EN LA OSCURIDAD
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EN LAOSCURIDAD
PARTE I
A. ANGELICA CARMONA
“El miedo consumirá tu vida y al final te perderás en la oscuridad”
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CAPITULO I
Hojas del color del atardecer caen en una danza desorientada, el
viento otoñal guíeme, agita ruidosamente las ramas de los
árboles, un par de hojas caen rosando mi rostro, me produce un
cierto cosquilleo, descanso, recostada sobre un colchón de hojas
secas, mis manos sienten la suavidad de la tierra mientras
escucho el crujir de las hojas marchitas. A mi lado están mis
dagas, las afilo y las pulo todos los días, son tan cortantes
que con solo pasar el dedo delicadamente sobre su fina hoja
haría una herida profunda. Me sumerjo en la profundidad de mis
pensamientos, me siento tranquila tanto que me he quedado
dormida, sueño con mi familia, con mis amigos, con la persona
que en algún tiempo ame tanto, por lo que sufro ahora, por la
que extraño, por la que lloro, mi corazón empieza a acelerarse,
mi sueño es perturbado, ya no es un sueño agradable ahora es una
pesadilla, mis manos están cubiertas de sangre , frente a mi
yacen muertos muchas personas, personas que apreciaba, que
quería, un incendio lo consume todo hasta dejarlo cenizas,
camino entre los escombros y entre los cuerpos calcinados de
personas inocentes, que llevare en mi conciencia, me persiguen,
no puedo correr, caigo y volteo, ¿Quién es mi perseguidor?, es
el con su rostro machado por la sangre de sus víctimas y su
espada chorreando de sangre ,sus ojos, son realmente
escalofriantes, vacíos, sin emoción alguna, una penetrante
oscuridad emerge de el, se quién es, él es..
Despierto, con varias gotas de sudor en mi frente, con el pulso
acelerado y con el corazón saliéndose de mi pecho, me siento,
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apoyo mi cuerpo contra el tronco del árbol más cercano. Fue solo
una pesadilla, no, fue un recuerdo, que duele demasiado, con el
que cada noche antes de dormir pienso y al despertar sigo
pensando en él, es un recuerdo que me ha consumido por mucho
tiempo, acerco mis piernas dobladas hacia mi pecho y las abrazo
fuertemente, tranquilizo mi respiración, alzó la mirada hacia el
cielo, es un azul tan claro como las aguas cristalinas, en ese
mar azul resaltan unas nubes rojizas respingadas, un sol
imponente intenta ocultarse detrás de las grandes montañas del
sol y la luna, el viento del otoño se esparce por todos lados,
alborota mi escaso cabello, cierro los ojos por unos momentos,
respiro hondo, me he tranquilizado, solo fue otro episodio más,
nada que no pueda controlar, aun con los ojos cerrados, escucho
las risas agudas de unos niños, ríen con mucha gracia, abro los
ojos, a lo lejos hay dos niños pequeños, son Chinatsu y Yukio,
están sujetados de las manos mientras juegan a patear las
hojas que han caído al suelo, Chinatsu me ve y sonríe, apunta
con su dedo índice hacia donde estoy yo, le suelta la mano a su
hermano mayor Yukio, se llevan por dos años, Chinatsu corre
hacia a mí con su largo cabello oscuro moviéndose de una lado
hacia otro, esa sonrisa tan pura y luminosa que corresponde a
una niña pequeña de ocho años, Yukio también sonríe pero el
sigue caminando tranquilamente.
Aun sentada en el suelo, Chinatsu se abalanza sobre mí, caemos
recostadas al suelo acolchonado por las cientos de hojas
otoñales.
- vamos Chinatsu no seas tan empalagosa.- dice Yukio,
sujetándola del brazo delicadamente
- hermanita Sakura, te hemos buscado por todos lados, pero le
dije a Yukio que estarías aquí- se retira de mí poniéndose de
pie, esbozando una tierna sonrisa con su rostro lleno de vida y
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sus respingadas mejillas rosadas
- la Abuela Kaede nos mandó a buscarte, dice que quiere verte el
señor Shin. – continua Yukio con tono serio.- vamos hermana
Sakura, apresúrate o la abuela nos regañara que hemos tardado,
también dijo que no hiciéramos esperar al señor Shin.
Le respondo con un sonrisa y ladeo la cabeza en señal de
afirmación, Yukio me jala del brazo para levantarme del suelo,
levanto el juego de dagas que estaban en el suelo, miro
brevemente el tronco del que estaba recostada, en el yacen
cientos de marcas de mis dagas, con el practico todos los días.
-vamos Chinatsu.- le hace señas Yukio para que se suba a su
espalda.- eres lenta y si corres tropezaras.
Chinatsu sube a la espalda de su hermano, emprendemos el viaje
de regreso a casa, el camino es un poco largo, mientras
caminamos pienso para que me querrá Shin, la última vez que lo
vi fue el mes pasado, viene a menudo a visitar a la abuela Kaede
y por naturalidad tengo que encontrármelo, es una de las poca
personas que me agradan, me enseña a usar la espada, es
demasiado bueno con la espada, a pesar de su joven edad, Yukio
lo llamo señor, me da gracia, solo es unos cuantos años mayor
que yo, tal vez dos o tres años, ha sido paciente enseñándome a
usar la espada, lo mío son las dagas y el arco. Veo a Yukio
cansado de cargar a Chinatsu, le hago señas que la baje para que
yo la cargue, ahora ella sube a mi espalda, ha caminado mucho
para buscarme, está cansada al igual que Yukio.
Aun con la claridad en el cielo llegamos a nuestro humilde
hogar, Shin espera ahí adentro, bajo de mi espalda a Chinatsu,
su energético cuerpo vuelve en sí, Yukio está cansado, hago
señas de que vayan a descansar, se retiran, entro a la casa, no
hay nadie, deben estar en la terraza, antes de dirigirme hacia
ahí, camino hacia la estrecha cocina, caliento un poco de agua,
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preparó el té favorito de la abuela, tomo una charola circular
roja y coloco tres tazas pequeñas adornadas con flores al igual
que la tetera, emana un vapor caliente dentro de ella ,
malabareando con la charola camino hacia la terraza, cruzando
por los pasillos del exterior de la casa, antes de llegar, justo
en un esquina me detengo, me quedo inmóvil al escuchar que
hablan de mi.
- Ella no habla.-le dice la abuela a Shin, llevando su pipa con
tabaco hacia la boca
- Lose maestra Kaede
- lleva a mi cuidado 4 años, y en ese tiempo no ha dicho una
sola palabra, sé que te llevas bien con ella, sin embargo ducho
mucho que quiera decirte lo que paso, ni siquiera yo lose, y
aunque lo supiera solo a ella le corresponde decírtelo, ¿Por qué
te interesa saber ahora su pasado?
- bueno.- Shin se queda en silencio unos segundos.- sé que
guarda algo, lo supe la primera vez que la vi, su mirada
expresaba tristeza y dolor.
- eso es cierto, no se muchas cosas sobre mi nieta, eso sí puedo
asegurártelo pero reconozco a una persona honesta cuando la veo
y ella lo es, su corazón estará lleno de amarguras y odio, pero
tiene una luz en su espíritu que la hace diferente
- y también viene para algo más, quiero que Sakura se una a mí y
a mis guerreros, creemos que es tiempo de acabar de raíz con.-
la abuela lo interrumpe
- en estos años se ha enfriado ese asunto, ya no se ha hablado
de ataques a las aldeas, te estarás llevando a mi mejor
aprendiz, claro está si ella acepta.- sonríe, expulsando de su
boca el humo de su pipa
No sé qué pensar respecto a eso, es cierto nunca me han 5
presionado para que les cuente algo que ya paso hace mucho.
Salgo de la esquina y aparezco con la charola en un mano, saludo
inclinando la cabeza, la abuela sigue fumando su pipa, sus
rostro siempre me ha parecido fulminante, se le notan las
comisuras de los ojos, y unas cuantas arrugas alrededor de su
fino rostro pálido, lleva amarrado su cabello plateado en una
moña alta. Dejo la charola en la mesa donde están sentados, tomo
las tazas y las coloco frente a ellos,
- bueno yo me retiro- dice la abuela levantándose de su asiento
drásticamente.- discúlpenme por favor, iré a ver si Chinatsu y
Yukio están bien, nos vemos joven Shin, tendremos otra
oportunidad de conversar después.
La abuela se aleja y su presencia desaparece, me sorprende su
repentina ida.
-Porque no te sientas- agrega Shin señalando el asiento.- me doy
cuenta que tu cabello ha crecido, recuerdo cuando te vi la
primera vez, tu cabello era demasiado corto lo llevabas justo a
la altura de las orejas.
Vacío un poco de té en su taza, me siento en la silla que ha
señalado, estoy frente a él.
-También recuerdo que querías asesinarme con la mirada- toma la
taza, con una ligera sonrisa en su rostro, le da un sorbo y la
vuelve a dejar en la mesa
Es cierto cuando lo vi, en ese entonces desconfiaba de él, la
abuela lo acogió por un par de meses, después de varias semanas
me acostumbre a su presencia y días después empecé a tratarlo
aun con un poco de desconfianza, le respondo sonriendo.
- Sakura he venido porque- se queda callado y otro silencio
abrumador surge.- quiero que seas parte del grupo de guerreros
que estoy reuniendo, eres buena en lo que haces, te he visto
entrenar y te ha enseñado la mejor maestra en el arte de las
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Dagas.
Hago muecas de desaprobación con la sola idea de reunirme como
muchas personas desconocidas.
- sé que todo es muy repentino - continua Shin.- pero hay buenos
guerreros con sorprendentes habilidades y tenemos de nuestro
lado al elemental del viento, estará entrenado a los más jóvenes
guerreros.
¿el elemental del viento?, los latidos de mi corazón aumentan al
oír ese nombre, las manos me empiezan a sudar, mi mente se
pierde en la taza de té, regreso a mirar a Shin
- Así que el elemental del viento, oí que es el último
elemental si no me equivoco.- digo mientras tomo la taza de té,
le doy un sorbo, dirijo la mirada hacia Shin nuevamente, esta
atónito, pero esboza una larga sonrisa, es cierto hable, esas
palabras fluyeron de mi sin pensar, ya no hay marcha atrás.
- pese que se me sería más difícil hacerte hablar, estoy
realmente sorprendido.
Yo también estoy sorprendida de hablar, mi voz se escucha
diferente, no recuerdo que fuera así, de hecho había olvidado
como hablar.
- ¿Cómo es el elemental del viento?- pregunto con un ligero
interés
- bueno en lo que respecta a mí, tiene un carácter muy fuerte,
debo de aceptar que tiene buenas habilidades para pelear, me
agrada
- y ¿también oí que murió elemental de la tierra? Eso ¿es
cierto?- mi voz se escucha quebrada, trago un poco saliva
- Si, fue un hecho muy desafortunado y lamentable, perder a otro
elemental, dicen que murió tratando de proteger a una joven, hay
muchas versiones al respecto
- ¿una joven?, Que, ¿qué paso con esa joven?
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- no lose, tal vez solo fue una simple aldeana- da otro sorbo a
su taza.- veo que estas interesada en ese tema, pero también
quiero saber, qué fue lo que sucedió para que dejaras de
hablar.
su rostro demuestra preocupación, me mira, no soporto su mirada
de compasión, agachó la cabeza, como si la taza de té fuera
hablarme, es correcto hablar de algo que ya sucedió hace mucho,
no lose, ni el ni la abuela, ni nadie me ha obligado a hablar,
de hecho han sido demasiados comprensivo, es justo que lo sepa,
Shin sigue mirándome, lo veo a los ojos, jamás había visto con
detenimiento su rostro, sus ojos son de color miel, con su largo
cabello castaño claro, sujetado en una coleta baja, sus finas
facciones lo hacen parecer bello, usa su kimono gris elegante
que resalta su esbelto cuerpo, me avergüenza saber un poco la
manera en la que estoy vestida, pero eso no importa aquí.
- de verdad quieres saberlo, es una historia muy larga
- tengo el tiempo suficiente
El sol se oculta detrás de las montañas, el cielo oscurecerá
pronto, pero ahí sentados frente a frente, tendré que remover el
pasado.
-Supongo que sabes que yo no soy la nieta de la maestra Kaede,
ella me acogió hace 4 años al igual que acogió a Chinatsu y
Yukio, nos adoptó como sus nietos
- Si lo supe hace algún tiempo.- se ha puesto serio
- cuando la maestra Kaede me encontró, estaba en un estado
deplorable, perdida en todas las maneras posibles, los hechos
que sucedieron antes de eso, dejaron en mi cicatrices demasiado
profundas
-¿ de dónde provienes Sakura?-pregunta Shin, fulminándome con
esa pregunta y mirándome con esos enormes ojos claros.
¿de dónde provengo?, busco entre mis memorias esa respuesta,
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aparto la mirada y la dirijo hacia el sol semi oculto entre las
altas montañas, el cielo es anaranjado, el viento se hace más
fuerte y yo estoy ahí, buscando esa respuesta, un vacío se
produce en mí pecho, al igual que varias punzadas atravesando
mi corazón, como si alguien lo estrujara
-Mi nombre no es Sakura.- digo aun mirando el ocaso en el
cielo.- mi verdadero nombre es Akina, la maestra Kaede me puso
Sakura porque me encontró vagando entre arboles de Sakura
-¿ Akina?.- murmura Shin, perplejo
- me acostumbre al nombre y a que me llamaran así que no dije
nada, la maestra, cuido de mí, me vistió, alimento y me enseño
el arte de las dagas y el arco.- suspiro.- de donde provengo es
un lugar muy distinto a este, provengo del mundo Humano, del
otro lado de la frontera.
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CAPITULO II
Con el ocaso en su punto, Shin se queda sin habla, es extraño
hablar tanto después de años, yo era la que me hablaba a mí
misma, siempre sumergida entre mis pensamientos, entre mis
tristezas, entre mi odio, añorando, extrañando, amando en
silencio.
-¿el mundo humano?- una emoción e incertidumbre corre por los
ojos de Shin- ¿Cómo entraste?, hay muchas historias al respecto
pero jamás pensé que de verdad los humanos podían pasar la
frontera después de la separación
- el entrar a este mundo, también fue una sorpresa para mí,
tenía tantas preguntas sobre este nuevo mundo al que había
llegado, debes saber que en algún tiempo era una chica normal,
enamorada del amor, no sabía qué hacer en mi vida, ni camino al
cual seguir, siempre perdida a la deriva pero tenía familia,
amigos.
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Se forma un nudo en mi garganta, una lagrima quiere rodar sobre
mi mejilla, la limpio antes de que emerjan de mis ojos
-los hechos que sucedieron, después de que entre a la frontera,
marcaron mi vida para siempre.- prosigo .- hice cosas por las
cuales tengo que pagar, ahora vivo pensando en el día en que la
oscuridad cobre mi deuda
- ¿ a qué te refieres con deuda?- la mente Shin empieza
confundirse
- te he confundido cierto
- si lo has hecho , pero aun no puedo creer que de verdad
provengas del mundo humano.- un silencio incomodo nace
nuevamente .-porque no empiezas mejor desde el principio, por
ejemplo cuando entraste aquí
¿ el principio?, cierro mis ojos, he olvidado casi todo, porque
no quería recordar, he vivido en la negación, pero en esta noche
ya no viviere más en esa negación, mi corazón pareciera que
saldrá en cualquier momento, abro los ojos.
-Bien, empezaremos desde el principio, cuando solo era una
simple chica de escuela
Se ha borrado la mirada de compasión de Shin, ahora la reemplaza
por una de curiosidad, está atento a mis movimientos y a las
palabras que diré. Los bellos ojos de Shin me miran, los
últimos rayos del sol se reflejan en su cabello dorado y en su
fino rostro, un bello atardecer acaba, la noche reinara junto
con la luna en esta noche y la oscuridad una vez más será
testigo de mi vida.
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Dicen que cada persona está unida por el destino de otra, que
existe una gran conexión, en algún lugar y tiempo, está ahí
esperando por el primer encuentro y solo en el momento en que
sus miradas sucumban ante el hipnotismo de la atracción, se
darán cuenta que su destino fue sellado por un sentimiento
llamado amor, pensaba constantemente si se podía amar a
alguien tan inmensamente, si trascendía más allá del tiempo y
la distancia o si esa fuerte conexión era inexplicable de
alguna forma, me preguntaba, ¿ en verdad existían personas
destinadas a estar juntas?, aun mas allá de lo desconocido o es
que ese sentimiento no era más que una ilusión que todos
perseguían, anhelaban y deseaban fuertemente,¿ se tenía que
sufrir demasiado para sentir por un momento la calidez de otra
persona?.
A caso estará esa persona que llene el vacío de un corazón
desesperado por sentir el amor y saber que no solo es una falsa
ilusión en nuestras mentes por aferrarnos aun imposible.
Todos estos pensamientos emanaban de mí en el invierno de mis
dieciocho años , mientras miraba por la ventanilla del autobús,
que se dirigía hacia mi escuela, realmente pensaba todas esas
cosas, ni siquiera había amado alguna vez, mucho menos había
salido con nadie ni ido a las ya llamadas famosas citas, y lo
más importante jamás había tenido algún pretendiente, todo eso
era una estupidez, pensar en todas esas cosas absurdas,
seguramente era por todos los libros y películas que había visto
y por supuesto llenado mi mente de tonterías, pero de algo
siempre había estado segura y que mi pobre corazón lo anhelaba,
que la primera vez que experimentara el sentimiento llamado amor
lo atesoraría y mi corazón explotaría de tantas emociones, mi
sangre herviría por la intensa pasión que habría dentro de mí,
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mi estómago se llenaría de mi miles de mariposas como decían
algunos enamorados sentirse y sobre todo que estaría plenamente
cautivada y perdida por aquel que deseara mi corazón , hasta que
ese momento llegara lo guardaría todo para él, esperando …
pacientemente
Aún seguía mirando por la ventanilla del autobús, cuando me di
cuenta que las casas y edificios que acostumbraba a ver a
diario, se hacían cada vez más desconocidos, se me había pasado
la parada, ahora tendría que caminar varias cuadras hacia atrás,
eso me había sucedido porque era una distraída, pensando en
tonterías, justo cuando debía de llegar temprano, era el último
día de escuela justo para comenzar de unas merecidas vacaciones.
Pedí la parada frenéticamente bajando del autobús tan
torpemente ,camine apresurada casi corriendo, mis calcetas
blancas caían hasta mis tobillos, no tenía tiempo para subirlas
así las deje, mi falda negra subía un poco hasta mi cintura por
la acción de la velocidad a la que iba, había ya entrado en
calor y empezado a sudar y mientras seguía caminando más bien
corriendo me despojaba de mi saco negro, se dejaba ver mi camisa
de algodón blanca de manga larga ,corría para llegar puntual a
la escuela, en mi mente joven he ingenua solo existía una sola
cosa, que rumbo de mi vida debía seguir.
-Justo a tiempo.- dije exhausta, acomodando mis calcetas, la
falda y poniéndome nuevamente el saco, mis piernas caían de
cansancio a decir verdad el tramo estaba más lejos de lo que
había imaginado -me decía a mí misma.
- Tarde y distraída como siempre- dijo una voz a lo lejos pero
que claramente oí.
Era Mizu, estaba a unos metros de distancia de mí, que era
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justamente en la entrada de la escuela.
- Te quedaras ahí o entraras- dijo Mizu mientras sostenía esa
sonrisa burlona en su rostro.
- Solo estoy tomando un respiro- dije aun exasperada
- Se te ha pasado la parada verdad- aseguro Mizu
- Claro que no...Bueno si
- Últimamente andas distraída y por eso llegas tarde-.Acentuó
Mizu mientras revolvía mi cabello con su mano, despeinando mi
cabello largo color castaño.
Solo le respondí con una sonrisa quisquillosa, Mizu era un buen
amigo me había ayudado mucho y sobre todo con las tareas, él
era inteligente y muy agradable, la caballerosidad no se le
daba mucho, pero era simpático, desde que lo conocía siempre le
había gustado mantener su cabello largo de tonalidad oscuro, de
complexión delgada pero varonil y esos anteojos que usaba le
daban su personalidad de un chico intelectual. Caminando hacia
el salón de clases junto con Mizu, alguien gritaba mi nombre y
el grito provenía detrás de mí, esa voz, al dar la vuelta era
Lin mi mejor amiga.
-¡¡ Akina !! – Grito Lin
- ¿Por qué gritas?- dije arrugando mi rostro
- Solo quería sorprenderte, pero creo que no lo logre.-
respondió riendo
- Por supuesto que no tonta
- y por cierto ¿porque ese rostro tan…arrojado y sudado? -
Pregunto Lin, mientras en mi rostro rodaban unas cuantas gotas
de sudor
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- Porque se le paso la parada y tuvo que correr para llegar a
tiempo- Respondió Mizu
- creo que últimamente estoy algo distraída- dije penosamente,
tratando de ocultar mi rostro en alguna parte
-ohh! Ya veo Akina y ¡tú Mizu siempre tan puntual como siempre
verdad! – Exclamo Lin en tono sarcástico
- Vas a molestar tan temprano- dijo con una mirada en blanco
- Esta bien, está bien me controlare, mejor entremos al salón
de clases antes de que nos pongan inasistencia en el último
día, no queremos que Mizu se infarte por una inasistencia.
Nos miramos Lin y yo y empezamos a reír a veces Mizu podría ser
preocupón
- jamás me he preocupado tanto por una inasistencia- aclaro
Mizu molesto, frunciendo el ceño y entrecruzando sus brazos
- Solo era una pequeña broma, tranquilo- Agrego Lin aun
riéndose
-Ya calmados – dije mientras mis brazos abrazaban los hombros
de ambos.- Sé que en el fondo se quieren
-¡Pero qué dices Akina!, se te ha salido el cerebro por tu
oído, yo querer a esta tonta claro que no- menciono Mizu
sonrojado y muy poco convencido
- Pensamos lo mismo –Dijo Lin furiosa.- Es mejor que entremos
de una vez a la clase.
En mi mente moría de risa de ver tal acto, los dos se trataban
con una indiferencia pero era tan notorio que se gustaban y que
sus enojos y reproches era mera apariencia, es cierto a Mizu
no se le da la caballerosidad y Lin era algo orgullosa pero
para mí los dos eran muy buenos amigos ,los mejores, habíamos
estado juntos por mucho tiempo, por lo regular siempre había
rabietas por parte de esos, a lo largo de ese tiempo los había
llegado a querer mucho y aunque ambos lo negaran ellos también
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habían llegado a tenerse un cariño que aún no aceptaban por
miedo o rechazo.
Después de la rabieta esa mañana estábamos en clase, normal
como siempre, aburrido podría decirse, veía en todos mis
compañeros ese rostro de impaciencia por salir ya y dar inicio
a nuestras más deseosas vacaciones, pero solo había pasado un
par de horas y apenas daría inicio al descanso. Mientras todos
salían con gran desesperación por salir Lin, Mizu y yo
esperábamos tranquilamente a que todos salieran, hablábamos un
poco sobre las clases y algunas anécdotas divertidas,
recordando viejos tiempos ya que después de ese día no nos
veríamos por varias semanas.
-¡Hey! Creo que ya salieron todos- dijo Mizu.- no tienen hambre
-Mmm en realidad yo no ¿ y tú Lin?- pregunte
-Tampoco
-Entonces vayamos al gran patio- prosiguió Mizu, señalándonosla
salida.
Caminábamos por los pasillos de la escuela y para llegar al
gran patio, miraba la escuela con una ligera melancolía y no
era por las tareas o trabajos sino porque extrañaría a mi
amigos, seguíamos caminando, hacia unos meses atrás se hubieran
visto jardineras frondosas de flores exuberantes de todo tipo y
a lo lejos se verían pastizales verdes, árboles grandes y
frondosos, pero eso cambio, la totalidad de las hojas de los
arboles habían caído secas sin vida, el nuevo panorama de la
vista daba otra perspectiva, en los alrededores se
encontraban varios árboles secos, se veían varias personas
recogiendo la ultimas hojas caídas por estos, había
desaparecido el dulce aroma enervante de las flores ahora solo
habitaba un triste paisaje, acompañado por estudiantes con
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peinados alocados, grupo de chicos jugueteando entre sí, otro
tanto de chicas maquillándose, observándose en sus espejos,
jugando con sus cabellos largos y finos, se podía escuchar
vagamente las voces de chicas chismoseando, la escuela era
grande, con varios edificios y niveles que hubiera sido fácil
perderse, situada convenientemente en un lugar céntrico y por
su localización a sus alrededores se encontraban tiendas y
comercios de todo tipo muy bien establecidos que a menudo
visitaba con Lin y Mizu. Justo, entre dos árboles calvos,
asomando sus desnudas ramas se encontraban unas bancas que eran
las que concurrimos frecuentemente, Mizu y Lin seguían
conversando, mi mente se había perdido entre su charla
- y tú qué opinas Akina- dijo Lin dirigiendo su mirada hacia a
mí
-¿De qué?-pregunte sorprendida
Ya que no había escuchado ni una sola palabra de lo que estaba
mencionado antes
-Sobre el festival de esta noche que ha organizado la escuela y
el comité estudiantil, estará fenomenal – respondió Lin muy
entusiasta
-Creo que Akina sigue distraída- aseguro Mizu.- ya que no ha
escuchado nada desde hace un rato
-¡lo siento! Creo que es falta de sueño- dije tocando mi
rostro con la manos haciendo un bostezo
-bueno por lo pronto Iré por unas bebidas, vuelvo enseguida, no
se vayan - dijo Lin
Lin se alejaba de nuestro sitio y sus presencia se desaparecía
entre multitudes de alumnos, Mizu me hizo una pregunta que me
había cuestionado varias veces.
-Akina.- dijo quedándose en silencio por unos momentos
-si Mizu
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-Haz pensando... ¿Qué estudiaras?
-Aun no lose
-Tal vez ese es un motivo que te preocupa y por ello estas
distraída últimamente
- Yo creo que si Mizu, Yo creo que sí, además una noche que mi
padre después de sus tantos viajes de trabajo llego a casa
escuche que le dijo a mi madre que quería que yo estudiara lo
mismo que él, así podría ayudarlo con el trabajo.
- ¿y tu madre que dijo?- pregunto, su rostro se le hacía notar
una ligera preocupación sobre la respuesta
-En realidad su respuesta fue muy satisfactoria para mí, dijo
que eligiera la profesión que a mí me gustase y me hiciera
feliz, por supuesto que a mi padre le disgusto un poco pero creo
que lo ha asimilado
-¿entonces aun no sabes que elegirás?
-¡no!, aun no lose y es confuso- dije tristemente, mirando hacia
un punto fijo en el suelo como si me fuera a dar alguna
respuesta
-tranquila todo saldrá bien Akina- dijo Mizu mientras me daba un
abrazo.
-Gracias, pero espera un momento- le dije arruinando ese bello
momento entre amigos y haciéndolo a un lado
-¿Qué sucede?-pregunto desconcertado
-No invitaras a Lin al festival de esta noche, ella está
emocionada por el evento y estoy segura que querrá ir contigo
-Pero iremos los tres no- dijo con voz confundida
-Bueno sobre eso hay algo que no les he dicho , pero te lo
cuento, cuando regrese Lin
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-De acuerdo- dijo sin más que decir
-pero al punto al que voy es que la invites , yo sé que ella te
gusta
-Pero que dices, claro que no – dijo Mizu tartamudeando
moviendo la cabeza en señal de negación
- Ya no trates de ocultarlo, es muy obvio
-¿enserio?
- ¡Claro! Esas rabietas que siempre tienen son solo apariencia,
y eso es una clara evidencia de que ocurre algo entre ustedes
dos - asegure firmemente, vociferando una expresión de
satisfacción
-En realidad no sé, tengo miedo, y si me rechaza
El rostro de Mizu empezaba a denotarse temor combinado con
angustia, estaba segura que dentro de él, había una tormenta de
sentimientos.
-No seas tonto, estoy segura de que tus sentimientos serán
correspondidos.- asegure animándolo, dándole un ligero codazo en
su brazo
- Pero es que ella es muy ...orgullosa, nadie la puede
persuadir, es mandona pero es alegre, amigable, divertida, tiene
liderazgo, me encanta su sonrisa y sé que le encanta hacerse
una coleta alta para lucir su cabello largo y ondulado- dijo
Mizu mientras en listaba todas las virtudes y defectos de
Lin-.No me oigo estúpido diciendo todo esto
-claro que no- dije riéndome
-¡Hey chicos!- Gritaba una voz a lo lejos
era Lin, caminando hacia nosotros y en sus manos llevaba unas
bebidas -Lo siento chicos, me encontré en el camino a Yuki y
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hablamos sobre el festival, creo que me tarde, disculpen –dijo
Lin
-de acuerdo no te preocupes- dije-.por cierto estas muy
emocionada por el festival verdad
-¡Claro!-exclamo Lin-.junto con Yuki, otros miembros del consejo
y yo hemos decorado y organizado parte de lo que será el
festival así que estoy ansiosa porque todo el mundo lo vea.
-es cierto eres parte del comité estudiantil, lo había olvidado
por un instante- dije
-Ohh! Aquí tienen les traje sus bebidas favoritas toma Akina tú
té helado y para ti Mizu una bebida gaseosa de Limón- dijo Lin
cambiado la conversación entre nosotros dos
-Gracias Lin- dije-
destapando la botella para darle el primer sorbo a mi te, algo
estaba pasando, Lin le daba la lata de gaseosa a Mizu, sus manos
chocaron, se miraron fijamente perdiéndose lentamente entre el
color y la profundidad de sus ojos y por un par de segundos el
mundo les pertenece a ellos, me hacía recordar lo que pensaba
esa mañana, esa sensación de vacío , las miles de preguntas
estúpidas que me hacía, los dos estaban sonrojados, quitaron
rápidamente sus manos, desviando su mirada a cualquier parte ,
en mi rostro había una sonrisa de satisfacción y felicidad por
ellos, que habían encontrado lo que muchos buscaban, ser amados
y correspondidos.
- por cierto Akina, nos ibas a decir algo importante- menciono
Mizu, tratando de cambiar el tema
-Sí que. No podré ir con ustedes esta noche al festival
-¡porque!- dijeron al mismo tiempo y sorprendidos
- Esta tarde me voy a la casa de mi abuelo, ya tengo las
maletas y el boleto listo
-¿pero porque te vas así de rápido e inesperado?- dijo Lin
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desanimada
-Hace mucho tiempo no lo he visto, está solo y quiero
acompañarlo, además el aire fresco no me vendría nada mal , el
tiempo que estaré ahí me ayudara a centrarme en mis decisiones-
respondí, Lin y Mizu se miran uno al otro comprendiendo mi
respuesta y mi inesperada ida
- entonces Akina ni hablar de cancelarlo-replico Mizu
- No ,pero ustedes dos diviértanse mucho por mí de acuerdo y
mejor entremos a clase que vamos tarde
-es cierto, vamos- dijo Mizu
Y justo en ese momento, me abrazaba Lin por la espalda colocando
su mentón sobre mis hombros y sus brazos entrelazados en mi
cuello, un abrazo muy cálido, trataba de convencerme de alguna
manera que me quedara, pero ya todo estaba hecho y yo
necesitaba saber qué hacer. Caminábamos de regreso al salón y
ahí estábamos de nuevo, en nuestros pupitres esperando ansiosos
porque terminara ya el día, todos hablan del festival, me sentía
triste por Lin, ella realmente quería que todo el mundo
observara su gran trabajo que realizo junto con el comité
estudiantil y la escuela, seguramente se sentía decepcionada
porque no iba a estar ahí para verlo, pero me reconfortaba la
idea de saber que Mizu estaría ahí. Por fin, terminaba la
agobiante espera y habían terminado las clases finalmente, nos
volveríamos a ver en unas cuantas semanas hasta cuando
iniciara nuestro próximo y último semestre, después de eso todos
se irán a la universidad. Todos guardaban sus libretas, libros
y plumas frenéticamente, se marchaban para regresar ansiosos en
la noche al festival de despedida del semestre.
Guardaba todas mis pertenencias en mi bolso, tenía que irme, el
autobús partía a las 5:30 pm y eran las 3:00 pm, Mizu y Lin
estaban esperándome en la entrada del salón, decidí agregarme
22
al dúo, antes de llegar a ellos escuche cuchicheos entre ellos.
- hemos decidido acompañarte a tu casa he irte a dejar hasta el
autobús –dijo Lin con autoridad
-pero que pasara con el festival ¿no irán?- pregunte
- si pero queremos asegurarnos de que te vayas bien- respondió
Mizu
-gracias amigos, aunque no hay necesidad, estaré bien- dije.
-te acompañaremos igual – asintió Mizu
Caminábamos sobre los pasillos semivacíos de la escuela,
habíamos llegado hasta la entrada, aún había estudiantes a los
alrededores de la institución, cruzamos por varias calles hasta
detenernos en una tienda para comprar algunos panecillos y
bebidas, Mizu decía algunas historias divertidas, Lin y yo
reíamos a carcajadas, salimos de la tienda y seguimos caminando
hasta pedir la parada a un autobús que estaba aproximándose,
pasaron unos minutos cuando ya habíamos llegado a mi casa, abrí
la puerta , mi madre estaba en la cocina, usando su delantal
floreado color amarillo, tenía el cabello sujeto con unas pizas,
olía delicioso, dejamos nuestros bolsos en la entrada en una
pequeña mesa que estaba cerca de la puerta principal.
-Buenas tardes señora- dijo Lin y Mizu
-hola muchachos vienen con Akina supongo.- dijo mi madre desde
la cocina
-si señora la acompañaremos hasta la central de autobuses.-
aseguro Lin
-¿se quedan a comer verdad?
- Claro- respondió Lin sonriendo
- Bueno, entonces pónganse cómodos, iré a cambiarme, después de
comer tendremos que marcharnos – dije
Subí las escaleras para llegar a la segunda planta, entre a mi
habitación, aún recuerdo vagamente como era, la paredes estaban
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pintadas de un color blanco, había una gran ventana con una
simple cortina, de lado izquierdo de la puerta de mi habitación
estaba mi pequeña cama, aun lado tenía una mesita redonda y un
escritorio, en él había siempre libros, lapiceros regados y
sobre todo fotografías en marcadas de Lin, Mizu y yo juntos, de
mis padres y del abuelo, mi closet estaba en una esquina, lo
abrí , me quede mirando unos instantes su interior así que
decidí ponerme unos Jeans, una playera de manga larga blanca y
una chamarra de naranja que usaría después, tome el bolso café
que estaba colgado en el perchero, coloque dentro del bolso
algunas pertenecías personales, mis audífonos y el reproductor,
tome la chamarra y la bolsa, baje las escaleras, deje todas mis
cosas en el sofá , mire por unos segundos que mi maleta estaba
ya ahí esperando en la entrada, seguro que mi madre la habían
puesto ahí había pensado, me dirigí hacia la cocina, Lin y Mizu
se me habían adelantado en comer así que me reuní con ellos en
la mesa, mi plato estaba servido, los guisos de mi madre estaban
exquisitos como siempre, Mizu parecía cautivado por la comida y
Lin platicaba de algunas cosas de cocina con mi madre, pasaron
unos minutos cuando ya habíamos terminado de comer.
-Gracias señora estuvo maravillosa la comida- dijo Mizu
-es verdad, gracias- añadió Lin
-yo he terminado, pero ya es tarde creo que no llegare a tiempo,
mejor apresurémonos-dije con voz angustiosa
Todos nos parábamos de la mesa mientras mi madre recogía los
platos y los colocaba en el fregadero, fui al sofá tome mis
cosas y me dirigía hacia la puerta principal para ponerme mis
tenis favoritos multicolores, al igual Mizu y Lin tomaban sus
cosas, tome mi móvil de la mesa y lo metí en mi bolso café
igual que otras pertenencias, decidí no ponerme la chamarra y
llevarla entre mis abrazos hasta que sitiera el frio en mi
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cuerpo , mi madre salió de la cocina, se dirigía hacia a mí.
-cuídate Akina, cuando llegues a la casa de tu abuelo llámame a
mi móvil, toma pensé que te gustaría, además el pronóstico dice
que hará frio- dijo mi madre mientras me colocaba una bufanda en
el cuello
-Gracias madre.- dije sonriendo, acariciando la bufanda
-de nada además creo que combina con el bolso que llevas puesto
-¡es verdad!- exclame alegremente
-Bueno vete que ya es tarde- dijo dándome un beso en la frente
Tome la maleta, abrí la puerta, le eche un vistazo a mi casa, a
los muebles, a las fotografías colgadas, Salí, jamás pensé que
esa sería la última vez que vería mi hogar, pero después de todo
lo que buscaba eran respuestas a las preguntas que me hacía
diariamente, por mucho que pensara en esa idea, Lin y Mizu se
despedían de mi madre, salimos tan rápido como una bala cuando
es disparada.
-¡Recuerda que iremos a verte en unas semanas cuando tu padre
regrese de su viaje de trabajo!- Grita mi madre con voz chillona
Nosotros seguíamos acelerando el paso, a pesar que de que ya
estábamos a una distancia algo lejos, pude escuchar su voz, solo
hice una señal de que la había escuchado, seguíamos corriendo
por el asfalto, las rueditas de la maleta chillaban, ya era
tarde así que tomamos un taxi para llegar más rápido a la
estación de autobuses, las 5:25 pm justo a tiempo, llegue
derrapando , apenas me dio tiempo de despedirme de Lin y Mizu,
les di una abrazo y me apresure a subir al autobús, las puertas
del autobús se cerraron mis espaldas , sentí el estruendo del
motor que acaba de encenderse, tome mi asiento, a atreves de la
ventanilla mire a Lin y Mizu, aun llevaban puesto el uniforme,
el autobús avanzaba y entre más avanzaba, poco a poco se iba
25
borrando la presencia de mis amigos , hasta perderse en la
lejanía, los últimos rayos sol del día iluminaban mi rostro
que atravesaban el delgado cristal de la ventanilla , el sol se
ocultaría pronto y los bellos destellos de luminosidad que
ofrecería la luna iluminarían en la oscuridad de la noche,
sentía vibrar mi móvil en el bolso, había recibido un mensaje de
texto.
De: Lin
Para: Akina
>> Te extrañare, llama de vez en cuando <<
De: Akina
Para: Lin
>>Claro que lo hare, divierte en el festival, toma muchas
fotografías, yo también te extrañare >>
cerré el móvil y lo volví a guardar, preferí escuchar música
durante todo el trayecto, veía el paisaje, las casas alejándose,
las aves volar en el atardecer, perdí mi mirada entre los
colores rojizos del cielo, mi corazón latía rápidamente, no
sabía si era la música, por estar ansiosa de llegar o por el
hecho de que no había visto a mi abuelo, así que solo cerré los
ojos y disfrute de mi soledad acompañada de mi consolante
música.
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CAPITULO IV
Habían pasado ya varias horas desde que Salí de la ciudad de
Guretobare, el cielo estaba despejado y oscuro, bombardeado de
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cientos de estrellas brillantes que iluminaban la oscuridad de
la noche, la luna estaba en su esplendor, ese admirable y bello
momento no se veía siempre en la ciudad donde el humo de los
automóviles y fabricas consumía todo lo hermoso de un cielo,
finalmente desde hacía mucho la ciudad se quedó atrás, el
autobús había estado avanzando hacia las montañas del norte,
en lo alto de esas montañas se encontraba un pequeño poblado
llamado Fokkosumaunten donde residía mi abuelo, pero era
mayormente conocido por el nombre de Fokkosuu, era un hermoso
poblado tranquilo, en verano todo la vegetación se sentía tan
viva, según mis recuerdos de niñez , un lugar ideal para
aquellos que buscaban tranquilidad y paz, una repentina
neblina de cegó todo el cielo estrellado , ya no se podía
observar nada con claridad pero sabía dentro de mí que faltaba
poco por llegar, entre la espesura de la neblina observe un
letrero que decía poblado de Fokkosuumaunten así que ya había
llegado , el autobús se había adentrado al poblado y llegado
a una pequeña estación situada entre el centro de Fokkosuu,
antes de mi bajaron unas cuantas personas del autobús y
finalmente yo, el viento y la noche fría se hacían presentes
estremeciendo todo mi cuerpo , tome mi maleta y camine, a un
recordaba como llegar a la casa del abuelo, la neblina seguía
desciendo lentamente sobre el poblado, aun se podían observar
a varias personas vagando por las gélidas y rusticas calles de
Fokkosuu, a mi alrededor las casas eran antiguas, el lugar, las
calles y todo se veía muy desolado pero suponía que eso era
normal, ya era muy noche y Fokkosuu iba quedando a mis
espaldas, había caminado bastante, la casa de mi abuela era
una de las más alejadas del pueblo y se encontraba en una
empinada , el camino era pedregoso que se me dificultaba subir
con la maleta, después de subir esa empinada dificultosamente,
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enfrente de mi yacía la casa de mi abuelo grande, esplendorosa,
vieja y antigua, no había cambiado en nada después de tantos
años , me detuve unos momentos en la entrada para recordar
cuando jugaba ahí en la entrada de la casa, cuando ese era mi
mundo, en el silencio escuche a los grillos cantando sus
peculiares melodías, el aire se sentía tan fresco y liviano que
lo sentía parte de mí, admire todo lo bello que rodeaba el lugar
, las luces estaban prendidas eso significaba que el abuelo aún
estaba despierto, toque la puerta varias veces pero no me
respondía así que gire la manija de la puerta , estaba abierta
y entre, lo primero que vi fue al abuelo recostado en el sofá
con el periódico encima, tenía puesto su pijama, mire alrededor
todo seguía igual, sus muebles de madera antiguos, ese leve y
peculiar olor a humedad, pinturas y fotografías viejas colgadas
en las paredes, una taza de café a medio tomar estaba sobre la
mesa de centro, toque la taza, estaba fría, tenía mucho rato
ahí, eso significaba que el abuelo había estado dormido por
mucho tiempo.
-Abuelo, abuelo –le susurre al oído
-¿quién es?-pregunto con voz adormilada y ronca
- abuelo soy yo Akina.- dije delicadamente
-¿Akina?- pregunto el abuelo aun sin abrir los ojos
- si abuelo soy yo, acabo de llegar - afirme
- ohh! Akina, discúlpame me he quedado dormido- dijo el abuelo
levantándose del sofá aun con el rostro soñoliento
- no hay problema, te extrañe abuelo-dije abrazándolo
fuertemente
-yo también mi pequeña, haz crecido mucho, el tiempo se pasa
tan rápido- dijo sonriendo, rosando su mano sobre mi mentón
-lose abuelo
-y como está tu madre y mi ingrato hijo que no ha venido a
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verme- dijo el abuelo en tono más grave
-mama está bien y papa viajando como siempre por su trabajo,
pero vendrán en unas semanas cuando haya regresado mi papa del
viaje de trabajo – argumente para calmar el enfado de mi abuelo
que se podía notar en su rostro
-¡vaya! Esa si es una sorpresa, ¿estas cansada por el viaje
Akina?
- si abuelo, el viaje y la empinada que camine estuvo agotador,
no puedo creer que la casa este tan alejada del pueblo, no
recordaba que estuviese así
- eso es cierto, cuando se construyó esta casa hace ya mucho
tiempo, decidieron hacerla aquí por dos razones, ¿lo recuerdas
que ya te lo había dicho alguna vez?- agrego el abuelo,
acercándose hacia una ventana de la casa mirando el paisaje
nocturnal
- la verdad no lo recuerdo abuelo- , seguro fue hace mucho
abuelo- dije sin darle importancia al tema
- bueno eras pequeña en ese entonces pero sabes ¿porque el
pueblo se llama Fokkosuumaunten?
- No.- contesté secamente
- porque hace cientos de años atrás cuando había guerras y el
mundo estaba sucumbido ante el caos, miles de personas
murieron debido a la avaricia de otras, las personas que
escaparon de esos lugares donde la miseria gobernaba, buscaban
un lugar tranquilo y próspero donde habitar, un grupo de
personas llegaron a las montañas del norte, pensaron que entre
más lejos fueran escaparían de todo peligro
- ¿y después que paso?- pregunte
- ese grupo de personas encontró en la montañas un nuevo
porvenir y esos fueron los primeros habitantes de Fokkosuu, hubo
un tiempo de prosperidad, sin embargo las guerras los empezaban
30
a alcanzar nuevamente y las pocas personas que habitaban ese
lugar sintieron angustia y terror, pero en un día nevado dicen
que bajo de la montaña un ser sagrado con forma de un zorro
blanco, que al ver la tristeza de los humanos, su corazón
bondadoso se apiado y ayudo a los humanos bridándoles sabiduría
y que pudieran disipar todas las adversidades , amo tanto a esta
tierra y este mundo que vivió mucho tiempo entre los humanos
hasta que su tiempo termino en este mundo en honor a él los
habitantes de esa tierra decidieron llamar al poblado
Fokkosuumaunten que significa la montaña del zorro.
-Es una historia buena, ¿pero eso que tiene que ver con la
construcción de la casa?- pregunte inciertamente
- bueno mi pequeña, se construyó por según muy cerca de aquí fue
donde apareció por primera vez al zorro blanco y a nuestros
antepasados les gustó tanto la idea de vivir en Fokkosuu que
decidieron construir esta casa aquí - respondió el abuelo
tocando su barba canosa-.Bueno fin de historias antiguas, vamos,
te llevare a tu habitación, dame esa maleta.
-gracias abuelo- dije mientras caminábamos hacia una de las
habitaciones de la casa
-Esta será la habitación donde dormirás, es sencilla pero
estarás muy cómoda, aquí solías quedarte cuando pasabas las
vacaciones conmigo
-sigue todo igual como lo recuerdo- dije con un suspiro de
melancolía
-instálate, ponte cómoda, mira ya casi es media noche, es mejor
ir a dormir así que descansa- continuo el abuelo mirando hacia a
un reloj postrado en una vieja pared de mi habitación.
-descansa abuelo, hasta mañana
La habitación seguía igual, la cama, la cajonera, las puertas 31
corredizas, en si toda la casa era de madera antigua de hecho no
había cambiado nada en absoluto, me sentía cansada pero decidí
desempacar, coloque toda mi ropa dentro de la cajonera y las
demás cosas, me puse mi pijama, afuera se escuchaba el silbido
de un viento violento, el drástico movimiento de las copas de
los arboles azotaba contra las ventanas de la habitación, me
recosté en la cama y mire hacia la ventana, observando fijamente
las sombras que bruscamente aparecían, el sueño me venció.
Aun con los ojos cerrados podía sentir la luz atravesando mis
parpados, abrí los ojos, la luz se encontraba invadiendo toda la
habitación, los primeros rayos matutinos atravesaban la
ventana, era otro día, era hora de levantarse, Salí con todo y
pijama, lo primero que vi fue al abuelo intentando cocinar,
desde que la abuela había muerto hacía ya mucho años, se quedó
solo y no tuvo más que aprender hacer las cosas del hogar por sí
mismo.
- buenos días abuelo- dije tallándome los ojos con la mano y
acomodándome un poco el cabello detrás de las orejas.- se está
quemando la comida abuelo
-Buenos días, ¡oh! Es cierto- dijo apagando la estufa.- me
entretuve con otras cosas y este viejo olvido lo que tenía en la
sartén
-¿Por qué no mejor yo preparo el desayuno?, siéntate solo espera
un momento, te advierto que no soy muy buena cocinando pero hare
un esfuerzo
-entonces me arriesgare.- afirmo el abuelo sentándose en una
silla de la mesa.
me coloque el delantal, prepare él te, café , un desayuno fácil
y rápido que no costara trabajo y no delatara mi torpeza ante la
cocina, puse la mesa y en cuestión de minutos estaba todo listo,
el abuelo seguía esperando en la mesa mientras leía al parecer
32
un libro viejo, él fue un historiador pero desde hacía unos años
era jubilado
-listo abuelo- dije con una expresión de orgullo al saber que no
se había quemado nada y quedado en vergüenza
-se ve bien- añadió el abuelo, frunciendo los labios,
humedeciéndolos con su lengua deseoso de comer.-sentémonos,
después de desayunar no te gustaría ir al pueblo
-claro que sí y a que iremos al pueblo- dije dudosa, pasando un
trozo de comida por mi boca
-hacer algunas compras- concluyo el abuelo
Al terminar de desayunar, recogí los platos y los lave, camine
hacia la habitación pensando en que vestiría, debía ser algo
cómodo, una vez que elegí que ponerme, me recogí el cabello en
una coleta, sin darme cuenta me observaba detenidamente en el
reflejo de la ventana, veía mi rostro lamentable. El abuelo me
esperaba en la entrada, al parecer iríamos caminando hasta el
pueblo, al salir de casa me di cuenta de la singularidad del
pueblo ahora veía porque le gustaba tanto el lugar al abuelo, a
pesar de que era invierno y los arboles habían dejado caer sus
hojas tristemente sobre los suelos pardos, seguía siendo un
hermoso lugar, caminábamos juntos tomados del brazo por los
caminos pedregosos y pastosos, lo observe y lo imagine en su
juventud como un muchacho apuesto que seguro había robado el
corazón a más de una chica, su temperamento siempre había sido
amable, en él se reflejaba siempre una serenidad, la edad era
presente en su cuerpo por esas arrugas en su rostro y el cabello
canoso al igual que su barba , platicando sobre los días que
había pasado mi infancia con él, se nos pasó el tiempo y pronto
nos acercábamos al pueblo, al adentrarnos más nos saludaba cada
persona que nos encontrábamos en el camino.
-el abuelo será muy conocido aquí o de verdad estas personas son
33
gentiles.-pensé.
El primer lugar al que visitamos fue una tienda de artículos
comestibles, en la ciudad se le nombraría minisúper, pero aun
que se veía pequeña he insignificante para las personas de
ciudad, tenia de todo lo que se pudiera pedir, al entrar puede
notar varias estanterías llenas, el abuelo rápidamente tomaba de
cada una lo que compraría y yo solo curioseaba entre ellas, al
final salimos con varias bolsas de ahí, pero antes de irnos a
casa, recorrimos otras tiendas que el abuelo había querido
visitar, después de un agotador y exhausto recorrido a Fokkosuu
regresamos a casa con su peculiar olor a humedad. Por varios
días la rutina fue la misma, despertar, hacer los deberes y lo
mismo día tras día, pero me había olvidado de mi propósito
principal que era seriamente el camino que tenía que tomar,
hacia donde dirigirme, a que destino debía ir, entre mis agonías
perdí por completo la noción del tiempo aun recostada sobre mi
cama.
-no puedo creer que los rayos del sol sean tan resplandecientes
y brillantes que destruyen mis parpados.- dije quejosamente
extendiendo las sabanas de la cama.
Me volví a enredar entre las sabanas de mi cama, alguien tocaba
la puerta era el abuelo.
-Akina aun sigues en cama, afuera hace un gran día, dicen que
pronto nevara- anuncio el abuelo, mirando hacia la ventana y
pronunciando en sus últimas palabras un toque de entusiasmo.- o
acaso te sientes enferma.
-No abuelo, estoy bien, es solo que no pude dormir bien- dije
despojándome nuevamente de las sabanas y mirando al techo con un
aburrimiento voraz.
- porque no vas a dar un paseo por los alrededores y te
desaburres un poco aún es temprano- sugirió volviéndose hacia a
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mí, mirándome con su rostro lleno de dulzura y expresando una
ferviente sonrisa
Me puse de pie, di un suspiro hondo y puse buena cara.
- si tienes razón abuelo, porque no, una pequeña excursión no me
haría ningún daño -dije-.Pero tú ¿qué harás mientras no estoy?
-pues veras un viejo amigo me reto a jugar Shogi y no pienso
perder sin antes haber hecho el intento.
- ah! ahora veo porque quieres que salga, quieres desacerté de
mí, tramposo- dije haciendo algunos pucheros
- no quería dejarte aquí y creo que te será aburrido ir conmigo
¿no? - dijo el abuelo arqueando su ceja derecha-. En estas
fechas siempre nieva, así que ten cuidado y regresa antes del
anochecer.
- gracias por las sugerencias abuelo, tendré cuidado.
-bien entonces me retiro pequeña.
El abuelo se marchó de la habitación y yo retome la idea que el
propuso, después de todo no era tan mala idea, despejarme de
dudas y del aburrimiento, me limpie el rostro, me arregle y
vestí acorde a la ocasión, no sin antes salir con mi suéter,
tome mi bolso café favorito, me encantaba porque podía
entrecruzármela, con varios bolsillos, en ella podía ocultar
cualquier cosa, después de un rato en arreglarme fui hacia la
cocina, guarde en mi bolso un par de manzanas, un jugo y una
botella de agua, me dirigía hacia la puerta pero la voz de mi
abuelo me retuvo antes de tocar la perilla de la puerta
- Akina regresa temprano- dijo
- claro abuelo, estaré bien no es como si me fuera de campamento
una semana, además tú fuiste el de la idea – respondí expresando
con una sonrisa apaciguando el tono angustioso del abuelo-. Nos
vemos divierte en tu juego, por cierto me prestas el libro que 35
esta sobre la repisa
- si por supuesto
- bien, entonces nos vemos, prometo llegar temprano
Salí y a no muy pocos metros de la casa se podía observar las
copas secas de árboles boscosos, el invierno cubriría todo
dejando a su paso una manta blanca fría y congeladora, pero
antes de que eso sucediera, eche un vistazo por los alrededores
y sin darme cuenta me fui adentro cada vez más en el bosque de
Fokkosuu , el viento recorría cada rama y las pocas hojas que
aún tenían, se sujetaban firmemente , aferrándose a la vida,
arbusto secos y marchitos bombardean todo el lugar, el cielo
azul de la mañana se reemplazaba por un día nublado grisáceo,
era así como drásticamente el clima lo cambia todo, no muy lejos
de donde estaba escuchaba el rio avanzar entre las rocas, me
acerque hacia el rio y de pronto frente a mí el reflejo del agua
cristalina iluminaba mi rostro, cansada de caminar tome asiento
en una raíz que sobresalía de la tierra de un árbol viejo,
recosté mi cabeza en su grueso tronco y de mi bolso saque el
libro que el abuelo me había prestado, después de un rato de
leer me costaba trabajo mantener los ojos abiertos y finalmente
me había quedado dormida.
Entre dormida y no, no muy lejos de donde estaba, se escuchaban
pequeños ruidos, como cuando caminan entre hojas tiradas al
suelo con una lentitud o sigilo, aun si lo podía escuchar,
recostada sobre el tronco del árbol desperté he incline mi
cabeza hacia todos lados, no veía nada, pero por una fracción de
segundo me quede pasmada, del otro lado del rio había un pequeño
y hermoso zorro blanco bebiendo agua, su pelaje era tan blanco y
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denso como la nieve, una criatura tan magnifica, el zorro
levanto su mirada hacia la mía, por unos instantes la mía se
conectó con la del zorro, pude notar el bello color de sus ojos
verdes como esmeraldas brillantes, no parecía asustado por mi
presencia, muy tranquilo me observaba, en un parpadeo se
marchó, apenas me dio tiempo de poner en pie.
- ¿A dónde se fue?- dije para mí, mirando hacia todos lados,
tratando de ver su rastro.
Parada enfrente del rio, la intriga me corrompió de saber a
dónde había ido , era muy raro que un zorro apareciera por ahí,
mi curiosidad hacia que quisiera seguirlo, mire el cielo el sol
no se había ocultado en su totalidad, no lo pensé más, quería
saber a dónde había ido y antes que perdiera su rastro cruce el
rio no era muy hondo me llegaba un poco más arriba de mis
rodillas, la corriente era lenta, así que pude cruzar, ya del
otro lado del rio, me sacudí un poco y empecé a rastrear
pequeñas huellas como si fuera un sabueso en busca de su presa,
busque en zonas cercanas de ahí, sin retirarme tanto del rio,
la opción de encontrar nuevamente al pequeño zorro era tan
lejana y la decisión de haber cruzado el rio era solo la
estupidez de una joven tonta, me sentía tan estúpida, alguien
normal no habría hecho eso, volver hubiera sido mejor, pero
justo cuando abandonaba la búsqueda , vi nuevamente al zorro
blanco, lo seguí, era una idea realmente tonta pero eso no se
veía todos los días algo como eso y así fue como me aleje más y
me acerque a lo desconocido, fue como si quisiera que lo
siguiera pero eso era muy poco razonable esa idea, algo frio
caía en mi mejilla derecha, era un copo de nieve, pronto nevaría
eso era seguro, los copos caían como una ligera llovizna de
verano, esparcido en el viento como confeti, a una distancia no
muy lejos a un podía observar al pequeño zorro, se detuvo unos
37
momentos, me observaba, sabía que estaba ahí, sabía que lo
estaba seguido pero no sentía ningún temor hacia a mí, me
miraba con esos enormes y hermosos ojos verdes, la nieve cubrió
rápidamente los suelos marchitos, el pelaje blanco del zorro se
volvió uno con la nieve, se camuflajeo entre ella, lo único que
podía verse eran sus prominentes ojos ,una fuerte ráfaga de
viento helada atravesó nuestras miradas y el desapareció como si
lo llevase el aire, es ahí cuando desperté de ese hipnotismo,
en unos cuantos minutos todo había quedado inundado por la
nieve, las nueves negruzcas tapan al delicado y débil sol que
estaba por ocultarse ,sé que no lo volvería a ver, solo fue una
pequeña aventura que podía resultar mortal, la nieve lo cubría
absolutamente todo , lo que solo era una pequeña llovizna de
nieve serena resulto ser un tormenta letal, me había alejado lo
bastante como para perderme, la nieve no me dejaba ver hacia
donde iba, las violentas ráfagas de viento me llevaban con él,
pero me sostenía firmemente del suelo, lo hacía con todas mis
fuerzas, como una madre aferrándose a su hijo, el caminar
resultaba cada vez más pesado, mis piernas se hundían en la
nieve cada paso que daba, el frio se introducía en cada poro de
mi cuerpo estremeciéndolo por completo, una ráfaga de aire feroz
sacudió mi cabello, desgreñándolo, entre mi dificultosa vista,
observe un umbral de oscuridad, era una cueva donde podía
refugiarme, mi corazón empezaba a aliviarse y mi suerte a
cambiar, avance con pasos ásperos entre la nieve hasta llegar a
la oscura y húmeda cueva, entre en ella, observe con
detenimiento su interior tal vez era el hogar de una bestia,
nada, no habida nada dentro solo yo, me senté en el frio suelo
cerca de la entrada ,enfrente de mi veía caer la nieve y el
viento feroz que agitaba las ramas de los árboles pero yo estaba
más agitada, mi respiración empezaba a desacelerarse, el miedo
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seguía recorriéndome como el veneno mortal de una víbora hasta
que por fin se fue, pero no del todo, me había tranquilizado
solo lo suficiente como para guarda la calma, ahora todo era
oscuridad, afuera la noche surgía proclamando sus dominios,
estaba cansada, me recosté en el rocoso suelo, no era cómodo,
pero era mejor que pasar la noche cubierta de una tonelada de
nieve y con la enorme posibilidad de morir de hipotermia, cada
vez que exhalaba salía vapor de mi nariz, temblaba de frio,
encorve mi cuerpo para darme calor, veía caer nieve y más nieve,
afuera de la cueva que me resguarda, el cansancio era más
agotador y el sueño más difícil de contener, aun temblando de
frio mis parpados empezaban a cerrarse poco a poco y después
todo se volvió oscuridad.
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CAPITULO V
Desperté agitada, de un profundo sueño en donde era presa del
miedo, de la nieve que me cubría hasta asfixiarme, solo es un
sueño , solo eso, para mi sorpresa no era así, todo era verdad,
estaba en esa cueva, recostada en el rocoso suelo, el abuelo ,
pensaba en el abuelo , prometí llegar y no lo hice, me cubría
una oscuridad abrumadora, me levante con el cuerpo adolorido y
adormecido, aclare mi mente cerrando los ojos momentáneamente
recordando todo lo que había pasado pero también recordaba una
cosa muy importante que no había dormido hasta el fondo de la
cueva, abrí los ojos, frente a mí un muro rocoso yacía, estaba
claramente segura que había dormido cerca de la entrada de la
cueva, antes de cerrar mis ojos recordaba que afuera caía
nieve, mis mejillas estaban frías como el hielo y podía escuchar
el silbido del viento aun estando dormida , ahora despertaba
hasta el fondo de la cueva, ¿habría caminado dómida?, no eso era
posible eso, me acerque al grueso muro , lo toque con mis dos
manos, estaba húmedo y frio , todo eso era raro, muy raro, a
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mis espaldas los pequeños rayos de luz perforaban la inmensa
oscuridad que habita dentro de la cueva, me dirigía hacia ella,
al acercarme más acariciaba mi rostro y su cálido calor me
abrazaba, justo en la entrada me detuve, inmóvil , atónica, mi
corazón latía tan deprisa que podría explotar, se me erizo la
piel, un tremendo hormigueo recorría cada parte de mi cuerpo,
sacudiéndolo, estremeciéndolo hasta el punto de colisionar.
-¿será posible esto?- dije en voz baja, casi quebrada,
parpadeando varias veces.- ¿Qué es este lugar?,¿Dónde estoy? .
Muchas preguntas y nadie que las respondiera.
Ahora el panorama era totalmente diferente, ya no había frio, ni
arboles marchitos, ni nieve que cayera sobre el suelo
empobrecido, ni tormenta de la cual correr, había desaparecido
el cruel invierno que apenas se hacía presente, ahora todo,
absolutamente todo ha cambiado, ¿era un sueño?, ¿había
alucinado?,¿ estaba loca?,¿había muerto?, no, seguía viva,
entonces ¿Qué había pasado?, parada he inmovilizada justo en la
entrada de la cueva un viento liviano alborotaba mi cabello
enmarañado, era cálido, ahora lo veía todo , arboles altos
frondosos, llenos de vida, de un verde tan intenso como los ojos
de aquel zorro blanco o inclusive aún más intenso, esto no era
producto de mi mente, era real, muy real, tan real como yo,
¿ pero cómo? Y ¿Por qué? Al salir plenamente de la cueva,
observe cada detalle, las rocas están cubiertas por musgo, las
flores silvestres crecían por todas partes, desprendiendo su
suave aroma, los trocos de los árboles eran de marrón intenso,
la tierra estaba húmeda que se podía sentir su olor en el aire
al igual que el de las flores, un par de pájaros aleteaban sobre
las ramas de un árbol mientras otros cantaban melodías tan
finas que se escuchaban armoniosamente, los rayos del sol que
atravesaban las gruesas copas de los árboles, se reflejaban en
41
las hojas como miles de espejos luminosos, me aleje más de la
cueva que me había resguarda el día anterior, estaba tan
impactada, de aquel nuevo mundo, sentí una presión en mi pecho,
era miedo, sin importarme, seguí caminando asombrada, admire
cada detalle y cosa que habitaba aquel bosque, pero lo único que
vi fueron algunas aves, no había señal de que alguien viviese
ahí, me di cuenta demasiado tarde que me había alejado de la
cueva, así que no supe como regresar y decidí seguir caminando,
si en el camino encontraba un rio, lo seguiría hasta que
encontrar el pueblo más próximo. La noche cayó otra vez frente
a mí, como una masa oscura aterradora pero en esa noche, el
cielo estaba despejado, era un hermoso cielo estrellado y apenas
unas cuantas pequeñas nubes negruzcas lo tapaban, había caminado
durante casi todo el día, estaba realmente cansada y sin un
refugio abrigador, no tuve más que arriesgarme a dormir en el
suelo, respaldada en un árbol, recostada veía como las copas de
los árboles se agitaban suavemente de una dirección a otra,
unas cuantas florecillas que se encontraban a mi lado
despilfarraban su salvaje aroma, el único sonido que resoban en
mis oídos era el de las aves nocturnas, el de algunos grillos y
otros insectos, ahí recostada en la fría y húmeda tierra cerré
los ojos , pensaba en mi abuelo, en mi padres, en como llegaría
a casa, tenía un miedo insaciable, una desesperación empezaba a
recorrer cada rincón de mi mente, mi mente se había fracturado,
llore, las lágrimas de miedo y frustración emanaban de mis
ojos, resbalando sobre mis mejillas, me seque las lágrimas con
la manga sucia de mi suéter, toda mi ropa estaba levemente
mugrienta. No podía vacilar en una situación así, trate de no
perderla calma, mi estomago gruñía de hambre, pero ya había
comido una manzana y bebido un poco de agua, decidí ignorar mi
estómago, y comer lo que restaba para mañana, trataba de dormir,
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pero no podía y así amaneció, pensé que cuando abriera los ojos
todo habría desaparecido, no fue así, despertó nuevamente el
miedo en mí, mi cuerpo estaba acalambrado y tieso por dormir en
el suelo, me levante y seguí caminando, mis fuerzas se habían
debilitado, paraba a cada cierto tramo para descansar y beber
agua, el día estaba nublado, seguí caminando, por mucho tiempo,
era como caminar en un círculos, pero la diferencia era que el
frio se intensificaba cada vez más, me calaba los huesos, en el
camino encontré charcos de lodo de los cuales había resbalado en
algunos de ellos, el suelo se volvía más inestable y
resbaladizo, me temía que si no encontraba pronto ayuda no
podría sobrevivir otro día, comí la manzana restante y el jugo
que había en mi bolsa, solo quedaba un poco de agua, seguí
caminando hasta encontrar algo muy raro, era un escarcha de
nieve, de hecho había varias escarchas en el suelo, seguí
andando pero al seguir, otra vez todo parecía extraño, y me
confundía cada vez más, aquellos árboles frondosos y verdes se
amenoraban más y se sustituían por árboles secos otra vez, el
panorama se parecía al de Fokkosuu, me sentía aliviada pensé que
estaba cerca de casa, el sol estaba por ocultarse nuevamente,
pero aun tenia esperanza de encontrarme a alguien quien
pudiera ayudarme, decirme donde estaba. Oscureció y el día se
fue como mis con mis esperanzas de llegar con mi abuelo, el
cielo se ennegrecía, ventiscas frías atravesaban mi ropa hasta
mi cuerpo, el aire cálido del día anterior se había marchado, el
clima parecía cambiar tan repentinamente, y la vegetación igual,
era entre un verano cálido y un invierno gélido, como ya había
dicho los arboles curiosamente iban cambiado de texturas,
algunos estaban tan secos al igual que el suelo y después había
unos cuantos que seguían verdes, en el camino encontraba alguna
que otra flor o musgo que tapizaban algunos troncos tirados al
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suelo, aquello era peculiarmente extraño, de pronto me encontré
en una zona donde absolutamente todo estaba seco, aun hacia
frio, me detuve estaba cansada, tenía hambre y sueño pero no
había encontrado un buen lugar para dormir, era de noche y no se
podían observar las estrellas en el firmamento, las nubes las
tapaban, me senté en el suelo, mi cuerpo tenía una extraña
combinación entre sudor y frio, mis piernas se tambaleaban,
jamás en mi vida había caminado tanto, tenía hambre, estaba
sucia y sobre todo tenía un miedo que no podía reprimir, ahí
sentada en una roca escuche a mis espaldas un crujido que cada
vez iba acercándose más a mí , hasta escuchar el crujido de las
ramas tan cerca como pude, cada vez que se acercaba mi corazón
latía más rápido, el crujido se detuvo, cuando se detuvo, tuve
el valor de mirar hacia atrás y ver que era, no recuerdo cuantas
emociones de pánico vinieron a mí en ese instante, en la
oscuridad de la noche, unos ojos enormes me observaban con mucho
detenimiento, no era una persona, ni un simple animal, las
pupilas de sus ojos brillaban intensamente, como los de un gato,
y en parte tenían un cierto parecido sin embargo no lo eran, lo
que me causo más temor fue que podía dilatar y contraer sus
pupilas tan rápido, las contraía y dilataba una y otra vez,
cuando las contraía solo quedaba una línea muy delgada y cuando
las dilataba abarcaba casi toda la longitud de sus ojos, entre
en pánico que me quede ahí parada, se acercó más, mostrando sus
miembros inferiores, eran unas manos totalmente horribles, pero
no podrían llamarse ya manos, estaban deformadas, se desprendía
un olor putrefacto, no observe con detenimiento su rostro,
estaba cubierto por la manta de la oscuridad, solo veía sus
pupilas contraerse una y otra vez y partes de sus manos, al
acercarse más, sentí su presencia demasiado atemorizante,
corrí, al mismo tiempo que corría, lo podía escuchar detrás de
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mí, corrí con todas las fuerzas de mi alma, el miedo me invadía
por completo , mi respiración estaba acelerada a tal punto que
pensé que mi corazón saldría de mi pecho en cualquier momento,
aun podía escuchar a mis espaldas el crujido de las ramas
quebrarse, me perseguía un ser extraño, seguía corriendo,
jadeando, ya no podía más, entre el camino quiete varias ramas
secas que me estorbaban, y estropeaban mi vista, el suelo estaba
lodoso y resbaladizo, ahora es tan difícil describir ese lugar
por los constates cambios que observe en el bosque, mis torpes
piernas resbalaron y caí al suelo, ronde una , dos, tres vueltas
sobre la tierra, me sangraban las rodillas al igual que mi
frente, era una herida pequeña, me puse de pie, aun con el
corazón andando a toda velocidad, regrese a mirar hacia atrás,
ya no me perseguían, no tenía ninguna explicación para lo que
había sucedido ni de aquello que había visto, esos ojos nunca
los olvidaría y aun ahora los sigo recordando, continúe
caminando sin rumbo, con la cabeza adolorida, aturdida, las
rodillas me ardían, avance unos varios metros más, había una
cierta parte donde crecían arboles grandes fondos de gruesos
tallos y otra donde no lo era, estaban secos, marchitos, en
algunos tenían hojas secas aun incrustadas en sus ramas, el aire
soplaba ligeramente, del miedo había olvidado por un momento el
congelante frio, alce la mirada hacia el cielo nublado ,cayeron
copos de nieves en mi rostro, eran tan livianos como una pluma,
la pequeña llovizna de nieve continuo, sin rumbo ni a donde ir,
me desplome mentalmente, mire a todos lados solo veía la
oscuridad de la noche, opte por cualquier camino, tan pronto
como empecé a andar, escuche el ruido de las copas de los
árboles meneándose, de aquellos que solo tenían hojas, no era el
viento quien los movía era algo, me detuve, las copas de los
árboles y estos dejaron de moverse.
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- ¿qué hace un kurai atravesando la frontera?- pregunto una
voz masculina.
Mire a todos lados no veía a nadie era la primera voz que oía en
casi tres días
-disculpa podría ayudarme me perdido y estado vagando durante
casi tres días, vivo en el poblado de Fokkosuu.- grite para que
pudiera escucharme donde quiera que estuviese
Un silencio se propició, mientras seguía cayendo lentamente los
copos de nieve, nadie contesto, ¿habido sido mi mente? Y ahora
escuchaba voces.
-¿te lo repetiré de nuevo, que haces aquí?- siguió preguntando
aquella voz masculina, en un tono elevado pero sin perder la
calma
Acaso habría escuchado lo que le dije, estaba perdida, asimile
su pregunta y había dicho Kurai, en ese momento no sabía lo que
significaba
- señor, me he perdido, mi nombre es
- no pregunte tu nombre.- interrumpió la voz.- de todas formas
no me interesa, igual te matare
-¿matarme?- pensé
Le puse mucho énfasis a esas últimas palabras, quería matarme,
estaba asustada, mi corazón latía muy aprisa que en cualquier
momento explotaría, el miedo hacia que latiera mucho más aprisa,
la voz de ese hombre entro en por mis oídos hasta llegar a mi
mente y destrozarla en mil pedazos, no pretendía quedarme más
ahí parada, di unos pasos hacia adelante para salir huyendo pero
una figura negra descendió de un alto árbol, cayendo al suelo
sin un rasguño, bajo muy ágilmente, había caído de una altura
enorme de pie, completamente intacto, esa figura negra estaba
envuelta en una capucha, la lluvia de nieve caía ligeramente, su46
cuerpo era esbelto, llevaba ropa de algodón vieja se notaban
algunos agujeros, su cabeza estaba inclinada hacia el suelo, la
capucha no dejaba ver su rostro, tenía una espada en su lado
derecho, al subir su mirada, note el gris de sus ojos, era como
ver una luna reflejada en él, no puede apreciar con demasiado
detalle su rostro pero su cabello era oscuro, le llegaba
arriba de los hombros, unos cuantos mechones le tapaban los
ojos, su mirada era tan penetrante, su capucha estaba en vuelta
en nieve, un pensamiento recorría mi mente, quiere matarme, era
lo que pensaba en ese momento, mis piernas estaba inmóviles,
pero de algún modo las hice reaccionar, di unos pasos hacia
atrás, le di la espalda y corrí nuevamente, mis piernas ya no
podían más, corrí tanto que el suelo se me había terminado,
había caído por una colina alta, rodé varios metros , al final
me estrelle en la nuca con una roca, mi último recuerdo fueron
esos ojos grises bajo la nieve blanca.
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