GEOMETRIA MONUMENTAL DEL PODER MAYA: EL CASO DE OXKINTOK

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1 GEOMETRIA MONUMENTAL DEL PODER MAYA: EL CASO DE OXKINTOK Miguel Rivera Dorado Universidad Complutense de Madrid No se ha resuelto todavía el espinoso asunto de la naturaleza del Estado maya. Y la cuestión fundamental, a mi parecer, no es si ese estado era primario o secundario, si surgió mediante procesos internos de transformación, paulatina o abruptamente, o fue producto de influencias determinantes llegadas de las nieblas de los altiplanos mexicanos, si ya estaba presente al iniciarse el período Clásico en las Tierras Bajas o si sólo a partir del siglo VII lo podemos identificar en los grandes centros urbanos. La cuestión es por qué los mayas adoptaron la forma estatal en un medio selvático en el que probablemente las mejores adecuaciones no hubieran requerido tanta complejidad organizativa, donde además los mecanismos usuales de control de la población y de integración

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GEOMETRIA MONUMENTAL DEL PODER MAYA: EL CASO DE OXKINTOK

Miguel RiveraDorado Universidad Complutense deMadrid

No se ha resuelto todavía el espinoso asunto de la naturalezadel Estado maya. Y la cuestión fundamental, a mi parecer, no es siese estado era primario o secundario, si surgió mediante procesosinternos de transformación, paulatina o abruptamente, o fueproducto de influencias determinantes llegadas de las nieblas delos altiplanos mexicanos, si ya estaba presente al iniciarse elperíodo Clásico en las Tierras Bajas o si sólo a partir del sigloVII lo podemos identificar en los grandes centros urbanos. Lacuestión es por qué los mayas adoptaron la forma estatal en unmedio selvático en el que probablemente las mejores adecuacionesno hubieran requerido tanta complejidad organizativa, donde ademáslos mecanismos usuales de control de la población y de integración

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social son tan difíciles de aplicar. La cuestión es cómo era elEstado maya, cómo funcionaba, qué elementos arqueológicos loidentifican mejor, de qué manera soslayó las fuerzas centrífugas ydestructivas, los conflictos de intereses, las limitadasposibilidades económicas del bosque tropical. Sobre todo, a mí meinteresa saber cuáles fueron las relaciones de poder y sus fuentesde legitimación. Puesto que a nadie se le escapa que lacivilización maya constituye uno de los mejores y más prolongadoséxitos adaptativos que ha registrado la historia de la humanidad,es necesario indagar el papel que jugó el Estado maya, elenigmático y peculiar Estado maya, sus instituciones y susrepresentantes, en ese notorio triunfo. Yo voy a tratar de desarrollar y defender aquí la siguientepropuesta: El Estado maya clásico existió merced a la aparición deuna singular fórmula de ejercicio centralizado del poder cuyosigno medular es el ahau (k'ul ahau o rey sagrado) y cuya supremaexpresión es la ciudad levantada en la jungla. La elaboracióndesde el Preclásico Tardío (período que también he llamado ClásicoPredinástico, Rivera 2003), es decir, más o menos desde el siglo Vantes de Jesucristo, en sitios como Nakbé, Cerros, Lamanai, Tikal,El Mirador o Uaxactún, de una doctrina del poder centrada en ellugar cosmológico ocupado por el gobernante, facilitó e impulsó lacristalización del Estado como forma superior de organizaciónpolítica. En estos términos generales, el caso maya se parece aotros del Nuevo y del Viejo Mundo, de Egipto y Mesopotamia, de laIndia y del Lejano Oriente, pero lo que resulta revelador enCentroamérica para la teoría antropológica es que ahí la doctrinano tenía como misión única, ni siquiera principal, justificar la

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acción del rey y de la institución monárquica en tanto que cabezadel sistema de poder -se ejerciera como se ejerciera ese poder ypersiguiera los objetivos que persiguiera-, sino que estabaclaramente orientada a la supervivencia misma, en un sentidoliteral, de toda la sociedad, a la viabilidad y protección de loscampesinos y de sus cosechas, de las aldeas y de las chozas que sealzaban en ellas, de los mercaderes que viajaban por los caminos,de los alfareros y los albañiles, de los sacerdotes y losescribas. El rey maya era la garantía de la luz y el calor, de lasucesión de las estaciones, del amanecer que sucedía a las negrasnoches, de que el tiempo se deslizara con su justa carga dedestinos que afectaban a la totalidad de los seres vivos. Además, el poder maya es eminentemente escenográfico, esaltamente ritualizado y expresivo, entendiendo por tal nosolamente el proceso tradicional de formalización de lasceremonias sino la pretensión obsesiva de que esas ceremoniasestén adecuadas en apariencia y en ritmo a los sucesos mitológicosfundacionales que constituyen el rito arquetípico. Por eso serequieren panoramas creados ex-profeso, y por eso la ciudad,digamos Oxkintok, que debe ser considerada en casi toda suextensión tal escenario, resulta consecuentemente unarepresentación cosmogónica de primer orden. Las plazas, lospasillos para la circulación de la gente, fueron pensados ydiseñados para que estuvieran cargados de sentido con tantaatención como el interior de las estructuras arquitectónicas, perotambién se puso especial énfasis en el cuidado de los efectosvisuales, en la composición y las proporciones. Un grupo deedificios es en las ciudades mayas el equivalente a una enorme

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tribuna en la que se han ponderado los más nimios detalles; elarquitecto maya, con el esmero de un moderno director teatral,velaba por los efectos de luz y sombra, conducía la mirada delespectador a los puntos precisos y deseados, jugaba con lasuperposición de formas y volúmenes y con la sucesión de planos,para crear, en definitiva, comparables sensaciones de piedad,emoción, respeto, temor reverencial, asombro, para inducir a laparticipación o a la concentración mental, para evitar cualquierdistracción, el tedio o la incertidumbre. Los estudiosos de lacultura maya opinan con unanimidad que las plazas de las ciudadesacogían a numerosos feligreses en las continuas celebraciones quetenían lugar; la mayor parte de esos fieles no sabía leer losjeroglíficos ni entendía el intrincado simbolismo del arte; portanto, su aquiescencia con la ceremonia, su identificación con laspropuestas de los sacerdotes y los nobles, su intervención en elclima festivo, se lograban en buena medida merced al impactovisual de la ciudad misma. Las construcciones pintadas yornamentadas, la traza urbana en su totalidad, es decir, lageometría monumental del poder, junto con la danza o el movimientocorporal, la música, la palabra y la solemnidad de los atavíos,eran los causantes de que cada quien se sintiera miembro de lacomunidad y aceptara los elementos y los designios de laintegración y la solidaridad (Rivera 1991:23-24; véase Rivera2001). Una fórmula cultural que los mayas comparten, desde luego,con Teotihuacan, por ejemplo, y, en otro continente, hasta el díade hoy, con el Vaticano. La arquitectura maya reproduce y tiene como inspiración lachoza campesina, que es en sí un producto “natural” hecho a la

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medida del medio y con elementos de la selva. En los palacios depiedra se busca la misma empatía. En el Puuc las columnillasornamentales de zócalos, frisos y paramentos, son conjuntosarboreos que, además de imitar los troncos de sostén de lascabañas, insinúan masas boscosas. Allí, también, esas columnillasfalsas tratan de reforzar la verticalidad y atenuar la pesantez yel estatismo. Es Georges Balandier (1994:30) quien ha escrito que entérminos de las relaciones de poder la presentación espectacularde la vida social no se separa de una representación del mundo, deuna cosmología traducida en obras y en prácticas. ¿Qué decir delos mayas clásicos, entre los cuales la vida social urbana fueinseparable, a juzgar por las manifestaciones artísticas que hanllegado hasta nosotros, de la constante exaltación y conmemoraciónde la figura del ahau? Hay una transferencia de legitimidad del grupo al señor, unalegitimidad procedente de los dioses protectores del grupo que vaa parar a los dioses patronos de los linajes reales, entidades querepresentan desde ese momento a la comunidad toda; y ese secuestrode los dioses por parte de las élites de poder obliga a hacerexplícitos los comportamientos divinos de la realeza; de modo quesi, como también afirma Balandier (1994:18-19), todo poder semantiene merced a la transposición y producción de imágenes, pormedio de la manipulación de símbolos y su ordenamiento en uncuadro ceremonial, y si es verdad que tan pronto la dramaturgiapolítica traduce la formulación religiosa, entonces el escenariodel poder queda convertido en réplica o manifestación del OtroMundo, y habrá que convenir que en el oficio de dirigir lo real

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por medio de lo imaginario y de establecer tan rotundamente susdemostraciones no hubo en la Mesoamérica prehispánica tanconsumados expertos como los señores de las Tierras Bajas de lapenínsula de Yucatán. El origen de la desmesurada responsabilidad del ahau clásicohay que buscarla, según he dicho, en los cambios acaecidos en lacultura maya de las Tierras Bajas meridionales poco antes delcomienzo de la Era cristiana. Una sociedad que pretende afianzarla diferenciación, la estratificación, que evidencian laarquitectura y los enterramientos de Tikal o Lamanai, empiezaparalelamente a forjar una teoría del cosmos en la que se reflejenaquellas modificaciones. Tal vez la mejor información al respectoes la que proporciona la estructura 5C (Templo Primero) de Cerros,lugar de mediano tamaño situado en la costa del Caribe de Belice.En el mencionado edificio se representó con relieves de estuco unaescena cosmológica fundamental: los grandes mascarones queflanquean la escalinata del basamento piramidal han sidointerpretados como Venus y el Sol, y dado que el eje perpendicularal paramento que los sostiene es el de la dirección norte-sur, esposible suponer que Venus es representado como estrella de lamañana en el este y como estrella vespertina en el oeste, y que elrostro del Sol refleja igualmente el recorrido del astro entre elalba y el ocaso. La ascensión a la pirámide y el recorrido delgobernante por el interior del templo, actuando con todaprobabilidad en su papel de sumo sacerdote, de "practicadorreligioso" por excelencia, resultan así equivalentes al movimientode los cuerpos siderales, y tal supuesto implica automáticamentela equiparación del rey con el propio Sol y con su inseparable

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acompañante Venus (Schele y Freidel 1990:96-129). Es decir, elcomienzo de la monarquía divina de los antiguos mayas coincide conla “solarización” del gobernante, con su transposición decidida ala esfera cosmológica, y no sólo por obvias razones simbólicas encuanto al sentido vivificador que todos los pueblos han concedidoal gran disco celeste, que se renonoce naturalmente en el "padre"de la colectividad, sino porque el Sol es, ante todo y sobre todo,el origen del mundo físico y del tiempo, ambos inaugurados desdeel mismo instante en que el astro se pone a caminar por el inmensoespacio superior (véase Baudez 2006). No es de extrañar,consecuentemente, que sea Cerros uno de los primeros asentamientosque cuenta con construcciones específicas para el juego de pelota,otro ritual solar en el que participaban activamente los miembrosdestacados de los linajes, y en el que, a no dudar, y de acuerdocon numerosas pruebas iconográficas, el monarca representaba elpapel del astro luminoso, bien en el recorrido diurno o en elrecorrido nocturno por el mundo subterráneo. Si los basamentospiramidales con mascarones son manifestaciones primarias de lateoría cosmológica en el pensamiento religioso de los mayas, losjuegos de pelota señalan el momento en que tal teoría quedóindisolublemente unida a la naturaleza de las dinastías quedetentaban el poder político. Sobre la delimitación cuadrangular del mundo de los hombresdebida al itinerario del Sol, de sur a norte en su ciclo anual yde este a oeste cada día, no es necesario que me extienda, pero enel concepto maya del tiempo, tan importante para comprender lamentalidad prehispánica y para valorar en su justa medida lainstitución de la realeza -puesto que el rey conmemoraba

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periódicamente el paso del tiempo con monumentos de enormesignificación-, sí debo detenerme unos instantes. El sentido deltiempo occidental se resume diciendo que lo que ha sucedidodespués no puede ser causa de lo que ha sucedido antes. El tiempomaya sí contempla esta posibilidad, ya que los segmentoscronológicos, con su carga de destino y con sus acontecimientos"históricos", no discurren linealmente sino que forman unentramado reiterativo de constantes vaivenes de atrás adelante yviceversa, en el que hay interacciones globales de todos con todosy de cada uno con los demás. El tiempo maya es como una bola denieve que rueda por una sucesión desordenada de pendientesirregulares; se agregan poco a poco nuevos aportes que seconfunden con los ya existentes, mientras el conjunto se deslizacon giros y zigzags a una velocidad constante y sostenida. El rey,en su función solar de hacedor del tiempo, sabe discernir elrecorrido, la forma, las dimensiones y la velocidad de la bola denieve, lo mismo que la ubicación y características de la pendienteque atraviesa, y prevé el estropicio que su paso puede producir.Esta es la tercera pata del trípode que sostuvo al Estado maya;junto a la inserción de la sociedad y su entorno en el ámbitosuperior del cosmos, y la ubicación del gobernante máximo en elvértice de la gran estructura global así formada, se halla lacaracterización del tiempo como una sagrada filosofía existencialen la que el rey actúa de hierofante y profeta. Las ciudadesmayas, expresiones del rey y del poder del rey, tienen por tantocarácter solar, los movimientos del Sol inspiran su traza, lacadencia de esos movimientos determina su desarrollo.

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Si bien es cierto que se posee cierta documentación sobre laépoca histórica en que el gobernante maya se convierte en reycosmológico, sigue siendo dudoso el tipo de entidad política queencabeza en ese preciso momento. Dicho de otro modo, ¿es posibleafirmar que Tikal, Cerros o El Mirador son ya ciudades-Estadodurante el Preclásico Tardío? Voy a tomar como guía un viejoartículo de Bruce Trigger (1974) para tratar de contestar a estapregunta.

Estado y cosmos entre los antiguos mayas

Una de las primeras vías para investigar la aparición de losEstados antiguos es la demográfica. Desde luego, no parecerazonable negar esa cualidad a una entidad política que tenga bajodominio bien calculado a más de diez mil personas. Tampoco seriajusto argüir exclusivamente este hecho, evidente o inferido, parasugerir automáticamente la presencia de formas estatales deorganización. Se necesitan otras pruebas adicionales, pero, encualquier caso, de las inmensas contrucciones de algunos de esossitios preclásicos cabe deducir un control efectivo de lasminorías gobernantes sobre numerosas aldeas que prestaban sufuerza de trabajo en la colosal y prolongada tarea, también sucapacidad para distribuir las faenas, hacer llegar la informacióny las órdenes pertinentes, adiestrar a los capataces yarquitectos, proveer el avituallamiento y el albergue, y,finalmente, provocar en los trabajadores un estado de ánimocoincidente con los fines políticos de la empresa (véase Arnauld yMichelet 2004: 77-79). Dado que muchas de tales construccionesestán precisamente ligadas a los nuevos conceptos cosmológicos y

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al uso político que de ellos se hace, hay que reconocer que elcontrol efectivo de una numerosa fuerza de trabajo, o laapropiación centralizada de los tributos que hicieron posibles lasobras, se relaciona con la doctrina que vincula a los señores conel orden universal. Verdaderamente, en apariencia, una cosadetermina a la otra, por lo que el razonamiento se torna circularconstituyendo lo que yo llamaría el primer anillo de poder. Los Estados arcaicos suelen presentar uniformidad culturalsobre un territorio más o menos extenso y, sobre todo, integrandos subculturas interrelacionadas pero autónomas, la de las élitesy la de los plebeyos, plebeyos que son, por lo general,principalmente campesinos. Los grupos de alto rango mantienen conmayor fidelidad la unidad de estilo de sus manifestacionesculturales, aunque, simultáneamente, procuran establecerdiferencias claras con otros grupos pertenecientes a otrasentidades políticas. No hay duda de que esos rasgos ya sonperceptibles para la arqueología en el Preclásico Tardío de variosyacimientos monumentales mayas. Y respecto a esta cuestión, nada tan sencillo paradiagnosticar la presencia del Estado en un contexto arqueológicoque encontrar las pruebas materiales del plan de las minoríasdirigentes para expresar la gloria de los individuos de superiorjerarquía, o para mostrar la fuerza y capacidad de acción de lasinstituciones políticas que ellos encarnan (cf. Culbert Ed. 1991).El diseño de las primeras ciudades mayas, sobre todo, porsupuesto, de las megalópolis como El Mirador, es para mí unindicio rotundo del Estado -un Estado incipiente, si queremoscalificarlo así, pues yo no creo en la capacidad organizativa ni

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en la fuerza política de las inconsistentes jefaturas- , y dadoque, según digo, son diseños en buena medida cosmológicos, elEstado que metafóricamente representan también lo es. Otra cosa esla glorificación individual de los gobernantes a través de laexaltación pública y monumental de sus imágenes idealizadas, contodos los atributos y asociaciones simbólicas de rigor, que es mástardía en las Tierras Bajas mayas, pues la piedra misceláneanúmero 69 y la estela 29 de Tikal se fechan entre los siglos II yIII de nuestra Era, por lo menos doscientos o trescientos añosdespués de la plena cristalización y máxima extensión de losprimeros conjuntos arquitectónicos urbanos de grandes dimensiones. Es necesario que señale aquí que la tipología de losutensilios y herramientas que usaron los constructores mayas a lolargo de su historia precolombina pertenece de lleno a la Edad dePiedra, lo que siempre ha parecido incongruente con el grado decrecimiento y elaboración de sus instituciones sociales y de loselementos materiales en que se reflejan. La única conclusiónválida del hecho fehaciente de que los mayas crearon unaextraordinaria civilización de gran complejidad con una tecnologíaprimitiva es que tal cosa es posible, a lo que cabe añadir quedeben refutarse asimismo algunos de los postulados del viejoevolucionismo, los cuales, por otra parte, ya nadie defiende, -yentre los que también estaría el que en los Estados antiguos debeexistir necesariamente un urbanismo de cuño "occidental"-, yfinalmente que hay otras maneras de abordar la realización deobras monumentales, como son aquellas centradas especialmente enla organización del trabajo. Los mayas vivieron en lo que yollamaría la Edad del Jade, si fuera necesario etiquetar la

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naturaleza particular y algo extraordinaria de su cultura, y sulegado físico y tangible más importante es la arquitectura, con laque pusieron orden en su mundo tropical espoleados por laineludible celebración de la autoridad de los reyes. Por otro lado, una forma de expresión de la excelsitud delos gobernantes es la abundancia de los símbolos de estatus queaquellos portan, bienes que tienen que ser escasos, muy difícilesde obtener o de manufacturar, y de gran valor de cambio. Paraobtener esos objetos los señores desarrollan la artesaníaespecializada y el comercio, de manera que si la arqueologíadetecta continuada y abundantemente la existencia de los objetos,de los artesanos o del tráfico, a través de las ofrendasdepositadas en las tumbas, o tomando como base las inferenciasrealizadas sobre la iconografía, por ejemplo, las probabilidadesaumentan de que se hubieran alcanzado en ese momento las formasconstitutivas del Estado. En el área maya coinciden los hallazgosde objetos suntuarios de jade, por mencionar uno de los materialesmás codiciados y significativos, con las representacionesplásticas de señores en majestad. El sistema político que mejor defiende la desigualdistribución de la riqueza entre los miembros de una sociedad, elmantenimiento y la profundización de los privilegios de la élite yla rígida expresión formal de las diferencias, es el estatal. Nosiempre que se encuentran indicios de tratamiento diverso de loscadáveres, o de variados tipos de viviendas, estamos ante Estadosarcaicos, pero esa regla sumada a las restantes es de innegablepeso específico. El monopolio de la fuerza ordenadora y represoraque el Estado ejerce se intuye por los observadores atentos desde

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las pinturas o relieves de época temprana, dado que los señoresmayas se hacen representar con el atuendo de guerra, es decir,portan las armas ofensivas y defensivas como si de atributos de sucondición de cabezas del orden político se tratara, junto con losrestantes objetos que simbolizan el rango y el oficio, y ademáspisan, aplastan, golpean o avasallan de cualquier manera asupuestos enemigos, mostrando que son ellos, y sólo ellos, losllamados a disponer y dirigir la violencia. Finalmente, los Estados suelen incorporar divisionesterritoriales que se manifiestan con un patrón de asentamientoparticular, con unidades jerarquizadas también en cuanto al tamañoo a los rasgos que denotan ejercicio del poder o de funcionesadministrativas. Por supuesto, en este caso los edificios decarácter religioso también cambian de aspecto según la categoríadel sitio. Hay incluso un orden típico de los asentamientos en elpaisaje, que Trigger y otros autores piensan que se ajusta almodelo exagonal en algunas ocasiones. En los bosques del surestede Mesoamérica la pauta casi general desde el Preclásico Tardío esla distribución radial, en la que los sitios están jerarquizadossegún su distancia o excentricidad respecto a la ciudad-cabecera,que es la que reúne los elementos urbanos y artísticos de mayorsignificado, formando constelaciones de regular tamaño extendidassobre territorios delimitados, integrados y bajo estrictadominación que raramente exceden los tres mil kilómetroscuadrados. Esa misma jerarquía político-administrativa lo estambién religiosa, puesto que los templos son más modestos en lasciudades más modestas, y hasta funeraria, porque los grandesseñores se enterrarán en los asentamientos principales. No

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obstante, todavía no se ha encontrado la fórmula que permitadiscernir sin vacilaciones las fronteras de los primitivos Estadosmayas, otro dato que sería crucial para demostrar su existenciamisma, aunque en un sistema de ordenación espacial como el queacabo de mencionar, puede suceder que cuanto más se alejan lascomunidades del centro de poder más dispersos se hacen suspoblados, más escasa es la población y menos lugares ceremonialesson necesarios. Tal norma es lógica en vista de la conveniencia demantener a las gentes próximas a las instituciones de control y alos mecanismos de integración y socialización, en un medioselvático en el que la comunicación y el transporte son muydifíciles, la movilidad penosa, y donde la segmentación natural delas agrupaciones humanas para evitar la sobreexplotación agrícolatiende siempre a favorecer a las fuerzas centrífugas, que son porello inherentes a la mejor adaptación ecológica. Todo esto lleva apensar que los límites de los Estados mayas deben encontrarse allídonde haya franjas con escasas huellas de ocupación, en unaespecie de tierra de nadie en la que desemboque lejos de laperiferia de las grandes urbes el patrón disperso y paulatinamentemás laxo de los centros habitados de diferentes categorías. Y paraeste fin sirvieron seguramente las áreas pantanosas no cultivadasy ciertos accidentes geográficos que supusieran obstáculos gravesal tránsito y la comunicación, aunque quizás a menudo lasfronteras debieron ser fijadas según circunstancias históricas queno tuvieron en cuenta las características del medio. Quién sabe siuno de los motivos frecuentes de las famosas visitas reales, quelos nobles y los gobernantes llevaban a cabo trasladándose hastaemplazamientos a veces relativamente distantes de sus respectivas

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capitales, no fue las discusiones sobre límites territoriales.Este es un estudio que pocas veces se ha realizado para lacivilización maya, tal vez por los obvios inconvenientes detrabajar en exploración sobre vastas extensiones de la jungla,pero cuando se ha intentado, en relación con el período Clásico ytomando como pretexto rasgos del tipo de las calzadas que unenasentamientos, por lo general los resultados han sido alentadoresy han venido a confirmar que la teoría posee bastante solidez (cf.

Carrasco 1993). Es muy posible que los equipos franceses quetrabajan desde hace años en la zona de Río Bec tengan igualmentealgunas sugerencias que hacer al respecto (véase Nondedeo 2001).

El segundo anillo de poder

Como ya he dicho en otras ocasiones (por ejemplo, Rivera1995a) la ciudad antigua es arquitectura con valor simbólico yfuncional combinada armónicamente en un espacio sacralizado; peroen muchas culturas arqueológicas el espacio que el hombre ocupa esinseparable de la extensión del universo todo. Y ese universo noes un agregado de partes, sino la reiteración en nivelesespecializados de particulares modelos de organización. A partirde unidades sociales celulares se proyecta su orden en lasdistintas escalas de organización cosmológica, otorgando a esosnuevos modelos la categoría simbólica y el aspecto formaladecuados. Con posterioridad, los modelos organizativos de losniveles del universo privilegiados ideológicamente -que son losque sirven para explicar o legitimar el sistema de poder o laestructura de relaciones sociales en su conjunto- se proyectan asu vez sobre la sociedad conformándola y determinándola. Por eso,

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para numerosos pueblos la casa habitación que acoge a la familianuclear es un auténtico microcosmos con sus valores simbólicosperfectamente definidos al respecto, y también lo fue para losmayas, que a medida que vieron crecer en tamaño y complejidad a susociedad fueron trasladando ese modelo de casa habitación altemplo y al palacio, haciendo nacer otras escalas cosmológicascorrelativas para asociarlas a tales edificaciones hasta llegar ala ciudad como un todo, e incluso a la agrupación de ciudadesintegrantes de un país o entidad político-territorial dados. Eneste sentido, de nuevo tengo que concluir que si la choza de unaaldea es representativa de la cosmología tribal, la ciudad debe serrepresentativa de la cosmología estatal. Los centros secundarios mayas están dispuestos en elterritorio siguiendo un modelo de celosía con relación al centroceremonial mayor. Algunos autores, como Joyce Marcus (1973) hansugerido que éste es un arreglo deliberado y que tiene un sentidoparticular. La cosmología parece haber jugado un papel muyimportante en la organización territorial a gran escala. Losejemplos que se pueden aducir no solamente revelan la cuidadosaplanificación urbana sino que aportan información sobre laestructura social antigua. Desde la entrada principal del Palaciodel Gobernador, de Uxmal, justo en la línea perpendicular aledificio, se puede distinguir en ocasiones el centro ceremonial deNohpat, a 6 kilómetros de distancia, y ésta es también ladirección exacta de la posición sur extrema de la salida de Venusdurante la época en que se construyó la gran ciudad del Puuc. SiNohpat, como supongo, fue sede de un segmento de linaje del grupogobernante en Uxmal, su emplazamiento fue decidido merced a una

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observación astronómica, y tal dato es sustancial para establecerel tipo de dependencia política entre ambos asentamientos y entreambas unidades familiares. No olvidemos que Nohpat es quizás ellugar de origen del enano de Uxmal y de su madre en la celebérrimaleyenda, y que el término toponímico puede significar el granhereje o el gran alfarero, tal vez un sinónimo de Venus-Kukulcán(Noh Ek). La relación socioparental entre centros ha sidopropuesta por Kurjack (1974) apoyándose en la red de conexiones delas calzadas, y la epigrafía ha sugerido alianzas basadas en losintercambios de mujeres nobles. Ya Haviland propuso en 1968 paraTikal que la unidad residencial correspondía a un agrupamientoclánico; hoy casi nadie duda que el patrón organizativo básico delos asentamientos mayas de las Tierras Bajas fue el de grupos deparentesco (linajes) localizados, hipótesis que concuerda ademáscon los estudios realizados en la zona quiché y en Chiapas tantopor los etnólogos como por los etnohistoriadores. Si las unidadeshabitacionales son complejos arquitectónicos pertenecientes aunidades sociales de parientes, las ciudades que sirvenideológicamente a aquellas deben representar al conjunto de esoslinajes en sus distintos grupos monumentales. Entonces, esprobable que el orden astronómico de los distintos asentamientosen el paisaje se vea igualmente reproducido y condensado en cadacentro ceremonial. Las relaciones entre unidades sociales estánasí reflejadas, diríamos, en las relaciones entre estrellas ogrupos de estrellas en el cielo. Hallando esa equivalencia, odescifrando el mapa estelar maya, obtendríamos el cuadro de laorganización social, la estructura inspirada en el panoramasideral.

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En la cúspide de la sociedad estaba el rey divino. Laestrella que reina en el cielo es el Sol. La proyección delconcierto político en el cosmos se ve a través de la adaptación dela realidad cultural que es la ciudad al modelo celeste, al cielodel día y al cielo de la noche, a un universo dividido en dosmitades. El firmamento, por tanto, se refleja a su vez en lasuperficie de la Tierra, cerrándose de esa manera el segundoanillo de poder. En Oxkintok, una ciudad prehispánica situada a cerca decincuenta kilómetros al sur de Mérida, capital moderna del Estadode Yucatán, se ha desarrollado entre 1986 y 1991 la primera fasede un proyecto arqueológico que pretendía poner de manifiesto lasvinculaciones entre planificación urbana y estructura social(véase Rivera et al. 1991; Rivera 1996; y los cuatro volúmenes deinformes preliminares publicados por la Misión Arqueológica deEspaña en México y el Ministerio de Cultura entre los años 1988 y1992). Con los resultado de esos seis años de investigaciones enla mano, lo primero que hay que advertir es que el diseño de laciudad se altera profundamente a partir del siglo IX y que lasinferencias a las que me voy a referir a continuación solamenteson válidas para el período que se extiende de mediados delClásico Temprano (ca. 450 d.C.) a finales del Clásico Tardío (ca.

800 d.C.). Siguiendo la citada hipótesis de Edward Kurjack, el equipo deexcavadores de Oxkintok se planteó la necesidad de otorgar a losllamados "grupos" arqueológicos singularidad absoluta a efectos desu asociación con unidades sociales también particulares. Laprimera tarea era delimitar con bastante precisión esos grupos y

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establecer el número, y definir las cualidades, de los rasgos aestudiar en ellos para comprobar su filiación. En seguida fueronsurgiendo contrastes evidentes entre unos y otros, de manera queel proceso diferenciador avanzó con prontitud, aunque sucorolario, la identificación de las unidades sociales concretas alas que se asociaban respectivamente, fue un problema mucho másarduo. Pudimos indicar una supuesta y provisional ordenaciónjerárquica de los grupos en que se llevaron a cabo exploracionesextensivas, pero todavía no nos es dado afirmar con rotundidadcuál es el sector social, con su origen y sus funciones, a los quecada uno de ellos estaban ligados. Ciertamente, los estudios sobrela estructura social de los mayas antiguos han avanzado poco enlas últimas décadas, a pesar de encomiables esfuerzos como losreunidos en las comunicaciones de la Tercera Mesa Redonda dePalenque (Tiesler et al. Coords. 2002), y nos faltan elementos dejuicio para poder realizar interpretaciones completas, es decir,que vayan más allá de las cuestiones de estratificación ysimbología del poder. El elemento que me parece clave, y sobre el que descansa laconstrucción teórica que estoy concluyendo sobre la representaciónurbanística de la organización social, es la pirámide templaria. Asimple vista, llama la atención, primero, que en los cinco gruposarqueológicos del centro de Oxkintok, denominados Donato Dzul, AhCanul, May, Dzib y Xanpol, exista invariablemente ese tipo deedificación; segundo, que, excepto en el grupo Ah Canul, sea unasola pirámide la que sobresalga de las restantes construcciones;y, tercero, que se ubique por lo general en el lado meridional delperímetro del grupo. El grupo Ah Canul tiene tres pirámides

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principales, y quizás otra más pequeña, y están colocadas en loslados sur, este y oeste de la plaza norte, es decir, en la mitadseptentrional del conjunto arquitectónico. No es la única cosa quedistingue llamativamente al grupo Ah Canul de los restantes:mientras que la norma es que esos complejos arquitectónicos sealcen sobre una única gran plataforma basal, en el Ah Canul seaprecian varios trabajos de nivelación del terreno que dieronorigen a una sucesión de planos en distintos niveles, conaterrazamiento periférico, pero no hay plataformas colosales como,por ejemplo, la del vecino grupo May; además en Ah Canul selocaliza el palacio más grande de la ciudad, en el que sedescubrieron numerosos dinteles y paneles esculpidos con figurasque habitualmente son intepretadas como de miembros de los linajesreales. Los epigrafistas, que han leído las inscripcionesdescubiertas en el sector, han sugerido provisionalmente que en laAntigüedad el grupo se llamaba Sakunal, que significa "lugar delos hermanos mayores", lo que sería una obvia referencia a queallí estaba la sede del linaje gobernante. En el lado norte de la plaza septentrional del Ah Canul hayun pequeño edificio, clasificado con la sigla CA-3 y fechado porel estilo arquitectónico y la cerámica asociada entre los siglos Vy VI, en el que se hallaba un pavimento decorado con un dibujo deestera, en maya pop, símbolo reconocido de la realeza. En la crujíadel norte se encontraron varias tumbas que contenían un ricoajuar, del que se pueden destacar las máscaras de mosaico de jadey las agujas para el autosacrificio, signos ambos de los rangosmás elevados de la escala social maya. La excavación posterior porun equipo hispano-mexicano del edificio semejante CA-2, situado en

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el ángulo noroeste de la plaza (Velázquez y García 2002),corroboró el dato de que tales estructuras fueron usadas comopanteones de personajes de la élite. No obstante, mi firmecreencia es que los reyes eran inhumados en el interior de laspirámides, que, como templos dedicados al culto de los antepasadosfundadores del linaje, estaban llamados a acoger a losdescendientes directos de aquellos dioses, con los cuales debíanidentificarse tras el óbito, y recibir así igualmente laveneración de la unidad de parentesco en el espacio sagradomáximo. Desgraciadamente, no hemos hallado tumbas realesincontestables en las dos pirámides que fueron investigadas enOxkintok, la del grupo May y la del este de la plaza norte delgrupo Ah Canul, pero eso se debe sin duda a que las excavacionesno fueron suficientemente exhaustivas. En la del grupo May, en laque se perforó un túnel de catorce metros desde la base hacia elinterior del basamento, se descubrieron un glifo pintado en unmuro que fue leído como ahau o rey, y una ofrenda con muchosobjetos de jade, lo que probablemente indica que la tumba real noestá muy lejos (cf. Fernández 1993). En la pirámide CA-4 del AhCanul no se hicieron excavaciones en profundidad. En muchas otrasciudades mayas, como Tikal, Calakmul, Copán o Palenque, se hademostrado suficientemente que los templos piramidales contenían amenudo los restos de los gobernantes. Puesto que la prominente pirámide concentraba la atenciónceremonial de los grupos y era la síntesis de las señas deidentidad de los miembros de la unidad social a la que el grupoarquitectónico representaba, hay que preguntarse por qué en el AhCanul existen al menos tres de tales edificios. Puede suponerse

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que, si el grupo fue, como todo parece indicar, la sede de losgobernantes de Oxkintok durante el período Clásico, se hubieransucedido tres dinastías con sus correspondientes fundadores y quecada una de ellas hubiera necesitado erigir su templo de linaje,pero el hecho de que esas pirámides cierren por el sur la plazanorte según un diseño que parece pensado de una vez, y quesolamente una de ellas se oriente con el eje norte-sur, que es elque sirve de referencia a las de los otros grupos, me hace suponerque la variedad de líneas de señores no es la razón pertinente.Las que parecen pirámides de los antepasados, como digo, están enOxkintok orientadas norte-sur, es decir, en el eje solar anual, elque comprende las dos estaciones del tiempo agrícola, que es eleje que orienta también al juego de pelota descubierto en laciudad, ahí seguramente debido a que la dirección norte-sur señalaasimismo el eje vertical del universo, el arriba y abajo quecomprende la comunicación entre el cielo y el mundo subterráneo.Nada es trivial en cuestiones de orientaciones astronómicas de lasciudades mayas; no cabe duda que el eje norte-sur es elprioritario, el de mayor valor simbólico, el que se relaciona, portanto, con la monarquía divina. Hasta los reyes muertos soncolocados en entierros situados en el eje vertical de los templospiramidales para que puedan moverse entre las dimensiones delcosmos. Las dos pirámides del grupo Ah Canul que abren sus fachadasal este y al oeste están en el eje del Sol diurno, del cotidianoviaje del astro luminoso al inframundo, el eje de la muerte y laresurrección. También el edificio aislado llamado Satunsat, deplanta laberíntica y que yo interpreto como lugar para los ritos

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de iniciación de los gobernantes relacionados con el mundo de losmuertos (Rivera 1995b) esta orientado este-oeste, para que el Solpueda penetrar hasta el más recóndito de sus cuartos por lostragaluces de la fachada occidental durante los equinoccios,cuando la naturaleza muere o renace. La presencia de trespirámides en el grupo Ah Canul, una orientada norte-sur y dosorientadas este-oeste, quiere decir probablemente que allírealizaba sus sagradas ceremonias el ahau, las que tenían caráctercosmogónico, de conservación del universo, de actualización de lacreación del mundo según las pautas establecidas por losantepasados, en el templo en el que tal vez sería enterrado, eldel eje norte-sur, y las ceremonias que tenían carácter derevitalización permanente de la vida sobre la tierra, en lostemplos ubicados en el eje este-oeste. Tal podría ser en Oxkintokla solarización total del monarca, su papel de dios Sol entre sussúbditos. En Tikal o en otras ciudades meridionales clásicas estepatrón pudo ser diferente; la tumba de Hasau Chaan Kauil en elTemplo 1, orientado este-oeste, por ejemplo, quiere decir sin dudaque el rey muere y renace como lo hace la naturaleza a lo largodel año. Pero otros reyes de Tikal fueron enterrados en pirámidesde la Acrópolis del Norte orientadas norte-sur. De los cinco grupos arqueológicos clásicos del centro deOxkintok, cuatro están situados en la mitad meridional de laciudad y sus templos-emblema miran al norte, un grupo, el DonatoDzul, está situado en la mitad septentrional de la ciudad y supirámide mira al sur. Esa desproporción es muy llamativa,obviamente la mitad sur es la preferida y debe ser porque lasfachadas de los templos al norte se dirigen al rumbo de la

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fertilidad y la vida tal como era considerado en el pensamientomaya; es en el verano cuando el Sol está en el norte, y el veranoes la estación de las lluvias. Además, ya he dicho que el norte esequivalente al arriba, la dirección del cielo diurno, el reino delSol cálido y generador. Si existe un grupo arqueológico queorienta su templo al sur es quizás porque existió paralelamenteuna unidad social que se vinculaba con la estación de la sequía,con el sur, la muerte y el inframundo; un sólo grupo, una únicaunidad social, aparentemente, pues resulta lógico que no fuera unaafiliación muy deseada por los miembros de la colectividad, aunquecualquier juicio de valor debe ser rechazado. Pero era necesaria,necesaria en una sociedad que debía estar dividida en mitades,como el universo, la mitad del norte y la mitad del sur; y lasimbricaciones simbólicas de la disposición de la arquitecturasagrada representativa en el paisaje urbano sonextraordinariamente complejas, porque si bien los templos del surabren sus fachadas al norte, no por eso dejan de estarprecisamente situados en la mitad sur de la ciudad, el rumbo queconsideramos nefasto para entendernos. A eso se debe quizás que elrey que llamamos Walas (¿Olas?), que gobernó Oxkintok en lasprimeras décadas del siglo VIII, y que está muy conectado con losgrupos Ah Canul y Dzib -ambos conjuntos arquitectónicos estánunidos por una calzada-, fuese retratado en vasos de cerámica dela clasificada como Chocholá con el atuendo del dios de losinfiernos, el dios L; y también tal vez que en uno de losedificios del grupo Ah Canul, precisamente en el gran palacio CA-7, se haya encontrado una imagen de la diosa IxChel ataviada comofúnebre divinidad del interior de la tierra. Todo ello nos conduce

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a afirmar que la simbología arquitectónica del poder en Oxkintokes la misma que se desprende también de la iconografía, un tejidode interrelaciones en el que cada una de las partes depende de lasdemás y es significativa e imprescindible. La urdimbre constituyeuna geometría en la que volúmenes, formas, direcciones, ubicación,tamaños y perspectivas son a su vez simbolos, conceptos con tantovalor ideológico como social.

Epílogo: Los reyes mayas

La capacidad crucial del rey maya, la que le confieredefinitivamente su investidura legítima, es la de participarsucesiva y simultáneamente de las naturalezas y los órdenespropios -y contradictorios, aunque no excluyentes- de las dosesferas de la realidad, la superficie de la tierra sobre la queejerce su dominación política, y el "Otro Mundo", en el que ejercesu función vinculante de impulsor de la regeneración, elmovimiento y la vida. Ese desdoblamiento es intrínseco al carácterde soberano divino típico del ahau, ser de la tierra y del cielo,con una misión de intermediario con lo sobrenatural que es unaforma de velar por la armonía del cosmos. Dicho de otra manera, silos dioses envían a menudo a la tierra heraldos y representantes,que nunca son plenamente entidades del más allá puesto queparticipan de modo activo y personal en los sucesos terrenales, yeso refuerza la necesaria unidad del cosmos, y por ende suestabilidad, así los reyes en contrapartida van y vienen de una aotra dimensión merced a iniciativas destinadas a reproducir yafianzar los mismos efectos. Tal es la verdadera utilidad delpapel social del rey, porque gobernar está al alcance de muchos,

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pero garantizar la perduración del universo, el ritmo de losfenómenos siderales que afectan a toda la creación y a todos losvivientes, ésa es la prerrogativa del hombre-dios. El rey esrepresentado con atuendo de jugador de pelota porque es el Sol quese mueve de norte a sur, de arriba abajo, y su acción en la canchaimpulsa mágicamente el movimiento de los cuerpos celestes. El reytiene su templo de linaje y otros en los que ejercer su papel degarante de la continuidad del mundo. El rey camina sobre calzadasque expresan sus lazos con los restantes miembros de la comunidada la que él encarna. He tratado de hacer un resumen de lo que yo creo que losreyes mayas eran (véase también Rivera 1982): 1º Señores del mundo, cuyo poder se extendía a las fronterasde la realidad visible o perceptible. Así están representados enlos famosos tableros de la ciudad de Palenque, vinculados al Sol,al inframundo y al ámbito celestial. 2º Ceibas sagradas, árboles que conectan el cielo con elinframundo, que comunican los tres pisos del cosmos, puesto quesus raíces se hunden en el interior de la tierra y sus copas sealzan a la atmósfera ilimitada. Por eso, según Linda Schele, enCaracol y en otros lugares al rey se le llama en lasinscripciones jeroglíficas yahauté, y las orejeras que porta enocasiones simbolizan la flor de la ceiba (Schele 1992). El árbolsagrado mesoamericano es una metáfora de la línea de parentesco,de la abundancia, la protección y la longevidad, y por eso seusaba como título real, entre los mayas y en otras civilizacionesmexicanas.

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3º Vencedores de la muerte. Los reyes de las Tierras Bajas dela península de Yucatán fueron identificados con los héroes delciclo mitológico conocido como Popol Vuh, quienes descendieron alos infiernos y murieron para resucitar posteriormente. Esosmuchachos gemelos que se llamaban Hunahpú e Ixbalanqué seconvirtieron al final en el Sol y la Luna, después de jugar a lapelota en distintas ocasiones con los señores del inframundo. Unode los reyes, por ejemplo, que alardea claramente de esa identidaddivina es 18 Conejo (Uaxaclahun Ubah Kauil) de Copán (Schele yFreidel 1990:316); y una de las tumbas reales descubiertasrecientemente en la gran ciudad hondureña está asociada, alparecer, con Ixbalanqué (según declaraciones del arqueólogo DavidSedat recogidas en Mexicon XVII, 4: 64). Recordemos de nuevo quecuando los monarcas mayas jugaban a la pelota eran verdaderamentelos gemelos del mito, por tanto los astros más brillantes delfirmamento, aunque también podían adoptar el papel de susantagonistas los gobernantes del reino inferior. 4º Encarnaciones de la sociedad. Su palabra era la palabra dela comunidad humana bajo su gobierno. La tierra que gobernaban erala tierra de las aldeas y las ciudades, donde se cultivaba el maízde la subsistencia y se representaba el orden cosmológico quehacía posible la vida y la preservación de la vida. 5º Personificaciones del Estado. Como en la antigua Camboyakhmer, la ciudad capital de la entidad política era sobre todo laciudad real, donde estaban situados los símbolos de la monarquía.Era la sede del poder porque en ella residía o estaba representadoel ahau, donde se alzaban los templos de los antepasados que ledaban legitimidad, donde estaría su tumba y donde se produciría su

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apoteosis. Sin comprender el sentido de la figura del k'ul ahaumaya no es posible comprender la naturaleza de la ciudad que es suespejo.

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