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Cuerpos en Movimiento. Circulación y generación de conocimientos en torno a la ejercitación de...
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UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADES ESCUELA DE POSTGRADO
CUERPOS EN MOVIMIENTO Circulación y generación de conocimientos en torno a la ejercitación
de los cuerpos. Santiago de Chile, 1880-1931.
Tesis para optar al grado de Magister en Historia
FELIPE MARTÍNEZ FERNÁNDEZ
Profesor Guía: Carlos Sanhueza Cerda
Co-Tutor: Pablo Scharagrodsky
Santiago de Chile, 2015
CUERPOS EN MOVIMIENTO
Circulación y generación de conocimientos
en torno a la ejercitación de los cuerpos.
Santiago de Chile, 1880-1931.
iii
RESUMEN
Nombre de Alumno: Felipe Martínez Fernández
Profesor Guía: Carlos Sanhueza Cerda
Co tutor Tesis: Pablo Scharagrodsky
Tesis para optar al grado de Magister en Historia
Cuerpos en Movimiento. Circulación y generación de conocimientos en torno a la
ejercitación de los cuerpos. Santiago de Chile, 1880-1931.
En Santiago, desde los comienzos de la década de 1880 hasta los
principios de 1931, una serie de agentes e instituciones provenientes de ámbitos
educativos, médicos, y políticos comenzarían a convergir en la construcción de un
incipiente campo de saberes y prácticas en torno a cuerpos que debía estar en
constante “movimiento”. Si bien, la escuela apareció en primera instancia como el
espacio para la implementación y difusión de la ejercitación, durante el transcurso
de las primeras décadas del siglo XX todo un conjunto de redes interactuantes
como asociaciones gimnásticas, científicas, instituciones pedagógicas, políticas,
comisiones públicas o numerosos espacios periodísticos y publicitarios,
contribuyeron a legitimar sus condiciones higiénicas, regeneradoras y vigorizantes,
requisitos que se reclamaban como necesarios para una vida que se apreciaba de
moderna y sana.
Por lo que las preguntas que guían a esta investigación son: ¿qué tipo de
prácticas en torno a la ejercitación de los cuerpos fueron las que existieron en
Santiago entre 1880 a 1931? ¿Cómo fueron puestas en circulación, apropiación e
interacción con diferentes teorías y ámbitos específicos del saber, como métodos,
ideales, valores, bases materiales, e intereses particulares?
iv
AGRADECIMIENTOS
En primer término agradezco al director de mi tesis, Carlos Sanhueza, por
el saber, experiencia y tiempo dedicado. De igual manera, agradezco muy
especialmente a Pablo Scharagrodsky, co-tutor de mi tesis, quién desde un
principio se preocupó por alentarme y apoyarme en la investigación. Es y continúa
siendo una fuente de inspiración como modelo intelectual.
También agradezco a la Fundación Volcán Calbuco, la que través de su
beca de estudio pudo hacer posible mi estadía como estudiante del magister.
Mis profundos agradecimientos a Shunsuke Matsuo y Pedro Acuña,
quienes a la distancia, se dieron el tiempo por leer y revisar la investigación,
además de aportar con sus críticos e interesantes comentarios.
A los diferentes compañeros de trabajo, del magister y de la vida que en
algún momento se cruzaron y pude compartir con ellos.
A mis padres Jorge y Clara, y así como la de mis hermanos Daniel y
Violeta, por el cariño, aportes y paciencia brindada.
A Nadia, por su apoyo y amor.
vi
ÍNDICE DE CONTENIDOS Página
Lista de imágenes vii
Lista de abreviaciones viii
Introducción 1
1 ¡EJERCITARSE ES SALUD! CIENCIA, MEDICINA Y CONSUMO 10
Construyendo un cuerpo fuerte y sano 11
Fatiga y sedentarismo 15
Entrenamientos, manuales y artefactos: el ejercicio al alcance de todos 20
2 ESPECIALISTAS, SABERES Y PRÁCTICAS EN LA EDUCACION
FISICA CHILENA (1880-1927) 27
De los batallones escolares a la gimnasia pedagógica 28
Fabricar un oficio: el Instituto de Educación Física 33
Grupos profesionales y la educación física 38
Joaquín Cabezas: entre la disputa, la consolidación y la controversia 43
3 MÁQUINAS GIMNÁSTICAS, DISPOSITIVOS TERAPÉUTICOS:
LOS MODELOS DE LA ANTROPOMETRÍA Y KINESIOTERAPIA 48
“Debemos reconocer el cuerpo del niño chileno…” Leotardo Matus
y la antropometría 49
Del Dr. Zander al Instituto de Kinesioterapia 56
4 ¡HAGAMOS BUENOS GIMNASTAS Y TENDREMOS BUENOS
CIUDADANOS! CARLOS IBAÑEZ DEL CAMPO Y LA
EDUCACIÓN FÍSICA (1927-1931) 63
El primer año, el primer comienzo 64
La Dirección General de Educación Física 69
Conclusiones 77
Bibliografía 82
vii
LISTA DE IMÁGENES Página
Imagen 1 “Únicos agentes de los aparatos de fuerza de Sandow”
de La Nueva Librería Inglesa 25
Imagen 2 “Los Aparatos Sandow´s” de Gath & Chaves 25
Imagen 3 Toracómetro de Demeny 53
Imagen 4 Espirómetro de Barnes 53
Imagen 5 Dinamómetro de Collin 53
Imagen 6 “El Instituto médico mecánico de jimnástica y masaje”,
bajo el sistema del Dr. Zander 58
Imagen 7 Plano de la fachada de la Piscina Escolar 73
Imagen 8 Plano de construcción de la Piscina Escolar 73
viii
LISTA DE ABREVIACIONES
AET Asociación Escolar de Tiro
ANE Asociación Nacional de Educación
ARNADME Archivo Nacional de la Administración, Fondo del Ministerio de
Educación
BNC Biblioteca Nacional de Chile
BCNC Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.
CGC Club de Gimnasia Científica
CNEF Comisión Nacional de Educación Física
CDC Confederación Deportiva de Chile
CSEF Consejo Superior de Educación Física
CSEFM Consejo Superior de Educación Física y Moral
DEF Departamento de Educación Física
DT Deustcher Turnverein
DGEF Dirección General de Educación Física
DGDEFM Dirección General de Deportes, Educación Física y Moral
EEF Escuela de Educación Física
FSN Federación Sportiva Nacional
IEF Instituto de Educación Física
IMMJM Instituto Médico Mecánico de Jimnástico y de Masaje
IK Instituto de Kinesioterapia
IT Instituto de Traumatología
LCEF Liga Chilena de Educación Física
LCHS Liga Chilena de Higiene Social
SIP Sociedad de Instrucción Primaria
UPEF Unión de Profesores de Educación Física
1
INTRODUCCIÓN
En Santiago de Chile, desde los comienzos de la década de 1880 hasta los
principios de 1931, una serie de agentes e instituciones provenientes de ámbitos
educativos, médicos, y políticos comenzarían a convergir en la construcción de un
incipiente campo de saberes y prácticas en torno a cuerpos que debía estar en
constante “movimiento”. A través de un novedoso tratamiento físico que pensaba
en la necesidad de ejercitar de los cuerpos, numerosas y variadas razones
posibilitaron su emergencia: en conocer la morfología general del cuerpo humano
y sus efectos en las diferentes funciones y sistemas; en la cuantificación de las
posiciones; en los conocimientos básicos sobre las mediciones corporales; en su
organización como asignatura pedagógica; o en el reconocimiento del material
adecuado para realizar clases, todos estos aspectos estimularon el surgimiento no
solo de investigaciones y de diversas definiciones conceptuales sobre cómo hacer
ejercicio sino también de agentes e instituciones especializadas en su
conocimiento. En opinión de maestros, educadores, salubristas, médicos y
reformadores sociales el hábito del ejercicio gimnástico, se enmendaría como un
problema educativo, imprescindible de toda reforma pedagógica que preciara la
formación intelectual y moral; o a modo de problema de salud, inscritas ante una
serie de perturbaciones llamadas como “enfermedades sociales”, ya sea en el
alcoholismo, la tuberculosis o la sífilis, por lo que su práctica debía ser regulada de
la forma más científica posible.
Si bien, la escuela apareció en primera instancia como el espacio para la
implementación y difusión de la ejercitación, durante el transcurso de las primeras
décadas del siglo XX ningún actor asocial osó en rechazar sus benéficas
cualidades. Todo un conjunto de redes interactuantes como asociaciones
gimnásticas privadas, instituciones deportivas locales, comisiones y comités
públicos fueron constituidas para gestionar, difundir, y reglamentar los diversos
códigos, estatutos, normativas, procedimientos y protocolos para su puesta en
2
acción. Por otro lado, el hecho de que hacia la década de 1920 numerosos
espacios periodísticos en conjunto con el auge publicitario la hicieron noticia
recurrente en sus portadas, reportajes y avisos comerciales, evidenciaron los
intereses que existieron detrás de su práctica en los distintos y emergentes
sectores de la población. Preocupados por el frenético ritmo urbano que imponía
el rápido crecimiento demográfico de Santiago, y sus consecuencias sobre las
condiciones de salud de la población, en sus páginas los diversos especialistas y
columnistas comenzaron a criticar una inusitada tendencia que se observaba en
empleados, oficinistas, trabajadores y obreros en torno al sedentarismo y la
obesidad, factores que comenzaron a ser identificados como potenciales riesgos
para la salud, las que por medio de una actividad física masiva y
pedagógicamente encaminada, no solo tonificaría los cuerpos, sino que difundiría
los valores necesarios para el fortalecimiento de una raza que se encontraba en
decadencia tanto física como moral. Así, al comenzar la década de 1930, la
difusión popular de textos, gimnasios privados e institutos de kinesioterapia, y de
equipamientos que prometían mejorar los hábitos posturales del cuerpo,
contribuyeron a fundamentar las condiciones higiénicas, regeneradoras y
vigorizantes del ejercicio, requisitos necesarios para una vida que se apreciase
moderna y sana.
Dicha constitución no fue un hecho aislado, sino que se potenció como
parte de un fuerte proceso de globalización, intercambio, apropiación y
normalización de las prácticas corporales a partir de diferentes bases “científicas”
y “racionales”. Descritos como universales, desde fines del siglo XIX muchos
países de occidente, incluyendo a Chile, participaron de la producción y
transmisión internacional de saberes vinculados con sistemas de ejercicios,
gimnasia y de educación física, transformándolos en prácticas locales, con
existencias situadas y mutables. En este proceso, la ejercitación se instaló como
parte importante de la creciente vida colectiva de los países, en constante
interacción con los modelos políticos, culturales y educativos surgidos durante el
último siglo.
3
Pese a su centralidad e incidencia en temáticas actuales como la salud, el
ocio, el consumo, la estética corporal o la educación, la historiografía chilena no ha
abordado mayormente su expresión1. Solamente en los últimos años las diferentes
pesquisas históricas han mostrado un interés por incorporarla como temática de
estudio2.
Durante las últimas décadas, las investigaciones histórico-sociológicas de
Norbert Elias, Eric Dunning y Pierre Bourdieu produjeron una reorientación
fundamental de los estudios sobre las diferentes formas de actividad física como
elementos centrales de los procesos de modernización de las sociedades
occidentales3. Estos enfoques se complementaron con los trabajos de George
Mosse y James A. Mangan sobre la afirmación, hacia las décadas finales del siglo
XIX, de un tipo ideal de ciudadano saludable y virtuoso, reverso del morador
urbano físicamente débil y políticamente peligroso4.
1 Ver: GUTIÉRREZ, Sofanor, Los institutos de educación física y su organización. Anales de la Universidad de Chile. 9 (3): 209 -254, 1933; REED, Carlos. El estado, la educación física y los deportes. Santiago, Impr. América, 1941. 102 p; MELKONIAN, Enrique. Intervención del Estado chileno en materia de educación física. Santiago, Impr. Yáñez Hnos, 1943. 147 p; SALAS, Rosauro y BRAVO, Jorge. Physical Education in Chile. Journal of Health and Physical Education, 19 (7): 478-511, 1948; RUIZ URBINA, Antonio. Bosquejo histórico del Instituto de Educación Física y Técnica de la Universidad de Chile. Santiago, El Instituto, 1956. 75 p; MUÑOZ Funck, Cristián. Historia de la dirección general de deportes y recreación. Las políticas estatales de fomento al deporte, 1948-2001. Santiago, DIGEDER, 2001. 216 p; GUARDA, Sergio. Historia del Instituto de Educación Física. Revista de Educación Física, 265 (1): 13-24, 2006; GUARDA, Sergio. Historia de la Revista de Educación Física. Revista de Educación Física, 265 (1): 41-45, 2006. 2 Ver: MARTÍNEZ, Felipe. Hacia una pedagogía del cuerpo: la Educación Física en Chile. 1889 1920. Ágora para la educación física y el deporte, 14 (3): 320-331, 2012; SILVA, Josefina y CONCHA, Alejandra. La fuerza de la Patria: educación física y ritos cívicos, En: SERRANO, Sol; PONCÉ DE LEON, Macarena y RENGIFO, Francisca (Eds.). Historia de la Educación en Chile (1810-2010), Tomo II. Santiago Taurus, 2012. pp. 225-251; POBLETE, Carolina. Una construcción del conocimiento histórico de la Educación Física en Chile. Una mirada a la primera revista latinoamericana en la especialidad durante los años comprendidos entre 1934 y 1962. Tesis de Doctorado en Ciencias de la Educación. España, Universidad de Granada, 2013. 412 p; DURAN, Manuel. Género, cuerpo, gimnasia y sexualidad en los manuales educacionales higienistas y eugenésicos en Chile, 1870-1938. Revista de Historia Social de las Mentalidades, 18 (1): 35-58, 2014. 3 Ver: ELIAS, Norbert y DUNNING, Eric. Deporte y ocio en el proceso de civilización. Madrid, Fondo de Cultura Económica, 1992. 452 p; BOURDIEU, Pierre. Sport and social class. Social Science Information 17(6): 819-840, 1978. 4 Ver: MANGAN, James A: Making European Masculinities. London, Frank Cass Publishers, 2000. 201 p; Sport, Europe: War without weapons. London, Frank Cass Publishers, 2003. 240 p; MOSSE, George. La imagen del hombre: la creación de la masculinidad moderna. Madrid, Talasa Ediciones, 2000. 256 p.
4
En el contexto internacional, ha existido una prolífica y muy variada
producción que ha reconocido, a partir de objetos y matrices teóricas diferentes, el
papel de la ejercitación como objeto de estudio5. En un primer lugar, existe un
conjunto de trabajos que ponen en evidencia el surgimiento de distintas técnicas
disciplinarias, resaltado el poder adoctrinador que tuvo en controlar a los
individuos y sus cuerpos en instituciones como la escuela o el ejército6. En
segundo lugar, los diferentes estudios plantean que las miradas que anudaban a la
ejercitación no solamente fueron pedagógicas y políticas, sino que formaron parte
de un lugar en donde el género ocupó un rol central en las diferenciaciones de lo
masculino y lo femenino7. Finalmente, otras investigaciones han destacado que la
creación de una “ciudadanía saludable” no se limitó exclusivamente a las acciones
disciplinarias. Intereses comerciales, científicos y publicitarios convirtieron a la
ejercitación en una industria económicamente rentable8.
5 Ver: GIULIANOTTI, Richard. Sport and Modern Social Theorists. Palgrave MacMillan, London, 2004. 252 p; MARKULA, Pirko, y PRINGLE, Richard. Foucault, Sport and Exercise. New York, Routledge, 2006. 250 p; VERTISNKY, Patricia, y HARGREAVES, Jennifer (Eds.). Physical Culture, power and the body. New York, Routledge, 2006. 263 p; AZZARITO, Laura, y KIRK, David (Eds.). Pedagogies, Physical Culture, and Visual Methods. New York, Routledge, 2013. 256 p. 6 Ver: BONETTA, Gaetano. Corpo e nazione: L'educazione ginnastica, igienica e sessuale nell'Italia liberale. Milan, Franco Angeli, 1900. 473 p; KIRK, David. Defining Physical Education: The Social Construction of a School Subject in Postwar Britain. London, Routledge, 1992. 190 p; MEINANDER, Henrik. Towards a bourgeois manhood. Boys’ Physical Education in Nordic Secondary Schools. 1880-1940. Helsinki, The Finnish Society of Sciences and Letters, 1994. 250 p; VIGARELLO, Georges. Corregir el cuerpo: historia de un poder pedagógico. Buenos Aires, Nueva Visión, 2005. 256 p; HOLT, Richard y VIGARELLO, Georges. El cuerpo cultivado: gimnastas y deportistas en el siglo XX. En: COURTINE, Jean-Jacques, CORBIN, Alain y VIGARELLO, Georges (Eds.). Historia del cuerpo, Vol. 2. De la Revolución francesa a la Gran Guerra. Madrid, Taurus, 2005. pp. 295-354. 7 Ver: VERTINSKY, Patricia. The social construction of the gendered body: exercise and the exercise of power. International Journal of the History of Sport, 11 (2): 147-171, 1994; BUDD, Michael Anton. The Sculpture Machine: Physical Culture and Body Politics in the Age of Empire. New York, NYU Press, 1997. 352 p; CHAPMAN, David, y VERTINSKY, Patricia. Venus with Biceps: A Pictorial History of Muscular Women. Vancouver, Arsenal Pulp Press, 2011. 359 p; TUMBLETY, Joan. Remaking the Male Body. Masculinity and the uses of Physical Culture in Interwar and Vichy France. Oxford, Oxford University Press, 2012. 272 p. 8 Ver: GROVER, Kathryn (Edit.). Fitness in American Culture. Images of Health, Sport and the Body, 1830-1940. Amherst: University of Massachusetts Press and Rochester, 1989. 178 p; ADDISON, Heather. Hollywood and the Rise of Physical Culture. New York, Routledge, 2000. 200 p; THOMAS DE LA PEÑA, Carolyn. The Body Electric: How Strange Machines Built the Modern American. NYU Press, American History and Culture Series, 2005. 328 p; ZWEININGER-BARGIELOSWKA, Ina. Managing the Body: Beauty, Health, and Fitness in Britain 1880-1939. Oxford, Oxford University Press, 2010. 400 p.
5
Una fructífera historia centrada en la gimnasia y los ejercicios físicos, se ha
desplegado en los últimos años a nivel latinoamericano9. Centrándose en los
cambios políticos, sociales y demográficos ocurridos hacia finales del siglo XIX; en
la emergencia de los ejércitos modernos; del surgimiento del Estado educador; en
los cuerpos masculinos y femeninos; en el interés por el llamado mejoramiento de
la raza; en la promoción de un determinado estilo de vida higiénico; y en el
conflicto entre las corrientes gimnásticas que mejor se adecuaban a los países
latinoamericanos, los trabajos de los diversos autores recalcan la diversidad de
discursos y prácticas que tuvo la ejercitación hasta la primera mitad del siglo XX.
Junto con los indudables aportes que han representado dichos trabajos
para la comprensión de las condiciones históricas, sociales y educativas por las
cuales surgió un interés en torno a la ejercitación, estas investigaciones motivan a
abordar aspectos poco tratados hasta ahora, esto es, la variedad de procesos de
selección y circulación de conocimientos, objetos y prácticas, llevados a cabo por
grupos específicos en espacios institucionales, políticos y culturales.
9 MARTÍNEZ, Françoise. ‘!Que nuestros indios se conviertan en pequeños suecos!' La introducción de la gimnasia en las escuelas bolivianas. Bull. Inst. fr. Études andines, 28 (3): 361-386, 1999; GOELLNER, Silvana Vilodre. Bela, maternal e feminina: imagens da mulher na Revista Educação Physica. Ijuí, Unijuí, 2003. 152 p; AINSESTEIN, Ángela y SCHARAGRODSKY, Pablo. Tras las huellas de la educación física escolar argentina. Cuerpo, Género y Pedagogía. 1880-1950. Buenos Aires, Prometeo Libros, 2006. 346 p; ARMUS, Diego. La forja del cuerpo sano: niñez, educación física, fútbol y tuberculosis. En: La Ciudad Impura. Salud y tuberculosis en Buenos Aires.1870-1950. Buenos Aires, Edhasa, 2007. pp. 75-106; SCHARAGROSDKY, Pablo. Gobernar es ejercitar. Fragmentos históricos de La Educación Física en Iberoamérica. Buenos Aires, Prometeo, 2008. 220 p; CHÁVEZ, Mónica. Construcción de la nación y el género desde el cuerpo: La educación física en el México posrevolucionario. Desacatos, 30 (1): 43-58, 2009; TERRET, Thierry y TESCHE, Leomar. French Gymnastics in Brazil: Dissemination, Diffusion and Relocalization. International Journal of the History of Sport, 26 (13): 1983-1998, 2009; SOARES, Carmen Lúcia. As roupas destinadas aos exercícios físicos e ao esporte: nova sensibilidade, nova educação do corpo (Brasil, 1920-1940). Pro-Posições, 22 (3): 81-96, 2011; SCHARAGROSDKY, Pablo (Edit.). La invención del 'homo gymnasticus'. Fragmentos históricos sobre la educación de los cuerpos en movimiento en Occidente. Buenos Aires, Prometeo, 2011. 528 p; PEDRAZA, Zandra. La estrategia higiénica: movimiento y regeneración. Educación Física Y Deporte. 30 (1): 445-456, 2011; GLEYSE, Jacques, y SCHARAGRODSKY, Pablo. “Le Dr. Enrique Romero Brest, ses visites aux insitutions européennes de formation et le Congrès d’Education Physique de Paris en 1913 comme indicateurs de la mondialisation et de la nationalisation de la ‘culture physique’”. Revue Staps, 100 (1): 89-107, 2013; AMGARTEN Quitzau, Evelise. Different Clubs, Similar Purposes? Gymnastics and Sports in the German Colony of São Paulo/Brazil at the Turn of the Nineteenth Century. IJHS, 30: 9 (963-975), 2013; SCHARAGROSDKY, Pablo (Edit.). Miradas médicas sobre la cultura física en Argentina. 1880-1970. Buenos Aires, Prometeo, 2014. 357 p.
6
En consecuencia, las preguntas que guían a esta investigación son: ¿qué
tipo de prácticas en torno a la ejercitación de los cuerpos fueron las que existieron
en Santiago entre 1880 a 1931? ¿Cómo fueron puestas en circulación,
apropiación e interacción con diferentes teorías y ámbitos específicos del saber,
como métodos, ideales, valores, bases materiales, e intereses particulares?
Precisamente, la presente investigación estudia a la ejercitación de los cuerpos
enfatizando su concepción como práctica, en el espacio de Santiago, desde
finales del siglo XIX hasta las primeras décadas del XX.
Históricamente los primeros análisis vinculados a los cuerpos se
caracterizaron por investigar las diferentes lógicas simbólicas de las sociedades
no occidentales; sobre los diversos tipos de técnicas y movimientos corporales, o
en las forma de comportarse y su relación con el proceso civilizatorio10. Sin
embargo, como lo indicó el historiador británico Roy Porter, la visión que se ha
intentado construir en los últimos años ha asumido una doble problemática: por un
lado, la mayoría de los estudios buscan ratificar teorías de control social sobre el
cuerpo, reduciéndolo a nuevos modos en que ha sido controlado; y por otro lado,
se ha caído en el juego de demonizar el carácter dominante de las prácticas
corporales, rechazando visiones que en sus épocas se proclamaron como justas11.
Sin duda, para autores como Michel Foucault tanto las prácticas como el
cuerpo se constituyeron en aspectos centrales de sus investigaciones. Ante la
necesidad de incluir aspectos no discursivos, como las relaciones de poder y de
dominación, el cuerpo aparece no solo a modo de disciplinamiento, sino que en
una de las condiciones más importantes para la formación de los saberes12.
10 Ver: MEAD, Margarte: El hombre y la mujer. Buenos Aires, Compañía General Fabril Editora, 1966. 375 p; Sexo y temperamento. Buenos Aires, Paidós, 1961. 253 p; MAUSS, Marcel. Técnicas y movimientos corporales, En: Sociología y Antropología. Madrid: Tecnos, 1991. pp. 337-356; ELIAS, Norbert. El proceso de la civilización: investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas. México D.F., Fondo de Cultura Económica, 1987. 581 p. 11 PORTER, Roy. Historia del cuerpo revisada, En: BURKE, Peter. Formas de hacer historia. Madrid, Alianza, 2003. p. 277. 12 Ver: FOUCAULT, Michel: Nietzsche, la genealogía, la historia. Valencia, Pre-Textos, 1997; Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Buenos Aires, Siglo XXI, 2002. 314 p; Historia de la Sexualidad, Vol. I. México D.F., Siglo XXI, 2005. 194 p.
7
Desde los contextos de la filosofía, la sociología e historia de las ciencias,
autores como Bruno Latour, Andrew Pickering, Donna Haraway o Don Ihde han
señalado que el rol del cuerpo en la construcción de la realidad social es
constituido a partir de un campo de prácticas que abarcarían tanto a sujetos,
actividades humanas como elementos materiales entrelazados en una simetría
con los "no-humanos"13, alrededor de un entendimiento compartido (mangle)14,
bajo una hibridación de aspectos humanos, animales y tecnológicos (cyborg)15, o
en el uso cultural del cuerpo para la creación de tecnologías16. Desde esta
perspectiva, Tony Bennett y Patrick Joyce señalan que los conocimientos no son
solo un proceso que da cuenta de los fenómenos naturales o sociales, sino que
implicarían una actividad humana colectiva, encarnada en artefactos materiales e
inseparable de las configuraciones de la realidad social y de los ejercicios del
poder17. En ese sentido, dichos estudios problematizan la circulación del
conocimiento, entendiendo que las matrices que ayudan a producir significados no
son reducibles a explicaciones discursivas, sino que se desprenden de múltiples
prácticas que interconectan entre sí a grupos, actores, e instituciones en procesos
de negociación y estabilización18.
Considerando los conceptos descritos, esta investigación persigue indagar
las formas en que se clasificó, organizó y reapropió la ejercitación del cuerpo tanto
en agentes individuales, expertos, grupos profesionales y así como en objetos,
artefactos, medios de circulación masiva e instituciones políticas. Interrelaciones
que regularían en gran parte el poder-saber que generó la idea de cuerpos en
“constante movimiento”.
13 LATOUR, Bruno. Reensamblar lo social: una introducción a la teoría del actor-red. Madrid, Manatial, 1992. p. 113. 14 PICKERING, Andrew. The Mangle of Practice: Tome, Agency, and Science. Chicago, University of Chicago Press, 1995. pp. 16-17. 15 HARAWAY, Donna. Simians, Cyborgs and Women: Reinventing Nature. Nueva York, Routledge, 1991. p. 190. 16 IHDE, Don. Los cuerpos en la tecnología. Nuevas Tecnologías: nuevas ideas acerca de nuestro cuerpo. Barcelona, UOC, 2004. pp. 25-26. 17 BENETT, Tony, y JOYCE, Patrick (Eds.). Material powers. Cultural studies, history and the material turn. New York, Routledge, 2006. pp. 1-21. 18 SCHATZKI, Theodore, KNORR-CETINA, Karin, y VON SAVIGNY, Eike (Eds.). The Practice Turn in Contemporary Theory. London, Routledge, 2001. p. 12-13.
8
Teniendo en cuenta este contexto, la tesis estará conformada por cuatro
capítulos. Se ha optado por la combinación de dos criterios. Por un lado en
investigar la dispersión de una práctica en una serie de esferas como la médica, la
educativa, la textual y la material. Mientras que por el otro, se toma como base
cronológica el periodo que abarca desde 1880 hasta 1931.
El primer capítulo aborda cómo con el surgimiento de las interpretaciones
higiénicas y posterior desarrollo de las teorías evolutivas y principios eugenésicos,
en cuyo seno la ejercitación fue expuesta por expertos y médicos como un método
de transformación corporal, fundamento necesario para la salud individual y
bienestar colectivo. Destaca el hecho que sus efectos le dieron un fundamento no
solo como un medio terapéutico, sino que también como un potente artefacto de
consumo que fue atrayendo la atención de niños, jóvenes, hombres y mujeres.
El segundo capítulo, analiza los saberes que posibilitaron la emergencia de
la educación física escolar en la grilla curricular de los diferentes niveles de
enseñanza del sistema educativo entre 1880 a 1927. Este hecho supuso un
conjunto de prácticas definidas por agentes, actores, instituciones en diferentes
ámbitos que fueron desde la confección de los programas escolares y materiales
de estudio, la invención de un nuevo oficio como el de “educador físico”, hasta la
formación de grupos de interés y las controversias generadas por instalar e
imponer ciertos sentidos dominantes en torno a la gimnasia, los ejercicios físicos,
los juegos y los deportes.
En seguida el tercer capítulo estudia la utilización de instrumentos y
máquinas gimnásticas para los casos específicos de la antropometría y la
kinesioterapia. Si bien, en ambos casos sus objetivos se orientaron al cálculo, la
precisión y la eficiencia de los movimientos, la estandarización de las mediciones
antropométricas junto con la uniformidad de las prácticas kinesiológicas lejos de
ser simples dispositivos o materiales de apoyo se transformaron en objetos para la
generación de conocimientos, los que permitieron visualizar los reales efectos que
tenía la ejercitación sobre los cuerpos.
9
Por último, el cuarto capítulo se focaliza en el periodo 1927-1931,
correspondiente a la Dictadura de Carlos Ibáñez del Campo. Siendo visto como un
periodo particular de la historia de Chile por los sucesivos cambios políticos,
económicos y educacionales llevados a cabo, se examinan los múltiples y
ambivalentes sentidos que tuvo la puesta en práctica de la educación física, hecho
que generó diversos debates entre los distintos agentes, especialistas,
funcionarios públicos, militares, médicos, pedagogos, políticos e instituciones que
entraron en funcionamiento.
Hoy más que nunca la ejercitación está en circulación sobre nuestras vidas.
Esto es así en múltiples frente, ya sea por el surgimiento de diversos y renovados
espacios recreativos, en el auge de los modelos orientados hacia una “vida
saludable”, en campañas publicitarias que promocionan el éxito profesional y
económico con el bienestar corporal, en el desarrollo de industrias alimentaria y
deportivas, en los malos hábitos de nutrición y sus consecuencias sobre la salud,
o en las discusiones sobre su relevancia dentro del sistema educativo chileno,
En definitiva, este trabajo pretende contribuir con elementos para repensar
las construcciones y nociones históricas dadas a las actividades físicas y los
ejercicios físicos. Además, a través de su propia lectura se espera que se
transforme en un saludable e ineludible “ejercicio” de pensar.
10
CAPÍTULO I
¡EJERCITARSE ES SALUD! CIENCIA, MEDICINA Y CONSUMO
Por lo que a Chile respecta, hay acuerdo en el principio de la necesidad del ejercicio, hay unanimidad en sostener que es preciso hacer algo ante el hecho de que nuestra raza decae: las enfermedades de carácter social, el alcoholismo, la tuberculosis, las nerviosidades producidas por la vida intensa de la época presente, las preocupaciones de todo tipo, han hecho que sea difícil encontrar el tipo del chileno emprendedor y fuerte19.
Basados en teorías provenientes de la higiene social, el darwinismo, la
eugenesia, o en los principios de la anatomía, la fisiología y la mecánica, los
especialistas médicos fueron receptivos en acoger a la ejercitación como un
importante medio de salud. Si en un principio sus efectos fueron pensados bajo
prescripciones terapéuticas, acabaría transformándose en una “novedosa y
saludable” rutina higiénica, siendo un agente de cambio para hombres y mujeres
que deseaban transformar sus hábitos y vigorizar sus cuerpos.
A fin de visualizar los matices, coincidencias y diferencias, el objetivo de
este capítulo es abordar cómo en Santiago, desde fines del siglo XIX y comienzos
del siglo XX, grupos y asociaciones médicos a través de sus distintas
especialidades incorporaron a la ejercitación dentro de sus prácticas. En segunda
instancia, se examinan los diagnósticos y síntomas presentados, como la fatiga y
el sedentarismo, causantes del “mal estado físico” y de las distintas dolencias que
afectaban a parte de la población capitalina. Para finalmente examinar el rol que
jugó el mercado en la transformación del ejercicio físico como un objeto de
consumo, en particular como fueron puestos en circulación las diversas rutinas,
manuales y productos vendidos, tanto en medios de prensa como en casas
comerciales.
19 “La conferencia que don Joaquín Cabezas dictó por nuestra estación de radio”. Los Sports, Santiago, N°229, 29 de Julio de 1927. p. 14.
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CONSTRUYENDO UN CUERPO FUERTE Y SANO
Debido a los elevados índices de mortalidad que afectaban a los
trabajadores urbanos, y especialmente a la población infantil, así como de la
rápida propagación de enfermedades, ya sea del cólera o la tuberculosis, las
décadas finales del siglo XIX vieron el surgimiento de incipientes programas que
buscaban higienizar y mejorar las condiciones de salud en todo el país. Dentro de
este tipo de iniciativas las actividades físicas no serían la excepción.
Uno de los primeros autores en tratar su importancia desde el espectro
médico fue el higienista Adolfo Murillo. Durante 1872, el Ministro de Instrucción
Pública Abdón Cifuentes, había estudiado las posibilidades de hacer obligatoria la
enseñanza de los ramos de higiene y gimnasia para todo el país, encargando su
investigación a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Publicado bajo
el nombre De la educación física y de la enseñanza de la higiene en los liceos i
escuelas de la república20, Murillo criticaba la excesiva atención prestada a la
enseñanza intelectual y la escasa atención en “cultivar el desarrollo de las fuerzas
físicas i de la forma humana”21. Como una forma de enfrentar las causas del
“deterioro físico de los niños”, su plan contemplaba una serie de ejercicios que
comenzaban con la formación de pelotones, marchas, carreras, saltos, ejercicios
de flexión hasta ejecuciones en aparatos como argollas, trapecios y barras.
Este juicio también fue compartido años después por el médico José
Joaquín Aguirre, que en conjunto con el Ministerio de Instrucción Pública publicó
en 1886 el Manual de Jimnasia Escolar para el uso de las Escuelas de Instrucción
Primaria22. “Popularizar la educación física de una manera sencilla, rápida, jeneral
i práctica, i hacer desaparecer la frecuente aversión que existe por esta
enseñanza”23, eran los fundamentos iniciales de su programa, destinado para su
20 MURILLO, Adolfo. De la educación física y de la enseñanza de la hijiene en los liceos i escuelas de la República. Santiago, Imprenta de la Librería del Mercurio, 1872. 33 p. 21 Ibíd. p. 7. 22 AGUIRRE, José Joaquín. Manual de jimnasia escolar para las escuelas de instrucción primaria. Santiago, Imprenta y Litografía Pedro Cadot y Cia, 1886. 38 p. 23 Ibíd. p. VII.
12
difusión en los establecimientos fiscales de Santiago. A diferencia de Murillo,
Aguirre reunió una mayor cantidad de ejercicios combinados para brazos, piernas,
troncos, pies y hombros, además de la utilización de la llamada “manilla chilena”,
una readaptación local del ejercicio en argollas y anillas24.
En continuidad con los planteamientos de Murillo y Aguirre, el médico
nacional Tulio Matus publicaba en 1907 su trabajo denominado Influencia de los
ejercicios físicos en el desarrollo de la capacidad vital de los pulmones25. Tomando
como muestra de estudio a un grupo de alumnos del Internado Nacional Barros
Arana, su objetivo fue investigar las diferentes fases y variaciones respiratorias
producidas por los ejercicios físicos. Elevaciones de brazos o rotaciones del
tronco, eran para Matus acciones fundamentales que incidían en el fortalecimiento
de las paredes torácicas y pulmonares, ante las distintas afecciones que afectaban
a los alumnos como la tuberculosis o los enfisemas. Por ello, concluía que la
gimnástica respiratoria debía ser prescrita obligatoriamente a los profesores de
educación física, como una forma de: “fortalecer las vías respiratorias de sus
alumnos, foco de tantas y tan graves enfermedades”26.
Estos primeros vínculos generados por médicos no fueron casuales sino
que tuvieron como eje común su enseñanza en las escuelas públicas de la ciudad.
La incorporación de asignaturas capaces de modificar las conductas, entre ellas la
práctica de ejercicios físicos, se insertaba con los postulados del higienismo, en
los que cada uno de los individuos, y también la sociedad, debían ser pensados
con relación al medio, pues según entendían estos médicos, para poder imaginar
una profilaxis moral resultaba indispensable vincular las conductas con el medio
físico27.
24 Ibíd. p. 31. 25 MATUS, Tulio. Influencia de los ejercicios físicos en el desarrollo de la capacidad vital de los pulmones. Santiago, Imprenta Universitaria, 1907. 22 p. 26 Íbíd. p. 23 27 Ver: PÉREZ, Matías. Hacia una historia de la higiene pública: el concepto de higiene como mecanismo de control social en Santiago de Chile (1870-1930). En: GRUPO DE ESTUDIOS EN HISTORIA DE LAS CIENCIAS, GEHC (Eds.). Control social y objetivación: escrituras y tránsitos de las ciencias en Chile. Santiago, Universidad de Chile, 2012. pp. 59-74.
13
La progresiva definición de programas educativos para el cuidado infantil y
nuevos planes para mejorar la fuerza productiva de los individuos, facilitaron la
convergencia de un importante número de intelectuales y científicos, ligados a
movimientos médico-sanitaristas que sostenían que era científicamente válido
modificar uno de los agentes determinantes en el organismo, la herencia. Grupos
como la Liga Chilena de Higiene Social (LCHS) o la Asociación Nacional de
Educación (ANE), ambos dirigidos por el Dr. Carlos Fernández Peña, glorificaron
las bondades que existían detrás de una ejercitación racional como un agente
clave en la “lucha por la existencia”. Según Bernardo Subercaseaux, para el Dr.
Fernández la “defensa de Chile y su porvenir” dependieron de dos factores
estrechamente ligados: la medicina y la educación, esta última considerada no
solo en la escuela sino que también en el entorno social28. Siendo un poderoso
antídoto en la lucha contra los "flagelos sociales" como el alcoholismo o las
enfermedades de transmisión sexual, los ejercicios físicos fueron prescritos como
“uno de los mejores medios de evitar la precocidad sexual y de salvaguardar la
pureza del niño, [imponiéndoles] juegos y ejercicios durante el tiempo necesario”29.
Es decir, la labor de LCHS y la ANE se enmarcan de acuerdo a lo que señala
Nancy Stephan para Latinoamérica como una corriente de pensamiento neo-
lamarckiano. Problemas como la salud pública, y el bienestar materno-infantil,
fueron comprendidos por los reformistas chilenos bajo el postulado de “la herencia
de los caracteres adquiridos”, justificando de que reformas en el medio ambiente
incidirían en el mejoramiento racial de la futuras generaciones”30.
Con ciertas diferencias hacia este tipo de planteamientos, en 1913 y como
parte del ciclo de conferencias organizadas por la Universidad de Chile, el
profesor del Liceo de hombres de La Serena Demetrio Salas, presentaba en
28 SUBERCASEAUX, Bernardo. Historia de las ideas y de la cultura en Chile. Tomo IV. Nacionalismo y cultura. Santiago, Editorial Universitaria, 2007. p. 100. 29 MEMORIAS DE LA LIGA CHILENA DE HIGIENE SOCIAL, 1920-1921. Santiago, Impr. Nacional, 1922. p. 21. 30 LEYS-STEPHAN, Nancy. The Hour of Eugenics: Race, Gender, and Nation in Latin America. Ithaca, New York, Cornell University Press, 1991. 210 p.
14
Santiago su conferencia denominada “educación física biolójica”31. En su
percepción, la educación física “fisiológica” ha puesto excesivamente su atención
hacia el sistema muscular, descuidado a los hombres en una de las dimensiones
más importantes de la vida humana: la célula32. A su juicio, la educación física
“biolójica”, debía interesarse en el desarrollo del ser humano desde sus primeros
años, teniendo: “su influencia en toda la vida del hombre, en el nacimiento de la
primera célula, es decir, desde el óvulo”33. Destacando el deseo de procurar una
“integridad de las reacciones protoplasmáticas para nutrirse del máximum de las
enerjías biolójicas”, Salas promovió un régimen de ejercicios que combinaba
prácticas de la medicina naturista como excursiones, paseos al aire libre, baños de
sol, una dieta vegetariana, y el rechazo a alimentos como la “carne, el alcohol, el
tabaco i toda clase de tóxicos”34, factores que según el autor perturbaban el
proceso adaptativo del organismo a las energías existentes en el medio
ambiente35.
Si bien, las palabras de estos primeros médicos, intelectuales y grupos
asociados reflejaban los complejos e interconectados aspectos fisiológicos,
sociales y morales con las que se buscaba incentivar al ejercicio físico, las
investigaciones desarrolladas con posterioridad a los primeros años del siglo XX
fueron comprendiendo un conjunto de signos y síntomas mucho más amplios que
el simple “fortalecimiento de la raza”. Sobre esos nuevos conocimientos, se
hallaron los fundamentos necesarios para difundir una ejercitación racional.
31 SALAS, Demetrio. Dos conferencias sobre la educación física biológica dadas en la Universidad de Chile. Santiago, Camilo Henríquez, 1916. 154 p. 32 Ibíd. p. 8-9. 33 Ibíd. pp. 10-11. 34 Ibíd. p. 22. 35 Desde fines de los años ´20, Salas extendería el número de sus escritos, ampliando el contenido de sus temáticas como alimentación, higiene, ciencia y sus implicancias con el esoterismo, teniendo vigencia hasta la década del ´50. Ver: SALAS, Demetrio. Educación física biológica: el concepto científico de la vida. Santiago, Nascimiento,1930. 195 p; Clave de la vida y de la salud: ensayo. Santiago, Nascimiento, 1932. 340 p; La medicina ante la biología: comentarios al libro de Carrel "El Hombre una incógnita", sus relaciones con la "Clave de la vida". Santiago, Impr. Pino, 1937. 51 p; El fracaso de la medicina. Santiago, Edit. Cultura, 1939. 155 p; El lugar de la gimnasia en la educación física. Santiago, Imprenta "Helvecia",1941. 15 p; Regeneración física y moral por la higiene. Santiago, Impr. Pino, 1948. 34 p; Temas de actualidad. Santiago, Movimiento de Regeneración Humana, 1951. 187 p.
15
FATIGA Y SEDENTARISMO
Desde la segunda mitad del siglo XIX, científicos principalmente de Europa
comenzaron a desarrollar nuevas formas para medir y utilizar las energías físicas.
El surgimiento de un enfoque fisiológico para el trabajo, sobre la base de
respuestas a actividades relacionadas con la resistencia o la fuerza, se centraron
en revelar los métodos más beneficiosos para la organización y el control del
gasto de energético, vinculando especialmente la regulación científica de los
movimientos del cuerpo en conjunto con el sistema nervioso36. Las investigaciones
desarrolladas por el italiano Ángelo Mosso en torno al “sobrecargo intelectual” y la
la “fatiga”, demostraron que a través de la realización de actividades físicas se
conseguía aminorar las manifestaciones fisiológicas del cansancio, ayudando a la
restauración muscular y celular del cuerpo37. Sus estudios serían divulgados
internacionalmente, atrayendo la atención de médicos europeos y
latinoamericanos por cuantificar las potencialidades del trabajo físico e intelectual.
Contrariamente al escenario de países como Italia o Argentina, que
privilegiaron el estudio de las condiciones y jornadas laborales, en Chile, las
primeras investigaciones y referencias sobre el tema fueron definidas por agentes
pedagógicos, con el objetivo de enfrentar patologías que afectaban al rendimiento
escolar de niños, como el raquitismo o la deficiencia mental. ¿Hay o no recargo
mental en los alumnos originados por el exceso de estudio? ¿Cuáles son sus
causas i los medios de evitarlo? fueron las preguntas que se hizo el funcionario del
Ministerio de Instrucción Pública Moisés Vargas en 1903 en el marco del Congreso
General de Enseñanza. Si bien, señalaba que el trabajo desarrollado en las
escuelas primarias de Santiago era menor al exigido en países como Francia, para
36 Ver: RABINBACH, Anson. The Human Motor: Energy, Fatigue, and the origins of Modernity. University of California Press, 1992. 432 p; ROLDÁN. Diego. Discursos alrededor del cuerpo, la máquina, la energía y la fatiga hibridaciones culturales en la Argentina fin-de-siècle. História, Ciências, Saúde – Manguinhos, 17 (3): 643-661, 2010; POHL-VALERO, Stefan. 'La raza entra por la boca': Energy, Diet, and Eugenics in Colombia, 1890-1940. Hispanic American Historical Review 94 (3); 455-486, 2014. 37 DI GIULIO, Camilo, DANIELE, Franca y TIPTON, Charles. Angelo Mosso and muscular fatigue: 116 years after the first congress of physiologists. Advances in Physiology 30 (2): 51-57, 2006.
16
evitar cualquier exceso de trabajo intelectual Vargas recomendaba firmemente:
“arreglar los horarios de modo que cada curso disponga por lo menos de una tarde
libre a la semana para que pueda dedicarse al descanso o a excursiones
escolares”; y de aumentar: “las horas destinadas a la gimnasia, a todas luces
insuficientes en la actualidad, dotando esta enseñanza de todos los elementos que
necesita para ejercitarse con éxito”38.
Años después, en 1907 el médico Alfredo Moraga Porras presentaba su
estudio denominado Higiene mental en sus relaciones con el desarrollo y
conservación de la energía psíquica y de la fatiga producida por la enseñanza39.
Entendiendo que la fatiga se daba por una sobrecarga y simultaneidad del trabajo
entre la inteligencia, la afectividad y la voluntad, Moraga Porras indicaba la
necesidad de dar reglas higiénicas y “de repartir las tareas escolares
convenientemente”. A su juicio, el ejercicio físico se presentaba como una “terapia
auxiliar del trabajo mental”, la cual practicada constantemente, favorecía “la
circulación e irrigación sanguínea en los centros nerviosos”, lo que se traducía en
el aumento de la energía, y “el incremento de las capacidades intelectivas”40.
A diferencia de su antecesor que planteaba que se trataba más bien de una
“mala distribución de las energías psíquicas”, en 1912 el médico nacional José
Luis Santelices indicaba que la fatiga ante todo era una “manifestación fisiológica
del resultado del trabajo muscular”41. Santelices hizó un seguimiento in situ por
más de tres meses a las tropas del ejército correspondientes a los regimientos de
Buin y Chillán, en los que pudo comprobar las condiciones del trabajo muscular, la
resistencia a la fatiga y los principios fisiopatológicos asociados con “las extensas
jornadas de marcha y patrullaje”. En este punto, concluyó que las consideraciones
generales sobre el ejercicio en el ejército debían orientarse científicamente a la
38 VARGAS, Moisés. Hora de trabajo y recargo escolar. Anales de la Universidad de Chile 113 (3), 1903. p. 281. 39 MORAGA Porras, Alfredo. Higiene mental en sus relaciones con el desarrollo y conservación de la energía psíquica y de la fatiga producida por la enseñanza. Santiago, Imprenta Rápida, 1907. 30 p. 40 Ibíd. p. 26 41 SANTELICES, José Luis. Fatiga muscular i surménage físico. Santiago, Imprenta Universitaria, 1912. 60 p.
17
racionalización y control del gasto energético, ya que si las tropas eran sometidas
continuamente a un sobre entrenamiento, se estaban formando a soldados
“incapaces de adaptarse a las exigencias de una campaña”42.
Los conceptos de fatiga y sobrecarga de trabajo no sólo se circunscribieron
a los espacios y círculos científicos, sino que también fueron tema de revistas
populares y medios de prensa masivos. La revista Zig-Zag en 1909 fue una de las
primeras en mencionar directamente estos temas, denunciando los nocivos
efectos que tenía la sobrecarga de trabajo sobre el cuerpo. El consejo entregado
por dicha revista era que solamente la práctica regular de ejercicios físicos podrían
restaurar “los nervios exacerbados por la vida en la ciudad”, convirtiéndose en “el
único medio para hacer descansar el espíritu de las personas amantes del estudio
y a la vez el mejor preservativo contras las enfermedades nerviosas”43. Es decir, a
lo que apuntaba Zig-Zag, era que mediante una práctica sistemática de ejercicios
físicos los individuos debilitados podrían recuperar su "equilibrio", a través de
rutinas cuya repetición sería "dejar una huella” en el sistema nervioso.
Las nuevas investigaciones internacionales y acontecimientos relacionados
con la fisiología de la primera mitad del siglo XX explicaron el funcionamiento del
cuerpo como un mecanismo autoregulador, el cual necesitaba mantenerse en un
“buen estado” mediante un régimen que combinaba la alimentación balanceada y
la ejercitación practicada diariamente44. Estos aspectos fueron importantes dentro
de la intelectualidad médica, y sobre todo para el doctor Luis Bisquertt, quién
desde los comienzos de la década del ´20 orientaría sus estudios en el área45.
Primero como alumno de medicina de la Universidad de Chile, luego en el Instituto
42 Ibíd. pp. 57-58. 43 “¿Convienen los ejercicios físicos después del trabajo intelectual?”. Zig Zag, Santiago, N° 235, 21 de Agosto de 1909. pp. 29-30. 44 CARTER, Neil. Medicine, Sport and the Body: A Historical Perspective. London, Bloomsbury Academic, 2012. p. 115. 45 Luis Bisquertt Susarte (1895-1970), médico y profesor de educación física, sería una de las figuras más reconocidas el ámbito nacional durante la primera mitad del siglo XX. Director del Instituto de Educación Física a partir de 1943, y médico tratante en Hospitales como el Manuel Arriarán o Barros Luco, sus trabajados e investigaciones abarcaron temáticas que fueron desde la kinesiología, la traumatología, hasta la cirugía y la rehabilitación infantil.
18
de Educación Física y posteriormente como columnista en el diario Los Sports46,
Bisquertt investigó los efectos a nivel muscular, fisiológico y del sistema nervioso
que conllevaban las actividades físicas.
Mediatizando sus conocimientos por la plataforma que le otorgaba Los
Sports, revista que formaba parte del consorcio editorial de Zig-Zag y que contaba
con un importante volumen de tiraje en la capital, Bisquertt pudo validarse ante las
audiencias como el principal especialista en el tema. Así, sus primeras columnas
recalcaron la importancia de conservar la armonía en el funcionamiento corporal
no solo de los individuos sino que de la sociedad en general: "el exceso de trabajo
intelectual conduce rápidamente a la degeneración de la raza, manifestada por la
esterilidad y los trastornos nerviosos en las generaciones posteriores. Por lo que
construir y mantener la vitalidad muscular es una de las ramas más importantes de
la higiene, los cuales mediante el ejercicio de las funciones neuromusculares, se
obtiene el equilibrio de todas las funciones orgánicas”47.
Considerada esencial para mantener el “buen estado”, Bisquertt señalaba
que por medio de una actividad enérgica de las funciones vitales se acostumbraría
a un trabajo físico de los órganos del cuerpo, obteniendo resultados que irían más
allá del perfeccionamiento físico: “el sujeto que se entrena bien, se hace poco a
poco más resistente a la fatiga. Sus movimientos precisos y bien adaptados al
objetivo requerido, se hacen cada vez automáticos, es decir, el cerebro se
independiza cada vez más del trabajo neuro-muscular. Las funciones fisiológicas
se hacen cada más perfectas, y el sujeto siente una sensación especial de
bienestar, el cual se llama euforia”48.
Bisquertt, iba complementando y complejizando sus columnas al introducir
conceptos como por ejemplo el de “memoria muscular”, proceso en donde el
46 Los Sports fue una de las primera revistas deportivas de circulación masiva dentro de Santiago editada por la empresa Editorial Zig-Zag. Contempló diversas secciones dedicadas al futbol, boxeo, hípica, automovilismo, aviación, natación y educación física. Su período de publicación se extendió por ocho años, entre el 16 de marzo de 1923 y 13 de marzo de 1931, alcanzando un total de 418 números. 47 “Elementos de educación física”. Los Sports, Santiago, N° 180, 20 de Agosto de 1926. p. 1. 48 “Dos palabras sobre higiene deportiva”. Los Sports, Santiago, N° 226, 8 de Julio de 1927. p. 5.
19
cerebro en conjunto con el sistema nervioso tenían la capacidad de generar
“movimientos y actitudes, [las cuales] quedarán mejor grabadas y retenidas,
mientras más precisas e intensas sean las modificaciones periféricas motrices que
la han motivado” 49.
Incorporando diagnósticos que buscaban describir y definir con mayor
precisión las distintas dolencias que afectaban principalmente a los sujetos
urbanos, la correlación que fue estableciendo Bisquertt en sus columnas fue clara:
la inactividad física era un riesgo para la salud. “Profesionales, estudiantes,
hombres de ciencia, escritores, artistas, funcionarios públicos, políticos,
comerciantes, religiosos, empleados, oficiales, un gran número de obreros que
trabajan sentados o casi inmóviles, y la casi totalidad de las mujeres de clase rica
y de la clase media”, eran a juicio de Bisquertt el estereotipo físico del sedentario
moderno50. En su trabajo Morfología del Sedentario, explicaba que la extensión de
las jornadas laborales, el trabajo nocturno, la higiene industrial y los ritmos de
producción ocasionaban no solamente una sobrecarga sobre el sistema nervioso,
sino que una sobrecarga que afectaba a partes como el cuello, tórax, dorso,
abdomen, brazos y piernas51. En este sentido, para Bisquertt el cuerpo humano
tenía su expresión cumbre de armonía y salud en la estatuaria clásica
grecorromana: “la que con miembros recios, bien musculados, dan una impresión
de salud, de vigor, de agilidad y de una verdadera belleza funcional”52.
Prescrito por los diversos especialistas como un eficiente mecanismo para
la regulación corporal, el ejercicio físico bien administrado, brindaría los equilibrios
orgánicos y mentales necesarios para afrontar la dura lucha por la existencia.
Detrás de esa lógica se alimentaba un propósito: convertir al ejercicio en un
quehacer diario.
49 “La Educación de los movimientos”. Los Sports, Santiago, N° 216, 29 de Abril de 1927. p. 11. 50 “El sedentarismo. Divulgación científica”. Los Sports, Santiago, N° 172, 25 de Junio de 1926. p. 3. 51 BISQUERTT, Luis. Morfología del Sedentario. Santiago, Imprenta Chile, 1926. 35 p. 52 Ibíd. p. 7.
20
ENTRENAMIENTOS, MANUALES Y ARTEFACTOS: EL EJERCICIO AL ALCANCE DE TODOS
“Para que el ejercicio físico tenga repercusiones favorables sobre nuestra
salud es necesario hacer de su práctica un hábito”53, señalaba en 1930 Los
Sports, como parte de una serie de artículos en donde se instaba a los lectores a
seguir los entrenamientos encomendados por la revista. La aparición de este tipo
de recomendaciones, fueron frecuentes en diarios, revistas y avisos publicitarios
santiaguinos, que desde comienzos del siglo XX, ofrecieron distintos tratamientos
y productos como píldoras, elixires, o tónicos que prometían fortificar la salud de
hombres, mujeres y niños54. Estableciéndose en un periodo de crecimiento
económico sobre la base de la venta de productos, Ina Zweiniger-Bargielowska ha
argumentado que la importancia por difundir los modelos para una vida saludable
no se limitaron solamente a las acciones de actores y agencias estatales.
Productores, publicistas y empresarios desarrollaron un mercado asociado que
contó con estrategias comerciales definidas, cuyas técnicas y productos se
vendieron al público bajo una garantía de auto-transformación física y moral55. En
este contexto, la presencia de la ejercitación no fue la excepción, siendo difundida
en medios de prensa, y de una red comercial que comenzaba a garantizar la venta
de bienes especializados. Frente a actividades que parecían amenazar la
integridad corporal, la ejercitación tenía que convertirse en algo que tanto hombres
como mujeres comunes incorporasen a sus rutinas diarias.
Si bien, desde las primeras décadas del siglo XX la naciente industria
santiaguina consignaba en los registros publicitarios el bienestar físico asociado a
la compra de productos, es a partir de los años ´20 donde esta relación adquirió
53 “La final del curso haga Ud. Gimnasia”. Los Sports, Santiago, N° 406, 12 de Diciembre de 1930. p. 33. 54 Ver: CORREA, María José. Casas comerciales y boticas. Aproximación al desarrollo del mercado médico en el Chile urbano, 1860-1910. Revista de Historia Social y de las Mentalidades, 18 (1): 9-33, 2014; SÁNCHEZ, Marcelo. El hombre vigoroso es el hombre supremo. Tópicos darwinistas, racistas y eugénicos en un caso de la literatura popular chilena. En: MIRANDA, Marisa y VALLEJO, Gustado (Eds.). Derivas de Darwin. Cultura y política en clave biológica. Buenos Aires, Siglo XXI, 2010, pp. 268-297. 55 ZWEININGER-BARGIELOSWKA, Ina. Op. Cit. p. 25.
21
una mayor visibilidad56. Según Mike Featherstone, a partir de esta década el
cuerpo se convirtió en un importante elemento de diferenciación social, en la
medida que aspectos como la belleza, la delgadez, el vigor y la juventud se
elevaron como elemento claves en una “cultura del consumo”57. Alabando los
beneficios físicos y mentales de mantener un cuerpo “en forma”, las diversas
rutinas de ejercicios publicadas en revistas hacían mención repetidamente de que
cualquier hombre en cualquier momento podría transformar su cuerpo
simplemente practicando el ejercicio unos pocos minutos al día. El caso de Jaime
Gili, presentado en Los Sports, resultaba ser emblemático para mostrar los
cambios producidos por el ejercicio metódico, testimonio eficaz de una vida en que
se pasaba de ser un “hombre débil” a un “hombre fuerte”:
“En el invierno de 1927, Jaime Gili sentía que la vida se le escapaba en un debilitamiento físico que preveía de fatales consecuencias (…) Tiempo después, a los veinte años ha recuperado la constitución física conveniente a sus costumbres y mira con optimismo el porvenir; no ha buscado un remedio artificial sino que prefirió adaptarse a ejercicios de fácil ejecución”58.
Naturalizando una sexualidad prudente y recatada, el cuerpo femenino a
través de la ejercitación tampoco pasó desapercibido. “Soy perfecta porque hago
estos ejercicios”, se titulaba el artículo en Los Sports, en donde se destacaban los
beneficios estéticos que traían consigo los entrenamientos en mujeres59.
Dotándolo de actividades que incluían la danza rítmica, la natación o el tenis, la
clave parecía ser la de encontrar un equilibrio en las formas corporales,
proporcionando firmeza, destreza y elegancia. Dejando de lado cualquier exceso
muscular, la incorporación de fotografías que ensalzaban la imagen de una mujer
56 Ver: CORREA, María José. Electricidad, alienismo y modernidad: The Sanden Electric Company y el cuerpo nervioso en Santiago de Chile, 1900-1910. [En línea], Nuevo Mundo Mundos Nuevos Coloquios, Puesto en línea el 09 de Junio de 2014 <http://nuevomundo.revues.org/66910
[consultado el 14 de Agosto de 2014] 57 FEARTHSONE, Mike. The body in consumer culture. En: FEARTHSONE, Mike, HEPWORTH, Mike, y TURNER, Bryan (Eds.). The body social process and cultural theory. London, Sage Publications, 1991. pp. 170-196. 58 “Maravillosos resultados de nuestros consejos sobre cultura física”. Los Sports, Santiago, N° 307, 27 de Enero de 1929. p. 12. 59 “Soy perfecta porque hago estos ejercicios”. Los Sports, Santiago, N° 177, 30 de Julio de 1926. pp. 8-9.
22
pasiva y recurriendo plenamente a la felicidad, la feminidad se ubicaba como
sinónimo de fragilidad y belleza. En este ámbito, las condiciones de la maternidad
afloraban sobre el cuerpo femenino. Ya sea por acción u omisión las mujeres se
convirtieron en potenciales agentes de transmisión de caracteres degeneradores o
regeneradores: “La mujer que desee conservar su salud y su belleza, debe
practicar los ejercicios físicos. De ella depende el destino de la generación
futura”60.
Los alcances que tuvo la práctica sistemática de ejercicios físicos no
solamente se limitaron hacia hombres y mujeres, sino que también prestaron
especial atención al régimen físico de niños, jóvenes y lactantes, “prometiendo a
los futuros hijos adquirir los fundamentos de la fuerza vital, el desarrollo corpóreo y
la salud”61. “Los ejercicios físicos tienen un valor que día a día se va reconociendo
más y mejor por fisiólogos y psicólogos de renombre”, mencionaba Los Sports.
Acompañada de fotografías en la que se contemplaban una serie de ejercicios, la
gimnasia se constituía como una rutina indispensable en el crecimiento físico y
mental infantil: “porque con ella se puede localizar el trabajo muscular en la región
que se desea, o que es necesario hacer trabajar con mayor intensidad”62.
La aparición de gimnasios privados y públicos en Santiago63, en conjunto
con la propagación de las prácticas deportivas, hicieron posible la difusión editorial
de tratados en torno a la higiene, y especialmente de los populares “sistemas
domésticos de gimnasia en casa”. Un interesante ejemplo de esto, lo entrega el
boletín bibliográfico de la Librería “Cultura” ubicada en la calle Delicias, en pleno
centro santiaguino, el que apuntaba a una variedad de libros relacionados con
este tipo de prácticas. Siendo directamente importados desde Madrid y cuyos
precios oscilaban entre los 3 a 8 pesos, la lista contenía autores extranjeros como:
60 “Cinco minutos diarios para conquistar la belleza”. Los Sports, Santiago, N° 196, 10 de Diciembre de 1926. p. 5. 61 “¿Cómo sabe usted si su hijo llegará a ser presidente?”. Los Sports, Santiago, N° 385, 25 de Julio de 1930. p. 2. 62 “Gimnasia para niños”. Los Sports, Santiago, N° 420, 12 de Febrero de 1931. p. 2. 63 Ver: MODIANO, Pilar. Historia del deporte chileno: orígenes y transformaciones, 1850-1950. Santiago,
DIGEDER, 1997. 203 p.
23
Katty Jentzer, “Juegos Educativos al aire libre y en la casa”; Fernand
Marquebreucq, “Gimnasia racional y juegos para niños normales y anormales”;
William Blaikie, “Para ser fuertes. Métodos de gimnasia e higiene práctica”; El Dr.
Adrian Vander Put, “Energía y Salud por la gimnasia racional”; el Dr. Saimbraum,
“Salud, fuerza y belleza por medio de la gimnasia sueca”; Karl Miller, “La gimnasia
sueca. Manual de gimnasia racional al alcance de todos”; León Cocquelet, “21
movimientos de cultivo físico para no engordar”; Pedro Berthier, “Los 15 ejercicios
de gimnasia racional que harán a nuestros hijos, ágiles, vigorosos y hermosos”; y
el best seller a nivel mundial del danés J.P. Müller, “Mi sistema. Quince minutos de
trabajo diario para la salud”64. Aunque la proliferación de este tipo de manuales
fueron vendidos con el objeto de acercar un método de ejercicios adaptable para
todas las edades y a un público lector que tuvo el nivel adquisitivo, el tiempo y las
ganas de leerlos, los círculos médicos, y en menor medida pedagogos, fueron
reacios en incorporarlos en sus contenidos, desacreditándolos por sus escasas
ventajas higiénicas y educativas.
Otros de los productos que estuvieron al alcance de usuarios fueron los
artefactos desarrollados por el alemán Eugene Sandow65. Según señala Dominic
Morais, Sandow utilizó su popularidad como figura pública y posicionó su nombre
en el mercado a nivel global como símbolo de salud y bienestar corporal66.
Ofertando diversos bienes que iban desde libros, complementos alimenticios,
hasta aparatos para ejercitarse, los productos Sandow no solamente se
posicionaron como un importante recurso terapéutico, sino que también como un
lucrativo negocio, alcanzando reconocimientos y éxitos económicos67.
64 BOLETIN BIBLIOGRÁFICO LIBRERÍA CULTURA. Santiago, Imprenta La Tarde, 1929. pp. 43-44. 65 Eugene Sandow (1867-1925), atleta de origen prusiano, es considerado el padre del fisicoculturismo moderno. Pregonando los ideales corporales griegos, se convirtió en toda una figura pública hacia fines del XIX, desarrollando rutinas, entrenamientos y toda una red comercial de equipos de ejercicios, tales como manuales, pesas y poleas. Ver: WALLER, David. The Perfect Man. The Muscular Life and Times of Eugen Sandow, Victorian Strongman. Brighton, Victorian Secrets Ltd, 2011. 290 p. 66 MORAIS, Dominic. Branding Iron: Eugen Sandow's Modern Marketing Strategies, 1887-1925. Journal of Sport History 40 (3): 193-214, 2013. 67 GOOGLE PATENTS, Eugene Sandow. Exercising Machine. US patent 610416 A. Patentado el 6 de Septiembre de 1898; Dumb-bell, US patent 654097 A. Patentado el 17 de Julio de 1900.
24
En Santiago, el posicionamiento de su marca contempló apariciones en
catálogos publicitarios, revistas y ventas directas en casas comerciales, en los que
se privilegió exclusivamente a un público masculino68. En 1903 la “Nueva Librería
Inglesa” ubicada en Estado 299, será la primera en comercializar sus productos
desde Inglaterra al país (Imagen 1). En un mercado de agentes comerciales que
funcionaba bajo el modelo de importación directa, la misma librería apelaba a los
consumidores sobre la autenticidad de la marca, identificándose como “los únicos
ajentes de los aparatos de fuerza de Sandow”69. La posición publicitaria de la
librería ponía en evidencia la originalidad del producto, remitiéndose por un lado al
problema de la legitimidad y falsificación que existía, con un mercado paralelo que
producía y comercializaba “artefactos alternativos”, y por el otro lado, en la ley de
privilegio exclusivo, que ubicó a la “Nueva Librería Inglesa” como representante
oficial de sus productos.
Apostando por mayor volumen de ventas, y una mayor sofisticación en el
contenido y el mensaje del producto, la tienda de retail anglo-argentina Gath &
Chaves, ubicada entre las calles Estado y Huérfanos, también participaría de su
mercadeo a partir de la década del ´20. Ofertándolo, como parte de su
departamento especializado en “sports” y bajo el rótulo de “aparato deportivo”
(Imagen 2), los extensores de fuerza Sandow eran presentados al público bajo
sugerentes eslóganes como “altamente eficaces para la salud”, “los atletas y
gimnastas de todo el mundo lo usan en sus entrenamientos”, o “recomendado por
los más eminentes facultativos para ejercicios de desarrollo muscular”,
asegurando que sus competencias fueron probadas por especialistas, doctores y
científicos70. Con ello, Gath & Chaves pretendía no generar dudas en sus clientes,
reafirmando el prestigio y calidad con que venían precedidos los extensores en el
extranjero.
68 Ver: SANDOW, Eujenio. Fuerza y modo de adquirirla: con un mapa anatómico de ejercicios físicos. Santiago: Imprenta Moderna, 1900. 45 p; y la revista llamada Sandow’s magazine, publicada entre los años 1921 y 1931, versión chilena dedicada solamente al boxeo 69 CHILE: descripción física, política, social, industrial y comercial de la República de Chile. Santiago, Carlos Tornero, 1903. p. 275. 70 Chile Magazine, Santiago, N° 3, Septiembre de 1921. p. 4.
25
Imagen 1. “Únicos agentes de los aparatos de fuerza de Sandow” de La Nueva Librería Inglesa.
[CHILE: Descripción Física, Política, Social, Industrial y Comercial de la República de Chile.
Santiago, Carlos Tornero, 1903. BCNC.]
Imagen 2. “Los Aparatos Sandow´s” de Gath & Chaves. [Chile Magazine, 1921. BCNC.]
26
Las imágenes y textos que acompañaron la difusión de los artefactos
Sandow en ambas casas comerciales respondieron para el caso específico de
Santiago a un mercado que fue validando la producción de nuevos productos,
facilitando su llegada hacia nuevos públicos y espacios de consumidores. Es decir,
y como lo señala Jacqueline Dussaillant, desde fines del siglo XIX e inicios del
siglo XX la capital enfrentó un marcado incremento poblacional que estimuló el
comercio, lo que aumentó el volumen de los negocios y el desarrollo de
novedosos mecanismos de venta71.
Pese a que no es posible asegurar la demanda hacia este tipo de
artefactos, la cotidianeidad de su publicidad hacia principios de siglo permiten
suponer que era usual encontrar en tiendas, tanto libros como artefactos
relacionados con la práctica de ejercicios físicos, y tratados científicos sobre la
gimnasia y el cuidado del cuerpo, siendo conocidos y consumidos por grupos
incipientes de la población, como clases medias, o quiénes tenían la posibilidad de
comprarlo en ciudades como Santiago o Valparaíso, y que podían elegirlos entre
una variedad de productos.
En consecuencia, dentro de este contexto, el ejercicio físico apareció
durante las décadas finales del siglo XIX y comienzos del XX en el país como una
de las posibles terapias para encauzar y regenerar estos cuerpos “anómalos y
desordenados’’. Sus objetivos no solo fueron, reducir la fatiga y combatir el
sedentarismo, sino que en su significado también se pusieron en circulación,
producción y transmisión una serie de prácticas que incluían la comercialización
de manuales, rutinas, productos y entrenamientos con el fin de proyectar una
ejercitación al alcance de todos.
71 DUISSALANT, Jacqueline. Las reinas de Estado: consumo, grandes tiendas y mujeres en la modernización del comercio de Santiago (1880-1930). Santiago, Ediciones Universidad Católica de Chile, 2011. 439 p.
27
CAPÍTULO II
ESPECIALISTAS, SABERES Y PRÁCTICAS EN LA EDUCACION FISICA CHILENA (1880-1927)
Desde fines del siglo XIX y los comienzos del XX, tanto pedagogos,
maestros, funcionarios públicos, como políticos y militares abordaron con inusual
entusiasmo la importancia que tenía practicar la educación física, relacionándolos
ante una serie de iniciativas que abarcaban desde la defensa de la patria, el
incentivo por las actividades militares hasta la formación de modelos para el
aprendizaje escolar, la creación de especialistas en el área y así como el
establecimiento de comisiones estatales dedicadas a la educación física. Sin
embargo, lejos de establecerse como un hecho autónomo y espontáneo, el
surgimiento de los planes escolares, la definición de los contenidos a través de
libros y materiales para su instrucción, o la llegada de un conjunto de agentes,
actores y de diversas organizaciones específicas determinaron las distintas y
diversas formas que tendría la educación física durante este periodo. Ya sean
juegos, excursiones, paseos, rondas, danzas folklóricas, ejercicios militares,
deportes, o los distintos tipos de gimnasia como la sueca o la alemana, cualquiera
de estas se convirtió en objeto de enseñanza, siendo asumida, discutida e
reinterpretada a la luz de las controversias y disidencias sobre qué tipos de
prácticas corporales eran las más eficaces.
Por lo que el objetivo de este capítulo es analizar las maneras por las que
los distintos actores involucrados, ya sea profesores, políticos o grupos de interés
desarrollaron sus propias perspectivas en torno a la educación física; cuáles
fueron los mecanismos para la divulgación de sus conocimientos, como congresos
o publicaciones especializadas; y las distintas disputas generadas al momento de
definir sus determinados usos.
28
DE LOS BATALLONES ESCOLARES A LA GIMNASIA PEDAGÓGICA Influenciado por el clima altamente militarizado de la época y por la
necesidad de impulsar la enseñanza patriótica, las décadas finales del siglo XIX
vieron el surgimiento de distintas organizaciones para-militares infantiles. Para
Jorge Rojas Flores, si bien desde el periodo anterior a la Guerra del Pacífico
habían existido iniciativas para reclutar a niños y jóvenes, no sería hasta principios
de la década de 1880, en donde educadores, políticos y militares pondrían su
atención a los batallones escolares, como una de las formas más eficaces para la
formación cívica y moral de las futuras generaciones72. Generando adhesión y
entusiasmo popular en ciudades como Santiago y Valparaíso, los batallones se
constituyeron como expresiones para la defensa de la patria, en los que a través
de desfiles, paradas militares y actividades gimnásticas los participantes exhibían
públicamente sus capacidades para la audacia, el honor, la firmeza y la valentía73.
Igualmente, y como parte de las crecientes tensiones militares con
Argentina por los temas limítrofes, desde el Ministerio de Guerra hacia finales de
la década de 1880 se acordaba la necesidad de “militarizar las escuelas”,
implantando ejercicios de preparación en los distintos liceos y escuelas del país:
“se ha reconocido en Chile la conveniencia de difundir los conocimientos militares
en la niñez que se educa en los colegios de la Nación, como un ejercicio de
jimnástica útil i agradable al niño i como un medio de preparar al futuro ciudadano
a quién la Nación le confiará más tarde la custodia de su honor i de su bandera
(…) A fin de realizar esta idea de una manera provechosa, sería conveniente
confiar la dirección de la enseñanza de los alumnos militarizados a uno de los
oficiales del Ejército ocupados en el batallón cívico de la localidad respectiva o de
los ayudantes de las Comandancias de Armas”74.
72 ROJAS Flores, Jorge. Moral y prácticas cívicas en los niños chilenos, 1880-1950. Santiago, Ariadna Ediciones, 2004. pp. 60-64. 73 ROJAS Flores, Jorge. Historia de la infancia en el Chile republicano: 1810-2010. Santiago, Junta Nacional de Jardines Infantiles, 2010. pp. 258-259. 74 MEMORIA DEL MINISTERIO DE GUERRA DE 1889. Santiago, Impr. Nacional, 1889. p. 204.
29
Paralelamente, y luego de pasar años de observación en Europa, José
Abelardo Núñez regresaba a Santiago en 1883, en cuyo recorrido había
examinado y consultado tanto a funcionarios y expertos sobre los diversos
métodos educativos existentes. Como parte de los cambios propuestos por la
intelectualidad liberal y que buscaban de dotar de conocimientos científicos a la
educación pública chilena, el plan de estudios en torno a la educación física
trazado por Núñez convergía en dicha dirección, al incorporar conceptos médicos-
científicos. Especialmente adaptado para las Escuelas Normales, dicho plan
contemplaba ejercicios corporales de marcha, movimientos de brazos y ejercicios
con aparatos, los cuales tenían como fin: “fomentar con todo el vigor la educación
física que, unida i completada con los conocimientos racionales de la hijiene en la
escuela, está llamada a modificar profundamente las condiciones materiales de
vida de nuestro pueblo”75.
A fines de 1884, se establecieron las primeras reformas educacionales
modernas y que supusieron la llegada de profesores alemanes contratados por el
Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. Específicamente la formación
pedagógica alemana, era vista por su vocación moderna y secular, y que ponía a
la razón y el método científico como pilares de la enseñanza escolar. Para el caso
de la educación física, a comienzos de 1885 era designado como profesor para la
Escuela Normal de Preceptores de Santiago el austríaco Francisco Jenschke. Si
bien, su formación fue la de profesor de matemáticas y física del Liceo Imperial
Real Superior de la Leopoldstadt en Viena, su incorporación evidencia que fueron
razones burocráticas las que incidieron a su contratación, dado que contaba por
un lado con la licencia de “instructor de gimnasia” para establecimientos y liceos
superiores, y por el otro lado tenía los conocimientos básicos en el idioma español,
hechos que le permitieron ser contratado bajo el cargo de “director de jimnasia” en
dicha escuela76.
75 NÚÑEZ, José Abelardo. Educación física, En: Organización de escuelas normales. Santiago, Imprenta de la Librería Americana, 1883. p. 264. 76 JENSCHKE, Francisco. Monografía de la Escuela Normal de Preceptores 'José Abelardo Núñez'. Santiago, Soc. Imprenta i Litografía Universo, 1922. p. 139.
30
Junto con la llegada de Jenschke, se importarían desde Alemania los
primeros objetos y materiales didácticos para su enseñanza, los cuales fueron
exhibidos durante la exposición organizada por el Ministerio de Justicia e
Instrucción Pública en 188577. La idea, según el propio Núñez, era “exhibir el
material escolar adquirido por el Gobierno, antes de su distribución a las escuelas
públicas”78. Objetos que fueron adquiridos como “el aparato universal de
jimnástica para escuelas i familias”, un modelo que contenía aparatos básicos
diseñados para la primera enseñanza, “recomendable por su buena calidad i
sencillez”, además de una bayoneta triangular de tamaño “pequeño y liviano”,
fueron incorporados como parte de la práctica del ramo, siendo rotulados como
objetos para la “enseñanza cívica i militar”79.
El Congreso Pedagógico organizado por el Consejo de Instrucción Pública
en 1889, fue clave para entender el “desarrollo que debe darse a la jimnasia i a los
ejercicios militares”, y “de establecerlas como obligatorias dentro de todas las
escuelas para hombres y mujeres del país”80. Profesores normalistas como
Erasmo Arellano o Ismael Larenas, fueron enfáticos en señalar la importancia de
que tenían los ejercicios militares: “por ser fundamentales en la creación del valor
cívico y ser la más segura defensa del Estado”81. El propio Jenschke indicaba que
convenían ser complementados a través del uso de armas, el cual: “debía darse
una vez que el alumno haya adquirido previamente la fuerza y destreza gimnástica
suficiente como para manejar el fusil”82. Asimismo, se estableció la necesidad de
contar con locales especialmente acondicionados para su práctica, y planteándose
por primera vez la necesidad de formar profesores especializados, siguiendo los
modelos de países como Alemania o Suecia83.
77 NUÑEZ, José Abelardo. Catálogo de la exposición de material escolar. Santiago, Imprenta Nacional, 1885. 39 p. 78 Ibíd. p. 6. 79 Ibíd. p. 39. 80 RESUMEN DE LAS DISCUSIONES, actas i memorias presentadas al Primer Congreso Pedagógico: celebrado en Santiago, Septiembre de 1889. Santiago, Imprenta Nacional, 1890. 81 Ibíd. p. 64. 82 Ibíd. p. 66. 83 Ibíd. pp. 67-68.
31
Las nuevas reglamentaciones hechas por el Consejo de Instrucción Pública
durante la década de 1890, y el desarrollo de instrumentos y material de apoyo
como los textos de estudios, fueron la base para que Jenschke se consolidase
como principal impulsor de los saberes en torno a la educación física a partir de
esta década. La Guía de jimnasia escolar: para el uso de los liceos i escuelas de
ambos sexos (1894) y la Metodolojía Especial de jimnasia (1896), fueron
adjudicadas por concursos públicos y difundidos en todas las escuelas primarias
del país, con un tiraje continuo hasta las primeras décadas del siglo XX84. Dichos
manuales contemplaban un programa general de ejercicios para todos los niveles
los cuales aumentaban de complejidad año a año y que eran divididos en:
ejercicios ordinales, como marchas, formación de columnas, ejercicios ejecutados
en fila; ejercicios libres, como elevaciones de brazos, pasos alternados, vueltas y
brincos; además de ejercicios en aparatos y juegos infantiles como “el zorro a la
cueva”; “pillar al ladrón” o “arrienda Ud. un cuartito”85.
Asimismo, y como parte importante para la aplicación de estas actividades,
se consideraba la utilización de un guión de mando, en los que se indicaban los
énfasis de voz con que debían realizar las clases los profesores del ramo. Este
último punto ponía en consideración el acercamiento militar que había detrás de
las clases de educación física. Así por ejemplo: “Fila, alinearse por la derecha-
FIRME!, los números unos seis, los doses tres pasos a vanguardia-MARCHEN!,
las manos sobre las caderas-PONGAN!, el mismo ejercicios con el pie derecho-
ya,…ALTO!”86. Es decir, la militarización a la cual aludía Jenschke estaba basada
en el modelo alemán expuesto por el teniente prusiano Friedrich Ludwig Jahn, una
de las voces más autorizadas de la época para fundamentar un tipo de exigencia
física acorde con las necesidades del escenario socio-político no solamente
europeo sino que también latinoamericano de fin de siècle.
84 SILVA, Josefina y CONCHA, Alejandra. Op. Cit. p. 233. 85 JENSCHKE, Francisco. Guía de Jimnasia escolar: para el uso de los liceos y escuelas de ambos sexos. Santiago, Imprenta Cervantes, 1894. 125 p. 86 Ibíd. p. 18.
32
De la misma forma, en 1895 Jenschke se encargaría de diseñar y realizar
los primeros cursos de especialización de educación física hacia los estudiantes
del Instituto Pedagógico. El plan de estudios contemplaba cursos aplicados a la
anatomía del cuerpo humano, metodología gimnástica, historia, literatura sobre
gimnasia, y el adiestramiento en técnicas formativas, especialmente en barras,
trampolín y argollas87. Pese a que el curso tuvo alrededor de tres años de
funcionamiento, y un total de 12 alumnos formados en la especialidad, la escasez
de recursos y la falta de entusiasmo dentro del alumnado hicieron que las clases
fuesen suprimidas en 189888.
El cambio de siglo vaticinó nuevos cambios a la estructura inicial propuesta
por los batallones escolares89. Aunque se mantuvo el interés por los desfiles y
representaciones militares, éstas decrecieron en importancia al imponerse una
enseñanza científica y pedagógica de la educación física como parte del
surgimiento de una “educación integral”90. Con la aprobación definitiva del
Reglamento de Instrucción Primaria de 1898, la cual incluía las asignaturas de
canto y gimnasia como obligatorias91, y la asignación en los planes de estudios
para las escuelas nacionales de 1901 de cuatro horas semanales de gimnasia
para el primer año de primaria; dos horas semanales entre segundo y cuarto, una
hora semanal entre quinto y sexto; y dos veces a la semana en los liceos92, la
educación física se transformaba definitivamente en una asignatura escolar,
dejando de ser tan solo un agente para la preparación militar, convirtiéndose en un
conjunto de saberes y prácticas transmitidas por nuevos especialistas.
87 JENSCHKE, Francisco. Programa de jimnasia para el Instituto Pedagógico. Santiago, Imprenta Nacional, 1895. 12 p. 88 RUIZ Urbina, Antonio. Op. Cit. p. 1534. 89 MARTÍNEZ, Felipe. Op. Cit. pp. 323-325. 90 Gran parte de esta influencia provendría del inglés Herbert Spencer (1820-1903). Este autor expone sus principales ideas sobre la educación integral: intelectual, física y moral, destacando en lo referente a la educación física el retorno a la naturaleza como una condición indispensable para la prosperidad nacional y la formación de un carácter. 91 ANUARIO DEL MINISTERIO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA: disposiciones relativas al servicio de instrucción primaria. Santiago, Imprenta Nacional, 1898. 50 p. 92 SILVA, Josefina y CONCHA, Alejandra. Op. Cit. p. 234.
33
FABRICAR UN OFICIO: EL INSTITUTO DE EDUCACIÓN FÍSICA En 1893, tras cuatro años de estudios en Europa, el profesor normalista
Joaquín Cabezas retornaba al país luego de haber sido comisionado por el
Gobierno para el estudio de los diversos sistemas de educación física93. Su viaje
contempló visitas a diversos establecimientos tanto en Bélgica, Francia,
Dinamarca y especialmente Suecia. En este último país inició su recorrido
estudiando en la Escuela Normal de Trabajo Manual Educativo de Nääs para
posteriormente trasladarse a la capital de dicho país a seguir los estudios
complementarios en el Real Instituto Central de Estocolmo, lugar en donde se
desarrollaba el método gimnástico con base científica, elaborado por el sueco
Pehr Ling. La llegada de Cabezas al país se daría en una serie de
transformaciones que se comenzaban a gestar en torno a la educación física, en
los que junto con la integración al plan de estudios de ramos técnicos, se iría
incorporando al currículum oficial en los tres niveles escolares; el primario, el
secundario, y las escuelas normales. La consolidación de la disciplina se produjo
con la formación de personal especializado a partir de la creación del Instituto de
Educación Física (IEF) en 1906. Dirigido por Joaquín Cabezas, este sería el punto
de partida para fabricar un nuevo oficio: el “profesor de educación física”.
Inicialmente, el regreso de Cabezas no concitó interés público. Debido al
predominio de Jenschke como el principal experto educativo en la materia, su
labor tardaría casi una década en ser reconocida. Asimismo, el desconocimiento y
desconfianza que existía sobre Suecia como referente pedagógico generaron
resistencias dentro del contexto nacional. Su llegada como profesor de educación
física al Instituto Nacional en 1894 sería la plataforma para promover y difundir su
trabajo públicamente. Esto sería recién en 1902, cuando en conjunto con el rector
de la Universidad de Chile, Manuel Barros Borgoño, presentaron al Consejo de
93 Joaquín Cabezas (1867-1948) fue una de las figuras insignes en torno a la institucionalización de la educación física dentro del país. Introductor del deporte moderno y su reglamentación en Chile, Cabezas formaría parte de diversas asociaciones tanto en el futbol, el ciclismo como el scoutismo. Ver: GÓMEZ, Eliana. Contribución al estudio de la obra y personalidad de don Joaquín Cabezas. Santiago, Escuela Nacional de Artes Gráficas, 1950. 89 p.
34
Instrucción Pública la propuesta de agregar cursos como educación física, dibujo y
trabajos manuales al plan de estudio del Instituto Pedagógico94.
En ese mismo año, el “Segundo Congreso Nacional de Educación”, resultó
clave para vislumbrar los cambios que tendría la educación física durante las
siguientes décadas. Las controversias entre el método alemán y sueco, fueron el
escenario para que Jenschke y Cabezas presentasen sus argumentos y
posiciones. El primero, en ese entonces profesor y sub-director de la Escuela
Normal defendía el método alemán, de fuerte influencia militar, al señalar que
estos ejercicios tenían la capacidad de “transformar las naciones en pueblos
vigorosos i valientes, inteligentes i morales”95. Por su parte, Cabezas, en el marco
de una educación integral, recalcaba la importancia de difundir y adoptar el
sistema sueco, ya que era una de las mejores metodologías para lograr un efecto
terapéutico en los infantes: “no es el predominio de la cultura física sobre la
enseñanza intelectual lo que deseo para los niños chilenos, sino el justo equilibrio
en el desarrollo armónico del cuerpo”96.
Estas discusiones acerca del lugar que debía ocupar la educación física
también fueron promovidas desde grupos y círculos intelectuales. Especialmente a
raíz de la formación de la ANE en 1904, organizada por el Dr. Carlos Fernández,
se comenzaron a dictar una serie de conferencias, en los que invitados como
Cabezas, Jenschke, entre otros, debatieron los alcances de los diversos sistemas
y la cobertura que debía tener la educación física escolar a nivel nacional97. Tanto
los congresos como las discusiones de dichos grupos tuvieron incidencias a nivel
gubernamental, enviándose un proyecto de ley al Congreso, el que fue
promulgado en 1906 y que anunciaba la apertura del denominado “Instituto
Superior de Educación Física y Manual”98.
94 GUARDA, Sergio. Op. Cit. pp. 14-15. 95 CONGRESO GENERAL de Enseñanza Pública 1902: actas i trabajos. Santiago, Imprenta y Litografía i Encuadernación Barcelona, 1904. p. 359. 96 Ibíd. pp. 216-217. 97 “La educación física en los liceos nacionales”. Revista de la Asociación de Educación Nacional, Santiago, N° 5, Noviembre de 1905. pp. 213-214. 98 RUIZ Urbina, Antonio. Op. Cit. p. 1543.
35
El IEF pasó a depender directamente del Ministerio de Instrucción Pública,
siendo designado Joaquín Cabezas como su primer director y el encargado de
elaborar los planes de estudio. Sin embargo, el marco institucional chileno no
ofrecía un campo propicio para el desarrollo autónomo de la educación física. Por
lo que desde sus inicios, Cabezas presentó un programa en el que además de la
educación física, la cual contemplaba sub-cursos de anatomía, fisiología, higiene,
mecánica del movimiento, gimnasia práctica y teórica, se le agregaban
conocimientos generales de trabajos manuales, dibujo, caligrafía, slöjd, cartonaje
primario, carpintería, economía doméstica, y taquigrafía, los cuales debían ser
desarrollados a lo largo de doce horas semanales en un periodo dos años. Es
decir, la definición e institucionalización del oficio de “profesor de educación física”
durante estos primeros años debía legitimarse bajo habilidades y competencias
orientadas a los oficios y ramos técnicos.
Funcionando inicialmente en dos edificios arrendados en la calle Prat, a los
pocos años se hizo insuficiente dada la creciente cantidad de alumnos
matriculados. Según los cálculos entregados por Silva y Concha, la apertura del
IEF tuvo un impacto significativo en el universo del profesorado normalista y
secundario que deseaba especializarse. En comparación con el Instituto
Pedagógico, entre 1906 y 1912 el promedio de profesores inscritos alcanzó un
promedio de 269 alumnos, mientras que para el segundo llegó solo a 208,4
alumnos99. Este hecho motivaría el traslado en 1910 hacia los terrenos de la calle
Morandé 750, situado en las cercanías del río Mapocho100.
Al cambio de sede, se le sumaba dos años después, en 1912 la
elaboración de un nuevo reglamento esta vez aprobado por el Consejo de
Instrucción Pública, en donde se aumentaba el tiempo destinado a su enseñanza
de dos a tres años, y se producía una mayor oferta curricular agregando nuevos
cursos como música vocal, dactilografía, pedagogía teórica y práctica, psicología,
francés, historia, educación cívica, nociones de legislación escolar, puericultura,
99 SILVA, Josefina y CONCHA, Alejandra. Op. Cit. p. 241. 100 GUARDA, Sergio. Op. Cit p. 16.
36
contabilidad, y principalmente se consolidaba la influencia teórica de la fisiología
francesa, de autores como Tissié, Demeny o Lagrange, en los contenidos del
Instituto en temáticas como fisiología del ejercicio o mecánica del aparato
locomotor101. Sobre estos últimos, Cabezas era enfático en destacarlos en una
entrevista concedida a la Revista de la ANE, ya que reafirmaban las competencias
científicas en la formación del alumnado, subrayando que: “el futuro profesor de
jimnasia [conocerá] en detalle las piezas de la máquina que debe mover (…) en
consecuencia sus estudios comprenderán la anatomía, la fisiología y la hijiene”102.
Este plan no solamente contempló cambios a nivel metodológicos, sino que
también implicó un crecimiento a partir de la obtención de mayores recursos y la
adquisición de nuevos materiales para la enseñanza. Para 1907, la planilla de
presupuestos del IEF alcanzaba solamente a los 9.814 pesos, consignados al
pago de profesores, arrendamiento, y materiales para la enseñanza de los cursos
de higiene, dactilografía y economía doméstica. Mientras que en 1916 estos
montos alcanzaban los 100.065 pesos, es decir un aumento de diez veces,
destinados principalmente para ramos como economía doméstica, química,
dactilografía, antropometría, mecánica, y trabajos en madera, metal y cartonaje103.
Las conexiones entre Cabezas y el IEF demostraban el consenso que se
tenía en tomar a las metodologías suecas como modelo de enseñanza, y así lo
aseguraban las asignaturas de trabajos manuales, gimnasia y economía
doméstica que eran adoptadas en base a los modelos de las escuelas de Nääs,
Estocolmo y Upsala respectivamente104. Sin embargo, la incorporación de ramos
como la enseñanza del dibujo y la taquigrafía, los cuales fueron aplicados bajo la
metodología elaborada por la Kunt Schule de Berlín105, dejaban en evidencia que
la implementación de saberes dentro del Instituto no fue un proceso que privilegió
101 ARNADME. Vol. 2993, 1912. 102 “El Instituto de Educación Física”. Revista de la Asociación de Educación Nacional, Santiago, Tomo VI, Agosto de 1913. p. 318. 103 ARNADME: Vol. 2323, Abril de 1907; Vol. 3485, 1916. 104 INSTITUTO SUPERIOR DE EDUCACION FISICA: prospecto. Santiago, Imprenta Universitaria, 1917. 63 p. 105 Ibíd. p. 26.
37
el aprendizaje de los conocimientos con base sueca, sino que también introdujo
ciertos tópicos ligados a la enseñanza alemana, específicamente en torno a la
educación de oficios técnicos, en base a las necesidades de un mercado
educativo nacional que requería de las capacidades expertas tanto de profesores
de educación física como de digitadores o dibujantes.
Hacia fines de la segunda década del siglo XX, las competencias
específicas y el fortalecimiento público que tuvo el Instituto fueron aspectos claves
para convencer y persuadir a las autoridades educativas sobre la importancia que
tenía su labor. Este hecho se ejemplificaría en 1918, cuando el IEF se reconoció
bajo el estatuto de “escuela universitaria”. Esto significó un cambio institucional y
un reconocimiento formal por parte de las agencias estatales, en donde no
solamente pasó a formar parte de la Universidad de Chile a través de su Facultad
de Filosofía y Educación, sino que también a todos los egresados de la carrera se
les confería el el título de profesor de Estado, teniendo las mismas prerrogativas
que los alumnos formados en el Instituto Pedagógico106. Asimismo, este hecho
contempló la reorganización de los planes de estudio en cuatro ejes principales:
educación física (anatomía, higiene, fisiología, mecánica del movimiento, juegos
pedagógicos y deportivos, baile y natación); trabajos manuales (plegado,
cartonaje, carpintería, trabajos en mental); economía doméstica (contabilidad del
hogar, trabajos prácticos de cocina; estudio de los alimentos, química de la
alimentación); dibujo y caligrafía (anatomía de las formas, dibujo lineal y natural,
pintura, historia del arte y modelado; música vocal, taquigrafía y dactilografía107.
De esta forma, la creación del IEF durante las primeras dos décadas del
siglo XX, implicó una nueva posición de la naciente disciplina y de quienes
definieron su competencia como profesores de educación física. Sin embargo,
grupos profesionales y de interés también se harían parte en la administración y
validación de los conocimientos en torno a los cuerpos en movimientos.
106 MELKONIAN, Enrique. Op. Cit. pp. 24-25. 107 UNIVERSIDAD DE CHILE: Memoria plan de estudios i reglamento del Instituto Superior de Educación Física correspondiente al año 1918. Santiago, Imprenta Universitaria, 1919. 36 p.
38
GRUPOS PROFESIONALES Y LA EDUCACIÓN FÍSICA
En 1912, y luego de constantes iniciativas por reunir a agrupaciones que
difundieran las actividades físicas en espacios diferentes a los escolares, se
creaba la Liga Chilena de Educación Física (LCEF). Fundada por Joaquín
Cabezas, su creación venía precedida de los acuerdos realizados en Odense,
Dinamarca, durante el Congreso Internacional de Educación Física de 1911, en los
que se contemplaba, incluyendo Chile, la importancia de divulgar un programa
internacional y científico de educación física a través de diversas agrupaciones
locales. Igualmente, de la mano de la creación de la LCEF, se encontraría también
la Revista de Educación Física, iniciativa desarrollada por el profesor Guillermo
Martínez desde 1912, y que se constituiría como el soporte de difusión material del
grupo. Los vínculos de mutuo aprecio entre Cabezas y Martínez, los cuales eran
demostrados en la revista mediante las cartas de colaboración, y de una línea
editorial que privilegiaba el desarrollo de temas relativos a la gimnasia sueca, sus
implicancias higiénicas-fisiológicas, y particularmente su importancia “en el hogar,
en la escuela, el cuartel, en las sociedades i centros obreros”, permitió enlazar la
propuesta la LCEF canalizándola a través de dicha revista108.
Específicamente la LCEF, pretendía desarrollar y fomentar las actividades
de “todas las sociedades que se interesaban por las actividades físicas, ya sea su
estudio o su práctica cotidiana, ayudando e incentivando la formación de nuevas
agrupaciones ligadas a la estética, la cultura física y militar”, enfatizando que “la
educación física debe cooperar con la educación intelectual i moral para
acrecentar la enerjía individual i colectiva de la raza chilena”109. Constituida bajo
un modelo de sociedad con estatutos, títulos, modalidades de participación y
cuotas de incorporación, la LCEF buscaba captar la mayor cantidad de socios
permanentes para el financiamiento de sus actividades110. En este sentido, es
108 “Liga Chilena de Educación Física”. Revista de educación física, Santiago, N° 1, Mayo de 1912. pp. 15-17. 109 “La Liga Chilena de Educación Física”. Revista de educación física, Santiago, N° 2, Junio de 1912. pp. 57 -58. 110 “Estatutos”. Revista de educación física, Santiago, N° 3, Julio de 1912. pp. 78-81.
39
significativo el número de afiliados que tuvo la LCEF durante este periodo, los que
ascendiendo al centenar de personas, agruparon a una red de profesores de
instrucción primaria y secundaria que iban desde ciudades como Arica,
Antofagasta, La Serena, San Felipe, Quillota, hasta Rancagua, Chillan,
Concepción, Temuco o Punta Arenas111. Por otra parte, a través de la Revista de
Educación Física, se establecían convenios de canje y suscripciones con diarios
del ámbito nacional como La Mañana, Sport i Actualidades o el Boletín de la
Sociedad de Fomento Fabril, y del ámbito extranjero en publicaciones de
Argentina y Uruguay, como La Revista de Instrucción Primaria o los Anales de la
instrucción primaria, respectivamente, y especialmente en Suecia con la Svensk-
Lararetidning; la Nordiskt idrottslif o la Tidskrift i Gymnastik. Este hecho permitió no
solo ampliar el rango de distribución de la revista, sino que también la propuesta
científica que tenía el grupo en torno a las diversas actividades físicas.
En paralelo a la LCEF, se encontraba también la Unión de Profesores de
Educación Física (UPEF), agrupación creada en 1909 por un grupo de egresados
del IEF, profesores sin certificación oficial y simpatizantes de los concursos
atléticos como Oscar García, Máximo Kähni, Rómulo Vargas y Oscar Mossó. Si
bien contenía puntos similares que acercaban su trabajo a la LCEF, como
enfatizar el valor científico de la educación física en la escuela, o uniformar los
programas enseñanza de la gimnasia en los colegios, la UPEF construyó una
propuesta diferente a la de este grupo, al incorporar elementos como “la
organización del tiro escolar”, y el apoyo a ligas contra “el tabaco, la tuberculosis y
la embriaguez”112. Del mismo modo, contuvo el apoyo de organizaciones
vinculadas al ámbito deportivo como la Federación Sportiva Nacional (FSN); en
colectividades de inmigrantes alemanes en Santiago y Valparaíso como la
Deustcher Turnverein (DT); y de académicos residentes en el país como Teodoro
Muhm y Max Westenhoffer, ambos profesores de fisiología experimental y
111 “Nuestros socios”, Revista de educación física, Santiago,N° 5, Septiembre de 1912. pp. 125-
127. 112 UNION DE PROFESORES DE EDUCACIÓN FÍSICA: La IIIa Gran Revista de Jimnasia. Santiago, Imprenta Universitaria, 1911. p. 4.
40
anatomía patología de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, y de Guillermo
Mann, director del Laboratorio de Psicología Experimental del Instituto
Pedagógico113.
En particular, la UPEF gestionaría la venida al país de delegaciones
extranjeras, especialmente de Argentina, para que compitiesen con las
selecciones nacionales, y sobre todo promocionando la realización de las
denominadas “revistas de gimnasia”. Realizada en las dependencias del Club
Hípico el año 1911, sus repercusiones indicaba la UPEF tuvieron un gran éxito en
la comunidad escolar: “importante, bajo todos los conceptos, resulto la gran revista
de gimnasia organizada i dirijida por la Unión de Profesores de Educación Física
con la cooperación de los clubs gimnásticos alemanes de Santiago i Valparaíso.
Más de 2.000 niños de las escuelas públicas superiores, de los liceos i colejios
particulares, tomaron parte en este interesante concurso gimnástico”114. En este
punto, y a diferencia de lo que promovía la LCEF, la UPEF incentivó como un
elemento fundamental la incorporación de los concursos atléticos y los deportes a
la educación física. Siendo presentado como un medio de perfeccionamiento
“usado en el comercio, en las artes, o en las ciencias”, enfatizaba la UPEF que los
concursos “pueden ser un instrumento pedagójico apropiado para estimular a la
acción i a la lucha para exhibir los progresos realizados en las aulas, i bajo la
influencia de los métodos, para coronar la obra de restauración física i social que
se propone la cultura física bien entendida”115.
En los años siguientes, una de las iniciativas que tuvo mayor acogida por
poner en práctica la idea de poner una gimnasia al alcance de diversos sectores
populares, fue el Club de Gimnasia Científica (CGC), creado en 1924. Compuesto
por un grupo de ex alumnos del IEF, como José Porras, Víctor Seguel, Emilio
Morales, Lisandro González y Humberto Díaz, y bajo el apoyo de un directorio
honorario conformado por los profesores Joaquín Cabezas, Guillermo Martínez y
Oscar García, el CGC se incorporó como parte de las actividades de extensión del
113 ANUARIO SPORTIVO de Chile: 1909. Santiago, Imprenta San Buenaventura, 1910. pp. 12-13. 114 UNION DE PROFESORES DE EDUCACIÓN FÍSICA. Op. Cit. p. 3. 115 Ibíd. p. 9.
41
IEF subrayando los elementos científicos que tenía para su puesta en marcha,
“porque está basada en los principios universales de la anatomía, la fisiología y la
higiene”116. Con el fin de evitar “los graves inconvenientes y peligros a que están
expuestos los atletas y deportistas de nuestros días que carecen de orientación en
la materia”, y además de convertirse un poderoso agente regenerador ante los
desenfrenos que presentaban “la cantina, el prostíbulo y los demás vicios
tentadores que aniquilan paulatinamente nuestra raza”, el CGC realizó
conferencias periódicas, en las que acentuaba la labor formativa y educativa que
había detrás su trabajo, y cursos gratuitos de gimnasia hacia estudiantes,
empleados y obreros que no podían costearse los clases, además de actividades
para los socios activos que mantenían un convenio de pago que les permitía
acceder permanentemente117.
Aunque la propuesta del CGC encontró cierto éxito en los años iniciales, las
dificultades económicas para mantener el club en el largo plazo, y de “interesar a
los diversos grupos de jóvenes” por la práctica de ejercicios, los cursos fueron
suprimidos en 1927.
Las propuestas en torno a difusión de la educación física no se limitaron a
las iniciativas de agencias y actores privados, sino que también formaron parte de
las distintas iniciativas estatales118. Si bien, en 1916 a raíz de la promulgación de
la Ley Nº 3087 de Alcoholes que establecía que con “el cinco por ciento de las
contribuciones establecidas por la presente lei se destinará exclusivamente a la
instalación de campos de ejercicios escolares juegos atléticos o gimnásticos”119,
no será hasta 1923 bajo el primer mandato de Arturo Alessandri, que por el
Decreto Nº 1547 creaba la Comisión Nacional de Educación Física (CNEF), uno
de los primeros organismos consultores del área y dependiente del Ministerio de
Instrucción Pública120. Siendo constituido por diversas autoridades del ámbito
116 EL CLUB DE GIMNASIA CIENTIFICA. Santiago, Imprenta El Esfuerzo, 1926. p. 26. 117 Ibíd. p. 26 118 MATSUO, Shunsuke. 'Divisiones que nunca faltan en este país': el cisma deportivo de 1923 y la institucionalización del deporte chileno. Inédito, 2014. 119 MUÑOZ Funck, Cristian. Op. Cit. p. 24. 120 MELKONIAN, Enrique. Op. Cit. p. 27.
42
público como el presidente de la Confederación Chilena de Deportes; el director
del IEF; el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile;
representantes del consejo de educación primaria, del Ministerio de Guerra, y del
ámbito privado como de la LCHS, la Liga Nacional contra al Alcoholismo,
dirigentes scouts, y cinco miembros designados por el presidente121. Los objetivos
de la comisión fueron amplios, ya que iban desde “organizar, mantener y fomentar
en todo el país una propaganda científica en favor de la higiene y temperancia de
la educación física, a través de libros, folletos, conferencias y cursos especiales;
fomentar la fundación de campos de juegos, plazas vecinales de ejercicios físicos,
gimnasios y baños”, hasta propender a la formación y mantenimiento “de clubes
de juegos, de gimnasia y de atletismo para aficionados y profesionales”,
controlando la organización de estos de acuerdo a las normas científicas del
mejoramiento de la raza122.
Dos años después, en 1925, se establecieron nuevas comisiones y
departamentos técnicos que pretendieron mejorar y potenciar las políticas públicas
en torno al fomento de la ejercitación. Por un lado el Consejo Superior de
Educación Física y Moral (CSEFM) bajo el Ministerio de Hijiene, Asistencia i
Previsión Social, sucesor de la antigua CNEF dotado de mayores facultades
administrativas, y por el otro lado, a partir del Decreto Ley de “Defensa de la raza”
N° 355 que contempló la creación de la División de Higiene Social, con un
subcomité especializado de educación física y moral, que tuvo funciones
educativas, fiscalizadoras y curativas hacia niveles comunales123.
Más allá de la efectividad que pudieron haber tenido dichas iniciativas, la
creación de diversas organizaciones, asociaciones y comisiones tanto a nivel
público como privado, ponen en evidencia cómo un conjunto de agentes y actores
nacionales postularon sus propias definiciones, y discutieron al mismo tiempo las
implicancias políticas y pedagógicas que había detrás de la realización de la
educación física.
121 ARNADME, Vol. 4389, Noviembre de 1923. 122 Ibíd. 123 ROJAS Flores, Jorge. Op. Cit. p. 366.
43
JOAQUÍN CABEZAS: ENTRE LA DISPUTA, LA CONSOLIDACIÓN Y LA CONTROVERSIA Indiscutiblemente, la posición de Cabezas en estos años se vio reforzada
con la creación de un complejo entramado de vínculos que acercaron su trabajo a
funcionarios, e instituciones públicas y privadas, convirtiéndose en el máximo
vocero autorizado sobre cuestiones referidas a la educación física durante las
primeras dos décadas del siglo XX. Prestigiosas autoridades pedagógicas y
políticas como José Alfonso, Carlos Silva Cruz, Manuel Salas Lavaqui o Arturo
Alessandri Palma situaron a Joaquín Cabezas en un lugar central de la educación
física chilena. Siendo referenciado como el “auténtico” creador y el “máximo”
responsable de esta disciplina escolar, cualquier consulta o requerimiento sobre
sus posibilidades educativas e higiénicas pasaban por él. En pocos años, se
convirtió en el autor que más escribió en relación a la temática, materializada en
las distintas obras, ya sea en artículos de opinión en medios de prensa, proyectos
de reformas o manuales escolares124; o siendo delegado del gobierno ante los
Congresos Internacionales de Educación Física en 1902, 1905 y 1913. De igual
manera, su permanencia como director del IEF le proporcionaba los argumentos
necesarios para consolidar su matriz higiénica y pedagógica, deslegitimando al
mismo tiempo otras alternativas que estaban circulando. Sin embargo, esto último
encontraría resistencias y cuestionamientos en una serie de actores que
cuestionaron los valores que se encontraban detrás de su metodología de
enseñanza.
Por lo que durante este periodo, tanto los contenidos seleccionados para
delinear a la educación física en los distintos niveles escolares, y así como las
competencias necesarias para la formación de los futuros profesores, dieron
cuenta de las tensiones, disputas y controversias que la educación física chilena
experimentó durante los primeras tres décadas del siglo XX.
124 Entre los principales textos se destacaron: CABEZAS, Joaquín. El ejercicio en el adulto y sus efectos higiénicos. Santiago, [s.n.], 1898. 7 p; La Instrucción Primaria obligatoria en Bélgica. Santiago, Imprenta. Universitaria, 1917. 15 p; Tratamiento de gimnasia educativa, Santiago, Sociedad Impr. y Lit. Universo, 1927. 546 p.
44
Desde su retorno al país en 1893, Joaquín Cabezas había hecho pública su
oposición a la gimnasia alemana. Fue en las conferencias realizadas por la
Sociedad de Instrucción Primaria (SIP), órgano del Consejo de la misma área, en
donde comenzó a criticarla, al señalar que sus características en torno a la
enseñanza infantil se caracterizaban por una excesiva preocupación “en el
aumento de la fuerza muscular”125. Si bien, esta gimnasia permitía obtener un
endurecimiento físico, acostumbrando al niño a una disciplina rígida, era
desfavorable para el desarrollo del cuerpo infantil debido a su excesivo militarismo.
La educación física metódica sueca, explicaba Cabezas, no solo aventajaría a la
alemana por su carácter científico, sino que además “se obtienen resultados
hijiénicos; en el desarrollo del tórax, la estensión de los músculos, el aumento de
la superficie de frotación de los huesos i la movilidad de las articulaciones”126.
Las palabras de Cabezas suscitaron revuelo en la fila de los profesores
normalistas. Nicetas Krziwan, en este entonces profesor de la escuela Normal de
Chillán, acusaba a Cabezas de entregar una visión negativa de la gimnasia
alemana, exacerbando “la negligencia del personal docente” y de “como los
maestros alemanes hacen ejecutar los ejercicios”127. En cambio, Francisco
Jenschke no tuvo en reparos en menospreciar las capacidades intelectuales que
tenía Cabezas al señalar que: “de estas pocas palabras puede deducirse que mi
ex-alumno, el señor Cabezas, para recibir su diploma de maestro en jimnástica, ha
debido estudiar a fondo los otros sistemas conocidos i examinarlos a la luz de la
verdadera ciencia, no ha alcanzado a formarse una idea superficial ni de los
ejercicios más sencillos de la gimnasia alemana escolar”128. La opinión de ambos
profesores normalistas recalcaba la visibilidad e importancia que tenían los
modelos alemanes como componentes esenciales en el aprendizaje escolar
nacional hasta los primeros años del siglo XX.
125 “La jimnástica sueca por Joaquín Cabezas”. Revista de Instrucción Primaria, Santiago, N° 13, Agosto de 1893. pp. 52 -57. 126 Ibíd. 127 “Respuesta a Joaquín Cabezas”. Revista de Instrucción Primaria, Santiago, N° 1, Septiembre de 1893. p. 729. 128 Ibíd. p. 556.
45
En medio del debate en torno al tipo y legitimidad que tenían dichos
modelos, en 1906, el mismo año de la fundación del IEF, Joaquín Cabezas dictaba
una conferencia en la Universidad de Chile acerca del origen y desarrollo histórico
de los Juegos Olímpicos, a propósito de los celebrados en ese mismo año en
Atenas129. Según su opinión, en la última olimpiada la gran triunfadora había sido
la delegación sueca, debido “a la uniformidad i corrección admirable que con
ejecutaban los ejercicios”130, justificando las ventajas que tenía la aplicación de
este tipo de gimnasia con respecto a los demás sistemas ya “que desde el punto
de vista racional i teórico del análisis científico, contribuyen con resultados en la
conformación, la actitud, i el aspecto de la salud i el vigor”131.
Específicamente Suecia se constituyó en un modelo de referencia para la
educación física chilena durante los primeros años del siglo XX132. En este
sentido, resulta nítido que sería el mismo Cabezas el que gestionaría la llegada de
profesores suecos a establecimientos de enseñanza, como lo fueron los casos de
Ruth Kock, profesora de gimnasia de la Escuela Normal N° 1 de Santiago y
posterior visitadora escolar del ramo hasta 1927, y de Karl Linderholm en 1911,
este último profesor proveniente de Escuela Normal de Nääs, y especialista en
trabajos manuales y gimnasia133.
Hacia comienzos de la década de 1910, tanto el contexto político como
educativo comenzaban a ser favorables para el trabajo de Cabezas. En 1912, y
con un mayor reconocimiento público y apoyo por parte de agrupaciones médicas
y pedagógicas, como la ANE o la LCHS, presentaba ante el Consejo de
Instrucción Pública, un programa definitivo de educación física, contemplado para
129 CABEZAS, Joaquín. Los juegos olímpicos. Anales de la Universidad de Chile 126 (1): 161-201, 1910. 130 Ibíd. p. 184. 131 Ibíd. p. 182. 132 Tanto el profesor y visitador escolar de la educación física Guillermo Martínez, como el Capitán del ejército Ramón Cañas Montalva, rendirían los cursos de especialización en el Real Instituto Central de Estocolmo en 1908 y 1922 respectivamente. Asimismo, se incorporarían a los establecimientos nacionales profesores como los tenientes Lyndholm, Nordqvyst en la Escuela Naval; el teniente Vogel en la Escuela Militar; la profesora Rydell en la Escuela Normal N° 1 de Santiago, y médicos suecos especialistas en gimnasia como los doctores Billing, Jacobson, Lundbgad, Lowenborg y Elsfstrand. Ver: GUTIÉRREZ, Sofanor. Op. Cit. p. 227. 133 ARNADME, Vol. 2918, Octubre de 1911.
46
las escuelas primarias y liceos secundarios de todo el país, en la que se
establecían las principales normas y conceptos para su aplicación:
“Las clases de jimnasia en ningún caso se harán dentro del tiempo de receso en los recreos, y no se harán nunca en ayuno. Los trabajos físicos emplearan solo dos horas, como mínimo, después de las comida i terminaran un cuarto de hora antes de estas (…) La educación física se completa con los juegos, cuyos fines son: aumentar el vigor físico; estimular el gusto por la actividad física; y desarrollar el sentido práctico, la iniciativa y la individualidad”134.
La aprobación de este plan por parte del Consejo no estuvo exenta de
debates. Debiendo enfrentarse con un contra-proyecto presentando por los
profesores normalistas, liderados por Francisco Jenschke “que le daban
preferencia al sistema alemán”, y cambios realizados a la cobertura y tiempo
dispuesto para las clases, finalmente se concluyó por admitir que la base de la
gimnasia nacional sería “el sistema sueco, tomando en cuenta, primero, que
ejercita todos los músculos del cuerpo, i, segundo, que no está encaminado
principalmente a la formación militar”135.
La reafirmación del Consejo por el método de Cabezas legitimó y puso en
vigencia su sistema de “gimnasia racional” en las escuelas y colegios chilenos dos
años después, cuando en 1915 se publicaba y se afianzaba como lectura
obligatoria el Manual de Gimnasia Educativa136. En dicho texto, se comenzaba con
una fuerte crítica al sistema educativo vigente, indicando que: “la situación del
colegial, clavado en el pupitre de la sala de clases sin mover los brazos ni las
piernas, es la misma que presenta el animal enjaulado. Importante es sin duda,
desde el punto de vida pedagógica, exijir la movilidad del niño para facilitar el
orden en la clase i el trabajo del maestro”137. Haciendo hincapié en el desarrollo de
la moral, su propuesta combinaba juegos, excursiones escolares, y ciertos
deportes, como el voleyball o el basquetball, todo ellos de acuerdo a las reglas de
la ciencia.
134 CABEZAS, Joaquín. Programa de educación física: aprobado por el Consejo de Instrucción Pública en sesión de 2 de diciembre de 1912. Santiago, Imprenta Cervantes, 1912. pp. 25-30. 135 MEMORIA UNIVERSITARIA: correspondiente a 1912. Santiago, Imprenta, Litografía i Encuadernación Barcelona, 2013. p. 8. 136 CABEZAS, Joaquín. Manual de gimnasia educativa, Santiago, [s.n.], 1915. 300 p. 137 Ibíd. p. 4.
47
Por el contrario, los deportes de competición masiva no aparecieron como
una práctica central en los planes de clase elaborados por Cabezas. Recalcaba la
ventaja de los juegos pedagógicos, ya que desde el punto de vista educativo, los
campeonatos individuales y la búsqueda de los récords, impedían el desarrollo
armónico de todo el organismo. Los juegos atléticos, la lucha romana y el boxeo,
eran instancias que para Cabezas “conducen fácilmente a la exageración i
desvirtúan aún más el fin elevado de la educación física138.
Dado el éxito y continuidad de sus versiones escolares, en 1922 y bajo la
apoyo de la Librería inglesa “Hume & Walker”, Joaquín Cabezas ponía al mercado
la segunda edición de su Manual de Gimnasia Educativa139. Con un volumen de
400 páginas y con más de 300 ejercicios descritos, clasificándolos de acuerdo a
“los principios científicos de la escuela sueca”, el objetivo del texto, como se
explicaba en su prefacio estaba enfocado hacia diversos públicos de interés: “el
libro, es pues, de utilidad manifiesta para los profesores de instrucción primaria,
secundaria y normal, para los oficiales del ejército y para las personas que aman
la niñez y estiman la belleza y armonía del cuerpo humano. Este libro no debe
faltar en ninguna biblioteca”140. El interés por este tipo de productos, permite
comprender la autoridad con que se presentó Cabezas ante los consumidores en
este tipo de materias, sobre todo para quienes no poseían los conocimientos y
fundamentos científicos que tenía la práctica de la gimnástica.
Más allá de su retórica, lo concreto fue que la propuesta de Cabezas se fue
consolidando durante las primeras dos décadas del siglo XX. Sin embargo, la
llegada del golpe militar encabezado por el General Carlos Ibáñez del Campo en
1927, configuró un nuevo escenario. Apartado del IEF y jubilado de oficio, la
posición pública de Joaquín Cabezas marcaría el comienzo de su retiro. Si bien
volvería en 1935, nuevas instituciones y emergentes referentes entrarían al campo
de la educación física.
138 Ibíd. p. 11. 139 CABEZAS, Joaquín. Manual de Gimnasia Educativa: prospecto. Santiago, Hume & Walker, 1922. 450 p. 140 Ibíd. p. 4.
48
CAPÍTULO III
MÁQUINAS GIMNÁSTICAS, DISPOSITIVOS TERAPÉUTICOS: LOS MODELOS DE LA ANTROPOMETRÍA Y KINESIOTERAPIA
Los aparatos facilitan los procedimientos de gimnasia, haciéndolo desde el primer momento grato, y hasta entretenido. Se aprecian los progresos, y ello es solo el mejor estímulo que el gimnasta puede hallar como compensación a sus trabajos. Ello y el convencimiento de un progreso, de un mejoramiento que, al neutralizar todos los defectos perjudiciales, devuelve al organismo su equilibrio perfecto y con él el sentido de optimismo para la lucha por la vida141.
De forma paralela a los discursos teóricos sobre el ejercicio durante fines
del siglo XIX y los comienzos del XX, se desarrolló todo un arsenal tecnológico
tanto para el diagnóstico como el tratamiento de las funciones corporales,
favoreciendo el diseño y la construcción de una gran variedad de dispositivos
gimnásticos orientados hacia el mantenimiento y la recuperación de la salud.
El objetivo de este capítulo es analizar cómo se articuló la producción del
conocimiento sobre la ejercitación del cuerpo desde los comienzos del siglo XX a
través de dos tipos de tecnologías gimnásticas específicas. Por un lado, las
desarrolladas por la antropometría, prácticas de medición que incorporaron a los
instrumentos como actores clave en las pretensiones de universalidad en la
configuración del conocimiento científico sobre el cuerpo, y por el otro lado,
máquinas de tratamiento kinesiológico, las que a través de su utilización
moldearon y reconfiguraron nuevas fisionomías en sujetos, bajo la lógica de un
cuerpo que debía estar en constante movimiento.
141 “La gimnasia casera”. Los Sports, Santiago, N° 323, 17 de Mayo de 1929. p. 9.
49
“DEBEMOS RECONOCER EL CUERPO DEL NIÑO CHILENO…” LEOTARDO MATUS Y LA ANTROPOMETRÍA
“Debemos reconocer el cuerpo del niño chileno antes de dictar las leyes
que regirán su educación”, fueron las palabras que en Octubre de 1911, durante
unas de las sesiones de la ANE Leotardo Matus142, profesor de educación física
del Internado Barros Arana, presentaba los primeros resultados del estudio
denominado “Antropometría del niño chileno”143, en donde reconocía la
conveniencia de “implantarla como medio de observación psico-física en todos los
establecimientos de enseñanza”144. Si bien, el trabajo de Matus sería uno de los
primeros en el país en investigar el proceso adaptativo del organismo durante a
las actividades físicas, lo interesante de su estudio es que todas sus mediciones y
datos obtenidos se definieron a partir de un registro mediatizado por instrumentos.
Dichas maneras de observar al cuerpo no solamente determinaron las formas de
entender los efectos de la ejercitación, sino que también pusieron en conflicto las
posibilidades de producir una observación científica en torno a este.
Desde finales del siglo XIX, las demostraciones acerca de la eficacia que
tenían las mediciones antropométricas fueron ampliamente discutidas por médicos
y educadores europeos y norteamericanos, quienes desarrollaban sus propios
sistemas para el estudio experimental del ejercicio145. En forma paralela, se
comenzaron a diseñar los primeros instrumentos que buscaban obtener
información acerca de la estructura del cuerpo humano. Ya sea la cinta métrica,
cartómetros, o espirómetros, todo este tipo de objetos fueron definidos como
símbolos de precisión para determinar elementos clave del cuerpo: el porte, la
fuerza física, los músculos o la disposición del esqueleto146.
142 Leotardo Matus Zapata (1877-19?), fue profesor de educación física del Internado Nacional Barros Arana. Sus estudios antropométricos, lo llevaron a ser encargado desde 1914 de la Sección de Antropología y Etnología del Museo Nacional de Santiago (Historia Natural), siendo comisionado a Europa para realizar estudios en diversos Museos de Francia, Alemania y Bélgica. 143 MATUS, Leotardo. Antropometría del niño chileno. Santiago, Impr. Cervantes, 1911. 52 p. 144 “Memoria del año 1911”. Revista de la Asociación de Educación Nacional, Santiago, N°1. p. 84. 145 PARK. Roberta. Physiologists, Physicians, and Physical Educators: Nineteenth Century Biology and Exercise, Hygienic and Educative. Journal of Sport History 14 (1): 44-45, 1987. 146 HOLT, Richard y VIGARELLO, Georges. Op. Cit. p. 307.
50
En una conferencia dada en Argentina en 1910, Matus explicaba el origen
de sus investigaciones. Señalaba que fue en 1902, a raíz de la contratación de
dos profesores extranjeros en el Internado Barros Arana, los que introdujeron las
técnicas de medición antropométricas, como una forma de: “determinar los
términos medios [corporales] durante las diferentes edades”147. Si bien no detalló
quiénes, y bajo qué condiciones se desarrollaron estos procedimientos, ni
tampoco cómo llegaron los primeros instrumentos, puede inferirse que Matus
durante esos primeros años se enteró de su existencia, y fue adquiriendo
aficionadamente tanto el estudio como la técnica necesaria para realizar las
mediciones.
Su trabajo se inició 1906 y duraría hasta 1911, recogiendo un total de 2.646
observaciones en niños hombres de 10 a 20 años, y que fueron medidos durante
tres épocas distintas del año; al inicio, a mediados y a fines del mismo148.
Comprendiendo la inscripción de tres tipos de valores específicos pertenecientes a
los diámetros y perímetros torácicos, las capacidades vitales, y la fuerza física,
estos datos le permitieron a Matus compararlas estadísticamente con las
investigaciones obtenidas por prestigios fisiólogos franceses y alemanes, tales
como Adolphe Quételet, Jean Nageotte, Leonard Landois y Adolf Zeising, o las
realizadas en Norteamérica por la Universidad de Yale149.
Todo esto significó un problema inicial para Matus, ya que si bien las
estadísticas y mediciones se encontraban estandarizadas, estas no podían ser
capturadas bajo las cifras europeas. Así, con el objetivo de dirimir si la diferencia
de las medidas chilenas con las europeas era o no patológica, Matus utilizó
preferentemente instrumentos como el toracómetro de Demeny, el espirómetro de
Barnes, y el dinamómetro de Collin, los que virtualmente tuvieron que ser
reinventados en sus usos, para leerse a través de reglas y normas localmente
situadas, en este caso las relativas a la raza nacional.
147 MATUS, Leotardo. Conferencia sobre Educación Física dada en Buenos Aires el 3 de Junio de 1910. Santiago, Imprenta Bandera, 1910. pp. 32-36. 148 882 alumnos que medidos tres veces al año hacían un total de 2,646 observaciones. 149 MATUS, Leotardo. “Antropometría del niño chileno”. Op. Cit. p. 9.
51
En una primera instancia, Matus procedió a la medición de los diferentes
perímetros y diámetros corporales. Registrados a partir de la utilización del
toracómetro de Demeny (Imagen 3), instrumento desarrollado por el médico
francés Georges Demeny, compuesto de una lámina metálica con forma de arco
dividida en dos semi-círculos articulados en las partes laterales por un engranaje,
permitía calcular los perímetros y diámetros correspondientes del tórax y la
cintura. Controlando los valores obtenidos durante el proceso de inspiración,
espiración y la diferencia generada entre ellos, el uso de este aparato, señalaba
Matus: “tiene la gran ventaja de permitir inscribir la forma del tórax durante sus
diferentes estados, i tomar a un mismo tiempo el perímetro i los diámetro torácicos
del individuo”150. Una vez obtenidos los valores de las variables perimetrales y
diametrales, Matus procedía a compararlos sobre la base entre niños ejercitados y
no ejercitados. Las diferencias en torno a la amplitud respiratoria influenciadas por
la actividad física eran notorias en cada grupo, indicando Matus que: “mientras el
primer grupo observa una variación que iba en promedio desde 4cm a 5cm, el
segundo grupo solamente alcanzaba una amplitud de 2cm”151.
El siguiente protocolo abarcó el registro de las capacidades vitales de los
pulmones durante el proceso de inspiración, espiración, y el valor diferencial entre
estos. El espirómetro de Barnes (Imagen 4), aparato en forma de cubo, indicaba
las capacidades pulmonares que tenían los alumnos, es decir, el volumen de aire
puesto en movimiento durante el juego de aspiración y espiración forzadas. El
procedimiento indicaba que se debían hacer varios ensayos antes de medir su
capacidad: “porque hai muchos niños que no saben hacer voluntariamente
grandes inspiraciones, otras veces no adaptaban bien el tubo de vidrio o la
boca”152. Este hecho lejos de propiciar datos y valores objetivos, reflejaba que la
veracidad y del análisis de Matus dependía muchas veces de la adopción de los
alumnos al seguimiento de normas y al control de las intenciones, hecho que
podía poner jaque el relato y el quehacer científico de su investigación.
150 Ibíd. p. 20. 151 Ibíd. p. 26. 152 Ibíd. p. 41.
52
Una vez definido el margen de error, el profesor colocaba el espirómetro en
cero y el niño introducía en su boca el tubo de vidrio. Una vez que haya hecho
esto, señalaba Matus: “inspirará la mayor cantidad de aire posible, levantando su
pecho i cerrando con su mano libre las ventanillas de la nariz vaciando
lentamente, pero por completo, sus pulmones en el aparato, echando sus hombros
hacia adelante i acurrucando cuanto más pueda su caja torácica153. Llevando a
cabo numerosos registros antes y después de la actividad, las anotaciones de
estudio eran ilustrativas, ya que le permitían confeccionar gráficos explicativos
acerca de las capacidades vitales, y ver sobre todo la influencia que tenían los
ejercicios físicos al aire libre, la cual “bien reglamentada tiene una acción directa
en las vías respiratorias”154.
Si bien para Matus los registros anteriores le permitieron relacionar puntos
de referencia sobre diversas funciones y órganos, como los movimientos del
tronco, las medidas del tórax, el pulso radial o la respiración, la potencia y
resistencia muscular se convirtieron en los indicadores más importantes al
momento de evaluar el capital físico colectivo e individual de la población escolar
masculina. Con este objetivo, utilizó el dinamómetro de Collin (imagen 5),
instrumento que estaba compuesto por una elipse de acero y que permitía calcular
la fuerza muscular desplegada a través de su presión manual. Más allá de un
simple procedimiento, esta medición adquiría un significado social sobre las
capacidades de progreso de la población nacional, poniendo énfasis sobre la
especificidad y vigor racial de los estudiantes. Con un tono de satisfacción, en el
análisis de la fuerza muscular, Matus concluía que: “estudiando el cuadro anterior,
se ve que mis alumnos tienen en todas las edades, mayor número de
kilográmetros de fuerza, tanto en la mano derecha como en la izquierda, i que las
cifras señaladas por los fisiólogos estranjeros quedan chiquitas al lado de las
recojidas entre los niños chilenos”155.
153 Ibíd. p. 10. 154 Ibíd. p. 41. 155 Ibíd. p. 49.
53
Imagen 3. Toracómetro de Demeny. [MATUS, Leotardo. Antropometría del niño chileno. Santiago,
Impr. Cervantes, 1911. BNC.]
Imagen 4. Espirómetro de Barnes. [MATUS, Leotardo. Antropometría del niño chileno. Santiago,
Impr. Cervantes, 1911. BNC.]
Imagen 5. Dinamómetro de Collin. [MATUS, Leotardo. Antropometría del niño chileno. Santiago,
Impr. Cervantes, 1911. BNC.]
54
En base a las contribuciones diagnósticas obtenidas a través de objetos, la
materialización y aplicación de los resultados fueron más allá de una simple
medición. El estudio científico de la “raza chilena”, como lo denominó, ofrecía una
importante correlación a las definiciones de la época que señalaban su
especificidad156. Al comparar sus resultados con los obtenidos en estudios
similares realizados en poblaciones europeas y al comprobar que “la fuerza de los
niños chilenos de mi referencia es mui superior a la de los niños estranjeros, lo
que resulta todavía mucho más interesante si nos fijamos que, en algunas edades,
son de un tamaño menor que los niños de otros países”, Matus concluía que: “el
resultado de la medición de las fuerzas venía a demostrarnos que nuestro lema
nacional Por la razón o la fuerza, tiene también una razón de ser científica, que en
la educación puede traducirse en Mens Sana in Corpore Sano”157.
Dichas mediciones físicas no solamente ayudaron a establecer estándares
individuales sino que también fueron determinantes para contribuir en lo que se
entendía como el avance físico de la población nacional. Este punto llamó la
atención al Gobierno, quién hacia fines de 1911 estableció una comisión formada
por cuatro expertos, presidida por el doctor Vicente Izquierdo, Decano de la
Facultad de Medicina; Guillermo Mann, Director del Laboratorio de Psicología
Experimental; Joaquín Cabezas, Director del IEF y la doctora Eloísa Díaz, Jefa del
Servicio Médico Escolar, cuyos objetivos estaban en: “estudiar la redacción de la
ficha antropométrica i la forma como deben hacerse las mediciones, a fin que se
proceda uniformemente en todas partes i poder de esta manera hacer estudios
comparativos entre los niños de las distintas zonas de la República”158.
156 En 1915, Matus publicaba en el Boletín del Museo Nacional (Historia Natural) un artículo denominado “Instrucciones para el estudio de la antropolojía araucana”, en el que se describían sus actividades de recolección de cadáveres en diferentes cementerios mapuches. El fin de estas investigaciones era según Matus: “el contribuir a la realización de una descripción científica y definitiva de la “raza chilena”, para saber el lugar que nos corresponde ocupar en la tabla de desarrollo físico de los pueblos, tabla que hoy nadie conoce”. MATUS, Leotardo. Instrucciones para el estudio de la antropolojía araucana. Boletín del Museo Nacional VIII (1): 21-33, 1915. 157 MATUS, Leotardo. “Antropometría del niño chileno”. Op. Cit. p. 50. 158 Fijado por el Decreto N° 4308 del 7 de Noviembre de 1911. ARNADME, Vol. 2866, Noviembre de 1911.
55
Asimismo, durante ese mismo año, y como respuesta también a las
demandas de una mayor educación de la higiene para la población, el gobierno
designó al texto de Matus como parte oficial de los programas de enseñanza
primaria, específicamente en torno a la educación física159. Gestionada su
comercialización y difusión por el propio Matus, el Ministerio de Instrucción Pública
compraba trescientos ejemplares de Antropometría del niño chileno a un precio de
1.50 pesos para distribuirlas en los establecimientos de instrucción primaria,
secundaria y superior enseñanza de todo el país. Desde este punto de vista, el
autor pretendía asegurar que sus conocimientos adquiriesen vigencia y
exclusividad pública, lo suficientes como para vender, legitimar y circular su
producto desde la esfera científica en pleno diálogo ante autoridades políticas y
pedagógicas.
Sin lugar a dudas, la introducción de los instrumentos no solo le permitió a
Matus instalar un conocimiento autorizado en torno al cuerpo del “niño chileno”,
sino que también convertir sus prácticas de medición estandarizadas en normas y
saberes en torno a las cualidades que debía tener un cuerpo "sano" y “normal”.
Durante la década del ´20, Matus proseguiría con sus pesquisas esta vez
como jefe de los inventarios de las colecciones antropológicas y etnográficas del
Museo Nacional de Santiago, desempeñándose hasta 1929. Su influencia
permearía escritos e investigaciones, que incorporando los conocimientos de la
psicología experimental, la fisiología, la biometría y la biotipología, estas dos
últimas en franca articulación con la eugenesia, mantuvieron como un eje central
la utilización de esquemas clasificatorios, cartillas, e instrumentos técnicos para la
observación y medición de las manifestaciones corporales160.
159 ARNADME, Vol. 2880, Diciembre de 1911. 160 Ver: TORRES, Isauro. Cómo tener y criar hijos sanos y robustos. Santiago, Nascimento, 1926. 341 p; LORENT, Marina. Características del niño chileno. Santiago, Impr. Bellavista, 1926. 54 p; DEL SOLAR, Luis. La defensa del niño en la edad escolar: estudio de nuestro niño en este período de su vida. Santiago, Renovación, 1929. 100 p; MATUS, Hernán. Contribución al estudio de la biotipología chilena: memoria de prueba. Santiago, Imprenta El Esfuerzo, 1930. 166 p; PARRY, Alberto. Medidas antropométricas del adolescente chileno. Santiago, Imprenta Universitaria, 1939. 21 p.
56
DEL DR. ZANDER AL INSTITUTO DE KINESIOTERAPIA
En 1919, el recién egresado de medicina Gustavo Jirón publicaba su trabajo
de licenciatura denominado Un problema médico-escolar: contribución al estudio
de las desviaciones de la columna vertebral en nuestros escolares161. A fin de
evitar y corregir los defectos físicos producidos por el “mal hábito” de la postura en
estudiantes de las escuelas públicas, Jirón aseguraba en sus conclusiones que la
utilización de aparatos instalados en el gabinete de mecanoterapia del IF: “son uno
de los medios más eficaces y convenientes para corregir las curvaturas del
cuerpo”162. Es decir, la opinión de Jirón venía a confirmar los efectos terapéuticos
derivados de la capacidad de las máquinas para promover la potenciación de la
fuerza muscular, los cuales a través de un entrenamiento continuo, permitirían
moldear los volúmenes corporales y disminuir las deformidades.
La mecanoterapia, es decir la utilización de aparatos bajo un sistema de
poleas y pesas, ya era reconocida desde finales del siglo XVIII como un
tratamiento ante las distintas enfermedades que afectaban a los cuerpos163. Sin
embargo, es a fines del siglo XIX cuando el sueco Gustav Zander (1835-1920)
empezó a construir los primeros aparatos de potenciación muscular. Diseñando
más de setenta dispositivos, las máquinas de Zander supusieron un paso
importante en la evolución de la terapéutica física hasta mediados del siglo XX
debido a su capacidad para regular las fuerzas obtenidas en los movimientos.
Según Climent y Ballester, estas máquinas llegaron a constituir el eje de una
floreciente industria médica radicada principalmente en Wiesbaden, Alemania, y
que distribuyó sus productos tanto en América como por toda Europa bajo la
patente comercial de Rossel, Schwartz & Co, en dura competencia con la
distribuidora sueca Goransson-Mekaniska164.
161 JIRÓN, Gustavo. Un problema médico-escolar: contribución al estudio de las desviaciones de la columna vertebral en nuestros escolares. Santiago, Impr. y Encuadernación New York, 1919. 64 p. 162 Ibíd. pp. 62-63. 163 VIGARELLO, Georges. Op. Cit. p. 82. 164 CLIMENT, José y BALLESTER, Rosa. Los vínculos entre tecnología y práctica especializada en rehabilitación: el modelo de la tecnología gimnástica en la España del siglo XIX. Dynamis: Acta hispanica ad medicinae scientiarumque historiam illustrandam. 23, 2003. p. 303.
57
En el país, si bien no hay antecedentes iniciales acerca de la adquisición y
distribución de dichos aparatos, el Instituto Médico Mecánico de Jimnástico y de
Masaje (IMMJM), ubicado en la calle Arturo Prat 38, pleno centro de Santiago,
aparece en 1901 como el primer centro nacional en incorporarlas. Fundada por el
empresario chileno alemán Enrique Baurose y bajo la supervisión del doctor
Edmundo Jaramillo, las actividades de esta institución se hicieron públicas
principalmente en guías comerciales, a través de un formato iconográfico que
consideró no solo la difusión de una imagen médica, sino que también buscaba
resaltar una estética de elegancia y a la moda, en armonía con las más diversas
situaciones de la vida contemporánea santiaguina165 (Imagen 6). Teniendo un
funcionamiento y horario definido de Lunes a Sábado, con tarifas que oscilaban
entre los 60 y 300 pesos de acuerdo al tipo y beneficios de la suscripción, y junto
con presentar las diversas e innumerables dolencias tratadas, que iban desde
desviaciones a la columna, rigideces en las articulaciones, atrofias musculares,
enfermedades al estómago, intestino y corazón, hasta el raquitismo, la gota, la
obesidad y la neurastenia, el sistema de máquinas del Dr. Zander era ofrecida a
los diversos consumidores como una de las novedades del mercado terapéutico,
siendo un “tratamiento higiénico para niños y personas débiles”166.
Más allá de los ofrecimientos de recuperación que existían detrás de la
utilización de las máquinas, la cobertura del Instituto Médico Mecánico de
Jimnástico y de Masaje durante los primeros años del siglo XX fue limitada, debido
a los altos costos que generaba su funcionamiento. Esto puede explicarse en la
venta que tuvo que realizar Baurose el año 1903 a un grupo de inversionistas
privados por parte de 60.000 pesos como una forma de solventar los gastos
realizados, lo que implicó entre otras cosas la venta de las instalaciones, los
aparatos, los derechos de privilegio comercial y el cambio de nombre, pasándose
a llamar Instituto de Masaje i Mecanoterapia167.
165 PRADO, Alberto. Guía completa de Santiago y comercial de Valparaíso para 1901-1902. Santiago, Imp. Litografía y Encuadernación Barcelona, 1901. p. 39. 166 Ibíd. 167 INSTITUTO DE MASAJE Y MECANOTERAPIA. Santiago, Impr. Gutemberg, 1903. 16 p.
58
Imagen 6. “El Instituto médico mecánico de jimnástica y masaje”, bajo el sistema del Dr. Zander.
[PRADO, Alberto. Guía completa de Santiago y comercial de Valparaíso para 1901-1902. Santiago,
Imp. Litografía y Encuadernación Barcelona. BCNC.]
59
En 1912, como parte de la renovación en el plan de estudios del IEF
Joaquín Cabezas viajaba a Suecia para conocer los nuevos adelantos en
“aparatos, bancas e instrumentos de educación de los fabricantes suecos”168. El
interés por adquirir los artefactos, y específicamente las máquinas del Dr. Zander
obligó al gobierno a financiar a Cabezas para asistir al Congreso Internacional de
Educación física presidido por la Facultad de Medicina de París en 1913, la cual
contempló la participación y exhibición de productos por parte de empresas y
casas comerciales especializadas en el mercado de la ejercitación169. Pese a que
no hay detalles sobre las condiciones del contrato, compra y recepción de las
máquinas Zander por parte de Cabezas y las autoridades, en 1914 entraba en
funcionamiento oficialmente el llamado Gabinete de Mecanoterapia, dotado y
especializado en este tipo de aparatos para el desarrollo y enseñanza de la
gimnasia médica y correctiva170.
Médicos como Carlos Bize quién realizó su práctica profesional durante los
primeros años del Gabinete, entregaron documentación acerca de los alcances
que tuvo la mecanoterapia171. Bize, quien participó durante los años 1921 y 1922,
presentó más de 30 observaciones clínicas, en casos de iban desde hemiplejias,
artritis, fracturas y luxaciones, hasta reumatismos, neurastenia o atrofias
neuropáticas, y incluyeron como pacientes tratantes a profesionales de clase
media, siendo abogados, profesores, comerciantes, estudiantes, matronas y
empleados el público objetivo de atención. Si bien indicaba que en algunos casos
“el tratamiento fue hecho tardíamente”, o los pacientes “no lo seguían con la
constancia debida”, concluía que: “la mecanoterapia aplicada oportunamente,
modifica con éxito en corto tiempo algunos estados patolójicos, (…) por cuanto la
mejoría llega a su fin antes que con cualquier otro medio terapéutico”172.
168 LARA, Horacio. Breve Historia de la FIEP en Chile. FIEP Buletin, 1, 2009-2010. p. 070. 169 PARK, Roberta. Sharing, arguing, and seeking recognition: International congresses, meetings, and physical education, 1867–1915. IJHS, 2 (12), 2007. p. 528. 170 REED, Carlos. Op. Cit. p. 39. 171 BIZE, Carlos. Kinesiterapia en algunas afecciones articulares. Santiago, Imprenta Excelsior, 1924. 75 p. 172 Ibíd. p. 30.
60
En 1927, la recién creada Dirección General de Educación Física, Deportes
y Moral (DGDEFM) ordenó su cierre temporal, debido a las reestructuraciones y
cambios administrativos173. Sin embargo, un año después, y como parte de la
reorganización de los planes de estudio en la llamada desde ese momento
Escuela de Educación Física (EEF), se reabrió el Gabinete e introdujo el ramo de
“gimnasia médica” como asignatura obligatoria174. No obstante, la creación de esta
nueva cátedra a principios de 1929, y especialmente la contratación del Dr. Martin
Gondos, médico húngaro y designado como jefe del departamento de gimnasia
médica, suscitaron críticas debido a su poca experiencia y pertinencia sobre el
tema175. Las controversias no impidieron su arribo, y meses más tarde se
decretaba oficialmente su designación como director del reciente creado Instituto
de Kinesioterapia (IK) dependiente de la EEF176.
Compuesto por un equipo de médicos internistas, profesoras de gimnasia
médica, masajistas, y alumnos en práctica, la instalación del IK mostraba a los
potenciales usuarios la importancia que tenían las terapias con máquinas en su
recuperación. Bajo la promesa de recobrar “la salud y aminorar la intensidad de
los trastornos funcionales del organismo”, el folleto promocional de 1931
destacaba los innumerables beneficios que tenían los tratamientos kinesiológicos
para conjunto de diversos malestares:
“Los inválidos del trabajo, los accidentados en el deporte, los afectados de parálisis, los que sufren diferentes alteraciones en el funcionamiento articular, muscular y nervioso, los que necesitan reeducar sus miembros a consecuencia de inactividad, a causa de luxaciones, fracturas, inflamaciones, los que sufren las influencias desfavorables de la vida sedentaria, como la obesidad, gota y demás afecciones o irregularidades del sistema digestivo, pueden encontrar en los diferentes procedimientos de la kinesioterapia un medio seguro de salud”177.
173 BISQUERTT, Luis. Valor de la Historia de la Educación Física. Santiago, Cultura, 1949. p. 5. 174 Por Decreto N° 5531 del 20 de Noviembre de 1928 se consignaba a la gimnasia médica como parte de la carrera de la escuela de educación física teniendo una hora. MELKONIAN, Enrique. Op. Cit. p. 40. 175 Estas críticas serán profundizadas en el Capítulo 4. 176 Creada por el Decreto N° 4.153 del 8 de Diciembre de 1929. 177 INSTITUTO DE KINESIOTERAPIA DEL DR. MARTÍN GONDOS. Santiago, Impr. Dirección General de Prisiones, 1931. p. 4.
61
El IK, amplió el uso y circulación de los tratamientos con máquinas,
estructurándose en tres nuevas secciones a partir de las diferentes orientaciones
de sus dispositivos: aparatos para la mensuración de la fuerza y de las
deformidades; aparatos para los movimientos activos y pasivos como el balanceo,
la vibroterapia y el masaje; y finalmente salas de hidroterapia, electroterapia y
radiología. El procedimiento según relataba Martin Gondos a la revista Los Sports
consistía en primera instancia hacerles: “un detenido examen, para la cual
contamos con todos los adelantos de la ciencia moderna y con excelentes
instalaciones de rayos”, para posteriormente “estudiar en el paciente qué ejercicios
y qué aparatos son los que le convienen a su organismo”178.
A través de un esfuerzo progresivo, en el control y participación sistemática
de los músculos, lo esencial de este tipo de sistema es que suponían una función
activa tanto en la corrección de posturas como en el tratamiento posterior y
rehabilitación de fracturas, esguinces o luxaciones con el fin de revitalizar los
nervios desgastados por la inactividad. Ejercicios realizados en anillas de
suspensión y barras paralelas ayudaban al tratamiento de enfermedades
asociadas a las desviaciones a la columna, como la escoliosis, la rigidez juvenil, o
las deformaciones torácicas, “los que a través de un sistema de remos, poleas y
cuerdas, hacían desaparecer después de algún tiempo los síntomas”179.
Igualmente, el mismo Gondos contribuiría con el diseño y construcción de
dispositivos semejantes para ejercitar el pie y la muñeca, como un aparato en
madera regulable cuya función estaba en otorgar un tratamiento preventivo para la
lordosis180. Sin embargo, eran específicamente los ejercicios con máquinas del Dr.
Zander, las que tendrían un mayor uso aplicado, ya que permitían una mejor
redistribución del trabajo muscular en pesos suspendidos y de ubicación variable,
lo que entregaba a los sujetos una mejor y mayor movilidad. Su relevancia, era
señalada en el folleto promocional del instituto, en donde se enfatizaba que: “estos
178 “Gimnasia y Salud: una visita a la sección de kinesioterapia”. Los Sports, Santiago, N°389, 23 de Agosto de 1930. p. 2. 179 INSTITUTO DE KINESIOTERAPIA DEL DR. MARTÍN GONDOS. Op. Cit. p. 8. 180 Ibíd. p. 15.
62
aparatos permiten, junto con los otros tratamientos mecanoterapicos, la rápida y
completa devolución de los movimientos tratando con eficacia las diferentes
afecciones musculares y de la columna”181.
Sentado bajo los principios biológicos e unitarios de la mecánica, la
anatomía y la fisiología muscular, durante las primeras décadas del siglo XX la
utilización de máquinas para la rehabilitación del cuerpo a través de los ejercicios
supusieron un recurso activo y eficaz en el tratamiento de las distintas “anomalías”
corporales causadas ya sea por lesiones, fracturas, correcciones de la postura o
en el tratamiento de la obesidad, y que fueron formando parte de una oferta
terapéutica incorporada paulatinamente en clínicas, instituciones privadas y
centros públicos especializados. Esto último, se vería traducido hacia mediados de
la década del ´30, en donde establecimientos como el Instituto de Traumatología
(IT), proveerían de una mayor cobertura y asistencia a usuarios, en donde el
tratamiento mediante máquinas gimnásticas ocupaba un lugar prominente ya que
buscaban, precisamente, la reanudación de las funciones musculares y articulares
perdidas tras los accidentes del trabajo, y en los tratamientos de recuperación post
operatoria en pacientes182.
181 Ibíd. p. 19. 182 ORTÚZAR, Diego. Legislación y medicina en torno a los accidentes del trabajo en Chile 1900 – 1940. [En línea], Nuevo Mundo Mundos Nuevos, Puesto en línea el 17 de Octubre de 2013
http://nuevomundo.revues.org/66007 [Consultado el 07 abril 2014].
63
CAPITULO IV
¡HAGAMOS BUENOS GIMNASTAS Y TENDREMOS BUENOS CIUDADANOS! CARLOS IBAÑEZ DEL CAMPO Y
LA EDUCACIÓN FÍSICA (1927-1931) La educación física es una atención preferente del Estado y deben recibirla todos los habitantes de la república183.
Sin duda, con la llegada de la Dictadura de Ibáñez en las décadas finales
de los años ´20 la educación física fue exaltada de una manera nunca antes vista
desde los gobiernos anteriores. El aumento de los fondos fiscales destinados al
área y la construcción de recintos que prometían abarcar a gran parte de los
habitantes del país fueron prueba de ello. Asimismo, la presencia de oficiales
militares en importantes puestos de instituciones, como la Dirección General de
Deportes, Educación Física Y Moral, el Departamento de Educación Física o la
Dirección General de Educación Física, en conjunto con la llegada de técnicos-
especialistas fueron vistas con el objetivo de subsanar las deficiencias
administrativas relativas a la carencia de personal competente de años anteriores.
Sin embargo, hacia final del periodo las tensiones existentes entre las propias
autoridades, expertos y políticos, se hicieron visibles al momento de entender la
finalidad que debían tener las distintas instituciones dedicadas al fomento y
práctica de la educación física nacional.
De allí que el objetivo de este capítulo es comprender la producción política
en torno a la educación física desde 1927 hasta 1931, analizando la movilidad de
un conjunto de materiales, recursos humanos e intereses puestos en circulación,
cómo se insertaron las distintas instituciones y funcionarios que trabajaron, y sobre
qué redes de influencias y recursos actuaron los agentes durante el periodo de
gobierno del primer Ibáñez del Campo.
183 CHILE. Ministerio de Educación Pública. 1929, Ley 4.740: 31 de Noviembre de 1929, Art. 1.6.
64
EL PRIMER AÑO, EL PRIMER COMIENZO
Incapaz de soportar la presión política y la creciente penetración de los
militares en el gobierno civil, el presidente Emiliano Figueroa decidía en 1927
renunciar a su cargo. En su reemplazo, llegaba el coronel Carlos Ibáñez del
Campo convirtiéndose bajo elecciones fraudulentas, en Presidente de la
República. Dos años antes, en 1925, tras la salida del ex presidente Arturo
Alessandri, Ibáñez del Campo cimentaba su carrera política ocupando puestos
claves en los Ministerios del Interior, de Guerra y en la Comandancia en Jefe del
Cuerpo de Carabineros. Según autores como Patricio Silva o Patrick Barr-Melej,
Ibáñez del Campo estableció cambios importantes en los aparatos estatales, los
que incluían el ascenso de las clases medias y del ejército en puestos políticos, y
la racionalización y tecnocratización de la administración pública184.
Como una forma de centralizar el funcionamiento de las distintas
instituciones destinadas a la gimnasia y los deportes, Carlos Ibáñez del Campo
ordenó inicialmente la formación de la Dirección General de Deportes y Educación
Física y Moral (DGDEFM), por Decreto N° 646 en Abril de 1927, organismo
dependiente del Ministerio de Higiene, Asistencia y Previsión Social185. Presidida
por el Mayor Alfredo Portales Mourgues, ex instructor de gimnasia militar del
Ejército, la DGDEFM se constituyó a partir de cuatro secciones: “Propaganda y
Estadística”, “Ciencia y Control”, “Formación de instructores”, y “Juegos y
Deportes”186. Según Brenda Elsey, las asociaciones gimnásticas y clubes
deportivos miraron con optimismo la llegada de Portales a la DGDEFM, debido a
los aumentos presupuestarios para el sistema de educación pública, y sobre todo
aquellos destinados específicamente para la expansión de la educación física187.
184 BARR MELEJ, Patrick. Reforming Chile: cultural politics, nationalism, and the rise of the middle class. Chapel Hill, University of North Carolina Press, 2001. pp. 141-169; SILVA, Patricio. En el nombre de la razón. Tecnócratas y política en Chile. Santiago, Ediciones UDP, 2010. pp. 71-100. 185 MELKONIAN, Enrique. Op. Cit. p. 31. 186 Ibíd. pp. 32-33. 187 ELSEY, Brenda. Citizens and Sportsmen: Fútbol and Politics in Twentieth-Century Chile. Austin, University of Texas Press. 2011. pp. 48-49.
65
A los pocos días de su llegada a la institución y como una forma de
legitimarse ante los medios escritos, Portales ofrecía una de sus primeras
entrevistas al magazine Los Sports. En ella explicaba que los “principios científicos
del mejoramiento físico de la raza” serían los ejes centrales de la acción de la
DGDEFM. Dicho plan, recalcaba Portales, no solamente debía depender de
iniciativas gubernamentales, sino que también le correspondía hacerse parte a
instituciones, federaciones y clubes deportivos. Pero por sobre todo, señalaba que
la construcción de gimnasios y estadios populares se ubicarían el centro de las
reformas:
“Desde luego, se encuentran en construcción dos buenos gimnasios que ocuparán los locales del pabellón parís en la Quinta Normal, y el que ocupa el panorama de la batalla de Maipú en el Parque Cousiño, cedidos por la Municipalidad de Santiago. Se denominaran Gimnasios Caupolicán N° 1 y 2, respectivamente. Se les dotará de todas las comodidades de los establecimientos modernos de esta especie, dándosele especial importancia a las instalaciones de baños fríos y calientes”188.
Debido al estrecho contacto que mantuvo con periodistas y funcionarios de
Los Sports, revista asociada a la editorial Zig-Zag, Alfredo Portales fue invitado a
las dependencias radiales de la editorial como parte del ciclo de “charlas
deportivas”, dictando distintas conferencias en torno al desarrollo de la educación
física en Europa, las influencias de los diversos sistemas gimnásticos que han
tenido en Chile, y el rol que debía desempeñar la DGDEFM en la reorganización
difusión de las diversas actividades físicas del país189.
Como consecuencia de la renovación educativa y política propuesta
Portales, uno de los primeros cambios contemplados fue el retiro del IEF de las
dependencias de la Universidad de Chile, pasando a formar parte del Ministerio de
Educación Pública y reemplazando su nombre por la Escuela de Educación Física
(EEF)190. Pese a que se forzó la salida de su emblemático director Joaquín
Cabezas, Portales avaló la propuesta por científica y pedagógica desarrollada por
188 “Conversando con el director de EF señor Alfredo Portales”. Los Sports, Santiago, Chile, N° 221, 3 de Junio de 1927. pp. 1-2. 189 “La audición de radio telefonía de esta noche organizada por nuestra revista”. Los Sports, Santiago, Chile, N° 221, 3 de Junio de 1927. p. 3. 190 REED, Carlos. Op. Cit. p. 39.
66
éste, al reconocer a la EEF como la institución formadora de profesores de
educación física más importante del país.
En términos del plan, la estructura curricular tuvo marcados cambios. La
carrera de profesor de educación física pasó de tres a cuatro años de duración,
contemplando en esta última la realización de una práctica docente por un periodo
tres meses. En el primer año se mantuvieron materias de los planes anteriores
como “Educación física teórica y didáctica”, “Anatomía”, “Psicología”, “Pedagogía”
y “Francés”, los que fueron combinados con los nuevos “ramos deportivos”, como
“Atletismo”, “Natación” (ambos para hombres y mujeres), “Danza” (mujeres) y
“Esgrima” (varones) con una carga horaria de una hora semanal191.
Para el segundo año se presentaron pocas innovaciones. Se reorganizaron
las materias de “Fisiología y Mecánica”, y se mantuvo el curso “Nutrición”. Lo
nuevo fue la incorporación de “Redacción y periodismo deportivo”. Para el tercer
año aparecieron ramos como “Primeros auxilios e higiene”, “Kinesiología”, y
“Legislación aplicada a la educación física” con un promedio de dos horas
semanales cada uno. Mientras que para el cuarto año y final, los contenidos
tuvieron como eje principal la puesta en práctica de deportes: “Box”, “Lucha”, “Jiu-
Jitsu”, “Basquetbol”, “Volleybol”, “Futbol”, “Tennis”, “Tiro escolar”, “Boga”,
“Excursionismo” y “Scoutismo”192.
Lo más novedoso de la reforma de este plan fue la creación de tres nuevas
titulaciones: “Técnico en educación física”, “Entrenador deportivo” y “Masajista”,
las que contemplaban una duración mínima de un año, debiendo acreditar para
estas dos últimas estar en posesión del título de Profesor de Estado en educación
física193. Seguramente, debido a la presión de ciertos agentes y actores sociales
civiles, como profesores de escuelas, egresados, dirigentes, funcionarios
educativos y asociaciones deportivas, posibilitó la introducción de los “nuevos
contenidos deportivos” en la malla curricular.
191 Aunque estos cambios se realizaron en 1927 serían oficializados públicamente recién 1929. Ver: REGLAMENTO DE LA ESCUELA DE EDUCACIÓN FÍSICA. Santiago, Impr. Lagunas, 1929. 20 p. 192 Ibíd. 193 Ibíd.
67
Paralelamente, y obedeciendo a los nuevos cambios administrativos
generados por la reforma educacional de 1927, que reorganizaban la orientación,
vigilancia y coordinación de las distintas agencias pedagógicas nacionales bajo
una Superintendencia de Educación Nacional, se creaba el Departamento de
Educación Física (DEF)194. Las principales atribuciones dadas a la DEF se
abocaron por un lado a la asistencia higiénica de los servicios educacionales, que
incluyeron inspecciones médicas a colegios e investigaciones relativas a la
capacidades biométricas, fisiológicas y psicológicas de los alumnos, y por el otro
lado, en la realización de cursos libres de especialización de gimnasia y deportes,
estipulando que “todo profesor de los grados primario y secundario deberán tener
la preparación general suficiente para servir la asignatura de educación física”195.
Asimismo, se consideraba su participación como parte de la Asociación Escolar de
Tiro (AET), organismo destinado a la preparación pre-militar a escolares, y de la
Confederación Deportiva de Chile (CDC)196.
Si bien no existen antecedentes concretos sobre el papel que desempeñó el
DEF, se sabe que ayudó a financiar viajes de perfeccionamiento al extranjero para
los distintos profesionales ligados a la educación física. Uno de ellos sería el
Mayor del ejército Jorge Garretón Prieto, quien fue enviado desde comienzos de
1928 hasta los inicios de 1931 a estudiar “en Europa todo lo que se refiere al
desarrollo y fomento de la educación física en general”197. Sus visitas a Francia,
Suecia y Bélgica no fueron casualidad, sino que se entroncaban en un
conocimiento apoyado en la anatomía y la fisiológica del ejercicio, base sobre la
cual la educación física chilena nacional se cimentó desde comienzos del siglo XX.
La imagen de un país atravesado por un progreso material e intelectual, y
que tenía en su base en la práctica de la educación física, fue uno de los
elementos que utilizó el régimen de Ibáñez para diferenciarse ante los demás
194 Decreto N° 7.500 del 10 de Diciembre de 1927. MELKONIAN, Enrique. Op. Cit. p. 34. 195 Ibíd. 196 Ibíd. p. 35. 197 GARRETÓN, Jorge. Problema de la educación física en Chile para abordarlo en forma económica racional e integral y proyecto de ley. Santiago, Imprenta M. Ferrario y Compañía, 1932. 48 p.
68
países de la región. En este sentido, resulta interesante apreciar las instancias con
que interactuaron las autoridades nacionales ante las comunidades políticas y
científicas internacionales. En 1927, y como parte de la Sexta Conferencia
Internacional Americana celebrada La Habana, Cuba, se organizó el primer
Congreso Panamericano de Eugenesia y Homicultura, que contó con la
participación de delegaciones de Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba,
Chile, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Perú,
República Dominicana, Uruguay y Venezuela198.
La Delegación chilena estuvo compuesta por cuatro funcionarios
diplomáticos: Alejandro Lira Lira, Alejandro Álvarez Jofré, Carlos Silva Vildósola, y
Manuel Bianchi Gundián. Este último, fue el encargado de realizar la exposición
denominada “El ejército y la marina como escuelas de homicultura”, indicando que
ambas instituciones debían ser un aliado efectivo del gobierno en sus propósitos
de mejorar al hombre y la raza como una “escuela de desarrollo físico”199. El
ejército chileno, indicó el diplomático, a través de su servicio militar obligatorio
había realizado una labor indispensable al darle a la población: “una resistencia
física adaptable a las características topográficas y climatéricas de Chile,
contribuyendo con ello al desarrollo de la raza autóctona, o se la de los araucanos,
con sus cualidades de reciedumbre introducidas en la población criolla”200. En este
sentido, Bianchi y la delegación diplomática pretendían posicionar a Chile dentro
de Latinoamérica como un país excepcional, cuyas cualidades físicas y raciales
demostradas en la figura de la población araucana no solamente se distinguían de
los demás países sino que también se mostraban inclusive como superiores.
Pensado bajo criterios pedagógicos y científicos, lo cierto es que la
combinación de estos fueron las bases que sustentaron a la educación física
durante el primer año de Ibáñez. Los siguientes años verían cómo estas
relaciones se complejizarían aún más.
198 ACTAS DE LA CONFERENCIA Panamericana de Eugenesia y Homicultura de las Repúblicas Americanas, 1928. La Habana, Gobierno de la República de Cuba. 347p. 199 Ibíd. p. 109. 200 Ibíd.
69
LA DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN FÍSICA
Por el Decreto N° 5531 del 20 de Noviembre de 1928 se creaba la Dirección
General de Educación Física (DGEF), organismo dependiente del Ministerio de
Educación Pública, y que venía a reemplazar a las antiguas instituciones tanto a la
DGDEFM como al DEF. Su director sería el Teniente del ejército Osvaldo Kolbach
Piñeiro, quién llegaba al país luego de haberse especializado los años anteriores
en Bélgica201. Bajo el supuesto de organizar y orientar científicamente la
educación física, y en particular de fomentar su práctica “en las distintas etapas de
los individuos”, Kolbach y la DGEF tendrían diversas atribuciones relacionadas
con la supervigilancia de la educación física en establecimientos fiscales y
particulares; la calificación técnica y personal de los profesores que debían realizar
clases; la formación y perfeccionamiento del personal encargado de impartir las
clases; la elaboración de los planes, programas y reglamentos que debían ceñirse
los establecimientos de enseñanza, y así como funciones extra-escolares, que
iban desde la formación, desarrollo e incentivo de organizaciones deportivas hasta
la difusión y propaganda de una “cultura física científica”202.
En este sentido, la DGEF desplegó sus intereses de una forma mucho
amplia que sus predecesoras en una serie de agentes portadores de saberes
como médicos, militares, administrativos, políticos, directores de escuelas,
profesores, periodistas o deportistas, movilizando a un conjunto de recursos
materiales, humanos y financieros con el fin de legitimar las bases tecnocráticas
propuestas por Ibáñez, las que respondieron en el caso concreto de la educación
física a conceptos más cercanos al ámbito de las ciencias médicas que a lo
plenamente militar.
201 Osvaldo Kolbach Piñeiro (1889-?) fue teniente del ejército chileno y durante comienzos de la década del ’20 seleccionado nacional de atletismo. Estudió en el Instituto Militar de Educación Física de Bruselas, Bélgica, entre los años 1925 y 1928. Su llegada a Chile coincidió con el llamado de Carlos Ibáñez del Campo el que lo designó como director de la Dirección General de Educación Física hasta 1931. En la década del ´40 se emplearía como Jefe del Departamento de Deportes de la Dirección de Informaciones y Cultura del Ministerio del Interior durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda. 202 REED, Carlos. Op. Cit. pp. 39-40.
70
Como director de la DGEF, una de las primeras labores que tuvo que
asumir Osvaldo Kolbach, fue la de concretar y desarrollar un plan único de
educación física nacional. A comienzos de 1929, y en consonancia con el
reordenamiento del sistema educativo, la Asamblea de Directores y Rectores de
Enseñanza Secundaria, le permitió a Kolbach reafirmar y consolidar públicamente
sus ideas en torno a la educación física. Poniendo mayor atención en el nivel de
enseñanza secundaria, ya que era en esta etapa en donde los profesores tenían
una mayor facilidad para “la aplicación de los contenidos en los alumnos”, Kolbach
hizo hincapié en la trascendencia social que había detrás de la educación física,
ya que a su juicio se hacía sentir como: “el único medio de que se puede echar
mano para evitar la catástrofe definitiva de la raza”203. En este sentido, las
instrucciones y recomendaciones propuestas por Kolbach, se basaron en cuatro
principios científicos: prevenir, corregir, desarrollar y adaptar, provenientes de
clásicos referentes de la fisiología como Demeny, Lagrange, Tissié, y de nuevos
autores como Godin o Ruffier, desplazando hacia un segundo plano el
componente pedagógico. A lo anterior, se le sumó la confección de la llamada
prueba de “suficiencia física”, la que sería rendida obligatoriamente en el final del
año escolar, y que reunía ejercicios combinados de carreras de velocidad, saltos
en altura, lanzamientos de peso, natación y ciclismo.
En el caso de los maestros escolares, se desarrollaron los denominados
“cursos de perfeccionamiento”, contemplados para todos los “profesores de
educación física de la República” durante los meses de Enero, Febrero y Marzo. El
programa, a cargo del propio Kolbach, y de Leoncio Veloso Cisternas, Inspector
nacional de educación física, comprendía ramos como “Gimnasia Teórica, Práctica
y Rítmica”, “Fisiología”, “Alimentación”, “Antropometría” además de una
especialización en deportes como el “Fútbol”, “Atletismo”, “Natación”, “Basquetbol”
y “Cursos de Arbitraje”. Una vez finalizado los cursos, se contemplaba que los
203 KOLBACH, Osvaldo, 1930. Metodología de Educación Física. En: LA RENOVACIÓN PEDAGÓGICA y el liceo: discursos, relaciones y acuerdos de la Asamblea de Directoras y Rectores de Establecimientos de Educación Secundaria, Agosto-Septiembre de 1929. Santiago, Dirección General de Educación Secundaria. p. 725.
71
profesores asistentes bajo sus nuevas “herramientas técnicas y científicas” fuesen
capaces de dirigir en cada provincia cursos hacia profesores primarios, deportistas
y entrenadores locales204. Asimismo, y como una forma “acrecentar los
conocimientos del profesorado”, la Dirección adquirió una serie de textos
extranjeros, específicamente procedentes de Francia, como Le sport contre
l´education physique, de Georges Hébert; Manuel scientifique d´education
physique, de Maurice Boigey; o La gymnastique suédoise: manuel de gymnastique
rationnelle, de Emile André205. Además, se distribuyeron gratuitamente libros
producidos en coautoría con el mismo Kolbach206.
Los esfuerzos por difundir los alcances y contenidos del proyecto de la
DGEF hacia un público general y que no tenía los conocimientos en el área,
fueron una de sus características esenciales. Contando con veinticuatro números
entre los años 1929 y 1931, la Revista de Educación Física se convertiría en el
dispositivo comunicacional de la Dirección, posicionándose a su vez como una
revista que ofrecía competencia al incipiente mercado de publicaciones deportivas.
Ya en el primer artículo de la publicación se pretendía alcanzar el mayor número
de lectores, ofreciendo: “una escogida selección de artículos científicos, crónicas
que detallan los más importantes acontecimientos deportivos, nacionales o
extranjeros o bibliografías de las obras más interesantes de los médicos y
maestros que consagraron desvelos al progreso de la educación física”207.
Con respecto a la bibliografía empleada y los autores citados, a nivel local
se presentaron publicaciones desarrolladas por los funcionarios de la DGEF como
Osvaldo Kolbach, Miguel Marabolí o Pascual Venturino, mientras que desde el
extranjero, se tradujeron artículos en los que destacados médicos, especialistas y
deportistas internacionales como el oficial alemán Hans Suren, el fisicoculturista
204 ARNADME, Vol. 5500, Enero de 1929. 205 Ibíd. pp. 766-767. 206 Ver: KOLBACH, Osvaldo. Educación física escolar: secundaria. Santiago, Imprenta Universo, 1930. 65 p; Reglamento de enunciados: voces de mando, abreviaturas y esquemas modelos para los ejercicios de gimnasia educativa. Santiago, Dirección General de Educación Física, 1930. 92 p; Trascendencia social del excursionismo: sus características e influencias físicas, intelectuales y morales. Santiago, Imprenta La Nación, 1931. 20 p. 207 “Nuestro programa”. Revista de Educación Física, Santiago, N°1, Abril de 1929. p. 1.
72
francés Charles Rigoulot, o el criminólogo italiano Enrico Ferri entregaban
recomendaciones y consejos acerca de los distintos tipos de rutinas y ejercicios
que debían seguirse208. Asimismo, la ampliación en el número de contenidos
relacionados al futbol, la natación, el atletismo, y de prácticas asociadas al
militarismo como el escoutismo o el tiro al blanco, se hacían con el objetivo de
conquistar el interés de un público lector, integrantes de una incipiente clase
media que demandaba de actividades físicas más asociadas al ocio y tiempo libre.
La construcción de estadios, piscinas y campos de entrenamiento fue otro
de los elementos esenciales que utilizó la DGEF para fortalecer su relación con
grupos pedagógicos y asociaciones deportivas209. Una de las más destacadas fue
la Piscina Escolar de la Universidad de Chile. Impulsada por el Ministro de
Educación Pública Pablo Ramírez, su construcción finalizó en 1929, ubicándose
en la ribera norte del río Mapocho, entre las calles Santa María e Independencia.
Caracterizada por su ecléctica composición, su diseño fue encargado al arquitecto
nacional Luciano Kulczewski, quién elaboró un recinto de forma triangular con más
de 3.500 metros cuadrados sostenido en un frontis de dos pisos, y que contenía
en su interior modernos camarines, calderas subterráneas para temperar el agua,
y de un amplio techo que cubría la piscina (Imágenes 7 y 8). Días previos a su
inauguración, la Revista de Educación Física se encargaba de avisar a los lectores
las “modernas” instalaciones con que contaba dicho recinto:
“Un impulso formidable para la natación constituye la piscina que se ha de inaugurar en pocos días. Nos referimos a la hermosa pileta cubierta que se ha construido en la margen norte del rio Mapocho a la altura de la avenida independencia. Todos los detalles propios de una piscina moderna han sido consultados en tal forma en su construcción, que no es aventurado afirmar que la pileta escolar de Mapocho pasa a ser la mejor de Sudamérica”210.
208 Ver, Revista de Educación Física, Santiago: “Medicine Ball del Capitán Hans Suren”, N° 4; Agosto de 1929, pp. 36-27; “Cómo se entrena Rigoulot, el campeón del mundo de levantamiento de pesas”, N° 6, Octubre de 1929, p. 48; “La educación y la delincuencia en el deporte, por Enrico Ferri”, N° 8, Diciembre de 1929, pp. 51-53. 209 Este plan también contemplaba construcciones en ciudades como Linares, Los Ángeles, Angol, Temuco o Punta Arenas. Ver: LA NUEVA ORGANIZACIÓN de los Servicios Educacionales: exposición del Ministro de Educación Pública. Santiago, Sociedad Impr. y Lit. Universo, 1927. p. 23. 210 “En Santiago la mejor piscina sud-américa”. Revista de Educación Física, Santiago, N° 7 de Noviembre de 1929, p. 51.
73
Imagen 7. Plano de la fachada de la Piscina Escolar. [RIQUELME, Fernando. La arquitectura de
Luciano Kulczewski: un ensayo entre el eclecticismo y el movimiento moderno en Chile. Santiago,
Eds. ARQ, 1996. BNC.]
Imagen 8. Plano de construcción de la Piscina Escolar. [RIQUELME, Fernando. La arquitectura de
Luciano Kulczewski: un ensayo entre el eclecticismo y el movimiento moderno en Chile. Santiago,
Eds. ARQ, 1996. BNC.]
74
Hacia fines de ese mismo año, y con la dictación de las nuevas
prerrogativas por Decreto Fuerza Ley (DFL) se fijaba el texto definitivo de la
llamada Ley de Educación Física, la que establecía nuevas atribuciones,
obligaciones y fuentes de financiamiento que debía tener la DGEF, y las
actividades para la difusión en los niveles pre y post escolares”211. En
comparación con años anteriores, si el presupuesto destinado hacia 1927 era en
torno a los 400.000 pesos, en 1930 a raíz de la promulgación de dicha ley,
sumado a los aportes otorgados por el Ministerio de Educación Pública, se
contemplaban 2.300.000 millones pesos disponibles212.
Si bien, estas cifras resultaban auspiciosas para el programa de la DGEF en
un periodo cercano a la Gran Depresión, su puesta en marcha no estuvo libre de
cuestionamientos. En 1930, durante las discusiones establecidas en la Cámara de
Diputados acerca de las partidas presupuestarias para el año 1931 en torno a la
educación física, el diputado oficialista Ariel Mandujano planteaba sus reparos a la
labor realizada por la Dirección en ese momento. Titulando su exposición como “el
problema de la educación física en Chile”, Mandujano apuntaba a problemas que
“ya parecían en vías de solución” en torno al gasto y la planificación fiscal en la
ejecución de distintos proyectos como “la adquisición de materiales deportivos; la
compra e instalación de gimnasios en establecimientos educacionales; la
construcción de canchas y plazas de juegos; la contratación de profesores y
entrenadores”, además del “envío de delegaciones al extranjero, y las
subvenciones a las numerosas instituciones diseminadas en el territorio”, concluía
que para completar dichas actividades las fuentes de financiamiento debían
provenir de las fondos recaudos por las iniciativas privadas213.
211 A partir de 1929 se dictarían una serie de decretos continuos que fijarían las bases de la Ley de Educación Física. Estas fueron: DFL N° 1033 del 6 de Abril de 1929; Decreto N° 2974 del 31 de Julio de 1929; Decreto N° 4159 del 8 de Octubre de 1929; Ley N° 4740 del 23 de Diciembre de 1929, y el DFL N° 6352, esta última refunde todas las disposiciones anteriores fijando el texto definitivo de La Ley de Educación Física. Ver: REED, Carlos. Op. Cit. pp. 41-45. 212 GARRETÓN, Jorge. Op. Cit. pp. 7-11. 213 SESIONES DE LOS CUERPOS LEGISLATIVOS DE LA REPÚBLICA DE CHILE: Miércoles 30 de Julio de 1930. Santiago, Chile. p. 1335.
75
Algunos diputados, entre ellos el médico perteneciente al Partido Radical
Selim Carrasco, cuestionaron no solo lo que consideraba como una excesiva
intromisión del poder político sino también del errado concepto que se tenía de las
actividades físicas. Tomando el caso de la repartición y circulación de un folleto
denominado “Preguntas para una encuesta sobre el estado de la educación física
en Chile”, realizado por parte de la misma DGEF, Carrasco aducía que: “¿cómo
era posible que un Director General de Educación Física mande a los rectores de
liceos o directores de escuelas una circular preguntándoles qué ejercicios
conviene que hagan los niños?”214. Si bien no había certeza de quien había
asumido la redacción del folleto, esto según el diputado reflejaba la existencia de:
“una falta absoluta de control de los documentos que pasan por las manos del
director, porque, preguntar si hay conveniencia o no en la distribución de los
alumnos según su edad, no es admisible, ya que es obligación de la dirección
general estudiar las condiciones en que el niño chileno llega a las escuelas”215. En
particular, Carrasco subrayaba la “poca seriedad y prolijidad” con que fue
presentada dicha publicación, generando inclusive polémicas frases que aludían a
temáticas de género:
”Hay en la hoja de máximas a que me vengo refiriendo, una frase que me parece profundamente grosera. Dice: 'mire, chilenita. Ud. es muy bonita, pero muy flojita. Levántese temprano, respire aire puro, haga ejercicio, báñese y coma bien...', y a continuación dice: 'después, cásese'. Yo encuentro grosera esta frase por una razón muy sencilla, porque ella da a entender que la capacidad mental de los maestros de educación física no les permite comprender que pueda llevarse una vida física higiénica y que no ven otra solución que el matrimonio”216.
En este sentido, Carrasco ponía en entredicho las intenciones y directrices
“científicas” expresadas por Kolbach al contrastarlas con la polémica circulación
de dicho folleto, revelando en: “forma clara, que no hay un concepto preciso sobre
el rol que compete a la Dirección General de Educación Física”217.
214 SESIONES DE LOS CUERPOS LEGISLATIVOS DE LA REPÚBLICA DE CHILE: Martes 20 de Enero de 1931. Santiago, Chile. p. 1650. 215 Ibíd. 216 Ibíd. p. 1651. 217 Ibíd.
76
La desconfianza respecto a las competencias de Kolbach, también fueron
puestas hacia el desempeño y contratación del personal a su cargo. Nuevamente
Carrasco no tuvo reparos en reprobar la llegada al Instituto de Kinesiterapia del
médico Martin Gondos, el que: “con renta superior y escasa preparación en la
materia que su antecesor, ha mostrado desconfianza dentro del circulo de médicos
ortopedistas de los hospitales Manuel Arriarán y el Roberto del Rio del trabajo, los
cuales han criticado severamente las condiciones de su funcionamiento”218. Desde
este punto de vista, las acusaciones detrás del diputado radical no solo iban hacia
un ámbito técnico, basado en la circulación de polémico folleto, sino que también
se dirigían hacia una esfera política, criticando abiertamente la organización y
administración tecnocrática impulsada desde el gobierno Ibáñez.
Hacia Mayo de 1931, con la dictación del Decreto con Fuerza de Ley N°
350, la DGEF era reemplazada por el Consejo Superior de Educación Física
(CSEF), organismo dependiente del Ministerio de Guerra, y que era presidido por
un Oficial General del Ejército o de la Armada, además del Director de la Escuela
de Educación Física y otros diez consejeros219. Su corta existencia sería frenada
por el alto nivel de endeudamiento fiscal post Gran Depresión, llevando al colapso
productivo-financiero y a la inestabilidad política, terminando con la renuncia de
Ibáñez.
De acá en adelante, no solo terminaría un periodo político sino que también
una etapa en la educación física nacional. Menos asociada de cargas moralizantes
e higiénicas, y más próximas a connotaciones políticas como instrumento de
movilización de masas, nuevos rumbos conceptuales e ideológicos permearían a
las distintas formas de ejercitarse en el país.
218 SESIONES DE LOS CUERPOS LEGISLATIVOS DE LA REPÚBLICA DE CHILE: Miércoles 21 de Enero de 1931. Santiago, Chile. pp. 1709-1710. 219 REED, Carlos. Op. Cit. p. 63.
77
CONCLUSIONES
Este trabajo pudo constatar como agentes, actores e instituciones en
Santiago de Chile, entre los años 1880 y 1931, ensamblaron una serie de
prácticas, saberes y conocimientos en torno a la ejercitación, los cuales se
caracterizaron tanto por su producción y circulación desde espacios como la
medicina, el comercio, establecimientos educacionales, hasta la influencia que
tuvieron determinados intereses particulares o decisiones políticas, en torno a las
distintas tensiones y definiciones por las que atravesaron los “cuerpos en
movimientos”.
En primer lugar, en un contexto que comenzó en los décadas finales del
siglo XIX hasta comienzos del XX, y que fue marcado por una creciente
medicalización de la sociedad santiaguina, las “incipientes” investigaciones en
torno a las condiciones del trabajo escolar, de las condiciones laborales, de la
fatiga, o de los gastos energéticos y alimenticios de la población, conectaron a una
“red de expertos” como médicos, salubristas, especialistas, medios de prensa e
intelectuales, que definieron y prescribieron determinados tipos de conductas que
se suponían como limpias, saludables, terapéuticas e higiénicas, entre las que se
incluyó a la ejercitación. Es importante destacar que en este proceso, el ejercicio
físico no solamente fue definido como un objeto científico a través de principios
anatómicos, fisiológicos, teorías evolutivas y hereditarias de la época, sino
también, y de forma muy importante, como un objeto de consumo, a través de
prácticas que de forma creciente a partir de los años veinte, incluyeron la
comercialización de manuales, productos y entrenamientos, centrándose en
ciudades como Santiago o Valparaíso. En este punto, no deja de llamar la atención
que la mayoría de los objetos fueron importados desde el extranjero, hecho que
puso de manifiesto la escasez de un mercado nacional que proveyese de artículos
propios a los consumidores chilenos.
78
En un segundo lugar, sustentada como una preparación paralela al servicio
militar, y avalada posteriormente con la llegada de profesores alemanes y
materiales de estudio desde comienzos de la década de 1880, la puesta en
marcha de la educación física escolar en el país adquirió fuertes ribetes
nacionalistas-bélicos, formados según los modelos europeos de los batallones
escolares, y de una gimnasia alemana que enfatizaba los modelos del orden y la
disciplina, como una forma de preparar a los niños y jóvenes para las guerras.
No obstante, la llegada de Joaquín Cabezas al país a fines del siglo XIX
desde Suecia marcó un punto de disputas, controversias y consolidaciones que
durarían hasta los primeros veinticinco años del mil novecientos. Disputándose
inicialmente ante el método alemán-militar, su método sueco-científico debió ser
presentando, legitimado y aprobado no solo por sus pares, sino que además por
las diversas autoridades públicas, convenciéndolos de que se trataba del
“verdadero experto” en el tema. Para Cabezas, el ejercicio debía ser el aliado
perfecto de la salud física: combatiendo los perniciosos efectos vinculados al
derroche inútil de energías, fortaleciendo el desarrollo de las funciones corporales
y musculares; y en una herramienta de pedagogía, didáctica y moral: impugnando
la falta de caballerosidad, el poco apego a las reglas, la indisciplina generalizada,
o la búsqueda exclusiva del éxito y del record, estos últimos asociados a las
prácticas deportivas.
La creación del Instituto de Educación Física en 1906 forjaría una
especialización del profesorado. El crecimiento institucional, la obtención de
nuevos recursos materiales, la adquisición de instrumentos, mayor visibilidad e
influencia ante corporaciones médicas, pedagógicas, y un plan de estudios que se
reconocía bajo los principios de la anatomía y fisiología francesa-sueca, sentaban
las bases para la formación de cualquier “buen” educador de lo “físico”. No
obstante, el llamado “misionero” de la educación física sueca en Chile tuvo que
lidiar ante un escenario educativo escéptico a los contenidos científicos-higiénicos
planteados. Ante esto, y como una forma de validarse en el espacio técnico de
enseñanza, la inclusión de ramos de origen alemán dentro de la oferta académica
79
del instituto, como dibujos o trabajos manuales, demuestran hasta qué punto debió
negociar Cabezas por mantener su autoridad, llegando a re-definir la relación del
profesorado de educación física entre varias disciplinas. Pese a este tipo de
“negociaciones”, la hegemonía de la propuesta de Cabezas hasta 1927, es sin
duda central para entender la inserción del saber de la educación física en los
planes y programas escolares de los liceos y escuelas nacionales durante este
periodo, así como de las diferentes visiones que se extendieron entre los
diferentes grupos, agentes, asociaciones e instituciones interesadas.
En un tercer lugar, la posibilidad de usar máquinas y aparatos fue otro de
los factores que forjaron los saberes que debían tener los cuerpos en
“movimiento”. Aunque se trataron de hechos más específicos que generales, las
convergencias epistemológicas entre la antropometría y la kinesiología supusieron
una mirada distinta acerca de la ejercitación. De forma más fundamental, aquellas
que se apoyaron en una valoración material, y por ende más observable de las
manifestaciones corporales que tenía el ejercicio sobre los sujetos.
Como una manera certera de afrontar los efectos que tenían los ejercicios
sobre el cuerpo, Leotardo Matus llevó a cabo minuciosos registros y perfiles en
escolares santiaguinos. No obstante, el conflicto de prácticas suscitado para
definir los modelos de interpretación antropométricas puso a pruebas las
capacidades de investigación de Matus, lidiando por un lado con los enunciados
de validación universal acerca de los usos de los instrumentos de medición, y por
el otro lado, reafirmando los principios específicos que tenía la “raza chilena”, la
cual se diferenciaba tanto regional como mundialmente de las demás.
Al margen de estas cifras y mediciones, la denominada kinesioterapia, se
presentó como una alternativa que no solo corregía los defectos físicos del
organismo sobre entrenamientos de fuerza muscular, sino que a través de sus
promesas terapéuticas le devolvía a los usuarios el “equilibrio perfecto” y el
“control exacto” en los movimientos del cuerpo. No obstante, cuan efectivo fue
este tipo de prácticas en los sujetos tratantes sigue siendo una incógnita.
80
Finalmente, si bien se ha pensado que los cambios sociales y políticos
vinculados durante el golpe militar encabezado por el Coronel Carlos Ibáñez del
Campo configurarían un escenario para una mayor influencia de los militares
sobre la educación física, el análisis de fuentes demostró que la aceptación de
esto distó de ser absoluta. A pesar de la llegada de oficiales de confianza de
Ibáñez del Campo en altos puestos institucionales como una forma de garantizar
el orden y la reestructuración de la educación física nacional, las diferentes
percepciones que tuvieron con médicos, políticos, pedagogos y expertos,
obligaron a restructurar las estrategias iniciales sobre el papel que debía tener la
educación física en el país, celebrándolo no solo como una herramienta para la
“defensa de la patria”, sino que también como una forma de impulsar el desarrollo
educativo del país. En este sentido, los aumentos presupuestarios destinados a la
educación física durante esta etapa deben ser vistos bajo esta lógica: una formula
estatista por parte del ibañismo que entendía que para aumentar el tamaño del
Estado la inversión fiscal debía ser igual o mayor a la propuesta en cada año. Sin
duda, las relaciones entre los distintos agentes y eventos ocurridos durante este
periodo merecen de una mayor revisión, complejidad y exhaustividad que deben
ser abordados en los próximos trabajos.
Durante la tercera, y especialmente, la cuarta década del siglo se
produjeron grandes cambios socioculturales que se vieron acompañados por
modificaciones sustanciales en torno a las prácticas que tuvo la ejercitación. Las
interpretaciones higiénicas y principios eugenésicos del fortalecimiento de la raza
a través del despliegue en los ejercicios físicos continuaron en gran parte vigentes,
pero en otra dimensión. El amplio desarrollo de la prensa popular y de sus
secciones deportivas, sumados a la expansión urbana y la construcción de
grandes estadios, produjeron el pleno auge de deportes como el basquetbol, el
atletismo o el fútbol, este último relanzando como un espectáculo de masas,
especialmente circunscritos dentro de los planes y ejes programáticos propuestos
por los gobiernos radicales durante la segunda mitad de la década de 1930.
81
En los últimos años los diferentes campos de las ciencias sociales y
humanidades, particularmente de la historiografía, han generado un espacio de
empoderamiento para discutir las distintas formas en como el deporte, el ocio y el
ejercicio se relacionan en sociedad. Estudios sobre la disciplina escolar, sobre las
formas de corregir el cuerpo y organizar la postura correcta, sobre los rituales,
sobre las regulaciones disciplinarias y diferenciadoras de género, son muestra de
ello. Sin embargo, se hace necesario pensar en términos más amplios toda una
serie de prácticas que implicaron al desarrollo del cuerpo y que trascendieron los
significados originales que tuvo la ejercitación. En este sentido, la incorporación de
miradas que lo aborden desde ámbitos escasamente explorados: como lo
religioso, desde diferentes posiciones ideológicas, ya sea socialistas, comunistas o
anarquistas; desde la producción, intercambio y la circulación de saberes,
personas u objetos en ámbitos transnacionales; o en comparación con otras
realidades regionales, como Argentina, Brasil, Perú o Uruguay, colocan a las
formas de creación, recepción y apropiación de las prácticas en torno a la
ejercitación como ejes para pensar en nuevas interpretaciones y posibilidades
para este campo de estudios.
Por lo que las respuestas, así como las limitantes encontradas en esta
investigación justifican el interés de continuar explorando este tipo de temáticas,
lugar donde la producción historiográfica nacional tiene una gran ventana para
crecer e incrementarse en los próximos años.
82
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