El ecosistema de Dunas Costeras. Una aproximación desde la Gestión del Riesgo.

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Universidad del Salvador Facultad de Historia, Geografía y Turismo Seminario de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres 2010 – IX Ciclo El ecosistema de Dunas Costeras. Una aproximación desde la Gestión del Riesgo 2010 CURSANTE: Florencia De Cabo E-mail: [email protected] Profesor: Dr. Julio J. Bardi

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Universidad del Salvador

Facultad de Historia, Geografía y Turismo

Seminario de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres 2010 – IX Ciclo

El ecosistema de Dunas Costeras. Una aproximación desde la Gestión del Riesgo

2010

CURSANTE: Florencia De CaboE-mail: [email protected]

Profesor: Dr. Julio J. Bardi

Índice

1- Introducción ..............……………………………….……………………………..3

2- Hipótesis de investigación ……………………………………………………....5- Objetivo General- Objetivos Específicos

3- Alcances y limitaciones …………………………………………………………..6

4- Antecedentes …………………………………………………………………….....7

5- Bases conceptuales ……………………………………………………………….8

6- Análisis y desarrollo ……………………………………………………………...12

● El ecosistema de Dunas Costeras. Una aproximación desde la Gestión del Riesgo

a) Análisis de la problemática ……………………………………………….12- Características generales de los ecosistemas de Dunas Costeras ……

i. Flora y fauna de las dunas y su valor de equilibrio ecosistémico

ii. Su valor hídrico- Servicios ambientales de las dunas ………………………………………..15

La defensa y protección de las costas contra el impacto de tormentas, huracanes y tsunamis

- Casos antecedentes ………………………………………………………….16◦ Desastres ocurridos, en los cuales la desprotección del ecosistema de dunas incrementó el daño. Ejemplos mundiales y locales◦ Casos exitosos de gestión costera

- Qué implica la desprotección del ecosistema de dunas ………………… 18i. El impacto humano

- Tendencias a futuro …………………………………………………………...20Cambio climático y aumento de fenómenos extremos. ¿En qué podría afectar a las ciudades costeras bonaerenses?

b) Alternativas de protección, gestión y recuperación de zonas costeras …………………………………………..21- Herramientas para su protección, gestión y recuperación - Otras consideraciones

7 - Conclusiones ………………………………………………………………………27

8- Recomendaciones …………………………………………………………………32

9 – Bibliografía …………………………………………………………………………36

10 – Anexos …………………………………………………………………………….38

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Introducción

La Argentina posee a lo largo de sus 4.655 km de costa atlántica, un paisaje de dunas y acantilados. En la Provincia de Buenos Aires existe un tramo peculiar de sólo 180 km. de extensión, cuyas extraordinarias características físicas, climáticas y panorámicas lo hacen único. Son playas de dunas formadas por la acción del viento.

La belleza natural de las playas y las zonas costeras las convierte en motivo de uno de los principales destinos turísticos. Las dunas no sólo forman parte fundamental del más importante producto turístico que ofrecen las poblaciones costeras de la Provincia de Buenos Aires, pero sin menospreciar en absoluto la importancia de la actividad turística debida en gran parte a ellas1, vale en este trabajo una consideración de más amplio espectro para dicho ambiente.

Desde hace milenios se ha considerado un lugar idóneo para el establecimiento de poblados y ciudades. En la actualidad, alrededor del 40% de la población mundial vive a menos de 100km de la costa y el 80% de las principales ciudades (con más de 10 millones de habitantes) son costeras. Y se espera que la población en las costas continúe creciendo a un ritmo acelerado.2

Pero la atracción que los humanos sentimos por las costas no va acompañada de un cabal conocimiento de las mismas.

En esta investigación se evidenciará, entre otras cosas, cómo el incremento de la urbanización sin una planificación integral, entre otros factores, ha eliminado el sistema dunícola en gran parte de estas playas en la Provincia de Buenos Aires, las cuales como consecuencia se han estrechado y siguen en retroceso, gracias a un proceso de erosión generado por la mano del hombre. Es así que son pocos los últimos vestigios de médanos vivos que aún quedan en pie. Sin embargo, todavía es posible pensar tanto en una mejor conservación de aquéllos, como en una recuperación de la costa dunícola perdida, recobrando de esta manera todos sus beneficios.

Desde un punto de vista socio-ambiental, el sistema de dunas costeras no sólo es un ecosistema particular constituido por especies de fauna y flora endémica -es decir que existen sólo aquí, en este tipo de ambiente- que han captado la atención de la comunidad científica internacional. Las dunas tienen un valor hídrico y de vida fundamental para las comunidades que se asientan en sus adyacencias, las cuales se proveen mayoritariamente de los acuíferos que subyacen a ellas. Asimismo, las dunas actúan como barreras protectoras frente a la embestida de eventos climáticos tales como tormentas, huracanes y tsunamis. Y es precisamente aquí donde empieza a tornarse un factor a considerar dentro de la Gestión del Riesgo.

1 Cabe señalar que la actividad turística generó en el año 2009 un nada despreciable 7,25% del PBI de todo el país, que equivale a 22.505 millones de dólares. Fuente: ELEVE, Periodismo de lunes a viernes hecho por contadores, basado en normas vigentes. Enlace: http://www.ele-ve.com.ar/El-record-turistico-aporta-un-7-7-por-ciento-al-PBI-argentino.html2 MARTINEZ, María Luisa. “Dunas Costeras”. Artículo publicado en la Revista ‘Investigación y Ciencia’. Agosto, 2008. Enlace: http://www.investigacionyciencia.es/Archivos/08-08_Martinez.pdf

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Si bien es cierto que hoy en día la Argentina, por sus características de localización a escala planetaria, no está expuesta a fenómenos climáticos como tsunamis y huracanes, las tormentas -especialmente aquellas denominadas ‘sudestadas’3 por los pobladores bonaerenses-, suelen ser recurrentes y ejercen un singular impacto en el paisaje y la infraestructura que se asienta sobre las costas y en sus cercanías. Por lo cual, la valorización de los sistemas de dunas costeras pasa a ser una necesidad que urge frente a la situación actual y, aún más, frente a un futuro inmediato de cambio climático, del que ya se evidencian algunas de sus consecuencias tales como un incremento de la incidencia de tormentas de gran intensidad, y que promete la probable aparición de otro tipo de eventos climáticos extremos, desconocidos hasta hoy en estas latitudes.4

3 Sudestada (f. Arg. y Ur.): Viento fuerte que desde el sudeste impulsa el Río de la Plata –en este caso, el mar- sobre la costa. Suele acompañarlo un temporal de lluvias. Fuente: REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Enlace: http://www.rae.es 4 Fuente: Artículo ‘Cambio Climático y Costas’. 04 de Abril de 2008. PROCOSTAS, Foro Interdisciplinario Promotor de Gestión Integrada del Litoral Bonaerense. Enlace: http://www.procostas.org/cms/index.php?option=com_content&view=article&id=51&Itemid=62

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Hipótesis de investigación

- Objetivo general

◦ Lograr una aproximación general al tema de los ecosistemas de Dunas Costeras, con un enfoque desde la Gestión del Riesgo.

- Objetivos específicos

◦ Sistematizar la información existente sobre el tema y analizarlo desde la óptica de la Gestión del Riesgo y Reducción de Desastres.

◦ Direccionar la investigación al caso concreto del ecosistema de Dunas Costeras en la Provincia de Buenos Aires, haciendo hincapié en la situación de la localidad de Villa Gesell, como caso paradigmático de lo que sucede en el resto de las localidades costeras bonaerenses argentinas.

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Alcances y limitaciones

Si bien esta investigación intentará concentrarse en el referido tópico tomando a la ciudad de Villa Gesell como caso paradigmático de la costa bonaerense, se realizó una aproximación general a la temática, no sólo como marco teórico para el presente trabajo, sino también con el fin de que facilite la extrapolación de los conocimientos, conclusiones y recomendaciones esbozados aquí, a todas aquellas regiones o localidades que se identifiquen con el diagnóstico de situación presentado, padeciendo en su propia jurisdicción problemas relacionados a una deficiente gestión costera. Pues es bien sabido que esta situación es compartida por gran parte de las ciudades costeras de nuestro país y del mundo.

El tiempo resulta una limitante para profundizar sobre determinadas cuestiones relativas al tópico en cuestión. Sin embargo, se intentó profundizar los sub-temas que más se relacionan y enriquecen la Gestión del Riesgo.

Por su parte, merece aclararse que existe información disponible sobre el tema, pero que se basa casi exclusivamente en un enfoque ambiental. Por ello, implicó arduos esfuerzos darle un cariz lo mas multidisciplinario posible. Asimismo, se consiguió un documento guía sobre la temática, que si bien es de manufactura extranjera, se aproxima a analizar el tema en general con un enfoque desde la Gestión de Riesgos.

En otro sentido, en lo que respecta a la información local sobre el tema, ésta se encuentra muy segmentada, poco sistematizada e incompleta acerca de muchos datos. Se carece de estudios locales sobre la problemática, y menos aún desde el enfoque de la Gestión del Riesgo, por lo que se recurrió principalmente a fuentes periodísticas, ONG’s locales y testimonios fotográficos. Todo esto se encuentra citado en las secciones Bibliografía y Anexos del presente trabajo.

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Antecedentes

Si bien existen variadas publicaciones sobre los impactos negativos de la actividad humana sobre este particular ecosistema, no se encontró más que un sólo registro que enfoque esta problemática desde la óptica de la Gestión del Riesgo y Reducción de Desastres, que es el de la profesora María Luisa Martínez, del Instituto de Ecología de Xalapa, México, denominado “Dunas Costeras”.

Los estudios, investigaciones, artículos y otras publicaciones utilizadas para la confección de este trabajo se encuentran debidamente citados. Y analizados éstos a la luz de las publicaciones de alto nivel sobre Gestión del Riesgo que provee el PREDECAN5, se intentó una aproximación a la temática desde ésta óptica.

5 PREDECAN: Proyecto CAN – UE Apoyo a la Prevención de Desastres en la Comunidad Andina de Naciones. Enlace: http://www.comunidadandina.org/predecan/

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Bases conceptuales.

● Conceptos alrededor de la Gestión del Riesgo y la construcción social del riesgo6

Al hacer referencia específica a la problemática de los desastres, aquellas circunstancias o condiciones sociales en que la sociedad haya sido afectada de forma importante por el impacto de eventos físicos de diverso origen, tales como terremotos, huracanes, inundaciones o explosiones, con consecuencias en términos de la interrupción de su cotidianeidad y sus niveles de operatividad normal, estamos frente a una noción o concepto de riesgo particularizado, lo que podemos llamar “riesgo de desastre” o “riesgo que anuncia desastre futuro”.

El riesgo es una condición latente que, al no ser modificada o mitigada a través de la intervención humana o por medio de un cambio en las condiciones del entorno físico-ambiental, anuncia un determinado nivel de impacto social y económico hacia el futuro, cuando un evento físico detona o actualiza el riesgo existente. Este riesgo se expresa y se concreta con la existencia de población humana, producción e infraestructura expuesta al posible impacto de los diversos tipos de eventos físicos posibles, y que además se encuentra en condiciones de “vulnerabilidad”, es decir, en una condición que predispone a la sociedad y sus medios de vida a sufrir daños y pérdidas.

El riesgo de desastre es entonces un proceso social caracterizado por la coincidencia, en un mismo tiempo y territorio, de eventos físicos potencialmente peligrosos, y elementos socioeconómicos expuestos ante éstos en condición de vulnerabilidad.

El nivel del riesgo, a su vez, estará condicionado por la intensidad o magnitud posible de los eventos físicos, y el grado o nivel de la exposición y de la vulnerabilidad.

Los eventos físicos y la vulnerabilidad son entonces los llamados factores del riesgo, sin los cuales el riesgo de desastre no puede existir. A la vez, es necesario reconocer que no todo nivel de riesgo de daños y pérdidas puede considerarse riesgo de desastre. Habrá niveles y tipos de riesgo que sencillamente no anuncian pérdidas y daños suficientes para que la sociedad entre en una condición que sea denominada “desastre”.

6 Información adaptada de las siguientes publicaciones del PREDECAN, Proyecto CAN – UE Apoyo a la Prevención de Desastres en la Comunidad Andina de Naciones.

◦ Incorporando la Gestión del Riesgo de Desastres en la Planificación y Gestión Territorial. Guía Técnica para la Interpretación y Análisis de Amenazas y Riesgos. 1ª Edición; Lima, Perú; 2009. Enlace: http://www.comunidadandina.org/predecan/doc/libros/GUIA+OT+web.pdf

◦ Incorporando la Gestión del Riesgo de Desastres en la Planificación del Desarrollo. Lineamientos Generales para la Formulación de Planes a Nivel Local. 1ª Edición; Lima, Perú; 2009. Enlace: http://www.comunidadandina.org/predecan/doc/libros/LIN+PLAN+DES+web.pdf

◦ La Gestión del Riesgo de Desastres. Un enfoque basado en procesos. 1ª Edición; Lima, Perú; 2009. Enlace: http://www.comunidadandina.org/predecan/doc/libros/PROCESOS_ok.pdf

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La noción de desastre exige niveles de daños y pérdidas que interrumpen de manera significativa el funcionamiento normal de la sociedad, que afectan su cotidianeidad. Así, puede haber riesgo sin que haya desastre, sino más bien niveles de daños y pérdidas manejables, no críticas.

La Gestión del Riesgo de Desastres, definida en forma genérica, se refiere a un proceso social cuyo fin último es la previsión, la reducción y el control permanente de los factores de riesgo de desastre en la sociedad, en consonancia con, e integrada al logro de pautas de desarrollo humano, económico, ambiental y territorial, sostenibles. La clave de la Gestión del Riesgo consistirá en minimizar las pérdidas y daños asociados con la ocurrencia de estos fenómenos a niveles aceptables o manejables, al tiempo que se maximizan las ganancias en términos de productividad y bienestar a través del uso racional y sostenible de los recursos.

Alienta esta investigación la consideración básica de que el riesgo de desastres se construye socialmente, a través de un proceso embebido en la dinámica del desarrollo y sobre el cual se fundamenta el concepto y la práctica de la gestión del riesgo de desastres; contribuyendo con ello a la construcción de territorios más seguros y sociedades menos vulnerables.

En el contexto de esta temática el concepto de seguridad no se refiere a una categoría o condición absoluta de ausencia de riesgo, sino más bien a una noción relativa de seguridad dentro de márgenes socialmente aceptables. Puede expresarse, por ejemplo, como una condición en el territorio en la que se han controlado los factores de riesgo (amenazas y vulnerabilidades) hasta reducir el riesgo a dichos márgenes. Toda la superficie del planeta es moldeada permanentemente por diferentes fenómenos naturales, algunos de ellos intensificados por las actividades antrópicas, de tal manera que es irreal simplificar el concepto de seguridad a territorios sin amenazas para sus habitantes. La reducción de la vulnerabilidad del ser humano y sus medios de vida frente a estas amenazas es, entonces, la clave para intervenir a través de la planificación territorial.

Por supuesto, el riesgo socialmente aceptable no tiene una sola forma de manifestación explícita, ni se refiere necesariamente a un ente objetivo, sino se trata más bien de un acuerdo social, explícito o implícito, que generalmente resulta de la concertación social, política y económica entre los gobiernos y los actores privados y comunitarios frente a las condiciones de riesgo presentes en el territorio.

Básicamente, la noción de la construcción social del riesgo, que es la base conceptual que le da cohesión a esta investigación, se fundamenta en la idea de que el ambiente presenta una serie de posibles eventos físicos que pueden ser generados por la dinámica de la naturaleza, pero su transformación en amenazas reales para la población está intermediada por la acción humana. Es decir, una amenaza no es el evento físico en sí, sino el peligro asociado con ella, el nivel del cual es determinado, entre otras razones, por factores no naturales o físicos, tales como los grados de exposición o vulnerabilidad de la sociedad.

La “vulnerabilidad” de los seres humanos, sus medios de vida e infraestructura frente a los eventos físicos peligrosos, se refiere a una condición

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que se verifica cuando procesos sociales hacen que un elemento de la estructura social sea propenso a sufrir daños y pérdidas al ser impactado por un evento físico peligroso particular.

Es importante aclarar que un evento físico particular o una combinación de estos sólo pueden convertirse en un factor de riesgo si existen condiciones de vulnerabilidad en los elementos socioeconómicos potencialmente afectables. En caso contrario el evento físico quedará sin connotación de factor de riesgo.

Del concepto general de la construcción social de riesgo, pasamos a considerar que el riesgo se puede generar y construir, producto de prácticas individuales o colectivas de uso y transformación del territorio y sus recursos.

Al tratar de aquellos eventos clasificados como “naturales”, o sea aquellos que forman parte de la dinámica natural y cambiante de este planeta y su atmósfera, y sobre los cuales las sociedades humanas no pueden incidir en su ocurrencia o magnitud (por ejemplo los sismos o las tormentas), su calificación como amenaza y su grado de peligrosidad está determinada por la exposición de elementos socioeconómicos en condiciones de vulnerabilidad dentro de su área de afectación o incidencia.

Hoy en día es dramáticamente alto y creciente el número de personas, medios de vida e infraestructura, que se encuentra expuesta a los posibles impactos de eventos físicos naturales potencialmente peligrosos.

Aun cuando la exposición a eventos físicos extremos no necesariamente significa amenaza y riesgo, ya que esto depende además de los niveles de vulnerabilidad existentes, sin lugar a dudas es el primer paso necesario en la construcción social del riesgo. Sin exposición no hay posibilidad de amenaza o riesgo. A la vez reconocemos que es casi imposible ubicarse en un lugar completamente seguro frente a eventos potencialmente peligrosos, en particular aquellos considerados como “extremos”, que se caracterizan, a veces, por tener un área de afectación de gran escala.

La naturaleza del planeta y su dinámica que por un lado permite que exista la vida, por el otro garantiza que todo lugar esté sujeto en algún momento de sufrir algún evento físico potencialmente peligroso. La clave de la gestión del riesgo, frente a las amenazas naturales, consiste en acompañar la decisión de localización de población y modos de vida con decisiones sobre los niveles de seguridad de los edificios y la infraestructura instalada, las opciones de reducir la vulnerabilidad, el diseño de planes de emergencia para enfrentar los momentos de estrés, etc.

En relación a las llamadas amenazas socio-naturales y antropogénicas, la naturaleza solamente juega un papel de soporte o trasfondo, de insumo no definitorio. En su concreción como eventos con características de “amenaza” siempre intervienen de forma crítica acciones (u omisiones) humanas, base de la construcción social del riesgo. A diferencia de las amenazas naturales, este tipo de amenaza tiene una doble forma de participación humana en su concreción: por un lado, con referencia a la concreción misma del evento como tal (que es causado en mayor o menor medida por acción humana), y, por otro lado, con referencia a la exposición de la población y sus modos de vida en condiciones de vulnerabilidad frente a estos fenómenos (de igual forma que en el caso de las amenazas naturales).

Con los elementos tecnológicos tales como incendios, explosiones, derrames de sustancias tóxicas, desperdicios nucleares etc., no es necesario

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profundizar demasiado, dado lo obvio de las formas o mecanismos sociales de creación de la amenaza.

Así, la creación de amenazas socio-naturales incluye numerosas experiencias que dan cuenta de distintas formas de relación sociedad-naturaleza. Encontramos, por ejemplo, que el corte de manglares en las costas en Asia conduce a un debilitamiento de los niveles de protección ofrecida por los ecosistemas naturales y un mayor impacto de huracanes y tsunamis, como en el caso del evento de Indonesia en 2004.

Es imprescindible establecer que al ser el riesgo una construcción social, proceso fundamentado en, pero no determinado por las condiciones físicas existentes, la sociedad, de igual manera que ha contribuido a la construcción de condiciones de riesgo, está en posición de intervenir estas condiciones para garantizar su reducción o previsión.

Así, aunque no se puede evitar los eventos naturales (a diferencia de los socio-naturales y antropogénicos), ni influir en mayor medida en su recurrencia, intensidad, magnitud etc., sí se puede intervenir para garantizar que el grado de peligrosidad o amenaza asociados con ellos se reduzca y hasta se elimine, en algunos casos.

En la medida en que el riesgo ya existe, como condición latente, anunciando y anticipando un futuro desastre, la intervención sería de tipo correctivo o mitigadora (o sea, reduciendo el riesgo ya existente), sujeto de acciones que tipifican lo que se ha dado en llamar “gestión correctiva del riesgo”, incluyendo los preparativos para desastre.

En la medida en que el riesgo no ha sido plasmado, desarrollado, asentado en el territorio aún, estamos en posición de anticiparlo y tomar acciones que buscan garantizar que nuestros nuevos procesos de desarrollo, proyectos, acciones no construyen nuevos factores de riesgo. En este caso, estamos frente a lo que se ha dado en llamar “gestión prospectiva del riesgo”.

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El ecosistema de Dunas Costeras. Una aproximación desde la Gestión del Riesgo

a) Análisis de la problemática

● Características generales de los ecosistemas de Dunas Costeras7

Las dunas son formas constituidas por arena depositada por el viento, que se convierten en sistemas naturales muy singulares de las costas arenosas. Es decir que son montículos de arena que presentan una altura variable, desde menos de un metro hasta centenares de metros.

Se encuentran detrás de la zona de playa, donde llegan las mareas más altas, desarrollándose en cualquier costa arenosa: a la orilla de ríos, lagos o del mar. Las más abundantes son las marinas, pues hay mas costas colindando con el mar que con cualquier otra masa de agua.

La formación de una duna requiere la coincidencia de tres “ingredientes”: sedimentos de tamaño adecuado, viento intenso y obstáculos (plantas, rocas, troncos, etc.). Cuando el viento alcanza determinada velocidad levanta los granos de arena que, al chocar contra un obstáculo, caen formando un montículo. Las dunas, una vez formadas, empiezan una migración en la dirección de los vientos dominantes.

Las dunas costeras se hallan en todas las zonas climáticas: desde los polos hasta el ecuador. Encontramos sistemas de dunas a lo largo de las costas de los Grandes Lagos (América del Norte), el Golfo de México y América Central, Europa, Australia, Sri Lanka, Sudáfrica, Brasil y, por supuesto, Argentina.

Se clasifican las dunas en función de su estabilidad. Así encontramos dunas “móviles”, que carecen de vegetación y adquieren gran movilidad; “semimóviles”, parcialmente cubiertas de vegetación y en las que merma su movilidad; y “fijas” o “estabilizadas”, en las cuales su arena permanece inmóvil al estar totalmente recubiertas de vegetación. Los sistemas de dunas suelen estar compuestos por un mosaico complejo de dunas móviles, semimóviles y estabilizadas.

Las dunas presentan una amplia diversidad de formas (las hay frontales, hondonadas, parabólicas, transgresivas). En las hondonadas, producto de procesos erosivos naturales, suele aflorar el agua del subsuelo formando lagunas interdunales cuya permanencia varía según el régimen local de lluvias.

I. Flora y fauna de las dunas y su valor de equilibrio ecosistémico

En las dunas medran hongos, plantas y animales. Los menos abundantes son los hongos. Sin embargo, se han constatado 100 especies de hongos endémicas de las dunas.

También las algas crecen en las hondonadas, donde el agua del subsuelo se halla cercana a la superficie y la inundación es permanente o estacional.

7 Información adaptada de: MARTINEZ, María Luisa. Texto oportunamente citado.

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Los musgos y los líquenes también abundan en las dunas de zonas con inviernos fríos y húmedos, como las regiones polares, América del Norte y Europa. Crecen sobre troncos de árboles, piedras y sobre la misma arena.

Los pocos helechos que se conocen se hallan en zonas estabilizadas y húmedas (donde hay matorrales y bosques costeros), como en Nueva Zelanda.

Las plantas con semillas, por su lado, conforman un grupo variado. Algunas regiones con dunas albergan múltiples especies. Arbustos (como el barrón), pastos, hierbas y árboles (pinos, hayas, encinas) abundan en regiones con veranos templados (máximas de 25ºC) e inviernos fríos. Donde se desarrollan pinares y encinares sobre las dunas. Mientras que en los trópicos se desarrollan selvas tropicales.

A escala mundial, las dunas costeras presentan un número elevado de endemismos. Un ejemplo es Australia, donde el 40% de sus especies son endémicas de las dunas.

Remitiéndonos a nuestro país, tenemos el ejemplo de una especie en peligro de extinción que habita la costa atlántica y es endémica de la provincia de Buenos Aires, la Lagartija de los médanos (Liolaemus multimaculatus). Su coloración la ayuda a confundirse con los terrenos por los que se mueve. Su habilidad para enterrarse, su reducido tamaño - apenas 8 cm, incluyendo la cola - y la forma en que se desplaza sobre las arenas calientes deja ver, a los científicos, su relación evolutiva con los médanos costeros.8

Pero debemos decir que en cuanto a la fauna a nivel general, los insectos son los invertebrados más abundantes. Predominan abejas y avispas, escarabajos y moscas. También destacan las hormigas, los caracoles, las arañas y las garrapatas.

Mientras que sapos, ranas y garzas medran en las zonas bajas y húmedas de las dunas. Aves de presa, serpientes y lagartijas son también allí comunes.

Los mamíferos más prominentes son los ratones, conejos, zorros, venados, etc.

En ocasiones, los animales de tierra adentro se desplazan, aunque sólo sea de forma temporal, hacia las dunas costeras en busca de alimento o bien en su camino hacia otros ambientes de mejor oferta nutricia.

Cabe destacar un punto importante que es el que las distintas especies de flora y fauna de las dunas se enfrentan a condiciones ambientales que limitan su supervivencia. Entre esos factores limitantes destacan la salinidad del suelo y el aire, la intensidad del viento, el movimiento de la arena, la sequía, la inundación de las partes bajas, la escasez de nutrientes y el amplio intervalo térmico.

Es por ello que estas especies han adquirido un repertorio de adaptaciones que facilitan su supervivencia y reproducción en este medio. La comunidad científica se ha interesado, en particular, por la tolerancia de las plantas al encubrimiento con arena. Se trata de una característica exclusiva de la vegetación de las dunas el sobrevivir a un sustrato móvil, quedar muchas veces totalmente cubiertas por arena y aún así emerger y sobrevivir.

8 Información extraída de la sección ‘Liolaemus multimaculatus’ de la página web de la ONG Red Ambiental Querandí – Enlace: http://www.redquerandi.com.ar/Reserva%20Faro%20Querandi.html#Lagartija

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Sin embargo, muchas de estas adaptaciones de la flora y fauna a la vida en los sistemas dunares quedan a la espera de ser investigadas en profundidad por la comunidad científica.

iii. Su valor hídrico

El acuífero freático de agua dulce -principal recurso hídrico de los Partidos bonaerenses- disminuye su espesor de este a oeste, limitando al este con el agua salada del mar y al oeste con los esteros y bañados con agua salobre a pocos kilómetros de la costa.9

Según el SEGEMAR10, la importancia de los médanos costeros en este sentido se debe a que actúan como una barrera litoral impidiendo la invasión salina del mar. Este efecto de barrera hidrológica está fundado principalmente en las altas cargas hidráulicas, que se encuentran en los médanos, producto de la mayor infiltración. De esto resulta que los niveles de los acuíferos allí presentes evidencien cotas superiores a las que alcanzan en terrenos circundantes.

En palabras más simples de Daniel Arias11, esto significa que las costas medanosas bonaerenses tienen pequeños acuíferos de agua dulce, que se recargan constantemente con las lluvias, las cuales en general superan los 1.000 milímetros anuales. La recarga es fácil, porque la arena es muy permeable.

Bajo las arenas del balneario y la playa, este acuífero necesita bastante presión para no ser desplazado por otra masa de agua contenida en la arena y con la que generalmente se topa pero no se mezcla: la marina, que es salada. Si el acuífero costero pierde presión, empieza a ser desplazado y empujado tierra adentro por el frente de agua marina. Y entonces las canillas de la ciudad, alimentadas por pozos municipales, de pronto empiezan a dar agua salada. Entonces, este reconocido periodista científico, pregunta ‘¿Ud. conoce mejor modo de despresurizar un acuífero dulce que ponerle encima una tapa impermeable, de modo que la lluvia no se pueda infiltrar y recargarlo?’ Lo lograron plenamente en sitios como San Clemente del Tuyú, ciudad tan de cemento y asfalto que ahora debe traer el agua potable desde tierra adentro, por cañería y a través de muchos kilómetros de distancia.

Pero, como él también explica, el crecimiento urbano desmedido tiene más modos de estropear los acuíferos costeros, esto es a través de los pozos ciegos. Los intendentes suelen ser muy rápidos para permitir construcción en altura y de alta densidad, pero demasiado lentos en poner en funcionamiento redes cloacales y conectarlas a plantas de tratamiento de efluentes líquidos. El resultado es que incluso en sitios que vienen escapándole a la 9 Las alturas de los médanos decrecen hacia el interior desapareciendo las dunas en una llanura plano-cóncava de lagunas temporarias y bañados adosados lateralmente que no desembocan en el mar.10 SEGEMAR – Servicio Geológico Minero de Argentina, dependiente de la Secretaría de Minería de la Nación. Enlace: http://www.segemar.gov.ar/P_Oferta_Regiones/Regiones/Centro/Recursos%20H%C3%ADdricos/RECURSOS%20HIDRICOS.htm11 Daniel Arias es periodista científico desde 1985 y como tal ganó el premio Konex (2007). Trabajó en Clarín, La Nación, el BA Herald, La Razón, Perfil, Crítica y otros diarios. Su carrera está dedicada a apoyar y defender la ciencia, la tecnología, la industria, la salud y el medio ambiente de Argentina. Enlace: http://blogs.clarin.com/ciencia/tag/contaminacion-de-acuiferos-costeros/

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impermeabilización inmobiliaria, como Cariló, el agua de pozo –la que sale por las canillas- tiene un alto contenido bacteriológico, al igual que el agua ‘potable’ de la red de Costa del Este. Allí, por ejemplo, se vive de agua envasada.

● Servicios ambientales de las dunasLa defensa y protección de las costas contra el impacto de tormentas, huracanes y tsunamis

La definición general de ‘servicios ambientales’12 se refiere a los beneficios que el mundo natural suministra a las personas. Estos beneficios son numerosos e incluyen servicios que mejoran, entre otras cosas, la calidad de la tierra, el agua y el aire.

A diferencia de los bienes ambientales que son utilizados como insumos en los procesos productivos, en cuyo proceso se transforman y se agotan, los servicios ambientales no se transforman ni se gastan en el proceso de utilización o beneficio por parte del consumidor.

Ejemplos de servicios ambientales de los ecosistemas podrían ser de: paisaje o belleza escénica, regulación hídrica, regulación del clima, retención de sedimentos y control de la erosión, formación de suelos, producción de biodiversidad, entre otros.

Con respecto al sistema de dunas costeras, éstas cumplen una serie de funciones tales como proteger y regular el medio ambiente, otorgar un sustrato para el hábitat de distintas especies vegetales y animales, además de guardar tesoros arqueológicos y tener gran importancia turística.

Es decir que además del rendimiento económico, las dunas ofrecen importantes ‘servicios ambientales’ que repercuten de forma indirecta en la economía. Entre tales servicios y a propósito de esta investigación, destacaremos en especial a uno de ellos: la defensa y protección de costas contra el impacto de tormentas, huracanes y tsunamis.

Las dunas generan frente a estos eventos físicos un proceso natural de protección. Así, cuando estos fenómenos naturales se aproximan a la costa, la arena de las playas y las dunas se mueve: se acumula en unos sitios y se erosiona en otros. De ese modo, se amortigua el impacto de la perturbación.

Los asentamientos humanos que carecen de semejante protección, están inevitablemente condenados a sufrir grandes estragos.

12 Información extraída de: MARTINEZ DE ANGUITA, Pablo. Pagos por Servicios Ambientales. En la página web de la Secretaría de Ambiente de la Nación. Enlace: http:// www.ambiente.gov.ar

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● Casos antecedentes

○ Desastres ocurridos, en los cuales la desprotección del ecosistema de dunas incrementó el daño. Ejemplos mundiales y locales.

Existen numerosos y lamentables efectos de la importancia económica que entraña la conservación de las costas, algunos a nivel internacional13:

- El huracán Gilberto, uno de los más intensos de la historia, golpeó la Península de Yucatán en septiembre de 1988.

En algunas zonas el impacto fue más devastador que en otras. En lugares con dunas y vegetación original (bosque tropical) en buen estado de conservación, la fuerte marejada con olas de 8 mts. de altura, apenas dejó rastros. Las dunas cambiaron su forma y la vegetación rebajó la fuerza de las olas.

En cambio, en las zonas con asentamientos urbanos y turísticos, sin dunas ni bosque, las olas quedaron encajonadas entre las paredes de hormigón de los edificios, lo que incrementó su fuerza. El resultado fue devastador: la fuerza erosiva de la marejada aumentó y destruyó casas, calles y hoteles. Los daños económicos fueron cuantiosos; 200 mil personas perdieron su vivienda.

- El tsunami que azotó las costas del sudeste asiático en diciembre de 2004 alcanzó cotas más dramáticas.

En estudios realizados después de la catástrofe sobre las costas de Sri Lanka -uno de los países más afectados-, se comprobó, una vez más, que las infraestructuras humanas incrementaron el impacto del maremoto.

En las playas con dunas y vegetación en buen estado de conservación, la arena y las plantas detuvieron y amortiguaron la ola del tsunami. En localidades adyacentes donde las dunas se habían aplanado para “mejorar las vistas al mar”, la ola gigantesca arrasó todas las construcciones y causó la muerte de miles de personas, además de enormes pérdidas económicas y materiales.

Y otros casos a nivel local:

- La intensa sudestada de junio de 2003 en la localidad de Villa Gesell14.Este es un ejemplo de las recurrentes sudestadas que azotan a

las localidades de la costa bonaerense argentina.En esta oportunidad, el mar erosionó las playas del sur de Villa

Gesell dejando una escarpa de arena o escalón erosivo de dos metros de altura.

En el mes de diciembre, la escarpa iniciada en junio se había extendido hacia el norte, a las playas céntricas, en donde varias construcciones de balnearios acusaron daños edilicios por el embate del

13 Información extraída de: MARTINEZ, María Luisa. Texto oportunamente citado.14 Información extraída de la página web de la ONG Red Ambiental Querandí. Enlace: http://www.redquerandi.com.ar/Erosion%20y%20Manejo%20Costero.html

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mar (Ver anexo I - ‘Evidencia fotográfica’ -que si bien no acusa evidencia del año 2003, sí lo hace de los efectos de una sudestada similar en julio de 2009).

El oleaje derrumba definitivamente el balneario Bikini Ranch en junio del 2004. En agosto se suceden las convocatorias y marchas de ambientalistas, geólogos y vecinos autoconvocados por la playa15. En forma tardía se declara la emergencia, se comienzan a colocar enquinchados16 para la captación de arena, se clausura el tránsito vehicular sobre la Avenida Costanera, y se reubica la rambla.

En el 2006 el tema de la playa llega a la justicia a través de un recurso de amparo.

Cabe destacar la asiduidad de estos fenómenos en la localidad de Villa Gesell, como caso paradigmático de lo que sucede en el resto de las localidades costeras bonaerenses, con impactos no sólo sobre la infraestructura balnearia y de servicios costeros (casillas de guardavidas, cestos de residuos, etc.), sino también sobre la morfología de las mismas playas, que en un intento de la naturaleza de restaurar el orden perdido, busca generar el primer cordón dunícola arrasado, a través de la creación de una escarpa de arena o escalón erosivo.

Esta recurrencia se ve confirmada por el semanario geselino ‘El Fundador’, el cual publica datos de la última sudestada que trajera aparejados destrozos fechándola al día martes 14 de julio de 2010.17

Los casos planteados ofrecen, entonces, una muestra inequívoca del efecto de las construcciones en la playa y las dunas. Cuando se produce un evento físico como los mencionados, son esas construcciones y no la arena móvil, las que absorben los fuertes vientos y el oleaje de alta energía. En ese escenario, las pérdidas humanas y materiales son cuantiosas.

○ Casos exitosos de gestión costera:

- El ejemplo de los Países Bajos18

Debido al elevado riesgo de inundación al que se exponen los Países Bajos, la costa de este país ofrece uno de los mejores ejemplos de gestión integral de dunas costeras. 15 No se debe menospreciar el potencial que tiene esta problemática de generar conflictividad socio-ambiental. Como lo vemos reflejado actualmente en la conformación de la Asamblea Ciudadana de Villa Gesell En Defensa del Médano Costero (http://www.endefensadelmedano.com.ar) y las Asambleas Regionales que vienen llevándose a cabo, entre otras manifestaciones de la preocupación de las comunidades costeras bonaerenses en esta temática, que no hacen más que evidenciar una tendencia en continuo crecimiento.16 Enquinchado: método de restauración de la duna frontal que consiste en la instalación de paquetes de ramas con la función de interceptar la arena que transporta el viento. El método, que en sus inicios se aplicaba como una técnica experimental, ha demostrado ser efectivo en varios puntos de la costa bonaerense.Fuente: CRITERIO ONLINE. Enlace: http://www.criterioonline.com.ar/archivo/1405-evaluan-expropiar-viviendas-en-la-costa-atlantica.html17 Artículo “Sudestada”. Miércoles 14 de Julio de 2010 – SEMANARIO EL FUNDADOR. Enlace: http://www.elfun dadoronline.com/index.php? option=com_content&task=view&id=8552&Itemid=918 Información extraída de: MARTINEZ, María Luisa. Texto oportunamente citado.

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A lo largo de toda la línea de costa, se designan zonas dedicadas a la protección, a la recreación, a la extracción de agua y a la conservación y manutención de áreas naturales.

Cuando un sistema de dunas se destina a actividades recreativas (como el Parque Nacional de Kennemerduinen), importa sobremanera su zonificación. Se regula la actividad de los visitantes (hasta 25.000 por día) para reducir su impacto. Además de la playa, se cuenta con otros atractivos: lagos de poca profundidad, zonas de juegos, zonas de acampada y áreas de merienda. Sólo el 15% de las dunas se utiliza de forma intensiva; cuando se observan señales de deterioro, las actividades se reubican para que la zona afectada se recupere. Este sistema facilita así, las tareas de restauración. De ese modo, las dunas se conservan a la vez que los visitantes las disfrutan.

Estrategias similares de zonificación se han aplicado en otras regiones de Europa, EE.UU., Canadá, Nueva Zelanda y Sudáfrica.

● Qué implica la desprotección del ecosistema de dunas

i. El impacto humano 19

Las dunas costeras vienen utilizándose desde tiempos remotos para el desarrollo de la agricultura, minería, extracción de arena y complejos urbanos y turísticos. Todas esas actividades resultan en la eliminación total o parcial de las dunas costeras, de su flora y su fauna.

El cultivo de frutas y verduras suele llevarse a cabo en las hondonadas, de donde se suele extraer el agua del subsuelo para el riego de las plantaciones. Esto se da actualmente en Gaza, Túnez, Libia, Egipto, Turquía, es decir, en lugares con territorios mayoritariamente áridos que aprovechan los pocos acuíferos que les brinda la naturaleza.

Las actividades mineras implican la extracción de carbón mineral, cobre, hierro y cromo, como en Turquía, o de metales pesados (circón, ilmenita y rutilo) como en KwaZulu-Natal, en Sudáfrica.

El turismo constituye una de las principales actividades económicas que degradan los sistemas de dunas. En los albores del siglo XXI, el turismo costero se ha multiplicado por 10 –y hasta 20 – respecto a decenios anteriores.

La densidad de población que habita en las costas, mas los millones de turistas que visitan las playas cada año, han promovido la creación de urbanizaciones, centros comerciales, carreteras, aeropuertos y centrales eléctricas, además de la obligada extracción de arena para la construcción. El desarrollo urbano de las costas se ha incrementado de manera notable en los últimos decenios.

Para mejorar o abrir canales de navegación y de crear marinas, se dragan sedimentos del fondo. Al remover la arena y aumentar la profundidad del mar, se alteran los patrones de circulación del agua, se genera inestabilidad hídrica y aumentan la altura y la fuerza de las olas. Incrementa la erosión de las costas, con lo que se pierden largas extensiones de playa.20

19 Información adaptada de: MARTINEZ, María Luisa. Texto oportunamente citado. 20 En Hallsands, en el SE de Inglaterra, la extracción de arena alrededor de 1897 para ahondar los canales de navegación provocó la pérdida casi total de la playa, exponiéndose al pueblo al

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Por otro lado, algunos deportes han surgido gracias a la topografía que ofrecen las dunas costeras. Ese es el caso del golf, que se inventó en el siglo XV en St. Andrews y se practicaba en sus extensas hondonadas de dunas cubiertas de vegetación natural, que se mantenía corta gracias al pastoreo del ganado, constituyendo estupendos campos de golf cubiertos de césped, trampas de arena y agua. Aún hoy se construyen campos de golf sobre dunas.

Existen numerosas maneras de desproteger este ecosistema que de tantos beneficios puede proveernos.

En la Provincia de Buenos Aires cabe destacar que, además de los graves problemas anteriormente mencionados que suscita la eliminación de los cordones dunícolas y su reemplazo por edificaciones21, las dunas también resultan sensibles al efecto de los vehículos y los caminantes que circulan y pasean por las mismas. Si bien resultan paseos atractivos, producen un fuerte impacto ambiental: compactan la arena y destruyen las plantas.

La vegetación puede llegar a perderse por completo, dejando la arena expuesta a la acción del viento, con la consiguiente erosión. Los vehículos ejercen un impacto mayor, ya que destruyen la vegetación y aumentan la compactación.

Para prevenir ese daño, se deberían construir veredas o pasillos de madera que faciliten el acceso a la playa y adoptar una fuerte política de restricción al paso de vehículos por la arena, además de tener en consideración la capacidad de carga que soportan las playas y dunas, para que sus visitantes no contribuyan a su degradación, sino más bien a su conservación.

impacto directo de altas mareas y vientos del este. Posteriormente a que fuertes tormentas provocaron la destrucción de varios edificios, se dio protección al pueblo construyendo una escollera, pero una nueva tormenta aún mas fuerte que las anteriores, provocó devastación y el desplome económico de la población, con el consecuente abandono del pueblo. Fuente: ABANDONED COMMUNITIES.Enlace: http://www.abandonedcommunities.co.uk/hallsands.html21 Acá merece la pena subrayar el actual conflicto político-social-ambiental que se está suscitando alrededor de un proyecto de 24 millones de dólares en la costa de Villa Gesell. Se trata de 4 complejos urbanísticos residenciales sobre la línea de costa cuya construcción demanda la remoción de 400 metros del cordón frontal de médanos costeros. Fuente: Artículo ‘Mas allá de la pulseada por un médano’. 15 de Junio de 2010. PROCOSTAS. Foro Interdisciplinario Promotor de Gestión Integrada del Litoral Bonaerense. Enlace: http://www.procostas.org/cms/index.php?option=com_content&view=article&id=127:mas-alla-de-la-pulseada-por-un-medano&catid=1:latest-news&Itemid=66

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● Tendencias a futuro Cambio climático y aumento de fenómenos extremos. ¿En qué podría afectar a las ciudades costeras bonaerenses?22

Una de las manifestaciones del cambio climático global es el aumento del promedio de temperaturas de los océanos y mares, lo que, sumado al aporte del derretimiento acelerado de los hielos, produce entonces una disminución en el volumen del hielo marino y un aumento en el volumen específico de aquéllos.

Del análisis de los escenarios que proporcionan los modelos climáticos se desprende que el nivel del mar se podría incrementar entre 10 y 90 cm para el año 2100. Un aumento de esta magnitud implicaría que las zonas bajas costeras y otras áreas vulnerables sufran, entre otros problemas, inundaciones que afectarán los asentamientos humanos, los ecosistemas costeros (humedales, deltas y estuarios) y la infraestructura y las actividades productivas como la pesca, la agricultura y el turismo, entre otras, ubicadas en esas áreas.

Actualmente, muchas áreas costeras ya enfrentan procesos de erosión de sus playas y pérdidas de dunas, lo cual también produce un ingreso de agua salada a cursos de agua dulce que complica el suministro de agua potable, ya sea para consumo humano como para su uso en actividades económicas, como la agricultura. También existe el riesgo de salinización de acuíferos por la intrusión de agua de mar.

El aumento del nivel del mar tendrá otras consecuencias, como el incremento del impacto de los eventos climáticos extremos. El efecto del aumento esperado de la frecuencia e intensidad de inundaciones, tormentas, tornados y huracanes se verá agravado al desarrollarse sobre un nivel del mar más elevado.

Otro efecto no menos importante del aumento de la temperatura sería el cambio de la circulación de los océanos, lo que modificará la cantidad de nutrientes y de fito y zooplancton presentes, produciéndose así una alteración en la distribución de peces y otros animales marinos, como aves y mamíferos. Este cambio implicaría un efecto negativo sobre la pesca, que perjudicará a aquellas poblaciones humanas que dependen de esta actividad productiva.

Debe destacarse que si bien para la realización de este trabajo se utilizó prioritariamente el caso ejemplificador del Partido de Villa Gesell, como reflejo de lo que sucede en otros municipios de la provincia, éste depende fundamentalmente de la actividad turística. Sin embargo, una parte importante de la actividad económica de la Provincia de Buenos Aires que se asienta sobre áreas costeras, depende también de la pesca; por ello la necesidad de prever las consecuencias adversas sobre estas actividades.

22 Artículo ‘Cambio Climático y Costas’. 04 de Abril de 2008. PROCOSTAS. Foro Interdisciplinario Promotor de Gestión Integrada del Litoral Bonaerense. Enlace: http://www.procostas.org/cms/index.php?option=com_content&view=article&id=51&Itemid=62

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b) Alternativas de protección, gestión y recuperación de zonas costeras

Habiendo puesto en valor en esta investigación solamente algunos de los servicios ambientales y beneficios que nos brinda el ecosistema de dunas costeras, resta ahora pensar en las alternativas que existen para su conservación, su gestión y para la recuperación del frente de dunas que se ha perdido en algunas localidades y/o sectores de las mismas.

Decimos esto con la convicción de que los beneficios de conservar y gestionar sustentablemente los sistemas de dunas costeros superan con creces a los beneficios de eliminarlos con el fin de una mejor ‘vista al mar’ o para la construcción de balnearios o urbanizaciones, que luego sufrirán sin protección alguna los embates de la naturaleza.

Esto implica dejar de lado una manera cortoplacista de pensar y actuar y enfocarnos en una más integral y a largo plazo, tendiente, sí, a desarrollarnos socio-económicamente como comunidades, pero sin dejar de pensar en todas las necesidades de la comunidad y cuestiones que hacen a su calidad de vida, y sin dejar de ser justos con las comunidades venideras en el tiempo no comprometiendo sus posibilidades para atender sus propias necesidades futuras.

○ Herramientas para su protección, gestión y recuperación:

- Legales:

Siendo el ordenamiento jurídico el conjunto de reglas, principios o directrices a través de las cuales se regula la organización de la sociedad, creemos que ésta es la base a partir de la cual se debería comenzar a tratar el tema de la protección de las zonas costeras y a revertir su situación actual de gestión inadecuada que ocasiona su degradación.

El diagnóstico de situación desde el más alto nivel, el nacional, hasta el estrictamente provincial, nos colocaría frente a la realidad de que existe una normativa dispersa y en algunos casos de extrema generalidad en las diferentes ramas jurídicas. Esta normativa, muchas veces carente de un análisis interdisciplinario en lo que hace a lo legal, facilita las acciones desaprensivas. Podemos observar que existen numerosas normas dispersas por todo el ordenamiento jurídico, que confluyen en la protección de los ecosistemas costero-marinos.

Sin embargo, al hacerlo de manera deficiente e incompleta pierden eficacia. Quedando algunos ejes sin solución desde el derecho. Por otro lado la escasa interacción del derecho con las ciencias naturales, deviene en una falta de normativa que establezca los presupuestos mínimos específicos de resguardo del bien jurídico protegido, para cada escenario costero.

Esto nos hace concluir en la necesidad de elaborar los contenidos o presupuestos mínimos para un proyecto de Ley de Costas a nivel nacional, que sirva de documento-base para la acción legislativa y para la elaboración de

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políticas encaminadas a la protección costera desde una estrategia interdisciplinaria.23

Es la Nación la única que puede dictar los presupuestos mínimos de protección ambiental, los cuales conforman el umbral básico de protección ambiental que rige uniformemente en todo el territorio nacional como piso inderogable y que garantiza a todo habitante una protección ambiental mínima, más allá de la circunstancia geográfica o social en la cual se encuentre.24

Esta Ley de Costas debiera obligar al ordenamiento territorial y a la presentación de un Plan de Manejo Costero Integrado por parte de cada localidad costera.

El ordenamiento territorial permitiría discriminar, luego de los estudios y acuerdos correspondientes, zonas habilitadas para el desarrollo de actividades económicas sustentables y zonas exclusivas de conservación del ecosistema. En ambas zonas regiría el Plan de Manejo Costero Integrado, sin olvidar que éste debería respetar los presupuestos mínimos de la ley nacional y habría de acordarse de manera participativa con todos los actores sociales implicados.

Por otro lado, y en consonancia con la legislación nacional y provincial, le correspondería a las jurisdicciones locales el ordenamiento del acceso a la playa, el tratamiento de pluviales, la redacción de los códigos de construcción en zonas costeras, los planes de manejo específicos de la áreas protegidas, el ordenamiento y regulación de las actividades a humanas, el control de visitantes, la educación y concienciación de turistas y pobladores, etc.

De gestión:

Las prácticas de gestión de los ambientes costeros han variado con el transcurso del tiempo. Inicialmente se buscaba detener el movimiento de la arena. En la actualidad, se fomenta la conservación de la dinámica y variabilidad de esos ambientes (con zonas móviles, semimóviles y estabilizadas, cambiantes a lo largo del tiempo). Los programas de fijación se aplican sólo cuando resulta de vital importancia detener la arena en movimiento.25

Podemos considerar en primera instancia que la ‘Gestión Integral’ o ‘Manejo Costero Integrado’ de las zonas costeras, vendría a ser la herramienta de protección más idónea, ya que permite su conservación equilibrándola con el desarrollo económico sostenible y sustentable de las poblaciones costeras.

Utilizamos el concepto de ‘Gestión Integral’ debido a que las zonas costeras son complejas y se ven influidas por múltiples fuerzas y presiones interrelacionadas como son los sistemas hidrológicos, socioeconómicos, administrativos, institucionales y culturales. Todo intento de realización de una gestión sostenible conducirá al fracaso si no se consideran en forma

23 Información adaptada de la publicación ‘Problemática Legal en la Costa Bonaerense’. MANTECÓN, Cecilia Lucía y del RIÓ Julio Luis. Enlace: http://www.ara.mil.ar/archivos/Docs/93MANTECON.pdf24 Información extraída de la LEY NACIONAL 25.675 (o Ley General del Ambiente) del año 2002, y de la RESOLUCIÓN Nº 92/2004 sobre Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental, del COFEMA, Consejo Federal del Medio Ambiente. Enlaces: http://www2.medioambiente.gov.ar/mlegal/marco/ley25675.htm http://www.ambiente.gob.ar/?aplicacion=normativa&IdNorma=184&IdSeccion=3225

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simultánea todos los numerosos sistemas que actúan determinando su dinámica. La particular sensibilidad de estas áreas se agudiza más por el hecho de que cerca del 70 % de la población humana reside en áreas costeras.26

De esta manera, a través de una gestión integral se podrá lograr abordar y proteger este ecosistema desde varios enfoques, contemplando los usos múltiples que se le da o podría dar a este territorio.

Así, la ventaja de un enfoque integrado (que contempla los usos múltiples) sobre un enfoque tradicional (uso único) es que proporciona la estructura para una participación amplia y para la resolución de conflictos entre diversos intereses económicos y las necesidades de conservación de los recursos.27

Las metas del ‘Manejo Costero Integrado’ de una zona costera son:• Reducir la vulnerabilidad de las poblaciones de la zona costera frente a los riesgos de erosión, inundaciones, salinización de acuíferos, pérdidas materiales y humanas por tormentas severas, etc.• Mantener los procesos ecológicos esenciales y la conservación de la biodiversidad costero-marina.• Sostener los servicios ambientales provistos por los ecosistemas costero-marinos.• Resguardar la calidad de vida de las comunidades litorales, favoreciendo el desarrollo sustentable de las áreas marino-costeras.28

El ‘Manejo Costero Integrado’ implica, entonces, un proceso continuo y dinámico de participación y gestión que articula Estado y sociedad para regular el ordenamiento territorial y el uso de la costa, en pos de la calidad de vida de las comunidades actuales y futuras. Considera la armonización entre la conservación de los ecosistemas, los procesos ambientales y el desarrollo de la sociedad. Tal proceso debe desarrollarse mediante objetivos precisos, pautados en el tiempo e incluir planes de control y monitoreo. En tal sentido, dicho proceso debe constituir un compromiso político que exige políticas estratégicas sustentables con recursos suficientes y necesarios para su eficiente desarrollo.

Asimismo, para que un Gerenciamiento Costero Integrado pueda ser llevado con éxito a la práctica es necesario contar con:

• Una sólida información de base (datos y mediciones de procesos naturales, sociales y económicos) que pueda ser fuente de indicadores.• Establecer metas y delinear políticas basadas en procesos participativos.

26 Información extraída del artículo ‘¿Qué es la Costa?’. 01 de Abril de 2008. PROCOSTAS, Foro Interdisciplinario Promotor de Gestión Integrada del Litoral Bonaerense. Enlace: http://www.procostas.org/cms/index.php?option=com_content&view=article&id=47&Itemid=5927 Información extraída del artículo ‘Enfoque Integrado’. 04 de Abril de 2008. PROCOSTAS, Foro Interdisciplinario Promotor de Gestión Integrada del Litoral Bonaerense Enlace: http://www.procostas.org/cms/index.php?option=com_content&view=article&id=52&Itemid=6328 Si bien esta investigación se basa fundamentalmente en la parte continental de las costas, vale aclarar aquí que el gerenciamiento de ambos lados de una zona costera –continente y mar- se convierte en un complejo desafío teniendo en cuenta la característica pública del área oceánica y la característica generalmente mixta (pública/ privada) del área terrestre. A esto se suma la superposición en ambos lados de jurisdicciones y competencias de organismos de estado de nivel nacional, provincial y municipal.Información adaptada del artículo ‘Enfoque Integrado’, anteriormente citado.

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• Contar con medios (legales, institucionales, técnicos, financieros y humanos) para llevar adelante las metas y políticas establecidas. 29

○ Otras consideraciones:

El primer cordón dunícola

La conservación del primer cordón dunícola es prioritaria. No debería permitirse su eliminación bajo ningún pretexto debido a su importancia fundamental no sólo desde un enfoque ambiental sino también desde el punto de vista que su eliminación provoca un incremento en la vulnerabilidad de la población costera frente al riesgo de erosión, salinización de acuíferos, inundaciones y pérdidas materiales y humanas por tormentas severas, entre otros.

Asimismo convendría prohibirse la construcción sobre el primer cordón dunícola. Aquí, debería someterse a estudio y posterior debate participativo, si los balnearios de servicios al turista debieran construirse allí (dentro de la zona destinada al aprovechamiento turístico sustentable) o bien podrían desarrollarse inmediatamente después del médano, más tierra adentro.

Con la salvedad de acordar -si se considera realmente necesaria su construcción sobre el primer cordón costero en la zona destinada al aprovechamiento turístico sustentable- que se pudieran construir balnearios de servicios al turista, siempre que se limite su ubicación y cantidad a los indispensables para el desarrollo de la actividad y sujetos a la preservación del ecosistema. Para ello deberían cumplir con algún código de construcción pre-establecido que los obligue a desarrollar infraestructura que cause el mínimo impacto sobre el ambiente (como podría ser: infraestructura de madera y no de material, estar asentado sobre pilotes, etc.).

Frente a la degradación y/o eliminación del ecosistema de dunas: la restauración

Como primer paso en la restauración se debe realizar un diagnóstico. Para ello se debe establecer –estudios específicos y multiparamétricos mediante- el estado de degradación del ecosistema o capacidad de respuesta ante perturbaciones. Ello permite determinar el origen de la alteración, facilitar el establecimiento de prioridades de conservación y el diseño de medidas de gestión concretas.

El segundo paso es la restauración en sí, como puede ser la reconstrucción dunar mediante captadores pasivos biodegradables, como el sistema de enquinchados ya experimentado. Estas técnicas potenciarán o facilitarán la restauración del ecosistema, una vez eliminadas las fuentes de alteración. Es decir que para poder restaurar, en primer lugar hay que actuar a nivel socio-económico, eliminando las fuentes de alteración antrópicas de estos sistemas.

La ventaja de restaurar las dunas costeras es que, una vez eliminadas las alteraciones, estos ecosistemas marcadamente dinámicos poseen una gran capacidad para regenerarse, geomorfológica y biológicamente.30

29 Información extraída del artículo ‘Enfoque Integrado’, anteriormente citado.30 GALLEGO FERNÁNDEZ, Juan B. et. al. Capítulo VIII. Restauración de ecosistemas dunares costeros. Enlace: http://personal.us.es/galfer/publicaciones/restauracion%20dunas%20JB

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Actualmente, gran parte de las restauraciones se están realizando como respuesta a problemas puntuales de erosión y adecuación paisajística en zonas turísticas de playa, siendo la conservación de la naturaleza un subproducto de dichas actuaciones.

Si bien estos sistemas suelen ser medianamente eficientes en cuanto a recuperar la mayoría de los servicios ambientales que proveen las dunas, no sólo siempre tendrán un costo –por más económico que sea- que si se hubieran conservado esas dunas, si no que también son deficientes en cuanto a regenerar rápidamente las condiciones biológicas perdidas cuando se eliminó la duna natural.

Es por ello que estamos convencidos que será siempre más beneficioso desde todos los enfoques (ambiental, socio-económico, etc.) conservar y desarrollar sustentablemente que restaurar y recuperar.

A continuación se describen las estrategias de manejo que deberían llevarse a cabo para cada sector de riesgo definido, extraído del capítulo “Riesgo de erosión” del trabajo de investigación ‘Erosión y Manejo Costero de Villa Gesell’31:

Riesgo de erosión extremo y muy alto:- Reconstruir la duna costera- Reconstruir la playa posterior.- Episodios de recarga en playa posterior- Prohibir la construcción de todo tipo de balnearios sobre la playa- No construir paredones o estructuras rígidas sobre la playa distal- Obturaciones temporales de los desagües pluviales mediante la generación de la duna costera.- Generar aliviadores de escorrentía superficial en playa distal y costanera- Desarticular la red de desagües pluviales a bajos interdunales continentales para disminuir el flujo superficial hacia la playa- No cortar el cordón de dunas costeras- No cortar la berma para favorecer desagües pluviales- Construir pasarelas sobreelevadas para la circulación pedestre en los sitios de reconstrucción de la duna costera- Destinar la avenida costanera como sitio de reconstrucción del cordón de dunas costero- Prohibir tareas de nivelación de playa

Riesgo de erosión alto y moderado (de aplicación al Médano Costero intervenido)- Restaurar la duna costera

%20libro%202003.pdf31 Dra. MARCOMINI, Silvia Cristina y Lic. LÓPEZ, Rubén Álvaro. Erosión y Manejo Costero de Villa Gesell. Edición digital, año 2008. Enlace: http://www.endefensadelmedano.com.ar/marcomini.htm

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- Prohibir la vegetación de la duna costera- Obturaciones temporales de los desagües pluviales mediante la generación de la duna costera.- Generar aliviadores de escorrentía superficial en playa distal y costanera- Desarticular la red de desagües pluviales a bajos interdunales continentales para disminuir el flujo superficial hacia la playa- Reconstruir las abras erosivas sobre el cordón de dunas- No permitir la edificación sobre el frente costero- Prohibir tareas de nivelación de playa- Prohibir la circulación de vehículos en la playa y duna costera- Crear pasarelas sobreelevadas sobre la duna para acceso a la playaRiesgo de erosión moderado a bajo- Monitorear el retroceso regional de la duna costera- Monitorear la generación de abras deflacionarias- Generar interdicción de construcción sobre la duna costera a unos 100 m del nivel de mareas extraordinarias- No vegetar las dunas- No alterar la morfología de la duna costera- No crear desagües artificiales hacia la playa cortando las dunas costeras- Prohibir tareas de nivelación de playa- Prohibir la circulación de vehículos en la playa y duna costera- Crear pasarelas sobreelevadas sobre la duna para acceso a la playa

Sistemas de monitoreo:

Por otro lado, consideramos que resulta de capital importancia establecer sistemas de monitoreo del comportamiento de este ecosistema en las zonas costeras bonaerenses, que serviría para hacer un seguimiento de su dinámica, así como constatar la respuesta ante los impactos humanos, la capacidad de regeneración, el comportamiento frente a las actividades de conservación y recuperación, etc.

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Conclusiones

Antes de aportar las conclusiones a las que se ha podido arribar luego del precedente trabajo, desearíamos hacer nuestras las siguientes palabras a modo de gran reflexión final32:

“Los procesos de ocupación del territorio en relación a los servicios ecosistémicos que aporta la naturaleza, carecen aún de una visión integrada de largo plazo. No se visualizan los escenarios futuros derivados de la pérdida del patrimonio paisajístico y cultural que surgen de la ocupación y desmembramiento de los hábitats naturales, ni el impacto socioeconómico que implica la creciente fragmentación.

No escapa tampoco a esta observación que la consagración en la normativa del derecho en materia ambiental si bien es esencial no resulta suficiente, aún existe indefensión en la protección de los distintos ecosistemas costeros y sus componentes. La falta de responsables cuando se producen los daños es quizás una de las asignaturas pendientes en la norma, “cuya plena vigencia impone un verdadero cambio cultural, tanto a nivel social como gubernamental”.

Los habitantes costeros tomamos cada vez mas conciencia que los médanos constituyen la protección natural de la costa –y por ende de nuestras construcciones urbanas- ante la incidencia de tormentas. Son también el hábitat de especies animales y vegetales que solo se desarrollan en esos ecosistemas y actúan como reservorios dinámicos de arena para retroalimentar las playas. Efectivamente, cabe recordar que las playas constituyen ese objeto de deseo por el cual existe el desarrollo turístico.

¿Acaso no son éstas suficientes razones para conservarlos? Pues bien, también hay que saber que los sistemas de médanos juegan un

rol vital para la captación de agua superficial y la recarga de acuíferos costeros, impidiendo el escurrimiento superficial de agua dulce hacia el mar. Sobre todo en los partidos de La Costa, Pinamar y Villa Gesell donde el recurso es limitado y no existe otro aporte a las napas que el agua proveniente de las lluvias.

Y aún así, ¿no alcanza para entender claramente su importancia?Entre muchas otras cosas, la existencia del frente de médanos aumenta la

diversidad paisajística y el valor estético de la costa, contribuyendo a mitigar el frío, el viento y la humedad marina que caracteriza a nuestro litoral durante gran parte del año. Su presencia actúa adicionalmente como una barrera visual y acústica entre la playa y la ciudad.

Una abundante producción científica de primer nivel volcada en informes y diagnósticos a lo largo de los últimos 20 años da cuenta de todas estas afirmaciones.

¿Entonces, porque no adecuar los emprendimientos económicos costeros en función de las características ambientales y no a la inversa?

32 Fuente: Artículo ‘Mas allá de la pulseada por un médano’. 15 de Junio de 2010. PROCOSTAS. Foro Interdisciplinario Promotor de Gestión Integrada del Litoral Bonaerense. Enlace: http://www.procostas.org/cms/index.php?option=com_content&view=article&id=127:mas-alla-de-la-pulseada-por-un-medano&catid=1:latest-news&Itemid=66

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En la economía estándar, se privilegia la rentabilidad, desatendiendo las dimensiones físicas y sociales de los procesos de creación de valor y su incidencia sobre el patrimonio, ya sea natural, construido o cultural. De este modo, se pierden en el camino al lucro, muchas variables inteligentes que permitirían una huella humana menos violenta.

Conocer las características del territorio en el que actuamos y cómo se comportan los ecosistemas que lo integran, debe ser el primer paso hacia el cuidado de los recursos y hacia un manejo integrado de los mismos, promoviendo así su sostenibilidad.

La conservación de los espacios naturales costeros, sean o no protegidos, es un reaseguro frente a los eventos climáticos extremos a los que nos comenzamos a enfrentar. Dos de las unidades geomorfológicas más importantes de nuestra costa son el médano y la playa, donde, naturalmente, ambos componentes están en equilibrio. Este equilibrio es el que padece un alto grado de vulnerabilidad, respecto de su modificación a través de acciones del hombre para su explotación.

Asimismo la ruptura de estos equilibrios en las zonas económicamente rentables, produce en el ámbito regional disturbios en otros ambientes litorales, es decir afecta directamente a partidos vecinos. Esto indica que para actuar localmente se deben ampliar la visión y la perspectiva a la región33.

Incorporar la variable ambiental a las evaluaciones practicadas antes de decidir las inversiones resulta de suma importancia, pues el análisis del soporte natural, su potencialidad, su tratamiento preventivo en cuanto a su tasa de renovabilidad, posible contaminación y aplicación de eventuales medidas de mitigación, aseguran que la rentabilidad del emprendimiento sea genuina, segura, y con el riesgo de impacto negativo al medioambiente acotado tanto en la etapa de construcción como de utilización.

El Estado con su rol indelegable posee el marco jurídico y los instrumentos que permiten regular y controlar el desarrollo de actuales y futuros emprendimientos. Estos están previstos a través de distintas leyes y reglamentaciones de carácter provincial y/o municipal, que incluyen mecanismos de participación ciudadana y el libre acceso a la información.

Retomar la ciudad costera como proyecto y razonar sobre ella con ese fin, prestando atención no solo a la sostenibilidad local y a corto plazo del propio sistema urbano, sino también a la sostenibilidad global que se deriva de su

33 “Es fundamental destacar que la franja costera de la Provincia de Buenos Aires debe ser enfocada como una unidad ambiental o ecosistémica, por lo cual su administración debe ser concebida mediante una gestión transversal, interdisciplinaria e integrada. El avance institucional de la gestión actual está dado fundamentalmente por la representatividad de los participantes, el abordaje de la totalidad del litoral bonaerense como una unidad ambiental, que comprende más de 1.200 km de extensión, y el fuerte compromiso de generar una estrategia integral de la costa bonaerense, en conjunto con los gobiernos locales”. (…) “a fines de avanzar en la planificación del Estado con un fuerte compromiso político que aborde en forma integral la problemática de la gestión costera, el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Daniel Scioli crea por Decreto Nº: 1802/08 en el ámbito del Ministerio de Jefatura de Gabinete y Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, la Unidad de Coordinación de Manejo Costero Integrado de la Provincia de Buenos Aires. Esta Unidad tiene como objetivo coordinar, supervisar y ejecutar las acciones que demande la implementación de un Plan Integral de Costa, como así también articular y viabilizar la participación de las distintas áreas de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y de los municipios involucrados, en la gestión de la zona costera.” Preámbulo - Marco Institucional y Conceptual Unidad de Coordinación de Manejo Costero Integrado. Decreto 1802/08 Pcia. Buenos Aires.

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relación con el resto del territorio. Solo es necesario poner en marcha los mecanismos que nos permita edificar una costa más sostenible para todos.”

● A continuación, se presentan las conclusiones del presente trabajo, muchas de las cuales fueron extraídas de la bibliografía consultada y otras tantas son de generación propia:

Los ecosistemas de dunas costeras son bienes sumamente escasos y es necesario aprender a valorarlos. Aunque existen numerosos países con costas y dunas de interés económico, no siempre se les prestan la atención que merecen: los planes nacionales de desarrollo no las incluyen, apenas se mencionan en los programas educativos y campañas de comunicación y escasea el número de científicos que estudian dichos ambientes.

Se da por sentado que las costas constituyen un recurso inagotable. No suele considerarse su dinámica ni tomarse en cuenta la amenaza que se cierne sobre su flora y su fauna. Y por otra parte, no se suele considerar el inestimable valor de protección que tienen las dunas sobre nosotros y nuestros bienes.

La colaboración y la concienciación de turistas y pobladores sobre los problemas ambientales de las zonas costeras, resultan indispensables para la conservación y el mantenimiento de las costas.

Numerosos sistemas de dunas se encuentran hoy en estado avanzado de degradación. El incremento de la urbanización sin una planificación integral, entre otros factores, ha hecho que gran parte de estas playas sean actualmente angostas por haber sido eliminado el cordón dunícola que las separaba del resto del territorio. Otro de sus efectos del que no se tiene real conciencia es de la pérdida de la biodiversidad local al impedir el desarrollo de comunidades biológicas naturales.

Urge, pues, hallar una solución. Una gestión sostenible de las dunas costeras que mantenga la salud de nuestras costas, al tiempo que satisfaga las aspiraciones y necesidades humanas. Se han propuesto algunas alternativas. La gestión de las dunas costeras abarca un amplio conjunto de medidas. Responden a criterios de conservación ambiental y desarrollo económico sostenible. La zonificación reviste interés primario, pues la capacidad de las dunas costeras para soportar actividades humanas es limitada.

Resulta fundamental que el incremento de la actividad humana se lleve a cabo de forma ordenada y planificada para minimizar la degradación ambiental.

Para el uso, la conservación y restauración de dunas costeras, los expertos proponen diversas medidas. Excepto en casos imprescindibles, las dunas no deben estabilizarse ni cubrirse de vegetación de manera artificial; mucho menos, con especies foráneas. Deben promoverse los sistemas dinámicos. La restauración ha de orientarse hacia la recuperación de la cadena trófica.

La grave situación en la Provincia de Buenos Aires demanda acciones que implican un desafío cargado de complejidades, si consideramos que existen 33 municipios costeros y una multiplicidad de actores que en cada uno de estos distritos desarrolla actividades directamente sobre la costa o que indirectamente impactan sobre el litoral. Se suscitan conflictos, fuertes

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intereses, y presiones de todo tipo, que deberán trabajarse desde el aspecto técnico, político y de la participación activa de los actores claves.

Siendo que la complejidad del tema no se agota con lo dicho, sino que abarca aspectos ecosistémicos, actividades económicas, factores de riesgo de desastres, configurando un tópico que necesita ser abordado multidisciplinariamente.

Es necesario contar con herramientas jurídicas que defiendan y conserven el ambiente costero-marino de nuestro litoral Atlántico.Pero, antes de formular una herramienta jurídica, se deben conocer los aspectos biológicos, ecológicos, geomorfológicos y el valor ecosistémico de la zona dunar. Una vez que se toma conciencia del valor ecológico y ambiental que presenta el sistema de dunas se podrá construir el punto de partida indispensable para el diseño de políticas de conservación y desarrollo.

Dado que los problemas ambientales tienen repercusiones tanto en el desarrollo actual como futuro de las comunidades, es necesario generar estrategias a largo plazo para la conservación, desarrollo y gestión de las costas.

Se deben aplicar estrategias eficaces para la gestión de las zonas costeras, las cuales deben considerar los sistemas como dinámicos e integrados con el fin de controlar su calidad ambiental.

A su vez, se debe promover el conocimiento de sus aspectos integrales. Por ejemplo, su fauna, dentro de la gran quietud y el aspecto inerte del paisaje es, sin embargo, de gran riqueza. Y remitiéndonos a nuestro país, tenemos el ejemplo de una especie en peligro de extinción que es endémica de la provincia de Buenos Aires, la Lagartija de los médanos (Liolaemus multimaculatus), la cual junto a muchas adaptaciones de la flora y fauna a la vida en los sistemas dunares, no han sido investigadas en profundidad por la comunidad científica. Entonces, también protegiendo estos sistemas -que funcionarían como laboratorios naturales-, se conservaría un amplio campo de investigación donde bien podrían producirse descubrimientos que posteriormente se extrapolen al ámbito del desarrollo humano.

Debido a las tendencias a futuro que auguran un incremento de la población costera y el probable impacto del cambio climático en el ambiente costero, urge considerar estos factores en las estrategias de desarrollo y la planificación costera.

La conservación y la gestión de las dunas costeras plantean un gran reto. Con todo, puede alcanzarse incluso en áreas densamente pobladas. Sólo se necesita voluntad política, científica y social, además de un financiamiento adecuado.

Las regiones costeras se encuentran ecológicamente en un estado realmente alarmante en todo el mundo. Los dos motivos más importantes son: el crecimiento explosivo de las ciudades y el auge masivo del turismo en esas áreas. Frente a ello, urge la conservación prioritaria del primer cordón dunícola que sirve de protección especial frente al embate de tormentas severas.

De las dunas costeras obtenemos un beneficio económico a través de la minería, la agricultura y el turismo. Además del rendimiento económico, las dunas ofrecen importantes ‘servicios ambientales’ que repercuten de forma

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indirecta en la economía. Ofrecen servicios ambientales tales como la purificación del agua y recarga de acuíferos, y la protección contra el impacto de tormentas, huracanes y tsunamis, amortiguando su impacto. Los asentamientos humanos que carecen de semejante protección, están inevitablemente condenados a sufrir grandes estragos. Si se eliminan las dunas, los habitantes de las zonas costeras ignoran que vivirán en sitios de riesgo. Por eso es imprescindible garantizar su persistencia y calidad, evitando la contaminación o alteración de la zona dunícola.

Los procesos sociales que crean el riesgo en la sociedad, se relacionan específicamente con la forma de uso, ocupación y transformación del ambiente natural y construido que circunda y sustenta el sistema social. Por ello, los planes territoriales, sectoriales y de desarrollo son los instrumentos que permiten la materialización parcial de las políticas del gobierno a través de estrategias, programas y proyectos, por lo tanto se constituyen en uno de los mecanismos principales para orientar las acciones de las autoridades hacia la conservación, gestión y recuperación de los ecosistemas de dunas costeras.

La buena planificación del uso del territorio y de sus recursos naturales considerando el riesgo de desastre no garantizará la ausencia total de eventos peligrosos, pero si esta planificación está acompañada por decisiones racionales sobre los niveles de protección posibles, es probable que se logre una minimización del daño a mediano y largo plazo y consecuentemente un tipo de desarrollo con condiciones de sostenibilidad.

Las políticas públicas de desarrollo urbano y regional, además de las políticas económicas y sectoriales en general, deben tener en cuenta la problemática de los desastres. No hay que olvidar que toda la infraestructura y pérdidas que se generan cuando hay un gran desastre fueron alguna vez un proyecto de desarrollo. Es por esto que se debe integrar el análisis y la reducción del riesgo a la planificación del desarrollo y del territorio. Es importante no esperar a que suceda un desastre para generar estos planes o para incluir el concepto de Gestión del Riesgo en los mismos.

A su vez, se debe priorizar el trabajo en el campo de la prevención mediante el fortalecimiento de las políticas e instrumentos de planificación del desarrollo y del territorio con criterios de seguridad y de sostenibilidad.

La planificación tiene la posibilidad de transformar la intención en acción, permite vislumbrar los impactos y consecuencias de los acontecimientos e influir en ellos. En este sentido, la planificación del desarrollo se convierte en el principal instrumento de la gestión del riesgo de desastre en todos los niveles territoriales, pero tiene especial relevancia en los niveles locales (municipios) donde se materializa, pudiendo intervenir realmente el riesgo.

El riesgo existe y se transforma permanentemente y las posibilidades para su reducción y control son factibles en tanto deriven de intervenciones sobre los mismos procesos que lo generan, es decir, las formas de desarrollo. La planificación del desarrollo no puede, entonces, abstraerse de la reducción y control del riesgo de desastre como una estrategia para su sostenibilidad. En otras palabras, el desarrollo social, económico, ambiental y territorial no puede ser sostenible sin la eficiente previsión y control del riesgo de desastre.

El ordenamiento territorial es una de las estrategias más valiosas para orientar el desarrollo hacia metas de sostenibilidad y seguridad.

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Recomendaciones

- Poner en valor las áreas costeras, su fauna y flora nativa.

- Adoptar políticas de conservación del ecosistema dunícola.

- Detener el avance de las construcciones sobre los médanos costeros, la extracción de arena y los procesos erosivos.

- Adoptar, mediante el diseño de políticas, una gestión sostenible y a largo plazo de las dunas costeras que mantenga la salud de nuestras costas, al tiempo que satisfaga las aspiraciones y necesidades humanas, es decir que implique labores de conservación y de desarrollo sostenible al mismo tiempo.

- Promover la colaboración y la concienciación de turistas y pobladores sobre los problemas ambientales de las zonas costeras.

- Promover el crecimiento de las ciudades costeras acorde a un plan integral de urbanización.

- Ordenar y planificar el desarrollo de las actividades humanas que se llevan a cabo en las zonas costeras con el fin de minimizar la degradación ambiental.

- Promover los sistemas dinámicos de dunas costeras para su uso, conservación y restauración; es decir, no estabilizarlas ni cubrirlas de vegetación de manera artificial; mucho menos, con especies foráneas.

- Generar los mecanismos que logren superar las complejidades por las que atraviesa la Provincia de Buenos Aires en la materia, debido a la multiplicidad de jurisdicciones y actores que en cada uno de estos distritos desarrolla actividades directamente sobre la costa o que indirectamente impactan sobre el litoral, haciendo hincapié en la participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones.

- Abordar la problemática de la conservación, gestión y recuperación de los ecosistemas de dunas costeras desde múltiples disciplinas y enfoques, pues se define como un fenómeno complejo.

- Elaborar las herramientas jurídicas que defiendan y conserven el ambiente costero-marino de nuestro litoral Atlántico, habiendo previamente abordado y estudiado sus aspectos biológicos, ecológicos, geomorfológicos y el valor ecosistémico de la zona dunar, considerando los sistemas como dinámicos e integrados.

- Promover el conocimiento de los aspectos integrales del ecosistema de dunas costero.

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- Considerar que la protección de estos ecosistemas harían que funcionen como laboratorios naturales, conservando un amplio campo de investigación donde bien podrían producirse descubrimientos que posteriormente se extrapolen al ámbito del desarrollo humano.

- Considerar el futuro incremento de la población con el consecuente crecimiento de las ciudades costeras –junto con la manera de crecer de esas ciudades- y probables impactos del cambio climático en las estrategias de desarrollo y la planificación costera.

- Reducir al mínimo la artificialización de las costas.

- Designar como áreas protegidas un porcentaje a determinar del territorio conformado por ecosistemas de dunas costeras, ya que son áreas de importantes recursos que deben ser preservadas y conservadas en su condición actual o restauradas a su condición natural.

- Generar una cultura social y política que reconozca y privilegie la gestión en torno a la construcción de territorios seguros, como base sólida para avanzar hacia mejores y más sustentables condiciones de vida en la región.

- Generar la voluntad política, científica y social, y las fuentes de financiamiento adecuado para una adecuada gestión de estos ecosistemas.

- Conservar prioritariamente el primer cordón dunícola que, entre otras cosas, sirve de protección especial frente al embate de tormentas severas.

- Al momento de tomar decisiones que puedan afectar el ecosistema costero, sopesar no sólo el beneficio económico que obtenemos de las dunas a través de la minería, la agricultura, el turismo, etc., sino también los importantes ‘servicios ambientales’ de los que nos proveen, como ser la purificación del agua y recarga de acuíferos, y la protección contra el impacto de tormentas, huracanes y tsunamis, amortiguando su impacto.

- Tomar conciencia y concienciar a la población costera de la importancia de contar con una barrera de protección natural, como lo son las dunas, frente al embate de la naturaleza a través de las recurrentes sudestadas que se dan en la costa bonaerense argentina y que suelen causar grandes pérdidas materiales.

- Elaborar los planes territoriales, sectoriales y de desarrollo que materialicen las políticas del gobierno orientadas a la conservación, gestión y recuperación de los ecosistemas de dunas costeras.

- Incluir el tema de la Gestión del Riesgo y la Reducción de Desastres en las políticas públicas de desarrollo urbano y regional, además de las políticas económicas y sectoriales en general, integrando el análisis y la reducción del riesgo a la planificación del desarrollo y del territorio.

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- No esperar a que suceda un desastre para incluir el concepto de Gestión del Riesgo en los planes de desarrollo municipales.

- Priorizar el trabajo en el campo de la prevención mediante el fortalecimiento de las políticas e instrumentos de planificación del desarrollo y del territorio con criterios de seguridad y de sostenibilidad.

- La reducción y control del riesgo deben derivar de intervenciones sobre los mismos procesos que lo generan, es decir, las formas de desarrollo. Convertir, entonces, la planificación del desarrollo en el principal instrumento de la Gestión del Riesgo de Desastre en todos los niveles territoriales, con especial relevancia en el nivel municipal, donde se materializa pudiendo intervenir realmente el riesgo.

- Revalorizar el ordenamiento territorial como una de las estrategias más valiosas para orientar el desarrollo hacia metas de sostenibilidad y seguridad.

- Sentar las bases de la protección, gestión y restauración de las zonas costeras degradadas en un adecuado ordenamiento jurídico (apoyado en un análisis multidisciplinario de la cuestión) desde el más alto nivel, el nacional, hasta el provincial y municipal.

- Elaborar los contenidos o presupuestos mínimos, los cuales conforman el umbral básico de protección ambiental que rige uniformemente en todo el territorio nacional, para un proyecto de Ley Nacional de Costas, que sirva de documento-base para la acción legislativa y para la elaboración de políticas encaminadas a la protección costera desde una estrategia interdisciplinaria.

- Obligar, mediante la mencionada Ley de Costas, al ordenamiento territorial y a la presentación de un Plan de Manejo Costero Integrado por parte de cada localidad costera.

- Discriminar, a partir del plan de ordenamiento territorial y luego de los estudios y acuerdos pertinentes, las zonas habilitadas para el desarrollo de actividades económicas sustentables de las zonas exclusivas de conservación del ecosistema, haciendo regir en ambas zonas el Plan de Manejo Costero Integrado, sin olvidar que éste debería respetar los presupuestos mínimos de la ley nacional y habría de acordarse de manera participativa con todos los actores sociales implicados.

- Dictar, en consonancia con la legislación nacional y provincial, las jurisdicciones locales, el ordenamiento del acceso a la playa, el tratamiento de pluviales, la redacción de los códigos de construcción en zonas costeras, los planes de manejo específicos de la áreas protegidas, el ordenamiento y regulación de las actividades a humanas, el control de visitantes, la educación y concienciación de turistas y pobladores, etc.

- Promover la conservación de la dinámica y variabilidad de los ambientes de dunas costeras (con zonas móviles, semi-móviles y estabilizadas, cambiantes a

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lo largo del tiempo), aplicando programas de fijación sólo cuando resulta de vital importancia detener la arena en movimiento.- Implementar la ‘Gestión Integral’ o ‘Manejo Costero Integrado’ de las zonas costeras, herramienta de protección idónea, ya que permite su conservación equilibrándola con el desarrollo económico sostenible y sustentable de las poblaciones costeras.

- Debido a la importancia que reviste desde múltiples aspectos, priorizar la conservación del primer cordón dunícola, prohibiendo su eliminación, como la construcción sobre el mismo

- Frente a la degradación y/o eliminación del ecosistema de dunas, implementar las tareas de restauración mencionadas en el trabajo, realizando primeramente un diagnóstico que determine el estado de degradación del ecosistema o capacidad de respuesta ante perturbaciones y diseñando de medidas de gestión concretas y adecuadas a cada caso, una vez eliminadas las fuentes de alteración.

- Considerar como productos necesarios de la restauración no sólo la mitigación de los problemas de erosión y la adecuación paisajística en zonas turísticas de playa, sino también la conservación de la naturaleza y de sus procesos biológicos.

- Establecer sistemas de monitoreo del comportamiento de este ecosistema en las zonas costeras bonaerenses, que serviría para hacer un seguimiento de su dinámica, así como constatar la respuesta ante los impactos humanos, la capacidad de regeneración, el comportamiento frente a las actividades de conservación y recuperación, etc.

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SEMANARIO EL FUNDADOR ONLINE, información actualizada diariamente de Villa Gesell, Mar de las Pampas, Las Gaviotas y Mar Azul. Enlace: http://www.elfundadoronline.com/

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Anexos

I – Evidencia Fotográfica

- Impactos de una sudestada tipo sobre la infraestructura balnearia y la morfología costera de la ciudad de Villa Gesell:

Villa Gesell, 19 y 20 de julio de 2009Fuente: Valeria Catella Fotografía®

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