 7 3 12 2 4 5 5 5 6 4 5 4,5

Casi para la cuarta parte de los alumnos (23,4 %) lo más importante es formar una

familia; en el Bachillerato parece ser más importante aún (hay una diferencia del 7 %

más, que en otros items no es tan pronunciada). Para el 18,3 % es importante

divertirse y disfrutar de la vida. Mientras que las otras opciones; ganar mucho dinero,

ayudar a los pobres, tener fe en Dios, tener buena salud, tener amigos, .. obtienen un

promedio del 8 % cada una. El descubrir su vocación es solamente para un 3,2 % de

nuestros alumnos considerado como algo importante en su vida. Algo sorprendente

es el bajo porcentaje que tiene el item “descubrir mi vocación” o “ser un buen

profesional” en los alumnos del Bachillerato. En el Bachillerato se tiene que llegar a

una opción de estudios en vista de un 2do año de Bachillerato más diversificado.

23

2.3. Tiempos fuera del colegio

La carga horaria de los distintos cursos tienen un promedio de 4 a 5 horas diarias;

agreguemos a este tiempo, una hora más para las actividades extracurriculares

(deportes, grupos asociativos, etc...) y constatamos que el tiempo real que el alumno

está en nuestro ambiente es relativamente corto. Lo que no quiere decir que el

alumno tenga libre el resto del día. Muchos de ellos acuden a academias de todo

índole: Inglés, Informática, etc... Hablar de tiempo libre es por eso casi sinónimo de

hablar de los fines de semana y sus diversas actividades.

¿Qué le gusta hacer en tu tiempo libre?26

Salto Pays. Merced. Melo Matur. Pío Las Pie. total

1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. prom. Sin información 8 3 13 1 7 3 2 2 7 6 6 2 7 8 7 4 5,4 salir a bailar 7 25 10 21 4 19 7 20 9 16 13 13 10 14 9 18 13,4 reunirme con amigos 28 28 26 28 25 28 29 29 22 26 23 25 26 22 26 27 26,1 practicar deportes 13 12 15 13 16 13 12 16 16 13 13 9 12 10 14 12 13,1 compartir actividades con mis compañeros de colegio 4 2 3 1 6 2 8 0 7 2 3 1 7 2 5 1 3,4 escuchar música 11 9 8 9 15 11 12 10 12 10 11 15 11 14 11 11 11,3 mirar TV 12 8 11 7 9 5 8 4 13 10 11 9 9 13 10 8 9,2 navegar en Internet 6 4 4 4 7 2 8 4 5 4 5 5 5 4 6 4 4,8 estar con mi familia 4 14 6 7 6 6 5 4 5 4 4 9 9 2 6 7 6,1 estar con mi novio/a 7 4 3 5 3 7 6 12 2 7 8 12 2 7 4 8 6,1 Leer 0 0 2 1 2 4 5 0 2 2 2 0 2 3 2 1 1,8 otras respuestas 2 0 0 2 1 0 0 0 1 1 0 2 1 1 1 1 0,8

Más de una cuarta parte (26,1 %) de nuestro alumnado indica la importancia de

reunirse con amigos. Luego, en orden de preferencia, encontramos la importancia de

salir a bailar, de practicar deportes y escuchar música. Si bien solamente 9,2 % de los

alumnos indican que mirar TV es un pasatiempo, en otro lugar de la encuesta vemos

que promedialmente se mira 3 horas de TV durante la semana, y hasta 4 horas

25 Encuesta, Tomo II, Cuadro 39 y Tomo III, Cuadro 39 26 Encuesta, Tomo II, Cuadro 24 y Tomo III, Cuadro 24

24

durante los fines de semana, siendo los promedios algo más alto en la franja más

joven de los encuestados.27

Resumiendo.

Nuestros alumnos son los típicos adolescentes que viven por un lado una etapa de

transicción, cuestionando lo aprendido en la niñez, imposibilitado de proyectarse ya

hacia el futuro. Un adolescente que quiere vivir el presente al máximo, buscando

resultados inmediatos de todo cuanto hace. Un adolescente que busca su inserción

en una sociedad posmoderna. Una sociedad que por un lado tiene al adolescente y al

joven como modelo, pero por otro lado cierra sus puertas de acceso a este mismo

adolescente y joven. “La sociedad posmoderna está anclada en el presente, es

resistente a proyectar el futuro y desmemoriada del pasado – es una sociedad

adolescente que utiliza a los medios de comunicación para reforzar este ideal”28 A

este adolescente, en esta sociedad adolescente, ofrecemos una propuesta educativo-

cultural.

3. La propuesta educativo-pastoral en los liceos salesianos

27 Cfr. Encuesta, Tomo II, p. 62 y Tomo III, p. 69 28 BARONE, C., Los vínculos del adolescente en la era posmoderna. p. 33

25

Hablando de la propuesta educativa pastoral de los liceos salesianos tenemos que

tomar como referencia:

a. El Capítulo General Especial 20 (1972) que en relación a la congregación

salesiana hace una renovada reflexión sobre su misión apostólica (Parte

primera de los documentos capitulares) y da una respuesta a la inquietud de la

renovación pastoral de la acción salesiana entre los jóvenes (documento 4)

b. Las Constituciones y Reglamentos de los Salesianos de Don Bosco y el

comentario de las mismas en “El Proyecto de Vida de los salesianos” (1985).

Ahí está definido el carácter unitario de nuestro servicio en la misión de la

Iglesia: “Educamos y evangelizamos siguiendo un proyecto de promoción

integral del hombre, orientado a Cristo, hombre perfecto. Fieles a la idea de

Don Bosco, nuestro objetivos es formar ‘honrados ciudadanos y buenos

cristianos’”29

c. El Capítulo General XXIII (1990) “Educar a los jóvenes en la fe”. Este

documento se articula alrededor de 3 temas fundamentales: “la situación de los

jóvenes en sus propios ambientes, el camino de fe, y la espiritualidad

salesiana”30

d. El Capítulo General XXIV (1996) “Salesianos y Seglares. Compartir el espíritu

y la misión de Don Bosco”. Hace tiempo que en nuestra labor educativa

estamos ayudados por una gran cantidad de laicos y partiendo de esta

experiencia se invita a “dar cabida e integrar en esta tarea a los seglares más

motivados mediante las relaciones, la comunicación, el proyecto educativo-

pastoral, el estilo de presencia y acción que pide el Sistema Preventivo y los

planes de formación bien pensados”31

e. Y por último, la reflexión del dicasterio de Pastoral Juvenil de la Congregación:

“La Pastoral Juvenil Salesiana, Cuadro fundamental de referencia”. Además

de ser “una síntesis de las orientaciones oficiales de la Congregación sobre la

Pastoral Juvenil, como punto de referencia”, quiere ser también “un instrumento

de trabajo, capaz de guiar la reflexión sobre la realidad juvenil y el esfuerzo de

29 C. 31 30 CG XXIII, 10 31 CG XXIV, p. 16

26

encarnación e inculturación de la Pastoral Juvenil Salesiana en las diversas

situaciones y ambientes”.32

Este camino de reflexión y praxis salesiana ha ayudado a través del tiempo a

responder a la situación de la juventud y de los ambientes populares orientando la

labor educativa hacia la evangelización.33 A su vez se ha incorporado a esta tarea

cada vez más a los laicos en una relación recíproca de responsabilidades pastorales y

educativas. Esto último, ha hecho necesario, más que nunca, la formulación del

proyecto educativo.

3.1. El Proyecto Educativo Salesiano (PEPS).

32 Dicasterio de Pastoral Juvenil, La Pastoral Juvenil Salesiana, cuadro fundamental de referencia, p. 3

27

El PEPS es “la mediación histórica y el instrumento operativo de la misma misión

en todos los lugares y en todas las culturas; es por ello el elemento principal de

inculturación del carisma salesiano”34. La elaboración del PEPS es tarea de todas las

personas involucradas en los procesos educativos de los destinatarios: los salesianos,

profesores, padres, alumnos, etc… Pero más que un documento es una mentalidad

de trabajar en comunidad basado sobre una reflexión hecha en común “para actuar

con una mentalidad compartida, con claridad de criterios y objetivos, y para hacer

posible la gestión coresponsable de los procesos pastorales”35. En la actualidad

encontramos que no todos los liceos están en el mismo nivel de la elaboración de su

PEPS. Ya que se trata de un cambio de mentalidad y un proceso, es algo a lo cual no

se llega de un día para otro.

El PEPS como conjunto orgánico de acciones e intervenciones se estructura en 4

dimensiones:

• educativo- cultural

• evangelización y catequesis

• asociativa

• vocacional.

3.1.1. La dimensión educativo-cultural

“Es el aspecto que se encarga de estimular y seguir un proceso de educación que

libere las posibilidades creadoras de la persona, favorezca su inserción crítica en la

cultura y en la sociedad.”36

El centro de toda nuestra acción educativa es el joven. Un joven inserto en un

ambiente determinado, con sus características. La intervención educativa quiere

“desarrollar una persona, capaz de asumir la vida en su integridad y de vivirla con

calidad”37. Esta intervención también tiene lugar en un contexto cultural determinado.

Por eso es necesario conocer primero este contexto y descubrir los retos que este

presenta.

La dimensión educativo-cultural tratará dentro de este contexto socio-cultural de

privilegiar algunas opciones concretas, entre otras:

- “favorecer en cada joven un proceso de crecimiento personal y social

- cuidar la asimilación crítica y creativa de la cultura

33 cfr. R. 4 34 Dicasterio de Pastoral Juvenil, La Pastoral Juvenil Salesiana, Cuadro fundamental de referencia., p. 25 35 id., p. 26 36 EPI, Planificación pastoral 2002, terminología. Hojas fotocopiadas. 37 id., p. 28

28

- favorecer la personalización de los valores”.38

En nuestros liceos ésta dimensión está siempre dirigida por un laico con el cargo

de ‘subdirector’ del área educativo-cultural39. Es el responsable de las actividades

curriculares y tiene como gran responsabilidad la animación, coordinación y

evaluación de los docentes, profesores, animadores del sector. Realiza también el

seguimiento de la actividad curricular de los alumnos en diálogo con los padres y los

coordinadores docentes. Y en todos los colegios forma parte del equipo de dirección.

Los profesores tienen que seguir el programa oficial elaborado por las autoridades

de la Enseñanza. De la misma manera tiene que usar la misma forma de registrar su

programación, las notas, etc… Las reuniones de profesores están programadas

desde la organización de la Enseñanza, en ellas se busca siempre poner en el centro

de toda intervención educativa la persona del joven. No se está ajeno a lo que el

joven vive a nivel personal o grupal. Existe también una inquietud que va más allá de

cumplir meramente con el programa. En las reuniones evaluativas participan

normalmente también los encargados de pastoral y los catequistas o animadores del

grupo.

Regularmente se realizan reuniones de padres para informar sobre el rendimiento

escolar del alumno. Son momentos en los cuales los profesores, coordinadores de

grado y los padres intercambian elementos para el crecimiento del joven, dificultades,

… con respecto al alumno etc.... No es una simple entrega de notas, sino también un

momento de búsqueda para mejorar aún más la oferta educativa del colegio.

3.1.2. La dimensión evangelización y catequesis.

“Es el aspecto que se encarga de que la vida educativo cultural del sector tenga

un plan explícito de educación en la fe que acompañe a los jóvenes en su desarrollo y

coordine las diversas formas de catequesis, celebraciones y compromisos

apostólicos.”40

El centro del proyecto educativo es el joven y la finalidad de nuestra misión es

evangelizar a los jóvenes. Por esto, nuestro actuar sigue “un proyecto de promoción

integral del hombre, orientado a Cristo, hombre perfecto”41. “Caminamos con los

jóvenes para llevarlos a la persona del Señor resucitado , de modo que, descubriendo

38 id., p..29ss 39 En la terminología con respecto al PEPS, se ha utilizado durante muchos años el término ‘área’. Esto último fue modificado a partir del año 1998 por el término ‘dimensión’. Pero aún existe en el lenguaje común, y en la descripción de roles dentro del centro docente y se sigue utilizando el término ‘área’. 40 EPI, Planificación pastoral 2002, terminología. Hojas fotocopiadas 41 C. 31

29

en Él y en su Evangelio el sentido supremo de su propia existencia, crezcan como

hombres nuevos.”42.

Los acompañamos en una cultura concreta, ayudándoles a llegar a una síntesis de

fe-vida. Es nuestro objetivo ayudarles a madurar una fe integrada, crítica y

comprometida. Por eso se privilegian algunas opciones específicas:43

- “cuidar los elementos educativos de los ambientes para que sean coherentes y

abiertos al Evangelio

- promover el desarrollo de la dimensión religiosa de la persona

- ofrecer una primera evangelización

- desarrollar un itinerario sistemático de educación en la fe.”

El cuidado de ésta dimensión en nuestros liceos es la responsabilidad del

“Encargado Pastoral de Adolescentes y Jóvenes” que en algunos lugares es llamado

el Subdirector del Área Evangelización y Catequesis. En todos los casos es un

salesiano religioso que anima esta dimensión. “El Encargado de Pastoral de

Adolescentes y Jóvenes es el delegado de la comunidad para animar y coordinar la

acción pastoral dirigida a los adolescentes y jóvenes en éstas áreas: asociativa,

vocacional y evangelización-catequesis. Forma parte del equipo de dirección y del

consejo de la Comunidad Educativo Pastoral de la presencia salesiana”44.

Las actividades de esta dimensión son muy variadas:

• la más importante es la formación cristiana: después de muchos años de

búsqueda, la hora de clase que se llamaba catequesis o enseñanza religiosa

se llama ahora ‘formación cristiana’. Con esto se entiende: “Instancia de

presentación y reflexión sistemática de los contenidos básicos de la fe cristiana

que nos proponen un estilo de vida y un camino de encuentro con Dios.

Asume la forma de asignatura curricular con todo lo que ello implica”45. Y con

esto último, se trata de dar una mayor importancia en el momento de evaluar lo

actuado por el alumno durante el año. Se querría dar también un respaldo al

trabajo de los catequistas que muchas veces se sentían en condiciones

desiguales en el momento de dialogar con los profesores de otras asignaturas.

El programa que se sigue, fue elaborado a partir del año 1998 y está todavía

en su etapa inicial y falta su implementación total para poder realizar la

evaluación del mismo en orden a verificar su validez. Un elemento para

destacar es que el centro del programa es siempre la realidad misma del

destinatario. Se hace al iniciar el año siempre un análisis doble: en un primer

42 C. 34 43 Dicasterio de Pastoral Juvenil, La Pastoral Juvenil Salesiana, cuadro fundamental de referencia, p. 32 44 Definición elaborada por los propios encargados de pastoral de adolescentes y jóvenes. Cfr. Fotocopias de las promemorias de las reuniones año 1997-2000

30

momento, se apunta a descubrir el nivel de fe, las características del grupo en

relación a ella y un segundo momento que tiene como objetivo descubrir cómo

se ubica el grupo frente a cada uno de los temas que se va a desarrollar. Este

diagnóstico inicial es muy completo y da una imagen detallada de la situación

de cada alumno del grupo en general.

• Celebraciones litúrgicas: en todos los liceos se da al alumnado la posibilidad de

asistir una vez a la semana a una eucaristía. En casi todos los liceos la

concurrencia es libre y se realiza, en general, durante el horario escolar. La

asistencia va de un 30 a 60 % dependiendo del momento del año. Se nota una

mayor asistencia en el primer año, bajando la asistencia hacia final del ciclo

(4to año). En casi todos los liceos las eucaristías son preparadas de antemano

por el grupo de catequistas y algún grupo de alumnos. Además de esta

posibilidad de misa semanal, en algunos liceos se celebran esporádicamente

las misa por grupos, por nivel o por clase. En este momento se invita a todos

los alumnos de la misma clase de participar. Las grandes fiestas como María

Auxiliadora, Don Bosco, etc... son a veces precedidas por celebraciones

eucarísticas.

La celebración penitencial se realiza normalmente en todos los liceos por clase

o nivel, después de alguna preparación previa. La participación en la

celebración es obligatoria para todos los alumnos, mientras que, por supuesto,

el acercarse a la confesión es totalmente libre. Se constata también una menor

participación en la confesión a medida que el alumno va creciendo.

• Retiros: en todos los liceos se ofrece al alumnado la posibilidad de asistir a un

retiro. Esto se realiza fuera del colegio y durante un día y medio. Es una

actividad libre, en algunos casos se hace la invitación por grupo en otros

lugares se invita personalmente al alumno. Son jornadas de mayor

profundización de la fe y el compromiso que brota de ella.

• Convivencias: son actividades de un día o de una mañana (o tarde); a través

de dinámicas de integración, de crecimiento, etc... se trata de una forma

distinta en acompañar al alumno a un mayor compromiso para con la

Institución. Si bien es durante un día escolar, propiamente dicho no es

obligatoria la participación. Las convivencias típicas son al iniciar el año

escolar, la fiesta de María Auxiliadora (24 de mayo) y la fiesta de Don Bosco

(16 de agosto).

• Buenos días/tardes: son un tiempo breve en el cual se reúne todo el alumnado

(a veces por nivel) para rezar juntos o para recibir un pequeño mensaje. Hay

45 cfr. Varios, Manual del Educador, Formación cristiana, 1er año. Hojas fotocopiadas

31

tantas formas diferentes cómo liceos. En algunos lugares se prepara y hay un

itinerario o temario en relación con la vida del colegio, la vida de la Iglesia,

tiempos litúrgicos, etc...

Para acompañar estas actividades el Encargado de Pastoral de Adolescentes y

Jóvenes cuenta con un grupo de catequistas y/o animadores. No existe un sistema

único en nuestros liceos. En el mejor de los casos los catequistas son rentados; no

solamente por sus horas de clase, sino también por horas suplementarias de trabajo.

En este caso se nota un mejor empeño en la preparación y realización de las

actividades. Dónde se cuenta solamente con voluntarios, las dificultades para realizar

las actividades son mayores.

En ningún liceo existe propiamente dicho un equipo de pastoral, si bien en todos

los lugares se desearía formar un equipo. Las preguntas que se tendrían que

responder son: ¿cuáles serían sus tareas?, ¿cómo se relaciona con los otros equipos

existentes del colegio?, ¿cuáles son las decisiones que les compete? ¿se pagarían

estas horas?...

También algunas veces el problema económico influye notablemente en el

momento de programar o armar actividades puramente pastorales o de

acompañamiento

Otro problema, que muchas veces está relacionado con la dimensión educativo-

cultural, es la dificultad de coordinar las actividades pastorales, dentro del calendario

curricular o en relación con las asignaturas. En el fondo hay un pedido de

reconocimiento del trabajo pastoral.

3.1.3. La dimensión asociativa

“Es el aspecto que se encarga de que en la vida educativo pastoral cada sector,

tenga los grupos y asociaciones según la edad e intereses de los jóvenes,

procurándose especialmente la promoción de los grupos de compromiso cristiano y los

que participan en la misión salesiana y viven su espíritu.”46

La propuesta salesiana de educación y evangelización implica un ambiente de

relación y de relaciones amistosas y fraternas. A través una variedad de grupos se

ofrece diferentes itinerarios educativos y de evangelización, tratando que los mismos

jóvenes sean los protagonistas en su propia formación. Más que de formar grupos, se

trata de formar comunidades donde se aprende a participar y a intervenir activamente

en el propio ambiente. Por eso se quiere privilegiar las siguientes opciones:47

- “se ofrece a todos los jóvenes, asumiendo su propio protagonismo,

- cada grupo tiene una finalidad educativa,

46 EPI, Planificación pastoral 2002, terminología. Hojas fotocopiadas

32

- con un estilo propio de animación

- buscando siempre una inserción en la vida social y en la Iglesia,

- atento siempre a las nuevas formas de asociación juvenil”.

Todos estos grupos tienen como referencia el Movimiento Juvenil Salesiano (MJS),

dentro del cual, cada grupo vive su propia autonomía pero participa de la espiritualidad

juvenil salesiana y de su la pedagogía. El MJS tiene en Uruguay su propia

organización en dónde se busca siempre el protagonismo de los mismos jóvenes

dentro del trabajo que el movimiento, realiza en cada casa. Las actividades de los

grupos son consideradas en nuestros liceos como “actividades extracurriculares” y no

influyen en lo actuado en las distintas materias o programas y evaluaciones oficiales.

El Encargado de Pastoral de Adolescentes y Jóvenes busca siempre promover a

los mismos jóvenes de los distintos grupos o de los grupos de bachilleratos o

exalumnos para que asuman la animación de los distintos grupos. En muchos liceos

el animador de un grupo es un voluntario. Este último provoca a veces tensiones, ya

sea por que a veces no es tomado en cuenta su aporte en los procesos educativos por

los profesionales, ya sea que su situación económica, a veces, no le permite dedicar

más tiempo a estas actividades.

Otro aspecto que influye negativamente en esta dimensión es en ciertas

oportunidades la falta de itinerarios claros, en lo educativo, o de evangelización, con

excepción de los grupos misioneros o la Juventud Misionera48. Y esto es justamente

el punto débil en toda la propuesta asociativa y que hace que uno tenga la impresión

de una ‘cierta improvisación’. Si bien la propuesta está o tiene que estar muy ligada a

todo el Proyecto Educativo Salesiano, se puede decir que mucho depende del

Encargado Pastoral de Adolescentes y Jóvenes de turno y la importancia que se le da

a nivel del Equipo de dirección de dicha dimensión.

3.1.4. La dimensión vocacional

“Es el aspecto que ofrece un servicio que oriente y acompañe a los jóvenes en el

descubrimiento y realización de su propio proyecto de vida, atendiendo

prioritariamente a los jóvenes que presentan indicios de vocación religiosa-

sacerdotal.”49

A través de esta dimensión ayudamos a los jóvenes “a situarse como personas y

creyentes en la sociedad y en la Iglesia, siempre abiertos a la voz de Dios, y les

47 cfr. id., p. 38 48 “La Juventud Misionera Salesiana es un grupo de adolescentes/jóvenes que, identificado con la Espiritualidad Juvenil Salesiana, se encuentra para compartir, profundizar y celebrar la vida a la luz de la fe en Cristo; hacer un camino que le permita descubrir la vida como vocación e ir asumiéndola como un compromiso evangélico, en la vivencia de lo cotidiano y en el servicio apostólico”, cfr. La Pastoral Juvenil de los Salesianos en el Uruguay, Criterios y Orientaciones, 2000

33

acompaña en la formulación de su propio proyecto de vida”50. Existe una gran

variedad de trabajos en nuestros colegios, no hay una claridad suficiente sobre lo que

se hace al respecto en esta dimensión. En algunos colegios existen equipos que

organizan actividades durante el año para los alumnos del 1er año de Bachillerato en

función de la opción que tienen que hacer con respecto al año siguiente. Dichos

equipos son integrados por algún profesor, un orientador psicológico, el encargado de

pastoral, … Dependiendo del lugar, se trabaja también con personal especialmente

contratado por estas actividades.

En algunos lugares hay un seguimiento más personalizado del alumno, en las

entrevistas personales (con el encargado de pastoral o con el catequista o coordinador

del grupo). Son momentos de acompañamiento personal en la elaboración de su

proyecto de vida personal.

La dimensión vocacional está presente en los itinerarios por ejem., de la Juventud

Misionera Salesiana, el Voluntariado, dónde se presenta a los jóvenes un camino de

discernimiento y de compromiso. A nivel inspectorial se ofrecen algunas actividades,

como por ejem., el retiro de proyecto de vida, para acompañar también las

comunidades en la pastoral vocacional específica.

49 EPI, Planificación pastoral 2002, terminología. Hojas fotocopiadas

34

3.2. Valoración de parte de los alumnos

El centro de nuestra labor educativo-pastoral es siempre el adolescente o el joven.

Es interesante escuchar su opinión sobre la propuesta de nuestros liceos. En la

encuesta se trató de descubrirlo por 2 caminos diferentes:

- la evaluación de la institución en cuanto a su nivel de estudios, la propuesta

pastoral, el ambiente, los docentes, adscriptos, catequistas,...

- su nivel de participación en las diferentes actividades que propone el colegio.

3.2.1. Valoración de la institución

Al momento de pedir que evalúen distintos aspectos del colegio vemos que

existen opiniones encontradas. La pregunta que se les hacia, decía: “Pensando en el

colegio al que vas, te pedimos que evalúes los siguientes aspectos, utilizando la

escala de 1 a 5.”51 La evaluación de los diversos aspectos arroja resultados

ampliamente satisfactorios, como se demuestra a continuación.

nivel de conformidad con ciertos aspectos del colegio

Salto Pays. Merced. Melo Matur. Pío Las Pie. total 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. prom. EL NIVEL DE ESTUDIOS

Muy bueno 49 26 66 51 70 44 74 53 75 36 56 24 65 41 65 39 52,1 Bueno 40 56 29 44 24 49 23 47 20 51 31 62 26 38 28 50 38,6

LA PROPUESTA PASTORAL

Muy bueno 54 35 50 18 59 19 57 53 42 26 53 29 54 26 53 29 41,1 Bueno 35 44 26 45 30 28 34 29 33 39 29 48 34 40 32 39 35,3

EL AMBIENTE DEL COLEGIO

Muy bueno 38 13 63 27 41 28 66 53 55 26 42 38 52 29 51 31 40,8 Bueno 43 52 32 46 49 49 26 35 29 55 34 38 40 47 36 46 41,1

DOCENTES

Muy bueno 22 13 41 22 36 21 31 35 46 17 21 14 39 22 34 21 27,1 Bueno 51 52 40 58 49 54 49 47 32 53 41 60 46 43 44 52 48,2

CATEQUISTAS

Muy bueno 43 22 51 8 53 9 49 35 49 11 37 21 57 26 48 19 33,6 Bueno 37 52 31 40 36 56 37 41 37 35 35 31 35 49 35 43 39,4

ANIMADORES

50 Dicasterio de Pastoral Juvenil, La Pastoral Juvenil Salesiana, cuadro fundamental de referencia, p. 34 51 Encuesta, Tomo II, Cuadro 51 y Tomo III, Cuadro 51

35

Muy bueno 55 11 59 15 46 23 44 59 44 17 46 31 61 24 51 26 38,2 Bueno 32 54 28 37 41 44 27 18 27 34 34 33 25 44 31 38 34,1

ADSCRIPTOS

Muy bueno 31 17 35 18 53 30 46 6 46 7 23 17 43 24 40 17 28,3 Bueno 32 43 41 46 31 58 32 41 32 34 31 31 42 31 34 41 37,5

Más de la mitad del alumnado encuestado considera el nivel de estudio muy

bueno. La propuesta pastoral recibe una nota ‘bueno’ y ‘muy bueno’ por el 76,4 % del

alumnado, pero también ahí encontramos una gran diferencia entre los alumnos del

1er año y los alumnos de 4to año. Los alumnos de 4to año son aparentemente algo

más crítico al momento de dar una calificación de ‘muy bueno’ a los distintos items que

se consideraban a evaluar. Los catequistas y animadores que muchas veces son más

identificados como protagonistas en la propuesta evangelizadora reciben alrededor de

60 % de aprobación ‘muy bueno’ y ‘bueno’. Lo que pueda indicar su importancia

dentro de la propuesta educativa del colegio.

3.2.2. Participación en las actividades.

El nivel de participación en actividades extracurriculares es también un índice a

tener en cuenta cuando queremos tener una visión de cómo valorizan los alumnos la

oferta educativo-pastoral del colegio.

Marca en cuál o cuáles de las siguientes actividades participas52

Salto Pays. Merced. Melo Matur. Pío Las Pie. total 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. 1er Ba. prom. no participa en ninguna 9 20 18 46 10 28 11 12 13 22 11 29 26 42 14 28 21,2 teatro/danza 6 0 0 2 1 0 0 0 0 4 3 0 1 6 2 2 1,6 Cartelera 0 1 3 0 1 9 1 2 - - Música 11 7 9 4 9 9 9 18 9 5 3 0 5 8 8 7 7,6 Deportes 34 35 50 34 53 33 66 71 41 45 65 57 34 14 49 41 45,1 Scouts 2 6 1 0 1 2 0 0 2 1 0 0 8 17 2 4 2,9 catequesis primera comunión 6 6 4 2 10 2 20 0 10 1 7 0 14 3 10 2 6,1 catequesis confirmación 6 2 2 0 1 0 3 2 visitas a hogares 3 4 12 1 4 0 3 41 0 13 0 5 1 1 3 9 6,3 grupo de liturgia 2 4 0 0 1 0 3 6 0 1 9 7 0 14 2 5 3,4 grupo de oración/reflexión 2 9 0 1 6 0 3 0 1 4 1 2 0 0 2 2 2,1 MEC 0 3 3 0 3 0 0 1 ADS/JMS 63 37 31 10 57 12 40 82 1 32 34 36 37 3 38 30 33,9 Oratorio 9 4 14 6 5 14 2 8 Misiones 9 4 5 82 17 19 2 20

Los deportes son, por lejos, la actividad que los adolescentes del primer año

parecen preferir para participar en el ámbito del colegio. La pertenencia a un grupo de

36

Amigos Domingo Savio (A.D.S.) es una actividad a la cual participa un promedio de 38

% de los alumnos. Con porcentajes mucho menores aparecen también la catequesis,

la música, el grupo de liturgia. En los cuartos años aumenta la cantidad de alumnos

que no participan en ninguna actividad (el doble que en los primeros años). Aquí

también está en primer lugar el deporte y luego la participación en los grupos de

Juventud Misionera Salesiana (es la etapa siguiente a los A.D.S.) con un perfil

marcadamente de participación en las misiones a fin de año.

El hecho que alrededor del 80 % de los alumnos participen en actividades

extracurriculares tiene que motivarnos a invertir en tiempos, espacios y recursos

humanos a fin de completar aún más nuestra oferta educativo-pastoral.

4. ¿Un colegio en pastoral?

52 Encuesta, Tomo II, Cuadro 52 y Tomo III, Cuadro 52

37

Es reconfortante constatar que los jóvenes están a gusto con nosotros. Además

podemos decir que se organizan una gran cantidad de actividades buscando la

educación integral de cada alumno. Se están haciendo grandes esfuerzos en la

elaboración del PEPS, comprometiendo profesores, padres, alumnos, etc..., en la

redacción del mismo. El mismo trabajo de la elaboración del proyecto ha ayudado a

formar la conciencia de la Comunidad Educativa y la responsabilidad de cada

integrante de la misma con respecto a la labor educativa del centro.

4.1. ¿Hacia donde apunta la educación?.

Pero también estamos sujetos a los fuertes cambios que se producen tanto dentro

como fuera del ámbito de nuestros colegios. No podemos negar que desde la

sociedad vienen preguntas, desafíos, etc… que cada vez más fuertemente interrogan

a la educación. “La educación es hija de su tiempo”53 y estamos viviendo un tiempo

complejo. La realidad social se hace cada vez más presente en el colegio. También

en nuestra sociedad uruguaya vivimos lo que se describe como: “La fragmentación

social, .. , la diversificación de valores y de modos de ver la vida, la omnipresencia de

las tecnologías en los modos productivos, en las maneras de pensar, en los rincones

íntimos del vivir cotidiano, el abandono de determinadas formas culturales, espirituales

y de socialización, el individualismo creciente, … Todo un puzzle gigantesco de

incertidumbres, tensiones y contradicciones que sacuden a una sociedad en cuyo

corazón habita la educación.”54

En las “Orientaciones pastorales 2001-2006” nuestros obispos formulan una

mirada de la realidad. Algunos puntos dan una visión de esta sociedad uruguaya:

“Estamos en un Uruguay, sometido a cambios profundos. Asistimos a un cambio de

época que nos concierne a todos y que nadie puede eludir…

- muchos de los valores que, en otras épocas no tan lejanas, dieron sentido a

nuestra vida y convivencia pierden hoy fuerza de atracción….

- cada día es más fuerte la búsqueda de las raíces de la cultura y de las culturas

uruguayas…

- hay muchos que defienden la centralidad de la persona humana y sus

derechos..

- el disfrute compulsivo de lo inmediato, lo presente, lo visible y lo tangible

dificulta el asumir compromisos estables…

53 GOMEZ PARRA, Sergio, La educación en los años venideros: océano de incertidumbres, archipiélago de certezas. p. 675 54 idem, p. 675

38

- crece el individualismo como estilo de vida…”55

Delante este mundo en cambio, y agregando problemas económicos y políticos, el

sistema educativo tiene cada vez más dificultad para responder a las nuevas

exigencias. En el informe “Una aproximación a la realidad del Uruguay”56, se constata

que “la educación es una preocupación creciente de los uruguayos en todos los

ámbitos, desde la formación de los docentes hasta la educación en valores”. También

“el sistema educativo uruguayo es un sistema con alta cobertura” pero “el problema del

sistema educativo uruguayo no está en el acceso sino en el egreso: en cada

generación egresa del ciclo básico sólo el 55 % de los jóvenes y termina el segundo

ciclo el 30 %”. El estado ha tratado de dar respuestas a la realidad a través de una

reforma de la educación, con programas adecuados, a las necesidades de los

sectores más pobres. Pero a pesar de las iniciativas el informe constata que “a nivel

general, la calidad de la educación ha decaído”.

Por supuesto que la educación no puede solucionar todos los problemas que van

surgiendo en la sociedad. Pero es en la escuela que se está forjando la sociedad de

mañana, o mejor dicho que se está formando a los ciudadanos del mañana.

¿Estamos con nuestro proyecto educativo-salesiano dando una respuesta a este

enorme desafío? ¿Tenemos suficiente presente en todas nuestras actividades

escolares que tenemos delante de nosotros los forjadores de la sociedad de mañana?

¿Ofrecemos y de qué manera ofrecemos a los alumnos las herramientas necesarias

para construir una mañana mejor? Cabe preguntarnos si el lema de Don Bosco se

está haciendo realidad: ¿Formamos honrados ciudadanos y buenos cristianos?

4.2. ¿Una educación que evangeliza?

Tampoco escapamos en los últimos tiempos a la pregunta y el cuestionamiento de

si, además de ofrecer una propuesta educativa, nuestros colegios son también

espacios evangelizadores. “¿Nuestras instituciones son o no pastorales? ¿En qué

medida desarrollamos una tarea evangelizadora? ¿Nos basta con tener muy bien

organizadas y aceitadas las “clases” de catequesis o formación religiosa e impulsar en

forma creativa un conjunto de actividades pastorales extracurriculares?”57

Cuando queremos hablar de pastoral en el colegio, nos dirigimos al ‘Encargado

Pastoral’ y si miramos sus tareas, vemos que su gran preocupación es la dimensión

evangelización y catequesis, asociativa y vocacional. A nadie se le ocurre hablar con

55 CEU, Orientaciones pastorales 2001-2006, p. 15ss 56 FONTONA, Marcelo, Una aproximación a la realidad del Uruguay. Hojas fotocopiadas y entregadas en la Asamblea Educativo-Pastoral en noviembre 2001, 19p. 57 FARNEDA CALGARO, D., El proyecto educativo institucional en un colegio en pastoral, p. 11

39

el “Subdirector” de la dimensión educativo-cultural. Cada uno tiene bien delimitado su

tarea, lo que en sí es bueno, pero también tiene sus inconveniencias. Tenemos que

preguntarnos si la organización de las distintas dimensiones no nos han llevado a una

diversidad más que a una unidad. Si bien apuntamos a la formación integral del

alumno, hemos dividido esta formación en dimensiones que a veces no dialogan

suficientemente entre si. Los distintos equipos son capaces de organizar y planificar la

dimensión correspondiente, pero no podemos negar que hace falta una mayor

coordinación en actividades, propuestas, líneas de acción, …. Si bien el PEPS apunta

a una unidad orgánica de la propuesta educativa, todavía falta un camino para recorrer

y lograr que todas las dimensiones formen una sola propuesta en el momento de

actuar. Ciertamente se ha crecido los últimos años en la organización de las distintas

dimensiones, pero quizás ha llegado el tiempo de “pasar de la suma de acciones más

o menos programadas cada año, a la selección de unas finalidades y objetivos

convenientemente secuenciados”58

No es cuestión de buscar de mejorar solamente la coordinación entre las

dimensiones, es más bien entrar en la mentalidad que todo nuestro actuar educativo

es pastoral. En general los miembros de la comunidad educativa están ciertamente de

acuerdo que todo el actuar de nuestros centros tiene que ser pastoral y educativo.

Pero en el momento de dar pasos concretos hacia un colegio en pastoral, notamos

que no todos entendemos lo mismo. Un lenguaje con conceptos claros a nivel de la

evangelización son necesarios para profundizar el diálogo entre las diferentes

dimensiones del proyecto. Además, no podemos olvidar que dentro del cuerpo de

docentes, no todos comparten el mismo ideal cristiano de la educación. Lo que quiere

decir que no podemos dar por supuesto que las opciones educativas y pastorales de

nuestros colegios sean conocidas y compartidas por todos. Una mayor claridad en los

conceptos y unidad en las fuerzas que nos motivan, ayudarían a presentar un proyecto

que realmente apunta a la educación integral del alumno.

Pero si bien todo lo anterior es compartido por muchos encargados de pastoral,

directores, docentes, catequistas y animadores; si bien el tema “colegio en pastoral”

es tema de reuniones y asambleas pastorales, surge la pregunta: ¿a qué responde

esta inquietud de querer llegar a ser un colegio en pastoral? ¿Cuál es la pregunta que

provoca la propuesta actual de búsqueda y discernimiento?

La mirada a la realidad nos muestra que hay actividades pastorales; que hay una

buena participación de parte de los alumnos en las actividades extracurriculares; a los

alumnos en general le gusta estar en el colegio, etc… ¿Entonces? Si bien no hay una

respuesta clara y única a esta pregunta, podemos hacer una pequeña lista de

58 MIRANDA, A., Nuestra escuela. ¡Qué Buena Noticia!. Hacia un plan de Animación Pastoral de la

40

indicaciones que nos muevan (o nos movieron) a repensar el carácter pastoral de

nuestros colegios.

1. Casi todos los PEPS de los liceos apuntan a la educación integral del joven.

Pero en realidad vemos que hace falta una mayor integración de las diferentes

dimensiones y sus departamentos. Cada dimensión responde con su

programa al objetivo general y a los objetivos específicos. Todas las

dimensiones aprendieron a planificar y a programas, ahora tenemos que llegar

a una única programación y planificación.

2. Hubo un momento determinado que en relación con lo anterior se apuntó,

siguiendo una corriente existente en otros niveles, a una ‘mejora continua de la

calidad’ de la propuesta educativo-pastoral. Es un método que viene del

mundo de las organizaciones empresariales y responde a una búsqueda de

mejorar el producto y el servicio que se ofrece a través de ciertos métodos y

dinámicas.

3. Hay una inquietud por los resultados de nuestra educación. Esta inquietud se

plantea mayormente en la dimensión de evangelización y catequesis. Una

inquietud que también se refleja en la encuesta. Tenemos tantas ofertas de

actividades pastorales pero no vemos que los jóvenes se comprometan dentro

de la comunidad eclesial o que tengan una vida sacramental activa. Los

jóvenes delegados del MJS manifestaron más o menos lo mismo de la

siguiente forma en la redacción del problema clave de la asamblea 2002 del

MJS: “Constatamos la presencia de jóvenes-animadores con dificultades para

vivir coherentemente la fe y la vida interior, manifestadas en la escasa

celebración de los sacramentos y en algunas opciones de su vida cotidiana.”59.

Para llegar al problema clave los mismos jóvenes dieron las siguientes

indicaciones: “En la vida de nuestros grupos vemos que hay una dificultad

seria para vivir coherentemente la fe. Lo hemos descubierto a través de las

siguientes manifestaciones:

- una vida interior escasa o pobre

- un acercamiento limitado o escaso a los sacramentos fuera del contexto

del grupo

Escuela. p. 104 59 Cfr Promemoria de la Asamblea 2002 del MJS, informe fotocopiado. En dicha asamblea participen delegados animadores de todas las obras salesianas del Uruguay. Se indicó que ahí no solamente se apuntaba a los animadores sino también a los jóvenes miembros del MJS.

41

- en la vida cotidiana hay momentos y situaciones que no enfrentamos o

asumimos desde nuestra fe.”60

Es suficiente leer las promemorias de las reuniones de los Encargados de

Pastoral de los adolescentes y jóvenes de este año, para ver que esta

inquietud está también presente en las reuniones de los Encargados de

Pastoral y además a veces es sentido como una fuerte crítica hacia su labor

pastoral.

4. El Colegio es una actividad dentro de una gran variedad de actividades en la

vida de los jóvenes. Estamos viviendo en una sociedad fragmentada, esta

fragmentación a su vez, se está reflejado en la vida cotidiana de los alumnos.

El liceo no es sentido como un lugar importante de preparación para un futuro,

o un lugar de crecimiento personal. Estamos más bien en una situación, en

dónde la enseñanza tiene que competir con otras ofertas que bombardean a

los jóvenes. No escapamos a la pregunta: ¿para qué sirve? Y si no sirve para

nada, ¿porqué lo hacemos?...

5. Encontramos en nuestro alumnado una gran diversidad de procedencia; lo

mismo podemos decir de todo el personal que está involucrado en el proceso

educativo de los colegios. El personal docente ha recibido toda su formación

en centros de formación estatal y trae consigo, en mayor o menor proporción,

una visión laicista de su profesión y de la educación. Muchos de ellos, dan

clases en los liceos oficiales. Los programas son iguales en todos los centros

de enseñanza. A veces se escucha decir que no hay diferencias entre un liceo

de la enseñanza pública y de la enseñanza privada. Esta crítica es en realidad

un cuestionamiento hacia la identidad de nuestros colegios.

4.3. Se está dando respuestas, pero...

60 idem

42

Delante esta gama de cuestionamientos estamos dando respuestas. Creemos

que el cambio de ‘pastoral en el colegio’ hacia ‘un colegio en pastoral’ es un paso muy

importante hacia una propuesta más integradora. Se entiende con la expresión de un

colegio en pastoral: “que toda expresión educativa tiene al menos, gérmenes de

evangelización” y consiguientemente “el departamento de pastoral mantiene un

diálogo fluido con los docentes y se hace presente en todas las expresiones de la vida

institucional”61

En ésta búsqueda existen varios caminos: uno, por ejemplo, que busca descubrir

los caminos de evangelización a través de actividades dentro de la dimensión

educativo-cultural (a través de reuniones de coordinación, clases conjuntas con

profesores y catequistas, etc...), otro, que aún avanzando en la reflexión, arma

programas, estrategias dentro de la organización del Instituto, etc… Realmente hay

una inquietud y hasta podemos decir un entusiasmo, para responder a este nuevo

planteo.

Pero ¿vamos a poder responder con esta renovación a las preguntas e

inquietudes que existen entre los jóvenes? ¿No estamos más bien respondiendo a

nuestras inquietudes? Si nos limitamos a la dimensión evangelización-catequesis,

notamos una búsqueda sincera de anunciar la Buena Noticia. Pero, ¿lograremos

realmente hacerlo, si de entrada no hay ningún o poco interés de parte de los

alumnos?. Podemos renovar el programa, ofrecer un camino intermedio de la

catequesis y de la enseñanza religiosa, pero ¿acercamos los alumnos a la fe, a una

vida cristiana? Lo mismo podemos preguntarnos sobre todo en el actuar pedagógico

de nuestros centros de enseñanza. Hay una separación de la vida personal de los

jóvenes y el colegio, son dos mundos diferentes. Los jóvenes no parecen tener

dificultades de vivir de una forma dentro del colegio, de otra forma en un grupo, y de

otra forma en la calle, y… En realidad hay poco interés por el colegio; a veces parece

ser una etapa obligatoria pero una etapa que no les toca la vida. ‘¿Para que sirve?’ es

una pregunta que los profesores a veces escuchan de la boca de sus alumnos.

Entonces, ¿seguiremos ofreciendo contenidos, programas, etc.… que no

solamente no interesan a los jóvenes pero que también aceleran procesos que

fragmentan sus vidas? Y ubicando todas las actividades dentro de una propuesta

integral pastoralmente válida: ¿evitaremos esta ruptura de la vida y la fe? ¿No

tendríamos que hablar en términos de ausencia de fe?

El acento todavía está en la transmisión de contenidos. Estamos convencidos de

lo nuestro y lo que queremos es convencer en cierta forma, a los jóvenes, de nuestra

61 FARNEDA CALGARO, D., El proyecto educativo institucional en un colegio en pastoral. p. 34

43

forma de vivir, de nuestro proyecto de vida centrado en Jesús a través de ciertos

esquemas.

Pero ¿no sería mejor, si en vez de poner el acento en los contenidos y en la

transmisión, empezáramos a crear experiencias en dónde nuestros destinatarios

puedan descubrir ellos mismos nuestra propuesta de vida? ¿Cuáles son los caminos,

las experiencias, por los cuales podemos conducir a los alumnos, de tal forma que

ellos descubran una nueva forma de ver la vida? Una nueva mirada que les atraiga y

que les atrape. La pregunta con respecto a la evangelización o la pastoral en el

colegio no es una pregunta sobre los contenidos y su transmisión, sino más bien una

pregunta sobre cómo nos relacionamos con los jóvenes y cómo organizamos

experiencias, de tal forma que lo que hacemos abra nuevas puertas hacia el

descubrimiento del Evangelio y la importancia que tiene este Evangelio para sus vidas.

¿Cuáles son los mecanismos que tenemos que poner en marcha para que los valores

del Reino sean los valores que guiarán la vida de nuestros alumnos? ¿Cómo

hacemos para que los alumnos descubran a Jesús cómo Aquel que los llama a ser

protagonistas en la construcción del Reino?

II. HACIA UNA PEDAGOGÍA INSPIRADA EN EL

EVANGELIO.

44

Está claro que queremos que nuestros colegios sean lugares de evangelización, y el

primer paso que tenemos que dar, es buscar sus raíces en el evangelio mismo. Por

supuesto que no encontraremos recetas mágicas ni un tratado pedagógico, pero

ciertamente podemos encontrar ciertos rasgos de la ‘pedagogía de Jesús’ que nos

puedan ayudar a encontrar pistas que nos lleven a una espiirtualidad de la educación:

“Con las palabras, signos, obras de Jesús, a lo largo de toda su breve pero intensa

vida, los discípulos tuvieron la experiencia directa de los rasgos fundamentales de la

‘pedagogía de Jesús’, consignándolos después en los evangelios:

- la acogida del otro, en especial del pobre, del pequeño, del pecador como

persona amada y buscada por Dios:

- el anuncio genuino del Reino de Dios como buena noticia de la verdad y de la

misericordia del Padre:

- un estilo de amor tierno y fuerte que libera del mal y promueve la vida;

- la invitación apremiante a un modo de vivir sostenido por la fe en Dios, la

esperanza en el Reino y la caridad hacia el prójimo:

- el empleo de todos los recursos propios de la comunicación interpersonal,

como la palabra, el silencio, la metáfora, la imagen, el ejemplo, y otros tantos

signos como era habitual en los profetas bíblicos.

Invitando a los discípulos a seguirle totalmente y sin condiciones. (cf Mc 8,23-38; Mt

8,18-22)62.

Es en esta relación entre Jesús y sus discípulos, que podemos descubrir mejor la

forma cómo Jesús va educando a sus discípulos hacia la misión que les será confiada.

En los evangelios no tenemos un informe detallado de los contenidos y de las

intervenciones ‘pedagógicas’ de Jesús, ni una descripción de un proyecto educativo.

Solamente empezaremos una búsqueda de aquellos elementos del actuar de Jesús

que nos puedan inspirar en nuestro quehacer cotidiano con los alumnos. Elementos

que en el diálogo con las ciencias pedagógicas y psicológicas ayudarán a elaborar

estrategias de carácter cristiano en bien de una educación evangelizadora.

1. La meta: el Reino de Dios.

62 DGC 140

45

“El verdadero maestro, el auténtico educador-profeta debe tener una meta

definida que inspira y atrae todos sus mensajes y da sentido a todos sus actos.”63

Jesús tenía muy claramente definida su misión: la implantación del Reino de Dios.

Toda su enseñanza y su actuación está centrada en proclamar y hacer presente la

utopía del Reino de Dios.

No es posible definir lo que es el Reino de Dios, pues desborda toda expectativa.

Pero puede ser recibido por todo hombre y mujer, cualquiera que sea su situación, y

sea cual sea el ‘lugar’ que tiene en la sociedad.

1.1. Un objetivo: el Reino de Dios.

En los cuatro evangelios podemos encontrar ya desde el principio la claridad del

objetivo de la actuación de Jesús.

En Marcos, después que Juan fue arrestado, “Jesús se dirigió a Galilea a

proclamar la buena noticia de Dios. Decía: ‘Se ha cumplido el plazo y está cerca el

reinado de Dios: arrepentíos y creed la buena noticia’” (Mc 1,14-15). Un verso resume

todo: un hecho y su consecuencia. El reino de Dios está cerca. En Jesús ya está

actuando y por él se ofrece. Sólo pide la ruptura del arrepentimiento y la fe: elementos

que estarán siempre presente en la predicación posterior del evangelio.

En Mateo, al enterarse que Juan el Bautista ha sido arrestado, Jesús se retira a

Galilea y se establece en Cafarnaúm y “desde entonces comenzó Jesús a proclamar:

‘Arrepentíos, que está cerca el reinado de Dios’” (Mt 4,17) Y después de haber

llamado a los discípulos empieza su recorrida por Galilea: “Jesús recorría toda la

Galilea enseñando en las sinagogas, proclamando la buena noticia del reino y curando

entre el pueblo toda clase de enfermedades y dolencias” (Mt 4,23; cfr. Mt 9,35). El

mensaje abreviado de Jesús suena como el del Bautista (Mt 3,2). Sólo que Jesús

personifica ese reino y el arrepentimiento que pide es para recibir el evangelio.

Lucas explica la misión de Jesús en otro contexto: en la sinagoga de Nazaret.

Jesús se encuentra en la sinagoga y se levanta para hacer la lectura del rollo del

profeta Isaías. “El Espíritu de Dios está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé

la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar la libertad a los cautivos y la

vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año de

gracia del Señor.” (Lc 4,18-19). Y al sentarse Jesús proclama: “Hoy, en vuestra

presencia se ha cumplido esta Escritura” (Lc 4,21). Jesús se reconoce en el texto. El

cumplimiento de la promesa se realizará en Jesús a través de sus palabras y sus

obras.

63 PERESSON TONELLI, M.L., Jesús, el Maestro: algunos aportes para una teología de la educación. p.

46

Y en Juan, podemos encontrar en los motivos de la venida de Jesús, el sentido

profundo del Reino de Dios: “He venido para que tengan vida, una gran vitalidad”. (Jn

10,10)

Jesús va a centrar toda su vida, su palabra y su acción en proclamar y hacer

presente el Reino de Dios “expresada en la imagen que se fue plasmando en la

tradición profética del Reino de Dios, que se haría presente en los últimos tiempos

mediante el Mesías-Rey.”64

El Reino de Dios que está por venir, pero que ya está aquí. “El Reino proclamado

por Jesús es ciertamente espiritual, interior e individual, pero también histórico, social y

estructural. Se realiza en el tiempo de aquí, pero tiene una semilla de cumplimiento en

los cielos nuevos y en la tierra nueva (Ap 21,1). Se nos da, pero hay que

conquistarlo”65

1.2. Palabras del Reino de Dios.

604. 64 idem, p 606 65 DECAT-CELAM, La Catequesis en América Latina, n. 135 (en adelante se indica con las siglas: CAL)

47

No podemos encontrar grandes discursos sobre el Reino de Dios, el Reino de

Dios se hace realidad a través del actuar mismo de Jesús. El Reino de Dios es una

actitud, un estilo de vida, una persona que tiene el rostro y el nombre de Jesús. Jesús

nos presentó un camino diferente, nuevo y original. Pero en sus enseñanzas podemos

encontrar como una declaración de principios en el sermón del monte.

1.2.1. Bienaventuranzas

Tanto en el evangelio de Mateo (5,1-12) como en el evangelio de Lucas (6,20-23),

casi desde el inicio se pronuncia el discurso de las bienaventuranzas. Todo lo que hay

descrito posteriormente en los evangelios es cómo la concreción de dicho discurso. Si

bien hay diferencias entrambos, nos encontramos con un discurso exigente y sin

compromisos. Es una invitación a un constante superarse. Jesús da indicaciones

sobre el estilo de la nueva vida que se tiene que vivir. Es una invitación a ser

discípulo. Una invitación para ser levadura en la masa y transformar la sociedad. “Es

un camino de vida nuevo y original, una escala de valores radicalmente distinta a la

que primaba en la realidad de su época y la propuso como camino seguro de felicidad

y realización personal. El mismo Jesús fue el primero en dar testimonio de ese nuevo

estilo de vida como camino del Reino. Un camino para la felicidad que implica ser

pobre y comprometerse con los pobres, compartir alegrías y dolores, gozos y

esperanzas; trabajar para saciar el hambre y la sed de justicia, ser compasivos, tener

un corazón limpio, luchar por la paz y ser capaces de aceptar la incomprensión, la

persecución y hasta el martirio…”66

1.2.2. Parábolas

Después de la parábola del sembrador, Marcos nos ofrece 2 comparaciones con

respecto al Reino de Dios: “El Reinado de Dios es como un hombre que sembró un

campo: de noche se acuesta, de día se levanta, y la semilla germina y crece sin que él

sepa cómo.” (Mc 4,26) y “Con qué compararemos el reinado de Dios? …/… con una

semilla de mostaza…” (Mc 4,30ss). Lucas y Mateo agregarán la imagen de la

levadura: “Se parece a la levadura que una mujer toma y mezcla con tres medidas de

harina, hasta que todo fermenta” (Lc 13.21: Mt 13,33). Son parábolas escuetas,

comparaciones sin muchos detalles, que ilustran el dinamismo del Reino de Dios y de

su anuncio de la buena noticia. Comienza con una semilla concreta, menuda pero

tiene en sí una fuerza para crecer y dar frutos. Esta parábola nos indica que la venida

del Reino de Dios es tan seguro cómo la fuerza de germinación de una pequeña

semilla. Y no solamente el árbol dará sombra (cfr. Ez17,22-23) sino que será lugar de

48

‘residencia’. Dará lugar para instalarse. El Reino de Dios no es algo pasajero, es algo

enorme en dónde podemos instalarnos.

Pero no es algo que se da gratuitamente; el Reino de Dios es también exigencia.

En el evangelio de Mateo, podemos encontrar dos parábolas que nos hablan del valor

del reino, al cual hay que sacrificar los demás valores (Mt 13,44-46) El hombre de la

parábola vende todas sus posesiones para comparar el campo con el tesoro

escondido y el mercader hace lo mismo para comprar la perla de gran valor.

Proponiendo parábolas Jesús se ha presentado como ‘doctor sapiencial’. Hay

‘letrados’ que son doctores en la ley; Jesús es ‘doctor del Reino de Dios’. Esa es su

especialidad. La conoce como el amo de casa conoce sus depósitos. Puede sacar y

ofrecer productos viejos y nuevos. “Un letrado experto en el reinado de Dios, se

parece a un amo de casa que saca de su alacena cosas nuevas y viejas” (Mt 10,52).

Pero más que hablar sobre el Reino de Dios, Jesús nos habla de las relaciones,

de los valores y normas que tienen que regir nuestra vida para que el Reino se haga

realidad desde ahora. La primera actitud que se pide es la conversión (cfr. Mc 1,15) A

Nicodemo, Jesús le hablará de la necesidad de nacer de nuevo: “Te aseguro que, si

uno no nace de nuevo, no puede ver el Reino de Dios”. (Jn 3,3). El nuevo nacimiento

permite ver o disfrutar del reino de Dios.

En el encuentro con un letrado, respondiendo a la pregunta sobre cuál de los

mandamientos es el más importante, Jesús dice: “El más importante es: ‘Escucha

Israel, el Señor nuestro Dios es uno solo. Amarás al Señor tu Dios con todo el

corazón, con toda el alma, con toda la mente.. /… El segundo es: Amarás al prójimo…”

(Mc 12,29-30). El letrado está de acuerdo con Jesús y su actitud hace que Jesús le

responde: “No estás lejos del reino de Dios” (Mc 12,34b).

El Reino de Dios no es una doctrina que se enseña, un largo discurso que se tiene

que escuchar, una moral que se impone. Tampoco es un lugar ni un concepto. “El

Reino de Dios es una actitud, una práctica, una vida, una persona que tiene el rostro y

el nombre de Jesús.”67

1.3. Acciones del Reino de Dios.

66 CELAM-SEJ, Civilización del Amor, Tarea y Esperanza, orientaciones para una Pastoral Juvenil Latinoamericanca, p. 102 67 SEJ, Civilización del amor, tarea y esperanza. p. 100

49

1.3.1. Una opción por la vida.

Todos están invitados al Reino de Dios, es solamente cuestión de convertirse.

Pero dentro de esta masa de invitados Jesús tenía predilección por los más pequeños,

por los alejados de la sociedad como los enfermos, leprosos, pecadores,… “… para

que dé la buena noticia a los pobres. Me ha enviado a anunciar la libertad a los

cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos…” (Lc 4,18) fue

el texto que leyó Jesús en la sinagoga de Nazaret. Después se sentó y empezó

diciéndoles:

“Hoy en presencia vuestra, se ha cumplido esta Escritura” (Lc 4,21). Jesús

explicitó su opción. Una opción que se traducirá en acciones bien concretas.

Acciones que podemos definir como el ‘don de mayor (mejor) Vida’.

Podemos hacer una lista larga de los diferentes encuentros que ha tenido Jesús

durante su vida pública: pecadores, prostitutas, recaudadores de impuestos, leprosos

y poseídos, mujeres y niños, enfermos, etc… Todos ellos tienen en común, que en la

sociedad de aquel entonces no tenían lugar en la comunidad, o mejor dicho, tenían un

lugar bien definido: afuera de la comunidad. Estaban condenados a vivir la muerte en

vida. Jesús en cada encuentro da vuelta la situación y pone en el centro y da su valor

a estas personas. El otro es importante, y si una mujer se acerca por detrás para tocar

su manto en la esperanza de ser curada, Jesús la busca, la quiere ver, hay un

encuentro personal que va mucho más allá de la simple curación. Y este encuentro,

que muchas veces va acompañado del perdón de los pecados y la curación, es como

una puerta que se abre hacia la vida en la comunidad. Jesús, pone de pie al

marginado y le da más vida, seguido muchas veces con la invitación de no volver a la

vida anterior.

Jesús invita también a todos a vivir las mismas actitudes en su discurso sobre el

juicio de las naciones (Mt 25,31-46): “Os aseguro que lo que hayáis hecho a estos mis

hermanos menores me lo hicisteis a mí” (v. 40). Solamente por sus actos de amor uno

puede ser testigo del Reino. En el sermón del monte (Mt 5,1-12) Jesús indica el

camino que lleva a la Vida. En las bienaventuranzas descubrimos un camino de vida

nuevo y original. Un camino contradictorio para la gente de su época, lo contrario a lo

que estaban acostumbrados. Pero las bienaventuranzas son reglas de vida y para la

Vida. Son el camino del evangelio que lleva a la vida plena, a la cual todos estamos

invitados.

1.3.2. Una opción por la libertad.

50

“Si os mantenéis fieles a mi palabra, seréis realmente discípulos míos,

entenderéis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8,31). Nos encontramos en

medio de un diálogo entre Jesús y los judíos. El v. 31 indica que eran judíos que

habían creído en él, lo que puede indicar que el diálogo no se desarrollaba en una

discusión o en forma contestataria. Pero a lo dicho por Jesús, ellos responden que

ellos son del linaje de Abrahán, que nunca fueron esclavos y dicen “¿Por qué dices

que seremos libres?” (Jn 8,33) El esclavo no pertenece a la casa y puede ser

expulsado, el hijo pertenece y se queda en casa. Pero el esclavo puede recibir la

libertad, emanciparse y aun heredar. Aunque sea hijo de Abrahán, libre de

nacimiento, por el pecado el hombre cae en la esclavitud. Con su revelación Jesús

viene a liberar de esa esclavitud. Más todavía hemos sido llamados a la libertad:

“Vosotros, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; pero no vayáis a tomar la

libertad como estímulo del instinto; antes bien, servíos mutuamente por amor” (Gal

5,13). La libertad no es ilimitada ni es el valor supremo: está limitada por el amor

mutuo. Entre amo y esclavo no existe este amor, es más bien una relación basada

sobre la utilidad. Libertad para el esclavo es entrar en una nueva dinámica de

relaciones.

Es esta forma de libertad que Jesús ofrece al (joven) rico, dejándolo libre en su

opción (Mt 19,16-30; Mc 10,17-31; Lc 18,18-30). En este pasaje nos encontramos con

un ‘joven’, una persona que se acerca a Jesús en búsqueda de libertad plena:

“Maestro, ¿qué obras buenas tengo que hacer para alcanzar vida perdurable?” (Mt

19,16). El joven se informa sobre una espiritualidad de obras que asegure una vida

perpetua. No solamente era consciente del decálogo, lo ponía también en práctico:

“Todo eso lo he cumplido, ¿qué me queda por hacer?” (Mt 19,20). Para ser discípulo

de Jesús le falta solamente liberarse totalmente de sus ataduras y entrar en una nueva

relación: “Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes, dáselo a los pobres y

tendrás un tesoro en el cielo; después ven y sígueme” (Mt 19,21). Es una invitación

pero solamente si el joven rico quiere ser perfecto. Hasta en la respuesta existe la

libertad. Y justamente en esta invitación libre está todo el drama: ser libre es también

aventurarse en algo nuevo, en algo distinto. Es también dejar atrás ‘las seguridades’.

En la historia de la esclavitud se nota que muchas veces los esclavos liberados

preferían seguir viviendo con el amo. Tenían miedo de la libertad, nunca fueron

educados para ser libres.

Lo mismo se nota en el joven rico: “al oírlo, el joven se marchó triste…” (Mt 19,22).

Jesús no le dio una respuesta, le dio la libertad, una libertad responsable y el joven no

estaba preparado para esto. Jesús quiere que el joven viva una libertad interior, que

pasa por liberarse de su riqueza que lo tiene esclavizado. Solamente siendo uno

51

totalmente libre, se convierte en discípulo de Jesús, en portador y mensajero de

libertad. Seguir a Jesús, supone una opción de vida, y si bien Jesús era exigente en

su llamado, siempre respetaba la libertad para aceptar o no. Jesús invitaba, no

obligaba; proponía pero no imponía.

Una libertad “no como la posibilidad de ‘hacer cualquier cosa’ sin límites ni

criterios, sino libertad, como una entrega de sí mismos al servicio de todo lo que hace

más humana la vida de quienes lo rodean y de la construcción de una sociedad libre y

verdadera”68

1.3.3. En realidad una sola exigencia: el amor.

“Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os amé” (Jn 15,12).

El centro de todo el actuar de Jesús es el amor y es también el centro de todo el Reino

de Dios. Es la única exigencia, del amor brota una nueva forma de relacionarse, del

amor nace la vida. El amor lleva vida, es señal de vida y comunica vida.

El amor de Jesús está patente en su mirada, en un gesto, en la compasión, en

una muestra de afecto y de cariño hacia los que eran menospreciados en la sociedad

judía. El dejaba que los niños se acercaran (Mt. 19,13-15); Jesús miró al joven rico

con cariño (Mc 10,21). Y sintió compasión de la gente antes de realizar la

multiplicación de los panes (Mc 6,34). En su nuevo modo de comunicarse, en la

nueva forma de convivencia que presenta Jesús, hay una sola ley: el amor. Jesús

renueva el precepto del amor, no por el contenido, sino por la extensión, el motivo, el

testimonio: “Os doy un mandamiento nuevo, que os améis unos a otros como yo os he

amado: amamos así unos a otros. En eso conocerán todos que sois mis discípulos,

en que os amáis unos a otros” (Jn 13,34-35).

La fuente del amor de Jesús hacia los que lo rodeaban, es la comunicación del

amor del Padre: “Como me amó el Padre os amé yo: manteneos en mi amor” (Jn

15,9). El amor es la manifestación de Dios mismo. Todo amor auténtico procede de

Dios: “Queridos, amémonos unos a otros, pues el amor viene de Dios”. (1Jn 4,7). El

amor de Dios es comunicativo. Dios demuestra su amor enviando a su Hijo, para dar

vida: “Dios ha demostrado el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único

para que vivamos gracias a él” (1Jn 4,9). Y estamos invitados a imitar este gesto de

amor, viviendo en amor los unos con los otros: “si Dios nos ha amado tanto, también

nosotros debemos amarnos unos a otros” (1Jn 4,11)

2. El camino como imagen del actuar pedagógico de Jesús.

68 SEJ, o.c.. p. 154

52

Un pasaje clásico para el estudio de la pedagogía de Jesús es el relato de los

discípulos de Emaús (Lc 24,13-35)69. Es un relato en el cual se puede descubrir más

claramente un proceso de crecimiento en los discípulos gracias a las intervenciones de

Jesús.

2.1. El relato de Emaús: un “camino” como relación y experiencia

pedagógica.

El relato de los discípulos de Emaús se encuentra solamente en el evangelio de

Lucas y tiene un ritmo que refleja una catequesis formulada después de muchos años.

El evangelista da todo lo esencial del mensaje cristiano en una forma condensada y

completa, es como un resumen de todo el evangelio. Pero más que el contenido de

este pasaje nos interesa la dinámica que se presenta. Una dinámica que puede estar

como modelo de pedagogía.

2.1.1. Emaús: caminar y hablar

Dos temas grandes podemos descubrir en el relato: el camino y la palabra. Y con

ambas imágenes Lucas nos indica un modelo de relación que tendría que existir en

cualquier diálogo educativo.

- El camino: los discípulos “de camino hacia una aldea” (v. 13); “Jesús en

persona los alcanzó y se puso a caminar con ellos” (v. 15); cuando “se

acercaban a la aldea” (v.28), Jesús “fingió seguir adelante” (v. 28). La

conversación tuvo lugar en un camino bien concreto: el camino a Emaús. El

ponerse en camino indica una cierta convivencia; vivir juntos, es la base para

una verdadera comunicación. No hay solamente un caminar “físico/histórico”,

se hace también todo un camino para llegar a entender y descubrir que: Jesús

estaba vivo.

- La palabra: los discípulos “iban comentando” (v. 14); “mientras conversaban y

discutían” (v. 15). La conversación, la discusión, el comentario indica también

que existe una comunidad de personas. Y en esta comunidad se hace

presente Jesús, para luego de la escucha, retomar lo dicho pero iluminándolo

comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas. Unas palabras que

dejaron huella: “¿No se abrasaba nuestro corazón mientas nos hablaba por el

camino y nos explicaba la Escritura?” (v. 32). Después de haber reconocido a

53

Jesús en el gesto del pan, vuelven por el camino para “contar lo acaecido por

el camino” (v. 35)

El relato de Emaús nos da un modelo de pedagogía70. Cleofás y su amigo saben

todo sobre Jesús, saben todo lo que han dicho las mujeres, y luego los hombres,

sobre la tumba vacía. Pero en realidad siguen en la oscuridad en cuanto al sentido

profundo de la existencia. A través del diálogo y el caminar junto a Jesús, los dos

discípulos darán el paso del saber al creer. Jesús caminó con ellos, compartió el

camino, escucha, ilumina. Esta convivencia será la base para la comunicación de la fe

y la revelación. Lucas traza un camino externo que supone, expresa y realiza el

requerimiento interno de la adhesión del discípulo.71

2.1.2. Emaús: compartir

La presencia de Dios en medio de una experiencia de ausencia de Dios, es otro

aspecto que nos manifiesta la experiencia de los discípulos de Emaús72. En su sed de

sentir a Dios presente en su vida, Cleofás y su amigo habían seguido a Jesús. Tienen

mucha información, están abiertos a Dios, pero “ellos tenían los ojos incapacitados

para reconocerlo” (v. 16). En este momento de desorientación Jesús les invita a

compartir sus angustias, sus preocupaciones. El los deja hablar. De a poco fueron

abriendo su corazón herido. Lo que había dado sentido a su vida, hasta la muerte de

Jesús, se había derrumbado justamente con ella.

Pero en el encuentro con el forastero, Dios se hace presente a través de Jesús.

Poco a poco, “comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas” (v. 27),

Jesús, comienza a darles el sentido mesiánico de su sufrimiento y de su muerte. Un

sentido que de a poco va iluminando la mente y el corazón del hombre: ¿no se

abrasaba nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino?” (v. 32).

Es esto último, lo que motiva a invitar a Jesús a quedarse. La soledad que habían

experimentado, que los había motivado a salir de Jerusalén, empieza a dar lugar a la

comunión con Jesús Resucitado. Es un primer paso al reconocimiento de la presencia

de Dios, un reconocimiento que es total al compartir el pan. “Se les abrieron los ojos y

lo reconocieron” (v. 31). El compartir el pan es un gesto que trae al presente la

experiencia de la última cena, pero también el haber compartido tantas cosas y tanto

camino. En este gesto del pan, la muerte de Jesús recibe otra dimensión, ya no el

fracaso, sino el gesto de alguien que dio su vida, y dando su vida, da vida a una nueva

69 Cfr. OÑORO C., Fidel, Elementos característicos de la pedagogía de Jesús en el Evangelio de Lucas, Medellín, Vol XXVIII, n. 110, p 5-49; BULCKENS, J., Zoals eens op weg naar Emmaüs, handboek loor catechetiek, Acco, Leuven y Soeur Jeanne d’Arc, La catéchèse sur la route de Emmaüs,, Lumen Vitae. 70 cfr. BULCKENS, J., o.c., p. 24ss 71 cfr. OÑORO C., F., Elementos característicos de la pedagogía de Jesús en el Evangelio de Lucas. Medellín, Vol XXVIII, pp 5-49.

54

comunidad. Y al momento, se les abrieron los ojos y lo reconocieron, “él desapareció

de su vista” (v 31b), él, que estaba presente, se ausenta de nuevo. Pero la

experiencia de Pascua que han vivido los discípulos de Emaús da otro sentido a esta

ausencia. Les da fuerzas para ser testigos de la resurrección. Lo que aparentemente

no tenía sentido, recibe sentido en el camino recorrido; pero más que nada en el

símbolo del pan compartido.

2.1.3. Emaús: ir y venir.

El punto de partida y el punto de llegada en este relato es Jerusalén. Y aunque

sea el mismo lugar, hay un largo camino recorrido entrambos.

Los discípulos están de camino a Emaús “comentando todo lo sucedido” (v.14). Y

el comentario parte de una vivencia personal que es una decepción. Cuando se

detienen para contestar a Jesús tienen un “semblante afligido” (v. 17b). Y la respuesta

que dan a Jesús muestra que ellos tienen un conocimiento real de los

acontecimientos. Ellos hacen más fuerte su confesión de fe diciendo: “lo de Jesús

Nazareno, que era un profeta poderoso en obra y palabras ante Dios y ante todo el

pueblo” (v. 19b). Habían hecho una experiencia fuerte de encuentro con Jesús, una

experiencia que se vivió con el grupo de los discípulos: “… unas mujeres de nuestro

grupo” (v. 22). Los dos tienen la información ‘del acontecimiento Jesús’, lo vivieron, lo

escucharon,… pero su mensaje no ha echado raíces. Esperaban que Jesús “iba a ser

él el liberador de Israel” (v. 21). Ellos tienen un ‘conocimiento’ pero solamente a nivel

de información, una información poca clara y con muchas dudas. Ellos, no esperaban

que el grupo o la comunidad de Jerusalén les diera respuestas. Han vivido algo

pero…, se alejan de Jerusalén.

En su camino de búsqueda (“comentando… conversaban y discutían…” (v. 14-15)

está el encuentro con Jesús. A través del diálogo, descubren nuevos elementos que

iluminan lo vivido y escuchado, iluminándolos con lo dicho por Jesús. Pero este

camino no los iba a llevar directamente a Emaús. Era necesario parar en el camino. Y

cuando ya no existe más la preocupación del caminar, sentados alrededor de una

mesa, es posible hacer la experiencia religiosa y personal de reconocer a Jesús. El

gesto de la fracción del pan, provoca una reacción profunda de reconocimiento. Un

reconocimiento que, a su vez, los lleva a volver sobre sus pasos; ellos, vuelven hacia

la comunidad de Jerusalén. Y será en ésta comunidad, donde podrán expresar lo

vivido, compartir su experiencia del Jesús Resucitado. Vayamos de nuevo al punto de

partida, pero un punto de partida que también ha hecho ya su camino. Ya no es más

72 cfr. idem, p 25ss

55

la comunidad atemorizada, sino una comunidad que ha vivido la presencia de Jesús

vivo.

El camino es una linda imagen que es utilizada muchas veces cuando hablamos

de la vida y de la educación. Hablamos del educador cómo aquel que camina con su

educando, cómo aquel que se hace presente en un momento determinado para luego

desaparecer nuevamente. En el evangelio de Lucas, podemos encontrar justamente

esta imagen del camino, un camino que Jesús hace junto con sus discípulos,

preparándolos para ser discípulos. El relato de Lucas, demuestra un itinerario, una

intuición educativa, que trae consigo importantes intuiciones pastorales. Esto nos

invita a entrar más en los escritos de Lucas para ir buscando elementos característicos

del comportamiento de Jesús en cuanto educador de su comunidad y de futuros

evangelizadores.73

Si bien encontramos elementos que puedan ayudarnos en nuestra reflexión hacia

una mejor evangelización, no podemos esperar ni una solución a nuestra problemática

ni un manual de pedagogía.

56

2.2. El camino como modelo pedagógico.

Según Lucas, la vida pública de Jesús empieza con la predicación de Juan el

Bautista (Lc 3,1) y termina con la ascensión de Jesús. (Hch. 1,11). Entre ambos

acontecimientos, podemos descubrir a través de la dinámica de la formación de los

discípulos, ciertos rasgos pedagógicos de Jesús. Jesús realizará todo un camino con

ellos, hasta llegar a una adhesión interior por el Reino de Dios. Y otra vez aparece la

imagen del camino.

La importancia de haber hecho el camino junto a Jesús, la podemos descubrir en

el discurso de Pedro en: Hch. 1,21-22 en el momento en que buscan a alguien para

reemplazar a Judas Iscariote. “Ahora bien, de todos los que nos acompañaron

mientras el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, desde el bautismo de Juan

hasta que nos fue arrebatado, uno tiene que ser con nosotros testigo de su

resurrección.”

Pedro había caminado con Jesús y en cierto modo había terminado su proceso de

formación. El pone como condición para entrar en el grupo de los doce, que quien

formara parte del mismo, debía de haber acompañado al Señor, que tenía que haber

hecho una experiencia comunitaria junto a Jesús. Y esto, desde el inicio de la vida

pública, hasta la Ascensión. Pedro delimita así el tiempo de la experiencia, y en cierta

forma señala el comienzo y el final del proceso de formación necesaria para ser testigo

de la resurrección junto a los demás. Esto supone también un recorrido completo del

itinerario. El caminar junto a Jesús, el ser discípulo, aparece como sinónimo de ser

educado por Él.

2.2.1. El primer paso del camino.

Tanto el llamado a los pescadores como el llamado a Leví se puede resumir en

una palabra-invitación: “sígueme” (Mt 4,18-22; Mc 1,16-20; Lc 5,1-11 y Jn. 2,35-51).

Este primer encuentro, dónde el camino de Jesús se cruza con los caminos de los

pescadores y de un recaudador de impuestos, tiene un dinamismo en sí, que es tan

fuerte, que ellos lo dejan todo. Ellos lo dejan todo: su oficio, su familia, sus sueños y

proyectos personales, para emprender un nuevo camino, una nueva vida, siguiendo a

Jesús. El “seguir a Jesús” comienza con un cambio de vida.

Lo mismo encontramos en el relato de los tres candidatos-discípulos en Lc. 9,57-

62 (cf. Mt. 8,19-22). Al primero, Jesús indica qué dedicarse a seguirlo implica también

vivir sin la garantía de tener lo mínimo para descansar: “…pero este Hombre no tiene

donde recostar la cabeza”, hasta los animales tienen mayor suerte por tener una

73 cfr. OÑORO C., F., Elementos característicos de la pedagogía de Jesús en el Evangelio de Lucas.

57

madriguera o un nido. Al segundo que quería enterrar a su padre, Jesús le contesta

con fuerza, como para indicar la consecuencia radical que implica ser discípulo. Lo

mismo pasa con el tercero; Jesús niega la prioridad de los lazos familiares. Quien

quiera seguir a Jesús, no tendrá el afecto de la familia y tiene que asumir la suerte de

caminar junto a Jesús, un camino de servicio en bien de los otros.

Más adelante en el evangelio, Jesús presentará las exigencias para aquellos que

quieren seguirle más de cerca: Lc 14,25-35 (mt 10,27-38): “Si alguien acude a mí y no

pospone a su padre y su madre, a…., y hasta su propia vida, no puede ser discípulo

mío. Quien no carga con su cruz y me sigue no puede ser discípulo mío”. Los

vínculos puramente humanos de familia, el interés personal, interfieren muchas veces

y contrarestan la llamada de Jesús. Por eso, el seguidor o discípulo de Jesús, tiene

que rechazar, “odiar” esos impedimientos. Si no está dispuesto a ello, no reúne las

condiciones para seguir las huellas de Jesús. Para caminar con Jesús, es necesario

la renuncia al propio camino. Las dos parábolas que siguen a esta exigencia (sobre el

constructor de la torre y la sal, cfr. Lc 14,28-32) insisten en el conocimiento de las

condiciones y la plena conciencia, con que se debe tomar la decisión de seguir a

Jesús.

En síntesis, para entrar en el camino formativo de Jesús, los discípulos tuvieron

que dar una respuesta radical y tener una disposición total para dejarse formar por el

Maestro. Jesús los llevará por el camino de una vida diferente, de una vida nueva.

Una vida nueva que implica un proyecto de vida diferente del que se tenían antes de

implicarse con Jesús. En esta elaboración del proyecto de vida del discípulo podemos

encontrar como tres momentos diferentes74:

- el acompañar a Jesús en medio del pueblo

- durante la Pasión y la Muerte de Jesús

- la experiencia de Jesús Resucitado.

2.2.2. Caminar en medio del pueblo.

“A continuación fue recorriendo ciudades y aldeas proclamando la buena noticia

del reinado de Dios. Lo acompañaban los Doces y algunas mujeres que…” (Lc 8,1-2).

Jesús lleva a los discípulos consigo a lo largo de su ministerio itinerante a través de

Galilea. A veces le acompañaban multitudes, o lo buscaban, pero hay experiencias y

momentos en que Jesús comparte solamente con sus discípulos. Por ejemplo en Lc

8,22: “Un día de aquéllos subió él a una barca con los discípulos y les dijo…” .

Jesús emprenderá también con ellos su viaje a Jerusalén: “Cuando se iba

cumpliendo el tiempo de que se lo llevaran, afrontó decidido el viaje hacia Jerusalén y

Medellín XXVIII/n. 110, p 5-49

58

despachó por delante unos mensajeros..·” (Lc 9,51-52). Ir a Jerusalén implica

atravesar ciudades y pueblos; el camino era largo. Es “mientras iban de camino” (Lc

9,57) que Jesús explica las exigencias del discipulado.

Y en este largo camino hacia Jerusalén los discípulos van aprendiendo de Jesús

su nuevo proyecto de vida: “Camino de Jerusalén recorría ciudades y aldeas

enseñando” (Lc 13,22). Y no solamente fue enseñanza pero fue un compartir en

todos los momentos del día: “Entonces, diréis: contigo comimos y bebimos, en

nuestras calles enseñaste” (Lc 13,26). Por supuesto no basta haber convivido

físicamente con Jesús para tener salvoconducto asegurado para ser su discípulo.

Pero los supuestos momentos informales como por ejemplo: compartir la mesa,

habrán sido también momentos intensos en los que compartir la vida.

Otro testimonio de este largo camino desde Galilea hacia Jerusalén y la intensidad

de las actividades de Jesús, se expresa delante de Pilato: “Ellos insistían: Está

agitando a todo el pueblo de Judea; empezó en Galilea y ha llegado hasta aquí” (Lc.

23,5). Los testigos insisten ante Pilato mostrando sin querer, la extensión del

ministerio de Jesús y su popularidad.

En este largo camino se van intercalando períodos narrativos y discursos,

curaciones y explicaciones. A veces en presencia de la muchedumbre, a veces a

solas con sus discípulos, Jesús les ayuda en entrar en el camino del Reino de Dios.

Esta intención, la podemos ver en el deseo de Jesús de estar junto a ellos. Cómo

por ejemplo, después de la primera experiencia misionera: “Los apóstoles volvieron y

le contaron cuanto habían hecho. El, los tomó aparte y se retiró por su cuenta a una

ciudad llamada Betsaida” (Lc 9,10) Lucas no especifica lo que contaron, pero

podemos pensar que fue para compartir las experiencias. Significativo es que Jesús

se retiró con ellos, y no él sólo, para descansar; pero seguramente sería para

continuar su formación. Y a través de esta vivencia diaria, del caminar juntos y del

compartir la mesa, se fue creando una unión íntima entre Jesús y sus discípulos. Será

ésta unión estrecha, la que permite a Jesús anunciar los motivos de subir a Jerusalén:

“Llevándose aparte a los Doce, les dijo: Mirad, subimos a Jerusalén y se cumplirá en

este Hombre cuanto escribieron los profetas: será entregado a los paganos: se

burlarán de él, lo insultarán, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y al tercer día

resucitará” (Lc 18,31-32). Sólo para los doce predice el hecho y algunos detalles de

su pasión, muerte y también su resurrección. Ellos siguen incapaces de entender el

misterio de la pasión; todavía falta un largo trecho de camino: el mismo camino que

tuvieron que hacer los discípulos de Emaús antes de entender y creer.

74 cfr.: idem, p. 15

59

Las actitudes de Jesús cuestionan y a veces son criticadas por los fariseos o los

letrados. Y esto, ha sido seguramente también tema de conversaciones entre Jesús y

los apóstoles. Por ejemplo durante la cena con los pecadores narrada en Lc 5,28-31:

los fariseos preguntan a los discípulos: “¿Cómo es que coméis y bebéis con

recaudadores y pecadores?” (v.30b). Mientras la respuesta viene de Jesús: “del

médico no tienen necesidad los sanos…” (v 31ss). En otros momentos podemos ver

cómo la crítica y el rechazo, no solamente es hacia Jesús, sino también hacia aquellos

que lo seguían más de cerca. “¿Por qué hacéis en sábado una cosa prohibida?” (Lc

6,2) preguntan los fariseos a los discípulos después que éstos últimos habían

arrancado unas espigas. “Vino este Hombre, que come y bebe, y decís: Mirad qué

comilón y bebedor, amigo de recaudadores y de pecadores” (Lc 7,34). Jesús tomará

todos estos momentos para enseñar a sus discípulos. La vida concreta será objeto y

sujeto de la formación.

Y un último hecho típico de Jesús, llevará también a los discípulos a descubrir el

grado de intimidad que El tenía con su Padre. Y esa acción, eran los momentos de

oración. Por ejemplo la predicción de su muerte y resurrección está precedida por un

momento de oración: “Estando él una vez orando a solas, se le acercaron los

discípulos y él …” (Lc. 9,18ss). Esta misma actitud de oración, observada por los

discípulos será motivo de una enseñanza: “Una vez estaba en un lugar orando.

Cuando terminó, uno de los discípulos le pidió: Señor, enséñanos a orar…” (Jn

11,1ss). Y Jesús responde a la petición proponiendo una oración muy breve con la

novedad de la invocación: ¡Padre!. En el evangelio de Lucas, Jesús se dirige

siempre a Dios como Padre, lo que indica justamente su intensa relación con Dios.

Los discípulos forman parte de esta relación por la cual Jesús los enseña orar

diciendo: ¡Padre!.

2.2.3. El camino de la Pasión y la Muerte.

“La afirmación ‘Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis

pruebas’ (Lc. 22,28), supone el caminar de los discípulos de Jesús en las experiencias

dramáticas del rechazo y particularmente, la pasión”75

En Lc 22,39 podemos leer como Jesús se dirigía según costumbre (cfr. Lc 21,37)

a rezar en el Monte de los Olivos y “lo siguieron los discípulos” (Lc 22,39b). Con este

gesto, empieza una nueva etapa en el camino como discípulos de Jesús. Ellos son

invitados en este momento de la nueva etapa a rezar; pero Jesús: “los halló dormidos

de tristeza” (Lc. 33,45b). Llegó el momento de la traición y uno que lo había seguido

por el camino, con lo cual había compartido todo lo entregó. En esta hora de captura,

75 idem, p. 17

60

en Lucas, no vemos que los discípulos huyeran (como en el evangelio de Marcos).

Pedro continúa: “Pedro lo seguía a distancia” (Lc 33,54b). Pero luego llegó el

momento de la pasión, y Pedro huye en la oscuridad.

A continuación aparece el personaje de Simón de Cirene, y no podemos negar

que en este pasaje encontramos literalmente un gesto que cada discípulo de Jesús

tiene que tener: cargar la cruz (cfr. Lc 9,23; 14,27). ¿Acaso éste gesto no le convierte

en seguidor de Jesús?

Y en el momento de morir, Lucas enumera los allí presentes diciendo: “Sus

conocidos se mantenían a distancia, y las mujeres que lo habían seguido desde

Galilea lo observaban todo” (Lc 23,49). Aquellos que habían recorrido el camino

desde Galilea, los que habían recibido de Jesús todas sus enseñanzas, los que habían

visto cómo actuaba, estaban y seguirán hasta el último lugar dónde reposó el cuerpo

de Jesús: “Las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea, fueron detrás para

observar el sepulcro y cómo habían colocado el cadáver” (Lc 23,55).

Las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, que habían hecho el mismo

camino, querían estar presentes hasta el último momento. Y su preocupación por

embalsamar el cuerpo de Jesús, hace que ellas sean las primeras testigos de la

resurrección.

2.2.4. Caminar con Jesús Resucitado.

El camino junto a Jesús no había terminado con su muerte. No habían caminado

lo suficiente con El, para terminar el recorrido en Jerusalén. Todavía falta una parte

del camino, faltaba ir a hacia Betania. (Lc 24,50). Pero primero está la experiencia de

la tumba vacía. Primero está el testimonio de las mujeres (Lc 24,1-11), y luego el de

Pedro (Lc 24,11-12). Pedro, como otras veces toma la iniciativa, se separa, va curioso

y audaz al lugar de los hechos. Comprueba el signo del sepulcro con detalle, pero le

faltan por ahora los testimonios y queda “extrañado” (v. 12b), ni incrédulo ni creyente.

El relato se interrumpe para contar la experiencia de los discípulos de Emaús. Ellos al

regresar a Jerusalén cuentan su encuentro con el Resucitado y se encuentran que

dentro de la comunidad se había aparecido Jesús. Es curioso que se refiera

indirectamente la aparición de Jesús sólo a Simón; (Lc 24,34), pero luego, se narra la

aparición de Jesús al grupo de discípulos. También aquí, como en el relato de los

discípulos de Emaús hay un camino a recorrer: desde el asombro, el espanto y el

miedo; a través de la experiencia de ver y tocar, y de compartir la comida y la

explicación escriturística de Jesús, se “les abrió la inteligencia para que

comprendieran la Escritura” (Lc 24,54) En los Hechos de los apóstoles, Pedro contará

cómo se apareció y “comimos y bebimos con él” (Hch 10,40-41). Jesús explica otra

61

vez la Escritura, añadiendo esta vez una pieza, la predicación, de la muerte y

resurrección. O sea que la pasión y resurrección desembocan en la predicación

apostólica, universal, a partir de Jerusalén. Un nuevo camino se tiene que hacer, un

camino en el cual los discípulos ya no son solamente testigos de lo ocurrido con

Jesús, sino que tienen la misión de testimoniar (Lc. 24,48). Cómo un día los envió en

una primera expedición (cfr. Lc 9,1-6), ahora los nombra sus testigos, prometiéndoles

el envío del Espíritu Santo.

Con la ida a Betania, dónde Jesús se despide de sus apóstoles, Lucas quiere

cerrar un doble camino (Lc 24,50ss). Primeramente, Betania es el lugar dónde

empezó el camino hacia Jerusalén, hacia la muerte y resurrección de Jesús (Lc

19,29). Pero luego también es el lugar donde Jesús bendice a sus discípulos, se

separa de ellos y es llevado al cielo. La formación de los discípulos ha terminado, falta

esperar en Jerusalén “lo prometido por Padre” (Hch 1,4). Y desde Jerusalén, se

dibujarán nuevos caminos. Nuevos guías saldrán de ahí, para ir acompañando a

otros, por los caminos de Israel y por los caminos del mundo, educando a todos los

que quieran ser discípulos del Señor Jesús.

Si nos hemos limitado a hacer un acercamiento al evangelio de Lucas, era

justamente porque en su evangelio encontramos más claramente el tema del camino.

El camino cómo símbolo de una actuación educativa de Jesús. Un camino que se

hace realidad a través de un caminar físico, que termina en Jerusalén, y que se hará

un nuevo camino físico, que empieza en Jerusalén. Pero también se muestra un

camino interior que cada discípulo de Jesús tiene que hacer, desde el abandono de su

proyecto de vida personal, tomando su cruz, hasta ser a su vez ‘maestro’ para otros.

El caminar juntos da tiempo a compartir la vida con mayor densidad. Y a través de la

vida cotidiana de compartir crece la comunicación de Jesús con sus discípulos y los

discípulos están en la posibilidad de profundizar en la cotidianidad la propuesta de

Jesús. El camino y el caminar se convirtieron en el discípulo: “Caminar junto con

Jesús, en actitud de ‘seguimiento’, es sinónimo de ser educado por él”76.

76 OÑORO, F., o.c., p. 12

62

3. Conclusión

Un auténtico educador debe tener un objetivo bien definido, una meta hacia dónde

caminar. Algo que lo inspira y que da sentido a todos sus actos. Esta meta será el

centro de todo el actuar, esta meta indicará los pasos a seguir. La meta ayudará a

concentrar todos los esfuerzos de todos los involucrados, educadores y educandos,

hacia el mismo punto de llegada. Sin saber el punto de llegada, no hay tampoco un

camino para llegar.

Jesús tenía una meta bien definida y todo su actuar, todo su camino iba hacia ella:

la implantación del Reino de Dios. Toda su vida, sus palabras y sus acciones tienen

como centro proclamar y hacer presente el Reino de Dios. “La pedagogía de Jesús es

evangelizadora, mediación, signo e instrumento de la Buena Nueva de la liberación y

de la vida”77

En esta misma preocupación de hacer realidad el Reino de Dios, Jesús educó

también a sus discípulos para que ellos también pudieran anunciar y realizar el Reino

de Dios por doquier. Seguir a Jesús, significa entrar también en esta nueva relación y

seguir con la misión de Jesús. Los discípulos hacen suyo el proyecto de Jesús:

anunciar y realizar el Reino de Dios. Este Reino de Dios será la motivación y el motor

de sus vidas.

Seguir a Jesús hoy, es hacer este proyecto, nuestro propio proyecto de vida

personal y comunitaria. Como educadores, tenemos la misma meta, la misma misión:

“Como el Padre me envió, yo os envío a vosotros” (Jn 20,21) A medida que nos

acercamos a los Evangelios y que hacemos del Proyecto de Jesús nuestro proyecto,

haremos más realidad el Reino de Dios entre nosotros. El primer y gran objetivo de

todo nuestro actuar educativo y escolar, es proclamar la Buena Noticia que el Reino

está cerca.

77 PERESSON TONELLI, M.L., o.c., p 607

63

III.LA EDUCACIÓN CATÓLICA: UN INSTRUMENTO

PARA ANUNCIAR EL REINO

El proyecto de Jesús es retomado por sus discípulos quienes formando

comunidades, buscaron ser fieles a su llamado, de ser ellos también constructores del

Reino. En el Concilio Vaticano II, los padres conciliares se ponían en el mismo camino

declarando: “…la Iglesia, enriquecida con los dones de su Fundador, observando

fielmente sus preceptos de caridad, de humildad y de abnegación, recibe la misión de

anunciar el Reino de Cristo y de Dios, de establecerlo en medio de todas las gentes, y

constituye en la tierra el germen y el principio de este Reino. Ella en tanto, mientras va

creciendo poco a poco, anhela el Reino consumado, espera con todas sus fuerzas, y

desea ardientemente unirse con su Rey en la gloria.” (LG 5).

Y no fue solamente aceptar la misión de anunciar el Reino sino también era entrar

en el mismo dinamismo, el ponerse en camino: “Siendo así que esta misión continúa y

desarrolla a lo largo de la historia la misión del mismo Cristo, que fue enviado a

evangelizar a los pobres, la Iglesia debe caminar, por moción del Espíritu Santo, por el

mismo camino que Cristo siguió, es decir, por el camino de la pobreza, de la

obediencia, del servicio, y de la inmolación de sí mismo hasta la muerte, de la que

salió victorioso por su resurrección. Pues así caminaron en la esperanza todos los

Apóstoles, que con muchas tribulaciones y sufrimientos completaron lo que falta a la

pasión de Cristo en provecho de su Cuerpo, que es la Iglesia.” (AG 5)

A través de muchas actividades la Iglesia trata de ser fiel a su misión y al camino

que trazó Jesús. La educación y la enseñanza es uno de los medios que en ésta

misión tiene un lugar especial. “Entréguense con especial cuidado a la educación de

los niños y de los adolescentes por medio de las escuelas de todo género, que hay

que considerar no sólo como medio excelente para formar y atender a la juventud

cristiana, sino como servicio de gran valor a los hombres, sobre todo de las naciones

en vías de desarrollo, para elevar la dignidad humana y para preparar unas

condiciones de vida más favorables” (AG12).

Por eso queremos acercarnos a algunos documentos de la Iglesia, a fin de

descubrir cómo a través de la enseñanza o educación católica, se dan pistas para

responder a los desafíos de la sociedad al mismo tiempo que se es fiel a la misión de

anunciar el Reino.

64

1. Declaración ‘Gravissimum Educationis’ – 1965.

El documento tiene como tema central la Educación Cristiana con un énfasis

particular sobre las escuelas católicas. El concilio expone “algunos principios

fundamentales sobre la educación cristiana” (Proemio), basándose sobre el principio

de que la Iglesia debe atender toda la vida del hombre y “para cumplir el mandamiento

recibido de su divino Fundador, a saber: “el anunciar a todos los hombres el misterio

de la salvación e instaurar todas las cosas en Cristo, le toca también una parte en el

progreso y en la extensión de la educación.” (Proemio)78.

Los Padres del Concilio reconocen “el derecho inalienable de la educación” (1)

dando como definición de la verdadera educación que “se propone la formación de la

persona humana en orden a su fin último y al bien de las varias sociedades, de las que

el hombre es miembro y de cuyas responsabilidades deberá tomar parte una vez

llegado a la madurez” (1). Y la educación cristiana persigue además y “sobre todo,

- que los bautizados se hagan más conscientes cada día del don de la fe

- mientras son iniciados gradualmente en el conocimiento del misterio de la

salvación,

- aprendan a adorar a Dios Padre en el espíritu y en verdad, ante todo en la

acción litúrgica,

- adaptándose a vivir según el hombre nuevo en justicia y en santidad de verdad,

- y así lleguen al hombre perfecto, en la edad de la plenitud de Cristo y

contribuyan al crecimiento del Cuerpo Místico” (1).

Si bien en el documento se considera que los pastores de almas tienen una

“gravísima obligación” (1) de ayudar a todos los fieles para que disfruten de una

educación cristiana, los padres tienen la obligación de proporcionarla, ya que ellos son

los “primeros y principales educadores” (1) Los padres son invitados a formar a sus

hijos a través de un ambiente familiar con una educación integral personal y social. Es

también responsabilidad de los padres que sus hijos aprenden “desde sus primeros

años la fe recibida en el bautismo” (3). Este ambiente familiar será también el medio

por el cual el educando se introducirá “fácilmente en la sociedad civil y en el Pueblo de

Dios” (3). Por esto, también será necesario que la misma sociedad ayude a los padres

en esta tarea. Y para los padres del Concilio, no es un mero deseo sino es también

obligación: “obligación suya, es proveer de varias formas a la educación de la

juventud” (3). Una obligación que no solamente corresponde a la sociedad sino

también a la misma Iglesia. Esta obligación no está solamente en función de educar

en el sentido de una vida cristiana, sino que además “ayuda a todos los pueblos a

78 Los números entre ( ) indican siempre el numeral del documento en cuestión.

65

promover la perfección cabal de la persona humana, incluso para el bien de la

sociedad terrestre y para configurar más humanamente la edificación del mundo” (3).

Para poder cumplir con esta obligación, la Iglesia propone varios medios para la

educación cristiana y entre todos los medios dará mayor importancia a la escuela (5).

Dicha escuela tendrá como tarea:

- cultivar las facultades intelectuales de los alumnos,

- desarrollar la capacidad del recto juicio,

- introducirles en el patrimonio de la cultura,

- promover el sentido a los valores,

- prepararles a su futuro profesional.

- fomentar relaciones entre los alumnos de diversa índole y condición

- y lograr un encuentro entre los distintos actores de la sociedad. (5)

La acción de la Iglesia no se limita solamente a las escuelas católicas sino también

a escuelas no católicas (cfr. 7).

En el numeral 8 de la declaración, se dan los elementos particulares de la

identidad de la escuela católica: “Su nota distintiva es:

- crear un ambiente comunitario académico, animado por el espíritu evangélico

de libertad y de caridad

- ayudar a los adolescentes para que en el desarrollo de la propia persona

crezcan a un tiempo según la nueva criatura que han sido hechos por el

bautismo,

- ordenar últimamente toda la cultura humana según el mensaje de salvación.”

(8).

Y tiene como tarea: “educar a sus alumnos para conseguir eficazmente el bien de

la ciudad terrestre y los prepara para servir a la difusión del Reino de Dios..” (8). Con

esto, los Padres del Concilio indican claramente que las tareas de la escuela católica

van más allá de un simple enseñar contenidos. Es una experiencia que tiene que

transmitir vida, y una vida en plenitud, en función del crecimiento del Reino de Dios.

66

2. Documento ‘Educación’ – Medellín – 1968

A tres años del Concilio, los obispos latinoamericanos se reúnen en Medellín79 y

entre los distintos temas ellos fijan muy especialmente su atención en la educación, ya

que lo consideran como “un factor básico y decisivo en el desarrollo del continente.”

(1).

2.1. Características de la educación en América Latina (n.2 – 7)

En la presentación de las características de la educación en América Latina, los

obispos reconocen que se están haciendo esfuerzos por extender la educación a

todos los estratos de la sociedad pero estos esfuerzos adolecen de serias deficiencias

e inadecuaciones (cfr. 2):

- Primeramente están, “los hombres ‘marginados’ de la cultura” y por esta misma

marginación están condenados a “una servidumbre humana”. Será necesario

entonces, “capacitarlos para que ellos mismos, como autores de su propio

progreso, desarrollen de una manera creativa y original un mundo cultural,

acorde con su propia riqueza y que sea fruto de sus propios esfuerzos” (cfr. 3)

- Hay una formación formal que tiene unos contenidos abstractos y académicos,

que a su vez, se preocupen demasiado de transmitir solamente contenidos. Es

una educación uniforme orientada hacia una economía basada solo en el tener.

(4)

- Existe también una educación asistemática creciente. (5)

- Hace falta una democratización de la educación, teniendo en cuenta las

peculiaridades latinoamericanas (6)

Delante del panorama del continente en su complejidad y las deficiencias que

demostraba en este momento la educación, los obispos acentuaban que “la educación

latinoamericana está llamada a dar una respuesta al reto del presente y del futuro,

para nuestro continente” (7). Una respuesta sin perder “de vista la dimensión

sobrenatural que se inscribe en el mismo desarrollo, el cual condiciona la plenitud de

una vida cristiana” (7)

79 Antes de Medellín tuvo lugar la Conferencia Episcopal Latinoamericana en Río de Janeiro (1955). En el campo educativo el aporte fue mínima, recalcando “la necesidad de incorporar las aportaciones de la moderna pedagogía catequística en la enseñanza escolar, de tal manera que en las escuelas y colegios católicos se da la debida importancia a las clases de religión, y ‘aprovechar también todas las posibilidades para organizar la enseñanza religiosa aún en las escuelas y colegios que no dependan de la Autoridad Eclesiástica’” cfr. ORTIZ LOZADA, L., La escuela católica, Medellín, p. 646

67

2.2. Sentido humanista y cristiano de la educación (8-9)

En la segunda parte del documento, los obispos introducen un nuevo concepto: la

educación liberadora. El objetivo principal de esta educación liberadora es que el

educando se convierte en sujeto de su propio desarrollo. Y esto hace que la

educación se hará “el medio clave para liberar a los pueblos de toda servidumbre y

para hacerlos ascender “de condiciones de vida menos humanas a condiciones más

humanas” (8) Es necesario “capacitar a las nuevas generaciones para el cambio

permanente y orgánico que implica el desarrollo” (8)

Las dos grandes características de esta educación liberadora son su fuerza

creadora y su apertura al diálogo.

Es creadora pues “ha de anticipar el nuevo tipo de sociedad y debe basar sus

esfuerzos en la personalización de las nuevas generaciones.” (8). Esta

personalización de las nuevas generaciones está basada en la dignidad humana, la

libre autodeterminación y su sentido comunitario.

Está abierta al diálogo principalmente con los valores que intuyen los jóvenes

como valores del futuro, promoviendo así la comprensión de los jóvenes entre sí y con

los adultos.

Esta educación es liberación, porque “ya es un anticipo de la plena redención de

Cristo” (9) y la Iglesia se siente solidaria con “todo esfuerzo educativo, tendiente a

liberar a nuestros pueblos (Is 58,6; 61,1)” (9). Y en este mismo numeral, retoma el

tema del derecho a una educación cristiana de todos los cristianos, para que alcancen

la madurez de su fe.

2.3. Orientaciones pastorales.

A continuación siguen veintiuna líneas generales y específicas (con relación a la

escuela, a la universidad católica y con relación al planeamiento).

En relación a la escuela y después de alentar el trabajo educativo en la escuela,

los obispos dan cinco elementos fundamentales de lo que la escuela católica deberá

ser:

- “una verdadera comunidad formada por todos los elementos que la integran;

- integrarse en la comunidad local y estar abierta a la comunidad nacional y

latinoamericana;

- ser dinámica y viviente, dentro de una oportuna y sincera experimentación

renovadora;

- estar abierta al diálogo ecuménico;

68

- partir de la escuela para llegar a la comunidad, transformando la misma

escuela en centro cultural, social y espiritual de la comunidad…” (19)

2.4. Resumiendo.

Hay una preocupación entre los obispos latinoamericanos por la educación como

herramienta para la construcción de una sociedad diferente. Entendiendo que la única

forma de construir una sociedad nueva es ir preparando los constructores de la misma

y del mañana. La visión de esta sociedad nueva y los hombres nuevos está explicitada

a través de otros documentos de Medellín:

“No tendremos un continente nuevo sin hombres nuevos, que a la luz del

Evangelio sepan ser verdaderamente libres y responsables.” (Justicia, 3)

“Ciertamente para la Iglesia, la plenitud y la perfección de la vocación humana se

lograrán con la inserción definitiva de cada hombre en la Pascua o triunfo de Cristo,

pero la esperanza de tal realización consumada, antes que adormecer debe "avivar la

preocupación de perfeccionar esta tierra, donde crece el cuerpo de la nueva familia

humana, el cual puede de alguna manera anticipar una vislumbre del siglo nuevo" [GS

39]. No confundimos progreso temporal y Reino de Cristo; sin embargo, el primero, "en

cuanto puede contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, interesa en gran medida

al Reino de Dios" [GS 39].” (Justicia, 4)

La Conferencia de Medellín no solamente hizo una opción por los pobres, sino

que también optó por los jóvenes. A ellos también han dedicado los obispos un

documento entero. Ellos son los forjadores de un futuro diferente: “En efecto, frente a

las culturas que muestran signos de vejez y caducidad, la juventud está llamada a

aportar una revitalización; a mantener una "fe en la vida", a conservar su "facultad de

alegrarse con lo que comienza". Ella tiene la tarea de reintroducir permanentemente el

"sentido de la vida". Renovar las culturas y el espíritu, significa aportar y mantener

vivos nuevos sentidos de la existencia. La juventud está, pues, llamada a ser como

una perenne "reactualización de la vida" [Mensaje del Concilio a los Jóvenes].”

(Juventud 11)

Frente a la situación de la época, los obispos optan por una educación liberadora

y comunitaria, ubicando esta tarea dentro de la misión de la Iglesia Latinoamericana.

La educación liberadora es presentada como una profecía para el nuevo milenio.

69

3. ‘La Escuela Católica’ – 1977

Ante los problemas que presenta la Educación Católica en una sociedad

pluralista, se juzgó necesario “concretar su atención, en primer lugar, sobre la

naturaleza y características de una escuela que quiere definirse y presentarse como

‘católica’” (2).

Con este documento la Congregación para la Educación Católica quiere responder

a ciertas críticas:

- no se acepta que la Iglesia pueda ofrecer el testimonio específico de sus

instituciones (18),

- se objeta que estas instituciones tienen rasgos proselitistas (19),

- la Escuela Católica sería una institución anacrónica (20),

- en algunos países se dedica solamente a las clases acomodadas (21),

- la Escuela Católica es incapaz de formar cristianos convencidos (22),

3.1. La Escuela Católica y la misión salvífica de la Iglesia.

La misión de la Iglesia es proclamar el “anuncio de la salvación, de engendrar con

el bautismo nuevas criaturas en Cristo y de educarlas para que vivan conscientemente

como hijos de Dios.” (7)

En la primera parte se da a la Escuela Católica un lugar específico en la misión

misma de la Iglesia, porque se reconoce en la escuela “un medio privilegiado para la

formación integral del hombre, en cuanto que ella es un centro donde se elabora y se

transmite una concepción específica del mundo, del hombre y de la historia” (8).

En un mundo, caracterizado por un pluralismo cultural, se siente la necesidad de

estar presente con el pensamiento cristiano teniendo como criterio de discernimiento la

referencia a Jesucristo que “enseña de hecho a discernir los valores que hacen al

hombre, y a los contravalores que lo degradan” (11). El pluralismo cultural es el

desafío que invita a la Iglesia a reforzar su empeño educativo y a participar en el

diálogo cultural “con su aportación original a favor del verdadero progreso y de la

formación integral del hombre” (15).

70

3.2. El concepto ‘escuela’.

Antes de ver la especificidad de la escuela católica el documento hace una

reflexión sobre el concepto de “escuela”, definiéndola como “un lugar privilegiado de

promoción integral mediante un encuentro vivo y vital con el patrimonio cultural” (26).

Esto implica que tiene que haber un proyecto educativo que está dirigido a la

promoción total de la persona. Por lo cual “la referencia, implícita o explícita, a una

determinada concepción de la vida es prácticamente ineludible en cuanto que entra en

la dinámica de toda opción” (29).

En la sociedad actual la escuela es considerada “como institución en la cual los

jóvenes se capacitan para abrirse progresivamente a la realidad y formarse una

determinada concepción de la vida” (31).

3.3. Carácter específico de la Escuela Católica.

Lo que va a definir la especificidad de la Escuela Católica es la referencia explícita

a la concepción cristiana de la realidad, de la sociedad, de la vida, etc… El centro de

esta concepción es Jesucristo, Él es también el fundamento. “La escuela es ‘católica’,

porque los principios evangélicos se convierten para ella en normas educativas,

motivaciones interiores y al mismo tiempo metas finales.” (34) Si la escuela es el lugar

privilegiado de promoción integral (cfr 26), entonces la escuela católica va a perseguir

este fin dentro de una visión cristiana y motivada desde el evangelio.

La gran tarea será entonces para la escuela católica realizar la síntesis entre

cultura y fe, y entre fe y vida; “tal síntesis se realiza mediante la integración de los

diversos contenidos del saber humano, especificado en las varias disciplinas, a la luz

del mensaje evangélico, y mediante el desarrollo de las virtudes que caracterizan al

cristiano” (37).

La síntesis entre fe y cultura se hará mediante la formación del espíritu y del

corazón del alumno a medida que se adhiere a la persona de Cristo de una manera

personal y con toda la riqueza y la plenitud de una naturaleza humana enriquecida por

la cultura. (38-40) Esta síntesis no se logrará solamente a través de una mera

transmisión de contenidos, el lugar del educador es importante a medida que él

también tenga una armonía orgánica de fe y vida (41-43).

“Para lograr la síntesis entre fe y vida en la persona del alumno, la Iglesia sabe

que el hombre necesita ser formado en un proceso de continua conversión para que

llegue a ser aquello que Dios quiere que sea” (45). A través de las actividades

71

escolares, se ayudará al joven a descubrir a Dios, para que su vida sea testimonio de

este Dios creador. La escuela se propone formar al cristiano. (46-48).

Para llegar a esta opción consciente, vivida con empeño y coherencia, el

documento resalta la importancia que tiene “la enseñanza de la doctrina evangélica tal

como es trasmitida por la Iglesia Católica” (49). El documento define aquí el término

enseñanza religiosa, en relación a la catequesis. La enseñanza religiosa “debe ser

impartida en la escuela de una manera explícita y sistemática” y “no se propone como

fin una simple adhesión intelectual a la verdad religiosa, sino al entronque personal de

todo el ser con la persona de Cristo” (50). Se reconoce que el lugar propio de la

catequesis es la familia y la parroquia pero “nunca se insistirá suficientemente en la

necesidad y en la importancia de la catequesis en la Escuela Católica, con el fin de

conseguir la madurez de los jóvenes en la fe” (51).

Para lograr todo esto es necesario que la Escuela Católica sea comunidad, e.d. un

lugar de encuentro que tienda a las transmisión de valores de vida. (53-56). Una

comunidad que tiene su origen en la palabra de Jesús por lo cual “se crea para la

comunidad escolar una atmósfera animada de un espíritu evangélico de libertad y

caridad”. (55)

3.4. Resumiendo.

El documento se proponía “alentar todos los esfuerzos emprendidos” (91)

marcando claramente que la Escuela Católica tiene que tener como referencia los

valores evangélicos, para ser así, protagonista en la construcción de un mundo nuevo.

La Escuela Católica, es una de las formas que tiene la Iglesia para transmitir una

concepción de vida y una concepción de hombre. Y para estar en la misión misma de

la Iglesia tiene que tratar de formar una comunidad educativa, e impartir una buena

enseñanza, con el fin de lograr entre los alumnos una síntesis de fe y vida, de fe y

cultura.

72

4. Educación en Puebla – 1979

En el documento final, los obispos latino americanos retoman el tema de la

educación (numeral 1012-1062) dando en la introducción a la educación un lugar

dentro de la misión evangelizadora de la Iglesia: “Cuando la Iglesia evangeliza y logra

la conversión del hombre, también lo educa, pues la salvación (don divino y gratuito)

lejos de deshumanizar al hombre lo perfecciona y ennoblece; lo hace crecer en

humanidad. La evangelización, es en este sentido, educación. Sin embargo, la

educación en cuanto tal, no pertenece al contenido esencial de la evangelización sino

más bien a su contenido integral.” (1013). Y como en la ocasión anterior, también en

este documento, los obispos empiezan con una descripción de la situación, para luego

dar principios y criterios, terminando con algunas sugerencias pastorales.

4.1. La situación. (n. 1014-1023)

Los obispos constatan en el continente grandes cambios:

- Una situación de cambio socio-cultural; y la secularización de la cultura.

- La situación de pobreza que provoca aún mayores tasas de analfabetismo y

deserción escolar.

- Una mayor demanda de educación en todos los niveles.

- Nuevos retos, no solamente en el campo de la educación convencional, sino

también en otros ámbitos: educación de adultos, educación no formal, etc…

- Cuestionamiento entre los religiosos educadores sobre la institución escolar,

que favorece el elitismo y clasismo.

- Mayor presencia de los laicos en las instituciones educativas.

- Influencias ideológicas de corte utilitario-individualista.

- Dificultades de coordinación entre escuelas, entre escuelas y pastores locales.

- Mayor vigencia de la idea de la comunidad educativa.

En cierta forma, podemos dividir tanto las dificultades como los logros en tres

ámbitos diferentes: en la sociedad, en la cual está inserta la escuela, en la propia

escuela como institución, en las relaciones entre escuela y la Iglesia.

73

4.2. Principios y criterios. (n. 1024-1038)

Si bien en la introducción, el documento ubica la educación dentro de la misión de

la Iglesia, el primer principio define la educación como una actividad humana del orden

de la cultura. “La educación humaniza y personaliza al hombre cuando logra que éste

desarrolle plenamente su pensamiento y su libertad, haciéndolos fructificar en hábitos

de comprensión y de comunión con la totalidad del orden real por los cuales el mismo

hombre humaniza su mundo, produce cultura, transforma la sociedad y construye la

historia.” (1025).

En Puebla se retoma y se asume la noción de la educación liberadora de Medellín

pero le da una nueva proyección: la educación evangelizadora. “La educación

evangelizadora asume y completa la noción de educación liberadora porque debe

contribuir a la conversión del hombre total, no sólo en su yo profundo e individual, sino

también en su yo periférico y social, orientándolo radicalmente a la genuina liberación

cristiana que abre al hombre a la plena participación en el misterio de Cristo

resucitado, es decir, a la comunión filial con el Padre y a la comunión fraterna con

todos los hombres, sus hermanos” (1026) Esta educación evangelizadora tiene, entre

otras, las siguientes características (1027-1030)

- Humanizar y personalizar al hombre para crear en él el espacio de la escucha

de la Buena Nueva.

- Integrarse en el proceso social latinoamericano impregnado por una cultura

radicalmente cristiana que, sin embargo, necesita ser reevangelizada.

- Ejercer una función crítica procurando regenerar pautas y normas que

posibiliten la creación de una nueva sociedad.

- Es una educación para el servicio del desarrollo de la comunidad.

Esta educación evangelizadora, se deja guiar por los siguientes criterios (1031-1038):

- Pertenece a la misión de la Iglesia; por lo cual, debe anunciar explícitamente a

Cristo liberador.

- Forma personalidades fuertes, capaces de vivir coherentemente las exigencias

del bautismo.

- Produce agentes para el cambio.

- Opta por los más pobres que no pueden acceder a esta educación.

- Se desempeña una misión humana y evangelizadora (recibe para esto un

mandato apostólico).

- Como la familia es la primera responsable de la educación, la educación

evangelizadora capacita a los padres para esta misión.

- Colabora en el quehacer educativo de la sociedad pluralista.

74

4.3. Sugerencias pastorales. (n. 1039-1050)

A continuación siguen algunas sugerencias con respecto a la educación:

- Con respecto a los agentes: fomentar la responsabilidad de los padres (1039),

ayudar a los educadores religiosos a redescubrir y profundizar el sentido

pastoral de su trabajo en la escuela. (1041)

- Con respecto a la Escuela católica: reafirmar su importancia, favoreciendo su

democratización y transformación, (según las orientaciones del documento de

la Sagrada Congregación para la Educación Católica) (1040)

- Con respecto a los destinatarios: dar prioridad a los ambientes empobrecidos;

(1043) es prioritaria la educación de líderes y agentes de cambio; (1044),

acompañar la alfabetización de los marginados. (1045)

- Con respecto a los medios y métodos: es aconsejable el empleo de los

métodos participativos; (1046) promover la educación popular y la informal;

(1047) promover instancias de coordinación dentro de la acción pastoral de la

Iglesia particular.(1049)

- Con respecto a los contenidos: elaborar la doctrina y teoría educativa cristiana,

basada en las enseñanzas de la Iglesia y en la experiencia pastoral. (1050)

4.4. Concluyendo

El documento de Puebla se elabora en un momento difícil dentro de la Iglesia

latinoamericana. Hay un cierto miedo por las corrientes liberadoras tanto en la acción

pastoral como en el mundo de la cultura. Si bien la descripción de la realidad es

acertada se nota también la complejidad no solamente de la sociedad pluralista, sino

también de las visiones existentes sobre el tema de la escuela católica. De ahí que

surja un nuevo término: una educación evangelizadora. Y si bien se asume la noción

de la educación liberadora, no se vuelve sobre el tema y se toma la idea de la

educación evangelizadora, con un fuerte acento en la persona del educando,

perdiendo así la fuerza de lo comunitario. Las sugerencias pastorales van por el

mismo camino y dan la impresión que se trata de dar respuestas a problemas más

bien puntuales.

El tema central en el documento es más bien la educación evangelizadora como

conversión del hombre total.

Puebla reafirma la importancia de la escuela católica invitándola a ser una

instancia efectiva de asimilación crítica del saber y de la cultura en general. Además

75

es considerada como el lugar más apto para el diálogo entre la fe y la ciencia, siendo

también un ambiente para favorecer y estimular el crecimiento en la fe.

76

5. La acción educativa de la Iglesia – Santo Domingo – 1992

La IV Conferencia Latinoamericana de los obispos utiliza un método diferente de

las otras veces. Fue un momento nuevamente difícil, pero esta vez, no solamente

desde la sociedad, sino también desde adentro de la misma Iglesia. La dinámica

utilizada en la Asamblea de los obispos cambió fuertemente, y este cambio, se reflejó

en todo el documento. Se tiene la impresión que se empezó primeramente con la

parte doctrinal, dónde en Medellín y Puebla se empezó siempre desde la realidad.

Esto se nota en varios puntos del documento y muy en particular cuando se trata de la

acción educativa de la Iglesia.

5.1. Iluminación teológica (n. 23-266)

El documento empieza reafirmando lo dicho en Medellín y Puebla y de allí parte a

señalar algunos aspectos. El tema central es la educación como inculturación del

Evangelio.

“La educación es la asimilación de la cultura” (263). Es un proceso dinámico que

dura toda la vida de la persona y de los pueblos: “recoge la memoria del pasado,

enseña a vivir el hoy y se proyecta hacia el futuro” (id.).

“La educación cristiana es la asimilación de la cultura cristiana” (id,) Esta

educación cristiana se basa en un concepto del hombre abierto “a Dios como Creador

y Padre, hacia los demás, como a sus hermanos, y al mundo como lo que le ha sido

entregado para potenciar sus virtualidades y no para ejercer sobre él un dominio

despótico que destruya la naturaleza” (264). Este concepto del hombre está

encerrado en todo proyecto educativo, “hablamos de que el maestro educa hacia un

proyecto de hombre en el que viva Jesucristo” (265). Todo proyecto educativo tiene

un concepto del hombre y dentro de este concepto de hombre habrá muchos valores;

pero para ser un proyecto educativo, es necesario que “la ordenación de los valores

tenga como fundamento y término a Cristo, entonces esta educación está

recapitulando todo en Cristo y así es una verdadera educación cristiana” (id.)

Estamos viviendo en un mundo dónde hay una pluralidad de valores que tanto nos

interpelan y que son ambivalentes. En la educación nueva se trata de hacer crecer la

persona según las exigencias de los valores nuevos, de ahí “surge la necesidad de

confrontar los nuevos valores educativos con Cristo revelador del misterio del hombre”

(id.). En el descubrimiento de estos nuevos valores, que nos propone la

secularización, tenemos que dejarnos interpelar para “continuar la línea de la

77

Encarnación del Verbo en nuestra educación cristiana, y llegar al proyecto de vida

para todo hombre, que es Cristo muerto y resucitado” (id.)

Desde esta iluminación, el documento indicará algunos desafíos pastorales y dará

algunas líneas pastorales.

5.2. Desafíos (n. 267-270) y líneas pastorales (271-278)

Los obispos descubren en el continente cuatro grandes desafíos con relación a la

realidad educativa latino-americana:

- La exclusión de mucha gente de la educación escolar por el analfabetismo, por

la crisis en la familia, divorcio entre el Evangelio y la cultura, la educación

informal no propiamente cristiana (ejem. La televisión).

- El reto de la Universidad Católica y la Universidad de inspiración cristiana, que

tienen como tarea realizar un proyecto cristiano de hombre.

- El espinoso problema de las relaciones entre la educación estatal y la

educación cristiana.

- La ignorancia religiosa de la juventud, la educación extraescolar y la educación

informal.

Estos desafíos llaman a un mayor compromiso de parte de la Iglesia:

- En la línea pastoral de la inculturación, “la educación es la mediación

metodológica para la evangelización de la cultura” (271); con un nuevo

compromiso con una educación evangelizadora.

- Con los padres en el momento de optar por una educación para sus hijos.

- Con los educadores cristianos, promoviendo sus formación permanente “en lo

concerniente al crecimiento de su fe y a la capacidad de comunicarla como

verdadera Sabiduría, especialmente en la educación católica”. (273)

- Urge una educación de la libertad, “pues es uno de los valores fundamentales

de la persona”. (274)

- Finalmente: “transformar la escuela católica en una comunidad centro de

irradiación evangelizadora, mediante alumnos, padres y maestros” (278)

78

5.3. Concluyendo.

En el documento de Santo Domingo se opta por una educación desde y para la

vida, en los ámbitos individual, familiar y comunitario. Una educación que fomente la

dignidad de la persona humana y la verdadera solidaridad, inspirada en el Evangelio.

Se considera la escuela católica como una comunidad, constructora de comunidades,

que educa en y para la solidaridad y la participación, centro de irradiación

evangelizadora. Inspirada en el Evangelio y el Magisterio Social de la Iglesia debe

responder a las verdaderas necesidades del pueblo.

Importante es el tema de la inculturación como forma de diálogo con el mundo.

Si bien sigue existiendo el divorcio fe y vida, fe y cultura en nuestras sociedades, en el

documento, se acerca dicha problemática desde la inculturación. “La inculturación del

Evangelio es un proceso que supone reconocimiento de los valores evangélicos que

se han mantenido más o menos puros en la actual cultura; y el reconocimiento de

nuevos valores que coinciden con el mensaje de Cristo. …/… ‘Por medio de la

inculturación, la Iglesia encarna el Evangelio en las diversas culturas y, al mismo

tiempo, introduce a los pueblos con sus culturas en su misma comunidad; transmite a

las mismas sus propios valores, asumiendo lo que hay de bueno en ellas y

renovándolas desde dentro’ (RMi 52).” (230).

79

6. ‘La Escuela Católica en los umbrales del Tercer Milenio’ – 1997

En la introducción del documento, se describen los nuevos desafíos ante los

cuales se encuentra la escuela católica. Desafíos que son lanzados por los contextos

socio-culturales y políticos que se expresan particularmente en la crisis de valores. Se

agrega a esto, también el carácter pluricultural, racial, étnico y religioso de la sociedad

actual, “hacer escuela en el contexto actual resulta especialmente difícil”. (2). Pero

esta situación es también llamada “a una renovación valiente” (3). La Iglesia descubre

en esta nueva situación un nuevo impulso misionero: “no se trata de simple adaptación

sino de impulso misionero: es el deber fundamental de la evangelización, del ir allí

donde el hombre está para que acoja el don de la salvación” (3)

El objetivo del documento es “llamar la atención sobre algunas características

fundamentales de la escuela católica que consideramos importantes para la eficacia

de su labor educativa en la Iglesia y en la sociedad” (4). Si bien se miran los éxitos y

dificultades de la escuela católica (n. 5-7) se quiere ante todo mirar el futuro,

conscientes también, de que “el futuro del mundo y de la Iglesia pertenece a las

nuevas generaciones que, nacidas en este siglo, alcanzarán la madurez en el próximo,

el primero del nuevo milenio.” (8).

El centro de la escuela es la persona: “La persona de cada uno, en sus

necesidades materiales y espirituales, es el centro del magisterio de Jesús: por esto, el

fin de la escuela católica es la promoción de la persona humana”. (9) De ahí la

preocupación de la escuela por empeñarse en promover al hombre integral,

“consciente de que todos los valores humanos encuentran su plena realización y,

también su unidad, en Cristo” (id.). Esto implica que si bien en la práctica educativa

los contenidos y los métodos son importantes, en el centro está siempre el hombre,

por lo cual es necesario “devolver al proceso educativo aquella unidad que impide la

dispersión por las varias ramas del saber y del aprendizaje, y que mantiene en el

centro a la persona en su compleja identidad, trascendental e histórica” (10).

Dentro de este mundo contemporáneo se reafirma la identidad eclesial de la

escuela católica. Ella comparte la misión de la Iglesia y es considerada como un lugar

privilegiado en el que se realiza la educación cristiana. En este sentido “las escuelas

católicas son al mismo tiempo lugares de evangelización, de educación integral, de

inculturación y de aprendizaje y de un diálogo vital entre jóvenes de religiones y de

ambientes sociales diferentes” (11). La escuela católica se convierte en un lugar de

experiencia eclesial en el cual se tratará de llegar a la síntesis entre cultura y fe. “El

esfuerzo para conjugar razón y fe, ha llegado a ser el alma de cada una de las

disciplinas, las unifica, articula y coordina, haciendo emerger en el interior mismo del

80

saber escolar, la visión cristiana del mundo y de la vida, de la cultura y de la historia.

…/… no existe, por tanto, separación entre momentos de aprendizaje y momentos de

educación, entre momentos del concepto y momentos de sabiduría. Cada disciplina

no presenta sólo un saber que adquirir, sino también valores que asimilar y verdades

que descubrir” (14).

Por esto, la escuela católica tiene que estar al servicio de la sociedad, teniendo

como carácter principal el ser una escuela para todos, con especial atención hacia los

más débiles (15). La escuela católica desarrolla una función pública, “garantizando

con su presencia el pluralismo cultural y educativo, y sobre todo la libertad y el

derecho de la familia a ver realizada la orientación educativa que desean dar a la

formación de los propios hijos” (16).

Y el documento termina acentuando el estilo educativo de la comunidad

educadora: “los educadores cristianos, como personas y como comunidad, son los

primeros responsables en crear el peculiar estilo cristiano” (19) Dependerá de la

comunidad educativa y de sus integrantes, y en especial a los docentes y educadores,

que la escuela pueda realizar sus propósitos e iniciativas.

81

7. Conclusión

Al terminar esta recorrido a través de los documentos del Magisterio sobre la

educación y la Escuela Católica, podemos encontrar algunos principios orientadores80:

1. La educación parte de la realidad. Cada documento se refiere siempre a la

situación que se está viviendo en la sociedad. “La educación católica no ha de

perder de vista la situación histórica y concreta en que se encuentra el

hombre.” (Puebla 1032). Es una situación concreta que compromete también

la misma educación. Es respondiendo a los retos y los signos de los tiempos

que seremos capaces de anunciar la llegada del Reino de Dios.

2. El proyecto educativo buscará la dignidad de la persona y la de su desarrollo

integral. “Ningún maestro educa sin saber para qué educa y hacia dónde

educa. Hay un proyecto de hombre encerrado en todo proyecto educativo; y

este proyecto vale o no según construya o destruya al educando” (Santo

Domingo 265).

3. El centro de la educación católica debe estar centrado en la Revelación. La

persona y el mensaje de Jesús de Nazareth provocan un seguimiento y la

comunión con El. “Cuando hablamos de una educación cristiana, hablamos de

que el maestro educa hacia un proyecto de hombre en el que viva Jesucristo.

Hay muchos aspectos en los que se educa y de los que consta el proyecto

educativo del hombre; hay muchos valores; pero estos valores nunca están

solos, siempre forman una constelación ordenada explícita o implícitamente.

Así la ordenación tiene como fundamento y término a Cristo, entonces esta

educación está recapitulando todo en Cristo y es una verdadera educación

cristiana; si no, se puede hablar de Cristo, pero no es cristiana.” (Santo

Domingo 265).

4. La educación es liberadora, tiene como objetivo principal convertir al propio

educando en sujeto de su desarrollo (cfr. Medellín 40) y es evangelizadora.

5. La escuela es trabajo para la comunidad como constructora de comunidades.

“Nos empeñamos en fortalecer la comunidad educativa y en ella, un proceso

de formación cívico-social, inspirado en el Evangelio y en el Magisterio social

80 cfr. ORTIZ LOZADFA, L., La escuela católica, p 642ss.

82

de la Iglesia, que responde a las verdaderas necesidades del pueblo” (Santo

Domingo 278).

Todo actuar pedagógico en la escuela “funda su naturaleza específica en un

proyecto educativo que tiene su origen en la persona de Cristo y su raíz en la doctrina

del Evangelio. Las escuelas católicas deben buscar no sólo impartir una educación

que sea competente desde el punto de vista técnico y profesional, sino especialmente

proveer una formación integral de la persona humana” (Ecclesia in America 71).

Desde esta visión suscribimos las conclusiones del XVI Congreso Mundial de la

Educación Católica: “Apostamos por una escuela nueva para un mundo nuevo

- que opta por una educación integral de calidad,

- que promueve experiencias de solidaridad, de reconciliación, de justicia, de

esperanza y de paz,

- que tiene un proyecto Educativo-pastoral que la identifica como Buena Nueva,

- que integra fe-cultura y vida en el desarrollo de todas sus actividades,

- que educa por el testimonio de las personas comprometidas,…

Apostamos por la educación de personas nuevas por un mundo nuevo;

- niños y jóvenes capaces de tomar opciones libres y justas con conciencia

crítica y creatividad,

- que sean protagonistas de su proyecto de vida con autonomía y sentido de

participación,

- que se conviertan en signos de esperanza, de comunión y de fe en la nueva

humanidad,

- que sean testigos de solidaridad y constructores de un mundo más justo y

fraterno.”81

81 O.I.E.C., Conclusiones de los Grupos de Lengua Española, XVI Congreso Mundial de la Educación Católica, p. 5

83

IV. LA INICIACIÓN: UN CAMINO OLVIDADO, PERO

POSIBLE

Todo el cuestionamiento hacia nuestra propuesta educativa, y más allá del hecho

que en casi todos los liceos tenemos el proyecto educativo-pastoral, apunta más bien

hacia la metodología y no tanto hacia sus contenidos. Todos los proyectos apuntan de

una u otra forma a la educación integral del alumno. Cada dimensión se programa

año tras año, tratando de llegar a concretar el objetivo general del PEPS. Quizás se ha

perdido de vista que no es suficiente tener una meta y actividades; hay que comenzar

con el joven. La imagen del camino que descubrimos en nuestro acercamiento al

evangelio de Lucas nos invita justamente a comenzar un camino con los jóvenes que

nos son confiados, para que puedan asumir los valores del Reino y hacer una opción

de ser seguidores de Jesús.

Tomamos como premisa que “Por su supervivencia, cualquier grupo humano

transmite sus experiencias, sus leyes, sus valores, sus motivos para vivir. Para eso,

tiene tres herramientas útiles de comunicación: la instrucción, el aprendizaje y la

iniciación. Cada modo de transmisión tiene su lógica propia, su dinamismo interno que

le da estructura y organización. Si la instrucción valoriza la representación conceptual,

la práctica, reina en el aprendizaje, mientras el rito simbólico predomina en la

iniciación. Cada uno tiene su especificidad, pero ninguno funciona solo, los tres se

inscriben de hecho en un dispositivo global en dónde se articulan estrechamente los

unos con los otros para constituir una configuración original de transmisión y de

educación que están entrelazados”82.

82 « Pour sa survie, tout groupe humain transmet ses acquis, ses lois, ses valeurs, ses raisons de vivir. Il dispose à cet effet de trois outils majeurs de communication : l’instruction, l’apprentissage et l’initiation. Chaque mode de transmettre a sa logique propre, sa dynamique interne qui le structure et l’organise. Si l’instruction valorise la représentation conceptuelle, la pratique règne dans l’apprentissage tandis que la symbolique rituelle prédomina dans l’initiation. Chacun a sa spécificité, mais aucun ne fonctionne seul : les trois s’inscrivent de fait dans un dispositif global oú ils s’articulent étroitement les uns aux autres pour constituer une configuration originale du transmettre et de l’éducation qui y est liée. » FAYO-FRICOUT, A., et autres, L’initiation chrétienne démarche catéchuménale. p. 18

84

En nuestros ambientes están muy presentes la instrucción y la enseñanza y el

aprendizaje, mientras la iniciación es la ausente en nuestros ambientes escolares. El

dinamismo o término de ‘iniciación’ es solamente conocido y utilizado en el ámbito de

la catequesis parroquial: la catequesis de iniciación. Una catequesis que tiene como

objetivo el iniciar al catequizando en un sacramento como el bautismo, la comunión o

la confirmación. También tenemos la iniciación en el catecumenado de adultos,

concebido como camino, como interiorización en el Misterio de la Salvación.

En un ambiente como son los grupos Scout podemos encontrar la dinámica de la

iniciación cómo un camino a recorrer, etapas a concluir para empezar otra etapa. A

través de ciertas actividades, actitudes, habilidades, etc.. el lobato, trata de superarse

para llegar a ser ‘lobo gris’. Y a través de una ceremonia casi secreta recibe el

nombre y la responsabilidad de ser un lobo gris. Y así sucesivamente hasta llegar a

ser un scout, y ‘una vez scout, siempre scout’. En la práctica del movimiento scout

encontramos justamente las tres formas de educación hacia la vida: enseñanza,

aprendizaje e iniciación.

pedagogía de la

enseñanza

pedagogía del

aprendizaje

pedagogía de la

iniciación

85

1. La iniciación.

En la iniciación no se quiere transmitir algo a alguien. Es más bien una serie de

etapas de un camino bien preparado. El objetivo del mismo no es que el joven sepa

más, sino que la finalidad de la iniciación está en la modificación de su ser: ‘de ser

joven, pasa a ser adulto’. La función de la iniciación es entonces, integrar socialmente

al joven, ayudándole a pasar la etapa de su juventud: es hacer que se haga adulto.

Es hacer un recorrido del camino con el joven, para que a través del mismo él

descubra su lugar como adulto en el mundo. “La iniciación es un proceso de formación

que permite la maduración y el crecimiento de un sujeto para su integración dinámica

en un grupo social.”83

En este sentido podríamos hablar que el camino que hizo Jesús con sus discípulos

fue en cierta forma un camino de iniciación: fue un proceso de formación y crecimiento

de los discípulos. De ser pescador, llegar a ser pescadores de hombres. Y a su vez,

han puestos a otros en este camino de iniciación.

Iniciación significa ‘comienzo’ y luego ‘final’. ¿Comienzo de qué?: de una

transformación de sí mismo. Si bien la animación o motivación vienen de afuera, la

iniciación, es la acción de un individuo sobre sí mismo. No existe una ‘auto-iniciación’.

La iniciación es una prueba para llegar a ser uno mismo.

1.1. Las etapas de la iniciación

La antropología clásica84 distingue estas etapas claramente como:

Toda iniciación empieza con una ruptura, con una separación de la comunidad.

Todo lo conocido, lo común y lo cotidiano es dejado atrás. Lo que era seguridad,

comodidad, etc. quedó atrás. Y nunca más volverá a ser lo mismo. No es una

separación con ‘un hasta luego’. Todo lo que era conocido y manejable de la vida

queda atrás. Es como un morir a una vida. Esto está expresado muchas veces en los

ritos de comienzo: una separación física del iniciado de su tribu o familia, un lugar con

símbolos desconocidos y sensaciones extrañas.

83 « L’initiation est un processus de formation qui permet la maturation et la croissance d’un sujet par son intégration dynamique dans un groupe social .» VILLEPELET, D., Initiation et pédagogie, p. 17. 84 cfr. MAYOL, P., De l’initiation aux pratiques artistiques. p. 25-33, Revue Catéchèse n. 141, 1995

RUPTURA PRUEBA INTEGRACIÓN

86

El iniciado entra en un mundo diferente de lo que conocía hasta ahora. En este

lugar de reclusión, el iniciado atraviesa pruebas que lo ayudarán a superar la crisis de

la ruptura y que le ayudarán a integrarse como un miembro nuevo y diferente en la

comunidad85. Si la ruptura tiene como trasfondo la muerte, la prueba es cómo la

gestación a una vida nueva. Una vida nueva hacia un nuevo lugar en la comunidad,

que reconoce al iniciado como un miembro nuevo. El iniciado dejó morir al niño para

ser un adulto.

1.1.1. Las etapas como etapas cronológicas.

Primeramente descubrimos en estos procesos las tres etapas en un orden

cronológico. En primer lugar existe un acontecimiento (positivo o negativo) que hace

tambalear la situación. La novedad del acontecimiento interrumpe al individuo en su

aparente seguridad. El iniciado no conoce de antemano ni el momento ni la forma en

que se va desarrollar la iniciación. El inicio es sorpresivo e inmediato, no hay tiempo

para prepararse.

El encuentro con esta novedad trae consigo primero una reacción emocional; de

la primera sorpresa surgen rápidamente sentimientos, tanto de miedo, de sorpresa, de

inseguridad. Estos sentimientos son muchas veces en primera instancia difíciles de

controlar. Es necesario que el individuo tome distancia de sus emociones, para luego

poder enfocar su atención a lo acontecido y su influencia en su vida. Aquí las

reacciones pueden ser de lo más variado: desde negarse a entrar en el juego de

interrelación, hasta dejar de lado la experiencia, con la idea que esto ya se vivió. Es

necesario que la persona admita lo sucedido cómo algo nuevo y distinto de lo vivido

hasta ahora. Abrirse a la novedad no es siempre un proceso fácil, y reconocer su

actualidad, es un paso importante durante este segundo momento.

Pero una vez que el individuo ha asumido esta nueva experiencia, descubre

también que ésta, lo ha ayudado a crecer. Su vida puede tomar un rumbo diferente, o

si no toma un rumbo diferente, por lo menos lo ha marcado.

1.1.2. Las etapas como recorrido simbólico muerte/vida.86

Basándose sobre los procesos de iniciación varios autores hablan de un recorrido

simbólico, comparando la primera etapa de ruptura con la muerte, y la última etapa

con la vida. En los ritos de iniciación, vemos cómo el iniciado viviera la ruptura a

través de una situación dónde reina el caos y la muerte. Tiene lugar fuera de la

comunidad, en un lugar apartado con muchos elementos desconocidos. El iniciado se

encuentra luego a través de las pruebas en una situación que tiene que ir superando.

85 cfr. I.S.P.C., L’initiation chrétienne démarche catéchuménale. p. 1-40

87

Y a través de esta lucha, el individuo llegará a un nuevo estado. Se considera que no

ha tenido lugar la iniciación si estos tres momentos simbólicos no han estado

presentes:

a. El duelo: momento de separación. En el momento de comenzar la iniciación, el

individuo es separado de su entorno social cómo la familia, la madre, etc…

Esta separación puede tener elementos o ámbitos diferentes. Pero en general

se puede hablar de una separación casi violenta y la introducción en una

situación de muerte. Este último, a veces, es expresado en prohibiciones de

tener contacto con otras personas. Muchas veces se lleva al iniciado en una

especie de trance a través de danzas, cantos, etc… Este momento y sus ritos

buscan siempre querer ‘matar el hombre viejo’.

b. La prueba: separado de su lugar de convivencia, el iniciado vive cómo entre

dos mundos. Se descubren como dos polos diferentes: el masculino y el

femenino. Este último cómo un retorno simbólico al vientre de la madre.

Representado a veces en el mismo lugar oculto de la iniciación o con las

pinturas, gestos,… El mundo ‘artificial’ y lleno de símbolos que lo rodean es

sentido cómo una amenaza. No será fácil salir de ahí; una lucha aún

simbólica, será necesaria. El polo opuesto, el masculino, es la ascensión: el

ponerse de pie para progresar. Lo simbólico es a veces expresado a través de

subir un árbol o una colina, pero hay que vencer obstáculos para llegar a esta

altura. Ambos movimientos tiene que desembocar en una salida: (nacer de

nuevo) y esto, gracias a una fuerza superior que le impulsa.

c. Y todos estos momentos, con su fuerte carga simbólica, terminan en una nueva

integración en la comunidad. Una nueva integración, que implica un nuevo

lugar para el iniciado. La comunidad cree que el niño que salió, quedó en el

bosque, y una nueva persona ha salido de todo ello.

86 cfr. I.S.P.C., o.c., p. 25ss

88

Estas etapas simbólicas podemos representarlas en el siguiente esquema87:

Y como último elemento no podemos olvidar que la iniciación no es un

acontecimiento individual, sino un acontecimiento grupal. La comunidad de los

iniciados se va a ir gestando a través de la prueba. Cada uno siente la necesidad de

interrelacionarse para ir superando esta etapa. De esta forma, el individuo, va

descubriendo no solamente sus propias capacidades, sino que descubre también el rol

que pueda jugar en el grupo intercambiando justamente cada una sus capacidades.

1.2. Elementos de los ritos de iniciación en la escuela.

La presencia de dichos ritos de iniciación dentro de un proceso de crecimiento del

individuo, hace suponer que durante estos momentos, hay toda una búsqueda de

sentido de la vida. No es una mera transmisión de valores, costumbres o símbolos;

fundamentalmente es dar al iniciado un lugar y una identidad dentro de la sociedad.

Tres grandes elementos de la identidad están en juego:

- La identidad existencial: que debe responder a las preguntas sobre ¿quién soy

yo? ¿para qué estoy?;

- La identidad familiar: ¿cómo me sitúo en relación con mis padres, mis

hermanos, mi familia?. ¿Soy capaz de romper con estas relaciones infantiles y

establecer nuevas relaciones como adulto?

- La identidad social: ¿Cómo me sitúo enfrente a la sociedad?.

87 adaptación del esquema del libro L’inititation chrétienne démarche catécumenale, del I.S.P.C., p. 27.

DAR A MUERTE el duelo (ruptura)

el polo masculino

ascensión (cielo, aire, fuego)

RECLUSIÓN el universo en miniatura

gestación (agua, tierra)

el polo femenino

RENACER

89

Hay en juego tres niveles, alrededor del mismo yo. Y a medida que se van dando

respuestas a estas preguntas, el individuo se pone de pie. “La iniciación no es otra

cosa que el aprendizaje ritualizado de todas las diferencias sociales para permitir al

individuo integrarse en el cuerpo social del cual el es miembro.”88

La ruptura y toda la iniciación marca claramente la imposibilidad de volver al

principio; no hay un retorno. Y la final de la iniciación tiene que llegar a la necesaria

integración abriéndose al otro.

Y aquí podemos justamente encontrar la fuerza para nuestros ambientes

escolares. Cómo primer paso, me parece importante descubrir cómo en cierta forma

hay ciertos elementos presentes en nuestros ambientes que podrían facilitar aún más,

el dinamismo de la iniciación.

1.2.1. Ruptura.

Está claro que para el alumno, el ingreso en Secundaria es una ruptura con

Primaria. El alumno está por vivir algo nuevo. Este momento va acompañado de

elementos que podríamos llamar rituales. El alumno tiene un nuevo uniforme, deja de

lado la túnica blanca y la moña de la escuela. El uniforme lo diferencia claramente;

una nueva etapa está para comenzar. Pero al mismo tiempo que tiene la alegría

estrenar otro uniforme, tiene también algo de miedo por lo desconocido a lo que se va

a enfrentar. Es suficiente mirar el primer día de clase de los nuevos en el liceo y

vemos (si bien muchos conocen el colegio desde primaria) un cierto nerviosismo: hay

nuevos compañeros, nuevos salones de clase, nuevos profesores, nuevos horarios un

nuevo método de aprendizaje. A veces vemos cómo alumnos regresan para ver el

patio de su escuela el primer día de clase, o para saludar a sus antiguos maestros.

Y aunque hagamos ingresar, a veces, a los de primer año unos días antes, o

hacemos jornadas de integración, la ruptura está siempre marcada. Una nueva etapa

comienza para el alumno. Cabe preguntarnos, si utilizamos este momento para que el

alumno pueda vivir este momento con cierta densidad, o si preferimos que este

momento pase sin mucho problema y como un momento de transición, sin mayores

dificultades. Muchas veces queremos que el alumno lo pase bien desde el primer

momento; pero en realidad, estamos trasladando la ruptura necesaria a una etapa

posterior. Y mientras que el alumno siga viviendo con cosas del pasado, no será

capaz de empezar su proceso de iniciación. Es necesario armar estructuras de

ruptura con el debido acompañamiento, para poder comenzar una nueva etapa. Y ahí

puede haber nuevas pistas para el trabajo pastoral de nuestros centros de enseñanza

cómo explicaré más adelante.

88 “L’initiation n’es rien d’autre que l’apprentissage ritualisé de toutes les différenciations sociales pour

90

1.2.2. Prueba

La etapa de la ‘prueba’ o ‘reclusión’ sería justamente el período que los alumnos

frecuentan nuestro colegio. El acento está puesto fuertemente sobre la enseñanza y

el aprendizaje, por lo cual, si bien puede haber elementos de iniciación propiamente

dichos, éstos, son más difíciles de encontrar. ¿Podemos ver los momentos de los

exámenes, los escritos, cómo verdaderos momentos de prueba?

1.2.3. Integración

Al finalizar los cuatros años en el colegio notamos que hay también ciertas

expresiones que indican el final de un recorrido: los viajes de 4to año, los últimos 100

días, firmarse la camisa del uniforme,… Hay una cierta euforia que indica el final de

una etapa. Pero mirando más de cerca este momento, podemos preguntarnos a

veces, si se celebra el final de una etapa para empezar una integración, o si es más

bien una celebración que dice: ¡por fin todo terminó!. Muchas veces son los mismos

alumnos los que organizan su despedida.

A través del movimiento de los exalumnos, tenemos algunas noticias sobre la

integración de nuestros alumnos en la sociedad. Agregamos además, que muchas

veces los exalumnos más comprometidos a nivel de fe y compromiso, siguen

trabajando en nuestros ambientes. Y en cierta forma, esto parece afirmar ser más

bien una dificultad de separarse de una etapa para iniciar otra, o una relación afectiva

que vincula con el colegio y su gente que no posibilita un despegue.

permettre à l’individu d’être pleinement intégré dans le corps social auquel il appartient ». o.c. p. 33

91

2. La iniciación junto con la enseñanza y el aprendizaje.

Después de haber visto algunos elementos sobre la iniciación y sobre algunos

rasgos aún presentes en nuestros ambientes, tenemos que hacernos la pregunta: ¿la

iniciación es camino posible conjuntamente con la enseñanza y el aprendizaje para

nuestros ambientes escolares?. Para luego preguntarnos: ¿éste camino es la

herramienta que nos ayudará a trabajar pastoralmente mejor?. ¿Este camino lleva al

joven a descubrir y a vivir los valores del Reino y elaborar su proyecto de vida como

respuesta concreta a la invitación de Jesús?

2.1. Una nueva exigencia para la escuela.

En una sociedad en dónde el conocimiento y el saber han tenido una explosión

tan grande, surge la gran dificultad de poder seguir transmitiendo el cúmulo de

conocimientos de la humanidad. Ya no es posible conocer todo; ya no es posible

transmitir tantos conocimientos. De un almacén, hemos pasado a un supermercado.

La sociedad ha exigido y sigue exigiendo a la escuela, que prepare los alumnos para

el día de mañana y para su integración en la sociedad, acentuando dicha preparación

en obtener un diploma que garantice el saber del individuo. Y para las escuelas

técnicas se exigían quizás, más las técnicas de un saber hacer cómo norma de

evaluación de un instituto. Pero delante de la tecnología que se supera día a día,

dicho saber se hace cada vez más relativo.

Y podemos ver que a las escuelas se están exigiendo, además de ser

transmisores de saber, una mejor preparación del alumno para el día de mañana. El

acento de la exigencia se está desplazando del saber y del saber hacer al saber ser.

Al desaparecer el ámbito de familia (por motivos de separación de los padres,

ausencia de la casa por motivos de trabajo, etc..) han aparecido otros ámbitos en los

cuales el adolescente tiene que crecer y madurar, ya sea la calle cómo ambiente, ya

sea su grupo de pares cómo lugar de aprendizaje de relaciones. Ante esta situación,

los padres y la sociedad exigen a las escuelas que ellas sean ambientes que preparan

‘integralmente’ a sus hijos para que puedan integrarse a esta sociedad tan cambiante.

Ante la desaparición de ritos de iniciación o dinamismos de iniciación en la

sociedad, la familia, tomó el rol y el lugar de la iniciación. Al desaparecer ahora la

familia como promotor de la integración de los hijos en la sociedad, se le está

exigiendo a la escuela asumir un rol más. Se agrega un elemento más: ya no es un

lugar de transmisión de saberes y de saber hacer, se le exige que prepare al alumno

92

para la integración en la sociedad. Ya no es más cuestión de contenidos, se pide una

experiencia diferente y nueva.

Y para responder justamente a esta nueva exigencia, hay que buscar caminos

nuevos sin olvidar que es una exigencia más y no diferente. Es decir la escuela tiene

que seguir respondiendo también a la exigencia de la enseñanza y aprendizaje. El

camino está justamente en dar entrada a la tercera columna de la educación: la

iniciación. Devolviendo así al proceso educativo “aquella unidad que impide la

dispersión por varias ramas del saber y del aprendizaje, y que mantiene en el centro a

la persona en su compleja identidad, trascendental e histórica”89

Esto nos daría en términos del saber la siguiente representación:

En el momento de redactar los objetivos de la Escuela, tenemos que tener

presente las tres formas de saber. En este sentido, se habla de tres categorías de

objetivos:90

- Objetivos cognitivos: apuntan al saber y la buena organización de los

conocimientos.

- Objetivos psicomotrices: apuntan al saber hacer cómo habilidad o mejora de

ciertas habilidades.

- Objetivos afectivos: apuntan al saber vivir dónde el centro son los sistemas de

valores éticos y estéticos y sentirse parte de una red de relaciones.

Y si bien solamente se pueden evaluar objetivamente los dos primeros, ya que los

objetivos afectivos escapan a una medida objetiva, tenemos que evitar la oposición

entre uno y otro. Ninguno es más importante que el otro; pero los tres se necesitan

mutuamente, y se interaccionan.

89 La Escuela Católica en los umbrales del Tercer Milenio. n. 10 90 cfr. MAYO, P., De l’initiation aux pratiques artistiques. p. 30

pedagogía de la

enseñanza SABER

pedagogía del

aprendizaje SABER HACER

pedagogía de la

iniciación SABER VIVIR

93

2.2. Iniciación, herramienta para la evangelización.

Desde el ángulo de la educación y de la sociedad vemos que la iniciación puede

responder a una nueva exigencia. Agregamos a estas motivaciones también, el hecho

que la iniciación es también considerada como camino en la evangelización. Con

respecto a la catequesis de iniciación podemos leer en el último DGC: “En síntesis, la

catequesis de iniciación, por ser orgánica y sistemática, no se reduce a lo meramente

circunstancial u ocasional; por ser formación para la vida cristiana, desborda —

incluyéndola— a la mera enseñanza; por ser esencial, se centra en lo «común» para el

cristiano, sin entrar en cuestiones disputadas ni convertirse en investigación teológica.

En fin, por ser iniciación, incorpora a la comunidad que vive, celebra y testimonia la fe.

Ejerce, por tanto, al mismo tiempo, tareas de iniciación, de educación y de

instrucción.”91

Si bien la cita hace referencia a un aspecto concreto de la evangelización, a la

catequesis de iniciación, se nos indica la relación que tiene que existir entre iniciación

– educación – instrucción. Y su formulación indica claramente, lo que tiene que ser el

culmen de toda iniciación: la integración en la comunidad.

Si en los documentos de la Iglesia, la escuela está situada en la misión misma de

la Iglesia, es decir: si la escuela es considerada cómo una herramienta para anunciar

el Reino de Dios, tenemos que mirar también la escuela en su totalidad. Toda la

escuela es evangelizadora, también la enseñanza, también el aprendizaje. Si a estas

dos columnas agregamos la iniciación como vía nueva en el proceso de la educación

de los alumnos, no podemos tener dudas de su validez evangelizadora.

Pero la iniciación en sí misma tiene también varios elementos que ayudan

ciertamente en la evangelización. Y aquí podemos retomar la imagen del camino que

hemos descubierto en la lectura del evangelio de Lucas. También en la iniciación

podemos encontrar esta idea de camino. Se va caminando con los iniciados hacia una

meta: la integración en la comunidad como persona adulta.

91 DGC 68

94

2.3. Concluyendo.

La recuperación de la iniciación parece ser una necesidad en nuestras escuelas.

Es ciertamente una dinámica que ayuda al individuo en su crecimiento, a descubrirse a

sí mismo en relación con los otros. Es el camino en el cual el alumno puede descubrir

el sentido de su vida. Es el camino para descubrir el lugar del Reino de Dios y las

exigencias que trae consigo, en la elaboración de un proyecto de vida. Si bien vemos

que la iniciación tiene que tener su lugar en la escuela, quedan algunas preguntas:

¿Cómo?. ¿Quién?.

¿Cómo podemos introducir la iniciación dentro del dinamismo de una escuela?

Está claro que no tenemos que copiar o inventar ritos extraordinarios. Es más bien

cuidar una dinámica que ayuda al alumno a avanzar en su crecimiento hacia un tipo de

persona con posibilidades de integración social. Y si empezamos algo nuevo o

diferente, ¿quién o quiénes son los responsables? ¿Esto implica más personal, lo que

quiere decir un gasto más? ¿O más trabajo por parte de los educadores?.

No podemos olvidar en ningún momento que la iniciación no será la solución, es

más bien, una posibilidad de crecer como propuesta evangelizadora. No es una

estructura, sino más bien, una mentalidad, una vía para ayudar aún más al joven a

crecer y ocupar su lugar en la sociedad. Y por último, la iniciación tiene que estar en

una relación íntima con la enseñanza y el aprendizaje. Ninguna de las tres columnas

es más importante que la otra, todas son complementarias y necesarias en la misma

tarea: la formación integral del alumno. Veamos cómo podemos realizar esto en

nuestros ambientes escolares.

95

3. Práctica de la iniciación en nuestros colegios.

La iniciación no es una teoría de educación, ni un sistema a implantar en nuestros

colegios. Es una dinámica, un camino necesario dentro del sistema educativo de una

institución. Creemos que es la dinámica faltante para llegar a una verdadera

propuesta de una educación integral del alumno. Es un camino que da grandes

posibilidades para mejorar nuestra propuesta pastoral. Desde la iniciación,

conjuntamente con la enseñanza y el aprendizaje, apuntamos a la persona misma y a

su propio crecimiento. Pero antes de buscar la realización del mismo, tenemos que

profundizar aún dos aspectos de la iniciación: el contenido formativo de la etapa de

prueba y la presencia del adulto (profesor, catequista, educador...) en el proceso de la

iniciación.

3.1. Algunas aspectos más del proceso de la iniciación.

3.1.1. El aspecto formativo de las etapas.

En el mismo ingreso de los alumnos a nuestro colegio, podemos descubrir

fácilmente el dinamismo de la ruptura. El alumno entra en una nueva etapa con

nuevas exigencias y nuevas posibilidades. Es, un por un lado, un momento esperado;

por otro lado, es un momento con muchas interrogantes. Si bien no tiene la fuerza que

puede tener una iniciación ritual en otras culturas, el ingreso a Secundaria es un

momento que puede marcar fuertemente al alumno.

Cuando se habla de la prueba, la segunda etapa, uno puede pensar a las

pruebas, los exámenes o los escritos en determinados momentos del proceso escolar.

Pero esto es más bien el final de una enseñanza o aprendizaje, es el momento de

evaluar los progresos. En la iniciación, la prueba es el paso anterior; la manera de

cómo el alumno pasa la fase de la integración, es la parte final.

La prueba marca más bien el tiempo en el cual el alumno tiene que superar un

obstáculo. Este tiempo, se desarrolla entre una intensidad máxima de actividad o la

pasividad extrema.92 El alumno se encuentra delante un dilema que tiene que

resolver; un dilema, que es cuestión de vida o muerte. No olvidamos que la prueba

tiene que tener esta fuerza simbólica de la muerte, para llegar a una vida mejor. A

través de la etapa de la prueba, el individuo sufre y es confrontado consigo mismo. Es

el momento en que el individuo debe llegar a experimentarse como unidad, con fuerza

de superarse constantemente. El acento está puesto fuertemente en las posibilidades

propias del individuo; la prueba va a hacer emerger la fuerza de las posibilidades que

92 cfr. VILLEPET, D., Initiation et pédagogie, p. 18

96

tiene en sí. Es en la confrontación, a veces muy solitaria, dolorosa y exigente, que el

alumno pueda descubrir sus propias posibilidades.

Pero esta confrontación es también vivida en grupo, en relación con los otros. Y

solamente cuando está vivido en grupo, se habla de una prueba en la pedagogía de la

iniciación. De la prueba no es posible salir solo, sin ayuda de los otros. Es necesario

experimentar la dependencia y la solidaridad. Todos están interrelacionados y todos

están delante del mismo desafío. El mismo desafío hará que las relaciones se hagan

más fuertes. El hecho de tener que contar con los otros, de contar con las

capacidades y posibilidades de los otros, les ayudará a formar grupo. La prueba será

el motor de crecimiento grupal. La solidaridad será vivida no como una mera ayuda

mutua, o simple amistad. La solidaridad será vivida como un tipo de relaciones muy

exigentes.

Por el hecho que se vivió una situación muy intensa de muerte-vida, las relaciones

tendrán una profundidad muy marcada. Los fundamentos de las nuevas relaciones

serán marcados no sólo por conveniencia, sino más bien por la corresponsabilidad y

entrega personal. Se descubrirá que la responsabilidad para con el otro es primordial

y condición para una vivencia grupal con profundidad. Es algo que se tiene que haber

vivido; las verdaderas relaciones, no se enseñan ni se aprenden, se tienen que

experimentar. Si la experiencia es superficial, los resultados lo serán también.

Y además para que esta experiencia sea formativa, es necesario que la iniciación

se haga también palabra. Una experiencia que se haga palabra a través de la

descripción, de la reflexión y de la evaluación. A medida que se avanza en el camino,

el alumno reacciona, toma decisiones, etc.., pero muchas veces, no puede entender el

significado de todo esto. Es necesario que en la iniciación se descubra en cada

momento el símbolo escondido en la acción. Cada iniciación contiene también una

parte de enseñanza y una parte de aprendizaje. Ambas están integradas en todo el

proceso. No hay división en la persona durante el proceso de iniciación, tanto el

cuerpo cómo el espíritu se ponen juntos en el camino del crecimiento. La enseñanza y

el aprendizaje, son necesarias en el momento de la iniciación, pero no serán el

objetivo del mismo. La iniciación, quiere trasmitir un estilo de vida con valores

asumidos a través de la prueba.

3.1.2. La presencia formativa del adulto en la iniciación.

La tarea del adulto en el proceso de la iniciación es preparar y prever, acompañar

y evaluar la experiencia. Y cómo no existen ritos ancestrales de iniciación en nuestra

cultura ni en el ambiente escolar, tendremos que buscar de una forma creativa y

constante, formas de iniciación que lleven a la socialización y personalización del

97

alumno. Además no podemos olvidar que la iniciación es solamente una sola columna

de la pedagogía de la escuela. Necesariamente la iniciación tiene que estar inscrita en

la enseñanza y el aprendizaje. Ante todo tenemos que evitar que la iniciación es vista

cómo un conjunto de actividades, separadas, de por ejem., de las clases de

matemáticas.

Tomamos un ejemplo: en las cercanías de algunos colegios nuestros, nos

encontramos año tras año, con el fenómeno de inundaciones. Año tras año, se

empiezan campañas de solidaridad para recoger ropa, víveres, materiales escolares,

etc.. Con esta campaña se quiere hacer crecer la solidaridad. Pero siendo sincero, el

problema no se resuelve y la solidaridad se vivió mientras duró la inundación y vuelve

a ser una convocatoria a la misma, con la siguiente inundación. Pero con la base de

este hecho, podemos empezar otro camino para que la solidaridad se viva en carne

propia y quede como un bien adquirido. A los alumnos se les indica que el colegio o la

clase se niegan a una recolección de materiales, y se les plantea el desafío a los

alumnos, de dar una respuesta más duradera y de fondo a la situación. Si no logran

dar una respuesta, quedarán cómo que ellos son insensibles a la problemática que

vive la zona. Y en la búsqueda de una solución pueden entrar varios elementos:

visitar el lugar, estudio de la zona en su aspecto geográfico, buscar las causas y el

por qué de que los asentamientos se hagan en lugares inundables, tomar contacto con

las autoridad para discutir con conocimiento acerca de la situación, integrarse en la

comisión vecinal si existe para buscar juntos una solución, etc… Será necesario

repartir tareas, trabajar juntos, etc… Y se tiene que llegar a una solución. Los

profesores tendrán que acompañar al alumno, indicandoles los lugares en dónde se

puede encontrar la información necesaria. O bien, harán ejercicios a partir de su

materia, para ir ayudando en la adquisición de contenidos, métodos, etc… El gran

objetivo del proyecto es la maduración de los alumnos y el desarrollo de su

capacidades socio-afectivas y cognitivas.

En el ejemplo presentado queda claro que la situación es presentada por el

adulto, no hay una opción de parte del alumno (si bien el alumno podrá optar de no

entrar en el dinamismo de la iniciación). Hay una imposición clara, y esta misma

imposición, ya es parte de la prueba. Esta imposición tendrá reacciones diversas: que

irán desde la resistencia hasta el entusiasmo; del desinterés total hasta las ganas de

hacer muchas cosas. Y durante el proceso, estas motivaciones interiores, cambiarán

con frecuencia. El alumno tendrá que manejar interiormente este conflicto.

Por supuesto que al iniciar el proceso, es necesario tener en cuenta el nivel de los

alumnos. Está por demás decir, que no podemos ofrecer una prueba que sea

imposible de realizar o de superar. Esto provocaría más bien desazón y no ayudará

98

para nada al alumno a madurar y perdería toda su fuerza educativa. El resultado de la

prueba depende de la solución que se pueda dar al desafío.

Dejar que la fuerza interior del alumno aflore en una situación de prueba, no

quiere decir que el adulto no tenga su lugar ni su posición en el proceso. La iniciación

no es ‘dejar hacer’ al alumno y esperar que todo salga bien. El adulto asume su rol

como adulto, en una relación de presencia-ausencia. El no guía el proceso (es el

ausente); pero lo acompaña al alumno; (es el que está presente) durante las diversas

tomas de decisión. El adulto trata de desaparecer para que el alumno tome su

responsabilidad sobre su crecimiento.

El adulto tiene en todo el proceso que asumir su rol de adulto y no puede en

ningún momento adaptar su comportamiento al comportamiento del alumno. Es

necesario que el alumno tenga un modelo delante de sí para poder construir su propia

identidad. Este límite, ayudará al alumno a descubrir su espacio de crecimiento. La

autoridad del adulto le dará la confianza necesaria en su búsqueda y para poder

modelar su propia personalidad. En su búsqueda de dar respuesta a la pregunta:

¿quién soy?, el alumno está solo en la confrontación, en la que podrá descubrir su

verdadero yo: su identidad. Es en esta relación adulto-alumno que se puede formar

una nueva identidad .

Y a la vez el adulto tiene que ir muriendo poco a poco en todo el proceso. Si en

un principio es la presencia necesaria para poder hacer realidad la ruptura y el inicio

de la prueba, en el momento de empezar la iniciación, él ahora, tiene que empezar a

desaparecer. “El verdadero iniciador es él que pasa por la muerte y no deja otro rastro

que una tumba vacía”93

3.1.3. Algunas cuestiones pendientes.

Si bien encontramos muchos elementos positivos y que intuimos muchas

posibilidades nuevas para nuestra labor pedagógica pastoral, quedan también algunas

preguntas abiertas; Menciono solo algunas:

- ¿Es la iniciación compatible con el sistema preventivo de Don Bosco?

- ¿Es el rol del iniciador carece de directividad?

- ¿Cómo se relacionan de hecho la enseñanza con el aprendizaje y con la

iniciación?

- ¿Cómo entra en la propuesta la libertad de opción del alumno el que quiera

vivir o no una experiencia con el dinamismo de la iniciación?.

99

Nuestros colegios se dejan guiar por un criterio pedagógico que impregna toda la

metodología educativa: la ‘preventividad’. Esto quiere decir:

“- Elegimos cómo método, hacer crecer a las personas mediante propuestas que

encaminan todas sus posibilidades a experiencias positivas del bien, de forma tal,

que ‘se prevengan las experiencias deformantes’.

- Tratamos de preparar a los jóvenes para su futuro, anticipando etapas en lo

profundo, mediante el desarrollo de las actitudes que les permitan superar

positivamente los riesgos y las situaciones.

- Para lo cual queremos ayudarles a captar el sentido de su juventud y a vivir en

plenitud sus aspiraciones, dinamismos e impulsos.”94

La compatibilidad entre la iniciación y el sistema preventivo no es totalmente claro.

Veo que hay ciertos aspectos que quedan algo en la sombra. Lo mismo se podría

decir con relación a la segunda pregunta. La iniciación pone en marcha una dinámica

en la cual está dirigido a través de experiencias. Una vez hecha la opción de parte del

alumno de entrar en la dinámica, él se ‘entrega’ a la misma dinámica.

No se puede negar que la dificultad real es hallar el lugar de encuentro entre la

enseñanza, el aprendizaje y la iniciación. Pero las dificultades están para ser

superadas. Si se propone integrar la dinámica de la iniciación en nuestros ambientes

escolares, es porque además de enriquecer la oferta pedagógica, creemos que existe

una real posibilidad de evangelización, ayudando a ver y vivir toda la propuesta

escolar cómo una acción pastoral.

93 « Le véritable initiateur est celui qui passe par la mort et ne laisse plus que la trace d’un tombeau vida. » DESCOULEURS, B., Initier aux valeurs aujourd’hui, p. 47 94 CENTRAL CATEQUÍSTICA SALESIANA, Proyecto Educativo-pastoral salesiano: elementos y líneas fundamentales. p. 11

100

3.2. La iniciación, cómo motor para un colegio en pastoral.

Al dejar espacio a la iniciación dentro del sistema educativo, no queremos

solamente completar nuevamente las tres columnas necesarias de cualquier proceso

educativo. Como tampoco, al introducirla en nuestros ambientes, tendremos resuelto

nuestra búsqueda para hacer una propuesta más evangelizadora; y ser así, un colegio

en pastoral. Pero creo que a través de la iniciación, se abren nuevas perspectivas y

oportunidades. Hay motivos suficientes como para introducir la iniciación y verla

también cómo motor del trabajo pastoral.

3.2.1. El motivo de su objetivo.

En primer instancia, creo que en el objetivo que tiene la iniciación encontramos un

primer motivo que la hace atractiva, como camino educativo-pastoral. “La iniciación es

un proceso de formación que permite la maduración y el crecimiento de un sujeto para

su integración dinámica en un grupo social”95 . Nuestros colegios tienen todos en vista

la formación integral de sus alumnos organizando justamente actividades escolares y

otras, para que el joven crezca y madure, en vistas a una integración en la sociedad.

Al joven lo ayudamos a que pueda armar su proyecto de vida, ofreciéndole varias

herramientas de reflexión, de contenidos, etc… Es nuestro deseo que dicho proyecto

de vida, esté basado sobre los valores del Reino y que sea una respuesta personal en

el seguimiento de Jesús. Por lo cual, no buscamos solamente la inserción en la

sociedad, sino también una inserción como laico comprometido dentro de la

comunidad de creyentes.

3.2.2. El motivo de su acción.

El camino de la iniciación tiene la imagen simbólica de ‘morir al hombre viejo’. En

nuestro caso, el alumno tiene que morir como niño, para ser adolescente; tiene que

morir como adolescente, para ser joven; tiene que morir como joven, para llegar a ser

adulto. La iniciación, marca fuertemente este momento de muerte simbólica. Es esta,

justamente la base que invita a vivir una nueva vida; una vida diferente. Es justamente

en la fuerza de morir, que el iniciado descubrirá la fuerza para crecer y madurar.

Dentro una sociedad que idealiza la eterna juventud, puede parecer una propuesta

algo extraña.

Es un camino que compromete mucho más al joven con la realidad que lo rodea.

En la búsqueda del sentido de su vida se ve cuestionado y necesariamente, tiene que

dar una respuesta para poder tener su lugar en la sociedad. El camino de la iniciación

95 cfr. pie de nota 84

101

no es un camino fácil, es un constante tratar de superarse y al mismo tiempo, de

aceptarse. Es un camino obligatorio grupal y hasta diría: comunitario. Es un camino

que hace posible experimentar los valores del Reino y asimilarlos como propios. Los

valores, no se enseñan o se aprenden, es a través de la experiencia que se inscriben

en el corazón del alumno.

La experiencia no es un camino fácil, pero justamente ahí, en el vencer las

dificultades y obstáculos, y en sentir la necesidad del otro para llegar a la meta, se

realiza esa experiencia de vida propia y auténtica. Lo que se gana con mayor

dificultad, queda siempre mejor grabado.

3.2.3. El motivo de la coordinación.

Si los dos primeros motivos tenían cómo centro la formación integral del joven, el

tercer motivo tiene como centro los adultos que son los responsables del proceso de la

iniciación. La iniciación exige la colaboración de adultos durante la experiencia; pero

además, dentro del sistema escolar, se tiene que buscar una relación con la

enseñanza y el aprendizaje. Concretamente se tendrá que organizar momentos de

coordinación a fin que las 3 vías tengan su presencia y su aporte típico.

Además, pienso que esta instancia de coordinación puede ser el motor de la

pastoral del colegio. Ayudará realizar que todas las actividades del colegio, estén

orientadas a la educación del alumno y a la formación integral del mismo. La

organización de dicha coordinación será por lo tanto muy importante.

102

3.3. Propuestas para formar nuevos equipos.

Una nueva propuesta educativa necesita también una reformulación o la creación

de nuevos equipos. No podemos olvidar, que estamos tratando de buscar caminos

para mejorar la propuesta pastoral de nuestros colegios. Combinando ambos

elementos, un colegio en pastoral y la iniciación, necesitamos más que nunca, la

formación de un equipo de pastoral en cada colegio.

3.3.1. El Equipo de Pastoral.

Elegimos el nombre de equipo de pastoral porque queremos que sea el lugar de

coordinación entre las diferentes dimensiones y el punto de encuentro de las tres vías

(enseñanza, aprendizaje y iniciación). Y además, ‘Pastoral’, porque su incumbencia

será justamente asegurar que todo el colegio y todo lo que pasa en el colegio, tiene

como fin último, la construcción del Reino.96

a. Identidad.

El Equipo de Pastoral constituye una instancia colectiva, donde se avanza en la

implementación del PEPS, en orden a la coordinación de las diferentes dimensiones,

asegurando a su vez la presencia de las tres vías de la educación, o sea la

enseñanza, el aprendizaje y la iniciación.

b. Integración.

El Equipo de Pastoral, está integrado por el Encargado de Pastoral y el Subdirector del

área educativo-cultural, quienes lo presiden, y por 2 profesores (dimensión educativo

cultural), por 2 catequistas (dimensión catequesis y evangelización) y 2 animadores

(dimensión asociativa).

c. Designación.

Los miembros del Equipo de Pastoral serán nombrados por el Director, oído el parecer

del encargado de cada dimensión.

d. Perfil.

Los integrantes del Equipo de Pastoral son educadores cristianos caracterizados por:

- La vivencia y el testimonio de su fe,

- Se identifica con el PEPS del colegio,

96 A continuación seguimos el esquema del organigrama que se utiliza en nuestros colegios, tomamos como base el Estatuto-Organigrama de la Comunidad Educativo Pastoral del Instituto Juan XXIII, Montevideo, 1999.

103

- Es capaz de desarrollar buenas relaciones humanes, tiene capacidad para el

trabajo en equipo.

- Un alto grado de competencia técnica en su área específica.

- Estar abierto, en un proceso recíproco, al intercambio con todos los integrantes

del Equipo.

e. Rol.

El Equipo de Pastoral procura la coordinación de todas las actividades del colegio,

presentando aportes para la concreción de la planificación y programación, teniendo

en cuenta especialmente también el dinamismo de la iniciación.

Es la instancia que procura crear un ambiente cristiano en todo el colegio, a fin que

todas las actividades del colegio tengan un carácter evangelizador.

Sus funciones son:

- Realizar las sugerencias que faciliten la concreción de la planificación y

programación anual, asegurando en lo posible el carácter evangelizador del

mismo,

- Profundizar y hacer conocer a los demás educadores el dinamismo de la

iniciación,

- Ayudar en la elaboración de proyectos de iniciación,

- Asegurar la debida coordinación, para que cada proyecto respete tanto la

enseñanza, el aprendizaje y la iniciación logrando así mayor unidad en la

propuesta,

- Evaluar los proyectos de iniciación durante los diferentes momentos (ruptura,

prueba, integración).

- Organizar la formación permanente del personal en función del aporte que

cada uno hace desde su trabajo, a la labor educativa y evangelizadora.

El Equipo de Pastoral se reunirá ordinariamente cada quince días, o a pedido del

Encargado de Pastoral o del Subdirector de la dimensión Educativo-Cultural.

Creo que se tiene que evitar que el Equipo de Pastoral organice actividades

concretas. Es más bien una instancia de reflexión y animación. Y si tiene que

organizar actividades es solamente para ampliar las instancias de reflexión y

formación entre los distintos miembros de la Comunidad Educativa. La organización

por ejemplo de una celebración, un retiro, etc.. es responsabilidad del Equipo de la

dimensión Evangelización y Catequesis. Pero estos momentos, tiene que estar

coordinados en Equipo de Pastoral y dentro de una planificación anual de la dimensión

104

y con el dinamismo de la iniciación. Su aporte específico, se hará justamente a través

de los dos delegados de la dimensión, que trabajan en el Equipo.

3.3.2. El equipo de acompañamiento grupal.

Las actividades propiamente dichas de la iniciación, tendrán que ser organizadas

por nivel, por lo cual, se necesita un equipo interdisciplinario: el equipo de

acompañamiento grupal. Evitamos utilizar el nombre como por ejem., equipo de

iniciación, a fin de evitar que surja un nuevo equipo con actividades que solamente

apuntan a la iniciación. Queremos que dicho equipo sea realmente el equipo que

acompañe al grupo de alumnos por nivel y/o clase.

a. Identidad.

La misión fundamental de este equipo, es acompañar la formación integral de los

alumnos de un nivel determinado (por ejem. de 1er año). El equipo es el responsable

que todas las actividades de este nivel, y de que sean coordinadas en función de este

acompañamiento. El acompañamiento, puede ser tanto a nivel individual de cada

alumno, como a nivel de acompañamiento grupal.

b. Integración.

El equipo de acompañamiento grupal está integrado:

1. Por el Encargado de Pastoral o el Subdirector de la dimensión Educativo

Cultural.

2. El Catequista y/o profesor de formación cristiana correspondiente al nivel.

3. El profesor adscripto al nivel.

4. El profesor coordinador (elegido por los alumnos).

5. Un delegado animador de la dimensión asociativa.

Se buscará que cada dimensión esté organizada y que tenga su representante en este

equipo.

c. Designación.

La formación del equipo se tiene que hacer antes del inicio de las clases, (si bien en

este momento no se ha elegido todavía el profesor coordinador de parte de los

alumnos). El encargado de cada dimensión, presentará a la persona para dicho

equipo en una reunión de dirección. El director, nombrará luego a todos los

integrantes del equipo, en diálogo con los encargados de cada dimensión.

105

d. Perfil.

Los integrantes del equipo se caracterizan por:

- Su identificación con el PEPS y el estilo salesiano del centro docente.

- Su capacidad para las relaciones humanas y trabajo en equipo.

- Su facilidad par la empatía con los jóvenes.

- Por poseer una vocación por la tarea educadora y evangelizadora.

- Por buscar una formación permanente y específica en lo relacionado con las

tareas del equipo.

e. Rol.

El equipo estará en continuo diálogo con el Equipo de Pastoral del cual recibe las

indicaciones necesarias para poner en marcha una planificación anual. En esta

planificación anual el equipo organizará todas las actividades necesarias para poner

en marcha un proceso de iniciación en diálogo con todas las dimensiones del

proyecto. Sus funciones son:

- Organizar, programar y evaluar proyectos de iniciación en su nivel

correspondiente.

- Acompañar a los alumnos de una forma más personalizada a lo largo del

curso, siendo para el adolescente constante punto de referencia para el

diálogo, la búsqueda, etc…

El Equipo tiene que tener conciencia de que su labor es importante, ya que a través de

su trabajo, está directamente comprometido con el joven y con su formación humana y

cristiana.

El equipo se reunirá cada 15 días (alternando con las reuniones del Equipo de

Pastoral) para proyectar, organizar y evaluar las actividades de su nivel.

Cada equipo dará un informe tanto grupal como personal, si es necesario, en las

reuniones de profesores, con el propósito de que todo los profesores puedan

acompañar las diferentes etapas que se van realizando con los alumnos.

En las reuniones de evaluación por clase, el equipo tendrá voz y voto en el momento

de redactar el informe de cada alumno.

El equipo elegirá un delegado para dichas reuniones.

106

Con estas dos nuevas instancias, creemos que es posible una mayor coordinación

entre las diferentes dimensiones y además, la iniciación como tercera columna de

nuestra labor educativo-pastoral, tendrá así, el lugar que le corresponde.

Con estos equipos, queremos crecer aún más en una comunidad de personas,

“en torno a la misión educativo-pastoral salesiana, que compromete lo más posible, en

un clima de familia a jóvenes y adultos, padres y educadores, laicos y religiosos, de

modo que pueda convertirse en una experiencia de Iglesia”.97

97 Estatuto-Organigrama de la Comunidad Educativo-Pastoral del Instituto Juan XXIII, p. 7

107

CONCLUSIÓN.

Con nuestro trabajo en los liceos salesianos tratamos de preparar, como decía

Don Bosco, ‘honrados ciudadanos y buenos cristianos’. A través de la elaboración de

nuestro Proyecto Educativo-Pastoral, tratamos de dar una respuesta actualizada a las

exigencias del momento. En el documento ‘Ecclesia in América’ se pide “.. en

particular de la enseñanza secundaria: ‘debe hacerse un esfuerzo especial para

fortificar la identidad católica de las escuelas, las cuales fundan su naturaleza

específica de un proyecto educativo que tiene su origen en la persona de Cristo y su

raíz en la doctrina del Evangelio. Las escuelas católicas deben buscar no solo impartir

una educación que sea competente desde el punto de vista técnico y profesional, sino

especialmente proveer a una formación integral de la persona humana”.98

La imagen del camino que hemos visto en el evangelio de Lucas, simboliza quizás

mejor la tarea que nos espera: hacer camino con los jóvenes. Es necesario ponerse a

caminar con los jóvenes hacia una sociedad mejor. La meta del camino, sigue siendo

la construcción del Reino. A medida que logramos que nuestros colegios sean ya un

poco la realización de este Reino, a medida que logremos que el joven descubra su

verdadero camino de felicidad a través de la formación brindada, podemos sentirnos

satisfechos de haber hecho con ellos un trecho de su camino.

Esta preocupación de la educación está inserta en una búsqueda más grande en

la cual, la Iglesia está también comprometida. También la Iglesia ha hecho camino en

la reflexión sobre la tarea educativa de sus instituciones, ubicándola dentro de la

misión misma de la Iglesia. Los obispos latinoamericanos, siempre han tenido muy en

cuenta la escuela como herramienta evangelizadora. Y fiel a su misión han buscado

dar respuestas a través de la educación, a los problemas del momento. La riqueza del

pensamiento de nuestros obispos está justamente en descubrir siempre nuevos

caminos, formas y métodos, para responder así, al reto que plantea la educación. El

documento de Santo Domingo, resume en dos frases, claramente, la función de la

educación y de la educación cristiana: “Ningún maestro educa sin saber para qué

educa y hacia dónde educa. Hay un proyecto de hombre encerrado en todo proyecto

educativo…. Cuando hablamos de una educación cristiana, hablamos de que el

maestro educa hacia un proyecto de hombre en el que viva Jesucristo” (SD 265).

Teniendo como trasfondo la imagen del camino y reconociendo nuestra misión y

responsabilidad en la educación de los jóvenes, hemos buscado una respuesta a la

exigencia de ser un colegio en pastoral. Es decir ¿cómo hacemos que todo lo que

hacemos desemboque en una verdadera evangelización? Hemos visto cómo en

108

nuestro modelo escolar de enseñanza y aprendizaje faltaba una vía o una columna

esencial: la iniciación. Si bien en nuestra cultura uruguaya, con fuertes rasgos del

postmodernismo, no existe la iniciación como algo instaurado (como es el caso de

ciertas culturas africanas o tribales), hemos descubierto que la iniciación contiene

ciertos rasgos, que pueden ayudar a hacer un camino con los jóvenes para una mejor

integración en la sociedad del mañana. Es necesario que el niño que entra en nuestro

colegio, ‘muera’ para que pueda ‘nacer’ el joven. Es en esta dinámica simbólica de

morir y vivir que podemos realizar una verdadera tarea evangelizadora. Es en la

buena organización y coordinación de la enseñanza – aprendizaje – iniciación, que

logramos formar integralmente a nuestros alumnos.

Si bien quedan algunas preguntas o elementos que necesitan mayor

profundización (como por ejemplo: la iniciación en relación al sistema preventivo),

pensamos que tenemos delante de nosotros un nuevo camino. Es un camino

exigente, que exigirá realmente que todos los que participan en la tarea educativa,

estén caminando juntos y es un camino, que a mi parecer, responde mejor a las

exigencias históricas del momento.

Espero que con los nuevos elementos que hemos encontrado, podamos iniciar

una nueva forma de trabajo, tendiente a proporcionar al joven los elementos, que le

permitan descubrir su identidad y el sentido de su vida.

98 Ecclesia in América, n. 71

109

BIBLIOGRAFÍA (en castellano)

BARONE, Cecilia, Los vínculos del adolescente en la era posmoderna. Colección Caminos Educativos, Ed. Paulinas, Buenos Aires, 2000, 168 pp. CELAM-SEJ, Civilización del Amor, Tarea y Esperanza, orientaciones para una Pastoral Juvenil Latinoamericana, SEJ 9, Santafé de Bogota, 1995, 383 pp. CONFERENCIA EPISCOPAL DEL URUGUAY, Orientaciones pastorales 2001-2006. CEU, Montevideo, Uruguay, 24 pp. CONSEJO NACIONAL DE EDUCACIÓN, Ordenanza n. 14, Suplemento a los reglamentos escolares de la Escuela Privada, Montevideo. DECAT-CELAM, La Catequesis en América Latina, Orientaciones comunes a la luz del Directorio General para la Catequesis. Colección Documentos Celam, Nº 153, Santafé de Bogota, 1999, 218 pp. DECAT-CELAM, Orientaciones Generales para la Educación Religiosa Escolar en América Latina y el Caribe. Documentos de trabajo – 3. Santa Fe de Bogotá, Colombia, 1999, 68 pp. DICASTERIO DE PASTORAL JUVENIL, La Pastoral Juvenil Salesiana, Cuadro fundamental de referencia. Editorial CCS, Madrid, 1999, 139 pp. DOMENECH, A., La animación de la comunidad educativo-pastoral. Colección “Proyecto Educativo, n. 2, Montevideo, Ed. Ideas, 1998, 31 pp. EQUIPO DE PASTORAL JUVENIL SALESIANA DEL URUGUAY, Planificación pastoral 2002, terminología. 5 hojas fotocopiadas para uso interno, Montevideo. EQUIPO DE PASTORAL JUVENIL SALESIANA DEL URUGUAY, Encuesta Juvenil 2001, material fotocopiado, el tomo II y III tiene relación con los centros docentes, Montevideo, Uruguay. EQUIPO DE PASTORAL JUVENIL SALESIANA DEL URUGUAY, Archivos de las promemorias de las reuniones de los encargados pastoral de adolescentes y jóvenes – año 1997-2000. Hojas fotocopiadas, Montevideo, Uruguay., EQUIPO DE PASTORAL JUVENIL SALESIANA DEL URUGUAY, Manual del Educador. Formación cristiana 1er año. Material pro manuscrito, Montevideo, Uruguay. ESPINA PERUYERO, G., Pastoral y educación religiosa de adolescentes en la Escuela. Catecheticum (Anuario del Instituto Superior de Pastoral Catequética de Chile), Vol II, 1999, p 63-82. FARNEDA CALGARO, Danilo L., El proyecto educativo institucional en un colegio en pastoral. AUDEC Asociación Uruguaya de Ecuación Católica, Ed. Ideas, Montevideo, 2000, 93 pp.

110

FONTONA, Marcelo, Una aproximación a la realidad del Uruguay. Hojas fotocopiados, un informe presentado en las Asambleas Educativos Pastorales, Montevideo, nov. 2001. GARCÍA AHUMADA, E., Educar la fe mediante las disciplinas escolares. Catecheticum (anuario del Instituto Superior de Pastoral Catequética de Chile), Vol II, 1999, p 83-95 GOMEZ PARRA, Sergio, La educación en los años venideros: océano de incertidumbres, archipiélago de certezas. Sal Térrea, Revista de Teología Pastoral, Septiembre de 2001, p. 675-692. ISPAJ, Apuntes para una pedagogía pastoral. Instituto Superior de Pastoral de Juventud, Chile, sd. 14 pp. MAGDALENO, E., La educación, llave del tercer milenio. Colección respuestas educativas. Ed. Magisterio del Río de la Plata, Buenos Aires, 1999, 95 pp. MIRANDA, Angel y SORAZU, Emeterio, Animación pastoral de la Escuela. Plan de formación de animadores, bloque 7: el saber hacer del animador cristiano, n. 7.5., Ed. CCS, Madrid, 1995, 238 pp. PERESSON TONELLI, M.L. Jesús, el Maestro. Algunos aspectos para una Teología de la educación. Medellín, Vol XXV, n. 100, 1999, p 555-628. POSE, Francisco J., Apuntes para un estudio sobre la libertad religiosa en el Uruguay. SOCIEDAD SAN FRANCISCO DE SALES, XX Capítulo general especial salesiano, Ed. CCS, Madrid, 1972, 730 pp. SOCIEDAD SAN FRANCISCO DE SALES, El proyecto de Vida de los salesianos de Don Bosco, Ed. CCS, Madrid, 1987, 1197 pp. SOCIEDAD SAN FRANCISCO DE SALES, XXIII Capítulo General de la Sociedad San Francisco de Sales: Educar a los jóvenes en la fe. Ed. CCS, Madrid, 1990, 313 pp. SOCIEDAD SAN FRANCISCO DE SALES, XXIV Capítulo General de la Sociedad San Francisco de Sales: Salesianos y seglares, compartir el espíritu y la misión de Don Bosco. Ed. CCS, Madrid, 1996, 473 pp. VARIOS, Una historia nos impulsa, 125 años de presencia salesiana en el Uruguay. Montevideo, 2001, 215 pp. VECCHI, J. Y PRELLEZO, J.M., Proyecto Educativo Pastoral. Concepto fundamentales. Estudios de Pastoral Juvenil, n. 4, Ed. CCS, Madrid, 1986, 454 pp. ------ ARTÍCULOS VARIOS, Nuevo Diccionario de catequética. Vol. I y II, Madrid, San Pablo, 1999.

1. PEDROSA ARÉS, V. Y RECALDE, R.L., Catequesis, p. 295-316 2. GARCIA REGIDOR, T., Educación Católica, p. 733-742

111

3. BESCANSA GALÁN, Ma. Y MARTÍNEZ GOMEZ, E., Enseñanza religiosa escolar, p. 779-793

4. GARCÍA REGIDOR, T., Escuela Católica, p. 793- 802 5. ELIZONDO ARAGÓN, F., Fe y cultura, p. 971-982 6. MORELLI ROM, F.X., Pedagogía de Dios. Pedagogía catequética, p. 1781-

1796 7. GIL LARRAÑAGA, P.M., Teología de la educación y catequesis, p. 2130-2136