LA COMUNICACIÓN Y EL LENGUAJE DE LOS NIÑOS DE 0 a 6 años

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LA COMUNICACIÓN Y EL LENGUAJE DE LOS NIÑOS DE 0 a 6 años EXPRESIÓN Y COMUNICACIÓN

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LA COMUNICACIÓN Y EL LENGUAJE DE LOS NIÑOS DE 0 a 6 años

EXPRESIÓN Y COMUNICACIÓN

INTRODUCCIÓN El aprendizaje del lenguaje es una actividad compartida que se produce en entornos interactivos

y comunicativos entre el niño y el adulto y que requiere de un proceso de enseñanza-aprendizaje.

En esta unidad te encontrarás con los contenidos relacionados más directamente con las características de los primeros procesos comunicativos, las características del proceso de enseñanza-aprendizaje del lenguaje, las características del lenguaje infantil y sus funciones.

En primer lugar vas a encontrar las características propias de la díada comunicativa madre-hijo, como primer núcleo de aprendizaje.

A continuación analizaremos la adquisición del lenguaje como proceso de enseñanza-aprendizaje interactivo y compartido, la importancia de la experiencia comunicativa y de las condiciones ambientales…

Después haremos un pequeño análisis comparativo de las características del lenguaje infantil frente al lenguaje del adulto. Seguidamente te presentaremos las diferentes funciones del lenguaje infantil en los primeros años a partir de una visión pragmática del desarrollo de la comunicación y el lenguaje.

Por último, te planteamos el desarrollo de los aspectos más característicos de la naturaleza del lenguaje infantil ligados a la socialización, centrándonos en las conversaciones infantiles y el juego.

CONTENIDOS DE INTERÉS

Competencias comunicativas del recién nacido Percepción visual: ya está bastante desarrollada al nacer. El bebé es capaz de

ciertas estrategias, dirigiendo su mirada hacia donde pueda recoger el máximo de información visual y siendo capaz de tender un brazo hacia el objeto fijado visualmente. Llega a sincronizar rápidamente la mirada y los movimientos de la cabeza. Los estímulos visuales que prefiere son el rostro humano y los ojos.

Sus aptitudes visuales conllevan una capacidad de reconocimiento que evoluciona considerablemente en el tiempo: en la sexta semana el bebé es capaz de fijar la mirada de la madre, con lo que ésta tiene la impresión de que el niño la mira con sus ojos, estableciendo una forma de comunicación especial con ella.

Al tercer mes, el sistema visual del lactante alcanza su madurez, y es capaz de seguir con la mirada los desplazamientos de la madre en una habitación.

El sonido: el niño, ante los estímulos sonoros, reacciona con viveza, produciendo reacciones de orientación de ojos y cabeza hacia la fuente originaria. Favorece que el niño abra los ojos, o también puede tener un efecto tranquilizador para él.

A partir del cuarto día es capaz de distinguir la lengua materna de una lengua extranjera. A las pocas semanas puede percibir los contrastes fonéticos de todas las lenguas, facultad que pierde gradualmente hacia el final del primer año. A las dos semanas, el sonido de la voz produce sonrisas más que cualquier otro estímulo. El bebé es capaz de sincronizar su comportamiento motor con las emisores de la madre.

El bebé también dispone de una buena dotación en lo referente al olfato, al gusto y al tacto.

Demuestra su capacidad de elección entre diferentes estímulos olfativos y utiliza esta capacidad dentro del repertorio de acciones que le permiten actuar con la madre. En los primeros meses, gracias a estas sensaciones olfativas puede percibir el ambiente y reconocer a los adultos.

Además, posee una superficie receptora gustativa más extensa que la del adulto, y una desarrollada sensibilidad táctil en las palmas de las manos, en las plantas de los pies y en la cara.

COMPETENCIAS MATERNAS Para comunicarse con un bebé, el personaje materno (haciendo referencia

genérica al adulto que desempeña este papel), debe tener una gran capacidad de identificación con el niño.

Las madres adoptan su comportamiento al del lactante, haciendo correspondencia con ciertos aspectos de la conducta del bebé: su manera de moverse, el rostro, el cuerpo, las manos y la intensidad y ritmo de voz son aspectos específicos de su relación con el bebé que difieren totalmente de las secuencias que utilizan en su relación con niños mayores.

Esta "habla maternal" se caracteriza por la utilización de entonaciones muy marcadas, elementos de cadencia y ritmos muy típicos, repeticiones, preguntas, vocalizaciones, acompañado todo ello de gestos, indicaciones y contacto corporal.Así, la madre y el niño se comunican mediante un estado afectivo interno, y no sólo un comportamiento externo.

INTERACCIONES RECÍPROCAS El bebé establece una relación circular con su madre: un comportamiento de niño induce a

un comportamiento materno, al que a su vez responde el niño. Esta relación va asentando las bases de una comunicación preverbal: para provocar una determinada respuesta por parte de la madre, el bebé tiene que modular las interacciones, y así crea situaciones de confianza y duda y despierta en la madre toda una gama de sentimientos.

La capacidad del bebé para integrar las comunicaciones dentro del entorno corporal y sensorial que le crea la madre depende de la facultad de ésta para saber valorar, dentro de una relación interactiva, el umbral de tolerancia de aquél.

Una falta o un exceso de estimulación pueden provocar en el niño reacciones de evitación.

La madre tiene que permitir la adquisición progresiva de los primeros significantes para el bebé. Cuando un niño no recibe apenas estímulos placenteros, en los dos primeros años de su vida, no va a tener la oportunidad de desarrollar la capacidad de establecer las diferenciaciones en las primera sensaciones de placer y displacer.

Por otro lado, pueden darse las condiciones de una comunicación diádica adecuada en cuanto a una buena relación afectiva, pero puede existir un desfase, por defecto o exceso, en el modelo lingüístico ofrecido, lo que provoca un desajuste en el proceso de enseñanza-aprendizaje del lenguaje.

RECUERDA La primera condición para que se produzca la adquisición y desarrollo

del lenguaje es la existencia de un contexto interactivo y comunicativo entre el niño y el adulto. La díada comunicativa entre madre-hijo es un ejemplo.

Competencias comunicativas del bebé:

Contacto y seguimiento visual con la madre.

Reacción a los estímulos sonoros y en especial a la voz materna.

Respuesta y sincronización motora ante las emisiones de la madre.

Características de la díada comunicativa: Interacción recíproca, capacidad de identificación del adulto con el niño, y sintonía en las respuestas.

RECUERDA Competencias comunicativas maternas:

Búsqueda de la mirada del bebé.

Uso de una entonación y vocalización apropiada para la comunicación.

Adaptación de su comportamiento al del bebé.

Sintonía con movimiento y mímica del niño.

El "habla maternal" se caracteriza por la utilización de entonaciones muy marcadas, elementos de cadencia y ritmos típicos, repeticiones, preguntas, vocalizaciones, gestos, indicaciones y contacto corporal.

En la díada comunicativa se establece una "comunicación circular": un comportamiento del niño induce un comportamiento materno al que a su vez responde el niño.

CARACTERÍSTICAS DEL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL LENGUAJE Para que el niño adquiera el lenguaje, es

necesario construir un proceso de enseñanza-aprendizaje eficaz. Este proceso se centra principalmente en tres aspectos que desarrollaremos a continuación:

Pautas interactivas y proceso de enseñanza-aprendizaje Las características del entorno de la "díada comunicativa" se relacionan

con las competencias y actuaciones que el adulto desarrolla en todo lo relativo a la atención al niño pequeño:

Adecuada atención física al niño (atención, higiene y sueño).

Organización de horarios y ritmos cotidianos.

Estimulación positiva.

Establecimiento de una relación afectiva con el niño.

Este entorno comunicativo, creado por el adulto que desempeña el papel materno, requiere del adulto unas actuaciones, actitudes, habilidades y competencias para que sea efectivo. Y para que se constituya en un proceso de enseñanza-aprendizaje del lenguaje, el entorno ha de ser también comunicativo y hablante que se vaya adaptando a las posibilidades del niño y que a la par vaya por delante guiando su desarrollo.

La carencia comunicativa niño-adulto impide al niño encontrar un modelo imitativo, condición imprescindible para el desarrollo de la representación.

En resumen, éstas son las condiciones o características que debería reunir un proceso de enseñanza-aprendizaje de la lengua:

Condiciones relacionales, afectivas y comunicativas entre el adulto y el niño.

Forma específica del adulto de dirigirse al niño, junto con gestos y contacto corporal.

Uso de estrategias de representación y desarrollo de la tarea, motivando al niño para mantener su atención y actividad.

Capacidad y disponibilidad del adulto para interpretar y resaltar algunas manifestaciones del niño; tener confianza en sus posibilidades.

Regularidad

Estabilidad

Previsibilidad

Experiencia comunicativa y lingüística: condiciones ambientalesHay otras fuentes de estimulación comunicativa y lingüística que proceden del entorno social que rodea al niño y que va ampliándose progresivamente a medida que el niño va creciendo:

Lenguaje infantil y lenguaje adulto El adulto, al comunicarse con un niño pequeño, construye un contexto comunicativo,

caracterizado por la atención y el afecto hacia el pequeño. Poco a poco va incorporando las habilidades y estrategias necesarias para hacer más efectivo el proceso de enseñanza-aprendizaje (capacidad de atención y escucha). Se adapta al niño para poder ofrecerle las experiencias comunicativas y hablantes que necesita.

A medida que los niños van creciendo y adquieren una mayor competencia comunicativa y lingüística, la respuesta y estimulación del adulto va variando y "normalizándose" hasta dirigirse al niño de una manera más convencional y parecida a la del lenguaje adulto.

Cuando los niños comienzan a decir sus primeras palabras, el adulto actúa como intérprete, apoyo, maestro. Progresivamente le enseñará a construir sus primeras frases, transmitiéndole las normas para su construcción. El niño aprenderá las palabras, su sonido, su significado, su combinación en las frases y su utilización en el transcurso de un proceso guiado por el adulto.

Existe una forma especial del lenguaje que suelen emplear los adultos: el habla maternal. Consiste en la abreviación de la longitud de las oraciones, la simplificación de la sintaxis, una entonación marcada, la introducción frecuente de preguntas, y el recurso a las repeticiones.

Para mantener una actitud de escucha y atención hay que darle al niño su propio tiempo:

Para decidir lo que va a hacer o lo que va a decir.

Para buscar el procedimiento adecuado.

Para conectar con las intenciones y expresiones del adulto.

Para incitar.

Para responder, para permanecer callado o en espera.

Para interpretar.

Para imitar.

Para inventar.

El adulto también ha de tomarse su tiempo para apoyar al niño, confiar, confirmar, ampliar y corregir su lenguaje, evitando en la medida de lo posible una actitud de permanente anticipación.

RECUERDA Características que hacen eficaz el proceso comunicativo entre

el niño y el adulto: regularidad, estabilidad, previsibilidad.

Condiciones para que un contexto interactivo sea también un proceso de enseñanza-aprendizaje del lenguaje: Adaptarse a las posibilidades del niño e ir por delante guiando su desarrollo.

De entre todas las intervenciones del adulto cuando se comunica con un niño pequeño, hay una que en especial determina la adquisición de los primeros signos comunicativos en el bebé: la adecuada respuesta e interpretación del adulto a las manifestaciones del niño.

RECUERDA

Las primeras manifestaciones visibles del niño en las que se apoya el adulto para enseñar el lenguaje son los gestos.

Además de la experiencia comunicativa recibida de la relación establecida con el adulto que desempeña el papel materno, hay otros medios de recibir la estimulación necesaria para adquirir y desarrollar el lenguaje: la familia y el centro de educación infantil.

El adulto que intenta enseñar a hablar a un niño pequeño debe desarrollar la capacidad de atención y escucha.

CARACTERÍSTICAS DEL LENGUAJE INFANTIL A medida que los niños van adquiriendo su

código lingüístico, van poniendo de manifiesto en su lenguaje las mismas características que son propias del lenguaje humano adulto.

Aún así, se pueden determinar las características propias del lenguaje infantil, que lo identifican de una manera especial y que progresivamente van perdiendo relieve a medida que el lenguaje infantil deja de serlo.

Dependencia de la estructura

Ya desde un primer momento, las primeras adquisiciones en el lenguaje obedecen a una estructura. Su desarrollo posterior se produce dependiendo de la misma estructura propia de la cada lengua.

Por ello, en determinados momentos de su desarrollo del lenguaje, el niño puede no utilizar unos determinados elementos del lenguaje, porque su capacidad no le permite incorporarlos aún, o bien porque su análisis de las reglas del lenguaje aún no se adaptan correctamente a todas las situaciones.

Los niños aprenden que para que se les entienda es preciso que intenten hablar de manera que realmente se les entienda: o sea, de la manera más parecida posible al modelo ofrecido por los adultos. Siempre hay algún adulto dispuesto a corregir al niño, y con frecuencia es el propio niño el que acaba corrigiéndose a sí mismo.

Creatividad La riqueza expresiva de los niños en el uso del lenguaje

puede producir efectos creativos. Para que un niño sea creativo con el lenguaje, es preciso que primero disponga de un cierto dominio y de una determinada competencia en el lenguaje. Después vendrá su uso como instrumento al servicio de la creatividad.

Las definiciones de los niños no suelen ajustarse a una definición objetiva, sino a su experiencia personal. Están en relación con la visión del mundo propia de estas edades, con su capacidad de observación, con sus propias experiencias o con sus fantasías. No pueden atenerse a un gran realismo.

Libertad de uso Se refiere a la espontaneidad, a la naturalidad y a la libertad en el uso del

lenguaje, y aparentemente es opuesta a la dependencia del modelo.

En concreto, se refiere al uso libre que hacen los niños del lenguaje como instrumento de expresión, entendida más como libertad de expresión, desde la espontaneidad y naturalidad propias de los niños.

Los niños no viven de la misma manera los convencionalismos sociales referidos al uso de lenguaje, a lo que está permitido o no decir. Utilizan el lenguaje para unas funciones ligadas a sus necesidades de relación personal y social, de expresión, de comunicación…

Así, piensan en voz alta para poder ordenar su mundo, confirmar sus descubrimientos, aprender, relacionarse y jugar.

Los juegos con el lenguaje ya no son juegos vocales, son juegos intencionales con el significado y el sonido de las palabras. Les gusta inventar palabras, decir las cosas como las ven y las sienten.

Egocentrismo Para los niños, en un desarrollo normal, el solo hecho de hablar supone el

reconocimiento de la existencia del otro. En muchas ocasiones hablan porque necesitan hablar, ya bien de lo que consideran importante para ellos o porque quieren acompañar, reforzar o suplantar la acción, y el lenguaje puede ser un fin en sí. Pero, aunque sea de forma imaginaria, siempre cuentan con la posibilidad de ser escuchados.

El lenguaje del niño es egocéntrico, pero también lo es la propia naturaleza de la infancia. Los niños cuando hablan, cada cual dice lo que quiere decir, e intenta, si puede, hacer prevalecer su punto de vista porque no es capaz de salirse de su lugar para ponerse objetivamente en el lugar del otro.

Esto no quiere decir que no tengan en cuenta lo que dicen los otros ni el punto de vista de los otros, como demuestran las conversaciones infantiles.

Los niños aprenden desde muy pequeños a respetar las convecciones sociales que rigen los intercambios lingüísticos, debido a las variadas y numerosas experiencias sociales y comunicativas con otros niños que tienen antes de cumplir un año de edad.

En las conversaciones infantiles, un niño se apoya en lo dicho por otros, para negar, asentir, repetirlo o ignorarlo… Por ello, no es tan cierto que en las conversaciones infantiles cada cual desarrolle su propio discurso al margen de su alrededor.

RECUERDA Características propias del lenguaje infantil:

Dependencia del modelo: los niños aprenden el lenguaje obedeciendo a la estructura propia de cada lengua, desde el principio.

Creatividad: los niños utilizan el lenguaje como instrumento para desarrollar y expresar su creatividad, sin que esto deba confundirse con el uso aún impreciso del lenguaje.

Libertad de uso: importancia de la naturalidad, espontaneidad y libertad de expresión de los niños.

Egocentrismo: dificultad para ponerse en el lugar del otro.

FUNCIONES DEL LENGUAJE INFANTIL De una forma evolutiva, y a medida que los niños van

aprendiendo el código lingüístico, el uso que hacen del lenguaje se va ampliando hasta llegar a utilizarlo con las dos mismas finalidades con las que utilizan los adultos el lenguaje: para comunicarse (función comunicativa) y para representar sus ideas, pensamientos, conocimientos, sentimientos (función representativa o simbólica).

Se pueden identificar diferentes usos concretos del lenguaje a medida que éste va evolucionando, y cuyo conocimiento es imprescindible a la hora de hacer una observación del desarrollo del lenguaje en los niños.

FUNCIONES DEL LENGUAJE INFANTIL De las muchas clasificaciones de las

funciones o de las categorías funcionales del lenguaje infantil, la mayoría coinciden en unas funciones básicas desde que los niños empiezan a adquirir el lenguaje (hacia los 18 meses) hasta que han conseguido un dominio importante del mismo (a los 6 años): lo utilizan para unos fines claramente identificables por el interlocutor.

FUNCIONES DEL LENGUAJE INFANTIL

FUNCIONES DEL LENGUAJE INFANTILPrimera clasificación sobre las funciones del lenguaje: Geenfield y Smith

Señalan que durante el período que va de los 6 a los 24 meses el niño utiliza básicamente tres tipos de categorías funcionales:

Preformativa: constituida por aquellos sonidos que acompañan a una acción.

 Los niños manifiestan claramente, aún con su lenguaje verbal muy limitado, su necesidad de expresarse y comunicarse.

Indicativa, que designa el objeto.  Cumplen el papel intencional en la comunicación del niño.

Cumplen el papel intencional en la comunicación del niño.

Volicional, aquello que está vinculado a un deseo hacia el objeto o la persona.

FUNCIONES DEL LENGUAJE INFANTIL Segunda clasificación sobre las funciones del lenguaje: Halliday

Las bases de la comunicación se encuentran en las principales funciones pragmáticas en niños de 9-18 meses:

Instrumental: sirve para satisfacer una necesidad y obtener algo del adulto.

Reguladora: control del comportamiento de otra persona.

Interactiva: sirve para establecer contacto.

Personal: sirve para expresar el propio estado.

Heurística: su objetivo es tener más conocimiento sobre el entorno y el "porqué" de las cosas.

Imaginativa: la manera en que el niño concibe y crea su propio entorno

Informativa: ejerce el intercambio de información.

Segunda clasificación sobre las funciones del lenguaje: Halliday

Halliday resume en tres fases el desarrollo de las funciones pragmáticas:

Primera fase 

La comunicación adulto-niño se realiza sólo a través de la fonología porque el niño aún no posee el léxico del adulto. No existe comunicación conversacional propiamente dicha, sino una interacción de “protodiálogo”.

Segunda fase

La interacción del niño se enriquece. Tras la adquisición y evolución del vocabulario, estructura gramatical y formas conversacionales, aparece ya el diálogo en la comunicación.

Tercera fase

Evolución de la segunda y establecimiento de las funciones propias del adulto.

Tercera clasificación sobre las funciones del lenguaje: Grace Shum

Se basa en un estudio sobre las funciones gramáticas:

1. Enunciativa: Los mensajes son enunciados infantiles que denominan objetos o hacen referencia a acciones. Esta función se clasifica a su vez en:

a. Referencia a objeto y/o acción presente. 

b. Referente a objeto ausente y/o acción pasada o futura.

2. De demanda:

La función de demanda incluye los enunciados que solicitan algo de su interlocutor:

c. Acción y/u objeto: cuando el niño solicita algún objeto a su interlocutor, teniendo en cuenta si éste está situado o no en el contexto interactivo.

d. Información: enunciados por medio de los cuales el niño requiere una información, que en su mayoría suelen aparecer en forma interrogativa.

e. Ayuda: expresiones en las que el niño requiere la colaboración o la mediación del adulto para llevar a cabo una actividad conjunta.

3. Fática:

Los enunciados que cumplen sólo la función de establecer o mantener contacto con el interlocutor.

Cuarta clasificación: Gerardo Aguado

Establece cinco grandes funciones o categorías en el lenguaje infantil (niños de 0 a 3 años):

FUNCIONES DEL LENGUAJE INFANTIL

Pautas evolutivas en lo que se refiere a las funciones del lenguaje (Gerardo Aguado)

1. A los 3 años, los niños ya pueden utilizar el lenguaje para conversar, preguntar, responder…

2. Un niño menor de 24 meses incorpora preferentemente categorías reguladoras.

3. Entre los 24 meses y los 3 años incorpora categorías declarativas, de intercambio, personales y conversacionales

RECUERDA En la evolución del lenguaje infantil se pueden observar diferentes

usos concretos. En un principio, los usos del lenguaje se limitarán a unas pocas funciones para ampliarse progresivamente a medida que los niños van adquiriendo mayor dominio del lenguaje.

Estas funciones propias del lenguaje infantil se refieren al uso del lenguaje para: establecer relación, indicar o señalar, pedir, mandar, transmitir o pedir información, conversar, crear.

Las dos funciones básicas del lenguaje humano adulto son:

La función comunicativa (en sentido amplio).

La función representativa o simbólica.

RECUERDA Hay diferentes clasificaciones sobre las funciones del

lenguaje infantil, no importa tanto la terminología utilizada en ellas, como la información que puede proporcionarnos a la hora de analizar el uso que hacen los niños del lenguaje en cada momento y a lo largo de su evolución.

Cuanto más pequeños son los niños, mayor uso harán de las funciones de relación, indicación, declaración, petición y mandato. A medida que van adquiriendo mayor dominio del lenguaje, irán incorporando categorías referidas a la transmisión o petición de información, conversación y creación.

SOCIALIZACIÓN Y LENGUAJE

La función social del lenguaje viene dada en la medida en que el lenguaje es un instrumento para regular la conducta de los demás: comunicar a los demás nuestros deseos, intenciones o sentimientos; transmitir y crear cultura; pedir, preguntar, relacionarnos…

El niño aprende enseguida a utilizar las formas sociales del lenguaje (saludar, dar las gracias…).

Entre el adulto y el niño el lenguaje ejerce una clara función de mediador social. En la relación de los niños entre sí el papel social del lenguaje es muy importante. Hay dos manifestaciones de la vida social de los niños en la que este hecho se ve de una forma muy clara: las conversaciones infantiles y el juego.

Las conversaciones infantiles Qué mejor que un ejemplo real para hacer algunas observaciones sobre el papel socializador de la conversación entre los niños.

Situación de la conversación

Los niños acaban de incorporarse a una de las sesiones de trabajo con la profesora que se encarga de realizar esa tarea, en un aula que está exclusivamente habilitada para el apoyo educativo y de lenguaje. Todos se conocen. La tarea de ese día consiste en inventar una historia, a propósito de una pelota que estaba sobre la mesa alrededor de la cual se reúne el grupo. Junto a la mesa hay una ventana que da a la calle.

Presentación de los niños

Son cuatro niños de 4 años que asisten a una escuela infantil pública situada en el barrio madrileño de La Ventilla. Cursan segundo curso del segundo ciclo de educación Infantil. Son compañeros de clase y, además, constituyen un grupo de apoyo educativo y de lenguaje fuera del aula, pero en el propio centro escolar. Todos los niños han nacido en Madrid y, a excepción de uno de ellos, viven en entornos familiares con algunas dificultades y en contextos socioculturales poco favorecedores. El motivo por el que reciben la atención específica es su bajo desarrollo del lenguaje.

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CONVERSACIÓN

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Comentarios sobre la conversación

A los 4 años, todavía algunos niños cometen errores importantes en sus construcciones lingüísticas, sobre todo en relación a las reglas morfosintácticas y a la utilización de las diferentes categorías gramaticales. Disponen de un reducido bagaje léxico-semántico, lo que implica una menor facilidad para formular y expresar sus pensamientos y conocimientos.

Desde un punto de vista pragmático, cabe decir que todos los niños entienden perfectamente el mecanismo práctico de la conversación. Si bien el más rápido sabe aprovechar cualquier oportunidad para hablar, no suelen hablar todos a la vez, respetan a su manera el turno de palabra.

El educador podría intervenir para favorecer la intervención de aquellos niños menos capaces verbalmente, pero no es recomendable en el caso de una conversación espontánea y de libre desarrollo entre ellos, precisamente para poder observar.

Todos los niños coinciden en el uso del lenguaje con una función conversacional y claramente social.

Uso de recursos expresivos

En todas las formas lingüísticas, incluso en las más empobrecidas, se manifiesta la naturaleza y universalidad del lenguaje infantil en lo que a riqueza expresiva se refiere. Hay gestos, movimientos, expresiones, y también recursos poéticos –aunque sin ser conscientes de ello.

Lo que pueden considerarse “errores” formales en el lenguaje infantil, pueden también ser considerados como recursos expresivos propios del lenguaje infantil.

Siguiendo la conversación del ejemplo, podemos encontrar algunos recursos expresivos propios del lenguaje infantil:

Uso de recursos expresivos Supresiones de palabras

La fuerza recae en las palabras dichas. (“casa mía”)

Repeticiones de conjunciones y de expresiones

Repetición de una expresión, para retomarla y seguir elaborando nuevos enunciados. (Ahora a mí... a mí... a mí”).

Yuxtaposición de dos elementos opuestos

Cada elemento por separado carece de sentido y sólo lo adquiere en referencia con el otro. En uno se afirma la presencia porque en el otro se niega (“Pero tú y yo... pero él no”).

Expresiones del lenguaje adulto

(“Se le llenó hasta la barrigota”).

Uso de recursos expresivos Falta de concordancia gramatical

(“Ahora están él, yo, él y tú”).

Descripción y enumeración de acciones

(“Que se metió en la basura... se metió en la máquina que había en la basura... y con la boca abierta de la tragó”).

Silencios o pausas

(“Era un gigante grande... era así”).

Onomatopeyas

(“¡Boo! ¡Boo!”).

Uso de recursos expresivos Juegos con los tiempos verbales

(“Yo veía una pelota que andaba y botaba y botando vino un gigante...”)

Error morfológico

(“Se comió y se lo tragó”: utiliza en pronombre “lo” en vez de “la” para referirse a la pelota).

Expresión inadecuada de los tiempos verbales

(“Venió un gigante”).

Sugerencias sin decir el nombre del objeto referido

(“Y la tiré por la ventana y la... y estaba un contenedor y dejó abierto y lo tiré en el otro”).

Uso de recursos expresivos Comparativos, diminutivos, aumentativos

(“Y después lo cogió con su brazo tan grande...”).

Comparaciones metafóricas

(“Y rueda, pero se parece a una canica”, la pelota).

Uso de expresiones inesperadas

El niño pretende llamar la atención del interlocutor (“Mira”).

Síntesis

(“Se la tragó el gigante”).

Uso de elementos sorpresa

El niño usa elementos sorpresa para llamar la atención (después de una larga descripción, nos revela el secreto “El gigante”).

Competencia lingüística, creatividad y socialización

En el grupo de niños hay uno que asume el mayor peso creativo, y demuestra una mayor capacidad de desenvolvimiento con el lenguaje al servicio de la imaginación infantil. El resto participa en menor medida, debido a su menor manejo de la expresión verbal.

Teniendo en cuenta el hilo conductor de la conversación ejemplificada -la invención de una historia con la pelota-, podemos sacar algunas conclusiones de interés:

Frente a la consideración de que el lenguaje infantil es eminentemente egocéntrico, en el ejemplo todos los niños, en mayor o menor medida, tienen en cuenta lo que los demás dicen. Los niños se van apoyando continuamente en lo dicho por el otro, haciendo una creación colectiva y encadenada, y lo repiten textualmente para continuar con su aportación propia.

Estilo rápido y rotundo a la hora de expresar sus opiniones, a favor o en contra de lo dicho anteriormente por otros niños.

La servidumbre mutua entre expresión verbal y creatividad Este concepto guarda relación con el sentimiento de necesidad urgente que

experimentan los niños cuando quieren hablar, y no cuando el adulto les propone hacerlo.

La creatividad infantil se apoya en la capacidad de imaginación, y ésta tiene que ver con las imágenes mentales. A su vez, uno de los instrumentos para comunicar y expresar las imágenes son las palabras. Por ello, cuanto mayor dominio del lenguaje verbal posea un niño, mayores posibilidades tendrá de crear, comunicar y expresar las imágenes que nutren la imaginación.

El niño que muestra menor grado de creación en la conversación ejemplificada, introduce en la historia elementos reales de su vida. Su madre es prostituta y a veces se encuentra con señores desconocidos en su casa por las noches. Sin saber esta información, podríamos pensar que cuando habla de la cama, la noche, el monstruo, los miedos, la madre... está aportando elementos de la creación imaginativa infantil. Su limitación en el desarrollo del lenguaje verbal le impidió convertirse en el centro de escucha de esta historia.

Juego y lenguaje La expresión más poderosa de la infancia es el juego, y el lenguaje es uno

de los mejores aliados del juego infantil. Los niños hablan mientras juegan, solos o acompañados. Además, el lenguaje juega un papel organizador de gran importancia en las relaciones sociales establecidas en el transcurso de los juegos.

En el caso del juego simbólico o de representación, el lenguaje es causa, acompañante y efecto, a la vez. En este juego de ficción el lenguaje es un vehículo de expresión y, además, cumple una función al servicio de la representación orientando y organizando el desarrollo del juego y también desempeña un importante papel cuando el juego es compartido.

El juego es la forma más explícita que tienen los niños de expresar en la realidad la adquisición del orden simbólico en el plano mental. Cuando aumenta en complejidad, se observa más la presencia del lenguaje como un elemento más y a veces motor del propio desarrollo del juego.

SOCIALIZACIÓN Y LENGUAJE El juego simbólico se manifiesta conjuntamente con la aparición de la capacidad de

representación mental en un momento de desarrollo de la inteligencia, al final de período sensoromotor (final del segundo año), y se pone de manifiesto también en otras adquisiciones:

Capacidad para imitar en ausencia de modelo. El niño inicia el simbolismo repitiendo fuera de la situación real las acciones con los objetos que el adulto transmite al niño.

Representación de las imágenes mentales mediante el dibujo.

Posibilidad de utilizar símbolos en el juego.

Capacidad para comunicarse mediante el lenguaje verbal.

A medida que el juego se complica, el lenguaje no va acompañando sólo al juego, sino que también se va adelantando a la propia acción en el dúo pensamiento-lenguaje. Llega un momento en que no se puede distinguir si primero el niño piensa lo que va a hacer o si va realizando acciones a medida que brota el lenguaje como un guión que inspira su desarrollo.

USO DEL LENGUAJE NIÑOS DE 2,5-3 AÑOS

Coincidiendo con la asignación de papeles en el juego (entre los dos años y medio y los tres), se produce también el despliegue del lenguaje, utilizado para diversos fines:

Poner un nombre al muñeco y a las acciones realizadas (“El bebé está comiendo”).

Mencionar estados imaginarios del mismo (“Está malito”).

Explicar las propiedades de las cosas (“La sopa quema”).

Cuando el niño habla por el muñeco y le hace realizar acciones (“Tengo hambre, quiero la sopa”).

USO DEL LENGUAJE NIÑOS DE 3 AÑOS

Alrededor de los tres años, el niño repite varias acciones simbólicas, y el adulto las va atribuyendo a un personaje determinado. Así se inicia en el juego de roles, el nexo entre las acciones y el papel.

El niño deja de jugar impulsado por los juguetes para hacerlo bajo la idea del papel que quiere representar.

Posteriormente el niño indicará el rol que quiere realizar, verbalizándolo (“Es papá”) e incluyendo toda una serie de acciones, aunque no las mencione expresamente.

USO DEL LENGUAJE NIÑOS DE 4-5 AÑOS

Poco a poco, los niños se van despegando de los materiales con los que realizan las acciones, a medida que van configurándose en su interior los rasgos de los personajes y sus relaciones con otras personas (4-5 años).

Los papeles se van haciendo más estables, menos breves y confusos, y se alejan de las situaciones diarias o domésticas para incorporar, gracias al lenguaje, elementos fantásticos e imaginativos.

SOCIALIZACIÓN Y LENGUAJE

Progresivamente el juego se socializa y la asignación de roles se realiza entre los propios niños, convirtiéndose en verdaderas representaciones de escenas que discurren por derroteros imprevisibles e inverosímiles para el adulto. Los niños juegan entre ellos, y entre ellos con los juguetes, y el intermediario es igualmente un juguete o las palabras.

El juego simbólico y de roles contribuye al desarrollo del pensamiento, a la socialización y a la expresión y elaboración de conflictos internos. Aquí el lenguaje es el vehículo de comunicación, el instrumento regulador del comportamiento y un excepcional medio de expresión del mundo interior de los niños.

El papel del adulto ante el desarrollo del juego simbólico puede variar en función de las competencias del niño o de los niños que juegan. En niños sin dificultades, puede ayudarlos a conseguir la respuesta a sus iniciativas comunicativas: poner nombre a lo que hace y a los juguetes, formular preguntas, pedir al adulto su participación en el juego, asignándole un papel y esperando que se desarrolle la acción...

En el caso de niños con dificultades, debemos conocer cuáles son sus necesidades reales, porque posiblemente no dispongan de recursos propios para responder a éstas.

RECUERDA Manifestaciones de la vida social infantil en las que se

observa la función socializadora del lenguaje: Las conversaciones y el juego.

En el lenguaje utilizado por los niños en sus conversaciones aparecen con frecuencia una serie de "errores" en la expresión así como expresiones típicas de los niños. Todo ello contribuye a dotar de una expresividad especial el modo de hablar infantil.

La expresión que mejor puede definir la relación entre creatividad y competencia es la siguiente: a mayor dominio del lenguaje, mayores posibilidades de expresar lo imaginado.

RECUERDA La aparición del juego simbólico requiere la presencia de una

inteligencia representativa, siendo el lenguaje una de las formas de representación. La existencia de una inteligencia representativa se pone de manifiesto en otras adquisiciones: la capacidad de imitar en ausencia del modelo, la utilización de símbolos en el juego, y la representación de las imágenes mentales mediante el dibujo.

De entre las iniciativas comunicativas de los niños cuando utilizan el lenguaje verbal en el juego simbólico, hay algunas habitualmente utilizadas: para llamar la atención sobre algo a su interlocutor, para explicar la acción que están realizando, o para hacer partícipes a los otros niños en su juego

FIN DE LA UNIDAD