JORNADAS DE AGROECOLOGIA Y SOBERANIA ALIMENTARIA_PARTE 2

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1. Esta experiencia, desarrollada en la comunidad: Comunidad Vitooco, Ayllu Sullka del Municipio: Salinas de Garci Mendoza contó con el apoyo institucional de la Asociación “Productores de Quinua Real y Camelidos Ayllu Sullka” (PQCAS) y del Consejo de Autoridades Originarias el Ayllu Sullka.

2. Porfirio García Canaviri es productor de Quinua Real y forma parte de la comunidad Vitooco, Ayllu Sullke del Municipio Salinas de García Mendoza.

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DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA: ¿EN QUÉ CONSISTE?

El contexto en el que se desarrolla la experiencia es en el municipio de Salinas de Garci Mendoza, reconocido como capital de la qui-nua real, de la cual forma parte la comunidad de Vitooco del Ayllu

Sullka, Distrito Municipal 7, Villa Esperanza.

En la década de 1980, a consecuencia de la sequía, muchos productores habían salido de sus comunidades, pero a partir de fines de la década de 1990 y principios del año 2000, poco a poco fueron retornando a sus comunidades de origen, debido principalmente al crecimiento del mercado internacional de la quinua, y también porque la frontera agrícola de la quinua se ha ido ampliando. Por esos mismos motivos las diferentes familias del lugar entraron en ciertos conflictos de disputa de tierras, ya sea en áreas tradicionales o en otras nuevas de cultivo de la quinua real.

ACCESO Y REDISTRIBUCIÓN EQUITATIVA DE TIERRAS PARA EL CULTIVO DE LA

QUINUA REAL EN AYLLU SULLKA, MUNICIPIO SALINAS DE GARCI

MENDOZA, ORURO1

PORFIRIO GARCÍA

CANAVIRI2

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Hasta el año 2006, en la comunidad de Vitooco, el acceso a la tierra se hacía por el sistema katu (posesión arbitraria de la tierras), como en el resto de las comunidades del Ayllu. Este sistema generaba disputa de tierras, especialmente en áreas de cultivo de quinua. Muchos de los que habían retornado de las ciudades querían recuperar las tierras que en el pasado trabajaron sus padres. Así, la tierra se convirtió en una fuente de conflicto entre residentes y los estantes en la comunidad.

Después de muchos enfrentamientos verbales y debates internos en el mismo terreno, se llegó a los siguientes acuerdos para poner fin a un con-flicto que estaba madurando:

1. Renunciar a nuestras antiguas posesiones de tierra, que en realidad eran más pequeñas a las actuales áreas de cultivo.

2. Redistribuir equitativamente las tierras de cultivo entre todas las familias activas de la comunidad a través del sistema también conocido como t’aqa.

3. Dividir las áreas de cultivo (conocido como sistema de mantos) en tres lugares, de manera que nos permita rotar y hacer descansar la tierra por lo menos por dos años.

En el caso del primer acuerdo, todos los antiguos productores estantes y los que retornaron a la comunidad decidieron renunciar sus derechos tradicionales a la tierra, ya que en el pasado se trabajaba en extensiones pequeñas que sólo era para la subsistencia familiar.

En el segundo, se respetó las antiguas ubicaciones, sólo se cambió la extensión del terreno, y en el caso de jóvenes o nuevos contribuyentes, éstos fueron sorteados en nuevas tierras contiguas a las que tenían. La extensión del ter-reno para el cultivo de la quinua real es la misma para todos, y todos los terrenos están ubicados en un mismo lugar. Sin embargo, en principio, y por falta de apoyo técnico, no se pudo redistribuir equitativamente, y por eso algunos estaban disconformes. Se llegó a a repetir la redistribución en más de tres oportunidades.

Finalmente, Se decidió dividir la tierra en tres áreas de cultivo, con el fin de rotar, de manera que nuestras tierras puedan descansar por lo menos dos años. Así, los cultivos se ubicaron en tres lugares: Manto 1: K’ilasuña y lamphaya, Manto 2: Wila qullu y muyt’a q’ara; y Manto 3: Willk’i y alqamir ikiña.

Además, se cuenta con una cuarta área como reserva denominada Q’ara cotaña y Muru uta, que será habilitada en los próximos años, dependien-do de nuestras necesidades.

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DURACIÓN DE LA EXPERIENCIA

De toda esta experiencia, desde que de la confrontación pasamos al diálogo, ya pasaron seis años.

PRINCIPALES RESULTADOS

Más que resultados, de toda esta experiencia se puede decir que se aprendió lo siguiente:

a. Se trabaja en comunidad, programando nuestras actividades en co-munidad, como la siembra, roturado, fumigado y cosecha, aunque las parcelas son individuales familiares. Es decir, nuestras actividades las re-alizamos en los mismos días.

b. El acceso a la tierra es equitativa entre todo los contribuyentes, a través del sistema t’aqa, que es resultado de común acuerdo. Esto terminó con la disputa de tierras de cultivo de quinua real que podía haber generado conflictos entre familiares.

c. Se mejoró la producción de la quinua y la conservación de la tierra a través del sistema de mantos, ya que los sembradíos se encuentran en un solo lugar, por lo que el cuidado de animales silvestres y control de plagas se reducen en cuanto esfuerzo y tiempo. Además, se tiene más espacios para el ganado camélido u ovino.

d. Se logró el retorno de algunos comunarios que habían salido de la co-munidad en los años ochentas debido a la sequía.

e. Se aprendió a cumplir nuestros acuerdos que salen como resultado del diálogo interno de la comunidad, pues antes muchos no respetaban.

f. Participar en comunidad de ciertos proyectos con éxito, alambrado, vivi-endas, electrificación, etcétera.

IMPORTANCIA DE LA EXPERIENCIA PARA LA AGROECOLOGÍA Y LA SOBERANÍA ALIMENTARIA

La importancia de nuestra experiencia es que consideramos que contribuye al acceso equitativo de la tierra a través del sistema t’aqa, a la sostenibilidad de la tierra a través del sistema de mantos que permite la conservación de la tierra y, consiguientemente, a la producción ecológica de la quinua real como parte importante de la soberanía alimentaría debido a sus cualidades nutritivas que por tanto tiempo fue estigmatizada sólo como “alimento de indios”.

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1. Esta Experiencia ha sido desarrollada en las comunidades Loma Suárez, Puerto Almacén y El Masí, y en el Barrio Pedro Ignacio Muiba del Municipio Santísima Trinidad y Loreto del departamento del Beni. Ha contado con el apoyo institucional de la ONG Amazonía Sostenible y de la empresa unipersonal Amazonia Services.

2. Oscar Saavedra Arteaga es Gestor de los proyectos de desarrollo de innovación tecnológica.

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DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA: ¿EN QUÉ CONSISTE?

La problemática del desarrollo sostenible en la Amazonía boliviana se basa en las llamadas “limitaciones ecológicas” y en el grado de desarrollo cultural referido a la gestión y gerenciamiento del siste-

ma productivo e institucional. Ambos conceptos son el punto de partida de las variables que intervienen en la dinámica de la conservación y el desarrollo, en todas sus etapas. El concepto de “limitaciones ecológicas” refiere, fundamentalmente, las características de los suelos pobres y el clima estacional que se traduce en inundaciones y sequías anuales. Son éstos, los grandes factores condicionantes de las actividades agropecuarias y productivas, en general, y de los modelos de asentamientos humanos y la dinámica socio económica, en particular.

PRODUCCIÓN ECOLÓGICA INTENSIVA SOSTENIBLE EN LA AMAZONÍA BOLIVIANA, USANDO BIOTECNOLOGÍA HIDROAGRÍCOLA SUSTENTABLE: LA EXPERIENCIA DE LOS CAMELLONES MODERNOS1

OSCAR SAAVEDRA ARTEAGA2

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En cuanto al segundo de los conceptos señalados como parte de la problemática del desarrollo sostenible en la Amazonía boliviana —el nivel de desarrollo cultural relacionado a la gestión y gerenciamiento del sistema productivo e institucional—, éste determina el grado de desarrollo de la tecnología adecuada aplicada a la matriz productiva con el correspondiente nivel de avance e innovación para mejorar la productividad y la relación producción/conservación de recursos naturales tales como el suelo, la vegetación, la biodiversidad y el agua.

Como respuesta al problema, se desarrolló el modelo agroecológico denomi-nado “Biotecnología Hidroagrícola Sustentable” aplicado en comunidades rurales, periurbanas y urbanas desde el año 2007 en tres municipios del Beni, en la Amazonía. La tecnología estuvo inspirada en las culturas pre-colombinas que desarrollaron una enorme infraestructura productiva inédita para la producción agrícola y piscícola. Sobre esta base, las innovaciones consisten en la generación de suelos orgánicos de alto rendimiento, y manejo del agua en términos de acopio y distribución en el terreno, modifi-cando favorablemente la relación edafo-climática inicial en términos de incrementos de productividad y adaptación a la fluctuación estacional de inundaciones y sequías, de manera que se maximiza la producción, productividad y diversificación. Toda la cadena trófica del agua y suelo son la base de la producción y productividad del sistema agroecológico.

Se implementaron 3,5 hectáreas en la comunidad Loma Suárez y 10 hectáreas en el barrio Pedro Ignacio Muiba para tres familias con una participación del 80% de mujeres en la producción de cuatro hortalizas (cebolla en hoja, tomate, pimentón y zanahoria) dos frutas (Papaya y Plátano) y tres productos tradicionales (arroz, maíz y yuca). En los canales adyacentes al sistema se producen peces de la especie nativa Pacú (Colossoma marcopomun). La primera etapa estuvo dirigida a la seguridad alimentaria campesina respondiendo de una manera efectiva a los desastres naturales recurrentes, como las inundaciones y sequias estacionales agravadas por el cambio climático. Toda la productividad del suelo se genera y repone sistemáticamente usando plantas nativas acuáticas y terrestres de manera que se logra un sistema de producción permanente durante todo el año y todos los años superando la necesidad del descanso de los suelos.

Las y los beneficiarios han tenido, en la primera etapa (2008–2010), un proceso de capacitación y entrenamiento en el manejo ecológico del suelo y agua bajo el modelo de la Biotecnología Hidroagrícola Sustentable. Esta primera etapa del trabajo fue complementada con temáticas de desarrollo organizacional para lograr elevar los niveles de coordinación y logro de los objetivos de los beneficiarios, entendidos como un cuerpo orgánico y, al mismo tiempo, valorando los aporte individuales.

El fortalecimiento de la identidad cultural fue el punto de partida de todo el proceso, y su principal propósito fue el conocimiento de las culturas ancestrales que originaron las obras hidráulicas para habitar y producir, resolvien-do así los problemas de inundaciones y sequías estacionales propios de la región. Debe decirse que este conocimiento del pasado precolombino de la Amazonía en Bolivia no se enseña en el sistema educativo boliviano.

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Los objetivos que se persiguieron y alcanzaron en los proyectos en la primera etapa de la experiencia, entre los años 2008 y 2010, y en cuatro comunidades del municipio de Trinidad, fueron dos: alcanzar la seguridad alimentaria generando excedentes para mejorar los ingresos, y desarrollar procesos de adaptación al cambio climático. A partir de estos objetivos se formuló un nuevo proyecto con un enfoque empresarial gracias al éxito productivo obtenido en anteriores experiencias que validaron la tecnología en el área rural del Beni.

En este contexto, puede afirmarse que los sistemas de producción campesi-na e indígena en el departamento del Beni y en otras regiones amazónicas de Bolivia tienen una alternativa productiva adaptada al cambio climático y con identidad cultural. Esta alternativa conlleva también los frutos de la innovación tecnológica moderna desarrollada localmente en el marco de la agroecología, resolviendo así el problema ecológico que plantea la producción intensiva y continua sin degradar el medio ambiente y, al contrario, potenciando la biodiversidad y la conservación de los recursos naturales. Estos emprendimientos han sido financiados por agencias internacionales de la Cooperación Internacional como Oxfam, Samaritans Purse y Help Age Internacional. Hoy. el municipio de Trinidad adopta el sistema como parte de su política de desarrollo productivo y generación de empleo.

El sistema, por otra parte, ha demostrado ser un modelo de producción ecológico intensivo que, al basarse en la generación de suelos orgánicos con insumos y materiales locales, no requiere de suelos fértiles y, por tanto, se aplican en llanuras inundables con suelos pobres y en zonas de barbecho o suelos agotados, generando servicios ambientales al fijar CO2 en mayores cantidades que los pastizales iniciales de la sabana. Desde el punto de vista de la teoría de los capitales en los medios de vida, el sistema genera los siguientes tipos de capital:

Capital humano al formar a los beneficiarios en técnicos en agricultura y piscicultura ecológica; Capital social al establecer las empresas sociales con los beneficiarios dándoles un enfoque empresarial; Capital físico al construir una infraestructura física para 50 años adaptada al cambio climático; Capital natural al generar un sistema de biodiversidad integrado como base productiva de agua y tierra; y Capital financiero al invertir un capital semilla para la operación dirigida a proveer de alimento al centro poblado más importante como parte de la estrategia para romper la dependencia alimenticia de las verduras y legumbres de otros departamentos.

La Biotecnología Hidroagrícola Sustentable (BTHAS), finalmente, mejora las oportunidades de acceso a los recursos como el agua y suelo para la producción intensiva, ya que éstos son bajos en valor debido a las limitaciones ecológicas que, una vez resueltas y convertidas en ventajas, potencian la capacidad productiva de sus espacios y las oportunidades de desarrollo individual, comunitario y local. Al involucrar al municipio en el emprendimiento, se ha iniciado un proceso de autonomía alimentaria local con desarrollo local.

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DURACIÓN DE LA EXPERIENCIA

La experiencia se ha desarrollado durante seis años, desde 2007 a 2012, en las comunidades, y desde el año 2000 al 2006 en el campo experimental.

PRINCIPALES RESULTADOS

2008-2010: 55 familias beneficiarias (275 personas) han reducido su vulnerabilidad ante el cambio climático, mejoraron su capacidad de respues-ta ante desastres, y la gestión del riesgo es más eficaz debido a la inversión de esfuerzos en la prevención. Han mejorado sus ingresos en un 305 por ciento y tienen garantizada la seguridad alimentaria mejorando su dieta y la salud de los niños; las mujeres han mejorado su posición de poder en la familia.

2010-2012: 79 familias (395 personas) han desarrollado sus capaci-dades personales y forman parte de una empresa social que provee de productos alimenticios al mercado de la ciudad Trinidad; estas familias han incrementado sus ingresos anuales en un 100% anual; la Amazonia cuenta con un modelo productivo adaptado al cambio climático y desarrollo organizacional local.

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1. Esta Experiencia se ha desarrollado en la comunidad Distrito Moscarí del Municipio San Pedro de Buena Vista, en el departamento de Potosí, y ha contado con el apoyo institucional del Programa de Desarrollo Integral Interdisciplinario (PRODII) y el Municipio de San Pedro de Buena Vista (PROAGRO/GIZ).

2. El Programa de Desarrollo Integral Interdisciplinario (PRODII), es una Organización No Gubernamental sin fines de lucro; su accionar está orientado a los sectores sociales más marginados del Estado Plurinacional de Bolivia. En la actualidad trabaja desde 1999 promoviendo proyectos de desarrollo integral en las diferentes provincias y municipios del Norte de Potosí.

3. GERMAN JARRO TUMIRI, es ingeniero agrónomo, ha trabajado en el proyecto FAO/HOLANDA/PREFECTURA en Potosí 1992 – 2002, actual-mente es director ejecutivo de PRODII 2002 - 2014.

4. FELIX VALE VEGA, es ágronomo, ha trabajado en desarrollo rural en distintas instituciones, fue alcalde municipal de Acasio 2000-2005 y asambleista constituyente 2006 - 2007, actualmente es Cordinador de Programas en PRODII.

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DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA:¿EN QUÉ CONSISTE?

El PRODII2 , en el marco de su estrategia de trabajo en municipios del Norte de Potosí, ha venido promoviendo procesos de manejo integral de espacios productivos sostenibles con la finalidad de que

la población local, y especialmente las organizaciones indígena/originario/campesinas, a partir de sus propias identidades y valores, consoliden y/o desarrollen sistemas apropiados de participación y organización a fin de incidir efectivamente en los aspectos de promoción social, respeto de sus valores, tradiciones y participación equitativa de la mujer, como medios para via-bilizar su desarrollo sustentable y autosostenible”.

MANEJO INTEGRAL DE ESPACIOS PRODUCTOS SOSTENIBLES, UNA ESTRATEGIA EN TIEMPOS DE CAMBIO CLIMÁTICO1

GERMÁN JARRO

TUMIRI3

FÉLIX VALE VEGA4

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3. El objetivo general del Programa de Desarrollo Agropecuario Sustentable (PROAGRO) es apoyar a pequeños productores y productoras agropecuarios de áreas rurales secas, que son los que menor capacidad tienen para adaptarse a los riesgos conllevados por el cambio climático. El programa cuenta con el apoyo de la Cooperación Técnica Alemana (GIZ). [http://www.planificacion.gob.bo/node/124]

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Para ello, el enfoque de trabajo que el PRODII ha planteado está basado en el reconocimiento y la capacidad desarrollada de los pueblos indígena/originario/campesinos que, desde épocas milenarias, supieron manejar los recursos de la agrobiodiversidad en armonía con el medio ambiente. La revalorización de las prácticas y saberes de estos pueblos son fundamentales para recrearlas y socializarlas en las nuevas generaciones porque también es evidente que, en las últimas décadas, las personas adultas y los jóvenes principalmente, han perdido estos conocimientos y prácticas del manejo de los recursos productivos como las semillas, suelos, agua y cobertura vegetal. DURACIÓN DE LA EXPERIENCIA

La implementación de la experiencia ha sido un proceso en el que desta-can los siguientes hitos:

2009: El Municipio de San Pedro y el PROAGRO/GIZ3 inician la construcción de obras de cosecha familiar, bajo un convenio interinstitucional.

2010: El PRODII interviene brindando asistencia técnica y capacitación en base a su política y estrategia de trabajo basado en cuatro pilares fundamen-tales, en convenio con el Gobierno Autónomo Municipal de San Pedro de Buena Vista y el GIZ. 2011 y 2012: El Programa, además de desarrollarse como en los dos años anteriores, elabora un video de las primeras experiencias desarrolladas y sistematiza y publica los avances de la experiencia

PRINCIPALES RESULTADOS

Manejo y uso sostenible de los recursos de la agrobiodiversidad:

Establecimiento de jardines botánicos para la diversificación de cultivos y la recuperación de semillas en peligro de extinción. Establecimiento de banco de semillas in situ familiar. Producción de cultivos (tubérculos, leguminosas, gramíneas y hortalizas). Promoción de ferias e intercambio de semillas nativas. Preparación de productos orgánicos para incrementar la fertilidad de suelos y el control de plagas y enfermedades.

Adaptación al cambio climático:

38 sistemas de cosecha de agua a nivel familiar que funcionan de forma sostenible. Construcción de terrazas con piedra y pasto falaris. Construcción de zanjas de desvío, infiltración y protección de cárcavas.

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Elaboración de compost, bocashi y establecimiento de abonos verdes. Establecimiento de plantaciones forestales. Censo y caracterización de semillas nativas. Construcción de cocinas “Malena”. Identificación y sistematización de saberes locales y bioindicadores para promover acciones frente a los efectos del cambio climático.

Género generacional:

Capacitación en políticas de género y equidad social para el manejo sostenible de los recursos de la agrobiodiversidad. Capacitación de preparación de alimentos, nutrición y salud. Capacitación a las familias según la estrategia de la Escuela de Formación en Liderazgo Económico Productivo Intercultural (EFLEPI).

Fomento a la economía rural:

Participación de las familias en diferentes ferias a nivel local, principalmente para promocionar y comercializar productos y sub productos de los recursos de la agrobiodiversidad. Comercialización de hortalizas en diferentes mercados, principal-mente de la cebolla, locoto, tomate, papa y choclo. Estudios de investigación para el fortalecimiento de la comer-cialización de los productos de la agrobiodiversidad.

IMPORTANCIA DE LA EXPERIENCIA PARA LA AGROECOLOGÍA Y LA SOBERANÍA ALIMENTARIA

Las ventajas y los beneficios de la agricultura orgánica o ecológica son incuestionables. Se la percibe como la única alternativa para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria, especialmente en el contexto de la realidad geográfica y fisiográfica del Norte Potosí. Por ello, la diversificación y el aprovechamiento intenso de las bases productivas, aprovechando los recursos agua y suelo, es el argumento para independizarse de los alimentos transgénicos, obviamente asumiendo y enfrentando retos, porque los alimentos producidos con uso de químicos existen en abundancia y son más baratos. Empero, se debe estar consciente de aquél conocido dicho popular —“lo barato cuesta caro”—, porque los productos químicos en la producción agrícola causan daños irreparables a la salud de las personas y seres vivos, como también a la madre tierra, mientras que la producción orgánica tiene un enfoque de respeto y cuidado a la Pachamama, vela por el presente y futuro de la humanidad sin distinción de clases sociales.

info1. Lourdes Vargas es responsable de incidencia política de la Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia (AOPEB).

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La Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia (AOPEB) lleva cerca de dos décadas de experiencia en el fomento a la producción ecológica. Actualmente, AOPEB cuenta

con 85 afiliadas de las cuales el 59% son organizaciones de productores ecológicos y el 60% son productores que dedican su producción al mercado nacional. Es importante destacar que el 40% de los productores ecológicos mencionados inicialmente son asociaciones que exportan sus productos. La Asociación trabaja también con 10 Organizaciones No Gubernamen-tales (ONG) y 16 empresas ecosociales.

La AOPEB tiene como objetivo promover el movimiento de la agricultura ecológica en Bolivia a través de cuatro líneas de trabajo. La primera de ellas está dirigida al apoyo y fortalecimiento del ámbito de la comercialización con la organización de Bioferias, a las que llamamos “las Bíos”. Esta línea de trabajo parte de la idea que plantea la creación de los llamados “circuitos cortos” que permiten a productores y consumidores una relación más directa y concreta.

EXPERIENCIA DE LOS SISTEMAS PARTICIPATIVOS DE GARANTÍA

EN BOLIVIA (SGP)

LOURDES VARGAS1

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La segunda línea de trabajo de la Asociación es el fomento al área de la pro-ducción a través de la facilitación de saberes a los productores. En el caso de AOPEB no hablamos de procesos de capacitación porque consideramos que los productores tienen sus propios conocimientos, y que de lo que se trata es de construir nuevos conocimientos a partir de esa base de saberes de la que son portadores los productores. Esta forma de trabajo es conocida como la metodología campesino-campesino.

El tercer ámbito de trabajo de la Asociación es la transformación. En esta área, AOPEB desarrolla procesos de investigación de productos que sirvan como insumos ecológicos para la transformación. Por ejemplo, estamos buscando insumos que reemplacen el azúcar en la mermelada, es decir, sustituir un producto industrial con otro ecológico en el proceso de transformación.

La certificación y garantía es la cuarta línea de trabajo de nuestra asociación. En AOPEB entendemos que la certificación la otorga un tercero externo, mientras que los Sistemas Participativos de Garantía (SPG) constituyen un instrumento de los productores con la participación de los consumidores.

A partir de estas cuatro líneas en las que trabaja la AOPEB, y después de cerca de 10 años de una tarea permanente de incidencia ante el Estado, y luego de una intensa labor en las organizaciones para conocer sus necesidades, se ha logrado la promulgación de la Ley 3525, la denominada Ley de Regulación y Promoción de la Producción Agropecuaria Forestal no Maderable Ecológica. A partir de esta ley se determina dos tipos de certificación: una certificación de tercera parte para productos destinados al mercado externo, sujeta por la Guía ISO 65, y otra de garantías, los SGP, para los mercados locales y nacionales.

Los Sistemas Participativos de Garantías, SGP, nacen, en gran medida, de la experiencia de los productores y consumidores de quinua y café. Se sabe que la mejor quinua que produce el país está destinada a los mercados de Europa y Estados Unidos, donde se valora y aprecia la calidad de este producto. Lo mismo sucede con el café. Los SGP, por tanto, pretenden generar mecanismos de valoración de la producción ecológica, como el café y la quinua, pero para el mercado nacional. De ahí nacen los dos tipos de certificación de la mencionada Ley 3525.

Los SPG nacen también de la necesidad de promover la presencia de productos ecológicos en los grandes mercados nacionales. Para ello, los productores ecológicos deben superar un proceso de certificación. Además, la valoración de los consumidores de los productos ecológicos es reciente en el país y, como es natural, estos productores requieren de un mercado seguro. A ello se añaden los altos costos en dinero que tienen que pagar estos productores por la certificación (un costo de alrededor de 70 dólares). Entonces, como se dice popularmente, había que ponerse en los zapatos de los productores ecológicos y buscar una alternativa, y esa alternativa son los SPG.

En base a este contexto, AOPEB se propuso un reto: construir esos Sistemas Participativos de Garantías en base a tres premisas: que sean

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sistemas sencillos para facilitar la incorporación de los productores; que sean accesibles, en términos de costos, para los productores; y que sean participativos, en el sentido de involucrar no sólo a los productores, sino también a los consumidores. Estas fueron las premisas sobre las que trabajó AOPEB en la construcción de los SPG.

La tarea empezó en dos municipios, Achocalla y Caranavi. Trabajamos entre el 2006 y 2012, cuando se aprueba la norma técnica, con los productores de estos municipios, y hay que agradecerles su paciencia, especialmente cuando gestionamos la calificación de sus productos ante el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG), pues esta institución trabajaba con normas muy parecidas a las de la Unión Europea, y los pequeños productores no pueden alcanzar esos niveles. Entonces tuvo que intervenir el Consejo Nacional de Producción Ecológica, CNAPE, para elaborar una norma técnica nacional que se adecúe a la forma en que los productores producen en Bolivia. La norma que conseguimos, por tanto, no es una copia, es algo que ha salido de los propios productores.

Es una normativa nacional en el sentido de que la europea sólo se refiere a la producción, transformación y comercialización, mientras que la que promovimos en el país toma en cuenta aspectos sociales, culturales, económicos y políticos. En lo cultural, a la norma europea no le interesa si el productor recupera saberes, semillas o tecnologías ancestrales, a los SPG sí, pues se trata de trabajar en una unidad productiva vinculada a la comunidad e incorporando a la familia. Los SGP, rescatan esas dimensiones, recupera las prácticas que realizan los productores y las incorpora al proceso de certificación.

Y ese proceso, por supuesto, supone un aprendizaje, es un proceso de evolución que empieza desde cero, desde eliminar los químicos, cuidar los suelos y evitar la deforestación. Se trata de recrear la naturaleza como base fundamental de la ecología. Entonces, el productor, durante el primer año, se incorpora a ese proceso de aprendizaje; en el segundo ya imple-menta las técnicas aprendidas; y en el tercer año ya puede considerarse, a sí mismo, con un productor ecológico capaz de someter su producción al manejo integral del ecosistema y como parte de la comunidad en que vive.

El SPG, por tanto, es un instrumento de promoción de la agricultura ecológica, no es un control que se practica para determinar si los productores son ecológicos o no. Es un instrumento que va a promocionar la agricultura ecológica y también es un termómetro que mide los procesos que están ocurriendo en el sistema. Si se identifica una falla, los SPG nos permiten intervenir para preguntarle al productor en qué podemos ayudarlo, en que parte de su proceso de producción necesita nuestra cooperación. Éste es el sentido de los Sistemas Participativos de Garantías.

¿CUÁLES SON LOS PRINCIPIOS DE LOS SGP?:

La visión compartida, la confianza, la horizontalidad, la participación y la transparencia.

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¿CUÁLES LOS PROCEDIMIENTOS QUE SE APLICAN EN LOS SGP?

Primero, se inicia un proceso de sensibilización con las organizaciones de productores; se les explica qué es la producción ecológica y se realiza un intercambio de experiencias en el que se introduce la forma en que funcionan los SPG para, finalmente, sugerirles su incorporación. Luego se procede a la elaboración de documentos; no se trata de que los productores llenen formularios que no entienden, es así que se establece una especie de calendario que los productores tienen en su casa a manera de recordatorio de lo que tienen que hacer para manejar su parcela. Son los productores, quienes llenan todos los documentos que se requieren. Se forman los Comités de Consumidores. Los consumidores no tienen que ser sujetos pasivos, son partícipes del proceso de producción, como sucede en Caranavi y Achocalla, donde estos comités están forma-dos por consumidores, juntas vecinales, comités cívicos, hasta existe una representación de los concejos de los Municipios y en las organizaciones de productores. Se realizan posteriormente las evaluaciones en los que un repre-sentante de los productores hace la evaluación a cada una de las familias, no del productor, sino de la familia como unidad productiva. Después, los Comités de Consumidores formados visitan a los productores; se elige una unidad productiva al azar para luego comparar los resultados y evaluaciones y compartirlos entre todos, productores y consumidores. Una de las recientes innovaciones es la creación de una plataforma que contiene toda la información que se genera en los SPG. Es como una especie de base de datos donde se registra la información de las familias, qué producen, los volúmenes, los manejos y su ubicación. Esta plataforma, a fin de cuentas, sirve para promover los productos. Pronto estará a disposición del público, y será un instrumento valiosísimo para dar a conocer a los productores y consumidores ecológicos. El proceso final es la entrega de la certificación, como un resultado del proceso de los SPG. Y este resultado no concluye en la valoración de que unos son productores ecológicos y otros no; tampoco en la valoración de que existen productores en proceso de transición. Se trata de mantener el apoyo en uno y otro caso y, como consecuencia, el proceso de recu-peración de saberes es permanente.

¿CUÁLES SON LOS AVANCES QUE HEMOS TENIDO?

AOPEB está trabajando en cinco departamentos de Bolivia, en nueve municipios diversos, desde Tarija, San Pedro de Buena Vista, Llallagua, Caranavi, Vinto y Tiquipaya, entre otras localidades.

Los resultados obtenidos en los nueve municipios que trabaja AOPEB son los siguientes:

63 comunidades, 16 organizaciones y 1.242 productores han ingresado al SPG; de ese número de productores, aproximadamente 80 son productores ecológicos, y el resto han sido declarados como productores en transición.

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Se han constituido comités para ser parte del SGP en Achocalla, Batallas, Caracollo, Caranavi, Llallagua, San Pedro de Buena Vista, Vinto, Tiquipaya y Padcaya. Se ha generado, en la población, un nivel de conciencia que valora la producción ecológica y, por ello, está dispuesta a pagar un precio justo.

En términos de un balance, lo sustancial en la construcción de los SPG es que se trata de una herramienta que, en primer lugar, nos ayuda a identificar rápidamente qué problemas tienen las familias de productores, pero lo fundamental es que esas familias de productores puedan comercializar sus productos a través de las bioferias. Ya están en marcha ferias como la Bio Caranavi, la Bio Achocalla y la Bio Caracollo. Esto es fundamental porque no tendría ningún sentido desarrollar los SPG sin la creación de mercados, ambos deben desarrollarse con el mismo esfuerzo. No tendría sentido contar con dos mil productores certificados si estos productores no tienen dónde vender sus productos. Y por ello mismo estamos impulsando los Sistemas Participativos de Garantías municipales que han comenzado a ser asumidos en varios lugares, como en Padcaya, en Tarija. La idea es que sean los municipios quienes se hagan cargo de la organización de las bioferias. En esa misma línea, hemos empezado a pensar en los SPG comunales.

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1. La Experiencia se desarrolló en la ciudad de Cochabamba con el apoyo de la Fundación AGRECOL Andes, la Asociación ECO Feria e ICCO.

2. Alberto Cárdenas es coordinador del Proyecto “ECOFERIA” en la fundación AGRECOL ANDES.

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DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA

Desde el año 2003, la Fundación AGRECOL Andes impulsa el proyecto ECO Feria a partir de la necesidad del pequeño productor y transformador, urbano y rural, de comercializar su producción y

transformación ecológicas.

Esos diez años de trabajo no han sido fáciles. Se impulsó, primero, la consolidación de un espacio físico referencial para la iniciativa comercial y se procedió, luego, a crear una asociación. En varios momentos de este proceso, la necesidad de responder a los indicadores planteados por el proyecto nos ha llevado a olvidar el rol de los protagonistas, de manera que no nos detuvimos a reflexionar detenidamente sobre quiénes participan, quiénes los apoyan, cuál es su percepción y, en especial, cuál es el grado de involucramiento de la familia en las actividades planeadas.

EL ROL DE LA FAMILIA EN LA COMERCIALIZACIÓN LOCAL: EL CASO DE LA ECO FERIA EN COCHABAMBA1

ALBERTO CÁRDENAS C.2

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A partir de estas preocupaciones, y durante el último trienio (2009–2011), la Asociación ECO Feria Cochabamba comenzó a incorporar en el trabajo indicadores sociales y económicos que nos permitan observar la magnitud y relevancia de la ECO Feria en el entorno interno de los asociados, es decir, de su familia.

Por todo ellos, la experiencia que presentamos refiere el rol de la familia en la comercialización en la ECO Feria. Y la primera acción asumida fue la aplicación de una encuesta en el entorno familiar de cada uno de los asociados para determinar el nivel de aceptación de la ECO Feria como una actividad familiar.

La experiencia, como se ha señalado, se ha desarrollado entre los años 2009 y 2011, y se han obtenido los siguientes resultados:

Las familias, en general, están de acuerdo en que se asista a la ECO Feria; No se descuidan las labores estrictamente familiares para asistir a la ECO Feria; La familia apoya el trabajo previo que se requiere para asistir a la ECO Feria; Quienes más apoyan el trabajo en la Eco Feria son las parejas de los productores; La Eco Feria ha permitido mejorar los ingresos de la familia en los tres últimos años.

IMPORTANCIA DE LA EXPERIENCIA PARA LA AGROECOLOGÍA Y LA SOBERANÍA ALIMENTARIA

Cuando se trabajan encuestas o se analizan resultados, muchas veces se olvidan a los protagonistas de los proyectos y programas, y nos concentramos, mucho más, en los resultados económicos que, en muchos casos, resultan ser los únicos indicadores con los que se mide un proyecto.

Es necesario considerar que en todo proyecto también existe un concepto de vida en los productores y procesadores, más aún cuando se trata de la producción y transformación ecológica que, en el caso de Bolivia, regularmente involucra al entorno familiar del productor. Debe considerarse, por ello, una visión integral del proyecto: la familia, suelo, agua, medioambiente, los sistemas productivos sostenibles y la comercialización sostenible.

Esta visión, además, debe encuadrarse en las ideas, conceptos y realidades que vivimos: el vivir bien, la seguridad y soberanía alimentaria, el rescate de nuestras costumbres alimenticias, la revalorización de los indicadores naturales y el cambio climático.

info

1. La Experiencia se ha desarrollado en las comunidades Chaupi Melga, Tutimayu, Patati y Curubamba del Municipio de Sacaba y cuenta con el respaldo institucional del Centro de Estudios y Trabajo de la Mujer, CETM.

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DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA: ¿EN QUÉ CONSISTE?

Esta experiencia tuvo como objetivo fortalecer el desarrollo personal de las mujeres y sus saberes y prácticas de producción agroecológi-ca para la seguridad alimentaria con soberanía.

Con este propósito se desarrollaron espacios de conversación y fortalecimien-to de capacidades en temas como los siguientes:

• Desarrollo personal; • Agroecología; • Crianza de animales menores (pez carpa, cuy y pato); y • Nutrición saludable.

Para ello, y en consenso con los sindicatos de las comunidades involucra-das en la experiencia, se eligieron a cinco personas que cumplen el rol de

“APRENDER HACIENDO”: CAPACITACIÓN TÉCNICA EN AGRICULTURA ORGÁNICA FAMILIAR Y DESARROLLO PERSONAL ENTRE MUJERES QUECHUAS CAMPESINAS DE SACABA, COCHABAMBA1

ZORAIDA CHOQUE ARCE

FELICIDAD ORTUÑO

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promotoras y promotores en su comunidad. Cada una de estas personas formó una red con cinco mujeres a quienes acompañaron y con quienes realizaron el seguimiento respectivo. Las y los promotores participaron en talleres mensuales cuya duración fue de dos días. Los talleres se realizaron en el Centro de Aprendizajes Intercambio de Saberes “CAIS K’anchay-wasi”. Los conocimientos adquiridos en estos talleres fueron replicados en cada comunidad.

La primera de las prácticas desarrolladas fue la construcción y desarrollo de huertos familiares de hortalizas. Con el propósito de que esta práctica sea sostenible, se estableció un capital inicial consistente en semillas de hortalizas que fueron entregadas a las comunidades para que sean ellas las que las comercialicen entre en su grupo considerando la recuperación del capital para invertir en otras semillas o iniciativas que les permita incrementar su capital.

Similar sistema se estableció en la entrega de los animales menores. En el caso de los cuyes y los patos, éstos fueron entregados a cada promotora (4 hembras y 1 macho) con el compromiso de que, una vez que los animales se reprodujeran, se entregara cinco crías a cada una de sus socias. Este proceso debía repetirse hasta cubrir a las cinco socias de cada una de las promotoras. En el caso de los peces, éstos se entregaron a cada promotora en un número de 10. En este caso, y debido al tiempo de reproducción de los peces, se optó por entregar el capital en moneda, para que las comunidades asuman su incremento o su inversión en la compra de otros animales. Estas iniciativas, luego de concluir con la rotación de semillas y animales, además del crecimiento del capital, debía permitirles a las participantes acceder a un seguro de salud, entre otras cosas.

Otro aspecto importante de la experiencia fue la promoción de una nutrición saludable en las familias a través la preparación, con las mujeres, de alimentos económicos y fáciles de preparar, tomando en cuenta la buena combinación de los alimentos.

Por otra parte, con la finalidad de que las familias puedan contar con un apoyo económico, y en coordinación con la Alcaldía de Sacaba, se logró la autorización para la implementación de un “Sector de productos agro-ecológicos y comida nutritiva (Ñawpa Mikhunas)” en el Mercado campesino “El Morro”. Esta iniciativa dio lugar a la instalación hábil de 48 puestos que funcionaron los días de feria y atrajeron una mayor concurrencia al mercado. Lamentablemente, esta tarea no fue comprendida adecuadamente por otras organizaciones de mujeres, las mismas que promovieron su cierre a través de acciones de violencia totalmente reprochables.

Sin embargo, y sin perder el entusiasmo, se realizaron esfuerzos para bus-car otros espacios de comercialización y se establecieron relaciones con la ECO-Feria Cochabamba. En este caso, no sólo se ha garantizado la presencia de las mujeres en esta feria sino que se están haciendo gestiones para promover una Eco-Feria en Sacaba.

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Otro espacio de comercialización y promoción es la “Feria de la ñawpa mikhuna y la producción agroecológica” que se realiza anualmente en los meses de abril y diciembre. Este espacio se ha convertido en una característica cultural del municipio.

Tanto los espacios de comercialización como las ferias, además de tener objetivos de promoción y comercialización, tienen el objetivo de que las mujeres valoren su trabajo en sus hogares, en la agricultura y, por tanto, se valoren ellas mismas como mujeres.

La experiencia se ha desarrolla entre julio de 2011 y septiembre de 2012. Sus principales logros son los siguientes:

• 100 familias de cuatro comunidades rurales cuentan con la producción de hortalizas que permiten cubrir sus necesidades nutricionales en cuanto a alimentos protectores. • 100 familias cuentan con la crianza de patos, cuyes y/o peses carpa, que permiten cubrir sus necesidades nutricionales en cuanto a alimentos formadores. • El sistema de capital comunitario rotatorio ha sido asumido responsablemente por las mujeres y se ha duplicado a la fecha. • Hay un encuentro y fortalecimiento de saberes locales en la producción agrícola. • Se ha fortalecido la organización de las mujeres, quienes para esta gestión tienen el objetivo de que la Asociación de Organizaciones de Mujeres de Sacaba en Agroecología y Artesanía, A-ODEMSA-A, cuente con personería jurídica. • Existe un apoyo del 8% a la economía de las familias. • Se cuenta con espacios de venta en la ECO-Feria Cochabamba. • Se está g estionando la institucionalización de las ferias de la Ñawpa Mikhuna.

IMPORTANCIA DE LA EXPERIENCIA PARA LA AGROECOLOGÍA Y LA SOBERANÍA ALIMENTARIA

La experiencia ha confirmado la importancia de la recuperación y forta-lecimiento de los saberes y prácticas ancestrales para desarrollar una pro-ducción agrícola saludable que contribuya a la seguridad alimentaria con soberanía, una tarea que tiene importantes avances en cuanto a definiciones de políticas, pero que requiere despojarse de intereses político-partidistas para que la comunidades obtengan mayores beneficios.

info

1. La Experiencia se desarrolla en las comunidades Lomas de Santa Bárbara, Plan 700 de Achumani y Pampa San Miguel del Municipio de la Zona Sur de Cochabamba (Distritos 8 y 9); cuenta con el apoyo institucional de la Fundación NME Mundial (Holanda), la Fundación Alerta Verde y el Programa Huertos Educativos de Cochabamba.

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DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA

El programa de manejo de pequeños huertos familiares basados en el sistema “huerto pie cuadrado” nace de la idea del ingeniero civil norteamericano Mel Bartolemew, quien inventó el sistema de “square foot garden” (huerto pie cuadrado) en 1975. Consiste en un huerto pequeño innovador en base de múltiples cuadrículas de 0,3m x 0,3m (1pie x 1pie). El huerto estándar tiene 16 cuadrículas en un huerto de 1,2m x 1,2m. cada cuadrícula se maneja como si fuera una cama de cultivo, lo que permite elegir una variedad de cultivos para el huerto, pudiendo sembrarse entre 1, 4, 9 o 16 plantas por cuadrícula, dependiendo del tamaño del cultivo.

El huerto se instala en una caja de 0,3m de profundidad y debe trabajarse con un sustrato de buena calidad. Mel Bartolemew maneja una receta específica para el sustrato de su huerto; sin embargo, a través de varias pruebas de diferentes sustratos en Cochabamba, utilizamos la mitad tierra y la otra mitad compost con una mezcla adicional de estiércol de animales

MANEJO DE PEQUEÑOS HUERTOS FAMILIARES EN BASE DEL SISTEMA

“HUERTO PIE CUADRADO” EN LA ZONA SUR DE COCHABAMBA1

ING. MSC. ARNOLD

BROUWER

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herbívoros o abonos vegetales, como el abono de molle o de algarrobo, si están disponibles. El estiércol otorga nutrientes al sustrato mientras que el abono vegetal mejora su estructura. Es necesario mantener constantemente la fertilidad del sustrato, y por ello, además de la instalación y el manejo de los huertos, los participantes aprenden a realizar compost. Cada cuadricula cosechada requiere un manojo de compost antes de volver a sembrar para mantener la fertilidad. Para tener un huerto aún más sostenible, también se aborda el tema de la producción de semilla propia.Las mayores ventajas del huerto pie cuadrado son:

- Su tamaño: se puede encontrar fácilmente un lugar soleado en la casa para instalarlo;- Requiere poca agua para el riego (la razón más importante para la im-plementación de estos huertos se debe a que la gente en la zona Sur no cuenta con agua potable);- El huerto se puede instalar sobre cualquier tipo de superficie (inclusive en balcones);- No requiere mucho tiempo para su manejo;- Por su sustrato mejorado produce más por m2 que un huerto convencional; la producción, además, es constante.

DURACIÓN DE LA EXPERIENCIA

El año 2010 se llevó a cabo el primer proyecto piloto con huertos experimentales en la Facultad de Agronomía de la Universidad Mayor de San Simón trabajando con diferentes profundidades de sustrato. En los años 2011 y 2012 realizamos el proyecto de huerto pie cuadrado con dos técnicos y un coordinador involucrando a un total de casi 200 familias. Las familias participaron en un programa de medio año de duración en el cual realizamos tres talleres teóricos y cuatro talleres prácticos en los domicilios de cada uno de los participantes. Después de seis meses, cada participante está capacitado para llevar adelante de forma

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sostenible su huerto pie cuadrado familiar y su compostera en casa. Las personas más entusiasmadas ampliaron sus huertos y participaron en una segunda fase de apoyo donde se tocaron temas más avanzados para el manejo de un huerto.

PRINCIPALES RESULTADOS

El programa Huertos Educativos ha trabajado con casi 200 familias en los últimos tres años. La mayoría de los participantes eran amas de casa que viven en barrios peri-urbanos de la ciudad de Cochabamba, y la gran mayoría de las familias eran migrantes del Altiplano, de escasos recursos y que viven en condiciones difíciles para poder realizar huertos urbanos. Además de logros de producción en los huertos, también se observan cambios en la actitud familiar ya que todos sus integrantes comparten los quehaceres en el huerto. Muchas personas indican que se relajan al trabajar en sus huertos y están felices de poder aportar a la economía familiar a través de la cosecha de sus productos trabajando desde la casa.

IMPORTANCIA DE LA EXPERIENCIA PARA LA AGROECOLOGÍA Y LA SOBERANÍA ALIMENTARIA

El proyecto busca enseñar una forma de producción alternativa de manera sencilla y ecológica para que las familias puedan producir hortalizas en espacios pequeños, para su autoconsumo y como apoyo a la soberanía alimentaria. Se produce una variedad de verduras sin agroquímicos y usando materiales reciclables para la instalación y manejo de sus huertos que, además, se pueden replicar y/o ampliar por cuenta propia.

Año Cantidad de beneficiarios2010 8 (proyecto piloto)2011 1002012 84 + 39 curso avanzado

info 1. Investigador independiente.

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INTRODUCCIÓN

El estudio de la alimentación humana es abordado desde diferentes enfoques. En el primero de ellos, la alimentación es vista como un asunto de Estado, y desde esta perspectiva se desarrollan políticas conducentes a disminuir los niveles de desnutrición existente en nuestro país. Para ello, como en el caso de Bolivia, se ejecutan programas de atención a la niñez basadas en la Ali-mentación Complementaria, en la que se manejan conceptos como la auto-suficiencia, la soberanía y la seguridad alimentaria.

Un segundo enfoque lo representan estudios de orden económico, a partir de los cuales se reconstruyen los cambios en el patrón alimentario, enfatizando el creciente predominio de la industria alimentaria. Un tercer enfoque, el lla-mado enfoque antropológico, posibilita el estudio de los hábitos, costumbres y prácticas culturales que rigen la alimentación, y las características de la dieta de ciertos grupos sociales, en particular los de grupos de inmigrantes en cuyo seno se agrupan diferentes culturas e identidades, como la de los indígenas.

EFICIENCIA COMPARATIVA EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS ENTRE LA POBLACIÓN DE INMIGRANTES Y NO INMIGRANTES DE LA CIUDAD DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA

JAIME CHUMACERO

LÓPEZ1

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El cuarto enfoque es el propiamente referido a los estudios nutricionales y está principalmente referido a las mediciones antropométricas en niños y niñas, a fin de determinar los niveles nutricionales existentes en nuestra población.

Estos enfoques nos ayudan a entender la problemática del consumo de alimentos en la ciudad de Santa Cruz, el centro urbano con mayor creci-miento demográfico en el país debido principalmente al crecimiento que aporta la población de inmigrantes. Siete de cada 10 habitantes habituales en esta ciudad son inmigrantes netos o provienen de padres de reciente inmigración, lo que motiva la existencia de problemas de distinta natu-raleza relacionados todos al cambio de hábitos de vida y, en especial, a la disponibilidad de alimentos, tema en el que se centra este estudio. Es evidente que la población con origen distinto a los no inmigrantes chocan con una realidad totalmente diferente, pues no es lo mismo ser sedentario en el altiplano o en los valles que en el oriente: la exigencia de mayores niveles consumo de energía, debido a los cambios metabólicos que registra el cuerpo humano, terminan siendo determinantes para la adaptación del inmigrante en su nuevo hábitat.

La investigación se contextualiza en este medio ambiente donde las preva-lencias de enfermedades no transmisibles se presentan con mayores por-centajes respecto de las otras regiones de Bolivia y donde la diabetes —una enfermedad estrechamente relacionada con el consumo de alimentos— manifiesta índices de constante crecimiento. Por otro lado la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), conjuntamente el Ministerio de Salud y Deportes, publicaron las llamadas “Recomendaciones de energía y nutrientes para la población de Bolivia”, un documento único de referencia para la determinación de la eficiencia alimenticia de la población.

Los objetivos de esta publicación son los siguientes:

1. Determinación de diferencia significativa en el consumo de algunos productos entre los grupos de hogares de inmigrantes y no inmigrantes.

2. Determinación de existencia de diferencia significativa en el consumo de kilocalorías persona por producto entre los hogares de inmigrantes respecto al de los no migrantes.

3. Determinación de existencia de diferencia significativa en la eficiencia del consumo de los alimentos según las recomendaciones de energía y nutrientes entre los hogares de inmigrantes respecto a los hogares de no inmigrantes.

4. Determinación de existencia de diferencia significativa entre los gru-pos de inmigrantes con los no inmigrantes respecto al consumo de los macronutrientes.

5. Determinación de existencia de diferencia significativa entre los gru-pos de inmigrantes con los no inmigrantes respecto al consumo de los micronutrientes.

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PROCEDIMIENTO

Los datos de la encuesta de Medición de las Condiciones de Vida (ME-COVI) del año 2007 constituyen la base de este estudio. La muestra de de esta encuesta está conformada por la información de 457 hogares de la ciudad de Santa Cruz, de los cuales 240 correspondieron a 240 hogares sin ningún inmigrantes y 217 a hogares con personas inmigrantes. La infor-mación ha sido discriminada por sexo y edad a fin de vincularla con los re-querimientos nutricionales publicados por la OPS y el Ministerio de Salud y Deportes de Bolivia en el citado estudio “Recomendaciones de energía y nutrientes para la población boliviana, 2007”.

Las encuestas MECOVI, también llamadas “Encuestas de Hogares”, tienen un acápite referido a las compras de alimentos donde se detallan los diferentes tipos de alimentos adquiridos de manera periódica por los hoga-res, de manera que así puede establecerse la cantidad de algunos productos y su peso en kilogramos.

Por otra parte, y en base a la “Tabla boliviana de composición de alimen-tos 2003”, publicada también por la OPS, la OMS y el Ministerio de Sa-lud y Deportes, se ha realizado el cálculo de los micro y macro nutrientes adquiridos por los hogares de la ciudad de Santa Cruz registrados en la encuesta MECOVI-2007.

A partir de estas dos fuentes, se han realizado las respectivas comparaciones para determinar la eficiencia nutricional en la población de inmigrantes respecto a los no inmigrantes en la ciudad de Santa Cruz.

Básicamente, el análisis ha sido de manera comparativa utilizando el método estadístico de las pruebas de hipótesis tanto para promedios como para proporciones, a fin de determinar la existencia o no de las diferencias significativas en los consumos de alimentos de ambas poblaciones.

RESULTADOS

La encuesta MECOVI-2007 establece 64 alimentos de la canasta básica familiar y se han encontrado diferencias significativas en el consumo de 15 productos alimenticios, entre ellos los siguientes: habas frescas, tomate, quinua, cebollas, arvejas frescas, papa, zanahoria, locoto, pimientos, perejil, fideo, pan y hojas de coca. Estos son los alimentos preferidos por el grupo de hogares de inmigrantes, en tanto que las galletas elaboradas, la man-darina y la harina de trigo, son los preferidos por los no inmigrantes. En otros productos no existe diferencia significativa en el consumo de uno y otro grupo.

En las cantidades de consumo de los alimentos se acrecientan las diferen-cias significativas, dado que de los 64 productos bajo análisis, en 36 de ellos se han encontrado diferencias significativas en la cantidad consumida por uno y otro grupo. Se ha determinado, asimismo, que el grupo de los no inmigrantes consume mayor cantidad de kilocalorías que los consumidos por los inmigrantes en 27 de los productos; sólo en nueve productos los inmigrantes superan en el consumo de kilocalorías de los no inmigrantes.

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DIFERENCIAS EN EL CONSUMO DE KILOCALORÍAS

Es en el consumo de jugos de fruta donde se advierte una mayor diferencia en el consumo de kilocalorías entre los dos grupos poblacionales estudi-ados: los migrantes consumen 292 kilocalorías y los no migrantes 444, mostrando una diferencia de 152 kilocalorías entre uno y otro grupo.

En el consumo de arroz se presenta la segunda diferencia significativa: los no inmigrantes consumen 102 kilocalorías más que los inmigrantes (el primero de los dos grupos consume 420 kilocalorías y el segundo 318).

En el caso del consumo de bebidas alcohólicas, la población no inmigrante consumen 645 kilocalorías de dichos productos, mientras que los inmi-grantes registran 555 kilocalorías en este consumo; la diferencia entre uno y otro grupo es de 90 kilocalorías.

La cuarta diferencia significativa, se registra en el consumo de embutidos: 148 kilocalorías en la población no inmigrante y 74 kilocalorías en la de los inmigrantes, con una diferencia de 74 kilocalorías por grupo.

El grupo de alimentos en el que se evidencia una mayor diferencia de can-tidad de kilocalorías consumidas por parte de los inmigrantes es el de la carne de llama y de conejo; la diferencia es de 174 kilocalorías: los no inmi-grantes consumen 37 y los inmigrantes 211.

El segundo grupo de alimentos donde se advierte una mayor diferencia en el consumo de kilocalorías es el endulzantes diferentes al azúcar: 327 kilocalorías los inmigrantes y 172 los no inmigrantes: 155 kilocalorías de diferencia.

El tercer producto en el que difieren el consumo de uno y otro grupo po-blacional es el de pescados enlatados: 136 kilocalorías los inmigrantes y 36 los no inmigrantes: 100 kilocalorías de diferencia.

El consumo del maíz muestra también una diferencia importante: 255 ki-localorías en el caso de los inmigrantes y 157 en el de los no inmigrantes: 98 kilocalorías de diferencia.

DIFERENCIAS EN EL CONSUMO DE NUTRIENTES

Como en el caso del consumo de kilocalorías, para determinar la cantidad global requerida de nutrientes en la población estudiada, se utilizaron los datos de la Encuesta de Hogares MECOVI-2007 y los estudios de la OMS, la OPS y el Ministerio de Salud y Deportes. Así, en base a los parámetros señalados por el número de familias encuestadas y los que se establecen en los estudios señalados, se ha establecido que el grupo poblacional de no inmigrantes requeriría un consumo 1.270,793 kilocalorías por día (Kcal/día), en tanto que los inmigrantes requerirían 1.678,991 Kcal/día.

A partir de estos datos, y una vez realizados los cálculos comparativos, este estudio evidencia que el grupo de no inmigrantes (toda la población cubierta por la encuesta) consume 2.099,586 Kcal/día, mientras que los inmigrantes consumen 2.674,148 Kcal/día. La mayor diferencia entre el

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consumo de kilocalorías requeridas por día y el nivel de consumo real se presenta en el grupo poblacional de los no inmigrantes, quienes superan en un 65% el consumo esperado; en el caso de inmigrantes, éstos superan en un 59% el nivel de consumo esperado.

Una vez desagregados los datos, se observa que en el consumo de macronu-trientes —proteínas, grasas e hidratos de carbono— existe un mayor con-sumo por parte de los no inmigrantes respecto a los inmigrantes. En el caso específico del consumo de proteínas, la diferencia alcanza al 113% respecto del consumo recomendado en el grupo de no inmigrantes, en tanto que para el grupo de inmigrantes, esa diferencia del 109%. Ambos grupos, por tanto, consumen proteínas en más del doble de lo recomendado.

En el caso del consumo de grasas, la población no inmigrante consume grasas en más del 50% recomendado, mientras que los inmigrantes lo ha-cen en un 33% superior a lo recomendado: los no inmigrantes consumen mayor cantidad de grasa que los inmigrantes.

En el caso de los hidratos de carbono, el grupo de los no inmigrantes su-peran en un 66,2% el consumo recomendado de este macro nutriente, y los inmigrantes lo superan en un 63,9%.

En los consumos de los micronutrientes, ambos grupos poblacionales con-sumen una cantidad similar tanto de Vitamina A como de Tiamina, sin embargo, el consumo de hierro, reboflavina y niadina muestra diferencias significativas, mucho mayor en el grupo de inmigrantes respecto a los no inmigrantes.

CONCLUSIONES

Las diferencias encontradas en el consumo de alimentos, cantidades y significancia de micro y macro nutrientes señalan claramente niveles mayores en el grupo de hogares compuestos por no inmigrantes respecto de los hogares de inmigrantes en la ciudad de Santa Cruz. Desde el pun-to de vistas de los niveles de consumo recomendados por la OMS, la OPS y el Ministerio de Salud, se evidencia una mayor eficiencia en el consumo de alimentos por parte de la población inmigrante. Los no inmigrantes mues-tran un consumo mayor de proteínas, carbohidratos y de grasas, lo que evidencia una menor eficiencia respecto a los requerimientos nutricionales.

Por otro lado, se encuentra la existencia de una mayor relación entre el consumo de alimentos y las prácticas culturales en la población inmigrante. Esto se evidencia en un mayor consumo de productos que no se producen en el territorio de destino, tales como la papa, la zanahoria, la coca y carnes diferentes al vacuno.

Debe señalarse, finalmente, que si bien se constata una mayor eficiencia en el consumo de alimentos en el grupo de inmigrantes, no ha sido posible establecer que este consumo se deba a sus prácticas culturales y no al nivel de sus ingresos económicos, debido a que no se ha realizado un análisis de esta naturaleza, aunque sí es posible hacerla con los datos de la encuesta MECOVI.

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RECOMENDACIONES

La Encuesta de Hogares es un buen instrumento para el análisis sobre con-sumo de los alimentos, sin embargo, una de sus grandes ausencias es que no considera la medición de peso y talla de las personas encuestadas. Sin duda, dicha medición generaría un mayor gasto en la realización de la encuesta, pero, al mismo tiempo, esos datos posibilitarían un mejor acercamiento a la situación nutricional de las personas encuestadas.

En el caso de datos sobre alimentación que recoge el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, éstos tienen como objetivo determinar las llamadas “Líneas de Pobreza” a partir de la canasta básica familiar y de los ingresos económicos en los hogares, pero en ningún caso nos ofrecen información de tipo nutricional, que sí está contenida en la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDSA), aunque en ésta no se recoge la información de los alimentos consumidos. Por tanto, ambos instrumentos, si bien son complementarios se encuentran divorciados en lo que respecta a la población encuestada y la periodicidad del levantamiento de datos, uno es anual y el otro se realiza cada cuatro años.

Bajo estas consideraciones, el presente estudio encuentra necesario realizar mediciones que determinen el grado de nutrición de la población. El acercamiento a la calidad nutricional de los alimentos que consume la población inmigrante y no inmigrante en la ciudad de Santa Cruz, materia de la que se ocupa este estudio, creemos, revela la importancia de este tipo de estudios.

Igualmente, quizá sea necesario, una vez obtenidos los datos tanto del Censode Población y Vivienda 2012 y el futuro Censo Agropecuario, determinar las capacidades productivas regionales en función a productos agrícolas y producción pecuaria, a fin de determinar la capacidad de la producción y, simultáneamente, determinar la estabilidad y seguridad alimentaria, basados en los requerimientos y recomendaciones nutricionales.

info

1. La Experiencia se desarrolla en el Municipio de Achocalla y cuenta con el apoyo institucional de AOPEB y ECODEL.

2. Rodolfo Espinoza Es encargado de la Plataforma EcoSocial de Achocalla en AOPEB. producció[email protected]

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DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA: ¿EN QUÉ CONSISTE?

La Plataforma Ecológica y Social de Achocalla, conformada por pro-ductores ecológicos, instituciones públicas y privadas, y otras orga-nizaciones vivas, tiene como objetivo articular a todos los actores

productivos e institucionales que trabajan por desarrollo productivo del municipio de Achocalla.

¿QUE HACEMOS PARA LOGRAR EL SUEÑO?

Para lograr el sueño trabajamos directamente con el municipio inte-grando varios actores, planificando estrategias y estableciendo espacios de comunicación para logra una adecuada coordinación entre la Plataforma y el municipio.

PLATAFORMA ECO SOCIAL PARA EL DESARROLLO DE LOS MUNICIPIOS1

RODOLFOESPINOZA H.2

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La educación, capacitación, planificación y concertación son las herramien-tas que utiliza la Plataforma para contribuir al fortalecimiento del municipio. La Plataforma se considera parte del Gobierno Municipal y, como tal, esta-blece una relación horizontal con sus autoridades. La Plataforma es el punto de encuentro de las instituciones y organizaciones vivas del municipio.

¿QUIENES SOMOS?

Somos una comunidad organizada en la que participan actores públicos y privados para desarrollar nuestros objetivos.

VISIÓNAchocalla es un municipio intercultural y organizado que se destaca por su producción ecológica; aprovecha su vocación productiva hortícola y

lechera, y ha desarrollado su potencial turístico y artesanal, donde existen oportunidades de formación y capacitación en escuelas ecológicas, con

infraestructura y servicios básicos eficientes y alternativos, con atención a toda la población, para vivir bien.

MISIÓNSomos una comunidad organizada e intercultural, donde participan actores públicos y privados, para planificar estrategias integrales, educar, capacitar, concientizar y comunicarnos, en coordinación con el Gobierno Municipal,

para que Achocalla sea un Municipio Ecológico, donde se busque el beneficio de la población en armonía con la naturaleza.

¿CUÁLES SON LOS VALORES PARA HACER ESTO?

Nuestro trabajo se encausa a partir de valores ecológicos, participativos, democráticos y con equidad; nuestra tarea es fundamentalmente inclusiva, dotada de ética institucional, transparencia, integralidad y, sobre todo, es un espacio lleno de alegría. Principales resultados

En poco más de dos años, la Plataforma, cuya tarea se ha iniciado en 2010, se anota como logros el diseño de estrategias que fortalecen las características y potencialidades del Municipio de Achocalla:

a. Producción ecológica.b. Vocación lechera.c. Vocación hortícola.d. Turismo y artesanía.e. Infraestructura y servicios.f. Consumo local y comercialización de hortalizas.

Nuestro trabajo se ha concentrado también en la incidencia para la partici-pación de las cartas orgánicas en el municipio de Achocalla.

info

Fabricio Duran es Técnico del COMAN de Tomina,

Rymsky Chaves es Ex coordinador del COMAN del municipio de Tomina.

Amed Romero Franco Coordinador del COMAN del municipio de Tomina.

143 Experiencias

DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA: ¿EN QUÉ CONSISTE?

Mediante Decreto Supremo 27029 de fecha 8 de mayo de 2003, se crea el Consejo Nacional de Alimentación y Nutrición (CONAN), como organismo encargado de impulsar y coordinar

la participación interinstitucional e intersectorial para la formulación y se-guimiento de la Política Nacional de Alimentación y Nutrición en el país.

En fecha 5 abril de 2006 se promulga el Decreto Supremo 28667, modifi-catorio del CONAN, el cual señala, en su Artículo 5, referido a funciona-miento del CONAN, que éste será responsable de promover la creación de sus equivalentes a nivel departamental y municipal, los cuales desarrollarán las políticas en sus respectivos ámbitos de acción.

En ese marco normativo, en fecha 17 de abril de 2009 se ha conformado el Consejo Municipal de Alimentación y Nutrición (COMAN) del Municipio de Tomina, un órgano colegiado y conformado por representantes del Gobierno Municipal, instituciones públicas y privadas, organizaciones sociales y ONG que se encuentran debidamente registradas y autorizadas a prestar servicios en el municipio de la Villa de Tomina.

FUNCIONAMIENTO DEL CONSEJO MUNICIPAL DE ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN (COMAN) EN EL MUNICIPIO DE VILLA DE TOMINA, DEPARTAMENTO DE CHUQUISACA

FABRICIO DURÁN

RYMSKYCHAVEZ

AMED ROMERO FRANCO

144Experiencias

El COMAN de Tomina tiene la misión de ser una entidad pública que promueva espacios de coordinación intersectorial, de políticas, planes y proyectos, acordes a políticas nacionales y sectoriales, para incrementar los productos locales que contengan alto valor nutritivo para contribuyendo a la seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza y la erradicación de la desnutrición.

Asimismo, tiene la visión de ser una institución eficiente posicionada estratégicamente en el municipio, coadyuvando en la consolidación de programas y proyectos que promuevan la seguridad alimentaria, reducción de la pobreza y mejores condiciones de vida para sus habitantes.

Entre las principales funciones del COMAN se encuentran las siguientes: fomentar, coordinar y fortalecer la participación intersectorial, interinsti-tucional y de la sociedad civil en el municipio; gestionar recursos para la implementación y seguimiento de actividades de alimentación y nutrición; promover la implementación de la Política de Alimentación y Nutrición en el ámbito municipal; impulsar la promulgación de resoluciones y orde-nanzas municipales para la aplicación de políticas y estrategias municipales de alimentación y nutrición; y participar de la planificación y seguimiento a la ejecución del Plan de Desarrollo Municipal (PDM) y la Programación Operativa Anual (POA). Otras funciones igualmente relevantes son: la promoción de la alimentación adecuada y de mercados productivos que faciliten el acceso físico a ali-mentos nutritivos, así como la manipulación, preparación y conservación adecuada de los alimentos, para favorecer la salud y el bienestar social de los habitantes del municipio, y el impulso acciones tendientes a respetar, proteger y garantizar el Derecho Humano a la Alimentación Adecuada de la población, así como el funcionamiento de mecanismos de exigibilidad de su cumplimiento.

DURACIÓN DE LA EXPERIENCIA

El COMAN de Tomina ha sido conformado en fecha 17 de abril de 2009 y fue reconformado con las nuevas autoridades municipales electas en el mes de julio de la gestión 2010, a la fecha continua desarrollando regularmente sus actividades.

PRINCIPALES RESULTADOS

Institucionalización del COMAN a través de su reconocimiento mediante Resolución Municipal de aprobación de su Reglamento Interno y Manual de Funciones.

Planificación, seguimiento y control de la Programación Operativa Anual (POA), garantizándose recursos económicos para su funcionamiento; participación en la elaboración del Plan de Desarrollo Municipal periodo 2014–2018 y en la formulación de la Carta Orgánica Municipal a partir de la gestión 2012, garantizando la inclusión de políticas y líneas estratégicas a favor de la alimentación y nutrición.

145 Experiencias

Articulación intersectorial e interinstitucional (sector público, privado, or-ganizaciones sociales y de la sociedad civil) en la programación, ejecución y evaluación de los programas, proyectos y estrategias de alimentación y nutrición. Gestión de convenios interinstitucionales y alianzas entre sectores. Participación social respetando la estructura social propia de las organi-zaciones existentes en el municipio, garantizando su participación en todos los procesos de gestión y, sobre todo, como mecanismo para el ejercicio del control social.

Gestión del Incentivo Municipal a la meta desnutrición cero, para el cum-plimiento de los requisitos referidos a la implementación de las estrategias del Programa Multisectorial Desnutrición Cero y a la disminución de los indi-cadores de desnutrición en menores de dos años de edad en el municipio.

Apoyo a la producción local velando por la seguridad alimentaria familiar y el fortalecimiento tanto de las organizaciones comunales como de las organizaciones de mujeres para contribuir y fortalecer el desayuno escolar con la compra de productos locales transformados en el municipio, para posteriormente se pueda producir alimentos transformados de alta competencia y crear un sistema económico integral que garantice la seguridad alimentaria con soberanía.

Promoción de hábitos saludables y de alimentación adecuada. elabo-ración de material promocional, realización de ferias multisectoriales, re-valorizando los conocimientos y prácticas ancestrales.

Involucramiento en la vigilancia nutricional, a través de un proceso inicial de sensibilización y capacitación sobre indicadores y metodologías de vigilancia, seguimiento y monitoreo, que se ha constituido en un trabajo continuo y en una responsabilidad compartida.

Acercamiento de la población más vulnerable a la red de protección so-cial, permitiendo el ejercicio de sus derechos a la salud, educación, ali-mentación, agua y saneamiento.

IMPORTANCIA DE LA EXPERIENCIA PARA LA AGROECOLOGÍA Y LA SOBERANÍA ALIMENTARIA

El mandato nacional para el trabajo de la Seguridad Alimentaria y Nutri-cional con Soberanía, encuentra en el COMAN una instancia de gestión intersectorial e interinstitucional propicia para la definición y seguimiento de políticas, programas y proyectos locales articulados a nivel departamen-tal y nacional, y para la toma de decisiones conjuntas entre instituciones y población, demostrando que en el nivel local es factible la articulación multisectorial, acción que se hace más compleja y dificultosa en niveles más altos de gestión.

La priorización de iniciativas dirigidas a la seguridad alimentaria y nutri-cional de las familias, ha conllevado un enfoque integral e interdisciplinario en el trabajo del COMAN, velando no sólo por la producción de alimentos, sino por su uso adecuado y la sostenibilidad de los sistemas campesinos de producción.

info

1. La Fundación AGRECOL Andes es una institución que presta servicios para la gestión del conocimiento en Agroecología a través de la capacitación, siste-matización de experiencias, promoción de metodologías participativas, difusión de información, orientación y acompañamiento a procesos de cambio para contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida en las sociedades rurales andinas. [http://web.agrecolandes.org/index.php/sobre-agrecol/quienes-somos]

- Juan Carlos Ortega, AGRECOL es coordinador del Proyecto de incidencia política de AGRECOLANDES.

146Experiencias

DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA: ¿EN QUÉ CONSISTE?

La experiencia, implementada por la Fundación AGRECOL Andes1 , nace de una solicitud de las organizaciones sindicales de los municipios de Totora y Aiquile. La iniciativa forma parte del proyecto incidencia

política para un desarrollo territorial basado en la agricultura sostenible de la Fundación, y se concretiza en la elaboración de Planes Productivos de Desar-rollo Ecológico Territorial (PDET) en las comunidades de los municipios referidos. Su particularidad es que se trata de una iniciativa que nace y se desarrolla por las organizaciones sindicales, y se gestiona a través de una comisión de incidencia pública y política de esas entidades ante el gobierno local, departamental, o nacional, y ante financiadores externos.

CONSTRUYENDO PLANES PRODUCTIVOS DE DESARROLLO ECOLÓGICO TERRITORIAL

(PDET) EN TRES MUNICIPIOS DEL CONO SUR DE COCHABAMBA

JUAN CARLOS ORTEGA PINTO

147 Experiencias

La metodología aplicada para la elaboración de PDET tiene los siguientes principios: • Análisis, desde organizaciones sindicales, ya sean sub centrales o de nivel territorial; • Reflexión en base a experiencias y leyes relacionadas a la produc-ción agropecuaria; • Proposición a autoridades municipales e instituciones; • Decisión desde las organizaciones sindicales para planificar desde las familias y para las familias. Las fases y actividades centrales del proceso son dos:

1. Construcción de la propuesta de elaboración de Planes Productivos de Desarrollo Ecológico Territorial (PDET): es el momento de trabajo con dirigentes sindicales y líderes productivos para diseñar la estrategia del cómo se construirán los PDET en un determinado territorio.

2. Construcción de Planes Productivos de Desarrollo Ecológico Terri-torial, in situ: es el momento de la realización del ciclo de talleres para la construcción de los PDET. Esos talleres tienen la siguiente estructura:

• Un taller a nivel de comunidades donde se trabajan diagnósticos comunales con la participación de todas las familias, y donde se analizan aspectos productivos, económicos, organizativos y ambientales. • Dos talleres a nivel de sub centrales donde se trabajan perfiles de proyectos a nivel de comunidades y sub centrales. Dos talleres a nivel de cuenca, donde se trabajan perfiles de proyec-tos con enfoque territorial. • Un taller de validación de Planes Productivos de Desarrollo Ecológico Territorial con la participación de todas las familias de la cuenca; en esta instancia se trabajan las rutas de incidencia en políticas públicas para que instituciones públicas, instituciones privadas y financieras exter-nas puedan considerar los perfiles de proyecto contenidos en el PDET.

3. Relacionamiento interinstitucional para la elaboración y ejecución de proyectos: Es el momento en que las organizaciones sindicales firman convenios interinstitucionales y/o mancomunados para que sus perfiles de proyecto se elaboren a diseño final y se su ejecuten en sujeción a su Plan Productivo de Desarrollo Ecológico Territorial, PDET.

DURACIÓN DE LA EXPERIENCIA Y PRINCIPALES RESULTADOS La experiencia se ha iniciado el año 2009 y actualmente está en su segunda fase cuya culminación está prevista para el año 2014. Los resultados más significativos son los siguientes:

• Se han construido tres Planes Productivos de Desarrollo Ecológico Territorial, PDET. • Se ha conformado una instancia interinstitucionales denominada Concejo de Desarrollo del Distrito Sur, CODISUR, a nivel del municipio de Totora para promover el PDET.

148Experiencias

• Las organizaciones sindicales han gestionado dos proyectos de Desarrollo Agropecuario Ecológico Sostenible con Radio Esperanza y los gobiernos municipales de Aiquile y Totora.

IMPORTANCIA DE LA EXPERIENCIA PARA LA AGROECOLOGÍA Y LA SOBERANÍA ALIMENTARIA

A nivel nacional y regional, se evidencia que la actividad agropecuaria tiene dos corrientes marcadas; la primera es la producción agropecuaria convencional extractivista que lamentablemente es la que prevalece, y la segunda la producción agropecuaria sostenible y amigable con el medio ambiente actualmente en crecimiento. Debe señalarse que estas dos formas de producción agropecuaria hoy en día están sometidas a fenómenos climáticos cada vez más adversos por efecto del cambio climático global; se ha constado que la primera corriente es mucho más vulnerable que la segunda, que tiene mayor capacidad de adaptación. Contribuye a la seguridad alimentaria, la agropecuaria sostenible no es, ni debe ser, resultado de la casualidad ni de una simple circunstancia, debe ser una acción planificada. De ahí la importancia de planificar la producción agropecuaria mediante la construcción de Planes Productivos de Desarrollo Ecológico Territorial concebidos como un primer paso hacia una agropecuaria sostenible.

Marco Legal Productivo en Bolivia, en la coyuntura actual que vive nuestro país, la construcción de los PDET tiene marcos legales basada en la CPE, la Ley Marco de Autonomías y Descentralización y la reciente Ley de la Revolución Productiva Agropecuaria Comunitaria, entre otras normas que favorecen a la producción agropecuaria.

info

1. La experiencia se ha localizado en el Municipio de Monteagudo y ha involucrado directamente a las comunidades de Azero Norte y Zapallar. Cuenta con el apoyo institucional de la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca y su Facultad de Ciencias Agrarias.

2. Jorge Ronald Alurralde es responsable de la Unidad de Planificación y Relacionamiento Institucional de proyecto Beisa3 (Agroecología y alivia a la pobreza en Bolivia).

149 Experiencias

DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA: ¿EN QUÉ CONSISTE?

La experiencia forma parte del las políticas públicas desarrolladas por la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca dirigidas a contribuir al logro de la Seguridad y Soberanía

Alimentaria en el país. El caso concreto que aquí se presenta destaca la oportunidad y potencialidad de la gestión institucional para la suscripción de convenios con universidades extranjeras, con municipios y con insti-tuciones públicas y privadas, para el desarrollo y generación de políticas y acciones en torno a la producción agroecológica en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado “Serranía del Iñao”.

Nuestra tarea se ha concentrado, inicialmente, en la suscripción de convenios, identificación de contrapartes y cumplimiento de obligaciones entre la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca (USFXCH) y las Universidades de Aarhus (Dinamarca) y la

VINCULACIÓN DE ACTORES INSTITUCIONALES EN LA GENERACIÓN DE POLÍTICAS Y ACCIONES PARA LA PRODUCCIÓN AGROECOLÓGICA (PNANMI SERRANÍA DEL IÑAO, EN EL MUNICIPIO DE MONTEAGUDO)1

JORGE RONALD

ALURRALDE SAAVEDRA2

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Pampa (Santa Rosa – Argentina) para la ejecución del Proyecto BEISA 3 (Agroecología y alivio a la pobreza) en las áreas de Planificación y Rela-cionamiento Institucional, Capacitación y Comunicación, y los componentes de Agroecología, Agroforesteria, Agrobiodiversidad, persiguiendo el cumplimiento de los siguientes objetivos:

a) Desarrollar las capacidades en investigación en estudiantes y docentes de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la USFXCH.b)Mejorar el proceso de enseñanza superior y la investigación científica en las áreas de desarrollo agrícola sustentable y la conservación de la agro-biodiversidad de las comunidades del Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado “Serranía del Iñao”.c)Difundir la cultura a nivel local y nacional a través de la investigación y el intercambio de conocimientos.

Una vez comprometidas las instituciones académicas señaladas, se procedió a la suscripción de convenios con los municipios integrantes del Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado “Serranía del Iñao”: Monteagudo, Padilla, Villa Serrano, Villa Vaca Guzmán (Muyupampa). En el caso concreto del Gobierno Autónomo Municipal de Monteagudo, se estableció como objetivo el sieguiente:

“La Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, a través de la Facultad de Ciencias Agrarias, de manera conjunta con el Gobierno Municipal Autónomo de Monteagudo, co-ejecutarán el Proyecto BEISA 3 para fortalecer el Área Protegida “Serranía del Iñao” con propuestas sustentables en pro de la conservación de la diversidad biológica y el desarrollo sustentable de las comunidades del área de influencia del Proyecto dentro del Municipio”.

La tercera etapa de la gestión institucional realizada identificó las contra-partes y obligaciones del Proyecto BEISA 3 con instituciones públicas y privadas que tienen presencia activa en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado “Serranía del Iñao”. Esas instituciones son: la Unidad Académica de Monteagudo, Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, Comunidades de intervención (Zapallar y Azero Norte), SERNAP “Iñao”, CNAPE, Ayuda en Acción, Fundación NOR SUD, CAINCO – CHUQUISACA, SENACYT, que coadyuven al logro del objetivo general y de los objetivos específicos del BEISA3:

El objetivo general del proyecto es el de fortalecer las capacidades de investigación y del personal de la FCA en la USFX y de los municipios involucrados para lograr la meta de desarrollar soluciones sostenibles a problemas relacionados al desmonte, erosión, baja productividad agrícola y desaparición de recursos naturales.Los objetivos específicos del proyecto son los siguientes:

1. Desarrollar prácticas diversificadas de cultivos que conserven la fertili-dad del suelo.2. Diseñar sistemas agrosilvopastoriles innovadores que minimicen el daño del pastoreo extensivo dentro el bosque (sistemas semi-extensivos de pastoreo).

151 Experiencias

3. Promocionar el enfoque de “conservación de la biodiversidad a través de su uso”, mediante la comercialización de productos.4. Ofertar un programa extensivo de cursos a universitarios, becarios, staff de la USFX y técnicos de Municipios.5. Consolidar convenios y relaciones interinstitucionales de la FCA por medio de BEISA 3, para fortalecer el proceso académico, investigativo e de interacción social.6. Fortalecer el instituto de investigación agrícola (Agroecología y Seguri-dad alimentaria) de la Facultad de Ciencias Agrarias de la USFX.La experiencia ha sido desarrollada a partir del año 2011 y tiene una du-ración inicial de cuatro años. Sus principales resultados son los siguientes: 1. Incorporación de recursos económicos de contraparte en los POA Mu-nicipales (2011, 2012 y 2013) e institucionales destinados a la imple-mentación del PROYECTO BEISA 3.2. Implementación e implantación de trabajos de investigación y parcelas demostrativas en las comunidades de Azero Norte y El Zapallar.3. Realización de la Primera Feria Agroecológica en Sucre, en octubre de 2012.4. Talleres de capacitación destinados a los agricultores.5. Cursos de capacitación destinados a profesionales y docentes de la Uni-versidad Boliviana y de la Facultad de Ciencias Agrarias, y a técnicos mu-nicipales de los municipios.

La importancia de la experiencia para la agroecología y la soberanía alimen-taria puede resumirse en los siguientes puntos:

1. Establecer Políticas Públicas en el Gobierno Municipal Autónomo de Monteagudo vinculadas al ámbito nacional y departamental, en el eje de desarrollo productivo, producción agroecológica y seguridad alimentaria.2. Recuperar y valorar el conocimiento local en el desarrollo de estrategias de investigación agroecológica y de seguridad alimentaria.3. Contar con metodologías e instrumentos participativos en las comu-nidades de estudio que coadyuven al desarrollo productivo, producción agroecológica y seguridad alimentaria.4. Asegurar el rol articulador de los servicios de investigación agroecológi-ca, agrícola, pecuaria, silvopastoril y diversidad biológica.5. Desarrollar capacidades en proyectos y actividades con enfoque agro-ecológico en el Municipio de Monteagudo.6. Identificación de actores y aliados estratégicos en la producción agro-ecológica.

Artículos

info

1. Investigadores/as del Centro de Comunicación y Desarrollo Andino (CENDA). Autora principal: Ing. Rosmery Pizarro.

RESUMEN

Las comunidades andinas han desarrollado sus formas de vida y estrategias adaptadas a las condiciones extremas de los Andes, transformando características adversas en sistemas adecuados para

la producción de alimentos. En las últimas décadas, no obstante, estos sistemas se están debilitando debido al paulatino cambio en las relaciones sociales de producción, al frágil ecosistema y a los efectos del cambio climático, lo que ha derivado en un proceso de pérdida de la biodiversidad y de conocimientos ancestrales, situación que afecta su seguridad alimentaria.

En el presente estudio, a partir de la metodología de investigación-acción, se ha evaluado la vigencia de las estrategias agroecológicas campesinas que permiten la seguridad alimentaria de las familias durante el ciclo agrícola2010-2011 en las comunidades de la Subcentral Chillavi, Provincia Ayopaya, Cochabamba.

PRÁCTICAS AGROECOLÓGICAS ANDINASY SEGURIDAD ALIMENTARIA EN

COMUNIDADES DE LA SUBCENTRAL CHILLAVI DE AYOPAYA, COCHABAMBA

ROSMERY PIZARRO

NATALIE ALEM

HEBER ARAUJO1

Artículos 154

Sistemas de Producción

Las familias de estudio manejan, en promedio, siete parcelas de cultivos dispersas entre 3.600 y 4.200 msnm, con una superficie promedio de 0,4 hectáreas (Has). Esas familias, además, optimizan la escasa disposición de fuerza de trabajo a través de relaciones recíprocas de cooperación y una adecuada organización del trabajo familiar. El rendimiento de la papa tiene directa relación con el manejo colectivo de la tierra, con el uso de abonos naturales y la disposición de mano de obra familiar. Los terrenos cultivados, siguiendo las recomendaciones de la predicción climática, producen, en promedio, 5 Ton/ha más que el promedio del resto.

Existen, en la zona de estudio, 144 variedades de papa, 10 variedades de ocas y más de cinco variedades de papa lisa e isaño. Sin embargo, el 79% de la superficie cultivada corresponde a la variedad comercial waych’a. De este modo, se verifican procesos de erosión de la biodiversidad. Las variedades nativas con mejores posibilidades de hacer frente a eventos adversos y que tienen mayor rendimiento que la waych’a, empero, son destinadas al autoconsumo por su menor valor comercial.

Se ha constatado que las estrategias agroecológicas son la base más apropiadapara garantizar la seguridad alimentaria en las familias andinas y que, además, generan excedentes adecuados para el mercado.

Se recomienda profundizar la parte pecuaria, pues es el sistema agropecuario el que garantiza la seguridad alimentaria familiar y la reproducción de las relaciones comunales.

PALABRAS CLAVES: Seguridad alimentaria, estrategias campesinas, Andes.

Artículos155

Sistemas de Producción

1. INTRODUCCIÓN

Varios estudios y autores ofrecen una perspectiva sobre la riqueza del conocimiento campesino y de su manejo del ambiente. Los sistemas de pequeña producción campesina alimentan a no menos del 70% de la población mundial y son importantes para enfrentar la crisis agraria y alimentaria que se sufre actualmente en el mundo (Altieri & Nicholls, 2000; Calvo et al., 1994; Delgado, 2002; Golte, 2001; Morlon, 1999; Etcgroup, 2009).

Muchas señales muestran que las bases convencionales de la producción de alimentos están en peligro, de ahí la importancia del sistema de producción andino en este contexto (Gliessman, 2002; Earls, 2006). Las comunidades andinas han adaptado sus formas de vida a las características de una zona que presenta condiciones fisiográficas adversas y eventos climáticos extremos. El proceso de adecuación a las condiciones particulares de los Andes es resultado de prácticas materiales que tienen cientos de años (Chilon, 2009; Regalsky & Hosse, 2010).

Dichas tecnologías y prácticas de carácter agroecológico se traducen en un manejo diverso de tiempos y recursos (manejo vertical del espacio y conocimiento de suelos, manejo de la biodiversidad, conocimiento de predictores climáticos, rotación de cultivos, fertilización natural de suelos, etc.) que requieren de una ingeniería social que lo sostenga y una organización comunal que los regule. La organización social comunal es la que permite sostener ese manejo espacial desarrollando instituciones especiales para tal efecto (Earls, 2006).

Las estrategias y tecnologías desarrolladas históricamente, las prácticas productivas y rituales, la organización social y política del acceso a los recursos, conforman una compleja matriz del conocimiento andino del manejo de su espacio vital (Calvo et al., 1994; Chilon, 2009; Regalsky, 2010). Esta matriz permite a los agricultores de comunidades andinas desarrollar un sistema agropecuario que asegura su alimentación y produce excedentes para mercados locales de manera sostenible (Calvo et al., 1994; Herrera & Ali, 2009; Regalsky & Hosse, 2010).

En este marco, no es casual que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) refuerce el planteamiento de que es imprescindible impulsar la revalorización del conocimiento ancestral campesino, además de reconocer que es científico (PNUD, 2011). La concreción de dicha revalorización se basa en la recreación y refuerzo de este su sistema de manera que puedan heredarlo a las nuevas generaciones. Además, se busca irradiar su experiencia sobre cómo encarar el riesgo climático y alimentario sin dejar de producir de manera sostenible y con parámetros agroecológicos.

Sin embargo, en las últimas décadas esos sistemas tienden a debilitarse por la priorización de la producción de acuerdo a parámetros de mercado, por los efectos de la migración, la urbanización y la influencia de instituciones estatales como la escuela (Araujo, Alem & Regalsky, 2011). A este paulatino cambio en las relaciones sociales de producción, se suman, agravando la situación, el frágil ecosistema y los efectos del cambio climático. Todo ello ha derivado en un proceso de pérdida de la biodiversidad de conocimientos

Artículos 156

Sistemas de Producción

ancestrales de las comunidades campesinas (Gutiérrez, 2008), circunstancia que, al final de cuentas, afecta su seguridad alimentaria.

En ese panorama, el Centro de Comunicación y Desarrollo Andino (CENDA) inició un proceso de investigación-acción orientada a identificar y evaluar la vigencia de las estrategias agroecológicas campesinas que permiten garantizar la producción para la seguridad alimentaria de las familias campesinas. El presente artículo enfatiza la evaluación de las tecnologías campesinas en el cultivo de la papa.

Para tal fin, un equipo de investigadores conformado por profesionales académicos y técnicos campesinos realizó un seguimiento y acompañamiento sistemático al proceso de producción de las familias campesinas durante el ciclo agrícola 2010-2011, dentro de un programa que se viene realizando ya durante dos décadas de acompañamiento a las comunidades campesinas y de apoyo a sus estrategias de manejo del espacio. Parte de los resultados —desde un enfoque de gestión de riesgos— fue publicado por el Programa de Investigación Estratégica de Bolivia (PIEB) en el marco de la convocatoria “Agua para la vida y la seguridad alimentaria: adaptación al cambio climático en zonas vulnerables de Bolivia”.

2. ÁREA DE ESTUDIO

El área de estudio corresponde a las comunidades de la Subcentral Chillavi (UTM Z19S 755812; 8136414) ubicada en el departamento de Cochabamba, provincia Ayopaya, municipio Cocapata. Esta zona pertenece a la región alto-andina oriental y fisiográficamente se encuentra en la región montañosa de la Cordillera de Cocapata, en el sector septentrional de la Cordillera Oriental de los Andes de Bolivia. Está ubicada entre los 3.600 a 4.800 msnm y tiene una precipitación anual media de 460 mm (Figura 1).

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Nota: La Subcentral Chillavi se en-cuentra Ubicada en el Municipio de Cocapata, (Creado el 6 de febrero de 2009 mediante la Ley 4007) que todavía no tiene límites oficiales.

Figura 1Área de Estudio

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Sistemas de Producción

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2. Las seis familias fueron elegidas con plena participación de las autoridades y miembros de la comunidad. Para ello, se tuvo en cuenta el ciclo de vida familiar, el acceso a la fuerza de trabajo familiar, el conocimiento y aplicación de indicadores climáticos, las tendencias migratorias, el uso de tecnologías y el acceso a los distintos pisos ecológicos.

La puna húmeda de esta zona es ampliamente utilizada para el pastoreo de ganado debido a que cuenta con amplios bofedales, pastizales y varios tipos de pajonales aprovechables por el ganado. Entre los 4.000 y 4.200 msnm las comunidades cuentan con tierras aptas para la producción de papas amargas (luk’is) que sirven para la deshidratación de la papa (chuño). Entre los 3.600 y 3.900 msnm, lugar de residencia de las familias campesinas, se ubican las tierras destinadas a la producción de papas dulces (como waych’a, imilla y wayk’us), tubérculos menores, cereales y otros, producidos a secano.

3. METODOLOGÍA

La investigación se desarrolló a través de la acción conjunta y participativa con el sujeto “comunidad” utilizando el método de la investigación–acción que supone un compromiso con la comunidad que participa en la misma (Borda, 1981). La metodología incorpora instrumentos cuantitativos de análisis e interpretación, “posibilitando una conjunción cuali–cuantitativa que se complementa, según las necesidades del estudio, con las técnicas de carácter observacional tanto como expe¬rimental” (Pérez, 2001).

Para alcanzar el objetivo de la investigación se realizó un seguimiento técnico durante el ciclo agrícola 2010-2011, en tres niveles. El nivel comunal implicó el seguimiento de reuniones comunales, entrevistas en profundidad a actores clave, observación participante y talleres comunales sobre la temática. El nivel familiar fue realizado a través del estudio de casos de seis familias2 , haciendo un seguimiento permanente y cotidiano en todas las etapas del proceso productivo, entrevistas semi-estructuradas y observación participante. A nivel de parcelas se realizó un seguimien-to técnico-participativo a 54 chacras de las familias de estudio, desde la preparación del terreno hasta la cosecha. En cada parcela se realizó la medición de superficies, la identificación de diversidad de semillas cultivadas, el tiempo de descanso de la tierra, la disposición de las variedades, la calidad del suelo y su pendiente, y la evaluación de rendimientos y productividad.

Finalmente, se procesaron los datos, se analizó la información en función de los rendimientos productivos, y se socializaron los resultados con las comunidades para obtener la retroalimentación de los mismos.

4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El crecimiento de los tubérculos tiene relación con la radiación solar interceptada, la eficiencia con que el área foliar transforma la radiación en azúcares simples, la disponibilidad de agua, la existencia de nutrientes en el suelo, la radiación y la presencia de CO2 (Aldabe, 2011). De esta manera, las adecuadas condiciones climáticas para el desarrollo de la planta determinan el rendimiento y producción de la papa.

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Sistemas de Producción

Tecnologías y prácticas Relación con la producción

Manejo vertical del espacio, siembra escalonada y predicción climática

El lugar y momento de la siembra, influidos por los indicadores climáti-cos, tienen relación directa con los rendimientos. Cultivos realizados de acuerdo a las sugerencias de los predictores climáticos, en general, tienen mejor rendimiento que el resto de los cultivos (5 Ton/ha más).

Un manejo óptimo del tiempo en relación a las fases fenológicas del cultivo de papa incrementa sus rendimientos, y tiende a evitar el manejo de plagas mediante agroquímicos.

Sistemas de producción, aynoqas de manejo colectivo y terrenos de manejo individual

Sistemas de rotación y descanso de la tierra tienen directa relación con el manejo comunal de la tierra a través de las aynoqas, el manejo de sayañas y alambrados generan mayor presión e intensificación del uso del suelo. Cultivos realizados en terrenos más descansados tienen mejores rendimientos (Figura 2). La rotación de suelos regenera los nutrientes de la tierra.

Fertilización del suelo

Existe una relación directa entre la cantidad de guano utilizado por hectárea y el rendimiento del cultivo (Figura 3). A una mayor cantidad de ganado corresponde una mayor disposición de abonos. La cantidad del ganado depende de la disponibilidad de tiempo en la familia para el cuidado y el pastoreo.

Diversidad de cultivosDiferentes variedades de cultivos permiten diferentes niveles de producción. Los cultivos asociados presentan mejores rendimientos, por ejemplo el rendimiento del isaño y la oca es mayor al de la papa. Los cultivos asociados diversifican el riesgo y minimizan el uso de agroquímicos.

Disponibilidad de fuerza de trabajoFamilias con mayor disponibilidad de mano de obra destinan mayor cantidad de trabajo en las labores agropecuarias, y obtienen mejores rendimientos (ver Figura 4).

Sin embargo, la producción de papa también depende de otros factores, como ser la cantidad de trabajo invertido, la fertilización del suelo, los años de descanso del terreno, el momento y lugar de la siembra, e incluso aspectos relacionados con la cosmovisión de los pueblos (como ofrendas a la pachamama, rogativas de lluvias, etc.). Este conjunto de estrategias agroecológicas, usadas adecuadamente, garantizan alimentación para las familias y crean excedentes hacia los mercados locales. El Cuadro 1 sintetiza las prácticas y tecnologías agroecológicas realizadas en la comunidad de Chillavi durante el ciclo agrícola 2010-2011.

Cuadro 1Tecnologías campesinas andinas y su relación con la productividadFuente: Elaboración propia.

La evaluación de la producción del cultivo de papa, en el presente artículo, toma en cuenta cinco variables: 1) predicción climática y comportamiento del tiempo; 2) años de descanso del suelo; 3) métodos de fertilización utilizados; 4) fuerza de trabajo; y 5) biodiversidad cultivada.

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Sistemas de Producción

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Segunda Siembra

Maduración

Tuberización

Fase VegetativaEmergencia

Desarrollo delCultivo

Siembra

Ago. Sept. Oct. Nov. Dic. Feb.Ene. Mar. Abr.

Tercera Siembra

Precipitación Estimada Fechas de Helada

PRIMERA SIEMBRA Precipitación

Precipitación MM

4.1. LA PREDICCIÓN CLIMÁTICA, EL COMPORTAMIENTO DEL TIEMPO Y SUS EFECTOS SOBRE LA PRODUCCIÓN

Los campesinos andinos toman una serie de decisiones cada año respecto del tipo de suelo y semilla a utilizar, las cantidades y el momento adecuado para la siembra, y decisiones influenciadas por la observación de indicadores climáticos (Araujo et al., 2011).

Los pronósticos del tiempo, para el ciclo agrícola 2010-2011, indicaron que las primeras siembras serían afectadas por las heladas; señalaron, asimismo, que una sequía en el mes de noviembre afectaría a las primeras y segundas siembras, mientras que las últimas siembras (de octubre-noviembre) tendrían mejores resultados y buena disposición de agua para el crecimiento de la planta sin presencia de heladas que afecten a los cultivos.

La agricultura puede ser practicada solamente donde existe una adecuada precipitación para un determinado cultivo o donde es posible contrarrestar, mediante la irrigación, los límites impuestos por un clima seco. Asimismo, cada organismo tiene un ámbito óptimo de temperatura y formas de adaptarse a las temperaturas extremas (Gliessman, 2002).

Cuando hay lluvia en etapas que favorecen el crecimiento de las plantas y las heladas ocurren en momentos no contraproducentes para el cultivo, las familias campesinas gozarán de buena producción. En cambio, si las lluvias llegan de manera tardía influirán en el crecimiento de la planta: “las plantas no van a crecer mucho y por tanto no va a producir mucho grano (tubérculos de papa)” [conversación con Walter Quintana, 7-10-2011].

Con la finalidad de distribuir la fuerza de trabajo en periodos prolongados, y de contar con alimentos frescos el mayor tiempo posible, las familias de la zona realizaron siembras, bajo el sistema a secano, desde inicios del mes de agosto hasta mediados de noviembre. Las cosechas se iniciaron el mes de enero, extendiéndose hasta los primeros días de junio. La Figura 2 muestra la relación entre el comportamiento del tiempo durante el ciclo agrícola 2010-2011 y sus efectos en las cosechas de papa respectivas.

Figura 2Comportamiento climático ciclo agrícola 2010-2011 y sus efectos en las siembrasFuente: Elaboración propia.

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Sistemas de Producción

PRIMERA SIEMBRA

Realizada durante el mes de agosto, la primera siembra sufrió los efectos de las sequías entre los meses de octubre-noviembre, generándose insuficiente humedad para la fase vegetativa del cultivo, influyendo en el crecimiento de hojas y tallos. Las plantas, de no más de 20 centímetros, tenían un área foliar reducida y menor capacidad de fotosíntesis. Los niveles normales de lluvia se desarrollaron al final de la etapa de tuberización cuando ocurrió una helada la noche del 16 de noviembre de 2010. Las condiciones climáticas adversas influyeron en rendimientos reducidos para esta siembra.

SEGUNDA SIEMBRA

No existió humedad adecuada para la emergencia y para el inicio de la fase vegetativa del cultivo; las plantas crecieron poco. Las lluvias llegaron el mes de diciembre cuando finalizaba la fase vegetativa de dichos cultivos y existió buena disposición de agua durante la etapa de tuberización, pero los efectos sobre las plantas ya no fueron los esperados. La helada de la noche del 16 de noviembre, si bien quemó y marchitó a algunas las plantas, éstas volvieron a recuperar porque se encontraban todavía en su fase vegetativa. Hubo lluvias torrenciales en la etapa de maduración generando pudrición de fracciones de la cosecha. Sin embargo, los rendimientos fueron generalmente aceptados. TERCERA SIEMBRA

Las condiciones adecuadas de precipitación ocurrieron durante las últimas siembras. Las lluvias iniciaron cuando éstas se encontraban en su fase vegetativa extendiéndose hasta la floración y disminuyendo su caudal en la senescencia del cultivo, generando condiciones aptas para la cosecha. Algunos testimonios indican que casi al final de la floración de estas siembras existió una helada que afectó sólo a algunas de las parcelas de cultivo.

Las condiciones climáticas y sus efectos sobre la producción fueron evaluadas en 54 parcelas estudiadas en el ciclo agrícola 2010-2011. Los cultivos de la tercera siembra tuvieron un rendimiento promedio de 25,4 Ton/ha, superando en un 22% a los cultivos realizados en la segunda siembra (20,9 Ton/ha) y en 75% a los cultivos de la primera siembra. Estos datos, sumados a las percepciones de evaluación de cosechas realizadas por los comunarios, indican que existe relación directa entre la predicción climática y los resultados productivos del cultivo de la papa. Cabe destacar que el comportamiento meteorológico es diferente cada año. Por ejemplo, existen años en que las lluvias se retrasan, otros en que se adelantan, y otros donde hay sequías entre periodos de lluvias intensas. Algo similar sucede con las heladas, que ocurren de diferente manera y en cualquier momento del ciclo productivo. Los campesinos sólo cuentan con este conocimiento ancestral para prever el adecuado desarrollo de los cultivos.

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Sistemas de Producción

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AÑOS DE DESCANSO

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DIM

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TO T

ON

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Kutirpas de 5 a 14 de 15 a 29 de 30 a 50 Phurumas

4.2. DESCANSO DEL SUELO

Los suelos descansados por un lapso mayor de tiempo generan mejores rendimientos para el cultivo de la papa que aquellos terrenos con menos años de descanso. En las comunidades andinas, el tiempo de descanso y la adecuada rotación de suelos son garantizadas mediante el manejo colectivo de la tierra a través del sistema de aynoqas.

La recuperación de nutrientes, materia orgánica del suelo, además de la desaparición de plagas y enfermedades propias del suelo, en la agricultura campesina alto andina, es alcanzada debido al descanso de la tierra durante largos periodos. Cuando existe más tiempo de descanso del suelo los cultivos cuentan con mejores niveles de macronutrientes, micronutrientes y materia orgánica que son transferidos a las cosechas, incrementando de ese modo los niveles de productividad.

Como se puede ver en la Figura 3, en las comunidades de la Subcentral Chillavi los cultivos en terrenos descansados durante un periodo de entre cinco y 14 años tienen un rendimiento mayor en 26% que aquellos cultivos realizados en suelos sin descanso. El rendimiento promedio alcanzado es mayor en aquellos terrenos que descansaron más de 30 años, los cuales superan en 73% a la producción de las kutirpas, y en 37% a los suelos con menos de 15 años de descanso. Los terrenos con más de 30 años de descanso durante el ciclo de estudio representan un 30% del total de parcelas trabajadas y tienen un rendimiento promedio de 27 Ton/ha.

Figura 3Rendimiento del cultivo de la papa y manejo de suelosFuente: Elaboración propia.

Los suelos que tienen mayor presión por parte de los productores campesinos son los que se encuentran ubicados en las sayañas, así como los terrenos cercanos a los caminos vecinales, puesto que sus cosechas pueden ser fácilmente trasladadas a los mercados urbanos. Existe, en cambio, un relativo abandono y marginamiento de ter-renos alejados a los caminos, a pesar de que estos cuentan con buenos años de descanso y en algunos casos son terrenos vírgenes o phurumas que contienen mayor cantidad de nutrientes y materia orgánica. El rendimiento promedio en suelos vírgenes en la Subcentral Chillavi es de 26,24 Ton/ha.

La disposición de tierra y el manejo colectivo de la tierra a través del sistema de aynoqas es el factor determinante para que los suelos cuenten con periodos largos de descanso. Una fracción significativa de los suelos

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Estiercol Ton/HaY =1.298x + 7.238R2 = 0.320 Fertilizante Químico Kg/Ha

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info 3. Ver Gliessman, S. (2002). Agroecología: Procesos ecológicos en agricultura sostenible. Turrialba, Costa Rica: AGRUCO-CATIE.

Figura 4Rendimientos del cultivo de la papa, uso de estiércol natural y uso de fertilizanteFuente: Elaboración propia.

con menos de 10 años de descanso son terrenos en los que las familias campesinas realizaron cultivos de manera individual gracias al uso de cercos o alambrados, logrando rendimientos inferiores al de los cultivos realizados en las aynoqas.

Los suelos que han descansado durante varios años cuentan con una buena cobertura vegetal en su superficie y raíces. Los residuos de esta biomasa quemados en la preparación del terreno, junto con la nitrificación atmosféri-ca (por fijación biológica o de tormentas eléctricas3 ) durante ese tiempo, añaden nutrientes que juegan el rol de fertilizante para el suelo. Es por eso también que los suelos con más descanso tienen mejores rendimientos.

4.3. FERTILIZACIÓN DEL SUELO

Otro factor determinante en el rendimiento de las cosechas del cultivo de la papa es la cantidad y formas de fertilización del suelo. En la zona de estudio, el suelo es fertilizado a través del uso de estiércol de ovinos, la utilización de cal, la quema de residuos vegetales en la preparación del terreno, y el uso de fertilizantes nitrogenados.

La Figura 4 muestra la relación existente entre el tipo y cantidad de fertilizante utilizado en el cultivo de la papa y sus influencias sobre la productividad del mismo.

Existe una relación directa y positiva entre la cantidad de estiércol de oveja utilizado (medida en Ton/ha) y el rendimiento Ton/ha del cultivo de la papa. Vale decir que los suelos que fueron fertilizados con mayores cantidades de estiércol animal generaron mejores resultados productivos de la papa.

La adición de estiércol al suelo tiene la finalidad de mejorar los contenidos de fósforo y materia orgánica, aunque su aplicación de manera directa genera problemas, por lo que es necesario niveles óptimos de maduración o compostaje del estiércol (Gliessman, 2002). Por lo tanto, el estiércol animal requiere de un adecuado tratamiento antes de su aplicación en el cultivo.

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Las familias de la Subcentral Chillavi juntan en los corrales el estiércol de las ovejas, esperando su maceración y generando las condiciones para su secado por varios meses. Cuando el abono está listo es trasladado a las parcelas de cultivo para su aplicación. La disposición de estiércol de oveja está determinada por la cantidad de ganado disponible en la familia. Esa cantidad tiene una alta relación con la disposición de fuerza de trabajo al interior de la familia. La actividad principal de la mayoría de las mujeres es el pastoreo del ganado, hecho que, sumado a problemas de falta de jóvenes en las familias, reduce la disposición de mano de obra para las actividades agrícolas. La utilización de fertilizantes químicos en la zona de estudio es muy variada, va desde 100 Kg/ha hasta más de 400 Kg/ha. A diferencia de la utilización de estiércol natural, no existe una relación directa entre la aplicación de agroquímicos y el rendimiento (Figura 4). Las familias campesinas manifiestan que cada vez se incrementa el uso de estos insumos en la zona. No sucede lo mismo con la productividad. Por ejemplo: en suelos en los que se aplicaron alrededor de 110 Kg/ha de fertilizante químico se verificaron rendimientos relativamente altos de más de 37 Ton/ha. Sin embargo, en el mismo ciclo de producción, variedades nativas sin el uso de fertilizantes químicos tuvieron un ren-dimiento de 44 Ton/ha. En cambio, en suelos en los que se aplicaron más de 430 Ton/ha de fertilizante químico se cosecharon menos de 24Ton/ha de papa.

Las desventajas del uso de fertilizantes químicos incluyen mayores costos de producción para los agricultores, contaminación de suelos, agua y aire, y poca eficiencia en el uso de energía (Altieri, 1999b; Araujo, Alem, Byrs, et al., 2011). Finalmente, generan insostenibilidad en el tiempo para la producción de alimentos.

No obstante, y como producto de las nuevas configuraciones sociales y económicas dentro de las comunidades, se ha constatado que existe escasa disposición de fuerza de trabajo orientado al cuidado de los animales. Esta actividad es delegada a las madres de familia, quienes combinan las tareas de pastoreo con las labores de casa. La migración y las actividades escolares no permiten inyectar de mano de obra adicional para la atención del rebaño.

4.4. LA FUERZA DE TRABAJO

La cantidad de horas de trabajo destinada al desarrollo de los cultivos es importante para la obtención de buenas cosechas. Un adecuado preparado del suelo tiene la finalidad de remover y oxigenar los nutrientes. La disposición de mano de obra durante las siembras incide en una mejor distribución del abono en el suelo, mejor tratamiento para la semilla, espacios propicios entre plantas para un adecuado crecimiento, etc. Estas técnicas productivas de optimización son logradas a través de una relativa especialización de roles dentro de la familia. Asimismo, con una mayor disposición de fuerza de trabajo se realiza un mejor tratamiento y cuidado del cultivo durante todas las etapas vegetativas del cultivo.

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Se verificó esta relación en la tendencia de 54 parcelas del cultivo papa durante el ciclo agrícola 2010-2011. Los cultivos en los que se utilizó menor cantidad de energía humana tuvieron menores rendimientos, como puede verse en la Figura 5. En cambio, los cultivos donde intervino mayor fuerza de trabajo tuvieron mejores rendimientos.

Figura 5Horas de trabajo humano y rendimientos del cultivo de la papaFuente: Elaboración propia.

HORAS DE TRABAJO HUMANO Y RENDIMIENTOS DEL CULTIVO DE LA PAPA

Las horas de trabajo humano invertidas por cada hectárea de cultivo de papa varían de 1.340 hasta 4.875 hrs/ha. Muchos de los cultivos con po-cas horas de trabajo responden a los terrenos de tipo kutirpa en los que la preparación del terreno requiere menos fuerza de trabajo. Los terrenos que fueron trabajados con un promedio de 3.815 hrs/ha producen 4 Ton/ha más que los terrenos en los que se trabajaron solamente un promedio de 1.964 hrs/ha. Cantidades excesivas de uso de la fuerza de trabajo generan rendimientos decrecientes.

Poco más del 21% de los terrenos fueron trabajados con menos de 2.754 hrs/ha, y en el 72% de los cultivos se trabajó con hasta 3.461 hrs/ha. En la mayoría de los cultivos no se utiliza óptimamente la energía humana porque muchos miembros de las familias campesinas migraron o tienen como actividad prioritaria la escuela.

Sólo el 16% de los terrenos lograron el mejor rendimiento de 25,52 Ton/ha. La escasa existencia de fuerza de trabajo se expresa en que muchos momentos donde habitualmente intervienen varios miembros de la familia (siembra y cosecha) fueron realizados solamente por el padre de familia y, en algunos casos, acompañados sólo por alguna otra persona.

4.5. BIODIVERSIDAD CULTIVADA

Otra de las variables determinantes para el rendimiento de la papa es la variedad utilizada. El cultivo de muchas de las variedades nativas se está erosionando, algunas otras están cansadas o no producen en el tamaño y formas que son demandados en el mercado. En Chillavi, el 79% de la superficie es cultivada con la variedad comercial waych’a. Ésta tiene prioridad en su producción porque goza de buena

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variedades de papaWaycha Certificada Wayk’u Luk’i Taquiña P Boca Sutamari Katawi Imilla Otros

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demanda en los mercados urbanos y porque las familias campesinas tienen mayor facilidad para adquirirlas en el mercado formal e informal de semillas.

La Figura 6 muestra el rendimiento de algunas de variedades de papa cultivadas en el ciclo agrícola 2010-2011. Se puede ver que la variedad que tiene mejores rendimientos es la variedad certificada de waych’a. En el cultivo de la papa, las semillas formales no cuentan con más de cinco años de vida y fueron revitalizadas en laboratorios a través de cultivos in-vitro.

Las parcelas que fueron cultivadas con semilla certificada de waych’a han hecho uso intensivo de agroquímicos (en promedio más de 205 Kg. de fertilizantes nitrogenados por hectárea) y se han realizado más de tres aplicaciones de pesticidas, poniendo en riesgo la producción diversificada y agroecológica. El precio de la semilla y el de los agroquímicos incrementan los costos reales de estos cultivos. En cambio, las siembras realizadas con semillas “no formales”, sean las waych’as o las demás nativas, utilizan marginalmente agroquímicos en la producción y cuentan con costos monetarios de producción mínimos.

Figura 6Rendimiento de algunas variedades de papaFuente: Elaboración propia.

El problema del rendimiento relativamente bajo de las semillas no formales es el cansancio genético. Muchas de las variedades nativas no comerciales no fueron revitalizadas o regeneradas hace más de dos generaciones y, sin embargo, algunas de ellas tienen mejor rendimiento que la variedad comercial waych’a (21Ton/ha), cuya semilla es frecuentemente regenerada cuando se la adquiere en mercados informales, normalmente después de alrededor de cinco años.

Las cinco variables analizadas reflejan que, para el cultivo de la papa, un manejo adecuado de la diversidad de recursos y factores permite mejores niveles productivos. Es esencial el conocimiento del medio ambiente y la disposición adecuada de fuerza de trabajo para distribuir tiempos de trabajo en el manejo de la diversidad de semillas, microclimas y suelos adecuados a los momentos óptimos de los diferentes cultivos. Sin embargo, este tramado de tecnologías, con principios agroecológicos, es amenazado por factores socioeconómicos y tecnológicos reproducidos en las comunidades campesinas y fuera de ellas.

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4.6. FACTORES DE VULNERABILIDAD

En el periodo de estudio se han evidenciado algunas tendencias que están afectando el sistema de manejo agrícola tradicional:

Individualización del manejo de la tierra: sobre todo el uso de alambrados. Los sistemas de descanso y rotación de suelos más apropia-dos tienen directa conexión con el sistema de propiedad comunal donde el acceso a la tierra y, en muchos casos, la propiedad de la misma, queda bajo control de la comunidad. Las familias que son parte de la comunidad ejercen el derecho de posesión y usufructo de estas tierras, derecho que es hereditario y sujeto a las condiciones que impone el derecho comunal (Regalsky & Hosse, 2010).

[En Ayopaya, todas las tierras de altura, por encima de los 3.200 msnm, son de propiedad colectiva y usufructo familiar. Sin embargo, hace 15 años se introdujo una nueva forma de producción: el alambrado. La inclusión de los alambrados en Chillavi provoca un uso más intensivo de la tierra y disminuye la fertilidad del suelo porque no se deja descansar adecuada-mente los terrenos. Los alambrados provocan, además, la diminución de la actividad comunal en el trabajo de las aynoqas.]

Monocultivo de la variedad waych’a: la introducción de variedades mejoradas, para satisfacer las demandas del mercado, está provocando la erosión de las variedades nativas en la Subcentral Chillavi.

Este hecho puede significar un gran riesgo para las familias campesinas, debido a que aumentan su vulnerabilidad ante los cambios climáticos, plagas y enfermedades (Altieri & Merrick, 1987, Gutiérrez, 2008). Adicionalmente, implican un incremento en las necesidades de insumos químicos, lo cual provoca contaminación sobre el agua y los suelos, y disminuye la calidad de los alimentos (Altieri, 1999a).

Otro aspecto que tiende a debilitar el manejo de las tecnologías campesinas es la escuela. Por una parte, los niños y niñas no cuentan con el tiempo adecuado para que puedan recrear, desde la práctica, los conocimientos locales. Por otra, el calendario escolar se sobrepone al calendario agropecuario dificultando la participación de los niños y niñas en los trabajos agrícolas. Y por último, el discurso del Estado, a través de los profesores, cuestiona e interpela las formas de producción campesina, y estimula la migración para que niños y niñas campesinos desarrollen nuevas actividades. Por último, una de las mayores amenazas que enfrentan las comu-nidades andinas es el cambio climático. Los campesinos de la Subcentral Chillavi perciben los cambios en el tiempo, y también comentan que les resulta más difícil acertar en las predicciones climáticas que realizan cada año. Además de los cambios en la temporada e intensidad de lluvias, heladas y vientos, los eventos climáticos son más extremos y se han visto fenómenos que antes no ocurrían y que afectan su producción.

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5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

En la subcentral Chillavi se constata la vigencia de numerosas prácticas y tecnologías agroecológicas. Estas prácticas y tecnologías son parte de las estrategias campesinas socio-productivas familiares y comunales, e incluyen: el manejo vertical del espacio; las siembras escalonadas en diferentes pisos ecológicos guiadas por un sistema de predicción climática; los sistemas de producción (aynoqas y sayañas); la fertilización de suelo; y la disponibilidad de fuerza de trabajo. En este estudio se ha evidenciado que el adecuado uso de prácticas y tecnologías en las comunidades andinas con sistema de producción a secano no sólo permite obtener rendimientos alentadores en la producción, sino que asegura la disponibilidad de alimentos para las familias campesinas.

En el ciclo agrícola 2010-2011, la aplicación de estas tecnologías y prác-ticas fueron comprobadas a partir del rendimiento de 54 parcelas de estudio correspondientes a las seis familias. Se constató que la aplicación de conocimientos de predicción climática se manifiesta en que el 70% de la superficie fue cultivada en la tercera siembra, que los mejores rendimientos se dieron en la misma, y que superaron a la segunda siembra en 22%. La realización de siembras por un largo periodo permite contar con alimentos frescos recién cosechados en al menos seis meses del año. Esta situación, a la que se suman las prácticas de almacenado y deshidratación de la papa, garantizan la alimentación adecuada de las familias campesinas durante todo el año. Se observaron mejores rendimientos (en un 27%) en suelos con mayor descanso. Estos rendimientos están relacionados con el control colectivo de la tierra y no con los de manejo individual que tienen menos años de descanso.

Se identificó, además, el manejo de una amplia variabilidad de cultivos y variedades. Sin embargo, el 79% de la superficie cultivada corresponde a la variedad comercial waych’a, lo cual indica procesos de erosión de la biodiversidad. Las parcelas que han utilizado agroquímicos y semillas certificadas han alcanzado mejores rendimientos (en 35%) que los cultivos que han utilizado fertilizantes naturales (guano de oveja) y semillas locales. Sin embargo, los costos de producción en los primeros son más altos. Existe un sistema de máximo aprovechamiento de la fuerza de trabajo variable y esencial para la producción del cultivo de papa. La capacidad organizativa familiar e interfamiliar para atender varios cultivos distintos a diferentes ritmos, con diferentes fechas de siembra y cosecha, permite dosificar el tiempo de trabajo y obtener mejores rendimientos. El tiempo empleado en el cultivo de papa cuantifica más de 40 horas de trabajo por semana en los periodos de mayor actividad agrícola (preparación del terre-no, siembra y cosecha) y, en las etapas de poco trabajo agrícola, las familias intensifican el manejo y cuidado del ganado.

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Se ha demostrado que las estrategias y tecnologías son la base más apropiada para el manejo de los riesgos climáticos. Estas estrategias y tecnologías garantizan la seguridad alimentaria y generan excedentes adecuados para el mercado. La complementariedad de los conocimientos cales con el técnico científico puede facilitar, de mejor manera, la adopción de soluciones a aspectos específicos que tiene que tienen directa relación con el manejo del riesgo climático y alimentario. Ello implica la necesidad de partir del reconocimiento a la validez el conocimiento adaptativo desarrollado por décadas en las comunidades. Ese conocimiento supone también la vigencia de normas y formas de autoridad y de organización social y política existente en las comunidades.

Se recomienda que los estudios realizados, en comunidades andinas, por parte de las instituciones de apoyo, partan de un diagnóstico de las poten-cialidades y limitaciones actuales del conocimiento local campesino y de la problemática que enfrentan las estrategias de manejo del espacio vital de las comunidades andinas. La presente investigación se profundizó desde la parte agrícola, y es importante profundizar la parte pecuaria porque es el sistema agropecuario garantiza la seguridad alimentaria familiar y la reproducción de las relaciones comunales.

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BIBLIOGRAFÍA

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1. Tania Ricaldi Arévalo es investigadora del Centro de Estudios Superiores Universitarios (CESU) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Cochabamba; Luis Carlos Aguilar es investigador de la Fundación AGRECOL-Andes; Marcelino Choque es miembro de la Asociación de Productores Agroecológicos de Challa – Yapuchiris.

CASO: YAPUCHIRIS DEL DISTRITO DE CHALLA, MUNICIPIO DE TAPACARÍ, COCHABAMBA

RESUMEN

La presencia de fenómenos climáticos, cada vez de mayor magni-tud y frecuencia, está ocasionando cambios en los sistemas pro-ductivos atentando contra la capacidad de garantizar la seguridad

alimentaria a nivel local. Las transformaciones climáticas han generado un andamiaje de normas y políticas que muchas veces no se aplican o son desconocidas para los actores locales. No obstante, en la mayoría de los casos, los eventos climáticos son localizados y, por tanto, las respuestas ante sus efectos perversos son también locales, de manera que el accionar de las instancias públicas resulta marginal. Bajo ese contexto, en este documento se presentan los resultados preliminares de una investigación sobre las capacidades locales para enfrentar el riesgo climático a partir de la identifi-cación de las estrategias y prácticas locales de gestión del riesgo climático, sus características y origen. Para esta investigación se recoge la experiencia de los “Yapuchiri” del Distrito Challa. Los Yapuchiri son agricultores que

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ESTRATEGIAS Y PRÁCTICAS LOCALES DE GESTIÓN DEL RIESGO CLIMÁTICOPARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA

MARCELINO CHOQUE1

LUIS CARLOS AGUILAR

TANIA RICALDI ARÉVALO

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contribuyen a procesos de revalorización del conocimiento ancestral sobre riesgos tales como entender las señas de la naturaleza y promover la gestión de recursos, entre otros. Esos procesos, combinados con otros nuevos de aprendizaje e innovación, contribuyen a una mejor gestión del riesgo para mejorar las condiciones de vida y garantizar la seguridad alimentaria, la resiliencia y sustentabilidad de los sistemas socio-productivos locales. En el presente documento se muestran siete estrategias y 36 prácticas locales, además del manejo de la flora local, la diversidad cultivada y el manejo de bioindicadores que, en conjunto, definen la capacidad de gestión del riesgo a nivel local.

PALABRAS CLAVES: prácticas locales, riesgo climático, gestión de riesgos y seguridad alimentaria.

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1. INTRODUCCIÓN

En la realidad de las comunidades alto andinas interactúan una serie de factores multidimensionales y de origen diverso. Uno de estos factores es la presencia de fenómenos climáticos de magnitud y frecuencia cada vez mayores. Estos fenómenos están ocasionando cambios en las comunidades y las familias que, en la mayoría de los casos, profundizan las vulnerabilidades locales generando impactos negativos como la disminución de los rendimientos productivos y la pérdida de cultivos y activos que, finalmente, se constituyen en factores que se expresan en mayores niveles de inseguridad alimentaria. En conjunto, estos factores generan menores niveles de bienestar de las familias y comunidades, profundizando la migración. Se trata de un círculo vicioso que corroe las potencialidades y oportunidades locales para construir procesos más sostenibles y equitativos.

Pese a estas condiciones, no se puede negar la existencia de una serie de experiencias y capacidades locales que todavía permiten generar mecanismos de adaptación a las nuevas transformaciones resultantes de la variabilidad climática. Son capacidades basadas en siglos de conocimientos y desarrollo de una serie de estrategias, prácticas y lógicas que han permitido enfrentar los riesgos climáticos. Es necesario, sin embargo, no perder de vista que estas capacidades también están sufriendo transformaciones por el aceleramiento de procesos de cambio en los ecosistemas y en los ámbitos socio-culturales, económicos y políticos que, en suma, debilitan los escenarios de acción y reacción local frente a la variabilidad climática.

Los conocimientos locales, sus estrategias y prácticas, entre ellas las capacidades de pronóstico, constituyen alternativas determinantes como factores de gestión del riesgo, especialmente porque el acceso a la información meteorológica es altamente restrictivo debido a la inexistencia de estaciones meteorológicas en la zona. Por otra parte, el conocimiento ancestral de manejo de bioindicadores sufre un proceso de pérdida constante, debido a diversos factores, lo que también puede considerarse como otro factor de vulnerabilidad. Don Paulino Apaza, Yapuchiri de la comunidad de Pasto Grande, Ayllu Majasaya, reflexionaba en torno a este tema:

“La gente está olvidando estos conocimientos, se puede decir que hay erosión de conocimientos, hasta las autoridades que son las indicadas para manejar estos conocimientos, no los practican…ni en las escuelas hablan de eso, los niños ya no conocen, no aprenden este conocimiento que es tan importante en nuestra cultura…” (2009).

Existen abundantes estudios sobre estas estrategias campesinas en la región andina realizados por instituciones e investigadores [Tapia et. al. (2012); Ponce (2003) y Chirveches (2006); Tapia (1991) y Valladolid, J (1994); Aguilar, L.C.(1997) y Ponce, D. (1997); Regalsky y Hosse (2009); Ricaldi, Aguilar y Canaviri (2010, 2011, 2012)]. Estos autores han constatado que en la zona andina cada microcuenca tiene un clima particular que determina la diversidad de fauna, flora y cultivos que en ella pueden adaptarse. Esta variedad y particularidad de los ecosistemas se expresa también en la diversidad de prácticas y estrategias que definen características y capacidades para hacer frente a los cambios y eventos de carácter climático.

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2. Proyecto ejecutado por la Fundación Agrecol Andes y el Centro de Estudios Superiores Universitarios (CESU-UMSS), y financiado por la Fundación McKnight.

3. Los “Yapuchiri” son los mejores agricultores dentro de una organización comunal que muestran abiertamente una vocación de servicio, generan con-ocimientos técnicos locales que se traducen en el manejo ejemplar de sus parcelas, aprovechando óptimamente de las destrezas y habilidades locales para transmitir e intercambiar experiencias productivas e innovaciones de gestión de recursos productivos en la parcela. (Disponible en: www.asocam.org/.../Portal_OL_Sistematizacion_Yapuchiris.pdf

4. Esta iniciativa recoge a su vez experiencias previas de la Fundación Agrecol Andes sobre documentación de “bioindicadores o señas de la naturaleza”, a partir del empleo de Tecnologías de Información y Comunicación (TICs), donde agricultores del altiplano norte de La Paz y de la zona alto-andina de Cochabamba documentaron sus experiencias relacionadas a la “generación del pronóstico local del tiempo”. Más adelante, y siguiendo este proceso, gracias al Programa de Reducción del Riesgo de Desastres PRRD/COSUDE se construyó un instrumento de planificación denominado “Plan de Gestión de Riesgos Agrícola Comunal-GRAC”, producto de la experiencia realizada con agricultores Yapuchiris.

Estos estudios muestran también que existe un saber local en las familias campesinas para predecir las características climáticas de un determinado año, para orientar prácticas productivas en parcelas y cultivos, y para tomar acciones tanto preventivas como inmediatas frente a eventos climáticos. Este sistema de conocimientos se ha transmitido de generación en generación desde tiempos pre-coloniales creando toda una dinámica que moviliza el conocimiento y define acciones y capacidades para adaptarse a procesos de transformación.

En ese sentido, es necesario destacar las afirmaciones de Vásquez (2006) que, citando a Lavell (1999), sostiene:

“…[L]a Gestión del Riesgo, se entiende como un proceso social complejo, cuyo fin último es la reducción o la previsión y con-trol permanente del riesgo de desastre en la sociedad, en conso-nancia con, e integrada al logro de pautas de desarrollo humano, económico, ambiental y territorial, sostenibles en la medida en que el riesgo es producto de procesos sociales y económicos que, en parte importante, derivan de las modalidades de desarrollo y transformación que la sociedad adopta en lo que se refiere a la producción, el consumo, la distribución del ingreso y de la riqueza, el desarrollo territorial y regional, el acceso a recursos económicos y de poder, la explotación y uso de los recursos naturales renovables y no renovables, etc. La reducción y control del mismo solamente puede ser exitosa al considerar la gestión del riesgo como un compo-nente de los procesos de gestión del desarrollo sectorial y territorial, del ambiente y de la sustentabilidad. En general, la gestión del riesgo es un parámetro y componente de la gestión del desarrollo, de la gestión del ambiente y la gestión global de la seguridad humana como condición imprescindible para el logro de la sustentabilidad. Requiere, [además,] distintos niveles de coordinación e intervención que van desde lo global, integral, lo sectorial y lo macro-territorial hasta lo local, lo comunitario y lo familiar” (pp. 11-12).

Como parte de este enfoque, el Proyecto de Gestión de Riesgos Agrícolas Comunales (GRAC)2 , desde el año 2009, ha realizado un proceso de investigación de seguimiento a las estrategias y prácticas locales a través de la experiencia de los Yapuchiri3 del Distrito Challa del Municipio de Tapacarí4 que, combinando saberes y prácticas locales con procesos de innovación tecnológica, han logrado generar capacidades para enfrentar el riesgo climático. Los resultados de dicha investigación son los que se presentan parcialmente en este documento.

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Vulnerabilidad frente a riesgos climáticos

Vulnerabilidad de la producción

Vulnerabilidad de la seguridad alimentaria

Vulnerabilidad relativa: altaFrecuencia sequía: 1 de 2 añosDías de helada/año: 90 – 180

Vulnerabilidad relativa: altaPotencial agrícola: muy bajo

Potencial forestal: pobre

Vulnerabilidad: AltaPobreza extrema: 88,9 %

Ingreso/cápita/año: 1008 US$

Cuadro 1Factores de vulnerabilidad en el Municipio de TapacaríFuente: Fundación Agrecol Andes - CESU 2009, en base a PMA, FAO, SINSAAT, 2002.

El Municipio de Tapacarí, del departamento de Cochabamba, donde se ubica el Distrito Challa (ayllus Aransaya, Urinsaya y Majasaya Mujlli), es uno de los municipios más vulnerables de Bolivia, tanto en aspectos productivos como condiciones sociales. Se trata, básicamente, de una zona en la que prevalecen economías de subsistencia: el 99,4% de la población vive en condiciones de pobreza ((INE, 2001). El Distrito Challa es un territorio heterogéneo conformado en su mayoría por serranías y algunas planicies donde destacan tres zonas agroecológicas: Pre-puna, Puna y Puna Alta; se encuentra entre 3.500 a 4.635 msnm con una temperatura promedio de 6,5 grados centígrados y una precipitación de entre los 300 a 600 mm. Su población es en un 100% rural y depende principalmente de la producción agrícola de subsistencia (parcialmente pecuaria) con reducida capacidad de generación de excedentes para la comercialización. Existe una creciente migración temporal y permanente como una importante estrategia de sobrevivencia de la población para satisfacer sus necesidades básicas. El diagnóstico del Ayllu Urinsaya, realizado por la Fundación Agrecol Andes en noviembre del 2010, arroja una tasa de migración del 10%, aspecto que incide tanto a nivel productivo como social.

Los riesgos climáticos a los que está expuesta la producción agropecuaria de este distrito, al igual que muchos otros, son cada día mayores y afectan más a regiones y poblaciones rurales en diversos grados de vulnerabilidad: vulnerabilidad ecológica (el grado de deterioro de los recursos naturales); vulnerabilidad tecnológica (capacidad de la tecnología empleada para reducir y mitigar los efectos de los riesgos climáticos); vulnerabilidad económica (dependencia de una familia campesina de la producción agropecuaria y su incapacidad de ahorro); y vulnerabilidad socio-cultural (inexistencia/debilidad de formas de organización social y conocimientos tradicionales que puedan prevenir [la predicción climática y las regulaciones de acceso a la tierra, por ejemplo] o reducir y mitigar los riesgos climáticos [reciprocidad y redistribución, por ejemplo]) (Fundación Agrecol Andes – CESU, 2009).

Este panorama de vulnerabilidad implica que el riesgo de pérdida parcial o total de la producción agrícola sea muy alto, generando el aumento de la inseguridad alimentaria. Las razones son múltiples: las difíciles condiciones climáticas; la degradación de las bases productivas como la erosión de suelos y su baja fertilidad; la pérdida de semilla local sana; tecnologías inapropiadas para enfrentar los riesgos; la creciente dependencia de la generación de ingresos no agropecuarios; el ausentismo de jóvenes y varones en las comunidades; la mayor fragmentación de las tierras; la pérdida de conocimientos locales relacionados a la gestión de riesgos; y la baja capacidad de innovación de los procesos productivos.

Artículos175

Sistemas de Producción

A esta situación se suma la vulnerabilidad institucional. Pese a la existencia de un marco normativo referido a la reducción de riesgos y la atención de desastres, éste aún no es incorporado en términos efectivos en la dinámica de las instituciones públicas y tampoco es de conocimiento y manejo por parte de los actores locales.

Si bien muchos de estos problemas de vulnerabilidad se explican, en parte, por la ausencia de políticas públicas estratégicas que incorporen el enfoque de gestión de riesgos y el racional aprovechamiento de los recursos locales, por las características de estos eventos y sus impactos, las respuestas, al parecer, deben ser más bien locales y comunales, más que de instancias estatales. De hecho, los testimonios y la construcción de la historia de los eventos climáticos muestran que son las comunidades y las familias las que han asumido y asumen las acciones y los impactos.

Esto nos lleva a volcar la mirada hacia las capacidades locales para enfrentar el riesgo climático, tanto familiares como comunales, donde el tipo y calidad de los recursos (suelo, agua, flora, etc.) y su forma de manejo, se constituyen en factores determinantes en la vulnerabilidad/capacidad local. En ese sentido, la generación de información, conocimiento y la innovación son determinantes.

En base a lo señalado, las interrogantes que guiarán la indagación preliminar de este estudio son las siguientes: ¿cuáles son las principales amenazas climáticas que afectan a las comunidades altoandinas del Distrito Challa?; ¿cuáles son las estrategias y prácticas locales que desarrollan los agricultores para enfrentar el riesgo climático, reducir las pérdidas y garantizar la seguridad alimentaria?; y ¿cuál es el origen y las características de dichas estrategias y prácticas locales?

2. PROCEDIMIENTOS Y MÉTODOS UTILIZADOS

A) MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN

En coherencia con las problemáticas mencionadas, la metodología utilizada en este estudio es fundamentalmente cualitativa, es decir, la Investigación Acción Participativa (IAP), en el sentido de que el proceso investigativo busca la participación de los actores locales como sujetos activos, a partir de la recuperación de los conocimientos y la integración de otros saberes que, en conjunto, definen el capital de conocimientos locales sobre el manejo de recursos y como parte de las estrategias y prácticas de gestión del riesgo, incluido el manejo de bioindicadores.

La elección de este método de investigación obedece a la necesidad de plantearse un proceso de construcción social del conocimiento que contribuya a la generación de información para la investigación y para los actores locales, empoderando así, sus procesos de reflexión y toma de decisiones para la acción.

Estos métodos cualitativos se complementan con métodos y técnicas cuantitativas, especialmente para el levantamiento y análisis de la infor-mación de carácter numérico (rendimientos, número de eventos climáticos, estrategias y prácticas, número de especies, etc.).

Artículos 176

Sistemas de Producción

AYLLUS COMUNIDADES ENCUESTADOS

Ayllu MajasayaJapo , Pasto Grande, Caruco, Yauritotora,

Collpaña12

Ayllu UrinsayaChuñu Chuñuni,

Condoriri, Huayllas, Challuma

34

Ayllu Aransaya Challa Arriba 1

Total 47

5. En el caso del ayllu de Aransaya se aplicó la encuesta sólo a un Yapuchiri que se mantiene activo en las acciones que se desarrollan con el proyecto.

Cuadro 2Comunidades y Nº. de agricultores encuestadosFuente: Elaboración propia

B) MUESTREO

La investigación se concentró en los agricultores de tres ayllus: Majasaya Mujlli, Urinsaya y Aransaya5, y se dividió a la población de agricultores en tres grupos:

Agricultores Yapuchiris (23 encuestados); Agricultores con acompañamiento o seguimiento Yapuchiri. (11 encuestados); Agricultores que no son yapuchiris y no reciben apoyo yapuchiri. (13 encuestados).

info

Los yapuchiris promotores participaron en los grupos focales tanto para el listado de estrategias y prácticas, como en el apoyo en la validación de la en-cuesta y la aplicación de la misma. Los talleres comunales contaron con la presencia tanto de yapuchiris como otros agricultores de las comunidades.

C) TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN

Las técnicas utilizadas para el recojo de la información fueron la revisión documental, transectos y colectas generales, observación participante, recorridos guiados, entrevistas semi-estructuradas, encuesta, grupos focales y talleres comunales. En el caso de estas últimas técnicas, se las utilizaron tanto para el recojo de información como para la validación de la infor-mación de los estudios caso o entrevistas semi-estructuradas.

Artículos177

Sistemas de Producción

0% 20% 40% 60% 80% 100%

72%

19%

81%

87%

40%

89%

porcentaje de agricultores

Plagas

Vientos Fuertes

Mucha Lluvia

Helada

Nevada

Granizada

AMEN

AZAS

CLI

MÁT

ICAS

Gráfico 1Amenazas climáticas identificadas por agricultores en la campaña agrícola 2011-2012Fuente: Proyecto GRAC, en base a encuesta a agricultores Distrito Challa, 2012.

3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

A) PRINCIPALES AMENAZAS CLIMÁTICAS QUE AFECTAN AL DISTRITO CHALLA

Para entender las estrategias y prácticas desarrolladas por los agricultores, es necesario conocer y determinar las principales amenazas que afectan a las comunidades del Distrito Challa. En ese sentido, la encuesta aplicada a 47 agricultores en la campaña agrícola 2011-2012 nos permite observar que las mayores amenazas identificadas por los agricultores, en el caso del cultivo de papa, son: la granizada (89%); la helada (87%); el exceso de lluvia (81%); la presencia de plagas (72%); y la nevada (40%). Sólo el 19% de los agricultores identifica a los vientos fuertes como una amenaza. Se destaca, además, la presencia de plagas como el llamado “gorgojo de los Andes” (Gráfico 1).

Por otro lado, el exceso de lluvias se constituyó en un evento de importancia en la campaña agrícola 2011-2012 debido a que la precipitación superó los 700 mm, ocasionando pérdidas principalmente en los cultivos de papa. El 76% de las parcelas evaluadas en la campaña 2011-2012 identifican al exceso de lluvias como un factor negativo en la producción de papa (Proyecto GRAC 2012).

La información obtenida en la campaña 2011-2012 también respalda los datos recogidos en la encuesta realizada el año 2011 en el ayllu Urinsaya. Estos datos resaltaban también que la granizada (90%) y la helada (88%) constituían las principales amenazas climáticas (Agrecol, 2011).

Don Facundo Poma, Yapuchiri del ayllu Majasaya, al respecto, afirma que la granizada y la helada son las principales amenazas y que las acciones frente a ellas son fundamentalmente locales: “Las amenazas que se presentan con más frecuencia son la granizada y la helada que afectan fuertemente a los tres cultivos estratégicos. Frente a estas inclemencias sólo se toman acciones locales como el humeado de vegetación nativa ante la granizada, para que desvíe su camino o ruta de afectación, y la aplicación de los biofoliares, para la prevención de heladas. Las pérdidas de la producción se registran desde 50% hasta 100%, según la intensidad de afectación por esas amenazas” (Plan GRAF Facundo Poma, Septiembre 2011).

Artículos 178

Sistemas de Producción

AMENAZAS TIPO DE PRÁCTICA PARA REDUCIR RIESGOS

HELADA

Quema y humeadoAplicación de Guano naturalAplicación de abono químicoSiembra en diferentes épocasColocado ceniza en los cultivosUso de biolesFumigado con biofoliarUtiliza Caldo Sulfocálcico

GRANIZADA

Quema y humeadoAplicación de guano o abono químicoPrácticas AgroforestalesPráctica de ritualesManejo de petardosAplicación de insecticida naturalColocado cenizaAplicación fertilizantes orgánicosFumigado con caldo SulfocálcicoManejo de bioindicadoresRiegoAplicación de abono bocashiManejo y conservación de suelos

SEQUÍA

Fumigación con químicoAplicación de boilFumigación con sulfocálcicoUso de ceniza

EXCESO DE LLUVIA ZanjasColocado de ceniza

Cuadro 4Prácticas realizadas por agricultores para enfrentar amenazas climáticasFuente: Agrecol 2011, Encuesta diagnóstica del ayllu Urisaya.

La relevancia de las granizadas y heladas como principales eventos climáticos que afectan los cultivos permite también explicar el hecho que la mayor cantidad de prácticas desarrolladas por los agricultores para reducir riesgos están relacionadas con estas dos amenazas (Cuadro 4).

B) DIVERSIDAD DE LAS ESTRATEGIAS Y PRÁCTICAS LOCALES PARA ENFRENTARLAS AMENAZAS CLIMÁTICAS

Una característica fundamental y al mismo tiempo una capacidad local muy importante, al momento de reducir los riesgos climáticos, constituye la diversidad de estrategias y prácticas aplicadas por los productores. La información recogida en el proceso de investigación nos permite evidenciar que los productores, sean o no yapuchiris, utilizan diversas acciones, prácticas y estrategias, simultáneas y complementarias. No se trata de una sola estrategia ni práctica, la diversidad es una estrategia en sí misma, tanto en las acciones de prevención como en el manejo de recursos y cultivos (Gráfico 2).

Artículos179

Sistemas de Producción

0 5 10 15 20 25 30 35

Hechar ceniza

Fumigar con Biol

Sacudir poncho

Reventar petardos

Tocar el pututu

Hacer humear

Challa alcoho

Qowas sahumerios

Rituales para la lluvia

Ayuno para la lluvia

Ayunos comunales

Cosecha oportuna

Cosecha normal

2do aporque

1er aporque

Observación de Astros

Observación de Phatis

Observación de Animales

Observación plantas para siembra

Surcos según lluvias

Terrazas formación lenta

Zanjas de desviación

Zanjas infiltración

Cosecha Agua

Guano mejorado

Aplicación 2 - 3 volteos

Biofoliar

Caldo ceniza

Caldo sulfocálcico

Repelente picante

Repelente membrillo

Elaboración y Aplicación Jarabe

Aplicación Jiriguano

Desinfección semilla

Verdeo semilla

Selección +

Urinsaya Majasaya

Rea

ccio

nes

Inm

edia

tas R

RCPr

ácti

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Labo

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Cul

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mil

las

Gráfico 2Estratégias/Prácticas de reducción de riesgos climáticos, Campaña agrícola 2011 - 2012Fuente: Proyecto GRAC, en base a encuesta a agricultores Distrito Challa, 2012.

Las prácticas de Reducción de Riesgos Climáticos (RRC) son entendidas como las buenas prácticas socio-productivas que, desde un enfoque integral, permiten mejorar la resiliencia y sustentabilidad del sistema agrícola para enfrentar el riesgo climático, tanto a nivel predial y familiar como comunal (Ricaldi, Aguilar y Canaviri, 2012). En este concepto se recuperan aspectos fundamentales que hacen relación a la integralidad del sistema, es decir, no son prácticas aisladas sino diversas y complementarias, y son prácticas tanto productivas como sociales que buscan mantener las condiciones y capacidades de reproducción ecológica y socio-productiva del sistema agrícola, contribuyendo a su resiliencia.

En ese sentido, la información de la encuesta recogida evidencia que el 72% de los agricultores encuestados aplican prácticas de RRD. Estos agricultores son yapuchiris y agricultores que han recibido acompañamiento o seguimiento de yapuchiris. El 28% de los agricultores no aplican estas prácticas (Gráfico 3).

Artículos 180

Sistemas de Producción

AplicanPrácticas RRC

72%

No aplicanPrácticas RRC

28%

Agricultor sin acompañamiento

yapuchiri

Agricultor con acompañamiento

yapuchiri

Yapuchiri

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90%

100%

100%100%

82%

85%

18%

15%

No aplican PRR Aplican PRR

Huayllas

Condoriri

Challuma

Chuñu-chuñuni

- 1,00 2,00 3,00 4,00 5,00 6,00 7,00 8,00 9,00

Uri

nsay

a

No aplican PRR

Relación semilla - cosecha

Aplican PRR

Gráfico 5Rendimientos comparados en cultivo de papa, con y sin aplicación de Prácticas de reducción de riesgosFuente: Proyecto GRAC, en base a encuesta a agricultores Distrito Challa, 2012.

De ese 72% de agricultores que aplican Prácticas de Reducción de Riesgos (PRR), el grupo de yapuchiris las aplica en un 100%; los agricultores con acompañamiento yapuchiri, a su vez, tienen niveles altos de uso de dichas prácticas (82%); en cambio, sólo el 15% de los agricultores que no tienen acompañamiento Yapuchiri aplican PRR (Gráfico 4).

Gráfico 3Aplicación de Prácticas de reducción de riesgos climáticos po Agricultores del Distrito ChallaFuente: Proyecto GRAC, en base a encuesta a agricultores Distrito Challa, 2012.

Gráfico 4Aplicación de PRR según grupo de AgricultoresFuente: Proyecto GRAC, en base a encuesta a agricultores Distrito Challa, 2012.

C) UTILIZACIÓN DE PRÁCTICAS DE REDUCCIÓN DE RIESGOS REDUCEN PÉRDIDAS DE PRODUCCIÓN

En base a la información antes mencionada, el estudio ha indagado sobre la medida en que la utilización de estas Prácticas de Reducción de Riesgos (PRR), han permitido enfrentar las pérdidas de producción ante el riesgo climático. En el caso del Ayllu Urinsaya, se determinó que en 3 de las 4 comunidades estudiadas, los rendimientos en el cultivo de papa han sido mayores a los obtenidos por agricultores que no realizan prácticas de reducción de riesgos, incluso superando los rendimientos de agricultores que utilizan químicos (caso Huayllas, Condoriri y Challuma). En el caso de Chuñuchuñuni, los mayores rendimientos de los productores que no aplican PRR se explican por el uso de químicos (Gráfico 5).

Artículos181

Sistemas de Producción

20,0018,55

7,04

4,18

12,92

6,52

3,46

19,26

6,39

4

18,00

16,00

14,00

12,00

10,00

8,00

6,00

4,00

2,00

-

# de prácticas aplicadas en promedio

Agricultores conacompañamiento Yapuchiri

Agricultores sinacompañamiento Yapuchiri

Yapuchiris

Rendimiento Promedio (Relación semilla/cosecha)

Nº de Amenazas promedio que afectaron el cultivo

Gráfico 6Rendimiento, prácticas aplicadas y amenazas que afectaron el cultivo de papa, según grupo de agricultores (Campaña agrícola 2011 - 2012)Fuente: Proyecto GRAC, en base a encuesta a agricultores Distrito Challa, 2012.

Vale la pena destacar el caso de Huayllas, en el que los agricultores que usan PRR duplican el rendimiento en relación a los agricultores que no lo aplican (Gráfico 6).

El análisis comparativo sobre promedios de rendimiento, prácticas y amenazas que afectaron el cultivo, según el grupo de agricultores (Gráfico 6), nos muestra que si bien los agricultores realizan, en promedio, mayores prácticas, los rendimientos promedio son menores a los de los agricultores no yapuchiris. Sin embargo, el número de eventos climáticos promedio, en este último caso, fueron mayores, lo cual podría explicar ese menor rendimiento. En el caso de los agricultores con acompañamiento Yapuchiri destaca el número promedio de prácticas aplicadas que, pese a los mayores impactos de eventos climáticos, tuvieron los mejores rendimientos promedios.

En relación a las pérdidas registradas, los agricultores señalan que los even-tos climáticos ocasionaban pérdidas de entre el 50 y el 100% de los culti-vos, afectando la seguridad alimentaria familiar y comunal. Sin embargo, el uso de las estrategias y prácticas de reducción de riesgos no sólo les permite reducir sus pérdidas sino que se están obteniendo mejores rendimientos porque mejoran las condiciones y capacidades del suelo y fortalecen a los cultivos.

D) CONOCIMIENTOS LOCALES EN EL DESARROLLO DE LAS ESTRATEGIAS Y PRÁCTICAS DE REDUCCIÓN DE RIESGOS

Una revelación importante del estudio, como se observa en el Gráfico 7, indica que el 59% de los agricultores, en el caso del ayllu Majasaya, y el 55% en el caso del ayllu Urinsaya, corresponden a prácticas de reducción de riesgo basadas en conocimiento ancestral. Este aspecto respalda las acciones encaminadas a recuperar y revalorizar dicho conocimiento como mecanismo de fortalecimiento de las capacidades locales. Es evidente, pues,

Sistemas de Producción

Artículos 182

ConocimientoAncestral

55%

IntercambioExperiencias

11%

IniciativaPropia15%

InfluenciaInstitucional

19%

InfluenciaInstitucional

21%

ConocimientoAncestral

59%IntercambioExperiencias

13%

IniciativaPropia

7%

Gráfico 7Origen de las Estratégias y prácticas de reducción de riesgos, Ayllu Majasaya MujlliFuente: Proyecto GRAC, en base a encuesta a agricultores Distrito Challa, 2012.

que la pérdida de dicho conocimiento profundizaría la vulnerabilidad ante los eventos climáticos. Otros componentes importantes que permiten identificar el origen de las prácticas y estrategias en las reducciones de riesgos, como también se observa en el Gráfico 7, son la influencia institucional y el intercambio de experiencias que incorpora nuevos insumos y aprendizajes.

Otro componente central en el fortalecimiento de las capacidades locales es la gestión del conocimiento por parte de los actores. En ese sentido, emerge como una estrategia de movilización del conocimiento la denominada “Carpa del Yapuchiri”, un espacio informativo y de difusión de conocimientos locales sobre la gestión del riesgo y el rol de los yapuchiris en este proceso. Los temas que se difunden y promocionan en estas carpas son experiencias agroecológicas comprobadas por los yapuchiris en casi todo el ciclo productivo que va desde el manejo de semillas, control de plagas, mejoramiento de la producción en papa, forraje y manejo de post cosecha. Otra actividad es la exposición de productos o bioinsumos. La carpa del Yapuchiri, como punto de información, se presentó no sólo en las ferias semanales y anuales, sino también por invitación de autoridades municipales (Cuadro 5).

Sistemas de Producción

Artículos183

90%79%

32% 29%25%

20% 17% 16%

12% 11%4%

80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%

Med

icin

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Con

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Cul

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l

Biof

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Col

oran

te

Evento clasificado Nº eventos Nº de visitantes a la “Carpa del yapuchiri”

Ferias locales en Pongo Khasa y Confital 16 480

Intercambio de experiencias 3 79

Ferias educativas 2 61

Ferias agrícolas anuales 6 184

ToTales 27 804

Gráfico 8Categorías de uso de la flora local en la comunidad de ChallumaFuente: Elaboración propia en base a datos investigación sobre manejo de la flora local para la gestión del riesgo climático, 2012.

E) MANEJO DE LA FLORA LOCAL PARA LA REDUCCIÓN DE RIEGOS CLIMÁTICOS

Un estudio realizado sobre el manejo de la flora local para la reducción de riesgos determinó que la flora local de la comunidad Challuma, al igual que en otras comunidades, sigue siendo uno de los componentes de la naturaleza más conocidos y utilizados en todas las actividades cotidianas y rutinarias de las familias productoras, por su importancia ecológica, económica y sociocultural. Aunque son pocos los que acumulan, generan y renuevan constantemente estos conocimientos, es la comunidad la que revaloriza estas prácticas del saber local, mostrando su respeto a la vegetación como parte integral de la vida en la comunidad y del ecosistema (Ricaldi, et. al. 2012).

El estudio identificó 106 plantas útiles, con una amplia riqueza en cuanto a especies, géneros y familias botánicas, y especialmente importante por su variedad en los usos y costumbres de la comunidad. Se identificaron, por otra parte, 10 categorías diferentes de usos de las plantas, entendiendo como categorías de uso aquellas prácticas o acciones directas que permiten atender las necesidades de alimentación, combustible y otras, además el uso de la flora para mitigar los riesgos climáticos a nivel local (Gráfico 8).

Cuadro 5Número de eventos y visitantes a la Carpa del Yapuchiri (abril a noviembre de 2012)Fuente: Fundación Agrecol Andes, Informe Carpa del yapuchiri, 2012.

Sistemas de Producción

Artículos 184

512

516

11

1717

2325

2279

Aplicación en reducción de riesgos climáticos

Cultural

Alimento

Biofoliar

Conservación de suelos

Bioindicador

Medicinal

Total de plantas utilizadas por la comunidad

Ayllu Papa

Qui

nua

Cañ

ahua

Ceb

ada

Aven

a

Oca

Papa

liza

Trig

o

Hab

a

Tarw

i

Izañ

o

Hor

tali

zas

Majasaya 78 3 2 3 3 6 6 1 1 8

Urinsaya 42 2 1 4 2 9 8 1 4 3 1 2

Aransaya 14 1 1 1 1 1 1 1

Gráfico 9Número de plantas usadas para enfrentar el riesgo climático, en relación a las plantas totales identificadas en la comunidad de ChallumaFuente: Elaboración propia en base a datos investigación sobre manejo de la flora local para la gestión del riesgo climático, 2012.

Cuadro 7Diversificación de variedades por cultivos y aylluFuente: Proyecto GRAC, en base a encuesta a agricultores Distrito Challa, 2012.

De las 106 plantas identificadas, la comunidad utiliza 62 plantas para enfrentar los riesgos climáticos. El Gráfico 9 muestra el total de plantas identificadas en cada categoría de uso, por ejemplo, el 28% de las plantas medicinales se usan para enfrentar riesgos climáticos, el 84% como bio-indicadores, el 100% tanto de conservación de suelos como biofoliares y, en menor medida, alimentos y actividades rituales y ceremoniales.

Entre las 62 plantas que se utilizan para enfrentar el riesgo se identifican seis categorías de uso: 37% como bioindicadores; 35% par usos medicinales; 27% para la conservación de suelos; 18% como insumo para preparación biofoliar; 8% para uso en rituales o ceremonias; y 8% alimentación (cuando se pierden los cultivos).

F) DIVERSIDAD CULTIVADA Y EL MANEJO DE VARIEDADES NATIVAS PARA LA GESTIÓN DEL RIESGO

Otra estrategia de los agricultores tiene relación con la diversificación de la variedad dentro y entre cultivos por ayllu. Así, en el Cuadro 7 se puede observar la diversidad cultivada de especies en el cultivo de papa, funda-mentalmente variedades nativas con mayor resistencia a la variabilidad climática. Se destaca, en este caso, el manejo de variedades tanto en el ayllu Majasaya como en el de Urinsaya.

Sistemas de Producción

Artículos185

Valle Kanayas

Puna Kanayas

Kurmi

Luna

Qhotu

1, 2 Nov

14 Sep

15 Ago

1 al 3 Ago

26 Jul

25 Jul

16 Jul

24 Jun

13 Jun

03 May

19 Mar

Yaca yaca

Lagarto

Leque leque

Capurita

Chijta Jamachi

Zorro

Laqho

Muña

Tika Ulala

Qhota

Thola

Sunchu

Sankayo

0 5 10 15 20 25 30 35

Obs

erva

ción

de A

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Pha

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Obs

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ción

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Obs

erva

ción

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lant

as

Nº. de Agricultores

Gráfico 10Indicadores Observados en la campaña Agrícola 2011 - 2012, según tipo de IndicadorFuente: Proyecto GRAC, en base a encuesta a agricultores Distrito Challa, 2012.

G) LA OBSERVACIÓN DE BIOINDICADORES Y LA GENERACIÓN DE PRONÓSTICOS

Entre las estrategias y prácticas de reducción de riesgos, la observación de bioindicadores y la generación de pronósticos constituyen factores centrales que permiten a los productores tomar las decisiones de siembra y planificar su actividad productiva. El Gráfico 10 muestra la diversidad de in-dicadores manejados por los agricultores, y entre ellos destaca la observación de nubes (phatis) en fechas festivas, y la observación de plantas.

En cuanto al número de bioindicadores manejados por los yapuchiris para la predicción climática y la planificación de la producción, el ayllu Majasaya maneja el mayor número de indicadores naturales, destacándose la comunidad de Pasto Grande y Yauritotora, y en Urinsaya la comunidad de Challuma.

Sistemas de Producción

Artículos 186

Challa ArribaAransaya

Huayllas

Condoriri

Challuma

Chuñuchuñuni

Collpaña

Carurco

Pasto Grande

Yauritotora

Japo

Uri

nsay

aM

ajas

aya

0 5 10 15 20 25 30

Astros

Yapuchiris

Agricultores con acompañamiento Yapuchiri

Agricultores sin acompañamiento Yapuchiri

Phatis

Animales

Plantas

Tipo

s de

Bioi

ndic

ador

esO

bser

vado

s

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90%

Gráfico 11Nº. de Bioindicadores observados según comunidad y Ayllu Gestión 2011 - 2012Fuente: Proyecto GRAC, en base a encuestaa agricultores Distrito Challa, 2012.

Gráfico 12Tipo de Bioindicadores Observados, según grupo de AgricultoresFuente: Proyecto GRAC, en base a encuesta a agricultores Distrito Challa, 2012.

Según el grupo de agricultores analizados, los datos muestran (Gráfico 12) que hay mayor capacidad en la observación de bioindicadores en el caso de yapuchiris y agricultores con acompañamiento yapuchiri respecto de los agricultores que realizan su labor sin acompañamiento yapuchiri. Asimismo, se observa que en el caso de la observación de phatis y plantas, éstos constituyen conocimientos y prácticas más habituales incluso en el caso de los agricultores sin acompañamiento Yapuchiri. La mayoría de los agricultores sigue observando estos bioindicadores para tomar sus decisiones productivas y conocer el comportamiento del clima para realizar los pronósticos.

Un aspecto relevante es que la observación de bioindicadores es una práctica dinámica donde los productores observan diferentes bioindicadores y no necesariamente los mismos todo los años, tal como afirma un Yapuchiri del ayllu Urinsaya: “Yo estoy mirando para siembra dos bioindicadores la thola y flor de ch’iji o qota porque esos dos han florecido este año en mi chacra. El año pasado mire otros bioindicadores” (Elías Villcarana, Taller de evaluación 2012).

Uno de los usos importantes de la observación de bioindicadores es que ayuda a tomar decisiones sobre el momento de la siembra y en función a los comportamientos del clima, fundamentalmente con relación a la llegada de granizadas o la fenomenología de lluvias (en su tiempo, adelantadas o

Sistemas de Producción

Artículos187

atrasadas). Por tanto, el observar los bioindicadores es un aspecto central en el manejo de estrategias para los resultados del cultivo, como afirma una productora de Urinsaya: “Sí el zorro va a estar en el río va a ser chaki wata (año seco). Cuando el zorro está en la ladera aullando ronco (cuando es clarito), será buen año. Uno de los compañeros ha escuchado clarito, ya en el mes de agosto, y ha seguido a eso, pensando que va a ser buen año. Por eso ha sembrado todito solamente mirando ese bioindicador, pero el tiem-po ha llegado mal, la granizada ha llegado y lo ha congelado la siembra, todo lo ha quemado” (Felicidad Franciscano, 2011).

Otro Yapuchiri decía que “La thola está floreciendo recién, desde principios de noviembre, eso es quepaj tarpuy o siembra atrasada, ahora sus frutos o papitas gorditos están creciendo, eso me dice que habrá buena cosecha y producción, así planifico mi siembra, último voy a sembrar papa, a ver como siempre produce” (Elias Villcarana, 2012)

Otro aspecto a destacar es la relación entre conocimiento y uso de los bio-indicadores. Este aspecto se recoge en la investigación sobre estrategias de mujeres en la gestión del riesgo (Alem, 2011), agricultoras y yapuchiris mujeres y jóvenes afirman que si bien conocen los bioindicadores y saben que sus mamás y abuelas utilizaban, ellas no usan este conocimiento para la toma de decisiones y la generación de pronósticos: “Nosotras conocemos harto, pero solo es de lo que nos contaban nuestras mamás o abuelitas, pero ya no estamos mirando nosotras, o sea, si miramos cuando pasamos al caminar, pero miramos nomás, no usamos de acuerdo a lo que significa” (Mujeres Chuñuchuñuni, 2011).

“Las mujeres miramos harto zorro cuando pasteamos, pero no estamos usando eso para predecir el tiempo” (Felicidad Franciscano, 2011)

Los jóvenes también reconocen que ya no manejan este saber: “Algunos de nosotros no conocemos los bioindicadores, los jóvenes sobre todo, entonces nosotros seguimos nomás a los mayores, cuando alguien siembra, seguimos nomás, estamos acostumbrados a eso” (Jóvenes de Chuñuchuñuni, 2011).

Este tema del conocimiento sobre las señas de la naturaleza y su aplicación y uso en la toma de decisiones y en la alerta sobre eventos climáticos, es un tema de permanente reflexión de los productores, pues ellos advierten que este conocimiento se está perdiendo generando vulnerabilidad en la producción: “…mucha gente este año se equivocó al hacer el chuño, fracasaron porque el frío llego tarde, recién en el mes de julio, esta es una muestra que se está perdiendo este conocimiento, deberían haber mirado las siete cabrillas” (Paulino Apaza, 2011).

Pero también advierten que estas señas están cambiando. Don Renato Franciscano de Huayllas, afirma: “…en cada comunidad hay yapuchiris, ellos hablan pero estas amenazas cualquier rato afecta, hasta ahora no podemos darnos cuenta…” (Taller de evaluación y planificación con yapuchiris, enero 2012)

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H) ROL DE LAS ORGANIZACIONES LOCALES PARA LA REDUCCIÓN DEL RIESGO CLIMÁTICO

Las organizaciones locales se constituyen en factores determinantes para la reducción del riesgo. Las estrategias individuales y familiares, por tanto, se complementan con las capacidades de las organizaciones locales, principalmente porque la mayor parte de los eventos climáticos y sus impactos se generan en ámbitos localizados. Así lo señalan los producto-res participantes en un Taller de Riesgos: “Si la organización es débil, todo se debilita, no podrá actuar, y eso nos afecta a todos…” (Fundación Agrecol-CESU 2012). Esta constatación impulsa la necesidad de analizar cuales son las organizaciones locales que, desde la percepción de los productores, están desarrollando propuestas o acciones para reducir el riesgo climático.

Respecto al rol del Yapuchiri, existen opiniones de un mayor involucra-miento y complementación de su trabajo con el del Jilakata (autoridad originaria): “…los jilakatas casi a diario ven la tierra, tiene que dar su informe en las reuniones junto con los yapuchiris, así podemos advertir a las comunidades y estar preparados ante las amenazas…” (Taller de evaluación y planificación con yapuchiris, enero 2012).

4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La consideración y fortalecimiento de las capacidades locales se constituyen en factores centrales al momento de gestionar el riesgo climático. Existen muchas fortalezas en las comunidades, pero también se advierte un proceso creciente de pérdida de conocimientos, saberes y prácticas. Es necesario, por ello, recuperar esos conocimientos y prácticas, estudiarlos y fortalecer-los, especialmente porque la mayor parte de los impactos por efecto de los eventos climáticos son localizados, tiene carácter local, y ocurre, muchas veces, al margen del accionar de las instancias públicas. La falta de la capacidad de acción y reacción de las comunidades, finalmente, las hace más vulnerables a los eventos climáticos, ocasionando la pérdida de su producción y poniendo en riesgo la seguridad alimentaria familiar y comunal con efectos perversos sobre la sociedad en su conjunto.

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1. Técnicos del Área de Socio economía de la Fundación PROINPA.

RESUMEN

La agricultura es la principal fuente de ingresos y sustento en el munici-pio de Anzaldo, en Cochabamba, y se realiza generalmente en un entorno difícil por la presencia de frecuentes amenazas climáticas

(heladas, sequías y granizadas, entre otras). Lamentablemente, los agricultores tienen pocas posibilidades de enfrentar estas amenazas, aunque, desde hace algunos años, se han construido en la zona atajados que permiten riegos complementarios y suplementarios para mejorar las cosechas y, por tanto, la seguridad alimentaria y los ingresos económicos de las familias.Más de 300 atajados han sido construidos con un costo significativo para el gobierno local y nacional. Sin embargo, menos del 50% de estas estructuras están en funcionamiento. Las preguntas son: ¿por qué no se usan?, ¿cómo podemos contribuir a entender la relación de la tecnológica con las cuestiones sociales y económicas que pueden favorecer su mayor aprovechamiento futuro?

info

APORTES Y DIFICULTADES EN LA UTILIZACIÓN DE LOS ATAJADOS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL MUNICIPIO DE ANZALDO, COCHABAMBA

JAVIER IRIARTE1

ROLANDO OROS

FÉLIX RODRÍGUEZ

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Esta problemática ha sido analizada a partir de estudios de caso de 10 familias y la aplicación de una encuesta a 70 familias, proceso realizado con la participación de CIPCA, PROAGRO, ARSARA y la Fundación PROINPA.

Entre los principales resultados de la investigación en el ámbito económico pueden mencionarse los siguientes:

La contribución del atajado en valor bruto de la producción se mueve en el rango de Bs.5.300.- a Bs.1.600.-, dependiendo de su funcionamiento. Un porcentaje muy pequeño de ese valor bruto se transforma en mayores ingresos debido a que la producción en la parcela del atajado es principalmente destinada al consumo de alimentos para la familia. La venta de excedentes para las familias que cuentan con atajados significa un ingreso adicional de hasta Bs.1.500.-

En cuanto al impacto de los atajados en el ámbito social, el estudio ha constatado que los niveles de migración en la zona han disminuido debido a que la producción bajo riego demanda una mayor inversión de tiempo en la familia.

Respecto a la seguridad alimentaria, se ha evidenciado que a mayor canti-dad de agua disponible en el tiempo existe una mayor reserva de alimentos (y de mejor calidad) para la familia.

Asimismo, la investigación ha permitido comprobar que un porcentaje significativo de los atajados construidos en el Municipio de Anzaldo no tienen la suficiente capacidad de retención del agua recolectada por problemas de filtración y como efecto de las falencias técnicas durante su construcción.

Se ha podido evidenciar, por otra parte, que las familias que cuentan con atajados en funcionamiento desarrollaron capacidades en el manejo y uso de estos sistemas, lo cual les permitió atenuar los efectos de la sequía a través de la adopción de estrategias de producción como la disposición del agua del atajado en la siembra de invierno y en la siembra de verano como riego complementario.

En cuanto a las recomendaciones que emergen del estudio, se hace evidente la necesidad de un una mejor adopción y uso de los atajados no sólo como un problema técnico, sino desde una perspectiva social, institucional y económica.

Palabras claves: atajados, seguridad alimentaria, cambio climático.

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Uso noAgrícola

79%Cultivable

21%

A secano 79%

Con riego 4%

En descanso 17%

1. INTRODUCCIÓN

La agricultura en el Municipio de Anzaldo es la principal actividad económica y de sustento que tiene la población rural. En la zona se produce principal-mente papa, trigo y maíz, además de haba, arveja, cebada y hortalizas, y frutales en mínima proporción. La superficie cultivable en Anzaldo es de 6.087 Has (AMDECO, 2010). De esa superficie total cultivable (Figura 1), la producción a secano (las tierras cuya producción depende de las lluvias) alcanza a 4.833 Has (79%); los terrenos con producción bajo riego llegan a sólo 212 Has (4%); la superficie restante de 1.042 Has se encuentra en descanso (17%).

Figura 1Uso del suelo productivo en Municipio Anzaldo, CochabambaFuente: Elaboración propia.

La región de Anzaldo se caracteriza también por la presencia de fenómenos climáticos adversos (sequía, helada y granizada) que afectan principalmente a la producción agrícola (AMDECO, 2010). Así, las sequías en verano y otoño, las heladas en invierno y las granizadas en primavera y parte de verano, afectan el normal desarrollo vegetativo de los cultivos, de la vegetación existente y, en general, de toda la actividad agropecuaria. No existen, en la zona, otras opciones de riego o fuentes alternativas de agua relevantes. A las condiciones mencionadas se suma el acortamiento de la época de lluvia como un efecto directo del cambio climático que, en el caso de Anzaldo, acentúa la vulnerabilidad de la población.

Una de las alternativas propuestas para enfrentar esta situación de vulnerabilidad fue la implementación de atajados. Diversas instituciones de desarrollo construyeron, entre los años 2002 y 2008, alrededor de 300 reservorios de agua para el almacenamiento o cosecha de agua en la época de lluvia. Un porcentaje mayor al 50% de esos reservorios se encuentran actualmente en desuso (Hoogendam, P. et al., 2009).

Un análisis de la problemática del Municipio de Anzaldo, a partir de las percepciones locales de los productores de varias comunidades campesi-nas, muestra que las causas de la baja producción agrícola en la región es la deficitaria disponibilidad de agua para riego. Sin embargo, el análisis también considera al recurso hídrico sólo como uno de los elementos que deben tomarse en cuenta, y señala que es necesario sumar al déficit de agua las necesidades de semilla de calidad y la reducción de plagas y enfermedades en los cultivos para incrementar los ingresos de las familias campesinas del municipio.

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Otros estudios consideran a los atajados como una medida concreta y efectiva no sólo de adaptación al cambio climático (Goetter, J. 2010), sino como un aporte a la reducción de la vulnerabilidad asociada al agua en la agricultura de la región de Anzaldo. A partir de estas percepciones encon-tradas nace la primera de las preguntas que se plantean en este estudio: ¿cuáles son las causas sociales, institucionales, económicas y tecnológicas por las que los productores de Anzaldo no utilicen los atajados, reconocien-do los beneficios y efectos positivos en la reducción de la vulnerabilidad al cambio climático?

Por otra parte, en la región de Anzaldo existen otras fuentes de disponibili-dad de agua, que si bien son reducidas, requieren ser evaluadas desde una perspectiva técnica y socioeconómica como alternativa de mitigación al cambio climático. De esta realidad surge la segunda pregunta de la presente investigación: ¿Qué alternativas, fuera de los atajados, existen en la zona que sean social, institucional, económica y técnicamente más aceptadas por los pobladores de Anzaldo?

Bajo esas distintas miradas, la importancia de la investigación radica en que muchos programas y proyectos a nivel municipal y departamental, en el marco de la política nacional de apoyo al acceso a agua para la producción en el área rural de Bolivia, están analizando y priorizando el uso de la tec-nología de los atajados. Este estudio contribuirá con elementos y evidencia para ese análisis de manera que la inversión sea aprovechada al máximo.

El objetivo general de la investigación es analizar la pertinencia y la capaci-dad de elegibilidad de proyectos referidos a fuentes hídricas alternativas —como los atajados— como medidas de reducción de la vulnerabilidad asociada al agua, en el marco de la búsqueda de diferentes opciones de desarrollo para orientar la inversión pública en el Municipio de Anzaldo.

Con mayor especificidad, este estudio pretende identificar y analizar los beneficios y/o limitaciones de la implementación de atajados y otras fuentes hídricas en la zona, de acuerdo a criterios de evaluación técnicos, socio-económicos e institucionales y seguridad alimentaria

2. PROCEDIMIENTOS Y MÉTODOS UTILIZADOS.

La investigación se realizó en el Municipio de Anzaldo, Segunda Sección Municipal de la Provincia de Esteban Arze del departamento de Cochabamba (Figura 2). El municipio se encuentra al sudeste de la capital. Geográfica-mente se sitúa entre las coordenadas geográficas 17º 46’ 46” de latitud sur y 65º 55’ 56” de longitud oeste y a una altura de 3.040 msnm, ocupando una superficie aproximada de 542 Km2. De acuerdo a datos que propor-ciona el Instituto Nacional de Estadística (INE), datos del censo nacional 2001, el Municipio de Anzaldo tiene 9.126 habitantes (AMDECO 2010).Según el “Atlas de Amenazas, Vulnerabilidad y Riesgo para Bolivia”, el Municipio de Anzaldo presenta una Amenaza de Sequía meteorológica de “grado alto” y una Vulnerabilidad Global de grado “muy alto”, lo cual determina que este municipio enfrente un “Riesgo de Sequia Muy alto”.

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Beni

Pando

Departamentode Cochabamba

Municipio deAnzaldo

Beni

La Paz

Oruro

TarijaPotosí

Cochabamba

Chuquisaca

Chuquisaca

Potosí

Oruro

La Paz

Santa Cruz

Santa Cruz

DEPARTAMENTO MUNICIPIO SUPERFICIE (km2)

POBLACION (CNPV 2001) AMENAZAS Grado VULNERABILIDADES Grado RIESGO Grado

Cochabamba Anzaldo 542 9126 Sequia Alto Socioeconómica Muy Alto Por sequia Muy Alto

InseguridadAlimentaria

Muy Alto

Figura 2Mapas de ubicación del proyecto de investigaciónFuente: Elaboración en base a insumos del Atlas, Amenazas, vulnerabilidades y riesgos de Bolivia.

Figura 3Criterios de selección de la zona de intervención del proyectoFuente: OXFAM internacional, FUNDEPCO y NCCR North South.

(OXFAM internacional, FUNDEPCO y NCCR North South).(Figura 3).Es evidente, por tanto, que el mayor riesgo en el Municipio de Anzaldo es la sequía. Así lo expresa la escasa disponibilidad de agua que existe en la zona y el nivel de la precipitación promedio anual que es de 550 mm (Fuente: SENAMHI). Por todo ello, Anzaldo es categorizada como una zona seca,

a lo que se suman las característica del suelo de muy baja fertilidad (franco arenosos) y de bajo contenido de materia orgánica (0,36 a 2,37%). Todos estos factores hacen que la agricultura en la zona sea de subsistencia. A su vez, el cambio climático se manifiesta en la zona con el acortamiento de la época de lluvia, y aunque no ha disminuido la cantidad de agua por metro cuadrado cuando llueve, se ha acentuado la vulnerabilidad de la población que vive en el municipio debido a que padece un mayor periodo del año sin agua.

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200

150

100

50

0Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun

1990 2002

En ese mismo sentido, los registros meteorológicos del SENAMHI (1943-2009) para el Municipio de Anzaldo ratifican lo señalado. Esos registros destacan irregularidades en el régimen de lluvias, es decir, lluvias atrasadas o adelantadas, o un acortamiento de los meses del periodo de lluvias, algo que se está observando en los últimos 10 años (Figura 4).

Figura 4Esquema del periodo de lluvias en ciclo agrícola del Municipio de AnzaldoFuente: Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología, SENAMHI.

Otro criterio de selección de la zona de estudio que utilizó esta investi-gación es el alto grado de vulnerabilidad en inseguridad alimentaria que caracteriza al Municipio de Anzaldo según el estudio de Análisis y Cartografía de la Vulnerabilidad a la Inseguridad Alimentaria.(Fuente: www.pma.org.bo).

La investigación se ejecutó en tres fases con acciones iniciales previas al trabajo de campo.

2.1 FASE PREVIA DE INVESTIGACIÓN

La recopilación de información secundaria y la tarea de coordinación institucional constituyeron las labores centrales de la etapa previa de la presente investigación:

Recopilación de información sobre estudios referentes a la investi-gación en la zona.

[La revisión de información de documentos e informes relativos a la temática de investigación evidenció la limitada producción de infor-mación con respecto al tema de investigación.]

Reuniones de coordinación con instituciones y organizaciones que trabajan en la zona, incluido el Gobierno Municipal de Anzaldo y las organizaciones más representativas de la población.

[Los socios en la investigación, CIPCA y PROAGRO, recibieron la in-formación relativa a la investigación y al mismo tiempo comprometieron no solamente su interés de participar, sino también aportaron con recursos logísticos y humanos.]

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2.2 PRIMERA FASE DE INVESTIGACIÓN: ESTUDIOS DE CASO

La primera fase de investigación tuvo el objetivo de profundizar en detalle y comprender el uso o no de atajados desde el punto de vista de las personas directamente involucradas en su planificación, construcción y uso, anali-zando de forma intensiva y profunda aquello que ya conocíamos o descu-briendo hechos o situaciones que son particulares. Se utilizó el estudio de caso como herramienta para este fin. A continuación, cada uno de los pasos seguidos para el estudio de caso.

PASO 1. DETERMINACIÓN Y DEFINICIÓN DE PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN

Las preguntas de investigación fueron desglosadas en base a los objetivos que persigue el estudio y sirvieron de base para la estructuración de la guía de levantamiento de información primaria en los estudios de caso. Las preguntas de investigación fueron:

¿Cuáles son los beneficios de los atajados que pueden resolver los problemas de seguridad alimentaria de Anzaldo? ¿Cuáles son los factores que determinan el grado de funcionamien-to y de utilización de los atajados en el Municipio de Anzaldo? ¿Cuáles han sido los criterios para implementar atajados (lugar de emplazamiento, características de suelos, características de construcción)?

PASO 2. SELECCIÓN DE CASOS Y DETERMINACIÓN DE TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN Y ANÁLISIS DE DATOS

El estudio de casos se aplicó a dos grupos de familias campesinas diferencia-das básicamente por la tenencia familiar y multi-familiar del atajado. Para la selección de los casos donde se realiza la investigación, los atajados están considerados como un sistema uni/multifamiliar de micro-riego conformado por tres subsistemas:

Subsistema de captación (área de la micro-cuenca de aporte); Subsistema de almacenamiento (el atajado como tal); Subsistema de producción agrícola (área de riego).

Los sistemas de micro-riego por atajados deben ser manejados de manera integral, ya que si uno de los subsistemas no cumple con su función adecuada, el sistema en conjunto presenta falencias, lo que conlleva a deficiencias en la capacidad de retención de agua en el tiempo. El estudio ha logrado identificar y desagregar cinco casos concretos relacionados con el funcionamiento y utilización de los atajados (Cuadro 1).

Casos de estudio Descripción

Caso 1.Atajado exitoso. Familias que

utilizan atajados en buen funcionamiento.

Cuando todos los subsistemas que conforman el atajado garantizan el funcionamiento adecuado para su aprovechamiento, a pesar de contar con algunos problemas de filtraciones ligeras que pueden sub-sanarse con una impermeabilización oportuna.

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Cuadro 1Casos de estudio: funcionamiento y uso de atajadosFuente: Elaboración propia.

Las herramientas utilizadas para la recopilación de datos incluyen obser-vación, acompañamiento en actividades cotidianas, entrevistas y revisión de documentación.

PASO 3. PREPARACIÓN PARA RECOPILAR LOS DATOS

Dado que la investigación de estudio de casos genera una gran cantidad de datos de múltiples fuentes, la sistematización de los datos es impor-tante para evitar perder de vista el propósito original de investigación y las preguntas. En este sentido, se preparó un formato de informe de estudios de casos que ayuden en la categorización, clasificación, almacenamiento y recuperación de datos para el análisis.

PASO 4. RECOLECCIÓN DE DATOS EN EL CAMPO

La recolección de datos de campo y su acumulación sistemática en forma-tos referenciados y ordenados, se basaron en la guía de levantamiento de información primaria, para así asegurar el análisis posterior del objeto del estudio y los factores causales asociados con el fenómeno observado. Se documentaron las notas de campo, testimonios, historias e ilustraciones en un solo documento.

PASO 5. EVALUAR Y ANALIZAR LOS DATOS

La evaluación y análisis de los datos se realizaron en matrices comparati-vas y entre los diferentes casos objeto de estudio, diferenciando atajados

Caso 2.Atajado parcialmente en

funcionamiento y utilizado. Familias que utilizan atajadosen regular funcionamiento.

Cuando uno o dos de sus subsistemas presentan deficiencias por problemas de incorrecta ubicación de emplazamiento (carencia de micro-cuenca de aporte, insuficiente pendiente natural del terreno, filtraciones). Sin embargo, a pesar de la escasa disponibilidad de agua en el atajado, el agricultor desarrolla estrategias de producción para efectuar un adecuado aprovechamiento del recurso hídrico.

Caso 3. Atajado parcialmente en

funcionamiento y no utilizado. Familias que tienen atajados

y no los utilizan.

Este tipo de atajados tienen similares deficiencias que el grupo anterior. En algunos casos no presentan ningún problema técnico, sin embargo, las dificul-tades que imposibilitan su utilización están referidas principalmente a aspectos sociales como el derecho propietario, lugar de emplazamiento, área de aporte, migración, edad de los usuarios, etc.

Los factores anteriormente mencionados son deter-minantes para que los beneficiarios no efectúen el aprovechamiento del su sistema de micro riego para la agricultura. En este grupo también se encuen-tran algunas familias que utilizan el atajado como abrevadero para sus animales.

Caso 4. Atajado no funciona y no es

utilizado. Familias que tienen atajados que no utilizan

y no funcionan.

Más de dos de sus subsistemas no cumplen su función apropiadamente por problemas tales como su inadecuada ubicación, carencia de micro-cuenca de aporte, insuficiente pendiente natural del terreno, filtraciones severas, etc. En este grupo se encuentran mayormente los atajados que presentan filtraciones severas a consecuencia de deficiencias técnicas las cuales imposibilitan la capacidad de retención de agua en el atajado, razón por la que se encuentran en desuso.

Caso 5.Otras fuentes hídricas. Familias

que tienen vertientes.

Sistemas alternos de micro-riego basados en ver-tientes (futuris) que comprenden también los tres subsistemas comprendidos en los atajados y que son utilizados por algunas familias.

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familiares y multi-familiares. Se elaboraron matrices para el tema técnico, económico-productivo y social. En este último caso se incluyeron aspectos de seguridad alimentaria y toma de decisiones a nivel familiar.

PASO 6. PREPARACIÓN DEL INFORME

El informe incluye cada estudio de caso como un capítulo aparte, y trata de responder a las preguntas y variables de la investigación. Una vez concluido, se inició la segunda fase de la investigación con el propósito de complemen-tar la información recopilada y sistematizada de los estudios de caso a través de una encuesta.

2.3 SEGUNDA FASE DE INVESTIGACIÓN: ENCUESTAS

El contenido de la encuesta se basó en un análisis de las variables de estudio que requieren ser complementadas y/o confirmadas para la generalización de las conclusiones del estudio. Esto condujo a identificar variables (técnicas, económicas, sociales y de seguridad alimentaria) que serían consideradas en la boleta de encuesta.

PASO 1. ELABORACIÓN Y VALIDACIÓN DE LA BOLETA DE ENCUESTA

Fue elaborada una boleta de encuesta conformada por cinco secciones: técnica, económica productiva, social, toma de decisiones y seguridad ali-mentaria. Fueron aplicadas 94 preguntas, cerradas y de respuesta múltiple.

PASO 2. IDENTIFICACIÓN TAMAÑO DE LA MUESTRA

Después de consolidar el inventario de atajados del Municipio de Anzaldo se procedió a determinar el tamaño de la muestra a partir de la población conocida, vale decir, el número de atajados en el Municipio de Anzaldo. La fórmula utilizada para la determinación del tamaño de la muestra fue:

N * Z * P * Q

E * (N - 1) + Z * p * qn =

2 2

2

PASO 3. APLICACIÓN DE LA ENCUESTA Y SISTEMATIZACIÓN INFORMACIÓN

La aplicación de la boleta se realizó en un total de 70 familias; 45 boletas fueron aplicadas en familias con atajados familiares y 25 en familias con atajados multi-familiares. La selección de las familias en-cuestadas se realizó al azar, considerando la proporción en el número de atajados familiar y multi-familiar por comunidad. Las comunidades donde se aplicaron las encuestas fueron: Torancali, Taracucho, Calallusta, Tijraska y Pinkina, Llallaguani, Llulluchani, Mollini y Muña mayu.

Concluida la aplicación de encuestas se procedió a la creación de una base de datos en el paquete estadístico SPSS 15.0 para Windows y Microsoft Office Excel 2007.

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PASO 4. ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN Y ELABORACIÓN INFORME

Una vez compilada toda la información, se procedió al análisis de los datos generando información a través cuadros estadísticos descriptivos, princi-palmente utilizando frecuencias, para el caso de SPSS, y tablas dinámicas para el caso de Excel.

3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los resultados de la investigación surgen a partir de la información generada en los estudios de caso y en la encuesta. En la etapa inicial de investigación, el análisis de los estudios de caso concluyó con la sistematización de los siguientes cuatro casos que expresan el conjunto:

Caso 1: Atajado exitoso; Caso 2: Atajado parcialmente en funcionamiento y utilizado; Caso 3: Atajado parcialmente en funcionamiento y no utilizado; Caso 4: Atajado no funciona y no es utilizado.

ASPECTOS ECONÓMICO-PRODUCTIVOS DE LOS ATAJADOS

La economía de las familias campesinas del municipio de Anzaldo está basada en la producción agropecuaria (AMDECO, 2010). Una característi-ca de los sistemas productivos locales es su fragilidad frente a los efectos climáticos adversos como la sequía, el granizo y las heladas. A esta situación se suman, en los últimos años, las consecuencias del cambio climático. Todo ello incrementa los niveles de vulnerabilidad de los productores en términos de seguridad alimentaria.

Según la percepción de los productores, recogida en la encuesta desarrolla-da por el estudio, la producción agropecuaria familiar —incluyendo la pro-ducción con atajados— es insuficiente (57%) para asegurar la alimentación de la familia durante el año. Por ello, las familias se ven obligadas a recurrir a otras estrategias no agropecuarias que generen ingresos necesarios para la supervivencia.

En este contexto, la implementación de atajados en el municipio de Anzal-do responde a la necesidad de incrementar la disponibilidad de agua para la producción agropecuaria a nivel familiar. Esto implica la creación de una nueva cultura de utilización de agua acumulada en atajados y, por lo tanto, la práctica del riego, para aquellas familias campesinas que siempre estuvieron produciendo a secano o en terrenos temporales.

Desde el punto de vista económico-productivo, la utilización de atajados se constituye en una nueva oportunidad de generación de beneficios para las familias campesinas. Estos beneficios son analizados y discutidos a continuación.

INCREMENTO DE INGRESOS POR VENTA DE PRODUCTOS

Los estudios de caso analizados permiten establecer que las familias que utilizan atajados de manera exitosa, respecto a aquellas en las que los

Artículos 200

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40%

3% 3% 3% 3% 3% 3%0% 0% 0%

27%

13%

Entre 50 y 100 Entre 100 y 200 Entre 300 y 600

Muy poco

Regular

Poco

Mas de 600

2. El ingreso comprende percepciones tanto en efectivo (monetarias) como en especie (no intercambio monetarias), lo que quiere decir que no solamente se consideran los ingresos por venta de productos en el mercado o la retribución en efectivo de la venta de fuerza de trabajo, sino también el autoconsumo familiar de la propia producción y las transferencias recibidas en especie.in

fo

atajados no funciona o funcionan parcialmente, registran un incremento en el valor bruto de la producción que oscila entre el 14% y el 29%; esas familias, igualmente, obtienen un ingreso adicional por la venta de la producción con atajado que se mueve entre el 5% y el 31%.

Por otra parte, y ante la pregunta de si la producción con atajados ha incrementado sus ingresos, el 56% de los productores respondió que no perciben ingresos adicionales, mientras que el 44% afirmó que sí, en los términos y las magnitudes que aparecen en la Figura 5.

Figura 5Percepción del ingreso adicional por atajados que funcionan (En Bs.)Fuente: Elaboración propia.

Los datos que aparecen en la Figura 6 señalan que aproximadamente el 80% de los encuestados afirma que los ingresos generados por la producción de atajados es “poco”, “muy poco” y no mayor a Bs.200.- por año. Estos ingresos generados, debe decirse, no incluyen los productos destinados al consumo familiar, sino la producción excedente con atajados destinada al mercado. Si se considera que el ingreso2 de las actividades económicas familiares en el caso del Municipio de Anzaldo alcanza, en promedio, a Bs.8.485.- (CIP-CA, 2008), la contribución de la producción con atajado es intrascenden-te, representa el 2,3 por ciento de sus ingresos.

Los productos destinados a la venta son principalmente hortalizas y frutales. Su cosecha se concentra en periodos cortos y sus características perecederas impiden el almacenamiento, su transformación o el consumo familiar pro-logado, como es el caso de la lechuga, la cebolla y otros registrados en los estudios de caso. En el caso de los frutales, el excedente es comercializado localmente y genera ingresos interesantes para los productores si se considera la venta por unidad (la manzana, por ejemplo). Registros similares han sido reportados por PROAGRO (2010).

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PRODUCCIÓN DESTINADA AL CONSUMO FAMILIAR PORCENTAJE (%)

Mas del 90% 44Entre 70 y 90% 33Entre 50 y 70% 13Entre 30 y 50% 10Total General 100

3%

8%

13%

23%

55%

Entre 70 y 90%

Entre 50 y 70%

Entre 30 y 50%

Menos del 10%

Mas del 90%

5%5%

5%16%

21%

47%

Entre 70 y 90%

Entre 50 y 70%

Entre 30 y 50%

Entre 10 y 30%Menos del 10%

Mas del 90%

46%54%

Entre 10 y 30%

Menos del 10%

DESTINO DE LA PRODUCCIÓN

En general, la producción agropecuaria en Anzaldo tiene como destino el consumo familiar. En términos cuantitativos, y si se considera la pro-ducción agropecuaria total familiar y el consumo familiar, se registran las proporciones que aparecen en el Cuadro 2.

Cuadro 2Producción agropecuaria total destinada al consumo familiarFuente: Elaboración propia.

Figura 6Producción agrícola con atajados destinada al consumo familiarFuente: Elaboración propia.

Figura 7Producción agrícola con atajados destinada a la ventaFuente: Elaboración propia.

En el caso de la producción con atajados exitosos y parcialmente en funcio-namiento, ésta se destina al consumo familiar en más de la mitad, incluyendo la semilla que será utilizada en la próxima siembra. Una aproximación al destino de la producción lograda por los productores a partir de los atajados se expresa en las Figuras 6, 7 y 8.

Figura 8Producción agrícola con atajados destinada a semillaFuente: Elaboración propia.

Por otra parte, el destino de la producción de los atajados (Figuras 6, 7 y 8) está definido por el cultivo. Así, la papa mishka se destina exclusivamente al consumo de la familia, mientras que otros productos, como la cebolla, tienen como destino el mercado, debido a que no pueden ser almacenados y a que el consumo familiar es diario y en pocas cantidades. Otro aspecto

Artículos 202

Sistemas de Producción

3%

15%

82%

Mas de 30%

Entre 10 y 20%

Menos del 10%

Figura 9Percepción de productores sobre incremento de superficie cultivada por atajadosFuente: Elaboración propia.

importante es que menos del 10% del total producido en el atajado es destinado a semilla.

En cuanto a la producción pecuaria, la encuesta indica que más del 90% de los productores utiliza agua para el consumo del ganado en épocas de estiaje, mientras los que no tienen atajado sufren las consecuencias de la época.

INCREMENTO DE LA SUPERFICIE CULTIVABLE

Como se ha dicho, el sistema productivo en el Municipio de Anzaldo es tradicionalmente a secano. La superficie cultivable que tiene acceso a riego alcanza aproximadamente al 4% (CIPCA, 2010). Las opciones de fuentes hídricas son escasas (vertientes y cauces de ríos temporales) y la única opción de contar con una fuente adicional de agua para riego son los atajados.

Una apreciación general de los atajados visitados ha identificado superficies bajo riego que oscilan entre los 600 a 700 m2 (atajados familiares), lo que representa entre un 3% a 5% de la superficie total cultivable familiar. En el caso de atajados exitosos, las superficies de producción oscilan entre los 2.000 a 2.500 m2 (atajados familiares) y de 1.500 a 1.800 m2 (atajados multifamiliares), lo que representa un incremento excepcional del área cultivable familiar hasta llegar al 25%.

La percepción de las familias encuestadas que tienen atajados en relación al incremento de superficie cultivada se muestra en el Figura 9.

Como se observa en la Figura 9, el incremento de superficie cultivada no es percibido como significativo por parte de los productores: más del 80% de los indica que el incremento en la superficie cultivada es menos del10%. Estos resultados son corroborados por CIPCA (2008) y AMDECO (2010).INNOVACIONES TECNOLÓGICAS POR EFECTO DE LOS ATAJADOS

Uno de los cambios más significativos ocasionado por la incorporación de los atajados en los sistemas de producción agropecuaria local es el uso del agua para riego. El riego no fue una práctica común en la zona hasta la introducción de los atajados. El uso del agua de riego implicó, además, cambios en los conocimientos y prácticas de los productores.

Ante la pregunta “¿Antes de los atajados sabías regar?”, el 87% respondió de los productores respondió que no tenía la práctica de regar, ya que no disponía de fuentes hídricas y todos sus terrenos de cultivo eran temporales. La implementación de atajados por tanto, brinda la posibilidad a los pro-

Artículos203

Sistemas de Producción

1

2

2

7

9

11

20

23

25

Nuevas variedades de papa

Riego por tubería

Uso de Semilla Mejorada

Riego por Aspersión

Uso de bioinsumos PROINPA

Cultivos bajo Riego

Producción de Hortalizas

Producción de Frutales

Siembra de papa Mishka

1111

1

22

34

55

88

1012

1820

CebadaAlmendra

AvenaMaíz

BeterragaArveja

LacayoteRepollo

AcelgaZanahoria

HabaLechugaAlfalfa

ManzanaDuraznoCebolla

Papa Mishka

Figura 10Innovaciones tecnológicas por efecto de atajados (en porcentaje)Fuente: Elaboración propia.

ductores de disponer de agua para riego, razón por la cual, han tenido que adoptar esta práctica con el fin de beneficiarse de la producción agrícola.

Por otra parte, la encuesta aplicada en el estudio demostró que existen otros cambios o nuevas prácticas a partir del uso del atajado, como los que se mencionan en la Figura 10.

Figura 11Proporción (%) de nuevos cultivos con atajadosFuente: Elaboración propia.

La Figura 10 registra que la siembra de papa mishka, la producción de frutales y el cultivo de hortalizas son las innovaciones más comunes adoptadas por los productores de Anzaldo. Estas innovaciones, hay que anotarlo, no han sustituido, por ejemplo, el riego por aspersión aplicado a la siembra mishka de papa con semilla mejorada y el uso de bioinsumos. En el caso de la producción pecuaria no se registran cambios, pues los atajados contribuyen básicamente a la productividad agrícola. En general, la dotación y conocimiento de nuevas tecnologías y cultivos (hortalizas, frutales, papa) han incrementando los conocimientos de las familias de productores repercutiendo en el aumento de la autoestima y en vislumbrar mejores condiciones de vida.

Otro cambio registrado por la investigación es el incremento en el número de nuevos cultivos que dependen del riego. Se trata de entre tres a cinco nuevos cultivos: el principal es la papa mishka, seguido por cebolla y hortalizas (lechuga, zanahoria, repollo), y en menor proporción los frutales como el durazno y la manzana (Figura 11).

Artículos 204

Sistemas de Producción

2%

7%

7%

7%

11%

32%

34%

Cosecha (hortalizas,papa)

Criar Peces

Producción de Hortalizas

Riego

Cortar Alfalfa

Preparar suelos (Mishka)

Siembra papa Mishka

2%

5%

7%

14%

14%

57%

Viajar atrabajar

Menor tiempo para la casa y los hijos

Menor tiempopara los hijos

Menor tiempopara la casa

Viajar a trabajar y menos tiempopara los hijos

Viajar a trabajar y menos tiempo

para la casa

Figura 12Aumento de actividades agrícolas por efecto de atajados (en porcentaje)Fuente: Elaboración propia.

Como se observa en la Figura 11, los cultivos más comunes en Anzaldo, son la papa mishka y la cebolla, aunque cada uno de estos productos tiene destinos diferentes. Según el estudio de casos, la papa es el componente centra de la seguridad alimentaria de la familia, y la cebolla se destina al mercado. En el caso de las hortalizas, se observa una variedad de especies utilizadas principalmente para consumo familiar. Algunas especies forrajeras, como la alfalfa, la cebada y avena, son destinas para el consumo animal. Destaca en especia la alfalfa como alimento para conejos o cuyes de crianza familiar. Solamente existe un registro en la cría de peces, y de manera esporádica.

ASPECTOS SOCIALES DE LOS ATAJADOS

CAMBIOS EN LAS ACTIVIDADES DE LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA

La inclusión de los atajados en los sistemas productivos locales ha tenido efecto en el incremento de actividades agropecuarias. Éstas han sido iden-tificadas y ponderadas a través de la encuesta aplicada y luego confirmadas con la información similar obtenida por los estudios de caso. Los resultados aparecen en la Figura 12.

La ocupación de las familias (Figura 12) se concentra en la siembra y preparación de suelos del cultivo de papa mishka (68%). Otras actividades han resultado afectadas por este cultivo (Figura 13).

Figura 13Actividades afectadas por dedicación de tiempo a los atajados (En porcentaje)Fuente: Elaboración propia.

La Figura 13 identifica la reducción en el tiempo dedicado a viajar para trabajar fuera de la comunidad como la actividad que en mayor grado ha sido afectada (57%) por la dedicación de tiempo a los cultivos con atajados,

Artículos205

Sistemas de Producción

9%

31%

11%9%

Si migra

Utiliza

No Utiliza

No migra

3 32 2

88

30

16

32

24

Ener

o

Febr

ero

Mar

zo

Abri

l

May

o

Juni

o

Agos

to

Sept

iem

bre

Oct

ubre

Nov

iem

bre

Dic

iem

bre

Figura 14Grado de migración en relación a atajados utilizados/no utilizados (En porcentaje)Fuente: Elaboración propia.

Figura 15Migración temporal de productores en el año (en porcentaje)Fuente: Elaboración propia.

lo que implica una relativa reducción en los periodos de migración y el tiempo dedicado a las actividades de la casa e hijos.

MIGRACIÓN

La migración es considerada como una estrategia de las familias para la generación de recursos que aseguren su bienestar y reproducción. La migración ha sido enfocada desde la perspectiva de migración temporal en la encuesta, y los productores encuestados respondieron afirmativamente en un 80% a la pregunta de si al menos algún miembro de la familia migra temporalmente. Al mismo tiempo, se realizó la discriminación entre los que utilizan y no utilizan los atajados con respecto a la migración temporal. Los resultados se describen en la s Figura 14.

La Figura 14 muestra que la migración no depende de la utilización o no de los atajados. Los productores que sí migran son los que más utilizan atajados (49%) y son la mitad de todos los encuestados. Los productores que no utilizan atajados y sí migran llegan al 31%. En general, se concluye que la utilización de los atajados no influye en la migración de los productores, sin embargo, y de manera excepcional, cuando los atajados son exitosos éstos contribuyen a la reducción de la migración.

Por otra parte, los periodos de mayor migración de productores durante el año se registraron precisamente durante la investigación (Figura 15).

Como se observa en la Figura 15, la concentración de la migración temporal de los productores se produce en los meses julio, agosto y septiembre (70%). En general, son meses donde las actividades agrícolas son reducidas y en la que los productores aprovechan para viajar fuera de sus comunidades. En esta época, la siembra de papa mishka con atajados ya fue realizada.

Artículos 206

Sistemas de Producción

0%2%

2%

2%

6%15%

29%33%

4%

6%

Anzaldo (Pueblo)

No utilizaUtiliza

Santa cruz (Ciudad)

Quillacollo

Chapare

Cochabamba (Ciudad)

2%

2%

2%

6%

6%

6%

4%

13%

13%15%

30%

0%

0%0%

Comerciante

EmpleadaDoméstica

TratamientoMédico

Chofer

Jornalero

Agricultor

Albañil

No utilizaUtiliza

Figura 16Lugares de migración de productores que utilizany no utilizan atajadosFuente: Elaboración propia.

Figura 17Actividades que realiza durante la migraciónFuente: Elaboración propia.

Los lugares de migración de los productores fueron identificados por la encuesta diferenciando entre los productores que utilizan y no utilizan los atajados con fines productivos agrícolas (Figura 16).

No existen contrastes significativos entre los campesinos que utilizan y no utilizan atajados respecto al destino de la migración (Figura 16). En ambos casos, la ciudad de Cochabamba es el principal sitio de migración. Las actividades que se realizan durante la migración se registran en la Figura 17.

Sin duda alguna, la razón principal de la migración de algún miembro de la familia es la generación de ingresos en actividades como la albañilería (30%) y principalmente en la ciudad de Cochabamba. Se realizan luego actividades agrícolas (15%), posiblemente en el Chapare, y trabajos como jornalero (13%). Otras actividades que no implican una remuneración económica son reducidas.

Respecto de la migración hacia el exterior, la encuesta rescata que en el 27% de las familias al menos un miembro de la familia ha migrado. Los principales destinos son la República de Argentina (53%) y España (41%). También se registra que el 74% de los encuestados recibe remesas del exterior, remesas que son utilizadas en bienes productivos (38%) como la compra de herramientas, semilla, otros bienes no productivos (31%), como productos alimenticios, y el ahorro (15%).

TOMA DE DECISIONES

En los estudios de caso, el común denominador en la toma de decisiones en la familia es el padre con el consentimiento de la esposa. En algunos

Artículos207

Sistemas de Producción

No utiliza Utiliza Total general

La familia y el técnico 21% 40% 61%

La familia 14% 16% 30%

El técnico 3% 1% 4%

Usted (dueño) 1% 1% 3%

Usted (dueño) y técnico 0% 1% 1%

Total general 40% 60% 100%Cuadro 3Quién(es) tomaron la decisión de construir el atajadoFuente: Elaboración propia.

casos, se registra que la ubicación del atajado fue decidida por la familia y el ingeniero y/o técnico de la organización implementadora (Cuadro 3).

En el Cuadro 3 se observa que en más del 60% de los casos la decisión de la construcción del atajado ha sido tomada por la familia y el técnico; en un mínimo porcentaje (4% y 3%) el técnico o el dueño del atajado tomaron la decisión.

Por otra parte, y a partir de la construcción del atajado, el 74% de los encuestados indica que no se ha declarado ninguna obligación, derecho o castigo respecto a la propiedad y/o utilización del atajado, mientras que el 94% indica que el mantenimiento del atajado es una obligación asumida por las familias.

A partir de la proliferación de atajados en el Municipio de Anzaldo, en la década de los años 2000 y 2010, se constituyó la Asociación de Riegos y Servicios Atajados y Represas Anzaldo, ARSARA, que representa a los productores que tienen atajados en el municipio. Los datos de afiliación de los productores a ARSARA son los siguientes: el 51% están asociados a ARSARA, y de ellos el 60% utiliza los atajados. Los asociados indicaron, además, que las obligaciones más comunes en ARSARA son los pagos por la filiación y asistir a reuniones (69%). Entre los beneficios que se perciben por ser afiliado están la capacitación (46%), la dotación de cemento y alambre para obras complementarias del atajado y cercado del área productiva (21%), y el revestimiento con bentonita (21%).

SEGURIDAD ALIMENTARIA

Los aportes a la seguridad alimentaria familiar a partir de la producción agrícola con los atajados, desde la perspectiva de acceso y disponibilidad de alimentos, han sido registrados en este estudio desde el punto de vista de las familias productoras.

ACCESO Y DISPONIBILIDAD DE ALIMENTOS DE LA FAMILIA POR ATAJADO

La producción de alimentos con atajados está destinada prioritariamente al consumo familiar (Figura 18).

Artículos 208

Sistemas de Producción

2%

5%

41%

51%

La mitad

Cuarta parte

Mas de la mitad

Toda la producción

1%1%1%1%1%1%1%1%

6%9%9%

10%12%

23%24%

TrigoPapa año

BeterragaAcelga

MaízArveja

RepolloHaba

ZanahoriaLechuga

ManzanaDurazno

AlfalfaCebolla

Papa Miska

Figura 18Proporción de la producción del atajado destinado al consumo familiarFuente: Elaboración propia.

Figura 19Nuevos cultivos producidos con el atajado (en porcentaje)Fuente: Elaboración propia.

El 51% de los productores consultados afirma que toda la producción está destinada al consumo familiar; el 41% señala que sólo la mitad de lo producido tiene este destino. Sin embargo, existe un reducido porcentaje (entre el 2% y el 5%) que tiene otro destino, como es la venta (85%) y la semilla (15%) (Figura 18). Por otra parte, la encuesta señala que el 60% de los productores afirma que la incorporación de la producción de agrícola con atajados ha contribuido a la dieta familiar con la inclusión de nuevos alimentos o cultivos de consumo humano (Figura 19).

Como se observa en Figura 19, la papa mishka y la cebolla (24% y 23%) son los cultivos más nuevos en Anzaldo, en el sentido en que estos produc-tos pueden ser consumidos en épocas del año en donde antes no existía tal disponibilidad. Se incluye, además, en estas percepciones de los producto-res, el concepto de calidad de estos alimentos debido a que son consumidos en fresco, especialmente la cebolla, que tiene una cosecha prolongada y de la que se aprovecha no solamente el bulbo, sino las hojas en la alimentación. La manzana y durazno son frutas que también diversifican y contribuyen a la dieta alimenticia de las familias. Otra de las contribuciones señaladas es la incorporación de hortalizas como la lechuga (6%), zanahoria (6%), repollo (1%), acelga (1%) y betarraga (1%) en la alimentación.

En esta perspectiva, las familias que obtienen alimentos a partir de la producción del atajado también han dejado de comprar algunos alimentos (Figura 20).

Artículos209

Sistemas de Producción

1%1%

2%2%2%

3%3%

5%5%

6%8%

9%11%

20%23%

OcaBeterraga

TrigoRepollo

HabaArveja

MaízManzanaDurazno

ZanahoriaPapa añoLechugaAlfalfa

Papa MiskaCebolla

Figura 20Porcentaje de alimentos que ya no compran las familias con atajadosFuente: Elaboración propia.

ASPECTOS TÉCNICOS DE LOS ATAJADOS ESTUDIADOS

Los resultados de la investigación en cuanto a los aspectos técnicos abordados se enmarcan básicamente en los tres siguientes criterios:

El emplazamiento del atajado y las consideraciones para garantizar su permeabilidad; La capacidad de retención del atajado y su disponibilidad de agua en el tiempo; La participación y el acceso al agua en los atajados.

Cada uno de estos criterios tiene como componentes diferentes parámetros que ayudan a entender no sólo la parte técnica sino los factores que influyen en el grado de funcionamiento y/o utilización de los atajados en el Municipio de Anzaldo.

El problema técnico más frecuente en los atajados investigados es el lugar de su emplazamiento y su influencia para la permeabilidad. El estudio ha logrado identificar que la gran mayoría de los atajados presenta deficiencias en la disponibilidad de agua para su aprovechamiento como efecto del incorrecto emplazamiento de las infraestructuras, sea por las características de la estructura de suelo, la carencia de un área mínima de la micro-cuenca de aporte o la inadecuada pendiente natural del terreno para su construc-ción. entre otros factores. De la misma forma, se identificó la existencia de vacíos en la coordinación entre los beneficiarios y las instituciones encargadas de la implementación de los proyectos de atajados, lo que repercutió en algunos conflictos sociales referidos al aprovechamiento del recurso hídrico. De acuerdo a las encuestas realizadas, sólo el 3% de los beneficiarios participaron en la etapa de definición de la ubicación para el emplazamiento del atajado.

Bajo este contexto, y de acuerdo a la revisión de estudios referentes a la temática de investigación en la zona (PROAGRO/GTZ, 2009) y a la infor-mación levantada en campo a través de los estudios de caso, se determinó que existieron deficiencias técnicas en la identificación del lugar para el emplazamiento de los atajados, ya que las infraestructuras construidas, en algunos casos, no cuentan con un área de aporte suficiente para aprovechar una superficie máxima de alimentación que garantice el almacenamiento

Artículos 210

Sistemas de Producción

2%

2%

3%

6%

6%

14%

24%

43%

Compactado

Pozas de Observación (Calicatas)

Ubicación del Atajado(Emplazamiento)

Acopio de Material

Protección del Atajado

AlimentaciónObreros

Recojo de Piedras

Construcción de Obras Complementarias

Doña Marina Flores Comunidad Botijani

de agua, como es el caso de los atajados que se alimentan con agua de lluvia. Existen también casos que no cuentan con una cuenca de alimentación porque estan emplazados en una quebrada, lo que imposibilita el funcionamiento apropiado.

LA PARTICIPACIÓN Y EL ACCESO AL AGUA DE LOS ATAJADOS

CONFLICTOS POR LA TENENCIA DE TIERRA DEL ATAJADO

“El lugar que se eligió para la construcción del atajado fue en mi terreno. En un principio compartía el atajado con mi hermana Florencia, ahora yo sola utilizo el atajado porque está en mi terreno; mi hermana debía devolver la mitad del costo del terreno, y como no lo hizo, yo sola utilizo. Además, el atajado retiene el agua por muy poco tiempo, no nos alcanzaba para las dos”.

La investigación identificó vacíos en el involucramiento de los usuarios, sobre todo el proceso de implementación de los atajados. Asimismo, y de acuerdo a los datos obtenidos en el marco de la investigación, los acuerdos para la distribución y uso de agua fueron verbales, lo que repercutió en conflictos sobre el aprovechamiento del recurso hídrico, principalmente en el caso de atajados multifamiliares.

De acuerdo a datos obtenidos en la encuesta, el 54% de los usuarios men-ciona que no recibieron capacitación en temas relacionados a la construc-ción, manejo y operación antes de la implementación del atajado. Asimismo, y como se observa en la Figura 21, la participación de los beneficiarios se concentró principalmente en la etapa de construcción de las obras comple-mentarias de los atajados y en trabajos de limpieza, y no en las etapas iníciales de planificación y toma de decisiones. Es importante resaltar que sólo el 3% de los beneficiarios participó en la etapa la ubicación de emplazamiento de la infraestructura, un porcentaje considerado insuficiente porque se trata de un indicador que revela el interés de los beneficiarios en la ejecución de proyectos que contribuyan al mejoramiento de su sistema productivo para hacerlo sostenible.

Figura 21Participación de los beneficiarios en la construcción de atajadoFuente: Elaboración propia.

Artículos211

Sistemas de Producción

2%

16%

15%

64%

Trabajo de Conservación de Suelos

Ninguno

Forestación

Limpieza de Canales de Aducción

5%

64%

5%

15%

Trabajos de conservaciónde Suelos

Limpieza de Canalesde Aducción

Ninguno

Forestación

5%

6%

8%

9%

11%

64%

Limpieza Tubería

Cerco de Protección

Limpieza Atajado

Ninguno

Plantación de Pastos

Limpieza Desarenador

14%

31%

55%

Rotación de Cultivos

Uso de Abonos Orgánicos

Protección del Área de Riego

Figura 22Interés del productor para mejorar el área de aporteFuente: Elaboración propia.

Figura 23Interés del productor para mejorar su infraestructuraFuente: Elaboración propia.

Figura 24Interés del productor para mejorar el área de producciónFuente: Elaboración propia.

Figura 25Interés del productor para mejorarla producciónFuente: Elaboración propia.

Corroborando el informe de inspección de atajados desarrollado por encargo de la Unidad Regional Norte de Potosí y Sur de Cochabamba de PROAGRO/GIZ-2009 en el Municipio de Anzaldo, las entidades públicas que iniciaron la construcción de alrededor de 300 atajados desde el año 2000 no contemplaron el acompañamiento a la puesta en marcha de los atajados. Ninguna de las entidades promotoras se ocupó del seguimiento al funcionamiento de estos reservorios, ni hubo un programa para resolver los problemas técnicos constatados. Asimismo, las familias beneficiarias no se organizaron de manera coordinada para asumir responsabilidades en todas las etapas de implementación, es decir, desde la fase de diagnóstico hasta la conclusión del mismo, fases que son de vital importancia para garantizar el éxito del atajado. De acuerdo a los estudios de caso, las familias siguen demandado apoyo en insumos para el mejoramiento de los sistemas de micro-riego. Asimismo, las familias solicitan colaboración técnica para el desarrollo de capacidades en el manejo y operación del atajado, tanto en la aplicación del agua en la parcela como en la elaboración de insecticidas y fungicidas naturales para curar sus cultivos.

Sin embargo, existe también otro grupo de productores que tiene poco o ningún interés por habilitar o mejorar de alguna manera el aprovechamiento de los reservorios existentes. Un mayor detalle de los resultados obtenidos en las encuestas, sobre este tema, se identifica en Figuras 22, 23, 24 y 25. Estas percepciones permiten identificar la actitud e interés del beneficiario con relación a una serie de prácticas que se desarrollan en cada uno de los subsistemas del atajado (área de aporte, infraestructura y área de producción).

Artículos 212

Sistemas de Producción

Problemas PorcentajePoca cantidad de agua 57%

Mantenimiento 29%Varios usuarios 14Total general 100%

Acuerdos Porcentaje

Acuerdos verbales 56%

Acuerdos verbales y trabajo por turnos 44%

Total general 100%

Es importante destacar, a partir de los datos que entregan las Figuras 22, 23, 24 y 25, que un porcentaje significativo de las familias de productores no efectúa el mantenimiento correspondiente a la infraestructura de sus atajados, ni a las obras complementarias y mucho menos la reposición de algunos accesorios que quedaron en desuso. Probablemente esto se deba a que los productores esperan que sean las diferentes instituciones que inter-vinieron en la zona las que encarguen del mantenimiento de los atajados. Los pobladores están acostumbrados a que esas instituciones resuelvan sus necesidades, lo que demuestra uno de los vacíos de los proyectos desarro- llados, la ausencia de empoderamiento por parte de los usuarios. Por otra parte, la encuesta realizada por el estudio identifica los diferentes tipos de acuerdo entre propietarios de un mismo sistema para la distribu-ción de agua. Existen casos exitosos en los que los acuerdos verbales entre propietarios de un mismo atajado son respetados para la distribución y uso del agua. Uno de estos testimonios señala lo siguiente:

“El agua se administra por acuerdos mutuos según la necesidad de uso por parte de cada uno de los beneficiarios. No tenemos normas o reglamentos, las obligaciones que tenemos ambos es el de mantener y cuidar el atajado, para lo cual cada uno cuida y mantiene el lado que lo corresponde de acuerdo a su terreno. Así, el atajado queda dividido por la mitad y todos los gastos operativos se realizan entre los dos. Hasta el momento no hemos tenido ningún problema” (Gabriel Flores, Tijrasqa).

Existen también dificultades, especialmente en los atajados multifamiliares, donde el principal problema la cantidad de agua que se dispone por familia. Otra dificultad importante es que las responsabilidades en las tareas de mantenimiento de las construcciones auxiliares que no están claramente definidas (Cuadros 4 y 5).

Cuadro 4Problemas Multifamiliares de reparto de aguaFuente: Elaboración propia.

Cuadro 5Problemas Multifamiliares para el mantenimientoFuente: Elaboración propia.

En términos generales, no existen acuerdos claramente definidos acerca del uso de agua y el mantenimiento de la infraestructura de atajados en la modalidad multifamiliar. Los acuerdos son verbales, sin especificaciones de cantidad, tiempo ni responsabilidades. Esta falta de claridad en deberes y derechos puede derivar en un deterioro de las relaciones y de la infraestruc-tura que, a la larga, desacredita la propuesta tecnológica como tal.

Artículos213

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4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

El estudio de investigación determinó que un porcentaje significativo de los atajados del Municipio de Anzaldo no funcionan, y los que funcionan parcialmente no tienen la capacidad de retener el agua recolectada por efecto de las falencias técnicas en el proceso de implementación tales como la ubicación del lugar de emplazamiento, la construcción y posterior acompañamiento a la puesta en marcha de estas infraestructuras.

A continuación se detallan algunas conclusiones puntuales de cada varia- ble estudiada en el proyecto de investigación, ya sean de carácter técnico, económico o social:

Es necesario mencionar que las familias productoras en Anzaldo tienen dos sistemas de producción: a secano (dependiente de las lluvias) y con atajado (disponibilidad de agua para pequeñas superficies de terreno de entre 3.000 y 600 m2, dependiendo del estado del atajado). La contribución económica principal para el sustento de la familia viene del sistema a secano y tiene un rango de entre Ba.20.000.- y Bs.10.000.- al año. La contribución del atajado en valor bruto de la pro-ducción se mueve en el rango de Bs.5300.- a Bs1.600., dependiendo de su funcionamiento. Un porcentaje muy pequeño de este valor bruto se transforma en mayores ingresos puesto que la producción en la parcela del atajado es principalmente destinada al consumo de alimentos para la familia. La venta de excedentes para las familias que cuentan con atajados significa un ingreso adicional de hasta Bs.1.500.-, sin embargo, la contri-bución principal se concentra en el ahorro en la compra de alimentos y la calidad de los mismos. El destino de la producción en Anzaldo, como en todas las ex-plotaciones agropecuarias de agricultores pequeños, está concentrado en el autoconsumo, la compara de semilla y la venta de excedentes. Las principales causas para que los atajados no logren retener el agua almacenada se deben a problemas de filtración. Los atajados carecen de capacidad de retención. Las principales pérdidas de agua en los diferentes casos son por:

Filtración por la base del atajado; Filtración por el talud de corte; Filtración por la base del bordo.

La retención de agua hasta el final de la época seca permite el desa- rrollo de un cultivo de invierno o miskha. Sin embargo, a causa de la pérdida de una gran parte del agua en el tiempo, la extensión de las super-ficies de los cultivos de invierno es muy reducida. Los atajados con poca capacidad de retención son usados, durante la época de lluvia, para riegos complementarios en los cultivos de año. En el caso de algunos otros atajados, las filtraciones puntuales son tan severas que no mantiene el agua suficiente para lograr un cambio en el sistema de producción agrícola a través de un cultivo adicional. La elevada filtración impide almacenar el agua para uso agrícola, pecuario y doméstico. A causa de la pérdida de gran parte de agua en el tiempo, la extensión de las superficies de los cultivos de invierno es muy reducida. En otros casos las familias utilizan el agua del atajado para un cultivo tardío (cebolla), antes

Artículos 214

Sistemas de Producción

que se pierda el total disponible, tal como se ha podido evidenciar en el estudio de caso. El agua que utiliza el agricultor es destinada a la finalización del ciclo del cultivo, es decir, para la siembra de año como efecto de los veranillos. La disponibilidad de agua en el atajado incentiva la producción de hortalizas y frutas (repollo, cebolla, lechuga, manzano, duraznos y alfalfa), principalmente para consumo humano. También tiene la virtud de cambiar el perfil tecnológico de la familia que aprende a manejar otras opciones como alfalfa, frutales y/o peces en su finca. A mayor cantidad de agua disponible en el tiempo, mayor reserva de alimentos durante el año para la familia (papa miskha, hortalizas, forraje y frutas), aspecto que fortalece la seguridad alimentaria. Los productores no solo aprecian la disponibilidad de nuevos alimentos, sino también la calidad de los mismos: son frescos y se consumen en épocas en las que no tenían acceso a ellos.

Otro aspecto que ha merecido una especial atención por parte del estudio, es el impacto que podrían haber tenido los atajados en el tema de la mi-gración. Y, en este caso, se ha evidenciado que la insuficiente producción agropecuaria que garantice la seguridad alimentaria familiar, inclusive agre-gando la producción por atajados, sigue impulsando la migración familiar en busca de generar ingresos monetarios adicionales.

Si bien los estudios de caso demuestran una tendencia hacia la reducción de la migración como efecto de una mayor disponibilidad de agua, ésta se da en casos excepcionales (atajados exitosos). Los datos registrados en las encuestas reflejan que las familias que utilizan atajados, al igual que las que no los utilizan, continúan migrando en las épocas de reducida actividad agrícola en su hogar. Este hecho refuerza la afirmación de que la producción adicional de agua a través de los atajados no es suficiente y/o significativa para lograr una mayor seguridad alimentaria familiar.

Con la construcción de atajados, por tanto, la migración no ha desapa-recido. Sin embargo, los resultados del estudio indican que ha disminuido debido a que la producción bajo riego demanda mayor inversión de trabajo y, por ello, involucra a toda la familia.

Lo registrado en las encuestas refleja, por otra parte, que las familias que utilizan atajados, al igual que las que no, continúan migrando en las épocas de reducida actividad agrícola en su hogar. Ello refuerza el hecho de que la producción adicional de los atajados no es el único factor que se considera cuando la familia decide que parte de sus miembros deben migrar. La migración obedece también a las estrategias de generación de medios de vida de las familias que tienen muchos más componentes que los objetivos de este estudio.

Respecto de los impactos positivos de los atajados en Anzaldo, debe decirse que las familias han adquirido nuevas prácticas de producción y consumo independientes de las épocas de cultivo. Así, la disponibilidad de agua en el atajado permite obtener dos cosechas al año a través del riego complementa-rio y del riego suplementario. Por otra parte, las familias que tienen acceso a mayor cantidad de agua durante el año han cambiado sus conocimien-tos, prácticas y actitudes frente a nuevas opciones de producción. Prueba

Artículos215

Sistemas de Producción

de ello son el uso de aspersores en el riego, el cultivo de nuevas especies y variedades de mayor rendimiento o tolerancia a factores adversos, la pro-ducción en otras épocas del año, la producción de frutales, la cría de peces y, en algunos casos, la plantación de especies ornamentales para mejorar el paisaje de la vivienda.

El estudio evidencia, asimismo, que existen todavía vacios en cuanto a un limitado conocimiento de los productores campesinos sobre el manejo, operación y mantenimiento de los sistemas de los atajados. Se ha detectado también, en varias familias, la falta de interés en el uso y manejo adecuado del atajado (mejoramiento de su atajado), así como la poca motivación en los productores campesinos que no logran desarrollar iniciativas por la incertidumbre acerca de la disponibilidad de agua. No hacen esfuerzos para mantener su atajado en buen estado.

Respecto del emplazamiento de los atajados, se constató que muchas de estas infraestructuras fueron construidas con material permeable. Paralela-mente, algunos atajados no cuentan con un área de aporte suficiente para aprovechar una superficie máxima de alimentación que garantice el alma-cenamiento del agua, como es el caso de los atajados que se alimentan con agua de lluvia. Otros atajados no cuentan con una cuenca de aporte porque están emplazados en una quebrada. Con relación a los atajados multifa-miliares, uno de los principales problemas son los conflictos relacionados a la tenencia de tierra que surgen como efecto de la mala ubicación del lugar de emplazamiento.

En cuanto a la etapa de construcción, el material permeable utilizado y su inadecuada compactación son las causas principales de la pérdida de agua de estas infraestructuras. Paralelamente, se identificó que no hubo un proceso de acompañamiento por las entidades ejecutoras que garanticen el uso, manejo y operación adecuados.

En síntesis, el estudio constató que las familias que cuentan con atajados en funcionamiento desarrollaron capacidades en el manejo y uso de estos sistemas, lo que incrementó su producción y mejoró su nivel de vida, pues el acceso al riego generó cambios en el sistema de producción disminu- yendo la migración temporal, garantizando mayor seguridad a sus cosechas, acrecentado e intensificando el área cultivada bajo riego, diver-sificando el calendario agrícola a través de la obtención de dos cosechas al año e introduciendo nuevos cultivos y variedades dirigidos principalmente al autoconsumo, contribuyendo a una alimentación más variada y completa.

En ese mismo sentido, puede afirmarse que el desarrollo de capacidades adquiridas por las familias beneficiarias respecto de la adopción de medidas de cosecha de aguas (atajados), permite atenuar los efectos de los periodos de sequía a través de la adopción de estrategias de producción tales como la disposición del agua de atajado bajo riego suplementario en la siembra de invierno, y también en la siembra de verano como riego complementario, si es necesario.

Artículos 216

Sistemas de Producción

RECOMENDACIÓN

El agua tiene el potencial de cambiar el perfil tecnológico de sus usuarios aún cuando su disponibilidad sea limitada. Debe asegurarse, por ello, que la propuesta tecnológica sea bien implementada. Un atajado mal construido o construido en un lugar no adecuado desacredita una opción muy valedera para incrementar la producción agropecuaria de las familias rurales en municipios como Anzaldo.

Las intervenciones de diferentes instituciones en una zona deben ser coordinadas para que no exista el riesgo de sobreposición de actividades en un mismo sistema. Esas intervenciones deben asumirse con una visión integral buscando la participación activa del beneficiario desde un inicio y tomando en cuenta su aporte en mano de obra y recursos económicos. Así, es posible romper el estigma del modelo de paternalismo y que estos actores tomen las riendas en la gestión de proyectos para lograr el desarrollo productivo de su región. A partir de este empoderamiento de los benefi-ciarios, los proyectos serán sostenibles.

Es imprescindible que las intervenciones sean coordinadas con todos los actores sociales (hombres y mujeres) en todas las etapas de los proyectos y que, a partir de ello, se desarrollen capacidades en la zona para la toma de decisiones, seguimiento a la gestión e implementación de proyectos.

Los proyectos referidos a cosecha de agua (atajados) tienen que cumplir con ciertos requisitos técnicos y sociales (emplazamiento, suelos perme-ables, contar con una fuente o cuenta de aporte, tener claros los derechos de agua y tenencia de la tierra, contar con un adecuado acompañamiento técnico hasta la apropiación por parte de los usuarios).

Es importante que los proyectos referentes al uso y aprovechamiento del recurso hídrico sean parte de un plan de gestión integral del mismo, dentro de un espacio de planificación como es la cuenca para que se logren mayores impactos en la región.

Es meritorio que algunos agricultores, a pesar de las deficiencias de sus atajados en la disponibilidad de agua en el tiempo, desarrollen estrategias de producción para el mayor aprovechamiento del recurso hídrico. Por ello sería interesante generar espacios donde se puedan socializar estás experien-cias de manera que sirvan de ejemplo para otros productores de la zona que cuenten con sistemas de micro-riego por atajados.

Artículos217

Sistemas de Producción

BIBLIOGRAFÍA

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Artículos 218

info 1. CIDES-UMSA 2010-2012 Doctoral Program Ph. D Candidate and graduated from the Tropical Center for Research and Teaching (CATIE).

ABSTRACT

I n Bolivia, one strategy that is being implemented to increase the partici-pation of small producers in local and national markets for differentiated agricultural products is the Participatory Guarantee Systems (PGS). PGS

are alternative guarantee systems which are recognized in some legislations such as the Bolivian by the Law 3525 stating: “ a PGS is an alternative certification system for ecological products for local and national commercialization with the participation of actors who interact under the core principles of transparency, confidence, horizontality in order to guarantee in a participatory way the pro-duction, transformation and commercialization of ecological products”. PGS offer an opportunity to achieve rural development goals through a favorable regulatory and legal framework in Bolivia for ecological production, processing and commercialization. Various actors have supported the development of the PGS in Bolivia ranging from ecological movements, NGO, foundations, government agencies to familiar and medium enterprises. For this study I con-sidered two case studies from the department of Cochabamba (The Bio-Tiqui and the Eco-Feria). Both are ecological movements conformed by producers and

IDENTIFICACIÓN DE LOS PRINCIPALES COSTOS DE TRANSACCIÓN INVOLUCRADOS EN SISTEMAS DE GARANTÍA PARTICIPATIVA (SGP) EN BOLIVIA

EDUARDO LÓPEZ ROSSE A1

219 Artículos

Sistemas de Comercialización

processors who offer their products in local fairs periodically. According to the academic literature, it is shown that environmental-friendly systems such as the organic products face higher transaction costs (TC) due to the information asymmetries between actors increasing the prices of the products and changing the consumer’s choice. The research problem is the asymmetry of information between the actors in the PGS which could increase the TCs such as market information, control and monitoring, transportation and post-harvest costs.

The transaction costs framework which I use in this study is in order to show the importance that Transaction costs have in the actor’s economics. According to the context, TC may vary significantly due to the proximity from the producing areas to local markets. To focus in the understanding of the TC involved in the ecological production, processing and commercialization will provide the basis to sketch public policies to enhance the dynamics in the short ecological chains considering the Bolivian favorable legal framework. A remarkable fact in the Bolivian context is that PGS are regulated by government agencies such as the SENASAG and the CNAPE showing PGS as a mandatory certification system for ecological products. This issue opens the debate if PGS could be tools to reduce TCs for the actors involved in these systems.

In sum, this study aims to stand out the importance of the understanding of the TCs involved in the Bolivian ecological sector considering two relevant case studies. The reduction of TCs is an important issue for policy makers but their calculation is quite difficult. For this reason, I propose the TCs framework to identify the specific TCs in the ecological short chains for local and national commercialization thorough the use of combined methods such as the secondary information survey, semi-structured interviews and short chain mapping.

Finally, I stress the importance to reduce TCs because this issue is being aban-doned by producers as well as service providers. To consider solidarity strategies would help reducing TCs.. This is quite favorable if the public policies are focused to enhance the access to innocuous and healthy products such as the ecologic products for the Bolivian population.

220Artículos

Sistemas de Comercialización

1. INTRODUCCIÓN

En un mundo cada vez más globalizado en el sector de los alimentos, y donde los estándares de calidad comunican a los consumidores información sobre los atributos o características inherentes sobre el origen, composición de los alimentos, tipo de producción realizada y otros atributos de los produc-tos, el cumplimiento de estos estándares garantiza la comercialización de éstos en mercados finales, por ejemplo, en redes especializadas del comer-cio justo y orgánico en Estados Unidos y la Comunidad Europea (Ponte, 2004). La certificación fue creada como un instrumento para la reducción de los costos relacionados al intercambio de un producto, los cuales son denominados costos de transacción (Williamson, 1985), pero a medida que los estándares de certificación fueron desarrollados, estos costos se han incrementado especialmente para los pequeños productores (Castillo y Álvarez, 2005). Estos estándares de certificación han sido descritos como las “barreras invisibles” por Murray et. al. (2003) porque obstaculizan la entrada de pequeños productores organizados (PPO) a mercados especiales o diferenciados (p.e. nicho, boutique) en donde podrían recibir precios más altos que en mercados convencionales. Y a pesar de que esos pequeños pro-ductores tengan productos de alta calidad, muchas veces esos sus productos no pueden ser certificados por no cumplir con los estándares o porque no pudieron pagar el costo del servicio de certificación. Los esquemas de certificación están clasificados en: voluntarios, privados y alternativos (Muradian y Pelupessy, 2005; Jiménez et. al., 2007). Los esquemas de certificación voluntarios se caracterizan por que surgen del compromiso entre actores de las cadenas de valor y requieren de certifi-cación y/o verificación de tercera parte (Gereffi, et. al., 1999). Estos esque-mas pueden ser agrupados en buenas prácticas (Rainforest Alliance, UTZ Certified) y prácticas estrictas (orgánicos, comercio justo, Bird Friendly). Los esquemas de certificación privados, a su vez, se caracterizan por estar desarrollados por compradores, verificados y/o monitoreados por terceras partes (p.e, GlobalGAP, ISO 9001). Finalmente, los esquemas de certifi-cación alternativos se caracterizan por ser desarrollados en base a la con-fianza entre actores y por el involucramiento de los actores de las cadenas productivas, principalmente (Meirelles, 2005; Jiménez, 2007).

Reportes e investigaciones han señalado la necesidad de repensar los es-tándares de certificación voluntarios por los costos (costos de transacción, costos de certificación) de estos servicios y la exclusión de productores po-tenciales. Varias publicaciones (Murray et. al., 2003; Bacon, 2005; Ellis y Warner, 2007; Aguayo, 2011; y MacDowall et. al., 2011) proveen los justi-ficativos necesarios para el desarrollo de esquemas de certificación alterna-tivos con atributos amigables con el ambiente y con responsabilidad social.

Por esta razón surgen los esquemas de certificación alternativa cuya principal característica es la inclusión económica y social de pequeños productores, y el desarrollo de normativas con participación de todos los actores de las cadenas productivas y un buen ejemplo, son los Sistemas de Garantía Participativa (SGP) para productos ecológicos (Soto, 2005).

221 Artículos

Sistemas de Comercialización

Estos esquemas alternativos surgen como contra-movimientos a la cer-tificación voluntaria y son orientados por movimientos rurales sociales, Organismos No Gubernamentales (ONG) y redes de actores organizadas (Meirelles, 2005; Altieri et. al., 2012).

Entre los esquemas de certificación alternativos más conocidos tenemos los ya mencionados Sistemas de Garantía Participativa (SPG) que consisten en que los productores organizados en asociaciones controlan y monitorean el cumplimiento de estándares de producción y procesamiento de sus socios con apoyo de otros actores de la cadena (Jiménez, et. al., 2007).

Con lo anteriormente mencionado, me planteo el siguiente problema de investigación: contribuir a un mejor entendimiento de los costos de transacción involucrados en los Sistemas de Garantía Participativa (SGP) para pequeños productores de Bolivia en el periodo 2007-2012 con el fin de diseñar estrategias que apunten a reducir dichos costos.

2. OBJETIVOS

El objetivo principal de este trabajo es proponer estrategias para reducir costos de transacción en las cadenas ecológicas de Bolivia

2.1 OBJETIVOS ESPECÍFICOS

• Describir el ambiente habilitador de la agricultura ecológica en Bolivia;• Identificar, a través de un sondeo rápido, los costos de transacción más relevantes en las cadenas de productos ecológicos en los eslabones de las cadenas.

2.2 PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN

• ¿Quiénes con los actores de las cadenas ecológicas?• ¿Cuáles son los costos de transacción involucrados en la producción ecológica en el Departamento de Cochabamba?• ¿Cuáles son las estrategias que permitan reducir costos de transacción para pequeños productores?

2.3 JUSTIFICACIÓN

En la literatura científica, los Costos de Transacción (CT) en las cadenas de productos amigables con el ambiente, como los ecológicos, se encuentran presentes como costos de información, monitoreo y control, transporte y comercialización, entre los más destacados.

Sin embargo, el interés en la reducción de los costos de transacción radica en que el precio verdadero del producto ecológico sea igual al precio de venta más los costos de transacción. Este precio verdadero debe ser desembolsado por el consumidor y, dependiendo del contexto en que se encuentre, el precio puede ser una “barrera invisible” para la compra de dichos productos provocando su comercialización por canales convencionales (side-selling), tal como lo plantea Bacon (2005), y en algunos casos perdiendo los premiums incluidos.

222Artículos

Sistemas de Comercialización

PuertoVillarroelTodos

SantosPuertoPatiño

Villa Tunari

Independencia

Quillacollo

Arani

Arque

Totora

Mizque

Aiquile

PUNATA

COCHABAMBA

Colegio

Parque

Iglesia

Alcaldía

Cal

le S

ucre

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Cal

le B

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Cal

le B

eni

Calle Cochabamba

Calle CochabambaCalle Julio Rodriguez

Calle LoaCalle Loa

Calle Pablo Jaimes

Av. R

educ

to

Av. R

educ

to

TiquipayaPlazaPrincipal

Bio-Tiqui

CCOcochabamba

Colombia

PasteurPasteur

Av. Oquendo

Av. HEROÍNAS ESTE

Av. HEROÍNAS ESTEAv. HEROÍNAS ESTE

Bolivar

Colombia

Davis

HospitalViedma

CarlosDavis

Henry

J C Canedo

J.Arauco

J.Arauco

J.Arauco

Cabrera

Pasteur

PasteurPasteur

F. Prada

Aure

lio M

elea

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Av. A

nice

to A

rce

Eco-Feria

Con el fin de proveer suficiente evidencia sobre el desarrollo de estrategias que permitan la reducción de los costos de transacción en las cadenas de los Sistemas de Garantía Participativa (SPG) en Bolivia, propongo el análisis del nivel meso en el cual los actores de las cadenas de productos ecológicos interactúan con otros. Para hacerlo, empleo un enfoque en los costos de transacción de productos perecederos.

2.4 ÁREA DE ESTUDIO

Se selecciona Bolivia porque es un país que recientemente cuenta con una legislación pertinente a la certificación alternativa como los Sistemas de Garantía Participativa (SPG) planteadas en la Norma Técnica Nacional SPG para el comercio nacional y/o local en el proceso de producción agro-pecuaria y forestal no maderable ecológica y emitida a principios de 2012. Esta norma cuenta, además, con el respaldo de la Ley No. 3525/06 sobre la promoción de la agropecuaria y de productos no maderables ecológi-cos desde mediados de 2006. Por otra parte, estas políticas públicas están orientadas a satisfacer la seguridad alimentaria y proveer soberanía alimentaria a los ciudadanos por parte del Estado, otorgándole al Consejo Nacional de Producción Ecológica (CNAPE) el rol de proponer Normas Técnicas Nacionales para los SPG y a la Secretaria Nacional de Agricultura y Ganadería (SENASAG) para la fiscalización del SPG (CNAPE, 2012).

En la Figura 1 se muestra la ubicación geográfica de las ferias ecológicas locales de Bio-Tiqui y la Eco-Feria. La primera se encuentra localizada en el Municipio de Tiquipaya, al Noroeste de la ciudad de Cochabamba. La segunda se encuentra ubicada en el Parque La Torre de la Zona San Pedro de la ciudad de Cochabamba. Por otra parte, la Bio-Tiqui es una feria ecológica dominical celebrada en la calle Loa del Municipio de Tiquipaya, y la Eco-Feria es también una feria ecológica semanal (miércoles).

Figura 1Ubicación Geográfica de las ferias locales Bio-Tiqui y Eco-Feria en el Departamentode Cochabamba

223 Artículos

Sistemas de Comercialización

Feria Actores AsociacionesNo. de

muestras (n)

Bio-TiquiProductores

TransformadoresConsumidores

APRHOBUM, Granja El Polen, transfor-

madores familiares, con-sumidores

555

Eco-FeriaProductores

TransformadoresConsumidores

APT, Juana Gandarillas, microempresas famili-

ares, transformadores famili-

ares, consumidores

555

Proveedores de servicios Técnicos y

Empresariales

CNAPECertificadora de

Tercera ParteSENASAG

ONGCIOEC-Bolivia

Fundación

111111

TOTAL 36

3. METODOLOGÍA Y MÉTODOS

En esta investigacion se realizó una combinacion de metodologias cuan-titativas y cualitativas con el fin de obtener resultados más completos de acuerdo a las preguntas de investigacion planteados. La combinación de métodos de investigación cualitativa y cuantitativa aporta nuevas perspec-tivas a la investigación en general (Mayoux, 2003; y Kanji, et. al., 2005). Por una parte, el enfoque cuantitativo fue útil para la identificacion de los costos de transaccion que encuentran los pequeños productores en los SPG. Por otra, el enfoque cualitativo fue útil, por ejemplo, para mapear las cadenas y los circuitos cortos de productos con certificación alternativa y así identificar a los actores de las cadenas y sus respectivos roles.

Esta investigación constó de cuatro fases investigativas. En la Fase 1 se recopiló información secundaria proveniente de informes, reportes, tesis de maestría, artículos científicos sobre los temas “revolución verde” contra-movimientos, certificación y costos de transacción. En la Fase 2 se recopiló información primaria con informantes clave (productores, proce-sadores, proveedores de servicios empresariales y técnicos y consumidores) a través de entrevistas semi-estructuradas y encuestas (EIR). En la Fase 3 se realizó la validación de la información obtenida a través de la triangulación. Finalmente, en la Fase 4 se realizó el análisis de los datos e información obtenida para ser plasmada en esta investigación.

El Cuadro 1 provee informacion sobre el tamaño de las muestras de varios actores de las cadenas ecológicas de la Bio-Tiqui y la Eco-Feria.

Cuadro 1Actores entrevistados en el nivel meso

4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los actores de las cadenas ecológicas son productores, procesadores y dis-tribuidores. Con respecto a los productores, éstos se encuentran asociados en organizaciones de primer nivel (asociaciones) que, a su vez, se encuen-tran afiliadas a una “asociación sombrilla” más grande de segundo nivel

224Artículos

Sistemas de Comercialización

Eslabón de la cadena

Costo de Transacción (CT)

Principales determinantes del incremento

Porcentaje (%)

Productores (n=10)

Información de mercados

Transporte

Falta de información de mercado oportuna y precisa

Distancia entre centros de producción y los centros

de comercialización

Alta dependencia de combustibles fósiles

16

29

info 2. Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia (AOPEB).

(AOPEB2 ) que engloba a 69 asociaciones de primer nivel. Los prestadores de servicios técnicos son: SENASAG, UC-CNAPE, Agrónomos y Veteri-narios Sin Fronteras (ONG), Agrecol Andes (Fundación) y las agencias de certificación de tercera parte.

Con respecto a los productores y prestadores de servicios, éstos se encuen-tran organizados internamente para los SPG, por ejemplo, se cuenta con un Comité de Garantía (integrado por proveedores de servicios de una agencia gubernamental y/o privada), un evaluador designado y un representante que se encargan de caracterizar, calificar y reconocer el cumplimiento de la Norma Técnica Nacional de los SPG y emitir el documento de garantía ecológica y/o en transición. En cuanto a los productores, la investigación engloba a los recolectores de productos forestales no maderables y proce-sadores, ya sean individuales, familias o grupos productores. De acuerdo a la normativa vigente, también deberían ser incluidos los consumidores organizados en grupos, redes o individualmente, pero desde mi perspectiva estos no se encuentran involucrados en los SPG de forma más activa y/o participativa, sino que juegan un rol más pasivo, tal como se comprobó en los estudios de caso investigados.

Los costos de transacción identificados son los costos de organización para los comités, monitoreo y control social (26% productores, 26% transforma-dores), transporte (29% productores, 16% transformadores), información de mercados (16% productores, 16% transformadores, 30% prestadores de servicios, 17% consumidores), diseño e implementación de estrategias de comercialización (16% productores, 26% transformadores, 6% con-sumidores) e información sobre SPG (29% productores, 16% transforma-dores, 70% prestadores de servicios, 49% consumidores). Un resumen de esta información se presenta en el Cuadro 2.

Con respecto al Costo de Transacción (CT) de transporte, por ejemplo, los productores de hortalizas de la Eco-Feria deben incurrir en costos de transporte porque sus fincas se encuentran en el Municipio de Tiquipaya y deben llevar sus productos a la Eco-Feria en la Ciudad de Cochabamba (distancia de aproximadamente 10 km). Sin embargo, los productores de la Bio-Tiqui, no incurren en costos de transporte significativos porque comer-cializan sus productos in situ, en la feria de la Bio-Tiqui en Tiquipaya.

225 Artículos

Sistemas de Comercialización

Monitoreo y control

Falta de compromiso e involucramiento de miembros

de comité de certificación SPG

Falta de tecnologías para medir y evaluar la calidad

de los productos

26

Información sobre SPG

Falta de informaciónsobre SPG 13

Diseño e implementación

de estrategias de mercado

Falta de estrategias de mercado 16

Transformadores (n=10)

Información de mercados

Falta de centros de información de mercados 16

TransporteAltos costos de transporte

por uso de combustibles fósiles

16

Información sobre SGP

Falta de conocimiento de certificación SPG 16

Monitoreo y control

Falta de tecnologías para medir y evaluar la calidad de los

productos y procesos26

Diseño e implementación

de estrategias de comercialización

Falta de acceso a tecnologías de información y comunicación,

bajos conocimientos de mercadeo

26

Prestadores de servicios (n=6)

Búsqueda de información

Falta de acceso a información oportuna y precisa 30

Falta de comunicación y coordinación con otros

actores como ONG, agencias gubernamentales y otros

70

Consumidores (n=10) Información

Falta de información acerca de los PGS, producción y

procesamiento de alimentos ecológicos

49

Falta de información de mercados 17

Monitoreo y control

Falta de tecnologías para el control y monitoreo de la

calidad y trazabilidad28

Diseño e implementación

de estrategias de comercialización

Falta de estrategiasde marketing 6

info3. Cadena de tiendas especializadas de AOPEB.

Los actores involucrados en SPG se encuentran en cadenas de valor y circuitos cortos (Figura 2). Las cadenas de valor se caracterizan principal-mente por la existencia de distribuidores que se localizan en el eslabón final de la cadena. Estos distribuidores tienen el rol de acopiar los productos y comercializarlos en tiendas especializadas (p.e, el “Súper Ecológico”3). Por otra parte, las cadenas cortas se caracterizan por la reducción de actores, por ejemplo, la ausencia de los distribuidores con el fin de que los productos y/o servicios se entreguen a los consumidores finales reduciendo costos de transacción y beneficiando tanto a productores con mejores ingresos y a consumidores con mejores precios.

Cuadro 2Tipología de los costos de transacción de los actores de las cadenas cortas

226Artículos

Sistemas de Comercialización

Proveedoresde servicios

Proveedoresde servicios

Procesadores

Procesadores

Productores

Productores

Distribuidores Consumidores

Consumidores

ACTORES OPORTUNIDADES LIMITANTES

Productores

• Fortalecimiento del capital humano y social a través de

participación en redes

• Mejores condiciones para participar en mercados

diferenciados pero de ámbito local y nacional

• Inclusión social y económi-ca

• No contar con la capacidad de satisfacer un crecimiento de la

demanda por no disponer de la capacidadde acopiar productos e

involucrar a nuevos productores debido a

la falta de promoción e involucramiento de

nuevos actores

Entre las oportunidades para los actores de las cadenas y circuitos cortos SPG destaco la consideración de las Dimensiones Agroecológicas (Económica, Política, Ambiental, Cultural, Tecnológica) y sus respectivos criterios para

Figura 2Cadena de Valor y Cadenas Cortas Fuente: Elaboración propia.

la realización de seguimientos y evaluaciones periódicas. Sin embargo, se debe resaltar algunas limitantes, como la necesidad de un desarrollo más exhaustivo de los criterios económicos que debería incluir el análisis de costos de producción y de transacción, la determinación de precios y la consideración de sobreprecios con respecto a los productos convencionales para poder atraer e involucrar a productores potenciales y aumentar los volúmenes de productos, tal como lo plantea Dorward et. al., (2003), y reducir el side-selling (fuga de productos por canales convencionales) por no proveer servicios especializados a productores y procesadores (Bacon, 2005). También se debe destacar la organización por etapas para de-terminar en dónde se encuentra y qué hacen los productores y procesadores con el fin de esbozar estrategias que les permitan mejorar sus productos y procesos (Muradian y Pelupessy, 2005) a través del empleo de nuevas tecnologías. Finalmente, se recalca el carácter inclusivo de la normativa en la elección democrática del Comité de Garantía . Un resumen de las oportunidades y limitantes lo encontramos en el Cuadro 3. Un dato para destacar: no se ha encontrado la participación de prestadores de servicios financieros en las cadenas estudiadas.

227 Artículos

Sistemas de Comercialización

Procesadores• Mejoramiento de

productos y procesos (upgrading)

• Normativa que especifica que el producto, para ser

catalogado como producto procesado, debe contener 60%

de ingredientes ecológicos

Distribuidores• Desarrollo de canales de distribución especializados (p.e., canastas de productos, entrega a domicilio, tiendas

de productos ecológicos)

• Altos costos de transacción y funcionamiento en el diseño de estrategias de

mercadeo

• Baja demanda de productos ecológicos procesados debido a altos precios

Prestadores de servicios

• Aumento de la demanda por servicios técnicos,

empresariales, financieros y mixtos para el sector

ecológico.

• Capital financiero disponible de la cooperación

internacional a través de programas especificados

en la Ley No. 144.

• La SENASAG es la única autoridad competente para la regulación de los SPG en territorio nacional,

lo cual descarta el desarrollo de otros SPG

paralelos que no se ajusten a la normativa vigente.

• Orientación específica para prestar servicios

especializados (p.e., sector de productos amigables

con el ambiente)

Consumidores

• Integración a redes y comi-tés SPG tanto en ámbitos

rurales y urbanos

• Participación de los consumidores debería ser una tarea prioritaria en los SPG

• Consumidores todavía no se encuentran plenamente

involucrados en los SPG tal como establece la definición y

normativas de los SPG

Cuadro 3Oportunidades y limitantes para actores de las cadenas y circuitos cortosFuente: Elaboración propia a partir de información obtenida con actores clave.

5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Se concluye que el ambiente habilitador para el desarrollo y funciona-miento de los SPG en Bolivia es favorable porque se ha trabajado desde hace más de 15 años atrás en la creación del capital social y político suficientes, como la organización de los productores en asociaciones y la promulgación de leyes promotoras de la producción ecológica como la Ley No 3525/06 y la Ley No 144 de Revolución Productiva que resaltan el desarrollo y fomento al sector ecológico.

Para reducir los costos de transacción identificados para productores, como el transporte y el control y monitoreo, los productores y otros acto-res deben desarrollar prácticas de cooperación para transportar productos desde las zonas productoras hasta las ferias locales. Es necesario fortalecer el capital humano y social de las organizaciones de productores para la organización de los comités SPG involucrando a todos los actores.

Para reducir los costos de transacción de los transformadores será nece-sario trabajar en el desarrollo de destrezas y habilidades para mejorar los conocimientos en calidad y evaluación para el control y monitoreo. Por otra parte, es necesario cooperar en el desarrollo de estrategias comerciales para generar conciencia por parte de la población.

228Artículos

Sistemas de Comercialización

Con el fin de reducir los costos de transacción para los prestadores de ser-vicios será necesario cooperar en desarrollar mejor comunicación y coordi-nación entre los actores, principalmente prestadores de servicios técnicos, empresariales y financieros.

SENASAG juega un rol importante por ser la única gestora de la adminis-tración y regulación de los SPG en Bolivia, lo cual es algo muy positivo porque se evita que otros actores desarrollen SPG paralelos que podrían crear confusiones para los actores.

Se recomienda realizar estudios comparativos entre los SPG existentes en diferentes partes del territorio nacional para esbozar estrategias que per-mitan orientar mejor las políticas públicas del Estado como también que experiencias se están realizando en países vecinos.

Las estrategias que se están empleando para reducir costos de transacción para pequeños productores y procesadores es la de ventas directas a con-sumidores en ferias semanales, ocasionales y otros eventos, la elaboración de canastas de varios productos y la entrega a domicilio de determinados productos a través de la comunicación y coordinación por teléfono y correo electrónico.

Con respecto a la baja participación de los consumidores en los SPG, se recomienda a los productores, procesadores y prestadores de servicios, el desarrollo de estrategias (talleres participativos) para involucrarlos en los SPG, especialmente en los Comités de Garantía y no nombrar a produc-tores y/o procesadores que sean también consumidores. El hacerlo iría en contra de los principios globales de los SPG, como también en contra de la normativa SPG a nivel nacional.

Se requiere diversificar la producción con el fin de contar con suficientes insumos ecológicos para el procesamiento y así no emplear otros insumos convencionales con el fin de desarrollar y promover la transformación de productos ecológicos en nuestro territorio.

Se debe mejorar el funcionamiento del control social, que es el instrumento por el cual se monitorean y controlan los SPG. Una buena gestión en control social podría reducir significativamente los costos de transacción.

Se sugiere realizar estudios complementarios sobre los costos de transacción involucrados en los sistemas de certificación alternativa con el fin de desarrollar estrategias para que los precios sean más atractivos para los consumidores, aunque esto depende del contexto.

Finalmente, se recomienda realizar levantamientos de información acerca de los costos involucrados en la obtención de la garantía de SPG a través de un enfoque combinado de cadenas y medios de vida basados en los mercados.

229 Artículos

Sistemas de Comercialización

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info 1. Hugo Chambilla es Doctorante en Economía Agraria y de Recursos Naturales de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y del Postgrado de Ciencias

del Desarrollo CIDES-UMSA; Ramiro Lizarazu es Maestrante en Desarrollo Rural Sostenible del CIDES-UMSA.

RESUMEN

Las nuevas tendencias y las necesidades de estudio identificadas desde la agroecología son los sistemas agroalimentarios en su conjunto, es decir, el análisis de las relaciones intersectoriales y, especialmente,

la articulación entre la producción y el consumo a través de circuitos cortos de comercialización en mercados locales. En este contexto, el objetivo de esta investigación es explicar las interacciones entre la producción, comercialización y consumo que se desarrollan en las ferias ecológicas, además de sus implicancias en la producción ecológica en Bolivia.

En este artículo se muestran los resultados de una primera fase de investi-gación de tipo exploratoria, descriptiva y concluyente, que usa herramientas como las entrevistas a informantes claves y encuestas estructuradas dirigidas a productores y consumidores. Los resultados muestran que las ferias ecológicas son una forma de circuito corto y, a pesar de ser relativamente nuevas, han generado impactos en algunos hábitos de los consumidores, hecho que pone en relieve el potencial que poseen estas ferias y, por ello, la necesidad de promover

CARACTERIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN, COMERCIALIZACIÓN Y CONSUMO EN EL COMERCIO ALTERNATIVOEL CASO DE LAS FERIAS ECOLÓGICAS DE LA PAZ Y COCHABAMBA

RAMIRO LIZARAZU1

HUGO CHAMBILLA

233 Artículos

Sistemas de Comercialización

la implementación de políticas que apoyen a mejorarlas, tanto en el trabajo de lograr mayor conciencia de consumidores como en el de mejorar los sistemas de producción y diferenciación de los productos de las familias campesinas.

PALABRAS CLAVE: agroecología, feria ecológica, producción, comercialización, consumo.

234Artículos

Sistemas de Comercialización

info

2. En sus inicios, la promoción de la agricultura ecológica estaba orientada a productos y mercados de exportación, y muy poco o casi nada hacia el mercado local.3. La Eco Feria de Cochabamba tiene su origen en un grupo de consumidores. Elías y Torres (2012).

1. INTRODUCCIÓN

Como efecto del desgaste de la agricultura industrial, caracterizada prin-cipalmente por la llamada “revolución verde” y por el contexto de libre mercado, con centros de abasto alimentarios tendientes a ser controlados por pocas empresas e inundados de productos convencionales, y por sus efectos directos contra la salud, entre otros problemas, surgen productores y consumidores cada vez con mayor conciencia e importancia para cambiar su forma de producir y consumir, y/o también de revalorar la agricultura tradicional campesina de bajos insumos. Estas inquietudes e iniciativas se han venido apoyando por algunas instituciones privadas como las Orga-nizaciones No Gubernamentales de Desarrollo (ONGD) y últimamente también por instituciones públicas. Ese apoyo se ha orientado fundamen-talmente a la promoción de la agricultura ecológica2 y la transformación artesanal de productos. No obstante, se ha dado muy poca importancia a la comercialización y/o articulación entre el productor y el consumidor en mercados locales, y como consecuencia de este vacío, parte de estos bienes se destinan a mercados convencionales sin ninguna diferenciación, lo que supone un sobreesfuerzo al momento de producir que no está retribuido en el precio. En este contexto, como se puede entender, los productores ecológicos enfrentan limitantes en el acceso a mercados equitativos y justos, donde sus productos sean reconocidos por los consumidores, por sus formas de producción, por el trabajo que realizan y por las particularidades que los diferencian de los sistemas convencionales de producción. Por iniciati-vas de agricultores, de consumidores3, de ONGD y últimamente por el involucramiento de algunos municipios, han surgido en diferentes depar-tamentos del país, pero principalmente en La Paz, Cochabamba, Potosí y Tarija, las Bio Ferias y Eco Ferias como espacios de promoción y comer-cialización local de productos ecológicos, con la perspectiva de mejorar la inserción o el acceso a mercados alternativos de productores ecológicos y consumidores a alimentos sanos e inocuos y, finalmente, contribuir a la construcción de esquemas más sustentables de producción y consumos a nivel local y/o regional.

Actualmente, estas ferias tienen la tutela de la Asociación de Organi-zaciones de Productores Ecológicos de Bolivia (AOPEB), de la Fundación AGRECOL Andes y, últimamente, de la Unidad de Coordinación del Consejo Nacional de Producción Ecológica (UC-CNAPE). Una limitante notoria en estos espacios es el efecto negativo de las subvenciones a los par-ticipantes de estas ferias (productores y transformadores), acción que han generado una dependencia con la institución auspiciadora, situación que puede complicar la autosostenibilidad e institucionalidad de las mismas.El presente estudio pretende explorar estas ferias y conocer las dinámicas e interacciones entre la producción, comercialización y consumo que se desarrollan en estos espacios. Las preguntas que surgen a priori son: ¿quiénes son los productores?; ¿cuál es el sistema productivo predominante

235 Artículos

Sistemas de Comercialización

1930s 1940s 1950s 1960s 1970s 1980s 1990s 2000s

Escala/Dimensión

Parcela, AgroEcosistema

Parcela, Campo

Cambios temporales en escala y dimensión de la

definición de la Agroecología y la

investigación

SistemaAlimentario

Tiempo

info4. Wezel A. et. al. (2009) y A. y Soldat B. (2009).

5. Sevilla E. y Soler M. (2010).

de estos productores?; ¿cuáles son los productos, su calidad e inocuidad y formas de reconocimiento?; ¿qué actores se encuentran en estas ferias y qué rol cumplen?; y, finalmente, ¿cómo es la dinámica comercial y quiénes son los consumidores?

El artículo está dividido en seis partes. La primera hace una breve intro-ducción y presentación del estudio; la segunda expone la base teórica que lo sustenta, además de una revisión concisa de estudios precedentes en relación al tema; la tercera parte plantea los objetivos perseguidos; la cuarta describe la metodología seguida; la quinta presenta y analiza los resultados alcanzados; y la sexta parte puntualiza las conclusiones y recomendaciones.

2. BASES TEÓRICAS

La agroecología, como base teórica del estudio, se define como una disci-plina científica, una práctica agrícola y un movimiento social y/o político que se ha desarrollado desde hace casi un siglo atrás (1928). Desde ese momento y hasta 1960, transcurre el periodo que puede considerarse su la fase inicial; entre los años 1970 y 1980, la agroecología se expandió como ciencia y, a partir de la década de 1990, se ha institucionalizado y consoli-dado4. En la actualidad, no sólo tiene disímiles acepciones y definiciones, sino que conlleva diferentes puntos de vista y enfoques, pero, en todo caso, es la agroecología la que puede ayudar a responder a las múltiples preguntas sobre la agricultura sostenible, el uso de los recursos, el cambio climático y la seguridad y soberanía alimentaria. Recientemente, el campo de acción de esta ciencia se ha ampliado de for-ma importante hacia el sistema agroalimentario en su conjunto, entendido como una nueva área de estudio, cobrando cada vez mayor importancia el análisis de las relaciones intersectoriales y especialmente la articulación entre la producción y el consumo a través de circuitos cortos de comer-cialización en mercados locales (Gráfico 1). Ello responde a una praxis cada vez más sólida de creación de mercados alternativos por parte de las orga-nizaciones campesinas y de la agricultura familiar, como es el caso de Red Ecovida de Brasil, Los AMAP en Francia, las cooperativas de consumos en España5, y un número creciente de ferias o mercados locales agroecológicas y campesinos en varios países de América Latina, donde se desarrollan me-canismos horizontales y cooperativos de confianza, vigorizados en muchos casos por los Sistemas Alternativos de Garantía como el Sistema Par-ticipativo de Garantía (SPG), para el caso específico de la producción ecológica local.

Gráfico 1Agroecología hacia el sistema agroalimentarioFuente: Wezel et al (2009)

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Sistemas de Comercialización

En este sentido, la agroecología se ha convertido en una de las vías más sólidas para un desarrollo equitativo y sostenible, y en un espacio donde el estudio de los mercados locales es prioridad para formar y fortalecer redes y relaciones entre productores y consumidores.

2.1 ALGUNOS CONCEPTOS MOVILIZADOS EN EL ESTUDIO

A) PRODUCCIÓN ECOLÓGICA

La producción ecológica en Bolivia, por lo general, tiene como sinónimo a la producción orgánica. La práctica de la agricultura o producción ecológica es una disciplina que promueve cultivar una determinada unidad productiva de forma autónoma, basada en la utilización óptima de los recursos naturales, sin emplear insumos químicos como los abonos y pesticidas, principalmente, ni organismos genéticamente modificados (OGM). Busca, de esta forma, la obtención de productos sanos e inocuos manteniendo, a la vez, la fertilidad del suelo y la biodiversidad local.

Esta forma de producción, además de contemplar el aspecto ecológico, incluye toda una filosofía de vida para sus practicantes, de tal forma que su objetivo se apega a lograr la sostenibilidad integral del sistema de pro-ducción agrícola. Se propone, por tanto, constituir una agricultura suste-ntable que contemple la trilogía holística entre lo social, lo ecológico y lo económico. Por todo ello, la producción ecológica es un movimiento más de la agricultura sostenible que se enmarca dentro la agroecología como el gran sistema complejo que la cobija.

B) COMERCIALIZACIÓN ALTERNATIVA

En las últimas décadas, las actitudes de consumidores han ido cambiando y desarrollando, a la vez, gustos y preferencias por productos más sanos y naturales, especialmente desde la crisis alimentaria iniciada el 2007. Esta preocupación y conciencia han ido en franco crecimiento. Las relaciones de esta problemática con otros temas como el cambio climático, la segu-ridad alimentaria, la inocuidad y la revalorización de la agricultura familiar campesina, entre otras, vigorizan estos nuevos movimientos. En estas dinámicas novedosas, además, se encuentran implícitas nuevas formas de relacionamiento entre lo urbano y rural, en donde los actores de estos dos espacios se implican en la coordinación de estrategias in-dividuales y colectivas que permiten poner en marcha nuevas maneras de comercialización.

Los denominados circuitos cortos, por su parte designan formas de organi-zación de la producción y comercialización que reconocen y sostienen una participación más directa de los productores en el mercado. Son mecanis-mos que favorecen una mejor repartición del valor agregado entre los acto-res, valorizando el precio justo6 de los productos de la agricultura ecológica campesina. Se trata, principalmente, de generar una proximidad que per-mita una relación directa entre productores y consumidores7.

Por otro lado, la comercialización alternativa, desde el punto de vista de los productores, se refiere a la forma de comercialización que busca un

237 Artículos

Sistemas de Comercialización

CIRCUITOS PRODUCCIÓN TRANSFORMACIÓN VENTA AL CONSUMIDOR

Directos Productos frescos (frutas, verduras, leche, etc.).

Sin transformación o con trasformación artesanal:

lácteos, pitos, harinas diversas, carne seca, etc.).

Consumo en la misma casa o en feria local. Sin

ningún tipo de intermediación.

CortosProductos frescos (frutas,

verduras, leche, carnes, etc.).

Sin transformación o con trasformación artesanal:

lácteos, pitos, harinas diversas, carne seca, etc.).

En ferias locales y tiendas especializadas, con la

intermediación de mayoristas, minoristas

y/o cooperativas.

Tradicionales

Productos agrícolas, ganaderos y de pesca a gran

escala (comodities).

Sin transformación o con transformación industrial

primaria (limpieza, standarización, filtraje,

torrefacción, congelación, etc.).

En grandes y pequeñas superficies, con dos o más

intermediarios (almacenamiento,

conservación, trasporte a larga distancia, etc.).

IntegradosMaterias primas obtenidas

con la agricultura, la ganadería y la pesca.

Industrial avanzada (con uso de insumos químicos,

farmacéuticos y/o biotecnológicos).

En grandes y pequeñas superficies, con dos o

más intermediarios (almacenamiento,

conservación, trasporte a larga distancia, etc.).

info

6. La definición del precio justo está en constante debate, sin embargo, en este documento se entiende por precio justo no sólo la cobertura de los costos de producción y trasporte de los productos, sino que se considera de forma amplia los costos sostenibles de producción que aseguren a las familias vivir dignamente y enfrentar posibles riesgos derivados del proceso productivo y de mercado. Por parte del productor, éste debe garantizar a la población el acceso a alimentos sanos, seguros y suficientes. MAGAP y AVSF. (2012).7. AVSF. (2008). 8. Principios y políticas de las OECAS. Estatuto Orgánico de la Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas (CIOEC) Bolivia. (2009).9. Azevedo da Silva C. (2009).10. Hoy en día se mantiene el modelo de cadena corta de produtos frescos que están en la línea de diminuir la huella energética y de carbono. Briz, J. de Felipe, I. (2011).11. Citado por Azevedo da Silva C. (2009).

equilibrio entre el objetivo económico y el objetivo social, de manera que la búsqueda de generación de ingresos no rompa la estructura social del cam-pesino, sino más bien la fortalezca y permita mejorar su calidad de vida8.

C) LOS MERCADOS LOCALES COMO CIRCUITOS DE PROXIMIDAD ALIMENTARIA Y DE DESARROLLO LOCAL TERRITORIAL

La agroecología y la soberanía alimentaria defienden los derechos de la agricultura sustentable familiar campesina y de los pueblos originarios a poder producir y vender sus productos y alimentarios prioritariamente a la población local. Por lo tanto, ello implica la atención y apoyo a los mercados locales de venta directa o con un mínimo de intermediarios (cir-cuitos de proximidad9 y/o cadena de valor corta10). En este caso, los princi-pales actores de estos espacios locales son los productores, transformadores y consumidores, principalmente, donde la participación, las relaciones y otras particularidades que suceden en los mercados locales, contribuyen a la difusión y practica agroecológica. La organización de estos espacios contribuye al empoderamiento y autogestión, tanto en procesos de comer-cialización local como productivos, lo que les otorga independencia frente al sistema agroalimentario globalizado.

Malassis (1973)11 describe un circuito alimentario como el sistema relacio-nado a los grados progresivos de complejidad en el abastecimiento (o llegada) de productos alimenticios hacia sus consumidores finales (Cuadro 1).

Cuadro 1Los circuitos alimentarios y de proximidadFuente: Azevedo (2009).

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Sistemas de Comercialización

Los circuitos directos y cortos serían la manifestación de relaciones re-strictas a los mercados locales y regionales. Bajo este concepto, ambos pueden ser genéricamente entendidos como “circuitos de proximidad”. Se caracterizan por la circulación de productos frescos o artesanalmente elaborados y cuyas cantidades suelen ser poco expresivas para el conjun-to del abastecimiento alimentario. La transformación y la distribución suelen estar en manos del productor y su existencia es sustentada, en la mayoría de los casos, por normas implícitas y relaciones de confianza.

Se asegura también que la dinámica de los mercados locales tiene la vir-tud de funcionar como vínculo de territorios rurales y la generación de dinámicas de crecimiento económico. Asimismo, estos espacios pueden contribuir a un desarrollo territorial socialmente más inclusivo si se adoptan acciones que incrementan las posibilidades de participación de los productores y emprendedores locales. La dinamización de estos mercados supone también estimular la diversificación (de forma que las necesidades alimentarias sean cubiertas por la agricultura local) y el cuidado de la biodiversidad agrícola, recuperando la complejidad y equi-librio de los agroecosistemas. 2.2 ALGUNOS ESTUDIOS SOBRE LOS MERCADOS LOCALES ECOLÓGICOS Y AGROECOLÓGICOS EN BOLIVIA

A la fecha, se identifican cuatro estudios relacionados a las ferias ecológicas en Bolivia: 1) “Sistematización de experiencias de comercialización direc-ta de productos ecológicos: tres estudios de casos (Tiendas de productos ecológicos; ferias ecológicas como la Bio Tarija, Eco feria de Cochabam-ba y el Raymi Ecológico de Sipe Sipe Cochabamba; y la Alimentación Complementaria Escolar, ACE)”, estudio desarrollado por Elías y Torrico (2012); 2) “Centros de acopio y comercialización de productos frescos de la AOPEB”, realizado por AOPEB en 2009; 3) “Mercados de productos ecológicos en Bolivia”, un estudio impulsado por AOPEB y realizado por Zelada, Barreda y Cárdenas en 2009; y 4) “Comercialización de produc-tos ecológicos en Bolivia”, trabajo realizado en forma conjunta entre el Grupo de América Latina y el Caribe (GALCI), AOPEB y la Fundación AGRECOL Andes.

Los principales resultados de estos estudios son:

El mercado orgánico en Bolivia muestra un fuerte crecimiento; se estima una demanda nacional con un crecimiento continuo del 8% para el 2007 y alrededor del 10% para el 2009. Se evidencia la confusión existente en la ciudadanía boliviana respecto al concepto ecológico, orgánico y natural. Se determina que la población en general considera que el consumo de un producto natural (naturista) es casi tan saludable como un producto ecológico. La inseguridad de los consumidores sobre la veracidad de que los productos que sean realmente ecológicos (garantía de calidad no visible). La principal motivación de los consumidores para adquirir productos ecológicos es el cuidado de la salud, prevención y cuidado de enfermedades.

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Sistemas de Comercialización

Sobre las ferias ecológicas

Los circuitos cortos están poco desarrollados en Bolivia. Las Ferias Ecológicas son importantes para los productores en la medida que les garantiza un ingreso continuo; sin embargo, para periodos más prolongados no generan suficientes ingresos en los productores, ni suficiente fidelidad por parte de los consumidores. Se constata que a pesar de la creencia, no existe un precio alto para los consumidores por los productos ecológicos que compran.

3. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

El principal objetivo de la investigación es explicar las interacciones entre la producción, comercialización y consumo que se desarrollan en las ferias ecológicas de La Paz y Cochabamba en Bolivia, y cómo estas dinámicas y relaciones contribuyen a la consolidación de la agricultura ecológica campesina desde un enfoque agroecológico.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Realizar una descripción general del desarrollo de las ferias ecológicas en estudio. Caracterizar al productor, sus recursos productivos, sus sistemas de producción y las modalidades de reconocimiento de sus productos (certificación y sellos). Identificar los circuitos de comercialización y el desarrollo y estrategias que se emplean en estos mercados. Determinar el perfil del consumidor, sus gustos y preferencias, y las relaciones productor-consumidor en estas ferias ecológicas.

4. METODOLOGÍA

La investigación es de tipo exploratoria, descriptiva y concluyente, y uti-liza como herramientas la entrevista y encuesta estructuradas.

4.1 UBICACIÓN GEOGRÁFICA DEL ESTUDIO

El estudio de las ferias se realizó en las regiones del Altiplano y Valle de los departamentos de La Paz y Cochabamba (Gráfico 2); las localizaciones específicas son:

a) La Paz: La Bio Achocalla, que se desarrolla en la comunidad de Achocalla, a 30 km al sur oeste de la ciudad de La Paz, sobre el camino carretero La Paz – Oruro.

b) Cochabamba: La Eco Feria, que se realiza en la misma ciudad de Cochabamba (Parque la Torre) y La Bio Tiquipaya, que se desarrolla en el municipio de Tiquipaya, ubicada a 10 km al noreste de la ciudad de Cochabamba.

El área de influencia del estudio son las poblaciones aledañas donde se de-sarrollan las ferias ecológicas. Estas familias, en general, se caracterizan por practicar una agricultura ecológica familiar campesina cuya comercialización

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La Paz

Cochabamba

es el ámbito local. Estos productores han venido recibiendo el apoyo y promoción de instituciones públicas y privadas de carácter nacional y regional como la AOPEB, la UC-CNAPE y AGRECOL Andes principalmente.

Gráfico 2Ubicación geográfica del estudio

4.2 SELECCIÓN DE LAS FERIAS ECOLÓGICAS PARA EL ESTUDIO

En el país existen una decena de ferias ecológicas que se desarrollan con periodicidades y dinámicas diferentes. La elección de las ferias para el estudio se basó en los siguientes criterios:

a) Periodicidad (al menos dos veces por mes);b) Participación de productores y consumidores;c) Productos locales en un 90%, pudiendo existir productos de otras regiones y/o departamentos;d) Feria organizada dentro el Municipio/Región/OTB;e) Disposición de participar en el estudio.

4.3 UNIVERSO, MUESTRA Y MUESTREO

La población o universo del estudio lo constituyeron los participantes de las ferias seleccionadas (productores y consumidores), asumiendo que una feria organizada tiene registros o nóminas de sus afiliados y/o asociados, además de un mayor conocimiento sobre los participantes de la ferias.

Para el cálculo de la muestra se utilizó la fórmula de número de muestras para proporciones de poblaciones finitas, en vista que el universo consta de unidades familiares que pueden ser cuantificables. Para garantizar la representatividad de estas muestras, el tipo de muestreo a utilizar fue el aleatorio estratificado con afijación proporcional, de manera que se obtuvo la distribución de muestras tanto para productores y consumi-dores en las ferias estudiadas que aparece en el Cuadro 2.

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MERCADOS ECOLÓGICOS

la paz

Cochabamba

Total

Bio Achocalla

Eco Feria (Parque Latorre)

Bio Tiquipaya

Productores 25 9,8 10

60 23,5 23

50 19,6 20

120 47,0 47

8 3,1 3

60 23,5 24

323 126,5 127

Productores

Productores

Consumidores

Consumidores

Consumidores

UNIVERSO MUESTRACALCULADA

N° DEENCUESTASREALIZADAS

Cuadro 2Determinación de la muestra y número de encuestas realizadas para las ferias estudiadasFuente: Elaboración Propia

4.4 DISEÑO DE CUESTIONARIOS, GUÍAS DE ENTREVISTAS Y TRATAMIENTO DE DATOS

Para el desarrollo del estudio se utilizó como herramientas cuestionarios y guías de entrevistas prediseñadas. La aplicación de los cuestionarios y entrevistas se realizó sin distinción de género y generación. Para el trata-miento de datos se utilizó la hoja de cálculo Excel y el programa estadístico Statistical Package for the Social Sciences o Statistical Product and Service Solutions (SPSS). El tratamiento estadístico se ha presentado a través de una serie de tablas y gráficos que resumen los resultados del estudio. 5. RESULTADOS

El trabajo de relevamiento de información primaria se realizó en el último trimestre del año 2012. En los resultados se aprecian principal-mente las frecuencias absolutas y relativas de las variables estudiadas y además las comparaciones entre las ferias estudiadas.

La presentación de los resultados guarda relación con el orden de los objetivos planteados en el estudio.

5.1 LAS FERIAS ECOLÓGICAS DE BIO ACHOCALLA, BIO TIQUIPAYA Y LA ECO FERIA DE COCHABAMBA

A) LAS FERIAS ECOLÓGICAS Y SU ORIGEN

Como efecto del desgaste de la agricultura industrial caracterizada princi-palmente por la “revolución verde” y por el contexto de libre mercado, con ferias y/o mercados de abasto inundados de productos agroalimen-tarios convencionales, y por sus efectos directos contra la salud, entre otros problemas, surgen productores y consumidores cada vez con mayor conciencia e importancia àra cambiar su forma de producir y consumir. Es aquí donde por iniciativas de agricultores asociados y no asociados, de

242Artículos

Sistemas de Comercialización

info

12. La Eco Feria de Cochabamba tiene su origen en un grupo de consumidores. Elías y Torres (2012).13. Según Elías y Torrico (2012).

consumidores12 , de ONGD y, últimamente, de Municipios, han surgido diversas ferias alternativas de promoción y comercialización local.

Así es como surgen las BioFerias y Eco Ferias en diferentes departa-mentos del país, pero principalmente en La Paz, Cochabamba, Potosí y Tarija, como espacios especializados de comercialización directa entre el productor y consumidor de productos ecológicos. Actualmente, las instituciones que apoyan o están relacionados directamente a estas ferias son la AOPEB y AGRECOL Andes, y a través de estas instituciones distintas ONGD y la Cooperación Internacional.

La Bio Feria de Achocalla nace el 2009 por iniciativa de las organizaciones de productores de hortalizas de la Asociación de Carpas Solares de Hor-talizas Achocalla (ACSHA) y la Asociación de Floricultores y Productores de Hortalizas en Carpas Solares “Ajawir Imilla” Achocalla (AFLOPHA), con el apoyo de AOPEB, a las que posteriormente adhiere la empresa fa-miliar de Flor de leche, como feriante. Las asociaciones de productores aglutinan alrededor de 300 familias, la mayoría productoras de hortalizas. En el caso de Flor de Leche, ésta acopia la leche producida principalmente en el Municipio de Achocalla.

Las Eco Ferias tienen su origen en un grupo de consumidores de una feria de productos convencionales, en base a la necesidad de consumir y pro-ducir de forma ecológica. Las ferias y mercados convencionales fueron primeramente espacios de encuentro de productores agroecológicos, pos-teriormente se desarrollaron talleres de capacitación en producción y comercialización, ayudando de alguna forma la nivelación de formación y conocimientos de los productores en estos temas. Paralelamente, se ca-nalizaron proyectos productivos y comerciales con el apoyo de ONGD como AGRECOL Andes, Bioética y el Programa de Desarrollo Integral Interdisciplinario (PRODII)13.

Actualmente funcionan dos Eco Ferias: una en Cochabamba, Cercado, y otra en Llallagua Potosí. Respecto a las Bio Ferias, éstas funcionan en siete diferentes departamentos de Bolivia, promovidas y/o relacionadas con AOPEB, y son las siguientes: Bio Achocalla, Bio Caranavi, Bio Tiquipaya, Bio Caracollo, Bio Batallas, Bio Tarija y la Bio Bolivia.

Como estrategias de promoción y comercialización de productos ecológicos, las Bio Ferias y Eco Ferias participan también de ferias internacionales en Bolivia como la Feria Internacional de Cochabamba (FEICOBOL) y la Feria Internacional de Santa Cruz (EXPOCRUZ), con importantes resultados.

B) LA INSTITUCIONALIDAD DE LAS FERIAS

La institucionalidad es un factor importante y determinante para la sostenibilidad de las ferias. Se trata de un factor que puede medirse y valorarse desde la autonomía, garantía e imagen de su funcionamiento.

243 Artículos

Sistemas de Comercialización

Ferias Ecológicas

Años de funcionamiento Lugar

Periodicidad /hora de

funciona-miento

Personería Jurídica

Productos ofertados

Uso de sellos y certificaciones

Productores Involucrados

Actores/Institución

que promueve

Bio Achocalla

2009 (casi tres

años)Churutienda.

Achocalla

Quincenal. Segundo y

último domingo

de cada mes.9 a 16 horas

No

Hortalizas frescas y

productos transformados

de cereales tradicionales, mermeladas de fruta y lácteos, y comidas típicas

preparadas.

SPG16 (recientemente) y SENASAG y logos de

identificación propios

ACSHA y AFLOPHA y

Flor de leche

Productores, transformadores y consumidores/

AOPEB y Municipio de Achocalla.

Bio Tiquipaya

2009 (casi tres

años)

Av. Reducto esquina calle Loa. Tiquipaya

Cada Domingo.

9 a 14 horas No

Hortalizas frescas y

productos transformados

de cereales tradicionales.

Comidas caseras.

SPG*, SENASAG y

logos propios de

identificación

APRHOBUM, Granja Polen y

transformadores individuales

Productores, transformadores y consumidores/

Municipio de Tiquipaya y

AOPEB

Eco Feria de CBBA

2006 (seis años)

Parque la Torre.

Cochabamba

Cada miércoles.

9 a 14 horasSi

Hortalizas frescas y diversos

productos transformados (mermeladas de fruta y lácteos) y comidas típicas

preparadas.

SPG*, SENASAG y

logos propios de

identificación

APT, Juana Gandarillas, agricultores

familiares individuales y microempresas

Productores, transformadores y consumidores/

AGRECOL Andes

info

14. Alberto Cárdenas, Coordinador proyecto Eco Ferias en AGRECOL Andes.15. Elías y Torrico (2012).16. 915 familias de cuatro municipios (Achocalla, Batallas, Caracollo y Caranavi) son certificadas con el sello SPG. http://www.aopeb.org , consultado el 20/08/12.* En proceso de certificación.

En este sentido, la Eco Feria Cochabamba cuenta con Personería Jurídica desde el año 2011 y, en cuanto a ingresos y ventas, presenta números favorables y en ascenso. Según Alberto Cárdenas14 “ya es sostenible, no les damos mucho apoyo, sólo en cosas específicas, más que ayudarles es apoyarles con un trámite. Luego, su institucionalidad la manejan ellos. Es más, han tomado decisiones tan fuertes como sacar gente. Ahí te demuestra la madurez de un grupo de personas que se vuelve una asociación.” Es como dice su presidente, Maurizio Bagatín: “es una Feria pequeña, pero sólida”15.

En el caso de la Bio Feria de Achocalla, fue la AOPEB que la apoyó bastan-te en su inicio, desde la organización misma de la feria, armado de carpas, apoyo con materiales y medios de difusión (radio, TV, pasacalles, afiches e internet), inclusive almuerzos y refrigerios para las feriantes. Desde junio del 2012, la feria pasa a cargo de la “Plataforma EcoSocial Achocalla” que está conformada por el municipio, las organizaciones de productores y otras instituciones que trabajan en el municipio. Ahora mismo, las activi-dades y responsabilidades de la feria prácticamente recaen en una comisión de la Plataforma y se percibe una débil institucionalidad como feria.

La feria de Bio Tiquipaya funciona hace un poco más de dos años, fue ini-ciada por AGRECOL Andes a través de un convenio con el municipio de Tiquipaya con el nombre de “Asociación de Eco Feria Tiquipaya”. El con-venio terminó en enero de 2012 y actualmente funciona, aparentemente, de forma autónoma, aunque recibe cierto apoyo del municipio, AOPEB y otras instituciones. En general, es posible advertir que la institucionalidad en las tres ferias todavía se muestra débil, sin embargo, también se evidencia un importante proceso de construcción (Cuadro 3).

Cuadro 3Algunos datos sobre las ferias estudiadasFuente: Elaboración Propia

244Artículos

Sistemas de Comercialización

59%

74%

0%

17%

9%

38%

62%

Primaria

Agricultor

Área Rural

Secundaria

Ganadero

Área Periurbana

Bachiller

Otros

Universidad

Jornalero

6%

12%

23%

5.2 LOS PRODUCTORES, SUS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN Y LOS PRODUCTOS

En las ferias estudiadas existe una mayoritaria participación de mujeres, tanto en la producción como en la comercialización. De hecho, el 90% de los encuestados por este estudio fueron mujeres, con un promedio de 46 años de edad. Comparando entre las ferias, la Bio Tiquipaya muestra tener las productoras más jóvenes, seguida de la Eco Feria de Cochabamba y terminando en la Bio Achocalla, con promedios de 38, 46 y 50 años, respectivamente. Estas familias, en general, constan de cinco miembros; el grado de instrucción no pasa del nivel primario y tienen una sola residencia donde se encuentran sus unidades productivas. Su ocupación principal es la agricultura, pero también existe el trabajo extra unidad productiva (jornalero), además de la actividad ganadera, que representa el 17% y 9%, respectivamente (Gráfico 3).

Gráfico 3Perfil del productorFuente: Elaboración Propia

Los ofertantes de productos son generalmente productores que practican un sistema productivo sostenible como es la producción ecológica. Las labores agrícolas, en su mayoría (desde la preparación del terreno y siembra, hasta la cosecha y almacenamiento de productos), se realizan de forma tradicio-nal, es decir, empleando mano de obra familiar, insumos locales (abono y preparados caseros para el control de plagas y enfermedades) y utilización de herramientas de mano. Sin embargo, existen también algunos produc-tores que utilizan maquinaria (tractor), principalmente para la remoción del suelo, además, en casos extremos de ataque de plagas y enfermedades, utilizan algunos agroquímicos de baja toxicidad como productos con base de sales de cobre (que estarían aceptados dentro la normativa de producción ecológica) para el control de enfermedades fungosas.

245 Artículos

Sistemas de Comercialización

88%

12%0%

92%60%

40%

8%

Con RiegoA Secano

Compra semillaSemilla Propia

info

17. El sistema de producción tradicional se define en el presente estudio como la producción campesina que utilizan algunos productos de origen químico y/o sintético, pero que no dependen en extremo de estos insumos, lo que sí sucede con el sistema convencional que se caracteriza por monocultivos con paquetes completos de insumos y agroquímicos que “garantizan” su producción.

Gráfico 4Sistema de producciónFuente: Elaboración Propia

Las principales prácticas de conservación identificadas son la rotación y asociación de cultivos y la incorporación de materia orgánica; en menor medida la siembra directa, descanso de la tierra y la utilización de cobertura viva y muerta, y casi ninguno cultiva en terrazas. Un aspecto resaltante es la utilización de abono orgánico (guano de oveja, vaca y gallinaza princi-palmente), además de la remoción de tierra con yuntas, considerada como saber ancestral revalorizado. Respecto a la percepción propia (del productor) sobre su modo de producción, existen productores que consideran que su producción no es completamente ecológica, con excepción de los pro-ductores de la Bio Achocalla que, en su mayoría, creen que es ecológica. Asimismo, existen agricultores con sistemas mixtos (12%) ecológicos y tradicionales17. Su principal motivación para practicar el sistema ecológi-co es la salud de su familia (autoconsumo), el cuidado de sus parcelas y el mejor precio de venta de sus productos (Gráfico 4).

Respecto de los recursos tierra y agua, los productores que participan en estas ferias cuentan con menos de 2 Has de tierra y el acceso al agua es principalmente a través de riego, en un 92%; la semilla que utilizan es principalmente comprada, y esto es en parte entendible porque la mayoría de los productores de las ferias estudiadas producen principalmente hor-talizas frescas y las semillas deben comprarlas, pues no existe la cultura de producción de semillas o simplemente cuesta mucho menos comprarla que producirla [información obtenida en base a comentarios adicionales de las entrevistas]. La semilla propia se usa más en rubros como el maíz y la papa donde la semilla es separada de una parte de la producción (Gráfico 5).

246Artículos

Sistemas de Comercialización

94%

88%

12%

6%0%

ContratadaFamiliar

Menos de 2 HaDe 2 a 5 HaMas de 5 Ha

info

18. www.senasag.gob.bo19. Además de que los trámites son morosos, la normativa exigida está orientada a microempresas y empresas, no están adecuadas para asociaciones de pro-ductores, y peor para productores individuales.

Gráfico 5Acceso a recursosFuente: Elaboración Propia

Los productos principales que se comercializan en estas ferias son hortalizas frescas como lechuga, acelga, rábano, nabo, cebolla, espinaca y papa. Otros productos, como el maíz, son destinados, mayoritariamente, al autocon-sumo (Gráfico 6).

100%

80%

60%

40%

20%

5%17% 15% 12%

75%

95% 82% 84% 87%

20%

Lechuga Acelga Rábano Nabo Papa0%

0% 1% 1% 1% 5%

TruequeVentaAutoconsumo

Gráfico 6Destino de la producciónFuente: Elaboración Propia

Respecto a la calidad e inocuidad de los productos, algunos productores -transformadores que venden en estas ferias cuentan con la certificación del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG)18, sin embargo, se resalta que a nivel de productor indi-vidual resulta complicado contar con esta certificación19. Respecto a la certificación ecológica, los productores, en general, conocen y sienten la necesidad de contar con esta certificación para la diferenciación de sus productos, pero contradictoriamente, en el caso de los productores de Achocalla que cuentan con la certificación del SPG, tienen poco cono-cimiento acerca de la normativa y sus implicancias (Cuadro 4).

247 Artículos

Sistemas de Comercialización

Variables

Perfil delProductor

Edad promedio

Primaria Primaria PrimariaPeriurbano Periurbano

Si tieneCon RiegoCompra s/dAmbas

Ambas

NoCon riegoPropiaFamiliar

ComunidadSi tieneCon riegoCompraFamiliar

Tradicional TradicionalTradicional Tradicional TradicionalTradicional Tradicional TradicionalTradicional Tradicional TradicionalTradicional Tradicional TradicionalTradicional Tradicional Tradicional

Practica Practica PracticaPractica Practica PracticaPractica Practica Practica

Practica

Practica Practica Practica

Practica

No practica No practica No practica

No practicaNo practicaNo practicaNo practica

Ecológica Ambas AmbasSaludPrecio Salud y Cuidado de Parcela

Ecológico SENASAG

SaludSi conoce Si conoce

Si conoce Si conoceSi conoceNo conoce No conoce

No conoce

No conoceNo Tiene

Practica PracticaPractica

Menos de 2 Ha Menos de 2 Ha Menos de 2 Ha

Tamaño de FamiliaNivel de instrucciónResidenciaOtra OcupaciónAguaSemillaMano de ObraTierra

Preparación de terrenoAbonadoSiembraLabores culturales

Control FitosanitarioCosecha

Prácticas AncestralesSiembra DirectaRotación de CultivosAsociación de CultivosCultivo de Terrazas

Cobertura Viva y MuertaAbono Orgánico

Descanso de la TierraSistema de ProducciónPrincipal Motivación

Tiene Certificado

Conoce Certif, SENASAGConoce SPG

Conoce Certificación ECOL

PRÁCTICAS DE CONSERVACIÓN

PRÁCTICAS AGRÍCOLAS

Acceso a Recursos

Sistemas deproducción

Percepcióndel

productorsobre su

producción

Achocalla Achocalla TiquipayaResultado Resultado Resultado%

50 75 67

7575

66

66

66

66

33

34

75

757575

75

75756666

66

66

6633

25

25

50

50

100 100 100100100

100

100100100

100

100100100100100100

100100100100

100

100

100

100

100100

100

10062100100

10010010010090100

100100100100

100

8877

60

6030

5050

9050

30

50 años 46 años 38 años5 Miembros 5 Miembros 4 Miembros

% %

Productor

Feria Ecológica Consumidor Ecológico

Circuito ConvencionalCircuito Corto Alternativo

Transformación

MercadoTradicional

Intermediario(venta en parcela)

Intermediario(mayorista/minorista)

Consumidor (no diferencia el

producto ecológico)

Autoconsumo

Cuadro 4Perfil y sistemas de producciónFuente: Elaboración Propia

Gráfico 7Circuitos decomercialización Fuente: Elaboración Propia

5.3 IDENTIFICACIÓN DE LOS CIRCUITOS DE COMERCIALIZACIÓN ALTERNATIVA, ESTRATEGIAS E IMPACTOS

Los circuitos de comercialización utilizados por los productores ecológicos son dos: 1) el circuito de comercialización convencional, donde existe uno o dos intermediarios mayoristas y/o minoristas entre el productor y con-sumidor, y además donde los productos ecológicos no son diferenciados ni reconocidos como tal; y 2) el circuito corto alternativo donde los actores dominantes son los productores, transformadores y consumidores, donde además resalta la importancia del autoconsumo familiar de la producción ecológica. Dentro de este circuito alternativo también se pueden percibir ciertos indicios o particularidades como las relaciones sociales y un sentido fuerte de preocupación por el medio ambiente, que al final pueden pesar más que el fin económico comercial de estos espacios (Gráfico 7).

248Artículos

Sistemas de Comercialización

100%

80%

60%

40%

20%

0%6

29

47

6552

6

70

42

29

23

24

70

IncrementoIngresos

FormasProducción

CambioAlimentación

Preocupapor M.A.

Relación Producto

RelaciónConsumidor

2429

2412

24 24

Mucho Poco Nada

Variables

Estratégias deComercialización

Diversifica Diversifica DiversificaDiversifica Diversifica DiversificaAplica No aplican Aplica

Poco Poco PocoPoco

PocoPoco

PocoPoco

Poco

Mucho Mucho

Mucho

Mucho

Mucho MuchoMuchoMuchoNada

Cada vez más Importante Cada vez más Importante Cada vez más Importante

Sobre el total de Ingreso Sobre el total de Ingreso Sobre el total de Ingreso

Diversifica productosDiversifica mercadosDiferenciación de preciosImportancia del MLAumento en ingresosFormas de producciónAlimentaciónMedio AmbienteRelación Productores Relación ConsumidoresImportancia en el Total de ingreso

Impacto del ML

Achocalla Ecoferia TiquipayaResultado Resultado Resultado% %

100

100100100100

100

666633

12

sd

100 7575

75

75100757523

50

100100

100834070505040606015

%

La identificación de los mercados tradicionales y/o convencionales como destino principal de los productos ecológicos son: para la Bio Achocalla, la calle 5 de Villa Dolores de la ciudad El Alto, seguido de los mercados de la zona sur de la ciudad de La Paz; para la Bio Tiquipaya se identifican los mercados de la Barrientos y Triángulo en la ciudad de Cochabamba; y para la Eco Feria, la mayoría de los productores dice vender en la misma feria, aunque algunos también venden en el lugar de producción y a super-mercados como el Hipermaxi. Entre las estrategias de comercialización que desarrollan, para mejorar la venta y los precios, resalta principalmente la diversificación de mercados (como se analiza en el anterior acápite) y pro-ductos (con siembras en épocas diferentes). La contribución a los ingresos familiares por la participación de estas ferias no supera el 17%, en prome-dio, para las tres ferias estudiadas; el porcentaje más bajo lo registra la Bio Tiquipaya con solo el 12%, y el más alto la Eco Feria con el 23%.

Respecto al impacto de estas ferias (Gráfico 8 y Cuadro 5), los productores consideran que sus ingresos han aumentado poco, principalmente porque venden escasos volúmenes y casi al mismo precio del mercado convencional. La forma de producción, a su vez, ha cambiado poco, porque ya venían cul-tivando de forma “tradicional y/o ecológica”. Respecto de su alimentación, en general ha cambiado mucho, porque en su familia existe preferencia por estos productos. En general, los productores manifiestan tener mayor con-ciencia sobre el medio ambiente. Otra de las peculiaridades de estas ferias es que las relaciones de productor-consumidor no se han desarrollado de forma considerable, sin embargo, la relación entre productores sí, principalmente en actividades de organización de la producción, comercialización y deman-das de apoyo ante instancias públicas y privadas.

Gráfico 8Impacto en el productor Fuente: Elaboración Propia

Finalmente, y cuanto a la percepción de los productores sobre estas ferias, éstos consideran que cada vez son más importantes y que irán creciendo.

Cuadro 5Características de comercialización / Fuente: Elaboración Propia

249 Artículos

Sistemas de Comercialización

40%

35%

30%

25%

20%

15%

10%

5%

0%3 3

24

35

30

5

Sin IngresosFijos

Menos a1000

De 1001 a3000

De 3001 a5000

De 5001 a10000

Mas a10000

Variables

Perfíl delConsumidor

Achocalla Ecoferia Tiquipaya

Resultado Resultado Resultado% % %

Edad Promedio 44 Años 36 Años 45 Años

Ingresos MensualesEntre Bs. 1000

y 3000

Menos de 100 Bs. Menos de 50 Bs. Menos de 50 Bs.

Entre Bs. 3001y 5000

Entre Bs. 5000y 10000

Grado de Instrucción Profesional

Ciudad

Profesional

Ciudad

Profesional

CiudadResidencia

Gasto en Feria

45 60 75

77 58 85

77 100 100

77 58 71

5.4 PERFIL DEL CONSUMIDOR, SUS GUSTOS Y PREFERENCIAS.

De manera general, el 79% de los compradores que asisten a las ferias son mujeres, con un promedio de edad de 37 años, y los varones de 46 años. Del total de asistentes, el 95% tenían familia con hijos, el 63% con estudios a nivel profesional y el 18% con estudio de Post Grado. Uno de los datos más interesantes es que el 34% del total de consumidores tienen ingresos men-suales que oscilan entre Bs.3.000.- y Bs.5.000.-, y el 29% entre Bs.5.001.- y Bs-10.000.- (Gráfico 9).

Gráfico 9Nivel de ingresos del consumidor Fuente: Elaboración Propia

Cuadro 6Perfil del consumidor por feria visitada Fuente: Elaboración Propia

La edad promedio general del comprados no varía mucho en las ferias de Tiquipaya y Achocalla, es de 44 y 45 años respectivamente; en cambio en la Eco Feria el promedio de edad es de 36 años (Cuadro 6).

Por otro lado, llama la atención la diferencia en el promedio de ingresos familiares de los consumidores en cada una de las ferias. La feria de Tiquipaya es la que recibe la mayor cantidad de visitantes con ingresos altos: el 75% de visitantes con ingresos entre Bs.5.000.- y Bs.10.000.- al mes; en cambio, la feria de Achocalla tiene un 45% de visitantes con ingresos entre Bs.1.000.- y Bs.3.000.- Este dato tiene correspondencia directa con el nivel de estudios de los consumidores, en su mayoría profesionales en las tres ferias.

250Artículos

Sistemas de Comercialización

0%

20%

40%

60%

80%

100%

11

43

62

4 7 12 3

57

38

96 93 88 9789

MejorSabor

MayorCalidad

Sano y Natural

DiseñoEnvase

Cuida elM.A.

Apoyo alProd.

Cultural

SI

NO

Variables

Percepciónde Productos

Razones de compradel producto

Sano y Natural Sano y Natural Sano y Natural

Normales NormalesNormales

Identifica Identifica Identifica

Característicasdel Producto

Característicasdel Producto

Conocen alProductor

Percepción de Precios

Cómo reconoceel productoEcológico

Achocalla Ecoferia Tiquipaya

Resultado Resultado Resultado% % %

50 67 100

56 62 100

67 62 50

56 48 37

Cuadro 6Percepción del consumidor acerca de productos ecológicosFuente: Elaboración Propia

En contraposición a los datos de ingresos familiares, el gasto promedio en Achocalla es menor a Bs.100.-, y en la Ecoferia y en Tiquipaya es menor a Bs.50.- De hecho, el 77% de los consumidores de Achocalla gastaron entre Bs.50 y Bs.100.-; en Eco feria el 58% menos de Bs.50.-, y en Tiquipaya el 71% menos de Bs.50.-

Del total de consumidores, el 62% compra productos ecológicos por considerarlos sanos y naturales; el 43% menciona que estos productos tienen mayor calidad que un producto convencional; y el 12% compra estos productos por apoyar al productor (Gráfico 10).

Gráfico 10Razones de compra del producto ecológicoFuente: Elaboración Propia

Por otro lado, el 66% de los consumidores consideran que los productos delas ferias tienen precios normales en comparación de los mercados tradi-cionales; el 24% los consideran más caros y solamente el 11% más baratos. Si profundizamos los resultados a nivel de feria, observamos que en el caso de la feria de Achocalla el 56% de los consumidores consideran los precios como normales y el restante 44% los considera baratos. En cambio, en la Ecoferia el 62% de los consumidores menciona que los precios son nor-males y el 33% que son caros. Por último, en la feria de Tiquipaya el 100% de los consumidores los consideran normales en relación a los mercados tradicionales o convencionales.

De manera general, el 61% de los consumidores sí pueden identificar y reconocer un producto ecológico; al restante 39% solamente le queda con-fiar en el productor que participa en estas ferias. De todas maneras, los con-sumidores que sí reconocen un producto mencionan que las características propias del producto son el referente para reconocer si es ecológico o no (Cuadro 6).

251 Artículos

Sistemas de Comercialización

80%

60%

40%

20%

0%

100%

55

2841

46 41

30

5135

22 42

15 2124

32 17

Cambio enAlimentación

Disminución deGastos

Preocupa el Medio Ambiente

Rel. conConsumidores

Rel. conProductores

Mucho NadaPoco

Para los casos de las ferias de Achocalla y la Ecoferia de Cochabamba la mayoría de los asistentes afirman poder reconocer un producto ecológi-co, (67% y 62% respectivamente); en cambio, sólo la mitad de los con-sumidores en Tiquipaya saben cómo reconocer un producto ecológico; adicionalmente, las características del producto son las más relevantes para identificarlo como ecológico, en las ferias de Achocalla y la Ecofe-ria. En el caso de Tiquipaya, el desconocimiento de las características que debería tener un producto ecológico conlleva a que el 37% de los consumidores confíe en que el productor le venda un producto ecológico.

Se consultó también a los consumidores sí podrían evidenciar algún cam-bio en sus hábitos de consumo. Respecto al cambio en su alimentación, una mayoría (55%) dice que no cambió en nada; en cuanto a la dis-minución de gastos, la mayoría (51%) dice que disminuyó poco. Respec-to de las relaciones entre consumidores, el 54% afirma tener entre poco y mucho. En general, la opinión mayoritaria es que las ferias no sólo tienen la intención de vender o generar ingresos para los productores, sino tam-bién de revalorizar el trabajo de las familias productoras rurales a través del acercamiento entre consumidor y productor. Finalmente, el 59% de los consumidores afirma haber mejorado su relación con los productores a través de su participación en estas ferias (Gráfico 11).

Gráfico 11Percepción de cambios en hábitos de consumidoresFuente: Elaboración Propia

6. CONCLUSIÓN Y RECOMENDACIÓN

De acuerdo con los resultados alcanzados en la investigación, y tomando en cuenta los objetivos planteados al inicio de la misma, podemos concluir que:

Estas ferias son relativamente nuevas y, de acuerdo con los comen-tarios y percepciones de sus participantes, van tomando cada vez mayor im-portancia. Los productores, en particular, tienen depositadas sus esperanzas en que estas ferias puedan resolverles a corto y mediano plazo el problema de falta de inserción a mercados equitativos. El interés de las ferias no sólo es económico-comercial, se afirma, son también una forma de compartir, de tener relaciones sociales y de amistad, es una forma de vivir… Un factor débil de estas ferias es la sostenibilidad. Si bien la Eco Feria de Cochabamba se muestra autosostenible, se siguen observando algunas debilidades, por ejemplo: la falta de un sitio propio donde de-

252Artículos

Sistemas de Comercialización

sarrollar la feria, la falta de variedad de productos, la dependencia hacia sus auspiciadores y la ausencia del apoyo de las instancias públicas, entre otras. El productor de estas ferias tiene escaso acceso al recurso tierra (menos de 2 has), por lo que el uso del suelo es intensivo (no descansa el suelo). Gran parte de tipo de agricultura —la mayoría— es periurbana, los productores cultivan en carpas solares y campo abierto. Sin embargo, existe entre ellos una mayor conciencia de no desgastarla la tierra. La mayoría de los productores que participan en las ferias ecológi-cas, comercializando sus productos, son mujeres. Por alguna razón, se cree que la producción de hortalizas es una actividad propia de este género. Esta percepción tendría que ser corroborada a través de estudios posteriores. El sistema de producción que se practica es el ecológico, pero el productor, en general, lo relaciona bastante con la producción tradicional, diferenciándolos únicamente con la no aplicación de productos químicos, principalmente el abono y pesticidas. Respecto al origen de las semillas de hortalizas, que un su mayoría es comprada, se identifica como un tema pendiente que resalta la necesidad de apoyo y trabajo con los productores para disminuir y/o anular la depen-dencia sobre este recurso. El mercado tradicional es el espacio de mayor importancia para la venta de los productos de la mayoría de productores que participan en las ferias ecológicas. Sin embargo, por parte de los productores, existe ese sentimiento de impotencia de no poder hacer que sus productos sean reconocidos y diferenciados, y, como consecuencia, ser retribuidos con mejores precios. Los precios de los productos ecológicos ofertados en las ferias ecológicas son relativamente iguales a los precios de los mercados tradicio-nales, lo que acabaría con la creencia o la generalización de que los produc-tos ecológicos son caros. Esta afirmación es válida para los productos que se ofertan en puntos especializados de venta directa, y no tanto en las “tiendas de productos ecológicos”, ya que en la mayoría de estas tiendas se venden productos con algún grado de transformación industrial y la casi nula la participación de los productores ecológicos. Podríamos hablar, en este caso, de una forma de “convencionalización” de los productos ecológicos. Respecto a los consumidores, un primer resultado que llama la atención es la edad promedio de mujeres visitantes a la feria (37 años), algo que probablemente se debe a que son las familias más jóvenes las que tienen mayor conciencia de la importancia de consumir no solamente productos propios del área rural, sino producidos bajo un sistema más saludable para la familia. Además, el nivel de ingresos parece también ser un factor de-terminante para preferir estos productos, aunque los precios son similares entre el mercado ecológico y tradicional. Por otro lado, el gasto realizado por los consumidores es bastante bajo en comparación de sus ingresos percibidos, pero este hecho se da más por la baja oferta (cantidad y diversidad) de productos en las ferias; aquí se puede percibir una oportunidad para obtener mayores ingresos para los productores en la medida que generen mayor valor agregado a sus produc-tos, ya sea transformándolos u ofreciendo algún servicio adicional que los haga más atractivos. Otro aspecto importante es que se debe socializar, tanto en el productor como en el consumidor, la información referida a la forma de reconocer un producto ecológico de uno convencional, para fortalecer la

253 Artículos

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confianza del consumidor de manera que éste vea al productor como un importante aliado para acceder a una forma de vida más sana y acorde con el medio ambiente. A pesar de la corta vida de estas ferias, se ha podido observar pequeños impactos en algunos hábitos de los consumidores, hecho que pone en relieve el potencial que poseen estas ferias y de esta manera jus-tificar la implementación de políticas que apoyen a mejorarlas, tanto en cantidad de consumidores asistentes como en optimizar los sistemas de producción de las familias campesinas. Finalmente, de acuerdo con los resultados del estudio, es difícil encontrar el arquetipo del productor ecológico (agroecológico) y del pro-ductor convencional. Si bien el sistema de producción predominante es el ecológico, esto no quiere decir que sean sistemas estrictamente ecológicos, por lo que resulta más adecuado hablar de sistemas con grados de ecologi-cidad y convencionalidad. En este sentido, se recomienda que, en estudios posteriores, se tome en cuenta este aspecto, es decir, considerar lo que Víc-tor Toledo (2002) llama “tipología multicriterial de productores rurales”.

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7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

AGRECOL Andes Cochabamba Bolivia. “ASOCIACION ECO Feria Cochabamba – Bolivia” Informe de proyecto. 2012.AVSF. Diagnostico Sobre La Soberanía Alimentaria En Bolivia Desde La Visión Del Proyectos Mercados Campesinos, (La Paz Bolivia, Enero 2012)AVSF. Dinámicas de la agricultura familiar campesina en el Ecuador y perspectivas de la Agroecología. (Abril 2011)AVSF. El fortalecimiento de las organizaciones económicas campesinas para una inserción favorable y justa de los pequeños campesinos en los mercados. (Julio del 2008)AVSF. “El fortalecimiento de las organizaciones económicas campesinas para una inserción favorable y justa de los pequeños campesinos en los mercados”. (2008)Azevedo da Silva C. “La configuración de los circuitos de proximidad en el sistema alimentario: Tendencias evolutivas”. Brasil. Doc. Anal. Geogr, 54. (2009)Briz, J. y Felipe, I. “La cadena de valor agroalimentaria” Análisis inter-nacional de casos reales. Edit. Agrícola Española S.A. Madrid, España. (2011)CEP. “Diseño, reglamentación y estudio de factibilidad económica de una bolsa de productos ecológicos-orgánicos en Bolivia”. PNUD. La Paz, Bolvia. (2011)Elías, B. y Torrico, M. “Sistematización de experiencias de comercialización directa de productos ecológicos: tres estudios de caso”. Consultoría para la UC-CNAPE. La Paz, Bolivia. (2012)MAGAP y AVSF. “Circuitos alternativos de comercialización: estrategias de la agricultura familiar campesina”. Inventario, Impacto, Propuesta. Documento de trabajo. Quito Ecuador. (2012)Sevilla E. y Soler M. “Agroecología y soberanía alimentaria: alternativas a la globalización agroalimentaria”. Instituto de Estudios Campesino de la Universidad de Córdoba. (2010). Toledo, V., et al. “La modernización rural de México: un análisis socio-ecológico” SEMARNAT. INESEMARNAT. UNAM. México. (2002).Wezel A. y Soldat. “A quantitative and qualitative historical analysis of the scientific discipline of agroecology”. Department of Agroecosystems, Environment and Production, ISARA, Lyon, France. (2009).Wezel A., et al. “Agroecology as a science, a movement and a practice”. ISARA, Departament of Agroecosystems, Environment and Production. Lyon, France. (2009).

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info

1. Investigación realizada para optar el grado de Magister.2. Susana Tania Díaz Cuentas es ingeniera agrónoma, con maestría en Sociología.

RESUMEN

El trabajo de investigación aborda los procesos de transferencia de valor e intercambio desigual a partir del análisis de la situación de la economía campesina y su interacción con la economía urbana,

desde la perspectiva sociológica de la teoría del valor y en “tiempos de cambio”.La metodología empleada pasa por un análisis documental y empírico cualitativo, y toma como estudio de caso la situación actual de la comunidad Llamacachi. Para abordar el tema se describe el sistema de producción de esta comunidad, sus formas de vinculación con el mercado y los procesos de intercambio desigual. Se describen también los costos de producción de tres cultivos: papa, cebolla y haba. La consideración del conjunto de estos aspectos permite determinar cuáles son los mecanismos de transferencia de valor.

PALABRAS CLAVES: economía campesina, transferencia de valor, sociología rural.

TRANSFERENCIA DE VALOR DE LA ECONOMÍA CAMPESINA A LA ECONOMÍA URBANA1

ESTUDIO DE CASO: COMUNIDAD DE LLAMACACHI, CANTÓN COMPI, MUNICIPIO DE ACHACACHI

SUSANA TANIA DÍAZ CUENTAS2

256Artículos

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Ajllata

Watizata

Walata Chico

Millipaya

CajiatoTamayo

Akherani

Pallareti

Puncu Mayu

Villa Asunción de Corpaputo

San Roque deChalluyo

Santiago de huata

ChuaVisalaya Chua

CocanySoncachiHuatajata

Kalaque

Amaya

Achacachi

LAGO TITICACA

LIMACACHI

LA PAZ

1. INTRODUCCIÓN

La abundante bibliografía sobre la cuestión rural de las economías campesi-nas andinas y las frecuentes investigaciones teóricas y empíricas sobre el tema nos dejan sumergidos en un mar de información y en una discusión constan-te sobre los límites del desarrollo de la Región Andina en Bolivia.

El proceso de producción de conocimiento sobre el tema rural, sin embargo, no logra incidir en las políticas gubernamentales. Entre las ineludibles inter-venciones teóricas está el tema del intercambio desigual, es decir, y dicho en breve: vender barato para comprar caro.

La metodología empleada en este estudio se ha basado en el análisis documental y cualitativo de la situación actual de las comunidades asenta-das alrededor del lago Titicaca, tomando como estudio de caso a la comuni-dad de Llamacachi (Municipio de Achacachi).

Para entender los procesos de intercambio y transferencia de valor de esa economía campesina a la economía urbana, se describe el sistema de pro-ducción comunitaria y familiar, y se analiza, en detalle, la producción de papa, cebolla y haba, productos seleccionados por sus características e impor-tancia para el mercado y para las familias productoras.

Finalmente, se describen también los espacios temporales y geográficos de transferencia de valor e intercambio desigual en los cuales participa la comunidad.

2. OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL

Estudiar la transferencia de valor y el intercambio desigual (en el mercado de productos) de la economía campesina a la economía urbana en tiempos de cambio y desde la comunidad de Llamacachi, Cantón Compi, Municipio de Achacachi (Gráfico 1).

Gráfico 1Ubicación Comunidad de LLamacachiCantón Santiago de Huata, Municicpio de Achacachi

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Características del sistema de

producción Andino

Situación EcoSistémica

Tenencia y Formas de Acceso a la Tierra

Dependencia deInsumos

Bajos Rendimientos

Situación Geográfica

Fertilidad de Suelos

Factores Climáticos

Mano de Obrapreponderante Familiar

División de la fuerza deTrabajo Familiar

Tecnificación

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Describir las relaciones de valor y precio en tres productos agrícolas de la comunidad: papa, haba y cebolla. Describir los espacios temporales y geográficos de transferencia de valor e intercambio desigual, y la fluctuación de precios (encuentros y desen-cuentros de las economías familiares con el mercado en las ferias comunales).

3. MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL

La construcción del marco teórico conceptual de este estudio tiene como base la revisión de diferentes autores que escribieron e investigaron sobre la temática rural. Las conceptualizaciones descritas se resumen en el Gráfico 2.

Gráfico 2Marco teórico conceptualFuente: Elaboración Propia

Los temas ineludibles fueron: economía campesina, comunidad campesina, sistema de producción agrícola.

Las principales consideraciones teóricas que guiaron el trabajo fueron las siguientes:

Carlos Marx (1868:89): “Un valor en uso, o un bien, solo vale porque en él está objetivado o materializado, un trabajo humano abstracto. ¿Cómo, pues, medir la cantidad de su valor? Por el ‘cuanto’ de ‘substancia creadora del valor’ en el contenida, por el trabajo. La canti-dad de trabajo se mide a su vez, por el tiempo, y el tiempo se computa a su vez, por días, horas, etcétera”.

Armando Bartra (1982b:70): “…cuando la forma de producción campesina está subordi-nada al modo de producción capitalista, su “tributo” al exterior se da fundamentalmente a través del mercado y cobra la forma de una transferencia de valor basada en un mecanismo de intercambio desigual. Se trata ciertamente de un intercambio desigual y una transferencia de valor por cuanto la pérdida del excedente campesino se consuma en el mercado”.

4. MÉTODOS Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN

La obtención de datos arrancó con un proceso de investigación documen-tal para luego apelar a los métodos cualitativo (observación y entrevistas a profundidad), y cuantitativo, este último aplicado al análisis de los datos

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Familia Familia Familia

Miembros activos en las labores

agrícolas2 3 4

Jornales auto contratados 20 21 26

Jornales contratados 11 10 5

numéricos de fuentes secundarias (básicamente información del Instituto Nacional de Estadística, INE).

ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN Para el análisis de la información se recurrió al método interseccional, un método que permite advertir la interrelación de factores de la producción agrícola campesina que intervienen e inciden en la transferencia de valor y en el intercambio desigual.

5. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

a. Descripción De las relaciones De valor y precio en tres proDuctos agrícolas De la comuniDaD: papa, haba y cebolla

Los datos extractados muestran un estancamiento de la economía campe-sina. El análisis de tres productos —haba, papa y cebolla— ha permitido establecer sus estructuras de costos. [En los Gráficos 3, 4, y 5 aparecen las respectivas estructuras de costos para los tres productos, acompañadas de un Balance de su comercialización.]

Para recuperar todo lo invertido y recibir como familia un jornal adecua-do, tomando los datos de la papa (Gráfico 3 y Balance), la arroba de este producto debería venderse a Bs.46,57 en el punto de producción (se vende a Bs.30.-) y a Bs.48,28 por arroba considerando el transporte a mercados urbanos. Este precio podría colocar al agricultor en un punto de equilibrio, sin registrar procesos de acumulación.

Por otro lado, y considerando la transferencia de la fuerza de trabajo de toda la familia, podemos calcular cuánto es lo que la familia deja de percibir.

La primera familia está conformada por dos miembros, razón por la cual necesita contratar más mano de obra (11 jornales); en el caso de la segunda familia de tres miembros activos, se requiere contratar 10 jornales; y en el caso de la tercera familia de cuatro miembros sólo se requerirá contratar cinco jornales. No debe olvidarse que los jornales contratados se pagan en dinero (Cuadro 1).

Cuadro 1Jornales contratados por familiaFuente: Elaboración propia en base a datos de campo.

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Ingresos Bs.2.400,00

Insumos y herramientas Bs.1.755,50

Saldo después de cubrir los insumos y herramientas (Bs.2.400 – Bs.1.755,50) Bs.644,50

Costo de la mano de obra contratada (5 jornales * Bs.63,50) Bs.317,70

Saldo después de cubrir la mano de obra contratada

(Bs.644,50 – Bs317,70)Bs.326,80

Bs.351.-

Saldo dividido entre el número de jornales familiares

o auto contratados (Bs.326,8 / 26 jornales)

Bs.13.-

Equipos6%

Herramientas5%

Recurso Suelo2%

Alquileres5%

Insumos Básicos28%

Comercialización28%

Mano de Obra51%

Gráfico 3 (y Balance)Papa: Estructura de costos de producción 2011Fuente: Elaboración propia en base a datos de campo 2011.

Cuadro 2Jornales contratados por familiaFuente: Elaboración propia en base adatos de campo.

Para realizar el análisis en detalle, y siempre tomando los datos de la papa (Figura 3), tomemos el caso de la familia de cuatro miembros y dividamos los costos de mano de obra (Bs.1.970.-) entre el número de jornales con-tratados y auto contratados (Bs.1.970.- / 31 jornales = Bs.63,50); el monto resultante (Bs.63,50) corresponde al pago de un jornal (Bs.50.-) más la ali-mentación. Una priorización supuesta de de egresos en la familia aparecen en el Cuadro 2.

El resultado de este ejercicio muestra que a cada jornal de la familia le corresponde Bs.13.-, de un total de Bs.63,50; la diferencia (Bs.50,50) es la transferencia por cada jornal de la familia (jornal auto contratado) al mer-cado. En concordancia con Bartra (1982), que afirma que la producción campesina está subordinada al modo de producción capitalista, “se trata ciertamente de un intercambio desigual y una transferencia de valor por cuanto la pérdida del excedente se consuma en el mercado”. Estos resultados hacen ver la producción de papa como una actividad defi-citaria. La pérdida será cubierta con otros ingresos dentro del sistema de producción familiar como la venta de mano de obra, el comercio informal y otros. El grupo familiar consciente de esta realidad seguirá produciendo papa, debido a la estrecha relación del cultivo con su seguridad alimentaria.

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BALANCE

Cantidad de arrobas producidas

Precio de venta mercado mayorista Total ingresos

80@ Bs.30.- Bs.2.400.-

Balance sin considerar gastos de

comercialización

Balance considerando gastos de

comercialización

INGRESOS Bs 2.400,00 Bs2.400,00

EGRESOS Bs 3.725,50 Bs 3.862,00

RESULTADO DE LA ACTIVIDAD Bs 1325,50 Bs 1462,00

*Producto puesto en el punto de producción.**Producto puesto en mercados urbanos.

Ganancia Ganancia

Recuperación de Insumos

Recuperación de Insumos

Costo de Producción

Sin considerar gastos de comercialización

Considerando gastos de comercialización

21% 23%

79% 77%

Mano de Obra 60%

Equipos 7%

Herramientas 7%

RecursoSuelo 2%

Insumos Básicos 11%

Comercialización 11%

Alquileres 2%

Cantidad de quepis Precio de venta mercado mayorista Total ingresos

25 Bs.120.- Bs.3.000.-

Fuente: Elaboración propia en base a datos de campo.

Tal como se observa en el Gráfico 5, para alcanzar el punto de equilibrio el agricultor debería vender la cebolla a 143,38.Bs por quepi. En el caso de este cultivo se debe considerar que las familias lo eligieron en base a los resultados del año anterior (mayor precio de venta y menor oferta).

Gráfico 5 (y Balance)Cebolla: Estructura de costos de producciónFuente: Elaboración propia

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CULTIVO DE CEBOLLA: BALANCE

Balance sin considerar gastos de

comercialización

Balance considerando gastos de

comercialización

INGRESOS Bs.3.000,00 Bs.3.000,00

EGRESOS Bs.3.238,50* Bs.3.584,50**

RESULTADO DE LA ACTIVIDAD – Bs.238,50 – Bs.584,50

*Producto puesto en el punto de producción.**Producto puesto en mercados urbanos.

Transferencia Transferencia

Recuperación de Insumos

Recuperación de Insumos

Costo de Producción

Sin considerar gastos de comercialización

Considerando gastos de comercialización

7% 16%

93% 84%

Fuente: Elaboración propia en base a datos de campo.

En términos generales, y observando los resultados de producción de los tres cultivos analizados, se pueden hacer las siguientes consideraciones:

Si se realiza una analogía con la empresa agrícola, el agricultor debería obtener una ganancia, y eso sólo sucede en el caso del cultivo del haba. Pero aún así, se debe discutir cuál debería ser la ganancia media, y si la suma de las ganancias medias por cultivo permitiría sostenerse al agricultor el resto del año agrícola. En el caso de los otros cultivos no se obtiene ganancia media, existe más bien existe una pérdida o, más bien, puede decirse que el agricultor “cede parte de su fuerza de trabajo gratuitamente al mercado”. Por otro lado, existen parámetros que no son constantes. Los agricultores, por ejemplo, prefieren épocas buenas y malas en la cosecha, o precios altos y bajos, aun siendo inversamente proporcionales, es decir, que mientras la producción aumenta, el precio decrece; sucede lo mismo en el caso en que sea un mal año y el rendimiento baje o, dicho de otra manera, que a menor cantidad de productos el precio se incrementa, lo cual no es más que la ley de la oferta y demanda. Lo que aquí se debe resaltar es que los agricultores se mueven tomando como parámetro el año anterior, y lo hacen de manera individual; si el año anterior el precio del haba fue conveniente, los agricultores tomarán la decisión de cultivar haba. Y si bien no se da un proceso de saturación del mercado, la mayor oferta provoca

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la disminución del precio. Por otra parte, la conservación del haba seca permite espacios de espera hasta obtener un mejor precio, lo que no sucede con el cultivo de cebolla, debido a su rápida perecibilidad, lo que obliga a los agricultores a vender su producción al precio del mercado, precio que también es fijado por las comerciantes intermediarias, quienes al ver que la oferta aumenta, disminuyen paulatinamente los precios. El año 2010 fue particularmente crítico, ya que las familias tuvieron que vender los quepis incluso a Bs.30.-, lo que desincentivó el cultivo de cebolla el año siguiente puesto que la pérdida repercutió en la inversión realizada. En estas circunstancias, no es correcto pensar que un buen año favorezca al agricultor. Lo beneficiará en tanto destine toda su producción al autoconsumo, pero si se relaciona con el mercado, como se ha visto en el caso de la cebolla y la papa, el precio y la cantidad producida entran en equilibrio, es decir: mayores rendimientos se venderán a un menor precio. En concreto, el único que gana y nunca pierde en esta transacción es el comerciante, ya que siempre recibirá un plus por el proceso de interme-diación entre el agricultor y el consumidor final o, en un caso extremo, al menos recuperará lo invertido. Desde otro punto de vista, la deficitaria mecanización se observa en la concentración, por encima del 50%, en mano de obra, de la cual, al final de cuentas, depende el sistema. El cual se sostiene debido no sólo a una explotación individual, sino a las estrategias no monetarias de intercambio de trabajo, lo cual no permite ver la magnitud de la explotación sistemática de la fuerza de trabajo de la economía rural. Además, el carácter holístico la economía campesina permite que existan flujos internos dentro de los subsistemas, lo que, a fin de cuentas, no es otra cosa que la subvención de unas actividades por otras. Por los ejemplos observados, si bien el agricultor, en forma indi-vidual, no está en posición de fijar precios en el mercado, las decisiones compartidas inciden en el incremento o decremento de oferta, lo que, a su vez, incide en los precios del mercado. b. espacios temporales y geográficos De la transferencia De valor e intercambio Desigual. encuentros y Desencuentros con el mercaDo

La comunidad se vincula al mercado urbano mediante la concurrencia a ferias situadas en el área rural o en ferias del área urbana. En estas ferias la familia compra o intercambia lo que no produce, y vende o intercambia sus productos.

Las ferias rurales más cercanas a la comunidad Llamacachi son: la de Janko Amaya que se realiza los días jueves; la de Chua que se realiza los días mar-tes; y la de Huatajata los días miércoles. Las ferias de mayor tamaño son, en orden de importancia, la de Achacachi, que se realiza los días domingos, y la de Batallas que se realiza el día sábado.

Después de observar las ferias a las cuales recurren las familias de la co-munidad para intercambiar los productos, y luego de haber establecido la transferencia directa a la familia urbana, se tienen sistemas complejos y dinámicos que se resumen en el Gráfico 6.

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FamiliasCampesinas

Economía Rural

Intermediarios

Chua

Batallas

El Alto

La Paz

FamiliaMigrante

OtrosConsumidores

Economía Urbana

Consumidores

Huatajata

JankoAmaya

Achacachi

Ferias Rurales

1992

Papa Arroba

Haba Libra

Cebolla Entera (Con cola u Hoja) 25 unidades

0

5

10

15

20

25

30

1994 19961993 1995 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Gráfico 6 Sistema de intercambio de productos en LlamacachiFuente: Elaboración propia en base a datos de campo.

Gráfico 7 La Paz: variación en Bs. de los precios de la papa, haba y cebolla (1992-2006)Fuente: Elaboración propia en Base a datos del INE (2007).

Por lo que se ha podido establecer en el estudio, existen varios espacios de intercambio. Las ferias cercanas, ferias pequeñas, sirven como espacios de intercambio de insumos de consumo diario para la familia. Las ferias que están un poco más alejadas, como la feria de Achacachi y Batallas, sirven para obtener mejores precios y mayor variedad en cuanto a compra de algunos otros insumos. Así, el complejo de transferencia de productos al área urbana tiene varias vías, una que implica intermediarios y la otra que podemos llamar de transferencia directa. En algunos casos, el producto pasa por varios intermediarios antes de llegar a la zona urbana. Y en la zona urbana se debe dividir a los consumidores como residentes o como familia emigrante que aún tiene conexión con el área rural, lo que le permite ob-tener productos de forma directa.

c. Diferenciación De la fluctuación De precios De proDuctos agroinDustriales vs. proDuctos campesinos

Este acápite debe permitirnos establecer esas relaciones basadas en el “vender barato para comprar caro”. Utilizando fuentes de datos secundarias, principalmente los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se han elaborado una serie de gráficos que nos permiten ver la fluctuación de precios de los productos campesinos versus los productos agroindustriales.

264Artículos

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2008

Abr

Ene

Ene

Ene

Jul

Abr

Abr

Abr

Oct Ju

l

Jul

Jul

Oct

Boli

vian

os

Oct

Oct

2009 2010 2011

Cebolla (Entera)

Haba

Papa (Imilla)

0

10

20

30

40

50

60

Boli

vian

os

8

10

12

14

16

6

4

2

0

1992

1997

1993

1998

1994

1999

1995

2000

1996

2001

2002

2003

2004

2005

2006

Carne Kilo

Aceite 900 cc

Carne de res conHueso (1 Kilo)

Aceite (900 cm )

Fideo (1Libra)

Azucar granulada (1Libra)

3

Boli

vian

os

0

5

10

15

20

25

30

2008 2009 2010 2011

Gráfico 8 La Paz: variación de precios en Bs. de los precios de la papa, haba y cebolla (abril 2008 – diciembre 2011)Fuente: Elaboración propia en Base a datos del INE (2007).

Gráfico 9La Paz: variación del precio de productos agroindustriales y manufacturados en Bs. (1992 –2006)Fuente: Elaboración propia en base a INE Estadística de precios 2012.

Gráfico 10La Paz: variación del precio de productos agroindustriales y manufacturados en Bs. (2008 –2011)Fuente: Elaboración propia en base a INE Estadística de precios 2012

La información de los Gráficos 7 y 8 permite obtener un panorama históri-co de la realidad de precios de los productos de origen campesino. Las líneas de tendencia muestran pendientes positivas en los casos de la papa y el haba, lo que no sucede con el caso de la cebolla que en el periodo con-siderado muestra una tendencia a la baja.

A diferencia de lo que ocurre con los productos provenientes de economías campesinas, los productos agroindustriales (carne, aceite y fideo) se han ido incrementando paulatinamente a lo largo de los años, tal como lo muestra el Gráfico 9. Ninguno de estos productos ha tenido caídas severas o cambios erráticos de precios, incrementándose con más rapidez y en mayor porcentaje.

265 Artículos

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Débil y Lentoproceso de

Acumulación Tierra Insuficiente

Baja fertilidad

Tecnología Inapropiada

Políticas poco efectivas para el

Sector

Económico

Social Ambientalhistórico/culturalAcceso a Educación

centros de saludcooptación por elsistema, Migración

LimitacionesGeográficas y

climáticas

info3. Tendencia a la proletarización o al aburguesamiento (Paz, 1995).

Gráfico 11La Paz: variación del precio de productos agroindustriales y manufacturados en Bs. (2008 –2011)Fuente: Elaboración propia

En el periodo 2008-2011 han existido severos procesos de regulación a los precios del azúcar y del aceite debido a que éstos se elevaron de mane-ra desproporcional. Dicha elevación tuvo implicancias políticas, pues los sectores monopólicos de la economía nacional, y en particular los que controlan los precios de los dos productos mencionados, tenían como fin presionar al gobierno de Evo Morales. Frente a esto, el Gobierno tomó principalmente dos medidas: la primera, evitar la exportación, y la segun-da, generar procesos de importación de aceite y azúcar que derivaron en la disminución de sus precios. En otro momento, en diciembre de 2010, el anuncio del incremento de los precios de los hidrocarburos generó nuevamente una tendencia al crecimiento de los precios de la canasta familiar, y pese a que la medida se derogó días más tarde, los precios de los artículos de la canasta familiar no redujeron, como muestra el Gráfico 10. De todas maneras, el “amague de gasolinazo” no afectó de manera sobresaliente los precios de los pro-ductos de origen campesino.

6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La economía campesina es una economía híbrida que combina lo andino en sus formas tradicionales de organización con una fuerte influencia de la agricultura convencional (“revolución verde”), sin tecnología apropiada (en la actualidad) y con bajos rendimientos. Son economías evidente-mente pobres que influyen en los procesos de migración, orillando a la descampesinización3.

Las economías familiares (rurales) transfieren valor a las economías ur-banas, cuando el trabajo objetivado en la producción no es reconocido en su totalidad por el mercado. Estos procesos de transferencia de valor están condicionados por factores ambientales, económicos y sociales, to-dos ellos aspectos ampliamente teorizados, documentados y constatados por la indagación empírica en los años 2004 y 2011 (Gráfico 11).

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También se ha establecido que el productor, para llegar a un punto de equilibrio, debería cobrar, en el caso de la papa, Bs.48,28 por arroba. Sin embargo, ésta se vende al mercado mayorista en Bs30.- por arroba. En el caso de la cebolla, el punto de equilibrio se ha establecido en Bs.143,38 (el quepis), pero se vendió a Bs.120.- (el quepi). Sólo el haba se vendió unos pesos más por encima de su punto de equilibrio.

FACTORES QUE INTERVIENE EN LATRANSFERENCIA DE VALOR

Las observaciones realizadas por el estudio en el periodo 2010-2011, como ya se ha señalado, reflejan un estancamiento de la economía cam-pesina y una mayor presión sobre el sector, especialmente determinada por la actual condición sociopolítica. A los factores de presión mencio-nados (social, económico y ambiental), se suma uno con sus propias particularidades que podemos denominar como presión sociopolítica y que bien podría resumirse como una contención de las demandas sectoriales paliadas por ingresos adicionales en el sistema como son los bonos: Juancito Pinto, Dignidad y Juana Azurduy.

Se debe aclarar, aquí, que el tema abordado en esta investigación es la trans-ferencia rural-urbana, por lo que no se indagó sobre los ingresos familiares adicionales de las familias campesinas, un tema ya estudiado por varios autores, entre ellos Jiménez y Gutiérrez (2003), Eyzaguirre (2005) y el informe del CIPCA (2008) titulado “Estudio sobre los ingresos anuales 2007-2008”.

Estos trabajos establecen que los bonos mencionados han permitido au-mentar el ingreso per cápita de las familias rurales, pero la mejora de su sistema productivo, el cual continúa desarrollándose en condiciones de subsistencia. Sin embargo, la percepción de un proceso político de “cam-bio”, bajo el mando de un presidente indígena, subsume las demandas del sector a un ideario de bienestar futuro que, en concreto, se expresa en el estancamiento de los precios de sus productos pese al aumento los insumos que utiliza para producirlos.

CRECIMIENTO DE PRECIOS

Los gráficos presentados tomando como fuente los datos del INE per-miten observar las tendencias mínimas de crecimiento de los productos de origen campesino. Por el contrario, los precios de productos manufac-turados y de origen agroindustrial como el azúcar, el aceite, la carne y el fideo han tenido un crecimiento sostenido y pendientes más elevadas en comparación con los productos campesinos.

El análisis de la canasta familiar del área rural permite establecer el nivel de consumo y el peso de estos productos manufacturados y agroindustria-les cuya incorporación histórica en los hábitos de consumo campesino generan una dependencia creciente. Se cumple así, una vez más, la senten-cia expresada por Bartra (1982): “vender barato para comprar caro”.

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El pequeño agricultor no sólo se encuentra sujeto a determinadas condi-ciones climáticas, sino a las condiciones de oferta y demanda. La falta de previsión y la toma de decisiones de carácter individual, en vez de decisiones comunales, genera un proceso de fluctuación de la oferta de productos, lo que deriva, a fin de cuentas, en la disminución de precios, y serán los comerciantes mayoristas quienes finalmente fijarán los precios de acuerdo a la oferta.

En este sentido, nuevamente nos encontramos ante un admirable pero real estancamiento de precios de los productos de origen campesino que se sostiene, como se vio, sobre las espaldas del agricultor.

VÍAS DE TRANSFERENCIA DE VALOR

La transferencia de valor se da principalmente por dos vías: por la vía del mercado y en diferentes contextos geográficos, y de forma directa a las familias campesinas consanguíneas de las ciudades. [En algunos casos también se distribuirá lo producido entre amistades vinculadas como retribución a favores o muestras de amistad.]

Las transferencias directas se realizan en familias campesinas cuyos hijos viven en las ciudades y, por tanto, la producción agrícola es consumida directamente. En este caso se produce una transferencia de productos rural-urbano sin intervención del mercado. Las transferencias pueden ser de grandes volúmenes o sólo ocasionales, dependiendo de los lazos paren-tales y del nivel de dependencia de los hijos.

La presencia de productores campesinos en pleno centro urbano, ofertan-do sus productos a precios menores de los revendedores, también influye en la reducción de precios, tal como ocurre en el caso de la ciudad de El Alto y la zona del Cementerio en la ciudad de La Paz, donde se puede conseguir a tempranas horas papas a precios más bajos (Bs.30.-/Arroba, febrero 2011). El juego de los precios oscila en torno a las horas. Las jóvenes con más tiempo permanecerán por más horas con el precio esta-blecido, mientras las comerciantes permanentes no lleguen. Las personas con más prisa, o con el tiempo preciso para la venta y el retorno a sus comunidades, optarán por el remate. Los consumidores directos, con-ocedores de esta dinámica, se apresuraran a realizar sus compras entre las 6:00 y 7:00 de la mañana, como también es seguro que las “revendedoras urbanas” o comerciantes minoristas estarán disputándose los productos para realizar la reventa horas más tarde.

LAS MUJERES COMO FACTOR DE ARTICULACIÓN ENTRE LA ECONOMÍA CAMPESINA Y EL MERCADO

Los procesos de intercambio de compra-venta y trueque son general-mente realizados por mujeres. Pequeños volúmenes de productos se llevan en coloridos aguayos que se descargan cuando la oferta de algún producto proveniente del valle o la ciudad parece conveniente. Se entablan diálogos y se comparten sonrisas cuando el intercambio se consensua. Sin embargo, también prevalece el interés de las hábiles comerciantes quienes monetizarán en las ciudades los productos obtenidos por trueque en las

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ferias rurales. En este contexto, son las mujeres que se encargan de darle un valor de uso y un valor de cambio a la producción agrícola. Ellas esta-blecen los volúmenes de intercambio buscando un valor semejante al que ellas ofrecen. Sólo en la feria de Huatajata se producen intercambios en-tre agricultores, aquellos de la Isla del Sol y los agricultores de Huatajata y otros lugares cercanos. Pescados y huminta es lo que la gente de la Isla ofrecía, a cambio de papa, chuño y charque. Otros, los menos, adquirían los productos con dinero. En las otras ferias en las que los agricultores buscaban fruta traída de los valles, eran las comerciantes que hacían este intercambio emulando a las antiguas comunarias vallunas que debían viajar largas distancias en busca de productos del altiplano para intercambiarlos con sus productos. Ahora hay “las que cambian”, hábiles comerciantes que ofrecen pan, fruta, pasankallas, sultana, coca y otros productos. Son estas mujeres las que le dan el valor de cambio al producto agrícola. CONSUMOS INCENTIVADOS, CONSUMOS ESIGUALES

Un consumo incentivado puede entenderse como la penetración del mer-cado en las economías campesinas. Los medios de comunicación como la televisión, o el contacto frecuente con la urbe, crea necesidades que antiguamente no se tenía. Así, las familias han incorporado rápidamente, entre sus activos, televisores, lectores de videos, aparatos de sonido, celu-lares (son un artículo de primera necesidad) y el gas envasado.

El colegio, por otra parte, exige la compra de materiales y libros que sólo pueden adquirirse en las ciudades, presionando a las familias campesinas a buscar nuevas fuentes de ingreso que por lo general no logran con la actividad agrícola.

Al lugar más alejado e impensable llega una Coca Cola; su consumo, en algunos casos, ya es símbolo de estatus: solo consume Coca Cola el que más plata tiene. Los pocos excedentes que se obtienen se convierten en electrodomésticos, ingresando así en una espiral de consumo incentivado generando consumos desiguales.

MIGRACIÓN Y ENVEJECIMIENTO DE LAS FAMILIAS

“Aquí no hay quien viva”. La frase golpea una y otra vez. “Sólo los viejos han quedado”, se escucha entre la gente mayor. La cercanía de la comuni-dad a las ciudades de El Alto y La Paz ha provocado que los jóvenes salgan del área rural y estudien en las áreas urbanas. Muchos hogares están con-formados por ancianos; sus parientes vuelven a verlos los fines de semana.

Otra arista de esta realidad es “la migración que se asume como una es-trategia de superación de la actividad agrícola”. Los padres comprenden la inseguridad de la actividad agrícola y apoyan la migración de sus hijos en busca de mejores alternativas de ingreso. La televisión y la cercanía a las ciudades, y las dificultades de la producción agropecuaria, incen-tivan consumos culturales que generan la búsqueda de profesiones más rentables y cómodas. Una de las elecciones más recomendadas entre las

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familias campesinas es el estudio de sus hijos en la Normal Superior, para formarse como profesores. Otras familias optarán por la Universidad, pero igualmente tendrán que generar ingresos para poder costear esta educación. En general, las familias campesinas ven el ideario de bienestar lejos del agro. Se forman así, con el tiempo, los denominados “residentes”, un grupo que sin duda vive entre lo urbano y lo rural, saltando de realidades urbanas más cómodas a realidades rurales, aferrándose a la tierra que en muchos casos se usa como símbolo de pertenencia.

En otros casos se fomenta la migración internacional. El país de destino depende de las relaciones de parentesco con antiguos migrantes. Estas migraciones también representan una fuente de ingreso para las familias, las cuales ven muy lejana la reinserción de los migrantes a las labores agrícolas, ya sea de los que viven en otro país o de los profesionales. “Él es un joven de ciudad” o “ella es una señorita”: estos son los términos usados para designar a la familia que de seguro ya no volverá a la tierra.

“Sólo el fracasado retorna”, aquél al que no le haya ido bien, el que no ha podido superar los desafíos de la migración. Es él quien se aferra a la esperanza de la producción agrícola.

ESTANCAMIENTO DE LA ECONOMÍA CAMPESINA

El intercambio desigual y la transferencia de valor rural–urbano con-tinúan siendo en nuestros días un ejemplo de discriminación estructural que no logra ser resuelto. Las políticas para el sector son insuficientes e ineficientes; el discurso gubernamental no logra conciliar las realidades con las utopías. Por un lado una economía que concurre diariamente al mercado en condiciones desiguales; por el otro una política de micro-créditos a economías limitadas por el espacio físico y la fuerza de trabajo.

Las formas de producción tradicionales comunitarias perdieron vigencia con la llegada de los colonizadores, y quedaron completamente sepultadas con la reforma agraria de 1952, dando paso a la micro parcelación. El concepto adquirido de propiedad privada es difícilmente reversible. Aun los más férreos defensores del modelo comunitario no estarían dispuestos a devolver sus tierras a la comunidad en busca de formas de producción comunitarias que permitan abastecerse y abastecer a los mercados ur-banos en condiciones más equitativas y menos discriminatorias.

En este punto también es importante destacar los bajos niveles de tecnifi-cación. Al establecer los balances de la producción de haba, papa y cebolla, se ha podido observar que el mayor componente productivo se centra en la mano de obra, constituyéndose, a la vez, en un proceso de presión sobre la mano de obra familiar.

Las décadas de estancamiento tienen mucha relación con las maneras de afrontar las realidades rurales, e incluso los procesos de internalización de los modelos de desarrollo. En la década del 60 y 70, los gobiernos de turno albergaban el modelo de la “revolución verde”, como se lo estableció por los informes del SAI (1960). Se dejó en manos de profesionales “ex-tranjeros” los procesos de “extensión” que, como era de esperarse, no respondían a la realidad socioeconómica ni al entorno geográfico del país.

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A este proceso le siguió la desarticulación de los centros experimentales. En la actualidad, varios intentos parcelados y desarticulados no generan ni generarán el des-estancamiento de la economía campesina. Para ello se debe transitar de un proceso de política gubernamental a un proceso de construcción de política estatal, articulando y consensuando con los actores la reconcentración de tierras y la generación de tecnología ade-cuada a las condiciones ambientales. Ello deberá expresarse en políticas efectivas para el sector que articulen los problemas económicos sociales y ambientales de las familias campesinas.

VIVIENDO EN COMUNIDAD, PERO ENFRENTÁNDOSE SOLOS AL MERCADO

Es evidente que el solo hecho de vivir dentro de una comunidad no ase-gura el ser una Organización Económica Comunitaria cohesionada, ca-paz de enfrentarse al mercado, como pretende la Ley 144. Se ha obser-vado que las necesidades compartidas son factores de cohesión. La falta de riego y la necesidad de saneamiento de tierras son apenas dos de esas necesidades. Sin embargo, en la comunidad no existe asociación cooperativa para la producción ni para la venta de productos. Cada familia se en-frenta sola al mercado, lo que incide en sus costos de producción y en la puesta en venta de los alimentos producidos.

Para contrarrestar esta suma de individualidades enfrentadas al mercado, será necesario desarrollar estrategias de cohesión comunitaria productiva tendiente a la mejora de rendimientos, a la unificación de parcelas (o recuperación de las aynocas), a una mejor tecnificación y a la formación de asociaciones capaces de influir en el “precio justo” de la producción agrícola que necesariamente debe pasar de una producción familiar a una producción “comunitaria”.

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info1. Wendy R. Townsend es científica asociada de la Organización de Estudios Tropicales, el Programa NAPIRE y el Museo de Historia Natural

Noel Kempff Mercado.

La fauna silvestre cumple una diversidad de funciones entre las comu-nidades rurales de América Latina, especialmente para los Pueblos Indígenas (Ojasti, 1993, 1997), cuya dependencia histórica de la

fauna silvestre como componente integral de la nutrición ha influido en la adaptación cultural y la expresión cosmogénica, tal como se evidencia en el arte, la organización social y los conocimientos tradicionales (Wallace et al., 2010; Salinas, 2010; Townsend, 2010). La importancia nutricional de la cacería es probablemente lo que ha inspirado tanta reverencia e integración cultural: hasta hoy en día, la fauna silvestre sigue fortaleciendo y estabili-zando la nutrición de miles de habitantes indígenas del oriente boliviano, tanto que, si algo interrumpe la fuente de este proteína silvestre, las tasa de desnutrición aumentaría. La seguridad alimentaria de los Pueblos Indí-genas del oriente boliviano está estrechamente relacionada con el nivel de consumo de las proteínas animales que consiguen en las tierras ancestral-mente utilizadas para la cacería. Si no puedan cazar y conseguir carne, es probable que coman menos proteína animal, porque la producción pecuaria de los pobres es generalmente destinada a los mercados para conseguir otras necesidades relevantes del mundo moderno.

LA SOBERANÍA ALIMENTARIA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS DEL ORIENTE

BOLIVIANO PROVIENE DE LA CACERÍA DE SUBSISTENTICA DE LA FAUNA SILVESTRE

WENDY R. TOWNSEND,

PHD1

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Consumo

Objetivos de las Directrices voluntarias

Formas que cumple la fauna silvestre

• Promover la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible mediante

la mejora del acceso seguro a la tierra, la pesca y los bosques, y

proteger los derechos de millones de personas, a menudo muy pobres.

La producción natural de la fauna silvestre es extensiva, requiere terrenos de producción que pueden,

además, aportar otros recursos naturales renovables.

• Dar a las personas pobres y vulnerables derechos seguros y

equitativos de acceso a la tierra y a otros recursos naturales

Los Pueblos Indígenas han pedido territorios incluyendo la necesidad

de la cacería de subsistencia.

La preocupación sobre el impacto de los mercados internacionales en la persistencia de los recursos alimentarios autóctonos o nativos, y la diver-sidad de los mismos, impulsó a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) a promover la seguridad ali-mentaria en la década de los años 80. La intención original de proteger los recursos genéticos de los alimentos regionales se transformó, en el curso de los años, de un concepto literal la seguridad alimentaria hacia uno de pro-ducción de alimentos para el consumo de un país y el mundo, aun si estos alimentos son globalizados y hasta controlados por algunos de los agro-ne-gocios transnacionales. Así es que, en 2009, la FAO empezó una consulta mundial sobre un tema que va más allá de la seguridad alimentaria, es decir, la capacidad de alimentarse con autonomía. El 12 de Mayo de 2012, la FAO aprueba las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques, en el contexto de la seguri-dad alimentaría, o lo que vienen a ser las también llamadas Directrices de la soberanía alimentaria. En la Declaración de Nyéléni, se define la soberanía alimentaria de la siguiente manera:

es el derecho de tener alimentos saludables y culturalmente propios, producidos con métodos ecológicamente sostenibles; es el derecho para definir los propios sistemas de alimentación y agricultura; es la tenencia y acceso a los recursos naturales.

Trabajando muy de cerca con la problemática de la alimentación en el mundo, el Consejo de la FAO creó en 1965 el Comité de Pesca, conocido como COFI. Este Comité rige sobre los acuerdos internacionales tambien la pesca y la acuicultura, y hace recomendaciones a gobiernos, a ONG, y a los pescadores. Pero no hay, en la FAO, una entidad que vele por la fauna silvestre terrestre, a pesar de que la fauna silvestre ayuda cumplir los requerimientos de nutrición familiar en una gran parte de América Latina. La consideración de la fauna silvestre como fuente nutricional en la planifi-cación cumple todos los criterios y principios para ser incluida en cualquier discusión de la soberanía alimentaria (Tabla 1).

Tabla 1Los objetivos de la Soberanía Alimentaria y cómo son cumplidos con la producción natural de la fauna silvestreFuente: Elaboración propia

La población rural boliviana se beneficia del recurso fauna por medio de la caza de subsistencia. La utilización cotidiana de la fauna nativa no genera ingresos ni estadísticas, sin embargo, suministra una alimentación proteica

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Consumo

info2. Designación popular para nombrar a los pobladores del oriente boliviano.

suficiente para muchas comunidades. Los comunarios indígenas y cambas2 que practican la agricultura de subsistencia, de roza y quema, probable-mente todavía gozan del uso del recurso faunístico como suplemento de su dieta. Existen varios estudios de cacería con pueblos indígenas de Bolivia (Townsend, 2010b), y esos estudios señalan que las tasas estimadas de extracción se encuentran vigentes en pueblos indígenas de Bolivia y América Latina. Los Pueblos Indígenas son los más favoreci-dos por el beneficio recibido del ambiente sano, pero, por otro lado, la fauna silvestre también es un complemento significativo para la dieta de los campesinos cambas. Una disminución en la contribución de la fauna en sus dietas afectaría seriamente la alimentación de la población rural y podría impulsar un éxodo hacia los barrios marginales de las grandes ciudades.

Es claro, entonces, que la cacería de subsistencia basada en la producción natural de la fauna silvestre cumple con los objetivos y principios de las Directrices de la FAO. Para comenzar la discusión sobre cómo aplicar esas directrices en el caso de garantizar la soberanía alimentaria en términos de la producción natural de la fauna silvestre, se presenta aquí un tratamiento del tema a partir del análisis de la producción de la fauna silvestre. MÉTODOS

Se revisó la literatura existente para conseguir estimaciones de la cantidad de cacería cosechada/per cápita por los cazadores de subsistencia. Además, se consideró la contribución de las especies más cazadas al total cosechado. Esta información, por otra parte, fue valorada en relación al consumo de proteína animal requerida diariamente, el denominado Insumo Requerido Diario (IRD) recomendado por la FAO. Se estimó, igualmente, el número de individuos que se requiere de las diferentes especies cazadas para alimen-tar una familia durante un año. Una vez construidas las estimaciones de producción y densidad de esas especies, se las ha extrapolado para obtener una aproximación de la extensión de tierra necesaria para producir natural-mente la cantidad de animales requerida para cumplir los IRD.

Los resultados provienen de la información accesible de la literatura, y se combinan con el conocimiento local de la autora. Esos resultados, adicio-nalmente, se expresan en términos de intervalos, y de ninguna manera se deben usar para calcular cuotas u otras distribuciones del recurso faunísti-co, sin previos estudios e inventarios de la zona a ser manejada. Es impor-tante aclarar que las cifras mínimas presentadas en este documento son ofrecidas a partir de una mirada positiva de la capacidad ambiental, porque si hubiera mucho cambio de uso del suelo en el lugar, o una sobre-cacería, el mínimo actual sería cero producción. Se toman cifras de la literatura para estimar qué se está consumiendo, cuáles especies y su valor en proteína por cápita.

Para estimar la magnitud de la fauna silvestre extraída del monte tenemos que considerar las siguientes medidas:

278Artículos

Consumo

BIOMASA: el peso total del animal silvestre con su tripa y hueso total; son promedios estimados de varios estudios del campo;KG. DE CARNE DE MONTE: el 70% de la biomasa, descontando tripa, hueso y cuero, aunque en algunas especies esto también se consume (y en otras tienen más porcentaje no consumido);KG. DE PROTEÍNA: un promedio del 20% de la carne de monte es proteí-na, usualmente expresada en gramos de proteína (Leungy Flores, 1961);PRODUCTIVIDAD: número de gestiones x número de cría / gestión x % de hembras gestando en la población x % de hembras en la población;DENSIDAD ANIMAL: número de individuos / área de extensión, usual-mente individuos / Km2 o Hectáreas;PRODUCCIÓN ANIMAL: productividad x densidad animal;COSECHA SOSTENIBLE: el 20% de producción de animales de larga vida; el 40% de producción de animales de mediana a larga de vida (5-15 años); el 60% de la producción de animales de corta vida (Robinsion y Redford, 1991).

Los resultados de estos cálculos están expresados en intervalos porque no conocemos las cifras exactas, debido a que la información utilizada por la literatura y la experiencia propia no es completa para cada lugar. Por lo tanto, los cálculos se expresan en valores mínimos de producción donde las tierras son más perturbadas, y valores máximos donde el hábitat aún se mantiene prístino.

RESULTADOS

Es posible desarrollar un modelo del uso potencial (demanda) de la cacería para la subsistencia para los Pueblos Indígenas de Tierras Bajas de Bolivia. Sin embargo, la cantidad de cacería es muy variable, de acuerdo a los hábitos y ciclos de actividades de los diferentes pueblos, y también según el acceso a tierras donde cazar. Las estaciones y el clima son notables por su impacto en la cacería, en formas positivas y también con impactos negativos. Pero probablemente la mayor influencia en la cacería es la calidad del ambiente, sea este natural o sujeto a diferentes regímenes de uso del suelo. Los otros usuarios de la misma zona también pueden impactar la cantidad de cacería posible para un uso sostenible. Deben tomarse en cuentas todos estos aspectos cuando se construya un modelo de protección de la fuente del recurso faunístico para la seguridad alimentaria.

En términos de kilogramos de carne aportados a las dietas de las familias rurales en Bolivia, los mamíferos son los mayores proveedores, con más del 70% del peso proveniente de esta tasa (Tabla 2). Pero si observamos el número de presas capturadas, los mamíferos constituyen alrededor del 61% de la cacería de los Izoceños, pero sólo el 33% de los individuos de la fauna silvestre de los Ayoreode. Esto sucede así porque estos últimos se concentraron, durante el periodo de estudio, en la caza de los reptiles, petas de monte (Geocheloniaspp) (Tabla 2). Sin embargo, se podría con-siderar que entre el 60 y el 70% de la carne de monte que beneficia a los pueblos indígenas y cambas rurales deriva de los mamíferos, y que más de la mitad de esta carne proviene de ungulados [mamífero que tiene casco o pezuña], especies que requieren espacios naturales amplios, por su mayor tamaño. El hecho que la mayoría de la cacería aún provenía de ungulados durante este estudio es un indicador del buen estado de las tierras y de

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Consumo

SR1 TAC2 IBT3 AK4 IZG5 LOM6 TOB7

Mamíferos 91,4 95,3 71,0 87,1 27,0 96,9 76,36

Aves 1,9 1,1 > 1,0 10,5 21,0 0,7 1,5

Reptiles 6,7 3,6 5,0 2,4 1,0 2,3 23,4

Pescado ¿? ¿? 23,0 0 51,0 <1.0 0

Ungulates 55,7 69,2 52,0 53,0 18,0 66,4 67,3

Primates 21,4 9,7 1,0 >1,0 0 1,0 0,4

Tsimane Sirionó Guaraní Chiquitano Ayoreo

RBB1 EBB2 SR3 TAC4 SL5 Qq.6 Ibt7 Ak8 Izg9 Lom10 Tob11

Mamíferos 82,0 87,0 82,9 85,4 68,0 66,0 77,0 23,0 61,0 91,3 / 84,6 33,2

Aves 11,7 6,0 7,5 6,9 31,5 33,5 7,0 74,0 35,5 2,0 / 3,9 14,5

Reptiles 6,2 6,0 9,7 7,7 0 0 14,0 1,9 3,2 6,7 / 12,5 52,7

Tsimane Sirionó Guaraní Chiqui-tano Ayoreo

Tabla 2Porcentaje del peso de biomasa cosechada durante la cacería de subsistencia por varios Pueblos Indígenas de Bolivia que

proviene de diferentes tasasFuente: Elaboración propia.

Abreviaciones: 1:SR: Santa Rosita; 2:TAC: Tacuaral (Copa y Townsend, 2001); 3:IBT: Ibiato (Townsend, 1995); 4:AK: Akae (Cuéllar, 1997); 5:IZG. Izozog (Cuéllar, 2000; Mendoza et. al., 2001); 6:LOM: Lomerío (Guinart, 1997; Rumiz et. al., 1997);

7:TOB: Tobité (Ayala, 1997).

su capacidad de producción faunística. En zonas más degradadas, como cerca de Akae, Charagua, la biomasa es reducida, incluyéndose varias aves pequeñas las cuales son capturadas con hondas por los niños e incluidas en la sopa del día (Cuéllar, 1997). También se reporta el uso de animales silvestres en la medicina tradicional, y hay varios ejemplos de ello: la grasa de peji, utilizada como antídoto para la picadura de serpiente venenosa, como cicatrizante de heridas, desinflamante y para tratar el reumatismo; la grasa del zorro y del lagarto, que es utilizada para aliviar la tos y tratar la bronquitis; la grasa de peta [tortuga] que sirve como cicatrizante, además de que se bebe su sangre para contrarrestar la anemia; y el hueso peniano del tejón (Nasuanasua), usado para calmar el dolor de oído. Otras especies son utilizadas por sus poderes afrodisiacos, como por ejemplo el hueso peniano del tejón, que junto al ojo de borochi (Chrysocyonbrachyurus) es usado como amuleto para atraer pareja, o el diente de tigre para alejar a las serpientes venenosas (Arispe y Rúmiz, 2002).

En la Tabla 3 se evalúa la cacería de cinco Pueblos Indígenas en términos del número de individuos de cada tasa que fueron extraídas durante los estudios citados.

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Consumo

Ungulados 23,0 27,7 19,9 29,8 29,0 -- 19,0 -- 46,2 28,2 18,2

Primates 16,7 30,1 43,3 43,3 35,0 -- 1,5 -- <1,0 2,2 2,3

PM1 ChB2 Cha3 SR4 Tac5 Ibt6 Ak7 Sec8 Hm9

Cacería 14,0 28,0 67,0 46,0 92,0 -- -- 42,7 -- -- -- 48,3(31,3)

Peces 22,0 16,0 10,0 ¿? ¿? -- -- 12,8 -- -- -- --

Total 36,0 44,0 78,0 46+ 92+ 88,0 40,0 55,6 4,4 15,8 37,9 44.4(26.8)

Tsimane Yuqui Sirionó Guaraní Ayoreo Avg(std)

Tabla 3Cosecha de fauna silvestre por cinco Pueblos Indígenas en 10 sitios (Porcentaje del número de individuos de cada especie)Fuente: Elaboración propia.Abreviaciones: 1:RBB: Reserva de Biosfera Beni (Chicchón, 1992); 2:EBB: Estación Biológica Beni (Aguirre et. al,. 1999); 3:SR: Santa Rosita; 4:TAC: Tacuaral (Copa y Townsend, 2001); 5:SL: San Luis; 6:Qq: Quiquibey (Townsend, 2001); 7:IBT:Ibiato (Townsend, 1995); 8:AK:Akae (Cuéllar, 1997); 9:IZG:Izozog (Cuéllar, 2000); 10:Lom:Lomerío (Guinart, 1997; Rumiz et. al., 1997); 11:TOB:Tobité (Ayala, 1997).

Tabla 4Cosecha de fauna silvestre por cinco Pueblos Indígenas en 10 sitios (Porcentaje del número de individuos de cada especie)Fuente: Elaboración propia.Abreviaciones: 1:PM: Puerto Méndez; 2:ChB: Chaco Brasil; 3:CH: Chacal; 4:SR: Santa Rosita; 5:TAC: Tacuaral; 6:IBT: Ibiato; 07:AK:Akae;

En parte del oriente boliviano, la opción del pescado en la dieta de los pueblos indígenas es sólo una posibilidad que se presenta durante ciertas épocas del año. La población rural, si vive cerca de humedales permanentes, suele aprovechar el recurso pesquero como una fuente de proteína animal, y es un recurso que representa un aporte nutricional bastante consistente. Se puede apreciar, además, la diferencia en las tasas de extracción por per-sona en términos de los requerimientos mínimos en la Tabla 4, donde las cifras resumidas provienen de varias fuentes y aquí se expresan en proteína extraída gramos/persona/día.

Las tasas de extracción presentadas en la Tabla 4 varían de entre cuatro a más de 92 gramos de carne de monte por consumidor al día. Si se obser-van todas las estimaciones de carne de monte de diversas fuentes de infor-mación, el promedio entre las cifras es de 44 gramos de carne de monte por consumidor al día. Si descartamos las dos estimaciones más altas, la de Morales (1999) para el pueblo indígena chiquitano y la del Plan de Desarrollo Municipal (PDM) de San Matías, obtenemos una estimación promedio de 77 gramos de carne por consumidor al día, cifra que es más real, considerando que no todos comen carne todos los días. Un resumen del estimado uso de proteína silvestre de más de 25 cifras del oriente (Tabla 5) entrega un promedio de casi 29 gramos de proteína por persona por día. Este promedio representa el 96% del Insumo Requerido Diario (IRD) recomendado por la FAO. Cuando las cifras más altas y más bajas no son incluidas en el cálculo, se estima un promedio de 15 gramos de proteína silvestre por persona por día, es decir, la mitad de lo recomendado por la FAO.

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Consumo

Promedios gr./proteína/día/ consumidor % de IRD

Promedio con cifras altas 28,9 96

Promedio sin cifras altas 15,5 52

Tabla 5Resumen de promedios de estimaciones de la extracción de proteína vía la cacería de subsistencia entre 25 estudios de la Tierras Bajas de BoliviaFuente: Elaboración propia

La Organización Mundial de Salud (OMS) recomienda un mínimo de 30 gramos de proteína de alta calidad (animal) por persona por día (FAO, 1973) para mantener una vida activa. Si consideramos esto como una base nutricional, se puede estimar la cantidad de carne de monte que se requiere para cumplir con dicha base, considerando que el promedio de proteína en la carne de monte es de alrededor del 20% (Leung&Flores, 1961). Por lo tanto, cada persona tendrá que comer 150 gramos de carne de monte al día para cumplir con la base nutricional recomendada por la OMS como requerimiento diario.

Evidentemente, se pueden consumir otros productos para cumplir con este requisito alimenticio de proteína de alta calidad, entre ellos pollo (y otras aves domésticas), leche, queso, pescado, chancho, cabra, y carne de vaca. Sin embargo, la costumbre de la gente pobre del país es la de cuidar sus animales domésticos, principalmente para su comercialización, y sólo en ocasiones especiales son consumidos por ellos mismos. La proteína de buena calidad que consumen los comunarios indígenas y cambas rurales proviene de huevos, carne de monte y pescado. Si tienen suerte de vivir en una estancia, puede ser que consuman más carne de vaca, leche y queso, pero esto indudablemente va a depender de la disposición del patrón para suministrar estos productos.

Como ya se ha mencionado, en gran parte de Santa Cruz el consumo de pescado es sólo una posibilidad y sólo durante ciertas épocas del año. Si se considera que en el Oriente de Bolivia habitan más de un millón indíge-nas, de los cuales la mitad todavía vive en situaciones marginales y depen-den en alguna medida de la cacería de subsistencia, y si se suman a éstos los habitantes agricultores cambas, se podría considerar que estas personas son beneficiarias directas de la fauna silvestre y que están en su pleno derecho de explotar este recurso (Art. 169 OIT). Se sabe, además, que cuando los trabajadores del campo consumen menos del 15% de proteína animal (o de igual calidad) en su dieta, éstos se verán expuestos a mayores problemas de salud.

En ausencia de una cifra exacta de la cacería que los comunarios realizan, la cual a su vez se encuentra en permanente cambio según las necesidades familiares, el clima y la accesibilidad de la fauna, se considera conveniente analizar el problema tomando un intervalo de las tasas de extracción cuyo máximo probable es el punto en que toda la población consigue el 100% del IRD de proteína de la fauna (30 gr.), y un punto mínimo cuando el nivel de consumo de proteína llega sólo al 15% del IRD. De esta manera, el análisis tiene toda probabilidad de albergar las necesidades actuales locales para incluir la cacería de subsistencia en la planificación.

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Consumo

% de IRD

gr. prot./

día

kg carne/ con-sumi-dor/ año

kg bio-masa /año

kg de bio-

masa /indiv.

Nro. indiv/ per-

sona / año

Nro. indiv /pers. /

mes

Nro. Ind./ mes /

familia

Nro. indiv/ familia

/año

15% 4,2 8.03 11,5 8 1,44 0,12 0,72 8,6350% 15 27,97 40 8 5,00 0,42 2,50 30,00

100% 30 52.53 75 8 9,38 0,78 4,69 56,25

% de IRD

g prot./

día

kg carne/ con-sumi-dor/ año

kg bio-masa /año

kg de bio-

masa /indiv.

no. indiv./

per-sona / año

no indiv /pers. /

mes

No.in div / mes /

familia

no indiv/ familia

/año

15% 4,2 8,03 11,5 19 0,61 0,05 0,30 3,6350% 15 27,97 40 19 2,11 0,18 1,05 12,63

100% 30 52.53 75 19 3,95 0,33 1,97 23,68

A) JOCHI PINTADO (AGOUTI PACA) (8 KG)

B) TAITETÚ (TAYASSUTAJACU) (19 KG)

C) POLLO (2 KG)

% de IRD

g prot./

día

kg carne/ con-sumi-dor/ año

kg bio-masa /año

kg de bio-

masa /indiv.

no. indiv./

per-sona / año

no indiv /pers. /

mes

No.in div / mes /

familia

no indiv/ familia

/año

15% 4,2 8.03 11,5 2 5,75 0,48 2,88 34,5050% 15 27,97 40 2 20,00 1,67 10,00 120,00

100% 30 52.53 75 2 37,50 3,13 18,75 225,00

Antes de seguir, es necesario establecer, en base a los datos de la FAO (1973), los requerimientos de consumo de proteína animal según el IRD (Insumo Requerido Diario):

— el consumo requerido de proteína x día es de 30 gr.;— la carne de animales de monte tiene, aproximadamente, un 20% de proteína;

— el 100% de IRD = 52 Kg / consumidor / año;— el 50% de IRD = 27 Kg / consumidor / año; — el 15% de IRD = 8 Kg / consumidor / año.

En la Tabla 6 se presenta la estimación de la cantidad de proteína que se ob-tiene, en términos de carne y biomasa, de dos especies de animales silvestres (Jochi pintado y Taitetú) y de una especie doméstica (pollo). Los resultados de esta estimación indican que para que una familia de cinco personas ob-tenga el 100% de proteína animal requerida por día (el IRD), se necesitan 56 Jochis, 16 Taitetús y 225 pollos domésticos al año.

Tabla 6Tabla 6a, b, cNúmero de individuos de animales necesarios para cumplir con tres niveles de IRD de proteína animal. Numero de animales por año por familia Fuente: Elaboración propia

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Consumo

Ocho especies más utilizadas en la subsistencia rural % CS

biomasa adulto

(kg)

prome-dio

produc-tividad

dens. max ind/ km2

dens. min

indiv/ km2

Tayassutajacu 40% 19 0,3 14 4

Mazama americana 40% 32 0,62 3 1

Mazamagouazoubira 40% 24 0,38 7 2

Tapirusterrestris 20% 150 0,13 1 0,5

Agouti paca 60% 8 0,48 25 10

Dasyproctavariegata 60% 5 0,29 26 8

Dasypusnovemcinctus 60% 5 0,48 25 12

Tabla 7Fuente: Townsend, 1996.

Como se observa en la Tabla 6, el número estimado de animales requeridos para cumplir los requerimientos de proteína se presentan en tres niveles: 15%, 50% y 100%. Es importante señalar, además, que cada familia requi-ere, para mantener esos animales, de cierta cantidad de espacio productivo cubierto por un hábitat apropiado, es decir, un bosque y barbecho natural. Teniendo en cuenta la canasta familiar, es importante considerar que se tienen que producir (extraer) suficientes animales (individuos) con el fin de poder cumplir con los mínimos requerimientos de proteína de alta calidad (animal) que son necesarios para el crecimiento y mantenimiento del cuer-po humano. Para cumplir con el 15% de este requerimiento, cada persona tendría que consumir un mínimo de 11,5 kg de biomasa animal por año (8 kg. carne silvestre). Este 15% del IRD es, además, la tasa de extracción mínima que encontraron los estudios (Cuéllar 1997, 2005) y donde los pobladores manifestaron sentir hambre por la falta de carne. Ese porcentaje es también la tasa estimada por el Instituto Nacional de Estadística, INE (2000). Para obtener una estimación de la producción de las ocho especies de mamíferos mas cotizadas por los Pueblos Indígenas como presas, se aplicó un modelo de producción sostenible (Robinson y Redford, 1991-1994; Bodmer, 1994). Así, y utilizando los resultados actuales del pueblo indí-gena Sirionó, es posible llegar a la estimación de producción sostenible en Bolivia. (Townsend, 1995, 1996.) La Tabla 7 representa las cifras encon-tradas en la literatura y utilizadas en las estimaciones de producción. Esas mismas cifras se utilizan en la Tabla 8 para estimar e área requerida para producir la biomasa que permita cumplir con el IRD.

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Consumo

Nasuanasua 60% 5 0,3 22 4CSCosecha

Sostenible BM

Biomasa

max CS indiv / km2 año

min CS indiv / km2 año

maxindiv CS indiv ha/año

min CS indiv / ha /año

max kg Biomasa CS/ ha/ año

min kg BiomasaCS /Ha

/año

Min ha por 1

indiv / año CS

Max ha 1 indiv /año CS

Tayassutajacu 1,68 0,48 0,0168 0,0048 0,319 0,091 59,524 208,333

Mazama americana 0,744 0,248 0,00744 0,00248 0,238 0,079 134,409 403,226

Mazamagouazoubira 1,064 0,304 0,01064 0,00304 0,255 0,073 93,985 328,947

Tapirusterrestris 0,026 0,013 0,00026 0,00013 0,002 0,001 3846,154 7692,308

Agouti paca 7,2 2,88 0,072 0,0288 0,288 0,115 13,889 34,722

Dasyproctavariegata 4,524 1,392 0,04524 0,01392 0,226 0,070 22,104 71,839

Dasypusnovemcinctus 7,2 3,456 0,072 0,03456 0,360 0,173 13,889 28,935

Nasuanasua 3,96 0,72 0,0396 0,0072 0,198 0,036 25,253 138,889

Tabla 8Estimación de las hectáreas para producir una cacería sostenible de las ocho especies más extraídos por los cazadores de subsistenciaFuente: Townsend, 1996.

Los conceptos y teorías de manejo de fauna dicen que las especies de porte grande son las especies de más importancia para la subsistencia actual de los Pueblos Indígenas. Sin embargo, estas especies tienen una producción de menor potencial. Los venados y chanchos de monte, por ejemplo, sólo tienen una o dos crías en cada parto. Se dice también que los animales de mayor corpulencia son las especies de más larga vida. Pero, igual que en el caso anterior, estas especies también tienen mayor limitación en cuanto al porcentaje de la producción considerado como sosteniblemente cosechable. Los animales de vida corta, en cambio, son más resistentes a una cosecha de hasta el 60% de su producción. Es el caso de los tatús, jochis y penis. En el caso de los animales de vida mediana, como los venados y taitetús, se puede cosechar hasta el 40% de su producción, a diferencia de las especies de larga vida en las que sólo se puede cosechar el 20% de su producción, como es el caso de los tapires (antas).

Tomando las características reproductivas de ocho especies mayormente utilizadas en la cacería de subsistencia, y estimando un intervalo de cose-cha sostenible según la producción potencial, podemos apreciar no sólo la máxima y mínima producción de biomasa posible para la subsistencia por hectárea/año, si no que se puede estimar un intervalo de cuántas hectáreas se requieren para producir cada animal (Tabla 9). El porcentaje de la pro-ducción (reproducción x densidad) que es considerado para la cosecha sostenible se encuentra relacionado con la longevidad del animal (Robin-son y Redford, 1991) y hay que considerar que parte de esta producción no es cosechable, ya que representa la mortalidad natural de los animales, la cual permite mantener el ciclo natural del sistema como comida de los predadores. Los datos recogidos y analizados señalan que es posible producir las ocho especies indicadas en un mismo espacio, esta manera en una hectárea (ha) puede producirse parte de un taitetú, parte de una urina, parte de un jochi, etcétera. Al sumar todo, se podría producir entre 0,6 y 1,9 kg de biomasa

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Consumo

max biomasa CS kg/ ha/año

min biomasa CS kg/ ha/año

Tayassutajacu (Pecaritajacu) 0,3192 0,0912

Mazama americana 0,23808 0,07936

Mazamagouazoubira 0,25536 0,07296

Tapirusterrestris 0,00208 0,00104

Agouti paca (Cunniculus paca) 0,288 0,1152

Dasyproctavariegata 0,2262 0,0696

Dasypusnovemcinctus 0,36 0,1728

Nasuanasua 0,198 0,036

TOTAL 1,88692 0,63816

animal silvestre en cada hectárea anualmente, considerando que cada ani-mal requiere más de una hectárea. En términos de carne, equivale a u tramo de entre 1,3 kg a 0,45 kg de carne de monte anual en cada hectárea. Por lo tanto, para cumplir con el requerimiento del 15% de proteína animal, en una zona de alta calidad y excelente producción de fauna silvestre, se requiere un mínimo de seis hectáreas para cada consumidor (Tabla 9), o hasta 17 hectáreas si las densidades de fauna son menores.

Tabla 9Estimación de producción sostenible de 8 especies mas importante en la cacería de subsistencia (kg / ha/ año)Fuente: Elaboración propia

Tal como se observa en la Tabla 10, el consumidor que cumple con un 100% de sus requerimientos de proteína animal de la fauna silvestre (52 kg carne/año), requiere entre 39,4 y 116,4 ha para su fuente de producción. Estamos hablando, en este caso, de un área que se encuentra en estado natural, sin ninguna mejora para su producción. Estas estimaciones pueden aumentar si se realiza un mejoramiento del hábitat, pues esto permite me-jorar el potencial de la capacidad de carga. Sin embargo, esas mejoras im-plican invertir en un sistema productivo donde los frutos tradicionalmente están accesibles sin necesidad de efectuar una gran inversión (excepto el tiempo y las balas). Por todo esto, si se quiere llegar al punto en que las comunidades inviertan tiempo para mejorar su producción de fauna, es necesario un trabajo de concientización de las responsabilidades locales para el mejoramiento de la producción de fauna. Consideramos que éste no es un esfuerzo difícil para los cazadores, porque realmente ellos perciben el beneficio individual directo del recurso. Para mejorar la producción de la fauna es necesario enfocarse en los requerimientos de vida de las especies en las cuales se puede trabajar con el objeto de, por ejemplo, mejorar su alimentación, la accesibilidad a lugares para su reproducción, los escondites y la disponibilidad de agua. De esta manera, mejorando cualquiera de estas condiciones, es posible aumentar la producción por hectárea.

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Consumo

Proteína MAX Producción MIN Producción

% IRD Ha/ persona Ha / persona

100% 39,37 116,41

50% 20,44 60,44

15% 6,06 17,91

1-50 = 12.560 ha51-100 = 28.260 ha101-200 = 50.240 ha201-400 = 78.500 ha401 – 1000 = 314.000 ha

Población de la comunidad

Mínimo de Ha de producción

Tabla 10Estimación del espacio para producir cacería para subsistencia ha / personaFuente: Elaboración propia

Tabla 11CATEGORÍAS DE COMUNIDADES según Población y área para producción natural de Fauna Silvestre para la subsistenciaFuente: Elaboración propia

Considerando las condiciones mínimas, se puede estimar que cada con-sumidor requiere aproximadamente 116 ha de hábitat para la producción de la fauna silvestre necesaria para cumplir el 100% de sus requerimien-tos de proteína animal diaria (el IRD) (Tabla 10). Esta estimación inicial puede extrapolarse para determinar el espacio que requiere una comu-nidad para los mismos propósitos y según los censos poblacionales exis-tentes. Para facilitar la planificación en base a estas estimaciones, se puede visualizar el espacio de producción requerido para producir la fauna que beneficie a cada comunidad sobre el mapa de usos actuales de la tierra (Tabla 11, Mapas 1 y 2). Para dicha visualización, se han categorizado las comunidades del departamento de Santa Cruz según su población y auto-identificación indígena, asignando un radio de distancia de impacto y área de producción que iguala a casi el doble del área mínima estimada para la producción del carne de monte como fuente de proteína animal (Gobierno de Santa Cruz, 2009). Se han delimitado, asimismo, con unos círculos, las áreas de beneficio de las comunidades sobre el referido mapa de uso actual delas tierras cruceñas. Esta visualización nos permite iden-tificar las áreas con mayor concentración de usuarios y conocer las zonas con mayor necesidad de reservas de producción de fauna para repoblar las zonas bajo presión de extracción. En los mapas, además, se ha demarcado un área de 500 metros al lado de los ríos y humedales, extensión mínima crucial para la fauna silvestre, pues ésta depende de las zonas húmedas durante la época seca.

La circunscripción del radio, según el tamaño poblacional de la comuni-dad, probablemente incluye un área mayor de la requerida para respaldar la nutrición de consumidores en la comunidad, pero se debe considerar que es un área de seguridad, de manera que cuando las especies mayores y grandes desaparecen, se necesitaría un espacio mayor para producir sufici-entes animales menores como el tatú para llenar los mismos requerimien-tos. Además, no hay forma de determinar con exactitud las zonas de cace-ría, especialmente cuando las comunidades están situadas una muy cerca

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Zonas de mayor beneficio directo de cacería de Subsistencia

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Mapa 1Comunidades de Santa Cruz y las posibles áreas de necesidad para la soberanía alimentaria vía la cacería de subsistenciaFuente: Gobierno Departamental de Santa Cruz, 2009.

Mapa 1Ampliación de la visualización en el departamento de Santa Cruz sobre el potencial de la soberanía alimentaria en términos de la cacería de subsistencia de la zona chiquitanaFuente: Gobierno Departamental de Santa Cruz, 2009.

de la otra. Cuando esto es así, los cazadores viajan más lejos, hacia las zonas donde todavía existe fauna de cacería. El resultado de esta visualización mayor de uso de la fauna silvestre para la subsistencia podría mejorarse con un estudio a nivel municipal, por lo menos en los municipios donde hay mayores usuarios del recurso.

Es importante recordar que estas visualizaciones son el resultado de la aplicación de un modelo desarrollado con bases teóricas e información secundaria y fue realizado con el propósito de agilizar la inclusión de la cacería de subsistencia en los pensamientos de los planificadores. Se ha buscado que quienes toman decisiones piensen en el multimillonario beneficio directo a las comunidades que supone la cacería de subsistencia.

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Consumo

Por otra parte, la innegable realidad de la dependencia de los pueblos indí-genas de la fauna silvestre para su seguridad alimentaria hace imprescindible incluirla en los planes para el futuro, particularmente para asegurar que nuestras actividades como humanos, en búsqueda del desarrollo económi-co, no resulten contraproducentes, provocando mayor pobreza y miseria a algunos, y sólo un poco de mejora en la vida de otros, mientras que la mayoría encuentra mejores posibilidades económicas fuera de la región. La realidad actual sobre si la cacería funciona como un mecanismo para cum-plir con los requerimientos de proteína animal es algo que se tendrá que determinar localmente, pero, en todo caso, se trata de un mecanismo en el que se pueden inducir buenas prácticas y un manejo sostenible, hecho que hace que el trabajo con las comunidades se convierta en un eje importante para su soberanía. Todo esto depende de las comunidades y de una visión de la producción natural de la fauna silvestre como respaldo contra la po-breza y como un efectivo contribuyente al bienestar familiar y cultural de las diferentes regiones del oriente boliviano.

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Consumo

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info

1. El tema abordado en este artículo es parte del proyecto ANDESCROP (Proyecto conjunto entre la Facultad de Ciencias de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, la Facultad de Agronomía de la Universidad Mayor de San Andrés, UMSA, y la Fundación PROINPA – Bolivia). 2. G. Mercado Ramos y J. P. Rodríguez Calle son Doctorantes de ANDESCROP, Facultad de Ciencias, Universidad de Copenhague.3. S-E Jacobsen es Coordinador General ANDESCROP, Facultad de Ciencias, Universidad de Copenhague.4. Javier Thellaeche Ortiz realiza el Postgrado en Ciencias del Desarrollo de la UMSA, y es Maestrante del Proyecto Mercados Campesinos, de AVSF.

RESUMEN

El paradigma de la soberanía alimentaria no se reduce a una política de protección del mercado interno, sino que conlleva muchos otros componentes como la asignación más justa de los medios de pro-

ducción, la necesidad de protección e incentivo a la pequeña agricultura, y el respeto por el medio ambiente y la conservación de la biodiversidad. La construcción de la soberanía alimentaria puede alcanzarse a través del desarrollo de mercados alternativos como el de la provisión de alimentos para el desayuno escolar. Sin embargo, pocos municipios han logrado la inclusión de sus pequeños productores y de productos locales en estos mercados. Este artículo analiza, a través de un enfoque institucional, las experiencias de municipios y pequeños productores locales en la “praxis” de la soberanía alimentaria, es decir, en el intento del municipio de proveerse localmente y con productos de origen local.

¿SOBERANÍA EN EL PLATO PÚBLICO?: EL DESAYUNO ESCOLAR Y LA INCLUSIÓN

DE LOS CULTIVOS ANDINOS1

G. MERCADO RAMOS

J. P. RODRÍGUEZ CALLE2

S-E JACOBSEN3

Y JAVIER THELLAECHE

ORTIZ4

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Es estudio ha identificado, como uno de sus principales hallazgos, que los obstáculos para los pequeños productores en esos mercados están rel-acionados con la adaptación a la formalidad y la existencia de normas no adecuadas a la realidad rural. En el caso de los municipios, los obstáculos más comunes son la ausencia de oferentes locales y el desconocimiento de las normas que dan preferencia a la producción nacional. En cuanto a la inclusión de cultivos andinos, los productores perciben que la mayor dificultad para proveer a este mercado tiene que ver con las labores post-cosecha, la estacionalidad de la oferta y la variación de los precios.

Las conclusiones a las que se arriban señalan la necesidad de construir arre-glos institucionales formales que permitan el acceso y permanencia de los pequeños productores y sus cultivos a estos mercados a través de cambios tanto a nivel de la institucionalidad formal (reglas, normas y procedimien-tos) como informal (hábitos alimenticios, usos y costumbres.

PALABRAS CLAVE: Soberanía alimentaria, Pequeños productores, com-pras públicas de alimentos, arreglos institucionales

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Consumo

info5. Bolivia tiene una administración descentralizada que reconoce tres niveles de gobierno: Gobierno central, Gobiernos departamentales y Gobiernos Municipales.

1. INTRODUCCIÓN

Soberanía alimentaria implica ejercer un derecho de decisión sobre lo que se va a consumir en la mesa diaria. La garantía del ejercicio de este derecho pasa, primero, por garantizar el acceso y la disponibilidad de los alimentos culturalmente aceptados para la población frente a un mundo globalizado y de tendencia homogeneizadora. Por lo tanto, la soberanía alimentaria se constituye en un paradigma holístico que aborda no solamente el tema de la disponibilidad de los alimentos, sino que también cuestiona el proceso que sigue desde su origen, hasta su llegada a la mesa familiar. Se cuestionan también las prácticas de consumo de alimentos, abarcando así una amplia gama de aspectos que abordan temas de conservación de la biodiversidad y respeto al medio ambiente, de apoyo a la pequeña agricultura y producción local, así como la necesidad de introducir hábitos de consumo responsable en la población y rescatar las prácticas de consumo de los pueblos. Para lograr estos propósitos, se propone proteger la producción local y el dere-cho a la administración de los recursos productivos, incluyendo los recursos genéticos. El concepto de soberanía alimentaria incluye, además, la revalorización de diversos alimentos nativos que, debido a la tendencia homogeneizadora de la gran producción agrícola y la agroindustria, se han ido perdiendo paulatinamente. El presente estudio se ha desarrollado en la región andi-na, donde la producción de diversos cultivos precolombinos de altas cual-idades nutricionales se ha mantenido a través de los años. Con el fin de incentivar el consumo de estos cultivos, el Gobierno boliviano ha llevado a cabo modificaciones en la normativa sobre compras públicas de alimentos. Esas modificaciones no sólo respondieron a la necesidad de promover el consumo de los cultivos andinos, sino también a una demanda por parte de los pequeños agricultores para ser incluidos en las compras públicas de alimentos por parte del Estado. El programa de desayuno escolar en Bolivia responde a esas exigencias. El programa de desayuno escolar se inició con el objetivo de mejorar el estado nutricional de la población escolar (FAM, 2008). Sin embargo, las compras públicas para el desayuno escolar dieron paso una discusión sobre el poder de compra del Estado y como éste puede ser utilizado para pro-mover el desarrollo local. Las compras para el desayuno escolar se encuen-tran bajo la responsabilidad de los gobiernos municipales5, lo cual implica la toma de decisiones a nivel local. El debate sobre el desayuno escolar se ha centrado en cómo podría ser utilizado este programa para favorecer a los pequeños productores, promover la revalorización de cultivos nativos y de hábitos de consumo saludables. Se trata de un debate que ya lleva más de diez años (CIOEC, 2008). Con el fin de facilitar el acceso de los pequeños productores a las compras estatales se han aprobado nuevas leyes y normas, y se han puesto en mar-cha políticas de apoyo por parte de organizaciones no gubernamentales

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Consumo

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6. Carrasco y Tejada, (2008) indican que se realizaron los siguientes encuentros: el Foro Mundial sobre la Soberanía Alimentaria (Cuba 2001), Consulta Regional Asiática de ONG/OSC. Tailandia, 2002; Fórum de ONG/OSC para la Soberanía Alimentaria. Roma, 2002; Consulta de los Pueblos Indígenas sobre el Derecho a la Alimentación. Guatemala, 2002; el Foro por la Soberanía Alimentaria. Nyéléni, 2007; y el en América Latina: “Foro Andino: las organizaciones del campo frente al Área de Libre Comercio en las Américas” (2002), “II Foro Andino CLOC-Región Andina” (2003) y el “Foro Andino Campesino” Bogotá (2005).7. “GRAIN es una pequeña organización internacional que trabaja apoyando a campesinos y a movimientos sociales en sus luchas por lograr sistemas alimen-tarios basados en la biodiversidad y controlados comunitariamente” (http://www.grain.org/es).

y oficinas de gobierno a los pequeños productores. Éstos, a su vez, han tomado conciencia de la necesidad de participar en la toma de decisiones, mediante un papel activo en la promoción de su propio desarrollo (CIOEC, 2008). A nivel local, sin embargo, son pocas las experiencias satisfactorias de compras a pequeños productores. Estudios recientes muestran que sólo el 3,2% de los municipios contrata a pequeños productores (Valdivia et al, 2013) y señalan que la inclusión de los productos andinos en la ración del desayuno escolar es escasa (FAM, 2008).

En este artículo se presentan las experiencias de municipios y pequeños productores locales en la praxis de la soberanía alimentaria, es decir, en el intento del municipio de proveerse localmente y con productos de origen local. El análisis de esta experiencia se enmarca en el marco de la nue-va economía institucional, la cual sostiene que existen diferentes arreglos institucionales que norman el intercambio económico. Por lo tanto, este estudio intenta responder a la siguiente pregunta de investigación: ¿Qué tipo de arreglos institucionales son necesarios para favorecer la inclusión de pequeños productores en el mercado del desayuno escolar, en el marco de la soberanía alimentaria?

El artículo está estructurado de la siguiente manera: en la primera sección se presenta el marco teórico seguido por una breve descripción de la metodología. A continuación, se presentan los resultados y el análisis. Inmediatamente, se presentan las conclusiones.

2. MARCO TEÓRICO

2.1. SOBERANÍA ALIMENTARIA

El concepto de soberanía alimentaria, más allá de ser un concepto teórico, se constituye en el planteamiento de un nuevo paradigma social en contra del sistema agroalimentario actual. Este concepto nace de los movimientos sociales campesinos los cuales lo expresaron por primera vez en la Cumbre Mundial de la Alimentación realizada en Roma en 1996. Desde entonces, se realizaron varios encuentros6 en los cuales se continuó discutiendo y profundizando este concepto.

GRAIN7 (2005) atribuye el surgimiento de este concepto a una reacción frente al mal uso del término “seguridad alimentaria”, ése que señala que se trata de que “todos y todas tengan una cantidad suficiente de buenos ali-mentos para comer todos los días”, sin hacer referencia a la procedencia de los mismos —en términos de quiénes lo producen y en qué condiciones— y dando lugar al predominio de la agroindustria y los alimentos baratos im-portados como la mejor opción para la alimentación de los países pobres.

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Consumo

Seguridad Alimentaria Soberanía Alimentaria

Problema de naturaleza principalmente técnica

Problema de naturaleza eminentemente política

Requiere políticas adecuadasRequiere cambios estructurales a través de políticas nacionales

e internacionales adecuadas

No cuestiona el modelo de desarrollo neoliberal

Identifica al modelo neoliberal como agravante de la pobreza

Proviene de la FAO y los organismos internacionales

Proviene de la sociedad civil y los movimientos sociales

Se le reconoce como problema global

Se le reconoce como problema global

El estado como subsidiario y regulador (aunque recientemente

se le reconoce como garante de derechos)

El estado como garante y proveedor de derechos

Requiere alimentación saludable e inocua

Requiere alimentación saludable e inocua

Promueve la apertura de mercados

Cuestiona la apertura de los mercados si esta conlleva la

falta de protección a los productores y al mercado interno.

Tabla 1Diferencias entre los enfoques de seguridad y soberanía alimentariaFuente:(Carrasco y Tejada, 2008)

Al respecto, Carrasco y Tejada (2008) comparan los enfoques de segu-ridad alimentaria y de soberanía alimentaria y encuentran diferencias substanciales (Tabla 1).

GRAIN (2005) también afirma que la soberanía alimentaria es un “pro-ceso de resistencia popular” centrado en “la autonomía local, los merca-dos locales y la acción comunitaria” y que, por tanto, “no puede sacarse del contexto de la dinámica de los movimientos sociales que están en el centro de esas luchas”. Asimismo, Carrasco y Tejada (2008), en una revisión de la evolución del concepto de soberanía alimentaria. Enu-meran los siguientes aspectos comunes de las diferentes declaraciones acerca de este concepto:

La soberanía alimentaria es un concepto de carácter político. No puede ser alcanzada mediante las condiciones actuales de comercio, de acceso a recursos y de desprotección de la actividad cam-pesina. El problema de la alimentación es tanto de cantidad como de acceso a los alimentos. Es necesaria la producción de una comida segura y saludable, así como de promover comunidades, cultura y medioambiente saludables. Es necesario el reconocimiento del papel de la agricultura y los agricultores en la vida diaria de las personas.

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Consumo

info 8. De: “Soberanía alimentaria: un derecho para todos”, Declaración política del Foro de ONG/OSC para la Soberanía Alimentaria. Roma, junio de 2002.

Es necesario dar preferencia a la producción basada en la familia y no en la industria intensiva orientada a la exportación.

Tal como lo indica una de las declaraciones de las organizaciones socia-les y las ONG, la soberanía alimentaria apuesta por la conservación de las diferentes prácticas alimentarias de los pueblos, las cuales se han de-sarrollado a través de milenios, y propone una fusión y modernización de esas prácticas sin pérdida de identidad local y regional:

“La Soberanía Alimentaria es el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias políticas agrícolas, pastoriles, laborales, de pesca, alimentarias y agrarias que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias exclusivas. Esto incluye el derecho real a la alimentación y a la producción de alimentos, lo que significa que todos los pueblos tienen el derecho de tener alimentos y recursos para la producción de alimentos seguros, nutritivos y culturalmente apropiados, así como la capacidad de mantenerse a sí mismos y a sus sociedades”8.

2.2 ARREGLOS INSTITUCIONALES PARA LA SOBERANÍA ALIMENTARIA

Según lo expuesto anteriormente, el paradigma de Soberanía alimentaria no se reduce a una política de protección del mercado interno, sino más bien aborda un enfoque holístico acerca de la producción, intercambio y consumos de alimentos. En este sentido, las teorías del nuevo institucio-nalismo económico podrían aportar al análisis de este paradigma.

El nuevo institucionalismo económico afirma que no es el mercado el actor más importante en la economía, sino que son las instituciones las que le dan soporte a la actividad económica. Las instituciones, a su vez, no son estáticas sino que se encuentran en procesos de transformación continua.

Para operacionalizar el concepto de institución, es necesario distinguir las instituciones de las organizaciones. North (1990) ilustra esa diferencia in-dicando que las instituciones son “las reglas del juego”, mientras que las or-ganizaciones son “los jugadores”. En este sentido, las instituciones o reglas del juego son las que estructuran la actividad económica y norman otros tipos de relaciones desde sociales hasta religiosas, delineando los códigos del comportamiento humano.

Las teorías de la nueva economía institucional, por otra parte, se refieren al hecho de que el intercambio humano está inmerso en un ambiente institucional, Williamson (1993), entendiendo como ambiente institucional aquellas reglas políticas, sociales y legales que establecen las bases para la producción, el intercambio y la distribución. Al considerar el entorno institucional, además, se distingue a menudo entre las instituciones formales e informales. Las instituciones formales están “consagradas en las constituciones, las leyes, la estructura de decisión estatal y las regulaciones aplicadas por los jueces, tribunales, policía, burocracia, y similares”, mientras

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Consumo

que las instituciones informales son normas, tradiciones históricas o pre-ceptos religiosos forzados por la costumbre o hábito”. (Keefer y Shirley, 2000; citados por Williamson, 2002).

Respecto de las organizaciones, North (1990) las considera como “grupos de individuos unidos por un propósito común para lograr ciertos objeti-vos” (p.361). Una organización es considerada como tal si cumple con los siguientes criterios propuestos por Hodgson (2006):

(a) “tiene criterios para establecer sus límites y para distinguir a sus miembros de los no miembros;(b) “tiene principios de soberanía sobre quién está a cargo; y (c) “tiene cadenas de mando para delimitar responsabilidades dentro de la organización”.

En resumen, las organizaciones son grupos de individuos que viven bajo reglas comunes, y las instituciones son las reglas formales e informales que moldean el comportamiento de los individuos y de las organizaciones, así como los mecanismos para cumplimiento de esas reglas (Ostrom et. al., 1994). En esta relación, las instituciones ajustan los límites de la actividad humana, sin embargo, también son transformadas por la acción de los mis-mos individuos que operan bajo las normas al surgir situaciones o incenti-vos para el cambio. Esta constante interacción puede dar lugar a diferentes configuraciones las cuales se conocen como arreglos institucionales.

2.2.1 ARREGLOS INSTITUCIONALES

Los arreglos institucionales son un conjunto de reglas o acuerdos que rigen las actividades de un grupo específico de personas que persiguen un obje-tivo determinado. Existen diferentes tipos de arreglos institucionales, entre algunos ejemplos, se incluyen: los contratos (para intercambiar bienes, o servicios), las organizaciones de productores (un acuerdo entre agricultores para lograr un fin común) y otros semejantes. Los arreglos institucionales implican acuerdos para intercambiar o coordinar bienes o servicios y hacer cumplir dichos acuerdos. El libre mercado también sería considerado como un tipo de arreglo institucional (Dorward et. al., 2003). La nueva economía institucional plantea, en ese sentido, diferentes tipos de arreglos institucionales, los cuales varían desde el libre mercado, en un extremo, hasta llegar al auto abastecimiento, en el otro extremo. Entre estos extremos se encuentran varias formas hibridas de coordinación, las cuales pueden ser descritas por: el tipo de relación (de anónima a personal); el tipo de coordinación (desde atomista a la gestión integrada); la duración de la relación (una sola vez, corto plazo, largo plazo, frecuente); y el nivel de for-malidad que la relación comercial tiene (desde la ausencia de formalización a totalmente formalizada) (Eaton et. al., 2008).

2.2.2 DESAYUNO ESCOLAR

Uno de esos arreglos institucionales es el desayuno escolar. Es considerado, además, como un derecho humano básico que debe ser garantizado por el Gobierno. Sin embargo, desde su implementación oficial en 1998, las reglas han sufrido varios cambios. Treinta años atrás existían programas de

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Consumo

lucha contra la desnutrición y pobreza que buscaban mejorar las condi-ciones alimenticias de niños con programas de cooperación dirigidos a las comunidades más vulnerables. En los años 90 se establecieron las pri-meras iniciativas para subvencionar alimentos bajo la condición de que los gobiernos municipales incluyan en sus presupuestos raciones para sus estudiantes, pero obteniendo los recursos de donaciones y productos de la agroindustria.

3. MÉTODOS

El presente artículo está basado en el análisis de datos recolectados para el proyecto ANDESCROP durante los años 2011 y 2012. Se incluyen, asimismo, datos de entrevistas realizadas por la Organización No Guberna-mental: Agrónomos y Veterinarios sin Fronteras (AVSF).

Este estudio es de tipo exploratorio y enfoque cualitativo. Las técnicas de recolección utilizadas fueron la entrevista semi-estructurada a actores e informantes clave, la observación participativa de procesos y la revisión documental de estudios, informes y publicaciones acerca de la temática del desayuno escolar en Bolivia.

Los actores entrevistados pertenecen a seis municipios del área del altiplano y valles, cuatro municipios rurales y dos municipios urbanos. Tomando en cuenta que el principal interés del financiador de este estudio (Proyecto ANDESCROP) era el de evaluar alternativas de inclusión de productos andinos subvaluados en mercados locales, los criterios de elección de los municipios pasaron necesariamente por el requisito de tener entre sus compras al menos un producto andino de los que fueron priorizados por el proyecto. Por esta razón, la elección de los municipios obedece a una lógica de mues-treo estructurado intencional.

Para esto, se aplicaron los siguientes criterios de selección de municipios:

municipios que ofrezcan desayuno escolar; municipios que compren parte o el total de productos para el desayuno escolar de productores locales; que entre estos productos se encuentren productos andinos priorizados por el Proyecto ANDESCROP.

4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

4.1 OBSTÁCULOS COMUNES PARA PROVEEDORES EN LOS DIFERENTES ARREGLOS INSTITUCIONALES

4.1.1ADAPTACIÓN A LA FORMALIDAD

El primer obstáculo a superar —y el más duro—, según la opinión de los diferentes actores entrevistados, es pasar de ser un productor “informal” a un productor “formal”. En este caso, con el término “formalidad” nos referimos a asumir con seriedad la responsabilidad de proveer un producto de alta calidad, diariamente, y de forma puntual. Cabe hacer notar que inclusive los entrevistados con mayor nivel de instrucción y experiencia, hicieron referencia a este punto, afirmando:

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info9. Las entrevistas se presentan codificadas resguardando el anonimato de los entrevistados, la letra “M” representa municipio seguida de “p”(proveedor) o

“f ”(funcionario).

“El tema de la seriedad, en lo que se refiere al desayuno escolar. Uno no puede retrasarse ni con horas, muy diferente a un supermercado que pidió hoy y se le puede entregar mañana, o en todo caso el lunes, porque el cliente volverá al día siguiente, si el producto es muy bueno. Si no es muy bueno, comprará un sustituto, pero siempre habrá alguien que comprará el producto. En compara-ción del desayuno escolar, si no se cumple, viene la sanción y se acaba todo” [entrevista M1 p3]9 .

“Si usted vende a un mercado puede llevar su producto o no, puede llevar un día y el otro no, no hay problema con eso, pero para el desayuno escolar tiene que estar ahí todos los días sin falta” [entrevista M1 p2].

“El mayor reto era ofrecer todos los días, ahora esto es una cosa seria que no puede fallar” [entrevista M5 p1].

El paso de la informalidad a la formalidad, en este sentido, es un gran reto para los productores, sin embargo, se constituye también en una etapa de aprendizaje que una vez superada representa el romper con un mito y con-tinuar presentándose a las convocatorias del municipio. Dos de los entrev-istados se refieren a este “descubrimiento”:

“Antes (de proveer al desayuno escolar) hacíamos cuando nosotros queríamos, a veces nosotros consumíamos, a veces a los vecinos que conocíamos les dábamos dos litros…otros nos llamaban por celular para saber si había yogurt y llevábamos unos 20 litros, no era tan obligado. Ahora somos más puntuales con la Alcaldía” [entrevista M1 p3].“Ya hubo el cambio, con más ganas trabajaban, con más ganas sabíamos que ya iba a haber la ganancia, un lugar seguro que ya teníamos. Entonces todos ya estábamos manos a la obra” [entrevista M1 p2].“Hay momentos muy críticos al principio, pero es hasta que uno adquiera el con-vencimiento de que uno puede. Porque casi siempre uno está con miras a la puerta de salida” [entrevista M5p1].

También reportaron que el tiempo que antes dedicaban a las tareas de la agricultura y del hogar se redujo por la participación en la elaboración y entrega de alimentos a las escuelas:

“A veces no había nadie para procesar el yogur, todo el mundo estaba ocupado con sus tareas. Tuvimos que rogar a los asociados o terminamos haciéndolo nosotros mismos. En el desayuno escolar no se puede fallar” [entrevista M1 p1].

La mayor parte de los entrevistados indicaron que la distribución diaria y puntual es lo que diferencia a este mercado de cualquier otro, y algunos de ellos indicaron que no habían tomado en cuenta este aspecto, lo cual les representó un cambio en su estilo de vida. La menor disponibilidad de tiempo para dedicarse a deberes del hogar y de sus cultivos es un aspecto crucial que desanima a los productores a continuar en las asociaciones, o los incentiva a dejar su producción primaria y pasar al segundo eslabón de la cadena productiva, convirtiéndose en procesadores solamente. Sin embargo, esto puede variar en cada caso. Algunos productores dejan sus cultivos al cuidado de familiares o vecinos y se dedican solamente al trabajo

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en la asociación de productores; otros productores individuales alternan sus deberes del hogar y cultivos con la labor de procesar y distribuir los alimentos para el desayuno escolar. 4.1.2 NORMAS POCO ADECUADAS

Si bien se han formulado algunos decretos que buscan facilitar el acceso de los pequeños productores a este mercado, éstos mencionan que el proceso de legalizar sus actividades es aún tortuoso. Entre los diferentes requisitos que debe cumplir un productor, el más complicado parece ser el registro en el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG). Muchos de los entrevistados indicaron que les tomó un año en conseguir este registro. Otro indicó que el éxito del trámite depende más del inspector: “si es bueno, deja pasar, si no, no” [entrevista M3 f1]. Consultando otras fuentes de información (oficiales de los municipios y personal rural de ONG que trabajan con pequeños productores), se ob-tuvo también la misma percepción acerca del registro en SENASAG. El funcionario de un municipio entrevistado indicó que los requisitos eran “imposibles” de cumplir dadas las condiciones de vida en el área rural, y que por esa razón el municipio había dejado de comprar a productores locales después de haber intentado tramitar el registro en SENASAG por más de un año sin lograrlo [entrevista M3 f2].

4.2 OBSTÁCULOS COMUNES PARA LOS MUNICIPIOS4.2.1 AUSENCIA DE OFERENTES

Al entrevistar a los responsables de las compras para el desayuno escolar en diferentes municipios del altiplano, se pudo observar que el principal obstáculo para que el municipio compre a pequeños productores es la ausencia de oferentes. En muchos casos, es el municipio el que toma la iniciativa e impulsa a los productores locales a que presenten sus ofertas, en otros casos son las ONG y OG que trabajan en el área, las que promueven que se establezca la relación comercial trabajando simultáneamente con el municipio y los productores.

“Al principio hubo que buscar, convencer a los productores, generar aquí las capacidades para aquí mismo producir esos productos” [entrevista M1 f1].

“Que el municipio haya priorizado, yo lo compartí en un encuentro inter-nacional… como un caso de éxito, sin el apoyo inicial del municipio para comprarme este producto, yo no podría competir con algún otro de Bolivia” [entrevista M5 p1].

4.2.2 DESCONOCIMIENTO DE LAS NORMAS

Se observó que en algunos de los municipios se desconocen las normas que permiten a los municipios dar preferencia a la producción local. Este desconocimiento hace que los encargados de compras teman ser acusa-dos de corrupción o mal manejo de recursos económicos, y por lo tanto prefieren mantener la contratación lo más abierta posible, “sin favorecer a nadie” [Observación participativa 12/12/12].

El desconocimiento de las normas es común para los representantes municipales que desconocen la normativa nacional, como para los productores

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Consumo

que no conocen ni la legalidad nacional ni la local. En los municipios con mayor población, se establecen decretos supremos que favorecen a pequeños productores o el origen local de los productos (por ejemplo, el municipio de Santa Cruz), pero éstos suelen manejarse sólo a escala del Gobierno Municipal, algo de lo que los productores no están informados.

4.3 DIFICULTADES PARA LA INCLUSIÓN DE PRODUCTOS ANDINOS:

Los pequeños productores y municipios enfrentan muchas dificultades en el momento de ofertar productos. El panorama se complica aún más si se trata de productos específicos como los cultivos andinos. En el inicio de este estudio se intentó encontrar municipios rurales que compren cul-tivos andinos para el desayuno escolar, y sólo se encontró uno y en muy bajas cantidades en el área rural del altiplano: la quinua. El tarwi también fue promocionado para su inclusión en el desayuno escolar en otro muni-cipio del altiplano, sin embargo, solamente se logró su inclusión mientras la ONG que lo promocionaba se encontraba en el área, y se lo abandonó en la gestión 2012.

Las dificultades mencionadas por los proveedores de quinua y tarwi en estas áreas refieren problemas inherentes a las labores de cosecha y post-cosecha en quinua y al proceso de desamargado en ambos cultivos. Otro factor relacionado con la quinua fue que la variedad local que se ofrecía al desayuno escolar no era de fácil cocción, lo cual ocasiono quejas de parte de la Junta Escolar (quienes estaban encargados de hacer hervir el preparado). Fue por eso que los productores estaban considerando ya no usar su propia quinua (conservarla para el auto consumo) y proveerse de mercados de la cuidad más cercana.

En una de las ciudades principales de Bolivia (municipios urbanos) se ha logrado incluir productos en base a cultivos andinos en mayor variedad, utilizando como materia prima quinua, cañahua y amaranto. Se entrevistó a los proveedores de estos productos preguntándoles cuál era el mayor obstáculo para proveer al desayuno escolar con productos andinos. Dos puntos fueron remarcados por los entrevistados: costo de la materia prima y estacionalidad del producto.

“La mayoría de los ingredientes que hacen diferentes a nuestros productos son de carácter estacional, no se puede ir al mercado hoy, y comprar amaranto porque no hay, debe ser cuando se produce, y para eso hay que tener una espalda financiera fuerte para poder aprovisionarte” [entrevista M5 p1].

4.4 PARA QUE FUNCIONE, ARREGLOS INFORMALES

4.4.1 FUNCIONARIOS MUNICIPALES COMO PROMOTORES DE LA OFERTA

Un factor común en los municipios que compran a productores locales es la presencia de uno o más funcionarios municipales comprometidos con la compra local y con el tipo de producto (en este caso productos andinos). Usualmente, estos funcionarios se encuentran en posiciones de toma de de-cisión y muestran un gran compromiso con la inclusión de los productores.

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“La inquietud mía era el de fortalecer capacidades de tal ves poder generar ingresos económicos a nivel de las familias…viendo que no hay aquí donde trabajar…ha costado convencer a las autoridades… ellos prefieren obras más visibles” [entrevista M2 f1].

“Ella habló con los oficiales mayores y con la otra gente para que ingrese al de-sayuno escolar, a manera de plan piloto, la galleta de amaranto que hacíamos” [entrevista M5 p1].

Este compromiso hace que tomen tareas que no son parte de las responsabi-lidades del cargo que ocupan y se constituye en un factor que enmascara los problemas por los que atraviesan los pequeños productores al intentar ingre-sar al mercado del desayuno escolar.

En uno de los municipios estudiados (M1), el compromiso de la encargada se refleja en las siguientes tareas que ella realizaba por y para los productores:

1. Búsqueda e incentivo a los pequeños productores para que sean provee-dores (invitación).2. Apoyo y seguimiento en la elaboración de la propuesta para responder a la convocatoria del municipio.3. Gestión de donaciones de ONG y OG para los pequeños productores.4. Relacionar a productores con ONG.5. Relacionar a productores con otros productores.6. Gestión de cursos y capacitación para los pequeños productores. 7. Redactar los informes que deberían hacer los proveedores (ellos sólo los firman y entregan los recibos).

4.4.2 ENCADENAMIENTOS

Debido al sistema de control social y la planificación participativa que se lleva a cabo en los municipios, los productores que han accedido al merca-do del desayuno escolar hicieron referencia a la necesidad de “encadenarse” con las juntas escolares. “Encadenarse”, para los productores, quiere decir convencer a la Junta Escolar de que la venta de sus productos al desayuno escolar no solo beneficia a los proveedores, sino que también será de benefi-cio para toda la comunidad (especialmente para los niños). Sus principales argumentos son que los productos ofertados son frescos, elaborados por personas conocidas en la comunidad “como para sus propios hijos” y que el dinero del municipio se quedará en el municipio:

“Nuestro yogurt es natural, no es descremado, mientras que en la fábrica descreman el yogurt, pero nosotros queremos lo mejor para nuestros niños” [en-trevista M1 p4].

“Tenemos que dar nosotros, porque nosotros somos sus recursos humanos, no-sotros acá también podemos. Hasta cuándo vamos a dar a esas grandes empresas, en lugar de que ellos se ganen, nosotras mismas podemos ganar, y ese dinero regre-sa al municipio” [entrevista M1 p2].

Mediante encadenamientos, los pequeños productores logran ejercer presión sobre el municipio al contar con el apoyo de diferentes organi-zaciones de base como los comités de vigilancia, las juntas escolares y las autoridades originarias. De esta forma, los productores aseguran que el municipio otorgue preferencia a la producción local.

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5. ANÁLISIS

¿Qué medidas podrían facilitar el acceso y la permanencia de los pequeños productores y sus productos al mercado del desayuno escolar?

5.1 FORTALECIMIENTO DE LA OFERTA

Quizá el primer reto para implementar un programa de compras locales a nivel de municipio sea la ausencia de oferentes. Si bien la normativa que rige las contrataciones municipales (DS SABS 181) estipula que se dará preferencia a productores locales, no estipula el procedimiento a seguir si no hay productores locales o si éstos no están lo suficientemente organi-zados o capacitados para cumplir con las exigencias del desayuno escolar. Ésta puede ser la razón por la que los municipios opten por comprar a los oferentes que están en condiciones de proveer las raciones. Por lo tanto, si el objetivo es llegar a la soberanía alimentaria, la cual incluye el consumo de “lo nuestro”, y si se tiene por objetivo dar prioridad a la producción local, la revalorización del uso y consumo de productos tradicionales necesaria-mente tendrá que fortalecer la capacidad de oferta y organización de los pequeños productores locales.

5.2 ¿ES NECESARIA LA FORMALIZACIÓN DE ROLES DE APOYO?

Dada la necesidad de transformaciones más profundas en la normativa y las dinámicas de compras para el desayuno escolar, redefinir los roles de los funcionarios del municipio involucrados en este proceso podría constitu-irse en una solución paliativa. Ésta ha demostrado ser una estrategia efec-tiva a corto plazo para la inclusión de los pequeños productores. Los roles de apoyo que cumplen algunos funcionarios municipales comprometidos han sido determinantes en la inclusión de los pequeños productores. Estos funcionarios, sin embargo, han cumplido también un rol perverso al en-mascarar problemas y necesidades de los pequeños productores para man-tenerse en este mercado por sus propios medios. Tal vez brindar apoyo temporal al inicio de la experiencia, algo así como una “incubadora”, que apunte al entrenamiento de los productores y su fortalecimiento con miras a su independencia en el mediano plazo sería una medida más adecuada.

Así lo afirmó uno de los entrevistados:

“Creo que hay ciertas etapas, como a un niño. Si al niño no lo proteges no va poder ser después un hombre productivo, algún momento debe tener protección y también subvención. No está mal que alguna vez a un hombre se le regale una máquina, sabiendo que en el futuro él va ser competitivo” [entrevista M5 p1].

5.3 LOCALIZAR NO SÓLO EL CONSUMO, TAMBIÉN LAS NORMAS

Una medida muy eficaz en la experiencia de países como el Brasil es otorgar a los municipios las competencias para que puedan normar ciertos procedimientos, especialmente las normas referidas a la inocuidad de los alimentos. En Bolivia, estas normas dependen del SENASAG, y son, en la opinión de la mayor parte de los entrevistados, el obstáculo más impor-tante para acceder a este mercado. La concepción de inocuidad muchas

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veces puede ser diferente según la región y los hábitos alimenticios, y si bien es necesario velar por la salud de la población en general, en la opinión de los pequeños productores, técnicos municipales y personal de ONG, las normas del SENASAG no se ajustan a la realidad de los pequeños productores, son normas estandarizadas diseñadas para la gran industria, y dado que los pequeños productores, especialmente de áreas rurales, carecen de servicios básicos como ser agua potable y electricidad, cumplir normas diseñadas para un contexto ajeno a su realidad les representa un reto difícil —sino imposible— de superar.

En Bolivia, ninguna ley otorga a los gobiernos municipales la potestad de normar procedimientos referidos a la inocuidad de los alimentos. Este pro-ceso sucede exclusivamente a nivel de Estado. Por otra parte, existen otros tipos de certificaciones como las otorgadas por el Instituto Nacional de Laboratorios en Salud (INLASA) y el Instituto Boliviano de Normalización y Calidad (IBNORCA), que pueden ser igual de válidas, como el registro sanitario de SENASAG, si se las aplica a escala municipal.

5.4 MIRANDO MÁS ALLÁ: EL CONSUMO LOCAL

Uno de los problemas reportados en la literatura consultada acerca del de-sayuno escolar es la periodicidad de la demanda, la cual, según varios estu-dios, es de aproximadamente 200 días al año, dejando a los productores sin actividades por el resto del año. Ante esta problemática, es importante que se promueva la compra local de estos productos. Algunos productores se encuentran actualmente tratando de comercializar sus productos en la ciu-dad más cercana, mientras, paradójicamente, productos procesados en las ciudades se expenden en las tiendas locales. Si bien el mercado local suele ser reducido, ofrece otra opción de comercialización para los pequeños pro-ductores, quienes habiendo adquirido ya la experiencia y habilidades nece-sarias para proveer al municipio, podrían proveer a los comercios locales — tiendas de abarrotes, quioscos y restaurantes—y ofrecer sus productos en las ferias locales tradicionales. Por lo tanto, también es necesario que existan acciones que promuevan el consumo de estos productos a nivel del municipio. El municipio y los productores, además, podrían organizar ac-tividades de promoción de sus productos y de educación nutricional dirigi-das no sólo a los niños que ya los consumen, sino también a miembros de la comunidad en cuanto a usos, preparación, y beneficios de su consumo.

6. CONCLUSIONES

El trabajo de investigación del cual forma parte este artículo se inició con el objetivo de determinar posibles mercados locales para los productos andinos subutilizados y de alto valor nutricional. Esto, con la idea de que al asignar un uso comercial a estos cultivos se lograría promover su revalorización, conservación y mejora. De esta forma, se consideró tomar en cuenta el mercado del desayuno escolar por tratarse de un mercado netamente local. Sin embargo, durante la investigación se aprendió que el verdadero problema no reside en el tipo de producto que se ofrezca al desayuno escolar, sino en el diseño institucional que enmarca esta relación comercial. Ante esta realidad, y para superar las barreras de acceso y mantenerse en este mercado, los pequeños productores y los municipios que se han aventurado a perseguir el reto de abastecerse localmente, han

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organizado sus actividades mediante arreglos institucionales informales que logran que el sistema funcione, pero, al mismo tiempo, enmascaran así sus falencias. Estos arreglos institucionales informales demuestran que sí es posible proveer al desayuno escolar con productos locales. Pero es importante con-siderar que la emergencia de dichos arreglos institucionales da testimo-nio de la dificultad en la aplicación de las normas vigentes que regulan la contratación de alimentos para el desayuno escolar y de la necesidad de reformular la normativa y procedimientos hasta lograr los ajustes necesa-rios para la construcción de arreglos institucionales formales, acordes a la realidad de los pequeños productores.

Siguiendo el paradigma de soberanía alimentaria que plantea la autonomía local, los mercados locales y la acción comunitaria (GRAIN, 2005), puede afirmarse que las compras locales para el desayuno escolar cumplen estos postulados, convirtiéndose así en una forma de “praxis” de la soberanía alimentaria. El estudio de las diferentes dinámicas que surgen en el intento del municipio de proveerse localmente y de los productores de acceder y permanecer en este mercado, nos da luces y evidencias de cuán alcan- zable puede ser este paradigma, qué medidas son necesarias para lograr la sostenibilidad de la producción local y la necesidad de transformaciones tanto en la institucionalidad formal (reglas, normas y procedimientos) como en la informal (hábitos alimenticios, usos y costumbres (y con-cepciones acerca de lo “inocuo” y lo “saludable”, entre otros.

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7. BIBLIOGRAFÍA

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1. Juan Carlos Rojas es técnico e investigador de Agua Sustentable y há sido Director del Instituto Nacional de Reforma Agraria- INRA (2006 -2011)

info

RESUMEN

La Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria (Ley N° 144), aprobada recientemente, cubre una de las deudas históricas que tiene el Estado boliviano de contenido colonial y corte neoliberal

con campesinos e indígenas, mayorías protagonistas de los grandes cambios sociales pero ausentes de los procesos económicos en sus niveles de de-cisión. Campesinos e indígenas siempre proveyeron los alimentos para los bolivianos, pero muy pocas veces recibieron apoyo del Estado. Es más, no sólo no tuvieron apoyo, sino que fueron soporte de la economía nacional y sufrieron las políticas y medidas que los afectaron, como los impuestos o la usurpación de sus tierras, o simplemente no contaban para las políticas oficiales de tal modo que no podían hacer frente a desastres naturales.

La Ley, gestionada por la organización nacional de los campesinos, movi-lizó al Órgano Ejecutivo del Estado Plurinacional para su concreción. Tiene varios ejes temáticos, que probablemente no agoten la problemática agropec-uaria y forestal, pero que con su mirada hacia y desde lo indígena originario

LA LEY DE REVOLUCIÓN PRODUCTIVA COMUNITARIA AGROPECUARIAABRIENDO BRECHA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO PLURINACIONAL: ENTRE LOS DESEOS Y LA REALIDAD

JUAN CARLOS ROJAS

CALIZAYA1

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campesino, apunta a lograr equilibrios entre los diferentes actores pro-ductivos a partir de potenciar a los pequeños productores y economías comunitarias. Es el intento, ojalá serio, de desarrollar una economía plu-ral potenciando a quienes siempre fueron, si no ignorados, por lo menos menospreciados.

Los ejes temáticos de la Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria son:

a) El reconocimiento de las Organizaciones Económicas Comunitarias (OECOM) como actores de esta Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria;b) Los fines, objetivos y políticas de esta Revolución; c) La implementación del Seguro Agrícola y la creación del INSA (Insti-tuto Nacional del Seguro Agrícola) como ente administrador del mismo;d) La creación de Consejos Económico Productivos en diferentes niveles para la definición de políticas y la planificación estratégica quinquenal, y la creación y/o fortalecimiento de entidades públicas para la concreción de las políticas (agua, suelos, abonos, semillas, maquinaria, acopio, trans-formación y comercialización);e) La identificación y regulación de fondos de fomentos, concurrentes a nivel departamental, para ejecutar transferencias condicionadas; y f ) La creación del fondo crediticio con condiciones favorables a los pro-ductores, en la figura de fideicomiso, administrado por un banco de se-gundo piso y con la posibilidad de subrogación de la deuda por el seguro agrícola.

El presente artículo no pretende abordar el conjunto de la Ley, algo que re-quiere un estudio interdisciplinario, sino detenerse en algunos de los aspectos básicos del proceso productivo agrario desde una primera aproximación. Ello supone analizar a los actores productivos y las políticas dirigidas a sentar las bases del proceso productivo, sin las cuales no serían posibles las posteriores acciones, y siempre a partir de los propósitos de la Ley.

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1. LO QUE PRETENDE LA LEY

La Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria define como Objeto:

“(…) normar el proceso de la Revolución Productiva Comunitaria Agro-pecuaria para la soberanía alimentaria, estableciendo las bases instituciona-les, políticas y mecanismos técnicos, tecnológicos y financieros de la pro-ducción, transformación y comercialización de productos agropecuarios y forestales, de las y los diferentes actores de la economía plural; priorizando la producción orgánica en armonía y equilibrio con las bondades de la madre tierra”. [Art. 2]

Se define así la revolución productiva y su principal propósito: lograr la soberanía alimentaria. Ésta, además, debe tener como base la producción orgánica y el respeto a la madre tierra. Para ello, la norma define las bases necesarias para la producción, transformación y comercialización de alimentos y otros productos, todos producidos por los diferentes actores.

Sin duda, es inobjetable la intención de lograr que sea en Bolivia donde definamos nuestra política agraria y alimentaria, que la producción de ali-mentos sea un derecho de los productores y que los consumidores tengan, igualmente, el derecho a decidir qué van a consumir. Es también inobjetable el propósito de que sea el Estado el que garantice la provisión de alimentos a la población, la protección de la producción nacional, el patrimonio genético y medioambiental, y el mercado y la sociedad de las importaciones agropecuarias y alimentarias. Es evidente en la norma, asimismo, el objetivo de evitar el libre ingreso de semillas y el acaparamiento de tierras. Todos, en general, son postulados que permiten entender el concepto de soberanía alimentaria. Nadie puede estar en desacuerdo con estos postulados, más aún si los mismos están vinculados a la priorización de la producción orgánica y al respeto a la madre tierra.

La Ley, por otra parte, establece como Finalidad:

“(…) lograr la soberanía alimentaria en condiciones de inocuidad y calidad para el vivir bien de las bolivianas y los bolivianos, a través de la Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria en el marco de la economía plural”. [Art. 3]

Éste parece ser un extravío en la Ley, por cuanto se redunda en lo inicial-mente definido, la soberanía alimentaria, mejor desarrollada en el Objeto de la norma. En realidad, de lo que se trata en este artículo es de vincular la se-guridad a la soberanía alimentaria, por cuanto la seguridad pretende que to-das las personas tengan acceso físico y económico a los alimentos suficientes, inocuos y nutritivos, y que satisfagan sus necesidades energéticas para llevar una vida sana y activa, algo que puede entenderse como una concreción del vivir bien en términos estrictamente personales.

Además, la Ley define como su ámbito de aplicación a:

“(…) entidades del nivel central del Estado, entidades territoriales autónomas, comunidades indígena originario campesinas, comunidades interculturales y afro bolivianas; y a otras entidades públicas, privadas,

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mixtas, así como las y los productores individuales y colectivos, que directa o indirectamente intervienen o se relacionan con el desarrollo productivo, la seguridad y soberanía alimentaria”. [Art. 4]

Se define, en este artículo, que la Ley se aplica prácticamente en todos los ámbitos, públicos y privados, y con todos los actores productivos que tienen que ver con la soberanía y seguridad alimentaria. Pero, al mismo tiempo, aquí se abre lo que será el telón de fondo de esta norma: la incorporación o participación activa de lo indígena campesino en todas sus acepciones: los productores, pequeños o grandes, individuales o colectivos, organizados o no, de tierras altas y bajas, son los actores centrales de esta revolución, lo que es ampliamente reforzado en el desarrollo posterior de la Ley. Y no es que se ignore a los productores pequeños, medianos o grandes que no forman parte de estas nacionalidades y sus organizaciones, lo que se hace es poner en primer plano lo que estaba invisibilizado.

Bajo estos propósitos, en la Ley se desarrollan las políticas y los espacios institucionales de definición y planificación, se crean nuevas instituciones y se identifican fondos y mecanismos para la concreción de esas políticas. Veamos lo que está en el fondo de las formulaciones de la ley.

2. Cómo se propone concretar los propósitos de la LeyPara abordar el tema que nos interesa, el Artículo 5 de la Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria establece sus Alcances en los siguien-tes términos:

2. Reconocimiento de las comunidades indígena originario campesinas, co-munidades interculturales y afrobolivianas como Organización Económica Comunitaria – OECOM.4. Planificación estratégica alimentaria participativa desde las comuni-dades indígena originario campesinas, comunidades interculturales y afrobolivianas y, las y los actores de la economía plural sobre la base de su vocación y potencial productivo y los recursos naturales para definir las estrategias de producción, planes y programas del desarrollo productivo agropecuario integral y sostenible.9. Promover el proceso de gestión territorial indígena originaria campesina, comunidades interculturales y afrobolivianas.10. Fortalecimiento de las capacidades orgánicas, productivas, de transfor-mación, comercialización y financiamiento de las comunidades indígena originario campesinas, comunidades interculturales y afrobolivianas, desde un enfoque intercultural que recupere los saberes, prácticas y conocimientos ancestrales.12. Transferencia de recursos a las comunidades indígena originario campesinas, comunidades interculturales y afrobolivianas, además de otros mecanismos de financiamiento. [Art. 5]

Este conjunto de disposiciones establece los rasgos y roles que se asignan a los movimientos sociales indígenas y campesinos, nucleados en comuni-dades, en el ámbito económico productivo, centralmente agrario. Se asigna a la comunidad la cualidad de organización económica y actor económi-co colectivo, rasgo que antes era asumido por otras instancias promovidas por iniciativas particulares aun siendo parte de la comunidad; se reconoce y promueve la participación de este actor en procesos de planificación del desarrollo y gestión de los territorios; se abre la puerta para que las instancias

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estatales fortalezcan las capacidades internas para cumplir el objetivo de la ley; y se define, como una suerte de requisito, la transferencia de recursos pú-blicos y de otras fuentes a las comunidades. Así planteados, este conjunto de alcances perfilan claramente la importancia de estos actores en la revolución productiva. Son sus pilares básicos.

La Ley define así a la comunidad:

“[es el] conjunto de familias indígena originaria campesinas, comunidades interculturales y afrobolivianas que comparten territorio, cultura, historia, lengua y están organizadas legítimamente de acuerdo a sus normas y proced-imientos propios”. [Art. 7, inc. 3]

Al ser la comunidad el sujeto principal, la norma también precisa el concepto y cualidades de las Organizaciones Económicas Comunitarias:

“[son] el núcleo orgánico, productivo, social y cultural para el vivir bien [Art. 8] que tiene la capacidad de gestión territorial y sus estructuras orgánicas territoriales la capacidad para implementar la producción, transformación, comercialización y financiamiento de la actividad agropecuaria y forestal” [Art. 9]

La ley reconoce, por otra parte:

“el derecho de participar en el diseño de políticas públicas y ejercer el control social a la gestión pública del sector agropecuario, al destino de los recursos fiscales, a la calidad de los servicios públicos, al manejo transparente de la información en todos los niveles del Estado y al control social de las empresas e instituciones públicas y empresas mixtas en todos los niveles del gobierno y las entidades territoriales autónomas” [Art. 11], además de garantizar su participación “en todos los niveles de gobierno del ámbito agropecuario a través de sus normas, procedimientos y estructuras orgánicas propias, en el proceso de la Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria, el manejo y la gestión sustentable del agua, el aprovechamiento forestal, la consolidación del territorio indígena originario campesino y la planificación”. [Art. 10]

Con todo esto, queda claro que la comunidad, entendida como un colectivo social, se convierte en actor económico y se le asigna el rol de núcleo donde se ponga en práctica la filosofía del vivir bien, un rol protagónico con las responsabilidades y ventajas que ello supone. Y son precisamente esas ventajas, o discriminación positiva, las que configuran claramente los alcances de su rol como actor en sus espacios territoriales, como actor en los espacios públicos de planificación y definición de políticas, y como actor en control social en todos los espacios públicos ejecutores de esta ley.

Con estos postulados se revaloriza a la comunidad, se la reposiciona en sus roles y se la convierte en el centro de las acciones estatales y privadas, lo que ciertamente corresponde a demandas históricamente planteadas por las organizaciones que representan a las comunidades en todas sus variaciones. Esto debe entenderse como parte de la construcción del Estado Plurinacional.

Pero, como bien sabemos, la historia no empieza con esta Ley, y por eso es necesario tomar en cuenta, para su implementación, algunos factores que ya están presentes en las comunidades, factores que se citan en la norma

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de manera más bien enunciativa. Esta Ley salva errores pasados que pro-movieron la creación de entidades paralelas o parcialidades que generaron muchos conflictos internos (como las Organizaciones Territoriales de Base, OTB) y que obligaron a la modificación de sus estructuras organizativas tradicionales. Habrá que ver, por otra parte, cómo se logrará concatenar los postulados de la norma con las organizaciones económicas existentes dentro de las comunidades, organizaciones con bastante tradición y experticia en el tema y cuyos núcleos más dinámicos se autodefinieron como Organizaciones Económicas Campesina (OECA) que cuentan con una estructura institucio-nal a nivel nacional, por citar un solo ejemplo de los muchos que existen sólo en el ámbito productivo. Están, además, otras estructuras existentes dentro de las comunidades como los comités de regantes y los comités de gestión de proyectos específicos o de seguimiento a proyectos productivos con fondos públicos y privados.

Y a propósito de la revalorización de la comunidad como actor económico, se puede también leer la Ley como una suerte de evolución en las tesis programáticas campesinas, especialmente las de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), que postulaban la creación de brazos económicos de la organización cuyos fines eran potenciar la economía comunal como soporte fáctico de una organización que debía disputarse el poder político. Entonces, ahora que se conquistó el poder político, correspondería al Estado efectivizar esas demandas y ya no se requerirían brazos económicos, sino convertir a la misma comunidad en actor político y brazo económico a la vez, una ecuación ambiciosa y complicada. Para tener una referencia actual y concreta sobre el tema, habría que conocer los resultados, productos y procesos que se desarrollan, por ejemplo, en el Fondo Indígena que, como sabemos, funciona con recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) desde hace un par de años. Indudablemente, este balance podría dar algunas pistas para encarar la concreción de estos postulados, cuyos resultados iniciales dejan lugar a dudas acerca del manejo de los recursos económicos y sus resultados. Lo que se espera es que el Fondo Indígena no corra el mismo destino del ex Fondo de Desarrollo Campesino (FDC).

Por otro lado, se sabe también que entre las comunidades y organizaciones del campo se difunde ampliamente la “línea” o “instrucción” de que todos los recursos, proyectos e iniciativas vinculadas a esta y otras leyes, deberá ser canalizada “orgánicamente”, lo que significa que los niveles dirigenciales nacional, departamental y provincial tendrán la llave del grifo para abrir o cerrar los fondos, dejando de lado a otras organizaciones también campesinas que poseen también una larga tradición en la producción. Están, además, los actores productivos agrarios tradicionales, especialmente los de Santa Cruz, como actores incluidos en las acciones orientadas a lograr la soberanía y seguridad alimentarias, aunque con roles más atenuados, o más bien complementarios. Se conoce también que existe una agenda de trabajo entre el gobierno y la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) que atiende las demandas de estos sectores y que hasta ahora han logrado varios acuerdos que viabilizan el uso de recursos públicos destinados para estos sectores. Habrá que esperar los resultados de estos acuerdos y valorar si las acciones concertadas son parte de una estrategia más amplia, a la que se sumarán las comunidades como actores fortalecidos.

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3. LO QUE DEFINE LA LEY PARA ENCAUSAR LA PRODUCCIÓN HACIA LA SOBERANÍA Y SEGURIDAD ALIMENTARIAS

Si se trata de identificar, en la Ley, un tema verdaderamente sustancial, ése es el referido a la base productiva. Su importancia radica en que el logro de la soberanía y seguridad alimentarias dependen fundamentalmente de la forma en que se encare y construya esa base productiva y, en especial, si esta estructura está en consonancia con el respeto a la Madre Tierra.

La Ley N° 144 define a la base productiva como:

“[el conjunto de] recursos naturales que constituyen la base de la producción agropecuaria, conformado por los recursos suelo, agua, flora y fauna de la Madre Tierra (Art. 7, inc. 3).

Entre las políticas formuladas en la ley de revolución productiva [Art. 12], cuatro de ellas se refieren de manera específica a la base productiva: 1) For-talecimiento de la base productiva; 2) Conservación de áreas para la produc-ción, 4) Fomento a la producción; y 14) Gestión territorial indígena origi-nario campesina.

La política de fortalecimiento a la base productiva [Art. 13] propone for-talecerla integralmente con énfasis en conocimientos propios y a partir de la optimización del acceso y uso del recurso agua. Esa optimización tiene como eje el manejo de cuencas, la recuperación de la fertilidad del suelo (a través de un conjunto de acciones) y la defensa de la biodiversidad (centrada en la recuperación y crianza de semillas nativas).

En relación al agua, la referida política establece:

“[Se] promoverá el aprovechamiento y uso sostenible del agua para la pro-ducción de alimentos de acuerdo a las prioridades y potencialidades produc-tivas de las diferentes zonas, mediante:

a) La construcción y mejoramiento de infraestructura de riego y acueductos, identificando los mejores sistemas de captación de agua en cantidad y cali-dad, implementando tecnologías eficientes de uso del agua en parcela y la conservación del suelo, recuperando saberes, ciencia y tecnología.b) El almacenamiento de agua, a través de represas y reservorios, para garan-tizar su disponibilidad y uso durante periodos secos.c) El fortalecimiento de la autogestión de sistemas de aprovechamiento y manejo de agua con fines de producción agropecuaria, según los diferentes sistemas incluyendo prácticas ancestrales de las comunidades indígena origi-nario campesinas, comunidades interculturales y afrobolivianas.d) Estudios de calidad de agua y balances hídricos por cuencas y micro-cuencas que permitan el uso adecuado del agua en actividades agropecuarias protegiendo el suelo y la vida”. [Art. 13]

Para la recuperación de la fertilidad del suelo, la Ley determina:

“la gestión integral del suelo tendrá por objeto la recuperación de la cober-tura vegetal del suelo en base a especies nativas e introducidas adaptadas, la disminución de la presión o carga animal mejorando la pradera nativa y el uso de especies forrajeras, el empleo de abonos orgánicos mediante el reciclaje de residuos orgánicos, sustitución y eliminación gradual de

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agroquímicos, prácticas ancestrales de conservación de suelos, terraceo, andenería, cercos, rotación de tierras, el mantenimiento de bosques y la biodiversidad, el aprovechamiento racional de los recursos forestales no maderables, agroforestería, fortalecimiento de la organización y gestión comunal para el uso de suelos en función de su vocación natural o aptitud de uso”.

En cuanto a la protección e incremento de la biodiversidad, la norma establece dos líneas de políticas como necesarias y complementarias: se-millas y recursos genéticos. En lo relativo a los recursos genéticos, la Ley establece que:

“a) El Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal – INIAF, es la instancia encargada de garantizar la conservación y administración in situ (en el lugar de origen) y ex situ (fuera del lugar de origen) de los recursos genéticos de la agrobiodiversidad, parientes silvestres y microorganismos de las diferentes eco regiones del país, con la finalidad de evitar la erosión genéti-ca y asegurar su disponibilidad como fuente de variabilidad genética y primer eslabón de la producción agropecuaria.b) El Estado facilitará el acceso a recursos genéticos con fines productivos y de investigación para consolidar la seguridad y soberanía alimentaria del país, siempre y cuando su uso se enmarque en las políticas de protección y defensa de los recursos genéticos del país”.

En el caso de las semillas, la Ley N° 144 señala:

“[se] promoverá y protegerá la producción, uso, conservación e intercambio de semillas de alta calidad que garanticen su provisión para la producción, mediante:

a) El fomento a la producción de semilla de alta calidad priorizando los productos estratégicos.b) El estímulo a la recuperación, conservación, mejoramiento, producción y difusión de semillas nativas provenientes de los pueblos indígena originario campesinos, comunidades interculturales, afrobolivianas y de pequeños productores.c) El control de las actividades de producción, acondicionamiento, certificación, promoción y comercialización de semillas.d) La creación de bancos de semillas, fondo de semillas y centros de acopio que permitan conservar, generar reservas estratégicas de semillas promoviendo mercados.e) El fortalecimiento y generación de condiciones para el almacenamiento y conservación de semillas.f ) Alianzas estratégicas con sectores privados que se dedican a la producción y acopio de semillas”.

La política de conservación de áreas para la producción [Art. 14] se ocupa de velar por la conservación de las áreas de vocación productiva protegiéndo-las del crecimiento urbano y el consiguiente cambio de uso de suelo:

“1. El MDRyT, como instancia técnica de monitoreo y gestión de la in-formación agropecuaria, en coordinación con las entidades territoriales autónomas, generará el Plan Nacional de Uso de Suelos y Ordenamiento Territorial para la Producción Agropecuaria y Forestal, identificando las

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áreas de vocación productiva y estableciendo las áreas estratégicas de pro-ducción, debiendo las entidades territoriales autónomas definir su orde-namiento territorial en base a los lineamientos nacionales.2. Se planificarán los asentamientos humanos y se delimitará el crecimiento urbano a fin de proteger las áreas de vocación productiva, en base a la política nacional de ordenamiento territorial.3. Se identificarán las áreas de vocación productiva en zonas periurbanas, permitiendo nuevos asentamientos humanos sobre superficies que combinen espacios de producción agropecuaria con espacios habitacionales y que no perjudiquen la actividad productiva.4. Se promoverá el crecimiento vertical de los asentamientos urbanos frente a la expansión urbana horizontal.5. Se promoverá la producción agropecuaria y forestal diversificada a través de la implementación de planes, programas y proyectos alternativos a fin de evitar la expansión de monocultivos.6. Las comunidades y territorios indígena originario campesinos, comuni-dades interculturales y afrobolivianas, en el marco de sus derechos y en ejer-cicio de la gestión territorial, en base a los lineamientos nacionales definirán la forma de uso, ocupación y aprovechamiento de su espacio precautelando las áreas productivas en beneficio de la seguridad alimentaria con soberanía, de acuerdo a sus criterios culturales y principios de convivencia armónica con la Madre Tierra”. [Art. 14]

La política de fomento a la producción [Art. 16] es general en su formu-lación y bastante somera en su redacción:

“(se fomentará un mejor y mayor rendimiento de la producción en el mar-co de la economía plural, a la producción tradicional, orgánica, ecológica, agropecuaria y forestal con destino al consumo interno que permita alca-nzar la soberanía alimentaria así como la generación de excedentes, en el marco de los saberes, prácticas locales e innovación tecnológica en base a las formas de producción familiar, comunitaria, asociativa y cooperativa”. [Art. 16]

La política de apoyo a la gestión territorial indígena originario campesina comunidades interculturales y afrobolivianas [Art. 28] re-sulta ser complementaria a las anteriores y, aunque es abarcativa en su formulación, su redacción define que está orientada principalmente a indígenas y originarios dentro sus territorios. Esta política tiene como Objeto:

“apoyar los procesos de implementación, ejecución y financiamiento de Programas de Gestión Territorial Indígena – GTI, elaborados y presen-tados por las organizaciones matrices de los pueblos indígenas y naciones originarias, con el fin de promover y dinamizar el desarrollo organizativo, social, cultural, económico y productivo de los pueblos indígenas en sus territorios, destinados a mejorar su calidad de vida y contribuir a la se-guridad con soberanía alimentaria de acuerdo a sus saberes, tecnologías y valores culturales. Esta política es complementaria a las políticas y estrate-gias establecidas en la presente Ley a las cuales las naciones, pueblos y co-munidades indígena originario campesinas, comunidades interculturales y afrobolivianas pueden acceder y participar sin restricción alguna”. [Art. 28]

Hasta aquí recogimos las formulaciones de la Ley relativas al tema que nos ocupa. A partir de ello, presentamos una apretada síntesis de lo analizado. La principal novedad de la Ley N° 144 es el reconocimiento de la comunidad

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como actor económico productivo y la protección de las áreas de vocación productiva del imparable crecimiento urbano, de urgente aplicación. Lo que no es nuevo, pero necesario, es la concatenación de los conceptos de agua, suelo y biodiversidad como soporte de la producción de alimentos. Lo re-iterativo, y por ello difuso y con riesgo de perderse en la burocracia, es el fomento a la producción y el apoyo a la gestión territorial.

Antes de entrar en el análisis de algunos aspectos reveladores de las políti-cas planteadas, me parece pertinente hacer un par de apuntes respecto de la política de protección de las áreas productivas amenazadas por el crecimiento urbano. Este es un tema de inaplazable tratamiento por el desarrollo urbano que ha crecido exponencialmente en las últimas décadas. Cito como ejemplo el caso de Cobija, capital del departamento de Pando. Este era, como sabe-mos, un departamento de población mayoritariamente rural. En los últimos 20 años, sin embargo, la mitad de su población radica en el área urbana y su tendencia apunta a un mayor crecimiento. Estos procesos migratorios se han generalizado en todo el país, pero son mucho más acentuados en las ciudades del eje troncal y tienen como resultado el crecimiento caótico de las manchas urbanas sin mayor planificación. El caso de de la ciudad de Cochabamba es verdaderamente dramático: el crecimiento urbano se ha “comido” más del 50% de las áreas de cultivo agrícola que existían alrededor de la ciudad, y es un proceso que no ha concluido.

En este fenómeno intervienen varios actores y factores que deberán tomarse en cuenta para encararlo seriamente, pues sin una acción concertada será sencillamente imposible resolverlo. Este crecimiento caótico involucra a varios actores, y su manifestación más inmediata son las urbanizaciones promovidas agresivamente por sus promotores. Están, entre estos últimos, los vendedores de los terrenos, vinculados o no a inmobiliarias, donde se incorporan profesionales encargados de darle al negocio el “toque” de legalidad.

Los vendedores son normalmente personas inescrupulosas que con documentos legales o fraguados ofrecen lotes urbanos a precios “accesibles” a sectores populares que necesitan llevar a sus familias a las ciudades. Cuando se tratan de comunidades, a veces los dirigentes, o pseudo dirigentes de ellas, aparecen como vendedores. Estos grupos tienen relaciones con el poder político en diferentes niveles, sea con las alcaldías, con los ministerios o con el poder judicial; hacen uso de estas relaciones para consolidar sus negocios y, cuando eso no es suficiente, recurren a la presión movilizando a los “beneficiarios” bajo amenaza de quitarles los lotes.

Este circuito se completa en las alcaldías, ya que apenas el 10% de los municipios del país tiene definida legalmente su área urbana. Los gobiernos municipales, por su parte, se resisten o se entraban en los trámites para establecer sus manchas urbanas. Esta situación de indefinición es el mejor condimento para el surgimiento de estas urbanizaciones, que luego, por la presión y lo ya obrado, obliga a los gobiernos municipales a legalizar estos asentamientos. Entonces, operativizar una política para la definición de las áreas urbanas municipales urgente e imprescindible, pero requiere de algo más que voluntad política y el compromiso fáctico de todos los actores y niveles estatales para hacerla cumplir.

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01950 1984 2010

2.815.093

Superficie Cultivada (Ha)Población

10.426.154

6.252.721

2.713.630654.258

2.000.000

6.000.000

10.000.000

4.000.000

8.000.000

12.000.000

4. LEYENDO LA LEY N° 144 EN BUSCA DE PISTAS

A la hora de concretar las políticas, la realidad se encarga de poner todas las tonalidades para que el cuadro sea completo, con todos sus colores. En esta parte del artículo trataremos de identificar algunos de los aspectos de la realidad que condicionan esas políticas, con una mirada histórica, enten-diendo que pueden ser útiles a la hora de las decisiones que desencadenanacciones. Para este análisis tomaremos datos de los dos únicos Censos Agropecuarios (1950 y 1984) realizados en Bolivia, la información del Instituto Nacional de Estadística (INE) y datos de otras instituciones. Es por todos conocido —en mi caso por mi experiencia como ex servidor público— que una de las grandes debilidades estructurales del Estado es la poca disponibilidad de datos oficiales y actualizados. Si bien este trabajo ha tropezado con esas dificultades, se ha logrado agrupar los datos requeridos con criterios que permitan hacer las comparaciones necesarias.

Si el objetivo de la Ley es lograr la soberanía y seguridad alimentarias, el primer y mayor problema que se debe asumir, entender y explicar, es la situación de la producción de alimentos en el país. No contamos, sin embargo, con información que explique cuál es la demanda de la población boliviana para satisfacer sus necesidades alimenticias, sólo existen estimaciones que dan algunas pautas al respecto.

La Ley N° 144 define como alimentos estratégicos al maíz, trigo, arroz, papa, hortalizas, ganadería, forrajes, avicultura, caña de azúcar, quinua y sorgo. Se colige, inmediatamente, que algunos de esos alimentos son para el consumo directo, otros para su transformación y posterior consumo, y otros para la alimentación del ganado, que luego la población consume como carne y leche. Lo que no se conoce con certeza es la cantidad que se requiere de cada uno de esos alimentos, información que permitiría estimar no sólo la superficie de tierras necesaria para su producción, sino la cantidad de insu-mos, la mano de obra, las inversiones y otros factores relevantes. No existe esa información, sólo existen estimaciones.

Utilizando información de las fuentes mencionadas para el análisis, obser-vamos en el Gráfico 1 la evolución de la superficie cultivada en el país en relación al crecimiento de la población.

Gráfico 1Incremento de la población y superficie cultivadaElaboración propia con datos del Censo 1950, Censo 1984, INE y ex Superintendencia Agraria, citada por p. Gregorio Iriarte OMI.

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2010

1984 Gráfico 2Comparación de superficies por cultivo entre 1984 y 2010, en porcentajeElaboración : propia en base a datos del Censo Agropecuario 1984 e INE.

En la Bolivia esencialmente rural de 1950, con una población de 2,7 millones de habitantes, la superficie total cultivada era de 654.258 hectáreas; esta última cifra representa el 16% de la superficie de vocación agrícola inten-siva en el país, de acuerdo a información de la ex Superintendencia Agraria (4.064.750 hectáreas), y el 3% de la superficie de vocación agrícola extensiva (24.937.789 hectáreas), según la misma fuente.

En la Bolivia todavía rural de 1984, la población creció en 2,3 veces en relación a 1950, y la superficie cultivada creció a 1.154.300 hectáreas, registrando un incremento de 1,7 veces en relación a 1950; esa superficie representa el 28% de la superficie con vocación agrícola intensiva y el 5% de la superficie de vocación agrícola extensiva.

Ya para el término de la primera década del presente siglo, en una Bolivia que se torna más urbana (el 66% de la población vive en ciudades), el número de habitantes en el país llega a 10,4 millones, lo que significa que la población nacional se incrementó en 1,6 veces en relación a 1984. La superficie total cultivada hasta el año 2010 es de 2,8 millones de hectáreas, lo que indica un incremento de 2,4 veces en relación a 1984; ese número de hectáreas representa el 69% de la superficie de vocación agrícola intensiva y el 11% de aquella que tiene vocación agrícola extensiva.

Este primer conjunto de dato permite algunas consideraciones iniciales. En el lapso de 60 años, entre 1950 y 2010 —y como ocurre indudablemente en cualquier otro país—la población en Bolivia creció en 3,8 veces y la superficie cultivada en 4,3 veces. La tendencia de crecimiento más pronunciada en las últimas décadas se debe a la incursión de la soya, como se verá más adelante.

En la relación entre población y superficie cultivada existiría cierto equilibrio en el crecimiento: una vez realizado el ejercicio aritmético respectivo, resulta que en 1950 se cultivaban 0,2411 hectáreas por cada habitante; en 1984 0,1846 hectáreas por habitante; y en 2010 se cultivaron 0,2700 hectáreas por habitante. Como se observa, la superficie cultivada por persona entre los años 1950 y 2010, se incrementó, expresando el referido equilibrio.

El ejercicio comparativo, sin embargo, no estaría completo si no se repara en que el mayor incremento de la superficie cultivada de debe a los culti-vos de oleaginosas, principalmente soya, destinados al mercado y no a la alimentación. Se hace necesario, entonces, realizar el cálculo y las compara-ciones sin considerar a este cultivo. En el Gráfico 2 se presenta este cálculo para el periodo 1984–2010.

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Una vez convertidas las hectáreas a metros cuadrados, se tiene que en 1950 se cultivaban 2.411 m2 por persona en 1950, y se puede considerar que esta superficie de cultivos estaba básicamente destinada a la alimentación de la población porque en ese entonces no se cultivaba soya ni tampoco habían exportaciones importantes de productos agrícolas. En 1984, la superficie cul-tivada para la alimentación llega a 1.780 m2, y en 2010 a 1.815 m2. Po-demos concluir, entonces, que la superficie destinada a cultivar los alimentos para una población que crece cada día se ha reducido en cerca de 600 m2. Aquí, caben las siguientes preguntas: ¿los bolivianos comemos menos canti-dad de alimentos de origen agrícola que hace 60 años?; ¿comemos menos alimentos pero de mayor calidad?; o, finalmente, ¿los bolivianos comemos alimentos que ya no producimos?

Desde otro punto de vista, y por la tendencia en el incremento de la su-perficie cultivada, es previsible que al final de la presente década se llegue a ocupar el 100% de la superficie con vocación agrícola intensiva (4.064.750 hectáreas), y, como sabemos, la población seguirá creciendo, pero la tierra no. Se presenta entonces se presenta la necesidad de apurar definiciones para tomar previsiones a futuro.

Por otra parte, hay que tomar en cuenta que la superficie cultivada efecti-vamente, no necesariamente está ubicada exactamente en áreas de vocación agrícola. Sabemos que los productores ocupan tierras que tienen otra vo-cación: así como se ocupan áreas de pastoreo en comunidades campesinas e indígenas, empresarios desmontan bosques para habilitar tierras para cultivos o pastizales. Este es un problema a resolver para que las estadísticas reflejen la realidad, más aún si reconocemos que los planes de uso de suelo tienen limitaciones porque se elaboraron hace como una década. Requerimos datos actualizados, y estamos a tiempo para tomar definiciones, si es que fenómenos como el cambio climático no nos ponen en mayores aprietos.

Si existen cerca de 25 millones de hectáreas de vocación agrícola extensiva, será necesario centrar la atención en esas áreas para identificar de manera más precisa sus potencialidades y las acciones que se requieren para habilitarlas y convertirlas en productivas de manera sostenible. Ciertamente, esto supon-drá inversiones enormes pero imprescindibles si el objetivo es garantizar la alimentación de la población con soberanía.

En este sentido, se debe afirmar que asumir como tierras agrícolas solamente las que existen en Santa Cruz es desconocer la tradición agrícola de otros departamentos o regiones. Cochabamba, Chuquisaca, Tarija, el área circunlacustre de La Paz y el Gran Mojos del Beni son departamentos y regiones que siempre proveyeron —y lo siguen haciendo— de alimentos a los centros urbanos. Es igualmente cuestionable la tendencia actual —cada vez más fuerte—de mirar a las tierras de vocación forestal para tumbar monte y volverlas agrícolas, aun sabiendo que sus suelos se agotan rápida-mente. Como vimos en el Gráfico 1, en 1950 habían 654,258 hectáreas cultivadas, en 1984 1.154.00 ha y en 2001 el INE identificó 3.700.700 hectáreas de vegetación terrestre cultivada. El Cuadro 1 muestra esta realidad por departamentos.

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AÑO CHUQUISACA LA PAZ COCHABAMBA ORURO POTOSÍ TARIJA S. CRUZ BENI PANDO TOTAL

Censo 1950 58,555 140,734 100,754 35,344 115,606 21,756 82,576 11,803 2,812 569,939

Censo 1984 144,136 301,900 116,152 51,802 133,249 68,618 297,255 31,225 9,963 1,154,300

INE 2001 253,900 252,100 332,400 164,700 39,700 190,400 2,155,500 201,500 110,500 3,700,700

Las mejores tierras agrícolas que tiene el país, y que están en Santa Cruz, se destinan principalmente a la producción de soya. Los beneficios de este cultivo se traducen en ingresos por exportación e impuestos, ciertamente importantes para el Tesoro General de la Nación (TGN), lo que no puede impedirnos afirmar que, como país, estamos aportando al consumo de energía de la población de otros países. No se trata, por supuesto, de poner en la balanza si es más importante generar ingresos para el TGN o alimentar a la población, porque la respuesta es obvia: ambas son importantes, pero una de ellas es vital.

Lo dicho hasta aquí plantea el desafío de discutir en Bolivia sobre cuál es el requerimiento de alimentos por día para definir las políticas necesarias orientadas a la provisión de dichos alimentos. Sin esa información será imposible que el Estado pueda decir que en algún momento ha logrado cubrir las necesidades alimentarias de la población. Un ejemplo de la im-portancia de la información es la noticia que dio a conocer el Director del Programa de Apoyo a la Seguridad Alimentaria en julio de 2011. Este funcionario dijo que, debido a factores externos, no se podrá cubrir la de-manda interna de trigo y prometió que en dos años se cubrirá el 80% de la demanda interna y que, entretanto, se continuará importando. La nota de prensa que reproduce estas declaraciones indica que la demanda interna de trigo al año es de 631.000 toneladas y que la producción nacional de trigo cubre el 43% de esa demanda. La nota añade que se importarán alrededor de 240.000 toneladas de trigo para cubrir el 80% de la demanda interna, cuando en realidad se deberían importar alrededor de 400.000 toneladas entre trigo y harina de trigo. A raíz de esta nota, los productores expli-caron que una de las razones del déficit nacional de trigo fue la reducción de la superficie cultivada de 120.000 a 70.000 hectáreas. Con base en las declaraciones de la autoridad de gobierno, se entiende que la superficie que se requeriría para cubrir la demanda interna de trigo es de algo más de 400.000 hectáreas en todo el país, con un rendimiento aceptable de 1,5 TM (Toneladas Métricas)/hectárea; en caso contrario, se requeriría una superficie mayor que históricamente nunca se logró sobrepasar: 200.000 hectáreas cultivadas en todo el país.

A propósito de cifras, vale la pena citar el estudioa realizado por René Herbas denominado “El estado de situación del trigo en Bolivia y el contexto internacional” (CIPCA, 2008). El estudio incluye información sobre la oferta y la demanda de trigo en 2008, tal como se observa en el Cuadro 2.

Cuadro 1Superficie cultivada por departamento, en hectáreasFuente: Elaboración propia con datos de Censo 1950, Censo 1984, INE.

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OFERTA 728,000

Donaciones 33,000 4.53

Contrabando 200,000 27.46

Importación de harina 119,637 16.43

Importación de trigo 220,609 30.29

Santa Cruz 85,000 11.67

Valles 70,000 9.61

DEMANDA 728,247.00

Panificación 524,337.84 72

Pastas alimenticias 174,779.28 24

Industria galletería, pastelería y otros 29,129.88 4

TM %

Cuadro 1Relación de oferta y demanda de trigo en BoliviaFuente: Elaboración propia en base al libro “El estado de situación del trigo en Bolivia y el contexto internacional” (CIPCA, 2008).

Si tomamos en cuenta que, de acuerdo al INE, la población boliviana para el 2008 era de 10.027.643 habitantes, y tomamos los datos del menciona-do estudio, entonces podemos asumir que la demanda de trigo por persona es de 72,62 kilogramos por año para cubrir toda la demanda, y de 52,29 kilogramos para cubrir la demanda de sólo pan. Si la producción nacional de trigo fue de 155.000 TM, equivalentes a 155.000.000 kilogramos, en-tonces esta oferta de trigo alcanza para cubrir la demanda del 21% de la población (2.134.282 habitantes), mientras que el 79% se cubre por las otras fuentes de oferta. Pero si hacemos el mismo razonamiento sólo para la demanda de pan, entonces la oferta de trigo nacional alcanza para el 30% de la población, dejando que las otras fuentes cubran el 70% restante de la demanda de pan. Hay que añadir, además, que los 72,62 kilogramos de trigo por persona al año servirían para el consumo de cuatro panes por día a lo largo de un año, en tanto que los 52.29 kilogramos de trigo por persona al año sólo para la demanda de pan, alcanza para algo más de tres panes por persona al año.

En cambio, si tomamos en cuenta la información del INE respecto de la producción nacional de trigo, se tienen 161.553 TM para el 2008. Con-siderando los mismos datos de demanda por persona para trigo y pan, tenemos que la oferta de trigo alcanza para cubrir la demanda del 22% de la población boliviana (2.224.514 habitantes) quedando el 78% de la po-blación a ser cubierta con las otras fuentes de oferta. Para el caso del pan, la producción nacional logra cubrir el 31% de la demanda, quedando el 69% para las otras fuentes.

Resulta que cualquiera sea la fuente de información para el trigo, lo cierto es que la producción nacional alcanza para cubrir menos de la cuarta par-te del consumo de alimentos elaborados en base a este producto. Dicho de otra manera: de los cuatro panes que consumimos por día en un año,

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casi uno de ellos se hace con trigo nacional. Esto quiere decir que si no fuera por el trigo y harina que viene por donaciones, importaciones y contrabando, tendríamos serios problemas de provisión de pan. Sería interesante y necesario realizar este ejercicio para los otros productos iden-tificados como estratégicos para la soberanía alimentaria en la Ley N° 144, seguramente con variaciones para cada caso.

Ayudaría mucho para despejar estas dudas, igualmente, el conocer infor-mación acerca del consumo de energía o consumo calórico por las personas. El consumo de energía en países de Europa y Estados Unidos (alto consumo) requiere de una mayor superficie de tierra para cubrir este modelo de consumo: 6 hectáreas en Europa y 10 hectáreas en Estados Unidos. Esta superficie requerida por habitante está compuesta por el área agrícola, la superficie destinada al pastoreo de animales para consumo humano, los recursos forestales, la extracción y producción de energía y minerales, y, finalmente, el área urbanizada. En cambio en países de bajo consumo energético como el nuestro, el requerimiento es de menos de una hectárea por habitante, y como vimos, en el país disponemos de 0,2 hectáreas agrícolas por habitante, pero incluyendo a la soya, un producti que no consumimos directamente.

Aquí encontramos otra pista: debemos saber qué superficie requerimos por habitante para cubrir nuestro consumo de energía y materias primas; una vez conocido este dato, podremos calcular la superficie requerida para agricultura y ganadería relacionadas directamente con la alimentación. Por otro lado, se calcula que el promedio de requerimiento calórico diario en Bolivia es de por lo menos 2.000 calorías. Si esto es así, se requiere entonces saber qué alimentos componen este requerimiento para determinar que porcentaje de calorías necesarias se cubren y que otro tipo de alimentos harían falta. cuánto está cubierto y, cuánto y de qué tipos hacen falta.

Pero si con la superficie requerida para producir alimentos tenemos difi-cultades, también tenemos problemas con los índices de productividad. El Gráfico 3 muestra la superficie cultivada por grupo de cultivos, en un horizonte de 20 años. Como se observa, existe un comportamiento disímil en los distintos productos: hay algunos con tendencia creciente y otros con valores constantes.

Se observa, asimismo, que la soya y los cereales acompañan el ritmo del mercado y el crecimiento de la población, en tanto que los otros productos (frutas, verduras y tubérculos, principalmente), al mantener su regularidad, estarían más bien alejándose del crecimiento de la población: ¿será que la población está cambiando sus patrones de consumo y que ya no requiere las mismas cantidades de estos alimentos?, o ¿será que el incremento en el hato ganadero no requiere mayor cantidad de forraje? O ¿quizá el ganado se alimenta de pastos naturales o al ramoneo? En el caso de los productos estimulantes, que son básicamente el cacao y el café, y a pesar del consumo generalizado del segundo en el país, éstos tienen todavía relativa importan-cia y su producción abastece el mercado interno, dejando margen para la exportación. Debe señalarse que la producción de cacao registra un inusitado desarrollo en los últimos años, y se tendrán resultados más adelante.

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CerealesEstimulantesFrutalesHortalizasOleaginosas IndustrialesTubérculos y RaícesForrajes

Gráfico 3Evolución de la superficie cultivada, por tipo de cultivo, en haElaboración propia con datos del INE..

Es necesario también reparar en la situación de los cultivos más impor-tantes, en superficie y valor económico. En ese sentido, los cereales y las oleaginosas son los cultivos que han tenido un crecimiento constante en su superficie, pues sob los rubros que concentran el 82% de la superficie cultivada en 2010.

Los cereales agrupan a los siguientes productos: arroz, cebada, maíz, qui-nua sorgo y trigo; juntos, suman cerca de 900.000 hectáreas cultivadas al 2010. De esta superficie, el 40,5% es de maíz en grano, el 19,9% es de arroz con cáscara, y el 15,5% de trigo, Estos productos son los más impor-tantes, el resto tiene superficies menores. El maíz cubre la alimentación de la población y la producción cárnica de animales de corral, especialmente pollo; el arroz, a su vez, cubre el consumo de la población con algunos so-bresaltos; el trigo, en tanto, y como lo anotamos antes, está lejos de cubrir la demanda interna, lo que obliga a cubrir el 70% de la demanda con otras fuentes. En general, en estos últimos años se ha tenido que importar estos productos ante la escasez de los mismos. En cambio, la quinua es un pro-ducto que cubre la demanda interna, pero está destinado principalmente a la exportación con precios expectables. En las oleaginosas se agrupan los siguientes productos: algodón, caña de azúcar, girasol, maní, sésamo y soya. Todos juntos suman 1,4 millones de hectáreas cultivadas al 2009. De esta superficie, el producto estrella es la soya, con el 64%; le sigue, de lejos, el girasol, con el 22,3% y la caña de azúcar con el 11,1%; más atrás se encuentran el algodón, maní y sésamo. Si sumamos los dos productos que se industrializan y tienen por destino principal el mercado externo, la soya y el girasol, entonces tenemos que el 86% de la superficie de las oleaginosas está destinada a la producción para la exportación. Esta superficie excede en 200.000 hectáreas a la que está siendo cultivada para producir los alimentos de la población. La caña también es un producto que se industrializa, pero la diferencia está en que se lo hace para abastecer el mercado interno de azúcar, que se le cubre sin muchas dificultades hasta ahora.

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Para tener una idea de lo que podría ser un punto de partida de aplicación de la Ley N° 144, y seguramente de la definición del Plan Estratégico de la Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria encargado al Consejo Plurinacional Económico Productivo (COPEP) y con plazo perentorio a partir de su constitución (Disposición Transitoria 12), es necesario conocer la superficie cultivada de los alimentos definidos como estratégicos por la Ley (Gráfico 4).

Como se puede apreciar, la tendencia en los diferentes productos es irregular, aunque en general es creciente. Los cultivos de todos estos productos suman 1,3 millones de hectáreas, es decir, el 49.2% de la superficie cultivada al 2010. Hay mucha variación en las superficies del arroz y trigo, y regularidad en la papa, la quinua y la caña de azúcar. Estos dos aspectos —variación y regularidad— requieren un análisis más pormenorizado y técnico para identificar sus causas. El principal producto en superficie cultivada es el maíz en grano, y está un poco por encima de las 300.000 hectáreas. Ahora bien, si este es el punto de partida para convertirnos en un país soberano en términos alimentarios, podemos decir que en Bolivia, a partir de esas 1,3 millones de hectáreas y con una población de 10,4 millones de habitantes, contaríamos con 0,1329 hectáreas de maíz por cada habitante, es decir, 1.329 m2 para la producción de los alimentos definidos como estratégicos. Esta superfice, como vimos, es una superficie de por sí defici-taria. Lo lógico, entonces, es definir cómo se incrementan o la superficie o los niveles de productividad de estos cultivos estratégicos, o lo que podría haber sido el cambio del patrón de consumo de alimentos.

Para complementar el análisis, revisemos los rendimientos de tres produc-tos por su importancia para la alimentación y la economía. Revisemos los rendimientos (kg/ha) en un horizonte de 20 años para el maíz, trigo y soya, tal como se los registra en el Gráfico 5.

Gráfico 4Evolución de la superficie cultivada de los productos estratégicos, en hectáreasElaboración propia con datos del INE..

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Gráfico 5Rendimientos de maíz, trigo y soyaElaboración propia con datos del INE..

La tendencia del maíz y trigo es creciente, leve pero creciente; en cambio, la tendencia de la soya es bastante irregular pero no creciente, por lo menos en este periodo histórico. Se podría pensar en incrementar los niveles de productividad del maíz y el trigo, a la par de incrementar la superficie cultivada. Recordemos, en todo caso, que para cubrir la demanda de trigo se requiere cuadruplicar la superficie cultivada en base a los rendimien-tos actuales. Se requiere, por tanto, una acción combinada: incremento de superficie e incremento de niveles de rendimiento. En el caso de la soya, en cambio, su comportamiento indica que, al parecer, demandará mayores superficies para incrementar sus volúmenes, lo que plantea es-cenarios complicados, si no se define una acción combinada similar a los anteriores productos. Dicho de otra manera: si no se elevan los rendimien-tos de la soya se recurrirá a ampliar la superficie cultivada, y ello supone habilitar nuevas tierras o ampliarla a tierras de otros cultivos. En caso con-trario, seguramente se planteará elevar la productividad utilizando semi-llas genéticamente modificadas y la incorporación de tecnologías con las inversiones que suponen. Ciertamente, el camino a seguir es complicado especialmente porque, como sabemos, se recurren a argumentos conocidos cuyas consecuencias también se las conoce: o el incremento de la superficie agrícola (frontera, se le llama) o el incremento del apoyo estatal en términos de subvención. Claramente, el mayor peso del problema se concentra en los hombres del Estado, y muy poco en el de los productores.

También deben tomarse en cuenta, como punto de partida para el Plan Estratégico de la Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria, los rendimientos de los alimentos estratégicos. Aquí no se incluyen los datos de la caña de azúcar por sus altísimos índices en relación al resto. Tampoco los de las hortalizas porque no tienen datos agregados. Hay que anotar, en todo caso, que la caña de azúcar tiene una tendencia creciente y está ron-dando los 50.000 kg/ha de rendimiento. Para el resto de los productos, se ha elaborado el Gráfico 6.

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En general, la tendencia de los diferentes productos es levemente creciente, con altibajos que dan la idea de ciclos temporales. Como en el caso anali-zado anteriormente, es imprescindible saber cuál es la demanda interna en cantidad, calidad y oportunidad de los diferentes productos para definir una acción combinada de incremento de superficie y rendimiento. Ello ayudaría en la definición de las necesidades y, consiguientemente, en el des-tino de las inversiones que se comprometen con la Ley. Así sabremos qué es lo que se requiere: más tierras, mejores semillas, sistemas de riego, apoyo técnico y tecnológico, subvención para la producción, obras en gran escala o reubicación de cultivos. Esa información nos permitiría saber, además, qué actores pueden asumir mejor las acciones que se definan, y qué tipo de tareas se requieren para que los objetivos se cumplan y los recursos económicos sean bien invertidos. Sólo así podremos tener alimentos que nos permitan tener una vida sana y lograr la soberanía en relación al resto del mundo.

5. LA PROPIEDAD DE LA TIERRA

Otro punto sustancia para analizar los contenidos de la Ley N° 144 es la estructura de la tenencia de la tierra en Bolivia, especialmente porque últimamente se está insistiendo, en ciertos círculos, sobre la necesidad de la ampliación de la frontera agrícola o la existencia de nuevos latifundios. Los resultados del proceso de saneamiento hasta el 2010, como se observa en el Gráfico 7, muestran una tendencia en la estructuración de la tierra cuyos mayores beneficiarios son indígenas y campesinos, comparando los resultados de la distribución gratuita de tierras en el periodo 1953–1996 y los resultados del saneamiento entre 1996 y 2010.

Gráfico 6Rendimientos de cultivos de alimentos estratégicos, en kg/haElaboración propia con datos del INE..

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Gráfico 7Resultados por tipo de propiedad(en millones de Ha.)Elaboración propia en base a datos del INRA – Informe de gestión 2010.

Si bien el proceso no ha concluido, ni se han intervenido todas las áreas de dotación del periodo 1953–1993, los resultados en la redistribución de las tierras son importantes. Sin haber descuidado ningún tipo de propiedad, los resultados muestran que, habiéndose ya intervenido en más de la mitad del territorio nacional, la mayor superficie reconocida con derecho propietario, individual o colectivo, es a favor de campesinos, indígenas y originarios. De las 54,9 millones de hectáreas saneadas y tituladas, 35.056.509 hectáreas fueron reconocidas con derecho agrario (63,82%), mientras que las 19,8 millones de hectáreas restantes fueron declaradas como tierras fiscales y, especialmente, aquellas no disponibles gozan de protección legal. De estas 35 millones de hectáreas con derecho agrario, 31,7 millones han sido titu-ladas a favor de campesinos, indígenas y originarios (el 90.57%), y el saldo a favor de la mediana propiedad y empresa agropecuaria.

Hay que reconocer que dentro la pequeña propiedad se encuentran tam-bién propietarios individuales que no están afiliados a una organización o no forman parte de alguna comunidad, o que dentro de la propiedad

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comunaria figuran colonias menonitas que obtuvieron su título colectivo y se autodenominan campesinos. Es claro, sin embargo, hasta ahora, que se ha establecido una nueva estructura de tenencia de la tierra en Bolivia. Es previsible, por otra parte, que al concluir el proceso de saneamiento, indígenas, originarios, campesinos, interculturales y afrobolivianos, serán dueños de las mayores superficies de tierra en Bolivia, en correspondencia con el número de su población. Esto significaría haber concluido con éxi-to una reforma agraria iniciada hace más de 50 años. Y esto será posible siempre y cuando se mantengan la línea y el ritmo de la política agraria, puesto que los resultados de estos dos últimos años muestran un cambio de orientación en esa política. El signo más preocupante, en esa dirección, se encuentra en la propuesta de Ley de Tierras presentada por la CSUTCB (02/08/2010) al presidente Evo Morales en ocasión de la celebración del Día del Campesino. En resumen, el corazón de esta propuesta campesina abre la posibilidad de que, mediante ley, se reconozcan los “asentamientos campesinos” (léase avasallamientos espontáneos o promovidos) en tierras fiscales, tierras presuntamente fiscales (son propiedades privadas donde se identifican recortes), áreas protegidas y TCO. En esta propuesta, además, se señala que no se podría desalojar a estos asentamientos hasta que se concluya su trámite de dotación. Esta visión, indudablemente, apunta a ocupar tierras “fáciles”, perdiendo de vista dos problemas estructurales: el latifundio y el minifundio. La propuesta es especialmente preocupante porque fue el latifundio, precisamente, fue el motor que movió los procesos redistributivos de la tierra tanto en nuestro país como en otros muchos. Con esta propuesta, se deja de lado resolver este problema, como sabemos todos, tiene todavía casos pendientes.

En el caso de las TCO, la propuesta presentada al Presidente Morales plantea la figura de “pactos territoriales consentidos” entre campesinos e indígenas, lo que obligaría al Estado a titular las tierras campesinas, así la TCO ya estuviera titulada. Esto no significa otra cosa que abrir la puerta para que cualquier grupo, a título de campesinos, realice su asentamiento, luego su pacto (consentido o presionado), y entonces las TCO se llenen de “nuevas” comunidades, bajo la equívoca idea de que así, se ocuparán “tierras sin gente” y se hará productivo ese territorio en el que sus dueños “no saben producir”. La propuesta de la CSUTCB, además, contiene un respaldo institucional: el Consejo Nacional de Tierras, con participación social mayoritaria, sería la instancia encargada de aprobar el plan de dis-tribución de tierras, y sus ejecutores serían los Consejos Provinciales. Así, podemos imaginar fácilmente lo que viene después, especialmente en los ámbitos territorial y organizativo. De ahí nace la preocupación de fondo de los indígenas del TIPNIS por los asentamientos cocaleros. En términos concretos, lo que nos están diciendo los protagonistas de esta propuesta (campesinos e interculturales principalmente), es que quieren las tierras de los “nuevos latifundistas”, es decir, los indígenas. Este es un criterio absolutamente errado, no sólo por ahistórico, sino porque, en este mo-mento, el Estado boliviano está en condiciones de resolver la “demanda” campesina sin mayores dificultades porque existen cerca de cinco millones de hectáreas disponibles para su dotación. Esto quiere decir, también en términos concretos, que no existe ningún impedimento legal para que esas tierras puedan ser dotadas a quienes la necesiten, siempre con los recaudos necesarios, porque la mayoría de estas tierras son de vocación forestal.

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Vistas así las cosas, y desde esta mirada parcial a la Ley de Revolución Productiva Agropecuaria, debemos celebrar la vigencia de esta norma, y a la vez preocuparnos por su aplicación. Si tomamos las políticas de la Ley referidas específicamente a la base productiva —1) Fortalecimiento de la base productiva, 2) Conservación de áreas para la producción, 4) Fomento a la producción y 14) Gestión territorial indígena originario campesina—, y las contrastamos con la información aquí desarrollada, podemos colegir que existe suficiente tierra para garantizar alimentos y ser soberanos como país. Lo que se debe cuidar, sin embargo, es que los suelos no pierdan sus cualidades productivas, es decir, cuidar a la Madre Tierra desde la produc-ción agropecuaria.

A partir de esa constatación, deben volcarse los esfuerzos en los otros com-ponentes vinculados a la producción agropecuaria, y en particular en la mejora de los rendimientos de los cultivos para incrementar la producción. Y esto es posible a través de acción tan concreta como la conservación y recuperación de semillas; la recuperación y adaptación de tecnologías; y la gestión integral de cuencas para el riego, entre muchas otras. Se trata, además, de acciones que están al alcance de los productores y del Estado. Está bien que se destinen recursos económicos y se preste asistencia técnica a quienes producen alimentos para la población, pero debe hacérselo erradicando la visión rentista que nos caracteriza a los bolivianos para evitar repetir la historia del pasado.

Pero, se debe reconocer que la historia nos ha cambiado, y necesitamos par-tir con certezas para la elaboración e implementación de la la Ley N° 144 y sus políticas. Para ello, lo que necesitamos es información básica, debida-mente respaldada y actualizada. Es ineludible, por tanto, la realización del Censo Nacional Agropecuario y la implementación de otros instrumentos técnicos como los mapas de uso mayor y de uso actual de la tierra. Pero además, requerimos tener esa información actualizada en el tiempo más breve posible. Se trata, además, de información de interés general. De lo contrario, seguiremos a tientas y volviendo sobre nuestros pasos.

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6. BIBLIOGRAFÍA

Análisis crítico de la realidad – Compendio de datos actualizados. P. Gregorio Iriarte OMI, Editorial Kipus, 2004.Anteproyecto de la Ley de Tierras. CSUTCB, 2011.Censo Agropecuario de 1950 – Gráficos sobre la estructura de tenencia de la tierra en Bolivia. Unidad de Investigación – Fundación Tierra, 2010.Censo Agropecuario de 1984 – Gráficos sobre la estructura de tenencia de la tierra en Bolivia. Unidad de Investigación – Fundación Tierra, 2010.Consideraciones sobre el desarrollo agrícola boliviano y la Ley de Reforma Agraria. Walter Hermosa Virreira, Imprenta Nacional, 1954.Diagnóstico de la Reforma Agraria boliviana – 50 años después de la promulgación de la Ley. Danilo Paz Ballivián y Hernán Zeballos Hurtado, INRA, 2003.Etnodesarrollo, tierra y vida: una alternativa a la crisis alimentaria y energética. CENDA, 2011.Estudio de identificación, mapeo y análisis de la cadena productiva del trigo. Ministerio de Asuntos Campesinos y Agropecuarios, 2004.El estado de la situación del trigo en Bolivia y el contexto internacional. René Herbas, CIPCA, 2008.Informe de gestión: resultados de la revolución agraria en Bolivia. INRA 2011.Ley de la Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria. Gaceta Oficial de Bolivia, 2011.www.ine.gob.bo

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RESUMEN

Ya se ha iniciado la implementación del Seguro Agrario para Municipios con Extrema Pobreza (SAMEP), una modalidad del Seguro Agrario “Pachamama” en Bolivia. En este contexto,

este estudio se planteó la realización de un sondeo en el municipio de Totora, provincia Carrasco de Cochabamba —uno de los municipios beneficiarios del SAMEP—, para saber lo que está pasando a nivel de las comunidades frente al tema del seguro agrario. Se planteó ex-plorar, primero, su percepción sobre seguridad en su agricultura, o lo que significa para ellos que su agricultura esté “protegida y segura”; se indagó, después, sobre la interpretación que tienen estas comunidades sobre el SAMEP.

Respecto de la primera de las indagaciones, los resultados muestran que para los productores de Totora su producción está segura cuando les “acompaña la lluvia”, cuando hay riego y se puede sembrar mishka. Su producción está también segura cuando cuentan con un mercado con precios justos y cuando les es posible eliminar o disminuir la

EL SEGURO AGRARIO DESDE UNA MIRADA LOCAL

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afectación de plagas y enfermedades en sus principales cultivos. Su percepción de seguridad en su agricultura se expresa también en las acciones de prevención de riesgos climáticos (prácticas agroecológicas o los ritos/prácticas tradicionales de petición de protección a la Pa-chamama) o acciones post-emergencia (emigración, ayuda del Gobi-erno con semillas, acceso a tierra de otros pisos ecológicos, etcétera). Este significado de “seguridad y protección” de su agricultura denota los aspectos que el productor considera prioritarios para lograr bue-na producción, lo cual ofrece luces sobre las modalidades de seguro agrario que necesitan o el tipo de apoyo que requieren.

En cuando al segundo de los aspectos explorados, se evidencia que la lógica del “seguro agrario” (entendido como transferencia de riesgos a un tercero), es aún desconocida. Se interpreta el SAMEP como “una ayuda más” que proporciona el gobierno nacional (casi equiparado a los “bonos”). En ese sentido, se plantea la necesidad de desarrollar experiencias y propuestas de seguro agrario a nivel local y regional que sean más acordes a la realidad diversa de los productores y las eco-regiones, y que tomen en cuenta que los productores campesinos aplican diferentes estrategias de prevención de riesgos y disminución de daños sufridos por efectos de fenómenos climáticos adversos, las cuales requieren también ser apoyadas, si lo que se busca es aportar en la seguridad y soberanía alimentaria.

PALABRAS CLAVES: seguro agrario, SAMEP, percepciones, campesinos/as, Totora.

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2. El seguro es un instrumento que satisface la necesidad de protección del ser humano; se trata de un contrato a través del cual el asegurado transfiere a un tercero (aseguradora) los riesgos de sus bienes, actividades o vida misma, pagando por ello una suma de dinero (prima o cuota). La aseguradora se compromete a resarcir o indemnizar la pérdida o daño ocasionado por el riesgo, y así evita el desequilibro patrimonial al compensar o cubrir las pérdidas o daños sufridos (http://es.scribd.com Visitado 06/01/13). El seguro agropecuario o agrario (en este caso usamos estos términos como sinónimos) brinda protección sobre las inversiones realizadas en el campo, especialmente en la producción de cultivos y ganado. El seguro agrícola cubre riesgos a la producción por efectos climáticos y/o biológicos, es decir, aquellos fenómenos que afectan al rendimiento, calidad y/o la supervivencia de un cultivo/os en forma verificable. Existen dos tipos de seguros: a) Nombrados, cuando cubre un evento específico, por ejemplo el granizo; y b) Multiriesgo, que cubre multiplicidad de riesgos principalmente climáticos y/o biológicos (plagas y enfermedades) (Arraiza M., en http://www.agro.uba.ar/apuntes/no_3/seguros.htm Visitado 07/01/13).3. A nivel Latinoamericano, existe una larga trayectoria en la implementación de seguros agrarios; en la Región Andina, en Colombia, Ecuador y Venezuela, los seguros agropecuarios comenzaron a operar desde los años 80 y fines de los 90; en Perú y Bolivia el tema resurge con renovada fuerza los años 2006 y 2007. La participación del Estado es variada; en Colombia, el Estado subsidia el 60% de la prima; en Ecuador, la intervención es indirecta y a través de créditos blandos que otorga el mismo Estado obligando a la toma del seguro; en Venezuela, el Estado no proporciona ningún subsidio, es el sector privado el principal promotor de los seguro agrícolas en el país (Rivera Velasco, 2008). En otros países como Chile y Brasil, donde el seguro agrario igualmente cuenta con la participación pública, el seguro cubre eventos climatológicos, y la cobertura del riesgo varía de acuerdo a las regiones agroecológicas y cultivos; en el caso brasileño la subvención es mayor para productos de seguridad alimentaria nacional (Elías, 2010).4. Inicialmente, el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras estaba trabajando en una Ley del Seguro Agrario. El año 2010 se realizaron talleres a nivel nacional en las eco-regiones Altiplano, Valles, Chaco y Amazonía. En esa oportunidad, las propuestas que surgieron por parte de las organizaciones sociales partici-pantes fueron: un seguro multiriesgo por cultivo; un seguro catastrófico por parcela; un seguro de ganado contra sequía en el Chaco; un seguro contra incendio de sistema agroforestal en la Amazonía; un seguro especial a la producción agroecológica, atención de crías camélidas y contra el frío en Potosí, además de la atención al desarrollo agroforestal y comercial de la Zmazonía (CSUTCB; CNMCIOB “BS”; CSCIB; CONAMAQ; CIOEC, 2011: 67-72).

INTRODUCCIÓN

Los fenómenos climáticos adversos como la sequía, inundaciones, hela-das, granizadas, riadas y otros, afectan fuertemente a los productores agropecuarios. Las pérdidas son grandes: el año 2010, de las 14.218.515 toneladas métricas ™ de producción se perdieron 643.526 TM como efecto de estos fenómenos; el año 2008, estas pérdidas alcanzaron la cifra de 1.476.784 TM; en términos monetarios y a nivel nacional, estas pérdidas llegaron a los $us825,282 millones en el periodo 2004-2010, correspondiendo la mitad de esa pérdida al departamento de Santa Cruz, seguido del Beni (26%), Tarija (8,54%), La Paz (5,49%) y Cochabamba (4,38%) (INSA, 2012a). Estas pérdidas, en términos monetarios y de volúmenes de producción, significan no sólo una disminución o pérdida de ingresos económicos para los productores, sino que afectan la seguridad alimentaria tanto de productores como de consumidores. Según el INSA (2012a), a nivel macroeconómico y social, los efectos, además de los mencionados, son el desempleo, la inflación, el desabastecimiento, incremento de precios y la migración campo ciudad, entre otros.

Esta situación ha provocado que el seguro agrario2 sea una demanda insistente, especialmente de las organizaciones campesinas indígenas, buscando el desarrollo e implementación de políticas favorables al Desarrollo Rural y a los sistemas de producción campesinos. De esa manera, el seguro agrario logra plasmarse en la nueva Constitución Política del Estado el año 2009 (en su artículo 407, numeral 4)3 .

Así, el 26 de Junio de 2011, la Ley 144 de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria4, crea el Seguro Agrario Universal “Pachamama”, estableciendo las bases para el desarrollo de un programa de subsidio a la prima del seguro según el nivel de pobreza de los productores; crea también el Instituto Nacional del Seguro Agrario-INSA, como instancia operativa y normativa del seguro agrario, bajo la tuición del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras. Poste-riormente, el 2 de agosto de 2011, mediante el Decreto Supremo 0942, se reglamenta parcialmente el Seguro Agrario Universal “Pachamama”, bajo la modalidad del Seguro Agrario para municipios con mayores niveles de Ex-trema Pobreza, SAMEP, con sus respectivos mecanismos de financiamiento.

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5. El Seguro Agrícola Catastrófico en Bolivia, “tiene por objetivo reducir el impacto de los daños derivados de eventos climáticos catastróficos, que afectan a productores agropecuarios de los municipios más vulnerables a la seguridad alimentaria (INSA 2012b).

Actualmente, el SAMEP, que se encuentra en proceso de implementación, tiene la modalidad de un Seguro Catastrófico5 en el que los productores tienen la posibilidad de que, ante la pérdida casi total de sus cultivos (más del 80%) por efecto de los fenómenos climáticos (sequía, inundaciones, granizada y heladas), se les pueda reponer 1.000 bolivianos por hectárea (Bs/Ha) (hasta un máximo de tres Has) con previa evaluación de campo (Comunicación personal con Carlos Espinoza, Director Regional del INSA en Cochabamba, 28/12/12). Los cultivos incorporados al seguro son: maíz, papa, trigo, quinua, haba, avena y cebada. Para la implementación de esta modalidad de seguro se cuenta con un presupuesto de 56 millones de dólares, los cuales serán cubiertos de la siguiente manera: el 50% por ciento (28 millones de bolivianos) por el Gobierno Nacional; el 40% por contraparte de las gobernaciones y municipios; y el 10% restante por los productores, como aporte solidario (Periódico “Los Tiempos, 04/04/12). A la fecha, ya se ha procedido al registro de productores beneficiarios, abarcando a los departamentos de Chuquisaca, Cochabamba, Potosí, La Paz, Oruro y Santa Cruz. En Cochabamba se han registrado 24.000 familias y 19.000 Has en los 17 municipios elegidos (Comunicación personal con Carlos Espinoza). El seguro, en términos globales, tiene prevista una cobertura de 95.000 hectáreas que beneficiarían a más de 89 mil productores en 5.000 comunidades a nivel nacional (Periódico “Los Tiempos”, 20/11/12).

En general, el SAMEP es considerado como una política favorable al sector campesino indígena por cuanto va dirigido al beneficio directo a los productores de municipios más pobres del país. Sobre esta base, este estudio se ha concentrado en indagar las expectativas y percepciones de las comunidades campesinas beneficiarias respecto de esta propuesta guber-namental. Dicho de otra forma, se trata de saber si el seguro realmente está dirigido a responder las necesidades/prioridades de los productores campesinos. Con este propósito, se planteó explorar, primero, las ideas que tienen los productores de un “seguro agrario”, es decir, qué significa para ellos que su agricultura esté segura o protegida y qué hacen para lograr aquello. En segundo lugar, el estudio indaga la interpretación o sentido que los campesinos le otorgan a propuesta gubernamental en actual implementación. Se busca, de esta manera, contribuir en el desarrollo e implementación de una política de seguro agrario acorde a la realidad campesina y capaz de promover sistemas de producción sostenibles. Para poder explorar las percepciones de los productores campesinos, se planteó la realización de un sondeo tomando el caso de Totora, uno de los municipios beneficiados del SAMEP. Se utilizó la técnica de la observación, entrevistas informales y entrevistas semi-estructuradas a productores cam-pesinos y campesinas de la parte sur (cabecera de valle) y de parte norte (puna baja) de dicho municipio. Se logró entrevistar a ocho productores (5 hombres y 3 mujeres) de las comunidades Coluyo (subcentral Rodeo Chico), Ch´alla Grande, Flayrisco y Lambrani (las tres de la subcentral Laguna), a dos técnicos que trabajan con productores campesinos y a un líder político de origen campesino.

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Región Temperatura PrecipitaciónYungas 20-35 ºC 1.000- 2600 mm.Valles 16 -17 ºC 600-700 mm.

Puna baja 8.5 -12 ºC 900 mm

totora

santa cruz

chuquisaca

potosí

oruro

la paz

Por las características del estudio, no se pudo alcanzar el nivel de profundidad deseado, sin embargo, los resultados arrojan luces respecto a las concepciones de “seguridad” en la agricultura que tienen los productores, la interpretación que le dan al SAMEP y la necesidad de construir puentes de diálogo a la luz de los objetivos de la seguridad y soberanía alimentaria.

1. TOTORA, UNA ZONA PRODUCTORA DE TRIGO, PAPA Y MAÍZ

El municipio de Totora es la primera sección de la Provincia Carrasco del de-partamento de Cochabamba. Está ubicado al sureste del Departamento, a 142 Km. de la ciudad de Cochabamba. Limita al norte con la Cuarta y Quinta Sección, Chimoré y Puerto Villarroel, respectivamente; al este con la Segunda Sección Pojo; al sur con las provincias Campero y Mizque y la tercera Sección Pocona; y al oeste con las provincias de Arani y Tiraque (Figura1).

Figura 1Ubicación geográfica del municipio de Totora

Cuadro 1Ecorregiones, temperatura y precipitaciónFuente: Elaboración PDM Totora 2007-2011.

El municipio de Totora se encuentra a una altura de entre los 2.000 a 3.200 msnm, cuenta con tres eco-regiones diferenciadas: Yungas, Puna Baja o de Transición, y Valles (cabecera de valles). La zona Yungas se encuentra en la parte norte del municipio, es una zona tropical, de clima hiperhúmedo y con bosque denso siempre verde; tiene una Temperatura (Tº) de 20 a 35ºC y una precipitación (ppt) de 1.000 a 2.600 mm. La Puna baja o de transición tiene una Tº de 8,5 a 12ºC y una ppt de 900 mm; es de clima subhúmedo húmedo y con inviernos de bajas temperaturas y heladas. Los valles tienen una Tº de 16 a 17 ºC y una ppt de entre 600 a 700 mm; es de clima subhúmedo seco y se extiende desde las cabeceras de los valles mesotérmicos hasta el límite del municipio al sur (río Mizque). Esta es la zona más seca de todo el municipio, con vegetación más rala (Cuadro 1).

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Distrito/Cantón Subcentral Altitud(msnm.)

Distrito Rodeo Chico 1. Rodeo Chico 2800 a 4000

Distrito Totora 2. Tejería 2600 a 3000

Cantón Tiraque “C”

3. Rodeo Grande4. Laime Toro5. Copachuncho6. Machuyungas7. Pampas Amarilla

800 a 2800

Distrito Sudeste 8. Uyacti Punta9. Potrero 1600 a 2800

Distrito Sur10. Tika Pampa11. Laguna12. Antacawa

1600 a 2800

Cantón Arepucho13. Arepucho14. Icuna15. Kellu Mayu

800 a 2800

Según el Censo 2001, el municipio de Totora tiene una población exclu-sivamente rural de 12.961 habitantes; de este total, 11.739 personas son consideradas pobres; más del 98% de la población total habla y se identifica como quechua. El municipio alcanza un Índice de Desarrollo Humano (IDH) del 0,469; el cual es considerado bajo cuando se lo compara con el IDH departamental (0,741) (PNUD e INE 2005).

Totora tiene seis distritos: Rodeo Chico, Totora, Cantón Tiraque “C”, Dis-trito Sudeste, Distrito Sur y Cantón Arepucho). Tiene, además, 15 sub-centrales campesinas, con un total de 105 sindicatos agrarios y siete Juntas Vecinales. Las subcentrales son: Rodeo Chico, Rodeo Grande, Tejería, Laymetoro, Copachunchu, Machuyungas, Pampas Amarilla, Uyacti punta, Potrero, Tikapampa, Laguna, Antaqhawa, Arepucho, Kellumayu, Icuña (Cuadro 2); todas ellas se agrupan en la Central Campesina y la Central Provincial.

Cuadro 2Distritos, cantones y subcentrales y altitudFuente: Plan de Desarrollo Municipal (PDM) de Totora 2007-2011.

El principal medio de vida en el municipio es la agricultura y, en menor proporción, la ganadería. Los productos predominantes de la Puna son: papa, trigo, papaliza, cebada, avena, oca, arveja y quinua; en los Valles predomina la producción de trigo, maíz y papa; en los Yungas se produce principalmente coca, arroz, maíz, plátano, yuca y cítricos. A nivel mu-nicipal, el 53% de las comunidades cultiva el trigo como rubro principal, el 49% produce papa, el 49% maíz, el 3% cebada y el 24,5% produce coca. El total de tierras cultivadas alcanza el 36.79% del total, las tierras no cultivadas representan el 18% de ese total y las tierras improductivas el 29%. El porcentaje restante (poco más del 12%) son tierras de bosque (PDM de Totora 2007-2011). Los principales problemas climatológicos son la sequía y granizada, principalmente en las cabeceras de valle del municipio; las heladas, en la zonas de Puna y Valles; y las lluvias torren-ciales en la zona Yungas.

Una de las principales obras de captación y aprovechamiento de los re-cursos hídricos en el municipio es el embalse de Lahuachama, el cual está compuesto por la represa Lahuachama y la presa Chuapiloma. Se ubica al norte de la comunidad Chaupiloma a una altura media de 3.695 msnm; el embalse fue construido en 2002, tiene una capacidad de 5.500.000 metros cúbicos destinados alriego de 507 hectáreas, aproximadamente. Asimismo, hasta el año 2003, había un total de 352 atajados en todo el

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municipio, con una capacidad de riego por atajado de ¼ a ½ hectárea. Con esos avances, la producción a secano (bajo lluvia o temporal) alca-nza el 58.62% (15.184,62 Has); de esta superficie, el 7,15% cuenta con riego; el 34.21% se encuentra en pendiente, pastoreo, forestal o no es cultivable (PDM de Totora 2007-2011).

2. RESULTADOS Y DISCUSIÓN2.1 LA SEGURIDAD EN LA AGRICULTURA DESDE LA MIRADA CAMPESINA

La parte sur de Totora, que abarca principalmente la cabecera de valle, es la parte más seca del municipio. La precipitación en esta zona llega a los 600 a 700 mm, y se constituye en la zona más vulnerable a la sequía por ser de clima seco. Las comunidades más afectadas por este fenómenos suelen ser Ch´alla Grande, Ch´alla Chico, Flayrisco y Lambramani de la subcentral Laguna (Entrevista a Lino Muñoz, comunidad Flayrisco, entrevistado en fecha 11/01/13). La parte norte abarca los Yungas y la Puna Baja, donde el clima es más lluvioso y húmedo, y donde además se encuentra el embalse Lahuashama, que permite la producción bajo riego, beneficiando a 507 socios y regando el mismo número de hectáreas. Este beneficio ha hecho que estos productores tengan mejores condiciones económicas en relación a los productores de cabeceras de valle.

Existe una clara diferencia en la percepción sobre el “seguro en su agricultu-ra” por parte de productores campesinos que viven en la parte sur de Totora y los productores campesinos que viven en la parte norte del municipio. Los productores de la parte sur, de la cabecera de valles, sienten que su producción es segura cuando “les acompaña la lluvia” y por tanto pueden tener producción:

“Parita kaqtin, parita kan chayqa seguro poqon, mantenewan ruwasqa-sniyta…” (Habiendo lluvia, si hay lluvia produce seguro, mantiene lo que hago…). [Pablo Olivera, comunidad Ch´alla Grande, 10/01/13]

La lluvia, por tanto, se constituye en un factor clave para estos produc-tores. Como ellos mismos dicen, producen sólo con la lluvia, si no hay agua/lluvia, entonces no hay vida. En ese sentido, como se trata de una zona vulnerable a la sequía, algunos productores no dudan en expresar desesperanza, es decir, ya no cabe para ellos la palabra seguridad en la agricultura

“Ni jaykaq, kaypi pisitapuni poqon, pisitapuni, sara pisita mijunal-lapaq jinalla kaypi ni vendenapaj kaypi kawsay” (Nunca —se puede sentir seguridad—, aquí poquito siempre produce, poquito siempre, maíz también poquito, sólo para comer nomás, no hay ni para vender). [Margarita Choque, comunidad Ch´alla Grande, 10/01/13]

Los productores de la parte norte, de la Puna Baja, sienten seguridad con su producción mishka (producción bajo riego) que les permite tener dos cosechas al año y, en su caso, tener mejores precios (si se cosecha en noviembre, por ejemplo, cuando los precios de la papa son elevados):

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“En mishka si hay agüita casi seguro va a producir; en temporal (pro-ducción bajo lluvia) a veces no llueve, hay granizadas, heladas…”. [Ezequiel Rojas, comunidad Coluyo, 10/01/13]

Otro factor que se constituye en relevante para la protección de su pro-ducción en esta zona de Totora son los precios del mercado. Los produc-tores buscan mercados donde obtener mejores precios aunque no siempre lo logran. Es el caso de un productor que, por obtener mejores precios, fue a vender su papa en Santa Cruz, pero al no encontrar compradores que le ofrezcan mejor precio, se vio obligado a vender su papa a precio regalado (de entre 10Bs. a 20Bs. por carga):

“Si nos dieran un poco mejor el precio, sería bien… no puedo encon-trar (buen mercado, buenos precios)”. [Simona Orellana, comunidad Coluyo, 10/01/13]

Los riesgos en la agricultura se entienden como llakiykunas (preocupa-ciones) y naturalmente relacionados a la tranquilidad y mayor seguridad que les otorga una buena producción. En la parte norte (Puna Baja), esas preocupaciones son también las heladas y granizadas, y sin duda las pla-gas y enfermedades, como el t´octu o tizon tardío (Phytophthora infestans) en la papa, y el kellu onqoy o roya amarilla (Puccinia striformis) en el trigo. Estas plagas o enfermedades aparecen debido a la excesiva humedad oca-sionada por las altas precipitaciones, cuyo promedio en la zona es de 900 mm, la más elevada en época lluviosa.

2.2 LAS DEIDADES LES AYUDAN A PROTEGER SU PRODUCCIÓN

Cuando los fenómenos climáticos adversos son inminentes, los camp-esinos de Totora realizan una serie de ritos y prácticas tradicionales para pedir protección a la Pachamama, rogar compasión y no ser afectados fuertemente. Existen muchas investigaciones (Van den Berg, 2005; Albó, 1988, y otros) que documentan y muestran una serie de ritos de petición de protección o petición de lluvia que se practican en la cultura andina (Quechua, Aymara). Describimos brevemente, a continuación, los ritos y prácticas tradicionales que realizan los productores de Totora frente al granizo y la sequía.

Cuando el granizo es inminente, ponen en la chacra, colgada en un palo, el manto negro que utilizan en velorios llamado “verónica”; asimismo, echan ceniza al aire o bien la colocan en el patio en forma de cruz:

“Veronicata churakuyku yana verónica uj kaspisitu patapi churayku, chayta jarkan loco paramanta. A veces uspa churayku cruz formita jina, chayta ayqeyachin locoparamanta, chay secreto”. (Ponemos verónica, la verónica negra, ponemos en un palo, eso protege de la granizada. A veces ponemos ceniza en forma de cruz, eso hace escapar a la granizada, eso es secreto) [Ramiro Rosas, comunidad Lambramani, 10/01/13]

Van den Verg (2005), reporta una serie de ritos para ahuyentar al granizo en comunidades aymaras, e igualmente menciona que echan ceniza en direccióndel granizo, o esparcen sal sobre las chacras y gritan contra el granizo:

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“¡Aléjate, espíritu, lleva tu maldición…aquí sólo tenemos miseria; no pierdas tu tiempo aquí, anda a buscar algo mejor!”. [Carter y Mamani en Van Der verg 2005:117]

En Totora también mencionan que se colocan los urpus (pan especial de la fiesta de Todos los Santos o Fiesta de los Difuntos) sobre el techo de la casa para protegerse del granizo. Se coloca también la palmera de la mesa que preparan para sus difuntos en la fiesta de Todos los Santos en una esquina de la chacra, o bien ponen su arado en su puerta en forma de cruz. Las prácticas mencionadas muestran que los productores recurren a objetos relacionados a los difuntos u objetos del Ukhu Pacha (el Mundo de Abajo) para pedir protección y ahuyentar al granizo.

En el caso de la sequía, y especialmente cuando se torna severa, los pro-ductores recurren igualmente a una serie de ritos, en este caso llevando a los cerros a los niños o imágenes de santos para hacer oraciones y rog-ativas.

“Wawasta apaq kayku puntaman qhapanankuman, mañakunan-kuman; parachimuy tatay nispa mañakuyku”. (Sabíamos llevar a los niños a la punta a gritar, a pedirse, hace llover, Diosito diciendo nos pedimos) [Rufina Veizaga, comunidad Ch´alla Grande, 10/01/13]

“Antes, cuando tenía 12 o 13 años, sabíamos ir a la punta a pedirnos con el corazón; era muy preocupante, pero eso fue hace tiempo, en estos últimos años nos está acompañando nomás el agüita. El trigo bien nomás está, normal nomás está. Ahora ya no vamos, tenemos para comer, para vender normal”. [Ramiro Rosas, comunidad Lambramani, 10/01/13]

Van den Verg (2005: 1006-107) describe igualmente ritos y prácticas quizá más complejas y variadas que practican los aymaras para “llamar a la lluvia”: hacen oraciones, ayunan, van a algún cerro sagrado donde existe una laguna para hacer rogativas, y a veces llevan sapos y plantas para que éstos les ayuden en sus oraciones. También llevan agua del lago Titicaca e intercambian con el agua de los cerros para que las dos aguas, al entrar en contacto, “entren en conflicto, peleen con lo que originan las nubes y lluvia”. Otra práctica, quizá más generalizada, es sacar agua de los lagos o vertientes de los cerros para llevarla y esparcirla sobre sus chacras.

Los productores campesinos, por tanto, según los casos descritos, tienen la fuerte creencia de que la Pachamana o, en este caso, los seres de Ukhu Pacha (Mundo de abajo) y seres del Janaq Pacha (Mundo de arriba, en este caso Dios), les ayudarán a proteger sus cultivos, ahuyentar la granizada y helada, o bien hacer que llueva.

2.3 SUS ESTRATEGIAS FRENTE A LOS EFECTOS DE LOS FENÓMENOS CLIMÁTICOS ADVERSOS

Cuando las peticiones de los productores a sus deidades no son escucha-das, recurren a la ayuda de las autoridades municipales o la parroquia, solicitando principalmente semilla para el siguiente ciclo productivo, o bien, muchas veces, son los vecinos o parientes quienes les prestan ayuda.

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6. La producción “al partido”, es una estrategia utilizada por los productores campesinos para acceder a tierras. Normalmente el dueño de la tierra pone ese recurso y otros insumos de la producción y el otro productor pone su fuerza de trabajo. La producción obtenida se reparten según los acuerdos mutuos establecidos.

“Ayudita mañaq kayku, mana afectaspa qananta qepan wataspa; al-caldía mañaq kayku trigo sara chayta, recuperanapaq, parroquiaman-pis” (Pedimos ayuda para no ser afectados para el siguiente año, pedimos a la Alcaldía trigo, maíz eso para recuperar, igual a la parroquia”. [Lino Muñoz, comunidad Flayrisco, 10/01/13]

“(…) si no hay eso, aunque de los vecinos tenemos que arrendar siempre pues, harina, alimentos, eso para comer… así para las wawas…”. [Pablo Olivera, comunidad Ch´alla Grande, 10/01/13]

La ayuda que les llega por parte de entidades gubernamentales, sin em-bargo, es ínfima, como cuenta doña Rufina Veizaga de Ch´alla Grande, donde el año pasado distribuyeron una arroba de trigo por familia. Es por eso que los productores, especialmente aquellos que no tienen riego, normalmente emigran a otros lugares para trabajar como jornaleros y ganarse alimento:

“Mi padrino por ejemplo se fue a Tipas Kuchu (otra comunidad de Totora), ahí la producción estaba sana, se ganó cinco fanegas (de trigo) y con eso han estado; él tenía siete hijos que mantener”. [Pedro Olivera, comunidad Ch´alla Grande, 10/01/13]

Esta dinámica parece ser una práctica común en Totora. Los productores de cabeceras de valle y de altura que producen sólo “en temporal”, van a trabajar en tierras de productores de zonas bajas, especialmente donde aquellos que tienen riego, para así poder ganarse el sustento y disminuir su vulnerabilidad frente a los efectos de los fenómenos climáticos adversos.

Como afirman los propios productores, cuando ocurren los fenómenos climáticos adversos las pérdidas normalmente no llegan al 100%, como el caso de un agricultor que perdió su cultivo de maíz pero no el de qui-nua que se encontraba en la misma parcela. La diversidad de cultivos se constituye así en una estrategia para manejar el riesgo por fenómenos climáticos adversos. Algunos (pocos) productores tienen también terrenos en otros pisos ecológicos del municipio (Yungas o en la Puna Baja donde hay riego), o bien buscan mecanismos para acceder a ellos (alquilan agua, cultivan “al partido”6 y los menos compran tierra). Es el caso de don Lino Muñoz de la comunidad Flayrisco, por ejemplo, que continúa produciendo en su comunidad (donde sólo producen “en temporal”), también cultiva “al partido” con otro productor en la comunidad de Coluyo (donde hay riego), lo que significa que el productor de Coluyo pone la tierra y los insumos, y don Lino pone su mano de obra. La producción obtenida será repartida en partes iguales.

Es muy evidente, por otra parte, el impacto que ha generado en el mu-nicipio el embalse de Lahuashama. Este embalse, que inició su funciona-miento a mediados del año 2000 y riega un área de 507 hectáreas bene-ficiando a 507 productores (comunicación personal con Pedro Andrade,

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técnico de la Parroquia de Totora), ha provocado el retorno de varios productores a sus comunidades y aprece estar impidiendo la migración de los jóvenes:

“Kaypi mana ni juventu ni pi llojsinchu. Yaku kasqanmanta, kalitu quedakunku, noqpis quedakuni” (Aquí ni los jóvenes no salen. Ha-biendo agua, todos se quedan, yo también me he quedado). [Rubén Ponce, comunidad Coluyo, 10/01/13]

En el caso de los productores de papa que tienen riego, muchos de ellos son medianos productores que generan ingresos aproximados de 30.000 Bs en un ciclo productivo de cinco meses (Pedro Andrade, técnico de la Parroquia de Totora, 10/01/13). El riego, por tanto, es una prioridad en el municipio. Por otra parte, desde la sequía de fines de los años 90 se han construido atajados (reservorios de tierra para cosecha de agua) en todo el municipio, principalmente para productores de comunidades del sur (hasta el año 2003 existían 352 atajados en todo el municipio) (PDM de Totora 2007-2011). Asimismo, la Parroquia de Totora, con apoyo de organismos internacionales, ha impulsado la construcción de aljibes, reservorios de ce-mento que cosechan agua de los techos de las casas en la temporada de lluvia. Los atajados han tenido relativo éxito y se usan sobre todo para los animales; los aljibes son usados para consumo humano y, en algunos casos, para la siembra de hortalizas.

Esta alternativa, junto a la conservación de suelos y la diversificación de los cultivos, son formas de manejo que practican los productores para dis-minuir su vulnerabilidad frente a los riesgos climáticos. A la par de tener estrategias para manejar los efectos negativos de los fenómenos climáticos adversos, también realizan prácticas manejo agroecológico (conservación de suelos, cosecha de agua, diversificación de cultivos, etcétera).

Esta situación muestra la importancia que tiene el apoyo a los productores en estas prácticas o estrategias que para ellos se constituye en una forma de pre-venir o minimizar los riesgos y afectaciones que tiene su agricultura y medio de vida. Ese sería el trabajo que es necesario hacer (o seguir haciendo) si se quiere garantizar una protección y seguridad a la producción, desde su propia concepción. Así se estarían estableciendo puentes de diálogo entre lo que los productores entienden sobre seguridad en su producción y el planteamiento de entidades públicas y privadas sobre seguro agrario. Y una manera de tejer esos puentes es apoyando sus acciones de prevención de los riesgos y dis-minución de los daños por fenómenos climáticos adversos.

Lo dicho, empero, no nos aparta de la necesidad de desarrollar nuevas alternativas que sean accesibles a los productores, y es por ello que a continuación analizamos lo que está pasando en esta zona respecto del SAMEP, es decir, cómo lo entienden y cuáles son las expectativas que está generando.

2.4 EL SEGURO AGRARIO, UNA LÓGICA POR CONOCER Y DESARROLLAR

Los técnicos del INSA (Instituto Nacional del Seguro Agrario) llegaron a Totora y explicaron a los dirigentes las características del SAMEP y las condiciones para ser beneficiados. La socialización de esta modalidad

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de seguro, sin embargo, ha sido insuficiente, pues los productores tienen un conocimiento demasiado general sobre el beneficio y las mujeres no lo conocen, o bien tienen un conocimiento muy escaso del seguro. Todo lo que los productores saben del SAMEP es que había que anotarse para beneficiarse de los 1.000 Bs/Ha que ofrece el Gobierno, en caso de tener grandes pérdidas por efectos de fenómenos climáticos adversos, y que pos-teriormente deberán pagar un monto de dinero para seguir beneficiándose:

“Ari, anotachikuyku, antis gobierno chay jina pasaqtin yanapanqa nisqa anotachukuyku. Primero mana paqankichijchu, pero posterior-mente paqananku tiyan nispa niwayku” (Si, nos hemos hecho anotar; más bien el Gobierno cuando pasó eso —los desastres— va a ayudar y nos hemos hecho anotar. Primero no pagaremos, pero después tene-mos que pagar, nos han dicho). [Pablo Olivera, comunidad Ch´alla Grande, 10/01/13]

En Totora se han registrado 1.090 productores de 38 comunidades (de los 105 sindicatos agrarios existentes) para beneficiarse con el seguro para 2,8 Has/familia, por tanto, solamente se beneficiará el 36% de las co-munidades de este municipio. La razón de este bajo porcentaje se puede explicar porque el registro ha sido voluntario o porque para algunos se constituye en una alternativa, mientras que para otros no:

“(…) algunos dijeron 1,000Bs, está bien, se puede salvar algo, al ser afectados por helada, sequía; pero algunos dijeron no, es muy poquito. Sí, algunos se han interesado, pero otros no, que sea 3.000Bs por hectárea decían”. [David Calderón, concejal de Totora, 11/01/13]

Esto significa que existen productores que tienen mejores condiciones productivas (y mejores ingresos económicos), y que por ello la suma de 1.000Bs. no significa mucho. Según algunos testimonios, la producción de papa, en caso de dar un buen rendimiento, genera un ingreso económi-co de 90.000Bs., o mínimamente de 30.000Bs. en un ciclo productivo de cinco meses. Estas cifras se hacen evidentes cuando en Totora se observa que hay productores que tienen camiones o tractores como parte de sus propiedades. Los 1.000Bs. de seguro para este tipo de productores no parece ser significativo. Esta situación muestra la importancia de conocer los diferentes tipos de productores en un mismo municipio para plantear seguros agrarios diferenciados. Es pues evidente que productores con mejores ingresos económicos no necesitan subsidio del Estado, o bien necesitan un apoyo diferente.

El bajo registro de productores al SAMEP en Totora puede indicar tam-bién que no hubo una cabal comprensión de la lógica del “seguro” como tal. Algunas comunidades como Lambramani (de la parte sur de Totora) no se han registrado porque a los productores les generó temor esa idea de tener que “pagar” posteriormente, y así, en consenso. decidieron no participar, siendo ésta una de las comunidades más necesitadas del mu-nicipio. Otros productores se han mostrado escépticos a la propuesta y prefieren esperar a ver los resultados de la primera experiencia. Por ello, los propios productores y sus líderes recomiendan que se debería socializar bien la modalidad del seguro agrario si se plantea como alternativa de protección frente a los daños de los fenómenos climáticos adversos:

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info

7. En realidad, ya existen algunas experiencias concretas: PROSUKO con el apoyo de PROFIN y COSUDE han desarrollado una experiencia de seguro agrícola para pequeños productores con la asociación de productores UNAPA (en La Paz), creando un fondo con aportes de los socios (además de los aportes de PROSUKO y PROFIN) los cuales eran utilizados para la indemnización de pérdidas en la producción como efectos de fenómenos climáticos adversos. Era una indemnización establecida en base a normas internas pre-establecidas (PROSUKO, 2007). PROFIN, junto a otras instituciones (FAUTAPO, CO-SUDE), también ha desarrollado experiencias de seguro agrícola departamental con productores de uva, papa y maíz en Tarija (www.fundacion-profin.org), y actualmente desarrollan una experiencia en el valle alto (Cliza) de Cochabamba con productores de durazno (Los tiempos”, 29/09/12).

“Socializana primero, calmallawan entendechina…” (hay que socializar primero, hacer entender con calma). [Ezequiel Rioja, dirigente de Coluyo, 10/01/13]

Sin embargo, no sólo se trata de socializar un modelo definido, un modelo construido externamente, pues si se quiere realmente responder a las necesidades de productores campesinos será importante construir las alternativas junto con ellos, a partir de su propia realidad, y con la partici-pación de tanto de hombres como mujeres. En las entrevistas realizadas a mujeres se pudo percibir la escasa o nula participación de ellas (especial-mente de las zonas altas) en las decisiones comunales y, por tanto, son las que menos sabían sobre el SAMEP. Será importante, entonces, desarrollar modalidades de seguro participativas, más locales y/o regionales7 buscando abarcar la diversidad de eco-regiones y también tipos de productores y productoras. Una propuesta de esta naturaleza llevará también a aclarar si es conveniente o no la indemnización en dinero. En el caso de Totora existe también escepticismo en cuanto a la indemnización con dinero por cuanto hay la sospecha que ese dinero se destinará a otras necesidades y no precisamente a la agricultura. Así lo explicaba el técnico de Desarrollo Productivo de la Alcaldía:

“…algunos somos conscientes, otros no, lo vamos a malgastar el dinero; al otro año, lo mismo, tal vez vamos a estar más pobres; mientras nosotros vemos eso, no les damos en efectivo, damos semillas, fertilizantes (cuando ocurren las emergencias)”. [Elmer Cabello, 11/01/13]

Al saber que recibirán dinero ante pérdidas de sus cultivos, los productores parecen entender el SAMEP como un apoyo más del Gobierno, más que un seguro como tal y como un apoyo adicional al que suele dar la Alcaldía y la Gobernación:

“(…) entonces ellos están confiados por el momento, si va haber algún fenómeno nos va a dar la Alcaldía, la Gobernación, y esto que está dando el Estado va a servir para otra cosita, seguro están pensando ellos. No han analizado mucho, como es la primera vez, tal vez para los próximos años van a hacer que sea de otra forma, mejor en semilla, no sé”. [Elmer Cabello, técnico de la Alcaldía, 11/01/13]“Este Gobierno todo está ayudando, por ejemplo bonos para la escue-la, para abuelitas, para mujeres embarazadas…”. [Pablo Olivera, 11/01/13]

Esta situación nuevamente muestra que la lógica del seguro agrario (el “se-guro” entendido como la transferencia del riesgo a un tercero), es aún una concepción desconocida. Se percibe al SAMEP como algo beneficioso por la ayuda que promete ofrecer, sin embargo, no se lo comprende en su di-

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mensión de un tipo de seguro agrario (en el sentido de transferencia del riesgo a un tercero) que les permita, posteriormente, realizar propuestas de ajuste al mismo, en caso de ser necesario.

La apertura de los productores a esta alternativa, empero, da paso a la opor-tunidad de desarrollar nuevas propuestas y modalidades de seguro con su participación:

“Me parece bien [el seguro agrario], con eso por lo menos nos puede ayudar para salvar la producción, si no hay nada, entonces no pues”. [Ezequiel Rioja, dirigente de Coluyo, 10/01/13]

“Kosa puni kanman ajna kajtenqa …” (Bien siempre sería, siendo así [la modalidad del un seguro]. [Margarita Choque, comunidad Ch´alla grande, 10/01/13].

3. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La percepción de los productores campesinos de Totora sobre la “seguridad” en su producción agropecuaria está estrechamente ligada a la disponibili-dad y acceso al agua (lluvia o riego), a un mercado con precios justos y a la eliminación o disminución de otros riesgos como las plagas y enfermedades que afectan a sus principales cultivos (papa y trigo). Estas percepciones de-notan las necesidades y prioridades específicas de “protección” requeridas por ellos, aspecto que puede relacionarse con las modalidades de seguro agrario necesitadas.

Los productores y productoras campesinos del municipio de Totora desarrollan una serie de estrategias que les permite “proteger” su producción, ser menos vulnerable y poder recuperarse frente a un daño sufrido. Estas estrategias son: la implementación de alternativas de cosecha de agua, la conservación de suelos, el manejo de parcelas diversificadas, la producción en diferentes pisos ecológicos, la crianza de ganado y la emigración temporal, entre otras. Recurren también a la Pachamama o a los seres/deidades del Ukhu Pacha (Mundo de abajo) o Janaq Pacha (Mundo de arriba) pidiendo la protección de su producción agropecuaria o medio de vida.

El seguro agrario sería, por tanto, una estrategia más de las muchas que ya aplican productoras y productores para proteger su producción. Si se busca lograr la sostenibilidad de su agricultura y la producción para la seguridad y soberanía alimentaria, es necesario apoyar (o seguir apoyando) esos esfuerzos a la par que se desarrolla e implementa el seguro agrario. El SAMEP tiene aceptación entre los productores campesinos, y lo inter-pretan como una ayuda más del gobierno, a la cual accederán si son afec-tados por desastres naturales que les lleve a perder gran parte de su pro-ducción. No se lo percibe como un seguro agrario como tal, esto debido a la poca información que han recibido del mismo. Por tanto, la propuesta (la lógica) de fondo de un “seguro agrario” es aún desconocida entre los campesinos, y en especial las mujeres: Se hace necesario, por tanto, una mayor socialización para el conocimiento a profundidad de la propuesta y el posterior aporte de los productores al desarrollo del mismo.

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Es necesario, por otra parte, desarrollar experiencias de modalidades de seguro agrario más locales y/regionales, según eco-regiones y tipos de productores, y que los mismos sean elaborados de forma participativa, fomentando también formas de producción más sostenibles y agro-ecológicas. El no acercarse a realidades locales puede dar lugar a modalidades de seguro no adecuadas para los diversos tipos de productores que existen en una determinada área geográfica. El SAMEP no se muestra adecuado, por ejemplo, para productores de la zona norte de Totora, quienes tienen mejores condiciones productivas y económicas que los del sur. De hecho, ellos no deberían ser beneficiarios de la subvención del Estado, puesto que requieren un apoyo diferente, aún viviendo en un municipio considerado de extrema pobreza.

Conocer las percepciones de los productores campesinos sobre la “segu-ridad” en su agricultura y el SAMEP como una forma de seguro agrario, permite explorar el nivel de encuentro o desencuentro de conocimientos que se establece entre los saberes locales (de los productores campesinos) y las propuestas y conocimientos “externos”. Este estudio nos muestra la exis-tencia de ciertos quiebres entre la propuesta gubernamental y las prioridades o necesidades de protección de su agricultura de los productores de Totora. Los productores de Coluyo, por ejemplo, no requieren tanto una modali-dad como la del SAMEP, sino más bien un seguro agrario que les ayude a proteger su producción de las plagas y enfermedades, algo tan importante como así como los precios justos para su mercado. Por consiguiente es muy importante conocer las diferencias que hay entre tipos de productores y eco-regiones en una área geográfica/municipio determinado para responder a sus prioridades y necesidades de protección de su agricultura.

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BIBLIOGRAFÍA

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info 1. Maestrante CIDES-UMSA: Maestría en Planificación y Economía Política del Desarrollo. Tesista AVSF.

RESUMEN

Este artículo se sitúa en un contexto donde claramente se evidencia la necesidad de discutir y reflexionar sobre las implicancias, los retos, los vacíos, los límites y las oportunidades que plantea en

la realidad una de las principales problemáticas constitutivas de la actual crisis sistémica de la sociedad capitalista: la crisis alimentaria. Evidente-mente, abordar la integralidad de esta problemática es una tarea ardua y de gran envergadura que escapa al alcance de esta investigación. No obstante, se aborda la cuestión rural vinculada al sector agroalimentario en Bolivia a partir de un estudio de caso que pone en evidencia y en debate el rol del Estado y su intervención en la producción de alimentos. Aunque el tema alimentario, desde las formas de producción y distribu-ción de alimentos, siempre ha sido central en la base de funcionamiento de cualquier sociedad, parecería que hoy, cuando emerge en los debates sobre desarrollo la propuesta de Seguridad y Soberanía Alimentaria, la temática cobra aún mayor relevancia. En este marco, sociedades como la boliviana comienzan a preocuparse no sólo por desarrollar y mejorar

EMAPA Y LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES DE TRIGO: LA VERDADERA INTENCIONALIDAD DETRÁS DE LA INTERVENCIÓN ESTATAL

GABRIELA RUESGAS1

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sus mecanismos, tecnologías y estrategias de diversificación productiva que garanticen una provisión segura de alimentos para todos sus habitantes, sino que empiezan también, a plantear programas gubernamentales que en su formulación priorizan el abastecimiento de alimentos para el consumo interno sobre la base de la producción nacional.

En esta línea, la presión de los Estados se refleja en la necesidad de avanzar en formas de intervención para fortalecer, desde los ámbitos locales-rura-les, las diferentes formas económicas productivas que permitan garantizar niveles suficientes de producción y de abastecimiento de alimentos, además de fortalecer e incluir, en las dinámicas socioeconómicas actuales, a las diferentes unidades y organizaciones económicas hoy excluidas y/o articuladas a los circuitos del mercado en condiciones desventajosas.

En el caso boliviano, esta problemática se hace visible con la propuesta del Gobierno de llevar adelante una política que garantice mejores niveles de Seguridad con Soberanía Alimentaria para el país. Para este cometido, el actual Gobierno enfrenta diversos retos y problemas que ponen en duda la pertinencia y eficacia de sus medidas en la tarea de alcanzar este objetivo. Estas limitaciones se evidencian, por ejemplo, en la existencia de un apara-to productivo poco diversificado que, por un lado, afecta negativamente las posibilidades de lograr un verdadero desarrollo productivo del sector agroalimentario y, por otro, inviabiliza los intentos de fortalecimiento y potenciamiento productivo y de la participación de las economías comuni-tarias-campesinas en el mercado capitalista. Ante esta situación, el Gobierno de Evo Morales asigna un importante rol a las empresas públicas. Mediante la creación de la Empresa Pública Estatal de Apoyo a la Producción de Alimentos, EMAPA, establece que, a partir de su funcionamiento se garantizaría y avanzaría no sólo en el logro de mejores niveles de Seguridad y Soberanía Alimentaria, sino también en el apoyo y fortalecimiento productivo y de las dinámicas de comercialización de las economías comunitarias-campesinas representadas principalmente por los pequeños productores. Este punto abre el debate y la necesidad de reflexionar sobre el accionar del Estado y cómo éste, a través de EMAPA, uno de sus principales instrumentos, estaría o no coadyuvando al logro de estos objetivos.

SOBRE LA PROBLEMÁTICA

El agotamiento de las reformas neoliberales en el país se constituyó en la oportunidad para el surgimiento del actual “proceso de cambio” inicia-do con el Gobierno de Evo Morales. El inicio de este nuevo escenario, año 2006, fue recibido por gran parte de la sociedad boliviana como una promesa de superación de los grandes problemas estructurales en los pla-nos político, económico y social que signan nuestro rol funcional a las economías desarrolladas. Como núcleo de esta problemática, se identifica claramente la necesidad de superación de nuestro patrón primario exporta-dor como consecuencia de un tejido económico poco diversificado y poco productivo que nos posiciona como una economía proveedora de materia prima y sin capacidad de generar valor agregado.

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2. Constitución Política del Estado Plurinacional nCPE. Plan Nacional de Desarrollo (PND). Plan Sectorial de Desarrollo Agropecuario “Revolución Rural y Agraria”. Ley 144 “Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria”.

Los compromisos y reconocimientos plasmados en los actuales documentos rectores del Estado Plurinacional boliviano2 , establecen claramente que un pilar fundamental para el Vivir Bien de las y los bolivianos es alcanzar un auténtico desarrollo rural integral sustentable cuya base radica en trabajar por un verdadero fortalecimiento y potenciamiento de las unidades productivas rurales, en particular las pequeñas. Sin embargo, en la práctica, parecería que la intervención estatal todavía no es suficiente, lo que pone en evidencia la necesidad de reflexionar sobre el tipo de ayuda que verdaderamente estaría ofreciendo el Estado. ¿Por qué surge esta duda? Porque se constata que los pequeños productores no estarían superando su condición funcional de proveedores de materia prima, situación que los convierte en incapaces de acceder y avanzar en los eslabones de la cadena productiva que les permitiría desarrollarse y mejorar su economía. Esta situación se expresa, especialmente, en el sector triguero de las zonas productoras tradicionales de Bolivia. René Herbas (2008) la define de la siguiente manera:

“(…) más allá de las observaciones de carácter técnico o los cuestionamien-tos a la capacidad de gestión en las organizaciones, la posición de restringir la participación campesina al ámbito específico de la producción, como es el discurso presente de las “cadenas de valor”, están limitando la posibilidad de gestar nuevas iniciativas con participación de los propios productores en el ámbito de la transformación –comercialización; son planteamientos que ocultan una develada acción para seguir postergando oportunidades y posibilidades a los pequeños productores en nuestro país”.

Es en este sentido, y bajo este contexto, es que cabe la urgencia de pregun-tarse: ¿cuál es el tipo de ayuda y cuál la intencionalidad del Estado con la creación EMAPA?

DE LOS ACTORES Y EL CONTEXTO

Después de haber descrito la problemática que delimita y orienta este es-tudio, es necesario justificar su alcance e importancia, es decir, se trata de argumentar las razones que me impulsan abordar la problemática del sector agroalimentario y dentro de él la de los actores que lo componen y sus formas y condiciones de relacionamiento. Para tal fin, se hizo la selección de un estudio de caso que permite avanzar hacia la sistematización de expe-riencias reales —situadas en un contexto territorial específico—, para dar cuenta del fenómeno que se quiere conocer y analizar.

EMAPAComo se señaló anteriormente, el actual Gobierno, a través del Ministe-rio de Desarrollo Productivo y Desarrollo Rural (MDRyT), viene imple-mentando medidas hacia un nuevo Modelo de Desarrollo Rural con el

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objetivo de lograr un cambio hacia un patrón productivo orientado a la Seguridad y Soberanía Alimentaria. De esta manera, se plantea como eje de acción fundamental la intervención del Estado a través de sus políticas y creación de instrumentos para el apoyo a la producción. Se trata, en defini-tiva, no sólo de beneficiar a las familias garantizando la oferta de alimentos de consumo masivo (seguridad alimentaria) sino también de beneficiar a los productores campesinos (soberanía alimentaria).

En este marco, y como instancia de primer piso, se crea la Empresa Pública Estratégica de Apoyo a la Producción de Alimentos (EMAPA) cuyo alcance y delimitación de su campo de acción se traduce en cuatro programas de apoyo a la producción de cuatro alimentos básicos: Programa Trigo, Programa Arroz, Programa Maíz y Programa Soya. De esta manera, su tarea consiste principalmente en impulsar el apoyo a la producción de dichos alimentos a través de la entrega de insumos agropecuarios (semilla y fertilizantes), la compra segura de la producción y su comercialización mayorista. En relación a su tarea de apoyar a los pequeños productores, los compromisos asumidos por EMAPA son los siguientes: apoyo a la producción (construir mejores condiciones de producción y de infraestructura productiva); fortalecimiento de las organizaciones de productores lo-cales y organizaciones sociales en las comunidades campesinas; acopio y transformación básica; y mejores condiciones de comercialización agropecuaria para los pequeños y medianos productores.

Este artículo se sitúa en el marco del Programa Trigo de EMAPA. El área de cobertura de la empresa abarca la Zona de Oriente (Santa Cruz) y las Zonas Tradicionales Productoras de Trigo ubicadas en el Occidente y Valles Al-tos (Cochabamba, Chuquisaca, Tarija y Potosí). Dado que nuestro interés es conocer la forma de intervención y la ayuda que ofrece el Estado a los pequeños productores, el presente estudio de caso se sitúa en el ámbito de las zonas tradicionales de Cochabamba y Tarija.

LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES

“El campesinado es un factor esencialísimo de la población, de la producción y del poder político (…). Debido a la gran propiedad territorial y la agricultura en gran escala, se ha desplazado totalmente al campesinado que cultiva la tierra para sí (…). Siendo así, el campesinado es cada vez más ‘apartado’ o por lo menos relegado económica y políticamente a segundo plano” (Engels, 1973). Esta distinción resulta pertinente para reflejar la situación socio-económica de la gran mayoría de las 70.000 familias campesi-nas productoras de las zonas de Occidente y de los Valles Altos en Bolivia (Herbas, 2008). Se trata de un contexto caracterizado por condiciones de productividad precarias a lo cual se suma la falta de conocimiento de las condiciones y dinámicas de funcionamiento del mercado para la comer-cialización de su producción. A esto debe añadirse la falta de acceso a los procesos de transformación de su producción que, sin duda, les permitiría avanzar en los eslabones de mayor generación de ganancias dentro de la cadena productiva.

A manera de caracterización de esta zona, en el sector tradicional triguero boliviano que se concentra la región de Occidente y de los Valles Altos —donde se ubican las zonas identificadas para este estudio— se muestra un

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OMCSA - Tarija APT – Totora. Cochabamba Provincia Cercado Provincia Carrasco

36 Comunidades asociadas en 6 Subcentrales:

15 Subcentrales que aglutinan 108 comunidades asociadas a través de

sus sindicatos:1. Junacas 1. Rodeo Chico

2. Canchones 2. Tejería3. Yesera 3. Rodeo Grande

4. Alto España 4. Laime Toro5. San Agustín 5. Copachuncho 6. Santa Ana 6. Machu Yungas

7. Pampas Amarilla8. Uyacti Punta

9. Potrero10. Tika Pampa11. Antakawa 12. Laguna

13. Arepucho 14. Icuna

15. Kellu Mayu

info

3. Por ejemplo, en Totora, Cochabamba, se viene llevando a cabo encuentros entre las instituciones y actores involucrados en la producción de trigo, con-formado la “Plataforma de Trigo en Totora”. En esta plataforma participan instituciones como CDC-Cooperación Suiza, SEDAG, INIAF, EMAPA, y los productores de trigo de la zona.4. Solamente estarían recibiendo apoyo de la Gobernación a través de la entrega de bonos (PROSOL) como incentivo a la producción agropecuaria.

predominio de sistemas intensivos, rústicos y poco tecnificados para el cul-tivo de trigo desarrollado casi exclusivamente por pequeños productores. Con el fin de delimitar el alcance de la investigación se seleccionó para el estudio de caso dos asociaciones representativas de productores, una para cada ciudad: OMCSA (Organización Microrregional de la Cuenca del Río Santa Ana) en Tarija y APT-T (Asociación de Productores de Trigo – Toto-ra) en Cochabamba (Cuadro 1).

Cuadro 1Asociaciones de Productores de Trigo: OMCSA Tarija y APT CochabambaFuente: Elaboración propia con información y referencias del trabajo de campo, 2012.

La elección de estas dos zonas de estudio obedece al objetivo de caracterizar la relación entre el Estado y los pequeños productores de trigo. Tanto OMCSA de Tarija como APT en Cochabamba son organizaciones de productores con más de 20 años de funcionamiento, que refleja claramente su identificación como productores tradicionales de este grano. Asimismo, es importante señalar que, en el caso de Cochabamba, observamos un contexto donde el posicionamiento de la zona como productora de trigo todavía cuenta con una cierta fortaleza en el sentido en que se piensan proyectos de apoyo a la producción donde participan instituciones públicas así como otros actores (ONG)3 . En cambio, el caso de Tarija muestra un contexto algo debilitado donde el posicionamiento de la asociación de productores atraviesa por algunos problemas organizativos y de falta de apoyo técnico y financiero4.

De esta manera, y dados los matices del contexto de estudio, se explica la necesidad de conocer, caracterizar y analizar la relación entre estos actores (EMAPA y los pequeños productores de trigo) para dar cuenta del tipo de

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Año Harina Nacional % Harina

Importada % DemandaNacional

2007 122.036 22 435.803 78 557.8402008 121.147 21 453.744 79 574.8912009 151.112 25 449.180 75 600.2922010 159.970 26 465.457 74 625.427

info

5. A pesar de que el Gobierno estaría adoptando políticas dirigidas a liberar al país de las importaciones y donaciones de alimentos (Estudio de la Harina de Trigo – AEMP, 2012), el hecho de que se hayan registrado disminuciones en las donaciones de trigo se contrasta con la tendencia creciente de las im-portaciones de harina.

ayuda y la intencionalidad del Estado a través de la implementación de sus instrumentos estratégicos de intervención en el sector agroalimentario.

Está claro que el sector agropecuario en general, y el sector agroalimentario tradicional en particular (conformado por pequeños productores campesi-nos principalmente), ha sido (y todavía cuenta con el potencial de seguir siéndolo) el principal abastecedor de alimentos que consume el país, aun-que cada vez en menor proporción como consecuencia de la crisis de la economía campesina, tras el agotamiento del ciclo benéfico de la reforma agraria, el permanente deterioro de los recursos naturales y la apertura de mercados (Medeiros, 2009). Por tanto, llegamos al punto donde se hace evi-dente reconocer que no sólo es importante sino necesario estudiar y poner en cuestión las acciones del Estado en cuanto al tipo de desarrollo que quiere llevar adelante para el sector agroalimentario y en cuanto al tipo de fomento que estaría otorgando a los diferentes actores que lo componen. Así también, se trata de poner en debate la idea de la empresa pública como instrumento estratégico.

PUNTO DE ENCUENTRO: EL TRIGO

El trigo es considerado un alimento estratégico, parte esencial de la canasta básica familiar boliviana por ser el “pan nuestro de cada día”. Casi podría decirse que puede faltar cualquier alimento en la mesa de los bolivianos, menos el pan. Sin embargo, es un cereal cuya producción es estructuralmente deficitaria en el país, situación que se constata, por ejemplo, al evidenciar los elevados niveles de importaciones que ingresan al mercado interno con el fin de garantizar la demanda de consumo nacional ya que la producción nacional apenas llegaría a cubrir el 30% de la demanda interna (Céspedes, 2011). Este escenario es el resultado de diversos factores de índole histórica, política, social, económica y técnica. Se suma a este contexto, el hecho de que las distintas posibilidades de lograr mayores niveles de producción y mejores rendimientos se encuentran sujetas a las condiciones (restricciones u opor-tunidades) que ofrecen las diferentes zonas de producción nacional: Oriente (Santa Cruz) y Occidente-Valles tradicionales (Cochabamba, Tarija, Potosí y Chuquisaca principalmente). En el Cuadro 2 se observa claramente que los niveles de producción nacional no superan el 30% de la demanda interna. Aunque en este Cuadro se presen-tan únicamente los niveles de importación de harina de trigo, es importante señalar que parte del abastecimiento nacional también proviene de dona-ciones y del contrabando5.

Cuadro 2Bolivia: Demanda de Harina de Trigo (En Toneladas)Fuente: MDRyT – SISPAM. Citado en Céspedes, 2011.

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Año OfertaNacional

DemandaNacional (Tm.)

DemandaInsatisfecha

(Tm.)2010 188.317 629.890 441.5732011 198.439 645.007 446.5682012 206.466 660.487 454.0212013 212.398 676.339 463.9412014 216.234 692.571 476.3372015 217.975 709.193 491.2182016 217.620 726.214 508.5942017 215.170 743.643 528.4732018 210.624 761.490 550.8662019 203.983 779.766 575.7832020 195.247 798.480 603.233

2000

269.

604.

03

238.

638.

15

280.

418.

45

288.

000.

41

259.

937.

84

209.

183.

63

130.

830.

18

110.

189.

5423

0.04

4.39

235.

203.

49

302.

749.

42

205.

049.

66

192.

315.

73

211.

626.

08

88.8

79.7

0

45.8

97.4

3

39.6

51.1

2

80.3

35.3

4

92.5

02.0

4

157.

260.

74135.

309.

53

76.7

99.1

3148.

416.

62

168.

734.

13 131.

517.

60

73.4

41.0

2

2001

2002

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2005

2006

2007

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50.000.00

100.000.00

150.000.00

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300.000.00

350.000.00

400.000.00

450.000.00

Trigo Harina de TrigoGráfico 1Bolivia: Evolución de las importaciones de trigo y harina de trigo (En toneladas)Fuente: INE. Elaboración propia.

Cuadro 3Bolivia: Oferta y Demanda de Harina de Trigo(En Toneladas*) *Toneladas MétricasFuente: INE-MDRyT. Elaboración: MDRyT.

La información y proyecciones realizadas por el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras confirman esta tendencia. Tanto así, que en un periodo que contemplaría los años 2010 al 2020, la situación deficitaria en cuanto a producción nacional de trigo refleja en una tendencia creciente de deman-da insatisfecha (Cuadro 3).

El Cuadro 3 nuestra una tendencia preocupante o al menos poco alentado-ra en cuanto a las expectativas y/o posibilidades de lograr mayores niveles de producción de trigo nacional. Se puede notar no sólo que los niveles de demanda van en crecimiento, sino también una tendencia a la disminución de los niveles de oferta nacional por lo cual la demanda insatisfecha seguiría un curso creciente. El Gráfico 1, en línea con esta situación, muestra cómo se han comportado, durante el periodo 2000-2012, las importaciones de trigo y de harina de trigo. La tendencia creciente en los niveles de importación de harina es consecuencia de una baja en las importaciones de trigo (grano), de la reducción de las donaciones y de una escasa producción nacional (EMAPA, Plan Quinquenal 2008-2012).

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En relación a este último punto, y revisando las estadísticas de producción, se pueden percibir variaciones importantes tanto en los niveles de producción como en las superficies de cultivo. Un factor interesante refiere el hecho de que los incrementos en la producción se encuentran principalmente determinados por el rendimiento y no tanto así por la superficie cultivada (Céspedes, 2012). El Cuadro 4 ilustra esta situación a partir de la evolución de los niveles de producción, de la superficie cultivada y del rendimiento.

Año Agrícola Sup.Cultivada(Has.)

Producción(Tm.)

Rendimiento(Kg./Ha.)

1990-1991 116.035 116.035 9641991-1992 118.350 95.726 8091992-1993 139.326 145.129 1.0421993-1994 110.088 83.016 7541994-1995 125.624 122.035 9711995-1996 131.929 98.820 7491996-1997 158.396 167.155 1.0551997-1998 191.216 172.664 9031998-1999 170.403 146.253 8581999-2000 120.169 103.378 8602000-2001 113.396 113.964 1.0052001-2002 132.346 115.131 8702002-2003 111.896 107.633 9622003-2004 106.940 93.908 8782004-2005 106.199 112.431 1.0592005-2006 125.440 138.445 1.1042006-2007 139.769 162.715 1.164

2007-2008 134.795 161.553 1.199

2008-2009 156.670 201.508 1.286

2009-2010 176.458 255.356 EMAPA2010-2011(p) 189.736 249.668 1.316

2011-2012(p) 165.748 237.635 1.434

2012-2013(p) 154.508 265.120 1.716

Cuadro 4Bolivia: Producción, superficie cultivada y rendimiento por hectáreaFuente: INE-MDRyT.

Existen estudios que plantean y cuestionan la viabilidad de posicionar el trigo como un alimento estratégico en la canasta de consumo básico de los hogares. Al respecto, pueden encontrarse argumentos muy válidos que cuestionan la idea de seguir insistiendo en alcanzar mejores y mayores nive-les de producción de este grano, y que proponen que se intente más bien incidir en estrategias y/o políticas orientadas a cambios en los patrones de consumo para incentivar y fortalecer la producción y consumo de cereales y alimentos nativos. Sin embargo, más allá de esta situación, y dado que desde hace mucho tiempo y todavía en la actualidad el trigo es un cereal que por su valor simbólico representa el “pan nuestro de cada día”, pensar su importancia socioeconómica, cultural y alimentaria en nuestra sociedad es fundamental. En este sentido, es importante señalar algunas oportunidades acerca del cultivo de este grano (Plan Quinquenal EMAPA, 2008-2012):

Demanda insatisfecha debido a que el déficit de producción es de más del 60%.

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2001 80.346 61 52.000 39 132.346 57.931 50 57.200 50 115.1312002 80.896 72 31.000 28 111.896 59.233 55 48.400 45 107.6332003 80.340 75 26.600 25 106.940 58.408 62 35.500 38 93.9082004 80.799 76 25.400 24 106.199 59.471 53 52.960 47 112.4312005 81.440 65 44.000 35 125.440 62.325 45 76.120 55 138.4452006 81.069 58 58.700 42 139.769 61.905 38 100.810 62 162.715

AÑOSup. Cultivada (Haz.)

Occidente % %% %OccidenteOriente OrienteTotal Total

Producción (Tn/Ha)

Cuadro 5Bolivia: Producción de Trigo en Oriente y OccidenteFuente: INE – MDRyT. ANAPO, CAO. Elaboración propia.

Producto de primera necesidad (Seguridad alimentaria). Genera ingresos y empleo a más de 70,000 familias productoras campesinas en Occidente y 14.000 en Oriente; 40.000 empleos indirectos en cinco departamentos de Bolivia. Participación de instituciones de investigación y asistencia técnica. Posibilidad de incrementar las superficies de producción. Oportunidad de mejorar los procesos de transformación de manera cualitativa y cuantitativa.

Se ha comentado y mostrado hasta aquí, la trayectoria y evolución de la pro-ducción y situación del trigo en Bolivia. Es importante ahora destacar el rol que ocupa en este escenario el Oriente (Santa Cruz), zona caracterizada por sistemas de producción agroindustrial donde también interviene EMAPA. En este sentido, para dar cuenta de la importancia que tiene caracterizar tan-to las diferencias como la representatividad de las distintas zonas productoras en el país (Occidente y Oriente), cabe señalar algunos aspectos puntuales que habrían signando e incluso perpetuado la forma de articulación de su producción agrícola con el mercado capitalista a partir de la implementación del modelo neoliberal en Bolivia.

Sobre este punto, Ormachea (2010) señala: “La mayor relevancia de la pro-ducción agrícola capitalista en relación a la campesina puede observarse a partir del peso regional de la producción agraria. El departamento de Santa Cruz, donde predominan pequeñas, medianas y grandes empresas agríco-las capitalistas, ha llegado a concentrar, en el año agrícola 2008/2009, el 76,3% del total de la producción agrícola del país, mientras que los depar-tamentos de los valles y del altiplano, donde predominan sobre todo los campesinos pobres, solamente producen el 21,6%”.

La situación descrita por Ormachea puede evidenciarse claramente en el caso del trigo. En el Cuadro 5 se muestran datos de la trayectoria de la su-perficie cultivada así como de los niveles de producción de Oriente y Occi-dente en el periodo 2001-2012. Lo que se quiere mostrar con este Cuadro es cómo se habría ido constituyendo la representatividad de estas zonas respecto a este cultivo. Los niveles de producción de Oriente fueron creci-endo de manera tal que su participación habría llegado a superar el 50%, destacando el periodo 2005-2010 donde, en promedio, la participación de la producción de trigo nacional que proviene del Oriente (Santa Cruz) fue del 68%, aproximadamente.

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2007 79.595 59 55.200 41 134.795 59.063 37 102.470 63 161.5332008 82.670 53 74.000 47 156.670 60.908 30 140.600 70 201.5082009 84.208 48 92.250 52 176.458 62.469 24 192.887 76 255.3562010 80.663 43 107.221 57 187.884 58.668 25 179.179 75 237.8472011* 97.425 59 68.323 41 165.748 167.552 71 70.083 29 237.635

2012(p)* 86.508 56 68.000 44 154.508 127.605 48 137.515 52 265.120

info

6. La zona Norte Integrado, principal proveedor de este cereal, se caracteriza por presentar una pluralidad de grupos de productores: hay extranjeros (rusos, menonitas, brasileros y japoneses) que optan por cultivar trigo en invierno como una alternativa de rotación a la soya. En general, en este grupo de produc-tores se encuentran medianos y grandes, que acceden a cultivar más de 50 has, cuentan con tecnologías más avanzadas para el trabajo agrícola e inclusivo algunos de ellos logran incorporar sistemas de riego (Ortiza y Valdivia, 2012).

Sumado a este punto, el apoyo de EMAPA en esta zona se direcciona a los productores que tienen una perspectiva comercial y que practican cultura extensiva, por ello en Santa Cruz interviene en el Este y Norte Integrado6, zonas estratégicas para el agronegocio (Ortiz y Valdivia, 2012). Este hecho refuerza la pregunta sobre cuál es la intencionalidad detrás del tipo de ayuda que ofrece la empresa, especialmente si recordamos cuáles son los roles que se le asignan a EMAPA. Si estos roles son: fortalecer a los pequeños productores comprometiéndose en apoyar a la producción (construir mejores condiciones de producción y de infraestructura productiva); contribuir al fortalecimiento de las organizaciones de productores locales y organizaciones sociales en las comunidades campesinas; impulsar el acopio y la transformación básica; y, finalmente, contribuir a dar mejores condiciones de comercialización agro-pecuaria para los pequeños y medianos productores, ¿dónde realmente la empresa concentra su esfuerzo?

Recapitulando lo que hasta aquí se ha expuesto, cabe señalar las principales preguntas guía que orientan este artículo y que, por ende, se intentará responder con base en el trabajo de campo realizado en las zonas de estudio:

- ¿Qué rol estaría asumiendo EMAPA frente a los pequeños producto-res de trigo y a sus respectivas asociaciones?

- ¿EMAPA estaría interviniendo efectivamente en toda la cadena pro-ductiva y en la comercialización del trigo producido por los pequeños productores?

- ¿El reconocimiento de que los pequeños productores son la base de la producción de alimentos del país es más una retórica que un objetivo de política real?

ASPECTOS METODOLÓGICOS

La investigación contempla una Metodología que refiere a un tipo de estudio Analítico-Descriptivo. Es decir, si bien se trata de una temática que no es nue-va, está claro que todavía es necesario trabajar y profundizar el conocimiento de la problemática a partir, por ejemplo, de la selección de un estudio de caso. De esta manera, la investigación se nutre principalmente con información

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ZONA COCHABAMBATotora

TARIJAJunacas

Entrevistas a Productores

15 efectuadas (3 a productores

no asociados)5 Efectuadas

Talleres - mesas de trabajo participativa - 1

(18 Participantes)

LA PAZ COCHABAMBA TARIJAGerente de

Planificación Representante Regional Técnico de EMAPA

LA PAZ COCHABAMBA* Presidente APTC

*Técnicos Directorio APTC(2)* Rpte. CIOEC y Ex Presidente APTC

* Rpte. Cooperación CDC - Plataforma Trigo

* Presidente OMCSA*Técnico OMCSA

*Dirigente Subcentral Junacas*Dirigente Central de Campesinos

Provincia Cercado

EMAPA

DIRIGENTES ASOCIADOS E INFORMANTES CLAVE

de campo y de fuentes primarias, estableciendo un fuerte carácter cualitativo que en absoluto descarta la importancia y la retroalimentación de un análisis cuantitativo.

En este sentido, un punto central de la investigación es conocer y compren-der las relaciones, los actores y las formas de articulación que se dan en el marco de la problemática planteada. Con la selección del estudio de caso ubi-cado en dos zonas tradicionales productoras de trigo se logra avanzar y pro-fundizar en el conocimiento no sólo del contexto (aspecto fundamental para la compresión de los hechos), sino también de las formas de intervención del Estado a través de sus herramientas.

Para el desarrollo de este estudio se aplicaron dos herramientas de trabajo de campo: entrevistas a profundidad y talleres participativos (mesas de trabajo).Al situarse el estudio de caso en dos zonas, dos contextos diferentes, el trabajo de campo se organiza en base a dos componentes:

1. Visitas de campo a Cochabamba: 6 fases de trabajo (2 entradas a Totora). 2. Visitas de campos a Tarija: 4 fases de trabajo (2 entradas a Junacas).

Las herramientas aplicadas a lo largo y durante las visitas de campo se detallan a continuación:

INFORMANTES: PRODUCTORES DE TRIGO

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Insumos para

Siembra

¿Donde y cómo Interviene

EMAPA?

Preparacióndel Suelo

Acopio

Transformación

Comercialización

Siembra

Labores de Tierra

CosechaManipuleo

Conservación Tierra

VARIABLESOCCIDENTE

(COCHABAMBA Y TARIJA)

ORIENTE (ZONA INTEGRADA)*

Tipo de Productor Pequeños Productores

Grupos Extranjeros (Menonitas, Japoneses,

Rusos) y Migrantes Nacionales (Colonos)

info

7. Ortiz, Ana y Valdivia, Gabriela (2012) “El trigo, EMAPA y su apoyo a la producción de alimentos”. Artículo de Investigación.

¿SOBRE QUÉ CRITERIOS SE ORGANIZÓ Y ESTRUCTURÓ EL TRABAJO CON LOS PRODUCTORES?

Dado que el objetivo principal de esta investigación es dar cuenta del tipo de ayuda y las implicaciones que en la realidad tiene EMAPA respecto a las asociaciones y a la economía de los pequeños productores, los criterios base de trabajo para la aplicación de las herramientas se ilustran en el Diagrama 1.

Diagrama 1Criterios rectores del Trabajo de CampoFuente: INE-MDRyT.

En cada uno de los eslabones que hacen al proceso productivo en materia del cultivo de trigo y que aparecen en el Diagrama 1, se preguntó sobre el rol de la empresa con el objetivo de conocer cuál es el impacto de la misma en la realidad de los pequeños productores de las zonas de estudio.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

CARACTERÍSTICAS DE LA PRODUCCIÓN DE TRIGO EN ORIENTE Y OCCIDENTE

Si bien una descripción breve sobre la producción de trigo en Oriente y Occidente precede a este apartado, a continuación, y en base al trabajo de campo efectuado en las dos zonas de Occidente y contrastando con fuentes secundarias de un estudio sobre la intervención de EMAPA en Oriente7, se presenta en el Cuadro 6 una descripción de algunos aspectos relevantes que caracterizan las condiciones y formas productivas del trigo.

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Sistemas de ProducciónTradicional

(Básicamente manual poco mecanizado)

Mecanizado(Convencional o siembra directa)

Superficie Cultivada 0.5 s 2 Ha 5 a 250 Ha

RendimientosPromedio 0.8 a 1.5 Tn/Ha 1 a 2.5 Tn/Ha

Época de Cultivo Verano (Diciembre - Enero)

Invierno(Mayo - Agosto)

Forma Organizativa

Sindicatos, Subcentrales

(Centrales Campesinas), Asociaciones

(APT, OMCSA)

La mayoría afiliados a sindicatos, cooperativas y Asociaciones (ANAPO)

Costo de Producción 380 a 440 $us/Ha 300 a 350 $us/Ha

info 8. Céspedes, Gary (2011). El Impacto de EMAPA en la Economía del Productor de Occidente. Tesis de Grado. UMSA.

Cuadro 6Características principales de la producción de trigo de Occidente y Oriente*Información tomada del artículo “El Trigo, EMAPA y su apoyo a la producción de Alimentos” (Ortiz y Valdivia, 2012).Fuente: Elaboración propia con base en el trabajo de campo, 2012.

De la información presentada en el Cuadro 6 se desprenden diferencias sig-nificativas en cuanto a sistemas productivos, niveles de superficie cultivada, tipo de productores y costos de producción. En relación a este último, la situación da cuenta de las dificultades que enfrentan los pequeños productores de las zonas tradicionales, pero aún así, esas dificultades no impiden que dejen de realizar este cultivo. Cabe señalar que resulta bastante complejo poder identificar con precisión el nivel de costos y, por tanto, el nivel de rentabilidad y/o pérdida que obtendrían los pequeños productores. Ellos mismos, en las entrevistas realizadas, indican que “recién están viendo de calcular, de tener mejor registros de sus costos, gastos y de lo que reciben por la venta”.

Probablemente factores como la falta de conocimiento en cuanto a regis-trar y contabilizar costos como el de mano de obra, por ejemplo, asociado a una cierta susceptibilidad de expresar los pagos que efectúan los pro-ductores para adquisición de insumos y los jornales para la mano de obra durante la siembra y principalmente la cosecha, son aspectos que de alguna manera explican el no poder contar con información más precisa. Sin em-bargo, el dato registrado proviene de la información general que algunos productores proporcionaron. Esta información fue contrastada con fuentes secundarias8 que proporcionan, a través de fuentes de EMAPA, los gastos promedio para las cuatro zonas productoras de Occidente y Valles Altos.

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info

9. Este Decreto luego fue modificado por el Decreto Supremo Nº29710 de fecha 17 de Septiembre de 2008. Este nuevo decreto constituye a la empresa como un instrumento destinado a apoyar el proceso de producción de alimentos básicos estratégicos y a los productores en todo el país para contribuir en el normal abastecimiento de la canasta familiar.

Al momento de trabajar el tema de los costos y de los ingresos con los pro-ductores, se destacan algunos comentarios muy interesantes que reflejan sus percepciones y preocupaciones al respecto:

“He trabajado con EMAPA pero casi no hay mucho, como dicen, de ayuda… te da crédito pero tienes que devolverle y por ese motivo un poquito he dejado de trabajar con EMAPA, no hay mucha ventaja”.

[Informante: Productor de trigo en Totora que actualmente no trabaja con EMAPA]

“Yo sé que la semilla y el abono hacen llegar aquí, y de ahí el produc-tor tiene que trasladar hasta sus parcelas a sus comunidades; también tiene que traer el productor aquí, al silo; no facilita como EMAPA un camión para trasladar, no, no tiene… Si se quiere vender, tiene que trasladar, y en eso se paga también, cuesta… lo poquito que se quiere vender y ese momento uno quiere recibir su platita, entonces EMAPA se tarda en pagar, no te da ese ratito”.

[Informante: Productor de trigo en Totora que trabaja con EMAPA]

“Estamos preocupados nosotros, muy barato lo vendemos el trigo, no nos sale ni el precio el sacrificio, la cosecha, los jornales, hasta el pijchu… estamos preocupados, ojalá si la pesada fuese en 200, siquiera ganancita tendríamos… con EMAPA nosotros no ponemos el capital pero sacamos el mismo capital y justito da, no se saca casi nadita para ganancia, de eso estamos preocupados”.

[Informante: Productor de trigo en Totora que trabaja con EMAPA]

“Aquí en Totora necesitamos que se transforme en harina, molinos que necesitamos que también haga así materia prima y de aquí puede salir con valor agregado: eso está en nuestra mente, en nuestro pensamiento; para tener un molino industrialización necesitamos”.

[Informante: Productor de trigo en Totora que actualmente no trabaja con EMAPA]

Como se observa, la modalidad de otorgar crédito sin tasa de interés todavía no llegaría a ser un aspecto relevante que se traduzca en una verdadera dis-minución de los costos de producción de los pequeños productores.

EMAPA Y SU APOYO A LA PRODUCCIÓN DE TRIGO

La Empresa Estatal de Apoyo a la Producción de Alimentos, EMAPA, se crea bajo la tuición del Ministerio de Desarrollo Rural, Agropecuario y Medio Ambiente MDRAyMA con la emisión del Decreto Supremo Nº29230 del 15 de Agosto de 20079 . Actualmente la empresa se encuentra bajo tuición

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Chuquisaca 492.00 488.50 783.75Cochabamba 2.184.00 929.00 1.441.50

Potosí 1.489.00 634.00 500.00Tarija 139.25 212.50 406.00Total 4.304.25 2.264.00 3.131.25

Departamento2007 - 2008

Superficie Has. Superficie Has. Superficie Has.2008 - 2009 2009 - 2010

Departamento CampañaAgrícola

Total PersonasBeneficiadas

Nro.Asociaciones

Total de personasAsociadas

Total de personas No

Asociadas

Peso Total Acopio (Kg.)

2007-2008 430 17 384 45 145.241.5

2008-2009 470 13 347 123 1.104.942.1

2009-2010 602 13 523 79 1.179.757.0

1502 Prom. 14 1254 247 2.429.940.7

COCHABAMBA

CIFRAS TOTALES

Departamento CampañaAgrícola

Total PersonasBeneficiadas

Nro.Asociaciones

Total de personasAsociadas

Total de personas No

Asociadas

Peso Total Acopio (Kg.)

2007-2008 49 11 16 33 34.683.5

2008-2009 203 2 159 44 354.618.3

INV. 2009 102 2 102 0 174.473.6

2009-2010 47 3 46 1 175.894.1

INV. 2010 26 1 26 0 82.290.7

427 Prom. 3 349 78 821.960.33

TARIJA

CIFRAS TOTALES

del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural y se constituye en uno de los principales instrumentos del Estado para avanzar hacia la Revolución Agrícola con Seguridad y Soberanía Alimentaria. De esta manera, a partir de la gestión 2007 la empresa inicia sus actividades en todas las zonas destinadas para su funcionamiento. En cuanto al programa de trigo, como se mencionó anteriormente, su cobertura contempla las zonas tradicionales de Occidente y Valles Altos y en Oriente. En el caso de Santa Cruz, su trabajo se concentra en la zona del Norte Integrado. El Cuadro 7 muestra el apoyo de la empresa reflejado en las superficies de intervención durante las campañas 2007 al 2010, y el Cuadro 8 expresa el apoyo de la em-presa reflejado en el total de personas beneficiarias, el número de productores asociados(as) beneficiados así como el total de productores(as) no asociados que también habrían vendido su trigo a la empresa; observa también el total de producción de trigo acopiado por EMAPA durante estas gestiones.

Cuadro 7EMAPA: Apoyo en la superficie de cultivo de trigo en las zonas tradicionalesFuente: EMAPA. Elaboración: Céspedes, Gary (2011).

Cuadro 8Intervención de EMAPA en las Zonas de Estudio: Cochabamba y TarijaFuente: EMAPA. Elaboración: Céspedes, Gary (2011).

En su etapa inicial, EMAPA logró sembrar con las asociaciones campesinas de pequeños productores una superficie que superó las 4.000 hectáreas; luego se observa una caída en las superficies cultivadas debido a que el año 2008 el sector agrícola sufrió pérdidas significativas por factores climatológicos, para luego recuperar su intervención alcanzando a cubrir el 2010 una superficie que alcanzó las 3.000 hectáreas.

Con relación a los esfuerzos de la empresa en las zonas seleccionadas para este artículo, se puede observar, para el caso de Cochabamba, un promedio de 1.502 productores beneficiados, y para Tarija un promedio

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2007- 2010 TOTAL Trigo %

N° de Municipios 181 84 46.4

N° de Asociaciones 460 226 49.1

N° de Beneficiarios 16.487 6.708 40.7

N° de Has Verano 125.650 9.906 7.9

N° de Haz Invierno 89.679 33.653 37.5

Tn. Acopiadas Verano 146.696 5.133 3.5

Tn. Acopiadas Invierno 274.788 165.476 60.2

de 427. La empresa, además, habría logrado acopiar un nivel promedio de aproximadamente 2.500 toneladas en Cochabamba y de 820 en Tarija.Con el fin de mostrar un panorama más completo acerca de la intervención de EMAPA, en el Cuadro 9 se muestra el apoyo de la empresa no sólo haciendo una comparación entre las zona de Oriente y Occidente, sino también mostrando el desempeño de la empresa en el marco de su trabajo en los cuatro programas de alimentos que impulsa10 y su relación con el apoyo al trigo en concreto.

Cuadro 9EMAPA: Apoyo total al sector triguero – periodo 2007 al 2010Fuente: EMAPA. Elaboración: Ortiz y Valdivia(2012).

Aunque se puede destacar el esfuerzo de la empresa en lograr acopiar un volumen que superaría las 170.000 toneladas (cosechas de invierno y ve-rano) todavía se observa que en cuanto a la cantidad de beneficiarios y de superficies cultivadas queda mucho por trabajar. Si tomamos en cuenta que en Bolivia existen más de 446.000 unidades de pequeños productores de los cuales el 90% se encuentra en Valles y Altiplano y sólo el 10% en Tierras Bajas (Ormachea, 2008 citado en Ortiz y Valdivia, 2012), vemos que EMAPA apenas habría logrado “apoyar” a 16.487 productores (3,5%) de los cuales 6.708 son productores de trigo. LA PERSPECTIVA DE LOS PEQUEÑOSPRODUCTORES

Es importante señalar que la sistematización de toda la información ob-tenida en el trabajo de campo es ilustrativa no sólo porque sustenta sino que también valida los puntos críticos a la hora de cuestionar la intervención del Estado.

Recordando el Diagrama 1 sobre los aspectos metodológicos considerados para este artículo, vemos que uno de los eslabones centrales que constituyen el proceso productivo del trigo son los pequeños productores. A continuación se presentan sus testimonios sobre la intervención de EMAPA, recogidos en el trabajo de campo.

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TESTIMONIOS

“Asistencia técnica no nos proporciona tanto, pero nos apoya la Gobernación un poco con el SEDAG; el SEDAG es una entidad descen-tralizada de la Gobernación del departamento. Algunos técnicos nos ayu-dan, pero no es a un 100% como debería ser un técnico; un técnico debería estar desde el momento que se siembra hasta la cosecha, ese debería ser el rol de EMAPA, pero ellos sólo nos dan al principio semilla y fertilizantes y de ahí para recoger; al final, nada más les llevamos el trigo, nada más. Ellos dicen que no cuentan con el personal suficiente, con los ítems que corresponden, que habría que hacer la gestión a la sede de gobierno… segura-mente este año vamos a hacer llegar nuestra inquietud y nuestra petición al Gobierno Central”.[Informante: Productor de Trigo, Subcentral Junacas]

“Sí, como EMAPA está bien, aunque no es el 100% por 100% como tenía que ser. Como una empresa privada lo veo yo, porque no da ningún fo-mento: da 300Bs. el quintal de trigo, recogen 300Bs. o quizá un poquito más; pero igual en abono EMAPA ha comprado de Insumos Bolivia, que está en 340Bs. Ahorita, y en el mercado está en 320Bs.; digamos hay una diferencia, entonces EMAPA estaría como una empresa privada, así lo veo”.[Informante: Productor de Trigo de APT Totora]

“Los técnicos no vienen a visitarte cuando la siembra, no vienen, recién van venir dicen. No le hacen seguimiento a la siembra”.[Informante: Productor de Trigo de APT Totora]

“Pero medio que nos está variando EMAPA, nos está metiendo sus engañi-tos; nosotros otra variedad de semilla le hemos pedido, y EMAPA trae otra variedad. Ése es el problema, y ni con eso nosotros necesitamos y estamos agarrando no más, no sé porqué nosotros hemos hecho el trato por otra variedad y EMAPA nos ha traído otro variedad, nos está fallando”.[Informante: Productor de Trigo de APT Totora]

“Lo más probable es que el uso de los fertilizantes que nos da a crédito la EMAPA puede provocar que el suelo ya no rinda más, entonces estamos pensando fertilizar con productos orgánicos, pero no sabemos si incremen-ta o disminuye el costo de producción. Con una persona han hecho un ensayo pero no sabemos los resultados”.(Informante: Productor de Trigo de APT Totora)

“Si le entregamos su cupo a EMAPA, después ya no tengo nada que ver con EMAPA, ya no me puede agarrar… si sobre el trigo en mi casa sobra nomás, ahí taucado se queda, ya no nos compra…”[Informante: Productor de Trigo de APT Totora]

“Si yo me hago quedar un quinal de semilla para sembrar para próximo año, entonces ya no puedo vender a EMAPA, porque no he sacado ya ese año”.[Informante: Productora de trigo, Ex Presidenta Directorio OMCSA]

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“Para colmo, el trigo que le llevan a EMAPA para luego transformar, ni siquiera nos pagan a los productores al momento. Eso quisiéramos que se conozca de los productores“.

[Informante: Productor de trigo, Actual Presidente Directorio OMCSA]“Hemos estado apoyando el proceso de OMCSA un poco antes que esté EMAPA. EMAPA ha hecho una especie de paralelismo en la producción del triguero. Si bien la OMCSA ha empezado a avalar a los compañeros para que saquen trigo, pero ha comenzado a estructurar una relación direc-ta de EMAPA con el productor, entonces un poco saltando la estructura organizativa de la OMCSA”.

“Finalmente no sabíamos a quiénes estábamos representando, eso nos pare-ció negativo de EMAPA. Es que en el último tiempo EMAPA puso un techo de producción por hectárea, no nos parece bien”.[Informante: Técnico de OMCSA]

“EMAPA ha entrado, como digo, a una mesa bien tendida. No ha logrado hacer un trabajo, y lo peor ha sido que de la propia asociación de la zona se ha alquilado sus silos, y estaba queriendo incluso alquilarse nuestras oficinas en Totora, nosotros hemos dicho no”.[Informante: Productor de trigo APTC – actual Presidente de la asociación]

“Bueno, varios socios se han entrado a EMAPA, pero no todos. EMAPA está liquidando a las asociaciones, por ejemplo yo fui a Sucre, ahí esta CIOEC y al lado está EMAPA. En Totora los han alquilado EMAPA a la zona sin darse cuenta, y dependen de EMAPA. En Tarija creo que es igual, ya no funciona la asociación”.[Informante: Productor de trigo – APTC]

“Antes se comercializaba en el mercado directamente, ahora ya no. Por eso, como le digo, estos años no estoy trabajando todavía. Si no estás con EMAPA, no se puede comercializar como particular, no puedo vender, y eso es la discriminación de EMAPA; deberían comprar de todo lo que llega de los productores, pero sólo compran a los que están en la asociación de EMAPA”.[Informante: Productor de Trigo de Totora que no trabaja con EMAPA]

“Ahorita está en 125Bs. y EMAPA a 150Bs., ahí es la ventaja, el precio. Y lo único es que EMAPA compra de los que están trabajando, y nosotros necesitamos que compre de todos; en ese caso podemos venderle a ellos, pero ellos dicen que de los socios no más hay que comprar”.

“Y es difícil ser socio… no, no es tan difícil, pero depende de cada persona. Pero digamos que para trabajar con EMAPA hay que presentar requisitos,. Yo sé que la gente no está acostumbrada a eso y deja de trabajar, no es tan motivador. Yo pensé que nos iba a comprar EMAPA de cualquier productor, pero no había sido así, sólo a los que están asociados”.

[Informante: Productor de Trigo de APT Totora]

“Ahora, entre las cosas positivas obviamente yo pienso que hay que resaltar que es un mecanismo que permite al productor contar con los insumos

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para producir. No le ponen interés, y si bien es un poquito caro la semilla certificada, no hay un costo de interés”.Informante: Productor de trigo asociado a OMCSA.

“Ventaja es lo que compra triguito quintal y peso más o menos, la desven-taja es que no compra de todos”.[Informante: Productor de Trigo de APT Totora]

“Me da crédito hasta que produzca, semilla me da, abono me da en crédito, eso no más, por eso no más me he asociado, porque me va a dar crédito. Sólo que nos espera hasta que produzca la cosecha, nos da la semilla, el abono, hasta la cosecha no espera, eso no más”.[Informante: Productor de Trigo de APT Totora]

ALGUNOS HALLAZGOS

El apartado precedente es sin duda muy ilustrativo para participar algunos hallazgos que recogen y sintetizan aspectos centrales sobre cómo perciben los pequeños productores la ayuda que estarían recibiendo de EMAPA. En este sentido, a continuación se expone un breve resumen que puntualiza dichos aspectos:

EMAPA otorga créditos con 0% de interés para la siembra: semillas y fertilizantes (fosfato diamonico y urea) que provienen principalmente de CEMECSA y de INSUMOS BOLIVIA, respectivamente.Durante el resto del ciclo productivo no hay participación de la empre-sa: falta de asistencia técnica, de acompañamiento y de involucramien-to con el proceso productivo.Los productores llevan su producción al centro de almacenamiento y acopio para el pesaje y liquidación (descuentos por impurezas y humedad), proceso efectuado por técnicos de EMAPA según las normas de IBNORCA. El pago por la compra del trigo a los productores considera los descuentos (ajustes) por calidad del grano y descuento por el crédito otorgado en insumos para la siembra.EMAPA establece cupos para la compra del trigo, hecho que, según la empresa, se sustenta en los niveles de rendimiento promedio de la zona. EMAPA compra a un precio subvencionado a los pequeños pro-ductores, pero también compra a medianos productores y produc-tores individuales (precio sin subvención). EMAPA cancela con retraso (según productores en Totora de aproxi-madamente dos a tres semanas; sin embargo, algunos productores en Tarija refieren a retrasos de uno, dos y hasta tres meses después de la entrega de la cosecha).Sin embargo, los productores que son beneficiados por la empre-sa tienen expectativas para que se realicen mejoras en un futuro: mayor incorporación beneficiarios, apoyo técnico y mejoramiento de insumos, entre otras.Se destaca que la intervención de EMAPA pone un énfasis impor-tante en el programa de trigo, y dentro del mismo, el sector donde más esfuerzos realiza es en la zona de Oriente.

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info11. Este punto toma como referencia y cita el trabajo de Ortiza y Valdivia “El Trigo, EMAPA y la Seguridad Alimentaria”.

CONCLUSIONES

Este artículo surge con la intensión de entender cuál sería la verdadera intencionalidad del Estado al crear este tipo de herramientas —como es el caso de la empresa estatal EMAPA—, cuando se trata de abordar el reto de avanzar hacia un desarrollo rural integral sustentable en el marco de la política de Seguridad y Soberanía Alimentaria, donde además el actual Gobierno enfatiza que para ello es fundamental fortalecer a los pequeños productores (a las familias productoras campesinas) por ser considerados actores claves para este cometido. En este sentido, y en línea a las preguntas que delimitan la investigación:

¿Qué rol estaría asumiendo EMAPA frente a los pequeños productores de trigo y a sus respectivas asociaciones?

EMAPA estaría debilitando y prácticamente reemplazando el rol de las asociaciones de productores.

¿EMAPA estaría interviniendo efectivamente en toda la cadena productiva y en la comercialización del trigo producido por los pequeños productores?

EMAPA no estaría desarrollando sus compromisos de fortalecimiento productivo en toda la cadena de producción de trigo de los pequeños productores (falta de involucramiento).La intervención de EMAPA en cuanto a las dinámicas de comer-cialización para los pequeños productores estaría ajustándose a un rol de gran intermediario.EMAPA estaría funcionando bajo un modelo de agricultura por contrato.

¿El reconocimiento de que los pequeños productores son la base de la producción de alimentos del país es más una retórica que un objetivo de política real?

EMAPA estaría orientando sus esfuerzos al apoyo del agronegocio, por ello prioriza su trabajo en Oriente (a pesar que no trabaja con el sector empresarial que son quienes aportan con el 70%, aproximada-mente, de la producción de trigo nacional)11 .

Evidentemente, de los testimonios recogidos por los pequeños pro-ductores, aunque se puede percibir de alguna manera una esperanza para que la empresa pueda mejorar sus servicios, queda claro que la coherencia del marco normativo favorable a los pequeños producto-res no encuentra un espacio en la realidad para que se haga efectivo. El contexto refleja que la brecha entre las normas y la realidad es todavía muy grande, con lo cual el objetivo de valorizar, potenciar y fortalecer a las familias productoras como las encargadas de alimen-tar al país es más una retórica o discurso político que en un intento serio de lograr acciones concretas en la realidad. Ormachea (2011) claramente da cuenta de esta situación:

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“El caso referido a la producción de trigo interroga el planteamiento gubernamental que considera a la pequeña producción campesina parcelaria, o lo que denomina la agricultura familiar campesina, indí-gena y originaria con base comunitaria, como la base para promover el incremento en cantidad y calidad de la producción de alimentos”.

RETOS PARA LA REFLEXIÓN

Ante la presencia de un tejido económico relativamente sólido, ¿cuál la pertinencia de crear este tipo de instrumentos?Problematizar el hecho de pensar que las empresas públicas son el principal sino casi el único instrumento para avanzar en una trans-formación productiva que revalorice y priorice el rol de los pequeños productores.Todavía los pequeños productores no tienen acceso a una partici-pación activa y directa en los procesos de transformación y comer-cialización de su producción, eslabones que les permitiría superar su condición funcional de proveedores de materia prima. ¿Ésta es una tarea que puede resolver EMAPA?

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1. Estudiante del Doctorado en Agroecología, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.

info

RESUMEN

Para evaluar la sostenibilidad se propone una metodología para esti-mar la calidad del suelo, la salud del cultivo, aspectos socioculturales, económicos y ambientales, además de la capacidad de resiliencia, de

los Sistemas Agroforestales con Cacao de Centroamérica, utilizando indica-dores sencillos de emplear y fácil de interpretar. Con base en la estimación de estos indicadores, el productor y el investigador pueden determinar el estado agroecológico del sistema. Con los valores obtenidos para cada in-dicador se construyen diagramas tipo “ameba”, que permiten visualizar el estado general de los criterios mencionados, considerando que mientras más se aproxime el resultado al diámetro del círculo (valor 10) el sistema es más sostenible y resiliente. Además, esta metodología permite estimar la sostenibilidad en forma comparativa o relativa, monitoreando la evolución de un mismo agroecosistema a través del tiempo, o comparando dos o más agroecosistemas con diferente manejo o estados de transición en el espacio. También se podrá identificar nuevas oportunidades para la formulación y

EVALUACIÓN DE LA SOSTENIBILIDAD Y RESILIENCIA DE LOS SISTEMAS AGROFORESTALES CON CACAO DE CENTROAMÉRICA USANDO

UN MÉTODO PRÁCTICO Y RÁPIDO

EDGAR TALAVERA1

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gestión de propuestas orientadas a mejorar la producción agroecológica y, a la vez, rescatar los servicios ambientales que estos sistemas generan en los ecosistemas.

PALABRAS CLAVES: cacao, indicadores de sostenibilidad, resiliencia, sistemas agroforestales.

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1. INTRODUCCIÓN

Aunque el cacao (Theobroma cacao L.) tiene un importante papel que jugar en la preservación de la biodiversidad única de la región Centroamericana, a esta función no se le ha dado la atención requerida en algunos programas de desarrollo y gestión agroambiental. Sin embargo, es claro que el sistema productivo agroecológico de cacao es una actividad que tiene la potenciali-dad de trabajarse en las comunidades indígenas y campesinas por su aporte a la economía comunitaria y la protección de la biodiversidad. El sistema productivo de cacao diversificado con árboles de sombra permite una pro-ducción de calidad y estable, poco dependiente de insumos externos, con bajos costos de producción y, a la vez, conservando los recursos naturales de la finca, como el suelo, agua y biodiversidad (Talavera, 2006). En este sentido, los Sistemas Agroforestales de América Latina son agro-ecológicos porque representan una oportunidad para aumentar la rentabi-lidad y mejorar la estabilidad de los ecosistemas y la calidad de vida de los agricultores (Philpott, et. al. 2008). La sostenibilidad se define entonces como un conjunto de requisitos agroecológicos que deben ser satisfechos por cualquier finca, independientemente de las diferencias en manejo, nivel económico, posición en el paisaje, entre otros (Altieri y Nicholls, 2002).

Los indicadores ayudan a los investigadores a simplificar, cuantificar, analizar y comunicar información a los diferentes niveles de la sociedad sobre fenómenos complejos. Estos indicadores tienen el propósito de re-ducir el nivel de incertidumbre en la elaboración de estrategias y acciones referentes al desarrollo y al ambiente, y sirven para permitir una mejor definición de las prioridades y urgencias (Winograd, et. al. 1998).

Las evaluaciones de la sostenibilidad en los sistemas productivos usando indicadores han puesto de manifiesto que la producción es más sostenible que los sistemas convencionales que usan altos insumos (Duarte, 2005; Fallas, et. al. 2009). Estudios de análisis de la sostenibilidad en sistemas agrícolas con uso de indicadores evidencian la eficiencia de los agroeco-sistemas que utilizan un manejo más sustentable con el medio y, en general, los autores concuerdan en que no existe un conjunto de indica-dores universales para cualquier sistema en cualquier parte del planeta, con lo cual recomiendan que se adapten a las condiciones ambientales, cultura-les y económicas de las comunidades agrícolas (Altieri y Nicholls, 2000; Astier y Masera, 1997; Astier, et. al. 2004; Cárdenas, et. al. 2007; Gomero y Velásquez, 2004; Masera y López, 2000). Los Sistemas Agroforestales (SAF) con cacao tienen una ventaja ya que po-seen características de complejidad vegetacional que se ligan a la capacidad de resiliencia de estos sistemas al cambio climático. Por ejemplo, estudios realizados por Holt-Gimenez (2002) y Philpott, et al. (2009) demuestran la importancia de incrementar la diversidad y complejidad de plantas para reducir la susceptibilidad de los SAF a algunos tipos de daños asociados con huracanes o tormentas. Otros estudios, como el de Schwendenmann, et. al. (2009) y el de Lin (2007), sugieren que la presencia de árboles multi-es-trata en Sistemas Agroforestales (SAF) también puede ser importante para disminuir o atenuar los efectos de sequias o manejar la humedad del suelo.

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Entonces, la resiliencia se define como la propensidad de un sistema de mantener su estructura organizacional y productividad después de una perturbación. Esta perturbación puede consistir en un estrés frecuente, acumulativo o impredecible. Así, la resiliencia contiene dos propiedades: resistencia al shock y capacidad y velocidad de recuperación después del shock. Un agroecosistema resiliente sería capaz de producir alimentos aun después de sufrir los efectos de una sequía o una tormenta, o también de un incremento repentino de los precios del petróleo o de una escasez de insumos externos, entre otros (Altieri y Nicholls, 2002).

Muchos agricultores centroamericanos trabajan el cacao en esta línea, sin embargo, carecen de instrumentos metodológicos para conocer el estado de salud agroecológico de sus sistemas, aunque algunos productores de Costa Rica, en especial los miembros de la Asociación de Pequeños Productores de Talamanca (APPTA), vienen desarrollando actividades relacionadas con esta identificación y medición, principalmente en el tema productivo.

Ante esta situación, se identificaron indicadores de sostenibilidad y de resiliencia en forma participativa con los agricultores. Se trataba de que esos indicadores permitan evaluar la calidad de suelo, la salud del cultivo, lo sociocultural, económico y ambiental, además de la capacidad de resiliencia, de los Sistemas Agroforestales con Cacao de Centroamérica.

Con la definición de estos indicadores, el procedimiento para evaluar la sostenibilidad y la resiliencia es similar, independientemente de la diver-sidad de situaciones que existen en las fincas de la región. Como todas las mediciones realizadas se basan en los mismos indicadores, los resultados son comparables, facilitando el estudio de cada agroecosistema a través del tiempo, o comparaciones entre fincas en varios estados de transición.

Quizá lo más importante en todo este proceso es que, una vez aplicados los indicadores, cada agricultor puede visualizar el estado de su finca, determinando para cada atributo el estado con relación a un umbral pre-establecido. Cuando la metodología se aplica en varias fincas, ésta resulta muy útil para los agricultores porque les permite comprender las razones por las cuales algunas fincas tienen una respuesta ecológica superior a otras, y qué medidas se deben implementar para mejorar aquellos aspectos en que los indicadores mostraron valores bajos (Altieri y Nicholls, 2002).

El objetivo del presente trabajo es evaluar que tan sostenible y resilientes son los Sistemas Agroforestales con Cacao de Talamanca, Costa Rica, y realizar una comparación con los Sistemas Agroforestales con Cacao de Jinotega, Nicaragua. Esto permitirá fortalecer el trabajo desarrollado y además complementar las capacidades de los productores. Por otro lado, conocer la sostenibilidad y la resiliencia de los Sistemas Agroforestales con Cacao permitirá identificar nuevas oportunidades para la formulación y gestión de propuestas orientadas a mejorar la producción agroecológica y, a la vez, rescatar los servicios ambientales que estos sistemas generan en los ecosistemas.

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2. PROCEDIMIENTOS Y MÉTODOS UTILIZADOS

2.1 IDENTIFICACIÓN DE INDICADORES

Una vez definidos los requerimientos de sostenibilidad de los cacaotales, se seleccionaron siete indicadores de calidad de suelo, nueve de salud del cultivo, siete socioculturales, seis económicos, cuatro ambientales y 17 de resiliencia (Anexos 1 y 2). Estos indicadores fueron discutidos con produc-tores y técnicos de las cooperativas y asociaciones de productores cacaoteros de Centroamérica en un taller regional realizado en Panamá y validados durante las visitas a fincas de productores de Honduras, Nicaragua y Costa Rica, durante los años 2009 y 2010.

Cada indicador se estima en forma separada y se le asigna un valor de 1 a l0 (siendo 1 el valor menos deseable, 5 un valor medio y 10 el valor deseado), de acuerdo a las características y atributos que presenta cada indicador. Por ejemplo, en el caso del indicador “Estructura de suelo”, se asigna un valor de 1 a suelos polvosos, sin gránulos (o agregados) visibles; un valor de 5 a suelos con cierta estructura granular y cuyos gránulos se rompen con una presión suave de los dedos; y un valor de 10 a suelos granuloso, con agregados que mantienen su forma aún después de humedecidos y sometidos a una presión leve. Los valores entre 1 y 5 o 5 y l0 se asignan según las características observadas. Cuando un indicador no aplica para la situación, no se evalúa, o si es necesario, se reemplaza por otro que el investigador y el agricultor estimen más relevante.

A medida que el usuario se familiariza con la metodología, las observaciones se pueden hacer más detalladas, usando algunos instrumentos adicionales. Por ejemplo, en el caso del indicador “Presencia de microorganismos”, que es un criterio de calidad de suelos, además de observar directamente signos de actividad biológica como presencia de invertebrados y lombrices, es posible aplicar un poco de agua oxigenada a una muestra de suelo y observar el grado de efervescencia. Si hay poca o ninguna efervescencia es porque el suelo tiene poca materia orgánica y poca actividad microbiana.Cuando hay bastante efervescencia, es porque el suelo es rico en materia orgánica y en vida microbiana. Después de asignar los valores a cada in-dicador, se suman y se divide entre el número de indicadores evaluados, y se obtiene el promedio para cada criterio. Las fincas con valores inferiores a 5 se encuentran por debajo del umbral de sostenibilidad, y por lo tanto requieren un manejo que permita mejorar los aspectos en que los indica-dores tienen valores bajos. Los valores de los indicadores son más fáciles de observar si se grafican los resultados de cada finca en una figura tipo “ame-ba”. Esto permite visualizar el estado general de los criterios, considerando que mientras más se aproxime el resultado al diámetro del círculo (valor 10) más sostenible es el sistema. La “ameba” permite también observar en qué aspectos hay debilidades (valores menores a 5), para priorizar el tipo de intervenciones agroecológicas necesarias para corregir ciertos atributos del suelo, del cultivo o del agroecosistema. En ocasiones, la intervención para corregir un atributo, por ejemplo incrementando la diversidad de es-pecies o el nivel de materia orgánica en el suelo, es suficiente para corregir otros atributos. La adición de materia orgánica, además de incrementar la capacidad de almacenamiento de agua, puede aumentar la actividad biológica del suelo, lo que a su vez puede mejorar la estructura del suelo.

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Propietario/Finca Sistema

Juanita Baltodano Banano y maderables

APPTA Cacao, banano, frutales, maderables

Viviana Salazar Cacao, plátano, maderables

Evenildo Salazar Cacao, banano, pejibaye*, maderables

Juanita Baltodano Cacao, banano, frutales, maderables

Javier Mendez Cacao, banano, pejibaye, frutales, maderables

María Miranda Cacao, banano, plátano, pejibaye, frutales

Categorización

2 componentes

3 – 4 componentes

Con ≥5 componentes

2.2. EVALUACIÓN DE LA SOSTENIBILIDAD Y LA RESILIEN-CIA EN LOS SAF CON CACAO DE TALAMANCA, COSTA RICA

En las instalaciones de la Asociación de Pequeños Productores de Talaman-ca (APPTA) de Costa Rica, y entre el 18 y el 20 de Septiembre del 2012, se realizó un taller de capacitación en el uso y aplicación de las metodologías de los indicadores de sostenibilidad y de resiliencia a siete productores y técnicos miembros de APPTA y de la Asociación Comisión de Mujeres Indígenas de Talamanca (ACOMUITA).

En una primera fase, se brindó una capacitación teórica y una práctica para discutir punto por punto las metodologías y aclarar dudas al respecto. La parte práctica se realizó en el jardín clonal de APPTA.

En la segunda fase, los participantes regresaron a sus fincas para aplicar las metodologías, tomando nota de sus observaciones y dificultades encon-tradas, así como de sus sugerencias para mejorarlas.

En una tercera fase, los participantes regresaron al salón de reuniones para presentar los resultados, compartir sus comentarios y realizar un análisis de acuerdo a una categorización de los sistemas por la similitud en la cantidad de componentes, tal como se detalla en el Cuadro 1.

Cuadro 1Sistemas evaluados y categorización de los mismosFuente: Elaboración propia.

*Bactris gasipaes

2.3. COMPARACIÓN DE LAS EVALUACIONES DE LOS INDICADORES REALIZADAS EN TALAMANCA, COSTA RICA, Y JINOTEGA, NICARAGUA:

Durante el mes de agosto de 2012, usando la misma metodología aplicada en Talamanca, Costa Rica, se evaluaron cuatro fincas de pro-ductores que manejan un Sistema Agroforestal con Cacao, ubicadas en los alrededores de Pantasma y de El Cua, socios de la Cooperativa Soppexca, en Jinotega, Nicaragua.

Los resultados de las evaluaciones fueron comparados con los resul-tados obtenidos en Talamanca, Costa Rica. Cabe mencionar que en Jinotega los indicadores fueron aplicados por productores previa-mente capacitados.

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2 componentes 3-4 componentes

Calidad del suelo 10

Salud del CultivoAmbientales

Económicos Sociocultural

≥5 componentes

Se utilizaron los promedios de las siete fincas evaluadas en Talamanca, es decir sin la categorización antes mencionada, y los promedios de las cuatro fincas evaluadas en Jinotega. Los resultados se presentan en una ameba para su facilidad de interpretación.

3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

3.1. EVALUACIÓN DE LA SOSTENIBILIDAD Y LA RESILIENCIA DE LOS SISTEMAS AGROFORESTALES CON CACAO DE TALAMANCA, COSTA RICA.

En la Figura 1 se presenta una comparación de los resultados obtenidos por la evaluación de los indicadores de sostenibilidad en las diferentes cate-gorías estudiadas. Se observa que para la categoría que tiene dos compo-nentes (banano y maderables), los valores encontrados son los más cercanos a cinco. Las otras categorías (3-4 componentes, ≥5 componentes) tienen valores más cercanos a 10. Esto indica que los sistemas agroforestales con mayor cantidad de componentes son más sostenibles que los sistemas con menos cantidad de componentes en su estructura.

Por otro lado, también se observa que existe una leve diferencia en cuantoa la salud del cultivo entre los sistemas que tienen 3-4 componentes comparado con los sistemas que tienen cinco componentes, presentando valores menores en estos últimos. Esto se debe a que mientras más diversificado es el sistema, la parte aérea es más tupida y el microclima es más favorable para la presencia de enfermedades que afectan al cacao como la Monilia (Moniliophthora roreri), que se desarrolla con la presencia de humedad. Sin embargo, si se usa un diseño espacial adecuado, la diversificación es favorable desde el punto de vista sociocultural y económico.

Figura 1Comparación de “amebas” de las diferentes categorías de sistemas agroforestales evaluados con los indicadores de sostenibilidadFuente: Elaboración propia.

En lo que respecta a la calidad del suelo, se esperaría que el sistema con mayor cantidad de componentes tenga valores más altos por ser más seme-jante a un bosque y por tener mayor actividad microbiana (Figura 2). Sin embargo, en la Figura 1 se aprecia que los valores son mayores en el sistema con 3-4 componentes. Cabe acotar que la finca de Javier Méndez, que está

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5

10

DiversidadPaisajística

Pendiente

Orientación de la Pendiente

Cobertura delSuelo

Estructura delSuelo

DiversidadVegetacional

Profundidade Raíces

DAPDiversidad de

Estratos

DrenajesPrácticas de

Conservación

Cercas Vivas

Cercanías de Bosques

Cercanías Rios

Cercanías Cerros

Autoconsumo

Conocimiento

0

2 componentes

3-4 componentes

≥5 componentes

evaluada en la categoría de cinco componentes, actualmente está rodeada de potreros y anteriormente era ganadera, motivo por el cual la calidad del suelo se ve disminuida afectando al promedio y, por ello, a los resultados.

Figura 2Microorganismos presentes en la hojarasca del suelo de TalamancaFotografía: De los autores.

También se observa que, en el criterio sociocultural, las diferencias son mínimas entre todos los sistemas evaluados. Esto demuestra que en Talamanca los productores participan en su organización, utilizan el con-ocimiento tradicional, usan plantas medicinales, tienen soberanía alimen-taria y, principalmente, productiva. Cabe resaltar que los sistemas agro-forestales de Talamanca llevan más de cien años siendo manejados por los indígenas y aún existen comunidades que se resisten a perder su identidad.

En la Figura 3 se presenta una comparación de los resultados obtenidos por la evaluación de los indicadores de resiliencia en las diferentes cate-gorías de sistemas estudiadas. Se observa que la categoría de sistemas con dos componentes tiene valores menores que las otras categorías evaluadas, lo que demuestra que la diversificación agrícola o la presencia de árboles multi-estrata incrementan la resiliencia en agroecosistemas y protegen la producción de varias maneras, incluyendo la protección de los cultivos de los efectos de eventos climáticos extremos. Cabe acotar que en Talamanca es muy poco frecuente que se encuentren sistemas con dos componentes, porque la cultura indígena de la zona maneja la diversificación para garantizar su soberanía alimentaria.

Por otra parte, se debe resaltar que el autoconsumo es mayor mientras se aumenta la cantidad de componentes del sistema, lo que demuestra que en estos casos, los productores tienen la capacidad para resistir a un evento climático extremo y tienen una mayor capacidad y velocidad de recuperación después del shock del evento.

Figura 3Comparación de amebas bajo los diferentes sistemas agroforestales evaluados con los indicadores de resilienciaElaboración propia.

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Por otro lado, haciendo de lado la categoría de sistemas con dos com-ponentes, se observa que los resultados son similares a los presentados en los indicadores de sostenibilidad, donde la categoría de sistemas con cinco componentes tiene valores relativamente más bajos que la categoría de sistemas con 3-4 componentes. De igual manera, esto se atribuye a que la finca de Javier Méndez, como fue mencionado anteriormente, está rodeada por potreros y anteriormente fue ganadera lo que disminuye los promedios de los indicadores relacionados con las características del suelo y los relacionados con las características topográficas de la zona.

3.2. COMPARACIÓN DE LA SOSTENIBILIDAD Y LA RESILIENCIA DE LOS SAF CON CACAO DE TALAMANCA, COSTA RICA, CON LOS DE JINOTEGA, NICARAGUA.

Para tener un punto de referencia y analizar la sostenibilidad y la resilien-cia de los Sistemas Agroforestales con Cacao de Talamanca se aplicaron las metodologías en los sistemas agroforestales con cacao de Jinotega, Nicaragua. Los productores de esta zona se dedicaban a la producción de café bajo sistemas agroforestales, sin embargo por los efectos del cam-bio climático, en las zonas ubicadas por debajo de los 700 metros sobre el nivel del mar, la producción ha disminuido considerablemente y los productores se han visto obligados a sustituir el café por cacao. Por tal motivo, los cacaotales de Jinotega son más jóvenes que los cacaotales de Talamanca (Figura 4).

Figura 4Sistemas agroforestales con cacao de Jinotega, Nicaragua (arriba), y de Talamanca, Costa Rica (abajo)

Fotografía: De los autores.

En la Figura 5 se observa que los valores en los criterios de calidad del suelo y socioculturales son mayores en los SAF con cacao de Talamanca. Los SAF con cacao de Talamanca están produciendo desde hace cientos de años y con una diversificación mayor que los SAF con cacao de Jino-tega (Figura 4). En los suelos de Talamanca es mayor la presencia de mi-croorganismos y de invertebrados, lo que mejora la estructura y por ende la calidad de los mismos. Lo contrario sucede con los suelos de Jinotega, pues son sistemas agroforestales con cacao relativamente nuevos donde la presencia de hojarasca, ramas y tallos en descomposición es menor. Por

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Promedio Talamanca

Promedio Jinotega

Calidaddel Suelo

Salud delCultivo

Sociocultural

Económicos

Ambientales

Resiliencia 5

10

0

otra parte, cuando se producía café, se usaban químicos, lo que disminuye la actividad microbiana de un suelo. También, el mismo hecho de que los indígenas de Talamanca produzcan desde hace cientos de años bajo SAF con cacao, permite que los indicadores socioculturales sean mejores que en Jinotega, principalmente en cuanto al conocimiento tradicional, al nivel organizacional (existencia y participación) y en la soberanía productiva. Los productores de Talamanca valoran mucho el criterio económico porque tienen la posibilidad de comercializar toda la producción que proviene de sus sistemas (el excedente lo utilizan para alimentar a sus animales) y utili-zan una gran cantidad de mano de obra familiar. Lo contrario sucede con los productores de Jinotega que están acostumbrados a vender únicamente el café a su organización, que recién están empezando a comercializar los otros productos de sus sistemas con los intermediarios que llegan a la zona cada cierto tiempo y que no tienen suficiente conocimiento del cacao como para utilizar la mano de obra familiar.

En lo ambiental existe poca diferencia entre las dos localidades, pues se debe recordar que en Jinotega se producía café bajo un sistema agroforestal, lo que permite que las especies de plantas y animales estén en la zona.

Lo mismo se observa desde el punto de vista de la salud del cultivo, pues el manejo y la incidencia de plagas y enfermedades son similares en toda Centroamérica, donde la Monilia juega un papel predominante.

Figura 5Comparación de “amebas” de sistemas agroforestales con cacao de Talamanca, Costa Rica, y de Jinotega, Nicaragua, evaluados con los indicadores de sostenibilidad y de resilienciaElaboración propia.

La capacidad de resiliencia de los SAF con cacao de Talamanca es relativa-mente mayor a la de los SAF con cacao de Jinotega. Los indicadores que afectan negativamente los resultados en Talamanca tienen que ver con el autoconsumo y la topografía de la zona. Generalmente en Nicaragua las condiciones viales y de mercado son deficientes, por lo que el productor tiene que sembrar en sus sistemas más del 60% de los productos que consume en su dieta diaria. Por otro lado, la topografía de Talamanca en la que no existen cerros protectores cerca, permite constantes inunda-ciones por la cercanía de ríos caudalosos en época lluviosa. Esta misma característica permite que en Talamanca se den resultados más altos que en Jinotega en lo referente a la pendiente, pues terrenos planos existe una menor probabilidad de pérdida de suelo.

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Se debe resaltar que los productores de cacao de Talamanca tienen mayores conocimientos y experiencia sobre prácticas de recuperación post evento, lo que favorece en la capacidad de resiliencia de esta zona. En general, los SAF con cacao de Talamanca tienen mayor capacidad de resiliencia que los SAF con cacao de Jinotega en la mayoría de los indicadores evaluados.

4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Los participantes del taller realizado en Talamanca, Costa Rica, tienen un dominio de la metodología, saben cómo dar valores a los indicadores, interpretan los resultados del diagnóstico y tienen la capacidad de pro-poner recomendaciones de manejo agroecológico para incrementar la sostenibilidad y la resiliencia de los sistemas analizados. Por otra parte, María Miranda, Javier Méndez y Evenildo Salazar, pueden cumplir una función de promotores y entrenar a una masa crítica de productores para que comiencen a diagnosticar sus sistemas.

Los SAF con cacao con más de tres componentes presentan valores másaltos de sostenibilidad y resiliencia que los sistemas con dos componentes. Por lo tanto, se recomienda aumentar los componentes en estos sistemas “pobres” para aumentar la resiliencia y sostenibilidad. Asimismo, se recomienda ajustar los sistemas existentes con varios componentes de acuerdo a los diseños probados en campo para evitar la competencia entre las diferentes plantas, sin perder la diversificación del mismo.

Los SAF con cacao de Talamanca son más sostenibles y resilientes que los SAF con cacao de Jinotega, principalmente por los criterios socioculturales y por la estabilidad del sistema que lleva siendo manejado de manera diversificada desde hace cientos de años, lo que permite que algunas condiciones mejoren (como el suelo por ejemplo).

A pesar de que ambas herramientas son flexibles y se pueden adaptar a situaciones particulares, los productores con los que se las aplicó no hicieron sugerencias para su modificación. Sin embargo, quedó claro que estas metodologías se deben aplicar al menos cada seis meses para observar el comportamiento de los sistemas ante las prácticas que se implementen en las fincas y en especial después de la ocurrencia de un evento climático fuerte.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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ANEXOS

ANEXO 1. Herramienta para evaluar los indicadores de sostenibilidad

Cada indicador se estima en forma separada y se le asigna un valor de 1 a l0 (siendo 1 el valor menos deseable, 5 un valor moderado o medio y 10 el valor preferido) de acuerdo a las características que presenta el suelo o el cultivo según atributos a observar para cada indicador. En el taller, el grupo se puso de acuerdo en los criterios para dar valor a cada atributo a observar para cada indicador. Por ejemplo en el caso del indicador estructura de suelo, se observan dos atributos: agregados/estructura y resistencia a presión con el dedo y se asigna un valor 1 a aquel suelo que es polvoso, sin gránulos (o agregados) visibles, un valor 5 a un suelo con algo de estructura granular, y cuyos gránulos se rompen fácil bajo una suave presión con los dedos, y un valor 10 a un suelo fiable y granuloso con agregados que mantienen su forma aún después de humedecidos y sometidos a una presión leve. Por supuesto, que se pueden asignar valores entre 1 y 5 o 5 y l0, según las características observadas.

CALIDAD DEL SUELO 1. ESTRUCTURA 1.1. Agregados/gránulos 1.2. Resistencia a presión Este indicador refleja el nivel de agregación del suelo, o sea si el suelo tiene gránulos, muchos poros o es más bien un suelo suelto, con pocos gránulos hasta el extremo de ser casi polvoroso. No confundir estructura con textura (la cual se refiere a la proporción de arcilla, arena o limo que un suelo pueda tener). Los suelos más pesados o arcillosos tienden a anegarse más y exhiben un drenaje pobre.

2. ESTADO Y CALIDAD DE RESIDUOS 2.1. Raicillas/hojas en el suelo 2.2. Hojas/ramas sobre el suelo 2.3. Tipos diferentes de materiales (hojarasca, ramas, troncos, etc.)

Este indicador se refiere a la calidad de los residuos que hay sobre el suelo. Se les da un mayor valor cuando hay una mezcla de hojas (que son materiales hemicelulosicos que se descomponen más rápidamente), así como ramas, troncos, etc. (que son más lignínicos y que se descomponen más lentamente). También se da un mayor valor al indicador si hay un mulch de alto grosor y mucha presencia de residuos orgánicos en varios estados de descomposición. 3. PRESENCIA DE MICROORGANISMOS 3.1. Nivel de efervescencia después de aplicación de agua oxigenada 3.2. Hojas/ramas con micelio blanco típico de Actinomycetes 3.3. Hojas con signos de descomposición en que ya se ve el esqueleto de la hoja

Además de observar directamente signos de actividad microbiológica (presencia de hifas blancas de actinomycetes), es posible aplicar un poco de agua oxigenada a una muestra de suelo y ver el grado de efervescencia. Si hay poca o ninguna efervescencia, esto indica que ese suelo tiene poca materia orgánica y poca actividad microbiana. Cuando hay bastante efervescencia, entonces el suelo es rico en materia orgánica y en vida microbiana. La efervescencia se mide mejor en suelos que no están muy húmedos o saturados. A veces hay que esperar un poco para que la efervescencia llegue a un nivel notorio, también a veces la muestra de suelo se calienta y se siente calor en la palma de la mano.

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4. PRESENCIA DE INVERTEBRADOS 4.1. Número de lombrices 4.2. Signos de presencia de lombrices y otros (orificios, canales, etc.) 4.3 Otros animales (hormigas, milpies, etc.) Se da un alto valor a este indicador cuando se observa directamente la presencia de lombrices (al menos 3 por muestra) o cuando hay signos de su actividad como canales, huevos o heces. También es posible observar otros invertebrados como cien o mil pies, escarabajos carábidos, ácaros, colémbolos y otros. Se recomienda poner un poco de atún de lata en el suelo para observar a la media hora el número de especies de hormigas y otros invertebrados y observar la cantidad de cada especie sobre o cerca del atún.

5. COBERTURA 5.1. % de suelo cubierto de materia seca y verde 5.2. Espesor de la cobertura

Se da un mayor valor a este indicador cuando más del 75% del suelo se presenta con cobertura viva o muerta y que esta sea de un grosor de más de 10 cm.

6. COMPACTACIÓN/INFILTRACIÓN 6.1. Resistencia a penetración 6.2. Detección de capa profunda compacta 6.3. Presencia de charcos / zonas anegadas

Un suelo anegado o más húmedo que el del resto de la parcela puede indicar que además de ser un suelo pesado, este suelo tenga una capa compacta delgada que solo permite que el agua infiltre lentamente. Se da mayor valor a suelos no compactos y en que el agua infiltra rápidamente. La compactación se puede medir con un alambre que se inserta suavemente en el suelo 10 veces y se anota las veces en que se experimento algún tipo de resistencia a la penetración.

7. EROSIÓN 7.1. Presencia de canalillos 7.2. Exposición de raíces y piedras 7.3. Sedimentos en lugares bajos 7.4. Impacto de gotas y otros

Aunque la erosión no es generalmente un problema en las fincas relativamente planas, esta puede ser problemática en laderas susceptibles a la erosión. Se da un valor bajo a sistemas cuyo suelo exhibe arrastre de suelo, presencia de cárcavas o canalillos, aflo-ración de raíces o piedras y un valor alto a sistemas en los que no hay signos de erosión, arrastre o acumulación de sedimento en canales de drenaje.

SALUD DEL CULTIVO 1. APARIENCIA Y COLORACIÓN DEL FOLLAJE 1.1. Color de hojas 1.2. Signos de deficiencias 1.3. Daño foliar por insectos, enfermedades, etc.

Se da un valor bajo a este indicador si los árboles de cacao presentan apariencia clorótica o descolorida con signos severos de deficiencias de nutrientes. Por supuesto a árboles con follajes verdes intensos y sin signos de deficiencias se les da un valor alto.

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2. PRODUCCIÓN DE FLORES Y/O FRUTOS 2.1. Cantidad/tamaño de frutos 2.2. Cantidad/estado de pepinos (frutos pequeñitos) 2.3. Cantidad de flores

Este indicador estima la producción potencial (si hay solo flores) o la producción actual en el caso de que se vean frutos. Aunque los valores de producción óptima varían, se estableció que se dará un valor alto a árboles que presenten una producción superior a 40 bellotas por año. También se pueden usar los promedios de la zona y dar un valor alto cuando los valores medidos son al menos 20% mayores que estos promedios. También hay que considerar que dentro de un mismo cacaotal el 30% de ciertos árboles (supe-riores) puede concentrar el 70% de la producción por lo que es importante observar esta variabilidad. 3. VIGOR Y CRECIMIENTO DE LOS ÁRBOLES 3.1. Cantidad de hojas 3.2. Largo/grosor/cantidad ramas nuevas 3.3. Grosor del fuste 3.4. Cantidad de chupones 3.5. Forma de la copa

Se da un valor mayor cuando el cultivo es denso, uniforme, exhibe un buen crecimiento con ramas y tallos gruesos y firmes, cuando hay ausencia de chupones y sobre todo si ha sido podado correctamente en forma de horqueta.

4. INCIDENCIA E INTENSIDAD DE ENFERMEDADES 4.1. Mortalidad de árboles 4.2. Frutos dañados por Monilia 4.3. Daño por Phytophtora

La incidencia se refiere al número de árboles que presentan frutos dañados y la inten-sidad se refiere al % de frutos afectados por la enfermedad en un árbol. Se da un valor bajo cuando las plantas son susceptibles y presentan más del 50% de los frutos afectados (principalmente por Monilia). Un valor cercano a 9 o 10 se da cuando los árboles parecen tolerantes con menos del 20 % de las plantas exhibiendo síntomas leves, o que no tienen más del 20 % de sus frutos afectados. 5. PRESIÓN DE MALEZAS 5.1. Abundancia y biomasa (edad) 5.2. Composición de especies

Este indicador se refiere a la presencia de vegetación verde que crece bajo los árboles. Se da un valor menor a sistemas en que el complejo de malezas es agresivo (pastos o cyperaceas) que se notan que están compitiendo y estresando a los árboles por nutrientes, agua o creando un hábitat húmedo para la proliferación de enfermedades. Es importante observar si esta competencia se está dando en algún periodo crítico del crecimiento de los árboles. Si el complejo de malezas son especies de hoja ancha o leguminosas no muy agresivas se da un valor mayor.

6. DIVERSIDAD GENÉTICA 6.1. Número de variedades criollas 6.2. Número de variedades híbridas 6.3. Injertos (tipo y calidad) Se da un mayor valor a sistemas en los que haya varias variedades de cacao en especial variedades criollas. Un sistema con 5 variedades híbridas recibe un valor menor que un sistema con 5 variedades criollas.

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7. DIVERSIDAD VEGETAL 7.1. Número y abundancia de árboles frutales 7.2. Número y abundancia de árboles maderables 7.3. Presencia de árboles nativos/leguminosas

Se refiere a la diversidad de otras especies vegetales presentes tales como madera-bles, frutales e incluso la vegetación que crece en el suelo. Mientras mayor la diversidad y abundancia de especies diferentes al cacao presentes en el sistema mayor el valor del indicador.

8. ESTRATIFICACIÓN / NIVEL DE SOMBRA 8.1. Número de estratos 8.2. Nivel de sombra

Se da un valor mayor a 5 a aquellos sistemas que tienen al menos 3 estratos, dando valores más altos a sistemas con 5 estratos vegetales. Un nivel de sombra que fluctúe en-tre 20-40% se reconoce como óptimo dependiendo de las condiciones de humedad interna. 9. AMBIENTE CIRCUNDANTE 9.1 Presencia de bosques/vegetación natural 9.2. Sistemas agrícolas circundantes Se da un valor mayor a 7 a sistemas que están rodeados al menos en un 50 % de sus bordes por vegetación natural. En el ejercicio muchos productores dieron un valor más bajo a sistemas rodeados por otros SAF que son mal manejados o en los cuales se detectó presencia de Monilia. El valor es menor de acuerdo al siguiente orden de tipos de ambien-tes circundantes: Bosque 1ro>Bosque 2ro>barbecho> sistema agrícola orgánico>siste-ma agrícola convencional. SOCIO-CULTURALES

1. NIVEL DE ORGANIZACIÓN 1.1. Pertenece a un grupo/asociación/etc. 1.2. Efectividad de la organización

Se da un valor alto a este indicador cuando el agricultor pertenece a una asociación efectiva, solidaria y que beneficia a todos sus miembros, es decir cuando la organi-zación es eficiente.

2. PARTICIPACIÓN (ASOCIACIÓN, COMUNIDAD, FAMILIA) 2.1. Participación activa/efectiva 2.2. Nivel de liderazgo2.3. Toma de decisiones/acciones 2.4. Género/rol de la mujer

Este indicador se valora alto cuando el agricultor participa en actividades de su asoci-ación, en la comunidad y toma acciones de liderazgo. Valores altos se asocian también en los casos en que las mujeres cumplen un papel activo.

3. DIMENSIÓN INTERGENERACIONAL 3.1. Participación continua de hijos (as), nietos (as)

Se da un valor alto a situaciones donde hay un involucramiento real por parte de jóvenes de la familia (hijas, nietas, etc.) en la operación diaria de la finca y que revela que la tierra se mantendrá en manos de la familia en el futuro.

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4. CONOCIMIENTO TRADICIONAL 4.1. Continuidad rituales/cosmovisión/etc. 4.2. Traspaso de prácticas ancestrales 4.3. Continuidad de las prácticas 4.4. Nivel de incorporación de nuevos conocimientos

Se da un valor superior a 5 a aquellas fincas en que al menos 50% de las prácticas, manejos, recursos usados (incluyendo semillas, variedades, etc.) son de origen criollo-tradicional y que se han transmitido de generación en generación. Si hay incorporación de nuevos conocimientos o técnicas, se debe observar si esto ha erosionado el conocimiento tradicional o el uso de variedades locales, penalizando el valor en caso de haber habido erosión cultural.

5. SOBERANÍA ALIMENTARIA 5.1. % de alimentos para la familia que provienen de la finca 5.2. Diversidad de alimentos y calidad nutricional

Se da un valor mayor a 7 a aquellos sistemas en que más del 60% de los productos que constituyen la dieta básica de la familia se generan en la finca. Mientras más dependiente para su nutrición es la familia del mercado, menor el valor del indicador.

6. SALUD FAMILIAR 6.1. Estado de salud de los miembros 6.2. Uso de medicina local

Se da un valor alto cuando la familia goza de una salud aceptable y no es muy frecuente-mente afectada por enfermedades sencillas y también en aquellas situaciones en que las condiciones de salud que aquejan a la familia son tratadas con medicina verde

7. SOBERANÍA PRODUCTIVA 7.1. Origen de los insumos agrícolas (comprados, locales, de la propia finca) 7.2. Efectividad de los insumos

Este indicador recibe valores mayores de 5 cuando más del 50% de los insumos (fertilizantes, pesticidas, etc.) para manejar los SAF se generan en la finca o local-mente, mientras más dependiente el sistema de insumos externos menor el valor dado al indicador.

ECONÓMICOS

1. RELACIÓN COSTE/BENEFICIO 1.1. Utilidad económica 1.2. Valor futuro Se refiere a la relación entre los ingresos y los costos de producción dándole valores entre 1-4 a sistemas que exhiban valores de relación coste/beneficio menor que 1, un valor de 5 a aquellos con valores iguales a 1 y valores entre 6-10 a sistemas con valores supe-riores a 1. Mientras mayor a 1 es la relación coste/beneficio, más cercano a 10 estará el indicador.

2. MANO DE OBRA 2.1. Origen de la mano de obra 2.2. Cantidad de mano de obra

Se da un valor bajo a este indicador cuando la mano de obra es totalmente contratada, valores medios cuando la mano de obra es mixta (familiar y contratada) y valores altos a aquellos sistemas que dominantemente usan mano de obra familiar.

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3. ACTIVOS DE LARGO PLAZO 3.1. Cantidad y valor de los árboles 3.2. Uso interno de maderas

Este indicador se refiere a la reserva de árboles que están incluidos en el SAF que muchos agricultores miran como especies para la vejez o jubilación ya que generan ingresos me-diante la venta. El indicador recibe nota baja en SAF que incluyen una sola especie cuyo valor es bajo y los indicadores recibirán notas más altas en la medida que los SAF incluyan varias especies de valores de venta altos. 4. TENENCIA DE LA TIERRA 4.1. Tipo de título de propiedad

Este indicador recibe nota baja cuando el sistema de tenencia es de arriendo, valores medios cuando el sistema es de tenencia comunal o pertenece a una cooperativa y valores más altos cuando la propiedad sea privada o de la familia.

5. ACCESO A CRÉDITO/CAPITAL 5.1. Origen del capital

En caso que el agricultor en cuestión reciba crédito condicionado con altas tasas de interés de bancos o entidades privadas, se atribuye un valor más bajo. El indicador recibe valores medios cuando el crédito proviene de bancos estatales y valores más altos cuando el capital es propio.

6. ACCESO AL MERCADO 6.1. Capacidad de controlar precios 6.2. Nivel de negociación (capacidad) 6.3. Diversidad de mercados

Este indicador recibe un valor bajo cuando los agricultores venden su cacao a interme-diarios sin ejercer ningún control sobre el precio, valores medios cuando el agricultor ejerce algún control sobre el precio o tiene algún poder de negociación y valores más óptimos cuando el agricultor controla a quién vende y por cuánto y también accede a una serie de mercados.

AMBIENTALES

1. BIODIVERSIDAD FAUNÍSTICA (MAMÍFEROS; AVES, REPTILES, ANFIBIOS, INSECTOS/INVERTEBRADOS) - NÚMERO DE ESPECIES Y SU ABUNDANCIA

1.1. Dos o menos especies (valor entre 1-3) 1.2. Tres a nueve especies (valor entre 4-6) 1.3. Más de 10 especies (valor igual o mayor a 7)

2. BIODIVERSIDAD FLORÍSTICA (EPÍFITAS, ÁRBOLES, HONGOS, ETC.) 2.1. Dos o menos especies (valor entre 1-3) 2.2. Tres a nueve especies (valor entre 4-6) 2.3. Más de 10 especies (valor igual o mayor a 7)

3. FRAGMENTACIÓN/CONECTIVIDAD 3.1. Fragmentación del bosque (interrumpido, etc.) 3.2. Corredores entre fincas (quebradas, bosques, etc.)

Cacaotales unidos por corredores de vegetación natural o rodeada de bosques primarios o secundarios reciben un valor mayor. Cacaotales que han fragmentado un bosque o que no están unidos a otros sistemas vecinos reciben valores menores.

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4. RESILIENCIA4.1. Número de árboles afectados (nivel de daño) 4.2. Tiempo de recuperación/tiempo en stress 4.3. Nivel de recuperación 4.4. Cantidad o intensidad de derrumbes o deslaves

Sistemas que sufrieron relativamente poco daño y que se recuperaron relativamente rápido luego del evento (p.ej. huracán) reciben valores más altos.

* Resiliencia tiene dos componentes: resistencia a un evento (sequía, huracán, ataque de enfermedades, etc.) y capacidad y velocidad de recuperación después de dicho evento.

Aspectos técnicos - metodológicos adicionales

Antes de aplicar la metodología en cada finca es necesario que los agricultores realicen algunas observaciones complementarias que ayudarán a interpretar los datos obtenidos una vez se aplique la metodología:

Realizar un croquis de la finca identificando la forma de la finca, los sub-sistemas de producción y el entorno que rodea a la finca. Determinar el tamaño de la finca y describir características especiales, por ejem-plo la cruza un drenaje u otras obras de infraestructura como caminos, rompevi-entos, etc. Obtener información sobre la temperatura, la precipitación, la época del año (seca o lluviosa), la hora y el estado del tiempo en el momento de las mediciones. Describir el relieve, pendiente y exposición de la finca. Edad del cacao, variedades usadas (criollas, híbridas, etc.), estado fonológico del cultivo (en floración, fructificando, etc.). Árboles de sombra, especies, densidades, usos. Características del suelo (textura, pedregosidad, etc.). Prácticas culturales dominantes (podas, renovación, remoción de frutos enfermos etc.). Tipo de manejo (convencional, orgánico, en transición, etc.).

Es bueno también observar si el agricultor al que se le hará la evaluación sigue algunas normas básicas de manejo de suelo y vegetación ya que los valores obteni-dos reflejaran la dedicación y cuidado que el agricultor ejerce en su SAF. Se espera que los agricultores que observen la mayoría de estas prácticas reciban notas más altas en sus indicadores que aquellos que no las aplican. Se recomienda entonces llevar una especie de “checklist” de las prácticas que este agricultor realiza o no realiza. Entre ellas:

Escoge semillas de árboles superiores , Usa al menos 3-4 variedades criollas, Realiza podas para abrir el árbol en forma de horqueta, Remueve chupones, Usa árboles de sombra que se auto podan (laurel) o que botan muchas hojas (poro, guava, etc.) y que forman al menos tres estratos; estos árboles son de uso múltiple al proveer sombra, frutos, maderas, flores, etc., mantiene un nivel de sombra de 20-40 % dependiendo de las condiciones de sitio, en zonas más húmedas deja entrar más luz, cada cierto tiempo divide el cacaotal en secciones, una en renovación y viñeta, adiciona en forma periódica biomasa al suelo en forma de hojas, ramas, troncos de la vegetación arbórea, adiciona materia orgánica extra en la forma de compost, bocachi u otras formas,

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remueve y entierra frutos infestados con Monilia o Rizoctonia u otras enfermedades, promueve donde se puede vegetación herbácea (incluso siembra leguminosas como Arachis o Kudzu) pero la maneja para que no estrese a los árboles, realiza drenes en secciones donde se tiende a acumular agua, usa practicas de conservación de suelos en condiciones de ladera, cuida el manejo del machete para evitar mal de machete.

ANEXO 2.

HERRAMIENTA PARA EVALUAR LOS INDICADORES DE RESILIENCIA

La metodología consiste en la observación de varias características de la finca tanto a nivel del paisaje en el que se encuentra la finca insertada, como a nivel del o los SAF con cacao desplegados en la finca en cuestión. Estos atributos o características son, según la literatura (Holt-Gimenez, 2001; Philpott et al. 2009) y la experien-cia de los productores, los más relevantes a considerar cuando se considera el nivel de daño que una finca exhibe al paso de un evento como tormenta tropical o hu-racán. Por esta razón se recomienda que se observen las siguientes características:

1. Diversidad paisajística: se refiere a la cantidad de laderas, zonas bajas, variedad de sistemas de producción que tenga la finca. Mientras más diversidad paisajística, menor son las chances de un desastre total ya que los varios sistemas desplazados sobre diversas pendientes con diferentes exposiciones sufrirán diversos niveles de daño.

2. Pendiente: mientras mayor pendiente se debiera esperar mayor daño. Pen-dientes mayores a un 20% se consideran riesgosas.

3. Orientación de la pendiente: obviamente las fincas sobre laderas expuestas a los vientos y lluvias dominantes sufrirán más daño, ya que estas se asume son más susceptibles a derrumbes.

4. Cobertura de suelo: A mayor y más gruesa la cobertura viva o muerta del sue-lo, se aminora el nivel de erosión del suelo.

5. Estructura de suelo: mientras mejor sea la agregación del suelo, mejor la infil-tración del agua, evitando sobre-saturación del suelo.

6. Diversidad vegetacional: mientras mayor la diversidad y complejidad vegeta-cional (estratificación) de los sistemas SAF más resistentes son estos al daño.

7. Profundidad de raíces: mientras más profundas y arraigadas las raíces de los cultivos/árboles principales más sujetan el suelo (importante en el caso de der-rumbes) y reducen las probabilidades de que el árbol sea arrancado por un viento fuerte.

8. DAP (diámetro a la altura del pecho): mientras mayor el DAP y más vigoro-sas sean las ramas de los árboles, probablemente se experimentará menor daño por arranque o caída de árboles y quiebre de ramas.

9. Diversidad de estratos verticales: mientras mayor la diversidad y complejidad vegetacional en la estratificación de los SAF, más resistentes son estos al daño. 10.Prácticas de conservación: la presencia de prácticas como barreras vivas o muertas, terrazas, etc., protegen el suelo del potencial erosivo de la escorrentía.

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11. Drenajes: la presencia de zanjas de infiltración, canales de drenaje y otras obras, son claves para desviar el exceso de agua y disminuir la erosión y los derrumbes. 12. Cortinas rompe vientos o cercas vivas: dependiendo de la composición vegetal, la altura, densidad del dosel, número de estratos, ubicación, etc., estas estructuras pueden interceptar los vientos dominantes y tener un efecto protector sobre la finca en cuestión. 13. Cercanía a bosques: fincas aledañas a bosques que intercepten los vientos dominantes estarían menos expuestas a los daños directos del huracán.

14. Cercanía a ríos: fincas con zonas bajas cercanas a ríos pueden sufrir inundaciones que duren unos cuantos días con efectos negativos. 15. Cercanía a cerros protectores: fincas aledañas a cerros que intercepten los vientos dominantes estarían menos expuestas a los daños directos del huracán.

16. Autoconsumo (% de alimentos producidos en la finca): mientras mayor la producción de alimentos que consume la familia en la finca, menor la dependencia de canales externos de provisión de alimentos, muchas veces interrumpidos por eventos violentos como tormentas y huracanes.

17. Nivel de conocimiento del agricultor sobre prácticas de recuperación post-evento: mientras más conocimiento tenga el agricultor de prácticas de cómo recuperar su sistema después de un evento, menor será el tiempo en que el SAF recupere su capacidad productiva.

MEDICIONES POST-EVENTO

Se discutió con los varios grupos de productores la necesidad de hacer mediciones después de un evento, de manera que permitan estimar en forma más cuantitativa el nivel de daño en las fincas afectadas por el evento. Algunos parámetros a medir incluirían: Suelo superficial (profundidad del suelo), la pérdida de 2 cms de suelo equivale más o menos a una pérdida de suelos de 100 T/ha/año. Derrumbes (número por área y severidad en m2/ha) Canales o canalillos de erosión (número y severidad en m2/ha) Cárcavas de erosión (número y severidad en m3/ha) Número y porcentaje de arboles dañados y/o caídos Pérdida de flores, frutos, ramas, % de cosecha perdida por árbol, perdida por área Pérdida económica neta Número de árboles que se recuperan, velocidad de recuperación

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