Historiografía de valores

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Historiografía de valores Carlos Barros Universidad de Santiago de Compostela Queremos volver hoy en este IV Congreso Internacional de Historia a Debate, en plena madurez de nuestra red y movimiento historiográfico, sobre el viejo asunto de la utilidad social de la historia y el compromiso del historiador, cuya puesta en práctica de forma nueva explica en buena parte la expansión y continuidad 1 de Historia a Versión escrita, actualizada y ampliada, en mayo de 2014, de mi conferencia plenaria en el IV Congreso Internacional Historia a Debate. Santiago de Compostela, 16 de diciembre de 2010 (vídeo en http://youtu.be/MVCu9TjMVVw ; audio en http://www.goear.com/listen/0e6fdab/historiografia-de-valores-carlos- barros ). 1 Fruto de una renovación continua del continente (formatos de comunicación) y del contenido (paradigmas compartidos): marcada en los últimos años, en el primer caso, por el salto a las nuevas redes sociales (“HaD, desde los congresos a las redes sociales”, https://www.youtube.com/watch?v=kl6TsMmCwaU ), y en el segundo caso por el reciente desarrollo de tres ámbitos de reflexión e investigación escasamente presentes en el Manifiesto de hace 13 años: Historia

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Historiografía devalores

Carlos BarrosUniversidad de Santiago de Compostela

Queremos volver hoy en este IVCongreso Internacional de Historia aDebate, en plena madurez de nuestra redy movimiento historiográfico, sobre elviejo asunto de la utilidad social dela historia y el compromiso delhistoriador, cuya puesta en práctica deforma nueva explica en buena parte laexpansión y continuidad1 de Historia a Versión escrita, actualizada y ampliada, en mayo de 2014, de miconferencia plenaria en el IV Congreso Internacional Historia aDebate. Santiago de Compostela, 16 de diciembre de 2010 (vídeo enhttp://youtu.be/MVCu9TjMVVw; audio enhttp://www.goear.com/listen/0e6fdab/historiografia-de-valores-carlos-barros).1 Fruto de una renovación continua del continente (formatos decomunicación) y del contenido (paradigmas compartidos): marcada en losúltimos años, en el primer caso, por el salto a las nuevas redessociales (“HaD, desde los congresos a las redes sociales”,https://www.youtube.com/watch?v=kl6TsMmCwaU), y en el segundo caso porel reciente desarrollo de tres ámbitos de reflexión e investigaciónescasamente presentes en el Manifiesto de hace 13 años: Historia

Debate, que acaba de cumplir sus 20años2. También que estemos tantos aquíen Compostela3, y en la red, siguiendoesta conferencia sobre el oficio dehistoriador en el siglo XXI.

Una ética para la historiaHe bautizado lo que venimos haciendo

desde HaD “historiografía devalores”4, copiando de los didactas quehan desarrollado la “educación envalores”5 como una enseñanza

Inmediata, Memoria Histórica y Nuevo Paradigma Educativo de laHistoria.2 Sobre el XX Aniversario de HaD, ver la circular del 12 de julio de2013, donde planteamos el paso del debate al consenso como plataformahistoriográfica, iniciado con el Manifiesto historiográfico de 2001:http://www.h-debate.com/Spanish/aniversarios/varios/v_a/menu.htm.3 Algunos de los que participaron en nuestro I Congreso de 1993, oleyeron sus actas, todavía útiles hoy, pensaron que hablando de Annales,Past and Present, la microhistoria o la historia cultural, ya estaba“todo” dicho, qué equivocados estaban: la historia que nos rodeasiguió evolucionando y con ella la historiografía.4 Expresión utilizada por vez primera en una entrevista sobre el fraudeelectoral en México para la La Jornada, México D. F., 3 de agosto de2006 (http://www.h-debate.com/cbarros/spanish/entrevistas/mexico.htm).5 La “educación en valores” viene a ser alternativa de la oficial yobligatoria “educación en competencias”, si bien nosotros defendemoscombinar ambas de manera que los “valores” inspiren las“competencias”, Carlos BARROS. "Didáctica de la historia, ¿valores ocompetencias", conferencia para la Televisión Educativa del Gobiernofederal mexicano. México D.F., 6 de diciembre de 2011(http://youtu.be/ZlYEnkppfWc)

comprometida con los alumnos y lasociedad a la que servimos, mejordicho, a la que deberíamos servir6.Valores de ámbito general e inclusivoque muchos tenemos en cuenta a la horade la investigar y enseñar, son parteesencial de esa alianza entrehistoriografía y didáctica de lahistoria que proponemos, desde eluniverso académico latino, como “nuevoparadigma educativo de la historia”7.

Tal como va el siglo XXI, lahistoria debe ser más que nunca lamaestra de la vida. Contribuyendo a unmundo mejor para nuestros hijos yconciudadanos, lo dijo Marc Bloch enMétier d’historien, está en los estatutos denuestras universidades y obligaespecialmente a las ciencias humanas ysociales. Aclarando previamente quereivindicar una historiografía de6 Deber académico aunque sólo fuese porque es la sociedad quien paga, através de los impuestos, nuestros salarios, contratos y becas paraenseñar e investigar la historia.7 “Propuestas para el nuevo paradigma educativo de la historia”,Sarmiento. Anuario Galego de Historia da Educación, Universidades de Santiago, ACoruña y Vigo, nº 12, 2008, pp. 127-152(www.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/nuevo_paradigma/npeducativo.htm).

valores, no es tanto que el profesor dehistoria deba transmitir valoresuniversales (como el resto de losdocentes universitarios y nouniversitarios), que también, comodotarnos de una deontología profesionalactualizada que ilumine la educación,la investigación y la divulgación de lahistoria, que no debemos entender comocompartimentos estancos.

La historia académica ha perdidopulso desde finales del siglo XX, urgeque recupere credibilidad y presenciasocial8, aquí y ahora, cuando todos seinteresan por la historia, no sólo losviejos Estados, también otros sujetospolíticos y sociales9 que buscan suidentidad (social, nacional, étnica, de

8 Deteriorada por el retorno al positivismo, por parte de historiadoresex annalistes y ex marxistas, lo que ha provocado una brecha inquietanteentre historia y sociedad al tiempo que un mayor peso en lahistoriografía de las instituciones políticas y los media, CarlosBARROS, Oficio de historiador, ¿nuevo paradigma o positivismo?, João Pessoa, Brasil,2014 (https://www.academia.edu/5730688/Oficio_de_historiador_nuevo_paradigma_o_positivismo).9 Inclusive el movimiento indignado del 15M se interesaba por lahistoria cuando rechazaba la historia oficial de la transición a lademocracia en España.

género) y su futuro en la historia10.Tanta atención es buena para elporvenir de nuestra disciplina, perotambién exige a los historiadores nohuir del presente11 antes bien abordarloen su devenir. Necesitamos uncompromiso deontológico que nos permitamovernos, con obligaciones y sintemores, entre el pasado, el presente yel futuro. Eludiendo la comodidad delacademicismo, coartada frecuente para“escapar” de la realidad histórica yactual, preñadas de futurosalternativos. Aggiornamento concretopues, histórico-real, cultural, socialy político, no basado tanto en unpartido, una ideología o en unareligión, como en valores socialmentecompartidos que aseguren nuestraautonomía profesional-ciudadana.10 También la novela depende en el siglo XXI de la historia paramantenerse a flote, en mayor medida que en el siglo XX, Carlos BARROS,“El retorno de la historia”, Historia a debate. I. Cambio de siglo, Santiago,2000, pp. 153-173(http://www.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/nuevo_paradigma/retornohistoria.htm).11 Los ataques defensivos al “presentismo” se han convertido en lugarcomún entre los historiadores retornados que reniegan conocer elpasado a través del presente, y viceversa, como decía los primerosAnnales.

Los colegas de sicología socialdefinen los valores como creenciasestables y colectivas: sujetas comotodo a una evolución histórica,añadimos nosotros. Pugnamos por unanueva historiografía de valores en loprofesional y lo no profesional, sociale historiográficamente eficaces, sinautocensuras ni aislamientoscorporativos. Valores que definan losmás importantes usos públicos, socialesy políticos de la historia: aquellosque viene del interior de la propiahistoriografía12. Es fácil criticar(muchas veces por desacuerdospolíticos13) los usos públicos ypolíticos de la historia que se hacendesde el poder y diversos sujetospolíticos y/o sociales, y no tener lainteligencia de explicitar los propiosusos públicos, sociales y políticos quese derivan de la selección de temas y

12 Está de moda “renegar” de la utilización pública de la historia quese infiere voluntaria o involuntariamente del propio trabajo delhistoriador: como la avestruz suicida que metía la cabeza en unagujero para que no la vieran.13 Por ejemplo, los historiadores opuestos a la memoria histórica o alos nacionalismos periféricos en España.

fuentes para la investigación, de lainterpretación y la escritura de lahistoria que hacemos desde la propiauniversidad y otros centros deinvestigación, sometidos por lo demáscomo instituciones públicas a esosmismos valores de tolerancia, paz,justicia y compromiso democrático queno debemos obviar en la enseñanza y lainvestigación de la historia ocualquier otra disciplinauniversitaria.

Globalización de valoresEn el siglo XXI es ineludible y

también factible, lo estamosdemostrando en la práctica, una nuevahistoriográfica animada por valoreshumanos universales. Jamás antes lahistoria vivió una generalización tanintensa de valores positivos de tipomoral y social, político y jurídico. Latransición del siglo XX al siglo XXIestá suponiendo que los valoresrelativos a los derechos humanos y la

libertad de las personas, elaboradospor la Ilustración y convertidos en ley(con sus limitaciones) por laRevolución Francesa, estén hoy másuniveralizados, reivindicados ygarantizados14 que nunca, comoconsecuencia de un proceso deglobalización que afecta más lasociedad civil que a la sociedadpolítica. Generalización que no esexclusivamente geográfica sino tambiénde contenido: los derechos humanosincluyen ahora a todas las personas conindependencia de su edad, género,condición sexual, nacionalidad,religión o etnia. Se contemplan asímismo los derechos de los animales ydel medio natural. Avance de lahumanidad que sigue encontrando graves-y a menudo violentas- resistencias porparte de los viejos poderes e interesesen los diferentes ámbitos de la vida:los mismos que, si pudiesen, acabarían14 Relativamente garantizados: los Estados (empezando por los máspoderosos) suelen desobedecer a la ONU y demás organismosinternacionales que conminan a que se haga justicia con lasviolaciones de derechos humanos en sus territorios (como los Estadosde EE. UU., China y Rusia; también España en relación con elfranquismo).

con la autonomía de la universidad y sufunción crítica al servicio del saber yla sociedad de nuestro tiempo.

Vivimos en estos últimos 15 años, unmomento excepcional, lleno deoportunidades para la historia y loshistoriadores, con esta paradójicaglobalización que nos permite tantoprogresar como ser arrastrados hacia unpretérito lugar ignoto y peligroso paralas mayorías sociales15. ¿Cómo podemoscontribuir los historiadores a generarmejores alternativas de presente yfuturo? Dando perspectiva histórica ysostén a las partes más benéficas de lamundialización en curso: la revoluciónde las comunicaciones16 y launiversalización de los valores.Contrapesos imprescindibles de unaglobalización económica y financiera

15 Tenemos un ejemplo de este retroceso en los países de Sur de Europa,más afectados que el resto del mundo por la inacabada y atroz crisismundial del capitalismo iniciada en 2008.16 La revolución de las comunicaciones es, con diferencia, la másinteresante de las globalizaciones tecnológicas en curso por susefectos democráticos y horizontales que vienen posibilitando un nuevosujeto social y global (desde el altermundismo hasta los indignados)que lucha porque se lleven a la práctica los valores de referencia dela humanidad actual.

que domina el mundo de maneraantidemocrática. Induciendo la grancrisis y recortando derechos humanos ysociales adquiridos con gran coste: doscaras de la misma moneda.

En el inicio de este procesoparadójico dimos a conocer, el 11 desetiembre de 2001, el Manifiestohistoriográfico de Historia a Debate,donde alentamos al compromisohistoriográfico con “las causassociales y políticas vinculadas a ladefensa de valores universales deeducación y salud, justicia e igualdad,paz y democracia. Actitudes solidariasindispensables para contrarrestar otroscompromisos académicos con los grandespoderes económicos y políticos,mediáticos y editoriales”17. Palabras,términos y conceptos en los que enprincipio “todos” estamos de acuerdopero que, a la hora de su puesta enpráctica, sea política seahistoriográfica, resulta que unosestamos más de acuerdo que otros.17 Punto XVI Manifiesto historiográfico de HaD(www.h-debate.com/Spanish/manifiesto/manifiesto_had.htm).

Hablamos luego de una tripleglobalización (económica, digital yético-social) en marcha acelerada, perofalta hablar de la casi ausencia de unacuarta globalización: la globalizaciónpolítica que no arranca. Y donde lohace fracasa, generando gravesdesequilibrios de todo orden en elproceso de mundialización en el queestamos inmersos. Véase si no la crisisactual de esa pretensión de gobernanzamundial que implican la ONU o la UniónEuropea. Los políticos y lasinstituciones públicas vanmanifiestamente retrasados en elproceso de globalización, lamentando ensu mayoría, la digan o no18, aquellasformas de globalización que entrañandemocratización de la información yextensión de valores, cuya combinaciónengendra una intervención en lahistoria de la sociedad civil deimportantes dimensiones. La mal llamada

18 También grandes -y pequeños- intelectuales del siglo XX que no seven reflejados en las influyentes tendencias globales, y despotricancontinuamente contra Internet ; un buen ejemplo es Umberto Eco(http://www.h-debate.com/Spanish/debateesp/crisis_u/menu.htm).

“clase política”19 va claramente detrásde los acontecimientos, también cuandose acercan a la historia (sólo lesinteresan batallas e historia político-institucional), es mejor porconsiguiente no seguirlos demasiado,utilicemos la autonomía quereivindicamos para la historia que seescribe para condicionar motu proprio unmejor uso público de la historia. Nadiemejor que el historiador con valorespara analizar el presente e interesarsepor el futuro, en base a suconocimiento del pasado.

Sería un error histórico, por lotanto, considerar la globalización comoun todo homogéneo y unívoco, estásometida a un desarrollo plural,paralelo y contradictorio. Comodecíamos cuando éramos jóvenesestudiantes, la clave de lamundialización está en la“contradicción principal”, que semanifiesta de la siguiente forma: la19 Derivación bastarda del concepto marxista de clase social referidoal grupo, élite, corporación o nomenklatura que conforman los políticosprofesionales en las sociedades contemporáneas.

(macro) economía se impone al resto. Yaconsiguieron sin grandes esfuerzos yescasos costes domeñar a la política,lo intentan con Internet y los humanosvalores tan “peligrosamente”divulgados, por servir ambos de soportea un movimiento social global que nodijo su última palabra. La crisiseconómica tiene su primera víctima losgrandes valores (siempre en peligro,ahora más) empezando por los derechossociales que los movimientos socialestardaron un siglo en conquistar. Lasgeneraciones jóvenes de trabajadores noestán disfrutando de los mismosderechos que tuvieron sus padres yabuelos20. Lo mismo se puede decir delos licenciados y graduados en historiay otras disciplinas académicas: notienen otro camino que enarbolar suderecho a un trabajo digno, de acuerdocon la formación, y al bienestarsocial, como ciudadanos, universitariosy profesionales. De hecho constituyen

20 Las “reformas” que están acompañando a la crisis tiene como objetivohacer permanente, estructural, un mercado de trabajo precario conmenos salarios y menos derechos.

la base del movimiento global de losindignados 2011-2014.

Aunque de forma desigual, según lacategoría social y el lugar del mundo,la globalización neoliberal nos afectaa todos, a la mayoría de la sociedad.Se dice metafóricamente que, detrás dela mundialización económicamentedominante, está el 1% de la poblacióndecidiendo por el restante 99%21. Conotras palabras: los mercadosfinancieros imponen su lógica a lapolítica y a la sociedad. Conestupefacción hemos ido comprobandocomo los representantes que elegimospara gobernarnos democráticamente22

obedecen par tout, disciplinadamente, alos poderes fácticos que viven de laespeculación financiera: nadie loseligió y están gobernando el mundo. Se21 Uno de los lemas indignados más conocidos: “Somos del 99 %”.22 El Congreso de Historia a Debate donde se impartió la conferenciaque sirve de base a este trabajo tuvo lugar seis meses después de quela crisis virulenta llegara a España, a través de la prima de riesgo ylas presiones de las instituciones europeas, plegándose en agosto de2011 el Gobierno de Zapatero y el Congreso de Diputados a la reformaconstitucional (artículos 135) que exigía Alemania de dar prioridad alpago de la deuda a los bancos extranjeros, cualesquiera que fueseslos efectos (mortíferos en no pocos casos) de los recortessubsiguiente en la población.

nombraron a sí mismos y mandan sobre lademocracia, uno de los valorescompartidos más importantes en estesiglo XXI.

Después del control de losGobiernos, vivimos tentativas de acabarcon Internet por parte de los mercados.Los ataques “preventivos”23 a lalibertad de expresión y la neutralidadde la red tuvieron su máxima ysimbólica expresión en el acosojudicial y político a Bradley Manning,Julián Assange y Wikileaks, en 2010, yla persecución de Edward Snowden en2013. En todos los casos, elprotagonista es el Gobierno de losEstados Unidos de larga tradiciónimperial, intervencionista, que pordesgracia no ha desaparecido con lapresidencia de Obama. El “delito” essiempre el mismo: la difusión porInternet de informaciones sensibles quesacan a la luz la contradicción entre23 Se pretende castigar y disuadir a quienes usa o pueda usar Interneten el futuro para criticar a una “primera potencia mundial” debilitadapor el verdadero poder de las finanzas y la creciente competencia delas potencias emergentes: la nueva economía global es el verdaderoenemigo de los EE. UU., también de la Unión Europea.

lo que se dice y se hace por parte delos políticos en el poder,norteamericano en este caso. Larepresión refleja el temor que tienenunos y otros a la inmensa fuerza yeficacia que tiene hoy la Red24 en favorde los nuevos derechos civiles, quetambién precisamos los historiadoresque trabajamos en red.

Al tiempo que la idea de justicia sefue globalizando, creando ofortaleciendo tribunalesinternacionales que los Estadosdemocráticos dicen respetar y generandoun nuevo derecho internacional en tornoal concepto de justicia universal,crecieron las resistencias de losEstados poderosos a sus decisiones,sobre todo cuando afectan a delitosimprescriptibles de lesa humanidad.Verbigracia, el Tribunal Internacionalde la Haya de la ONU no reconocido porlos EE. UU., o el Tribunal de DerechosHumanos de Estrasburgo del Consejo de24 La paradoja es que la globalización económica no puede acabar con lared de redes que juega un papel clave en el desarrollo de las fuerzasproductivas del siglo.

Europa incapaz, hoy por hoy, de hacerfrente -sirva como ejemplo- alincumplimiento del derechointernacional por parte del Estadoespañol, y otros gobiernos, en temas dememoria histórica: piedra de toque,aquí y ahora, de la calidad de unademocracia. La mayoría de los políticosno lo quieren entender: la gente en elsiglo XXI es mucho más exigente que ensiglo XX. Una democracia sin justicia,e igualdad, de poco vale en estostiempos. El nuevo concepto de justiciauniversalista es valor básico tanto dela mentalidad global como de lalegalidad internacional, que tienden aimponerse sobre las legalidades locales(nacionales), mal que les pese aalgunos. Es el caso de la negativaespañola a la tutela judicial de lasvíctimas de los delitos atroces delfranquismo. Cuestión que conciernedirectamente a la historia comodisciplina25.

25 Carlos BARROS. “Historia, memoria y franquismo” (2013) enhttp://www.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/memoria/Historia__memoria_y_franquismo.htm.

Como historiadores-ciudadanos nopodemos dejar de indignarnos ante elacoso judicial y político que hasufrido el juez Baltasar Garzón entre2010 y 2012 por haber pretendidotutelar judicialmente a las víctimasdel franquismo en sus justasreivindicaciones de “verdad, justicia yreparación”26. Con su expulsión de laAudiencia Nacional no sólo se quisoamedrentar a otros jueces en España27

sino golpear las justicias transicional(violaciones masivas de derechoshumanos) y universal de las cualesGarzón fue pionero y símbolo, queacaban de sufrir otra vuelta de tuercacon la reciente y arbitraria anulaciónpor parte del Gobierno del PP de loscasos de justicia universal que estabansiendo llevados por la AudienciaNacional desde España. Una vez más sedemuestra que la globalización de

26 Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas de delitos yabuso de poder, resolución 40/34 de 1985 de la Asamblea General de laONU.27 No lo consiguieron en lo tocante a la corrupción de los políticos,el segundo motivo de la expulsión de Garzón (caso Gürtel), contra lacual se están levantado jueces por doquier.

valores no acepta compartimentosestancos28 al gusto de cada poder, paíso temática. Convenzámonos, se trata deun proceso históricamente irreversible:los historiadores deberíamos ser losprimeros en comprenderlo.

La historia se mueveAnte tal encrucijada de valores,

realidades y legalidades, ¿qué papelhistórico han de jugar la historia ylas ciencias sociales, la universidad ylos intelectuales en general29? Ninguno,es la primera opción. Seguida por nopocos intelectuales e historiadores queproclaman su “asepsia”, echando manosde argumentos “académicos”, sabiendo lo28 Los jueces de la Audiencia Nacional han sido ingenuos si pensabanque callando -o lo que es peor, colaborando- cuando desde el Gobiernoy la Sala Penal del Tribunal Supremo expulsaron a Garzón, iban adejarle hacer en otros países lo que el buen juez quería hacer enEspaña: proteger a las víctimas.29 En 2009 un filósofo de la Universidad de Toronto, hablaba de una“epidemia de conformismo” de los intelectuales ante los mercados: “losintelectuales críticos son una especie en extinción”, escribió enhttp://elpais.com/diario/2009/08/29/opinion/1251496811_850215.html;cinco años después la situación ha cambiado en parte,generacionalmente, en los países donde la crisis y el movimientoindignado de los jóvenes graduados (15M y afines) ha resucitado uncompromiso intelectual independiente del poder, que ha reanimado a suvez a un parte de la generación del 68.

injusto que puede ser habiendo tantascuestiones de candente actualidad yhumano contenido que nos reclaman30.Tiene que ver con la vuelta delpositivismo31, de la simple erudición,que hemos analizado en detallerecientemente32: se encierran en laacademia, escriben sólo para loscolegas. Pero somos cada vez más,dentro y fuera de la red Historia aDebate, que persistimos en pensar queMarc Bloch tenía razón, cuando repetía,parafraseando un proverbio árabe, que“el historiador se parece más a sutiempo que a sus padres”, añadiendo que“una ciencia tiene algo de incompleto30 Hace 15 años, calificaba de transitoria la postura “esquizofrénica”de historiadores que se declaraban neutrales en la academia y sinembargo sentían “fuera de la universidad” su compromiso ciudadano,acerté en buena medida, Carlos BARROS, “El compromiso del historiador,hoy”, La historia de la historiografía contemporánea en España, curso organizado porla Institución Fernando el Católico y la Universidad de Zaragoza.Zaragoza, 9-11 de diciembre de 1998.31 Favorecido por el interés resurgido de los Estados y losnacionalismos hacia una historia tradicional de grandes figuras,batallas y hechos de corte político-institucional, Carlos BARROS, “Elretorno de la historia”, Historia a debate. I. Cambio de siglo,Santiago, 2000, pp. 153-173(http://www.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/nuevo_paradigma/retornohistoria.htm).32 “Oficio de historiador, ¿nuevo paradigma o positivismo?” (2013) enhttp://www.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/nuevo_paradigma/oficio.htm).

si no nos ayuda a vivir mejor”33. Unaparte de la historiografía actual haolvidado estas verdades, es menestervolver a tomar concienciaIndependientemente del tiempotranscurrido desde los hechos queestudiamos, escribimos la historia enel siglo XXI, desde el siglo XXI,incluso sobre el siglo XXI34. No tenemosopción mejor, salvo volver al siglo XIXcon Leopold von Ranke, asumiendo elanacronismo que implica, hoy, unahistoria puramente empírica al margende la sociedad y de nuestro tiempo.Erudición a la vieja usanza queacredita sorpresivamente como un“avance” la creciente fragmentación denuestra disciplina en flagrantecontradicción con la globalización -ennuestra mejor lectura35- que vivimos,33 Marc BLOCH, Introducción a la historia, México, 1978 (8ª reimp.), pp. 14,32; citas originales: “Les homes ressemblent plus à leur temps qu’àleurs pères”; “une science nous paraîtra toujours avoir quelque chosed’incomplet si elle ne doit pas, tôt ou tard, nous aider à mieuxvivre”, Marc BLOCH, Apologie pour l’histoire ou Métier d’historien (Étienne Blochédition), Paris, 1993, pp. 73, 89.34 Carlos BARROS, “¿Es posible una Historia Inmediata?” (2002) enwww.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/mentalidades/inmediata.htm.35 A la globalización de los mercados le interesa más una historiaacrítica, encerrada en lo nacional, segmentada, donde cada

fuente de un “presentismo” que estamosobligados a reformular desde lahistoria si queremos “vivir mejor” enel futuro, como historiadores yciudadanos.

Felizmente, amplios sectores de lahistoriografía académica, no sóloHistoria a Debate, vienen reaccionandodinámica y colectivamente en este nuevosiglo, en varias direcciones (nosiempre compatibles). A la hora deelaborar el Manifiesto de 2001detectamos cuatro grandes corrienteshistoriográficas internacionales más omenos organizadas (retorno alpositivismo, continuidad de Annales ymarxismo, posmodernismo y nuevosparadigmas como HaD) que tienden aconverger, en este segundo decenio,alrededor de dos polos: vuelta a Rankey nuevo paradigma historiográfico36. Enesta tesitura, surgieron en España treshistoriador se dedique a “lo suyo”, que una historia global en lostres sentidos que le damos al término, mundial, total y digital,“Primeras conclusiones del III Congreso Internacional Historia aDebate (14-18 de Julio de 2004)”, Historia a debate. I. Reconstrucción,Santiago, Historia a Debate, 2009, pp. 67-84(www.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/nuevo_paradigma/conclusiones.../primeras%20conclusiones.htm).

tendencias en los tres últimos lustros,que hemos querido que estuviesenrepresentadas en las conferenciasplenarias de este IV Congreso (2010):1) “Historia a Debate”, nacida en 1993y desarrollada como tendencia globaldesde 1999; 2) “Idea Histórica deEspaña” que, como movimientohistoriográfico animado políticamentepor el Gobierno de José María Aznar,podemos considerar originado en 1996;3) la “Recuperación de la MemoriaHistórica” que se inicia con la primeraexcavación de una fosa de desaparecidosde la Guerra Civil por iniciativa deEmilio Silva y sus colegas en el año200037. Muestran el empuje reciente deuna historiografía españolaorgullosamente hija de nuestro tiempo.Todas ellas vinculan claramente el36 Ver mi trabajo sobre el oficio de historiador en el siglo XXI citadoen la nota 32.37 Carlos BARROS, “Las tendencias actuales de la historiografíaespañola (1993-2003)”, Universidad Nacional a Distancia, A Coruña, 27de marzo de 2003 (http://www.goear.com/listen/399c954/las-tendencias-actuales-de-la-historiografia-espanola-1993-2003-a-27032003-carlos-barros); “Últimas tendencias de la historiografía española",Montevideo, 2007(www.h-debate.com/Spanish/presentaciones/lugares/montevideo3/audio.htm).

quehacer historiográfico con valores:sea globales (HaD), identitarios (IHE)o memoriales (RMH). Suponen las tres unclaro y fructífero regreso alcompromiso del historiador en España38

que ya había manifestado laintelectualidad de otros países en losaños 9039. La historiografía española sesitúa así a la vanguardia, dejandoatrás el espíritu defensivo,38 Seguidores académicos de la Idea Histórica de España y algunos delos practicantes de la memoria histórica ocultan en ocasiones -innecesariamente, por lo evidente- sus compromisos sociales ypolíticos, presumiendo incluso de positivismo para mejor “combatir” asus adversarios historiográficos y políticos (nacionalismosperiféricos en el primer caso; neofranquismo en el segundo), olvidandoque hoy más que nunca, objetivamente, la historia sólo puede ser unaciencia con sujeto social y cognoscente (punto I del Manifiesto deHaD).39 Lo hemos estudiado en la citada conferencia inédita “El compromisodel historiador, hoy” (Zaragoza, 1998) : a partir de la revuelta deChiapas en 1994 son muchos los intelectuales y académicos mexicanosque apoyaron a los neozapatistas desde las universidades, y, entre1995 y 1998, hacen lo mismo con los sans-papiers franceses académicoscomo Jacques Derrida o Pierre Bourdieu, quien confiesa a unentrevistador argentino como “fue víctima de ese moralismo de laneutralidad, del no implicarse, de la no intervención del científico…cuanto más envejezco, más me siento empujado al crimen. Transgredolíneas que antes me había prohibido transgredir” (tenía 68 años,morirá con las botas puestas, rodeado de polémica tres años después);Bourdieu crea en ese tiempo cenital el grupo Raisons d’agir en cuyoprimer editorial, después de las grandes huelgas de 1995 (queaprovechó nuestro sociólogo para dar un mitin ritual, transgresor, conmegáfono en mano a las puertas de la Peugeot), convoca a “poner adisposición del movimiento social el trabajo de los sociólogos,psicólogos e historiadores” buscando poner fin a la “frontera entretrabajo científico y militantismo rehabilitando la polémica”, Bourdieu yel “problema Bourdieu”. El viejo problema: la ciencia social y la militancia social, Página 12,Buenos Aires, 4 de octubre de 1998.

academicista, de fines del siglo XX. Sibien no todo lo que se mueveúltimamente entre los historiadoresespañoles mira hacia adelante: elfantasma positivista también se apareceante historiadores españoles dedistinto origen historiográfico ypolítico, en palmaria contradicción aveces con sus prácticas.

En Estados Unidos se han dadoparalelamente fenómenoshistoriográficos de interesanteadaptación de los historiadores anuestro tiempo. En nuestro III Congreso(2004) abrimos un espacio a la WorldHistory40, con precedentes en los años 70pero desarrollada, gracias al auge dela globalización, a finales del sigloXX. Si bien no todos sus adeptosconsideran esta historia global comoparte de un nuevo concepto de historiao paradigma41, ven solamente una “nueva”40 Ver World History Association (http://www.thewha.org/)41 Al igual que otras líneas avanzadas de investigación como lahistoria oral, de género, ecológica, pública o digital: incapaces dever, prisioneras de la especialización, cómo la aplicación consecuentede sus postulados cuestiona la epistemología de la historia que hanheredado.

etiqueta, tema de investigación omateria de enseñanza (tradicionalmente“Historia Universal”). Y en este IVCongreso (2010), dedicamos un apartadoa la Public History42, también llamada“historia aplicada”. Una vía útil parasuperar la historia endogámica,corporativa y academicista (colegas queescriben para otros colegas43), pero nosuficiente para responder a los retosdel siglo XX. Línea de investigaciónque considera como sujeto (tema deestudio) y objeto (objetivo de lainvestigación) la presencia pública dela historia: condenada a un escasorecorrido si se automargina del debatepor un nuevo paradigma (global ycomprometido) para la historia.

Lo bueno de la historia pública essu intención de rebasar la viejarelación entre investigación ydivulgación, que viene reduciendo éstaa un papel subordinado, escasamente

42 Ver National Council on Public History (http://ncph.org/cms/)43 Es todavía peor cuando se escribe ante todo para el CurriculumVitae: necesidad de jóvenes que comienzan a investigar trasmutadadespués en virtud.

reconocido, antes bien penalizado enlas evaluaciones académicas. Pero nosiempre busca analizar el historiadorpúblico el cómo y el porqué de laescritura de la historia que se aplicaa través de la enseñanza, los museos,las bibliotecas, los medios decomunicación, la literatura, el cine,la televisión o Internet. La historiapública podría elevar, como parte deuna alternativa paradigmática másgeneral, la denostada vulgarización dela historia al nivel de la historiaacadémica. De hecho se le vienededicando ya un espacio en algunasuniversidades anglosajonas44. Además derevalorizar la difusión o aplicación dela historia, como parte significativadel proceso de conocimiento histórico,la historia pública debería tomar enconsideración que una parte crecientede la investigación en historia lahacen ya historiadores que trabajan44 En EE. UU. y otros países y universidades de influencia anglófona sesuelen organizar con ese nombre másteres y cursos orientados a lassalidas laborales (lo que no es poca cosa, ciertamente): pordesgracia, no todos los practicantes consideran la Public History como unamanera distinta de hacer historia, asumiendo por tanto el caráctersubalterno respecto de la historia académica tradicional.

fuera de la universidad45, incluidastesis doctorales. Reconocimiento yampliación del campo de trabajohistoriográfico que contradice larecuperada idea positivista (contrariaen principio a la propuesta Public History)de que el “uso público de la historia”es cosa de “otros”46, no de losprofesionales de la historia: añoranzainfausta de un monopolio corporativo dela historia para los historiadores más“académicos” que suelen tachar de“manipulación histórica” toda posición,iniciativa o conmemoración históricallevada a cabo por parte de cualquiersujeto político del presente47. Degeneralizarse estos valorescorporativistas, el perjuicio para ladisciplina de la historia sería enorme:levantan muros con la sociedad denuestro tiempo en el momento que45 Por ejemplo, la mayoría de los historiadores que colaboran en Españacon la memoria histórica o estudian la historia local, son profesoresde enseñanza media.46 Ver la nota 12.47 Salvo que se trate de un actor político de la simpatía delhistoriador, lo que añade una dimensión perversa a ciertas“denuncias” hiperacadémicas contra los “usos políticos de lahistoria”.

precisamos del máximo apoyo públicopara sobrevivir a globalización. Enresumen, sí a una historia públicadesde la academia pero con sólidos ycomprometidos valores profesionales ysociales que la orienten: rigor yética, tolerancia y compromiso,pluralidad y debate, sin imposicionesjerárquicas, academicistas odescalificaciones apriorísticas48.

Mientras en las universidadesnorteamericanas, con fama de abiertas,grupos amplios de historiadores buscanacercarse a lo global y asumen el valorde lo público, en Francia lahistoriografía post-Annales escapa de lacalle en pleno siglo XXI, al contrariode lo que hicieran Pierre Bourdieu49 oJacques Derrida50 en la década

48 Valores ausentes en políticos e historiadores que han atacado, segúnveremos, el rigor, la libertad de investigación y compromiso de loshistoriadores catalanes participantes en el congreso “España contraCataluña. Una mirada histórica (1714-2014)” celebrado en diciembre de2013.49 Ver la nota 39.50 Siempre crítico, Jacques Derrida, clasificado injustamente deposmoderno en los EE. UU., escribe Spectres de Marx en 1993 contra eldogma del fin del marxismo: 20 años después la actual crisis globaldel capitalismo confirma su tesis.

anterior51. En 2005, Olivier Pétré-Grenouilleau, profesor de historia enel conservador Institut d'études politiques deParís, fue denunciado ante un juez porel Collectif des Antillais, Guyanais, Réunionnaispor justificar la esclavitud (crimencontra la humanidad en Francia)52: “Latraite n'avait pas pour butd'exterminer un peuple. L'esclave étaitun bien qui avait une valeur marchandequ'on voulait faire travailler le plusposible”53. La asociación de losdescendientes de esclavos renunciafinalmente a la aplicación penal de laloi memorielle del 21 de mayo de 2001,retira la querella en febrero de 2006asumiendo por tanto la primacía de lalibertad de expresión e investigación:

51 Bourdieu y Derrida estaban de la EHESS pero no eran historiadores,menos dados al compromiso con la excepción de las inquietudes yprolongada experiencia de historia aplicada de Jacques Le Goff, elúltimo annaliste, jubilado en 1994 y recientemente fallecido.52 Journal du dimanche París, 12/6/ 2005; ver la crítica a Pétré-Grenouilleau de la presidenta de la asociación Survie, Odile Tobner enLe racisme français, París, 2007, y también “Une négrophobie académique:Olivier Pétré-Grenouilleau, ou la banalisation de la Traite”, Les motssont importants.net 4/12/2007 (http://lmsi.net/Une-negrophobie-academique).53 La cita viene a decir que la economía es lo primero y las personasdespués, muy neoliberal pues: el historiador del comercio de esclavostiene sus valores pero no son los nuestros, ni convienen ese tipo deinhumanas justificaciones a nuestra disciplina y su futuro.

ayudó la presión de los historiadoresque firmaron el escrito radical de Noracontra las leyes memoriales, pese a nonombrar el caso Pétré-Grenouilleau.

Nos parece magnífico que también sedefienda en Francia la libertad de lahistoria, no tanto que Pierre Nora,viejo partisan del positivismoacontecimiental54, al tiempo quehistoriador interesado por el presente,haya aprovechado que el Pisuerga pasapor Valladolid, como decimos en España,para dar un último golpe de tuerca alos retours conservadores en lahistoriografía francesa organizando laasociación Liberté pour l'histoire que “exige”en su manifiesto una especie de gremial“historia para los historiadores”,enfrentando de manera suicida lahistoria académica francesa con lasociedad y la memoria de nuestrotiempo, que tiene en Francia su máximaexpresión en las polémicas las leyesmemoriales, de intención progresista en

54 Pierre NORA, “Le retour de l’évènement”, Faire l’histoire, tomo I, París,1974.

su mayor parte55. La negativa posteriorde Pierre Nora a apoyar al juez Garzónen su pretensión de investigar en sedejudicial la represión franquista56, comole fue solicitado por el hispanistaBartolomé Bennasar en aplicación delprincipio de Liberté pour l’histoire, viene ademostrar que la libertad de lahistoria tiene diferentes, inclusocontrapuestas, lecturas y puestas enpráctica según sean las ideologías desus promotores.

Valoramos en parte positivamenteeste neoconservadurismo historiográficofrancés que siguió a los progresistasAnnales por lo que tiene de reconexiónhistoria-sociedad, lógicamente plural,crucial para el presente y el futuro denuestra disciplina. Los valores quesustentan los nuevos compromisos dehistoriadores -en el caso francés,clandestinamente- están naturalmente a55 Hay leyes memoriales contra el holocausto, la esclavitud y elgenocidio armenio, más una cuarta de signo conservador, nostálgica delcolonialismo francés, Carlos BARROS. “Historia, memoria y franquismo”(2013) enhttp://www.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/memoria/Historia__memoria_y_franquismo.htm.56 Ver al artículo citado en la nota anterior.

debate, que ha de ser abierto ytransparente, sin parapetarse en unaincierta e imposible “imparcialidad”57

para así “disparar” mejor sobre losinterlocutores historiográficos,sociales o políticos acusados por loregular de “intrusismo”, como si lahistoria fuese “propiedad” delhistoriador que la escribe58. Másdebates pues sobre nuestros valoresprofesionales y sociales comoinvestigadores y profesores de historiaque han de tener como norte, más alláde la legítima subjetividad individualo de grupo, el interés general de lahistoria como oficio y disciplina,evitando el funesto equívoco de que porestar nuestro objeto de estudio en elpasado tengamos que callar frente atodo lo que tienen históricamente detradicional, conservador y reaccionario

57 No querer comprometerse -al menos abiertamente- es otra forma decomprometerse, de tipo conservador por lo general.58 La diferencia entre historiadores académicos y aficionados reside enla mayor formación y credibilidad de los primeros, pero ello no debeser patente de corso para orientar la historia desde malos valores,habitualmente implícitos.

las sociedades actuales. ¿Si no, paraqué sirve la historia?

Compromiso y futuroLa práctica exitosa de Historia a

Debate enseña que el futuro de lahistoria, y de las ciencias que nohayan perdido su vocación de sociales,está en el reencuentro con la parte másdinámica y sana –éticamente hablando-de la sociedad, hoy más global quenunca. Así fue en el pasado con la“revolución historiográfica del sigloXX”: lo estamos intentando un siglodespués desde el universo académicolatino con otros contenidos y otrasformas.

La primera novedad del siglo XXI esque ahora, con la globalización devalores, no se puede dejar de incluir -a riesgo de marginación social- enlugar preeminente, entre los valorescompartidos por los historiadores-ciudadanos: la tolerancia, el respetomutuo y la pluralidad, hacia dentro y

hacia afuera de nuestra profesión. Lovenimos haciendo desde 1993 en Historiaa Debate: eludiendo verdadesinapelables59, sectarismos académicosy/o políticos60, sin perder de vistacomo objetivo principal la construcciónde un nuevo paradigma o consenso,beneficiándonos a tal fin del diálogopermanente con interlocutores61 como lospartidarios de un positivismoreencontrado, del postmodernismoficcionado o -en menor medida, sonaliados62- del simple continuismorespecto de la historiografía de los59 En la ciencia actual las verdades evitan el idealismo filosófico amodo de creencias religiosas son relativas en el sentido de verdadescondicionadas por el sujeto investigador.60 Nuestras acciones como Academia Solidaria de Historia a Debate(http://www.h-debate.com/Spanish/academiasolidaria/menu.htm) hanchocado alguna que otra vez con ultras de derecha (v. g.. diciembre2013, campaña en favor de los historiadores catalanistas) o izquierda(febrero de 2014, en defensa de Garzón boicoteado en la Universidadde Santiago de Compostela).61 HaD es un fenómeno académico poliédrico, foro para unos y tendenciapara otros, ambas cosas simultáneamente en realidad: hacer del debateun uso académico supone en sí mismo un cambio de tendenciahistoriográfica.62 Según regresa el positivismo, tenemos que dedicar más tiempo comoHaD a explicar la mucha razón que tenían las vanguardiashistoriográficas del siglo XX en su crítica al empirismo, elitismo ydescriptivismo de la escuela alemana del siglo XIX: los continuistasde las nuevas historias del siglo XX han ido descuidando el debateconforme la decadencia de Annales y marxismo se hizo evidente en losaños 80 y 90.

años 60 y 70. Interrelacionandoreflexión con práctica al tiempo queinteractuamos con nuestros“adversarios”63, hemos ido dando forma aun paradigma-consenso específico, delque todavía no son plenamenteconscientes parte de los colegas quehan ido participado individualmente ennuestras múltiples iniciativas ydebates durante las dos pasadasdécadas. Todo ello sin imponer a nadielos puntos del Manifiesto de Historia aDebate (2001), tampoco miselaboraciones, orientaciones yreorientaciones, como fundador ycoordinador al calor de las acciones yreacciones, dentro y fuera de HaD64.Evitando siempre el estilo vaquero deGeorge W. Bush, durante la guerra deIrak, de estás conmigo o contra mí,algo bastante socorrido por ciertotanto en la historia como en lahistoriografía del siglo XX.Defendiendo las posiciones que63 Sectarismos académicos todavía vivos cuando un colega dicelapidariamente de un tema, enfoque o método: “no me interesa”.64 Ver http://www.h-debate.com/cbarros/spanish/paradigm_had.htm.

consideramos justas y necesarias parala disciplina, sin pretender “caerbien” a todo el mundo, cualquiera puedey podrá expresar desacuerdos(educadamente) dentro de nuestroextenso movimiento-red65. Preconizamosen resumidas cuentas un pensamientocrítico, como solíamos decir en losaños 60 y 70, auténtico y consecuente,crítico y autocrítico, hacia atrás yhacia adelante, de modo que nuestraspropuestas paradigmáticas se hacenmóviles, varían con el tiempo.

La segunda gran novedad, en la tareaemprendida de redefinir el oficio dehistoriador para este nuevo siglo, esque ahora, lo vemos por doquier, elcompromiso intelectual o académico esmenos individual o ideológico,militante o partidista, como en años 60y 7066, y más colectivo y profesional,65 Nuestra capacidad para interiorizar la pluralidad yretroalimentarnos con las críticas explica que no conozcamos críticasacadémicas externas y públicas, explícitas y por lo tanto confesables.66 La historia militante o activista en función de un discurso políticoo religioso también es legítima, faltaba más, sobre todo si no seesconde, como ha hecho tradicionalmente la derecha académica, perosirve de poco hoy en día, en plena sociedad de información, más bienperjudica a sus fines.

en tanto que investigadores, enseñantesy practicantes de la historia. Pasaigual con otros oficios y camposacadémico-profesionales. Compromisodesde la profesión que sólo esrealizable si se reemplazan ideologíasy religiones por grandes valores67 quea veces chocan con aquéllas68.

Antonio Duplá en una vieja reseña(2004) sobre Historia a Debate69 noscalificaba como “historiadores sinfronteras”, a partir de laparadigmática experiencia de médicos yperiodistas sin fronteras. Justaequiparación en cuanto a compromiso,sin embargo nuestra red / movimientohistoriográfico es bifronte: atiendetanto a la investigación, el debate y67 Obviamente las ideologías y las creencias condicionan las visionesconcretas que tiene tal o cual sector social, político, religioso onacional sobre la justicia, la igualdad, la paz, la ecología, laeducación, la salud o la democracia, pero ello no disminuye launiversalidad y transversalidad de estos y otros valores y derechoshumanos, más bien lo contrario.68 El mejor favor que el historiador activo política o religiosamentepuede hacer “a los suyos” es emplear criterios de verdad y honestidadcuando crea que las enseñanzas de la historia y una historiografía devalores puede permitir mejorar o rectificar a sus referentes.69 Antonio DUPLÁ, “Historiadores sin fronteras”, 2004(http://www.pensamientocritico.org/antdup0404.htm).

la reflexión historiográfica (nuestraprimera causa y ocupación) como a loque sucede en el mundo, especialmentesi tiene relevancia histórica ehistoriográfica. Más todavía en el casode los que militamos en “cambiar elmundo” en los años 60-70 con mayor omenor éxito, según qué lugares ycontinentes. En el caso español,podemos considerarnos regularmentesatisfechos, si nos atenemos al durocontexto de aquellos añosdictatoriales70. Unos cambiaron de ideasy valores, legítimamente. Otros optamospor mantener un hilo conductorbiográfico y generacional en losdiversos campos académicos yprofesionales dónde venido trabajando,que reverdece y se endurece en defensanuestra disciplina histórica, oficio yuniversitas en tiempo de retroceso deconquistas sociales, universitarias ypolíticas. Procurando no separar demanera farisea el historiador del70 Otra cosa es que cuarenta años después se pretenda idealizar unademocracia que nació en medio de grandes dificultades -bajo la botamilitar- y fue perdiendo con el paso de los años calidad y memoriasobre sus condiciones originales.

ciudadano, sobre todo en aquéllas áreasde nuestro ámbito académico máspúblicas y actuales, el compromisosocial y político del historiador ha deser profesional y autónomo71.

En el siglo XIX, y también en elsiglo XX, se separó temerariamente elhistoriador del ciudadano, el académicodel hombre, la historia de su contexto,lo que pudo dificultar comprendercabalmente tanto el cambio históricocomo el cambio historiográfico vividos.En el siglo XXI, desvelado el gransecreto de que la historia la hacemoslos historiadores, alentamos, junto conla reflexión y la historiografía, laescritura de autobiografías dehistoriadores72 para comprender mejor lahistoria que se escribe, como forma de

71 La autonomía intelectual que practicamos y propugnamos en Historia aDebate se opone a la vieja “historia militante”, y va más allá inclusodel concepto gramsciano del historiador como “intelectual orgánico”respecto de las clases y grupos sociales, en las antípodas de todosmodos de la historia académica presuntamente aséptica de los viejos ynuevos positivistas, estrategia de camuflaje de los propioscompromisos. 72 Un buen precedente, que no tuvo continuidad, fueron los trabajosreunidos por el prolífero Pierre Nora en Essais d’ego-histoire, París, 1987;hemos incluido en este IV Congreso de HaD (2010) una mesa redonda conel título “El historiador de sí mismo”.

hacer más transparentes los valores quepara bien y para mal (más lo primeroque lo segundo) el historiador aporta asu obra, en línea con nuestra opciónpor un nuevo concepto de la historiacomo una ciencia con sujetocognoscente.

Por otro lado, siempre será másfácil hacer una historiografía devalores que una política de valores. Yoquiero ser compasivo con los políticosque tenemos, porque creemos en lademocracia, que no nos salió gratis,aunque nos gustaría que asumieran deverdad una democracia con nuevasdimensiones éticas y participativas. Nopuede ser que los políticos que nosrepresentan electoralmente estén,paradójicamente, a la cola de laestimación de la sociedad. Quienes nosgobiernan, o nos pueden gobernar,tienen muy difícil al parecer sercoherentes en sus prácticas con losprincipios que declaran. El poder deInternet como medio democrático,horizontal y transnacional de

comunicación está contribuyendograndemente con el sacrificio dealgunos a ponerlo en evidencia. Es comocuando en un acto queda encendidoinadvertidamente el micrófono y nosenteramos de los comentarios que hacenlos que presiden la mesa. Gracias aInternet nunca supimos tanto sobre ladoble moral de nuestros representantespúblicos. Si a ello unimos elmovimiento social de indignaciónsurgido en 2011, coordinado asimismo enInternet, concluimos que en este nuevosiglo a los políticos profesionales lesestá resultando más complicado quenunca ser coherentes y honrados. De ahíla descomunal “crisis de la política”(representativa) que vivimos. Evitemosque la historia siga el mismo caminoseparando falsamente historiadores yciudadanos73. Al no entrañar nuestrooficio una posición de poder político oeconómico, siempre será más sencillo,luego, hacer una historiografía devalores que una política de valores,por lo que podemos y debemos dar73 Solamente justificable desde un retornado objetivismo positivista.

ejemplo de compromiso, ética ycoherencia, comenzando por contar laverdad de la historia que conocemos,caiga quien caiga.

Valores profesionales y socialesLos nuevos valores históricos e

historiográficos de los que hablamos noconstituyen, obviamente, una propuestaex novo, tienen un origen histórico yguían ya de modo más o menos explícitola parte más inquieta, humanista yoptimista de la comunidad internacionalde historiadores dentro y fuera deHistoria a Debate y del ámbitoacadémico latino.

¿Qué valores consideramossignificativos para la historia, launiversidad y la sociedad de nuestrotiempo? Lo primero es discernir entrevalores profesionales y noprofesionales, inseparables pordescontado: los primeros han deinteractuar y evolucionar con lossegundos, no son atemporales. La

realidad del siglo XXI globalespacialmente, conlleva también unainterconectada “totalidad”, como decíande su objeto las vanguardias del sigloque pasó. No podemos concebir en lanueva sociedad de la información unadeontología profesional al margen deuna ética social, civil y globalavanzada. Son los grandes valoressociales, políticos, económicos yculturales tendencialmente mayoritariosque informan el nuevo derecho jurídicointernacional74, los han de orientar eilustrar los valores profesionales dela historia y demás disciplinasacadémicas, así lo reivindican -juntocon la opinión pública global- losinvestigadores en las áreas o temáticasde trabajo científicamente máspunteras, polémicas y actuales: lahistoria no puede quedar atrás aferradaal árbol seco de un empirismodecimonónico.

74 Nos referimos a Occidente cuyos valores de origen ilustrado seextienden por todo el mundo de manera paradójica: generan movimientossociales que cuestionan por su doblez a su gobernanza y la economíaglobal de mercado.

Siguiendo a las ciencias másadelantadas somos cada vez más loshistoriadores que entendemos laseparación entre el objeto y el sujetodel conocimiento histórico como unconstructo imaginario, obstáculoepistemológico que nos distancia denuestro tiempo al pretender convertiren absolutas las verdades históricas dela academia. Por eso hemos redefinidola historia como una ciencia con sujetocognoscente en el primer punto delManifiesto Historiográfico de Historiaa Debate (200175), equiparando elinvestigador y su objeto, elhistoriador y sus fuentes76, comofactores igualmente determinantes de lageneración del conocimiento históricodesde cada presente. Rechazando tantoel cisma sujeto / objeto delpositivismo (el historiador“desaparece” cuando investiga) como del75 Véase una primera formulación en el apartado 4, sobre laredefinición de la historia como ciencia y la nueva física, de “Lahistoria que viene”, Historia a debate. I. Pasado y futuro, Santiago, 1995, pp.95-117 (www.h-debate.com/cbarros/spanish/historia_que%20viene.htm).76 “El historiador y sus fuentes” (2010) enhttp://www.youtube.com/user/HistoriaDebate#p/c/7499EA5EF64F3421/8/iyBz_dlMgf8.

posmodernismo (el historiador “inventa”la historia). Nada mejor que el concepto deparadigma para expresar esta unióndialéctica e igualitaria entre elobjeto y el sujeto, las fuentes y losvalores, en la historia que escribimos.Define Kuhn ‘paradigma’ como conjuntode “creencias, valores, técnicas…compartidos por los miembros de unacomunidad dada” de especialistas77.Valores (creencias estables) tantoprofesionales (elementos demetodología, historiografía, teoría,relación con la sociedad) como noprofesionales (éticos, sociales,religiosos y políticos). Concepto nopositivista de la ciencia que pone enevidencia que es la comunidad dehistoriadores quien decide en últimainstancia la verdad (consensuada de unmodo u otro) sobre los resultados delas investigaciones: verdadeshistóricas que van surgiendo de lasinteracciones historiadores-fuentes. La77 Thomas S. KUHN, La estructura de las revoluciones científicas, México, 1975 (ed.original en inglés, 1962), p. 269.

empiria está, se acepte o no,provechosamente condicionada por losinvestigadores, sus capacidadesintelectuales y profesionales, susvalores historiográficos (selección detemas, métodos y enfoques) y susmentalidades sociales característicasde cada época78. Una historiaobjetiva/subjetiva que se acerca más ala realidad cotidiana del trabajo delos investigadores que las ingenuasdefiniciones “científicas”precedentes79. Nuevo concepto de lahistoria como ciencia que venimosejercitando desde hace 20 años comoprimer valor metodológico yepistemológico. Actúa como la clave debóveda de Historia a Debate comoplataforma y tendencia historiográfica,nos ha permitido relacionar las partesacadémicas y no académicas de losvalores historiográficos. Ciencia con

78 Se dice justamente que la literatura retrata una época, de algunaforma se podría decir lo mismo de la escritura de la historia, queinvestiga el pasado con la pericia y los ojos de cada presente.79 Carlos BARROS, “Por un nuevo concepto de la historia como ciencia”(2005) enhttp://www.h-debate.com/Spanish/presentaciones/lugares/quito.htm.

sujeto que nos exige ubicar en elcentro de nuestra historiografía devalores la búsqueda de una verdadhistórica, a menudo plural, poliédrica,siempre realista y social.

Sobre cómo enfocar los valoreshistoriográficos no profesionales,partimos de dos premisas: a) elfuncionamiento real de las comunidadescientíficas, según la historia de laciencia posterior a Popper, b) lamateria humana sensible sobre latrabajamos los historiadores, y engeneral las humanidades y las cienciassociales. Lo que nos obliga, en mayormedida que a las ciencias de lanaturaleza80, a asumir valores socialesy políticos que -justo es reconocerlo-han hecho posible la constitución,evolución y renovación de la historiacomo ciencia a lo largo de los siglosXIX y XX. Historiografía y contexto: elpositivismo no hubiera existido sin elEstado-nación; tampoco las nuevas80 También las “ciencias duras” necesitan hoy una deontología ético-social si quieren promover y defender el avance de susinvestigaciones, en asuntos de interés social y humano, frente aintereses económicos y políticos minoritarios pero muy poderosos.

historias del marxismo y Annales sin losmovimientos sociales, el auge económicoy el Estado de Bienestar de laposguerra. En este siglo XXI, elestatus académico y público, la unidady el futuro de la historia comodisciplina científico-social dependesin lugar a dudas de cuánto progresenlos nuevos movimientos sociales y laglobalización alternativa,humanizadora81, a la que tratamos decontribuir con una historia actualizadaque tome como referencia los valores yderechos de los hombres, de las mujeresy del medio ambiente82, por encima deideologías, naciones y religiones. Sinuna globalización más humana y social,y menos financiera y economicista, malpodremos desarrollaros las cienciashumanas. Podemos ciertamente tratarnuestro objeto de investigación como sifuera una cosa, ya se ha hecho, conresultados a la larga funestos porparte del positivismo (ni siquiera las81 Marc BLOCH, “El objeto de la historia es esencialmente el hombre,mejor dicho los hombres”, Introducción a la historia, pp. 24-25.82 Ver nota 79.

enaltecidas “grandes figuras” fuerontratadas humanamente), el economicismoy el estructuralismo. Toca ahora re-humanizar la historia si queremos queel mundo actual entienda la utilidadacadémica, científica y social de loque hacemos los historiadores.

No sobra recordar al presente quelos valores humanos de referenciauniversal, inclusive judicialmente, sonfruto de un proceso histórico cuyo hiloconductor parte de la Ilustración83, consus grandes aciertos y errores, hastasus reformulaciones actuales84 en unámbito históricamente inédito, global(no sólo internacional), superador deleurocentrismo y la frustradaexperiencia de un Nuevo Imperio

83 La Ilustración no sólo predicó, también dio trigo, contribuyó adesencadenar procesos históricos concretos (políticos, sociales eintelectuales) enlazados entre sí (Revolución francesa, movimientoobrero y marxismo, descolonización, feminismo y ecologismo) y dioorigen a las ciencias humanas y sociales (Claude LÉVI-STRAUSS,Antropología estructural, México, 1987, pp. 37, 273).84 “Las comunidades de historiadores han de contribuir pues a construiruna ‘nueva Ilustración’ que, aprendiendo de los errores de la historiay de la filosofía, piense teóricamente el sentido del progreso que hoydemanda la sociedad todos los días, asegurando a las grandes mayoríasdel Norte y del Sur, del Este y Oeste, el disfrute humano y ecológicode los avances revolucionarios de la medicina, la biología, latecnología y las comunicaciones”, punto XIV del Manifiesto de HaD.

Americano85. Valores globales que hannacido, caído y resucitado una y otravez en dura lucha (que ha costadoinnumerables vidas) contra otros“valores” que no solemos considerartales, pese a implicar también“creencias estables”, como elmilitarismo, el totalitarismo, elracismo, el fundamentalismo y elterrorismo. Valores pacíficos ydemocráticos que venimos enseñando enla escuela y cultivando, cada vez menosminoritariamente, en la universidaddesde hace décadas. Derechos humanosque afrontan en su aplicaciónresistencias fácticas políticas86,sociales y culturales, así comodiversidad de interpretaciones87 cuando85 Tratamos sobre el “Project for the New American Century” de GeorgeW. Busch en “Historia a Debate, un paradigma global para la escriturade la historia”, Historia a debate. I. Reconstrucción, Santiago, Historia aDebate, 2009, pp. 133-156.(http://www.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/nuevo_paradigma/Paradigmaglobal.htm); si buscamos ahora el PNAC en la web nosencontramos con el mensaje “This Account Has Been Suspended”: másgráfico imposible.86 Sería el caso de las negativas de los Estados Unidos a reconocer elTribunal Penal de La Haya o el Protocolo de Kioto, o del Estadoespañol a juzgar a los responsables de los crímenes franquistas comoexige la ONU.87 Un ejemplo perturbador de Historia Inmediata: el movimiento social yglobal de los indignados (2011, Túnez-2013, São Paulo) triunfó

entran en juego los intereses del podery de la economía, o cuando loindividual (ideología, identidad,religión) entra en colisión con losvalores hoy universalmente asumidos88.Queremos decir que los valores estáncontinuamente a debate cuando abandonanla dimensión abstracta. Ahí es dondepodemos y debemos colaborar con nuestramirada histórica, sin campos vedados,incluyendo el debate sobre el género,la familia y la sexualidad que laIglesia católica89.

La historia sólo puede estar en elsiglo XXI del lado de esta globalidadalternativa que reivindica y trata dellevar a la práctica valores de paz,solidaridad y justicia, igualdad y

gracias a su pacifismo, sin embargo las circunstancias les llevaron atomar las armas en Libia y Siria, siendo sobrepasados (sobre todo enel segundo caso) por Al Qaeda y el fundamentalismo islámico.88 Es menester aclarar, con todo, que el derecho a una ideología,identidad etno-nacional o creencia religiosa está amparado por elvalor de las libertades… siempre que no perjudique o suponga opresiónsobre terceros.89 La elección en 2013 del Papa Francisco, que aboga desde el Vaticanopor los grandes valores sociales, económicos y políticos está creandonuevas condiciones para el diálogo, dentro y fuera de la Iglesia,sobre temas como la pederastia, el aborto, el divorcio y lahomosexualidad.

libertad, educación y salud, ecología ygénero, defendiendo y promoviendo a lasvíctimas de los agresores, a lossectores menos favorecidos ydiscriminados de la sociedad -lamayoría social- de la corrupción y losabusos del poder. Auctoritas yobjetividad del proceso globalizador(en su dimensión no economicista) quehace que los grandes valores se cuelenpor todos los intersticios90 (lugares,regímenes y culturas) engendrandoprimero las ONGs planetarias y despuésmovimientos sociales críticos con elpoder económico multinacional, desde elaltermundismo a los indignados, encontinua lucha por una democraciaplena, igualitaria y global91. Nuestromundo académico e historiográfico notiene futuro al margen de esta90 La eficacia, empuje y generalización de los derechos humanos, viejosy nuevos, es consecuencia de la interacción entre una sociedad civilglobal culta, intercomunicada y cada vez más exigente con instanciasinternacionales como la ONU, la UNESCO y los tribunalesinternacionales que aportan legitimidad jurídica y global en unatesitura en que los viejos Estados democráticos y no democráticossiguen jugando frecuentemente a la contra.91 Carlos BARROS, "Historia Inmediata: de Chiapas a los indignados",conferencia inaugural del XXVII Congreso Internacional HistoriaRegional / VII Encuentro de Historiadores de Sinaloa. Culiacán, 8 dediciembre de 2011 (http://www.youtube.com/watch?v=bHqkczWoBwE).

globalidad social y solidaria, conrostro humano, en marcha.

Academia solidariaLa historiografía de valores ha de

empezar por nosotros mismos. En el año2000 iniciamos en Historia a Debate unnuevo tipo de actividad, quedenominamos Academia Solidaria, enprotesta por una intervención policialen la Universidad Nacional Autónoma deMéxico y el asesinato por ETA delhistoriador y político socialistaErnest Lluch92. Hemos continuado estosúltimos 14 años denunciando, recogiendofirmas y amparando a colegas encualquier lugar del mundo que sufranrepresión93 o amenazas en el ejerciciode su profesión como investigadores y

92 Academia Solidaria de Historia a Debate:http://www.h-debate.com/Spanish/academiasolidaria/menu.htm.93 Resulta significativo que no hubiera surgido algo semejante, fueradel ámbito académico latino, ante la abundancia de casos dehistoriadores represaliados en el siglo XX, véase el diccionario dehistoriados represaliados de Antoon BAETS, Censorship of Historical Thought, AWorld Guide, 1945-2000, Westport, Connecticut, 2002; nuestro colegaholandés viene recolectando, desde 1995, casos de historiadoresdenunciados por Amnistía Internacional(http://www.concernedhistorians.org/content/home.html).

docentes, también como ciudadanos94.Sucede a menudo que en contextos deconflictos, revueltas o guerras, loshistoriadores y otros académicosobjetos de represalias pasandesapercibidos en el conjunto de lasvíctimas: si sus compañeros deprofesión no denunciamos estos casosserían reprimidos con más facilidad95.

Para nuestra tarea solidaria hemostenido por lo regular apoyos más quesuficientes, pero también resistenciasy muchos nos sabe / no contesta: lasolidaridad tampoco es un usoacadémico96. A causa del peso en nuestromedio del individualismo, lacompetitividad y la fragmentación,escasamente contrarrestados por94 También hemos activado nuestra solidaridad en situaciones donde lahistoriografía o la universidad estaban en cuestión, o simplementeestaban en juego valores humanos importantes (guerra, terrorismo,problemas sociales).95 Justo es reconocer que el sector profesional que más cuida lasolidaridad entre sus miembros (no confundir con corporativismo comodemanda y defensa de privilegios) son los periodistas, tal vez laprofesión más castigada por regímenes autoritarios y señores de laguerra, por el poder en su conjunto.96 Hemos dicho lo mismo hace 20 años sobre los debates cuando empezamoscon HaD y ahora se puede decir que “el debate es un uso académico”, almenos en el ámbito de influencia de nuestra red / movimientohistoriográfico internacional.

asociaciones transversales de tipoacadémico-profesional que raramente sepronuncian acerca de cuestiones“ajenas” a su especializaciónacadémica. No existe por consiguienteuna tradición académica de solidaridadinter-personal, nos distinguimos enesto del resto de la sociedad, unamuestra más de orden gremial de labrecha persistente entre academia ysociedad civil.

Pero la horizontalidad de Internetestá cambiando el statu quo: la nuevasociabilidad académica que representaHistoria a Debate97 nos ha permitido irmás allá del corporativismo académico,captando el signo solidario de lostiempos que vivimos y la emergencia denuevas formas de compromiso académico,dirigidas tanto al exterior como alinterior de nuestro campo de estudio ytrabajo.

97 Carlos BARROS, “La sociabilidad académica en la era global”,Seminario de Posgrado en la Universidad de Santiago de Compostela,2007 (http://www.goear.com/listen/6f51b81/la-sociabilidad-academica-en-la-era-global-a-31107-carlos-barros).

El último caso de Academia Solidariaque hemos tratado en HaD es lasolidaridad con los historiadorescatalanes que han organizado endiciembre de 2013 el congreso “Españacontra Cataluña. Una mirada histórica,1714-2014”, inaugurado en plenaborrasca por el historiador-ciudadanoJosep Fontana. Frente a otroshistoriadores españoles que,lícitamente, han aprovechado paraconfrontar, desde El País, ABC y otrosmedios tradicionales de comunicación,su compromiso españolista con elcatalanismo de los participantes, hemoslevantado como Academia Solidaria lavoz98 contra la denuncia que lospartidos políticos PP, UPyD yCiudadanos presentaron contra loscolegas organizadores y participantespor “incitar al odio” (!), delitoinsertado en el Código Penal paracombatir el racismo, el neonazismo y el

98 HaD con los historiadores catalanes:http://www.h-debate.com/Spanish/academiasolidaria/actuaciones/catalanes/menu.htm.

fascismo99. La Fiscalía archivófinalmente la querella, pero el solohecho del plantearse puso en evidenciaque alguien pensó en “dar ejemplo”frente al independentismo catalánreprimiendo a los historiadorescatalanistas. Un ejemplo, en cualquiercaso, de la diferencia que establecemosentre los libres compromisos de partidoo ideológicos de los historiadores, quesuelen influir consciente einconscientemente en su obra (nonecesariamente para mal), y unahistoriografía de valores más general yexplícita, que no debería contradecircompromisos más parciales e implícitos,pero lo hace100. En resumen, para que elpensamiento crítico sea completo, esdecir autocrítico, ha de integrar la99 Todos los partidos representados en el Congreso de Diputados, menosel PP, estuvieron de acuerdo el 17 de octubre de 2013 en añadir alCódigo Penal la exaltación del franquismo: habrá que esperar a quequienes hoy están en la oposición defiendan lo mismo en el futuro sialcanzan el Gobierno.100 El mejor servicio que el intelectual puede prestar a “los suyos” esser fiel a la universalidad de los valores que se dicen defender,aunque sólo fuera por eficacia: en la sociedad de la información sehace más difícil la manipulación; ejemplos negativos del siglo XX sonel silencio crítico de los intelectuales occidentales durante la IIGuerra Mundial hacia las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki y lapasividad de muchos intelectuales de izquierda hacia los crímenes delestalinismo.

autonomía política, ideológica yreligiosa del historiador, cuando no laindependencia si su “dependenciaorgánica” obstaculiza el despliegue desu historiografía de valores.

¿Puede o debe el historiadorjustificar la esclavitud?

En el punto VIII del Manifiesto deHaD hablamos de la necesaria autonomíadel historiador frente a los poderesestablecidos de tipo político,económico, editorial o mediático101:sólo se puede implementar desde unahistoriografía de valores profesionalesy no profesionales102. Lo contrariosería gremialismo, como cuando secritica soberbiamente tal o cual usopolítico y público (externo) de lahistoria, ocultando el uso más o menospúblico y político que hace el propiohistoriador con sus posiciones y101 “Contra la razón mercantil de las grandes editoriales y medios decomunicación social”, decíamos en la conferencia “El compromiso delhistoriador, hoy”, La historia de la historiografía contemporánea en España,Zaragoza, diciembre de 1998.102 Lo no profesional es lo que nos salva de caer en el academicismo.

publicaciones, se quiera o no. Dicho deotro modo, de lo que no ha de serautónomo el profesional cabal de lahistoria es de los valores y derechosque sustentan la voluntad general enmarcha de un ordenamiento cultural,social y político más justo, libre yhumano. Cuya puesta en práctica no espor descontado unívoca, ni política nihistoriográficamente, ha de estarcontinuamente en debate. ¿Sirenunciamos dentro de la academia a lapluralidad que teóricamente defendemosfuera, qué nos queda?103

La historiografía de valores planteaotro reto: el ejercicio de laresponsabilidad por parte delhistoriador cuando investiga, enseña ydifunde sus trabajos. Una maneracorriente de eludirla es negar otraautonomía profesional no menos

103 Si nos preguntamos si es compatible el consenso académico con lapluralidad, la autonomía individual con la responsabilidad colectiva,la respuesta es afirmativo, la experiencia de Historia a Debate lodemuestra, Carlos BARROS, “Historia a Debate, un paradigma global parala escritura de la historia”, Historia a debate. I. Reconstrucción, Santiago,Historia a Debate, 2009, pp. 133-156.(http://www.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/nuevo_paradigma/Paradigmaglobal.htm).

obligatoria: la del historiadorrespecto de las fuentes104, cuyaidolatría convertiría los resultados denuestras investigaciones en una “verdadrevelada”. Ni siquiera loshistoriadores más enclaustradosacadémicamente son inmunes a unautilización externa de sus pesquisas.No hay otra, tenemos que ser proactivosy empáticos cuando tratamos sobre temashistóricos de interés público:aceptando la posibilidad de errar y quela historia académica, por muy biendocumentada que esté, no es “palabra deDios”, está condicionada por elinvestigador como toda ciencia que seprecie. Nos perjudican a todos, quienesdigan lo contrario demandandosubrepticiamente105 un “monopolio” delhistoriador sobre la escritura de lahistoria. Cada generación quiere, y

104 Carlos BARROS, “El historiador y sus fuentes” (2010) enhttp://www.youtube.com/user/HistoriaDebate#p/c/7499EA5EF64F3421/8/iyBz_dlMgf8.105 No es el caso de Pierre Nora que lo hace abiertamente, lo que lehonra, por mucho que lamentemos su radical oposición a la memoriahistórica, Carlos BARROS, “Historia, memoria y franquismo”, Historia ActualOnline, Cádiz, nº 33, 2014, pp. 153-171 (http://www.historia-actual.org/Publicaciones/index.php/haol/article/viewFile/976/891).

está en su derecho como sujetohistórico y/o sujeto académico,reescribir la historia; y cada cambiosocial y político, cultural oideológico, incide sobre la historiaque se escribe. Nuestra credibilidadcomo profesionales es anticiparnos ycontribuir al cambio histórico-historiográfico más deseable desde elpunto de vista del, progreso, de unamejor historia y valores. Dejarsellevar por la marea, o mostrarse ajenoal siglo, ni es inteligente ni esresponsable, aunque sea involuntario,afecta a la disciplina de la historia,también a la historia extra académica. Acostumbro a poner como ejemplocoetáneo de la responsabilidad oirresponsabilidad del historiador, y delos buenos y malos valoreshistoriográficos, el caso del colegafrancés que sirvió de pretexto para elúltimo giro positivista de lahistoriografía francesa encabezado porPierre Nora, en 2005, y su asociaciónLiberté pour l’histoire contraria a la memoria

histórica. Olivier Pétré-Grenouilleau,profesor de historia en el conservadorInstitut d'études politiques de París, defiendeen Les traites négrières. Essai d’histoire globale(París, 2004) que el tráfico deesclavos hacia Europa durante elAntiguo Régimen no tuvo “caráctergenocida”106, ni siquiera implicóviolenta opresión, dado que losnegreros no tuvieron intención criminalhacia ellos y sí un interés puramentemercantil107. Proclamando que laesclavitud fue consecuencia de laestructura económica de la época108: elhistoriador no debe juzgar ni tomar

106 En sentido contrario, referido al Caribe africano, otroshistoriadores más sensibles a la humanidad de su objeto, los esclavosy sus derechos históricos a la justicia, la verdad y la reparación,Hilary McD. BECKLES, Britain’s Black Debt: Reparations for Caribbean Slavery and NativeGenocide, University of the West Indies Press, 2013. 107 Es decir que los tratantes preferían a los esclavos vivos y sanos,defiende el autor: en realidad les sobraba mano de obra, mataban a losrebeldes para meter miedo al resto, ahorraban en manutención yalargaban la jornada de trabajo para incrementar los beneficios,además del delito de lesa humanidad que suponía y supone quitarle lalibertad a un hombre o mujer de por vida. 108 Algunos colegas valoran lo bueno que aportaron el economicismo y elestructuralismo para las ciencias sociales del siglo XX, pero nadadicen de los efectos catastróficos de haber restringido, si noeliminado, el papel del sujeto humano y social de la historia: “el finúltimo de las ciencias humanas no es constituir al hombre, sinodisolverlo”, Claude LEVÍ-STRAUSS, El pensamiento salvaje, 1964, México, p.357.

partido, viene a decir “asépticamente”el autor, justificando objetivamente laesclavitud en la historia. No creo queel investigador en su cubículo previerael temporal que iba a desatar, tampocoque quisiese ofender en plan racista alos afro-franceses (en definitiva, setrataba de un trabajo académico), másbien actúo de manera irresponsable,mostrando cierta incomprensión delmundo actual y sus valores emergentes.De hecho su obra será recordada109 porla polémica engendrada, no por susaportes historiográficos que los tiene,como su enfoque de historia global. Noadvirtió Pétré-Grenouilleau que losdescendientes de aquellos esclavos son,en este nuevo siglo, parte memorial ypolíticamente activa de la democraciafrancesa, con el sostén de lasinstituciones republicanas y la opiniónpública de la gente. Conocido el libroy su reaccionaria tesis el Collectif desAntillais, Guyanais, Réunionnais et Mahorais110109 Pese a los premios de consolación que le dieron a la obra pro-esclavista instituciones conservadoras como la Académie Française.110 Web del grupo memorial antillano:http://privatrauline.wix.com/collectifdom.

presentó una denuncia judicial contranuestro colega por apología de laesclavitud, en base a la declaración dela Asamblea legislativa francesa de laesclavitud como crimen contra lahumanidad (2001) gracias al votofavorable de todos los partidos menosla extrema derecha del Front National.

Una historiografía de valores tieneque defender, sin asomo de duda alguno,la historia como una disciplinalibremente ejercida111 y oponerse, enconsecuencia, a cualquiera penalizacióndel historiador académico, tenga laideología que tenga112. Así debieron deconcluir, juiciosamente, losdescendientes de los esclavos cuandoretiraron la denuncia contra elhistoriador francés, una vezpublicitada -todo hay que decirlo- sureivindicación de una verdad históricaque el libro, y quienes lo sustentan,111 El límite de la libertad es no perjudicar a terceros, como hacen(pensamos que inocentemente) Pétré-Grenouilleau y, de forma másgeneral, Pierre Nora y Liberté pour l’histoire, según vimos y veremos.112 Salvo posiciones totalitarias que amenacen frontalmente (neonazismo,neofascismo, racismo; véase la nota 99) la democracia y la sociedad:no parece el caso del autor de Les traites négrières.

niegan a sus ascendientes, al tiempoque le es reconocida por la ONU, elderecho internacional y las leyesfrancesas. Cara al futuro, la lecciónes clara: si quieres interpretar lapérdida de libertad y la explotación delos esclavos como algo estructural ehistóricamente “inevitable”, hastabenéfico para la economía del aquelmomento, hazlo abiertamente en el marcodel debate subsiguiente,historiográfico y político (el tema esobviamente de interés público), sinescudarse en una supuesta neutralidad o“superioridad” académica. La historiaha de estar permanentemente a debate,dentro y fuera de la universidad, locontrario infringe un daño a nuestraprofesión y su credibilidad en ampliossectores de una sociedad que paganuestros salarios: el caso que nosocupa es ilustrativo al respecto.

Aprovechando que el Pisuerga pasapor Valladolid, Pierre Nora,historiador de mil batallas no pocasreseñables y favorables para la

historia, sin decir nada curiosamentedel desdichado caso de Pétré-Grenouilleau hace un llamamiento el 13de diciembre de 2005113 reivindicandouna suerte de “historia para loshistoriadores” así como diversasconsignas publicitarias como“L'histoire n'est pas la morale”,“L'histoire n'est pas la mémoire”…, afin de conseguir (sin éxito alguno,ciertamente114) la abrogación de lasleyes memoriales de la RepúblicaFrancesa115. Eso sí, dicha iniciativaharto corporativa de Nora y seguidoreslogró marcar, abanderar e impulsar ellargamente anunciado116 giro113 Manifiesto que ha dado lugar según dijimos a la formación de unaasociación denominada Liberté pour l’histoire (http://www.lph-asso.fr/), queconsecuente con su conservadurismo y doble rasero negó en 2010 apoyaral juez Garzón, como pedía Bertolomé Bennassar, en sus pretensiones dejusticia, verdad y reparación para las víctimas del franquismo,“Historia, memoria y franquismo” (2013) enhttp://www.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/memoria/Historia__memoria_y_franquismo.htm.114 La opinión pública francesa es obvia y manifiestamente favorable alas lois mémorielles.115 A diferencia de la Ley española de la Memoria Histórica (2007)Francia penaliza, siguiendo a los alemanes, las opiniones contrarias alas leyes memoriales (progresistas en su mayoría) sin que tengan queactuar los tribunales, al menos que sepamos.116 Carlos BARROS, "La 'Nouvelle Histoire' y sus críticos", Manuscrits.Revista d'Història Moderna, nº 9, Barcelona, 1991, pp. 83-111 (www.h-debate.com/cbarros/spanish/nouvelle.htm).

conservador, iniciado en los años 80117,de la historiografía en Francia, acosta de agrandar la brecha entre lahistoria académica y la sociedadfrancesa y sus actores políticos (menosla extrema derecha de Jean-Marie yMarine Le Pen, significativamente).

¿Rigor sin valor?La historia no puede ser rigurosa si

no es honesta, y viceversa, entendiendola honestidad tanto individual comocolectivamente, ética y socialmente. Nosuele decirse esto cuando se enseña el“método científico” de la historia,desde un concepto positivista yneopositivista de la historia. Elmétodo hipotético deductivo y elcuantitativismo aportados a los nuevoshistoriadores por el neopositivismo, enlos años 60 y 70, no alteró la baseepistemológica de Ranke, Langlois ySeignobos, tampoco lo hicieron Annales yel materialismo histórico cuando117 El fracaso del tournant critique de 1989(http://www.h-debate.com/cbarros/spanish/tournant.htm) entraña ladilución final de Annales como tendencia historiográfica, abriendo elcamino a la restauración del positivismo en la patria de Marc Bloch,Lucien Febvre, Fernand Braudel y Jacques Le Goff.

validaban de alguna forma elobjetivismo positivista en flagrante encontradicción con sus contribucionesmás revolucionarias118. Hoy sabemospositivamente que una ciencia que notenga en cuenta la subjetividadhistoriográfica no es, ni puede ser,una ciencia verdadera sino purocientifismo. La historia ha llegado conun gran retraso a la “ciencia conconciencia” que empieza por elrespeto119 hacia los protagonistas de lahistoria y las fuentes que engendraron,pese a su común parcialidad. Unaciencia unida a la ética es, en laactualidad, imprescindible parasostener y propagar la verdad de lahistoria que vamos conociendo, sujetaen ocasiones a dilemas morales eincomodidades que el historiadorriguroso ha de ser capaz de arrostrarcon valores… y con valor.118 Sobre la continuidad de la epistemología objetivista en lahistoriografía del siglo XX, ver “Por un nuevo concepto de la historiacomo ciencia” (2005) enhttp://www.h-debate.com/Spanish/presentaciones/lugares/quito.htm.119 Ciertamente, una cosa es el respeto hacia las fuentes y otra biendistinta su ciega adoración, valor negativo donde los haya, comodenunció Marc Bloch.

El valor tampoco es un usoacadémico, lo sabemos120. Voy a poner unejemplo (extremo, por lo tantodidáctico) que muestra cómo, en algunostemas, no hay verdad histórica almargen del “valor”121 y de los “valores”del historiador. Singular y pluralinterdependientes que se transforman enépica al fusionarse. Hay circunstanciasque obligan al historiador o a loshistoriadores con rostro humano aactuar valerosamente en defensa de laverdad histórica. A veces, investigar ydivulgar la verdad histórica requierepeligros reales e imaginarios que sesalen de lo habitual académicamente, encontextos autoritarios pero tambiéndemocráticos, donde no siempre estágarantizado el ejercicio libre de la

120 Me refiero a las carreras académicas en tiempos democráticos: elcomportamiento de los universitarios (jóvenes, sobre todo) ensituaciones de dictadura, guerra u ocupación está históricamentedemostrado que puede ser tanto o más valeroso que otros sectores de lasociedad.121 Identificando los ‘deberes´ con ´´valores’ (autoconciencia),cambiando ‘ciudadanía’ y ‘cívico’ por ‘historiografía’ e‘historiográfico’ podemos definir el valor del historiador como“entereza de ánimo para cumplir los deberes de la historiografía, sinarredrarse por amenazas, peligros ni vejámenes” (DRAE, 22 ª edición,2001).

investigación histórica122.Diferenciamos la investigación dematerias que pueden “molestar” a tal ocual ideología, religión o poderfáctico, de lo que huyenpreventivamente muchos historiadorespara eludir la controversia aun siendotemas de interés historiográfico123, deotros objetos de investigación quepueden conducir a una denuncia penal oalgo peor124 de parte de quienesdetentan el poder125 o lo detentaron en

122 Los informes de las instituciones internacionales son claros,respecto a la baja calidad de la democracia en el mundo de hoy.123 Es el caso del derecho de pernada en la Edad Media, que implicatambién a los señores eclesiásticos, vez investigadas las fuentes,descubrí con sorpresa la ausencia de antecedentes bibliográficos porcausa de los temores y prejuicios vivos en el medievalismo; CarlosBARROS, "Rito y violación: derecho de pernada en la Baja Edad Media",Historia Social, Valencia, nº 16, primavera-verano 1993, pp. 3-17(http://www.h-debate.com/cbarros/spanish/pernada_castellano.htm).124 En contextos políticos mediatizados por la violencia hay estudiososse juegan la vida como Darío Betancourt, historiador de la violenciaen Colombia desde los años 50 al presente, asesinado en 1999; en elmismo año y país sufrió el mismo destino el historiador Jesús AntonioBejarano especialista en historia rural; verhttp://yquepasoconlosdesaparecidos.blogspot.com/2008/06/universidad-pedagogica-nacional.html, http://www.youtube.com/watch?v=IMkfQ3mRBYU.125 Como la citada denuncia del partido del Gobierno contra loshistoriadores catalanistas por el congreso de diciembre de 2013 porinvestigar y dar a conocer la conflictividad histórica entre España yCataluña, que pasó así de un tema histórico simplemente incómodo amotivo causa de persecución “legal” por “incitación al odio” con laintención de amedrentar a los independentistas golpeando la cabeza dehistoriadores como Josep Fontana, Jaume Sobrequés y otros.

el pasado126: nuestro mejor y máscercano ejemplo es el franquismo y sussecuelas en la España del siglo XXI.

A pesar de los 37 añostranscurridos desde la transición, losinvestigadores de la represiónfranquista y la memoria histórica,siguen autocensurándose, salvo rarasexcepciones, a la hora de identificar osimplemente nombrar los represores delRégimen, responsables directos y/ointelectuales de las 150.000desapariciones documentadas a partir de1936, como parte de la “limpiezaideológica” llevada a cabo por el bandoganador. La continuidad hasta hoy delmiedo académico127 a decir la verdadcompleta128 sobre la dictadura,126 No parece ser el caso del colega francés alienado y alineadovoluntaria o involuntariamente con los poderosos comerciantes deesclavos del Antiguo Régimen y denunciado por sus familiares siglosdespués.127 Antes del surgimiento del movimiento familiar y social derecuperación de la memoria histórica, ni siquiera se investigaba enconcreto –es decir, localmente- la represión, fuera de generalidadessobre el carácter dictatorial del Régimen de Franco.128 Las investigaciones académicas siguen centradas por lo general en laidentificación de las víctimas y los lugares de represión, dejando delado la información sobre los represores que emana de las fuentesgeneradas, sobre todo orales, para lo que se aprovecha laargumentación positivista (las fuentes son escritas, o no son),

inclusive cuando la ley del silencio seva disipando129 en pueblos y ciudades,constituye una prueba más de lasupervivencia del franquismo en laEspaña actual, que viene lastrandodesde la transición la calidad, eldesarrollo y el prestigio de lademocracia española, inferior en esteaspecto crucial a las democraciaslatinoamericanas que se pretendióinspirar. La verdad histórica sobre“todos los nombres” implicados en larepresión franquista, como víctimas ycomo verdugos, avanzará ciertamenteconforme lo haga la verdad judicial quetiene como finalidad la identificaciónde los autores de los delitosperseguidos, como se vio en elfrustrado Auto de Garzón (2008) y conmás claridad todavía en la causaabierta, en base a la justiciauniversal, contra los crímenes del

aducida también para nuestra vergüenza por quienes denuncian a loshistoriadores que buscan la completa verdad (véase la nota 133).129 Gracias al valor y la presencia social de los descendientes de lasvíctimas y otros partidarios de la memoria histórica, que vaninduciendo posturas más democráticas en partidos, ayuntamientos yotras instituciones.

franquismo por la jueza María Servinien Argentina (2010), que ha ordenado yala detención de varios torturadores connombre y apellidos, algunos todavíavivos como Billy el Niño y el capitánMuñecas, puestos en libertad -demomento- por la Sala Penal de laAudiencia Nacional.

La lucha social, política yjudicial por una verdad plena sobre elfranquismo no será breve: ¿podemos comohistoriadores esperar años a que otroshagan nuestro trabajo? En honor anuestro oficio, debería haber un mayorcompromiso con la dura batalla quevienen librando las víctimas y susfamilias por la verdad, la justicia yla reparación que predica la ONU. Elhistoriador del siglo XX españoldebería sintonizar más, en su búsquedade la verdad, con sus objetos deinvestigación: ejemplos inocentes de uninmenso sufrimiento y lucha por unosvalores de libertad, democracia yjusticia que son, o deberían ser, losnuestros. No hay caso más claro en que

la utilidad de la empatía delhistoriador con la humanidad de losprotagonistas de la historia devieneindispensable si queremos cumplir connuestros valores historiográficos,profesionales y civiles.

No se trata solamente de poner adiscusión hasta dónde ha de llegarnuestro deber en pro de la verdadhistórica del franquismo, tambiéntenemos que afrontar situacionesconcretas y urgentes: siguenapareciendo casos de investigadores yotros profesionales denunciadosjudicialmente por dar a conocer nombresde represores, torturadores y lasinstituciones donde se acogían130. Elúltimo caso que hemos tratado en laAcademia Solidaria de HaD fue sobre elperiodista Gerardo Rivas denunciado, en2013, por la Falange Española y de lasJONS por aludir en un artículo de la

130 Es sabido que la represión franquista durante la guerra y la posguerra siguió un plan sistemático impulsado por el propio Franco, organizado por la Falange y el Ejército Nacional, y apoyando por buena parte de la Iglesia, con la colaboración activa de numerosos jueces de la derecha más conservadora que sigue ejerciendo una influencia nada desdeñable en la magistratura española.

prensa digital al “amplio historial decrímenes contra la humanidad" deFalange131. La Audiencia Provincial deMadrid archivó la querella con elargumento constitucional de la libertadde expresión, pero el temor es libre yestas denuncias, que el ordenamientojurídico español posibilita, tienen lafunción manifiesta de mantener vivo untemor colectivo que ahonda sus raícesen la masiva y brutal represión quesiguió a la Guerra Civil 1936-1939.

El caso más paradigmático fue el deDionisio Pereira, 2007-2009,denunciando por la familia del Jefe deFalange y primer alcalde franquista deCerdedo (Pontevedra), Manuel GutiérrezTorres, citado en las fuentes oralescomo responsable -o uno de losresponsables- de la represión en lalocalidad, según fue recogido por eldenunciado en el libro A IIª República e arepresión franquista no Concello de Cerdedo

131 Más información en http://www.h-debate.com/Spanish/academiasolidaria/actuaciones/grivas/menu.htm.

(2006)132. Finalmente el historiador fueabsuelto por la Audiencia Provincial dePontevedra que hizo valer la libertadde investigación sobre el derecho a la“honra familiar” que aducían losquerellantes, que tuvieron ladesfachatez de cuestionar lametodología histórica del autor133. Lajurisprudencia acumulada por lostribunales de justicia134 vieneprovocando, desde hace años, el archivode casos y las absoluciones, sinembargo sigue la autocensura en lainvestigación histórica acerca de losnombres de los autores de los crímenesfranquistas, retroalimentada por laexpulsión política de Garzón de la132 Más información en http://www.h-debate.com/Spanish/academiasolidaria/actuaciones/dpererira/menu.htm.133 La metodología histórica más conservadora y positivista, hostil a las fuentes orales, es invocada en favor del presunto criminal; está claro, no hay método científico neutro, quienes lo dicen suelen ubicarse en la parte más negra de la historia y la historiografía, lo sepan o no.134 Qué sepamos no tuvo continuación la vergonzosa sentencia de 1980 contra Fernando Ruiz Vergara, director del documental histórico “Rocío” (donde se mencionan los represores de Almonte) que le obligó al exilio en Portugal, donde murió olvidado por la democracia españolaen 2011, Carlos BARROS, “Historia, memoria y franquismo” (2013) en http://www.h-debate.com/cbarros/spanish/articulos/memoria/Historia__memoria_y_franquismo.htm.

Audiencia Nacional, los obstáculos delGobierno y el Poder Judicial a laquerella argentina, y demássupervivencias del franquismo en lajusticia, los medios, la Iglesia, laReal Academia de la Historia y elPartido Popular.

El imaginario del miedo puede másque el amor a la objetividad, de modoque continua siendo en el siglo XXI unactividad épica en España investigarcon entera libertad la represión deEstado entre 1936 y 1977. Loshistoriadores del franquismo, exceptoalgunos valientes que salvan la imageny el honor de la profesión, siguenhurtando en sus publicaciones losnombres y apellidos de los causantes detanta muerte y tortura a lo largo yancho de España, cuatro décadas despuésde la muerte de Franco. ¿Dónde queda laautonomía de la historia académica sitenemos que esperar a que políticos yjueces soliciten a los historiadoresdatos -que habrá que buscar entonces-de los culpables de los inhumanos

delitos cometidos por el franquismo? Sedijo, y con razón, que lo primero sonlas víctimas pero la justicia, laverdad y la reparación que exigimos ensu nombre conlleva la averiguación delos causantes.

¿Puede la historia como disciplina135

seguir eludiendo tantos temas espinosospor miedo o comodidad? O lo que espeor, ¿podemos dejar solos a loscolegas que fieles al oficio y susvalores se siguen “arriesgando” ainvestigar y divulgar toda la verdad dela historia?

De cualquier modo la solucióntendría que ser más colectiva queindividual: ponerse “todos” de acuerdopara procurar y aportar “todos losnombres” en las investigaciones sobreel franquismo. Si eliminamos la parteimaginaria, se verá claramente que elfranquismo está históricamente muerto.

Sólo con la verdad combatiremosnuestros fantasmas y haremos avanzar la

135 Otra cosa son las opciones individuales, siempre respetables.

historia: objetivo de nuestrahistoriografía de valores.