La familia constructora de paz

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“Conscientes de los valores de la familia, queremos crear en ella un clima de paz y amor, que favorezca la convivencia padres-hijos, y contribuya al desarrollo humano y cristiano” (Ideario de HDB, pág. 17) INSPECTORÍA “MARÍA AUXILIADORA” - SEVILLA La familia constructora de paz Hogares Don Bosco

Transcript of La familia constructora de paz

“Conscientes de los valores de la familia,

queremos crear en ella un clima de paz y amor,

que favorezca la convivencia padres-hijos,

y contribuya al desarrollo humano y cristiano”

(Ideario de HDB, pág. 17)

INSPECTORÍA “MARÍA AUXILIADORA” - SEVILLA

La familia

constructora de paz

Hogares Don Bosco

Reflexión y diálogo. Como siempre son preguntas para hablar sobre el contenido de lo expuesto y ver hasta qué punto su mensaje nos ha calado. El diálogo es estar abierto a la verdad...

El compromiso. “Otro momento importante de la reunión es la revisión, por parte del matrimonio y del grupo, de los compromisos tomados en la reunión anterior” (Ideario, pág. 24). Lo que presentamos en este punto son sugerencias que se pueden secundar o no, cambiándose por otro que se crea oportuno. Lo importante, para bien de todos y de cada uno en particular, es tomar un compromiso que nos ayude a crecer humana y cristianamente.

Y por último la oración final. Hemos insistido en el Padre nuestro, una oración tan rica en contenidos, resaltando en cada reunión una de sus peticiones, en consonancia con lo tratado. Esto no quita, que como buenos hijos de Don Bosco, tengamos muy presente y nos dirijamos a nuestra madre Auxiliadora, Reina de la Familia y de la PAZ.

El tiempo nos ha cundido y hemos preparado el temario completo. Deseamos que este material, que hemos recopilado, nos sirva y nos introduzca de lleno en la Cultura de Paz, tan necesaria actualmente.

Elevemos nuestras plegarias al Señor y a María Auxiliadora para que haya paz en todas las naciones de la Tierra, en cada familia y para que nos convirtamos en constructores de paz.

Sevilla a 24 de Septiembre de 2003 La comisión redactora

Comisión redactora de los temas:

Consuelo González y Sebastián Ganga Mª Carmen Parente y Manolo Fernández

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ÍNDICE Introducción ......................................................................... 3 1. La paz, don de Dios, brota del corazón ........................... 5 2. La aceptación de nosotros mismos y de los demás primer paso para la paz .................................................... 9 3. La verdad nos hace libre y nos lleva a la paz ................. 13 4. La libertad una exigencia de la paz ................................ 17 5. Sin justicia no hay paz .................................................... 21 6. La paz fruto del amor ..................................................... 25 7. La solidaridad como camino de paz ............................... 29 8. El diálogo y la comunión puertas de la paz .................... 33 9. Sin perdón, sin reconciliación, la paz es imposible ....... 37 10. Oración por la PAZ ...................................................... 41 11. Relación de citas empleadas en los temas ..................... 42 12. Bibliografía .................................................................... 44

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A los miembros de HDB de nuestra Inspectoría de Mª Auxiliadora, matrimonios y consiliarios:

Os presentamos nuestro trabajo de verano, labor que hemos realizado

con mucha ilusión y entusiasmo; la paz bien se lo merece. Con estos temas queremos que cada familia, y por supuesto la nuestra, tome conciencia de que puede y debe ser constructora de paz.

Hemos seguido el esquema y el formato del curso pasado a la hora de elaborar este estudio sobre la paz, salvo algunas modificaciones, que enumeramos.

La introducción ha quedado reducida al mínimo, a un par de ideas. Hemos rehuído intencionadamente la extensión.

En el texto bíblico se han añadido unas pistas de reflexión. Esto no quita el momento de reflexión personal y la posibilidad de podernos comunicar lo que la Palabra de Dios nos sugiera a cada uno.

En la oración se pueden añadir las preces que se deseen.

Profundización del tema. En el “Estudio del Ideario renovado”, este apartado era un trozo del mismo Ideario, sin embargo este año es la parte más extensa. Nuestro problema ha sido la selección y el espacio. Es mucho lo que hay escrito sobre la paz. El magisterio de la Iglesia sobre esta materia es amplio, actual, valiosísimo y, a veces, desconocido. Con tanto material se podía confeccionar una obra muy extensa, pero hemos preferido mantener las cuatro páginas (tamaño cuartilla) y que sean los propios grupos quienes amplien, cuando lo crean conveniente. Para ello, presentamos una bibliografía; algunos documentos están en Internet.

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HOGARES DON BOSCO Inspectoría “María Auxiliadora” - Sevilla

La familia constructora de paz

humano: "cada hombre es mi hermano". Esta es la paz, la paz ya en acto o la paz que se está haciendo. ¡Y vale para todos! » 12

4.5. El respeto de la dignidad humana patrimonio de la humanidad

Su Santidad Juan Pablo II insiste: «La dignidad de la persona humana es un valor trascendente, reconocido siempre como tal por cuantos buscan sinceramente la verdad. En realidad, la historia entera de la humanidad se debe interpretar a la luz de esta convicción. Toda persona, creada a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1, 26-28), y por tanto radicalmente orientada a su Creador, está en relación constante con los que tienen su misma dignidad. Por eso, allí donde los derechos y deberes se corresponden y refuerzan mutuamente, la promoción del bien del individuo se armoniza con el servicio al bien común.» 13 5. Reflexión y diálogo en grupo

• ¿Crees que el conocimiento y la aceptación de sí mismo está en sintonía con la paz interior y la paz con los demás?

• ¿Es lo mismo autoaceptación y autoestima? ¿nos ayudan a crecer?

• De los textos expuestos ¿Cuál te llama más la atención?

• ¿Qué resaltarías de las afirmaciones de John Powel, s.j.?

• ¿Cómo influimos en la aceptación y autoestima de nuestro matrimonio? ¿Qué hacemos para que nuestros hijos se acepten y valoren?

6. Compromiso

Hacemos revisión del compromiso anterior. Y teniendo presente los textos y el diálogo de hoy, tomamos un nuevo compromiso.

Sugerencia: - Dedicar un rato al día, poniéndonos en la presencia del Señor, a conocernos mejor y aceptarnos.

- Ser más tolerantes con los demás (concretar con quienes).

7. Oración final

Terminamos nuestra reunión bendiciendo al Señor y pidiéndole fuerza para aceptar su voluntad y aceptarnos como somos. Rezamos todos juntos: Padre nuestro... (hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo).

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1. Introducción

La aceptación de nosotros mismos con nuestras cualidades y limitaciones (virtudes y defectos) y la autoestima nos hacen más tolerantes, menos intransigentes con los demás, acogiéndolos pacíficamente como son.

Esta aceptación nos conduce a la “cultura del ser” que nos libera y engendra actitudes de paz, por el contrario la “cultura del tener” con facilidad nos lleva a la ambición y, a veces, a actitudes de violencia e injusticia.

El conocimiento, la aceptación y la autoestima de nosotros mimos y de los demás nos hacen constructores de paz.

2. Texto bíblico

• Col 3, 12-14 (Revestíos del hombre nuevo)

“Como elegidos de Dios, consagrados (por el Bautismo) y predilectos, revestíos de ternura entrañable, de agrado, de humildad, sencillez, tolerancia; conllevaos mutuamente (aceptación mutua, aceptación de sí mismo) y perdonaos cuando uno tenga quejas de otro; el Señor os ha perdonado, haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección.”

Reflexión:

◘ “Fruto del Espíritu es el amor, la alegría, la paz, la tolerancia, el agrado, la generosidad, la lealtad, la sencillez, el dominio de sí” (Gal. 5, 19-24)

◘ La aceptación de sí mismo y la autoestima constituyen la base del pensamiento positivo, fuerza vital constructiva.

◘ Rechacemos el pensamiento negativo, que nos destruye.

◘ En la aceptación de los demás se ponen de manifiesto los frutos del Espíritu que enumera San Pablo.

• Mt 25, 14-30 (Parabola de los talentos. Actuemos según nuestras capacidades)

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2. La aceptación de nosotros mismos y de los demás primer paso para la paz.

3. Oración

- Para que nos aceptemos a nosotros mismos con nuestras cualidades y limitaciones, roguemos al Señor...

- Para que aceptemos a los demás como son, obras del Señor, imágenes vivas de Dios, y comprendamos que lo que hacemos a un hermano, lo hacemos a Dios, roguemos al Señor...

- Para que tengamos serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, roguemos al Señor...

- Para que tengamos valor para cambiar aquellas cosas que podemos cambiar y mejorar, roguemos al Señor...

- Para que tengamos sabiduría para reconocer lo que podemos cambiar y lo que no podemos cambiar, roguemos al Señor...

4. La aceptación de nosotros mismos y de los demás primer paso para la paz.

4.1. Necesidad de aceptarse a sí mismo

"Para desarrollarnos como personas, debemos aceptar el ser que tenemos, con todo cuanto implica. En vez de malgastar las energías en desear ser otra cosa, hemos de emplearlas en sacar pleno partido a las posibilidades de que disponemos con vistas a realizar el ideal que va implícito en nuestra realidad personal." 9

4.2. Aceptarnos como somos

John Powel, S.J. en su libro “La felicidad es una tarea interior” nos dice: "Debemos aceptarnos como somos. La aceptación propia es un requisito indispensable en el camino a la felicidad. La autoaceptación implica la gozosa satisfacción de ser quienes somos. Quienes se aceptan a sí mismos son felices, les resulta fácil relacionarse con los demás, siempre están abiertos a ser amados y elogiados, tienen el poder de ser realmente ellos mismos, se aceptan tal como son en el momento presente, son capaces de reírse de sí mismos con frecuencia y sin dificultad, tienen la habilidad de reconocer y atender sus propias necesidades, son independientes, mantienen un buen contacto con la realidad y son asertivos." 10

Powel comenta en su libro: "La constatación decisiva en la autoaceptación es: SOY LA PERSONA QUE SOY Y PUNTO. Tu historia y la mía no comienza

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con la llegada a este mundo. Desde toda la eternidad Dios ha pensado en ti y en mí y nos ha amado. ... Según una antigua tradición judeo-cristiana, Dios nos envió a cada uno de nosotros a este mundo con un mensaje especial que transmitir y un singular acto de amor que realizar.... Sólo yo tengo todo lo necesario para completar la tarea para la que fui enviado a este mundo. Tú estás diseñado para hacer tu trabajo y yo he sido creado para realizar el mío. Por lo tanto tú no eres yo y yo no soy tú. Y eso es bueno, muy bueno". 11

4.3. Conocimiento, aceptación y crecimiento

Para una aceptación plena sería adecuado pasar por una etapa previa, la del conocimiento de uno mismo y de los demás; y posteriormente a la aceptación continuar con una etapa de crecimiento personal.

4.4. Dignidad humana e igualdad entre los hombres

En la Gaudium et spes en su capítulo primero nos habla de la dignidad de la persona humana y en su capítulo segundo de la comunidad humana. A través de estos capítulos se nos pone de manifiesto nuestra realidad humana-cristiana y nuestra dimensión comunitaria.

Su Santidad Pablo VI a través de sus mensajes insiste en las mismas ideas y lo recuerda constantemente.

« “La paz verdadera debe fundarse en la justicia, en la idea de la intangible dignidad humana, en el reconocimiento de una igualdad indeleble y feliz entre los hombres, en el respeto, en el amor debido a todo hombre, por el solo hecho de ser hombre. Irrumpe aquí la palabra victoriosa: por ser hermano. Hermano mío, hermano nuestro.”

“... El que ayuda a descubrir en cada hombre, por encima de los caracteres somáticos, étnicos y raciales, la existencia de un ser igual al propio, transforma la tierra de un epicentro de divisiones, de antagonismos, de insidias y de venganzas en un campo de trabajo orgánico de colaboración civil. Porque la paz está radicalmente arruinada donde se ignora radicalmente la hermandad entre los hombres.”

“Este es nuestro mensaje para el año 1971. Es un eco de la Declaración de los Derechos Humanos, como voz que brota de la nueva conciencia civil: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros". Hasta esta cima ha escalado la doctrina de la civilización. No retrocedamos. No perdamos los tesoros de esta conquista axiomática. Más bien, demos aplicación lógica y valiente a esta fórmula, meta del progreso

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cayó una vez un meteoro.» El caminante prosiguió su camino, admirado en su interior. Y encontró a un

hombre muy anciano, y después de saludarle le dijo: «Señor, viniendo por este camino encontré a tres hombres de los alrededores; y a los tres les pregunté la historia de esta tierra, y cada uno de ellos negó lo que el anterior me había contado, y a su vez me contaba otra nueva historia.» El anciano levantó la cabeza y respondió: «Amigo mío, cada uno y los tres le dijeron lo que en realidad pasó; pero somos pocos los que podemos añadir afirmaciones a otras afirmaciones distintas, y construir así una verdad.» 17

4.6. La verdad consolida y construye la paz

«El Evangelio de Cristo es un Evangelio de paz: “Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5, 9). Y la fuerza de la paz evangélica es la verdad. Jesús revela al hombre su verdad plena; lo restaura en su verdad, reconciliándolo con Dios, consigo mismo y con los otros. La verdad es la fuerza de la paz, porque revela y realiza la unidad del hombre con Dios, con él mismo, con los demás.» 18 5. Reflexión y diálogo en grupo

• ¿La verdad nos hace realmente libre? Si la verdad nos hace libre ¿por qué se recurre –a veces– a la mentira?

• Decir alguna idea que os haya llamado la atención de los textos expuestos

• ¿Nos aferramos a nuestra parte de verdad sin reconocer la posible verdad de nuestro interlocutor/a?

• ¿Sabemos disculpar y ver lo positivo de la otra persona?

• ¿Qué repercusión tiene en nuestra familia la verdad, la sinceridad, la paz?

6. Compromiso

Hacemos la revisión del compromiso tomado en la reunión anterior. Sugerencia para un nuevo compromiso, según el tema de hoy:

- No quedarnos en medias verdades, ser sinceros.

- Tener presente el tema de hoy en el “encuentro del matrimonio”.

7. Oración final

Terminamos nuestra reunión rezando: Padre nuestro... (venga a nosotros tu reino, reino de paz, de verdad, de justicia, de amor...).

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1. Introducción

Diariamente se nos presentan una serie de conflictos humanos que tratamos de resolver a nuestro modo, con “nuestra verdad”. ¿Nos ponemos en el punto de mira de la otra persona? - La VERDAD (con mayúscula) nos hace libre y es la fuerza pacífica y poderosa de la paz por excelencia.

2. Texto bíblico

• Jn 8, 31-32 (La verdad nos hace libres) “Si vosotros sois fieles al mensaje mío, sois de verdad mis discípulos; conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”

• Jn 18, 37-38 (JESÚS testigo de la VERDAD) “Pilato le dijo: pero entonces, ¿eres tú rey? Jesús le contestó: así es, yo soy rey. Tengo por misión ser testigo de la verdad, para eso nací y vine al mundo. Todo el que está por la verdad me escucha”

Reflexión:

◘ “¿Cómo he llegado a ser tenido por enemigo vuestro predicando la verdad?” (Gal. 4,16)

◘ “Satanás es mentiroso y el padre de la mentira” (Jn 8, 44-45)

◘ “Quien comete el pecado es esclavo” (Jn 8, 34)

◘ La verdad construye la paz y la mentira la destruye.

3. Oración

- Para que seamos verdaderos discípulos de Jesús, fieles a su mensaje, roguemos al Señor...

- Para que rechacemos la mentira y a Satanás, padre de la mentira, roguemos al Señor...

- Para que nunca seamos esclavos por el pecado, roguemos al Señor...

- Para que con la verdad construyamos la paz, roguemos al Señor...

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3. La verdad nos hace libre y nos lleva a la paz.

4. La verdad nos hace libre y nos lleva a la paz.

4.1. La paz verdadera

«La paz no puede darse en la sociedad humana si primero no se da en el interior de cada hombre, es decir, si primero no guarda cada uno en sí mismo el orden que Dios ha establecido. A este respecto pregunta San Agustín: ¿Quiere tu alma ser capaz de vencer las pasiones? Que se someta al que está arriba y vencerá al que está abajo. Así se hará la paz en ti: una paz verdadera, genuina, muy ordenada. ¿Cuál es el orden de esta paz? Dios manda sobre el alma, el alma manda sobre el cuerpo; nada hay más ordenado.» 14

4.2. La verdad es la fuerza de la paz

«¡La verdad, fuerza de la paz! Unamos nuestros esfuerzos para asegurar la paz, haciendo una llamada a los recursos de la paz misma y en primer lugar a la verdad, que es la fuerza pacífica y poderosa de la paz por excelencia, dado que ella se comunica por su propia irradiación fuera de toda coacción.» 15

4.3. Paz, no violencia y búsqueda de la VERDAD

No hay paz verdadera entre los hombres si no alienta en ellos un espíritu de tolerancia. La tolerancia auténtica consiste positiva-mente en estimar la colaboración que pueda prestarme el otro para buscar la verdad. Renunciar a imponerse a los demás y aceptarlos como compañeros de búsqueda constituye 1a base de la libertad interior, la libertad creativa.

«El camino de la paz es el camino de la verdad. La verdad es incluso más importante que la paz. Sin duda la mentira es la madre de la violencia. Un hombre de verdad no puede ser violento durante mucho tiempo. Él se dará cuenta a lo largo de su búsqueda que no tiene necesidad de ser violento y, más tarde, descubrirá que mientras haya la más mínima traza de violencia en él, fracasará en encontrar la verdad que busca.

No hay camino intermedio entre la verdad y la no violencia por un lado y la mentira y la violencia por el otro. Puede que nunca seamos suficientemente fuertes para ser totalmente no violentos en pensamiento, palabra y acción. Pero debemos mantener la no violencia como nuestra meta y realizar firmes progresos hacia ella. El logro de la libertad, ya sea para un hombre, una nación o el mundo debe ser exactamente proporcional a la contribución a la no violencia por cada uno. Por lo tanto, dejad a aquellos que creen en la no violencia como el único método para obtener la verdadera libertad que

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mantengan la llama de la no violencia brillando luminosa en medio de la oscuridad impenetrable. La verdad de unos pocos contará, la mentira de millones se desvanecerá como una brizna ante un soplo de viento. Las mentes más clarividentes del mundo desean hoy no estados independientes luchando unos contra otros, sino una amistosa federación de estados interdependientes.» 16

4.4. Todos necesitamos la VERDAD auténtica

A menudo creemos poseer la verdad como se posee un objeto. Es consecuencia de plantear el tema de la verdad en el plano de la manipulación de objetos. La verdad debemos buscarla entre todos para dejarnos configurar por ella.

¿Tu verdad? No. La Verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela. Antonio Machado, «Canción LXXXV»

La verdad es como un mosaico. Cada uno tenemos una parte. Entre todos –con buena voluntad– podemos llegar a la auténtica verdad.

4.5. Debemos buscar la VERDAD en común

A la verdad se llega en comunidad, colaborando con los demás. Cuando estamos convencidos de algo, tenemos seguridad de conocer toda la verdad. Aunque no estemos equivocados, debemos recordar que conocer «toda la verdad» no equivale a conocer «la verdad toda», en todas sus implicaciones. Por eso debemos colaborar con los demás en la búsqueda de la verdad

Camino de Zaad un caminante encontró a un hombre que vivía en una aldea vecina: y el caminante, señalando una vasta extensión de tierra, preguntó al hombre: «¿No fue éste el campo de batalla donde el rey Ahlam derrotó a sus enemigos? » Y el hombre respondió: «Nunca fue campo de batalla. Hace mucho sobre esa tierra se levantó la gran ciudad Zaad, que luego se incendió hasta quedar de ella sólo cenizas. Pero ahora es una buena tierra.»

Y el caminante y el hombre se separaron. Media legua más adelante, el caminante encontró a otro hombre, y señalando la

extensión de tierra, dijo: «Así que allí es donde hace mucho existió la ciudad de Zaad.» Y el hombre contestó: «Jamás existió ciudad alguna en ese campo. Lo que hubo fue un convento destruido por los pueblos del Sur.»

Un poco más tarde, en la misma ruta de Zaad, el caminante encontró a otro hombre, y señalando la extensión de tierra dijo: «¿Es cierto que en ese lugar existió un gran convento?» Mas el hombre respondió: «Nunca hubo monasterios por aquí, pero según nuestros padres y nuestros antepasados, sobre este campo

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4.7. La sociedad permisiva no promueve la auténtica libertad

«La verdadera libertad no es promovida tampoco en la sociedad permisiva, que confunde la libertad con la licencia de hacer cualquier opción y que proclama, en nombre de la libertad, una especie de moralidad general. Es proponer una caricatura de la libertad pretender que el hombre es libre para organizar su vida sin referencia a los valores morales y que la sociedad no está para asegurar la protección y la promoción de los valores éticos. Semejante actitud es destructora de la libertad y de la paz. Existen múltiples ejemplos de esta concepción errónea de la libertad, como la eliminación de la vida humana por el aborto aceptado o legalizado.» 25

4.8. La libertad de los hijos de Dios

«La libertad es la medida de la madurez del hombre y de la nación. Al igual que la paz, la libertad es un esfuerzo que hay que emprender sin cesar para dar al hombre su plena humanidad. No esperemos pues la paz en el equilibrio del terror. No aceptemos la violencia como camino de la paz. Comencemos más bien por respetar la verdadera libertad: la paz que resultará de ahí será capaz de colmar la esperanza del mundo, pues estará hecha de justicia, estará fundada en la incomparable dignidad del hombre libre.» 26

5. Reflexión y diálogo en grupo

• ¿Cómo conjugamos en nuestra familia el binomio libertad - responsabilidad?

• ¿Qué hacemos para ejercer y educar a nuestros hijos en la libertad?

• ¿Hay algo que os haya llamado la atención de este tema?

• ¿Hasta que punto mi libertad viene limitada por la libertad de los demás?

• Los inmigrantes (las pateras) ¿están relacionados con este tema? (¿Ciudadanos del mundo? De un mundo sin rivalidades y en paz).

6. Compromiso

Revisamos el compromiso anterior.- Sugerencia para nuevo compromiso:

- Respetar las decisiones (no caprichos) de nuestros hijos.

- No imponer nuestras ideas y ser respetuosos con las ideas de los demás.

7. Oración final

Terminamos nuestra reunión con la oración del Padre nuestro ... (no nos deje caer en la tentación, que hagamos buen uso de nuestra libertad).

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1. Introducción

La libertad es un derecho y una conquista de los seres humanos, que hay que ejercer con responsabilidad.

Sin libertad no es posible construir el edificio de la verdadera paz.

2. Texto bíblico

• Lc. 4, 16-21 (Hoy, dice Jesús, se ha cumplido este mensaje)

«Fue en Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para tener la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde está escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la buena noticia a los pobres. Me ha enviado para anunciar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año de gracia del Señor.” (Is 61,1-2).»

• Gal. 5, 13-15 (Uso de la libertad)

«A vosotros, hermanos, os han llamado a la libertad; lo único que esa libertad no dé pie a los bajos instintos. Al contrario, que el amor os tenga al servicio de los demás, porque la Ley entera queda cumplida con un solo mandamiento, el de “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Cuidado, que si os seguís mordiendo y devorando unos a otros, os vais a destrozar mutuamente.»

Reflexión:

◘ Mirad, no recibisteis un espíritu que os haga esclavos. (Rom. 15, 17)

◘ Donde hay Espíritu del Señor, hay libertad. (2 Cor. 3,18)

◘ Si alguno no tiene el Espíritu del Señor, ése no es cristiano. (Rom. 8,10)

◘ No renunciéis a vuestra valentía a la que está reservada una gran recompensa. (Heb. 10,35)

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4. La libertad una exigencia de la paz.

3. Oración

- Para que comprendamos que la libertad no es algo que se regala, sino que debe ser conquistada sin cesar, roguemos al Señor...

- Para que la libertad no sea sólo un derecho para uno mismo, sino un deber que se asume cara a los otros, roguemos al Señor...

- Para que no seamos esclavos en lo hondo de nuestros corazones de los bajos instintos, roguemos al Señor...

- Para que asumamos que la libertad es uno de los “cuatro pilares que sostienen el edificio de la paz”, roguemos al Señor...

4. La libertad una exigencia de la paz.

4.1. Un sueño que hay que hacer realidad

"Tengo un sueño de que, un día, esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo. Sostenemos como verdades evidentes que todos los hombres nacen iguales. (...) Con esta fe, podremos trabajar juntos, orar juntos, luchar juntos, ir juntos a prisión, escalar en lo alto en busca de nuestra libertad, sabiendo que un día seremos libres." 19 "Cuando permitamos que la libertad sueñe, cuando dejemos que sueñe desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, podremos entonces aproximarnos a ese día en que todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, podrán darse la mano y cantar las palabras de ese viejo cantar espiritual negro, ¡libres al fin!, ¡libres al fin! Gracias, Dios todopoderoso, somos libres por fin." 20

4.2. La libertad un derecho reconocido internacionalmente

En la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de sus treinta artículos, se repite incesantemente la palabra libre o libertad.

Así lo observamos desde su primer artículo: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”.

4.3. Comprender cuál es la verdadera libertad

«La libertad responde a una aspiración profunda y generalizada del mundo contemporáneo; prueba de ello, entre otras, es el uso frecuente que se hace de ese término de «libertad», aunque el mismo no siempre es empleado en el mismo sentido por los creyentes y los ateos, por los hombres de ciencia y los

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economistas, por los que viven en una sociedad democrática y los que soportan un régimen totalitario. Cada uno le da un matiz especial e incluso una significación muy diferente. Tratando de ampliar nuestro servicio a la paz, nos es pues muy necesario comprender cuál es la verdadera libertad que es a la vez raíz y fruto de la paz.» 21

4.4. La falta de libertad nos priva de la paz

«La paz debe realizarse en la verdad; debe construirse sobre la justicia; debe estar animada por el amor; debe hacerse en la libertad (Cf. Pacem in terris). Sin un respeto profundo y generalizado de la libertad, la paz escapa al hombre. No tenemos más que mirar en derredor nuestro para convencernos. Porque el panorama que se abre ante nuestros ojos (...) no se presenta muy tranquilizador. En efecto, mientras muchos hombres y mujeres, simples ciudadanos o dirigentes responsables, se preocupan vivamente por la paz -a veces hasta llegar a la angustia-, sus aspiraciones no se concretizan en una paz verdadera a causa de la falta de libertad o de la violación de la misma, como también por la manera ambigua o errónea en la que es ejercida.» 22

4.5. El arraigo de la libertad en el hombre

«La libertad en su esencia es interior al hombre, connatural a la persona humana, signo distintivo de su naturaleza. La libertad de la persona encuentra, en efecto, su fundamento en su dignidad trascendente: una dignidad que le ha sido regalada por Dios, su Creador, y que le orienta hacia Dios. El hombre, dado que ha sido creado a imagen de Dios (Cf. Gn. 1, 27), es inseparable de la libertad, de esa libertad que ninguna fuerza o apremio exterior podrá jamás arrebatar y que constituye su derecho fundamental, tanto como individuo cuanto como miembro de la sociedad. El hombre es libre porque posee la facultad de determinarse en función de lo verdadero y del bien. El es libre, dado que posee la facultad de elección, «movido e inducido por convicción interna personal y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera coacción externa» (Constitución Gaudium et Spes, n. 17). Ser libre, es poder y querer elegir, es vivir según su propia conciencia.» 23

4.6. La libertad un derecho y un deber

«La libertad, no es sólo un derecho que se reclama para uno mismo, es un deber que se asume cara a los otros. Para servir verdaderamente a la paz, la libertad de cada ser humano y de cada comunidad humana debe respetar las libertades y los derechos de los demás, individuales o colectivos. Ella encuentra en este respeto su límite, pero además su lógica y su dignidad, porque el hombre es por naturaleza un ser social.» 24

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participar en aquellas que estén a nuestro alcance: formarse e informarse sobre los problemas de la convivencia nacional e internacional; participar en asociaciones y movimientos que trabajan por la paz; fomentar el conocimiento y el intercambio entre los pueblos de España, entre las naciones de Europa y del mundo entero; apoyar las iniciativas sociales o políticas en favor de la justicia, de la libertad y de la paz en España, en Europa y en el mundo; ofrecer nuestro tiempo y nuestro dinero para obras de ayuda a los países subdesarrollados; participar personalmente en obras de promoción mediante la prestación de servicios voluntarios dentro o fuera de España; luchar pacíficamente contra todas las causas de la desconfianza, de la división y de los enfrentamientos entre los hombres y las familias, los pueblos y las naciones. Todo en el nombre del Dios de la paz y con la fuerza de su amor.» 8 5. Reflexión y diálogo en grupo

• ¿Estamos realmente convencidos de que la paz es necesaria y que, de algún modo, depende de cada uno de nosotros?

• ¿Qué os llama más la atención de los textos expuestos?

• ¿Qué actitudes favorecen la paz?

• ¿Qué hechos hacen zozobrar la paz en nuestro ambiente?

• ¿Qué podemos hacer nosotros –a plan individual, como familia, como grupo– por la paz?

6. Compromiso

La lectura bíblica o los textos expuestos nos pueden sugerir un compromiso

para: - Potenciar una convivencia pacifica en nuestro entorno.

- Ser consecuentes con la última pregunta del diálogo.

- Lo que cada uno o el matrimonio vea conveniente.

7. Oración final

Terminamos nuestra reunión pidiendo al Señor que nos dé su paz. Rezamos: Padre nuestro... (perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden).

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1. Introducción

Los grupos de Hogares Don Bosco nos unimos al clamor de la Iglesia y de tantos hombres y mujeres de buena voluntad en pro de la paz.

Dedicamos este curso a reflexionar y a ser constructores de paz en y desde nuestra familia, en nuestro trabajo y en el ambiente donde quiera que estemos.

Empezamos nuestro trabajo con la paz como don de Dios, que brota del corazón de cada persona de buena voluntad.

2. Texto bíblico

• Mt. 5, 8-9 (De las bienaventuranzas)

“Bienaventurados los sinceros de corazón, porque verán a Dios. Bienaventurados los constructores de paz, porque se llamarán hijos de Dios”

Reflexión:

◘ “No devolváis a nadie mal por mal ni insulto por insulto” (1P. 3, 9)

◘ “No te dejes vencer por el mal, vence el mal a fuerza de bien” (Rom. 12, 21)

◘ Seamos constructores de paz en nuestra familia, con nuestros vecinos, en nuestra ciudad y en todo lugar donde nos desenvolvamos.

• Otra lectura opcional: Lucas 1, 67-79 (Cántico de Zacarías)

3. Oración

- Para que seamos constructores de paz en nuestra familia, roguemos al Señor...

- Para que seamos constructores de paz con nuestros vecinos y con cuantos se acerquen a nosotros, roguemos al Señor...

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La familia constructora de paz

1. La paz, don de Dios, brota del corazón.

- Para que a nadie devolvamos mal por mal, sino que por el contrario venzamos el mal a fuerza de bien, roguemos al Señor...

(El grupo puede añadir otras peticiones). 4. La paz, don de Dios, brota del corazón.

4.1. ¿Es posible la paz?

«El mundo anhela la paz, tiene urgente necesidad de paz. Y, sin embargo, guerras, conflictos, creciente violencia, situaciones de inestabilidad social y de pobreza endémica continúan cosechando víctimas inocentes y generando divisiones entre los individuos y los pueblos. ¡La paz parece, a veces, una meta verdaderamente inalcanzable! En un clima hostil por la indiferencia y envenenado frecuentemente por el odio ¿cómo esperar que venga una era de paz que sólo los sentimientos de solidaridad y amor pueden hacer posible?

No obstante, no debemos resignarnos. Sabemos que, a pesar de todo, la paz es posible porque está inscrita en el proyecto originario de Dios.

Dios quiere que la humanidad viva en armonía y paz, cuyo fundamento está en la naturaleza misma del ser humano, creado a su imagen.» 1

4.2. Sembradores de paz

«El episcopado español en su documento “Constructores de paz” intenta crear la conciencia de que la paz la hemos de construir entre todos. Hay que sembrar la paz en el corazón de cada hombre y, desde ahí, procurar que alcance todas las realidades de las que forma parte el hombre y el cristiano: la vida de la Iglesia, la familia, la escuela o el trabajo, la política y el deporte, la universidad y los sindicatos. Sólo los hombres que se hacen constructores de la paz en su propio corazón y en la sencilla convivencia de cada día podrán poner los cimientos a una paz universal que ponga fin a los bloques antagónicos, a la carrera de armamentos, a la posibilidad de una horrenda guerra nuclear.» 2

4.3. Jesús, “Él es nuestra paz” (Ef 2, 14)

«En su forma de vivir y en su predicación, Jesús de Nazaret expresa una convicción fundamental: que Dios es Padre, amor gratuito y generoso que quiere que todos los hombres lleguen a ser sus hijos y vivan como hermanos, en paz y amor; que se inicia ya un "año de gracia", en el que llegará la paz y la liberación para todos los que acogiendo su palabra, alejen de su corazón el egoísmo y la violencia.» 3

2

4.4. La paz es don de Dios

«La paz es don de Dios. Quienes reciben en su corazón la buena noticia del Reino adquieren una nueva visión del mundo y de la vida; experimentan el perdón y el amor de Dios que les hace a su vez capaces de perdonar y amar a los hombres como ellos mismos son amados y perdonados. Jesús exhorta a sus discípulos a amar a sus enemigos, a ser buenos con todos más allá de los límites de las exigencias y los derechos: "Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; perdonad y seréis perdonados; porque con la medida con que midáis seréis medidos". Por todo ello los pacíficos son llamados "hijos de Dios" y Jesús los proclama bienaventurados: "Bienaventurados los que buscan la paz porque ellos serán llamados hijos de Dios".» 4

La promoción de la paz –nos dicen los obispos españoles en su documento "Constructores de la Paz"– es para nosotros no sólo una preocupación ética y ciudadana, sino también una responsabilidad pastoral y cristiana. La paz, don de Dios y obra de los hombres tiene que ser de manera singular solicitud y responsabilidad de los discípulos de Jesucristo, Príncipe de la Paz.» 5

4.5. Padres y educadores transmisores de valores, ... de paz

«Nuestros obispos piden a los padres y educadores que sepan ofrecer a sus hijos y a sus alumnos una visión íntegra de la fe en Dios y de la caridad fraterna, con sus mutuas y esenciales vinculaciones, ayudándoles a descubrir y practicar sus valores dentro de sus propias circunstancias: el diálogo, la paciencia, la verdad, la justicia, el perdón, el respeto, el amor, la solidaridad, la colaboración, el trabajo y la fiesta. Todo ello será, sin duda, anticipo, siembra y promesa de unas generaciones pacíficas y pacificadoras.» 6

4.6. La Eucaristía fuente de paz

«En la Eucaristía los cristianos celebramos la muerte y resurrección de Jesucristo y participamos en estos misterios de salvación por los que de una vez para siempre nos fue concedida la paz con Dios y el espíritu de amor y fraternidad. En la celebración eucarística Jesucristo hace presente su obra de reconciliación y de paz en medio de nosotros, en las oraciones expresamos ante la presencia de Dios nuestras deficiencias y anhelos, nos damos unos a otros el abrazo de paz y nos alimentamos con el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo hecho pan de reconciliación y fraternidad.» 7

4.7. ¿Cómo construir la paz?

«Hay mil formas posibles de construir la paz. Todos podemos y debemos

3

4.6. Compartir el amor con los demás

«El otro día vinieron a verme dos amigos míos. Me trajeron un montón de dinero para alimentar a los pobres.

–¿De dónde habéis sacado tanto dinero? –les pregunté. –Nos casamos hace dos días –me contestaron–. Pero ya antes habíamos

decidido no hacer un gran banquete. Como muestra del gran amor que nos profesamos, queríamos traer este dinero a Madre Teresa.

¡He aquí la grandeza de los jóvenes! ¡Son tan generosos! –¿Por qué lo hacéis? –les pregunté luego. –Nos queremos mucho y deseábamos compartir nuestro amor con otras

personas, sobre todo con las que las hermanas acogéis –respondieron.» 41

5. Reflexión y diálogo en grupo

• El amor es... (continúe y concrete cada uno) ¿Qué es para mí el amor? ¿En qué consiste y cómo se demuestra?

• Don Bosco decía: “Que los jóvenes no sean solamente amados, sino que se den cuenta de que se les ama”. ¿Manifestamos de esta forma el amor a nuestro cónyuge, a nuestros hijos, a los vecinos...?

• De los seis textos expuestos en el punto 4 ¿te ha hecho pensar alguno? ¿cuál de ellos?

• A la luz del amor ¿cómo analizo la cultura del ser y del tener? ¿qué es necesario para mí y qué es superfluo? ¿mi aportación a cáritas, a...?

• ¿Estamos convencidos de que al final de nuestra vida seremos juzgados de nuestro amor al prójimo (Mt 25, 31-46: Juicio final)?

6. Compromiso

Revisamos el compromiso anterior. Teniendo presente el tema de hoy, la paz fruto del amor, tomamos un nuevo compromiso.

Sugerencia: - Buscar una forma concreta de expresar el amor a nuestro prójimo, empezando por los más próximos (cónyuge e hijos).

- Revisar y actualizar nuestra aportación a entidades benéficas.

7. Oración final

Terminamos nuestra reunión rezando: Padre nuestro... (Ponemos hoy nuestra atención en la invocación inicial: Padre nuestro que estás en el cielo... Padre-madre de amor y ternura, “Abbá”).

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1. Introducción

“El amor será fermento de paz, cuando la gente sienta las necesidades de los otros como propias y comparta con ellos lo que posee, empezando por los valores del espíritu.” (Juan XXIII)

2. Texto bíblico

• Jn. 14,27; 15,12-13 (La paz que da Jesús implica cumplir el mandamiento nuevo) «Jesús les dijo: Os dejo la paz, os doy mi propia paz. Una paz que el mundo no puede dar. No os inquietéis, no tengáis miedo. (...) Mi mandamiento es éste: Amaos los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene amor tan grande que quien da la vida por los amigos.»

• 1Jn. 3, 17-18 (No amemos con palabras y de boquilla, sino con obras y de verdad) «Si uno posee bienes de este mundo y viendo que su hermano pasa necesidad, le cierra las entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos, no amemos con palabras y de boquilla, sino con obras y de verdad.»

• 1Jn. 4, 19-21 (Tú no amas a Dios si odias a tu hermano) «Podemos amar nosotros porque él nos amó primero. El que diga “Yo amo a Dios, mientras odia a su hermano, es un embustero, porque quien no ama a su hermano a quien está viendo; a Dios a quien no ve, no puede amar. Y éste es precisamente el mandamiento que recibimos de él: quien ama a Dios, ame también a su hermano.»

Reflexión: ◘ En esto se conocerá a los míos: en que se aman. (Jn. 13) ◘ El que no ama al prójimo no conoce a Dios, porque Dios es amor. (1Jn. 4) ◘ Si no tengo amor, no soy nada. (1Cor. 13,2) ◘ Amad aún a vuestros enemigos. (Mt. 5,43)

3. Oración

La familia constructora de paz

6. La paz fruto del amor.

- Para que amemos a nuestros hermanos, incluso a nuestros enemigos, roguemos al Señor...

21 - Para que jamás odiemos a nadie ni cerremos nuestras entrañas al hermano

que pasa necesidad, roguemos al Señor...

- Para que no amemos con palabras y de boquilla, sino con obras y de verdad, roguemos al Señor...

- Para que no olvidemos que Cristo está encarnado en cada hombre y que lo que hacemos a un hermano, lo estamos haciendo al propio Cristo, roguemos al Señor...

4. La paz fruto del amor.

4.1. Amor y amabilidad

«El amor es una palabra demasiado grande, universal y genérica, pero, sobre todo, es una abstracción. No existe una cosa concreta llamada amor, sólo existe el acto de amar expresado en deseos de dar, respetar, valorar, considerar a los demás, aceptarlos, procurar su felicidad, alegrarse con sus éxitos...

(...) La amabilidad es la manera más sencilla, delicada y tierna de hacer realidad un amor maduro y universal, libre de exclusivismos. Ese amor que dice «te necesito porque te amo» y no «te amo porque te necesito». Es entonces cuando la amabilidad se convierte en una constante, porque el comportarse de manera complaciente y afectuosa con los demás, sentir su felicidad, es lo mismo que sentir la propia dicha y alegría compartida. Ser amable llega a ser algo así como una necesidad biológica del espíritu.

La amabilidad es siempre un claro exponente de madurez y de grandeza de espíritu, dado su carácter universal, integrador y de cálido acercamiento a los demás seres de la creación, con los que se siente hermanada toda persona amable.

«El amor que yo viva en mí de mí es la medida del amor con que puedo amar a cualquier otra persona. El problema está en que yo me encierro en el amor que vivo en mí y excluyo a los demás.» (A. Blay).» 36

4.2. ¿Somos consecuentes?

«¿Se os ha ocurrido alguna vez, al salir de una iglesia, en la que os habéis repartido el pan de Cristo, invitar a alguno para que comparta vuestro pan?, ¿no os ha enseñado el amor de Dios a amaros unos a otros? Si el amor a Dios no os ha enseñado nunca a amar al hombre, entonces tampoco amáis al hombre-Dios. Y entonces tampoco estáis en la religión de Cristo, sino en vuestra vieja religiosidad.» 37

4.3. El milagro del amor

«No hay religión sin milagro. Acordaos del comienzo del Evangelio: Jesús se presentó

22 con las manos llenas de milagros... Nosotros no podemos convertir a nadie sin milagros... Yo creo que el milagro que respondería a los intereses religiosos de nuestra época, el milagro que necesita nuestra generación, el milagro que le impresionaría, sería el milagro del amor y de la fraternidad de los cristianos. (...) Yo creo que si se viera a los cristianos realizar ese milagro (ya que sería un verdadero milagro amar a los demás, saltar por encima de las diferencias de clase, de condición, de dinero, de nacionalismo, para amarse por encima de todo lo que nos separa), si hicieran eso los cristianos, nuestra época no sería insensible a ese milagro.- El mundo se convirtió al principio, cuando se decía de los cristianos: “Mirad cómo se aman”.» 38

4.4. Con amor construimos juntos la paz

« Jesús nos ha enseñado a llamar a Dios con el nombre de Padre, «Abbá», revelándonos así la profundidad de nuestra relación con él. Su amor a cada persona y a toda la humanidad es infinito y eterno. Son elocuentes a este propósito las palabras de Dios en el libro del profeta Isaías: «¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido. Míralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada» (Is 49, 15-16). Aceptemos la invitación a compartir este amor. En él está el secreto del respeto de los derechos de cada mujer y de cada hombre. El alba del nuevo milenio nos encontrará así mejor dispuestos para construir juntos la paz.» 39

4.5. Quien no ama no ha conocido a Dios

«Al inicio de un nuevo milenio, se hace más viva la esperanza de que las relaciones entre los hombres se inspiren cada vez más en el ideal de una fraternidad verdaderamente universal. Sin compartir este ideal no podrá asegurarse de modo estable la paz. Muchos indicios llevan a pensar que esta convicción está emergiendo con mayor fuerza en la conciencia de la humanidad. El valor de la fraternidad está proclamado por las grandes «cartas» de los derechos humanos; ha sido puesto de manifiesto concretamente por grandes instituciones internacionales y, en particular, por la Organización de las Naciones Unidas; y es requerido, ahora más que nunca, por el proceso de globalización que une de modo creciente los destinos de la economía, de la cultura y de la sociedad. La misma reflexión de los creyentes, en la diversas religiones, tiende a subrayar cómo la relación con el único Dios, Padre común de todos los hombres, favorece el sentirse y vivir como hermanos. En la revelación

4.7. Regla de vida: moderación y sencillez

«En los países industrializados la gente está dominada hoy por el ansia frenética de poseer bienes materiales. La sociedad de consumo pone todavía más de relieve la distancia que separa a ricos y pobres, y la afanosa búsqueda de bienestar impide ver las necesidades de los demás. Para promover el bienestar social, cultural, espiritual e incluso económico de cada miembro de la sociedad, es, pues, indispensable frenar el consumo inmoderado de bienes materiales y contener la avalancha de las necesidades artificiales. La moderación y la sencillez deben llegar a ser los criterios de nuestra vida cotidiana.» 48 5. Reflexión y diálogo en grupo

• ¿Soy solidario? ¿En qué se nota?

• Di las ideas que ves más importantes de este tema.

• En nuestra vida matrimonial y familiar ¿tenemos presente los criterios de moderación y sencillez?

• Hemos sido creados para ser solidarios ¿somos sensibles a las necesidades ajenas y actuamos en cristiano?

• Madre Teresa de Calcuta a los 36 años descubrió su vocación de servir a los más pobres entre los pobres. Ella propone como vía espiritual un camino de sencillez: silencio > oración > fe > amor > servicio > paz. ¿Ves este próceso válido para ti para llegar a la paz, a la santidad?

6. Compromiso

Hacemos revisión de nuestro compromiso.

Sugerencia para formular un nuevo compromiso:

- Tomar como primer acto de solidaridad un rato de oración cada día.

- Hacer un acto concreto de solidaridad a la semana.

- Colaborar con la Fundación Don Bosco, con la ONGD Solidaridad Don Bosco, ... (concretizar).

7. Oración final

Concluimos la reunión rezando: Padre nuestro... (“Danos hoy nuestro pan de cada día”. Unos mueren de hambre, otros de hartura. Que el Señor nos dé fuerza y generosidad para compartir los dones que él nos da).

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1. Introducción

Si queremos la paz seamos solidarios. La solidaridad implica generosidad, desprendimiento, espíritu de cooperación y participación.

“El cuidado de los pobres y necesitados no atañe sólo al Estado. Nos atañe a todos. Cada uno de nosotros debe preocuparse de las necesidades de sus hermanos y hermanas.” (Madre Teresa de Calcuta)

2. Texto bíblico

• Lc. 10, 30-37 (El jurista pregunta a Jesús: ¿Quién es mi prójimo?)

«Jesús le contestó: Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y lo asaltaron unos bandidos; lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon dejándolo medio muerto. Coincidió que bajaba un sacerdote por aquel camino; al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Lo mismo hizo un clérigo que llegó por aquel sitio; al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de viaje, llegó adonde estaba el hombre y, al verlo, le dio lástima; se acercó a él y le vendó las heridas echándoles aceite y vino; luego lo montó en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente sacó cuarenta duros y, dándoselos al posadero, le dijo: “Cuida de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a la vuelta”. ¿Qué te parece? ¿Cuál de estos tres se hizo prójimo del que cayó en manos de los bandidos? El letrado contestó: El que lo trató con misericordia. Jesús le dijo: Pues, anda, haz tú lo mismo.

Reflexión: ◘ Jesús de Nazaret pasó por el mundo haciendo el bien. (Ac.10, 38) ◘ Haced a los demás lo que queráis que hagan con vosotros. (Mt. 7, 12) ◘ Haced el bien y prestad sin esperar nada. (Lc. 6, 35) ◘ Hay más dicha en dar que en recibir. (Ac. 20, 38) ◘ ¿Quieres enterarte, estúpido, de que la fe sin obras es inútil? (Jac. 2, 20)

25

La familia constructora de paz

7. La solidaridad

como camino de paz.

3. Oración

- Para que DIOS nos conceda la gracia de ser buenos cristianos y, a imitación de Jesús de Nazaret, pasemos por el mundo haciendo el bien a todos, roguemos al Señor...

- Para que nos enteremos de una vez por todas que la fe sin obras es inútil, roguemos al Señor...

- Para que seamos solidarios con nuestro prójimo tratándole como nos gustaría que nos trataran a nosotros, roguemos al Señor...

(El grupo puede añadir otras peticiones)

4. La solidaridad como camino de paz.

4.1. La solidaridad

«Una vez aceptado el hecho de que todos somos hermanos y hermanas en el seno de la humanidad, podremos consiguientemente modelar nuestras actitudes en la vida en la perspectiva de la solidaridad que a todos nos hace una sola cosa. Esto es verdad de modo especial en lo que se refiere al proyecto básico y funda-mental de construir la paz.

Principio del desarrollo con relación a la solidaridad es la necesidad de promover valores que beneficien verdaderamente a los individuos y a la sociedad. No basta con ponerse en contacto y ayudar a quienes padecen necesidad. Hemos de ayudarles a descubrir los valores que les permitan construir una nueva vida y ocupar con dignidad y justicia su puesto en la sociedad.» 42

4.2. La solidaridad como alternativa

« El altruismo y la solidaridad se alzan como única alternativa válida capaz de contrarrestar los hábitos de la competitividad, que conducen, de manera segura, a un egoísmo e individualismo exacerbados. La solidaridad, que se define como determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común, como dice Juan Pablo II, no se trata de un sentimiento superficial por los males de tantas personas cercanas o lejanas, sino de una actitud definida y clara de procurar el bien de todos y cada uno. Todos debemos ser responsables también de la felicidad de los demás. El medio que tenemos a nuestro alcance de educar a nuestra juventud para la solidaridad y el altruismo, tanto en el hogar como en la escuela, es predicar con nuestro ejemplo constante, valorando y reforzando desde la in-fancia las conductas de hermandad, comprensión, amabilidad, disponibilidad, ayuda a los demás, hospitalidad, perdón, etcétera.» 43

26 4.3. El amor motor de la solidaridad

« Hemos sido creados para amar, ser amados, compartir y contribuir al bien común. Ese debe ser nuestro oficio de hombres y si no queremos ver nuestra vida vacía de contenido. Sólo es posible aspirar a la verdadera felicidad, que es la que emana del amor y de la paz con uno mismo, sintiendo 1a dicha y la felicidad de los demás como propia. La senda sin destino del desasosiego por el poder, el placer, el dinero, la fama, el consumo, etcétera, sólo nos conducirá a nuestra propia destrucción, ya que, al prescindir en nuestras vidas de la generosidad, la solidaridad y el altruismo, estamos matando el amor, y sin amor quedamos reducidos a la nada.» 44

4.4. Creados para ser solidarios

«Por la calle vi una niña aterida y tiritando de frío dentro de su ligero vestidito y con pocas perspectivas de conseguir una comida decente. Me encolericé y le dije a Dios: “Por qué permites estas cosas? ¿Por qué no haces nada para solucionarlo?”

Durante un rato, Dios guardó silencio. Pero aquella noche, de improviso, me respondió: “Ciertamente que he hecho algo. Te he hecho a ti”.» 45

4.5. El valor de la solidaridad

«Ante las crecientes desigualdades existentes en el mundo, el primer valor que se debe promover y difundir cada vez más en las conciencias es ciertamente el de la solidaridad. Toda sociedad se apoya sobre la base del vínculo originario de las personas entre sí, conformado por ámbitos relacionales cada vez más amplios –desde la familia y los demás grupos sociales intermedios– hasta los de la sociedad civil entera y de la comunidad estatal. A su vez, los Estados no pueden prescindir de entrar en relación unos con otros. La actual situación de interde-pendencia planetaria ayuda a percibir mejor el destino común de toda la familia humana, favoreciendo en toda persona reflexiva el aprecio por la virtud de la solidaridad.» 46

4.6. Lo que no es solidaridad

« • La solidaridad no es sólo la acción caritativa. No doy porque me sobra, sino porque es justo que el otro tenga, al menos, lo mismo que yo, lo suficiente.

• La solidaridad no es algo que se alcanza por dos o tres actuaciones diarias, sino que es una opción que debe estar presente en toda nuestra vida.

• Ser solidario no significa mantenerse al margen de la realidad, sino impli-carse activamente en ella, permanecer como esa moneda de oro de invariable valor que sabe asumir sus responsabilidades y actuar siempre que sea necesario (y suele serlo muchas más veces de las que creemos).» 47

se construye gracias al hecho de que quienes tienen bienes, para ayudar a los pobres, no se limitan a dar sólo de lo superfluo. Además, no basta ofrecer bienes materiales, se requiere el espíritu del compartir, de modo que se considere como un título de honor la posibilidad de dedicar los propios cuidados y atenciones a las necesidades de los hermanos en dificultad. Hoy se advierte, tanto en los cristianos, como en los seguidores de otras religiones y en muchos hombres y mujeres de buena voluntad, la atracción por un estilo de vida sencillo como condición para que pueda hacerse realidad la participación equitativa en los frutos de la creación de Dios. Quien vive en la miseria no puede esperar más; tiene necesidad ahora y, por tanto, tiene derecho a recibir inmediatamente lo necesario.» 35 5. Reflexión y diálogo en grupo

• ¿Estás de acuerdo que las situaciones de extrema pobreza son la primera injusticia? ¿Podemos hacer algo para remediar esta injusticia?

• ¿Qué añadirías o resaltarías en este tema de la justicia y la paz?

• La corrupción, tan aireada –a veces– en los medios de comunicación, ¿se puede dar en nosotros? ¿qué hacer para no caer en este vicio?

• La justicia en el hogar ¿existen formas de explotación, de injusticias? Ver en qué cosas, y soluciones posibles.

• Ciertos conflictos familiares se generan por falta de justicia. Exponer algún caso concreto (relación en el matrimonio, trato con los hijos mayores, herencias...). ¿Cómo resolver estos enfrentamientos?

6. Compromiso

Hacemos revisión del compromiso tomado en la reunión anterior. Tomamos un nuevo compromiso o seguimos con el anterior.

Sugerencia según el tema de hoy:

- Hacer examen de nuestros actos y corregir nuestras injusticias.

- Trabajar en pro de los pobres, en Cáritas, en Justicia y Paz, en...

- Analizar y hacer un reparto equitativo en las tareas domésticas.

7. Oración final

Rezamos, para finalizar la reunión, el Padre nuestro... (“Santificado sea tu nombre”; es justo y necesario dar gracias y bendecir el nombre del Señor).

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1. Introducción

“La justicia edificará la paz cuando cada uno respete concretamente los derechos ajenos y se esfuerce por cumplir plenamente los mismos deberes con los demás” (Juan XXIII).

“De la justicia de cada uno nace la paz” (Juan Pablo II).

2. Texto bíblico

• Is 32, 15-17 (Que los dones de la justicia de Dios y de su paz sean para todos, sin distinción alguna.) «Se hará la estepa un vergel, y el vergel será considerado como selva. Reposará en la estepa la equidad, y la justicia morará en el vergel, y el producto de la justicia será la paz, y el fruto de la equidad, una seguridad perpetua.»

• Mat. 5, 6 (Bienaventuranzas) « Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.»

Reflexión: ◘ El jornal que defraudáis a los pobres está clamando y ha llegado a los oídos del Señor de los Ejércitos. (Jac. 5, 1-6) ◘ A nadie traté injustamente. (2 Cor. 7,2) ◘ ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? (1Cor.6, 4-10) ◘ Cólera en el cielo sobre toda impiedad e injusticia. (Rom. 1,18) ◘ No se debe ofrecer como ayuda de caridad lo que se debe a título de justicia. (Concilio Vaticano II. Apostolicam actuositatem, 8)

3. Oración

- Para que hagamos nuestras las palabras del profeta Isaías: “si quieres la paz, trabaja por la justicia”, roguemos al Señor...

La familia constructora de paz

5. Sin justicia no hay paz.

17 - Para que jamás ofrezcamos como ayuda de caridad, lo que debemos por

justicia, roguemos al Señor...

- Para que nuestros hijos aprendan en el seno de nuestra familia, primera escuela de la vida, a obrar honestamente y con justicia, roguemos al Señor...

4. Sin justicia no hay paz.

4.1. La justicia y la dignidad de la persona

«Este es el hecho que caracteriza el mundo moderno y lo distingue del antiguo. Hoy va progresando la conciencia de la justicia. (...) Sabemos todos que hoy, gracias a la difusión de la cultura, el hombre, todo hombre tiene una conciencia nueva de sí mismo. Todo hombre sabe hoy que es persona y se siente persona: es decir, un ser inviolable, igual a sus semejantes, libre y responsable; digámoslo también, un ser sagrado.» 27

4.2. Justicia y paz

«La justicia camina con la paz y está en relación constante y dinámica con ella. La justicia y la paz tienden al bien de cada uno y de todos, por eso exigen orden y verdad. Cuando una se ve amenazada, ambas vacilan; cuando se ofende la justicia también se pone en peligro la paz. (...)

La justicia es una virtud dinámica y viva: defiende y promueve la inestimable dignidad de las personas y se ocupa del bien común, tutelando las relaciones entre las personas y los pueblos. El hombre no vive solo, sino que desde el primer momento de su existencia está en relación con los demás, de tal manera que su bien como individuo y el bien de la sociedad van a la par. Entre los dos aspectos hay un delicado equilibrio.» 28

4.3. La injusticia rompe la armonía

«Ser justo es atenerse al recto orden de las cosas. Tratar a una persona como persona, con el respeto debido, es ajustarse a su ser. Este ajuste produce armonía, corno los cantores que son fieles a la partitura interpretada.

Está considerado Simónides de Ceos como uno de los más ilustres poetas griegos; pero además era un músico notable y cantor laureado. Solicitó en cierta ocasión de Temístocles, el famoso general y hombre de Estado ateniense (527-459 a. J.C.), un favor que en algo rozaba a la justicia, y el vencedor de Salamina le contestó: –Si yo te propusiera que desafinases en el canto, ¿consentirías hacerlo?» 29

4.4. La primera injusticia: La extrema pobreza

« ¿Qué decir de las graves desigualdades que existen dentro de las Naciones?

18 Las situaciones de extrema pobreza, en cualquier lugar en que se manifiesten, son la primera injusticia. Su eliminación debe representar para todos una prioridad tanto en el ámbito nacional como en el internacional.» 30

4.5. Denunciar la injusticia

«No se puede pasar por alto, además, el vicio de la corrupción, que socava el desarrollo social y político de tantos pueblos. Es un fenómeno creciente que va penetrando insidiosamente en muchos sectores de la sociedad, burlándose de la ley e ignorando las normas de justicia y de verdad. La corrupción es difícil de contrarrestar, porque adopta múltiples formas; sofocada en un área, rebrota a veces en otra. El hecho mismo de denunciarla requiere valor. Para erradicarla se necesita además, junto con la voluntad tenaz de las Autoridades, la colaboración generosa de todos los ciudadanos, sostenidos por una fuerte conciencia moral.» 31

«Muchas veces comete injusticia el que no hace nada, no sólo el que hace algo.» 32

4.6. Construir la paz en la justicia es tarea de todos y de cada uno

«La paz para todos nace de la justicia de cada uno. Nadie puede desentenderse

de una tarea de importancia tan decisiva para la humanidad. Es algo que implica a cada hombre y mujer, según sus propias competencias y responsabilidades.

(...) En el itinerario educativo es insustituible la familia, que sigue siendo el ambiente privilegiado para la formación humana de las nuevas generaciones. De vuestro ejemplo, queridos padres, depende en gran medida la fisonomía moral de vuestros hijos: ellos la asimilan del tipo de relaciones que establecéis dentro y fuera del núcleo familiar. La familia es la primera escuela de vida y la huella recibida en ella es decisiva para el futuro desarrollo de la persona.» 33

4.7. Un ejemplo de justicia y honradez

«Jerjes, rey de los persas, para establecer un pacto de alianza con Tebas, envió embajadores con ricos dones para Epaminondas, el célebre general tebano. Epaminondas no quiso saber siquiera lo que le traía la embajada. –Si lo que pide vuestro rey –dijo– es equitativo, no hacen falta regalos; si no es justo lo que pretende, no bastarán todas las riquezas de su imperio para lograrlo de mí.» 34

4.8. Exigencia de la justicia: compartir los bienes

4.6. Una profesora atea descubre a un Dios “Padre y perdón” y reencuentra el sentido de la vida.

« T. Gorischeva, comunista y profesora de la Universidad de Leningrado, divorciada y liberal, había perdido el sentido de la vida y se refugió en una academia de yoga con el fin de encontrar el relax y el equilibrio perdidos. Allí daban unas oraciones escritas como mero ejercicio de concentración mental, y a ella le tocó el padrenuestro. Leyendo que Dios es “Padre y perdón”, desfiló delante de sí toda su vida de pecado y buscó el rostro paterno de Dios sin que nadie le hubiera hablado aún del sacramento de la penitencia. Sentía la necesidad imperiosa de confesar sus pecados y encontrar a alguien que le diera la garantía del perdón de Dios. Terminó confesándose en un Monasterio de Ucrania después de una larga búsqueda. » 58 5. Reflexión y diálogo en grupo

• ¿La familia y la sociedad en general sienten el deseo de la reconciliación? ¿Cómo se manifiesta esta aspiración?

• ¿Qué te llama más la atención de este tema de hoy?

• ¿Hemos sentido el gozo de sentirnos perdonados? ¿y de perdonar?

• Nosotros como esposos y como padres ¿intentamos reflejar la bondad de Dios, “Padre y perdón”?

• ¿Con cuál de los personajes de la parábola del hijo pródigo me identifico?

• El que dice: “perdono pero no olvido” ¿realmente perdona? 6. Compromiso

Revisamos el compromiso de la reunión anterior. Sugerencia para tomar un compromiso (concretar duración):

- En el perdón, recibirlo o darlo con alegría.

- La paz, la convivencia pacífica se hace con detalles, analizar esos pormenores y realizarlos en los momentos oportunos.

7. Oración final

Finalizamos nuestra reunión dirigiéndonos a Dios que es “Padre y perdón”: Padre nuestro... (porque somos pecadores: perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden).

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1. Introducción

“No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón: no me cansaré de repetir esta exhortación a cuantos, por una razón o por otra, alimentan en su interior odio, deseo de venganza o ansia de destrucción.” (Juan Pablo II)

2. Texto bíblico

• Mt. 18, 23-35 (Si no perdonáis, tampoco vosotros seréis perdonados) « Se parece el reinado de Dios a un rey que quiso saldar cuentas con sus empleados. Para empezar le presentaron a uno que le debía millones. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, con su mujer, sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara con eso. El empleado se echó a sus pies suplicándole: – Ten paciencia conmigo que te lo pagaré todo. El señor tuvo lástima de aquél empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el empleado encontró a un compañero suyo que le debía algún dinero, lo agarró por el cuello y le decía apretando: – Págame lo que me debes. El compañero se echó a sus pies suplicándole: – Ten paciencia conmigo que te lo pagaré. Pero él no quiso, sino fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Al ver aquello sus compañeros quedaron consternados y fueron a contarle a su señor lo sucedido. Entonces el señor llamó al empleado y le dijo: – ¡Miserable! Cuando me suplicaste te perdoné toda aquella deuda. ¿No era tu deber tener también compasión de tu compañero como yo la tuve de ti?. Y su señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.»

Reflexión: ◘ ¿Sed agradables y de buen corazón, perdonándoos mutuamente como Dios os perdonó por Cristo. (Ef. 4, 32) ◘ Si yendo a presentar tu ofrenda al altar, te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti (...), ve primero a reconciliarte con tu hermano. (Mt 5, 23-24) ◘ Pedro: – ¿cuántas veces perdonaré? ¿Siete veces? Responde Jesús: – Hasta setenta veces siete. (Mt 18, 21-22) ◘ La medida que uséis la usarán con vosotros. (Lc. 6, 38)

La familia constructora de paz

9. Sin perdón, sin reconciliación,

la paz es imposible.

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3. Oración

- Para que tengamos un corazón como Dios, pronto al perdón y rico en misericordia, roguemos al Señor...

- Para que perdonemos no sólo siete veces, sino hasta setenta veces siete, según el consejo de Jesús, roguemos al Señor...

- Para que en la relación con nuestros hermanos, no olvidemos la regla de oro que nos dictó Jesús: “la medida con que midáis, seréis medidos”, roguemos al Señor...

(El grupo puede añadir otras peticiones) 4. Sin perdón, sin reconciliación, no hay paz.

4.1. El perdón una decisión personal

« En realidad, el perdón es ante todo una decisión personal, una opción del corazón que va contra el instinto espontáneo de devolver mal por mal. Dicha opción tiene su punto de referencia en el amor de Dios, que nos acoge a pesar de nuestro pecado y, como modelo supremo, el perdón de Cristo, el cual invocó desde la cruz: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34). » 53

4.2. La paz sólo es posible por el perdón

« (...) La falta de perdón, especialmente cuando favorece la prosecución de conflictos, tiene enormes costes para el desarrollo de los pueblos. Los recursos se emplean para mantener la carrera de armamentos, los gastos de las guerras, las consecuencias de las extorsiones económicas. De este modo, llegan a faltar las disponibilidades financieras necesarias para promover desarrollo, paz, justicia. ¡Cuánto sufre la humanidad por no saberse reconciliar, cuántos retrasos padece por no saber perdonar! La paz es la condición para el desarrollo, pero una verdadera paz es posible solamente por el perdón. » 54

4.3. Grandeza del perdón

« El perdón podría parecer una debilidad; en realidad, tanto para concederlo como para aceptarlo, hace falta una gran fuerza espiritual y una valentía moral a toda prueba. Lejos de ser menoscabo para la persona, el perdón la lleva hacia una humanidad más plena y más rica, capaz de reflejar en sí misma un rayo del esplendor del Creador.

El servicio que las religiones pueden ofrecer en favor de la paz y contra el terrorismo consiste precisamente en la pedagogía del perdón, porque el hombre

38 que perdona o pide perdón comprende que hay una Verdad más grande que él y que, acogiéndola, puede transcenderse a sí mismo.» 55

4.4. Alegría de ser perdonados. Las confesiones del Evangelio acababan en banquetes.

« Una verdadera confesión (es cosa rara) os dará la experiencia de que existe un perdón de los pecados, de que es verdad que el hombre puede ser purificado, que puede ser perdonado… Y esto ¡da tanto gozo!; ¡El perdón de los pecados!, tanto gozo, que en el Evangelio terminaba siempre con un banquete. Nosotros no hacemos más que arrodillarnos ante una rejilla y marcharnos luego lo más discretamente posible. Pero aquella gente del Evangelio encontraba esto tan maravilloso que salían del brazo del confesor diciendo: “estoy lleno de gozo, vamos a beber un vaso”… No es que quiera hacer propaganda; ¡bonita juerga nos pasaríamos los confesores!, pero lo dice el Evangelio; cuando esa gente se daba cuenta de que les habían perdonado los pecados, se ponían a comer y a beber de alegría. Para el hijo pródigo hubo un festín. Mateo convocó a todos los publicanos para beber y comer y hacerlos partícipes de su alegría. Zaqueo ofreció un banquete... » 56

4.5. Saber perdonar

Negarte a perdonar es seguir haciéndote daño. Cuando te sientes ofendido, no perdonar puede consolidar en ti una actitud de víctima. Procúrate en cambio, la personalidad del que perdona.

Convéncete de que el perdón es posible aun en las más dolorosas circuns-tancias, hasta para las personas de las que no te puedes fiar o que no merecen tu respeto, incluso cuando alguien parece que no merece tu perdón. Es un testimonio de la bondad del Creador vertida en ti desde el primer momento de tu ser.

Cuando encuentras difícil perdonar, recuerda un momento en que deseabas ser perdonado. Ofrece al otro lo que tú querías recibir.

El perdón requiere práctica. Comienza perdonando las cosas pequeñas y ve acostumbrándote a perdonar las grandes.

Perdonar es un proceso que dura toda la vida. Perdona una y otra vez, incluso la misma ofensa.

Pregúntate si “No puedo perdonar” tal vez significa más bien “No quiero perdonar”. Luego dirige tu corazón hacia el calor del amor de Dios y deja que ese amor ablande tu corazón.

Perdonar requiere valor y determinación. Excava en profundidad y encon-trarás la fuerza que necesitas. » 57

Hoy, cuando todos los medios de comunicación social han hecho de la publi-cidad y de la noticia un gran negocio, la verdadera comunicación, el diálogo auténtico y profundo, persona a persona, se ha empobrecido, hasta el punto de que, no pocas veces, el que trata de comunicar y compartir su angustia, su problema personal e íntimo, su desesperación o su desgracia, se encuentra completamente desasistido.

(...) La convivencia sólo es posible mediante el diálogo como lenguaje, como formula de comunicación, de paz y de hermandad, cuya finalidad es el encuentro entre los hombres.» 52 5. Reflexión y diálogo en grupo

• ¿Nuestras conversaciones son diálogos o monólogos?

• En nuestra reunión de grupo ¿dialogamos todos (“El que sólo habla no dialoga y el que sólo escucha, tampoco”)?

• De las diez condiciones que favorecen el diálogo referidas en la página anterior ¿cuáles crees que son las más importantes?

• ¿Qué dificultades encontramos actualmente para dialogar con los distintos miembros de nuestra familia?

• ¿Vemos en el diálogo un medio (entre otros) para llegar a vivir un espíritu de comunión entre nosotros como los primeros cristianos?

6. Compromiso

Hacemos la revisión del compromiso de la reunión anterior. Sugerencia para formular un nuevo compromiso, según el tema de hoy:

- Al dialogar, escuchar con serenidad antes de hablar.

- Tener presente el punto 4.3. del tema de hoy en nuestro próximo “encuentro del matrimonio” (Ideario, pág. 20).

- Cualquier otro que los componentes del grupo crean conveniente. 7. Oración final

Terminamos nuestra reunión en diálogo con el Señor. Padre nuestro... (y líbranos del mal, de la confusión, de no vivir en comunión, de no dialogar, de no ser pacíficos... ).

36

1. Introducción

«La apertura de un diálogo desinteresado, objetivo y leal... lleva consigo la decisión en favor de una paz libre y honrosa; excluye fingimientos, rivali-dades, engaños y traiciones» (Pablo VI)

2. Texto bíblico

• Ac. 2, 42-47 (Vida de la comunidad de Jerusalén) «Eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles y en la comunidad de vida, en el partir el pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impre-sionado por los muchos prodigios y señales que los apóstoles realizaban. Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y lo repartían entre todos según la necesidad de cada uno. A diario frecuentaban el templo en grupo; partían el pan en las casas y comían juntos alabando a Dios con alegría y de todo corazón, siendo bien vistos de todo el pueblo; y día tras día el Señor iba agregando al grupo a los que se iban salvando.»

Reflexión: ◘ ¿Dialoga Jesús con Zaqueo? Conversión fulminante. (Lc. 19, 8-9) ◘ Jesús dialoga con los ladrones a punto de morir. Al buen ladrón le abre las puertas del paraíso. (Lc. 23, 39-43) ◘ Jesús dialoga con Nicodemo. En el silencio de la noche le descubre verdades profundísimas. (Jn. 3, 1-21) ◘ Jesús dialoga con la Samaritana. Le descubre su cruda realidad y Él se le manifiesta como Mesías. (Jn. 4, 1-26) ◘ Jesús nos aconseja arreglar nuestras diferencias mientras caminamos juntos. (Mt.5,25)

3. Oración

- Para que practiquemos el diálogo, buscando la Verdad y no nuestra verdad, roguemos al Señor...

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La familia constructora de paz

8. El diálogo y la comunión

puertas de paz.

- Para que nuestro diálogo sea como el diálogo de Jesús, sabiendo escuchar, roguemos al Señor...

- Para que imitemos a Nicodemo, buscando el momento oportuno para nuestro diálogo, roguemos al Señor...

- Para que de alguna manera podamos revivir el espíritu de comunión que existía en la primera comunidad cristiana, roguemos al Señor...

4. El diálogo y la comunión puertas de paz.

4.1. El diálogo, camino que lleva a la paz, es posible

«Quien comparte la fe cristiana estará más fácilmente persuadido de ello, aun creyendo en la debilidad congénita y en el pecado, que dejan huellas en el corazón humano desde el principio. Pero todo hombre, creyente o no, aun siendo muy prudente y lúcido respecto al endurecimiento posible de su hermano, puede y debe mantener suficientemente la confianza en el hombre, en su capacidad de ser razonable, en su sentido del bien, de la justicia, de la equidad, en su posibilidad de amor fraterno y de esperanza, jamás pervertidos del todo, para apostar por el recurso al diálogo y su reanudación posible. Sí, al final los hombres son capaces de superar las divisiones, los conflictos de interés, incluso los contrastes que parecen radicales, sobre todo cuando cada parte está conven-cida de defender una justa causa, si creen en la fuerza del diálogo, si aceptan encontrarse para buscar una solución pacífica y razonable a los conflictos. Pero hace falta que no se dejen desanimar por los fracasos reales o aparentes. Hace falta que se avengan a reanudar sin cesar un verdadero diálogo -quitando los obstáculos y desmontando los vicios del diálogo- a recorrer hasta el extremo este único camino que lleva a la paz, con todas sus exigencias y condiciones.» 49

4.2. ¡Dialogar es sorprendente!

«Nos hace falta dialogar con cada persona en cada comunidad a la que perte-necemos. Por no hacerlo estancamos el progreso de todos. No lo sabes todo. Lo que sabemos lo aprendemos en compañía. Dialogar no es hablar a los otros sino conversar con ellos. Dialogar no es hablar solo, monopolizando la palabra. Eso es monologar. Dialogar no es regañar, reclamar o reprobar. Dialogar no es discutir acaloradamente. Dialogas cuando escuchas al otro con atención e interés. Sin quién escuche, no hay diálogo.

“Sólo quien ama, escucha”. Monseñor Ángel Herrera Oria » 50

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4.3. Condiciones que favorecen el diálogo

« • Lo primero es crear un clima propicio, acogedor, de respeto por el otro, de interés, sencillez y confianza.

• La disposición de ánimo abierto y sobre todo, el deseo de escuchar es condición indispensable, ya que tan incapacitado está para el diálogo el que permanece cerrado en sí mismo como el que sólo quiere ser escuchado.

• Importan mucho las formas en el diálogo. Las correctas, educadas y respetuosas, lo dignifican, lo animan y le dan profundidad, mientras que las formas rudas y la falta de tacto lo vulgarizan y dificultan.

• Como lenguaje que es, saber dialogar es saber atender bien y pensar no menos en lo que se escucha que en lo que debe decirse.

• La reflexión y la concentración de la mente van siempre por delante del diálogo, ya que de la reflexión se extrae el contenido, algo realmente valioso que merece la pena comentar, criticar, compartir.

• El diálogo siempre tiene un carácter personalizado, directo, en tanto que constituye un acercamiento mutuo, un compromiso de entendimiento recíproco entre quienes lo practican con sinceridad.

• El diálogo, al igual que cualquier otra actividad humana, necesita un aprendizaje, una preparación paciente y progresiva. La práctica constante y las experiencias positivas nos ayudan a descubrir el verdadero valor del diálogo como vehículo de encuentro humano.

• Ni el miedo ni la excesiva prudencia lo hacen posible. Cuando tememos un trato irónico, despectivo o teñido de agresividad nos es imposible dialogar. Sólo la confianza y el respeto mutuo entre los interlocutores posibilitan el verdadero diálogo.

• El diálogo es también un arte, una habilidad que hemos de saber aplicar tanto en las conversaciones espontáneas como en aquellos encuentros que han de ser preparados previamente con detalle y minuciosidad. La habilidad impro-visadora, el tacto y la gracia personal de los interlocutores serán decisivos para hacer del diálogo una actividad empática, agradable y gratificante que deje en el ánimo de los interlocutores un grato recuerdo y el deseo de volver a repetir la experiencia de dialogar en nuevos encuentros.

• La tranquilidad, la paz y 1a serenidad del espíritu y el disponer del tiempo necesario y del lugar adecuado son las últimas condiciones recomendables para un diálogo equilibrador y fecundo.» 51

4.4. Necesidad del diálogo

« “Dialogar es abrirse sinceramente al otro desde la escucha y desde la palabra. El que sólo habla no dialoga y el que sólo escucha, tampoco” (Joan Bestard).

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TEMA 9.- Sin perdón, sin reconciliación, no hay paz.

53. N. 8 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 2002 54. N. 9 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 2002 55. N.10 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 2002 56. L. Evely, Una religión para nuestro tiempo, (EDICIONES SÍGUEME, 1965,

pp. 115-116) 57. David W. Schell, Saber perdonar, (Ed. San Pablo, 1996, pp. 10-28) 58. José Antonio Sayés, Teología para nuestro tiempo, (Ed. San Pablo, 1996) Bibliografía Abiertos a la esperanza, Bernabé Tierno, Ediciones Temas de Hoy

Constructores de la paz, Episcopado Español, http://www.conferenciaepiscopal.es/documentos/Conferencia/constructores_paz.htm

El canto del pajaro, Anthony de Mello, Ed. Sal Terrae

El libro de los valores, Gustavo Villapalos y Alfonso López Quintás, Ed Planeta

En el corazón del mundo, Madre Teresa de Calcuta, José J. de Olañeta, Editor

Gaudium et spes, Documentos Concilio Vaticano II, http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/index_sp.htm

La felicidad es una tarea interior, John Powel, Ed. Sal Terrae

Mensajes para la Jornada Mundial de la Paz de Pablo VI y Juan Pablo II http://www.aciprensa.com/Docum/paz1968.htm (sustituir 1968 por año deseado)

Pacem in terris, Juan XXIII, http://www.multimedios.org/docs/d000322/

Palabras de amigo, Tiberio López, Ed. San Pablo

Saber perdonar, David W. Schell, Ed. San Pablo

Tengo un sueño, Martin Luther King, Jr. http://usembassy.state.gov/colombia/wwwsmlks.shtml

Teología para nuestro tiempo, José Antonio Sayés, Ed. San Pablo

Una religión para nuestro tiempo, L. Evely, Ediciones Sígueme

Valores humanos, Bernabé Tierno, Taller de Editores S.A.

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SEÑOR, HAZ DE MÍ UN INSTRUMENTO DE TU PAZ

Oración de San Francisco de Asís

¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz! Que allí donde haya odio, ponga yo amor; donde haya ofensa, ponga yo perdón; donde haya discordia, ponga yo armonía; donde haya error, ponga yo verdad; donde haya duda, ponga yo fe; donde haya desesperación, ponga yo esperanza; donde haya tristeza, ponga yo alegría; donde haya tinieblas, ponga yo luz. Haz Señor, que no busque tanto ser comprendido, como comprender, ser consolado, como consolar, ser amado, como amar. Porque sólo dando se recibe, perdonando se es perdonado, muriendo se resucita a la vida eterna. Amén

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Relación de citas empleadas en los temas: “La familia constructora de paz”

TEMA 1.- La paz, don de Dios, brota del corazón

1. N. 1 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II para la Jornada Mundial de la Paz de 1994 2. De la presentación del documento del Episc. Esp. "Constructores de la Paz" 3. N. 28 del documento del Episcopado Español "Constructores de la Paz" 4. N. 34 del documento del Episcopado Español "Constructores de la Paz" 5. N. 106 del documento del Episcopado Español "Constructores de la Paz" 6. N. 113 del documento del Episcopado Español "Constructores de la Paz" 7. N. 128 del documento del Episcopado Español "Constructores de la Paz" 8. N. 132 del documento del Episcopado Español "Constructores de la Paz"

TEMA 2.- La aceptación de nosotros mismos y de los demás...

9. Gustavo Villapalos y Alfonso López Quintás, El libro de los valores (Planeta, Barcelona 2001, p. 69) 10. John Powel, La felicidad es una tarea interior (Sal Terrae, Santander, 1996, pp. 17-23) 11. John Powel, La felicidad es una tarea interior (Sal Terrae, Santander, 1996, pp. 31-32) 12. Del Mensaje de S.S. Pablo VI para la Jornada Mundial de la Paz de 1971 13. N. 2 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II - Jornada Mundial de la Paz de 1999

TEMA 3.- La verdad nos hace libre y nos lleva a la paz.

14. N. 165 de la “Pacem in terris” de S.S. Juan XXIII 15. Introd. del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 1980 16. Sir Richard Attenborough, Las palabras de Gandhi (Siddhart Mehta, Madrid, 1989, pp. 59-63) 17. Gisran Jalil Gisxan, El profeta, el loco, el vagabundo (Akal, Madrid, 1985, pp. 125-126) 18. N. 10 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 1980

TEMA 4.- La libertad una exigencia de la paz.

19. Del discurso “Tengo un sueño” de Martin Luther King, 28 de agosto de 1963 20. Final del discurso “Tengo un sueño” de Martin Luther King, 28 agosto 1963 21. N. 1 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II - Jornada Mundial de la Paz de 1981 22. N. 2 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II - Jornada Mundial de la Paz de 1981 23. N. 5 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II - Jornada Mundial de la Paz de 1981 24. Inicio del N. 7 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II - Jornada M. de la Paz de 1981 25. Final del N. 7 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II - Jornada M. de la Paz de 1981 26. N. 11 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II - Jornada Mundial de la Paz de 1981

42 TEMA 5.- Sin justicia no hay paz

27. Del Mensaje de S.S. Pablo VI, Jornada Mundial de la Paz de 1972 28. N. 1 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 1998 29. Gustavo Villapalos y Alfonso López Quintás, El libro de los valores, (Planeta, Barcelona 2001, p. 427) 30. N. 5 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 1998 31. N. 5 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 1998 32. Marco Aurelio, Meditaciones (Alianza Editorial, Madrid, 1985, p. 115) 33. N. 7 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 1998 34. Enciclopedia UTEHA para la juventud (Montaner y Simón, Barcelona, 1965, vol. IV, p. 527) 35. N. 8 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 1998

TEMA 6.- La paz fruto del amor

36. Bernabé Tierno, VALORES HUMANOS, Vol.1 (Taller de Editores S.A. 1991, p.35) 37. L. Evely, UNA RELIGIÓN PARA NUESTRO TIEMPO (Ediciones Sígueme, Salamanca, 1965, p.104) 38. L. Evely, UNA RELIGIÓN PARA NUESTRO TIEMPO (Ediciones Sígueme, Salamanca, 1965, pp.104-105) 39. Final del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 1999 40. N. 1 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 2001 41. Madre Teresa de Calcuta, EN EL CORAZÓN DEL MUNDO (Los pequeños libros de la sabiduría, José J. de Olañeta, Editor, 1999, pp. 72-73) TEMA 7.- La solidaridad como camino de paz

42. N. 2 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 1987 43. Bernabé Tierno, VALORES HUMANOS, Vol.1 (Taller de Editores S.A. 1991, p.43) 44. Bernabé Tierno, VALORES HUMANOS, Vol.1 (Taller de Editores S.A. 1991, pp.42-43) 45. Anthony de Mello, El canto del pajaro (Sal Terrae, Santander, 1988, p.107) 46. N. 17 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 2001 47. Bernabé Tierno, Abiertos a la esperanza, (Ediciones Temas de Hoy, Madrid, 1998, p.42) 48. N. 5 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 1993

TEMA 8.- El diálogo y la comunión puertas de la paz

49. N. 5 del Mensaje de S.S. Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Paz de 1983 50. Tiberio López, PALABRAS DE AMIGO, (SAN PABLO, 2001, p. 255) 51. Bernabé Tierno, VALORES HUMANOS,Vol.2 (Taller de Editores S.A. 1992, pp.89-90) 52. Bernabé Tierno, VALORES HUMANOS, Vol.2 (Taller de Editores S.A. 1992, pp.92-94)

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