El romance andalusí šūnuh y el simbúscalo andaluz y extremeño

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Joaquín Bustamante Costa El romance andalusí šūnuh y el simbúscalo andaluz y extremeño Abstract: The Andalusian botanical encyclopedia entitled ˁUmdat a-abīb can be attributed with a high degree of certainty to Abū l-ayr al-ˀIšbīlī, born in Seville in the eleventh century. The text includes the Andalusian Romance word šūnuh dream, which is the equivalent of the Andalusian Arabic ğawz an-nuˁās sleep nut. In the recent edition of the ˁUmdat a-abīb (Bustaman- te/Corriente/Tilmatine 20042010), this word has been translated wrong: the authors adopted an earlier interpretation that identified šūnuh with the fruit of the mangosteen. This paper defines the true meaning of this word, that is not related to a plant, but to the egg case of the Praying mantis. Further- more, a new etymology is proposed for the colloquial word simbúscalo, which in Andalusia and Extremadura is used with the same meaning as šūnuh. Keywords: Andalusian Romance, Andalusian Arabic, Arabic botanical and zoolo- gical lexicon, colloquial Andalusian and Extremaduran lexicon, folklore, magical medicine Romance andalusí, árabe andalusí, léxico botánico y zoológico árabe, léxico popular andaluz y extremeño, folclore, medicina mágica Prof. Dr. Joaquín Bustamante Costa: Universidad de Cádiz, Facultad de Filosofía y Letras, Av. Gomez Ulla s/n, E 11003 Cádiz, E-Mail: [email protected] Durante la primera década del presente siglo un equipo formado por Federico Corriente, de la Universidad de Zaragoza, y Mohand Tilmatine y Joaquín Busta- mante, de la Universidad de Cádiz, estuvo afanándose en ir sacando paulatina- mente la edición y traducción de la obra del botánico sevillano Abū l-ayr al- Išbīlī (ss.XIXII) llamada Kitābu ˁumdati -abībfī maˁrifati n-nabāti li-kulli labīb, Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto(Bustamante/Corriente/Tilmatine 20042010): En 2004 salió la edición del texto árabe, que venía a solucionar los inconvenientes de una edición previa algo limitada que había hecho en Rabat en 1990 Mohamed Larbi Khattabi (ˀIšbīlī DOI zrp-2014-0061 ZrP 2014; 130(3): 113

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Joaquín Bustamante Costa

El romance andalusí šūnuh y el simbúscaloandaluz y extremeño

Abstract: The Andalusian botanical encyclopedia entitled ˁUmdat aṭ-ṭabīb canbe attributed with a high degree of certainty to Abū l-Ḫayr al-ˀIšbīlī, born inSeville in the eleventh century. The text includes the Andalusian Romanceword šūnuh ‘dream’, which is the equivalent of the Andalusian Arabic ğawzan-nuˁās ‘sleep nut’. In the recent edition of the ˁUmdat aṭ-ṭabīb (Bustaman-te/Corriente/Tilmatine 2004–2010), this word has been translated wrong: theauthors adopted an earlier interpretation that identified šūnuh with the fruitof the mangosteen. This paper defines the true meaning of this word, thatis not related to a plant, but to the egg case of the Praying mantis. Further-more, a new etymology is proposed for the colloquial word simbúscalo,which in Andalusia and Extremadura is used with the same meaning asšūnuh.

Keywords: Andalusian Romance, Andalusian Arabic, Arabic botanical and zoolo-gical lexicon, colloquial Andalusian and Extremaduran lexicon, folklore, magicalmedicine

Romance andalusí, árabe andalusí, léxico botánico y zoológico árabe, léxicopopular andaluz y extremeño, folclore, medicina mágica

Prof. Dr. Joaquín Bustamante Costa: Universidad de Cádiz,Facultad de Filosofía y Letras, Av. Gomez Ulla s/n, E 11003 Cádiz,E-Mail: [email protected]

Durante la primera década del presente siglo un equipo formado por FedericoCorriente, de la Universidad de Zaragoza, y Mohand Tilmatine y Joaquín Busta-mante, de la Universidad de Cádiz, estuvo afanándose en ir sacando paulatina-mente la edición y traducción de la obra del botánico sevillano Abū l-Ḫayr al-Išbīlī (ss. XI–XII) llamada Kitābu ˁumdati ṭ-ṭabīb fī maˁrifati n-nabāti li-kulli labīb,‘Libro base del médico para el conocimiento de la Botánica por todo experto’(Bustamante/Corriente/Tilmatine 2004–2010): En 2004 salió la edición del textoárabe, que venía a solucionar los inconvenientes de una edición previa algolimitada que había hecho en Rabat en 1990 Mohamed Larbi Khattabi (ˀIšbīlī

DOI zrp-2014-0061 ZrP 2014; 130(3): 1–13

1990);1 en 2007 la traducción al español anotada con la identificación botánica delas especies, que resultó ardua para filólogos como son dos arabistas y unberberista; y en 2010 vio por fin la luz el volumen tercero en dos tomos decorrecciones e índices a los que se dio forma de diccionario para mejor acceder alos taxones y al léxico árabe, pues se trataba de un cúmulo de fitónimos queresultaba en su conjunto de una gran novedad y había llegado a 5126 entradascon multitud de cruces sinonímicos, referencias toponímicas, informacionesantropológicas, lingüísticas, zoológicas, etc., que era necesario pormenorizarpara su mayor utilidad. Una obra tan ingente había de provocar forzosamente ensu edición y traducción algunos errores e imprecisiones, por lo que han aparecidoposteriormente artículos precisando y corrigiendo algunos de sus extremos,2

entre los que son de destacar los del especialista en etnobotánica Jamal Bellakh-dar, de la universidad de Metz. Más han de aparecer, porque se trataba de unléxico en gran parte novedoso, sin referencias previas, por lo que la identificaciónno siempre estaba disponible en los diccionarios de árabe orientales u occidenta-les y nos consta que hubo de hacerse muchas veces sobre el terreno, comproban-do los datos del texto con la flora actual del cuadrante sudoccidental de laPenínsula Ibérica y la costa norte de Marruecos, haciendo abstracción de lasnovedades hoy presentes de la flora naturalizada procedente de América y otroscontinentes. Además, la ˁUmdat aṭ-ṭabīb se ha revelado también como una fuentede gran importancia para el estudio de la lexicografía no solo del árabe andalusísino de las dos lenguas contiguas, el amazige3 (o bereber) y el romance andalusí4

(o romandalusí) con un gran potencial de aprovechamiento para amazigistas yromanistas.

El sentido y la justificación del presente artículo es precisamente corregir unerror, el cometido en la identificación del término ğawz an-nuˁās (‘nuez delsueño’). Veamos para ello primero los pasajes en los que se menciona esta ‘nuezdel sueño’ en la obra:

2 Joaquín Bustamante Costa

1 La identificación de Abū l-Ḫayr al-ˀIšbīlī como autor de la ˁUmdah es mérito entero del editorKhattabi, antes era conocido como el «botánico anónimo» sevillano, así lo denominó Miguel AsínPalacios (1943) ya desde el título de su Glosario de voces romances registradas por un botánicoanónimo hispano-musulmán (siglos XI–XII).2 Bellakhdar (2010, 2011); Barraso (2012); Gracia Mechbal (2013).3 Bustamante/Tilmatine (1999); Tilmatine/Bustamante (2000–2001); Tilmatine (2005).4 Corriente (2001, 2008a, especialmente el capítulo II: «Gramática y léxico del romandalusíreflejado en grafía árabe», 97–227, 2008b).

«1352. ğawz an-nuˤās (‘nuez del sueño’): es del tamaño de la yema del pulgar, parecido alanimal llamado ‘sebo de tierra’ [šaḥmat al-ˀarḍ]6 que, al ser tocado, se encoge y retrae, unaespecie de caracol [ḥalazūn] sin concha, frágil y tierno, es decir, el que describo, que seencuentra en los ramos de leña en los jarales. La gente pretende que si se coge y cuelga a losniños, los duerme, y por eso lo llaman en romance šūnuh,7 es decir, ‘somnolencia’, ytambién se le conoce como ‘jinete del palo’ [fāris al-ˁūd], porque siempre se le encuentracabalgando palos».8

La identificación propuesta en el vol. 2 de la ˤUmdah y mantenida en el vol. 3,Garcinia mangostana L. [= Mangostana garcinia Gaertn.] ‘mangostán’, una frutade Indochina que no se da en la Península Ibérica – ni ahora ni en los tiempos deal-Andalus –, repetida en Corriente (2008a, 212), se ve ahora a todas lucesabsurda. Puede apreciarse claramente cómo se ha dado por buena esa identifica-ción con el mangostán a causa de lo que podríamos llamar un caso de malagestión del prestigio de los maestros. En efecto, en 1943 el arabista Miguel AsínPalacios, considerado un maestro por toda una generación de arabistas es-pañoles, había publicado una colección de extractos de la ˤUmdat aṭ-ṭabīb dondeseleccionaba a su criterio los pasajes que contuvieran léxico romance. Con eltítulo de Glosario de voces romances registradas por un botánico anónimo hispano-musulmán, se ha convertido desde su ya lejana fecha de publicación – y pese asus evidentes errores – en obligada referencia para romanistas. Ya Corriente(1999, 74; también 2006) ha señalado las muchas deficiencias de comprensión ymetodológicas de que adolece esta obra, pese a su valor intrínseco. Allí, entre laspáginas del Glosario de Asín es donde se encuentra esta sorprendente interpre-tación del texto antes citado:

541. Šono = nuez del sueño: mangostán

A continuación Asín edita el texto árabe de este pasaje, correspondiente al fº 64v,l.8, del manuscrito de Madrid, que en la moderna edición de 2004 está en lapág. 123 con el nº de epígrafe 1352. Ambos textos son exactamente iguales, salvouna alteración, pequeña, pero no carente de significado: Donde el texto de los dos

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5 Bustamante/Corriente/Tilmatine (2004–2010, vol. 1, 123).6 Oniscus asellus L., ‘cochinilla de la humedad’, crustáceo isópodo terrestre.7 Corriente (2001, 201).8 Bustamante/Corriente/Tilmatine (2004–2010, vol. 2, 192s.).

manuscritos, el de Madrid y el de Rabat, pone جع (ˁğ), que es la abreviatura usadapor el autor de la ˤUmdah para la lengua romance, que cuando explicita escribe

ةيمجعلاب (bi-l-ˁağamiyya, ‘en romance’), Asín en su texto interpreta la abreviaturacomo un etnónimo, no como un glotónimo, algo que parece más en consonanciacon sus ideas previas – no olvidemos que era un sacerdote católico – que conec-tan con la pretendida identidad tan manida en el siglo XX de «mozárabe» (= cris-tiano) con romance andalusí (= lengua de los cristianos) frente a un «moro»(= musulmán) con lengua árabe (= lengua de los musulmanes), ajeno por com-pleto a la comprensión de una situación lingüística en la que musulmanes, judíosy cristianos hablasen árabe andalusí y el romance andalusí lo estuvieran mante-niendo –mientras iba perdiéndose poco a poco – solo los castizos, fuesen musul-manes, judíos o cristianos. Es más, el propio autor de la ˁUmdah distingue enalguna ocasión entre diferentes zonas de al-Andalus donde se seguía usando esteromance y habla de un ‘romance de nuestra tierra’ [ˤağamiyyat baladi-nā](§ 2720), un ‘romance del ámbito rural’ [ˤağamiyyat al-bādiyah] (§§ 928, 2237,2355), ‘romance de Toledo’ [ˤağamiyyat Ṭulayṭulah] (§§ 1161, 2364, 3587, 3596,4231, 4256) o ‘romance de Zaragoza’ [ˤağamiyyat Saraqusṭah] (§§ 2556, 2745, 4973),pero en ningún caso se refiere a ninguna lengua diferenciada entre gruposconfesionales.

Así es como Asín transcribe ْهُنوُشمجعلاهيمستكلذلو (wa-li-ḏālika tusammī-hil-ˁağamu šūnuh ‘y por eso los ˁağam lo llaman šūnuh’) en lugar de ْهُنوُشجعهيمستكلذلو(wa-li-ḏālika tusammī-hi ˁğ [= bi-l-ˁağamiyyati] šūnuh ‘y por eso en ˁağamiyya lollaman šūnuh’), donde el sujeto del verbo tusammīno esal-ˁağamu ‘los ˁağam’, sinoan-nās ‘la gente’,mencionadaen la frase anterior.

No es la única vez que ocurre algo parecido en ese libro. En demasiadasocasiones Asín se ha permitido omitir frases enteras dejando en su lugar puntossuspensivos, lo que significaba no tener que dar cuenta de pasajes contradictorioso con otra dificultad aunque ello acarree ahora, una vez aparecidos los textoscompletos, una impresión de deslealtad difícil de disipar, como si hubiese actua-do sintiéndose el tuerto en el país de los ciegos. Los textos que había seleccionadoen ocasiones quedaban carcomidos con grandes huecos, reducidos a las pocasfrases que pudiesen corroborar las hipótesis que en cada caso hacía suyas.9

Pero en esta ocasión, salvo la discrepancia mencionada y la desafortunadatraducción de šaḥmat al-ˀarḍ por ‘lombriz de tierra’, el texto no difiere delmoderno editado en 2007. Dice Asín, con sus transcripciones anticuadas:

«Ŷawz al-naˁās [nuez del sueño]: es una cosa del tamaño del pulgar y parecida a la lombrizde tierra, es decir, a ese animal que, si se le toca, se contrae y encoge, o sea, una especie de

4 Joaquín Bustamante Costa

9 Bustamante (2005, 139).

caracol o babosa, sólo que sin concha que lo cubra, blando y flojo (quiero decir este animalque describo). Se encuentra sobre las ramas de la leña entre las jaras, y la gente pretendeque, si se la coge y se la cuelga sobre los niños, los hace dormir, y por eso los ˁaŷam lallaman šono, es decir, el sueño [al-naˁās]. También se la conoce por fāris al-ˁūd [jinete delleño], porque siempre se la encuentra montada sobre los leños».

Y añade en su comentario – escribiendo con minúscula los nombres genéricos:

«Falta en Meyerhof y Dozy ŷawz al-naˁās, entre las muchas especies de nuez que registran;pero por su sinónimo šaḥmat al-arḍ (lombriz de tierra) parece debe identificarse con lalecanora esculenta o el lumbricus terrestris que Meyerhof, 69 y 402, registra con aquel mismonombre árabe, šaḥmat al-arḍ, que Dozy identifica más bien con el mangostán de la India(garcinia mangostana L.). — Falta el otro sinónimo fāris al-ˁūd en Dozy y Meyerhof. – Dellat., somnus; ital., sonno; port., somno; cast. sueño. M. L., 8.086».

El comentario de entrada ya resulta disparatado, pues considera sinónimosšaḥmat al-arḍ y ğawz an-nuˁās y en la identificación de aquella – que además eserrónea – es en lo que basa la identificación de la ‘nuez del sueño’, cuando eltexto dice claramente que se trata de algo parecido, no que sea lo mismo. El casoes que esa cosa que los andalusíes llamaban en el árabe andalusí ‘nuez del sueño’(ğawz an-nuˁās) o ‘jinete de los palos’ (fāris al-ˁūd) y en el romance andalusí‘sueño’ (śóno [šūnuh]) no ha quedado identificada en modo alguno, por muchoque en el encabezamiento Asín diera ya por definitiva la identidad ‘nuez delsueño’ = mangostán.

La edición moderna ha cometido un error al no revisar la identificación deAsín y aceptarla sin la menor sospecha,10 aun cuando una lectura más atenta deltexto ahora se ve que hubiera bastado para descartarla.

La descripción estaba hablando de algo del tamaño de una nuez o la yema deun pulgar, que tiene parecido con una cochinilla de humedad o con un caracol,pero no tiene concha y se encuentra siempre en los palos o varas de los mato-rrales. Esta manera de describir implica que quien así habla lo ha visto enpersona, por eso dice el tamaño aproximado, lo que le recuerda y dónde seencuentra muy a menudo. La descripción se completa con el uso folclórico que sehacía en al-Andalus de esta supuesta planta, que consiste en colgársele a losniños para que se duerman. Todos estos datos no se habrían dado juntos, seríanimposibles, si se estuviese refiriendo al fruto comestible de una planta tropical deun lugar tan alejado de al-Andalus como es el mangostán.

Se trata, sin lugar a dudas, de un objeto que pertenece al reino animal, no alvegetal como el autor de la ˁUmdah creía. Con este mismo aspecto descrito es muyfrecuente ver, por los espacios silvestres de matorral y monte bajo de Andalucía

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10 También la incluyó Corriente (1997, 108 n. 2), pero sin darle crédito.

Occidental – la misma zona que debió de constituir el entorno por el cual dichoautor se movía cuando herborizaba – las ootecas de los insectos del subordenMantodea, las ‘mantis’, ‘teresas’ o ‘santateresas’. Estos insectos depositan sushuevos en lo que se llama una ooteca, es decir, una cápsula o envoltura queprotege el conjunto de su puesta, que suele tener primero un aspecto espumosoen el que los huevos están agrupados por una sustancia gelatinosa que lossostiene y cohesiona y que se adhiere a las plantas; más adelante, a medida queel sol la va secando adopta el aspecto y el color de lo que podría parecer unpequeño panal de avispas sin celdillas, o, como decía Abū l-Ḫayr, un caracolpegado a una rama, del mismo aspecto que una nuez o como el artejo final de undedo pulgar de tamaño regular y muy a menudo con unas estrías transversalesque le hacen parecer los segmentos de la coraza de una cochinilla de humedad,como también señalaba el texto.

En otro pasaje donde se vuelve a citar la misma especie se añade un sinónimonuevo que corrobora esta identificación

«2662. luˁāb aṯ-ṯawr (‘baba de toro’): es una planta que se encuentra sobre las ramas de lashierbas, conocida como ğawz an-nuˁās [lit. ‘nuez del sueño’], que hemos descrito en letrağīm, […]».12

La nueva información que este dato añade remite a una forma diferente, no laque recuerda a una nuez, sino la que parece un salivazo o un jirón de espumaprendido en las ramas de los arbustos. Esta es la forma de la puesta reciente,como arriba se ha dicho. Con este nuevo dato podemos tener una visión máscompleta de qué era y a qué se referían con esta expresión. Los nombres que se ledaba en el árabe andalusí del siglo XI eran descriptivos de la pinta general y deluso que se hacía de las ootecas de las mantis en la práctica de la etnomedicinaandalusí. El nombre de ‘baba de toro’ hace referencia a la primera etapa, antes desecarse, cuando el conjunto de huevos parece espuma, como si hubiera caído delbelfo de un toro y se hubiera quedado prendida la baba en las plantas. El nombre‘jinete de los palos’ se refiere a la ooteca ya seca que está pegada a las ramas deun arbusto, como cabalgándolas. El nombre ‘nuez del sueño’ hace referencia altamaño y a su uso mágico etnobotánico – cuando se creía que era una planta –

6 Joaquín Bustamante Costa

11 Bustamante/Corriente/Tilmatine (2004–2010, vol. 1, 302).12 Bustamante/Corriente/Tilmatine (2004–2010, vol. 2, 427).Vuelve a citarse más adelante conlos nombres repetidos de ‘jinete del palo’ [fāris al-ˁūd] y ‘nuez de sueño’ [ğawz an-nuˁās] en§ 3763, sin que tampoco falte la misma desafortunada identificación con el mangostán de lasentradas anteriores.

como calmante de los niños chicos [al-ˀaṭfāl], para que se duerman y ahí es dondeaparece como sinónimo el término romance šūnuh. Dice el pasaje explícitamenteque por eso se llama en romance šūnuh. La palabra ‘romance’ está escrita, comovimos antes, mediante la abreviatura جع (ˁğ) de ةيمجع (ˁağamiyya), es decir, ‘alja-mía’ o ‘lengua no-árabe propia de al-Andalus’, el nombre que recibía entre losandalusíes arabófonos el romance andalusí, que a la sazón no se había todavíaextinguido, y esta palabra šūnuh está vocalizada ْهُنوُش con una ḍammah (u) sobre la‑n- y un sukūn (ø) sobre la última consonante (h) para reproducir la pronuncia-ción romance de la ‑o con que terminaban muchos masculinos y no debía serconfundida con la ‑a final de los femeninos, que se habría escrito con las mismasconsonantes, pero vocalizando fatḥa (a) sobre la consonante anterior. Es la grafíahabitual en estos casos, la que se adoptó para los romancismos del andalusí,como por ejemplo el mes de ْهُيام māyuh (mayo) o el antropónimo ْهُصاب bāṣuh (Bazo).La consonante inicial el árabe la ha recogido con la grafía ش /š/, que parece máspróxima a la /ś/ ápicoalveolar del romance, que no la predorsoalveolar ./s/س Portanto, la lectura que debe hacerse de esta palabra romance transcrita al árabe esśóno, como trae Corriente (2008a, 212), del latín somnu(m), que muy probable-mente tendría también una realización palatalizada, si no tensa, de la ‑n- intervo-cálica pero que la grafía árabe no ha sido capaz en esta ocasión de recoger, a noser que haya quedado olvidada en las copias.13

Sorprende que lo que en árabe se llama ‘nuez del sueño’ se llame en romanceescuetamente ‘sueño’. Cabe deducir de ello que el autor, al no ser hablante deromance, como deja claro Corriente (2008a, 103) pese a las sugerencias de undominio excepcional de esta lengua que le gustaba hacer a Asín (1943, XXXVI), sehubiera limitado a tomar nota únicamente del término equivalente a nuˁās‘sueño, sopor, somnolencia’ pero que el lexema en romance andalusí fuera máscomplejo.

Actualmente en Andalucía y Extremadura las ootecas de las mantis siguenusándose como remedio mágico, pero no para calmar a los lactantes y queduerman, sino para calmar los dolores de muelas,14 y se les llama con el extrañonombre de simbúscalos porque dicen que si los buscas no los encuentras pero telos encuentras «sin buscarlos». Se guardan en el bolsillo del lado donde duelenlas muelas. Hay quien dice que para que haga efecto debe recogerse un viernes y

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13 Lo habitual para transcribir la palatalizada nasal ñ, /ɲ/, es marcar la grafía árabe con untašdīd que indica reduplicación, ـــّنـــ (‑nn‑), aunque también puede aparecer en ocasiones el dígrafoــيْنـــ (‑ny‑). Cuando la fórmula de transcripción ha sido el tašdīd no es extraño su olvido por los

copistas.14 Vallejo et al.(2005, 98; 2006, 4).

por eso en algunos sitios se les llama ‘viernes’,15 pero la forma simbúscalo, quealgunos ortografían contra la norma sinbúscalo y que incluso he llegado a verescrito por la red sumbúscalo a alguien que decía ser así como se llama enPeñaflor (Sevilla), es la más frecuente en el español de la zona sudoccidental dela Península Ibérica. Otra variante que se oye es la de simbuscalo, pronunciadocomo palabra llana quizá para hacerla coincidir con la explícita etimología de ‘sinbuscarlo’. En cualquier caso la palabra no se ha hecho acreedora de los honoresde figurar en el DRAE porque nadie se había tomado la molestia de ponerla porescrito, hasta ahora que está apareciendo en los trabajos etnográficos.

Es una tentación muy fuerte pensar que el śóno romandalusí y su posiblelexema complejo estuvieran en los orígenes de este simbúscalo extremeño yandaluz occidental, especialmente al ver la armonización vocálica del raro sum-búscalo de Peñaflor. A ello incita ver cómo se ha mantenido en el tiempo esareputación de producir sopor con solo llevarlo, con la mera diferencia de que hacemil años creían que dormía a los niños de los que se colgaba y ahora creen queadormece los dolores de muelas de los que se lo echan al bolsillo. Quizá unaforma antigu – hoy difícil de suponer – se haya convertido en simbúscalo por unfenómeno de etimología popular. Podríamos ponerlo en relación con esas bonitaspalabras esdrújulas como ‘níscalo / mízcalo’, ‘cernícalo’, ‘murciégalo / murciéla-go’, o imaginar la posibilidad de que viniera de un cultismo como *somniusculuso algo parecido, por ejemplo un compuesto de somnus + nucula, algo como*somni nucula o ‘nuececilla del sueño’, que armonizaría bien con su traducción alárabe. Pero sin otros datos es mejor dejarlo estar, si no, más parece que iba a seresto como querer hacer una pirueta en el vacío.16

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8 Joaquín Bustamante Costa

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Apéndice fotográfico

Fig. 1: Simbúscalo de la mantis africana, Sphodromantis viridis (Forskål 1775), sobre ramassecas de altabaca, Dittrichia viscosa (L.) Greuter. Tomada la foto el 1 de mayo de 2013, justo eldía y la hora de la eclosión de las ninfas, tres de las cuales pueden verse en la parte inferior de lafoto, descolgándose. Nuestro agradecimiento por la identificación de la especie a IsidroMartínez Pitarch, de la Sociedad Entomológica Aragonesa. Fotografía de Rosario Aranda Agar,Conil de la Frontera (Cádiz).

10 Joaquín Bustamante Costa

Fig. 2: El mismo simbúscalo con una nueva ninfa saliendo a una ramilla en la parte central y lastres anteriores colgando más abajo. Fotografía de Rosario Aranda Agar, Conil de la Frontera(Cádiz).

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Fig. 3: El mismo simbúscalo visto de cerca, con una ninfa saliendo. Se puede apreciar laestructura de la ooteca en estratos transversales que hizo que Abū l-Ḫayr comparase esta ‘nuezdel sueño’ con el cuerpo articulado de las Oniscidea ‘cochinillas de humedad’. Fotografía deRosario Aranda Agar, Conil de la Frontera (Cádiz).

12 Joaquín Bustamante Costa

Fig. 4: Este es otro ‘simbúscalo’ distinto, probablemente de la misma especie de mantis,fotografiado el mismo día 01.05.2013, también sobre altabacas secas, pero sin ninfaseclosionando. Fotografía de Rosario Aranda Agar, Conil de la Frontera (Cádiz).

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