El rumor histórico: el estudio de la voz popular

10
4 Muchas historias de investigaciones arqueológicas han sido motivadas por algún rumor, siendo el punto de partida para interesantes descubrimientos. En mi experiencia personal, me basta con recordar las armas encontradas en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en la ciudad de Ahuachapán, en El Salvador. En aquella ocasión, mientras todos teníamos el afán de conocer la verdad, se depositaba en el arqueólogo toda confianza para que éste, mediante excavaciones, encontrase algo para enseñar a la gente. No era claro, pero se tenía la creencia de la existencia de armas en algún lugar del templo. Las referencias apuntaban al área de jardines. Era un secreto a voces, pero nada seguro, puesto que la hermética del relato quedó entre las antiguas autoridades del templo, sin nada escrito, sin pruebas, sin fecha. El riesgo de no encontrar nada era alto, mientras el presupuesto, el tiempo y el esfuerzo confiado a la investigación arqueológica parecían desvanecerse en un supuesto cuento. Y así fue, al menos en un principio. Día tras día, sin resultados, y en el momento menos esperado “algo” aparece. En el jardín de la casa parroquial, a pocos centímetros de profundidad yacían ocho fusiles del tipo Oviedo y más de 1.300 cartuchos de munición no detonada. Para el asombro de todos, este armamento había estado ahí durante más de 70 años. Tras el hallazgo, en un instante el viejo rumor se hace realidad, el mito se desmitifica, y como un efecto de química, el ambiente de la excavación se transforma, y aquello toma una nueva dirección: ¿armas en un templo católico? Los rumores de facto se convertirían en noticia, mientras la imaginación de los presentes se centra luego en una época específica en el corazón del siglo XX. Aquel contexto parecía haber congelado los convulsos años de dictaduras y golpes de estado en la tumultuosa nación EL RUMOR HISTÓRICO: La Fama, monumento en Dresden (Alemania). En la mitología clásica, Fama, el equivalente de Osa en la mitología griega, personificaba el rumor, tal y como lo describe Vigilio en la Eneida. Fama, como lo hace cualquier rumor, podía destruir vidas o engrandecer otras. De este modo, el poder del rumor es conocido desde los griegos y romanos, y su mensaje es acorde a los intereses de la sociedad que lo crea. Fabricio Valdivieso Arqueólogo EL ESTUDIO DE LA VOZ POPULAR

Transcript of El rumor histórico: el estudio de la voz popular

4

Muchas historias de investigaciones arqueológicas han sido motivadas por algún rumor, siendo el punto de partida para interesantes descubrimientos. En mi experiencia personal, me basta con recordar las armas encontradas en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en la ciudad de Ahuachapán, en El Salvador. En aquella ocasión, mientras todos teníamos el afán de conocer la verdad, se depositaba en el arqueólogo toda confianza para que éste, mediante excavaciones, encontrase algo para enseñar a la gente. No era claro, pero se tenía la creencia de la existencia de armas en algún lugar del templo. Las referencias apuntaban al área de jardines. Era un secreto a voces, pero nada seguro, puesto que la hermética del relato quedó entre las antiguas autoridades del templo, sin nada escrito, sin pruebas, sin fecha.El riesgo de no encontrar nada era alto, mientras el presupuesto, el tiempo y el esfuerzo confiado a la investigación arqueológica parecían desvanecerse en un supuesto cuento. Y así fue, al menos en un principio. Día tras día, sin resultados, y en el momento menos esperado “algo” aparece. En el jardín de la casa parroquial, a pocos

centímetros de profundidad yacían ocho fusiles del tipo Oviedo y más de 1.300 cartuchos de munición no detonada. Para el asombro de todos, este armamento había estado ahí durante más de 70 años.

Tras el hallazgo, en un instante el viejo rumor se hace realidad, el mito se desmitifica, y como un efecto de química, el ambiente de la excavación se transforma, y aquello toma una nueva dirección: ¿armas en un templo católico? Los rumores de facto se convertirían en noticia, mientras la imaginación de los presentes se centra luego en una época específica en el corazón del siglo XX. Aquel contexto parecía haber congelado los convulsos años de dictaduras y golpes de estado en la tumultuosa nación

EL RUMOR HISTÓRICO:

La Fama, monumento en Dresden (Alemania). En la mitología clásica, Fama, el equivalente de Osa en la mitología griega, personificaba el rumor, tal y como lo describe Vigilio en la Eneida. Fama, como lo hace cualquier rumor, podía destruir vidas o engrandecer otras. De este modo, el poder del rumor es conocido desde los griegos y romanos, y su mensaje es acorde a los intereses de la sociedad que lo crea.

Fabricio ValdiviesoArqueólogo

EL ESTUDIO DE LA VOZ POPULAR

5

centroamericana. La investigación arqueológica, el modelo de los rifles y fuentes documentales apuntaba a que las armas habían sido enterradas en secreto durante las revueltas populares de 1944. Es aquí en donde la práctica de la arqueología cobra magia, el pasado está ahí, pero al mismo tiempo no lo está, es la idea del pasado creado por el hallazgo. El espectador atónito pretende atrapar ese pasado e intenta responder preguntas al primer instante del descubrimiento. Este hallazgo se trataba de una historia inconclusa, o alguien que en su momento fue cómplice de encubrir una verdad, un crimen o por el contrario ahogar la violencia ocultando armas, nada es claro, no hay nada en papel, no hay testigos, solo un rumor. Se inicia así una formal investigación arqueológica en la cual el detector de metales fue una herramienta perfecta. El motivo de mi artículo reside en cómo los investigadores pueden hacer uso del rumor para el estudio del pasado, siendo éste la voz popular y la contraparte local para la interpretación de la historia. La experiencia de muchos

investigadores hace evidente que los rumores muchas veces guardan algo de verdad en su contenido. El rumor es un punto de partida. En arqueología, la investigación se inicia muchas veces con aquel rumor que confirma la existencia de artefactos arqueológicos. Lo anterior puede formar parte de hallazgos previos a la presencia de expertos, siendo reportados por informantes locales. La existencia de “muñecas de barro”, “jarritos viejos”

Templo a Nuestra Señora de la Asunción, Ahuachapán, El Salvador. Según referencias históricas, el templo fue edificado entre 1870 y 1880, aunque antes de esas fechas, desde el siglo XVII, siempre existió un templo católico en el mismo espacio. Fotografía de Fabricio Valdivieso.

Armas en el templo Nuestra Señora de la Asunción, Ahuachapán, El Salvador. Siguiendo el rumor de la existencia de armas en algún lugar del templo, el hallazgo arqueológico acontece en octubre de 2003. Las armas habían permanecido enterradas por casi 70 años. El modelo del armamento, Oviedo, l lamado también Máuser Español producido a principios del siglo XX, fue de los más avanzados de su tiempo, y usado en la guerra civil española. Los ejércitos centroamericanos utilizaban este modelo a mitad del siglo XX. Fotografía por Fabricio Valdivieso.

RECUERDA: Respetar el Patrimonio Histórico de nuestro país

6

o “cerritos” son ejemplos típicos. Esos “jarritos viejos” pueden referir a vasijas arqueológicas próximas a un entierro con ofrendas; y esos “cerritos” pueden ser el remanente de estructuras arqueológicas. El investigador buscará en estas referencias locales la presencia de posibles sitios arqueológicos. En repetidas ocasiones, muchas investigaciones científicas alrededor del mundo se han valido del rumor para emprenderlas, proporcionando óptimos resultados dentro de márgenes netamente científicos. Por ejemplo, se dice que el famoso arqueólogo Howard Carter –basado en parte en rumores– logró realizar el más fabuloso descubrimiento en la historia de la egiptología: la tumba del joven faraón Tutankamón a principios del siglo XX. Los locales sabían de la existencia de esta tumba en algún lugar del Valle de los Reyes, dato que utilizó Carter para emprender su investigación, sumado a otras evidencias.

No obstante, siendo realistas, el presupuesto de una investigación arqueológica no podría valerse en propuestas derivadas de ciertos

rumores. Habiendo dinero y tiempo de por medio, el riesgo sería grande. Por esto, si se tomase el rumor como punto de partida para una investigación, desde el supuesto de la existencia de “algo” en cierto lugar, se deberá optar por investigaciones preliminares, tal como prospecciones, pozos de sondeo, transeptos arqueológicos y detectores de metales, o utilizar mayores referencias como las fuentes documentales y otros, de tal modo que el riesgo se minimice en lo posible, y se incremente la posibilidad de encontrar algo. Pero, como un punto alternativo, el investigador también puede ver el rumor en sí como un objeto de estudio, lo cual puede llevar a los investigadores aún más allá del hallazgo de artefactos y sitios.

Muchos expertos cuestionan la manera de estudiar los rumores científicamente. Gordon W. Allport y Leo Postman (1947), ambos de la Universidad de Harvard en la década de 1940, se convirtieron en autoridades de este tema al analizar este fenómeno como un asunto de interés social.

Partiendo de sus estudios, el rumor podría ser clasificado y metodológicamente evaluado con el fin de conocer patrones de conducta social. Para estos expertos los rumores funcionan como códigos que podrían llegar a ser descodificados mediante ciertos procedimientos. La psicología social y la antropología han dado luces en este tema a lo largo del siglo XX (Ghosh 2008:1236). Su estudio, en este sentido, se torna complejo y escabroso, pero con resultados extraordinarios que develan el rostro oculto de la sociedad presente o pasada.

El rumor es toda una dimensión social e histórica, y los expertos lo definen de muchas maneras. Rosnow (1974:28-29) percibe el rumor como un proceso en el cual las personas desarrollan mecan i smos pa ra en ca ra r situaciones que amenazan el orden social existente, de tal modo que los individuos puedan manejar una situación de riesgo. El elemento psicológico entra en juego cuando los rumores son activados. El rumor, segun Rosdow

Howard Carter examinando el

sarcófago de Tutankamón en 1923, meses después de su

descubrimiento.

RECUERDA: La legislación vigente, si encuentras objetos de valor patrimonial.

7

(1974:27), puede ser entendido como un proceso comunicativo fácil de iniciar y esparcir, pero difícil de detener, construyéndose en torno a in formac ión no verificada. Desde una perspectiva psicoanalista, de acuerdo con Jung, tal lo observa Rosnow, el rumor es interpretado como una colección de observaciones erróneas y falsas conclusiones tenidas por quienes lo narran, como parte de una visión o proyección psíquica. De hecho, esta visión es infundada por la emoción de quien reporta el rumor, lo cual tiene implicaciones sociales al ser transmitido. Para Rosdow, los rumores tienen un proceso cíclico dividido en tres estados: el nacimiento, el cual implica la necesidad o carencia de medios de información formales; la difusión, que incluye su transformación y distorsión del mensaje mientras viaja; y el control, que es la fase terminal de rumor, a tal punto que el rumor ha sido controlado.

En la arqueología nos podríamos ubicar en la fase terminal del rumor, tal y como podemos ver a continuación.

Genera lmente las h is tor ias rumoradas tienden a una muerte natural, tal lo reconoce Rosnow (1974). Esta muerte natural puede deberse a la perdida de interés para transmitirla. Es aquí donde la gente deja de hablar o pensar sobre determinados hechos, o el rumor es sustituido por nuevos rumores o nuevas situaciones. Otras razones que dan muerte natural al rumor son dados a que el problema fue resuelto, disipando así el rumor. Así lo observan también Allport y Postman (en Rosnow 1974:30), donde la visión psicosocial de los rumores sería la búsqueda de un buen final para la situación difícil. También se dará el caso de los rumores controlados, los cuales pueden ser llevados adrede a su desenlace. Según Rosnow, esto puede darse cuando alguna autoridad logra convencer a la gente de la falsedad del rumor, interrumpiendo su continuidad.

No obstante, en el caso de la arqueología, el rumor puede llegar a su ocaso cuando éste es comprobado en base a las pruebas materiales, mismas por las cuales

se juzgará la veracidad o falsedad de la historia rumorada.

Los rumores existen, ya que estos son de alguna manera útiles, y mueren cuando ya han cumplido su función social.

Los rumores surgen y funcionan muy bien en contextos en los que se carece de fuentes formales de noticias. No hace más de cien años, las fuentes formales de noticias eran aún escasas en muchas

Heinrich Schliemann cuenta en su autobiografía que en la Navidad de 1829 recibió como regalo de su padre un volumen de Historia Universal de Georg Ludwig Jerrers. Se quedó muy impresionado al ver un grabado que representaba a Eneas con su padre Anquises y su hijo Ascanio huyendo de Troya en llamas. Esto hizo que desde niño se interesase por los poemas homéricos. Convencido de que describían una realidad histórica, ya de mayor emprendió expediciones para encontrar los lugares descritos en ellos, hasta que en 1871 y como resultado de mucho esfuerzo dio con la ciudad de Troya. www.schliemann-museum.de

La excavación del templo de Atenea en Troya. Dibujo realizado por el propio Heinrich Schliemann.

8

partes del mundo, sobre todo en pueblos y pequeñas ciudades. Por lo tanto muchos rumores del pasado pueden no haber alcanzado su ocaso, y existir en la memoria de ciertas comunidades actuales. De este modo, para que un viejo rumor exista en la actualidad, es porque su mensaje todavía mantiene cierto impacto, y posiblemente no hubo nunca una conclusión al mismo, remitiendo la observación del investigador hacia un punto de origen en el tiempo. No obstante, cuando un rumor trasciende generaciones, como el caso de las armas en Nuestra Señora de la Asunción, en El Salvador, el fenómeno puede ser explicado como un círculo no cerrado, un rumor envejecido pero existente, y su muerte natural nunca llegó.

En otros casos, la noticia y el rumor rivalizan. La diferencia entre un rumor y una noticia es que la primera carece de evidencia, mientras la segunda es información aparentemente confirmada (Allport y Postman 1947; DiFonzo y Bordia 2007). No obstante, muchas veces la noticia confirmada es manejada por una autoridad local o un gobierno, lo cual muchos consideran como un instrumento de manipulación social, hasta tal punto que la noticia aparentemente confirmada crea desconfianza. En 1996 el escritor Peter Hessler (2002) documentó la importancia del rumor para la población de la China Popular, donde la mayoría de las personas se fían del rumor callejero como una fuente confiable de conocimiento sobre eventos de actualidad, más que de los propios periódicos o publicaciones locales. En China, según Hessler, ese tipo de rumor lo denominan xiaodao xiaoxi,

el cual se traduce como “noticias de callejones pequeños”. Siendo así, el rumor es también un poder. En sociedades simples, como el caso de la población de Tikopia estudiada por Raymond Firth (1956) en 1928 y 1929, el rol del rumor es de suma importancia para la dinámica social y cultural de la comunidad. Tikopia es una remota isla al sur de las islas Salomón, en el Pacífico, habitada por polinesios. En base al estudio de Firth, el reporte de lo que acontece en comunidades como Tikopia se distribuye a través de rumores. Estas comunidades crean mecanismos de identificación de falsos enunciados y noticias certeras. De este modo, podría decirse que esta comunidad culturalmente maneja cierto grado de decodificación del mensaje portado por el rumor. En Tikopia, de acuerdo con Firth, dentro del proceso psicológico del rumor y para que éstos sean aceptados, muchas veces el simbolismo entra en juego. Algunos signos vistos en los fenómenos naturales acarrearán el surgimiento de rumores. El silbido del viento, la formación de nubes, los arcoíris, entre otros, serán indicadores que presagian acontecimientos. Estos signos pueden dar legitimidad al presagio. No obstante, la comunidad es escéptica, y estos signos son sometidos a ju ic io popular, pretendiendo el encaje de unos signos con otros con el objeto de detectar la veracidad del rumor y el presagio. Algunas veces el fenómeno natural deberá también encajar con conductas culturales, como la interpretación de los sueños. Por ejemplo, un arcoíris puede anunciar la llegada de un barco. Pero para que ese presagio

sea convincente, el referido arcoíris deberá también coincidir con el sueño de algún miembro del grupo, e incluso, tal lo señala Firth (1956:125), deberá coincidir con el modo de roncar de alguien al dormir, lo cual se transforma en patrones de interpretación del presagio. Pero también se corre el riesgo de que cada elemento pueda tratarse de datos no certeros o inventados y puestos a circular a manera de rumor. Estos elementos juegan con la psiquis popular, quienes se verán siempre interesados en saber la verdad. Los rumores en esta sociedad son efímeros, y tienen sustituciones casi inmediatas. Por lo tanto, según la visión antropológica habrá rangos para cada uno de los rumores emitidos. El contenido del rumor tiene diversas connotaciones y puede funcionar como un mecanismo de soporte para el grupo. Para Firth, contrario a lo que se pensaría en los rumores surgidos en sociedades industrializadas, el rumor en sociedades simples tiene

Auto de fe de Maní en 1562. Según fuentes documentales del siglo XVI (ver Martos 2010; y Scholes y Adams 1932), el rumor originado por el hallazgo de un bebe supuestamente estigmatizado en la región de Maní desencadenó la histórica quema de códices, ídolos y ajusticiamiento de un millar de indígenas yucatecos en 1562. Según las fuentes, Fray Pedro de Ciudad Rodrigo, quien fuese el guardián del convento de Maní, es informado del rumor del nacimiento de un bebé con las marcas de Cristo en pies y manos. Motivado por el relato, Ciudad Rodrigo asiste al pueblo a comprobar el rumor, sin encontrar nunca a la madre del bebé. Indagando, el fraile descubre al referido bebé muerto y enterrado. Al exhumarlo el fraile se percata que de hecho existían marcas en el cuerpo del infante causadas por un sacrificio maya. Poco después, dos muchachos dan aviso de la existencia de ídolos y calaveras en una cueva (Martos 2010). De este modo crece el rumor de que la idolatría se estaba extendiendo. Fray Diego de Landa, quien fuese el sacerdote provincial, inmediatamente organiza un auto de fe el 2 de julio de 1562, enjuiciando cerca de dos mil indígenas, muchos de los cuales mueren por las torturas, y otros quedan lisiados. Landa preside una hoguera pública quemando ídolos y códices mayas. El rumor, en este ejemplo, toma un papel protagónico en los años de conquista y evangelización de las Indias occidentales, marcando el destino de los pueblos sometidos. (Diego de Landa destruye ídolos y códices en Maní, pintura de Leonardo Paz en http://www.elcaminomascorto.es/codices-mayas-escritos-intelectuales/, 15.05.14).

RECUERDA: No utilizar el detector de metales dentro de los límites de yacimientos arqueológicos ni de zonas protegidas.

9

una función social positiva, y los mensajes contenidos son absorbidos con mayor facilidades. Firth, y su auxiliar James Spillius, contabilizan al menos 70 rumores surgidos entre los años 1928, 1929 y 1952 en Tukopia, los cuales distinguen en dos grupos: los rumores mayores, aquellos relacionados con la llegada o avistamiento de barcos; y los rumores menores, los cuales se vinculan con los destinos de la comunidad. En base a estos estudios, es muy posible que en otras partes del mundo las sociedades simples en el pasado se valieran del rumor como un recurso funcional para la estructura y organización de sus comunidades. Y el rumor fue, en verdad, un instrumento vital para aquellas sociedades previas a la implementación de medios masivos de comunicación y mecanismos formales de información.

Muchos investigadores se centran en conocer el fenómeno del rumor analizando su función en las sociedades presentes. Pero también el rumor puede conducirnos al pasado, y desvelar áreas de la

sociedad las cuales han pasado por alto al reporte arqueológico o escrito. A estos rumores que han denotado prevalencia en el tiempo y nos llevan al pasado yo les llamaría rumores históricos. Muchos de estos rumores están vinculados con la calamidad, desastres naturales y las guerras (Allport y Postman 1947; DiFonzo y Bordia 2007; Rosnow 1974). Otros rumores son infundidos por su vinculación con movimientos políticos y el descontento social. En Europa mucha investigación sobre el fenómeno del rumor ha logrado recabar datos relacionados a las comunidades preindustriales y grupos minoritarios (ver Ghosh 2008).

El rumor pasado y su existencia en la actualidad habrán cursado un largo proceso de degradación del mensaje original. Este proceso es en verdad un viaje en el tiempo y en la sociedad que porta el mensaje, en el cual muchos elementos han sido quitados, y otros han sido agregados, distorsionando la verdad o la aparente verdad que le dio origen en antaño. Cuando el

rumor viaja de persona a persona, de acuerdo con Allport y Postman (1947:505), el rumor cambia y tiende a ser más corto, más conciso y con menos detalles. En la escala del tiempo, y en la memoria social también tiende a acortarse. El curso del rumor en el tiempo le despoja de asuntos esenciales y lo reduce a frases. Estas frases funcionan como fuerzas “atractivas” para su persistencia y existencia, lo cual es tomado por nuevos interesados. He aquí la trampa en la cual el rumor tiende a caer en la falsificación de los hechos, fusionando nuevos temores y emociones existentes en determinadas épocas en su viaje por el tiempo. Estos temores y estas emociones, sobre todo aquellos sentimientos que emergen en épocas turbulentas, son atrapados por el rumor y arrastrados en el tiempo hasta la actualidad. De este modo, el rumor histórico es portador de un mensaje venido del pasado y contaminado por nuevos elementos.

Para muchos especialistas en el tema, el mensaje que porta el rumor es en sí la voz popular.

10

Muchas veces en la historia este sentir popular ha quedado fuera de registro. Si lo analizamos con detalle, entendemos que la historia es estudiada a partir de las fuentes escritas, y otras veces a partir de los restos materiales como la arqueología. Lo escrito es muchas veces la voz del letrado, del sector que domina, de la autoridad. Así sucede también con lo arqueológico al estudiar el pasado a través de la arquitectura y la tecnología. Lo anterior muchas veces deja de lado el sentir de quienes fueron protagonistas en aquellos contextos, la voz del pueblo iletrado, la negación en la construcción de los templos y palacios, el sentir de la esclavitud o el pesar de la calamidad.

De acuerdo con Anjan Ghosh (2008:1235-1236), del Centro de Ciencias Sociales en Calcuta, el rumor actúa como un medio de comunicación entre las clases dominadas. Por lo tanto, el estudio

del rumor se torna importante para la investigación histórica con el objeto de conocer el pensamiento y el sentir de la sociedad subalterna y sus condiciones. El rumor histórico, en este entendido, lleva consigo la historia de los oprimidos. Bajo esta perspectiva, los rumores pueden ser subversivos si son creados en contra del orden social establecido, o entenderse también como un discurso popular y de protesta el cual utiliza el lenguaje del pueblo contrarrestando el léxico de la elite y lo limita al pretender transmitir sus ideas al mismo pueblo, convirtiéndose en un arma social (Ghosh 2008; Guha 1983). Los antropólogos lo denominan “el discurso del pueblo” (Ghosh 2008:1238; Gumperz 2001:43), dando luces sobre el punto de vista de la población en general. De este modo, el mensaje que porta el rumor puede verse como un discurso paralelo a la fuente oficial de información, anticipando el cambio social, político y económico, que son el centro de atención de todo historiador (Ghosh 2008:1240). Allport y Postman (1965:159) también proponen que ningún levantamiento social o protesta ocurre sin la incitación del rumor, lo cual intensifica la violencia (ver Ghosh 2008:1238). De este modo, según los expertos, el rumor sirve como medio para desencadenar tumultos, confusión, inestabilidad

e incertidumbre, al tiempo que esparce el pánico entre la elite y sectores subalternos (Ghosh 2008:1238; Guha 1983:256).

El estudio del rumor ha logrado p r o p o r c i o n a r i n f o r m a c i ó n concerniente al desarrollo de rebeliones en el área rural, lo cual incluye el surgimiento de milicias campesinas, o revueltas populares que han cambiado el rumbo del mundo. Estos son los casos estudiados por Ranajit Guha (1983) en la India colonial, y el análisis realizado por George Lefebvre (1982) concerniente al rol del rumor durante la revolución francesa. Lefebvre busca entender la manera cómo el miedo domina a la sociedad durante tiempos tumultuosos, siendo utilizado para el dominio o manipulación de las masas (ver Ghosh 2008). En El Salvador el rumor fue un factor protagónico durante el conflicto armado en la década de 1980. Parte de la organización y la operatividad de grupos rebeldes, por un lado, y escuadrones de la muerte, por el otro, se manejaba a través de rumores. Más aún, previo a dicho conflicto, la gente reconoce la existencia de rumores, llamadas popularmente “bullas”. De este modo, para algunos las “bullas” anunciaban el conflicto. Para otros, las “bullas” incitaban al conflicto y comunicaban la

Tumulto en la ciudad de México en 1692. El rumor jugó un papel importante durante los levantamientos y revueltas suscitadas en la colonia española en América, las mismas que con el tiempo darían lugar a las independencias del siglo XIX. En este ejemplo se ilustra lo que debió de ser uno de los primeros levantamientos populares en México a finales del siglo XVII, registrado por Carlos de Sigüenza y Góngora y Antonio de Robles. Según la fuente, el levantamiento es propiciado por la escasez y mal distribución de alimentos, lo cual fue un detonante para manifestar el descontento popular ante el dominio español. La inconformidad tuvo su enjambre dentro de las pulquerías y en la alhóndiga. Fue en estos lugares donde la voz popular toma su forma, armándose de coraje para levantarse en contra de las autoridades. El tumulto desencadenó la quema del palacio de los virreyes y la casa del cabildo, el saqueo de establecimientos, dejando muchas muertes a su paso. El miedo de las autoridades de la época ante nuevos levantamientos e intentos separatistas condujo a la represión indígena y segregación, dando lugar a reajustes en las estructuras de gobierno colonial. Pero más aún, se creía que las pulquerías serían lugares en los que se habría organizado la conspiración; por lo tanto también se dio prohibición a la producción de pulque. Podríamos cuestionarnos si las tabernas actuales serán de alguna manera hacedoras de rumores. Ilustración del artista Julio Prieto en: http://ahtm.wordpress.com/2012/06/14/efemerides-taurinas-novohispanas-33/).

11

versión del oprimido, creando incertidumbre, inestabilidad y luego caos. México experimentó lo mismo en 1968 en los incidentes en Tlatelolco y la matanza de estudiantes por parte del gobierno, desencadenada tras el rumor de una conspiración comunista (Paz 1985). Lo mismo ocurre en 1989 en la plaza Tiananmen, en China, tras los rumores de un posible derrocamiento del sistema totalitario chino, terminando en una las más reconocidas masacres de la historia moderna. Y habrán muchos más ejemplos en el mundo donde los temores de conspiración e insurrección son conducidos a través del rumor, activando mecanismos de represión popular. El rumor, en este sentido, es un agente fantasma, un enemigo anónimo que circula entre las masas. En muchas partes del mundo los mecanismos de conducción del rumor en el pasado, además de utilizar los medios orales, se daban también mediante cartas secretas, propaganda impresa, y luego medios periodísticos sensacionalistas o de protesta. Más aún, algunos especialistas han logrado rastrar rumores históricos reportados por escritores y medios periodísticos de diferentes tiempos. Hoy día, los medios de prensa juegan un rol importante en la difusión o creación de rumores. El escritor Norman Mailer acuñó el nombre de factoid (en inglés), refiriéndose a aquellos rumores

que evidentemente existen en medios periodísticos, y luego la gente los repite como si fuesen hechos certeros. Entre otros mecanismos de difusión, en la actualidad el rumor se conduce a través de las redes sociales de Internet.

El rumor histórico puede también ser detectado a través de la música tradicional y la leyenda popular. Los contadores de cuentos pueden ser portadores de antiguos rumores. De este modo, detrás de la tradición pueden tenerse algunos pasajes históricos y pensamientos de an taño que rumoraban la existencia de determinados hechos y costumbres. Incluso detrás de estas costumbres se encuentran procesos históricos de relevancia que fueron clave en la transformación social de ciertas comunidades. Pero más aún, otros rumores son vinculados con lo sobrenatural, lo espiritual y lo religioso, como las apariciones, maldiciones o encantos resultantes de la fe y la creencia popular.

Para Pamela J. Stewart y Andrew Strathern (2008), la hechicería y los rumores, y dentro de esto la creencia popular, son aspectos esenciales para analizar la historia con detalle. Estos expertos notan que, tanto en la India como en África durante la colonia en el siglo XIX, la comunicación simbólica fue un factor esencial en la cohesión

de las comunidades. Según lo observan Stewart y Strathern, el temor a lo sobrenatural juega un papel preponderante en los modelos de comunicación. Lo sobrenatural es, en este sentido, un tema recurrente, lo cual se traduce en rumores cíclicos, los mismos que desaparecen y vuelven a surgir. Entre estos temas, las acusaciones de hechicería son parte de procesos de creación y resolución de conflictos internos. De este modo, la sospecha de brujas y los rencores personales también entran en el debate colectivo. Siendo así, los rumores pueden incurrir en conductas “torcidas” de individuos, donde los temas encubiertos, como la brujería, juegan un rol en la vida de las personas. Stewart y Strathern notan que la caza de brujas en estas comunidades coloniales era un llamado al cambio, y son vistos por los antropólogos como indicadores de tensión social.

Otro interesante ejemplo del uso del rumor como fuente de investigación del pasado es el estudio realizado por Luise White

Tragedia en el puente de Brooklyn. El poder del rumor es escenificado por C. Graham y W. A. Rogers en el Harper’s Weekly de Nueva York, el 9 de junio de 1883, en un infausto día en el famoso puente. En aquella época, el puente de Brooklyn era considerado como el puente colgante más largo del mundo. De acuerdo con el New York Times, el 30 de mayo de 1883, seis días después de su inauguración, miles de personas se dispondrían a cruzar esta magna construcción por vez primera. En su momento se desconocía la capacidad de carga de esta obra, por lo que el rumor sobre su posible colapso se esparció entre la multitud. Este rumor propiciaría que una avalancha de gente corriera para escapar de aquel posible colapso de la estructura, dando lugar a que muchos fuesen aplastados por las masas. Hoy día el mismo puente soporta el paso de miles de vehículos a diario, por lo que aquello no fue más que un rumor surgido del temor, llevándose como resultado una docena de almas, y más de una treintena de heridos (Imagen del Brooklyn Museum, www.brooklynmuseum.org/home.php, 06.05.14)

RECUERDA: La legislación vigente, si encuentras objetos de valor patrimonial.

12

(2000) en el este y centro africano. White tuvo la idea de entender el mundo tal y como lo entienden los contadores de cuentos. En mi opinión, la investigadora utiliza el rumor histórico para transportarse hacia la sociedad colonial de aquella región. Apoyándose en la tradición oral, fuentes escritas y antiguas costumbres populares, White explora el origen y la creencia africana en los vampiros, una leyenda netamente europea. Así es, el vampiro, aquel ser maligno que extrae la sangre de los humanos, su existencia fue esparcida a manera de rumor entre los pueblos colonizados. La investigadora ve el rumor como un recurso para reconstruir el pasado colonial y el sentir de la población de la época. Como resultado se esperaría que el concepto del vampiro en las colonias africanas fuese aceptado debido a la existencia previa de

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Allport, George, y Leo Postman1965 - The psychology of rumor. Russel and Russel, NY. 1947 - An analysis of rumor. En The Public Opinion Quarterly 10(4):501-517. Bradley, Mark2009 - Vietnam at War. Oxford University Press. EEUU. DiFonzo, Nicholas, y Prashant Bordia2007 - Rumor, gossip and urban leyends. En Diogenes 213:19-35. Feijoo, Rosa2014 - El tumulto de 1692. Colegio de México. http://biblio-codex.colmex.mx/exlibris/aleph/a21_1/apache_media/3DS487NGP2KVUA98U514NHD7Y1SCXI.pdf, 15.05.14.Firth, Raymond1956 - Rumor in a primitive society. En Journal of Abnormal and Social Psychology 53(1):122-132.Ghosh, Ajan2008 - The role of the rumour in history writing. En History Compass 6(5):1235-1243. Gonzalbo Aizpuru, Pilar2008 - El nacimiento del miedo, 1692. Indios y españoles en la ciudad de México. En Revista de Indias 68(244):9-34.Graham, Charles y William Allen Rogers. 1883 - The Tragedy on the Brooklyn Bridge, May 30. En Harper’s Weekly, junio 9, 1883, página 353. Engraving. Brooklyn Museum Libraries.Guevara, Ernesto 2014 - La guerra de guerrillas. En: www.ciudadoriental.com/guerradeguerrillas.pdf, 22.05.14Guha, Ranajit1983 - Elementary aspects of peasant insurgency in colonial India. Oxford University Press. Gumperz, J. J. 2001 - The speech community. En Linguistic Anthropology: A Reader. A. Duranti editor. Oxford:43-52. Hessler, Peter 2002 - River Town: Two Years on the Yangtze. Harper Collins Publisher. New York.Jolly, Javier 2014 - La protesta que fue masacre: Tiananmen, 1989. En Observatorio de Conflictos. Argentina. www.geocities.ws/obserflictos/tiananmen.html, 30.07.14. Lefebvre, G. 1982 - The great fear of 1789: rural panic in revolutionary France. Princenton University Press. Marighela, Carlos 1969 - Mini-manual del guerrillero urbano. En: www.marxists.org/espanol/marigh/obras/mini.htmMartínez Echeverri, Leonor, y Hugo Martínez Echeverri 1997 - Diccionario de Filosofía Ilustrado. Panamericana Editorial. Bogotá, Colombia.Martos, Luis Alberto2010 - Cuevas de la región central-oriental de la península de Yucatán: un análisis desde la perspectiva simbólica. Tesis doctoral, ENAH, México.Muriel, Josefina1998 - Una nueva versión del motín del 8 de junio de 1692. En Estudios de historia novohispana 18:107-115. www.ejournal.unam.mx/ehn/ehn18/EHN01808.pdf, 14.05.14. New York Times, The1883 - Dead on the New Bridge: Fatal crush at the Western Approach. The New York Times.Paz, Octavio 1985 - Labyrinth of Solitude. Grove Press New York. USA.Rosnow, Ralph L.1974 - On Rumor. En Journal of Communication 24(3):26-38. Scholes, France V., y Eleonor B. Adams1938 - Don Diego Quijada, Alcalde Mayor de Yucatán 1561-1565. México: Antigua Librería Robredo, de José Porrúa e Hijos. Biblioteca Histórica Mexicana de Libros Inéditos. México. Sigüenza y Góngora, Carlos de2014 - Alboroto y motín de México. en 500 años de México en documentos. www.biblioteca.tv/artman2/publish/1692_316/Alboroto_y_Mot_n_de_M_xico_Carlos_de_Sig_enza_y_G__632.shtml, 14.05.14.Stewart, Pamela J., y Andrew Strathern2008 - Brujería, hechicería, rumores y habladurías. Ediciones Akal, S.A. España. Tse-tung, Mao2001 [1938] - Sobre la guerra prolongada. En Obras escogidas de Mao Tse-tung, tomo 2, Pp.112-200. Movimiento Popular Perú de Alemania. En: www.marxists.org/espanol/mao/escritos/PW38s.html#s6, 22.05.14.Vázquez, Héctor 1982 - El Estructuralismo, el pensamiento salvaje y la muerte. Hacia una teoría antropológica del conocimiento. Fondo de Cultura Económica. México. Valdivieso, Fabricio2003 - Una visión del pasado desde Nuestra Señora de la Asunción de Ahuachapán. CONCULTURA. El Salvador. White, Luise2000 - Speaking with vampires: rumor and history in colonial Africa. University of California Press. Wiest, Andrew A.2003 - Essential Histories: The Vietnam War, 1956-1975. Taylor and Francis.

La voz popular utilizada por las guerrillas urbanas. En 1969, Carlos Marighela escribe el mini-manual del guerrillero urbano, un libro que en su momento fue considerado clandestino. Este mini-manual deja claro el uso del rumor como estrategia para desorientar al enemigo. La observación crítica del comportamiento popular es clave para entender el uso del rumor como un instrumento lesivo. Marighela detalla la importancia de la infiltración entre las masas populares para obtener información del pueblo, como si fuese un procedimiento antropológico.

13

creencias locales relacionadas con la brujería. Sin embargo, no es así. El vampiro en estas sociedades existe bajo otro concepto creado por la misma situación colonial. Según White, el vampiro, lejos de ser un ente que sobrepasa la muerte y portador de poderes sobrenaturales, es en realidad un ser humano como todos. En un entorno en el que el colonizador europeo es capaz de incautar la tierra y someter a la población al trabajo y la explotación, en el pensamiento africano este ser humano es también capaz de extraer la sangre de los locales. De este modo, el rumor del vampiro oculta un temor local de la época, una idiosincrasia, y hechos históricos de relevancia. Su mensaje está cargado de simbolismo, como descr iben también Stewart y Strathern (2008), y entra en terrenos metafóricos.

En resumen, el rumor, como medio de difusión de la voz popular, puede ser visto como un recurso útil en la interpretación de la cultura y el comportamiento social en determinadas épocas. El rumor es como la parte inédita de la sociedad, fuera de la evidencia material y que sería estudiada por la arqueología, o la evidencia escrita que sería estudiada por los historiadores. De este modo, podríamos decir que el rumor es un área invisible para el estudio del pasado. Es la voz del pasado. Se apoya en la tradición oral y la creencia popular para entenderlo. El rumor puede formar parte de cualquier investigación arqueológica, ya sea para encontrar sitios arqueológicos e interpretarlos, o el rumor en sí puede ser estudiado como un código para llegar al pasado. Su estudio puede darse del mismo modo que lo hace un arqueólogo

con un sitio: se detecta, se clasifica, se interpreta parte por parte, como cuando se excava la tierra capa por capa, hasta llegar a descodificar el mensaje, y encontrar hechos del pasado en la voz presente. Finalmente puede ocurrir el verdadero hallazgo, la esencia de la cultura y del pasado social inédito, oculto en un mensaje, ahí, entre la multitud.

Guerra de Vietnam (1956-1975) y el rol protagónico de rumor. Parte de la derrota norteamericana se debió al combate de un enemigo casi invisible, como sucede en las guerras de guerrilla. El ejercito del Vietcong utilizó mucho la correspondencia verbal como parte de su estrategia de guerra para movilizar a sus fuerzas y desgastar al enemigo. Los rumores en aquel contexto de guerra también distraían o desorientaban al adversario, a la vez que sembraban tensión y miedo enardeciendo la guerra psicológica. Fotografía: marcha antiguerra de Vietnam en la ciudad de Nueva York, 1972, en www.vvaw.org/gallery/1970s.php?which=1.

“El Arte de la Guerra se basa en el engaño” (Sun Tzu 544-496 a. C.). Carlos Marighela (en Mini-manual del guerrillero urbano, 1969) parece apoyarse en esta filosofía de guerra, y utiliza el rumor como instrumento.

El rumor en la guerra de guerrillas. En la organización y operatividad de la guerrillas, el "Che" Guevara (en "La guerra de guerrillas", 1960) acude al uso de la comunicación oral como estrategia, pero también ve riesgo en la manera de conducir el mensaje: "Si los mensajes no son de mucha importancia, debe utilizarse la forma verbal, si lo son, habrá que utilizar la forma escrita y en clave, puesto que la experiencia enseña que la transmisión de boca en boca desfigura completamente cualquier comunicación trasmitida en estas condiciones". (Guevara 1960). Imagen: Combate de Alegría de Pío el 5 de diciembre de 1956, fotografía de Enrique Meneses.

RECUERDA: La legislación vigente, si encuentras objetos de valor patrimonial.