HABITABILIDAD DEL ESPACIO PÚBLICO DE SAN CRISTÓBAL

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1 HABITABILIDAD DEL ESPACIO PÚBLICO DE SAN CRISTÓBAL Fabiola Vivas, Oscar Moros, Carmen Méndez Programa de Investigación Habitabilidad INTRODUCCIÓN El término habitabilidad ha tenido diversas interpretaciones y significados en la literatura de los últimos 20 ó 30 años. Tiene una vinculación muy estrecha con otros conceptos como los de calidad de vida, bienestar, felicidad e incluso con los de sustentabilidad y gobernabilidad, al referirse ya al medio urbano. En su mayoría, estos conceptos han tenido definiciones imprecisas y han sido usados muchas veces como sinónimos, con solapamientos y hasta contradicciones. Sin embargo, más recientemente ha habido esfuerzos importantes para organizarlos y clasificarlos, precisando así sus significados en una conceptualización global (Veenhoven, 2000). En términos generales la habitabilidad ha sido vista como la pretensión de mantener la calidad de vida (Rueda, 1996). Comprendería una serie de requisitos o condiciones, necesarias para lograr la satisfacción de las necesidades básicas del individuo o de la comunidad. Tendría así una connotación más espacial, agrupando las distintas cualidades del entorno que harían posible ese bienestar, mientras que la calidad de vida sería una resultante de la satisfacción de tales necesidades, bien sea objetiva o percibida por el individuo. Por otra parte, estos conceptos se han asociado también al de sustentabilidad, y se ha hablado de “Desarrollo Sustentable” y, concretamente en el entorno urbano, de Ciudad Sustentable”. Se entiende éste como la búsqueda de la satisfacción de las necesidades actuales de la sociedad sin poner en riesgo los recursos ambientales y sociales para las generaciones futuras. “Las ciudades y en general los espacios urbanos, no tienen autonomía ecológica, ni la capacidad biológica necesaria para producir en su territorio los servicios ambientales necesarios para llevar a cabo todos sus procesos económicos y sociales y sintetizar los residuos generadoslo cual los hace altamente vulnerables, más aún ante los cambios sustanciales y sin precedentes que la Tierra está experimentando en materia ambiental (Martínez, 2011). Esto ha llevado a una serie de iniciativas en numerosos foros internacionales, en los que se han generado políticas y programas de carácter urbano-ambiental, para atender el grave daño ecológico que se le está causando al planeta.

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HABITABILIDAD DEL ESPACIO PÚBLICO DE

SAN CRISTÓBAL

Fabiola Vivas, Oscar Moros, Carmen Méndez

Programa de Investigación Habitabilidad

INTRODUCCIÓN

El término habitabilidad ha tenido diversas interpretaciones y significados en la

literatura de los últimos 20 ó 30 años. Tiene una vinculación muy estrecha con otros

conceptos como los de calidad de vida, bienestar, felicidad e incluso con los de

sustentabilidad y gobernabilidad, al referirse ya al medio urbano. En su mayoría, estos

conceptos han tenido definiciones imprecisas y han sido usados muchas veces como

sinónimos, con solapamientos y hasta contradicciones. Sin embargo, más recientemente

ha habido esfuerzos importantes para organizarlos y clasificarlos, precisando así sus

significados en una conceptualización global (Veenhoven, 2000).

En términos generales la habitabilidad ha sido vista como la pretensión de

mantener la calidad de vida (Rueda, 1996). Comprendería una serie de requisitos o

condiciones, necesarias para lograr la satisfacción de las necesidades básicas del

individuo o de la comunidad. Tendría así una connotación más espacial, agrupando las

distintas cualidades del entorno que harían posible ese bienestar, mientras que la calidad

de vida sería una resultante de la satisfacción de tales necesidades, bien sea objetiva o

percibida por el individuo.

Por otra parte, estos conceptos se han asociado también al de sustentabilidad, y

se ha hablado de “Desarrollo Sustentable” y, concretamente en el entorno urbano, de

“Ciudad Sustentable”. Se entiende éste como la búsqueda de la satisfacción de las

necesidades actuales de la sociedad sin poner en riesgo los recursos ambientales y

sociales para las generaciones futuras. “Las ciudades y en general los espacios urbanos,

no tienen autonomía ecológica, ni la capacidad biológica necesaria para producir en su

territorio los servicios ambientales necesarios para llevar a cabo todos sus procesos

económicos y sociales y sintetizar los residuos generados” lo cual los hace altamente

vulnerables, más aún ante los cambios sustanciales y sin precedentes que la Tierra está

experimentando en materia ambiental (Martínez, 2011). Esto ha llevado a una serie de

iniciativas en numerosos foros internacionales, en los que se han generado políticas y

programas de carácter urbano-ambiental, para atender el grave daño ecológico que se le

está causando al planeta.

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En la búsqueda de la habitabilidad urbana es donde juega un papel relevante el

espacio público de las ciudades, no solamente en su aspecto físico-espacial, en términos

de su diseño y construcción, sino fundamentalmente bajo la perspectiva psico-socio-

ambiental, como el gran espacio articulador de la vida de la ciudad y el principal elemento

en el logro de la habitabilidad urbana. Arquitectos como William Niño (2009), lo han

definido como la columna vertebral de la ciudad contemporánea, el lugar donde se gesta

la ciudadanía, donde se da la historia de la ciudad. Lo conceptualiza además como un

elemento clave para la calidad de vida de los ciudadanos por considerarlo un servicio

fundamental como lo puede ser el agua o la electricidad y por ser el lugar de la

sociabilidad, del encuentro y de la seducción (Fig. 1). Siendo tan amplio el número de

significados y atributos, las definiciones de espacio público son también numerosas y

variadas, de acuerdo a los distintos enfoques de los autores. Un aporte interesante al tratar

de conjugar estas diferencias lo hace Carmen Bellet (2009:1) en la siguiente

caracterización:

El espacio público es multidimensional pudiéndose definir de muchas formas

según pongamos nuestra mirada en sus formas (espacio libre, espacio abierto,

espacios de transición), en su naturaleza (régimen de propiedad, tipo de gestión),

en los usos y funciones que allí se desarrollan (espacio para el colectivo, común,

compartido), o en el tipo de relaciones que se establecen (espacio de la

presentación y representación, democracia, protesta, fiesta, etc.).

Por otra parte, la vinculación entre la habitabilidad y el espacio público de la ciudad

se puede apreciar en numerosos planes y programas para el desarrollo urbano en

muchas ciudades a nivel mundial. Concretamente en América Latina, esto ha sido tomado

en cuenta en ciudades como Bogotá, México, Curitiba, Santiago y muchas otras.

Es así, por ejemplo, como en el “Plan Verde de la Ciudad de México”, el segundo

eje temático es la habitabilidad (los otros son: suelos, agua, movilidad, aire, residuos y

cambio climático), y casualmente su objetivo es “Rescatar y crear espacios públicos

para hacer de la ciudad un lugar de integración social que ofrezca mejor habitabilidad,

confort y equidad”.

Se pretende pues en este artículo, sensibilizar a los lectores sobre el significado e

importancia del espacio público en la conformación de una sana ciudadanía y, en la

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necesidad de asumir la responsabilidad compartida, para lograr la sostenibilidad urbana

que contribuya a elevar nuestra calidad de vida. Es por ello que se inicia con una

descripción de los principales problemas que enfrenta el espacio público de San

Cristóbal, así como el examen de las nuevas formas de habitarlo y su impacto en la

ciudad. Seguidamente se exponen algunos referentes nacionales e internacionales de lo

que significa contar con espacios públicos exitosos y habitables, generadores de

sentimientos de apego y orgullo de los habitantes por su ciudad. Finalmente, se dan a

conocer dos proyectos de intervención del espacio público de San Cristóbal realizados

como trabajos de grado en la Carrera de Arquitectura de la Universidad Nacional

Experimental del Táchira.

Espacios públicos exitosos

Fig 1. Espacio público como lugar de encuentro, de socialización, de seducción…

I. PRINCIPALES PROBLEMAS QUE ENFRENTA EL ESPACIO PÚBLICO DE SAN

CRISTÓBAL Y POSIBLES SOLUCIONES

Un simple recorrido por la ciudad es suficiente para apreciar las condiciones de

habitabilidad que ésta ofrece a sus ciudadanos. Como resultado de una evaluación-

diagnóstica realizada en espacios públicos abiertos en la ciudad de San Cristóbal (Vivas,

2006), se identificaron una serie de patologías que reflejan a su vez el ciclo de vida del

espacio. El estudio realizado en una muestra de calles de Barrio Obrero, uno de los

sectores más importantes de la ciudad, concluyó que ésta sufre de lo que Borja y Mauxí

(2003) identifican como “agorafobia urbana”. Esta es una enfermedad producida por la

degradación o la desaparición de los espacios públicos integradores, protectores, y

accesibles a todo público. Esta enfermedad urbana identifica vialidad con espacio público

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y seguridad con privatización. Los signos y síntomas de esta anomalía urbana fueron

agrupados por Vivas (2006) en cuatro tipos de patologías. A continuación citamos

textualmente:

Se definió como patología genética al conjunto de lesiones o defectos

provenientes de fallas o problemas en el proceso de concepción del espacio.

Patología congénita se empleó para agrupar el conjunto de lesiones o defectos

ocasionados durante la construcción del mismo. Patología metabólica se llamó

al conjunto de lesiones, defectos o desórdenes provenientes del funcionamiento

del espacio público, c o m o l a falta de mantenimiento o inadecuada gestión

de dicho espacio. Y la categoría Patología social fue utilizada para referirse a

comportamientos incívicos de los habitantes (p. 136).

Se podría señalar que actualmente estas patologías afectan la casi totalidad del

espacio público de San Cristóbal. Para documentar esta situación hemos identificado en

la ciudad algunos casos que reflejan malas prácticas en la concepción y gestión del espacio

público. De igual manera, hemos seleccionado buenos ejemplos de intervención urbana

que merecen ser imitados.

Sobre la concepción y construcción del espacio público: Las aceras como lugares de

encuentro y negociación de conflictos e intereses.

La ejecución de vías en la ciudad refleja la concepción que del espacio público

tienen la mayoría de planificadores, diseñadores y gestores de la ciudad así como también

los ciudadanos. Para muchos especialistas el espacio público es principalmente un

estructurador de la ciudad, olvidando o dejando de lado las dimensiones humanas que

debe contemplar todo espacio público habitable. En general, las calles y avenidas de

nuestra ciudad son consideradas vías para transitar principalmente vehículos y no

peatones. Esta situación se ve reflejada claramente en muchos lugares de la ciudad.

Los problemas de concepción y construcción del espacio público, tales como

aceras angostas o ausencia de ellas (Fig. 2), mobiliario urbano con baja calidad de

diseño o inexistente, son muy comunes en el bloque central de la ciudad. Es el caso

del muy conocido vecindario de Barrio Obrero, el cual fue diseñado con calles amplias,

pero con aceras angostas. ¿Cuál es la lógica subyacente en dicha visión de ciudad? ¿Los

intereses de quién sirve? ¿Los intereses de quién protege? La respuesta a estas

interrogantes la podemos ofrecer citando a Samper (1997) “el hombre-vehículo está por

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encima del hombre-peatón”.

Problemas o patologías Buenas prácticas

Vía de acceso a la Universidad Católica, San Cristóbal. Las reglas que ordenan la calle prescriben que los peatones deben usar las aceras. ¿Y cuando éstas no existen o no son confortables para ser transitadas? La ausencia de aceras transitables y vivibles refleja la concepción de ciudadanía que manejan muchos diseñadores y constructores, quienes le dan prioridad al vehículo.

5ta Avenida, San Cristóbal. Las ordenanzas de la ciudad de San Cristóbal (1976) exigen aceras amplias y techadas en las Av. García de Hevia (5ta Av.) y Medina Angarita (7ma Av.). Esta disposición legal es un acierto en la gestión del espacio público. Dicho atributo contribuye a que la ciudad sea más amigable al peatón. Los aleros ofrecen hospitalidad, favoreciendo no sólo el tráfico peatonal sino que benefician de igual manera a los comercios adyacentes.

Fig 2. Las reglas que ordenan la calle

Según el trabajo de Vivas (2006) ya citado, algunos comerciantes y constructores

perciben que en las aceras “hay suficiente espacio” para construir bahías de

estacionamiento y además para que “pase la gente”. Por el contrario, los vecinos

manifestaron que les gustaría el iminar en el sector “las aceras angostas”. Las aceras

son para habitarlas, lugares para la interacción entre personas de diferentes edades,

intereses y necesidades; y por lo tanto, en su condición de espacios compartidos es de

esperarse que surjan conflictos y cuya resolución dependerá de la capacidad de

negociación de los usuarios y administradores de la ciudad.

Sobre el funcionamiento del espacio público: Necesidad de mobiliario urbano

La escasez y baja calidad del mobiliario urbano es otro de los problemas que

presenta la mayoría de las calles de nuestra ciudad. En respuesta a la consulta realizada

a los ciudadanos, éstos expresaron: “Hace falta de todo”, “No tanto que haga falta, sino

que lo que esté lo mejoren“. También hay quienes no le ven utilidad al mobiliario urbano

y expresan: “¿Para qué? Nadie lo usa, solo los buhoneros”. La pregunta que surge de

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inmediato es ¿Por qué nadie lo usa? ¿Cuál es el mínimo de equipamiento para garantizar

un óptimo nivel funcional y espacial en nuestra ciudad, sobre todo para garantizar la

transitabilidad en sus diferentes sectores? No se puede olvidar que las calles se deben

a la vida cotidiana.

Es así como se aprecia en las calles escasez de mobiliario urbano de servicios,

como cabinas telefónicas, bebederos, baños públicos, papeleras, depósitos de basura,

semáforos, luminarias y sistemas de señalización. El mobiliario urbano utilitario, como

por ejemplo, los kioscos de venta de revistas o flores, están presentes en nuestra ciudad

pero con muy baja calidad de diseño o sin diseño alguno, (Fig. 3).

Problemas o patologías Buenas prácticas

Calle 14 San Cristóbal. La ausencia de mobiliario urbano de servicios entorpece el buen funcionamiento del espacio público. Inhibe el uso apropiado del mismo y contribuye a deteriorar la imagen del sector.

El mobiliario urbano de servicios debe ser diverso para atender las necesidades de los usuarios. Por ejemplo, los bebederos y los baños atienden necesidades prioritarias del ciudadano y hacen una ciudad confortable. Igualmente, la gente requiere orientación espacial para lo cual se requiere buena señalización y carteleras informativas.

Fig. 3. Mobiliario urbano de servicios

El mobiliario urbano de equipamiento, como son las paradas de autobuses, es

importante porque éste cumple con una actividad complementaria y de apoyo a la

actividad de desplazarse por la ciudad. En el caso que nos ocupa, las pocas paradas

existentes generan conflictos adicionales al tráfico urbano por su ubicación inadecuada.

Dentro de esta misma categoría de mobiliario urbano se incluyen también los bancos

para sentarse, los cuales tampoco están presentes en las calles de la ciudad. De igual

manera no está disponible el mobiliario adecuado para que personas minusválidas

transiten libremente y hagan buen uso de los espacios públicos de San Cristóbal.

En intervenciones urbanas recientes, como es el caso de la ampliación de la Av.

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Guayana en la zona noroeste de la ciudad, nos encontramos con un proyecto que está

todavía en ejecución y de cuyos resultados se infiere que lo prioritario es resolver un

problema de tráfico automotor. El proyecto en ejecución no pareciera orientado hacia las

necesidades básicas de los vecinos de la zona así como de los que la transitan por ella

(Fig. 4). Las aceras responden a un remate de la calzada pero no representan un

espacio para la convivencia ciudadana.

Problemas o patologías Buenas prácticas

Av. Guayana, San Cristóbal. El proyecto de ampliación de esta avenida considera la ubicación de paradas de transporte público a lo largo de ella. Sin embargo, como se observa en la fotografía, el mobiliario urbano para ello está ausente generando incomodidad e inseguridad a los usuarios.

Portland, Estados Unidos. Una parada de transporte público apropiada ofrece al usuario protección ante el clima, lugar donde sentarse y accesibilidad a todo tipo de persona. Igualmente, su ubicación adecuada es fundamental para ofrecer seguridad al peatón y al resto de conductores.

Av. Guayana, San Cristóbal. La comunidad denuncia la falta de colaboración entre los distintos organismos públicos encargados de ejecutar una vía. La comunidad no fue tomada en cuenta en la toma de decisiones inherentes a su entorno urbano.

Av. Guayana, San Cristóbal. La gestión del espacio público exige reconocimiento de los diferentes actores y su trabajo conjunto en pro de la calidad de vida de los ciudadanos. La avenida Guayana cuenta con un valioso activo que son sus árboles que contribuyen a darle confort al peatón, mejorar la calidad del aire y ofrecer una imagen que la caracteriza y contribuye a afianzar su identidad

Fig. 4. Proyecto de ampliación de la Av. Guayana ¿Responde a las necesidades de los viandantes y conductores?

Otro de los problemas observados durante los recorridos realizados por la ciudad

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son las alteraciones en su metabolismo, los cuales afectan el funcionamiento, imagen y

dinámica del espacio público, y de los vecindarios en donde éstos se ubican. Entre los

problemas más críticos se encontraron los siguientes:

¿Invasión de la calle?

La constante apropiación indebida de la acera y la calzada por sujetos y objetos,

es el paisaje urbano cotidiano vivenciado en las principales calles de la ciudad. Ocupación de las aceras por parte del comercio informal. Las principales ventas

que ocupan las aceras del Centro y otros sectores de la ciudad son de ropa, calzado

(Fig. 5), servicio de alquiler de celulares y venta de tarjetas telefónicas, las cuales

se encuentran prácticamente en casi todas las calles más transitadas, ubicadas

principalmente en esquinas o cerca de ellas. La venta de frutas y jugos es otro tipo de

actividad que se encuentra con frecuencia ocupando las calles. Fruterías, algunas

montadas en kioscos, otras de carácter ambulante, funcionan en carritos o camiones; la

venta de jugos, algunas anónimas y otras de franquicias ocupan igualmente aceras y

calzadas, muchas veces entorpeciendo el libre tránsito del peatón y del vehículo

generando a su vez, desperdicios que atentan contra la salud del consumidor.

Invasión del espacio público forma parte de la vida urbana cotidiana de la ciudad ¿quién controla el espacio público? ¿quién (es) son excluidos de él?

El urbanismo social promueve que los carros y la gente compartan las calles…”Calmar el tráfico es el ecualizador de la edad del auto” (Sucher, 2007:76).

Fig. 5. La calle ¿compartida? A pesar de la mala imagen que proyectan estos lugares y el entorpecimiento del

flujo peatonal y vehicular que ocasionan, su presencia atrae al público y satisface algunas

Problemas o patologías Buenas prácticas

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de sus necesidades básicas como es la compra de alimentos. Hoy en día, algunas ciudades

tienen como política permitir los vendedores en la calle siempre y cuando éstos no sean

vetados por otro comerciante o propietario adyacente. Con esta política se pretende

generar un nodo de actividad, que promueva el contacto humano. De esta forma se puede

lograr mayor control social y seguridad sobre la calle (Fig. 6).

Problemas o patologías Buenas prácticas

Centro de San Cristóbal Muchas de estas ventas informales atienden necesidades básicas de la población. El problema radica en los conflictos que se generan entre los vendedores y los peatones debido a la mala ubicación de los puestos de ventas. Igualmente, dichas ventas afectan la imagen del lugar por falta de un kiosco bien diseñado que atienda las necesidades tanto del vendedor como del usuario.

Av. Guayana, San Cristóbal La vigilancia natural y la presencia humana es el principal factor para lograr la seguridad. El segundo factor es la territorialidad. Si la gente se siente “dueña” del espacio público también se sentirá responsable de éste y contribuirá a vigilarlo y cuidarlo.

Fig.6. Ocupación de las aceras por parte del comercio informal ¿una política a seguir para atraer público y contribuir a dar seguridad?

Ocupación de las aceras por parte del comercio formal. Las vidrieras de algunos

locales comerciales parecieran no contar con suficiente espacio para ofertar la mercancía.

Sus dueños, quienes deciden competir con el comercio informal, utilizan la acera y la

calzada para exhibir sus productos. Más que llamar la atención de compradores, se aprecia

como estrategia para marcar su “territorio” y proteger así su área de influencia y cuidarse de

invasores o personas no deseadas (Fig. 7).

Problemas o patologías Buenas prácticas

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Barrio Obrero, San Cristóbal. El comercio formal también invade la calzada… ¿estrategia de venta o demarcación de su territorio? En nuestra ciudad algunos comerciantes optan por esta idea para atraer a sus compradores.

Barrio Obrero, San Cristóbal ¿Cómo hacer que la calle sea un lugar más interesante donde la gente pueda permanecer? Un frente permeable, acogedor y fácil de acceder invita a la gente a interesarte en un primer momento y luego, a entrar al lugar.

Fig. 7. Ocupación de la calzada por parte del comercio formal ¿una estrategia para evitar la invasión por parte del comercio informal?

Aceras invadidas por el vehículo. El otro gran invasor de las aceras de San

Cristóbal es el vehículo (Fig. 8). La falta de estacionamientos, tanto para residentes

como para comerciantes, obliga a muchos conductores a ubicar sus automóviles en

las aceras. Nuestra ciudad crece y con ello el tráfico automotor se convierte en la

verdadera pesadilla de hoy.

Problemas o patologías Buenas prácticas

Fig. 8. Invasión de la acera por vehículos

Invasión de aceras por otros objetos. Vallas de publicidad, restos de avisos,

soportes, bases, etc. también están presentes en algunas aceras de las calles de San

Cristóbal, constituyendo un peligro cuando toman desprevenido al peatón (Fig. 9). Se

Av. Guayana, San Cristóbal. La falta de estacionamientos bien ubicados así como el comportamiento incívico atentan contra la fluidez del tráfico peatonal.

Portland, Estados Unidos. Calzada y aceras bien concebidas y construidas son disfrutadas plenamente por el peatón.

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encontraron igualmente casetas telefónicas mal ubicadas, las cuales ofrecen el servicio

público telefónico por una parte, y por la otra, funcionan como escenario para la venta y

alquiler de tarjetas para la telefonía pública y privada que demanda el transeúnte.

Problemas o patologías Buenas prácticas

Barrio Obrero, San Cristóbal. Casetas telefónicas mal ubicadas interrumpiendo el paso de peatones.

Nueva York, Estados Unidos. Las aceras bien conservadas y equipadas facilitan el flujo de la gente y estimulan la interacción social.

Fig. 9. Mobiliario de servicio en aceras

Transformaciones en fachadas y retiros de frente

Durante los recorridos peatonales por las calles de la ciudad se hicieron algunos

reconocimientos sobre las numerosas transformaciones realizadas en fachadas, tanto de

viviendas originales como en viviendas modernas y contemporáneas.

En Venezuela se encuentran grandes vacíos en materia de legislación del espacio

público, así como de lineamientos particulares sobre la reutilización. En países como

Colombia, consideran parte del espacio público elementos tales como cubiertas, fachadas,

paramentos, pórticos, antejardines, cerramientos y por tanto, están regulados. “De igual

forma se considera parte integral del perfil vial, y por ende del espacio público, los

antejardines de propiedad privada” (Decreto 1504, 1998, Art. 5).

Los cambios de uso, bien sea de forma parcial o total en las viviendas en muchos

sectores de la ciudad, conllevan la mayoría de las veces a modificaciones que afectan el

espacio público inmediato, que en este caso son las aceras del sector (Fig. 10). Las

transformaciones más notorias y que afectan la imagen urbana son el crecimiento de la

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vivienda sobre el retiro de frente.

Problemas o patologías Buenas prácticas

Pirineos, San Cristóbal. Las transformaciones en las fachadas tanto en viviendas como en comercios afectan notoriamente el confort que requieren los transeúntes. Un conjunto residencial cerrado con muros altos es una invitación a dejar la calle como territorio de nadie…

Edificio Sede Seguros La Previsora, San Cristóbal. Un buen diseño de fachada toma en cuenta al peatón y ofrece un gesto de cordialidad hacia la calle.

Fig. 10. Transformación en fachada que afecta al peatón que transita por la acera

Falta de mantenimiento

El mal estado de aceras y calzadas es notorio en la mayoría de las calles de la

ciudad, muchas de ellas inaccesibles e inseguras para su circulación (Figs. 11). El peatón

debe evadir constantemente obstáculos como basura, materiales y desperdicios de

construcción, pavimentos fragmentados, huecos y desniveles, entre muchos otros. En la

última década, este tema ha sido recurrente en las crónicas urbanas de la prensa local.

Problemas o patologías Buenas prácticas

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Calle de Barrio Obrero, San

Cristóbal. ¿Podría una persona con

alguna discapacidad motora vencer

estas barreras físicas?

Seattle, Estados Unidos. Una calle amplia, con buen

mantenimiento y bien equipada es una calle accesible a todo

público, destacando así su condición de un espacio público

democrático.

Fig. 11. Desniveles en las aceras

Sobre el comportamientos ciudadano

Las patologías sociales están referidas a los comportamientos incívicos de los

ciudadanos. Algunos de estos comportamientos observados fueron:

Contaminación visual y sonora

Las vallas publicitarias invaden el paisaje urbano, contaminando visualmente el

ambiente que transitan peatones y conductores. Distraen la atención de conductores y

ocultan tras de sí la morfología arquitectónica, que podría ser atractiva para el ciudadano

y contribuir a crear identidad urbana y fortalecer lazos de apego con su ciudad. Los

graffitis abundan en calles y avenidas, compitiendo en muchas de ellas con las vallas

publicitarias. (Fig. 12)

Problemas o patologías Buenas prácticas

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Barrio Obrero, San Cristóbal. Letreros publicitarios no siguen las ordenanzas en relación con su posición. La variedad de tamaños y formas contamina el ambiente.

Av. Callao, Buenos Aires. Desde que fue catalogada “área de protección histórica” en toda la extensión de la avenida, se imparten reglas especiales de construcción, iluminación y publicidad, regulando el entorno de los edificios con reglas específicas de decoración, iluminación y uso, con el objetivo de conservar la armonía de la avenida y la imagen urbana del lugar.

Fig. 12. Vallas publicitarias y graffitis en San Cristóbal

Es de esperarse igualmente que con el incremento del tráfico también se aumenta

la contaminación sonora, la cual aunada a la venta de música por parte de vendedores

ambulantes y la recreación nocturna en algunos sectores, crean una atmósfera poco

atrayente para peatones y vecinos (Fig. 13).

Problemas o patologías Buenas prácticas

Barrio Obrero, San Cristóbal. Este graffiti evidencia la molestia de los vecinos del sector Barrio Obrero por la contaminación sónica imperante durante la noche.

Centro de Cúcuta. El cambio de concepción en la administración de una ciudad, genera propuestas reales y palpables como Centro Comercial a Cielo Abierto en pleno corazón de la ciudad de Cúcuta, en donde en la incorporación de mobiliario urbano se incluyen unos pequeños parlantes donde se programa música el cual el peatón disfruta mientras se moviliza por sus amplias aceras.

Fig. 13 .Graffitis de protesta vecinal en contraposición con propuestas de

incorporación de música para el disfrute del peatón en sus recorridos Tráfico intenso

En toda la ciudad el tráfico automotor se ha incrementado notoriamente afectando

la calidad de vida de sus moradores y visitantes (Fig. 14). Sectores como Barrio Obrero,

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funcionan como un centro comercial abierto y lugar de encuentro de jóvenes y “adultos

contemporáneos”, quienes se apropian de sus calles para lucir sus autos (“tunning”) y

motos, así como para socializar con sus pares.

Fig. 14. Tráfico intenso en diversos sectores de la ciudad Privatización de la calle

Uno de los fenómenos más notorios en nuestras ciudades hoy en día

ante la inseguridad, es la privatización del espacio público. En el caso de San

Cristóbal este fenómeno se expresa de variadas formas. Por una parte, los vecinos

se “encierran” física y socialmente, buscando refugio en sus áreas privadas. En

aquellos sectores de mayor uso residencial, las calles son controladas por

vigilancia privada. Y por otra parte, se observan huellas visibles de personalización

en aceras frente a locales comerciales (Fig. 15).

Problemas o patologías

Problemas o patologías o patologías

Av. 19 de Abril y calle de Barrio Obrero. La falta de estacionamientos, vehículos mal estacionados, el despacho de materiales, son algunas de las causas de la intensidad del tráfico. El peatón es siempre el principal excluido.

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Fig. 15. ¿Encerrarse o abrirse hacia el espacio público?

Hemos reseñado hasta aquí algunos resultados obtenidos a través de investigaciones

desarrolladas en el Programa Habitabilidad y en ejercicios prácticos realizados en cursos

sobre el tema, los cuales pretendían identificar las principales patologías que enfrenta el

espacio público de San Cristóbal.

De igual manera, queremos mostrar buenos ejemplos de intervención urbana que

buscan solucionar algunas de las problemáticas mostradas. En la sección a continuación

presentamos el caso "Madrid Río", ya concluido. Además, en el ámbito nacional resaltamos

las intervenciones recientemente realizadas al Bulevar de Sabana Grande en Caracas.

Finalmente, desde la academia, también hemos formulado algunos proyectos de

intervención urbana para la ciudad de San Cristóbal que vale la pena destacar. En esta

oportunidad hemos seleccionado dos trabajos de grado: la propuesta de intervención

urbano-arquitectónica para un sector de La Concordia y el otro, una propuesta para un Sector

de Pueblo Nuevo.

II. ALTERNATIVAS DE INTERVENCIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO.

Existe actualmente un número considerable de organismos internacionales que se

mantienen en permanente actividad, con el propósito de orientar el crecimiento de las

Urb. Pirineos, San Cristóbal. Mientras unos piensan que lo mejor es encerrarse para controlar su territorio privado otros, se abren hacia el espacio público.

Vigilancia privada en un sector residencial de San Cristóbal. Calles secundarias de varios sectores de la ciudad se cierran y contratan vigilancia privada en busca de su resguardo.

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ciudades hacia un desarrollo sustentable y al mejoramiento de la calidad de vida de sus

habitantes. Estas mejoras suelen estar asociadas a la oferta de espacios públicos,

referida no sólo a la cantidad, sino muy especialmente a la calidad de los mismos.

En ciudades como Bogotá, el espacio público está debida y claramente legislado.

Desde la perspectiva de los gestores de esta ciudad, el espacio público no se limita sólo a

la oferta tradicional de parques y plazas, sino también a los espacios naturales. Además,

la concepción de “calle” implica mucho más que su simple transitabilidad. La calle, se

considera un lugar para estar y para satisfacer una serie de necesidades que en conjunto

favorecen la sustentabilidad de la ciudad.

Recientes intervenciones urbanas exitosas nos permiten conocer la concepción de

espacio público que se maneja en otros países y en Venezuela. El caso de “Madrid Río” es

un excelente ejemplo de reforma urbana en pro de una ciudad sustentable, el cual

deberíamos emular. Un importante ejemplo actual, en el territorio nacional específicamente

en la ciudad de Caracas, es la recuperación del Bulevar de Sabana Grande, rehabilitando

unos escasos e importantes espacios públicos de la capital. A nivel local ya se han

realizado propuestas académicas para mejorar el espacio público de sectores de la ciudad

como La Concordia y Pueblo Nuevo.

Madrid Río, España. “Rescate del Río Manzanares y su integración al

contexto urbano y social de la ciudad de Madrid”.

En la ciudad de Madrid se culminó en 2011 el proyecto Madrid Río. Una operación

de reequilibrio ecológico consistente en un parque lineal al borde del río Manzanares. La

creación de este parque ameritó el soterramiento de la autopista M-30, la recuperación del

río, construcción de pasarelas y puentes de comunicación entre ambos bordes, la unión

de diversos espacios verdes, jardines históricos, bosques y parques que estaban

dispersos, sin ninguna vinculación entre ellos (Fig. 16).

A lo largo de los 8 Km que ocupa el parque, se encuentran una serie de espacios

deportivos, culturales y de recreación, conectados por recorridos peatonales y ciclovías.

El conjunto del parque lineal integró el río Manzanares a la estructura urbana de Madrid,

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convirtiéndolo en un eje vertebrador para mejorar la calidad del entorno (Fig. 17).

Antes Después

Fig. 16. Soterramiento de la autopista M-30 y recuperación del río Manzanares

Intervenciones como ésta combinan desde su concepción el mejoramiento

ambiental, el equilibrio ecológico, la estructuración de la ciudad sobre un eje natural, y el

rescate del patrimonio histórico y natural; priorizando al peatón, a la sociabilidad, la

accesibilidad, la contemplación y la salud por medio del deporte y la recreación.

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Fig. 17. Plano del proyecto Madrid Río, el cual refleja las principales propuestas planteadas

La ejecución del proyecto Madrid Río permitió la recuperación de los espacios

liberados del tráfico al soterrarse la autopista M-30 a lo largo del río Manzanares, creando

un gran parque lineal de 1.210.881 metros cuadrados de superficie que integra los

distritos del suroeste y del centro, vertebra los parques situados en el ámbito, y da lugar a

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un gran corredor ambiental de 3.500 hectáreas, del que forman parte grandes pulmones

verdes ya existentes, pero hasta hace poco tiempo inconexos. Entre ellos, la Casa de

Campo (1.500 hectáreas de superficie), Parque del Oeste (64 Ha), Campo del Moro (21

Ha), Cuña Verde de Latina (68 Ha), Parque de San Isidro (25 Ha), Parque del

Manzanares Sur (335 Ha) y Parque del Manzanares Norte (865 Ha). (Fig. 18)

Antes Después

Fig. 18. Vistas de la transformación del espacio público, antes y después de la ejecución del proyecto Madrid Rio

Caracas, Venezuela. “Proyecto de Rehabilitación Integral del Bulevar de

Sabana Grande”.

Caracas, capital de Venezuela es una ciudad que carece de suficientes espacios

públicos, por lo que el Bulevar de Sabana Grande se ha constituido como un espacio

emblemático en su tipo para la ciudad desde mediados del siglo XX. El Bulevar de Sabana

Grande alberga lugares y edificaciones de alto valor histórico, cultural y patrimonial, los cuales

se hallan entre lo más destacado de la arquitectura moderna del siglo XX venezolano.

Además de contar con restaurantes, comercios y librerías que evocan los mejores momentos

de la historia política, social y cultural del país y forman parte de la memoria urbana de

Caracas.

21

La construcción de las estaciones del Metro empezó a dinamizar el lugar, con una

oferta masiva de servicios, comercios, recreación y seguridad. Pero esta condición cambió,

cuando el comercio informal se apoderó del espacio del peatón, para imponer su actividad de

intercambio comercial en la década de los 90. El bulevar fue deteriorado física y

espacialmente y llevó este espacio público a un punto de abandono, insalubridad, inseguridad

y congestionamiento y le quitó la vitalidad e importancia en la ciudad. A comienzos del año

2007, se da apertura al proyecto de recuperación del bulevar con el desalojo de los buhoneros

de este espacio, siguiéndole una serie de mejoras que han permitido la liberación de espacios

públicos para el disfrute de todos los que transitan por este emblemático espacio caraqueño

(Fig. 19).

Antes Después

Fig. 19. Bulevar de Sabana Grande para la década de los 90 invadido por el comercio informal, versus un espacio rescatado para el ciudadano de a pie.

La intervención del Bulevar de Sabana Grande, es un proyecto integral realizado

conjuntamente por la administración de la ciudad de Caracas y el Distrito Capital, con

empresas como el Metro de Caracas y Petróleos de Venezuela PDVSA La Estancia, además

de la participación de la comunidad organizada. El mismo integra los aspectos estructurales

con los sociales y culturales, a fin de lograr un resultado que promueva el mejor uso y disfrute

del espacio público para las más de 100 mil personas que transitan diariamente el bulevar

más importante de la ciudad capital. El proyecto contempla cuatro tramos, los cuales se

abordaron en dos etapas (Fig. 20).

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Fig. 20. Plano general del Proyecto de Rehabilitación Integral del Bulevar de Sabana Grande mostrando los tramos y etapas de acción del mismo.

Entre los proyectos ejecutados cabe mencionar: la sustitución de las pérgolas, la

reubicación de los kioscos y el rediseño de las paradas de trasporte público, las cuales

ofrecen ahora un espacio para la exposición de fotografías. Igualmente la instalación de

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demarcadores viales, bancos de granito y acero inoxidable y nuevos postes de luz, así como

las mejoras en los pavimentos con la incorporación de adoquines y baldosas para personas

con visión reducida. Se ubicaron en el espacio elementos en forma de paraguas invertidos

desarrollados con tecnología textil, los cuales brindan sombra de día e iluminación y colorido

en las noches. De ellos emana música seleccionada por la propia comunidad, para amenizar

la estadía de los visitantes (Fig. 21). Un hecho importante es que el proyecto contempló la

incorporación de obras de arte de destacados venezolanos, lo cual es una práctica usual en

las ciudades de muchos países. Esto tiene un sentido estético, educativo y cultural muy

valioso. (Fig. 22)

Antes Después

Fig. 21. Con la rehabilitación del Bulevar de Sabana Grande el peatón vuelve a tomar importancia dentro del espacio. Un nuevo mobiliario y equipamiento urbano le aportan las condiciones adecuadas para el disfrute y permanencia en el mismo.

Antes Después

Fig. 22. La incorporación del arte al bulevar le aporta un cambio de imagen al espacio público, a la vez que genera la oportunidad de apreciar obras de reconocidos artistas venezolanos, al transitar por el sector.

Con la rehabilitación del Bulevar de Sabana Grande, se ha devuelto el espacio público

perdido, revitalizándolo, permitiendo que los peatones retomen el lugar. Esto facilita el que se

generen nuevos tipos de interacciones humanas, entre el usuario que disfruta y usa este

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espacio como tal y las personas que hacen uso de éste para acceder a los espacios privados.

Se darán así nuevas oportunidades de comunicación entre sí, además de nuevos

intercambios y compromisos, que apuntan hacia la integración ciudadana y el apego al lugar.

La Concordia, San Cristóbal, Venezuela. “Revalorización del espacio público

y el patrimonio urbano-arquitectónico con intervención ambiental participativa”

(Padilla, 2003).

La Concordia es la Parroquia de la ciudad de San Cristóbal con mayor número de

habitantes (117.939). En el año 2003, se realizó como Trabajo Especial de Grado para

optar al Título de Arquitecto, una propuesta de intervención de sus espacios públicos

planteando cuatro posibles unidades de acción: Barrio El Carmen, Sector Industrial,

Sector Juan Maldonado y Sector Plaza Miranda. De las mismas se seleccionó la última

para el desarrollo del anteproyecto.

La escogencia del Sector Plaza Miranda respondió a su connotación de “corazón”

de La Concordia, conocida desde el siglo XIX, así como a la identificación de hitos

y edificaciones relevantes encontrados en el área, cuyos límites se establecieron según las

imágenes mentales presentes en sus habitantes. Estos límites corresponden a la

Prolongación de la 5ta Avenida, la 8va Avenida y la Avenida 19 de Abril, las cuales dan

origen a importantes nodos de acceso al sector que permiten además, el enlace entre el

Centro y el acceso Sur de la ciudad.

En el sector Plaza Miranda las avenidas sirven como elementos integradores, debido

a que el resto de su trama es irregular y de difícil legibilidad. Algunos elementos de valor

identificados en la imagen del sector son la Plaza Miranda, el Estadio Táchira, el Gimnasio

Cubierto y el primer cine del sector que data de la década de 1950. Adicionalmente, en su

interior se encuentra la urbanización Propatria, la cual es una pieza urbana con una

configuración morfológica particular.

La propuesta pretendió aprovechar el potencial social, económico y arquitectónico

del sector. Tuvo como principal objetivo la rehabilitación del espacio público del área

seleccionada siguiendo la premisa de la intervención ambiental participativa. Se planteó

así, convertirlo en un sector más atractivo, sociable y seguro en beneficio de la comunidad

sancristobalense y que al mismo tiempo pudiera funcionar como eje motorizador de la

rehabilitación del espacio público del resto de las unidades de la Parroquia (Fig. 23.).

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Fig. 23. Plano general de la propuesta de intervención del espacio público de un sector de La Concordia

Las acciones propuestas en el Sector Plaza Miranda fueron planeadas para ser

ejecutadas entre un corto y un mediano plazo y se pueden agrupar en dos vertientes: la

intervención físico espacial y su gestión (control de uso, mantenimiento y futuras

transformaciones).

La intervención físico espacial contempla:

Estacionamientos y paradas de transporte.

Ejes integradores urbanos.

Nuevos espacios públicos.

Espacios públicos existentes.

Propuesta de diseño. Actualmente Lo propuesto

26

Fig. 24. La comparación de lo existente con lo posible muestra la falta de importancia que tuvo el espacio público en la concepción del mismo

La gestión del espacio público para el sector contempla:

El control de uso.

El mantenimiento de estos espacios.

Las transformaciones futuras del espacio público.

En la conceptualización se reconoció al espacio público como el principal escenario

para el desarrollo de las relaciones sociales, económicas e institucionales del sector. Por

ende, representó el punto de partida para la rehabilitación urbana, involucrando a la

comunidad y a la empresa privada en su gestión. La participación conjunta de esos actores

representa un camino viable hacia el desarrollo auto sostenible y en pro del mejoramiento

de la calidad de vida de sus habitantes.

Pueblo Nuevo, San Cristóbal, Venezuela. “Revalorización urbana de espacios

feriales, deportivos y universitarios y su integración al espacio público de la ciudad”

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(Vergara y Contreras, 2010).

El sector Pueblo Nuevo ubicado al Noreste de la ciudad, tiene la mayor densidad de

equipamiento deportivo, recreativo y educativo de la urbe. Sus orígenes se remontan a la

década de 1960, cuando se construyó la Plaza de Toros, la Avenida Ferrero Tamayo y la

Avenida España. Luego, en la década del 70 continuó la construcción de edificaciones como

los pabellones de exposición Colombia y Venezuela, el velódromo J. J. Mora, la

Universidad Nacional Experimental del Táchira, el campo de beisbol y el Polideportivo de

Pueblo Nuevo. Las edificaciones de construcción mas reciente corresponden al Gimnasio

de Futbol Sala, el Teatro Alí Primera y la culminación del estadio de beisbol para los juegos

Andes 2005.

Todas estas edificaciones de la zona y otras de menor envergadura tienen en

común que han sido concebidas como piezas aisladas, con la consecuencia de la

disgregación de las mismas en un aparente desorden urbanístico, donde el espacio

público ha sido el área residual de las edificaciones, mas no el elemento estructurador y

articulador entre ellas, mucho menos el espacio para el encuentro e intercambio social,

aún cuando en estas instalaciones se realizan una serie de eventos que le conceden una

vitalidad intermitente al sector. Este problema motivó en el año 2010 una propuesta de

revalorización urbana del espacio público del complejo ferial, deportivo y universitario del

sector Pueblo Nuevo, sobre un área de 91 Has.

De acuerdo a las características del lugar se contemplaron tres (3) zonas:

comercial, ambiental-deportiva y académica. Dado que el sector fue concebido

considerando a la vialidad como elemento estructurador, se mantendrán las Avenidas

Universidad y España como ejes principales del proyecto. Sin embargo, se plantea la

circulación en sentido único norte-sur por la Avenida Universidad y paralela a ella la

creación de un nuevo eje vial de similares características en sentido sur-norte.

Adicionalmente, para conectarlos entre sí se propone una vía paralela a la Avenida

España que sirva como elemento alterno de tránsito vehicular.

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Fig. 25. Plano general de la propuesta (Sector Pueblo Nuevo).

El motivo para la circulación en un solo sentido es hacer más eficiente la

circulación peatonal, vehicular y del transporte público con la misma sección de vía, cuya

transformación amerita la ampliación de sus aceras, creación de ciclovías, un canal

exclusivo para el transporte público, ubicación de mobiliario urbano, paradas de transporte

con sus respectivas bahías, entre otros.

El proyecto contempla además la creación de un eje ambiental, al interior del sector,

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cuyo recorrido se corresponde con el área de protección de la quebrada La Blanca, desde

la Avenida Universidad, hasta el Parque Paramillo. Todos los ejes propuestos están

conformados por plazas de acceso, zonas peatonales y diversidad de actividades

deportivas, de recreación pasiva y comercio (cafés, restaurantes), para favorecer la

accesibilidad peatonal y promover la integración del conjunto.

Actualmente Lo propuesto

Fig. 26. Planos, detalles y 3d de la propuesta (Sector Pueblo Nuevo).

Se planteó también la creación de estacionamientos verticales y el soterramiento

de algunas vías secundarias para asegurar la continuidad y la unificación del sector, sin

afectar la capacidad actual y permitiendo que una parte de los estacionamientos

del complejo sean techados. Además, la propuesta reconoce una serie de nodos

de circulación vehicular donde se proyectan redomas favoreciendo la eliminación de

algunos semáforos. Asimismo, se promueve la conexión de la Avenida Universidad con

el sector Paramillo mediante la continuidad de esa avenida.

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La legibilidad simbólica y visual del sector también es considerada en la propuesta,

con el planteamiento de hitos o elementos de identidad del lugar como un reloj de sol,

mirador, espejos de agua, plazas de acceso con elementos comunes como un Samán en

cada una de ellas a la antigua usanza de San Cristóbal y unificación del mobiliario urbano

y acabados.

Las dos propuestas académicas expuestas anteriormente ofrecen una visión de

espacio público comprometida con el ciudadano. Explora en ellos sus necesidades y vivencias

y trata de traducir sus demandas en soluciones acordes y orientadas a lograr no solo su

construcción sino que estos nuevos espacios públicos sean gestionados de forma

participativa.

A MANERA DE CONCLUSIÓN

Es evidente que la ciudad de San Cristóbal tiene serios problemas de

habitabilidad, fundamentalmente por el estado “patológico” en el que se encuentra su

espacio público, en términos generales, tal como se ha expuesto en este artículo. Esta

situación compromete y afecta sensiblemente la calidad de vida de sus pobladores,

quienes hacen un esfuerzo por sobrellevar su cotidianidad, haciendo uso de las

bondades físico-ambientales y sociales que, por otra parte, aún ofrece esta región. No

obstante lo antes dicho, son innegables las excelentes condiciones y potencialidades que la

ciudad de San Cristóbal posee, las cuales permitirían planificar y llevar a ejecución una

transformación profunda en este campo, con el apoyo de las numerosas herramientas

que aportan hoy en día las diversas disciplinas comprometidas con la planificación y

desarrollo de ciudades vivibles y acogedoras. Las dos propuestas de intervención del

espacio público sancristobalense presentadas, así como el caso de la transformación

urbana llevada a cabo en Madrid, son una muestra de lo mucho que podría lograrse en

esta hermosa ciudad, con la participación decidida y coherente del sector público, con el

apoyo del sector privado y muy especialmente con el compromiso y participación de

de las comunidades. La transformación del espacio público no es sólo un problema de

diseño y construcción de espacios, sino principalmente un problema de toma de conciencia

de todos los actores que hacen vida en la ciudad. Los pobladores deben ser tomados

en cuenta en la planificación y ser educados haciendo énfasis en su rol protagónico en la

transformación de la ciudad y de esta forma poder asumir decididamente sus deberes y

derechos como ciudadanos.

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Artículo publicado en:

Fabiola Vivas G., Oscar Moros, Arelys Méndez y Yasmín Duque. Habitabilidad del espacio público de San Cristóbal (pp. 65-94) en Materiales de Investigación II, Grupo de Investigación arquitectura y Sociedad (GIAS) ISBN 978-980-6300-74-3 FEDEUNET, Universidad Nacional Experimental del Táchira San Cristóbal, Venezuela. 2013.