amor familia

88
Los Libros de Los Libros de Los Libros de Los Libros de Los Libros de mamá y papá mamá y papá mamá y papá mamá y papá mamá y papá

Transcript of amor familia

Los Libros deLos Libros deLos Libros deLos Libros deLos Libros de mamá y papámamá y papámamá y papámamá y papámamá y papá

En el transcurso de nuestra vida aprendemos que no

sólo la escuela educa, sino también lo hacemos en lacasa. La familia es por excelencia la que forma a lasniñas y a los niños. Por ello es importante que los hábi-tos, actitudes y valores que fomentemos diariamente ennuestros hijos se enriquezcan para ayudarles a entendery enfrentar mejor el mundo en que viven.

Los libros de Mamá y Papá fueron elaborados por pro-fesionales y especialistas en los temas que tratan; asi-mismo, se consideraron opiniones y sugerencias demadres y padres de familia. Estos libros son parte de losesfuerzos que la Secretaría de Educación Pública llevaa cabo para poner en sus manos información que losayude a enriquecer los conocimientos y experiencias queustedes aplican todos los días en la educación de sushijas e hijos.

Las madres y los padres de familia, mediante su ense-ñanza y ejemplo son los primeros responsables de laformación de sus hijos, ya que influyen fuertemente enla visión que éstos tienen del mundo.

La información que se ofrece en estas páginas buscaapoyar a las madres y a los padres en su gran responsa-bilidad respecto a la educación de sus hijas e hijos.

Los Libros deLos Libros deLos Libros deLos Libros deLos Libros de mamá y papámamá y papámamá y papámamá y papámamá y papá

Este libro fue elaborado por el Centro de Cooperación Regional para la Edu-cación de Adultos en América Latina y el Caribe (CREFAL).

ORDINACIÓN GENERAL Juan Francisco Millán Soberanes

ESPECIALISTAS Lizbeth Camacho González

EQUIPO PEDAGÓGICO Graciela Galindo Orozco, Bernardo Lagarde y Marcela Acle Tomasini

DIRECCIÓN DE ARTE Rafael López Castro

ORDINACIÓN EDITORIAL Y DISEÑO GRÁFICO Marta Covarrubias Newton

ILUSTRACIÓN María de Jesús López Castro

APOYO INSTITUCIONAL Lilian Álvarez Arellano, SEP / Carlos López Díaz, SEP

D. R. © Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos enAmérica Latina y el Caribe, Pátzcuaro, Michoacán.

ISBN 968-5341-02-8

Impreso en México por la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitosen los talleres de Editorial Offset, S. A. de C. V.

Durazno 1 esq. Ejido, col, La Peritas, C. P. 16010,Tepepan, Xochimilco, México, D. F.

Agosto de 2000.

PARA EMPEZAR

1. VIDA EN FAMILIA

2. PARA DISFRUTAR LA VIDA

3. MÁS ALLÁ DE LA FAMILIA

4. TÚ, YO, NOSOTROS

5. CRECER ES JUGAR, GOZAR, DESCUBRIR

UN CAMINO POR RECORRER

I N D I C E

P A R A E M P E Z A R

En nuestras vidas enfrentamos y

resolvemos problemas, hacemos planes, tomamos decisiones y emprende-mos proyectos; al hacerlo, algunas veces nos divertimos y otras nos preocu-pamos. Los éxitos y fracasos que tenemos dependen en parte de la seguridady de la confianza en nosotros mismos; de lo que sabemos; del afecto querecibimos y de los valores y capacidades que aprendemos por medio de lasexperiencias que vivimos desde nuestra niñez.

Todo esto forma parte del equipaje que llevamos en el camino de la vida. Loempezamos a formar en nuestra infancia principalmente con el apoyo de nues-tra madre y de nuestro padre, o de las personas que en sustitución de éstos seocuparon de nosotros, y siempre seguimos enriqueciéndolo.

Mamá y papá: ahora sus hijas y sus hijos ya están en la escuela. Han pasadopocos años desde que llegaron a la familia. Durante ese tiempo ustedes loshan ayudado a desarrollar sus propias capacidades. No olviden que esto selogra poco a poco y conforme a las características de cada quien. Por ellocada uno de sus hijos necesita su ayuda y atención de diferente manera. Esimportante que ellos desarrollen sentimientos de confianza y seguridad, paraque se consideren personas valiosas y contribuyan activamente en los asun-tos de su comunidad.

Aún parecen cercanos los días en que eran bebés, cuando intentaron sus pri-meros pasos, palabras y juegos. ¿Recuerdan el primer día en que los llevarona clases? A partir de su entrada a la escuela el mundo se volvió más grandepara ellos, y cada día se enriquece con nuevos descubrimientos y experien-cias. Ocupan su tiempo en entender el mundo y en prepararse para vivirlo.Una de las formas en que lo hacen es mediante el juego. Por eso es importan-te que le dediquen parte del día y que estén en contacto con otras personas,con la naturaleza y con diversos objetos: libros, juguetes, papeles y colores;con ello, además de jugar, desarrollan habilidades.

Para los niños y las niñas, jugar es una oportunidad para fortalecer su perso-nalidad y aprender a vivir. Necesitan observar, conocer, comprender, repetir,ensayar y aprender formas de convivencia con ancianos y adultos, así comocon jóvenes, niños y niñas de su misma edad. Poco a poco se reconocen ensus cuerpos que crecen, y gradualmente adoptan comportamientos de hom-bres o de mujeres.

Como padres y madres nuestra tarea es precisamente ayudarlos a entenderque hay reglas, normas y valores para convivir, como el respeto por unomismo y por los demás, la sinceridad y la honestidad, la amistad y el amor, lasolidaridad y el compromiso, la libertad y la igualdad entre todas las perso-nas. En la preparación de nuestros niños y niñas tenemos la responsabilidadde ayudarlos a descubrir los límites entre ellos y los demás, y a disfrutar susvidas.

Mamá y papá: este libro es una invitación a observar a sus hijas e hijos. Siustedes saben lo que pasa con sus emociones y con sus pensamientos, podránacompañarlos y motivarlos para que recorran satisfactoriamente su camino.También es una oportunidad para que ustedes recuerden las anécdotas de suinfancia, y revisen sus errores y aciertos como padres de familia.

Nuestra propia vida, el cariño y el compromiso que asu-mimos con las niñas y con los niños son los principales einsustituibles recursos que tenemos para enfrentar nues-tra tarea. Ojalá ustedes disfruten de este libro y encuen-tren en él ideas útiles para educar mejor a sus hijos pe-queños y en edad de asistir al jardín de niños y a la pri-maria.

1. VIDA EN FAMILIA

Las familias

son diferentesLos seres humanos nos relacionamos unos con otros. Tenemos necesidadesde alimentación y de cuidados que en nuestros primeros años son atendidaspor los adultos con quienes vivimos. También nos es indispensable comuni-carnos con otras personas, ser aceptados y amados y saber que pertenecemosa uno o varios grupos. Esto es importante para dar un significado y un valora nuestra vida, así como para saber que tenemos un lugar en el mundo. Todoello se obtiene inicialmente en la familia.

Una familia es un grupo de personas que tienen lazos de parentesco, costum-bres y hábitos comunes. Cuando viven bajo un mismo techo, comparten for-mas de entender el mundo, afectos, alegrías, tristezas, logros, fracasos, pre-ocupaciones y recursos económicos, a la vez que tareas y responsabilidadestales como:

dar alimento, vestido y cuidados a las personas, particularmente a los menores, a los adultos mayores y a los miembros de la familia con alguna discapacidad,

educar a los niños y a las niñas,

ayudar a que sus integrantes sientan seguridad, confianza, tranquilidad y valor como seres humanos,

enseñar conceptos y prácticas que los ayudarán a ser hombre o ser mujer, así como a relacionarse respetuosamente con todas las personas, y

transformar o mantener las costumbres y los hábitos de la cultura y de la sociedad a la que pertenece.

No todas las familias son iguales. Por ejem-plo, en algunas hay papá, mamá e hijos, enotras sólo mamá e hijos o papá e hijos;también las hay con abuelos o tíos que vi-ven en la misma casa. En algunas hay hijosadoptados y en otras, hijos de alguno de losmiembros de la pareja, o parejas sin hijos.Las familias son diferentes por las personas

que las forman y por las circunstancias pro-pias de cada una. Así, al tiempo en que en

unas nacen los hijos, en otras se van o lleganparientes, yernos o nueras. Las familias con hijas o hijos pequeños se orga-nizan de distinta manera que aquellas en las que también hay adolescentes,jóvenes, abuelos y abuelas o personas con alguna discapacidad. Cualquierfamilia puede pasar por situaciones penosas o difíciles que alteran su vida:un divorcio, una enfermedad o una muerte.

Las circunstancias en que se desenvuelve una familia influyen de maneramuy importante en la formación de sus integrantes. Pero lo más decisivo sonlas conductas y pautas que ustedes se marquen para cumplir con las respon-sabilidades que tienen con sus hijos.

La educación ayuda a sobreponerse a las condiciones materiales del medio.Prepararse como padres y asegurar la educación de sus hijos impulsará eldesarrollo de su familia.

Comprender cada uno de los momentos y situaciones porlos que pasa la mayoría de las familias, nos ayuda a ex-presar lo que sentimos y pensamos en forma constructivay a establecer relaciones amorosas, equitativas y respe-tuosas que puedan contribuir a resolver nuestros proble-mas.

Todas las familias requieren en algún momento hacer ajustes y adaptarse alas nuevas demandas, cambiar sus formas de relación, o bien organizar laparticipación de las generaciones que conviven en ellas.

De las experiencias que ustedes vivieron¿Cuáles conviene transmitir a la familia que están formando? ¿Se

acuerdan cómo iniciaron su familia?¿Cómo es su familia ahora?

En familiaaprendemos

a vivirPara algunas familias la vida puede ser más complicada que para otras. Mien-tras que en unas los problemas se resuelven con facilidad, y por lo general lasrelaciones son más tranquilas, respetuosas y armoniosas, en otras hay mayordificultad para resolver sus necesidades o comunicar sus ideas y deseos. Enestas familias no se sabe o no se puede expresar el afecto y el apoyo hacia losotros; con frecuencia las personas se enojan, se pelean y se alejan; les cuestatrabajo aceptar sus diferencias y adaptarse a sus cambios, y la convivencia sehace más difícil.

Cada familia tiene su propia historia, y en ésta las perso-nas aprenden maneras de actuar y de relacionarse.

«Soy el tercero de seis hi-jos. En ocasiones fue di-vertido convivir con mistres hermanos y mis doshermanas. En otras, fuedifícil.Nuestra infancia la pasa-mos en el barrio de SantaCruz en un poblado delestado de Morelos. Vivía-mos en la casa que elabuelo dejó cuando se fuea la Revolución. Mi madre

cuenta que la tía Lucha, queno tuvo hijos, era quien ante la

noticia de un nacimiento iniciaba los pre-parativos y cuidaba a los sobrinos.

La elección de mi nombre y el de cada uno de mis hermanos y hermanascomenzaba al recordar a los tíos y abuelos que por medio de nosotros con-tinuaban la tradición de la familia. Se ocultaban los nombres de aquellosfamiliares que habían causado alguna incomodidad o vergüenza.Con los silencios, con las respuestas de molestia de algunos mayores y conel tiempo descubrí que en la familia hay secretos, anécdotas e ídolos rea-les y otros inventados. Entendí que todas las familias tienen su historia «.

Si pensamos en nuestra familia, sabremos que hay eventos y personajes delos que todos hablamos y otros que preferimos olvidar. Esos recuerdos yolvidos pasan de generación en generación y forman parte de nuestros mo-dos de pensar, de actuar y de relacionarnos.

¿ Cómo es la historia de su familia? ¿Cómo ha cambiado?¿Cómo vivían antes las familias y cómo viven ahora?

Recuerden que... Los niños y las niñas observan la for-ma de actuar de los adultos, y por lo general aprenden aser hombres y mujeres imitando a sus propios padres. Loque ellos y ellas escuchan y lo que ven se convierte enun ejemplo que pueden seguir y que pasa de generaciónen generación. Así aprenden lo que es la autoridad, elrespeto, el amor y la convivencia.

Las familiasno están solas

Viven en rancherías, barrios, comunidades o colonias donde se relacionanentre sí. Se apoyan, aprenden unas de otras e intercambian valores, ideas,experiencias y creencias que influyen en la educación de los niños y de lasniñas.

En esa convivencia, los hijos y las hijas aprenden que el mundo no sólo escomo en su casa. Se dan cuenta de que existen personas cariñosas, exitosas,violentas, flojas o trabajadoras. De muchas de ellas escuchan ideas o refranesque reflejan actitudes, creencias y maneras de relacionarse que se dan en sucomunidad. Por ejemplo, es frecuente escuchar:

Hijo de tigre , pintito La letra con sangre entra

Malos reyes, muchas leyes

El que con lobos anda, a aullar se enseña

Estos refranes nos hablan de costumbres y formas de educar que no siempreconcuerdan con las ideas de respeto, autonomía, libertad, responsabilidad yamor que hoy consideramos indispensables para un desarrollo feliz y armó-nico de nuestras familias.

Para que los podamos orientar es muy importante que desde pequeños nues-tros hijos nos tengan confianza y nos platiquen lo que ven y oyen.

Además de la convivencia comunitaria, las familias también reciben infor-mación de los periódicos, las revistas, la radio y, de manera importante, de latelevisión. Estos medios envían mensajes diversos que influyen en la educa-ción de los niños. Por ejemplo, nos informan sobre lo que sucede en el país yen el mundo o sobre los avances de la ciencia o de la forma de vida en otrospaíses.

Encontramos que con frecuencia, y sobre todo en algunas novelas, caricatu-ras o series policíacas de televisión, los protagonistas mienten, manipulan,lastiman o incluso cometen asesinatos. Así, los niños y las niñas conocen ladestrucción, la muerte y la agresión como estilos de vida.

Los pequeños pueden imitar los modelos de conducta o a los personajes deestos programas, algunos de los cuales contienen mensajes con actitudes yvalores positivos como la cooperación, la ayuda, el amor al trabajo, la justi-cia, la libertad; pero otros, actitudes y valores negativos como la violencia, laenvidia, la codicia, la opresión y la mentira.

Piensen en las actividades que se desarrollan diariamenteen su comunidad, en cómo las perciben sus hijas y sus hi-jos.

El sentido más profundo de nuestra tarea como padres ymadres es construir junto con nuestros hijos e hijas valo-res, relaciones y ambientes agradables y positivos quenos permitan vivir a todos en un mundo mejor.

¿Acompañan a sus hijos a ver programas en latelevisión y a escuchar la radio?

¿Platican con ellossobre los mensajes que reciben o acerca de las

historietas y revistas que leen?¿Hablan con ellos sobre los rasgos positivos

y agradables o negativos y desagradablesde su personaje preferido?

¿Comentan las ventajas, desventajas y posiblesconsecuencias de querer parecerse a ellos?

Orienten a sus hijos acerca de los mensajes negativos quereciben a través de la radio, la televisión, periódicos y re-vistas, para que ellos sean capaces de formarse un juicioobjetivo que les permita valorarlos.

Hacerlo puede ayudar a que aprendan a distinguir lo

real de lo ficticio, lo importante de lo superficial y, en sucaso, a identificarse con personajes positivos.

No sólo en la familia educamos a nuestras hijas y a

nuestros hijos. Aprenden de todo lo que les rodea. Por ello,debemos tomar esto en cuenta para poder conducirlos me-jor. Para hacerlo es necesario:

acompañarlos, cuidarlos y, sobre todo,

darles amor y confianzapara que tengan seguridad en sí mismos y en nosotros.Esto es lo primero, lo más necesario e importante quenuestros hijos han de guardar en el equipaje que llevaránpor siempre en el camino de sus vidas.

2. P A R A D I S F R U T A R L A V I D A

¿Qué llevo?La familia es un grupo donde los mayores tienen funciones importantes quecumplir para ayudar a que los menores se hagan de conocimientos y cualida-des que los fortalezcan en el camino por la vida.

Éstos se empiezan a cultivar en los primeros años de vida, y para que florez-can es indispensable que los pequeños tengan, además de confianza y seguri-dad en ellos mismos, la certeza de que pertenecen a un grupo.

¿Qué queremos decir con esto?

Tener confianza en uno mismo es un sentimiento que resulta de saber queexistimos, que no estamos solos, que contamos con apoyo de nuestros padresy de otras personas, y que somos capaces de aprender a resolver problemas ya conducir nuestra vida.

Cuando las niñas y los niños sienten confianza, saben que tienen un lugar yuna función importante que realizar en su familia y en su sociedad.

Observen la ilustración y platiquen con su familia acercadel valor de lo que cada una de las personas hace. Des-pués, pensando en su propia familia, comenten sobre loque cada quien hace en casa y el significado que esto tie-ne.

Sentir seguridad es reconocer y valorar lo que sabemos hacer y estar cons-cientes de nuestra capacidad para enfrentar situaciones diversas.

Cuando sentimos seguridad nos comportamos con firmeza y sin temores.Esto nos puede ayudar a ser más comprensivos y a que nos guste compartirmomentos y experiencias con otros.

Sabemos que un pequeño o una pequeña tienen seguridad cuando en la casay en la escuela juegan y platican en armonía con sus primos, hermanos, veci-nos, tíos, abuelos y compañeros. Cuando esto sucede, seguramente sientenque:

Apoyar a las niñas y a los niños para que tengan confianzay seguridad en ellos mismos les ayuda a sentir que sonpersonas valiosas y a tener gusto por vivir.

Los que tienen la fortuna de contar con el amor de su fami-lia y de las personas con quienes conviven, pueden desa-rrollarse más plenamente.

Lamentablemente, no todos los niños crecen así.

pertenecen a una familia donde se sienten queridos y protegidos, sus compañeros y los adultos que los rodean los aceptan, tienen un lugar en la familia y en la escuela, pueden compartir y mostrar lo que saben hacer, tienen cualidades que pueden engrandecer y defectos que pueden

superar, otros aprecian lo que hacen, pueden tener amigos y amigas.

Llegaron las posadas

En casa de Sofía había mucho entusiasmo y agitación, ya que mientras algu-nos vecinos hacían las piñatas y las canastas con colación, su mamá y otrasseñoras preparaban ponche y buñuelos para todos.

Sofía, quien a sus cinco años era lamás pequeña de la familia, estabavuelta loca tratando de ayudar.

Con mucho cuidado empezó aacomodar las canastas para lacolación, cuando Tere, su herma-na de ocho años, se las quitó di-

ciéndole que las iba a tirar. Enton-ces Sofía corrió por la bolsa de dul-ces, dio un tropezón y los dulces que-daron regados por el piso.

La pequeña, asustada, empezó arecogerlos. «¡Mira nada más québatidero! —dijo la mamá. ¡Y de re-mate con las manos sucias y llenasde saliva porque siempre te andascomiendo las uñas!».

Sofía se hizo a un lado. Sin embargo,insistió en ayudar. Su mamá le dijo que

se fuera con su papá a llenar la piñata. En ésas estaba cuando se lecayó la fruta. Tere, en tono de burla le dijo: «ya ves, nunca haces nadabien». «Cállate, tú también eres una torpe» —intervino el papá.

Sofía, llorando, fue a sentarse con su abuelita.A la mañana siguiente, la niña despertó conla pijama mojada.

¿Ustedes se desesperan así

con los errores de sus hijos?

¿Cómo afecta este trato

el sentimiento de seguridad deellos?

Cuando los pequeños no sienten confianza ni seguridadgeneralmente son:

tímidos miedosos llorones

solitarios berrinchudos inquietos

agresivos a veces se comen las uñas

o no quieren aprender a ir al baño.

Si observan algunas de estas actitudes en alguno de sus hijoso de sus hijas, y si estas son muy frecuentes e intensas, son un mensaje de alerta que no hay que descuidar. Para ayudarlos ustedes pueden:

ver y escuchar sus necesidades,

ser tolerantes con sus errores,

revisar si las relaciones entre los adultos y de éstos con los menores son de ayuda, respeto y comprensión; o si son de descuido y violencia,

identificar alguna situación de cambio en la familia, explicárselas y hacerles sentir tranquilidad y confianza cuando exista algún problema difícil de resolver,

solicitar consejo a quien pueda ayudar.

Sentir que pertenecemos a una familia forma parte de nuestra identidad. Noshace saber que tenemos las mismas raíces y algunos valores de papá, mamá,hermanos, hermanas, tíos, tías, abuelos y abuelas. Reconocer las virtudes ylos defectos de los adultos de nuestra familia, muchas veces ayuda a entendersus formas de actuar y de pensar.

Además de sentir y saber que pertenece-mos a una familia, tenemos valores, há-

bitos y costumbres que compartimoscon parientes, vecinos y con muchasotras personas. Por ejemplo, nues-tros modos de vestir, hablar, comero relacionarnos con otros; nuestrasformas de festejar los cumpleañosy las bodas; la feria del pueblo;nuestras ideas y sentimientos pa-

trios o leyendas de personajes, tam-bién forman parte de nuestra vida en

comunidad. Todo esto nos distingue deotros grupos sociales y de otras culturas, y da las bases

para que nos identifiquemos y para que seamos reconocidos como parte denuestra comunidad y de nuestro país.

Recordemos que una persona está mejor preparada para la vida cuando sien-te confianza, seguridad y pertenencia a un grupo. Esto es resultado de:

las experiencias de sus primeros años,

sentirse aceptada y querida por su familia,

su conocimiento de sí misma

sus relaciones con los demás,

vivir con respeto y amor,

reconocer sus defectos y cualidades,

luchar por ser mejor, y

sentirse útil y valiosa en la familia, la escuela y la comunidad.

Aun cuando los defectos de los hijos pueden ser grandes;y sus fracasos, muy frecuentes, nuestra obligación comopadres consiste en ayudarles a encontrar caminos de su-peración y no quitarles nunca la confianza en la posibili-dad de ser mejores.

El placer de vivirGeneralmente, las personas vivimos primero en la familia y después en otrosgrupos. Para ello recorremos un camino lleno de aprendizajes y cambios quedurante toda la vida nos enseñan a recono-cer, expresar y manejar nuestros deseos ynuestra fuerza para vivir.

Lo que los niños viven y aprenden enlos primeros años de vida los acom-pañará siempre, por eso es importan-te:

* Lo que los niños viven y apren-den en los primeros años devida los acompañará siempre,por eso es importante:

* entender lo que piensan,

* enseñarles a distinguir en-tre lo que quieren y deseanhacer, y lo que les es posi-ble realizar,

* enseñarles a vivir con gustoy con placer, así como a enten-der que en el hogar y en otros lu-gares hay reglas que seguir,

* tratarlos con cariño, respeto y comprensión,

* que los niños y las niñas sepan que todas las personas merecen respeto, sindistinción de género, raza, religión o forma de pensar.

Ayudar a sus hijas e hijos a reconocer, expresar y manejar sus sentimientos,pensamientos, deseos y actitudes les facilitará tener mayor confianza y unmejor desarrollo.

Ayudar a sus hijas e hijos a reconocer, expresar y manejar sus sentimientos,pensamientos, deseos y actitudes les facilitará tener mayor confianza y unmejor desarrollo.

Aproximadamente en los primeros tres años los niños pequeños aprendencon ayuda de los adultos a caminar, a comer o a cantar. También empiezanpor sí mismos a reconocer, expresar y controlar lo que sienten, piensan, de-sean y hacen.

Pensemos un poco en lo siguiente:

Sentir es recibir y expresar emociones frente a nuestras experiencias. Esreconocer y manifestar afectos ante personas, objetos, situaciones o lugares.Por ejemplo:

Pensar es tener un lenguaje, desarrollar ideas y construir conocimientospara entender las relaciones entre las personas y lo que hacen, y entoncesexplicarnos lo que pasa. Por ejemplo:

Desear es querer con fuerza vivir una experiencia, tener un objeto quenos puede agradar, o resolver una necesidad. Se relaciona con gozar el juego,el trabajo, el conocimiento o la convivencia, y también con lo que podemosimaginar, como jugar con la fantasía de lo que queremos ser y de lo queesperamos conseguir. Reconocer los deseos, y valorar aquellos que se pue-den lograr o no, es parte de lo que se aprende en la infancia. Por ejemplo:

emoción ante la llegada de un amigo o amiga, asombro hacia lugares desconocidos, curiosidad ante objetos nuevos, miedo a una situación peligrosa, o satisfacción por un logro.

entender que la mamá no está todo el tiempo con su hija o hijo porque trabaja para traer dinero a casa y porque realiza otras actividades que le gustan,

comprender que el papá llama la atención a su hija o hijo para evitar algún accidente, o

comprender que si no nos lavamos las manos nos podemos enfermar.

estar con una persona querida,

obtener una buena calificación,

tener un juguete nuevo, o

comer un platillo favorito.

Actuar es expresar lo que sentimos y hacer lo que pensamos para conse-guir lo que deseamos. Es ponernos en movimiento hacia las metas que nosproponemos, hacia el objeto deseado, hacia la realización de nuestros propó-sitos.

Algunas personas se dejan llevar por lo que sienten y desean, otras piensandetenidamente antes de actuar. En este sentido, los niños empiezan un apren-dizaje que nunca acaba, y necesitan tener presente que:

no siempre se puede hacer todo lo que se quiere, no todo lo que se desea se puede obtener, a veces hay que esperar para satisfacer nuestras necesidades y

nuestros deseos, por lo general hay que trabajar y perseverar para conseguir lo que

queremos, es conveniente pensar antes de actuar, y es importante ver y escuchar lo que sienten, piensan, desean y

hacen los demás.

Mientras mamá trabaja

Xóchitl, quien tiene cuatro años, siempre pasa la tarde en casa de su abuelamientras Alicia, su mamá, se va a trabajar. A veces Alicia la lleva con ella yaunque le da algunos juguetes para que se entretenga y la deje hacer suslabores, Xóchitl canta, habla fuerte y le pide que juegue con ella. Cuandouna compañera de trabajo se acerca, Xóchitl jalonea la blusa de su mamá yquiere que le platique un cuento y no la deja trabajar. Todo esto ha provoca-do que en el trabajo le llamen la atención a Alicia y que ya no pueda llevar asu hija.

Xóchitl no ha aprendido a estar con su mamá en el trabajo. Por otra parte,probablemente Alicia no ha platicado con Xóchitl sobre la importancia deque la deje trabajar.

¿Se han encontrado ustedes en una situación parecida?¿Cómo han reaccionado?¿Qué puede hacer Alicia

para que Xóchitl aprenda a comportarse?Las niñas y los niños poco a poco se dan cuenta de sus emociones; sueñan,imaginan, reaccionan y actúan. A veces entienden la diferencia entre lo quequieren y lo que pueden hacer, otras no. Por ello, es necesario:

entender que, sobre todo los más pequeños, apenas empiezan a aprender qué pueden hacer y qué no, y que esto les lleva tiempo,

explicarles que para realizar nuestros deseos, a veces es necesario esperar, compartir o llegar a acuerdos con los demás, y

hacerles ver que si una persona actúa sólo para obtener lo que desea, se vuelve egoísta y molesta a los demás.

Es importante que los niños aprendan a estar solos sin sentirse mal, a estarfuera del foco de atención de los adultos, ocupándose de sus propias cosas.

El niño puede estar solo por abandono, y entonces se trata de una soledadindeseable; o estar solo en situaciones que no necesariamente son inconve-nientes, sino que deben formar parte de un aprendizaje del ser humano queconsiste en saber estar consigo mismo, y que será importante a lo largo detoda su vida. Esto tendrá especial importancia en la adolescencia, y se prepa-ra desde los primeros años.

3. M Á S A L L Á D E L A F A M I L I A

La entradaa la escuela

Generalmente, las niñas y los niños viven con su mamá, su papá y otrosfamiliares que los cuidan. Junto a ellos se sienten protegidos. A unos lesresulta más difícil que a otros relacionarse con personas que no conocen. Sinembargo, a todos les es necesario salir de casa y convivir con gente de dife-rentes edades para desarrollarse mejor.

En los primeros tres años de vida, casi todos los pequeños han aprendido acomer solos, a vestirse, bañarse, comunicarse, caminar y moverse en su casa.Para lograrlo cada uno necesitó que llegara el momento en que su cuerpoestuviera listo. Empezó a caminar cuando ya se sostenía. Al principio susmovimientos eran algo toscos o poco ágiles, y para que alcanzara más preci-sión ustedes y otras personas le ayudaron. Realizar sus actividades con ciertadestreza, comunicar cada vez mejor sus necesidades, sentimientos y pensa-mientos prepara a los pequeños para tener seguridad y confianza en sí mis-mos. Al participar y jugar con otros niños, niñas y adultos en situacionesdiferentes y fuera del hogar, y al relacionarse de acuerdo con las reglas queson aceptadas en sus grupos, logran avanzar en su desarrollo.

Platiquen con sus hijas o hijos algunas anécdotas relacio-nadas con sus primeros años de vida. A ellos les cantahablar de esto.

Con su llegada a la escuela, su curiosidad y su asombro se dirigen a nuevosobjetos, por ejemplo, un salón de clases con juguetes, colores, papel paradibujar, mesas y sillas de acuerdo con su estatura y un patio para jugar ybrincar. También encuentran nuevas actividades como el recreo, los home-najes y las fiestas que los conducen a relacionarse con otras personas.

Para la niña o el niño, la separación de su casa para entrar a la escuela nosiempre es fácil. Tanto ellos como sus padres necesitan un tiempo para em-pezar a gozar de esta nueva actividad, para adaptarse al nuevo ambiente ypara sentirse seguros y parte de esa comunidad.

Gritos y pataletas

Rosario no sabía qué hacer con su hijo Beto, de cuatro años. El primer díade clases en el jardín de niños no quiso entrar y sólo daba gritos y hacíapataletas. Ella miró sorprendida a otros niños y niñas que llegaban y sedespedían muy contentos de sus padres. A punto de cerrar la puerta, la maes-tra fue por Beto y le dijo a Rosario que no se preocupara. Sin embargo, aRosario le inquietó mucho ver a su hijo en los brazos de la maestra, aleján-dose de ella y sin quitarle de encima los ojos llorosos.

El segundo día pasó lo mismo, pero cuando dejó a Beto con la maestra,Rosario se escondió para ver si su reacción era igual a la del día anterior.Pudo ver que el niño lloró todavía más fuerte cuando ya no pudo verla yentonces ella se sintió muy mal.

Al día siguiente decidió ya no llevarlo al jardín de niños y esperar a quecreciera más.

¿Qué creen ustedes que pasaba con Beto y con Rosario?¿Qué les pareció la decisión de Rosario?

¿Recuerdan cómo fue el primer día de clases de algunode sus hijos?

¿Cómo fue esa separación?¿Qué le recomendarían a Rosario?

Por lo general, la entrada de los niños al preescolar es difícil, sobre todocuando no han sido preparados por sus padres para empezar su vida escolar,son hijos únicos, o son la hija o el hijo mayor o menor, han estado enfermos,esperan la llegada de un nuevo hermano o han vivido alguna dificultad fami-liar reciente como la muerte, un accidente, una enfermedad o la separaciónde alguna persona.

Para que los pequeños pierdan el miedo a la separación y seinteresen en la escuela y en sus nuevos compañeros es con-veniente:

asegurarles que después de un rato o de unas horas ustedes regresarán por ellos, y no engañarlos diciéndoles que la mamá o el papá se quedarán afuera esperándolos,

decirles que su maestro o maestra los va a cuidar y que les va a enseñar nuevos conocimientos, platicar con ellos sobre las actividades y los juegos que aprenderán,

entusiasmarlos para conocer a otros niños,

solicitar a la escuela una visita con su hija o su hijo antes de iniciar las clases,

contarles que sus vecinos, hermanos o primos aprenden y se divierten en la escuela, y

comentar con su maestra o maestro sobre como juntos pueden ayudarlos en el cambio.

La escuela es un sitio ideal para que las niñas y los niños aprendan a relacionarse más allá de la familia, a realizar nuevas actividades, a comportarse en grupo y a adaptarse a situaciones diversas.

Imagino,juego y

me comunicoLas niñas y los niños de tres a siete años usan la imaginación, el juego y eldibujo para entender, comunicar y resolver dificultades.

Imaginar es pensar o recordar lo que nos gusta y mentalmente cambiar lo quenos disgusta. Es inventar y volar con el pensamiento más allá de lo que ve-mos, tocamos y escuchamos. Es jugar a que el mundo puede ser diferente.

El espejo

Jimena vive a la orilla de la laguna del Guaje. Los días que no va con supapá o su mamá a la milpa pasa mucho tiempo sola. En las noches de luna sesienta a la puerta de su casa frente al espejo de agua donde se miran lasestrellas. En la quietud, baila tomada de las manos de las luciérnagas ysueña con subir al cielo para mirarse igual que las estrellas en el espejo dela laguna.

Imaginar no tiene límites, sobre todo en la niñez. Por eso en los cuentos ycanciones infantiles encontramos juegos de fantasía que hablan de persona-jes y eventos de la vida. En ocasiones los chicos llegan a pensar que esaspersonas son reales, que en cualquier momento aparecerá un duende parahacer travesuras o que la bruja saldrá del libro o de la televisión. Si esto llegaa inquietar y atemorizar a sus hijas o hijos, conviene ayudarles a distinguir loque sí sucede en la realidad, de las fantasías de los libros o de la televisión.

Diviértanse con sus hijos, jueguen a imaginar:

si tuvieramos ojos en los dedos de los pies ....

un mundo al revés

si los perros tuvieran alas...

si las niñas y los niños fueran la mamá y el papá;

y la mamá y el papá , unos bebes...

Para las niñas y los niños jugar significa más que entretenerse o pasar el rato.Por medio del juego descubren sus gustos y habilidades; entienden sus acti-vidades emociones y las de los demás; empiezan a comprender que en la vidahay reglas; enfrentan sus temores y conocen las ideas de otros niños; apren-den a compartir, a perder, a ganar y a seguir reglas.

En sus juegos, los pequeños tocan objetos;conviven con otras personas; descubrenusos de los juguetes y los desarman; hablany cantan solos; inventan amigos o mascotas;se arrastran, gatean, brincan y trepan; dis-frutan sentir el agua, la tierra o la arena.

¿Se han fijado a qué juegan sus hijas y sushijos?

Seguramente, ustedes habrán visto que para ellos algunos objetos tienen vida.Convierten cualquier trozo de tela o de madera en un juguete divertido yjuegan con otros niños. Aún se les dificulta expresar sus ideas, escuchar lasde los demás y aceptar otros puntos de vista; a veces, cuando pierden enactividades de competencia se enojan o lloran.

La imitación también es uno de los juegos naturales que les facilita aprenderactitudes y comportamientos. Las niñas y los niños imitan a la madrina, alcocinero, a la doctora, al papá, a la mamá o a los maestros. Por ejemplo, jugaral dentista les ayuda a recordar su experiencia y a enfrentar de otra manera elmiedo o el dolor que sintieron.

En sus juegos imitan a los adultos en tareas como sacudir, barrer, reparar uncoche, cuidar a un bebé, despachar en una tienda; ésta es una buena oportuni-dad para iniciar su sentido de cooperación.

Compartir juegos con nuestros hijos e hijas en los queellos tomen la iniciativa nos ayuda a conocer mejor lo queles pasa y es otra forma de comunicarnos. Por ejemplo,cuando están enojados o tristes, o cuando desobedecen,podemos recurrir al juego como una medida para lograrun cambio en su estado de ánimo y en su actitud.

Entre los tres y seis años, los pequeños aún están aprendiendo a comunicarse.Las palabras todavía necesitan apoyarse en movimientos y gestos del cuerpo.A esta edad, el dibujo es un recurso que las niñas y los niños usan para comu-nicar lo que ven, sienten y saben de su mundo; además, es el inicio del apren-dizaje de la escritura y la lectura.

Con manchitas azules

En el jardín de niños, los pequeños escuchaban el cuento de la «Mariposablanca» y al terminar la maestra les pidió que hicieran un dibujo.

Pedro hizo una mariposa blanca con manchitas azules que volaba entre nu-bes de colores.

Cuando Jaime vio el dibujo de Pedro le dijo que la maestra siempre dibuja-ba las nubes blancas y que el cuento no era de una mariposa con manchasazules.

Pedro se asomó al dibujo de Jaime y le dijo: «¡Tu dibujo es aburrido! Si tefijas bien, por las tardes las nubes se ven rosas, moradas, azules y de muchoscolores más; además, mi mariposa iba a una fiesta de primavera».

En sus dibujos las niñas y los niños expresan sus senti-mientos, pensamientos y fantasías. Por eso, todos sus di-bujos son valiosos. Ayúdenlos a que dibujen con libertadtodo lo que quieran y encontrarán una forma más de cono-cerlos y comunicarse mejor con ellos. Es importante quecon el paso de los años ustedes continúen fortaleciendoesta actividad o cualquier otra manifestación artística: bai-lar, cantar, escribir cuentos, participar en obras de teatro.

¿Y el cuerpo?Las niñas y los niños en edad preescolar siguen preparando su equipaje parala vida. En éste no pueden faltar respuestas a su curiosidad, por ejemplo:cómo es su cuerpo, cómo nacieron, qué hace diferentes a los hombres de lasmujeres. A esta edad preguntan:

¿Cómo nací? ¿Por qué los niños orinan parados y las niñassentadas? ¿Cómo entran los bebes a la panza de las mamás?

¿Cómo se hacen los bebés? ¿Por qué las mamás tienen senos?¿Por qué el papá y la mamá tienen vellos?

¿Cómo han reaccionado ustedes frentea esta curiosidad de sus hijas e hijos?

¿se ríen? ¿se ruborizan? ¿se confunden o se turban? ¿se enojan? ¿se preocupan? ¿actúan con naturalidad? ¿responden con veracidad a sus preguntas?

En los primeros tres años de vida los niños y lasniñas empiezan a sentir las diferentes partes de sucuerpo. Entre los tres y seis años pueden nombrar

y comunicar lo que sienten, participan en su cui-dado, son más hábiles en sus movimientos ytienen conciencia de su propio cuerpo. Es untiempo dedicado a conocer-se a sí mismos y a des-cubrir sensacionesagradables como lascaricias y los abrazos.También reconoceránsensaciones desagra-dables que puedencausar dolor, mie-do, sentimientosde coraje,desprotección o re-chazo. Es importan-te enseñarles que to-dos los cuerpos son di-ferentes y que todosson valiosos y hermo-sos, que el cuerpo decada quien guarda sus

pensamientos, sus sen-timientos, sus deseos

y sus posibilidadesde ser y de actuar.

Tratemos la sexualidad con la misma naturalidad quemostramos al hablar de otros temas.

¿Qué es lo más importante que las niñasy los niños deben aprender sobre su cuerpo?

¿Qué podemos hacer paraayudarles en este aprendizaje?

Al tratar con ellos temas relacionados con el cuerpo es im-portante:

contestar sin temor, con naturalidad y sin vergüenza, si no sabemos, investigar la respuesta junto con ellos, observar y platicar sobre las semejanzas y las diferencias

de los cuerpos de las niñas y de los niños, de las mujeres y de los hombres,

entender y permitir que toquen sus cuerpos, llamar las partes del cuerpo por su nombre más común y

enseñarles el nombre científico, enseñarles higiene, cuidado y respeto hacia su cuerpo y el

de los demás, y tener presente que lo que la niña o el niño pregunta es

parte de un descubrimiento necesario.

Todo esto no es fácil porque nuestra propia educación, nuestros prejuicios, lamanera como aprendimos a conocer la sexualidad y el cuerpo fue muy distin-to de como aquí se sugiere. Por eso son importantes los cambios en nuestrasactitudes hacia los hijos, pues de ello dependerá en mucho su desarrollo sanofísico y mental a lo largo de su vida.

La naturalidad que se recomienda no es contraria a la delicadeza y el respetoque se requieren. Debemos tener en cuenta que estos temas forman partemuy preciada de la intimidad de las personas.

La cama de la abuela

«Recuerdo que entre risas y gritos los primos, las primas y a veces uno queotro invitado brincábamos en la cama de la abuela. Disfrutábamos de lasensación del aire en nuestros cabellos y luego la caída en el colchón conotros. De tanto brinco nos acalorábamos y no faltaba quien se quitara elvestido o la camisa para quedar sólo en calzones y camiseta.

También recuerdo aquella tarde en que después de un rato de brincos apa-reció la tía Elsa. Al vernos se le puso la cara como un jitomate y salió acuchichear con la abuela. Desde entonces, se nos prohibió volver a la camade la abuela».

¿Qué habrán dicho la abuela y la tía Elsapara que los niños no volvieran a jugar en la cama?

La voz de las niñas y de los niños nos muestra que observan, se preguntan yquieren encontrar respuestas. Sus palabras nos dicen que ha llegado el mo-mento en que están tomando conciencia de sus cuerpos. Nos indican quedescubren las semejanzas y las diferencias entre las niñas y los niños, entrelas mujeres y los hombres. Es el tiempo en que reconocen las funciones ytareas que realizan la mamá y el papá, las hijas y los hijos.

La observación y las dudas de los niños son naturales, sus preguntas sondirectas y muy concretas. Por lo general, entre los tres y seis años sólo quie-ren saber por qué los cuerpos de las mujeres y de los hombres son diferentes.Entre los seis y nueve su interés se dirige al crecimiento y la fuerza que sucuerpo va logrando, y entre los nueve y doce años enfrentan los primeroscambios de su cuerpo infantil hacia un cuerpo de mujer o de hombre.

El cuerpo nos muestra que:

existimos,

somos únicos,

somos hombres o mujeres,

somos niños, jóvenes, adultos o viejos;

el cuerpo es nuestro medio para:

ver, descubrir y asombrarnos del mundo que nos rodea,

relacionarnos y comunicarnos con otras personas,

tocar y sentir las texturas,

percibir el frío o el calor,

sufrir el dolor,

disfrutar el placer;

con nuestro cuerpo podemos:

crear y transformar obras hechas por la naturaleza y por mujeres y hombres,

hacer y dejar de hacer,

amar.

Nuestro cuerpo sirve para todo esto y mucho más,

tiene un gran valor. No tenemos por qué

sentir vergüenza sino aceptación y respeto.

Así podemos comunicarlo a nuestros hijos.

4. T Ú, Y O, N O S O T R O S

Disciplinapara ser

libresLa disciplina es una práctica necesaria para alcanzar objetivos en la vida. Secaracteriza por definir metas, establecer y seguir reglas para vivir en orden,organizar el tiempo para satisfacer necesidades, cumplir con responsabilida-des, ejercer derechos, y divertirse. La disciplina es indispensable en la vidade la casa, la escuela, el trabajo y en la comunidad.

Vivir con disciplina es vivir en un ambiente organizado que nos facilita des-cubrir, aprender y desarrollar nuestras destrezas y aptitudes, relacionarnoscon los otros, organizar actividades y nuestro tiempo, así como respetar el delos demás.

La responsabilidad, la verdad, la justicia y la libertad son valores que lasniñas y los niños adquieren en el medio en que crecen. Cuando viven en unambiente donde existe coherencia entre las normas y lo que se practica en lavida diaria, para ellos es más fácil distinguir estos conceptos e ideas.

Si vivimos en una comunidad en la que acordamos normas y defendemos elrespeto a los intereses propios y de los demás, podemos vivir con fraternidady armonía. Si en nuestra familia seguimos reglas establecidas por todos, so-mos colaboradores y respetamos a los demás, podemos crear un ambientedonde todos cuentan y pueden desarrollarse.

Un primer paso para enseñar a nuestros hijos el sentido delorden y de la disciplina es que desde pequeños vean en no-sotros el cumplimiento de las reglas acordadas, la congruen-cia entre lo que decimos y hacemos.

También es importante que sientan nuestro apoyo perma-nente para que cumplan con sus obligaciones. Todo estomediante el diálogo y el convencimiento, de tal manera queles demostremos respeto, comprensión y cariño.

Estas ideas se llevan a la práctica de muchas formas. Algu-nas de ellas, muy concretas, son:

Todo esto será más fácil si ven quenosotros hacemos lo mismo.

acordar y cumplir horarios para hacer la tarea, jugar y colaborar en los quehaceres de la casa,

enseñarlos a hacerse cargo del orden de sus cosas, e

invitarlos a hacerse responsables de un deber en la casa para que cooperen con la familia.

Una desilusión

Llegó el día del paseo tan esperado por el grupo de 4º grado. Pasarían el díaen la laguna. Gabi se levantó más temprano que de costumbre con la emo-ción de visitar ese lugar con sus amigos de la escuela. En ese momento re-cordó que la maestra les pidió que llevaran una pequeña mochila con unamuda de ropa para cambiarse después de nadar.

Buscó su ropa, pero era tal el desorden que no encontró lo que quería. Unpoco molesta empezó a sacar todo lo que había hasta que halló unos calzo-nes y una camiseta. Cuando vio el reloj, sólo quedaban unos minutos para lahora de la salida del camión y pensó que tendría que caminar rapidísimo.Sin desayunar, se despidió y salió a gran velocidad. Al llegar a la escuela, elgrupo ya había partido.

Gabi deseaba ir al paseo. Ya tiene edad para asumir responsabilidades comomantener su ropa en orden, prepararla desde la tarde anterior o salir de la casacon el tiempo suficiente.

¿Los padres de Gabi habrán tenido algunaresponsabilidad en lo que le ocurrió?

¿Ellos le formaron hábitos de disciplinaque la prepararan para situaciones como ésta?

El aprendizaje del orden se inicia en los primeros añoscon tareas sencillas; por ejemplo, cuando las pequeñas ylos pequeños empiezan a caminar se les puede enseñar aacomodar los juguetes que ocuparon o a llevar su plato allugar donde se lava. De esta manera van aprendiendo acolaborar con el orden de sus cosas y con el de la casa.

La disciplina en la familia implica un compromiso de todos y cada uno de susmiembros de respetar las reglas y repartir las responsabilidades a fin de al-canzar la armonía y la fortaleza del núcleo familiar.

La disciplina ayuda a:

establecer las obligaciones de cada quien, reconocer los límites de cada quien en razón de los espacios de los

demás, considerar que cuando alguien no cumple con su responsabilidad

tiene que enfrentar las consecuencias, y basarse en la autoridad de los padres, quienes han de distinguir

qué reglas son modificables y cuáles no, de acuerdo con el interés que debe protegerse.

Es importante evitar:

aplicar las reglas con excesiva rigidez, o según el humor o la conveniencia de quien las aplica,

contradicciones frecuentes al tratar de manera opuesta situaciones iguales o parecidas. No es correcto que un mismo comportamiento a veces se apruebe y a veces no. Esto confunde a los niños.

Las relaciones familiares pueden ser máscordiales, equitativas y orientadoras sihay reglas claras que faciliten que lasniñas y los niños puedan comunicar sussentimientos y pensamientos y apren-dan a ser responsables, flexibles y to-lerantes con los demás. De ser así, esmuy posible que cuando crezcan seanordenados, cooperadores y flexibles.

Puede haber circunstancias familiares nue-vas, inesperadas, difíciles o dolorosas en lasque por un tiempo breve se alteren las reglas habituales en casa,tales como situaciones de muerte, enfermedad o accidente de una personacercana; el desempleo; la separación de la pareja; el cambio de vivienda y lallegada de un nuevo hermano o de otro familiar. Es común que en estas expe-riencias las niñas y los niños tengan temores, pesadillas, bajo rendimientoescolar, peleas y llantos frecuentes, aislamiento y otras conductas comoorinarse en la cama o morderse las uñas.

Por ello, es conveniente construir una disciplina flexible que pueda respon-der a las diferentes circunstancias, a las necesidades y a los intereses de lafamilia. Esto puede contribuir a que los pequeños crezcan con sentido deresponsabilidad, seguridad y confianza en sí mismos.

Una disciplina adecuada facilita que los hijos adquieranresponsabilidades de manera progresiva, y puedan desa-rrollar la capacidad de hacerse cargo de sí mismos.

Reglas ycircunstancias

En la vida diaria, nuestras hijas y nuestros hijos aprenden que hay actitudes yconductas que resultan agradables para los demás y que causan aceptación;también se dan cuenta de que hay comportamientos desagradables que pro-vocan el rechazo de las personas que los rodean.

Por ello, para participar en las actividades de la familia y de la escuela, losniños y las niñas necesitan conocer, entender y aceptar la forma en que laspersonas se relacionan y se comunican, y cuándo es necesario cambiar lasreglas que rigen esas relaciones.

Las reglas orientan la convivencia, las responsabilidades,los hábitos, las funciones y los derechos de quienes las prac-tican. Podemos decir que las reglas son:

formas de actuar aceptadas en uno o varios grupos de personas,

indicaciones acerca de lo que se permite hacer en esos grupos,

límites para convivir con respeto a uno mismo y hacia los demás,

derechos y obligaciones para compartir la vida con otras personas al realizar las actividades necesarias para el grupo.

Conforme las niñas y los niños crecen, su manera de entender las reglascambia. Hasta los seis o siete años la mayoría acepta las normas solamenteporque los adultos lo dicen, y supone que si alguien no las cumple, mereceun castigo. A los nueve o diez años aceptan las reglas porque empiezan aconvencerse de que son necesarias para el respeto, la convivencia y la or-ganización; comprenden que si alguien no las cumple, más que un castigo,debe enfrentar las consecuencias de la falta. A los once o doce años yacomprenden el sentido de las reglas, y las circunstancias en que las excep-ciones son justificadas, así como la conveniencia de apegarse, en general, alas convenidas.

¿Y las tortillas?

Leticia pidió a su hijo Pedro, de nueve años, que fuera por las tortillas parala hora de la comida. En el camino, el niño se puso a jugar con sus amigos.Cuando llegó a la tortillería ya habían cerrado. Al regresar a casa sin elencargo, Leticia se enojó.

¿Cuál es la mejor manera para que Pedroentienda las consecuencias de su distracción?

¿Regañarlo?, ¿mandarlo a un rincón de la casa?,¿explicarle la importancia de su colaboración en

las tareas domésticas y pedirle que vaya a otra tortillería?

El regaño puede señalar la falta de Pedro, pero no soluciona el que no hayatortillas para comer.

Mandar a Pedro al rincón es un castigo que no lo enfrenta a las consecuenciasde su distracción ni resuelve la falta de tortillas.

Hablar con Pedro para que comprenda la importancia de que cada quien debehacer lo que le toca, hacerle ver que su incumplimiento afecta a todos, ypedirle que vaya a otra tortillería para remediar el problema, hará que se décuenta de que el encargo de su mamá es necesario y de que ahora tendrá quecaminar más.

Es común que los padres castiguen a sus hijase hijos por haber cometido faltas, sin conse-guir con esto mejores resultados. Por ello, antelo que los adultos consideramos una falta espreferible platicar con ellos acerca de las cau-

sas de que actuaran así, de las consecuen-cias que tiene la falta para ellos y para los

demás, de cómo se sienten al haber afec-tado a los otros, de la necesidad de re-mediar el daño y de las opciones quelos hijos proponen para solucionarel problema.

Platicar con los adultos después dehaber cometido una falta ayuda a las

niñas y a los niños a entender el alcance y el significado de sus actos. Reco-nocer sus errores y aciertos junto con ellos es de gran ayuda para su forma-ción y para su aprendizaje.

En este camino en que las niñas y los niños conocen, entien-den y aceptan las reglas es importante:

explicarles que las normas existen no sólo porque el adulto lo dice, sino porque facilitan la convivencia y el respeto a sí mismos y a los demás,

ayudarlos a reflexionar sobre el porqué y el para qué de una regla,

comentar con ellos si es necesario cambiarlas y cuáles serían sus sugerencias,

platicarles sobre las consecuencias de no seguirlas, y

aplicar las reglas con cariño y energía.

Hay diferentes motivos por los que el aprendizaje de las reglas puede ser másdifícil para algunas niñas y algunos niños, por ejemplo:

En la infancia lo más importante y placentero es el juego, de ahí que en ocasiones olviden o descuiden nuestras peticiones, sobre todo si los adultos no sabemos elegir el momento o el modo para solicitarles algo.

Los adultos no somos claros en lo que les pedimos, les demandamos varias actividades al mismo tiempo o exigimos más de lo que ellos pueden hacer.

Hemos hecho excepciones en la aplicación de las reglas cuando han estado enfermos, por lo que éstas han pasado a un segundo plano, y a veces es difícil que las retomen cuando ya están sanos.

Si tienen un carácter firme alegan por todo y antes de colaborar reclaman y defienden sus intereses. Sin embargo, esto no debe exasperarnos ni debemos considerarlo algo negativo.

Unas veces respetamos las normas, y otras no. Esto descontrola a los niños.

Cada uno de nuestros hijos es único, sin embargo, podemosconsiderar las siguientes recomendaciones generales:

Todos los miembros de la familia deben valorar el trabajo y lasresponsabilidades de cada uno.

respetar su tiempo de juego,

explicarles la conveniencia de cumplir con sus responsabilidades oportunamente,

asignarles tareas domésticas que puedan realizar en un tiempo y a una hora en que no interfiera con sus deberes escolares ni con su juego o descanso,

pedirles sólo una actividad a la vez y darles las indicaciones con claridad. Es conveniente preguntar a los más pequeños sobre lo que se les pidió para ver si entendieron,

cuidar que colaboren en actividades adecuadas a su edad, divertidas y de su interés,

idear con ellos cómo realizar lo que les pedimos,

reconocer lo que hacen bien y lo que corrigen, y

si estuvieron enfermos, alentarlos a que poco a poco retomen sus responsabilidades.

Recordemos que... Para ellas y ellos entender el sentido de las normas es posible a partir del ejemplo de los adultos con quienes conviven, y de su propia experiencia con otros niños y niñas.

5. CRECER ES JUGAR, GOZAR, DESCUBRIR

Las reglasdel juego

A los seis años, después del jardín de niños, entran a la primaria. El trabajo engrupo aumenta y participan en más actividades sociales y deportivas. Quecompartan esas actividades con niñas y niños de su misma edad es importan-te en la formación de su personalidad.

Si se les orienta bien, al jugar o trabajar en grupo durante sus años de prima-ria pueden aprender a:

escuchar otros puntos de vista,

plantear, definir y defender sus ideas,

conocer diferentes maneras de resolver problemas,

distribuir el trabajo, colaborar en tareas y juegos del hogar y de la escuela, así como

descubrir sus habilidades y gustos.

En la convivencia comprenderán y acep-tarán cada vez más que los otros tambiéncuentan, y que para alcanzar una metapuede ser mejor trabajar en grupo. Pue-den aprender a ser leales, respetuosos,colaboradores y amistosos. Este apren-dizaje se facilita cuando desde chicos las

niñas y los niños reciben de sus padres ymaestros estos valores y formas de rela-

cionarse.

El número uno

Julia mamá de Silvano, quien tiene diez años, comenta orgullosa que su hijotiene el primer lugar en su salón, que cumple con todas sus tareas, que suarreglo personal y el de sus cuadernos es impecable, y que es un niño ejem-plar. También platica que se pasa las tardes revisando las tareas de su hijopara que no cometa errores y para que su maestra lo ponga de ejemplofrente a los demás. Mario, su papá, siempre le insiste a Silvano en que debeser el mejor, el «número uno» y en eso Julia está de acuerdo.

Al escucharla, Ana recordó el día en que su hija Paloma regresó llorando dela escuela porque la maestra la sacó del salón de clases. Ese día, Silvano learrebató la tarea, pues había olvidado la suya. Paloma trató de defenderse ylos dos niños acabaron jalándose el pelo. La maestra castigó a la hija deAna porque no creyó que Silvano, su mejor alumno, le hubiera quitado eltrabajo a Paloma.

Ana también recordó una fiesta en la escuela en la que Silvano estaba solo ynadie quería jugar con él. Pensó que era muy triste que Silvano creyera que,para tener el primer lugar, en ocasiones tuviera que mentir, y que no sediera cuenta de lo que sienten o necesitan los demás.

¿Cómo influye el comportamiento de Silvano en sus relaciones?

Al igual que Paloma, en muchas ocasiones nos relacionamos con personaspara quienes la competencia significa anular al otro y no la oportunidad decrecer juntos. Para ellas el sentido principal de la competencia es luchar porganar el primer lugar a cualquier precio. Las niñas y los niños pueden enta-blar este tipo de competencia, en su casa o en la escuela. Lo importante esexplicarles que existen otras formas de competir sin descalificar a los otros.

A veces sin darnos cuenta favorecemos que haya desigualdades y exclusio-nes entre nuestras hijas y nuestros hijos, afectando así la convivencia fami-liar. En estos casos, ellos pueden sentir rechazo o inseguridad por lo que esimportante no hacer comparaciones entre

ellos, procurar dar a todos las mismas oportunidades, escucharlos por igual,reconocer y aceptar que podemos estar molestos con alguno, tenerle pacien-cia y expresarle cariño.Los pequeños luchan por saberse y sentirse parte de su familia, del grupo dela escuela, del equipo deportivo, de la pandilla. Buscan hacer valer sus nece-sidades, intereses y deseos. Es difícil que renuncien a ellos sin una buenarazón que los convenza.

La forma en que compiten las niñas y los niños se hace evidente en su intentopor dominar las actividades colectivas. Es común que entablen discusionessobre las condiciones y las reglas del juego, y que intenten imponer su puntode vista. En caso de perder, sienten que sacrifican sus deseos, alegan injusti-cia, pegan, gritan o lloran ante la burla o el desprecio de los demás.

Entendemos por competencia sana y conveniente la luchacon uno mismo en la búsqueda de algo deseado, la supera-ción personal, estimulada por la comparación con otros, perosin el propósito de perjudicarlos.

Es durante la infancia cuando el padre, la madre y los maes-tros podemos formar en los niños y en las niñas la idea decompetir con ellos mismos, y de conocer, aceptar y valorarlo mejor de los demás.

Ganar nos da satisfacción, y perder nos ayuda a descubrir loque debemos mejorar para seguir adelante.

El sentido sano de la competencia no se opone al espíritucomunitario. Al contrario: ganar es resultado de un esfuer-zo propio al que contribuyen todos aquellos que nos hanapoyado. Inculcar este sentido positivo de la competenciaes posible si impulsamos a nuestros hijos e hijas a:

saber que la competencia debe ser, sobre todo, con ellos mismos por mejorar su quehacer y ser mejores personas,

reconocer que los demás pueden sentir y pensar igual o diferente que ellos,

platicar con sus amigos acerca de lo que sienten y piensan sobre los juegos,

establecer las reglas del juego de común acuerdo, encontrar formas para disfrutar de la compañía y del juego

con otros, probar su propia capacidad para luchar por sus ideas y

escuchar otros puntos de vista, y ayudar a las personas que lo necesitan y cooperar con los

demás.

Los demásson mi espejo

En la etapa de la primaria se fortalece de manera importante la idea que lasniñas y los niños tienen de sí mismos. Esto lo logran a partir de la relacióncon los demás. Es como si las personas con las que viven fueran espejos enlos que se miran.

Sucedió en Tercero «A»

—¡Uf, qué bueno que ahora no vino Rocío, jugamos a todo dar! —exclamóVioleta, entusiasmada.

—Sí, el otro día, mientras la maestra nos leía la historia del «Tesoroescondido», Rocío estuvo muele y muele y

no me dejó terminar de

oírla —dijo Daniel.

—Yo de plano le dije a mi mamá que no quería venir a la escuela porqueRocío me pega —confesó Luis.

—Lo que pasa es que Rocío no quiere tener amigas ni amigos, es una pesadaafirmó Laura.

La maestra era muy paciente y trataba de calmar a Rocío para que partici-para con los demás. Poco a poco el grupo trataba de tolerarla, pero ante suactitud, la rechazaba.

Dadas las constantes quejas de sus hijos, algunas madres evitaban ir a acti-vidades fuera de la escuela a las que iría Rocío o le pedían explicaciones ala maestra del grupo sobre su comportamiento; otras más, se callaban ycompadecían a la niña.

¿Qué harían ustedessi tuvieran una hija como Rocío?

Rocío es una compañera que agrede y por lo tanto ella también recibe agre-siones.

Puede ser que Rocío sea una niña mimada y que por lo tanto en la escuelaquiera hacer su voluntad; o tal vez se trate de una niña rechazada que vive enuna familia en la que hay violencia y falta de respeto. Si fuera así, su furiasólo es una muestra de miedo, desconfianza o defensa.

Vivimos en diferentes ambientes y, aunque tenemos una manera de ser, nuestraforma de actuar puede variar en cada uno de los grupos en los que participa-mos. Por ejemplo, en algunos nos comportamos serios y reservados, como encasa, pero en otros, como con los amigos, somos platicadores y alegres.

Nuestras actitudes y algunos rasgos de nuestra personalidad se fortalecen odebilitan a partir de las reacciones de los otros. Cuando nos sentimos en con-fianza, con seguridad y como parte de un grupo actuamos con simpatía y engeneral las otras personas nos tratan igual. Si somos groseros o déspotas, lomás probable es que los demás nos respondan del mismo modo y se separende nosotros.

Ayudemos a nuestros hijos a comprender que la maneracomo traten a los demás será en gran medida la causa deltrato que ellos reciban.

¿Cuáles son las actitudes que observanen sus hijas e hijos en su trato con los demás?

Yo le creo a...Para las niñas y los niños, los adultos que escogen como ejemplo tienen unaimportancia especial, ya que los ven y reconocen como autoridades.

«Mi maestro es el más inteligente y buenode todos» «Mi tía María

nunca dice mentiras « «Mi mamá es la mejor del mundo»«Mi papá es el que más sabe»

Se conoce como autoridad la capacidad de algunas personas o institucionespara conducir, organizar, apoyar y orientar las relaciones entre las personas yentre los grupos.

En muchas familias la ejercen los adultos ante los menores; en otras, losabuelos son respetados como la autoridad.

En cualquier caso, lo deseable es que una autoridad sepa escuchar, atiendalas necesidades de los demás, establezca las reglas y los límites de manerajusta y de común acuerdo, actúe de la misma manera en que solicita a otrosque se comporten, y apoye las decisiones que fortalecen la independencia yla responsabilidad de todos los miembros de la familia.

Sabemos que no siempre es así. Tanto en las familias comoen otros grupos hay personas que imponen su autoridad

para controlar, someter a los demás y exigir quelos otros estén a su servicio.

Es tarea de todos trabajar por entablar relacionescordiales y equitativas. Inicialmente, la mamá yel papá tienen la responsabilidad de ejercer su

autoridad y enseñar a sus hijos con su ejemploque la autoridad no debe ser abusiva, violenta ni

opresiva.

Las niñas y los niños de primaria aceptan con facilidad la autoridad que loshace sentir más seguros, cuando quien la ejerce no es impositivo ni arbitrarioy es querido y admirado.

Cuando esto sucede, la mamá, el papá, los abuelos, los hermanos y las her-manas mayores, los maestros o cualquier otra figura de autoridad pueden serun motivo de orgullo y ser vistos como modelos o héroes. Los niños buscanen ellos ideas, hábitos y rasgos que imitan y hacen suyos como parte de supersonalidad.

Entre los seis y doce años, las niñas y los niños son especialmente exigentes.Observan que los límites, las indicaciones y las reglas sean igualmente respe-tadas tanto por los mayores y la autoridad como por ellos mismos. De igualmodo, en su grupo de compañeros prueban su propia capacidad para desem-peñarse como autoridad y en ocasiones aceptan que otro integrante lo haga.Los juegos y los deportes son actividades en las que practican ser líderes oautoridades.

¿Podrían mencionar qué personas son autoridades

para sus hijas e hijos?, ¿cuáles son las actitudes

que sus hijas e hijos admiran e imitan de ellas?

Al relacionarse con la autoridad en la familia, los niños aprenden a tratar dela misma manera, ya sea con respeto o con rechazo, a las personas que ejer-cen la autoridad en otros lugares, por ejemplo, al maestro o a la maestra.

De grandequiero ser

Las niñas y los niños aprenden reglas sociales, buscan héroes a quienes imi-tar, prueban sus propias leyes, aprenden a convivir y a compartir. Para ellos,crecer es jugar, gozar, descubrir.

Incluso en situaciones difíciles, el juego, la imaginación, la capacidad decrear y de soñar en el futuro son espontáneos y les sirven para descubrir sushabilidades y su talento al realizar ciertas actividades. Este descubrimientoes la base que estará presente cuando sean mayores y elijan su trabajo o pro-fesión.

A los niños de primaria los escuchamos decir:

«De grande quiero ser bombero» «Yo voy a ser pastor de 1000borregos» « Y yo, doctora» «Yo, campeón de fútbol»

Mediante el juego y la imaginación van aprendiendo que el trabajo es parabrindar servicios a la comunidad y ganarse la vida.

En la convivencia con otros, en la participación en actividades comunitarias,en el deporte, en el juego cotidiano, en tareas escolares, al dibujar, al escribir,al tocar algún instrumento musical o al realizar sus tareas domésticas, lasniñas y los niños reconocen sus intereses y gustos y las facilidades o dificul-tades que tienen para cada actividad. Así prueban su capacidad, su dominio,su fuerza, su empeño de lucha y la firmeza de sus deseos.

En la escuela primaria la actividad intelectual de los niños y de las niñas esmuy activa. Desarrollan habilidades de pensamiento mientras aprenden lasmatemáticas, las ciencias naturales, el español, la historia y todas las demásasignaturas. También se apoyan en acciones como tocar los objetos, verlos ya veces desarmarlos, pues es una forma en la que pueden conocerlos mejor.

Entre los seis y doce años también hay una gran necesidad de actividad físi-ca. Las niñas y los niños continúan en el conocimiento de la forma y lasposibilidades de su cuerpo, necesitan sentirse fuertes, que dominan y contro-lan lo que hacen. Eso los lleva a comparar sus propios logros y a mejorarlos.

El deporte, el baile, el caminar, el correr, el trepar realizados en compañía deotros niños y niñas también los ayuda a:

proponer, aceptar y cumplir reglas de cooperación,

trabajar en equipo,

asumir responsabilidades,

descubrir el amor por aprender a jugar y a trabajar.

La experiencia que las niñas y los niños tienen en estos años y el descubri-miento de lo que más les gusta hacer y lo que se les facilita les muestran sucapacidad inicial para bastarse a sí mismos, alcanzar lo que se proponen,resolver necesidades y lograr objetivos que les ayuden a caminar hacia suindependencia. En la medida en que crecen, tienen una idea más clara dequiénes son y de qué son capaces de hacer.

Ustedes tienen la importante tarea de ayudar y motivar a sushijas y a sus hijos para que participen en actividades físicascomo el deporte o el baile, y en actividades artísticas oartesanales en las que puedan desarrollar habilidades con susmanos, para que tengan la oportunidad de hacer y crear con suimaginación.

El hecho de que las niñas y los niños sean creativos es otraposibilidad más que tienen para desarrollar su confianza yseguridad en ellos mismos, para conocer lo que pueden dis-frutar y hacer en la vida, y para avanzar hacia su libertad yautonomía.

6. U N C A M I N O P O R R E C O R R E R

Igualesoportunidades paraniños y niñas

La sociedad tradicionalmente ha establecido que mujeres y hombres tengandiferentes funciones, tareas, responsabilidades, gustos e intereses. A las mu-jeres se ha asignado estar en casa al cuidado de la familia, hacer las laboresdomésticas, ser tiernas, dependientes, quietas y afectuosas. A los hombres hacorrespondido trabajar fuera del hogar, aportar el dinero para las necesidadesmateriales de la familia, ser inteligentes, agresivos, conquistadores e inde-pendientes.

Estos comportamientos han sido transmitidos de las abuelas y abuelos a sushijas e hijos y de éstos a las nietas y nietos. Se aprenden imitando actitudes,formas de vestir, el trato diferenciado a las niñas y a los niños, actividadesque unas y otros realizan en la casa, en la escuela y en la comunidad.

Aunque hay diferencias biológicas, hoy sabemos que la mayoría de las for-mas de actuar de hombres y mujeres son aprendidas y por lo tanto puedencambiar. Esto ha llevado a pensar que la desigualdad en las posibilidades quetienen las mujeres y los hombres para desarrollar capacidades, destrezas yhabilidades puede ser superada. Tener trabajo, educación, y salud por lo ge-neral se ha dificultado más para las mujeres que para los hombres, pero lasociedad y cada persona, en particular los padres y las madres de las nuevasgeneraciones, pueden hacer mucho para que esto siga cambiando.

Afortunadamente, las sociedades avanzan y cada vez es más claro que loscomportamientos pueden no ser exclusivos de un género o de otro. Hay hom-bres que participan en actividades del hogar y en el cuidado de los niños; haymujeres que trabajan en oficios y profesiones que por muchos años sólo rea-lizaban los hombres, aportan dinero para cubrir las necesidades familiares y,en muchos casos, son el único sostén del hogar.

Sin embargo, a muchas personas todavía les cuesta trabajo entender, aceptary cambiar los modelos tradicionales y, por lo tanto, educar a mujeres y hom-bres para que expresen por igual su ternura, logren su autonomía, acepten yconfirmen la necesaria participación de hombres y mujeres en actividadeslaborales remuneradas, al igual que colaborar en la crianza de los hijos.

Seremos más equitativos si en la vida diaria de la familia y de la comunidadpodemos brindar oportunidades equivalentes de desarrollo a niñas y niños, ysi logramos que el trato que reciben en su educación y en su participación enactividades hogareñas de limpieza o mantenimiento sea similar.

¿ Qué hacen ustedes para que las actividades,las responsabilidades y los gustos se compartan

equitativamente entre hombres y mujeres?

Si estamos de acuerdo en que las oportunidades para hombresy mujeres deben ser iguales, en que unos y otras podemosdesarrollar las mismas capacidades, destrezas y habilidades,entonces ¿por qué no ser flexibles y empezar por compartirjuegos, tareas y responsabilidades en nuestro propio hogar?

Si impedimos a los niños jugarcon niñas a la mamá y al papá,

¿Cómo aprenderán a atender y cuidar a sus hijosel día en que sean padres?

Si a las niñas les prohibimos treparsea un árbol o ser líderes de un equipo,

¿Cómo aprenderán a enfrentar riesgosy a resolver problemas?

Si evitamos que los niñosparticipen en la limpieza del hogar,

¿Cómo podrán aprender a asumir estasresponsabilidades?

Si no permitimos jugara niñas y niños juntos, entonces,

¿Cómo aprenderán que una relaciónentre hombres y mujeres puede ser espontánea,

de comprensión y ayuda mutua?

Las diferentes característicasde los niños y de las niñas no deben dar lugar

a desigualdades ni a tratos indignos.

Ser hombre yser mujer

A lo largo de la primaria, las niñas y los niños continúan con la observacióny el conocimiento de su cuerpo, así como con el descubrimiento de lo queson capaces de hacer y sentir con él. Comparan su tamaño, su fuerza y sushabilidades con los de sus hermanos, hermanas, amigos, amigas, mujeres yhombres adultos.

Su interés en el cuerpo se dirige a su crecimiento, les gusta saber la diferenciaque logran de un mes a otro. Relacionan su altura y su peso con la posibilidadde ser más fuertes, por eso se comparan con otras niñas u otros niños. Se fijanen cualidades y limitaciones como su agilidad o su torpeza, su velocidad o sulentitud, su fuerza o su debilidad.

Niñas y niños son prácticamente iguales en su inquietud, su capacidad física,su fuerza, su voz, los rasgos de la cara. La diferencia corporal es más visibleen sus órganos sexuales, los cuales a esta edad no están muy desarrollados.

Si bien el cuerpo es la base, ser mujer u hombre se determina por el com-portamiento de una y de otro. La comunidad y la familia esperan ciertas ac-tividades y actitudes de las niñas y otras de los niños

Quisiera ser una beisbolista

Lupe preparaba el desayuno mientras su marido, José, regresaba del parti-do de béisbol al que había ido temprano con su hijo Pablo, de once años.Cuando ellos se habían ido en la mañana, su hija Noemí de diez años, habíallorado un buen rato porque ella también quería jugar béisbol y su papá nola había llevado. Ahora jugaba con Chucho y Luisa, sus hermanos menores,pero se veía triste.

Cuando José y Pablo llegaron, todos se sentaron a desayunar y mientrasNoemí y Lupe les servían, ellos platicaban de los equipos, del siguiente par-tido y de la carrera que el papá anotó.

Noemí comenzó a llorar de nuevo.

—¿Qué le pasa a esta niña? —preguntó José.

—Ella quería ir a jugar contigo —le respondió Lupe en voz baja.

—Pero mi hijita, el béisbol es para hombres —le dijo José a Noemí tratandode calmarla.

—El otro día vi en la tele un partido en el que jugaban mujeres —exclamóChucho.

—Sí, pero han de ser muy feas —dijo Pablo.

—¡Eso no es cierto! —gritó enojada Noemí.

Ella se levantó de su silla y le dio un empujón a su hermano. Ambos empeza-ron a pelear. José los regañó, y pidió a los niños que se fueran a jugar.

Cuando se quedaron solos, Lupe y José platicaron preocupados sobre losdeseos de Noemí. Lupe propuso buscar un lugar para que la niña jugarabéisbol y José se quedó pensativo.

¿Por qué Pablo se comporta de esa manera?¿Noemí dejará de ser mujer si logra jugar béisbol?

En esta tarea de aprender actitudes y comporta-mientos diferenciados para hombres o mujeres,

los niños y las niñas entre los seis y doce añospasan por momentos en que se rechazan. Estoes natural y necesario porque la distancia queponen les ayuda a tener más clara la forma en

que desean y deben comportarse.

Los niños dicen de ellas:

"son lloronas"

"sus mochilas están ordenadas"

"platican del amor "

"son coquetas"

"dibujan mariposas y corazones"

Las niñas dicen de ellos:

"son bruscos"

"siempre andan sudados"

"sólo platican de deportes"

"guardan cosas raras en sus mochilas"

"son groseros" Éstas son expresiones de sus experiencias, pero también de sus prejuicios, delos conocimientos que van tratando de construir para reconocerse como hom-bres o como mujeres, frente a lo cual los adultos debemos ser comprensivos,pero procurar que aprendan a conocer y a respetar a las personas de sexodiferente al suyo.

Por un lado, los niños se alejan de las niñas y ellas de ellos, pero por el otro,gustan de experimentar los primeros noviazgos que, aun cuando breves, sonde importancia porque ellos y ellas prueban ser aceptados, ven sus cualida-des y sus dificultades en el trato con los demás y empiezan a reconocer sumasculinidad o su femineidad.

Los noviazgos entre niñas y niños pueden ser una oportunidad para que uste-des platiquen con ellos sobre sus propias experiencias cuando fueron meno-res. Otras formas de ayudarlos son:

Pregunten a sus hijas o hijos qué piensan de sus compañeros y compañeras.Platiquen sobre lo que más les gusta y les disgusta de ser niña o niño y ayú-denlos a aceptarse y a transformar las condiciones que quizá no los benefi-cian.

Un compromiso con nosotros mismos

Construir en la vida diaria de la familia valores como la res-ponsabilidad, el respeto y la colaboración, con base en la equi-dad, la igualdad y la justicia entre las personas, favorece queniñas y niños los hagan suyos, hoy en sus juegos y mañana ensus relaciones.

Podemos ayudar a nuestros hijos a convivir en armonía si lesenseñamos que esto requiere que nos comprometamos a:

compartir funciones y responsabilidades en nuestra familia y en nuestra comunidad,

participar por igual en las diferentes tareas domésticas, escolares y comunitarias,

expresar todo tipo de sentimientos: ternura, tristeza, enojo, miedo, entre otros, y

disfrutar de actividades y juegos en los que mostramos inteligencia, control, cuidado, compañerismo, ternura y respeto.

platicar sobre lo que sienten sus hijos e hijas, evitar las críticas hacia sus amigos o amigas, comentar con ellos y ellas las formas de relación que ven en

parejas cercanas a la familia, sugerir atenciones y detalles que pueden tener hacia sus amigos y

amigas, y platicar acerca de la amistad.

Un compromisocon nosotros mismos

Construir en la vida diaria de la familia valores como la responsabilidad, elrespeto y la colaboración, con base en la equidad, la igualdad y la justiciaentre las personas, favorece que niñas y niños los hagan suyos, hoy en susjuegos y mañana en sus relaciones.

Podemos ayudar a nuestros hijos a convivir en armonía si les enseñamos queesto requiere que nos comprometamos a:

Entender y respetar a los otros

Estar dispuestos a dar lo mismo que pedimos

de otras personas

Solicitar lo que nos hace falta y

compartir lo que tenemos

Apreciar y agradecer los esfuerzos que los

demás hacen

Ser responsables de nuestros actos y evitar culpar a otros de nuestros

errores

Aceptarnos como somos y respetar a los demás

en sus diferencias

Reconocer nuestros defectos y actuar para corregirlos

Actuar con sinceridad y hablar con verdad para alimentar la confianza de los

demás hacia nosotros

Comprender que el bienestar de los otros es igual

de importante que el nuestro

Acompañar y ayudar a los demás

en las buenas y en las malas

Las niñas y los niños tienen derechos:

«Es nuestro derechojugar, participar en

actividades culturalesy artísticas, así como

expresar nuestra opinióny que ésta se tome

en cuenta en todos losasuntos que nos afecten»

Artículos 7, 9, 12 y 31 de la Convención sobre los Derechos del Niñoaprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en

noviembre de 1989.

Los libros de Mamá y Papá es una colección que invita a las madres y a los padres a reflexionar respecto de las relaciones en las pa-

rejas y en las familias actuales, haciendo hincapié en el cuidado, la educación yel amor que los hijos y las hijas necesitan para tener un buen crecimiento y desa-rrollo afectivo, físico e intelectual. Sugiere medidas preventivas y alternativas desolución a diferentes problemas que se pueden presentar en la vida cotidiana. Lacolección está integrada por ocho libros que se complementan entre sí y cuyostítulos son los siguientes:

El amor en la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Brinda información para apoyar la formación de niños y niñas durante las principales etapas de sucrecimiento y desarrollo físico, emocional y afectivo.

La sexualidad de nuestros hijos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Plantea la importancia de considerar la sexualidad de nuestros hijos como un proceso natural y dedisfrutar de una vida sexual plena y con responsabilidad. Su realización satisfactoria y amorosa con-tribuye al bienestar de las personas, las parejas, las familias y de la sociedad.

Violencia en la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Rechaza la violencia como forma de vida y promueve un proceso de búsqueda de relaciones armóni-cas en la familia, en las que prevalezcan la confianza, la comunicación, el afecto y la seguridad. Pro-pone la cultura del respeto y el rechazo de la violencia.

Cuidado con las adicciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Propone a madres y padres permanecer alerta ante posibles cambios de comportamiento de sus hijase hijos y les ayuda a prevenir que los niños y jóvenes caigan en la adicción.

La nutrición de la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Promueve la reflexión respecto de los hábitos alimentarios de las personas y proporciona informa-ción a madres y padres para revisar la dieta diaria de su familia y mejorarla de acuerdo con sus nece-sidades y posibilidades.

La salud de nuestros hijos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Proporciona información a madres y padres sobre aspectos de prevención de accidentes y enferme-dades en sus hijas e hijos, así como acerca de la vacunación y las prácticas higiénicas mínimas paratener una vida sana.

Los medios masivos de comunicación y la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Contiene información para ayudar a madres y padres a intensificar la comunicación con sus hijas ehijos a partir de la reflexión y el análisis conjunto de los mensajes que transmiten los medios masi-vos, sobre todo a través de la televisión.

La escuela y la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Ofrece sugerencias a madres y padres para lograr una mejor comunicación entre la escuela y el ho-gar, de modo que los niños y las niñas aprovechen y disfruten más sus estudios.

La escuela y la familia ofrece algunas ideas para mejorar el desempeño desus hijos en la escuela, así como para propiciar que vayan con más gusto y quesaquen mayor provecho de ella. La comunicación entre la familia y la escuelaimpulsa la educación de las niñas y los niños. La familia puede ofrecer am-bientes seguros, afectuosos y estimulantes; la escuela debe educar para lavida.