El descubrimiento de los océanos y la cartografía naútica

10
OCÉANOS El descubrimiento de los océanos y la cartografía náutica e cómo expediciones marítimas y cartografía han nave- gado unidas desde el principios de los tiempos históricos. De tal manera que en los primeros mapas la fantasía venía a cubrir las lagunas del lógico desconocimiento. Hasta que, a través de siglos de navegaciones y de desarrollo científico, los océanos y los mares fueron imponiendo sus perfiles y volúmenes reales a la cartografía náutica. TEXTO: LUISA MARTÍN MERÁS D 24 / SGE

Transcript of El descubrimiento de los océanos y la cartografía naútica

oc

éa

no

s

El descubrimiento de los océanos

y la cartografía náutica

e cómo expediciones marítimas y cartografía han nave-

gado unidas desde el principios de los tiempos históricos. De tal

manera que en los primeros mapas la fantasía venía a cubrir las

lagunas del lógico desconocimiento. Hasta que, a través de siglos

de navegaciones y de desarrollo científico, los océanos y los mares

fueron imponiendo sus perfiles y volúmenes reales a la cartografía

náutica.

TexTo: Luisa MarTín MerásD

24 / SGE

SGE / 25Mapa de Gerardus Mercator, 1569. SGE / 25

26 / SGE

Actualmente sabemos que los ma-res y océanos cubren

cerca de dos tercios de la superficie terrestre, que su volumen es de un millón y medio de km3, y que las grandes profundidades, es decir el océano profun-do, ocupan el 93% de los océanos. Pero el mar ha sido durante mucho tiempo un espacio de las maravillas, con sus horribles tempestades, sus extraños ani-males, los golpes de vientos imprevistos y sus desasosegantes calmas. Morir en el mar era para los antiguos griegos y romanos la suprema maldición. Al mismo tiempo, una vez vencido el miedo, el mar y más específicamente el océano ofrecen al hombre un espacio ilimitado y sin obstáculos donde trazar su ruta libremente y establecer contactos comerciales, culturales y bélicos. En la Edad Media era un lugar tenebroso, lleno de criaturas marinas y peligros, sin embargo a finales del siglo XV el océano se convierte en un reto y camino para llegar a nuevas tierras.

La apertura de los océanos a las grandes navegaciones europeas ha supuesto un gran cambio en la representación del mundo y una revolución en las técnicas de navegación. Tres de los cinco océanos de la Tierra fueron descubiertos por los navegantes ibéricos en el espacio de 30 años, desde 1488 a 1519. Traspasado el horizonte mediterráneo, los viajes se hacen más numerosos y más lejanos hacia destinos nunca conocidos hasta entonces. Paralelamente crece el interés por el estudio de los fondos marinos, las corrientes, los vientos, las mareas, etc.

EL DESCUBRIMIENTO DEL OCÉANO ÍNDICO

El océano Índico es el tercer océano con mayor superficie de la tierra, cubre aproximadamente el 20% de ella. Baña las costas de África del Este, Oriente Medio, Asia del Sur, Sudeste Asiático y Australia.

El Índico es el primer océano que descubrieron los europeos. Cuando la flota portuguesa al mando de Bartolomé Días pasó el Cabo de Buena Esperanza en 1488, irrumpió de manera algunas veces brutal en el espacio de una muy antigua civilización. Era este un ámbito marítimo económicamente activo y multicultural con redes extensas donde los navíos musulmanes comerciaban desde antiguo con el marfil, las especias y los textiles. Y más allá de la India las influencias islámicas se encontraban con la civilización china y los navíos de comercio malayos y javaneses. Los portugueses costearon la costa oriental africana y ganaron Calicut en el sur de la India en 1498 con Vasco de Gama. De 1503 a 1515 Alfonso de Albuquerque atacó los puertos estratégicos del

SGE / 27

imperio marítimo musulmán: Adén en el mar Rojo y Ormuz a la entrada del golfo Pérsico, llegando a Malaca e Insulindia en 1509-11, a China en 1513 y al Japón en 1542-43.

La primera carta en la que se muestra el Océano Índico con sus contornos rea-les definidos y bastante correctos, según las informaciones de los portugueses, es la carta de Cantino, hecha en Lisboa, ca. 1502. África está plenamente for-mada, aunque el golfo Pérsico aparece rectangular siguiendo la tradición tole-maica, pero el subcontinente indio se dibuja como un gran triángulo, permitien-do la distinción clara entre el mar de Arabia por una parte y el golfo de Bengala por otro. Más al este todavía predomina la geografía de Tolomeo. Después de la conquista de Malaca en 1511 en el estrecho de su nombre, la península de Ma-lasia toma su forma más o menos correcta, de manera que entre 1520 y 1550 la nueva imagen del sudeste asiático aparece rectificada a través de la cartografía portuguesa y se impone en las cartas españolas y en el resto de Europa.

EL DESCUBRIMIENTO DEL OCÉANO ATLÁNTICO

El océano Atlántico separa América, al oeste, de Europa y África, al este. Se ex-tiende desde el océano Glacial Ártico, en el norte, hasta el océano Antártico, en el sur. Es el segundo océano más extenso después del océano Pacífico. Ocupa el 20 % de la superficie del planeta, y el 26 % del total de tierras sumergidas.

La idea del mundo que tenían los cosmógrafos de la Antigüedad y Edad Media era fundamentalmente la de una gran masa de agua que rodeaba los tres con-

Carta de Cantino (ca. 1502) que muestra los descubrimientos portugueses del s.xv.

28 / SGE

tinentes conocidos, Europa, Asia y África; y la teoría de los antípodas o habi-tantes de la parte opuesta a estos continentes estaba en continúa controversia en el mundo científico. Antes de la última década del siglo XV Europa conocía muy poco del resto del mundo; por Occidente se extendía el misterioso Océa-no Atlántico, del que sólo recientemente se habían descubierto algunas islas. Mientras que el extremo oriente era conocido desde antiguo por los relatos de Alejandro Magno, Marco Polo y otros viajeros, el Mar Tenebroso no había sido nunca surcado. Como ya sabemos, este océano fue atravesado por primera vez en 1492 por Cristóbal Colón, enviado por la Corona de Castilla para descubrir una nueva ruta hacia la Especiería. Encontró un nuevo continente que se lla-maría América y abrió una senda para los descubridores españoles, que en el espacio 30 años exploraron las costas y el interior de América, el continente que les salió al paso en su búsqueda de las Indias.

La primera carta donde se dibuja el Atlántico en toda su extensión, relacio-nándolo con el resto del mundo conocido, es en la carta universal de Juan de la Cosa, hecha en el puerto de Sta. María en 1500. Representa todo el mundo conocido y, por primera vez, las tierras descubiertas por los españoles, bañadas por el océano Atlántico, y es ahí precisamente donde radica su importancia.

En la costa de América recoge las noticias de los descubrimientos de Juan Caboto en su primer viaje, (1498) los tres viajes de Colón (1492, 1493,1498) y el de Ojeda, Vespucio y el propio Juan de la Cosa en 1499. Destaca la clara insularidad de Cuba, comunicada ya a Colón por los indígenas en el primer viaje. La zona de costa descubierta al sur y norte de las Antillas está dibujada de manera imprecisa, tanto las zonas continentales representadas por una masa amorfa verde, como la gran cantidad de islas distribuidas al azar, y muestran que el cartógrafo no tenía información de primera mano de los límites de esas tierras ni de un posible paso hacia las Indias.

EL DESCUBRIMIENTO DEL OCÉANO PACÍFICO

El Pacífico es el océano más grande del mundo, ocupa algo más de un ter-cio de la superficie terrestre, con 180 millones de km2 aproximadamente, y alcanza su mayor anchura (del orden de 19. 800 km aproximadamente) a 5 grados de latitud norte, extendiéndo-Mapa del marino Juan de la Cosa, 1500.

SGE / 29

se desde Indonesia hasta la costa de Colombia. El límite occidental del océano está en el estrecho de Malaca.

La costa americana del océano Pacífico fue descubierta por Núñez de Balboa, sin embargo varios viajeros medievales ya habían llegado al Pacífico, navegan-do el Índico, entre ellos los árabes y Marco Polo. En efecto, el 25 de septiem-bre de 1513 la expedición española al mando de Vasco Nuñez de Balboa pudo contemplar en el golfo de San Miguel un extenso mar, cuya costa iba de este a oeste y que Balboa llamó Mar del Sur. A partir de este importante descu-brimiento se abrió otro punto de interés geoestratégico en busca de un paso marítimo hacia el mar descubierto, explorando el istmo de Panamá y todo el golfo de Méjico.

Después del fracaso de Juan Díaz de Solís en su búsqueda de un paso en el sur de Brasil, en 1519 zarparon de Sevilla cinco barcos, mandados por el portugués Fernando de Magallanes, para reconocer las tierras al sur del continente. El resumen del viaje es que atravesaron el Atlántico, descubrieron el estrecho que lleva el nombre de Magallanes y después de múltiples vicisitudes desembocaron en un océano que llamaron Pacífico.

Carta Marina de Escandinavia de Olaus Magnus. 1539.

30 / SGE

Se cree que Magallanes cruzó el Ecuador entre el meridiano 160 y 170. La últi-ma parte de su derrota la llevó a cabo muy al norte, probablemente entre los 12º y los 15º latitud norte donde se encuentran las Marianas, a las que descubrió, llegando finalmente a Samar en las islas Filipinas.

Nos interesa destacar que después de la muerte de Magallanes la nao Victoria, al mando de Elcano, navegó por el Cabo de Buena Esperanza, llegando a Sevilla el

Planisferio de Rupert Mercator, basado en la proyección ideada por su padre, Gerhard Mercator (1587).

SGE / 31

6 de septiembre de 1522. La vuelta al mundo de la expedición de Magallanes, la primera de las grandes empresas descubridoras del reinado de Carlos V, supuso el descubrimiento de un estrecho que franqueaba el paso hacia la Especiería y un impacto en el pensamiento europeo semejante al del descubrimiento de América, ya que se comprobó empíricamente la teoría de la esfericidad de la Tierra.

El descubrimiento del Mar del Sur está reflejado por primera vez en un mapa espa-ñol de c. 1518 que se encuentra en Herzog August Bibliothek, en Wolfenbüttel pe-ro es la Carta universal de la Biblioteca Real de Turín. Anónima. [1523] la que refle-ja por primera vez toda la superficie del océano Pacífico que se acababa de cruzar.

32 / SGE

LA CARTOGRAFIA DE LOS OCÉANOS Y LA PROYECCIÓN DE MERCATOR La apertura de los océanos a las grandes navegaciones europeas ha supuesto un gran cambio en la representación del mundo, pues permitió recolocar de forma fehaciente los cuatro continentes conocidos y levantar cartas náuticas indispensa-bles para las navegaciones. En el siglo XVI las cartas náuticas de las tierras des-cubiertas llegaron a ser un asunto de estado que se mantenían secretas, pues eran la llave para acceder a ellas y extraer sus riquezas antes que las otras naciones.

En 1569 el cartógrafo y matemático holandés Gerhard Mercator presentó un gran mapa del mundo titulado “Nueva y aumentada descripción del orbe terrestre corregida para uso de los navegantes”. En él los paralelos y meridianos forman un conjunto de rectángulos regulares donde el espacio entre los paralelos adyacentes va aumentando con la latitud, mientras que la distancia entre los meridianos es constante, de manera que las líneas del rumbo son representadas por segmentos rectos que forman ángulos con los meridianos. Había nacido la proyección que lleva su nombre y que, con correcciones, se utiliza hoy para dibujar cartas náu-ticas. La proyección de Mercator significó la representación cilíndrica, directa y conforme de la esfera terrestre en un plano y permitió a los marineros dirigir el rumbo de la embarcación en las navegaciones oceánicas mediante el trazado de líneas rectas, sin necesidad de hacer constantes ajustes de la lectura del compás.

Los siglos XVII y XVIII son la edad de oro de las compañías comerciales euro-peas: las compañías de las Indias Orientales en la India y en el sudeste asiáti-co, y las compañías de las Indias Occidentales en América. La cartografía que

acompaña estas explotaciones comer-ciales y mercantiles se hace más precisa y sistemática, pues gozan de auténticas oficinas cartográficas para proporcionar cartas fiables a sus flotas.

El siglo XVIII, en fin, es el siglo del océano Pacífico y de las grandes expedi-ciones científicas protagonizadas por ma-rinos y naturalistas. También en este siglo se intenta la representación cartográfica de la profundidad de los océanos, unien-do los puntos de igual profundidad por medio de las curvas de nivel, pero resul-tó imposible sondar a más 250 metros de Proyección cartográfica de Mercator (1569).

SGE / 33

profundidad. En el curso del siglo XIX se inician las grandes campañas oceano-gráficas para investigar la vida submarina, el fondo del océano, su profundidad y su naturaleza; la expedición del Challenger en los años 1872 a 1876 contribuye a desmontar la teoría de la zona azoica del naturalista británico Edward Forbes que afirmaba que la vida submarina cesaba definitivamente a partir de la 300 brazas de profundidad. Pero es el deseo de utilizar los fondos marinos con fines económicos lo que permiten progresar en el conocimiento oceanográfico. La necesidad de comunicación entre los continentes mediantes cables submarinos de telecomunicación produjo la primera Carte générale des grandes comunica-tions télegraphiques du monde, realizada por el Bureau International des Admi-nistrations Télegraphiques, Berna 1875. Las sucesivas cartas de este organismo mostraron los avances en el conocimiento batimétrico de los océanos que apa-recen sintetizados en la Carte générale bathymétrique des océans, París 1905.

El conocimiento de la naturaleza y profundidad del fondo de los océanos ha progre-sado a partir de la segunda mitad del siglo pasado, mediante el perfeccionamiento de las sondas acústicas y de las capacidades de inmersión. Las 18 hojas de la 5ª edición de la carta batimétrica fueron preparadas por el Servicio Hidrográfico canadiense en 1982. La cuestión crucial de la puesta al día de la carta condujo a numerar la isóbatas entre 1984 y 1993 y a crear un atlas numérico producido por el British Oceanogra-phic Data Center, cuya versión actualizada ha aparecido en 2003. ●

Carte générale des grandes communications télégraphiques du monde. Berna,1875.