GESTIÓN DOCUMENTAL. ARCHIVOS DE OFICINA
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ÍNDICEI. INTRODUCCIÓN ………………………………………………… 3
II. EL ARCHIVO DE OFICINA…………………... ………………… 4 1. DOCUMENTACIÓN Y GESTIÓN DOCUMENTAL .…… 4 2. LA CORRESPONDENCIA Y EL EXPEDIENTE …….....
9 a) Expediente……………………………… ...…........11
b) Documentos del expediente .….……………....…12
3. LA SERIE DOCUMENTAL …………………………..……..14
4. CLASIFICACIÓN. CUATRO DE CLASIFICACIÓN……155. DESCRIPCIÓN ……………………………………………...16
III. CONCLUSIONES………………. ...………………………….....…. 18
IV. BIBLIOGRAFÍA ……………………………..…..…………….....…..19
I. INTRODUCCIÓN
Llevar a cabo la necesaria y correcta organización delos archivos de oficinas, parecen encontrar ciertareticencia por parte de los administradores de lasmismas, ya sean en las administraciones o en lasentidades privadas. Esta circunstancia, se traduce enuna evidente dejadez condicionada por el mal hábito deno observar el tiempo empleado en este menester, comoparte propio de su trabajo. Concienciar a estosgestores administrativos, debe llevarse a cabo de formaparalela en clarificar y hacer entender a los propiosjefes, que ello supondría en el tiempo, ampliosbeneficios. Mentalizar a las instituciones queobservaran al archivo como servicio de gestión, y, unacolaboración entre los productores de documentos y el
archivo1, mejoraría el rendimiento de los primeros,
además de ofrecer una mejor y más rápida respuesta alos requerimientos. El tiempo de acceso a losdocumentos se traduce en tiempo de respuesta a unrequerimiento y la solución del mismo. Al igual queotras muchas situaciones que se repetirán a lo largo deeste artículo, en este aspecto se denota la necesidadde contar con personal cualificado para tal efecto.
Contar con la figura de archivero2, por ejemplo, en los
distintos ayuntamientos, pues no está extendida dichafigura en los inicios del siglo XXI en la totalidad delas corporaciones locales, así como, disponer de losmedios necesario para su correcto funcionamiento osimplemente, contar con la supervisión del archivero en
el resto de oficinas, posibilitará una mayororganización de la documentación que ofrecerábeneficios para el futuro y agilidad y provecho durante
el presente3, posibilitando al funcionario o a los
administradores privados de
1Antonia HEREDIA HERRERA: Archivística General. Teoría y práctica, Servicio depublicaciones de la Diputación de Sevilla. V edición, 1991, p.420.2 Ibidem. (1991), p. 421.3Paloma FERNÁNDEZ GIL: Manual de Organización de Archivos de Gestión de Oficinas Municipales. Granada, 1997, p. 51.
cara a la ciudadanía y evidenciando mayor transparencia
como prueba del buen gobierno. Así se dará cumplimiento
a lo legislado en los artículos 10 y 12 del “Convenio
de las Naciones Unidas contra la Corrupción” o el
propio artículo 37 de la Ley 30/1992 del Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común, sobre el derecho de
los ciudadanos al acceso a los archivos y a los
registros, en virtud a lo recogido en la propia
Constitución Española.
Hemos querido hacer continuas referencia a las
Corporaciones Locales por entender que éstas, los
Ayuntamientos, se conforman como la administración más
cercana a la ciudadanía y observa la necesidad de
ofrecer, más que ninguna otra, una mayor
transparencia, reflejo de la eficacia y eficiencia.
Por ello, la buena respuesta que aquella observe a sus
ciudadanos, será el reflejo del trabajo bien hecho y
éste, de una buena organización de los archivos4.
II.ARCHIVO DE OFICINA
1.DOCUMENTACIÓN Y GESTIÓN DOCUMENTAL.
Se hace necesario, a la hora de enfrentarnos con
la realidad administrativa y la propia gestión de los
documentos, acercarnos a conocer cada uno de los
elementos que van a formar la misma. Entendemos como
archivo de gestión el expuesto a una continua gestión
administrativa o consulta. Evidenciando por tanto, más
que nunca, el valor primario5 de los documentos allí
custodiados, entendiendo a éstos como: “toda expresión en
lenguaje natural o convencional y cualquier otra
4Paloma FERNÁNDEZ GIL: Manual de Organización de Archivos de Gestión deOficinas Municipales. Granada, 1997, p. 20.5José Ramón CRUZ MUNDET: Manual de archivística. Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Madrid 1994, p. 97.
expresión gráfica, sonora o en imagen, recogidos en cualquier tipo de
soporte material, incluido los soportes informáticos6”.
Pero aún más, la Ley 16/1985, en su artículo 49.2 observa que:
“…todo documento de cualquier época, generados,
conservados o reunidos en el ejercicio de su función por
cualquier organismo o entidades de carácter público, por
las personas jurídicas en cuyo capital participe
mayoritariamente el Estado y otras entidades públicas y por
las personas privadas, físicas o jurídicas, gestoras de
servicios públicos en lo relacionado con la gestión de
dichos servicios forman parte del Patrimonio Documental”
Así, se hace necesario, más que nunca, unacorrecta aplicación del rigor archivístico, y observar
el valor documental7 ofrecido durante todo el ciclo de
vida, observando la necesidad de su identificación,organización, clasificación y selección, además dehacerlo de a la vez que se elaboran elementos que nospuedan facilitar el acceso a los mismos, medianteinstrumentos de control e información.
Estas prácticas archivísticas, como hemos
señalado, facilitarán el acceso a los documentos en
aquella función de servir, logrando un doble beneficio
a las administraciones públicas o entidades privadas al
acortar el tiempo de respuesta a cualquier
requerimiento. Igualmente de beneficiar el trámite
obligado en las futuras transferencias desde los
archivos de oficina o de gestión a los Archivos
Centrales. Se conforma de esta manera una concatenación
de actividades, la administración de archivos y la
gestión de documentos8.
6 Definición según el artículo 49.1 de la Ley del Patrimonio Histórico Español.7 Sergio ESCOBEDO GUERRERO: “Construcción de un Modelo de Trabajo deGestión Documental en la Organización, en el Contexto de la ActividadArchivística”, Diálogos Revista Electrónica de Historia, Vol. 4, núm.1, Universidad de Costa Rica. En ella, el autor observa tanto elvalor primario como el valor secundario de los propios documentos, yasea durante el desarrollo de la propia actividad documental opreservando su conservación.8 José Ramón CRUZ MUNDET: Manual de archivística. Fundación GermánSánchez Ruipérez. Madrid 1994, p. 143.
Circunstancias, realizables por la plausible
labor de la figura del archivero, además de contar con
un espacio adecuado que posibilite la correcta
instalación de los documentos y por ende la
conservación de los mismos.
Habitualmente, enmarcamos en cinco años el tiempoque los documentos deben permanecer en este estado degestión, sin embargo la nueva legislación que intenta
acortar los plazos de gestión9 o las peculiaridades de
cada oficina, que observan necesidades distintas, bienpor el volumen documental que pueda soportar en un
momento de expansión documental10, por el propio
cometido a desempeñar o por el número de consultas quesoporta. Otro elemento de gran importancia, derivaríadel largo tiempo que algunos expedientes permanecenabiertos. Un ejemplo de ello, y en plena actualidad, seobserva en los departamentos de urbanismos de muchosAyuntamientos o la cantidad de causas judiciales quesoportan la mayoría de los Juzgados de Instrucción.Expedientes que además soportan un elevado número deconsultas y trámites, ya sean administrativos ojudiciales. Los hay sin embargo, en instituciones muyjerarquizadas, que basan su gestión en la tramitaciónde una continua entrada y salida de correspondencia.
Esta variedad administrativa, obliga a sus
responsables la aplicación de criterios archivísticos
que más se adecuen a cada necesidad y siempre teniendo
en cuenta los canales de comunicación11 pues esa
gestión documental debe llevarse a cabo durante todo el
ciclo de vida de los
9 José Ramón CRUZ MUNDET: Manual de archivística. Fundación GermánSánchez Ruipérez. Madrid, 1994, pp. 97-98.10 María de los Ángeles RUIZ GONZÁLEZ, y Ariel BODES BAS: “LaGestión Documental y su Impacto en el Sector Empresarial Cubano”,en GECONTEC: Revista Internacional de Gestión del Conocimiento yla Tecnología, Vol. 2, 2014, p. 61. 11 Sergio ESCOBEDO GUERRERO: “Construcción de un Método deTrabajo de Gestión Documental en la Organización, en el Contextode la Actividad Archivística”, en Diálogos Revista Electrónica deHistoria. Vol. 4. Nº 1. 2003, p. 14.
documentos12, “records management”, tal como se recogió en
el XII Congreso Internacional de Archivos celebrado enQuébec en el año 1992 y defendido por C. Conture y C.Pétillot y que daba continuidad al postulado yadefendido por Roosvelt Schellenberb desmarcándose deltradicionalismo inglés.
Es responsabilidad de los que trabajamos en lasoficinas de gestión, entender a las mismas como tal,como espacios de trabajo, donde llevar a cabo lacorrecta tramitación de los documentos y no dondealmacenarlos, ubicándose en ellas los documentos
imprescindibles y necesarios por los administradores13.
ES indispensable, que el personal administrativo,funcionario o no, conozca y participe en laorganización principal de su propio archivo y de cadaunidad administrativa, debiendo existir consenso entreellos en la metodología o sistema aplicado que bienpudiera estar condicionado al nivel de consulta
soportado14, y evitando las individualidades, más aún,
en la organización informatizada a través de los muyusuales actualmente sistemas tipo nube.
Saber, cuáles son los documentos con vigencia
administrativas, los que están pendientes de resolución
y cuáles acabaron su trámite administrativo, quedando
en espera de su posterior transferencia al archivo
superior. A estos tres, y fundamentales conjuntos de
documentos, habría que añadir otro de vital
importancia, y que durante este proceso administrativo,
aglutinará gran cantidad de documentación, los
documentos de apoyo. La compleja Administración
española obliga a clasificar la abundante documentación
existente en los Archivos de Gestión con la
participación de los encargados de su gestión y que
éstos, igualmente reconozcan los distintos contextos
con los que se trabajan.
12 José Ramón CRUZ MUNDET: Manual de archivística. Fundación GermánSánchez Ruipérez. Madrid 1994, p. 143. 13 Paloma FERNÁNDEZ GIL: Manual de Organización de Archivos de Gestión deOficinas Municipales. Granada, 1997, p. 24. 14 Ibidem. (1997), p.116.
Así, los documentos de apoyo, conjunto, que durante elproceso administrativo cobró gran importancia, aldesempeñar función auxiliar o informativa, deberáahora, someterse a un expurgo, bien para su definitivaeliminación u ordenación, todo ello en el intento de no
incrementar el volumen documental innecesariamente15.
Como resaltábamos anteriormente, significadoespecial lo conforma el primer grupo, los expedientes,los sometidos a procedimientos reglados o los queestuviesen en periodo de resolución administrativa; ensegundo lugar destacamos la existencia de lacorrespondencia oficial, la que discurre entredistintos órganos administrativos, ya sean propios oexternos, así como con entidades o personas jurídicas ofísicas. Grupo de vital importancia lo conforma eltercero, los registros, pues pueden incluso conformarse
como prueba16 de una actividad dentro del control
administrativo, ofreciendo un valor jurídico o lacertificación de la existencia de un documento o de unproceso administrativo.
En este mismo sentido, y como habíamos señalamos
anteriormente, el deber de identificar los documentos
de apoyo informativo, bibliográficos, boletines
oficiales, circulares, duplicados, informes etc., que
no deben formar parte de los archivos de gestión.
La acumulación de documentación, es entendiblecomo el producto que refleja el quehacer de las
instituciones17 y responde principalmente al gran
aporte de esos documentos de apoyo informativo. Unos
documentos básicos, que si bien, son de vitalimportancia, durante la gestión administrativa, seobservan como un lastre para los propios Archivos. Mástodavía cuando ya cumplieron su función durante elperiodo de15 Paloma FERNÁNDEZ GIL: Manual de Organización de Archivos de Gestión deOficinas Municipales. Granada, 1997, p. 25. 16 José Ramón CRUZ MUNDET: Manual de archivística. Fundación Germán SánchezRuipérez.
Madrid 1994, p. 103.17 Sergio ESCOBEDO GUERRERO: “Construcción de un modelo de Trabajode Gestión Documental en la Organización”, en el Contexto de laActividad Archivística. Revista electrónica de Historia. Vol. 4,Nº 1, 2003, p.1.
Gestión Documental, durante esa primera edad del Ciclo
vital de los documentos y perdiendo el interés18
superado este ciclo, al contrario de los que sí
mantendrán el valor probatorio que debemos preservar19.Nos aseguramos calidad frente a cantidad.
2. CORRESPONDENCIA Y EXPEDIENTES.Los documentos administrativos como hemos
señalado, surgen por la constante y necesaria relación
de las unidades administrativas al desarrollar una
actividad y función. El desarrollo en el tiempo de
éstas, provocan que los documentos respondan a una
cadencia en el tiempo, o sea, un carácter seriado que
se conformará en distintas series documentales,
objetivo fundamental de la Archivística.
Dejando a un lado los registros de las
documentaciones, que hemos analizado anteriormente,
los dos grandes conjuntos que deben conformarse como
el objetivo de nuestra atención, son la
Correspondencia, ya sea de entrada o de salida y los
expedientes.
La correspondencia es el reflejo de la existencia
de un continuo circuito20 de relaciones que las
unidades administrativas mantienen con otros órganos ocon personas físicas o jurídicas, ya sean públicas oprivadas y siempre dentro de sus actividades. Pero,¿cómo organizar esa correspondencia? Dar entrada a undocumento lleva consigo ofrecer unas garantíasjurídicas. Un número de entrada, una fecha o elementos
de validación ofrecerán garantías jurídicas,observándose la obligación de un correcto tratamiento.
18 Concepción MENDO CARBONA: “Consideraciones Sobre el métodoen Archivística” en Documenta e Instrumenta, 1, 2004, p. 40. 19 José Ramón CRUZ MUNDET: Manual de archivística. Fundación GermánSánchez Ruipérez. Madrid 1994, p. 103. 20 Antonia HEREDIA HERRERA: Archivística General. Teoría y práctica.Servicio de publicaciones de la Diputación de Sevilla, Vedición, 1991, 421.
En caso que la documentación forme parte de un
expediente, queda claro que ésta, deberá ordenarse en
el mismo. Si se tratare de otro tipo documental,
debemos observar la propia información aportada en
ella para un correcto ordenamiento. En principio, su
orden de registro que muestra su orden cronológico
durante el año o incluso el propio respeto al órgano
productor posibilita su ordenación, ya sea desde un
organismo externo o entre entidades de una misma
unidad administrativa.
Tratamiento especial debemos aplicar a la
correspondencia externa. Se hace necesaria la
identificación de los distintos organismos y un total
respeto de la jerarquía orgánica oficial en el caso de
correspondencia de entidades subordinadas. Respecto de
la correspondencia interna, se hace necesario que la
misma quede igualmente reflejada. La identificación
alfabética de cada una de las unidades administrativas
que la conforman y observar un ordenamiento
cronológico, como si de un expediente se tratara, puede
facilitarnos el trabajo. Igualmente respetando el
asunto o la materia y donde el punto inicial o de
partida, será la fecha del primer documento de cada uno
de los asuntos a gestionar. Esta gestión administrativa
interna, observa igualmente gran cantidad de
documentación. En muchas ocasiones la misma se duplica
o triplica, especialmente en instituciones
especialmente jerarquizadas21. Para evitarlo debe
prevalecer siempre el documento
21 Un caso especial, por ejemplo, son las administraciones que observenestructuras muy jerarquizadas y supeditadas a una estructura piramidal yque sin embargo puedan observar cierta independencia en las actuaciones,si bien necesiten responder a actuaciones en distintos niveles dentro delámbito nacional, regional o municipal o la determinada por las distintasestructuras organizativas. Una estructura muy jerarquizada, confiere lunaobligada comunicación a toda la cadena superior de todo tipo de novedad oactuación a la vez que obliga responder a cualquier requerimientointerno, respetando en todo momento la jerarquía establecida.
existente en el centro superior. Circunstancia no fácil
de llevar a cabo, debiendo prestar en este caso el
personal administrativo atención especial, pues si bien
existe una dependencia jerarquizada, puede también
existir una dependencia funcional con otra unidad
administrativa. Éste es el caso claro en algunas
administraciones donde la necesidad de estar presente
en el mayor espacio territorial la hace necesaria
observar una organización jerárquica importante y
supeditadas a un circuito continuo de tratamientos
directo con entidades exteriores, donde se producen
requerimientos internos o externos, al estar
capacitados de ofrecer respuesta a la ciudadanía.
a) ExpedientesDesde el punto de vista administrativo, el
expediente se define como: “…el conjunto ordenado de
documentos y actuaciones que sirven como antecedentes y
fundamentos a una resolución administrativa, así como
las diligencias encaminadas a ejecutarla”. La
terminología Archivística lo describe como “…la unidad
documental formada por un conjunto de documentos
generados, orgánica y funcionalmente por un sujeto
productor, para la resolución de un asunto”
Se señala incluso la posibilidad de que el inicio
pueda ejercerlo la propia Administración de oficio o
bien por instancia o solicitud razonada por una
persona.
Queda garantizado un procedimiento, unas pautas
de actuación, con unos plazos establecidos y
legislados con anterioridad, donde se recogerán los
documentos hasta la finalización del mismo, bien sea
por una resolución definitiva, el propio desistimiento
del solicitante o la caducidad del mismo.
Si bien, como veremos a continuación, laorganización cronológica primará en la organizacióninterna del expediente, la organización de las seriesde éstos, pueden regirse y principalmente en laorganización local, bajo la superposición de dos
niveles22, el asunto y la procedencia.
b) Documentos del expediente.Al igual que se hacía necesario que el personal
gestor de los documentos tuviese conocimiento de la
documentación existente en los archivos de oficina, se
hace igualmente necesario, que aquel tenga conocimiento
de los documentos administrativos que pueden conformar
un expediente.
La propia Ley 30/1992 define a los documentos
administrativos como: “… los que revelan o acreditan
hechos jurídicos y que pueden ser directamente
incorporados a un expediente, protocolo o registro”
Por tanto debemos entender incluidos en el mismo
a los originales emitidos por las propias oficinas o
las copias administrativas para ser remitido al
exterior y una serie de documentos esenciales como
informes, dictámenes, resoluciones o cualquier otro
que se exprese información cualificada, incluidos los
documentos de enlace, oficios de remisión, notas
internas o informativas que aporten cierta información
de interés para la propia resolución o los que
sirviendo de nexos puedan evidenciar y constatar los
trámites realizados.
Deben de excluirse en la documentación de apoyo
informativo que solo podría comprometer la buenaorganización del archivo. Sin embargo, sí debe formarparte del expediente la correspondencia emitida o
recibida en la tramitación del mismo23.
c) Organización del expediente. Almacenaje.
22 Paloma FERNÁNDEZ GIL: Manual de Organización de Archivos de Gestión enlas Oficinas Municipales, CEMCI, 1997, Granada, p.106. 23 José Ramón CRUZ MUNDET, Manual de archivística. Fundación Germán Sánchez
Ruipérez. Biblioteca del Libro. 1994, p. 163.
Los expedientes, irán conformándose con larecepción de un conjunto de documentación creándose unacarpetilla que albergará y ordenará mediante una
rigurosa cronología lógica24, según la entrada del
documento en el procedimiento. La portada de lacarpetilla deberá contener datos objetivos y claros enpos de facilitar la identificación clara y rápida de sucontenido. Es muy útil, igualmente, la disponibilidadde un índice numérico que facilite la relación delcontenido y mejorar la gestión documental.
Cabe la posibilidad de disponer, dentro de un
expediente, la existencia de otras subcarpetas, que
responderá igualmente a una organización con criterio
cronológico. Respecto de la posible o necesaria
incursión de soportes distintos al papel como
fotografías, vídeos etc. Deberán éstos, separarse del
propio expediente, si bien deben quedar identificado
en el propio expediente y de forma clara su nueva
ubicación, lo que facilitará el posterior acceso a los
mismos.
Tramitado por la Unidad Administrativa cada
expediente, se hace necesario su almacenamiento en las
carpetillas, donde se anotará el organismo productor,
título, año y el expediente que alberga así como el
número de la caja donde se ubicará finalmente.
Es importante evitar duplicar los expedientes o
extraer los originales incluidos en el mismo. Cuando
tengan que servir de apoyo informativo a cualquier otro
trámite administrativo, podrán sustituirse aquellos por
fotocopias, que deben ser destruidas una vez cesado el
interés del uso que lo había originado.
El problema planteado anteriormente y cuando pueda
hacerse necesario intercambiar expedientes, nunca
documentos sueltos, entre distintos negociados o
unidades administrativas, se deberán tomar
24 Ana DUPLÁ DEL MORAL: Manual de archivos de oficina para gestores. Comunidad de Madrid. Madrid, 2001, p. 73.
medidas necesarias para su fianza, debiendo ser
devuelto al negociado inicial, una vez finalizado el
interés que lo había requerido.
La ordenación25 de un expediente como habíamos
señalado anteriormente, debe ser siempre el
cronológico, así, debemos encontrar en primer lugar el
recibí de la notificación de la resolución final, según
el artículo 59.1 de la Ley 30/1992, una vez datado y
firmado por el solicitante de la instancia inicial, o
bien, la diligencia expedida, caso de no haberse podido
llevar a cabo la notificación; en segundo lugar, deberá
aparecer la referida resolución; la instancia inicial
que había posibilitado la apertura del procedimiento
quedará relegada a la última posición. Entre ellas
quedarán el resto de documentos reflejo de cada uno de
los actos llevados a cabo, justo en el orden inverso
del tratamiento administrativo.
3. LA SERIE DOCUMENTALSegún el diccionario de terminología Archivística,
la serie documental es el conjunto de documentos
producidos por un sujeto en el desarrollo de una misma
actividad administrativa y regulado por la misma norma
jurídica y / o de procedimiento.
Para Antonia Heredia, “…cada sección documental o
subsección está integrada por documentos agrupados en
serie, éstos son el testimonio documental y continuado
de actividades repetitivas desarrolladas por un órgano
o en virtud de una función”
Por otro lado, Cruz Mundet, define la serie
documental como “…el conjunto de unidades
archivísticas agrupados al ser el resultado de una
misma actividad, y que han sido producidos y agrupadas
de manera continua en un proceso de tramitación
administrativa”
25Antonia HEREDIA HERRERA: Archivística General. Teoría y práctica. Serviciode publicaciones de la Diputación de Sevilla, V edición, 1991,257.
En definitiva, la serie documental, consecuencia
de la repetitividad de una actividad, es el objetivo
fundamental de la Archivística, plasmando una
actividad similar26, lo que requiere un rigor en cuanto
a su ordenación y así facilitar la identificación de
cuantas series documentales vayan surgiendo. Si bien
la ordenación cronológica parece ser la más usual y
práctica, encontramos la posibilidad de la ordenación
alfabética, principalmente al observar a los
expedientes personales. La ordenación numérica según
el número de registro y su cronología de entrada cobra
gran importancia en ámbitos judiciales o policiales.
Así se conforma una clasificación según el orden de
registro dentro de un periodo concreto, principalmente
durante un año. Existen otras posibilidades, en
ocasiones más complejas como la ordenación alfa-
numérica o cualquier otro concepto como clubes
deportivos, asociaciones etc.
4. CLASIFICACIÓN. CUADRO DE CLASIFICACIÓN.Un buen criterio para efectuar la clasificación es
atender al orden jerárquico. Estas pautas regidas con
criterios jerárquicos la posibilitará la propia
organización administrativa. De este modo, se podrán
agrupar la documentación por categorías, reflejo de la
propia estructura orgánica y la propia funcionalidad
del fondo documental, consiguiendo una estructura
lógica que facilita la localización de los documentos.
La clasificación orgánica responde a series con
estructuras ya definidas por las instituciones de las
que emanan. Responden a instituciones muy enmarcadas y
de poca proyección, quedando muy condicionada a
cualquier cambio en la organización de la propia
institución.
26Antonia HEREDIA HERRERA: Archivística General. Teoría y práctica. Serviciode publicaciones de la Diputación de Sevilla, V edición, 1991,146.
La clasificación funcional podemos considerarlas
como modélicas, pues clarifican las funciones y
actividades que llevan a cabo cada institución. Son
igualmente muy modelables a las nuevas actividades que
pudiesen desarrollarse o a las que quedasen en desuso.
Clasificación por materias: Este tipo de
clasificación responden al establecimiento de grupos
según las temáticas o asuntos tratados y su uso se
extiende principalmente a archivos particulares
principalmente, al no tener que responder a una
organización administrativa o funcional.
En cualquier caso, y ante las distintas teorías
que surgen respecto a la correcta clasificación de un
archivo, el orden de procedencia, se constituye como el
método archivístico27 por excelencia frente a otra
clasificación por materias, cronológica, alfabética,
lugares etc.
5. DESCRIPCIÓN Un claro ejemplo, de como se debe integrar laarchivística en la
gestión administrativa es en la forma del acceso a los
documentos. Así, una vez los documentos, son ubicados
en su lugar definitivo, se hace necesario otro
documento que facilite la recuperación28 de aquellos.
Surgen así, bases de datos, inventarios, índices, etc.,
que contarán cierta información ya prefijada de los
propios documentos. De las distintas normas existente
para la descripción de los documentos, son las normas
ISAD (G), que parten del mencionado XII Congreso
Internacional de Archivos de 1992 las que observan
mayor aceptación y son adaptadas a las nuevas leyes. En
las mismas se definen 7 áreas, identificación,
contexto, contenido y estructura, condición de acceso y
uso, documentación asociada, bibliografía, notas y área
de control. Estas
27Antonia HEREDIA HERRERA: Archivística General. Teoría y práctica. Servicio de publicaciones de la Diputación de Sevilla, V edición, 1991, 258-259.28 Lucilia RUNA: “A descriçao arquivistica”, en Coordinadora de Administración de documento y archivos, Director José Ramón Cruz Mundet, Madrid, 2011, p. 163.
áreas a su vez se dividen en veintiséis campos,
accesibles desde distintos niveles29. Circunstanciaésta, que posibilita que cada unidad administrativause la estructura más conveniente al desarrollo de su
actividad30. Todos los datos seleccionados, tendránreflejo en la ficha descriptiva a lo que se unirá lasignatura, como elemento básico para la identificacióny localización del documento.
AG: Archivo de
Gestión Caja: 246
Expediente: 22La buena descripción de los documentos, desde el
mismo momento de su producción, facilita las futuras
trasferencias que se realicen hasta su definitivo
depósito en el Archivo Histórico, además de ofrecer, y
como hemos explicado anteriormente mayores beneficios
en los trámites administrativos. Actualmente, con los
nuevos medios informáticas se nos ofrecen posibilidades
de sistemas de gestión electrónica, abandonando las
fichas tradicionales en beneficio de los informáticos,
que facilita incluso el seguimiento, a través de los
elementos descriptivos del seguimiento del propio
expediente, sin tener que acceder a él31, olvidando
aquella recuperación tradicional gracias a los libros
de registros o ficheros convencionales32.
29 RUNA, Lucilia: “A descriçao arquivistica”, en Coordinadora deAdministración de documento y archivos. Director José Ramón CruzMundet, Madrid, 2011, p. 163. 30 Carlos ALCALDE MARTÍN-CALERO: Manual de Archivos Administrativos,Diputación Provincial Valladolid, p. 51.
31Carlos ALCALDE MARTÍN-CALERO: Manual de Archivos Administrativos, Diputación Provincial Valladolid, p. 57.32 Paloma FERNÁNDEZ GIL: Manual de Organización de Archivos de Gestión en las Oficinas Municipales, CEMCI, 1997, Granada, p. 130.
III. CONCLUSIONESLa necesidad de implantar una metodología
archivística desde el mismo inicio de la producción
documental, sino antes y que surge tras el
Congreso Internacional de Archivos celebrado en Québec,
y al que nos hemos referido anteriormente, permite
solucionar el confuso panorama de la gestión documental
y que en España se habían perpetuado como crónica. Se
hace necesario hacerlo bajo directrices del personal
instruido par ello. Así la figura del Archivero, no
puede ser sustituida por personal administrativo, pues
tanto éste como aquel, desarrollan actividades
distintas aunque complementarias.
El archivero que debe mantenerse al margen del
trabajo propiamente administrativo sí puede facilitar
el trabajo de sus gestores. Es el archivero, al conocer
las características de cada unidad administrativa quién
está capacitado para poner en funcionamiento la
metodología más adecuada. No obstante, sí debe existir
por el personal administrativo una complicidad e
igualmente participación en la organización interna que
se defina.
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