DEL PERRO ANDALUZ AL SURREALISMO CON DAVID LYNCH
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DEL “PERRO ANDALUZ” A “LYNCH”. SURREALISMO Por Mg. Rubén Enzian Rodríguez
Director Creativo de Azul Corporación
Catedrático de la Universidad San Ignacio de Loyola
David Lynch. El Padre del Cine
Surrealista:
David Lynch es para algunos algo
así; como un genio, mientras que para
otros es sólo un director incomprendido.
La verdad es que yo pienso que es el
continuador del Surrealismo al igual
que Terrence Malick (El árbol de la
vida).
David Keith Lynch (n. Missoula,
Montana, Estados Unidos. 1946),
conocido como David Lynch, es
un director de cine, productor de música
electrónica y guionista estadounidense.
Su actividad artística se extiende
asimismo al terreno de la pintura,
la música, la fotografía e incluso
el diseño de mobiliario. Su amor por
el dadaísmo y el surrealismo queda
patente en algunas de sus películas, cuya
misteriosa y hasta inquietante atmósfera
mezcla lo cotidiano con lo soñado
escapando a veces a la comprensión
exhaustiva del espectador.
DAVID LYNCH
El Inicio del Cine Surrealista:
Un perro andaluz (en francés Un chien
andalou) es un cortometraje de diecisiete
minutos, mudo (no fue hasta la versión de
1960 que se incorporaron los motivos
de Tristán e Isolda de Richar Wagner y
un tango), escrito, producido, dirigido e
interpretado por Luis Buñuel en 1929 con
la colaboración en el guion de Salvador
Dalí, gracias a un presupuesto de 25.000
peseta que aportó la madre de Luis
Buñuel. El rodaje duró quince días.
Según refiere Buñuel a De la Colina y
Pérez Turrent, Un perro andaluz nació de
la confluencia de dos sueños. Dalí le
contó que soñó con hormigas que
pululaban en sus manos y Buñuel a su vez
cómo una navaja seccionaba el ojo de
alguien. Un perro andaluz está
considerada la película más significativa
del cine surrealista. Transgrediendo los
esquemas narrativos canónicos, la
película pretende provocar un impacto
moral en el espectador a través de la
agresividad de la imagen. Remite
constantemente al delirio y al sueño, tanto
en las imágenes producidas como en el
uso de un tiempo no lineal de las
secuencias.
El nombre Un perro andaluz fue elegido
porque no guardaba relación alguna con
los temas del filme. Lorca se sintió
aludido por el título, pero Buñuel negó
dicha alusión, alegando que era el de un
libro de poemas que él tenía escrito desde
1927.
En primer lugar pensó que la película
se llamara El marista en la
ballesta (según el título que tenía
un caligrama de Pepín Bello) y luego Es
peligroso asomarse al interior, como
inversión del aviso que tenían los trenes
franceses: C'est dangereux de se pencher
au dehors('Es peligroso asomarse al
exterior').
Pierre Batcheff se suicidó en 1932,
unos años después de rodar el film. El
mismo fin tuvo su compañera de
reparto Simone Mareuil. La película
comienza con el rótulo «Érase una vez».
Un hombre (Luis Buñuel, como actor)
afila una navaja de afeitar mientras
observa, asomándose al balcón, cómo una
filosa nube corta la luna. Del mismo
modo, él secciona el ojo a una mujer.
Nuevo intertítulo: «Ocho años después».
Un ciclista (Pierre Batcheff) pedalea por
una calle desierta.
Está ataviado con unos estrafalarios
complementos: manteles blancos, tocado
de monja, una caja a rayas diagonales a
modo de colgante sobre el pecho... En
tanto la joven de antes, que estaba
leyendo, siente algo y se levanta, tirando
el libro al suelo, que se queda justo
abierto en una reproducción de la
Encajera, de Vermeer. El ciclista se
detiene y cae golpeándose la cabeza
bruscamente contra el canto de la acera.
Ella corre escaleras abajo y lo besa
frenéticamente. De vuelta a la habitación,
dispone las ropas del ciclista encima de la
cama, como recomponiendo la imagen del
cuerpo.
Al darse la vuelta, ve al mismo hombre
mirando las hormigas que surgen de un
agujero negro de su mano. Mediante
fundidos encadenados, se transforma en el
vello axilar, un erizo de mar y en un
grupo de personas que rodean a una mujer
de apariencia andrógina que tantea con un
bastón una mano cortada que yace en
medio de la calle. Un policía recoge la
mano, se la entrega y el andrógino la mete
en la caja de rayas diagonales que llevaba
el ciclista. La gente se “disuelve” y un
coche atropella al andrógino, dejándolo
en el suelo inerte.
El hombre y la mujer han visto toda la
escena desde la ventana de la habitación,
y la muerte y atropello del andrógino
causa al hombre una gran excitación
sexual, que le lleva a perseguir a la mujer
al ritmo de un tango para acariciar sus
pechos, que se funden en nalgas. Cuando
le vemos, sus ojos están en blanco, su
rostro en éxtasis y de su boca chorrea una
baba sanguinolenta.
Para defenderse ella le amenazará con
una raqueta triangular, y el hombre busca
algo a su vez, encontrando una cuerda en
el suelo, pero al tirar de ella están atados
dos trozos de corcho, dos frailes
maristas y dos pianos de cola con sendos
burros putrefactos encima. La joven
emprende la huida, pero al cerrar la puerta
atrapa la mano del hombre de la que
brotan hormigas.
El cuarto al que accede la muchacha es
idéntico al de antes y tumbado en la cama
aparece el ciclista con los ropajes de
antes. Un nuevo rótulo indica «Hacia las
tres de la madrugada». Un hombre con
ademán autoritario ordena al hombre de
las ropas extravagantes que las arroje por
la ventana.
Después, como en un castigo escolar,
lo pone de cara a la pared y carga sus
brazos en cruz con libros, que pronto se
transforman en revólveres con los que
tirotea a su doble, que cae contra la
espalda desnuda de una mujer en un
parque, de donde es recogido por
transeúntes que por allí pasean.
La mujer entra en la habitación y ve en
la pared la Acherontia atropos, una
mariposa cuyo tórax tiene un aspecto
semejante a una calavera; y también al
hombre, que carece de boca y que es
sustituida por el vello de la axila que
acaba de desaparecer de la de la
muchacha. Esta abre la puerta y accede
directamente a una agreste playa, donde
aparece un nuevo joven con el que pasea,
encontrando a su paso los adminículos del
ciclista.
Así ocurre con la crítica a la educación
impartida por la Iglesia, la represión
sexual, el «carnuzo» o burro en
descomposición, la mano con hormigas o
el cuerpo femenino. De esta manera,
artesanal, pero muy innovadora e
inquietante en la época de su primera
proyección, se da el inicio
cinematográfico de dos de las carreras
artísticas más significativas de todo el
surrealismo mundial.
Un perro andaluz refleja el ambiente
de la Residencia de Estudiantes en la que
Dalí, Lorca y Buñuel convivían. El
hombre castigado cara a la pared, los
pupitres, la rebelión ante la autoridad, los
hermanos maristas o el deseo carnal así lo
atestiguan. Lorca estaba convencido que
«el perro andaluz» era él, tal como
explicó el propio Buñuel en 1975.
LUIS BUÑUEL Y SALVADOR DALÍ
Federico García Lorca mencionó:......
«Buñuel ha hecho una mierdecita así de
pequeñita que se llama Un perro
andaluz; y ese perro andaluz soy yo.»
Un nuevo rótulo «En primavera»
aparece sobreimpresionado en el cielo
donde se ve un paisaje desierto en el que
están enterrados hasta el pecho el hombre
y la mujer, según concluía el guion
original, «ciegos, con los vestidos
desgarrados, devorados por los rayos del
sol y un enjambre de insectos» La
extensión de la descripción de los planos
de esta película es obligada si se quiere
dar cuenta de su carácter de poema en
imágenes, cuyos hallazgos visuales
proceden en gran medida del poemario
homónimo que Luis Buñuel tenía listo
para la imprenta en 1927.
El mismo Buñuel señalaba la
importancia que para él tenían los sueños,
las visiones y los delirios en su vida
cotidiana, en el grupo surrealista
de París y, por tanto, en su cine. Por
influencia de las teorías de Sigmund
Freud, el surrealismo admitía las
imágenes e ideas oníricas dentro de sus
postulados. Toda la cinta puede definirse
como una sucesión de sueños
encadenados. Posee una de las secuencias
más impactantes de todo el cine: la navaja
que secciona un ojo de mujer. Para rodar
la secuencia en que el ojo de la mujer es
sajado por una navaja de afeitar se utilizó
el de una vaca a la que se afeitó el pelo de
la piel que lo rodea. En varias imágenes
se pueden descubrir las obsesiones
recurrentes en Buñuel y Dalí.
LUIS BUÑUEL DIRECTOR DE
CINE.
Hay películas de Lynch que a mi
parecer son obras maestras, para mi sobre
todo El Hombre Elefante.1980. Con
Anthony Hopkins y John Hurt. Éste fue
su segundo largometraje, y con él dio un
salto cualitativo tanto en medios
disponibles como en renombre de los
actores a su servicio.
Su primera incursión en el cine
excepción hecha de los cortometrajes 'The
Alphabet', 'Six Men Getting Sick', 'The
Amputee' y 'The Grandmother'– fue
'Cabeza borradora', hipnotizante filme
rodado con escaso presupuesto y
exuberante imaginación. En él están
contenidas todas las claves para entender
su ubérrimo universo conceptual.
Con 'El hombre elefante' Lynch se
reveló como uno de los directores más
talentosos del momento. Fue una tarjeta
de presentación deslumbrante que pronto
concitó el interés de los productores más
destacados.
Frederick Treves (Anthony Hopkins),
un cirujano en el Hospital de Londres,
descubre a Joseph Merrick (John Hurt) en
un circo victoriano, el cual está
gestionado por el brutal Bytes. Merrick es
tan deforme que tienen que usar una
capucha y una capa en público, y Bytes
declara que es un retrasado mental.
Treves se encuentra intrigado desde un
punto de vista profesional por la
condición de Merrick y paga a Bytes para
llevarlo al hospital a fin de examinarlo.
Allí, Treves presenta Merrick a sus
colegas en una sala de conferencias, lo
que muestra como una curiosidad
fisiológica. . Al regresar Merrick al circo,
Bytes le pega tan severamente que un
aprendiz (Dexter Fletcher) alerta a
Treves, quien le devuelve al hospital.
Bytes acusa a Treves de explotar igual
que él a Merrick para sus propios fines, lo
que lleva al cirujano a hacer lo que pueda
para ayudar al pobre hombre. Las
enfermeras de hospital están horrorizados
por la apariencia de Merrick, por lo que
Treves lo coloca en una sala de
cuarentena, bajo el cuidado estricto de
una encargada, la señora Mothershead
(Wendy Hiller).
JOHN HURT EN UNA ACTUACIÓN
SOBERBIA ENCARNANDO
AL HOMBRE ELEFANTE
El Sr. Carr Gomm (John Gielgud), el
Gobernador del hospital, se resiste a darle
albergue a Merrick (que hasta ahora ha
mantenido silencio), ya que el hospital no
está diseñado como una residencia para
"incurables".
Para persuadir a Carr Gomm, Treves le
enseña a recitar algunas frases corteses.
Carr Gomm ve a través del engaño, pero a
medida que se aleja, los hombres se
sorprenden al escuchar Merrick recitar
el Salmo 23. Impresionado por esta
demostración de inteligencia, Gomm
permite a Merrick quedarse. Merrick se
revela gradualmente como un ser
sofisticado e inteligente. Gomm organiza
su estadía en el hospital, y Merrick pasa
sus días leyendo, dibujando y haciendo un
modelo de una iglesia visible a través de
su ventana.
Un día, Treves lo lleva a tomar el té por
la tarde en su casa junto con su esposa,
Ann. Merrick, abrumado por el cariño que
percibe en sus anfitriones, les muestra su
tesoro más preciado, una foto de su
madre, y expresa su idea de que ella
estaría orgullosa de verlo con tan queridos
amigos. Más tarde, Merrick comienza a
recibir a los visitantes la sociedad en sus
habitaciones, entre ellas la célebre actriz
Madge Kendal. Se convierte en un objeto
popular de la curiosidad y la caridad a la
alta sociedad.
A medida que estas conexiones y
aumentar las visitas, la señora
Mothershead (que tiene a su cargo el
cuidado diario de Merrick) se queja de
Treves que todavía está siendo tratado
como un atractivo espectáculo de
fenómenos, aunque sea en una clase más
alta. Treves, se angustia por esta idea y
comienza a cuestionar si ha hecho o no lo
correcto.
ANTHONY HOPKINS
Mientras que Merrick es tratado bien
durante el día, el portero de noche
(Michael Elphick) en secreto gana dinero
poniendo los apostadores de los pubs
cercanos a curiosear a Merrick.
La junta directiva discute la decisión de
mantener Merrick indefinidamente, se
considera la idea de negarle tal privilegio.
Pero entonces la Princesa de Gales hace
una visita sorpresa con un mensaje de la
reina Victoria, que indica que Merrick
recibirá la atención permanente en el
hospital. Sin embargo Merrick es
devuelto a su antigua vida, cuando Bytes
obtiene acceso a su habitación en uno de
las "exhibiciones" del portero nocturno.
Bytes secuestra Merrick y lo lleva a la
Europa continental, donde está una vez
más lo exhibe y somete a la crueldad y el
abandono. Treves, consumido por la
culpa, toma medidas contra el portero de
noche con la ayuda de la señora
Mothershead. Merrick se escapa con la
ayuda de sus compañeros del espectáculo
de fenómenos y logra volver a Londres.
Sin embargo, es acosada por un grupo
de niños en la estación de Liverpool
Street, y derriba accidentalmente a una
joven. Él es perseguido, sin máscara, y
acorralado por una multitud furiosa,
momento en el que grita:
"¡NOOO!¡Yo...yo no soy ningún
monstruo, no soy un animal, soy un ser
humano! Soy...¡un hombre!", antes de
derrumbarse.
Cuando la policial encuentra a Merrick
lo regresan al hospital y es reintegrado a
sus habitaciones. Se recupera lentamente
pero es claro que va a morir de su
enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Como regalo, la señora Kendal organiza
musical en el teatro en su honor; al final
de ella Merrick es recibe una ovación. Esa
noche, de vuelta en el hospital, Merrick
da las gracias a Treves por todo lo que ha
hecho y acabados su modelo de la iglesia
cercana. Imitando a uno de sus dibujos en
la pared, elimina las almohadas que le han
permitido a dormir en posición vertical,
se acuesta en su cama. Muere, consolado
por una visión de su madre, Mary Jane
Merrick, citando a Alfred Lord
Tennyson "Nada va a morir".
La mano de David Lynch puede verse
en numerosas secuencias. La película está
trufada de marcas de autor: la cámara
anfractuosa que se desliza como un reptil
por entre la cama donde reposa el hombre
elefante para introducirse en la ranura de
la máscara que oculta su deformidad, el
ruido que producen las fábricas con sus
gigantescos motores de combustión, sus
cañerías, sus ventiladores, el traqueteo del
tren que se oye de fondo en el arranque
del filme, cuando la madre de Merrick es
derribada por la trompa de un elefante, los
vagidos del mismo paquidermo, etc.
El entorno fabril vuelve a estar presente
en la misma medida que en 'Cabeza
borradora', y, al igual que en aquella
película, simboliza la amenaza, la
catástrofe. No hay que olvidar que Lynch
otorga una gran importancia al plano
sonoro, y prueba de ello es que participó
en el diseño de sonido.
Rabbits
Es una película de 2002 compuesta por
una miniserie de 8 capítulos de 9 minutos
cada uno, escritos y dirigidos por David
Lynch. Como en muchas otras obras de
Lynch, la música está compuesta por
Angelo Badalamenti.
Una cámara fija enfoca a tres personas
vestidas con trajes gigantes de conejo, en
una habitación rancia, de decorado barato,
teniendo diálogos crípticos muy de vez en
cuando (el resto del tiempo están en
silencio), con una banda sonora de
minimalista, agobiante y risas enlatadas.
Es el desmontaje y alteración de los
cánones de las series
cómicas llamadas sitcoms, donde
situaciones cotidianas puestas en un orden
específico y agregándoles risas logran
que el espectador ría (en el mejor de los
casos por supuesto).
En Rabbits dichos cánones están
puestos en un orden
aparentemente aleatorio que la hace ver
incomprensible a primera vista, pero
que una mirada un poco más detallada
hace notar que hay un orden semi lógico
que el espectador debe ir construyendo a
medida que suceden las situaciones y los
diálogos.
Los 50 minutos de metraje es un plano
fijo de un cuarto semi oscuro, donde 3
humanos con cabezas de conejos (dos
conejas hembra y uno macho) tienen una
conversación acerca de 3 temas en donde
el que más desquicia es el de un engaño
que tiene lugar entre ellos y del cual no
sabremos nada.
El entorno de todo esto es más lúgubre
aunque los diálogos se dan en un cuarto
semi iluminado, donde sofás, lámparas y
puertas nos hacen reconocer el lugar
como un sitio familiar, donde alguna vez
hemos estado. Los actores van
vestidos con ropas humanas pero sus
cabezas, manos y piernas son de piel de
conejo, lo cual hace más surrealista el
entorno.
Ellos a lo largo de lo que dura la
película van intercambiando diálogos que
como dije antes son a simple vista
incoherentes y sin orden. También hay
escenas donde cada uno de ellos se
para en medio y comienza a recitar lo que
podría decirse que son poemas y cánticos,
sin ninguna relación con los diálogos
anteriores.
El ambiente terrorífico lo complementa
la música de Angelo Badalamenti,
un artista acostumbrado a trabajar con
Lynch. Dichos sonidos dan el toque
sonoro para este
claustrofóbico ambiente y es que el
terror en este trabajo es más psicológico.
La tensión que da ver a 3 conejos
dialogando entre sí, vistos con un solo
plano de cámara con una iluminación
tenebrosa, da para que cualquier cosa que
rompa ese ambiente un teléfono sonando,
una puerta que se abre, entre otras que no
puedo revelar pero que son aún más
fuertes haga que el corazón lata aún más
rápido que si viéramos sangre o recursos
similares.
Igual al parecer el capítulo que
supuestamente falta en esta serie está
contenido dentro de la película Inland
Empire, también de Lynch, así que habrá
que ver si Lynch supera o no este trabajo
que seguramente sacara de las casillas a
los espectadores. Es una
película surrealista, pesada, tenebrosa,
pero muy interesante para analizar.
Otras películas de Lynch:
Mulholland Drive, también conocida
como Mulholland Dr. (titulada El
camino de los sueños en Argentina
y Sueños, misterios y secretos en el resto
de Hispanoamérica) es una película del
director estadounidense David Lynch del
año 2001.David Lynch ha definido esta
película como una historia
«extremadamente lineal» que se divide en
tres bloques: «Primero: Se encontró
dentro de un misterio perfecto. Segundo:
Una triste ilusión. Tercero: Amor».
El filme supuso un empujón definitivo
a la carrera de la actriz Naomi Watts,
convertida en una de las estrellas más
cotizadas del actual Hollywood a raíz de
su doble papel en Mulholland Drive. Es
un largometraje del año 2006 del director
estadounidense David Lynch. La película
se abre con un estallido de luz en la
oscuridad, al parecer de un proyector
cinematográfico.
La luz ilumina las palabras "INLAND
EMPIRE" en la pantalla. Entonces se pasa
a una grabación de un gramófono que
reproduce una voz que presenta AXXoN
N., "el programa de radio más largo de la
historia, continuando en la región báltica,
un gris día invernal en un viejo hotel..."
(Axxon N. es el nombre de un proyecto
de 9 episodios de una serie de drama y
misterio que Lynch planeaba emitir por
internet en 2002). Una prostituta y su
cliente conversan en un vestíbulo y en un
cuarto del hotel en Polonia, pero no se
pueden ver sus caras.
Años después, en la misma habitación del hotel, una mujer que llora (Karolina Gruszka,
acreditada como una "La Chica Perdida") contempla una comedia en un televisor acerca de
tres conejos-humanos (la serie es de la película del propio Lynch Rabbits, que colgó en su
página web en 2002). El conejo macho se mete en una habitación exquisitamente decorada,
en donde se desvanece. Un hombre calvo (Jan Hencz) le dice a otro hombre (Krzysztof
Majchrzak, quien luego se sabrá que es "el Fantasma") que entiende que busque un "inicio".
El Fantasma se agita intensamente. "¡Bien! ¡Me alegro de que lo comprendas!". Lynch
explicó en una entrevista que nunca había filmado una película así, sin guión, que sólo
escribía escenas improvisadas, por lo que ni Laura Dern ni Justin Theroux sabían por
dónde iba la trama. La filmó en formato digital con cámara Sony DSR-PD150. Además, ha
declarado que no volverá a el formato cinematográfico, pasándose completamente al cine
digital.
Rubén Enzian: El Surrealismo nos lleva a ver más allá de la realidad. Tenemos que seguir
con este estilo tan importante que está encima de la realidad. EL SURREALISMO.
Recordar a Apollinaire, su obra Las Tetas de Tiresia y Breton que acuña la frase para la
inmortalidad, entre los integrantes de esta corriente grandes creadores Buñuel, Lorca, el
Genial Salvador Dalì, el único ser. Modigliani, entre otros.
Todos tenemos un genio surrealista dentro de nosotros, por eso cortémonos el ojo con una
navaja como en el inicio del cortometraje EL PERRO ANDALUZ para ver más allá
de nosotros mismos.
Por Mg. Rubén Enzian Rodríguez
Director Creativo de Azul Corporación
Catedrático de la Universidad San Ignacio de Loyola
www.azulcorporacion.com
Asistente de investigación:
Fabrizio Falcón
Carlos Holguín Montañez