El concepto de la mente en la ciencia cognitiva: del conductismo a la teoría computacional.

33
1 Sainz, J.S. (1993). El concepto de la mente en la ciencia cognitiva: del conductismo a la teoria computacional. En Garcia Vega, L., y Moya Santoyo, J. Historia de la Psicologia, II. Teorías y Sistemas Psicológicos Contemporáneos, 393-424. Madrid: SXXI. ISBN: 84-323-0789-0. Javier Sainz INDICE 1. Unidad paradigmática de la ciencia cognitiva. 2. Metateoría del conductismo clásico. 2.1. El carácter naturalista de la explicación psicológica. 2.2. El postulado de organismo vacío y la noción de continuidad. 2.3. El postulado de conexión asociativa. 3. Crisis de la metateoría conductista. Anomalías del paradigma. 3.1. Crítica del postulado de organismo vacío. 3.2. Crítica del postulado de conexionismo asociativo. 3.3. Crítica del carácter naturalista de la explicación psicológica. 3.4. Crisis del asociacionismo clásico. Anomalías empíricas 4. El concepto de representación en la Ciencia Cognitiva. 4.1. Formalización de la noción de información. Teoría de la información. 4.2. Expresión de la información. Teoría de lenguajes formales. 4.3. Implementación de expresiones. Teoría de máquinas abstractas. 4.4. El concepto de representación en la teoría computacional. 5. La naturaleza de la explicación en la Ciencia Cognitiva. 5.1. Metateoría de la Ciencia Cognitiva. 5.2. Niveles de descripción y explicación de la conducta. 5.2.1. Nivel físico de descripción. 5.2.2. Nivel sintáctico-simbólico de descripción. 5.2.3. Nivel semántico o de conocimiento. 6. Arquitectura funcional de la mente y conducta racional. 6.1. La conducta racional como objeto teórico. 6.2. Criterios de demarcación de la arquitectural funcional. 6.3. La noción de racionalidad en la teoría axiomática de la racionalidad.

Transcript of El concepto de la mente en la ciencia cognitiva: del conductismo a la teoría computacional.

1

Sainz, J.S. (1993). El concepto de la mente en la ciencia cognitiva: del conductismo ala teoria computacional. En Garcia Vega, L., y Moya Santoyo, J. Historia de laPsicologia, II. Teorías y Sistemas Psicológicos Contemporáneos, 393-424. Madrid:SXXI. ISBN: 84-323-0789-0.

Javier Sainz

INDICE

1. Unidad paradigmática de la ciencia cognitiva.

2. Metateoría del conductismo clásico.2.1. El carácter naturalista de la explicación psicológica.2.2. El postulado de organismo vacío y la noción de continuidad.2.3. El postulado de conexión asociativa.

3. Crisis de la metateoría conductista. Anomalías del paradigma.3.1. Crítica del postulado de organismo vacío.3.2. Crítica del postulado de conexionismo asociativo.3.3. Crítica del carácter naturalista de la explicación psicológica.3.4. Crisis del asociacionismo clásico. Anomalías empíricas

4. El concepto de representación en la Ciencia Cognitiva.4.1. Formalización de la noción de información. Teoría de la información.4.2. Expresión de la información. Teoría de lenguajes formales.4.3. Implementación de expresiones. Teoría de máquinas abstractas.4.4. El concepto de representación en la teoría computacional.

5. La naturaleza de la explicación en la Ciencia Cognitiva.5.1. Metateoría de la Ciencia Cognitiva.5.2. Niveles de descripción y explicación de la conducta.

5.2.1. Nivel físico de descripción.5.2.2. Nivel sintáctico-simbólico de descripción.5.2.3. Nivel semántico o de conocimiento.

6. Arquitectura funcional de la mente y conducta racional.6.1. La conducta racional como objeto teórico.6.2. Criterios de demarcación de la arquitectural funcional.6.3. La noción de racionalidad en la teoría axiomática de la racionalidad.

2

1. Unidad paradigmática de la ciencia cognitiva.

Durante décadas, la psicología ha sido legítimamente considerada por muchos de suscientíficos y profesionales, especialmente europeos, como una ciencia diversa ymultiparadigmática resultado de un agregado inconexo de observaciones, yuxtapuestas en elseno de teorías y modelos a menudo contradictorios (cf. Mayor, 1980). La aceptación acríticade esta proposición tenía como base una insatisfacción esencial, cuando no una abierta yvisceral incomodidad con el paradigma conductista, con su capacidad para dar cuenta de lasexpresiones más complejas de la conducta humana y en particular con los hechos delpensamiento y del lenguaje que se postulaban como indiscutibles a nivel social e individual. Laestrategia de ese rechazo partía de suponer que las proposiciones del conductismo eran merascreencias, con, al menos, el mismo valor de verdad que cualesquiera otras proposicionespropuestas desde sistemas de creencias o paradigmas metodológicamente inarticulados. Seignoraba con ello dos hechos fundamentales del quehacer científico, que los enunciadoscientíficos no necesitan ser necesariamente compatibles con creencias de sentido común y quesólo existe comunidad científica por relación al método científico, un sistema deprocedimientos formales por el que es posible decidir acerca de la verdad de cualesquieraproposiciones. El método separa drásticamente entre lo que es simplemente sugerente y lo quepuede ser efectivamente afirmado so pena de hacer afirmaciones irracionales. Si no fueraporque las afirmaciones irracionales conducen a decisiones equivocadas con costesinsoportables, nada se opondría a hacer afirmaciones gratuitas sin preocuparse del rigorintroducido por el método. Al defender la diversidad de la psicología para oponerse alreduccionismo conductista, se ignoraba que es el método quien garantiza la construcción yreconstrucción de la evidencia en que se sustentan los enunciados científicos y que elconductismo era la única propuesta teórica de la psicología coherente con él.

Los abogados de este supuesto carácter multiparadigmático de la psicologíarechazaban en nombre de la aparente complejidad de la conducta humana las simplificacionesque impuso Watson al definir la psicología como una ciencia natural. A menudo, tras esterechazo, no se trataba de discutir las observaciones y enunciados del conductismo sino delimitar su alcance; se daba así refugio, a menudo a sabiendas, a toda suerte deespiritualismos mas o menos disfrazados. En este contexto, la crítica de Chomsky (1959) alintento de Skinner de dar cuenta de la conducta lingüística como conducta verbal, y dereducir la conducta verbal heterónoma a conducta autónoma vino a dar carta de naturaleza atodos los que de una forma u otra rechazaban el reduccionismo conductista sólo por no sercompatible implícita o explicitamente con su sistema de creencias. El hecho de que Chomskymismo formulara sus críticas recurriendo no a evidencia de laboratorio sino a la observación,muy general, del carácter productivo del lenguaje y recurriendo a las propiedades formales delos modelos explicativos conductistas reafirmó más a aquellos que sospechaban de la validezdel conductismo. Chomsky parecía dar argumentos a aquellos que si no rechazaban, en sentidoestricto, la evidencia aportada por el conductismo, si rechazaban sus implicacionesmecanicistas y le acusaban de parcialidad.

Sin faltarles, como ahora se revela, razón histórica en algunas de sus críticas, losabogados del multiparadigmatismo cayeron en la falacia de criticar o limitar el alcance de lasaportaciones conductistas oponiendo de forma más o menos velada sus creencias a la evidenciaque producía el paradigma apoyándose en el método científico. Al contrario que elconductismo, cuya metateoría era una versión del método hipotético-deductivo, propio de las

3

ciencias empírico-formales, los así denominados paradigmas alternativos carecían de método,fiando, las más de las veces, el valor de sus enunciados a observaciones preinterpretadas. Quela ciencia se sirva de ciertas nociones y observaciones comunes no implica que las concepcionesa partir de las que se se producen tengan automáticamente validez. Si la defensa del caráctermultiparadigmático de la psicología podía, entonces, tener una justificación, --la insuficienciadel primer conductismo para dar cuenta de cierta expresiones complejas de la conductahumana-- otras razones había no tan razonables; la defensa del carácter multiparadigmáticode la psicología expresaba y expresa aún, quizá para muchos, una oposición al conocimientocientífico por la violencia que sus enunciados causan a sistemas de creencias comunes bienarraigadas. Razones y sinrazones se mezclaban, y quizá aún se mezclan, en la negación de lasproposiciones conductistas y del conductismo como una versión del método hipotético-deductivo. Sin embargo, e independientemente de la conciencia que quepa a los sujetos delquehacer científico, lo que pareció verdad del conductismo ha dejado de ser verdad en lapsicología contemporánea. Adoptando el nombre de psicología cognitiva, la psicología ha dejadode ser una ciencia donde compiten modelos no integrados bajo un paradigma y un métodocomunes dejando, a la vez, de ser una ciencia reduccionista de la mente. Las alternativasmetodológicas o las concepciones de dudosa validez científica sirven al fin de una mayorintegración de la teoría y el método en psicología (Mayor, 1989)

En efecto, y frente al conductismo, la psicología se ha hecho cognitiva, es decir, se hapropuesto explicar la conducta adoptando un vocabulario mentalista en el marco de una teoríaobjetiva y materialista fundada en el método propio de las ciencias empíricas, el métodohipotético-deductivo, y ello, a pesar de reconocer en su tradición e integrar la evidenciaproducida por el paradigma conductista frente al que no supone ruptura alguna. Sólo desde laignorancia, culpable o no, puede el científico contemporáneo ignorar el curso histórico que seinicia en la psicología, de la mano de la psicología del procesamiento de información y concluyeen la psicología cognitiva actual, en las formulaciones del paradigma de la ciencia cognitiva. Eneste capítulo, se pretende, muy sucintamente, presentar el paradigma de la Ciencia Cognitiva,en particular, el cambio histórico que afecta al concepto de representación que es la nocióncentral del paradigma y su articulación histórica en la psicología cognitiva con el paradigma dela psicología del procesamiento de información, heredero del paradigma conductista.

2. Metateoría del conductismo clásico.

La ciencia no evoluciona como resultado de críticas que se producen fuera delparadigma dominante. Una evolución de este carácter daría lugar indefectiblemente arechazar la evidencia aportada por teorías previas, no a su integración. El conductismo haproducido una enorme cantidad de evidencia dificilmente discutible y ha sido eficiente a lahora de caracterizar la conducta como ocurriendo según leyes. Con independencia, incluso, delestatuto teórico de algunas de sus nociones el paradigma conductista ha explicado hechos deconducta con una simplicidad y rigor como sólo el método científico podía garantizar. Elcambio de un paradigma a otro paradigma no resulta de un cambio en la moda. Deriva deproblemas teóricos alumbrados a partir de la evidencia generada por el paradigma dominantehasta ese momento. Que la evolución de la ciencia sea histórica no quiere, en absoluto, decirque ese devenir histórico ocurra sin causa. Aunque es ciertamente difícil en numerosasocasiones dar cuenta de la conexión intrínseca de los sucesos históricos del desarrollocientífico, por la dificultad de asociar eventos espacial y/o temporalmente distantes, a

4

menudo asociados a estados de opinión colectivos más incluso que a personalidades singulares,existen razones que justifican la evolución de un paradigma y su cambio por otro. Las críticasexternas a un paradigma contribuyen, a lo sumo, a determinar el tipo de respuestas que unparadigma alternativo debe proporcionar. La crítica externa si contribuye, en cambio, a hacerexplícitos aquellos principios o postulados que se afirmaban sólo implícitamente en la teoría.

A pesar del eco de sus críticas, Chomsky (1959) no proporcionó evidencia empíricaalguna, intrínsecamente contradictoria, con el paradigma conductista. El paradigmaconductista evolucionó, y con el la psicología, a partir de la evidencia por él aportada; lacrítica chomskyana contribuyó a hacer explícitos los postulados del paradigma conductistaque luego se mostraron decisivos en la interpretación teórica de la evidencia alumbrada. Laexplicación de como tiene lugar históricamente esta evolución exige precisar la metateoría,los postulados metateóricos del conductismo. Por conveniencia nos referirremos aquí a lostres postulados que entran en crisis primero a nivel empírico y luego a nivel teórico.

2.1. El carácter naturalista de la explicación psicológica.

En una lúcida y apenas conocida reflexión, haciéndose eco de la polémica que leenfrentaba con Mowrer a Fodor (cf. Sainz, 1986), un epígono de la primera polémica entreChomsky y Skinner en relación con la explicación de la conducta lingüística, Osgood (1980)reconocía como el primer postulado del conductismo radical el que denominó postulado deorganismo vacío. Una versión del postulado de organismo vacío es el que se halla implícito en eldenominado dilema del teórico, razonamiento que sirve a Skinner para rechazar las teoríascomo innecesarias para la explicación de la conducta. El postulado de organismo vacío se hallaenlazado en Skinner a la noción que el conductismo tiene de la naturaleza de la explicaciónpsicológica. Tipicamente la explicación psicológica para el conductismo es naturalista. Dadoque esta tesis define un postulado metateórico del paradigma conductista, es lícito referirsea él como el postulado del carácter naturalista de la explicación psicológica.

Supongamos -decía Skinner- que existen estados mentales mediando estímulos yrespuestas. Estos estados mentales -razonaba Skinner- o están legalmente conexos aestímulos y respuestas o no están legalmente conexos. Sólo si están legalmente conexos aestímulos y respuestas debe y puede el teórico de la conducta referirse a ellos. Ahora bien, siestos estados mentales están efectivamente ligados a estímulos y respuestas, el teóricopuede ignorarlos y formular las leyes de la conducta relacionando directamente estímulos yrespuestas. En conclusión, incluso en el supuesto de que existan estados mentalesinterviniendo entre estímulos y respuestas estos han de ser necesariamente epifenómenos deuna actividad que puede describirse según leyes que implican sólo estímulos y respuestas.

De este razonamiento, Skinner concluía rechazando el valor de todas las nocionesteóricas mentalistas.por ser inútiles en la explicación psicológica. La explicación se reducía, deeste modo, a mera descripción, de ahí que la militancia antiteórica de Skinner sacrificara, enrigor, los que eran objetivos del conductismo watsoniano, el control y predicción de laconducta. Skinner representa precisamente la expresión mas depurada del conductismoclásico al hacer explícito el postulado de organismo vacío. Es por ello, por lo que en Skinner nose encuentran ni a nivel teórico ni "a nivel metodológico -señala Cruz (1985)- diferenciasnotables con el conductismo clásico".

Incluso, aunque sea dificil identificar que es abiertamente erróneo en esterazonamiento, es claro que, con esta argumentación, Skinner asume que la descripción de un

5

fenómeno y el fenómeno mismo son entidades idénticas, se describen en el mismo vocabulario.Para alcanzar los objetivos de Watson en psicología es preciso formular una teoría contérminos que rebasen la mera descripción de los fenómenos implicados, ya que es en la teoríadonde se identifican clases de fenómenos y no simplemente fenómenos. Las relaciones legalesque implican a estímulos y respuestas no se identifican por referencia a este estímulo y estarespuesta En otros términos, sólo en la teoría es posible identificar clases de estímulo yclases de respuesta. Lo que es objeto de observación es un ejemplar de la clase, no la clasemisma. La primera asunción claramente errónea de Skinner era confundir la descripción de unaclase de fenómenos con la descripción de un fenómeno suponiendo que ambas descripciones sonidénticas o pueden expresarse con el mismo vocabulario teórico en términos físicos. Estaasunción implica que no es posible explicar aquella conducta en la que un estímulo no concluyeen ninguna respuesta observable, ni aquella en que se observan respuestas que no se derivan deningún estímulo. El problema podía ser salvado sólo si se aceptaba paralelamente que erandificultades técnicas las que impedían reconocer explícitamente las respuestas que siguen aestímulos físicamente descritos. Aunque el segundo caso, es ciertamente mas complejo, losmismos problemas podrían existir a la hora de determinar el antecedente de una respuestacualquiera.

2.2. El postulado de organismo vacío y la noción de continuidad.

El razonamiento de Skinner incluye una referencia directa al naturalismo de laexplicación psicológica y al postulado de organismo vacío de Osgood. En efecto, implícito en elrazonamiento skinneriano se encuentra el que los estados mentales que intervienen entreestímulos y respuestas sólo pueden describirse en el lenguaje de la física. De este modo sepostula la conclusión que se pretende demostrar. Ninguna intervención tiene el organismo yaque estímulos y respuestas pueden describirse físicamente con independencia de los estadosdel organismo que siendo físicos sólo pueden describirse en términos de la física. En palabrasde Osgood, si una clase de estímulos y una clase de respuestas participan en relaciones legalesindependientemente del estado del organismo, el organismo no contiene mecanismo alguno quealtere esta relación legal, es decir, es un organismo vacío. Por consiguiente, las leyes delaprendizaje son universales e independientes cualquiera sea el organismo implicado. De ahí queel conductismo defienda la continuidad de las especies y la universalidad de las leyes delaprendizaje, lo que explica su pretensión de entrenar a animales en la adquisición del lenguajehumano. Es claro el carácter lamarckiano de este postulado teórico. Los organismos no tienenninguna contribución en el aprendizaje. Ningún estado, por tanto, y menos aún un hipotéticoestado mental, tiene una contribución. Se comprueba el carácter lamarckiano de esta tesis ensu ambientalismo radical. La conducta se implanta únicamente a través del aprendizaje. Que lacrítica de Chomsky (1959) se dirige precisamente contra este postulado de organismo vacío,lo pone en evidencia con ocasión de la conducta lingüística, al mostrar que no es posibleadquirir el lenguaje por relación al aprendizaje, por referencia a la experiencia de los usoslingüísticos interpretados como estímulos. Es preciso además postular la existencia de unaclase de mecanismos innatos orientados a comprender y producir usos lingüísticos.

6

2.3. El postulado de conexión asociativa.

El proceso responsable del aprendizaje y, en suma, de toda la conducta, en elconductismo clásico, es un proceso de conexión asociativa. Este proceso se interpretó,primitivamente, como un mecanismo que actuaba según la contigüidad de los estímulosincondicionado (EI) y condicionado (EC); más tarde esta condición se asoció a la probabilidadde aparición de un estímulo condicionado (EC) tras la presencia del estímulo incondicionado(EI), es decir, a la contingencia de la relación entre ambos estímulos. El mecanismo se proponepara explicar el establecimiento de una transición entre estados, siendo el primero elestímulo condicionado (EC) y el segundo la respuesta condicionada (RC), por intermedio del EIy la respuesta incondicionada (RI). El carácter simple y único de este mecanismo, le dotan deuna significación singular en el marco de la teoría conductista. Ningún cambio de estadosderiva de la actuación de procesos simbólicos, es decir, de procesos que operan sobre estadossegún su contenido semántico, según la información que contienen acerca de estados del mundoobjeto de representación. Aunque la existencia de un mecanismo de conexión asociativarequiere una disposición del organismo en cuestión a ser afectado por la concurrencia en eltiempo de dos sucesos, se supone, en principio, que el mecanismo se encuentra presente entodas las especies en cierto grado, de ahí que el postulado sea coherente con los postuladosdel carácter naturalista de la explicación y de organismo vacío.

La hipótesis asociacionista explica las transiciones entre estados de acuerdo con suforma. Dos variables formales, independientes del contenido de los estímulos, se toman encuenta: el marco temporal y la relación de contingencia o correlación entre sucesos. Lahipótesis asociacionista del aprendizaje es formalista y en ciencia no es posible otro tipo deexplicación. El problema es la formalización de la noción de contenido simbólico, o, en otrostérminos, la formalización de la noción de significación en tanto en cuanto la significación delos estímulos es condición del establecimiento de relaciones entre estados mentales de unmodo tal que sea posible el paso de un estado a otro. La sucesión de las representaciones en lamente no tiene por causa una relación causal física entre estados físicamente descritos. Unsujeto no ofrece como respuesta al estímulo "madre" "padre" en razón de su similitud físicasino porque se ha establecido una relación entre pautas en el nivel del contenido, de lo queaquel estímulo y aquella respuesta representan.

Una teoría completa de la conducta debe explicar las transiciones entre estados quemedian entre el estado que suscita un estímulo y el estado que precede a la ejecución de unarespuesta. El conductismo trata de explicar estas transiciones con un mecanismo formalúnico. Si resulta insuficiente no es por una dificultad intrínseca de este mecanismo paraexplicar como ocurren estas transiciones entre estados sino por una caracterizacióninadecuada de los estados del sistema. En el conductismo se describen en términos físicosestados que deben ser descritos en términos representacionales, es decir, en términossimbólico-formales. A partir de Von Neumann, la informática teórica estableció estadistinción. Ahora sólo queda su completa asimilación.

3. Crisis de la metateoría conductista. Anomalías del paradigma.

No fueron las críticas exteriores al paradigma conductista, las que determinaron suevolución histórica. La crítica de Chomsky (1959), a lo sumo, dió sentido a la evidencia que seacumulaba en contra del paradigma. Esta evidencia no dió lugar al abandono del paradigma

7

hasta el mismo momento en que se formuló teóricamente, integrándose, simultáneamente, laevidencia a favor y en contra bajo una concepción teórica única. La evidencia teóricamenteanómala sólo sirvió para señalar el camino a un paradigma alternativo emergente, el queexplicaría la conducta como resultando del procesamiento de información. En lareconstrucción del paradigma y en la producción de uno mas comprensivo no sólo se revisan lasanomalías halladas sino las explicaciones teóricas alternativas formuladas dentro y fuera dela concepción dominante en otros paradigmas teóricos.

Las observaciones empíricas que se hallan en el origen del cambio de paradigma tienencomo objeto la noción teórica de representación. Esta noción, rechazada inicialmente como unanoción teórica mentalista, se reintroduce en psicología a partir de observaciones empíricasteóricamente inexplicables dentro del paradigma conductista. Es cuando estos hechos sereconocen que el cambio de paradigma tiene lugar y se reconocen otras observacionesoriginadas en otras tradiciones científicas. Así, por ejemplo, la obra de Piaget tuvo unimportante papel en la psicología europea y tiene ahora una nada despreciable relevancia en lapsicología contemporánea hallándose en el origen de ciertas contribuciones de la psicología y laciencia cognitiva contemporáneas. No existe, sin embargo, una tradición que directamenteenlace la obra piagetiana con la psicología contemporánea sin venir mediada por cambios quetuvieron previamente lugar en el paradigma conductista dominante. De ahí, que la influencia dePiaget no provenga de la aceptación incondicional de su original formulación teórica sino de surelectura a la luz de la versión que del método científico llevó a cabo el paradigmaconductista. En otros términos, la psicología no aceptó partir de la noción de representaciónimplícita en la obra piagetiana, sino que, esperó a construir una teoría en la que la explicaciónno sería posible sin recurrir a la noción de representación. Es una vez que la psicología vieneobligada a aceptar la validez empírica de la noción de representación para la construcción deuna teoría de la conducta que la psicología encuentra en Piaget a través de Flavell, Case eInhelder observaciones dignas de ser objeto de análisis.empírico y sugerencias teóricasrelevantes a la construcción de la teoría.

Como ocurre en el caso de otras personalidades singulares, las razones históricas quepermiten reconocer en la obra de un autor un momento necesario de la evolución de unadisciplina no son idénticas a la recuperación que de ese autor se lleva a cabo en el interior deun paradigma. Así, por ejemplo, Freud no es recuperado en la obra de Erdelyi por las mismasrazones por las que Freud pudo ser importante en la construcción de la psicología científicaque se inicia con el conductismo. La relectura de Freud por Erdelyi tiene tras de sí, laaceptación del concepto de representación en tanto requerido por la evidencia producida por elmétodo hipotético-deductivo en el interior del paradigma del procesamiento de información.Buena parte de las tradiciones de la psicología cognitiva contemporánea son resultado dereencuentros con autores históricamente anteriores que, en absoluto se hallan enlazados en lasecuencia histórica que justifica la adopción del paradigma, su mantenimiento y cambio. Lamisma observación cabe hacer de observaciones originadas en teorías, formuladas en otrasdisciplinas científicas, que adoptan un distinto punto de partida para su construcción. Al igualque para Freud, la noción de representación mental es primitiva, es decir, no necesita defundamento empírico, las nociones de decisor racional y de utilidad son primitivas para laeconomía como son la noción de grupo para la psicología social y la noción de institución para lasociología. La adopción de la noción de decisor racional por la economía no impone a lapsicología ninguna creencia acerca del carácter racional del sujeto. Lo que es un problemaempírico para la psicología bien puede no serlo para la economía. Cada disciplina decide de que

8

axiomas parte y en que relación se encuentran esos axiomas con la clase de preguntas quepretende contestar.

La evidencia empírica que se halla causalmente conectada con la evolución delconductismo es, en sentido estricto, evidencia que se produce a partir de la aceptación de suspostulados teóricos y metodológicos, incluidos aquellos que se hallan en el origen de labúsqueda teórica misma, es decir, se trata de evidencia que se produce en el interior delparadigma. No contribuyen a la evolución de un paradigma aquellas nociones que se dan porsupuestas en otras disciplinas científicas, o, incluso, en otros saberes. La psicología, porejemplo, no parte de aceptar la noción de libertad de decisión inherente en el derecho, lo quehistóricamente ha constituido fundamento de la atribución de culpabilidad. Ningún sabercomienza históricamente donde otro concluye. Por tanto, no debe existir necesariamentecoherencia entre lo que un saber o ciencia postula y otra ciencia se propone demostrar.

3.1. Crítica del postulado de organismo vacío.

La que parece ser la primera evidencia empírica que resultó ser una anomalía en elparadigma conductista fue aportada por Razran (1939). En una investigación experimental enque trata de estudiar el efecto de generalización de respuestas condicionadas, Razranobserva, presentando pares de palabras asociadas, que la respuesta condicionada a unapalabra se generaliza no a una palabra fonéticamente semejante sino a una palabra quecomparte con la condicionada su mismo significado. Aunque introducía tentativamente estetérmino, Razran describía, por vez primera, el fenómeno más tarde conocido como efecto degeneralización semántica. El descubrimiento de este fenómeno dotaba al paradigmaconductista de un nuevo modelo canónico para el estudio del comportamiento, elcondicionamiento semántico. En el experimento, la respuesta condicionada no se asociaba aestímulos en virtud de su semejanza física; por el contrario, la asociación tenía por causa untipo de semejanza inobservable que Razran se veía obligado a postular, un tipo de semejanzamediada por una representación. Esta observación introdujo en el paradigma conductista unaanomalía de dificil justificación teórica, que el conductismo mediacional se propuso luegoremediar sin romper con el paradigma conductista dominante. La observación de estefenómeno con materiales distintos y en contextos muy diversos multiplicó su validez empíricaal tiempo que cuestionaba el que luego se reconocería como el postulado de organismo vacío.

La hipótesis de que una representación media la asociación entre estímulos yrespuestas ha sido confirmada en numerosos estudios empíricos llevados a cabo por Paivio (cf.Paivio, 1971). Ya en sus primeros estudios Paivio comprueba, utilizando pares de palabrasasociadas, que la probabilidad de recordar una palabra de estímulo está asociada al carácterconcreto o abstracto de las palabras del par. La facilidad con que el sujeto imagina unreferente a las palabras que trata de recordar tiene una influencia decisiva en su tasa derecuerdo final. El carácter concreto o abstracto de una palabra no debería tener ningunainfluencia sobre el recuerdo de pares asociados; de nuevo, se obtenían resultados empíricosque encajaban mal con la versión mas fuerte del paradigma conductista lo que llevó a Paivio,primero, al conductismo mediacional y después al paradigma de procesamiento de información.

Entre la evidencia aportada por Razran (1939) y la revisión llevada a cabo por Paivio(1971), un número considerable de investigaciones aportaron evidencia incompatible enprincipio con el paradigma conductista. En la formulación del conductismo mediacional

9

confluyeron observaciones empíricas inasimilables por el primer conductismo y el trabajo deelaboración teórica que abiertamente defendía el cambio de paradigma conocidas lasanomalías observadas en las investigaciones sobre condicionamiento en humanos (cf. Brewer,1974).

3.2. Crítica del postulado de conexionismo asociativo.

Un cambio decisivo en las posibilidades explicativas del conductismo tiene lugar altiempo que se produce la crítica chomskyana del texto sobre conducta verbal de Skinner(Skinner, 1957). Kendler (Kendler y D'Amato, 1955, Kendler y Kendler, 1959), siguiendo aBoss (1953), halló en una tarea de formación de conceptos, que la conducta humana difieredrásticamente de la conducta animal. En un diseño experimental en el que se presenta lamisma serie de estímulos, Kendler comprueba que los seres humanos y los animales difieren enla facilidad con que cambian de criterio de clasificación. En un primer momento, se enseña alsujeto a responder a uno de los miembros de un par de estímulos que comparten ciertasdimensiones y/o rasgos y difieren en otros. En las dimensiones compartidas por ambosestímulos, estos difieren en el valor que toma la dimensión, p. ej. si la dimensión es tamaño, unmiembro es grande en tanto el otro es pequeño. Una vez un sujeto aprende a responder a unode los estímulos se cambia de estímulo correcto. En la situación de cambio reversible elestímulo correcto es simplemente el otro miembro del par, si el que pertenecía al conceptoera grande, el nuevo miembro es ahora el que es pequeño. En un cambio no reversible, por elcontrario, el estímulo correcto se identifica por una dimensión o rasgo no compartido por losmiembros del par, es decir, los miembros correctos se identifican definiendo una clase nueva,por ejemplo por su color, en vez de por su tamaño. En la situación de cambio reversible elsujeto debe llevar a cabo un cambio intradimensional; en la situación de cambio no reversibleel sujeto debe llevar a cabo un cambio extradimensional. La predicción coherente con elparadigma conductista es que deben obtenerse peores resultados en una situación de cambioreversible al resultar mas difícil la discriminación. Esto es lo que efectivamente se observaen el caso en que los sujetos experimentales son animales (Kelleher, 1956) o niños (Kendler yKendler, 1959), pero no en el caso en que los sujetos son seres humanos adultos. AunqueKendler y Kendler (1959) tratan de integrar la evidencia obtenida en una versión delparadigma conductista, el conductismo mediacional, dos observaciones resultan teóricamenteincompatibles con éste y compatibles, en cambio, con un ejemplar del paradigma que le sucede,la teoría de la comprobación de hipótesis del paradigma de procesamiento de información. Enefecto, en la explicación debe tenerse en cuenta, primero, el estado del sujeto y, segundo, elhecho de que el sujeto seleccione una dimensión frente a otras para llevar a cabo la tarea.Siguiendo una rigurosa metodología, los modelos de comprobación de hipótesis comenzaron atener cierta consistencia sin necesidad de recurrir a la introspección.

Al igual que la aportada por Razran, la evidencia recogida por Kendler se añadía aobservaciones incompatibles con el paradigma conductista. Estas observaciones, sin embargo,sólo obligaban al abandono del postulado de organismo vacío. La evidencia experimentalobligaba a concebir el organismo como un sistema cuyos estados deben mediar las relacioneslegales entre estímulos y respuestas. El estatuto teórico de estos estados mediacionales, sinembargo, en las teorías de Hull (1943), Mowrer (1960) y Osgood (1952) no es distinto delque en las respectivas teorías se reconoce a los términos que conectan, los estímulos y lasrespuestas. Los estados mediacionales, al igual que los estímulos o las respuestas deben

10

describirse físicamente porque su realidad sólo puede ser física. La psicología sigueconcibiéndose, pues, como una ciencia natural. Estos estados mediacionales, de acuerdo conHull, son fracciones de respuesta que inducen otras respuestas, asociadas, en último términoa respuestas observables. El modelo hulliano se completará, mas tarde, introduciendofracciones de estímulo entre estímulos observables y respuestas mediacionales, de un modotal que pueda justificarse que se observen respuestas a las que no precede un estímuloobservable. A pesar de su naturaleza física, estos estados mediacionales no soninmediatamente observables, al menos en principio. La evidencia reseñada podía acomodarseen el paradigma sin mas que abandonar el postulado de organismo vacío, no imponía cambiometodológico alguno ya que las entidades que median entre estímulos y respuestas tienen,teóricamente, la misma naturaleza que los términos que relacionan. El postulado conductistadel conexionismo asociativo se mantenía, pues, intacto.

Un joven colaborador de Skinner, luego catedrático en Harvard, sin duda una de laspersonalidades mas influyentes en el proceso que conduce al cambio que sufre el paradigmaconductista en el paradigma del procesamiento de información, W. K. Estes, publica junto conBurke (Estes y Burke, 1955) un artículo en que recoge evidencia que analiza y discute elproblema de la discontinuidad del aprendizaje, para integrarlo en el marco del paradigmaconductista. El análisis de Estes pone en entredicho el postulado de organismo vacío implícitoen la noción lamarckiana de continuidad de las especies. En efecto, si las transformacionesestructurales que sufren los seres vivos en la evolución derivaran del aprendizaje, las leyesdel aprendizaje serían universales. El problema de la discontinuidad del aprendizaje pone encuestión este postulado y permite rechazar como infundado el lamarckismo implícito en lapsicología.

En un trabajo posterior al de Estes y Burke (1955) de amplia difusión Rock (1957)estudia el problema de la discontinuidad en el aprendizaje y el papel de la repetición en laimplantación de una respuesta operante. Rock comparó dos grupos que tenían que aprender unalista de ocho pares asociados de sílabas sin sentido. Los sujetos del grupo de controlestudiaban esta lista hasta que cada sujeto daba la respuesta adecuada a cada estímulo. Elgrupo experimental comenzó con la misma lista. Sin embargo, en este grupo cada vez que elsujeto daba una respuesta incorrecta se eliminaba, sin que lo supiera, un par de sílabas y seintroducía un nuevo par en el ensayo siguiente. El sujeto experimental se veía obligado aaprender nuevos pares de sílabas en cada repetición de la lista total. Marvin Levine en unahistoria comentada en la que recoge algunos de los artículos que condujeron al cambio deparadigma comenta: "Si el sujeto aprendía cada par de sílabas por un proceso dereforzamiento gradual (de progresivo aumento), entonces se estuvieron eliminando ciertasrespuestas que habían recibido algún tipo de reforzamiento, al tiempo que se condicionabanindicios de nuevas respuestas. Se diría que el grupo de control lograría una ejecución perfectamás rápidamente que el grupo experimental. Rock, sin embargo, no encontró ninguna diferenciasignificativa entre estos dos grupos" (Levine, 1975, p. 103). Los resultados obtenidos porRock mostraban que un par de estímulo incorrecto no tenía asociada ninguna fuerza derespuesta. El aprendizaje de estas sílabas tenía la forma de "todo o nada" ya que antes deresponder correctamente, la fuerza asociada a cada respuesta era nula. La evidenciaestudiada por Estes y Burke (1955) y la aportada por Rock (1957) se constituían en unaanomalía central para el paradigma conductista y para su versión mediacional; se abría de estemodo una vía de agua en la línea de flotación del entonces frágil buque del conductismo alatacarse su postulado central de conexionismo asociativo. Una crítica común al conductismo

11

era su intrínseca dificultad para dar cuenta del aprendizaje de reglas o leyes de validezuniversal. Esta crítica no era nueva en relación con el asociacionismo. La misma crítica le habíasido dirigida por el racionalismo cartesiano; la inducción no podía nunca dar cuenta de laexistencia de reglas o enunciados de validez universal cuya existencia es innegable comocondición de existencia en la lógica y en las matemáticas. El trabajo de Rock (1957) ponía enentredicho el carácter gradual del proceso de aprendizaje y argumentaba a favor de unanoción discontinua del aprendizaje, lo que evidentemente anunciaba un retorno al racionalismoepistemológico.

Del libro publicado por Bruner, Goodnow y Austin (1956) se dice haber ignorado lasanomalías que afectaban al paradigma conductista dominante. Sin embargo, fueron aquellasanomalías las que dieron fundamento empírico a la noción de representación, y el libro deJerome Bruner venía a integrar en un nuevo paradigma la evidencia que se acumulaba a favorde las posibilidades explicativas de aquella noción. Bruner no sólo conocía las anomalíasempíricas del conductismo, en particular aquellas que oponían a los enfoques continuista ydiscontinuo del aprendizaje, sino también observaciones clásicas de Lashley (1929) yKrechevsky (1932) que afirmaban el carácter organizado y sistemático de ciertas conductas yen particular del proceso de aprendizaje que concluye en la formación de un concepto.Siguiendo a Hovland (1952), en el sentido de especificar las dimensiones y valores de unatarea de aprendizaje conceptual y definiendo y simplificando la tarea, Bruner, Goodnow yAustin proponen a sus sujetos experimentales una tarea de clasificación en la que debenaprender a clasificar una serie de ejemplares en dos clases o categorías atendiendoexclusivamente a los rasgos que les caracterizan. Los sujetos aprendían a clasificar cadaestímulo al tiempo que marcaban con un símbolo el que correspondía a su hipótesis criterio declasificación. Aunque los sujetos estaban técnicamente "autoinspeccionándose", elprocedimiento era metodolo-gicamente claro: los rasgos de los estímulos eran claros; elsujeto conocía que la solución se basaría en estos rasgos y conocía la correspondencia de estoscon un conjunto de símbolos de modo que podía expresar sus hipótesis. Para explicar laconducta del sujeto, Bruner, Goodnow y Austin (1956) introducen dos nocionesfundamentales: los conceptos de hipótesis y estrategia. Una hipótesis se definía como unaregla explícita que permite el reconocimiento de un ejemplar como miembro de un concepto.Una estrategia se definía como el proceso que sigue el sujeto para alcanzar una clasificacióneficiente del conjunto de los estímulos sometidos a clasificación. Ambas nociones suponen unreconocimiento claro del papel de las representaciones mentales en el comportamiento. Laeclosión de modelos que a partir de Bruner aparecen en escena es extraordinaria (cf.Cauzinille, 1975).

Las limitaciones que a la luz de los estudios experimentales posteriores presentaba elestudio clásico de Bruner, Goodnow y Austin, como son una cierta falta de sistematización enel tipo de estrategias utilizadas por los sujetos y un control impreciso de las hipótesis fueronresueltas mediante una definición mas precisa de la tarea y la introducción por Levine (1966)de ensayos blancos en la tarea de clasificación. Este procedimiento, ideado por Levine (1966),elimina la necesidad de recurrir al sujeto para que informe de sus hipótesis. Un ensayo blancoes un ensayo no informativo que permite aislar la hipótesis en estado activo, aquella que elsujeto contrasta en cada ensayo. Así, el procedimiento ideado por Bruner resultó sermetodológicamente indiscutible.

La unidad de un paradigma es, a menudo, una ficción en la mente del del historiador dela ciencia que trata de reseñar las vicisitudes históricas por las que aquel atraviesa. La

12

coexistencia de modelos alternativos dentro de un paradigma y la copresencia de tradicionesde distinto origen complica sobremanera un cuadro que se trata de retratar en el tiempo. Elaño 1956, año en que se produce una convención en el Instituto Tecnológico de Massachusettssobre Teoría de la Información, ha sido propuesto como una fecha fundacional de la psicologíacognitiva. Una diversidad de autores, con contribuciones en disciplinas tradicionalmentediversas, la psicología, la lingüística teórica, la matemática, la filosofía y la teoríacomputacional convergen en reconocer la mente humana como un sistema de procesamiento deinformación. El congreso revela un estado de opinión mas que una rigurosa definición del roladquirido por la noción de representación. Contribuyendo a ese cambio se hallan entre otrosChomsky, Newell y Simon, y Miller. Estos autores inician tradiciones decisivas en laimplantación primero de la psicología cognitiva y en la aparición después de la ciencia cognitiva.

3.3. Crítica del carácter naturalista de la explicación psicológica.

Cuando Miller y Bruner fundan el Centro de Estudios Cognitivos de la Universidad deHarvard en 1960, la rehabilitación de la mente es un hecho. La psicología cognitiva comienzaentonces su andadura contemporánea. La novedad la introduce el hecho de que la noción derepresentación no es una noción primitiva sino un concepto empíricamente fundado. Esta es,sin duda, una diferencia cualitativa de otras tradiciones que aceptando la noción derepresentación no la fundamentan en los términos requeridos por el método científico de lasciencias empírico-formales, el método hipotético-deductivo que exige la validación empíricade las hipótesis que se deducen por coherencia de una teoría. La convicción común de quenuestra conducta está guiada por el contenido de nuestras representaciones o creencias noconstituye, obviamente, un fundamento suficiente para la construcción de la ciencia. Estaconvicción ya era genuina en la psicología precientífica y en la tradición gnoseológica de lafilosofía, y, sin embargo, no bastó para invalidar la crítica al estructuralismo y al métodointrospectivo que mostró, a la luz del método científico, su intrínseca debilidad. La noción derepresentación es, para algunos de los precursores históricos de la psicología cognitiva, unanoción primitiva; en ningún caso puede identificarse con una noción teóricamente fundada enautores previos a la aparición y desarrollo del paradigma conductista.

Sin embargo, la existencia de un fundamento empírico de la noción de representaciónmental, es decir, la demostración de su carácter objetivo en la mente, no le otorgaautomáticamente a la noción el estatuto de un concepto teórico. En el momento en que lanoción de representación se reintroduce en la psicología, la naturaleza de la representaciónsigue siendo física y es objeto de descripción física. Aunque la psicología cognitiva es unhecho, carece de un paradigma teóricamente integrado capaz de asimilar la evidenciaproporcionada por el conductismo compatible e incompatible con el paradigma clásico. Dadoque la reflexión teórica a menudo llega después de que se ha producido suficiente evidencia,los hitos de ese proceso quedan a menudo ocultos en la maraña de los hallazgos de susdescubridores. En el año 1956 toma cuerpo un estado de opinión colectiva, se crea un estadode opinión a partir de las opiniones individuales de los protagonistas de aquel congresohistórico, pero estas opiniones nacían de las anomalías empíricas del modelo conductista,aquellas anomalías que habían obligado a aceptar como una noción teóricamente válida la nociónde representación. El problema ahora era dar sentido a esa noción, precisar su naturaleza altiempo que utilizarla para reestablecer esa relación o conexión entre estímulos y respuestas,una conexión que había quedado rota en las anomalías empíricas del paradigma conductista,

13

aquellas anomalías que mostraban el papel de la representación en la conducta. El intento dereestablecer esas relaciones legales entre estímulos y respuestas a través del concepto derepresentación es el motivo origen de la psicología cognitiva.

A pesar de la evidencia aportada por el conductismo en relación con la noción derepresentación, la psicología cognitiva, durante años, no se propuso someter a revisión lanoción de representación tal y como se había elaborado y heredado del último conductismo, esdecir, seguía interpretándola como una entidad mental de naturaleza física, de ahí quedebiera poder describirse con un lenguaje físico. Este carácter físico de la representación esuna exigencia metateórica del método científico, que obliga, a través del criterio deobservabilidad empírica, al objetivismo materialista. La única causalidad posible en términosde este objetivismo es la causalidad física. La proposición implícita era que no podría haberpara la representación mental otra realidad que la que puede reconocerse en términos físicos.La cuestión es si el nivel en que se propone describir y explicar un fenómeno es el mismo nivelen que se objetiva. La mente es física, pero las clases en que participan los fenómenos, esdecir, las relaciones entre clases de estímulo y de respuesta bien pudieran trascender a losestímulos y respuestas en tanto físicamente descritos. Del mismo modo, la objetividad de unaecuación matemática en física no reside en los valores que toman las variables, argumentos dela ecuación, es decir, los fenómenos que, como objeto de relación en esa ecuación, hacen a éstaobjetiva. En otros términos, los fenómenos de la conducta se explican en tanto miembros declases de fenómenos; estas clases no deben necesariamente describirse en términos de lafísica. El fracaso del conductismo para establecer relaciones entre clases de fenómenosfísicamente descritos se inicia con el descubrimiento de clases de estados que medianestímulos y respuestas. Estas clases de estados no se definen entonces en términos físicos,sino en términos que, informalmente al menos, se denominan representacionales. Sin embargo,nada en principio se oponía a la caracterización física de estos estados mentalesmediacionales origen de la noción, luego acuñada en la psicología cognitiva, de estadorepresentacional.

Las relaciones no son objeto de experiencia explicaba Hume. Derivan del uso de lascategorías del entendimiento en tanto se aplica a los fenómenos de la sensibilidad, razonabaKant. Las clases de relaciones en que participan los fenómenos deben caracterizarse en unlenguaje apropiado, aquel que permite reconocerlas, a menos que se renuncie a la explicación.Según Skinner, el vocabulario teórico de la psicología conductista no debería trascender a lamera descripción física de los fenómenos de conducta de ahí que el reconocimiento derelaciones legales entre estímulos y respuestas sólo fuera posible en el lenguaje de la física.La introducción de la teoría de la información, la teoría de lenguajes formales y la teoría demáquinas abstractas a partir del algebra de circuitos cuestionó teóricamente la necesidad deformular en términos fisicistas las clases de relaciones legales que vinculan estímulos yrespuestas, lo que es objeto de la psicología. Esta transformación teórica tuvo aplicación enpsicología en la caracterización formal de la conducta bajo la noción de recursividad dandofundamento al paradigma dominante conocido bajo las expresiones sinónimas de TeoríaComputacional-Representacional de la Mente, Teoría Computacional, o, simplemente, CienciaCognitiva. La noción de recursividad es la noción central del concepto de plan. Un plan deconducta requiere de la evaluación recursiva de las intenciones en función de los fines uobjetivos deseables o indeseables a que las acciones que suscitan conducen. Las nociones deplan y objetivo, centrales en la Ciencia Cognitiva, no son posibles sin una definición precisa delconcepto de representación. El término de Ciencia Cognitiva debe interpretarse como un

14

paradigma, no como una disciplina que integra disciplinas tradicionalmente distintas, sentidocon el que a menudo se asocia. Si la Ciencia Cognitiva se interpreta aquí como paradigma es porque su objeto es coextensivo con el objeto formal de la psicología, la conducta, en tantoderiva de un sistema de procesamiento de información.

3.4. Crisis del asociacionismo clásico. Anomalías empíricas

El mecanismo que el conductismo supone básico en el aprendizaje es el de conexiónasociativa. Esta conexión asociativa se supuso que dependía, en primer término, de lacontigüidad del Estímulo Incondicionado (EI) y el Estímulo Condicionado (EC); la efectividadde la respuesta condicionada asociada al estímulo condicionado dependía, según la hipótesis decontigüidad, de la asociación en el tiempo de ambos estímulos, de la duración del intervalo yde la correlación entre la presencia de un EI y la presencia de un EC. El intervalo entre el EI yel EC era así la condición de la actuación de este mecanismo asociativo. El problema de estahipótesis surge al considerar si la contigüidad es la única condición responsable de laformación de una asociación efectiva. En un estudio, ahora clásico, en el que introduce EEII noseñalados, es decir, no acompañados de EECC, en el intervalo entre estímulos (IEE), Rescorla(1968) encuentra que la probabilidad de aparición del EI tiene un efecto dramático en lasupresión condicionada de una respuesta, aun manteniendo constante la probabilidad deasociación entre el EI y el EC. Lo que ocurre en el intervalo entre ensayos no debería tenerningún efecto en la supresión condicionada de una respuesta en tanto no hay contiguidad entreel EI y el EC. La hipótesis de contigüidad que había servido a Pavlov (1927) y a Hull (1943)para explicar el condicionamiento clásico se veía de este modo cuestionada.

Frente a la hipótesis molecular de la contigüidad, Rescorla (1968) introduce lahipótesis molar de la contingencia (Spence, 1956). La hipótesis de contingencia se refiere a larelación entre las probabilidades correlativas de la presencia ó ausencia del EI y la presenciaó ausencia del EC. Su referente temporal es, por tanto, toda la experiencia del sistema enrelación con la asociación entre el EI y el EC. La noción de contingencia refleja la correlacióndel EC y el EI. Para la explicación asociacionista del condicionamiento clásico esta correlaciónentre EI y EC refleja una relación de dependencia causal. La hipótesis de contingencia nobasta para explicar el condicionamiento.clásico, sin embargo Para analizar el condicionamientoclásico en términos de la hipótesis de contingencia debe determinarse, en primer término,cuál es el intervalo entre estímulos crítico efectivo. En segundo término, la adopción de unahipótesis molar como la de contingencia no permite explicar el curso temporal del proceso decondicionamiento.

Además de estos problemas teóricos, las hipótesis de contigüidad y de contingenciase enfrentan al problema de dar cuenta del efecto de bloqueo que descubriera Kamin (1968) yel efecto de ensombrecimiento que ya reseñara Pavlov (1927). En efecto, ninguna de estashipótesis explica por qué no se observa condicionamiento cuando un estímulo normalmenteefectivo X presentado en estrecha relación temporal con un EI no queda condicionado si sepresenta asociado a otro estímulo A que fue efectivo en relación con el mismo estímuloincondicionado. El efecto de bloqueo depende del grado de condicionamiento del estímulo A quefue efectivo en el establecimiento de un EC de modo que ninguna fuerza asociativa puedeasociarse con el primer estímulo X que le acompaña. El estímulo A dá lugar a un EC de un modotal que se establece como una señal efectiva de la presencia del EI. Si ya existe una señalefectiva del EI, el estímulo que se asocia a esa señal es redundante y no obtiene fuerza

15

asociativa alguna. Kamin (1968) demuestra este efecto enseñando a un grupo de ratas que unruido señalizaba un choque eléctrico. Una vez aprendieron esta relación, expuso a las ratas ados estímulos que se presentaban simultáneamente, el ruido original y una luz y entonces esteestímulo compuesto se reforzaba mediante la administración de un choque eléctrico. Lasratas posteriormente expuestas sólo a la luz, no mostraron ser sensibles a la presentación deeste estímulo como una señal de la aparición posterior de un choque eléctrico. El hecho de queel ruido fuera una señal eficaz de la administración de un choque eléctrico bloqueaba elaprendizaje del hecho de que la luz también predecía este estímulo incondicionado. El efectode ensombrecimiento (Pavlov, 1927), en que la efectividad de un EC es menor que otroestímulo del compuesto, tiene efectos similares al del bloqueo. Wagner (1969) expuso a ungrupo de ratas, en un experimento, en una serie de ensayos alternos a un estímulo compuesto,p. ej. de una luz y un sonido que predecía un choque eléctrico. En este procedimiento la luzresultaba ser un mejor predictor del choque eléctrico que el sonido. Esta efectividad de la luzcomo predictor redujo de forma efectiva el condicionamiento al predictor menos válido, elsonido.

No es necesario que existe un estímulo competitivo con otro EC para mostrar que lashipótesis de contigüidad y contigencia no permiten explicar la ausencia de condicionamiento.Rescorla (1968) demuestra que si se asocia la presencia o ausencia del EI aleatoriamente conun estímulo ningún condicionamiento se observa. Sólo cuando el emparejamiento entre unestímulo y un EI sirve para reducir incertidumbre puede observarse condicionamiento. Otraevidencia puede aportarse en relación con la inhibición condicionada (Pavlov, 1927; Konorski,1948) que tampoco puede explicarse recurriendo a las nociones de contigüidad y contingencia.Esta evidencia indica que el condicionamiento depende de la información proporcionada por elestímulo que se asocia como indicio al estímulo incondicionado (cf. Mackintosh, 1983; Rescorlay Holland, 1982). Rescorla y Wagner (1972) han desarrollado un modelo explicativo,sumamente poderoso, del condicionamiento clásico, que emplea la regla delta de aprendizaje(Widrow y Hoff, 1960; cf. Sainz, 1991). El modelo formalizado de Rescorla y Wagner hapermitido integrar, a pesar y precisamente por sus anomalías empíricas (Holyoak, Koh yNisbett, 1989), la evidencia empírica aportada por la psicología del aprendizaje en elparadigma computacional de la mente. El desarrollo ulterior de la regla delta generalizada enlos modelos conexionistas ha disuelto uno de los dilemas históricos mas persistentes enpsicología, la oposición entre asociación y regla (cf. McClelland y Rumelhart, 1986). Eldescubrimiento de la reglas delta generalizada por Rumelhart y McClelland (1986) resuelve,en este sentido, la inhabilidad de los modelos asociacionistas para tratar con reglas,inhabilidad que habían mostrado Minsky y Papert (1969) en su famoso trabajo

4. El concepto de representación en la Ciencia Cognitiva.

Con la publicación de las libros de A. R. Anderson bajo el título de "Minds andMachines" (Anderson, 1964) y de J. Haugeland bajo el título "Mind Design", la psicologíacognitiva comienza a tener una articulación teórica mas allá de la serie inarticulada de hechosempíricos aportados desde perspectivas teóricas a menudo divergentes en apariencia. Eseestado de disgregación no concluye hasta el artículo de Newell (1982) en ArtificialIntelligence titulado "The knowledge level" y el trabajo de fundamentación teórica dePylyshyn (1984) bajo el título de "Cognition and Computation". La obra de Hinton y Anderson(1981) bajo el título "Parallel models of associative memory" tiene en la década de los

16

ochenta una difusión sólo comparable a la que tuviera en la década anterior el texto singularde Newell y Simon (1972) sobre algunos ejemplos de la conducta humana de resolución deproblemas, que llevaba por título "Human Problem Solving". La diferencia entre el ambiciosotexto de Newell y Simon (1972) y el de Hinton y Anderson (1981) era que, mientras esteúltimo contenía una articulación teórica de un amplio conjunto de fenómenos psicológicos, ellibro de Newell y Simon no contenía un modelo explícito de la conducta de resolución deproblemas tal como prometía su título. Se limitaba a describir una clase particular deproblemas con el propósito explícito de generalizar los casos descritos a los procesos desolución de problemas en general. El texto resultó, sin embargo, decisivo porque incluía unadefinición de los procesos de solución de problemas como una clase de procesos recursivos yuna definición aunque todavía imprecisa de un sistema de procesamiento de información, talcomo el sistema cognitivo humano, como un sistema de símbolos físicos. Esta noción era unade las manifestaciones de la inteligencia artificial en la psicología del procesamiento deinformación (cf. McCarthy, 1960).

El hallazgo teórico fundamental de Newell y Simon consiste en describir la conductade resolución de problemas como resultado de un proceso recursivo definido por trestérminos, el estado inicial, el estado objetivo o meta, y el estado transición que conecta losestados inicial y objetivo. Una vez definidos, Newell y Simon se aperciben de que cualquiera deestos términos puede aplicarse a un conjunto cualquiera de tres estados con la condición deque se hallen en una serie y pueda asignarse a los miembros de la serie las descripciones quese corresponden con los términos reseñados. Newell y Simon descubren, en suma, ladescomposición recursiva del proceso de solución de problemas en un ciclo que incluye estadosiniciales y estados meta y transiciones entre estados. Si un sistema de procesamiento deinformación no cuenta en su repertorio con respuestas apropiadas las construye a partir delas disponibles mediante un proceso de búsqueda de la solución. El conjunto de estados omarco en que se efectúa la búsqueda recibe el nombre de espacio del problema. Este procesoconstructivo que Newell y Simon (1972) denominan proceso de análisis medios-fines suponeuna revolución teórica de largo alcance en psicología al permitir la generalización del conceptochomskyano de competencia. La noción de sistema de símbolos físicos dá más tarde origen auna completa reformulación del concepto de lo mental en psicología a partir de un cambio en lanoción de representación. La noción de función recursiva es la idea central del trabajo deMiller, Gallanter y Pribram (1960), de la teoría de la comprobación de hipótesis de Bruner,Goodnow y Austin (1956) y está presente en la primera teoría de redes neurales de Hebbademás de ser central en el trabajo, pionero en psicología, de Newell y Simon (1972).

La obra de Hinton y Anderson (1981) es decisiva en muchos sentidos. Recoge lostrabajos teóricos, entonces, más ambiciosos de la ciencia cognitiva y, en particular, trabajosque tratan de la realización física de un sistema de procesamiento de información en unsistema de naturaleza biológica como es el cerebro. Se examinan los modelos holográficos ymatriciales de asociación de pautas (Willshaw), se desarrollan modelos basados en el algebrade matrices para implementar sistemas asociativos y autoasociativos de pautas y se proponenmodelos de memoria distribuida (Kohonen, 1977, 1984, 1987) frente a los usuales modeloslocalizacionistas entonces dominantes (Kohonen, Oja y Lehtiö), se elaboran modelos de redesneurales(Sejnowski, Anderson y Mozer), se discute y analiza en fin, las posibilidadesexplicativas de una arquitectura de procesamiento paralelo frente a las usuales arquitecturasde procesamiento serial (Anderson y Hinton, Feldman, Fahlman, Hinton, Ratcliff). Ladificultad técnica de estos desarrollos impide su tratamiento en este espacio. El lector puede

17

consultar Sainz (en prensa), además de la obra original, todavía sin traducir al español. Todosestos desarrollos implican un uso intensivo de tres descubrimientos clásicos en el momento enque sale a la calle la primera edición del libro: la teoría de la información con la formalizaciónde la noción de información, la teoría de los lenguajes formales que permite la expresión deinformación en una máquina, y la teoría de máquinas abstractas que desarrolla la noción deautómata a partir del algebra de Boole. Estos descubrimientos y su expansión teórica en lasobras de Newell y Simon (1972) y de Hinton y Anderson (1981) definen el contexto en que sedesarrolla la reflexión teórica de Haugeland (1981) y Pylyshyn (1984).

4.1. Formalización de la noción de información.

La teoría de la información formaliza la noción de información mediante laformulación de una teoría axiomática. La información es tanto mayor cuanto mayor sea enprincipio la indeterminación. De un universo de mensajes posibles se selecciona uno de ellos.Así, la información está asociada a la probabilidad de aparición de un suceso de entre unconjunto de sucesos posibles. En el caso en que todos los sucesos ai son equiprobables, laprobabilidad de aparición de un suceso ai viene dado por p(ai) = 1/n, siendo n el número totalde sucesos. La función que se trata de definir como medida de la indeterminación de un sucesoaleatorio, debe satisfacer tres condiciones. Una medida que permite comparar dos sucesos enlo que a indeterminación se refiere.

1. S(1) = 0, la indeterminación S de un suceso único es nula, ya que el resultado seconoce antes de verificarse.

2. n1 < n2, => S(n1) < S(n2). La indeterminación de dos sucesos aleatorios n1, n2 conresultados equiprobables es mayor para aquel que tiene un mayor número de posiblesresultados. Entre dos sucesos aleatorios con resultados equiprobables debe ser masindeterminado aquel que tiene mayor número de posibles resultados.

3. S(m.n) = S(m) + S(n). Si se consideran dos sucesos aleatorios A y B independientes,con n y m resultados, el resultado intersección que tiene n.m resultados posibles, tambiénequiprobables, tal suceso compuesto es mas indeterminado que cualquiera de los dos A o B,pues a la indeterminación del uno se le añade la del otro. Se puede entonces establecer que laindeterminación del suceso compuesto es la suma de las indeterminaciones de lo que lecomponen (expresada la indeterminación en una escala logarítmica).

La función que cumple estos tres axiomas es S(n) = log n, para el caso en que la basedel sistema de logaritmos sea mayor que la unidad. Si se toma como base el número 2 launidad de medida que resulta se denomina binaria o bit. Un bit es la indeterminación de unsuceso aleatorio con dos resultados equiprobables.

Para extender la medida de indeterminación a un tipo cualquiera de sucesosaleatorios, debe considerarse el grado de indeterminación que introduce cada uno de los nresultados posibles, que es igual a log2n/n bajo una unidad de medida binaria; laindeterminación total es la suma de todas esas indeterminaciones parciales.

Dado que log2n = -log21/n, la contribución de la indeterminación de un suceso log2n/n= -p(ai)log2 p(ai) donde p(ai) representa la probabilidad del resultado ai, ya que en el caso deresultados equiprobables p(ai) = 1/n, para todo i. El grado de indeterminación total de unsuceso aleatorio A con probabilidades no iguales viene dada por

18

S|p(a1), p(a2), ..., p(an)| = - ∑ p(ai) log2 p(ai)

La función S, se denomina entropía del suceso aleatorio A. El grado de indeterminaciónde un suceso es log2n, de manera que la elección de un resultado entre n resultados suministrainformación igual a la indeterminación que elimina, a saber log2n. Considerando un sucesoaleatorio cualquiera, y dado que log2n = -log21/n, la información obtenida al producirse elresultado ai vendría dada por -log2p(ai). La medida de información así definida se asocia a unresultado. Por esta razón, para determinar la información de todos los resultados posibles seconsidera la información media.de todos los resultados posibles, afectados cada uno de surespectiva probabilidad. Es decir, se toma como medida de la información la cantidad,

∑ p(ai) |log2 p(ai)| = -∑ p(ai) log2 p(ai)

La noción de información se define de esta forma estrictamente. Basta encontrar unafunción que haga corresponder expresiones a sucesos en el mundo de forma tal que lasexpresiones se relacionen sistemáticamente con sucesos del mundo. Se trata de que lasexpresiones tengan la forma lógica que se corresponde con la forma lógica de los estados delmundo. Las representaciones son las expresiones que construye la mente. La información quecontienen especifica el orden y probabilidad relativa -la forma lógica- de los acontecimientosdel mundo. Esta información se especifica en la forma de las expresiones y en el modo en queestas expresiones se suceden en la mente.

Tras definir estrictamente la noción de información, la tarea es ahora definir unlenguaje cuyas expresiones revelen la forma en que se codifica la información a la que accedeun sistema de procesamiento de información. Observemos que la información es una propiedadde una relación entre sucesos ya que sobre un suceso no cabe estrictamente ningunainformación. La información deriva por tanto de dicha relación y no es, por tanto, en sentidoestricto objeto de experiencia. Sobre un suceso no cabe ninguna incertidumbre y no cabe, portanto, disponer de ninguna información. Es de la asociación no aleatoria de sucesos que cabeobtener y determinar alguna información.

4.2. Expresión de la información. Formalización de un lenguaje.

Es habitual referirse a la mente humana como un sistema que procesa información.Esta información se expresa mediante símbolos o expresiones simbólicas, denominadas así porservir a la función de expresar información. Una expresión no es más que un conjunto ordenadode marcas físicas sobre una substancia, conocida a menudo bajo el término de materiaexpresiva. Así, p. ej., en la producción de habla, la manipulación física del sonido -materiaexpresiva- se lleva a cabo modulando el sonido, alterando la disposición de los órganos de lafonación, de las cuerdas vocales y del sistema bucofaríngeo. Un conjunto cualquiera de objetoso sucesos pueden ser representados por muy diferentes sistemas de símbolos o expresionessimbólicas. Así, por ejemplo, en la comunicación verbal, los objetos de la vida cotidiana puedenservir de referentes de expresiones orales o expresiones escritas, siendo que ambas tienenpor origen la manipulación de una misma substancia expresiva como es el sonido. En el caso deun texto escrito aquella manipulación del sonido se ha traducido simplemente a otra materiaexpresiva como es el caso del papel en que se realizan los trazos. La multiplicidad de

19

expresiones simbólicas que pueden emplearse para denotar aquellos objetos o sucesoscotidianos constituyen lo que se denomina una notación simbólica. Una notación es un lenguajepor el que es posible determinar el sentido y la referencia de un símbolo o expresión porrelación al sistema de símbolos o expresiones permitidas en dicho lenguaje. Los lenguajes sonsistemas de símbolos que pueden diferir en: a) los símbolos primitivos o elementales queemplean en la construcción de sus expresiones, lo que constituye su alfabeto; b) el conjunto deexpresiones simbólicas bien formadas lo que depende de sus reglas de formación; c) losaxiomas o fórmulas cuya verdad se supone; y, d) las reglas de derivación que permiten derivara partir de los axiomas nuevas expresiones bien formadas. El dominio que un lenguajesimboliza depende del conjunto de expresiones permitidas y de los axiomas y reglas dederivación adoptadas. Así, p. ej. es una notación la que permite expresar la serie de losnúmeros naturales empleando los diez símbolos primitivos terminales que definen el alfabetoen el sistema decimal. Para expresar con esta notación los números naturales se requiereademás, en el caso de los números naturales, los axiomas de Peano. Una vez definidos losnúmeros naturales puede definirse sobre ellos la serie usual de operaciones primitivas.

La notación decimal no es la única que permite la expresión de los números naturales,una notación cuyo alfabeto incluya sólo el 0 y el 1 como símbolos primitivos puede tambiénexpresarlos. Independientemente de algunas limitaciones de la notación romana, también esposible emplear los números romanos para expresar los números naturales, al menos hasta uncierto número de la serie. Todas estas notaciones varían primordialmente en el alfabetoempleado y en las reglas de formación de las expresiones bien formadas construidas sobreese alfabeto.

La formalización de las nociones de lenguaje, de sistema formal y de gramática formales un paso decisivo en la caracterización de un sistema de procesamiento de información. Unaexpresión contiene información por la forma que adoptan sus elementos primitivoscomponentes. La información se expresa en la forma de la expresión, en el orden que toman loscódigos físicos que se emplean para representar. Así, p. ej. en el lenguaje natural, lo quepermite distinguir entre VACA y CAVA no es mas que el orden en que se agrupan las letras delalfabeto. Estas letras forman parte del alfabeto que permite definir el español, un ejemplo delenguaje natural. El sentido de cada expresión varía por las frases en que es posible insertarVACA y no puede insertarse CAVA y viceversa. La información depende de la forma u ordenque toman tales primitivos y no de los primitivos mismos que resultan ser indiferentes alpermitir un número indefinido de expresiones simbólicas. Las representaciones codificaninformación. Las representaciones son expresiones construidas en un lenguaje mental. Escomún referirse a la forma codificada de una representación bajo el término de forma lógica.Una representación representa porque su forma lógica es equivalente a la forma lógica de lossucesos del mundo dados en la percepción. En la percepción los acontecimientos del medio seconvierten en expresiones simbólicas primitivas, cuya forma preserva ciertas variacionesrelevantes del medio.

Definido formalmente un lenguaje, la teoría de las gramáticas de Chomsky (1957,1958) establece, formalmente, que es una gramática. Una gramática describe que expresionescomplejas -denominadas frases- pueden construirse a partir de expresiones elementales --denominadas palabras ó símbolos terminales de la gramática (a su vez construidas a partir deun alfabeto de un lenguaje)--- por intermedio de un conjunto de categorías o clasesgramaticales --denominadas símbolos no terminales--, un axioma de comienzo de la derivación,y un conjunto de reglas de derivación o de producción. De acuerdo con la forma de estas reglas

20

de derivación, Chomsky define cuatro tipos únicos de gramáticas. Estos cuatro tipos degramáticas definen cuatro tipos de máquinas abstractas o autómatas. A su vez, talesautómatas permiten resolver cuatro clases diferentes de problemas, dando lugar a la teoríade la computabilidad, que establece que conjuntos de problemas pueden resolverse según lasexpresiones que acepta y deriva cada tipo de autómata. Los lenguajes de tipo 0, que secaracterizan por gramáticas sin restricciones, se corresponden con máquinas universales deTuring y son capaces de resolver toda clase de problemas computacionalmente solubles,incluida la clase de problemas recursivamente enumerables.

4.3. Implementación física de la información. Teoría de autómatas.

Definida la noción de información y hecha posible su expresión a través de un lenguaje,la cuestión que resta es la implementación o realización física de esta expresión simbólica enuna máquina. Observemos que cualquier sistema de procesamiento de información, organismo omáquina lógica, puede concebirse como una máquina abstracta o un autómata.

En un artículo publicado en 1938 bajo el título de "A symbolic analysis of relay andswitching circuits", Claude Elwood Shannon aplica por vez primera la lógica de Boole acircuitos electrónicos construidos primero con relés y luego con otros dispositivoselectrónicos de vacío y de estado sólido. Shanon dá entonces los primeros pasos en laconstrucción de la Teoría de Autómatas o Teoría de máquinas abstractas. Todo sistema queacepta señales del medio que le rodea y, como resultado, cambia de estado y transmite otrasseñales al medio es un autómata. Se denominan autómatas secuenciales o máquinassecuenciales, aquellos sistemas que son capaces de: a) recibir información de su ambiente, unaentrada o estímulo; b) transformar la información recibida; y c) generar nueva información,una salida o respuesta. Un autómata que genere una respuesta sin una entrada previa sedenomina autómata generador; un autómata que acepte una entrada sin generar ningunarespuesta se denomina autómata aceptador. La teoría de autómatas es una extensión y unaaplicación de la lógica de clases o algebra de Boole utilizando recursos o dispositivos físicos --circuitos lógicos- para representar información. Cada uno de los componentes de estosdispositivos físicos, llamado genéricamente biestable al aceptar cualquiera de dos estados, unestado conductor y un estado no conductor de la electricidad, permite el registro de un bitde información. La combinación de varios de estos biestables en un circuito permite elregistro de cualquier información, lo que se halla en el origen de las máquinas lógicasdenominadas ordenadores.

Un autómata es un sistema formal automático que acepta descripciones de entrada,las manipula según reglas y proporciona respuestas como salida. Las reglas especificantransiciones entre estados de entrada y de salida. Los componentes o elementos primitivos dela entrada y los componentes o elementos de la salida definen un alfabeto respectivamente deentrada y de salida. Estos alfabetos especifican que estados primitivos acepta la máquina yque estados primitivos puede producir. Los estados por los que la máquina puede pasar hastaproporcionar una respuesta definen un conjunto posible de estados. La función que especificaen que estado se hallará una máquina en un cierto estado tras aceptar una entrada sedenomina función de transición. La función de salida determina en que estado se hallará unamáquina dado un cierto estado transición. El antecedente teórico de todos los sistemasformales automáticos es una clase de máquinas abstractas inventada (en abstracto) por elmatemático A. Turing y denominadas Máquinas de Turing. Una máquina de Turing es un tipo de

21

autómata abstracto en el que es posible implementar cualquier función de transición, de ahíque se le denomine habitualmente como máquina universal de Turing. Sin embargo, la máquinauniversal es una clase de entre las cuatro clases posibles de máquinas que se definen según lasexpresiones que aceptan como entrada y las expresiones que producen como salida, lo que vieneexpresado por un tipo de gramática.

La teoría de máquinas abstractas permite la construcción de máquinas o dispositivosfísicos capaces de simular la ejecución de un cierto tipo de autómata. Los ordenadoresdigitales contemporáneos no son mas que dispositivos físicos finitos que permiten simularcualquier función de transición de una máquina universal de Turing. A partir de la Teoría deautómatas es posible la construcción de un sistema de procesamiento de información, esdecir, un sistema físico formal simbólico. La Teoría Computacional concibe la mente humanacomo un ejemplo o caso particular de una clase de dispositivos físicos cuyo comportamiento esguiado por creencias o representaciones.

4.4. El concepto de representación en la teoría computacional.

La teoría computacional de la mente resuelve, de una vez por todas, cuatro dilemasfilosóficos básicos para la construcción de una ciencia de la mente: a) el problema metafísicode la interacción de la mente y el cuerpo que se hallara en el origen del dualismo cartesiano; b)el problema de explicar la relevancia del significado en la conducta sin apelar a un homúnculocomo una petición de principio; c) el problema de la disociación asociación-regla que se halla enel origen de la polémica entre asociacionismo y racionalismo, también conocido como problemade la inducción; y d) el problema metodológico de la verificabilidad empírica de las teoríasmentalistas. La teoría computacional es la primera explicación materialista no reduccionistade los hechos mentales (cf. Woodfield, 1976). Consideraremos, en primer término, de manerainformal una propiedad de los sistemas formales, para presentar después alguna evidenciaempírica parcial que demuestra la independencia de los procesos guiados por información de larealización física de la información en una máquina. En un apartado posterior se hará másprecisa esta caracterización informal de la noción de representación en la teoríacomputacional.

Consideremos, siguiendo a Haugeland (1981), un conocido juego para ilustrar elconcepto de sistema formal que ha servido para definir la noción de autómata. En la Figura 1,se presenta un solitario de clavijas en una de las configuraciones posibles, aquella en que elespacio libre se encuentra en el centro de la configuración.

El juego incluye un número finito de piezas idénticas que son objeto de movimiento enla configuración. La ranura central indica un espacio vacío. Las piezas se distribuyenigualmente en los cuatro brazos de la configuración. Esta disposición define el punto departida o estado inicial. Las reglas especifican que el único movimiento permitido es el saltode una clavija sobre una única clavija adyacente a una ranura o espacio vacío. Cualquier piezasobre la que otra se ha movido se retira de la configuración. Los movimientos en diagonal noestán permitidos. El estado objetivo final está representado por una única pieza en el centrode la configuración.

22

• • • A3 A4 A5 • • • B3 B4 B5

• • • • • • • C1 C2 C3 C4 C5 C6 C7 • • • o • • • D1 D2 D3 D4 D5 D6 D7 • • • • • • • E1 E2 E3 E4 E5 E6 E7

• • • F3 F4 F5 • • • G3 G4 G5

Figura 1. Solitario de clavijas con unaconfiguración en el que el espacio libre seencuentra en el centro.

Figura 2. Solitario de fichas con unaconfiguración en el que el espacio libre seencuentra en el centro. La ficha D4 se hacolocado en la cesta objetivo.

Este juego ilustra, de manera informal, los componentes de un sistema formal. Enefecto, incluye a) un alfabeto, las clavijas de la configuración inicial y de la configuraciónfinal; b) la posición de partida de la configuración que viene dada, lo que está representado enun sistema formal por los axiomas; c) el conjunto de estados permitidos, las distintasconfiguraciones posibles entre el inicio del juego y un estado final que no coincidenecesariamente con el de la solución; y d) las reglas que especifican que movimientos estánpermitidos en una posición dada, en un sistema formal las reglas de derivación o producción.Si se supone la manipulación automática de los componentes de un sistema formal de acuerdocon las reglas especificadas en dicho sistema, un sistema formal se convierte, entonces, enautomático. Este es el caso del ordenador.

Esta caracterización de un sistema formal permite explicar algunas de suspropiedades más relevantes. En primer término, un sistema formal es cerrado. Sólo losestados aceptables, construidos a partir de los primitivos definidos en el alfabeto sonrelevantes a las transformaciones que tienen lugar en los estados del sistema. En segundotérmino, el sistema está perfectamente definido. Es posible definir perfectamente todos ycada uno de sus estados. En tercer y último término, todos las transformaciones, o, ennuestro juego, todos los movimientos, son finitamente comprobables. Es decir, puededeterminarse si resultan de transformaciones legales. El sistema formal que presenta estastres propiedades es digital.

El carácter digital de un sistema formal tiene, como razona Haugeland (1981, p. 7),una consecuencia importante: "Sistemas que parecen bastante diferentes pueden, sinembargo, ser el mismo esencialmente". En efecto, tómese el tablero de la Figura 2 en el que sehan sustituido las clavijas del solitario antes descrito por treinta y dos fichas marcadas poruna letra y un número. Al principio del juego, se cuenta con dos cestas; todas las fichas seencuentran en la cesta de partida excepto una que se ha retirado, la ficha D4, y colocado en lacesta objetivo final. El objeto del juego es invertir esa situación mediante un proceso queconsiste en cambiar simultáneamente de la cesta de partida a la cesta final tres fichasordenadas bien por el número bien por la letra. Así es un movimiento legal el que resulta decambiar A3, A4, A5 porque se encuentran en serie respecto del número, al igual que lo escambiar a la segunda cesta las fichas A4, B4, C4. La primera condición especificada por lasreglas es el movimiento ordenado de tres fichas. La segunda condición es que dos de las tresfichas que se mueven estén en la cesta de partida y una de ellas sea la que ocupa la posición

23

intermedia de la serie y la tercera esté en la cesta objetivo. De la configuración inicial se haretirado la ficha, la D4, que ocupaba la posición central y se ha colocado en la cesta objetivo.Es fácil apreciar que ambos juegos son formalmente idénticos aunque su realización física seadiferente; en un caso se emplean clavijas, en el otro se emplean fichas y sus reglas tengan unaexpresión sensiblemente diferente. Se puede comprobar que cambiar las fichas D2-D3-D4equivale en la implementación anterior a saltar con la clavija situada en la posición D2 laclavija D3 a la posición vacía D4, dejando esta última ocupada y las otras dos vacías. Estaidentidad esencial entre sistemas formales se denomina equivalencia formal. Dos sistemasformales son formalmente equivalentes si son formalmente intercambiables, es decir si: 1)para cada posición en un sistema, existe una y sólo una posición que corresponda en el otrosistema; (2) los estados de ambos sistemas se corresponden; 3) siempre que se puede pasarde un estado a otro estado en un sistema, existe una transición análoga entre los estadoscorrespondientes del otro sistema.

El hecho de que un mismo sistema formal acepte implementaciones físicas tandiferentes ilustra una de las propiedades fundamentales de los sistemas formales: existen unnúmero indefinido de realizaciones físicas diferentes del mismo sistema formal. Estapropiedad es posible en tanto los códigos físicos que constituyen la realidad física de unaexpresión simbólica no contienen en cuanto tales información. La información descansa en elorden que aquellos códigos adquieren en la expresión. Es en la composición de los primitivossemánticos del sistema donde tiene existencia la representación. Así un conjunto diferente desucesos físicos, en nuestro solitario, clavijas o fichas, expresan el mismo sistema formal.Esta independencia funcional entre la implementación física de una representación y larepresentación misma es el postulado teórico fundamental de la teoría computacional de lamente. Pueden considerarse sistemas formales donde exista más de una clase de códigosfísicos primitivos y más de una clase de estados definiendo códigos de un nivel superior,condiciones estas no representadas en nuestro ejemplo. Estas dos complicaciones ilustranpropiedades del sistema cognitivo humano: clases de estados definidos por composición deprimitivos se tratan a su vez como códigos de un nivel superior de representación. Lo que es,sin embargo, característico es que no existe una única implementación física de cada estadorepresentacional aunque cada estado representacional se realiza físicamente. Comprendereste postulado es esencial para entender porque la Ciencia Cognitiva resuelve los problemasepistemológicos antes presentados.

Existe evidencia empírica de que no existe una única descripción físicacorrespondiendo a una representación dada. Así, no es posible especificar en términos físicosque atributos o propiedades de un estímulo determinan que se percibe. Como Epstein y Park(1986) han señalado, no existen límites obvios a que estímulos son compatibles con unainterpretación perceptiva. Pylyshyn (1984) recuerda a este fin el experimento de Hochberg(1968) en el que los sujetos percibían un cubo de Necker en una presentación estereoscópicade dos estereogramas de puntos al azar en las que una de las pautas sufría un desplazamientosistemático relativo a la otra de un modo tal que pudieran percibirse los bordes del cubo deNecker en condiciones de visión estereoscópica. La representación del cubo puede lograrse apartir de un número indefinido de procedimientos que no comparten características físicascomunes a pesar de suscitar la misma representación. El mismo fenómeno que se observa en lapercepción visual, se observa también en la percepción del habla. No existe p. ej. unadescripción física constante para la percepción de un fonema. A nivel de procesos más

24

centrales, existen un número indefinido de implementaciones físicamente diferentes querealizan el mismo sistema formal.

Si la tesis de independencia funcional entre representaciones o estados simbólicos ysu realidad física es correcta, la construcción de una teoría de la mente no puede expresarseen términos físicos. La teoría computacional de la mente recurre a la teoría de los lenguajesformales y a la teoría de autómatas para proponer una teoría de la mente recurriendo a unanotación formal o un lenguaje en el que presumiblemente pueden explicarse los hechosmentales. Los estados mentales no pueden caracterizarse en relación a su realidad física sinoen relación con la información que codifican, que consiste en la forma lógica de las expresionessimbólicas que la mente construye y emplea. Un proceso computacional es aquel cuya actuacióndepende del contenido semántico de sus estados, es decir, de lo que representan los estadosque son transformados al ejecutarse ese proceso. El paso o transición de un estado a otro sólopuede justificarse, entonces, semánticamente y no por relación a la realidad física de losestados implicados. En otros términos, un proceso computacional es un proceso que es sensiblea la forma lógica de las expresiones simbólicas implicadas y no a la realidad física de talesexpresiones. De ahí, que el sistema pase de un estado a otro por lo que estos estadosrepresentan y no por las propiedades físicas de los códigos utilizados en su representación. Esla forma lógica o la estructura sintáctica formal de las representaciones a la que un procesocomputacional responde. La estructura o forma lógica de una expresión se expresa en el ordende los códigos que hacen que esa expresión tenga realidad física. La estructura de unaexpresión simbólica codifica distinciones que son relevantes a la conducta del sistema. "Deeste modo cualquier distinción semántica que pueda afectar a la conducta debe codificarsesintácticamente al nivel de una estructura formal de símbolos". La conducta del sistemapuede entonces "describirse como respondiendo al contenido de sus representaciones, a lo quese representa de un modo perfectamente compatible con el materialismo." (Pylyshyn, 1984, p.74).

5. La naturaleza de la explicación en la Ciencia Cognitiva.

La mente humana debe concebirse como un sistema formal semántico de carácterautomático. De acuerdo con la teoría computacional la conducta de un tal sistema debetratarse como el resultado de una función de transición que se especifica sobre un conjuntode estados simbólicos o representacionales. Las reglas especifican las transiciones en queestos estados participan. Los estados mentales se conciben, por tanto, como siendo elresultado de procesos u operaciones cognitivas que afectan a expresiones simbólicas oestados representacionales. Las leyes científicas tienen por objeto regularidades observables.Las leyes de conducta que pueden establecerse por referencia al contenido simbólico osemántico de estos estados no podrían establecerse si tales estados simbólicos orepresentaciones se caracterizaran físicamente. La realización potencialmente múltiple de unarepresentación hace imposible que una representación sea una mera transcripción de sucesosfísicos detectables a nivel de los códigos físicos y los mecanismos biológicos empleados por elorganismo para registrar físicamente conocimiento. Las clases de estados que permitiríancaracterizar aquellas leyes de conducta deben describirse en un lenguaje apropiado, a saber,un lenguaje que permita describir estados y caracterizar estos estados por la clase deinformación que contienen. Esta independencia funcional entre un estado físicamente descritoy una expresión simbólica ó representación impone la adopción de un vocabulario y un lenguaje

25

específico para caracterizar una clase de regularidades conductuales que no seríandetectables en otros niveles mas elementales. Las regularidades conductuales de nivelsemántico se relacionan con el contenido semántico de las representaciones, no con surealización física, esto es, un cambio representacional en el sistema ocurre en relación con lastransiciones en que las representaciones participan según su forma lógica y no en relación concódigos físicos constantes empleados en la construcción de una expresión.

El problema es, por tanto, qué clase de regularidades pueden explicarse en términosde leyes físicas y qué regularidades exigen recurrir, por el contrario, a leyes semánticas orepresentacionales (cf. Marr, 1982). El lugar natural para las leyes físicas en un sistemasimbólico es su arquitectura funcional, el conjunto de mecanismos físicos y biológicosempleados por el organismo para hacer físicamente reales las representaciones; en unordenador los distintos componentes electrónicos requeridos para recibir, tratar y producirinformación, en la mente humana, los sistemas que transducen información del medio osistema perceptivo, los sistemas centrales que tratan la información, y los sistemastransductores motores que permiten la acción. El lugar para las leyes semánticas orepresentacionales se encuentra en la disposición del sistema a procesar información y a guiarsu conducta según el conocimiento adquirido. El problema es cómo justificar que un sistemafísico actúe sobre la base de descripciones semánticas partiendo del hecho de que la únicacausalidad que existe es la causalidad física (Pylyshyn, 1984). El sistema se concibe como unsistema formal universal de procesamiento de símbolos de modo que en él puedenimplementarse, en principio, cualesquiera funciones arbitrarias entre pautas de estímulo y derespuesta.

Al establecer una relación entre dos sucesos, un sistema de procesamiento deinformación asocia o conecta las pautas que representan estos sucesos. Esta relación, en tantoes externa a los términos relacionados, no es objeto como tal de experiencia; esta relaciónentre pautas es, además, formal ya que se expresa en términos de una función que tiene comodominio una clase de pautas de entrada y como codominio una clase de pautas de salida. Ambossucesos se relacionan si dado uno como entrada se produce el otro como salida. Así, unarelación se expresa por una transformación de una pauta en otra o, mas especificamente, comouna transición entre pautas. Esta transición es formal en cuanto depende de la configuraciónde los códigos físicos que actualizan o constituyen las pautas relacionadas y es semánticaporque esa configuración se establece por referencia a su valor de verdad, es decir, por suvalor predictivo o diagnóstico respecto de algún estado del mundo o del propio sistema. Laexistencia de pautas o representaciones y de reglas u operaciones no puede justificarse en unanálisis funcional de la conducta ya que un análisis funcional no permite especificar la clasegeneral de respuestas que el sistema puede proporcionar dada una clase de representaciones.El naturalismo y el funcionalismo conductistas fracasan porque no pueden describir las clasesen que entran los fenómenos, aquellas que justifican la existencia de una cierta regularidadconductual (Pylyshyn, 1984). Los términos de regla y representación superan el vocabularioempleado para describir la conducta. Estos términos pertenecen al vocabulario teórico de lateoría computacional y tienen, por tanto, un valor explicativo. Para caracterizar un sistema deprocesamiento de información no basta con caracterizar un caso-ejemplar de su conducta yaque esta será sólo una de entre las posibles dado un estímulo; entre las posibles unas seráninobservables y otras observables, pero todas ellas incluida la que efectivamente se observadependen del estado en que el sistema se encuentra. Una ley se caracteriza por explicar todoslos casos posibles observables e inobservables sobre la base de la evidencia proporcionada por

26

los casos observables y bajo la presunción de que estos se concatenan de forma regular conlos que no pueden ser materialmente objeto de observación.

5.1. Metateoría de la Ciencia Cognitiva..

La teoría computacional concibe la mente como un sistema formal universal deprocesamiento de símbolos de modo tal que en él pueden implementarse, en principio,cualesquiera funciones arbitrarias entre pautas de estímulo y de respuesta. El primercorolario de esta definición es que los procesos de información y la información misma debenestudiarse como pautas y procesos de manipulación de pautas. Una pauta o representación noes más que una serie ordenada de sucesos o códigos físicos primitivos cuyo valor diferencialresulta de su posición relativa en la serie.. Un proceso de manipulación de pautas secaracteriza como una regla que opera sobre estas pautas en virtud de su forma. Así una reglaes un procedimiento formal o un algoritmo que proporciona una pauta resultado en virtud de laforma de las representaciones de entrada sobre las que opera. El segundo corolario de ladefinición es que los procesos formales son intrínsecamente representaciona-les, es decir, elorden que adquieren los códigos físicos de una representación son (cuasi)homomórficos alconjunto de sucesos del mundo que describen. El tercer corolario es que estas pautas símbolopueden disociarse por sus propiedades representacionales de su implementación física. Deeste modo, una representación, al igual que un procedimiento o algoritmo que sobre ella actúe,puede expresarse en un lenguaje o notación independiente de su realización física, de ahí quelos procesos de manipulación de símbolos formales puedan disociarse de los códigos físicos obiológicos en que se realizan. El cuarto corolario se deduce naturalmente del tercero. Esteasegura que es posible una ciencia del procesamiento de información, el estatuto teórico desus leyes siendo irreductibles a leyes enunciadas a nivel físico o biológico, independientementede que las leyes formuladas a estos niveles sean la condición de su existencia.

5.2. Niveles de descripción y explicación de la conducta.

Una explicación es adecuada a lo que pretende justificar si permite establecer ciertasleyes acerca de un dominio de regularidades que de otro modo no podrían caracterizarse. Elvalor de verdad de un enunciado legal depende de que explique efectivamente un ciertoconjunto de regularidades y de que sea posible invalidar la clase universal de enunciadoscontrafácticos. Sólo si se dispone de ciertas descripciones de índole cognitiva puedenreconocerse ciertas regularidades de la conducta y entrar a formar parte de un conjunto deleyes. "Existen ciertas regularidades y generalizaciones -- subraya Pylyshyn, 1984, p. 7-- queno podrían reconocerse mediante descripciones que utilizaran términos conductuales o físicos(neurofisiológicos)" Lo característico de un sistema guiado por información es que ciertasregularidades de su conducta sólo pueden observarse si se cuenta con un vocabularioadecuado. El vocabulario en que la conducta se describe no es, en este sentido, neutral ydetermina qué tipo de explicaciones pueden darse. Es porque la psicología pretende ofreceruna explicación de la conducta por lo que necesita definir un lenguaje o una notación específicacapaz de captar una cierta regularidad conductual

La "única hipótesis suficientemente explícita para explicar como es posible que unsistema físico muestre regularidades que deben explicarse como si el sistema "siguierareglas" o, incluso, como si "estuviera gobernado por objetivos y creencias es la computación"

27

(Pylyshyn, 1984, p. 7). Un proceso computacional puede interpretarse como un tipo de procesode transformación regido por reglas que respeta ciertas relaciones semánticas explícitas enla estructura formal de sus expresiones simbólicas (Fodor, 1983; Haugeland, 1981). Esteproceso se limita a actualizar la estructura formal de estas expresiones cada vez que serequiere en el procesamiento de información. Dado que no existe ninguna descripción física queunívocamente se corresponda con un cierto estado mental o representación, unarepresentación es independiente de su realización física (Pylyshyn, 1984).

Para determinar en que nivel pueden justificarse ciertas regularidades delcomportamiento, debemos distinguir entre regularidades que se explican recurriendo alconjunto de los mecanismos de los que se encuentra dotado el sistema, --lo que hemosdenominado arquitectura funcional de la mente-- y regularidades que sólo pueden explicarse siapelamos al contenido semántico de sus representaciones. Para distinguir entre ambos tiposde regularidades y determinar a que nivel pueden explicarse, debemos determinar de quemodo pueden alterarse sistemáticamente. En el caso en que estas regularidades puedanalterarse sistemáticamente por cambios introducidos en la información, estas regularidadesserán regularidades de nivel de conocimiento. En caso contrario, estas regularidadesconductuales podrán atribuirse a la arquitectura funcional. Los cambios sistemáticos de unapauta de conducta según la información proporcionada pueden justificarse si suponemos que elorganismo interpreta los acontecimientos de manera que su representación de los hechosconstituye la base racional de sus acciones. Lo característico de un sistema de procesamientode información es que su conducta es independiente del medio, por el contrario, depende de suinterpretación del mundo; ni depende de la descripción física del medio ni de la forma en quese realizan físicamente sus representaciones.

5.2.1. Nivel físico de descripción.

En el nivel físico de descripción se identifican aquellas regularidades delcomportamiento que pueden formularse en el vocabulario de la física. El nivel físico permitedistinguir entre código físico y código simbólico semánticamente interpretado. Estadistinción surge cuando comparamos una descripción funcional y una descripción física. En unsistema de procesamiento de información la información se expresa en el orden que se asignaa un conjunto de sucesos físicos empleados como códigos. Así, la propiedad de un biestable deadoptar cualquiera de dos valores o estados lógicos, 1 o 0, --lo que constituye un bit deinformación-- y la propiedad de combinarse en una serie con otros biestables, se utiliza paradefinir pautas o representaciones que difieren por el orden ó configuración de estos códigosbinarios. Una serie ordenada de códigos físicos binarios puede tratarse, entonces,literalmente, como una representación. Para que una representación pueda representarinformación, el orden asignado a la serie de sus códigos físicos debe ser contingente enrelación con la experiencia, es decir, debe variar dependiendo de la información que codifica,que se expresa por las relaciones que como expresión mantiene con: a) clases de descripcionesprimitivas, a nivel de los transductores sensoriales; b) clases de representaciones, y, b)clases de acciones, cuya realizacion satisface la obtencion de ciertas metas (cf. Pylyshyn,1984). Una representación es el resultado de una cierta composición de primitivos nosemánticos, o códigos físicos. Así, por ejemplo, una palabra se compone de letras; las letrasson los códigos simbólicos primitivos para la construcción de palabras. Como tales códigos, las

28

letras no expresan ningún significado a pesar de hacer posible la significación a nivel de lapalabra cuando se combinan de forma apropiada.

Para que una representación tenga un rol causal en la conducta ha de participar en elúnico tipo de causación que es posible, a saber, la causalidad física. Sólo la realidad físicamaterial de la representación es causalmente eficaz. La eficacia causal deriva de laspropiedades físicas del estado representacional. La conducta del sistema es causada por laspropiedades físicamente activas ó códigos simbólicos que reflejan, cuando se combinan,distinciones relevantes a la conducta (Pylsyhyn, 1984). El nivel físico es el nivel en que seexplican aquellas regularidades que se deben a la realización física de las representacionescomo códigos físicos, sea a nivel neuronal en los más sofisticados sistemas de procesamientode información biológicos o a nivel de conjuntos de biestables en los sistemas deprocesamiento de información físicos.

5.2.2. Nivel sintáctico-simbólico de descripción.

La propiedad más básica de un sistema de procesamiento de información es la que lodefine como un sistema sintáctico. Una representación consiste en una pauta o una expresiónsimbólica en la que se codifica una cierta interpretación semántica a través de laconfiguración de una serie de códigos físicos. La forma lógica de una representación codificainformación acerca de las transiciones semánticas en que puede participar en el sistema, dadoun cierto conjunto de reglas. Entre el contenido semántico de una representación expresadopor su forma lógica y su realización física no existe ningún tipo de correspondencia. Si cadapauta símbolo se correspondiera con un cierto código físico bastarían las descripcionesfuncionales de la conducta para explicar aquellas regularidades de la conducta que sólo puedenjustificarse recurriendo a reglas y representaciones..En el nivel sintáctico-simbólico se defineque forma toma en un sistema una serie de códigos físicos en orden a representar o describirla información relevante del medio. La función de los transductores sensoriales --que seexplica a este nivel-- es convertir sucesos físicos semánticamente arbitrarios en propiedadesrelevantes a procesos que se ejecutan en el sistema. No todas las propiedades de un objeto osuceso pueden ser percibidas, no todas las propiedades percibidas son útiles en laconstrucción de una representación perceptiva. Los datos o representaciones primitivas que seobtienen en la percepción deben preservar toda la información potencialmente relevante a unarepresentación, indepen-dientemente de que efectivamente lo sea. En el nivel sintáctico-simbólico se explican las regularidades conductuales de nivel de símbolo, es decir, lasregularidades que se detectan en la construcción de representaciones perceptivas y motorasprimitivas. Una vez construidas, estas expresiones simbólicas primitivas entran a formarparte de expresiones simbólicas o formales mas complejas constituyendo la base de datos oestructura simbólica del sistema, su base de conocimiento.

5.2.3. Nivel semántico o de conocimiento.

En un sistema de procesamiento de información existen reglas que actúan sólo a niveldel contenido semántico de un estado representacional, definido por expresiones complejas,que resultan de la combinación de otras expresiones más primitivas y no a nivel de éstas o delos símbolos primitivos que integran. Sin embargo, el contenido semántico de unarepresentación en cuanto tal no forma parte de la explicación de la conducta. Si bien los

29

estados del sistema se relacionan con los objetos y/o sucesos a que se refieren por su formalógica y no por su realización física (Pylyshyn, 1984), el contenido de una representaciónconsiste en el orden que adquiere una serie de símbolos y las reglas a que es sensible. Elcontenido semántico de una representación alude, pues, a su contenido conceptual, no a loefectivamente representado, es decir a las transiciones en que una representación participaen virtud de su forma lógica, forma lógica que resulta ser isomórfica a la estructura delobjeto o suceso representado en términos de las acciones que pueden ejecutarse en relacióncon él y los efectos que se derivan de su ejecución. Definido un conjunto de expresiones puededefinirse un número indefinido de funciones de transición operando sobre estas expresiones.En el nivel semántico o de conocimiento se caracterizan las funciones de transición queafectan a estas expresiones. Por tanto, en este nivel se justifican aquellas regularidades de laconducta que se deben a la manipulación y uso de la base de conocimiento. Este es el nivelapropiado de explicación psicológica. Se trata de establecer leyes de conducta que describanregularidades que se deben al tratamiento de la información procesada del medio

6. Arquitectura funcional de la mente y conducta racional.

La existencia de una serie de representaciones no basta para que una conducta tengalugar. Además de una base de conocimiento un sistema de procesamiento de información debecontar con mecanismos capaces de interpretar los símbolos codificados y usarlos en loscontextos apropiados. Este conjunto de mecanismos definen el estado funcional del sistema.Para referirse a estos mecanismos de forma unitaria se emplea el término ya introducido dearquitectura funcional. La arquitectura funcional incluye aquellos procesos precisos para lainterpretación y manipulación de los símbolos en un contexto apropiado. En nuestro caso, eltérmino de arquitectura funcional se refiere a la descripción del sistema cognitivo enabstracto como una serie de mecanismos mas que a su realización biológica en sistemas yredes neurales (Simon, 1990). Para definir el nivel de explicación propio de la arquitecturafuncional y distinguirlo del nivel de explicación propio del conocimiento manipulado, es precisodefinir que regularidades pueden observarse en la conducta y con qué vocabulario y en quenivel de explicación pueden justificarse.

6.1. La conducta racional como objeto teórico.

Si una pauta de conducta puede alterarse por cambios correlativos de la información ala que el sistema accede, el sistema formal en cuestión puede definirse como un sistemasimbólico de acción racional. Los cambios que se observan en la conducta correlativos acambios sistemáticos de la información proporcionada especifican una clase de regularidadesconductuales de nivel de conocimiento, ya que sólo pueden justificarse si se supone que elsistema interpreta los acontecimientos de manera que su representación de los hechosconstituye la base racional de sus acciones. La Ciencia Cognitiva tiene como objeto explicaraquellas regularidades conductuales que se derivan del tratamiento de la informaciónprocesada por referencia al conocimiento registrado. La conducta racional constituye,entonces, el objeto teórico de la psicología, dado que los hechos de conducta no imputables alprocesamiento de información no necesitan ser explicados ni a nivel sintáctico-simbólico ni anivel semántico.

30

6.2. Criterios de demarcación de la arquitectural funcional.

Dos criterios metodológicos se emplean para distinguir entre una clase deregularidades de nivel de conocimiento y una clase de regularidades conductuales atribuiblesa la arquitectura funcional. El primer criterio es el criterio de equivalencia formal. La versiónfuerte de este criterio indica que una regularidad puede imputarse a la arquitectura funcionaldel sistema si resulta de la actuación de un proceso que emplea mecanismos y recursos fijos otiene una complejidad computacional constante. Un proceso con estas propiedades resultaríade la actuación de una operación o un proceso primitivo de la arquitectura funcional,independiente del conocimiento de que dispone el sistema. El segundo criterio metodológico,viene definido por el principio de racionalidad. Este principio expresa el hecho de que esposible alterar la conducta de un sistema de procesamiento de información sistemáticamenterecurriendo a cambios correlativos y sistemáticos de la información.a que el sistema accede.El principio de racionalidad es un principio y un criterio metodológico fundamental de la teoríacomputacional-representacional de la mente. La noción de racionalidad tiene una definiciónformal precisa a partir de la formulación de una teoría axiomática de la racionalidad sobre labase de las contribuciones de Newell (1982) y de Dietterich (1986) por Dawes (1988).

6.3. La noción de racionalidad en la teoría axiomática de la racionalidad.

Al igual que ha ocurrido con la noción de información, la noción de racionalidad tienehoy una precisa formulación en la teoría axiomática, cuya construcción se inicia en el trabajode Dawes (1988). Dawes observa que la noción de racionalidad puede definirse por relación alo que es irracional. Ahora bien, el concepto de lo irracional puede definirse estrictamente porel principio de contradicción: los procesos de razonamiento basados en la misma evidencia quealcanzan conclusiones contradictorias son irracionales. Es decir, una persona que cree que A esen general mejor que B y que B es en general mejor que A está siendo irracional, inconsistenteo contradictoria. Esta intuición lleva a postular el primer axioma de la teoría axiomática de laracionalidad, el axioma de identidad proposicional. La teoría axiomática de la racionalidadtiene como primitivos proposiciones ya que las creencias se expresan bajo la forma deenunciados declarativos o proposiciones. El segundo axioma, el axioma de existencia deproposición recíproca, establece que si un sujeto cree que A es mejor en sentido absoluto,debe creer también que no A es peor en sentido absoluto y ambos términos existen. Porúltimo, las elecciones de un sujeto deben preservar el axioma de transitividad. En efecto si unsujeto prefiere A a B, y prefiere B a C entonces debe preferir A a C, so pena de ser irracional.Observemos que esta caracterización de la conducta racional, no importa el contenido de lascreencias que se relacionan, es decir, no importa el valor mismo de las creencias sino la formaen que se relacionan de acuerdo con estos axiomas. Así si un sujeto prefiere que le regalen unpar de zapatillas a un equipo estereo, y un equipo estereo a un viaje de un año alrededor delmundo, y también prefiere un par de zapatillas a un viaje alrededor del mundo el axioma detransitividad es satisfecho y su conducta es racional, indepen-dientemente que el objeto desu elección se considere socialmente de menor valor que sus alternativas.

La conducta humana debe explicarse en tanto racional y el sujeto como un decisor queguía su conducta en base al contenido de sus creencias o representaciones. Si sus creencias orepresentaciones son la causa de su comportamiento, la única alternativa teórica viablematerialista no reduccionista de la mente es la representada por la teoría computacional de la

31

mente. El objeto de la psicología es explicar la conducta en tanto deriva del contenido de lascreencias o representaciones que el sujeto construye en relación con su experiencia del medio.

Referencias

Anderson, A. R. (1964). Minds and machines. Englewood Cliffs, N.J.: Prentice-Hall.Bruner, J.S., Goodnow, J. y Austin, G. (1956). A study of thinking. Nueva York: Wiley. (Trad.

El proceso mental en el aprendizaje. Madrid: Narcea).Cauzinille, E. (1975). Strategies d'identification de concepts. Utilisation de differentes

suites d'exemples. Centre National de la recherche scientifique. Monographiesfrancaises de psychologie, 33. Paris.

Chomsky, N. (1957). Syntactic structures. La Haya, Holanda: Mouton. (Trad. Estructurassintácticas. México: Siglo XXI, 1974).

Chomsky, N. (1958). On certain formal properties of grammars. Information and Control, 2,137-167.

Chomsky, N. (1959). Review of Skinner's Verbal behavior. Language, 35, 26-58.Cruz, J. (1985). Prólogo a Skinner, B.F. Aprendizaje y comportamiento. Una antología.

Barcelona: Martínez Roca.Dawes, R. M. (1988). Rational choice in an uncertain world. San Diego, CA: Harcourt Brace

Jovanovich.Dietterich, T.G. (1986). Learning at the knowledge level. Machine Learning, 1, 287-316.Epstein, W. Y Park, K. (1986). Continuous optical transformations do not elicit unique

perceptual descriptions. Perception & Psychophysics, 40 (6), 365-369.Estes, W.K. y Burke, C.J. (1953). A theory of stimulus variability in learning. Psychological

Review, 60, 276-286.Estes, W.K. y Burke, C.J. (1955). Application of a statistical model to simple discrimination

learning in human subjects. Journal of Experimental Psychology, 50, 81-88.Feldman, J.A. (1981). A connectionist model of visual imagery. En Anderson, y Hinton, G.

(1981). Parallel models of associative memory. Hillsdale, Nueva Jersey: L.E.A.Fodor, J. (1983). The modularity of mind. Cambridge, Mass: M.I.T. Press.Gluck, M.A. y Bower, G.H. (1988). From conditioning to category learning: An adaptative

network model. Journal of Experimental Psychology: General, 117, 3, 227-247.Haugeland, J. (1981) Semantic engines: An introduction to mind design. En Haugeland, J. Mind

design. Cambridge, Mass.: MIT Press.Haugeland, J. (1981). Mind design. Cambridge, Mass.: The M.I.T. Press.Hinton, G.E. y Anderson, J.A. (1981). Parallel models of associative memory. Hillsdale, Nueva

Jersey: Erlbaum.Hochberg, J. (1968). In the mind's eye. En Haber, R.N. Contemporary theory and research in

visual perception. Nueva York: Holt, Rinehart y Winston.Holyoak, K.J., Koh, K. & Nisbett, E. (1989). A theory of conditioning: Inductive learning within

rule-based default hierarchies. Psychological Review, 96, 2, 315-340.Hovland, C.I. (1952). A communication analysis of concept learning. Psychological Review, 59,

p. 461-472.Hull, C.L. (1943). Principles of behavior. Nueva York: Appleton Century-Crofts.

32

Kamin, L. J. (1968). Attention-like processes in classical conditioning. En M. R. Jones (Ed.),Miami Symposium on the prediction of behavior, 1967; aversive stimulation. CoralGables, MI: University of Miami Press.

Kamin, L.J. (1969). Predictability, surprise, attention and conditioning. En Campbell, B.A. yChurch, R.M. (Eds.). Punishment and aversive behavior, 279-296. Nueva York:Appleton-Century-Crofts.

Kelleher, R.T. (1956). Discrimination learning as a function of reversal and nonreversal shifts.Journal of Experimental Psychology, 51, 379-384.

Kendler, H.H. y D'Amato, M.F. (1955). A comparison of reversal shifts and nonreversal shiftsin human concept formation behavior. Journal of Experimental Psychology, 49, p. 165-174.

Kendler, T.S. y Kendler, H.H. (1959) Reversal and non-reversal shifts in kindergartenchildren. Journal of Experimental Psychology, 58, 56-60.

Kohonen, T. (1977). Associative memory: A system-theoretic approach. Nueva York: Springer-Verlag.

Kohonen, T. (1984). Self-organization and associative memory. Nueva York: Springer-Verlag.Kohonen, T. (1987). Content-Addressable Memories. Berlin: Springer.Konorski, J. (1948). Conditioned reflexes and neuron organization. Cambridge: Cambridge

University Press.Krechevsky, I. (1932). Hypothesis in rats. Psychological Review, 39, 516-532.Lashley, K.S. (1929). Brain mechanisms and intelligence. Chicago: University of Chicago Press.Levine, M. (1966). Hypothesis behavior by humans during discrimination learning. Journal of

Experimental Psychology, 71, 331-336.Levine, M. (1975). Cognitive theory of learning research on hypothesis testing. Hillsdale,

N.J.: L.E.A.Mackintosh, N.J. (1983). Conditioning and associative learning. Oxford: Oxford University

Press. (Trad.: Condicionamiento y aprendizaje asociativo. Madrid: Alhambra, 1988).Marr, D. (1982). Vision: A computational investigation into the human representation and

processing of visual information. San Francisco: Freeman.Mayor, J. (1980). Orientaciones y problemas de la psicología cognitiva. Análisis y Modificación

de Conducta, 6, 231-278.Mayor, J. (1989). El método científico en psicología. En Mayor, J. y Pinillos, J. L. Tratado de

Psicología General, I. Historia, Teoría y Método. Madrid: Alhambra.McCarthy, J. (1960). Recursive functions of symbolic expressions and their computation by

machine. Communications of the Association for Computing Machinery, 3, 184-195.McClelland, J.L. y Rumelhart, D.E.(1986.). Parallel distributed processing: Explorations in the

microstructure of cognition, 2. Psychological and biological models. Cambridge, Mass:Bradford Books/ MIT Press.

Miller, G.A., Gallanter, E. y Pribram, K.H. (1960). Plans and the structure of behavior. NuevaYork: Holt, Rinehart and Winston.

Minsky, M. y Papert, S. (1969). Perceptrons. Cambridge, Mass: M.I.T Press.Mowrer, O.H. (1960). Learning theory and the symbolic processes. Nueva York: Wiley.Newell, A. y Simon, H. (1972). Human problem solving. Englewood Cliffs, N.J.: Prentice-Hall.Newell, A. (1982). The knowledge level. Artificial Intelligence, 18, 87-127.Osgood, Ch. E (1952). The nature and measurement of meaning. Psychological Bulletin, 49,

197-237.

33

Osgood, Ch. E. (1980). Lectures on language performance. Nueva York: Springer (trad. cap. IIy IV en Sainz, J. (1986). Conducta y Comunicación: Charles. E. Osgood. Madrid:Taurus).

Paivio, A. (1971). Imagery and verbal processes. Nueva York: Holt, Rinehart and Winston.Pavlov, I.P. (1927). Conditioned reflexes. Nueva York: Oxford University Press.Pylyshyn, Z.W. (1984). Computation and cognition: Toward a foundation for cognitive science.

Cambridge: The Mit Press. Bradford Books.Razran, G. (1939). A quantitative study of meaning by a conditioned salivary technique

(semantic conditioning). Science, 90, 89-90.Rescorla, R. A. (1968). Probability of shock in the presence and absence of CS in fear

conditioning. Journal of Comparative and Physiological Psychology, 66, 1-5.Rescorla, R.A. y Wagner, A.R. (1972). A theory of Pavlovian conditioning: Variations in the

effectiveness of reinforcement and nonreinforcement. En Black, A, y Prokasy, W.F.Classical conditioning II. Nueva York: Appleton-Century Crofts.

Rock, I. (1957). The role of repetition of associative learning. American Journal ofPsychology, 70, 186-193.

Rumelhart, D.E. y McClelland, J.L. (1986.). Parallel distributed processing: Explorations in themicrostructure of cognition, 1. Foundations. Cambridge, Mass: Bradford Books/ MITPress.

Sainz, J. (1986). Conducta y comunicación: Ch. E. Osgood. Madrid: Taurus.Sainz, J. (1991). Conceptos naturales y conceptos artificiales. En Mayor, J. y Pinillos, J.L.

Tratado de psicologia general, V. Pensamiento e inteligen-cia, .pp. 181-302. Madrid:Alhambra.

Sainz (en preparación). Ciencia Cognitiva. Madrid: Síntesis.Shannon, C.E. y Weaver, W. (1949). The mathematical theory of communication. Urbana:

University of Illinois Press.Simon, H.A. (1990). Invariants of human behavior. Annual Review of Psychology, 41, 1-19.Skinner, B.F. (1957). Verbal behavior. Nueva York: Appleton-Century-Crofts.Spence, K. W. (1956). Behavior theory and conditioning. New Haven, CT: Yale University Press.Wagner, A.R. (1969). Stimulus selection and a modified continuity theory. En Bower, G.H. y

Spence, J.T.. The psychology of learning and motivation. Nueva York: Academic Press.Widrow, G. y Hoff, M.E. (1960). Adaptive switching circuits. Institute of Radio Engineers,

Western Electronic Show and Convention, Convention Record, Part 4, 96-104.Woodfield, A. (1976). Teleology. Cambridge: Cambridge University Press.