EXCAVACIONES EN EHNAS YA EL MEDINA - Ministerio de ...

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María José LÓPEZ GRANDE Fernando QUESADA SANZ Miguel Ángel MOLINERO POLO EXCAVACIONES EN EHNAS YA EL MEDINA (Heracleópolis Magna) Volumen II MINISTERIO DE CULTURA INFORMES ARQUEOLÓGICOS INFORMES ARQUEOLÓGICOS INFORMES ARQUEOLÓGICOS

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María José LÓPEZ G R A N D E Fernando QUESADA SANZ

Miguel Ángel MOLINERO POLO

EXCAVACIONES EN EHNAS YA EL MEDINA

(Heracleópolis Magna)

Volumen II

MINISTERIO DE CULTURA

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EXCAVACIONES EN EHNASYA EL MEDINA

(Heracleópolis Magna)

(Volumen 2)

INFORMES A R Q U E O L Ó G I C O S / EGIPTO 2

EXCAVACIONES en Ehnasya El Medina

(Heracleópolis Magna) II. La cerámica / María José López Grande, Fernando Quesada Sanz. Los recipientes de piedra / Miguel Angel Molinero Polo. - -1.a ed. - - Madrid : Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Cul­turales, 1995.

280 p. : il. ; 27 cm. + [3] h. de il. y plan. pleg. - - (Informes arqueológicos. Egipto ; 2) Indice. - - Bibliografía

ISBN: 84-8181-106-8 ÑIPO: 301-95-070-1

1. Excavaciones arqueológicas. 2. Restos arqueológicos. 3. Cerámica. 4. Tra­bajos en piedra. 5. Egipto. 6. Heracleópolis Magna. 7. Ehnasya El Medina.

I. López Grande, María José. II. Quesada Sanz, Fernando. III. Molinero Polo, Miguel Angel. IV. Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Cul­turales (España). V. Título. VI. Serie.

1/ edición: Madrid, 1995 Printed in Spain. Impreso en España. Edita: R Ministerio de Cultura. Dirección General de Bellas Artes y de Conservación y Restauración de Bienes Culturales. Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales. Calle Greco, 4 - 28040 Madrid. Diseño: ICRBC. Distribución: Abdón Terradas, 7 - 28015 Madrid. Tels.: 243 93 66 - 549 34 18. I.S.B.N.: 84-8181-106-8 ÑIPO: 301-95-070-1 Dep. Legal: M- 4123 4 -95 Imprime: Didot, S.A., Nervión, 3-6." - Bilbao.

904.9 (620)

María José LÓPEZ GRANDE Fernando QUESADA SANZ

«La cerámica»

Miguel Ángel MOLINERO POLO «Los recipientes de piedra»

EXCAVACIONES EN EHNASYA EL MEDINA

(Heracleópolis Magna)

(Volumen 2)

MINISTERIO DE CULTURA Dirección General de Bellas Artes

y de-Conservación y Restauración de Bienes Culturales

instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales 1995

ÍNDICE

P R E S E N T A C I Ó N 13

P A R T E I: L A C E R Á M I C A

P R E F A C I O 17

I. I N T R O D U C C I Ó N : L O S ESTUDIOS D E C E R A M O L O G Ì A EGIPCIA 19

I.A. Atraso comparativo 19 I.B. Situación actual de los estudios sobre cerámica 20 I. C. Estudios etnoarqueológicos 22

II. M E T O D O L O G Í A 25

ILA. Fases del trabajo 25 II. B. Estructura del estudio. Relación Tipología final/texto 27 U.C. Organización de Figuras y Láminas 28

III. A R C I L L A S Y P R O D U C C I O N E S C E R Á M I C A S 29

III. A . Pastas: tipos y clasificaciones 29 III.A.l. Arcillas y pastas en Egipto 29 III.A.2. Arcillas aluviales (Nile clays/Silt clays) 30 III.A.3. Arcillas margosas (Desert clays/marl clays) 30 III.A.4. Las «pastas mixtas» y otros problemas 32

III. B. Clasificación de pastas en Heracleópolis Magna 33 III.B.l. Clases de pastas 33 III. B.2. Algunas consideraciones generales 38

IV. L A E V O L U C I Ó N D E L A S P R O D U C C I O N E S C E R Á M I C A S 41

IV. A . Del Primer Período Intermedio (PPI) al Imperio Medio (IM). Láminas I-XVI 41 IV. A . l . Grupos formales 41

7

Producciones toscas 43 Formas cerradas y vasos hondos 43 Formas especiales .'. 46 Formas abiertas 46

Producciones cuidadas 47 Formas cerradas , 47 Formas abiertas 48

IV.A.2. Técnica y acabados 52 IV.A.3. Decoraciones 52 IV.A.4. Asociaciones y contextos 53 IV.A.5. Valoración general 53

IV.B. Del Imperio Medio (IM) al Segundo Período Intermedio (SPI). Láminas XVII-XX 54 I V . B . l . Los períodos 54 IV.B.2. Formas 55

Formas cerradas 55 Formas abiertas , 56

IV.B.3. Técnica, acabados, decoraciones 58 IV.B.4. Valoración general 59

IV.C. Imperio Nuevo y comienzos del TPI. (Láminas XXI-XXII) 59 I V . C . l . Formas 59

Formas cerradas 59 Formas abiertas 61

IV.C.2. Valoración 61 IV.D. E l Tercer Período Intermedio y la «Baja Época». Cuestiones de cronología y clasificación 62

I V . D . l . ¿Siglos o dinastías? 62 IV.D.2. La «Baja Época» en la cerámica de Heracleópolis 64

IV.E . E l Tercer Período Intermedio (Láminas XXIH-XXX) 66 I V . E . l . Grupos Formales 66

Formas cerradas grandes. Vasos de almacenamiento y transporte 66 Formas cerradas medianas y pequeñas 68

Cuerpo ovoide y cuello estrangulado acampanado 68 Cuerpo globular y cuello de tendencia vertical 70 Otros vasos cerrados medianos 71

Formas abiertas grandes 71 Formas abiertas medianas y pequeñas 72

Platos y cuencos 72 Vasos hondos , 73

Formas especiales 74 IV.E.2. Técnica, acabados y decoraciones 75 IV.E.3. Asociaciones y contextos 75 IV.E.4. Valoración general 76

IV.F. Un período «transicional» (segunda mitad del s. VIII a.C.) (Láminas XXXI-XXXIX) .. 77 I V . F . l . Grupos formales 77

Formas cerradas grandes 77 Formas cerradas medianas y pequeñas 79 Formas abiertas grandes 81 Formas abiertas medianas y pequeñas 81

Platos 81 Cuencos, copas y vasos hondos 82

Formas especiales 83 IV.F.2. Técnica, acabados, decoraciones 85 IV.F.3. Valoración general 85

IV.G. E l cambio cerámico: c. 730/700-c 650 a.C. (Láminas. X L - L X ) 86

8

I V . G . l . Grupos formales 88 Formas cerradas grandes 88

Pastas aluviales 88 Pastas margosas 90

Formas cerradas medianas y pequeñas 91 Pastas margosas e imitaciones locales engobadas 91 Pastas aluviales 92

Vasos medianos o grandes. Perfil incompleto 92 Vasos globulares, medianos y pequeños : 93 Vasos ovoides medianos y pequeños 94

Pasta de los Oasis: Cantimploras 95 Formas abiertas grandes 95

Pastas aluviales 95 Pastas margosas 97

Formas abiertas medianas y pequeñas 97 Pastas aluviales 97

Platos 97 Cuencos, cazuelas, copas y vasos hondos 98

Pastas margosas 100 Formas especiales 100

IV.G.2. Técnica, acabados 101 IV.G.3. Decoraciones. Los vasos Bes 102

A) Perfiles y acabados con efecto decorativo 103 B) Motivos y técnicas decorativas propiamente dichas 103

Grafitos 103 Decoración pintada monocroma negra 103 Los «Vasos Bes» (Lám. X L ) 103

IV.G.4. Valoración general 105 IV.H. Cerámica importada. (Láminas LXI-LXIV) 106

165. Ánforas 107 Jarros (166) y otros vasos cerrados (167) 108 Posibles imitaciones 110

IV.I. De Psamético I a época Ptolemaica. (Láminas LXV-LXVII) 111 IV. K . Período romano-copto. (Láminas LXVII-LXVIII) 112

V . T A B L A S D E F O R M A S Y T I P O L O G Í A 115

V . A . De una tipografía a una Tipología 115 V . B . Tablas de formas 117 V . C . Géneros, Clases y Tipos cerámicos 117 V . D . Tradición y cambio en la cerámica de Heracleópolis 118

VI . C O N C L U S I Ó N 123

B I B L I O G R A F Í A 129

L Á M I N A S 133

9

P A R T E II: L O S R E C I P I E N T E S D E PIEDRA

I N T R O D U C C I Ó N 205

T I P O L O G Í A 207

I. F O R M A S A B I E R T A S 209

L A . Formas abiertas planas: fuentes 209 I.B. Formas abiertas bajas: platos 209

I .B . l . Platos de base inestable 209 I.B. 1.1. Formas especiales 210

I.B.2. Platos de base estable 210 I.B.2.1. Base estable plana 210 I.B.2.2. Base estable con pie indicado 210 I.B.2.3. Base estable con anillo de solero 211 I.B.2.4. Platos con pies 211 I.B.2.5. Artesas 211

I.B.3. Escudillas 211 I.B.4. Fragmentos de platos 212

I.B.4.1. Bordes 212 I.B.4.2. Bases 212

I.C. Formas abiertas semiesféricas: cuencos 213 I. C . l . Cuencos de base inestable 213

I.C. 1.1. Semiesféricos 213 I.C. 1.2. Formas especiales 213

I.C.2. Cuencos de base estable 214 I.C.2.1. Base plana 214 I.C.2.2. Base con anillo de solero 214 I.C.2.3. Cuencos cilindricos 214

I. C.3. Fragmentos de cuencos 214 I. D. Formas abiertas altas: vasos 215

I .D . l . Vasos de base inestable 215 I.D.1.1. Vasos cónicos 215

I.D.2. Vasos de base estable 215 I.D.2.1. Vasos troncocónicos bajos 215 I.D.2.2. Vasos altos 215 I.D.2.3. Morteros 216

I. D.3. Fragmentos de vasos 217 I.D.3.1. Bordes 217 I.D.3.2. Galbos 217

II. F O R M A S C E R R A D A S 219

II. A . Formas cerradas bajas 219 II. A . l . Botellas bajas de base inestable (?) 219 II.A.2. Formas cerradas bajas de base estable 219

II.B. Formas cerradas esféricas 220 H . B . l . Botellas esféricas 220

II.C. Formas cerradas altas 220 II. C . l . Cantimploras 220

II. C . 1.1. Cantimploras de cuerpo esférico 220 II.C.l.2. Cantimploras de cuerpo lenticular 220

II. C.2. Botellas globulares 220

10

II.C.2.1. D M en el tercio superior del cuerpo 221 II.C.2.2. D M en el tercio central del cuerpo 221 II.C.2.3. D M en el tercio inferior del cuerpo 221

II.C.3. Fragmentos de formas cerradas altas 221 II.C.4. Formas cerradas altas carenadas 222 II.C.5. Botellas esféricas / globulares de cuello alto 223

II.D. Formas cerradas esbeltas 223 II.D.l . Anforillas 223 II.D.2. Botellas 223

II.D.2.1. Botellas ovoides (DM en el tercio superior del cuerpo) 223 II.D.2.2. Botellas fusiformes (DM en el tercio inferior del cuerpo) 224 II.D.2.3. Botella esférica de cuello alto 224

II.D.3. Bases de formas cerradas esbeltas 224 II. E . Formas cerradas compuestas 224

III. F O R M A S E S P E C I A L E S 227

III. A . Tapaderas 227 III.B. Placa 227 III.C. Percutores 228

IV. M A T E R I A L E S 229

C O N S I D E R A C I O N E S F I N A L E S 233

I N V E N T A R I O D E L O S R E C I P I E N T E S D E PIEDRA 237

P R O C E D E N C I A D E L O S R E C I P I E N T E S D E PIEDRA 257

B I B L I O G R A F Í A 261

L Á M I N A S 263

A B R E V I A T U R A S G E N E R A L E S 278

11

PRESENTACIÓN

Con este segundo volumen dedicado a la cerámica y a los recipientes de piedras duras continúa la serie de publicaciones referentes al yacimiento de Ehnasya el Medina (Heracleópolis Magna) y a los trabajos realizados en este lugar desde 1984 hasta 1993 por la Misión Arqueológica Española en Egipto.

No ha sido fácil redactar esta monografía; como los propios autores relatan, los trabajos relativos a cerámica y a vasos de piedras duras son muy recientes dentro de la egiptología y solamente desde hace algunos años han comenzado a sistematizarse por los distintos especialistas que cada día son más. Se partía de una bibliografía casi inexistente, y de un ingente número de piezas y fragmentos cuya atribución a un periodo concreto o a una tipología establecida era sumamente difícil ante los escasos estudios disponibles.

Sin embargo, desde 1984 nos propusimos sistematizar toda la información que la excavación de una zona del yacimiento de Heracleópolis Magna pudiera proporcionarnos, y en este contexto se enmarcó el estudio de la cerámica y de los vasos de piedras duras hallados durante las diferentes campañas arqueológicas. En todas ellas, tanto los autores de este volumen como el resto de los componentes de la Misión Arqueológica Española en Egipto han demostrado su profesionalidad, dedicando una buena parte de su tiempo al estudio del material que se les había encomendado. Los resultados se plasmarán en diferentes volúmenes de la Serie Informes Arqueológicos, Egipto, que se inició con el volumen 1 dedicado a las Inscripciones jeroglíficas heracleopolitanas.

Los resultados que aparecen en este segundo volumen son elocuentes, como se desprende de la lectura del texto y, aunque en el futuro se maticen algunas conclusiones debido a nuevos hallazgos, el trabajo mantendrá su vigencia durante tiempo y será punto de referencia y de obligada cita por parte de egiptólogos y especialistas. Se confirma así la importancia de la ciudad de Heracleópolis Magna durante toda su historia y se valora en toda su dimensión el trabajo de los arqueólogos españoles durante los últimos años en el yacimiento.

Madrid, octubre 1995

María del Carmen Pérez Die Directora de la Misión Arqueológica Española en Egipto

13

PARTE I LA CERÁMICA

María José LÓPEZ GRANDE Fernando QUESADA SANZ

PREFACIO

El presente trabajo se incluye dentro de una serie dedicada a la publicación de los resultados de los trabajos de la Misión Arqueológica Española en Egipto. Puesto que el contexto general del yacimiento excavado es conocido ya por numerosas publicaciones y por otros volúmenes de esta misma serie1, no repetiremos aquí datos sobradamente conocidos. Nuestro empeño ahora se reducirá a estudiar las producciones cerámicas de los diferentes períodos reflejados hasta ahora en las excavaciones, desde finales del Imperio Antiguo hasta época romana.

Queremos expresar nuestro agradecimiento a todas aquellas personas que, de un modo u otro, han con­tribuido a que este trabajo haya podido ser realizado. La lista es larga, y de antemano pedimos disculpas por cualquier omisión involuntaria.

La directora de la Misión Arqueológica española en Egipto, Dra. M . Carmen Pérez Die fue quien, en 1986, nos encomendó el estudio de la cerámica del yacimiento de Heracleópolis Magna. Sin su constante apoyo el presente estudio no podría haberse realizado. Lo mismo cabe decir de los compañeros del equipo con los que venimos colaborando desde 1986.

Como se verá en las páginas que siguen, los estudios específicos sobre cerámica egipcia antigua tienen una historia científica todavía breve, pese a los prometedores comienzos sentados por algunos trabajos clásicos, como los de W. F. Petrie sobre la cerámica predinástica. Por ello, dada la escasez relativa de producción bibliográfica sobre este tema, y dada la ausencia total de publicaciones específicas españolas, ha sido ines­timable la colaboración y ayuda directa de algunos especialistas extranjeros.

1 Sobre las excavaciones españolas en Heracleópolis, ver M . C. Pérez Die, Archeologia 225 (1987), pp. 36-49; AEspA 61 (1988), pp. 337-341; Libya and Egypt (1989), pp. 115-129; Rev. de Arqueología 115 (1990), pp. 26-37 así como las breves noticias publicadas periódicamente en Aula Orientalis. En estos títulos se hallará la bibliografía referente a los trabajos anteriores a 1985, así como otros estudios de detalle. En especial, consultar Pérez Die y Vernus, Ehnasya, p. 13-24.

17

Queremos recordar aquí especialmente al Dr. David Aston —sin duda el mayor y casi único especialista en cerámica del Tercer Período Intermedio—, quien con paciencia inextinguible y bienhumorada amabilidad ha atendido nuestras constantes consultas en numerosas conversaciones a pie de yacimiento, en congresos científicos, por carta e incluso en torno a una mesa de café, cuando las circunstancias hubieran aconsejado quizá un tema de conversación menos agotador.

Del mismo modo expresamos nuestra gratitud a los Dres. Paséale Ballet (del I. F. A . O. en El Cairo); Janine Bourriau y Peter French (excavaciones de Saqara); Manfred Bietak (Director del Instituto Arqueológico austríaco en El Cairo), Edgar Pusch (Director de las excavaciones de Qantir, Delta Oriental); Guy Lecuyot (del C . N . R. S. y excavaciones del Ramesseum), y Barbara Green Aston (excavaciones de Qantir).

Todos ellos han puesto a nuestra disposición, sin reserva ni reticencia alguna, sus conocimientos, su tiempo, y a menudo los originales de sus trabajos inéditos. E l ambiente de colaboración entre los egiptólogos dedicados al estudio de la cerámica ha sido siempre para nosotros una gratísima sorpresa, en tanto que evidencia la existencia de una verdadera y estrecha comunidad científica entre investigadores de diferentes instituciones y nacionalidades.

Deseamos también mostrar nuestro agradecimiento a los Inspectores del Servicio de Antigüedades egipcio, Mohksen el-Kady y Ahmed Galal, quienes han procurado siempre, en la medida de sus posibilidades, facilitar nuestra labor.

En último lugar en estos párrafos, pero entre los primeros en nuestro afecto, queremos recordar también a los trabajadores egipcios de la excavación y a los habitantes de Sayh Sulaymán, optimistas y bien dispuestos hacia unos trabajos que no siempre encuentran comprensibles e incluso sensatos.

18

I. INTRODUCCIÓN: LOS ESTUDIOS DE CERAMOLOGÌA EGIPCIA

L A . A T R A S O C O M P A R A T I V O

Como ya indicábamos en un trabajo anterior2, la cerámica ha sido una "Cenicienta" entre la amplia gama de estudios egiptológicos, tanto por el número de especialistas a ella dedicados como por la escasez de publicaciones específicas. E l resultado es que, durante muchos años, los conocimientos sobre la ce­rámica egipcia han sufrido un notable retraso en com­paración con los obtenidos sobre el mismo tipo de materiales en otras culturas del antiguo Mediterráneo. Este retraso se aprecia tanto desde el punto de vista metodológico como en la falta de datos concretos utilizables para la elaboración de tipologías, búsque­da de paralelos, o datación de contextos arqueoló­gicos.

Quizá la mejor expresión de lo arriba expuesto sean las palabras de una de las escasas especialistas en el tema, J. Bourriau3: "Pottery studies in Egypt

2 F. Quesada, M . J. L6pez Grande en BolAEO, 24 (1988), p. 325.

3 J. Bourriau, en First International Congress of Egyptology, pp. 118-119. Incluso los no especialistas, como S. Sauneron,

have lagged behind those in other parts of the Near East, so much so, that crucial Egyptian evidence is drawn on with increasing scepticism in chronological studies written by scholars outside Egypt". A esta reflexión sobre la posición de Egipto en el contexto global de la cronología del Próximo Oriente cabe añadir que también dentro del propio Valle del Nilo la escasa atención prestada a la cerámica hasta hace pocos años dificulta la comprensión de numerosos contextos arqueológicos cuando faltan los medios ha­bituales de datación (fundamentalmente los epigrá­ficos).

Por otro lado, y según se deduce de lo que ve­nimos diciendo, en Egipto a menudo se ha utilizado la cerámica exclusivamente como criterio de data-

pudieron reflexionar tristemente: "après cent ans d'archéologie, nous sommes, en ce domaine, à quelques exceptions près, pres­que aussi démunis d'outils d'identification et de critères de da­tation que nos prédécesseurs du dernier siècle". S. Sauneron, en Bull. Liaison, 1 (1975), p. I. Algo parecido escribió T. E . Peet en 1933, cuando se preguntaba retóricamente, al describir el triste estado de los sistemas de clasificación de la cerámica egipcia: "How much longer shall we give outsiders the excuse for the wholly unfair charge that in Egypt we only play at ar­chaeology?" JEA 19 (1933), p. 64.

19

ción, cuando es evidente que su potencialidad es mu­cho mayor, especialmente si se analiza la suma de todos sus atributos y no cada uno por separado4. Aunque pueda parecer paradójico, uno de los instru­mentos de trabajo fundamentales de la arqueología, la seriación de materiales, tuvo su origen precisa­mente en Egipto, gracias al esfuerzo ingente y pio­nero de W. F. Petrie. Su sequence dating de las cerámicas predinásticas, resultado de un notable es­fuerzo de clasificación, ha sido confirmado por es­tudios posteriores y todavía se cita en los más re­cientes y completos manuales como ejemplo señero de seriación contextual5. En las décadas posteriores se publicaron sin duda trabajos notables, como el de G. Nagel dedicado a las cerámicas de Deir el Medina6, pero estudios como el citado son más la excepción que la regla.

Sin embargo, y tras los prometedores comienzos a fines del siglo pasado, los trabajos de Arqueología egipcia tomaron a menudo otros derroteros, dedicán­dose a menudo a proporcionar textos a los epigrafis­tas, y centrándose en los monumentos arquitectónicos y otros materiales más atractivos. A esto contribuyó, sin duda, la enorme cantidad de materiales cerámicos que se hallan en cualquier excavación, y que pueden desanimar a cualquier posible estudioso, sobre todo si los contextos no han sido excavados meticulosa­mente. Por otro lado, el carácter ciertamente poco cuidado o atractivo de la mayoría de las producciones cerámicas egipcias, poco dadas a la decoración pin­tada, contribuyó a este descuido "ceramológico". Es significativo, como muestra de las dificultades que debían superarse, que ya en 1933 estuviera en marcha un proyecto de creación de un corpus de cerámica egipcia, basado en criterios homogéneos de descrip­ción y clasificación, que nunca llegó a ver la luz7.

Así llegamos prácticamente hasta finales de los setenta sin una ebullición de estos estudios. El único

4 J. Bourriau, en Umm el-Ga'ab, p. 8. 5 C. Renfrew y P. Bahn, Archaeology, p. 106-107. El sis­

tema de Petrie es aceptado por los egiptólogos modernos como "the foundation for all modern seriation studies in archaeology". (J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 44).

6 G. Nagel, Deir el Médineh. En muchas memorias de ex­cavación antiguas se hace referencia a las cerámicas, y se ilustran algunos ejemplares notables, pero es frecuente que ni siquiera se discuta su datación.

7 T. E . Peet, JEA 19 (1933), p. 62 ss.

manual general publicado sobre cerámica egipcia, obra de A . L . Kelley (1976) con ser meritorio, no pasa de constituir una recopilación de láminas de estudios anteriores, sin intentar unificar dibujos o datos, ni discutir cronologías o atribuciones clara­mente superadas8. Por lo que se refiere al período más representado en las excavaciones hasta ahora realizadas en Heracleópolis, el Tercer Período Inter­medio y comienzos de época saíta, baste mencionar el subtítulo dado por D. Aston para su monografía sobre la cerámica de ese período: "Tentative foots-teps in a forbidding terrain"9.

I.B. S I T U A C I Ó N A C T U A L D E L O S ESTUDIOS S O B R E C E R Á M I C A

La situación que hemos descrito comenzó a variar a mediados de los años setenta, cuando un activo grupo de egiptólogos decidió poner remedio al añejo atraso de los estudios cerámicos. E l resultado de su actividad durante los últimos quince años debe con­siderarse notable.

Durante el Primer Congreso Internacional de Egiptología, celebrado en El Cairo en 1976, se hizo pública la decisión de redactar una Introductory Gui-de to Ancient Egyptian Pottery a cargo de diversos especialistas, agrupados en el "Groupe International d'Etude de la céramique égyptienne" (GIECE), cuya cuarta reunión se había celebrado ese mismo año 1 0 . Se pretendía que dicho "Manual" se utilizase como guía en el trabajo de campo. Sin embargo, y por distintas razones, esa obra no ha llegado a ver la luz, aunque muchos de sus capítulos fueron redactados y difundidos entre los especialistas en v e r s i ó n dactilografiada11. Los criterios decididos para la or­ganización de los capítulos constituyen sin embargo

8 A. L . Kelley, The pottery of Ancient Egypt.... 9 D. Aston, Tentative footsteps... (e.p.). 1 0 Sobre la organización, características y objetivos del Ma­

nual, Bull. Liaison, I (1975), pp. 17-37; también J. Bourriau, en First International Congress of Egyptology, pp. 118 ss.

" Por ejemplo, el capítulo dedicado por H. Jacquet Gordon al período que va ' 'From the Twenty First Dynasty to Ptolemaic Period" (Part II, ch. 15), que nos fue amablemente proporcio­nado por el GIECE.

20

una buena muestra de los criterios plenamente ac­tuales con que se abordaba, por vez primera de modo sistemático, el estudio de la cerámica egipcia.

Sin duda es en el campo de las publicaciones donde se ha producido un avance más evidente en los últimos años. Destaca en primer lugar la publi­cación, desde 1975, del Bulletin de Liaison du Grou-pe International d'Etude de la Céramique Egyptien-ne, folleto de modestas dimensiones y periodicidad anual, que ha cubierto la función importantísima de difundir noticias breves sobre proyectos o excava­ciones en marcha, reuniones y coloquios, resúmenes bibliográficos, etc. E l Bulletin constituye realmente un lazo de unión entre los diversos especialistas de­dicados a la cerámica egipcia. Ha recogido incluso los escasos estudios realizados hasta ahora por ar­queólogos españoles, referidos a los trabajos reali­zados sobre yacimientos meroíticos en Sudán 1 2 .

Sin embargo, el mayor avance de los últimos años viene dado por la aparición, en 1987, del primer volumen de los Cahiers de la Céramique Egyptienne, revista de gran formato y periodicidad variable, de­dicada en exclusiva a los estudios cerámicos, y que está llamada a ser el principal foro de difusión y debate sobre esta parcela de la Egiptología.

También en los últimos quince años se han ce­lebrado importantes exposiciones dedicadas a la ce­rámica del antiguo Egipto, como la titulada Meister-werke altagyptischer Keramik, realizada en noviembre de 1978, o la exhibida en el Fitzwilliam Museum de Cambridge en octubre-diciembre de 1981, cuyo catálogo, a cargo de J. Bourriau, es uno de los principales estudios sobre cerámica egipcia13. Por último, los sucesivos "Congresos Internacionales de Egiptología" presentan una floreciente sección específicamente dedicada a los problemas de la cerámica 1 4 , al tiempo que se celebran reuniones es­pecíficas de manera periódica 1 5 .

1 2 V. Fernández en Bull. Liaison, IV (1979), p. 14; VII (1982), p. 53.

1 3 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab. 1 4 En los dos últimos (El Cairo, 1988 y Turin, 1991) pudimos

presentar algunos resultados preliminares del estudio la cerámica de Heracleópolis, vid. F. Quesada, M . J. López Grande y M . C. Pérez Die, Fifth International Congress of Egyptology, (Abs-

Como reflejan claramente los trabajos aparecidos en las publicaciones específicas citadas y en otras revistas egiptológicas, el enfoque tradicional en el estudio de la cerámica ha sido sustituido ya por una aproximación actualizada, en la que el empleo de ordenadores, técnicas estadísticas, análisis minera­lógicos y Arqueología Experimental juegan un papel fundamental16. Destaca en este sentido la creación de un laboratorio de estudios ceramológicos en el IFAO en El Cairo 1 7 . Este progreso guarda directa relación, además, con la progresión geométrica en la calidad de los trabajos de campo que se vienen realizando en Egipto1 8.

Por Iq que se refiere a los estudios sobre esta materia en España, baste señalar que, salvo los tra­bajos aislados realizados sobre cerámicas meroíticas —por lo demás completamente distintas de las egip­cias de época dinástica— de Sudán, en especial por V . Fernández 1 9 , la tradición española ha sido inexis­tente —al menos en lo referente a publicaciones— hasta mediados de los años ochenta en que se reactivó la Misión Española en Egipto tras un hiato de varios años 2 0 . En este contexto de ausencia de tradición cien­tífica y de extrema escasez de documentación biblio­gráfica en las bibliotecas españolas debe entenderse el esfuerzo que venimos desarrollando desde 1986 y que ahora presentamos en una primera publicación de carácter general; creemos que, precisamente por la juventud relativa de los estudios cerámicos del Antiguo Egipto en todo el mundo, la investigación

tracts), pp. 224-225; M . J. López Grande, F. Quesada, Sixth International Congress of Egyptology (Abstracts), pp. 276-277.

1 5 Por ejemplo, la reciente Mesa Redonda Ateliers de Potiers et Productions Céramiques en Egypte, celebrada en El Cairo en Noviembre de 1990 (a publicar en Cahiers de la Céramique Egyptienne, 3).

1 6 Véanse a título de ejemplo los últimos números de Bull. Liaison. También los trabajos publicados en D. Arnold (éd.), Studien zur altâgyptischen keramik (1981), en especial los tra­bajos de C. Traunecker y C. Hope, H. Blauer y J. Riederer.

17 Bull. Liaison, IX 1984 p. 32 1 8 Bien reflejada por los trabajos de M . Bietak —él mismo

gran especialista en cerámica— en el Delta Oriental del Nilo. Vid. M . Bietak, Urban Archaeology... (1979), pp. 97-144.

1 9 Vid. supra n. 12 y también V. Fernández, TP 39 (1982) 279-334 y la serie de Memorias de la Misión Arqueológica en Nubia, dirigida por M . Almagro Basch.

2 0 M . C. Pérez Die, AEspA 61 (1988), pp. 337-341; también en Libya and Egypt (1989), p. 115.

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española puede en pocos años situarse plenamente a la altura de la realizada por centros e investigadores extranjeros.

I .C. ESTUDIOS E T N O A R Q U E O L Ó G I C O S

Una rama particular de estudios que ha alcanzado un cierto auge durante los últimos años es el estudio etnoarqueológico de las producciones cerámicas ar-tesanales actuales en ambientes rurales y urbanos de Egipto.

Por supuesto, el objetivo de dichos estudios no es la extrapolación directa y mecánica de datos u observaciones referidos a la organización del trabajo, a la posición social de los alfareros o incluso a la tipología de hornos o producciones. La brecha tem­poral y cultural que separa los alfares modernos de los del Antiguo Egipto es demasiado grande para ello. A lo sumo, tales comparaciones sólo pueden ser vá­lidas para cotejar los talleres egipcios islámicos de siglos pretéritos y los actuales, pero nunca pueden remontarse sin enormes precauciones más allá del período bizantino21.

Sin embargo, no cabe duda de que hay un ele­mento que ha permanecido constante a lo largo del tiempo: el empleo de la materia prima. Como en­seguida veremos, la determinación de tipos de pastas por regiones naturales y canteras es uno de los cri­terios básicos de estudio de las antiguas producciones egipcias. En este sentido técnico y concreto, puede resultar interesante la observación del proceso de tra­bajo en alfares modernos; estos talleres emplean para sus productos las mismas arcillas que los antiguos artesanos, de modo que cabe analizar con provecho los resultados de diferentes clases de cocción, las calidades relativas de las diferentes arcillas, y sus usos diferenciales cuando los hay2 2.

2 1 Para observaciones generales sobre la validez de compa­raciones entre producciones modernas y antiguas ver H. Balfet en Ceramics and Man, p. 172.

2 2 Ver como ejemplo el artículo de K. W. Butzer en JNES 33(1974) cuyo título ' 'Modern Egyptian pottery clays and pre dy­nastic buff ware" resulta toda una declaración de intenciones.

Además, y en un nivel menos concreto, el estudio de alfares actuales en zonas atrasadas o marginales puede darnos algunas pistas —a contrastar arqueo­lógicamente— sobre cuestiones más amplias, como la organización espacial de los alfares, la organi­zación del trabajo, o la distribución de la producción (que todavía hoy se hace en carros de tracción animal o en barcas). Hay en la vida de los talleres y en la organización del trabajo elementos sumamente es­tables que proceden sin duda de la sociedad islámica tradicional, pero que en buena medida pueden derivar de una tradición milenaria ya asentada cuando árabes —e incluso romanos y ptolomeos— llegaron a Egip­to. Gracias a la rica documentación arqueológica, iconográfica y literaria es posible tratar de aislar y definir esos elementos perdurables.

Por último, el análisis de las producciones actua­les nos ilustra a la hora de tratar de definir qué va­riables son significativas y cuáles no lo son, a la hora de organizar los materiales arqueológicos en clasificaciones morfológicas o técnicas, e incluso en Tipologías que pretendan superar un estadio pura­mente descriptivo. Resulta muy instructivo observar la sesión de trabajo de un alfarero que moldea una serie de vasos de idéntico "tipo": asombra a veces la notable variedad de secciones de borde que resultan de su trabajo (dependiendo por ejemplo de que se recueste contra la pared o de que se incline sobre el torno); un arqueólogo se sentiría obligado a clasificar dichos bordes en distintas variantes o incluso tipos.

De la misma manera es significativo analizar la gran variedad de colores de pastas y superficies que resultan de una misma cocción; éstos dependen de la posición de cada pieza respecto a la cámara de fuego, a la salida de humos, e incluso de su colocación entre otras piezas "gemelas", que alteran la cantidad de calor o aire que recibe.

Cuestiones como las descritas en párrafos ante­riores han sido abordadas en estudios recientes como los de Nicholson y Patterson23 que ligan explícita­mente la excavación de yacimientos antiguos (por ejemplo, El Amarna) y trabajos etnoarqueológicos de

2 3 P. Nicholson y H. Patterson, World Archaeology XVII.2 (1985), pp. 222-240.

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campo24. Destaca también en este sentido la aporta­ción realizada por arqueólogos franceses25. No es di­fícil trazar las relaciones de estos estudios etnoar-queológicos con otros estrictamente aplicados al Antiguo Egipto, como el reciente proyecto de estudio de los alfares del Imperio Antiguo/Primer Período Intermedio en el oasis de Dajla 2 6, que ha incluido una fase de "Arqueología experimental", con la construcción y puesta en funcionamiento de un horno de modelo antiguo.

2 4 "However, attempting to be more precise about the ope­rations carried on at the workshop [en el área Q48.4 de Amarna] at the level of technology it employed would have been difficult and highly conjectural were it not for the application of eth-noarchaeology and experiment". P. T. Nicholson, Sixth Inter­national Congressof Egyptology (Abstracts), pp. 302-303. El es­tudio de actividades que requieren del empleo de recipientes cerámicos, como la fabricación de pan en molde, también se beneficia del trabajo etnoarqueológico (ver por ejemplo D. Sa­muel, en Amarna Reports V (1989), p. 265.

2 5 Sobre todo, P. Brissaud, Louqsor; L . Golvin, J. Thiriot y M. Zakariya, Fustat. Muestra también del interés por estudiar la evolución global de las producciones cerámicas desde el pe­ríodo faraónico a nuestros días es la reciente Mesa Redonda Ateliers de Potiers et Productions ceramiques en Egypte (vid. supra n. 15). Para la comparación de análisis entre pastas anti­guas y modernas ver por ejemplo J. Bourriau y P. Lacovara, Bull. Liaison, IX (1984), p. 15.

2 6 G. Soukiassian et alii, Ayn-Asil, passim. Ver especial­mente p. 43, n. 1; p. 69, n. 1.

En el caso concreto de las excavaciones españolas en Heracleópolis, el trabajo sobre los materiales ce­rámicos antiguos ha sido acompañado de una inves­tigación etnoarqueológica sistemática de los alfares cercanos, cuyos resultados han sido ya en buena parte publicados, por lo que remitimos al lector a los artí­culos pertinentes27.

* Nota: Desde que este trabajo se entregó para su publicación (Septiembre 1993) han aparecido va­rios trabajos importantes sobre cerámica egipcia. Queremos destacar el estudio de A . J . Spencer Ex-cavations at El-Ashmunein III (Londres 1993). El complejo cerámico de dicho yacimiento presenta extraordinarias semejanzas con el aquí recogido de Heracleópolis.

2 7 F. Quesada y M . J. López Grande en BolAEO 24 (1988), pp. 325-355 y Rev. Arqueología 83 (1988), pp. 6-14. Remitimos a estos artículos para la exposición detallada de resultados, cen­trados en dos conclusiones: en primer lugar, la dificultad de distinguir arqueológicamente la mayoría de las estructuras y áreas de trabajo de un alfar egipcio; en segundo lugar, la amplia va­riabilidad de formas, tamaños, colores y texturas en piezas que corresponden al mismo "tipo", producidas en un período de tiempo muy limitado. Este último aspecto, junto con el estudio de las arcillas utilizadas hoy en día, ha resultado del mayor interés para el proyecto principal de carácter estrictamente arqueológico. No debe olvidarse un primer trabajo de campo publicado ante­riormente por E. Gálvez Vázquez en Historia 16 99 (1984), pp. 79-92.

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II. METODOLOGÍA

II.A. FASES D E L T R A B A J O

El estudio sistemático de la cerámica de Hera-cleópolis, iniciado en 1986, partía como se ha dicho de una casi absoluta ausencia de precedentes en la investigación española. Esos comienzos necesaria­mente titubeantes coincidieron con una verdadera— cristalización de los estudios ceramológicos en Egip­to, basada sobre todo en el análisis de las pastas y arcillas, cuyos resultados sólo entonces comenzaban a ser publicados. A estas dificultades científicas y bibliográficas se unían otras de índole práctica, en especial la absoluta imposibilidad de almacenar y conservar la casi totalidad de los fragmentos cerá­micos recuperados en la excavación 2 8 . Dicha situa-

2 8 Pese a nuestros deseos —a veces expresados con vehemen­cia—, y pese a los esfuerzos de la Directora de la Misión, las peculiares circunstancias del entorno en que se desarrolla el tra­bajo de campo, y sobre todo la lamentable ausencia de un local fijo de trabajo y almacenamiento, impedían conservar un material que ocupaba muchos metros cúbicos cada campaña. Puesto que el tiempo disponible para analizar la cerámica era exactamente el tiempo de duración de la campaña de campo, cualquier ar­queólogo experimentado entenderá las dificultades de mantener el mismo ritmo. Sólo el éxito que verdaderamente supuso para la incipiente Egiptología española contar con un también modesto (pero no por ello menos bienvenido) almacén-taller de estudio, pudo alterar esta situación lamentabilísima.

ción se mantuvo hasta que en 1989 se pudo edificar a pie de yacimiento el pequeño taller-almacén de la Misión Española.

Los tres factores citados determinaron en cierto modo la evolución de nuestro trabajo, que debe di­vidirse en dos fases: una anterior a la campaña de 1989 y otra desde dicho año.

El trabajo de las primeras campañas se hallaba condicionado por dos necesidades en parte contra­dictorias: por un lado era imprescindible documentar debidamente la totalidad de la ingente cantidad de material cerámico excavado, puesto que se iba a per­der al concluir la excavación; eso suponía llegar a un compromiso entre la cantidad de información a ex­traer y el tiempo que se podía dedicar a cada frag­mento o a cada contexto arqueológico. Por otro lado, era necesario obtener una visión lo más coherente posible del conjunto de material procedente de di­versos niveles de la excavación, para ponernos en condiciones de realizar las preguntas adecuadas y sobre todo de poder seleccionar la información real­mente útil, desechando —por falta material de tiem­po— aquello que pudiera resultar redundante.

Estas dos necesidades son contradictorias porque la documentación inmediata de todos los datos po­sibles exigía un ritmo de trabajo muy intenso y el

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empleo de un sistema de fichas pre-codificadas, mientras que el análisis de problemas y diseño de tareas de investigación demandaba un trabajo pau­sado y un constante re-examen de lo ya analizado, para pulir los procedimientos y eliminar errores o evitar contradicciones.

El sistema escogido para conciliar en lo posible todas las necesidades fue el siguiente: se creó una primera clasificación del material cerámico a partir de los dibujos y descripciones de los materiales ha­llados en la campaña de 198529, pero sin considerar las pastas, que no habían sido analizadas de acuerdo con los criterios actuales que se describen más ade­lante. Dicha clasificación o Tipografía se desarrollaba en grandes paneles que combinaban dibujos, esque­mas descriptivos y códigos de descripción. Se es­tructuró de manera arborescente para facilitar su am­pliación sin alterar la estructura básica. Unos paneles recogían las formas completas y otros los fragmentos de bordes y bases que no proporcionaban el perfil completo. De este modo, cuando—por piezas nuevas o paralelos— se identificaba con precisión y sin am­bigüedad un nuevo perfil completo, el borde o base y sus variantes pasaban a integrarse en la clasificación de las formas ya completas.

El objetivo de estos paneles era limitar la nece­sidad de hacer nuevos dibujos sólo a los nuevos tipos o variantes, ahorrando así un tiempo precioso. Este sistema gráfico se complementaba con una ficha de inventario codificada para recoger de modo siste­mático los datos esenciales de cada fragmento des­crito, incluyendo, además de la descripción tipográ­fica —tomada de los paneles—, los datos usuales de técnica, tamaño, acabado, color de la pasta, etc. Di­cha ficha estaba diseñada para trasladar directamente la información a una base de datos informática creada al efecto30.

Este sistema permitió el almacenamiento y pro­cesamiento de una información ingente, pero no po­día suplir los defectos inherentes a la imposibilidad de contrastar hipótesis o reconsiderar decisiones, de-

2 9 Realizados por Rafael de la Rosa, Silvia Ripoll y M . Angel Núñez, a quienes expresamos nuestro reconocimiento.

3 0 Agradecemos al Dr. J. Vicent su colaboración en las fases iniciales de creación de la base de datos.

bido a la pérdida de las piezas originales. Por otro lado, el número de nuevas formas y variantes superó pronto todas las previsiones. Con todo, la ordenación y clasificación aquí presentada (Capítulos IV y V) se basa estrechamente en el modelo inicial, que se mos­tró válido en sus rasgos generales, aunque limitado a los rasgos morfológicos.

El esfuerzo inicial no habría resultado suficiente de no haber sido por la amable e inmediata colabo­ración obtenida de egiptólogos ya veteranos en el estudio de la cerámica egipcia, en especial P. Ballet, P. French, J. Bourriau y D. Aston, quienes en su­cesivas visitas y consultas facilitaron notablemente nuestro trabajo, con indicaciones directas y la apor­tación de numerosos manuscritos inéditos, que nos permitieron mejorar nuestro sistema de registro y cla­sificación de acuerdo con los criterios más recien­temente adoptados por la multinacional comunidad de ceramólogos especializados en el Egipto antiguo.

A partir de 1989, y hasta 1992, podemos consi­derar una segunda fase en nuestros trabajos, carac­terizada por varias circunstancias de diferente orden. La ya citada construcción de un pequeño edificio destinado a almacén, gabinete de trabajo y taller de restauración ha permitido almacenar conveniente­mente las cerámicas halladas durante cada campaña de excavación; en consecuencia, ya no es necesario estudiar sobre la marcha todo el material recuperado cada año. La nueva situación permite un análisis más pausado de los contextos escogidos en cada caso, y sobre todo posibilita reexaminar materiales ya estu­diados para contrastar hipótesis, comprobar clasifi­caciones de pastas, etc. En consecuencia, el ritmo de trabajo, más lento, permite algo más que documentar aceleradamente toda la información posible antes de perderla, aunque lógicamente el ritmo de estudio sea ahora mucho más lento que el de excavación.

En parte como resultado de lo antedicho, y sobre todo como consecuencia de los trabajos de la primera fase, se ha avanzado sustancialmente en los aspectos de clasificación. E l torrente de nuevas formas y va­riantes de los primeros años ha remitido considera­blemente, lo que ha permitido trasladar el peso del trabajo; del énfasis inicial en la clasificación de nue­vos materiales hemos podido pasar a refinar los cua­dros y tablas, a profundizar en los detalles cronoló­gicos y en las asociaciones forma-decoración-pasta.

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En tercer lugar, hemos podido enfatizar el estudio de las pastas cerámicas empleadas en distintos perío­dos y para diferentes tipos de vasos, diseñando unas tablas de clasificación acordes con los criterios em­pleados en Egiptología y compatibles con el llamado "Sistema de Viena".

Todos estos aspectos han permitido definir pro­gresivamente las producciones empleadas en el ya­cimiento a lo largo de los diversos períodos docu­mentados, cada una con su personalidad y características propias.

Como consecuencia de la mayor integración de los estudios de morfología, técnica y cronología, he­mos podido reconvertir la Clasificación o Tipografía inicial realizada en 1986 en una Tipología de los materiales de Heracleópolis, que pretende tener en cuenta no sólo formas o decoraciones, sino también pastas, cronología y, cuando es posible, funcionali­dad. El resultado final (Capítulo V) se expone a con­tinuación del estudio detallado por períodos (Capítulo IV).

La tercera fase, que nos proponemos iniciar a continuación, resulta del trabajo efectuado en la pre­sente Memoria, y se centra en: a) Refinar y completar la Tipología —ya no clasificación preliminar— crea­da, teniendo en cuenta todos los factores antedichos, b) Analizar, según las necesidades, contextos o ni­veles concretos de la excavación, de acuerdo con las necesidades inmediatas del trabajo de campo, para precisar cronologías, establecer patrones de ajuares, etc.

II.B. E S T R U C T U R A D E L ESTUDIO. R E L A C I Ó N T I P O L O G Í A F I N A L / T E X T O

Tras el capítulo introductorio, dedicado a la si­tuación de los estudios cerámicos en Egipto, y los presentes párrafos, dedicados a explicar cuestiones prácticas de procedimientos de trabajo, nuestro es­tudio procederá del siguiente modo:

El Capítulo III analiza en detalle la problemática de las clases de arcillas empleadas para la fabricación de la cerámica egipcia antigua, con un apartado ge­

neral y otro específico donde se recoge la clasifica­ción y descripción de las pastas documentadas en Heracleópolis Magna.

El Capítulo IV, sin duda el más extenso, se dedica a analizar las producciones cerámicas por períodos cronológicos, comenzando por el más antiguo do­cumentado. Para cada período se sigue un esquema más o menos fijo, que desarrolla los siguientes temas:

a) Grupos formales (incluyendo descripciones y paralelos).

b) Síntesis de las técnicas, acabados y decora­ciones de la cerámica del período.

c) Ejemplos concretos de asociaciones o contex­tos típicos (ante la imposibilidad física de tra­tarlos todos).

d) Valoración general de la cerámica del período dado en el conjunto de la parte excavada del yacimiento.

Para cada fase se han agrupado las piezas siguien­do la lógica interna propia de cada período, y no un esquema tipológico global predeterminado, que obli­garía a dejar numerosos huecos correspondientes a los tipos y variantes no existentes —o no documen­tados— en ese período. Por ello, la descripción de las producciones del Primer Período Intermedio no sigue exactamente la misma estructura que la de otros momentos, como por ejemplo el Período Saíta.

Cada descripción —en párrafo numerado— va precedida de su clasificación de "Tipo", referida a la Tipología General que se explica en el Capítulo V . Como la estructura de la Tipología abarca todo el yacimiento y se basa en grandes "Clases" (conjuntos de formas, abiertas, cerradas, especiales), es lógico que los "Tipos" se sucedan en aparente desorden. La lógica de esa Tipología será evidente cuando al final del estudio se presente la visión general.

Hay algunos fragmentos —normalmente bor­des— que todavía no han podido integrarse en la Tipología, porque su perfil completo no se ha iden­tificado todavía con seguridad. En tal caso, en lugar del Tipo se indica el código digital de la Clasificación o Tipografía preliminar que se ha explicado en las páginas anteriores. A medida que se identifique la

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forma completa de esos bordes, se irán integrando en la Tipología definitiva.

Además, y para facilitar la relación entre la T i ­pología (resumida en el Capítulo V y reflejada en los cuadros anexos al Cap. V) y el cuerpo del texto, cada uno de los párrafos que describen tipos lleva un nú­mero de orden (en numerales arábigos) cuya única finalidad es facilitar la consulta: cuando se quiera más información sobre un Tipo recogido en el Cuadro desplegable, sólo es necesario buscar el número de párrafo correspondiente, que siempre es correlativo, en lugar de buscar el Tipo, que como se ha dicho no sigue en el cuerpo del texto un orden numérico, sino uno adaptado a cada período.

El Capítulo V se dedica a construir un cuadro tipológico global que abarque el conjunto de la ce­rámica del yacimiento, teniendo en cuenta caracte­rísticas morfológicas, técnicas y funcionales, pero delimitando al tiempo las producciones propias de cada época, o "denunciando" aquellas de larga per­duración, que se documentan en varias fases del ya­cimiento.

Este capítulo se organiza sobre todo a partir de grandes tablas y gráficos-resumen, que sintetizan y recogen todo lo expuesto en el Capítulo IV para ofre­cer una visión general y, a partir de ella, extraer otras conclusiones de alcance más amplio que las obtenidas para cada período concreto. En los cuadros, aparece tanto el tipo (en numerales romanos) como el número de párrafo en que la pieza se describe en el Cap. IV (número arábigo).

El Capítulo VI, por fin, trata de extraer las con­clusiones globales del estudio, más desde un punto de vista cultural (o "antropológico") y general (ar­queológico) que desde una visión estrictamente "ce-ramológica".

U . C . O R G A N I Z A C I Ó N D E FIGURAS Y L Á M I N A S

Por razones de organización, denominamos Fi­guras —con numerales arábigos— aquellos gráficos, cuadros y dibujos insertos en el cuerpo del texto, y Láminas —con numerales romanos— aquellas que ocupan caja completa y se colocan juntas al final. Incluyen un corpus de dibujos de formas cerámicas.

A grandes rasgos, las Láminas se han ordenado de acuerdo a un doble criterio, cronológico y formal. Dentro de cada período, las formas se han agrupado de acuerdo con criterios de clasificación tipológica, comenzando normalmente por las formas cerradas y continuando por las abiertas.

Nuestro criterio ha sido publicar una muestra de todas las formas completas y de todos los tipos de bordes y bases de cada período, cuando éstos se han identificado con claridad.

No hemos recogido en la presente publicación, para evitar confusiones o errores, un moderado por­centaje de formas dudosas —no adscribibles a un período o períodos—, debido a su rareza, o por haber aparecido en contextos mal aislados o revueltos.

Cuando una variante de borde o base está repre­sentada en una forma completa, el criterio seguido ha sido no repetir más fragmentos de ese modelo de borde —aunque sí algunas variantes—, salvo que se sepa o sospeche que dicha variante pudo haber for­mado parte de vasos de morfología diferente a la ya conocida (esto es, cuando hay razones para creer que un mismo tipo de borde o base se utilizó en recipientes de diferente forma).

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III. ARCILLAS Y PRODUCCIONES CERÁMICAS

III. A . PASTAS: TIPOS Y C L A S I F I C A C I O N E S 3 1

III.A.l. Arcillas y pastas en Egipto

En el Antiguo Egipto —como en el moderno— se emplearon básicamente dos clases de arcillas para la fabricación de cerámica 3 2 . Dichas arcillas se uti-

3 1 Este apartado debe entenderse como una síntesis de los criterios empleados en Arqueología Egipcia para clasificar las pastas cerámicas. Se orienta sobre todo a lectores no familiari­zados con estas cuestiones. Quienes dominen los criterios em­pleados en Egiptología puede pasar directamente al siguiente apartado.

3 2 Buenos resúmenes generales sobre esta cuestión pueden ha­llarse en J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, pp. 14-15, y en C. Hope, Egyptian Pottery, p. 10. La existencia de los dos grupos básicos de arcillas es conocida desde los años veinte (A. Lucas, Materials & Industries, pp. 316 ss.), si bien su estudio sistemático no se inició hasta principios de los setenta, vid. K.W. Butzer, JNES 33 (1974), pp. 377 ss. El resumen más completo y sintético es el aparecido en LA VI (1985), pp. 629-634, que amplía el catálogo de pastas recogido en Umm el-Ga'ab. En otros trabajos referidos a producciones de momentos o lugares concretos se realizan clasificaciones más precisas o ajustadas a problemáticas particulares. Dichas clasi­ficaciones no siempre se ajustan al sistema general o "sistema Viena", lo que ha dado lugar a numerosos añadidos de tipos complementarios o a clasificaciones diferentes.

lizaron, mezcladas con agua y diferentes desgrasan­tes, para fabricar las pastas usadas por los alfareros. Estas podían basarse en arcillas de una de las dos clases básicas, o en una mezcla de ambas, de acuerdo con la disponibilidad de materias primas y con los resultados buscados por el alfarero. Por tanto, la pasta elaborada por el ceramista se compone de tres ele­mentos básicos: arcilla, desgrasantes naturales o aña­didos y agua.

El primer grupo de arcillas es el formado por los depósitos aluviales del Nilo (Ingl. silt clay o Nile clay; fr. argüe du Nile; al. Niltone). Contiene una serie de impurezas naturales entre las que destacan materiales orgánicos, arena y mica. Su color es gri­sáceo o pardo. Una vez cocida en atmósfera oxidante, resulta una pasta de color rojizo o marrón-rojizo que a menudo mantiene un núcleo gris, negruzco o pardo oscuro, consecuencia de una oxidación incompleta. Salvo en las pastas más depuradas, por lo general esta arcilla resulta bastante porosa al cocerse. La ar­cilla aluvial abunda en las zonas cultivadas que bor­dean el río, y por lo general tiene un elevado con­tenido de impurezas orgánicas.

El segundo grupo de arcillas procede de las capas geológicas margosas situadas bajo o entre los estratos de calizas del desierto arábigo o líbico (ingl. marl

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clays; fr. argüe du desert; al. Mergeltone). Contienen dosis elevadas de carbonato calcico con bajo conte­nido de sílice; su color es más claro que en el grupo anterior, y produce pastas cuyo color post-cocción es rosáceo, amarillento, blanquecino o incluso verdoso. A grandes rasgos, estas arcillas corresponden con las empleadas en las producciones modernas de las re­giones de Qena y Bailas, de modo que en ocasiones todavía se encuentran referencias descriptivas alusi­vas a "cerámica de Bailas", indicando no un lugar de origen sino un tipo de pasta33. Las arcillas mar­gosas resultan por lo general en pastas más densas y duras que las basadas en arcillas aluviales.

A estos dos grandes grupos podrían añadirse las arcillas del Plioceno localizadas en algunos puntos entre Esna y El Cairo, las arcillas caolínicas del Sur (Nubia hasta Asuán) y las arcillas de los Oasis del desierto Líbico, en esencia una clase de arcillas del desierto. Estos últimos grupos son mucho menos fre­cuentes como materia prima básica de las pastas ce­rámicas del Antiguo Egipto3 4.

A partir de estos grupos se fabricaron y se fabrican en Egipto diversas pastas cerámicas, que se distin­guen, en el caso de los estudios arqueológicos, uti­lizando como criterio los tipos y cantidades de im­purezas naturales y desgrasantes a ñ a d i d o s artificialmente. Los grupos resultantes se conocen como "Sistema de Viena" 3 5 , que sintetizamos a con­tinuación, manteniendo la terminología inglesa ge­neralizada entre los egiptólogos (resumen sintético en la Figura 1).

III.A.2. Arcillas aluviales (Nile clays/Silt clays)

Nile A: Abundantes desgrasantes de arena fina, con granulos medianos y grandes. No se aprecian, a 30x ampliaciones, desgrasantes orgánicos. Mica abundante. Porosidad moderada y pasta dura.

Nile B l : Se diferencia de la Nile A en que, a los desgrasantes arenosos (cuarzo, feldespato...) y mica se añaden escasos desgrasantes orgánicos pequeños (<2 mm.). Mayor porosidad.

Nile B2: Abundan los granos de arena medianos y finos y bastantes desgrasantes orgánicos de mayor tamaño.

Nile C: Desgrasantes arenosos medianos y grue­sos, orgánicos medianos y gruesos (<5 mm.). Bas­tante porosa, blanda y basta.

Nile D: Desgrasantes arenosos pequeños y me­dianos en los que se incluyen partículas calizas (car­bonato calcico). Presencia habitual, pero no siste­mática, de desgrasantes orgánicos pequeños.

Nile E: Desgrasantes arenosos pequeños y me­dianos muy abundantes, redondeados, junto con ve­getales grandes. Pasta muy porosa, blanda de fractura deleznable.

III.A.3. Arcillas margosas (Desert clays/marl clays)

3 3 K. W. Butzer, JNES 33 (1974), p. 377. 34 LA VI (1985), p. 631. 3 3 Tal denominación surge de una reunión de arqueólogos

mantenida en Viena en el año 1980, en la que se propuso una clasificación preliminar a partir del examen sistemático de una colección de fragmentos de distintas regiones y épocas (del Ba-dariense a fines del Imperio Nuevo) observados bajo una am­pliación de 30x. En años posteriores los análisis se han refinado mediante la aplicación de técnicas como la Activación neutrónica. Precisamente la ausencia de cerámicas de Baja Epoca en la cla­sificación inicial ha llevado a sucesivas ampliaciones del sistema original, no siempre coordinadas entre distintos investigadores. J. Bourriau en Bull. Liaison, IX (1984), p. 46.

Mari A l : Pasta generalmente homogénea, densa y fina, a veces con poros resultado de la combustión de partículas calizas. Color rojizo pálido con núcleo ocasionalmente grisáceo. Abundan los desgrasantes calizos añadidos intencionalmente, que debido a la temperatura de cocción relativamente baja no han desaparecido. Algunos desgrasantes micáceos y are­nosos.

Mari A2: Pasta muy densa y dura, homogénea. Rojiza clara o rosácea, incluso blanquecina. Algunas partículas calizas, a veces huecos resultado de su combustión. Algunos desgrasantes arenosos.

Mari A3: Similar a A2 pero con más desgrasantes arenosos y calizos quemados. Color amarillento/blan-

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quecino con zonas rosáceas (Bourriau) y gris claro (Nordstrom).

Marl A4: Pasta rosacea o amarillo pálido. Nu­merosos poros por combustión de partículas calizas (cocción cercana a los 1000° C). Abundan los des­grasantes arenosos finos y medianos e incluso huellas de desgrasantes vegetales.

Marl B: Pasta homogénea con una elevadísima proporción (hasta 40% de la masa) de desgrasantes arenosos (cuarzo, feldespato) angulares, que dan una superficie áspera. A veces, algo de mica y desgra­santes vegetales. Color rosáceo, con superficie gris.

Marl C l : Pasta homogénea y compacta, muy dura. Numerosos desgrasantes calizos en diversos es­tados de desaparición debido a la elevada temperatura

alcanzada en la cocción. También aparecen desgra­santes arenosos finos. Color rojo claro o grisáceo. Temperatura de cocción entre 850-1000° C.

Mari C2: Equivalente a C l pero con temperatura de cocción inferior (750-850° C). Los desgrasantes calizos aparecen más a menudo intactos.

Mari D: Pasta dura y homogénea. Superficie ás­pera. Hasta un 25% de desgrasantes calizos de pe­queño y mediano tamaño, y algunos arenosos. No aparecen los poros característicos de Mari A y C. Color gris parduzco claro y gris claro en superficie.

Mari E: Pasta homogénea. Desgrasantes arenosos medios y grandes, y abundantes desgrasantes vege­tales de entre 2 y 5 mm. No se aprecian desgrasantes calizos. Color gris o gris verdoso.

GRUPO VARIANTE TEXTURA POROSIDAD COLOR TIPO DESGRASANTES TAMAÑO DESGRASANTES

NILE A Dura y firme Moderada Rojizo, pardo marrón

Arenosos (cuarzo, faldespato) No hay orgánicos visibles

Finos. Algunos medianos y gruesos

NILE

HI Firme Moderada Pardo, marrón, rojizo

Arenosos Micáceos ORGANICOS PEQUEÑOS

Finos, MEDIANOS MAS ABONO < 2 mm

B B2 Firme Moderada Pardo, marrón, rojizo

Arenosos ORGANICOS

MEDIANOS redondeados. Finos PEQUEÑOS Y MEDIANOS

NILE C — Blanda y deleznable

Grande Rojizo. Núcleo a menudo negro

Arenosos Orgánicos

Medianos/gruesos. Redondeado MEDIANOS Y GRUESOS

NILED — Arenosos PARTICULAS CALIZAS A menudo, Orgánicos

Pequeños/medianos Pequeños

NILEE — Deleznable Alta Rojizo. Núcleo a menudo negro

Muchos arenosos redondeados ORGANICOS

Medianos GRANDES

Al Homogénea, densa, dura

Escasa Rojizo pálido, a veces núcleo grisáceo

Calizos intencionales Algunos arenosos Algunos micáceos (oscuros)

Finos

MARL

A2 Homogénea Densa y dura

Escasa Rojiza clara, rosácea, blanquecina

Calizos rara vez quemados Algunos arenosos

Finos

A A3 Homogénea

Densa y dura Escasa, salvo combustión desgr. calizos

Amarillento o blanquecino con zonas rosa Gris claro

Calizos a veces quemados Bastantes arenosos Algunos orgánicos

A4 Homogénea Muy dura

Irregular abundan huecos desgr. calizos

Rosácea o amarillo pálido

Calizos casi siempre quemados Muchos arenosos Algunos micáceos Algunos orgánicos

Muchos poros grandes

MARL B Homogénea y muy dura Supf. áspera

Escasa Rosácea. Supf. gris

Hasta 40% arena de rio añadida (cuarzo, feldespato) Ocasionalmente, orgánicos Ocasionalmente, mica oscura

31

GRUPO VARIANTE TEXTURA POROSIDAD COLOR TIPO DESGRASANTES TAMAÑO DESGRASANTES

MARL

C

Cl Homogénea y muy dura

Poros de desgr. calizos

Rojo claro o grisáceo

Muchas partículas calizas más o menos descompuestas

MARL

C C2 Homogénea y cura

Poros de desgr. calizos

Rojo claro o marrón claro

Muchos calizos no perdidos Algunos arenosos

MARLD — Homogénea Escasa Marrón grisáceo claro Supf. gris cl.

Hasta 25% de calizos no descompuestos Algunos arenosos

Finos-medianos

MARLE — Homogénea Escasa Gris claro o gris verdoso

Arenosos Orgánicos No hay calizos

Medios y grandes Medios y grandes (hasta 5 mm)

Figura 1. Cuadro-resumen de las características de las pastas cerámicas de acuerdo con el 'Sistema de Viena'

III.A.4. Las "pastas mixtas" y otros problemas

Debemos decir, con todo, que los trabajos re­cientes aprecian una cada vez mayor presencia de pastas "mixtas", fabricadas a partir de una mezcla de barros de los dos grandes grupos de arcilla aluvial y caliza36. Este fenómeno se observa especialmente durante el I milenio a . C , precisamente el período al que corresponde la gran mayoría de la cerámica do­cumentada en los niveles excavados de Heracleópolis Magna (Tercer Período Intermedio y época saíta). Puesto que ese momento crepuscular del Egipto fa­raónico corresponde además a un período de nueva tecnología 3 7 , el sistema empleado en Heracleópolis no se ajusta exactamente a la clasificación de Viena, y algunas de sus pastas no parecen estar contempladas en ella.

El problema que nosotros hemos anotado en He­racleópolis, ha sido experimentado por investigado­res mucho más veteranos en otros yacimientos egip­cios. Así por ejemplo, P. French se declaraba incapaz de subdividir las pastas de arcilla aluvial en su estudio sobre la cerámica de Baja Epoca de las Tumbas Sur de Araarna. Por lo que se refiere a las "Mari clays", el mismo autor utilizaba un sistema diferente al que hemos resumido38.

10. 3 6 C. Hope, Egyptian Pottery, p. 37 LA VI (1985), p. 634. 3 8 Aunque el 95% del material estudiado correspondía a ar­

cillas aluviales, "No satisfactory subdivision of this ware was found possible; occassional sherds with an unusual amount of included matter are individually mentioned. Most sherds contain both mineral and vegetable inclusions". P. French en B.J. Kemp (ed.) Amarna Reports III (1986), p. 152. Es significativo que

En el mismo yacimiento, P. Nicholson y P. Rose diseñaron una clasificación diferente para los mate­riales —en este caso más antiguos, de la XVIII Di­nastía—, documentados en la Villa de los Obreros39. Esa clasificación sustituyó otra empleada inicialmen-te, que había sido diseñada por C . Hope a partir de los materiales del palacio tebano de Malkata4 0. En este caso, el problema no eran las "silt clays", sino la presencia de pastas mixtas, que Hope había cla­sificado en un grupo aparte. Nicholson y Rose se declaran incapaces de distinguir las "marls" de las mixtas por examen visual directo, y por tanto inclu­yen las segundas en el gran grupo de las "marl" 4 1 .

Estos ejemplos han sido escogidos para mostrar la gran variedad existente de sistemas de clasificación de pastas, que sólo se acogen al "Sistema de Viena" en su línea más general y obvia (distinción entre arcillas aluviales, margosas y mixtas). Se podrían espigar otras muchas clasificaciones, cada una con sus peculiaridades, en diferentes memorias de ex­cavación y trabajos específicos referentes a yaci-

estas pastas de Amarna contengan cantidades significativas de desgrasantes calizos, que en modo alguno son considerados ca­racterísticos de las pastas de arcilla aluvial bajo el "Sistema de Viena".

3 9 P. Nicholson y P. Rose, en B.J. Kemp (ed.) Amarna Reports II (1985), pp. 134 ss.

4 0 C. Hope en Malkata and the Birket Habu, pp. 66 ss.; sistema variado en C. Hope, H. M . Blauer y J. Riederer, D. Arnold (ed.) Studien zur Altágyptischen Keramik, pp. 139-166.

4 1 P. Nicholson y P. Rose, en B. J. Kemp (ed.) Amarna Reports II (1985), p. 134. Un problema abordado por los autores, que no podemos desarrollar aquí, es el de la dificultad de dis­tinguir tipos y variantes a partir de la cantidad y tipo de distintos desgrasantes. Cuando se trata de casos extremos, no hay difi­cultad, pero los problemas son grandes en casos intermedios, muy abundantes.

32

mientos o zonas concretas42. De entre ellos, quizá el más próximo a nuestro campo de interés sea el de H . Jacquet Gordon, dedicado a la cerámica datable entre la XXI Dinastía y época Ptolemaica43.

III.B. C L A S I F I C A C I Ó N D E PASTAS E N H E R A C L E Ó P O L I S M A G N A

III.B.1. Clases de pastas

A l igual que en otros casos y yacimientos, tal y como acabamos de indicar en el apartado anterior, el "Sistema de Viena" no puede aplicarse directamente a la variedad de pastas documentadas en Heracleó-polis, debido a tres razones: la abundancia de ma­teriales tardíos con pastas peculiares (no tenidos en cuenta en la reunión de Viena que sólo llegó hasta el final del Imperio Nuevo); la abundancia de pastas

4 2 La mayoría de las clasificaciones se basan en examen vi­sual de fracturas frescas de fragmentos, bajo una ampliación de lOx a 30x. A menudo se ha tratado de contrastar los resultados con exámenes petrológicos o microscópicos, con resultados va­riados pero en general coincidentes. Ver por ejemplo C. Hope, H. M . Blauer y J. Riederer, en D. Arnold (ed.) Studien zur Altàgiptischen Keramik, pp. 146-147 (materiales de la XVIII Dinastía). A veces, con la difusión del sistema de Viena, ciertas clasificaciones se han "reformado" en un loable intento de ho-mogeneización: es el caso de la reciente clasificación de C. Hope, que vuelve sobre la cerámica de Malkata (cf. nota 36) y la re-clasifica de acuerdo con el "Sitema de Viena"; ver C. Hope, Pottery ofthe Egyptian New Kingdom, p. 4. Es de lamentar que en lugar de diseñar una "Tabla de reconversiones", el autor se limite a señalar en nota la equivalencia con las dos clasificaciones previas (cf. n. 40). En este trabajo se aprecia, con todo, una nota pesimista: no siempre es posible distinguir entre los diferentes tipos de pastas (p. 4). Otras clasificaciones no ajustadas al "Sistema de Viena": J. Bourriau y D. Aston, en G. Martin (ed.) Poser andRa'ia, pp. 32-55 (Saqqara, Imperio Nuevo); D. Aston (e.p) Kom Rab'ia (Men-fis, ss. XII-VII a . C , sistema basado en el anterior de Saqqara, con algunas correlaciones no sistematizadas con el Sistema de Viena); P. French y H. Ghaly, CCE 2 (1991), pp. 98-99 (Baja Epoca, basado en el sistema de Saqqara); D. Aston y B. Aston (e.p.) Qantir (fin del SPI hasta la XXI Dinastía, con referencias explícitas a los grupos equivalentes en el Sistema de Viena); G. Soukiassian et alii, Ayn-Asil, pp. 75 ss.; G. Pierrat, CCE 2 ( 1991 ), pp. 147 ss., y también G. Lecuyot y G. Pierrat en Ateliers de Potiers et Productions Céramiques en Egypte, cf. n. 14 (ce­rámicas tardías de Tod).

4 3 H. J. Gordon (e.p.) en Introductory Guide, cf. n. 10.

no conocidas en otros yacimientos, que por tanto no encajan en un "Sistema de Viena" puro; y, por úl­timo, las inconsistencias que provocan las llamadas "pastas mixtas", que no entran bien en ninguno de los apartados o pueden incluirse en varios a la vez.

De acuerdo con estas consideraciones, y al igual que otros investigadores antes que nosotros, desde la campaña de 1989 decidimos sistematizar las descrip­ciones de pastas realizadas con criterios "europeos" en campañas anteriores, de acuerdo con una taxo­nomía alfanumérica propia, basada a grandes rasgos en los grandes grupos del sistema vienes, pero adap­tada a las peculiaridades heracleopolitanas. Queda para una fase ulterior —pendiente, entre otras cosas, de un debate entre diferentes especialistas— la ela­boración de una tabla de correlaciones precisa entre nuestras clases y los de Viena, aunque debe quedar bien entendido que hay ya varios tipos de Heracleó-polis que difícilmente se pueden incluir en el esquema que se ha resumido en páginas anteriores.

Las pastas identificadas en Heracleópolis se di­vidieron en cuatro grandes grupos (I a IV), dejando un grupo libre en reserva (el V) y asignando el VI a las pastas importadas, fundamentalmente de proce­dencia levantina. El Grupo I corresponde a pastas realizadas a partir de arcilla aluvial ("silt clay"), de tonos rojizos y ocasionalmente ocres con núcleos pardos o negruz­cos. Texturas variadas según la clase.

la Pasta fabricada con arcilla aluvial, poco de­purada. Textura deleznable, con fractura irregular. Porosidad media. Desgrasantes abundantes y visibles. Se aprecian huecos de desgrasantes vegetales medianos y ocasio­nalmente grandes, algunos desgrasantes ca­lizos, y abundantes arenosos finos.

Las temperaturas de cocción varían bastante, y en consecuencia el color, que sin embargo se mantiene siempre dentro de la gama del rojo-naranja intenso, a menudo con bandas ocres en los laterales. La superficie de los vasos fabricados con esta pasta suele apa­recer someramente alisada, y a menudo en-gobada en rojo mate muy deleznable.

33

Es la pasta más frecuente en Heracleópolis, en especial durante el TPI. Corresponde a grandes rasgos a la Nile B del Sistema de Viena.

Pasta fina, bastante homogénea y compacta, aunque no muy dura. Algunas piezas pre­sentan poros alargados pequeños. Factura bastante recta pero no muy afilada. La ca­lidad de cocción oscila bastante, entre piezas que presentan signos de vitrificación y otras más deleznables. Desgrasantes muy finos o finos, incluyendo rara vez mica y algunos blancos (¿calizos?). No se aprecian apenas desgrasantes arenosos. Podría tratarse de una pasta mixta de arcillas aluviales y calizas.

Es muy característico en esta pasta el color gris ceniza intenso del núcleo y el roj izo-naranja, también intenso, de los lados. Se emplea en cazuelas carenadas de "tipo Mei-dum", cuya superficie exterior se bruñe, así como en otras piezas mayores, algunas de ellas de superficie roja también bruñida. Otra variante (¿piezas menos cocidas?) presenta núcleo rojizo-naranja intenso y lados ocres. También aparece en vasos de principios del TPI.

Pasta blanda, muy deleznable. Corresponde a la categoría más basta de las cerámicas heracleopolitanas. Fractura irregular, muy deleznable. Textura grosera, con abundantes porosidades de gran tamaño —correspon­dientes a desgrasantes vegetales—. Presen­cia de otros desgrasantes grandes, arenosos (cuarzo, feldespato) e incluso cerámica ma­chacada.

El color de la pasta varía entre ocre claro, anaranjado pardo y rojizo en los ejemplares mejor cocidos. Son frecuentes los núcleos negros. Esta pasta se utiliza sobre todo para moldes de pan de diversos tipos, grandes cuencos y otras piezas de factura grosera, a menudo hechas a mano. Corresponde bas­tante bien con la Nile C del Sistema de Vie­na.

Id Similar a la pero de textura más fina, con menos huecos en la pasta. Sin embargo es mucho más blanda que la. Frente a los co­lores rojos y naranjas de la se caracteriza por los tonos ocres con núcleo gris oscuro o ro­jizo. En algunas piezas aparecen abundantes desgrasantes blancos.

Esta es una de las clases de pasta más fre­cuentes en Heracleópolis. Suele utilizarse en formas no muy cuidadas, a menudo abiertas. Corresponde muy bien con la Nile Bl del sistema vienes.

le Pasta arenosa y porosa con desgrasantes ve­getales y minerales de mediano tamaño. Co­lores pardos y purpúreos en el núcleo. Se utiliza sobre todo en cuencos. Muy poco fre­cuente, es una variante de las clases ante­riores.

If Pasta porosa, blanda, con abundantes des­grasantes vegetales todavía perceptibles. Pasta de color marrón oscuro salpicada con muy abundantes desgrasantes vegetales me­dianos y sobre todo desgrasantes blancos alargados, como hebras. Todo parece indicar una muy baja temperatura de cocción. Muy rara. En ocasiones se disimula la baja calidad de la arcilla con un engobe blanquecino. Co­rresponde bien con la Nile D del Sistema de Viena.

Pasta arenosa y compacta, con desgrasantes vegetales pequeños y algunos mayores de los que sólo se conserva la huella. Hay también desgrasantes minerales de pequeño tamaño, iguales a las de la, y en ocasiones, cuarzos de gran tamaño (hasta 3 mm.) En general parece el equivalente de la pero en pasta parda y textura menos basta. Color pardo.

El Grupo II agrupa pastas realizadas a partir de arcillas margosas del desierto, por lo general de tex­turas más finas y depuradas que las del Grupo I. Sus

34

Ib

le

tonos son ocres claros, rosados, amarillentos, o ver­dosos. Temperaturas de cocción aparentemente más elevadas que en el caso de las pastas del Grupo I. Superficies por lo general más cuidadas que en el Grupo I, a menudo de color beige claro o amarillento, con engobes del mismo tono.

Ua Pasta muy deleznable y blanda en la mayoría de los casos. Fractura irregular. Textura po­rosa y heterogénea, con abundancia de des­grasantes medianos rojos (¿cerámica?) , cuarzo —poco rodado—, roca. Bastantes poros. E l aspecto característico viene defi­nido por la abundancia de desgrasantes rojo intenso sobre la pasta de color amarillento verdoso, aunque se dan piezas con fractura de tono rosado. Superficies cuidadas de co­lor amarillento. Corresponde con el grupo K5 de Menfis.

Hb (Ubi, IIb2) Aspecto homogéneo. Ausencia de desgra­santes vegetales o de huella de los mismos. Las inclusiones minerales apenas son per­ceptibles por lo general, aunque ocasional­mente aparecen granulos redondeados silí­ceos de t a m a ñ o considerable (cuarzo). Algún punto aislado de mica. Es muy ge­neral el color amarillento-verdoso claro, pero también hay secciones en las que este color aparece en una banda junto a otra de color rosa-salmón. Piezas bien acabadas, con engobe blanco-verdoso. Tamaños me-dianos-grandes. La variante Ubi es com­pacta y de aspecto amasado, mientras que la variante IIb2, similar, es sin embargo mucho más arenosa de aspecto. Quizá se trate de una diferencia apreciable en la temperatura de cocción.

Estas pastas parecen asociarse sistemática­mente a piezas cuya cronología parece ir des­de el Imperio Medio a fines del SPI (por ejemplo, en los niveles no contaminados bajo el suelo de piedras de la estructura "J"). Se emplea en piezas pintadas con mo­tivos reticulados y en otras con incisiones onduladas. Corresponde bastante bien con la Mari A3 del Sistema de Viena.

Pasta fabricada con arcilla del desierto, de aspecto arenoso muy fino, bastante homo­géneo. Desgrasantes finos y muy finos, in­cluyendo una escasa proporción de mica. Fracturas aristadas pero irregulares.

Los colores más frecuentes en fractura son verdoso-grisáceo y rosado-salmón. Se utiliza normalmente en piezas bien acabadas de fi­nes del TPI en adelante, engobadas en tonos blanquecinos o blanquecinos-verdosos. Es frecuente que la superficie exterior aparezca estriada, con efecto decorativo.

l id Pasta de aspecto terroso, homogéneo y poco compacto. Incluye desgrasantes minerales negros muy abundantes, de tamaño pequeño y mediano, en perfecta mezcla con la pasta, dando la impresión de que forman parte de ella más que de ser intrusiones. También se aprecia un número mucho menor de desgra­santes rojizos.

El color de la pasta en sección es verdoso amarillento con un evidente jaspeado en ne­gro. Superficie interior "lija", áspera, ex­terior cuidada, con color parduzco. Extre­madamente rara en Heracleópolis.

lie Pasta homogénea, dura. Fractura aristada y recta. Porosidad baja, con poros ocasionales medíanos-pequeños . Grandes desgrasantes rojizos (cerámica triturada), arenosos finos (¿mica negra?) y medianos (cuarzo). En al­gún ejemplar, huecos, resultado de la com­bustión de desgrasantes calizos, visibles in­cluso en la superficie del vaso. Color rosáceo con puntos rojos y negros. En algunos casos, con espeso engobe rojo mate. Recuerda mu­cho a la pasta cananea VIb.

nf No adjudicado.

ng Pasta dura pero muy quebradiza. Porosidad elevada, con muchos poros pequeños y al­guno muy grande. Fractura aristada pero

35

Ile

irregular. Grandes desgrasantes rojizos (ce­rámica), arenosos (cuarzo rodado) y abun­dantísimos desgrasantes calizos, que dan a la pasta un aspecto jaspeado de blanco sobre núcleo rosado. E l conjunto de la pasta es terroso. Algunas zonas hojaldradas con frac­tura en escamas o láminas. Por la abundancia de desgrasantes cerámicos y sil íceos, y por la ausencia de capas de color alterno, re­cuerda a la clase He; por la abundancia de desgrasantes calizos y jaspeado recuerda a la IVd/e.

Ilh Pasta dura pero quebradiza. Porosidad me­diana, con algunos poros grandes. Fractura irregular. Desgrasantes calizos medianos y alguno grande. No se aprecian desgrasantes cerámicos ni sil íceos. Está cerca de Ilg y de IVe, aunque carece del jaspeado de ambos, así como de su textura tan arenosa. Color naranja-rojizo intenso con núcleo pardo-pur­púreo en las zonas más gruesas. Probable­mente equivalente a Mari C del Sistema Vie-na. Muy empleada para imitaciones de ánforas cananeas a fines del s. VIII-s. VIL

El Grupo III recoge pastas realizadas con arcillas del desierto, bastante depuradas, con fracturas rectas. Coloración variada, incluyendo tonos azul claro, ocres, rosas, amarillentos. Sistemáticamente la sec­ción presenta zonas de color diferente, a modo de "sandwich". Incluye dos grupos muy diferentes: el Illal, a2 y a3 (arcilla de los oasis del Desierto Líbico) y Illb, quizá del Alto Egipto, aunque aparece con frecuencia en Menfis y el Fayum.

Illa (Illal, HIa2, IIIa3) Probablemente procede de los Oasis del De­sierto Líbico. Pasta fina, a veces muy com­pacta ( ü l a l ) o porosa (IIIa2), en cualquier caso homogénea. Desgrasantes normalmen­te muy finos, en ocasiones desgrasantes rojos muy bien mezclados con la pasta (¿cerámica triturada?). E l elemento carac­terístico es la alternancia de vivos colores, entre los que destacan filetes o bandas muy nítidas de color azul claro, gris claro, ro-sáceo y amarillento. Abunda en cantimplo­

ras, cubiertas a menudo de espeso engobe gris-achocolatado. La variante IIIa3 es si­milar a la IHa2 pero en cocción uniforme­mente reductora, que resulta en una pasta gris cenicienta muy característica.

HIb Pasta fina, muy compacta y densa. Dura, sonido metálico apagado. Desgrasantes pe­queños minerales, incluyendo algo de mica y una cantidad moderada de desgrasantes ca­lizos visibles. Cocción a temperatura ele­vada. Fractura recta y aristada.

Suele presentar color alterno, grisáceo al in­terior y anaranjado al exterior, con superficie amarillenta a exterior e interior, aunque en algunas piezas mejor cocidas el color en frac­tura es de un uniforme tono anaranjado, con­servando la superficie amarillenta.

Pasta típica del período Saíta en adelante.

Coincide con la pasta V de Karnak Norte (H.Jacquet Gordon), la de Amarna Sur (P. French), 7 de D. Aston, Mari A4/lb del Sistema Viena, Mari A2 de J. Bourriau.

El Grupo IV recoge pastas de arcilla del desierto, con abundancia de desgrasantes claros que dan un aspecto jaspeado a la pasta. Textura arenosa. A me­nudo pasta con sección de tipo "sandwich". Super­ficies cuidadas y uniformes, engobadas en tonos cre­ma claro/amarillento.

IVa Pasta de textura terrosa, caracterizada por su pasta de color rojo intenso moteada con muy abundantes partículas blancas pequeñas y medianas, que le dan un aspecto "motea­do". Aparece en ánforas (Imperio Nuevo). Superficie cuidada, a menudo con engobe claro. Poco frecuente. Corresponde bien con Mari D del Sistema de Viena.

IVb Pasta dura y densa, con algunos poros irre­gulares espaciados, de tamaño mediano y grande. Se define sobre todo por la abun­dancia de desgrasantes calizos blancos pe-

36

queños, medianos y grandes sobre una pasta de núcleo gris oscuro y lados rojizos. Se aprecia también una muy pequeña cantidad de mica. Típica de ánforas con engobe blan­quecino muy bien espatulado, con superficie satinada o brillante. Corresponde bien con la Mari D del Sistema de Viena.

IVc No adjudicado. Ver Ilh.

IVd Pasta muy dura y compacta, pese a su as­pecto de arena fina aglomerada, que se debe a la muy elevada proporción de desgrasantes arenosos. Escasa proporción de mica (do­rada y blanca). Algunas inclusiones de cuar­zo y sílice de mediano o gran tamaño. As­pecto de fino jaspeado de desgrasantes blanco-amarillentos sobre pasta parda oscura o rojiza. Típica de algunas formas cerradas finas del PPL La superficie exterior es blan­co-verdoso-amarillento. Corresponde muy bien con la Mari Al del Sistema de Viena.

IVe Similar a la anterior pero menos arenosa y más fina. Arcilla del desierto, aspecto are­noso y homogéneo. Algunos desgrasantes arenosos (cuarzo) finos. Abundantes desgra­santes calizos blancos. Poros alargados me­dianos distribuidos irregularmente.

Superficie pulida, cuidada, de tono crema claro o amarillento. Engobada en el mismo tono. Pasta de tono rojizo con núcleo pardo.

Frecuente en formas cuidadas del PPL Co­rresponde bien con la Mari Al del sistema vienes.

El Grupo VI recoge pastas características de pie­zas importadas, fundamentalmente del área levantina.

Vía (Vial, VIa2) Pasta blanda, bastante deleznable, porosa, de textura arenosa fina. Desgrasantes muy finos blancos, ocasionalmente desgrasantes de cuarzo rodado medianos e incluso gran­des. En zonas localizadas abunda la mica

dorada. E l núcleo suele ser oscuro, negruz­co, pardo o grisáceo. Los laterales, ocres claros o en piezas mejor cocidas, anaranja­dos. Fractura irregular. Utilizada tanto para ánforas como para pequeños recipientes, sólo lo cuidado de las superficies espatuladas o bruñidas disimula la débil consistencia de la arcilla.

Cabe distinguir entre una variante (Vial) más compacta y quebradiza, empleada en piezas de paredes finas (enócoes , cantim­ploras con decoración de tipo "black-on-red") y otra (VIa2) más porosa y deleznable, empleada en piezas de paredes más gruesas, donde la cocción es menos completa (án­foras).

VIb Pasta bastante dura, menos deleznable que la anterior y bastante más compacta. Textura con aspecto de hojaldre. Desgrasantes va­riados, incluyendo trozos muy pequeños, medianos e incluso grandes de ¿cerámica? roja triturada, y otros negros, que dan un aspecto ligeramente jaspeado a la sección. Abunda también el cuarzo. Algunos poros grandes. Aspecto margoso, con tonos cre­mas, ocres e incluso verdosos.

VIc Pasta muy fina y depurada, compacta y ho­mogénea. Fractura recta y quebradiza. So­nido metá l i co . Desgrasantes (¿ca l izos?) blancos finos. Muy poca mica dorada muy fina. Color rosado-anaranjado. Corresponde a piezas decoradas con pintura bícroma. Po­sible procedencia chipriota.

Vid Pasta muy blanda y deleznable de color ocre muy claro con abundantes desgrasantes blan­cos de tamaño mediano (en torno a 1 mm.). Utilizada en jarros con engobe rojo bruñido de procedencia fenicia.

VIe Pasta blanda, quebradiza más que delezna­ble, bastante densa. Abundantísimos des­grasantes de cuarzo y ¿roca? negra, angu-

37

lares, que dan a la pasta una apariencia heterogénea. Color ocre y rojizo, sin una alternancia bien definida. Característica de ánforas.

Vlf Pasta homogénea, muy dura, muy quebra­diza. Fractura aristada y recta. Porosidad es­casa. Desgrasantes muy finos, con una ele­vada p r o p o r c i ó n de mica . Textura ligeramente arenosa muy fina. Color pardo rojizo con núcleo grisáceo sobre el que brilla la mica. Corresponde a grandes ánforas con asa. Superficie cuidada.

III.B.2. Algunas consideraciones generales

En conjunto en Heracleópolis predominan en un porcentaje abrumador las pastas fabricadas básica­mente con arcilla aluvial, cosa lógica dado el contexto geográfico de la zona, situada en la entrada de la depresión del El Fayum, una de las zonas de Egipto más ajenas al desierto por su entorno verde y culti­vado. La lógica ausencia de canteras de arcilla mar­gosa en las cercanías limita el aprovisionaniento de tales materias primas, mientras que los barros alu­viales son el componente básico del suelo.

Con gran diferencia, las pastas más frecuentes de nuestra clasificación son la la y la Id, mientras que la abundante cerámica grosera (bandejas, moldes, grandes recipientes de base plana) aparece casi siem­pre en pastas de clase Ic. Las pastas Ib son carac­terísticas de la versión local de la cerámica del LA/ PPI conocida en otras zonas como "tipo Meidum" (v. infrá) Las pastas aluviales o mixtas de clase le en adelante son comparativamente muy raras.

Las pastas del grupo II (arcilla del desierto) sólo aparecen con cierta frecuencia a partir del TPI (Tercer Período intermedio), aunque la Ilb es característica de fases antiguas, del PPI (Primer Período Interme­dio) al SPI (Segundo Período Intermedio) sobre todo. Las pastas Ha, lie, lid son casi exclusivas de fines del TPI en adelante.

Las pastas de clase Illa son relativamente infre­cuentes pero ofrecen el interés de reflejar probables

importaciones tardías de la zona de los oasis del De­sierto Líbico, cuyas arcillas ofrecen a menudo un peculiar color azul cielo, amarillo y rosa.

Las pastas de clase ILIb son características de las producciones claras en arcilla del desierto de la fase tardía del yacimiento (s. VII a .C) .

Las pastas del grupo IV no quedan bien definidas todavía, aunque la presencia de abundantes elementos calizos y escasez de desgrasantes vegetales nos per­miten clasificarlas dentro del grupo de las pastas fa­bricadas básicamente con arcillas del desierto.

Las pastas del grupo VI corresponden a las di­ferentes piezas importadas, mayoritariamente de pro­cedencia levantina (Vía, VIb, Vid y VIe) y chi-priota(?)(VIc).

A título de ejemplo presentamos en la Figura 2 las diferentes clases de pastas representadas en el área H30 (antigua, PPI) y H21 (tardía, TPI-Período Saíta). Se observa de inmediato el enorme predominio de las arcillas básicamente aluviales sobre las del de­sierto. Dentro de los grandes grupos se producen, eso sí, variaciones notables en las clases concretas de pasta.

Aunque en el complejo cerámico atribuible al Pri­mer Período Intermedio/Imperio Medio se dan —en algunas formas concretas— pastas margosas, cabe decir que sólo en las fases finales del yacimiento, a partir de fines del s. VIII a.C. (en torno al comienzo de la X X V Dinastía) se documenta en Heracleópolis, una proporción elevada de vasos fabricados con ar­cillas del desierto, aunque nunca lleguen a ser ma-yoritarios. Esta observación no es un hecho aislado, sino que responde a un patrón general en muchos otros asentamientos del Egipto Medio y Bajo, que ha dado lugar ya a diversos comentarios en la biblio­grafía. En el gráfico de la Fig. 2 ya se observa ese crecimiento, que se aprecia mejor en los niveles es­trictamente saítas.

P. French ha explicado este fenómeno mediante tres factores, uno político, otro psicológico y un ter­cero de orden práctico: en primer lugar, la reunifi­cación política de la X X V Dinastía pudo facilitar la reanudación de un comercio de amplio recorrido que a su vez permitiera la distribución amplia de tipos originarios de las zonas del sur, donde los vasos de

38

Arcillas aluviales H Arcillas margosas

Figura 2. Tipos de pastas cerámicas en las áreas H.23 (TPI/Saíta) y H.30 (PPI).

arcillas margosas son más habituales. En segundo lugar, el éxito de estas producciones —quizá primero importadas y luego fabricadas localmente con pastas mixtas— pudo verse facilitado por la apariencia dis­tinta y atractiva de estos vasos, de tonos cremas claros y aspecto más fino que los fabricados con la oscura arcilla del Nilo. Finalmente, la arcilla margosa parece más apta para mantener fresco el líquido contenido en los recipientes44.

4 4 P. French, en Ateliers de Potiers et Productions Céra­miques en Egypte, cf. n. 14, pp. 58 ss.

Es difícil probar mediante examen visual amplia­do con lupas la existencia de pastas "mixtas", y sobre todo las proporciones empleadas de cada clase, datos que exigen análisis cuantitativos. En el futuro desarrollaremos un proyecto de análisis sistemático de muestras de pastas cerámicas para cuantificar ade­cuadamente los elementos presentes en las diversas pastas y facilitar su comparación con los resultados en otros yacimientos.

39

IV. LA EVOLUCIÓN DE LAS PRODUCCIONES CERÁMICAS

IV.A. D E L P R I M E R P E R Í O D O INTER­M E D I O (PPI) A L IMPERIO M E D I O (IM). Láminas I-XVI

Aunque es posible que algunos de los fragmentos recuperados en los niveles más antiguos excavados (sector H30) pudiera datarse en un momento avan­zado del Imperio Antiguo, los contextos arqueoló­gicos coherentes más antiguos excavados hasta ahora parecen poder datarse dentro del Primer Período In­termedio (en adelante PPI). Por lo general la capa freática aparece en la zona excavada casi al tiempo que los primeros estratos de este período, de manera que sólo se han podido documentar los niveles su­periores, dada la auténtica inundación que se produce si se excava por debajo de la cota 4.50 m. Con todo, esta regla presenta excepciones, y en algunas zonas muy concretas los niveles —muy potentes— del PPI (o principios del IM) aparecen en cotas superiores.

Con todo, la adscripción cronológica de estos contextos no es sencilla, puesto que tanto la tipología cerámica como —según veremos— la epigrafía pre­sentan claras perduraciones en el Imperio Medio, so­bre todo en la XI Dinastía y comienzos de la XII. Según se irá viendo en detalle, junto a formas ca­racterísticas de fines del Imperio Antiguo y PPI, se

documentan en los estratos inferiores de Heracleó-polis otras muchas que perduraron incluso en el Im­perio Medio, incluyendo algunas de las formas más frecuentes, como el tipo X X A . La escasa definición cerámica del propio PPI en otros yacimientos dificulta la tarea de "cerrar" la cronología de muchos tipos cerámicos de larga perduración. Es la ausencia de cerámicas características del Imperio Medio la que en estos niveles permite postular mejor una datación en el PPI que en el IM, aunque ello pueda precisarse más en estudios ulteriores.

IV.A. l . Grupos formales45

Las producciones del PPI/(¿IM?) documentadas en Heracleópolis pueden agruparse según se resume en la Figura 3. Hay una marcada distinción entre una mayoría de producciones toscas, parcialmente reali­zadas a mano, con abundantes huellas de dedos y

4 3 En adelante, como se ha indicado ya (Cap. II), la des­cripción de las producciones de cada período se organizará de acuerdo con los criterios más adecuados para cada uno de ellos. Los cuadros-resumen del Capítulo V permiten ubicar en su con­texto cada tipo.

41

PRODUCCIONES CERAMICAS

TOSCAS

CERRADAS/ PROFUNDAS

- l .XX.A.2 .d -2.XX.A.2.a,b,c -3.XX.A.1 -4.XX.A.3 -5.xxm.c •6.VII.A -7.VII.B •8.XXII.A 9.XXIII.A.2-4

F. ESPECIALES

10.XXXIA

ABIERTAS

l l . IV.E 12. VIF 13. V.A 14.II.A.2 15.IV.P

CUIDADAS

CERRADAS

-16.BD.51410 -17.BD.51420 18. BD.51200 19. BD.53100

-20.BD.51423 •21.BD.42300

22.IV.C.la 23.IV.C.lb 24.IV.D.2 25.IV.D.1 26.IV.R 27.IV.B.4 28.IV.B.1 29.IV.B.2

H ABIERTAS

COPAS/CUENCOS U CAZUELAS U PLATOS

-30.III.A.2 -31.III.A.1

32.11. A. 1 -33.II.B.1 -34.BD.54220 -35.BD.54120

Figura 3. Grandes grupos de formas del PPL

42

malos engobes, realizadas en arcilla aluvial basta, y otras de mejor calidad, entre las que aparecen algunos vasos realizados con arcillas margosas.

PRODUCCIONES TOSCAS

Formas cerradas y vasos hondos.

TIPO XX.A.l.d

§1. (Lámina Ia-f,h,i). Vasos de cuerpo ovoide y base apuntada inestable, con el diámetro mayor en la parte superior. Cuello corto, de escaso diámetro, de perfil tenso acampanado, rematado en un borde simple (Lám. Ib-c) u ocasionalmente redondeado, regruesado al exterior (Lám. la). Las paredes son gruesas o muy gruesas, con bases macizas de hasta 5 cm. de grosor (Lám. le), con el interior muy rugoso. Una variante presenta un ligero baquetón en el centro del cuello (Lám. Ii, Id). No son raros los perfiles muy asimétricos, no por defecto de cocción, sino por descuidada fabricación.

La parte superior del vaso suele estar más cuidada que la zona de la base, donde las marcas de dedos son mucho más visibles. Es frecuente que el somero y descuidado alisado tenga un sentido vertical en la parte inferior del vaso (Lám. If), aunque la mayoría de las marcas son horizontales. Fabricados con torno de mano y acabados a mano. A menudo estos vasos estaban cubiertos por un engobe rojo mate intenso, espeso pero mal fijado a la superficie, del que a menudo sólo restan trazas.

La pasta empleada es basta, normalmente arcilla aluvial de la clase Id (más frecuente) o la (más rara), con temperaturas de cocción bajas, textura arenosa y fractura deleznable. La coloración de las pastas suele ser ocre clara (en pastas Id con baja cocción) o rojiza (en pastas la cocidas a mayor temperatura), abun­dando los núcleos negruzcos sobre todo en las bases. A menudo los grandes desgrasantes arenosos han re­ventado la superficie del vaso

Las dimensiones, bastante estables, oscilan en torno a los 28-30 cm. de altura, 14 cm. de diámetro máximo en el hombro y 8 cm. de diámetro en el borde.

Son mucho más abundantes las bases o fragmen­tos de la parte inferior del cuerpo que los bordes. Aunque lo deleznable de la pasta hace mucho más frágil la parte superior, la desproporción es tal como para sospechar que buena parte de estos recipientes estaban fracturados en el momento de su deposición.

Este tipo de formas es habitualmente considerada como una botella para agua o cerveza46. En Hera-cleópolis aparecen piezas de la misma forma bastante bien acabadas junto con grandes bolsadas de vasos muy fragmentados de pésima factura y acabado.

TIPO XX.A.2.a-c

§2. (Láminas II, III). Vasos de cuerpo ovoide, base inestable apuntada, cuello corto, vertical con borde normalmente engrosado al exterior (Lám. II) o sencillo (Lám. III). A diferencia del tipo anterior, el cuello no es acampanado y el galbo carece del ensanchamiento marcado de la parte superior.

Las características técnicas, la pasta y el acabado coinciden con los ya descritos para el tipo 1. Oca­sionalmente se encuentran piezas cubiertas por un engobe amarillento o blanquecino-amarillento, de la misma calidad que el rojo mate habitual, y que quizá tratara de enmascarar las piezas, proporcionándolas el aspecto de arcillas del desierto. Las dimensiones, bastante estables, oscilan entre los 25-30 cm. de al­tura, 10-11 cm. de diámetro máximo y 4-5 cm. de diámetro del borde.

Con gran diferencia es la forma más frecuente de los niveles del PPI en Heracleópolis, apareciendo a menudo en grandes bolsadas, y ya había sido docu­mentada en las excavaciones españolas de los años sesenta47.

Los dos tipos descritos tienen sus orígenes al me­nos en el Imperio Antiguo, con piezas hechas a mano48. Son típicos del Bajo y Medio Egipto, aunque ocasionalmente aparecen piezas en el Alto Egipto4 9. No cabe duda de su perduración hasta el Imperio

4 6 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 53, n. 89; p. 54, n.92. 4 7 J. López en Oriens Antiquus 14.1 (1975) Tav. XXVIIa. 4 8 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 17, n.l. 4 9 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 53, n. 89.

43

Medio 5 0. Puede que los modelos más antiguos sean los de cuello acampanado, mientras que los de cuello vertical perduran más tiempo, aunque es difícil pre­cisar si llegan al Imperio Medio, dada la escasez de contextos precisos de tal período (v. infra).

TIPO XX.A.1

§3. (Láminas IVa, Vm, n). Tipo idéntico en forma, técnica y acabado al X X A - 2 , pero de gran tamaño, a una escala tal que lo diferencia claramente por la ausencia de ejemplares intermedios. E l único ejemplar conservado completo (Lám. IVa) mide 45 cm. de altura, 14.2 cm. de diámetro máximo y 5.2 cm. de diámetro de borde. Pasta Id/c. Engobe rojo mate exterior. En la base del cuello el ejemplar citado presenta un pequeño mamelón aplicado a mano, apro­ximadamente circular, poco acusado, de en torno a 1.8 cm. de diámetro. Es caso único entre las cente­nares de "botellas" documentadas. Justo por encima —y parcialmente cubiertas por el mamelón— corren dos profundas acanaladuras horizontales que rodean el cuello por su base. Coincidimos con J. Bourriau51

en que posiblemente sirvieran para mantener en su sitio cuerdas de suspensión y/o transporte.

TIPO XX.A.3.

§4. (Lámina Ig). Vasito en miniatura de cuerpo ovoide, base plana irregular y por tanto inestable y corto cuello acampanado con borde sencillo. Dimen­siones: altura 10 cm.; diámetro máximo, 5 cm. y diámetro del borde, 3 cm. Capacidad interior muy reducida por el grosor de las paredes y sobre todo de la base.

Pasta la blanda y deleznable con desgrasantes medianos y gruesos. Muy craquelado.

Poco frecuente, apareció en un pequeño depósito —sin duda votivo— de media docena de piezas simi­lares, todas ellas descuidadas. De hecho, una carac­terística apreciable en Heracleópolis es la tosca fa-

3 0 C. Hope, Egyptian Pottery, p. 35, Dendera; J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 62, n.110, Dinastías XI-XII, de Beni Hasan.

5 1 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 62, n. 110.

bricación —sobre todo las bases— de las piezas sin duda asociadas a depósitos funerarios, fenómeno que es general al parecer a todo el antiguo Egipto5 2. Otros ejemplares de este tipo, también en un contexto de depósito votivo, habían sido ya identificados por J. López en la campaña de 1966 en Heracleópolis 5 3 .

TIPO XXIII. C

§5. Grandes tinajas de cuerpo con tendencia ci­lindrica, boca ancha, borde exvasado y base presu­miblemente plana (Lámina IXa-c) Cocción oxidante muy irregular. Pasta basta Ia/c. A menudo (Lámina IXa) presentan huellas impresas de las cuerdas em­pleadas para sostener la pieza en el proceso de secado y evitar su deformación o derrumbe.

Se trata de piezas muy grandes, de más de 60 cm. de altura y hasta 40 cm. de diámetro en el borde, que es ligeramente menor que el diámetro máximo del cuerpo.

Un buen paralelo, que además proporciona un perfil completo, se halla entre las vasijas groseras del grupo 5 de Ayn-Asil, datadas a fines del IA/PPI 5 4.

TIPO MLA.

§6. Grandes vasos hondos (Lámina Xa,b) de galbo recto, base redondeada inestable y boca abierta, prolongación del galbo. Borde simple vertical apun­tado. Realizados probablemente a mano. Superficie irregular y tosca al exterior y al interior.

Pasta muy blanda, deleznable, de baja tempera­tura de cocción. Tipo Id. Color ocre claro con núcleo oscuro. Restos de mal engobe rojo, desvaído, que desaparece por inmersión en agua fría.

Su altura oscila en torno a los 30 cm. de altura y 16 cm. de diámetro del borde.

En algún caso presentan restos de incisiones in­tencionadas, cuyo patrón o significado se nos escapan

5 2 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 20, n . l l ; p. 61, n.106, p. 117, n. 234 etc.

3 3 J. López en Oriens Antiquus 14.1 (1975), p. 73, y Tav. XXVÜb.

3 4 G. Soukiassian et alii Ayn.Asil, p. 112.

44

por hallarse en una pieza muy fragmentada (Lámina XVIIc).

Esta forma ya había sido documentada en Hera-cleópolis por J. López 5 5 , también en contexto del PPL Cuenta con abundantes paralelos desde el Imperio Antiguo56, y hasta el Imperio Nuevo5 7, donde H . Jac-quet-Gordon58 los clasifica como moldes de pan, dentro de su tipo " D " . Es notable señalar que en Heracleópolis una pieza de este tipo apareció en H8/ 40 conteniendo huesos (¿de animal?) y tapada (v. infrá).

TIPO VII.B.

§7. Moldes de pan 5 9 cilindricos o ligeramente troncocónicos 6 0 (Lámina Xc-e). Casi tubos cilindri­cos, estrechos y altos. Base plana irregular, a menudo con huellas de dedos profundamente marcadas alre­dedor (Lámina Xc). Borde plano ligeramente abierto. Paredes muy gruesas. Superficie tosca, sin alisar ni engobar. Pasta Ic/d. Color rojizo y ocre al interior, superficie de tono irregular rojizo, anaranjado y gri­sáceo. Es frecuente que la base aparezca perforada intencionalmente antes de la cocción, lo que no im­pide su empleo.

Altura en torno a los 20 cm. o mayor. Diámetro del borde en torno a los 10-12 cm. Grosor de las paredes en torno a 1.5 cm. (borde) y 3 cm. (base).

Se trata de un tipo de molde para la fabricación de pan bien documentado en Heracleópolis y otros muchos yacimientos. Corresponde al grupo C de H . Jacquet-Gordon61, datado por ella a partir de fines del Imperio Antiguo y sobre todo en el Imperio Me-

M J. L o p e z , Orlens Antiquus 14.1 (1975) Tav. XXVIIa. 3 6 C. Hope, Egyptian Pottery, p. 11, Fig. 3. De Abydos,

"coarse Nile silt". 5 7 D. Arnold, Senwosret I, Fig. 73.62. 3 8 H. Jacquet-Gordon, en D. Arnold (ed.) Studien zur Al­

tägyptischen Keramik, p. 19 y Fig. 5. n. 11-14. 3 9 Sobre la fabricación del pan en moldes, ver en ultimo lugar

D. Samuel en B. Kemp (ed.) Amarna Reports V (1989), pp. 253-290.

6 0 Vertambién, M . C. Guidotti, VI Congresso Internazionale di Egittologia, pp. 227-231, esp. 231, n. 1.

6 1 H. Jacquet-Gordon, en D. Arnold (ed.) Studien zur Al­tägyptischen Keramik, pp. 11 ss., esp. Fig. 4.

dio, perdurando hasta comienzos de la XVIII Dinas­tía. La baja relación diámetro/altura de los ejemplares heracleopolitanos (en torno a 1/2) frente a la relación típica de 1/5, sitúa nuestros ejemplares dentro de los más antiguos de la clasificación de dicha autora, a fines del LA o PPI 6 2, lo que coincide con los contextos en que se han documentado en Heracleópolis, por ejemplo en H19/8-12.

TIPO XXII.A.

§8. Vaso globular incompleto (Lámina Xla). Galbo globular de tendencia esférica rematado en ancho borde apuntado ligeramente exvasado, sin in­termediación de un cuello definido que actúe como elemento transicional.

Superficie erosionada, conserva restos de engobe rojo mate desvaído. Pasta la. Diámetro del borde: 16 cm.

TIPO XXIII.A.

§9. Grandes bordes correspondientes a formas indeterminadas. Pudieran pertenecer a grandes reci­pientes de cuello estrangulado, pero es probable que algunas correspondan a grandes soportes de carrete de alto galbo (Láminas VII y VHIa-d) similares a los documentados en otros yacimientos del Imperio Anti­guo/Imperio Medio 6 3.

Las pastas pertenecen a dos grandes grupos: pas­tas de clase la (Láminas VIIa,b, VHId) y sobre todo arcillas calcáreas de clase Ilb, de color amarillento verdoso y textura arenosa (p. ej. Lámina Vl ld , VIIIc, e). Ambas arcillas se suelen cubrir con engobes cui­dados de tono crema blanquecino.

El diámetro mayor del borde oscila entre 25 y 32 cm. Es posible distinguir una variante de menor ta-

62 idem p. 16: Relación altura/diámetro 1/3, IA o PPI en Sedment, Gurob y Harageh; relación 1/5, XII Din. (IM) en todo Egipto y Nubia. Jacquet Gordon insinúa que esta forma es típica del Egipto Medio, coexistiendo con su tipo B. Ver también D. Arnold, MDAIK 38 (1982), Fig. 7.12-13, p. 31.

6 3 G. Soukiassian et alii Ayn-Asil Pl. 24, n. 63; D. Arnold, Senwosret I, Fig. 73, n. 23.

45

maño (en tomo a 17 cm. de diámetro máximo en borde, Lámina VIId,f).

Casi todos los ejemplares hallados en Heracleó-polis proceden de los niveles inferiores de los sectores denominados H l y H30.

Formas Especiales

TIPO XXXI.A.

§10. A menudo es difícil diferenciar los tipos de borde citados en el párrafo anterior de los frag­mentos seguros de soportes en forma de carrete como el de la Lámina IVb. A este grupo podrían quizá pertenecer los fragmentos de las Láminas Vllb y Vfflb. Se trata de soportes grandes y gruesos, de un diámetro máximo en torno a los 25 cm. y paredes de hasta 2 cm. de espesor. Pastas Ia/c con engobe rojo mate (Lámina IVb) o incluso blanquecino (Láms. Vllb, VLIIb). Similares a los recogidos en los yaci­mientos, de época similar, de Ayn-Asil, si bien estos últimos aparecen clasificados entre la cerámica fina64. Probablemente construidos mediante enrollado sobre colombín (fr. colombin, ingl. coiling). Si este es el caso de estos tipos en Heracleópolis, desde luego la técnica empleada no es apreciable a simple vista.

Formas abiertas

TIPO IV.E.

§11 . Grandes cuencos (?) (Lámina Xlla-f) de base indeterminada. Galbo troncocónico bastante ten­so con marcada inflexión hacia el borde, aunque sin llegar a marcar carena salvo en casos excepcionales. Borde triangular engrosado al exterior (Lám. Xlla-c) o en forma de "pico de ave" (Xlld-e).

Pastas de clase Id o similares. En algún caso (Lám. Xlla) arcilla del desierto de color rosado, cu­bierta con un buen engobe blanco que le da un aspecto cuidado.

6 4 G. Soukiassian et alii AynAsil, pp. 101-102, Lám. 24.

A menudo se aprecian las huellas de cordeles o cuerdas colocadas durante el secado para evitar la deformación del recipiente debido a su propio peso (Lám. Xlle).

E l diámetro del borde es grande, en torno a los 40 cm.

TIPO VI.F.

§ 12. Recipientes (¿grandes cuencos?) cuyo bor­de marca una inflexión hacia el exterior a partir de un galbo que llega casi vertical o ligeramente entrante a su unión con el borde. Labio apuntado simple65. A veces el borde se marca al exterior por una arista (Lám. Xlli) o incluso leve moldura (Lám. XIIj).

Paredes gruesas, pasta Ia/c o la. Superficie alisada y a menudo engobada rojo mate al interior y al ex­terior (Lám. Xlli).

Tamaño mediano/grande, con diámetro de borde entre 25 y 35 cm.

Estas f' a hacia otras que por su de­coración .recen mas características del Imperio Me­dio y Segundo Período Intermedio (SPI), cuando abundarán decoraciones incisas (v. infra).

TIPO V.A.

§13. Gran vaso troncocónico (Lámina XIc-b?) de maciza base plana, galbo tenso y borde prolon­gación del galbo, separado de éste por una acanala­dura con arista inferior viva. Paredes extremadamente gruesas (hasta 3 cm. en el galbo y 4.5 cm. en la base).

Pasta Ic basta, con desgrasantes vegetales muy grandes. Cocción alterna, con núcleo negro y late­rales rojos. Superficie tosca, aparentemente sin en­gobe. En algún caso (Lám.XIb) huellas de cuerdas colocadas durante el proceso de secado.

6 5 Para la a veces confusa distinción entre borde y labio seguimos a M . Yon (éd.), Dictionnaire multilingue de la céra­mique du Proche Orient.

46

TIPO II.A.2.

§14. Platitos de base plana (Lámina XVm-p). Pequeños platos votivos realizados a torno lento, con base plana separada mediante un cordel de la pella de barro, que sirve para realizar varios platos segui­dos. A menudo la pieza está deformada en el plano horizontal.

Pasta Ia/d con baja temperatura de cocción, tex­tura a menudo deleznable, como la fractura. Color ocre u ocre rojizo, a menudo con núcleo negruzco. Abundan los engobes rojos mate muy desvaído, que cubren tanto el interior como el exterior. Un lote se documentó, junto con un vaso hondo del tipo 6, en el sector H . l / C .

El diámetro del borde de estos vasos oscila en torno a los 9-12 cm. y su altura máxima ronda los 3-4 cm. Se trata de un tipo habitual en contextos votivos y funerarios66, que tendrá amplia perdura­ción.

TIPO IV.P.

§15. Pequeño cuenco (Lámina XIVh) de base plana irregular, modelado a mano, de paredes gruesas (>1 cm.), superficie tosca, engobado al exterior con pigmento rojo mate. Pasta Id blanda. Un solo ejem­plar.

PRODUCCIONES CUIDADAS

Formas cerradas

Casi todos fragmentos sin perfil completo.

TIPO BD.51410

§16. Bordes redondeados engrosados al exte­rior, con marcada concavidad interior que a veces se convierte en arista (Lámina Va-c; V f ), como si se tratara de acomodar una tapadera encajada. E l diá­metro del borde oscila entre los 8 y 12 cm.

6 6 J. López, Oriens Antiquus 14.1 (1975) Tav. XXVIIb; en El Lisht, D. Arnold, Senwosret I, Fig. 52, n. 2-7.

Se fabrican con arcilla del desierto, normalmente rosácea (clase IVa). Superficie cuidada, con engobe blanquecino verdoso —a veces con matices rosa­dos—, no muy espeso pero mejor que el engobe rojo mate habitual. En el contexto de la cerámica del PPI estas piezas destacan por su color, textura y acabado.

No conocemos ninguna pieza completa, por lo que no es posible determinar su perfil. De hecho, caben varias posibilidades de reconstrucción, como vasos globulares o vasos cónicos con base apuntada muy afilada (ver tipo 21 infra.). Bordes con conca­vidad interior similar se documentan en Ayn-Asil en fechas parecidas, aunque allí es poco corriente67; otros ejemplares similares se documentan hasta el Imperio Medio 6 8.

TIPO BD.51420

§17. B ordes redondeados o triangulares, engro­sados al exterior formando un baquetón, sobre corto cuello cóncavo. Sin arista ni hueco interior para ta­padera (Lámina Vd,e, g-1). Diámetro entre 8-12 cm.Se trata por tanto de tipos similares al anterior. Sin embargo, la pasta es habitualmente una arcilla aluvial de la clase la o Ia/d, con engobe rojo mate al exterior y a veces al interior también (Lám. Vk).

No conocemos ninguna pieza completa, por lo que no es posible determinar su perfil. De hecho, caben varias posibilidades de reconstrucción, como vasos globulares o vasos cónicos con base apuntada. La forma de borde es tan común que pueden hallarse paralelos en todos lugares y épocas.

TIPO BD.51200, 51420

§18. Bordes engrosados al exterior, redondea­dos (Lám.Vid, f); pendientes (Lám. VIe) o trian­gulares (Lám. VIc). Corresponden a vasos de for­ma indeterminada, pero de mayor tamaño que en los tipos anteriores (diámetros del borde en torno a los 15 cm.). Pasta la o Id en algún caso, con engobe rojo mate al exterior. Ocasionalmente la arcilla alu­vial la se disimula con un engobe exterior blanque­cino (Lám. VIe).

6 7 G.Soukiassian et allí Ayn-Asil, p. 108 y Pl. 30, n. 95. 6 8 D. Arnold, MDAIK 38 (1982) Abb.10.12,10.

47

TIPO BD.53100 Formas abiertas

§19. Borde triangular moldurado al exterior, formando una doble moldura (Lámina VIg). Ten­dencia vertical, coronando un cuello abierto de tenso perfil. Este tipo, también llamado "de doble labio", parece documentarse desde el LA 6 9 y llegar hasta el I. Medio 7 0. Pasta la (aluvial, roja) con engobe rojo mate a interior y exterior.

TIPO BD.51423

§20. Borde de gran recipiente (Lámina VIh). Forma de anzuelo o pico de ave, sobre un corto cuello —que presenta arista viva en su mitad—, que a su vez corona un hombro carenado. Se trata de un modelo con buenos paralelos en di­versos yacimientos desde fines del LA a principios del IM, aunque la forma del borde sea casi idéntica a la de un tipo de gran jarra sin asas del período saíta temprano (vid. infra). Así , se documentan paralelos en Ayn-Asil 7 1 durante la XI Dinastía, pero también en momentos muy anteriores72.

TIPO BIC.42300

§21 . Fragmentos de base apuntada muy afilada. Pasta gruesa pero tratamiento cuidado. No se ha iden­tificado la forma a que pertenece (¿quizá tipo 16?). Coexiste con las "botellas" de pasta grosera carac­terísticas de todo el período; por ejemplo, en L47.36, asociada a la gran botella de la Lámina IV (tipo 3) y a otros de los tipos 1 y 2.

Pasta IVd, oscura con numerosos desgrasantes calizos blancos. Superficie áspera aunque cuidada de color blanquecino-amarillento-verdoso.

Esta base podría corresponder al BD-51410 (pá­rrafo 16).

TIPO rV.C.l.a.

§22. Gran cuenco carenado con base de forma indeterminada (Lám. Xllg; XlVf) , borde vertical y labio simple redondeado vertical, señalado al exterior por una acanaladura horizontal que recorre el perí­metro del vaso.

Pasta Id(?) gris oscura al interior y parda al ex­terior. Desgrasantes finos. Engobe rojo mate al ex­terior.

Diámetro del borde 30.5 cm.

Coincide con las "grandes copas de carena baja, Ig" de Ayn-Asil 7 3 , datadas también en el PPL Son herencia de copas anteriores con borde más abierto y labio más simple.

TIPO IV.C.l.b.

§23. Cuenco o copa con base indeterminada (redondeada o plana), carena marcada con inflexión de la parte superior, formando un cuello bajo y abierto que remata en borde simple redondeado que, como en el caso anterior, se resalta mediante una incisión o acanaladura horizontal. (Lámina XlVg).

Corresponde directamente con las copas de carena baja le de Ayn-Asyl 7 4 , que se consideran contem­poráneas a las grandes copas Ig o ligeramente ante­riores. Formas similares aparecen en momentos pos­teriores en Dashur75.

TIPO IV.D.2.

§24. Cuencos de borde entrante y labio redon­deado, marcado con una o varias líneas incisas ho­rizontales (Lámina XlVi-k). Diámetro del borde en torno a 20 cm.

6 9 K. Kroeper, en Bull. Liaison 14 (1990), p. 7 y Fig.6. Imperio Antiguo, Tell Ibrahim Awad (Delta Nororiental).

7 0 D. Arnold, MDAIK 38 (1982) Abb. 10.8, decorado con incisiones onduladas.

7 1 G. Soukiassian etalii Ayn-Asil, p. 107,140, Pl. 29, n. 84. 7 2 K. Kroeper, Bull. Liaison 14 (1990), p. 8 y Fig. 8.

7 3 G.Soukiassian et alii Ayn-Asil, p. 139, Fig. 48. P1.21, n. 41. Sobre todo, pp. 98 ss. y 146. Primer Período Intermedio.

7 4 G.Soukiassian et alii Ayn-Asil, p. 95 ss.; 145, 138-139; Pl. 18

7 3 D. Arnold, MDAIK 38 (1982) Abb. 11.1-2

48

Existe una versión pequeña (diámetro en torno a 14 cm.), de borde vertical en lugar de entrante, y labio redondeado, también marcado con líneas ho­rizontales (Lámina XIV1)

Pasta Id. Engobe rojo mate de muy buena calidad, aunque no bruñido.

Corresponde casi directamente con el muy poco frecuente tipo lx (o "Bassine á double incisión sous le rebord" en la terminología de los autores) del Sondeo B efectuado en Ain-Asyl, aunque con diá­metro algo menor76. Menos cercanas morfológica­mente resultan las copas hemiesféricas de los alfares 1-4 del mismo yacimiento77.

TIPO IV.D.1.

§25. Cuencos de borde entrante y engrosado al exterior, con labio redondeado (Lámina XlVa-c). Si­milares en forma general al tipo anterior, se diferen­cian por el borde regruesado y la frecuente ausencia de acanaladuras. La mayoría de los ejemplares pre­sentan pasta Id y engobes rojo mate al exterior e interior78.

TIPO IV. R.

§26. Cuenco simple de borde ligeramente en­trante y labio apuntado (Lám. XVII). Pasta la con engobe rojo mate al interior y exterior. Tipo muy sencillo y frecuente.

TIPO IV.B.4.

§27. Copa o cuenco profundo de paredes muy finas, borde vertical y labio afilado (Lámina XlVn). Pasta Ib. A menudo engobe rojo espatulado o cui­dadosamente alisado.

Borde decorado con dos líneas incisas horizon­tales. Diámetro del borde, 7.5 cm.

Tipo asociado a las copas carenadas y a las ca­zuelas de borde cóncavo del IA-PPI. Forma frecuen­te, aunque a mayor tamaño, en todos los yacimientos del período y posteriores79.

TIPO IV.B.l.

§28. Copas profundas de carena muy baja con galbo y borde rectos y labio muy afilado (¿para be­ber?). La parte superior del galbo puede ser casi ver­tical (Lámina XVIj) o abierta al exterior (Lám. XVIk), pero siempre muy recta. La base es proba­blemente pequeña y plana, aunque hay tipos similares del Imperio Medio con pie alto80.

Paredes finas y superficie cuidada. Casi siempre se engoban en color rojo mate al exterior e interior. Pastas Ia/d y Ib.

El diámetro del borde oscila en torno a los 16 cm.; la altura es siempre mayor de 8 cm.

Esta clase de copa, identificada generalmente como vaso para beber, se halla desde el Imperio Antiguo81 hasta al menos el Imperio Medio 8 2, en dis­tintas variantes y acabados. El modelo que docu­mentamos en Heracleópolis, bastante cuidado pero sin decoración, debe datarse en el PPI, y forma con­junto con otros vasos cuidados de este período.

TIPO IV.B.2.

§ 29. Cuenco carenado poco profundo con borde recto exvasado y labio afilado (Lámina XVIm). Si­milar a las copas carenadas anteriores pero con mayor diámetro y menor altura.

Pasta Id/Ib con engobe rojo mate al interior y exterior, a veces espatulado.

7 6 G; Soukiassian et alii Ayn-Asil, p. 155 y Pl. 42, n. 177. Los autores encuentran paralelos a fines del I. Antiguo.

7 7 G. Soukiassian et alii Ayn-Asil, p. 95, Grupo Ib. 7 8 Paralelo formal sin descripción detallada en Arnold,

MDA1K 38 (1982) Abb. 6.10. Otra forma similar en G. Sou­kiassian et alii Ayn-Asil fl. 26, n. 71.

7 9 D. Arnold, MDAIK 38 (1982), p. 61, Abb. 17, tipología del Imperio Medio avanzado. Hay amplios precedentes.

8 0 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 57, n. 98. 8 1 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 19, n. 7, pintado. 8 2 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 57, Din. XII; tb., p. 61,

n. 106; D.Arnold, Senwosretl,p. 127, Fig. 64.134; D. Arnold, MDAIK 38 (1982), p. 32, Abb. 8.4.

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En su trabajo sobre las cerámicas de tipo ' 'Mey-dum" de Ayn-Asil, P. Ballet incluye esta forma den­tro del grupo general de "cuencos"83, y la considera antigua. Nosotros la clasificamos aparte debido a la ausencia de borde cóncavo.

TIPO ULA.2,3,4.

§30. Cuencos (o "cazuelas carenadas" en la terminología arqueológica española) de inflexión o carena alta a menudo poco marcada, borde cóncavo de tendencia vertical o ligeramente exvasada, a veces ligeramente engrosado al interior. Labio redondeado o apuntado (Lámina XLU a-1 y o-s).

No conocemos la forma de la base pero todos los paralelos indican que se trata de formas redondeadas inestables.

Pastas fundamentalmente Ib, y en menor medida Id y la.

Sistemáticamente aparece un engobe rojo o rojo acastañado que sobre todo en la zona del borde apa­rece espatulado o bruñido hasta producir una super­ficie brillante y pulida al tacto. En ocasiones el es­patulado no se da y la pieza conserva un engobe rojo mate de buena calidad.

El diámetro del borde oscila en la mayoría de los casos en torno a los 20 cm., con ejemplares desde 13 a 27. La altura debe superar los 6 cm. Estas di­mensiones coinciden con las habituales en otros yacimientos84.

TIPO UI.A.l.

§31. Cuencos (o "cazuelas") de borde vuelto hacia el interior y corto labio redondeado vertical (Lámina XILImñ). Base probablemente redondeada.

Sus pastas, técnica y dimensiones corresponden a las del grupo anterior (engobes acastañados espa-tulados brillantes).

8 3 P. Ballet, CCE 1 (1987), p. 13, Fig. 9.3. Sondeo Norte, aparentemente en los niveles inferiores, más antiguos (fines del IA principios del PPI).

8 4 19-24 cm. de diámetro y 7-9 de altura en Ayn-Asil (Ballet, CCE 1 (1987), p. 3; 21-28 cm. y 7.4-8.5 en Abydos, Meydum, Matmar (J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, n. cat. 6, 87, 88).

El tipo parece una versión del anterior en la que el borde cóncavo se atrofia hasta casi desaparecer.

Los tres últimos tipos que hemos descrito (párra­fos n. o s 29, 30, 31) corresponden con los conocidos "Cuencos Meydum" o "Meydum bowls" de la bibliografía 8 5 , dedicados a contener alimentos. Estas piezas, muy características por su cuidadoso acabado y su forma, se fabrican normalmente en arcillas del desierto86 aunque en ocasiones aparecen en arcillas aluviales depuradas87. En Heracleópolis, por el con­trario, se fabricaron siempre con arcillas aluviales de las clases Ib y Id.

Asimismo, la mayoría de estas producciones vie­nen datándose en el Imperio Antiguo8 8, mientras que las heracleopolitanas parecen proceder, por su aso­ciación a botellas toscas y otros materiales, de niveles del Primer Período Intermedio o como mucho de fines del Imperio Antiguo en algún caso concreto (sector H30, capas inferiores). No es éste el único caso, pues formas idénticas se han hallado en Ayn-Asil en ni­veles de finales del Imperio Antiguo y Primer Período Intermedio89. La constante asociación de cantidades significativas de vasos de este tipo, junto con moldes cilindricos de pan (tipo VIIC), a botellas de cuello estrecho de tipo X X A se documenta claramente en H . 19/8-12, y permite postular una datación de PPI mejor que IM, a no ser que se haga perdurar la vajilla "Meydum" hasta el Imperio Medio, lo que por ahora no parece sostenible.

Según el reciente estudio de P. Ballet90* la rela­ción de las variables "altura del borde" (desde la inflexión exterior)/"diámetro del borde", varía en Ayn-Asil —y en el resto de Egipto— a lo largo del tiempo. Las piezas más antiguas (fines del IA) tienen un borde cóncavo más alto y desarrollado, mientras que en fases posteriores (Ilb-e y Illa-b de Ayn-Asil), el borde se hace más corto en relación al diámetro.

8 5 P. ej., J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, pp. 52-53, n. 87-88; p. 18, n.6).

8 6 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 18, p. 53. 8 7 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 52, n. 87. 8 8 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 18, pp. 52-53; C. Hope,

Egyptian Pottery, pp. 31-33; K. Kroeper, Bull. Liaison 14 (1990), pp. 7-9, Figs. 4 y 7.

8 9 P. Ballet, CCE 1 (1987), p. 2. 90 Ibidem.

50

Toda esta propuesta de evolución tipológica parece estar presente en Heracleópolis (Lámina XIII), aun­que su confirmación depende de ulteriores estudios de estos contextos inferiores del yacimiento.

Existe sin embargo —como se ha visto— en He­racleópolis toda una serie de piezas de la misma fa­milia (Lámina XHIm-ñ) en las que el borde cóncavo desarrollado no existe, sino que el galbo entrante remata directamente en un borde "atrofiado". Nues­tra impresión inicial de que se trata de una variante evolucionada de los cuencos carenados puede con­firmarse a partir de la línea evolutiva delineada por Ballet —lenta disminución de la altura del borde cón­cavo-.

Si esto es así, en Heracleópolis se documentaría una serie completa (véanse Lám. XIII o, p, b, c, d, n, m, sucesivamente) que podría abarcar desde fines del Imperio Antiguo hasta fines del Primer Período Intermedio. Esto es, desde luego, una hipótesis de trabajo que habrá de contrastarse en estudios poste­riores.

La cuestión del color rojo para las piezas más antiguas, acastañado para las recientes91 parece tam­bién apoyar la datación de la mayoría de las piezas de Heracleópolis dentro del PPI más que en el LA, aunque éste sea sólo un elemento a añadir a los otros ya citados, y no un criterio decisorio.

Es significativo indicar, respecto a esta "vajilla" de color rojo brillante, que hasta ahora no se han recuperado en Heracleópolis vasos enteros o siquiera con un perfil completo. Esto podría hacer pensar in­cluso que los fragmentos recuperados asociados a botellas toscas (tipos X X A ) sean restos de produc­ciones más antiguas que aparezcan residualmente y fuera de uso en contextos más tardíos. Sólo en puntos muy concretos (H30, H l niveles inferiores) estos va­sos de tipo Meydum llegan a suponer una proporción realmente apreciable del total de la cerámica.

TIPO II.A.l.

§32. Platos de galbo bastante tenso (Lámina XVa-d) o ligeramente curvado (Lám.XVe-h) . Existe cierta variedad de bordes, que permite diferenciar las siguientes variantes:

" Ibidemp. 14, Apdo. VI. 1.

a) Redondeado y marcando esca lón interior (Lám.XVa,b,c ,d) . Podrían servir como ta­paderas.

b) Apuntado simple (Lám. XVe).

c) Redondeado simple (Lám. XVf , g, h).

Bases planas de pequeño diámetro y por tanto poco estables (Lám. XVb) o redondeadas. Es posible que hubiera algunos platos con base de anillo (Lám. X l V m , ñ).

El diámetro del borde de estos platos es bastante constante en torno a los 18-23 cm.

Las pastas más frecuentes son aluviales la y Id. A menudo se engoban ambos lados en color rojo mate (Lám.XVg, h). En ocasiones, incluso, se pulimenta la superficie interior (Lám. XVb).

Este modelo de platos cuenta con abundantes pa­ralelos dada la sencillez de su forma. Incluso la va­riante con inflexión interior se documenta a menudo en yacimientos contemporáneos 9 2 .

TIPO n.B.i.

§33. Platos/cuencos sencillos con borde lige­ramente vuelto y galbo de tendencia cóncava (Lámina XVIf, h, i). Diámetro del borde en torno a 16-21 cm. Base posiblemente redondeada.

Pasta blanda aluvial ocre de clase Id casi siste­máticamente. Es habitual el engobe rojo mate a ex­terior e interior.

Se trata de un grupo de piezas no muy signifi­cativo pero muy abundante en niveles del PPL

TIPO BD.54220

§34. Plato (?) con borde triangular engrosado al exterior con carena muy alta definiendo un borde que no se refleja al interior del vaso. Pasta la. Muy poco frecuente (Lámina XIVe).

G. Soukiassian et alii Ayn-Asil P1.40, n. 163, 164.

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TIPO BD.54120

§35. Platos grandes y de paredes gruesas (Lá­mina XVIa-e). No se conserva ninguno completo. Bordes redondeados ligeramente vueltos en algún caso (Lámina XVIa, c). No se conoce la base, que podría ser redondeada o plana.

Superficies poco cuidadas pero no declaradamen­te toscas. En las piezas más grandes (Lám. XVIb.c) se conservan huellas de los cordeles colocados junto al borde para evitar la deformación del vaso durante el secado. Diámetro del borde en torno a 25-35 cm. Sistemáticamente engobados rojo mate al exterior e interior.

Muy abundantes en los niveles antiguos de He-racleópolis.

IV.A.2. Técnica y acabados

Desde el punto de vista técnico, la mayoría de las piezas clasificadas como "groseras" se fabricaron con una mínima intervención de cualquier variedad de torno. E l modelado a mano, la utilización del colombin y sólo ocasionalmente un torno de mano manejado por el propio alfarero son la norma. En las piezas de la categoría "cuidadas" el modelado con la mano sigue siendo importante, pero se aprecia el uso de una torneta. Sobre todo en la cerámica grosera, pero a veces en la cuidada, son perceptibles al exterior las huellas de dedos del alfarero. En algunos vasos se aprecia un alisado cuidadoso (¿con tela empapa­da?) de la superficie, mientras que la parte inferior es apenas raspada con un instrumento o alisada con la mano.

En general, la temperatura de cocción de la ce­rámica no parece haber sido muy elevada (menor de 800° C) dado que se conservan casi siempre los des­grasantes calizos e incluso algunos vegetales93. In­cluso las piezas más cuidadas tienen pastas blandas y a menudo deleznables.

9 3 Ver J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 17; Nordstrom, LA p. 633; Hope, Egyptian Pottery, p. 19.

El acabado más habitual es un engobe rojo mate muy diluido ("wash" en la terminología inglesa), a menudo soluble en agua fría, aplicado sobre toda la superficie visible del vaso. Es el acabado más fre­cuente con gran diferencia en este período, tanto en producciones toscas como en cuidadas. E l espesor varía bastante, lo mismo que la adherencia —mejor en piezas de superficie más cuidada.

Menos frecuentes son los engobes blanquecinos o amarillentos, que se documentan en dos circuns­tancias:

a) En piezas muy bastas —incluyendo moldes de pan y "botellas"—, quizá para disimular la tosquedad de la pasta y el acabado.

b) Sobre todo, en las piezas de mejor calidad, en especial las series de vasos realizados en ar­cillas del desierto de nuestras clases Ilb, Ilh, IVd y IVe. En estos casos el engobe tiene una adherencia muy superior y mayor calidad, pese a la textura áspera de muchas superficies en piezas de arcillas calcáreas.

Por último, una clase muy concreta de copas y cuencos, normalmente carenados o con fuerte infle­xión en su galbo, presentan un pulimento o espatu-lado —difícilmente llega a "bruñido"— de la su­perficie, en especial la zona del borde, que da un brillo y textura satinada especial a estas producciones.

IV.A.3. Decoraciones

En Heracleópolis no puede hablarse propiamente de "decoración" pintada, incisa o de otro tipo en este período. Con todo, algunos tipos de acabado —como el brillo rojizo o acastañado del "tipo Mey-dum''— tienen indudablemente un efecto decorativo.

Algo parecido puede decirse de la(s) acanaladu­ra^) horizontales que señalan la línea del borde en algunos cuencos y copas, cuya función práctica es escasa, al contrario que las líneas del cuello de al­gunas "botellas" groseras, destinadas probablemente a sujetar cordeles.

Las marcas impresas de algunos recipientes (Lá­minas IXa, XVIb,c) reflejan más una necesidad prác-

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tica que una voluntad decorativa: se trata de impedir la deformación de los vasos grandes y pesados du­rante el proceso de secado, para lo que se sujetaba el borde o galbo con cordeles apretados, que dejaron su huella tras la culminación del proceso.

IV.A.4. Asociaciones y contextos

Caracterizan los niveles del PPI o quizá primera parte del Imperio Medio las grandes acumulaciones de botellas de tosca fabricación, acumuladas en enor­mes depósitos de hasta un metro de espesor. Es quizá significativo que se documenten cientos de bases y galbos por cada fragmento de borde de estas piezas, lo que hace sospechar que en este contexto muchas de estas formas debieron arrojarse o depositarse ya rotas e incompletas. Algo parecido ocurre, como se ha visto, con la cerámica fina, en especial los "tipos Meydum".

Las toscas botellas características del período apa­recen rara vez en posición claramente intencional. Es el caso del conjunto del sector L47-36, compuesto por una gran botella —tamaño muy infrecuente, Lám. IVa— y tres más pequeñas, todas completas, junto con una base cónica de arcilla clara, quizá reutilizada como tapadera en su momento (?). El contexto ex­cavado en 1992 en plena capa freática, se halla al nivel de una estela de falsa puerta, mesa de ofrendas in situ y restos de una posible tumba atribuible en principio (se halla todavía en estudio) al PPI o prin­cipios del Imperio Medio.

Del mismo modo, en el sector H19 se documentó un conjunto de las mismas "botellas" a cota 4.60, tumbadas con la boca hacia el Norte, aplastadas por el derrumbe de una mastaba situada justo al Sur. Cabe suponer que los vasos se hallaban en el nivel de suelo, al exterior de la mastaba, en el momento en que ésta se derrumbó.

Dentro del contexto funerario, resulta de especial interés señalar los —muy escasos— conjuntos de ce­rámica cuya deposición intencional en un momento y lugar concretos resultan claros. En este sentido es significativo recordar el depósito documentado en el sector Hl-A/10, cota 5.78 m, formado por un vaso hondo a mano (Lám. X) y en torno a una centena

(fragmentos inventariados, 200; piezas de tipo IIA2 completas, 15) de platitos toscos de base plana; estos últimos indudablemente pensados para ese uso fu­nerario/votivo dada su nula capacidad como conte­nedores y la inestabilidad de sus toscas bases (Lám. XVn-p). Ya se ha aludido a una constante egipcia: lo descuidado de las piezas fabricadas en serie como depósitos funerarios o de fundación 9 4 .

Otro de los escasos ejemplares de vaso hondo a mano (Lám. Xb) apareció, como se ha dicho, en H8/ 40. Contenía huesos de pequeño/s animal/es y estaba cerrado por la base inestable de una botella, colocada invertida.

En otras ocasiones el depósito votivo se compone de vasos en miniatura. Es el caso del hallado por J. López en 196695, o el documentado en el sector C l con idénticas formas (platitos y botellitas, Lám. Ig).

IV.A.5. Valoración general

Los niveles del PPI en Heracleópolis se carac­terizan por arrojar una cantidad desproporcionada­mente alta de cerámica, incluso en enormes bolsadas. Aunque en muchos puntos la excavación se ha de­tenido al llegar a estos niveles, y aunque en otros el manto freático los cubre parcialmente, lo estudiado hasta ahora permite ofrecer, creemos, una muestra representativa de las formas y tipos existentes en la zona, e incluso de sus proporciones relativas.

La propuesta —matizada— de adscripción cro­nológica al PPI o comienzos del IM viene dada por la tipología cerámica (pervivencia de formas de la VI Dinastía sobre todo los cuencos de tipo Meydum) cuya perduración hasta el IM sería excesiva. Se apoya además en los datos epigráficos de algunas estelas96

datables en el "Primer Período Intermedio o inicios del Imperio Medio".

Con todo, y según se ha examinado en detalle, junto a formas características desde fines del IA y

M V. supra n. 52. 53 V. supra n. 53. 9 6 Pérez Die y Vemus, Ehnasya, pp. 29-34.

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PPI, se documentan otras muchas —entre ellas las más sencillas y abundantes— que son también ca­racterísticas del Imperio Medio, en especial en su primera parte. Como se ha dicho, además, la escasa definición cerámica del propio PPI en otros yaci­mientos dificulta la tarea de "cerrar" mediante pa­ralelos la cronología de muchos tipos cerámicos. Es la escasez de un porcentaje significativo de cerámicas características del Imperio Medio la que nos ha lle­vado a proponer tentativamente una cronología del PPI.

Una dificultad añadida estriba en que en muchos puntos los niveles del Tercer Período Intermedio avanzado se sitúan directamente sobre los del Primer Período Intermedio, debido probablemente, entre otras cosas, a las grandes remociones de tierra rea­lizadas durante la edificación de las monumentales tumbas pétreas de las Dinastías XXI-XXII. Estos mo­vimientos de tierra afectaron a estratos inferiores, removiendo a conciencia zonas enteras de la excavación 9 7 .

IV.B. D E L IMPERIO M E D I O (IM) A L SE­G U N D O P E R Í O D O I N T E R M E D I O (SPI). Láminas XVII-XX

En este apartado se recogen materiales que —en el estado actual de nuestros conocimientos— no cabe considerar como propios del PPI, sino del IM o SPI. No deben analizarse de modo aislado, sino en com­binación con aquellos materiales estudiados en el apartado anterior que pueden datarse tanto en el PPI como en el IM, y que como se ha dicho son muy abundantes.

Por el otro extremo, pese a que se han establecido rasgos diferenciales —en el tiempo y en el espacio— entre las producciones cerámicas del Imperio Medio y del Segundo Período Intermedio, en Heracleópolis Magna no es posible realizar tal distinción, y por ello hemos agrupado aquí ambos períodos.

9 7 Por ejemplo, para un primer —y matizable— análisis de la fosa de excavación de la Tumba 3, véase F. Quesada, M . J. López Grande y M . C. Pérez Die, V International Congress of Egyptology (en prensa).

IV.B. l . Los períodos

Ya se ha dicho que no puede hablarse en el área excavada de niveles o contextos bien definidos atri-buibles al Imperio Medio, ni por restos cerámicos ni por otro tipo de datos. La escasez de cerámica, epí­grafes o estructuras datables claramente en Imperio Medio 9 8 puede deberse a tres razones:

a) Bien a que durante ese período la necrópolis no estuviera en uso.

b) Bien a que las construcciones tardías, con su masiva remoción de tierra, hayan eliminado en su casi totalidad dichos niveles (vid. supra IV.A.5 ).

c) Bien a que los materiales que se han clasifi­cado provisionalmente como "PPI" o prin­cipios del IM (ver Apdo. anterior) sean en realidad algo posteriores.

La primera opción no es descartable, pero no deja de ser especulativa. No muy lejos del área actual­mente excavada se conservan restos de estructuras datables en la XII Dinastía, como los bloques pétreos con el nombre de la reina Sebeknefrure (XII Din.). Incluso el cercano templo de Herishef data también del Imperio Medio 9 9. Puesto que además durante el Imperio Medio la necrópolis del desierto en Sedment-Mayana fue abandonada100 habría que pensar en una localización en algún lugar.

La segunda alternativa es improbable, porque en las intersecciones de las fosas tardías deberían ha­berse conservado dichos niveles del Imperio Medio.

Por lo que se refiere a la tercera posibilidad, aca­bamos de ver (Apdo.IV.A.5) que hay muchos tipos cerámicos que fueron usuales en el PPI pero que perduraron sin apenas variaciones durante el Imperio Medio; la escasez de cerámica de esta época podría deberse entonces a que los niveles que hemos pro-

9 8 Pérez Die y Vernus, Ehnasya, pp. 29-34. Atribuyen todas las inscripciones antiguas a "PPI o inicios del Imperio Medio". Un escarabeo datado en la XIII Dinastía (ibidem, p. 33) apareció reutilizado en una tumba del TPI.

99 Ibidem, p. 20. 100 Ibidem, p. 23.

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puesto tentativamente como datables en el PPI co­rrespondan en realidad al Imperio Medio. Hemos vis­to que muchos fragmentos —sobre todo las formas simples, de mayor perduración—, podrían ser en efecto del Imperio Medio. De hecho, cuando hemos hallado paralelos de ese período para algunas piezas, se han citado (ver notas 68, 70, 71, 75, 79, 80, 82 etc.).

Sin embargo, y como también hemos hecho notar, lo significativo es la escasez de cerámica decorada con incisiones onduladas típica de las fases avanzadas del Imperio Medio y Segundo Período Intermedio en numerosos yacimientos del Valle. Además, la pre­sencia de cerámica de "tipo Meydum" en los con­textos en que se documentan materiales dudosos del PPI al IM (p. ej. H19, planos inferiores de L10/11 y H l , etc.) nos lleva a sostener provisionalmente que en efecto en lo hasta ahora excavado no hay contextos claros del Imperio Medio avanzado, y que la mayoría de la cerámica corresponde al PPI o a lo sumo a comienzos del IM, en lo que coincidimos con los datos epigráficos (notas 96, 98).

En cuanto al Segundo Período Intermedio, ocurre algo similar a lo que hemos dicho para el Imperio Medio. Faltan inscripciones y estructuras, y la ce­rámica atribuible a dicho momento es tan escasa como la del Imperio Medio. Faltan además las pro­ducciones más características del momento, como las jarritas negras del tipo llamado "Tell el-Yahudiya", de clara tradición palestina. Esta forma no sólo apa­rece en el Delta, sino que se extendió hacia el Sur 1 0 1 . Sin embargo, conocemos al menos un fragmento que probablemente imita producciones extranjeras.

IV.B.2. Formas

Puesto que este apartado no recoge un período claramente definido, sino un limitado conjunto de materiales que complementan los descritos en el apar­tado anterior, no es posible distinguir aquí entre pro­ducciones finas y toscas, y luego grupos y tipos, dado que sólo se han identificado claramente algunas pie­zas.

Formas cerradas

TIPO XXIII.A.l

§36. Borde y cuello de posible tinaja de gran tamaño (menos probable, de un soporte de carrete) (Lám. XVIIe). Arista marcada al exterior en el punto de inflexión entre galbo y borde. Este último es sim­ple, de tendencia vertical, ligeramente regruesado al interior. Labio redondeado.

Pasta realizada con arcilla margosa, de la clase IIb2. Superficie exterior cubierta con un engobe blan­quecino bastante deleznable.

El diámetro del borde es muy grande, de unos 22 cm., con unas paredes de un grosor uniforme de algo más de un cm.

Datable quizá en el Segundo Período Inter­medio1 0 2.

La particularidad más destacable de este frag­mento es la incisión intencional en el arranque del cuello, con un trazo vertical recto y uno curvo a la derecha, que forma una especie de " D " . Los grafitos incisos son sumamente raros en el yacimiento, y la mayoría parecen concentrarse en piezas de este pe­ríodo.

TIPO XXII.A.2

§37. Vaso ovoide (¿globular?) sin cuello. Bor­de simple inclinado al exterior, labio ligeramente apuntado. Superficie rugosa e irregular, poco cuidada (Lám. XVIIIa). Forma simple de olla con numerosos paralelos en diversas épocas.

Pasta de clase Id/c, poco cuidada. Restos muy perdidos de engobe rojo mate. Diámetro del borde, 16 cm.

El rasgo más característico de la pieza es su de­coración, en forma de incisiones profundas realizadas con un objeto bastante romo. El fragmento permite distinguir una especie de tridente vertical (¿flor de

1 0 2 La clasificación de esta pieza la debemos al Dr. D. Aston, quien la examinó personalmente en una visita al yacimiento.

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1 0 1 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 139, n. 272-273.

loto muy estilizada?) y una banda inferior, en gran parte perdida, con motivos dentados y triangulares.

Pieza quizá datable desde finales del PPI y hasta mediados del Imperio Medio 1 0 3 .

TIPO XXXIV.B

§38. Vaso hondo de cuerpo probablemente ovoide y ligero estrechamiento en el cuello (Lám. XVIIIb), de borde vertical ligeramente exvasado y engrosado al exterior; labio redondeado. E l fragmen­to conservado presenta un añadido aplicado en forma de pequeño pitorro casi vertical, cuyo extremo o bor­de se ha perdido. Sin embargo, la forma no corres­ponde a una jarra con vertedor, sino que recuerda mucho al "florero" recogido por J. Bourriau 1 0 4, con la salvedad de que en aquel se aplicaron cuatro "va-sitos" en la parte alta del vaso, mientras que en nuestro caso el aplique comunica con el interior del recipiente principal. En nuestro caso, no es posible saber si el vaso completo tenía uno o más apliques.

Pasta la, con engobe rojo mate al exterior. E l borde del recipiente principal tiene un diámetro de 10 cm. Carece de decoración incisa.

Probablemente Imperio Medio.

TIPO BD.53310

§39. Borde correspondiente a un vaso de forma no precisada, con cuello estrangulado y amplio borde de perfil acampanado tenso, muy grueso (c. 1.7 cm.). Labio plano horizontal. (Lám. XVIIIf).

Pasta Id, con engobe blanco deleznable y trazos verticales de pintura roja, similar en textura al ha­bitual engobe rojo mate.

Diámetro del borde, 14 cm.

Asociada a vasos abiertos con pitorro horizontal y decoración incisa ondulada.

1 0 3 En opinión de J. Bourriau, quien examinó personalmente el fragmento.

1 0 4 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 67, n. 120.

TIPO BD.52312

§40. Gran borde, probablemente de gran tinaja, aunque no hemos identificado la forma completa. Borde de tendencia vertical, ligeramente inclinado al exterior, engrosado a ambos lados. Labio redondea­do. En la parte baja del fragmento presenta un orificio circular de dos cm. de diámetro (Lám. XXf). Diá­metro del borde, 33,5 cm. Decoración pintada en forma de churretones de engobe rojo cayendo del borde, sin regularidad ni forma determinada.

TIPO s/d

§41 . Fragmento de galbo de vasito bitronco-cónico de pequeño tamaño (Lám. XXg). Pasta IIb2, arenosa y de color asalmonado en arcilla margosa. Quizá procedente del sur. Torno rápido. Superficie engobada amarillenta, y sobre ella decoración pintada en color pardo, en forma de un gran aspa formada por dos grupos de líneas paralelas cruzadas, enmar­cado entre dos líneas horizontales que definen el arranque del cuello y la inflexión del galbo bicónico.

Fue hallado bajo el pavimento pétreo de la lla­mada "Estructura J " , zona no revuelta por remocio­nes de Baja Epoca, y asociado a tiestos con deco­raciones incisas onduladas.

Se trata, sin duda, de una imitación local, posi­blemente monocroma (el fragmento es pequeño) de vasos bitroncocónicos chipriotas muy similares, al­gunos en la llamada "bichrome ware". Precisamen­te, uno de los escasos vasos importados de esta clase y tipo se halló en la cercana necrópolis heracleopo-litana de Mayana 1 0 5, en una tumba del Segundo Pe­ríodo Intermedio. Como ha señalado Bourriau 1 0 6, este tipo dio lugar a una floreciente y duradera producción egipcia de imitación, que perduró durante siglo y medio, hasta comienzos del Impero Nuevo.

Formas abiertas

TIPO BD.55550

§42. Grandes cuencos (?) de borde inclinado unos 45°, con característico labio biselado al exterior, que queda vertical (Lám. XVIIa-b).

J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, pp. 133-134. Ibidem, p. 133 y p. 134-135, n. 263.

56

Pasta Ic o Ia/d, de arcilla aluvial. Engobe rojo mate desvaido, al exterior (Lám. XVIIa) o exterior e interior (Lám. XVIIb).

Diámetro del borde entre 16 y 28.5 cm. Grosor de la pared en torno a 1 cm.

En ambas piezas se aprecian incisiones en el bor­de. En la pieza de la lámina XVIIa, son postcocción y antiguas, en forma de líneas oblicuas con ramifi­caciones. En la de la lámina XVIIb, las incisiones son líneas verticales paralelas (exterior e interior). En ambos casos están muy marcadas. Incisiones más complejas, pero de disposición y aire similar, se dan en formas del Imperio Medio de Dashur1 0 7.

TIPO XXXIV.A

§43. Fragmento de gran cuenco tendente a he-miesférico, del que falta la base. Adosado a la pared interior del borde se añadió una pared de arcilla, formando una especie de' 'cuenco dentro del cuenco'' (Lámina XVIIIg). Se trata, pues, de una especie de kernos, en la denominación amplia aceptada por Yon 1 0 8 . Este sub-recipiente dentro del recipiente prin­cipal no se comunica con él; aun fracturado, se apre­cia que el plano de su borde no coincide con el del recipiente principal, sino que se elevaba en origen en oblicuo por encima de él. A l exterior del vaso aparece un mamelón o elemento de prensión, aplanado.

Pasta de clase Id (?). Engobe rojo mate denso.

Diámetro del borde del cuenco principal: 28 cm. Diámetro (aproximado) del sub-recipiente interior: entre 4.5 y 6.5 cm.

Esta pieza, única hasta ahora en el yacimiento, apareció al Oeste de la Tumba 3, en un nivel (L10-11/20) que corresponde posiblemente al relleno del terreno posterior a la edificación de la tumba 3 y/o 7, nivel asentado sobre otros del PPI-IA, también en parte afectados por la construcción de las tumbas. Incluimos la pieza aquí con reservas, puesto que aun­que J. Bourriau (com. pers.) la considera del Imperio Medio, nosotros hemos tenido oportunidad de ver

expuesta una pieza muy similar en el museo de Za-zazig (Bubastis), datada en Baja Epoca. Por otro lado, Nagel fecha en el Imperio Nuevo vasos simi­lares procedentes de la tumba 1193 de Deir el Me­dina. Una pieza que recuerda la presente es un "co­lador" o "filtro" de fines del Imperio Nuevo o principios del TPI en el que el "cuenco interior" aparece perforado por multitud de p e q u e ñ o s orificios109.

TIPO U.B.2

§44. Borde de gran cazuela (Lám. XVIIIh) de borde almendrado cóncavo al exterior y labio apun­tado, con carena interior separando el borde del cuen­co. Gran diámetro, en torno a los 36 cm., con gruesas paredes (1.3 cm.). Pasta la, con engobe rojo mate desvaído al interior y al exterior. Asociada a mate­riales más claramente propios del Imperio Medio.

TIPO II.A.2.

§45. Platito de base plana irregular, realizado a torno lento (Lám.XVIIId,e) . Diámetro del borde entre 9 y 12 cm. Pasta Id. Se trata de un tipo "uni­versal" de larga perduración. Véase lo que se ha dicho sobre ellos en el PPI (Apdo IV.A. 1, Produc­ciones abiertas de acabado tosco, párrafo 14).

TIPO VI.F

§46. Vaso de boca ancha, de diámetro similar al máximo del galbo, con borde de tendencia vertical ligeramente cóncavo hacia fuera y convexo al inte­rior. Labio redondeado o ligeramente apuntado. La unión entre borde y galbo viene señalada por una marca de inflexión (Lám. XLXb) que a veces se re­fuerza con una línea incisa horizontal (Lám. XIXc). En alguna ocasión el borde presenta una estrecha moldura o baquetón horizontal (Lám. XlXa).

Algunos ejemplares de esta forma (p. ej. Láms. XLXe, XXa) presentan un orificio circular abierto al

1 0 9 G. Nagel, Deir elMédineh, p. 112, Fig. 97, 13-14 (ver­sión sin perforar); Fig. 128 y Apéndice III, n. K. S.50.

57

1 0 7 D. Arnold, MDAIK 38 (1982) Abb.11.11 y Abb. 8.7. 1 0 8 M. Yon, Dictionnaire, p. 133.

exterior en forma de pitorro vertedor, claramente in­dicado mediante aplicación plástica de un "anillo" externo (Lám. XLXe). Se trata, sin duda, de un vaso empleado en aplicaciones prácticas, que incluyen tra­bajo con líquidos, como la fabricación de cerveza. Un vaso de forma muy similar y con el mismo ver­tedor aparece en la conocida estatuilla de una mujer fabricando cerveza, datada a fines del Imperio Anti­guo, hallada en la mastaba de Meresanj de Giza 1 1 0 .La mujer amasa una pasta de pan de cebada húmedo sobre un filtro o criba colocado sobre el vaso, pre­sumiblemente lleno de agua.

Pastas de clase Ia/d, pero también margosas de tipo Ub, de color amarillento. Superficies poco cui­dadas, rugosas en las pastas aluviales, y más lisas en las arenosas. Paredes muy gruesas, de más de 1 cm. Diámetro del borde en torno a los 30 centímetros.

Lo más característico de estas piezas es su de­coración incisa en forma de "olas" enlazadas, no muy cuidadas. Forman un friso horizontal en la parte alta del galbo, en la zona más visible del vaso.

La forma tiene precedentes en el PPI (Lámina XII h-j), como se ha comentado ya (ver Apdo anterior, producciones toscas abiertas, párrafo 12). Sin em­bargo, buena parte de los paralelos para la decoración ondulada datan ya del SPI (v. infra IV.B.3. y notas 111,112).

TIPO VLD

§47. Gran vaso hondo de galbo con paredes casi verticales o ligeramente convexas, en forma de "cubo", aunque desconozcamos la base. Borde ver­tical, engrosado al exterior formando una moldura. Se caracteriza además el borde porque en su parte superior presenta una acanaladura que crea un labio bífido (Láminas X l X d , XXb,c).

Similar en rasgos generales al tipo anterior en tamaño, pasta, acabado, decoración e incluso en la forma general. Algunos ejemplares tienen también orificio en la parte alta del galbo (Lám. XLXd), y la

mayoría cuentan con decoración ondulada incisa, a menudo entre líneas horizontales que delimitan un friso (Lám. XlXd).

TIPO VLE

§48. Borde de tendencia inclinada hacia el ex­terior, de forma aproximadamente rectangular, gran tamaño (diámetro en torno a los 53 cm.) (Lámina XXd). Pasta la. El rasgo más característico es la ondulación del labio a lo largo de toda la extensión conservada. Además, presenta a lo largo del interior del borde una decoración ondulada horizontal muy basta, realizada con un instrumento romo y ancho.

IV.B.3. Técnica, acabados, decoraciones

En la escasa representación claramente atribuible al IM-SPI en las excavaciones de Heracleópolis con­tinúa el predominio de pastas locales aluviales, a menudo con engobes de tono rojo mate, bastante deleznables. Entre la escasa representación de arcillas margosas, es característica la clase Ilb de nuestra clasificación.

El rasgo más distintivo es la decoración incisa en forma de líneas onduladas, enmarcadas o no por lí­neas horizontales, con motivos de "oleaje". Esta decoración se aplica en Heracleópolis a un repertorio reducido de formas abiertas toscas, a menudo con­tenedores de líquido con borde de tendencia vertical y orificio-pitorro bajo el borde. Se documenta en muchos lugares de Egipto, tanto al interior111 como al exterior de los vasos112. Parece especialmente ca­racterística de fines del IM y sobre todo del SPI.

Caso raro —conocemos escasos fragmentos muy pequeños— es el fragmento de galbo con decoración pintada, producción egipcia que imita vasos impor­tados de origen chipriota.

1 1 1 H. Jacquet-Gordon Bull. Liaison, XIV (1990), p. 17, Fig. 2.1, de Karnak Norte, datado en el Segundo Perîodo Intermedio.

1 1 2 M. C. Guidotti, EVO VIII (1985), p. 30, fig. 61, fines del Imperio Medio o Segundo Periodo Intermedio. También J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 58, n. 101 y 102; D. Arnold, MDAIK 38 (1982), Abb. 10.4, 10.8.

58

110 Egyptian Museum, n. 52.

IV.B.4. Valoración general

Aunque no hay claros contextos estratigráficos atribuibles al IM-SPI, la mayor concentración de fragmentos —nunca vasos enteros— de este mo­mento se ha documentado en los sectores denomi­nados H l , Bajo J, H19 y H30. De todos modos, se ha dicho que es casi seguro que muchas de las pro­ducciones heracleopolitanas del PPI perduraron du­rante parte del IM, de modo que la cerámica del Imperio Medio no se diferencie notablemente de la más antigua. Por ejemplo, las botellas toscas de cue­llo cilindrico que hemos visto ya en el Primer Período Intermedio perduraron sin duda en el Imperio Medio 1 1 3. Por tanto, insistimos de nuevo en que no puede establecerse de modo tajante que algunos de los contextos provisionalmente fechados en el PPI (Apartado IV.A.) no sean ligeramente más tardíos, dentro de la primera parte del Imperio Medio.

Por otro lado, en este apartado hemos recogido un grupo de cerámicas —con decoraciones incisas y pintadas muchas de ellas— que parecen documentar una evolución en el tiempo, llegando incluso quizá al Segundo Período Intermedio. Por tanto, la aparente ausencia de niveles claramente datables en el IM debe ser considerada una hipótesis provisional.

I V . C . IMPERIO N U E V O Y C O M I E N Z O S D E L TPI. (Láminas XXI-XXII)

IV.C.l.-Formas

Formas cerradas

TIPO XXIV.A

§49. Gran ánfora de cuerpo ovoide, base ines­table apuntada, hombro poco marcado, cuello vertical alto, ligeramente acampanado. Borde perdido. Dos asas verticales de sección aproximadamente circular

1 1 3 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 62, n. 110-111.

en la parte alta del galbo, justo bajo los hombros (Lámina XXIc).

Pasta de clase IVa, poco habitual. Torno rápido. Superficie alisada, con engobe crema espatulado has­ta obtener una superficie satinada. Altura máxima en torno a los 50 cm. Diámetro máximo a la altura de las asas, 27 cm.

Se trata de un ejemplar único, hallado en el Sector Hl-A/16, bajo estructura XI. Contenía los huesos de un feto humano o de un recién nacido, aún en estudio. Se trata, por tanto, de un recipiente utilizado espe­cíficamente como contenedor funerario. Teniendo en cuenta que el diámetro interior del cuello es de sólo 12 cm., cabe pensar que el esqueleto corresponda a un niño muy pequeño.

Como pieza única en el yacimiento, carece de paralelos locales. Sin embargo, es una forma fre­cuente en el Imperio Nuevo, especialmente en sus fases tardías 1 1 4 , en un momento avanzado de la X X Dinastía o incluso más tarde115. En algún caso, como en Amarna, un ánfora de forma similar fue también utilizada como recipiente para inhumaciones infantiles116.

Es probable que los cuellos verticales o ligera­mente ondulados, con borde engrosado al exterior, de la Lámina XXIg,h,j pertenezcan también a este tipo de vaso.

TIPO BD.52233

§50. Vaso cerrado grande de cuello vertical alto, borde redondeado muy engrosado al interior (Lám. XXI , e-f). Este tipo de cuello pertenece po­siblemente a un tipo de ánfora o gran tinaja de cuerpo

1 1 4 C. Hope, Pottery of the New Kingdom. Amphorae, pas­sim, esp., Fig.3.

1 1 5 G. Nagel, Deir el Medineh, Sep. 359, Figs. 17-19. 1 1 6 T. E. Peet y C.L.Woolley, The City of Akhenaten Plate

LIV,n. LXXXVI/264, y p. 137, clasificado porlos autores como posterior al abandono de la ciudad, aunque sin precisar cuando: "Other vases which may be later than the Akhenaten period are those which were used to contain the bones of children occasio­nally buried amongst the ruins, e. g. XVI/25 and LXXXVI/264. Such vases may be of various dates".

59

ovoide o globular. Diámetro del borde en torno a 10 cm., y altura del cuello en torno a los 6 cm. Imperio Nuevo avanzado117.

TIPO BD.52236

§51. Vaso cerrado grande de cuello alto verti­cal, con borde vertical biselado al interior (Lám. XXIi). Labio apuntado, por tanto. Coincide a rasgos generales en forma y dimensiones con los bordes del tipo anterior. Podría pertenecer a un amplio grupo de vasos de cuerpo ovoide y cuello vertical ligeramente abombado118.

TIPO BD.52314

§52. Gran tinaja (Lám. XXIIh) de cuello ver­tical ondulado, que se prolonga en un cuerpo ovoide sin hombro marcado. Borde redondeado, engrosado al interior y exterior. Marcada arista o baquetón en la base del corto cuello, que mide unos 5 cm. Pasta aluvial.

Tipo de gran recipiente documentado en Tanis a fines del IN o principios del TPI, y en Abydos en fechas incluso posteriores119. En Heracleópolis apa­recen ejemplares casi completos en contextos de un TPI relativamente antiguo (por ejemplo, en Tumba 3, ver Lám. XXIIIb).

TIPO BD.52312

§53. Cuello y borde de un gran vaso, posible­mente una tinaja de cuello acampanado abierto re­matado en borde redondeado ligeramente engrosado al exterior. Presenta irregularidades en la parte alta del cuello. Paredes muy gruesas y gran diámetro (30

1 1 7 D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 17, Ramsés III. Un borde mucho más parecido aún, pero con cuello acampanado, perteneciente a una gran tinaja globular, en Qantir, X X Din. Ibidem, Fig. 16.2.

1 , 8 G. Nagel, Deir el Médineh Fig. 97.2; J. Bourriau y D. Aston, Paser and Ra'ia Pl. 37.74. J. Bourriau y D. Aston, Tia and Tia num. 1SS, con pintura azul sobre fondo engobado en rojo.

1 1 9 P. Brissaud, CCE 1 (1987), PI. XVIII. 308. También D. Aston, Tentative footsteps, Fig. 31.

cm.). Pastas de clase la, a veces con engobe rojo mate (Lám. XXlIg).

Bordes similares en Gurob (Seti I o posterior)120, Deir el Medina 1 2 1, Saqqara122, etc.

TIPO BD.S1130

§54. Borde de gran recipiente cerrado (Lám. XXIIf). Borde redondeado macizo, engrosado al in­terior y ligeramente abierto al exterior. Diámetro del borde, 22 cm. Pasta margosa. Engobe blanco al ex­terior y al interior del borde. Fragmento hallado en la tumba 8, junto al enterramiento 897. Quizá del tipo de "meat jar" 1 2 3 , como los de Qantir y otros muchos yacimientos124.

TIPO XXV.A.2

§55. Cuello de "cantimplora" de cuello estre­cho y boca acampanada. Arranque de las dos asas en el tercio superior del cuello. (Lám. XXId). Un rasgo distintivo de estas "cantimploras" o "pilgrim's flasks" del Imperio Nuevo, nacidas en la XVIII Di­nastía, por oposición a las posteriores, es el arranque muy alto de las asas, casi justo debajo del borde1 2 5. Sin embargo, esta pieza podría datarse incluso a prin­cipios del TPI, puesto que el arranque del asa muestra una decidida tendencia a descender.

Quizá pudiera datarse también, dentro del IN, el fragmento de borde recogido en la Lám. Vía , hallado en un contexto en el que el resto del material parece anterior. Sin embargo, un fragmento aislado es un dato demasiado débil para mostrarse en exceso tajante en ningún sentido.

1 2 0 D. Aston, Tentative footsteps, Figs. 1.2 y 1.4. 1 2 1 G. Nagel Deir el Médineh Sep. 1159a, Fig. 51, decorada. 1 2 2 J. Bourriau y D. Aston, Tia and Tia, Fig. 127. 1 2 3 Por la evidencia de contenido de vasos de este tipo ha­

llados en Amarna, cf. Aston, Tentative footsteps... Fase 1, Grupo 50.

1 2 4 D. Aston, GM 113 (1989), Fig. 3.3, y p. 22.; G. Nagel, Deir el Médineh, p. 110, Fig. 94.2.

1 2 3 En la XVin Dinastía, el asa nace del área del borde (As­ton, Tentative footsteps..., Phase 2, Group 12). A principios del TPI, nacen a mitad del cuello (D. Aston, Tentative footsteps... Phase I, Group 19). A partir del s. VIII a.C. nacen en la base del cuello {Ibidem Phase III, Group 16). Ver también D. Aston, Tomb Groups..., pp. 556 ss.

60

Formas abiertas

TIPO IV.A

§56. Cuenco profundo de base inestable apun­tada, paredes ligeramente inclinadas hacia el exterior y borde simple apuntado (Lám. XXIb) o incluso bi­selado por el interior (Lám. XXIa). A veces el borde se hace ligeramente cóncavo por el exterior, y la diferencia con el galbo se señala mediante una arista (Lám. XXIa).

Pastas aluviales de clase la, engobe rojo mate. Corresponde con la categoría de "Red-coated Nile Silt Types" de la clasificación de la cerámica ra-mésida de Hope 1 2 6. Podrían perfectamente, sin em­bargo, ser algo posteriores, de las Fases I-II de Aston (s. XII-IX), en el TPI, porque también aparecen en dichos contextos en numerosos yacimientos, dado que se trata de una forma extremadamente común desde el IN en adelante, que por tanto no es en exceso útil como fósil de datación.

TIPO V.B

§57. Fragmento de gran plato o cuenco plano de base plana (Lám. XXIIa). Gruesas paredes —hasta 2,5 cm.— que presentan las ya mencionadas marcas de cuerdas, colocadas para impedir que el vaso se deformara bajo su propio peso en el proceso de secado previo a la cocción. Es un tipo común tanto en el Imperio Nuevo como en el TPI, fase en que lo es­tudiaremos en más detalle127. Pastas de clase Ia/d. Diámetro superior a 40 cm.

TIPO III.B.2.a

§58. Gran cuenco de base indeterminada, pro­bablemente de anillo o plana1 2 8, paredes bastante gruesas, y gran borde almendrado engrosado al in­

terior (Lám. XXIIc), que a veces es además cóncavo al exterior (Lám. XXIIb). Diámetro del borde en torno a 35-40 cm. Pasta margosa, compacta, de buena calidad, con engobe anaranjado a ambos lados.

Corresponde a un tipo común desde fines del Im­perio Nuevo en adelante, documentándose por ejem­plo en Tanis 1 2 9 o en Tell el Daba 1 3 0 o Qantir1 3 1.

TIPO II.B.l

§59. Platos de base inestable apuntada, galbo curvo y borde de tendencia horizontal saliente. Pastas la, aluviales. Engobe rojo mate o sin engobe con una línea de engobe rojo en el borde. Es un tipo muy característico desde el Imperio Nuevo en adelante, pero sobre todo del TPI 1 3 2 .

IV.C.2. Valoración

De las páginas anteriores se deduce que el ma­terial atribuible al Imperio Nuevo es muy escaso, más aún que en el caso del Imperio Medio/SPI. En la clasificación que hemos hecho en las páginas ante­riores nos hemos referido en la mayoría de los casos (salvo en platos y cuencos) a piezas o fragmentos concretos, más que a tipos definidos por numerosos ejemplos. Dicho de otro modo, el material atribuible al Imperio Nuevo se podría casi contar con los dedos de las manos.

Además, muchas de las piezas que hemos in­cluido aquí vienen clasificándose por los mejores es­pecialistas como propias de fines del Imperio Nuevo o principios del TPI. Teniendo en cuenta que sí se documenta, al contrario que en el IN, un volumen apreciable de material datable en el TPI, cabe la pre­gunta razonable de si muchos de estos fragmentos no serán en realidad posteriores al año 1070 a.C. —por

1 2 6 C. Hope, Pottery of the New Kingdom. Ramesside Period, Fig. 7f.

1 2 7 Paralelos de la X X Dinastía en Qantir (Aston, CM 113 (1989), Fig. 5.3.

1 2 8 Como por ejemplo el cuenco de Qantir, D. Aston, CM 113 (1989), Fig. 2.1

1 2 9 D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 31.151. 1 3 0 D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 41.4 Engobe crema-

rosado. XXI Dinastía. 1 3 1 D. Aston, GM 113 (1989), Fig. 2.1, Early New Kingdom 1 3 2 D. Aston, Tentative footsteps... Fase I, grupo 6. Ramsés

II: Fig. 4; Ramsés III-VI: Fig. 6; Ramsés IV, Fig. 10. G. Nagel. Deir el Médineh Fig. 26.

61

citar una fecha concreta—. En realidad, sólo el ánfora que contenía el esqueleto infantil, el cuenco de la Lám. XXIIb y pocas piezas más pueden datarse con cierta seguridad dentro del Imperio Nuevo. Por otro lado, no hay estructuras del IN en el área excavada, y las escasas inscripciones —casi todas de época de Ramsés II 1 3 3— aparecieron reutilizadas en las grandes tumbas de la XXII Dinastía (Tumbas 1 y 3). Si ade­más tenemos en cuenta que en la cercana Sedment es donde se excavó hace ya muchos años la consi­derada principal necrópolis de Heracleópolis en el Imperio Nuevo 1 3 4, esta ausencia de material de las dinastías XVIII-XX no debe extrañarnos demasiado, aunque nada garantiza que en la zona todavía no excavada, a 15 ó 50 metros del área ya estudiada, no aparezcan niveles de este período, dentro de un fenómeno de estratigrafía horizontal.

En este sentido creemos significativa la total au­sencia —hasta ahora— de cerámica con decoración pintada en azul cobalto, característica de las XVIII-XIX Dinastías, sobre todo en centros cortesanos como Malkata o Amarna, pero también en otros lu-

135

gares .

También puede ser significativo que la única pie­za más claramente datable en el IN, y la única com­pleta —o casi completa— sea un ánfora que contenía una inhumación infantil, rito por demás poco habi­tual, aunque documentado por ejemplo en las ruinas de la abandonada Amarna, según se ha indicado ya.

I V . D . E L T E R C E R P E R Í O D O I N T E R ­M E D I O Y L A " B A J A E P O C A " . CUESTIONES D E C R O N O L O G Í A Y C L A S I F I C A C I Ó N

A efectos puramente de estudio cerámico, en éste y subsiguientes capítulos englobamos bajo el epígrafe "Baja Epoca" tanto el Tercer Período Intermedio

1 3 3 M.C. Pérez Die y P. Vermis, Ehnasya, pp. 35-38 1 3 4 M . C. Pérez Die y P. Vermis, Ehnasya, p. 23. 1 3 3 Sobre este tipo tan característico de cerámica, ver en úl­

timo lugar la síntesis de C. Hope en CCE 2 (1991), pp. 17-92. Desaparece en la X X Dinastía, tras el reinado de Ramsés III. cf. C. Hope, Pottery of the New Kingdom. Ramesside Period, p. 56.

(TPI) como las dinastías subsiguientes. Esta conven­ción es utilizada por algunos autores136, pero en modo alguno está generalizada.

I V . D . l . ¿Siglos o dinastías?

Un problema todavía sin resolver en la clasifi­cación y estudio de la cerámica egipcia a partir del Imperio Nuevo es el de los criterios de ordenación por períodos. El criterio clásico ha sido —y sigue siendo— la clasificación por dinastías. Desafortu­nadamente, entramos ahora en un período relativa­mente confuso —como varios otros en la historia de Egipto— en el que las dinastías no se suceden ele­gantemente una detrás de otra, sino que se solapan o superponen enteramente, como ocurre con las XXII, XXIII y X X I V (Fig.4) . La fragmentación del poder político tuvo un cierto reflejo en las produc­ciones cerámicas 1 3 7 , pero en conjunto los estilos ce­rámicos no se adaptan convenientemente a los cam­bios pol í t icos 1 3 8 .

Estamos convencidos de que la solución al pro­blema vendrá dada por la clasificación de la cerámica atendiendo a períodos temporales definidos por siglos o décadas mejor que por dinastías o términos como "saíta", "TPI", "persa" o "et íope" , que poco o nada tienen que ver, en la mayoría de los casos, con la evolución de los estilos cerámicos. Del mismo modo que nadie pretende hablar de campaniense de César o Sila, creemos que en el futuro las conven­ciones de tipo "cerámica de la X X V Dinastía" o "saíta" habrán de ser muy matizadas o enteramente sustituidas para evitar confusiones. En efecto, la car­ga semántica que el término "saíta temprano" puede tener, por oposición a "final del TPI", suele llevar a confusión, cuando en realidad podemos estar re-

1 3 6 P. ej., J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 80. Kitchen dis­tingue entre un "Late Period i: 3rd Intermediate" y un "Late Period ii: Saite/Persian". cf. WA 23 (1991), p. 206.

137 gj ypj parece tener en Egipto una menor fragmentación cerámica que la de los "Períodos Intermedios" anteriores (cf. D. Aston, Tentative footsteps... Capítulo VI. Según Aston, esto se aplica sólo hasta el 750 a.C.

1 3 8 Por ejemplo, en la XVIII Dinastía, J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 72. Los marcados cambios de la XVIII Dinastía no se reflejan en la cerámica, como por otro lado cabe esperar.

62

Siglos Años A S T O N (e.p.)

1200

D I N A S T I A S

I X

V I

950

900

850

550

500

11(1000/9507-800/750?)

1 1 I I

_1

S U R E G I P T O III

(800/750-625)

III T A R D I A

(625-600/575)

xxiv=H

N O R T E E G I P T O S A I T A T E M P R A N O

(750/700-650/600)

I

S A I T A T A R D I O (625/600-500?)

X X

(1200-1070)

X X I (1070-945)

X X I I (945-715)

X X V ( e t ) (715-664)

X X V I (Saita)

(664-525)

X X V I I (Persa)

(525-404)

XXIII (808-715)1

A L T O E G I P T O B A J O E G I P T O

Figura 4. Cuadro cronológico de las fases cerámicas de la Baja Epoca (a partir de D. Aston, reelaborado).

63

firiéndonos al mismo período, dentro de la segunda mitad del s. VIII a.C.

En este sentido, la propuesta más novedosa es la reciente de D. Aston 1 3 9, quien claramente prefiere hablar de "fases" y siglos en lugar de "dinastías" (la Figura 4 recoge su propuesta de clasificación de fases cerámicas, con las incertidumbres habituales para los comienzos y fines de cada sub-período. Ade­más, Aston distingue a partir del 750 a . C , con la división de facto del país, ritmos diferentes para el Delta, Alto Egipto y Nubia, que llevan a clasifica­ciones ligeramente distintas para cada zona.

Aún así, esta propuesta realiza concesiones al sistema tradicional, denominando "Saíta Temprana" a la fase cerámica que en el norte de Egipto cubre aproximadamente desde el 750/700 y hasta el 650/ 600, y que coincide en el tiempo con su "Fase III" en el Alto Egipto. Este "título" con implicaciones culturales ("saíta") puede llevar a confusión, puesto que Aston aplica este término no a la X X V I Dinastía, sino ya a los señores de Sais en el s. VIII a.C., Tefnajt y Bocchoris, contemporáneos de Piye y del fin de la XXII dinastía. Por tanto, su "Saíta Temprano" es homologable a un "TPI Tardío" de otros autores.

Con todo, y pese a las dificultades anotadas, el peso de la tradición debe tenerse en cuenta, de modo que trataremos de coordinar el sistema tradicional con las nuevas propuestas, basándonos sobre todo en la división de la propuesta de D. Aston.

IV.D.2. La "Baja Epoca" en la cerámica de He-racleópolis

" L a cerámica predinástica es mejor conocida y se puede datar con más precisión que la cerámica de Baja Epoca. . ." 1 4 0 . " L a cerámica de la Baja Epoca ha sido tan poco estudiada que desde luego no es­tamos todavía en situación de exponer una historia coherente"141. Estas desconsoladoras afirmaciones de

1 3 9 D. Aston Tentative footsteps... Epflogo. 1 4 0 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 80. 1 4 1 P. French, en Ateliers de Potiers et Productions Céra­

miques en Egypte, cf. n. 14, p. 58.

J. Bourriau y P. French responden a una realidad sentida por la totalidad de los especialistas. Por di­versas razones, la cerámica del TPI y de las dinastías posteriores, hasta época Ptolemaica, se ha mostrado intratable para la investigación, y sólo trabajos muy recientes, todavía inéditos en muchos casos, co­mienzan a poner orden en lo que, por usar las palabras del mejor especialista, D. Aston, ha sido "forbidding terrain"1 4 2.

A grandes rasgos, parece existir cierto consenso en distinguir dos grandes fases cerámicas en el pe­ríodo que comienza con la XXI Dinastía y termina con la conquista de Alejandro143. La primera fase continuaría en cuanto a las formas tradiciones del Imperio Nuevo, con un claro predominio de las ar­cillas aluviales —si bien con pastas más depuradas—; sin embargo, la decoración pintada compleja desa­parecería casi por completo. La segunda fase mar­caría una clara ruptura, con la introducción de nuevos repertorios formales —incluyendo imitaciones e in­fluencias del ámbito griego—, una masiva aparición de pastas claras y amarillento-verdosas, fabricadas con arcillas margosas144. En esta segunda fase los bordes de todos los vasos tienden a complicarse, y aumenta mucho la proporción de bases de anillo1 4 5.

Las disensiones comienzan al tratar de precisar el momento de la ruptura. Para muchos autores, una primera fase abarcaría todo el Tercer Período Inter­medio (TPI) y la X X V Dinastía, y otra desde el co­mienzo de la X X V I hasta el período Ptolemaico146. J. Bourriau considera que el cambio sería ligeramente anterior, a comienzos de la X X V Dinast ía 1 4 7 . Algo similar parece opinar P. French, quien incide en la importancia de los grandes vasos de arcilla margosa de la zona meridional148 (ver Fig. 4).

Sin duda, la propuesta más detallada es la avan­zada por D. Aston (ver Figura 4). Dicho autor

1 4 2 D. Aston, Egyptian pottery from the thirteen to the seventh century BC. Tentative footsteps in a forbidding terrain (e.p.).

1 4 3 A partir de H. Jacquet Gordon, From the Twenty First Dynasty to the Ptolemaic Period.

1 4 4 Para esta segunda fase, P. French, Ateliers..., pp. 58 ss. 1 4 5 H. Jacquet Gordon, From the Twenty First..., p. 2. 1 4 6 H. Jacquet Gordon, From the Twenty-first...; C. Hope,

Egyptian Pottery, p. 46. 1 4 7 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 80. 1 4 8 P. French, Ateliers..., p. 59.

64

distingue149 también dos grandes períodos, pero el momento de separación sería algo más antiguo, en torno a mediados del s. VIII a.C.

Las fases I-II de Aston son lógica continuación una de otra, y ambas suponen una modificación no­table, pero no cualitativa, de los tipos del Imperio Nuevo, abarcando aproximadamente el per íodo 1200-800/750 a.C.

Es en torno al 750/730 a.C., con la consolidación de una división de facto del país en reinos indepen­dientes, cuando Aston aprecia una clara cesura en la cerámica, incluyendo una clara regionalización antes inexistente. Para Aston, en este momento surgiría en el Alto Egipto su "Fase III", que "marca una com­pleta ruptura en el repertorio c e r á m i c o " 1 5 0 y el Delta su "Saíta Temprana" (época que abarca según este sistema desde el 750 al 600 a.C. y cuyo significado ya se ha comentado). Con todo, el propio Aston sitúa en su "Fase III" y no en la "Saíta Temprana" nu­merosas formas halladas en el área de Menfis 1 5 1. La fase III del Alto Egipto acabaría siendo absorbida gradualmente por cerámica "saíta" procedente del Norte, dando lugar a la "Fase III Tardía" y final­mente a una fase "Saíta" similar a la "Saíta Tardía" del Bajo Egipto. Esta cerámica propiamente "Saíta" del s. VI a.C. mostraría ya claras influencias de la cerámica griega, cosa que no ocurría en la fase pre­cedente (Fase III y Fase Saíta Temprana).

Para Aston, por tanto, la ruptura en la tradición cerámica sería entre 50 y 100 años anterior a lo que han creído otros autores, y además iría acompañada de una diversificación entre el Alto Egipto (Fase III) y Bajo Egipto (Saíta Temprana), corriente esta última contemporánea de Tefnajt.

Estas consideraciones generales plantean a su vez una cuestión de interés particular para nosotros:

1 4 9 D. Aston, Tentative footsteps..., passim. 150 Ibidem, Capítulo VI. 1 5 1 ¿Menfis, zona fronteriza?. Vasos menfitas ubicados en la

"Phase III" y no en la "Early Saitre" del Bajo Egipto: D. Aston, Tentative Footsteps... Fig. 69, n. 438 y 437, corresponden al grupo 26 de su Fase III; las formas de Fig. 69, 402-403, 404 corresponden al grupo 17 de su Fase III. Si Menfis, al Norte de Heracleópolis, presenta formas de la sureña "Fase III", cabe esperar que otro tanto ocurra en Heracleópolis.

¿cómo es posible contrastar estas hipótesis en He­racleópolis?.

Sabemos que la necrópolis tiene una importante fase de la XXII Dinastía, como prueba por ejemplo la Sepultura de Tanetamón (hacia mediados del s. IX a . C , en plena Fase II de Aston) 1 5 2, y que incluso hubo tumbas en la XXI Dinastía (fase I de Aston)1 5 3. Sabemos por otro lado que hubo irrupciones en las tumbas de la XXII Dinastía —incluso varias veces— hasta épocas muy tardías, como prueba el hallazgo de cerámica romana en la Tumba 3 (v. infra).

La cuestión radica por un lado en identificar si en Heracleópolis se documenta el complejo cerámico de las Fases I y II de Aston (en las tumbas más antiguas) y el complejo cerámico de las fases III (o Saíta Temprano) en las intrusiones y enterramientos posteriores. Más aun, interesa definir si la cerámica de esta reutilización de la necrópolis a partir del s. V I H 1 5 4 llega a la fase "Saíta Tardía", identificada entre otras cosas por la imitación de formas griegas, e incluso a la época persa.

Podemos adelantar que en efecto se identifica un "TPI" bastante típico, y también un fortísimo com­plejo de los siglos VlII-primera mitad del s. VII a.C. (final del TPI, fin de la XXII, XXIII y X X V Dinas­tías), perdurando de modo más apagado en la segunda mitad del s. VII (época saíta, X X V I Dinastía), mien­tras que a partir de fines del s. VI (época persa) el material escasea, aunque haya deposiciones ocasio­nales de época persa, ptolemaica, romana y copta.

Por otro lado está la cuestión de si el complejo cerámico del 750/715-650/600 a.C. en Heracleópolis —que supone con diferencia el mayor conjunto de material del yacimiento— encaja con el complejo "Saíta Temprano" de Aston para el Bajo Egipto, o más bien con el de su "Fase III", típica del Alto Egipto. Sabemos que Heracleópolis fue en este pe­ríodo una zona fronteriza, escenario incluso de una gran batalla entre Tefnajt y Piy en la que el kushita fue vencedor (730 a .C) . Por ubicación geográfica y

1 5 2 Epigrafía in situ de principios de la XXII Dinastía en Pérez Die y Vemus, Ehnasya, pp. 43 ss.

1 5 3 Inscripción reutilizada en la Sep. 8., cf. Pérez Die y Ver-nus, Ehnasya, pp. 41-43.

1 5 4 M . C. Pérez Die, Rev. de Arqueología 115 (1990), p. 36.

65

ambiente cultural de tradición libia, cabe esperar que la cerámica de Heracleópolis pertenezca al complejo propio del' 'Bajo Egipto" por oposición a la cerámica meridional de la "Fase III" de Aston. Si esto es así, entra dentro de la lógica. Si no, puede que debamos plantearnos el peso cultural del Sur sobre la zona del nomo heracleopolitano, o mejor que la fase III de Aston no sea exclusiva del Alto Egipto. Más adelan­te, una vez examinada la cerámica, volveremos sobre esta cuestión, pero podemos adelantar que en Hera­cleópolis la mayoría de las formas parecen asociarse más a complejos meridionales del Alto Egipto que a los del Delta.

Debemos además contar sin duda con el diferente ritmo de evolución de los distintos tipos cerámicos, que hace que algunos perduren siglos sin apenas cam­bios mientras que otros están más sujetos a modas o simplemente han de adecuarse a nuevas funciones. Por último, queremos reconocer explícitamente que las clasificaciones que nosotros ofrecemos aquí en­tran a menudo en un círculo vicioso: algunas formas características son útiles para fechar otras a ellas aso­ciadas..., pero a su vez dependen de las fechas asig­nadas en otros yacimientos, de modo que es fácil que el conjunto del material aquí presentado muestre una cierta tendencia a ajustarse al cuadro general que en los últimos años ha venido emergiendo del "caos primordial". Y ello sobre todo teniendo en cuenta que la evidencia interna de la propia excavación (con­textos, estratigrafía) es a menudo compleja y deba­tible debido a múltiples razones, entre ellas las nu­merosas remociones e intrusiones que dificultan enormemente la lectura estratigráfica. Con todo, hay algunas discrepancias con dicho cuadro "estableci­do" que en cierto modo garantizan que esa depen­dencia de la consuetudo maiorum no es opresiva.

I V . E . E L T E R C E R P E R Í O D O I N T E R ­M E D I O . (Láminas XXIII-XXX)

IV.E . l . Grupos Formales

No se distingue en los materiales excavados un claro complejo cerámico de las fases más antiguas del TPI (sobre todo s. XI a .C) . La mayoría de las

producciones pueden fecharse a partir del s. X a . C , y agruparse según se resume en la Figura 5. A l con­trario que en el PPI, lo más operativo es distinguir no entre producciones toscas y cuidadas, sino direc­tamente entre formas cerradas, abiertas y "especia­les", y dentro de ellas separar los tipos de gran ta­maño (dedicados sobre todo al almacenamiento, producción y transporte) de los grupos de tamaño mediano y pequeño. Por fin, conviene separar formas peculiares muy especializadas, clasificadas como ' 'especiales". Predominan casi absolutamente los va­sos de arcilla aluvial bastante depurada salvo en tipos muy concretos, siendo muy escasas las pastas basadas en arcillas margosas.

Formas cerradas grandes

Vasos de almacenamiento y transporte

TIPO XXIIIH

§60. Grandes recipientes ovoides ("tinajas") de base apuntada o redondeada inestable. Cuerpo alto con el diámetro máximo en el tercio inferior, ausencia de hombro, boca ancha con borde almendrado o re­dondeado, engrosado al exterior marcando una mol­dura. Ausencia de cuello. Dos asas verticales en el tercio superior del galbo (Lám. XXIIIa).

Pasta de clase la, bien cocida, aunque con irre­gularidades debido al diferente grosor de las paredes en distintas partes del vaso. Alisada, a menudo sin engobe exterior, pero en ocasiones con engobe crema imitando producciones en arcilla margosa.

La altura del vaso oscila en torno a los 50 cm. El único ejemplar completo documentado en Hera­cleópolis procede del interior de la cámara B de la Tumba 3, en su ángulo Sureste. Mide 55 cm. de altura, con un diámetro de borde de 18 cm.

Se trata de una forma característica de la XXI Dinastía, que llega hasta c. 950 a . C , pero nada se opone a una perduración durante la XXII 1 5 5 . Sin em­bargo, debe tenerse en cuenta este dato para la da-

1 3 5 D. Aston, Tentative footsteps... Phase I, Group 37, Fig. 197a-b.

66

PRODUCCIONES CERAMICAS

CERRADAS ABIERTAS

GRANDES

60. XXIII.H 61. XXIII.I 62. XXIII.G

MEDIANAS/ PEQUEÑAS

Ovoides Cuello

Acampanado

63. XX.C.2 H66.XXI 64. XX.C.1 65. XX.C.3/XX.D

Globulares Cuello Vertical

ESPECIALES

H GRANDES

69. VI.B 70. V.D 71. BD.54323 72. BD.54323 73.1

Otros

67. BD.52243 68. XXV.A/B

MEDIANAS/ PEQUEÑAS

80. XXXI.A 81. XXXIII. A 82. VIII

74.II.B.1 75.IV.A.3 76.IV.A.5 77.IV.O

PLATOS VASOS - CUENCOS — HONDOS

78.VII.E •79.VII.C

Figura 5. Grupos del formas TPI (c. 900-750 a.C.)

67

tación de la Tumba 3, que presenta materiales ce­rámicos bastante antiguos.

Conocemos paralelos más o menos cercanos en la región menfita156, y el Delta 1 5 7, pero la forma no aparece —al menos completa—• en las series de Kar-nak Norte 1 5 8, aunque sí posibles bordes de piezas similares.

TIPO xxin.i §61. Tipo similar en forma, función y capaci­

dad al anterior, pero con un cuerpo considerable­mente más bajo y ancho, con lo que el perfil se convierte en globular en lugar de ovoide (Lámina XXIIIc,e).Base apuntada inestable, cuerpo globular, boca muy ancha con borde engrosado al interior (Lám. XXIIIe), de labio a veces con tendencia rec­tangular (Lám. XXIIIe). Dos asas verticales de sec­ción lenticular en el tercio superior del galbo.

Pasta Ia/c, con desgrasantes grandes y orgánicos visibles. Superficie exterior con restos de engobe cre­ma blanquecino.

El único ejemplar conservado completo (tumba 3, Estancia B, ángulo SO), tiene una altura de 45 cm., y el diámetro del borde de estas piezas oscila entre los 25-30 cm.

Corresponde muy estrechamente al grupo 39, Fase I de Aston 1 5 9. Este dato coincide bien con el hecho de que la única forma completa documentada en Heracleópolis proceda de la Tumba 3, donde tam­bién se halló el vaso completo del tipo anteriormente descrito, de rasgos también antiguos. La forma tiene paralelos en la región menfita160.

1 5 6 D. Aston, KomRab'ia, Fig. 28, Tipo 562. Más apuntada, con el diámetro máximo hacia el centro del vaso. D: Aston, Tentative footsteps..., Fig. 74, de Saqqara, fechada en el s. XII o principios del XI a.C.

1 5 7 Tell el Dab'a, D. Aston, Tentative footsteps... Fig. 41.5 1 5 8 H. Jacquet Gordon, From the Twenty First..., Fig.6.10,

que podría pertenecer también a nuestro grupo 2. 1 5 9 D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 198a. 1 6 0 D. Aston, Tentative footsteps... Fig.65, Fig. 394; Korn

Rabi'a, D. Aston, Korn Rabi'a, Fig. 33. n. 603.

TIPO XXIIL G

§62. Gran tinaja ovoide de cuerpo estrecho (Lám. XXIIIb,d) Se caracteriza sobre todo por el cuello corto vertical cilindrico o ligeramente ondu­lado que remata en una ancha boca del mismo diá­metro que el cuello. Borde engrosado al exterior. Dos asas verticales en el tercio superior del galbo.

Pasta Ib ¿mixta?. Alisada, con restos de engobe rojo en el borde de algunos ejemplares. Altura en torno a los 55 cm.; diámetro del borde en torno a los 17-20 cm.

Las piezas más completas fueron documentadas en la Tumba 3, cámara A . Aunque en principio cabe suponer que se trate de vasos coetáneos a los tipos anteriores, también hallados en la Tumba 3, no po­demos estar seguros dada la reutilización posterior de la misma. Sin embargo, este tipo de recipiente corresponde bien con el Grupo 49 de la Fase I en la clasificación de Aston (XX-XXI Dinastías), mientras que no cuenta con claros paralelos en las fases pos­teriores. Por tanto, parecería como si estos tres tipos de grandes vasos pertenecieran a un conjunto con­temporáneo bastante antiguo, probablemente de la XXI Dinastía.

El tipo descrito tiene paralelos en arcillas calizas en la región tebana161, y en arcillas aluviales o mixtas en Abydos 1 6 2 (datado en las XXII-XXVI Dinastías), y en el Delta (Tanis)1 6 3, donde se data, quizá más apropiadamente, en la XXI-XXII Dinastía. En Saq­qara se han encontrado fuera de contexto algunas piezas de este tipo 1 6 4.

Formas cerradas medianas y pequeñas

Cuerpo ovoide y cuello estrangulado acampa­nado

TIPO XX.C.2

§63. Vasos ovoides, con el diámetro máximo en el tercio inferior o en la mitad del galbo (Lám. XXIVa-c). Base apuntada inestable. La parte superior

1 6 1 D. Aston, Tentative footsteps... Phase I, Group 49. En el Valle de los Reyes ("marl clay" y Medinet Habu (XXI Din., Fig. 159c6).

1 < a Cit. por Brissaud, cf. n. 117. 1 6 3 P. Brissaud, CCE 1 (1987), Läm. XVIII,308. 1 6 4 D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 77.

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del galbo remata en una marcada arista que da paso a un corto cuello acampanado.

Habitualmente fabricados con pastas de clase la; buena cocción; torno rápido; color rojo bastante in­tenso. Paredes finas y bien alisadas.

Las dimensiones oscilan en torno a los 20 cm. de altura y 9-12 de diámetro máximo.

El tipo no tiene una correspondencia cercana en la clasificación de Aston, que recoge numerosos va­sos ovoides de cuello estrecho, pero no con la mar­cada arista de los vasos heracleopolitanos. Sin em­bargo, en muchas publicaciones antiguas este detalle puede no haberse reflejado en los dibujos165. Aparece en cambio en el Complejo I de Karnak Norte, el más antiguo (desde el final del Imperio Nuevo a la X X V Dinastía, o fines del s. VIII) 1 6 6. Es probable que a un tipo muy similar pertenezca un vaso de Hermopolis167 cuyo cuello ha desaparecido.

TJPOXX.C.l

§64. Tipo similar al anterior. Cuerpo ovoide con base apuntada y diámetro máximo en la parte superior. Sobre él , sin arista, corto cuello muy acam­panado, de poco diámetro (Lám. XXIVd).

Fabricado en pasta de clase la, alisado, engobe rojo mate. E l mejor ejemplar fue hallado en el centro de la cámara B de la Tumba 3, sobre el suelo de piedra. Altura: en torno a 20 cm. Diámetro máximo: 11,2 cm. Diámetro del cuello (en su base): 3 cm.

A l contrario que en el tipo anterior, en este caso los paralelos son numerosos. El tipo coincide con el Grupo 24 de la Fase III de Aston, pero no en las precedentes. Por tanto, se dataría —en el Alto Egipto— entre el 750 y el 600 a . C , coincidiendo con el fin de la XXII y las X X V - X X V I Dinastías. Pese a ello, su ubicación en el suelo de la Tumba 3, y la ausencia de paralelos en contextos claramente

165 Matmar. G. Brunton, Matmar, Lám. LVII,70d. 1 6 6 H. Jacquet Gordon, From the Twenty First..., Fig.5.1 1 6 7 A. J. Spencer y D.M. Bailey, Ashmunein, Fig. 8.2 y

p. 11-15. Site W. "red fabric". Ver también Fig. 23, algo pos­teriores.

más tardíos de Heracleópolis, nos llevan a clasificar este tipo como algo más antiguo que los ss. VIII-VII propuestos por Aston.

Conocemos muchos paralelos cercanos sin datar en Lahun 1 6 8, pero no hemos localizado otros. Quizá se trate de una producción típica de esta zona.

TIPOXX.C.3, XX.D

§65. Vasos ovoides alargados, con el diámetro máximo sistemáticamente en el tercio inferior del galbo. Base apuntada o redondeada. Cuello estrecho y acampanado, rematado en borde simple (Lámina XXIV e-j).

Habitualmente realizados con pasta de clase la/ Id, aunque algunos pertenezcan a la clase Ib (Lám. XXIVg). Alisado cuidado y engobe rojo mate al ex­terior. Las dimensiones oscilan entre los 6 y más de 20 cm. de altura —los primeros son miniaturas quizá votivas—. La mayoría oscilan entre los 15 y 20 cm., con un diámetro máximo entre 7 y 11 cm.

Es necesario distinguir dos variantes:

a) Con perfil de curva simple convexa. Medianos y pequeños (Lám. XXIVf,g). Posiblemente con moldura u "ondulación" en el cuello.

b) Con perfil compuesto de cuenco y alto hiper­boloide. Curva doble cóncavo-convexa o per­fil en "S" (Lám. XXIV,e,h,i,j). En algún caso, la inflexión del perfil marca casi una carena (Lám. XXIVj). En algún caso excep­cional aparecen mamelones no funcionales en la base del cuello (Fig. XXIVh).

Tipo muy común, con paralelos claros en la Fase I de Aston (Grupo 27), y — m á s anchos— en la Fase II, Grupo 15), aunque nuestros ejemplares carecen de la decoración pintada linear en rojo o negro que

1 6 8 D. Aston, Tomb Groups, Fig. 15, n. 112-113: "Pots of these types have only been recovered in tomb groups at Lahun. In each case the tomb group could not be dated". Kelley recogía estos vasos también (The pottery of Ancient Egypt..., PI. 81.3) datándolos en las Dinastías XXII-XXIV, pero estas cronologías, basadas en Petrie, son en exceso altas, como se ha propuesto (cf. D. Aston, Tentative footsteps..., Cap. 2, n. 20).

69

Aston recoge 1 6 9. Ejemplares similares en Kom Rabi'a 1 7 0 y el área junto al muro Suroeste del templo de Ptah 1 7 1, además de Lahun 1 7 2 La forma deriva de tipos del Imperio Nuevo, a menudo con cuello "ondulado"173. Las piezas similares del Complejo I de Karnak Norte se alejan ya del perfil de nuestras piezas174.

Cuerpo globular y cuello de tendencia vertical.

TIPO XXI

§66. Vasos de cuerpo ovoide o globular, con base apuntada inestable, corto cuello vertical o li­geramente acampanado y borde sencillo redondeado o apuntado, vertical o ligeramente exvasado (Lámina XXVa-e).

La pasta es casi siempre de clase la (a veces Id), con un acabado alisado que en ocasiones no oculta numerosas irregularidades. Es frecuente que el ex­terior del vaso se recubra con un engobe rojo mate.

a) Variante a:

Esta forma presenta una amplia oscilación en sus dimensiones, que oscilan entre 14 y 27 cm. de altura, para un diámetro de borde bastante constante (entre 8 y 10 cm. de diámetro). E l diámetro máximo oscila entre 13 y 20 cm., aunque la mayoría de los vasos de este tipo rondan los 20 cm.

Se trata de una forma muy frecuente en Hera-cleópolis, sobre todo asociada a ajuares funerarios, de la que hemos documentado una veintena de ejem­plares completos.

1 6 9 D. Aston, Tentative footsteps..., Fig.193. 1 7 0 D. Aston, KomRabi'a, Fig. 26, n. 551. 1 7 1 D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 65, n. 442 y 449.

TPI, antes de fines de la XXI Dinastía; pero Fig. 69.438, XXV-XXVI Dinastías. Tipo, pues, perdurable. La asociación, sin em­bargo, tanto en Menfis como en Heracleópolis, de estos vasos con los grandes recipientes globulares de la Lámina XXIIIc) viene a confirmar una datación primordial de este tipo a principios del TPI.

1 7 2 Lahun: Kelley, The pottery of Ancient Egypt... PI. 81.4, tipo 80.

1 7 3 T. E . Peet y C.L. Woolley, The city of Akhenaten PI. LIII, n. 108.

1 7 4 H. Jacquet Gordon, From the Twenty First..., Fig. 4, n. 5.

Este grupo perdura claramente en el período pos­terior (siglos VIII-VII a .C) , aunque con piezas por lo general de paredes más finas y una cierta tendencia a la disminución de tamaño (ver Lámina XXXIII).

Es posible que los bordes finos con incisión mar-cada al exterior en el extremo del borde (Lám. XXVIc-d) correspondan a recipientes de este tipo.

Esta forma es una de las más comunes del TPI, desde el s. XII a VII a .C. 1 7 5 . Corresponde al Grupo 31 de la Fase I de Aston (ss. XII-X a .C) , prolongado en el Grupo 18 de su Fase II (ss. X-IX a .C) , y en los grupos 20 de su Fase III (ss. VIII-VII) y nos. 194 y 199 de su "Early Saite" (ss. VIII-VII a .C) .

Aunque Aston considera como característico de los ss. X-LX un tipo de borde con moldura y escalón interior176, este tipo no se documenta en Heracleó­polis. Tampoco se aprecia con claridad una dismi­nución progresiva de la altura del cuello, propuesta también por Aston como criterio de dis t inc ión t ipológica 1 7 7 , salvo ya en una fase muy tardía (ss. VII-VI, en vasos realizados ya en arcillas margosas).

Dada la popularidad de esta forma, se documen­tan paralelos en todo Egipto, desde Elefantina al Del­ta. 1 7 8.

b) Variante b:

Una variante de esta forma, en miniatura, viene representada por vasos de pasta y acabados similares

1 7 5 D. Aston, Tentative footsteps..., Cap. III, Fase I, Grupo 31.

176 Ibidem, Fig. 194.f-g. 177 Ibidem, Fase II, Grupo 18. 1 7 8 Elefantina: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 183.

Karnak Norte: H. Jacquet Gordon, From the Twenty First..., Complejo I, Fig. 4, n. 1-3. Medinet Habu: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 164,Q3-Q4. Abydos: D. Aston, Tentative foots­teps..., Fig. 134.65. Matmar: G . Brunton, Matmar PL LVII.1200 Amama: Precedente. T. E. Peet y C. L . Woolley, The City of Akhenaten PI. X L VIII, XIX/100. Hermopolis: A. J. Spencer, D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 8.3. Lahun: A. L. Kelley, The Pottery of Ancient Egypt Plate LXXXI.3. Menfis: D. Aston, Kom Rabi'a Fig. 25; H. G. Fischer, Mit Rahineh 1955, Fig. 4.35; H. G. Fischer, Mit Rahineh 1956, PI. 58. Avaris (Tell el Daba): D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 42.7,8. Pi Ramesses (Qantir): D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 39.1-4; D. Aston, GM 113 (1989), Fig. 7.1,4.

70

a los de sus hermanos mayores (Lámina X X V f-g). Sus dimensiones son: altura entre 7 y 11 cm.; diá­metro del borde entre 4-6 cm.; diámetro máximo en­tre 6 y 9 cm. La diferencia principal radica en que estos vasos-miniatura tiene un borde más claramente acampanado.

Otros vasos cerrados medianos.

TIPO BD.52243

§67. Fragmento de forma cuyo perfil no está documentado en Heracleópolis. Cuello vertical o li­geramente abierto rematado en borde alargado, en­grosado al interior y labio apuntado (Lámina XXVIe-f). En algún caso el borde presenta una ligera con­cavidad al exterior; dicha concavidad forma una arista que lo delimita. El borde tiene un diámetro en torno a 15 cm.

Puede corresponder a un vaso globular de tamaño mediano-grande, con base inestable del tipo de la de la Lámina XXVIi . Un tipo similar podría ser el do­cumentado en Tell el Dab'a, fechado en al X X - X X I Dinastías (ss. XH-XI-ppios. del X a.C.) 1 7 9 .

TIPO XXV.A,B

§68. Cantimplora o "Pilgrim's Flask". Tipo heredado del Imperio Nuevo, cuya evolución, pro­puesta por Aston, ya hemos anotado: las asas nacen al principio junto al borde y progresivamente des­cienden. Las piezas representadas (Lám. XXVIa-b) corresponden pues al Grupo 19 de la Fase I de Aston (Lám. XXVIa) y al Grupo 12 de la Fase II. E l ejem­plar de la Lám. XXVIa está mucho más próximo a los tipos del Imperio Nuevo y a los prototipos fenicio-chipriotas; el de la Lámina XXVIb es un tipo adap­tado mucho más propio del TPI. En Ashmunein se aprecia también la progresiva atrofia de las asas que se observa en Heracleópol is 1 8 0 .

Se documenta también en Heracleópolis un tipo de cantimplora globular ("gourd") fabricado con

1 7 9 D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 42.8. 1 8 0 A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 9.6-7;

Fig. 23, 102-103.

pasta de clase IIIa2 de los Oasis. Este tipo se hará más frecuente en las fases siguientes. E l ejemplar de Lám. Lid puede datarse, por asociación con cerámica fenicia, hacia la segunda mitad del s. IX a.C.

Formas abiertas grandes

TIPO VLB

§69. Gran cuenco troncocónico de base plana pequeña, galbo bastante tenso y borde con labio apla­nado ligeramente engrosado al interior (Lámina XXVIIa-b). Puede tener una carena exterior que de­limita la zona del borde (Lám. XXVLIa) o carecer de ella (XXVIIb). Es característica la presencia de apli­caciones plásticas en el borde, que a su vez presentan digitaciones dobles o triples.

Se realizan en pastas de clase Ia/d. Superficie alisada no excesivamente cuidada. A menudo pre­sentan engobe rojo mate desvaído. E l diámetro del borde oscila entre 20 y 25 cm.

No conocemos paralelos para esta forma. En Mat-mar se documentaron vasos de alabastro y madera con el mismo tipo de aplicación en el borde, aunque con forma de cuenco de base redondeada181. Nuestro vaso puede por tanto ser una imitación.

El contexto de estos vasos, y su ausencia en ni­veles claramente tardíos, nos lleva a clasificarlos en la fase inicial del TPI, aunque pudieran ser algo pos­teriores.

TIPO V.D

§70. Grandes cuencos caracterizados por el gro­sor de sus paredes (hasta 2 cm.), su gran base de anillo e impresiones de cuerdas en la zona alta del galbo y borde (Lámina XXVIIe). Este tipo perdura hasta fines del TPI y época Saíta, momentos en que se hace más característico (véanse Láms. X X X V y LUI).

1 8 1 G. Brunton, Matmar, Plates LVII.l l y L X V . l . Estos paralelos son más tardíos (ss. VIII-VII a.C).

71

El diámetro del borde suele ser mayor de 40 cm., y el de la base ronda los 12-15. Pastas de clase la/ d. Normalmente sin engobar o con desvaído engobe rojizo al interior y al exterior.

Corresponde con el Grupo 9 de la Fase I de Aston, grupo poco común en esa época. Su evolución será el Grupo 9 de su Fase II.

TIPO BD.54323

§71 . Gran cuenco de arcilla aluvial, con marca de cuerdas (Fig. XXVIIc). Borde redondeado engro­sado al exterior. Diámetro del borde, 35.5 cm. Podría tratarse de la versión en arcilla aluvial del vaso claro en arcilla caliza documentado en Ashmunein1 8 2, cuya forma y tamaño son muy próximos.

TIPO BD-54323

§ 7 2 . Gran cuenco ( d i á m e t r o del borde, 27.5 cm.). Borde vertical engrosado al exterior y con arista interior (Lám. XXVIId). Un sólo ejemplar ha­llado en 1985 (H5/9). Sin seguridad respecto a su datación.

TIPO I.A/B/C

§73. "Bandejas": Recipientes planos de gran tamaño (en torno a 30 cm.), aunque hay piezas mu­cho menores y mucho mayores. Base plana y corto borde masivo de formas diversas (Lámina XXIX a-g). Altura máxima en torno a 5 cm.

Se trata de piezas hechas a mano en pastas muy bastas —las menos cuidadas del yacimiento— de cla­se Ic. Superficies muy toscas e irregulares al exterior y toscamente alisadas al interior —salvo raras ex­cepciones con la superficie interior bien alisada—. Tonos rojizos con sección negruzca. En raras oca­siones aparece un mal engobe interior de color blanco o crema blanquecino, normalmente muy perdido. A menudo el exterior está ennegrecido por la acción del fuego, lo que explica la extraordinaria dureza de al-

gunos fragmentos, pese a que la pasta es original­mente muy deleznable.

La tipología de estas piezas es tan elemental que no se aprecia una evolución definida en sus bordes.

E l tipo corresponde al Grupo 1 de Aston en sus tres Fases (I,II,III)183. Se trata pues de un tipo de larga perduración y poca evolución. Aparece ya en contextos de principios del Imperio Nuevo 1 8 4 e in­cluso mucho antes, en contextos de fines del Imperio Antiguo y Primer Período Intermedio en Ayn-Asil y otros yacimientos185. Este tipo es omnipresente en contextos del TPI 1 8 6 .

Estas piezas debían ser normalmente moldes para pan en torta redonda y plana. De hecho, así han sido considerados en un trabajo reciente187. Algunos ejem­plares llevan un asa en el exterior, de modo que debe tratarse de tapaderas para hornos de pan o grandes recipientes. En Heracleópolis no hemos documentado ninguna de estas bandejas con asa en esta fase, aun­que sí en momentos posteriores, a partir de época saíta (p. ej. Lám. LIIb,c).

Formas abiertas medianas y pequeñas

Platos y cuencos

TIPO II.B.l

§74. Platos de base apuntada o redondeada ines­table, con galbo ondulado y borde horizontal al ex­terior o incluso ligeramente vuelto (Lámina XXVIIIa-

1 8 3 D. Aston, Tentative footsteps... 1 8 4 Templo de Tutmés IV, cf. C. Guidotti, V/ Congresso

Internazionale di Egittoloigia I, pp. 227 ss. ; Amarna: T. E. Peet, L. Woolley, The City of Akhenaten Plate XLVI. 111/1020, etc.

1 8 3 Ayn-Asil: G. Soukiassian et alii Ayn-Asil, pp. 110 ss.; Nazlet el-Samman: Z. Hawass, Bull. Liaison, XVI (1992), pp. 10-11. En Heracleópolis se documentó un ejemplar solitario en un contexto del PPI en H. 19/12.

1 8 6 Tanis: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 13.247 Men­tis: D. Aston, Kom Rabi'a, Fig.1.1-2; H. G. Fischer, Mit Ra-hineh 1956, Piate 66.612 (tapadera). Ashumunein: A. J. Spencer, D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 25. Matmar. G. Brunton, Mat-mar, PI. LVH.ID.IH. Tebas (Tempio funerario de Seti I): K. Mysliwiec, Sethos I, p. 59, n. 391. Karnak Norte: H. Jacquet Gordon, From the Twenty First..., Fig. 3, 9-10 (Complejo 1). Ramesseum: G. Lecuyot, Ramesseum, p. 127. Elefantina: D. Aston, MDAIK46 (1990), Fig. 14.6(XX-XXIDin.)yFig. 14.11 (XXn-XXIV Din.).

1 8 7 C. Guidotti, VI Congresso Internazionale di Eggittologia, vol. I, pp. 227-231, espec. p. 231. Del tempio funerario de Tut­més IV.

72

1 8 2 A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 15.33.

e). Tamaño mediano, con diámetro de borde entre 16 y 24 cm., oscilando la mayoría en torno a los 20 cm. Altura entre 5 y 8 cm. La pasta es casi siempre Ia/d, con engobe rojo mate (interior y exterior) en la mayoría de los casos, aunque también son frecuentes los ejemplares sin engobe o con engobe sólo en la zona del borde.

Se trata de un tipo de larga perduración en los siglos del TPI y época saíta. Aparece ya en la Fase I de Aston (Grupo 6), continuando con idéntica forma en la Fase II (Grupo 5) y III (Grupo 2) 1 8 8. Es una de las formas más frecuentes en los yacimientos del TPI, y no ayuda a precisar cronologías ni tipos. Renun­ciamos por tanto a tratar de citar todos los paralelos que se documentan en la bibliografía consultada189.

TIPO IV.A.3

§75. Copas hondas de base apuntada inestable, galbo de tendencia vertical y borde simple apuntado o biselado al interior, vertical o ligeramente inclinado al exterior (Lám. XXVHIg-k).

Sus dimensiones oscilan en torno a los 4-10 cm. de altura y 10 cm. de diámetro en el borde, de modo que la variación de proporciones altura/diámetro es amplia. Pastas de clase Ia/d, a menudo con engobe rojo mate en toda la superficie o sólo en el borde

1 8 8 D. Aston, Tentative footsteps..., passim. 189 Cf. a título de ejemplo: Tanis: P. Brissaud, CCE 1 (1987)

Pl.Vi Gemayemi: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 33.3 (posiblemente Saíta). Qantir: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 37.1-2 (Din. XX-XXI). Tell el-Dab'a: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 42.1-2. Tell-el-Retabeh: D. Aston, Tentative footsteps..., fig. 48, 50. Mendes: D. Aston, Tentative foots­teps..., Fig. 56.1. Tell el-Yahudiyeh: D. Aston, Tentative foots­teps..., Fig.58.81. Menfis: H. G. Fischer, MitRahineh 1956 PI. 62, n. 545 ss. Kom Rabi'a: D. Aston, Kom Rabi'a n. 428 ss. Saqqara: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 75.1-2. Latum: A. L. Kelley, The pottery of Ancient Egypt, PI. 81.1 (XXV Din.) Hermopolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Figs. 10-11. Amarna: P. French, Amarna Reports, III, Fig. 9.15. Mat-mar. G. Brunton, Matmar, Pl. LVII.6E. Tebas (cementerio B): D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 136. Tebas (Templo de Seti I): K. Mysliwiec, Sethos'I, p. 59, n. 383; A. L . Kelley, The pottery of Ancient Egypt, PI. 80.1 (XXV-XXVI Din). Ra-messeum: G. Lecuyot, Ramesseum 147, tipo 8. Kamak: H. Jac-quet-Gordon, From the Twenty First..., Fig.2 (Complejo 1); Fig. 12. Elefantina: D. Aston, Tentative footsteps.... Fig. 26 (XXII Din.); Fig. 182 (mediados del s. VIII-s. VII a.C).

(Lám. XXVIIDc). Esta decoración (borde rojo en va­sos sin engobar) parece característica según Aston en otros yacimientos de las fases de la XXI-XXII Di­nastía, tendiendo a desparacer a partir de mediados del s. VIII a.C. Dicha tendencia todavía no ha sido probada en Heracleópolis.

Estas copas son herederas de otras similares pero de mayor tamaño del Imperio Nuevo, documentadas en Heracleópolis (Lám. XXI), y perduran en fases ulteriores del TPI. Corresponden al Grupo 11 de la Fase I de Aston, al 7 de la II y al 10 de la III190. Como ocurría con el tipo anterior, estas formas son comunes en todos los yacimientos del período.

TIPO IV.A.5

§76. Cuenco o copa, que recuerda al tipo an­terior pero con base casi plana y paredes muy cortas (Lám. XXVIII.1), de modo que sus proporciones son sustancialmente distintas a las del tipo anterior. A l ­tura, 4 cm.; diámetro del borde, 11,5 cm. Pasta de clase la. Hallada en el interior de la Tumba 4, aplas­tada por el derrumbe de las piedras del techo.

Se trata de una forma menos frecuente que las anteriores191.

TIPO IV.O

§77. Forma en forma de copa profunda menos cuidada que las ya descritas, con marcada espiral interior y restos fracturados de lo que parece un asa o mamelón exterior cerca de borde (que no se con­serva). Pasta Ia/d. Un solo ejemplar, de L4a/5. No conocemos paralelos (Lám. XXVIIIf)

Vasos hondos

TIPO VII.E

§78. Vasos profundos de base plana (Lám. X X X ) . Estas son macizas e irregulares, a menudo con marcas de dedos, y a veces se cortaron con cuer-

1 9 0 D. Aston, Tentativefootsteps... 1 9 1 Paralelos cercanos en Menfis (Mit Rahina), cf. H. G.

Fischer, MitRahineh 1956, Pl. 66.478 "red wäre". Tb. Tanis, cf. P. Brissaud, CCE 1 (1987) PI, VII.50.

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da; son en ocasiones tan irregulares que el vaso se mantiene en pie con dificultad. Galbo casi vertical poco tenso, con paredes irregulares al exterior y pro­fundas acanaladuras espirales al interior, realizadas con los dedos en el proceso de fabricación. Borde vertical alargado, engrosado al interior y labio re­dondeado o apuntado. A veces ligeramente cóncavo al exterior (Lám. X X X a , d).

Tamaño mediano, con una altura que oscila entre 14 y 20 cm. Diámetro del borde en torno a 12 cm. Las dimensiones son muy constantes en los nume­rosos ejemplares estudiados192.

Trabajados a torno lento. La pasta es una arcilla aluvial de tipo Ia/d. La superficie, apenas alisada, presenta numerosas irregularidades. Normalmente la base y tercio inferior presentan huellas de dedos y superficies toscas, mientras que la parte superior re­cibió un tratamiento más cuidado con una tela o la mano. No se documenta el engobe rojo mate tan característico de otras producciones del TPI.

Debe indicarse que los tiestos de este tipo pueden ser confundidos con los de otras formas cuando son pequeños; entre ellas, algunos cuencos profundos (bases) y bordes de "jarras de cerveza" o vasos glo­bulares del s. VII a.C. Este problema ha sido también anotado por otros autores para ciertas formas, como las bases de "jarras de cerveza"1 9 3.

No conocemos paralelos para este tipo que por diversas razones parece ser una producción local he-racleopolitana destinada a uso funerario ya desde principios del TPI y hasta principios de época saíta. En el apartado correpondiente a asociaciones signi­ficativas de vasos del TPI volveremos sobre esa for­ma, que apareció en un "depósito de ofrendas" entre las tumbas 1 y 3, datable probablemente en el s. LX a.C.

TIPO VII.C

§79. Fragmento de copa de pie alto (Lám. XXVIh). Pasta de clase la. Corresponde a un tipo de copa bien documentado, que casi siempre aparece

1 9 2 Este tipo de vasos ha sido recientemente estudiado de manera monografica por nosotros: M . J. López y F. Quesada en VI Congresso Internazionale di Egittologia, 1, pp. 415-425.

1 9 3 J. Bourriau y D. Aston en G. Martin (ed.) Paser and Ra'ia, p. 34.

fragmentado. Fue hallado por ejemplo en los con­textos inferiores del silo 188 de Kom Rabi'a (Men-fis)194, de problemática datación, pues incluye ma­teriales que van del s. XI al VII a.C. Conocemos paralelos en numerosos yacimientos, en contextos de los ss. XII-X a .C. 1 9 5 . En Heracleópolis es más co­mún a partir de fines del s. VIII (v. infra. Lám. XXXVII f-i, X X X l V k , Apdo. IV.F . l . ) .

Formas especiales

TIPO XXXI.A

§80. Soporte de carrete para vasos grandes de base inestable (Lám. XXVIj). Pasta Ia/c. Engobe rojo mate a interior y exterior. Altura 12.3 cm.; Diámetro máximo, 23.5 cm. E l único ejemplar completo fue hallado en L l 1 Ante T. 3/24, en un contexto relati-vamene antiguo dentro del TPI, posiblemente datable en el s. IX a.C. (ver más adelante, "Piezas impor­tadas"). Otros fragmentos pueden confundirse con tinajas de cuello estrangulado. El tipo corresponde al Grupo 16 de la Fase I de Aston 1 9 6, que recoge tipos de perfil muy distinto, y perdura en fases posteriores.

TIPO XXXIII.A

§81. Ficha circular perforada (Lám. XXIXh). Realizada a partir de un tiesto roto, normalmente en pastas de clase la. Se asocia a menudo a vasos ce­rrados de libación, quizá como tapadera encajada en el cuello o borde.

1 9 4 D. Aston, Kom Rabi'a Ch. 5, Fig. 25, n. 514-517. 1 9 5 Menfis: D. Aston, Kom Rabi'a, Fig. 25, Tipos 514-517

(Contexto 371, Baja Epoca). Hermopolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, p. 14 y Fig. 17, n. 47-52, con referencia explícita a modelos en fayenza. Matmar: G. Brunton, Matmar Pl. LVII. 16H. Amarna Sur: P. French, Amarna Reports III, Fig. 9.16. Karnak Norte: H.Jacquet-Gordon, From the Twenty First..., Fig. 7.4, Complejo IIa (XXV Din.?).

1 9 6 D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 190. Ver también Tanis: P. Brissaud, CCE 1 (1987) Pl. XII. 183.185. Hermopolis: A. J. Spencer, Ashmunein, Fig. 25.115. Tebas, Ramesseum: G. Lecuyot, Ramesseum p. 138. Saqqara: P. French, H. Ghaly, C C £ 2 n . 110-111.

74

TIPO VIII

§82. "Firedogs". (Ver párrafo 105 para una explicación de este tipo cerámico que aparece en el IN y continúa en el s. VII a .C) .

IV.E.2. Técnica, acabados y decoraciones

Con respecto a las fases anteriores, la fase del TPI inicial en Heracleópolis se caracteriza por una división menos tajante entre cerámica cuidada y tos­ca. El empleo de un torno más rápido, un alisado por lo general más cuidado y la aplicación casi siste­mática de engobes muy diluidos de color rojo apa­gado, y en ocasiones intenso, son los rasgos carac­terísticos del período. Junto al engobe rojo mate que cubre toda la superficie del vaso, son habituales las piezas simplemente alisadas, y en el caso de for­mas abiertas, la presencia de una banda roja en la zona del borde, único tipo de "decoración" propia­mente dicha documentado en el yacimiento (Lám. XXVIIIk).

En las formas cerradas de gran tamaño hallamos también superficies de color pardo oscuro. En cam­bio, en este momento son muy raras las piezas en-gobadas en tonos cremas o blanquecinos, y del mismo modo escasean en extremo las piezas realizadas em­pleando arcillas margosas. Las pastas más habituales, con gran diferencia, son las Ia/d, junto con las Ic en las piezas más toscas, como las bandejas planas.

IV.E.3. Asociaciones y contextos

Aunque hay cierta abundancia de material de este momento, no son numerosos los contextos clara­mente identificados como conjuntos coherentes, de­bido entre otras cosas al intenso aprovechamiento posterior de los espacios en la zona de las grandes sepulturas pétreas que se datan en este período. Ade­más, Ta necrópolis de esta fase parece constar sobre todo de un número limitado de enterramientos per­tenecientes a grupos altos de la sociedad heracleo-politana, cuyos ajuares se colocaron en el interior de las tumbas. La mayoría de los depósitos cerámicos

al exterior de las mismas corresponden a un número mucho mayor de enterramientos posteriores en el tiempo.

Cabe con todo citar dos casos de especial interés: el interior de la Tumba 3 y el probable "depósito de ofrendas" hallado entre las tumbas 3 y 1.

a) Tumba 3:

A l analizar las formas cerradas de gran tamaño hemos visto que en la cámara B de dicha tumba aparecieron, en su esquina SE, dos grandes vasos (Lám. XXIIIa,c) posiblemente coetáneos al enterra­miento más antiguo (de fines de la X X I Dinastía o inicios de la XXII) ; en el centro de esa misma cá­mara, sobre el suelo de piedra, apareció el vaso ovoi­de de la Lámina XXIVd. En la cámara A se halló, muy destrozado, otro gran recipiente (Lám. XXIIIb) de datación similar, posiblemente roto durante una de las varias intrusiones que sufrió la sepultura. La posible coincidencia de la datación antigua de estas formas con la de un conjunto de ushebtis197 permite suponer que esta tumba, parte de cuya cubrición se realizó con estelas reutilizadas del Imperio Nuevo, debe corresponder a finales de la X X I Dinastía o inicios de la XXII. Es de lamentar que el sarcófago de granito de la Cámara A no soporte inscripción alguna.

b) Depósito de ofrendas.

En la campaña de 1986 se documentó un gran conjunto de vasos del mismo tipo (Lám. X X X ) en un espacio en forma de corredor o pasillo entre las Sepulturas 1 y 3, en un nivel situado por debajo de las piedras salientes que forman una de las hiladas inferiores —aunque no la última— de la pared Oeste de la Tumba 1 (Capa 17). Las capas situadas encima (16 y 15) resultaron casi estériles, mientras que la Capa 12 estaba formada por piedras irregulares de tamaño mediano (hasta 40 cm. de longitud), que se­llaban de manera efectiva los niveles inferiores. Di­cha capa contenía tiestos datables en el TPI temprano. Las capas 11-9, situadas encima, pueden datarse a

1 9 7 M.C. Pérez Die y P. Vernus, Ehnasya, pp. 71-72. Con todo, estos ushebtis podrían ser algo posteriores, dentro de la segunda mitad del s. IX a .C , con lo que también podrían co­rresponder a una ulterior utilización de la T.3 (v. infrá).

75

fines del TPI/período Saíta inicial (a grandes rasgos, fines del s. VIII-s. VII a. C ) .

Creemos, por tanto, que el conjunto de vasos fue depositado en un momento próximo a la construcción de las tumbas 1 ó 3, y que es de hecho un depósito de ofrendas asociable a las mismas, datable posible­mente hacia fines de la XXI Dinastía o, mejor, hacia comienzos de la XXII (s. X-IX a .C) , si atendemos a la datación de los vasos citados antes.

Aunque las tumbas propiamente dichas fueron reutilizadas en varias ocasiones, y violadas a través del techo en época romano-bizantina, el corredor en­tre ambas estructuras permaneció sellado por la capa de piedras antes citada y por un revestimiento exterior de adobe en ambos extremos (Norte y Sur), de modo que los niveles interiores quedaron aparentemente in­violados.

El número total de tiestos del depósito es de 1861, distribuidos como sigue: 1448 galbos, 284 bordes y 129 bases. Estos tiestos corresponden a un mínimo de entre 89 y 93 vasos completos (empleando las bases como criterio para determina- el número mí­nimo de recipientes).

Ninguno de los vasos fue hallado intacto, y la ausencia de un patrón de deposición ordenado y re­conocible implica que fueron estrellados contra el suelo y agrupados en un montón informe, hecho que puede parecer en principio contradictorio con la pro­puesta de un "depósito de ofrendas". Sin embargo, se han documentado recipientes cerámicos rotos de­liberadamente, incluso en depósitos fundacionales, como en el de Ramsés IV-V-VI, cerca de Deir-el-Bahari 1 9 8. Por otro lado, están bien documentados arqueológica y epigráficamente rituales que incluyen la destrucción de vasos199.

E l estudio de la variabilidad formal dentro de un conjunto cerrado de vasos, fabricados al mismo tiem­po, puede ser de gran utilidad en estudios tipológicos, como se ha demostrado en análisis etnoarqueológicos de talleres cerámicos modernos, incluyendo algunos en Ehnasya el Medina 2 0 0. La mayoría de los trabajos

enfatiza la gran variabilidad de tamaños, forma y color de pasta que puede hallarse en un grupo dado de recipientes, dependiendo de numerosas variables aleatorias. Esto se aplica también al depósito que comentamos, que contiene vasos de diferentes co­lores de pasta, forma de borde e incluso tamaño 2 0 1 . En particular la forma del borde tiene una gran im­portancia tipológica, y aquí hallamos diversas va­riantes que podrían haber sido clasificadas con cri­terios diacrónicos o sincrónicos de no haber mediado el dato previo de su pertenencia a un conjunto cerra­do.

Más adelante estudiaremos la aparición de un de­pósito similar en un contexto quizá algo más tardío —con reservas—, cuyos vasos pertenecen al mismo tipo. En ambos casos creemos documentar tipos sin paralelos cercanos en otros yacimientos202. Creemos que fueron fabricados con miras a su uso como re­cipientes rituales, destinados a ser estrellados y rotos contra el suelo. ¿Cómo explicar, si no, la realización de unas bases planas tan irregulares y toscas que los recipientes son completamente inestables?. Pensamos pues que este tipo cerámico puede considerarse una producción de talleres locales, que quizá trabajaban para la necrópolis.

IV.E.4. Valoración general

Uno de los principales problemas planteados en el yacimiento, y que expresábamos en el Apdo. IV.D.2. era el de la existencia o no de un conjunto cerámico de una fase clara del TPI (ss. XI-mediados del VIII a .C) . Ya hemos visto que en efecto tal con­junto se documenta, aunque en cantidad y variedad muy inferiores a los contextos datables a partir de la segunda mitad o último tercio del s. VIII y buena parte del s. VII a.C.

Se ha publicado ya que las grandes tumbas de piedra deben datarse en la XXII Dinastía, o quizá incluso a finales de la XXI , a juzgar por la integración

"* D. Aston, Tentative footsteps..., p. 4. 1 9 9 J. van Dijk, LÀ VI (1986), pp. 1.389-1.396. 2 0 0 F. Quesada, M . J. López Grande, BolAEO 24 (1988).

2 0 1 M. J. López Grande, F. Quesada, VI Congresso Inter­nazionale di Egittologia, Fig. 9, p. 425.

202 Ibidem, pp. 418-419 para posibles paralelos formales.

76

de numerosos datos entre los que se cuentan los ce­rámicos. También se han documentado elementos ar­quitectónicos de la XXI Dinastía, desmontados y reutilizados203. En todo caso, y pese a que la gran masa de tiestos cerámicos se data en fechas poste­riores, desde el punto de vista estrictamente cerá­mico, que es el que ahora nos ocupa, existen ele­mentos para sostener una primera fase de enterramientos del TPI anterior al s. VIII a . C , li­mitada a ajuares en el interior de tumbas —sobre todo T.3— y a depósitos externos asociados a ellas (p. ej. Pasillo T.1-T.3, L l l Ante T.3, etc.).

Un problema adicional es el de la escasez de estos elementos antiguos en el exterior de las tumbas. La explicación podría hallarse, más que en la reutiliza­ción de espacios en momentos posteriores204, en la inexistencia o escasez de inhumaciones sencillas o "pobres" en una fase inicial, cuando las tumbas de piedra de los grandes personajes dominaban por com­pleto el espacio funerario.

IV .F . U N P E R Í O D O " T R A N S I C I O N A L ' ' (segunda mitad del s. VIII a.C). (Lá­minas XXXI-XXXIX)

En este apartado recogemos una serie de formas características del período de cambio relativamente brusco producido en torno a mediados-fines del s. VIII a.C. (fin XXII Dinastía-XXIII-comienzos de la X X V Dinastía). Algunas de ellas son clara evo­lución de la cerámica clásica del TPI, mientras que otras anuncian la clara renovación producida a partir de este momento. Es un conjunto por tanto algo di­fuso, como difusa es todavía la determinación del momento dé cambio cerámico, que diferentes autores colocan a fines de la XXII Dinastía (D. Aston), a principios de la X X V (P. French, J.Bourriau) o a fines de la X X V (H.J. Gordon), aunque siempre con cautela y dando ciertos márgenes de tiempo.

2 0 3 M . C. Pérez Die y P. Vernus, Ehnasya passim. 2 0 4 Por ejemplo, para el sector LIO/11, inmediatamente al

Oeste de la Tumba 3, véase F. Quesada, M . J. López Grande y M . C. Pérez Die, V International Congress of Egyptology.

IV.F . l . Grupos formales

Formas cerradas grandes

TIPO XXIV.B

§83. Anforas ovoides (Lám. XXXIb,c,d) de cuerpo globular, diámetro máximo en la zona media-alta del galbo, sin hombro marcado. Corto cuello de tendencia vertical, a veces con ondulaciones y aristas o molduras. Dos asas verticales pequeñas de sección ovalada en la zona alta del galbo. En ocasiones, mar­cas impresas de las cuerdas empleadas para sujetar el galbo y evitar su deformación durante el proceso de cocción (Lám. XXXIb), sistema documentado en otras ánforas.

A menudo, engobe de tono crema blanquecino o cremoso (imitación de arcillas margosas), cubriendo una pasta aluvial de tipo la con gruesos desgrasantes vegetales (Lám. XXXIb,c). En ocasiones, pastas de tipo "sandwich" (Lám. XXXIc), núcleo pardo con laterales rojos que tienden a rosa en el exterior e interior de la pared.

Altura máxima en torno a 50-60 cm. Diámetro máximo en torno a 30 cm.; diámetro del borde en torno a 10-12 cm.

Es un tipo con larga tradición, que se remonta a fines del Imperio Nuevo 2 0 5, continúa durante la XXII Dinastía y llega hasta finales del s. VIII a.C. (Shes-honq V ) 2 0 6 , aunque siempre, a lo que parece, en ar­cillas margosas de tipo D. Conocemos paralelos muy próximos a nuestros ejemplares ya en la X X V Di­nastía, en arcilla aluvial similar a la nuestra, incluso con marcas de cuerda207. De todos modos, la mayoría de los ejemplares del s. VIII siguen fabricándose en arcillas margosas208.

2 0 5 D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 5.4, Tell el Ya-hudieh Ramsés III-IV.

206 Ibidem, Fig. 27.27. 2 0 7 X X V Dinastía. Amarna: P. French, Amarna Reports III

(1986), Fig. 9.21.4, Villa de los Obreros, Calle Oeste 2. 208 Matmar (s. VIII a.C, sin más precisiones): G. Brunton,

Matmar Pl. LVII.51m. (¿arcilla margosa?). Abydos: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 131, ss. VIII-VII a.C. A. J. Spencer, D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 22.89 (idéntica a nuestra Lám. XXXId), y p. 14.E.

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Las dos piezas completas que se presentan aquí (Lám. XXXIb,c) se hallaron en la esquina Noreste de la cámara A (o del sarcófago) de la Tumba 3, datable como se ha visto a fines de la XXI-inicios de la XXII Dinastía por otros vasos cerámicos. E l ánfora de la Lám. XXXIb estaba tapada con el tapón de piedra caliza XXIa, y apareció caída con la boca hacia el Este. La otra apareció en la propia esquina, todavía vertical. Creemos que estas piezas corresponden a una reutilización o reapertura de la tumba, quizá hacia fines del s. LX a.C. si los ushebtis próximos y pro­bablemente asociados a ella son de c. 820 a.C. (ver nota 197), y que por tanto son algo más tardías que otros vasos documentados en la cámara B (Lámina XXIIIa.c) o incluso en la misma c á m a r a A (Lám. XXIIIb).

TIPO XXIV.D

§84. Imitaciones de ánforas cananeas de tipo "de torpedo", con hombro muy marcado y corto cuello vertical con borde redondeado, a veces lige­ramente inclinado al exterior (Lám. XXXIf-h). No conservamos ejemplares completos atribuibles a este período transicional entre el TPI y época saíta, aun­que sí los haya en contextos algo más tardíos (ver Lámina X L ) . Diámetro del borde en torno a 11-13 cm. Pastas la con engobe blanco exterior, que en raras ocasiones es rojo mate, dentro de la vieja tra­dición egipcia (p.ej. Lámina XXXIh). Los tres ejem­plares que presentamos aparecieron junto a sepultu­ras, aunque sea difícil precisar a qué enterramientos en concreto.

Es difícil precisar por su propia tipología la da-tación de estos bordes, sobre todo en el caso de imi­taciones, porque los criterios más significativos de­ben tener en cuenta todo el perfil del vaso. Podrían corresponder a imitaciones de los tipos 3,7 y 8 de Sagona209 que pueden abarcar desde el 1200 al 450 a.C. Con todo, el contexto en que aparecen (sobre la Tumba 7, Sector H29) permiten postular una fecha posterior a fines de la XXII Dinastía, en un contexto quizá datable en la X X V Dinastía, por asociación con vasos en arcillas margosas característicos de la X X V -X X V I Dinastía.

Las imitaciones egipcias de ánforas cananeas son muy frecuentes a partir de fines del s. VIII a.C., por ejemplo en Medinet Habu 2 1 0 , o en Ashmunein211; y quizá incluso antes, aunque probablemente no en el s. XIV a.C. como se ha sugerido212.

TIPO XXIII.K

§85. Grandes tinajas globulares de boca ancha (en torno a 16-20 cm. de diámetro de borde), dos asas verticales de sección más o menos circular muy próximas al borde (Lámina XXXII). Bordes que sur­gen directamente del galbo, sin cuello, variados, de labio plano y engrosados al interior (Lám. XXXIIa), de tendencia rectangular (XXXIIb) o redondeados doblándolos sobre sí mismos (XXXIIc).

Pastas aluviales de clase la, normalmente con engobe crema o blanquecino al exterior (p. ej. Lám. XXXIIe). Es frecuente que en la zona de mayor diá­metro aparezcan marcas de cuerdas de sujección (Lám. XXXIIe). Altura hasta c. 60 cm. (Lám. XXXIIe). Diámetro del borde entre 16 y 20 cm.; diámetro máximo en torno a 45 cm.

Se trata de un grupo formal de larga tradición, que ya hemos encontrado en fases de pleno TPI (p. ej. Lámina XXIII), y que llegaron a perdurar hasta principios del s. VII a .C. 2 1 3 .

2 1 0 D. Aston, Tomb Groups, p. 564, Tipo 201. 2 1 1 Aunque no reconocida como tal imitación. Cf. A. J. Spen-

cery D. M . Bailey, Ashmunein Fig. 21.72, yp. 14, " E " . Arcilla margosa.

2 , 2 Cf. V.R. Grace, The Aegean and the Near East, p. 100 y Fig. 7.1. El tipo representado, recogido de T. E. Peet y C. L . Woolley, The City of Akhenaten, pp. 136-137, y Plate. LI, pro­cede del "River Temple" y de la ciudad, zonas que sabemos por trabajos recientes permanecieron ocupadas hasta las XXV-XXVI Dinastías. Por tanto, no es necesario remontar tanto la cronología de esta pieza, que por otro lado responde al tipo 7 de Sagona, que no aparece antes del 1200 a.C. (Sagona, Op. Ath. XIV.7, Fig. 2.7. No sólo hay material de la XXV-XXVI dinastía en el "River Temple", sino en otros puntos de la ciudad, in­cluyendo la villa de los Obreros y las Tumbas del Sur (Amarna Reports III, pp. ix, 18 ss.; 147 ss.), lo que obliga a extender a buena parte de la ciudad el caveat explícito de Peet y Woolley para la zona del Templo del Río (p. 136).

2 1 3 Paralelos: Saqqara: J. Bourriau y D. Aston, Tia and Tía, Tipo 195, "Late Period". Mendes: D. Aston, Tentative foots­teps..., Fig. 56.8. Menfis: D. Aston, KomRabi'a, Fig. 30, tipos 603-611; H.G, Fischer, Mit Rahineh Pl. 56; etc.

78

2 0 9 A. G. Sagona, Op. Ath. XIV:7 (1982).

Es posible que la base con impresiones digitadas al interior de la Lám. XXXIId (pasta la, superficie exterior alisada hasta obtener un tacto satinado, ha­llada en H14/11) pertenezca a este grupo, o a un vaso anterior roto y cuya base fuera reutilizada.

TIPO XXIII. V

§86. Boca de ánfora o tinaja de boca estrecha (Lámina XXXIVa). Borde vertical de tendencia cua­drada. Pasta la, superficie alisada sin engobar. Diá­metro del borde, 12.8 cm. Decoración de pequeñas digitaciones en la base del borde, justo donde marca una arista. Ejemplar único en Heracleópolis, hallado en L l l / 13 , un nivel coincidente con el del techo de la Tumba 3, y bien datable en torno a fines del s. VHI-principios del s. VII por otros materiales (ban­dejas, firedogs, ánforas, copas de pie plano salien­te...)214. No conocemos paralelos.

TIPO XXIII. U

§87. Gran boca que remata un cuello vertical (Lámina XXXIVb). Borde vertical convexo al ex­terior y cóncavo al interior.

Diámetro del borde en torno a 22 cm. Pasta la. Relativamente frecuentes en contextos de este perío­do. No conocemos paralelos cercanos, salvo una pie­za procedente del Ramesseum recogida por Lecuyot (Area K ' " ) 2 1 5 .

Formas cerradas medianas y pequeñas

TIPO XXI

§88. Vasos globulares de base apuntada, diá­metro máximo en la parte media o alta del galbo, cuello vertical con tendencia a baquetón en su parte central y borde sencillo vertical, redondeado o apun­tado (Lámina XXXIII). Frecuentemente aparecen irregularidades horizontales en el galbo debido a uso

2 1 4 Ver F. Quesada, M . J. Lopez Grande y M . C: Perez Die, Fifth International Congress of Egyptology.

2 1 5 G. Lecuyot, Ramesseum Lam. 2.7.

de torno más rápido. Superficies irregulares aunque cuidadas. Característico rehundimiento en la parte interior de la base.

Variante a:

Uso generalizado de pastas de clase la y engobe rojo mate, en algún caso bermellón (Lám. XXXIb,e) (Variante a).

Variante b:

Rara vez aparece un engobe crema blanquecino, sobre una pasta margosa de nuestra clase l ía , muy poco habitual, especialmente en formas pequeñas (Lám. XXXIIIh). Posiblemente se trate de una pieza importada del área menfita.

Los tamaños son bastante variables. La altura os­cila entre 12 y 20 cm.; el diámetro máximo entre 9 y 16; y el diámetro del borde entre 6 y 9 cm. Por tanto hay piezas que son perfectamente funcionales y otras que resultan miniaturas de uso ritual casi con seguridad. Todas estas formas, grandes y pequeñas, aparecen a menudo directamente asociadas a inhu­maciones sencillas (Lám. XXXIIIa, M-56, en H18; L á m . X X X I I I b , M - 6 3 6 , en H23/11; L á m . XXXIHd, M-50, H18).

Este tipo ya ha sido estudiado en el Apartado dedicado al TPI pleno ( I V . E . 1 . - T I P O X X I , párrafo 66), aludiendo a su larga perduración y am­plia difusión 2 1 6 . No repetiremos aquí la lista de pa­ralelos. En general, en Heracleópolis se aprecia una leve tendencia a la disminución de tamaño de los vasos. Es posible también que aparezca a fines del s. VIII a.C. una tendencia a colocar aristas o baque­tones en la mitad del cuello.

TIPO BD.52214

§89. Bocas de vasos globulares medianos de cuello vertical o ligeramente acampanado. Se carac­terizan por un borde vertical, triangular alargado en­grosado al exterior, formando una ancha moldura justo en el borde, que se complementa con una arista en la base del cuello, justo antes del aranque del

79

2 , 6 Cf. nota 178.

cuerpo (Lám. XXXIVf-g). Pasta la, engobe rojo mate. Pueden corresponder a vasos globulares de base ovoide, pero su especial tipo de cuello hace acon­sejable colocarlos en un tipo independiente.

Recuerdan algo a los bordes con molduras do­cumentados en diferentes yacimientos, aunque el cue­llo es más corto y el borde más alargado217. Se hacen más frecuentes en contexos más claramente fechables en el s. VII a.C. (cf. Lám. XLVIII).

TIPO BD.52110

§90. Bocas de vasos medianos. Cuello cilin­drico rematado en borde redondeado vertical o li­geramente saliente (Lám. XXXIVh-i) , a veces con indicios de una línea incisa justo debajo del borde (Lám. XXXIVh). Pasta la. Engobe rojo mate. Pueden corresponder a vasos globulares de base apuntada (Lám. XXXIII), pero también a otras variedades. Muy abundantes en contextos de los ss.VIII-VII

TIPO BD.S3130

§91 . Cuellos tensos ligeramente acampanados, con ligero estrangulamiento interior justo antes del borde, no apreciable al exterior (Lám. X X X I V d-e). Diámetros 8 a 12.5 cm. Pastas Id. Sin engobe o con engobe crema o blanquecino. Formas muy comunes correspondientes a vasos cerrados de corto cuello, con una tradición que se remonta incluso a fines del Imperio Nuevo (cf. Lám. X X I e-f)219.

TIPO BIC.42100

§92. Bases inestables apuntadas o redondeadas, gruesas pero bien alisadas al exterior (Lám. X X X I V j,l). Pastas la. Superficie exterior bien alisada y cui-

2 1 7 Saqqara: P. French, MDAIK 44 (1988), p. 82, n. 2.; P. French y H. Ghaly CCE 2 (1991), n. 83.

2 1 8 Por ejemplo, Ashmunein: A. J. Spencer, D. M . Bailey, Ashmunein, Fig.20.64-66; 21. Amarna Sur: P. French, Amarna Reports III, Fig. 9.8, n. SJ1.4.1(P).

2 1 9 Paralelos de vasos con el interior del borde ondulado: Menfis: D. Aston, Kom Rab'a n. 276 (ss. X-IX a.C), 316, etc. (ss. VIII-VII a.C); H. G. Fischer, Mith Rahineh 1956 PI. 58.414 ('XXII Din."). Avaris: D. Aston, Tentative footsteps..., Tell el Dab'a, K3437, Fig. 42.6,8. Amama Sur (XXV Din.): P. French, Amarna Reports III, Fig. 9.8, SJ1.1.2(x); SJ1.1.4 (HI).

dada. Núcleo habitualmente negruzco. Corresponden a múltiples tipos de vasos ovoides de cuello acam­panado o vertical, muy comunes en todo el TPI. No deben confundirse con formas de botellas similares en tamaño pero peor acabadas del PPL Estas bases pueden tener bordes tan finos como el de la Lám. X X X I V k 2 2 0 , pero no se ha documentado una asocia­ción indudable. Sin embargo, ese mismo borde puede corresponder a copas de pie alto de tipo VII (v. infra párrafo 99).

TIPO BIC.42660

§93. Vaso ovoide de tamaño mediano (Lám. XXXVIIk). Base apuntada, paredes finas con estrías en espiral muy marcadas al interior. Falta la boca. Pasta la. Sin engobe. Altura mayor de 25 cm. (po­siblemente mayor de 40), diámetro máximo, 21 cm.

Corresponde a un tipo bien documentado en la Fase III de Aston (grupos 30 y 37)2 2 1. E l ejemplar que presentamos fue hallado en el interior de la Sep. 3, cámara A (del sarcófago), cerca de las dos ánforas ya analizadas (Lám. XXXIb-c), con las que podría corresponder cronológicamente (¿último cuarto del s. IX?).

TIPO XXV.B

§94. Cantimploras globulares (Gourds) y "Pil-grim's Flasks" (Lám. XXXVIIa-b) Con cuello alto ligeramente acampanado, asas muy bajas, ya desde la base del cuello al galbo (cf. consiferaciones rea­lizadas al respecto en el IN y TPI temprano, Láminas XXId y XXVIa-b 2 2 2 .

Los ejemplares que aquí recogemos pertenecen a una categoría especial por su pasta, que corresponde a nuestra clase IIIal/IIIa2, con su característico nú­cleo de color azul cielo intenso. Esta arcilla y piezas fueron posiblemente importadas de los Oasis del De-

2 2 0 Por ejemplo, J.J. Gordon, From the Twenty First..., Fig. 5.3, Complejo I de Karnak Norte. También Ashmunein: A. J. Spencer, D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 23.94-95 (ss. VIII-VII a.C.).

2 2 1 D. Aston, Tentative footsteps... 2 2 2 Ver también notas 125 y 180.

80

sierto Líb ico 2 2 3 . En este caso presentan un engobe exterior rojo mate, pero es más habitual que la su­perficie de estas piezas tenga un tono chocolate os­curo, bien reconocido en Amarna y otros yacimien­tos.

Formas abiertas grandes

TIPO V.D

§95. Grandes cuencos con pie de anillo, galbo troncocónico (Lám. X X X V e-h). Normalmente con huellas de cuerdas en la parte alta del galbo, lo que crea un cierto efecto decorativo (Lám. X X X V h ) . Bor­des variados, engrosados al interior (Lám. X X X V f ) , con carena externa (Lám, XXXVe) o con escalón interior para tapadera (Lám. X X X V h ) . Pastas la, en­gobe rojo mate a exterior e interior. Este tipo de forma ya ha sido comentada en el Apartado dedicado al TPI y continuará apareciendo en el s. VII a.C. Es fre­cuente en todos los contextos del TPI 2 2 4 .

Corresponde con el Grupo 9 de la Fase I de Aston, grupo poco común en esa época. Su evolución será el Grupo 9 de la Fase II. La variante carenada (Lám. XXXVe) corresponde al Grupo 7 de la Fase III de Aston. Da la impresión de que las formas con escalón interior en el borde (Lám. X X X V h ) tienden a hacerse más frecuentes según pasa el tiempo, aunque ya se documentan a fines del TPI 2 2 5 .

TIPOI

§96. Las bandejas planas (moldes y hornos para pan) que ya hemos estudiado en la primera parte del TPI continúan apareciendo a fines del s. VIII y prin-

2 2 3 Sobre la pasta de los Oasis (equivalente a la pasta L6 de Menfis, Mari 3 de Amarna y 13 de Aston): D. Aston, Tentative footsteps..., p. 52; P. French, Amarna Reports III, p. 155; Según Aston, la pasta se emplea sólo para cantimploras. Es posible que también se usara para la versión aplanada. Este tipo de pasta es sin duda el que se cita en Hermópolis para formas idénticas, cf. A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, p. 15.

2 2 4 Menfis: D. Aston, Kom Rab% Fig. 32.413. El Hibeh: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 90.138. Matmar: H. Brun-ton, Matmar PI. LVII.29H. Hermópolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 12.18-20; Fig. 13. Amarna: P. French, Amarna Reports III, Fig. 9-16 SB 10-1. Karnak Norte: H.Jacquet-Gordon, From the Twenty First..., Fig. 1.8, Complejo I (TPI). Elefantina: D. Aston, Tentative footsteps.... Fig. 179,19826b: 1.

2 2 5 Hermópolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 12.20.

cipios del s. VII a.C. con las mismas características (Lám. XXXVIf,g,h,j,k,l): fabricación a mano, su­perficie tosca al exterior y algo alisada al interior, pastas Ic, a veces engobe blanco al interior226. Esta versión plana es considerada como "Variante a").

Parece que en este momento se hacen más fre­cuentes los engobes blanquecinos al interior del vaso (Lám. XXXVIg,h,l) . También encontramos ocasio­nalmente piezas más cuidadas (Lám. XXXVIh) , e incluso algunas decoradas en el exterior con una fila de impresiones redondas colocadas con cierta regu­laridad (Lám. XXXVIf) .

Contamos también con una "Variante b" con la base plana pero pared más alta, inclinada hacia el exterior o casi vertical, bien documentada en Hera-cleópolis a partir de este momento (Lám. X X X V l i ) , y que es bien conocida en otros yacimientos227.

Es posible que en el contexto de la necrópolis heracleopolitana algunas de estas piezas fueran em­pleadas como toscos y pobres sustitutos de mesas de ofrendas, independientemente del destino original del tipo. Esta última posibilidad no excluye las anterior­mente expuestas (molde/horno de pan, tapadera)227b.

Formas abiertas medianas y pequeñas

Platos

TIPO H.A.2

§s/n. Platitos de base plana irregular. En este momento continúan apareciendo los pequeños platos de base plana, galbo irregular con alisado basto e interior con estrías espirales. Pasta la poco cocida, de tono ocre y textura deleznable (v. Lám. LIV).

TIPO U.B.l.c

§97. Platitos/tapaderas de base apuntada ines­table (Lám. XXXVa-b) . Pasta la poco cocida. Nor­malmente sin engobar, pero en ocasiones con engobe

226 Cf Apartado IV.E. l . y notas 183-187 para bibliografía. 2 2 7 por ejemplo, en Saqqara: P. French y H. Ghaly, CCE 2

(1991), n. 76. ^ Cf. M.C. Pérez Die, Heracleópolis..., p. 401.

81

rojo mate a interior y exterior. Diámetro en torno a 14-17 cm. Aunque aquí lo recogemos como plato, pueden haber servido igualmente la función de pe­queñas tapaderas228.

TIPO n.B.l.a

§98. Platos de base apuntada inestable, galbo ondulado y borde tendente a horizontal L á m . XXXVd) . Pasta Ia/d. A veces engobe rojo mate cu­briendo el interior y el exterior. Diámetro entre 16 y 22 cm. Tipo muy común en todo el TPI (ver Lámina XXVIII) y en el s. VII. Corresponde al Grupo 2 de la Fase III de Aston. Ver al respecto los comentarios realizados sobre esta forma en el Apdo.IV.E. l .

Cuencos, copas y vasos hondos.

TIPO VII.F

§99. Vasos troncocónicos profundos de base sa­liente plana (Lám. XXXVIa-e). Superficie poco cui­dada por lo general, mostrando las marcas del torno. Estriado interior profundo en ocasiones (Lám. XXXVIb). Base plana irregular, a menudo poco es­table. Abundan las piezas con restos de la arcilla del torno sin retirar. Pastas Ia/d, a menudo poco cocidas, de tono ocre claro. La mayoría sin engobar, aunque hay ejemplares con engobe diluido rojo mate (Lám. XXXVIb). Las dimensiones oscilan entre una altura de 10-16 cm. y un diámetro máximo en el borde de 10-13 cm. El diámetro del pie saliente oscila en torno a los 7-8 cm.

Normalmente asociados a bandejas y junto a en­terramientos sencillos (p. ej., Lám. X X X V I a asocia­da a M-141). Mientras que las "bandejas" rara vez aparecen completas, estas "copas" suelen estar bas­tante enteras, quizá porque se asociaran a un rito de libación.

Se trata posiblemente de formas fabricadas lo-calmente con vistas a un uso exclusivamente fune-

2 2 8 Por ejemplo, como tapaderas: P. French y H. Ghaly, CCE 2 (1991), n. 16 (ese ejemplar en arcilla margosa de tipo K5 similar a nuestra clase lia).

rario, dado su tosco acabado, similar al de los vasos hondos del Depósito de fundación ya estudiado.

Corresponden al grupo 10 de la Fase II de Aston, que perdura en el Grupo 8 de la Fase III229. Podrían ser una evolución de los cuencos con carena baja y saliente presentes en algunos yacimientos de Imperio Nuevo y principios del TPI pero ausentes por com­pleto en Heracleópolis 2 3 0 . En Lahun ambos tipos pa­recen coincidir en el tiempo, puesto que un ejemplar de cuenco carenado apareció en la tumba 602, datable quizá en el s. VIII a .C. 2 3 1 .

Esta forma tiene paralelos en numerosos yaci­mientos de los ss. VIII-VII a . C , aunque por lo ge­neral las formas heracleopolitanas tienden a ser más estilizadas (mayor relación altura/diámetro) que las de otros yacimientos salvo el cercano Lahun 2 3 2.

Este tipo t a m b i é n será carac ter í s t i co en el s. VII a.C. (cf. Lám. LVI).

TIPO VII.C

§100. Copas de pie alto (Lám. XXXVII f-i). Cuerpo profundo con boca acampanada (Lám. XXXIVk). Pasta Ia/d, engobe rojo al exterior. Tipo

2 2 9 D. Aston, Tentative footsteps..., Figs. 205 y 215. En un trabajo anterior (Tomb Groups, pp. 554 ss.) Aston diferenciaba, a nuestro juicio acertadamente, entre el "cuenco carenado con base saliente" (su tipo 56) y las copas de base planas de él derivadas (su tipo 58).

2 3 0 Imperio Nuevo: Por ejemplo, Deir el-Medina, cf. G. Na-gel, Deir el Médineh, Fig. K.S.58. Fin del TPI. por ejemplo en Hermópolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 17.45, Nivel J10/2, Fin Imperio Nuevo/comienzos TPI (pp. 13-14).

2 3 1 A. L. Kelley, The pottery of Ancient Egypt, PI. 81.1. 2 3 2 Paralelos. Tanis: P. Brissaud, CCE 1 (1987) PI. IX, n 92.

Saqqara: P. French, MDA1K 44 (1988), Fig. 18 (Falso paralelo: de la misma familia pero base diferente. Clasificada como "an­torcha"). Nuestros ejemplares no aparecen quemados al interior como los menfitas. Cf. también P. French y H. Ghaly, CCE 2 (1991), n. 112-115. Lahun: A. L . Kelley, The pottery of Ancient Egypt, PI.81.1. Matmar. G. Brunton, Matmar PI. LVII.13o, 13T. Hermópolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 17.46. Tebas (Karnak Norte): H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First..., Fig. 7. 6 (Complejo IIA, XXV-XXVI Dins.). Tebas (Guma): A. L. Kelley, The pottery of Ancient Egypt, PI. 80.1, 765-766. Tebas (Templo funerario Seti I): K. Mysliwiec, Sethos I, p. 59.376-377. Tebas (Ramesseum): G. Lecuyot, Ra-messeum Type 3, p. 120.

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muy característico desde principios del TPI, que ya se ha analizado (v. supra. A p d o . I V . E . l . , párrafo 792 3 3), pero que aparece también en asocia­ción con materiales más tardíos.

TIPO VII.E

§ 1 0 1 . Vasos hondos de base plana (Lám. XXXVIII). Se trata de un tipo que sólo conocemos en Heracleópolis, donde aparece ya en el s. IX a . C Ya lo hemos estudiado al analizar los materiales del TPI y en concreto un depósito de ofrendas de la XXII Dinastía entre las Tumbas 1 y 3 2 3 4 . En un contexto datable quizá en el s. VIII a.C. se ha documentado un segundo depósito, aún mayor que el primero (v. infra. Apdo.IV.F.3.), algunos de cuyos vasos re­cogemos en la Lám. XXXVIII.

Se localizó en la campaña de 1990, junto al ex­terior del muro meridional de la Estructura I, en un nivel más elevado que el de cimentación. Los vasos que formaban el conjunto estaban al igual que los del ya estudiado Depósito 1, deliberadamente rotos y amontonados en un reducido espacio. E l número mí­nimo de vasos es de 178, aunque es posible que aparezcan más porque el depósito puede continuar bajo un muro posterior todavía pendiente de exca­vación. Su factura y acabado son idénticos a los del Depósito 1 (Lám. X X X ) , aunque sus proporciones tienden a ser algo más achatadas (conservando la misma altura, el diámetro del borde tiende a ser sig­nificativamente mayor) 2 3 5 .

El Depósito 2 podría datarse en este período (¿XXV Din.?) por su asociación a fragmentos de bor­des moldurados (Lámina XXXIVf,g), a fragmentos realizados con arcilla de los oasis, y a vasos hondos de base recrecida (Lám. XXXVIa-e). Sin embargo, estos dos últimos tipos aparecen también en contextos algo más antiguos, y por tanto la datación depende de los primeros. Queda todavía pendiente un estudio

2 3 3 V. nota 195 para paralelos. Además, en un claro contexto de la XXV-XXVI Dinastía, F. Andraschko, MDAIK 46 (1990), Fig. 12.

234 Vid. supra Apdo.IV.E.l. y nota 192. 2 3 5 Para más detalles, M . J. López Grande y F. Quesada, VI

Congresso Internazionale di Egittologia, pp. 415-425, especial­mente Figura 7 para la relación altura/diámetro.

ulterior sobre el terreno para confirmar si este de­pósito es contemporáneo del hallado en Pasillo T . l -T.3 (ss. X-IX a.C.) o algo posterior.

Este tipo de vaso no se limita a los dos depósitos mencionados. Aparece en otros contextos, aunque aislado o en menor número. La mayoría se deben datar a fines del TPI, como en el caso del de la zona H.19 en M4/1 o en H8.52 (siete bases asociadas a un recipiente de la X X V Dinastía (Lám. XXXIII).

Formas especiales

TIPO XXXI.A

§ 1 0 2 . Probable soporte de carrete ( L á m . XXXIVc) de un tipo que presenta muchas variaciones y que ya hemos estudiado dentro del TPI 2 3 6 . Posi­blemente de un tipo bastante alto. Pasta la sin engobe. El ejemplar que presentamos apareció en L l 1 Ante T.3/21, en un contexto de este período.

TIPO XXXII.A

§103. Tapadera troncocónica (Lám. X X X V e ) . Pomo macizo plano, inútil como base. Pasta Id y engobe rojo mate. Diámetro del borde, 19 cm.; al­tura, 6.3 cm. Tipo que también podría ser empleado como platito (cf. Lámina XXXVa) . Paralelos muy cercanos por ejemplo en la necrópolis de Saqqara, aunque en arcilla del desierto237.

TIPO XXXIII.A.2

§104. Tapadera circular cóncava fabricada a partir de un galbo c e r á m i c o curvado ( L á m . XXXVIIj). Pequeña perforación en su centro. Tipo ya analizado en la primera parte del TPI 2 3 8 . Usado para cerrar vasos de boca estrecha, quizá taponando el cuello.

236 Cf. n. 196. 2 3 7 P. French, H. Ghaly, CCE 2 (1991) n. 13. Conserva

restos orgánicos pegados, quizá restos de ritual de momificación. 2 3 8 V. supra. Apdo.IV.E.l. Formas especiales, párrafo 81.

83

TIPO VIII

§ 105. ''Firedogs" (Lámina XXXIX) . Es un pe­culiar tipo de recipiente cerámico conocido desde hace mucho tiempo pero que ha recibido en Egipto un estudio p o l é m i c o y continuado hasta muy recientemente239. Mantenemos la denominación in­glesa, porque el término "morillo" sólo conduce a confusión sobre aspectos funcionales.

Se trata de un recipiente de forma troncocónica acampanada con ancha boca y un orificio circular en el fondo (Lám. XXXIXa,b) que a veces no perfora por completo la gruesa pared (Lám. XXXIXd). A dicho recipiente profundo se añaden tres "patas" que arrancan del fondo. Dos de ellas, grandes y de sección oval (Lám. XXXLXb) nacen del fondo y avanzan, inclinadas y divergentes, unos 10-15 cm. En la parte trasera, dibujando un triángulo con las otras dos "pa­tas", nace un pequeño apéndice cilindrico, corto, macizo y horizontal. Por tanto, el objeto no puede sostenerse de manera equilibrada sobre esos tres so­portes. E l conjunto, visto horizontalmente, semeja los cuartos traseros de un pequeño cuadrúpedo, sien­do las "patas" los cuartos traseros y el apéndice cilindrico, el rabo. Visto verticalmente, tal y como lo orientan otros autores, con la boca ancha hacia abajo, las patas se convierten en "orejas", y el "rabo" en "hocico" 2 4 0. Además, a veces, junto al orificio del fondo aparecen dos orificios laterales de tamaño similar en el tercio inferior del galbo2 4 1.

En Heracleópolis se documenta al menos medio centenar de ejemplares, la mayoría fragmentos, aun­que algunos están completos: es pues un tipo fre­cuente. Se data desde el TPI (ss. X-IX a.C.) hasta época saíta plena al menos y quizá más allá, aunque dada la especificidad de la forma hemos decidido resumir conjuntamente la discusión con la presenta­ción del tipo en este apartado dedicado al período "transicional" de segunda mitad del s. VIII. Para el conjunto de Egipto se ha propuesto un margen que

2 3 5 D. Aston, MDAIK 45 (1989), con toda la bibliografía y discusión anterior, lo que nos exime de recoger los abundantes paralelos.

2 4 0 D. Aston, MDAIK 45 (1989), pp. 27-28 y Fig. 1 para una forma diferente de "orientar" la pieza.

241 Ibidem, p. 28, se recogen todas las combinaciones de agujeros.

va desde el Imperio Medio hasta época ptolemaica, aunque también se ha reducido el período de uso al Imperio Nuevo y TPI.

La pasta suele ser de clase la, o Ic en los ejem­plares más toscos. En algunas ocasiones aparecen engobados en tono crema-blanquecino deleznable o en rojo mate. E l recipiente suele tener un diámetro máximo de hasta 16 cm, y una altura máxima de 20 (sin contar las "patas"). En Heracleópolis los "fi­redogs" no han aparecido quemados nunca, aspecto cuya importancia se verá enseguida.

Recipientes con un aspecto a grandes rasgos si­milar aparecen en numerosos lugares del Mediterrá­neo, y en épocas muy distintas, desde el Minoico Medio III cretense (c. 1700-1550 a.C.) 2 4 2 hasta la colonia de Ampurias en el s. VI a .C . 2 4 3 , donde ya siguen la conocida forma del lasaña griego. Han sido interpretados como soportes para grandes vasos de cocina en el fuego, como toberas de hornos de metal, útiles para hilar, etc.2 4 4. Tanto el empleo como so­portes de ollas de cocina (Morris) como su uso en hornos metalúrgicos (Ruiz de Arbulo) parecen hoy probados.

El modelo egipcio es sin duda diferente por la ausencia de asa —que a veces aparece, no obstante, con forma diferente— y la aparición de grandes patas, pero la morfología general es similar, y las funciones propuestas también: braseros portátiles para trans­portar ascuas en contextos domésticos; incensarios; soportes de recipientes de cocina para mantenerlos a cierta altura sobre el fuego; recipientes para calentar metal antes de trabajarlo; crisoles para metal fundido; fuelles/toberas, etc. La última teoría, tras examinar y desechar todas las anteriores, sostiene que los "fi­redogs" se empleaban de dos en dos o de tres en tres para sostener grandes tinajas puestas a calentar al

2 4 2 En el Ashmolean Museum de Oxford se conserva un de­nominado "Ariadne's clew-box" (1924.63) de uso supuesta­mente textil, que tiene un aspecto similar a los "firedogs" egip­cios, aunque las "patas" u "orejas" son mucho menores y en cambio aparece un asa en el lateral del galbo. Este tipo posible­mente evolucionó en Grecia arcaica.

2 4 3 Ruiz de Arbulo, AEspA 62 (1989), pp. 315 ss. Tipo ya más alejado del egipcio, con asa lateral y sin patas.

2 4 4 Para una muy convincente explicación del objeto como soporte en un fuego, ver Ruiz de Arbulo, AEspA 62 (1989), Fig. 2, p. 316.

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fuego, apoyando los "firedogs" sobre sus tres "pa­tas" y usando el borde para apoyar la tinaja calentada245.

No podemos aportar una identificación positiva al estudio de la función de estas piezas, sino sólo dos de tipo negativo: los "firedogs" de Heracleópolis no aparecen quemados o vitrificados, contra lo que ca­bría esperar si se tratara de fuelles, toberas o soportes de cocina. Además, y contra lo indicado expresa­mente por Aston 2 4 6, los "firedogs" no aparecen sólo en contextos domésticos y asociados a vasos de tipo doméstico, sino en una necrópolis, asociados a me­nudo a vasos destinados a un uso ritual (como en L10-11/13-14); o en la Estructura 1/8-9, asociado a un conjunto de inhumaciones y otros vasos globulares (Lám. XXXIXb, junto al vaso de la Lám. XXVa) .

Por otro lado, no se explica en la útima teoría la necesidad de los pequeños orificios que aparecen en los vasos (que ya dejan entre sí suficiente espacio para que el aire circule y mantenga el fuego), ni se explica la necesidad de vasos de forma tan específica y compleja cuando tres adobes o piedras o soportes más sencillos cumplirían la misma función.

IV.F.2. Técnica, acabados, decoraciones

El conjunto de formas que aquí se han presentado está a caballo entre el repertorio de las XXI-XXII Dinastías (al que se puden atribuir muchas de las formas) y el repertorio posterior (característico de las X X V y X X V I Dinastías) que supone notables cam­bios. No es una fase cerámica por sí misma, sino que recoge un momento en que se extingue una tradición y surge otra diferente, que no obstante aprovechará tipos tradicionales. Por ello este apartado no se en­tiende por sí mismo, sino en relación con lo que antecede y sigue. No hay tipos exclusivos de este momento: unos vienen de antes y tienden a desapa­recer; otros vienen de antes y siguen en el s. VII; la diferencia está en que ahora comienzan a apare­cer nuevas formas que van a desarrollarse en el s. VII a.C.

»' D. Aston, MDAIK 45 (1989), p. 32. D. Aston, MDAIK 45 (1989), p. 31.

Se mantiene todavía un predominio casi exclusivo de las pastas aluviales la, Ic y Id; se mantiene una práctica ausencia de decoración que se reduce a un engobe "fugitivo" de color rojo mate que se des­vanece incluso con inmersión en agua fría. Este en­gobe suele cubrir todo el vaso, y rara vez se aplica sólo al borde. E l repertorio decorativo se completa con una técnica puramente funcional: la impresión de cordeles en la parte ancha del galbo o borde de los recipientes grandes, que además de sujetar la pie­za durante la cocción deja impreso un motivo "cor­dado" horizontal más o menos regular.

Por lo general, las superficies de las piezas, rea­lizadas con torno cada vez más rápido, están más cuidadas que en la primera parte del TPI, y esto se aprecia sobre todo en los vasos ovoides de cuello acampanado. Asciende la proporción de engobes blanquecinos y aparecen (ya en la X X V Dinastía, muy a finales del s. VIII a.C.) las primeras piezas significativas en arcilla del desierto, que serán es­tudiadas no obstante en el siguiente apartado.

IV.F.3. Valoración general

Como ya se ha comentado, en torno a la segunda mitad del s. VIII a .C. o muy a comienzos del s. VII a.C. se produjo, en la opinión de todos los especialistas, un cambio notable en el repertorio for­mal, tecnología y pastas de la cerámica egipcia. Tam­bién se ha dicho que dicho cambio fue un proceso, rápido, sí, pero no una revolución. Es por tanto claro que no puede utilizarse directamente y sin más pre­cauciones el cambio cerámico para documentar acon­tecimientos históricos (como las luchas entre Piy y Tefnajt, o el papel de Heracleópolis en una zona fronteriza y a la vez con pretensiones de indepen­dencia). Tal tarea es en exceso arriesgada, porque el tempo ceramológico es diferente del político, aunque ciertamente las unificaciones y escisiones del Doble Pais jugaran un papel en la comercialización de los productos y difusión de modas cerámicas.

En este apartado hemos recogido una serie de producciones cerámicas características del período de transición entre el TPI y época "etiope". Abarca por tanto la segunda mitad del s. VIII y principios del

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VII a.C., o, en términos dinásticos, el fin de la XXII/ XXIII y la X X V Dinastía.

E l repertorio cerámico es todavía sustancialmente el del TPI (muchas formas son idénticas o ligeramente evolucionadas, como las grandes tinajas de boca an­cha (comparar Láms. XXIII y XXXII), los vasos globulares de base apuntada y cuello vertical (com­parar Láms. X X V y XXXIII), las bandejas (Láms. XXIX y XXXVI) o las copas de los "Depósitos de fundación" (Láms. X X X y XXXVIII).

Sin embargo, se aprecia un aumento de la pro­porción de acabados con engobes crema o blanque­cinos a imitación de arcillas del desierto, e incluso aparecen algunas piezas importadas del Sur o de Men-fis. Algunas formas tienden a desaparecer lentamente (Lám. X X I V , XXIIIb-d). Más significativa es la apa­rición sistemática de formas nuevas, como los vasos hondos de base plana saliente no documentadas antes del s. VIII a.C. (Lám. XXXVIa-e), las cantimploras hechas con pasta de los Oasis (clase Illa " , Lám. XXXVIIa-b ), los cuellos con baquetón y borde alar­gado (Lám. XXXIVf-g), etc. Estas formas se aso­ciarán sistemáticamente con las nuevas producciones que están naciendo en este momento y que van a ser características de las X X V y X X V I Dinastías, sobre todo pues en el s. VII a.C. Nos referimos a los vasos con bordes complejos y galbos estriados (Láminas X L V I y ss.) alta proporción de pastas amarillentas hechas con arcillas del desierto, etc..

Este nuevo repertorio cerámico, que abarca la X X V y parte de la X X V I Dinastía, es el que estu­diaremos a continuación. Debe, pues, entenderse que dicho repertorio se asocia también a muchas de las formas de este momento transicional: todas las que hemos descrito como nuevas y algunas de las tradi­cionales del TPI ("firedogs", vasos globulares con cuello vertical, bandejas, platos de base apuntada o platitos de base plana, etc.).

Por lo demás, el conjunto documentado en He-racleópolis durante la última fase de la XXII Dinastía y comienzos de la X X V recuerda mucho más por su repertorio formal a los materiales del Alto Egipto que a los —por otro lado peor conocidos— del Delta. En conjunto, la fase que corresponde al s. VIII a.C. en Heracleópolis tiene abundantes paralelos no sólo con el área de Tanis o Menfis, sino también con Tebas

o H e r m ó p o l i s . Esto mismo ocurrirá durante el s. VII a . C , cuando el repertorio "saíta".más típico se extienda por todo el valle. Este fenómeno, por el cual los paralelos tebanos o hermopolitanos se hacen evidentes, podría entrar en relación con un hecho documentado históricamente. Nos referimos a los acontecimientos cercanos al 730 a.C. narrados en la estela de Piy: el rey heracleopolitano Paeftchauauay-bastet se somete a Piy, soberano del sur. Pero es que además sabemos que este personaje había casado en primeras nupcias con la hija de Rudamón de Her­mópolis , mientras que de su segunda boda tuvo una hija, Iuretch, que fue ofrecida en Tebas como sacer­dotisa de Amon 2 4 7 . Es posible que todas estas rela­ciones cordiales con el Sur favorecieran el comercio de Heracleópolis con el Alto Egipto, de donde pro­cederían buena parte de los nuevos materiales, in­cluyendo el gusto por los vasos claros fabricados con arcillas del desierto.

I V . G . E L C A M B I O C E R Á M I C O : c. 730/700-c. 650 a.C. (Láms. X L - L X , Figura 6)

En este apartado se estudiará el repertorio cerá­mico correspondiente a grandes rasgos al final del s. VIII y buena parte del s. VII a.C. desde la X X V a mediados de la X X V I Dinastía (Saíta). Recoge pues el gran cambio ya anunciado en la segunda mitad del s. VIII a . C , caracterizado entre otras cosas por la súbita aparición de un elevado número de vasos fa­bricados con arcilla del desierto, la aparición de nue­vos tipos y el predominio de bordes moldurados com­plejos y bases de anillo, rasgos todos ellos ya anunciados hace años en diversos yacimientos y por distintos autores248. Debe entenderse que a las formas

2 4 7 Para una narración detallada de estos hechos, de la que hemos tomado estos datos, M . C: Pérez Die, Heracleópolis, pp. 602 y ss.

2 4 8 Este cambio corresponde, como ya se ha dicho (cf. Apdo. IV.D.2), al Complejo IIA de Kamak Norte (H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First...), al cambio socio-político que propone J. Bourriau (Umm el Ga'ab, p. 80), a la fase III y "Early Saite" de Aston (Tentative Footsteps... Ch. VII), y al cambio de la X X V Dinastía de P. French (Ateliers de potiers et productions céramiques en Egypte, pp. 58 y ss).

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CERRADAS

GRANDES

PASTAS ALUVIALES 106. XXIII.N 107. XXIII.O 108. XXIII.P 109. VII.G 110. XXIII.L 111. XXIII. M 112. BD.51237

PASTAS MARGOSAS 113. XXIV.D 114. XXIV.C 115. XXIII.Q 116. XXIII.S 117. XXIII.T

PRODUCCIONES CERAMICAS

ABIERTAS

GRANDES MEDIANAS/ PEQUEÑOS

MEDIANAS/ PEQUEÑAS

ESPECIALES

160. X X X 161. VIII 162. XXXII.B 163. XXXII.C 164. XXXIH

PASTAS MARGOSAS

PASTAS ALUVIALES

118. XXII.B 119. XXII.D 120. XXII.CXXII.F 121. X X . E

PASTA DE LOS OASIS

PASTAS ALUVIALES

136. X X V . E 137. XXV.B 138. XXV.F

PASTAS MARGOSAS

— 157.IV.F.2 — 158.II.C.3 — 159.IV.I.2

Vasos perfil incompleto

122. BD. 123. BD. 124. BD. 125. BD, 126. BD. 127. BD. 128. BD.

52211 52210 51420 51400 52230 52210 53210

Vasos Globulares

129. XXI.A 130. XXI.C 131. XXII.E 132. XXII.G.2

Vasos Ovoides

133. XX.F 134. XX.C.3.a. 135. VII.B.2

1—1 Platos 1 Cuencos 1—1 Platos 1 y otros

— 143.II.B.1 146.IV.L — 144.II.A.2 147.IV.J — 145.II.A.4 — 148.IV.A.3

— 149.IV.Ñ — 150.VII.F

— 151.VII.C — 152.IV.F.

153.BD.54310 154.IV.I.1 155.III.C 156.IV.C.2

Figura 6. Grupos formales de las XXV-XXVI Dinastías (c. 900-750 a. C.)

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aquí descritas deben añadirse muchas de las que he­mos descrito en el Apartado anterior ("firedogs", copas de pie planosaliente, platos...), puesto que du­rante un período (al menos el comienzo de la X X V Dinastía) llegan a coexistir.

En cambio, en Heracleópolis no se documenta el complejo saíta más tardío identificado por diversos autores, en el que se aprecia una notable influencia del repertorio formal foráneo, especialmente griego, y que corresponde a grandes rasgos con el s. VI a.C. o algo antes.

I V . G . l . Grupos formales

FORMAS CERRADAS GRANDES

Pastas aluviales

TIPO XXIII.N

§106. Grandes vasijas de almacenamiento de cuerpo ovoide, base apuntada inestable, con corto cuello vertical y borde redondeado ligeramente en­grosado. Sin asas. (Lám. XLIa). Pasta egipcia Ia/d de color rojizo en el núcleo y anaranjado a los lados. Sin engobar. Desgrasantes mediano-grandes, inclu­yendo pequeñas piedras. Dimensiones: en torno a 42 cm. altura, 20 diámetro máx. , 14 cm. diámetro de borde. Justo delante de la puerta de acceso a la Tumba 3, (Ll lAnteT.3/16) se encontró un conjunto de media docena de recipientes de este tipo, del que presen­tamos uno (Lám. XLIa).

Aunque se documentan paralelos para la forma del borde, no conocemos ejemplares completos si­milares a nuestra pieza, salvo vasos que recuerdan la forma general, como el tipo 147 de Aston 2 4 9.

2 4 9 D . A s t o n , Tomb Groups, T i p o 147, F i g . 16, Cementerio B de Gurna , como muy antigua, mediados del s. VI I I a . C . T a m ­b i é n en Elefantina (ss. X-mediados del s. V I I I a . C , q u i z á algo m á s tarde, pues e l d e p ó s i t o se data por in t e rpo l ac ión , cf. D . A s t o n , Tentative footsteps..., F i g . 181 .19884A:9 . U n tipo s i ­milar , pero con asas verticales en l a parte alta del galbo, en Menf i s ( D . A s t o n , Kom Rabi'a, F i g . 28 . tipo 562; relleno del s i lo , posiblemente s. V I I a . C . con algo de material anterior).

TIPO XXIII. O

§ 107. Vasijas de forma ovoide (o en forma ' 'de gota"), con base apuntada inestable, diámetro má­ximo en el tercio inferior del vaso, parte superior del galbo tensa, corto cuello estrangulado y borde ex-vasado casi horizontal (Lám. XLI). A veces el corto cuello muestra una arista o baquetón.

El galbo puede aparecer "decorado" en su parte alta con una o varias bandas horizontales formadas por un número variable de pequeñas acanaladuras (Lám. XLIb,c,e).

Fabricadas con pastas de clase la y tono rojizo intenso, bien cocido. Superficie cuidadosamente ali­sada, con engobe rojo mate intenso pero "fugitivo". Altura entre 35 y 45 cm., diámetro máximo entre 20 y 25 cm., diámetro del borde en torno a 10-14 cm.

Como ocurrirá en el caso de las ánforas de tipo "cananeo" y de otros vasos, también en este tipo tenemos copias en miniatura (Lám. XLIh). Sólo se conserva el borde y arranque del galbo. Pasta la, sólo se engoba la parte cercana al borde, que reproduce con exactitud el modelo. Diámetro del borde, 4 cm. (frente a los 12-15 del modelo). Otro ejemplar, algo mayor, tiene un diámetro de borde de 7.3 cm. (Lám XLIg).

La versión grande constituye un tipo relativa­mente frecuente en contextos tardíos de Heracleó­polis, también conocido en otros lugares de Egipto, aunque Aston no lo incluya en ninguno de sus Grupos 2 5 0. Se documenta en Tebas (Gurna, templo funerario de Seti I, Medinet Habu ) 2 5 1, y probable­mente en Hermópol i s 2 5 2 y Tanis 2 5 3.

TIPO XXIII.P

§108. Grandes tinajas de almacenamiento de boca ancha (Lám. XLII). Base inestable, galbo con tendencia cóncava. Dos asas verticales de sección

2 5 0 Aunque sí en un trabajo anterior, cf. D . A s t o n , Tomb Groups T i p o 143, F i g . 16 y p . 559.

Cf. K . M y s l i w i e c , SethosI, p . 57 , n . 370. A . L . K e l l e y , The pottery of Ancient Egypt, L á m . 80 .5 .799 .

" 2 A . J . Spencer y D . M . B a i l e y , Ashmunein, F i g . 18.57. « 3 P . Br issaud, CCE 1 (1987), P 1 . X V I I . 2 7 0 .

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circular, pequeñas, en la parte alta del galbo. Borde complejo, vertical, a menudo con aristas al exterior (Lám. XLIIa,b,f) y casi siempre con escalonamiento al interior (Lám. XLIIc,d,e,f).

Pasta de clase la. A menudo marcas de cuerdas en el galbo (Fig. XLIIf). Alisadas sin engobar o con engobe rojo mate. En torno a 50 cm. de altura, con un diámetro máximo de 35 cm. Diámetro del borde en torno a 17-20 cm.

Es muy probable que un tipo de borde muy si­milar, pero de menor tamaño, se empleara para vasos medianos e incluso para vasos Bes (Lámina LXg,h , idénticos pero con un diámetro de 7-9 cm.).

No conocemos apenas paralelos para este tipo 2 5 4.

TIPO VU.G

§109. Cuellos acampanados altos o muy altos y estrechos, rematados en un borde engrosado (Lám. XLIVa,d,e). Pastas la, con engobe rojo mate al ex­terior. La pieza mejor conservada mide al menos 26 cm. de altura. Habitualmente con un diámetro en torno a 25-27 cm. en el borde, lo que descarta su pertenencia al tipo de antorchas, mucho más pequeñas 2 5 5 .

Su datación —debatible— a partir de fines del s. VIII viene dada por su asociación a cantimploras del tipo "Oasis" y a vasos de pastas lie (p. ej. Lám. XLIVe, L.43.5, zona sin estudiar todavía).

Podrían corresponder a altos soportes de carrete, o quizá a versiones de gran tamaño de copas con base inestable. No conocemos paralelos cercanos.

TIPO XXIII.L

cilio y con labio redondeado o aplanado. A l exterior, el borde se decora con dos o tres acanaladuras ho­rizontales paralelas, que vienen a delimitar la zona de la boca. Pasta de clase la. Puede o no llevar engobe rojo mate al exterior. Diámetro del borde en torno a 15-20 cm. Paredes muy gruesas (hasta 1.8 cm.).

Aunque no conocemos paralelos exactos, resulta en cuanto a factura y acabado un grupo asociado a las tinajas en forma de "gota" que hemos estudiado (Lám. XLI). Por lo demás, parece una forma rela-cionable con numerosos vasos sin cuello y galbo con­vergente hacia la boca que aparecen por ejemplo en la cerámica de Baja Epoca de Amaina 2 5 6 , Matmar 2 5 7, Abydos 2 5 8 o Menfis 2 5 9. E l paralelo más cercano que conocemos procede del Ramesseum, aunque se trata de un fragmento con asas260.

TIPO XXIII.M

§111 . Gran recipiente de corto cuello vertical rematado en borde ligeramente engrosado al interior (Lám. XLVc) . Cuello ondulado al interior. Gruesa pared (hasta 2 cm.). Pasta la. Sin engobe. Diámetro del borde: 21 cm. Un tipo de gran recipiente de boca ancha quizá heredado del final del IN (XXIIh) y TPI (XXIIIb), con cuello progresivamente más corto2 6 1.

TIPO BD-51237

§112. Borde de tinaja o ánfora con hombro ca­renado muy acusado cerca del borde (Lám. XLVd) . Posiblemente imitación de ánfora cananea, aunque la ausencia de un fragmento con asa impide asegurarlo. En todo caso, la forma cuenta con paralelos aparen­temente sin asa en varios yacimientos262.

§ 110. Borde de gran recipiente sin cuello (Lám. XLVa,b). Parte superior del galbo troncocònica que remata en un borde inclinado hacia el interior, sen-

2 5 4 Karnak Norte: Sólo aproximado, Jacquet Gordon, From the Twenty First..., Fig. 9.8. Complejo HA. Amarna (sólo apro­ximado): P. French, Amarna Reports III, Fig. 9.11.SJ4.5.1 (D).

2 3 5 P. ej. P. French y H. Ghaly, CCE 2 (1991): 112-115, con bibliografía.

2 5 6 P. French, Amarna Reports III, Figs. 9.12, 9.13. 2 3 7 G. Brunton, Matmar, Lám. LVTI.47H. 2 5 8 D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 133. 2 5 9 D. Aston, Kom Rabi'a, Fig. 28, tipo 580. 2 6 0 G. Lecuyot, Ramesseum Apéndice, Fig. 3.1. 2 6 1 A. L . Kelley, The pottery of Ancient Egypt, PI. 80.5,

n. 800 (Dins. XXV-XXVI). P. French, Amarna Reports III, Fig.9.9, n. SJ2.5.1(A).

2 6 2 H. Jacquet Gordon, From the Twenty First..., Fig. 17.8, Coplejo HA. Arcilla del desierto, P. Brissaud, CCE 1 (1987), PI. XVI.264

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Pastas margosas

TIPO XXIV.D

§113. Imitaciones de ánforas cananeas en forma de "torpedo"(Lámina X L ) . Reproducen con dife­rentes grados de fidelidad los prototipos palestinos. En ocasiones aparecen versiones miniaturizadas (Lám. XLf) asociadas a sus "hermanas mayores". Normalmente fabricadas con pastas de clase Ilh (Lám. XLa,c).

Destacamos algunos ejemplares notables.

1) Ánfora de torpedo (Lám. XLa) con hombro marcado, dos asas verticales de sección aproxima­damente circular, corto cuello vertical y borde sen­cillo redondeado. Pasta de tipo Ilh (Mari C de Viena). Textura fina y color anaranjado. Bien alisado al ex­terior, mucho menos al interior, donde se aprecian las huellas de trabajo en el torno en su mitad inferior. Engobe anaranjado claro bastante perdido.

Dimensiones: Altura: 45 cm. Diámetro del borde, 9.5 cm. Hallada en el interior de la Tumba 5, sobre el suelo. En su interior se documentó una concha nacarada.

Corresponde con gran precisión al tipo 2 de Sagona263, que alcanzó su máxima popularidad en Palestina durante el último tercio del s. VIII a.C. con perduración probable en la primera mitad del s. VII (Taanach, estrato V) y un "revival" en los ss. V -IV a.C. En A l Mina se documentan piezas con base redondeada (similar a nuestra imitación egipcia) en los estratos VIII-VII, que pueden llegar hasta quizá mediados/fines del s. VII a.C.

2) Asa con grafito en forma de tau. Pasta sin embargo egipcia (Ilh) (Lám. X L ) . Grafito con pa­ralelos en Salamina de Chipre y otros lugares264. Pro­cede de H.29.4, sobre las Tumbas 7-8, donde se documentó un gran lote de fragmentos de vasos ca-

naneos y de sus imitaciones egipcias, que incluye un mínimo de ocho ánforas importadas.

3) Miniatura de ánfora cananea de "torpedo" (Lám. XLf). Hombro marcado, borde vertical, sin asas; base apuntada. Pasta Ia/d muy depurada, con engobe beige claro. Altura: 9 cm.; diámetro máximo en los hombros, 4.5 cm.

TIPO XXIV. C

§114. Gran recipiente anforoide (Lám. XLb), de cuerpo globular apuntado, base redondeada ines­table y boca ancha sin cuello, con borde redondeado vertical. Dos asas verticales a la altura del hombro. Pasta egipcia. Dimensiones: altura 47 cm., diámetro borde: 10,5 cm. Hallada en H l l , frente a la Tumba 2, sobre una plataforma de adobes. Pieza a caballo entre una tinaja de tipo tradicional (cf. Lám. XXXI) y una imitación: las asas han subido hacia un borde más corto, y se marca más el hombro.

TIPO XXIII.Q

§115. Gran recipiente ovoide (Lám. XLVIa,b). Borde alargado algo entrante, cóncavo al interior y convexo al exterior. Dos pequeñas asas verticales casi testimoniales que pueden arrancar del mismo borde (Lám. XLVIa) o ligeramente más abajo, en la parte superior del galbo (Lám. XLVIb). Hombro horizontal marcado con arista y galbo cubierto de finas estrías con efecto decorativo. Paredes muy finas para el ta­maño del vaso. Diámetro del borde en torno a los 15-18 cm.

Pasta del desierto de tipo Illb o lie, de sonido metálico. Superficie amarillenta, blanquecina o ana­ranjada clara.

Corresponde a una familia de vasos bien definida que comprende una versión de mediano tamaño muy bien documentada en H e r a c l e ó p o l i s ( L á m i n a XLVIc,d,e) (v. infra párrafo 118).

Forma de un nuevo repertorio que parece ser pro­pia del s. VII, quizá ya en la X X V I Dinastía. Cuenta con numerosos paralelos265.

2 6 3 Bien identificadas como versión grande. Hermopolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 18.55 Completo: Templo funerario de Seti I en Tebas: K. Mysliwiec, Sethos I, p. 60.397.

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2 6 3 A. G. Sagona, Op. Ath. XIV.7 (1982), pp. 75-78. 264 Cf. Yon, Dictionnaire..., Fig. 239.

TIPO XXIII.S

§116. Grandes recipientes de cuerpo ovoide y característico cuello con muesca bajo el borde (Lám. XLVIIIa,b). E l borde toma así un característico perfil en forma de pico. Pared delgada, a menudo adel­gazada en la base del cuello. Pasta Illb de tono ver­doso o amarillento. Sonido metálico apagado; su­perficie blanquecino-rosada y a veces amarillenta. Diámetro del borde en torno a 12-15 cm.

Este reconocible tipo de borde aparece casi en todos los yacimientos donde se documentan vasos en esta característica arcilla (equivalente a Mari A4, var. Ib). Aparecen probablemente en la X X V Dinastía, pero su máximo desarrollo parece de la X X V I 2 6 6 .

Una variante, con galbo similar pero borde algo más aristado se documenta también en Heracleópolis (Lám. XLVIIIñ). Sólo conocemos un perfil completo correspondiente a este tipo de borde2 6 9. Con todo, la sensación es que estos bordes complejos moldurados, todavía poco estudiados, se aplicaron indistintamente a diversas variantes formales, por tamaño y perfil.

Aunque las producciones originales en arcilla del desierto seguramente se importaban del Medio-Alto Egipto, los artesanos de Heracleópolis pronto pasaron a producir imitaciones en arcilla del Nilo, con paredes más gruesas y perfiles de borde algo más bastos (p. ej . ,Lám. XLVIId,e). Este fenómeno no es inusual: en Hermópolis se manifiesta también con claridad270.

TIPO XXIII. T

§ 117. Tipo directamente relacionado con el an­terior (Lám. XLVIIh). Cuerpo ovoide estriado en la parte baja del galbo, con dos asas verticales. Similar al anterior, pero con más forma de "gota". El borde se diferencia también en que resulta más inclinado hacia el interior, y la acanaladura se convierte en una moldura más compleja.

Pasta Illb anaranjada con superficies blanqueci­nas. Sonido metálico apagado. Paredes delgadas. Co­rresponde al tipo 4 de Lecuyot en el Ramesseum267

donde se documenta uno de los muy pocos perfiles completos que conocemos, con una altura de 49,3 cm. y un diámetro máximo de 26 cm. (el diámetro del borde es de sólo 8 cm.). Ese tipo es también frecuente en otros contextos de la X X V - X X V I Dinast ías 2 6 8 .

Es posible que este tipo tenga una versión de tamaño más reducido (en torno a 20-30 cm. de altura, cf. Lám. XLVIIf).

2 6 6 Para una forma casi entera en Elefantina: F. Andraschko, MDAIK 46 (1990), Fig. 13 (XXV/XXVI Din.). Amarna: P. French, Amarna Reports, III, Fig. 9.17,MJ2.1.2(D); MJ2.1.3(A). Hermopolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ash-munein, Fig. 22.88,89,90. Karnak Norte: H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First..., Fig. 16.4.

2 6 7 G. Lecuyot, Ramesseum p. 146.5. 2 6 8 Hermopolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein,

Fig. 21.73; 22.83. 21.74 Karnak: H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First..., Fig. 16.5. Tebas (Templo funerario de Seti I): K. Mysliwiec, Sethos I p. 60.397, perfil complete

FORMAS CERRADAS MEDIANAS Y PEQUEÑAS

Pastas margosas e imitaciones locales engobadas

TIPO XXII.B

§118. Se trata de una versión de tamaño me­diano de un tipo ya descrito en le párrafo 115, tipo XXIII .Q. ( L á m . X L V I c , d , e ; c o m p á r e n s e con XLVIa,b). Vasos ovoides de base apuntada muy ines­table, galbo estriado al exterior (¿con objeto metálico aplicado mientras giraba en el torno?). Borde vertical alargado, convexo al exterior. Dos asas verticales pequeñas en la parte media, alta del galbo o en el borde.

Altura 20-30 cm., diámetro máximo entre 16 y 20 cm., diámetro del borde en torno a 10 cm. Pasta de clase Illb con núcleo anaranjado y superficie blan­quecina. En ocasiones, pasta lie de tono verdoso o amarillento. En alguna ocasión se aprecian marcas de apilamiento en cocción en la parte baja del galbo (Lám. XLVIe).

2 6 9 Tebas, Templo funerario de Seti I. K. Mysliwiec, Sethos I, p. 60, n. 399. ¿Segunda mitad del s. VII a.C.? (cf. D. Aston, Tentative footsteps...).

2 7 0 A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 18 y p. 14 ('red ware").

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Tipo muy característico del período en numerosos yacimientos271 especialmente en el Alto Egipto, de la X X V Dinastía en adelante.

TIPO XXII.D

§119. Pequeños recipientes globulares de base apuntada, cuerpo esferoidal y borde vertical convexo al exterior (Lám. XLVIf-k).

Algunos ejemplares —presumiblemente impor­tados desde el Sur— se realizaron en pasta de clase Illb (Lám. XLVIk), cuidada, de sonido metálico y tono anaranjado con superficie blanquecina. Sin em­bargo, la mayoría de los ejemplares de esta forma hallados en Heracleópolis son producciones de pasta la aluvial, disimulada casi siempre con engobe beige/ blanco (Lám. XLVIgj ) o rojo mate (Lám. XLVIi).

Por sus dimensiones deben separarse dos variantes:

a) Vasos de tamaño normal: Altura máxima en torno a 12-14 cm. con un diámetro máximo cercano a la altura. Diámetro del borde entre 8 y 9 cm.

b) Imitaciones en miniatura, casi siempre en pas­ta la y engobe blanco para simular arcillas margosas. Altura en torno a 6.5 cm., con un diámetro de borde en torno a 4 cm. Estas ' 'mi­niaturas" son frecuentes y aparecen a menudo directamente asociadas a inhumaciones (p.ej., Lám. X L V I i , en H20/5, sobre los pies de M -477; Lám. XLVIg , del interior de Tumba 7b, asociado a M-878).

La versión mayor de este tipo es bastante fre­cuente en contextos del s. VII a .C. 2 7 2 .

2 7 1 Hermopolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 21.79; 18.54; 8.1 (imitaciones en arcilla aluvial). Abydos: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 134.63. Tebas (Cementerio B de Gurna): D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 136.777. Tebas (Templo funerario de Seti I): D. Aston, Tentative foots­teps..., Fig. 141.778, K. Mysliwirc, Sethos I p. 60. n. 400. Karnak: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 172.244.61 (asas en el borde).

2 7 2 Tipos 178-183 de D. Aston, Tomb Groups, Fig. 21; tb. J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 81, n. 154. Menfis: H. G. Fis­cher, Mit Rahineh 1955, Fig. 4.43 (mal datado). H. G. Fischer, MitRahineh 1956, n. 408 (con asitas). Karnak: H. Jacquet-Gor-don, From the Twenty First...., Fig. 16.10 (con asitas). Tebas (cementerio B Gurna): D. Aston, Tentative footsteps..., Fig.

TIPO XXII-F, XXII. C

§120.Vasos similares a los anteriores en forma del cuerpo y tamaño, pero con borde y labio dife­rentes (Lám. XLVIIa-c).

Desconocemos la forma de la base, previsible-mente apuntada. Tenemos ejemplares en arcilla alu­vial (Lám. XLVIIa-b) y en arcilla margosa de tipo lie (Lám. XLVIIc).

No conocemos paralelos cercanos para los bordes de los vasitos de arcilla aluvial (Láms. XLVIIa,b). E l tercer vaso representado (Lám. XLVIIc) puede encontrar bordes similares en numerosos lugares, en especial en Ashmunein2 7 3, aunque sin el peculiar per­fil, quizá en parte debido a un fallo de cocción.

TIPO XX.E

§121 . Vasos bicórneos pequeños, similares a peonzas, con el diámetro máximo en el centro del galbo y cuello muy estrecho (Lám. XLIXn). Borde indeterminado. Diámetro máximo: 9 cm. Pasta lie. Decoración en forma de dos series de acanaladuras horizontales en los hombros.

Pastas aluviales

Vasos medianos o grandes. Perfil incompleto

TIPO BD.52211

§ 122. Recipiente de cuello corto vertical y boca ancha, con borde alargado vertical engrosado al ex­terior (Lám. XLVIIIc). Diámetro del borde, 18 cm. Pasta de clase la. No muy común en Heracleópolis, y raro en otros yacimientos274.

136.771-775. Tebas (Tempio funerario de Seti I): D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 141.773; K. Mysliwiec, Sethos I p. 60, n. 403.

2 7 3 A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 22. 2 7 4 P. French, Amarna Reports, III, Fig. 9.11 (SJ4.3.2[A])

y p. 156.

92

TIPO BD.52210

§123. Bocas de vasos globulares o alargados, medianos o/y grandes, de cuello vertical o ligera­mente acampanado. Se caracterizan por un borde ver­tical, triangular, alargado, engrosado al exterior, for­mando una ancha moldura justo en el borde, que se complementa con una arista en la base del cuello, justo antes del arranque del cuerpo (Lám. XLVIII,d-f). Pasta la, engobe rojo mate.

Este tipo se documenta ya en contextos de finales del TPI, pero parece (a partir de asociaciones) hacerse más frecuente en el s. VII a.C. Aunque el tipo de borde complejo es característico de esta época, tanto en vasos con pastas de clase II y III como en los de arcilla aluvial, puede que nos encontremos ante una de tantas producciones locales.

TIPO BD.51420

§124. Vaso de cuello vertical ancho y borde vertical con escalón interior ¿para tapadera?) (Lám. XLVIIIi). Pasta la, sin engobe. Diámetro del borde, 18 cm. No conocemos paralelos cercanos. Podría corresponder a una gran tinaja producida habitual-mente en arcilla del desierto275.

TIPO BD.51400

§125. Vaso globular mediano con corto cuello estrangulado y borde redondeado, engrosado al ex­terior y exvasado (Lám. XLVIIIj,k). Pasta la. Diá­metro del borde en torno a 11-14 cm.

Tipo de vaso muy habitual en diversos períodos, y por tanto poco útil a efectos de datación 2 7 6 . Sin embargo, la arista en el arranque del cuello (Lám. XLVIIIj) es más característica de esta fase avanzada.

TIPO BD.S2230

§126. Tipo de cuello vertical o ligeramente abierto con borde redondeado muy engrosado al in­terior y característico perfil ondulado en el interior

del cuello (Lám.XLVIIIl). Diámetro en torno a 10 cm. Pasta la, normalmente sin engobar, bien depu­rada.

Se trata de un tipo con amplia cronología que ya hemos documentado desde fines del Imperio Nuevo (Lám. XXIe,f), correspondiendo probablemente a un vaso globular de base inestable y tamaño mediano277.

TIPO BD.52110

§127. Vaso de cuello vertical estrecho (menos de 10 cm.), borde vertical sencillo, a veces biselado por el interior (Lám. XLVIIIm,n). Pasta la, a veces engobe rojo muy desvaído. Probablemente de vasos globulares como los ya comunes en el TPI.

TIPO BD.53210

§128. Vaso "de cuello de trompeta" (Lám. XLVIIIh) muy estrecho y acampanado que remata en boca de unos 12 cm. de diámetro. Borde horizontal, rectangular, moldurado y ligeramente pendiente.

Probablemente de una gran jarra de cuello alto y asa vertical, de un tipo ya conocido en la XVIII Dinast ía 2 7 8 .

Vasos globulares, medianos y pequeños.

TIPO XXI

§129. Vasos ovoides con cuello vertical o li­geramente acampanado, base inestable y tamaño me­diano/pequeño (Lám. XLIXa,d,e,f, g,h,i,j). Se trata de la evolución de los vasos similares pero de mayor tamaño característ icos del TPI (Láms . X X V y XXXIII), que fueron sufriendo un proceso de reduc-

2 7 7 Paralelos no muy cercanos en Amarna, cf. P. French, Amarna Reports, III, Fig. 9.8, SJ1.1.4 (Hl)

2 7 8 Por ejemplo, como en J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 244., aunque también hay bordes de tipo similar en momentos posteriores (por ejemplo, XXVI Dinastía), jarra J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 81, n. 156.

93

2 7 5 P. French y H. Ghaly CCE 2 (1991), n. 18a. 2 7 6 P. French, Amarna Reports, III, Fig. 9.8 (SJ1.3.2[P]).

ción de tamaño. Pastas la (Lám. XLIXa,d,e,i) o Id, más blanda pero similar (Lám. XLIXf,g).

Pueden distinguirse dos tamaños:

a) Vasos pequeños, de unos 12-15 cm. de altura, diámetro máximo en torno a 10-12 cm. y diámetro del borde rondando los 8 cm. (Lám. XLIXa,d,e; Lám. XLVIIIg). Muy cuidados, bien cocidos. A ve­ces parcialmente engobados en rojo (Lám. XLIXa, en el cuello)279.

b) Reproducciones en miniatura de esas formas (Lám. XLIXf-g), con alturas en torno a 5-9 cm., y diámetros de borde en torno a 4-5 cm. Menos cocidos normalmente, pastas Id, aunque a menudo con pastas muy depuradas y paredes finas (Lám. XLIXg). A menudo estos vasos se asocian a enterramientos (Lám. XLIXg, junto a M-665, en H23). Miniaturas de este tipo se documentan en otros yacimientos280.

TIPO XXI.C

§130. Tipo relacionado con los vasitos en mi­niatura anteriores (tamaños, pastas la, etc.) pero de­rivados posiblemente de tipos de arcilla margosa (Lám. XLIXi j ) .

Se caracterizan por un perfil marcadamente bi­córneo, paredes comparativamente gruesas o muy gruesas y borde ligeramente exvasado. Podrían servir como tarritos de cosmético, y tienen algún paralelo en arcilla margosa281.

amarillento. Dimensiones: Altura 14 cm: Diám. máx. , 12; Diám. borde., 7 cm.

Recuerda a tipos en arcilla margosa; se trata de una forma muy habitual en los llamados "Vasos Bes" (v. m/ra)2 8 2.

TIPOXXII.G.2

§132. Vasito globular de base apuntada, sin cuello ni borde definido (Lám. XLIXc). Dimensio­nes: Altura 11 cm.; diámetro máximo 11 cm.; diá­metro del borde, 6 cm. Pasta de clase la. Este tipo de boca no es frecuente, pero se documenta ocasio­nalmente en otras formas del período 2 8 3 .

Vasos ovoides medianos y pequeños

TIPO XX.F

§133 . Vaso ovoide alargado de base apuntada muy inestable (Lám. XLIXl,ñ) . Pasta Ia/d, con un acabado mucho menos cuidadoso que en otros tipos hasta ahora descritos. Abundan los engobes rojos fu­gitivos (Lám. XLIXñ). Se diferencian claramente de los modelos antiguos por la mayor anchura de su boca, casi vertical. Su altura ronda los 20-30 cm., con un diámetro máximo de c. 11 cm. y un diámetro del borde ligeramente menor.

Tipo no muy frecuente, pero documentado en versiones más alargadas en otros yacimientos284.

TIPO XXILE

§131. Vasito globular de base apuntada, cuello corto vertical con borde redondeado y pequeña arista horizontal; dos pequeñas asas verticales en parte alta del galbo. (Lám. XLIXb). Pasta la con engobe blanco

2 7 9 Saqqara: P. French, MDA1KAA (1988), n. 9. Hermopolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 8.3

2 8 0 Saqqara: P. French, MDAIK 44 (1988), n. 10. Matmar. G. Brunton, Matmar PI. LVII,57E, 57T, 68H, 69H. Menfis: H. G. Fischer, Mit Rahineh 1956, n. 420, 421.

2 8 1 H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First..., Fig. 16.11, Complejo HA (XXVI Din.).

TIPO XX.C.3.3

§134 . Vaso bitroncocónico (Lám. XLIXm). Cuello posiblemente acampanado. Pasta la bien co­cida. A menudo con engobe rojo. Corresponde a la

2 8 2 P. ej., Templo de Seti I, K. Mysliwiec, Sethos I p. 56, n. 368. Además, sin decoración, G. Brunton, Matmar Pl. LVII.69P.

2 8 3 Menfis: H. G. Fischer, Mit Rahineh 1956, n. 562. Tebas (Medinet Habu): A. L. Kelley, The pottery of Ancient Egypt, Pl.85.1. (Fim s. VIII a.C.) (vaso canopo en cerámica).

2 8 4 H. G. Fischer, Mit Rahineh 1956, n. 427; H. Jacquet-Gordon , From the Twenty First... Fig.5.1; 6.8; 11.2. El paralelo más cercano en J. Bourriau y D. Aston, Poser and Ra' ia n. 106.

94

perduración de un tipo característico del TPI (Lám. XXIV). Forma común en yacimientos del E l Fayum, como Lahun 2 8 5.

TIPO VII.B.2

§135. ¿Molde de pan? (Lám. LVIm). Posible molde de pan del tipo C de Jacquet Gordon, de pe­queño tamaño 2 8 6 . Fondo sin perforar. Pasta Id. Este tipo parece característico del PPI/Imperio medio, por lo que la aparición de un fragmento en H20/5, en un nivel con materiales muy tardíos debe deberse a una intrusión o contaminación. Ya se han hecho las con­sideraciones pertinentes sobre el tipo VIIB en el Apdo. dedicado al PPI/IM.

Pasta de los Oasis: Cantimploras

TIPO XXV.E

§ 1 3 6 . Cantimploras lenticulares "Pilgrim-flasks" (Lám. Lía, f,g,h). Aplanada, fabricada me­diante la unión de dos "cuencos" a torno y luego aplicando el cuello. Asas muy cortas de la base del cuello al hombro. Diámetro del galbo, 8 cm. Pasta de clase lia de sección rosada (Lám. Lía) , Id y tam­bién pasta de los Oasis (clase Illa) (Lám. Llf). En este último caso la pasta clara suele presentar un engobe gris o achocolatado.

Forma característica del TPI avanzado y final. Corresponde al Grupo 16 de la Fase III de Aston 2 8 7, aunque la mayoría de estas piezas se fabrican en arcilla aluvial de buena calidad. En Heracleópolis este tipo y el siguiente suelen aparecer en contextos avan­zados, de mediados del s. VIII en adelante, pero apa­rentemente en otros contextos pueden llegar al s. LX a .C. 2 8 8 .

TIPO XXV.B

§137. Forma similar a la anterior pero de cuerpo esferoidal en lugar de lenticular ( L á m . LIc,d) ("Gourd"). Consunción idéntica, denunciada por las líneas del torno. Pueden tener dos o tres asas casi atrofiadas. Tamaño mayor que el de los vasos len­ticulares.

Habitualmente pasta de clase Illa ("de los Oa­sis"), empleada sólo en esta forma en Heracleópolis. Suelen llevar un espeso engobe de tono gris oscuro (Lám. Lie) o chocolate (Lid), y a veces una serie de circunferencias incisas concéntricas decoran el galbo (Lám. Lid). Parece una forma característica de los ss. VIH-VII a . C , aunque se remonte a la Fase II de Aston (ss. X-IX) 2 8 9 . En concreto, la forma que aquí presentamos se asocia a un jarro fenicio de engobe rojo datable en la segunda mitad del s. IX a.C. Por tanto, contamos en Heracleópolis con fragmentos de pasta de los Oasis al menos desde el s. IX a . C , aun­que la mayoría de los vasos de este tipo se asocian a materiales más propios de fines del s. VHI-primera mitad del s. VIL

TIPO XXV.F

§138. Cantimplora anular (Lám. LXIVh). Un asa vertical. Sección irregular. Pasta la. Engobe rojo brillante bruñido 2 9 0 .

FORMAS ABIERTAS GRANDES

Pastas aluviales

TIPO VI.A

§ 1 3 9 . Vasos acampanados (Lám. XLIII y XLIVb,c). Base característica, con anillo de solero. Gran borde exvasado horizontal, con labio redon-

2 8 5 A. L . Kelley, The pottery of Ancient Egypt, PI. 81.3, 81.4.

2 8 6 H. Jacquet-Gordon, en D. Arnold (ed.) Studien zur al­tägyptischen Keramik, Fig. 4.

2 8 7 D. Aston, Tentative footsteps... 2 8 8 Paralelos: Giza: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig.63

(s. IX-1/2 s. VII a.C.). Menfis: H. G. Fischer, Mit Rahineh 1956, n. 459 (¿5. VIII-VII?). Lahun: A. L . Kelley, The pottery of Ancient Egypt, PI. 81.4. Hermöpolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Figs. 8.6; 9.7; 24. Elefantina: F. Andrasch-ko, MDAIK 46 (1990), Fig. 12.

2 8 9 Heliopolis: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 62.49 (¿TPI?). Menfis:H. G. Fischer, Mit Rahineh 1956, n. 458 (¿pasta Oasis?). Matmar. G. Brunton, Matmar Pl. LVII.93L y 93W; L X V . l l . Tebas (Cementerio B Gurna): D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 139.812. Tebas (Medinet Habu): D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 168. Kamak: H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First... Fig. 11. 12b (Complejo I).

2 9 0 Paralelo cercano pero con dos asas en Lahun: A. L . Ke­lley, The pottery of Ancient Egypt, Pl. 81.4. Forma que ya se da en la XVIII Dinast ía (J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 75, n. 142).

95

deado. Pastas de clase la con frecuente engobe rojo mate al exterior (Lám. XLIIIa,d) o a ambos lados (Lám. XLIIIb). Dimensiones en torno a los 25 cm. de altura, 20 de diámetro en el borde y 8-10 cm. en la base.

A menudo asociadas a contextos de ofrendas de huesos animales y objetos rituales (H32/3) (Lám. XLIIIa). También se asocian a enterramientos (Lám. XLIIIb, M-803, en H30/2), con restos de materia blanca (¿material para embalsamadores?). Dicho muña aparece también en otros vasos (Lám. XLIIId, H25/5).

Se trata de una forma sumamente característica de la X X V Dinastía y posterior, aunque Fischer la considerara — e r r ó n e a m e n t e — romana en Mit Ranina 2 9 1. Se documentan formas similares, pero más pequeñas y con asa, en Qantir durante la XXI Dinastía 2 9 2 . Cuenta con numerosos paralelos293 y co­rresponde al Grupo 17 de la Fase III de Aston 2 9 4 . La versión dotada de asa, que también aparece en Baja Epoca (Mit Rahineh), ha sido considerada como un bacín.

TIPOI

§140. Bandejas (Lámina LII). Continúan una tradición que viene desde el PPI 2 9 5 , y que hemos visto continuar, desarrollada, a lo largo de todo el TPI (Láminas XXLX y XXXVI) . Son, como se ha dicho, recipientes planos de gran tamaño (en torno a 30 cm.), aunque hay piezas mucho menores y mucho mayores. Base plana y corto borde masivo de formas diversas.

Piezas a mano en pasta de clase Ic. Superficies muy toscas e irregulares al exterior y alisadas al in­

terior. Tonos rojizos con sección negruzca. En raras ocasiones aparece un engobe interior de color blanco o crema blanquecino (Lám. Lllg). A menudo el ex­terior está ennegrecido por la acción del fuego.

Como se ha dicho, es un tipo con paralelos en casi todos los contextos de los ss. IX-VII a .C. 2 9 6 .

Continúan las variantes del fin del s. VIII, y se añade una tercera:

a) (Lámina LIIa,g,h). Bandeja de pared baja, moldurada al exterior. Diversos tamaños (aquí se re­coge uno excepcionalmente pequeño, Lám. Lila). Tipo ya tradicional.

b) (Lám. Llld-f). Pared alta, recta, inclinada al exterior. Suelen tener un engobe blanquecino al in­terior y exterior, salvo en el fondo. Mejor acabadas que la variante anterior. Tipo ya tradicional.

c) Asimismo, en este período documentamos una tercera variante de la forma, funcionalmente distinta. Se trata de una tapadera, con asa en lo que es la base de las otras variantes (Lám. LIIb,c). E l asa es un mamelón con dos entrantes en media luna, que no llegan a unirse. Debía usarse en hornos de pan o grandes vasijas de cocina. Este es un claro ejemplo de como una misma forma, con un añadido, se trans­forma en otra por completo diferente en orientación y función. Esta variedad con asa es menos frecuente en otros yacimientos297.

TIPO V.D

§141 . Grandes cuencos troncocónicos con base de anillo (Lámina LUI). Se trata de otro tipo heredado del TPI (Láminas XXVIIe, XXXVe-h) , cuyos pa-

2 9 1 H. G. Fischer, Mit Rahineh 1955, Fig. 4.34, mal datado como "Grecorromano". Tb. Mit Rahineh 1956, n. 402-403, p. 144.

2 9 2 D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 39.7. 2 9 3 Tell Fara'on-Imet: I. Ali Mostafa, Bull. Liaison, XI

(1986), P. 11, Fig. 8. Tell Nebesheh: D. Aston, Tentative foots­teps..., Fig. 36. Mendes: P. French, A Preliminary study of pottery in Lower Egypt, Fig. 1.9. Elefantina: F. Andraschko, MDAIK 46 (1990), Fig. 13 (XXV-XXVI Din.) También en Her-mópolis, Gurna, Mentis (D. Aston, com. pers.)

2 9 4 D. Aston, Tentative footsteps..., Grupo 17. 2 9 3 G. Soukiassian et alii Ayn-Asil, p. 110 ss.

2 9 6 Tanis: P. Brissaud, CCE 1 (1987) PI. XI, n. 153 y ss. Menfis: D. Aston, Kom Rabi'a, tipos 1,2, 286, 287. Mendes: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 56.5. Saqqara: P. French y H. Ghaly, CCE 2 (1991), n. 76. Ashumunein: A. J. Spencer, D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 25. Matmar. G. Brunton, Mat-mar, PI. LVII.1D.1H. Karnak Norte: H. Jacquet Gordon, From the Twenty First..., Fig. 3, 9-10 (Complejo 1). Ramesseum: G. Lecuyot, Ramesseum, p. 127. Elefantina: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 26. Una variante de pared alta pero con borde abierto, J. Bourriau, D. Aston, Paser and Ra'ia n. 102.

2 9 7 P. ej., H. G. Fischer, Mit Rahineh 1956 Pl. 66, n. 612 (50 cm. diam.). También, más próxima a nuestros ejemplares, G. Lecuyot, Ramesseum p. 130. Su Tipo 4

96

ralelos ya han sido citados298. Aunque en este período aparecen numerosos cuencos grandes en arcilla mar­gosa, en Heracleópolis no aparecen, continuando la tradición anterior299.

Los rasgos más característicos en este momento son el escalón interior del borde, pensado para co­locar una tapadera (Lám. LlIIb-c), y la elevación del anillo de solero, que se hace más alzado que en mo­mentos anteriores. Son piezas grandes y muy gran­des, con un diámetro de borde entre 35 y 50 cm., y una altura de entre 15 y 20 cm.

Pasta roja bien cocida de clase la, con tono rojo intenso. Núcleo negro en los puntos más gruesos de la pared. Superficie bastante tosca, alisada. El uso de cuerdas para sujetar la pieza durante la cocción se emplea aquí claramente como un motivo decorativo complejo, juntando sucesivas líneas impresas (tres, cuatro y hasta siete, Lám. LIIIc).

Aunque se trata de un tipo claramente doméstico, estos vasos aparecen directamente asociados a ente­rramientos. Así , el vaso de la Lám. Li l la estaba co­locado debajo de la cabeza de M-500 (H22/5).

Pastas margosas

TIPO V.E.

§142. Grandes cuencos de perfil tendente a he-miesférico, borde vertical engrosado al interior, (Lám. LVIIh). Superficie suavemente ondulada, con efecto decorativo. Pasta anaranjada Illb, con super­ficie blanquecina, crema o anaranjada, a veces de coloración irregular. Diámetro cercano a los 30-35 cm. Profundidad mayor de 15 cm.

FORMAS ABIERTAS MEDIANAS Y PEQUEÑAS

Pastas aluviales

Platos

TIPO H.B.1

§143. Platos de base apuntada inestable, galbo tenso u ondulado y borde redondeado, horizontal o ligeramente vuelto (Lámina LIVa-g). Marcas de tor­no y a veces de dedos. Pastas Ia/d. A veces engobe rojo mate. Diámetro del borde en torno a 20-28 cm.

Estos platos continúan la tradición del TPI (Láms. X X V I I I , X X X V b , d ) y ya han sido estudiados (v. supra.)300.

La tendencia a la miniaturización que hemos ob­servado en otras formas se aprecia también aquí. Con­tamos con al menos un platito en miniatura que sólo conserva a grandes rasgos el perfil sinuoso de sus modelos (Lám. LVo). Diámetro, 9 cm. Altura, 4 cm. 3 0 1 .

TIPO II.A.2

§144. Platos de base plana pequeña (Lám. LIVh-k). Galbo de tendencia cóncava. Acabado irre­gular, alisado tosco, a veces con numerosas huellas de torno, intencionales (Lám. LIVi o no (Lám. LIVk). Se dan varios tamaños en gradación descen­dente, desde un diámetro de borde de 18.5 a 10 cm. Alturas entre 3.5 y 6.5 cm.

Pastas Id, de tono ocre, muy deleznables. El en­gobe rojo no es frecuente en estas formas. A veces, alisados con una tela o la mano humedecida en arcilla diluida.

2 9 8 Ver nota 224. 2 9 9 P. ej., H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First... Fig.

12;P. French, " A preliminary study of pottery in Lower Egypt", Fig. 2.1.

3 0 0 Ver nota 189 para los abundantes paralelos, aunque en este período en otros yacimientos parecen disminuir en número, cosa que no ocurre en Heracleópolis.

3 0 1 Paralelo muy cercano en Hermopolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 9.8.

97

Tipo existente desde el Imperio Antiguo, fre­cuente en todos los p e r í o d o s en contextos funerarios302.

TIPO II.A.4

§145. Variante del tipo anterior con galbo con­vexo muy irregular (Lám. LIV1). Pasta Id, base cor­tada con cuerta, fuerte estriado interior. Diámetro del borde, 10 cm.

Cuencos, cazuelas, copas y vasos hondos.

TIPO IV.L

§146. Pequeño cuenco de base plana y paredes verticales rematadas en corto borde horizontal al ex­terior, con labio redondeado. Semeja un cilindro achatado (Lám. LIVm). Diámetro del borde, 9 cm.; altura,3.4 cm. Pasta ¿la? reducida, no quemada. Co­lor negro, incluso en superficie, por cocción reduc-tora.

Vaso único en la necrópolis, solo conocemos un paralelo en cerámica, y otro en un vaso de piedra muy similar en forma y tamaño de Matmar 3 0 3, al que quizá imite.

TIPO IV. J

§147. Cuencos troncocónicos de base plana (Lám. LVe-j ,n,ñ) Se trata de vasos de pequeña base plana muchas veces irregular, cortada con cuerda

(Diám. en torno a 4 cm.). Tamaño pequeño, en torno a 8-11 cm. de altura y 10 cm. de diámetro de borde. Pastas la y a veces Id. Normalmente sin engobar. A menudo superficie exterior muy irregular, o incluso toscamente estriada (Lám. LVg). A veces ennegre­cidos por el interior, quizá como consecuencia de haberse quemado en ellos sustancias aromáticas (p. ej. Lám. LVg). Es una forma muy frecuente en He-racleópolis.

Por la forma del borde pueden distinguirse dos variantes:

a) Borde entrante, más capaz de contener líqui­dos; labio redondeado o ligeramente biselado por el interior. Es la más frecuente (Lám. LVe,g,i).

b) Borde inclinado simple, con labio redondea­do. Menos común (Lám. L V f ) 3 0 4 .

Por el tamaño pueden distinguirse dos variantes también:

a) Tamaño pequeño (dimensiones ya citadas).

b) Versiones en miniatura. A veces muy cuida­das, imitando fielmente el original (Lám. L V h , diámetro del borde, 6 cm.) Otras, más toscas, con paredes gruesas y sólo aproxi­madas a la forma mayor. Pueden además haber servido como tapaderas (Lám. LVn,ñ) .

Es un tipo relativamente común en contextos del s. VIII a.C. en adelante, hasta época ptolemaica305.

TIPO IV.A.3

§148. Copas de base apuntada y galbo vertical o ligeramente abierto (Lám. LVIIb, LVk-m). Labio redondeado (Lám. LVm) o apuntado (Lám. LV1I).

3 0 2 En el TPI: Tanis: P. Brissaud, CCE 1 PI. VI. Saqqara: P. French, MDAIK 44 (1988), n. 14-15; P. French y H. Ghaly, CCE 2 (1991) n. 64-68 (la mayoría orientados como tapaderas). Menfis: H. G. Fischer, Mit Rahineh 1956 Pl. 65, n. 587, 592 etc.; H. G. Fischer, Mit Rahineh 1955 n. 78; D. Aston, Kom Rabi'a num. 443. Matmar: G. Brunton, Matmar PI. LVII.5N ("para incienso"). Hermopolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 10.1-4 (el n. 4 como Lám. LIVi). Karnak: H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First..., Fig. 2.11 (tipo de Lám. LIVi) (Complejo 1). Tebas (Templo de Seti I): K. Mys-liwiec, Sethos I, p. 59, n. 379 (como Lám. LIV.i).

3 0 3 En cerámica: G. Nagel, Deir el Médineh..., Apéndice, PI. V . n . K.2.130, también p. 144 "terre noire"; aparentemente, Imperio Nuevo. En piedra: G. Brunton, Matmar PI. LVII.4.

3 0 4 Pieza similar en G. Lecuyot, Ramesseum Tipo 3, p. 145.4.

3 0 5 Tipos 49-51 de Aston, Tomb Groups. Tanis: P. Brissaud, CCE 1 (1987) PI. VI.6. Saqqara: P. French, MDAIK 44 (1988) n. 13 (versión en miniatura. J. Bourriau, D. Aston, Paser and Ra'ia n. 113 (como tapadera); P. French y H. Ghaly, CCE 2 (1991) n. 63 (miniatura). Menfis: H. G. Fischer, Mit Rahineh 1956 PI. 64, n. 579-580 (versión en miniatura). Kafr Ammar: A. L. Kelley, Thepottery of Ancient Egypt, PI. 84.1,4-5. Lahun: A. L . Kelley, The pottery of Ancient Egypt, PI. 81.2, 28M, 30D, 30P, 30M. Abydos: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 131 (s. VIII-VII a.C.). Karnak: H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First..., Fig. 2.6 (Complejo 1)

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Paredes tendiendo a gruesas. En general, buen aca­bado, aunque a veces aparecen piezas más irregula­res. A menudo, engobe rojo mate a interior y exterior (Lám. LVk). Suele señalarse la zona del borde con una inflexión ligera (Lám. LVk) o con una incisión (Lám. LVm). Dos variantes por su tamaño: formas grandes, habituales desde el Imperio Nuevo (diá­metro del borde en torno a los 16-18 cm.), y formas miniaturizadas (diámetro en torno a 8-10 cm.; altura entre 5 y 7.5 cm.).

A l igual que los platos de base plana y los cuencos de base plana y borde entrante, el interior de estas piezas puede aparecer quemado (p. ej. Lám. LVk). Esta forma deriva de copas mayores datadas desde el Imperio Nuevo en adelante, y es relativamente frecuente306.

TIPO IV.Ñ

§149. Cuenco de perfil ondulado y borde ex-vasado redondeado (Lám. LVp). Pieza única. Pasta Id (?). Muy pequeño tamaño (altura,4.3 cm.; diá­metro del borde, 6.3 cm.). Muy poco frecuente en otros yacimientos307.

TIPO VII.F

§150. Copas profundas de base plana saliente (Lám. LVIn-p).Tipo ya presente a fines de la XXII Dinastía, pero característico de mediados del s. VIII en adelante. Ya estudiado (Lám. XXXVIa-e, Apdo. I V . F . l . ) 3 0 8 .

Una variedad peculiar es la constituida por copas mucho más estilizadas, altas y acampanadas (Lám.

LVIo,p), con paralelos en Lahun y otros yacimientos, que posiblemente deba datarse ya desde principios del s. VII a.C. o quizá incluso antes309.

TIPO VII.C

§151 . Copitas (?) de las que en Heracleópolis sólo conocemos la parte inferior (Lám. LVIa,b). Pas­tas Id, mal cocidas. Superficies irregulares, burda­mente alisadas. Base cortada con cuerdas. Quizá co­rrespondan a copas o a vasitos más cerrados, como los que se documentan en Menfis 3 1 0.

TIPO IV.F

§152. Cuencos de tendencia hemiesférica y bor­de redondeado vertical engrosado al interior (Lám. LVIIc,d). Esta forma aparece en arcilla aluvial de clase la, pero también en piezas fabricadas con pastas Illb (arcilla margosa). Normalmente sin engobar, pero a veces con engobe de la misma arcilla con que se fabricó la pieza y ocasionalmente engobe blan­quecino al exterior (Lám. LVIIc). E l diámetro del borde oscila en torno a los 20-25 cm. Muy comunes en el yacimiento311.

TIPO BD.54310

§153. Cuenco (?) grande con borde vertical alargado engrosado al interior (Lám. LVIIa). Pasta la, con engobe rojo mate al interior y exterior. Diá­metro del borde, 27 cm. Decorado con una serie de cortes a lo largo del borde, realizados con un cordel mientras la arcilla estaba fresca. Ejemplar único.

3 0 6 Saqqara: P. French, MDAIK 48 (1988), n. 12; P. French y H. Ghaly, CCE 2 (1991), n. 61. Menfis: H. G. Fischer, Mil Rahineh 1956 Pl 63, n. 509, 531, etc.; H. G. Fischer, Mit Ra-hineh 1955, Fig. 7. Lahun: A. L . Kelley, The pottery of Ancient Egypt, Pl.81.1, 81.2 Hermópolis: A. J. Spencery D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 9.5. Tebas (Templo de Seti I): K. Mysliwiec, Sethos I p. 59.381. Karnak: H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First..., Fig. 2.1 (Complejo 1).

3 0 7 Sólo similar: G. Brunton, Matmar PI. LVII.12P. Aston cita un vaso similar de la tumba 605 de Lahun (TG 205), datable a partir del 750 a.C.

3 0 8 Para paralelos, ver nota 232. Los tipos con base saliente con arista aguda tienen buenos paralelos en Hermópolis: A. J. Spencery D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 17.46.

TIPO IV.I

§154. Cuenco con borde redondeado vuelto (Lám. LVIIIe). Pasta la, normalmente sin engobe. Diámetro en torno a 25 cm.

3 0 9 Lahun: A. L . Kelley, The pottery of Ancient Egypt, PI. 81.1.

3 , 0 H. G. Fischer, Mit Rahineh 1956 n. 560 ó 564 (PI. 64). Pasta, acabado y tamaño similares a los nuestros. También G. Brunton, Matmar PI. LVJX33M

3 1 1 Matmar: G. Brunton, Matmar, PI. LVII-4H.

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TIPO III. C

§155. Cazuelas carenadas de borde almendrado y fondo plano, apuntado o (quizá en ocasiones) de anillo3 1 2 (Lám. LIX a-1). Normalmente fabricadas con arcillas aluviales de clase Id o, en ocasiones, la. Hay algunos ejemplares realizados con arcillas del de­sierto de clase Illb (p.ej. Lám. LIXd). Diámetro en torno a 15-20 cm. Las piezas fabricadas en arcillas del Nilo pueden aparecer engobadas en tonos cremas blanquecinos (Lám. LIXc,i), engobe que a veces cu­bre sólo el borde (Lám. LIXk). Tipo bastante común, aunque las carenas menos marcadas son m á s frecuentes313.

TIPO IV.C.2

§156. Vasos caracterizados por una serie de acanaladuras y molduras horizontales en la parte alta del galbo, justo debajo del borde (Lám. LIXm,n). Pastas de clase la. Diámetro del borde en torno a 20 cm. Corresponden con toda probabilidad a copas de beber de base plana o apuntada, cuyos bordes son muy similares aunque varíe el perfil notablemente314.

Pastas margosas

TIPO IV.F.2

§157. Cuencos con perfil de tendencia hemies-férica, borde redondeado y engrosado al interior. Pas­tas Illa y lie. En ocasiones con galbo estriado al exterior, posiblemente mediante la aplicación de un instrumento metálico (Lám. LVIIe). Diámetro en tor­no a 20-25 cm. (Lám. LVIIe-g). Paredes finas o muy finas en las piezas de galbo estriado. Superficies blan­quecinas, amarillentas, a veces con tonos beige/ana-

ranjados en manchas irregulares, producto de una cocción con entrada irregular del oxígeno.

Esta forma tiene paralelos fabricados en pastas aluviales de tipo la/Id (v. supra).

Forma no muy habitual en otros yacimientos315.

TIPO III.C.3

§158. Cazuelas carenadas con borde redondea­do o almendrado (Lám. LIXd,e). Fondos planos o redondeados. Pasta Illb. Esta forma se da también en pasta fabricada con arcilla aluvial. Diámetro en torno a 20 cm. 3 1 6 .

TIPO IV.I.2

§159. Cuencos con borde vuelto y plegado so­bre sí mismo, a veces en forma de "pico de ave" (Lám. LVIIId-g). Pasta de clase Illb o (más rara­mente) lie, con superficies anaranjadas, crema-blan­quecinas y a veces amarillento-verdosas (Lám. LVIIIf). Paredes finas, a veces con estriado exterior. Sonido metálico. Diámetros en torno a 30 cm., ma­yores por tanto que los de las cazuelas carenadas.

Tipo frecuente y, en apariencia, bastante estandarizado317.

FORMAS ESPECIALES

TIPO XXX

§160. "Vasos Bes" (Lám. LX) . Se trata de una forma especial no tanto por el variado perfil de los vasos como por su peculiar decoración plástica apli-

3 1 2 Ejemplar muy similar en pasta y forma a nuestra Lám. LIXa en G. Lecuyot, Ramesseum, p. 148, n. 3.

3 1 3 Menfis: D. Aston, KomRabi'a tipo 509 (Gl, con engobe rojo). Lahun (¿arcilla aluvial?): D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 82.19. Amanta: P. French, Amarna Reports, III, Fig. 9.15 (SB4.5). Hermópolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig.13.24, 25; Fig. 14.26-27.

3 1 4 Buenos paralelos para estos bordes, ofreciendo el perfil completo, en I. Ali Mostafa, Bull. Liaison, XI (1986), Figs. 4 y 6 (Tell Fara'on Imet, época saíta).

3 1 5 G. Lecuyot, Ramesseum, Lám. 5.5. Muy similar. 3 1 6 Perfil completo en G. Lecuyot, Ramesseum, Type 9. Tam­

bién P. French, Amarna Reports, III, Fig. 9.18, MB.2.4; H. Jacquet-Grodon, From the Twenty First..., Fig. 12.3-4 (Com­plejo IIA). Tebas (templo funerario de Seti I): K. Mysliwiec, Sethos I, p. 62.408.

3 1 7 Hermopolis: A.J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 15.34. Karnak Norte: H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First..., Fig. 12.5 (como Lám. LVHIf); Fig. 12.11 (similar a Lám. LVUIe en versión "margosa") (Complejo IIA).

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cada. En realidad, esta decoración se colocó sobre diversos tipos de formas preexistentes (cerradas e incluso abiertas). Por tanto, este tipo de vasos se estudiará al analizar las decoraciones.

TIPO VIII

§161 . "Firedogs". Durante todo el s. VII a.C. se siguieron utilizando los Firedogs (Lám. X X X I X y Apdo. IV.F . l ) . No repetiremos lo ya dicho enton­ces (párrafo §105) .

TIPO s/d

§s/n. Miniaturas. Durante este período, y en una proporción muy superior a la de momentos an­teriores a la X X V Dinastía, es común la colocación en ajuares funerarios de reproducciones a pequeña escala de formas cerámicas habituales. En cada des­cripción de tipos hemos anotado la existencia de di­chas "miniaturas". Nos limitaremos ahora a resumir brevemente las formas que se realizan a escala:

a) Anforita (Lám. XLf). Imitación de ánfora ca-nanea, incluso en su acabado exterior. Hombro mar­cado, corto cuello y borde vertical redondeado. Sin asas, debido sin duda a su pequeño tamaño. Pasta anaranjada Illb y engobe beige claro. Nueve cm. de altura.

b) Reproducción de la tinaja con perfil' 'de gota'' (Lám. XLIg,h). Pasta la, con engobe rojo mate cu­briendo la parte superior de la pieza.

c) Vasos globulares de base apuntada y borde convexo vertical (Lám. XLVIf-i). Casi siempre en pasta la y engobe blanco. Altura en torno a 6.5 cm. Imita piezas en pastas margosas.

d) Vasitos globulares de base apuntada y cuello vertical (Lám. XLIXf-j). Pasta Id/la. Altura en torno a 5-9 cm.

e) Imitación de platos de perfil curvado y base inestable (Lám. LVo).

f) Cuencos de base plana y borde entrante (Lám. LVn-ñ). Altura rondando los 5 cm. ¿Tapaderas?.

TIPO XXXII.B

§162. Tapaderas con pomo desarrollado hueco (Lám. La-b; LVa). Pastas de clase la bien cocidas. Relativamente poco frecuentes. Utiles para recipien­tes de gran tamaño. La similitud del acabado de su­perficies con otras producciones de las X X V - X X V I Dinastías nos hacen pensar en una datación similar para estos vasos, que sin embargo no han sido re­cobrados en contextos sin intrusiones, de modo que no es todavía posible asegurar su datación 3 1 8 .

TIPO XXXII. C

§163. Tapaderas cónicas toscas de pequeño ta­maño (Lám. LVb,c,d). Normalmente pasta Id o la sin engobe. A mano. Diámetro en torno a 7 cm.; altura, 5 cm. No muy abundantes, debían cerrar pe­queñas copitas. ¿Uso ritual asociado a incienso?. En H20/5 se documentó un platito de base plana (del tipo de Lám.LIVk) asociado a una tapadera de este tipo, ambos manchados de ceniza. Paralelos desde el Imperio Nuevo 3 1 9.

TIPO XXXIII

§ 164. Fichas circulares de cerámica, perforadas o sin perforar (Lám. LVIe). Abundantes en todos los períodos. El caso que recogemos se cortó y pulió a partir de un gran cuenco de paredes gruesas decorado con impresiones de cuerdas. Posiblemente usado como tapón, quizá en combinación con barro o cal.

IV.G.2. Técnica , acabados

Las producciones cerámicas documentadas en Heracleópolis en el período c.730/700-c.650-600 ( X X V y quizá parte de la X X V I Dinastías) pueden

3 1 8 Tapaderas con perfiles altos y pomo desarrollado se do­cumentan desde el IN. cf. P. Rose, Amarna Reports I, p. 135, n. 38, y p. 138. Para época saita, con perfil más tenso, H. Jac­quet-Gordon, From the Twenty First..., F ig . 9.11 (Complejo IIA).

3 1 9 G . Nagel, Deir el Médineh..., Fig. 25.123-124; tumba 359.

101

a grandes rasgos agruparse en cuatro grupos desde el punto de vista técnico, dos de ellos muy frecuentes y otros dos comparativamente excepcionales.

a) Producciones "tradicionales" sobre pastas de arcilla aluvial de clases la (normalmente), Id (vasos pequeños) y Ic (bandejas y algunas tinajas grandes). Se caracterizan por paredes más finas que en los ss. IX-VIII a . C , así como por alisados de superficie más cuidados, con menos marcas de dedos. E l em­pleo de engobes rojos para cubrir la superficie com­pleta del vaso es menos frecuente, y desaparece la práctica de pintar sólo el borde. En cambio, los en­gobes tienden a adoptar un tono rojo más intenso y claro. En las bases las paredes son más finas, y esto, unido a unas cocciones más intensas, hace que mu­chas pastas la tengan un aspecto más crujiente y rojo que antes, y que sean menos deleznables, con frac­turas más rectas. También se hace más frecuente la aplicación de engobes de tono crema o blanquecino para cubrir piezas de esta factura, imitando proba­blemente las producciones de vasos hechos con ar­cillas margosas, puede que importados del Alto Egip­to.

Estas producciones "tradicionales" suponen una proporción muy elevada del total, lo que obliga a matizar en Heracleópolis las consideraciones sobre el "brusco y total" cambio cerámico producido entre el 750 y el 715 a.C. Dicho cambio se produce más por la adición de muchos tipos y técnicas nuevas que por la extinción de todos los tipos anteriores, bas­tantes de los cuales perduran.

b) Aparece una proporción considerable de vasos fabricados con arcillas del desierto (clases Illb sobre todo y lie). Se trata fundamentalmente de un reper­torio formal nuevo: cuencos de borde engrosado al interior y cazuelas carenadas (entre las formas abier­tas), y vasos cerrados grandes y medianos con bordes complejos, moldurados y acanalados. Ambos grupos de formas comparten una tendencia a paredes muy finas, de tonos anaranjados o verdoso/amarillentos al interior, con superficies blanquecinas, cremas o ana­ranjadas. E l sonido de estas pastas es metálico, frente al de los tonos apagados del grupo de pastas aluviales. Estos vasos no suelen aparecer decorados, aunque el fino estriado de muchas superficies y la complejidad de los bordes tiene sin duda un efecto estético.

P. French ha enfatizado recientemente la impor­tancia de la aparición de estas producciones en las zonas septentrionales de Egipto, donde las canteras de arcillas del desierto no estaban a mano de los alfareros. Supone que la expansión hacia el Norte de la X X V Dinastía pudo tener que ver con la difusión de estas producciones en el Delta. Además, propone que "The vessels fhemselves must have been desi-rable: in regions were only red or brown silt pottery was available, the distinctive cream, green or palé pink colour may have been thought attractive; the clay seems to be more porous and may have kept liquids cooler".3 2 0.

c) Mucho menos frecuente, a partir de mediados del s. IX a.C:, pero sobre todo desde fines del VIII a . C , es la aparición de cantimploras fabricadas con una arcilla fina que presenta secciones con tonos ama­rillos intensos, azules claros y naranjas (clase Illa). Estos vasos pueden tener una superficie anaranjada, pero es habitual encontrarlos cubiertos con un espeso engobe achocolatado. Esta pasta, que se documenta en otros yacimientos como Amarna, Karnak Norte o Hermópolis, parece ser peculiar de la región de los Oasis del desierto líbico, y correspondería por tanto a importaciones desde el Sur 3 2 1 .

d) Por último, se da en Heracleópolis una baja proporción de materiales importados, sobre todo del área palestina y chipriota (pastas del grupo VI). Se trata sobre todo de ánforas de hombro marcado y de enócoes de boca de seta algo más antiguos. Serán estudiadas monográficamente más adelante. Algunas de estas producciones, en especial las ánforas, fueron objeto de imitación, con piezas a menudo muy cer­canas formalmente a sus modelos, pero con pastas diferentes (pastas de clase Ilh sobre todo y Illb).

IV.G.3. Decoraciones. Los vasos Bes

El repertorio decorativo durante el período que abarca las últimas décadas del s. VIII y casi todo el s. VII a.C. se enriquece bastante con respecto a mo-

3 2 0 P. French, en Ateliers de Potiers et productions cérami­ques en Egypte, pp. 58-59.

3 2 1 Para estas pastas, ver nota 223.

102

mentos anteriores, pero sigue siendo limitado. Parte se relacionan con el perfil o acabado de las piezas y parte son decoraciones propiamente dichas.

A) PERFILES Y ACABADOS CON EFECTO DECORATIVO.

a.l) Engobes rojos mate, bastante delezna­bles.Tonos apagados (s. VIII a.C.) y más intensos (a partir quizá del s. VII a . C , es difícil precisar la fe­cha). En ocasiones cubren só lo parte del vaso (Láms. XLIh, XLIXa).

a. 2) Engobes blancos o cremas en piezas de ar­cilla roja.

a.3) Bordes y bases complejos, con acanaladu­ras, incisiones y molduras (sobre todo en piezas fa­bricadas con arcillas margosas (Láms. XLII, XLVTI, XLVIIIa-b, LIXn, bordes; Lám. Lc-d, bases)

a.4) Series de acanaladuras poco profundas cu­briendo la mayor parte de la superficie del vaso (en piezas de arcillas margosas, L á m . X L V I e , k, XLVIIe, L l i , LVIIe, LVIIIf). Series de acanaladuras poco profundas en la zona superior del galbo (piezas de arcillas aluviales, Láms. XLIb-e, X L V b , LIXm-n).

a. 5) Impresiones horizontales de cuerdas colo­cadas originalmente para sujetar los vasos grandes durante el secado, pero empleadas además conscien­temente por su efecto decorativo impreso (Lám. LUI).

B) MOTIVOS Y TECNICAS DECORATIVAS PROPIAMENTE DICHAS

Grafitos

b. 1) Grafitos. Sólo tenemos un grafito claramen­te intencional (Lám. Lli). Inciso sobre un galbo de vaso estriado con instrumento metálico (quizá de las formas recogidas en la Lámina XLVI). Pasta lie, del desierto, típica del s. VII a . C , con superficie ama­rillo-verdosa.

El grafito representa claramente una flor de loto algo abierta, tipo que aparece en otros casos. Marcas similares sobre moldes de terracota, de un momento

algo posterior, fueron documentadas hace ya años en Qantir3 2 2. La misma representación, pintada, es co­mún en la XVIII Dinast ía 3 2 3 .

b.2) Decoración pintada monocroma negra.

Pintura negra mate sobre engobe rojo "fugitivo" (Lám. Llej) . Sólo conocemos algunos fragmentos pequeños, rotos y algo rodados, en contextos tardíos (p. ej. Lám. Lie asociada a Lám. XLIa, L l i Ante T.3 /16) o incluso en superficie (Lám. LI, en H7/1).

En el caso del galbo de la Lám. Líe , se trata probablemente de un vaso globular u ovoide de cuello vertical o acampanado, con líneas horizontales en torno a la base del cuello. En el caso de Lám. LIj parece tratarse de un cuello con líneas horizontales. Aparentemente, la decoración negra sobre fondo rojo es rara, y además se limita en otros yacimientos a las fases iniciales del TPI 3 2 4 . Es posible que esta de­coración perviviera aquí durante en los ss. VIII-VII a.C. o que en Heracleópolis tengamos toda una larga —y sospechosa, por su mismo volumen— serie de "retales" procedentes de niveles más antiguos re­movidos ya en la antigüedad. Quizá la perduración sea una opción más aceptable en el estado actual de nuestros conocimientos.

Distinto parece el caso del cuello carenado de la Lámina LIb. La decoración de líneas negras se aplica con mucho más cuidado sobre un engobe rojo de mayor calidad. Podría tratarse, por forma y color, de un intento de imitar un enócoe de boca de seta de "Black on Red ware" chipriota, utilizando el engobe rojo como si de pintura se tratase325.

b.3) Los "Vasos Bes" (Lám. XL).

Uno de los más característicos tipos de vaso egip­cio es el "Vaso Bes" (tipo X X X ) . Se trata de reci­pientes decorados con aplicaciones plásticas que re-

3 2 2 M . Hamza, ASAE, pp. 55-57, desechando la interpreta­ción de algunos grafitos como letras griegas y en concreto pro­poniendo que una alfa no era tal sino un loto estilizado.

3 2 3 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 122, num. 242. 3 2 4 D. Aston, Tentative footsteps..., Ch.IV. 3 2 5 E. Gjerstad, SCE IV.2. EL tipo de cuello y decoración

se aproximan sobre todo al Black-on-red I, cf. Fig. X X V , Jugs, 4. Posteriormente los cuellos con carena y totalmente cubiertos de bandas negras tienden a desaparecer. La fecha (fines del Geo­métrico principios del arcaico chipriota (c. 750-675 a.C.) coin­ciden bien. Por otro lado, en Lahun se han documentado otras piezas de Black-on-red I (ibidem, p. 240).

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presentan, con mayor o menor habilidad y cuidado, la figura de este popular dios egipcio protector del hogar. Normalmente se trata de decoraciones colo­cadas sobre el exterior de vasos cerrados. E l tipo ha sido estudiado en diversas ocasiones326.

Se acepta generalmente que los vasos cerámicos con efigie de Bes se asocian a cultos populares, re­lacionados con libaciones y abluciones que incluían el empleo de agua y leche, asociada esta última a ideas de nacimiento, maternidad y renacimiento de los muertos327, o de purificación para ellos3 2 8.

Aparecen ya en el Imperio Nuevo (en formas grandes cuidadas329), pero alcanzan su mayor auge en Baja Epoca (especialmente época saíta), con una tipología diferente a la del Imperio Nuevo. Aunque C. Guidotti defiende su existencia desde comienzos del TPI 3 3 ° , D. Aston ha bajado la cronología al s. VII a.C., admitiendo sólo como posibilidad la apa­rición del tipo a fines del s. VIII a partir de un ejem­plar de Hermopolis331.

Estos vasos Bes se documentan sobre todo en contextos funerarios, situándose a menudo cerca de la boca del difunto332. Perduran en época ptolemaica y romana, con una tipología diferente. La mayor con­centración en baja Epoca se da precisamente en la zona del Fayum 3 3 3.

Normalmente los vasos Bes se dan sobre dos for­mas: jarras con alto cuello hechas con arcilla del desierto y, en su mayoría, en vasos ovoides o glo­bulares, de corto cuello estrangulado o vertical, en pasta fabricada con arcilla aluvial3 3 4. Veremos que Heracleópolis altera este panorama.

3 2 6 M . C. Guidotti, EVO VI (1983); L . Kuchman Sabbahy, ZAS 109 (1982). P. Charvat, ZAS 107 (1980), pp. 46-53. El completo catálogo de la primera autora —aunque con discutibles cronologías— nos exime de hacer aquí una recopilación.

3 2 7 M . C. Guidotti, EVO VI (1983), p. 37-38 3 2 8 L . Kuchman, ZAS 109 (1982), p. 149. 3 2 9 C. Hope, Egyptian Pottery, Fig. 15. 3 3 0 M . C. Guidotti, EVO VI (1983), p. 40. 3 3 1 D. Aston, Tentative footsteps..., p. 85. Los vasos de Her­

mopolis en A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 9.1-2, y pp. 14-15.

3 3 2 M . C. Guidotti, EVO VI (1983), p. 39, con un completo y bien ilustrado catálogo; L . Kuchman, ZAS 109 (1982), p. 147.

3 3 3 M . C. Guidotti EVO VI (1983), p. 42. 3 3 4 L. Kuchman, ZAS 109 (1982), p. 147.

En nuestro yacimiento cabe distinguir tres tipos de vasos por su perfil, y dos por la "calidad" de la representación de Bes.

Por la forma, tenemos sobre todo pequeños vasos ovoides cerrados de corto cuello, muy habituales (Lám. LXa,b,c,e-i). En segundo lugar, un pequeño vaso ovoide cerrado con boca estrecha y cuello po­siblemente acampanado (Lám. LXd). Por último, contamos con dos grandes recipientes abiertos de pas­ta aluvial grosera, con representación al exterior o al interior del vaso (Lám. LXj-k). E l primer grupo es frecuente, mientras que el último se documenta, que conozcamos, por vez primera.

Por la calidad de la representación, debemos dis­tinguir entre los vasos que presentan claramente el penacho y rasgos del dios (Lám. L X a,b,c,f y k) y otros muy esquemáticos en que sólo la asociación de ideas permite identificar a Bes (Lám. LXe-i). E l caso de Lám. L X d es peculiar, porque sólo se han refle­jado, en la parte alta del galbo, lo que podrían ser los ojos de Bes 3 3 5.

Calidad "artística" y perfil del vaso no van aso­ciados, según se aprecia claramente.

Todos los vasos heracleopolitanos se fabricaron con pasta la, en ocasiones con engobe rojo (Lám. LXh), aunque normalmente aparecen sólo alisados. No hay vasos de arcilla margosa, saítas, del tipo B l de Guidotti3 3 6.

La mayoría de los vasos de Heracleópolis per­tenecen a un tipo cuyo borde tiene paralelos en otras formas (Lám. LXg- i , compárense con Lám. XLII). Forman un grupo homogéneo, caracterizado por una estilización tal en su decoración que haría dudar de su adscripción al tipo de no contar con paralelos cer­canos en Hermopolis337 y Karnak, donde la aplicación de pequeñas pellas de barro pinzadas con los dedos para representar caras es bastante característica en el Complejo IIA, grupo 1, serie d . 3 3 8 .

3 3 5 H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First..., Fig. 11.3 présenta un paralelo cercano, datable en su Complejo IIA (XXV-XXVI Dins.).

3 3 6 J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 83, n. 160. M . C. Gui­dotti, EVO VI (1983), pp. 46-47.

3 3 7 A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 9.1-2 3 3 8 H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First..., p. 8.

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El fragmento de Lám. L X c parece particular­mente tardío. La representación independiente de piernas y genitales tiene un buen paralelo en vasos de época grecorromana339.

El fragmento de Lám. LXb corresponde a una forma típica del TPI avanzado (borde convexo) que se emplea para otros vasos Bes mucho m á s esquemáticos 3 4 0 .

El gran cuenco abierto (Lám. LXk) con una cla­rísima y relativamente cuidada imagen de Bes al in­terior carece de paralelos. Se trata de un gran cuenco de pasta la, con marcas de cuerdas en el exterior, típicas del período. La aparición de un vaso para consumir o recibir líquido en una libación, con un Bes que mira desde el interior resulta muy signifi­cativa.

Los contextos de aparición son normalmente muy tardíos, en conjuntos homologables al complejo ce­rámico de primera mitad del s. VII que venimos ana­lizando (H20; H.29,M-733; M-786-787, Estructura J J/5; H18/8). Se asocian casi siempre claramente a enterramientos. E l caso más significativo es el de Lám. LXe, que apareció entre los cráneos de una doble inhumación (M-786-787).

A partir de los tres tipos definidos por Guidotti3 4 1, buena parte de los ejemplares heracleopolitanos pue­den incluirse en su tipo A (Lám. LXe,g,h,i), que abarcaría desde el fin del Imperio Nuevo hasta época saíta. Sin embargo, en nuestras piezas, la morfología del borde y sobre todo la extrema estilización de las aplicaciones plásticas, que llegan a perder comple­tamente la forma del dios, hace pensar en una fecha del s. VIII a.C. o posterior (compárense Lám. LXb con LXe,g,i), y probablemente a principios del s. VII a.C. En la mayoría de los vasos más enteros de Heracleópolis, ni brazos ni cabeza aparecen apenas definidos, una tendencia de estilización que parece agudizarse con el tiempo.

339 Cf. J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 38, n. 54. 3 4 0 Por ejemplo, la misma forma en J. Bourriau, Umm el-

Ga'ab, p. 83, n. 161, con una representación muy esquemática. 3 4 1 M . C. Guidotti, EVO VI (1983), pp. 40 ss. Sin embargo,

la datación de su tipo A, a partir de las excavaciones de Pétrie en Gurna es demasiado antigua, debiendo desplazarse de la XXII-XXIII a la XXV-XXVI Dinastías (cf. D. Aston, Tentative foots­teps..., passim.

A pesar de que Aston defiende una aparición de tipos como los de Heracleópolis en época Saíta, la coincidencia formal intensa entre algunos de nuestros vasos (Lám. LXe-i) con otros de Hermópol i s 3 4 2 haría plausible sostener una fecha ligeramente anterior, desde fines del s. VIII a.C. ( X X V Dinastía).

IV.G.4. Valoración general

El período que abarca la X X V y buena parte de la X X V I Dinastía es, ceramológicamente hablando, con mucho el mejor documentado en la zona hasta ahora excavada de Heracleópolis. Este dato va más allá del hecho evidente de que los niveles superfi­ciales se han excavado en más extensión.

Ya se ha dicho que en muchos casos los niveles del TPI avanzado descansan sobre los del PPL Hay numerosos indicios —cerámicos y de otros tipos— que apuntan a una ocupación de la zona durante la X X I Dinastía, y quizá incluso Imperio Nuevo, cuyos restos han desaparecido prácticamente, por razones todavía no bien determinadas, pero que podrían tener relación, al menos en parte, con la construcción de las grandes tumbas de piedra de la XXII Dinastía.

Un fenómeno similar, aunque a menor escala, parece haberse producido después: las grandes tum­bas de piedra de las élites sociales de Heracleópolis durante el fin de la X X I y XXII Dinastía fueron sin duda reabiertas y reutilizadas no mucho después de sellarse, y sus ajuares en parte robados o destruidos, pero no por completo eliminados. Las nuevas instru-siones añadieron materiales más modernos, de fines del s. IX a.C. en adelante.

Alrededor y encima de estas grandes tumbas es donde comenzaron a acumularse a partir del último tercio del s. VIII a.C. verdaderas "fosas comunes" con cantidades ingentes de cerámica acompañando pobres inhumaciones, datables por la cerámica en la X X V Dinastía y comienzos de la X X V I . Es a esa utilización intensiva aparente de la necrópolis a partir del último tercio del s. VIII a.C. a la que corresponde

Cf. n. 336.

105

el complejo cerámico que hemos documentados en los dos últimos apartados (IV.F. y IV.G.). Es difícil proponer una causa para estos enterramientos tan nu­merosos en un período de unos 60 años, pero quizá tenga que ver con la inestabilidad producida entre diversos poderes por el control del Fayum desde fines de la XXII-XXIII-XXV Dinastías.

La escasez de cerámicas de época saíta (encua-drables dentro de la fase B 'Saíta Tardía'' de D. Aston o "Complejo IIB" de H . Jacquet Gordon), fase ca­racterizada por nuevas formas, muchas influidas por la cerámica griega, y por la expansión de rasgos como los pies de anillo, hace pensar que la fase de utili­zación masiva de esta parte de la necrópolis tuvo una duración relativamente limitada, quizá sólo desde el último tercio del s. VIII hasta mediados o último tercio del s. VII a.C.

A partir de entonces desciende en picado el nú­mero de fragmentos cerámicos, y sólo contamos con una presencia limitada de cerámica de época persa (fin s. VI-s. V a .C) , mientras que las piezas data-bles en época ptolemaica son casi testimoniales. Más adelante volveremos sobre la cuestión de la ultima fase del yacimiento.

En todo caso, es evidente que éste es el cuadro que se deduce casi exclusivamente del estudio de la cerámica documentada en el yacimiento, y que por tanto deber confirmarse o en su caso matizarse o corregirse de acuerdo con los estudios en curso sobre otros tipos de materiales, dentro de una reflexión de carácter global.

Desde este punto de vista estrictamente cerámico, los materiales de Heracleópolis confirman lo que ocu­rre en otros yacimientos la aparición de un nuevo repertorio formal y técnico, según se ha explicado ya. Con todo, deben realizarse dos matizaciones im­portantes.

En primer lugar, los mejores paralelos para el complejo cerámico de Heracleópolis se documentan, aparte de en yacimientos próximos como Lahun y Menfis, en las regiones del Egipto Medio, sobre todo Hermópolis (Ashmunein) y las Tumbas Sur de Amar-na, además de Tebas (Templos de Seti I y Ramses II, Karnak Norte...). Desde luego, esta impresión puede deberse a la escasez de publicaciones sobre las

ciudades del Delta, y puede que el futuro modifique esta idea. Con todo, da la impresión que la fase ce­rámica que estudiamos en Heracleópolis semeja mu­cho más el repertorio hermopolitano o tebano que el "Saíta temprano" del Delta (en terminología de D. Aston). Ya se ha aludido a otros datos (matrimonios dinásticos, etc.) que parecen confirmar esa relación con el Sur.

En segundo lugar, y como se ha dicho, en He­racleópolis el peso de las producciones "tradicio­nales" en pastas aluviales, con formas propias de la "Fase III" de D. Aston, siguió siendo muy fuerte durante el s. VII a.C. Aunque la aparición frecuente de arcillas del desierto y de los Oasis, junto con las nuevas técnicas y formas, obliga a hablar de una nueva fase cerámica, el cambio no parece ser tan tajante como sucede en el Sur (por ejemplo, entre las Fases I y II de Karnak Norte). Esta situación, en realidad, no debe sorprender. Por un lado, en el Fa­yum es mucho más fácil acceder a arcillas aluviales que a arcillas margosas, de modo que las produccio­nes locales, renovadas con la expansión de engobes blanquecinos, pudieron mantenerse. Por otro lado, Heracleópolis fue durante la X X V Dinastía una zona fronteriza, testigo de grandes batallas, pero al tiempo semi-independiente. Es posible por tanto que estu­viera relativamente al margen de las nuevas "modas'' que se extendían con rapidez tanto al Sur como al Norte del país.

I V . H . C E R Á M I C A I M P O R T A D A (Láminas LXI-LXIV)

Ya se ha hecho referencia a que desde el TPI se documentan en Heracleópolis algunos materiales im­portados, procedentes del área sirio-palestina y Chi­pre. Dichos materiales suponen una escasísima pro­porción del material. Además, se ha visto ya que algunas de estas producciones fueron imitadas en Egipto en cierto número (Lám. X L , LI). Dichas imi­taciones no parecen, por el empleo de arcillas mar­gosas de clase Ilh y por su escaso número, ser pro­ducciones locales.

Las cerámicas importadas del exterior de Egipto pueden clasificarse en dos grandes grupos formales:

106

piezas cerradas grandes (ánforas cananeas) y piezas cerradas pequeñas (cantimploras y enócoes) . Algunas de estas piezas han sido ya presentadas343.

§165. Anforas

Anforas "cananeas" (Láminas LXI y LXII). An­foras de hombro marcado, boca estrecha con borde vertical y labio sencillo redondeado, carena marcada en el hombro, dos asas verticales de sección redon­deada y base inestable no muy apuntada (Lám. LXIIe-h).

Dentro de ellas pueden distinguirse a su vez dos grupos: ánforas de cuerpo ancho (Lám. LXIa por ejemplo) y de cuerpo estrecho (Lám. LXIb). Las pastas pertenecen a la clase VIb (Lám. LXIa, con muchos desgrasantes negros y rojos), VIa2 (con nú­cleo grisáceo, Lám. LXIe, LXII c-g) y VIe (Lám. LXIIa,b,h) y rara vez Vlf. Las superficies, de tonos anaranjados y blanquecinos irregulares, aparecen en-gobadas con la misma arcilla y bien alisadas.

Los diámetros del borde oscilan siempre en torno a 11-14 cm.; la altura es de unos 50 cm. en los dos tipos de cuerpo.

Los contextos de aparición de estas piezas co­rresponden a fechas de mediados del s. IX a.C. en adelante (con seguridad), y quizá sólo de mediados del s. VIII a.C. en adelante. Así , varias ánforas se hallaron en el interior de la Tumba 3 (Lám. LXIa (cámara C) LXIe (cámara A) y LXIc (cámara B)). Como se ha visto, la Tumba 3 fue abierta al menos tres veces. La primera, a fines de la XXI o comienzos de la XXII Dinastía (Lám. XXIII y XXIVd); la se­gunda, quizá en torno a fines del s. IX a.C. Lám. XXXIb-c ) ; la tercera en é p o c a romana tardía (v. infra). No es posible determinar con la evidencia arqueológica a cuál de los dos primeros "ajuares" corresponden las ánforas.

Otro conjunto importante de ánforas fenicias —y algunas imitaciones— se documentó en H29 sobre la

3 4 3 J. Padró, Espacio, Tiempo y Forma. Historia Antigua. I (1988), pp. 45-56. Publicado en francés en Atti del II Congresso Internazionale di Studi Fenici e Punici. Voi. Ili, 1103-1108.

tumba 7. El contexto de material asociado —un ver­dadero conglomerado de tiestos asociados a nume­rosas inhumaciones— se data claramente en las X X V ó X X V I Dinastías (Lám. LXII, muestra de un con­junto de al menos 8 ánforas diferentes).

Las formas de cuerpo ancho corresponden al Tipo 7 de Sagona344 que es el de mayor perduración (c. 1200-400 a .C) . La pieza de la Lám. LXIa 3 4 5 puede, sin embargo, clasificarse dentro del subtipo b (datado por él entre el 630-400 a .C) . Dado el diámetro del hombro (25 cm.) no puede clasificarse en su subtipo c (1200-450 a .C) . La cronología de último tercio del s. VII a.C. resulta muy tardía aunque no del todo imposible para una intrusión en la tumba 3. Sin em­bargo, utilizando los ejemplos que recoge el mismo Sagona (las excavaciones de Pritchard en Sarepta, tipo SJ8) podría llevarse el tipo hasta mediados del s. IX a . C , más próximo a otros materiales hallados en T.3. Sin embargo, en la distinción de Sagona entre subtipos b y c todo depende de un margen arbitrario (el ancho del hombro, con una frontera en los 23 cm.) que no debe seguirse con rigidez, y que el mismo Sagona parece flexibilizar. Si seguimos otros crite­rios, como el borde (empleados por Bikai o Prit­chard), hallamos que el corto borde redondeado tiene paralelos en el estrato X de Tiro (c. 850 a.C.) pero también en el II (c. 700 a .C) .

Así , la estratigrafía de Tiro presenta un cuadro mucho menos nítido. Piezas con un perfil muy similar al que analizamos se documentan en el estrato II (c. 740-700)346, pero también en el estrato VIII-IX (c. 850-800 a.C.) 3 4 7 . La primera se clasifica como SJ5 —demasiado ancha con respecto a la mayoría de ese tipo— y la segunda como SJ9. Como nuestra ánfora carece de arista exterior en el borde (típica de SJ5), se acerca más a SJ9. Por tanto, un margen prudente para nuestra pieza parece ser 850-700 a.C. (XXII Dinastía). Hemos detallado el proceso de razona­miento para mostrar hasta qué punto la datación de ánforas aisladas resulta un ejercicio arriesgado; en cambio, si se tienen en cuenta las dataciones tenta-

3 4 4 A. G. Sagona, Op. Ath. XIV.7 (1982) , Fig. 2.5-8 y pp. 82 ss.

3 4 5 Fotografía en color en M. C. Pérez Die, Rev. de Ar­queología 115 (1990), p. 37.

3 4 6 P. M . Bikai, Tyre Pl. ffl.2; Pl. IV.2; Pl. IV.6. 347 Ibidem Pl. XXI. 1.

107

tivas que se han ido proponiendo para otros materia­les, una fecha de hacia fines del s. IX parece más apropiada que otra de c. 700 a.C.

El ánfora mucho más estilizada de nuestra Lám. LXIb parece corresponder al tipo 7c de Sagona (c. 1200-400) o quizá mejor al tipo 2 con borde simple (donde la arcilla "buff to grey" se aproxima a nuestra clase VIb). E l tipo 2 se fecha, en su variedad de borde liso, a mediados del s. VIII a.C. En la estra­tigrafía de Bikai en Tiro se acerca mucho a algunas piezas del estrato II 3 4 8 (fines del s. VIII a .C) , pero la ausencia de arista en el borde y la forma de la base nos pueden llevar a niveles anteriores (estratos X -VIII, hasta el 800 a .C) . En conjunto, una fecha de mediados del s. IX hasta c. 732 a.C. parece acep­table, aunque no es descartable tampoco una per­duración hasta fines del s. VIII a.C. a juzgar por los paralelos que da la propia Bikai 3 4 9 y el estilizado perfil de la pieza.

Las bases que se documentan en Heracleópolis (Lám. LXIIe.h) son comparables —aunque los per­files algo suavizados— al tipo 20 de Bikai, asociado en Tiro a SJ9 3 5 0 . Pueden datarse entre 1200-800 a . C , aunque perduran algo más hasta el s. VII a.C. Esto entra en contradicción clara con la cerámica egipcia a que se asocian, datable como mucho entre el 750 y el 650 a . C , sin que deba sobrepasar hacia arriba la fecha de mediados del s. VIII a.C.

Por último, buena parte de los fragmentos que se presentan tienen un arranque del galbo de forma cón­cava (Lám. LXId, LXIIb). Este rasgo nos acerca al tipo 2 de Sagona (760-700 a.C.) y al tipo SJ5 deBikai (sobre todo estrato II de Tiro, c. 760-700 a .C) .

En conjunto, los fragmentos de H29 (Lám. LXII) parecen apuntar hacia un período más avanzado que en T.3, a partir de c. 750 a.C. Como la cerámica egipcia a que se asocian parece datar de fines del s. VIII hasta mediados del VII a . C , quizá deba pro­ponerse una fecha de s. 730-700 a.C. para el con­junto masivo de enterramientos con el que se asocian. El ánfora de H2 (Lám. LXIb) puede pertenecer a un

momento ligeramente anterior (mediados del s. VIII a .C) .

Tipos similares a los que aquí recogemos, de pro­cedencia también levantina, se encuentran en otros contextos bien documentados incluso del s. VII a .C. 3 5 1 .

Jarros (§166) y otros vasos cerrados (§167)

En Heracleópolis se documentan varios vasos ce­rrados de tipo "fenicio-chipriota"352 cuya clasifica­ción presenta diversos grados de dificultad. En primer lugar tenemos un gran jarro de cuello vertical con arista ("neck-ridge"), y decoración bícroma (Lám. LXIIIa). Cuenta con un asa lateral que arranca de la base del cuello al galbo esferoidal. Base de anillo; falta la boca. Pasta Vía con núcleo grisáceo y laterales de tono crema/anaranjado.Desgrasantes de hasta 1 mm., traslúcidos (cuarzo), negros y blancos (¿cali­zos?). Superficie alisada, de tono crema blanquecino. Decoración bícroma negra y roja. Círculo central, bandas y motivos reticulados en rojo, líneas negras sobre fondo crema/anaranjado353.

En Chipre y Tiro se documentan varias piezas muy parecidas y una casi idéntica se conserva en el Museo de Chipre (1935/B884)354. Pertenece al perío­do que Bikai denomina "transicional", asociado a conextos chipriotas (sobre todo Tumba 1 de S alamina y algunas tumbas de Amathus ) y tirios (estratos IX-

3 5 1 Por ejemplo, Tebas (templo funerario de Seti I): K. Mys-liwiec, Sethos I, p. 60, n. 394-396 y pp. 61-62. Su perfil cón­cavo las asemeja a los tipos más tardíos de Heracleópolis.

3 5 2 Sobre la dificultad actual de diferenciar producciones: "indeed, even with direct access to the material, it is still often difficult to decide what is Phoenician and what is 'Cyrpo-Phoe-nician'-Cypriote copies of Phoenician forms, and Phoenician co­pies of Cypriote forms. The most difficult part of this problem revolves around the lack of (published) comparative material from the mainland" P. M. Bikai, The Phoenician Pottery of Cyprus, p. 2.

3 3 3 M . C. Pérez Die, Archéologia 225 (1987), p. 49. J. Pa-dró, Atti II Congresso Internazionale di Studi Fenici e Punici HI, Fig. 2.

3 5 4 P. M . Bikai, The Phoenician Pottery of Cyprus, PL IX. 176, 168, 175. Muy cercanos en forma, proporciones y de­coración. Fenicios. P. M . Bikai, Tyre PL XXIIa.8 (estrato IX, 850-800 a.C.)

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348 Ibidem Pl. IH.3, SJ5 3 4 9 /¿¡de/n Pl. m.3. 350 Ibidem p. 46.

VIII), caracterizado entre otras piezas por jarros con arista en el cuello, pie de anillo, labio cuadrado, y bicromía en el galbo pero no en el cuello3 5 5. Este "Horizonte Salamina" se fecha en Chipre entre apro­ximadamente mediados del s. IX y mediados del s. VIII a.C.) 3 5 6 fecha que en Tiro se precisa algo más (los estratos IX-VIII citados por Bikai para parale-lizarlos con Salamina T . l 3 5 7 se datan en la segunda mitad del s. IX a.C. 3 5 8 ) . Piezas parecidas se han do­cumentado en otros contextos egipcios, con fechas de los ss. IX-VIII a .C. 3 5 9 .

El jarro de engobe rojo de la Lámina LXIVb está, como veremos, en directa relación con el que aca­bamos de analizar, a pesar de que a primera vista pudiera parecer más tardío. Se trata de un jarro con base de anillo, cuerpo pequeño, alto cuello con arista y borde de labio cuadrado. Engobe rojo brillante, espatulado, que cubre toda la superficie. Pasta de clase VI, roja al exterior y negra al interior.

Este vaso tiene también paralelos directos en for­mas fenicias halladas en Chipre 3 6 0, y, si se analizan sus componentes, repite los elementos que hemos visto en el jarro anterior. En concreto, la forma de Heracleópolis pertenece a la clase que Bikai deno­mina ' 'juglet' ' 3 6 1 , para la que considera una evolución

3 5 5 P. M . Bikai, The Phoenician Pottery of Cyprus, pp. 48-53.

336 Ibidem, p. 69. Seguimos esta cronología, muy reciente, antes que la propuesta hace ya más de 30 años, por E. Gjerstad, quien daría una datación algo más tardía para estas piezas, en torno al s. VIII a. C. Cf. E . Gjerstad, Op. Ath. III, Fig. 8 y p. 115.

337 Ibidem, p. 48. 3 3 8 P. M . Bikai, The Pottery of Tyre, p. 68 y Plates XIX-

XXII (recuérdese el paralelo de PI. XXIIa.8). 339 Matmar: G. Brunton, Matmar Pl.LVII, 92H. Probable­

mente de los ss. IX-VIII a.C. mejor que la fecha post-715 (XXV Dinastía) que aceptó Culican, Phönizier im Westen, p. 54. Tam­bién, pero aquí sí más tardío, posiblemente K. Mysliwiec Sethos I n. 375, globular con decoración bícroma en cuello y borde tendiendo a "boca de seta" (¿horizonte Kition de Bikai, de segunda mitad del s. VIII a.C.?). Contemporáneo a los vasos de Heracleópolis, jarro chipriota de Ashmunein (A.J. Spencer y D.M. Bailey, Ashmunein, Fig. 8.4) y posiblemente las produc­ciones Black-on-Red I (III) que cita Gjerstad (SCE IV.2.p. 240), así como otras de Saqqara(D. Aston, Tentative footsteps.. .,p. 88 y Fig. 227b.

3 6 0 P. M. Bikai, The Phoenician Pottery of Cyprus n. cat. 150, 160, 162, 178; Plate X.

361 Ibidem, p. 49.

paralela a la de los jarros de mayor tamaño. Sus características formales permiten, pues, clasificarlo dentro del "Horizonte Salamina" y fecharlo dentro de la segunda mitad del s. IX o quizá primera mitad del s. VIII a.C. Fue hallado partido, con el galbo separado del cuello y a dos niveles diferentes, justo delante de la Tumba 3 ( L l l Ante T.3/19 y /22). Por tanto, debe ser contemporáneo a la segunda "aper­tura" de dicha tumba. Posiblemente, en las remo­ciones posteriores, el jarro de engobe rojo fue roto y sus fragmentos separados. Se asociaba en origen al soporte de Lám. XXVIj ( L l l Fte. T.3/24), a la can­timplora de pasta de los Oasis de Lám. Lid , y a un ánfora de engobe blanco originalmente colocada so­bre el soporte y dispuesta entre adobes, que también apareció deshecha y dispersa. Pudo por tanto este jarro pertenecer a un conjunto de la segunda mitad del s. IX a . C , colocado frente a la puerta de la Tum­ba 3. Algo similar ocurre con el jarro bícromo, que se halló en una habitación de adobe inmediata por el Suroeste, y frente a la entrada de la Tumba 3 (H.2.4).

Con toda probabilidad pertenecen también a este momento los dos fragmentos de Lám. LXIIIb-c. E l primero, hallado en el mismo sector y nivel que el jarro de engobe rojo (Lám. LXIVb), es posiblemente un asa de jarro bícromo chipriota. Se fabricó en pasta de clase VIc mucho más depurada y dura que la Vid del jarro. Cuenta con un engobe rojo anaranjado pu­lido con pintura negra mate encima.

La decoración del asa con un zig-zag entre dos líneas está documentada desde fechas anteriores a mediados del s. IX 3 6 2 . En Tiro parece un motivo más frecuente antes del s. VIII que después. Es un ele­mento frecuente en jarros, jarros de boca trilobulada y otros recipientes fenicios363 y chipriotas364.

3 6 2 W. Culican, en Phönizier im Westen, p. 52, Abb.3.b (de Khaldé).

3 6 3 Por ejemplo, P. M. Bikai, The Phoenician pottery of Cyprus. PI. V.VII, VIII...Lo común, sin embargo, es una serie de líneas paralelas, y no un zig-zag enmarcado por bandas la­terales, como en Heracleópolis. En Tiro se documenta un paralelo cercano sobre un enócoe de boca trilobulada en el estrato VI (c. 760 a.C), cf. P. M . Bikay, The pottery of Tyre PI. XVIHa.18. Otro sobre una cantimplora esférica en el estrato X.2 (c. 850 a.C).

3 6 4 E . Gjerstad, SCE IV.2. En Bichrome II (Fig. XVI. 1, cantimplora globular, negro sobre engobe crema); Bichrome III (Fig. XXII.7).

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El segundo fragmento (Lám. LXIIIc) (de un sec­tor inmediato al Sur de L l l Ante T.3) es un trozo de la parte superior del galbo y arranque del cuello de un vaso cerrado con decoración bícroma. Pasta VIc muy depurada de fractura recta y sonido metá­lico. Superficie crema con cuello engobado en rojo anaranjado bruñido, líneas y círculos concéntricos en negro mate. Podría incluso pertenecer a la misma pieza que el asa. Los pequeños semicírculos concén­tricos sobre fondo claro son frecuentes en Chipre 3 6 5

y en menor medida en Fenicia 3 6 6, donde quizá son importaciones chipriotas.

En Heracleópolis, sin ser frecuentes, aparecen en ocasiones fragmentos —nunca formas enteras— de cerámica de estilo bícromo y black-on-red chipro-fenicia, y a veces posibles imitaciones tal y como se dijo en su momento (Lám. LIb). La forma más fre­cuente es el jarro de cuello con arista y la cantimplora, tipo al que pertenece el fragmento reproducido en Lám. LXIVg, realizado con una pasta de color gris claro-verdoso, con engobe crema claro y pintura vi­nosa muy desvaída, quizá por tanto un Bichrome II 3 6 7.

Algo diferente a los jarros que hemos estudiado es el jarro globular con cuello ancho con arista de Lám. LXIVe, fabricado en pasta de clase Vid (?) con gruesos desgrasantes si l íceos, y engobe acastañado brillante, bruñido verticalmente. Pertenece a un tipo que en Fenicia ha sido datado entre fines del s. IX a .C . 3 6 8 y fines del s. VIII a .C. 3 6 9 . En un trabajo más reciente, sin embargo, encontramos una posible serie chipriota de imitación de vasos fenicios deno­minada "brown burnished" en la que encontramos paralelos cercanos al vaso de Heracleópolis en forma y acabado370. Esta serie se data también entre el 850 y el 750 a . C , más probablemente en un momento avanzado del horizonte. La versión sin engobe rojo

5 6 5 E . Gjerstad, SCE IV.2., en todos los estilos bícromos y Black-on-red.

3 6 6 P. M . Bikai, The pottery of Tyre, pi. XIA.21 (estrato II-III c. 740-700 a.C), importado de Chipre (Black-on-Red IV).

3 6 7 A partir de las definiciones de pastas, engobes y colores de Gjerstad, SCE IV.2 pp. 48 ss.

3 6 8 R. Saidah, Atti del I Congresso Internazionale di Studi fenici e punici, Vo. I., Tav.L.4, LI . l .

3 6 9 P. M . Bikai, The Pottery of Tyre PI. V (Estrato II, c. 700 a. C.)

3 7 0 P. M . Bikai, The Phoenician Pottery of Cyprus, p. 18, n. 180 ss. Especialmente n. 186, PI. X. Ver también p. 52.

pero con cuerpo similar y decoración bícroma en líneas horizontales podría datarse en la segunda mitad del s. VIII a .C. 3 7 1 Por tanto, de la evidencia dispo­nible podría extraerse una cronología de fines del s. IX-primera mitad del s. VIII a.C.

Posibles imitaciones

Más difíciles de clasificar resultan los vasos de la Lám. LXIVa, d,f e i . Todos ellos presentan pe­culiaridades formales que los separan de las produc­ciones fenicias y chipriotas, aunque a la vez su en­gobe rojo bruñido —a menudo irregular, con los trazos visibles— y su pasta similar a Vid los aleja de las producciones egipcias conocidas en Heracleó­polis.

El jarro roto de LXIVa, sin base plana o de anillo y con un muy irregular perfil no debe ser una pro­ducción chipro-fenicia, sino más probablemente una imitación no local (¿menfita? ¿del Delta?). Algo si­milar ocurre con los jarritos de Lám. LXIVd,f. Su contexto es probablemente datable en la segunda mi­tad del s. IX o principios del VIII a.C. por su aso­ciación con otras piezas importadas (Lám. LXIIIa, Lám. LXIb). Sin embargo, la pasta recuerda una versión muy depurada de la clase egipcia la. Además, el engobe está bruñido horizontalmente sólo en el galbo y no en el cuello, y el galbo es panzudo con diámetro máximo muy bajo para lo usual en piezas fenicias. El borde es extraordinariamente grueso y basto; por último, choca la presencia de dos asas testimoniales en la base del cuello, que recuerdan formas tradicionales egipcias. Por todo ello consi­deramos estas piezas como imitaciones de c. 850-750 a.C. E l jarrito sin cuello ni arranque de asa de Lám. LXIVi tiene también peculiaridades (como la forma del galbo y la base) que resultan chocantes, al igual que el cuello de Lám. LXIVc, con engobe blan­co rosado. En conjunto, buena parte de los materiales "importados" con engobe rojo bruñido parecen du­dosamente fenicios, y deben considerase más bien producciones de imitación, quizá procedentes de las más cosmopolitas ciudades del Norte. Tal vez tengan

371 Ibidem PI. X, n. 330-332, cf. p. 62, "Kition Horizon".

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que ver con vasos como la' 'red polished jug'' hallada en Menfis y clasificada originalmente como ' 'grecorromana' ' 3 7 2 .

En conclusión, parece que el lote más llamativo de importaciones se asocia a las grandes tumbas de la XXII Dinastía (normalmente, aunque no siempre, en contextos al exterior de las mismas) y sobre todo en la habitación al Suroeste de Tumba 3 (H2). Pueden datarse en torno a la segunda mitad del s. IX a.C. o quizá a principios del VIII en algunos casos. Las piezas mejor identificadas son fenicias, aunque es probable que los fragmentos bícromos correspondan a materiales chipriotas. Por supuesto, el agente im­portador se nos escapa (en Heracleópolis, posible­mente intermediarios egipcios de Menfis o el Delta).

Un segundo conjunto, formado sobre todo por ánforas de hombro, algunos fragmentos de black-on-red y bicromos, e imitaciones, puede fecharse en la fase ulterior de la necrópolis, durante las X X V - X X V I dinastías.

IV.I. D E P S A M É T I C O I A É P O C A P T O -L E M A I C A (Láminas LXV-LXVII )

En Heracleópolis faltan muchos de los grupos formales normalmente asociados al período saíta —segunda mitad del s. VII en adelante, incluyendo los materiales griegos, sus imitaciones y las formas egipcias con influencias foráneas—. Las formas de la denominada "Late Saite Phase" de Aston 3 7 3 —da­tada a partir del reinado de Psamético I — y, por supuesto, el "Complejo IIB" de H . Jacquet Gordon 3 7 4 (a partir de la X X X Dinastía) apenas se reflejan en el repertorio heracleopolitano, aunque algunas de las formas que hemos estudiado ya perduraran du­rante todo el s. VII a.C.

De hecho, las fases "saíta (típica)" y "persa" se cuentan en Heracleópolis más por piezas que por grupos de tipos, piezas que además en algún caso

3 7 2 H. G. Fischer, Mit Rahineh 1955 n. 44, p. 3 7 3 D. Aston, Tentative footsteps..., Ch. VII. Ejemplificadas

en el material de Defenneh, Figs. 233-238. 3 7 4 H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First...

(Lám. L X V e , de H . 18/5-6) pueden ser algo anteriores a mediados del s. VII a.C. En consecuencia, no se­guiremos para los escasos materiales de las Láminas L X V - L X V I la misma pauta descriptiva que hemos usado para la cerámica de períodos anteriores.

Por otro lado, la escasez de materiales datables en los ss. VI-V a . C , y la práctica ausencia de ce­rámica ptolemaica (salvo Lám. LXVIIa) no debe ne­cesariamente atribuirse a un abandono del yacimiento por dos razones: en primer lugar, la actividad de sebajim en esta zona ha sido intensa hasta hace no muchos años 3 7 5 ; en segundo lugar, excavaciones re­cientes en el área oriental del yacimiento, no lejos de las zona asignada a la Misión Española, efectuadas por el Servicio de Antigüedades egipcio, han puesto al descubierto importantes niveles de época persa376.

E l primer conjunto importante se halló en las ca­pas superficiales del sector H21/1-3 (excavado en 1989). Comprende las piezas de Lám. L X V a , f,g,i, Lám. LXVIf,j,m,o y también Lám. LVIIIa, b.

El vaso más característico es el de Lám. L X V a , ("sausage jar", n. 168) aparecido ya en la primera mitad del s. VII, pero característico de las últimas décadas del siglo en adelante. En pasta la, y fabricado a torno rápido, cuenta con un engobe de tono rojo mate muy vivo e intenso. Mide más de 45 cm. de altura y tiene un diámetro máximo de 16 cm. Se documenta en numerosos yacimientos de Egipto des­de el s. VII 3 7 7 , y quizá deba datarse en Heracleópolis en la segunda mitad de dicha centuria (XXVI Di­nastía). No aparecen en cambio buena parte de los materiales más típicos del repertorio "persa" (bo­tellas de ancho cuello moldurado vertical, cuencos carenados con paredes verticales).

3 7 3 M. C. Pérez Die y P. Vemus, Ehnasya el-Medina, p. 15. 3 7 6 Excavaciones dirigidas por Mohsen-el-Kady. 3 7 7 Menfis: J. Bourriau y D. Aston, Tia and Tia, tipos 201-

203 (Main Shaft, Chamber A). Lahun: A. L. Kelley, The pottery of Ancient Egypt, PI. 81.2 (fecha errónea, como mucho X XV-XXVI dinastía). Tebas (templo de Seti I): K. Mysliwiec, Sethos I p. 56, n. 352-354. Quizá por su asociación a materiales algo anteriores (¿primera mitad s. VII a.C.?), entre las más antiguas del tipo. Tebas (Gurna): A. L . Kelley, The pottery of Ancient Egypt, PI. 80.6 (s. VI a.C), por asociación a ánforas griegas, cf. D. Aston, Tentative footsteps..., p. 33. Tebas (Cementerio B): D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 139.810 (2/2 s. VII a.C). También G. Nagel, Deir el Médineh..., Fig. 101 ("Baja Epoca").

Ill

A esta pieza se asocian las piezas con incisión de la Lám. LVIIIa-b. (169-170). La primera es un gran cuenco bitroncocónico (?) con carena muy alta. Borde engrosado al exterior, en forma de "pico de ave" (Lám. LVHIa). Diámetro: 38.4 cm. Pasta de clase l íe . Marcas incisas intencionadas en la parte alta del galbo378. Más característica, incluso de época persa, es la cazuela de galbo carenado y borde apuntado (Lám. LVIIIb). Pasta la, con engobe rojo mate a interior y exterior. En el galbo, marcas incisas que parecen intencionadas.Se trata de un ejemplar único hasta el momento en Heracleópol is 3 7 9 .

Dentro del mismo contexto figuran los tres vasos hondos de Lám. LXVf ,g , i (171), a los que se puede unir L X V h , de un contexto revuelto. Todos se rea­lizaron en pastas de clase la sin engobe. E l vaso L X V f apareció manchado de ceniza, mientras que el de L X V i se halló junto a la mano de la inhumación M -407.

También pertenece a este conjunto cerámico el gran cuenco 172 de Lám. LXVIo (pasta la), y el pequeño (173) de Lám. LXVIj (la), así como el vasito en miniatura LXVI f (Pasta Id) (174).

Otro contexto tardío, quizá incluso de época ya persa, es el documentado en H19. Junto a la inhu­mación M-376 se halló el gran vaso globular (175) de Lám. L X V b , de pasta la con un engobe rojo in­tenso. Aunque este vaso se ha documentado en otros contextos de época persa380, en Heracleópolis se aso­cia a niveles datables por el resto de su material en un período anterior, de la primera mitad del s. VII (por ejemplo, Lám. L X V e , H . 18/5-6; M-1085). Sin embargo, aunque tenga un origen anterior, su aso­ciación a la jarrita con asa vertical de Lám. LXVIn (176) lo llevan a un período más avanzado. E l con­junto estaba formado por una bandeja de gran ta­maño, la jarrita colocada sobre ella y el gran vaso globular, todo ello junto a M-376.

En cuanto a los cuencos toscos de base plana y borde entrante (177) (Lám. LXVIa-d) que ya hemos visto durante el fin del s. VIII y primera mitad del s. VII (p. ej. Lám. L V ) , siguen apareciendo en los niveles más superficiales, sin que sea posible precisar una evolución.

Las pateras con base de anillo y borde entrante (Lám. LXVIa-b) proceden de un contexto revuelto superficial, y no pueden datarse. Lo mismo ocurre con el vasito de base plana y borde abierto de Lám. LXVI i (pasta de clase la). Esta última pieza tiene un paralelo muy cercano en Menfis 3 8 1.

I V . K . P E R Í O D O R O M A N O - C O P T O (Láminas LXVII-LXVIII)

Tras los materiales del s. VI a.C. y algún escaso fragmento datable en é p o c a ptolemaica ( L á m . LXVIIa) 3 8 2 la necrópolis parece haber sido abando­nada, aunque la remoción de capas superiores por la recogida del sebaj impide asegurarlo. En todo caso, en superficie y en el interior de algunos hoyos de grandes dimensiones se documenta cerámica "cop-ta'' de época romano-bizantina, que no estudiaremos en este trabajo. Sólo nos limitaremos a presentar al­gunas de las formas más características y a citar un contexto concreto que prueba la entrada en la Tumba 3 en época avanzada, entre los ss. V-VII d.C.

Los materiales más característicos y rápidamente identificables en superficie y en el primer nivel de excavación son las grandes ánforas estriadas de la clase 52 de Peacock y Williams 3 8 3, que corresponden al tipo Egloff 173/177384, LA7 de Berenice y LR7 de Cartago385 (Lám. LXVIIIa-d). Se trata de piezas rea­lizadas en una característica pasta arenosa y micácea, de color pardo achocolatado, que abundan en el ya-

3 7 8 Técnica heredada del Imperio Nuevo al menos, cf. G. Nagel, Deir el Médineh..., Fig. 77, n. 103-106 (Sep. 1169).

3 7 9 Paralelos de fines de la XXVI Dinastía y época persa. Cf. P. French, A preliminary study of pottery in Lower Egypt, Fig. 3.6-7 (Late Dynastic.Third Phase); también, P. French y H. Ghaly, CCE 2 (1991), n. 71-72 (¿plato o tapadera?).

3 8 0 Heliopolis: D. Aston, Tentative footsteps..., Fig. 62 y p. 16.

3 8 1 H. G. Fischer, MitRahinfh 1955, n. 51, pp. 26-27. "Gre­co-romana" (posiblemente anterior).

3 8 2 Paralelos en la forma del borde, aunque no en el asa de tipo "sítala" en Karnak Norte (H. Jacquet-Gordon, From the Twenty First..., Fig. 21.2,5 (Complejo IIB).

3 8 3 D. P. S. Peacock, D. F. Williams, Amphorae and the Roman Economy, pp. 204-205.

3*> M . Egloff, Kellia, pp. 114-115, PI. 58. m * J. A. Riley, Berenice, pp. 224-225.

112

cimiento. De hecho, ya fueron estudiadas por Petrie en sus excavaciones de Ehnasya, junto con abundan­tes materiales de los ss. IV a VII d .C . 3 8 6 .

Estas ánforas se datan entre los ss. IV y VII d.C. , por tanto desde época romana a la dominación árabe 3 8 7 . La pieza de Lám. LXVIIIa, en particular, pertenece al subtipo B de Riley y 174 de Egloff 3 8 8, datable en el s. VII d.C. E l ejemplar de Lám. LXVIIIb probablemente pertenece también a ese tipo con galbo de tendencia cóncava.

Se trata de producciones egipcias389 omnipresen­tes en los estratos superiores de yacimientos faraónicos 3 9 0 , que se difunden por el N . de Africa (Cartago, Berenice) y otros puntos del Mediterráneo (por ejemplo, Atenas).

El segundo grupo más numeroso de vasos en los niveles superficiales del yacimiento son las grandes ollas con borde escalonado al interior ( L á m . LXVIId,e,g), también frecuentes en todo Egipto 3 9 1. En Kellia se documenta una amplia variedad de va­riantes de esta forma (tipos 122-149 o "Marmites" de Egloff), datables entre el siglo V y el VII d . C . 3 9 2 .

Por último, debemos citar un plato —casi com­pleto— y un fragmento de cuenco recuperados en el interior de la cámara B de la Tumba 3, y que por tanto prueban, junto con el fragmento de ánfora LA7 (Egloff 177) (Lám. LXVIIIb) la intrusión tardía en dicha estructura.

3 8 6 A. L. Kelley, The pottery of Ancient Egypt, Pl. 99.5. 3 8 7 J. A. Riley, Berenice, p. 225. P. Ballet y M . Picon, CCE

1 (1987), p. 36; M . Egloff, Kellia p. 115. 3 8 8 M. Egloff, Kellia, pp. 114-115; J.A. Riley, Berenice,

pp. 224-225. 3 8 9 Para talleres de fabricación de estos materiales en el Medio

y Alto Egipto, P. Ballet et alii CCE 2 (1991), pp. 129-244. Ver también H. Jacquet-Gordon, Les Ermitages chrétiens du désert d'Esna, pp. 6 ss; y P. Ballet y M . Picon, CCE 1 (1987), pp. 36-38.

3 9 0 Por ejemplo: Hermopolis: A. J. Spencer y D. M . Bailey, Ashmunein, Fig. 35. También P. Ballet et alii CCE 2 (1991), p. 137. Kamak: C. Grataloup, M.A.Pilipenko, Bull. Liaison, XII (1987), p. 25.

3 9 1 Paralelos muy cercanos, datables entre el s. V y el VIII d . C , en el Templo de Seti I en Gurna (cf. K. Mysliwiec, Sethos I n. 1798-1800 (p. 119 y p. 146). Ver también C. Grataloup y M . A. Pilipenko, J. , Bull. Liaison, 12 (1987), p. 25, Fig. A.2-4.

3 9 2 M. Egloff, Kellia, pp. 99 ss. El tipo de Lám. LXVIIe encuentra su mejor paralelo en 118 Egloff.

Creemos que ambos pertenecen a un grupo ce­rámico característico del área del Fayum, y que pro­bablemente fue fabricado en dicha zona. Se trata de la "Egyptian Red Slip B " de Hayes 3 9 3, equivalente al grupo K de Rodziewicz, al ERSW C de Mysliwiec, Grupo 2 de Egloff y L7 de Pierrat en Tod 3 9 4 . Sus características físicas (superficie roja/violácea/car­mín, su pasta aluvial depurada y densa de tono ma­rrón/marrón-rojizo nos llevan a esta clasificación pese a que no conocemos paralelos exactos para ninguna de las dos piezas. Su cronología va desde el s. V d.C. hasta más allá del s. VII d.C.

El plato de Lám. LXVIIb deriva de formas mucho más antiguas de sigillata africana (ARS de Hayes) —con pie más bajo e inflexión del galbo más suave, y además sin decoración plástica—, como la 59B (c. 320-420 d.C.) 3 9 5 , o incluso las 56 ó 69. Puede además relacionarse de lejos con Salomonson A9b 3 9 6 . Con todo, buscar este tipo de paralelos en una producción local egipcia no deja de ser un ejercicio erudito, toda vez que ni siquiera la hemos podido documentar en contextos egipcios, por lo que tal vez se trate de una forma nueva397.

Por lo que se refiere al cuenco con baquetón en el borde, hay numerosos paralelos egipcios tardíos para la forma en general, derivada también de sigi-llatas más antiguas398, pero no para la forma plana del borde, que parece un indicio t a r d í o , del s. VII d.C. quizá 3 9 9 .

El contexto tardío más interesante es el corres­pondiente a una violación de la Tumba 3 probable-

3 9 3 J. W. Hayes, LRP 397-399. 3 9 4 M . Rodziewicz, Alexandrie, pp. 50 ss.; M . Egloff, Ke­

llia, pp. 79 ss.; K. Mysliwiec, Sethos I ; G. Pierrat, CCE 2 (1991), p. 155-156.

3 9 5 J. W. Hayes, LRP, p. 99. 3 9 6 A A . V V . Atlante delle forme ceramiche I, Tav. XIII.17. 3 9 7 Dentro de nuestras posibilidades de búsqueda bibliográ­

fica. Por ejemplo, no se documenta en el corpus de Rodziewicz, ni en su grupo K ni en el O o W. Los ejemplos más cercanos son el tipo 79 de Egloff (Planche 43), datado en el s. VII d.C (p. 89), y el borde K9 de Rodziewicz (PL. 17 K9), junto con la base Kd (Planche 22), que podrían corresponder a una forma similar.

3 9 8 Por ejemplo, P. Ballet et alii CCE 2 (1991), Fig. 16 (de Zawyet el-Maietin, Egipto Medio) en grupo K.

3 9 9 G. Pierrat, CCE 2 (1991) L7, Fig. 10.a.; también Fig. 3.d (de cocina sin engobe). Quizá relacionado con el tipo 38 de Egloff ('Sigillatas egipcias', serie 2).

113

mente en el s. V d.C. Ya desde los niveles superfi­ciales de H18 fue posible detectar un profundo pozo lleno de material revuelto que efectivamente llegaba al techo perforado de la cámara A de la Tumba 3 (cámara del sarcófago). Dicho pozo, además de ma­terial egipcio del TPI, contenía trozos de ánforas cop­ias (por ejemplo, Lám. LXVIIId), recipientes de base plana (Lám. LXVIIIe) con paralelos tardíos 4 0 0 . Esta

irrupción tardía dejó además restos visibles en el in­terior de las diferentes cámaras de la Tumba 3: así, un gran fragmento de ánfora en la cámara " C " (Lám. LXVÜIb), un plato (Lám. LXVIIb) y un cuenco (Lám. LXVIIc) en la cámara " B " . Estos tres vasos pueden datarse entre el s. V y el VII d . C , proba­blemente en la última parte de ese período 4 0 1 .

Egypt, Pl. 98.6, 19.d. Tod: G. Pierrat, CCE 2 (1991), p. 160, Fig. 19f (s. VII d.C.)

4 0 1 Sobre todo a partir de Lám. LXVIIIb y los materiales de relleno del pozo de violación.

114

4 0 0 Por ejemplo, Armant, A. L . Kelley, The pottery of Ancient

V. TABLAS DE FORMAS Y TIPOLOGÍA

V . A . D E U N A T I P O G R A F Í A A U N A TI­P O L O G Í A

El trabajo de clasificación y estudio de la cerá­mica de Heracleópolis se ha orientado hacia la crea­ción de una Tipología con valor no sólo descriptivo, sino también con contenido cronológico y funcional, como base para análisis ulteriores de sectores con­cretos desde una perspectiva más funcional. La crea­ción de dicha Tipología se ha basado en una estructura previa de carácter descriptivo (o Tipografía), cuyos principios básicos ya se han dado a conocer402, y pueden resumirse en los siguientes rasgos: se trataba de una estructura arborescente abierta, basada en las formas más que en la técnica de las piezas. Esta clasificación separaba las formas completas conoci­das de los bordes y bases cuya adscripción a una forma concreta todavía no se había determinado. Por tanto, las formas completas se agrupaban en unos paneles, y los diversos tipos de bordes y bases en otros. Cada fragmento recibía un código numérico digital que lo identificaba dentro de una clase, grupo,

4 0 2 F. Quesada, M . J. López Grande, M . C. Pérez Die, Fifth International Congress of Egyptology. Abstracts, pp. 224-225. Ver también Capítulo II. A de este libro.

tipo, subtipo y variante, y que constituía la base de su clasificación en una ficha diseñada al efecto y que era tratada informáticamente. (Fig. 7)

Dicha estructura descriptiva es la que se ha venido empleando hasta la actualidad, en que ha sido posible construir un entramado Tipológico más complejo, que introduce ya las variables temporal y tecnológica, y sobre todo incorpora al repertorio de "Formas com­pletas" todos los perfiles completos documentados desde 1985 y aquellos otros que, aunque no se do­cumentan en Heracleópolis, pueden identificarse sin duda a partir de paralelos.

Por tanto, en la actualidad podemos presentar una clasificación más completa, que recoge todos los per­files completos que conocemos, y otros fragmentos cuyo perfil se puede reconstruir con bastante apro­ximación. Esta Tipología, que resumiremos a con­tinuación, se complementa todavía con los paneles antiguos descriptivos de formas de bordes y bases, clasificados mediante un código digital (Tipdig). A medida que los bordes y bases cuya forma todavía no conocemos bien se vayan completando, pasaran a integrarse en la Tipología principal. Estos códigos digitales correspondientes a formas todavía no bien identificadas son los que aparecen en sustitución del Tipo en las descripciones del Capítulo IV.

115

BORDES (50000)

51000 (Formas cerradas de tendencia entrante)

52000 (Formas cerradas de] tendencia vertical)

53000 (Formas cenadas con

BD tendencia acampanada) 54000

(Formas abiertas)

51100 Tinajas/ Anforas

51200 Tinajas Anforas hombro

51300 V.Glob.

sin cuello

51400 V.Glob. cuello

estrang.

52100 Cuello vertical

52200 Cuello vertical

moldurado

52300 Cuello vert, borde engro­sado exterior

53100 Cuello

mediano acampanado

53200 Cuello ancho

acampanado

53300 Cuello

pequeño acampan.

53400 Cantimplora

53500 Borde tenso acampanado

horizontal

52400 52500 Grandes vasos Borde boca vertical vertical

borde engrosado convexo

54100 54200 54300 Platos borde Cuencos Cuencos

sencillo borde borde inclinado vuelto engrosado

53400 53500 Cazuelas Cuencos carenadas galbo

vertical

H 52110

52111 52112 52113

52120 52130

41000 42000 43000 44000 BIA BIC BEA BEP

Inestables Inestables Estables Estables Abiertas Cerradas Anillo planas

solero planas

Figura 7. Esquema básico de la tipografía de bordes en Heracleópolis.

116

De forma resumida, el esquema de la Tipografía de Bordes y Bases es el reflejado en la Figura 7. No se recogen los detalles de un sistema que básicamente constituye una clasificación provisional de orden in­terno.

V . B . T A B L A S D E F O R M A S ( T I P O L O ­GIA)

Los desplegables anejos a este trabajo recogen nuestra propuesta tipológica, introduciendo en sen­tido vertical las diversas "clases" cerámicas y "ti­pos", y en sentido horizontal la aparición de las di­versas variantes a lo largo del período de ocupación del yacimiento, excluyendo la época romana.

Además, y como complemento de los tipos ya definidos, hemos decidido incluir también en una fila especial los bordes y bases más significativos de cada período, aunque todavía no hayan podido integrarse en el esquema general de la Tipología. De esta forma es posible visualizar un panorama bastante completo de todas las formas —enteras o no— que aparecen en el yacimiento en cada período.

Una serie de códigos recogen las características básicas del acabado de las piezas: un círculo indica que se trata de cerámicas con un engobe rojo o rojo acastañado bruñido y brillante; un triángulo señala formas realizadas con arcilla aluvial pero engobadas en tonos cremas o blanquecinos para asemejarlas a las piezas fabricadas con arcilla del desierto. Por úl­timo, un asterisco identifica a las piezas fabricadas en "marl clays" o arcillas margosas.

Junto al dibujo de cada tipo (o borde no identi­ficado) aparece, si procede, la identificación de va­riante o subvariante, y también un número arábigo que remite al cuerpo del texto, en el que por orden creciente se han ido numerando todos los tipos des­critos. De esta forma es sencillo acceder de inmediato a más información sobre una forma concreta acu­diendo al texto.

V . C . G É N E R O S , C L A S E S Y TIPOS C E ­R Á M I C O S

La tipología que presentamos agrupa los tipos cerámicos en tres "géneros" autoexplicativos (for­mas abiertas, cerradas y especiales), y éstos se sub-

dividen en "clases", que abarcan desde las formas más abiertas a las cerradas, según los esquemas de la figura 8.

Se entiende por "clase" un conjunto de tipos cuya morfología general es similar y su presumible función también. Agrupa por tanto Tipos con aca­bados distintos, de cronología diferente y a veces con diverso tamaño. E l número de clase se acompaña entre comillas por una breve descripción, normal­mente formal ("plato", "vaso globular de cuello alto", y a veces con connotaciones funcionales ("bo­tella", "tapadera"). Estos términos deben entender­se más como ayudas mnemotécnicas más que como una declaración de funcionalismo aplicado a la ce­rámica. No siempre la "botella" o "tapadera" ac­tuarían como tales, pero el nombre acarrea unas con­notaciones útiles para memorizar las Clases.

Las Clases avanzan desde las formas más planas y abiertas (I) hacia otras progresivamente más pro­fundas (VIII) hasta llegar a formas claramente cerra­das (XX-XXIV), donde el criterio es ligeramente dis­tinto. Las "Formas Especiales" son un género que agrupa clases muy variadas. Los "Vasos Bes" tienen diversas formas, y aunque se podrían considerar como un tipo cualquiera con decoración plástica apli­cada (algo secundario desde el punto de vista de la clasificación), razones prácticas nos han llevado a considerarlos como una "Clase" aparte. Los "So­portes", "Fichas" y "Tapaderas" son piezas pe­culiares que no pueden incluirse en ninguna de las otras "Clases" que agrupan recipientes y pertenecen por tanto a las "Formas Especiales".

El "Tipo" es la unidad básica de trabajo. Agrupa formas similares, con tamaño similar, y casi siempre pastas y acabados similares. A menudo, cada tipo abarca una cronología concreta y limitada; otras ve­ces, en cambio (por ejemplo, ciertos platos) un tipo perdura a lo largo de muchos siglos. Por tanto, con­viene distinguir los tipos que perduran (normalmente por la plena adecuación forma/acabado/función) y aquellos que evolucionan más (formas de lujo o su­jetas a cambios debido a variaciones en costumbres alimenticias, rituales, etc.). En ciertas ocasiones, y siguiendo criterios de flexibilidad y operatividad, un tipo tiene variantes en dos pastas (por ejemplo, en pasta aluvial y del desierto).

117

Según la conveniencia de cada caso, cada tipo (p. ej. IVA)se subdivide en Variantes ( IVA1, IVA2...) , y si es necesario, en subvariantes (IVAla, IVA Ib), procurando limitar éstas en lo posible.

V . D . T R A D I C I Ó N Y C A M B I O E N L A C E ­R Á M I C A D E H E R A C L E Ó P O L I S

Las formas de la clase I aparecen ya como moldes/ hornos de pan, en su versión de los tipos IA y IC, desde fines del Imperio Antiguo. Sin embargo, en Heracleópolis los moldes de pan de fines del Imperio Antiguo son de tipo cilindrico (tipo VIIB), y las ban­dejas no aparecen hasta el TPI, desde el s. IX en adelante. Las formas de esta clase perduran hasta el fin de la ocupación del yacimiento, tal y como se documenta en la estratigrafía, puesto que las capas superiores pueden haber desaparecido por la acción humana posterior. A partir del s. VIII a.C. aparecen piezas de base plana con pared alta (tipo ID) que no se documentan antes. Es posible que las bandejas se utilizaran en la necrópolis, al menos en ocasiones, como sustitutos de mesas de ofrendas, asociadas a copas de tipo VIIF.

Los platos (Clase II) son uno de los tipos de mayor perduración. Con variaciones menores en técnica (ali­sado del galbo, forma de cortar la base, etc.), los platos de base plana (Tipo HA) aparecen en todos los niveles del yacimiento, hasta casi el final, cuando en el s. VII a.C. tienden a ser sustituidos por platos de base curva (Tipo IIB) y cuencos de borde entrante (Tipo IVJ). Los platos de base apuntada o redondeada (Tipo IIB) son característicos a partir del Imperio Nuevo, pero en Heracleópolis los tipos más antiguos, con pintura roja en el borde, son menos frecuentes. Es a partir del s. VIII a.C. cuando estos platos (en especial las variantes ITB1) se convierten en una de las formas más comunes en el yacimiento.

Las cazuelas con carena y borde bien señalado (Clase III) aparecen también en casi todos los niveles. Sin embargo, durante el PPI forman un tipo muy significativo de vasos cuidados, con una pasta muy característica (de clase Ib), y engobe rojo alisado o bruñido (tipo IHA.). Junto con estos vasos de finas paredes y cuidado aspecto aparecen otras cazuelas de

mucho mayor tamaño, a menudo en pastas del de­sierto (Tipo IIIB). En cambio, los vasos carenados parecen casi desaparecer durante la XXII Dinastía, para reaparecer a partir de la X X V , en forma de cazuelas pequeñas o medianas, hechas en pasta alu­vial (Tipo IIIC, variante IIIC1) o en arcilla del de­sierto (Tipo IIIC3), sin olvidar las imitaciones locales en arcilla aluvial con engobe blanco (Tipo IIIC2)..

Los cuencos constituyen una de las clases con mayor variedad de tipos (Clase IV). Los más anti­guos, de pared delgada, carena marcada y parte su­perior del galbo con tendencia vertical, acabados con un buen engobe rojo, son los clasificados como IVB, IVC y IVD. Aparecen sólo en niveles del PPI/IM?, aunque una variante (IVB 2) reaparece muchos siglos después, en época persa, con un acabado menos cui­dado. Los grandes cuencos con borde de tendencia vertical (Tipo IVE) son característicos también del PPL El tipo IVA aparece en el Imperio Nuevo (IVA1) para perdurar, en versiones de menor tamaño, durante el TPI. En época tardía (a partir de la X X V Dinastía) son característicos los cuencos de borde redondeado engrosado al interior (Tipo IVF), que a menudo apa­recen realizados en pasta del desierto (variante IVF2). Contemporáneos de estos cuencos son las piezas con borde tendente a doblarse sobre sí mismo, (Tipo IVI) bien en pasta aluvial (IVI1) o en pasta margosa (IVI2). A partir del s. VII a.C. son muy comunes en Heracleópolis, junto a estos cuencos más cuidados, unos vasitos de uso ritual, de tosca base plana y borde entrante (tipo IVJ).

Los grandes recipientes abiertos (Clase V) apa­recen en diversas formas en todos los niveles. Los grandes cuencos con decoración cordada impresa (Tipo VD) son los más frecuentes, sobre todo en el TPI y época saíta.

La Clase VI recoge una serie de vasos abiertos hondos, ya en el límite con los vasos cerrados. Los tipos VID y VIF, con frecuente decoración incisa ondulada, y presencia de pitorros (posiblemente usa­dos para elaborar cerveza), son característicos del Imperio Medio. E l tipo acampanado con base de ani­llo VIA, uno de los más característicos, es un buen índice indicador de la X X V Dinastía. E l tipo VIB, algo más antiguo, es característico por la aplicación plástica sobre su borde plano, que denuncia la imi­tación de vasos de piedra. E l tipo VIC, con base

118

C E R A M I C A D E H E R A C L E O P O L I S

F O R M A S ABIERTAS

(I-VIII)

Clase lO'Bandejas") (Tipos IA-IE)

Clase II ("Platos") (Tipos IIA-IIB)

Clase III ("Cazuelas") (Tipos IIIA-IIIC)

Clase IV ("Cuencos") (Tipos IVA-IVO)

Clase V ("Grandes recipientes abiertos") (TiposVA-VF)

Clase VI ("Vasos Hondos") (Tipos VIA-VIF)

Clase VII ("Vasos galbo tendencia cilindrica") (Tipos VII-VII6)

J Clase VIII ("Firedogs"

(Clases I X - X libres)

F O R M A S C E R R A D A S

( X X - X X V )

Clase X X ("Botellas") (Tipos X X A - X X F )

Clase X X I ("V. Globulares de cuello alto") (Tipos X X I A - X X I C )

Clase X X I I ("V. Globulares de cuello corto") (Tipos X X I A - X X I C )

Clase XXIII ("Tinajas") (Tipos XXI I IA-XXI I IX , tipos XXIIID,E,J,Ñ,R libres)

Clase X X I V ("Anforas") (Tipos X X I V A - X X I V D )

Clase X X V ("Cantimploras' (Tipos X X V A - X X V E )

(Clases X X V I - X X I X libres)

r . FORMAS ESPECIALES IMPORTACIONES

( X X X - X X X I V )

Clase X X X (" Vasos Bes") (Tipos X X X A - X X X F )

Clase X X X I ("Soportes") (Tipo X X X I A )

Clase X X X I I ("Tapaderas") (Tipos X X X I I A - X X X I I D )

Clase X X X I I I ("Fichas") (Tipos X X X I I I A - B )

Clase X X X I V ("Vasos con sub­recipiente") (Tipos X X X I V A - X X X I V B )

Clasificadas de acuerdo con su propia Tipología

Figura 8. Esquema básico de la tipología cerámica en Heracleópolis.

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plana y borde sencillo, aparece en los niveles supe­riores ("época persa").

La Clase VII, que recoge vasos hondos con ten­dencia cilindrica o troncocónica alta, es un pequeño "cajón de sastre" que recoge formas con funciones muy diversas. Los tipos VIIA (contenedor de ofren­das) y VIIB (molde de pan cilindrico), a mano, apa­recen en las fases más antiguas del yacimiento (fin del Imperio Antiguo y PPI). Los otros tipos perte­necen ya al TPI. Destaca el tipo VIIE (usado sobre todo en depósitos de fundación, con piezas inestables pese a su base plana y mal acabadas), típico de la XXII Dinastía, y el VIIF (copas con base saliente moldurada), posiblemente una copa de libación muy a menudo asociado a inhumaciones. Las copas de pie alto y borde abierto de tipo VIIC son poco frecuentes, aparecen muy fragmentadas, y parecen proceder de niveles antiguos del TPI. Por último, el tipo VIID, tosco, acompaña habitualmente al cuenco de borde entrante y base plana de tipo IVJ.

Los "Firedogs" de la clase VIII aparecen cla­ramente asociados a contexto de necrópolis. No se asocian a ánforas como soportes.

Entre las formas cerradas, los vasos ovoides o "botellas" de la clase X X están entre las más ca­racterísticas. E l tipo más antiguo es el X X A , omni­presente —y en enormes cantidades— en los niveles del PPI y también en el Imperio Medio. Mucho más adelante, en el TPI, existirá una versión mucho más cuidada (alisada, con engobe rojo mate espeso, Tipo XXB) . Durante el TPI, sin embargo, la mayoría de los vasos ovoides tienen paredes finas y cuello acam­panado (Tipos X X C , X X D ) . A partir de fines del s. VIII a.C. se introducen versiones en arcilla del desierto, como el tipo en forma de "peonza" (Tipo X X E ) . También en este período se hace comunes los vasos ovoides de boca ancha (Tipo XXF) .

Los tipos de la Clase X X I (Vasos globulares con cuello alto, normalmente vertical o ligeramente acampanado) son típicos del TPI, a veces incluso en arcilla del desierto (Tipo XXIA.5) Se fabrican ver­siones en miniatura (Tipo XXIA6, XXIC1, XXIC2). A partir de la X X V I dinastía la forma se mantiene, pero con menor tamaño y proliferación de aristas y/ o baquetones en el cuello. Sin duda hay vasos glo­bulares en los niveles más antiguos, pero hasta ahora

no se han identificado perfiles completos en Hera-cleópolis que permitan asociar sin ambigüedades unos bordes a esta forma.

La Clase XXII (vasos globulares con corto cuello, a veces un simple borde vertical) recoge tipos muy diferentes. E l Tipo XXIIA es característico del PPI. Los Tipos XXIIB, XXIIC y XXIID, normalmente fabricados con arcilla amarilla del desierto, están en­tre las formas más características del período tardío (c. 715-650 a .C) . De un momento contemporáneo o ligeramente posterior son los tipos XXITF y XXIIG (este último sin cuello). E l tipo XXIIE, frecuente en todo el TPI, es muy empleado para fabricar los ca­racterísticos "Vasos Bes".

Las grandes tinajas de boca ancha o estrecha (Cla­se XXIII), destinadas a contener líquidos o áridos, están entre las formas más frecuentes y variadas del yacimiento. Los Tipos XXIIIA-C son característicos del PPI/IM. Los tipos XXIIIF-G aparecen a fines del Imperio Nuevo o más bien a comienzos del TPI. Los tipos XXIIIH y XXIII-I se dan en Heracleópolis en contextos de la XXII Dinastía, dentro del s. IX a . C , aunque podrían ser anteriores. Es difícil precisar más allá de un "TPI" la cronología de los tipos XXIIIK-M . Ya en la fase mejor representada en el yacimiento (Dins. X X V - X X V I ) pueden datarse los Tipos XXIIIN.O y P (en arcilla aluvial) y los Tipos XXIIIQ,S,T (en arcilla del desierto), estos últimos versiones a gran tamaño de los vasos medianos de Tipo XXIIB-C. De estos momentos, o de una fase ligeramente posterior (fines s. VII-s. VI a.C) son los tipos XXHLX ("sausage jar") y XXIIIW, ambos con un característico engobe rojo intenso.

Las ánforas de la Clase X X I V son menos fre­cuentes que las tinajas. E l tipo X X I V A sólo se ha documentado en un caso, como contenedor de una inhumación infantil, datable en el Imperio Nuevo. Los tipos X X I V B - C son característicos del final del TPI. El tipo X X I V D (imitaciones egipcias de ánforas cananeas) es contemporáneo a los anteriores, datán­dose desde el s. LX a.C. en adelante.

Las cantimploras de la Clase X X V pueden divi­dirse en tipos muy definidos. Las más frecuentes son las globulares de los tipos X X V B , C , D fabricadas frecuentemente en arcilla de los Oasis, con engobe achocolatado. El tipo lenticular (XXVE) es menos

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frecuente, y aparece en pasta local muy depurada. E l tipo anular (XXVF) con engobe rojo bruñido, es muy infrecuente. Todos estos tipos se datan desde media­dos del s. IX a . C , aunque se hacen más frecuentes desde fines del s. VIII a.C. E l Tipo X X V A , con boca más abierta y asas más altas, es anterior, datándose desde fines del Imperio Nuevo y hasta la XXII Di­nastía.

Por último, las "Formas Especiales" recogen cla­ses peculiares por su decoración (vasos Bes) o porque no son recipientes abiertos o cerrados. La Clase X X X ("Vasos Bes") recoge sobre todo vasos cerrados me­dianos y pequeños (Tipos X X X A - C ) , con decoración muy estilizada, posiblemente de época avanzada (Fin s. VIII-s. VII a .C) . Sin embargo, se documentan también representaciones plásticas de Bes en formas abiertas (Tipos X X X D - E ) , de mejor calidad, junto con otros fragmentos, que podrían ser anteriores.

Muchos bordes redondeados plegados de forma acampanada pueden pertenecer a soportes de carrete bajo o alto de la Clase X X X I , que aparecen en He-racleópolis en cierto número desde el PPI en adelante. En cambio, las tapaderas de la Clase XXXII son tardías. En especial, tapaderas de Tipo XXXIIC se han hallado asociadas a platitos de base plana y cuen­cos de borde entrante.

Los tiestos recortados y redondeados que forman la Clase XXXIII corresponden más a tapones de vasos cerrados que a verdaderas tapaderas, y pueden apa­recer perforados (Tipo XXXIIIA) o no (XXXIIIB). Aparecen en todos los períodos.

Por fin, una Clase especial (XXXIV) recoge los pocos vasos de uso ritual (?) caracterizados por con­tener sub-recipientes, normalmente no comunicados con el recipiente principal. Los ejemplares hallados en Heracleópolis se datan probablemente en el Im­perio Medio.

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VI. CONCLUSIÓN

Desde el punto de vista de los estudios cerámicos presenta el yacimiento de Heracleópolis caracterís­ticas de extraordinario interés. Sus potentes niveles de las XXII-XXVI Dinastías permiten presentar una gran cantidad de material de un período mal conocido hasta hace muy pocos años. Además, la existencia de contextos que se remontan hasta importantes ni­veles del Primer Período Intermedio permiten obtener una visión temporal de la evolución de las produc­ciones locales. En este último sentido cabe insistir en dos aspectos relacionados entre si:

a) La inmensa mayoría de los materiales de todos los períodos corresponden a producciones locales en arcilla aluvial, muchas de las cuales tienen paralelos cercanos en otros yacimientos, próximos y lejanos, mientras que otras muchas formas, aún compartiendo rasgos característicos de cada período, presentan in­dicios de ser producto de una artesanía local, que fabricaba vasos de pequeño y mediano tamaño a me­nudo de muy mal acabado, sólo comprensible en el caso de depósitos de uso simbólico más que real. Este fenómeno no es un caso aislado, sino que se repite en otros puntos de Egipto, cada uno con sus peculiaridades locales.

Junto a esta artesanía local se advierte, sobre todo en la X X V y principios de la X X V I Dinastías, pero

también en el Primer Período Intermedio, la presencia de un número reducido de producciones en arcilla del desierto, que tienen en Heracleópolis aspecto de ser piezas importadas desde el Sur, indicio de una comercialización a larga distancia.

b) En Heracleópolis se aprecia claramente la per-vivencia, incluso durante muchos siglos, de deter­minadas producciones bien adaptadas a su función (por ejemplo, platos), mientras que otras cambian en su acabado o en detalles morfológicos, manteniendo la forma general (por ejemplo, "botellas"). En cam­bio, otras formas sufren cambios de mucho mayor alcance, resultado de influencias externas (imitacio­nes de vasos fenicio-chipriotas en el Tercer Período Intermedio) o de cambios en gustos o ritos. Estas modificaciones se aprecian sobre todo en formas complejas, y son mayores cuanto más se aprecia el empleo de un torno rápido de alfarero, que permite notables complicaciones en la morfología de las pie­zas y sobre todo de sus bordes.

Es un lugar común que el grado de desarrollo y complejidad de una civilización antigua tiende a estar en relación directa con la calidad, variedad y espe-cialización funcional de su cerámica. En el caso de Egipto, y por diversas razones, esto no es del todo así.

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Es cierto que la abundancia de fragmentos cerá­micos en los yacimientos de época faraónica anonada, y es cierto también que la variabilidad formal es enor­me. Sin embargo, la calidad del acabado de los ma­teriales es casi siempre descuidada o tosca, sin que los artesanos se preocuparan de eliminar las huellas de sus herramientas o manos; la decoración es ine­xistente o se limita a un mal engobe rojo en la mayoría de los casos, y gran parte de la enorme variedad de bordes se debe a la poca estandarización de las formas y al hecho de que la estratigrafía abarca casi dos milenios. La razón de esta pobreza del material ce­rámico deriva de tres razones: por un lado, las arcillas más accesibles para los alfareros, aunque abundantes, no eran de muy buena calidad, y las arcillas del de­sierto eran de cómodo acceso sólo en ciertas zonas del Valle del Nilo, y no, desde luego, en El Fayum. En segundo lugar, Heracleópolis no fue ciudad cor­tesana en los momentos de mayor concentración del poder faraónico, y producciones de calidad como las cerámicas decoradas en azul cobalto de las XVIII-XIX Dinastías están por completo ausentes en el área hasta ahora excavada del yacimiento. Por último, los recipientes de lujo fueron sustituidos en el Antiguo Egipto, en mayor medida que en otras culturas anti­guas, por vasos de metal, fayenza o piedra, de modo que la mayoría de las producciones restantes estaban al servicio de grupos sociales menos favorecidos.

Otro rasgo que llama la atención en la cerámica egipcia en general, y en la heracleopolitana en par­ticular, es la escasa' ' lógica'' de sus perfiles y formas, en especial para ojos entrenados en una tradición cerámica que tiende a antropomorfizar los tipos. Di­cha tradición ceramista, que permite hablar de "boca", "hombros", "cuello" y "pie", deriva en última instancia de la influencia mental —no siempre explícita— de la cerámica griega desarrollada a partir del Geométrico, una tradición que poco o nada tiene que ver con la egipcia. La lógica que rige las formas cerámicas egipcias es diferente, y basta a este res­pecto observar el abrumador predominio de los re­cipientes con base inestable, que requieren un soporte de cerámica, madera o metal, sobre los vasos estables por si mismos. Esta falta de economía en la cerámica —no sólo en las ánforas— es algo que choca al ojo "occidental". Una consecuencia poco deseable de este fenómeno es que los tipos tienden a resultar muchas veces impredecibles, de modo que a un tipo

de borde dado es difícil asignarle una forma o tamaño concretos. No es sólo que un mismo borde pueda asociarse a varias formas diferentes —cosa que ocu­rre—, sino que un borde que aparentemente podría pertenecer a una "olla" o recipiente globular me­diano puede resultar ser parte de una "botella" o una forma por completo distinta403.

Hemos aludido ya a la elevada cantidad de frag­mentos cerámicos que aparecen en Heracleópolis. Junto a algunos niveles casi estériles, hay unidades estratigráficas, sobre todo en el PPI/¿IM?, que co­rresponden casi exclusivamente a enormes bolsadas de vasos rotos ya de antiguo, a menudo del mismo tipo (por ejemplo, botellas en el PPI). La gran can­tidad de material, asociado sólo a veces a enterra­mientos concretos, no se debe a un proceso natural de deposición, ni probablemente al acarreo de tierras mezcladas con cerámica procedentes de otros puntos (el patrón deposicional sería muy diferente). Más bien creemos que estas grandes bolsadas de cerámica pue­den corresponder, bien a rituales concretos de carác­ter pre o post-deposicional, bien a otras actividades intencionales hoy por hoy indeterminables. En algún caso, como en los Depósitos de Ofrendas de vasos hondos de Forma V H E , hemos visto que un número limitado de vasos proporciona un enorme montón de fragmentos (en el Depósito del pasillo T.1-T.3, un conjunto de unos noventa vasos medianos fue deli­beradamente roto en casi dos mil fragmentos). En otros casos, un número mucho más reducido de vasos de gran tamaño proporciona una apariencia sin re­lación con el Número Mínimo de Recipientes de­positado en origen (por ejemplo, los conjuntos de seis-ocho tinajas frente a Tumba 3). Con todo, la realidad es que el número y densidad de fragmentos cerámicos no corresponde sólo a los ajuares de di­funtos, sino que se relaciona más bien con rituales asociados a la construcción de tumbas, y sobre todo, a probables depósitos de ofrendas, incluso alimen­ticias, como demuestra el elevado número de moldes de pan.

Como se ha dicho, en Heracleópolis predominan en un porcentaje abrumador las pastas fabricadas bá-

4 0 3 Un buen ejemplo de forma "imprevisible", en este caso re­sultado de combinar dos o tres tipos, en J. Bourriau, Umm el-Ga'ab, p. 79, n. 151.

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sicamente con arcilla aluvial, cosa lógica dado el contexto geográfico de la zona, situada en la entrada de la depresión del E l Fayum, una de las zonas de Egipto más ajenas al desierto. Un solo tipo de pasta (la) y sus valientes depurada (Id) y grosera (Ic) suman más del 90% de los fragmentos estudiados.

Las pastas del grupo II (arcilla del desierto) sólo aparecen rara vez en el PPI/IM, y más adelante, sólo con cierta frecuencia a partir de la X X V Dinastía, y aún entonces llaman la atención más por su apariencia "diferente" que por su número. Como ha indicado P. French, la mera apariencia de estos vasos pudo ser una de la causas de su éxito en el Bajo Egipto durante el s. VII a . C , (asociado, claro está, al em­puje de la X X V Dinastía desde el Sur). Las pastas de clase Illa son infrecuentes pero ofrecen el interés de reflejar probables contactos con la zona del Oasis de Dajla.

Los materiales importados del exterior de Egipto son escasos en el yacimiento, así como sus imitacio­nes. Parecen concentrarse en dos momentos. Por un lado, durante el período de construcción de las gran­des tumbas, aparecen recipientes decorados de pe­queño tamaño de origen chipro-fenicio. Se trata es­pecialmente de jarros bícromos y de engobe rojo, así como de un número limitado de ánforas, posible­mente más atractivas estas últimas por su contenido que por su continente. Por otro lado, en el momento de mayor densidad de ocupación (primera mitad del s. VII a . C , X X V Din.) aparecen de nuevo ánforas "de torpedo", pero ya no se documentan apenas vasos lujosos contenedores quizá de perfume. En con­junto, aunque predomina abrumadoramente el ma­terial datable a partir de la segunda mitad del s. VIII a . C , parece claro no por la cantidad sino por la calidad de esos materiales (por ejemplo importacio­nes) que se trata de un ambiente más modesto que el de los enterramientos, en buena parte perdidos o sa­queados, de las XXI-XXII Dinastías, menores en nú­mero pero pertenecientes a personajes de mayor es­tatus.

Los niveles del Primer Período Intermedio en He-racleópolis se caracterizan, como se ha dicho, por la aparición de grandes bolsadas de cerámica sin asociar —en apariencia— a enterramientos concretos. Aun­que en muchos sectores la excavación se ha detenido al llegar a estos niveles antiguos empapados por la

capa freática, se ha obtenido lo que creemos es una muestra representativa del período. Quizá lo más des-tacable sea, junto con la abundancia de "botellas" a mano (Tipo X X A ) , la clara perduración de la vajilla cuidada de tipo "Meydum", característica en otros lugares del Imperio Antiguo.

A l tiempo, sabemos que en otros yacimientos buena parte de la vajilla común característica del PPI perduró durante el IM, de modo que no puede des­cartarse una perduración similar en Heracleópolis, aunque escaseen las cerámicas típicas del IM avan­zado y SPI. Con todo, determinados aunque escasos tipos cerámicos decorados con incisiones, demues­tran la existencia de ocupación en la zona a fines del Imperio Medio y quizá en el Segundo Período Inter­medio, aunque para dicho período faltan algunas pie­zas de "diagnóstico t ípico" como las jarritas negras del tipo llamado "Tell el-Yahudiya", de clara tra­dición palestina.

El material atribuible al Imperio Nuevo es tam­bién muy escaso, y en su mayoría se puede datar a finales de dicho período o comienzos del TPI (XXI Dinastía). Sólo un ánfora con inhumación infantil y pocas piezas más pueden datarse con cierto margen de seguridad dentro del Imperio Nuevo.

Un problema todavía sin resolver en la clasifi­cación y estudio de la cerámica egipcia a partir del Imperio Nuevo es el de los criterios de ordenación por períodos. El criterio habitual es la clasificación por dinastías, criterio algo confuso en un período de disgregación del poder unificado. Creemos que la clasificación de la cerámica atendiendo a períodos temporales definidos por siglos es más aséptica que su ordenación por dinastías o períodos "saíta" o "persa" que poco tienen que ver, en la mayoría de los casos, con la evolución de los estilos cerámicos. Con todo, se ha procurado en este trabajo combinar ambos sistemas, dando continuamente las equivalen­cias.

Las producciones de momentos antiguos TPI (ss. Xl-mediados del VIII a.C.) en Heracleópolis se documentan en una cantidad y variedad muy inferio­res a los contextos datables a partir de c. 730-715/ 650-600 a . C , y ello pese a que las grandes tumbas de piedra que dominan la articulación espacial del yacimiento se datan a fines de la XXI Dinastía o

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quizá mejor en la XXII, a juzgar por algunos ele­mentos cerámicos y de otro tipo. En parte, ello se debe a que estas tumbas albergaron inicialmente a un número reducido de individuos en comparación con momentos posteriores. Sus ajuares y depósitos de ofrendas exteriores palidecen en cantidad ante las acumulaciones posteriores de cerámica asociadas a inhumaciones más sencillas.

En conjunto, el repertorio cerámico del TPI es similar al documentado en otros puntos del valle del Nilo, y deriva en buena parte de los tipos del IN.

Existe un consenso general en distinguir dos gran­des fases cerámicas en el período que comienza con la XXI Dinastía y termina con la conquista romana. La primera fase continuaría en cuanto a las formas tradiciones del Imperio Nuevo, con un claro predo­minio de las arcillas aluviales —si bien con pastas más depuradas—; sin embargo, la decoración pintada compleja desaparecería casi por completo. La segun­da fase marcaría una clara ruptura, con la introduc­ción de nuevos repertorios formales —incluyendo imitaciones e influencias del ámbito griego—, una masiva aparición de pastas claras y amarillento-ver-dosas, fabricadas con arcillas margosa. En esta se­gunda fase los bordes de todos los vasos tienden a complicarse, y aumenta mucho la proporción de bases de anillo.

Este cambio cerámico se produce en Heracleó-polis posiblemente en el ú l t i m o tercio del s. VIII a . C , coincidiendo en el tiempo con los mo­vimientos hacia el Norte de Piy. Durante un período impreciso de pocas décadas perduraron las formas antiguas y aparecieron tímidamente los nuevos ras­gos, que parecen imponerse durante los últimos años del siglo. E l cambio, pues, fue rápido, pero no re­volucionario. Por tanto, y aunque sea tentador, no debe utilizarse sino como un indicio más a combinar con otros muchos, para eventualmente relacionarlo con acontecimientos históricos (como las luchas entre Piy y Tefnajt, o el papel de Heracleópolis en esta zona fronteriza y a la vez con pretensiones de inde­pendencia).

Por otro lado, el conjunto documentado en He­racleópolis durante la última fase de la XXII Dinastía (y XXIII) y X X V , recuerda mucho más por su re­pertorio formal a complejos del Alto Egipto (Her-

mopolis, Amarna Sur, Karnak Norte, Gurna) que a los —por otra parte peor conocidos— del.Delta. En conjunto, pues, la fase que abarca c. 730-700 a.C. en Heracleópolis tiene abundantes paralelos no sólo en el área de Menfis, sino también con Tebas o Her-mópolis .

A partir de comienzos del s. VII a.C. se aprecia en Heracleópolis un cambio notable, caracterizado, entre otras cosas, por la aparición de un elevado nú­mero de vasos fabricados con arcilla del desierto, la aparición de nuevos tipos y el predominio de bordes moldurados complejos y de bases de anillo, rasgos todos ellos ya anunciados hace años en diversos ya­cimientos y por distintos autores.

Los mejores paralelos para el complejo cerámico de este momento se hallan, aparte de en yacimientos próximos como Lahun y Menfis, en las regiones del Medio y Alto Egipto, sobre todo Hermópolis y las Tumbas Sur de Amarna, además de Tebas (Templos de Seti I y Ramses II, Karnak Norte...). Desde luego, esta impresión puede deberse a la escasez de publi­caciones sobre las ciudades del Delta, y puede que el futuro modifique esta idea.

Como se ha dicho, en Heracleópolis el peso de las producciones "tradicionales" en pastas aluviales siguió siendo muy fuerte durante el s. VII a.C. Aun­que la aparición frecuente de piezas fabricadas en pastas margosas y de los Oasis, junto con las nuevas técnicas y formas, obliga a hablar de una nueva fase cerámica, el cambio no parece ser tan tajante como sucede en el Sur. Esta situación no debe sorprender, porque en el Fayum seguía siendo mucho más fácil acceder a arcillas aluviales que a arcillas margosas, de modo que las producciones locales, renovadas con la expansión de engobes blanquecinos, pudieron mantenerse. Por otro lado, Heracleópolis fue durante la X X V Dinastía una zona semi-independiente. Es posible por tanto que estuviera relativamente al mar­gen de las nuevas "modas" que se extendían con rapidez tanto al Sur como al Norte del país.

Por tanto, da la impresión de que la mayor acu­mulación de materiales cerámicos en la necrópolis, asociada a grandes cantidades de inhumaciones junto a y sobre las tumbas de piedra anteriores, coincide en el tiempo con las luchas que las fuentes históricas documentan en el área de Heracleópolis entre el Sur

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y el Norte. En este período relativamente breve pa­rece que las grandes tumbas de piedra de las élites heracleopolitanas de la XXII Dinastía sirvieron como polo de atracción para nuevos enterramientos a los que se asocia esta masa de material cerámico.

En Heracleópolis no se aprecia apenas el com­plejo cerámico saíta estricto, caracterizado por una notable influencia del repertorio formal foráneo, es­pecialmente griego, y por la extensión de los pies de anillo, y que corresponde a grandes rasgos con la segunda mitad del s. VII y el s. VI a.C. A partir de mediados del s. VII desciende claramente el conjunto de cerámica, y más allá sólo contamos con una pre­sencia limitada de piezas datables en época "persa" (fin s. VI-s. V a .C) . Esta situación no debe nece­sariamente atribuirse a un abandono del yacimiento,

debido a dos razones: en primer lugar, la recogida del sebaj en esta zona ha sido intensa hasta hace no muchos años, y en segundo, excavaciones recientes en el área oriental del yacimiento, efectuadas por el Servicio de Antigüedades egipcio, han puesto al des­cubierto importantes niveles de época persa y pos­terior, lo que puede indicar que esos mismos niveles han sido eliminados por la población actual en la zona adyacente a la aldea Sayh Sulaymán, asignada a la Misión Española.

Por último, la historia cerámica del yacimiento se cierra con la nueva irrupción en algunas tumbas —con seguridad al menos en la Tumba 3— en un momento muy avanzado de época romana, entre el s. V y el VII d . C , probablemente más cerca de la última fecha.

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132

LÁMINAS

h

Lám. I. a: Tipo X X A . 2 . d . HM91, H30. Pasta la. b: Tipo X X A . 2 . d . HM86, L10-11/24. la. c: Tipo X X A 2 d HM87 Hl/A/11 d: Tipo BD.11I. HM90, H22/5. Id. e: Tipo X X A . 2 . HM90, H5/90.6. f: Tipo X X A . 2 . HM87, Hl/A/15. g: Tipo X X A . 3 . HM89

Cl/Depósito 1. la. h: Tipo X X A . 2 . HM87, Hl/A/15. i: Tipo X X A . 2 . HM87, HI /A.

135

e f 9 h Lám. II. a: Tipo X X A . 2 . C . HM87, H l / A / 1 5 . b: Tipo X X A . 2 . C . HM89, H19/8. Id. c: Tipo X X A . 2 . C . HM85. d: Tipo X X A . 2 . C . HM85. e: Tipo X X A . 2 . C . HM89, C l / 8 . Ia/c. A mano, f: Tipo X X A . 2 . C . HM89, Cl/Interior mastaba sobre suelo. la. g: Tipo

X X A . 2 . C . HM89, H19/19. la muy mala, h: Tipo X X A . 2 . C . HM87, H l / A / 1 5 .

136

Lám. III. a: Tipo X X A . 2 . a . HM91 , H30. b: Tipo X X A . 2 . a . HM90, H21/5. Ia/d. c: Tipo X X A 2 a HM87 H l / A / 1 2 d-Tino X X A . 2 . 3 . HM89, H19/11. la muy mala, e: Tipo X X A . 2 . HM87, H l /A /14 . f: Tipo X X A . 2 HM87 H1A/15 e* Tino X X A 2

HM89, C l / 7 . h: Tipo X X A . 2 . HM87, Hl /A/11 '

137

b

Lám. IV. a: Tipo X X A . l . HM92, L47/36. Id/c. b: Tipo X X X I A . l . HM92, L47/36. la/c.

138

V

s J

g

s D 1

m

Làm. V . a: BD.I4a/51419. HM91, H30/10. Uh. b: BD.I4b/51428. HM86, LIO-I 1/21. c: B D 111 1 a/53110 HM91 H30/11 Uh d: BD.I4a. HM87, H l / A / 1 1 . e: BD.I4a/51419. HM87, H16/15. f: BD.I4a. HM90. H21/5. Uh ' s: B D I4a/51413 HM90 H30 6 h:BD.I4a/51413b. HM87, H l /A/14 , bajo M-189. i: BD.I4b/51425. HM87, H l / A / 1 5 . j : s.d HM90 H21/5 la k - B D I4b/51421

Ia/d. 1: s.d. HM90, H21/5. Ia/d. m: BIC/42650b. HM87, H l / A / 1 6 . n: BIC/42600 HM86 L9 Ante T 3/16 le

139

140

Lám. VI . a: BD.II3g/52372. HM87, H l / A / 8 junto a Estructura III. b: BD.I2b/51224. HM87, Hl/A/15-16. c: s.d. H M 9 1 , H30/ 14. la. d: s.d. H M 9 1 , H30/14. Id. e: s.d. H M 9 1 , H30/17. la . f: BD.I4b/51422. HM91, H30/11. la. g: s.d. HM91 , H30/14. la.

h: s.d. HM85, Ante T. 1/17. i: BIC/42650. H l /A /17 . j : BIC/42650. H l /A /12 . Bajo muro H .

a

e

Lám. VII. a: ¿Tipo XXII IA? H M 9 1 , H30/15. la. b: ¿Tipo XXIIIA? HM91, H30/16. la. c: BD.III2b/53224 HM87 H l / C / 8 Estructura IV. d: BD.III2b/53223. HM87, H16/15. IIb. e: BD.III2b/53224. HM87, HI /A/8 , f: BB.III2b/53224. HM87,' H l /A /7 . '

141

Lám. V i l i , a: Tipo XXI I IA .2 . HM86, L U Ante T.3/21. b: Tipo XXIIIA.4(?). HM91 , H30/15. la. c: Tipo XXII IA 4 HM91 H30/16. IIb. d: s.d. HM89, H8/52. la. e: s.d. HM87, L13/9. Pasta IIb.

142

Lám. IX. a: Tipo XXII IC. H l / D . Ia/c. b: BD.IV2c/54237. HM86, LlO-11/21. c: BD.II3a/5231 lb . (;Tipo X X I I I C ) HM86 L10-11/21.

143

c d e Lám. X . a: Tipo VIIA. HM89, H19/11. Ia/d. b: Tipo VIIA. HM89, H8.40. Id muy deleznable, c: Tipo VIIB. HM87, H l / A / 1 5 .

Ic. d: Tipo VIIB. HM87 , H l / A / 8 . e: Tipo VIIB. HM87, Hl /A/14 . Bajo M-188.

144

c

Lám. X I . a: Tipo X X I I A . l . HM90, H22/5. la. b: Tipo V A . l . b . HM87, H l / A / 8 . c: Tipo V A . l . a . HM89, H19/9. Ic.

145

Lám. XII . a: Tipo I V E . l . H M 9 1 , H30/17. IIb2. b: Tipo I V E . l . HM87, H l / A / 8 . c: Tipo IVE. 1. HM86, L10/21bis. d: Tipo IVE.2. HM90, H30/6. exterior, e: Tipo IVE.2 . HM90, H30/6. Id. f: Tipo IVE.2 . HM87, H16/16. g: Tipo I V C . l . HM87, H l / A /

16, bajo M . 189. h: Tipo V I F . l . a . HM87, H l / A / 1 4 . i: Tipo V I F . l . HM90, H21/5. Ia/c. j : Tipo VIF. 1.a. HM87, Hl /Á/16.

146

J

b k

c i

s Lám. XIII. a: Tipo IIIA.3.3. HM87, L13/2. b: Tipo IIIA.3.a. H M 9 1 , H30/9. Ib. c: Tipo IIIA 2 a HM86 L l l / 9 Ib d-Tipo IIIA.2.a. HM85, H5/1. e: Tipo IIIA.4.a. HM90, H30/6. Ia/d. f: Tipo IIIA.3.C. HM91 , H30/10. la g: Tipo IIIA 3 b HM87 H1A/15. h: Tipo IIIA.4.b. HM91 , H30/9. Ia/b. i: Tipo IIIA.4.b. HM91, H30/9. Id. j : Tipo IIIA 2 a HM91 H30/14 Id k :

Tipo IIIA.2.b. HM91 , H30/6. Id. I: Tipo HIA.4.b. HM91 , H30/9. m: Tipo I I IA. l .a . H M 9 1 , H30/9. n: Tipo IIIA 1 a HM87* Hl /A /17 . ñ: Tipo I I IA. l .a . HM87, Hl/A/15-16. Bajo tumba, o: Tipo IIIA.3.b. HM87, H1A/12. Bajo muro H p- Tipo IIIA 3 b' HM87, H l / A / 1 4 , bajo M-189. q: Tipo IIIA.3.b. HM87, Hl /D/6-7. Estr. II. r: Tipo IIIA.3. H M 9 1 , H30/9. Id. s: BD.IV4b/54420c

147

r y i

IDci

3

n n

Lám. X I V . a: Tipo I V D . l . a . HM86, L10/21bis. b: Tipo I V D . l . b . HM86, L l l Ante T.3 bis/24 c: Tipo I V D . l . b . HM91 , H30/ 11. Id. d : T i p o I V D . l . HM90, H21/5. la. e: s.d. HM90, H30/6. la. f: Tipo I V C . 1.a. H l /A /14 . Bajo muros B - C . g: Tipo I V C . l . b . H l /A /12 . h: Tipo IVP. HM92/L47/34. Id. A mano, i: Tipo IVD.2 . HM90, H21/5. Id. j : Tipo IVD.2.a. HM91 , H39/9. k: Tipo IVB.3.a. HM85, H5/1. I: Tipo IVB.3.a . HM86, L l l Ante T.3/23. m: BEA/43000. HM90, H30/6. la. n: Tipo IVB.4 . HM86,

L l l ante T.3/23. ñ: BEA/43000. HM90, H30/6. la.

148

m

o 1

Lám. X V . a: BD.IV5a/54510 (¿Tipo IIA.l.b?). HM87, H15/9. b: Tipo I IA. l .b . HM87, L l l Ante T 3/29 c- B D IVle/54150 HM90, H30/6. d: BD.IVle/54150. HM90, H30/6. la. e: BD.IVla/54115c (¿Tipo I I B ^ ) HM87 H l / A / 5 ' f' B D I V l a / 5 4 1 1 l ' HM87, H l / A / 7 . Bajo muros B - C . g: BD.IVla/54112. HM91, H30/11. Id. h: BD.IVla/54113. H M 9 l ' H30 /U i-*BD IVla/54115c' HM87, H l / A / 1 2 . j : s.d. H M 9 1 , H30/11. la?, k: BD.IVla/54111. HM91. 1: Tipo I IA . l . a . HM87 H l / A / 8 * m- Tipo HA 2 b HM91, H30/10. Ia/d. n: Tipo IIA.2.b. HM87, H l / A / 1 0 . ñ: Tipo IIA.2.b. HM87, H l /A /10 . o: Tipo HA 2 b HM87 H l / A / i o '

p: Tipo IIA.2.b. HM87, H l / A / 1 0 .

149

Lám. X V I . a: BD-IVlb/54124. HM91, H30/9. Id. b: BD.IVlb/54125. H M 9 1 , H30/11. Id c: BD.IVlb/54124b. HM91, H30/10. d: BD.IVlc/54134. H M 9 1 , H30/10. Ia/d. e: BD.IVlc/54134. H M 9 1 , H30/11. Id con cocción reductora. f: s.d. H M 9 1 , H30/11. la. g: BD.IVla/54115b. H M 9 1 , H30/11. Id. h: BD.IVlc/54137. H M 9 1 , H30/11. Id. i: BD.IVlc/54131. HM91, H30/10. Id. j : Tipo I V B . l a . HM86, L H Ante T.3/23. k: Tipo I V B . l . b . HM90, L1A/90.5. Ia/d. 1: s/d. H M 9 1 , H30/9. la. m: Tipo IV B 2

H M 9 1 , H30/9. Id.

150

151

Lám. XVI I . a: Tipo V F HM90, H22/5. Ic. b: s.d. HM90, H22/5. Ia/d. c: s.d. HM90, H22/5. Id. d: s.d. HM90, H23/4. e: Tipo X X I I I A . l . HM88, L22/14. IIb2.

h

Lám. XVIII . a: Tipo X X I I A . 2 . HM87, H5/13-14. Id/c. b: Tipo X X X I V B . HM88, L22/10. la. c: BD.I4c/51432b HM85 s d d: Tipo IIA.2.b. HM87, H5. e: Tipo IIA.2.b. HM87, H5. f: BDIII/53500. HM87, H l /A /12 . Bajo muro K . Superficie ext. pintada

roja y bruñida, g: Tipo X X X I V A . HM86, L10-11/20. h: Tipo IIIB.l .a . HM89, H19/12.

152

Lám. X I X . a: Tipo V I F . l . a . HM87, H l / A / 1 5 . Bajo muro H . b: Tipo V I F . l . b . HM87, H l / A / 8 . c: Tipo VIF 1 a HM87 H l / A / 15. Estructura VII. d: Tipo VID. Hl/A/15-16. e: Tipo V I F . l . a . HM87. s.d. f: s.d HM88, L31/11. la.

153

f Lám. X X . a: Tipo V I F . l . a . HM87, H l / A / 1 5 . Bajo M.189. b: s.d. H M 9 1 , H30/9. la. c: Tipo VID. HM87, H1A/9. Bajo losa cota 5.98. d. Tipo V I E . l . a . HM88, L22/10. la. e: HM88, L22/10. la. f: s.d. HM87, H l / A / 8 . Pintura roja mate, g: s.d. HM87,

Bajo J/10. IIb2. Pintura parda.

154

F e i i

g

f j

Lam. X X I . a: Tipo I V A . l . a . HM85, H7/12 b: Tipo IVA.2 .a . HM90, H13 junto Muro E . c: Tipo X X I V A Hl /A/16 Baio Estr X I . IVa. d: Tipo X X V A . HM85, s.d. e: BD.II2c/52233. HM85, s.d. f: BD.II2c/52233. HM85, s d e: B D II2c/52233 HM85 '

s.d. h: BD.II3a/52313. HM85, s.d. i: BD.II2c/52236. HM85, s.d. j : B D II2b/52229 HM89 L20/8

155

a

Lám. X X I I . a: Tipo V B . HM85, s.d. b: Tipo IIIB.2. H M 9 1 , T.7b. M-897. c: Tipo IIIB.l .a . HM85, s.d. d: BD.IVlc/54134. (¿Tipo IIB.l.a?). HM85, s.d. e: BD.IVlb/54120. (¿Tipo IIB.l.a?). HM85, s.d. f: Tipo XXII IB. T.7b, M-897. Illb. g: Tipo

XXIIIF . HM85, s.d. h: Tipo XXII IG . HM87, L13/7.

156

e Lám. XXIII. a: Tipo XXIIIH. HM86, T.3B, Esquina SE. la. b: Tipo XXIIIG. HM86, T.3A. Ib. c: Tipo XXIIII. HM86, T.3B.

Esquina SE . Ia/c. d: Tipo XXIIIG. HM86, T.3A/15. e: Tipo XXIIII (BDIla/51113). HM85, H7/11.

157

Lám. X X I V . a: Tipo XXB(? ) . HM84, H2. b: Tipo X X C . 2 . HM85, L2/8. c: Tipo X X C . 2 . HM86, L10-11/16 d-Tipo X X C 1 HM86, T.3B. Centro cámara sobre suelo, e: Tipo X X C . 3 . HM87, H9/2. f: Tipo X X D . 3 . HM87, T.4. Lado Este Bajo losas la ' g: Tipo X X D . 3 . HM85, H5/7. Ib. h: Tipo X X C . 3 . b . HM84 s.d. la. i: Tipo X X D . 2 . HM85, s.d. j : Tipo X X D 1 HM87 H l / D / 8. Id. k: Tipo X X C . 3 . C HM87, T.4, muro Sur. 1: BIC/42630 (¿Tipo X X B ? ) . HM84, H2. m: BIC/42620 HM84 H2 ñ- BIC/

42120a. HM84, H44. ñ: BIC/42120b. HM85, Pasillo T.l-T.3/3

158

3 w

Lám. X X V . a: Tipo X X I A . l . HM88, HI /A/9 . Id. b: Tipo X X I A . 2 . HM84, H2. la. c: Tipo X X I A . 3 . HM84, H2. la. d: Tipo X X I A . 2 . HM84, H2. la. e: Tipo X X I B . l . HM85 s.d. Id. f: Tipo X X I B . 2 . HM86, Sl /4 . Ia/d. g: Tipo X X I B . 3 . HM84, S3/3-2-

27. la.

159

j

Lám. X X V I . a: Tipo X X V A . l . HM85, H5/2. b: Tipo X X V B . HM85, H5/4. c: BD.IIla/52115. HM85, Ante T . l / 9 . d: B D . I l l a / 52114. H M 8 5 . L 4 / 3 . e: BD.II2d/52243. HM87, T.4 bajo losa, f: BDIBf/52363. HM86, T.2, 1. g: BDIIla/52110 (¿Tipo XXIA.2? ) .

HM85, H5/1. h: Tipo VIIC. HM86, s.d. i: BIA/41210. HM85, H5/4. j : Tipo X X X I A . 2 . HM86, L l l Ante T.3/24. Ia/c.

160

Lám. X X V I I . a: Tipo VIB.2 . HM88, L21/4. b: Tipo V I B . l . HM86, T.3A/15. c: BD.IV3b/54323. HM87, L12/2. d: BDIV3f/ 54365. HM85, H5/9. e: BEA/43920 (¿Tipo VD. l . a? ) . H1A/10.

161

Lám. X X V I I I . a: Tipo I IB. l . a . HM85, H5/12. la. b: Tipo I IB. l .a . HM85, H5/2. la. c: Tipo I IB. l . a . HM85, L2/10. la. d: Tipo I IB. l .a . HM85, s.d. la. e: Tipo I IB. l . a . HM85, H5/7. la. f: Tipo IVO. HM88, L4A/5 , g: Tipo IVA.3 .b . HM84, S1/26-1 h: ¿Tipo IV.A.3 .b .? . HM87, T.4. bajo losa techo, i: Tipo I V A . 3 . C . HM85, s.d. j : Tipo IVA.3 .d . HM89, H19/6. Interior Estr. I. la.

k: Tipo IVA.3 .d . HM89, H25/6. Id. I: Tipo I V A . 5 . HM87, T.4, bajo losa.

162

a

O 1

g Lám. X X I X . a: Tipo IC.I .b. HM89, L20/8 le. b: Tipo IB.2. HM85, s.d. Ic. c: Tipo I C . l . a HM85 L4/9 le d- Tipo IA 2 HM87, H5/6. Ic. e: Tipo IA.2. HM84, H2. Ic. f: Tipo I A . l . HM86, H18/4. g: Tipo I B . l . HM87, L12/0 h: Tipo X X X I I I A Y

HM85, H5/3

163

Lám. X X X . a-k. Tipo V U E . Pasillo T.l-T.3/17.

164

h

Lám. X X X I . a: Tapón de piedra caliza de pieza b. b: Tipo X X I V B . 1. HM86, T.3A. Esquina NO la c: Tipo X X I V B 2 HM86 T.3A. Esquina N O . d: BD.II2b/52221 (¿De tipo X X V I B ? ) . HM85, L5/9. e: s.d. HM90, E.I/90.3. f: BD.I2b/51220. (¿Tipo X X I V B . 1 ? ) . HM89, H29. g: BD.I2b/51220. (¿Tipo X X I V B . 1 ? ) . HM89, H29, M-595/591 h: BD.I2b/51220. (¿Tipo X X I V B . 1?)

HM89, H29, M . 557,619,622.

165

Lám. X X X I I . a: Tipo XXI I IK . HM85, Ante T. l /13. b: Tipo XXII IK. HM85, H5/10. c: Tipo XXII IK. HM85, H5/10. d: BIA/ 41240. HM87, HI A/11, e: Tipo XXII IK. HM88, L26. la.

166

Lám. X X X I I I . a: Tipo X X I A . 2 . HM86, H18/9. M-56. la. b: Tipo X X I A . 2 . HM89, H23/11, la. c: Tipo X X I A 3 HM86 L l l / 8. la. d: Tipo X X I A . 2 . HM86, H18/8. M-50. e: Tipo X X I A . 3 . HM89, H25/3, Junto muro W. la. f: Tipo X X I A . 3 . HM86 H18/

8. g: Tipo X X I A . 2 . HM86, J/9. la. h: Tipo X X I A . 5 . HM89, L37B/3. IIb. i: Tipo X X I A . 2 . HM87, H l / C / 3 .

167

] V )

e g

\ i

Lám. X X X I V . a : Tipo XXI I IV . HM86, L I 1/13. b: Tipo XXII IU . HM86, L13/2. c: BDIII2b/53226 HM86 LI 1 Ante T 3/21 d:BD.IIHc/53136HM89, M3/3. Id. e: BD.IIIlc/53134. HM87, H l / A / 8 . f: BD.II2a/52214. HM85 L5 s : B D II2a/52215 HM84 '

H44. h:BD.IIla/52114. HM90, H30/3. i: BD.IIla/52112. HM85, L2/8. j : B1C/42140. HM86, Pasillo T. 1-T 3/10 k-Tipo Vlic' HM86, T.2/3. 1: BIC/42130b. HM86, H18/4.

168

h

Lám. X X X V . a: Tipo IIB.I.e. HM87, L16 N . muro/3, b: BD.IVla/54115b. HM86, J/12. c: Tipo X X X I I A HM89 H30/5 Id d: BD.IVlb/54121. HM85, H5/1 e: BDIV3b/54326. HM85, H5/12. f: Tipo V D . l . a . HM91 , H20/91.1. la. g : T i p o V D l a HM89

H29. la. h: Tipo V D . l . b . HM89, H29. la.

169

Lám. X X X V I . a: Tipo VI IF . l . a . HM86, T.2/4. M-141. b: Tipo VIIF.2.a. HM91 , L43/7. la. c: Tipo VI IF . l . c . HM90, H23/7 la. d: Tipo VI IF . l . a . HM84, H2. e: Tipo VIIF. 1 .b. HM84, H2/9. f: Tipo I C I . b . LIO-I 1/14. Ic. g: Tipo I C I a HM89 H29/ Ext.E. Ic. h: Tipo IC.2. HM89, M2/4. Ic. i : Tipo ID.2. HM89, H29/Ext. E . Ic. j : Tipo I A . l . HM89, H29/Ext .E. / l . Ic. k': Tipo

IA.1 . HM86, L10-11/2. 1: Tipo I A . l . HM89, H29/1. Ic.

170

Lám. X X X V I I . a: Tipo X X V B . HM89, M2/1. b: Tipo X X V B . HM85, Pasillo T.l-T.3/8 c: BEP/44260. HM84, H2/2. d: BEP/ 44250. HM85, Pasillo T. l -T.3/9 . e: BEP/44250. HM85, Pasillo T. l -T.3/9 . f: Tipo VIIC. HM85, H5/5. g: Tipo VIIC. HM89 H29. Id. h: Tipo VIIC. HM85, Ante T . l / 8 . i: Tipo VIIC. HM86, H18/8. j : Tipo X X X I I I A . 2 . HM89, H29/1. k: BIC/42660

T3.A/15.

171

Lám. X X X V I I I . a-i y k-m. Tipo V U E . HM90, EI/90-3. j : Tipo V U E . HM88, L21/6.

172

Lám. X X X I X . a : Tipo V i l i . HM88, L37. Ia/c. b: Tipo V i l i . HM88, E.I/8. Ia/c. c: Tipo V i l i . HM85, L6/1. d: Tipo V i l i . HM86, L I 1/17-18.

173

Lám. X L . a: Tipo X X I V D . l . HM88, T.5 sobre suelo. Uh. b: Tipo X X I V C . HM90, H13 Ante T.2. c: Asa HM89 H29/4 Uh d: BIA/41130. HM89, H29. e: BIA/41130b. L8N/5. f: Tipo X X I V D . 3 . HM89, H29 pared Sur.

174

Lám. X L I . a: Tipo X X I I I N . HM86, L9 Ante T.3/16. Ia/d. b: Tipo X X I I I O . l . HM88, S. 1. la. c: Tipo XXIIIO 1 HM86 L l l ' 11-12. la. d: Tipo X X I I I O . l . HM89, L10.11/M.768. la. e: Tipo X X I I I O . l . H1A/C/3-6. f: Tipo X X I I I O . l . (BD I4b/5¡424)

HM85, Ante T. 1/18. g: Tipo XXII I0 .2 . HM89, H20/5. la. h: Tipo XXII I0 .2 . HM89, H25/3 la

175

f Lam. XLI I . a: BD.I2C/51234 (¿Tipo XXUIP?) . HM85, s.d. b: BD.I2c/51236. HM85, H5/7. c: Tipo XXIIIP. L2/9. d: Tipo

XXIIIF . L2/9. e: Tipo XXIIIF. HM85, L4/3. f: Tipo XXIIIP. S . l .

176

e a

Lám. XLIII . a: Tipo V I A . HM91, H30/3. la. b: Tipo V I A . HM91, H30/2. M-803. la. c: Tipo V I A HM86 H18/6 d- Tipo VIA. HM89, H25/5. la. e: Tipo V I A . HM84, H2. f: BEA/43940 (¿Tipo VIA?). HM84, S3-4/1. g: BEA/43940 (/Tipo VIA?)

HM84, H2.

177

178

Lám. X L I V . a: BD.III2a/53211. HM89, H29. M-592. b: BD.III2a/53214. HM85, H5/3. c: BD.III2a/53214. HM85, H5/4. d: BD.III2a/53215. HM85, H5/2. e: Tipo V U G . HM91, L43.5. Ia.

e Lám. X L V . a: Tipo XXII IL . HM89, H20/5. la. b: Tipo XXII IL . HM89, H29/1. la. c: Tipo X X I I I M . HM85, L4/2. d: B D I2c/

51237. HM85, L4/3. e: BIA/41220. HM85, s.d.

179

e

Lám. X L V I . a: Tipo X X I I I Q . l . HM86, H18/5. Illb. b: Tipo XXIIIQ.2. HM86, H18/8. Illb. c: Tipo XXIIB (?). HM86, s.d. Illb. d: Tipo XXIIB (?). HM86, s.d. e: Tipo X X I I B . HM87, HI/C/3. Illb. f: Tipo XXIID.3 .b . HM84, H44. g: Tipo XXIID.2 .b . HM91 , T.7b, M.878. la. h: Tipo XXIID.3 .b . HM84, H44. la. i: Tipo XXIID.3.b . HM89, H20/5. la. j : Tipo XXIID.2 .a . HM84, H2.

la. k: Tipo X X I I D . l . a . HM89, H21. Illb.

180

g b

Lám. X L V I I . a: Tipo X X I I F . 1. HM86, H18/8. b: Tipo XXIIF .2 . HM86, H18/8. c: Tipo X X I I C . HM89, Sur T.2. Ile. d: B D . B b / 51324. H5/2. e: BD.I2c/51230. HM89, H20/4. Ile. f: BD.I2c/51239. s.d. g: s.d. HM89, H23/2. la. h: Tipo XXIIIT. HM91 ,

H20/91.1. Illb.

181

\ (

1 f

m

J J

X Í

e

g

0 1

Lám. XLVII I . a: Tipo XXIIIS. BDII2b/52220. HM85, s.d. Illb. b: Tipo X X I H S . HM85, H5/2. Illb. c: BD.II2a/52211 HM85 L6/5. d:BD.II2a/52212. H M 8 5 . L 6 / 1 . e: BD.II2a/52213. HM85, L5 . f: BD.IJ.2a/52217. T . l . g: BD.IIla/52110 (¿Tipo X X I A 3.*')' HM86, L l l . h: BD.III2a/53217. HM86, H18/8. i: BD.I4b/51421b. HM88, H21/3. j : BD.I4a/51417b HM87 H5/6 k - B D I4b/ 51425. HM90, H30/2. M-803. 1: BD.II2c/52234. HM85, H5/8. m: BD.IIla/52113. HM88, H19/2. n: BD.illa/52111 HM90

H30/2. la. ñ: BDI2c/51235. HM85, T . l .

182

Lám. X L I X . a: Tipo X X I B . l (?). HM85, s.d. la. b: Tipo X X I I E . HM89, L37. la. c: Tipo XXI IG .2 . HM89, H23/12-13. la. d: Tipo X X I I B . 2 . HM86, 1-5-5. la. e: Tipo X X I A . 4 . HM86, L l l / 8 . f: Tipo X X I A . 6 . HM84, H2/16. Id. g: Tipo X X I A . 6 . HM89 H23/I2. M-665. Id. h: Tipo X X I C . l . HM86, L l l / 5 . i : Tipo X X I C . l . HM89, H20/M.477. la. j : Tipo X X I C . 2 . HM90, H30/3 k: BDII2b/52227. HM86, L6A/4 . 1: Tipo X X F . HM86, s.d. m: Tipo X X C . 3 . a . HM86, H18/8. n: Tipo X X E . HM89 19/12 IIb

ñ: Tipo X X F . HM89, H29. la.

183

L á m . L . a: Tipo X X X I I B . 1 .b. HM85, Ante T. 1/9. b: Tipo X X X I I B . l . a . HM86, H18/7. c: BIA/41410b HM84 S-3/5-1 d -BIA/ 41410. HM84, S3-5/1. e: BIC/42620. HM89, H20/5. Id. f: BEP/44320. HM88, H19/3. g: BIC/42340. HM89 H20/5 h-Tipo

X X B . HM86, 18 Norte muro D .

184

185

Lám. LI . a: Tipo X X V E . HM89, L37A/12. IIa. b: s.d. HM87, L18/3. c: Tipo X X V C . HM86, L U Ante T.3/21. I l l a l . d: Tipo X X V C . HM86, L U Ante T.3/22. IIIa2. e: HM86, L9 Ante T.3. f: Tipo X X V D . HM89, H25/3. I l l a l . g: Tipo X X V D . HM85,

H5/6. h: Tipo X X V D . HM85, L6A/5 . i: HM84, H2. Ile. j : HM86, H7/1.

Lám. L U . a: Tipo IC.2. HM85 s.d. b: Tipo IE.2. H23/2. Ic. c: Tipo IE.2. HM86, L10-11/3. d: Tipo I D . l . HM89, H23/5. Ic. e: Tipo I D . l . HM89, H23/9. Ic. f: Tipo ID.2. HM89, H23/2. Ic. g: Tipo IA ,1 , HM89, H29/3. Ic. h: Tipo I A . l . HM89, H29/3.

Ic.

186

f Lám. LUI. a : Tipo V D . l . HM89, H22/5. Bajo cabeza M-500. Ia/c. b : Tipo VD.2. HM86, J/5. c: Tipo VD.2. HM85, S.d. d :

Tipo V D . l . HM89, H20/2. Ic e: Tipo V D . l . HM84, H2. f: BEA/43920 (Tipo VD). HM85, Ante T.l/9.

187

m

f

g Lám. LIV. a : Tipo IIB.l.a. HM89, H29, Ext.E. Id. b: Tipo IIB.l.b. HM86, H18/8. la. c: Tipo IIB.l.a. HM85, H6/11. d : Tipo IIB.l.a. HM85, H5/2. e: Tipo IIB.l.a. HM85, s.d. f: Tipo IIB.l.a. HM87, L12/9, Este Muro K . g: BD.IVlc/54137. HM88, H21/3. h: Tipo IIA.3. HM89, L37B/1. M-508. i : Tipo IIA.2. HM87, L16 Norte muro/14, j : Tipo IIA.2.C. HM85, s.d. k: Tipo

IIA.2.b. HM85, Ante T . l . 1: Tipo IIA.4. HM85, H7/1. Id. m : Tipo IVL. HM89, H25/2. la.

188

a

n

g

m

Lám. L V . a: FESP/33300. HM86, H18/5. b: Tipo X X X I I C . l . b . HM84, Antre T.4 c: Tipo X X X I I C . 1 .a. HM87, T.4/4. d: Tipo X X X I I D . HM85, s.d. Id. e: Tipo IVJ. 1 .a. HM85. la. f: Tipo IVJ.2.a. HM85. la. g: Tipo IVJ. 1 .a. HM86. h: Tipo IVJ . l . b . HM85 ,L2 /9 . i: Tipo IVJ. 1 .a. HM84, H44. la. j : BEP/44740. HM85, s.d. k: Tipo I V A . 4 . HM91 , H20/91.1. la. 1: Tipo IVA.2 .b . HM84, H44. m: Tipo I V A . 4 . HM86, L l 1/8. n: Tipo IVJ.2.b. HM85, Pasillo T. l -T.3/4. ñ: Tipo IVJ.2.b. HM84, H2. o: Tipo

IIB.3. HM86, H18/5. p: Tipo IVÑ. HM85, s.d. q: BEP/44410. HM85, Pasillo T. l -T.3/6.

189

ñ o p

Lám. L V I . a: Tipo VIID. HM85, L4/1. b: Tipo VIID. HM86, H18/5. c: BEP/44812. HM86, H18/8. d: BEP/44730. HM85, s.d. e: Tipo X X X I H B . HM89, H23/5. Ic. f: Tipo V U E . HM87, H l /D /4 , g: Tipo VUE? . HM89, H20/5. la. h: BEP/44710 HM85 H5/12. i: BEP/44260. HM85, L4/6. j : BEP/44280. HM86, H18/8. k: BEP/44720. HM85, s.d. 1: BEP/44220. HM85, s d m: Tipo VIIB.2. HM89, 20/5. Id. n: Tipo VI IF . l . b . HM84, H2. ñ: Tipo VI IF . l . b . HM84, H2. o: Tipo VIIF.2.a. S3-5/1. p: Tipo

VIIF.2.a. H30/I. Ia/d.

190

h

Lám. LVII . a: BD.IV3a/54310. HM89, H20/3. Ia/d. b: Tipo IVA.3 .a . HM85. c: Tipo I V F . l . a . (BDIV4c/54433). HM85, L5/11. d: Tipo I V F . l . a . HM85, L4/10. la. e: Tipo IVF.2.Ö. HM84, L2/4. Illb. f: Tipo IVF.2.a. HM85, Ante T . l . Illb. g: Tipo I V F . l .

HM85, L2A/13. Illb. h: Tipo V E . HM86, H18/8. Illb.

191

f V i

c

g

Lám. LVIII. a: Tipo IVH.HM90 , H21/3. Ile. b: Tipo IVB.2 . HM90, H21/2. M-409. la. c: BD.II3a/52310.(¿Tipo XXIIIF?). HM89, H25/3. la. d: Tipo IVI.2.b. HM85, Ante T. 1/7. Ilc/IIIb. e: Tipo IVI . l . a . HM85, H5/7. Illb. f: Tipo IVI.2.b. HM87, H5/

2. Illb. g: Tipo IVI.2.b. HM85, L6/5. Illb. h: BD.IV2b/54224. HM85, H7/11.

192

t

n Lám. L I X . a: Tipo I l IC. l . a . HM89, H23/6. la. b: Tipo I l IC . l .b . HM89, H23/8. la. c: Tipo IIIC.2. HM89, H29/4. la. d: Tipo IIIC.3. HM89, H20/5. Illb. e: Tipo IIIC.3. HM89, H21/5. Illb. f: Tipo I l IC . l .b . HM85, H7/13. g: BDIV4a/54419. HM85, L4/ 3. h: Tipo I l IC . l .b . HM85, L6/7. i: Tipo UIC.3. HM89, H25/4. Illb. j : Tipo UIC.I.e. HM85, L5/10. k: Tipo I l IC . l .b . HM89,

H20/5. la. I: BD.IV4a. HM87, L13/3. m: Tipo IVC.2 . HM89, H20/2. la. n: Tipo IVC.2 . HM89, H20/2. la.

193

k

Lám. L X . a: HM89, H23/5. la. b: Tipo X X X A , HM84, S3-5/1-2. c: HM84, S3-4/1-18. d: Tipo X X X F . HM89, H29/M-733. e: Tipo X X X B . HM90, L36-37/3-4. M-786-787. la. f: HM86, J/5, g: Tipo X X X C . HM89, H20. la. h : Tipo X X X C . HM90,

L41/2. la. i : Tipo X X X C . HM86, H18/8. j : Tipo X X X D . HM89, H21/2. M-433. k: Tipo X X X E . HM89, H19/1. Ia.

194

Vi Lám. LXI. a: HM86, T3.C. Zona Sur. VIb. b: HM84, H2. VIb. c: HM86, T .3B. d: HM86, H18/7. e: HM86, T.3A/15. VIa2?.

195

11 Lám. LXI I . a: HM89, H29. Vie . b: HM89, H29. Vie . c: HM89, H29. VIa2. d: HM89, H29 Ext.E. VIa2. e: HM89, H29 Ext.E. Vie . f: HM89, H29 Ext .N. N-577 y 614. VIa2. g: HM89, H29 Ext.E. M-592. VIa2. h: HM89, H29 Ext.E. Vie . M-592.

196

Lám. LXIII . a: HM84, S3/4-1-16. b: HM86, L l l Ante T.3/22. V i c . c: HM86, L14/3. VIc.

197

198

Lám. L X I V . a: HM92, L49/13. Via? b: HM86, L H Ante T.3/22. V i d . c: HM89, H29/4. d: HM84 H2 e- HM84 H2 f-HM84, H2. VIb? g: HM86, L9 Ante T.3. h: HM84, H44. la. i: HM85, H5/6. Vía?, j : HM89,' H29/4.

1QÖ

Lám. L X V . a: Tipo X X I I I . X . HM89/H22/3-4. la. b: Tipo XXIIIW. HM88, H19/M-376. la. c: BIC/42410. HM85. s.d. d: BIC/ 42530. HM85, s.d. e: Tipo XXII IW. HM86, H18/5-6. f: Tipo V I C . l . a . HM90, H21/1. la. g: Tipo X X I I A . l . HM90, H21/1. h:

Tipo V I C . l . a . HM85, L2/8. i: Tipo VIC.2.a . HM89, H23/2, M-407. Ia/d.

199

CD CD 0 1 5

T m

\ ^ - L X V l - a : T i p o , V J L a - H M 8 4 ' H 2 - b : T i n o ' « . L a . HM84, H2. c: Tipo IVJ . l . a . HM84 H2 d- Tino IVJ 1 h HM8S Fw V / Ä l ™ " H M 8 8 ' L 3 B / 3 - f : T i p ° I V N ? - H M 8 9 ' H 2 3 / 2 - I d - 8= T i P ° I V M . HM84.H2. h: t1 V M L4 2 Ï Tino

HM90 ' S í h H T M 9 0 ' v v v n " u ^ ' ?" fc T ¡ P ° I I B ' 3 ' H M 8 8 ' ^ ' '= BD.Iv'5c/54534. H M 8 M - l ¿ 9 rn: s d HM90, H21/1. la. n: Tipo X X X O . HM88, H19/5. ñ: Tipo X X I I G . l . HM89, H20/5. la. o: Tipo V C . HM90, H21/1.

200

201

Lám. L X V I I . a: s.d. HM88, L22/9. Ilio, b: HM86, T.3B. c: BD.IV3b/54327. HM86, T.3B. d: BD.III5b/53521b HM85, L17/ 1. e: BD.III5b/53521 HM85, L4/1. f: BD.IlI5a/53511. HM85, H5/1. g: BDI5a/51511. HM86, H18/2.

Lám. L X V i l i , a: HM85. s.d. b: HM86, T3.C. c: HM85, L6A/4 . d: HM86, H18/1. e: HM86, H18/2.

202

PARTE II RECIPIENTES DE PIEDRA

Miguel Ángel MOLINERO POLO

INTRODUCCIÓN *

Aunque escasos frente a la abundancia de otros objetos, como los amuletos y los ushebtis de fayenza o las formas cerámicas, y a pesar de su estado de conservación muy fragmentario, los restos de recipientes de piedra hallados durante la excavación de la necrópolis del Tercer Período Intermedio han llamado nuestra atención por su alto número frente a los de otros yacimientos de un período paralelo.

En comparación con la exhaustividad de los estudios de recipientes de piedras duras predinásticos o del Reino Antiguo, nuestro conocimiento del desarrollo de sus técnicas a partir del Reino Medio se va desva­neciendo. En su reciente tesis doctoral B. Greene aclara que aún no se ha realizado un estudio tipológico de la vajilla de piedra posterior al Reino Antiguo, y eso a pesar del conjunto de ejemplares —es cierto que la mayoría sin procedencia— que proporciona Petrie en su conocido Stone and Metal Vases0. Es tal vez esta escasez de bibliografía la que ha hecho caer en el error a más de un investigador, que ha confundido la ausencia de estudios con la inexistencia del objeto.

Desroches-Noblecourt explica esta laguna de nuestros conocimientos por dos razones: los ajuares funerarios del Tercer Período Intermedio comprendían un número más reducido de "objets de toilette" que los del Imperio Nuevo; y las ricas necrópolis del Delta, que debían de ser muy numerosas pues en él se centralizó el poder en este período, han desaparecido casi todas por las labores ligadas a los cultivos o bajo construcciones posteriores1.

Muchas personas me han ayudado y sostenido en la redacción de este trabajo, tantas que nombrarlas a todas sería largo. Queden no obstante seguras de mi agradecimiento y perdonen que mencione al menos a una, Covadonga Sevilla Cueva, por todas las horas de trabajo conjunto en Egipto dibujando estas piezas que aquí se publican.

0 Greene, Ancient..., p. 9. 1 Desroches-Noblecourt, Arts..., p. 197.

205

Además, los recipientes de piedra no aparecen con frecuencia reflejados en las memorias de excavación. Esto nos ha supuesto el inconveniente de carecer de la cronología que proporciona un material paralelo, pero redobló el interés de dedicar un estudio algo más detallado al conjunto aparecido en las excavaciones de Heracleópolis Magna. Aún siendo relativamente pocos y fragmentarios, podían proporcionar un inicio de tipología para un material y un período, el Tercer Período Intermedio avanzado y el s. VII a.C. fundamen­talmente, del que no hay estudios de conjunto ni publicaciones recientes con una estratigrafía y cronología que ayuden a enmarcar estas piezas en su contexto temporal.

206

T I P O L O G Í A 2

Los vasos de piedra dura son piezas de un cierto valor. Requieren un tiempo de manufactura mayor que el empleado con las vasijas de cerámica, que se modelan con rapidez desde la aparición del torno, o incluso que los objetos de fayenza, valiosos por el complejo proceso de cocción pero hechos en serie mediante moldes.

El contenido, en el caso de las formas cerradas, era siempre algún producto valioso, ya fuera líquido —vino—, semil íquido—aceites perfumados—, o só­lido —desde el kohol de los ojos al servicio de mesa— de forma que el contenedor debió de gozar de un cierto prestigio tanto por sí mismo como por préstamo de lo que guardaba. No obstante se trata de recipientes3, por lo que la forma estaba adaptada a

2 Los únicos recipientes no incluidos en esta clasificación han sido los pocos fragmentos inclasificables: 210 podría ser el asa de una artesa; 228 y 244 son bases inestables, pero no puede saberse de qué tipo de formas; los galbos 18, 88 y 97 podrían pertenecer a cuencos; 46, 59, 63, 74 y 95 pudieron formar parte tanto de cuencos como de vasos globulares; 238 puede ser un fragmento de forma abierta; 217, 227 y 236 formaban parte de formas cerradas; 38, 78, 111, 131, 140, 155, 196, 216, 240 y 250 formaron parte de vasijas de las que ni siquiera se puede saber si eran cerradas o abiertas; y 79 es un fragmento amorfo.

3 Incluso si se trata de objetos tan complejos como las co­nocidas lámparas de la tumba de Tutankhamon —difícilmente

su uso; en consecuencia, se pueden seguir para es­tudiarlos las mismas pautas y normas que para las vasijas de cerámica. He utilizado por tanto las re­comendaciones del International Group for the Study ofEgyptian Pottery que B. Greene ha adaptado para los recipientes de piedra4.

La primera división tipológica es la de formas abiertas y formas cerradas. La distinción se basa en la relación entre el diámetro máximo (desde ahora DM) de la vasija y el diámetro de la boca. Aquellas formas en las que las paredes tienden a cerrarse en su parte superior, produciendo una boca de un diá­metro menor que el del cuerpo han sido clasificadas como cerradas; aquellas en las que el diámetro del borde es también el D M de la vasija —o muy cercano en el caso de bordes verticales o envasados— son clasificadas como abiertas.

Estos dos grupos han sido subdivididos a su vez en cuatro tipos en función a su VI 5 , es decir, la re-

clasificables, por otra parte—, que contenían los aceites cuya combustión producía luz.

4 Puede encontrarse una explicación general más detallada en Greene, Ancient..., pp. 424-426.

DM 5 VI: X 100.

altura

207

lación entre su diámetro y su altura. Las formas abier­tas son: planas o bandejas (VI: > 500), bajas o platos (VI: 275-500), semiesféricas o cuencos (VI: 125-274) y altas o vasos (VI: < 125); las formas cerradas son: bajas (VI: > 115), esféricas (VI: 90-115), altas (VI: 50-90) y esbeltas (VI: < 50).

Por último, tengo que señalar que buena parte de los recipientes que se presentan en las siguientes pá­ginas nos han llegado en un único fragmento de es­casas dimensiones. La forma es, por tanto, una re­construcción obtenida mediante el dibujo de los perfiles exterior e interior y de los diámetros superior e inferior para obtener el eje de simetría. Sin embargo

hay que tener en cuenta que algunos de los recipientes de piedra que han llegado enteros, tanto en ésta como en otras excavaciones, presentan paredes de grosor irregular, debido a los avatares del proceso de fabri­cación (cf. infra. n.° 118). Esto significa que nuestra reconstrucción puede sufrir una cierta desviación res­pecto al objeto original si el fragmento conservado correspondiera a la zona de pared más gruesa o a la más delgada de una de estas piezas irregulares. En las láminas que cierran este volumen se ha intentado evitar esta posibilidad incluyendo sólo recipientes de los que se conservaba la forma completa o un frag­mento suficiente para que el margen de error fuera el menor posible.

208

I. FORMAS ABIERTAS

L A . F O R M A S A B I E R T A S P L A N A S : F U E N T E S

El único ejemplar aparecido en la excavación (53 - LXIXg 6) es un fragmento relativamente grande de una fuente de posible base estable —no conservada, pero no parece factible otra forma— de paredes ex-vasadas convexas y borde plano engrosado en gran amplitud al exterior. Presenta además una moldura de sección triangular en la pared, por debajo del bor­de. E l único paralelo que conozco es el fragmento de fuente publicado en las excavaciones de Anthes en Menfis. Desafortunadamente apareció en super­ficie, por lo que no puede dar fecha por su estratigrafía 7.

6 El primer número, en cifras árabes, es el del inventario general de los recipientes de piedra, que puede buscarse al final de este texto. El número en cifras romanas seguido de una letra se corresponde con el de las láminas de esta publicación.

7 Es de menor diámetro, un poco más alta y sin moldura, pero presenta el mismo perfil, incluso en el borde. Anthes, Mit Rahineh. 1956, p. 107, fig. 15.84 y p. 109.

I.B. F O R M A S A B I E R T A S BAJAS: P L A ­TOS

I.B.l . Platos de base inestable

Incluyo en este epígrafe un conjunto de platos de paredes exvasadas convexas, una forma que parece dictada por su funcionalidad más que por cualquier criterio estético. Podemos subdividirlo a su vez en función a la posesión o no de asas. Todos son de un diámetro reducido.

El único de "alabastro", el 10 (LXLXb), no podía tener utilidad en la vida cotidiana debido a su redu­cido tamaño; los demás, 3 (LXIXh), 147 (LXIXi) y 181 (LXIXj), son de una caliza amarillenta de grano fino y compacto que permite un tratamiento de las superficies muy cuidado, lo que los señala como ob­jetos de calidad; sólo 101 (LXXVa) es de caliza blan­da y ha sido trabajado con menos esmero.

Además, por la inclinación de sus paredes y sus características, independientemente del tipo de base, se pueden incluir en este apartado los bordes de ' 'ala­bastro" 161 (LXIXe), 191 (LXIXd) y 194 (LXIXf).

Los platos 3 y 181 presentan además unas asas singulares. La de 3 es de sección pentagonal muy

209

alargada y de escasa altura, casi un simple engra­samiento del borde. La de 181 es vertical, de escaso relieve, y va desde el borde hasta el tercio inferior del cuerpo, con una hendidura horizontal en su cen­tro. En ambos casos son meramente decorativas, pues resultan muy difíciles de asir. Esta carencia de uti­lidad coincide con la factura cuidada con la que están realizadas todas estas formas, lo que hace de ellas objetos de cierto valor más que platos de uso do­méstico.

Bajo estas condiciones, buscar paralelos a estos platos es de una validez muy relativa. Se trata de producciones de prestigio para cubrir necesidades prácticas. Su forma está adaptada a su función de modo que no implican unas influencias tipológicas o cronológicas concretas, salvo, en todo caso, las de los platos de cerámica a los que sustituyen, y éstos tampoco evolucionan de forma significativa, pues cumplen bien una función para la que el tipo ha sido creado siglos antes.

No obstante, es interesante el paralelismo del 10 —de "alabastro" y aparecido precisamente en una tumba, la 1, de la dinastía XXII— con un plato de forma y tamaño similares de caliza pintada que pu­blica Petrie en un grupo de piezas que él califica de "modelos funerarios" y que fecha en la dinastía XVIII 8.

I.B.1.1. Formas especiales

Plato teriomorfo (158 - LXIXa). Plato de paredes exvasadas convexas y borde plano. A la altura de éste presenta un fragmento de un asa horizontal irre­gular, asimétrica. Aunque no se conserva la base, ha sido incluido en el grupo de platos pues los paralelos conocidos son de poca altura y base inestable: podría tratarse de un plato en forma de ánade, muy habi­tuales durante el Imperio Nuevo y el TPI 9 , y este asa sería una de las patas. Aparecido en los estratos in-

8 Hallados en un depósito en Abidos, Petrie Stone..., p. 12, p. 13 para la datación y pl. XXXII, 799.

9 Petrie los incluye en cabeza de su capítulo de vasos ra-mésidas y bubastidas, pero reconoce que se trata de la derivación de un tipo anterior. Stone..., p. 13. Greene recoge además ejem­plares de el-Ahaiwah de la dinastía XXI y de Lahun de fines del s. VlU-comienzos del s. VII a.C. Ancient..., p. 383.

feriores de E . I, donde coincide con otros recipientes en una fecha del TPI avanzado.

Platos ovoidales (43 - LXXIVj y 186). Son dos ejemplares de material y forma idénticos: base ines­table, paredes laterales exvasadas rectas y borde re­dondeado que conforman una vasija de boca ovoidal. Su factura es poco cuidada y el cuerpo resulta lige­ramente asimétrico en el que está más completo. La superficie exterior es rugosa, solo desbastada pero el interior está bien pulido. Su forma y tamaño los hace apropiados para llevarlos en la palma de la mano, con el círculo menor como extremo distal y el mayor como extremo proximal. E l 43 está asociado a ma­terial cerámico de fines del TPI o comienzos del s. VII a.C.

I.B.2. Platos de base estable

Como introducción podríamos repetir las mismas observaciones realizadas en el párrafo I .B. l a pro­pósito de los platos de base inestable, pues son de tamaño reducido y aunque los materiales son de ca­lidades diversas predomina el trabajo cuidado.

I.B.2.1. Base estable plana

Son platos de paredes exvasadas convexas: 75 (LXXVb), 157 (LXXb) y 208 (LXXc). E l primero es de caliza y factura descuidada, los otros dos de "alabastro".

151 (LXXa) presenta una forma atípica: carena a escasa altura de la base y paredes verticales. Por su escaso tamaño y su materia prima, caliza, recuerda los "modelos funerarios" mencionados más arriba, aunque es de forma muy diferente y sin rastro de la posible pintura en su superficie. Una finalidad se­mejante podría tener el 157, que es también de re­ducido tamaño y apareció bajo el M . 849 en la E . I.

I.B.2.2. Base estable con pie indicado

Han aparecido tres ejemplares con la forma com­pleta (66 - L X X f , 121 - L X X d y 245 - LXXe) y una base con arranque de pared (117) que parece corres­ponder a un plato similar. Todos son de paredes ex-

210

vasadas convexas, aunque el borde presenta varia­ciones en todos, así como el grado de apertura (VI: 443, 390 y 320 respectivamente). Los materiales son muy diversos: calcoarenita, gabro y caliza, pero todos trabajados hasta obtener un producto cuidado. La úni­ca forma semejante en la bibliografía es un plato muy bajo, más parecido al 66 que a los demás, fechado en época ptolemaica inicial1 0. Esto indicaría que la forma tuvo una pervivencia muy prolongada, pues estos ejemplares, por su situación estratigráfica, son anteriores.

Para el único ejemplar de pie indicado y asas (34 - LXXg) véase infra, I.B.2.3.

I.B.2.3. Base estable con anillo de solero

Un único ejemplar, 33 (LXXIa), que analizamos junto a 34 porque ambos son platos de "alabastro" de base estable, paredes exvasadas convexas, borde plano y asas con sección de tendencia triangular a la altura del borde. Incluso la base, vista desde el ex­terior, es similar en ambos, pues el anillo es visible sólo en sección. La diferencia está en la mayor aper­tura de 34 (VI: 484 frente a 353 del primero). Ambos aparecieron en un estrato frente a la tumba 3 con gran acumulación de objetos. La cronología de este estrato puede ser del TPI con cierta seguridad, pues entre el material apareció el final de un cartucho con el nom­bre de [wsr]kn (Osorkón) y cerámica de importación de mediados del s. IX a.C.

I.B.2.4. Platos con pies

Los platos de paredes exvasadas convexas, borde plano y asas a la altura del borde que prolongan el perfil de las paredes son formas habituales del TPI 1 1 . Se trata posiblemente de objetos de uso doméstico, mesas de moler, como puede confimar el material en que se realizan. Las variaciones que aporta 24 (LXXIb) son el gran grosor de las paredes, que dejan

una cavidad interior redondeada de escasa altura y el apoyo sobre cuatro pies con sección de tendencia cuadr angular.

Similares características formales presenta 1 (LXXIc), pero las aristas más vivas del anterior están en éste redondeadas, produciendo un plato de formas más suaves, más cercanas a algunos ejemplares de cuatro asas del período grecorromano12.

I.B.2.5. Artesas

Considero como grupo espec í f i co (48, 96 -LXXVIHc, 99, 113, 150 (?) y 248) estos grandes platos o fuentes hondas de caliza de factura muy descuidada, base plana, paredes verticales, y planta y boca de tendencia cuadrangular con vértices más o menos marcados, que en el caso de 96 se prolongan en asas. Su uso en tareas domésticas es indudable.

En las memorias de excavación de Mit Rahina, Bakry presenta una serie de objetos en relativo buen estado de conservación que podrían ponerse en re­lación con los de este grupo. Ni su cronología ni su uso están claros13. En el yacimiento mencionado pue­den extenderse desde inicios de la dinastía XXII a la época ptolemaica inicial, y pueden distinguirse dos tipos según la altura de las paredes y la planta: las más altas son también las más exvasadas y de vértices más redondeados (como 96), mientras que las de planta rectangular más perfecta son de paredes ver­ticales y cortas (como 48, pero éste es de tan mala factura como los otros fragmentos). En nuestro caso, 99 está asociado a material cerámico de comienzos del TPI, mientras 96 y 150 a cerámica de fines de ese período.

I.B.3. Escudillas

Se incluye bajo esta denominación un grupo de vasijas de VI desconocido —buena parte del cuerpo se ha perdido en casi todas, por lo que es imposible

1 0 En el conjunto de edificaciones aparecieron varias monedas de Ptolomeo II, lo que fecha con cierta exactitud el momento de su utilización. Caton-Thompson, The Desert..., pp. 146 y 147 y pl. XCV, 28.

" Véanse los ejemplares que presenta Greene, Andera..., p. 384.

1 2 Como los ejemplares n.°* 856, 862 —en el que una de las asas ha sido sustituida por un pico vertedor— y 2449 del Museo de Agricultura de El Cairo.

1 3 Con el pequeño conjunto de material que poseía, Bakry no pudo intentar establecer una cronología de la evolución de los tipos. Anthes, Mit Rahineh. 1956, pp. 106 y 108, lám. 41.

211

una medición correcta—, pero que parece ser inter­medio entre plato y cuenco (69, 86 (?), 108 - L X X V e , 183, 220 - L X X V c , 242 - L X X V f , 246 - L X X V d y 251 - LXXVIIa; y con asas 116 - L X X V g y 179 -L X X V h ) 1 4 . Sólo de 251 tenemos la forma completa, con base estable de pie indicado, paredes exvasadas convexas y borde plano15. El resto presenta una forma similar, pero en todas ellas carecemos de la base. A l menos dos tuvieron asas, pero sólo una las conserva. Sus características comunes y más llamativas son su gran diámetro, una mayor altura que el resto de los platos hasta aquí analizados sin que parezca que pue­dan llegar a un VI de cuenco y, sobre todo, una factura bastante descuidada, que prueba claramente su funcionalidad eminentemente cotidiana: casi sin excepción tienen el exterior poco trabajado pero el interior bien pulido, como muestra de que sólo éste interesaba en su util ización 1 6 . La cerámica a la que han aparecido asociadas algunas de estas escudillas en Heracleópolis es de fines del TPI y primera mitad del s. VII a.C.

I.B.4. Fragmentos de platos

I.B.4.1. Bordes

Fragmentos de los que no poseemos lo suficiente para identificar la forma con seguridad, pero por la inclinación de las paredes parecen poder incluirse entre los platos. Podemos hacer tres grupos, de los que el primero ya ha sido descrito en I .B . l .

— En el segundo incluimos 81 (LXXVId), 152 (LXXVIb) y 222 (LXXVIc); los tres son de caliza y podrían formar parte de platos de paredes exvasadas convexas, borde plano y asas a la altura del borde

1 4 Salvo 247, que por forma y VI es similar a los platos analizados en el párrafo I.B.l, pero por materia, factura y tra­tamiento de las superficies forma parte de este grupo.

1 3 Su VI está en el límite entre ambas formas: 272; no obs­tante, cabe un cierto margen de error, pues la superficie de estos platos es muy irregular, por lo que resulta difícil hallar el diámetro cuando se conservan sólo fragmentos.

1 6 Un ejemplar con forma completa apareció en Zawyet Sul­tán, con características similares (caliza, interior pulido, asas) y paredes poco altas (VI: 300, plato). Dominicus, en Osing, Das Grab..., p. 22 y lám. 4.

que prolongan el perfil de las paredes, una forma que Greene ha incluido entre las características del TPI (Cf. § I.B.2.4); en este caso los bordes aparecen asociados a cerámica del s. VII a.C. A este grupo podría pertenecer 255 (LXIXc).

— Un tercer grupo de bordes está constituido por 23 (LXXVIe), 84 (LXXVIa), 204 (LXXVIf), 247 y 254 (?). Presentan la forma similar a los bordes del apartado anterior, pero con gran diámetro y factura algo menos cuidada, pero siempre mejor que la de las otras grandes formas de caliza, las "escudillas". Las asas poseen secciones de tendencia semicircular, lo que puede ser una forma dictada por la materia, demasiado blanda para realizar asas angulosas, que son de más fácil rotura. La inclinación de las paredes no parece hacer posible que sean platos, pero en las excavaciones de las casas ptolemaicas de E l Fayum ya mencionadas, Caton-Thompson publica un ejem­plar con paredes semiesféricas similares a estos bor­des y base estable de pie indicado a escasa altura, lo que le da un VI de plato. Como carecemos de la forma completa no podemos estar seguros17.

I.B.4.2. Bases

I.B.4.2a. Bases estables planas

Podemos establecer dos conjuntos diferentes:

En el primero se incluyen bases de formas de pequeño diámetro, que son de diorita (91, 169 -L X X I V f y 172 - LXXIVg) y de "alabastro" (239 -LXXIVe), y que pueden pertenecer a formas abiertas bajas (salvo 172 que es seguramente un cuenco). Se podría contemplar la posibilidad de que algunas pu­dieran pertenecer a formas cerradas (vasos cerrados bajos, cf. I.B.l) de las que se ha perdido el resto del cuerpo, pero el perfecto pulido del interior dificulta esa suposición, pues sería demasiado difícil de rea­lizar en una vasija con boca pequeña.

E l segundo grupo está formado por las bases de caliza de gran diámetro: 253 (LXXVIIf), que es po­siblemente un plato dada la dirección que toman sus paredes, exvasadas cóncavas y de factura relativa-

1 7 Caton-Thompson, The Desert..., pl. XCV y p. 24.

212

mente cuidada, y es el único ejemplar conservado con esta forma; y 214 (LXXVIIe), una forma abierta indeterminada de un diámetro excepcionalmente grande.

I.B.5.2.b Bases inestables

Sólo dos fragmentos de gran diámetro, 177 de factura mediocre, y 205 de perfil regular y buen tra­tamiento de ambas superficies, pueden adscribirse con cierta seguridad a las formas abiertas, pues son de caliza y con este material no conozco formas ce­rradas. Como en otros casos no podemos saber si pertenecían a platos o a cuencos.

I.C F O R M A S A B I E R T A S SEMIESFÉRI-CAS: C U E N C O S

I .C. l . Cuencos de base inestable

I.C.1.1 Semiesféricos

Recipientes de cuerpo semiesférico con paredes suficientes para tener la forma completa sólo hay dos y no son representativos: 105 (LXXVIIb), que es un cuenco con paredes exvasadas casi rectas y factura buena a pesar de ser de caliza; y el 137 (LXXIIb), de "alabastro", tamaño muy pequeño y aparecido en la tumba 6, que podemos relacionar con los "mo­delos funerarios" mencionados más arriba. Un cuen­co similar a éste aparece reseñado en la excavación de Anthes en Menfis, pero encontrado en el relleno, no puede proporcionarnos un paralelo cronológico, salvo que es posterior al muro del témenos, tal vez ramésida 1 8 . 234 podría ser un modelo de cuenco como 137 pero con labio plano.

En cuanto al 163 (LXXIIa), conservado sin base, su borde es plano, engrosado al exterior, y presenta un asa —incompleta— horizontal en forma de un semicírculo prolongado por un engrosamiento del

1 8 Similar en tamaño y materia; forma algo menos refinada, pues las paredes son más gruesas. Bakry, en Anthes, Mit Ra-hineh, 1955, p. 44 y fig. 14.160.

borde aún mayor que el del resto de la vasija. El asa completa podía estar terminada por otro semicírculo. Conocemos paralelos a ambas posibilidades. E l cuen­co 774 de Petrie presenta una sola asa asimétrica, mientras que el 785 presenta también una sola asa, pero con un semicírculo grande central rodeado a ambos lados por sendos semicírculos más pequeños. Del primero Petrie no da una fecha específica, por lo que ha de sobreentenderse que pertenece a la di­nastía XVIII —a la que dedica el capítulo V 1 9 — , mientras que el segundo lo considera de la dinastía XIX 2 0 . Por el contrario, Greene los incluye sólo entre las formas del TPI 2 1 , datación que corresponde mejor al lugar de hallazgo de este ejemplar, en los estratos inferiores de E . I.

Dentro de este grupo habría que incluir también un cierto número de bordes que estudiamos más ade­lante (§ I.C.3.1) pero que hay que tener ya en cuenta para las conclusiones.

Todos estos cuencos son de pequeño tamaño y factura cuidada, incluso los de caliza. Esto nos in­dicaría que aunque la forma sea apta para su uso cotidiano —así lo muestran los numerosos cuencos de cerámica— los realizados a pequeño tamaño en piedra se reservan para finalidades diferentes a las de simple contenedor en las tareas domésticas.

I.C.l.2 Formas especiales

Cuenco semiesférico (61 - LXXIIIa) de borde redondeado con un engrosamiento que puede ser parte de un pico vertedor. Cabría la posibilidad de plan­tearse su interpretación como borde de un cuenco teriomórfico.

Cazo (122 - LXXIVi) . Recipiente de paredes ex­vasadas convexas y borde plano. E l mango a la altura del borde, plano, presenta una primera parte trape­zoidal en la unión con el recipiente e indicios de al menos una segunda más estrecha. La forma del asa recuerda, simplificada, la 895 de Petrie, pero el re­cipiente es más profundo, como en 894. Ambos son

" Petrie, Stone..., p. 12 y pl. XXXII, 774. 2 0 Petrie, Stone..., p. 23 y pl. XXXII, 785. 2 1 Desde la dinastîa XXI a la XXV. Greene, Ancient...,

p. 384.

213

de un tamaño algo menor que el de 122. Estas formas están incluidas por Petrie en los períodos ramésida y bubástida, sin más precisión 2 2 .

I.C.2. Cuencos de base estable

I.C.2.1. Base plana

Podemos agruparlos en dos tipos:

El primero está representado por 229 (LXXIId). Éste es un pequeño cuenco de "alabastro" de base estable, paredes exvasadas rectas y borde biselado al interior. Similares a él son 165 y 225 (LXXIIe), que aunque carecen de base puede admitirse con el an­terior entre los "modelos" de cuenco23.

Los otros ejemplares considerados no tienen más que el arranque de la base, pero parece posible te­nerlos aquí en cuenta para formar un grupo deter­minado. 119 (LXXIIñ) y 145 (LXXIIn) tienen pa­redes exvasadas convexas y borde biselado al interior. Ambos son de "alabastro". Uno procede de super­ficie y el otro de una capa superficial, por lo que no se les puede atribuir fecha alguna.

I.C.2.2. Base con anillo de solero

El único ejemplar (173 - LXXVIId) es un gran cuenco de caliza nummulítica del que se ha conser­vado la base, muy gruesa, con anillo de solero de sección trapezoidal y un gran fragmento de pared exvasada convexa. Es de factura descuidada porque el material no permite un resultado mejor. Por téc­nica, material y probable funcionalidad podría rela­cionarse con las "escudillas", pero la altura conser­vada de pared lo excluye de este grupo con formas de tendencia baja. La situación estratigráfica de H . 45, donde apareció, es la de una fecha tardía en la reocupación de la necrópolis.

2 2 En su discurso parece adivinarse que piensa en un momento tardío dentro de la evolución de la forma: "por último, el mango se convierte en una flor de loto". Petrie, Stone..., p. 13 y pl. X X X V , 894 y 895.

2 3 Con este perfil podrían interpretarse como cuellos exva-sados de una forma cerrada (cf. 25 - LXXXIh), pero eso no parece aceptable, al menos para 225, ya que en caliza de su calidad es muy difícil hacer formas que no sean abiertas.

I.C.2.3. Cuencos cilindricos

Cuencos de base estable y paredes verticales, de­corados con molduras en la pared. En el 50 (LXXIIId) se conservan dos molduras, una junto a la base y otra a dos centímetros de altura de la anterior. En 218, de paredes ligeramente exvasadas, sólo conservamos la de la base por pérdida del resto del cuenco.

Petrie considera este tipo de cuencos, los "taz-ze", típicos de la dinastía XVIII. La forma más sim­ple, con molduras en base y borde sería la más tem­prana; de ellas, algunas presentan las paredes ligeramente exvasadas, como 218. La moldura cen­tral, como la de 50, aparece desde el reinado de Tutmosis IV. Todas las "tazas", salvo algunas de dos molduras, tienen base redondeada y necesitan un pie. Las únicas con base plana son de cuatro mol­duras, de factura menos cuidada según la descripción, y, a juzgar por la escala de la lámina, de tamaño más reducido. Aparentemente ésta es la razón por la que Petrie las considera las más tardías 2 4 . Sin embargo 50 y 218 son de base plana pero tamaño similar al de los ejemplares de la dinastía XVIII.

I.C.3. Fragmentos de cuencos

— Bordes de cuencos semiesféricos:

44 (LXXHj) es de "esquisto" y apareció en un estrato fechado con seguridad en el TPI; 170 (LXXIIi) es de serpentina verde; 143 (LXXVIIc) es un gran cuenco de caliza que incluimos aquí y no en el grupo de ' 'escudillas" por la inclinación de sus paredes —si no se interrumpen por una base estable sería un cuen­co alto—, el perfil regular de sus paredes y su factura relativamente cuidada, lo que hace de él un ejemplar diferente respecto a las otras formas abiertas de caliza con gran diámetro, que son de factura mediocre. Los tres presentan el borde plano.

Junto a ellos 102 (LXXTIf) de caliza y factura cui­dada, 112 (LXXHg) y 136 (LXXIIh), ambos de "ala­bastro", representan una variante en la forma, con pa­redes verticales (112) o exvasadas convexas (102 y 136)

2 4 Petrie, Stone..., p. 12 y pl. XXXJJJ, 826 y 837.

214

y borde redondeado frente al plano de los realizados en otros materiales. La cronología de la cerámica a la que han aparecido asociados estos dos últimos es s. VII a.C. y TPI final, respectivamente.

— Bordes de cuencos de paredes exvasadas rec­tas y posible base estable:

94 (LXXII1) y 207 (LXXIIm). Ambos, al igual que los otros cuencos con los que los relaciono han aparecido en capas muy superficiales, lo que no im­plica una datación reciente en una necrópolis con tantas reutilizaciones y saqueos tardíos como ésta.

— Sólo queda mencionar los pequeños fragmen­tos restantes, todos de paredes exvasadas convexas y borde redondeado (salvo 114 y 144 (?), del que sólo conservamos el borde engrosado al exterior). La característica más importante es la variedad de ma­teriales sobre los que están realizados, una circuns­tancia ligada a las formas abiertas: 45 y 146 de "ala­bastro", 114 (LXXIIk) de caliza con borde biselado al exterior y factura cuidada, 171 de serpentina verde oscura y 232 (LXXIIo) de pórfido.

Para terminar este apartado hay que resaltar el fragmento 54 - LXXIIc, del que no tenemos segu­ridad de la forma a la que perteneció. Presenta un labio plano engrosado al exterior muy amplio, a di­ferencia de la mayoría de los bordes conservado.

I.D. F O R M A S ABIERTAS A L T A S : VASOS

I.D.l. Vasos de base inestable

I.D.2. Vasos de base estable

I.D.2.1. Vasos troncocónicos bajos

Agrupo bajo esta denominación un conjunto de vasos de base estable más o menos gruesa, paredes exvasadas rectas o ligeramente convexas y borde en general plano, aunque también los hay biselados al interior. Su VI se halla en torno al límite entre cuen­cos y formas altas. Se ha conservado la forma com­pleta en 32 (LXXIIIc) y 35 (LXXIIIb), y fragmentaria en los bordes 41 y 128 (LXXIIIe) y en las bases 36, 42 y 62 (LXXnig).

Petrie presenta varias formas similares, 795 y 796, de las dinastías XVIII - XIX y 930 de las di­nastías XIX - XXII 2 5 , cronología esta última que se corresponde con la de la estratigrafía en que han aparecido estos vasos, salvo 128: TPI y s. VII a .C. 2 6

I.D.22. Vasos altos

La excavación ha proporcionado vasos de formas muy dispares que no tienen en común más que su VI alto y la base estable.

56 (LXXUIn) y 211 (LXXIIIm) son vasos de pa­redes exvasadas cóncavas con un pronunciado estre­chamiento en la parte central. En el caso de 56 el borde es plano engrosado al exterior y de labio re­dondeado. En Saqqara ha aparecido un vaso similar de base menos redondeada y borde menos pronun­ciado que ha sido fechado con amplitud: de la Baja Época o ptolemaico27. En cuanto a 211, la forma cóncava tan pronunciada de sus paredes, y base plana recuerda una serie de pequeños vasos de altura in­ferior a 13 cm frecuentes en el Imperio Medio 2 8, pero

I.D.1.1. Vasos cónicos

31 - LXXIII 1. Base inestable de gran grosor, paredes exvasadas rectas y borde envasado de labio redondeado. Ha aparecido en un estrato que puede corresponder a las dinastías XXI-XXII.

5 - LXXVIIIa es un vaso de caliza de gruesas paredes y gran diámetro de factura descuidada. E l orificio de la base lo incapacita para contener líquidos o cualquier materia sólida de pequeño tamaño.

2 3 Petrie no menciona estos vasos en el texto descriptivo de las láminas y en la lista de materiales señala escuetamente que los dos primeros son de alabastro y el tercero de serpentina, Stone..., pp. 23 y 25. La única referencia cronológica es que 795 y 796 fueron incluidos en una lámina encabezada por el título "Dinastías XVIII-XLX" y 930 en otra llamada "Dinastías XIX-XXII", Stone..., pls. XXXII y XXXVI.

2 6 El paralelismo con los n.°* 5319-5323 de el-Khouli no pa­rece necesario, pues éstos son de la dinastía I. La similitud puede deberse a una función semejante.

2 7 Martin, The Sacred..., n.° 1190, p. 94 y pl. 9. 2 8 Los ejemplares con fecha más precisa van de Sesostris II

a Amenemhat ni. Greene, Ancient..., p. 274.

215

tanto uno como otro han aparecido en estratigrafías del TPI.

De 4 (LXXHIo) y 58 (LXXIIIñ) se conserva la base con una parte del cuerpo. El primero es de pa­redes exvasadas ligeramente convexas; el segundo, por el contrario, es de D M junto a la base y paredes envasadas.

241 (LXXIIIf) presenta base de pie indicado y paredes exvasadas convexas. E l único paralelo a la base es una serie de vasos altos de borde plano con una proyección lateral muy resaltada que sirve para fijar la tapadera. Garstang publica un ejemplar sin pie indicado de un enterramiento de la dinastía XVIII 2 9; Pétrie y Greene los fechan en el TPI 3 0 . De cualquier manera la parte conservada de 241 no es suficiente para confirmar la identificación con este tipo. Cf. también infra § I.D.2.3, 162.

De 124 (LXXIIIh) se ha perdido la base, pero su forma no tiene paralelos con base inestable. Es un vaso cilindrico de paredes verticales rectas altas, li­gera carena en la parte superior del cuerpo y borde corto redondeado y engrosado al exterior. El asa es vertical, muy alargada, de sección romboidal asi­métrica, con la mitad superior más alta que la inferior; es una forma muy común en vasos cilindricos de paredes convexas31, pero no en los de paredes ver­ticales como en este vaso. Los paralelos posibles son muy arcaicos. Según Petrie el tipo deriva de los "ba-rrel vases" con asas, muy numerosos en Naqada a partir de la S.D. 71 y prácticamente desaparecido a comienzos de la dinastía I 3 2. E l parecido con algunos de los vasos de su lámina X V , en especial con 176, que presenta incluso el ligero estrechamiento bajo el borde, nos obliga a retener la posibilidad de este paralelismo, pero ha sido encontrado en una estra­tigrafía de fines del TPI o comienzos del s. VII a.C.

Los fragmentos 47 (LXXIVb) y 71 (LXXIVa) presentan el mismo caso que el anterior vaso.. Ambos

28 El-Arabah, p.- 13 y pi. XVIII; otro ejemplar de Abidos con pie indicado pertenece a un grupo de tumbas de las dinastías XVIII-XXII, pl. XXI.

3 0 Petrie, Stone.,., p.. Í3 y"pl. X X X V . Greene, Ancient..., p. 385.

3 1 Véanse los de el-Khouli, Egyptian..., Ill, pis. 48-53. 3 2 Petrie, Stone..., pl. X V , 169-176 y p. 6: no han aparecido

ejemplares en período dinástico salvo el 178 de Zaraby, que prolonga la forma hasta la dinastía VI.

son idénticos aunque de diferentes diámetros: paredes verticales rectas, muy ligeramente exvasadas, que terminan en un borde (en 47 exvasado) engrosado al exterior. Ambas presentan como decoración una mol­dura de motivo sogado por debajo del borde, lo que no aparece descrito en ningún vaso desde el Imperio Antiguo3 3. En la obra de Petrie aparece una serie de vasos cilindricos altos muy arcaicos con cuerpo li­geramente exvasado, borde engrosado vuelto al ex­terior y una moldura con soga por debajo de és te 3 4 . Las reservas a aceptar este paralelismo están en su cronología: S.D. 7 8 a S . D . 8 1 (dinastía I)35 más al­gunos ejemplares con esa decoración sogeada algo más tardíos que llegan hasta la dinastía V 3 6 .

I.D.2.3. Morteros

Formas troncocónicas, de base estable y paredes exvasadas rectas o, en algunos ejemplares, ligera­mente convexas. Se diferencian de los vasos tron-cocónicos bajos en su mayor tamaño, la mayor altura respecto al diámetro (VI más bajo), la presencia de asas y, sobre todo, en que la cavidad interior es pe­queña respecto a la altura de la pieza y de tendencia semiesférica, especialmente en el caso de los mor­teros de caliza.

Aún reconociendo que hacen su aparición con la dinastía XVIII, Petrie concluye que la forma regular parece comenzar con la influencia griega durante la dinastía X X V I , y que el asa es una guía útil para la datación 3 7 . Greene sigue esta última indicación de Petrie aportando otros ejemplos y establece las formas características del Imperio Nuevo, TPI y Baja Epoca 3 8.

Dos grupos claramente diferenciados:

Morteros de "alabastro" (120 - LXXIIIi, la base 85 - LXXIIIk, y con dudas 162 - LXXIIIj 3 9). Sus paredes son exvasadas muy ligeramente convexas, de

^'Qreene fecha esta decoración en la dinastía I si el motivo se ladea a la izquierda, y dinastías I-III, Con algunos ejemplos posteriores, si se ladea a la derecha. Ancient..., p. 261.

3 4 Petrie, Stone..., pl. VI, 10-11 y pl. VII, 16-30. 3 5 Petrie, Stone..., p. 4 y pl. XIII. 3 6 Greene, Ancient..., p. 261. 3 7 Petrie, Stone..., p. 15. 3 8 Greene, Ancient..., p. 382. 3 9 De este ejemplar sólo se conserva una mitad, con una sola

216

acuerdo con el tipo del TPI propuesto por Greene40—aunque son más anchos, sobre todo 120—, cronología que se corresponde también con la estratigrafía en que han aparecido en Heracleó-polis. Sus asas, en cambio, no parecen seguir el es­quema evolutivo propuesto por Petrie, pues ambos han aparecido en el mismo recinto y estrato y pre­sentan asas de perfil y sección muy diferente, lo que dificulta su uso para un estudio de la evolución ti­pológica de la forma.

Morteros de caliza (49 - LXXVIl lb , los bordes 103, 148 y 156 (?), y el galbo 115). Sus asas tienen formas originales: las de 49 son de perfil pentagonal y sección hexagonal, la de 103 trapezoidal; ambos casos difieren de los tipos propuestos por los autores mencionados más arriba.

76 es un asa de granito que puede corresponderse con las de los grandes morteros de este material, de paralelos bien conocidos41.

En la excavación de Anthes en Menfis aparecie­ron tres morteros de caliza que habían perdido, los

asa, que es igual a la de los vasos altos 907 y 908 de Petrie (cf. supra, § 14.1.2) y no se corresponde con la de ningún mortero conocido. No obstante, las paredes parecen cerrarse en una ca­vidad semiesférica, mientras que la de los vasos de Petrie alcanza toda la altura del cuerpo. Lo mantenemos por eso entre los mor­teros.

40 Ancient..., p. 382. 4 1 Algunos ejemplares enormes pueden verse en las ruinas

de las ciudades grecorromanas de El Fayum e incluso en los grandes templos tebanos (Luxor, Medinet Habu, etc.).

tres ejemplares, un fragmento de borde con una de las asas, extraña coincidencia que pone de relieve Bakry en la publicación 4 2 . Curiosamente, dos de los morteros heracleopoitanos carecen también de una de sus asas: 49, que apareció en la arena con que se cubrió el patio que precede la tumba 4, y 120, que apareció en una capa de arena de L37A, y cuyo borde fue hallado junto al muerto 890 en E . I. De cualquier forma la causa podría deberse a que un mortero tiene una base tan pesada que sólo por el borde puede romperse con facilidad, sin necesidad de explicacio­nes rituales o simbólicas.

I.D.3. Fragmentos de vasos

I.D.3.1 Bordes

92 y 249 son fragmentos de grandes vasos de caliza. No pueden ser morteros pues la cavidad in­terior de éstos es de paredes cóncavas, y en los dos galbos analizados las paredes son verticales al exte­rior y al interior.

I.D.3.2. Galbos

72 y 90 - LXXIVh son galbos de "alabastro" de paredes verticales; 90 presenta asas con prolongación inferior, de lo que resultaría una forma para la que no he encontrado paralelos. Desafortunadamente el fragmento es demasiado pequeño y no da la forma completa.

4 2 En Anthes, Mit Rahineh. 1955, p. 45 y pl. 28a y 28c.

217

II. FORMAS CERRADAS

II.A. F O R M A S C E R R A D A S BAJAS

II.A. 1 Botellas bajas de base inestable (?)

Las botellas bajas están incompletas, han perdido la base, pero por la inclinación de las paredes y los paralelos conocidos ésta puede ser inestable en 125 - LXXIXa y 230 - LXXLXb. Ambas son ejemplares pequeños, de ' 'alabastro'', de cuerpo esférico y borde vertical recto muy corto biselado al interior. Son li­geramente achatadas en los hombros y por la incli­nación de las paredes parece que también en la base; de cualquier forma ésta no podía prolongase tanto como para convertirlas en botellas con VI esférico. Su forma recuerda la de los vasos-nw, tan frecuentes en infinidad de estatuas y escenas de ofrenda en re­lieves.

corresponde al material sobre el que se ha realizado. La pérdida del borde nos priva de un elemento im­portante para fecharlo con precisión. El-Khouli pre­senta varios ejemplares de perfil muy similar que van desde la dinastía I a la III43, pero tal vez el paralelo más cercano sea un vaso sin borde hallado en el templo solar de Sahure y que ha sido fechado en la dinastía V 4 4 .

221 - LXXIXc es una forma grande, de paredes envasadas convexas, borde vertical y labio plano en­grosado al exterior. Su borde está mucho más de­sarrollado que el de los ejemplares que presenta Petrie de las dinastías I-VI 4 5. Todos éstos son de base es­table, razón por la que se ha preferido incluir la pieza en este apartado.

II.A.2 Formas cerradas bajas de base estable

184 - L X X I X d es un recipiente de base estable plana, paredes exvasadas convexas y hombro plano realizado en diorita. Su factura es cuidada, como

4 3 2183 (dinastía III), independientemente de su borde; 2193-2199, especialmente éste último, de la dinastía III. Parece per­cibirse una tendencia a aumentar el diámetro de la base en los más recientes. El-Khouli, Egyptian..., pp. 319-321; pls. 81-82.

4 4 Borchardt, Sahure..., fig. 159, 1. 4 5 Petrie, Stone..., pl. XXVI.

219

II.B. F O R M A S C E R R A D A S E S F É R I C A S

II.B.l. Botellas esféricas

Las botellas de este grupo están muy incompletas, por lo que su inclusión ha de tomarse con precaución.

De 118 - LXXIXe sólo conservamos el borde con los hombros. Es un ejemplar con cuerpo de tendencia ovoidal (?) o globular, de paredes gruesas, cuello vertical recto y corto decorado con molduras y borde horizontal de boca amplia y labio en arista al exterior.

127 y 202 son galbos con cuerpo ovoidal, posi­blemente con D M en la base, que son muy frecuentes en el Imperio Nuevo.

U . C . F O R M A S C E R R A D A S A L T A S

I I . C . l . Cantimploras

Son recipientes de cuerpo esférico o de tendencia globular con cuello de paredes verticales o exvasadas cóncavas, borde engrosado al exterior de labio re­dondeado y asas que unen la parte superior de los hombros y el cuello. Su VI es esférico o globular en función a la altura del cuello.

Petrie proporciona algunas indic :es intere­santes: el tipo es extraño a Egipto y aparece en torno al reinado de Tutmosis III o quizás antes, traído con cierta probabilidad de Chipre. Las más antiguas eran esféricas, pero el cuello y el cuerpo se alargan en los ejemplares de la dinastía XIX 4 6 . Del cementerio C de Sedment procede el ejemplar con fecha más reciente en la bibliografía consultada, dinastías X I X - X X 4 7 .

II.C.1.1. Cantimploras de cuerpo esférico

Son conocidas como "botellas de peregrino": 160 - LXXIXk y 189 - LXXIXj con asas y arranque de cuello; 199 - LXXIX1 con un cuello relativamente

4 6 Petrie, Stone..., p. 14. 4 7 Petrie/Brunton, Sedment II, pp. 32-33, tumba 2020,

pl. LXVI, 8.

ancho para esta forma y que no ha conservado las asas; 77, 174 y 200 son galbos identificables por su cuerpo esférico. Se hallaron en un contexto del TPI avanzado.

II.C.l.2. Cantimploras de cuerpo lenticular

Un cuerpo con esta sección no es inhabitual en las botellas esféricas de cuello alto chipriotas o sus imitaciones egipcias del Imperio Nuevo4 8, y es uno de los rasgos definitorios de las "botellas de Año Nuevo" en la descripción de Blanquet49, lo que no implica que los ejemplares heracleopolitanos (2 -L X X I X m , 8 - LXXIXn y 9 - LXXIXñ) lo sean50. Ninguna de las tres ha sido realizada tallando dos mitades verticales; en consecuencia la cavidad inte­rior ha sido horadada desde la boca, lo que obliga a que sea circular, y no lenticular como el exterior del cuerpo.

En uno u otro grupo se puede incluir un fragmento de cuello (13 - LXXIXi) con arranque de asas a media altura que perteneció segurarr t a una cantimplora.

II.r.? ootellas globulares51

Su datación es amplísima, y aún no se ha reali­zado un estudio que intente determinar cuál es la evolución cronológica de las formas, si es que existe52. Aparecen en el Imperio Medio. De la di­nastía XVII es la caja de ungüentarios de la reina

4 8 Merrillees, The Cypriote..., tipo IV A y B, p. 203, pls. XVIII, XIX, XXIV, XXV.

4 9 Blanquet, Ahmosiades..., p. 49. 5 0 Tienen asas —lo que es excepcional en las botellas de Año

Nuevo—, no tienen inscripción que los identifique como tal —salvo si ésta fue escrita a tinta y se ha perdido— y en el caso de 8 y 9 su cronología es posiblemente anterior a la dinastía saíta, pues proceden de la tumba 1.

5 1 En castellano existe ya una larga tradición de llamar "ur­nas" a este tipo de botellas que aparecen con relativa frecuencia en las necrópolis fenicias de la costa andaluza. Sin embargo, este nombre hace referencia más al uso que se les da —recipientes para las cenizas del difunto— que a su tipología.

5 2 A ese respecto, el estudio de von Bissing, Studi Etruschi XIII y XIV es ya a todas luces insuficiente, dadas sus limitaciones cronológicas (de la dominación persa a la romana) y el volumen de material aparecido con posterioridad.

220

Mentuhotep, con botellas globulares de D M en el tercio central del cuerpo y entre los que hay ya formas tan conocidas como los alabastrones53. Tienen una larga perduración, pues un ejemplar de diámetro muy amplio en el tercio inferior del cuerpo, orejetas en los hombros y boca ancha está inscrito a nombre del rey persa Jerjes (s. V a.C.) 5 4 .

II.C.2.1. DM en el tercio superior del cuerpo

Los ejemplares heracleopolitanos (11 - L X X X d , 100 - L X X X e , 109 - L X X X f , 192 y 193 - LXXXc) podrían emparentarse con las hebenet jars de la ti­pología de Padró. Según este autor, el tipo es muy común en cerámica y se pasa a piedra desde la dinastía XVIII, pero tiende a desaparecer en Baja Época (en la que él incluye el TPI) 5 5. Un paralelo cercano es una de las jarras de la necrópolis de Tanis, la n.° inv. 331, de la tumba de Psusenes56, de un tamaño mucho mayor, asas verticales más grandes y colocada sobre un anillo.

II.C.2.2. DM en el tercio central del cuerpo

Se pueden establecer tres grupos según la anchura de la forma, es decir la relación entre diámetro y altura:

— VI globular. Escasos, el único seguro es 27 -L X X X a , pues conservamos la forma completa; los galbos con asas 57 y 185 se asocian por similitud.

— VI alto. Son los más frecuentes: 6 - L X X X h , con cuatro asas, 7 - L X X X i , 166, 182, 195 - L X X X j y 235 - L X X X k , el borde 132 - L X X X g , la base 149 y el borde 106 - L X X X m (sin cuello) se han sumado a este tipo por similitud de forma. 7 es similar a 24.15 de Almuñécar, procedente de una de las tumbas que fueron excavadas por Pellicer. Padró fecha la tumba en la segunda mitad del s. VIII, aunque él

5 3 Mentuhotep era esposa de un tal Djehuty, señor de Tebas en torno al 1600 a.C. El tamaño de estos primeros ejemplares es pequeño, entre 8,3 y 12,1 cm de altura. Schoske, Schönheit..., pp. 78-79.

5 4 Scott, Ancient..., p. 145. 5 5 Padró, Egyptian-Type... III, p. 80. 3 6 Montet, Tanis II, p. 93 y pi. LXII.

considera el recipiente muy anterior, de los siglos IX-VIII a .C. 5 7 .

— VI esbelto. No conservamos ninguna forma completa, pero los bordes (o galbos con asas) 29 -L X X X I , 65, 104 - L X X X ñ y 231 - L X X X o y los galbos 14 y 60 resultan cercanos a los típicos ala­bastrones de cuerpo esbelto y orejetas en la parte baja de los hombros. 237 - LXXXIk es un galbo de cuerpo esbelto que podría también relacionarse con esta for­ma.

II.C.2.3. DM en el tercio inferior del cuerpo

No ha aparecido por ahora ningún ejemplar com­pleto de esta forma, con base estable, relativamente común en el Imperio Nuevo. A l no tratarse más que de fragmentos no se puede tener la completa segu­ridad de su adscripción a uno u otro tipo, salvo quizás 126 - L X X X n , y con dudas por estar incompleto.

El problema es mayor con los galbos (12, 82, 107, 180 y 223) pues la parte superior podría ser la que yo interpreto como inferior. Sin embargo no co­nozco botellas ovoides de base tan apuntada como resultarían si se les diese la vuelta. Por el contrario, entre los ejemplares de base estable existe gran va­riedad en la inclinación de las paredes. Véanse, por ejemplo, los vasos egipcios aparecidos en Kamid el Loz (Líbano), muy distintos a pesar de ser todos ellos coetáneos 5 8 . E l VI es alto en todos aquellos a los que se ha podido calcular.

Esta forma no parece frecuente en el TPI. Un caso destacado es el de una de las urnas cinerarias recientemente reaparecidas en Almuñécar, que per­teneció a una de las tumbas de Laurita y debe de datar del mismo momento que los otros recipientes59.

II.C.3. Fragmentos de formas cerradas altas

— Cuellos (15, 83 - L X X I X g , 110 - LXXIXh y 233) con paredes exvasadas cóncavas y borde plano de labio redondeado engrosado al exterior. Ninguno

5 7 La tumba contenía dos enócoes de engobe rojo que son las que la fechan, además de su posición en la necrópolis. Padró, Egyptian-Type... III, pp. 82-83.

5 8 S. XIV a.C. Hachmann, Kamid..., pl. 10. 5 9 Molina/Padró, Almuñécar..., p. 45, vaso n.° 3.

221

de ellos presenta restos de un asa. Pudieron formar parte tanto de cantimploras —si se ha perdido el arranque de las asas—como de vasos globulares.

— Bases redondeadas (17, 28, 133 y 141) de botellas globulares de diámetros variados.

— Galbos:

Fragmentos sin arranques de asa o de borde, lo que imposibilita reconocer si el D M está en el tercio superior o en el inferior del cuerpo: 16, 19, 89, 135, 142, 197, 198, 201, 209 y 243.

Fragmentos en los que lo único que puede re­conocerse es que formaron parte de botellas globu­lares, sin posibilidad de especificar ni su diámetro ni el eje de simetría que permitiese suponer dónde se situaba el D M : 64, 87,123, 129, 130, 134,139,154, 164, 206, 212, 219 y 226.

II.C.4. Formas cerradas altas carenadas

La cavidad interior de los tres ejemplares es pe­queña, de la misma anchura que la boca y cerrándose en profundidad, lo que les daba una escasa capacidad.

— 21 (LXXIXp). Recipiente de base estable pla­na, paredes exvasadas rectas, con carena redondeada en el tercio superior del cuerpo y borde vertical del­gado de boca ancha. Cavidad interior pequeña, de apertura máxima en la boca. Existe una forma cercana en el catálogo de Petrie, la 454, de cronología dudosa. La lámina en que se recoge reúne las "barrel forms" de la dinastía I, pero en su texto descriptivo no se menciona este ejemplar, y en el catálogo no se le da un número de S.D. como a las demás formas, sólo se menciona que es de "alabastro". Petrie debía pues de tener dudas respecto a la adscripción de esta pieza concreta a la dinastía tinita60. La pieza, procedente de la tumba 3, tendría que fecharse como temprano en el TPI, pero siempre cabe la posibilidad de que sea una reutilización.

— 22 (LXXIXq). Recipiente de base inestable, paredes envasadas convexas, carena redondeada en

la parte superior del cuerpo y cuello de paredes ex­vasadas rectas y borde plano. En éste presenta dos apéndices semicirculares verticales con pequeño ori­ficio por debajo del borde del cuello, que servirían para sujetar una tapadera. Pico vertedero horizontal de sección trapezoidal.

La forma podría tener sus precedentes en reci­pientes metálicos, como el de una tumba tebana de inicios de la dinastía XVIII 6 1 . Del reinado de Ame-nofis III ha aparecido un vaso de cuerpo similar en Sedment62. Greene señala además otro ejemplar de las dinastías XVIII-XIX del cementerio de Bailas6 3. Ninguno de estos paralelos presenta pico vertedor64, y los de piedra tienen mayor tamaño y borde engro­sado al exterior sobre el que se sitúan dos asas ver­ticales, lo que los hace bastante diferentes al ejemplar que estudiamos. No obstante, éste puede ser una evo­lución de la forma mencionada; la cronología del lugar de hallazgo, el interior de la tumba 3, le permite ser el producto de una adaptación tardía de la forma del Imperio Nuevo. Sus fragmentos aparecieron en varias cámaras lo que puede indicar que formaba parte del ajuar inicial, revuelto en las reutilizaciones posteriores.

— 55 (LXXIXo). Recipiente de base estable, pa­redes exvasadas rectas, carena redondeada, hombros rectos. Cuello corto de paredes cóncavas engrosado al exterior. Cavidad interior profunda pero estrecha. Se puede pensar en un bote de kohol, por el tamaño y la forma del cuerpo y de la cavidad interna, a pesar de sus variaciones respecto a la forma tradicional65. No podemos asegurar que la pieza esté completa; el borde está muy erosionado, pero su ausencia puede deberse a que éste fuera una segunda pieza pegada al cuerpo, lo que no es infrecuente66.

6 1 Hayes, The Scepter... U, p. 65, fig. 34. 6 2 Petrie/Brunton, Sedment U, p. 25 y pl. LXI, 72. 6 3 Greene, Ancient..., p. 381. 6 4 Petrie publica un ejemplar de bronce de la dinastía XIX

aún más semejante a 22 que el del Metropolitan Museum y que aún carece de pico. Stone..., p. 30 y pl. XLIII, 114.

6 5 No tiene anillo en la base, que suele estar presente, aunque no siempre; las paredes son muy abiertas hasta la carena y rectas; ésta es más baja y los hombros más inclinados que lo habitual; y, sobre todo, el cuello es alto y envasado, con un ensancha­miento del que carecen los otros botes de kohol típicos.

6 6 Véanse, por ejemplo, los botes de kohol con borde pegado reproducidos en Kemp/Merrillees, Minoan..., fig. 41.

222

6 0 Pétrie, Stone..., p. 20 y pl. X X V , 454.

II.C.5. Botellas esféricas / globulares de cuello alto (?)

Hay un grupo de fragmentos (37, 39 - LXXIVc y 51 - LXXIVd) de difícil interpretación: paredes verticales rectas de borde redondeado, que creo que pueden considerarse los cuellos de formas cerradas de cuerpo esférico o globular y cuello alto y ancho. El grosor de las paredes se reduce en su parte inferior interna, tal vez anunciando el ensanchamiento de la cavidad del cuerpo globular. A l disponer sólo del cuello no podemos reconstruir el cuerpo e imposi­bilita encontrar paralelos exactos. La cronología de esta forma está centrada en el Imperio Nuevo 6 7, aun­que también apareció un ejemplar con variaciones en la necrópolis de Tanis6 8.

II.D. F O R M A S C E R R A D A S E S B E L T A S

Una de sus características comunes es el cuidado con que han sido talladas: las paredes en la mayoría de los ejemplares son muy delgadas, lo que las haría traslúcidas cuando estaban nuevas. Se trata en todos los casos de piezas de prestigio.

II.D.l. Anforillas

Vasijas de paredes exvasadas convexas, rectas en el tercio superior del cuerpo, de escaso grosor, D M en la carena, que es alta y muy marcada, hombros poco inclinados, cuello corto de borde ligeramente

6 7 Según la forma que pudiera tener el cuerpo, la cronología puede ser muy variada, pero siempre dentro del Imperio Nuevo: Amenofis I - Thutmosis III si el vaso globular de cuello ancho con pie; Thutmosis III - dinastía X X si tiene además dos asas de anillo transversales en vertical sobre los hombros; dinastías XVIJJ-XX si es de base estable y un solo asa vertical entre hombros y cuello. Petrie, Stone..., p. 13 y pl. XXXIII, 846-859; XXXIV, 879, 883-885, y X X X V , 909. Greene, Ancient..., 370, 372-373, 375. Todos los ejemplares representados presentan bor­de engrosado al exterior, lo que no es el caso de los cuellos estudiados.

6 8 Jarra n.° inv. 637 de la cámara de Mutnedjemi con ajuar de Amenemope. Montet, Tanis U, p. 165 y pl. CXXIX.

exvasado y boca estrecha (20 - LXXXIc , 178 -LXXXIa y 190 - LXXXIb). VI imposible de hallar con exactitud, pues se ha perdido la base en todas. Las asas, a la altura de los hombros, son muy dife­rentes en los tres casos: en 20 son casi orejetas ma­cizas, con un pequeño orificio en la zona de contacto con el cuerpo del vaso; 178 presenta un asa mera­mente decorativa, es un simple ensanchamiento del perfil; en 190 es un anillo vertical con prolongación inferior.

Su forma está inspirada en la de las ánforas ca-naneas usadas en el tráfico comercial, imitando por tanto contenedores de mercancías prestigiosas. Han aparecido ejemplares repartidos por todo el Medite­rráneo, de tamaños muy variados. La cronología de estas piezas se inicia en la dinastía XVIII 6 9 , pero son especialmente frecuentes en el TPI: de Osorkón I 7 0 a Takelot III71y Piye en la necrópolis de el-Kurru 7 2, fechas que se pueden corresponder con las aquí pre­sentadas. Las encontradas en el sur de la Península ibérica pueden considerarse realizadas también den­tro de estos l ímites 7 3 .

II.D.2. Botellas

II.D.2.1. Botellas ovoides

Formas cerradas altas (25 - LXXXIh y 168 -LXXXIg; el VI de 25 es de 56, por lo que no llega a esbelto, pero está muy cercano) de base apuntada, cuerpo ovoide, D M en el tercio superior del cuerpo y hombros redondeados. 25 y algunos paralelos en­contrados son de cuello con paredes exvasadas rectas y borde plano mientras que 168 presenta un cuello

w Greene, Ancient..., p. 374, tipo b, de formas más redon­deadas y más ancho.

7 0 Gran ánfora encontrada en la cámara III, de Takelot II, en la tumba de Osorkón II. Montet, Tanis I, p. 82 y pl. XLVI.

7 1 Gran ánfora aparecida en las excavaciones de Asur a su nombre cuando aún era príncipe, por tanto anterior a 754 a.C. Culican, Levant II, pp. 29-30 y pl. XXVIIa.

7 2 Ánfora en la tumba de una de sus esposas, del segundo cuarto del s. VIL Dunham, The Royal..., p. 89.

7 3 Barbate: Culican, Levant II, p. 30 y fig. 1. Almuñécar: Padró, Egyptian-Type... UI, ánfora 24.09, pp. 73-76 y pl. LXXXVÜT; ánfora 24.14, pp. 81-82 y pl. XCVI.

223

excepcional de paredes envasadas. Su forma es muy similar a la 875 de Petrie, fechada aproximativamente en la dinastía XVIII 7 4 . En Matmar ha aparecido un ejemplar que Brunton ha fechado en el TPI, que es la cronología que podrían tener estas botellas, pro­cedentes de la tumba 3 y E . I.

165 podría ser un cuello de botella similar al de 25.

II.D.2.2. Botellas fusiformes

Recipientes cerrados esbeltos de cuerpo fusiforme con base inestable apuntada, sin hombros, cuello an­cho y alto, envasado o vertical, de paredes cóncavas o rectas y borde exvasado o cóncavo (30 - LXXXIe , 80 - L X X X I d , 203 - L X X X I f y 215, y los galbos 40 y 21375). Dos de los ejemplares están decorados con una moldura en la parte alta del cuello de sección semicircular en 80 y triangular en 203.

Petrie presenta una botella similar, la 843. Sin embargo no da su procedencia y en su comentario se refiere a su similitud con formas de mediados de la dinastía XVIII 7 6 , pero realizadas en cerámica. El paso de la forma de arcilla a la de "alabastro" o fayenza pudo ser coetáneo o más tardío, y en nuestro caso, 80 y 203 están asociadas a material cerámico de ini­cios del s. VII a.C.

II.D.2.3. Botella esférica de cuello alto

Recipiente cerrado esbelto (26 - LXXIXf) de cuerpo esférico ligeramente achatado en la base, pa­redes muy delgadas y asa única (con seguridad, pues se conserva el cuerpo completo). Tanto el cuello como el asa se han perdido, pero podemos suponer cómo eran por los numerosos paralelos que se han

7 4 "The small forms 873 to 876 are not dated, and are only tentatively placed here". Petrie, Stone..., p. 13.

7 5 Sólo podemos adscribir a esta forma los galbos de cuellos, por sus características paredes cóncavas. Entre los galbos de formas globulares pueden encontrarse fragmentos del cuerpo de estas botellas, que no son diferenciables de los de aquéllos. Las botellas a las que pertenecieron estos galbos de cuello podían ser de base inestable, como 30, o de base estable, como la 944 de Petrie, de cronolog ía insegura: Stone..., p. 14 y pl. XXXVJJ, 944.

7 6 Petrie, Stone..., p. 13 y pl. XXXIII, 843.

encontrado en Egipto: cuello estrecho muy alto con asa vertical de anillo que une los hombros con la base del cuello y borde exvasado, un tipo que imita las botellas de cerámica de origen chipriota con forma de cápsula de adormidera. Aunque el pie cóncavo o anillo en la base es un elemento habitual, Merrillees presenta también algunos ejemplares egipcios de "alabastro" sin é l 7 7 .

Algunos de los cuellos con borde citados en § II.C.3. pueden corresponder a botellas de este tipo.

II.D.3. Bases de formas cerradas esbeltas

Un pequeño grupo de bases (93 - L X X X I m , 153 - L X X X I i , 159 - L X X X I j , 187 -LXXXI1) podría aso­ciarse a este tipo de formas cerradas esbeltas más que a las botellas globulares78, pues son muy apuntadas. 159 presenta un pie semiesférico estrangulado, 187 es de base apuntada y cuerpo vertical, y pudo formar parte de un vaso del tipo conocido como "torpedo" cuyos paralelos presentan una cronología centrada en el TPI.

II.E. F O R M A S C E R R A D A S C O M P U E S T A S

Tallar por separado dos piezas distintas que des­pués se pegan es un sistema bien conocido para rea­lizar paredes muy finas en formas cerradas de boca con escasa apertura79. En Heracleópolis han apare­cido fragmentos de dos vasos así tallados:

— 68 (LXXXIv) y 73 (LXXXIu) son dos frag­mentos de lamprófido que aparecieron muy cercanos el uno del otro. Son de factura cuidada con paredes delgadas y superficies interior y exterior pulidas. 68 tiene paredes exvasadas rectas y borde plano, mien­tras que 73 es un galbo con pared exvasada, carena muy alta, hombros horizontales y cuello exvasado.

7 7 Merrillees, The Cypriote..., pls. X X X V y XXXVI. 7 8 154 y 160 podrían incluso pertenecer a vasos abiertos de

base inestables como los citados supra, § I.D.2. 7 9 Véanse, por ejemplo, Vandier d'Abbadie, Catalogue...,

485 (p. 119) y 570 (p. 132).

224

Creo que podrían pertenecer a una forma cerrada con dos carenas, la inferior a la altura del D M del cuerpo, que correspondería con el borde plano de 68 y la superior con la de 73.

— 224 (LXXXIt). Cuello vertical de forma ce­rrada, moldurado, de borde plano amplio con labio engrosado al exterior. El pulido del borde inferior, tan cuidado como el del superior, muestra que aquel no es una rotura sino un borde intencional al que se pegarían las partes inferiores. Una pieza igual, aun­

que de tamaño mucho mayor ha aparecido en Kerma, en un conjunto en el que hay recipientes desde el Predinástico hasta el SPI aunque Lacovara lo fecha en el Imperio Medio 8 0.

— También hay que mencionar aquí una forma abierta, el cuenco 229 (c/. supra, § I.C.2.1) que ha sido realizado en dos piezas, la base plana y las pa­redes, después pegadas.

Lacovara, Egypt..., fig. 5 d.

225

III. FORMAS ESPECIALES

III.A. T A P A D E R A S

La forma de estas piezas (52 - LXXXIo , 70 -LXXXIs , 98 - L X X X I q , 175 -LXXXIp y 176 -LXXXIr. 188 podría ser tapadera o paleta de "ala­bastro") responde a su funcionalidad: cubrir la boca de la vasija, abierta o cerrada, para la que fueron realizadas. Tienen por tanto elementos comunes que responden a esa función más que a influencias o evo­luciones cronológicas. Ninguna presenta un botón en la pared externa para su aprehensión, ausencia ca­racterística de las tapaderas que se realizan en Egipto. Contamos con varios tipos:

— Las formadas por una tapadera plana de pared ligeramente curvada en algunos casos y botón más o menos amplio en la base que forma un resalte inferior para encajarlo en la boca del vaso para el que fueron realizadas (70, 98 y 176).

— Un ejemplar con borde carenado y biselado al interior, que simplemente se colocaba sobre la boca, sin encajar en ella (175).

— Gran tapadera de caliza, convexa, con paredes laterales en el reverso que forman el resalte para que encaje en la boca (52). Decoración incisa de círculos concéntricos agrupados en dos pares. De la misma

forma y diámetro, aunque de caliza y con un motivo decorativo diferente —flor de ocho pétalos azules y rojos— es la tapadera aparecida en la tumba Z de la excavación de Anthes en Menfis. La cronología de este enterramiento parece ser de la dinastía X X I 8 1 . Esta tapadera se utilizó para un jarro de calcita, lo que indica que no tenían que ser necesariamente del mismo material. En consecuencia, esta tapadera pudo haber sido realizada para una vasija de un material distinto a la serpentina.

III.B. P L A C A (?)

67 (LXXXIñ) es un fragmento de pared plana de bordes convexos ligeramente rebajados hacia el vér­tice. Realizada sobre una caliza de grano fino, se ha realizado con un trabajo cuidado. Podría formar parte de una tapadera cuadrangular o pared de píxide cú­bica, o de una placa.

8 1 Fischer, en Anthes, Mit Rahineh. 1955, pp. 15-16, fig. 1A.3*.

227

ffl.C. P E R C U T O R E S

Dos ejemplares incompletos, 138 (LXXXIn) y 167, de los que se ha perdido el extremo percutor y conservamos sólo el mango. Son piezas troncocó-nicas de sección circular y uno de los extremos re­dondeados, con el arranque de la parte inferior más ancha.

Se han publicado varios ejemplares completos: C G C 18255, que procede de el-Hiba8 2; otro sin pro-

Bissing, Steingefasse, p. 41.

cedencia y cuya cronología ha de suponerse la de la lámina: segunda dominación persa y ptolemaica83, etc. Los ejemplares de la necrópolis heracleopolitana podrían considerarse del TPI por su situación estra-tigráfica.

8 3 Petrie, Stone..., p. 25 y pl. XXXVIII, 980. Vandier d'Ab-badie también muestra otros completos, pero sin procedencia: Catalogue..., pp. 138-140, figs. 593, 594 y 596.

228

IV. MATERIALES

Este capítulo ha de tomarse con precaución, pues no ha sido posible hacer examinar las piezas por un geólogo ni analizar láminas delgadas, al menos de una muestra, única posibilidad de tener la seguridad respecto a la materia prima.

R O C A S Í G N E A S

Gabro. Plato 121, tallado en un gabro de color oscuro que carece de la plagioclasa clara que da a esta roca su aspecto bicolor más tradicional, pero con la textura de grano grueso característica. Greene res­tringe su uso para recipientes a la dinastía IV 8 5 , pero la forma de este plato y la estratigrafía en que ha aparecido lo data en el último milenio de la civili­zación egipcia.

8 4 Utilizo la terminología en castellano de la traducción de la obra de Pellant Rocas..., salvo cuando la tradición egiptológica ha creado ya otro nombre, y en ese caso lo escribo entre comillas y explico si es incorrecto. En cuanto al reparto de rocas según su naturaleza, mantengo el que ha realizado B. Greene, An­dera..., passim.

8 5 Greene, Ancient..., p. 25.

Granito rosa. Material frecuente para formas abiertas de gran tamaño como el recipiente al que pertenecería el asa 76.

Diorita. 91, 169 y 172 son bases de color gris azulado, en las que los minerales se presentan en un bandeado cercano al de las rocas metamórficas. 184 es una forma cerrada baja, de color más oscuro que los anteriores.

Basalto. Platos 1, 24 y 255. Según Lucas no hay evidencias del uso de las canteras de basalto en torno a E l Cairo excepto en E l Fayum 8 6. De ellas podrían proceder estos ejemplares de la cercana Heracleó-polis. Aunque el uso más amplio de esta roca está atestiguado en el período predinástico, se encuentra algún recipiente hasta el I milenio a .C 8 7 , como los presentados aquí.

"Pórfido". E l término que se utiliza en Egipto­logía se refiere menos a una roca concreta que a la estructura geológica de algunas rocas ígneas en las que los fenocristales, rectangulares y de un tamaño pequeño y medio están cementados en una matriz homogénea de otro color. En el caso de los tres ejem-

8 6 Lucas/Harris, Ancient..., pp. 61-62. 8 7 "Post-New Kingdom", Greene, Ancient..., pp. 47-48.

229

piares estudiados, 155, 221 y 232, la matriz es os­cura, casi negra.

Lamprófido. Ambos fragmentos, 68 y 73 pueden proceder de un mismo recipiente cerrado tallado al menos en dos mitades. La roca elegida es de color negro brillante y la textura es de grano muy fino.

R O C A S SEDIMENTARIAS

"Esquisto". Este nombre es incorrecto según Greene. La roca sobre la que están hechos los objetos egipcios (vasos, paletas, estatuas) es "siltstone" (piedra de silt)88. A pesar de su popularidad para la escultura, en especial en Baja Época, los recipientes de "esquisto" son escasísimos tras las primeras di­nastías. Esto añade interés a los dos ejemplares de esta excavación, el cuenco semiesférico 44 y la pe­queña tapadera 98.

Caliza. Bajo esta denominación común se reúnen distintas variedades claramente identificables, que han aparecido en una proporción muy alta, 23,52% de los estudiados.

3, 102, 147 y 181 son de una caliza amarilla de grano muy fino y compacto. Las cuatro piezas son formas abiertas (tres platos y un cuenco) de factura muy cuidada, lo que indica una cierta relación entre materia y forma.

62, 66 y 224 (?) son de una caliza muy compacta de color salmón. Podría tratarse de una calcoarenita.

43 y 186 son de la rnisma forma y la misma materia, una caliza compacta de color pardo.

173 es un gran cuenco de caliza fosilífera.

E l resto es de color blanco, amarillento o de dis­tintos tonos de color gris: 5, 23, 48, 49, 67, 69, 75, 81, 84, 86, 92, 96, 97, 99, 101, 103, 105, 108, 113, 114, 115, 116, 117, 143, 148, 150, 151, 152, 156,

8 8 Ella rechaza los términos "schist" (esquisto), "slate" (pi­zarra) y "greywacke" (grauvaca), que se le han dado en la literatura egiptológica. Greene, Ancient..., pp. 79 y 161. Tomo el término castellano de la traducción de la obra de Maresch/ Medenbach, Rocas, pp. 162-163.

177, 179, 183, 204, 205, 210, 214, 220, 222, 225, 238, 242, 245, 246, 247, 248, 249, 251, 252, 253, 254.

' 'Alabastro''. La gran mayoría de los recipientes aparecidos en las campañas de la M A E en Heracleó-polis Magna (175, el 68,62% de los estudiados) han sido tallados en esta roca blanda.

La denominación es problemática, de modo que he optado por mantenerme fiel a la tradición, aún sabiendo que no es correcta. E l termino "calcita" es erróneo, pues ésta es el mineral, no la roca. Díaz Rodríguez recomienda que se añada a "alabastro" el adjetivo "calcáreo", para distinguirlo del "ala­bastro yesoso", que es, en términos geológicos , el verdadero alabastro89. Greene define aquel como "travertino"90, pero el uso de este término —si se acepta— puede ocasionar confusión mientras no se generalice. Por otra parte como no se ha procedido a diferenciar en el estudio entre "carbonato de cal­cio" y el verdadero alabastro91 —si es que hay algún ejemplar de és te— hemos preferido mantener el tér­mino tradicional englobando ambas rocas.

Las razones para el alto porcentaje de recipientes de "alabastro" son varias: por una parte, la facilidad de su trabajo por su baja dureza, que es un aspecto que siempre ha primado para su elección como ma­teria prima; por otra parte, puede haber también un motivo de orden local: la proximidad de las canteras situadas en los uadis al este de Maghagha (uadi el-Sheikh, uadi Sannur, uadi Muathil)9 2, en el último de los cuales el Servicio de Antigüedades de Beni Suef ha iniciado actividades arqueológicas y de pro­tección en una zona con indicios de trabajos de ex­tracción antiguos.

Brecha. La botella globular 195 está tallada en una brecha compuesta por fragmentos calcáreos de

8 9 Díaz Rodríguez, Boletín Museo Arqueológico Nacional, pp. 102-103.

9 0 Greene, Ancient..., pp. 108-120. 9 1 La diferenciación se basa en el índice de dureza: el del

"alabastro calcáreo'' es de 3 en la escala Mohs y el del' 'alabastro yesoso" de 2, y en que éste no reacciona ante el ácido clorhídrico. No obstante, en esta primera fase del estudio nos hemos centrado en los aspectos tipológicos y contamos realizar en un futuro un análisis de carácter petrográfico del conjunto del material pétreo.

9 2 Klemm, LdA, V, col. 1278.

230

color amarillento en una matriz de color rojo. Los últimos ejemplares fechados realizados sobre esta materia corresponden al Imperio Nuevo. E l vaso de la E . I prolongaría el empleo de esta roca en varios siglos (si no es una reutilización).

R O C A S M E T A M Ó R F I C A S

Serpentinita. Éste es el nombre correcto de la roca compuesta por minerales del grupo de las serpentinas —que se usan erróneamente para denominar también la roca—. Los tres ejemplares conservados son de color gris (52) y verde (170 y 171), los tradicionales en los recipientes egipcios de este material.

En conclusión, podemos comprobar cómo la ma­teria influye sobre la forma final del objeto tallado: Sobre piedras ígneas sólo han aparecido formas abier­tas —aunque en otros períodos y lugares también se utilizasen para formas cerradas—. El "alabastro" se ha utilizado de modo que sus bandas sean perpen­diculares al eje vertical de los recipientes. La caliza es una piedra fácil de encontrar en el valle del Nilo

y blanda, lo que facilita su tallado y que sea utilizada para objetos de menos prestigio: muchos recipientes de caliza no presentan un acabado cuidado, sobre todo en el exterior, innecesario para objetos de uso en tareas cotidianas, aunque el interior siempre está bien pulido. Cuando encontramos un cuenco como 105, en que el exterior está más cuidado que el in­terior, podríamos dudar de su utilización en tareas cotidianas, pues es éste el que interesa para su uso y no aquel.

No existe la fantasía de formas que caracteriza a la cerámica egipcia, siempre por imposición de la materia. Por el contrario, se mantiene en algunas piezas el espíritu de superación que ha caracterizado a la civilización egipcia, realizando obras con cierta dificultad técnica, como las paredes muy delgadas de 4, o la boca cerradísima a través de la cual se talló el interior de algunas formas globulares como 7 y 11 o el anforilla 20.

El porcentaje de uso de rocas se inclina por com­pleto hacia las sedimentarias, el 93,31 %, frente al 5,46 % de las ígneas y el 1,17 % de las metamórficas. No se trata tan sólo de su abundancia en Egipto o la facilidad para su extracción, sino también de eco­nomía de trabajo: las rocas sedimentarias, más blan­das, son mucho más fáciles de tallar.

231

CONSIDERACIONES FINALES

A l término de esta revisión tipológica de los re­cipientes pétreos aparecidos en las excavaciones de la M A E en Heracleópolis Magna, encontramos una gran variedad de formas que podemos atribuir al TPI - primera mitad del s. VII a.C. La publicación de la estratigrafía del yacimiento permitirá aproximar un poco más su cronología dentro de este período.

Una de las primeras consideraciones que hay que resaltar es el elevado número de recipientes abiertos que hemos encontrado, frente a la tipología conocida por otras obras publicadas en que estaban casi au­sentes. Su forma está dictada por necesidades prác­ticas, y por tanto se encuentran similares en otros momentos, pero eso no es óbice para que hayan de ser tenidos en cuenta a la hora de presentar la vajilla de piedra de este período. Tal vez su desarrollo sea una consecuencia de la reducción de los recipientes de fayenza, más costosos y por tanto menos fre­cuentes en unos años en que la división de la corte en varios centros ha provocado el descenso de la producción de prestigio. Su misma abundancia es demasiado significativa para llegar a pensar, a pesar de la ausencia en general de paralelos, que puedan ser objetos antiguos que han llegado a la necrópolis con tierra de relleno; se debe pues plantear que en el TPI - s. VII a.C. existía, como en otros períodos,

una manufactura de formas abiertas aún mal atesti­guada.

Entre éstas hay que destacar el pequeño grupo de los platos y cuencos de tamaño reducido que, si­guiendo la denominación de Petrie, podríamos cali­ficar de "modelos funerarios" (10, 151, 157, 165, 225, 229, además de los pequeños recipientes de la tumba 3, que podrían incluirse también en este grupo: 21, 22, 25) y que, en efecto, han aparecido en He­racleópolis en tumbas ó contextos de enterramiento. No obstante, también hay que recordar que en los depósitos de fundación, junto a las plaquitas con los cartuchos del soberano constructor, se introducen modelos reducidos, tanto de los materiales y útiles de c o n s t r u c c i ó n como de objetos cultuales y ofrendas93. Teniendo en cuenta el proceso continuo de reutilización de la necrópolis y que algunos sa­queos llegaron hasta la misma cimentación de sus edificaciones, sería posible plantear la hipótesis de que algunos de estos recipientes procediesen de algún depósito encontrado por los buscadores de piedra antiguos.

9 3 Véanse los objetos de un depósito de Ptolomeo IV, en especial sus dos cuencos de fayenza y dos platitos de cerámica, aparecido en Tanis. Tanis..., pp. 194-195.

233

Por otra parte, el catálogo de formas confirma la tendencia, ya implícita en la obra de Petrie, de la reducción en el tamaño de los recipientes de piedra. La proporción de formas cerradas pequeñas que caben en la mano es mayoritaria. Sin embargo esta afir­mación hay que tomarla con precaución, pues las ánforas y botellas globulares aparecidas en otros ya­cimientos como Tanis, Assur, el-Kurru o Almuñecar son de grandes proporciones, pero su contexto es cortesano —algunas de las encontradas en las tumbas fenicias de este último presentan cartuchos reales—. Por el contrario, resulta sorprendente la ausencia de alabastrones de cuerpo muy esbelto, casi tubular, con orejetas o asas de anillo muy bajas — s ó l o algunos galbos pueden atribuirse sin seguridad a esta for­ma—, que se considera la más característica de los siglos centrales del I milenio a.C.

En los recipientes de piedra el artesano egipcio no se suele permitir tanta libertad como en la alfa­rería, de modo que las formas son menos "libres" que en la cerámica. Esta mayor "racionalización" no se debe tan sólo al material. Este influye sin duda, pero no condiciona, pues en el Predinástico e Imperio Antiguo se esculpieron recipientes de diseño vegetal y animal94 y en la civilización minoica, con un ar­tesanado tan especializado como el egipcio, se tallan formas complicadas: bordes muy amplios, asas muy desarrolladas, molduras complejas, que no están pre­sentes en la producción egipcia95.

Mientras que en las formas cerradas hay un pre­dominio importante de las bases inestables, con la necesidad implícita de un soporte si se desea man­tenerlos en la posición vertical correcta, en las formas abiertas, de mayor tamaño y en general uso domés­tico, las bases son mayoritariamente planas.

9 4 El-Khouli, Egyptian..., pp. 729-731 para los recipientes con forma de flores, p. 733 para los de forma de hoja, pls. 135-137 y 159-161; pp. 738-741, pls. 139-140 para los teriomórficos. A este respecto véase también Glanville, JEA, passim. En Hayes, The Scepter..., U, p. 191 aparece un recipiente con forma de flor de loto de la primera mitad de la dinastía XVIÜ. Véase también Buckingham, Wepwawet, p. 11, donde se presentan al­gunas formas predinásticas complejas.

9 5 Véanse en Warren, Minoan..., la forma de sus cuencos con vertedores (pp. 33-34), cálices (pp. 36-37), copas (pp. 38-41), jarros (pp. 42-44, con asas compuestas y 47-48), vasos caracola (p. 91), "teapots" (pp. 98-100), etc.

El conjunto estudiado nos proporciona una visión de la diversidad de formas que podía adquirir la vajilla de lujo de los grupos sociales más favorecidos, pero es una visión parcialmente distorsionada, pues está compuesto por fragmentos reutilizados en un contex­to funerario, distinto a aquel para el que fueron crea­dos, con toda la aleatoriedad en el muestreo que pue­de implicar esta circunstancia. Es significativa la no aparición en Heracleópolis de algunas de las formas de prestigio más frecuentes en el Imperio Nuevo.

Contrariamente a los recipientes de cerámica, con los que se ha podido reconstruir algún rito que su­ponía su destrucción intencionada y su posterior amontonamiento96, no puede plantearse nada similar para los de piedra. En la tumba l 9 7 y la tumba 3 los recipientes han aparecido fracturados, en muchos ca­sos en dos mitades, pero esta circunstancia puede deberse al saqueo y posterior reocupación de sus cá­maras —especialmente en la tumba 3, hasta época romana—. En los casos conocidos de tumbas intactas los vasos de piedra no aparecen fragmentados, lo que indica que no se practica en el sepelio ningún rito en que haya que romperlos. Su función consiste en con­tener ungüentos y aceites perfumados que son un paralelo simbólico de los utilizados durante el em­balsamamiento. Esta costumbre, bien atestiguada para momentos anteriores, se prolongaría durante el TPI. Sólo si los saqueos no pudieran ponerse en re­lación directa con la ruptura de los vasos, nos vería­mos obligados a argumentar la existencia de alguna costumbre local, para la que dos tumbas no son base documental suficiente. Unicamente en el caso de los objetos hallados en el "depós i to" frente a la tumba 3 podríamos plantear un paralelo con el rito de ruptura de recipientes cerámicos en el momento de iniciarse la construcción de las tumbas. La inscripción borrada del gran vaso globular y el elevado número de frag­mentos en que han aparecido los platos y vasos per­mitirían la hipótesis de una destrucción voluntaria.

En cuanto a los fragmentos restantes, que son numerosos, salvo un par de casos aislados ninguno

9 6 López/Quesada, Atti..., I, p. 419. 9 7 Significativamente en la antecámara sólo ha aparecido un

fragmento de cada vaso, mientras que en la cámara interior los diversos fragmentos han podido ensamblarse hasta formar dos únicos vasos; una de las asas de uno de ellos ha aparecido en el exterior de la tumba, lo que viene a confirmar el saqueo.

234

de ellos ha podido ser ensamblado a otro. Como la mayoría ha sido encontrada en contextos funerarios —no siempre en contacto directo con los cuerpos pero depositados en el curso de la ceremonia— hemos de deducir que los individuos eran enterrados con una única porción de recipiente, que vendría a sustituir simbólicamente al conjunto de "vasos de alabastro" que se consideran "necesarios" en cada enterra­miento. Hubiera o no existido el rito de ruptura, los individuos que se entierran durante el período de úl­tima reutilización masiva de la necrópolis no dispo­nen más que de un sólo fragmento de vaso de piedra para su ajuar funerario98. Algunos además se han encontrados en asociación a ofrendas de animales (179-181, 196 en H.20/1991/1; 183 y 203 en H.32/ 3, etc.).

Uno de los problemas a la hora de establecer la cronología de este material es saber cuánto tiempo pudieron estar en uso hasta su reutilización funeraria. Su dureza permite a estos recipientes sobrevivir más tiempo que la vajilla de cerámica, y tenemos ciertas evidencias respecto al largo período que podían durar sin romperse99. Además hay otras posibilidades: el

9 8 La presencia de grandes vasos de metal y de piedra está en directa relación con el status de los propietarios de la tumba. Los recipientes de piedra parecen haber sido obligatorios en el grupo de enterramientos más ricos. MDAIK, p. 210, para las dinastías XVII y XVIII. El ostracon UC 31922 contiene una lista del ajuar de la tumba de T3y (reinado de Menerptah) en que se mencionan nueve vasos de ss, "alabastro". Raismann, Wep-wawet, 1-3.

9 9 En Ugarit han aparecido recipientes predinásticos y del Imperio antiguo en los restos de la ciudad del Bronce Reciente, aunque no es posible determinar si eran herencia de tiempos antiguos aún en uso o simple relleno en los escombros. Caubet, Ras-Shamra..., p. 208.

Una forma cerrada de las dinastías I-III, a la que se ha añadido un pico vertedor en una piedra local, ha aparecido en un contexto del Minoico Reciente I B en el palacio de Kato Zakro. Warren, Minoan..., p. 109, n.° P 593.

Los vasos de la tumba Z de Mit Rahineh, en excelente estado de conservación, son, por su tipología, del Imperio Nuevo. Sin

conjunto de recipientes aparecidos en las salas ad­yacentes a la entrada de la capilla K l de Kerma in­cluía más de una veintena de vasos con los nombres de Pepi I y Pepi II, material diverso característico del Imperio Medio / SPI, y otros objetos en proceso de manufactura. Lacovara ha propuesto ver en ellos el producto de un comercio de vasijas de piedra ob­tenidas mediante el saqueo de tumbas antiguas cuyo contenido era reciclado como materia prima en la confección de nuevos objetos para la corte de Kerma o el culto en K l 1 0 0 . Si ese comercio es posible en el SPI no hay razón para que no vuelva a ser fructífero medio milenio más tarde. De ahí que podamos en­contrar mezcladas formas con claros paralelos en el Predinástico / dinastías tinitas (47,71) o en el Imperio Medio (211) en contextos de enterramientos de fines del TPI.

La Laguna (Tenerife) Octubre 1993

embargo, la tumba es muy posterior, tanto por su aspecto ar­quitectónico como, sobre todo, por su localización, dentro del muro de un templo ramésida. Si consideramos la tumba del Tercer Período Intermedio y aceptamos la anterior cronología para la manufactura de los vasos, hemos de pensar en, al menos, dos siglos de supervivencia. Anthes, Mit Rahineh. 1955, p. 68.

En la necrópolis de Laurita (Almuñécar) ha aparecido un buen número de botellas globulares de "alabastro", tres de ellas con cartuchos reales. La tumba 20 es, por su posición dentro de la necrópolis y las dos enócoes de engobe rojo que incluye, una de las más tardías del conjunto, de comienzos del s. VII a .C; sin embargo, en el ajuar se incluye un ejemplar con los cartuchos de Osorkón II (874-850 a.C), por lo que es necesario suponerle un uso de, como mínimo, un siglo y medio antes de ser utilizado como urna cineraria; el vaso de Sheshonq III (Gamer-Wallert plantea dudas respecto a su identificación, Ägyptische..., pp. 34-38) se habría usado entre veinticinco y cien años y el de Takelot II al menos un siglo, Padró, Egyptian-Type...III, pp. 101, 92 y 64, respectivamente. El tiempo de uso es mayor si se aceptan las fechas que proponen otros autores, como Culican, quien cree que la llegada de los vasos se produce desde 675 a.C. con la intensificación de las relaciones fenicios-Península Ibérica. Levant U, p. 35, o Gamer-Wallert, quien da unas fechas aún más bajas, Ägyptische..., pp. 24-25.

1 0 0 Lacovara, Egypt..., p. 118.

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INVENTARIO DE LOS RECIPIENTES DE PIEDRA

Orden en que aparecen los datos referidos a cada pieza:

Número de esta publicación: Número del inventario de ex­cavación de la MAE = Procedencia

Materia (salvo si es "alabastro", en cuyo caso no se espe­cifica, por el elevado porcentaje de ejemplares en este material)

Descripción del recipiente Dimensiones Pal.: Paralelos Cr.: Cronología Lám.: Lámina Observaciones

Salvo indicación contraria:

— todos los objetos de esta lista se conservan en el almacén de la Misión Arqueológica Española en Egipto, Heracleópolis Magna, Ehnasya el-Medina, salvo el n.° 2;

— todas las piezas realizadas en "alabastro" son de factura cuidada y buen pulido exterior e interior; sólo se señalan los casos que no siguen esta norma;

— las asas se suponen dos, incluso en las piezas de las que sólo conservamos un fragmento con un asa o fragmento de ella. En caso contrarío, o cuando hay paralelos que justifiquen la duda, se señala;

— las botellas globulares son de base inestable, paredes finas, dos asas verticales en el tercio superior de la forma, cuello corto vertical o muy ligeramente exvasado y borde engrosado al ex­terior, descripción que no repito en cada una de ellas, salvo las excepciones a esta forma tipo. Las cantimploras son de cuerpo esférico o lenticular con dos asas verticales en la parte superior de los hombros, uniendo éstos con la parte inferior del cuello.

— las medidas se dan todas en centímetros; las abreviaturas significan: 1. = longitud, a. = anchura, h. = altura y 0 = diámetro.

Campaña de 1984 (HM 84)

1. HM 84-S-5 = Superficie Basalto Plato de base estable y cuatro pies con sección de tendencia pentagonal, paredes gruesas exvasadas convexas y borde vertical redondeado. Con dos o cuatro asas de sección semicircular a la altura del borde. VI: 301 (con pies), 320 (sin pies). Factura cuidada. Se conserva algo más de un cuarto de la vasija, con un pie, el arranque de otro y un asa. 1. : 12,40; h.: 7,00, 6,50 sin pies; 0: 20,5. Lám.: LXXIc.

2. HM 84-S3-3/3-10 = H. 44 / 1984 / 3 / 3 Cantimplora. Cuerpo globular de sección lenticular, dos asas verticales y cuello de paredes verticales y borde redondeado engrosado al exterior. VI: 70. La cavidad interior está ligeramente descentrada. Buena conservación. Falta parte de un asa y el borde ha sido ligeramente desgastado. Materiales orgánicos incrustados en la superficie. 1.: 6,50; a.: 4,00; h.: 9,40. PAL.: Bissing, Steingefüsse. CGC 18415, Tf. III. Petrie, Sto-ne..., p.14 y pl. XXXVI, 918-919. Lám.: LXXIXm. Depositado en el Museo de Beni Suef.

237

3. HM 84-S3-4/2-11 = H. 44 / 1984 / 4 / 2 Caliza Plato de base inestable, paredes exvasadas convexas y borde redondeado. Asa plana de sección pentagonal muy alargada a la altura del borde. VI: 310. Factura cuidada, aunque la forma resulta ligeramente asimétrica. Se conserva casi un cuarto del plato con base y parte del asa. h.: 5,8; 0: 17,2. Lám.: LXIXh.

Campaña de 1985 (HM 85)

4. HM 85.10 = L 4 / 1 Vaso de base estable y paredes exvasadas muy finas ligeramente convexas. VI: < 114. Se conserva un fragmento de base con arranque de pared. 1.: 3,00; h.: 3,5; 0: 4,00. Lám.: LXXIIIo. Lo clasificamos como base de forma abierta porque en las ce­rradas es muy difícil tallar las paredes con tan escaso grosor y con pulido interior. También podría ser una de las mitades de un recipiente tallado en partes.

5. HM85.17 = L l / 6 Caliza Vaso de base inestable, paredes exvasadas convexas muy gruesas y borde plano. La base presenta un orificio circular bien tallado con la superficie pulida. VI: 125. Factura descuidada. Superficie exterior muy rugosa, sólo desbastada. Interior mucho más cui­dado, igualmente sin pulido. Apareció en varios fragmentos que han sido pegados, h.: 27; 0: 34,00. Lám.: LXXVIHa.

6. HM 85.84 y HM 87.42 = T. 1 (vaso), y L13 / P y Q (asa), respectivamente. Botella globular de DM en el tercio central del cuerpo y cuatro asas verticales. VI: 70. Se conservan varios fragmentos que han sido pegados. Falta una parte de la pared con cuello y borde, h.: 12,00; 0: 8,40. Lám.: LXXXh.

7. HM 85.85 = T. 1 Botella globular de DM en el tercio central del cuerpo. Orejetas en los hombros de sección cuadrangular. VI: < 70. Se encontró en varios fragmentos con distinto grado de conservación —al­gunos están muy deshidratados— que han sido pegados. Falta una parte del cuerpo con cuello, borde y una de las asas, h.: 6,70; 0: 4,70. Pal.: Bissing, Steingefüsse, CGC 18322, Tf. III. Padró, Egyp-tian-Type..., pp. 82-83, pl. XCIX. Lám.: LXXXi .

8. HM 85.87a = T. 1 - antecámara Cantimplora con cuerpo de sección lenticular. Se conserva sólo una mitad del cuerpo, con el arranque del cuello y de una de las asas. 1.: 6,00; a.: 4,20; h.: 6,20. Lám.: LXXIXn.

9. HM 85.87b = T. 1 - antecámara Cantimplora con cuerpo de sección lenticular. Se conserva sólo una mitad del cuerpo, con el arranque del cuello y de una de las asas. 1.: 5,20; a.: 3,10; h.: 5,20. Lám.: LXXIXñ.

10. HM 85.87c y 85.87f = T. 1 - antecámara Plato de base inestable, paredes exvasadas convexas y borde redondeado. VI: 312. Se conservan dos fragmentos con base y borde. 1.: 4,00; h.: 1,60; 0: 5,00. Pal.: Petrie, Stone..., p. 12, 23 y pl. XXXII, 797. Lám.: LXLXb.

11. HM 85.87d = T. 1 - antecámara Botella globular de DM en el tercio superior del cuerpo. Asas verticales con un orificio muy pequeño en los hombros. Cuello vertical muy estrecho. VI: < 92. Se conserva un galbo con asa y arranque del cuello. 1.: 3,10; h.: 4,00; 0: 3,70. Pal.: Montet, La nécroj' >>• . II, p. 93 y pl. LXII. Padró, Egyp-tian-Type..., Iü, pp. 79-80. Lám.: LXXXd.

12. HM 85.87e = T. 1 - antecámara Galbo de botella globular de DM en el tercio inferior del cuerpo. Se conserva un fragmento de pared con arranque de cuello. 1.: 3,70; h.: 6,00; 0: 7,00.

13. HM 85.87g = T. 1 - antecámara Cuello de forma cerrada de paredes verticales y borde engrosado al exterior y biselado al interior. Paredes muy finas. Se conserva un fragmento del cuello con borde y arranque de un asa. h.: 2,30; 0: 2,00. Pal.: Petrie, Stone..., p. 14, pl. XXXVI, 916. Lám.: LXXIXi.

14. HM 85.165a = P (T. 1 / T. 3) / 1985 / 6 Botella globular de DM en el tercio central del cuerpo. Las paredes de los hombros son muy gruesas pero las del cuello muy estrechas. Se conserva un fragmento de pared con arranque de cuello. 1.: 5,10; h.: 4,00; 0: 5,80.

15. HM 85.165b = P (T. 1 / T. 3)/ 1985 /6 Cuello de cantimplora de borde exvasado cóncavo y labio plano engrosado al exterior. Se conserva un fragmento del cuello con borde. h.: 2,40; 0: 3,50.

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16. HM 85.165c = P (T. 1 / T. 3)/ 1985/ 6 Galbo de botella globular. 1.: 2,90; h.: 4,50; 0: 4,20.

h.: 5,50; 0: 5,50. Pal.: Petrie, Stone..., p. 30 y pl. XLIII, 114. Lám.: LXXIXq.

Campaña de 1986 (HM 86)

17. HM 86.6 = T. 2 / 1 Base de botella globular. 1.: 3,90; h.: 3,30; 0: 4,30. Cr.: Asociado a material cerámico del s. VTfl o primera mitad del s. VII a.C.

23. HM 86.279 = P. (T. 1 / T. 3) / 1986 / 9 Caliza Cuenco de gruesas paredes exvasadas convexas, borde plano y asa grande de sección trapezoidal a la altura del borde. Factura cuidada; superficies exterior e interior con pulido correcto, forma ligeramente asimétrica. Se conserva un fragmento de pared con asa y borde algo degradado. 1.: 17,00; h.: 8,70; 0: 33,00. Lám.: LXXVIe.

18. HM 86.11 = T. 21 3 Galbo de cuenco (?) de paredes exvasadas rectas finas. Superficie deleznable por hidrolización del fragmento. 1.: 2,50; h.: 4,00; 0: 14,20. Cr.: Asociado a material cerámico del s. VIU o de comienzos del s. VII a.C.

19. HM 86.46a y 46b = L9 / 1986 / 9 Galbo de botella globular (?). Se conservan dos fragmentos se­parados de la pared. 1.: 2,40 (46a) y 1,40 (46b); h.: 5,00; 0: 7,00.

20. HM 86.80 = L l l / F t e . T. 3 / 16 Ánfora de paredes finas exvasadas, rectas en el tercio superior de la forma, carena marcada alta, hombros casi planos, cuello vertical estrecho y corto de labio engrosado al exterior. Asas verticales de pequeña perforación a la altura de la carena. Se conserva un fragmento de la parte superior de la vasija con borde algo degradado, un asa y el arranque de la pared. 1.: 4,60; h.: 3,60; 0: 5,30. Lám.: LXXXIc.

21. HM 86.85 = T. 3b Recipiente carenado de base plana, paredes exvasadas rectas, con carena alta redondeada al interior en el tercio superior del cuerpo y borde vertical delgado de boca ancha. VI: 85. Vasija muy agrietada por completa hidrolación del "alabastro". Se con­serva completa salvo el borde, casi perdido, h.: 4,50; 0: 3,80. Pal.: Petrie, Stone..., p. 20 y pl. XXV, 454. Lám.: LXXIXp.

22. HM 86.253 = T. 3c Recipiente carenado de base inestable, paredes envasadas con­vexas, carena redondeada en la parte superior del cuerpo y cuello de paredes exvasadas rectas y borde plano. En éste presenta dos apéndices verticales con pequeño orificio por debajo del borde, que servirían para sujetar una tapadera. Pico vertedor horizontal de sección trapezoidal. VI: 94 (hasta el borde) y 89 (si se incluyen los asideros). Factura muy cuidada. Se hallaron dos fragmentos que han sido pegados. La pieza se conserva completa, pero sólo el arranque del pico vertedor.

24. HM 86.280 = L l 1 / Fte. T. 3 / 21-22 (dos fragmentos), y L9 / Fte. T. 3 / 11 (fragmento menor) Basalto Plato de base estable con cuatro pies de sección cuadrangular, gruesas paredes exvasadas convexas y borde plano. Asas con sección de tendencia triangular a la altura del borde. VI: 281 (con pies) y 321 (sin pies). Casi completo, se conservan tres fragmentos que han sido pegados. Pudo tener cuatro asas, como algunos ejemplares conservados completos, h.: 7,00, 8,00 con pies; 0: 22,40. Pal.: Greene, Ancient..., p. 384. Cr.: Asociado a material cerámico de las dinastías XXI-XXII (fines del s. XI - s. IX a.C). Lám.: LXXIb.

25. HM 86.286 = T. 3a Botella ovoide de base apuntada, DM en el tercio superior del cuerpo y hombros redondeados. Cuello de paredes exvasadas rectas y borde plano. VI: 56. Se conserva una mitad del vaso. 1.: 3,20; h.: 5,70; 0: 3,20. Pal.: Petrie, Stone..., pl. XXXIV, 875, con el cuello algo más alto que nuestro ejemplar. Lám.: LXXXIh.

26. HM 86.385 y HM 86 / V . l = T. 3c y T. 3a respecti­vamente Botella de cuerpo esférico ligeramente achatado en la base y paredes muy delgadas. Asa única en los hombros que une el cuerpo y el cuello. Se conserva el cuerpo completo en dos mitades que han sido pegadas, con los arranques del cuello y del asa. h.: 4,40; 0: 4,60. Pal.: Merrillees, The Cypriote..., passim. Lám.: LXXIXf.

27. HM 86.396-401 = L l l / Fte. T. 3 / 21-22 Botella globular de DM en el tercio central del cuerpo. Paredes gruesas, hombros redondeados y cuello de paredes delgadas ex­vasadas rectas con boca muy amplia. Asas verticales en la mitad superior del cuerpo, grandes, con prolongación en su base. VI: < 97 (globular). Muy incompleta, se conservan suficientes frag­mentos para obtener la forma completa, h.: 18,00; 0: 17,60.

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Cr.: Cf. n.° 24. Lám.: LXXXa Restos de inscripción en los hombros. Uno de los fragmentos que no ha podido ser encajado con el resto conserva el final de un cartucho en vertical con los signos lll[wsr]kn); el tamaño de la k permite suponer la l a su derecha. A la izquierda del cartucho algunas líneas horizontales conservan la huella de signos ilegi­bles, que podrían corresponder a mn y a un fragmento de stp, pero sin restos del cartucho que también debería haberlos en­cerrado; el problema es que tanto si existió una ! en el nomen como si efectivamente el signo inferior de la izquierda es stp, la escritura es retrógrada, es decir, los signos miran hacia el final de la inscripción y no hacia su comienzo. El rey mencionado es uno de los Osorkón. La identificación del praenomen no ayuda demasiado a especificar cuál de ellos, pues todos salvo el primero se denominan Stp-n-lmn. Por debajo del cartucho parecen identificarse los signos t y s. Bajo éstos una línea continua ligeramente inclinada respecto a la horizontal parece limitar la zona que ha recibido la escritura. Junto a una de las asas se identifican tres signos que parecen corresponder a °nh, w¿3, snb y serían por tanto el final de una línea de texto horizontal enmarcada por sendas líneas superior e inferior. La superficie donde aparecen los signos está tan arañada que parece posible que haya habido un intento voluntario de borrar la inscripción.

28. HM 86.402 = L l 1 / Fte. T. 3 / 21-22 Base de botella globular. Cavidad interior descentrada respecto al eje vertical, h.: 3,60; 0: 6,70. Cr.: Cf. n.° 24.

29. HM 86.403 = L l l / Fte. T. 3 / 21-22 Galbo de botella globular de DM en el tercio inferior del cuerpo y cuello vertical de boca ancha. Se conservan dos fragmentos de pared que han sido pegados, con un asa y el arranque del cuello, h.: 3,40; 0: 5,00. Cr.: Cf. n.° 24. Lám.: LXXX1.

30. HM 86.404 = L l l / F t e . T. 3/21-22 Botella de cuerpo fusiforme de base muy apuntada, sin hombros y cuello ancho de paredes cóncavas y labio engrosado al exterior. VI: 25. Factura muy cuidada, las paredes son muy delgadas. Incompleta, se conservan tres fragmentos que han sido pegados y proporcionan la forma completa, h.: 12,60; 0: 5,20. Cr.: Cf. n.° 24. Lám.: LXXXIe.

31. M 86.405 = L l l / Fte. T. 3 / 21-22 Vaso de base inestable de gran grosor, cuerpo de paredes ex-vasadas rectas y borde envasado de labio redondeado. VI: 34. Se conservan tres fragmentos de los que dos han sido pegados, h.: 10,00; 0: 6,60. Cr.: Cf. n.° 24. Lám.: LXXJJIl.

32. HM 86.408 = L l l / F t e . T. 3/21-22 Vaso de paredes exvasadas rectas y borde vertical plano. VI: < 123. Se conserva un fragmento de galbo con borde, h.: 3,70; 0: 4,60. Pal.: Petrie, Stone..., pl. XXXII, 795, 796 y pl. XXXVI, 930. Cr.: Cf. n.° 24. Lám.: LXXIIIc.

33. HM 86.409a = L l 1 / Fte. T. 3 / 21-22 Plato de base estable con anillo de solero, paredes exvasadas convexas y borde plano. Asas de sección triangular con vértices redondeados a la altura del borde. VI: 353. Falta más de la mitad del plato, pero se conservan suficientes fragmentos para obtener la forma completa, h.: 5,00; 0: Í7.40. Cr.: Cf. n.° 24. Lám.: LXXIa.

34. HM 86.409b = L l l / F t e . T. 3 / 21-22 Plato de base estable con pie indicado, paredes exvasadas con­vexas y borde plano. Asas de sección triangular con vértices redondeados a la altura del borde. VI: 484. Incompleto, falta más de la mitad del plato, pero se conservan suficientes frag­mentos para obtener la forma completa, h.: 6,40; 0: 30,60. Cr.: Cf. n.° 24. Lám.: LXXg.

35. HM 86.409c = L l l / Fte. T. 3 / 21-22 Vaso de base estable plana, paredes exvasadas convexas y borde vertical biselado al interior. V.I.: 130. Se conserva un fragmento de pared con base y borde. Cf. n.° 42. h.: 4,10; 0: 5,50. Pal.: Petrie, Stone..., pl. XXXII, 795, 796 y pl. XXXVI, 930. Lám.: LXXIIIb. Cr.: Cf. n.° 24.

36. HM 86.409d = L l 1 / Fte. T. 3 / 21-22 Vaso de base estable gruesa y pared exvasada convexa. En el interior se distinguen las líneas concéntricas dejadas por el sílex en la manufactura del vaso. Se conserva un fragmento de base con arranque de pared. 1.: 4,00; h.: 2,90; 0: 7,60. Cr.: Cf. n .°24.

37. HM 86.409e = L l l / F t e . T. 3/21-22 Cuello vertical de botella esférica o globular (?). Paredes con borde redondeado. Líneas concéntricas de manufactura en el interior. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 3,20; h.: 3,90; 0: 8,90. Cr.: Cf. n.° 24.

38. H M 86.409Í = L l l / Fte. T. 3 / 21-22 Galbo de forma no identificada. Factura cuidada: las superficies están bien pulidas. 1.: 4,50; h.: 1,40. Cr.: Cf. n.° 24.

240

39. HM 86.409g = L l l / Fte. T. 3 / 21-22 Cuello vertical de botella esférica o globular (?). Paredes adel­gazadas por el interior en la parte inferior, con borde redondeado al exterior y vertical al interior. Se conserva un fragmento de pared con borde, h.: 7,10; 0: 9,50. Cr.: Cf. n.° 24. Lám.: LXXIVc.

40. HM 86.409h = L l 1 / Fte. T. 3 / 21-22 Galbo de cuello de botella fusiforme (?). Paredes delgadas en­vasadas cóncavas. 1.: 2,00; h.: 6,00; 0: 8,10. Cr.: Cf. n.° 24.

41. HM 86.409Í = L l l /Fte. T. 3 / 21-22 Vaso de paredes exvasadas convexas y borde vertical redondeado biselado al interior. Se conserva un fragmento de pared con borde. Superficie muy degradada que dificulta su interpretación, h.: 2,90; 0: 6,40. Cr.: Cf. n.° 24.

42. HM 86.409J = L l l /Fte. T. 3 / 21-22 Vaso de base estable y paredes exvasadas convexas. Se conserva un fragmento de base con arranque de pared, h.: 2,10; 0: 5,00. Cr.: Cf. n.° 24. Podría tratarse de un fragmento del vaso n.° 35, pues aunque el grosor de la base es algo menor, muchos de los recipientes de piedra son ligeramente asimétricos.

43. HM 86.410 = J / 1986 / 6 Caliza Plato de base inestable, paredes exvasadas rectas y borde redon­deado que conforman una boca de apertura ovoidal. Factura poco cuidada, el cuerpo es asimétrico. Superficie rugosa al exterior, bien pulida al interior. Incompleta, falta el extremo de mayor dimensión. 1.: 10,70; a.: 11,00; h.: 5,20. Cr.: Asociado a material cerámico del TPI tardío o s. VII a.C. Lám.: LXXIVj.

44. HM 86.411 = L l l / F t e . T. 3 / 21 "Esquisto" Cuenco de paredes exvasadas convexas y borde plano. VI: < 251. Factura cuidada, con buen pulido interior y exterior. Se conservan cinco fragmentos de los que tres pudieron pegarse, pero no llegan a dar la forma completa pues falta la base. Nu­merosas concreciones en la superficie h.: 6,50; 0: 16,50. Lám.: LXXIIj.

Campaña de 1987 (HM 87) 45. HM 87.35a y 35c = H. 14 / 11 Cuenco de paredes exvasadas convexas y borde vertical redon­deado. Se conservan dos fragmentos de pared, uno con borde, que no encajan. 1.: 2,90; h.: 5,00; 0: 17,80.

46. HM 87.35b = H. 14/11 Galbo de pared exvasada convexa de forma no identificada. 1.: 4,50; a.: 1,50; grosor: 0,60.

47. HM 87.43 = H. 5 / 6 Vaso cilindrico (?). Paredes verticales rectas y borde exvasado engrosado al exterior. Decorado con una moldura de motivo sogeado inciso en la parte superior del cuello. Se conserva un fragmento de pared con borde. La decoración de soga está muy degradada. 1.: 6,50; h.: 6,00; 0: 13,40. Pal. (borde): el-Khouli, n.° 349, Egyptian..., I, p. 48 y III, pl. 17 (dinastía I, pero con paredes muy irregulares). Cr. : Asociado a material cerámico que podría ser de la primera mitad del s. VII a.C. Lám.: LXXIVb.

48. HM 87.50 = L13 / 4 Caliza Artesa con base de mala estabilidad y pared vertical corta y muy gruesa. Cavidad interior con tendencia a semiesférica. Factura descuidada. Se conserva un fragmento de pared con base; su­perficie degradada. 1.: 11,00; a.: 6,60; h.: 5,50. Cr.: Aparece asociado a material cerámico de comienzos del TPI y de la primera mitad del s. VII a.C.

49. HM 87.52 = H. 9 / 1 Caliza Mortero. Vaso de base estable, paredes exvasadas rectas y borde biselado al exterior. Asas de perfil pentagonal y sección hexa­gonal a la altura del borde. Cavidad interior semiesférica muy pequeña en relación con el tamaño del mortero. VI: 115. Factura descuidada. Superficie exterior desbastada, interior bien pulida, h.: 19,00; 0: 22,00. Cr.: Asociado a material cerámico del TPI final o s. VII a.C. Lám.: LXXVIIIb.

50. HM 87.72 = L9 / Fte. T. 3 / 1987 / 1 Cuenco de base estable y paredes verticales decoradas con mol­duras semicirculares, de las que se conservan dos, una junto a la base y otra a dos centrímetros de altura de la anterior. Se conserva un fragmento de base con pared. 1.: 9,00; h.: 3,90; 0: 11,30. Pal.: Petrie, Stone..., p. 12 y pl. XXXÜT, 836 y 837. Lám.: LXXIIId.

51. HM 87.73 = L9 / Fte. T. 3 / 1987 / 1 Cuello vertical de botella esférica o globular (?). Paredes rectas y borde redondeado. Se conserva un pequeño fragmento de pared con borde. 1.: 3,20; h.: 6,40; 0: 8,50. Lám.: LXXIVd.

241

Campaña de 1988 (HM 88)

52. HM 88.121 = L 2 5 / 4 Serpentinita gris Tapadera circular con pared de perfil curvo que sobresale del borde inferior, vertical y de labio plano formando un ángulo con la pared superior. Superficie exterior con decoración de doble línea paralela incisa formando círculos concéntricos. Factura cui­dada. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 10,80; h.: 1,70; 0: 14,00. Pal.: Fischer, en Anthes, Mit Rahineh. 1955, p. 16, fig. 1A3*. Lám.: LXXXIo.

53. HM 88.127 = L25/ 20 Fuente de paredes exvasadas convexas decoradas con una mol­dura triangular y labio plano, engrosado al exterior. VT: < 1130. Factura muy cuidada. Se conserva un fragmento con pared, borde y parte de la base. 1.: 7,20; h.: 2,40; 0: 27,00. Pal.: Anthes, Mit Rahineh. 1956, pp. 107 y 109 (sin molduras). Lám.: LXIXg.

54. HM 88.128 = L4A / 1 Forma abierta de gruesas paredes exvasadas convexas y borde plano engrosado al exterior. Se conserva un fragmento del borde con arranque de pared. 1.: 7,10; h.: 2,70; 0: 18,00 (?). Lám.: LXXHc.

55. HM 88.129 = L 4 A / 7 Recipiente carenado de base estable, paredes exvasadas rectas y carena redondeada y hombros envasados rectos. Cuello corto de paredes cóncavas engrosado al exterior. VI: < 93. Se conserva una mitad de la pieza y el borde está muy degradado, h.: 4,70; 0: 4,40. Lám.: LXXIXo.

56. HM 88.130 = E . I / 1988 / 7 Vaso de base plana, paredes verticales cóncavas y borde plano de labio engrosado al exterior. VI: 80. Se conserva algo menos de la mitad de la pieza en tres fragmentos que han sido pegados, h.: 6,40; 0: 5,20. Pal.: Martin, The Sacred..., n.° 1190, p. 94 y pl. 9. Lám.: LXXIIIn.

57. HM 88.131 = L 4 A / 8 Galbo de botella globular de DM en el tercio central del cuerpo. Asas verticales con prolongación inferior. Se conserva un frag­mento de pared con arranque de asa. 1.: 3,60; h.: 2,20; 0: 6,00.

58. HM 88.133 = L26 /2 Vaso de base estable y paredes envasadas rectas, redondeadas en la unión con la base. VI: < 83. Se conserva la parte inferior del vaso. 1.: 4,90; h.: 6,10; 0: 5,00. Lám.: LXXinfi.

59. HM 88 - V . l = L4 Al 2 Galbo de paredes convexas con grosor irregular de forma no identificable. 1.: 5,60; h.: 8,60; 0: 21,00 (?).

60. HM 88 - V.2 = L4 A / 6 Botella globular de cuello vertical y boca ancha. Se conserva un fragmento de pared con arranque del cuello. 1.: 1,20; h.: 2,60; 0: 5,50.

61. H M 88 - V.3 = L4 A / 1-8 Cuenco de base inestable, paredes exvasadas convexas y borde redondeado con un saliente (¿asa, pico vertedor?). VI: ca. 209. Se conserva un fragmento del cuerpo con arranque del saliente insuficiente para determinar su forma con exactitud. 1.: 5,90; h.: 3,20; 0: 6,90. Pal.: Petrie / Brunton, Sedment I, pl. VI, 22 (dinastía XVIII). Lám.: LXXffla.

62. HM 88 - V.4 = L4 B / 5 Calco arenita. Vaso de base estable gruesa y paredes exvasadas rectas. Factura cuidada. Superficies interior y exterior bien pulidas. Se conserva la base con arranque de pared, h.: 3,00; 0: 5,40. Lám.: LXXIIIg.

63. HM 88 - V.5 = L4 B / 1-8 Galbo de paredes convexas de forma no identificable, con arran­que de un asa o de una moldura en la base. 1.: 2,00.

64. HM 88 - V.6 = L4 B / 11 / M . 350 Galbo de botella globular de paredes muy finas. 1.: 1,60; h: 4,00.

65. HM 88 - V.7 = L4 C / 2 Botella globular de DM en el tercio central del cuerpo. Se con­serva un fragmento de pared con arranque de un asa vertical perforada. 1.: 3,10; h.: 5,00.

66. HM 88 - V.8 = L4 C / 2 Calcoarenita. Plato con base estable de pie indicado, paredes exvasadas con­vexas y borde biselado al exterior. VI: 443. Factura cuidada. Se conserva un fragmento de pared con borde y base. 1.: 13,50; h.: 4,80; 0: 21,20. Pal.: Caton-Thompson, The Desert..., pp. 146-147 y pl. XCV, 28. Lám.: LXXf.

67. H M 8 8 - V . 1 0 = L22/5 Caliza Fragmento de pared plana, sin borde ni resaltes, que no es cua­drada sino de bordes convexos ligeramente rebajados hacia el vértice. Factura cuidada, superficie bien pulida en una cara y peor en la otra. 1.: 2,90; a.: 2,80; grosor: 0,40. Lám.: LXXXIñ.

242

68. HM 88 - V . l l = L22/ 5 Lamprófido Fragmento de paredes exvasadas rectas de escaso grosor y borde plano. Factura cuidada, superficie bien pulida en interior y ex­terior. 1.: 4,20; h.: 4,00; 0: 14,00. Lám.: LXXXIv. Cf. n.° 73.

69. HM 88 - V.12 = L22/14 Caliza amarillenta Plato o cuenco de paredes exvasadas convexas engrosadas en la parte superior del cuerpo y borde redondeado. Factura poco cui­dada; superficie interior bien pulida, pero exterior granulosa. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 7,80; h.: 6,60; 0: 23,50.

70. HM 88 - V.13 = L22/14 Tapadera circular de pared ligeramente curvada y borde redon­deado. En la base presenta un botón troncocónico invertido. Factura cuidada. Se conservan tres fragmentos que no encajan. 1.: 4,60; h.: 1,10; 0: 5,70. Lám.: LXXXIs.

71. HM 88 - V.14 = L22 - sur / 2 Vaso cilindrico (?). Paredes exvasadas rectas y borde redondeado engrosado al exterior. Decorado con una moldura de motivo sogueado inciso en la parte superior del cuello. El borde presenta un orificio transversal que lo atraviesa con inclinación de arriba a abajo. Se conserva un fragmento de pared con borde. La de­coración de soga está muy degradada. 1.: 10,00; h.: 6.60; 0: 18,00. Pal.: el-Khouli, n.° 276-283, Egyptian... I, p. 35 y UI, pl. 11 (dinastías I y H). Lám.: LXXIVa.

72. HM 88 - V.15 = L22 - sur / 8 Galbo de vaso de paredes verticales rectas. 1.: 3,00; h.: 6,20; 0: 9,00.

73. HM 88 - V.16 = L22 15 Lamprófido. Galbo de forma carenada con pared envasada recta, hombros horizontales y cuello envasado. Factura cuidada. Se conserva un fragmento de los hombros con arranque de cuello y de pared. 1.: 5,00; h.: 1,80; 0: 12,40. Lám.: LXXXIu. Podría tratarse de una pieza del mismo vaso que el n.° 68.

74. HM 88 - V.17 = H. 13 / 1988 / 3 Galbo de pared convexa gruesa de forma no identificable. 1.: 3,20; a.: 2,40; 0: 11,00 (?).

75. HM 88 - V.18 = H. 13 / 1988 / 11 Caliza Plato de base estable plana (?), pared exvasada convexa y borde biselado al exterior. V.I.: 451 (?). Factura poco cuidada. Su­perficie interior más pulida que la exterior. Se conserva un frag­mento de pared con borde y arranque de base. 1.: 4,50; h.: 3,50; 0: 15,80. Lám.: LXXVb.

76. HM 88 - V.19 = L25 / 10 Granito rosa Asa trapezoidal de sección cuadrangular de una forma abierta de gran tamaño. Factura poco cuidada, superficie ligeramente pu­limentada. Se conserva el asa hasta la zona de contacto con la pared de la vasija. 1.: 7,10; a.: 6,20; h.: 5,40.

77. HM 88 - V.20 = L25 / 16 Galbo y base de cantimplora (?) de cuerpo esférico. 1.: 3,50; h.: 4,90; 0: 6,00.

78. HM 88 - V.21 = L26 / 3 Galbo de pared exvasada recta de forma no identificada. 1.: 6,70; a.: 2,60; h.: 1,60.

79. HM 88 - V.22 = L26 / 4 Fragmento amorfo de forma no identificable. Podría formar parte de una escultura o de una vasija teriomorfa. Se distinguen algunas estrías, producto de un tallado intencional.

80. HM 88 - V.23 = H. 19 / 1988 / 2 Cuello de botella fusiforme. Pared envasada recta y borde ex-vasado cóncavo con labio biselado al exterior. Decorado con una moldura redondeada en el arranque del borde. Se conserva un fragmento de pared con cuello y borde. 1.: 1,60; h.: 6,20; 0: 5,40. Pal.: Petrie, Stone..., pl. XXXIII, 843. Cr.: Asociado a material cerámico de la primera mitad del s. VII a.C. Lám.: LXXXId.

81. HM 88 - V.24 = H. 21 / 1988 / 1 Caliza amarillo-anaranjada Plato o cuenco de paredes exvasadas convexas y borde plano biselado al interior. Asa de sección hexagonal asimétrica a la altura del borde. Factura cuidada, superficies pulidas. Se con­serva un fragmento de pared con borde y un asa. 1.: 11,50; h.: 4,00; 0: 27,00. Cr.: Asociado a material cerámico de la primera mitad del s. VII a.C. Lám.: LXXVId.

82. HM 88 - V.25 = H. 21 / 1988 / 3 Galbo de botella globular con probable DM en el tercio inferior del cuerpo. 1.: 5,90; h.: 6,80; 0: 9,10.

243

83. HM 88 - V.26 = L31 / 10 Cuello de forma cerrada de paredes verticales y borde exvasado con labio plano redondeado al exterior. Se conserva un fragmento del cuello con borde. 1.: 2,50; h.: 1,80; 0: 4,20. Lám.: LXXIXg.

84. HM 88 - V.27 = L31 / 16 Caliza Cuenco de paredes exvasadas convexas engrosadas en la parte central del cuerpo y borde plano. Asa de sección semicircular a la altura del borde. Factura cuidada. Superficies pulidas. Se con­serva un fragmento de pared con borde y asa. 1.: 15,4; a.: 7,50; h.: 11,20; 0: imposible de hallar. Lám.: LXXVIa.

85. HM 88 - V.28 = E. I / 1988 / 8 Base estable de gran grosor de mortero o vaso de paredes rectas casi verticales. 1.: 7,60; h.: 4,30; 0: 8,40. Lám.: LXXIIIk.

86. HM 88 - V.29 = E . I / 1988 / 8 Caliza blanca Galbo de vaso de gran tamaño, a juzgar por el grosor de la pared, curvada ligeramente. 1.: 8,00; a.: 7,50; h.: 3,50.

87. HM 88 - V.30 = E. I / 1988 / 9 Galbo de botella globular de paredes muy finas. 1.: 1,40; h.: 3,10.

88. HM 88 - V.31 = E. I / 1988 / 9 Cuenco (?) de paredes exvasadas rectas. Se conserva un frag­mento de pared con arranque de base (?). 1.: 3,20; h.: 3,70; 0: 8,70.

89. HM 88 - V.32 = E. I / 1988 / 9 Galbo de botella globular de DM en el tercio inferior o en el tercio superior del cuerpo. 1.: 2,50; h.: 7,50; 0: 6,30.

90. HM 88 - V.33 = E . I / 1988 / 9 Vaso de paredes verticales rectas y asas verticales con prolon­gación inferior. Se conserva un fragmento de pared con arranque de un asa. 1.: 2,40; h.: 3,30; 0: 11,00. Lám.: LXXIVh.

91. H M 8 8 - V . 3 4 = H. 11/6,10 m Diorita Fragmento de plato o cuenco de base estable plana y arranque de pared exvasada convexa. Factura muy cuidada. Pulido per­fecto en el interior y el exterior. 1.: 2,60; h.: 2,30; 0: 12,20.

92. HM 88 - V.36 = E. I / 1988 / 8 Caliza Vaso de gran tamaño de paredes exvasadas rectas y borde plano. Factura poco cuidada, con superficie interior y exterior bien desbastada pero sin pulir. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 23,00; h.: 17,00; 0: 33,00.

93. HM 88 - V.37 = J / 1988 / 8 Base de ánfora de forma "torpedo", de paredes finas. VI: < 65. Buen pulido exterior e interior. Se conserva un fragmento de pared con base. 1.: 2,40; h.: 4,60; 0: 3,00. Cr.: Asociado a material cerámico algo anterior al TPI. Lám.: LXXXIm.

94. HM 88 - V.38 = H. 21 / 1988 / 2-3 Cuenco de paredes exvasadas rectas y labio engrosado al exterior. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 1,9; h.: 3,7; 0: 15,5. Lám.: LXXIII.

95. HM 88 - V.39 = H. 21 / 1988 / 2-3 Galbo de forma no identificada; interior con marcas del tallado. 1.: 3,10; h.: 5,00; 0: 8,40.

96. HM 88 - V.40 = J / 1988 / Suelo Caliza Artesa de paredes exvasadas convexas, borde plano y boca cua-drangular con asas en los vértices. Factura grosera. Se conserva un fragmento de pared con borde y parte de un asa. 1.: 21; h.: 15,5. Cr.: Incluida en el suelo de una construcción del TPI final o comienzos del s. VII a.C. Lám.: LXXVIIIc.

97. HM 88 - V.41 = L22 - sur / 14 Caliza Forma abierta de paredes exvasadas rectas y borde redondeado. Factura grosera. Se conserva un fragmento de pared con borde muy degradado. 1.: 5,3; h.: 4,5.

Campaña de 1989 (HM 89)

98. HM 89.97 = H. 25 / 3 / M. 445 "Esquisto" Tapadera circular plana de extremo en doble bisel formando arista y botón en la base de sección pentagonal. Factura cuidada. Buen alisado en toda la superficie. Conservación buena; ha perdido un pequeño fragmento del borde, h.: 0,60; 0: 2,20. Cr.: Asociado a material cerámico que podría fecharse en el TPI tardío o s. VII a.C. Lám.: LXXXIq.

244

99. H M 8 9 - V . l = H. 6/ 1989/5 Caliza Artesa de base plana muy gruesa, paredes verticales y boca cua­drángulas Factura descuidada. Se conserva un vértice que no da la forma completa de la vasija. Superficie muy degradada por hidrolización. 1.: 15,00; a.: 12,20; h.: 10,50. Cr.. Asociado a material cerámico de comienzos del TPI.

100. HM 89 - V.2 = H. 20 / 1989 / 5 Botella globular pequeña, de DM en el tercio superior del cuerpo y cuello ligeramente exvasado. Se conserva un fragmento de pared con arranque de cuello. Superficie muy degradada. 1.: 2,10; h.: 3,00; 0: 3,60. Cr.: Asociada a material cerámico de fines del s. VIII o primera mitad del s. VII a.C. Lám.: LXXXe.

101. HM 89 - V.3 = H. 20 / 1989 / 5 Caliza Plato de base inestable, paredes exvasadas gruesas y borde re­dondeado. VI: 366. Factura mala. Se conserva un fragmento con borde y base; superficie muy degradada. 1.: 11,20; h.: 3,40; 0: 12,40. Cr.: Cf. n.° 100 Lám.: LXXVa.

102. HM 89 - V.4 = H. 20 / 1989 / 5 Caliza Cuenco de paredes exvasadas convexas y borde vertical redon­deado. A la altura de éste salen asas con prolongación inferior. VI: < 213. Factura muy cuidada. Superficies bien pulidas. Se conserva un fragmento de pared con arranque de un asa. 1.: 4,00; h.: 3,60; 0: 7,70. Cr.: Cf. n.° 100. Lám.: LXXIIf.

103. HM 89 - V.5 = H. 21 / 1989 / 1 Caliza Mortero. Vaso de paredes exvasadas rectas y borde plano. Asas de perfil trapezoidal con sección de tendencia pentagonal a la altura del borde. Cavidad interior semiesférica. Factura medio­cre. Superficie exterior con desbastado fino, interior pulida. Se conserva un fragmento de pared con borde y una de las asas, muy degradada. 1.: 15,50; h.: 6,20; 0: 24,00.

104. HM 89 - V.6 = H. 21 / 1989 / 1 Botella globular de DM en el tercio central del cuerpo. El borde o labio es una pequeña moldura vertical sobre los hombros. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 3,10; h.: 4,20; 0: 4,20. Lám.: LXXXñ.

105. HM 89 - V.7 = H. 21 / 1989 / 1 Caliza Cuenco de base inestable, paredes exvasadas convexas y borde biselado al exterior. La pared adelgaza progresivamente hacia el borde. VI: 255. Factura buena. Superficie exterior más pulida

que la interior. Se conserva un fragmento de pared con borde y base. 1.: 17,5; h.: 7,00; 0: 18,00. Lám.: LXXVIIb. Mancha negra, posiblemente de fuego, en el centro de la cavidad interior, sin tocar sus bordes. Esto implicaría que el fragmento se reutilizó como lámpara, una vez roto el cuenco.

106. HM 89 - V.9 = H. 25 / 3 Botella globular de DM en el tercio central del cuerpo. Paredes envasadas rectas con borde redondeado. Se conserva un pequeño fragmento de pared con borde, lo que permite dudar de la exac­titud del diámetro y del eje de simetría. 1.: 2,20; h.: 3,50; 0: 12,00. Cr.: Cf. n.° 98. Lám.: LXXXm.

107. H M 8 9 - V . 1 0 = H. 25/3 Galbo de botella globular con DM en el tercio inferior del cuerpo. 1.: 4,30; h.: 6,30; 0: 9,00. Cr.: Cf. n.° 98.

108. HM 89 - V . l l = H. 25 / 6 Caliza Cuenco de paredes gruesas exvasadas y borde vertical plano. VI: < 260. Factura mediocre; buen pulido en el interior pero con un simple desbastado en el exterior. Se conserva un frag­mento de la pared con borde; superficie exterior muy degradada. 1.: 16,00; h.: 12,30; 0: 32,00. Cr.: Cf. n.° 98. Lám.: LXXVe.

109. HM 89 - V.12 = H. 25 / M . 424 Botella globular de DM en el tercio superior del cuerpo, cuello muy delgado vertical y boca de gran amplitud. Orejetas verticales con perforación muy pequeña en la unión con la pared y pro­longación inferior. Se conserva un fragmento de pared con un asa y arranque del cuello. 1.: 2,20; h.: 5,20; 0: 10,00 (orientación dudosa). Cr.: Cf. n.° 98. Lám.: LXXXf.

110. HM 89 - V.13 = H. 25 / M . 424 Cuello de forma cerrada. Paredes exvasadas cóncavas y borde redondeado al exterior. Se conserva un fragmento del cuello con borde. 1.: 2,80; h.: 1,30; 0: 4,30. Cr.: Cf. n.° 98. Lám.: LXXIXh.

111. HM 89 - V. 14 = H. 25 / M . 424 Galbo de forma no identificable. 1.: 1,70; grosor: 0,50. Cr.: Cf. n.° 98.

112. H M 8 9 - V . 1 5 = L37/1 Cuenco de paredes verticales convexas, y borde redondeado bi­selado al interior. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 3,10; h.: 3,50; 0: 13,40. Lám.: LXXIIg.

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113. H M 8 9 - V . 1 6 = L37/1 Caliza Artesa de base plana y paredes exvasadas convexas un poco menos gruesas que la base. Forma de la boca no identificada. Factura grosera. Se conserva un fragmento de la base con arran­que de pared. 1.: 10,00; a.: 9,00; h.: 6,00.

114. HM 89 - V.17 = L37 / 2 Caliza Cuenco de paredes exvasadas rectas y borde biselado al exterior. Factura cuidada. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 4,60; h.: 2,8; 0: 11,00. Lám.: LXXIIk.

115. H M 8 9 - V . 1 8 = L37 /6 Caliza Mortero de paredes verticales rectas muy gruesas y asas con sección de tendencia semicircular a la altura del borde. Cavidad interior semiesférica pequeña. Factura descuidada. Se conserva un fragmento de pared con un asa. 1.: 10,50; h.: 9,50; 0 de la cavidad interior: 14,00.

116. HM 89 - V.19 = L37 B / 2 Caliza Plato de paredes exvasadas convexas y borde vertical biselado al interior. Asa con sección de tendencia semicircular a la altura del borde. Factura poco cuidada^Se conserva un fragmento de pared con borde y la mitad de un asa. 1.: 11,00; h.: 7,00; 0: 24,00. Lám.: LXXVg.

117. HM 89 - V.21 = L37 B / 3 Caliza Plato de base estable de pie indicado y paredes exvasadas con­vexas gruesas. Factura cuidada; superficie interior muy pulida, también la exterior pero con menos detalle. Se conserva un frag­mento de la base con arranque de pared. 1.: 8,70; h.: 3,80; 0: 17,30.

118. HM 89 - V.22 = T. 7 Botella esférica (?) de paredes gruesas, cuello vertical corto mol­durado, boca ancha y borde horizontal con labio en arista al exterior. VI: < 138. La cavidad interior está ligeramente des­centrada respecto al eje vertical del vaso. Se conserva un frag­mento de pared con borde. 1.: 5,80; 4,70; 0: 7,00. Lám.: LXXIXe.

119. HM 89 - V.25 = Superficie (?) Cuenco de paredes exvasadas convexas y borde biselado al in­terior. VI: ca. 257. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 5,00; h.: 5,60; 0: 14,30. Lám.: LXXIIñ.

120. HM 89 - V.26 y HM 91 - V.19 = L37 A / 12 y E. I / 1991 / M . 890, respectivamente Mortero. Vaso de base estable, paredes exvasadas rectas de borde biselado al interior, con asas verticales con sección de tendencia trapezoidal a la altura del borde. VI: 117. Se conservan dos fragmentos que han sido pegados, h.: 7,00; 0: 8,60. Lám.: LXXIVi.

121. HM 89 - V.27 = H. 19 / 1989 / 4 Gabro Plato de base estable con pie indicado, paredes exvasadas curvas muy gruesas y borde plano biselado al interior. VI: 390. Factura cuidada, superficie muy pulida en el interior, algo menos en el exterior. Se conserva un gran fragmento de pared con borde y base. 1.: 21,00; h.: 7,60; 0: 29,80. Lám.: LXXd.

122. HM 89 - V.28 = M2 / 3 Cazo. Recipiente de base inestable, paredes exvasadas convexas y borde plano. Mango plano a la altura del borde, que presenta una primera parte trapezoidal en la unión con el recipiente e indicios de al menos una segunda que se ha perdido. VI: ca. 235. Se conserva un fragmento del mango con arranque de pared y borde del cuenco. 1.: 6,00. Cuenco: h.: 3,00; 0: 7,00. Pal.: Petrie, Stone..., pl. X X X V , 894 y 895. Lám.: LXXIVi.

123. HM 89 - V.31 = H. 20 / 1989 / 5 Galbo de botella globular de hombros rectos y cuello vertical estrecho. 1.: 1,80; grosor: 0,60. Cr.: Cf. n.° 100.

124. HM 89 - V.32 = H. 20 / 1989 / 5 Vaso muy alto de paredes verticales con ligera carena en la parte superior del cuerpo y borde muy corto redondeado y engrosado al exterior. Asa vertical muy alargada en el tercio superior del cuerpo de sección romboidal asimétrica, con la mitad superior más alta que la inferior. Se conserva un fragmento de pared con borde y un asa. 1.: 5,40; h.: 10,20; 0: 8,30. Cr.: Cf. n.° 100. Lám.: LXXIUh.

125. HM 89 - V.33 = H. 20 / 1989 / 6 Botella esférica achatada de boca amplia y borde vertical recto muy corto biselado al interior. VI: < 178. Se conserva un frag­mento de pared con borde. 1.: 5,90; h.: 4,60; 0: 8,20. Pal. (borde): Baena, Baetica I, p. 161 y fig. 165, 3 y 4. Cuerpo: Hayes, The Scepter..., II, p. 80, fig. 43 (Hatshepsut). Cr.: Asociada a material cerámico de fines del s. VIII o primera mitad del s. VII a.C. Lám.: LXXIXb.

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126. HM 89 - V.34 = H. 20 / 1989 / 6 Botella globular de DM en el tercio inferior del cuerpo, paredes envasadas convexas, hombros redondeados, cuello exvasado y borde engrosado al exterior. Oreja pequeña con prolongación inferior. VI: < 95. Se conserva un fragmento de pared con borde y una oreja. 1.: 3,50; h.: 6,10; 0: 5,60. Pal.: Molina / Padró, vaso n.° 3, Almuñécar..., p. 45 (TPI). Cr.: Cf. n.° 125. Lám.: LXXXn.

127. HM 89 - V.35 = H. 20 / 1989 / 6 Galbo de botella esférica con posible DM en el tercio inferior del cuerpo y base estable. 1.: 3,90; h.: 5,00; 0: 8,50. Cr.: Cf. n.° 125.

128. HM 89 - V.36 = H. 20 / 1989 / 6 Vaso de paredes exvasadas rectas y borde biselado al interior. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 4,10; h.: 3,50; 0: 8,00. Cr.: Cf. n.° 125. Lám.: LXXIIIe.

129. HM 89 - V.37 = H. 20 / 1989 / 6 Galbo de botella globular. 1.: 3,90; h.: 5,50; 0: 6,50. Cr.: Cf. n.° 125.

130. HM 89 - V.38 = H. 20 / 1989 / 6 Galbo de botella globular. 1.: 1,90; h.: 3,40; 0: 8,00. Cr.: Cf. n.° 125.

131. HM 89 - V.39 = H. 20 / 1989 / 6 Galbo de forma no identificable. Cr.: Cf. n.° 125. 1.: 1,30; h.: 3,20; grosor: 0,90.

132. HM 89 - V.40 = H. 20 / 1989 / 6 Botella globular de DM en el tercio central del cuerpo. Paredes envasadas convexas y borde biselado al interior. Orejetas ver­ticales de pequeño tamaño. Se conserva un fragmento de pared con borde y una orejeta. 1.: 4,00; h.: 3,20; 0: 5,70. Pal.: Pérez, N.° 16804, Revista..., p. 916, fig. 4. Cr.: Cf. n.° 125. Lám.: LXXXg.

133. HM 89 - V.41 = H. 23 / 1989 / 14 Base inestable de botella globular.

1.: 2,90; h.: 1,80; 0: 4,20. Cr.: Asociado a material cerámico de un probable TPI tardío.

134. HM 89 - V.42 = H. 25 / 3 Galbo de botella globular. 1.: 3,40; h.: 3,30; 0: 5,80. Cr.: Cf. n.° 98.

135. HM 89 - V.43 = H. 25 / 3 / M . 443 Galbo de botella globular. Se conservan dos fragmentos 1.: 2,70; h.: 2,70; 0: 3,10; 0 y orientación pueden sufrir algún pequeño error por el pequeño tamaño de los fragmentos. Cr.: Cf. n.°98.

136. HM 89 - V.44 = T. 6 / 5 Cuenco de de paredes exvasadas convexas y borde vertical re­dondeado. VI: < 285. Se conserva un fragmento de pared con borde y posible arranque de base. 1.: 2,20; h.: 5,20; 0: 12,50. Cr.: Asociado a material cerámico de un posible TPI final. Lám.: LXXIIh.

137. HM 89 - V.45 = T. 6 / 5 Cuenco de base inestable, paredes exvasadas convexas y borde envasado biselado al exterior y al interior. VI: 162. Se conservan dos fragmentos que han sido pegados, h.: 2,30; 0: 3,80. Cr.: Cf. n.° 136. Lám.: LXXIIb.

138. HM 89 - V.46 = T. 6 / 5 Percutor. Pieza troncocónica invertida (?) de sección circular con uno de los extremos redondeados. 1.: 4,00; 0: 1,50. Pal.: Petrie, Stone..., pl. XXXVIII, 980. Cr.: Cf. n.° 136. Lám.: LXXXIn.

139. HM 89 - V.47 = L37 / 3 Galbo de botella globular de gran diámetro. 1.: 2,60; h.: 4,50.

140. HM 89 - V.48 = L37 B / 2 Galbo de forma no identificable. 1.: 2,30; a.: 1,70; grosor: 0,50.

141. HM 89 - V.49 = E . I / 1989 / 25.X Base y galbo de botella globular de paredes muy finas. 1.: 4,00; h.: 4,50; 0: 5,50.

142. HM 89 - V.50 = E. I / 1989 / 25.X Galbo de botella globular de paredes gruesas. 1.: 2,70; h.: 3,50; 0: 4,50.

143. HM 89 - V.51 = H. 29 / 1 Caliza blanca Cuenco de paredes exvasadas convexas delgadas y borde plano. Factura cuidada, con superficie mejor pulida en el interior que en el exterior, sin que éste sea descuidado. Manchas de hongos

247

en toda la superficie. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 13,50; h.: 7,00; 0: 28,50. Lám.: LXXVIIc.

144. HM 89 - V.52 = H. 29 Forma abierta de borde plano y labio engrosado hacia el exterior. Se conserva un fragmento del borde. 1.: 2,20; h.: 1,20; 0: 12,00.

145. HM 89 - V.53 = M4 / 1 Cuenco de posible base estable, paredes exvasadas convexas y borde biselado al interior. VI: 196. Se conserva un fragmento de pared con borde y arranque de base. La superficie exterior está muy degradada por hidrolización. 1.: 5,00; h.: 7,50; 0: 12,00. Lám.: LXXIIn.

146. HM 89 - V.54 = L37 / 2 Cuenco de paredes exvasadas rectas y borde redondeado. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 2,70; h.: 2,80; 0: 14,00.

147. HM 89 - V.55 = L37 / 1 Caliza amarillenta Plato de paredes exvasadas convexas y borde redondeado. VI: < 314. Factura cuidada; superficie más pulida en el exterior que en el interior. 1.: 6,30; h.: 4,20; 0: 13,00. Lám.: LXIXi.

148. HM 89 - V.56 = L37 B / 6.XI Caliza gris Mortero (?). Borde de forma abierta de gran diámetro con paredes verticales rectas y borde plano, pero posible cavidad interior circular. Factura cuidada, superficie bien pulida en el interior y en el exterior, h.: 4,00; 0: ca. 30,00.

149. HM 89 - V.57 = E. I / 1989 / 9 Botella globular de base inestable ligeramente apuntada y DM en el tercio central del cuerpo. Superficie pulida en el exterior y más descuidada en el interior, con líneas concéntricas del ta­llado. Se conserva un fragmento de pared con base. 1.: 5,40; h.: 4,30; 0: 5,80.

150. HM 89 - V.58 = H. 23 / 1989 / 14-15 Caliza Borde de forma abierta de gran diámetro con paredes verticales rectas y borde plano. Factura descuidada. Muy degradado. 1.: 2,50; h.: 1,20. Cr.: Cf. n.° 133.

151. HM 89 - V.59 = Superficie Caliza Plato de base plana carenada, pared exterior vertical recta y borde redondeado. Factura grosera. Se conserva una mitad de la pieza, bastante degradada. 1.: 6,2; h.: 1,9; 0: 7,0. Lám.: LXXa.

Campaña de 1990 (HM 90)

152. H M 9 0 - V . l = H. 3 0 / 2 / M . 793 Caliza Asa trapezoidal a la altura del borde de forma abierta de gran diámetro. Factura cuidada. 1.: 6,60; h.: 1,80; 0: ca. 34,00. Cr.: Asociado a material cerámico del s. VII a.C. Lám.: LXXVIb.

153. HM 90 - V.2 = H. 30 / 3 Base muy apuntada de botella ovoide (?). 1.: 1,60; h.: 2,50, 0: 2,00. Cr.: Cf. n.° 152. Lám.: LXXXIi.

154. HM 90 - V.3 y V.3 bis = H. 30 / 3 / M . 804 y H. 30 / 2 / M . 803, respectivamente. Dos galbos de botella globular con arranque de cuello. Se con­servan dos fragmentos separados, pero el color del "alabastro" y las vetas son idénticos. 1.: 1,70; h.: 3,60. Cr.: Cf. n.° 152.

155. HM 90 - V.4 = H. 30 / 5 Pórfido (?) Galbo de forma de grandes dimensiones de paredes convexas. Se conserva un fragmento de pared de gran grosor. 1.: 9,00; a.: 6,40; grosor: 4,90; 0: ca. 36,00 (?). Cr.: Cf. n.° 152.

156. HM 90 - V.5 = H. 30 / 6 Caliza Borde de forma abierta con asa o con labio engrosado al exterior. Factura descuidada. 1.: 9,40; h.: 6,50.

157. HM 90 - V.6 = E. I / 1990 / M . 849 Cuenco de base estable plana, paredes exvasadas convexas muy delgadas y borde vertical redondeado engrosado al interior. VI: 293. Se conserva un fragmento de pared con base y borde, h.: 1,50; 0: 4,20. Lám.: LXXb.

158. HM 90 - V.7 y V.7 bis = E. I / 1990 / M . 850 Plato o cuenco de paredes exvasadas convexas y borde plano. Asa horizontal irregular asimétrica, a la altura del borde. Se conservan dos fragmentos separados pero son seguramente de la misma pieza, por la similitud en el material. 1.: 4,30; h.: 2,80; 0: 20,00. Pal.: Petrie, Stone..., p. 13 y pl. X X X V , 888-892. Greene, Ancient..., p. 383. Lám.: LXIXa. Podría tratarse de una vasija teriomorfa, concretamente con forma de ánade, muy habituales en las dinastías XVIII y XIX y este asa sería una de las patas.

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159. HM90- V . 8 y H M 9 0 - V . l l y V . l l bis = E. 1/1990 / M . 852 y E. I / 1990 / 853, respectivamente. Base inestable con un estrangulamiento en la parte inferior. VI: < 80. Se conservan tres fragmentos de pared con base de los que dos han sido pegados. 1.: 3,70; h.: 6,60; 0: 5,80. Pal.: Padró, Egyptian-Type..., III, pp. 81-82, pl. XCVI. Lám.: LXXXIj.

160. HM 90 - V.9 = E. I / 1990 / M . 853 Cantimplora de cuerpo esférico con cuello exvasado y asas de­coradas con una incisión vertical en la cara exterior. Se conserva un fragmento de pared con cuello y un asa. 1:. 3,30; h.: 4,70; 0: 5,50. Lám.: LXXIXk.

161. HM 90 - V.10 = E. 1/ 1990/M. 853 Cuenco de paredes exvasadas convexas y borde vertical plano. Se conservan dos fragmentos separados de pared con borde. 1.: 3,50; h.: 3,80; 0: 14,40. Lám.: LXIXe.

162. HM 90 - V.12 / V.12 bis y HM 90 - V.25 = E. I / 1990 / M . 853 y E. I / 1990 / M . 851, respectivamente. Mortero. Vaso de paredes verticales convexas y borde plano. Asa vertical con sección de tendencia cuadrangular a la altura del borde. Se conservan tres fragmentos de pared que han sido pegados, de los que el mayor con borde y un asa. h.: 4,80; 0: 7,10. Lám.: LXXIIIj.

163. HM 90 - V.13 = E. 1/ 1990/M. 853 Cuenco de paredes exvasadas convexas con borde plano engro­sado al exterior. Asa horizontal curva a la altura del borde for­mada por un semicírculo prolongado por un engrasamiento del borde hasta la factura. Se conserva un fragmento de pared con borde y parte de un asa. 1.: 5,10; h.: 3,60; 0: 16,30. Pal.: Petrie, Stone..., p. 12 y pl. XXXH, 774 y 785, ambos con un solo asa. Lám.: LXXIIa.

164. HM 9 0 - V . 14 = E. 1/ 1990/M. 853 Galbo y arranque de base de botella globular. 1.: 4,80; 0: 6,00.

165. HM 90 - V.15 = E. 1/ 1990/M. 818 Cuello (?) de forma cerrada con paredes exvasadas rectas y borde plano; o bien cuenco en miniatura de paredes verticales rectas. 1.: 1,60; h.: 1,50; 0: 2,00.

166. HM 90 - V.16 = E. I / 1990 / M . 851 y 852 Botella globular de DM en el tercio central del cuerpo. Cuello vertical corto y borde engrosado al exterior. Se conserva un fragmento de hombro con cuello y borde y parte de un asa.

1.: 2,10; h.: 2,80; 0: 4,00 (por encima del asa).

167. HM 90 - V.17 = E. 1/ 1990/M.'s sur Percutor. Pieza troncocónica invertida (?) de sección circular con uno de los extremos redondeado, h.: 4,90; 0: 1,40. Pal.: Cf. 138.

168. HM90-V.18 = E. 1/ 1990 /1 Botella ovoide de DM en el tercio superior del cuerpo, hombros redondeados y cuello ancho de paredes envasadas rectas y borde redondeado. VI: < 100. Se conserva un fragmento de cuello con borde y pared. 1.: 4,20; h.: 8,10; 0: 8,20. Lám.: LXXXIg.

169. HM 90 / V. 19 = E. I / 1990 / 90.3 Diorita Fragmento de cuenco de base estable y arranque de paredes exvasadas rectas. Factura muy cuidada. Superficie muy pulida, con brillo. 1.: 6,40; h.: 3,00; 0: 13,20. Lám.: LXXIVf.

170. HM 90 - V.20 = E. I / 1990 / 90.3 Serpentinita verde Cuenco de paredes exvasadas convexas y borde vertical plano. VI: < 268. Factura muy cuidada. Superficie pulida sin brillo. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 2,50; h.: 5,1; 0: 13,40. Lám.: LXXIIi.

171. HM 90 - V.21 = E. I / 1990 / 90.3 Serpentinita verde oscura Cuenco de paredes exvasadas rectas y borde apuntado. Factura cuidada, buen pulido de las superficies interior y exterior. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 9,30; h.: 3,50; 0: 16,20.

172. HM 90 / V.22 = H. 23 / 1990 / 4 ¿Diorita? Fragmento de cuenco de base estable plana y arranque de paredes exvasadas convexas. Factura muy cuidada. Superficie muy pu­lida, con brillo. L : 9,00; h.: 4,50; 0: 14,40. Lám.: LXXIVg.

173. HM 90 - V.23 = H. 45 Caliza nummulítica Cuenco de base estable muy gruesa con anillo de solero de sección trapezoidal y paredes exvasadas convexas. Factura poco cuidada, material poco apto para este trabajo. Se conserva la base con arranque de pared. 1.: 13,00; h.: 12,50; 0: 28,50. Lám.: LXXVHd.

174. HM 90 - V.24 = E. I / 1990 / 1 Galbo de cantimplora de cuerpo esférico. 1.: 3,40; h.: 3,90; 0: 7,50.

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175. HM 90 - V.26 = H. 30 / 3 / M . 804 Tapadera circular con pared de perfil curvo, borde carenado y biselado al interior y base convexo-cóncava. Factura cuidada, el botón central está ligeramente descentrado. Buena conservación, h.: 1,10; 0: 2,80. Lám.: LXXXIp.

176. HM 90 - V.27 = H. 13 / 1990 / M . Tapadera circular con pared de perfil curvo de extremo vertical con un ángulo al interior y base plana. Factura cuidada; las caras exterior e interior no son perfectamente paralelas. Conservación regular. h.: 0,30; 0: 2,10. Cr.: Cf. n.° 152. Lám.: LXXXIr.

177. HM 90 - V.28 = H. 30 / 6 Caliza blanca Base estable de cuenco o plato de gran diámetro con paredes exvasadas convexas. Factura regular, superficie interior con buen pulido, pero exterior sólo mediocre. 1.: 16,00; h.: 4,80; 0: 24,00.

Campaña de 1991 (HM 91)

178. HM 91 - V. 1 = L 38 / bajo U.C. 84 / 6,25 m. Anfora de paredes exvasadas convexas, carena alta marcada, hombros rectos y cuello vertical. El asa es un ensanchamiento semicircular doble del perfil a la altura de la carena. Factura cuidada, superficie exterior con buen pulido pero el interior es menos cuidado por la pequeña abertura de la boca. Se conserva un fragmento de pared con arranque de cuello y un asa. 1.: 6,50; h.: 7,00; 0: 9,80. Pal.: Bissing, Steingefásse, CGC 18432, Tf. IV. Lám.: LXXXIb.

179. HM 91 - V.2 = H. 20 / 1991 / 1 Caliza Plato o cuenco de paredes exvasadas convexas de borde biselado al exterior y asas a la altura de éste. VI: < 335. Factura des­cuidada. Superficie exterior con un simple desbastado muy irre­gular, sin pulir, interior mejor, aunque sin corrección. Sólo el interior del borde, ligeramente biselado, ha sido bien pulido. Se conserva un fragmento de pared con borde y el arranque de un asa. 1.: 6,50; h.: 5,60; 0: 18,80. Cr.: Asociado a material cerámico que puede fecharse desde el TPI a comienzos de la dinastía X X V o s. VII a.C. Lám.: LXXVh.

180. HM 91 - V.3 = H. 20 / 1991 / 1 Galbo de botella globular de DM en el tercio inferior del cuerpo y paredes delgadas. Factura cuidada, aunque el perfil interior es muy irregular por los distintos tamaños de los perforadores uti­lizados en el tallado. 1.: 2,50; h.: 7,20; 0: 8,00. Cr.: Cf. n.° 179.

181. HM91 - V.4 = H. 20/ 1991 / 1 Caliza amarilla de grano fino Plato de base inestable, paredes exvasadas convexas y borde redondeado. Asas verticales curvas con hendidura central que parte del borde hasta el tercio inferior del cuerpo. VI: 319. Factura cuidada. Se conserva un fragmento de pared con borde y un asa. Hongos en la superficie. 1.: 5,20; h.: 2,50; 0: 8,20. Cr.: Cf. n.° 179. Lám.: LXIXj.

182. HM 91 - V.5 = H. 23 / bajo U.C. 84 / 7,89 m. Galbo de botella globular de DM en el tercio central del cuerpo. 1.: 2,60; 0: 5,40.

183. HM 91 - V.6 = H. 32 / 3 Caliza grisácea Cuenco de paredes exvasadas rectas y borde plano. Factura me­diocre, superficie interior pulida pero sólo un desbastado correcto en la exterior. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 9,50; a.: 6,50. Cr.: Asociado a material cerámico del s. VII a.C.

184. HM 91 - V.7 = H. 30 / 14 Diorita Vaso cerrado bajo de base estable plana, paredes exvasadas con­vexas y hombro plano. VI: < 229. Factura cuidada. Superficie exterior pulida con brillo; interior con perfil irregular. Se con­serva un fragmento de pared con los arranques de la base y los hombros. 1.: 8,40; h.: 7,40; 0: 17,00. Cr.: Asociado a material cerámico de fines del Imperio Antiguo - PPL Lám.: LXXIXd.

185. HM 91 - V.8 = H. 41 / 1 Botella globular de DM en el tercio central del cuerpo, cuello envasado muy delgado y boca muy ancha. Superficie exterior con buen pulido, interior menos correcto. Se conserva un frag­mento de pared con arranques del cuello y de un asa. 1.: 5,20; h.: 4,40; 0: 11,00.

186. HM 91 - V.9 y V.9bis = H. 41 / 1 y H. 41 / 2, respectivamente Caliza Dos galbos que no encajan de plato de base inestable, paredes exvasadas rectas y borde redondeado, con boca ovoidal. Factura poco cuidada, el cuerpo es asimétrico. Superficie exterior rugosa pero la interior está bien pulida. L: 8,40; a.: 6,40; y, L: 6,80; a.: 6,50.

187. HM 91 - V.10 = H. 41 / 2 Base apuntada y galbo de ánfora de forma "torpedo". En el interior quedan líneas concéntricas de la manufactura, h.: 3,10; 0: 3,10. Pal.: Bissing, Steingefásse, CGC 18432, Tf. IV. Padró. Egyp-tian-Type..., III, pp. 73-76. pl. LXXXVIII. Lám.: LXXXI1.

250

188. HM 91 - V . l l = H. 41 / 2 Fragmento de placa de pared delgada y forma posiblemente cir­cular. Borde biselado en una de las caras. 1.: 5,00; a.: 2,10; h.: 0,80.

189. HM 91-V.12 = E. 1/1991 / 19.X Cantimplora de cuerpo esférico y cuello de paredes exvasadas rectas. Se conserva un fragmento de pared con hombros y arran­que de cuello y un asa. 1.: 3,90; h.: 4,4; 0: 5,50. Lám.: LXXIXj.

190. HM 91 - V.13 = E. 1/1991 / sur Anfora de paredes exvasadas convexas delgadas, carena alta mar­cada, hombros rectos casi planos y cuello corto envasado con borde engrosado al exterior de labio redondeado. Grandes asas verticales de anillo a la altura de la carena con prolongación decorativa inferior. VI: < 66. Factura muy cuidada. Buen pulido exterior, menos correcto en el interior. Se conservan dos frag­mentos de pared que han sido pegados, con un asa, cuello y borde. 1.: 5,10; h.: 10,00; 0: 6,60. Pal.: Montet, La nécropole... I, p. 82 y pl. XLVI, aunque de un tamaño mucho mayor. Lám.: LXXXIa.

191. HM 91 - V.14 = E. 1/1991 / sur Plato de paredes exvasadas convexas y borde vertical biselado y engrosado al interior. Superficie pulida en ambas caras. Se con­serva un fragmento de pared con borde. 1.: 7,50; h.: 3,30. Lám.: LXIXd.

192. HM91 - V.15 = E . 1/1991/M. 979 Galbo de botella globular de DM en el tercio superior del cuerpo. Superficie pulida interior y exterior. 1.: 2,00; h.: 3,70; 0: 6,20.

193. HM91 - V.16 = E. 1/ 1991 / M . 979 Botella globular de DM en el tercio superior del cuerpo, boca ancha y borde exvasado de labio vuelto al exterior y biselado al interior. Asas verticales en el tercio superior del cuerpo con prolongación decorativa inferior. Factura muy cuidada. Super­ficies bien pulidas. Se conserva un fragmento de pared con asa, cuello y borde. 1.: 4,20; h.: 3,40; 0: 4,80. Lám.: LXXXc.

194. HM 91 - V.17 = E. 1/1991 / M . 979 Plato de paredes exvasadas convexas y borde biselado al exterior. Factura cuidada. Superficie pulida en el exterior, con líneas con­céntricas de la manufactura en el interior. Se conserva un frag­mento de pared con borde. 1.: 3,00; h.: 2,30; 0: 12,80. Lám.: LXIXf.

195. HM 91 - V.18 = E. I / 1991 / M . 979 (borde), y E. I / 19.X (galbo) Brecha Botella globular de DM en el tercio central del cuerpo, paredes delgadas, hombros redondeados y cuello vertical de labio en­grosado al exterior decorado con dos molduras semicirculares de tamaño similar al labio. Asas verticales en la parte superior del cuerpo con prolongación decorativa inferior. VI: < 75. Factura muy cuidada. Superficie pulida. Se conservan varios fragmentos de pared con arranque de un asa, cuello y borde que han sido pegados. 1.: 4,00; h.: 6,80; 0: 5,20. Lám.: LXXXj.

196. HM 91 - V.20 = H. 20 / 1991 / 1 Galbo de forma no identificada de paredes convexas gruesas. Superficie pulida interior y exterior. 1.: 1,90; h.: 2,20. Cr.: Cf. n.° 179.

197. HM 91 - V.21 = E. I / 1991 / M . 891 Galbo de botella globular con cuello delgado vertical. Superficie exterior bien pulida, interior menos cuidada. Se conserva un fragmento de pared con arranques de un asa y de cuello. 1.: 2,00; h.: 2,3; 0: 5,40.

198. HM 91 - V.22 = E. I / 1991 / M . 891 Galbo de botella globular de hombros inclinados y cuello en­vasado. Superficie exterior bien pulida, interior menos cuidada. 1.: 2,30; h.: 3,10.

199. HM 91 - V.23 = E. I / 1991 / M . 892 Galbo de forma cerrada de cuerpo esférico y cuello envasado o cóncavo. Superficie exterior bien pulida pero con estrías pro­fundas en el interior. Se conserva un fragmento de pared con arranque de cuello. 1.: 3,50; h.: 3,70; 0: 4,50. Lám.: LXXIX1.

200. HM 91 - V.24 = E. I / 1991 / 1 Galbo de forma cerrada de cuerpo esférico y paredes gruesas. Superficie pulida. I.: 2,10; h.: 2,50; 0: 6,00.

201. HM 91 - V.25 = E. I / 1991 / 19.X Galbo de botella globular con arranque del cuello. 1.: 2,70; h.: 3,10.

202. HM 91 - V.26 = E. I / 1991 / 19.X Galbo de botella esférica con DM en el tercio inferior del cuerpo y paredes envasadas (?). 1.: 3,80; h.: 3,00; 0: 4,60.

203. HM 91 - V.27 = H. 32 / 3 Galbo de cuello de botella fusiforme de paredes envasadas rectas con moldura de sección triangular en la parte alta del cuello. 1.: 2,50; h.: 5,80; 0: 4,00.

251

Pal.: Petrie, Stone..., pl. X X X i n , 843. Cr.: Cf. n.° 183. Lám.: LXXXIf.

204. HM 91 - V.28 = L43 / 2 Caliza blanca Cuenco de paredes exvasadas curvas, borde biselado al interior y asa con sección de tendencia ovoidal y parte superior plana. Factura cuidada; buen pulido interior y relativamente bueno en el exterior. Se conserva un fragmento de pared con borde y un asa. 1.: 9,80; h.: 5,50; 0: ca. 38,00. Lám.: LXXVIf.

205. HM 91 - V.29 = L43 / 2 Caliza grisácea Fragmento de forma abierta con base inestable y arranque de paredes exvasadas convexas. Factura cuidada; superficies interior y exterior bien pulidas. 1.: 6,30; h.: 3,30; 0: 13,70.

206. HM 91 - V.30 = L43 / 2 Galbo de botella globular. 1.: 2,10; h.: 4,00.

207. HM 91 - V.31 = L43 / 2 Cuenco de paredes exvasadas rectas y borde redondeado. Buen pulido exterior, mejor que el interior. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 6,00; h.: 5,50; 0: 13,20. Lám.: LXXIIm.

208. HM 91 - V.32 = L43 / 2 Cuenco de paredes exvasadas curvas con borde redondeado y base estable plana. Se conserva un fragmento de pared con borde y base. 1.: 3,00; h.: 2,20; 0: 9,00. Lám.: LXXc.

209. HM 91 - V.33 = L43 / 2 "Alabastro" blanco con vetas naranja Galbo de botella globular de DM en el tercio superior o inferior del cuerpo. 1.: 5,20; h.: 3,90; 0: 6,00.

210. HM 91 - V.34 = L43 / 4 Caliza blanquecina. Asa de forma abierta. Factura descuidada; exterior rugoso. 1.: 8,50; h.: 7,50.

211. HM 91 - V.35 = L43 / 5 Vaso alto de base estable y paredes exvasadas cóncavas. Interior con las líneas concéntricas del tallado. Se conserva un fragmento de pared con la base. 1.: 3,20; h.: 7,50; 0: 5,30. Pal.: Kemp / Merrillees, Minoan..., p. 126, fig. 41, 39 y p. 127. Lám.: LXXIIIm.

212. HM 91 - V.36 = L431 4 Galbo de botella globular. Exterior más pulido que el interior. 1.: 2,69; h.: 1,90.

213. HM 91 - V.37 = L43 / 5 Galbo de cuello de botella fusiforme con paredes envasadas rectas y arranque del borde vertical. Interior con las líneas concéntricas de la talla. 1.: 2,10; h.: 4,50; 0: 5,00.

214. HM 91 - V.38 = L43 / 5 Caliza blanca. Fragmento de base estable plana de forma abierta de paredes exvasadas. Factura mediocre; interior con buen pulido pero ex­terior sólo desbastado, sin pulir. Se conserva un fragmento de pared con arranque de la base. 1.: 8,50; h.: 6,00; 0: ca. 35,00, difícil de hallar por el mal acabado exterior. Lám.: LXXVIIe.

215. HM 91 - V.39 = L43 / 6 Galbo de cuello de botella fusiforme de paredes envasadas con­cavas. 1.: 2,90; h.: 2,90; 0: 4,20. Presenta exactamente las mismas vetas y en la misma parte del cuello que el n.° 30, que es también una botella fusiforme, pero no pertenece a ella pues está completa en la parte en que co­rrespondería este fra<* Tito.

216. t „ 91 . v.40 = L43 / 7 "Alaba ro" (?) Base inestable (?) de gran grosor de forma no identificable. 1.: 5,90; a.: 2,90; grosor: 2,10.

217. HM 91 - V.41 = L43 / M . II Galbo de forma cerrada no identificable. 1.: 2,70; a.: 2,90; grosor: 0,50.

218. HM 91 - V.42 = L43 / M . 931 Cuenco de base estable y paredes ligeramente exvasadas rectas con, al menos, una moldura semicircular en la base. Se conserva un fragmento de pared con base. 1.: 3,30; h.: 3,00; 0: 13,00.

219. HM 91 - V.43 = L43 / M. 939 Galbo de botella globular.

1.: 3,90; h.: 6,30; 0: 7,00.

220. HM 91 - V.44 = L43 / 2 Caliza Plato de base inestable (?), paredes exvasadas convexas y borde plano. Factura descuidada, superficie interior algo pulida, ex­terior sólo desbastada. 1.: 24,00; h.: 13,00. Lám.: LXXVc.

252

Campaña de 1992 (HM 92)

221. HM 92 - V . l = Superficie Pórfido Forma cerrada baja (?) de borde vertical y labio plano ancho engrosado al exterior. Factura cuidada; buen pulido exterior e interior. Se realizó de una sola pieza, pues se conserva un frag­mento de pared con borde y por debajo del DM, donde se cortaban los recipientes tallados en dos partes. 1.: 6,00; h.: 5,30; 0: 15,50 Lám.: LXXIXc.

222. HM 92 - V.2 = Superficie Caliza amarillento-grisácea Cuenco de paredes exvasadas convexas y borde plano. Factura poco cuidada; buen pulido interior pero exterior mediocre. Se conserva un fragmento de pared con borde; superficie muy de­gradada. 1.: 5,40; h.: 3,30; 0: 21,00. Lám.: LXXVIc.

223. HM 92 - V.3 = L45 / 1 Galbo de botella globular con DM en el tercio inferior del cuerpo. 1.: 4,50; h.: 6,70; 0: 10,00.

224. HM 92 - V.4 = L45 / 8 Calcoarenita (?) Cuello vertical de forma cerrada, moldurado, de borde plano amplio con labio engrosado al exterior. Factura muy cuidada. Se conserva sólo la pieza correspondiente al cuello, h.: 2,10; 0: 6,00. Lám.: LXXXIt. Forma parte de una vasija tallada en varias piezas que después serían pegadas.

225. HM 92 - V.5 = H. 44 / 1992 / 5 Caliza Fragmento de cuenco (?) de pared exvasada recta con borde redondeado. Superficie muy degradada por hidrolación, origi­nalmente pulida. 1.: 1,70; h.: 1,30; 0: 3,00. Lám.: LXXIIe.

226. HM 92 - V.6 = H. 44 / 1992 / 6 Galbo de botella globular de gran diámetro y paredes gruesas. 1.: 3,30; h.: 7,00.

227. HM 92 - V.7 = H. 44 / 1992 / 6 Galbo de forma cerrada de paredes muy finas. 1.: 1,00; h.: 2,20; grosor: 0,30.

228. HM 92 - V.8 = H. 44 / 1992 / 5 Base inestable. Líneas concéntricas finas en el interior y dos grandes estrías por efecto del uso de dos perforadores de anchura diferente. 1.: 3,50; h.: 2,10; 0: 8,80.

229. HM 92 - V.9 = H. 44 / 1992 / 7 Cuenco de base estable, paredes exvasadas rectas y borde bi­selado al interior. Cuerpo asimétrico. Realizado en dos piezas, la base y las paredes, que fueron pegadas. Se halla en tres frag­mentos que han sido pegados; falta una parte del borde, h.: 1,80; 0: 2,60. Lám.: LXXIId.

230. H M 9 2 - V . 1 0 = H. 44/ 1992/7 "Alabastro" con vetas negras horizontales. Botella esférica achatada de boca amplia y borde vertical recto muy corto biselado al interior y al exterior. VI: < 160. Se con­serva un fragmento de pared con borde. 1.: 1,90; h.: 3,00; 0: 4,80. Lám.: LXXIXa.

231. HM 92 - V . l l = H. 44/ 1992/ 11 Botella globular de DM en el tercio central del cuerpo y borde envasado recto al exterior y vertical al interior. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 1,30; h.: 3,30; 0: 3,00. Lám.: LXXXo.

232. HM 92 - V.12 = H. 44/ 1992/ 14 Pórfido (?) Cuenco de paredes exvasadas convexas y borde redondeado. Factura cuidada; superficie exterior muy pulida, el interior con­serva algunas líneas de manufactura. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 4,60; h.: 3,30; 0: 12,00. Lám.: LXXIIo.

233. H M 9 2 - V . 1 3 = H. 44/ 1992/ 15 Fragmento de cuello de forma cerrada con paredes exvasadas cóncavas y labio en bisel al exterior. 1.: 1,00; h.: 1,60; 0: ca. 3,00.

234. HM 92 - V. 14 = H. 44 / 1992 / 15 Modelo de cuenco (?) de paredes exvasadas convexas y borde plano. Se conserva un fragmento de borde. El interior presenta algunas líneas del tallado. 1.: 1,30; h.: 0,90.

235. H M 9 2 - V . 1 5 = L50/2 "Alabastro" de líneas rosadas Galbo de botella globular de DM en el tercio central del cuerpo y cuello muy delgado. Orejetas dobles. Líneas concéntricas del tallado en el interior. 1.: 2,80; h.: 3,30; 0 y orientación difíciles de hallar por el escaso tamaño del fragmento. Pal. (orejetas): Petrie, Stone..., p. 14 y pl. XXXVII, 948 y 949 (dinastía XXVI - dominación romana). Lám.: LXXXk.

236. HM 92 - V.16 = H. 23 / 1992 Galbo de forma cerrada. Huellas del tallado en el interior. 1.: 3,50; h.: 2,30; grosor: 0,70.

253

237. HM 92 - V.17 = L45 / 11 Galbo de forma cerrada con paredes verticales casi rectas. Posible MD en el tercio inferior del cuerpo. 1.: 1,80; h.: 4,70; 0: 2,50. Lám.: LXXXk.

238. H M 9 2 - V . 1 8 = H. 44/ 1992 / 7 Caliza Galbo de forma abierta de paredes convexas. 1.: 7,50; h.: 11,50; grosor: 2,30.

239. HM 92 - V. 19 1. 44 / 1992 / 10 Fragmento de base estable plana y paredes exvasadas convexas. En el interior se distinguen las líneas concéntricas del tallado. 1.: 8,70; h.: 2,70; 0: 12,00. Lám.: LXXIVe.

240. HM 92 - V.20 = H. 44 1992/10 Galbo de pared exvasada convexa jperficie interior peor pulida que la interior. 1.: 1,10; h.: 3,00; grosor: 0,40.

241. HM 92 - V.21 = H. 44 / 1992 / 12 Forma alta de base plana con pie indicado y paredes exvasadas convexas. Superficie interior peor pulida que la exterior. Se con­serva un fragmento de base con arranque de pared. 1.: 4,80; h.: 5,60; 0: 9,90. Lám.: LXXIIIf.

242. HM 92 - V.22 = H. 44 / 1992 / 12 Caliza Plato (¿o cuenco?) de paredes exvasadas convexas y borde plano. Factura mediocre; la superficie interior está mucho más pulida que la exterior, que presenta señales del punzón con el que se ha tallado. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 12,00; h.: 7,50; 0: 30,00. Fig.: LXXVf.

243. HM 92 - V.23 = L54 / 2 Galbo de botella globular (?) con arranque de cuello vertical. En el interior se distinguen las huellas del tallado. No es posible distinguir con seguridad si el borde del cuello es plano o si la fractura ha sido pulida por la erosión. 1.: 3,40; h.: 2,70; 0: 21,20. Lám.: LXXXb. En los hombros presenta algunos signos de una titulatura real con los cartuchos escritos en vertical: ntr nfr (...-f) I s3 f ... El nomen está completamente perdido. Del praenomen se conserva, además del teónimo Re, un segundo signo que no ayuda demasiado a identificar al monarca mencio­nado. Tenemos una cierta seguridad de que se trata de un rey coetáneo o posterior a la dinastía heracleopolitana IX-X, pues el título s3-R' aparece por primera vez fuera del cartucho bajo Me-riibre Akhtoi101, como en este caso. Si efectivamente se trata de

un vaso globular esto es lógico dada la cronología muy posterior de esta forma.

244. HM 92 - V.24 = L54 / 2 Fragmento de base inestable de forma no identificada. 1.: 2,10; h.: 2,10; grosor: 0,70.

245. HM 92 - V.25 = E. m / 1 Caliza Plato de base estable de pie indicado, paredes exvasadas convexas y borde redondeado. VI: 320. Factura buena; mejor pulido en la superficie exterior que en la interior, pero ambos correctos. Se conserva un fragmento de pared con borde y base. 1.: 7,70; h.: 4,80; 0: 15,40. Lám.: LXXe.

246. HM 92 - V.26 = H. 44 / 1992 / 1 Caliza Plato de base inestable, paredes exvasadas convexas y borde biselado al exterior. VI: < 352. Factura mediocre; la superficie interior está mucho más pulida que la exterior, que está desbas­tada pero sin pulir. Se conserva un fragmento de pared con borde. 1.: 15,00; h.: 8,50; 0: 30,00. Lám.: LXXVd.

247. HM 92 - V.27 = H. 44 / 1992 / 2 Caliza blanca Cuenco de paredes exvasadas convexas y borde plano biselado al interior. Asa de tendencia semicircular a la altura del borde. Factura buena; pulido poco acabado de la superficie. Se conserva un fragmento de la pared con borde y parte de un asa. l.:14,00; h.: 7,60; 0: 33,50.

248. HM 92 - V.28 = H. 44 / 1992 / 6 Caliza Artesa de pared vertical, borde plano y boca cuadrangular con esquinas redondeadas. Factura descuidada; superficie exterior muy irregular, sólo desbastada, interior con líneas finas del tra­bajo con un buril. 1.: 16,00; h.: 7,50.

249. HM 92 - V.29 = H. 44 / 1992 / 6 Caliza blanca Vaso alto de paredes exvasadas rectas y borde plano. Factura poco cuidada; interior más pulido que el exterior. Se conserva un fragmento de pared con borde; superficie muy degradada. 1.: 8,60; h.: 6,70; 0: 25,00.

250. HM 92 - V.30 = H. 44 / 1992 / 6 Galbo de paredes convexas. Interior con estrías del tallado. 1.: 2,30; h.; 5,70; 0: ca. 15,00.

251. HM 92 - V.31 = H. 44 / 1992 / 6 Caliza Cuenco de base estable de pie indicado, paredes exvasadas con­vexas y borde plano. VI: 272. Factura grosera; superficie interior con pulido mediocre, exterior sólo desbastada. 1.: 25,00; h.: 12,50; 0: 34,00. Lám.: LXXVIIa.

254

1 0 1 Beckerath, Handbuch..., p. 32.

252. HM 92 - V.32 = H. 44 / 1992 / 6 Caliza. Galbo de forma abierta de paredes convexas. Factura grosera; interior y exterior mal pulidos. Mala conservación general. 1.: 12,00; a.: 9,00; h.: 6,00 (?).

253. HM 92 - V.33 = H. 44 / 1992 / 13 Caliza. Fragmento de base estable plana de forma abierta con arranque de paredes exvasadas cóncavas. Factura buena, con superficies pulidas, aunque diferenciadas: la interior está más cuidada. 1.: 6,00; h.: 3,70; 0: 22,20. Lám.: LXXVIIf.

254. HM 92 - V.34 = H. 44 / 1992 / 15 Caliza blanca Fragmento de borde redondeado de forma abierta con paredes exvasadas convexas. Factura poco cuidada. 1.: 10,50; h.: 4,10; 0: ca. 35,00.

255. HM 92 - V.35 = H. 44 / 1992 / 16 Basalto (?) Plato de paredes exvasadas convexas y borde biselado al exterior. Factura cuidada, con buen pulido de las superficies. Se conserva un fragmento del borde. 1.: 6,80; h.: 2,50; 0: 22,00. Lám.: LXIXc.

255

PROCEDENCIA DE LOS RECIPIENTES DE PIEDRA

Procedencia Número de inventario

E . I / 1988 / 7 56 E . I / 1988 / 8 85, 86, 92 E . I / 1988 / 9 87, 88, 89, 90 E . I / 1989 / 25.X 141, 142 E . I / 1989 / 9 149 E . I / 1990 / 1 168, 174 E . 1/ 1990 /M. 818 165 E . I / 1990 / M . 849 157 E . I / 1990 / M . 850 158 E . I / 1990 / M . 851 162 E . I / 1990 / M . 851 - 852 166 E . I / 1990 / M . 852 159 E . I / 1990 / M . 853 159, 160, 161, 162, 163, 164 E . 1/ 1990/M.'s sur 167 E . I / 1990 / 90.3 169, 170, 171 E . I / 1991 / 19.X 189, 195, 201, 202 E . I / 1991 / 1 200 E . I / 1991 / sur 190, 191 E . I / 1991 / M . 979 192, 193, 194, 195 E . I / 1991 / M . 890 120

193, 194, 195

E . I / 1991 / M . 891 197, 198 E . I / 1991 / M . 892 199

E I H / 1 245

H . 5 16 47

H . 6 / 1989 / 5 99

257

H . 9 / 1 49

H . 11 /6 , 10 m. 91

H . 13 / 1988 / 3 74 H. 13 / 1988 / 11 75 H . 13 / 1990 / M . 176

H . 14/ 11 45, 46

H . 19 / 1988 / 2 80 H . 19 / 1989 / 4 121

H . 20 / 1989 / 5 100, 101, 102, 123, 124 H . 20 / 1989 / 6 125, 126, 127, 128, 129, 130, 131, 132 H . 20 / 1991 / 1 179, 180, 181, 196

H . 21 / 1988 / 1 81 H . 21 / 1988 / 3 82 H . 21 / 1988 / 2-3 94, 95 H . 21 / 1989 / 1 103, 104, 105

H . 23 / 1989 / 14 133 H . 23 / 1989 / 14-15 150 H . 23 / 1990 / 4 172 H . 23 / U . C . 84 - 7,89 m. 182 H . 23 / 1992 236

H . 25 / M . 424 109, 110, 111 H . 25 / 3 106, 107, 134 H . 25 / 3 / M . 443 135 H . 25 / 3 / M . 445 98 H . 25 / 6 108

H . 29 144 H . 29 / 1 143

H . 30 / 2 / M . 793 152 H . 30 / 2 / M . 803 154 H . 30 / 3 153 H . 30 / 3 / M . 804 154, 175 H . 30 / 5 155 H . 30 / 6 156, 177 H . 30 / 14 184

H . 32 / 3 183, 203

H . 41 / 1 185, 186 H . 41 / 2 186, 187, 188

H . 44 / 1984 / 3 / 3 2 H . 44 / 1984 / 4 / 2 3 H . 44 / 1992 / 1 246 H . 44 / 1992 / 2 247 H . 44 / 1992 / 5 225, 228 H . 44 / 1992 / 6 226, 227, 248, 249, 250, 251, 252

2 5 8

H . 44 / 1992 / 7 H . 44 / 1992 / 10 H . 44/ 1992/ 11 H . 44 / 1992 / 12 H . 44 / 1992 / 13 H . 44 / 1992 / 14 H . 44 / 1992 / 15 H. 44 / 1992 / 16

H . 45

J / 1986 / 6 J / 1988 / Suelo J / 1988 / 8

L l / 6

L 4 / 1 L4 A / 1 L4 A / 2 L4 A / 6 L4 A / 7 L4 A / 8 L4 A / 1-8 L4 B / 5 L4 B / 1-8 L4 B / 11 / M . 350 L 4 C / 2

L9 / 1986 / 9 L9Fte. T.3 / 1986/ 11 L9 Fte. T.3 / 1987 / 1

L U / Fte. T. 3 / 16 L U / Fte. T. 3 /21 L U / Fte. T. 3 / 21-22

L13 / P-Q L 1 3 / 4

L22 / 5 L22 / 14 L22 - sur /2 L22 - sur /8 L22 - sur / 14

L 2 5 / 4 L25 / 10 L25 / 16 L25 / 20

L 2 6 / 2 L 2 6 / 3

229, 230, 238 239, 240 231 241, 242 253 282 233, 234, 254 255

173

43 96 93

5

4 54 59 60 55 57 61 62 63 64 65, 66

19 24 50, 51

20 44 24, 27 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 40, 41, 42

6 48

67, 68, 73 69, 70 71 72 97

52 76 77 53

58 78

2 5 9

L 2 6 / 4 79

L31 / 10 83 L31 / 16 84

L 3 7 / 1 112, 113, 147 L 3 7 / 2 114, 146 L 3 7 / 3 139 L37 / 6 115 L37 A / 12 120 L37 B / 6.XI 148 L37 B / 2 116, 140 L37 B / 3 117

L38 / bajo U . C . 84 / 6,25 m 178

L43 / 2 204, 205, 206, 207, 208, 209, 220 L 4 3 / 4 210, 212 L 4 3 / 5 211, 213, 214 L 4 3 / 6 215

L43 11 216 L43 / M . II 217 L43 / M . 931 218 L43 / M . 939 219

L45 / 1 223 L45 / 8 224 L45 / 11 237

L 5 0 / 2 235

L 5 4 / 2 243, 244

M 2 / 3 122

M 4 / 1 145

P ( T . l / T . 3 ) / 1985 / 6 14, 15, 16 P ( T . l / T.3) / 1986/9 23

Superficie 1, 119, 151, 221, 222

T. 1 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13

T. 2 / 1 17 T. 2 / 3 18

T. 3a 25, 26 T. 3b 21 T. 3c 22, 26

T. 6 / 5 136, 137, 138

T. 7 118

260

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262

LÁMINAS

265

Lám. L X I X . a : 158. b : 10. c: 255. d : 191. e: 161. f: 194. g: 50. h : 3. i : 147. j : 181. Escala 1:2

Lám. LXX. a: 151. b: 157. c: 208. d: 121. e: 145. f: 66. g: 34. Escala 1:2

266

0 1 2 3 4 6 10 C M

a

Lám. L X X I . a: 33. b: 24. c: 1. Escala 1:2

267

Lám. LXXII. a: 163. b: 137. c: 54. d : 229. e: 225. f: 102. g: 112. h : 136. i : 170. j : 44. k: 114. I: 94. m : 207. n : 145 ñ : 119. o: 232.

Escala 1:2

268

Lám LXXIII. a: 61. b : 35. c: 32. d : 50. e: 128. f: 241. g : 62. h : 124. i : 120. j : 162. k : 85. I: 31. m : 211. n : 56. ñ: 58. o: 4.

Escala 1:2

269

1 2 3 4 5 10 C M

Lám. L X X I V . a : 71. b: 47. c: 39. d : 51. e: 239. f: 169. g : 172. h : 90. i : 122. j : 43. Escala 1:2

270

io CM

Lám. L X X V . a: 75. b: 101. c: 220. d: 246. e: 108. f: 242. g: 116. h: 179. Escala 1:3

271

Lám. LXXVI. a: 84. b : 152. c: 222. d : 81. e: 23. f: 204. Escala 1:3

272

Lám. L X X V I I . a : 251. b : 105. c: 143. d : 173. e: 214. f: 253. Escala 1:3

273

274

Lám. LXXVIII. a: 5. b: 49. c: 96. Escala 1:3

275

Lám. L X X I X . a: 125. b : 230. c: 221. d : 184. e: 118. f: 26. g: 83. h: 110. i : 13. j : 189. k : 160. 1: 199 m : 2 n : 8 ñ: 9. o: 55. p: 21. q: 22.

Escala 1:2

Lám. L X X X . a : 27. b : 243. c: 193. d : 11. e: 100. f: 109. g: 132. h : 6. i : 7. j : 195. k : 235. I: 29. m : 106 n : 126 ñ: 104. o: 231.

Escala 1:2

276

Lám. L X X X I . a: 178. b: 190. c: 20. d : 80. e: 30. f: 203. g: 168. h: 25. i : 153. j : 159. k: 237. I: 187. m : 93. n : 138. ñ: 67. o: 52. p : 175. q: 98. r : 176. s: 70. t: 224. u : 73. v: 68.

Escala 1:2

277

ABREVIATURAS GENERALES

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tuels de Fustat. Nile Valley before the Arab conquest. G M : Göttinger Miszellen. W A World Archeology Heracleópolis: Pérez Die, Heracleópolis Magna durante Z A S : Zeitschrift für Ägyptische Sprache und A l ­

el Tercer Período Intermedio. tertumskunde.

OTRAS ABREVIATURAS Y SÍMBOLOS

B D (-I-serie dígitos): Borde (en la clasificación de bordes no asi- PPI: Primer Período Intermedio milables a formas completas). s.d.: Sin determinar.

BIA: Base inestable de forma abierta. s.f.: Sin fecha. BIC: Base inestable de forma cerrada. SPI: Segundo Período Intermedio cm.: Centímetros. TPI: Tercer Período Intermedio Diam.: Diámetro. Circulo (en el Pasta aluvial con engobe rojo pulido-bru­D M : Diámetro máximo Cuadro Tipológico): ñido. e.p.: En prensa. Triángulo: Pasta aluvial con engobe crema-blanque­IN: Imperio Nuevo cino. M A E : Misión Arqueológica Española VI: Vessel index (cf. explicación en p. 205, n. 5). M°: Muerto, número Asterisco: Pasta del desierto.

278

CLASE TIPO PRIMER PERIODO INTERMEDIO

XXV

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IMPERIO MEDIO IMPERIO NUEVO

1 T E R C E R PERIODO I N T E R M E D I O (XXII DIN.)

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CLASE TIPO PRIMER PERIODO INTERMEDIO IMPERIO MEDIO IMPERIO NUEVO T E R C E R PERIODO INTERMEDIO (XXII D.) XXV -XXVI DINASTIAS «PERIODO PERSA*

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