La Tradición y Los Legados: el horizonte histórico de Mariano Picón Salas

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CUADERNOS AMERiCANOSNUEVA ÉPOCA

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CUADERNOSAMERICANOS

NUEVA ÉPOCA

AÑO XV VOL. 4

88

JULIO-AGOSTO DEL 2001

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

MÉXICO 2001

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NUEVA ÉPOCA2001AÑO XV, NÚMERO 88, Julio'Agosto del 2001

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ISSNOI85-156X

CUADERNOS AMERICANOS

NUEVA ÉPOCA

Número 88 Julio-Agosto del 2001 Volumen 4

ÍNDICE

HOMENAJE A MARIANO PICÓN SALASPágs.

CENTENARIODEMARIANOPICÓN SALAS. . . . . . . . . . . . . . . I 1-12Domingo MILIANI.Mariano Picón Salas (I90 I -200 1): odi-

sea entre Santiagos (tres fragmentos) . . . . . . . . . . . . . . 13-41Luis RUBIlARSalís. Mariano Picón Salas-Pablo Neruda:

consonancias y disonancias de dos voces latinoameri-canas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42-71

Nelson OSORIOTEJADA.Reflexión sobre la obra de MarianoPicón Salas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 72-81

Luis NAVARRETEORTA.Alfonso Reyes y Mariano Picón Sa-las: vigencia del humanismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82-88

Jaime VALDIVIESOB. La pasión americanista de MarianoPicón Salas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 89-95

Gregory ZAMBRANO.Mariano Picón Salas: el narrador, elensayista y los-caminos de la Historia. . . . . . . . . . . . .. 96-110

Alexander BETANCOURTMENDIETA.La tradición y los lega-dos: el horizonte histórico de Mariano Picón Salas. . .. I I 1-121

DESDE EL MIRADOR DE CUADERNOS AMERICANOS

Pedro BUENDiA.Tullidores de niños. Del musa" ib deal-Yahiz a los dacianos de Carlos García: escarceos entorno a una extendida figura del hampa antigua. . . . .. 125-154

María STEN.Clitemnestra ante el espejo. . . . . . . . . . . . .. 155- I 67Annagan CENGIZBÜKER.Kemalismo: un tercer camino. .. 168-173Gonzalo VARELAPETITO.Un balance de Ariel en su cente-

nario 174-198Yamandú ACOSTA.Ariel de Rodó, un comienzo de la filoso-

fia latinoamericana y la identidad democrática de un su-jeto en construcción: un panfleto civil en la perspectiva

de la función utópica del discurso............... 199-221Gabriel VARGASLOZANO.La filosofia mexicana: las sen-

das de Gaos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 222-227Andrés CERVANTESVARELA. Arturo Uslar Pietri

(1906-2001): ideología y conciencia de la Venezuelapetrolera. . . . . . . . . . . .. 228-256

Cuadernos Americanos, nÚm. 88 (2001), pp. 111-121.

La tradición y los legados:el horizonte histórico

de Mariano Picón Salas

Por Alexander BETANCOURT MENDIETA

CCyDEL, Universidad Nacional Autónoma de México

ENLA PRIMERA MITAD DEL SIGLO xx, América Latina estuvo obse-sionada por sus problemas de autocomprensión. El contexto es-

tuvodado por las transformaciones sociales y económicas que se en-trelazaroncon las condiciones socioculturales. Fue el inicio de la era delamodernización y el desarrollo, palabras polisémicas que tratarondeexpresar una complejidad que excedía la simple idea del progreso.

La masificación de las sociedades latinoamericanas en su conjlmtoplanteótoda una serie de cuestiones sobre el pasado y el futuro de lascentenarias Repúblicas, sobre las bases asentadas durante el turbulen-tosiglo XIX. Es decir, hubo una reconfiguración de las condicionesestablecidas por las nmdaciones de los Estados nacionales.

La visibilidad que adquirieron en las ciudades sectores ignoradoscomolos indígenas, los campesinos que se desplazaron a los centrosurbanos y los inmigrantes, plantearon serios problemas para lo quehastaentonces era el imaginario nacional. Los políticos latinoamerica-nosdeeste periodo tuvieron que abandonar la práctica de una política declubesy de recintos cerrados, para abordar plazas y espacios abiertos,convirtiendoa la multifacética palabra "pueblo" en la razón de ser de suactividady en el vehículo de comunicación con la masa anónima que seagolpaba en las plazas para escucharlos y vitorearlos.

Las aspiraciones integracionistas de los Estados decimonónicostuvieronque ampliar sus límites y sus referentes nacionales. Ya no po-díanser sólo los blancos criollos que fundaron los Estados a partir delas guerras de Independencia. Para la época de las sociedadesmasificadas, de las que habló José Luis Romero. era necesario incluir atodos los elementos de sociedades que empezaban a dejar atrás lavidamral, para acentuar el peso del mundo urbano en la segunda mitaddelsiglo xx.

Cuando cambiaron las condiciones de las "comunidades imagina-das"nacionales, fue necesario repensar también los "mitos de origen"delos Estados. El establecimiento de los orígenes de la nación y delEstadonacional tuvo Wl apoyo preponderante en la disciplina histórica.

112 Alcxandcr Betancourt McndielCl

La constitución de la historia como una disciplina autónoma tuvoen los países latinoamericanos un estrecho vínculo con las condicionessociales, políticas e institucionales que gozó la "cultura letrada". Laapertura de las Academias de Historia en casi todos los países en lasegwlda mitad del siglo XIX es una muestra de este accionar letrado.'Durante esta época, muchos países latinoamericanos superaron la ines-tabilidad política y las guerras civiles con el triunfo de unos proyectospolíticos sobre otros. Entre estas vicisitudes, las academias tenían pormeta crear condiciones propicias para ocuparse del pasado. El proce-so de fortalecimiento de los Estados llevó a desplazar a las asociacio-nes privadas en un ámbito público como es el del pasado nacional; enefecto, las Academias de Historia tenían como precedente, general-mente, una asociación privada.' La concepción que el Estado tenía deltrabajo de las Academias queda explícita en las funciones que se lescomisionaron: proteger las reliquias históricas, consignar y preparar losdías conmemorativos, promover el respeto por los símbolos patrios,preservar en la memoria popular a "los artífices de la nacionalidad"mediante estatuas y placas conmemorativas] Los Estados latinoame-ricanos establecieron, de esta manera, instituciones que organizaron yregularon el conocimiento histórico, y éstas eran "interlocutoras privi-

I Es el caso de la fundación dcllnstituto Histórico y Geográfico de Río de Janeiroque se remonta a 1838; el Instituto Histórico y Geográfico ele Uruguay fue crí!ado, asemejanza de aquél. por Andrés Lamas en 1843; la Facultad de Humanidades de laUniversidad de Chile, donde la historia desempei'ió un papel central. fue inaugurada en1843: el Instituto Histórico y Geográfico del Río de la Plala fue organizado por BmtolornéMitre en 1854; Venezuela creó en 1888 [a Academia Nacional de la Historia a través delesfuerzo de Juan Pablo Rojas Paúl.

2 Así fue como en Argentina se abrió paso la Junta de Historia y Numismática(1893), rebautizada en 1938 como Academia Nacional de la Historia, por ejemplo.

] Cj el "Decreto disponiendo la creación de la Academia Nacional de la Historia, defecha 28 de octubre de 1888", en Historia de la historiografia venezolana: lexlos para suestudio, se\., introd. y notas Germán Carrera, vol. 1, Caracas, Universidad CCllIral deVenezuela, 1961, pp. 274-275 (Ciencias Sociales, IV). Igualmente Aurora Rabian, "Lafundación, el impulso mitrista y la definición de los rasgos institucionales. BartoloméMitre ( 1901-1906) Y Enrique Peña (1906-1911 )", en Academia Nacional de la 1-1istoria.La Junta de Historia y Numismática Americana y el movimiento historiográfico en laArgentina (/893-1938), vol. 1, Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 1995.pp. 23-59. En el artículo 3 de los Estatutos de la Academia Colombiana de Historia se lec:"Será tarea esencial de la Academia [ ... ] procurar su creciente conocimiento [el de lahistoria nacional AB) y su eficaz enseñanza, y en despertar y avivar el interés por elpasado de la patria, con permanente criterio de imparcialidad y exactitud, honrando yenalteciendo la vida y obras de sus grandes hombres", en Alberto Lee López, "Qué esy qué actividades desarrolla la Academia Colombiana de Historia", en Academia Colom-biana de Historia. 70 años de suJundación 1902-19m, Bogotá, Kelly, 1972. p. 55.Igualmente es útil leer en el mismo libro la Ley 15 de 1920 del Congreso de Colombiasobre "Festejos Patrios", p. 46.

La tradición y los legados: el horizonte histórico de Mariano Picón Salas 113

legiadas tanto para ser destinatarias de fondos estatales para la recu-peración de colecciones documentales como, y sobre todo, para serconsideradas las instituciones idóneas para dar una interpretación ofi-cialmente válida de sucesos y personajes del pasado'"

Estos centros serían los pilares de las fom1as de asociación y pro-ducción del conocimiento en tomo al tema del pasado nacional. Unade las principales marcas de estas asociaciones, a pesar del carácterpúblico que le dio la creación estatal, fue haber mantenido la condiciónde corporación privada que le imprimieron sus integrantes. La produc-ción de las Academias de Historia estuvo ligada estrechamente a vínculosprivados de sus miembros, generalmente interesados en biografias dehombres unidos familiarmente con ellos.' Estos lazos fueron la basede la distribución y difusión de los documentos históricos y de los li-bros de historia. No obstante, estas corporaciones configuraron un"campo autónomo de conocimiento" que se reafirmó gracias al carác-ter utilitario que alcanzaron estos trabajos para las faenas de afianza-miento de los Estados y las naciones, que le abrieron importantes po-sibilidades de expansión al conocimiento histórico.

El surgimiento de entidades públicas dedicadas exclusivamente ala práctica histórica es el resultado de la consolidación y moderniza-ción de la administración estatal. En este sentido se distinguen, sin duda,dos momentos en la constitución del pasado nacional: la de la produc-ción de este conocimiento, inicialmente recluida al ámbito privado delos primeros historiadores, y la pública, asociada a los vínculos entre elpoder político y los "historiadores". Con frecuencia, las historias na-cionales del siglo XIX fueron escritas por hombres que participaron delmundo político y de la conformación de los Estados que les servían desujeto de estudio. De cierta manera, esto coadyuvó a la creciente im-portancia que se le adjudicó a la difusión de los conocimientos históri-cos como elementos fundamentales en la creación de una "conciencianacional".6

4 Fernando Devoto, "La ensefianza ele la historia argentina y americana. Nivel sllpe~rior y universitario: dos estudios de caso", en La Junio de /-lisloria y NumismáticaAmericana, vol. 11, p. 389.

'1 el, por ejemplo. los análisis realizados por J-Ians~Joachill1 Künig. "Los caballerosandantesdel patriotismo. La actitud de la Academia Nacional de la J-listoria Colombianafrentea tos procesos de cambio social", en Michael Riekenberg, comp .. Latinoamérica:enseñanza de la historia, libros de lexlO y conciencia histórica, Buenos A ires, Alianza,1991, pp. 135-154.

(, El caso argentino es paradigmático en el establecimiento de estas relaciones. porejemplo,en la figura de Bartolomé Mitre, sin olvidar la situación de JoséManuel Restrepoenel casocolombiano. También es importante tener en cuenta la situación de los historia~doreschilenos. el Pablo Buchbinder, "Vínculos privados, instituciones públicas y reglas

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Los discursos sobre la nación que elaboraron aquellas asociacio-nes académicas constituyeron fundamentalmente una mera "prédicapatriótica". Esto quiere decir que tenían como objeto principal al Esta-do, entendido como expresión territorial y política administrativa, y noa una determinada "comwlidad histórica", que permitiera abordar rigu-rosamente la dimensión social y cultural de la nación.' Estos discursoshistóricos apuntaron más a establecer los confines de los Estados na-cionales y dejaron de lado cualquier intento de incluir esas Repúblicasdentro de un contexto más amplio, aquel que circunscribió elamencarusmo.

Por otra parte, con la fundación de instituciones estatales como lasAcademias de Historia, se pretendió elaborar discursos que incluyerantodos los aspectos posibles de la sociedad nacional. Es decir los dis-cursos históricos "oficiales" pretendieron crear una "comunidad nacio-nal" en la que no quedaran excluidos los proyectos políticos den·ota-dos y en el que se fijaron los orígenes del Estado y de la nación, aunquetuvieron dificultades notables al explicitar cuáles eran los miembrosbásicos de las sociedades nacionales.

El hecho de que los historiadores permanecieran sujetos a los lími-tes nacionales no implicó el reconocimiento amplio de las "comunida-des nacionales". Los discursos históricos compartieron las dificultadessobre la constitución de los Estados, entre las cuales destacó amplia-mente el tema de los regionalismos. Las convenciones narrativas y losprejuicios de los historiadores prodlueron imágenes de una nación quetenía los bordes precisos de ciertos rasgos locales y sociales, que noabarcaban a la totalidad de las sociedades nacionales'"

profesionales en los orígenes de la historiografia argentina", Bo/etin del Instituto de Histo-ria Argentina y Americana ''Dr. EmiJio Ravignani" (Buenos Aires). 3" serie. nÚm. 13(1996), pp. 59-82. En un tono tradicional se reflejan los elementos de conliguración de ladisciplina histórica en los datos que ofrece Ricardo Donoso, Diego Barros Arana, Méxi-co, Instituto Panamericano de Geografia e Hisloria, 1967, Y Fernando Devoto, ·'Relatoshistóricos, pedagogías cívicas e identidad nacional: el caso argentino en la perspectiva dela primera mitad del siglo xx", en Javier Pérezy Vcrena Radkaw, coords., Identidad en elimaginario nacional: reescritura y enseñanza de la historia, México, Instituto de Cien-cias Sociales y Humanas-Benemérita Universidad Autónoma de Puebla-Instituto GeorgEckert-EI Colegio de San Luis, 1998, pp. 37-59.

7 Luis Tejada Ripalda, "El amcricanismo: consideraciones sobre el nacionalismocontinental", Cuadernos Americanos (México), núm. 82 Gulio-agosto del 2000), p. 187.

~CI Germán Colmenares, Las convenciones contra la cultura: ensayos sobre lahistoriografía hispanoamericana en el siglo XIX, Bogotá, Tercer Mundo, 1989, y AlanKnight, "La identidad nacional: ¿mito, rasgo o molde?", en Gonzalo Sánchez y María E.Wills, comps., Museo, memoria y nación: misión de los museos nacionales para losciudadanos de/futuro, Santafé de Bogotá, Ministerio de Cultura. 2000, pp. 119-155.

La tradición y Jos legados: ~J horizonte histórico de Mariano Picón Sajas JJ5

El americanismo, pues, estuvo fuera de los intereses de los histo-riadores. Como corriente intelectual, el americanismo de principios delsiglo xx se definió en torno a la oposición hacia Estados Unidos ycomo parte de la inclusión del subcontinente dentro del equilibrio mun-dial. El americanismo fue propuesto y difundido por el ejercicioensayístico y por una corriente política tan imp0l1ante e influyente en laépoca como el aprismo de Víctor Raúl Haya de la Torre. Estos esfuer-zos pusieron sobre el tapete el problema de la identidad cultural frentealas transformaciones que vivían las sociedades latinoamericanas. Losensayistas latinoamericanos de este periodo pusieron enjuego las po-sibilidades del giro que dejó atrás al criollismo blanco del siglo XIX,

como parte fundamental de los rasgos de las identidades nacionales,para incluir la valoración, a veces caída en excesos, del mestizaje y delindigenismo como carácter esencial del americanismo.

* * *LA obra de Mariano Picón Salas se alimentó de aquella tradiciónensayística. En él, como ocurrió también con Pedro Henríquez Ureña,"lo americano" se percibe como un devenir. Esta perspectiva suponíalaapreciación del pasado como un instrumento del conocimiento ycomo un medio de trazar perspectivas deseables hacia el futuro. Elpasado no era, pues, un monumento sino un legado, en la medida quelaaproximación rigurosa a él podría plantear la apropiación de unatradición viva y dinámica: "Conciencia de continuidad histórica másquesimple nostalgia ante las cosas que desaparecieron; actitud ctítica,combativa y viril ante el pasado, en cuanto él, ya contribuye a configu-rar lo presente y lo venidero".'

Por eso, buena parte de los trabajos históricos que desarrolló elilustreintelectual venezolano, como aquellos que se reunieron magis-tralmente en su más celebre estudio, De la Conquista a la Indepen-dencia (1944), tienen como horizonte comprensivo el establecimientode las relaciones entre lo particular y lo general. Como parte de estaperspectiva comparativa Picón Salas comprobó la realidad de un pa-sadolatinoamericano complejo y vivo. De allí la necesidad que tuvo dereconstruir y comprender sus senderos.

9 Mariano Picón Salas, "Pequeño tratado de la tradición" (1955), en varios autores,Historia de la cultura en Venezuela, voL 1, Caracas, Universidad Central de Venezuela,1955, p. 243.

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La obra histórica de Picón Salas, como la del maestro dominicano,instauró nuevos criterios para elaborar una representación de "lo ame-ricano". Mirada con atención, se coloca de manera critica ante los mitos alos que condujo un "americanismo esencialista", como aquel de una"América Mágica" que sobrevaloró las caracteristicas del autoctonismo,de la identificación con lo telúrico, y que después llegó a confundirlocon los pobres y"lo subalterno". 'o

Al mismo tiempo, la obra de Picón Salas planteó una ruptura conlos modos de escribir la historia en los países latinoamericanos. Lanovedad del enfoque dado por Picón Salas a los estudios históricosradicaba en dos aspectos: el objeto de estudio y la perspectiva tempo-ral que empleó.

En el primer aspecto, el intelectual venezolano se propuso ofrecer"la imagen más nítida" del "proceso de formación del alma criolla".Para ello requirió de la construcción de una inédita historia cultural.Hasta los ailos cuarenta del siglo xx, las aproximaciones históricas quellevaban el adjetivo "cultural" se referían esencialmente al mundo lilera-rio. Generalmente, se limitaban a la elaboración de fichas bibliográficasdonde sólo se enumeraban autores y obras. En Picón Salas, por elcontrario, el objeto de estudio era un proceso histórico, no el discurrirde series de nombres. Por eso, sus trabajos históricos pretendieronsuperar la concepción de la historia como "un amasijo de datos orde-nados cronológicamente". La historia debía "servirnos más que para lareminiscencia o la jactancia, para la comprensión veraz de nuestra pro-blemática humana"." La escritura de la historia no podía ser la merafijación de los acontecimientos pasados, que suscita la idea de la con-templación o la nostalgia. En sus escritos, Picón asume el conocimientohistórico como un medio para esclarecer las posibilidades de la actua-lización del pasado en el presente, de descubrir en el pasado una tradi-ción dinámica en continuo proceso crítico e interpretativo.

El punto de partida de los estudios sobre el pasado realizados porel intelectual venezolano explica la enorme capacidad de renovaciónque tiene en la obra de Mariano Picón Salas el tratamiento del temacolonial. Si bien la Colonia fue uno de los objetos más preciados porlos grupos conservadores en toda América Latina, en Picón Salas se

111 el Santiago Castro-Gómez, ·'Latinoamericanismo. modernidad, globalización.Prolegómenos a una crítica poscolonial de la razón", en Sallliago Caslro-Gómez y Eduar-do Mendieta. coords., Teorías sin disciplina: latinoamericanismo, posc%nialidad yglobalización en debate, México, University of San Francisco/Miguel Ángel Porrúa,1998, pp. 169-205 (F¡Josofla de NueSTra América).

11 Picón Salas, "Pequeño tratado qc la tradición", p. 239.

La tradición y los legados: el horizonte histórico de Mariano Picón Salas 117

muestra como "un legado todavía vigente, de elevadísima solvencia enlavida cultural y moral de Hispanoamérica"." Los textos que confor-maron De la Conquista a la Independencia están concentrados en elintentopor explicar los fenómenos de la cultura hispanoamericana, asocia-dosal tema de la imitación y el transplante al mundo americano de lasformas europeas, así como el estudio de aquellas formas que brotaron delmundo mestizo. Para poder comprender estos procesos era necesario,segúnPicón Salas, hacer una "historia completa de la cultura hispánica"; esdecir,penetraren la época colonial que "contiene una verdad soterrada": ladeque a pesar de "casi dos siglos de enciclopedismo y de crítica moderna,loshispanoamericanos no nos evadimos enteramente aún del laberintobarroco [que 1pesa en nuestra sensibilidad estética y en muchas formascomplicadas de psicología colectiva".'] El barroco al que se refierePicón Salas no es más que la evidencia absoluta del mestizaje en Amé-ricaLatina.

Para el intelectual venezolano, como para muchos contemporá-neos suyos, el mestizaje ofi·eció la posibilidad de comprobar el w1Íver-salismo de la cultura que habitaba en América Latina. La expresiónpolítica de esa "esencialidad latinoamericana" era la democracia. Esdecir la convivencia de los contrarios:

El mestizaje americano consiste en mucho más que mezclar sangres y razas;es unificar en el lempo histórico esas disonancias de condición, de formasy módulos vitales en que se desenvolvió nuestro antagonismo. Ni en la máscoloreada historia de Herodoto, pegada todavía a los linderos angostos delmundo clásico, pudo contarse una experiencia humana tan ambiciosa, unatan extraordinaria confluencia de elementos disímiles, aquella mezclade pánico y maravilla que hacía decir a Bernal Díazjunto a los muros deTenochtitlán "que parecía a las cosas de encantamiento que cuentan en ellibro de Amadís".)4

Deesta manera, el intelectual venezolano obvió, como todos los pro-pagadores del mestizaje, los conflictos. En un momento de profundastransfOlmaciones como las que se han señalado, Picón Salas encontróunpunto intermedio de solución. El mestizaje se consideró como unacategoría que tenía dos vertientes: la búsqueda de unidad al interior delaheterogeneidad de las sociedades nacionales --es decir, una labor

12 Picón Salas, De la Conquista a la Independencia y otros estudios, prol. GLlíIlcrmoSucre,!1. Cristián Álvarcz, Caracas, Monte Á vila, 1990 (Biblioteca /lt/ariano Picón Salas,J). p. 47.

13 Ibid., p. 90.14 Ibid., p. 33.

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en la que "se oscurecieron las diferencias"- y la formulación de dis-cursos sobre América Latina en los que se representó "lo latinoameri-cano" como una unidad frente a "la unidad eW'opea y norteamericana"."

La postulación de una unidad continental estaba basada en la su-posición de la cohesión de los Estados nacionales del subcontinente.De esta manera, se daba por sentado una especie de extensión mayorde cohesiones suficientemente homogéneas y diferenciables. Sin em-bargo, los trabajos de José Carlos Mariátegui demostraron, en el casoperuano, la pervivencia de la heterogeneidad y, por ende, la conflictividadde las sociedades latinoamericanas. En buena medida, esos confl ictoseran el resultado de la exclusión de amplios sectores sociales en lasprácticas políticas y también en el mundo de los discursos representa-tivos de las naciones. De allí que un cuestionamiento de las categoríasde unidad y homogeneidad planteaba el carácter de "comprensión uni-taria" que suponían tanto los discursos nacionales como los america-nos.16 Gracias a la marginalidad en la que permanecieron por largotiempo las reflexiones del célebre intelectual peruano, los discursosamericanistas de la época permanecieron impem1eables a estas críticas.

Los trabajos de Mariano Picón Salas supusieron el carácter unita-rio que ofrecían los factores culturales: la lengua y la religión. Por eso,pretendió hacer W1asuma de contradicciones que se sintetizaron en elcarácter esencial del mestizaje como factor de la unidad continental.Además, el mestizaje le sirvió como eje de continuidad temporal que lepermitió sostener una mirada de larga duración sobre los fenómenosque analiza y que el subtítulo de su principal estudio histórico describeclaramente: "Tres siglos de historia cultural hispanoamericana", con locual resalta el segundo aspecto novedoso de su obra.

La perspectiva cultural y de larga dm3ción que propone el intelec-tual venezolano para el análisis de procesos y corrientes de ideas lepermitió develar W1 mundo colonial rico, vivo y complejo. Estas imáge-

I~En el primer aspecto son interesantes las reflexiones de Renalo Oniz, "Oa raya ácultura: a mesti~agem e o nacional", en Renato Ortiz, Cultura brasileira e idenridadenacional. 2a ed., Sao Paulo, Brasiliense. 1986, pp. 36-44, Y Jaime Urucña, "La idea deheterogeneidad racial en el pensamiento colombiano: una mirada histórica"', Análisispolí-lieo (Santafé de Bogotá), nÚm. 22 (1994), pp. 5-25. En el segundo aspecto. FranciscoMiró Quesada, Lafilosofla de lo americano: treinta años después, México, UNAM,

1979 (C/ladernos de Cultura Latinoamericana, 71) Y Santiago Castro-Gómcz, Crítica de larazón latinoamericana, Barcelona, Puvill, 1996 (Historia y Cultura de HÚpanoamérica, 3).

Ir, Cf JoséCarlos Mariátegui, Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana(1928), México, Era, 1979. Del mismo modo, las conclusiones que pUrlt:n de la rcflexiónde aquellos trabajos en los estudios realizados por Antonio Cornejo Pajar, "Los sistemasliterarios como categorías históricas: elementos para una discusión latinoamericana".Revista de Crítica Literaria Latinoamericana (Lima), vol. xv, nÚm. 29 (1989), pp. 19-24.Y Lalormación de la tradición literaria en el PerÚ, Lima, Centro de Estudios y Publica-ciones, 1989.

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nes se contrapusieron a las interpretaciones liberales decimonónicasdelpasado colonial en las que ese largo periodo histórico se constituyóen "nuestra oscura Edad Media". En Picón Salas existe, pues, unacomprobación que había hecho un ilustre connacional suyo, AndrésBello: señalar la tenaz persistencia colonial en el tej ido profundo de lavida republicana; por lo tanto, la Colonia y la RepÚblica, en esta pers-pectiva, son dos etapas de un solo proceso, aguel que se refiere a "laconciencia de destino común hispanoamericano".

En los estudios históricos de Mariano Picón Salas se establece unmodo de reconocer y explicar el destino de América Latina. Con ellotambién se inaugura una nueva forma de escribir la historia en elsubcontinente. Una historia que está basada en el estudio de procesosquepermiten ver en el pasado no una historia muelta sino un legado, enel sentido de una "herencia viva". Pese a inaugurar una forma de estu-diar el pasado latinoamericano, practicada por su contemporáneo Pe-dro I-Ienríguez Ureña y continuada después por José Luis Romero yÁngel Rama, en la obra de Picón Salas se vislumbran también los lími-tesde este tipo de estudios culturales.

Picón Salas entendió la aproximación cultural como un esfuerzoque iba más allá del acercamiento a "una minoría letrada y ausente delacomprobación de las masas indígenas o mestizas":

Más que una conciencia social, [a cultura suele parecérsenos aislado orna-mento individual. Es privilegio de unos pocos que alardean de sus informa-ciones o gozan de sus secretas búsquedas con mero designio decorativo-he dicho en otra parte. El libro que [es llegó por el último correo es paraellos hermoso como un buen artículo de París; le extrajeron una metáfora ouna paradoja con que enriquecieron su dandismo intelectual. Llevarán du-rante algún tiempo esa metáfora o esa paradoja como flor en la solapa, oirisará a la luz de sus cónclaves exquisitos, como una corbata del ingenio.Acentuamos de esta manera el tremendo desnivel americano entre el hom-bre ilustrado, que asume para nosotros el carácter esoterico de un mago enuna sociedad primitiva, y el pueblo -nuestro sagrado pueblo de los him-nos nacionales y las declamaciones patrióticas-, que está sumido aún enmuchos países del continente en OScura e ¡nexpresada vida vegetativa.17

17 Mariano Picón Salas, '"Hispanoamérica, posición crítica" (Conferencia en la Uni-versidad de Concepción, noviembre de 1930), en Mariano Picón Salas. Ellropa-America:preguntas a /a e:4inge de /a cu/tllra y orros ensayos. introd. Adolfo Castailón, se!.Guillermo Sucre, 11. Cristian Álvarez. Caracas. Monte Ávila, 1991 (Biblioteca MarianoPicón Salas, 5), p. 199.

120 Alexander Betancourt Mcndieta

Pese a esta postura, que también sefíala en De la Conquista a laIndependencia, su trabajo estuvo apegado a los materiales que ofre-cieron losmiembros delmundo letrado.Cuando Picón Salas se aproximaa los procesos históricos del subcontinente termina prendado, comoocurre con otra serie de intelectuales latinoamericanos, de un solo es-pacio social y cultural: la ciudad y los sectores letrados que gravitan entorno al poder político. De allí que pudiera rastrear a partir de estarealidad la unidad histórica de Hispanoamérica:

Las relaciones con el mundo de fuera, con su consiguiente contagio enmodas, estilos y costumbres, formas artísticas y literarias, creaciones eimpulsos económicos, también parecen desarrollarse en ciclos sincró-nicos. ~ay una historia cultural común que repite en todo el Continentela misma expresión y problemática. Ni las grandes figuras literarias-Bello, Sarmiento, Daría, Martí etc.- pueden estudiarse dentro delestrecho ángulo nacional, ya que su obra se derrama y fecunda entodos los países. Casi todos ellos son caballeros andantes de un "his-pano-americanismo" que, si se había roto políticamente, era fermentovivo en los espíritus. Toda Hispanoamérica aprendió las Ilormasjurídi-cas y gramaticales de Andrés Bello y se regocijó con los versos deRubén Daría. Martí había levantado una especie de Panteón ideal delContinente entero en que se veneraban como héroes y civilizadores deuna misma patria a Bolívar y a Juárez, a San Martín y Morazán, a HerediaO a Cecilio Acosta.'&

La obra histórica de Mariano Picón Salas revela los inconvenientesde olvidar "lo popular". Sin embargo, es incapaz de abordar este fenó-meno y de este modo trazar un cuadro más rico y acorde con la cam-plejidad de los procesos históricos latinoamericanos. Como ocurre conlos historiadores decimonónicos en América Latina, Picón Salas nopudo sobreponerse a las limitaciones de sus presupuestos teóricos ylas convenciones narrativas que usó para estudiar el pasado. En susestudios, como ocurre en la obra de uno de sus historiadores másadmirados, Michelet, "el pueblo" también aparece estático y dis-tante, pese a la necesidad de enunciarlo y ponerlo en escena.

La obra de Mariano Picón Salas es, pues, un referente de la mayorimportancia dentro del ámbito cultural latinoamericano. Tanto sus es-quemas comprensivos y sus aportes interpretativos como sus limita-

I~Picón Salas, ;'Unidad y nacionalismo en la historia hispanoamericana", en Euro-pa-América, p. 222.

La tradición y los legados: el horizonte histórico de Mariano Picón Salas 121

ciones invitan a tomar el pasado con una dimensión necesaria paraestablecer un diálogo entre las tnidiciones y las corrientes de ideas quesehan desarrollado en América Latina, para continuar la tarea de com-prensión de los procesos históricos y culturales del subcontinente. Ejer-cicio abandonado con inusitada frecuencia en el quehacer intelectual.

Este libro se lerminó de imprimir elmes de agosto de 200 I en Ta-

lleres Gráficos dc Cultura.S. A. de C. V. Av. Coyoa-

cán t031,03100Méxi-co, D. F. Su tiroconsta de 1,200

ejemplares

HOMENAJE A MARIANO PICÓN SALAS

CONTENJOO

Domingo MILIANIDomin¡o MUJANI

Luis Ruua...u. SOLJS

Nelson OSOIUO TEJADA

Luis NAVARJUn'EORTA

laime VALDMESO B.

Gregory ZAMBRANO

Alexander BErANCOURT MENOIFTA

Centenario de Mariano Picón SalasMariano Picón Salas (190 1-2001):odisea entre Santiagos (tres fragmentos)Mariano Picón Salas·PabJo Neruda: ,consonancias y disonancias de dos voces'latinoamericanasReflexión sobre la obra de Mariano PicónSalasAlfonso Reyes y Mariano Picón Salas:vigenci~ del humanismoLa pasión americanista de Mariano PicónSalasMariano Picón Salas: el narrador,el ensayista y los caminos de la HistoriaLa tradición y los legados: el horizontehistórico de Mariano Picón Salas

Pedro BUENO!A

DESDE EL MIRADOR DE CUADERNOS AMERICANOS

Miirfa STENAnnagan CEN~1Z BOKERGonzalo VAREtA PETITO

Yamandú ACOSTA

Gabriel VMGAS loZANOAndr6s CERVANTES VARELA

Tullidores de niBos. Del muSa "ibde al· Yahiz a los dacianos de CarlosGarc/a: escarceos en torno a una extendidafigura del hampa antiguaClitemnestra ante el espejoKemalismo: un tercer caminoUn balance de Ariel en su centenarioAriel de Rodó, un comienzo de la filosoflalatinoamericana y la identidad democráticade un sujeto en construcción:un panfleto civil en la perspectivade la función utópica del discursoLa filosona mexicana: las sendas de OaosArturo Uslar Pietri (1906-200 1): ideologiay conciencia de la Venezuela petrolera