Dinero y Menos Producción - Biblioteca Nacional de Uruguay

9
r E^CHA TODA X, A SEMANA EN UN DÍA Redactor lUaponaaM.: JuUo Castro. — Admimatrador: Hugo H. AUaro. _ Pr«ño: « 0.10 íf¡8jB80 3 Pagar - Cofrws liel Brasnaj C«e«ta H.. 9 - Jiatá 593 2.. Fi» - Taiéf.: 8 31 94 Año XI Viernes 21 de abril de 1950 N* 523 Dinero y Menos Producción O CUPADOS en otros lemas, no hemos te- nido tiempo ni espacio para comentac algunas cifras oficiales, que merecen ser divulgadas. Estamos hablando de las correspondientes al balance comercial de 1943. Las conclusiones que se extraen de ellas ño son por cierto nuevas; pero no poi eso pier- den valor. Nos permitimos adentás señalar qrue confirman la tesis que reiteradamente hemos ex- puesto sobre las condiciones en que se desarrolla la economía nacional. Veamos en primer lugar las cifras. En el 43, las exportaciones cumplidas, según el Contralor de Exportaciones e Importaciones, sumaron 191:659.527 dólares ? las importaciones . 184:771.320. Saldo favorable, por consiguient* 6:948.207 dólares. ' ~ El Ministerio de Hacienda, agrega a las ex-> I portaciones - 8.956.529 dólares, por pagos corres- ; pondientes al VIII convenio de carnes con el Rei- ! ño Unido. Tenemos así que las exportaciones su- : lien a 200:816.056 dólares y el saldo favorable, I después de deducidos 67.27Q dólares por importa- [ clones de oro, a 15:972.006 dólares. i. Puede discutirse la procedencia de estos ajus- ^les. I>e todas maneras 7 va ésto a titulo de pri- i mera conciusión. la verdad es que durante el 49, ¡ Is balanea comercial cerró con un saldo favorable I B diferencia de las de los años 48 7 47, que re- gistzazon saldos desfavorables de 20 7 50 millones de dólares respectivamente. '¿ Ke aquí ahora otras conclusioneft: r 1- — El monto de la^ exportaciones fue en el f año 49. el más alto registrado hasta ahora. En el "140 exportamos por valor de SS millones de dó- lares. Diez años después, en el 49. por 200 millo- nes, conso se ha visto. En cambio las importacio- nes —184:000 el 49— alcanzan la cifra más alta del período señalado en 1347 —215 millones— y todavía el 48 se situaron en 20O miUones. Pero en materia de exportaciones el monto total del intercambio comercial —exportaciones e importaciones sumadas— alcanxó en 1943, la cifra más alta que hemos conocido: 385 millonee da dólares. 2. — ¿Ha habido variación fundamental en los renglones exportados? No. Esos renglones fue- ron en el 49, éstos: Lanas, carnes, cueros, lino 7 aceite de lino, trigo 7 harina de trigo. A ello* corresponde el 91.08 % de los valores exportados. Sí se analizan los años anteriores se observa que en el 43. ha desaparecido el rubro lana industria- lizada que en el 42L, por ejemplo, representó un 3.65 % de la exportación totaL en el 43 un 4.42 % 7 todavía en el 46 un 1.32 %. PITEDE COKCLUIHSE PUES. QUE AL PRO- MEDIAR EL SIGLO XX, DESPUÉS DE DOS GUERRAS QUE OBLIGARON A UN PROCESO COSTOSÍSIMO DE INDUSTRIALIZACIÓN IN- TERNA, EL URUGUAY SIGUE EXPORTANDO LOS MISMOS PRODUCTOS DE HACE CIN- CUENTA AÍÍOS.. 3, — Si no se ha producido una transforma- ción de nuestro comercio d« exportación, ¿ha ocuirrido por la menos un acrecimiento de nues- tra producción exportable? En otros términos, ¿por qué la exportación nos produce ahora más dólares: por que exportamos rams o sea porqu* ha aumentado la producción a simplemente por* que los precios han aumentado? Contestar a estas íPasa a la página 4í EL INCIDENTE OEL BÁLTICO r LA GUERRA CONCELADA 9 IMAGINEMOS que hace dos años, cuando el bloqueo de Berlín estaba ei2 toda su f-aria, unos cazas sovietjcos íiubiesea derribado a un avión militar norteamericanc. Se liabría hablado de guerra a grandes gritos. Hoy, ei suceso fué acogido con ejemplar^ serenidad en Washington, y la prensa internacional lo trató con relativa -ríaldad. Son "los rusos quienes chillan, esta vez. Proclaman que sí los norteamericanos recroieron un puntapié fue por meterse a atisbar por el ojó de la cerraaura en sus secretos militares. En los Estados Unidos, en cambio, dicen que sus aparatos tienen prohiíiido volar sobre territorio soviético- l?ero se comprenderá perfectamente que los norteaniericanos deben sentir una curiosidad, por lo demás muy disculpable, a prepósito de lo que están baciendo sus rivaie:: en las cos- tas del Báltico, donde, según informaciones probablemente ciertas, tienen bases de lanzamiento y otras instalaciones re- lacionadas con los famosos cohetes supersónicos que son una de las armas raes temibles para una futura guerra. Esta cu- riosidad, por las mismas razones, la sienten los soviético^ acerca de los trabajos militares de los norteamericanos, y en todo tiempo las diferentes naciones, incluso cuando no son potcncialmente enemigas, lian tratado de enterarse de_ los secretos de las demás. Es una. práctica normal, y que m si- quiera ofende a nadie. La única cortapisa que se pone es que esas tareas no las ejerzan los diplomáticos a causa de su fuero especial. Y, desde luego, es peligroso encargárselas a los a-ffiadores, si deben acercarse demasiado a los puntos in- teresantes- Es decir: que no ñay, en realidad, un "casus belli", <^°^" han dicho algunos periodistas- Es un incidente de cierto tipo que los gobiernos suelen encarar coa filosolia, cargando ei resultado a pérdidas y ganancias, como gajes inevitables de- OfíCiO- Pero esto no importa- En determinado clima, y cuando conviene, cosas así se inflan Kasta constituir motivos para las más graves decisiones. Si los Estados limaos tuvieran gana de quercUa se hubieran valido del caso para íormu.ar reclamaciones muy severas, cuando menos. Nos parece H<dto, es decir, nada aventurado, suponer qui 'a actual etana de la guerra congelada se debe al equiiiD-ja áe poder entre los dos rivales No sabemos cual de euos e= (Pasa a la pagina *> I r po r Lana... ^ ES CONOCIDO —^tan conoci- do como largo— el conflicto de la lana, con su apertura simul- tánea ce consejo de salarios y huelga obrera. Con motivo de esa íase de la cuestión, se pontificó extensamente sobre la irrespetuo- sidad y la coertñón indebidas que suponía la actitud de los trabaja- dores. Lo correcto —según esa iorma de plantear el asunto— era atenerse al Consejo y trabajar en, él, sin salidas de tono. Y ahora llega el momento de laudar y se da esta paradoja; quienes indicaban que había que atenerse al Consejo de Salarios, no lo suscriben, públicamente lo desaprueban y van a apelario. Es cierto que ninguna de estas actitudes supone un desconoci- miento del mandato legal: la ley 10449 prevé la actitud de la mino- ría de no suscribir el laudo, y íranquea en estos casos la apela- ción. Pero, fuera de la regularí dad legal dd procedimiento. Ham* a reflexión lo curioso del episodic. Cuando estábamos en la fase íní- cíal de la huelga, dijimos que ePA marcaba ia declinación de la fe obrerista en esta presunta, panacea de los Consejos de Salarios, y la vuelta a los métodos de accióii.di- recta. I^ actitud patronal, que pudie- ra parecer coníprometida en otra dirección por la misma política se- guida dentro del conflicto, de- mtiesíra que tampoco ios patrones creen tanto en el instrumento co- mo originariamente dijeron creer. V reclannan en definitiva del Po- der Ejecutivo, io que no han obte- nido en el lando Abd El Krifíi vuelve ü- la escena Afirma que el Plan Marshafl ha Servido Para Afianzar d Yugo Colonial Por DA¥ID WeSLEY (Derechos Reservados 1950, por OVERSEAS NEWS AGENCY) LAKE SUCCESS (ONA), — Acaba de ser revelada muí carta enviada por el ex líder africanO:, el valeroso Abd el Krim^ al CongrO" so de los Estados Unidos, La carta es una acu^ saciÓTi ai Plan Marshall, tildándolo de "haber evolucionado hasta convertirse en una insidio- so instrumento para la agresión económica co- lonial". La declaración, que exhorta al Congreso a detener los ulteriores envíos de fondos del Plan Marshall a África del Norte, es el ata- que más violento contra el ECA que fiaya lan- zado una organización extranjera y no-comu- nista. Abd el Krim encabeza la Com.isión de Liberación para África del Norte, agrupación que reúne las más importantes organizaciones políticas y sindicales de los territorios fran- ceses de TúneZy Argelia y Marruecos. A Za vez que subraya el hecho de que, en los comienzos, la Comisión apoyó con entu- siasmo el programa del ECA, el que una vez fuera líder del Riff declara, en su comunica- ción dirigida al senador norteamericano Tom Conndlly, presidente de la COTTÍÍSÍÓTI de Asun- tos Exteriores deft Senado. "Lejos de cuTnpíír con sus objetivos, el Programa de Reciipera- dón Europea ha servido durante los dos úl- timos años tan solo a la consolidación de la doniinación colonial francesa, tanto política corno económica, en Túnez, Argelia y Marrue- cos". La declaración acusa además a los Estados Unidos y Francia de violación de tratados al entrar en un acuerdo económico relativo a Marruecos, el 31 de diciembre de 1949, sin' ha- ber consultado al Sultán de Marruecos. Se alega que ello constituye una violación al tra- tado concertado en 186^ entre Marruecos y los Estados Unidos, así como las promesas de apoyo norteamericano a la independencia ma- rroquí dadas por el presidente Rodsevelt al Sultán en Casablanca, y una declaración re- ciente más reciente, del 4 de octubre de 1949-, en que el Secretario de Estado de los Estados Unidos decía que "Marruecos es un estados- soberano bajo el gobierno de un sultán''. Aunque la tradicional política del Departz- mento de Estados ha sido sieTnpre la de hacer diferenciación entre los gobiernos francés y del Sultán, agrega Abd el Krim, el ECA, al no hacer una provisión especial para África, del Norte, ha eliminado la distinción, contri- buyendo de esa manera a la consolidación del control francés sobre el imperio. Añade que ello se ha llevado a cabo pese al hecho de que '^ué el sultán-Ae Marruecos, no los franceses, los que ayudaron a las fuer- zas americanas que llegaron a Marruecos, mientras 275.000 norteamericanos luchaban, con los aliados, muriendo aproximadamente 65^000 en el frente de batalla". Al exhortar la terminación de la ayuda ít- Ttanctcra a África del Norte con el propósi- to de deinostrar la desaprobación norteame- ricana, por "La irihumana y despóHca políti- ca del gohiento colonial francés, *''Al>d el Krim hx dada todas las segiiTidades de que "Áfri- ca del Norte no Tin. de sufrir en su situaciÓit ecoitómica por es^a actitud". Asegura, que "es un hecho bien conocido que la mayor parte del dinero de la ayuda económica del Plan. Marshall ha ^do distribuida entre colotios y comerciantes franceses mientras los afriai- nos recibe» los sohrantes^. Hace un cuarto de siglo, Abd- el Krim era el azote de los ejércitos francés y eipañol en Marruecos. Últimamente ha ñdo desterrado < la Isla Reunión, posesión, francesa del Océa- no Indico, y en 1947, mientras era Uewodo a Francia, desembarcó en El Cairo^ donde red- der en la actualidad.

Transcript of Dinero y Menos Producción - Biblioteca Nacional de Uruguay

r >^¿^'^-}~^msín

; ; : < ' . • • .. •' m^-^m

E^CHA T O D A X, A S E M A N A E N U N D Í A Redactor lUaponaaM.: JuUo Castro. — Admimatrador: Hugo H. AUaro. _ Pr«ño: « 0.10

íf¡8jB80 3 Pagar - Cofrws liel Brasnaj • C«e«ta H.. 9 - J iatá 593 2.. Fi» - Taiéf.: 8 31 94

Año XI Viernes 21 de abril de 1950 N* 523

Dinero y Menos Producción O

CUPADOS en otros lemas, no hemos te­nido tiempo ni espacio para comentac algunas cifras oficiales, que merecen ser divulgadas. Estamos hablando de las correspondientes al balance comercial

de 1943. Las conclusiones que se extraen de ellas ño son por cierto nuevas; pero no poi eso pier­den valor. Nos permitimos adentás señalar qrue confirman la tesis que reiteradamente hemos ex­puesto sobre las condiciones en que se desarrolla la economía nacional.

Veamos en primer lugar las cifras. En el 43, las exportaciones cumplidas, según

el Contralor de Exportaciones e Importaciones, sumaron 191:659.527 dólares ? las importaciones

. 184:771.320. Saldo favorable, por consiguient* 6:948.207 dólares.

' ~ El Ministerio de Hacienda, agrega a las ex-> I portaciones - 8.956.529 dólares, por pagos corres-; pondientes al VIII convenio de carnes con el Rei-! ño Unido. Tenemos así que las exportaciones su-: lien a 200:816.056 dólares y el saldo favorable, I después de deducidos 67.27Q dólares por importa-[ clones de oro, a 15:972.006 dólares. i. Puede discutirse la procedencia de estos ajus-^les. I>e todas maneras 7 va ésto a titulo de pri-i mera conciusión. la verdad es que durante el 49, ¡ Is balanea comercial cerró con un saldo favorable

I B diferencia de las de los años 48 7 47, que re-gistzazon saldos desfavorables de 20 7 50 millones de dólares respectivamente.

'¿ Ke aquí ahora otras conclusioneft: r 1- — El monto de la^ exportaciones fue en el f año 49. el más alto registrado hasta ahora. En el "140 exportamos por valor de SS millones de dó­

lares. Diez años después, en el 49. por 200 millo­nes, conso se ha visto. En cambio las importacio­nes —184:000 el 49— alcanzan la cifra más alta del período señalado en 1347 —215 millones— y todavía el 48 se situaron en 20O miUones.

Pero en materia de exportaciones el monto total del intercambio comercial —exportaciones e importaciones sumadas— alcanxó en 1943, la cifra más alta que hemos conocido: 385 millonee da dólares.

2. — ¿Ha habido variación fundamental en los renglones exportados? No. Esos renglones fue­ron en el 49, éstos: Lanas, carnes, cueros, lino 7 aceite de lino, trigo 7 harina de trigo. A ello* corresponde el 91.08 % de los valores exportados. Sí se analizan los años anteriores se observa que en el 43. ha desaparecido el rubro lana industria­lizada que en el 42L, por ejemplo, representó un 3.65 % de la exportación totaL en el 43 un 4.42 % 7 todavía en el 46 un 1.32 %.

PITEDE COKCLUIHSE PUES. QUE AL PRO­MEDIAR EL SIGLO XX, DESPUÉS DE DOS GUERRAS QUE OBLIGARON A UN PROCESO COSTOSÍSIMO DE INDUSTRIALIZACIÓN IN­TERNA, EL URUGUAY SIGUE EXPORTANDO LOS MISMOS PRODUCTOS DE HACE CIN­CUENTA AÍÍOS..

3, — Si no se ha producido una transforma­ción de nuestro comercio d« exportación, ¿ha ocuirrido por la menos un acrecimiento de nues­tra producción exportable? En otros términos, ¿por qué la exportación nos produce ahora más dólares: por que exportamos rams o sea porqu* ha aumentado la producción a simplemente por* que los precios han aumentado? Contestar a estas

íPasa a la página 4í

EL INCIDENTE OEL BÁLTICO r LA GUERRA CONCELADA 9 IMAGINEMOS que hace dos años, cuando el bloqueo

de Berlín estaba ei2 toda su f-aria, unos cazas sovietjcos íiubiesea derribado a un avión militar norteamericanc.

Se liabría hablado de guerra a grandes gritos. Hoy, ei suceso fué acogido con ejemplar^ serenidad en

Washington, y la prensa internacional lo trató con relativa -ríaldad. Son "los rusos quienes chillan, esta vez. Proclaman que sí los norteamericanos recroieron un puntapié fue por meterse a atisbar por el ojó de la cerraaura en sus secretos militares. En los Estados Unidos, en cambio, dicen que sus aparatos tienen prohiíiido volar sobre territorio soviético-l?ero se comprenderá perfectamente que los norteaniericanos deben sentir una curiosidad, por lo demás muy disculpable, a prepósito de lo que están baciendo sus rivaie:: en las cos­tas del Báltico, donde, según informaciones probablemente ciertas, tienen bases de lanzamiento y otras instalaciones re­lacionadas con los famosos cohetes supersónicos que son una de las armas raes temibles para una futura guerra. Esta cu­riosidad, por las mismas razones, la sienten los soviético^ acerca de los trabajos militares de los norteamericanos, y en todo tiempo las diferentes naciones, incluso cuando no son potcncialmente enemigas, lian tratado de enterarse de_ los secretos de las demás. Es una. práctica normal, y que m si­quiera ofende a nadie. La única cortapisa que se pone es que esas tareas no las ejerzan los diplomáticos a causa de su fuero especial. Y, desde luego, es peligroso encargárselas a los a-ffiadores, si deben acercarse demasiado a los puntos in­teresantes-

Es decir: que no ñay, en realidad, un "casus belli", <^°^" han dicho algunos periodistas- Es un incidente de cierto tipo que los gobiernos suelen encarar coa filosolia, cargando ei resultado a pérdidas y ganancias, como gajes inevitables de-

OfíCiO-Pero esto no importa- En determinado clima, y cuando

conviene, cosas así se inflan Kasta constituir motivos para las más graves decisiones. Si los Estados limaos tuvieran gana de quercUa se hubieran valido del caso para íormu.ar reclamaciones muy severas, cuando menos.

Nos parece H<dto, es decir, nada aventurado, suponer qui 'a actual etana de la guerra congelada se debe al equiiiD-ja áe poder entre los dos rivales No sabemos cual de euos e=

(Pasa a la pagina *>

Ir po r L a n a . . . ^ ES CONOCIDO — tan conoci­

do como largo— el conflicto de la lana, con su apertura simul­tánea ce consejo de salarios y huelga obrera. Con motivo de esa íase de la cuestión, se pontificó extensamente sobre la irrespetuo-sidad y la coertñón indebidas que suponía la actitud de los trabaja­dores. Lo correcto —según esa iorma de plantear el asunto— era atenerse al Consejo y trabajar en, él, sin salidas de tono.

Y ahora llega el momento de laudar y se da esta paradoja; quienes indicaban que había que atenerse al Consejo de Salarios, no lo suscriben, públicamente lo desaprueban y van a apelario.

Es cierto que ninguna de estas actitudes supone un desconoci­miento del mandato legal: la ley 10449 prevé la actitud de la mino­ría de no suscribir el laudo, y íranquea en estos casos la apela­ción. Pero, fuera de la regularí dad legal d d procedimiento. Ham* a reflexión lo curioso del episodic. Cuando estábamos en la fase íní-cíal de la huelga, dijimos que ePA marcaba ia declinación de la fe obrerista en esta presunta, panacea de los Consejos de Salarios, y la vuelta a los métodos de accióii.di­recta.

I ^ actitud patronal, que pudie­ra parecer coníprometida en otra dirección por la misma política se­guida dentro del conflicto, de-mtiesíra que tampoco ios patrones creen tanto en el instrumento co­mo originariamente dijeron creer. V reclannan en definitiva del Po­der Ejecutivo, io que no han obte­nido en el lando

Abd El Krifíi vuelve ü- la escena

Afirma que el Plan Marshafl ha Servido Para Afianzar d

Yugo Colonial

Por DA¥ID WeSLEY

(Derechos Reservados 1950, por OVERSEAS NEWS AGENCY)

LAKE SUCCESS (ONA), — Acaba de ser revelada muí carta enviada por el ex líder africanO:, el valeroso Abd el Krim^ al CongrO" so de los Estados Unidos, La carta es una acu^ saciÓTi ai Plan Marshall, tildándolo de "haber evolucionado hasta convertirse en una insidio­so instrumento para la agresión económica co­lonial".

La declaración, que exhorta al Congreso a detener los ulteriores envíos de fondos del Plan Marshall a África del Norte, es el ata­que más violento contra el ECA que fiaya lan­zado una organización extranjera y no-comu­nista. Abd el Krim encabeza la Com.isión de Liberación para África del Norte, agrupación que reúne las más importantes organizaciones políticas y sindicales de los territorios fran­ceses de TúneZy Argelia y Marruecos.

A Za vez que subraya el hecho de que, en los comienzos, la Comisión apoyó con entu­siasmo el programa del ECA, el que una vez fuera líder del Riff declara, en su comunica­ción dirigida al senador norteamericano Tom Conndlly, presidente de la COTTÍÍSÍÓTI de Asun­tos Exteriores deft Senado. "Lejos de cuTnpíír con sus objetivos, el Programa de Reciipera-dón Europea ha servido durante los dos úl­timos años tan solo a la consolidación de la doniinación colonial francesa, tanto política corno económica, en Túnez, Argelia y Marrue­cos".

La declaración acusa además a los Estados Unidos y Francia de violación de tratados al entrar en un acuerdo económico relativo a Marruecos, el 31 de diciembre de 1949, sin' ha­ber consultado al Sultán de Marruecos. Se alega que ello constituye una violación al tra­tado concertado en 186^ entre Marruecos y los Estados Unidos, así como las promesas de apoyo norteamericano a la independencia ma­rroquí dadas por el presidente Rodsevelt al Sultán en Casablanca, y una declaración re­ciente más reciente, del 4 de octubre de 1949-, en que el Secretario de Estado de los Estados Unidos decía que "Marruecos es un estados-soberano bajo el gobierno de un sultán''.

Aunque la tradicional política del Departz-mento de Estados ha sido sieTnpre la de hacer diferenciación entre los gobiernos francés y del Sultán, agrega Abd el Krim, el ECA, al no hacer una provisión especial para África, del Norte, ha eliminado la distinción, contri­buyendo de esa manera a la consolidación del control francés sobre el imperio.

Añade que ello se ha llevado a cabo pese al hecho de que '^ué el sultán-Ae Marruecos, no los franceses, los que ayudaron a las fuer­zas americanas que llegaron a Marruecos, mientras 275.000 norteamericanos luchaban, con los aliados, muriendo aproximadamente 65^000 en el frente de batalla".

Al exhortar la terminación de la ayuda í t -Ttanctcra a África del Norte con el propósi­to de deinostrar la desaprobación norteame­ricana, por "La irihumana y despóHca políti­ca del gohiento colonial francés, *''Al>d el Krim hx dada todas las segiiTidades de que "Áfri­ca del Norte no Tin. de sufrir en su situaciÓit ecoitómica por es^a actitud". Asegura, que "es un hecho bien conocido que la mayor parte del dinero de la ayuda económica del Plan. Marshall ha ^do distribuida entre colotios y comerciantes franceses mientras los afriai-nos recibe» los sohrantes^.

Hace un cuarto de siglo, Abd- el Krim era el azote de los ejércitos francés y eipañol en Marruecos. Últimamente ha ñdo desterrado < la Isla Reunión, posesión, francesa del Océa­no Indico, y en 1947, mientras era Uewodo a Francia, desembarcó en El Cairo^ donde red-der en la actualidad.

T ' V

| p > ' ^ ^ '

' ^ ^

¿pm^

i fe, 'Sj iaí i^: -as&í -üí r

--c^j^^í^-sír:!

lili \4

^h

m api

aa Í 3

" " « ' T ' L ^ . ' Í S L ^ ^ ^^^ "el Plan Marshalll"

DEL OTRO HERMANO Buenos Aires, abrU 14 de 1950.—Señor Carlos Quijano,

Rincón 593. 2^. Montevideo. Muy señor mío: Destinada a la sección "Garfas de los

Lectores,... e le" del semanario que Vd. dirige, envió la preses-íe comentando la ñola "especial" que el Sr, Flores Mora Don Manuel, publica 'en vuestro número 591, res­pecto al libro "tJruguay. El Benjamín de España", que el idiota ele mi hermano ha publicado y que dicho señor Don Manuel comgnta.

Porque una cosa es meterle mano al libro en cuestión, mal parido y peor apadrinado, y otra, extenderse a comen­tarios patriótico-aníiespañoles, que por lo genérico implican, por lo menos, suficiencia. "Sepa Vd., amigo Flores Mora Don Manuel, que algunos españoles habíamos descubierto ya al Uruguay antei del libro de mi hermano. Y ese descubri­miento fué por ejemplo, cuando la constitución uruguaya fué citada en las Cortes Constituyentes de la Rep-ública es­pañola como ejemplo y de la cual lomó aquella Asamblea algunas inspiraciones. Personalmente yo, descubrí al Uru­guay cuando la guerra española arrojó a estas playas sus deshechos. Eran tiempos de fascismo de carnaval criollo CUTO Momo-Tena reconoció (el primero en Américal la dic­tadura que nosotros veníamos de comhaíir. V fué un triste descubrimiento. Y no por ello entendí que lodos los uru­guayos eran fascistas de tablado, como Vd. hace al implicar a iodos los españoles, en la crítica que Vd. hace al libro de mi hermano.

Coaviví con Vd. y luego con mi hermano Brnesto algu­nos años en el Uruguay. En ese entonces trabajaba en una fábrica, de abonos a base de huesos, en el Cerro, no como caballero español, sino como obrero mal oliente y mal pagado. ¿Conoce Vd. el Cerro? Y sé decirle que en los añosque viví «n su país sentí compensada la desiategTa,ción española a raíz de los descubrimientos, pues parir y dar razón de sar a pueblos como ese. viene a ser, geo-poUtica-mente hablando "hacer un hijo macho'-", como decíamos en el Cerro. Y han de ser algunos los "gallegos" a los cuales Vd. reconocerá como previos a su estirpe y ya ello supone suficienle castigo para ellos.

Per lo demás, amigo Flores Mora Don ManueL ¿por qué no se dedica Vd. a la agricultura? Está bien que mi her­mano pase su vida entre psiquiatras como Vd. aconseja, o entre diplomáticos, conso Franco bien lo destina para re­presentarlo, pero Vd. debe a su vex dedicarse a actividades afeaas a las letras. Excepto aquella frase ancapiana de "pedir otra vuelta en el mostrador de la historia" su nota "especial" vale poquito y esa frase por Á no la justifica.

Salada al señor Director muy atentamente: IGNACIO LA OHDEN M.

C O G I T O , ERGO S U M

GOBIERNO Y RESPONSABILIOAD

Esta es la cuarta o la quinta carta que le escribo. Espero que no termine rota como las otras. A íuerza de golpes me he hecho un poco desconíiado, y descon.fio de los honi-bres. Mutho más de quienes detentan posi­ciones públicas. Eso me detiene, y eso rompió mis cartas. No sé bien si porque temo que Vd. no me entienda o porque en el fondo no quiero creer que Vd. sea como los demás. "En medio de las mentiras y la corrupción sólo encontré una prensa culta, veraz, bien escritR y valiente: MARCHA. Por eso la leo con asiduidad y entusiasmo. En ella aprendo. No acumulo envenenamientos y partidismos. Si algún día ella me "falla" —^valga la expre­sión— no creo volveré a confiar en ninguna publicación. Sin embargo, a veces me asalta la duda y pienso que toda esa sinceridad y valentía son los frutos de la oposición, y me pregunto si MARCHA podría mantenerlas en los complacientes editoriales del oficialismo. Hasta aquí mis dudas. Ahora mi pregunta. Concreta y a boca de jarro:

¿Por qué militan Vds. en el nacionalismo? ¿Qué ha hecho posible que una posición

sincera e imparcial, un periódico informado y culto, que no vacila ante ningún altar, sacri­fique su independencia de criterio, a las exi­gencias de un lema?

Comprendo que esto no significa otra cosa que preguntar como surgió la Agrupación Na­cional Denaócrata Social, que tan propensos estamos a confundir con MARCHA o con Vd. Y bien, yo lo pregunto. Quiero informarme, pero a la vez pido una explicación de los "por qué'*. Y al mostrarme tan impertinente . tengo una razón: desde que ese periódico se ha puesto a defender la unificación del nacio­nalismo, ha empezado a transigir con la par­cialidad. No me interesa demostrarlo; por dos razones: una, que Vds. me vapulearán con los malditos datos de la realidad política que no domino tan al dedillo como seria de desear: otra, <iue no voy a convencer a Vds. ni les

voy a hacer volver a la senda. (Sólo a rní se me ocurre escribir a Vd. pidiéndole que rne explique sus razones poUiica.E.)

Me han dicho que Vd. duda. Que inclusf se le anotan cambios políticos. Por ello crea en Vd. Porque duda. Quien piensa, duda, j por eso también es que no comprendo sus po. siciones no críticas. Me duele verlo blanca ¡Qué embromar! Vd. nació para el liberalis. mo, o para la intelectualidad. Pero no para la política inTnunda de nuestro país, que otros llaman tradicional.

Reconozco asimisnno que sobre Vd. debe estar más informado Vd. que yo, pero hago lo posible por entender y termino escribiendo ua un galimatías.

No me crea un desatado. Soy un ser muy normal: joven, estudiante, algunos dicen que inteligente (no saben de mis dudas), empleado también ¡qué meritorio! Tengo novia y algún día educaré mis hijos comiO me educaron a mí. Honesta y emprejuiciadamente. Me costo mucho zafarme de los sistemas de pensamien­to, y por eso lucho por mantenerme fuera de ellos.

En fin. Vd. dirá qué opina de este mama­rracho postal. Si lo contesta, ¡muchas gra­cias! Si no lo contesta, será una forma de haberme respondido.

Un últim^o • pedido: no publique esto. Ale avergonzaría de verlo así desnudo, impudoro­so. Son confesiones del alma ¿sabe? A Vd. no le costará mucho buscar una excusa para explicarme en MARCHA lo que le pregunto. Le saluda:

RAZONOÑ. •— Va la carta, porque da la impresión de

sincera. Sin duda, se nos atribuye más im­portancia de la que tenenaos. Prefeamos a la respuesta escrita —que por íuerza sería" dilatada y no haría más que repetir lo qae en muchas ocasiones hemos dicho—coi\exsar con nuestro corresponsal. Queda invitado.— N. de la H.

Por THEODORE H. WHITE

(Derechos Reservados 1950 OVERSEAS NEWS AGENCY)

P A R Í S , ( 0 N A ) . _ La , partida de AverelI Harriman, administrador d ^ ECA en Eiarop? en dirección a Florida, ha provocado una ola d« comentarios sobre la posibilidad de que el Plan Marshall sea decapitado dentro de los dos próximos meses.

En este período, se supone que el Plan per­derá a cuatro de sus cinco jefes principales" Sí Harriman, que es el quinto, decide en Flo­rida volver a París para hacer sus maletas como comentan sus amigos, la dirección del Pian quedará reducida a un estado próximo al caos.

La lista de los que se van Comienza con

el Administrador General en Washington, Paúl HoffmaD. Desde hace meses desea renunciar, su salud es precaria y necesita internarse pa­ra qae se le haga una intervención quirúr­gica. Además, está exhausto por el enorme esfuerao que ha realisado en favor de la recu­peración europea en los dos últimos añosi. Sus amibos dicen que renunciará en junio, y sólo una fuerte presión de parte del presidenta i Truman podría inducirlo" a modificar su de­cisión.

Willíam Fosfer, hombre N? 2 en Wáshing- | tOB. segundo de Hoffman, ha sido el funcio­nario ejecutivo del extremo del Plan ubicado en Washington, Hombre sólido, administrador decidido, considera que ha servido bastante tiempo al gobierno como "hombre-pala" y quiere irse. Se espera, pues, que renuncie an­tes de junio.

Los "Bebés de la O c u p a c i ó n " son una Carga e n Alemania y Austria

• Por EHIC GEIGEH

(Darechos reservados 1950, por APLA y Vorldov-r Press)

ESPECTADOR DEFRAUDADO

Señor Director de "Marcha"'-Montevideo.

De nú mayor considerar Clon:

Tanto los herreristas como los nacionalistas independíen-tELs en su atan de prenderse del Estado, aunque sea del brazo del batllismo, parece­ría que hubieran perdido el rumbo, o lo que es lo mismo el sentido de lo que es EÜ go­bierno de partido. Los prime­ros, abogan por él frente po­pular, disfrazado de unión nacional, en tanto que, los segundos, más modestos, só­lo quieren una colaboración *n el gobierno, sea cnal lue-To el gobernante que empuña el timón de la nave del Es- públicos,

l

• tado. Estoy convencido de que,

ios partidos, deben asumir en absoluto, la responsabilidad del poder, para que el pue­blo pueda juzgar de su obra de gobierno.

En una verdadera democra­cia, a las minorías-les corres­ponde solamente, controlar los actos del partido del go­bierno, desde el parlamento, la prensa, la tribuna o la ra­dio, ccn sinceridad, sin apa­sionamientos, con claridad y justicia, para que el pueblo pueda formarse un juicio jus­to y sereno de la ohra de los gobernantes. Los acomodos y las repartijas de los puestos

traen como conse-

Montevideo. abril 11 1S50. — Señor Director' del prestigioso semanario MAR-

I CHA. — Sr- Director: j Le ruego hacer comentar en I su periódico el hecho siguien-; t e : < El domingo 9 del corriente

; cuencía la corrupción y el ' desquicio administrativo.

Para bien del País, que go­biernen los blancos o que go­biernen los colorados, pero que gchiemen solos. No pue­den quejarse de la permanen­cia del Partido Colorado en él poder, los que siempre lo han apuntalado para que no caiga, por la ambición de un puesto púhiico.

tTn asiduo lecfer <!• "Max-cha".

de^ he concurrido en compañía de '^'mi señora al Teatro Artigas.

he pagado tres pesos por dos entradas a tertulia üocalidad que antes se llamaba cazuela? para la matinée, .que según programa, regían los mismos precios que para la noche y se daba el xnismó J'SDectáculD.

Pues bien. Los precios eran los mismos, pero él espectácu­lo no. En la primera parte (sin ningún aviso que lo justificara) suprimieron el "Capricho es-! pañol" de Rimáty. Korsakow, '\ compuesto de cuatro cuadro».^ y :^ segunda parte se hizo cotí

BANCO LRUOIJAYO DE ADMINISTRACIÓN Y CRÉDITO

Cosa Central: SARANDI esquina MKIONE5 SucuzKdes en: MINAS. MELÓ y SAN CABLOS

CAPITAL AUTORIZADO - . CAPITAL INTXGÍIADO " 3:8*0.700.0: CAPITAL Y FONDO ©E RESERVA "

-- » 5.-000-000.M 3:8*0.700.0' 5:482.520.95

REALIZA T O D A C L A S E DE O P E R A C I O N E S B A N C A R I A S

tanto desorden que era muy difícil comprobar lo que fálía-ba para cumplir con el pro­grama, aunque zni opimoa íque, prevenido, he ido toman­do nota) es que volvieron a es­tafar al indefenso publico, en varios cuadros.

Ahora yo pregunto al sefioí Director: ¿no hay donde ir a quejarse contra tal estafa' ¿No estaría bien que el DU-blico defraudado el día 9 acifc diera a la boletería a redamsr el importe que pago por 'as entradas, ya que no le han da* do el espectáculo prometida"^ .

Agradezco por anticipado al, señor Director su intervencioni^-. en este asunto de interés pif blico, y le saludo muy atte—, 'espectador DcfrEEUdaao.

GOLES Y DOBLES (^i

Págma Tódá Ice Sémcdaa esi' -usa Día

S«ñor Diractor;

Leo en la prensa que una Instüución comercial organi­za un canapeonaXo deportivo. Ese cexlaxQen^ que se llama "goles y dobles", lendrá por ritióles a LOS m * O S de »-d- . los barrios de Moníevid,o, que ban sido con-rocados a U efecto. Esta olimpiada msnor, comorende el fútbol el l>aslcelj>all. según se informa. Al parecer, lodo ésío mnr atraTente, y agradará a la infancia.

Empero, como médico, debo dar m i voz de aJerta. El fútbol es un deporte poco adecuado para la T"-fe¿"'-?a. j ezi-Sfe un esfuerzo físico demasiada violento, tjna cosa es «i fuHxjl callejero, jugado a voluntad, con una'pelota de W" po, Y otra « el que se practica con la H^ 5. « i dos He»'-pos de larga duración, en una cancha extensa.

La botijada que se Heve a la práctica del Júlbol « condicione» semejantes, sin discriminación, sin ficha medi­ca, sm contralor generaL puede verse sometida a im desgas­te prematuro. Todo eso podrá ser un proyecto benefido» para los organizadores, y de otro modo no se concibe q<K promeian "miles de pesos en premios", pero la salud t¡^'^ de la infancia es una cosa muy frása y que ex^e inucM cantea.

Sería conveniente reglamentar seriamente eia OÍ piada menor. Entiendo que d Consejo del l imo debería í « T^í^f"- *^ ' ° ° P'ofesioaal, sostengo que un campeo"^ a» tulbol con niños menores de quince años, es una aven»-1 r ^ Me gustaría que me demostrasen lo contrario de Jo >!« «=^™o. — Salúdalo atte.

tnc MEDICO DE JfI*OS.

MABC

SALZBURGO, ALEMANIA CAPLA). — En Alemania hay pocos negros, de rnodo que un extranjero que se pasee por una calle bávara' podrá sentirse sorprendido viendo tantos jóvenes civiles de piel oscura y cabello ensortijado, 1 ablando corrientemente en dialecto, local.

En todas las guerras han nacido numeixisos bebés ile-¡Timos de diversas razas. Es.tos "bávaros de color", hijos

• hijas de soldados coloniales franceses y muchachas ale­manas, desafiaron las leyes raciales de ios nazis. Hoy. son miembros que cuentan con todos los prí\'ilegios de la cíu-' ciadania de sus comunidades- La mayoría de ellos ya tienen hijos, que a menudo ostentan el cabello rubio y los ojos a2ules del "ario". j

Después de la Segunda Guerra Mundial, con ocupacio­nes más prolongadas y amplías, el problema ác los ''bebés ce la ocupación" es mayor aún. Esta vez son responsabili-

j dades de Gran Bretaña, Francia, Norteamérica, Rusia y Polonia, y, por supuesto, si es cierto que son los niños de 3iei más ocura los que atraen la mirada, ello no significa

I que no haya numerosos, aunque menos importunos, bebés de soldados de piel clara.

En el Japón, donde las fuerzas americanas han dejado cientos de niños ilegítimos, es la blancura de la piel lo que a menudo "delata" la paternidad.

Tomemos a Heidelberg, por ejemplo. Síi 2sta ciudad de I zona norteamericana de ocupación, han nacido aproxi­madamente 1.500 niños ilegítimos desde la guen-a. Entrt: éstos. 445 son hijos de soldados norteamericanos, y sólo 24 lo son de soldados de color-

Es un asunto que está al margen de todo problema sen­timental. Pocas veces ha intervenido el verdadero amor en eí "affaire". Para el soldado de ocupación y su "fraulein", ía moneda de la unión ha sido por lo general un puñado de cigaiTÍilos, algunas latas de comestibles americanos y unas t'Dietas de chocolate.

Pero el amor maternal ha soportado graves luchan. 2--Heidelberg:, por ejemplo, seis madres de bebés mulatos no han querido oir_ hablar de desprenderse de ellos, otras seis Querían perderlos de vista, y las 12 restantes no sabían qué decidir.

Para Alemania y Austria, los bebés de la ocupación son un problema económico considerable. Constituyen gran parte de lo que se denomina **cosíos invisibles de ocupa-ción'"- Pues una elevada proporción de los niños que están en los orfelinatos son esos "hijos del ejército", que debe rriantener el contribuyente.

Este es un amplio campo de aynjda individual y públi­ca. JJn matrimonio de cierta edad de una ciudad cercana a Municli, ha. dado el ejemplo dedicando su vida al cuidado y la educación de, los niños mulatos.

Erancia es la única de las potencias de ocupación dis­puesta a tomar a su cargo los- hijos de sus soldados. El go­bierno francés asume la responsabilidad de ^ o s niños cuan­do las madres renuncian a sus derechos ante los tribuna­les, y aunque el sistema es nítido e impersonal, muchas ma­dres dan el paso, pese el liecho de que ello significa que ja­más volverán a saber de la criatura.

> El elemento de unión entre Washington' y París ha sido Richard Bisell, "cerebro" de las oficinas cenjirales de Was­hington. Aunque sus méritos i son discutidos, es el responsa ble de la mayor parte de la meditación. El análisis y la descripción de los problema? relativos al plan. Cada uno de los momentos decisivos del es­fuerzo de recuperación ha sido señalado por uno de sus viajes por aire de Washington a Pa­rís y viceversa. Profesor uni­versitario, ha decidido volv-i-a sus actividades y dejnr -?". EC-A en el mes de junio.

En París, la figura central del Plan Marshall es el Em­bajador Harriman, cuyo OSR (Oficina del Representante Es­pecial) super^asa la realiza­ción continental europea del program.^ de recuperación. Harriman ha vivida tod^ la agitación de los primeros dos años del Pian y ahora desea vivamente estar de vuelta e.i Washington, en cualquier car­go del gabinete que se le pre­sentara.

Seria posible convencerlo de j que ocupara el puesto de Koff-man como administrador del j ECA. lo que le brindaría uiia b."!nca en el gabinete de Tru-i~í-jL-i, que Mr. Hoffman ha de­clinado usar, y sus amigos ',¿3 cercanos consideran que

dejará a París a medidados del verano.

151 segundo dé Mr. Harriman es el embajador Milton Katz, universitario como Bisell, con licencia por ahora. Es pro:¿^sor en Harvard, que le concedió peirniso el año pasado por se­gunda vez sólo al ser declara­do indispensable por las autc-ridades del ECA. Pero Har­vard considera que el lugar de sus académicos es la Universi­dad, y no desea, conceder las licencias indefinidas que daba en el período bélico. Se hace ; gran presión sobre el Dr. Katz í para que permanezca en París, pero por ahora está decidido & retomar a Cambridge.

Ho sería un golpe grave ia pérdida de uno de esos cinco hombres, pues ios otros con­servarían la continuidad de comprensión y dirección. Pero la partida simultanea de cua­tro o de los cinco, llevándose

MAURUECOS, ES SACkiFiCAOA LA PROSPBRIDAO

Por EHlíEST LEISCR TÁNGER, MABRtJECOS ÍOKA). r- Tanto Francia co-

nio España están realizando enormes esfuerxos para retener un sistema rígido, arcaico y a veces despiadado de control co­lonial sobre sus "protectorados" en Marruecos. Este es el cri­terio expresado en privado por fuscionarios extranjeros, en lo referente a la adjninistración de esta primitiva y olvidada nación de casi 9.000.090 de negros. árBl>es y judíos.

La serie de críticas es directa: Primero, ni franceses ni españoles han dado paso alguno

para desarrollar la economía de sus respectivas zonas de Ma­rruecos. Aunque esa economía no podría haber sido riqueza

I nunca, es indudable que es capaz de sostener un standard de ' vida más elevado que el miserable de la actualidad. En rea­lidad, los franceses desalientan en forma bien específica to­dos los intentos de inversión de capital extranjero en Ma­rruecos.

Hay motivos para creer que sacrifican la posibilidad de una prosperidad creciente a favor de un control firme e in^ contestable.

Segundo, ni franceses ni españoles han hecho nada para el desarrollo político de la población morisca. XaOS moros ca­recen virtualmente de representación, y aunque su jefe de estado es nominalmenle el Sultán, árabe, no tienen el menor peso en su elección y este, a su vez, es políticamente incon­dicional de los franceses y españoles. El irónico resultado de e s t o üS Crue l o s rmrtiin^B*^^ - ' - •—' - » — . ^ z cs^auoies. £.1 irónico resultado de esto es que los comunistas, al controlar la Confederación Ge­neral del Trabajo, son la agrupación mejor organizada de Ma­rruecos Francés. No se les permite operar abiertamente como partido político, pero presentan un j>rogTama consistente. Tercero, sólo se ha dado pasos vacilantes para el desarrolla de un plan sanitario y de educación. Todo recién llegado a Marruecos se siente impresionado de ÍTimediato, por lo ab­yecto de la pohreaa y lo extendido de la enfermedad y la de­formidad en los seres humanos. Y la segunda impresión es *=nrpresa ante la ignorancia y el atraso de las mítsns trabes. Aunque los franceses han redactado un programa por medk» - .el que esperan superar los problemas de la educación y la '- -.lud. es demasiado poco lo realizado como para justificar su ''prolección" del área.

Cuarto, son constantes las violaciones a las libertades por medio de las que los moros podrían xealixetr su propia evo­lución social y política. Hay dos diarios, uno francés, y el otro español. Ambos están bajo el control de ' la potencia ocupante. En el Marruecos Francés, la censura a la prensa es permanente, y el diario aparece a menudo con columnas en blanco, por reíalos o editoriales suprimidos por el cen­sor. Y una publicación comunista 'Xe Petil X^farrocain" dis--pore de más libertades que los otros elementos de la pren-~.a árabe.

Quinto, está la explotación personal y el "colonialismo" que tanto franceses como españt^es practican con' respecto a los' nativos. Existe un doble standard de la ley y el orden, una forma constante de hacer recordar a los moros flue están subordinados a la administración coIoniaL y un esfuerzo de­masiado pequeño en el desenvolvimi^to del ejercicio in<U-vidual de la democracia.

Al hacer sus criticas, los funcitmaríos ejctranjeros pare­cen sentir la convicción unánime de que Marruvcos no está aún preparado para administrarse por sí mismo. Pero subra­yan el hecho de que xií la Hepúblíca Francesa ni la España de Franco realizan el esfuerzo genuino para tender hacia el auto - gobierno.

corisi.go la experiencia y íos' conocimientos de más impor­tancia sobre el funcionamiento del plan, crea un vacío irrepa­rable.

Expertos y técnicos queda­rán para informar a los nue­vos funcionarios designados, sobre el laberinto de detalles de la complejísima organiza­ción que tendrá ante sí- Pero cuando Mr. Harriman y el profesor Katz asisten ahora, como ocurre con frecuencia., a una reunión del Consejo del * OEEC. lo hacen con una com­prensión cabal de los orgullos,' resquemores, dignidades, sus­ceptibilidades y preocupacio­nes nacionales de los eminen­tes estadistas europeos que tie­nen ante sí. Ningún 'tipo de información de parte de los expertos puede proporcionar a los nuevos voceros norteameri- i canos ese sentido de compren- *

: sión profunda de una situa­ción, que es el alma de toda decisión rápida.

Será difícil reemplazarlos. El plan ha perdido su atracti­vo inicial, y sus nuevos pro­blemas, son aburridos y mor-talmente graves. La actual campaña de agresividad que se desarrolla en Washington, y que hace de cualquier trato norteamericano con asuntos extranjeros un tema de juega para las ambiciones parlamen­tarias, lis^c^ que el tipo de hombre que sería necesario para esos cargos^ se resista a ocuparlos. Si los funcionarios que llevamos mencionados per- ' sisten en su intención de reti­rarse de inmediato, como pa­recen decididos a hacerlo, el programa de recuperación eu­ropea se verá fcente a un ve­rano de decisiones críticas, ca- , recieníJo de espíritu y de g u ^ .

Toda la S^momia en un Dfa ;

m

^?i'5S&5, "S. i*-../i~,í j x ;^^cr^-^?;^^^f ^ ^

'.i»3 X.

fe=^.

i p p

» . ^

ir;: I

Mes Dinero y Menos Producción (Viene d« 1^ página)

preguntas exige ciertos desarrollos que reservamos p a r a un número próximo.

Nos lirailamos por hoy a citar las cifras oficiales a que antes aludimos y que abarcan el per iodo 1942-1949. Si se toman los dos rubros fundamenta les de nues t ras exportacio-nes, las lanas y las carnes, encont ramos:

a) En 1949 exportamos 43.000 toneladas de lana, la cifra más baja de todo el periodo es tudiado y obtuvimos por esas lanas 67 millones de dólares; mien t ras que, en el 47. expor­tamos 68 mil toneladas que nos produjeron 71 millones de dólares y el 43, 55.000 toneladas con un producido de 39 mi­llones de dólares-

NO HA HABIDO PUES. AUMENTO DE LA PRODUC­CIÓN, SINO POR EL CONTRARIO REDUCCIÓN, HA HA­BIDO SI, AUMENTO DE LOS PRECIOS UNITARIOS.

b) En 19Í3 expor tamos lOB mil toneladas de ca rne y subproductos con un valor de 48 millones de dólares . Dupli­camos el vo lumen de l^s exportaciones del 47, m u y reducidas por los efectos de la sequía del 43; pero en cambio expor ta- ; mos menos cant idad que en 1942, 43 y 44. En ?quel pr imer j año el volumen fué de 139 mil toneladas con un valor de 37 | millones de dólares . ' I

EN GENERAL PUES, CABE DECIR TAMBIÉN QUE EN I EL RUBRO CARNES EXPORTAMOS MENOS GUE EN L O I ' A N O S NORMALES SI OBTUVIMOS MAS FUE ASIMISMO, A CAUSA DEL AUMENTO DE LOS PRECIOS.

o Es éste un pr imer planteo. El lector ya puede empezar a

ext raer conclusiones.

La Asamblea de Treinta y Tres 9 EL SAEADO por la noche se realizó en la ciudad de

Treinta y Tres una conferencia pro reconstrucción del nacionalismo, que contó en t re otras, con la prestigiosa asis­tencia del Dr . Salvador Estrada.

Después de los realizados en San Carlos y en Sa rand í del Yí, es este el tercer acto organizado por un comité inte­grado por distintos sectores del nacional ismo.

Algo más de cuatro mi l personas exp-resaron en ~-esta reunión política, su propósito de a lcanzar soluciones honora ­bles que permi tan a l nacionalismo lucha r en noviembre con posibilidades de éxito por la conquista del poder.

El domingo se realizó, con el mismo í in , otra conferencia en '"La Charqueada" que congregó a l rededor de un mi l ia r de asistentes.

Estos actos de Tre in ta y Tres , como los realizados an í e -rÍGi-mente, demues t ran que la reconstrucción del nacionalismí"-goza de un prestigio popular como seguramente no ha alcan­zado ninguna solución política nacionalis ta en los último'-áños. Como movimiento de abajo y de pueblo, hace r ecorda r los grandes momentos de resurg imiento nacionalista q u e el país ha conocido en otros momentos de su v ida política, y que más de una vez, cemo ahora , avasa l laron la inút i l resis­tencia de los dirigentes-

Una vez m á s el pueblo nacionalis ta busca su salida, —xr pudiendo golpes buenos y golpes malos,— por el l impio 7 ancho camino de la reconstrucción de sus fuerzas cívicas.

EL INCIDENTE DEL BÁLTICO {Viene de 1^ página)

más fuerte. Dudamos que lo sepa nad ie con segur idad. Los factores que de te rminan el grado r ea l de poder de dos g ran ­des naciones son complejísimos e imposibles de conocer, a ¡ part i r de cierto nivel de equiparac ión de fuerzas. P e r o unr-1 cosa es segura: que hasta 1948 los Es tados Unidos t en ían u n a | superioridad mi l i ta r y económica decisiva sobre Rusia, o ta l •• era la opinión de los gobernantes y de los Es tados M a y o r e s ; ; en 1950, esa superior idad h a m e r m a d o no to r iamente . E n 1949, \ la Unión Soviética daba la impresión de tener le miedo a lo j | Estados Unidos- E n 1950 los Estados Unidos y la Unión So- i viética se t e m e n con un miedo rnás o menos pare jo , :

El miedo, s i l lega al paroxismo, es causa, f recuentemente , \ de los peores desastres porque n inguna o t ra pas ión obnubi la • más el entendimiento, Pe ro u n miedo sensato, u n miedo r a - 1 zonsble, de personas igualmente razonables , es bueno, y p u e d e ser, sino u n a garant ía de ve rdadera paz, al menos iins espe­ranza discreta de que no se p a s a r á f á c ü m e n t e - d e la gue r r a fría a la guer ra ard iente .

E n suma : se t r a t a de gana r t iempo. P e r o gana r t iempo en nues t ra época es, quizás, ganar lo todo- A menudo se h a r e ­prochado a los gobernantes su desidia cuando dejan q u e los problemas se a r ra s t r en sin solución. Es jus to el reproche . Si-i embargo, supues to que l a solución no se vea p o r n ingún lado, el esfuerzo ñ a de consagrarse a evi tar que las cosas se agraven, pues tansbién se h a dicho que toda si tuación, por mala q u e sea, admi te s iempre otra peor . E n el caso presente , no cabe duda : el tiem.po puede h a c e r milagros. Los procesos históricos en nues t r a época son ex t r emadamen te veloces: cinco lustros va len t a n t o como un siglo en el pasado . Si l a o a z actual , p o r p reca r i a q u e sea, sobrevive du ran t e ese t iempo, pudiéramos e n c o n t r a m o s con g randes sorpresas. X,a m a y o r de todas : que h a y a n desaparecido a lgunas de las causas m á s apasionantes de rivalidad e n t r e las potencias o eras h a v a n t o m a d o u n cariz m u y diferente de l actuaL N a d a es i n m u t a ­ble . Menos e n esta éiKjca- L-os Sístados Unidos evolucionan Oa velocidad d e evolución d e u n a comunidad g u a r d a p ropor ­ción con s u desarrol lo técnico). Y Rus ia no p u e d e t ampoco pe rma ne c e r eonio u n a roca. N o es u n a u top ía concebir q u e factores cuya acción apenas perc ib imos en este momen to t r a s -t o m e n todo e l j uego y h a g a n c a m b i a r insospechadamente el p a s o r a m a de l m u n d o , para^ b ien o p a r a m a l . E n todo caso m i e n t r a s quepa u n a esperanza, sólo los insensatos o los d e ­seosos de t m apocalipsis un ive r sa l p u e d e n l anza r se a u n choque catastrófico.

Wt??¿: -m^^m

De SERVANDO CUADRO

La actitud antiyanqui y Hispanoamericana.

En los- dos úl t imos ar t ículos consideré la resistencia ai imperial ismo y a n q u i y la lucha por la Federac ión Hispanoamer icana como si se t r a t a r a de la misma ac t i tud . En realidad, si bien ambos contenidos es tán en la misma constelación ideo-afectiva, se t r a ­ta de cosas distiní&s- (Pero d i s tmto nun=a ouiere decir "onues to" y menos aquí) . En eJ -rime'-o se n a r t e de dos reconocimientos : la real idad del empuje imper ia l de Nor te -améroca v la diferencia, profunda y esen^ cial q u e . ' e n el sentido de la vida y de_ lo que es valor, existe en t re a m b a s A m e n -cas Consecuentemente , en esa ac t i tud , la lucha se cen t ra en evitar, en cada uno de estc^ paisci , la absorción imper ia l i s ta de N^orteamérica y en impedir la adopción de la filosofía yanqu i . Es esa, con m-ucho, hi act i tud más general izada en todos estos pueblos, emnez^ndo r'or el nues t ro . En block, es la que s i - m p r e ha tenido la Argentin.% dc-.'íde antes de Perón y con él; en t iendo que, ; -ua lmente , t endr í a aue ser la espon tánea y na tu ra l en nues t ros blancos.

En nues t ra ac tual real idad es esa u n a act irad a l t a m e n t e positiva y que impor ta , si no abnegaciones, sí cierto estoicismo. En ofecto, y por cuanto todas las comunica­ciones, cent res de prestigio social, opor tu--•idades í^conómícas y ^ün los gobiernos , es­tán manipu lados . mediatizr":-o,^ o condicio­nados por Nor teamér ica , quien se coloca y mant iene en esa línea d-' -be r e n u n c i a r a muchas venta jas o posibilid^ídes de orden económico-social (negocios, honorar ios , ro -conocimieníos. etc.) de que se m u e s t r a m u y codicioso el h o m b r e actual . P o r dis t in tas insti tuciones "camou í l adas" o solapadas , Nor teamér ica es tá s iempre d ispues ta a p r e ­mia r a los obsecuentes .

FUERZA Y DEHECHO Mas, si esa act i tud es m o r a l m e n t e posi t i ­

va, no es por ello c readora . En e l me jo r i e los casos, deja las cosas com.o es t án o como se supone q u e deb ie ran es tar . P o r tanto-desde el p u n t o de vis ta psicológico y polí­tico, más q u e u n a pctitud def inida, se t ra t a de una ac t i tud esbozada. Más t odav ía : según mi m o d o de ver , es esa u n a ac t i tud en función de u n a utopía , Desa t i ende la exper iencia de siglo y medio de h is tor ia y da por admi t ido q u e bas ta el Derecho pa­ra m a n t e n e r la soberanía e independenc ia de estos p e q u e ñ o s países : y es d e t ene r se en cuenta que, en el mundo actual , son " p e q u e ­ños pa í ses" t a m b i é n la Argen t ina . B r a s ü y el Imper io Br i tánico) . Es esa lus ión y u t o -•^ia, Ntmca, en la ya larga expe r i enc ia h i s ­tórica, ha bas t ado el Derecho p a r a defen­d e r la l iber tad de un pueblo, y l a de ' l a Banda O r i e n t a r ' incluso, quedó suspend i ­da, no obs tan te su derecho, en cuan to A r ­tigas perdió l a s fuerzas fon q u e la defen­día y has ta t a n t o los Tre in ta y T r e s no v o l ­vieron a r e u n i r í a s p a r a hacer la r e s p e t a r . El Deirecho, y la lucha p o r él y p o r la j u s t i ­cia, en toda su .grandiosidad y ' m a n i f e s t a ­ciones, ha servido a lgunas veces , y debe se rv i r cada día m á s , pa ra conci tar y o r d e n a r fuerzas, pe ro p o r sí sólo, no b a s t a r á n u n c a pa ra contener a las fuerzas. E n el m u n d o actual , dominado p o r dos po tenc ias (Norte­amér ica y Rusia) que no sólo es tab lecen lo q u e es derecho, sino q u e hacen la concien­cia jur íd ica , eso es, o debe ser, u n a v e r d a d avasa l ladora .

COLONIAS D E V A C A C I O N E S . . , Y esa ac t i tud todavía no se r í a c readora ,

si b ien y a n o resu l t a r í a utópica , e n el su­puesto de q u e Nor teamér ica fy Eus i a ) se desen tend ie ran —^y pud ie ran d e s e n t e n d e r ­á s — de nosotros- E n efecto, en l a técnica actual , con re spec to a la cual y a n o se r e t r o ­cederá , a i m q u e p u e d e dárse le o t ro sent ido estos pequeños países no se r í an — y n o po^ dr í an s e r - - n a d a m á s que a ldeas s o b r e l a s cuales r e sba l a r í an l a s t o r m e n t a s y l a s c rea ­ciones de l a His tor ia- E n esas "colonias de vacaciones", a l a s cuales s e g u r a m e n t e v e n ­dr ían a descansa r ios g randes l u c h a d o r e s nel m u n d o y de l dest ino, f a l t a r í an l o s jugos necesar ios p a r a l a s g r a n d e s c reac iones de l Ar te , de l a Ciencia, de l a Pol í t ica , de l D e r e ­cho, de l pensamien to filosófico, de^ sen t í mien to religioso, e tc . Y t odav í a : s i , p o r u n capr icho o r ega lo de l a His tor ia , a o o í o al lá , naciese u n genio creador , a t e n d r í a l a s ^ Z yores posibi l idades de q u e d a r i n a d v e r t i d o ^ r ^ ' ^TT diablos nos servi r ía a uoso t ro - ' iiieros a ldeanos con l a m e n t a H d a d y codiciad c e dueños de fondo chica? y ¿cómo D Í ^ Í J

^ LOS DÍAS la actitud por la Federación

Página 4

a reconocer lo , como t a l genio creador , quie nes n e c e s a r i a m e n t e h a b r í a n de experimental u n desprec io g r iego p o r su p a í s de origen?

En e l m u n d o ac tua l , c u a l q u i e r mediocre p e n s a d o r n o r t e a m e r i c a n o , de t e rce ro o cuar to orden , t i e n e m á s pos ib i l i dades de alean zar el r e c o n o c i m i e n t o m u n d i a l q u e u n Sha Irespeare o u n P l a t ó n , n a c i d o e n cualquier pa í s de n u e s t r a A m é r i c a .

Sobra d e c i r q u e todo eso —dicho pata i lus t ra r , p a r t e de dos impos ib i l idades histó r icas : consis te la p r i m e r a e n suponer que en el desa r ro l lo a l c a n z a d o p o r la técnica d° la comunicac ión , es tos pa í ses p u e d a n mante nerse a l d e a n a m e n t e a i s l ados d e las tenía clones de l m u n d o ; cons is te l a segunda en suponer q u e N o r t e a m é r i c a (y .Rusia) quieran — y p u e d a n — d e s i n t e r e s a r s e d e estos terr torios. P F L I G R O S R^EALES Y R E S P U E S T A S A D E C U A D A S

Debe reconoce r se , s in e m b a r g o , aue esa act i tud, m-ora lmente pos i t iva , p e r o histórica m e n t e no c r e a d o r a , p u e d e t e n e r un espléii dido r e n d i m i e n t o pol í t ico e n cuan to nued» se rv i r p a r a g a n a r t i e m p o . P e r o , g a n a r tiem po ¿para q u é ? N o p r e c i s a m e n t e p a r a hacer o t ra " s o l i t a r i a " a t ene í s t a , sino, justamente p a r a h a c e r op in ión a l a i dea d e una unión federa l de estos pa í ses . E s a es l a fuerza ^ 2 única fue r za— q u e p u e d e r e s p a l d a r aque líos de rechos a l a sobe ran ía , a l a autcdetei mineción, a la l i be r t ad , a la,;.creación, si •'Í q u e p a r a e l lo e f e c t i v a m e n t e Servimos. Prác t i c amen te — n o t e ó r i c a m e n t e — esta actitai impor t a a q u e l l a ; p e r o no a l a inversa

L a idea , como -se s abe , t i e n e abundantes an t eceden t e s desde B o l í v a r ; m a s , en esta e tapa , rec ién empieza a a b r i r s e paso e &. cluso en n u e s t r o pa í s , t a l v e z e l más pro picic, t i e n e pocos a d h e r e n t e s . Se está preci s á m e n t e e n l a l u c h a d e h a c e r opin ión a esa idea y, s e g ú n veo las cosas , h a y síhtomEs Gos q u e es toy r e v i s t a n d o en estos la-timps ar t ículos) d e pos ib i l i dades de éx i to . Pero nf) es enapresa fácil, c l a ro es tá . Mas , de todo. m.odos, nos g u s t e o n o n o s gus te , se trata de l ún ico rnedio q u e t i e n e n u e s t r a América p a r a c o n t e n e r l a abso rc ión impe'- ial de. la del Nor t e . A d e m á s , es e se e l ún i co cainino q u e p u e d e s'3guir H i s p a n o a m é r i c a s i quiere conse rva r su p u e s t o e n e l m u n d o y conquis­t a r u n si t io e n l a H i s to r i a . Y qu ienes viv.ea a t emor i zados p o r e l "pe l i g ro r u s o " , si es que con ello no q u i e r e n j u s t i f i c a r s u entrega­mien to a l i m p e r i a l i s m o no r t eamer i cano , de h i e r a n r e p a r a r q u e es, t a m b i é n , la única m a n e r a de v e r s e l i b r e de i a l pebg ro , real o potencia l - E n efecto, s i n u e s t r a América, se r ea l i za como p o t e n c i a f r e n t e a l imperiO a n g l o n o r t e a m e r i c a n o , p o r el m i s m o acto, qne-da de fend ida , de l a m e j o r y m á s v i r ü ma-l ñ e r a , de l i m p e r i a l i s m o sovié t ico . E n , cuaaito. a si esa p o t e n c i a h i s p a n o a m e r í c a n ? ha de se r o n o c o m u n i s t a o socia l i s ta Co cu3Íquiet| o t ro " i s ta" ) es cosa q u e d i r á l a Historia-y. en todo caso , el lo s e r á r e a l i d a d liispanpaiiier r i c a c a , es to es , u n c o m u n i s m o o socialismo p a r a l a l i b e r t a d y p a x a a l tos v a l o r e s espm tua l e s y re l ig iosos- ' "CON LIBEHTAEt K O O F E N D O N I T E M O "

Digo q u e , p r á c t i c a m e n t e , l a part ic ipaaon en l a l u c h a p o r i a F e d e r a c i ó n Eispanoamen-cana i m p o r t a s e n t i m i e n t o an t íyanqu i - Ü-l r e a l i d a d po l í t i ca e s a s í y n o podemos hacer: u n a r e a l i d a d a n u e s t r o a n t o j o . Empera , c i t eo r í a p o r l o m e n o s , n o i i a b r í a n inguna ne­ces idad d e q u e a s í fuese . L a organización fede ra l de los p a í s e s d e n u e s t r a America es algo q u e t e n d r í a q u e r e a l i z a r s e como ü e c reac ión h i s tó r i ca , p o r i m p e r a t i v o de af» d e s p e r d i c i a r los r i cos n i a t e r í a l e s de l trozo oc m u n d o q u e n o s c o r r e s p o n d i ó , p o r su propj^ v a l e r y a u n c u a n d o n o es tuv iésemos bajo neces idad d e d e f e n d e m o s d e n i n g u n a an n a z a i m p e r i a L M a s t o d a v í a (y repi to a ^ r algo q u e a n t e r i o r m e n t e y a h e dicho) n o h ^ j n i n g ú n a b s u r d o h i s tó r i co e n stipouer típs u n a g e n e r a c i ó n d e e s t ad i s t a s y p«isadoi«s n o r t e a m e r i c a n o s , m á s escáarecídos qnc h» ac tua le s , e n t i e n d a n q u e l o q u e verdadera^ m e n t e c o n t i e n e a l í c r t e a m é r i c a es que pa í ses s e r e a l i c e n c o m o p o t e n c i a r( _ T o d a l a s a b i d u r í a d e l a s g r a n d e s p o t o i O ^ imper i a l e s e n é l a g i o p a s a d o , y en lo O * v a de l n u e s t r o , cons is t ió n a r ; b i e n pndi iera s e r q u e l a g r a n sabidon» de l a s g r a n d e s p o t e n c i a s , e n cnala t i ier ^ m e n t ó , t e n g a o p u e s t o s i g n o : fac i l i t a r ía w ^ mac ión d e g r a n d e s p o t e n c i a s l i<3™°=^°^Zi r e sponsab les , c o m o m e d i o ef icaz d e « * ^

CPasa a l a fiS-

APCHA feio XI V i e r n e s 21 d e a b r i l d e 1950 N 9 523

na federación Democrática Se explica q u e se f o r m u l e n r e se rva s a l a acumulación H-sa y l lana de sufragios he r r e r i s t a s , nacional is ta- indepen-

eníes y demócra ta-socia les . No en ba lde y a raíz de sucesivos loes de eslado colocados se h a n formado t res par t idos na-¿alislas. Nótese q u e dec imos "pa r t i dos " ; esto es, agrupac-"o-

poiíticas eos lemas , au to r idades , p la ta formas y principios i iníos .

Pe ro es que ahora n o se t r a t a de la acumulac ión lisa y na de votos.

Basta puntua l izar los t é r m i n o s en que el p rob lema de la « c o n s i r u c c i ó n del Nac iona l i smo Histór ico se encuen t ra plan-J a d o para que de inmed ia to se dis ipen e n t e r a m e n t e las p re -wencioues u objeciones q u e en con t ra r io y desde el ángulo de ¿ moral política, se le h a n opues to . "^ En efecto; la fó rmula concre ta de reconstrucción propues-^ por la Agrupación Nac iona l i s t a Demócra ta Social —en lo ^*' ; se refiere a la esfera n a c i o n a l — cabe enunc ia r la así;

f l ? — Elección de P r e s i d e n t e y V i c e p r e s i d e n t e de la He alica medianíe acumulac ión de votos- bajo ^ e m a común ' por ejemplo, Unión Nac iona l i s t a— cuyo l ema per tenecerá a

^ d ^ s las fracciones nac iona l i s t a s q u e lo inscr iban y a ninguna ^ . ellas en par t icu lar . Con es tas t r e s precis iones . . a) Fórmula p r e s i aeac i a l " ú n i c a " ; d s modo q u e el F re -' ^ H e n l e sea elecio en vixixid d e la u n a n i m i d a d de voluntades S e onaHsías y de modo i a snb iéa q-ue n inguna fracción nacio-WJAisla resulle al respec to t r i u n f a n t e o vencedora respecto a

^Hk bíras. ^ b) Fóraiula presíd&ncial cuyos candidatos se rán "elegi-

' d o c ' por la fracción m a y o r i l a r i i —esto es, el he r re r i smo— •Btre los pre-candidalos " p r o p u e s t o s " por las fracciones mino-xSlarias —es decir, nac iona l i s t a - independ ien tes y demócra ta -IH^jsies—. de m a n e r a q u e e l cand ida to a la Pres iden te antas ^p|e Herxerisla, I n d e p e n d i e n t e o Demócra ta -Soc ia l será "na-tí¿-alista" y coii tará — a u o d u d a r l o —con la confianaa de to£o£, pues ni bien u n a s lo p r o p o n e n conio candidato- otros lo alfaen como ta l y sen l e d o s C[uienes lo vo tan p a r a Pres idente dMla República. ^^^

•3 c) Fórniuia p res idenc ia l cuyos in teg ran tes — d e ser elec-±^— han de ajusfar su acción a u n " p l a n de gob ie rno" previa-

l^aiante es t ructurada por t o d a s l a s fuerzas nacional is tas . ^ 2 ? — Elección de D i p u t a d o s y Senadores ba jo los r e s -

» í r t i v o s lemas "p rop ios" ; e s to es . Pa r t i do NacionaL Par t ido l l n c i o n a l Independ ien te y P a r t i d o Demócra ta . Con estas dos faniaraciones: <

^ a) No hay a l respec to acumulac ión algxuia de votos en- | "~ los dist intos pa r t idos nac ionaJ is ías . c ada uno de los qua

.gsará sus represen ía í i t c s con comple t a indepeadenc ia de otros . h)

IMPULSANDO EL PUNTO CUARTO * EL, FAMOSO Punto C-uarto del pían del

Presidente Truman, ha entTodo en una nueva etapa: la Comisión, de Relaciones Es:-terioTes del Senado de los EE. UU. le ha dado forma en un proyecto cuya'aprobación ha recomendado a aquel cuerpo.

Una primera cosa a destacar es la inme­diata finalidad política que se le asigna. Se le encara e3::presamente como una "medida de seguridad para ganar la guerra fría".

En segundo lugar^ resulta claramente del proyecto de la Comisión, que lo que se per­sigue con las sumas a votarse en calidad de ayuda técnica a las naciones poco desain-o-lladas, es tan sólo ahrir un camino a la in­versión de capitales privados, cuyo aporte se considera el decisivo o fundamental en la materia.

Se dice desde Washington que el pro­yecto tiene el carácter de una enmienda al sistem.a de créditos del Plan Marshall. La verdad es que se trata de algo rnuy distin­to. En el Plan Marshall se organizó itna ayu­da financiera en gran escala a los países europeos por parte del gobierno norteam,e-ricano. Aquí, en cambio^ la ayuda oficial de los EE. UU. se reduce a un •minim.o casi sxtn-hólico, colocándose todas las esperanzas en el aporte de los capitales privados.

Cuatro grandes zonas del mundo serán las beneficiadas por el plan de ay-ada téc­nica: Latinoamérica, Cercano Oriente, Leja­no Oriente y África. ¿Qué cantidad anual insumirá el programa en la totalidad de esas zonas? 85 millones de dólares^ de los cuales 28 serán aportados por los propios países beneficiarios, 12 por miembros de las

Naciones anidas con exclusión de !fc*r^-américa, y 45 por los EE. VU.

Se comprende que con esas S'JC.^JS, ver» daderamente ínfimas con relación » las áreas a que se destinan, es apenas un asK.fc>-zo de ayuda lo que podría realizecrse. Pifrá Amér ica Latina en partici-éar SÓIQ se oa'tcu-la la eantidad de 31 millones, de los cuales EE. UU. no alcanzará a cargar con 2D,

'¿Qué sentido puede tener un pronraina con tantas limitaciones del punto de vista financiero? Pues, tan sólo el de crear, en términos más sim-bólicos que reales, un sis­tema de cooperación económica que am­biente y oriente la colocación efectiva del capital privado norteamericano. Este capi­tal se halla urgido de expansión pero re­clama para ello seguridades. Ifinguna pue­de resultarle- más satisfactoria que ia de avanzar por un terreno previamente transi­tado por el propio gobierno de los EE UU., o sea la de marchar al amparo de un pro­grama oficial de ayuda técnica a laS árvas poco desarrolladas.

El Punto Cuarto en su faz más impor­tante para los EE. UU., en la que éstos es­tán realmente interesados —es decir, la in­versión de capitales privados— ha marcha­do con lentitud- en lo que a Latinoaniérica se refiere. El pacto económico de Bogo'á T!*O eticoníró acogida, lo que llevó a prescindir de él y abocarse a la realización de conve­nios bilaterales, de los que el celebrado con Uruguay está llamado a servir de modelo. Es de darle irnpulso, sin duda, que se Vraia con el proyecto de ley que pasa ahora a la consideración del Senado de la Unión.

Llmer Sobre Mojado tGÜATEMALA Y ESTADOS UNIDOS # U N NUEVO decreto acá- /

Toda la Semana en uxx Día

Los legis ladores e lectos e n c u a d r a r á n su gest ión a las y n o r m a s del p l a n de gob ie rno p r e v i a m e n t e es t ruc turado

que antes se hizo r e f e r enc i a : e n lo demás , conse rva rán la ma au tonomía y p e r s o n a l i d a d d e sus respect ivos par t idos •'ticos.

•-' ~7_ ^"- í">a p a l a b r a , pues^ federac ión de fuerzas en cuan-a la disputa , conquis ta y ejercicio de l a Pres idenc ia de la -b l ica ; au tonomía p l e n a e n c u a n t o a l a elección y ac tua-i de los in tegran tes de l P a r l a m e n t o , a p a r t e de l respaldo

i ^ u n ^ e éstos o t o r g a r á n a l P o d e r Ejecut ivo, s i empre que | ^ ^ actúe en función de l p l a n d e gobierno pre-concre tado . I ^ ^ N o se t ra ta- pues , de i m a acumulac ión lisa y l l ana de su-^ ^ p i o s - La acumii íación d e votos funciona, ún i camen te , cuan-

esos votos t i enen a n a c o m ú n y convergente significación t c i ^ a l i s t a " ; pe ro , e n c a m b i o , l a acumulac ión de sufragios achia , cuando ellos q u i e r e n e x p r e s a r pa r t i cu l a re s y diver-•tes concepciones ideológicas d e n t r o de l nac ional i smo.

m P a r a comprender c a b a l m e n t e el a lcance y significado de

a o i m u l a p ropues ta p o r l a Agrupac ión Nacional is ta Demo-tta ^ociaL es preciso p e n e t r a r e n la dist inción r e a l m e n t e fun-nenia l en t re el P a r t i d o t r a d i c i o n a l y el Pa r t i do de ideas; s; n o s perm-rte, e n t r e el P a r t i d o His tór ico y el Pa r t i do P o -

S e m p r e hemos cre ído q u e as í como el desarrol lo demo ico mduce a l a m a s a d e ind iv iduos aislados a organizarse

m" " par t idos pol í t i cos" q u e e n c a u c e n d e t e r m i n a d a s corr ien-ideologicas, ese m i s m o d e s a r r o n o democrá t ico — e n fun-

^ ^ ahora , de es tab i l idad y desequi l ib r io ins t i tuc ionales— de-• ^ u s a a los diversos p a r t i d o s estr icícimente polí t icos o espa-

ta a c a m e n í e ideclógiccs, a n u d e a r s e y ag rupa r se en t o m o a ^=:unadas or ientac iones h i s t o r i a s esenciales, ev i tando así ^ ^ e m b r a m i e n t o y l a dispers ión-b i e i ^ r e hemos p e n s a d o t a m b i é n , q u e e n lo q u e a los pa r -

,.^¡f '^ ^'r^Q'^aticos se re f ie re l a acción centr í fuga de' intereses ^^O 'Og^as neces i ta —l legado e l caso— de u n a fuerza centr í -^ f e q u e m a n t e n ^ e l equi l ib r io y l a es tabi l idad . Y esta fuer-

-¡e p u e d e ser d a d a p o r u n a r azón pol í t ica f u n d a m e n t a l o n a mot ivo económico o socxaL p u e d e e n c o n t r a r s e —^y se ' ^ - - ^ — coa m a y o r fecílidad e n las corrieistes h is tór icas i c re í a l e s de l a nación-3eziip.:.e hemos a p r e n d i d o — p o r lo d e m á s — «q se s i es l ó - '

y es necesar io h a c e r po l í t i ca d e ideas , es b u e n o y e s p r e -qtie ella se h a g a a t r a v é s de l a s fuerzas h is tór icas autóc-s Y p ^ n a n e n i e s , ex i s t en t e s e n el p a í s ; p u e s eHo e s l a for-^ a s ^ e n c s z y segura d e i m p o n e r y fecundar ideas .

'^^- H e r r e r i s m o . Nac iona l i smo- Independ ien ie y De-—cciai son fuerzas e s t r i c t amen te polí t icas q u e , co-

^l^es. se h a n e r i ^ d o e n " p a r S d o s " con p lena a u t o n o m í a y "" 3 persona l ided . E s a d i spe r s ión de tendenc ias perfecta-

expiicaíjie ¿él p u n t o d e v i s t a ideológico, v iene — e n de-e n e r v a r o q u i t a r ef icacia y uosihí l ídades a la.

corr iente h i s tór ica nac iona l i s t a . s^í2 q u e s e i m p o n g a , c o m e u n a idea- fuer ra de profun-

acá ba de p ro r rogar el subsi­

dio a la leche des t inada a consumo de Montevideo . L a prórroga es hasta el 31 de ju­lio. S in duda, a l l legar esta fecha asist iremos a otra p r ó ­rroga m á s . Ese subsidio repre ­senta 0.0711 por _ l i t ro y debe a lcanzar por año a unos 13 millones de pesos. E n t r e los años 47, 48 y 49 ya h a costado cerca de 22 mil lones. A fines de jul io , fecha de la p ró r roga que comentamos , es ta rá cerca de los 30 millones. Seguimos jugando a las escondidas, des­f igurando los hechos y conce­diéndole exc lus ivamente a la población de Montevideo — pudientes incluidos—- u n be­neficio q u e paga todo el pa ís .

Esto se l l ama "economía di­r ig ida" .

El Concnrso Artíguista 0 P o r falta^ de espacio no

publ icamos n u e v a m e n t e las bases pa ra el concurso so­bre Ar t igas .

Recordamos a los in te resa­dos que el plazo p a r a la r ecep­ción de t raba jos vence e l 15 de agosto a las 12 h o ra s ; que el p remio único es de mi l pe­sos y q u e el te ína es : Signifi­cación de Ar t igas en los or íge­nes de Ja. nacional idad orien­ta l y e n l a revolución de l Río de l a P l a t a .

SE H A A G U D I Z A D O ú l t i m a m e n t e l a t i ran tez de re la­ciones e n t r e G u a t e m a l a y EE. UU.

La v e r d a d es que dichas re laciones nunca fueron m u y cordia les desde la revolución que derrocó a Ubico y t ra jo , después d e a lgunas a l te rna t ivas , a Aréva lo al poder. Se es­peró , sin embargo , q u e me jo ra ran a ra íz de l cambio en la car te ra de Relaciones ' d e G u a t e m a l a por el que se desplazó a Muñoz Meany , cons iderado desafecto a EE. UU, Lo reem­plazó, hace unos raeses, I s m a e l González Arévalo , m i n i s t r o h a s t a entonces en Washing ton y considerado u n am.igo ciel gob ie rno ' no r t eamer i cano .

N o obs tante ello, l as re laciones es tán ahora peor q u e n u n c a . Es de l caso pun tua l i za r que G u a t e m a l a se halla en v í spe ras de elecciones pres idencia les y que su gobic^mo ha acusado a l emba jado r no r t eamer i cano R. P a t t e r s o n de inrais-cui rsé en su polít ica i n t e rna .

EMPEZAR POR EL PRINCIPIO

MABCBÍJ -:.^C^nibre p o p u l a r , el p ropós i to d e logra r l a recons t rucc ión ^J -' — -i ^ zno Hzsrórifio. 'Y' e n •vGTo.sd. c ^ - ^— " 2 Io^T3:r=e esa

' ^~- mcdlaziie I3. íienLccrrízi^rs fe-deración de las í i a s po l í t i cas a u t ó n o m a s ^pie lo i n i ^ p r a n . J . •»- C I

Peces Grandes se Comen a los CMcos 9 CON M O T I V O de l a s e ­

qu ía q u e asoló los depar ­tamentos de l Nor te , é l Ejecu­tivo dictó im decreto t o m a n d o a su ca rgo el 75 % del COSTO de los fletes de fe r rocar r i l pa ­r a el t r a n s p o r t e de l g a n a d o d e la zona afec tada . P e r o no adoi>-tó n inguna med ida a fin d e l i ­m i t a r e l derecho de los h a c e n ­dados a gozar d e t a l beneficio. " H a ocur r ido q u e los m á s nsadrugadores h a n a.caparado les vagones , hab iendo compro ­met ido i a to ta l idad d e los em­b a r q u e s p a r a ios m e s e s de ab rü , m a y o y j un io , m ien t r a s los d e m á s se h a n quedado m i ­r a n d o -la luna-

Consecuencia d e es to es q u e j h a apa rec ido e l m e r c a d o n e ­gro de v a g o n e s d e g a n a d o . X,cs acapa radores d e vagones , los ' ' c eden" a los neces i tados m e ­d ian t e u n a p r i m a q u e cobran , p a r a sí, o les c o m p r a n l a s h a ­ciendas a precios i r r isorios

provechándcse de q u e aque-íios n o tíenea. e n q u é t r anspo r -

0 E S T E PROBLETiíA d e la incom-patibilidad en t re la fun­ción públ ica y ia p r ivada , q u e a h o r a vue lve a p lan tea rsa

con mot ivo d e los presupues tos de la Inspección General de Hac ienda y d e l a Oficina de Gananc ias Elevadas , no es más, creemos, q u e o t ra expres ión de la desorganización adminis» t r a t i v a y de aque l l a miser ia y s e r v i d u m b r e de los funciona­r ios públ icos a la q u e m á s de u n a vez hemos aludí^io.

P a r a q u e el Es tado p u e d a exigir le a los funcíon.Trios qua se con t ra igan exc lus ivamente a l a función públ ica , debe em­pezar , p o r a segura r l e a l a ca r r e r a admin i s t r a t iva estabi l idad y r ac iona l o rdenamien to . También , como es obvio, r e m u n e r a ­ciones decorosas-

Esto n o significa q u e nos opongamos a l es tablecimieuío de u n rég imen estricto d e incompat ib i l idades . Todo lo cont ra ­rio. Lo q u e decimos, es q u e p a r a i m p o n e r obligaciones.-el Es­tado debe empezar p o r c u m p l i r l a s p rop ias .

N o es a v e n t u r a d o p e n s a r q u e el funcionar io q u e b-osc» d e s e m p e ñ a r t a r e a s pa r t i cu la res , lo hace , p o r q u e la r e m u n e r a ­ción q u e rec ibe de i Es tado n o l e a lcanza y po rque 3 i-oi»?:». cuenc ía de l corto ho ra r io oficinesco, q u e el Es tado no se snl-roa a pro longar , l e sobra t i empo p a r a ded ica r se a otro» me­nes te res . L a función púb l i ca h a ven ido ,en m u c h o s casi-i». » conver t i r se así , p o r u n lado e n l a m o n e d a con q u e s r paga» ios p resun tos , r ea les o p rome t idos servic ios públicos, por otr» en u n l u g a r de paso q u e p e r m i t e u n a r e m u n e r a c i ó n b á s i o « de a y u d a y a segura ima jubi lac ión f u t u r a . Horario» corte» y sueldos malos y p e r sona l descon ten to concur ren . Jun io con. lo» rec lamos d e l a d i é n t e l a e lec tora l a q u e a u m e n t * sin eesa r tf n ú m e r o de l e s funcionar ios . Y como todo se ligat cuanto m»-y o r es ese n ú m e r o , m ^ y o r taznbíén es la impos ibnidad cte p a g a r ios s u t í d o s q u e l a s c i rcuns tanc ias ex igen .

E n r e sumen , p e n s a m o s q u e l a Implau tac ióo d» wo seraexv r é g i m e n de incompat ib i l idades e s ímpresc tnd lb le y u r g e n t a : pe ro as imismo p e n s a m o s q u e l a s ta les ¡ncomxkatibilidsdes. sólo cons t i tuyen u n aspecto d e n n p r o b l e m a nttttAo m á s -vasto y q u e p r e t e n d e r d a r l e s o l u c i o n a la p a r t e a i a d a r l a a l todo .oada a r r e g l a r á y acaso p u e d a s e r con t rap roducen te .

E l funcionar io q u e desempeña t a r e a s p r i v a d a s conexas con l a s púb l i ca s es tá m a L TambÍ*B es tá m a l el Es tado q u a a o l e exige q u e r i n d a , q u e n o i e p a ^ a p a r a xencür y q u e oo lo coloca en coadic iones d e r e n d i c

Segu ímos c e r r a n d o los ojo« a es tas r e a l i d a d ^ t a c g r a v o i y v iv imos con u n a organizac ión Edministr^í iva. q u e por o í S ^ g r o se m a n t i e n e exí p i e . U n a organiz»ciAB adminLstrat iva, ve tus t a , a t r a sad í s ima y q u e lo* pol íUqueraa an. :v ac^-e^re» a t o c a r p a r a n o descon ten ta r a 3a dSenta te >- jtm^m pod'^r d i s ­f r u t a r d e J a a r b i t r a r i a f acu l t ad ám iiozx>£w<»r r A*c«nder ^ compás . d e l a s exigencias de loe ccnnSUv timeteiJ^'xSm^ v- ,>?s.< . » q u e p u d o se r p r a c t í c a m e t e t o l e r a b l e jkaoa 7 IB«« aft 'v r « ^ lo es ahora , cuando el E s t a d o b a e x t e n d i d o cc-or^ceirtírii^* sag funciones. La ceguera , la inerc ia , te. p ^ r n a . coa q u e «r-cars.-raos t a n vas to p rob l ema , están. _gfttadg« a c a m a r o o s iKBcb»a

.-

_ „ ^ '

-'^5^'*

' ^ ^ ^ ^ ^ ^ S • '•••^'-••••^"-- -••

"V iíí ^ i s -SiMf-'.-i..

•>i^í Í ;? Í«*4

I 'i- ti

w Mii

I "><• .1^

• ! í i :

i'

1 » »

Pí ' • -

- : J > ^ ;

'«r T T' I 1

Los i res I I

Cabezones S J

LA MAR ^ EN COCHE

<^ ^•^i^LJ^llch^

"3»-5«'!

S i e m p r e S h a w ¡ yj^ SOBKE VIEJO L.a corresponden CÍO que hace 'medio siglo, G. B.

Shaw cambió con EIIcii Terry acaba de aparecer en los Ks~ lados Unidos. La acogida de lo cn'íica norteamericana ha sidv calurosa: después de las cartas rie Walpcle y de Mnie. d\L De~ ifand, QUe Lytfon Strachey llamaba eí "Mono y el gato" TÍO se había leído nada tan in­teresante.

He aquí una ciLcnta del rosa­rio: "Usted sabe todo. Usted nc sabe nada, escribía a Shaví, Mii's Terry. Usted es un Erran hombre. Usted no es sino un burro dañino". Pero el autor de Pigmalión responde; "No so^i las pequeñas cosos ías que ios -mujeres encueiltrCTi en T/ÍÍ, sivio las grandes. Mis boIsiíÍQs están siempre líenos de peque-Tifi moneda de amor; pero es 7.-íO«cda falsa".

Lecturas E l e v a d a s # En los EE. t n j . varios

hospitales están ya equi-psaos de apáralos que proyec­tar, en el techo libros micro-íilmados *iue los enfermos, pecstados en su cama, pueden leer sin íatigas.

Desde su lecho, el mismo le?tor maniobra los botones del cuadro de control, que le pcvn-:íte dar vuelta las páginas dci libro proyectado. Gracias 3 un dispositiva-especial, pue­de —sí sus manos están inmc-vili:;sdas— servirse de sus co­dos, de su pie y hasta de su mentón.

La Guerra n o P a g a 9 La guerra ha costado e

Alemania 510 nxil millones de Teichuiarks de los de 1935. e:: decir, 450 mil millcnes de dcl2.ros- según un iaforme j>u-fcll-=.do per el Institulo Ale­mán de InTestigaciones Eco-nóimicas d« Muixicb-

Tsmiendo que esas cifras no sc2-n, bastante elocuentes, «i Iurjiituto agrega que la mitad Jicbíera bastado para asegurar a todas las familias alemanas, una casa confortable, entera-incr^ie amueblada, con un jar­dín r un aulomÓTÍl moderna.

0 La Sra. de Einsteir visitaba el observato­

rio del monte Palomar donde se encuentra el te iescopio más poderoso del mundo.

—¿Para qué sirve?, -pre guntd. -

—Pues. . . para develar el secreto del universo!

—¿El secreto del univer­so? Mi marido !o ha ence­rrado en una fórmula, so­bre el dorso de un sobre viejo.

LA LUCHA CONTRA EL CÁNCER UTÍ sabio acaba de encontrar el medio, " ' —gracias a técnicas ntiet^as— de esta-

Cuefitos R u s o s 0 E-stos dos cuentos hsn te­

nido alguna boga en Ru­sia.

Un agitador del partido y ex comisario político visita en vísperas electorales, les kolkoses (granjas colectivas) de los alrededores de Moscú, y cuenta las maravillas del Plan Quinquenal.

Acaba de describir un nue­vo rascacielos elevado en Mos­cú cuando un paisano, tímida­mente, le afirma haber pasa­do de paseo, el día anterior, por el sitio que el agitador se­ñala sin haber visto el rasca­cielos.

El propagandista no se in­muta.

—Te doy un buen consejo —dice al campesino. Pasea menos, y lee mejor los diarios.

Otro: un guía lleva a un tu­rista americano por el subte de Moscú.

—^Aquí están los bustos de Stalin, Kalinin y Buden*. di­ce el guía.

—Muy bien —dice el -ame­ricano. ¿Y a qué ritmo se su­ceden los trenes?

—Los muros de mármoles" tienen bajorrelieves con esce­nas" de la Revolución de Octu­bre.

—Muy bien —insiste el ajne-ricano- ¿Y a qué ritmo se -TJ-ceden los trenes?

—^Dígam e, sen or —dice el cicerone amoscado. ¿A qué ritmo se suceden los lincha­mientos de negros en su país?

bíecer el PH (o grado de acidez) de la sari gre que circuía en una vena. Esta noíicia que parece muy simple está acaso destinada a transformar el mundo. En efecto según el grado de alcalinidad o de acidez de la san­gre de uyi sT-cjeto se puede determinar si és­te posee un terreno canceroso o nó. Nume­rosas observaciones han mosfrado que ios cancerosos sofi alcalosicos. Reding que hizo aparecer en 1922 ^in trabajo considerable so­bre el PH sanguíneo, señala que sobre 300 casos de tumores cancerosos, consíafó que el PH era de una alcalinidad superior a la ñor-mal. Llegó a la coTícIustón pues de cue la alcalosis es un síníonia de la enfermedad cancerosa, aún mismo en los comienzos é'j éste.

Después, otros autores, sobre todo en, Nor­teamérica, contÍ7iuaron ios trabajas de' Re­ding y establecieron oue hay una correlación muy neta entre el grado y la 7naíi£íTíidírd del tumor y la iníenstdad de la, alcalosis.

Hasta el presente, no obstante tomar el PH exacto de la sangre que circulaba, er.í cosa muy difídL porque se le establecía so­bre la base de la sangre extraversada. Pero esia se altera desde que está en contacto con

el aire, y se coagula: el gas carbónico ai á^ '' aparecer y la gZicolms —transformación i» la glucosa— íaísean Jet operación.

He aqu¿ en qué consiste la nueva íeatiM debida a un aZe-máti, y gtie ha sido adopítón por un médico francés: se introduce en la MK na del pliegue del codo, -una aguja plena i cadmio. Esta aguja está ligada a un circíti. ro eléctrico y nace una corriente que es p », porciojial al PH de la sangre ea;aniíimdG

Algunos grandes servicios de ho pitaÍM cpíican ya este inétodo y buscan sistemáis camente él PH sanguíneo de sus enfc-tnot. Es un gran paso hacia adelante porque ^ diagnóstico precos del cáncer se vé asi ÍIIM ^acuitado. Algunos productos coino el clor^ ro de aynonio o el cloruro de magnesio pa» ??iiten acidificar una sangre demasiado 6¡c(. linc. Nadie pues, debe tener miedo de con> cer su PH, puesto que si no es SHíisTpc oim es posible •modificarlo.

Por otra parte, después de la extirpaaán'' de un cáncer, o de la aplicación de les raya» , X, el pronóstico será tatito más faiorabk ^ cuanto más haya cedido la •aícaiosis. IM ngt» íancia del PH sanguíneo tiene pues «tni | enorme importancia. Así lo ha entendido pw ' ofra parte, el Departamento Mcdieo de 1| GNU que aecha de decidir la propagación áé nuevo método a través de todo el mujido.

NUEVA CRUZADA CON OTRO tAVAUf/A!ADULTERADO

MELANCOLÍA 9 Acaban de aparecer ios

recuerdos de Maurice Donnay. De eUos, estas no­tas nimbadas por la melan­colía:

"El señor aue al hacer un juego de ingenio está obli­gado a. explicarlo se parece a un carador que no tuviera perro y estuviera obligado a ir él mismo a buscar la presa".

"Para ser feliz hay que sentirse un poco más ama­do de lo que uno ama".

"La única cosa aburrida es el aburrimiento".

"Es más fácil y más dul­ce trabajar en la tranquili­dad que no hacer nada en la agitación.".

Ver Ná|H»les 0 Curzio Malaparte ha ido

de Capri a Ñapóles para defenderse de las críticas que despertó la descripción de la ciudad que hizo en "La Piel", "Si esto sigue —acotó— se po­drá decir: Ver Ñápeles y mo­rir de tedio."

YASMINA 0 ¿Por qué prolestat

contra el nombie da­do a la bija de Rita Haj* Tworth? Es corriente ei to­do Oriente. En lenguii p«-sa signifioa: "El pesii^ismo (Yas) es un error Cmii' .

1 6 8 HORAS

EL PUEBLITO "YACARÉ" O EL CORONEL IS.ASMENDI, interventor del Instituto

de Alimentación, fué enviado urgentemente por el Eje­cutivo al Pueblito "Yacaré" en Artigas, para que estudiara ís siiuación y tomase m.edidas a fin de que la gente no muera di? hambre.

Seguramente el coronel habrá regresado y habrá orde-2a presteza y decisión con que el gobierno encara los proble­ma presteza yde cisión con que el gobierno encara los proble­mas Ciue afectan a la población campesina.

Pero el problema no se circunscribe a Yacaré, ni se arre­gla con instalar comedores. Hay en el país, centenares de Pueblitos tan pobres o más que "Yacaré", donde muere gente por desnutrición o inasistencia y donde la mortalidad infan­til aparece multiplicada con relación a la de Montevideo. Haíía el cansancio hemos repetido que hay más de cien mil persc-nas —el 5 % por lo n^enos, de la población nacíonai— que- viven en un nivel igual al de los animales; que comen y se visten miserablenaente; que habitan viviendas pobrísíníss; que crían hijos desnutridos, enfermos y condenados a for­marse y x^vir como sus padres.

No es cosa, pues, de agitar lo de "Yacaré" como si se traíase de una excepción. Eíen está «iviar socorros lo más pronto posible- Pero no hay que llamarse a engaño ni enga­ñar a 3s gente. En lugar de tanta alharaca periodfetíca, bien podían los organismos de gobierno ícticiar tma oolítica de recuperación de los rancheríos. Que tíene necesariamente aue ser lenta y de frutos tardíos —tal vez menguados—; pero ^uc debe iniciarse de inmediato

B e s t Sel iers o Como es sabido en Es­

tados Unidos son los. '"Xibros del mes", los que Dseguran la difusión de las novedades. He aquí algunas cifras, correspondientes a 1943:

—'"De Las -Altas Torres" de Thomas B- Costain se vendie-i on 84.0 O O ej emplares, pero la Litíerary GuiZd difundió 824.000.

— A 46.000 volúmenes, as­cendió la \'enta directa de "X,a Cadena" de Paul Weilman: pero fué distribuida a &a0.000 adherentes de la misma orga-nización.

—Son los tirajes más altos del año pasado en Norte Amé­rica, junto con los de "No hay Relomo Posible" de John P. Marquand y Cheaper By The Dozen.

fBLIZ MORTAL • pecía AJíred Capus:

"¿Para qué repetír^^» iodos los dias que tú eres' mortal? Ya lo vexás.^ A lo que respondía Charles de Beraard: "No te digas cons­tantemente que tu er-^s mortaL ¿Tú eres mortal' ergo, no estás muerto."

# En esta semana ha sido proclamada la candidatura pifr | sidenciai del General Pedro Sicco, con un largc m-ai* í

íiesto: los ex - riveristas, actuales Pqr la Patria, har reaafr tado asi.nf=Ísmo una plataforma, postulando mejoras jiE gra* 5 m.áticas, en un momento ebullescente del acuerdo coWradot ' doscientos anos cumplió (más- viejo que él .antedicho p 'rtiitó j el barrio del Cordón, y la efemérides se celebró cor ^etjn ^ volubilidad popular, entre funciones de teatro, fuego«: -.rtifr)! cíales, piedras fimdamentalés y desfíiesdel ejército: en n* f teria de fuegos de artificio, ha llegado a su apogeo ia po* | mica "El País" - "El Plata", con un esguince del p.;m««i= para dar por terminada la controversia, y un desagr, \ o ddp segimdo, para- seguirla; se agudiza, asimismo, el dj'frtidi'l ruso - norteamericano sobre el avión caído en el 'altKít 0 Trumao aceptó la renuncia de Mr. Bruce; de nuevo "tt -ÍMUI* si ton insmúa, como en los momentos críticos, una política «* ¡ | tenor bípartidaria, e instantáneamente suben en ese tcrre» | las acciones de Mr. Forster Dulles, canciBer que ib., a =eiíf del Sr. Dewey: Anna Paucker visita Rusia, donde In liíoail^ de escritora; luego de tanta defensa de la institución ocl Ct*'! sejo^ de Salarios por los patrones de la lana, éstos ^rí'ia.n é | laudo, y no lo firman; el Senado discute el régimen de i » | compatibilidades y, por comnensación. de mejoras po TI G»-¡ | nancias Elevadas; el criminad ae la quinta de Las r i o r e s * | reciifica, y la Policía agrega a la lista de sus remane* tec ds f misterio, el caso del Cementerio Norte; obedeciendo a uní s ^'^^^oP^ P^'^'^^'-^^^^cs, el Ejecutivo modifica el decrete, s" b3p p a e 0.38 a 0.35 el precio del Mío de pan chico; Peñarcl vcdrt ^ oeí BrasiL y lo recibe en los andenes de la Estación Crntia* k una multitud clamorosa; casi de inmediato, se arregla <>í *" I lerendo futbolístico, en orden a la preparación del ro-n*»-'! nado, problema al que Nacional se declara ajeno; el p j s i l i ^ | Komero Rodríguez es hospitalizado en él Macieí, l"egr» de « I match con José M^ Gatíca: en la ArgeníJna, un jove" ma"! a tres personas dentro de im auto, nara robarlas, y ^ ^ i empantana el coche y es descubierto: ¿L Parlamento ir-íerpe» | a Kompani, por las onerosidades e inefíciencias del So5«| J^enno Gamba sigue siendo la atracción infanto - msií Jca * | la. semana cultural montevideana: González Videia se "'^'^* v^ísiíanao los EE.'UU.; les empleados oúbHcos se dírígeP s • | ^-aniara en tono comninatorio, y im diputado reacciona cft'i«» | ^ ^t i lo de imposiciones, -oroinoviéndose toda suerte oe Í J | menterios sobre el tópico; en BoEvia, se concede p e n - i 5 0 * | - ^ t n a r s e a los desterrados no impiícad¿s en accione- c d j | ^ y a j suponiéndose que esta cortapisa, manejada ai P - ^ ^ i guDemstivo, impide él regreso de los dirigentes más "^?SI 2 f ' • ^ ^ " ! ° ^ ^° °'"^ ^3 ocurrido en 168 horas y se c' ^-^ ! «1 otras 168-

Ni la fórmula dos en uno del batllismo, ni la aún nonata de los colorados independien­tes, ni la figurita repetida que engalana las páginas de "El Debate", ni siquiera la in­evitable candidatura del cantarada Gómez, o la no menos inevitable de Tortorelli, permi­tían a nuestra criolíísima condición de elec­tores potenciales, ver claro donde está la sal­vación del país, para elegir luego con certeza el que nos mande a todos.

Situación de angustia que seguramente es la de muchos en vísperas electorales. Pero situación de angustia de la que ya salimos, con honor para nosotros y gloria para el futuro del país.

El 19 de abril —aniversario de la glorio­sa Cruzada— apareció en la prensa un ma­nifiesto que ofrece en su texto e intenciones, como la Cruz del Sur, un rumbo cierío-

Es un documento admirable. Concreto, ex­plícito, valiente, revolucionario. Iniciamos su lectura con sorpresa: la seguimos con ascra-bro y admiración; la terminamos donde dice "(siguen las firmas)" llorando. Porque por él ía Patria, en esta hora incierta, ha encon­trado su camino y su Santo de la Espada..

Un criterio nuevo, sin conmixtiones con la politiquería ambiente, nació por fin el 19 de Abril porque "en la mitad del 900 las retó­ricas de la justicia social ya no convencen a nadie. Hay que convenir en la acción, no en el discurso".

Y para que se vea que las palabras están de más, que lo que vale es la acción, ahí va esa definición concreta, categórica y clarí­sima de lo que queremos —también agarra­mos viaje— que es, asimismo, lo que la Patria necesita.

"Ni esconos pariidarios. n i palabras apcisio-nadas, ni reflexiones verbalistas, ni promesas demagógicas. lío traemos rvíngima alucina­ción, nin^TÚn rencor, ni siquiera la cuen­ta abierta o el baliches cerrado de las realidades 'nacionales. Sólo 1?. visión esencial de la nalria, el planteo supraeconómico social Y espiritual del país, In promoción de los ver­daderos valores de 1» nacionalidad, el sen­timiento que es decisión y mandato, de la superación nacional. Queremos rescatar el es­píritu de la República, C-pnocemos de adentro., poríjue lo vivimos y sufrimos el drama de las necesidades sociales. Sabemos que la decisión cívica es la única que puede salvar a la de­mocracia. Venimos, entonces, a convocar a la

ciudadanía, a la reunión de todas las fuer­zas reales del país. El hombre de pecho li­bre Y pensamiento limpio, integra nuestra cruzada. Y el pueblo sabe a fondo, la an­gustia que lo oprime y siente el empujón de liberarse de su desventura".

¿Por qué, —se preguntarán los descreí­dos— es que este grupo de nuevos cruzados, un 19 de Abril levanta su voz ante la con­ciencia nacional?

Ellos lo explican con la lúcida precisión de quien sabe adonde va y qué es ío que quiere:

"Estamos minados de excesos, de influen­cias, de peligrosas divisiones. La quiebra de la economía nacional es demasiado evidente para enjuiciarla. Hijos en la tierra y el liem-po, de una patria secular, tenem.os el afán de su grandeza, que es el p.Togreso de la heren­cia común y el deber de su defensa, que es restauración inevitable. Del contacto con el suelo nutricio, donde duermen épicos abuelos y con el aire perenne, por donde vienen las voces de América, derivamos energías de po­der y alientos de esperanzas".

Acallada así su pregunta impertinente, los, preguntarán de nuevo:

.—¿Y quién será el gran demiui-go capaz de convertir en acción "el contacto con el suelo nutricio donde duermen épicos abuelos"?

Es fácil saberlo a través de estos datos: "Ha sabido sumar al soldado pundonoroso,

el profesional universitario, distinguiéndose en la cátedra como en la dirección, de altas instituciones y honrando al Uruguay a tra­vés de una actuación brillante que se prolon­ga en conferencias y congresos internacio­nales.

Su prestigio atraviesa las tierras todas de América y tiene raíces profundas en la au­téntica democracia. Su nombre está en el pen­samiento de todos los uruguayos que al filo de la desventur?. nacional recapacitan en la necesidad de salvar a la República. Kuuca ejerció el profesionalismo político y siempre actuó para el bien y eX honor del pais. Su visión concuerda con nuestras ideas y esta­mos ciertos míe su interpretación de las an­gustias individuales y de la crisis política, será la promoción de la justicia, la" instaura­ción de una verdader?. democracia, del bies-estar y de la tianqpiilidad nacional".

Y después de esto ¿guíen se atreve a negar q[Ue guiados por un nuevo Lavallsja, este 13 ds Abril nos mandamo» otr?. Cruzada?

I O S T H A B A J O S V LOS OÍAS (Viene de la pág. 4.) al mínimo las posibilidades- de mutua des-rucción y de elevar ai máximo el trabajo n-eadbr de la humanidad. Todo el impresio-nante aparato' de asociaciones internacio­nales creado durante la guerra, fué jie'nsado ffli función de tres potencias, que habrían de compartir la responsabilidad del gobierno del mundo. Todo ese impresionante aparato, ha resultado fallido porque faltó una de las potencias, Gran Bretaña, y quedaron sóio dos —^Rusia y Norteamérica— frente a frente.

S A B I D U R Í A POLÍTICA BEL FUTURO Cuando se com,prenda bien eso, me pa­

rece que se comprenderá también esto otro: ^ mundo está urgido por la presencia en -ía iiistona de una tercera potencia que ír>-^ríxera. ía corriente de malicias y descon-tianzas mutuas en que baxL caído, recíproca­mente Norteamérica y Rusia. Ahora bien;* en ninguna parte del mundo puede integrar­se ese tercer bloque de manera tan natural y homogénea com.o en nuestra América. Y sostengo que Norteamérica^ con más sabidu-i^a política- puede reconocer aue, para su crecimiento histórico y para su seguridad ipLemacional. antes que tener en su pro:5dnñ-oad un mundo anarquizado, le convendría" tHia potencia responsable, con la cual pudie-fs intercambiar y colaborar para la iiber-í ct- Pienso que es eso lo que hará Rusia con respecto a China, si es cue efectivamen­te los gobernantes de aouella poseen la

gerdalídad política que todos les reconoce­mos. Agregaré que no me parece ían.difícil esa genialidad. Toda forma imperial (como toda forma en el sentido de Aristóteles' tie­ne su límite de desarrollo; será difícü saber, a priori, cuál es ese límite; pero debe saberse que existe y que, si se le rebasa, ía expan­sión deja de ser poderío para convertirse en debilidad; exactaniente como el avance de la vanguardia, según el estratega Claus-sewit^ maestro de Lenín.

NUESTRO JARDDf Y EL DEL OTKO Esa actitud da otra libertad todavía: la

de poder sustentar, con respecto a Norte­américa, cualquier opinión. Puede admi­rarse su rendimiento histórico o condenarse su capitalismo grosero. No interesa.- Se puede admirar o encontrar feo el jardín del otro; pero ni lo uno ni lo otro' cancela la obligación de realizar él nuestro. En cuanto al agravio moral que importa toda preten­sión de absorción imperial, si se entiende algo, debe entendeírse que ese agravio es tanto mayor cuanto más alto es el nivel moral e histÓTico de quien lo infiere.

OBJETIVIDAD INSOLENTE Pero se impone una conducta que ya he

concretado en una fórmula de objetividad insólente: nosotros debemos condicionar las cosas de manera tal que ISTorteamérica no tenga más remedio que aguantamos, si no le gustamos, o reventar, si aguantar no puede.

p Q p T T T , A . R —• a Dirección de MARCHA premiará ^^ Wi*n . i* . ^^^ j 1S.~ (QUINCE PESOS) la me­

jor colaboración del mes para esta Sección. Es necesario que íoda colaboración venga plenameni© documentada, y no es necesario que venga redactada.

— En su edición del-.20 de marzo pasado, "El Plata" hace conside­

raciones griegas a propósito de los platos voladores y del pla­neta Venus. Dice, por ejemplo: Venus, la mitológica Venus, siempre fué aficionada a las travesuras. Si no que lo diga su esposo Plutón, a quien jugó una inmortal mala pasada con BV belicoso Marte. Y, acaso, preguntará algún distraído, ¿no ha'-bpá perdido por eso los brazos?

Creemos que no. Tal vez el distraído es el mortal autor del suelto y lo perdido debe ser la libreta de matrinionio o la inemoria, porque el esposo de Venus era Vulcano.

¿QUIEN SE ROMPE? - ^ ^^'^ ^ ^ ° "^ Q-^^w^^u^i V*—I A»-»^^^-. u * Diario" anuncio L a Cruzada pro juguete enfermito del Saint Bois. Nosotros sí no la anuncian mejor, no nos rompemos.

BLA-BLE-BLI-BLO-BLU. Escribe Isidro Más dé Ayala bajo el título

de "XJn libro moderno y útil. La ascendencia vasca es otra vir­tud de este libro: el pensamiento deductivo, la lógica aristo­télica, las síntesis claras y las vistas de conjunto amplias, son cazad exísticas. La ascendencia vasca que acredita el apellido del autor es el origen sin duda del equilibrio en. el discurrir y raronar, y de la sensatez lógica con que está pensado todo es­te libro- sensatez y equilibrio de que carecen, por ejemplo, buen número de las explicaciones psicoanalistas, en las qua muchas veces es posible pulsar verdaderas neurosis de sus au­tores. Baste como ejemplo espíritu amplio e integral del libro esta transcripción: "A cada momento encontramos el proble-zna del hombre en conflicto consigo mismo y con el medio qua lo rodea. Pero no podemos reducir nuestro campo a la formu­lación de una distorsión hombre-sexo, porque seria reducir nuestro concepto de Hombre-Dios al de Hombre-Instinto, y porque el batir constante del oleaje del ambiente sobre el in­dividuo no se realiza en el monocorde son de la libido solo, sino en la polifonía indeterminable de los problemas políticos, económicos, espirituales y sociales".

A su vez, la trascendencia oriental del Uruguay que acre,-dita el artículo publicado de Más, es el origen sin duda de ia sensatez y equilibrio con que se escribe la prensa. Eso se com­prueba mirando el oleaje que no se -realiza en el monocorde son sino en la polifonía interminable de los comentarios pe ríodísticos.

'YASO-CONTRICION" —• En Italia merídio nal la' gente ssbe

lo que hace. Hay relajo pero con-orden. En la ciudad de San Severo, por ejem.plo, la severidad de la policía borra con tí. codo lo que hace con el sable. Y los comunistas —a lo mejoi por aquello de San Severín del monte, San Severín cortés— tiran a m a t a r pero no cortan ni pinchan. En. rnejor ..estilo nos enteramos de todo esto en un telegrama dé AP que""El Día"' publicó el tres de marzo pasado. Dice así: Fuerzas blindadas del ejército italiano sofocaron luia^revuelta dirigida por los comunistas en la ciudad de San Severo de la Italia meridio-naL Lo hicieron sin necesidad de derramar sangre después de una lucha callejera en la q.ue resultaron heridos quince poli­cías y tres civiles. La ciudad quedó actualment» bajo el estado de sitio.

POENIANO. La Oficina de Necrópolis de la In­tendencia Mimicipal dé Montevideo,

publica eL siguiente aviso: Habiéndose presen^dd ante esta repartición el señor S. B. V., en su carácter de usuario del se­pulcro número XX del Cementerio 'del Buceo, solicitando la expedición del titulo duplicado a su nombre, por extravío del boleto primitivo se hace pública esta petición, previéndose 3 los que se creyeran con- derecho ál eaqtresado loesl i^e üenen 90 días de plazo para interponer cualquier recurso. Vencido dicho término se procederá como se deja solicitado.

Han reclamado creyendo tetíer mejor derecho para usaj del sepulcro, una señora de nombre lágete, im señor bajito quí se disolvió en el aire, y unas voces y cadenas que no pudiC' ron presentarse con tanta ftíicidad como el usuario actual

Cambios - Bolsa \

Castellaoos Juog & Cía 1 CORItBDOkSi 1

•4r i

2 5 D E M A Y O 4 8 i: 1

P á g i n a {g T o d a l a S a n a n a e n i m D í a MAB< i3iJ MARCHA T o d a l a S e m a n a e n u n D í a P ó g i n a %

J ^ í i ^ '

I

*

i^^m

ímvmmím^i^ 'A^rnssis- -^*s^---:j^^^

^ ^ ^ ;

• ; s « ^ a ^ ^ ^ - , d =

v^ ..>i: ^^a] a^P -- J ' '

mm. Nfe

; , • , f í tí í í í . ^ '

I:,'*

:

ÍM i

J í J i

Otra Vez el Oro Ruso: Un Aspectdte la Guerra Fría en lo Económico Se habla de u n a g r a n man iobra soviética p o r a p rovocar una crisis e c o n ó m i c a

en Occidente, q u e consiste, a l decir de a lgunos informantes, e n l anza r oro b a r a t o a l mercado La hipótesis t iene un aspecto m á s b ien fantástico. Sin e m b a r g o , e l h e c h o puede estar relacionado, a u n q u e indirectam,Gnte, con u n aspec to d e l a g u e r r a fría q u e también se h a c e sentir en l a esfera económica.

Ii3l

El oro niSQ Casi habíamos omtiado a este personaje

:—en parte real, en parte mítico— que tanto alboroto metió por los años de entre las dos fíueVras. Entonces estaba de moda atribuir cuanta intriga ocurría en el mundo "al oro ruso'*. Toda persona no grata a la derecha era acusada de recibir "el oro de Moscú", y a veces el famoso oro se metía en asuntos especiales, privados, en los que de toda evi­dencia no parecía tener n in^na jurisdicción,

Puen bien: ahí está, otra vez, el oro ruso. Resulta que los rusos no fueron demasiado generosos con sus servidores —lo . ,ospechá-bamos— y en vez de gastarse el oro que producían sus minas, trataban de sacar las revoluciones lo más baratas posible, y so guardaban el metal. Así tienen ahora una cantidad respetable, y la están cediendo en los países del Este por debajo de la cotización oficial del oro en Occidente que es de 35 dólares la onza.

Esto lia producido alarma. Incluso se habla de que se trata de una gigantesca operación para provocar el encarecimiento del dólar, la deflación y la crisis económica en los países -ipitalistas, y muy especialmente en los Es­

tados Unidos. ¿Fantasía? ¿Realidad? El oro ruso reaparece, pues, como com.er-

ciante, pero comerciante nada respetable: pri­mero por ser quien es; segundo, porque vende más barato que sus competidores.

Efectos del oro ba ra to El axioma según el cual toda zalagarda.,

sea de la índole que sea, s is inpre te rmina , coino decía el borracho, en que suben el vino, es exacto. Quiere decirse: que es malo el oro caro; pero es malo también el oro ba ra to . Y en esla suerte de mater ias económicas re ­sulta imposible decir lo que es bueno. 1.3 prueba , está en los temores que se exper i ­mentan, por efecto del lanzamiento de meta l precioso a los mercados, por paxie de los rusos.

El Fondo Monetarto In te rnac iona l prohibe que se venda oro por debajo del precio s tan­dard de 35 dólares la onza. Pe ro la Unión Soviética no^forma par te del s is tema de Z.ret-ton tí^oods y puede fijar el precio que le parezca mejor pa ra su me ta l . Es im hecho

que el oro en b a r r a cayó a 28 dólares la onza en el mercado de Shangha i . Y esto se a t r i ­buye , na tu ra lmen te , a las ven ias efectuadas por agentes soviéticos.

Véanse los efectos de es ta depreciación. El precio oficial del oro significa q u e lodo

el que tenga una onza de m e t a l puede procu­rarse, a cambio de ella, 35 o m á s dólares . Por consiguienle, es u n a fuente de dólares , especialmente p a r a la onza de la l ibra es ter­lina, donde radican los pr inc ipa les yac imientos auríferos del m u n d o (apar te los rusos cuya producción no se conoce exac tamente ) . Po r este concepto. África del Sur t iene u n in­greso de dólares fijo, y en menor escala olrT^s naciones, como por e jemplo México. Dada la escasez universa l de la divisa yanqu i , se comprenderá que la depreciación del oro p u e ­de ag rava r la penur i a de dólares y hace r más penosa la crisis m u n d i a l por esie con­cepto,

Pero, además , se l emen oíros efectos, en los propios Eetados Unidos. La penur ia de dólares, así agravada , coincide con la polí t ica res t r ic t iva de créditos que domina en el Con­greso nor teamer icano . Coincide también con el paro obrero, y a m u y im.porianie en la Unión (hasta 6 millones de í raba j adores sin ocupación, de acuerdo con ciertos cáIcuÍo5) = Al disminuir el poder adquis i t ivo de ios países de la esterl ina —-y por reflejo de los demás — la indust r ia y la agr icul tura amer icanas ven­der ían >-:enos. Se agravar ía , pues, la crisis en ios Estados Unidos.

F í n s l m e n t s , las reservas de oro yanqu i s (que ascienden a 24.000 millones de dólares) subir ían m á s aún, pues los Estados Unidos acumula r ía no sólo el oro q u e le venden los países de su p rop ia zona de influencia, las naciones occideniales, sino t ambién el me ta l lanzado -ccr lo." rusos P.I mercado . Este au­mento del oro lo desvalor izar ía , o lo que e? igual, se e levar ía el va lor del dólar . Seme­jante fenómeno de encarec imiento del d inero

sus efectos previsibles ser ían el crecímienio del paro, la baja en el r i tmo económico ge-. neral . En fin: la crisis.

De ahí concluyen los comentar i s tas q u e el oro ruso habr ía aparec ido en el m u n d o pa ra desencadenar u n a g r a n pe r tu rbac ión eccnó-míca en Occidente que sería aprovechada por Husia con f inal idades poUiicas. En s u m a i la

^ ^ ^ ^ \

* • • ! ' " « <

^^^^^^^^^^^^

manio'^ra soviética consistiría en ahogar' a Creso en su metálico elemento.

sTlensTi los rasos 3ro p a r a rea l izar

b a s t a n t e

est 5eracioní La producción aurífera soviética es un dato

secreto. Se sabe de cierto que la extracción de metal de las minas soviéticas ha crecido mucho desde inr?9 riara acá. Según la Unión Ccrpcraíion, principal trust sudafricano del oro," el rendiniif^nto de los yacimientos, sovié­ticos pued>? ser calculado en 2 millones de onzas- que, x'enc'idas a 35 dólares, precio ofi­cial,- "oproser.tnn 70 millones de dólares anua­les. Evidentern.cn'-c a esto es preciso sumar las reservas :-;cLTm:3ladas por la Unión Soviá-tiva. cus t^rsir-.ocn son conocidas.

Sin embar.i!0, In idea de que esas cantida­des de orn b?st-?T! ,o?.ra provocar, en Occiden­te, un cstadb C''Í''£'o. susceptible de ser apro­vechado con ri---;aV'' ides revolucionarias o po­líticas, por ,•r' ;T•J ^ tiene un cariz fantástico. Cabe imaginar c;i;e el oro, de no aparecer en c;iníií-'!;v.íS5 í-^.hvlcsRs. sea absorbido y neii-ircilizi-cío p-?r lo . r.-.-ffCinismos financieros nor-ícaniericLino?. T í'- n vez terminado o muy mc-rinndo, ?e r-.-:-:' •o-j-i-ía la situación sin esas cnp.?:ec-ucncií;? •.; ^-^l i "MC-'Í oua se columbran-Pero la UriKn S-.v;c';.-a habría visto afectar tías sus ros-rviT .".•:-;'ií?. .'sstado mucha pól-ror?. no s?iOor:cí- ?i •?;! salvas.

Fo? e -o cf::;p -r-.í-:! ;ntorpret?.ción más razo-!-ir-bio del ñccho: -tiUe la aparición de oro so-viétioc ci~ loí rr-.ir.'-;r,.:'ics esté rel^.cionada con I?. r¿frvr:"\r- Tnanríar:;-; deci--e''T:da por el gobier-rr-^ do Moscú en febrero último, a virtud de Til cuúl el rublc queda alineado con respecto ol oro y desvincul?.r!o dol d.ólar.

VI

^ovíéñca. Desde julio de 1537 &í rsibío había conser­

vado un VBXCT fijo, esSaMecído por el gobier-so: por cada dólar se pagaban 5- 30 'rablos-E—ideníemente eíite cE.Tnb:o nada tenía ÍT'Í^ Ter con el comercio privado ni con la esii-5-nac;ón iniernacíonal ds ic-s valores dado que si rublo era una n^cneda pura-^iente iníerns-La Unión Soviéiica. sn sus-írsísdos comercia­les, en sus releíjones económicas con otros p-síses, utilizaba el dólar como ínsírumenlc da valoración y de cambio,

El decreto de 2B de fabrero de 1330 signi­fica, en este ptinto, íxnE verdadera revolución. "En adelante, la Unión Soviética ya no fijará -•e-E valcrss, sn sus iraics i s í sm ación ales, á b==e del dólar, sino a base del rublo referid*

H=ia dh íGsicion leaal gal empieza haciendo una cieciaración intencionada, en la que no ^"^ excluida, evidentemente, la xr-ropaganda poiinca: que las monedas occidsníales, incluso el dólar, se han desvalorizado. Tal incerli-dumsre cbíi^ra =2 cobísmo soviético —dice la c-spcsT-nón isgal— a buscar tm patrón más ^-'-•^•-s- Y a separar el rublo del dólar.' En •-c-nseciiencia qusaa establecido tpzs, a partir asi i? ás marzo, si r^^blo representa un con-isnzdc oro ds G.222ISS gramos de metal dEno. £.1 ^ancc de Sa ijnión So^éiica, a partir de Ia_:^3sma fecha, pagará el oro a razón de 4 ramios y ÍS kopecs- Consecueniemenls. en Tea de valer nn ¿c-sr 5 rnbíos y 30 centavos, valere sc^mante 4 rublos.

1.0S occidentales , escépticos La reforma soviética fué acogida en Occi-

"~"¿^ ^-^' ^eSexiones escéptícas. ^._,:^^ í iío cjus su única consecuencia sería c^i-gar a^os diplomáticos esixanjeros a pagar - as aoia.i:es por los rublos que les entregan. tampoco *-iinpiican estas dispo^ciones —dice ^n aespscho cel 2Z de febrero— an mejora-mi^nto lundanientsl de las finanzas soviéticas en ex L..= inG sjio traiiEciirrido, Desde luego P reconoce que las reservas de oro de la •^t -~ ^^-'^--'^a san aprcciabies en la aetua-^!^^~^^^^^-P i " ^^^^ ^^ señalar, al mismo "'*" vfv''= 'i"-^ -^ •^¿:v'3luaeíón del rublo es una inea^aa Que el ^Gbiemo de Moscú podría adoxy-™ ^ , cíi&^qiiier momento poraue detenía el control m.egro de la economía rusa y, en cier-

ÍSá^^f^^^ '^^^ de los estados saté-

formal en e u T <> <^^° ^ T 'If. píelo a la m l S ^ finanzas", tan pio-

Rebaje Jias debaos en Rusia ^ rr>.,^?n """"^^ B fuerte que a^tes si

Dortanci!. t,- *^f^°'í^-''=° ^°''^ "^~ f^wli í ^ ' " " í ^ e r a o proclame I2 fortaleza del i^^^ q„e renresenia ^ . Í M ° ™^*« r a e oro si ¿o le es posible hacer mna^eslas dos cosas: obtener oro eí«íiT.„^ánco, a cambio f MI J * í ***" ^ ^ r con el rublo bdleie tantas merjg ^e conseguiría coa Icj.J' ¿e valor se le «jy pa, ^

¿Es este el cas --*

servicios como OTO a cuyo

XT" ""'*'' " «Stttoion Soviética Claro esta ?iiet

de a rublo al Banco este sentido ^

'"=««><«

En oro sino merameaíj

Tampoco

„ con un billete tregan oro por él. >s una moneda -con el oro.

. - -—wis a» pueda3 comprar con un rublo ¡«¿.«enes TJe con su

Ahora biM' sif¿a —si heinos de craer las ¡nfoncaain^auelias más hos­tiles a la Unioa S¿5que con el rublo acíusl SG pueden JÉ^is mercaderías Y •-^^

»929-»»jl

^C*^

929-2 -929-

servicios que con el rublo anterior. De otro modo: el costo de la vida ha des­

cendido en la Unión Soviética. Y al ser man­tenidos los salarios en rublos, sigúese que ha mejorado el nivel de vida, desde luego aun muy bajo, como han observado lodos los via­jaros y como se deduce de las propias esta­dísticas.

Un corresponsal de A. F. P. en Londres <28 de febrero) luego de mostrar su escepticismo en cuanto a la medida, y de recoger opiniones displicentes sobre ella, toca esie punto de la rebaja de precios, y dice: "En lo que con­cierne a la reducción de precios en el mercado interno se tiende a vincular esta medida con la inminencia de elecciones generales en I1 üaión Soviética ya que ha sido anunciada, en efecto, apenas diez días antes de los comicios y se expresan dudas y reservas en cuanto a Eii eficacia. Se recuerda, a este respecto, que ya el Eño pasado el gobierno de Moscú había procedido a una reducción de precios en los ariículos de consunto, pero esta reducción, EC- ú-s pudo juzgarse desde Londres, no ha producido los resultados que so descontaban.

Pera í^egc añade: "Es imposible negar, si" eT-ibTirgo, que día a día aumenta la producti­vidad soviética y que, gracias a ello, el país cuenta boy con un potencial de riqueza mucho r".?,7or eue el de rnles de la guerra. Esto L^jnifica que. a pesr.r de las pérdidas sufridas durante la coniienda, ol nivel de vida de la ; población tiende a mejorar continuamente • a-Linque no en IÍÍ msdida que pretende la pro- ' paganda del récrimen". i

Las rebajas de precios fueron de'propor­ciones alias: 24 % la carne, 25 % la harina. . Y se operaron sobre otras anteriores que va- • riaban de un artículo a otro entre 10 y 3" ; por ciento- ~. i

Es difícil emitir un juicio imparcial aur ;: conociendo dates íidedignos. Cuando los da- í fos de que se dispone son los meramente ofi­ciales o los de adversarios apasionados, resulta ;: p.ún más arriesgado juzgar. Sin embargo, 1- |; impresión justa de les hechos parece ser qu'-- -; la economía soviética no es tan próspera n' > el rublo tan fuerte como pretende el gobierne- _•: que. sin embsiryo, la economía soviética s- > halla en ascensión, como él nivel general d- > vida, y el r^jblo posee un poder de compr' > superior al de años precedentes. >

Teóricamente, pues, el rublo puede llega" > a concordar con su patrón oro. Es decir: qu - > un día —-y es posible que se piense en est- •:

' en Moscú— será factible adquirir con u' > rublo ds papel las mismas cosas que co- > 0,222.168 gramos de metal. Entonces cabe - i: también en íecría—— que el Banco soviet'~ ; entregue ore a cambio de sus rublos. í

Si el plan de vnoita a una moneda ore 'i; en IrL Union Soviética, es una realidad, bie í í pudiera suceder que las ventas de metal de- ?:• nunciadas sean una etapa en este camino g Quizá la Unión Soviética =e vea obligada, po" g; ejemplo, a entregar oro efectivo a las nació- 5;; nes de su esfera de influencia, a cambio d- >•: rublos, para acreditar, en. esa esfera, la mn >j neda rusa, y convertirla en un signo d - >;; cambio sóEdo. Luego vandría el extender es- >;: crédito más allá, incluso a los países capiia- i j lÍEtajs. ÍJ:

En este a fec to —•? probablemente en otro- ? : íasnbién— puede estar r^acionada la apari- g: ctón del oro ruso con la rcferma monetaria ¡^ del 28 de febrero. >*

Lcr guerra frír? e n lo económico ^^

E n cambio , u n a : ^ a n i o b r a m a g n a p a r a piw-v o ^ a r l a cr is is e n Occ iden te sol tando oro a b a j o p rec io nos p a r e c e cosa u n t a n t o fan­t á s t i c a .

A h o r a b i e n : s in d u d a estas operaciones, c o m o t a n t a s o t r a s mani fes tac iones d e l a acti­v i d a d d e los d o s p r i nc ipa l e s Es tados , n o dejan d e t e n e r s u s conexiones con l a g u e r r a fria-^ Se o b s a ^ a inc luso e n l a s expres iones de l p r e á m ­b u l o d e l a disposición e n q u e é l gobierno so ­v ié t i co d e c r e t a €Í n u e v o s i s t ema mone ta r io c u a n d o ins i s t e e n l a desvalor ización e ines ta ­b i l i d a d d e l a s m o n e d a s occidentales , incluso e l d ó l a r . . i S j

D i r í a s e a u e i a U n i ó n Sovié t ica a s p u a s ;::-; c o m b a t i r si r é g i m e n cap i ta l i s ta e n s u p rop io j^r^ t e r r e n o , p r e s e n t á n d o s e como é l p a í s financie- EÍ:¿ r a m e n t a m á s s ó ü d o d e l m u n d o e i n t e n t a n d o ¡t^ desac red i t a r , a s n e n e s t e o r d e n d e cosas, a ^ g s u a d v e r s a r i o . _ _ _ _. Brr5

nos parece que t i enen a mano u n p r o c e d i m i e n ­to excelente . Veamos cuá l es.

P uede af i rmarse , sin gi'an pel igro de error , que la prosper idad de los negocios en los Es ­tados Unidos y en o t ras pa r t e s , desde el fin de la guerra , se debe, en buena p a r t e , a la amenaza de gue r ra . L a in t r anqu i l idad q u e existe 3 este respecto hace l l am ea r incesan-tmen te los altos ho rnos y m a n t i e n e en veloz rotación los tornos de las fábricas. El a r m a ­mentismo, cuyo vo lumen crece incesan temen te es u n factor de no pequeña Ími"»ortancia en la act ividad indus t r ia l amer icana . E n la so-mana te rminada el 15 de abril , los a l tos hor ­nos yanquis volvieron a oroducir el 97 8 '/í- de

su capac idad , es decir , que p r á c t i c a m e n t e í r a -a p leno r end imien to .

Si los soviéticos qu i s i e ran r e d u c i r es tas cifras y c r e a r u n conflicto a l m u n d o cap i ta ­lista qu izá p o d r í a n ensaya r u n a pol í t ica d e apac iguamien to . T a l vez fuese acogida con recelo y no produjese n i n g u n a reducción en los p r e p a r a t i v o s bélicos de los Es tados Un idos . Pero t amb ién p u e d e d a r s e el f enómeno con­t rar io , y en tonces el gobierno a m e r i c a n o se vería an t e u n a v e r d a d e r a economía de paz , inexis tente desde 1939, o t a l vez desde 1934 que es l a época en que , con los b a r r o u n t o s de ía segunda g u e r r a mund ia l , r emi t ió l a g r a n crisis m u n d i a l in ic iada en 3 929-30.

! d e a i ú a m o n t a r u n a especie d e bluff $ j ^ >»a-c- Tmíf->,p d i s tanc ia y desmen t i r í a | : g

rudente d e Sta l in E í;5 Que p r ^ i e r e a v a n z a r p a s o a p s s c y cons t ru i r |^i5. l a ps ico logía cau te losa y p r u d e n t e d e S t ^ m t ^ o u e u r e f i e r e a v a n z a r p a s o a p s s c y construu: ?á:í^-..v, s u s for ta lezas sobre b i e n asen tados c inuentos , sj^?;;.;.-; y d i s p a r a r s u a r t i l l e r í a con t ra b l anco seguro- jSjyl

T>n^ Ir, i íimá=:_ si los süvíétícos quís ieran ^;JíC; P o r lo d e m á s , .— — - - - ^ ^. _ . . , . , -p r o v o c a r u n a crisis económica e n Occidente , »¿V>>1VÍKCVJKVÍ0Í*AWJ?»>>!VW^^^

'i^S m^ ?$i

?!^.«^ ?i6m¿

I

' ií!¡ , 1 " -' i

t ' 1

E S C X I B E ^ 1

J U A N D E L A R A B X C L O » I V O d « *

" M A R C H A "

Cosas Vistas y DESDE MUY JOVFy SE

ACOSTUMBRO A VLRSE

A SI MISMO COMO SI LE

SIGUIERAN ESPEJOS . . ;

íSWi

LA CÁRCEL DEFINITIVA ^>áe m u y joven se ' acostumbró'^^íiizo l l a m a r J u l i o por los esco-

L LEGO uTUi tará-e de otoño, montado cu un caballejo montañés, pardo y^

peludo*. . _^-- , —¡Eh, miichatito, queda muy lejos el

pnciíloj El i-h:cuelo pastor, con zarnarrela d-e

piel de oveja, le miró unos ilutantes, y an­tes de responderle, preguntó a su vez:

—¿Es usted el macUro nuevo? -Si. —Cor deh'íLS de la loma. EJ mastín que acompañaba al rapaz

acudió ladrando, y el jinete, mal afirmar do cu sus estribos, tuvo miedo de que se eshajttara el caballo. Pero el animal des-denó líi (nnenazn. y ^l barullo del can, co-

~ rno si fuera un alboroto necesario y con-i'ettido. Era una cabalgadura indifererrte^ pero no lerda, con el don acrobático y mo-

cn el menor dcsto de asegurar la pezuñ berrueco de la- senda.

Tramontado el altozanle apareció la aldea. Las casas, de piedra oscura, con te­jados de losa que humeaban calmosamen­te, se alineaba en iina cañada profunda al borde del río. En las partes bajas verdea­ban los prados, estrechos y largos, y un po­co más arriba había huertos y herrenales sostetiidos con jorfes de la misma jyiedra oscura de las casas. El valle se cerraba por la parte de la montaña, y no se veía ca-7?iino ni vered-a para ir más allá. Al abri-tro de los huertos y en la plaza de la iglesia se veían algunos árboles encendidos con el rojo otoñal. Por el escarpe de la sierra descendían pinos y abetos negros que se asomaban al pueblo. La cumbre de la m.ontaña aparecía dentada v desnuda.

A Florentino García le gus­tó aquel fínisterrs sin salida, y rompió a cantar ;

Altas, madre: van las ilores Y más alias las estrellas Pero ios que van tnás altas Son. madre, los mis amoreí-.

El caballejo se met ió dentro de l-í aldea, y pasó junto a la iglesia. Adosado al templo ha­bía un huer to de cuya tapia sobresalían algunos grandes perales con tardíos frutos ver­des. Al fondo, u n a "casa: pa ­redes sucias de vejez y venta-nucas pequeñas . "Es la recto­ral" , pensó- "¿Qué clase de bicho ser^ el reverendo?'^. En seguida se vio rodeado por u n a bandada de chiquillos. Le si­guieron en silencio, curiosos, más bien hostiles. Luego, uno de ellos, de los .más pequeñoí , gritó:

— :Ha venido el maes t ro nuevo, y es jorobeta :

Una mujerona salió a la puer ta y dispersó con sus g r i ­tos a la hueste infant i l :

—;Mal enseñados! ¿Xunca habéi.<; visto gente?

Luego saludó coriésmente a l maestro. Florent ino García sintió el gri to deí muchacho conno una puña lada y odió e l auxilio obsequioso de la mujer . Un mozalbete guió la cabalga­dura hasta la vivienda de la escuela, en cuya puer t a espera­ba una robusta comadre, m u y alegra:

—Todo se io tengo Üsio des­de ayer. Encendí friego por si t rae frío, c u e é l invierno ya se entra por las puer tas . Hogaño va a ser tempranero .

—Uíitedj por io VÍ&TO. es Ro-sftlía.

ILI-

«::;

—^La misma pa ra servi r le . Salió de la casa u n a joven-

cita vest ida de negro, de tez pálida y g randes ojos negros . Mi raba a l forastero de lado — "como u n a gal l ini ta" , pensó é l— con la cabeza baja , ave r -gonzada.

— i Vamos, muchacha , a u e no t e h a de comer el señoi maes t ro í —dijo l a mujer , y añadió dir igiéndose a F lo ren­t ino— Es la Mat i lde , m i sobr i ­na , l a h i ja de u n a h e r m a n a q u e mur ió por la Pascua-

El examinó a l a m u c h a c h a con vagos proyectos erót icos . Luego fué a sen ta r se j imto a l cuego, seguido p o r Kosalía:

—Cuando iFenga e l ca r ro d e Marcel ino con e l baú l , se lo m a n d a r é .

F lorent ina dio l a s gracias . Se fueron, l as dos mu je r e s y le de jaron solo. A poco lla­maron a l a puer t a y ent ró u n campesino colorado, recio, de

SEA G E N I A L / TOME

ENIOL

•unos cincuenta años . Saludó sin qui ta rse el sombre ro :

—Soy el alcalde. Hab la ron de la escuela. El

hombre decretó, au tor i ta r io y brusco:

—Lo que aquf necesi tamos es a lguien que desasne a los mocosos en la cust ión de l e ­tras 3' de .cuentas. Usted me enriende. S in firuletes. Y al grano.

F loren t ino no quiso discutir con él, y aprobó. L e hizo unas p reguntas sobre el pueblo. U a poco de ganado q u e se cr iaba en el mon te d u r a n t e el v e r a n o T se recogía a los establos en invierno, a lguna corta de ma­dera , todos- los vecinos t en ían cuando menos su cerdo p a r a el San Mar t í n . Nieve de fines de N o v i e m b r e has ta Abril , a veces h a s t a Mayo . D u r a n t e l a inve rnada los h o m b r e s se iban como i o m a l e r o s a l l lano y' a los aserraderos , y las mujeres cu idaban el ganado y hac ían : labores de encaje. " M u y p r i ­morosas" —repi t ió va r i a s vfe-ces el hombre . Acabó inv i t an ­do a F loren t ino a cenar en su casa. P e r o él se disculpó d i ­ciendo q u e estaba muy can­sado.

F loren t ino l legó a se r un personaje m u y respe tado en el pueblo —además d e la t a r ea escolar e ra secretar io mun ic i ­pa l— y empezaba a sentirse. por p r i m e r a Tez. a f i rmado en el m u n d o . E ra hi jo de campe­sinos. Su m a d r e , u n a m u j e r fuerte y dominan t e "—Flo ren ­t ino n o sent ía hacia e ü a n in ­guna t e r n u r a — a l ve r l e en­c lenque , sentenció : "Es te n o ' s i rve p a r a el t r aba jo . " T l e propuso q u e se hiciese cura . 'Tsuen oficio p a r a holgazanes" . "S in q u e Íes fal te nada" , a ñ a ­dió, alusiva, i n l e n a o n a d a . pa ­r a es t imular le . P e r o él n o íjuiso, y se decidió q u e ingre ­sar ía en la Escuela N o r m a L L a m a d r e — q u e n o Había con­sentido de b u e n a g a n a — le lle­vaba l a cuenta de ta l lada d e sus gastos de es tud ian te p a r a des-coniÁrsélos d s su p a r t e en is herencia ícuatro pedazos de t ier ra} . F lorent ino , " u n poco más cargado de hombros de la cuenta" , según el derar dé su pad re , h o m b r e apacib le Y d e buena avenencia y conformi-dadr e r a feo. a r rugado

a ve r se a si mismo, d o n d e qu ie ra q u e estuviese , c o m o si le s iguieran espejos p o r todos los caminos y luga res . S e ve ía andar , se veía moverse , se ve ía estar, se oía h a b l a r — s u vo7 era aguda y d e s t e m p l a d a — y esta conciencia infa t igable de su ser hac ía angust iosos y fal­tos d e n a t u r a l i d a d todos sus actos. Se avergonzaba de mez­clarse con gente joven, bel la , a legre. Mien t r a s es tuvo en la ciudad ev i taba la calle p r inc i ­pal donde hab ía un paseo al anochecer . Más t a r d e e m p e z ó a obsesionar le esta idea : la ín^ dolé def ini t iva e i n c a m b i a b l e de lo cont ingente , como el t e ­ner un cuerpo u ot ro . Se n a c e sano o t a rado , negro o b lanco , ES es ga l la rdo o con t r ahecho . P a r a toda l a v ida . P a r a una vida única , s in vue l ta , q u e ca­da cual v ive enc laus t r ado como en u n a cárcel , sin m á s sal ida que la muer te - Yo y m i v ida , mi v ida y yo . ¿Por q u é lo cont ingente h a de ser def ini­t ivo? " S e r í a m á s ju s to al r evés que sólo fuesen i r r e m e d i a b l e s las consecuencias de la p r o p i a elección, pe ro no la s u e r t e im­pues ta por el azar o el nac i ­mien to . ¿Y por q u é le h a b í a tocado a él, F lo ren t ino Garc ía , la desgrac ia? Otros q u e se le asemejaban e n c o n t r a b a n e] modo de consolarse y p a r e c í a n felices: a p e n a s u n a p u n t a de veneno en el a lma, y h a s t a s in veneno . El n o . No pod ía a c e p ­ta r . S o ñ a b a l a r g a m e n t e , ca­minando por la calle o a solas en su cua r to ;—sobré t odo en las m a d r u g a d a s de in somnio— q u e e ra un sabio, y h a b í a d e s ­cubier to u n medio p a r a a p o d e ­ra r se de l cue rpo de ot ros . S u r ­gía, en su imaginac ión , l a fá­bula con lodos los de t a l l e s : e l secuestro :de la v íc t ima , y el despojo, l a ins ta lac ión d e su persona l idad en la apar ienc ia , e n l a e n v o l t u r a a jena . Y as i F lo ren t ino García , en u n t u r ­bión de l i r an t e y morboso , e r a im joven r ico y a r rogan te , u n a bel la act r iz , u n a cor tesana , u n explorador , un h é r o e . Viv ía todas las culminaciones i iunsa-nas . S e evad ía de su cárce l defini t iva. Cuando estas enso­ñaciones se d e r r u m b a h a n , pa­saba d e l s a r ca smo a l a d e s e s ­perac ión , y l lo raba a solas d e rabia-

T e r m i n a d o s sus es tudios p i ­dió l a escuela de Ares , e n l o m á s r e m o t o de la m o n t a ñ a . T esto l e h izo b ien d u r a n t e a l ­g ú n t i empo .

."33 p r i m e r a s denunc i a s q u e l legaron a la Inspección s o b r e la conduc ta de l m a e s t r o d e Ares e r a n v a g a s e i nocen t e s , fíarezas- F lo ren t ino G a r c í a se

Tu

l a r e s , J u l i o Garc í a . Le r e g ^ r o n u n m a s t í n , y los vedno.q le h a b í a n so rp rend ido en pi¿ tica con el a n i m a l . Le sujétala la cabeza e n t r e las manos s r e p e t í a , h o r a s e n t e r a s

— T ú e r e s p e r r o ¿Te das cuen t a? T ú e res pe r ro

E l m a s t í n l e miraba docfl, con los ojos cargados de tris­teza .

—^Tú e r e s u n perro e r e s u n p e r r o .

S u voz t en í a u n a entonacioa t r é m u l a .

L u e g o , e l p u e b l o se entero de l a a v e n t u r a d e Florentmo con M a t i l d e , l a sobrma de Eo-sal ía . L a m u c h a c h a se le hi-bía e n t r e g a d o con una extraña sumis ión , como de asombro • supuso q u e l a h a b í a fascinado con e l p o d e r de su mirada y ía s u p e r i o r i d a d demoniaca de su a l m a . Y se l lenó de orgullo P e r o e s t e o rgu l lo fue el uiuco p l a c e r q u e e x t r a j o de aquella e x p e r i e n c i a "amorosa, u u c a en su v ida . " S o y u n hombre', p e n s a b a . S in em,bargo se en­t e r n e c i ó a n t e l a humildad de M a t i l d e y l e p ropuso que se c a s a r a n . E l l a l e mi ro como si a c a b a r a d e d e s p e r t a r coa una e x p r e s i ó n - a tónica , de sorpresa. cr í t ica , y d i jo :

— N o . Dos d ías después se raarchfi

a s e r v i r e n l a c iudad ^ no la vo lv ió a ve r .

F u é p o r aque l los días cuando F l o r e n t i n o les enseño a los es­co la res u n a l e t a n í a que esta­b a n ob l igados a can ta r a coro todas l a s t a r d e s , an t e de dar­les s u e l t a . F lo ren t ino —quesíí hüc ía l l a m a r J u l i o — nre^in-t a b a d e s d e lo a l to de su pu­pi t re , con l a v a r a de aveHan* l e v a n t a d a : *

— ¿ Q u i é n es el hombre m i f u e r t e d e l m u n d o ?

i r los chicos resfpondian cír s o n i q u e t e . d e cant ine la

—Don- J u l i o Ga rc í a ^ ¿ Q u i é n e s e l hombre má

gi*andé de l m u n d o ? — D o n J u l i o "Garc a — ¿ Q u i é n €s e l hombre mi

bel lo de l m u n d o ? —aqu í la roi de l m a e s t r o s e a lzaba e=.tnden te, h a s t a e l ahogo-

— D o n Jixiio Ga rc í a E l i n s p e c t o r t uvo lemáatí

c o n éL L e di jo q u e sus i n ^ tos " le h a c í a n ac reeao r de UM r e c o m p e n s a " , y piopjsO SO-t r a s l a d o a u n 'puebla grande d o n d e h a b í a g rupo escoJ» F l o r e n t i n o -García Ijngindeew-d u r a n t e u n o s meses —tBcaSxffz no, r e c e l o s o — en su nUWB, ^ des t i no . C u m p l í a con i a t d ^ | genc ia y correccióí i en d~íH|" b a j o . P a r e c í a e n t e r a m e n t e - í ^ r a d o d e s u l o c u r a . Y una.^fe-ñ a n a a p a r e c i ó s u c<á-dav«r ^ g a d o d e u n a escarpia C O ^ p e n s i ó n d e l a ca l le de ^ t o s ^ n e l e r ó s , dond& "vívia *

Autor i zado r>or la C o n a ^ n H . de C d* TM^=^^^ * a n vieja, con unos ojillos me-1 ^ ^ ^ JTu c e u . a e Medicamentos nudos, vivos- Hundidos. Des- ;

• T i -'- ^ JG Toda l a Semana en un Día

El Camino de la Comedia Naciona C OX '-Diño, éí rey niño'*, de Pedro Lean­

dro Jjjuche, la" Comedia Nacional ofre­ció el peor espectáculo de sus cuatro

años de azarosa ejecutoria. Como se t r a t a de u n aserto extremo, h a b r á que justificarlo en otras razones (o sinrazones) que las del libreto.

Este es de t a l pobreza, de t a l primitivismo tea ­t ra l , qu« se h a c e imposible seguirlo e n sus flaque­zas : baste decir que lo contamina l a mayor p u e ­rilidad — que los niños juiciosamente desaproba-j^ájx y que los pocos hechos ocurridos u n a vez en escena, se r e l a t a n luego h a s t a por t r e s veces superfinas, s in nueva invent iva; como cuento oriental, lo afl igen algunos detalles nat ivos (los che, los dictericK criollos); como lección moral, a lgunas gruesas e r r a t a s (la forma eai que I>ino eAvía a su abuelo a l a muer te ; la forma en que Ornar ap rueba g ra tu i t amen te l a muer te del su­yo) .

El todo es u n esfuerzo penosamente frustrado de aproximarse a la credulidad infantiL que no es simpleza. Si él adul to discierne las i'azones por las que . no a c ^ ) t a el espectáculo, el n iño no deja de sentirlas.

i r

PerOi en cierto modo que no supone la irreve-rencial la obra e s l o de menos. £ s lo de menos, aclaremos, en la afirmación de que, txas ciiatirG años — tocando aparent ranente fondo en sus aven­turas , — la Comedia, nos h a dado su peor noche de tea t ro , "el viernes 14 de abril .

S in haber superado sus titubeos, sin haber ven­cido sus penur ias de «lenco, la antigüedad sin tradición, de cua t ro años, h a venido a dar a la Comedia una en tonada y confiada sensación de suficiencia. La h a hecho al inear insensiblemente dos cuadros de actores^, y a lguna vez l a poca con­vicción que h a acompañado a l escogimiento de un texto, h a l levado mas ivamente a escena a esta suerte-d€ e lenco,B. "La t i e r ra prometida", de C r e ­sa,-fué el p r i m e r in ten to de espectáculo de relleno, convictamente ba ra to , que preparó la Comedia. Se reúne entonces a l elenco menos aventajado, se r e ­baja ed posltde esmero esc«iográfico, se contagia a todo el espectáculo d e cierto descreimiento p a ­trocinante^ y se l e ofrece a i público con todo el aspecto de sal ir — frente al au to r — de u n com­promiso que puede t e n e r o t ras ra iones que las es t r ic tamente t ea t r a l e s .

Si eSo ya lo hizo u n a vez la Comedia, no lo había hecho hasta , ahcwra con el s^i t ido f ranca­men te inteligible, h a s t a desafiante, con que lo ensayó en "E>ino".

Ni los actores, n i la dirección, n i la escenogra­fía estuvieron e n el p lano de rendimiento hab i ­tua l que puede permit i rse la Comedia. Y es obvio que ésta no puede darse el lujo de lo peor, cuando h a s t a a h o r a sólo h a ccmocido y alcancado, algunas \^eces, la airosa modest ia de lo correcto.

N"o es posible que lo que em el lenguaje de los elencos profesionales y comerciales se l lama " u n a rascada" — con el áspero sentido peorativo que l a TTíísma pa labra connota, — sea u n x>artído del i­berado de desdén « i los espectáculos de u n élMi-

co oficial, que quiere l lamar a u n núbüco «ai m é ­rito a una intención pregonada: dar buen tea t ro .

Porque en "Diño" no hubo buenos actores, no hubo dirección, no hubo conocimiento suficiente del testo, no hubo el mínimo cuidado pa ra presen­ta r el e^ectáculo . Si algún nombre digno de m e ­jo r destino aparece comprometido en l a incierta aventura, vaya el desliz a cuenta de las imposi­ciones burocráticas que impone toda organización del Estado, asi sea la que se propone como fin el teatro.

Es sabido que en la Comedia hay act^Mres que h a n demostrado largamente su poca posibiüdad de sobrevivir a u n a etapa de discreto mejoramien­to del elenco. No interesa — y es ingra to — le r nombres propios que autoricen este aserto; todo el mundo sabe que los hay, y la ' misma Ccanedia ha ido dejándolos en el segundo plano del que ios saca para xma suerte de ordalia como ésta del rey niílo.

Decimos que la obra era lo de menos en el des­har rapado fracaso del espectáculo, pcar más que pudiera haber sido — en, otras condiciones y en un orden correcto de cosas — la razón suficiente de un sólito fracaso.

Si él personaje del Rey es inocuo, no es en c a m ­bio t an inicuo como lo hizo c ree r Scar taccíni . Con la dicción que usó este actor, ccm su falsete ^ i -ronquecido, con sus modales de machiet t is ta , h u ­biera podido hollar no sólo a este rey, sino al propio rey Lear, si hubiera caído bajo su «a t en ­dimiento escénicoL

y si el actor no tiene otra medida, la dirección tenía un fácil camino de prescindenida, u i este caso.

Acaso el único buen "camino de prescindencia. como lo anotan otros detalles, era el de abstener­se de un espectáculo « i el que todo buen servicio debió aparecer de antemano como indebida dadi ­vosidad, y fué por eso suprimido. No es admis i ­ble que se h a y a pintado churr iguerescamente u n a cortina — u n a escalofriante cort ina — p a r a su-

• p lan ta r al escenario demasiado oneroso, que h a ­bía el deber de montar . No es p<Kible que l a in- • definida vejez y la subal terna exhizmacióíi de t r a ­jes usados o t ras noches, p a r a otros espectáculos, haya tüsfraaado (ya no puede decirse que haya vestido) a éste.

Todo ese a i re de funcíéti barata^ de dinero y disposiciones ahorrados, negados desde la mi sma pobreza, hizo insufriMe tí es t reno d e tDino.""- S e ­ria injusto culiMu: a l autor de la obra de todas estas bara turas , aunque fué un indudatae dcscoQ-eepto de su libreto el que las conjuró.

Cuando se elige u n a obra , cuando se seleccio­na .<:on comisiones de lectura, dotadas de presu­mibles futres intelectuales, hay tí deber de creer en lo que se escoge, de servir lo qae se h a deci­dido repres^i tar , y de poner a contribución "del texto y del espectador —- a fal ta de virtudes de en-tonación mÁs a l ta — u n escrúpulo de decoro for ­mal, un e m p ^ o privado y público MI la tarea , un sentido de responsabilidad.

Todo eso faltó en la" versión de "Diño". Ni ^ -quiera en sus valores de s^^undo plano íque- ya. es poco pedir) se empinó la Comedía pa ra ext raer de eiios lo mejor. TJn redomado espíritu de des­creimiento profesional, de obligada rut ina, de ex­pedición sumaria d t í ccanpromíso al menor costo

posible, fué la nota dominante de este estreno. r?G ese modo, e a a l q u i ^ regateo alitde a la misma d:-lapidacácn. P o x ^ e io poquísimo qxie se ponga en un espectáculo del que descaradamente se desr ice , es u n gasto inútil y falaz, apa r t e de significar u s a pérdida N de ticanpo.

Es ta experiencia de "jaino" es aleccionadora-mente negativa. J a m á s ^ i s inept i tudes de l a c^o-media habían aparecido en. u n plaru> de h o m o ­geneidad t a n dt í iberado. t a n p e r ^ g u i d o a fuerza, de cOTijugar indisponibüidades.

Ninguna obra merece este flaco favor de repi-e-sentaeión descuidada, e s t a demostración escéni­ca por el absurdo. C<Hi án imo capcioso, con «iis-posición aviesa — que n o creemos que CTI este caso se hayan tenido — ya h a y u n despeñadero cierto y visible para estrenar al enemigo, uiia t r ampa a rmada f ren te al público.

PeFo el e^>ectador de cuatro años, cuya credur-l idad «npeñosa n a h a demostrado sino paciencia, no merece este revés injusto, en que el desal iente crece en l a medida en que surge, de la misma r e ­presentación, el sentido de u n a consciente maía -verttara.

Es a ese público, al que prodigiosamente nc t ic-bían desbaratado l a s nova tadas en. cuyo fondo de infeheidad hubiera u n a chispa de convicción, ai que empieaa a correrse ahora . Zte hecho, n o estu­vo presente en el es t teno d e '^Dino":, n i — en la. medida en que pueda haber estado — aplaudió tí espectáeido, aunque le b a y a faltado el XAlor civil de rechazarlo en forma expresa-

P a r * da r a esta cróniíia tí acento coastructivo ^ue a veces — con. desccrfbcada exigeaacia — se pide al critico, resusnamos loa caminos a seguir y k ^ caminos a evitar que, en su crudo perCl de paro­dia escénica, señala c la ramente tes su única vir- . tud de escarmiraito; esp^-emos q u e se la aprove­che) esta representación:

1^ — No es tolerable que la Comedia proceda como si supiese que t i « i e . u a tíaico pewr y otro mejor. Donde sobre, supfixnír o. si hace fal ta , c am­biar. Sólo exjste un precario tíenco a mejorar .

2^ No es posible que la. tíeccíMi de u a tee to t ea ­t r a l sea u n a empresa sin editen in t t íec tua i res-ptHÍaable. Lo que se «lija, deije ser escocido por alguien, y atibe ir acomiHiñadO de u n a e<aíTÍcáóa soüdai ia . L o otro, tí desentendido compromiso p e r ­sonal endosado a la r^pi-esentaciói^ sígniEca u n a forma espiritual fie dis t raer afanes, disposicio­nes , t l « n p o y — ¿por q a é IM7 — dineros reci te-dos a cuenta d t í propósito de da r buen, t ea t ro .

3^ — La C^omedia debe tener u ñ a dirección eon-sistcnte. asidua, única."

Si a. la fal ta de escuri» que en general d is t in-gae a los actores, s e agregan l a versatilidad y *» a n a r q u í s en el cambio frecuente de los directores^ ' el azar de u n a buena enseñanza t ea t ra l y tí CE u n b u ^ espectáculo, per tenecorán al dominio de iSiS casualidades.

CfMi estos t res rubros gez^raies . hay bast:*nte por tí naonkento. Sería u n exceso de ref inamiento pedir, desde l a realidad de es tas indigencias, m e ­joras menos bastas, arrequives y alqui taramí^n-tos, perfecciones satües .

T e n e m o s algo q u e dec i r en-^ ¿elación con u n o s conc ie r tos a ios q u e n o h e m o s ido . Se t r a ­ta d e los d e l j o v e n a r t i s t a ita­l iano P i e r i n c G a m b a , q u i e n es m.«y j o v e n y m u y a r t i s t a , y en q u i e n es tas c o n d i á o n e s con­c u r r e n en g r a d o e x t r e m o pa­r a h a c e r d e H n a a p e r s o n a l i ­d a d d e c o n t r a s t e s . E s m á s q u e facüb le q u e Piex ino p i e n s e en Bí m i s m o como a l g u i e n l iso y n a n o , no m u y di ferente- s u s -t a n c i a l m ^ o l e , d e l a o t r a g e n t e , y q u e cons idere s u s facul ta ­d e s m u s i c a l e s i n u s u a l e s como de l t c d o naturat les . L o más p r o b a b l e e s q u e n i p n e d a con­cebirse a s í m i s m o e x e n t o ó: s e m e j a n t e s f a c n l i a d e s . d e l a s cua l e s t i e n e e o n c í e n ñ a desde q u e h a c e uso d e %a r a zón , u n a r a z ó n t a n lúc ida i m s i c a l m e n i e b a b l a s d o . S i n e m b a r g o , d e s d e e l mc^nen to ^ q u e p i e r i n o s e e x p o n e o e s e x p u e s t o a l a con­s ide rac ión púl}líca, l o na fu ra l y espcn±áneo «n s u t a l e n t o se en t r emezc l a con l o de l ibe rado , y e l r e s u l t a d o p r o d u c i d o se l o m a u n con t r a s t e de fac3 idad

j - esfa«cxo, u n a a leac ión q u e 1er <=-nos s ea p r e c a r i a p a r a 3a cc-r.iXEic-cion ar t ís t ica-

LOS ENSAYOS DE PIERINO GAMBA Presenc iamos u n ensayo de..^znos q u e los h a b e r e s m á s posi-.

P ie r ino G a m b a — e n compañía f ü v o s de P ie r ino en malexia d e de 711 invi tados espec ia les—| reconocÉznientos es tán en los de Tes asombrosa l a can t idad de gen te especial q u e h a y e n M o c -tevideol , y l o v imos t r aba ja r con s u orques ta e n l a Sinfonía Incc»lf^Iusa d e Schube r i . Com­p r o b a m o s que n a d i e debe p e n ­s a r q u e se t r a t a de u n niño amaes t r ado . P i e r i no condujo e l ensayo de znemorxa, en u n poderoso ejercicio de m n e m o ­t e c n i a ; sab ia e x a c t a m e n t e lo qué se p r o p o n í a e x t r a e r d e sus

I músicos . N a d a quedó l ibrado 3 l a i m p r o v ú a ^ ó n . l o ñ s t i ó r e -s u t í l a m e n t e ^o. exigi r h a s t a la obtención d e poxxn^Eiores d e iraseo.^ d e empas t e orquesta! , d e g radac ión de -v-olúm^es so­noros , d e ca l idad d e sonido. Sin re tacea r le , pues , n inguna de sus v i r t u d e s esenciales , nos r e i n a m o s a d a r u n vo to e n mxncxiar f ren te a l o s unánxcoes xeconocimienios críticos;, y e s ­c r ib i r " e x h rpo thes i " q u e l a direccTÓn orques ta l n o e% "«n medio de expres ión feliz en -un

n m o de t rece rfios. T a sen ta -

los músicos profesionales , que aca t an sus instrucciones, y r e s ­p e t a n su resolución, su p re sen ­cia d e án imo, s u infa l ib le y exquis i ta mus ica l idad ; e n el juicüi sereno y ponde rado de u n m a e s t r o q u e admi ramos , y quien es u n adh é ren te fervo­roso d t í p e q u e ñ o mús ico , Ko debe pesa r n a d a , en cambio , el ap lauso sin discr iminación d e vas tos públ icos , q u e tía q u i e ­r en d i s t ingui r e n t r e io l a t e n t e y l o cr is tal izado, e n t r e l a i n c i -p iencia y l o es té t i camente m a ­d u r a d o . El los b u s c a n u n a e x h i ­bición geniá t ica de u n n i ñ o p r o d ^ i o , u n a exacerbac ión d e lo r a r o , d e l o asombroso, y d e lo s o b r e n a t u r a L Kosotros r e ­chazamos lo r a z o y lo sob re -naforaL a u n q u e a c e p ^ m o s t o ­t a l m e n t e l o n a t u r a l ^ P i e r i n o G a m b a , q u e e s s u t a l e n t o m u ­sical .

^.artístico —^lo q u e dehe s e r la ' xnlerpretacióp. d e u n a sinfo­n í a— con lo asonsbroso. Así como c reemos q u e l a esencia m i s m a de u n a r t e p a r t e de l a noción de faci l idad, c reemos t a m b i é n q u e ét fundamen to mismo de l a d i recc ión o rques ­t a l r ad ica en u n pr inc ip io de au tor idad . 3>asado a su vez e n u n a exper ienc ia v ü a J y h u m a ­na , en l a cu l tu ra , e n tí roag-n e ü s m b d e l a p e r s o n a m a d u r a aS l i ado a l d o n d e conduci r a los h o m b r e s . No exis ten m i l a ­g ros s in u n f u n d a m e n t o razo­n a b l e ; n o s e r í a r a z o n a b l e p e d i r e n u n zuño d e t r ece a ñ o s expe ­r iencia , q u e es l a s a m a o n e ­rosa d e los e r ro re s de u n h o m ­b r e e n tí t i empo . Acaso fuera u n medio más» conven ien te la composifñón, ' o l a in lezpre ia -áán. m s t r u m M i t a l ; n a d i e i g n o ­r a q u e l a o b r a pre»>x d e M o -xact e s t v ^ consonancia con la. ven>sxmilitad a n í m i c a y p ñ - 'i co!Ó9ic«- \

.^^dr. u n re su l t ada maxavStload. Despo jada d e adu lac ión y d e t e m p r a n o s d i f i rambos . ¿^ £fe-ciplina- í n t e r a a s a b r á jus l iS> c a M e m e n t e coaverl irsf ' en üm» cipl ina t r a smis ib l e . d e ^u táa l i» ca raigrambre e n el e s p i l l a » En tonces P i e r i n o G a m b a s*94

i u n a r e a l i d a d e n e l c c n c i e r t K j h o y e s fñia p r o m e s a e n tí eak> • s ayo .

7 n o h e m o s ido a o í r sos . Al iada c o n u n a educación ] Conciertos p o r q u e n o sopor ta ponde rada , l a ap t í tud n a t u r a l ' mos l a asociación de u n logro de Pie r ino G a m b a podra s e a -

"LA ISLA" ACTUAKA

EN LOS FESTEJOS

DEL COItDOM S s t e g r u p o d e t e a t r o i n d e ­

p e n d i s t e s e p r e s e n t a r á , b a j » l a d i recc ión de A n t o n i o 1 » -r r e t a , con l a f a r s a ' EH i n a -ízimcMúo" de Gogol , e n iam d í a 28 y 2t9 e n f i iníñones 3JOC-t u i u a s y 29 &a v e r m o u t h . A o * tHalroente s e ensaya etáda» d o s a m e n t e e s t a o b r a d e l eram^-a u t o r r u s o l a c a a l s u b i r á a escena con v e s t u a r i o d i s eñ»^ do p o r I>omingo CayaHero- Sfe h a c e n o t a r , q u e a t o d o s l o s socios d e e s t a in s t í í uc í cn s e leS i n v i t a r á esnccáalmeníe p a ­ra d>chas funciones.

MARCHA Toda l a Seoooua ea. uu Día Fagina 11

-^^m^f

:>í

.* H

jr-J2

-S í^ í?S^ %fwwm ^ 1

^^^^

i5SíSia.añteá

*-^ ^&^

• < i§^ » t^f m^mm — • - .5>

W^m^K'-^-vt --'•"'•i -4 ???i

K

-^HMÍ*^

'»l ERiTiCA. ;*MeTI£IAS

Escriben:

HUGO B. H . A I . T H E V

i

ALFABO S I N A

E N E T

"LA 5EDUCTO ( M a d a m e B o v a r y ) M e t r o G o l d w y n

M a y e r . D i r e c t o r . V i n c e n t e M i n n e l l L P r o d u c t o r , P a n d r o S . B e r m a n . L i b r e t o c i n e í n a l o g r á f i c o d e R o b e r í A r d r e y , s o ­b r e l a n o v e l a " r i a d a m c B o v a r y " d e G u s t a v e F l a u f a e r t . F o t o g r a f í a , R o b e r t P l a n c k . M ú s i c a , Mi3clos R o z s a . E L E N ­C O , J e n n i f e r J o n e s , J a m e s M a E o n . V a n H e f l i n , L o u i s J o u r d a n , C h r i s l o p h e r K e n L G e n e L o c k h a r t , G l a d y s C o o p e r , J o h n A b b o t t . F r a n k A l l e n b y . E s t r e n a ­d a e n e l M e t r o e l m a r t e s 18 d e a b r i l .

E n 1S57 e l g o b i e r n o d e N a p o l e ó n I I I d i o o t r o s i g n o d e s e r p u r i t a n o , r e a c c i o n a r J o y n i o -d i o c r e ; q u i s o m o l e s t a r a l a " K e v u e d n P a r i . ^ ' '

•<cle i n c ó m o d o l i b e r a l i s m o ) , y l l a m ó a l t r ibL i -n a l a s u e d i t o r , a s u i m p r e s o r y a l n o v e l i s t a G u s t a v e F l a u b e r t , ' a c u s a n d o a l a n o v e l a M a ­d a m e B o v a r y , p a r c i a l m e n t e p u b l i c a d a e n la r e v i s t a , d e a t a q u e a l a r e l i s i ó n y a la m o r - ; !

- p ú b l i c a . L e f u é f á c i l a l a b o g a d o d e f e n s o r d e ­m o s t r a r q u e l a s p á g i n a s i n t e r d i c t a s n o a c u ­s a b a n i n t e n c i ó n d e i n m o r a l i d a d , y t a m b i é n le f u é f á c i l m o s t r a r s u p a r a l e l i s m o - c o n o t r a s . m u y c e l e b r a d a s , d e a u t o r e s c o n t e m p o r á n e o s m á s p r e s t i g i a d o s p o r g o b i e r n o y o p i n i ó n p ú ­b l i c a ; e n c u a n t o a l a t a q u e a l a r e l i g i ó n , e r a

. u n c a r g o t a n i n f u n d a d o q u e s e d i s o l v i ó h a s -' t a s e r i m p a l p a b l e . L a a b s o l u c i ó n f i n a l f u é h e c h a p o r e l j u e z c o n u n e x t e n s o r e s p o n s o a F l a u b e r t p o r h a b e r t r a t a d o m a t e r i a s t a n d e ­l i c a d a s , p e r o p a s a d o s l o s s o n i d o s d e l s e r m ó n , e l j u i c i o f u é u n t r i u n f o . E l i n c i d e n t e e s a p r o ­v e c h a d o a h o r a p o r H o l l j r w o o d ( y h a c e d o s a ñ o s p o r e l c i n e a r g e n t i n o ) , n o c i e r t a m e n t e p a r a d e f e n d e r l a l i b e r t a d d e l a r t i s t a , c o n l a q u e n o s e m e t e , n i p a r a d e n o s t a r a u n t o r ­p e g o b i e r n o f r a n c é s c o n t r a e l q u e n o d i c e u n a p a l a b r a , s í n o p a r a i n s i n u a r q u e s u t e m a e s a t r e v i d o y b o r d e a l a i n m o r a l i d a d , t e s i s q u e p l a n t e a p a r a d e s m e n t i r . L a m e n t a b l e m e n ­t e , l a c o s a y a n o -es a p a s i o n a n t e , y l a s n o v e ­l a s d e e s t e s i g l o h a n h e c h o d e l a d u l t e r i o s u p a n d i a r i o ; p o r m u c h o r u i d o q u e a h o r a h a ­g a n l a M e t r o y l a m ú s i c a d e M i k l o s Roz.sa , n o q u e d a r á d e m o s t r a d o q u e l a B o v a r y e r a u n a g r a n a m a d o r a , q u e s e " s o b r e p o n e a l o s s i g l o s . S e d e m o s t r a r á , e n c a m b i o , l o q u e J a m e s M a ­s ó n Cni t a n g o r d o n i t a n c a l v o c o m o F l a u b e i - ' . i d i c e d e e n t r a d a e n e l t r i b u n a l : q u e e n c a d a p u e b l o h a y d o c e n a s d e m u j e r e s s i m i l a r e s , l l e n a s d e s u e ñ o s s o b r e l a ^r ida r o m á n t i c a q u e n o t i e n e n , y q u e n o l l e g a n a j u g a r g r a n d e . ? a v e n t u r a s p o r s i m p l e f a l t a d e d e c i s i ó n , a p u n ­t e e s t e d e l c u a l t o m a r á n n o t a l a s a n s i o s a s e s p e c t a d o r a s d e l f i l m . A u n q u e n o h a y r e g i s ­t r o h i s t ó r i c o d e q u e F i a u b e r t l e h a y a e s p e t a ­d o u n d i s c u r s o a l T r i b u n a l , e l c u r i o s o s i s t e ­m a d e J a m e s M a s ó n p a r a d e m o s t r a r q u e ' a n o v e l a n o e s í n n i o r a l c o n s i s t e e n c o n t a r l a d e l p r i n c i p i o a l f i n , m a r a t h ó n q u e e l p r o p i o F i a u ­b e r t h a b r í a e n v i d i a d o , p o r q u e e n t o d a s u v i ­d a t u v o d i f i c u l t a d d e e x p r e s i ó n , d í a s e n e s c r i b i r u n a s i

t a b a p r e o c u p a d í s i m o d e l a b e l l e z a , l a e x a c ­t i t u d y e l r i t m o d e s u s f r a s e s y , e n e l f o n d o , a b o r r e c í a s u p r o p i o t e m a . E l r e l a t o e s a p r o v e c h a d o p o r l a M e t r o p a r a h a c e r u n a c h a t a v e r s i ó n d e l a nov^ela , c o n t o d a l a h i s t o ­r i a d e E m m a B o v a r y , s u d e s e o d e e l u d i r U v i d a p r o v i n c i a n a , s u c a s a i n i e n t o c o n u n m é ­d i c o , s u s i l u s i o n e s c o n d o s a m a n t e s , l a s m e n ­t i r a s y d e u d a s e n q u e s e e n r e d ó , e l s u i c i d i o f i n a l q u e e r a s u ú n i c a s a l i d a . H a y a l g u n a s s i m p l i f i c a c i o n e s a l t e x t o o r i g i n a l , h a y b u e n o s a m b i e n t e s y u n m o b i l i a r i o q u e p a r e c e m u y a d e c u a d o , h a y d é b i l e s a c t u a c i o n e s d e J e n n i ­f e r J o n e s , V a n H e f l i n , L o u i s J o u r d a n y C h r i s -t o p h e r K e n t , y e n s u s m e j o r e s m o m e n t o s <en u n v a l s e m b r i a g a d o r q u e a c e l e r a l o s p u l s o s d e M i s s J o n e s y M r . J o u r d a n ) , l a p e l í c u l a p a ­r e c e d ü r c u e n t a d e l a s i l u s i o n e s p o é t i c a s q u e a l i m e n t a b a s u p r o t a g o n i s t a , e m p e ñ a d a c o m o e i Q u i j o t e e n r e c n a z a r l a r e a l i d a d p o r q u e n o s e . a j u s t a b a a s u s u e ñ o . P e r o l a p e l í c u l a n o v e c o n n i t i d e z q u e s u g r a n t e m a d e b i ó s e r e l c o n t r a s t e e n t r e i l u s i ó n y r e a l i d a d , y t o d a v í a e s t á p o r f i l m a r s e u n a M a d a m e B o v a r y q u e a l i m e n t e l a i d e a d e l a m o r y s e a s q u e e p o r eJ l i b e r t i n a j e q u e e n c u e n t r a , q u e a l i m e n t e l a i d e a d e u n a v i d a ' u j o s a y c ó m o d a , y a l b u s ­c a r l a s e a s q u e e d e l a m i s e r i a y l a s o r d i d e z c o n q u e t r o p i e z a . E s e e s e l t e m a o c u l t o d e l a n o v e l a (y l a s e n s a c i ó n d e l l e c t o r ) ; ^ s i s e e l u ­d e e s e p u n t o , s ó l o s e c o n s e g u i r á u n a v e r s i ó n s u p e r f i c i a l d e l a r g u m e n t o , q u e s u e l e n o s e r l o i m p o r t a n t e . L a p e l í c u l a n o e s t á h e c h a p o r a r t i s t a s ( n o e s b r i l l a n t e l a f o j a d e l d i r e c t o r V i n c e n t e M i n n e l l i ) s i n o p o r m e r o s a r t e s a n o s , q u e s a b e n c o p i a r s i n g r a n d e z a , y q u e c o c i ­n a n g r a n d e s n o v e l a s c o n m u y m o d e r n a s y c o n o c i d a s s a l s a s d e H o l l y w o o d ; t a m b i é n e s ­t á h e c h a c o n e l c r i t e r i o e s c o l a r d e i n t e r c a l a r p a l a b r a s f r a n c e s a s e n u n f o r z a d o t e x t o i n ­g l é s ÜVIons ieur , M a r q u i s , C h a i e a u ) y d e e x ­p l i c a r c o n u n l o c u t o r e s p a ñ o l a l f o n d o , p r e ­s u n t a m e n t e J a m e s M a s ó n e n e i o r i g i n a l , l a s e m o c i o n e s d e l a p r o t a g o n i s t a . L a s e x p l i c a ­c i o n e s v e r b a l e s s u e l e n d e r i v a r e n u n p é s i m o c i n e ; c u a n d o J e n n i f e r J o n e s s e t i r a s o b r e l a c a m a , y e l l o c u t o r s e p r e g u n t a e n a l t a v o z s i é s a e s u n a e n f e r m e d a d d e l c u e r p o o d e l a l m a , l a p e l í c u l a e s t á t i r a n d o e l a r t e c i n e m a ­t o g r á f i c o p o r l a b o r d a d e e s t r i b o r . A u n q u e e l r e l a t o n o p a r e c e p r o b a r l o s a l e g a t o s q u e s e v e n t i l a b a n e n e i T r i b u n a l , a p a r a c e a l f i ­n a l d e l a r g u m e n t o u n l e t r e r o q u e n o s i n f o r ­m a q u e l a a b s o l u c i ó n d e F i a u b e r t f u é h is* :ó-r i c a m e n t e " u n t r i u n f o d e l a l i b e r t a d d e p e n -s a s a i e n i o " (no l o f u é ) ; e l m i s m o F i a u b e r t q u e n o q u i s o p e r m i t i r v e r s i o n e s t e a t r a l e s d e s u o b r a s e o p o n d r í a n o y , s i p u d i e r a , a q u e H o ­l l y w o o d l e a p r o v e c h a r a e l t e m a p a r a e l f á ­c i l s e n s a c i c n a l i s m o c o m e r c i a l d e a l a r m a r y

GÍ^IA CiMEMÁTOGRAFICA ABUSO 1>E CONFIA?J2L4. — El c i n e argie-atmc ca rga l a s t l a t a s

áel m e l o d r a m a d e F i e r r e W-:if y r e p i t e el m o d e l o I r a n c é s (1933. <(. Henr i Decoín, con E>anieUe Dar r ie t ix ) p e r o s i n s u re la t iva crédU bi l idad. Olga Zuba r ry , Carlos T t i o m s o n ( b i e n ) , M a n u e l Collado Iris Alonso.

AFKICA B U G E . — P a r o d i a d e l a s p e l í c u l a s <t3 caza e n África con el a u t é a t l c : ' d e m a d o r Clyde B e a t t ? l o s fa l sos h u m o r i s t a s Abbot y CosteUo y o t r a s f ieras ind-3seables.

ANNIE OAKLEY, El^ANCO S E G U R O — (1935) Derivad-cs iage, n u o s , cxrceases y r o m á n t i c c s de S ú f f a i o B u l , c o n B á r b a r a S t a a -wyck', P re s tou Fos te r . Melv-yn Doug-'as, M c r o n i Olsen ,

CUÍCO G K J V N B E S y UNA CUICA. — El h u m o r i s m o sa ine te ro . c i rcense y a l g u n a vez e^acioso' d e l a y ^ c o n o c i d a E m b a j a d a üeí Biz£n H i r n i T . b a j o la escasa d i r e c c i ó n d e A u ^ i i s t o C é s a r Vat teone.

CODICIA. — Novela rosa y m e l o d r a m á t i c a , m u y d e f e n d i d a por M a s Opuis ( d l r e c t ' r ) . A r t b u r l i a i i re r i t s ( l i b r e t i s t a ) . i ,ee G a n n e s (fotógrafo) , y los i n í ú r p r e t e s J a m e s M a s ó n , E o b e r t E-yan y Bá rba ra Bel Geddes , q u e d a n i n t e r é s a lo q u e n o l o t e n i a .

CRIMEN EN P A K I 5 . — (1946) C o n v e n c i o n a l i n t r i g a po l i c i a l que da p r e t e x t o a «r ía a j u s t a d a r e c o n s t r u c c i ó n d e a m b i e n t e s , cc-a n o ­tables ac ie r tos d e d i recc ión ( H e n r l - G e o r g e s C l o u z o t ) , <te í f " ag ra ­fía ( A r m a n d Tiiira.rd) y d e i n t e r p r e t a c i ó n (IrC^is JouYet . £„-rnard BÜer).

CUERVO, EL- — (1943) C u a d r o m o r b o s o 7 aju-oral d e u n a aldea francesa, a t r a v é s d e u n a i n t r i g a d e c a r t a s a n ó n i m a s . Es u n len to y c o b e r e n t e fUm sioücial, matizad-:? p o r a l g u n a s e s c e n a s d e s r a a Lntensidod dramáti-ca y eficacia cinemafcosT-áflca. Henr l -Georges C-ióusot a p u n t a s in ecjuilibrio s u t a l e n t o d e r e a l i z a d ' r , con u n b u e n repai-to: P i c r r e Frcruay . - Micbe l ine F r a n c e y , G l n e t t e Leclerc, Larquey.

DESTIJS'-O SE REPITE, EL. — J o a n Les l ie c o n s i g u e q u e e l l ibre­t i s ta le p e r m i t a vivir c t r a vez el a ñ o 1946, m u y m a l o pa ra eUa, pero ei film r e s u i t a n t e es p3or, g r ac i a s a l a f a l t a d e Im-aglnacióa y a l exceso de me!ocJrr-ma e n q u e i n c u r r e , I iOuis H a y w a r d , R icha rd Baseba r t . Tom Con-.vay. Virginio P ie ld .

ELECTR.! . — S in l a seve r idad d e los c lás icos gr iegos , Eugene O'Nelll t r a s p l a n t a a l siglo S I S ; y a conf l i c tos f r e u d i a n o s l a ca r re ra de u u a famil ia do p r e d e s t i n a d o s , c r n c r í m e n e s , su ic id ios e inces to Els d i scu t ib le la e m p r e s a teat^ral, p e r o es m u y grac iosa la pe l ícu la r e s u l t a n t e , m v o í u n t a r í a p a r o d i a d e l a t r a g e d l a . Ea d i r ige DudJey Nícbcls a jus tánc l sse e r r ó n e a m e n t e a O'N-eíU. y la voc i fe ran Ií-:sa-l ind Russel t . S a t i n a P a s l n o u , B a y r n o n d M a s s e y y Micbae l P e d - I grave, es tes con cíil idad y a q u é l l a s c o n delir i-- . -Dos h c r a ^ E.T » '

FASCIí íAClON. — V i d e n t e s h i p n o t i z a d o r e s y d t r c a prodigios m e z c l a n los t r u c o s d e escena e n s u s v i d a s p r i v a d a s , con, óep *- . •mente r e su l t ad " cinen-.-atQgráfico. A r t u r o d e Coid-ova y Eli-sa Galvé, j v a g a m e n t e d i r ig idos por Car los SchUepe r . I

FILOMENA MARTURANO. — El as i l l a m a d o d r a m a d e la vida, I s o b r e . pa t e rn idad o c u l t a y m a t e r n i d a d s ac r i f i c ada , d i c h o c o n l a t í - I guil los d e efec t i smo y e n f q u e t e a t r a l . L a a c t u a c i ó n d e T i t a Me- { relio es t a m b i é n e fec t i s t a , c c n m e j c r e s f r a g m e n t o s d e t a n a de exper iencia rev is te r i l GTiiUsrmo B a t t a g l i a . T i t o Alcnso , Márquez . Dom.

FOS.'iS DEL DIABLO, L.iS- — S e g u n d a v e r s i ó n d e A m r r d e « n ex t r año (1S37). y c e n t e s i m o ms^rldo q u e b u s c a c o n e l c r i m e n l a pJa-t a de s u m u j e r . T e a t r o , s imp leza , i n ú t i l t r u c u l e n c i a , y pobreza de' Eylvia s i d n e y y J o h n Hcdir-í:.

G E A S AURORA, t A . — f^f,! Cine i t a l i a n c . - e i n p e ñ a d o e n l a c u r ­ia, la t r u c u l e n c i a , ei melod.r!inia. J u J i t o a R s n é e T 'aure y Ros-3 Bra2Er, el n i ñ j I . c r i - o G a m b a d i r i g e t r o z o s m u y oídos tí:

t a r a s

p á g i n a s , (

a t r a e r a m u c h a s e s p e c t a d o r a s , " f a l t a s d e dec i ­s i ó n " p a r a v i v i r laü n o v e l a s q u e v e n e n e l c i n e . L a p e l í c u l a o m i t e d i s c u t i r e n s u t r i b u ­n a l e l p r e s u n t o a t a q u e a l a r e l i g i ó n , q u i z á s p o r n o a d x " e r t i r q u e e x i s t i a a s p e c t o t a n i n t e ­r e s a n t e y d e l i c a d o .

REVISTA DE ESTRENOS "EL REY" í ^ s u a z ú , m i é x

c o l e s 13) e s e a 3 950 u n a n a c r o n i s m o i n á i s c u i -p a b Z e . Y a e r a d n d o s a l a l e g i t i ­m i d a d c í n e m a i o g r á f í c a d e l a • p r i m e r a ' v e r s i ó n . I f i r n b i é n f r a n c e s a (133S , c o a V á c i o r F r a n c s n , G a i y M c r l a y , H a i m t i . E l v i r e P o p e s c o J r s ó l o q u e e n t o n c e s l a s á t i r a d e l a b n r g u e s í c i , d e l m a ' i r i m o n i o , d e l a f i d e l i d a d c o n • v n g a l y d e l a s í n s t í i n c i o m

¡ i r s i e n d o e l t e n i e i t í e s e d u c t o r ; r e g o r d e t e y c a n o s a , a h o r a e s p r e f e r i b l e c o -310 e l p a p á d e l í e n i é n í e , 5 ° ' ' ^ ^ y d i c h a r a c h e r o s i é l i n s i s t e , p e r o y a n o s e d u c t o r . A s í l o c o m p r e n d i ó é l m i s m o e n " E L S I I , E « C I O E S O R O " ( 1 9 4 9 . d e H e n é C l a í r ) d o n d e p r o d u j o iztiB. b u e n a p e r f o m a n c e d r a m á t i c a , p r e c i = a m e n i a c o m o tan s e s e a -

Bes r e - ; ±ÓTi d e 5 ; e n g a ñ 3 d o e n s n s ü s i s i o -p n b l i c a n a s , e r a o n e s t a d o d e : u e s d e D o n J u a z u L o c t i x i o s o e s a l m a d e l c i n e f r a n c é s , s r = d e s - : epis s u H e y d e C e r d e ñ a t o l e r a c o n t a r l a v i v a c i d a d d e l d í a l o - j y h a s t a r e c l a m a e l c a h s i l o c a -S c t q i i e a q n i e s t e a t r a l d e tm^a : n o , p e r o m i e n t r a s V í c í c r F r s n -l a a n e í a mes f l a g r a n t e ) y 1^ s n - i c e n l o l u c í a e n u n c o n f i n e n í e S c á e n c i a d e l e s p l é n d i d o r e p a r - \ d e s e v e r o p o r t e r e a l , C h s v s l i e r J o , q a e a q x d e s i n e p t o c n a n d o j l o a b a x a i a h a s t a e l " a f S c h e " n o p e n o s o . M a n r i c e C h e v a j i e r , \ r e v i s t e r i l , s i n q u e e l d i r e c t o r e n e f e c í o , s e e s f u e r z a , p a í é S c a - i M a x c - G H b e r í S a n v a j o n s e a s i -

• ^ ' R Í N D E T E A M O R M I Ó " aroc^de^ora^^^ l » , e o . o = a , - s. J ^ u c i i l e B a l l c o m o s e c r é t a ­

m e a i n s i n u a r l e q u e s u b a i l e l l a m a d o L a C a c h u c h a i n v o c a a l g r o t e s c o m á s q u e a l a p i c a r ­d í a . A c l a r a d a l a c o n f c í s i ó n . t í ­p i c a d e l o s c o m e d i ó g r a f o s f r a n ­c e s e s , d e q u e e l a d u l t e r i o s i e m p r e e^ u n l e m a i n g e n i o s o , , ± d a e s t a e z n p r e s a p a r e c e b a s - | i a n i e i n ñ i i l y d e s g r a c i a d a .

Eilerii Esno j jrazEí. ei n i í i j i . c r i - o Ga^nba d i r i g e t r o z o s m u y oídos tífi E-^ssini. S c b u b e r t . BeetbOi-sn y v o n S u p p e .

GRANBEZAS QTJ" K.í :•---.ZT. — La p a r a n r ^ u a t d e m u e s t r a q u e ' e t d ine ro n o lo es tod.-r é n CÍ-T» r i u n d o , s i n e n t e n d e r l a nove la . " T h e Grea t G a t s b y " e n q u e d ice bascirse. L a equiv-ccQda a d a p t a c i ó n ee prolonga en el e r r ó n e o Alan L a a d y e n f ó r m u l a s tea t ra l -ss . pe ro B s t t y Pie ld es u n a g r a n a c t r i z e n u n d i f í c i l p a p e l .

HEIíEDEItA, L A . — Conf l i c to entr-3 u n c a z a - f o r t u n a s , u n a } ~ ^ ven i lusa y u n p a d r e conservador , eseri-ío c o n sut i leza, p o r :3eKry J a m e s , expuestr- con b a b i l i d a d e n u n a p o s t e r i o r o b r a tsa t r»i l . y d.icbo n o t a b l e m e n t e e n c ín^ como, só lo l o jx-día lia-cer W ü U a m Wyier, ma-rs^i-o d e t e m a s d r a m á t l c s . E x c e i e n t s xnúsioz d e /-«.. ' ir CDplsnd y a n b u e n e ienco . e n el q u e b r i l l a n Ol iv i a d e Il£V;Íi2.iic ^ Ralpb . R i c b a r d s o n , j u n t o a i í o n t ^ o m e r y C i i f t . M i r i a m Ecplc ins

"ABUSO DE CONFIAN-y A'' < C o v e n t r y , m a r t e s 18^^,

m e l o d r a m a q u e y a a g o ­t a r a s u s r e s e r v a s e m o c i o n a l e s e n l a v e r s i ó n f r a n c e s a . CI93P., c o n I D a n í e l l e I D a r r í e i r s : y e l d i ­r e c t o r S e n r i O e c o í n ) , n o m e ' ' e -c Í 3 e s t a s e g u n d a e s S n i m a c i ó n d e l c i n e a r g e n t i n o , a u n q u e e s m u y c o m p r e n s i b l e q n e a é s t e

\ l e h a y a t e n t a d o s a a t a r e a d a ^ ^ ^ ^^K.,^-^ J3.au c o m o s e c r e t a - \ h i s t o r i a d e u n a h u é r f a n a o u e ,

- l i a t e r r i b l e d e W S l i a n í H o l d e n , p a r a e s t r o p e a r l e , a f u e r z a d e ; d e s p u é s d e r e s i s t i r d i v e r s o s ' u l -. t o r p e z a , s i i s c o n f u s o s n e g o c i o s d e a p u e s t a s h í p i c a s y c o n s t m c - | f r a j e s , u s u r p a i m a i d e n t i d a d >Cíones d e c a s a s b a r a t a s . L a s c o n f u s i o n e s d e a m b o s , c o n i o s ¡ a j e n a y í e n í a d c r a . q u e l u e g o « . p a r o s a d i c i o n a l e s d e J a n i s C á r t e r , J a m e s G í e a s o n y e l v i e j o I l e e s r e c o n o c i d a c o m o l e y " q u e r i d o S V a n k M c H u g h , t i e n e n t a n n o c a g r a c i a y o r i g i n a l i d a d \ -^ T - - -.<que d a p e n a - r e c o r á a r l a s . S e g ú n u n a a n t i ; • J a d a s s e b u s c a n p o r é l a c c i d e n t e

- ^; : ,—— j o ü s ^ j ü i i o a f i í m a - L a v e r s i ó n d e M a r i o gna. r e c e t a , l a s c a r c a - ; L-ii?nr.=>c- -t-^^^-^^

SSS^^¿Sl^StS??SSSí5s,Sí?-^=Í""°°" ^^"^ °-°"- - : » s e J a s e n c T i e n t r

5a 12

Vanessa B í ' w i i

¡MJUJÜSIE B O V A K y . — v«r S c d n c t c i a , l a .

de S Í S S ' ^ r r » ? " ' ' " " • • . « : • G- Clcjuzot s e q u M a m u y le jos ? a r l í ; l ^ f ?! r e ! , . v e d i a m n a c o j psioológioD d e Tm r e i t e r a d o y Tí S í - ^ i ™ ? " " • " °-^- '^'^»» •» p o m o s r a f í a q-ue la p r o p a g a n d a r s a S í S , ^ ¿ j r o T e o b a el tem-a p a r a p i n t a r l a época a c t u a l la ¿T^;^^ £ " ^ " = = f » - la « n i s r a c i ó n .Judia, CTE. t m a a m a d a - u n o n o . u n aespre j iuc io . u n a poderosa c o m p e t e n c i a d e rea l i zador . A , , „ w t ' Í „ " ° -<!aa y eou i l i o r lo d e p l a n . CScHe AuBry, M l c i e l Auc la i r . Se r se p .egs ianl . Gabr leUe Doisdet

C 5 a r ? e ? ' ; ? S f ? ''¡^ « ¡ - i S T O , E i . _ A u s e n c i a .explíci ta d e Car ies Í Í Í 5 Í t , ^ - . .ambieii d e m a m í n i m a c o n r l c c l ó n . e n e s t e d i a m l t a S S e s í I . a°Sf m l S - ° ° ' ^°'""^° C a a r e z . T i t o L u s l a r d o . Pear>na

t l M Í i S í i ^ S ^ ^ ^ \ ~ ' ^ ° ' ' ° ' = ^ " A m a d o n d i s c u i s e a s o b r e J u s -¿ e i ú f . ñ í - í . , ' " ' ™ - ' ; ' * '='X''> I d e a l l s n o c o n e l Ibarato c r i t e r i o % o -t¿a^'^;'^V^ - m i s m a pej ioula . TJn n í r r e l ó n t r e m e n d o d l s -

Sl^Ü'-aSS^'^^JTno.J^'^ '"•-™° "^ " *^° •" '"^'^"^ rt. , ' Í ? 7 ° ^ ' J ' ° ^ - ' ^ » » i n e s s i Sp=si>. _ I n v e n t a r a ca s i t a i a t i v o c 10= d e s a s t r e s q u e a j o t a r o n a n- jmerosoa I t a l i a n c s p r e i u s t ó i i c o s , S?o¿í^^. ? f í ° " í - ° " . ' " ^ ' ° ^ ' ' ' " ' '^^sno d e l p e o r c i n e i t a l i a n o q u e l o p r e d i j o . G m o C e r r l , D i n a Sassol i . Huf jse io E u s s e r l Cen u n p a p e l etíiscoieo y s m ex igenc ias ) • == v t. *•

PIRATA, EL. — -. cí ia a n i m a c i ó n , a lguu! c t a p i a i s s c o , y u n a oanciój i d e J t i d y G a r i a n a q u e r e c - j e r a i ' e l én ías i»

í Í r a ' ° ' ° ° " ' = = « - E ° t 3 c = l c o l - r . c o n -nral ter S l e s a s . d o f-^-i ¿ f ^ ' ^ " , " " "l^^^^oie r a d i o t e a t r o e s p a S o I , m u y conve r sa -

• p S ? B a r o a r a . E a l a e l D u r a n , P e m a n d o B e y . s e - . j . . 5 J ' J S : , ~ <5==™eaclón a c a r a d e l adul ter- i> y a s u a e s a s d e Í I J - Í T O - u - ' í r " ' ¡ ^ t r i m o n i o y l a d e m o c r a c i a ^ u n e spec -m S S í S í - i ? ; S , ^ - í ^ , * » ' » » , y m u y - f u e r a d e é p o c a . P e n o s a -Con ¿ n n l e D u L Í ^ Í c ^ " - ' • ' " T , " ' " ^ * " ' ^™ e l e s a n d a c o n t r a l a yejez-s e a u y >a „ _ • - ' " " D e s m a r e t s . A U r e a A d a m , B o S e r t M u r -

R K D E l í ' H í . o ^ ' ^ S ^ " " ' ^ ' c - G U b e r t SauyaJ-crt . LucilJc. 3331 Tír^ií.„~ - '•^'^' ~~ ^ ^ o j i eoinedia. d e ísrppezones. con

RÍO EcoNÍiri e"."™ ^r? °'""°°-Het in a -ornman , a U ^ ^ , ^ •** ^-tosssílíií y e s p a s m o s d e ; o -

. - • « = " — . . u a n u n t e m a d e e z ^ r a c o i ó n soc ia l f i r d os

A r m a n d o E'alconi , C a r i o HincHl-p a s n o l a d e - ca s i s i e m p r e d i v e r t i d a , c o n m u -

- n s m i c o s ba i l e s d e G e n e Ke l ly , a c r ó b a t a

ü t o d e z < d Í ' ' e c t ¿ S ' y ' ^ G S , , S ' „ Í S ' ? ° sob r - I amen te p o r E m u l o F=r c l o n d r a m á t i c a d e 5 i 2 5 i i ' í ? ^ ^ ^ ( l o i ó g r a l o ) . E s o e l e n t e a c t n a -

SEDnCTORA, I j i . T r . = ^ ^ s i n l a bePeza i S r m a i ~ " ^ . o n s u p e r f i c i a l d e " ^ a a d a m e B o v a i y " , ScJD d r a m a ^ ^ . . ^ . . ^ ^ ^ e j e v e ps ico lóg ico d e f ^ u b e r t . S n e s t e •oEíS la-oores d T j í ? ? ? - ' ^ " ^ ^ ^ "^^ " « ¡ e r t o s d e J o n r a a a ^ ¿ A ¿ ¡ S ^ % ; ' ' ' " ^ J " » " » ü M o n . V a

T r - « / . " , , ™ ° ^ ' ^ ' * ' - v i n c e n t e S H a n s l I l . TOr>CAN-rro y i o s OEr^^TTCr, ^ ^ -,-^

^ g e a t i n o p o r c e n t ° n a - e = , " - ^ — " V E S I n s o l i l a m-cas ión d e l e m e =omo d e t e e t i ™ p ¿ i a " Vf * * ? " ° a . q u e s e c u n d a n a A n d r e s í t o Eoggio n u m é r i c o , e l f U m d e e s t e d e t a l l e ^.....^

i a a a 's. B S ¿ S 2 o ° v ° ? f " S * - ? ° " ^ ' ^ ' ^ P r o n t a u r a B e b a B ida r t , . oBizao y ez dn-eoror A n t o n i o M c m p l e t .

^ I c s p r l m l t i r i s n

- iSás^ fe Semcma, e a u n Di MABCHA

^ • ^ = 5 ;

ESCENARIO GIRATORIO ^ EL MAESTRO.-f^oT?^^^^^

í e s t e 3 o s u S 3 c u m p l e a ñ o s l a s e m a n a p a s a d a t r a b a j a n d o f u e r t e , y s i n i n t e r r u p c i o n e s p o r l o s f e s t e j o s . D i r i g i ó l a r e p r e s e n t a c i ó n r a d i a l d e " F a l s t a f í " d e V e r d i , Cpa-r a l a N . B . O c o n s u c l á s i c a " b i i i l a n t e z , c l a r i d a d y s e n t i d o r í t m i c o " . D u r a n t e l o s e x t e n s o s , p a c i e n ­t e s , q u i s q u i l l o s o s e n s a y o s e l i r a s c i b l e m a e s t r o d e ­j a b a d i a r i a m e n t e e x h a u s t o a s u e l e n c o d e i n ­t é r p r e t e s í a l m a y o r d e l o s c u a l e s l l e v a c u a r e n t a a ñ o s ) ; y l u e g o m a r c h ó c o n p a s o á g i l y m i r a a a t e m i b l e a o t r o e s t u d i o p a r a e n s a y a r s u s p r o g r a m a s s i n f ó n i c o s s e m a n a l e s d e l a N a t i o n a l E r o a d c a s t -i n g C o m p a n y . L a s e m a n a q u e v i e n e T o s c a n i n i U e v a r á a l a o r q u e s t a N . E . C . e n s u p r i m e r g i r a d e c o s t a a c o s t a , p a r a t o c a r e n v e i n t e c i u d a d e s a m e r i c a n a s , v i a j a n d o e n u n t r e n e s p e c i a l d e d o c e c o m p a r t i m e n t o s . D u r a c i ó n d e l a g i r a : s e i s s e m a ­n a s . S u e l d o ( d e l o s m á s a b u l t a d o s d e l a h i s t o r i a "* : 1 5 0 . 0 0 0 d ó l a r e s .

* AVENTURAS. - ° ^ p-'==' p- p r e p a r a e n I t a l i a

e l r o d a j e d e u n a p e l í c u l a i n s p i r a d a e n " L a O d i ­s e a " . A p e s a r d e q u e O r s o n W e l l e s a n u n c i ó q u e t e n í a e s t e p r o p ó s i t o , e l d i r e c t o r g e r m a n o h a c o ­m u n i c a d o a l a p r e n s a q u e n o c e j a e n s u i n t e n ­c i ó n , p u e s m . u c h o a n t e s q u e e l d i r e c t o r n o i l e -a m e r i c a n o y a h a b í a p r e p a r a d o e s a l a b o r d u r a n t e l a g u e r r a . P a b s t t r a b a j a s o f a i e l a t r a d u c c i ó n q u e d e l p o e m a d e H o m e r o r e a l i z ó T . E . L a T w r e n c e -d e f a m a a r á b i g a .

•^ g XL — P a r a e s t a s e m a n a s e a n u n c i a e l * * e s t r e n o - e n B u e n o s A i r e s d e l a

p e l í c u l a q u e s e b a s a e n u n a b u e n a p i e z a d e S a ­m u e l E i c h e l b a u m , l l a m a d a " U n t a l S e r v a n d o G ó ­m e z " , U n a e u f o n í a m á s a c o r d e c o n l a e a l l e C o -

i r i e n t e s d i c t a m i n a e l n u e v o t í t u l o , " A i ' r a b a l e r a " . E l r e p a r t o e s t á e n c a b e z a d o p o r l a n u e v a p r i m e r a d a m a d e l t e a t r o b o n a e r e n s e , T i t a M e r e l l O j y e l a c t o r c o m p a t r i o t a S a n t i a g o G ó m e z C o u .

— ^ M a r i o S o f f i c i h a s i d o c o n t r a t a d o e n e l d o b l e c a r á c t e r d e d i r e c t o r y a c t o r p a r a u n a v e r s i ó n d e " E l H o m b r e y l a B e s t i a " d e S t e v e n s o n . D e l a a d a p t a c i ó n s e e n c a r g a U l í s e s P e t i t d e M u r a t .

— O t r o s a l t o a m b i c i o s o d e l c i n e p o r t e ñ o : H a c a p o c o s d í a s p a r t i ó r u m b o a l o s E s t a d o s U n i d o s M a n u e l P e ñ a R o d r í g u e z , d i r e c t o r - p r o p i e t a r i o d e " S u r C i n e m a t o g r á f i c a A r g e n t i n a " c o n e l o b j e t o d e p r e p a r a r l a p r e s e n t a c i ó n d e " E s p e r a n z a " e n N u e v a Y o r k y e n l a r e d d e d i s t r i b u c i ó n m u n d i a l d e U n i t e d A r t i s t s . E s p r o b a b l e q u e a l l í s e e n ­c u e n t r e c o n é l f a m o s o d i r e c t o r G . "W". P a b s t ( D o n Q u i j o t e , L a O p e r a d e C u a t r o C e n t a v o s ) y s t í a s o c i a d o A . H i i b e r K a h l , c o n q u i e n e s ' h a c o n v e ­n i d o , e n p r i n c i p i o , l a r e a l i z a c i ó n d e u n a p e l í c u l a e n d o s v e r s i o n e s , i n g l e s a y c a s t e l l a n a , q u e s e a p o y a r í a e n u n a r g u m e n t o d e B e n H e c h t y t e i ? -d r í a d e i n t é r p r e t e 3 J a c o b B e n - A m í . E n e l c u r s o d e u n a g e s t i ó n y a i n i c i a d a c o n e l d i r e c t o r J o h n F o r d , s e e s t u d i a r í a n l a s c o n d i c i o n e s d e r e a l i z a r u n o d e d o s a s u n t o s : o " E l L a n c e r o d e F a c u n d o " d e C é s a r C a r r i z o , o " S a n d i n o " .

— L u e g o d e c a t o r c e d í a s d e r o d a j e , t e r m i n ó s u l a b o r e n A r g e n t i n a S o n ó F i l m l a e s t r e l l i t a h o l l y -w o o d é n s e ( s e g ú n l a p r o p a g a n d a " r a . u y c o n o c i d a " ' ) J e a n W a i a c e , e n e l p a p e l d e l a m u c h a c h a b l a n c a d e " S a n g r e T í e g r a " . E s t e f i l m , c o m o s e s a b e , e s d i r i g i d o p o r P i e r r e C h e n a l , y s u i n t é r p r e t e p r i n ­c i p a l e s s u a u t o r , R i c h a r d W r i g h t .

* CHAPUN TRABAJA.- <=?.»-P 1 ) n

a n t m c i ó q u e p r o n l o c o m i e n a s e l z o d a j e d e s u n u e ­v a p e l í c u l a , c u y o l í b r e l o e s l u v o p r e p a r a n d o d u -

A n t e l o s d o s ú l ± i m o s a í í o s . £ n I 3 m i s m a p e r s o ­n i f i c a r á a u n v i e j o " c l o w n " . S u h i j o , S y d n e y C h a p l i n . " u n b u e n c o m e d i a t i i e " < s e g ú n d e f i n i c i ó n d e l p a d r e ) h a r á u n p e p e l i m p o r l a n i e e n l a p e ­l í c u l a . H a c e a l g u n a s s e m a n a s C h a p l i n f u é a N u e r a Y o r k - p a r a b u s c a r u n a a c t r i z p a r a e l p r i n ­c i p a l p a p e l f e m e n i n o - a f i n d e p r e s e n t a r s e g ú n y a * e s s u c o s t u m b r e , u n a n u e v a p e r s o n a l i d a d f e ­m e n i n a e n c a d a f i l m . E n u n a e n t r e v i s t a e n " T h e fíG-vr Y o r k e r " l e e m o s q u e C h a p l i n d e c l a r ó q u e e s a a c t r i z d e b e r á t e n e r t a l e n t o t e a t r a l y s a b e r b a i l a r a d e m á s . E s t e r e q u i s i t o f u é a l p a r e c e r a l g o e x a g e r a d o p o r u n p e r i o d i s t a , q u i e n c i i ó a C h a ­p l i n c o m o r e q í i i r i e n d o ^ ^ e s u c a n d i d a t a t e n g a ' e l l a l k n i o c o m b i n a d o d e l a D u s e y l a P a v l o w a . C u e n t a G a r l i t o s q u e a l a s 8 y c u a r t o d e l a n i a -ñ a n a e n q u e s a l i ó e l a r t í c u l o c o n u n p e d i d o t a n e x o r b i t a n t e , l o d e s p e r t ó e l l l a m a d o t e l e f ó n i c a d e u n a a g e n t e t e a t r a l a n u n c i á n d o l e s i n t i t u b e o s : " M r . C h a p l i n . l a t e n g o . "

^ ARMONÍAS. - El !""«= "'^l ."<= g o a B u e n o s A i r e - ,

d i r e c t a m e n t e d e F r a n k f u r t e r , e l d i r e c t o r d e o r ­q u e s t a " W i l h e l m F u r t w e n g l e r , p a r a o f r e c e r u n í i s e r i e d e 5 c o n c i e r t o s e n e l t e a t r o C o l ó n . E ! c é ­l e b r e m a e s t r o a l e n í á n c o l a b o r a c i o n i ^ ¿ a f u é c o n ­t r a t a d o e l a ñ o p a s a d o p o r l a S i n f ó n i c a de C h i ­c a g o , p e r o s u c o n t r a t o h u b o d e s e r r e s c i n d i d o d e b i d o a l a s p r o t e s t a s d e d e c e n a s d e m ú e i c o s e n E s t a d o s U n i d o s , q u e a m e n a z a r o n n o a c t u a r c o n é s a o r q u e s t a s i l a d i r i g í a F u r t w a e n g l e r . E n t r e l o s p r o t e s t a n t e s f i g u r a r o n : A r t u r R u b i n s t e i n , J a s c h a H e i f e t z , \ 1 a d í m i r H o r o v / í t Z - S e r e c u e r d a q u e h a c e t r e s a ñ o s Y e h u d i M e n u h i n t o c ó e n B e r l í n y o t r a s c i u d a d e s a l e r - i a n a s b a j o l a d i r e c ­c i ó n d e H \ i r t w a e n g l e r , e n r e s o n a n t e g e s t o d e s o ­l i d a r i d a d y c o n f r a t e r n i d a d j u d e o - a l e m a n a . C o ­m o r e s u l t a d o d i r e c t o d e e l l o , s e p r e v é q u e l o s a n u n c i a d o s c o n c i e r t o s d e M e n u h i n « n I s r a e l a f i n e s d e l p r e s e n t e m e s s e r á n b o i c o t e a d o s . E q u i ­v o c a d o o n o , e s d i g n o d e d e s t a c a r s e e l c o r a j e y e s p í r i t u i n d e p e n d i e n t e d e M e n u h i n .

REVISTA DE ESTRENOS

e l o r i g i n a l f r a n c é s , p e r o m i e n ­t r a s é s t e , s o b r e v i v i e n d o a l l l o ­r o s o a s u n t o d e P i e r r e W o l í , l e i m p a r t í a c i e r t o a i r e d e c o n v i c ­c i ó n , a q u í t o d o s u e n a , t a m ­b i é n c o m o e n t u i e c o , a r e p e ­t i c i ó n m e c á n i c a y d e s t e ñ i d a . S i n e m b a r g o , n o s e e x c l u y e n l o s a r r e s t o s d e s e n s i b i l i d a d , p e r o e s t s a i p r o v i s t o s p o r l a c t u r s i l e r í a C f r a s e s t r i s t e s e i n ­c r e í b l e s d i c h a s p a r a r o b u s t e ­c e r e l d r a m a t i s m o ) y p o r l o s l a t i g u i l l o s m e l o d r a m á t i c o s <el a l e g a t o d e l a d e f e n s o r a d e p o ­b r e s , l a l a b o r d e O l g a Z u h a -r r y ) . L a p r o t a g o n i s t a a l c a n z a l a c a r a c o m p u n g i d a q u e , e n s u c o n f u s o e n t e n d i m i e n t o d e a c ­t r i z , e s l a m á s a p r o p i a d a p a r a e l p e r s o n a j e , p e r o a f r o n t a c o n i n s o s p e c h a d a e n t e r e z a , y s o l ­t a n d o m á s l á g r i m a s q u e l a s n e c e s a r i a s , l a c r u e l e s c e n a d e l a l e g a t o , r e s u e l t a p o r L u g o n e s c o n l a c á m a r a i m p e r t u r b a b l e f r e n t e a l a a c t r i z . C a r l o s T h o m p s o n , é l ú n i c o g a l á n n o n e c e s a r i a m e n t e i n s o p o r t a b l e d e l c i n e a r g e n t i n o , a d m i n i s t r a t o d a s u a c t u a c i ó n c o n s o b r i e ­d a d y t a c t o n e t a m e n t e d e s ­a c o s t u m b r a d o s . L ¿ ) s d e m á s e s ­t á n m a l ( M a r í a A r r a a n d ) o m e r a n s e n t e t e a t r a l e s Q Í J a n u e l C o l l a d o , I r i s A l o n s o D .

( V i e n e d e - l a P á q . a n i e r i o r l f ^ ^ ^ d e un cura, decidido a re­petir que 'para ser digno de Dios hay que vivir según SZLS •mandatos, y Q U C no debe, to­lerarse que vi-uan como mari­do y mujer quienes no lo sean. L a película no tiene una mí­nima calidad cinematográSica, y sus trágicos sermones pue­den pasar con comodidad a la radio, que es su elemento na­tural.

"LA PRODIGA" (Jtena-cimiento,

martes 18) es un foÜ^ín la­crimógeno en el meyor estilo del cine español, con grandes parraiadas de diálogo con las que se suplanta la nenor na-rrativa ci7tem.aíogTáfica. Con los ojos cerrados se sabe t i detalle todo él argumento del fura, con su cortijo sus aldea­nos l>uenos, la dueña tan es-tímada^ el amante que irrum­pe en su vida y trastorna la paz del puehlíto; de fiechOj la trtrsTn-isíÓra radiotelefónica po­dará ser uno d e l o s grandes éxitos del añOj sin pedir ayu­da a la descripción de ningún otro charlatán, porque él diá~ T^go Tfíisfjto informa sobre la Uuvia que cae y sohre los na­sos que un actor p i d e a -una actrix. Muchas señoras, presu-fítiblemente e s p a ñ o l a s , Tlora~ ron en el Renactmiento la fnuerte de Paóla Bárbara, y se emocionaron con. los dictamen

Cine Club E l r e c o m e n d a b l e p r o g r a m a

d e l a p r ó x i m a f u n c i ó n d e C i n e C l u b Cel p r ó x i m o m a r t e s 2 5 . e n e l C i n e A p o l o ) s e i n t e g r a c o n E i l u c h s d o r C1939, d e H c -b e r t W i s e , c o n R o b e r t R y a n ) y L a f u e r z a b r u t a ( 1 9 4 0 , d e L e w i s M i l e s t o n e , c o n B u r g e s s M e r e d i t h , B e t t y F i e l d , L o n C h a n e y J r . , C h a r l e s B i c k f o r d , i f t o m a n B o h n e n ) . L a e l e c c i ó n é s m u y s a t i s f a c t o r i a . -

Un Día en la... ( V i e n e d e l a p á g . 15 . )

d e s d e h a c e m u c h o e n e s a s i m ­p e r c e p t i b l e s o r i l l a s , s o b r e c a ­d a i m a d e e s a s finfeinoas l í ­n e a s h a n i d o q u e d a n d o l o s d e s p e s d í c i o s d e l o q u e r e a l ­m e n t e v i v e .

S e a l e j ó d e l ^ p e j o , s e v i o d e n u e v o a s í m i s m o y s e s o n ­r i ó e s f í p i d a n i e n t e . D i o v u e l ­t a l a c a b e z a y l e y ó e n e l r e ­l o j l a s o n c e y c i n c o . H o r a d e a c o s t a r s e — p e n s ó . M i r ó e l v i e j o c o m e í i o r y l e p a r e c i ó H e g a r d e l e j o s , l l e g a r d e ^ u é s d e E a u d i o t i e n i p o > R e c o n o c i ó a q u e l l a m e s a d e s i e m p r e d e g r u e s a s y p e s a d a s p a t a s , l a l á m p a r a d e b r o n c e c o l g a n d o d t í t e c h o , e l í r i n d b a i r t e t a l l a ­d o , l a s m a n i j a s d e b r o n c e d o n d e u n l e ó n m u e r d e u n a . a r g o l l a . H e c o x d Ó u n a s b e r m o -^ 3 S . c o p a s d e e r i s í a l q u e b a b í a o l v i d a d o d e s d e h a c í a i m a c f a o . S e a c e r c ó a l a s p u e r t a s m a l c e r r a d a s d e l a p a r a d o r , y a s t á -r ó I s r g a m o i í e , e n t r e g a d a m e n ­t e , e l v i e j o y d u l c e a r o m a a f r u t a s y p a n . D e p r o n t o s e i a - -c o r p o r ó y s e p r e g u n t ó q u é

T e n í a g a n a s d e

CARÍJDS MÁGGl

l e l l o r a r .

EL SEGURO DE VTDA

ES EL VALOR QUE Vd.

SF. DA A SI MISMO

Lai Uruguaya'''' S« A. PRIMERA INSTITUCIÓN NACIONAL DE SEGUROS

FLORIDA 12S1 MOÑTEYIDEÜ

MARCHA Toda l a Semana , e n un Día

Seguros de Vida Individuales COX participación en las utilidades.

Seguros de ^da COLECTIVOS para la jMToteccíón d e los empleados y obreros de ia industria y del comercio-Seguros Dótales para Niños CON cláusula de Renta postuma.

Pólizas d e Previsión y AÍiorro CON participación en las utilidades, que se distribuirán por medio d e sorteos ex­traordinarios.

Páoina 13

'í^v.»

r. •- ••

^ ^ ^ ¿ 2 ^ ^ ^ ^ ^ ^

i-X''^^,

^ ^ ^ ^

cmvíi^m

mfM

t: . ;

í :

m

ÍH;:

S! £ t B í ? ^ s !

Nitel

i t •^d^m^^í^

-m- ^^^^0-:

C U E N T O I N E D ! T O

D E C A R L - O S M A G G l

íintri ' í en u n café y c o m p r ó d g a n i i l o s , n n a m u r c a e x t r a n j e r a q u e n u n c a h a b í a fw-m a d o - Feliz, c ami r tó h a d a a b a j o o c u p i i d o Cií a l « i r p r o l i j a m e n t e la ca j i l la . E n ese d í s es taba a t e n t o a cada u n o d e sus acta*. ]»a-rccía observarse , gustar- ios luovimicáiicís q « c hac ía , t r a t a r d e g r a b a r l o s e n la raeint*-r ia .

t s u - b a n c n n í p l í a c u a r e n t a ;(ño,<. DeM-le la i n a ñ a n a , a u n en el t r a b a j o , micntrH> rcp ;n f ía !as not i f icac iones , se h a b í a j u c -oci iput io de su placer . Casi s in sed, d e m a ­s iado t e m p r a n o , se h a b í a sc i i l ado en u n a c o i i l i í í i í a a t o m a r u n h e l a d o . A lo laríjo de i i t j i ierar ío , d u r a n t e la t a r d e , ha í j ía rca-•liiíadf» compl i cad í s imas c o m b i n a c i o n e s d e

* UN D Í A E N - L - A ~ V T D ~ A í r a n v í a s j^asa n o s o m e t e r s e a c a m i n a r mu.-'f ^nento cambio con esfuerzo, d i o . E n r e a l i d a d , n o l e fcnXeiia a l a fecha ' ' '""*' ' rehaciéndome:

Por fin se detuvo frente a'^c:7ii! la casa y como s iempre la e n ­contró f ingidamente igual a las demás, inocente, demasia­do natural , l lena de u n falso siiciicio tranquilo, como de penuüibra. Entró sin golpear. pero ai ab i i r l a puer ta cancel hizo sonar con fuerza la cam-panilíci automática. Duran te el día había imaginado aquel tintineo, que asociaba i r r e m e -dinb 'cmente con el miedo que le fjrovocaba entrar , y ahora se díiba cuenta de que la n e r -viof-idííd real era más ag rada ­ble, más suave, que la angus­tia prevista o recordada.

SíicJ cuidadosamente el pr imer cigarrillo, lo encendió y saboreó ei h u m e hasta s e n ­tirlo picar en ios costados de la lengua.

S e había sentado contra u n a paretí, jun to al gancho donde se atíiban las cuerdas dei to l ­do, QLic estaba descorrido a medias- Había otros dos h o m ­bres esperando. Levantó ios ojos y miró la claraboya a través del huxno de su ciga­rrillo. Se quedó con la cabe ­za así recostada.

Todavía faltaba un ra to y hahía que l lenar aquel t iempo con algo agradable, con p e n ­samientos que lo alegrai^an. Podí:! pensarse a sí mismo, al sa l ín cuando y a estuxdera fresco y tranquilo. Podía i m a ­ginarse el m o n t e y el chalet de la costa o si no, e l h ipó ­dromo o la cara entristecida de Bermúdez. La espera n o iba y ser larga. Pronto estar ía más tranquiló, vacío, sereno. Eligió la historia de ía Kubia; hacía íicinpo q u e no la r e -CQCdaba y era mejor .

S e arrel lanó cómodamente e n ía silla, entrecerró los ojos y comenzó a probar : era hace Trincho y yo iba en un barco. Vio-jábamos para Buenos Aires y no 7Í05 conocia-mos. Yo en­tro al salón y la veo. Prime­ro la había visto en el órrirú-bus^ claro. To entro al salón y la veo pero Zodc-oía no me acerco, debo esperar un rato en cubierta. Recién abanda-nibannos Colonia^ El barco empezaba a. moneTse y yo mi­ro la isla con el faro; alrede­dor- crece una •t^egetaciCn ver­de. Estaba impacÍ€Ttte -u ner-Tíioso. angustiado. Bostezo-5ie7!io como un frío en la es-•paida y debajo de les brazos.

u n a i m p o r t a n c i a e x t r a o r a i n a r i a j>cro e n t&doü los m o n i e n t o s , h o r a a h o r a , la t e n í a p r e s e n t e . C u a r e n t a a ñ o s se c u m p l e n u n a M>ía \ e 7 — se dec í a — es te es u n d í a q i i e voy a r e c o r d a r s i e m p i c .

A l i o r a , b a j a n d o p o r esa c a l l e j u e l a se so-

"iiietia v o l u n t a r i a m e n t e a u n a s e n s a c i ó n in­

c ó m o d a . Los J i e n i o s lo h a c í a n bos teza r .

Subía q u e a n t e s de c n i r a r se i n q u i e t a b a

y suf r ía , p e r o v e n c i é n d o s e l o g r a b a u n a

d t i l t e sa t i s facción. I b a e m p u j á n d o s e , go­

z a n d o a cada p a s o de l s ec re to esfuerzo

con el c u a ] t r i u n f a b a s o b r e sí m i s m o .

como rehaciéndome. 'Pero tengo que saber ai---._ ...^^^ Vamos a ver.

belleza y9> dije

— A wcnos que usted pre­fiera, viajar sola. Porque de ser asi.... ial vez fuera ex­cesivo de frti parte . . .

Y ella dijo: —JVi3, no— y volvió a son­

reír. Esteban encendió o t ro ciga-

rr i l io . S e dio cuenta de que aún estaba ner \doso. Se dio cuenta de q u e no e ra so la­m en t e inqu ie tud lo que s e n ­tía; era una impaciencia a n i ­mal, oscura: lo empujaba co­mo una fuerza e x t r a ñ a a él. pero actuando dent ro de él mismo.

Fa l ta poco —pensó— d e n ­tro de un m o m e n t o puedo a r r a n c a r m e este y sentir" que estoy cansado, o mejor : des ­cansado pero sin apuro . Va a ser agradable echar todo y queda rme írünqi ' i lo y hacer lo q u e quiera r ea lmen te .

S>jmpre e5 agradab le des ­pués.

Yo dije si ella prefería via­jar sola y la Rubia dijo:

—1^0. no— y volvió a son­reír.

Pensar que era igual, la Ru

-Viíijo con TTiaviú. Ella es­tá arriba, en cubierta. Se ma­rea en seguida^, por eso no vi­no — 1 / si7i pausa ine distrajo con una pregiinta —¿usted viaja mucho, verdad?

—Síj bastante. —Ohl Ha de ser hcr-'fosísi-

mo viajar p o r países e?:óticos! ¿Verdad, señor?

Sonó la campani l la oü tomá-tica y Es teban 'vió el pat ío donde a h o r a solo espf^raba el joven rub io , ves t ido de azul. Acababa d e e n t r a r u n h o m b r e m u y corpulento , con la a p a ­riencia inconfundib le de quien v ive en el campo. El recién l legado dudó u n m o m e n t c y fué a sen ta r se j u n t o al joven. S e quedó m u y tieso, con el sombre ro de ala ancha h o r i -zonta ln ien te encasóla cta río y la cara g rave , inexpres iva , de f rente a Es teban. Es te sintió una especie de ve rgüenza al v e r en t r a r a aque l h o m b r e m a d u r o con su g r a n cara s e ­r ia y su m a n e r a digi-a de m o ­verse . Se sintió incómodo pur ei o t ro , po rque u n honibre así, t a n dueño de sí mismo, t an aploma ao, tu^dera t amb ién que somete rse a eso. Sin s a -

bia. Como ésta, también. Tenía \ e r por qué , se es t i ró haci esa IndifercJicia amable, esa i adeiante ,_tomó u n a re-^-ista d

^tctipadas, puedo acercarme. Me detengo junta a su rilla. •JSÚa apretaba con dos ded.os tU « s a deí pocilio y ccn la otra íHMKiS se levantaba el pelo «fwrilío,. mirándose en el vz-?Arí> de la r en í t a i a . Digo:

—Usted perdoTiortL Pensa-te tomcur alffo y -reo m íe ni)

;fcja/ siíjo. Sz ssIccE rne 'permi-iííerit me sentaría en su mesa. ¡Si no ta m-olesto^ le ruego '{Concederme ese javor^ per-que

í Yo había apartada la stUa, y ella. Kxe miraba con simpa'-tía. Entonces j^Tóse ser más amable, demostrarle agrade

disposición compre7islva que tienen éstas. Pueden entender cualquier^cosa y aceptarlas to-das_. tal vez porque no acep~ tan ni entienden ninguna. Era delgada, fina; era encan~ tadora. Yo insistí antes de sentarme. Quise halagarla, hacerla un poco feliz. Dije:

—Por un momento, intima­mente temí que la Tit-olestara si me sentaba en su mesa.

Empleé la expresión "ínti­mamente temV con afecta­ción voluntaria. Si hubiera dicho, por ejemplo, "tuve miedo" el encanto se habría, deshecho. Era necesario man­tener aquella delicadeza arti ficiosa,. Tal vez lo hice sin darme cuenta, porque estaba nervioso, pero ella, estoy sC' guro, lo comprendió como una fineza y respondió con una frase sublime, :~:olemne, cc^ recitada. Dijo ella:

—De ninguna minera, se­ñor. Tengo un placer en ofre­cerle nñ Tnesa.. Un ínm-enso placer, señor.

Hubo una pazi^a y creo Que ella miró por la ventana ha­da el mar. Dije:

-y le "Ahora sí entro al salón y ht j — ¿ F Ü T Í I C , señorita veo. ios demás viesas están \ exfend? la cajilla. ^KUpadas, rmedo «,.«--«- ' —j^^^ gradas, respondió

no he fumado jamás. { Procedía como una mar-^

queso. Había, movido lenta -. —du-Lí lienta­mente una mano negando y llegué a descubrir sobre la punta de los dedos, la huella amarillenta del tabaco. EUa estaba -pendiente de cada ges­to rmra cumplirlo sin romper 2a grada da aquel mundo. :zp me puse a fiimar. Hay uji si­lencio y digo:

—¿ sola?

ZM Rubia rae mira

la pequeña mesa y fingió leer . Se había interrumpido

cuando comenzaban a hablar de viajes con la Rubia. El ha­bía recordado sin saber por qué, el argumento de *'Pasión muerta^* una vieja película italiana, y se había sentido el protagonista, que era un hom­bre quebrado por el reinordí-mienfo. Había dicho que pre­fería no hablar da Italia y había fingido tristeza. La Ru­bia había suspirado:

— O h ! ha de ser hermosísi-nio conocer países exóticos. ¿No es cierto., señor?

Y él había dicho, había di­cho entrecerrando los ojos y señalándola con el cinarríllo:

—Usted, no sé por qué, eS' toy seguro de que sería feliz visitando Florencia.

—¿Usted conoce? —Sí. Aunque no estuve mu~

cho. Pero es una ciudad llena de pequeñas cosas delicadas y hermosas.

— ¿ Y por Qué eres Que me va a gustar?

—Porque usted, me parece, debe sentirse cómoda entre cosas delicadas y lindas, debe sentirse entre sus cosas.

—@ué amable IPero si re­cién me conoce . . . —neces i tó un abanico para compleiar el Sesto y Ja sonrisa.

Ahora Esteban recordaba m^jor. Ella dijo:

—¿Hace m-ndho Que estuvo en JtdUa, señor?

~A.<ivS. recordé a Giovand^ después de la -muerte de su hermano, y digo,, como transi do por uTUL sOTnbra de triste' za infinitar

Pácp^a: li

_,_. Mejor hablamos de otra (^y^ ¿NG le da miedo viajar sa. Se lo ruego desde lo más * íntimo — m i r o leTtta^ intensa-

__; Rubia me m i r a , ^esta- mente sus ojos, su frente, el ñea, aparía el pocMo del ca- pelo dorado^ dejo perder la fé. y después miente: mirada -^ lueaa <i> " - •—

go de usted. ¿Cómo se llama:

¿Yo? Tengo un nombre muy feo.

— Imposib le . Estoy seguro. —No. Es feo. Me llamo

Ofelia. Ofelia! Es el nombre pa­

ra una flor o para una prin­cesa. -

—¿En serio. Le gusta? ¿Y usted cóm,o se llama?

—Gerardo .. . E-1 h o m b r e del " s o m b r e r o

a ludo ha tosido y se l e v a n t a pa ra escupir en el r incón . 'Es­teban v u e l v e a m i r a r a q u e l p a t i o desnudo con las si l las a l ineadas a l r ededor y la p e ­queña mesa con revis tas , e n el centro. Cerca de la p u e r t a d e Renée , sobre l a pa red , h a y dos m a n c h a s l a rgas y f inas , como t i ras oscuras , q u e c o r r e n desde la c laraboya al suelo . A r r i b a se v e u n vidr io ro to y p o r allí segui-aniente co r r e el agua cuando l lueve. T a m b i é n en la pue r t a de Renée h a y u n vidr io ra jado . L a s cor t inas a i : 'ás tadas p o r el post igo e s ­t á n sucias, t i e n e n ese roce q u e lf<.s hace t r is tes , como si en la t r a m a del génei-o les h u b i e s e en t r ado sombra .

Ha pasado el j oven de azul , su asiento es tá vacío . E s t e ­b a n piensa: aho ra es tá s o m e ­t iéndose a l t r a t amien to . S e g u -.raniente es l o m i s m o q u e lo mío : e n t r a r con m á s ne r \ños q u e los necesarios , d a r s e cuenta de q u e es m.ás fácil de lo q u e p a r e c e y de spués q u e d a r s e s a b o r e a n d o el a l i ­

vio . Es te es de los infel ices, t a m b i é n ; t i ene q u e cae r c o ­m o yo a hace r se u n a e x t r a c ­ción s in dolor, p o r dos pesos .

Se ar regló la r aya de l p a n ­ta lón , p o r q u e p a r a fes te jar la fecha se hab ía pues to e l t r a ­j e n u e v o y ' quej^'a cu idar lo . L e . q u e d a b a n u n o s d iez o qu ince m i n u t o s d e espera , t o ­davía . Dejó l a r ev i s t a y se rec l inó en ei respa ldo como p a r a d o n m r . F a l t a b a u n p e ­dazo, t a l vez el mejor , de l a h i s to r ia con l a R n b i a .

Había un sol espléndido. Es en cubierta. Ahora estamos en cubierta y ella dice:

—¿Por qué me mira tanto? y ya digo: —No sé. Usted no es ea:-

iraordinariamcnte bonita, pe~ •ro tiene algo e:vtraño que ha­ce que la mire. Me gusta mi­rarla. Siento como esa sensa­ción que nos da la noche de no ser nunca conocida, de ale­jarse siempre.

— A y ! Las cosas que se le ocurren —e s t uvo cerca de to­carme con la punta de los de­dos, pero su mano se detuvo en el aire, cerca de mí. Esta­ba completamente entregada Yo podía dominarla, podía do­minar el mundo, someterlo con mis palabras, encantarlo, yo hablé rápidamente, con mi mirada fija en ella.

— ^ s Que usted tiene algo desconocido. Como si hubiera venido de lejos. Tal vez sea por su nombfe: Ofelia No sé. Tengo una sensación rara Me parece usted tan lejana! Me parece que sus ojos están acostumbrados a ver otros ¡ paisajes, com árboles de otras ^mperaturas, como de selva. I A o ^}3j 5Í3J.35 ¿jzp^ chatos como los de cualquiera.

—5'o siempre viví en Bue­nos Aires. IMS cosas que dv:e^

_—Qué importa donde haya vivido. Usted, dentro suyo puede ser de otra manera? ¿A que nadie se jijó que por la sien se le nota una vena azul que hace un dibujo, como una linea ae escritura?

Ella levantó una mano y la paso sobre U sien izquierda, llevando hacia atrás el pelo

que escapaba del pamieU^ jo. Dijo m.uy por lo bajo:

— S i . Yo lo habúj. notado — necesitaba de mi voz carng del aire para r esp i ra r Se qu^dó esperando, ansiosa. En­tonces yo m e acerco y diao

— S í se pudiera leer eso íi-nea azul! Tal ves sea un men­saje . . . —e l l a hace un gesto de no creer y agrego— fíjese que es el camino de la sanare Tiene que dar tod&s esas vueU titas para ir hasta el corazóii

Hay una pausa. Estoy un momento mirando la sien y el pañuelo, la sombra tenue de éste sobre el cutis blanco y pienso que allí ha de haber un aire tibio y perfumado. Bajo mis ojos a los de ella, recibo de lleno su mirada. Así esta-•mos un -^nomento y luego la Rzíbia, precipitadamente, se­ñala una gaviota y dice

—¿Debei í ios es tar cerca, no? —¿ClarOy no ve la costa^ —

y permanecí, mirándola, has­ta que pareció turbarse

Hay una pausa donde ella volvió a ser una niña. Ya ha­bía dicho: si se pudiera leer ésa línea azul! Tal vez sea un mensaje. Es el cannino de la sangre. Tiene que dar todas esas vueltitas para llegar ah corazón— y después me qup-dé mirándola, acariciándoln con los ojos hasta verle na­cer y extendérsele por las me-jillas un rubor casi impercep­tible. Parecía no creer y sin embargo estaba embelesada Tenia 'una piel suave, cojno de fruta, y el pañuelo de ga­sa hacía un reflejo rojo muy tenue. Cuando yo z?isisíí cit mirarla^ pareció encendérsele un color semejante al de la gasa del pañuelo pero más vivo, tnás caliente y agitado Después dijo lo de la gaviota porque estaba turbada que­mándose en algo mío que lo envolvía.

—^Bueno, che . ¿Y? — La p u e r t a d e R e n e es tá abierta y es e l la l a q u e h a pregunta­do d i r ig i éndose a Es teban. EL j o v e n d e a z u l e s t á cerca de la-cance l . S e v a apurstdo, feliz Desea- a l e j a r s e s i n perder t i e m p o p a r a e m p e z a r a gozar s u sa t i s facc ión . R e n e también •está a p u r a d a . E l l i o m b r é de c a m p o .mira á E s t e b a n coa c ie r t a i m p a c i e n c i a desconcer­t a d a . E s t e s e l e v a n t a y s e di­rige b a c í a l a p u e r t a donde 1» esi>era l a naujer . Bordeando el s ü t o d e c a m a m a l cerrad^, E s t e b a n v e l a c a r n e t ie rna y b ^ n c a , r e d o n d e a a a .

— T e n e s s u e n o , m o n v i eux ' — R e n e l e a p o y a u n a mano s o b r e e l h o m b r o , a l hacerTa e n t r a r , E s t e b a n n o contesta. M e t i d o e n l a p c m m i b r a v a ­dosa q u e f u t r a l a l a m p a m a , c a m i n a d e r e c h a m e n t e hasta u n a s i l la q u é h a y de l o t ro la­d o d e l c u a r t o . A l en t r a r , res ­p i r ó c o n - p l a c e r u n a i r e cerra­do , q u e oKa a p o l v o s de to­c a d o r y a des infec tante . La c a m a e s t á p e r f e c t a m e n t e es ­t i r a d a . ü C e n t r a s é l s e qui ta el saco, l a m u j e r s& l e acerca 7 l e a p o y a l a s m a n o s fr ías ea J a n u c a . L a e m p u j a y R e n e ^ dócjlmeníey s e d e j a sepa ra r y p o r ú l t i m o s e v o l t e a soí>re la colcha- f l o r eada ; al l í , boca a r r i b a , s e v a desrmdsndo, m i e n t r a s c o n t i n ú a u n a son' r i s a . .

Bfeteíjan s e a ü o j a l a coríiaía s i n a p u r o , a h o r a s e siente t r a n q m l o , I*a j n u j e r est ira ^ -b r azo , t u e r c e la. ca ropana de s e d a v e r d e q u e c u b r e l a l am-pagra y - en í r ec i e rTa los oja$ p a r a e spe ra r l o -

E s u n a m u j e r p e q u e ñ a , del­g a d a , m u y b l a n c a . E l cuerpfl» e s t á a b a n d o n a d o , t end ido eo l a c a m a c o m o e a u n estuche abiert&. E s t e b a n l o pa lpó len­t a m e n t e con l a m i r a d a , ^ deseo, t r a t a n d o d e conoceim ^ d e a v e r i g u a r q u é e ra . ^^U

I S P É C I A L .

M A R C

MARCHA

es ?ba indefensa, s i m p l e m e n ­te escondida e n esa es t a tua de came tibia y l i sa . E s t e b a n

'pensó: está e n c e r r a d a e n ese gcrabato, ¿pero dónde?

En las rodi l las , a los cos ta ­dos del v ien t re , c ruzando los hombros, se l e v a n t a n l a s c u r -l a s pulidas y r e d o n d e a d a s de los huesos; la p ie l hac í a sobre ellos delicados b r i l los color arena, que la luz de la p a n ­talla tocaba con ref le jos v e r ­des. Había una m a n o apoyada sobre un mus lo .

Esteban s int ió g a n a s d e apretarse con t ra a q u e l c u e r ­po pequeño y e s t r emece r lo a golpes, pegar sob re él, m a r ­tillar, pene t ra r lo y p e r s e g u i r en su in ter ior la v e r d a d e r a presencia de R e n é e , a c o r r a l a ­da dentro de s u p r o p i a c a r n e hasta descubr i r la , toca r la , y poseerla r ea lmen te .

La mujer así, t end ida , i n d i ­ferente, q iñeta , p a r e c í a h a b e r desaparecido hac i a a d e n t r o , hundiéndose. L a s p i e rnas , e l torso, los b razos , e l v i en t re , todo aquello e r a u n g u a n t e , una máscara du l ce y t ibia , una envol tura q u e l a v i d a n e ­cesitaba p a r a p e r m a n e c e r y protegerse. Todo a q u e l cuerpo estaba formado p o r v e r i c u e ­tos, ansias y equ i l ib r ios d o n ­de esa v ida i na l canzab le se aferraba p a r a e n c e n d e r s e , p a ­ra ser. La m u j e r e s t aba m á s allá, más í n t i m a q u e todo eso. Era inútil i n t e n t a r p e r s e g u i r l a palpando la p ie l , ab so rb i en d o su calor, apre tándola^ E n t o ­dos esos t r a b a j o s se l u c h a b a sin esperanza y solo .

La cabeza d e R e n é e rodó media vuel ta sob re la a l m o h a ­da, luego se i rgu ió u n poco, dijo s u s u r r a n d o :

—Verá. Es teban hizo u n gesto vago

y sonrió .Hub ie ra q u e r i d o e n ­t r a r en aque l la p a l a b r a , p e r ­seguirla h a s t a e l l u g a r d o n d e había nac ido ; al l í e s t a r í a e l la . Se acercó, s e h i n c ó sobre e l borde de "lo colcha f lo reada e inclinándose t o m ó l a cabeza de la mu je r e n t r e s u s m a n o s . Miró á"vidamente aque l lo s ojos castaños, las p u p i l a s inmóvi— les donde c h i s p e a b a n p e q u e ­ños puntos d o r a d o s : e r a n l i ­sos y fríos como dos v id r io s . Fué de jándose c a e r b a s t a acostarse j u n t o a el la y c o ­menzó a aca r i c ia r l a p a c i e n t e ­mente, s in t iendo q u e s u p l a ­cer crecía, q u e c o m e n z a b a a desearla.

Al rato, cuando E s t e b a n s a ­le, aún no b a despegado los labios. Recién e n e l p a t i o en—' ciende el c igarr i l lo q u e se h a - ! bfa puesto e n l a b o c a m i e n ­t r a s se pe inaba . A s p i r a con gusto, satisfecho, e l h u m o d e buen tabaco. D a u n o s pasos y ' oye cerrarse l a p u e r t a de l a habitación a l m i s m o t i e m p o que hace s o n a r l a c a m p á n u l a automática d e l a cance l . S a l e a la calle y c a m i n a bac í a l a Rambla, p o r d o n d e i r á a su CEca.

Es u n a n o c h e d a r á y c a lu ­rosa, casi pe r fumada- A p e n a s se m u e v e e l a i r e t i b i o q u e

¡parece h a l a g a r l e l a s u a v e l a ­x i tud q u e 3o e m b a r g a . Ba j a s m a p u r o l a s dos o t r e s c u a ­d ra s q u e lo a p a r a n d e l m a r , a ten to a l gozo q u e e s p e r í -men ta . C u a n d o Hega a l a r amb la con templa él h o r i z o n ­te hondo, las l uce s a m a r i l l a s de la dudad: q u e n a d a n « i l a

como p e q u e ñ a s go tas aceite, e l c i t í o t r a n ^ a i ^ n —

^ cubier to d e e s t r e l l a s b l a n -^ . S e acues t a s o b r e u n gran. oanco d e p i e d r a c o n l a s m a ­nos i r a s l a n a c a y s i e n t e s o -bi e s^ c<Hno u n a c a m p a n a s -teicioso y a l ta , l a no<áie s e r e -^ q u e lo c u b r e . S e d i ce a E£ piismo q u e e s t á pe r f ec t amen- . j e feiiz. H a y n n a p a r t e de la msto r i a coa l a R u b i a q u e a ú n » o h a pensado ; h a y m u c h o s

noche Se

•detalles q u e no pudo r e p r o ­duc i r p e r o ahora necesita imag ina r , precisamente , esa pa r t e . Es cuando el barco en ­t r a al pue r to . Están los dos en cubierta, pero ya saben que entre ellos ha nacido un amor zrrefrenable y abszirdo. El dice:

—Sofo necesitaría una cosa para que este viaje fuera per­fecto.

—Qué? —^pregtíTiía la Ru­bia.

•—iVecesitóría . . . necesitaría que usted se sacara el pañue­lo y se soltara el pelo.

—^Pero si quedo horrible! Me despeino y . . .

—Yo digo lo que necesita­ría —hay una pausa y él di­ce — estaba pensando qué raras son las cosas inás fáci­les si las pensamos bizn. ¿No es rarísimo que los dos este­mos aqui, ahora?, quién sabe por cuantas casualidades re­sulta que usted puede estar sentada a mi lado!

Ella levanta las manos y comienza a quitarse el pa­ñuelo.

—De veras —dice— si uno se pone a pensar . . .

—Hace un año —comienzo a inventar— yo estaba muy lejos y mi tÍTiico alivio era jugarme la vida. Sufría tanto que solo el peligro podía dar-m e algún descanso. Ahora, en esta tranquilidad, siento, yo qué sé, que es como una bendición este día tan bueno, i este momento dé encanto.

Ella me mira. Ya se ha quitado el pañuelo y echa la cabeza hacia atrás, mientras se afloja el pelo con las ma­nos. Continúa rápidatnente, corno sí -^p^guien hablara por •mí, sabiendo que si me deten­go eUa abrirá los ojos, volve­rá al mundo, y todo estará perdido. Continúo.

—-Por eso quería contem-plarln. así, Ofelia, porque me sentía demasiado bien y que­ría verla más parecida a una santa, con el peto abandonado al viento y la cara bañada por el sol; para mirar su piel tan delicada, para poder acariciar su sangre que llega a pasar tan cerca del aire —y rozo con mis dedos su sien donde aparece Ja pequeña vena,

mientras digo— siento que hay tírcunstancias, encuen­tros que vienen preparándose desde hace mucho. Cuando uno se angustia presiente que pronto vendrá un momento de dicha, llega casi o- adivinarlo. Yo sé que ha estado cerca de conocer este instante liacc mucho tiempo — entonces hundo en el pelo dorado los dedos que habían acariciado la frente y ella se retira.

—No sé —dice— me gusta­ría decirle algo.

—Sobre qué? —Decir le algo — r e p i í c í — L u e g o , c i a n d o salgamos

juntos —digo yo. — N o , luego no. —Mañana, entonces. — N o . No vamos a poder

vemos. —No -veo por qué. — N o . No vamos a poder —

baja la voz para mentir— no van a dejarme.

—Quién? Su medre?! —No me dejan salir. No

vanaos a poder veimos — i n ­siste— tendrefnos este recuer­da, nomos — m e mira pidien- , do perdón y agrega— usted | está enojado, verdad? j

-—Yo? Por qué? — P o r eso. A lo irccjor us­

ted - _ . ¿Está enojado? —Por qué voy a. estarlo?

Me gustaría verla porque es­tando asi me siento bien, por­que con usted lo paso ^ conui •me gusta,_pero nada más.

—Ser ía imposible. -—ter­mina.

:Bsteban. s e incorporó. S e

P> J\ R;,A

^había hecho tarde . Al poner ­se de p ie sintió u n cierto d o ­lor e n la espalda o e a la c in­tu ra y comprobó q u e tenía apeti to. Había estado sobre ese banco de piedra lo suf i ­ciente pa ra sent i rse desgana­do y para a r ruga r demasiado el t ra je nuevo. Después de h a ­cer unas cuadras volvió a r e -aniinai"se; comenzó a . sen t i r nuevamen te el ha lago de aquella calurosa noche de fiesta. Otra vez a ten to a su placer jSe le ocurr ió compra r j amón para la cena. S iempre había pensado que en un día perfecto se comía jamón. Cuando en t ró en el a lmacén, y a cerca de su casa, ten ia d e ­cidido l levar acei tunas , a d e ­más . También h u b i e r a q u e r i ­do rabani tos —porque recor ­daba como algo hermoso , una vez, cuando niño, e n que los comiera con su p a d r e en un r e s t au ran t —pero no sabía donde comprar los . Mient ras empujaba el pequeño por tón de su casa, sostenía el p a q u e -t i to del f iambre p o r el hilo, dejándolo ba l ancea r y estaba seguro de se r feliz.

Al pasa r por el comedor vió la mesa con la carpe ta ve rde corrida hasta la m i t a d y en la pa r t e l ibre, el m a n t e l b o r d a ­do con colores y los dos p l a ­tos y vasos y cubier tos . En la cocina encontró a su m a d r e y la besó.

Volvió al comedor y se s e n ­tó en su sitio de s iempre , aunque la comida hab r í a de t a r d a r aún bas t an te t iempo. Abrió el p a q u e t e de l f i ambre , pasó a lgunas r e b a n a d a s a su plato y apa r tó t r e s o cua t ro acei tunas p a r a su m a d r e . L u e ­go se arrepÍTitió pensando q u e podr ían hacer le m a l y l a s v o l -vió al paque te , q u e e s t aba abier to sobre la carpe ta . H a ­bía coniparado demas iado j a -món.

—Esto es u n a sorpresa , eh? —dijo la m a d r e q u e acababa de en t ra r y dejó sobre la m e ­sa u n a g r a n j a r r a de p la ta empañada por el frío. Es t eban es taba comiendo j a m ó n y n ó dijo nada , pe ro mov ió l a c a ­beza manifes tando sa t i s fac­ción.

Cuando ella h u b o sal ido, al ra to , Es teban se l evan tó y fué h a s t a el a l to a p a r a d o r oscuro, a busca r pan , Ad inc l inarse p a r a ab r i r l a p u e r t a d e l m u e ­b l e aspiró e l p e r f u m e q u e s i empre salía de e n t r e a q u e ­l los estantes, u n olor ant iguo y suave a h u m e d a d , u n a m e z ­cla dulce d e f m t a m a d u r a , corteza de p a n y m a d e r a , q u e é l conocía de^de n iño . Cuando se enderezó se vió s in q u e r e r en imo de los ve lados espejos del a p a r a d o r y q u e d ó m i r á n ­dose. S u cara, s in s a b e r por qué , casa l e h a b í a s o r p r e n d i ­do. Ese e ra éL E r a a s í Se preguntó a q u é cor responder ía l a l ínea s inuosa q u e d ibu jaba I s na r iz o l a comba d e la f rente . S e p r egun tó si hab r í a correspondencia e n t r e esas formas y él — y su a lma , s í es q u e se t i o í e algo q u e p u e ­d a llanaarse a l m a . E l e r a así , p a r a s iempre , de esa sola m a ­ne ra . L a p a r t e m á s sensible, l a nsás fiel a é l m i s m o h a b í a t e rminado con esa a p a r i e n c a . TJn pie, u n a p ie rna , e l torso, son índices toscos, n o d icen b i en a q m e n pe r t enecen , p u e ­d e n v a r i a r p o r m í l c i « n m s -íanc ias , pe ro la ca ra iden t i f i ­ca , c ada uno t i e n e l a soya , c a ­d a uno se asoma, s e m u e s t r a t a l cua l es según l a S s o n o m í a .

H a b í a i m a n a r i z a n c h a c a r ­nosa , q u e d o m i n a b a t o d o con s u desproporciÓa^ e r a d e m a ­s iado g ruesa , demas iado a b u l ­t a d a ; cu lae r t a p o r l a p i e l t i ­r a n t e , pa rec ía u a a rod i l l a i e -vantaztdo l a r o p a de l a cama . Lo s ojos eran. cc»no ge la t ina delicadamt^nte t r a b a j a d a con

• dibujos y colores; el blanco tenía esa fr ia ldad pul ida, r e s ­baladiza, bri l losa, que r e p u g ­na en la ba r r iga de un pesca­do. Bajo los pelos abigarrados del bigote, la boca se movía un poco, t i e rna y s e g u r a m e n ­te cal iente , como u n an imal sin cascara.

Toda esa carne —^las m e j i ­llas lisas, los ojos abu l t ando a los costados de la nar iz col­gan te y la boca viva, i n s i ­n u a n d o u n a gr ie ta ímp¡4rcep-t ible— se le apareció como a l ­go mons t ruoso , como formas s e x u a l e s vergonzosamente des tapadas . Aquel las h e n d i ­d u r a s y promontor ios , a q u e ­llos tajos y bultos, fo rmaban una masa sin sentido, r e p u g ­nante , visceraL

Cerró los ojos y después de un m o m e n t o los abr ió . Hab ía girado la cabeza y t r a t a b a de verse casi de perfil . Aho ra aparecían en el espejo, el c r i s ­ta lero d e pie, un pedazo del t r inchante ta l lado y e l ve rde oscuro' de las pa redes del co­medor . E l es taba incl inado s o ­bre el a p a r a d o r con los codos apoyados e n el marmol . V o l ­vió a v e r su cara espiando de reojo, m o s t r a n d o la oreja y u n costado de la cabeza r e ­dondeada , r a y a d a p o r a l g u ­nas canas . Ese e ra él p a r a s iempre . A h í estaba su ca r a ún ica : E s t e b a n .

La ca rne no se endurece nunca, s i empre se t rans forma, pe ro sin embargo no puede se r o t ra . S e Iría- cayendo de a poco, af lojándose a med ida q u e p a s a r a e l t i empo, la edad, pe ro rfempre se r ía la m i s m a carne r e sba lando , adh i r i éndo ­se, e scur r iendo sobre la m i s ­m a ca lavera . T r a t ó de r e c o r ­d a r su fisonomía anter ior , su ros t ro de muchacho . L a piel m á s es t i rada , el re l leno m á s fírme y e lásóco , la expres ión menos gas tada , s in sobar . Su cara ac tua l c o m p a r a d a con l a de an t e s l e r ecordaba a los viejos si l lones q u e h a b í a e n el escri tor io, con e l cuero a b o ­l lado, b l ando , m a r c a d o de los cuerpos q u e lo h a b í a n ido ap las tando . T a m b i é n esos a l ­m o h a d o n e s pa rec ían h a b e r pe rd ido u n j u g o q u e los m a n ­ten ía h i n c h a d o s y vivos, c o ­m o i m a f ru í a rec ién a r r a n c a ­da . L a ca ra y a hab ía a g u a n t a ­d o cuaren ta años , es taba m a ­chacada desde aden t ro y d e s ­de afuera .

D e p ron to , E s t e b a n reacc io- ' nó . Ten ía u n trozo de p a n en u n a m a n o y h a b í a de jado el cuchilio s o b r e el m á r m o l de l apa rador . Volvió a sen ta r se a la mesa . A q u e l l a observación d e s u p r o p i a ca r a l e hab ía provocado u n vago males ta r .

S e s i rv ió v ino , clericót d e vino t in to con banana- I*a j a ­r r a conten ía m u y poco, las t r e s o cua t ro copas q u e é l p o ­día tomar , p e r o es taba b i en he lada . P a s ó los dedos sob re l a J a r r a I r í a , p o r l a concav i ­d a d de u n a abo l l adu ra y fué despe jando l a s got i tas q u e ía e m p a ñ a b a n . Esa abo l l adura s e hab ía hecho u n domingo e n q u e h a b í a n ven ido a córner los t íos. Ese d ía E s t e b a n debió i r dos veces a l alnfecén, m a n d a ­do p o r su p a d r e , p o r q u e an tes d e l aimuer^x» fiíartín se h a b í a vol teado e l . v ino . e n t r e los p ies .

Ese e ra rm. r e c u e r d o h e r m o ­s o q u e h a c í a t i empo no t en í a p r e s e n t e : E s t e b a n «>men2ó" a reconsCmírlo p a r a gozar lo de n u e v o . L e v a n t a b a con dos d e ­dos finas h o j a s d e j a m ó n y echaba l a cabera bac í a a t r á s a l ba ja r l a s sob re l a boca . E e - : co rdaba : M a r t i n , é l t ío M a r t á i . e r a e l t ío d e l c a m p o . S e l e , v e í a d e t a r d e , e n t a r d e . S a s u j p r e s a i c í a todos es taban ba jo | s u protectñón. C u a n d o h a b l a - ! b a parec ía a b a r c a r s u s i m p a - j t í a con g r a n d e s ademanes , p a - '

_J <^recía af i rmar la en ias ;¡,aia-

b ra s q u e pronunciabi í coa >Dat poderosa .

E n la mesa , a ca¿a bo,r)t>a-r idad que hacia o decSa, cá tío Mar t ín se re ía a ca rca ja ­das y les t i raba pedaci tos d e p a n a sus hi jos g u i ñ a r a oles un ojo. Comía con el s o m b r e ­ro hor izon ta lmente e n c a s q u e ­tado, el ala t apándo le los ojos. Comía el asado casi c rudo . C o ­mía much ís imo, a d e m á s . E s t e ­b a n vió sin q u e r e r a l h o m b r e del pros t íbulo . Ese t a m b i é n debía de comer m u c h o , jn-ro sin alegría . F u é l indo ese día —pensó Es teban p a r a volver a su recu-:^do. M a r t i n había t i rado la j a r r a de p la ta d e u n golpe, al deci r : Venga p a ­r a acá, Manolo . F u é la m a ­ñ a n a d e p r i m a v e r a o de v e r a ­no, hab í an colocado la mesa en el t e r reno , a la s o m b r a de i p a r r a l .

Es teban se puso d e p i e y se pasó la servi l le ta por los d e ­dos que sent ía un tuosos . B r u s ­camen te se h a b l a sen t ido d e ­sasosegado, d e m a l h u m o r como enfe rmo. Tomó o t ra c o ­p a de v ino y fué has ta su cua r to a busca r e l d ia r io . Lo dejó sin a b r i r sob re el a p a r a ­dor y se quedó j u n t o a l m u e ­ble, n u e v a m e n t e a p o y a d o e n el m á r m o l . Pensó , e s fo rzándo­se, e n la his tor ia de la Rub ia . C u a n d o é l h a b í a d icho , p o r e jemplo :

—Hay algo perfecto que ya no podemos perder. Un mo­mento que nos quedará para siempre, como j í lo hubiése­mos dejado en el medio del río tejos de usted y de mi, al­go que es mejor, Tnds purc que nosotros.

y ella lo ' habia mirado agradecida, como si se sintie­ra descubierta y al mistno tiempo estuviera ¡ edbienáo un gran favor.

Después p ens ó Esteban cuando él había dicho:

—Qjaisiera darte un beso. Y ella'habia rcspoTidido o í -

go así como: — N o , por favor. Está lleno •

de gente. Y él insistióz —I>ijamos al solón. Y ella: —No. Mejor es asi. Entortcet él había pregun­

tado: —¿No quisieras que te b^"

sara? Y ella dijo: —Sí, quiero. —Entonces? —^pr-effuntd él , —Es tn^or asi. Falta tan

poco E s t e b a n abandonó su i n t e n ­

to. E r a i m p o á b l e convencerse con aCtuéila h is tor ia , s a b í a q u e OÍ ese m o m e n t o n o podía creer la- S i re lo j d io l a s once y E s t e b a n e s c u d i ó u n a a u n a l a s c a m p a n a d a s ,como si a l ­g u n a d e cillas p u d i e r a í r a e r t e " a lgo d i f t r e n t e : ' V i ó el e spe jo b l anquec ino d«j a p a r a d o r y , conscientcsnente , vo lv ió a e s ­t u d i a r su ca ra , p e g a d o . ca«i con t ra e l crístaL

I ja f r en te l i sa m u y 'pínr*r=. L o s ojos inmóvi les . S«i?5:* a l ­g u n a expres ión . síl^Cíó saert*^ e n esa cara, p ^ r o n o desct-ih^^*-n a d a . L a c a r n e e s bV-te*. -«•-m o d e m i g a d e p a n , p*e«x; -;»»* a m a s a d a ; por -tíla craz*-r J»"!»"-y g r i e t a s q u e h a c e n u»m. z=^^'£^ d e h u e l l a s compl icadas : --Ic»^ t r i c e s fjnfgítria» p o r davie —*•-sa. y se m a r c a l a v id» I^s c a r n e p a r e c e colear a» lus mejílfcss. d e s d e hm OI^Í : . -^-fz como venc ida par sw 5^t>-;iD peso ; s o e s ai¿a s^-r^h^e. n i s á t ^ i e r s v ivo , podiS» aytt^^^'s^. s i n dolor , c o m a J» ps--^* A i UBS f r u t a ; soh t x:3ti>«r^kri^o>. te, itm i do trsAtter^'f^^K^e-*-acumuLasdo b o r d e s d e una trxi^cads q u e la.

T « *

S^'asa J» r*sf. i 5 í

M^SiCHA Toda l a SemoiKZ e n . xm Día

^^•^k^i^M^'^

Fá^s&^ IS

1^- 3

^ 'i

, i -

I

-

^ ^^^^^

m9

r •^if I!

Si

Iff

jljf lll I

p

*>í

M'

NOTA eSPBClAL PAHA "MARCHA'

Festejos Quí iic Segundo Centén

L4-Í ¿ r que los montevideanos de oíros barrios no entenderemos jemas a la gente del Cordón, es una uerdad comprobada. Em-

zando por eso de ser "cordonense" palabra que a ellos les ¡lena lo. boca cada vez que la dicen y que a nosotros nos resulta más raro que ladrido de gato. Porque si uno 7iace en Zabala y Sarandíj o en Villa' Muñoz, o en Colonia y Cuareirn, se considera montevideano a secAS. Y a nadie se le ocurriría, por cieríOj designarse a si mismo como "ciudadvejense", o "iñllamuñoccnse", o "ccnlrense". El sen­timiento de la barriada no existe entre nosotros nada inás que es­porádicamente, en alguna tribuna de fútbol o de basquei-ball ("Aguada pa'lodo el mundo", etc., etc.) Y después nos fundimos en el resto de la ciudad, sin aspirar jamás a distingos nt a djscrimi.-ia--ción localista, Y cuando hay algún distingo no es porque lo haga icno, sino porque se lo hacen los otros. Nadie dice, por ejemplo: "Yo soy pocitense. . ." A lo sumo tendrá que oir, de boca ajena: "Gait. ,, ése es de Pocitos. .." Q_ue es muy distinto.

Por MANUEL FLOftfS MOkA

ñ e r o s W^&w& e l ^río

'L

•.- COMO NACrO EL CORDÓN

La explicación es un complejo de siglos y hay que buscar la en el naci­miento mismo del Cordón. El Cor­dón fuá lo que Zabala t i ró al medio cuando se fundó la ciudad. Oue co­mo todos saben, cordonenses o no, al principio más qu© ciudad e ra r an -cherio, Pero con mura l las . Y de pie­dra. Como la mural la no la hacían por broma, sino por necesidad, loma­ban además todas las precauciones corre spondíenleE. Como la de poner­le cañones, por ejemplo. Y como los cañones tampoco eran p a r a m a n d a r s e la par te , so imponía en segnida lo de dejar te r reno libre, mura l l a s afue­ra, para> los cañonazos. El colmo de la previsicn. según se ve . Lo cierto es que como las mural las esiabaxt a U al tura de l a actual Plaza Indepen­dencia, no se podía edificar has ta más allá de un tiro de cañón a par ­tir de ese sitio. Toda la t i e r ra d»l medio era campo común. Y menos mal que los t i ros de cañón de l a época l legaban apenas has ta la ac­tual calle Ejido. Oue si los sucesores de Zabala hubie ran tenido cañones de los que usaba Hüler , el bar r io del Cordón y los coidonenses q u e lo habi tad hab r í an ido • p a r a r al Departamento de Art igas .

P e r a que nadie se coniundiera al hacer el rancho, nues t ros previsores abueloA construyeron u n c o r d ó n . - ^ c«rdán epónizno. que e r a un cordóa de mojones, iba de " m a r a m a r " . Desde el l lamado Piedra Nat iva, junto a la l l amada F u e n t e de las Canarias , por el Norte , h a s t a unos médanos que había en l a costa sur, en el sitio donde a r ranca hoy- la ca­lle Médanos,

Fue ra de este "coxdca". hacia el este. h.acia donde se^-ún ot ro loca­lismo Cel róchense}, "nace el sol de la patr ia", tuvieron q u e hacer su* casas los pr imeros cordonenses- Cu­yos nombres i lustres recoge l a histo­r ia: fueron l a negra Ri ta . J u a n José Huix, Luís Rivero, Pedro López, etc.

L a consecuencia de todo esto fué que los del Cordóa se las chuparon todas. Venían in-rasores T los monte ­videanos t r ancaban los por tones Y se encerraban en las mura l l a s . En iaiito que a los dei Cordón, indefen­sos, el «nemigo ies pasaba s íemore por encima. Desde los ingleses y cus invasíoríes. h a s t a 1338, cuando el l ao-tin de l 4 de ju l io .

Como lodos comprenden, estas co­sas a o son fáciles d e perdonar . Üi se olvidan as í como así. Lo q u e h a y en el fondo de estos festejos d e l b í -centenaxio, es l a necesidad de u n a venganza insat is íecha. Lo q u e la te en el fondo de todo cordonense de 1950, subconscíenícmenlc claxo. es un deseo a rd i en te y secreto d e m a n ­da r coas t ru i r u n a mixralla ^ t Ej i ­do, q u e dé l a vueUa por l a Aguada T p o r Buleva r Art igas . Y poder d e ­cirlas luego a los de los otros harzios-"Ani%aito«, us tedes se m e r e t i r an e n zequidA M. d is tancia de u n t i ro d e canóni Y e l Hospi ta l de Clínicas m e io v a n sacando de ahí d e urgencia , p o r que m e les es torba la visual a los a rüUeros í" .

^ LO QBE P A S O P E S P U E S

Muchas o t r a s cosas —muchos agravios , o i r í amos— q u e v in ie ron

después, just i f ican este sent imiento que iiov se expresa con la ce lebra­ción del Segundo Centenar io del Cordón —1750 - 1950— y con toda una Comisión P o p u l a r de cordonen-ses encargada de organizar lo. Lo de 1778, por ejemplo, cuando le p u ­sieron nombre a las calles de Monte -vitíeo. Y se olvidaron del Cordón, La actual c iudad vieja se gastó to ­dos ios santos deí a l m a n a q u e en su nomencla tura , y no se acordó de ios par ientes pobres de más al lá de l Ejido. El hecho t iene su explicación, sobre todo si se considera q u e en 1778 no había todavía calles en el Cordón. Pe ro lo que ya no t iene nombre es lo de 1843, cuando Lam-as re ío rma la nomencla tura de la ciu­dad, y le pone Sarand i a la calle de San ¿ a r i o s . Rincón a la de San G a ­briel, 25 de mayo a la de San Ped ro y Buenos Aires a la de San Sebas ­tián, y a l Cordón, n i recuerdos.

Otra cosa parecida sucedió en m a ­yo de 1808, cuando el Cabildo con­t ra tó ai p in tor i tal iano Puque l i p a r a que p in tase ios números en las p u e r ­tas de las casas. Ta l vez porque el precio de cada número era de "cin­co octavos" y la p la ta de q u e se disponía era poca, io cierto fué q u e el privilegio se l imitó a las calles baut izadas en 1778, quedando p o r io tan to desplazado el Cordón.

Claro q u e h a y q u e t e n e r en c u e n t a lo distintos q u e e ran los t iempos aquellos a los que corren hoy día. Piénsese, por ejemplo, que en el Montevideo aque l no había s iquiera locos. Y aunque esto t enga poco q u e ve r con los cordonenses, no m e r e ­sisto a contarlo p a r a i lus t ra r ese

, t iempo. El detal le es histórico y p u e ­de consul tarse en las crónicas de la época. No se conseguía u n d e m e n t e en el Hospi ta l n i p a r a remedio . Los escasísimos a u e se encon t raban h a ­bían ido a p a r a r a la Cárcel o a l a s celdas del convento. Y uno q u e ot ro loco suel to , ' ' vagaba ha rap ien to p o r las calies. s iendo la bur la de los m a l entre tenidos" , según consigna Isido­ro De María-

Recién en 1822 en t ró el p r i m e r lo­co a l hospitaL E l p r imero , o l a p r i ­mera para se r más exactos, h u b o que traerlo de Canelones, Se l l am aba o ie decían la Mata íoros , y era t a n mansa, que a n d a b a suel ta p o r el Hospital y has ta p o r l a calle, hac i en ­do niandados o lavando la ropa de l propio Hospi tal en la pi leta que h a ­bía en éste,

Hubo que esperar has ta 1326 p a r a q u e l legaran nuevos cl ientes . E n ese año, según De María , " ingresaron ocho dementes , cinco hombres y tres mujeres, e n t r e muslos e inofensi­vos. Los furiosos es taban en t r e s o cuat ro calabozos construidos e x p r e -saraente en el segundo pat io , y" ios mansos sueltos, ocupados en el s e r ­vicio de limpieza. E n t r e e ^ o s ú l t i ­mos f iguraban el conocido Pe r i co Siete y el Gorde te líkiolás, pobrec i -llos, con quienes t ea ían q u e h a c e r los muchachos en£«rtío sa l ían a ia ca ­lle. Pobííes Ic«s5 mansos , y q u é es tó­mago: E n u n dos p o r t res , a l m e n o r descuido d e ios enfermeros s e ca-ínían las ca taplasmas" ,

-•Sucedió u n a vez —^sigí^ X>e M a ­r ía— , q u e habiéndose hecho l a a u ­topsia de u n cadáver , se dispuso Uíílizarío p a r a f o r m a r u n esqueleto

humano . Y allá fue p o r pa r t e s a u n caldero pa ra cocerse y e x t r a e r l i m ­pios los huesos. Y qu ién dice a Vds-, q u e en u n descuido e n l a cocina, s e apodera uno de los locos de u n a p ie r ­na a medio cocer, sacándola_del cal ­dero, v se me te en u n r incón a co­merla" . Se la qui taron, c laro. Y ade ­m á s l e dieron, como correspondía , Una paliza.

•k BAHRIO CON P E R S O N A L I D A D

Pero dejemos la p o p u l a r i d a d in­agotable de los locos y volvemos a nues t ro repor ta je sintét ico a la po ­pu la r ba r r i ada del Cordón. Mucha agua h a corr ido bajo .los puen te s desde aquel los t i empos de inocencia y de cañonazos, y el Cordón, q u e d e niño fué víct ima del egoísmo de Montevideo, creció desde todos la­dos, has ta adqui r i r esa persona l idad vigorosa r ep re sen t ada hoy p o r su Comisión Popula r de Festejos . Como los hombres que salen de abajo, es te "se l f -made-bar r io" del Cordón, t o ­do lo que t iene se lo debe p u r a y ex­c lus ivamente a s í mismo. Y d e ah i el orgullo con que se TUeive a con­templa r su historia propia- Y a fes­te já rse la sólo, como los a l emanes cuando se m a n d a n u n chiste .

En t r e las p r i m e r a s cosas q u e e l barr io se consignó, en su camino a s ­cendente hac ia el t r iunfo , f iguran un Comisario y un Cris to .

El Comisario, ya lo hemos dicho otra vez en " M A R C H A " , no e ra u n comisarlo cua lquiera . E r a el Comi­sario José Gíexvüsio Ar t igas , q u e v i ­vió a principios del siglo X I X en l a ac tua l calle Colonia, j u n i o a la Iglesia de l Cordón . Es u n a p e n a q u e no esté más , en t re o t ras cosas po r ­q u e h u b i e r a descubier to s in duda a l asesino de l a v iuda de l a calle Minas .

El Cristo, a su ve», u n Cristo p a r r t icu lar del bar r io , es casi t a n famo­so como el Comisar io . Lo rnandaron t r a e r espec iabnente desde Barcelo­na , por aquel los misinos años, dos he rmanos cata lanes , chacareros ellos, l lamados José y Luis F e r n á n d e z . Lo pusieron sobre un pedes ta l de p i e ­dra , con u n a fecha en números r o ­manos , u n a ba rand i l l a de m a d e r a y u n farolito, en la p u e r t a de l a ca­sa que m a n d a r o n hace r en el facLTrio. Con el t iempo el ape l l ido F e r n á n d e z desapareció y los bermat tos pasa ron a ser p a r a toda i s población s im­p lemen te L O S DOS H E E M A l í O S . Y el Cris to de ios F e r n á n d e z el C R I S ­TO a secas. A la de recha del Cr is to , y de t rás del cerco d* p i t a del i e r r e -no , hab ía u n ombú. según es tablece la historia- A l calió d e u n o s años l o ­do ese p a r a j e recibía c o m ú n m e n t e l a designación de l Cris to, q u e v ino a se r algo así como el he r jnano de l a designación "el Cordón" . L a pu lpe r í a de l ba r r i o , p o r ejemplo, s e l l a m a b a l a Pu lpe r í a de l Cristo, a u n q u e el Cristo, c laro, no e n t r a b a n u n c a a ella. Y todos cuando p a s a b a n de lan ­t e de la imagen se descubr í an con respe to .

F u é alli . en unos maiza les famosos q u e y a no quedan , p o r suoues to , Í°TÍ^ *1 ^ ' ' ^ t a m b i é n famosa ba ta l l a del Cardal , f r en te al Cris to . -^^S^^^^^i^ó e n eUa y e n el la l a u -r io e l filántropo y P a d r e de los P o ­bres Macie l , cuya profeEÍcn e ra l a

e n escla-vos. de "negre ro" , íraÍEicante

* M A S PEF^SOÍTALIDAD TOD-\VLA

Sin t iempo p a r a r e f e r i m o s a iodo , s in pode r h i s to r i a r s iqu ie ra l a h i s t o ­r i a de ia iglesia, (Uamada p a r a s a ­tisfacción d e todo cordortense. C a p i ­l la de l C a r m e n la m e y o r , p a r a d i fe ­r enc i a r l a d e Í3 iglesia d e l a A g u a ­da, q u e e ra n a d a m á s q u e Capil la ddt C ¿ m e n l a m e n o r ) , e s necesar io s a l ­t a r sobre los años , p a r a r e c o g a : a l -gimas de l a s cosas m á s i m p o r t a n t e s : la p laza Ar to la , l a Escue la d e A r í ^ y Oficios, e l c r ¿ n « i d e l a cal le C h a ­n a , i a hue lga un ive r s i t a r i a q u e m e ­rece pá r ra fo apa r t e , l a m a t a n z a de l 4 de jul io de l 98, e t c , e tc . M á s q u e u n repor ta je , es te b a r r i o con Dios aparíe^ exigi r ía u n l ib ro a p a r t e , u n a c^ iec ie de supleniento co rdonense d e H . I?. l i a d a l e í a l ^ e n efectoi ¿ y

t e n i d o e n sus escasos dos siglos <Je v ida , comisar ios a p a r t e , fusilamien­tos a p a r t e s , c r í m e n e s a p a r t e y salol n e s de b a i l e a p a r t e . E n n inguna par­te s e e n c o n t r a r á n t a n t a s cosas apar­te como e n él .

P iénsese , p o r e jemplo , que en él Cordón se h a n cons t ru ido hasta bar­cos de g u e r r a . C o m o l a cañonera R ive ra , h e c h a d e p ies a cabeza en la c i t ada Escue la de A r t e s y Oficios, a l l á p o r e l o c h e n t a y tan tos . Dicha escuela q u e d a b a d o n d e hoy está la F a c u l t a d de D e r e c h o . Al l í hicieron la c a ñ o n e r a y c u a n d o l a íuvjrron t e r m i n a d a la l l e n a r o n de b" idf l i ­t a s . Y la saca ron sob re rued"s , pov Dieciocho p a r a a r r i b a , has ta e' puer­t o . L a c i u d a d v i e j a cas i se m^ere de env id ia . Y como no pod ía ser menos la c a ñ o n e r a " R i v e r a " t uvo una his­to r i a a p a r t e t a m b i é n . E n 1903 había ido, j u n t o con l a c a ñ o n e r a "Sudryz" Centre l a s dos c o m p o n í a n , nur^-tra m^arina de gue r r a ) h a s t a Pay^ana esco l tando a l P r e s i d e n t e Jos( BaiJe y Ordóñez , q u e v i a j a b a en el barco de la Mih an o v i ch , " P a r í s " . Y cuan­do vo lv ió a Mon tev ideo , l a '^^fione r a exp lo tó . E x p l o t ó senci l lamente y no q u e d a r o n n i as t i l l a s . T u v j como se v e u n f in p roporc ionado a su n a c i m i e n t o .

* L O S E S T U D I A N T E S " D I A K T E S "

U n pa r r a f i t o , c o n d e n a d o a ser in j u s t a m e n t e cor to p o r q u e se nos vie­n e l a l ínea f innl e n c i m a -—eso nos p a s a p o r h a c e r n o s los locos con los locos— m e r e c e n los es tud ian tes qu« h i c i e ron con e^íe~ C o r d ó n cada nudo d e a peso .

A p u n t e m o s p r i m e r o quu don E d u a r d o A c e v e d o se m a n d ó , también e n e s t e b a r r i o , u n a d e esas pruebi l a s d e l a s q u e solo é l e ra capaz de h a c e r . E s t e M a n d r a k e político-cul­t u r a l q u e e r a d o n E d u a r d o , cambió e n u n a noch^ , a n t e los ojos asom­b r a d o s de l m u n d o , u n xnonlón de v e r d u r a e n c l a u s t r o de enseñanza s u p e r i o r . En. efec to , e n u n r a r o arran­q u e de b u e n a i n t e n c i ó a p a r a con la cen i c i en t a de los b a r r i o s , e l gobier­n o h a b í a dec id ido l e v a n t a r en ple­n o C o r d ó n u n espac ioso mercado, y c u a n d o y a se h a b í a n e c h a d o los ci­m i e n t o s p a r a e l m o n u m e n t a l edifi­cio, a p a r e c i ó e l d iv ino viejo, tocó con su v a r i i a y l a Unive r s idad fué. E s t o es l a n h i s tó r i co q u e se cae ds c i e r t o q u e e s .

B u e n o , p e r o v o l v i e n d o a los cslu-d i a n t e s . F u é e n esa U n i v e r a i d a i q u e A c e v e d o h a b í a s a c a d o de su sa­l e r a , d o n d e se e n c e r r a r o n p a r a es­t a r l i b r e s los m u c h a c h o s q u e en 1933 le d i j e r o n n o a l d i c t a d o r Ter ra . En es t a U n i v e r s i d a d fué q u e so encerra­r o n los j ó v e n e s d e 1917 cuando la h u e l g a g r a n d e . E n ese entonces ios e s t u d i a n t e s e r a n c a p a c e s d e arran­c a r b a l d o s a s y de m a n t e n e r a lay* a l a g u a r d i a e n t e r a d e l a ciudad- En ese e n t o n c e s los e s t u d i a n t e s eran fia-p a c e s de l o m a r p o r a sa l t o eí carro d e los b o m b e r o s y a r r anca r l a la c a m p a n a y l l e v a r s e l a s cua t ro go­m a s de r e c u e r d o . E a ese entonces-1917 f lorido- los e s t u d i a n t e s asaban s in excepc ión — y e s to lo explica to­d o — paKLtrlones b o m b i l l a y gacho co­m o I>íos m a n d a . Y s í no q u e lo di­g a n l o s evo luc ionados doctores Oni' j a n o íel d i ré ) Ramela . de Castro j M a c h a d o R i v a s q u e a u n deben o» t e n e r algún, r e c o r t e d e cubier ta y •*-g i m a e v a n e s c e n t e fo to donde * • " b o t i j a s " d e h o y l o s h a y a n ^rxemt-d i a b l e m e n t e p a r e m d o s a l Moro*» del A b a s t o ,

* L O S H E P B O C H E S

D e s p u é s d e e v o c a r cosas de aqm y d e 3llá a p ropós i to d e es te banao t a a v a r ó n , n o p o d e m o s menos ^ K e o n í e m p l a r c o a m e l a n c o l í a esta fies­t a q u i n c e a ñ e r a con q u e lioy ^ ' * " goc i ja . Noso t ro s i iüfaiéramos pref**^ do a lgo t n á s m a c h o —^un tiroteo, un r e p a r t o d e c a ñ a d e I ^ H a b a n a ^ m á s k jodes t amen te , l a e!cpuIs^on « los J e s u í t a s — o e r o n o h a y caso, ^ b a r r i o t ransó- c<m l a i l i n m n a c j ^ i Q u é l á s t i m a ! L a s luces mala* «^ ^ n t r o i e h i c i e r o n m e t e r l a pat^

M a n u e l F l o r e s * * ^

I

í

^^^^^^^^ fe^p^ i^^^^^^

1 1