Juan Salvador Gaviota/Richard Bach

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Hay quien obedece sus propias reglas porque se saben en lo cierto; quien experimenta unespecial placer en hacer algo bien; quien adivina algo más que lo que sus ojos ven; quienprefiere volar a comprar y comer. Todos ellos harán amistad duradera con Juan SalvadorGaviota.HabrátambiénquienesvolaránconJuanGaviotaporlugaresdeencantoyaventura,ygozarán comoél deuna luminosa libertad.Peroparaunos yotros seráunaexperienciaquejamásolvidarán.

RichardBach

JuanSalvadorGaviotaUnrelato

ePUBv1.0Horus0117.09.11

JonathanLivingstoneSeagull,©1970.TraducidoporCarolyFrederickHowellFotografíasdeRussellMunson

AlverdaderoJuanSalvadorGaviotaquetodosllevamosdentro

PRIMERAPARTE

A MANECÍA,YELNUEVOSOLPINTABADEOROlasondasdeunmartranquilo.Chapoteabaunpesqueroaunkilómetrode la costa cuando,depronto, rasgóel aire lavoz

llamandoalaBandadadelaComidayunamultituddemilgaviotasseaglomerópararegatearylucharporcadapizcadecomida.Comenzabaotrodíadeajetreos.

Pero alejado y solitario,más allá de barcas y playas, está practicando Juan SalvadorGaviota.Atreintametrosdealtura,bajósuspiespalmeados,alzósupico,yseesforzópormantenerensusalasesadolorosaydifícilposiciónrequeridaparalograrunvuelopausado.Aminorósuvelocidadhastaqueelvientonofuemásqueunsusurroensucara,hastaqueelocéanopareciódetenersealláabajo.Entornólosojosenferozconcentración,contuvoelaliento,forzóaquellatorsiónun...sólo...centímetro...más...Seencresparonsusplumas,seatascóycayó.

Lasgaviotas,comoesbiensabido,nuncaseatascan,nuncasedetienen.Detenerseenmediodelvueloesparaellasvergüenza,yesdeshonor.

PeroJuanSalvadorGaviota,sinavergonzarse,yalextenderotravezsusalasenaquellatemblorosayarduatorsión—parando,parando,yatascándosedenuevo—,noeraunpájarocualquiera.

Lamayoría de las gaviotas no semolesta en aprender sino las normas de vuelomás elementales:comoiryvolverentreplayaycomida.Paralamayoríadelasgaviotas,noesvolarloqueimporta,sinocomer.Paraestagaviota,sinembargo,noeracomerloqueleimportaba,sinovolar.Másquenadaenelmundo,JuanSalvadorGaviotaamabavolar.

Este modo de pensar, descubrió, no es la manera con que uno se hace popular entre los demáspájaros.HastasuspadressedesilusionaronalveraJuanpasarsedíasenteros,solo,haciendocientosdeplaneosabajaaltura,experimentando.

Nocomprendíaporqué,porejemplo,cuandovolabasobreelaguaaalturasinferioresalamitaddelaenvergaduradesusalas,podíaquedarseenelairemástiempo,conmenosesfuerzo;ysusplaneosnoterminabancon el normal chapuzónal tocar suspatas en elmar, sinoquedejaba trasde sí una estelaplanaylargaalrozarlasuperficieconsuspatasplegadasenaerodinámicogestocontrasucuerpo.Perofuealempezarsusaterrizajesdepatasrecogidas—queluegorevisabapasoapasosobrelaplaya—quesuspadressedesanimaronaúnmás.

—¿Porqué,Juan,porqué?—preguntabasumadre—.¿PorquéteresultatandifícilsercomoelrestodelaBandada,Juan?¿Porquénodejaslosvuelosrasantesalospelícanosyalosalbatros?¿Porquénocomes?¡Hijo,yanoeresmásquehuesoyplumas!

—Nomeimportaserhuesoyplumas,mamá.Sólopretendosaberquépuedohacerenelaireyquéno.Nadamás.Sólodeseosaberlo.

—Mira,Juan—dijosupadre,conciertaternura—.Elinviernoestácerca.Habrápocosbarcos,ylospeces de superficie se habrán ido a las profundidades. Si quieres estudiar, estudia sobre la comida ycómoconseguirla.Estodevolaresmuybonito,peronopuedescomerteunplaneo,¿sabes?Noolvidesquelarazóndevolarescomer.

Juan asintió obedientemente. Durante los días sucesivos, intentó comportarse como las demásgaviotas;lointentódeverdad,trinandoybatiéndoseconlaBandadacercadelmuelleylospesqueros,lanzándosesobreunpedazodepanyalgúnpez.Peronoledioresultado.

Es todo inútil, pensó, y deliberadamente dejó caer una anchoa duramente disputada a una vieja yhambrientagaviotaqueleperseguía.Podríaestarempleandotodoestetiempoenaprenderavolar.¡Hay

tantoqueaprender!No pasó mucho tiempo sin que Juan Salvador Gaviota saliera solo de nuevo hacia alta mar,

hambriento,feliz,aprendiendo.Eltemafuelavelocidad,yenunasemanadeprácticashabíaaprendidomásacercadelavelocidad

quelamásvelozdelasgaviotas.Aunaalturadetrescientosmetros,aleteandocontodassusfuerzas,semetióenunabruptoyflameante

picadohacialasolas,yaprendióporquélasgaviotasnohacenabruptosyflameantespicados.Ensóloseissegundosvolóacienkilómetrosporhora,velocidadalacualelalalevantadaempiezaaceder.

Una vez tras otra le sucedió lomismo. A pesar de todo su cuidado, trabajando almáximo de suhabilidad,perdíaelcontrolaaltavelocidad.

Subía a trescientos metros. Primero con todas sus fuerzas hacia arriba, luego inclinándose, hastalograrunpicadovertical.Entonces,cadavezquetratabademanteneralzadaalmáximosualaizquierda,girabaviolentamentehaciaeselado,yaltratardelevantarsuderechaparaequilibrarse,entraba,comounrayo,enunadescontroladabarrena.

Teníaquesermuchomáscuidadosoal levantaresaala.Diezveces lo intentó,y lasdiezveces,alpasaramásdecienkilómetrosporhora,terminóenunmontóndeplumasdescontroladas,estrellándosecontraelagua.

Empapado,pensóalfinquelaclavedebíasermantenerlasalasquietasaaltavelocidad;aletear,sedijo,hastasetentaporhora,yentoncesdejarlasalasquietas.

Lointentóotravezasetecientosmetrosdealtura,descendiendoenvertical,elpicohaciaabajoylasalascompletamenteextendidasyestablesdesdeelmomentoenquepasólossetentakilómetrosporhora.Necesitó un esfuerzo tremendo, pero lo consiguió. En diez segundos, volaba como una centellasobrepasando los ciento treinta kilómetros por hora. ¡Juan había conseguido una marca mundial develocidadparagaviotas!

Pero el triunfo duró poco. En el instante en que empezó a salir del picado, en el instante en quecambió el ángulo de sus alas, se precipitó en elmismo terrible e incontrolado desastre de antes y, acientotreintakilómetrosporhora,eldesenlacefuecomoundinamitazo.JuanGaviotasedesintegróyfueaestrellarsecontraunmardurocomounladrillo.

Cuandorecobróelsentido,erayapasadoelanochecer,ysehallóa la luzde laLunayflotandoenelocéano.Sus alasdesgreñadasparecían lingotesdeplomo,pero el fracaso lepesabaaúnmás sobre laespalda.Débilmentedeseóqueelpesofuerasuficienteparaarrastrarlealfondo,yasíterminarcontodo.

Amedidaquesehundía,unavozhuecayextrañaresonóensuinterior.Nohayformadeevitarlo.Soygaviota.Soylimitadoporlanaturaleza.Siestuviesedestinadoaaprendertantosobrevolar,tendríaporcerebrocartasdenavegación.Siestuviesedestinadoavolaraaltavelocidad,tendríalasalascortasdeunhalcón,ycomeríaratonesenlugardepeces.Mipadreteníarazón.Tengoqueolvidarestastonterías.Tengoquevolaracasa,alaBandada,yestarcontentodesercomosoy:unapobreylimitadagaviota.

La voz se fue desvaneciendo y Juan se sometió.Durante la noche, el lugar para una gaviota es laplayay,desdeesemomento,seprometióserunagaviotanormal.Asítodoelmundosesentiríamásfeliz.

Cansadoseelevóde lasobscurasaguasyvolóhacia tierra,agradecidode loquehabíaaprendidosobrecómovolarabajaalturaconelmenoresfuerzo.

—Pero no—pensó—.Ya he terminado con estamanera de ser, he terminado con todo lo que heaprendido.Soyunagaviotacomocualquierotragaviota,yvolarécomotal.

Asíesqueascendiódolorosamenteatreintametrosyaleteóconmásfuerzaluchandoporllegaralaorilla.

SeencontrómejorporsudecisióndesercomootrocualquieradelaBandada.Ahoranohabríanadaqueleataraalafuerzaqueleimpulsabaaaprender,nohabríamásdesafíosnimásfracasos.Yleresultógratodejaryadepensar,yvolar,enlaobscuridad,hacialaslucesdelaplaya.

¡Laobscuridad!,exclamó,alarmada,lahuecavoz.¡Lasgaviotasnuncavuelanenlaobscuridad!Juanno estaba alerta para escuchar.Es grato, pensó.LaLunay las luces centelleando en el agua,

trazandoluminosossenderosenlaobscuridad,ytodotanpacíficoysereno...¡Desciende! ¡Las gaviotas nunca vuelan en la obscuridad! ¡Si hubieras nacido para volar en la

obscuridad, tendrías los ojos debúho! ¡Tendrías por cerebro cartas denavegación! ¡Tendrías las alascortasdeunhalcón!

Allí, en la noche, a treinta metros de altura, Juan Salvador Gaviota parpadeó. Sus dolores, susresoluciones,seesfumaron.

¡Alascortas!¡Lasalascortasdeunhalcón!¡Estaeslasolución!¡Quéneciohesido!¡Nonecesitomásqueunalamuypequeñita,nonecesitomás

quedoblarlapartemayordemisalasyvolarsóloconlosextremos!¡Alascortas!Subióa setecientosmetros sobre elnegromar,y sinpensarporunmomentoenel fracasoo en la

muerte,pegófuertementelasantealasasucuerpo,dejósolamentelosafiladosextremosasomadoscomodagasalviento,ycayóenpicadovertical.

El viento le azotó la cabeza con un bramidomonstruoso.Cien kilómetros por hora, ciento treinta,cientoochentayaúnmásrápido.Latensióndelasalasadoscientoskilómetrosporhoranoeraahoratangrandecomoantesacien,yconunmínimomovimientodelosextremosdelasalasaflojógradualmenteelpicadoysaliódisparadosobrelasolas,comounagrisbaladecañónbajolaLuna.

Entornó sus ojos contra el viento hasta transformarlos en dos pequeñas rayas, y se regocijó. ¡Adoscientos kilómetros por hora! ¡Y bajo control! ¿Si pico desdemilmetros en lugar de quinientos, acuántollegaré...?

Olvidósus resolucionesdehaceunmomento,arrebatadasporesegranviento.Sinembargo,nosesentía culpable al romper las promesas que había hecho consigo mismo. Tales promesas existensolamenteparalasgaviotasqueaceptanlocorriente.Unoquehapalpadolaperfecciónensuaprendizajenonecesitaesaclasedepromesas.

Alamanecer,JuanGaviotaestabapracticandodenuevo.Desdedosmilmetroslospesqueroseranpuntossobre el agua plana y azul, la Bandada de la Comida una débil nube de insignificantes motitas encirculación.

Estaba vivo, y temblaba ligeramente de gozo, orgulloso de que su miedo estuviera bajo control.Entonces,sinceremonias,encogiósusantealas,extendióloscortosyangulososextremos,yseprecipitódirectamentehacia elmar.Al pasar los dosmilmetros, logró la velocidadmáxima, el viento eraunasólidaypalpitanteparedsonoracontra lacualnopodíaavanzarconmás rapidez.Ahoravolaba rectohaciaabajoatrescientosveintekilómetrosporhora.Tragósaliva,comprendiendoqueseharíatrizassi

susalasllegabanadesdoblarseaesavelocidad,ysedespedazaríaenunmillóndepartículasdegaviota.Perolavelocidaderapoder,ylavelocidaderagozo,ylavelocidaderapurabelleza.

Empezósusalidadelpicadoatrescientosmetros,losextremosdelasalasbatidosyborrososenesegigantescoviento,yjustamenteensucamino,elbarcoylamultituddegaviotassedesenfocabanycrecíanconlarapidezdeunacometa.

Nopudoparar;nosabíaaúnnicómogiraraesavelocidad.Unacolisiónseríalamuerteinstantánea.Asíesquecerrólosojos.Sucedió entonces que esamañana, justo después del amanecer, Juan SalvadorGaviota se disparó

directamenteenmediodelaBandadadelaComidamarcandotrescientosdieciochokilómetrosporhora,losojoscerradosyenmediodeunrugidodevientoyplumas.LaGaviotadelaProvidencialesonrióporestavez,ynadieresultómuerto.

Cuandoalfinapuntósupicohaciaelcieloazul,aunzumbabaadoscientoscuarentakilómetrosporhora.Alreduciratreintayextendersusalasotravez,elpesqueroeraunamigaenelmar,milmetrosmásabajo.

Sólo pensó en el triunfo, ¡La velocidadmáxima! ¡Una gaviota a trescientos veinte kilómetros porhora!Eraundescubrimiento,elmomentomásgrandeysingularen lahistoriade laBandada,yenesemomentounanuevaépocaseabrióparaJuanSalvadorGaviota.Volóhastasusolitariaáreadeprácticas,ydoblandosusalasparaunpicadodesdetresmilmetros,sepusoatrabajarenseguidaparadescubrirlaformadegirar.

Se dio cuenta de que almover una sola pluma del extremo de su ala una fracción de centímetro,causabaunacurvasuaveyextensaatremendavelocidad.Antesdehaberloaprendido,sinembargo,vioquecuandomovíamásdeunaplumaaesavelocidad,girabacomounabaladerifle...yasífueJuanlaprimeragaviotadeestemundoenrealizaracrobaciasaéreas.

Noperdiótiempoesedíaencharlarconlasotrasgaviotas,sinoquesiguióvolandohastadespuésdelapuestadelSol.Descubrióelrizo,elbalancelento,elbalanceenpunta,labarrenainvertida,elmediorizoinvertido.

CuandoJuanvolvióalaBandadayaenlaplaya,eratotalmentedenoche.Estabamareadoyrendido.Noobstante,ynosinsatisfacción,hizoun rizoparaaterrizaryun tonel rápido justoantesde tocar tierra.Cuandosepan,pensó, lodelDescubrimiento,sepondránlocosdealegría. ¡Cuántomayorsentidotieneahoralavida!¡Enlugardenuestrolentoypesadoiryveniralospesqueros,hayunarazónparavivir!Podremos alzarnos sobre nuestra ignorancia, podremos descubrirnos como criaturas de perfección,inteligenciayhabilidad.¡Podremosserlibres!¡Podremosaprenderavolar!

Losañosveniderossusurrabanyresplandecíandepromesas.LasgaviotassehallabanreunidasenSesióndeConsejocuandoJuantomótierra,yparecíaquehabían

estadoasíreunidasdurantealgúntiempo.Estaban,efectivamente,esperando.—¡JuanSalvadorGaviota!¡PontealCentro!—laspalabrasdelaGaviotaMayorsonaronconlavoz

solemne propia de las altas ceremonias. Ponerse en elCentro sólo significaba gran vergüenza o granhonor.SituarseenelCentroporHonor,eralaformaenqueseseñalabaalosjefesmásdestacadosentrelasgaviotas. ¡Porsupuesto,pensó, laBandadadelaComida...estamañana:vieronelDescubrimiento!

Pero yo no quiero honores. No tengo ningún deseo de ser líder. Sólo quiero compartir lo que heencontrado,ymostraresosnuevoshorizontesquenosestánesperando.Ydiounpasoalfrente.

—JuanSalvadorGaviota—dijoelMayor—.¡PontealCentroparatuVergüenzaantelamiradadetussemejantes!

Sintiócomosilehubierangolpeadoconunmadero.Susrodillasempezaronatemblar,susplumassecombaron,ylezumbaronlosoídos.¿AlCentroparadeshonrarme?¡Imposible!¡ElDescubrimiento!¡Noentienden!¡Estánequivocados!¡Estánequivocados!

—...por su irresponsabilidad temeraria —entonó la voz solemne—, al violar la dignidad y latradicióndelaFamiliadelasGaviotas...

Sercentradopordeshonorsignificabaqueleexpulsaríandelasociedaddelasgaviotas,desterradoaunavidasolitariaenlosLejanosAcantilados.

—...algúndía, JuanSalvadorGaviota,aprenderásque la irresponsabilidadsepaga.Lavidaes lodesconocidoyloirreconocible,salvoquehemosnacidoparacomeryvivirelmayortiempoposible.

UnagaviotanuncareplicaalConsejodelaBandada,perolavozdeJuansehizooír:—¿Irresponsabilidad?¡Hermanosmíos!—gritó—.¿Quiénesmásresponsablequeunagaviotaqueha

encontrado y que persigue un significado, un fin más alto para la vida? ¡Durante mil años hemosescarbadotras lascabezasde lospeces,peroahora tenemosunarazónparavivir;paraaprender,paradescubrir;paraserlibres!Dadmeunaoportunidad,dejadmequeosmuestreloqueheencontrado...

LaBandadaparecíadepiedra.—Se ha roto la Hermandad —entonaron juntas las gaviotas, y todas de acuerdo cerraron

solemnementesusoídosyledieronlaespalda.

Juan Salvador Gaviota pasó el resto de sus días solo, pero voló mucho más allá de los LejanosAcantilados.Suúnicopesarnoerasusoledad,sinoquelasotrasgaviotassenegasenacreerenlagloriaquelesesperabaalvolar;quesenegasenaabrirsusojosyaver.

Aprendíamás cada día.Aprendió que un picado aerodinámico a alta velocidad podía ayudarle aencontrar aquel pez raroy sabrosoquehabitaba a tresmetrosbajo la superficiedel océano: yano lehicieron falta pesqueros ni pan duro para sobrevivir. Aprendió a dormir en el aire fijando una rutadurante lanochea travésdelvientode lacosta,atravesandocientocincuentakilómetrosdeSolaSol.Conelmismocontrolinterior,volóatravésdeespesasnieblasmarinasysubiósobreellashastacielosclarosydeslumbradores...mientraslasotrasgaviotasyacíanentierra,sinvermásquenieblaylluvia.Aprendióacabalgarlosaltosvientostierraadentro,pararegalarseallíconlosmássabrososinsectos.

Lo que antes había esperado conseguir para toda la Bandada, lo obtuvo ahora para sí mismo;aprendió a volar y no se arrepintió del precio que había pagado. Juan Gaviota descubrió que elaburrimientoyelmiedoy la ira, son las razonespor lasque lavidadeunagaviotaes tancorta,yaldesapareceraquellasdesupensamiento,tuvoporciertounavidalargaybuena.

Vinieronentoncesalanochecer,yencontraronaJuanplaneando,pacíficoysolitarioensuqueridocielo.Lasdosgaviotasqueaparecieronjuntoasusalaseranpurascomoluzdeestrellas,ysuresplandorerasuave y amistoso en el alto cielo nocturno. Pero lomás hermoso de todo era la habilidad con la que

volaban;losextremosdesusalasavanzandoaunprecisoyconstantecentímetrodelassuyas.Sindecirpalabra,Juanlespusoaprueba,pruebaqueningunagaviotahabíasuperadojamás.Torció

susalas,yredujosuvelocidadaunsólokilómetroporhora,casiparándose.Aquellasdosradiantesavesredujerontambiénlasuya,enformacióncerrada.Sabíanloqueeravolarlento.

Dobló sus alas, giró y cayó en picado a doscientos kilómetros por hora. Se dejaron caer con él,precipitándosehaciaabajoenformaciónimpecable.

Por fin, Juan voló con igual velocidad hacia arriba en un giro lento y vertical. Giraron con él,sonriendo.

Recuperóelvuelohorizontalysequedócalladountiempoantesdedecir:—Muybien.¿Quiénessois?—SomosdetuBandada,Juan.Somostushermanos—laspalabrasfueronfirmesyserenas—.Hemos

venidoallevartemásarriba,allevarteacasa.—¡Casa no tengo!Bandada tampoco tengo. Soy unExilado.Y ahora volamos a la vanguardia del

VientodelaGranMontana.Unoscientosdemetrosmás,ynopodrélevantarmásesteviejocuerpo.—Síquepuedes,Juan.Porquehasaprendido.Unaetapahaterminado,yhallegadolahoradeque

empieceotra.Talcomolehabíailuminadotodasuvida,tambiénahoraelentendimientoiluminóeseinstantedela

existenciadeJuanGaviota.Teníanrazón.Éleracapazdevolarmásalto,yyaerahoradeirseacasa.Echóunalargayúltimamiradaalcielo,aesamagníficatierradeplatadondetantohabíaaprendido.—Estoylisto—dijoalfin.YJuanSalvadorGaviotaseelevóconlasdosradiantesgaviotasparadesaparecerenunperfectoy

obscurocielo.

SEGUNDAPARTE

D EMODOQUEESTOESELCIELO, PENSÓ,YTUVOQUE SONREÍRSE.Noeramuyrespetuosoanalizarelcielojustoenelmomentoenqueunoestáapuntodeentrarenél.

AlvenirdelaTierraporencimadelasnubesyenformacióncerradaconlasdosresplandecientesgaviotas,vioquesupropiocuerposehacíatanresplandecientecomoeldeellas.

Enverdad,allíestabaelmismoy jovenJuanGaviota,elquesiemprehabíaexistidodetrásdesusojosdorados,perolaformaexteriorhabíacambiado.

Sucuerposentíacomogaviota,peroyavolabamuchomejorqueconelantiguo.¡Vaya,perosiconlamitaddelesfuerzo,pensó,obtengoeldobledevelocidad,eldoblederendimientoqueenmismejoresdíasenlaTierra!

Brillaban sus plumas, ahora de un blanco resplandeciente, y sus alas eran lisas y perfectas comoláminasdeplatapulida.Empezó,gozoso,afamiliarizarseconellas,aimprimirpotenciaenestasnuevasalas.

Atrescientoscincuentakilómetrosporhoraleparecióqueestabalograndosumáximavelocidadenvuelo horizontal. A cuatrocientos diez pensó que estaba volando al tope de su capacidad, y se sintióligeramentedesilusionado.Habíaunlímitealoquepodíahacerconsunuevocuerpo,yaunqueibamuchomásrápidoqueensuantiguamarcadevuelohorizontal,erasinembargounlímitequelecostaríamuchoesfuerzomejorar.Enelcielo,pensó,nodeberíahaberlimitaciones.

Deprontosesepararonlasnubesysuscompañerosgritaron:—Felizaterrizaje,Juan—ydesaparecieronsindejarrastro.Volabaencimadeunmar,haciaunmelladolitoral.Unaqueotragaviotaseafanabaenlosremolinos

entre losacantilados.Lejos,haciaelNorte,enelhorizontemismo,volabanunascuantasmás.Nuevoshorizontes, nuevos pensamientos, nuevas preguntas. ¿Por qué tan pocas gaviotas? ¡El paraíso deberíaestarllenodegaviotas!¿Yporquéestoytancansadodepronto?Eradesuponerquelasgaviotasenelcielonodeberíancansarse,nidormir.

¿Dóndehabíaoídoeso?ElrecuerdodesuvidaenlaTierraseleestabahaciendoborroso.LaTierrahabía sido un lugar donde había aprendido mucho, por supuesto, pero los detalles se le hacían yanebulosos;recordabaalgodelaluchaporlacomida,ydehabersidounExilado.

Ladocenadegaviotasqueestabacercadelaplayavinoasaludarlesinqueniunadijeraunapalabra.Sólosintióqueseledabalabienvenidayqueestaerasucasa.Habíasidoungrandíaparaél,undíacuyoamaneceryanorecordaba.

Giró para aterrizar en la playa, batiendo sus alas hasta pararse un instante en el aire, y luegodescendióligeramentesobrelaarena.Lasotrasgaviotasaterrizarontambién,peroningunamovióniunapluma. Volaron contra el viento, extendidas sus brillantes alas, y luego, sin que supiera él cómo,cambiaronlacurvaturadesusplumashastadetenerseenelmismoinstanteenquesuspiestocarontierra.Habíasidounahermosamuestradecontrol,peroJuanestabaahorademasiadocansadoparaintentarlo.Depie,allíenlaplaya,sinqueaúnsehubierapronunciadoniunasolapalabra,sedurmió.

DurantelospróximosdíasvioJuanquehabíaaquítantoqueaprendersobreelvuelocomoenlavidaquehabíadejado.Peroconunadiferencia.Aquíhabíagaviotasquepensabancomoél.Yaqueparacadaunadeellas lomásimportantedesusvidaseraalcanzarypalpar laperfeccióndeloquemásamabanhacer:volar.Eranpájarosmagníficos, todosellos,ypasabanhora trashoracadadíaejercitándoseenvolar,ensayandoaeronáuticaavanzada.

DurantelargotiempoJuanseolvidódelmundodedondehabíavenido,eselugardondelaBandadavivía con los ojos bien cerrados al gozodevolar, empleando sus alas comomedios para encontrar ylucharporlacomida.Perodecuandoencuando,sóloporunmomento,lorecordaba.

Se acordó de ello una mañana cuando estaba con su instructor mientras descansaba en la playadespuésdeunasesióndetonelesconalaplegada.

—¿Dónde están los demás, Rafael? —preguntó en silencio, ya bien acostumbrado a la cómodatelepatíaqueestasgaviotasempleabanenlugardegraznidosytrinos—.¿Porquénohaymásdenosotrosaquí?Dedondevengohabía...

—... miles y miles de gaviotas. Lo sé —Rafael movió su cabeza afirmativamente—. La únicarespuesta que puedo dar, Juan, es que tú eres una gaviota en un millón. La mayoría de nosotrosprogresamos con mucha lentitud. Pasamos de un mundo a otro casi exactamente igual, olvidando enseguida de donde habíamos venido, sin preocuparnos hacia dónde íbamos, viviendo solo elmomentopresente.¿Tienesideadecuántasvidasdebimoscruzarantesdequelográramoslaprimeraideadequehaymásenlavidaquecomer,lucharoalcanzarpoderenlaBandada?¡Milvidas,Juan,diezmil!Yluegocien vidasmás hasta que empezamos a aprender que hay algo llamado perfección, y otras cien paracomprenderque lametade lavidaesencontraresaperfecciónyreflejarla.Lamismanormaseaplicaahoraanosotros,porsupuesto:elegimosnuestromundovenideromediante loquehemosaprendidodeéste.Noaprendasnada,yelpróximoseráigualqueéste,conlasmismaslimitacionesypesosdeplomoquesuperar.

Extendiósusalasyvolviósucaraalviento.—Perotú,Juan—dijo—,aprendistetantodeunavezquenohastenidoquepasarpormilvidaspara

llegaraesta.Enunmomento estabanotra vez en el aire, practicando.Era difícilmantener la formación cuando

giraban para volar en posición invertida, puesto que entonces Juan tenía que ordenar inversamente supensamiento,cambiandolacurvatura,ycambiándolaenexactaarmoníaconladesuinstructor.

—Intentemosdenuevo—decíaRafaelunayotravez—:Intentemosdenuevo—yporfin—:Bien—yentoncesempezaronapracticarlosrizosexteriores.

Unanoche,lasgaviotasquenoestabanpracticandovuelosnocturnossequedarondepiesobrelaarena,pensando. Juan echómanode todo su coraje y se acercó a laGaviotaMayor, de quien, se decía, ibaprontoatrasladarsemásalládeestemundo.

—Chiang...—dijo,unpoconervioso.Laviejagaviotalemirótiernamente.—¿Si,hijomío?Enlugardeperderlafuerzaconlaedad,elMayorlahabíaaumentado;podíavolarmásymejorque

cualquiergaviotadelaBandada,yhabíaaprendidohabilidadesquelasotrassóloempezabanaconocer.—Chiang,estemundonoeselverdaderocielo,¿verdad?ElMayorsonrióalaluzdelaLuna.—Veoquesiguesaprendiendo,Juan—dijo.—Bueno,¿quépasaráahora?¿Adóndeiremos?¿Esquenohayunlugarqueseacomoelcielo?—No,Juan,nohaytallugar.Elcielonoesunlugar,niuntiempo.Elcieloconsisteenserperfecto—

sequedócalladounmomento—.Eresmuyrápidoparavolar,¿verdad?—Me... me encanta la velocidad —dijo Juan, sorprendido, pero orgulloso de que el Mayor se

hubiesedadocuenta.—Empezarásapalparelcielo,Juan,enelmomentoenquepalpeslaperfectavelocidad.Yestonoes

volaramilkilómetrosporhora,niaunmillón,nialavelocidaddelaluz.Porquecualquiernúmeroesyaunlímite,ylaperfecciónnotienelímites.Laperfectavelocidad,hijomío,esestarallí.

Sinaviso,yenunabrirycerrardeojos,Chiangdesaparecióyaparecióalbordedelagua,veintemetrosmásallá.Entoncesdesapareciódenuevoyvolvióenunamilésimadesegundo,juntoalhombrodeJuan.

—Esbastantedivertido—dijo.Juanestabamaravillado.Seolvidódepreguntarporelcielo.—¿Cómolohaces?¿Quésesientealhacerlo?¿Aquédistanciapuedesllegar?—Puedesirallugaryaltiempoquedesees—dijoelMayor—.Yoheidodondeycuandohequerido

—miróhaciaelmar—.Esextraño.Lasgaviotasquedesprecianlaperfecciónporelgustodeviajar,nollegananingunaparte,y lohacen lentamente.Lasqueseolvidandeviajarporalcanzar laperfección,lleganatodaspartes,yalinstante.Recuerda,Juan,elcielonoesunlugarniuntiempo,porqueellugaryeltiempopocosignifican.Elcieloes...

—¿Mepuedesenseñaravolarasí?—JuanGaviotatemblabaantelaconquistadeotrodesafío.—Porsupuesto,siesquequieresaprender.—Quiero.¿Cuándopodemosempezar?—Podríamosempezarahora,silodeseas.—Quieroaprenderavolardeesamanera—dijoJuan,yunaluzextrañabrillóensusojos—.Dime

quéhayquehacer.Chianghablóconlentitud,observandoalajovengaviotamuycuidadosamente.—Paravolartanrápidocomoelpensamientoyacualquiersitioqueexista—dijo—,debesempezar

porsaberqueyahasllegado...El secreto, segúnChiang,consistíaenqueJuandejasedeversea símismocomoprisionerodeun

cuerpo limitado, con una envergadura de ciento cuatro centímetros y un rendimiento susceptible deprogramación.Elsecretoerasaberquesuverdaderanaturalezavivía,conlaperfeccióndeunnúmeronoescrito,simultáneamenteencualquierlugardelespacioydeltiempo.

Juansededicóaelloconferocidad,díatrasdía,desdeelamanecerhastadespuésdelamedianoche.Yapesardetodosuesfuerzonologrómoverseniunmilímetrodelsitiodondeseencontraba.

—¡Olvídate de la fe!—le decíaChiang una y otra vez—.Tú no necesitaste fe para volar, lo quenecesitastefuecomprenderloqueeraelvuelo.Estoesexactamentelomismo.Ahorainténtalootravez...

Asíundía,Juan,depieenlaplaya,cerradolosojos,concentrado,comounrelámpagocomprendiódeprontoloqueChianglehabíaestadodiciendo.

—¡Perosiesverdad!¡Soyunagaviotaperfectaysinlimitaciones!—yseestremeciódealegría.—¡Bien!—dijoChiang,yhubountonodetriunfoensuvoz.Juan abrió sus ojos. Quedó solo con el Mayor en una playa completamente distinta; los árboles

llegabanhastaelbordemismodelagua,dossolesgemelosyamarillosgirabanenloalto.

—Porfinhascaptadolaidea—dijoChiang—,perotucontrolnecesitaalgomásdetrabajo...Juansequedópasmado.—¿Dóndeestamos?Enabsolutoimpresionadoporelextrañoparaje,elMayorignorólapregunta.—Esobvioqueestamosenunplanetaquetieneuncieloverdeyunaestrelladobleporsol.Juanlanzóungritodealegría,elprimersonidoquehabapronunciadodesdequedejaralaTierra:—¡RESULTO!—Bueno,claroqueresultó,Juan.Siempreresultacuandosesabeloquesehace.Yahora,volviendo

altemadetucontrol...Cuandovolvieron,habíaanochecido.Lasotrasgaviotas,miraronaJuanconreverenciaensusojos

dorados,porquelehabíanvistodesaparecerdedondehabíaestadoplantadoportantotiempo.Aguantósusfelicitacionesdurantemenosdeunminuto.—Soynuevoaquí.Acabodeempezar.Soyyoquiendebeaprenderdevosotros.—Mepreguntosiesoescierto,Juan—dijoRafael,depiecercadeél—.Endiezmilañosnohevisto

unagaviotaconmenosmiedodeaprenderquetú—laBandadasequedóensilencio,yJuanhizoungestodeturbación.

—Siquieres,podemosempezaratrabajarconeltiempo—dijoChiang—,hastaquelogresvolarporelpasadoyelfuturo.Yentonces,estaráspreparadoparaempezarlomásdifícil,lomáscolosal,lomásdivertidodetodo.Estaráspreparadoparasubirycomprenderelsignificadodelabondadyelamor.

Pasóunmes,oalgoqueparecióunmes,yJuanaprendíacontremendarapidez.Siemprehabíasidovelozpara aprender lo que la experiencia normal tenía para enseñarle, y ahora, como alumno especial delMayorenPersona,asimilólasnuevasideascomosihubierasidounasupercomputadoradeplumas.

Peroal fin llegóeldíaenqueChiangdesapareció.Habíaestadohablandocalladamentecon todosellos,exhortándolesaquenuncadejarandeaprenderydepracticarydeesforzarseporcomprendermásacercadelperfectoeinvisibleprincipiodetodavida.Entonces,mientrashablaba,susplumassehicieronmásymásresplandecienteshastaquealfinbrillarondetalmaneraqueningunagaviotapudomirarle.

—Juan—dijo,yestasfueronlasúltimaspalabrasquepronunció—,siguetrabajandoenelamor.Cuandopudieronverotravez,Chianghabíadesaparecido.

Conelpasardelosdías,JuansesorprendiópensandounayotravezenlaTierradelaquehabíavenido.Sihubiese sabidoallíunadécima,unacentésimapartede loqueahora sabía, ¡cuantomássignificadohabría tenidoentonces lavida!Sequedóallíen laarenayempezóapreguntarsesihabríaunagaviotaalláabajoqueestuvieseesforzándoseporrompersuslimitaciones,porentenderelsignificadodelvuelomásalládeunamanerade trasladarseparaconseguiralgunasmigajascaídasdeunbote.Quizáshastahubiera un Exilado por haber dicho la verdad ante la Bandada. Y mientras más practicaba Juan susleccionesdebondad,ymientrasmástrabajabaparaconocerlanaturalezadelamor,másdeseabavolveralaTierra. Porque, a pesar de su pasado solitario, JuanGaviota había nacido para ser instructor, y sumaneradedemostrarelamoreracompartiralgode laverdadquehabíavisto,conalgunagaviotaqueestuviesepidiendosólounaoportunidaddeverlaverdadporsímisma.

Rafael, adepto ahora a los vuelos a la velocidad del pensamiento y a ayudar a que los otrosaprendieran,dudaba.

—Juan, fuiste Exilado una vez. ¿Por qué piensas ahora que alguna gaviota de tu pasado va aescucharteahora?Yasabesel refrán,yesverdad:Gaviotaqueve lejos, vuelaalto.Esasgaviotasdedóndehasvenidoselopasanentierra,graznandoyluchandoentreellas.Estánamilkilómetrosdelcielo.¡Ytúdicesquequieresmostrarleselcielodesdedondeestánparadas!¡Juan,nisiquierapuedenverlosextremosdesuspropiasalas!Quédateaquí.Ayudaa lasgaviotasnoviciasdeaquí,queestánbastanteavanzadascomoparacomprenderloquetienesquedecirles.

Sequedócalladounmomento,yluegodijo:—¿QuéhabríapasadosiChianghubiesevueltoasusantiguosmundos?¿Dóndeestaríastúahora?Elúltimopuntoeraeldecisivo,yRafaelteníarazón.Gaviotaquevelejos,vueltaalto.Juan se quedó y trabajó con los novicios que iban llegando, todos muy listos y rápidos en sus

deberes.Perolevolvióelviejorecuerdo,ynopodíadejardepensarenquealomejorhabíaunaodosgaviotasalláen laTierraquetambiénpodríanaprender. ¡CuántomáshabríasabidoahorasiChianglehubieseayudadocuandoeraunExilado!

—Rafa,tengoquevolver—dijoporfin—.Tusalumnosvanbien.Tepodráninclusoayudarconlosnuevos.

Rafaelsuspiró,peroprefiriónodiscutir.—Creoqueteecharédemenos,Juan—fuetodoloqueledijo.—¡Rafa, qué vergüenza!—dijo Juan reprochándole—. ¡No seas necio! ¿Qué intentamos practicar

todoslosdías?¡Sinuestraamistaddependedecosascomoelespacioyeltiempo,entonces,cuandoporfin superemos el espacio y el tiempo, habremos destruido nuestra propia hermandad! Pero supera elespacio,ynosquedarásólounAquí.Superaeltiempo,ynosquedarásólounAhora.YentreelAquíyelAhora,¿nocreesquepodremosvolveravernosunpardeveces?

RafaelGaviotatuvoquesoltarunacarcajada.—Estáshechounpájaroloco—dijotiernamente—.Sihayalguienquepuedamostrarleaunoenla

Tierracómoveramilmillasdedistancia,éseseráJuanSalvadorGaviota—sequedómirandolaarena—:Adiós,Juan,amigomío.

—Adiós,Rafa.Nosvolveremosaver—yconesto,Juanevocóensupensamientolaimagendelasgrandesbandadasdegaviotasenlaorilladeotrostiempos,ysupo,conexperimentadafacilidad,queyanoerasólohuesoyplumas,sinounaperfectaideadelibertadyvuelo,sinlimitaciónalguna.

Pedro PabloGaviota era aún bastante joven, pero ya sabía que no había pájaro peor tratado por unaBandada,ocontantainjusticia.

—Me da lo mismo lo que digan—pensó furioso, y su vista se nubló mientras volaba hacia losLejanosAcantilados—.¡Volarestantomásimportantequeunsimplealeteardeaquíparaallá!¡Esolopuede hacer hasta un... hasta unmosquito! ¡Sólo un pequeño viraje en tonel alrededor de la GaviotaMayor,nadamásquepordiversión,yyasoyunExilado!¿Sonciegosacaso?¿Esquenopuedenver?¿Esquenopuedenimaginarlagloriaquealcanzaríansirealmenteaprendiéramosavolar?

Medalomismoloquepiensen.¡Yolesmostraréloqueesvolar!NoserémásqueunpuroBandido,siesoesloquequieren.Peroharéquesearrepientan...

Lavozsurgiódentrodesucabeza,yaunqueeramuysuave,leasustótantoqueseequivocóydiounavolteretaenelaire.

—No seas tan duro con ellos, Pedro Gaviota. Al expulsarte, las otras gaviotas solamente se hanhechodaño a símismas, yundía sedarán cuentade ello; yundíaverán loque túves.Perdónalesyayúdalesacomprender.

A un centímetro del extremo de su ala derecha volaba la gaviotamás resplandeciente de todo elmundo,planeandosinesfuerzoalguno,sinmoverunapluma,acasilamáximavelocidaddePedro.

Elcaosreinoporunmomentodentrodeljovenpájaro.—¿Quéestápasando?¿Estoyloco?¿Estoymuerto?¿Quéesesto?Bajaytranquilacontinuólavozdentrodesupensamiento,exigiendounacontestación:—PedroPabloGaviota,¿quieresvolar?—¡SI,QUIEROVOLAR!—PedroPabloGaviota,¿tantoquieresvolarqueperdonarásalaBandada,yaprenderás,yvolverása

ellaundíaytrabajarásparaayudarlesacomprender?Nohabíamaneradementirleaestemagníficoyhábilser,pororgullosooheridoquePedroPablo

Gaviotasesintiera.—Sí,quiero—dijosuavemente.—Entonces,Pedro—ledijoaquellacriaturaresplandeciente,ylavozfuemuytierna—,empecemos

conelVueloHorizontal...

TERCERAPARTE

J UAN GIRABA LENTAMENTE SOBRE LOS LEJANOS ACANTILADOS; observaba. Este rudo y joven PedroGaviotaeraunalumnodevuelocasiperfecto.Erafuerte,yligero,yrápidoenelaire,peromucho

másimportante,¡teníaundevastadordeseodeaprenderavolar!Aquíveniaahora,unaformaborrosaygrisquesalíadesupicadoconunrugido,pasandocomoun

bólidoasuinstructor,adoscientosveintekilómetrosporhora.Abruptamentesemetióenotrapiruetaconunbalancededieciséispuntos,verticalylento,contandolospuntosenvozalta.

... ocho... nueve... diez... ves-Juan-se-me-está-terminando-la-velocidad-del-aire... once... Quiero-paradas-perfectas-y-agudas-como-las-tuyas... doce... pero-¡caramba!-no-puedo-llegar... trece... a-estos-últimos-puntos...sin...cator...¡aaakk...!

La torsiónde la cola le salió aPedromuchopeor a causade su iray furia al fracasar.Se fuedeespaldas, volteó, se cerró salvajemente en una barrena invertida, y por fin se recuperó, jadeando, atreintametrosbajoelnivelenquesehallabasuinstructor.

—¡Pierdes tu tiempo conmigo, Juan! ¡Soy demasiado tonto! ¡Soy demasiado estúpido! Intento eintento,¡peronuncalolograré!

JuanGaviotalomiródesdearribayasintió.—Seguro que nunca lo conseguirás mientras hagas ese encabritamiento tan brusco. Pedro, ¡has

perdido sesenta kilómetros por hora en la entrada! ¡Tienes que ser suave! Firme, pero suave, ¿teacuerdas?

Bajóalniveldelajovengaviota.—Intentémoslo juntos ahora, en formación. Y concéntrate en ese encabritamiento. Es una entrada

suave,fácil.

Al cabode tresmeses, Juan teníaotros seis aprendices, todosExilados,perocuriosospor estanuevavisióndelvueloporelpurogozodevolar.

Sinembargo, les resultabamás fácildedicarseal logrodealtos rendimientosqueacomprender larazónocultadeello.

—CadaunodenosotrosesenverdadunaideadelaGranGaviota,unaideailimitadadelalibertad—diríaJuanporlastardes,enlaplaya—,yelvuelodealtaprecisiónesunpasohacialaexpresióndenuestra verdadera naturaleza.Tenemos que rechazar todo lo que nos limite.Esta es la causa de todasestasprácticasaaltaybajavelocidad,deestasacrobacias...

...ysusalumnossedormirían,rendidosdespuésdeundíadevolar.Lesgustabapracticarporqueerarápidoyexcitanteylessatisfacíaesahambreporaprenderquecrecíaconcadalección.Peroniunodeellos,nisiquieraPedroPabloGaviota,habíallegadoacreerqueelvuelodelasideaspodíasertanrealcomoelvuelodelvientoylasplumas.

—Tucuerpoentero,deextremoaextremodelala—diríaJuanenotrasocasiones—,noesmásquetupropio pensamiento, en una forma que puedes ver.Rompe las cadenas de tu pensamiento, y romperástambiénlascadenasdetucuerpo—perolodijeracomolodijera,siempresonabacomounaagradableficción,yellosnecesitabanmásquenadadormir.

HabíapasadounmestansólocuandoJuandijoquehabíallegadolahoradevolveralaBandada.—¡No estamos preparados!—dijo Enrique CalvinoGaviota—. ¡Ni seremos bienvenidos! ¡Somos

Exilados!Nopodemosmeternosdondenoseremosbienvenidos,¿verdad?

—Somoslibresdeirdondequeramosydeserloquesomos—contestóJuan,yseelevódelaarenaygiróhaciaelEste,haciaelpaísdelaBandada.

Hubounabreveangustiaentresusalumnos,puestoqueesLeydelaBandadaqueunExiladonuncaretorne,ynosehabíavioladolaLeyniunasolavezendiezmilaños.LaLeydecíaquédate,Juandecíapartid;yyavolabaaunkilómetromaradentro.Siseguíanallíesperando,élencararíaporsisoloa lahostilBandada.

—Bueno,notenemosporquéobedecerlaLeysinoformamospartedelaBandada,¿verdad?—dijoPedro,algoturbado—.Además,sihayunapelea,esalládondesenosnecesita.

Yasíocurrióque,aquellamañana,aparecierondesdeelOesteochodeellosenformacióndedoble-diamante,casitocándoselosextremosdelasalas.SobrevolaronlaPlayadelConsejodelaBandadaadoscientoscincokilómetrosporhora, Juana lacabeza,Pedrovolandoconsuavidadasualaderecha,EnriqueCalvino luchando valientemente a su izquierda. Entonces la formación entera giró lentamentehacia la derecha, como si fuese un solo pájaro... de horizontal... a... invertido... a... horizontal, con elvientorugiendosobresuscuerpos.

LosgraznidosytrinosdelacotidianavidadelaBandadasecortaroncomosilaformaciónhubiesesidoungigantescocuchillo,yochomilojosdegaviota lesobservaron,sinunsoloparpadeo.Unotrasotro, cada uno de los ocho pájaros ascendió agudamente hasta completar un rizo y luego realizó unampliogiroque terminóenunestáticoaterrizaje sobre la arena.Entonces, comosi este tipodecosasocurrieratodoslosdías,JuanGaviotadiocomienzoasucríticadevuelo.

—Para comenzar —dijo, con una sonrisa seca—, llegasteis todos un poco tarde al momento dejuntaros...

Un relámpago atravesó a laBandada. ¡Esos pájaros sonExilados! ¡Yhan vuelto! ¡Y eso... eso nopuede ser!LasprediccionesdePedro acercadeun combate se desvanecieron ante la confusiónde laBandada.

—Bueno, de acuerdo: son Exilados —dijeron algunos de los jóvenes—, pero, oye, ¿dóndeaprendieronavolarasí?

PasócasiunahoraantesdequelaPalabradelMayorlogrararepartirseporlaBandada:Ignoradlos.QuienhableaunExiladoserátambiénunExilado.QuienmireaunExiladoviolalaLeydelaBandada.

EspaldasyespaldasdegrisesplumasrodearondesdeesemomentoaJuan,quiennodiomuestrasdedarseporaludido.OrganizósussesionesdeprácticasexactamenteencimadelaPlayadelConsejo,y,porprimeravez,forzóasusalumnoshastaellímitedesushabilidades.

—¡Martín Gaviota —gritó en pleno vuelo—, dices conocer el vuelo lento! Pruébalo primero yalardeadespués!¡VUELA!

Ydeestamanera,nuestrocalladoypequeñoMartínAlonsoGaviota,paralizadoalverseelblancodelosdisparosdesuinstructor,sesorprendióasímismoalconvertirseenunmagodelvuelolento.Enlamásligerabrisa,llegóacurvarsusplumashastaelevarsesinelmenoraleteo,desdelaarenahastalasnubesyabajootravez.

Lomismo leocurrióaCarlosRolandoGaviota,quienvoló sobreelGranVientode laMontanaaochomildoscientosmetrosdealturayvolvió,maravilladoyfelizyazuldefrío,ydecididoallegaraúnmásaltoalotrodía.

PedroGaviota,queamabacomonadie lasacrobacias, logrósuperarsucaída"enhojamuerta",de

dieciséis puntos, y al día siguiente, con sus plumas refulgentes de soleada blancura, llegó a suculminaciónejecutandountoneltriplequefueobservadopormásdeunojofurtivo.

AtodahoraJuanestabaallíjuntoasusalumnos,enseñando,sugiriendo,presionando,guiando.Volóconelloscontranocheynubeytormenta,porelpurogozodevolar,mientraslaBandadaseapelotonabamiserablementeentierra.

Terminadoelvuelo,losalumnosdescansabanenlaplayayllegadoelmomentoescuchabandecercaa Juan. Tenía él ciertas ideas locas que no llegaban a entender, pero también las tenía buenas ycomprensibles.

Pocoapoco,porlanoche,seformóotrocírculoalrededordelosalumnos;uncírculodecuriososqueescuchabanallí,enlaobscuridad,horatrashora,sindeseodevernideservistos,yquedesaparecíanantesdelamanecer.

Unmes después del Retorno, la primera gaviota de la Bandada cruzó la línea y pidió que se leenseñaraavolar.Alpreguntar,TerrenceLowellGaviotaseconvirtióenunpájarocondenado,marcadoporelExilioyoctavoalumnodeJuan.

LapróximanochevinodelaBandadaEstebanLorenzoGaviota,vacilanteporlaarena,arrastrandosualaizquierdahastadesplomarsealospiesdeJuan.

—Ayúdame—dijoapenas,hablandocomolosquevanamorir—.Másquenadaenelmundo,quierovolar...

—Venentonces—dijoJuan—.Subamos,dejemosatráslatierrayempecemos.—Nomeentiendes.Miala.Nopuedomovermiala.—EstebanGaviota,tieneslalibertaddesertúmismo,tuverdaderoser,aquíyahora,ynohaynada

quetelopuedaimpedir.EslaLeydelaGranGaviota,laLeyqueEs.—¿Estásdiciendoquepuedovolar?—Digoqueereslibre.Y sin más, Esteban Lorenzo Gaviota extendió sus alas, sin el menor esfuerzo, y se alzó hacia la

obscuranoche.Sugrito,altopedesusfuerzasydesdedoscientosmetrosdealtura,sacóalaBandadadesusueño:

—¡Puedovolar!¡Escuchen!¡PUEDOVOLAR!Alamanecerhabíacercademilpájarosen tornoal círculodealumnos,mirandoconcuriosidada

Esteban.Nolesimportabasieranonovistos,yescuchaban,tratandodecomprenderaJuanGaviota.Habló de cosas muy sencillas: que está bien que una gaviota vuele; que la libertad es la misma

esencia de su ser; que todo aquello que le impida esa libertad debe ser eliminado, fuera ritual osupersticiónolimitaciónencualquierforma.

—Eliminado—dijounavozenlamultitud—,¿aunqueseaLeydelaBandada?—LaúnicaLeyverdaderaesaquellaqueconducealalibertad—dijoJuan—.Nohayotra.—¿Cómoquieresquevolemoscomovuelastú?—intervinootravoz—.Túeresespecialydotadoy

divino,superioracualquierpájaro.—¡MiradaPedro,aTerrence,aCarlosRolando,aMariaAntonio!¿Sontambiénellosespecialesy

dotadosydivinos?Nomásquevosotros,nomásqueyo.Laúnicadiferencia,realmentelaúnica,esqueelloshanempezadoacomprenderloquedeverdadsonyhanempezadoaponerloenpráctica.

Susalumnos,salvoPedro,serevolvíanintranquilos.Nosehabíandadocuentadequeeraesoloque

habíanestadohaciendo.Díaadíaaumentabalamuchedumbrequeveníaapreguntar,aidolatrar,adespreciar.—DicenenlaBandadaquesinoereselHijodelamismaGranGaviota—lecontóPedroaJuan,una

mañanadespuésdelasprácticasdeVelocidadAvanzada—,entoncesloqueocurrecontigoesqueestásmilañospordelantedetutiempo.

Juansuspiró.Esteeselpreciodesermalcomprendido,pensó.Tellamandiablootellamandios.—¿Quépiensastú,Pedro?¿Noshemosanticipadoanuestrotiempo?Unlargosilencio.—Bueno,estamaneradevolarsiemprehaestadoalalcancedequienquisieraaprenderadescubrirla;

yestonadatienequeverconeltiempo.Alomejornoshemosanticipadoalamoda;alamaneradevolardelamayoríadelasgaviotas.

—Esoyaesalgo—dijoJuan,girandoparaplanearinvertidamenteporunrato—.Esoesalgomejorqueaquellodeanticiparnosanuestrotiempo.

Ocurrió justo una semana más tarde. Pedro se hallaba explicando los principios del vuelo a altavelocidadaunaclasedenuevosalumnos.Acababadesalirdesupicadodesdecuatromilmetros—unaverdaderaestelagrisdisparadaapocoscentímetrosdelaplaya—,cuandounpajaritoensuprimervueloplaneójustamenteensucamino,llamandoasumadre.Enunadécimadesegundo,yparaevitaraljoven,PedroPabloGaviotagiróviolentamentealaizquierda,yamásdetrescientoskilómetrosporhorafueaestrellarsecontraunarocadesólidogranito.

Fue para él como si la roca hubiese sido una dura y gigantesca puerta hacia otros mundos. Unaavalanchademiedoydeespantoydetinieblasseleechóencimajuntoconelgolpe,yluegosesintióflotar en un cielo extraño, extraño, olvidando, recordando, olvidando; temeroso y triste y arrepentido;terriblementearrepentido.

LavozlellegócomoenaquelprimerdíaenquehabíaconocidoaJuanSalvadorGaviota.—Elproblema,Pedro, consiste en quedebemos intentar la superaciónde nuestras limitaciones en

orden,yconpaciencia.Nointentamoscruzaratravésderocashastaalgomástardeenelprograma.—¡Juan!—TambiénconocidocomoelHijodelaGranGaviota—dijosuinstructor,secamente.—¿Quéhacesaquí?¡Esaroca!¿Nohe...nomehabía...muerto?—Bueno,Pedro,yaestábien.Piensa.Simeestásviendoahora,esobvioquenohasmuerto,¿verdad?

Loquesílograstehacerfuecambiartuniveldeconcienciademaneraalgobrusca.Ahoratetocaescoger.Puedesquedarteaquíyaprenderenestenivel—queparaqueteenteres,esbastantemásaltoqueelquedejaste—, o puedes volver y seguir trabajando con la Bandada. LosMayores estaban deseando queocurrieraalgúndesastreysehansorprendidodelobienqueleshascomplacido.

—¡PorsupuestoquequierovolveralaBandada.Estoyapenasempezandoconelnuevogrupo!—Muybien,Pedro.¿Teacuerdasdeloquedecíamosacercadequeelcuerpodeunonoesmásque

elpensamientopuro...?Pedrosacudiólacabeza,extendiósusalas,abriósusojos,ysehallóalpiedelarocayenelcentro

de toda laBandadaallí reunida.De lamultitudsurgióungranclamordegraznidosychillidoscuandoempezóamoverse.

—¡Vive!¡Elquehabíamuerto,vive!—¡Letocóconunextremodelala!¡Loresucitó!¡ElHijodelaGranGaviota!—¡No!¡Élloniega!¡Esundiablo!¡DIABLO!¡HavenidoaaniquilaralaBandada!Habíacuatromilgaviotasenlamultitud,asustadasporloquehabíasucedido,yelgritode¡DIABLO!

cruzó entre ellas como viento en una tempestad oceánica. Brillantes los ojos, aguzados los picos,avanzaronparadestruir.

—Pedro,¿tepareceríamejorsinosmarchásemos?—preguntóJuan.—Bueno,yonopondríainconvenientessi...Al instante se hallaron a un kilómetro de distancia, y los relampagueantes picos de la turba se

cerraronenelvacío.—¿Por qué será —se preguntó Juan perplejo— que no hay nada más difícil en el mundo que

convenceraunpájarodequeeslibre,ydequelopuedeprobarporsímismosisólosepasaraunratopracticando?¿Porquéserátandifícil?

Pedroaúnparpadeabaporelcambiodeescenario.—¿Quéhicisteahora?¿Cómollegamoshastaaquí?—Dijistequequeríasalejartedelaturba,¿no?—¡Sí!pero,¿cómohas...?—Comotodo,Pedro.Práctica.

Alamañanasiguiente,laBandadahabíaolvidadosudemencia,peronoPedro.—Juan,¿teacuerdasdeloquedijistehacemuchotiempoacercadeamarlosuficientealaBandada

comoparavolveraellayayudarlaaaprender?—Claro.—Nocomprendocómotelasarreglasparaamaraunaturbadepájarosqueacabadeintentarmatarte.—Vamos,Pedro,¡noesesoloquetúamas!Porciertoquenosedebeamarelodioyelmal.Tienes

quepracticaryllegaraveralaverdaderagaviota,verelbienquehayencadauna,yayudarlasaquelovean en sí mismas. Eso es lo que quiero decir por amar. Es divertido, cuando le aprendes el truco.Recuerdo, por ejemplo, a cierto orgulloso pájaro, un tal Pedro PabloGaviota. Exilado reciente, listoparalucharhastalamuertecontralaBandada,empezabayaaconstruirsesupropioyamargoinfiernoenlosLejanosAcantilados.Sinembargo,aquílotenemosahora,construyendosupropiocielo,yguiandoatodalaBandadaenlamismadirección.

Pedrosevolvióhaciasuinstructor,yporunmomentosurgiómiedoensusojos.—¿Yoguiando?¿Quéquieresdecir:yoguiando?Túereselinstructoraquí.¡Túnopuedesmarcharte!—¿Ah, no? ¿No piensas que hay acaso otras Bandadas, otros Pedros, que necesitan más a un

instructorqueésta,queyavacaminodelaluz?—¿Yo?Juan,soyunasimplegaviota,ytúeres...—¿...elúnicoHijode laGranGaviota, supongo?—Juansuspiróymiróhaciaelmar—.Yanome

necesitas.Loquenecesitasesseguirencontrándoteatimismo,unpocomáscadadía;aeseverdaderoeilimitadoPedroGaviota.Élestuinstructor.Tienesquecomprenderle,yponerloenpráctica.

Unmomentomás tarde el cuerpo de Juan trepidó en el aire, resplandeciente, y empezó a hacersetransparente.

—Nodejesquesecorranrumorestontossobremí,oquemehaganundios.¿Deacuerdo,Pedro?Soygaviota.Yquizámeencantevolar...

—¡JUAN!—Pobre Pedro. No creas lo que tus ojos te dicen. Sólo muestran limitaciones. Mira con tu

entendimiento,descubreloqueyasabes,yhallaráslamaneradevolar.Elresplandorseapagó.YJuanGaviotasedesvanecióenelaire.Despuésdeun tiempo,PedroGaviota seobligó a remontar el espacioy se enfrentó conunnuevo

grupodeestudiantes,ansiososdeempezarsuprimeralección.—Paracomenzar—dijopesadamente—,tenéisquecomprenderqueunagaviotaesunaideailimitada

delalibertad,unaimagendelaGranGaviota,ytodovuestrocuerpo,deextremoaextremodelala,noesmásquevuestropropiopensamiento.

Losjóveneslomiraronconextrañeza.¡Vaya,hombre!,pensaron,esonosuenaaunanormaparahacerunrizo...

Pedrosuspiróyempezóotravez:—Hum...ah...muybien—dijo,ylesmirócríticamente—.Empecemosconelvuelohorizontal—yal

decirlo,comprendiódeprontoque,enverdad,suamigonohabíasidomásdivinoqueelmismoPedro.¿Nohaylímites,Juan?pensó.Bueno,¡llegaráentonceseldíaenquemeapareceréentuplaya,yte

enseñaréunpardecosasacercadelvuelo!Yaunqueintentópareceradecuadamenteseveroantesusalumnos,PedroGaviotalesviodeprontotal

ycomoeranrealmente,sóloporunmomento,ymásquegustarle,amóaquelloquevio.¿Nohaylímites,Juan?,pensó,ysonrió.Sucarrerahaciaelaprendizajehabíaempezado...