Impactos Economicos de los Programas de Microfinanzas en la Sierra Rural del Peru

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IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ 187 IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ Nicole Coffey Kellett* 3 Resumen Los programas de microfinanzas han crecido exponencialmente alrededor del mundo en su búsqueda por reducir la pobreza a través del acceso a capitales en pequeña escala. La expansión de los programas de microfinanzas frecuentemente ha encajado en la implementación del ajuste de las políticas estructurales, las cuales han fomentado la expansión de la economía informal. Como resultado del crecimiento de la economía informal en el Perú, tenemos la expansión de los programas de microfinanzas a través de todo el país. Considerando los portafolios financieros de las instituciones de microfinanzas pueden ir en aumento, es menos claro como tales programas impactan en sus clientes, particularmente, los que se ubican en la zona rural del sur del Perú. Este artículo explora el tema del éxito de los programas de microfinanzas en la región de Andahuaylas; además, mitiga la seguridad financiera de sus prestatarios y tiene el potencial para dar crecimiento a la inequidad económica dentro de las comunidades rurales. También llama la atención la importancia de evaluar el impacto de los programas de microfinanzas sobre un nivel más grande que solo individuos prestatarios y el valor de los ahorros comunitarios y los programas de seguros. Introducción Los programas de microfinanzas son, frecuentemente, engrandecidos como los salvadores de un sistema económico con pocos trabajos formales desde que este provee acceso individual al capital y eso significa sobrevivir en el sector informal (Yunus 2003; véase también Bayulgen 2008; Khandker 1998; Mayoux 1998; Morduch 1999). Hernando De Soto argumento, “La verdadera clase revolucionaria en el Perú está compuesta por los empresarios de la micro, pequeña y medianas empresas… quienes * Universidad de Maine Farmington, Maine, EEUU

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IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ

187

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE

MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ Nicole Coffey Kellett*

3

Resumen

Los programas de microfinanzas han crecido

exponencialmente alrededor del mundo en su búsqueda por reducir

la pobreza a través del acceso a capitales en pequeña escala. La

expansión de los programas de microfinanzas frecuentemente ha

encajado en la implementación del ajuste de las políticas

estructurales, las cuales han fomentado la expansión de la economía

informal. Como resultado del crecimiento de la economía informal

en el Perú, tenemos la expansión de los programas de

microfinanzas a través de todo el país. Considerando los portafolios

financieros de las instituciones de microfinanzas pueden ir en

aumento, es menos claro como tales programas impactan en sus

clientes, particularmente, los que se ubican en la zona rural del sur

del Perú. Este artículo explora el tema del éxito de los programas

de microfinanzas en la región de Andahuaylas; además, mitiga la

seguridad financiera de sus prestatarios y tiene el potencial para dar

crecimiento a la inequidad económica dentro de las comunidades

rurales. También llama la atención la importancia de evaluar el

impacto de los programas de microfinanzas sobre un nivel más

grande que solo individuos prestatarios y el valor de los ahorros

comunitarios y los programas de seguros.

Introducción

Los programas de microfinanzas son, frecuentemente,

engrandecidos como los salvadores de un sistema económico con

pocos trabajos formales desde que este provee acceso individual al

capital y eso significa sobrevivir en el sector informal (Yunus 2003;

véase también Bayulgen 2008; Khandker 1998; Mayoux 1998;

Morduch 1999). Hernando De Soto argumento, “La verdadera

clase revolucionaria en el Perú está compuesta por los

empresarios de la micro, pequeña y medianas empresas… quienes

* Universidad de Maine – Farmington, Maine, EEUU

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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representan la mayoría – alrededor del 60-80 por ciento de la

población nacional” (1989: xvii). Siguiendo el razonamiento de De

Soto, quien promueve la economía informal, la microfinanza puede

teóricamente proveer la clave para detener la pobreza en el Perú. El

actual impacto de los programas de microfinanzas en las zonas

rurales de los Andes, sin embargo, es más complejo, debido a que

la competencia va en crecimiento en el mercado. El crecimiento de

la competencia, en conjunción con la habilidad diferencial de

utilizar los préstamos exitosamente y los crecientes costos de los

insumos, potencialmente podría exacerbar la desigualdad

económica dentro de las comunidades rurales de las alturas. Tal

proceso dirige la atención a la necesidad para evaluar el impacto de

los programas de microfinanzas dentro de un mayor contexto que el

del prestatario individual y resaltar la importancia de la expansión

de los servicios financieros que incluyen los ahorros comunitarios o

a los programas de seguros.

Antecedentes de los Programas de Microfinanzas

Las microfinanzas empezaron con el trabajo de Muhammad

Yunus, un economista de Bangladesh, quien recibió un premio

Nobel a la Paz en el 2006, porque desarrollo programas de

microfinanzas durante la creación del Banco Grameen. Los

programas de microfinanzas proveen pequeños préstamos a grupos

individuos (principalmente mujeres) quienes, por lo general, no son

aptos para recibir préstamos de los bancos tradicionales (debido a la

falta de capital o a su analfabetismo) o sujetos a las altas tasas de

interés de los prestamistas informales (Hermes y Lensink 2007;

Yunus 1995). Las microfinanzas, como una estrategia de

desarrollo, se pueden remontar al movimiento de los 1970’s

Mujeres en Desarrollo (Women in Development [WID]) que en

última instancia, afirma que las mujeres no

sólo necesitan desarrollo, sino que el desarrollo necesita de las

mujeres (Chant y Gutmann 2005; Fernando 1997). Las tres

principales razones por las cuales los programas de microfinanzas

sirven a las mujeres son: 1) Es conocido que las mujeres tienes

mayores desventajas de obtener crédito que los hombres (igualdad);

2) las mujeres tienden a compartir los beneficios de las

microfinanzas con la familia y la comunidad (impacto); y 3) las

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mujeres han demostrado ser mejores en cuanto a riesgos de crédito

(buen negocio) (Coyle 2001; véase también Khandker 1998, 2003;

y Mayoux 1998).

Las microfinanzas en un principio empezó a extender su

popularidad a finales de la mitad de la década de 1980, al igual que

las instituciones de desarrollo del Banco Mundial y la Fundación

Monetaria Internacional para las agencias no gubernamentales y

pequeñas organizaciones de base han implementado programas de

microfinanzas a lo largo de Asia, África, Latino América, Oeste de

Europa, Canadá y los Estados Unidos, especialmente en países

tales como Bolivia, Bangladesh e Indonesia (Coyle 2001; Morduch

1999). En 1997 hubo 618 instituciones microfinancieras (MFI), las

que sirvieron a 13.5 millones de prestatarios y hacia el 2005 el

número de MFI llego a 3133 con un total de 113.3 millones de

prestatarios, 84% de los cuales fueron mujeres (Daley-Harris 2006).

Los programas de microfinanzas emergieron cuando los

países en desarrollo incrementaron e implementaron sus políticas

de ajuste estructural (por ejemplo: privatización, desregulación de

mercados, reducción de barreras comerciales) destinadas a reducir

los desajustes fiscales. Si bien el Fondo Monetario Internacional y

el Banco Mundial han argumentado que los costos sociales de las

reformas representan los síntomas de la crisis económica, por las

cuales, las políticas de ajuste estructural fueron diseñadas para

menguar o curar, estas políticas condujeron a una drástica

reducción en el gasto social, el alto desempleo y la ausencia de

redes de seguridad social (Fernando 1997) efectiva profundización

en lugar de reducir las brechas sociales y económicas entre el Norte

y el Sur (Stiglitz 2002). Los costos de las políticas de ajustes

estructurales han demostrado tener un impacto desproporcionado

en las mujeres pobres, en particular, política que conducen a reducir

los ingresos para alimentación y la falta de servicios de salud

(Fernando 1997).

Los programas de microfinanzas emergieron como un

nuevo enfoque de lucha contra la pobreza; ya que, no parecen ser

una amenaza para el orden institucional existente, sino para crear

un espacio flexible en el que las mujeres pueden interactuar, son

capaces de poner en marcha programas educativos, y tienen el

potencial para promover el cambio social. Las ONG se convirtieron

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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en las instituciones preferidas para iniciar las reformas de las

microfinancieras debido a sus típicas operaciones a gran escala que

suelen ser pequeñas, con enfoques flexibles y el acceso a los

conocimientos indígenas y las redes sociales (Fernando 1997;

Kabeer 1996, 1999). Consecuentemente, las ONG de todo el

mundo comenzaron a adoptar a las microfinanzas como la mejor

estrategia para reducir la pobreza. Sin embargo, los intermediarios

financieros formales están empezando a superar a las pequeñas

ONG en la creciente profesionalización y comercialización de los

programas de microfinanzas, especialmente en América Latina

(Christen 2000; Jansson 2001).

Los programas de microfinanzas, generalmente, siguen el

modelo de reducción de la pobreza adoptada por Yunus o unos

sistemas financieros, o enfoque de auto sostenibilidad financiera

(Matin, Hulme and Rutherford 2002; Robinson 2001). El modelo

de reducción de la pobreza se centra en aliviar la pobreza del hogar

y la vulnerabilidad, y aumentar el bienestar de los más pobres

mediante la acción colectiva de la comunidad y una variedad de

servicios financieros, tales como ahorros, préstamos no-directos, y

el interés bajo o del subsidio del crédito de manera selectiva. El

modelo de reducción de la pobreza se basa en un pequeño equipo

bien versado en los programas de desarrollo y bienestar, y ofrece

una gama de servicios gratuitos acerca de nutrición, salud, etc. Por

el contrario, el enfoque de los sistemas financieros o el auto

sostenibilidad financiera, se centra más en el acceso a los servicios

de microfinanzas para los empresarios pobres, a través de los

programas minimalistas basados en una amplia gama de modelos

de banca. Este enfoque hace hincapié en la importancia de la

autosuficiencia financiera, el personal profesional y la rentabilidad

para los clientes.

Los enfoques para combatir la pobreza sistemas financieros

tienen defensores y críticos, quienes citan diversas posiciones

acerca de la independencia financiera y las tasas de interés

subsidiadas, al mismo tiempo que se cuestionan a quién le sirve

cada modelo (Cull, Demirgüc-Kunt and Morduch 2009; Mayoux

1998; Milgram 2001; Vyas 2001). Como el creciente número de

instituciones microfinancieras fluctúan entre los enfoques de

reducción de la pobreza y los sistemas financieros, los

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ

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investigadores se han preguntado si existe una relación entre la

rentabilidad y profundidad de alcance a los pobres, dado que

algunas instituciones se alejan de servir a los segmentos más pobres

de la sociedad, conocido como “Desvío de su misión” (Cull et al.

2007).

Investigación acerca de las Microfinanzas

Las investigaciones tempranas promovieron el éxito

naciente de las iniciativas microfinancieras, los que dicen que

siempre es rentable el desarrollo sostenible mediante el aumento de

los ingresos a los ciudadanos mas pobres, lo cual les permite

mejorar su calidad de vida (Khandker 2003, 2005; Todd 1996; Von

Pischke 1992; Yunus 1995). Sin embargo, la literatura reciente

acerca de las microfinanzas no halla al microcrédito como un

camino seguro para salir de la pobreza y la brecha que existe entre

la “retorica y la realidad” de las microfinanzas parece ser más

amplia (Isserles 2003). Los estudios han demostrado que muchos

programas de microfinanzas no llegan a los más pobres (Chowdury

2000; Copestake et al. 2005; McKee 1989), no mejoran el estatus

de las mujeres (Hashemi, Schuler, and Riley 1996), no amplían los

ingresos del hogar (Wood and Sharif 1997), ni atienden las causas

sociales y sistemáticas (como opuestos de los síntomas) de la

pobreza (Rogaly 1996). Los programas de microfinanzas también

han sido criticados por su instigación de un ciclo de deuda (Karim

2011; Kellett 2009; Olteanu 2011), de no hacer frente a los costos

que prohíben la logística de acceso al crédito (Brett 2006) y no

logran llevar productos al mercado (Mahmud 2003).

Microfinanzas en el Perú

Bolivia representa uno de los primeros países en adoptar a

las microfinanzas como una estrategia de desarrollo y se ha

convertido en un modelo para las microfinanzas en América Latina

(Navajas et al., 2000). Las microfinanzas también se han convertido

en una importante estrategia de desarrollo en el Perú, en gran parte

debido a la falta de crecimiento en la economía del país. El sector

informal crece a medida que aumenta la mano de obra excedente en

los puestos de trabajo, que se agrava con la retirada del sector

público como empleador neto y las medidas de reducción de

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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personal aplicadas en respuesta a las políticas de ajuste estructural

para reducir el déficit fiscal y promover la privatización (Tokman

2007). Esto suele ocurrir al mismo tiempo que los movimientos

para introducir sistemas productivos más flexibles y una

descentralización de los procesos de trabajo. Tales procesos,

primero, se apoderaron del Perú en la década de 1980, y el número

de personas que trabajaban en el sector informal aumento

enormemente.

Actitudes favorables y políticas hacia la economía informal

en el Perú fueron impulsadas en gran medida por el influyente libro

de Hernando de Soto, “El otro sendero”, publicado en 1989, en el

cual se resalta la importancia del sector informal. El gobierno del

Perú, bajo el primer gobierno de Alan García (1985-1990)

reconoció la importancia del sector informal y estableció el

Instituto para el Desarrollo del Sector Informal (IDESI), a través

del cual los fondos del gobierno y otros podrían ser canalizados. El

Fondo de Garantía del Sector Informal (FOGASI) también se

estableció para apoyar los préstamos a las microempresas. Sin

embargo, sus esfuerzos fueron limitados, ya que se basan en el

gasto de las reservas internacionales de cambio del Perú y de hacer

pagos de la deuda internacional (Creevey 1996).

El gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) también tuvo

una actitud favorable hacia el sector informal y fue capaz de hacer

algunos avances en la estabilización de la economía; sin embargo,

en última instancia se enfrentan a restricciones, debido a las

denuncias por corrupción (Creevey 1996). Sin embargo, las Cajas

Rurales de Ahorro y Crédito se establecieron y llenaron el vacío

dejado por el cierre del Banco Agrario, así como empresas

especializadas en microfinanzas, Microempresas y Empresas de

Desarrollo de la Pequeña y Microempresa (EDPYMES), diseñado

para incorporar el número creciente de organizaciones no

gubernamentales que ofrecen servicios financieros a los pequeños

productores en el sector regulado (Pait 2009; Valdivia and Bauchet

2003). Los gobiernos de años posteriores en el Perú (Alejandro

Toledo 2001-2006 y Alan García (2006-2011) continuaron con las

eliminación de las barreras que dificultaban la creación de

microempresas y simplificaron algunos trámites, lo que permitió

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ

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más créditos que están disponibles para las empresas de micro-

crédito.

Actualmente, los programas de microfinanzas están bien

establecidos en el Perú. A finales del 2004 cuarenta instituciones de

microfinanzas en el Perú contaban con activos de EE.UU. de 1.2

mil millones que representan el 5.8% del total de activos de todo el

sistema financiero peruano (Ebentreich 2005). A partir del 2005, el

sector de la micro y pequeña empresa representa un estimado del

42% del producto bruto interno del Perú y el 74% de su población

económicamente activa (INEI 2005). Mientras el sector informal a

menudo es elogiado por su potencial económico, también se le

conoce cada vez más como una “economía de supervivencia” con

su falta de seguridad y sin beneficios. En el 2009, el 51% de todos

los puestos de trabajo en el Perú se han generado gracias a la

economía informal con un 60% de mujeres forzadas a trabajar en la

economía informal y solo el 15% tiene cobertura de salud y el 4% a

las prestaciones de jubilación (Asencios 2009), una tendencia

significativamente mayor en las zonas rurales regiones.

La investigación acerca del impacto de los programas de

microfinanzas en el Perú sigue creciendo. Si bien existen

investigaciones sobre la industria de las microfinanzas, cada vez es

mayor en las regiones rurales del Perú (Creevey 1996) y una

selección de exploraciones etnográficas acerca de cómo funcionan

los grupos de prestatarios (Wright 2005), gran parte de la

investigación actual sobre los programas de microfinanzas en el

Perú cuenta con una perspectiva macro y tiende a mirar sobre todo

a las regiones urbanas (Dunn 1999; Olteanu 2011; Trivelli et al.,

2004). Gran parte de las investigaciones que se enfocan en las

microfinanzas en el Perú también se centran en temas como el largo

alcance (Copestake et al. 2005; Fernando 2003; Tedeschi 2008;

Zeller and Johannsen 2006), la rentabilidad (Gregoire and Tuya

2006), el aumento de la comercialización (Christen 2000; Jansson

2001), y los esfuerzos para incrementar la regulación de la industria

(Ebentreich 2005; Jansson 2001; Janvry et al. 2003).

Los individuos en la zona rural de los Andes se enfrentan a

limitaciones particulares distintas a las de los habitantes de las

ciudades que en gran medida afectan su capacidad para salir de la

pobreza a través del micro-crédito. La mayoría de las mujeres, de

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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las zonas rurales de las tierras altas de los Andes Sur Centrales, que

acceden a un crédito viven de ingresos fluctuantes según las

temporadas, con una baja densidad de población, condiciones en las

cuales Johnathan Morduch (1999) argumenta que las microfinanzas

han tenido un éxito limitado. Además, se diferencia de los modelos

tradicionales de crédito agrícola, los hogares en estas zonas por lo

general no tienen una fuente de ingresos, lo cual hace difícil

examinar el impacto de los programas de microfinanzas en

términos cuantitativos utilizados tradicionalmente (Hulme and

Mosley 1997).

Kriten Ghodsee afirma que las instituciones de

microfinanzas han sido examinadas “a través del lente de la

economía, las finanzas, o por medio de un marco de desarrollo más

orientado a las políticas”; sin embargo, anuncia el valor de la

etnografía y la observación de los participantes en el estudio de las

microfinanzas “debido a que el entendimiento de los éxitos y los

fracasos de estos programas dependen en gran medida en la

compresión de las experiencias vividas por aquellos que requieren

y utilizan los prestamos (Ghodsee 2003: 65; véase también Kobb

1997). Debido a la escasez de investigaciones de calidad acerca de

los programas de microfinanzas en las zonas rurales de las tierras

altas del Perú, así como la cantidad de dificultades inherentes en la

evaluación del impacto de los programas de microfinanzas en la

región, he tratado de explorar el impacto de los programas de

microfinanzas en el centro-sur de las zonas rurales, a través del

empleo de la investigación etnográfica exhaustiva.

Métodos

Llevé a cabo la investigación de mi tesis en los alrededores

y en la misma ciudad de Andahuaylas, una ciudad que tiene

aproximadamente 32.000 habitantes ubicada al noroeste del

Departamento de Apurímac (Instituto Nacional de Estadística e

Informática [INEI] 2006) a partir de Junio del 2005 a Julio del

2006. El departamento de Apurímac, junto a los departamentos de

Huancavelica y Cajamarca, tiene la mayor concentración de

pobreza en el Perú (INEI 2006). Como resultado, existe un enorme

crecimiento en el numero de organizaciones de microfinanzas que

intentan atender a estos departamentos (Trivelli et al. 2004).

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ

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Trabaje en colaboración con una institución de microfinanzas no

gubernamental, SOAR (una de las cuatro instituciones de

microfinanzas en Andahuaylas), y se centro específicamente en el

programa SOAR, Madres Unidas, enfocada en las mujeres, basada

en los grupos de préstamos de las zonas rurales.¹

Mi investigación se basa principalmente en Andahuaylas y

la pequeña comunidad rural de Sacclaya, que se encuentra a una

hora y media de Andahuaylas, y fue una de las primeras

comunidades en participar en el programa “Madres Unidas”.

Conduje mis trabajos preliminares en Andahuaylas durante los

inviernos del 2003 y 2004, lo que me permitió acompañar a los

empleados del SOAR a dar charlas educativas (talleres locales) en

las comunidades que rodean Andahuaylas y a diseñar un plan de

investigación en colaboración con los empleados del SOAR.2

Durante los primeros meses de mi investigación de mi tesis,

residí en Andahuaylas y acompañé a los empleados del SOAR en

las charlas, presentaciones públicas, programas de alfabetización y

liderazgo, eventos especiales, conferencias regionales y talleres

locales, durante las cobranzas a los prestatarios y en la oficina.

También lleve a cabo entrevistas formales con diez de los,

aproximadamente, 15 empleados de tiempo completo del SOAR.

Gracias a mi participación en el SOAR pude observar las

interacciones de los empleados de esta institución y las maneras en

que llevaban a cabo sus trabajos con las comunidades rurales y

también tuve abundantes oportunidades para hablar con las mujeres

de diferentes comunidades de la región. Luego, me mude a la

comunidad de Sacclaya y solo regresaba a Andahuaylas por 3 días

cada semana o algunas veces cada dos o tres semanas. Este

programa me permitió realizar observaciones participativas y

entrevistar a los residentes de Sacclaya, así como seguir

participando en los eventos patrocinados por la SOAR.

Sacclaya es una comunidad remota que se ubica a 3600

m.s.n.m. con aproximadamente 250 habitantes. Tienen pocos

servicios, su economía se basa en la agricultura, su idioma es el

Quechua, aunque los hombres mayores y los hombres y mujeres

jóvenes son bilingües (hablan Quechua y Español). Durante mi

estancia en Sacclaya llevé a cabo observaciones de los participantes

en su vida diaria (sus trabajos, la hora a la que duermen, cocinan,

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

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limpian, cuando pastorean sus animales, la cosecha y la plantación

de los campos de cultivo) asistí a fiestas, reuniones y diferentes

eventos junto a la familia con la que vivía y con otros Sacclayinos.

Además de las exhaustivas observaciones a los participantes

y un sinnúmero de conversaciones informales, llevé a cabo

entrevistas formales con cuarenta y seis personas en Sacclaya (26

mujeres y 20 hombres). Los entrevistados fueron elegidos por la

técnica de muestreo de bola de nieve (Bernard 2011; Schensul y

LeCompte 1999), también conocida como “selección de casos por

reputación”. Teniendo en cuenta cómo las relaciones

interpersonales operan en Sacclaya, el muestreo de Bola de nieve

resultó ser la estrategia más eficaz. Busqué dentro de una amplia

gama de edad y la experiencia con préstamos para la elección de los

entrevistados.

Para comparar los resultados con otras comunidades, llevé a

cabo grupos de entrevistados en nueve comunidades rurales de los

alrededores de Andahuaylas. Las comunidades fueron elegidas en

base al tiempo que tenían los clientes en el SOAR (largo, corto y

mediano plazo) y su ubicación (en diferentes partes del valle de

Andahuaylas). Además, llevé a cabo entrevistas formales con dos

enfermeras en Sacclaya, el alcalde de Andahuaylas, los

representantes de cada una de las otras instituciones de

microfinanzas en Andahuaylas, y me reuní con muchas otras

personas que trabajan en diferentes ONG en Andahuaylas, los

maestros de Sacclaya, los individuos de numerosas comunidades

que rodean Andahuaylas, y otros peruanos que aportaron

conocimiento muy útil para las preguntas de mi investigación.

Análisis de Datos

Durante las entrevistas individuales y los grupos de enfoque

tomé notas detalladas, y dependiendo de la comodidad de los

participantes, las entrevistas fueron grabadas en audio digital y

luego fueron transcritas en español. Obtuve por escrito el

consentimiento de los participantes alfabetizados y el

consentimiento verbal de los participantes analfabetos de cada una

de las entrevistas formales. El explicar completamente la

investigación tiene como objetivo el protocolo y las medidas

adoptadas para mantener la confidencialidad individual (con la

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ

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ayuda de un traductor de Quechua al Español, según fue necesario).

También tomé una vasta cantidad de notas de campo de las

observaciones de mis participantes. Al final de la investigación para

mi tesis doctoral, presenté los resultados preliminares de mi

investigación a la comunidad de Sacclaya y al SOAR con

recomendaciones sobre cómo modificar las políticas y programas

para abordar las necesidades establecidas y los deseos de los

prestatarios como parte del discernimiento realizado durante mi

trabajo de campo.

Resultados

Aumento de la competencia

Andahuaylas recibe al segundo mercado regional más

grande del Perú. Los pobladores de todo el valle, de los

departamentos vecinos, e incluso de la Costa y Selva tropical a

kilómetros de distancia, llegan al mercado de Andahuaylas cada

domingo para vender, comprar e intercambiar sus productos. De

hecho, las personas en Andahuaylas en repetidas ocasiones

hablaron de cómo el mercado continúa creciendo de manera

exponencial en tamaño año tras año. De acuerdo con una mujer de

Andahuaylas, hace diez años el mercado tenía pocas cuadras de

largo; sin embargo, mientras yo estuve en Andahuaylas en el 2005-

2006, el mercado se extendió a lo largo de toda la ciudad,

aproximadamente unos cuatro kilómetros.

Mientras el SOAR proporciono gran parte del capital

necesario para la compra de animales y ampliar la producción de

los campos de cultivo, dando así respuesta al enfoque de lucha

contra la pobreza, su éxito en atraer a los clientes provocó una falla

generalizada en el éxito económico global, debido al aumento de

competencia. Tanto en el SOAR, como en las otras organizaciones

de microfinanzas en el valle han aumentado el número de personas

a las que servían, un mayor número de personas empezó a vender

más de los mismos productos en el mismo lugar, haciendo que los

precios y las ganancias vayan en caída. Una mujer que trabajaba en

una base contractual del SOAR, Susana, describió una discusión

que las mujeres tuvieron sobre el aumento de la competencia

durante una charla, la cual señalé en mis notas de campo

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

198

“En el camino, Susana dijo que: las mujeres

estuvimos hablando acerca de cómo no había tanta

competencia, cuando las mujeres tenían más préstamos.

Ahora todo el mundo está metido en la venta de cuyes,

gallos, etc. en el mercado y la competencia es demasiado

para obtener ganancias” (Notas de campo 22-7-05).

En general, cuando una persona toma un préstamo en un

grupo de endeudamiento, el grupo entero se penaliza a la persona

que no paga. Así, cada prestatario en cientos de grupos en el área

tiene que dar parte de sus ganancias a fin de asegurar su propia

amortización para evitar que el grupo entero pierda sus privilegios

de préstamo. Debido a que tantos prestatarios hacen y venden los

mismos productos, las mujeres se pusieron en posición directa o

indirecta, en la competencia con los otros. Por lo tanto, el modelo

de colaboración en grupo se convirtió en un modelo competitivo

individual. Como una participante del grupo declaró lo siguiente:

“Antiguamente, cuando invertíamos cualquier

cantidad de dinero, podíamos ganar algo de dinero, pero

ahora hay mucha competencia. Todo el mundo trabaja con

préstamos ahora y hacen negocios con los que no se gana

nada. Antes no había muchas mujeres en el SOAR, pero

ahora hay más de 2000. Todos estamos haciendo lo mismo,

y así, nadie puede ganar nada de dinero” (Participante del

grupo de enfoque).

Otra joven que no tuvo los préstamos mencionó:

“He hablado con mucha gente que recibió

prestamos aquí y dicen que no hacen nada con los

prestamos dados. Ellos gastan todo en pesticidas,

fertilizantes, etc. para los campos de cultivo o para

comprar y vender animales o iniciar un negocio o tienda de

artesanía, pero debido a la competencia no pueden hacer

nada. Así es como sucede para nosotros cuando no tenemos

un negocio establecido. A veces vamos al mercado a vender

un cerdo, pero ese día los precios son bajos” (Nancy

Merino, 28 años).

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ

199

Debido a que toda la competencia, hombres y mujeres, ya

han discutido ampliamente sobre la incapacidad que tienen para

vender sus animales y otros productos a un precio lo

suficientemente alto como para obtener alguna ganancia.

Una mayor competencia en el mercado también alentó una

mayor producción. Los productos de mejor calidad necesitan

mayores cantidades de agroquímicos caros, lo que exige un gran

capital. Los hombres y mujeres han discutido la necesidad de

utilizar productos agroquímicos (fertilizantes y pesticidas) para

producir suficientes productos y en un tamaño competitivo para

venderlos en el mercado. Los hombres y las mujeres de Sacclaya

han descrito cómo hasta cerca de 12 a 14 años antes de que se

utilice productos químicos, solo se usaba guano de corral

(estiércol), no se tenía problemas con los insectos y se seguían

produciendo frutas grandes. Pero luego se introdujeron los

agroquímicos en la comunidad para hacer crecer más grandes y

mejores productos para vender en el mercado. De acuerdo con

Flora y otros hombres y mujeres en Sacclaya, los agroquímicos han

sido necesarios “porque el terreno es malo para usarlo” y si no se

utiliza productos agroquímicos se fracasaría totalmente, debido a

que tendrías una infestación de gusanos e insectos. Además, si no

se usa agroquímicos no podrían con la competencia. Como un

joven de Sacclaya declaró: “Actualmente, es necesario utilizar

productos químicos para producir para el mercado porque se

necesita grandes productos, bonitos y sin gusanos para poder

venderlos en el mercado. Para el consumo esto no es importante”

(Yoder Merino, 18 años). Una mujer de Sacclaya tuvo problemas

con los gusanos y afirmó que: “Al llegar los gusanos a los campos

de cultivo, todo es un completo fracaso y esos productos para

prevenir las plagas ya no funcionan” (Flora Merino Pocco, 30

años).

Muchas familias no podían pagar los fertilizantes ni

pesticidas y han discutido la falta de apoyo gubernamental para

obtener esos insumos. En consecuencia, las mujeres al igual que los

hombres a menudo obtienen préstamos para pagar los productos

agroquímicos, con el fin de ser competitivos en el mercado, pero la

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

200

creciente competencia a menudo no les deja ganar suficiente dinero

para pagar sus préstamos con intereses ni obtener una ganancia

significativa. Una mujer de una comunidad cercana a Sacclaya

habló sobre este dilema:

Casi todo el capital que me prestó lo he invertido en

comprar fertilizantes para la siembra. Cuando cosecho

algunos productos de los campos los llevo para vender en

Andahuaylas. No siempre gano con la agricultura, a veces

pierdo. Cuando esto sucede, no preocupa mucho nuestra

responsabilidad para pagar los intereses (Miriam).

El aumento de la competencia tampoco permite a los

individuos abandonar la tierra barbechada debido a la cantidad de

tiempo adecuada. Si bien muchas personas cultivaban sus campos

en una determinada época diferentes productos para sacar ventaja

de los nutrientes de la renovación de los suelos, tales como primero

las papas, luego oyuco o cebada o avena y después habas y

nuevamente las papas. Debido a la presión para producir

continuamente productos para la economía de mercado, así como

para el consumo, no todos podían permitirse el lujo de dejar la

tierra en barbecho. Una mujer en Sacclaya describió el dilema

actual:

Si no se usan fertilizantes la tierra no produce lo

suficiente. Antes no eran necesarios, pero ahora lo son. Si

la tierra descansa por un tiempo es mejor, pero a veces no

se puede dejar la tierra descansando –necesitamos

alimentos… un año no pusimos suficientes fertilizantes para

uno de nuestros campos, gaste alrededor de 400 soles en la

tierra, pero solo pude producir suficiente para vender el

valor de 200 soles en papas, así que hemos perdido 200

soles… cuando usted tiene un préstamo que es peor usted

no tiene dinero para devolver el préstamo… (Juana Pocco

Huaraca, 36 años).

¿Quiénes acceden al Microcrédito?

No solo el número real de personas que acceden a un

crédito contribuyen a la competencia y a la vez instigan a una

creciente necesidad de insumos costosos, pero las características de

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ

201

aquellos que acceden a un crédito también tienen el potencial para

aumentar aún más la desigualdad económica. Los hombres y las

mujeres en repetidas ocasiones mencionaron que los que pudieron

tener acceso a un préstamo, o ya tenían suficientes recursos en los

que podían invertir o no tenían prácticamente nada para cubrir sus

gastos básicos. Los que se encuentran en algún punto entre los dos

extremos del espectro socio económico generalizado de aquellos

que no necesitan ni quieren prestamos, ya que sus necesidades se

han satisfecho y que no cuentan con recursos sustanciales para

poder invertir.

Las personas con mayores recursos (por ejemplo, los

dueños de grandes terrenos, el acceso a remesas, y los dueños de

sus propias empresas) acceden al crédito para ampliar su

producción actual –para invertir en grandes cantidades de

fertilizantes y pesticidas, alquilar un tractor, pagar a los

trabajadores, o alquilar un camión para llevar sus productos a un

mercado de venta más elevada como en Lima, Nazca o Cusco. 3

Estas personas fueron capaces de producir una cantidad

relativamente grande de productos y los venden a un precio

relativamente alto. 4

Las personas con pocos bienes (por ejemplo; pequeños

terrenos, y no reciben remesas) también acceden para invertir en

sus terrenos, pero a menudo no pueden pagar el transporte para

sacar sus productos hacia la costa o a algún centro urbano y

tuvieron que quedarse a competir en el mercado regional. Ellos

tienden a invertir en ganado de corral (pollos, patos, cuyes) para

engordar y venderlos en el mercado, compran materiales para tejer

suéteres o mantas y luego los venden, o acceden a préstamos para

poder cubrir sus necesidades de consumo básico. Una mujer casada

de 22 años de edad, con dos niños, de Sacclaya describió esta

situación: “Las personas que buscan prestamos lo hacen porque no

tienen suficiente dinero para cubrir sus gastos” (Dina Huaraca

Merino). Otra mujer de Sacclaya también menciono lo mismo:

“Las personas buscan dinero solo cuando es muy necesario –

cuando no tienen capital propio [o] cuando algo falla en los

campos de cultivo y no hay animales para venderse y necesitan

dinero para sembrar” (Flora Merino Pocco).

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

202

Generalmente, las personas que se ubican en algún lugar del

centro del espectro socio económico en Sacclaya argumentan que

ellos no necesitan acceder a préstamos, ya que ganan lo suficiente

para sobrevivir y/o no tienen suficientes bienes en los que invertir.

Un hombre en Sacclaya describió cómo él no utilizó los prestamos,

porque no tenía nada en que invertir e hizo lo suficiente como

obrero, reclamando que los préstamos son para las personas que

tienen un montón de tierras para invertir en sus campos. Un número

de personas también expresaron estar convencidos de que los

prestamos, efectivamente, han obstaculizado su capacidad para

poder salir adelante, como un joven de Sacclaya que afirmó: “La

gente con su propio dinero puede hacer más porque los que se

prestaron dinero tienen que devolver el dinero además de los

intereses” (Yonas Aparco Pocco, 19 años). Una mujer de Sacclaya

describió la situación en la que se encontraba su vecina:

La madre de Teodora trabaja todo el día y noche

para poder pagar a la [SOAR] oficina, pero a veces las

gente no tiene otra elección –ella no puede cubrir los

gastos escolares ni otros gastos sin un préstamo, pero gran

parte del dinero por el que trabaja tan duro para ahorrar

se pierde en pagar los intereses… Cuando hay un interés

que pagar, no hay suficiente dinero para la comida de los

niños, todo se va. La gente trabaja por los intereses” (Paula

Nancy Huaraca Huamán, mujer prestataria del SOAR, 43

años)

Además, de pagar los intereses, los prestatarios también

deben pagar los costos logísticos de acceso a los préstamos, es

decir, los costos de transporte hacia y desde la oficina del SOAR

para acceder y poder efectuar los pagos. Dependiendo de la

ubicación de la comunidad, las personas pagan hasta siete soles o

más para el viaje de ida y vuelta hacia Andahuaylas. Para el

contexto, la tarifa diaria que pagan por el trabajo en el campo era de

10 soles. Una joven de Sacclaya expresaba un sentimiento común

que escuche mientras estuve en Sacclaya:

“Necesitamos trabajar más para pagar el préstamo

y cuando tienes un préstamo debes pagar parte de tu dinero

a la institución. Cuando trabajamos con nuestro propio

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ

203

capital podemos quedarnos con todo. Nos alegra mucho

cuando no necesitamos un préstamo. Es mejor que cuando

se necesita algo, se debe trabajar y ahorrar para ello y no

obtener un préstamo (Vilma Rosales Pocco, 20 años,

Sacclaya).

Ciclo de la Deuda

Los prestatarios se enfrentan con una gran presión para

permanecer en un buen estado financiero con las instituciones

microfinancieras. Si una persona no pudo pagar su préstamo, esta

persona al igual que todos los miembros de su grupo de

prestatarios, ya no podrán acceder a un microcrédito.5 Cuando los

prestatarios del extremo inferior de la escala socio económica con

poca o ninguna falla financiera o gastos inesperados, como los

gastos médicos imprevistos, gastos escolares, malas cosechas, o la

muerte de un animal, ellos se ubican a si mismos en una situación

precaria. Debido a la intensa presión social para reembolsar los

prestamos, los individuos en estas situaciones con frecuencia se

prestan dinero de algún familiar o vecino para pagar su deuda con

el SOAR, y luego sacan otro préstamo para pagar a su familiar o

vecino. Como una mujer de Sacclaya describió: “Una gran

cantidad de personas que tienen prestamos de un banco o de una

ONG sacan prestamos de otras personas para pagar sus

préstamos. Luego se tiene que sacar más dinero del banco para

pagar a sus prestamistas” Nancy Huaraca Huamán, mujer de 28

años, sin prestamos). Yo tome nota de este problema en mis notas

de campo, “Flora me dijo que con los problemas de salud de

Lucho y Miriam había tenido que pedir dinero prestado a otras

personas para pagar sus préstamos del SOAR y pagar sus gastos

médicos. Esto los puso en una situación muy difícil” (Notas de

campo 2/8/06). Tales procesos ilustran la presión social para

conseguir dinero por parte de los que más necesitan. De hecho, una

mujer dijo que no podía pagar su préstamo del SOAR, porque ella

había prestado el dinero a un primo que lo necesitaba, por eso ella

me pidió dinero prestado para poder pagar el SOAR. El préstamo

de dinero por las vías de la formalidad o informalidad es común y

representa una manera para poder sobrevivir. La expectativa para

prestar dinero a los necesitados, independientemente, de la propia

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

204

situación financiera de cada persona o de la carga de la deuda,

podría obstaculizar la capacidad de una persona o familia para salir

adelante económicamente.

La gente también vende sus animales para pagar sus

préstamos en situaciones de emergencia, pero a menudo se ven

obligados a vender el animal en un momento inoportuno, como

cuando los precios eran bajos o cuando el animal no había

engordado lo suficiente como para ganar más en los animales que

ya han invertido, así que al final el dinero se pierde. Una mujer de

Sacclaya explicó: “Si uno tiene un préstamo para pagar, a veces

tenemos que vender –productos derivados y los animales-, cuando

los precios son bajos, a veces menor de lo que se pagó por el o

menor a lo invertido en ello, entonces tenemos un completo

fracaso” (Nancy Huaraca Huamán, mujer de 29 años, sin

prestamos). Una participante de un grupo de enfoque también

discutió el problema:

En realidad se tarda bastante tiempo para pagar un

préstamo del SOAR con solo trabajar, por lo que a menudo

tienen que vender un animal. También por lo general nos

prestamos dinero de algún familiar o algún vecino. Sin

embargo, con esto se tiene que pagar de vuelta, entonces

tenemos que sacar otro préstamo del SOAR para poder

pagar, pero luego no tenemos dinero para invertir, lo que

crea un fracaso total” (Participante del grupo de enfoque).

Un hombre de 39 años con dos hijos, describió su necesidad

de vender sus animales para pagar su préstamo durante una

emergencia, “Mi hijo se enfermo y necesitaba una cirugía que

costaba 450 soles. Le pregunte al SOAR si mi familia podría tener

una extensión de 6 meses. Dijeron que no, así que tuve que vender

nuestros cerdos y otros animales para poder amortizar el precio a

pagar del préstamo” (Yuder Rosales Pocco, 39 años, Sacclaya).

Una mujer en Sacclaya describió cómo cuando no se tiene dinero

para pagar los prestamos, “el SOAR y los otros bancos dicen que es

culpa de uno mismo y que tenemos que pagar, [que] no se dan

extensiones por cualquier cosa” (Juana Huamán Quispe). En

algunos casos, la gente saco préstamos de la institución

microfinanciera que tiene las tasas de interés más bajas para poder

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ

205

pagar sus préstamos con el SOAR. Un participante del grupo de

enfoque declaró lo siguiente:

En las charlas escuchamos a otras mujeres que

hablaban acerca de cómo obtener préstamos de [persona

X] para pagar sus préstamos del SOAR, porque no pueden

pagar sus préstamos del SOAR con todo el interés y luego

tienen un montón de deudas… mucha gente saca otros

préstamos para pagar al SOAR y luego sacan nuevos

préstamos del SOAR para pagar los otros prestamos

(Temas de participación en grupos).

Un hombre de Sacclaya apoyó esta declaración, revelando,

“algunas personas sacan prestamos de una ONG como SOAR o

[persona X] que no pueden pagar, por lo que toman un préstamo

de otra organización para pagar y se quedan atrapados entre el

pago de unos y otros” (Agapito Huamán, 29 años). En

circunstancias anteriores, las personas ya no tenían dinero para

invertir en sus campos, animales, tejidos, u otros negocios. Luego

ellos se encontraron en un ciclo de deuda casi imposible del cual

escapar. 6

A menudo la gente tiene vergüenza por estas

circunstancias y no tratan esos temas con los empleados del SOAR.

CONCLUSIONES

Las microfinanzas como una estrategia de reducción de la

pobreza se capitaliza en el sector informal, lo que son

especialmente adecuadas para los países en desarrollo en el que un

alto porcentaje de la ciudadanía queda excluida de participar en la

política o la economía formal. En reconocimiento al alto porcentaje

de ciudadanos que trabajan en el sector informal y su potencial

económico, Hernando de Soto, abogó por la defensa y la

ampliación de los derechos y la propiedad del sector informal y la

reforma política que reduzca el exceso de regulación y otras

barreras de entrada a la economía formal (de Soto 1989). En

respuesta a la investigación de De Soto, el Perú implementó

políticas que facilitaron la integración de cientos de miles de

pequeñas empresas en la economía formal, lo que contribuye con

los ingresos fiscales generales (López 2005). Los programas de

microfinanzas también surgieron durante este periodo para apoyar a

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

206

la economía informal, ofreciendo el capital necesario a los

ciudadanos que por lo general no son elegibles para los préstamos

bancarios tradicionales. Yo mantengo que, si bien la motivación en

el apoyo al sector informal era llevar a los trabajadores a un sistema

más formal, irónicamente, los programas de microfinanzas han

contribuido a un crecimiento no regulado en el sector informal, sin

proveer el apoyo necesario para asegurar su éxito. En consecuencia,

el sector informal se mantiene a la par y separado del sector formal,

sin mayor seguridad económica y con mayor riesgo financiero,

experimentado de manera más aguda entre los ciudadanos más

pobres.

Como se demuestra en este trabajo, el número de

microempresas no se limita a una región más allá de la cantidad de

su capital disponible y las personas en las que se interesa, la

competencia dentro de un sistema de mercado relativamente

cerrado se eleva hasta el punto en el que hace bajar los precios y los

beneficios individuales, y la mitigación de la capacidad para pagar

sus préstamos.7 Además, mientras que la variación en los recursos

existentes pueden determinar su capacidad para tener éxito en la

economía formal, en el sector informal agrícola, tales diferencias se

agravan. Dado que los préstamos son en gran parte invertidos en los

recursos agrícolas preexistentes (en comparación con el desarrollo

de una microempresa formal) la cantidad de recursos disponibles

para la adquisición de crédito permite a ciertos individuos no solo

devolver el préstamo en un tiempo efectivo, sino también las

ganancias compuestas. Por otro lado, las personas involucradas en

el sector agrícola con pocos bienes al momento de acceder a los

préstamos, son más vulnerables a los gastos imprevistos y están

sujetos a una mayor competencia en la economía local. Ciertas

familias son capaces de utilizar el crédito para expandir la

producción global y adquirir un mayor precio por su rendimiento y

otras familias caen en un ciclo de deuda; el potencial de aumento de

la desigualdad económica en las comunidades rurales es más

elevado.

La presión dentro de Sacclaya y las comunidades

circundantes para ayudar a los necesitados, podrían atenuar la

desigualdad económica dentro de una comunidad, pero también

inhiben el éxito financiero de las familias individuales, con lo cual

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ

207

dan lugar a algo así como una homeostasis económica. Por lo tanto,

surge la siguiente pregunta ¿Es la afluencia de préstamos en una

comunidad una manera de facilitar el aumento general del bienestar

económico de la comunidad, en comparación con las comunidades

sin préstamo, o no? Tales cuestiones apuntan a la importancia de

evaluar el impacto de los programas de microfinanzas, no sobre una

base individual o familiar, sino más bien a nivel comunitario o

regional.

Creo que la circularidad de los préstamos y las formas no

lucrativas de pago de préstamos en momentos de emergencia

podrían evitarse, en gran parte, si los individuos tienen acceso a

programas de ahorro y seguros. Las mujeres que tienen un capital

disponible para usar en caso de emergencias, y algo menos

probable, para pagar sus préstamos o terminar un ciclo de deuda, en

un intento de permanecer en buenos términos con la institución

crediticia. Consecuentemente, el SOAR podría ganar al asegurar el

pago oportuno del préstamo, proporcionando a la organización una

mayor seguridad financiera. Sin embargo, los programas de ahorro

podrían ser un reto en la zona rural de las tierras altas del Perú,

debido a la estacionalidad y el momento sincrónico de las

actividades agrícolas. Por ejemplo, cuando los que aportan y los

prestatarios son a la vez los que se dedican a los cultivos, es

probable que los que aportan retiren sus depósitos cuando los

prestatarios se esfuerzan por pedir –al comienzo de la temporada de

producción. De la misma manera, los que aportan tienden a hacer

depósitos cuando los prestatarios hacen sus pagos después de las

cosechas (Matin, Hulme and Rutherford 2002). Por otra parte, el

SOAR supuestamente no podía ofrecer programas de ahorro,

debido a las restricciones a las organizaciones no gubernamentales

en el Perú. Por esta razón, los dispositivos de ahorro mutuo, tales

como AACR (Asociación de Ahorro y Crédito Rotativo) y la

ASCA (Asociación de Acumulación de Ahorro y Crédito) podrían

ser una opción practica y fructífera (Ambec y Treich 2007;

Anderson y Baland 2002, Arun et. al. 2005). Estos podrían ser

implementados en lugar de, o en adición, a los programas de

microfinanzas formales. De hecho, una institución de

microfinanzas en Andahuaylas tenía un programa de ahorros que

supuso al prestatario depositar 10 soles mensuales en una cuenta

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

208

que ganó un 0.1% de ganancia y luego, podría ser utilizado para

pagar un préstamo o cubrir otros gastos de emergencia en un

momento de necesidad. 8

Otra institución de microfinanzas en

Andahuaylas también ofrece sus servicios a través de un banco

comunal.

En cuanto a la función global de los programas de

microfinanzas más grandes dentro de los procesos

socioeconómicos, cabe preguntarse si los programas de

microfinanzas no son más que una respuesta a la falta de apoyo a

los ciudadanos más pobres dentro del sector formal. Los programas

de microfinanzas no se refieren a la inestabilidad de empleos, la

cobertura de atención de salud, la jubilación, la necesidad de los

subsidios agrícolas, u otros beneficios que sin duda amplían

sustancialmente la calidad de vida del individuo. Fuera de los pagos

de seguimiento y de divulgación, son más bien no reguladas, las

cuales pueden conducir a la descarga de los mercados y en los

frecuentes ciclos de los préstamos, lo que lleva a un ciclo de

endeudamiento. La pregunta es ¿la microfinanza es un

microcosmos del liberalismo económico mundial, con su impacto

sin precedentes en la desigualdad? y si es así, ¿Cómo se puede

remediar los costos de estos sistemas, la raíz de su impulso

original?

Dicho esto, el impacto económico de los programas de

microfinanzas dentro de una región depende en gran medida del

enfoque adoptado, que normalmente son parte de un continuo que

va desde la reducción de la pobreza con el enfoque de los sistemas

financieros. Yo sostengo que los programas de microfinanzas

tienen el potencial para extender la economía de los individuos, los

hogares y las comunidades, así como llegar a ser financieramente

sostenible, si están adecuadamente regulados (por ejemplo, realizar

un seguimiento de los préstamos pendientes, requieren planes de

activos empresariales) y si incluyen un programa de ahorros

comunales. Mayor regulación y programas de ahorro son,

especialmente, necesarios en las zonas marcadas por la

incertidumbre y la estacionalidad, como la zona rural de la sierra

del Perú.

En conclusión, quiero resaltar que el tiempo de esta

investigación de las microfinanzas en la zona rural andina era

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ

209

relativamente limitado y mis resultados solo representan la punta

del iceberg, por así decirlo. El impacto de los programas de

microfinanzas (económica, social y de otro tipo) merecen un

escrutinio mucho mayor (para más información sobre los impactos

sociales de las microfinanzas en la región de Andahuaylas, véase

Kellett 2009). Espero que mis contribuciones sirvan al menos a un

conocimiento mayor de las “experiencias vividas por aquellos que

buscan y utilizan los prestamos” (Ghodsee 2003:65) en un valle

particular de las tierras altas centrales del sur del Perú. Por último,

quiero agradecer sinceramente el trabajo de las personas que

trabajan en las instituciones microfinancieras, sin descanso en

busca de la mejora de las vidas de aquellos con quienes trabajan.

Agradecimientos

En primer lugar, quiero agradecer a la gente de Sacclaya y

Andahuaylas. Sin la ayuda de las muchas personas, que

abiertamente compartieron su vida conmigo, esta investigación no

hubiera sido posible. Agradezco a los hombres, mujeres y niños de

Sacclaya por compartir sus historias y sus vidas conmigo. En

particular, agradezco a la familia con quien viví, por su paciencia

dentro de mi ignorancia en muchas áreas de la vida. Agradezco

también a los empleados del SOAR, en particular a los que han

trabajado con el programa de préstamos a grupos. Sin su

comprensión, la cooperación y la voluntad de abrirme sus puertas,

yo no habría sido capaz de completar este proyecto. Les doy gracias

por su amistad y admiro su dedicación para mejorar las vidas de

hombres y mujeres en el valle de Andahuaylas. Agradezco a

quienes me han apoyado en la realización de mi tesis; a mi comité

de sustentación, carole Nagengast, Louise Lamphere, Les Field and

David Henkel y a mis compañeros de postgrado y amigos. También

quiero agradecer a mi familia, mi esposo (Lucas Kellett), y a mis

niños por su apoyo inquebrantable y sus ánimos.

Notas

1. SOAR y Madres Unidas son pseudónimos usados para proteger

el anonimato de la organización. También usé pseudónimos

para los individuos para proteger su confidencialidad.

INVESTIGACIONES EN LOS ANDES SUD-CENTRALES

210

2. Antes de empezar con mi investigación de tesis en el 2005,

recibí el apoyo por escrito de la directora ejecutiva del SOAR

para llevar a cabo investigaciones en colaboración con su

organización. Recibí cartas de apoyo a mi investigación por

parte del director de la Casa de la Cultura de Andahuaylas (el

capitulo local del Instituto Nacional de Cultura), Carlos Pandal,

y la Subprefectura de Andahuaylas, Waldo Velenzuela

Valdivia, el cual fue aprobado por las comisarias de la Policía

en Andahuaylas y las comunidades cercanas de Talavera, San

Jerónimo y Pacucha. También tuve el apoyo y permiso de las

autoridades y los residentes de Sacclaya para llevar a cabo mis

investigaciones en su comunidad.

3. Mientras que algunos individuos en muchas comunidades aran

la tierra con una Taklla Yugo, un aparato que utiliza dos toros

para arar la tierra, otros utilizan los préstamos para alquilar un

tractor para arar la tierra en menos tiempo. Al parecer un campo

que necesitaba 5 horas para ser arado con una Taklla yugo,

tomaría alrededor de 15-30 minutos para ararse con un tractor.

Las familias que podían permitirse el lujo de alquilar un tractor

por 40 soles por día (equivalente a cuatro días de trabajo en los

campos), podrían competir con mayor facilidad con aquellos

que dependen de un Taklla yugo o pico.

4. Aunque las personas pueden obtener un precio mayor por sus

productos en los grandes mercados urbanos, que también se

enfrentaron a un gran riesgo en el transporte a través de las

largas distancias de sus mercaderías y de sus ganancias. Hubo

numerosos informes de personas que fueron asaltadas en las

carreteras después de vender la mayor parte de sus cosechas,

dejándolos en una situación financiera desesperada, sobre todo

si tenían un préstamo que pagar.

5. Si los grupos numerosos de prestatarios de una comunidad no

pueden devolver sus préstamos, las organizaciones de

microfinanzas ponen a la comunidad en “la lista negra”, y se

niegan los préstamos a cualquier persona de esa comunidad. Si

una persona tenía una gran deuda por largo tiempo con una

institución del FMI los amenazan con quitarles sus bienes del

hogar o tomar sus ganados como garantía. Mientras llevaba a

cabo mi investigación, vi a una organización microfinanciera

IMPACTOS ECONÓMICOS DE LOS PROGRAMAS DE MICROFINANZAS EN LA SIERRA RURAL DEL PERÚ

211

(no el SOAR) amenazar con tomar las tierras comunales como

parte de pago de la deuda pendiente de un individuo que su

deuda había aumentado hasta 3000 soles (aproximadamente

910 dólares americanos) con un interés de tres a cuatro años.

6. El proceso de pedir dinero prestado a una institución para pagar

la otra se llama “ciclos de endeudamiento” en la literatura de las

microfinanzas. Para evitar que algunas instituciones

microfinancieras en Andahuaylas puedan dar un préstamo, es

necesario que las personas obtengan un recibo firmado por el

SOAR alegando que no tienen ninguna deuda pendiente con

ellos. El SOAR, por otro lado, no requiere la documentación de

otros registros financieros. Existe una institución en el Perú,

INFOCORP, la que hace un seguimiento a las personas para ver

si adeudan a alguna institución y cuál es. Esta institución existe

desde hace muchos años; sin embrago, esta monitorea a los

prestatarios individuales de grandes sumas de capital que se

ofrecen a través del SOAR en sus grupos de préstamos, Para

más información sobre las agencias de crédito en el Perú, véase

Bauchet 2003; Christen 2000; Janvry et. al. 2003; y Jansson

2001.

7. Para más información sobre cómo el aumento de la

competencia entre los proveedores de microfinanzas en las

zonas rurales contribuye al ciclo de endeudamiento y el papel

potencial de las agencias de crédito ver Janvry et. al. 2003.

8. Esta institución es considerada como una cooperativa y, por lo

tanto, no puede tener tantas restricciones como una ONG

establecida en el Perú.

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