Cristina BLEORŢU (trad.): Paloma PEDRERO, Ana y el 11 de marzo, Escena II, en en Revista de Lengua...

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REVISTA DE LENGUA Y LITERATURA ESPAÑOLA Publicación de estudios hispánicos de las Universidades de Rumanía

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REVISTA DE LENGUA Y LITERATURA ESPAÑOLA

Publicación de estudios hispánicos de las Universidades de Rumanía

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REDACTORES: Directora de redacción: Antonia Escandell Tur, Lectora de la Universidad “Al. I. Cuza”, Iaşi Secretaria de redacción: Georgiana Muşat, Doctoranda en la Universidad “Al. I. Cuza”, Iaşi

LISTADO DE LECTORES COLABORADORES:

Joan Llinàs Suau, Universidad de Bucarest

Julia Marí, Universidad de Bucarest

Octavio Pineda Domínguez, Universidad “Babes Bolyai” de Cluj-Napoca

Edgar Álvarez-Noreña Cueva, Universidad de Craiova

Dolores Barbazán Capéans, Universidad “Ovidius” de Constanţa

Sonia Sobral Vázquez, Universidad “Vest” de Timişoara

Arturo Cobos, Universidad ULIM de Chişinău (República de Moldavia)

Fernando Moliné Royo, Universidad ULIM de Chişinău (República de Moldavia)

Rubén Pérez García, Universidad “Ştefan cel Mare” de Suceava

Antonia Escandell Tur, Universidad “Alexandru Ioan Cuza” de Iaşi

3

ÍNDICE:

Nota Editorial…………………………………………………………………………5

El Cervantes 2010 para Ana María Matute. El premio literario más allá de sus

alrededores (Dana Diaconu)…………………………………………………………..7

Algunas reflexiones sobre inmigración y didáctica de las lenguas (Ángel Huguet y

Silvia-Maria Chireac)…………………………………………………………………17

León Felipe: el poeta de la condición humana (Geo Constantinescu)………………..27

El hombrecito vestido de gris (Dolores Barbazán Capéans)...……..…………………31

Manuel Padorno, un poeta del desvío (Octavio Pineda Domínguez)…………………36

El enigma Pessoa y el caso de Alberto Caeiro, heterónimo y maestro (Antonia

Escandell Tur)…………………………………………………………………………39

Notas sobre la “novela del dictador” en el ensayo romántico hispanoamericano

Facundo, de Domingo Faustino Sarmiento (Alina Ţiţei)……………………………...48

Posmodernidad, posmodernismo y sus influencias en la obra de Antonio Muñoz Molina

(Mihaela Şerban)……………………………………………………………………….55

Prohibido el Amarillo (Amelia Sandu-Andries)……………………………………….67

José Antonio Labordeta y Cantar i callar. Reflejo de la verdadera sociedad aragonesa

desde la posguerra hasta la actualidad (Fernando Moliné Royo)……………………...78

Homenaje a Miguel Hernández (Maria Paraschiv)…………………………………….90

La omisión de lo fantástico (Alina Corina Voicu)……………………………………..95

Fetiche y espectáculo en las películas de Luis Buñuel (Ana-Maria Cristea)……...….104

Reseña sobre el artículo de Francisco Matte Bon, “Comparar lenguas y fenómenos

lingüísticos en la enseñanza de lenguas extranjeras” (Cristina Bleorţu)……….…….117

4

TALLER DE TRADUCCIÓN:

Inglés sin profesor - Matei Vişniec (Simona Popa)…...………………...……………122

Égloga III – Garcilaso de la Vega (Laura Ciochina)…...……………………………..130

Craciun Alb – Quim Monzó (Carmen-Raluca Naş)…………………………………..133

Dragoste Nebuna - Paloma Pedrero (Ana-Maria Cristea)……………...……………..139

Ana şi 11 martie – Paloma Pedrero (Cristina Bleorţu)………………………………..148

5

NOTA EDITORIAL

Desde la redacción de esta revista quisiéramos hacer llegar nuestro agradecimiento a

todos los que han hecho posible que esta publicación cumpla su cuarto año de vida. La

dedicación y el esfuerzo empleados no habrían servido de nada sin las personas e

instituciones que nos han apoyado y han confiado en nuestro proyecto.

A la Embajada de España en Rumanía, por el soporte económico y por dar

impulso al proyecto; a los lectores y profesores de sección bilingüe españoles en

Rumanía y Moldavia, por contribuir a la difusión de la revista entre colegas y alumnos,

por supervisar los artículos de éstos y hacernos llegar los suyos propios. A Dana

Diaconu y a todo el Departamento de Español de la Universidad Alexandru Ioan Cuza

de Iaşi, por cuidar la revista año tras año y hacer así posible que ésta sobreviva, con el

mismo espíritu, a cambios y renovaciones en el equipo de redacción. A la Casa Editorial

de la Universidad Alexandru Ioan Cuza de Iaşi, por el esmero en la edición. A todos los

colaboradores que nos han hecho llegar, a lo largo de estos años, sus reseñas,

traducciones y ensayos, por su fidelidad y por confiar en nosotros. Y a los lectores de la

revista sin los cuales, por supuesto, nuestro proyecto carecería de sentido.

A todos, gracias.

El equipo de redacción:

Antonia Escandell Tur y Georgiana Muşat

6

7

Dana DIACONU

Profesora de literatura española

Universidad “Alexandru Ioan Cuza” de Iaşi

El Cervantes 2010 para Ana Maria Matute. El premio literario más

allá de sus alrededores.

Alrededor de un premio literario, sobre todo cuando tiene el calibre del Cervantes, suele

revolotear un enjambre de abigarrados comentarios, cuyo zumbido va cambiando de

intensidad y registro, entre la precursora efervescencia de pronósticos y presunciones

hasta las ulteriores aclaraciones legitimadoras. La inicial mirada comparativa y

contrastiva que sopesa méritos de varios candidatos deja lugar finalmente a la

focalización en el (la) galardonado(a). Llegado el momento, la necesaria información y

el imprescindible juicio valórico pendulan entre la exaltación y la objetividad, entre la

retórica inevitablemente convencional y la fórmula crítica sagaz que concentra el toque

diferenciador. Ahora bien, como se ha venido constatando frecuentemente el entusiasmo

del exceso no quita el riesgo de ser indeseablemente perjudicial, como no lo sería la

justa medida, con su aparente sequedad. Para concretar, “vengamos a lo d’ayer” como

nos proponía la inolvidable voz del poeta.

Este año 2010 la entrega del Premio Cervantes a la escritora Ana María Matute

(1925, Barcelona) fue anunciada, conforme al reglamento, ya desde finales del año

pasado. En las inmediatas declaraciones referentes a los criterios de su decisión, los

miembros del tribunal acudían a términos generales (la “vocación literaria” de la

galardonada a lo largo de una “vida entregada a la literatura”, los “méritos y calidad

evidentes”) cuya vaguedad intentaban superar luego destacando la contribución en el

dominio del género del cuento contemporáneo y a la manera de combinar el realismo

con una dimensión fantástica. La información que sobre la recién galardonada

suministró la prensa, siempre fiel a sus criterios, se centraba en dos aspectos: la

condición femenina y la lista impresionante de premios literarios ya recibidos.

Efectivamente, Ana Maria Matute es apenas la tercera mujer en la lista de los

galardonados a lo largo de los 34 años de vida del Cervantes y su ficha biobibliográfica

no puede menos que mencionar al lado de casi cada título algún premio. Pero las

8

insistencias sobre la condición femenina y los premios podrían incitar varias otras

interpretaciones y reflexiones. Las referencias que se hicieron, desde una perspectiva

más o menos nítidamente feminista, destacaban por una parte una evidente y anacrónica

marginación de la mujer, concretamente de la escritora con difícil y tardío acceso a

reconocimientos oficiales, títulos y recompensas. Por otra parte, relevaban que

“finalmente”, después de ser una “eterna candidata”, consiguió el “premio que le

faltaba” (se entendería, teniendo ya tantos); aun más, se esbozó la expectativa para el

Nobel, al que la escritora está propuesta desde 1976.

La buena intención de expresar y fundamentar la satisfacción, al fin y al cabo

legítima, provocada por lo que se considera un acto de justicia, pero plantearlo en

términos de condición femenina y premio, podría rendir un flaco servicio a la causa. En

este caso, deslizando hacia lo irrisorio o lo exagerado, como podría ser la imagen del

coleccionista de galardones literarios, que se vincula a una sospechosa acumulación

fetichista de testimonios del reconocimiento oficial. Con excepción del Premio por

antonomasia (el Cervantes lo es en el mundo hispánico), los premios nacionales

recibidos por la escritora no “faltaban” y son considerables en número e importancia:

el Planeta 1954, el Nadal 1959, el Premio de la Crítica 1959, el Premio Nacional de

Literatura Juvenil e Infantil 1984, Premio Nacional de Literatura 2007. Existe el

reverso de la medalla: las listas de premios, exhibidas para impresionar llegan a ser a

veces sospechosas y despiertan la desconfianza. Sobre todo desde la perspectiva de

nuestros tiempos cuando, sobre el telón de fondo del mercantilismo generalizado, las

políticas editoriales han agudizado el escepticismo de los especialistas ante la literatura

que goza de éxito de público y de reconocimiento oficial. Se cuestiona cada vez más

insistentemente la relación valor-recompensa: no siempre los premios son el equivalente

del valor intrínseco, ni tampoco su ausencia o negación significa falta de valor. Ricardo

Piglia (cuyo nombre, por lo demás, está incluido en la lista de los candidatos para el

Cervantes, con grandes probabilidades de ser el siguiente galardonado) considera que el

valor está excluido del espacio público y puede ser asociado a un espacio del silencio.

Lo declara de manera tajante en una entrevista:

Por supuesto no existe ninguna relación entre calidad literaria y consagración crítica o

éxito de público. La calidad literaria es algo tan raro y difícil de encontrar que nos hemos

9

acostumbrado a buscarla allí donde la crítica y el mercado niegan los textos o los silencian.

(Crítica y ficción, Barcelona, Anagrama, 1982, p.56).

El preámbulo de arriba no intenciona insinuar cuestionamiento o alternativa con

respecto a la recién galardonada y lo que trata no es el premio sino los comentarios que

se suelen hacer a raíz y en los alrededores de una situación general y no especialmente

en este caso concreto. Lo que pretende es llamar la atención sobre el recurso a algunas

fórmulas verbales destinadas a fijar y jerarquizar el valor literario, que corren el riesgo

de desviar su sentido y ser contraproducentes, comprometiendo lo que se proponen

homenajear.

Un galardón literario como el Cervantes invita a una estimación de la obra en el

contexto de su producción y desde una mirada que guardando las proporciones no

debilite la credibilidad, para realzar el valor auténtico e incontestable del escritor

galardonado y aprovechar el momento de su protagonismo para reactualizar y renovar

perspectivas críticas. Hacia esta dirección apuntan las líneas de abajo en su intento de

señalar algunos de los rasgos fundamentales y distintivos que constituyen el meollo de

la aportación literaria de Ana María Matute.

Sus novelas1, cuentos, relatos2 integran un corpus coherente y un universo

poético reconocible debido a una cosmovisión y forma de representación ficcional

solidarias, que se fundan en un dualismo ético y estético. Sin maniqueísmos, la autora

capta la imagen de un mundo dividido entre el bien y el mal, los buenos y los malos, en

una forma estética personal, que, por una parte equilibra de manera contrapúntica el

enfoque realista con la evasión en la irrealidad del sueño, y por otra parte, combina

cierto tradicionalismo estético con el inconformismo ético y político. La presencia de

este doble registro (otra confirmación de la conocida tesis de Dámaso Alonso expuesta

en el artículo Escila y Caribdis de la literatura española) tiene un efecto relativizador a

la hora de etiquetar, clasificar o encuadrar a la escritora en su época, dentro de una de

1Algunos títulos: Los Abel, 1948; la trilogía Los Mercaderes: Primera memoria 1959 - PremioNadal, Los soldados lloran de noche, 1963; Fiesta al Noroeste, 1953; Pequeño teatro, 1954 - Premio Planeta; Los hijos muertos, 1958 - Premio Nacional de Literatura, 1959 y Premio de la Crítica, 1958; La trampa, 1969; La torre vigía, 1971; Aranmanoth, 2000; Paraíso inhabitado, 2008; Olvidado rey Gudú, 2009. Hay traducción rumana de Primera memoria, cu titlul Primele amintiri, Bucureşti: Editura Meridiane, 1968. 2 Recogidos, parcialmente, en las antologías Todos mis cuentos 2000 şi La puerta de la luna. Cuentos Completos, 2010.

10

las dos generaciones, de posguerra o de medio siglo. Así, para algunos críticos, ella

ocuparía una posición intermediaria, “epigonal” respecto a aquélla y “antepuesta” a la

última.

La “doble mirada”, frecuentemente invocada en la crítica literaria, produce una

dinámica específica en la arquitectura formal de la obra matutiana. El universo ficcional

de la escritora se articula en dos planos estables: uno social-histórico y familial (la

colectividad, la exterioridad y la objetividad que conforman la circunstancia) y otro

individual (la intimidad y la subjetividad que dibujan la persona con su sensibilidad,

psicología y comportamiento, en un determinado momento de la vida). El conflicto

interior o entre los personajes surge en el momento de la integración, dentro de la

relación con el otro, a nivel social y familial, pero también con la superación del umbral

que separa la infancia de la madurez. En ambos planos, Ana María Matute crea un

ambiente desolador, de tristeza, pobreza y desesperación que es trasunto transparente, a

la vez que denuncia y protesta, de la sociedad española durante la guerra y la posguerra,

del drama colectivo registrado por la memoria histórica; asimismo sirve de telón de

fondo a una reactualización nostálgica y autobiográfica de la edad y del mundo de la

infancia, que produce la sensación de hecho vivido y aporta la peculiar nota intimista y

emocional.

La coexistencia de los dos planos, social ―familial, individual― e íntimo,

desarrolla una dinámica que produce paralelismos, superposiciones y oposiciones. Así,

la perspectiva histórica se modula en el sentido de la intrahistoria. La gran Historia, con

mayúscula, esto es, la dictadura franquista, queda evocada a través de lo que percibe y

vive el individuo en su cotidianidad. Es significativa la insistencia de la escritora en

enfocar el tema del cainismo al nivel individual, de los hermanos en el marco familial,

pero con evidente alusión al contexto histórico y político de la guerra civil fratricida y a

las tensiones entre vencedores y vencidos de la posguerra, mantenidas por las

estrategias del poder político. Lo sugieren inequívocamente el irreprimible amor-odio

de Juan Niño hacia Pablo Zácaro, la frustración y el ciego anhelo de venganza, el

enfrentamiento encarnizado de los hermanos ―como particularización del conflicto

entre el propietario prepotente y la “gentuza” pauperizada hasta el embrutecimiento―,

en el ambiente lleno de crueldad y estupidez del pueblo Artámila Baja de la novela

Fiesta al Noroeste, publicada en plena dictadura franquista (1953). Allí, el contexto

11

social y el ámbito familial son espacios sofocantes, hostiles, dominados por un principio

de autoridad que es a su vez generador de injusticia, violencia, indiferencia.

En casi toda su obra, calificada por algunos críticos de “existencial”, predomina

una visión pesimista que destaca la realidad aniquiladora y el vacío existencial. La vida

es absurda, injusta, hostil, dominada por el dolor, la amargura, la muerte, y el individuo

es víctima de un destino inexorable: marcado por la miseria y la pobreza, la falta de

libertad y de esperanza, está condenado al embrutecimiento, la frustración, el fracaso y

finalmente empujado a la desesperación y la muerte. En el universo matutiano la falta

de comprensión y comunicación humanas acarrean la degradación moral y el

aniquilamiento de la persona.

El anhelo de libertad de la persona queda incumplido y violentamente

rechazado. Por su condición, factura y psicología (inocencia, pureza, vulnerabilidad,

pero también espíritu crítico y rebelde), el niño es quien sufre una agresión doble, de

los adultos en la familia y de los poderosos en la sociedad. Como en las obras de Valle-

Inclán, el niño es para Ana María Matute el símbolo del ser inocente que al enfrentarse

con la crueldad del mundo termina siendo su víctima, perdiendo la vida o la esperanza.

La autora ha mostrado siempre predilección por el tema de la infancia y la adolescencia

y por la perspectiva narrativa del niño o adolescente, que le han permitido entretejer

ficción y elementos autobiográficos para impregnar de emoción y sensibilidad su

desesperanzada visión del mundo.

Sólo es posible evadirse en el espacio de otra realidad, el de lo irreal, donde está

la única zona permitida de pureza y plenitud. Alcanzarla es un privilegio de la edad de

la infancia y de los seres “extraños”, “raros”, que se vinculan al ejercicio imaginativo y

a la ficción contenida en el juego, en el cuento o en el espectáculo teatral. Pero la

infancia puede ser revivida a través de la memoria voluntaria o involuntaria y la propia

autora vuelve a emprender este ejercicio, nostálgico y regenerador, en su novela más

reciente, Paraíso inhabitado (2008), una nueva recuperación emocional de la propia

infancia. Los personajes también suelen deslizarse a un mundo irreal, forjado por su

imaginación o por la ficción del arte (libros, cuentos orales, espectáculos teatrales etc.),

donde encuentran un espacio propicio a la ensoñación y a la regeneración. Esta

circunstancia imprime el sello de subjetividad y lirismo que distingue la prosa matutiana

12

y forma un contraste dramático con el registro naturalista o grotesco de los pasajes

realistas.

“La ficción es un sucedáneo transitorio de la vida, […] sus órdenes artificiales

proporcionan refugio, seguridad, y en ellos se despliegan, libremente, aquellos apetitos

y temores que la vida real incita y no alcanza a saciar o conjurar”, escribía Mario

Vargas Llosa en La verdad de las mentiras. Al mismo tiempo, añadía el escritor

peruano, la ficción es una forma de protesta, de subversión que desafía el orden

establecido y, en última instancia, una forma de libertad. El inconformismo de la propia

Ana María Matute, rasgo cardinal de su personalidad humana y creadora, está presente

en el universo ficcional como lazo de unión entre el realismo objetivo (con referente

real en la vida social española de su tiempo y en su propia vida) y el irrealismo

generado por la fantasía. De hecho, la aspiración de los personajes de superar la realidad

impuesta evadiéndose a un mundo imaginado es la forma en que la autora ficcionaliza

sus propias tentaciones y obsesiones.

Su elección decidida por el mundo imaginario se desplaya ampliamente en

Olvidado rey Gudú, publicado en 1996, tras un largo período de silencio. Esta novela

de gran extensión (aproximadamente 900 páginas) es la saga de una dinastía medieval

en un imaginario reino de Olar, “territorio mágico, donde todo es posible y no existe

ningún límite”3, Su aparición coincidente en España con la del conocido libro de

Tolkien estimulaba una recepción asociativa, basada en el parecido recurso a la

combinación de magia y realidad. Siguiendo también los impulsos de su doble afición

por la leyenda y por la historia, la escritora española creaba a finales del segundo

milenio, “un enorme cuento de hadas”4 dentro de una novela histórica. Su mirada dual

descubre, esta vez en perfecta complementariedad y equilibrio, dos mundos de signo

distinto: uno mágico, de radiante espiritualidad, de amor puro y sentimientos tiernos,

poblado por personajes de leyendas (el Trasgo, el Gnomo, Ondina, la Dama del Lago, la

Princesa Tontina, reinas, reyes y príncipes, duendes y magos), y otro de tenebrosa

barbarie, de encarnizado odio, instintos guerreros y vil materialismo, dominado por el

poder de los seres duros, crueles, viciosos. Se construyen dos cronotopos,

3 Ver la entrevista incluida en GAZARIAN-GAUTIER, Marie-Lise Gazarian-Gautier. Ana María Matute, La voz del silencio, Madrid: Espasa-Calpe, 1997, p.129. 4 Ibid, p.115.

13

correspondientes uno a lo real imaginario, con un referente ficcional en la tradición del

cuento de hadas y los arquetipos del imaginario universal (al que se debe la dimensión

mágico-legendaria y la intemporalidad) y otro a lo real objetivo, con referente histórico

en el modo de vida y la mentalidad de la Europa central del siglo X (una historicidad

vagamente concreta que abriga proyecciones ampliadas hacia lo actual y lo universal).

Los dos cronotopos funcionan paralelamente, pero también sus rasgos

identificadores se entrecruzan dando lugar a formas híbridas como el sentimiento dual

de amor-odio (una vez más la obsesión del cainismo) y la humanización de los seres

fantásticos, a través del amor por un ser mortal (la Ondina) o por el tipo de vida de los

mortales (la pasión por el vino que cambia el estatuto ontológico del simpático Trasgo).

Los recuerdos de los cuentos escuchados en la infancia y la documentación sobre la

época de la novela ―”Los bosques y la Edad Media”, en palabras de la escritora― se

amalgaman en un discurso narrativo cautivador. Su fluidez y contagio (el evidente

gusto de narrar de la autora genera el placer de la lectura) facilita la sumersión del lector

en el universo ficcional inconfundible de esta insólita novela. La propia autora la

consideraba original y representativa, y confiesa su predilección por ella:

Es muy diferente de lo que se acostumbra a escribir hoy en España. No creo que haya

otro que se le parezca. Siempre lo he considerado como mi testamento literario [...] forma más

que ninguno otro, parte de mí. [...] Es como un compendio de las vivencias y de las lecturas. [...]

Gudú es mi manera de recuperar los recuerdos. Es un poco el resumen de lo que me ha llevado a

ser como soy.5

Captando este significado totalizador y conclusivo, la crítica especializada y el

público han visto en Gudú la obra maestra de Ana María Matute. Efectivamente,

estamos ante una síntesis de las opciones éticas y estéticas que la escritora ha

considerado idóneas para expresar adecuadamente su visión y su evaluación del mundo.

La novela del rey Gudú reúne y reelabora ideas, valores, temas y personajes recurrentes

en el universo literario matutiano ―la infancia como edad privilegiada del hombre, el

niño abandonado y solo, la visión pesimista, la evasión en el territorio de la

imaginación―. Se reencuentran el tono nostálgico y la mirada pesimista sobre este

mundo en que vivimos, aunque esta vez se perfila más nítidamente la posibilidad del

5 Ibid. , pp.128-129.

14

hombre de refugiarse en la fantasía o en el amor, “este gran misterio de la vida”, la

única oportunidad dada al hombre para conocer “un poco de la escasísima felicidad que

ofrece este mundo.” 6

Con esta notable novela, que se nutre de la liberación y triunfo de lo imaginario,

la propensión de Ana María Matute a la irrealidad alcanza una cota máxima. Es el punto

más alto de una trayectoria literaria que se había iniciado bajo el signo del realismo

testimonial, como en el caso de los demás escritores contemporáneos (Rafael Sánchez

Ferlosio, José Manuel Caballero Bonald, José Augustín Goytisolo, Carmen Martín

Gaite, Juan Marsé), incluidos en la generación denominada del medio siglo o de 1950.

A los diez años de su afirmación editorial, Juan Goytisolo los consideraba, en su ensayo

“Literatura y eutanasia”7, “un grupo inconformista y rebelde” que había logrado romper

con el conformismo, el conservadurismo y el tradicionalismo (en plano histórico,

religioso y literario) de la generación anterior (la de posguerra) y “ha demostrado una

vitalidad y una presencia que le confieren una bien merecida autonomía en el marco

literario nacional.”8

Respecto a la literatura comprometida que practicaban aquellos jóvenes

escritores, entre los cuales se incluye a sí mismo, Juan Goytisolo llamaba la atención

sobre los errores e insuficiencias provocados por “la gran confusión reinante estos años

entre política y literatura”9: opción incompleta, “superficial y mecánica”10 de un

compromiso “externo y ajeno a la especificidad de la obra literaria” 11; ausencia de un

inconformismo estético que ortorgue validez al inconformismo ético y

consecuentemente, “fracaso artístico” de unas obras que son “meros portavoces de

ideas”,”sin duda políticamente estimables y justas pero artísticamente muertas”12. Juan

Goytisolo asume lo que considera haber sido en aquella coyuntura la incapacidad de los

autores de llegar a una expresión artística adecuada, a un lenguaje moderno, propio,

librado de su anquilosis, de la rutina y de los tópicos perpetrados por culpa del “apego

6 Olvidado rey Gudú, Madrid: Espasa Calpe, 1996, p.754. 7 Incluido en Los Ensayos, Barcelona: Ediciones Península, 2005. 8 Ibid., p.61. 9 Ibid., p. 63. 10 Ibid., p.64. 11 Ibid., p.64. 12 Ibid., p.69.

15

excesivo a las formas heredadas de la tradición literaria española”13 y del insuficiente

valor para emprender “una destrucción que sea a la vez creación” de lenguaje nuevo.

En este sentido, Juan Goytisolo mencionaba el ejemplo de los novelistas americanos

que se interesaban en la renovación del lenguaje14 y lograban afirmar una “originalidad

radical y profunda” en gran parte de sus obras publicadas en los años sesenta.

El diagnóstico sobre la literatura española de los años cincuenta-sesenta, a la que

pertenecía también la escritora recién galardonada y los criterios valóricos incluidos en

las observaciones críticas de Juan Goytisolo suministran un punto de referencia que

queda por matizar en una consideración final.

Se podría concluir, pues, que a falta de una renovación radical en el lenguaje

artístico de la época o de innovaciones en la técnica narrativa de la envergadura de los

propuestos por los escritores latinoamericanos ―e incluso por los españoles coetáneos

como Luis Martín Santos en el Tiempo del silencio o Miguel Delibes en Cinco horas

con Mario―, Ana María Matute ha afirmado con firmeza un espíritu inconformista y

rebelde que le ha permitido recuperar lo más valioso de la tradición decimonónica y

emprender un nuevo camino hacia la irrealidad, a través de la imaginación y la fantasía,

para así ampliar y enriquecer la fórmula del realismo testimonial. Su credo poético ha

sido públicamente afirmado y confirmado de su propia y viva voz en dos momentos

altamente significativos de su carrera. Recordémoslo: el Discurso de recepción a la Real

Academia Española pronunciado el 18 de enero de 1998 era una “defensa de la fantasía”

y un homenaje a la ficción y a la literatura a través de la imagen del bosque, métafora

del “mundo de la imaginación, de la fantasía, del ensueño, pero también de la propia

literatura y, a fin de cuentas, de la palabra”, que la escritora estimaba ser su “gran

obsesión literaria” y el mundo que la había fascinado siempre. Hace unos cuantos

meses, trece años después de aquel episodio, en el acto solemne de la entrega del

premio Cervantes, Ana María Matute hace elogio de la invención y de la ficción,

territorio donde ella misma, junto con tantos otros escritores de todas las épocas, se

encuentran con lo más genuino del genio poético. Con este espíritu cervantino que sigue

tutelando las creaciones más valiosas e innovadoras de nuestros tiempos.

13 Ibid., p. 70. 14 Cf..: ”en lugar de decorar la superficie, calan en el interior” del lenguaje, ”no disocian fondo y forma” y así ”reproducen con fidelidad mayor la realidad de nuestra época” (p.70).

16

BIBLIOGRAFÍA:

GAZARIAN-GAUTIER, Marie-Lise, Ana María Matute, La voz del silencio, Madrid,

Espasa-Calpe, 1997.

GOYTISOLO, JUAN. ” Literatura y eutanasia”. En Los Ensayos. Barcelona, Ediciones

Península, 2005.

MATUTE, Ana María. Olvidado rey Gudú, Madrid, Espasa Calpe, 1996.

17

Ángel HUGUET

Catedrático de Psicología de la Educación, Universidad de Lleida, (Cataluña, España)

Silvia-Maria CHIREAC

Profesora Lectora, Universidad “Alexandru Ioan Cuza”, Iaşi

Algunas reflexiones sobre inmigración y didáctica de las lenguas(*)

Al objeto de profundizar en el debate “inmigración-lengua-escuela”, en las páginas que

siguen presentamos algunos datos relativos a la incidencia demográfica del fenómeno

migratorio en España. A partir de ello, plantearemos algunas reflexiones que pretenden

reconsiderar la práctica educativa en las aulas multilingües.

Como es bien sabido, a nivel global, los fenómenos migratorios se han

convertido en una de las características fundamentales del tercer milenio. Tal

circunstancia, en el caso de España, ha llevado a romper con el tópico de “país de

emigrantes” para sustituirlo por el de “país de inmigración”. En concreto, según la

Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat, 2010a), ya durante el año 2009, este

país se había convertido en el segundo estado del continente en número de extranjeros

residentes (5.651.000 en cifras absolutas), tan solo superado por Alemania (7.185.900),

y muy por encima de otros países con larga tradición en la recepción de ciudadanos de

otras nacionalidades y superiores en población, como Reino Unido (4.020.800), Italia

(3.891.300) o Francia (3.737.500). La Figura 1 muestra esta información.

(*) El trabajo forma parte del marco conceptual de una investigación más amplia que fue financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación - Subdirección General de Proyectos de Investigación, a través del proyecto de investigación nº EDU2009-08669EDUC

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Figura 1: Ciudadanos extranjeros en países de la Unión Europea (en miles)

Fuente: Eurostat (2010a)

Por otra parte, en lo referente a cifras porcentuales, si exceptuamos algunos

países de pequeño tamaño, y singulares por sus características sociodemográficas, como

es el caso de Luxemburgo, Chipre o las Repúblicas Bálticas de Estonia y Letonia,

España se sitúa de manera clara en el primer lugar entre los Estados miembros de la

Unión Europea en cuanto a número de extranjeros respecto a la población total. Así, con

una tasa del 12,3% de extranjeros, supera a países de mayor tamaño como Alemania

(8,8%), Reino Unido (6,6%), Italia (6,5%) o Francia (5,8%); y también a otros de

tamaño medio, usuales receptores de inmigración, como Austria (10,3%), Bélgica

(9,1%), Suecia (5,9%) u Holanda (3,9%).

En todo caso, lo que resulta realmente diferenciador frente a cualquiera de estos

países, es el vertiginoso incremento de este colectivo que ha sextuplicado su presencia

desde el año 2000, convirtiendo a España desde esa fecha en el mayor receptor de

inmigrantes de toda la Unión Europea año tras año (Eurostat, 2010b). Es cierto que el

fenómeno no ha afectado de igual modo a los diferentes territorios que conforman el

Estado, y por ejemplo Cataluña con 1.193.283 extranjeros empadronados, un 15,9% de

su población, es la Comunidad Autónoma que acoge el mayor número de recién

llegados (Instituto Nacional de Estadística, 2010). Pero, además de Cataluña, el resto de

971,4

23,8 40

7,5

320,0

7185

,9

214,4 50

4,1 929,5

5651,0

3737,5

3891,3

128,2

404,0

41,5 214

,8186

,4

18,163

7,1864,4

35,9 443,1

31,4

70,6 52,5 142,354

7,7

4020,8

0

1000

2000

3000

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Fin

land

ia

Suec

ia

Rei

no U

nido

19

Comunidades bilingües se han visto notablemente afectadas por el impacto del

fenómeno, de manera especial las ubicadas en el área mediterránea y el eje del río Ebro.

De este modo, como puede apreciarse en la Figura 2, más del 50% de los extranjeros

vive actualmente en territorios donde, además del castellano o español, existe otra

lengua con estatus de cooficialidad (Huguet, 2004).

Figura 2: Ciudadanos extranjeros en España (incidencia en las Comunidades

Autónomas bilingües)

Fuente: Instituto Nacional de Estadística (2010).

Como es lógico, a consecuencia de los procesos de reagrupamiento familiar, y

también a otros factores en absoluto desdeñables como son los nacimientos en la

sociedad de destino o los desplazamientos por causas bélicas o políticas (Vertovec,

2007), la escuela no ha sido ajena al cambio social experimentado por nuestro país

(Defensor del Pueblo, 2003). En la última década, y en lo que respecta a la enseñanza

no universitaria en el conjunto del Estado, se ha pasado de 107.303 alumnos y alumnas

de origen inmigrante, durante el curso 1999/2000, a 762.746, durante el 2009/2010,

representando ya un 9,6% del total de alumnado (Ministerio de Educación, 2010a).

Los territorios de origen de estos escolares son diversos, pero debemos acentuar

el hecho de que un porcentaje muy elevado (casi un 50%) procede de países

latinoamericanos y además su lengua familiar (L1) coincide con la lengua oficial del

1.193.283 (15,9%)

884.622 (17,3%)

109.222 (3,9%)

241.704 (21,9%)

70.931 (11,2%)

139.229 (6,4%)

172.015 (11,7%)

49.149 (4,5%)

2.860.155

5.708.940

0 1.000.000 2.000.000 3.000.000 4.000.000 5.000.000 6.000.000

Islas Baleares

C. Valenciana

Cataluña

Navarra

País Vasco

Galicia

Aragón

Asturias

Total CCAA - Bilingües

ESPAÑA

20

conjunto del Estado español, una circunstancia singular respecto a otros países

europeos, Canadá o EEUU (véase Figura 3).

Figura 3: Distribución porcentual del alumnado extranjero por procedencia

geográfica (curso académico 2009/2010)

Fuente: Ministerio de Educación (2010a)

Por otro lado, respecto al resto de los recién llegados a España, debemos

considerar que se incorporan a las aulas con un conocimiento lingüístico previo escaso o

nulo de la lengua de instrucción (L2). Y si esto es cierto en territorios, como es el caso

de Madrid o La Rioja, donde la única lengua oficial goza de un amplio reconocimiento

internacional, todavía lo es más en sociedades como las de Cataluña o el País Vasco,

donde gran parte de la enseñanza se vehicula a través de lenguas minoritarias de

impacto muy limitado fuera de sus fronteras.

Los dos casos citados, Cataluña y País Vasco, resultan de especial interés ya que

ambas Comunidades optaron a partir de los años 80 por sistemas educativos

organizados bajo los presupuestos de la educación bilingüe, en los que los programas de

inmersión lingüística (programas de cambio de lengua hogar-escuela) adquirieron

especial relevancia. Dichos programas se han revelado claves en el proceso de

recuperación de sus respectivas lenguas (catalán y euskera), consiguiendo al mismo

tiempo mantener buenos niveles de conocimiento de lengua castellana en los escolares,

Asia y Oceanía5,6%

América Central3,9%

América del Sur39,2%

América del Norte0,9%

África21,9%

Europa28,5%

21

y sin perjuicio del desarrollo de otras habilidades curriculares consideradas básicas

(Huguet, 2004). Todo ello es relevante en tanto que tras las exitosas experiencias vasca

y catalana, en las que los programas bilingües de inmersión lingüística dirigidos a niños

y niñas de lengua familiar castellana fueron fundamentales, se halla la propuesta de

implementación de este tipo de programas a la escolarización de la infancia extranjera

que, de manera más o menos explícita, se ha venido realizando desde determinados

sectores educativos.

Pero tal propuesta encierra la confusión de considerar que todos los programas

de cambio de lengua hogar-escuela que escolarizan al alumnado en una L2 coinciden en

su diseño y condiciones didácticas, sin profundizar en algunas de las características

fundamentales que deben reunir los programas de inmersión: valoración y prestigio

social de la L1, desconocimiento de la L2 por parte de los escolares, profesorado

bilingüe con buen conocimiento tanto de la L2 como de la lengua del alumnado (L1),

etc.

En buena lógica, todo ello revierte en la generación de actitudes positivas hacia

la L2 que, como es sabido, fundamentan el aprendizaje de cualquier nueva lengua

(Baker, 1992).

La panorámica hasta aquí presentada nos lleva a reflexionar sobre algunas

cuestiones relativas a nuestras prácticas educativas. Para empezar, creemos que es

importante pensar desde dónde venimos en cuanto a tradiciones en la enseñanza y

aprendizaje de la lengua. Así, la “norma” de referencia ha sido el monolingüismo, y ello

nos ha llevado a señalar como deseables los contextos homogéneos de aula respecto a la

L1. La consecuencia ha sido una didáctica de la lengua muy rígida y diferenciando la

enseñanza de la L1, la L2 o la lengua extranjera (Guasch, 2010).

Es cierto que, probablemente, dadas sus peculiaridades sociolingüísticas, en las

Comunidades bilingües de España no ha sido exactamente así, pero hasta hace 30 años

las discusiones se centraban de manera exclusiva en las dos lenguas presentes en el

territorio (modelos de educación bilingüe a desarrollar, propuestas metodológicas más

adecuadas, momento de introducir la lectoescritura y en qué lengua, cuáles eran las

22

propuestas didácticas más relevantes, cuál era el mejor momento para introducir la

lengua extranjera, etc.).

Ante ello, hoy la inmigración se nos presenta como un reto y una oportunidad para

reflexionar sobre las relaciones “lengua-escuela” (Serra, 2010). Frente a esta nueva

situación, desde determinados sectores, se tiende a creer que los problemas lingüísticos

solo afectan a los escolares de incorporación tardía o que los niños latinoamericanos, al

tener en su mayoría el castellano como lengua propia, se pueden equiparar a los

castellanohablantes autóctonos de Cataluña o del País Vasco. Consecuentemente, los

programas de inmersión lingüística se han visto como una salida. Pero esta suposición

entraña graves problemas:

1. Las dos lenguas tradicionalmente presentes en las escuelas (catalán/euskera y

castellano) han aumentado sin cesar, y existen escuelas con 10-15, o aulas con 4-

5.

2. Ello revierte en la imposibilidad, por ejemplo, de disponer de profesorado

competente en un sinfín de lenguas, aspecto fundamental para el buen desarrollo

de los programas de inmersión.

3. Por otra parte, para el caso de los escolares latinoamericanos, debemos

considerar que las condiciones de escolarización no son las mismas de los

castellanohablantes en la Cataluña o el País Vasco de los 80. Sus actitudes hacia

el catalán/euskera y el castellano difieren de las de la población autóctona

castellanohablante de aquel momento, y los barrios (y las concentraciones

escolares) donde viven y asisten a la escuela son multiculturales y plurilingües, y

muy diferentes del monolingüismo castellano que presidía aquellos años. Esto

hace que sea simplificación el comparar una y otra situación por el hecho de

compartir una misma condición lingüística.

4. Además, se tiende a pensar que la infancia extranjera es homogénea, olvidando

sus diferencias culturales, étnicas, religiosas o, lo que puede ser más relevante,

las condiciones de escolarización (nivel educativo alcanzado en su país, edad de

llegada, expectativas educativas de las familias, etc). Todo ello se traduce en

que, desde una perspectiva lingüística, aparezca en una misma aula una gran

variedad respecto al conocimiento de la lengua de la escuela: alumnos

23

escolarizados en parvulario, en primaria, de incorporación tardía o recién

llegados.

En estas circunstancias, en Cataluña y en el País Vasco, los datos de que

disponemos nos muestran que estos escolares (con todas las diferencias derivadas de las

diversas casuísticas) obtienen resultados escolares significativamente más bajos que los

autóctonos, y podría pensarse que ello se halla relacionado con la singular situación

sociolingüística de los territorios bilingües del Estado (donde, por lo general, los

escolares inmigrantes deben adquirir dos lenguas al mismo tiempo), pero dichos

resultados no difieren de los obtenidos en otros territorios monolingües o los

correspondientes a Europa, Canadá o USA (Huguet y Navarro, 2006; Ministerio de

Educación, 2010b).

A partir de aquí, probablemente, deberíamos plantearnos:

• ¿nuestros Sistemas Educativos no han sido pensados para estos nuevos

alumnos?

• ¿qué nos aporta la educación bilingüe y los programas de inmersión lingüística

para afrontar este reto?

En tal sentido, creemos que vale la pena apelar a las experiencias catalana y vasca

en los más de veinte años de programas de inmersión lingüística primando una

perspectiva comunicativa de la adquisición de la L2, lengua que con posterioridad habrá

de vehicular la mayor parte de los contenidos académicos (Huguet y Madariaga, 2005).

El desconocimiento previo de dicha lengua por parte del alumnado obliga a centrar los

esfuerzos iniciales en la comprensión y, consecuentemente, al uso de un lenguaje

altamente contextualizado, de manera que los escolares puedan captar su sentido e

incorporarse a situaciones comunicativas en las que cada uno utiliza los recursos

lingüísticos que posee.

A ello debemos añadir que la educación bilingüe (o plurilingüe) asume una

concepción instrumental de las enseñanzas lingüísticas (Ribé, 1997), en la que se

propone que la manera más efectiva de aprender una lengua es mediante su uso en

relación a las cosas que se hacen en el Sistema Educativo. Dicho de otro modo, dado

que la escuela es un contexto en el que se enseña y se aprende, enseñar y aprender

24

mediante una lengua diferente a la del escolar no únicamente permite lograr los

objetivos de la educación sino que también posibilita el dominio de la L2.

Pero, además, esa concepción instrumental de la enseñanza de la lengua presupone la

asunción de otros tres principios fundamentales. En primer lugar, tratar adecuadamente

las diversas lenguas presentes en el currículum de manera que se permita y propicie la

transferencia de habilidades lingüísticas entre ellas (Huguet, 2009), y sin olvidar que

desde una concepción constructivista del aprendizaje, los nuevos conocimientos se

asientan sobre los anteriores, y los aprendices construimos nuestra L2 sobre lo que

sabemos en la L1. Así, tendemos a establecer equivalencias entre lo que sabemos del

verbo y la nueva lengua, el pronombre, sustantivo, etc (Chireac, Serrat y Huguet, en

prensa). En segundo lugar, tener presente no solo que estas lenguas pueden ser

vehiculares de contenidos en las diferentes áreas curriculares, sino que, lo que aún es

más importante, el proceso de enseñanza y de aprendizaje de los diversos

procedimientos lingüísticos (lengua oral, lectura, escritura, etc.) no debe recaer de forma

exclusiva en las actividades específicas del área de lengua, debiéndose prever tareas

relacionadas en el resto de áreas (Vila, 1993). Es decir, la responsabilidad del desarrollo

lingüístico del alumnado no puede ser asignada a unos pocos especialistas, lo cual pone

de relieve la necesidad de que exista un grado de consenso importante al respecto y un

esfuerzo suplementario de coordinación entre todos los miembros del equipo docente.

Por último, en tercer lugar, tomar conciencia de que cuando hablamos de transferencia,

además de las lenguas que tienen presencia curricular, debemos considerar la L1 de los

escolares cuando ésta no se encuentra entre ellas (Oller y Vila, 2011). En este sentido,

es conocida la importancia que tienen las actitudes y la motivación en relación al

aprendizaje de una nueva lengua (Baker, 1992), y difícilmente se favorecerán actitudes

positivas hacia las lenguas de la escuela si no se parte del reconocimiento, respeto y

valoración de todas y cada una de las lenguas que aportan los escolares, con

independencia de que se trate de lenguas oficiales o no (Huguet y Janés, 2005).

25

BIBLIOGRAFÍA:

BAKER, Colin, Attitudes and language, Clevedon, Multilingual Matters, 1992.

CHIREAC, Silvia-Maria; SERRAT, Elisabet y HUGUET, Ángel, Procesos de transferencia

en el aprendizaje de segundas lenguas. Un estudio con escolares de lengua rumana

en un contexto educativo bilingüe, Revista de Psicodidáctica, en prensa

Defensor del Pueblo. La escolarización del alumnado de origen inmigrante en España:

análisis descriptivo y estudio empírico, Madrid, Oficina del Defensor del Pueblo,

2003.

Eurostat, Eurostat Yearbook. Luxemburgo: Office for Official Publications of the European

Communities,

http://epp.eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/product_details/publication?p_pr

oduct_code=KS-CD-10-220 (Consulta: Octubre de 2010), 2010b.

Eurostat, Population of foreign citizens in the EU27 in 2009. News releases, 129,

http://epp.eurostat.ec.europa.eu/cache/ITY_PUBLIC/3-07092010-AP/EN/3-

07092010-AP-EN.PDF (Consulta: Octubre de 2010), 2010a.

GUASCH, Oriol (coord), El tractament integrat de les llengües, Barcelona, Graó, 2010.

HUGUET, Ángel, La educación bilingüe en el Estado español: situación actual y

perspectivas, Cultura & Educación, 16(4), pp. 399-418, 2004.

HUGUET, Ángel, La Hipótesis de Interdependencia Lingüística. Algunas consideraciones

para la práctica educativa en aulas multilingües, Revista Española de Pedagogía,

244, pp. 495-510, 2009.

HUGUET, Ángel y JANÉS, Judit, Niños inmigrantes en sociedades bilingües. Las actitudes

ante las lenguas por parte de los escolares recién llegados a Cataluña, Cultura &

Educación, 17(4), pp. 309-321, 2005.

HUGUET, Ángel y MADARIAGA, José María, Fundamentos de educación bilingüe,

Bilbao, Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco, 2005.

HUGUET, Ángel y NAVARRO, José Luís, Inmigración y resultados escolares: Lo que dice

la investigación. Cultura & Educación, 18(2), pp. 117-126, 2006.

Instituto Nacional de Estadística (2010). Avance del Padrón Municipal a 1 de enero de

2010. Datos provisionales. Notas de prensa, Madrid, INE,

http://www.ine.es/prensa/np595.pdf (Consulta: Octubre de 2010)

Ministerio de Educación, Datos y cifras. Curso escolar 2010/2011. Madrid: Secretaría

General Técnica del MEC,

26

http://www.educacion.es/mecd/jsp/plantilla.jsp?id=313andarea=estadisticas

(Consulta: Enero de 2011), 2010a.

Ministerio de Educación, PISA 2009. Programa para la evaluación internacional de

alumnos de la OCDE. Informe español. Madrid: Instituto de Evaluación de la

Secretaría de Estado de Educación y Formación Profesional, 2010b.

OLLER, Judith y VILA, Ignasi, Interdependencia entre conocimiento de catalán y

castellano y efectos de la lengua familiar en la adquisición de las lenguas escolares,

Cultura y Educación, 23(1), pp. 3-22, 2011.

RIBÉ, Ramón, Tramas creativas y aprendizaje de lenguas: prototipos de tareas de tercera

generación, Barcelona, Universidad de Barcelona, 1997.

SERRA, Josep Maria, Escola, llengua i immigració a Catalunya. Algunes reflexions.

Llengua, Societat i Comunicació, 8, pp. 27-34,

http://www.ub.edu/cusc/revista/lsc/hemeroteca/numero8/lsc_actual.htm (Consulta:

Marzo de 2011), 2010.

VERTOVEC, Steve, Super-diversity and its implications. Ethnic and Racial Studies, 30(6),

pp. 1024-1054, 2007.

VILA, Ignasi, Psicología y enseñanza de la lengua. Infancia y Aprendizaje, 62/63, pp. 219-

229, 1993.

27

Geo CONSTANTINESCU

Lector doctor

Universidad de Craiova

León Felipe: el poeta de la condición humana

Juan Larrea, uno de los más destacados creadores en el campo del creacionismo y

superrealismo español, después del estallido de la guerra civil no pudo continuar su

refinada creación poética, que reflejaba un mundo depurado de la prosa de la

contingencia y de todo subjetivismo. El poeta abandonó su lira para dedicarse, con gran

competencia, sólo a las actividades científicas, en un intento de enfocar lógicamente las

realidades complejas de su país.

Su compañero de generación y también discípulo, León Felipe, aunque le

llevaba más de un decenio de edad (vivió entre 1884-1968), apenas en el torbellino de

los acontecimientos y con la permanente referencia a sus consecuencias en el campo del

devenir del hombre contemporáneo, dio los mejores frutos de su poesía. Sólo en esta

crisis, León Felipe, viviendo los ecos en la conciencia de esta tremenda realidad,

cumplió con su expresión poética las síntesis que se escapaban a cualquier lógica:

sentimiento-razón, sufrimiento-sacrificio, difusión del individuo en la crisis de la

historia, para un posible nuevo renacer de la nación.

Nos damos cuenta de esta disposición poética aún en el primer volumen de su

obra, Versos y oraciones del caminante (1920), donde muestra el camino de la

expresión pura, refinada, es decir un camino vacío del contenido de las vivencias en un

esfuerzo considerado revolucionario por casi toda la Generación del 27, y que a él le

parecía ajeno: “todas mis palabras/ - fáciles siempre/ a los que aman – vayan unidas/

con mi alma”.

Él confiere a sus versos sufrimiento y gozo, es decir el peso pleno de las

vivencias. En el volumen siguiente, Drop a star (1933) aparecen los motivos esenciales

de la creación de más tarde: luz-sombra, cielo-tierra, sufrimiento- redención mediante el

sacrificio.

28

El poeta procedía de la gran familia de los estoicos de la Tierra Ibérica,

empezando con el viejo Séneca, el poeta que había dirigido hacia la luz el Imperio

Romano, y al cual Nerón, el emperador que un día se volvió loco, le había pedido la

vida (aunque fuese antiguo alumno suyo), y él se la había ofrecido sin pestañear, como

algo que no le pertenecía a sí mismo sino a la Humanidad, como valor moral. León

Felipe se podría a disposición de la República, de la democracia y de la lucha por la

libertad, por la vida, como su gran antecesor latino, casi dos milenios antes.

Después de haber vivido un trágico momento directamente, el de los

bombardeos salvajes sobre la ciudad de Barcelona (el marzo de 1938) ―en una acción

llevada con encarnizamiento y precisión sistemática por las tropas franquistas, apoyadas

técnicamente por Alemania de Hitler e Italia de Musolini―, León Felipe iba a crear

Oferta, uno de los poemas clave que refleja la esencia de la tragedia del pueblo español

de aquel entonces y de siempre. El poeta veía en la pobreza, como cualquier estoico, la

condición esencial del hombre, que vive su propio sino orientado sólo hacia la creación.

Pero en el medio de los bombardeos, de las actuaciones técnicas irracionales que

escupían desde arriba el odio sin límites, la muerte y la destrucción, el poeta vio que el

hombre de Barcelona, el español que luchaba por su ideal, su semejante, no significaba

nada: “yo no soy nadie aquí,/ ya lo sé./Yo no soy nadie:/ un poco de musgo/ en la

corteza apagada de la Tierra.”.

Los motivos de la sombra, de la impureza, de las tinieblas como esencia del

hombre sometido a aquella crisis imperdonable, adquieren aquí revelaciones extremas.

El hombre ya no es hombre, no tiene ningún valor, es fiera acosada o fiera encarnizada.

De él han quedado sólo las sombras, la noche, la muerte. Pero al final se le está abriendo

un rayo de esperanza: “¡toda la sangre de España/ por una gota de luz!” Tanto

sufrimiento no tendría ningún sentido sin esta esperanza, tan lejana sin embargo de la

vuelta de esta civilización de la barbarie. La aspiración hacia la luz llega a ser la

cristiana purificación por el sufrimiento. En este poema toman cuerpo las imágenes

símbolo que volverán sin cesar en los volúmenes siguientes. El payaso de las bofetadas

y el pescador de caña (Poema épico español, 1938), El hacha (Elegía española, 1939) y

encontrarán la culminación en Ganarás la luz (1943).

29

En este volumen, la poesía misma está condenada al imperio de las sombras:

“…digo que la poesía está en la sombra del mundo, donde el hombre ciego se revuelve/

y grita…”

Aunque hallado después de la guerra civil junto a otros exiliados españoles en el

México neutro, el poeta no podía escribir sobre otras cosas que no fueran las tinieblas de

la segunda guerra mundial europea, que había abarcado más de la mitad del planeta.

León Felipe sufre a causa de las tinieblas y el desencadenamiento de la muerte en que

estaban volcados los demás, vive esos sufrimientos, su poesía se hará eco de todo el

dolor. Es gemido, removimiento, grito, agonía. El poeta vuelve a vivir su propio destino

de español vencido y exiliado de su propio país, y también, la condición de los demás

jóvenes de todas las trincheras que morían por las ideas y el bienestar de los otros, que

tenían, en sus manos, el poder. Él se considera igual a los demás de su generación: “He

venido a sembrar mis huesos otra vez/ y a abrir las acequias de mis venas”. ¡Qué lejos

estaba Dios y la condición divina del hombre en aquellas circunstancias! El hombre era

un ser de las sombras, ofrenda inocente de las tumbas comunes “…no es más que una

úlcera gafosa, delirante, pestilente,/ ahora que toda la costra de la Tierra es una llaga

purulenta/ y Job el leproso colectivo”. En estas condiciones, Dios mismo parece que ha

creado al hombre sólo para la sombra que ha agobiado la tierra: “pero la sombra estaba

allí./ Entonces creó el hombre./ Y le dio la espada del llanto para montar la sombra”.

Sólo el llanto y los sufrimientos parecen suyos y de su condición terrestre. Así, en

Ganarás la luz, el hombre parece ser el hijo del sufrimiento. Dios no le ha otorgado

nada a esa condición tan ligera: “Todo se paga con sangre y con el sudor de la sangre,/

¡con llanto, con llanto!” La situación del hombre es impura, mezclada, caída mucho más

abajo de la condición humana: “Soy un mestizo. Soy un lagarto./ Soy el emperador de

los lagartos.”

Para expresar este universo, el de la condición humana en el medio de las crisis

de la civilización del siglo pasado, León Felipe creó una poesía libre, directa,

emocional. Por este camino él se aparta de sus compañeros de generación y, junto con

Rafael Alberti, Miguel Hernández y Dámaso Alonso, marcará la época de la

posmodernidad, la única capaz de representar al hombre de la segunda mitad del siglo

XX, es decir, el hombre abandonado, condenado y caído de su propia condición

humana.

30

BIBLIOGRAFÍA:

León Felipe, Ganarás la luz, Ed. De José Paulino, Madrid, Cátedra, 1990.

PAULINO AYUSO, José, La obra literaria de León Felipe, Madrid, Universidad

Complutense, 1980.

RUIS, Luis, León Felipe, poeta de barro, México, Colección Málaga, 1968.

VILLACICENCIO, Laura, Estructura, ritmo e imaginería en Ganarás la luz de León

Felipe, Cuadernos americanos, vol. 183, 4 (1972).

31

Dolores BARBAZÁN CAPÉANS

Lectora de español

Universidad “Ovidius” Constanţa

El hombrecito vestido de gris

Deseo que mis libros ayuden a los lectores a abrir su mirada, despierten sus sentimientos y sus

emociones, les inciten a ejercer la libertad de pensamiento, y les ayuden a pensar que no están locos1.

A través de un lenguaje claro, cuidado y preciso, Fernando Alonso nos presenta una

serie de ocho cuentos independientes que hacen referencia a temas diversos, como la

ilusión por descubrir cosas nuevas en El barco en la botella, el paso del tiempo en El

viejo reloj, o la tristeza y la felicidad en La pajarita de papel. Alonso es uno de los

grandes autores de literatura infantil española y con este libro recibe el premio Lazarillo

en 1977. En las siguientes páginas reflexionaremos sobre los personajes y las historias,

la relación del autor con el libro, las características recurrentes de sus obras y la edad

ideal de los lectores a quienes van destinadas.

Los personajes y la historia

En cada cuento contamos con personajes diferentes que viven su propia historia. Así, en

El hombrecito vestido de gris, Alonso nos presenta a un hombre triste, representado con

el color gris, y que en realidad quisiera ser cantante. La historia presenta dos finales: en

uno de ellos el hombrecito no cumple el deseo de ser cantante y sigue con su vida en la

misma oficina; y en el otro final el hombrecito deja de ser gris, empieza a utilizar

colores y consigue otro trabajo en una orquesta. En El barco de plomo se nos cuenta la

vida de un barco de plomo que consigue ser feliz y útil cuando se rompe y lo meten una

pecera. En Los árboles de piedra se nos cuenta la historia de un pueblo de piedra que no

tenía árboles, hasta que finalmente se encuentran los adecuados para ese pueblo. El

viejo reloj cuenta la historia de un niño que quiere arreglar el reloj de su abuelo y

persiste en su empeño hasta que finalmente lo logra. El barco en la botella nos descubre

el punto de vista de un barco que vive dentro de una botella y piensa que no hay más

mundos que el que puede ver él. Finalmente se da cuenta de que hay más realidades

1 Fernando Alonso en: http://bib.cervantesvirtual.com/bib_autor/fernandoalonso/ (consulta: 01/04/2011)

32

fuera de esa botella y decide descubrirlas. El conocimiento le aportará una libertad de la

que antes no disfrutaba. El guardián de la torre cuenta una historia relacionada con un

hombre y una torre que había sido construida por todo un pueblo. El hombre tiene un

comportamiento que hace que la gente del pueblo decida olvidarse de la torre, lo que

provoca finalmente que la torre se convierta en un edificio de una planta adecuado para

todos. El espantapájaros y el bailarín cuenta la historia de un oprimido (un

espantapájaros) y su opresor (el amo del espantapájaros). El oprimido finalmente

consigue liberarse encontrando su propia libertad. En el último cuento del libro, La

pajarita de papel, Alonso nos cuenta cómo una pajarita triste y sola acaba siendo feliz

cuando se rodea de más pajaritas.

Relación entre el autor y el libro

El autor se muestra en el libro a través de un lenguaje cuidado en el que expresa sus

preocupaciones en forma de historias con finales muchas veces abiertos, como la vida

misma. Trata temas y conflictos cotidianos que pueden clasificarse de “denuncia

social”. Alonso nos abre su mente y su corazón a través de sus cuentos, donde nos

presenta personajes fantásticos, mundos inventados y objetos personificados con los que

quiere hacernos reflexionar además de disfrutar de la lectura.

El autor quiere contribuir a fomentar la lectura en un público joven y ayudar así

a construir personas libres, que cuenten con los criterios necesarios para protegerse de la

opresión y del poder.

Relación entre El hombrecito vestido de gris y otras obras de Fernando Alonso.

Características recurrentes

Fernando Alonso, con El hombrecito vestido de gris y otros cuentos, ha contribuido a la

renovación de la literatura infantil española, incorporando nuevas estructuras narrativas.

La mayor parte de sus obras parten de una temática real con conflictos

cotidianos, como el aburrimiento y la tristeza que dominan la vida del hombre vestido

de gris. Sin embargo, su obra se encuadra dentro de lo que se conoce como “realismo

mágico”, ya que incorpora a la realidad el elemento fantástico. Es común en sus obras la

33

presencia de personificaciones; tal como ocurre en los personajes del espantapájaros, los

números del reloj, el barco de plomo o las pajaritas de papel.

En todas sus obras se puede apreciar el uso de un humor fino y ácido que el

autor utiliza para la denuncia social. Sin embargo, esta denuncia es sutil, ya que no

pretende hacer una crítica directamente moralizante. Pensemos por ejemplo en el

hombre, “jefe” de la torre, que encontramos en el cuento El guardián de la torre; o en la

represión que siente el espantapájaros, dominado por un amo que no le deja bailar. La

creación de un lector que reflexione es uno de los objetivos principales de este autor.

Para ello, deja finales abiertos, que invitan a la imaginación. En el caso del hombrecito

vestido de gris, es el lector quien puede escoger el final que más le gusta.

El lenguaje de los textos es rico y creativo, lleno de juegos verbales,

paralelismos, metáforas, personificaciones, juegos de palabras… con los que quiere

contribuir a la formación del lector. Seis de los ocho cuentos del hombrecito vestido de

gris comienzan con la abertura propia de los cuentos populares: “Había una vez…”,

indicando que entramos en un mundo de ficción. También utiliza en algunos cuentos la

estructura narrativa característica de los cuentos populares: hay un problema, buscan

soluciones y regresan victoriosos. Un claro ejemplo es La pajarita de papel o Los

árboles de piedra.

El uso de los colores es también un recurso muy utilizado por el autor. En este

libro es evidente el mencionado recurso en el primer cuento, donde el hombrecito

vestido de gris está triste, pero su interior está lleno de colores, como cuando canta.

Es habitual el uso de referencias literarias, cinematográficas, musicales y

plásticas en las obras de Alonso. Un ejemplo en El hombrecito vestido de gris es la

canción que canta: “Granada”, que puede hacer referencia a la canción escrita en 1932

por el mexicano Agustín Lara. Un tema con el que se han hecho múltiples versiones y

son muchos los autores que la cantaron, desde Plácido Domingo a Joselito.

34

Edad de los lectores

El lenguaje del texto es claro, rico en metáforas, paralelismos, juegos de palabras,

personificaciones… junto con el léxico, hace que los cuentos de Alonso sean adecuados

para un lector joven, de unos 10 años. El lector en proceso de formación puede

enriquecer su vocabulario y adentrarse en los mundos creados por este autor. El texto es

un buen material para la discusión de diversos temas, tan diversos como los que nos

encontramos en la lectura. Además la acción de cada cuento y su brevedad son

apropiadas para una de las principales finalidades de Alonso, conseguir atrapar a los

niños en el mundo de los cuentos, avivando en ellos la pasión por la lectura.

35

BIBLIOGRAFÍA:

Fernando Alonso, Biblioteca virtual Miguel de Cervantes

bib.cervantesvirtual.com/bib_autor/fernandoalonso/ [consulta: 01 de abril 2011]

Granada, Wikipedia_La enciclopedia libre.

http://es.wikipedia.org/wiki/Granada_(canción) [consulta: 09 de marzo 2011]

www.librosalfaguarajuvenil.com/.../guia.../guia-actividades-hombrecito-vestido-gris-

otros-cuentos.pdf [consulta: 08 de marzo 2011]

YUBERO, Santiago y SÁNCHEZ, Sandra, Materiales didácticos del curso Autores,

personajes y animación a la lectura. Cuenca: CEPLI, Universidad de Castilla-

La Mancha, 2011.

36

Octavio PINEDA DOMÍNGUEZ

Lector de Español

Universidad “Babeş-Bolyai” Cluj-Napoca

Manuel Padorno, un poeta del desvío

Yo quisiera escribir del otro lado

con mayor claridad. Con más sentido

Manuel Padorno

Resulta extrañamente revolucionario que un poeta de finales del siglo XX adopte la

métrica y las estructuras clásicas y se aleje de las composiciones innovadoras y el verso

libre. Un poeta instalado en la tradición, pero con una arquitectura visual y rítmica

capaz de traspasarla; vinculado al mundo universal y oceánico de las Islas Canarias, y a

la creatividad y la experimentación de la literatura y el arte contemporáneos: un diálogo

con la poesía pura de Juan Ramón Jiménez, el desbordamiento verbal de César Vallejo,

o la pintura de Rothko…

La poesía de Manuel Padorno ha sido editada recientemente en el volumen: La

palabra iluminada (Antología 1955-2007), publicada en el año 2011 en la editorial

Cátedra, con un excelente estudio de Alejandro González Segura. Una obra amplia que

comienza en 1955 con el poemario Oí crecer las palomas, y recorre casi toda la segunda

mitad del siglo XX hasta el año de su muerte 2003, y que aún en el año 2007 dará lugar

a la aparición del libro póstumo Edenia (2007).

El antologador reúne en esta edición las temáticas, las estructuras y los textos

fundamentales con los que tener un conocimiento amplio del autor ―teniendo en cuenta

las reconocidas ausencias de cualquier compilación. Un panorama que descubre una

poesía casi desconocida para el público español, pero valorada en las Islas Canarias,

donde Padorno fue galardonado con el Premio Canarias de Literatura de 1990. Un

recorrido minucioso, enriquecido con notas explicativas que desnudan las claves del

mundo literario “padorniano”; el mundo de un artista multifacético –casi diríamos un

37

nómada del arte, en clara alusión al “método del nómada” destacado en la introducción:

una vida de viajes y una intensa actividad artística como poeta, pintor, e incluso como

supuesto jazzista, siempre desde su original autodidactismo.

Su poesía nos adentra en un mundo propio que reinventa todo aquello que toca e

imagina, vertebrándolo a través de un signo fundamental, que será el motivo absoluto de

su obra: la poética del desvío. Una idea que fue elaborando una y otra vez, matizando

sus rasgos y aplicándola en todas sus posibilidades. Un desvío que multiplica la sintaxis,

los versos, los temas y las imágenes. Decía el propio Padorno: De la multiplicidad del

mundo exterior: estamos descubriendo “afuera”. Un desbarajuste de nuestros lazos

sensoriales con la realidad, donde se quiebra la voz poética y se fractura la frase,

creando imágenes y metáforas desconcertantes.

El poeta articula y construye en ese desvío una mitología insular –mostrada de

forma definitiva en el poemario póstumo Canción Atlántica (2003), así como en Desvío

hacia el otro silencio (1995) o en Desnudo en punta Brava (1990), incluidos en esta

antología. Un mundo paralelo que las palabras no logran aprehender:

vuelvo palabras lo que vi, sabiendo

que, con ellas no puedo referirme

con toda exactitud a aquello, el otro

lugar en donde entré, donde salí

hasta ver, borroso, lo invisible

Pero un desvío que también se asoma al artificio métrico, a las estrofas que el

autor elige a lo largo de sus poemarios: largas hileras de versos endecasílabos,

madrigales, sextinas, sonetos, etc; todo un entramado articulado en torno a su voz, su yo

lírico, siempre restaurador de formas tradicionales.

Manuel Padorno nos ofrece un desvío temático, lingüístico y estético, pero

también un desvío dentro de la lírica española, porque su poesía es difícil de instalar en

alguna de las corrientes peninsulares de su generación, ya que maniobra y circula dentro

de las corrientes insulares de la poesía. Padorno se convierte así en continuador de la

mejor poesía canaria: marítima y montañosa, reflexiva y universal. Una poesía que se

regenera a través de su propia tradición, siempre trasgrediéndola en diálogo permanente

38

con el espacio: ya sea reflexionando sobre él -como hiciera en su día Alonso Quesada-,

o reinventándolo desde la realidad fragmentada que sustentaron Agustín Espinosa o

Pedro García Cabrera; pero que también visualizaron los padres de las letras canarias:

Bartolomé Cairasco de Figueroa, Antonio de Viana, o el ilustrado José de Viera y

Clavijo.

Una poesía que es también “la otra poesía”. Un espacio que es geográficamente

“el otro espacio”.

Construí sobre el agua. Cuerpo de agua.

Una patria oceánica. Una playa.

Fui a trabajar en lo que no se ve.

En otras realidades: el desvío

39

Antonia ESCANDELL TUR

Lectora de español

Universidad “Alexandru Ioan Cuza” Iaşi

El enigma Pessoa y el caso de Alberto Caeiro, heterónimo y maestro.

Ahora que he pasado Soy lo que no era, Y cuando estoy pasando No soy lo que soy

(Homero, Vidas apócrifas.)

Hablar de Fernando Pessoa, del hombre y del escritor, es emprender una aventura de la

que difícilmente se puede salir indemne. Menos aún, satisfecho. Sin embargo, no pocos

críticos y biógrafos se han dejado seducir por lo que se ha dado en llamar “el enigma

Pessoa”. Fernando Pessoa, el hombre, nació un verano de 1888 en Lisboa. Allí

transcurrió también su vida adulta, hasta su muerte en 1935. En los escasos 47 años que

van de una fecha a otra, este hombre enjuto, de apariencia anodina y que se ganaba la

vida modestamente como traductor, creó la obra poética más colosal que haya dejado el

siglo XX en lengua portuguesa. Las publicaciones que tratan de reconstruir la vida del

escritor y su proceso creador abundan, pese a lo arduo de la empresa. De entre ellas, nos

ha parecido especialmente acertada la biografía titulada Extraño extranjero, una

biografía de Fernando Pessoa (2000), firmada por Robert Bréchon. Un breve

acercamiento a esta magna obra de Bréchon nos va a servir para familiarizarnos, aunque

sea vagamente, con el también llamado “caso Pessoa” y tratar, aun a sabiendas de que

nos encontramos ante un ejercicio casi detectivesco difícilmente trasladable al papel, de

desentrañar el enigma de los heterónimos y el caso concreto de Alberto Caeiro,

heterónimo y maestro, a la vez, de Pessoa.

En Extraño extranjero llama la atención, en primer lugar, la aliteración formal

en los dos adjetivos que componen el título, y que nos llevan a percibir una analogía

semántica de las palabras que poco después se nos descubre falsa. Extraño: singular,

ajeno a la naturaleza de una cosa. Un extranjero siempre lo es, respecto a los habitantes

de un lugar, en tanto natural de otro. La colocación de los adjetivos no refuerza la

sinonimia; contribuye, por el contrario, a matizar su naturaleza contradictoria. El tropo

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lingüístico con que Bréchon ha titulado su biografía de Fernando Pessoa ilustra a la

perfección la identidad compleja del sujeto que califica.

Robert Bréchon explica, en las páginas iniciales de esta biografía, el origen del

título; “Pessoa no era ni un vagabundo ni un burgués cualquiera. Los griegos definían a

este tipo de hombres como “extraños extranjeros”. Eso, por ejemplo, se decía de San

Pablo”1. Se refiere entonces a la idea de un discurrir vital insignificante y seguramente

extraño e incomprensible para los demás, aunque conscientemente elegido y aceptado

por el poeta. Pero aún así, todo extranjero, para ser calificado como tal, necesita una

patria, un hogar. Para Pessoa su patria fue su infancia, como señala Bréchon recordando

a Saint-Exupéry: “soy de mi infancia como se es de un país”2. Ya tenemos aquí dos de

los motivos fundamentales sobre los que Bréchon construye este largo y detalladísimo

recorrido por la vida de Pessoa. El tercero se encuentra implícito en los anteriores y

contribuye a aunarlos: la idea de un destino ineludible, derivada por una parte del

sentimiento de extrañeza intrínseca en este ser que vivió siempre como ausente de sí

mismo y fomentada, por otra, en una infancia conscientemente asumida como patria,

Arcadia, paraíso primero, perdido e irrecuperable. Ambas circunstancias debieron ser

fundamentales para que en el inmenso poder simbolizador de la imaginación del poeta

la idea de destino alcanzara una importancia primordial.

El nacimiento y la primera infancia en Lisboa, el traslado a Durban y la

formación anglosajona de que disfrutó allí, la vuelta a Lisboa y la definitiva adopción de

la lengua portuguesa y, en este primer Pessoa, niño y adolescente, la importancia de la

relación con la madre y de la formación recibida de ella, la creación de los primeros

poemas, conforman los episodios iniciales de su vida. Más adelante, el descubrimiento

de la literatura inglesa, la ayuda decisiva de algunos profesores y familiares para la

orientación de sus lecturas, la amenaza de la locura encarnada por la abuela Dionísia…

todos estos elementos prefiguran ya lo que serán las bases fundamentales para el

discurrir vital y creativo del poeta, y eclosionarán en lo que el propio Pessoa dio en

llamar “El día triunfal”.

1 BRÉCHON, Robert: Extraño Extranjero, una biografía de Fernando Pessoa, traducción de Blas Matamoro, Alianza Editorial, Madrid, 2000, p. 13. 2 Op. Cit., p. 33.

41

Escribí más de treinta poemas seguidos, en una especie de éxtasis cuya naturaleza no

consigo definir (…).Comencé por el título, “El guardador de rebaños”. Lo que ocurrió luego es

que apareció dentro de mí alguien a quien di enseguida el nombre de Alberto Caeiro. Disculpen

lo absurdo de la expresión: quien apareció en mí fue mi maestro3.

Tras Alberto Caeiro vendrán el Pessoa ortónimo (así llamado por ser la

personalidad original, creadora de los demás), muy diferente del primer Pessoa

“paulista”, Ricardo Reis, Álvaro de Campos… hasta un total de 72 heterónimos se han

llegado a contar, aunque los más importantes son los tres mencionados, a los que

deberíamos añadir a Bernado Soares, autor del Livro do desassossego. Estos cuatro con

fecha y lugar de nacimiento, un estilo literario propio, su propia biografía y su propia

evolución. Lo que distingue a los heterónimos del fenómeno más frecuente de los

pseudónimos es el hecho de que en el primer caso se trata de identidades completas que,

aunque inventadas, se vuelven verdaderas gracias a la escritura original de cada una de

ellas. Así, Álvaro de Campos, ingeniero de educación anglosajona, desarrolla en sus

primeros poemas un estilo de influencias simbolistas, aunque más adelante se decante

por las corrientes vanguardistas; Ricardo Reis, por su parte, nacido en Portugal pero

establecido en Brasil, será un clasicista puro, amante de la prosodia limpia y del

equilibrio en el verso; Alberto Caeiro, nacido en Lisboa, campesino sin estudios y

maestro de todos los demás, será el llamado poeta filósofo, con una obra de marcado

carácter vitalista… la lista sería interminable. Todos los heterónimos de signo e

influencias diferentes, a veces contrarias hasta el punto de que algunos de ellos llegaron

a escribir críticas sobre obras firmadas por otros heterónimos, en un diálogo de

múltiples voces que se ha dado en llamar “drama em gente”. Las anécdotas que se

refieren al asombroso caso de los heterónimos son múltiples. Quizás una de las más

célebres es la que contaba José Regio, escritor y amigo de Pessoa: una tarde, en que

había quedado en encontrarse con Pessoa, éste apareció con varias horas de retraso,

diciendo ser Álvaro de Campos y disculpando a Pessoa por no haber podido acudir a la

cita.

El Pessoa adulto es pues el Pessoa de los heterónimos, de la intensa vida

cultural, social y política, el estudioso del esoterismo y el que escribe vehementes cartas

de amor. Imposible imaginar una vida tan febrilmente vivida y al mismo tiempo tan

3 Op. Cit., p. 211.

42

distanciada, tan ausente de sí. El recorrido biográfico de Bréchon termina con un

estudio de la repercusión que tuvo la obra del poeta una vez muerto hasta hoy. El título

que inaugura este último capítulo (El mito de Pessoa) no podría ser más acertado, si

entendemos por mito el ser en el que cuajan aspectos de una época que toman la

imagen de ese ser. La imagen póstuma de Pessoa, la que ha llegado a nuestros días, es

ya la del mito.

Não sei quantas almas tenho4

Não sei quantas almas tenho Por isso, alheio, vou lendo

Cada momento mudei Como páginas, meu ser

Continuamente me estranho O que sogue não prevendo,

Nunca me vi nem acabei O que passou a esquecer

De tanto ser, só tenho alma. Noto à margem do que li

Quem tem alma não tem calma O que julguei que senti

Quem vê, é só o que vê Releio e digo: “Fui eu?”

Quem sente não é quem é. Deus sabe, porque o escreveu.

Atento ao que sou e vejo, Alberto Caeiro.

Torno-me eles e nao eu

Cada meu sonho ou desejo

É do que nasce e não meu

Sou minha própia paisagem;

Asisto à minha passagem

Diverso, móvil e só,

Não sei sentir-me onde estou

4 No sé cuántas almas tengo/ de cambiar a cada momento/ continuamente extrañado/ nunca me he visto,

nunca acabado/ de tanto ser, sólo tengo alma./ Quien tiene alma no tiene calma/ quien ve es sólo aquello

que ve/ quien siente no es quien cree.// Atento a lo que soy y veo/ tórnome yo en ello/ cada sueño mío, o

deseo/ es sólo de lo que nace/ soy mi propio paisaje;/ asisto a mi pasaje,/ diverso, inmóvil y solo,/ no sé

sentirme allí donde estoy// Por eso, ajeno, voy leyendo/ como páginas, mi ser/ lo que sigue sin prever,/

olvidando lo que pasó/ al margen de lo leído escribía/ lo que creía, lo que sentía/ releo y digo: “¿Fui yo?”/

Sólo Dios sabe, porque lo escribió. (Traducción de la Autora)

43

Alberto Caeiro, poeta pagano –y atendamos aquí al sentido etimológico del

término, paganus, pagus, relativo al campo, de fuera de la ciudad-, hombre sencillo,

rural, es evocado por quienes reconocieron en él a su maestro en diversas ocasiones;

Álvaro de Campos, poeta de las sensaciones, nos ofrece del maestro una profusa

descripción física y rememora el primer encuentro entre ambos embargado por la

emoción. Del retrato evocado por el discípulo se desprende un rasgo esencial; que la

existencia de Alberto Caerio podría afirmarse únicamente en tanto que vio y en lo que

vio. He aquí lo que el discípulo descubre en el maestro de genial y que después

desarrollará en su propia obra. Ricardo Reis, por su parte, vislumbró en Caeiro al pagano

que más tarde él mismo llegaría a ser; “al revelador de la Realidad que nos restituiría,

con su canto, a la nada luminosa que somos (…) convivientes con él, sin pensar, de la

fatalidad objetiva del Universo”5. El mismo Pessoa ortónimo, tal vez sin pretenderlo,

evoca al maestro cuando se refiere a la creación poética en estos términos: “el principio

fundamental de toda creación: crear un todo objetivo, para lo cual es preciso crear un

todo parecido a todos los que hay en la Naturaleza”6. Poco más ― y tomamos de nuevo

aquí la palabra a los discípulos―, queda por decir de quien redujo su existencia sólo a la

de sus poemas escritos. Poeta contra la razón y contra el sentimiento, Caerio existe en

tanto que escribe, existe sólo en la inmediatez de la sensación, en aquello que se percibe,

ni siquiera en su rememoración consciente.

El paganismo de Caeiro se revela en la captación íntima y mínima, exacta e

inmediata de todo aquello que lo rodea; se vuelve inevitable no evocar aquí a otro poeta:

No sólo le costaba comprender que el símbolo genérico perro abarcara tantos individuos

dispares de diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres y catorce

(visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente). Su

propia cara en el espejo, sus propias manos, lo sorprendían cada vez.7

Ireneo Funes, el Memorioso, está dotado de una percepción y una memoria

infalibles. Postrado e inmóvil, el fantástico personaje de Borges “era el solitario y lúcido

espectador de un mundo multiforme, instantáneo y casi intolerablemente preciso” quien

5 Pessoa, Fernando, Poemes d’Alberto Caeiro, Quaderns Crema, Barcelona, 2002, p. 23 (la traducción al castellano es mía). 6 Op. Cit., p. 30. 7 Borges, Jorge Luis, Funes el Memorioso, en Obras Completas I, Ed. RBA, 2005, p. 488.

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“sin embargo, no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar,

abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos”8. El

joven Funes, sin embargo, aunque maravillado por la infinita diversidad de todo aquello

que su percepción le ofrece, no puede escapar al demonio de la clasificación; es aquí

donde difiere del empeño, explícito en el maestro Caeiro, en no pensar. Funes,

empecinado en comprender, inventa sistemas, trata de organizar su memoria mediante

clasificaciones; Caeiro desdeña todo intento de abstracción sobre la realidad que la

naturaleza ofrece, cualquier clasificación se le antoja engañosa. El poema en el que

centramos nuestra atención, sin embargo, suscita la duda; no es que pretendamos que

mediante la precisa elaboración métrica del poema, sus estrofas en octavas, el poeta

haya pretendido una sistematización semántica; sin embargo, entre uno y otro plano, el

formal y el semántico, se abre un abismo lleno de sentido. Como si, ante la visión de un

paraguas y una máquina de coser sobre la mesa de un quirófano, ésta última se revelara

súbitamente en tanto identidad unificadora que otorgara a su vez sentido al encuentro

aparentemente fortuito entre el paraguas y la máquina de coser.

A sabiendas de que la analogía entre la obra de Magritte y el poema de Caeiro

entraña riesgos, procedamos a matizarla fijando la atención, primero, en el poema; las

tres estrofas que lo integran están compuestas, cada una de ellas, por ocho versos

octosílabos de rima consonante, siguiendo el esquema a-b-a-b-c-c-d-d. Se trata de una

estrofa de origen italiano que fue característica, durante el llamado Siglo de Oro español,

de la narración épica culta. En la mayor parte de su obra, Alberto Caeiro rehuye la rima;

podemos encontrarnos, en algunos casos, con estrofas en las que el verso libre alterna

con algunos versos rimados. Utiliza también con más frecuencia el verso largo que el

breve, y son igualmente inusuales las estrofas de ocho versos. Podríamos afirmar que la

atención formal que se presta a este poema constituye una excepción en la obra del

poeta.

Não sei quantas almas tenho planea sobre el mismo motivo que rige toda la obra

de Caeiro; la voz poética se halla dominada por una conciencia que se descubre múltiple

en todo aquello que la rodea. El alma cambiante se proyecta fuera de sí en todo lo que a

la vista se le ofrece, incapaz de abstraerse a la experiencia de existir. En la segunda

8 Op. Cit., pag. 489.

45

estrofa, sin embargo, la imagen se va concretando: ¿se trata en realidad de una identidad

múltiple, o bien de una voz unívoca que se niega a sí misma diseminándose

deliberadamente en su propia exterioridad? El juego de contraposiciones que domina la

primera parte de la segunda octava invita a pensar lo segundo. El movimiento especular,

de ida y vuelta, que proyecta la mirada cuando topa con su propia imagen, se

materializa en los últimos versos: el poeta, ya desde su exterioridad fragmentada, como

desde los pedazos de un espejo roto, vuelve la mirada hacia su propia univocidad,

aunque dicha mirada, igual que la de Orfeo, signifique la desintegración de aquello

observado –“Não sei sentir-me onde estou”.

En la última estrofa, la conciencia desdoblada del poeta se proyecta y materializa

en la metáfora del libro. Como quien lee sin prestar demasiada atención al texto,

ignorando la memoria y el tiempo, el poeta es el contemplador pasivo, absorto en el

instante, de su propio discurrir vital. A los márgenes de las páginas de este libro va

anotando las impresiones que la lectura le produce. Cuando relee las notas, sin embargo,

no las reconoce. La conciencia de una identidad desdoblada parece reproducirse hasta el

infinito en progresión aritmética: hay alguien que vive y alguien que contempla, sin

reconocer, a quien vive. El mismo que contemplara trata de pronunciarse sobre aquello

que ve, pero no consigue dar lugar, con ello, más que a otra entidad igualmente

desconocida. Ante tal dispersión de la conciencia el poeta recurre a un Dios que se

concibe en tanto que entidad unificadora. Es en la llamada al demiurgo ordenador donde

se nos descubre falso el paganismo de Caeiro.

Retomamos a Borges, y con él a Foucault cuando rememora al anterior y a la

fantástica e inquietante clasificación de cierta enciclopedia china que aparece en uno de

los cuentos de Otras inquisiciones, El idioma analítico de John Wilkins. Retomamos,

junto con ellos, a Magritte. Foucault evoca a uno y a otro; Borges pone de manifiesto lo

perturbadoramente arbitrario de toda sistematización basada en premisas puramente

lingüísticas, de un orden aparentemente lógico: hace del lenguaje un no-lugar. Magritte,

por el contrario, crea un lugar común, en la mesa de disección donde emplaza objetos

aparentemente dispares, que permite la analogía. Hemos ido siendo testigos, a lo largo

del análisis del poema, de cómo la disposición aparentemente dispersa del pensamiento

iba creando un orden en la prosodia del verso. El verso, a su vez, ha fundado el espacio

idóneo para la estructuración del pensamiento; el discurso se ha ido concretando en

46

imágenes en las que sin embargo el tropo lingüístico permite la ambigüedad; nos

encontramos, pues, ante una relación inestable de tensiones entre el orden simbólico del

lenguaje, que deja traslucir su arbitrariedad, y el orden lógico de los signos; la

imposibilidad de la escritura se descubre cierta en el preciso acto de escribir. Ante la

amenaza del absurdo, el poeta atribuye a Dios la patria mítica del sentido. La necesidad

de un ideal de absoluto se revela, al final del poema, en la sumisión. La voluntad del

poeta ha abdicado ya ante la voluntad de un orden superior, y es precisamente la

confesión pública de esa sumisión lo que pone el punto y final al poema.

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BIBLIOGRAFÍA:

BORGES, Jorge Luis, Funes el Memorioso, en Obras Completas I, Ed. RBA, 2005.

BRÉCHON, Robert, Extraño Extranjero, una biografía de Fernando Pessoa,

traducción de Blas Matamoro, Alianza Editorial, Madrid, 2000.

FOUCAULT, Michel, Las palabras y las cosas, una arqueología de las ciencias

humanas, traducción de Elsa Cecilia Frost, Editorial Siglo XXI, Buenos Aires,

1968.

PESSOA, Fernando, Poemes d’Alberto Caeiro, Quaderns Crema, Barcelona, 2002.

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Alina ŢIŢEI

Asistente doctoranda

Universidad “Alexandru Ioan Cuza” Iaşi

Notas sobre la “novela del dictador” en el ensayo romántico

hispanoamericano Facundo, de Domingo Faustino Sarmiento

El ensayo como género literario aparece en el panorama de las letras hispanoamericanas

en el siglo XIX y adopta en su momento una perspectiva socio-política, relacionándose

con los problemas de la lucha por la emancipación nacional y, más tarde, con aquéllos

referentes a la construcción de las repúblicas independientes. Es natural que en este

contexto, el tema de la dictadura y el dictador forme parte de los inicios del género y

ocupe un lugar importante en su evolución posterior. La configuración literaria de la

problemática dictatorial generó tres tipos de ensayo: romántico, psicológico y

sociológico.

El ensayo hispanoamericano de corte romántico corresponde a la producción de

mediados del siglo XIX y se centra principalmente en la figura del dictador argentino

Juan Manuel de Rosas. La visión romántica contempla al dictador como a un personaje

cuya ambición y sed de poder son parte de su naturaleza. Esta ambición, unida a ciertas

condiciones históricas y naturales, contribuye para que éste realice su sueño de

convertirse en déspota. El ejemplo clásico del género lo representa Facundo (1845),

obra maestra de Domingo Faustino Sarmiento1, personalidad política y literaria, un

ensayo que, además de pertenecer a la corriente romántica, es también una

aproximación sociológica avant la lettre al fenómeno de la dictadura.

[1] Domingo Faustino Sarmiento Albarracín (1811-1888), escritor, docente, pedagogo, publicista y político, uno de los creadores de la Argentina moderna. Personalidad política compleja (diputado, senador, jefe del Departamento de Escuelas y gran reformador del sistema educativo, gobernador de la provincia natal, primer ministro, ministro del Interior, ministro plenipotenciario en Chile, Perú y Estados Unidos y el séptimo presidente de la República Argentina), es asimismo el más original y prominente escritor romántico de América Latina. Forma parte del grupo de jóvenes intelectuales miembros de la así llamada «Generación de 1837» («Generación de Mayo», «Generación de los románticos» o «Generación de los proscritos»), cuyos principales exponentes fueron, junto con él, Esteban Echeverría y Juan Bautista Alberdi. Las ideas políticas promovidas, sobre todo mediante su producción literaria, dejan entrever la influencia del romanticismo inglés y francés, pues uno de los principios que estos escritores defendieron fue el distanciamiento de la tradición literaria española. Los escritos de Sarmiento reúnen cincuenta y un volúmenes, entre ellos biografías, cuentos, apuntes de viaje, trabajos pedagógicos y sociológicos, artículos políticos, sociales y dramáticos, cartas, etc. Mencionamos algunos títulos de su extensa obra: Mi defensa (1843), Facundo o Civilización y Barbarie (1845), Viajes por Europa, África y América (1849), Educación popular (1849), Recuerdos de provincia (1850), Campaña del ejército grande (1852), Conflictos y armonías de las razas en América (1883), La vida de Dominguito (1886) etc.

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Este gran ensayo romántico combina con maestría la expresión del sentimiento

personal con el intento de comprensión racional del fenómeno dictatorial. Consecuente

con el espíritu desprovisto de limitaciones de la estética romántica, la obra aúna el

panfleto político, el poema en prosa, la novela, el estudio sociológico y el intento de

síntesis histórica para describir, con fuerza y profundidad artística, la realidad llena de

violentas contradicciones de Argentina; por lo tanto, el ensayo, más allá de su valor

histórico o sociológico, se transforma en un fiel reflejo artístico de la época. Sarmiento

enfoca dos aspectos: uno más genérico, la aparición del caudillismo hispanoamericano,

y otro más específico, que supone denunciar la tiranía de Juan Manuel de Rosas y

demostrar la imperiosa necesidad de unas profundas reformas democráticas. Su tesis

consiste en presentar la realidad como oposición entre civilización y barbarie; como

corolario, la dictadura y el caudillismo acabarán siendo definidas como el triunfo de la

civilización sobre la barbarie. Apoyado en los ejemplos de la realidad histórica de su

país, Sarmiento intenta acreditar que el poder dictatorial de Rosas es ilimitado y que su

liderazgo omnipotente ha superado la ahora obsoleta división entre unitarios y

federales. El autor defiende la idea de que el gobierno de Rosas ha llegado a un grado

de autonomía total con respecto a las tendencias políticas e ideológicas del país y

concluye que el dictador y su régimen son los únicos responsables de la situación

lamentable que padece la nación. Sarmiento crea un monstruo como enemigo tangible

de su cruzada civilizadora y refuerza la idea de que hombres como Facundo, gauchos de

las vastas extensiones de la pampa, son los que, con su apego a las formas tradicionales

de vida, impiden el progreso en Argentina. Para el autor, el progreso está

necesariamente asociado a un esfuerzo consciente y programático de transformar la

composición étnica de la población y, consecuentemente, educarla en el espíritu de los

más elevados principios de la moral social de la época, los principios de Europa y de la

América anglosajona. Pero tal programa sólo sería viable si el estilo de vida retrógrado

de los habitantes de la pampa desapareciera ante el empuje de la educación y la cultura

de raíz europea. La imagen de una Argentina culta, amante del progreso y dispuesta a

aplicar las normas civilizadas de la vida política es una manifestación viva del

liberalismo que Sarmiento comparte con los de su generación. El ensayo contiene

numerosos datos históricos, geográficos, científicos, filosóficos y artísticos que vienen a

probar la tesis central, ya que la intención última del autor es convencer a los

50

potenciales lectores de que el deber primordial de todo ciudadano es contribuir a

derrocar el régimen dictatorial.

El título original del ensayo Civilización y barbarie. Vida de Juan Facundo

Quiroga. Aspecto físico, costumbres y hábitos de la República Argentina, sugiere la

triple dimensión del texto: descriptiva, biográfica y socio-política, que se corresponde

con las tres partes de la obra. La primera parte (capítulos I-IV) “Un panorama de la

sociedad y la cultura argentinas”, describe la geografía del país, evidenciando algunas

características del orden social y económico, resultadas a raíz de los factores naturales,

y retrata los tipos humanos que habitan las infinitas extensiones de la pampa: el

rastreador, el baqueano, el gaucho malo y el cantor. En la segunda parte (capítulos V-

XIII), se relata la historia de Facundo Quiroga, su ascensión sin escrúpulos de la

posición de simple gaucho de La Rioja a la de temido caudillo de su región, su

transformación en el aliado del dictador y, por último, su asesinato por los esbirros de

Rosas, quien estaba muy preocupado por la creciente influencia que había empezado a

adquirir Facundo. La tercera parte del ensayo (capítulos XIV-XV) “Interesante en la

medida en que da a conocer la posición política, al igual que algunas de las ideas del

escritor”, es un alegato político contra el régimen dictatorial de Argentina, mediante el

cual Sarmiento busca, además, revelar el papel desempeñado por Rosas en la

eliminación de Facundo.

Típico caudillo hispanoamericano, prototipo de la barbarie feudal y la

bestialidad, Facundo Quiroga representa el producto de la inevitable confluencia de dos

culturas, “dos sociedades distintas, rivales e incompatibles, dos civilizaciones diversas:

la una española, europea, culta, y la otra bárbara, americana, casi indígena”2. La

revolución argentina, “la guerra de las ciudades, iniciadas en la cultura europea, contra

los españoles”3, constituyó, según el autor, sólo un pretexto para que estas dos maneras

distintas de ser de un mismo pueblo se pusiesen una delante de la otra, se enfrentasen y,

finalmente, tras largos años de lucha, la una absorbiese a la otra. Además del choque

cultural, para Sarmiento un papel decisivo en la conformación de la conducta humana lo

desempeña la geografía en la que el individuo se desenvuelve: Facundo Quiroga no es

un simple caudillo, sino una manifestación de la existencia misma de Argentina, con sus

[2] SARMIENTO, Domingo Faustino, Facundo, edición digital, www.elaleph.com, 1999, p. 76. [3] Op.cit., p. 84.

51

características específicas. En este caso, el determinismo geográfico es absoluto. De

origen humilde, nacido y criado en el medio de la pampa, Facundo es como un tigre,

violento y sanguinario incluso desde su infancia. Su barbarie es de tipo instintivo; su

comportamiento responde a sentimientos ocultos que no está en capacidad de dominar.

Personificación de la vitalidad, la astucia, el poder y la barbarie, teniendo como única

ley el capricho o sus impulsos subjetivos y gobernando con una atrocidad terrible,

independientemente de la bondad, la justicia o la civilización más elemental, él es

sencillamente un asesino salvaje cuya naturaleza se expresa incluso en su aspecto físico:

Facundo es un tipo de la barbarie primitiva: no conoció sujeción de ningún género; su

cólera era la de las fieras: la melena de sus renegridos y ensortijados cabellos caía sobre su frente

y sus ojos, en guedejas como las serpientes de la cabeza de Medusa; su voz se enronquecía, y sus

miradas se convertían en puñaladas. [...] En todos sus actos mostrábase el hombre bestia aún, sin

ser por eso estúpido y sin carecer de elevación de miras. Incapaz de hacerse admirar o estimar,

gustaba de ser temido; pero este gusto era exclusivo, dominante, hasta el punto de arreglar todas

las acciones de su vida a producir el terror en torno suyo, sobre los pueblos como sobre los

soldados, sobre la víctima que iba a ser ejecutada, como sobre su mujer y sus hijos. En la

incapacidad de manejar los resortes del gobierno civil, ponía el terror como expediente para

suplir el patriotismo y la abnegación; ignorante, rodeábase de misterios y haciéndose

impenetrable, valiéndose de una sagacidad natural, una capacidad de observación no común y de

la credulidad del vulgo, fingía una presciencia de los acontecimientos que le daba prestigio y

reputación entre las gentes vulgares4.

Bárbaro sin sentimientos, encarnación de la maldad y la bestialidad, Facundo

sigue siendo retratado como un hombre de talento, con muchas cualidades innatas,

fuerte y valiente, buen conocedor de la psicología humana y de la naturaleza:

Quiroga poseía esas cualidades naturales que hicieron del estudiante de Brienne el

genio de la Francia, y del mameluco oscuro que se batía con los franceses en las Pirámides, el

virrey de Egipto. La sociedad en que nacen da a estos caracteres la manera especial de

manifestarse: sublimes, clásicos, por decirlo así, van al frente de la humanidad civilizada en unas

partes; terribles, sanguinarios y malvados, son, en otras, su mancha, su oprobio5.

Sin embargo, él no es sino un pálido reflejo del dictador denostado por

Sarmiento en la tercera parte del libro –puesto que los rasgos primitivos del caudillo

[4] Ibídem, pp. 111-112. [5] Ibídem, p. 100.

52

cobran aún más fuerza en la persona de Rosas, a través del cual Facundo se está

perpetuando:

[…] su alma ha pasado a este otro molde, más acabado, más perfecto; y lo que en él era

sólo instinto, iniciación, tendencia, convirtióse en Rosas en sistema, efecto y fin. La naturaleza

campestre, colonial y bárbara, cambióse en esta metamorfosis en arte, en sistema y en política

regular capaz de presentarse a la faz del mundo, como el modo de ser de un pueblo encarnado en

un hombre, que ha aspirado a tomar los aires de un genio que domina los acontecimientos, los

hombres y las cosas6.

La represión, la persecución política o el asesinato no son resultado de meros

impulsos, sino acciones que derivan de la capacidad de tomar decisiones de un déspota

plenamente consciente de sus actos. Si en Facundo Quiroga las acciones inciviles se

originan en su natural estado de barbarie, en Rosas éstas son cuidadosamente planeadas

y dirigidas. En Quiroga, la barbarie forma parte de su naturaleza; en Rosas, es producto

de su incipiente civilización. Por lo tanto, para Sarmiento, todo pertenece a un complejo

sistema de determinaciones geográficas y sociales. Su esfuerzo por resaltar las virtudes

físicas y morales fuera de lo común de los habitantes de la pampa “gente como Facundo

Quiroga, Juan Manuel de Rosas o Santos Pérez, el asesino de Facundo, verdaderas

personificaciones de la barbarie, la violencia, la bestialidad o el mal” en evidente

contraste con sus actos criminales, no es más que una modalidad de enfatizar el carácter

profundamente dañino de la organización social, que transforma a semejantes personas

excepcionales en seres que inspiran repugnancia y aversión. A través de este ensayo,

Sarmiento hace un análisis pertinente de la historia, las costumbres y el paisaje de

Argentina, sin olvidar, sin embargo, expresar su profundo desprecio por el dictador,

cuyo régimen lo había llevado al exilio: «Rosas, hijo de la culta Buenos Aires, sin serlo

él; [por] Rosas, falso, corazón helado, espíritu calculador, que hace el mal sin pasión, y

organiza lentamente el despotismo con toda la inteligencia de un Maquiavelo»7.

En resumidas cuentas, Facundo, obra de referencia de la literatura romántica

hispanoamericana, es una ilustración elocuente de la concepción del autor respecto a las

fuerzas reaccionarias y progresistas de la Argentina de su tiempo y una denuncia

[6] Ibídem, pp. 5-6. [7] Ibídem, p. 6.

53

vehemente de la relación existente entre las formas feudales de vida y la propagación de

las sangrientas dictaduras en América Latina en la segunda mitad del siglo XIX.

54

BIBLIOGRAFÍA:

GARCÍA, Juan Carlos, El dictador en la novela hispanoamericana, Universidad de

Toronto, 1999,

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PĂCURARIU, Francisc, Scriitori latino-americani, Bucureşti, Editura pentru Literatură

Universală, 1966.

SARMIENTO, Domingo Faustino, Facundo, edición digital, www.elaleph.com, 1999.

55

Mihaela ŞERBAN

Asistente doctoranda colaboradora

Universidad “Ovidius” Constanţa

Posmodernidad, posmodernismo

y sus influencias en la obra de Antonio Muñoz Molina

Sobre la posmodernidad se ha hablado en numerosas ocasiones, se han escrito muchas

páginas y se le ha atribuido consecuencias mayores en la sociedad actual, poniéndola en

relación directa con la “cultura popular” (en inglés mass culture), la globalización, y las

nuevas ideologías. Aparecida después de la Segunda Guerra Mundial como respuesta a

la desilusión general causada por los terrores y las pérdidas causadas por ésta, la

posmodernidad ha llegado a significar una protesta contra la ilusión del modernismo y

del orden que éste deseaba establecer. Es el periodo del individualismo, del caos, de la

intimidad. Al mismo tiempo, es un periodo de apertura hacia el mundo a través del

fenómeno de la globalización. En este marco social, cultural y económico, aparece el

tema del posmodernismo en la literatura y, en tanto literatura europea, la española no es

una excepción; para ejemplificar este hecho, trataremos algunos aspectos de las novelas

de Antonio Muñoz Molina.

La posmodernidad, percibida distintamente, aparece en variadas hipóstasis en

las postulaciones de los críticos, según sigue: Jürgen Habermas la denomina

“antimodernidad”, considerándola una fase de la modernidad basada tanto en las

libertades y los derechos humanos como también en la variedad cultural1; Jean-Francois

Lyotard critica la sobresaliente importancia atribuida al material y a los discursos

idealistas, iluministas, cristianos, marxistas o liberales a los cuales considera incapaces

de ofrecer libertad, sosteniendo la pluralidad cultural y la riqueza de la diversidad2 que

representa la posmodernidad; Andreas Huyssen se centra en el aspecto de los medios de

comunicación y en la cultura de la imagen, considerando que el desarrollo tecnológico y

la industria cultural son las representantes del periodo posmodernista3; Gianni Vattimo

1 Jürgen Habermas, El discurso filosófico de la modernidad, en El pensamiento posmetafísico, Madrid, Ed. TaurushUMANIDADES, 1990, p. 98 2 Jean-François Lyotard, The Postmodern Condition: A Report on Knowledge, Minneapolis, University of Minnesota Press, 1984, p. 54 3 Huyssen, Andreas, Modernismo después de la posmodernidad, Barcelona, Ed. Gedisa, 2010, pp. 80-94

56

considera que éste es el entorno de la tolerancia, de la aceptación de la diversidad, con

el centro en la comunicación y los medios de comunicación y una apertura general

opuesta a la modernidad cerrada que se relacionaba con una historia unitaria y con las

verdades generales4; Rosa María Rodríguez Magda subraya en fin de las grandes

historias y denomina este periodo transmodernidad5, considerándolo completamente

dominado por la globalización, igual que Baudrillard, Bauman o Zeck; Linda Hutcheon

trata, entre muchos otros aspectos, la transformación de la cultura en culturas a través de

la sociedad de masas del capitalismo tardío, e incide en la relación que hay entre la

literatura posmodernista y los discursos teóricos que la definen, en la contextualización

del acceso a la historia y en lo contradictorio de la relación entre modernismo y

posmodernismo6.

Las dos mayores particularidades de la posmodernidad son la globalización y

la cultura popular y, aunque son términos que no caben estrictamente en la teoría

literaria, tienen notable influencia sobre las nuevas formas, temas e ideologías de la

literatura europea y occidental. Antes de tratar el tema del posmodernismo literario y su

influencia en las novelas de Muñoz Molina, veamos unas cortas definiciones de las ya

mencionadas particularidades del posmodernismo.

La cultura popular es un concepto caracterizado por una relativa ambigüedad

en su definición y su posición en el esquema general de la cultura, lo que provoca la

postulación de teorías distintas, algunas a favor de esta forma de manifestación, otras

desconsiderándola y situándola al nivel de una forma inferior de cultura.

Tradicionalmente, la noción de cultura está relacionada con “la idea y la práctica de

educar el espíritu, la cultura del alma. En latín, el término de cultura tiene un largo

pasado, nacido de la palabra ‘colere’ (cultivar, cuidar) y Horacio hablaba del cultivo del

alma.” 7

4 G. Vattimo, J. M. Mardones, I. Urdanabia, [et al.], En torno a la posmodernidad. Ed. Anthropos, Barcelona, 1990, p. 112 5 Rosa María Rodríguez Magda, Transmodernidad, Barcelona, Ed. Anthropos, 2004, p. 68

6 Linda Hutcheon, A Poetics of Postmodernism: History, Theory, Fiction, London, Ed. Routledge, 1988, p. 123-142 7 Ioan Biriş, Istorie şi cultură, Cluj-Napoca, Ed. Dacia, 1996, p. 35

57

En la perspectiva del antropólogo inglés Edward Taylor y del lingüista

estadounidense Edward Sapir la cultura es “ese todo complejo que incluye el

conocimiento, la fe, el arte, la moral, la ley, las tradiciones y las demás costumbres

heredadas por el hombre en su calidad de miembro de una sociedad” y también “el

idioma y la comunicación, las representaciones y las ideologías.” 8

Las definiciones atribuidas a la cultura incumben, en esencia, el paso cualitativo

de la existencia natural a la existencia fundamentada en valores. La cultura está asociada

la a existencia social, esta última siendo una manifestación de la primera. A través de

las interacciones sociales se establecen factores y condiciones que generan nuevas

formas de desarrollo de la cultura, y ésta determina, a su vez, interacciones específicas,

en conformidad con un protocolo socio-cultural. El fenómeno de socialización es

dinámico, reanuda siempre la esfera de las significaciones, llegándose de esta manera a

nuevas formas de cultura.

La práctica posmoderna considera la cultura como una expresión de las

interacciones humanas, cuyas características fueron sintetizadas por Motru: “la noción

de cultura se define a través de características como la actualidad, la individualidad, la

originalidad y armonía de los elementos componentes, la humanización y la necesidad

histórica, lo que pone de manifiesto un avanzado estado social.” 9

La cultura popular o de las masas representa la totalidad de las ideas,

perspectivas, actitudes, imágenes y otros fenómenos característicos del contexto

informal de las sociedades estadounidenses y del oeste de Europa en el siglo XX, y está

en estrecha relación con la tecnología y los mass-media, porque la cultura popular es

una cultura de lo urbano, específica de las manifestaciones materiales y prácticas del

individuo activo y urbanita.

En la opinión de Friedman, la globalización es un fenómeno inevitable,

expansivo, en continua evolución, en oposición a la tradición, a los valores, a la

seguridad. El mundo contemporáneo se caracteriza por su dinamismo y está

8 Achim Mihu, Antropologie culturală, Cluj-Napoca, Ed. Dacia, 2002, p. 89 9 C. Rădulescu Motru citat de Dumitru Otovescu, Sociologia culturii româneşti, Craiova, Ed. Scrisul românesc,

1992, p. 128

58

representado por el impulso fundamentalmente humano que apunta a la evolución,

prosperidad y modernización características del actual sistema de globalización. 10

La globalización es un fenómeno sistemático que caracteriza la esfera de las

distintas actividades humanas, siguiendo la manera en la cual este fenómeno promovió

las nuevas formas culturales, definiendo la cultura como: “una institución que

representa una manera de vida completa, material, intelectual y espiritual.” 11 En las

condiciones de la sociedad actual, la globalización es un concepto utilizado en una

multitud de contextos y con variadas connotaciones. Al final del siglo XX y al

comienzo del siglo XXI se utiliza cada vez más el término de globalización, dándole un

gran número de sentidos, como comentaba Beck: “la globalización es, sin duda alguna,

la palabra más usada y abusada, la menos definida y entendida, la más espectacular de

los últimos años y también de los venideros.” 12

El sentimiento general de que el mundo es un todo, se ha integrado en el

pensamiento común de la conciencia humana, y se han aumentado las

interdependencias. El elemento cultural, el económico y el político han constituido los

pilares del fenómeno de la globalización que, junto con la cultura popular, son

constituyentes de la posmodernidad y factores determinantes del posmodernismo en la

literatura.

Con una muy breve introspección en el ámbito de la posmodernidad, cabe

añadir las diferencias entre los términos posmodernidad y posmodernismo, para hacer el

paso de la economía, de la política, de lo social, a la nueva estética literaria y,

particularizando, a la literatura española y al autor Antonio Muñoz Molina. Además, el

análisis no puede continuar sin la clarificación de la diferencia entre modernidad y

posmodernidad ―como periodos históricos con características políticas, económicas,

culturales y sociales propias― y modernismo/posmodernismo ―estéticas que se han

manifestado en la literatura, el arte, la arquitectura, las películas.

10 Apud Thomas L. Friedman, Lexus şi Măslinul, Iaşi, Ed. Polirom, 2008. 11 Raymond Williams în Efectul de bumerang. Eseuri despre cultura populară americană a secolului XX, Adina Ciugureanu, Iaşi, Institutul European, 2008, p. 19. 12 traducción de Ulrich Beck, Ce este globalizarea? Erori ale globalismului – răspuns la globalizare, Bucureşti, Ed. Trei, 2003, p 55

59

La desaparición de la estricta distinción entre la alta cultura y la cultura popular

o de las masas en la ideología posmodernista hizo que las realidades de lo cotidiano se

reflejaran en las creaciones artísticas. Como se observa en el nombre mismo, la relación

con el modernismo es indudable, sea siguiendo la teoría de la continuidad, sea siguiendo

la de oposición a los valores y las formas de manifestación artística anteriores.

Cronológicamente, la posmodernidad es ulterior a la modernidad y comprende el

periodo de las últimas décadas del siglo XX y la primera del siglo XXI, siendo difícil

establecer el momento exacto de su inicio por la multitud de opiniones distintas con

respecto al ocaso del modernismo y el comienzo del posmodernismo, o según otras, la

prolongación de la modernización en algunos casos. Los cambios políticos, económicos

y sociales han marcado profundamente la esfera de las actividades humanas, creando

nuevas formas de manifestación y relaciones del ser humano con el entorno que lo

condiciona. Después de la caída de los regímenes dictatoriales en Europa, La Guerra

Fría, la creación y la trayectoria de la Unión Europea, el desarrollo y la difusión de los

medios de comunicación (periódicos, radio, cine, televisión, publicidad, Internet), el

aumento de los viajes, el conocimiento de espacios lejanos, los efectos de la economía

encadenada, la globalización, la cultura de masas ―todas estas han conducido a la

aparición y el desarrollo de la posmodernidad como fase de la evolución humana (los

países occidentales al principio y luego, a través de la globalización, se ha propagado a

los otros rincones del mundo actual).

Entre las características de este periodo nombramos: el multiculturalismo, la

pluralidad y la diversidad, la interpretación de textos de cualquier tipo, la importancia

del lenguaje, el relativismo de la verdad. En lo que incumbe a los rasgos histórico-

sociales, mencionamos: la renuncia a las utopías y a las ideas de progreso; la transición

del capitalismo clásico de la economía de producción a la economía de los

consumidores; la revalorización del medio ambiente y la problematización de su

protección en relación con la sociedad consumista; la comunicación de masas y la

industria de los consumidores que se convierten en centros de poder; la disminución de

la importancia del mensaje a través de la valoración de la forma y del poder de

manipulación que contiene; la imagen personal que supera la ideología en la votación de

líderes; exceso de información a través de todos los medios de comunicación de masas;

la afirmación de la existencia, siempre que cumpla con el requisito de ser pública; la

pérdida de la esencia en favor del espectáculo de la existencia humana; la

60

desacralización de la política; la desmitificación de los líderes; la duda sobre las

religiones; el carácter local en relación con el global, etc13.

Siguiendo los marcos del posmodernismo, se destacan algunas características

socio-psicológicas que se reflejan incluso en la literatura: las personas desean vivir sólo

el presente, el pasado y el futuro pierden sus significados; se busca la inmediatez, no la

permanencia; crece la preocupación hacia los desastres y el fin del mundo; crece

también la pérdida del interés en la ciencia y el pensamiento, con permanente referencia

a la tecnología; se instaura la relatividad y el pluralismo de opciones; desaparecen los

idealismos; desaparece la literatura fantástica; desaparece también la valoración del

esfuerzo, y muchas otras más. En este cuadro de la posmodernidad en el cual lo

importante no son los hechos, sino sus interpretaciones, en el cual la diversidad, el

pluralismo, la relatividad y la autosuficiencia son valores apreciados, se hace notable el

posmodernismo literario en el cual el espacio se une con el tiempo, la realidad se

percibe de manera difusa y los géneros se encuentran en una relación de simultaneidad,

lo que llevó a una ruptura con la técnicas clásicas, lineales, y a la llegada de una libertad

absoluta en la elección del estilo, la forma y el fondo. En Simulacra and Simulation

(1981), Baudrillard estipula sobre la realidad social, que no existiría en sentido

convencional y sería reemplazada por un proceso incesante de producción de simulacros

que conducen a la creación de una híper-realidad14.

El arte posmoderno está basado en reinventar unos elementos existentes ya

que, a través de la remodelización, adquieren un nuevo sentido. El artista posmoderno

es consciente de que todo se escribió y tiene que dar un nuevo sentido, por eso se siente

atraído por el poder del lenguaje y el collage, de temas y motivos antiguos, de la ironía,

del juego con modelos de prestigio, de la parodia de los modelos, del diálogo

intercultural. Desaparecen las fronteras culturales, los límites de los géneros y de las

especies culturales, se revaloriza lo lúdico, se pierde el carácter solemne del discurso, se

valoriza el prosaísmo y la diversidad de lo real, se rechaza el estilo alto, hermético e

13 Ihab Hassan, The Postmodern Turn. Essays in Postmodern Theory and Culture, Ohio, Ohio State University Press, 1987, pp. 89-92 14 Apud Jean Baudrillard, Simulacra and Simulation, Michigan, University of Michigan, 2006, pp.2-3

61

impersonal, se utiliza la paráfrasis, la parodia y lo banal, se consiente la intertextualidad,

la metatextualidad y la transtextualidad15.

Se observan dos tendencias a la hora de considerar la interacción del

modernismo y el posmodernismo: la primera considera que entre las dos ideologías

existe una ruptura radical (A. Wilde, Sontag, Graff, Zurbrugg), mientras que la segunda

considera el posmodernismo como una extensión y una transformación del modernismo

(Begnal, Beebe, Lyotard, Hassan) a las dos Hutcheon las une, estipulando que el

posmodernismo utiliza los recursos del modernismo para cuestionar y provocar lo que

caracteriza al último. Empezando por las postulaciones críticas, el posmodernismo

cuestiona, pone en antítesis, descentraliza, pero no ofrece respuesta a sus preguntas.

Lleva lo marginal al centro, reniega de las oposiciones clásicas, promueve lo particular

y lo que no cabía en las estrictas normas anteriores. Existe la distinción entre dos tipos

de posmodernismo, uno no mimético, ultra-autónomo, anti-referencial y otro histórico-

engage y problemáticamente referencial (Hutcheon)16. Algunas veces considerado neo-

vanguardista por el característico de-constructivismo, el posmodernismo aparece en las

postulaciones de Hassan y McLuhan como teniendo notablemente menos aversión hacia

las realidades diarias, integrando exitosamente las características de la sociedad

consumista, como una ‘ideología blanca’ por la apertura en cuanto a forma,

espacialidad, estructura, en la cual la producción estética está integrada en la producción

de bienes. 17.

La temática del posmodernismo necesita el análisis de algunos aspectos

definitorios como son: el principio de la subjetividad, la “pequeña historia”, el espíritu

lúdico, la autonomía del arte, la transtextualidad, la ‘crisis’ y la conciencia de la

novedad. El principio de la subjetividad sintetiza la pérdida del interés hacia la

colectividad y evolución común y el seguimiento de la realización personal, la

expresión de la individualidad, sin aceptar las verdades absolutas, limitaciones o

definiciones clásicas. La “pequeña historia” representa la transformación de la historia

canónica, el diálogo irónico con el pasado, la relatividad de la verdad y la interpretación

15 Apud McHale, Brian, Postmodernist Fiction, New York, Routledge, 2001, pp. 3-6 16 Apud Linda Hutcheon, A Poetics of Postmodernism: History, Theory, Fiction, London, Ed. Routledge, 1988, p.74 17 Ihab Hassan, The Postmodern Turn. Essays in Postmodern Theory and Culture, Op. Cit., pp. 93-4

62

de los textos a través de la subjetividad del autor, sin considerar la verdad única, y la

atención prestada a las historias personales, pequeñas, del individuo. El espíritu lúdico

se obtiene con la ironía, el collage, la imitación, experimentos a través de los cuales los

autores muestran su creatividad y sensibilidad, tratando de destensar el discurso para

representar libremente su creación. Se llega a la autonomía del arte, según la cual el arte

está considerado finalidad, sin propósitos educativos, con la individualidad y el origen

específico de todo creador. Los posmodernistas aceptan el fracaso del ideal modernista

que suponía que el arte se iba a integrar en la vida diaria y con ello podría modificarla.

La transtextualidad supone que, a causa de la gran historia literaria existente, el autor

posmodernista no puede esperar escribir algún tema que no haya sigo tratado ya, y por

eso repite temas y motivos de otras ideologías, las reinventa y les atribuye nuevos

sentidos en conformidad con las realidades específicas de la posmodernidad y con sus

propias perspectivas creadoras. La ‘crisis’ se refiere a la modificación de los

conocimientos occidentales, la interrogación de los límites del lenguaje, la subjetividad,

la identidad. La conciencia de la novedad se manifiesta en la literatura del siglo XX a

través de las ideologías de vanguardia (dadaísmo, surrealismo, futurismo,

expresionismo, hermetismo, naturismo, etc.) y subraya la novedad que trae la obra del

autor y la posición de tal novedad en el espectro temático de la época. Los movimientos

vanguardistas pretendían la disolución de las clases de la literatura anterior con

rebeldías espectaculares, lo que condujo a la renovación de la literatura en plena

conciencia de su novedad. El posmodernismo continua la serie de innovaciones, pero no

se propone cambiar la literatura y, a través de ella, el mundo, porque la creación literaria

es una problematización del mundo, no una cancelación de éste.

Particularizando la temática del posmodernismo en la literatura española,

llegamos al escritor Antonio Muñoz Molina, nacido en 1956 en Úbeda (Jaén), uno de

los más ilustres escritores del panorama literario español y, desde 1996, miembro de la

Real Academia Española. Mucho se debería decir sobre su obra, pero la multitud de

novelas y artículos publicados desde 1986 hasta el presente, no dan la posibilidad más

que de mencionar brevemente unas pocas características de la novela española de su

tiempo y de su estilo narrativo.

La novela española, tras la abolición de la censura, conoce un gran impulso

gracias a la libertad de expresión; se recupera el argumento y el sencillo placer de

63

narrar, sin cargas educativas, políticas o sociales agobiantes. La posmodernidad trae al

panorama literario los subgéneros narrativos, la reflexión irónica sobre la propia

narración, etc. Los temas y las tendencias de la novela posmodernista española se

dividen en: tradicionales españolas, realistas, elementos cercanos a la estética del

esperpento, etc., mientras que coexisten con estas tendencias otras narrativas de carácter

más experimental y cosmopolita. Se escriben novelas históricas, policíacas,

metanovelas, novelas neo-costumbristas, del desencanto, intimistas, autobiográficas e

incluso femeninas.18 En pocas palabras, el posmodernismo español trae una gran

diversidad de tendencias y una variedad impresionante de trayectorias individuales,

entre las cuales se destaca también la de Antonio Muñoz Molina, apreciado y premiado

por sus novelas.

Como el autor mismo decía, le interesa “sobre todo la literatura como retrato

del mundo y de la vida, y mucho menos como ejercicio sobre la propia literatura” y,

mirando atrás hacia la totalidad de su carrera, afirmó que “se trata de una evolución de

la que yo no he sido muy consciente.”19 Esta afirmación apoya la caracterización de

Molina entre los posmodernistas españoles, por su confesión de que la vida diaria se

encuentra como tal en sus novelas, de que el arte no está por encima de la vida

intentando a cambiar la realidad, sino al contrario, es parte de la realidad e inmortaliza

algunos episodios de ésta.

Su arte se encasilla en las tendencias posmodernistas de la época, en la

categoría de la novela posterior a 1975, cuando surge un alejamiento del

experimentalismo, apareciendo nuevos temas entre los cuales la reflexión sobre la

propia obra, el análisis de los sentimientos, la individualidad, la fantasía, etc. El estilo

de la nueva novela es lineal, humorístico e irónico, con frases cortas y tono cercano al

lector. Entre las principales características de la obra de Molina mencionamos: el hábil

manejo de la intriga, con un núcleo fuerte, con triángulos amorosos, los elementos

autobiográficos mencionados a través del texto, la alusión enigmática, la memoria

mezclada con la invención, la elisión provocadora de curiosidad, el narrador en primera

persona, el contraste y el paralelismo en varias intrigas, la recreación vívida de paisajes

18 Prieto de Paula, Ángel L., Mar Langa Pizarro, Manual de literatura española actual, Madrid, Editorial Castalia, 2007 19 en María Josefa Burguete Pérez, La retórica del dietario en Antonio Muñoz Molina, Tesis Doctoral, coordinador José-Carlos Mainer, Universidad de Zaragoza, 2009, p. 323

64

y ámbitos concretos, el estilo marcado por frases amplias, las comparaciones y adjetivos

muy precisos, entre otras. 20

Pese al gran número de textos literarios que el escritor ha creado durante todos

estos años, de entre todas las novelas de Antonio Muñoz Molina recordaremos sólo

algunas: Beatus ille (1986), El invierno en Lisboa (1987), Las otras vidas (1988),

Beltenebros (1989), El jinete polaco (1991), Los misterios de Madrid (1992), Nada del

otro mundo (1993), Ardor guerrero (1995), Plenilunio (1997), Pura alegría (1998),

Sefarad (2001), En ausencia de Blanca (2002), La vida por delante (2002), El viento de

la luna (2006).

Como conclusión podemos afirmar que la posmodernidad caracteriza con gran

fidelidad las particularidades de la realidad del presente y, siguiendo esta tendencia la

literatura alcanza temas, motivos y manifestaciones en fuerte relación con la ideología

humana actual. Es un espejo de la realidad, pero un espejo con una multitud de

reflexiones individualistas, libres, de recreaciones y valores. Entre los autores españoles,

Molina ha dado múltiples pruebas de su pertenencia a la ideología posmodernista,

considerando, él mismo, su literatura como un retrato del mundo. Y, por consecuencia,

el mundo de la posmodernidad sostiene una literatura posmodernista.

20 Francisco Rico (edit.), Historia y crítica de la literatura española, (vol. 9), Editorial Crítica, Barcelona,

1980, pp. 416-422;

65

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TORRENTE BALLESTER, G. (coord.), Literatura española contemporánea – Estudio

crítico, Madrid, Editorial Guadarrama, 1980

66

VATTIMO, G., J. M. Mardones, I. Urdanabia... [et al.], En torno a la posmodernidad,

Barcelona, Ed. Anthropos, 1990

67

Amelia SANDU-ANDRIES

Profesora de sección bilingüe

Liceo “Dimitre Cantemir” Iasi

Prohibido el amarillo Con semejante título, el artículo sólo puede hablar de teatro. Por amplio, el tema puede

resultar desconcertante. Al ponerme a escribir, mi cabeza se vuelve un totum revolutum.

Para no perderme (y perder conmigo al posible lector) seguiré este frágil hilo conductor:

1. Justificación de la elección del tema

2. En primera persona: el grupo de teatro “Córdoba”

3. Cómo se trabaja una obra de teatro

4. Beneficios del teatro

5. ¿Quién se anima con el teatro?

1. Justificación de la elección del tema

Todos somos un poco actores. La vida misma nos obliga a llevar distintas

máscaras, cada día. Para limitarme al gremio y hablar de los profesores, a menudo

transformamos el aula en un escenario abierto, improvisado, en una actuación rutinaria

semi-inconsciente: dejamos transcender estados anímicos varios, nos adaptamos a

múltiples categorías de público (con motivación, edades, preparación e intereses

dispares) y matizamos nuestras intervenciones a partir de los estímulos enviados por los

discentes.

Si bien todas las asignaturas se prestan a manifestaciones más o menos

relacionadas con el teatro, el aprendizaje de una lengua extranjera es, con diferencia, un

campo privilegiado para este tipo de actividades. Una vez se hayan creado y

consolidado los imprescindibles lazos de confianza mutua, el profesor y los alumnos

pueden dejar aflorar dos elementos vitales para la supervivencia del ser humano: la

libertad y la imaginación. Quien ha vivido este alumbramiento especial, no puede dejar

de reinventarlo con cada nueva clase y de intentar difundirlo, como parte de su

responsabilidad ética.

68

En una primera fase, el teatro surge involuntariamente, en las reacciones

espontáneas o buscadas de alguno de los participantes en el aula; en los juegos de rol;

en los simulacros de exámenes; en las presentaciones orales sobre cualquier tema (el

interviniente debe captar la atención de un público siempre volátil), y ¿cómo no?, en los

talleres de cuentacuentos que se pueden proponer en casi todos los niveles, para

aprender, ahuyentar el aburrimiento, curar la timidez y descubrir nuevos talentos.

Mi andadura por el camino del teatro ha empezado justamente con este tipo de

actividades, en el Liceo “Dimitrie Cantemir”. Corría el año 2007 y, casi como quien no

quiere la cosa, me he dejado llevar por la corriente. El teatro escolar en español en Iasi

estaba en sus principios1. Confieso que nada ha sido fácil. No han faltado las rabietas

proverbiales y los momentos de desaliento. Sin embargo, me quedo con la alegría de los

encuentros, con las historias humanas que hemos compartido, que nos han emocionado

en estos pocos años y que nos han hecho ser lo que ahora somos: una treintena de seres

más ricos por dentro.

Hasta la fecha (mayo de 2011), nuestro grupo ha obtenido 9 premios.2¿Cómo

hemos llegado aquí? ¿Cómo se trabaja una obra de teatro? ¿Cuáles son los beneficios de

1 En 2005 se crea el primer grupo de teatro (“Las Barracudas”) de la sección bilingüe del Liceo Teórico “D. Cantemir” de Iasi, a cargo de la lectora Cristina Ferrando. En 2008, el grupo cambia de nombre y viene a llamarse “Córdoba”, después de que en 2007 haya cambiado asimismo de profesoras coordinadoras (Amelia Sandu-Andries y María Álvarez Gutiérrez). El presente artículo da testimonio exclusivo de la experiencia teatral iniciada en 2007. Descontando la decena de obritas para entrenar, en estos cuatro años se han montado cuatro obras principales: El Naufragio (3 representaciones), La Princesa de Pimpirimpay (4), El Ascensor (4), El tiempo de las cerezas. Cuadros en reconstrucción (7). 2- 2007 – Premio especial a la promoción de la cultura española (II Festival “Hai la teatru!” - “Luceafărul”, Iasi) - 2009, marzo – Premio especial de interpretación - Daniel Dumitriu (III Festival “Hai la teatru!” - “Luceafărul”, Iasi) - 2010, marzo – Premio especial al mejor decorado – (VI Festival de Teatro Escolar en Español, Bucarest) - 2010, marzo – Premio especial a la mejor obra en una lengua extranjera (IV Festival “Hai la teatru!” - “Luceafărul”) - 2011, febrero – II Premio (VII Festival de Teatro Escolar en Español, organizado por la Agregaduría de Educación del Reino de España en Rumanía, la Embajada de España en Bucarest, El Ministerio de Educación de Rumanía, para la obra “El Tiempo de las cerezas. Cuadros en reconstrucción”), con el consiguiente derecho a participar en el Festival Internacional de Teatro Escolar en español, celebrado en Moscú, Federación Rusa - 3-8 de abril de 2011 - 2011, febrero – Premio al mejor actor – Daniel Voroneanu (VII Festival de Teatro Escolar en Español, Bucarest) - 2011, marzo – Premio a la puesta en escena más original (V Festival “Hai la teatru!” - “Luceafărul”, Iasi)

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montar una obra de teatro con un alumnado adolescente? ¿Qué se gana a nivel humano,

lingüístico, cognitivo? Intentaré contestar estas preguntas a través de la experiencia

directa del grupo de teatro “Córdoba”, de la sección bilingüe del liceo donde imparto

clases.

2. En primera persona: el grupo de teatro “Córdoba”

Desde el 2007, se han acercado al teatro unos treinta alumnos. Algunos han repetido,

otros se han limitado a una única experiencia, en función de circunstancias personales

que no vienen al caso.

La obra primeriza, “El Naufragio”3 ha resultado ser un experimento difícil

desde todos los puntos de vista. Faltaba el ingrediente esencial: la confianza. Como

consecuencia, la comunicación dentro del grupo resultaba deficiente, tanto horizontal

como verticalmente. Por eso, en febrero de 2008, después de participar y desesperar en

el Festival de Teatro Escolar en Español de Bucarest, he administrado a las integrantes

del grupo un breve cuestionario. Ahí va parte de las respuestas:

1. ¿Qué te ha impactado positivamente en la actuación de los demás grupos?

-Que los otros grupos parecían más unidos. Esto se ha notado en sus actuaciones. Me

hubiera gustado poder decir lo mismo sobre nuestro grupo.

-Me sorprendió la capacidad de algunos grupos de aprender un papel muy difícil, en una

obra clásica.

2. ¿Cómo te ha parecido tu actuación personal?

-Bastante buena, pero habría podido ser mejor. El baile fue un fracaso (mi parte, porque

mi compañera lo ha hecho muy bien)

- Pienso que todas supimos cómo salir adelante en los momentos difíciles.

3. ¿Qué te gustaría cambiar ahora en la obra “El Naufragio”?

- Trabajaría más con las ideas, con el movimiento y con la imaginación.

- 2011, mayo - Premio a la mejor obra en español (II Festival “Teatru sub castani”–Colegiul “M. Eminescu”, Iasi) - 2011, mayo - Premio especial del jurado a la expresividad femenina –Elena Felecanu (II Festival “Teatru sub castani”) 3 - El Naufragio, adaptado de Javier Rey de Sola Reparto: Ruxandra Aanicăi; Ludmila Cazacu; Oana Cioclu; Elena Roşu; Mihaela Todirică; Teodora Ţifui; Cătălina Zaharia

70

- Nada… me pareció que cada una de nosotras se identificó, tarde o temprano, con el

personaje.

4. ¿Cómo has reaccionado al finalizar la actuación?

- Estuve un poco triste: antes de llegar al Festival de Bucarest estaba contenta con casi

todo. Después de ver a los demás participantes me di cuenta de que nuestra actuación se

hubiera podido hacer mejor.

-Lo que me gustó fue que, en el momento de actuar, empezamos por fin a funcionar

como un equipo; eso no había pasado muchas veces hasta el Festival.

-Me sentí más tranquila, aliviada. Se me quitó el peso que sentía encima.

5. Suponiendo que se te presentara la oportunidad, ¿volverías a actuar?

(justificar)

- Antes de llegar a Bucarest, estaba decidida a no volver al grupo de teatro el próximo

año. Pero disfruté al máximo con la actuación y me divertí muchísimo. Ahora estoy un

poco triste al pensar en dejar el teatro. A pesar de todo el tiempo, trabajo y malos

momentos que pasé, tengo unos recuerdos muy bonitos con todas las chicas.

-Si no tuviera el bachillerato actuaría otra vez, porque no me gusta dejarme vencer tan

fácilmente.

6. ¿Qué has aprendido con esta experiencia? (a nivel intelectual y humano)

- Aprendí a apreciar y aceptar a los que son mejores y creo que empecé a aprender a

perder (pero para esto sé que todavía me falta mucha experiencia).

-He aprendido que en un grupo todos tienen el mismo nivel de importancia, y no se

puede hacer nada sin un componente del grupo.

-He aprendido a desenvolverme mejor en unas situaciones inesperadas y también he

cambiado mi opinión sobre Bucarest. Posiblemente vaya a hacer mis estudios

universitarios allí.

- Sinceramente, he encontrado unas amigas estupendas en mis compañeras de teatro.

7. Si tú fueras profesor, ¿qué papel asumirías en todo el trabajo de montar una

obra?

-Me gustaría repartir los papeles, me encanta intentar adivinar cómo es una persona y

qué se le da mejor, aunque mucha gente me odiaría después. Me gustaría intentar

mantener el grupo unido.

-Yo no asumiría un trabajo tan difícil, no creo que pudiera hacerme cargo de algo tan

importante.

8. Conclusión: ¿Valoras “El Naufragio” como un fracaso, como un trabajo inútil?

71

- Inútil… sería lo último. Fue uno de los mejores proyectos en que trabajé pero también

uno de los más difíciles. Aprendí muchas cosas, no se pueden explicar, espero que se

vean en mis trabajos futuros. Conocí mejor a algunas personas y estoy muy contenta de

haberlo hecho. Pasé un tiempo que, en algunas ocasiones, me pareció interminable pero

ahora tengo unos recuerdos bonitos.

- No, en absoluto. No haber ganado no es el fin del mundo. De todas maneras, nosotras

sabemos cuánto hemos trabajado. Las réplicas se nos han olvidado por culpa de los

nervios. 4

4 El mismo cuestionario fue aplicado al grupo protagonista de la obra “El Ascensor” – adaptado de Salvador Enríquez. Reparto: Vasile Anea, Beatrice Aivanoaie, Anca Foia, Emilia Mihai, Ana-Maria Strainu, Anca Velnic, Daniel Voroneanu (Premio para el mejor decorado – Bucarest 2010; Premio para la mejor obra en lengua extranjera – Iasi, 2010). A continuación constan parte de las respuestas. 1. ¿Qué te ha impactado positivamente en la actuación de los demás grupos? - Me gustaron las obras cómicas, porque había comunicación entre los actores y el público. -Los chicos de C. me demostraron que si tienes buenos compañeros, dispuestos a trabajar, puedes hacer una obra buena aunque no dispongas de mucho tiempo. 2. ¿Cómo te ha parecido tu actuación personal? - Pues... no tan buena, porque había cosas con las cuales el público debería haberse reído y no se rió, fue algo vacío. Desgraciadamente, no tuve tiempo para meterme en la piel del personaje. - No experimenté nervios, no me paré entre las réplicas... Uno de mis compañeros me reprochó que no hablaba lo suficientemente alto... pero como él estaba enfermo creo que se confundió. - Yo soy bastante emotiva, y al principio me temblaba la voz, pero luego todo salió bien. Sé lo que puedo hacer y lo que no. 3. ¿Qué te gustaría cambiar ahora en la obra “El Ascensor” ? - Nada, o en el peor caso los actores. 4. ¿Cómo has reaccionado al finalizar la actuación? - Triste. Tanto trabajo, y no salió como debería. No me gustó porque cada uno de nosotros estuvimos muy atentos en los demás, pero cuando nos dimos cuenta de que no habíamos hecho nada valioso en lo nuestro, fue muy desagradable. -Muy mal, porque vi a los demás muy tristes, me quedé como si se me hubiera caído encima el cielo… 5. Suponiendo que se te presentara la oportunidad, ¿volverías a actuar? (justificar) - Claro que sí, porque al ver las demás obras de teatro me entraron ganas de ir otra vez a Bucarest y de ganar o, por lo menos, hacer que los demás se quedaran con la boca abierta. - Sin pensarlo dos veces, así tengo otra cosa que hacer, aparte las actividades cotidianas (clases, ordenador, amigos, dormir). 6. ¿Qué has aprendido con esta experiencia? (a nivel intelectual y humano) - Una buena oportunidad para conocer mi nivel de lengua española y un buen aprendizaje para volver a actuar en el Festival. - Tengo mucha más confianza en mí mismo y no sé, siento un tremendo deseo de luchar con todas mis fuerzas en todo lo que hago. - He podido comprobar con cuánta dificultad se monta una obra de teatro. - Si trabajamos mucho y con seriedad, llegamos donde nos proponemos. 7. Si tú fueras profesor, ¿qué papel asumirías en todo el trabajo de montar una obra? - Pues el trabajo que usted ha hecho: de madre, de profesora, de directora artística y de amiga que se divirtió con nosotros. - No sé, el mismo que usted, pero es casi imposible para una persona normal. - De ninguna manera el papel que usted tuvo. Yo quisiera algo como: hacer los sonidos, el decorado, los trajes. - Buena pregunta… Perdón pero no lo sé… 8. Conclusión: ¿Valoras “El Ascensor” como un trabajo inútil? (detallar):

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¿Conclusión?

Los alumnos diagnostican correctamente la realidad en que se mueven. Quizás

les cueste decirlo, por las razones que sean, pero a la hora de manifestarlo por escrito,

no se cortan un pelo...Yo he aprendido mucho de cada uno de ellos, y se lo agradezco

enormemente. Para mí, los cuestionarios representan herramientas triplemente valiosas:

me acercan a los actores, ofrecen una respuesta directa a mis dudas y me encauzan hacia

la buena dirección.

El camino se aprende al andar. Y aceptar que de todos se aprende resulta vital

para mejorar como persona y como profesor. No pretendo dar consejos a nadie, faltaría

más. Aquí simplemente se trata de compartir vivencias. Si además esto evita que

alguien repita errores, misión cumplida.

Veamos otro testimonio, muy reciente éste (marzo de 2011):

Después de participar en la creación de “El Tiempo de las Cerezas. Cuadros en

reconstrucción” 5 con el grupo Córdoba puedo abrir sin reticencias una cajita secreta

de mi corazón. Lo que viví a través del teatro es una mezcla apasionante de sonrisas,

dedicación y lágrimas. Para finalizar esta obra intentamos dejar de lado nuestras

diferencias, porque el objetivo era común y muy claro: estar contentos con nuestro

trabajo y además, obtener el reconocimiento del resultado, en concreto, un premio. El

Premio. Juzgar si algo nos faltó o sobró, queda en manos del público. El público es, de

- Aprendí muchas cosas sobre la vida, sobre las personas, también tuve la oportunidad de conocerla mucho mejor a usted, profesora, y creo que usted a nosotros. Debería estar loco para decir que éste fue un trabajo inútil. - “El Ascensor” tiene un valor especial para mí, no fue un trabajo inútil sino un primer paso para actuar, para trabajar con mis compañeros, hacer algo distinto y descubrir un mundo nuevo. Antes no me creía capaz de actuar delante de tantos ojos pero ahora logro sentirme bien en mi piel y en la del personaje. Es el recuerdo más bonito que tenemos con nuestro grupo y, por eso, gracias. 5 “El Tiempo de las Cerezas. Cuadros en reconstrucción” - adaptación libre de la obra El y Ella, de J.P. Martínez Reparto: Andra Alupei, Vasile Anea, Ana Maria Diaconescu, Ioana Dima, Elena Felecanu, Ana Maria Strainu, Raluca Tapu, Daniel Voroneanu - Premio para el mejor actor ; II Premio en el VII Festival de Teatro Escolar en Español de Bucarest (febrer de 2011), que nos abrió las puertas del Festival Internacional de Teatro en Español celebrado en Moscú, 3-8 de abril de 2011 - Premio para la puesta en escena más original, Iasi, marzo de 2011 - Premio a la mejor obra en español; Premio especial del jurado a la expresividad femenina (sección Babel, II Festival “Teatru sub castani”–Colegiul National “M. Eminescu”, Iasi, mayo de 2011)

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hecho, lo más interesante para mí. Me encantan las emociones que experimento ante la

sala llena; los nervios se me pasan poco a poco. Al final viene lo mejor. El calor y el

aprecio del público te dan la certeza de que tanta entrega vale la pena.

Logramos resultados buenísimos, nos entrevistaron en la radio, somos los

ídolos del Instituto, pero yo sigo siendo yo, con el mismo carácter, al que añado todo lo

bueno que asimilé con el teatro. Fue impresionante ver, día tras día, cómo cada uno de

mis compañeros de teatro aprendía a manejar sus reacciones y se expresaba mejor.

Superamos juntos nuestros miedos, aprendimos lo que significa pertenecer a un grupo y

cuál es el verdadero sentido del teatro. A nivel personal, este trabajo me ayudó a

convertirme en una persona más responsable y disciplinada. Estoy feliz con lo que

construimos, 8 alumnos y dos profesoras. Las muchísimas horas de trabajo no nos

pesaron. A todos nos unió el amor al teatro. (Ana Maria Diaconescu, IXD)

Los testimonios pueden seguir. Son emocionantes todos. Contienen a veces

afirmaciones que te abren almas antes cerradas (“El año anterior, la señora Amelia era

mi enemigo número uno. Ahora ha llegado a ser mi profesora preferida. Nada de lo que

hemos conseguido este año hubiera sido posible sin la participación de las dos

profesoras, a las que respeto y quiero un montón. Son personas de una especie que no

abunda mucho. Les quedaré siempre agradecido.” – Daniel Voroneanu, XIIC) Gracias

por la sinceridad, Daniel (motor del grupo en 2011 y Premio para el mejor actor).

Palabras como las tuyas son la recompensa más preciada en un trabajo de este tipo.

Aprovecho para cerrar el capítulo de agradecimientos hablando de María

Alvarez Gutiérrez, mi entrañable compañera de fortunas y adversidades. Lo hemos

compartido todo, durante estos cuatro años, hemos peleado contra viento y marea,

hemos discutido a veces, temblado siempre en las cabinas de arriba de los teatros, con

las manos en las teclas de la música y las luces ... ¿Qué haría sin ti?

3. Cómo se trabaja una obra de teatro

Después de desnudar almas y empezar por el final (es decir, por los premios y los

testimonios) entraremos en el laboratorio de preparación de una obra de teatro. Se puede

consultar multitud de estudios sobre el tema, se puede participar en talleres para

profesores, hay mil maneras de acercarse al teatro. En una sociedad tan “internetizada”,

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nunca faltarán medios de información. Cualquiera puede empezar por ahí y seguir,

como digno hijo de sus obras, por el propio camino. Desdichadamente, pasa también

que se envidie la suerte ajena, que se invoque la falta de experiencia previa, la falta de

tiempo y las numerosas obligaciones profesionales, la falta de recursos técnicos

teatrales, la poca comprensión de los compañeros, el mínimo reconocimiento social y

profesional de la actividad, como excusa frecuente para seguir en el inmovilismo.

Ponerse manos a la obra, experimentar, fallar, volver a empezar con ilusión,

cambiar de receta, es la actitud más razonable si se pretende llegar a vivir el teatro. No

creo que se requieran dotes fuera de lo común (yo no soy ni muchísimo menos una

profesional del arte dramático, sino una autodidacta – testaruda, eso sí). La buena

voluntad es suficiente para empezar. Luego, cada experiencia añadirá su parte de

sabiduría y cada profesor sabrá elegir la mejor opción para su grupo. El papel del

profesor es esencial; no seamos modestos en reconocerlo (la sociedad y los gobiernos ya

se encargan de sobra de quitarle peso a la profesión, ¿no?). Valga mencionar algunos

aspectos, en un aparente caos, porque el orden es intercambiable:6

- adaptarse al nivel de sus alumnos, para no exigir lo que éstos no pueden dar

- crear un ambiente de confianza, de comunicación efectiva, en un ambiente

de sinceridad

- corregir y proponer con respeto; saber escuchar

- no pedir cosas que el profesor no sea capaz de realizar

- dejar paso libre a la creatividad de los alumnos

- preparar atentamente todos los momentos de intervención

- participar como si fuera uno más del grupo

- renovar el interés por la actividad: los momentos duros son inevitables

- incentivar el espíritu de cooperación entre los participantes al proyecto

- introducir paulatinamente al alumno en las técnicas básicas de arte dramático

- aceptar y sacar provecho de las diferencias en las personalidades de sus

alumnos

- ... el lector puede seguir con su propia aportación

6 A estas alturas, puede resultar útil consultar la memoria de máster de Robles Poveda María Magdalena, Drama y teatro. La representación de una pieza teatral en la clase de E.L.E. El Generalito de Jorge Díaz, Universidad de Salamanca, 2007.

75

En cuanto a las etapas de preparación, especial relevancia cobra la elección de la

obra teatral. Es un trabajo laborioso, puede llevar días y hasta semanas, se desechan

propuestas, se vuelven a buscar otras hasta que se da con un personaje, una situación

que llama la atención.

A partir de ahí, el profesor lanza la propuesta y así empieza un largo recorrido de

maduración y adaptación del texto. En el teatro escolar, muy pocos textos permanecen

en su formato original, en parte porque resultan largos o, sencillamente, porque en un

trabajo de tanta implicación personal, cada uno de los participantes querrá dejar su

huella en un texto un tanto neutro. En función del objetivo final, del tipo de obra, de la

experiencia del grupo y del profesor mismo, se organizarán los ensayos. El número de

encuentros y de horas que se dedican a la preparación varían ampliamente. Para “El

Tiempo de las cerezas. Cuadros en reconstrucción”, hemos necesitado más de 150

horas en programa extra-escolar, amén de las noches de reflexión, del tiempo dedicado

a preparar la documentación y de la participación propiamente dicha en los Festivales.

Un cuadernillo que guarde constancia de las sesiones de trabajo, los

participantes y las actividades desarrolladas sería fuertemente recomendable, sobre todo

en los primeros años, porque refleja de forma clara el tiempo invertido y sirve como

orientación en el futuro. La programación dependerá, desde luego, de otras variables

que el profesor deberá prever o, por lo menos, controlar remotamente. Con todo, el peso

de la improvisación, aquí también, es importante.

En cuanto al lugar de los ensayos, lo ideal sería disponer de una sala que

reproduzca condiciones lo más parecidas a una sala de espectáculos (escenario, equipo

de música, juego de luces, barra de decorado etc.). Pocos disponemos de tales

facilidades, en realidad. Preparar un espectáculo de gran carga y apuesta en un aula

normal de clase no ofrece siempre un rendimiento al cien por cien. Sin embargo,

cualquier espacio se puede adaptar. A este respecto, “Córdoba” nunca las ha tenido

todas consigo.

Todo trabajo empezará con la lectura (o más exactamente, con las lecturas del

texto: habrá muchas, tanto individuales como colectivas). Se trata de un ejercicio de

análisis, profusamente comentado, que acerque al alumno al conflicto planteado, a los

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personajes, a los matices que subsisten más allá de las palabras. Nunca está todo dicho

en el texto dramático, lo sabemos de sobra. El texto dramático espera ser descubierto

con cada nuevo lector, interpretado con cada nuevo aprendiz de actor.

Con este primer acercamiento se pretende asimismo que el actor salga a la busca

y encuentre a su personaje, aquel al que se sienta más afín, al que podrá más tarde

prestarle voz, cuerpo, emociones. No hace falta exigir la memorización ultra-rápida del

texto, después de que se hayan repartido los papeles. Parece mejor empezar con escenas

breves, controlarlas poco a poco, dejarlas madurar y avanzar respetando el ritmo natural

de cualquier aprendizaje. El pánico surge inevitablemente a la hora de poner los gestos,

inventar los movimientos, vestir las palabras. Todo depende de la imaginación.

El montaje de la obra tomará su forma definitiva después de mucho ir y venir.

No esperemos un resultado brillante en cuanto acaben las primeras sesiones. Si el

ejemplo de “Córdoba” puede servir, diré que este grupo vive una reconstrucción

constante de sus obras: ninguna representación es igual a otra. Para confesarlo casi todo,

la semana antes del primer festival, nos pilla a veces con el proyecto aún en pañales.

Algunos creamos aguijoneados por la presión del tiempo. A nosotros nos da resultados,

aparentemente, pero no nos engañemos. El camino desde los ensayos hasta la

representación final es largo y sinuoso, se experimentan a menudo sentimientos

contradictorios. Ante la cantidad de trabajo, los malentendidos, la perspectiva de un

resultado mediocre (imaginado, temido), la tentación de tirar la toalla cobra

dimensiones quijotescas. Hará falta sabiduría y constancia para llevar el proyecto a buen

puerto.

4. Beneficios del teatro

Cae el telón. Parece que todo termina con este silencio de terciopelo. Pero no es verdad.

¿Qué se gana después de tanto esfuerzo? Me sitúo en la perspectiva del alumno (el

profesor es, sin duda alguna, el impulsor y eje principal de la actividad pero, quiera o

no, se deberá esfumar tras sus actores, protagonistas en todos los sentidos). Lo

impresionante, desde fuera, son los premios, los viajes, los recortes de periódicos, los

diplomas, los aplausos, las entrevistas, el reconocimiento, los bombos y platillos ... sin

embargo, lo más importante es justamente lo no cuantificable (conocimientos,

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habilidades, valores, aptitudes): acumular experiencia, compartir vivencias, conocerse y

conocer a los demás, aprender a perder y a ganar, ser tolerante con las diferencias,

constante en el trabajo, puntual, cumplir con lo prometido, finalizar la labor iniciada,

colaborar, mejorar su nivel de lengua, fomentar la creatividad, desarrollar la autonomía

e iniciativa personal, desarrollar el espíritu crítico constructivo y la autocrítica: sin

orden ni concierto, me limito a enumerar estos pocos elementos (resaltados, en parte,

por los alumnos mismos, en sus respuestas al cuestionario).7

5. ¿Quién se anima con el teatro?

Este artículo no habrá logrado nada si ninguno de los lectores se anima a experimentar.

Llegar y sobrevivir a los Festivales es empresa nada fácil. Pero aquí y ahora se trata

simplemente de llevar el teatro al aula, como una estrategia didáctica más (hay un sinfín

de posibilidades, desde crear guiones hasta escenificar un anuncio publicitario). Ante la

apatía generalizada de las actuales generaciones de escolares, tomar la iniciativa en este

sentido puede ser una alternativa gratificante. Cuando se trata de proyectos tan

profundamente personales, de autodescubrimiento, su implicación puede sorprendernos.

Este artículo no es, pues, mero paseo por unas cuantas vidas que han encontrado

en el teatro una manera de expresarse y enfrentarse a los retos, sino una invitación a

actuar. Para nosotros, los profesores, el escenario más habitual es el aula. No nos

dejemos ganar por los “no-es”. El español merece más que nuestro desánimo.

7 Robles Poveda María Magdalena, op.cit. p.13-16. La autora dispone en cuatro categorías las capacidades desarrolladas con este tipo de actividades: cognitivas; afectivas; lingüísticas; sociales, de comunicación y representación. Me limitaré a citar su aportación en cuanto a las capacidades lingüísticas, que afectan las cuatro destrezas básicas del aprendizaje de idiomas (comprensión de lectura, comprensión auditiva, expresión oral y, en menor medida quizás, expresión escrita): - Conocer las posibilidades de comunicación y expresión del lenguaje oral. - Reflexionar sobre el valor afectivo de las palabras (diminutivos, aumentativos, giros, expresiones y frases coloquiales más frecuentes del español hablado). - Conocer textos de la tradición cultural española (literarios, periodísticos, etc.). - Afianzar la expresión oral en el nivel fonético, en el morfosintáctico y en el semántico al realizar las distintas actividades para una exitosa puesta en escena. - Estimular la expresión oral en: Vocabulario; Pronunciación; Fluidez; Sintaxis. - Creatividad y lógica en la construcción de frases y en la invención de textos. - Comprensión de todos los términos utilizados con la ayuda del diccionario, el profesor y el resto de los alumnos. - Seguridad y confianza en la propia expresión oral. - Satisfacción al comprobar las posibilidades de la propia expresión oral, mímica, gráfica, etc. - Atención al interlocutor: distancia adecuada, mirarle a la cara, observar sus gestos y sus recursos extralingüísticos para captar sus intenciones y sentimientos. - Gusto por los juegos lingüísticos dentro del contexto adecuado.

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Fernando MOLINÉ ROYO

Profesor de español

Universidad ULIM de Chisinau (Moldavia)

José Antonio Labordeta y Cantar i Callar. Reflejo de la verdadera

sociedad aragonesa desde la posguerra hasta la actualidad

José Antonio Labordeta Subías dejó huérfana a la sociedad aragonesa después de su

fallecimiento a los 75 años de edad, el día 19 de septiembre de 2010. Polifacético:

poeta, escritor, cantautor, político y profesor —criticado y atacado en vida y en muerte

por la defensa de su tierra y sobre todo de las olvidadas zonas rurales de Aragón— su

muerte dejó sin aliento a este territorio como lo demuestran las más de 250.000

personas que acudieron a los exteriores del Palacio de la Aljafería en Zaragoza1, lugar

donde se instaló la capilla ardiente, y donde se entonaron auténticos himnos aragoneses

compuestos por él como Somos, L’Albada, Aqueras montanyas y el Canto a la libertad.

Él cantó, escribió y defendió políticamente al verdadero Aragón, aquel que los

turistas y la inmensa mayoría de europeos desconocen y que solamente puede transmitir

alguien que haya vivido la inundación de los valles del Pirineo, la despoblación de la

montaña y la estepa monegrina, la inmigración a Francia o la última guerra civil

española que se cebó especialmente con este territorio. Supo cómo entonar la verdadera

historia reciente de Aragón y consiguió aunar a diversos colectivos tanto de la sociedad

aragonesa como de la sociedad española. Fue referencia de la canción de autor

internacionalmente, sobre todo en Sudamérica, y sirvió de ejemplo y referencia para

posteriores formaciones musicales aragonesas. Unió la tradición cultural aragonesa con

la canción protesta y les dio la voz y la palabra tanto en español como en las otras dos

lenguas minorizadas habladas en Aragón: el aragonés y el catalán2.

1 De esto se hicieron eco periódicos de España como El País del día 20 de septiembre de 2010 tituló «Aragón reza, llora y canta a Labordeta» <http://www.elpais.com/articulo/espana/Aragon/reza/llora/canta/Labordeta/elpepuesp/20100920elpepunac_2/Tes> [16/02/2011] y de más allá de los Pirineos como el británico The Guardian <http://www.guardian.co.uk/world/2010/oct/04/jose-antonio-labordeta-obituary?INTCMP=SRCH> [16/02/2011]. 2 Lenguas prohibidas durante la dictadura y habladas sobre todo en el medio rural. El aragonés en los valles pirenaicos del norte y el catalán de la Franja, zona de Aragón que limita al este con Cataluña.

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En el año 2008, ya en su última etapa y con el cáncer de próstata detectado, la

asociación Rolde de estudios aragoneses reeditó su primer álbum de larga duración

Cantar i callar3 (1974) y lo incluyó en una publicación que lleva por título José Antonio

Labordeta: creación, compromiso, memoria4. Este disco de tónica general bastante

pesimista compuesto de letras crudas y directas tiene como característica principal

abordar los principales problemas de la sociedad aragonesa rural y olvidada con

historias cercanas. Este trabajo apareció pese a la censura de los últimos años del

franquismo5, y es el objetivo de este artículo intentar desgranar los elementos

socioculturales que aparecen en sus letras.

1. A propósito de la canción de autor

La canción de autor europea, las canciones protesta, surgen en torno a 1959 y llegarán a

España saltando la censura imperante de la época: Bob Dylan, Pete Seeger, Thodorakis,

Karavafis o el inconfundible Brassens6, influenciarán claramente a los cantautores

españoles.

En España, la semilla de la protesta por medio de la canción germinó

rápidamente y es en la década de los 70 cuando toma mayor fuerza. Los jóvenes que

vivían en la dictadura observaban los recientes acontecimientos que se sucedían en los

países vecinos7 y empezaban a albergar esperanzas de un cambio. En Aragón, sonaba

3 Apareció un EP de cuatro canciones en 1968 titulado Andros vol. II (Edumsa) pero se censuró. En 1971 se reeditó bajo el nombre Cantar y callar (Javalambre). No obstante, el primer larga duración aparecería en 1974 con el nombre ya mencionado de Cantar i callar (Edigsa) que incluiría otros temas como La vieja o Aragón. 4 La obra aparece bajo la coordinación de Javier Aguirre Santos y está coeditada por Rolde de estudios aragoneses y la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) con la colaboración del Gobierno de Aragón. 5 Convendría recordar que aunque en 1974 la dictadura fascista que gobernaba España estaba terminando (apenas le quedaría un año), el régimen seguía vigente; tanto que las últimas ejecuciones tuvieron lugar el 27 de septiembre de 1975 en Madrid, Barcelona y Burgos. La pena capital se le aplicó a dos militantes de ETA (Euskadi ta Askatasuna) Juan Paredes Manot y Ángel Otaegui y otros tres de FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz y José Humberto Baena. Este último tuvo la desgracia de ser el último reo asesinado por el régimen franquista. El diario El País realizó en el año 2008 un reportaje a propósito de esto <http://www.elpais.com/articulo/espana/Fue/asesinado/asesino/elpepuesp/20081006elpepinac_7/Tes> [16/02/2011] 6 De hecho, Labordeta tiene una canción dedicada a este solista titulada A Georges Brassens. 7 Nos estamos refiriendo fundamentalmente a los acontecimientos de Portugal y Francia. En 1968, en todo el hexágono, pero sobre todo en París tuvo lugar la mayor huelga general de toda la historia francesa conocida como Mayo del 68. En ese mismo año, António de Oliveira Salazar, dictador de Portugal fue destituido y en 1970 moría. Sin embargo, Portugal tendría que esperar hasta 1974 para que triunfara su

80

con fuerza no solamente José Antonio Labordeta, también otras formaciones como La

Bullonera8, Joaquín Carbonell o Tomás Bosque. En Cataluña, en 1968 y con 20 años de

edad, Lluís Llach publicaba su trabajo Els èxits de Lluís Llach, su primer álbum con el

que enarboló la canción protesta catalana, conocida como la nova cançó. En ese mismo

año compuso un auténtico himno para el pueblo catalán, L’Estaca. En Valencia, cuatro

años antes, Raimón, catalanoparlante, sacaba a luz una antología de sus canciones y en

el mismo año, Paco Ibáñez también publicaba su primer trabajo.

Después de la muerte de Francisco Franco, su música se expandió como la

pólvora. Un claro ejemplo de ello fue el concierto de José Antonio Labordeta en

L’Hospitalet en el centro Santiago Apóstol9 en el año 1977. El lleno fue tal que se agotó

el aforo rápidamente10. El público acudía en masa allá donde fuere y en este caso,

querían escuchar y entonar todos unidos el Canto a la libertad11, además de otras letras

combativas y realistas.

2. Cantar i callar, un LP que refleja el pesimismo y la realidad de la época en la

sociedad aragonesa

Lo primero que se saca en claro cuando se escucha Cantar i callar son las letras tristes,

pesimistas y realmente duras. El disco es una denuncia directa a la emigración y

despoblación de las zonas rurales de Aragón. Áreas abandonadas, aisladas y

desconocidas a las que los diversos gobiernos no fueron capaces de llevar las

infraestructuras y servicios necesarios12. Además de este tema principal, también recurre

a temas que acompañarán al cantautor durante toda su carrera musical, literaria y

revolución llamada Revolución de los Claveles la cual terminó el 25 de abril de ese año. España tendría que esperar a la muerte de Franco, el 20 de noviembre de 1975. 8 Ambos representaron a Aragón en el «Festival de los Pueblos Ibéricos» en 1976. 9 Poco tiempo después el centro cambiaría de nombre a La Torrassa. 10 Sala, C. (1995) Dècada Reivindicativa, Quaderns d’estudi, Num. 11 <http://www.raco.cat/index.php/QuadernsCELH/article/view/205813/289681> [16/02/2011] menciona este hecho: «se hicieron varios festivales, de entre los cuales cabe destacar el del cantante Labordeta que obligó a instalar altavoces en el patio a causa de la aglomeración de personas que se había producido.» (Traducción propia). 11 Canto a la libertad, apareció en 1975 en el álbum Tiempo de espera (Pentamusic/Quiroga). Alcanzó tal éxito que hoy en día en Aragón se la considera como un himno. De hecho, tras la muerte de Labordeta una iniciativa popular recoge firmas para instaurar dicha canción como himno de Aragón traduciendo la letra a los tres idiomas hablados en el territorio. Fue además, una canción que representaría la época de la transición democrática española. 12 El éxodo rural aragonés no se debió solamente a motivos económicos; la guerra civil y la inundación de los valles pirenaicos también fueron causas directas de ello.

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política, de entre los cuales tendríamos que destacar las duras condiciones de vida en el

campo aragonés, el problema del agua en la estepa monegrina, la creación poética, las

canciones tradicionales propias de la cultura aragonesa o los horrores de la guerra civil

en el frente que partió a Aragón por la mitad una vez se estabilizaron los dos bandos.

Este disco, reeditado e incluido en el volumen ya citado de José Antonio

Labordeta: creación, compromiso, memoria en el año 2008, contiene trece canciones

con los siguientes títulos: Aragón, Todos repiten lo mismo, Los masoveros, Yo soy igual,

Los leñeros, Palabras, Las arcillas, El poeta, Cuando se agosta el campo, La vieja, Por

el camino del polvo, Dónde se van y Canción para una larga despedida. Con una

simple lectura de los títulos ya se pueden intuir los temas antes descritos. Pasaremos

ahora a analizarlos más en profundidad pues serán una constante en toda su producción

artística.

2.1 El territorio aragonés

La primera canción no da lugar a equívocos ya que el título habla por sí solo, Aragón.

Hace referencia a las características que tiene la superficie aragonesa. Sin embargo, no

es un tema que exalte dicha identidad. Empieza, de hecho, dándonos una descripción

muy gráfica de Aragón13 “Polvo, viento, niebla y sol/ y donde haya agua una huerta”.

Es decir, es una tierra llena de polvo, lo cual da la idea de la escasez de agua

(reincidiendo en ello en la siguiente estrofa) en la que sopla el viento y tiene sol; y si no

lo hace es porque se halla inmersa en las nieblas del invierno. Otro aspecto interesante

en este apartado es la descripción de la variada geografía aragonesa14: “Al norte los

Pirineos/ al sur la sierra callada./ Pasa el Ebro por el centro,/ con su soledad a la

espalda” y continúa más adelante “Hacia el oeste el Moncayo,/ como un Dios que ya

no ampara” y finaliza la canción con la estrofa “Esta tierra es Aragón”.

13 Una canción sin duda interesante aunque no incluida en este álbum es Me dicen que no quieres en la cual hace constante referencia al agua, la sequía de los Monegros y termina de manera más optimista haciendo otra curiosa descripción de Aragón «De esta tierra hermosa dura y salvaje/ haremos un hogar y un paisaje». 14 Hay que incidir en el hecho de que varios sistemas montañosos delimitan a Aragón, así como la estepa desértica de los Monegros, zona de donde proviene la familia de Labordeta.

82

2.2 El éxodo rural y la imagen de el camino

Es sin duda el tema más importante que aparece en el disco y en el que incide en varias

canciones del álbum y es sin duda uno de los capítulos más tristes de la historia actual

aragonesa. La bibliografía sobre el tema es extensa, y podemos decir que la cuestión de

la emigración/inmigración en Aragón está ampliamente estudiada. Nosotros nos

basaremos en la segunda parte de una tesis sociológica que lleva por título La

inmigración extranjera en Aragón15 que creemos que es la que mejor puede explicar

este fenómeno cantado por Labordeta.

En este disco en concreto, el tema aparece en mayor o menor medida en doce

de los trece temas del disco. En la única canción que no menciona la emigración, Los

masoveros, habla de la dureza de la vida rural y de la idea que también mencionan más

grupos aragoneses de morir donde se nace16. Según el estudio sociológico ya citado,

Aragón aparece históricamente como una tierra propicia para la emigración, el sistema

hereditario tradicional dejaba la «casa17» al primogénito dejando a los otros hermanos

sin ninguna parte de la herencia. El objetivo era que la casa no perdiera poder ni

recursos al dividir la herencia entre los hijos, pasando la herencia íntegra de primogénito

a primogénito. Esto ocasionaba que los que no hubieran nacido en primer lugar no

tuvieran patrimonio alguno que no hubieran hecho ellos mismos. En la mayoría de las

ocasiones, los tiones18 se veían obligados a trabajar como jornaleros y pedir posada para

la casa que trabajaran. El tión ha pasado al imaginario popular como aquel campesino

que no tiene nada más que sus manos para trabajar, Labordeta mencionará a los tiones

en sus canciones al considerarlos como una parte de la dura vida de la montaña

aragonesa.

15 Gallego Ranedo, C. (2011) La inmigración africana en Zaragoza. Tesis doctoral de la Universidat Rovira i Virgili, Tarragona, pp: 123-269. 16 Idea que también aparece en la canción La vieja de este álbum «A ti te enterramos pobre, como debía pasar. Al lado de tu marido, tus padres y el sacristán». Otras formaciones musicales actuales también hablan del tema, quizá influenciados por Labordeta; para ilustrarlo sirva de ejemplo el tema Astí soniaré de Mallacán que aparece en el álbum País Zierzo (Lorentzo Records, 2005) cuyo estribillo dice «Astí vivo yo, y astí moriré y en iste lugar, astí soniaré» (Aquí vivo yo, y aquí moriré y en este pueblo, aquí soñaré, traducción propia). 17 El concepto casa en el Pirineo aragonés se refiere al edificio capaz de albergar a toda la familia, tierras, almacenes para el cereal, etc. Había casas que se componían de unas cincuenta personas incluyendo al servicio. Los pueblos y la tierra alrededor de estos se componían de casas. 18 Tión o tiona es la denominación en aragonés para aquellos que no heredan nada del patrimonio y viven casi por caridad en la casa del heredero.

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Nos encontramos además ante una Comunidad Autónoma que cuenta con una

superficie mayor que la de los Países Bajos (47.179 km² y 41.526 km² respectivamente)

y una población muy escasa y repartida por el territorio de manera bastante asimétrica.

Gómez Bahillo lo afirma de la siguiente manera19: “cuando se recorre el espacio

aragonés hay algo que salta a la vista: emigración y abandono [...]. Contrastando con

esto aparece un municipio urbano, Zaragoza, que ha cobijado a gran parte de aquellos

aragoneses que han abandonado su tierra”.

Labordeta lo describirá del siguiente modo20:

Y mientras Zaragoza se repanchinga en su enorme desdoblamiento urbano para gloria

de todos los especuladores del territorio, el resto crece en el silencio y aquella vieja pregunta de

quién le cerrará los ojos a este país cuando esté callado, repercute en todos los costados, de

valle a valle, de desierto a desierto, de páramo a páramo, de risco en risco y de un perfil

humano que se acaba a otro perfil que nace, nuevo, increíblemente nuevo y absolutamente

indiferente a la agonía sobrecogedora de toda nuestra historia crecida en piedra de murallones y

de muros, de campanarios y corrales, de silencios y pesadumbres infinitas.

Después de esto, Labordeta ve lógica también la emigración hacia fuera de

Aragón. A propósito de esto, Gallego Ranedo21 da unos datos bastante interesantes que

respaldan las letras del cantautor:

Precisamente un párrafo del primero22, el que dice “y dicen que hay tierras al Este

donde se trabaja y pagan” quiere reflejar muy bien el destino de muchos aragoneses y su

motivación para desplazarse. Un 60% del total de emigrantes se dirige hacia Barcelona y un

9% al resto de Cataluña. Los demás lo harán a Valencia (17%), sobre todo los de la provincia

de Teruel; un 10% a Madrid y el resto repartido entre el País Vasco y, en menor medida,

Canarias y Baleares.

Desgraciadamente, si atendemos a los datos y argumentos sociológicos este

grave problema cantado por Labordeta sigue vigente. Este fenómeno migratorio

aragonés lo asociará el cantautor a la imagen del camino durante toda su producción

19 Gómez Bahillo, C. (1986). Los procesos migratorios y su influencia en la demografía aragonesa 1990-1981. Zaragoza, Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y la Rioja. Pag. 15 20 Labordeta Subías, J.A. (1995) en Pueblos abandonados, ¿Un mundo perdido? Acín Fanlo, J.L y Pinilla, V.J. (coords.) Rolde de estudios aragoneses, Zaragoza. pp: 280-281 21 Gallego Ranedo, C. (2001) Op. Cit. 22 Se refiere a José Antonio Labordeta.

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musical. En el disco que estamos analizando se puede apreciar claramente el uso que el

artista da al camino como imagen de la emigración. Si bien ya hemos dicho que el

problema del éxodo rural se trata en casi todas las canciones del álbum, podemos

apreciar la figura y la importancia del camino en puntos concretos de esta obra.

Tomemos como ejemplo la canción Las arcillas, en la cual menciona el “camino largo y

duro/ solo quedan los viejos,/ o esqueletos rotos”. El mensaje está claro, o se sigue un

camino nada fácil de tomar o bien uno se queda con una población envejecida que

desaparece por a poco. Además de en esta canción, también aparece en otras: en el tema

Cuando se agosta el campo, incluso llega a aparecer en el título de otra Por el camino

del polvo, en esta composición también se menciona la dura vida de la estepa

monegrina; y para terminar, en el tema que sirve de cierre del álbum, Canción para una

larga despedida aparece también la idea del camino como vía de la emigración hacia un

futuro mejor, hacia sitios en los que se trabaja y pagan.

2.2 La tradición cultural aragonesa y la canción de Labordeta

Labordeta demuestra su amplio bagaje cultural rescatando elementos de la cultura

tradicional aragonesa del olvido e incorporándolos a su música y escritos. Estos

elementos propios de la cultura aragonesa se aprecian en todos los planos: desde el

plano léxico, al plano lingüístico e incluso en el plano histórico.

En el LP que estamos analizando, se puede palpar en un primer momento la

reivindicación del uso de términos aragoneses. Si tenemos que resaltar una canción,

hemos de fijarnos en el tema número diez, La vieja. Aparecen en la letra elementos

léxicos como el hogar23, la lumbre (el fuego que se produce en el hogar), la cadiera24,

pozal (cubo de agua en aragonés) o fenómenos meteorológicos25. Como ya hemos

apuntado anteriormente, Labordeta sentía la necesidad de ofrecerle a las lenguas

minoritarias habladas en el territorio aragonés el respeto que se merece. Así pues, en lo

que al plano lingüístico se refiere, Labordeta utilizó el aragonés y el catalán en su obra e

23 En los pueblos de montaña, o fogar o o fogaril traducido al español como el hogar se refiere a la chimenea en torno a la cual se hace la vida en la casa tradicional del Pirineo en el invierno. 24 Especie de banco grande que se encuentran en las casas tradicionales aragonesas situada en la entrada de la misma o en una parte específica de la casa. 25 En esta canción aparece el término cierzo, viento septentrional característico de la zona de Zaragoza. En otras aparecerá en término boira, niebla en español, que suelen bajar en el periodo invernal por la zona de la Depresión del Ebro.

85

incluso llegó a utilizar sin tapujos el aragonés mestizo, un habla que queda a medias

entre los dos idiomas y que se da en las zonas rurales donde no hubo una escolarización

en español. En la letra de La vieja aparecen retazos de esta mezcla de lenguas cuando

Labordeta entona “Dice que va bueno”, en español la construcción sería ir bien,

mientras que en aragonés utiliza bueno26. Podemos encontrar otros ejemplos menos

claros en otras canciones del álbum como el término estío que si bien es cierto que

existe en español (aunque está en un cierto desuso con respecto a verano), en aragonés

tenemos estíu para referirnos al periodo estival.

Asimismo, no podemos obviar la combinación de todos los planos

mencionados en otras canciones y en el legado que dejará la obra de Labordeta después

de este disco y en otras formaciones musicales de Aragón de décadas más cercanas a la

actual. Más en concreto podemos analizar los planos lingüísticos y las relaciones

histórico-culturales de Aragón con otros territorios en la canción Aqueras montanyas

interpretada por José Antonio Labordeta. En este tema, el artista pone música a una

vieja leyenda cantada de la cultura aragonesa relatándonos a través de las sucesivas

estrofas una historia de amor entre personas de territorios diferentes separadas por una

frontera natural, un sistema montañoso que separa la cultura aragonesa de la cultura

occitana. Se tratan de culturas consideradas históricamente desde el lado sur de los

Pirineos como “hermanas”, y una buena manera de ejemplificarlo es precisamente esta

leyenda. Así pues, Labordeta aprovecha esta canción para reivindicar este

hermanamiento cultural y además tratar el tema lingüístico; la canción está en aragonés

con lo cual abarca la preocupación del solista por las lenguas aragonesas minoritarias

(habladas en su mayoría en zonas rurales) que se han visto relegadas a un ámbito muy

reducido, sobre todo en el caso del aragonés.

Numerosos filólogos especializados en las lenguas pirenaicas han analizado

esta unión cultural, nosotros nos referiremos especialmente a los estudios realizados por

Nagore Laín27. Históricamente, en el citado estudio se alega que las relaciones entre las

dos áreas se dan por ser una tierra de paso y de contacto entre pastores de las zonas

26 Un ejemplo de esto sería la expresión en español «que vaya bien» cuyo equivalente en aragonés sería «que vaiga bueno». 27 En concreto nos basamos en el estudio llamado Los pirineos: nexo de unión entre el occitano y el aragonés aparecido en la Revista de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid en el vol. 18 (2001) pp: 261-296

86

rurales de ambas regiones que tomó forma documentalmente mediante las cartas de

patz ratificadas por ambos territorios para regular las actividades de pastoreo. Tanto es

así que en la guerra que surgió en el siglo XVI entre el Béarn y Aragón, los montañeses

no apoyan al señor bearnés.

La canción mencionada anteriormente aparece en el disco Solosombra28 del

grupo de folk aragonés Biella Nuei. En concreto, se trata de un dueto entre el cantante

en lengua occitana Claude Malibert con José Antonio Labordeta interpretando la parte

en lengua aragonesa. Las montañas en esta canción no son tanto una frontera natural

que no permite el contacto entre ambos pueblos29 sino una zona de intercambio por

encima de las fronteras políticas ya que la letra continua “Dezaga d’ixas boiras// los iré

a escar// y crebando as mugas// con yo tornarán30”. Así pues, Labordeta con esta

colaboración saca a relucir una vez más la estrecha relación entre los habitantes de

ambas caras de la montaña. Nagore Laín lo describe del siguiente modo31:

Lo cierto es que la cercanía existente entre la lengua aragonesa y la lengua occitana, y

entre los pueblos de Occitania y Aragón, es producto de una convivencia secular en un ámbito

geográfico, los Pirineos, que para la gente del país ha sido siempre una unidad, un nexo de

unión.

Todo este trabajo de Labordeta por resucitar y dar a conocer al público de fuera

de Aragón todos los elementos culturales de este territorio septentrional de la Península

Ibérica tendrá su continuación en bandas musicales posteriores y llega hasta la

actualidad. La colaboración en la canción Un país32 con la gran formación aragonesa de

la década de los 90 llamada Ixo Rai! puede resumir sus reivindicaciones culturales y

lingüísticas, su preocupación por el Aragón rural y la historia no tan lejana de esta

Comunidad Autónoma española. La canción comienza con un verso de José Antonio

Labordeta que aparece en el álbum Cantar i Callar en la canción Aragón: polvo, viento

niebla y sol. Con esta estrofa el grupo Ixo Rai ! pretende otorgar el merecido

reconocimiento a José Antonio Labordeta; además, la temática de la misma girará en

28 El disco Solosombra de Biella Nuei fue editado por Coda Out en 1997 en Zaragoza. 29 La letra de la canción dice: Aqueras montanyas// tan alteras son// no me deixan veyer// os míos aimors. Aquellas montañas tan altas son no me dejan ver a mi amor (traducción propia). 30 «Tras esa niebla lo iré a buscar y saltando las fronteras conmigo volverá». Traducción propia. 31 Nagore Laín, F. Op. Cit. pp 293-294 32 La canción aparece en el álbum Último grito (1997) de Ixo Rai !

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torno a lo mismo que en el tema Aragón: una descripción de Aragón más acorde a los

nuevos tiempos —ahora por ejemplo habla de temas implantación de industria pesada

en la capital zaragozana o en fenómeno de la inmigración extranjera también a la

principal ciudad aragonesa— aunque también sigue haciendo mención a la despoblación

rural “el pueblo que abandoné”, a la cultura popular “el Ebro guarda silencio33”, la

estabilización de los frentes de la Guerra Civil española en Aragón «La batalla de

Belchite34» o al problema del agua y los pantanos llevados a cabo durante la dictadura.

En la parte interpretada por Labordeta aparecen elementos que hemos visto ya

reflejados en Cantar i Callar como son la emigración y abandono rural “unos que

fueron ta Francia35”, “os tiones d’a montanya36” y por último, la minorización

lingüística del aragonés “y a verguenya de charrar37”.

3. Conclusiones

En el presente artículo hemos tratado de analizar las características de la obra de José

Antonio Labordeta ejemplificándolo con los temas que aparecen en su primer LP

reeditado recientemente. Además, hemos querido tratar de trasladar la impronta que ha

dejado este polifacético artista en formaciones musicales más actuales.

Resulta fascinante comprobar cómo sus inquietudes y preocupaciones tales

como la identidad aragonesa, la despoblación rural, la creación poética o la recuperación

de la cultura tradicional aragonesa le acompañaron durante toda su producción artística.

Trató de aunar la protesta con la tradición, la poesía tan influenciada por su hermano

Miguel con las lenguas minoritarias y por último, el arte de su música y su prosa con los

problemas reales de la sociedad aragonesa.

Sirva pues este artículo para rendir un humilde homenaje póstumo a un hombre

que tuvo el valor de cargar con los problemas e inquietudes de una sociedad en una

época realmente complicada y que supo enarbolar e izar en un lugar bien visible la

33 Se trata de una Jota aragonesa muy conocida en Aragón. 34 Pueblo aragonés que quedó absolutamente derruido tras la guerra y cuyas ruinas se pueden visitar. 35 Aquí además hace uso del aragonés mestizo al que antes nos referíamos ya que la preposición ta en aragonés significa a/hacia en español. 36 Los tiones (hijos que no heredan y no forman una «casa») de la montaña, traducción propia. 37 Y la vergüenza de hablar, traducción propia.

88

bandera de la libertad de expresión a pesar de las críticas que recibió en vida y que le

han dirigido también tras su muerte.

Descanse en paz, José Antonio Labordeta Subías.

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BIBLIOGRAFÍA:

GALLEGO, C. (2011) La inmigración africana en Zaragoza. Tesis doctoral de la

Universidat Rovira i Virgili, Tarragona

GÓMEZ, C. (1986). Los procesos migratorios y su influencia en la demografía

aragonesa 1990-1981. Zaragoza, Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y la

Rioja

LABORDETA SUBÍAS, J.A. (1995) en Pueblos abandonados, ¿Un mundo perdido? En

ACÍN FANLO, J.L y PINILLA, V.J. (coords.) Rolde de estudios aragoneses,

Zaragoza.

NAGORE LAÍN, F. Los pirineos: nexo de unión entre el occitano y el aragonés

aparecido en la Revista de Filología Románica de la Universidad Complutense

de Madrid en el vol. 18 (2001)

SALA, C. (1995) Dècada Reivindicativa, Quaderns d’estudi, Num. 11

<http://www.raco.cat/index.php/QuadernsCELH/article/view/205813/289681>

[16/02/2011]

90

Maria PARASCHIV

Estudiante,

Liceo Miguel de Cervantes, Chisinau

Homenaje a Miguel Hernández

...Si me muero, que me muera/con la cabeza muy alta./Muerto y veinte veces muerto, la boca contra la

grama,/tendré apretados los dientes/y decidida la barba./Cantando espero a la muerte,/que hay ruiseñores

que cantan/encima de los fusiles/y en medio de las batallas1.

Los Vientos del pueblo me llevan (1936) nos llevan hoy a nosotros por el tiempo,

recordándonos los cien años de canto de Miguel Hernández y poniéndonos a cargo de

los ruiseñores.

El muchachón de Orihuela2, que nació el 30 de octubre de 1910, era hijo de un

contratante de ganado. De esta manera, “su niñez y adolescencia transcurren por la

aireada y luminosa sierra oriolana tras un pequeño hato de cabras”3. Esta misma sierra

fue la que tuvo el papel de madrina en la boda suya con los numerosos libros de Gabriel

y Galán, Miró, Zorrilla, Rubén Darío, a los que consiguió leer en contra de la voluntad

de su padre. Éste, aunque le había asegurado los estudios en las Escuelas del Ave María,

anexas al Colegio de Santo Domingo, hasta que empezaran los problemas financieros en

la familia, no veía sentido en el interés del pequeño Miguel por la lectura. Muy pronto,

la luna y las estrellas, la lluvia, las propiedades de diversas hierbas, los animales, toda la

naturaleza a la que él rendiría homenaje más tarde, en sus poesías se convertieron en

testigos del amor del pastorcito hacia los representantes del Siglo de Oro: Cervantes,

Lope, Calderón, Góngora, Garcilaso, junto con algunos autores modernos como Juan

Ramón y Antonio Machado, prestados de la biblioteca de Luis Almarcha, sacerdote y

canónigo de la catedral oriolana.

1 HERNÁNDEZ Miguel, Vientos del pueblo me llevan, http://www.mhernandez.narod.ru/viento.htm, [3], (Consulta: abril de 2011) 2 NERUDA Pablo, Miguel Hernández visto por Pablo Neruda, http://www.loquesomos.org/joom/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=49 &Itemid=66, (Consulta: abril de 2011) 3 Infancia, adolescencia y primeros poemas, http://www.mhernandez.narod.ru/biografia.htm, (Consulta: abril de 2011)

91

El genial epígono de la generación del 27, según Dámaso Alonso, empieza a

escribir poesías, aproximadamente, hacia 1925. Poco a poco, se forma el llamado

“Grupo de Orihuela”, como fruto de la amistad entre Carlos Fenoll, Miguel Hernández

y Ramón Sijé4. El joven Miguel pasa largas horas en agradable tertulia discutiendo

sobre poesía, recitando versos y recibiendo preciosas sugerencias del culto Ramón5.

Miguel aprovecha cualquier ocasión para escribir y para desarrollar su talento

artístico. De esta manera, desde 1930, comienza a publicar poemas en el semanario El

Pueblo de Orihuela, donde el primero que aparece publicado es el titulado “Pastoril”. Su

nombre empieza a sonar en revistas y diarios como Voluntad, Actualidad, El Día,

Destellos, La Verdad, etc.

Se trata, en estos primeros ensayos creativos, de una poesía mimética en la que el joven

Miguel va buscando su propia identidad a través de todas las lecturas que está realizando en esos

momentos. La mayor parte de estos poemas adolescentes están compuestos en arte menor

combinando romancillos, octosílabos, heptasílabos, etc., con bastante destreza6.

En cuanto a su obra concentrada en libros, Leopoldo de Luis dice que, “en poco

más de una década, Miguel Hernández vivió una aventura lírica de gran riqueza y de

sorprendente evolución”. Según el mismo autor:

La poesía de Miguel Hernández procede como por deslumbramientos. Deslumbrado por

la metáfora gongorina, creó la gracia barroca de Perito en lunas. Deslumbrado por los conceptos

de Calderón, crea el Auto sacramental. Deslumbrado por Garcilaso y Quevedo, nace El rayo que

no cesa. Deslumbrado por el surrealismo, escribe un importante grupo de poemas como “Vecino

de la muerte”, “Sino sangriento” o las Odas a Neruda y Aleixandre. Deslumbrado por el

heroísmo popular, surge Viento del pueblo. A todos estos deslumbramientos les insufla su acento

personal, su manera de sentir la naturaleza, su apasionado entusiasmo, partiendo siempre de la

realidad circundante7.

4 Primeras publicaciones, http://www.miguelhernandezvirtual.com/new/index.php?option=com_content&view=article&id=52&Itemid=74, (Consulta: abril de 2011) 5 Infancia, adolescencia y primeros poemas, http://www.mhernandez.narod.ru/biografia.htm, (Consulta: abril de 2011) 6 Primeras publicaciones, http://www.miguelhernandezvirtual.com/new/index.php?option=com_content&view=article&id=52&Itemid=74, (Consulta: abril de 2011) 7 LUIS Leopoldo de, http://www.miguelhernandezvirtual.com/biblioteca%20virtual/coetaneos/index.php?ident=24, (Consulta: abril de 2011)

92

“Y ya no deslumbrado, pero sí amargamente sorprendido”8, “cerca de los treinta

años, el poeta se choca con la decepción: El hombre acecha9 al hombre. Y aparece una

poesía herida e hiriente, llena de amargura y de desencanto”10, concluyendo que “hoy el

amor es muerte”11. Sin embargo, la misma poesía aparece “hermosa y humanísima, que,

a pesar de todo, no pierde la fe en el hombre y en la libertad. El Cancionero y

romancero de ausencias emerge como una joya de la poesía amorosa de todos los

tiempos”12.

El año 1936 trae eventos capaces de cambiarle la vida completamente. Así

participa en “la Generación del 36, de su corriente social inspirada en los movimientos

obreros y reivindicativos, línea en la que Miguel se encuentra particularmente atraído en

cuanto que lleva dentro un innato sentido de la justicia y un vehemente amor al

pueblo”13. El violento estallido de la Guerra Civil en julio le obliga a convertirse en la

más grave voz de las terribles condiciones de esa época que son la guerra, la cárcel y la

muerte, después de tomar la decisión de luchar con firmeza de ánimo para la República.

Al mismo tiempo, el poeta llama a la lucha a sus compatriotas, que compartían

con él no solamente una tierra y una historia, sino también los sufrimientos y las ansias.

Puede servir como ejemplo el poema “Campesino de España”14, que

es un canto épico, con estructura de endecha: “Campesino, despierta,/español, que no es tarde”.

Intenta resucitarlos de su ignorancia y sus trabajos; salvarlos del yugo y proyectarlos en la guerra

de todos. Le recuerda su vida pasada: “Calabozos y hierros,/calabozos y cárceles,/desventuras,

presidios,/atropellos y hambres”. Les muestra que con la fuerza del hombre de la tierra la querra

8 Obra de Miguel Hernández, http://www.miguelhernandezvirtual.com/new/index.php?option=com_content&view=article&id=53:obra-del-poeta&catid=40:contenido-el-poeta&Itemid=78, (Consulta: abril de 2011) 9 Nombre del libro de Miguel Hernández escrito entre 1937-1939, publicado en 1939. 10 LUIS Leopoldo de, http://www.miguelhernandezvirtual.com/biblioteca%20virtual/coetaneos/index.php?ident=24 11 HERNÁNDEZ Miguel, Canción primera, http://www.mhernandez.narod.ru/elhombre.htm, (Consulta: mayo de 2011) 12 LUIS Leopoldo de, http://www.miguelhernandezvirtual.com/biblioteca%20virtual/coetaneos/index.php?ident=24 13 Obra de Miguel Hernández, http://www.miguelhernandezvirtual.com/new/index.php?option=com_content&view=article&id=53:obra-del-poeta&catid=40:contenido-el-poeta&Itemid=78, (Consulta: mayo de 2011) 14 HERNÁNDEZ Miguel, Campesino de España, http://www.mhernandez.narod.ru/viento.htm, [22], (Consulta: mayo de 2011)

93

se ganará así como las batallas del trabajador sobre las castas: “Retroceden al hoyo/que se cierra

y se abre,/por la fuerza del pueblo/forjador de verdades15.

El 29 de abril de 1939, ante la desbandada general del frente republicano,

Miguel Hernández intenta cruzar la frontera portuguesa, pero es identificado como

“activista rojo y peligroso” y es devuelto a las autoridades españolas. El poeta —como

le escribe a Josefina en 1940— comienza y sigue “haciendo turismo” por las cárceles de

Madrid, Ocaña, Alicante. De esta manera, en su organismo, “se declara una

“tuberculosis pulmonar aguda” que se extiende a ambos pulmones, alcanzando

proporciones tan alarmantes, que hasta el intento de trasladarlo al Sanatorio

Penitenciario de Porta Coeli resulta imposible”16. Sufriendo dolores terribles,

hemorragias y golpes de tos, Miguel Hernández expiró a los 31 años, el 28 de marzo de

1942.

Lo amortajaron con los ojos abiertos, a los que Buero Vallejo, que era su compañero de

celda, dibujó. Esos ojos abiertos para toda la eternidad se clavaron en el dolor de su gran amigo

Vicente Aleixandre, su hermano mayor, uno de los pocos que se tomó en serio a Miguel

Hernández. Desde entonces, Aleixandre usó esa imagen de los ojos abiertos para siempre hasta

el infinito17.

A la misma imagen del poeta que fue viento del pueblo, el día 29 de octubre de

2010, en la Universidad Libre Internacional de Moldavia, la recordaron alumnos,

estudiantes y profesores. Ellos fueron sus amigos del “Grupo de Orihuela”, sus colegas

en la generación del 27 y sus compañeros de celda por unas horas cuando se celebró el

nacimiento de Miguel, intentando dibujar lo que el gran dramaturgo Buero Vallejo

había fijado en el día de su muerte —su mirada— para siempre en carboncillo.

Alumnos del Liceo Miguel de Cervantes de Chisinau escribieron poemas

dedicados a Miguel Hernández. Las obras están escritas en el estilo del poeta honrado,

resucitando la maravilla de las octavas y el espíritu hernandiano sobre el papel. Aquí

podéis disfrutar de las poesías:

15 El soldado poeta, http://www.miguelhernandezvirtual.com/new/files/tesisodon/bloque3odon.pdf, pág. 25 (Consulta: mayo de 2011) 16 El poeta en la cárcel, http://www.mhernandez.narod.ru/biografia.htm, (Consulta: mayo de 2011) 17 Los ojos abiertos de Miguel Hernández, http://www.canarias7.es/blogs/bardinia/2010/03/los-ojos-abiertos-de-miguel-he.html

94

Infancia de Miguel Hernández

Pequeñito escritor de los pastores,

Recuerdo infantil del trigo y el ganado

Mantienes y das vida a tus amores:

La hoja, pluma, el libro con cuidado.

Mariposa con el vuelo dorado,

Interrumpe tu sueño hechizado

Y da el tesoro que a todos nos junta

Todito tu oro desde punta a punta

Maria Paraschiv

A él en plena luz lo recordamos.

Nuestro sentido a su obra alcanzamos.

Como un martirio su vida consagraba

A escribir verdad que nadie sospechaba.

Sus versos de luz de panal nos calienta,

Como una lluvia que sacia la tierra hambrienta

Sus versos trazaron el tiempo presuroso

Lo que muestra su talento precioso.

Nadejda Avadanii

Si me traes una estrella

Con toda pasión de ella

Con propósito de ponerla allá

Donde está tu amor, en emocionada ciudad.

Quiero decirte que no necesito

Ni flores, ni mundos, ni algunos brillantes.

Solo quiero ser única entre mis amantes

Como en la obra de Miguel Hernández.

Nadejda Cervinskaia

Homenaje

Hombre, luz, viento. Raudo como en vuelo

caminaste. De parte a parte, erguido,

conquistaste la tierra, nuestro nido,

mirando al horizonte, alzado al cielo.

Miguel, que blanco oculto por el celo

de otros tiempos, no cantas ya, te pido

que suenes como fuente centenaria,

que rimes la alborada milenaria.

Arturo Cobos Húmera Lector AECID en la República de Moldavia

95

Alina-Corina VOICU

Estudiante de Master

Universidad “Alexandru Ioan Cuza” Iaşi

La omisión de lo fantástico

El “saber callar cosas” en La siesta del martes de G. García Márquez y en el

cuento de Juan Rulfo No oyes ladrar los perros

Análisis contrastivo

El cuento de G. G. Márquez La siesta del martes, escrito en 1958, después de La

hojarasca y antes de su famosa novela Cien años de soledad, es uno de sus primeros

cuentos y figura a la cabeza del volumen Los funerales de la Mamá Grande publicado

en 1962. Junto con la obra de Juan Rulfo No oyes ladrar los perros, que apareció en la

antología El llano en llamas en 1953 representan pequeñas obras maestras, muestras de

cuentos perfectos.

A primera vista ambas obras parecen muy sencillas pero, en el fondo, son

ejemplos muy buenos de prosa sucinta y expresiva, en la que, a pesar de sus pequeñas

dimensiones, se esconden tragedias. La realidad no destaca de las líneas escritas sino

detrás de ellas; detrás de la calma aparente se esconde el conflicto humano, que ya no es

propio de un lugar concreto sino que tiende a generalizarse.

La siesta del martes no es una narración típica de G. Márquez porque no abunda

en hiperbolizaciones, en exageraciones, en procesos narrativos; los detalles utilizados

son simplemente los que se necesitan. Este cuento se acerca más a las obras de Rulfo

por su discurso alusivo, que sugiere y raras veces denota, como se puede ver muy bien

en No oyes ladrar los perros. En estas dos obras lo fantástico no es tan visible sino que

se esconde detrás de la confusión, de la incertidumbre de la historia, detrás de la

aparente normalidad y naturalidad.

Aquí ya no encontramos aquel fantástico impactante, sino la omisión de lo

fantástico, un fantástico muy bien escondido en la realidad, un fantástico que calla

mejor y que habla a través de símbolos y sugerencias.

96

Ambos cuentos tienen como punto central el viaje y el motivo del extranjero y

por eso están estructurados en dos partes: el viaje en sí y la llegada a un cierto lugar; los

cuentos surgen por la necesidad del viaje y esto es el elemento más importante de toda

la narración. Esto podría ser el motivo por el cual las obras tienen como título

estructuras relacionadas con el tiempo de la acción (La siesta del martes), o

estrictamente se refieren a la situación presentada, como pasa por ejemplo en No oyes

ladrar los perros donde el título es un leitmotiv del cuento, un reproche que revela el

conflicto de los personajes.

G. García Márquez nos presenta la historia de una mujer y su hija que viajan en

un vagón de tercera clase de un tren a través de plantaciones de banano y que

descienden a un pueblo caluroso y solitario. Por el otro lado, Juan Rulfo nos cuenta la

historia de un padre que está llevando su hijo a un pueblo, Tonaya, porque está herido y

necesita ser atendido por un médico.

Si en la obra del escritor colombiano el viaje sucede entre las once de la mañana

y las tres y media de la tarde, es decir, de día, el viaje del cuento de Juan Rulfo se

desarrolla durante la noche, y la luna es, a la vez que acompañante, símbolo del misterio

y de la ambigüedad.

Aunque la historia de la madre y su hija pasa durante el día, a la hora de la

siesta, como nos dice el título, el cuento no es menos rico en su ambigüedad y en las

preguntas que él impone al lector en el momento de leer el texto. La luna, la noche,

simbolizan el hecho de que algo se nos oculta, de que no lo sabemos todo, pero también

el calor terrible nos sugiere la omisión de la verdad, verdad que se está dilatando delante

de nuestros propios ojos.

El tema del viaje representa en sí mismo una búsqueda, el deseo de una certitud,

de cumplir el deber que uno tiene con otros seres humanos. Ambos protagonistas, la

madre y el padre intentan cumplir con su deber aunque podría ser que sus hijos no lo

merecieran o que ya fuera muy tarde para hacerlo; por eso, no llevan nombres y

simbolizan el padre universal que a pesar de lo que ha hecho su hijo sigue

defendiéndolo y trata siempre de ayudarlo con todo lo que puede.

97

Como ya se pudo notar, otro tema (además del viaje) está representado por las

relaciones humanas de los personajes y sus conflictos causados por la pobreza, que

influye en una gran medida en su vida. Y de esto nos vamos a dar cuenta poco a poco,

leyendo la obra, porgue no se nos dice todo de repente sino que el lector está invitado a

pensar, a involucrase.

En ambos cuentos se nos presenta todo de una manera muy cinematográfica, se

nos cuenta solamente lo que se ve a través de observaciones muy breves y frases cortas;

se nos describe el medio ambiente y los personajes en pocas palabras como si fuera el

escenario de una película; se nos da la apariencia, lo visible y se nos deja solamente

vislumbrar la parte escondida del iceberg. La economía terrible de palabras,

especialmente en los diálogos, nos hace aun más difícil el intento de entender las causas

de los conflictos más allá de lo que estamos leyendo.

En ambas obras el narrador omnisciente se distancia de lo que cuenta, dejando a

los personajes actuar por su propia voluntad y al lector reconstruir la historia a través de

las claves, de los enigmas que él tiene que resolver a medida que está leyendo.

Desde los títulos nos damos cuenta de que los hilos narrativos no tienen gran

importancia porque no hacen referencia a lo que pasa, ni a los personajes sino que

sugieren el tiempo de la acción (La siesta del martes) y el motivo del conflicto (No oyes

ladrar los perros). Detrás de estos hilos narrativos aparentemente simples se nos oculta

la tragedia de la dificultad de las relaciones interpersonales y la imposibilidad de

comunicarse.

Desde el principio, en ambos casos no sabemos dónde pasa la acción. En la obra

de G. Márquez se nos indica que se trata de una zona del norte de Colombia por las

plantaciones de banano, por el aire húmedo y sofocante. Al mismo tiempo se nos hace

una breve descripción del pueblo donde la madre y la hija descienden, pero no se

menciona su nombre:

No había nadie en la estación. (…) El pueblo flotaba en el calor” (…), “Las casas, en su

mayoría construidas sobre el modelo de la compañía bananera, tenían las puertas cerradas por

98

dentro y las persianas bajas. En algunas hacía tanto calor que sus habitantes almorzaban en el

patio.1

Mientras que, en No oyes ladrar los perros, sabemos que el padre y el hijo van a

llegar a Tonaya, pero no se nos describe casi nada del pueblo porque era de noche:

Allí estaba ya el pueblo. Vio brillar los tejados bajo la luz de la luna. Tuvo la impresión

de que lo aplastaba el peso de su hijo al sentir que las corvas se le doblaban en el último

esfuerzo. Al llegar al primer tejaban, se recostó sobre el pretil de la acera y soltó el cuerpo.2

También el problema del tiempo es importante y su tratamiento representa otra

manera de esconder las cosas. Si en el cuento del escritor mexicano el tiempo casi no se

menciona, sabemos solamente que todo pasa en una noche y eso por la imagen

repetitiva de la luna: “la luna venía saliendo de la tierra, como una llamarada redonda”,

“la luna iba subiendo, casi azul, sobre un cielo claro”, “allí estaba la luna”, “la luz de la

luna”, en la obra de G. Márquez se nos indica con precisión el tiempo en el que pasa la

acción: entre las once de la mañana y las tres y media de la tarde.

Pero se nos cuenta esto porque el tren mide el tiempo y condiciona la acción en

el relato. La madre y la hija salen a las once cuando “aún no había empezado el calor”,

llegan a las dos de la tarde, a la hora de la siesta y tienen la intención de regresar el

mismo día con el tren de las tres y media. Así que sólo tienen disponible una hora y

media para sus diligencias en el pueblo.

A pesar de que todo pasa en un período tan corto, el ritmo de la narración es

muy lento, el tiempo se caracteriza por su morosidad, indicado en el caso de La siesta

del martes por el calor sofocante que parece invadir el ambiente y por la hora de la

siesta durante la cual todo parece estático, parece carecer de movimiento, mientras que

en No oyes ladrar los perros el ritmo lento destaca de la carga que lleva el padre en sus

hombros y que le hace caminar con dificultad, sin oír y sin ver.

1 MÁRQUEZ, Gabriel García. La siesta del martes, versión online: http://www.sololiteratura.com/ggm/marquezcuenlasiesta.htm 2 RULFO, Juan. No oyes ladrar los perros, versión online http://www.sisabianovenia.com/LoLeido/Ficcion/NoOyesLadrar.htm

99

Como ya había mencionado al principio, ambas obras tienen dos partes: el viaje

y la llegada. La primera parte, es la parte en la que el autor nos deja familiarizarnos con

el cuento, es la parte más lenta y más larga mientras que la llegada se nos presenta de

una forma muy rápida o muy breve, especialmente en el cuento de Juan Rulfo.

Solamente después de familiarizarnos con la situación, con el ambiente, el autor

nos deja ver la razón del viaje; una tensión en forma detenida manteniéndose desde las

primeras líneas hasta el final. Y esta tensión provoca ambigüedad, incertidumbre, en

primer lugar por el ritmo lento y en el segundo por el desarrollo de un tipo de diálogo

elíptico.

La utilización de frases cortas tanto en la narración como en el diálogo nos deja

descubrir poco a poco el motivo de los viajes y las relaciones interhumanas entre los

personajes. En La siesta del martes nos enteramos de esto a través de la conversación

entre el sacerdote y la madre y también nos damos cuenta del contrapunto rico-pobre y

de la oposición de la moral de la madre y la moralidad social del cura. Este punto de

vista nos señala el hecho de que aquí G. Márquez se realiza como “cuentista de lo

social”3.

Desde el principio nos señala que la hija y la madre son pobres; llevan “una

bolsa de material plástico con cosas de comer y un ramo de flores envuelto en papel de

periódicos”. Esta visión paupérrima aparece una vez más cuando se nos presenta su

manera de vestir “de luto riguroso y pobre” y cuando percibimos que su hijo murió

descalzo y con un trozo de soga en el cinturón.

Más adelante, cuando nos enteramos de que el hijo, Carlos Centena, fue matado

mientras robaba para dar de comer a su familia, la visión trágica llega a profundizarse.

Él es una víctima y al mismo tiempo un héroe porque permitió ser golpeado y hasta

matado por boxeadores para mantener a su familia: “Cada bocado que comía en ese

tiempo me sabía a los porrazos que le daban a mi hijo los sábados por la noche”.

3 FIDDIAN, Robin. La siesta del martes de G. G. Márquez, artículo en El cuento hispanoamericano ante la crítica de Enrique Pupo-Walker, Editorial Castilla, Madrid, 1995

100

El diálogo entre la defensora (la madre) y el acusador (el sacerdote) encierra una

tremenda filosofía social; la moralidad está vista de una manera diferente por los dos y

esto se puede destacar por la reacción del padre que empezó a sudar al verla y la

decisión y la tenacidad con la que la señora defiende a su hijo: “Yo le decía que nunca

robara nada que le hiciera falta a alguien para comer y él me hacía caso”.4

Para ella, el hijo no era un ladrón porque ella piensa que el hombre tiene que ser

juzgado según las circunstancias. La misma oposición pobre-rico surge también de la

confrontación del muchacho con Rebeca, la señora que representa la familia burguesa,

la señora solitaria y con delirios de persecución “pues vivía bajo un terror desarrollado

en ella por 28 años de soledad”. 5

Esta antítesis y el hecho de hacer algo prohibido por la moral como causa de la

pobreza se puede notar también en No oyes ladrar los perros, donde la relación padre-

hijo fue deteriorada por culpa de la misma causa. Nos enteramos de esto poco a poco, a

través de un diálogo elíptico o más bien por un monólogo del padre.

El hijo lleva nombre: Ignacio, pero el padre no, simbolizando su condición de

padre universal que sufre una crisis personal, que se ocupa de su hijo pero al mismo

tiempo lo rechaza por su manera de vivir. Si la madre en el texto de Márquez no siente

vergüenza, aquí el padre regaña a su hijo. Ignacio fue herido porque pertenecía a una

bandilla criminal lo que su padre no le puede perdonar y aun más no le puede perdonar

el hecho de hacer sufrir a su madre. Hasta un cierto punto, él mantiene un tono personal

y cariñoso, pero después se convierte en juez. Al mismo tiempo, el padre se culpabiliza

a sí mismo porque su hijo eligió este camino para escapar de la pobreza.

Como ya hemos podido ver, ambos textos hablan de la condición humana, de un

conglomerado social que se mueve a través de una civilización contemporánea que la

ignora y de los conflictos humanos en un intento de dar una visión universal de un

grupo marginado. Las obras de los dos escritores representan una denuncia social y

expresan el deseo de restituir el orden.

4 MÁRQUEZ, Gabriel García. La siesta del martes. Versión online: http://www.sololiteratura.com/ggm/marquezcuenlasiesta.htm 5 Op. cit.

101

El conflicto padre-hijo que ya he mencionado antes surge de una incapacidad

social que trae con sí misma frustraciones, rompe el contacto humano y hace más difícil

la comunicación. Y esto se puede notar en los diálogos que están llenos de frases cortas,

elípticas, que revelan la verdad pero al mismo tiempo la quieren esconder detrás de

frases incompletas y a veces monologadas: “Hablaba poco. Cada vez menos”. El

diálogo breve está interrumpido por muy cortos flashbacks que nos ayudan comprender

mejor y a reconstruir la historia, el acontecimiento previo y lo que va a suceder.

El diálogo es lo esencial y las imágenes son fuertes, impactantes; todo está

reducido al mínimo pero, a pesar de esto, sugieren casi todo lo que el lector debe saber.

Los cuentos consiguen condensar en unas cuantas páginas una profunda tragedia al

nivel personal y social, la tragedia personal superponiéndose a la del nivel global. Por

un lado tenemos la tragedia de una madre que quiere cumplir con su deber, es lo último

que puede hacer; y por otro lado tenemos el drama del padre que desea que su hijo se

cure físicamente y moralmente. Pero, él sabe que “volverá a sus malos pasos” como la

madre de Carlos Centeno sabe que ha perdido a su hijo para toda la vida; desde estos

dos puntos surge la verdadera tragedia.

Estos dos elementos destruyen la relación padre-hijo; la muerte y la falta de

comunicación, ambos causados por la pobreza, les impide ser como deberían. Y este

aspecto se puede percibir mejor en la relación de Ignacio con su padre; ellos se

necesitan uno al otro. Ignacio necesita a su padre para ser curado y por el otro lado, su

padre necesita los sentidos abiertos de su hijo porque, teniéndolo muy bien agarrado a

su espalda no puede ni ver, ni oír. En este momento el héroe salvador necesita ser

ayudado por el héroe corrupto.

Este deterioro de las relaciones paterno-filiales está simbolizado por la ausencia

del diálogo. Al principio, Ignacio le responde negativamente a su padre y luego calla y

llora. Esta ausencia de conversación sugiere la inutilidad del lenguaje en un mundo

dominado por la pobreza y por la supremacía de los ricos. Por eso, ellos dos no pueden

trabajar como pareja, ninguno puede guiar al otro.

102

El final de ambos cuentos invita al lector a pensar. El final es abierto en ambos

casos. Si La siesta del martes acaba con un acto de triunfo por parte de la mujer ―el

hecho de no esperar más, de salir, enfrentando a todo el pueblo que estaba en las

ventanas: “Tomó a la niña de la mano y salió a la calle”―, la obra de Juan Rulfo No

oyes ladrar los perros termina con la llegada a Tonaya, pero en este punto no sabemos

con seguridad si Ignacio aun está vivo o no:

Tuvo la impresión de que le aplastaba el peso de su hijo al sentir que las corvas se le

doblaban en el último esfuerzo. Al llegar al primer tejaban, se recostó sobre el pretil de la acera y

soltó el cuerpo, flojo, como si lo hubieran descoyuntado. Destrabo difícilmente los dedos con

que su hijo había venido sosteniéndose de su cuello y, al quedar libre, oyó cómo por todas partes

ladraban los perros.6

En ambas obras el final representa una mezcla de esperanza y muerte,

acentuando el sentimiento de confusión y de ambigüedad. Nada nos sugiere el hecho de

que el drama de los personajes está a punto de acabar sino que la situación va a

permanecer en una continua lucha por culpa de las circunstancias sociales.

Para concluir, La siesta del martes y No oyes ladrar los perros son dos obras

maestras que condensan, en pocas páginas que aparentemente no dicen nada (nada más

que lo visible) un tipo de omisión de lo fantástico, un tipo de saber callar las cosas que

implica no el hecho de nombrarlas sino de sugerirlas.

Aquí se cuenta sin dar demasiados detalles, solamente los suficientes para que el

lector atento y con experiencia llegue a entender que los dos hilos narrativos, donde no

parece suceder nada, son ejemplos de obras que no están escritas en líneas sino entre

ellas.

Aparentemente no hay nada de fantástico (en comparación con la forma en la

que estos autores nos lo han presentado hasta ahora) pero este nuevo tipo de fantástico

está tan bien escondido en la realidad que todo parece lo “más natural,” lo “más

normal” posible.

6 RULFO, Juan. No oyes ladrar los perros, versión online: http://www.sisabianovenia.com/LoLeido/Ficcion/NoOyesLadrar.htm

103

BIBLIOGRAFÍA:

FIDDIAN, Robin. La siesta del martes de G. G. Márquez, artículo en El cuento

hispanoamericano ante la crítica de Enrique Pupo-Walker, Editorial Castilla,

Madrid, 1995

MÁRQUEZ, Gabriel García. La siesta del martes. Versión online:

http://www.sololiteratura.com/ggm/marquezcuenlasiesta.htm

RULFO, Juan. No oyes ladrar los perros. Versión online:

http://www.sisabianovenia.com/LoLeido/Ficcion/NoOyesLadrar.htm

http://www.scribd.com/doc/37719505/No-Oyes-Ladrar-Los-Perros-Analysis

104

Ana-Maria CRISTEA

Estudiante de Master

Universidad “Alexandru Ioan Cuza” Iasi

Fetiche y espectáculo en las películas de Luis Buñuel1 Desde el cuerpo femenino fragmentado, fervorosamente acariciado por las manos del

protagonista de Un perro andaluz y hasta la imagen de la novia inmóvil, objeto de un

deseo incestuoso en Viridiana, la cinematografía de Buñuel parece atestada de fetiches

que corresponden generalmente a la mirada masculina. Partiendo de las ideas de Marx y

Freud, reinterpretadas por la feminista Laura Mulvey, intentaremos investigar la

construcción de imágenes fetichistas y el uso del cuerpo femenino como espectáculo en

las películas de Luis Buñuel.

En su artículo “Visual Pleasure and Narrative Cinema”, Laura Mulvey subraya

que el fetichismo corresponde a un mecanismo mediante el cual se puede anular la

angustia de la castración provocada por el cuerpo femenino. El concepto, según la

autora, remite en su sentido más amplio a una práctica más bien primitiva, siendo

vinculado principalmente a la fe y no a la razón. En su trabajo posterior, Fetichism and

Curiosity, la teórica indicará la importancia de esta idea que fue empleada tanto por

Marx, como por Freud, para cuestionar la racionalidad del pensamiento occidental, que

supuestamente había superado este tipo de creencias. Para ambos, el fetichismo se

relaciona con el concepto de “valor”, o para ser más exactos, con la acción de

sobrevalorar. Marx analiza el fetichismo de la mercancía, en el intento de entender

como unos valores abstractos acaban siendo atribuidos a ciertos objetos, y como se

anula el origen de éstos como productos del trabajo o como relaciones sociales. Por otra

parte, Freud publica en 1927 un ensayo dedicado a este tema, en el cual investiga como

el fetichismo “ascribes excessive value to objects considered to be valueless by common

consensus”2. El punto de convergencia entre las teorías de los dos autores mencionados

es el eroticismo como característica que llega a impregnar el fetiche. En Marx, el

fetichismo de la mercancía triunfa como espectáculo, transformando el objeto en

1 El presente artículo constituye un fragmento de la tesis titulada “Espectáculo y monstruosidad: la obra cinematográfica de Luis Buñuel desde una perspectiva feminista”, presentada en la Universidad Alexandru Ioan Cuza de Iasi, en la sesión de julio de 2011. 2 Atribuye un valor excesivo a los objetos generalmente considerados como sin valor (T. de la A.). Mulvey, Laura, Fetichism and Curiosity, Ed. BFI, Londres, 1996, p. 2.

105

imagen y creencia y otorgándole un aura más erótica que religiosa. Para Freud, el

fetiche nace de la angustia de la castración y funciona como sucedáneo para el objeto

considerado como ausente, el pene maternal. La ausencia, generalmente vinculada a una

herida, permanece de esta forma oculta bajo la máscara de “a phantasmatic topography,

a surface, or carapace”3 que reemplaza la imagen traumática con la belleza y el deseo.

El cine, según Mulvey, “can form a bridge between the commodity as spectacle and the

figure of woman on the screen.”4

El fetiche está presente en el cine de Buñuel desde su primera, -y quizás la más

comentada- película. En Un perro andaluz la representación de la mujer acata los

principios surrealistas, que implican simultáneamente la veneración y la cosificación del

cuerpo femenino, reafirmando en cierta medida el carácter de objeto de la mujer

señalado por Levi-Strauss y Luce Irigaray. En el proceso de seducción se revela un

enfrentamiento de poderes en el cual las manos del protagonista aparecen arrancando

repetidamente el vestido del personaje femenino y acariciando las distintas partes de una

mujer que está visualmente fragmentada. De hecho, incluso la escena más memorable

de la película presenta un fragmento del cuerpo femenino―el ojo de una mujer que es

cortado con una cuchilla. La imagen del ojo cortado fue interpretada de manera unánime

como una apertura a la perspectiva surrealista, que impone la renuncia a la mirada

convencional y la exploración de los contenidos subconscientes latentes. El que realiza

la mutilación es Buñuel mismo, que mediante su gesto reinvindica su protagonismo

artístico, mientras que la mujer parece mantenerse en una posición sumisa, pasiva.

Pese a la oposición inicial hombre activo/ mujer pasiva ―para emplear la

dicotomía de Mulvey―, a lo largo de Un perro andaluz se hará patente que el

protagonista masculino es el personaje marcado por la inercia. Salvo algunas

excepciones5, los críticos han interpretado la actitud del hombre como una incapacidad

de vencer su inhibición, su frustración y su sentimiento de culpabilidad inculcados a

3 Una topografía fantasmagórica, una superficie, un caparazón (T. de la A.). Ibidem, p.5. 4 Puede formar un vínculo entre el espectáculo como mercancía y la figura de la mujer como espectáculo en la pantalla (T. de la A.). Ibidem, p.8. 5 Por ejemplo, Phillip Drummond, quien en su artículo “Textual Space in Un chien andalou: Donkeys and Pianos” argumenta que las imágenes que aparecen en la película no remiten tanto al peso de la infancia, de la tradición, de la religión o de la educación del protagonista, sino más bien corresponden a unos elementos típicamente surrealistas: los trastornos narrativos, la experiencia onírica, la incongruencia, la ausencia de una determinada lógica y el infringimiento de los conceptos tradicionales de tiempo y espacio.

106

través de la educación católica y la imposición de la moral burguesa. Para reforzar esta

idea, se han señalado varios elementos clave. Por ejemplo, la presencia del motivo de la

mano, que tanto en la obra de Buñuel, como también en la de Dalí, remite a la idea de

masturbación y de vergüenza. Por otro lado, también es sugestiva la carga llevada por el

hombre en su intento de seducir a la mujer. Los curas arrastrados o el castigo que el

protagonista recibe posteriormente parecen señalar el peso de la educación católica,

mientras que la presencia de los pianos está vinculada al refinado mundo burgués, en el

cual la libre manifestación de los impulsos está prohibida. En el último “encuentro” con

la mujer, la boca del joven desaparece de repente, indicando de manera simbólica la

imposibilidad de concretar su deseo mediante el beso. Después, el vello axilar de la

protagonista queda trasladado al lugar que correspondía a la boca de su pretendiente y

de esta forma, se enfatiza la idea de afeminamiento.

Desde una perspectiva feminista, es interesante notar como el personaje al que se

le otorga el papel activo es la mujer. Frente a la reticencia del protagonista masculino,

ella decide abandonarlo para un amante más adecuado, al que encuentra esperándola

impacientemente en la playa. En un intento de reprocharle la tardanza, el nuevo

pretendiente estira el brazo para que la mujer pueda ver su reloj. En este momento la

cámara muestra - de manera fragmentada - la mano del nuevo pretendiente, cuyo puño

cerrado parece reflejar una masculinidad agresiva que contrasta con la inercia del

protagonista, indicada por su mano lisiada.

Los temas de la inhibición sexual y del deseo frustrado serán empleados

reiteradamente en las películas posteriores y casi siempre serán asociados a los impulsos

fetichistas.

Desde L’Âge d’or y hasta Diario de una camarera, se nota la presencia de unos

personajes ―masculinos generalmente― cuyo placer parece derivar del fetiche más

conocido empleado en la obra cinematográfica de Buñuel, el fetichismo de pies y

piernas. Él, por ejemplo, comienza con una escena en la que el protagonista masculino,

Francisco, observa un cura mientras éste está lavando los pies de unos monaguillos. Su

mirada, sobrepuesta a la perspectiva de la cámara, se desliza en la fila de pies desnudos,

hasta que se detiene en los zapatos de una mujer, para después ascender hacia las

piernas y finalmente llegar a la cara de Gloria, el personaje con el cual pronto se casará.

107

En Diario de una camarera, Monsieur Rabour preserva en un armario una colección de

zapatos y botas que Célestine calza, a petición suya. Mientras ella le está leyendo, el

hombre acaricia las botas, nombrándola Marie, para después exigirle que camine frente

a él. Posteriormente, Rabour es encontrado muerto en su cama, medio desnudo, con un

par de botas firmemente agarrado entre sus manos. En el caso de Monsieur Rabour y,

como indicaremos a continuación, también en el caso de don Jaime en Viridiana, los

diferentes artículos de la indumentaria femenina funcionan como sustituto de un antiguo

amor, pero al mismo tiempo parecen ocultar una amenaza, un recuerdo que vincula el

deseo a la muerte. Con respecto a Fernando, la situación es más compleja, ya que a lo

largo de la película se hace patente su miedo al contacto físico real con una mujer, el

fetiche constituyendo pues una alternativa más segura. Según la teoría freudiana que

trata el tema del fetiche, la excitación sexual del fetichista nunca puede llegar a

concretarse en una relación física. Los instintos perversos, libidinales conducen más

bien a un tipo de liberación sadomasoquista que se puede expresar mediante actos

violentos de uno mismo o en contra del objeto-fetiche, como veremos a continuación.

En Ensayo de un crimen, las “víctimas” de Archibaldo de la Cruz tienen un

palmario rasgo en común: se caracterizan por una belleza femenina estereotipada. Su

espléndido aspecto exterior confirma su estatuto de objeto del deseo destinado a

estimular la libido masculina. Richard Dyer, citado por Gutiérrez-Albilla, indica que la

preocupación por la superficie y del estilo generalmente puede tener una dimensión

subversiva en las políticas de representación.6 Usando su idea como punto de partida, se

podría deducir que la representación hiperbólica de las mujeres corresponde a una

reinterpretación paródica del excesivo interés por la representación de la feminidad.

Además, dada su perfección exterior, los personajes femeninos que rodean al

protagonista parecen anular la frontera entre lo natural y lo artificial. Una confirmación

de este aspecto es la asociación que se crea entre Lavinia y su maniquí. Buñuel mismo

parece indicar que sus identidades son intercambiables mediante las imágenes que

sobreponen la cara de Lavinia a la del maniquí. Archibaldo, en vez de castigar a la real

Lavinia, dirige su agresión hacia el maniquí, que, siendo arrastrado, pierde una pierna.

Cuando el protagonista coloca el maniquí desmembrado en su horno, hay una sucesión

de imágenes en las que la figura de Archibaldo que está mirando el siniestro espectáculo

6 Gutiérrez-Albilla, Julián Daniel, Queering Buñuel:Sexual Dissidence and Psychoanalysis in his Mexican and Spanish Cinema, Ed. Tauris, Londres, 2008, p.129.

108

por una ventanilla, alterna con un punto de vista insólito ―el del maniquí que se

encuentra en el horno. Los actos violentos de Archibaldo, incluso cuando son meras

fantasías, presentan un evidente componente fetichista y corresponden a unas reiteradas

puestas en escena de un trauma infantil. El protagonista intenta encontrar sucedáneos

del objeto perdido ―la madre- y, por lo tanto, necesita el cuerpo femenino para

materializar sus deseos narcisistas y masoquistas reprimidos.

Un caso peculiar es el de Los Olvidados, película que se basa en la denuncia de

la miseria dentro del marco histórico de una traumática y acelerada trayectoria mexicana

hacia la economía industrial moderna. Si la historia que se narra se centra en un grupo

de jóvenes marginados, es relevante para nuestro estudio la presencia de la madre que

en este caso corresponde a una figura muy controvertida. Se crea un palmario choque

entre esta representación fuertemente sexualizada y la figura maternal tradicional

mexicana. Desde el punto de vista exclusivamente visual es también relevante comentar

la manera en que Buñuel incorpora la iconografía religiosa en su película y la presencia

de un elemento novedoso en cuanto a la representación: la figura masculina como

objeto del deseo.

Cuando la madre de Pedro, uno de los protagonistas, va a visitarlo a la cárcel,

ella lleva un manto que cubre su pelo, lo que facilita una asociación con la sagrada

figura maternal de la Virgen, tal como está ilustrada en los cuadros religiosos. La madre

queda inconscientemente vinculada a la representación pictórica de la madonna, pese al

hecho de que en este caso no respeta el modelo tradicional del marianismo, empleado a

lo largo del tiempo en la polarización de los roles de género en la sociedad mexicana.

Pero Marta, la madre de Pedro, muestra su verdadera naturaleza en su interacción con su

hijo y sobre todo con Jaibo, quien se convertirá en su objeto del deseo. La figura

maternal en este caso está marcada por un aspecto glamoroso y una fuerte sexualidad,

elementos que son incompatibles con las representaciones tradicionales. La sutil e

irónica antítesis realizada visualmente entre santa y pecadora también aparece en

Tristana, cuando la cámara muestra a la protagonista desnudándose frente a uno de los

personajes masculinos, y después se centra en una secuencia de imágenes de la

inmaculada Virgen.

109

Quizás el ejemplo más relevante para nuestro análisis del fetichismo y de la

mujer como espectáculo lo constituye Viridiana. En la película, como anticipamos, don

Jaime intenta compensar la ausencia de su difunta esposa fetichizando los objetos que le

habían pertenecido. Para preservar viva su memoria, el hombre toca en el armonio la

música que le gustaba a su esposa y guarda su ropa, incluso su vestido de novia, en un

antiguo arcón de madera. En un intento de resucitar su presencia, el viejo patriarca

decide incluso ponerse los zapatos y el corsé que también pertenecieron a la difunta.

Pero la adoración casi religiosa de don Jaime revelará también una profunda frustración

sexual, mitigada solamente a través de la mirada. Este hecho se hace patente desde la

escena en que él observa detenidamente las piernas de una niña, Rita, que estaba

saltando a la comba.

La tentación de don Jaime aumenta con la llegada de su sobrina, Viridiana, que

prácticamente parece ser una réplica de la difunta esposa. La joven se convertirá pronto

en un objeto del deseo de su tío, quien usará su imagen para reconstruir paulatinamente

el recuerdo de su esposa. De manera paradójica, Ramona, la sirvienta de Don Jaime, es

la primera que expresa en voz alta su admiración por la belleza de la recién llegada.

Posteriormente, Don Jaime encuentra a Viridiana caminando dormida y, cuando ella se

sienta cerca del fuego, él logra divisar la parte inferior de su muslo, dejada al

descubierto. La atracción hacia su sobrina se intensifica hasta que él le convence de

ponerse el vestido de novia de su esposa, para después pedirle que se case con él. Tras

el rechazo de la joven, don Jaime ordena a Ramona introducir en su café una pócima

para dormir. Cuando Viridiana pierde la conciencia, la criada y su amo la llevan al

dormitorio y la colocan en la cama donde había muerto la señora de la casa. Cediendo a

la tentación, el hombre toca su pelo, la besa y empieza a desabrochar su vestido, casi

poniendo al descubierto su pecho. Cuando llega el momento de cumplir su deseo

abrumador, Don Jaime se aparta, invadido por lo que podría ser interpretado como un

agudo sentimiento de culpabilidad. Los remordimientos perseguirán al hombre hasta

que posteriormente éste se suicida, ahorcándose con la cuerda que había usado Rita.

También este objeto, que aparece reiteradamente a lo largo de la película, ha sido

interpretado como un fetiche, sobre todo por los mangos que aluden a la forma fálica.

Durante el perverso ritual de don Jaime, la cámara se centra en el vestido de

novia hecho de seda blanca y muy ceñido al cuerpo de Viridiana. El vestido acentúa su

110

figura, pero a la vez parece inmovilizarla. Según Gutiérrez-Albilla, el atuendo de la

protagonista funciona como una cuerda ―un motivo constante a lo largo de la historia

del personaje― y sirve como metáfora para revelar el fuerte vínculo entre el deseo y la

sujeción, la dominación y la sumisión, el amor y la muerte, el castigo y el placer

presentes en la película.7 Además, la figura inerte de Viridiana también podría ser

interpretada aplicando la perspectiva de Mulvey, quien considera que, a lo largo del

tiempo, la imagen de la mujer ha sido representada visualmente como un fetiche de la

“mercancía” social y psíquica tanto a nivel económico, como a nivel sexual. También

Viridiana parece existir “in a state of suspended animation, without depth or contex,

withdrawn from any meaning other than the message imprinted by their clothes, stance

or gesture.”8 Por lo tanto, su presencia puede ser interpretada como simple espectáculo

destinado a ser mirado e incluso consumido.

Desde el punto de vista de la mirada, la escena de la violación no perpetrada se

realiza mediante una compleja yuxtaposición de perspectivas. En una de las secuencias,

la cámara muestra una toma desde un ángulo superior, que corresponde a Rita. La

mirada inocente de la pequeña hija de la criada parece aumentar la connotación

profanatoria de la escena, revelando al mismo tiempo una curiosidad vinculada casi

unánimamente a los personajes femeninos. Es evidente, por lo tanto, la convergencia de

varias experiencias voyeuristas relacionadas al cuerpo inerte de Viridiana – la mirada

del tío y la del espectador, la perspectiva de la cámara y la de la niña. Con respecto a

este último detalle, es interesante mencionar que Mulvey, remitiendo al mito de

Pandora, argumenta en su estudio9 que la mirada femenina asociada a la curiosidad

difiere del impulso fetichista, dado su carácter activo y su vínculo a la acción de

descubrir, de revelar, pese a las posibles prohibiciones o peligros. El fetiche, sin

embargo, así como señalamos anteriormente, nace más bien de la negación de mirar y

del acto compensador de ocultar a través de un sustituto que, sin embargo, no deja de

remitir a la falta y a la castración, según Freud.

7 Gutiérrez-Albilla, Julián Daniel, Op. cit., p.60. 8 En un estado de muerte aparente, sin ninguna profundidad y ningún contexto, lejos de cualquier significado que no sea el mensaje sugerido por su indumentaria, su postura o sus gestos (T. de la A.). Mulvey, Laura, “Fears, Fantasies and the Male Unconscious”, en Mulvey, Laura, Visual and Other Pleasures, Ed. Macmillan, Basingstoke, 1989, p.7. 9 Mulvey, Laura, Op. cit., 1996, pp. 53-64.

111

Cabe subrayar que en la obra cinematográfica de Buñuel, el fetichismo no está

vinculado exclusivamente al imaginario masculino y por lo tanto, no concuerda con la

interpretación freudiana. En la refinada cena de L’Âge d’Or, la protagonista femenina,

en la ausencia de su pretendiente y frente a la imposibilidad de materializar su deseo,

comienza a besar frenéticamente el pie de una estatua, mientras que en Belle de jour,

Séverine alcanza la libertad sexual fantaseando ser atada y azotada. En ambos casos los

impulsos fetichistas de las protagonistas adquieren matices subversivos, contrastando

con el protocolario entorno. Las elegantes mujeres burguesas de L’Âge d’Or, aferradas a

los brazos de sus esposos, parecen cumplir más bien el papel de accesorios, sin tener

ninguna contribución real a las conversaciones de los hombres. Su belleza y su hermosa

indumentaria hacen a Séverine la esposa más elegante de toda la cinematografía de

Buñuel, pero desde la perspectiva de su marido, la perfección exterior la convierte en un

simple objeto, cuyos deseos él parece ignorar completamente.

En el caso concreto de Viridiana, si don Jaime intenta ocultar sus angustias a

través de los objetos de su esposa y de la fragmentación del cuerpo femenino, Viridiana

también manifiesta sus inhibiciones a través de la adoración de los objetos religiosos

que trae del convento ―el crucifijo, la corona de espinas, un martillo y unos clavos.

Para Gwynne Edwards, el bagaje religioso de Viridiana es similar a la carga pesada que

aparece en Un perro andaluz, obstaculizando las acciones del protagonista masculino10.

Según el autor antes mencionado, incluso en el caso de Viridiana existe una represión

sexual, palmariamente reflejada en su actitud frente a los objetos con forma fálica.

Cuando una criada le anima ordeñar una vaca, la sensación de la tetilla de la ubre le

hace sentir incómoda y retira su mano. Posteriormente, cuando uno de los mendigos que

se habían apoderado de la casa trata de violarla, la joven opone resistencia y en el

intento de escapar agarra el mango de la cuerda llevada por el atacador alrededor de su

cintura. De nuevo, el contacto con la forma fálica supone un choque y, por consiguiente,

Viridiana se desmaya.

Los fetiches de don Jaime parecen servir para evocar el recuerdo de su difunta

esposa, pero también los objetos religiosos de Viridiana remiten a la adoración de un

cuerpo ausente ―el de Jesucristo. Para Gutiérrez-Albilla, la alternancia de los planos

10 Edwards, Gwynne, A Companion to Luis Buñuel, Ed. Tamesis, Nueva York, 2005, pp. 67-68.

112

que muestran al viejo patriarca tocando el armonio y a su sobrina rezando, unidos por el

fondo musical, enfatiza la existencia de un vínculo psicológico entre los dos personajes.

Ambos parecen inmersos en la adoración de una entidad ausente, lo que para el crítico

funciona como indicio de una actitud masoquista común.11

El masoquismo ha sido generalmente identificado como una actitud típicamente

femenina. Conforme con la psicopatología de Freud, el acto masoquista corresponde a

una agresión dirigida hacia el propio ser que surge del mismo impulso sexual que el

sadismo. Las dos manifestaciones difieren, sin embargo, por la pasividad que supone el

masoquismo y la agresividad característica del sadismo. Los primeros impulsos del niño

tienen carácter sádico, es decir, su agresividad está orientada hacia el exterior. Sin

embargo, el desarrollo del Superyó mediante la interiorización de la ley del padre

supone un proceso de represión12 que lleva al niño a desarrollar una necesidad de

aplicarse un castigo interior. Si para Deleuze la reinterpretación de la teoría freudiana

del masoquismo otorga el papel central a la madre y cuestiona la imagen del padre

como autoridad represiva, la feminista Kaja Silverman ve en la actitud masoquista un

tipo de regreso al placer pre-edípico que anula la autoridad patriarcal y, por

consiguiente, las diferencias sexuales esenciales en la construcción del Superyó.

En Viridiana, los masoquistas ―masculinos y femeninos― se someten al

sufrimiento y a la humillación mediante la introyección de un objeto perdido, en el caso

de la figura patriarcal, y del cuerpo de Jesucristo, en el caso de Viridiana. Según la

teoría de Silverman, de esta forma se abre para los personajes la posibilidad de subvertir

los roles de género tradicionales y se desafía la moral social dominante.

En otra escena clave de la película, en que se recrea de manera irónica La última

cena de da Vinci, vuelve a manifestarse la subversión del género, esta vez con respecto

a la autoría artística. En Un perro andaluz y en la mayoría de las películas posteriores,

se hace patente que la mirada situada detrás de la cámara es masculina, es decir, la

perspectiva dominante es la de un director masculino. En Viridiana, sin embargo,

cuando los mendigos posan alrededor de la mesa, imitando a los doce apóstoles, la que

se atribuirá el papel del “pintor” (masculino) será Enedina, una mujer socialmente

11 Gutiérrez-Albilla, Julián Daniel, Op. cit., pp. 68-69. 12 Se trata del complejo de Edipo que supone una aspiración libidinal hacia los progenitores.

113

marginada. En un intento de imprimir a la sagrada escena un toque de modernidad, ella

reemplaza el lienzo del pintor con lo que al principio parece ser una cámara fotográfica.

Pero a la hora de inmortalizar la escena, Enedina levanta de repente su falda, fingiendo

tomar la foto con las partes pudendas. En su análisis de la secuencia, Marsha Kinder

interpreta el gesto de Enedina desde el punto de vista de las políticas sexuales. De esta

forma, Enedina problematiza el concepto tradicional de voyeurismo masculino y hace

confluir las dos partes vinculadas a la mirada ―el voyeurismo y el exhibicionismo.13

En esta escena, la posición espacial de Enedina coincide con la posición

simbólica del director que mira a los personajes sentados en la mesa. La cámara se

encuentra detrás de Enedina, de forma que nuestra mirada se sobrepone a las del

personaje y del director. Para Gutiérrez- Albilla la identificación entre el personaje

femenino y el director adquiere una connotación transgresiva, dado que la imagen de

Enedina se convierte en un tipo de cuerpo travestido, que funciona en contra de las

diferencias innatas que constituyen la base de la ideología patriarcal y heterosexual. La

idea del travestismo es anticipada de hecho a través de don Jaime que prueba los

zapatos y el corsé de su esposa y del mendigo que decide ponerse el vestido de novia

que anteriormente había sido llevado por Viridiana.

La antinomia hombre mayor/mujer más joven empleada en Viridiana, reaparece

en las últimas dos películas de Buñuel, Tristiana y Ese oscuro objeto del deseo. Cabe

mencionar desde el principio que en ambos casos se trata de “un oscuro objeto del

deseo”. En la película denominada justamente así, Conchita ―la protagonista― es

presentada como una mezcla de inocencia y voluptuosidad, atributos contrastantes, que

sirven para atraer y frustrar a Mathieu y que remiten a la oposición tradicional

virgen/mujer inmoral. Cuando éste va a visitarla en París, ella lo recibe sentada de

manera provocativa en el sofá ―tiene las manos detrás de la cabeza y las piernas

separadas― pero la expresión de la cara es completamente inocente. Entre sus muslos

se encuentra una caja, de la que saca un caramelo que coloca en la boca de Mathieu con

sus delicados dedos. La presencia de la caja no es casual. Es un motivo que aparece

también en Un perro andaluz y en Belle de jour y puede ser interpretado como un eco

13 Kinder, Marsha, Blood Cinema: The Reconstruction of National Identity in Spain, Ed. University of California Press, Berkeley, 1993, p. 316.

114

de la misteriosa caja de Pandora, que, según Mulvey, es una metáfora que remite a los

aspectos del cuerpo femenino que despiertan la angustia masculina14.

Conchita encarna la mujer provocativa, origen de una terrible frustración para

Mathieu. La joven aparece bailando para él y desnudándose en su presencia, pero

rechaza el contacto físico con el hombre. Quizás la imagen más sugestiva es la de la

mujer llevando un cinturón de castidad que impide a Mathieu a forzarla. Si en los casos

analizados anteriormente, el deseo frustrado surgía de una barrera psíquica, en este caso

no se trata de inercia, sino más bien de la negación de la mujer de concretar el deseo

masculino. De esta forma, el cuerpo femenino se convierte en un espectáculo sádico, al

que Mathieu puede simplemente admirar desde lejos.

Don Lope, el protagonista de Tristana, no está sometido a las mismas

humillaciones que Mathieu, pero su destino tampoco es más afortunado. Visiblemente

atraído por la joven, el hombre renuncia al papel de tutor para convertirse en su

pretendiente. Como en el caso de Viridiana o Conchita, el viejo patriarca será

reiteradamente perturbado ante la vista del cuerpo femenino. En una secuencia que

parece remitir a la escena de Viridiana, don Lope va al cuarto de Tristana, que había

despertado de una pesadilla, e intenta tranquilizarla. La joven lleva un camisón

relativamente escotado y al notar la blancura de su pecho, el viejo patriarca muestra un

repentino cambio de actitud y, como don Jaime, se retira precipitadamente del cuarto.

Pero si para don Jaime la cercanía de Viridiana provoca un profundo sentimiento de

culpabilidad e incluso de pánico que solamente se puede anular mediante el suicidio,

don Lope no vacila en convertir a Tristana en su amante. Posteriormente, cuando la

pareja recién formada se dirige hacia el dormitorio de don Lope, la cámara sigue sus

pasos de manera voyeurista. El espectador ve como Tristana empieza a desnudarse,

mientras que don Lope saca afuera el perro que estaba en la cama. La expulsión del

perro va seguida simbólicamente del cierre de la puerta y el espectador solamente

alcanza ver el muslo desnudo de la protagonista, imagen con la que acaba su

experiencia voyeurista.

14 Mulvey, Laura, Op. cit., 1996, p. 61.

115

En su interacción con los demás personajes, don Lope se muestra liberal,

anticlerical y anarquista, pero la supuesta liberalidad no se aplica en el caso de Tristana.

Pese a algunos accesos de rebeldía, cualquier intento de escapar de la presencia posesiva

de su tutor se muestra inútil desde el momento en que a la mujer se le amputa una

pierna, como un castigo simbólico de sus impulsos de emancipación. La mutilación

desencadena su agresividad y Tristana, como Conchita, llega a concientizar y a usar su

poder frente a don Lope y a su criado, Saturno.

La escena que quizás mejor refleja la nueva actitud dominante de la protagonista

la presenta estando de pie en su balcón, mientras que Saturno la mira desde abajo.

Tristana abre su bata, de forma que su criado pueda ver su cuerpo desnudo y mutilado.

La posición de los personajes y la alternancia de tomas desde un ángulo superior e

inferior indican palmariamente la jerarquía que se establece ―Tristana es la tirana y el

joven, como también don Lope, son meros esclavos. El espectador solamente puede ver

la cara pálida de la protagonista y su sonrisa sardónica, pero intuye la perturbadora

imagen de su cuerpo, ya que en la secuencia anterior la cámara había mostrado su pierna

postiza estando en la cama. El elemento abyecto de la escena no es tanto la ausencia de

la pierna, sino más bien la actitud diabólica de Tristana, que llegará al clímax con la

muerte de don Lope.

La marcada subjetividad masculina que compone la voz predominante en el cine

de Buñuel ha constituido un objeto de estudio en reiteradas ocasiones. La mirada

masculina parece dominar su obra cinematográfica, aspecto que justifica en cierta

medida la abundancia de imágenes fetiche. Empleando, sin embargo, un enfoque

feminista e incluso queer se puede señalar la presencia de unos indicios que apuntan a la

existencia de un subtexto fílmico que permite una interpretación subversiva. Dicho de

otra forma, es esencial subrayar que aparte de los elementos cinematográficos

deliberadamente empleados en la construcción de una película, siempre existen detalles

incluidos de manera inconsciente que pueden proporcionar una perspectiva que

constraste con la intención inicial del autor. De esta forma, las figuras femeninas

creadas por Buñuel pueden constituir de manera simultánea la fuente del espectáculo y

de la monstruosidad, dando lugar a una frontera entre las dos dimensiones sumamente

permeable.

116

BIBLIOGRAFÍA:

DELEUZE, Gilles, “Coldness and Cruelty”, in Masochism, trad. Jean McNeil, ed. Zone

Books, Nueva York, 1977

EDWARDS, Gwynne, A Companion to Luis Buñuel, Ed. Tamesis, Nueva York, 2005

GUTIÉRREZ-ALBILLA, Julián Daniel, Queering Buñuel:Sexual Dissidence and

Psychoanalysis in his Mexican and Spanish Cinema, Ed. Tauris,

Londres, 2008

IRIGARAY, Luce, The Sex Which Is Not One, Ed. Cornwell University, Ithaca, 1985

KINDER, Marsha, Blood Cinema: The Reconstruction of National Identity in Spain, Ed.

University of California Press, Berkeley, 1993

MULVEY, Laura, Visual and Other Pleasures, Ed. Macmillan, Basingstoke, 1989

MULVEY, Laura, Fetichism and Curiosity, Ed. BFI, Londres, 1996

SILVERMAN, Kaja, Male Subjectivity at the Margins, Ed. Routledge, Nueva York,

1992

FILMOGRAFÍA:

Los olvidados (Luis Buñuel) Ultramar Films, 1950

Viridiana (Luis Buñuel) Gustavo Alatriste and Uninci Films 59, 1961

Ensayo de un crimen (Luis Buñuel) Alianza Cinematográfica, 1955

Él (Luis Buñuel) Ultramar Films, 1952

Ese obscuro objeto del deseo (Luis Buñuel) Les Films Galaxie, Incine, 1977

Tristana (Luis Buñuel) Época Films, 1970

Belle de Jour (Luis Buñuel) Paris Film Production, 1966

Diario de una camarera (Luis Buñuel) Ciné-Alliance, 1964

Un perro andaluz (Luis Buñuel) Luis Buñuel, 1929

L’Age d’Or (Luis Buñuel) Vizconde de Noailles, 1930

117

Cristina BLEORŢU

Estudiante de Master

Universidad “Alexandru Ioan Cuza” Iaşi

Reseña sobre el artículo de Francisco Matte Bon, “Comparar lenguas y

fenómenos lingüísticos en la enseñanza de lenguas extranjeras”

El autor de este artículo ha ido aquilatando sus conocimientos lingüísticos durante

largos años de docencia del español como lengua extranjera. También tiene una amplia

experiencia como formador de profesores de español e italiano como lenguas

extranjeras y como autor de materiales didácticos para la enseñanza del español y del

italiano. Por ello este artículo viene a llenar algunas de las lagunas existentes en los

estudios de la lingüística contrastiva, estudios que consisten en hacer comparaciones

entre distintas lenguas o diferentes fenómenos dentro del mismo idioma, tanto en el

ámbito teórico (en este artículo) como práctico más tarde, en la segunda parte del

artículo que salió en el boletín de ASELE de noviembre de 2005.

De hecho, con Comparar lenguas y fenómenos lingüísticos en la enseñanza de

lenguas extranjeras, Francisco Matte Bon, en el marco de la lingüística contrastiva,

siguiendo la línea que desarrolla Carabela en La lingüística contrastiva en la enseñanza

de E/LE y enfrentándose al análisis de errores, consigue una nueva propuesta, exenta de

tecnicismos y dedicada a una audiencia de no especialistas.

La estructura de este artículo responde a la manera de enseñar del autor: es

densa, minuciosa, progresiva y ante todo exhaustiva, aunque Francisco Matte Bon no se

propone agotar el tema, sino abrirlo. Se divide en seis partes que responden a los

siguientes contenidos: fenómenos lingüísticos existentes en la enseñanza de lenguas

extranjeras, la necesidad de las comparaciones entre idiomas, los lugares de la

comparación, las modalidades, los fenómenos que se comparan y los retos para el

futuro. De hecho, a través de estos contenidos se avanza poco a poco desde ideas de

índole más general hasta aspectos concretos.

118

El objetivo de este trabajo está claro y lo expone con precisión el autor en su

introducción: la función que desempeña el análisis contrastivo entre dos lenguas o

dentro de la misma lengua entre fenómenos distintos.

En la primera parte que sirve de introducción del artículo, se presentan una serie

de consideraciones generales sobre el recorrido de la lingüística contrastiva en la

historia, sobre lo que ha habido con anterioridad, repasando los modelos de gramática-

traducción y de los enfoques estructurales, con el fin de demostrar la importancia de las

comparaciones en la enseñanza de las lenguas; si bien hoy en día las actividades

didácticas a veces se diseñan en función de la nacionalidad de los aprendices, lo cierto

es que la lingüística contrastiva empezó a desempeñar un papel importante antes,

aunque pasó por períodos críticos, por ejemplo cuando se consideró que confundía a los

aprendices, en vez de ayudarlos a aprender con mayor facilidad. Sin embargo, nunca se

explicitaron los métodos utilizados, aunque a veces se hizo referencia a la comparación

sistemática a priori o a los sistemas lingüísticos implicados.

Partiendo de la idea de que la lingüística contrastiva es una disciplina que aún

está sin una metodología de comparación adecuada, Francisco Matte Bon realiza un

examen crítico de este recorrido, analizando las distintas perspectivas que se adoptaron

a lo largo del tiempo. Asimismo, presta especial atención al desarrollo metodológico de

dicha lingüística y a la función que ha venido desempeñado en las diferentes épocas,

criticando el análisis de errores.

La segunda parte está dedicada exclusivamente a los motivos que llevaron al

autor reflexionar sobre este tema. De hecho, esos motivos son dos: por una parte, el

diseño de los ejercicios de gramática en los manuales y, por otro lado, el papel

importante que puede desempeñar la lingüística contrastiva en la adquisición de lenguas

extranjeras. El autor critica que en las gramáticas la lengua no se describe en su

totalidad, sino de una manera asistemática, mientras que las comparaciones en la

enseñanza de lenguas parecen diseñadas sólo para prevenir errores, y propone que el

análisis contrastivo se realice desde otra perspectiva.

El artículo sigue con los lugares de la comparación. Constituye una

recapitulación de lo dicho anteriormente y una reflexión sobre los materiales que tienen

119

como base de su diseño las comparaciones entre idiomas: libros de texto, diccionarios

bilingües, libros de gramáticas para extranjeros, trabajos monográficos y estudios de

estilística comparada. Francisco Matte Bon considera que una herramienta útil para

comparar dos lenguas podrían ser los diccionarios, tanto bilingües, como monolingües.

Sin embargo, los estudios de este tipo están muy poco desarrollados.

En cuanto a los materiales, el autor elige las gramáticas para aprendices de

lenguas extranjeras. Se centra más bien en las comparaciones que aparecen entre la

lengua de partida y el español, destacando que normalmente estas gramáticas suelen ser

explícitas, puesto que están dirigidas a un público no vernáculo y, de ese modo, se

amplía la posibilidad de los aprendices de una mejor comprensión lectora.

Siguiendo en esta línea, la cuarta parte gira en torno al análisis de la estructura

de algunos libros de gramática para destacar algunos problemas, como la presencia de

enfoques distintos que no responden a ningún método adecuado: en algunas gramáticas

se insiste en las descripciones de la lengua de partida (lo que lleva a los alumnos pensar

que la gramática de la lengua extranjera es idéntica a su gramática), en otras en la

gramática del español, mientras que otras gramáticas recurren a la traducción. Por eso,

las diferencias entre unas y otras gramáticas estarían en cómo abordan las

comparaciones entre la lengua de partida y la lengua meta.

No obstante, cabe destacar que Francisco Matte Bon en este apartado hace una

propuesta; considera que es muy importante que se haga primero una reflexión sobre el

sistema gramatical de la lengua vernácula para pasar después al sistema de la lengua

meta.

Algo muy característico de estas gramáticas es la presentación de los elementos

idénticos del sistema gramatical de la lengua nativa y del español o de los principales

fenómenos gramaticales del español y sus equivalentes en el otro idioma. Si a lo largo

del artículo el autor ha ido desgranando lo que se puede y lo que no se puede hacer en la

comparación de lenguas, en este apartado defiende la comparación de fenómenos

distintos entre dos lenguas. Por eso, propone, por ejemplo, que se estudie un fenómeno

lingüístico que existe en la lengua vernácula de los aprendices y no existe en el español

para que ellos puedan ver los equivalentes posibles de ese fenómeno en español. De esta

120

manera, aprovechan un fenómeno de su lengua materna para acercarse a otro u otros

fenómenos del español.

La conclusión con la que Francisco Matte Bon pone fin a este artículo insiste en

la necesidad de utilizar el análisis contrastivo en la enseñanza de idiomas no sólo para

resolver problemas, sino para aprender una lengua mediante este método. Su postura,

sin embargo, incide en la adaptación de la comparación de lenguas en la adquisición de

un idioma que atienda a las necesidades del alumno, fomentándose la autonomía de

éste.

Por último, y no por ello menos importante, el artículo se cierra con una

selección bibliográfica de obras fundamentales de referencia, con una lista de lecturas

recomendadas que el autor divide en gramáticas contrastivas, obras de carácter general,

obras de análisis de la lengua y algunos trabajos que se centran en el papel que

desempeña la gramática en el aula de lenguas extranjeras. También propone una lista de

lecturas complementarias.

La exposición clara de los contenidos hace que la lectura sea ágil y que la

información ofrecida aparezca de forma precisa y accesible para el lector. Quizá podría

objetarse la presencia de numerosas notas al pie de página que a veces impiden al lector

que siga el hilo del artículo.

Pese a estos defectos menores, el artículo es el producto de una tarea que

requirió esfuerzo por parte del autor y, además, cumple con los objetivos que se

propuso: una propuesta sobre la metodología que debe utilizarse en las comparaciones

de las lenguas que puede resultar una importante aportación para el ámbito de la

enseñanza de lenguas extranjeras.

121

BIBLIOGRAFÍA:

MATTE BON, Francisco (2005). “Comparar lenguas y fenómenos lingüísticos en la

enseñanza de lenguas extranjeras”. En: Boletín de la Asociación para la

Enseñanza del Español como Lengua Extranjera, 32, 11-24.

122

TALLER DE TRADUCCIÓN

Simona POPA

Estudiante de Master

Universidad de Bucarest

TRADUCCIÓN del RUMANO al ESPAÑOL

Englezeşte Fără Profesor

Comedie Inedită Într-un Act

Matei Vişniec

Scena IV

(fragment)

Doamna şi domnul Smith intrǎ prin uşa din dreapta, fǎrǎ nici o schimbare în

îmbrǎcǎminte.

D-na Smith: Bunǎ seara, iubiţi prieteni! Iertaţi-ne cǎ ne-aţi aşteptat aşa de mult. Am

socotit cǎ trebuie sǎ vǎ dǎm toatǎ cinstea cuvenitǎ şi, când am auzit cǎ ne faceţi plǎcerea

sǎ ne vizitaţi pe neaşteptate ne-am repezit sǎ ne îmbrǎcǎm în ţinutǎ de searǎ.

Dl. Smith: N-am mâncat toatǎ ziua. Vǎ aştept de patru ceasuri. De ce aţi întârziat aşa de

mult?

(Doamna şi domnul Smith se aşeazǎ în faţa musafirilor. Conversaţia începe. Pendula

bate foarte tare subliniind replicile, de fiecare datǎ)

D-na Martin: Eu pot sǎ cumpǎr un briceag pentru fratele meu, dar dumneata nu poţi

cumpǎra oraşul Londra pentru tatǎl dumitale.

Dl. Smith: Cu picioarele poţi merge dar te încǎlzeşti mai bine cu electricitate sau cu

cǎrbuni.

Dl. Martin: Cine vinde azi un bou, mâine capǎtǎ un ou.

D-na Smith: Învǎţǎtorul învaţǎ pe copii, dar pisica îşi alǎpteazǎ puii când sunt mici.

D-na Smith: Şi vaca ne dǎ cozile sale.

Dl. Smith: Când sunt la ţarǎ, îmi place sǎ fiu singur şi liniştit.

Dl. Martin: Nu eşti încǎ destul de bǎtrân pentru aceasta.

123

D-na Smith: Peter are dreptate: nu eşti aşa de liniştit cum este el.

D-na Smith: Care sunt cele şapte zile ale sǎptǎmânii?

Dl. Smith: Monday, Tuesday, Wednesday, Thursday, Friday, Saturday, Sunday.

Dl. Martin: Edward is a clerck; his sister Nancy is a typist, and his brother William a

shop assistant.

D-na Smith: Drôle de famille!

D-na Martin: Mai bine o pasǎre pe câmp decât un ciorap într-un copac.

Dl. Smith: Mai bine o leasǎ într-o casǎ decât o plasǎ într-o rasǎ.

Dl. Martin: Casa unui englez este adevǎratul sǎu castel.

D-na Smith: Nu ştiu încǎ destul spanioleşte ca sǎ pot sǎ mǎ fac înţeleasǎ.

D-na Martin: Ţi-aş da papucii soacrei mele dacǎ-mi dai coşciugul soţului tǎu.

Dl. Smith: Caut un preot armean ca sǎ-l însor cu servitoarea noastrǎ.

Dl. Martin: Fagul este un copac în timp ce fagul este un copac, iar stejarul un stejar

rǎsare. Dmineaţa în zori.

D-na Smith: Unchiul meu locuieşte la ţarǎ dar pe moaşa ta n-o priveşte.

Dl. Martin: Hârtia este pentru scris, pisica este pentru şoarece, brânza este pentru

zgâriat.

D-na Smith: Automobilul fuge repede dar bucǎtǎreasa gǎteşte mai bine.

D-na Martin: Podul este sus, pivniţa este jos.

Dl Smith: Nu te tot uita la curci mai bine pupǎ-l pe primar.

Dl. Martin: Charity begin at home.

D-na Smith: Aştept sǎ-mi vinǎ apeductul la moarǎ.

Dl Martin: Mai multe foi mai ieftin, o dovadǎ cǎ progresul social este mai bun cu

zahǎr.

Dl. Smith: Cremǎ de ghete!

(Dupǎ aceastǎ replicǎ a domnului Smith, ceilalţi rǎmân o clipǎ încremeniţi. Se simte cǎ

o enervare pluteşte în aer. Bǎtǎile pendulei sunt şi ele enervante. Replicile ce urmeazǎ

trebuiesc spuse mai întâi pe un ton rece, supǎrat. Ostilitatea şi apoi enervarea cresc

treptat. La sfârşitul scenei, cele patru personaje se vor gǎsi în picioare, aproape de tot

unii de alţii, ţipându-şi replicile, gata sǎ se ia la pǎruialǎ)

Dl. Martin: Cu crema de ghete nu-ţi lustrui ochelarii.

D-na Smith: Da, dar cu banii pot cumpǎra orice.

Dl. Smith: Mai bine sǎ omori o gǎinǎ decât sǎ te plimbi în grǎdinǎ.

124

Dl. Smith: Castraveţi, castraveţi, castraveţi, castraveţi, castraveţi, castraveţi, castraveţi,

castraveţi, castraveţi, castraveţi, castraveţi, castraveţi, castraveţi, castraveţi.

D-na Smith: Întâi cucoanele, întâi cucoanele, întâi cucoanele, întâi cucoanele, întâi

cucoanele, întâi cucoanele, întâi cucoanele, întâi cucoanele, întâi cucoanele, întâi

cucoanele, întâi cucoanele, întâi cucoanele, întâi cucoanele, întâi cucoanele!!!

Dl. Martin: Întâi cuptoarele, întâi cuptoarele, întâi cuptoarele, întâi cuptoarele, întâi

cuptoarele, întâi cuptoarele, întâi cuptoarele, întâi cuptoarele, întâi cuptoarele, întâi

cuptoarele, întâi cuptoarele, întâi cuptoarele, întâi cuptoarele, întâi cuptoarele!!!

Dl. Smith: Nasul cu muci, câinii cu purici!

D-na Martin: Apǎ de dinţi!

D-na Smith: Cacodilat!

Dl. Martin: Mai bine fac un ou decât sǎ fur un bou!

Dl. Smith: Obrazul subţire, n-are mǎsline!

D-na Martin (gura larg cǎscatǎ): A! O! Ha! Ho! Lasǎ-mǎ sǎ scrâşnesc între dinţi!

D-na Smith: Ochiul sǎ-ţi putrezeascǎ!

Dl. Martin: Turcul sǎ plǎteascǎ!

Dl. Smith: Am sǎ mǎ mut în altǎ casǎ!

D-na Martin: Casǎ, cǎcasǎ, casǎ, cǎcasǎ, casǎ, cǎcasǎ, casǎ, cǎcasǎ, casǎ, cǎcasǎ, casǎ,

cǎcasǎ, casǎ, cǎcasǎ, casǎ, cǎcasǎ, casǎ, cǎcasǎ, casǎ, cǎcasǎ, casǎ, cǎcasǎ, casǎ, cǎcasǎ,

casǎ, cǎcasǎ!!!

D-na Smith: Nu muşca de undeva!

Dl. Martin: Nu mişca de undeva!

Dl. Smith: Nu muşca de unde mişti, nu mişca de unde muşti!

D-na Martin: Musca mişcǎ!

D-na Smith: Mişcǎ musca!

Dl. Martin: Muşte mişcaţi!

Dl. Smith: Muştele muşcǎ muşcata!

D-na Martin: Musca muşcǎ muşcata ta!

D-na Smith: Muşca-ţi-ar musca muşchiul!

Dl. Martin: Domnule Smith, eşti muşchiu muşcat!

Dl. Smith: Domnule Martin, mustul musteşte!

D-na Martin: Doamnǎ Smith, muştele mustesc în muşchiul muşcat.

D-na Smith: Doamnǎ Martin, muşcǎ musca mişcǎ muşcata muşchiul musteşte.

Dl. Martin: Martin!

125

Dl. Smith: Smith!

D-na Martin şi dl. Smith: Martin Smith!

D-na Smith şi dl. Martin: Smith Martin!

D-na Martin şi dl. Smith: Smith Martin!

D-na Smith şi dl. Martin: Martin Smith!

D-na Martin: Bolborosule, bolboroaso! Bolboroşilor!

D-na Smith (între dinţi): Khrishnamurti, Khrishnamurti, Khrishnamurti!

Dl. Smith: Popa pârlitul, pârlitul popii!

D-na Martin: Bazdrag, bâzâg, buzeşti!

D-na Smith: Hiudum burum!

Inglés sin Profesor

Comedia Insólita en un Acto

Matei Vişniec

Escena IV

(fragmento)

La señora y el señor Smith salen por la puerta de la derecha, sin haberse cambiado de

ropa.

Sra. Smith: ¡Buenas noches, queridos amigos! Perdónennos por haberles hecho esperar

tanto. Hemos considerado que debíamos concederles todo el honor que merecen y

cuando oímos que nos habían otorgado el gran placer de visitarnos sin avisar, nos

apresuramos a vestirnos de etiqueta.

Sr. Smith: No hemos comido en todo el día. Los estamos esperando desde hace cuatro

horas. ¿Por qué han tardado tanto?

(La señora y el señor Smith se sientan en frente de la visita. La conversación empieza.

Las campanadas del reloj de péndulo se oyen muy fuertes marcando cada réplica.)

Sra. Martin: Yo puedo comprar una navaja de bolsillo para mi hermano, pero Usted no

puede comprarle la ciudad Londres a su padre.

Sr. Smith: Se puede andar a pie, pero es mejor calentarse con electricidad o carbón.

Sr. Martin: Quien vende hoy la onza, mañana recibe la arroba.

126

Sra. Smith: El profesor enseña a los niños, pero la gata amamanta a sus crías de

pequeñas.

Sra. Smith: Y la vaca nos da sus rabos.

Sr. Smith: Cuando estoy en el campo, me gusta estar solo y tranquilo.

Sr. Martin: Aún no estás suficientemente viejo para esto.

Sra. Smith: Peter tiene razón: no eres igual de tranquilo que él.

Sra. Smith: ¿Cuáles son los siete días de la semana?

Sr. Smith: Monday, Tuesday, Wednesday, Thursday, Friday, Saturday, Sunday.

Sr. Martin: Edward is a clerck; his sister Nancy is a typist, and his brother William a

shop assistant.

Sra. Smith: Drôle de famille!

Sra. Martin: Mejor pájaro en el campo que calcetín en el árbol.

Sr. Smith: El vino vino, pero el vino no vino vino. El vino vino vinagre.

Sr. Martin: La casa de un inglés es su verdadero castillo.

Sra. Smith: Todavía no sé suficiente español para hacerme entender.

Sra. Martin: Te mandaría a freír espárragos si me mandaras el ataúd de tu esposo.

Sr. Smith: Busco a un pope armenio para casarlo con nuestra sirvienta.

Sr. Martin: El haya es un árbol mientras que el haya es un árbol, y del roble sale el

roble. Por la mañana al amanecer.

Sra. Smith: Mi tío vive en el campo pero esto no es asunto de la madre que te parió.

Sr. Martin: El papel es para escribir, el gato es para los ratones y las uñas son para

comérselas.

Sra. Smith: El automóvil corre a toda velocidad pero la cocinera cocina mejor.

Sra. Martin: El desván está arriba, el sótano está abajo.

Sr. Smith: Deja de mirar a las musarañas, mejor besa al alcalde.

Sr. Martin: Charity begin at home.

Sra. Smith: Habrá un día agua también para mi molino.

Sr. Martin: Cuanto más hojas más barato, prueba de que las cosas van mejorando con

azúcar…

Sr. Smith: ¡El betún!

(Después de esta réplica del señor Smith, los demás se quedan petrificados por un

momento. Se siente un malestar en el aire. Las campanadas del reloj de péndulo son

también irritantes. Las réplicas que siguen se deben decir primero en un tono frío,

enojado. La hostilidad y la irritación siguen creciendo. Al final de la escena, los cuatro

127

personajes se hallarán de pie, muy cerca unos de los otros, gritando sus réplicas, a

punto de tirarse de los pelos.)

Sr. Martin: Con betún no le sacas brillo a tus gafas.

Sra. Smith: Sí, pero con el dinero puedo comprar todo.

Sr. Smith: Mejor matar a la gallina, que pasar por la cocina.

Sr. Smith: Los pepinos, los pepinos, los pepinos, los pepinos, los pepinos, los pepinos,

los pepinos, los pepinos, los pepinos, los pepinos, los pepinos, los pepinos, los pepinos,

los pepinos.

Sra. Smith: ¡¡¡Primero las damas, primero las damas, primero las damas, primero las

damas, primero las damas, primero las damas, primero las damas, primero las damas,

primero las damas, primero las damas, primero las damas, primero las damas, primero

las damas, primero las damas!!!

Sr. Martin: ¡¡¡Primero las ramas, primero las ramas, primero las ramas, primero las

ramas, primero las ramas, primero las ramas, primero las ramas, primero las ramas,

primero las ramas, primero las ramas, primero las ramas, primero las ramas, primero las

ramas, primero las ramas!!!

Sr. Smith: ¡La nariz con mocos, el perro con piojos!

Sra. Martin: ¡Agua para los dientes!

Sra. Smith: ¡Cacodilato!

Sr. Martin: ¡Mejor hacer la onza que hurtar la arroba!

Sr. Smith: ¡Mal suena el don sin aceitunas!

Sra. Martin (con la boca ampliamente abierta): ¡Ah! ¡O! ¡Ja! ¡Jo¡ ¡Déjame rechinar

los dientes!

Sra. Smith: ¡Que se te pudra el ojo!

Sr. Martin: ¡El turco se quedó cojo!

Sr. Smith: ¡Me mudaré a otra casa!

Sra. Martin: ¡¡¡Casa, cagasa, casa, cagasa, casa, cagasa, casa, cagasa, casa, cagasa,

casa, cagasa, casa, cagasa, casa, cagasa, casa, cagasa, casa, cagasa, casa, cagasa, casa,

cagasa, casa, cagasa.!!!

Sra. Smith: ¡Tengo un gato pelado!

Sr. Martin: ¡Tengo un gato peludo!

Sr. Smith: ¡Tengo un gato ético pelético, pelado peludo!

Sra. Martin: ¡Pelado peludo!

Sra. Smith: ¡Peludo pelado!

128

Sr. Martin: ¡Gatos pelados peludos!

Sr. Smith: ¡Gatos pelados peludos con rabos lanudos!

Sra. Martin: ¡Tus gatos pelados peludos con rabos lanudos!

Sra. Smith: ¡Helado pelado peludo!

Sr. Martin: Señor Smith, ¡eres el helado pelado peludo!

Sr. Smith: Señor Martin, ¡el helado hiela!

Sra. Martin: Señora Smith, se hiela el gato helado pelado peludo.

Sra. Smith: Señora Martin, se hiela del gato helado pelado peludo el rabo lanudo.

Sr. Martin: ¡Martin!

Sr. Smith: ¡Smith!

Sra. Martin y sr. Smith: ¡Martin Smith!

Sra. Smith y sr. Martin: ¡Smith Martin!

Sra. Martin y sr. Smith: ¡Smith Martin!

Sra. Smith y sr. Martin: ¡Martin Smith!

Sra. Martin: ¡Balbucido! ¡Balbucida! ¡Balbucidos!

Sra. Smith (a regañadientes): ¡Krishnamurti, Krishnamurti, Krishnamurti!

Sr. Smith: ¡El pope pobrete, el pobrete del pope!

Sra. Martin: ¡ Bum, pum, cataplum!

Sra. Smith: ¡Patatin patatan!

Breve análisis de la traducción

De toda la obra de teatro de Matei Vişniec que se ha utilizado para realizar la presente

traducción, la cuarta escena es la que plantea más problemas.

En primer lugar, los más problemáticos resultaron ser los trabalenguas.

Teniendo las variantes en rumano, era necesario encontrar los equivalentes adecuados

en español, para que se mantuviera el juego absurdo, que no tiene absolutamente

ninguna relación con la discusión general del cuadro, que es también un tanto absurda.

Por lo tanto, la meta fue trasponer el tono cómico y el absurdo que se quiso transmitir

en el texto original. Al no ser el español nuestra lengua nativa, no es aconsejable

intentar inventar algo que sea similar a los juegos de palabras del rumano, sino que se

129

debe acudir a trabalenguas ya existentes en la lengua meta y adaptarlos para que sirvan

a nuestro propósito.

En segundo lugar, otro aspecto al cual se le debió conceder especial atención es

el tema de los refranes, y más aún de los medio refranes o aquellos que se estropean a

propósito para conferir una vez más la idea de absurdo y cómico. Desde luego que este

proceso de encontrar refranes en español y modificarlos o adaptarlos a nuestra

traducción resulta difícil, porque, al no ser nativos, corremos el riesgo de que dichas

adaptaciones no parezcan modificaciones hechas con intención, sino errores de un

aprendiz de español como lengua extranjera. Para dar un ejemplo concreto, en cierto

punto de la escena se hace referencia al refrán rumano:”Cine fura azi un ou, maine va

fura un bou”, que no se halla en su forma original, pero hay ciertas referencias a él. El

refrán español que nos pareció ser relativamente similar es:”Quien hurta la onza, hurta

la arroba”, y partiendo de este refrán español se ha intentado modificarlo de manera que

se produzca el mismo efecto que en la variante original.

En tercer lugar, también han representado un reto a la hora de realizar la

traducción las partes con las enumeraciones de diptongos, triptongos, o simplemente

letras, que parecen caóticas, pero tienen un mecanismo detrás de la aparente

arbitrariedad, mecanismo que se debe encontrar en la lengua meta en la misma medida.

Para concluir, la presente traducción ha representado un ejercicio muy complejo,

ya que ha requerido tanto imaginación, como un trabajo considerable de investigación y

de permanente referencia a la cultura de la lengua meta.

130

Laura CIOCHINA

Estudiante de Español

Universidad “Alexandru Ioan Cuza”, Iaşi

TRADUCCIÓN del ESPAÑOL al RUMANO

Égloga III

Garcilaso de la Vega

(fragmentos)

Cerca del Tajo en soledad amena

de verdes sauces hay una espesura,

toda de yedra revestida y llena,

que por el tronco va hasta la altura,

y así la teje arriba y encadena,

que el sol no halla paso a la verdura;

el agua baña el prado con sonido

alegrando la vista y el oído.

Con tanta mansedumbre el cristalino

Tajo en aquella parte caminaba,

que pudieran los ojos el camino

determinar apenas que llevaba.

Peinando sus cabellos de oro fino,

una ninfa del agua do moraba

la cabeza sacó, y el prado ameno

vido de flores y de sombra lleno.

Movióla el sitio umbroso, el manso viento,

el suave olor de aquel florido suelo.

Las aves en el fresco apartamiento

vio descansar del trabajoso vuelo.

Secaba entonces el terreno aliento

el sol subido en la mitad del cielo.

En el silencio sólo se escuchaba

un susurro de abejas que sonaba.

Aproape de Tajo, în linişte deplină,

de sălcii mlădioase se vede un desiş

acoperit cu totul de iederă fină,

ce se-agaţă de trunchiuri în vajnic suiş;

şi astfel le ţese tulpină cu tulpină,

încât de soare nu-i loc în verdele-ascunziş;

apa-mpresoară poiana cu un susur blând,

urechile şi ochii în taină bucurând.

Atât de liniştit şi-agale cristalinul

Tajo acele locuri el le străbătea,

încât privirea drumul şi destinul

să i le cunoască zadarnic încerca.

Netezindu-şi părul roşu ca rubinul

o nimfă din apa-n care sălăşluia,

capul a scos şi-atunci poiana minunată

văzut-o-a de flori şi umbră plină toată.

Mişcat-o-au locul răcoros şi vântul blând,

Mireasma venită din solul înflorit.

Păsări urme de zbor greu încă purtând

a văzut odihnindu-se-n frumos colorit.

Usca pământul, parfumuri respirând,

Soarele-n plin cer albastru călătorit.

Un singur sunet străbătea acel decor –

un zumzet de albine răsunător.

131

Habiendo contemplado una gran pieza

atentamente aquel lugar sombrío,

somorgujó de nuevo su cabeza,

y al fondo se dejó calar del río.

A sus hermanas a contar empieza

del verde sitio el agradable frío,

y que vayan las ruega y amonesta

allí con su labor a estar la siesta.

No perdió en esto mucho tiempo el

ruego

que las tres de ellas su labor tomaron

y en mirando de fuera, vieron luego

el prado, hacia el cual enderezaron.

El agua clara con lascivo juego

nadando dividieron y cortaron,

hasta que el blanco pie tocó mojado,

saliendo de la arena el verde prado.

………………………………….

Pintado el caudaloso río se vía,

que en áspera estrecheza reducido,

un monte casi alrededor ceñía

con ímpetu corriendo y con ruido;

querer cercallo todo parecía

en su volver, mas era afán perdido;

dejábase correr en fin derecho,

contento de lo mucho que había hecho.

După ce vreme-ndelungată a privit

spre locul aşezat în umbroasă arcadă,

capul şi-a scufundat şi nu s-a mai ivit,

căci s-a lăsat în adâncuri să cadă.

Surorilor le povesteşte neistovit

de locul verde, răcoarea de livadă,

apoi din apă le-ndeamnă să iasă

în poiană să şadă şi pânza s-o ţeasă.

Nu a pierdut mult timp rugându-le să

vină,

căci tustrele îndată lucrul şi-au luat

apoi privind din apă în zarea senină

văzură poiana spre care s-au-ndreptat.

În limpedea apă c-o mişcare divină

a diafanelor braţe au tot înotat,

până ce umezite picioarele albe

ieşind din nisip atins-au poiana-n salbe.

..............................................................

Pictat cu apă bogată râul se vedea

cum încleştat într-o tăioasă strâmtoare,

în jur aproape de el un munte avea

ce-i înteţea zbuciumata-i vâltoare;

să-l înconjoare era tot ce-şi dorea

dar ţelu-i în zadar şi râvna trecătoare;

se lasă pân’ la urmă să curgă drept şi lin,

de multul cât făcuse bucuros din plin.

132

Estaba puesta en la sublime cumbre

del monte, y desde allí por él sembrada

aquella ilustre y clara pesadumbre

de antiguos edificios adornada.

De allí con agradable mansedumbre

el Tajo va siguiendo su jornada,

y regando los campos y arboledas

con artificio de las altas ruedas.

En la hermosa tela se veían

entretejidas las silvestres diosas

salir de la espesura, y que venían

todas a la ribera presurosas,

en el semblante tristes, y traían

cestillos blancos de purpúreas rosas,

las cuales esparciendo derramaban

sobre una ninfa muerta, que lloraban,

Todas con el cabello desparcido

lloraban una ninfa delicada,

cuya vida mostraba que había sido

antes de tiempo y casi en flor cortada.

Cerca del agua en el lugar florido,

estaba entre las hierbas degollada,

cual queda el blanco cisne cuando

pierde

la dulce vida entre la hierba verde.

……………………………………

Atât de sus pe culmea cea măreaţă

a muntelui, de el zi de zi păzită

se-ntinde falnic vestita fortăreaţă

cu antice clădiri frumos împodobită.

Pe-acolo trecând, neostenită drumeaţă,

apa din Tajo-şi urmează cursul grăbită

să ude câmpuri întinse şi crânguri,

revărsată din roţi aşezate-n rânduri.

Pe-ntinsul preafrumoasei pânze se vedeau

zeiţele pădurii fin întreţesute

cum din desiş ieşeau şi se-ndreptau

spre albia râului în pas foarte iute,

trist le era chipul şi cu ele duceau

petale de roze în coşuri albe cernute,

răsfirându-le mărunt apoi le-aşezau

pe-o Nimfă moartă ce liniştit o plângeau.

Cu părul bogat pe umeri răvăşit,

plângeau împreună Nimfa delicată,

al cărei necruţător şi dureros sfârşit

vorbea despre-o viaţă prea curând secerată.

Lângă apă, într-un loc de flori covârşit,

stătea în iarba acum de vânt nemişcată,

precum rămâne lebăda albă când pierde

nepreţioasa-i viaţă la limanul verde.

..............................................................

133

Carmen Raluca NAȘ

Estudiante de Español

Universidad “Babeș-Bolyai”, Cluj-Napoca

TRADUCCIÓN del ESPAÑOL al RUMANO

Navidad Blanca

Quim Monzó1

"Al principio todo iba normal, si por normal se entiende que un ser fabuloso, de rizos

rubios hasta los hombros y alas de pluma de oca, como las que a veces se escapan por

las costuras de los edredones, bajara hasta la casa de María y, allí, en el atrio de

columnas románicas - eso sí que resultaba extraño: columnas románicas en Nazaret - le

anunciara la buena nueva. Pero, en efecto, todo iba exactamente de esa forma: el ser

fabuloso, de rizos rubios hasta los hombros y alas de pluma de oca, con ojos

almendrados entre el azul, el verde y el rosa, y de una belleza, más que inenarrable,

asexuada, descendió hasta la casa de María - una casa humilde pero limpia y muy

cuidada, y con tiestos de geranios a lo largo del atrio de columnas, románicas tal como

hemos dicho - para anunciarle la buena nueva: que era llena de gracia y bendecida entre

todas las mujeres. María se quedó boquiabierta. El arcángel, viendo la turbación de la

mujer, comprendió que el aparato escénico había sido realmente impresionante; quizás

se les había ido un poco la mano. Para tranquilizarla le dijo que no tenía por qué tener

miedo, que simplemente había venido a anunciarle que tendría un hijo al que llamaría

Jesús. La mujer - ¿cómo no? - aceptó la noticia de buen grado y el arcángel desapareció

en un santiamén, con el mismo desparpajo con el que había aparecido. Horas más tarde,

cuando su marido, José, volvió del taller - era carpintero-, María le explicó lo sucedido.

José se quedó de pasta de boniato.

También entra dentro de la normalidad más absoluta la disposición del

emperador Augusto, que ordenaba que todos los súbditos del Imperio Romano se

empadronaran, cada uno en el pueblo o la ciudad de donde su familia fuese originaria.

Por eso, José y María tomaron el burro y se fueron a Belén. María iba sobre el animal,

sentada de lado, y José a pie, tirando las riendas. Lo que - como las columnas románicas

1 El relato forma parte del libro Tres Navidades, de Quim Monzó. Barcelona, Acantilado, 2003. ISBN 84-96136-32-9

134

- tampoco era en absoluto normal era todo aquello de la nieve. Cuando llegaron a Belén

vieron que el pueblo entero estaba nevado, hasta el horizonte, sobre el que campaba un

cielo negro y con estrellas de cinco y seis puntas, inmóviles como recortadas. En

Palestina la nieve era un fenómeno meteorológico casi ignorado. Generaciones y

generaciones de ciudadanos nacía y morían sin haberla conocido, y sin que ello les

preocupase lo más mínimo. Y si habían oído hablar de ella era por viajeros de países

lejanos, que citaban incluso montes en los que la nieve es perpetua. Los nativos los

escuchaban absortos, pero, en cuanto los viajeros acababan su narración, volvían a sus

tareas sin que la nieve les hiciera perder ni una hora de sueño. En cambio, ahora todo

estaba nevado: las montañas, las calles, los tejados de las casas, el puesto de la

castañera... Era nieve polvo, tan polvo que parecía harina.

Debido a la afluencia de gente para empadronarse, no encontraron ni una

habitación libre en todo Belén. Los habitantes no eran demasiado acogedores; ni la

imagen de una mujer embarazada los movía a piedad. Por esto se vieron forzados a

instalarse en un establo abandonado. Adecentaron en un rincón, cerca de un buey

adormilado y del burro que llevaban. Fue allí donde, el 25 de diciembre, María dio a

luz. Era un niño precioso, saludable y llorón. José lo tomó en brazos para limpiarlo.

Pero María requirió de nuevo su atención. Estaba naciendo un segundo niño.

Eran dos niños preciosos, y cada uno con un halo tipo holograma sobre la cabeza. Tras

alimentarlos y ponerles los pañales - afortunadamente María había previsto recambios -

los acostaron sobre un montón de paja, uno junto al otro. Movían las manos. El buey y

el burro contemplaban la escena de reojo.

- ¿Estas segura de que te habló de un niño? ¿No diría dos y no te fijaste?

José no entendía que había pasado. Que fuesen dos trastocaba todos los planes.

Incluso algo tan poco importante como lo del nombre. El arcángel había dicho que

debía llamarse Jesús. Era un nombre que no les desagradaba; tampoco les entusiasmaba,

si tenemos que ser sinceros. En aquella época, los nombres predominantes eran Sandra,

Vanessa, Kevin, Jonathan e incluso Sue Ellen, que les parecían frívolos y pretenciosos.

José y María habían pensado otros nombres e incluso había hecho una lista de sus

preferidos: David, Samuel, Alejandro, Abel, Moisés, Iván... De todos, el que más les

gustaba era Alejandro. Era un nombre sonoro y vibrante. Si el arcángel no hubiese

dejado tan claro que tenía que llamarle Jesús, le habrían puesto Alejandro, sin ninguna

duda. Pero, en fin, no pudiendo llamarse Alejandro, a María el nombre de Jesús ya le

parecía bien. En algún momento, José había propuesto que se llamase como él: José.

135

Muchos amigos suyos ponían su nombre a sus primogénitos. ¿Por qué no él? María no

había querido ni oír hablar de un posible cambio.

- El arcángel dijo que debía llamarse Jesús y se llamará Jesús.

No hablaron más del asunto. Se llamaría Jesús; estaba decidido. Pero ahora se

encontraban con dos niños, el doble de lo que esperaban. ¿Cómo los llamarían? Después

de darle muchas vueltas encontraron la solución. Uno se llamaría Jesús María y el otro

Jesús José. Así respetaban la orden de que se llamase Jesús y de paso satisfacían el

deseo de José: al menos, uno de los dos se llamaba como él, aunque fuera de segundo

nombre.

Eso no era más que el inicio de las duplicaciones. Desde ese momento - cavilaba

José - todo sería doble. Las cunas, los vestiditos, los chupetes, el consumo de dodotis.

De su cavilación lo sacó un ruido de cascos. Eran camellos que atravesaban, por un

débil puente de madera, las aguas del río, que parecían inmóviles y como de papel de

plata. Cuando llegaron al establo, los tres Reyes Magos se quedaron pasmados. Era la

misma sorpresa que María y José habían visto en las caras de los pastores que se habían

acercado a adorar al niño y, en vez de uno, se habían encontrado con dos. Uno de los

pastores, que había traído como regalo un cochecito Jané monoplaza, corrió a cambiarlo

por un modelo doble. Melchor, Gaspar y Baltasar - hombres curtidos en mil batallas y

duchos en tomar decisiones- reaccionaron de manera rápida y, sin que ni María ni José

se diesen cuenta, haciendo como que buscaban regalos, dividieron en dos partes más o

menos iguales el oro, el incienso y la mirra.

¿Eran ambos hijos de Dios? ¿O sólo lo era uno de ellos? La pregunta no tenía

respuesta clara porque, si bien al lavarlos en la bañera uno de ellos (Jesús María)

caminaba sobre el agua - dejando de piedra no sólo a su hermano, sino también a sus

padres - , era el otro (Jesús José) quién, cuando los petitsuís se habían acabado, los

multiplicaba sin problemas. Esa dualidad - calculaba Alejandro mientras colocaba el

caganer al lado del cura con paraguas - se mantendría a lo largo de los años, hasta el

final de sus días. Alejandro volvió a alinear las dos cunitas, contempló una vez más el

belén y corrió a llamar a su padre, reputado miembro del Opus Dei, para que fuese a

verlo. Confiaba en que lo felicitaría por su ingenio: en vez de tirar la figurita del niño

Jesús del antiguo pesebre (una de las pocas que no estaban rotas), la había incorporado a

las nuevas, que habían comprado el día antes en la feria de Santa Lucía. No sabía que,

esa noche, su ingenio le costaría irse a la cama sin cenar."

136

Craciun Alb

Quim Monzó

La început totul se desfăşura normal, dacă prin normal se înţelege că o fiinţă

fabuloasă, cu cârlionţi blonzi până la umeri şi cu aripi de pene de gâscă, ca cele care ies

uneori prin cusăturile plapumelor, ar putea coborî până la casa Mariei unde, în curtea

interioară cu coloane romane – asta chiar că era ciudat, coloane romane în Nazaret – să

îi dea buna vestire. Dar, în fapt, totul se petrecea chiar în acest fel: fiinţa fabuloasă, cu

cârlionţi blonzi până la umeri şi cu aripi de pene de gâscă, cu nişte ochi migdalaţi între

albastru, verde şi trandafiriu, şi de o frumuseţe mai mult decât de nespus, asexuată,

coborî la casa Mariei – o casă modestă, dar curată şi foarte îngrijită, cu ghivece de

muşcate de-a lungul coloanelor, romane, după cum am spus – pentru a-i aduce buna

vestire: că e plină de dar şi binecuvântată între femei. Maria rămase cu gura căscată.

Arhanghelul, observând tulburarea femeii, întelese că punerea în scenă fusese cu

adevărat impresionantă; poate că exageraseră puţin. Ca să o liniştească, îi spuse că nu

are de ce să se teamă, că venise doar să o anunţe că va avea un fiu care se va numi Iisus.

Femeia – cum să nu? – primi vestea cu tragere de inimă, iar arhanghelul dispăru într-o

clipită, la fel de nestigherit cum apăruse. Câteva ore mai târziu, când soţul ei, Iosif, se

întoarse de la atelier – era tâmplar – Maria îi explică cele întâmplate. Iosif înlemni.

De asemenea, tot la fel de firească a fost şi dispoziţia împăratului Augustus care

poruncea ca toţi supuşii Imperiului Roman să se înregistreze fiecare în satul sau oraşul

de unde se trăgeau. De aceea, Iosif şi Maria luară măgarul şi plecară la Betleem. Maria

mergea pe măgar aşezată într-o parte, iar Iosif pe jos, ţinând frâiele. Un alt fapt – la fel

ca acele coloane romane – care nu era deloc normal, era acela privitor la ninsoare.

Ajunşi la Betleem, băgară de seamă că întreg satul era acoperit de zăpadă, alb cât vedeai

cu ochii, iar deasupra se odihnea un cer negru, cu stele cu cinci sau şase colţuri,

nemişcate şi parcă decupare. În Palestina, ninsoarea este un fenomen meteorologic

aproape inexistent. Generații întregi de locuitori se năşteau şi mureau fără să o fi

cunoscut şi fără ca asta să-i frământe întrucâtva. Iar dacă auziseră de ea era de la călători

din ţări îndepărtate, care pomeneau chiar de munţi unde zăpada nu se topea niciodată.

Oamenii locului îi ascultau vrăjiţi, dar de îndată ce călătorii îşi terminau poveştile, se

întorceau la ale lor fără ca zăpada să le mai tulbure vreo oră de somn. În schimb, de data

137

aceasta totul era nins: munţii, străzile, acoperişurile caselor, taraba vânzătoarei de

castane... Era o zăpadă prăfoasă, atât de fină încât părea făină.

Din cauza mulțimii de oameni care veniseră să se îngregistreze, nu găsiră nicio

cameră liberă în tot Betleemul. Locuitorii nu erau prea primitori; nici măcar imaginea

unei femei însărcinate nu-i mişca prea tare. De aceea s-au văzut obligați să se instaleze

într-un staul părăsit. Pregătiră un colţişor lângă un bou ce moţăia şi măgarul cu care

veniseră. Acela a fost locul în care, în 25 decembrie, Maria născu. Era un băiat

încântător, sănătos şi plângăcios. Iosif îl luă în braţe ca să-l spele. Dar atenţia îi fu din

nou acaparată de Maria. Se năştea un al doilea copil.

Erau doi băieți încântători, fiecare cu nimbul său ca o hologramă deasupra

capului. După ce îi hrăniră şi le puseră scutecele – din fericire Maria se gândise la

schimburi – îi culcară pe o grămăjoară de paie, unul lângă altul. Îşi miscau mânuţele.

Boul şi măgarul contemplau scena cu coada ochiului.

-Esti sigură că ţi-a vorbit de un singur un copil? N-o fi spus doi şi n-ai

băgat de seamă?

Iosif nu înţelegea ce se întâmplase. Faptul că erau doi le dădea peste cap toate

planurile. Chiar şi ceva atât de neînsemnat cum era numele. Arhanghelul spusese că

trebuia să se numească Iisus. Era un nume care nu le displăcea, dar nu erau nici

încântaţi, dacă e să fim sinceri. În acea vreme, numele cele mai comune erau Sandra,

Vanessa, Jonathan sau Sue Ellen, care li se păreau frivole şi pompoase. Iosif şi Maria se

gândiseră la alte nume şi alcătuiseră chiar o listă cu cele preferate: David, Samuel,

Alexandru, Abel, Moise, Ivan... Cel care le plăcea cel mai mult dintre toate era

Alexandru; un nume sonor şi vibrant. Dacă arhanghelul n-ar fi fost atât de clar în

privinţa faptului că băiatul trebuia să se numească Iisus, i-ar fi spus Alexandru, fără

îndoială. Dar, în fine, neputând să se numească Alexandru, Mariei îi părea potrivit

numele de Iisus. La un moment dat, Iosif propuse să-i pună propriul său nume: Iosif.

Mulţi dintre prietenii săi îşi numeau copiii după ei înşişi. De ce nu şi el? Maria nu vru

nici să audă de o posibilă schimbare.

-Arhanghelul a spus ca trebuie să se numească Iisus şi Iisus se va numi.

Nu mai discutară despre acest subiect. Se va numi Iisus, lucru hotărât. Dar acum

aveau doi copii, dublu faţă de ceea la ce se aşteptau. Ce nume să le pună? După ce

stătură la îndoială o vreme, găsiră soluţia. Unul se va numi Iisus Maria2, iar celălalt

2 În original, Jesús María, nume masculin comun în comunitățile vorbitoare de limbă spaniolă.

138

Iisus Iosif. Astfel respectau şi porunca arhanghelului şi împlineau şi dorinţa lui Iosif:

măcar unul dintre ei se va numi ca el, chiar dacă va fi cel de-al doilea nume.

Acesta nu era decât începutul dublărilor. Din acel moment – cugeta Iosif –totul

va fi în număr dublu. Leagănele, hainele, suzetele, pampersurile folosite. Un zgomot de

copite îl scoase din cugetarea sa. Erau nişte cămile care traversau pe un pod şubred de

lemn apele râului care părea nemişcat, ca o folie de aluminiu. Când ajunseră la staul, cei

trei magi înmărmuriră. Îi încerca aceeaşi surpriză pe care Iosif şi Maria o observară pe

feţele păstorilor care veniseră să-l slăvească pe prunc şi, în loc de unul, găsiră doi. Unul

dintre păstori, care aduse în dar un cărucior marca Jane cu un singur loc, dădu repede

fuga să-l schimbe cu unul cu două locuri. Melchior, Gaşpar si Baltazar – oameni căliţi

în nenumărate lupte şi iscusiţi în a lua hotărâri, reacţionară iute şi, fără ca Maria şi Iosif

să bage de seamă, prefăcându-se că ar căuta cadourile, împărţiră cât de egal putură

aurul, smirna şi tămâia.

Erau amândoi fiii lui Dumnezeu? Sau doar unul dintre ei? Nu exista un răspuns

limpede deoarece, dacă atunci când le făceau baie în cadă, unul dintre ei (Iisus Maria)

umbla pe apă – lăsându-i împietriţi atât pe părinţi cât şi pe fratele său – celălalt (Iisus

Iosif) era cel care, atunci când păhărelele de danonino erau pe terminate, le înmulţea

fără probleme. Această dualitate – socotea Alexandru în timp ce aşeza statueta

căcăciosului lângă cea a preotului cu umbrelă3 – se va păstra de-a lungul anilor, până la

sfârşitul zilelor lor. Alexandru rearanjă cele două leagăne unul lângă altul, contemplă

încă o dată scena naşterii Domnului şi dădu fuga la tatăl său, reputat membru al Opus

Dei, pentru a-i arăta ceea ce făcuse. Era sigur că îl va lăuda pentru spiritul său ingenios:

în loc să arunce figurina copilului Iisus din vechea iesle (una dintre puţinele care nu

erau sparte), o alăturase figurinelor noi, cumpărate în ziua precedentă, de sărbătoarea

Sfintei Lucia4. Nu ştia că în acea seară ingeniozitatea sa avea să-l coste cina.

3 În original, el caganer (catalană) și el cura con paraguas, statuete tradiționale de Crăciun din zona Cataloniei și a Valenciei, care se așează lângă scena nașterii Domnului, de asemenea reprezentată prin figurine de porțelan, lemn sau alte materiale, pentru a aduce noroc. 4 Sărbătorită la data de 13 decembrie, conform calendarelor catolic și ortodox.

139

Ana-Maria CRISTEA

Estudiante de Máster

Universidad “Alexandru Ioan Cuza” Iasi

TRADUCCIÓN del ESPAÑOL al RUMANO

Locos de Amor

Paloma Pedrero

Escena tercera

(fragmento)

Eulalia, con un vestido clásico y unos zapatos de tacón, explica a Carlos el

motivo de sus gritos.

Eulalia: - Si es que me has asustado. Si es que con esa ropa y esas gafas y con el

estómago tan en su sitio, te pareces a él. Te lo prometo.

Carlos: - No fastidies. (Se quita las gafas y la mira) Qué guapa estás. Nunca te había

visto vestida de calle.

Eulalia: - Me está todo ancho.

Carlos: - (Embobado) Tienes un cuerpo precioso...

Eulalia: - Bueno, tendremos que empezar otra vez, ¿no?

Carlos: - (Saliendo del ensimismamiento) Sí, sí, claro. Tenemos que concentrarnos.

Meternos en la situación.

Eulalia: - Siéntate en tu sillón, ahí. Vuelvo a salir.

Eulalia vuelve a meterse en el cuarto de baño. Carlos se pone las gafas de Paco.

Al instante, Eulalia sale.

(Muy teatral) Hola, Paco. ¿Cómo estás? (Le extiende la mano)

Carlos: - (Se levanta intentando ver algo a través de los gruesos cristales) Bien, muy

bien, ¿y tú? (No encuentra la mano de Eulalia)

Eulalia: - Yo también me siento bien. (Coqueta) ¿Tú cómo me ves?

Carlos: - Mal. Quiero decir que poco, te veo poco.

140

Eulalia: - He adelgazado doce kilos.

Carlos: - Ah, sí, claro. Estás muy delgada.

Eulalia: - Siéntate, Paco.

Carlos: - (Con dificultad consigue sentarse en el sillón. Hay un momento de silencio)

Ya he visto el jardín. Están un poco lánguidas las plantas...

Eulalia: - (Entrando en situación. Enfadada) Menos que tú. (Contentiéndose) Sí, estarán

de otoño. Más que nada porque es otoño, ¿recuerdas?

Carlos: - Bueno, me has llamado y aquí estoy.

Eulalia: - ¿Quieres una copa?

Carlos: - No, gracias.

Eulalia: - No me lo puedo creer, tú rechazando una copa.

Carlos: - He dejado de beber.

Eulalia: - ¿Y qué, ha dado resultado para la impotencia?

Carlos: - (Levantándose) Eulalia, si me has citado para insultarme, me voy. (Camina

cojeando hacia la puerta)

Eulalia: - Siéntate, Paco, iré al grano.

Carlos: - Te lo agradezco. Mónica me está esperando fuera y tengo prisa.

Eulalia: - (Reprimiéndose) No te preocupes, enseguida vas a poder darle una agradable

sorpresa.

Carlos: - ¿Me vas a conceder el divorcio?

Eulalia: - (Furiosa, le quita a Carlos las gafas) No, Carlos, así no sería nunca. Estás

utilizando una información que Paco no tiene. Me estás estropeando el encuentro.

Carlos: - Yo sé lo que hago, Eulalia. Estamos haciendo psicodrama, no teatro. Tengo

que provocarte, que llevarte al límite. Dame las gafas y adáptate a lo que te sugiera.

Eulalia: - Paco no habla así, no cojea tanto y bebe. Y yo quiero que el beba.

Carlos: - ¿Para qué?

Eulalia: - Cuando bebe le domino.

Carlos: - Pues hoy no va a beber. Sigamos. (Se pone las gafas) Eulalia, ¿qué es lo

querías decirme? (Carlos imita algunos de los gestos que observó en Paco)

Eulalia: - (Después de una pausa) Paco, me he enamorado.

Carlos: - ¿Ah, sí?

Eulalia: - (Concentrada y serena) Sí, Paco. He conocido a un hombre increíble. Un

hombre joven, inteligente y tierno.

141

Carlos: - (Quitándose las gafas) ¿Es verdad? No tienes que mentir, ¿eh? No se puede

mentir.

Eulalia: - No estoy mintiendo.

Carlos: - (Asombrado e inquieto vuelve a ponerse las gafas) ¿ Un hombre joven,

inteligente y tierno?

Eulalia: - Sí, un hombre que me ha enseñado lo que es el arte, el espíritu y el clítoris.

Carlos: - (Nervioso) Me estás mintiendo...

Eulalia: - (Sin mirarlo) No, Paco, es la verdad más grande que he dicho en mi vida.

(Lírica) ¿Sabes?, la vida es algo diferente a lo que tú me habías hecho a creer. La vida

es algo más que dinero y formas sociales. La vida es una aventura apasionante que he

comenzado a descubrir...

Carlos: - Sí. Pero, ¿con quién?

Eulalia: - Eso no importa.

Carlos: - Sí que importa.

Eulalia: - Lo importante es que tú y yo tenemos que dejarnos libres. Acabar con estos

falsos lazos que nos unen. Yo voy a comenzar a estudiar una carrera en la Universidad a

Distancia.

Carlos: - ¿Sí? ¿Cuál?

Eulalia: - Psicología.

Carlos: - (Perplejo) ¿En serio?

Eulalia: - (Asiente) También he comenzado a escribir. Mira, éste es mi último poema,

¿quieres que te lo lea?

Carlos: - No, déjalo ahora... Déjalo...

Eulalia: - Bueno, pues lo que te decía, que yo voy a estudiar y... Por ahora necesitaré tu

pensión, sólo por ahora. Cuando comience a trabajar renunciaré a ella. ¿Estás de

acuerdo?

Carlos: - Sí, sí. Pero, ¿quién es él?

Eulalia: - Mi ángel azul.

Carlos: - ¿Lo conozco? ¿Conozco a ese hombre?

Eulalia: - Ah, no. No tiene nada que ver con tu mundo. Él es un trabajador del alma.

Carlos: - (Emocionado) ¿Y de la mente?

Eulalia: - Y de la mente.

Carlos: - (Se quita las gafas y se acerca amorosamente a Eulalia) Eulalia, Eulalia...

¿Por qué no me lo habías dicho?

142

Eulalia: - ¿Qué te pasa? ¿Por qué me hablas así? ¿Es que te alegras, Paco?

Carlos: - (Turbado, intentando volver a su papel) Estoy... estoy tan extrañado... Siento,

siento...

Eulalia: - ¿Qué sientes?

Carlos: - No sé...(Recobrando el papel) Esta casa, nuestra habitación, volver a verte...

no sé. Eulalia, me duele que te hayas enamorado de otro tan pronto.

Eulalia: - ¡Lo tuyo no fue ni siquiera pronto! ¡Fue antes!

Carlos: - Pero, dime, dímelo, por favor, ¿quién es él?

Eulalia: - ¿Para qué? No comprendo tu insistencia...

Carlos: - Es que no acabo de creérmelo...

Eulalia: - ¿Estás insinuando que miento?

Carlos: - No, no, en absoluto, sólo que... Eulalia, ¿cómo es posible que me hayas

olvidado en sólo un mes?

Eulalia: - (Metida en la situación) Pero qué cara más dura tienes, Paco. O sea, que tú,

estando a mi lado, me olvidas rotundamente. Y yo, después de tantos días sola y

humillada no tengo derecho a olvidarte a ti. ¿Pero qué te has creído que eres? ¿Has

pensado que iba a morirme por ti? (Se agarra a la silla, mareada)

Carlos: - Eulalia, lo mío fue un error.

Eulalia: - ¿Cómo?

Carlos: - Sí, un grave error. Porque aunque lo he intentado, yo no he podido olvidarte.

Eulalia: - ¿Qué?

Carlos: - Que yo te sigo queriendo.

Eulalia: - Que tú...

Carlos: - Sí, gordita, yo te sigo queriendo.

Eulalia: - (Lanzándose amorosamente a sus brazos) Paco... Paquito... Dímelo otra vez.

Carlos: - (Quitándose las gafas) Me has mentido. Estabas ensayando la venganza

dándole celos. Tú no quieres el divorcio. Tú todavía le amas.

Eulalia: - (Aturdida) Carlos... ¿Qué has hecho?

Carlos: - (Decepcionado) No lo has superado. Está claro que sigues enganchada con él.

Eulalia: - (Intentando recobrarse) ¿Por qué sabes que me llamaba gordita?

Carlos: - No hace falta ser un lince para imaginárselo.

Eulalia: - Estoy... estoy...

Carlos: - Eulalia, no finjas más. Eres una manipuladora... (Eulalia se desvanece)

¡Eulalia...! ¿Qué te pasa? (Carlos la observa y se da cuenta de que es en serio. La coge

143

en brazos con ternura. La acuesta sobre la cama.) Eulalia, ¿me oyes? (Eulalia no

contesta) ¿Qué voy a hacer contigo? ¿Qué voy a hacer conmigo? Creí que era cierto.

Pensé que era posible que estuvieras enamorada de mí. Eulalia, mi espiguita morena, mi

felina... Vuelve, por favor. (Se acerca y la besa delicadamente en los labios)

Eulalia: - (Despertándose) ¿Sí...?

Carlos: - ¿Cómo estás? ¿Qué te pasa?

Eulalia: - Nada, sólo estoy un poco mareada...

Carlos: - Respira, respira hondo...

Eulalia: - Zumo, dame zumo de naranja. Está en el baño.

Carlos: - ¿En el baño? (Extrañado va al baño. Vuelve con el zumo) Toma, bebe...

Eulalia: - (Bebe) Ya..., estoy mejor.

Carlos: - Estás pálida...

Eulalia: - Son demasiadas emociones, Carlos. Estoy tan confundida...

Carlos: - No te preocupes ahora por eso. Tú respira, respira... Ya vendrá la claridad...

Eulalia: - Ya no sé ni lo que siento... Ay, Carlos, qué absurdo es el amor. Yo que le

decía a Paco, cuando le tenía a mi lado, que me estaba volviendo loca de atar. Y ahora...

Ahora me estoy volviendo loca de amar. (Se ríe) Loca de amar...

Carlos: - Calla, estás muy cansada. Espérame, voy a llamar a un médico. Descansa,

Eulalia, ahora vuelvo.

Dragoste Nebuna

Paloma Pedrero

Scena III

(fragment)

Eulalia, purtând o rochie clasică şi nişte pantofi cu toc, îi explică lui Carlos

motivul ţipetelor sale.

Eulalia: - M-ai speriat. Cu hainele astea şi cu ochelarii, cu burta atât de pronunţată,

semeni cu el, jur.

Carlos: - Nu mă necăji. (Îşi scoate ochelarii şi o priveşte) Ce frumoasă eşti. Nu te-am

văzut niciodată în haine de stradă.

144

Eulalia: - Toate-mi sunt largi.

Carlos: - (Năucit) Ai un corp minunat...

Eulalia: - Trebuie să o luăm de la capăt, nu?

Carlos: - (Revenindu-şi din starea contemplativă) Da, bineînţeles. Trebuie să ne

concentrăm. Să intrăm în rol.

Eulalia: - Aşează-te acolo, în fotoliul tău. Voi intra încă o dată.

Eulalia intră din nou în baie. Carlos îşi pune ochelarii lui Paco. Imediat iese

Eulalia.

(Foarte teatrală) Bună, Paco. Ce mai faci? (Îi întinde mâna)

Carlos: - (Se ridică, încercând să vadă ceva prin lentilele groase) Bine, foarte bine. Tu?

(Nu găseşte mâna Eulaliei)

Eulalia: - Şi eu fac bine. (Cochetă) ţie cum ţi se pare că arăt?

Carlos: - Rău. Adică vreau să spun că nu te văd prea bine.

Eulalia: - Am slăbit douăsprezece kilograme.

Carlos: - A, da, bineînţeles. Eşti foarte suplă.

Eulalia: - Aşează-te, Paco.

Carlos: - (Reuşeste cu greu să se aşeze în fotoliu. Se lasă un moment de tăcere) Am

văzut grădina. Sunt cam ofilite plantele...

Eulalia: - (Adaptându-se situaţiei. Supărată) Mai puţin ofilite ca tine. (Abţinându-se)

Da, probabil din cauza anotimpului. E toamnă, îţi aminteşti?

Carlos: - Bun, m-ai chemat, aşa că iată-mă aici.

Eulalia: - Vrei ceva de băut?

Carlos: - Nu, mulţumesc.

Eulalia: - Nu pot să cred! Tu să refuzi băutură?!

Carlos: - M-am lăsat.

Eulalia: - Şi? A dat rezultate împotriva impotenţei?

Carlos: - (Ridicându-se) Eulalia, dacă m-ai chemat aici ca să mă insulţi, plec. (Se

îndreaptă şchiopătând spre uşă)

Eulalia: - Aşează-te, Paco. Voi trece la subiect.

Carlos: - Ţi-aş fi recunoscător. Monica mă aşteaptă afară şi mă grăbesc.

Eulalia: - (Abţinându-se) Nu-ţi face griji, curând îi vei putea face o surpriză plăcută.

Carlos: - Îmi vei acorda divorţul?

145

Eulalia: - (Furioasă, îi scoate ochelarii lui Carlos) Nu, Carlos, nu se poate aşa.

Foloseşti o informaţie pe care Paco nu o cunoaşte. Îmi strici întâlnirea.

Carlos: - Ştiu ce fac, Eulalia. Facem psihodramă, nu teatru. Trebuie să te provoc, să-ţi

forţez limitele. Dă-mi ochelarii şi adaptează-te la ce îţi sugerez eu.

Eulalia: - Paco nu vorbeşte aşa, nu şchiopătează atât de mult şi bea. Eu vreau ca el să

bea.

Carlos: - De ce?

Eulalia: - Atunci când bea îl pot domina.

Carlos: - Ei bine, astăzi nu va bea. Să continuăm. (Îşi pune ochelarii) Eulalia, ce vroiai

să-mi spui? (Carlos imită unele gesturi observate la Paco)

Eulalia: - (După o pauză) Paco, m-am îndrăgostit.

Carlos: - A, da?

Eulalia: - (Gânditoare şi senină) Da, Paco. Am cunoscut un om incredibil. Un bărbat

tânăr, inteligent şi tandru.

Carlos: - (Scoţându-şi ochelarii) Adevărat? Nu trebuie să minţi, da? Nu ai voie să minţi.

Eulalia: - Nu te mint.

Carlos: - (Plin de uimire şi nelinişte îşi pune din nou ochelarii) Un bărbat tânăr,

inteligent şi tandru?

Eulalia: - Da, un bărbat care m-a învăţat ce sunt arta, spiritul şi clitorisul.

Carlos: - (Impacientat) Mă minţi...

Eulalia: - (Fără a-l privi) Nu, Paco, este cel mai mare adevăr pe care l-am rostit

vreodată în viaţa mea. (Poetică) ştii, viaţa este diferită faţă de ceea ce m-ai făcut tu să

cred. Viaţa înseamnă mai mult decât bani şi forme sociale. Viaţa este o aventură

palpitantă pe care am început să o descopăr...

Carlos: - Bine. Dar cu cine?

Eulalia: - Nu contează.

Carlos: - Ba contează.

Eulalia: - Ceea ce este important este că noi doi trebuie să ne redăm libertatea. Să rupem

aceste false legături ce ne unesc. Eu voi începe cursurile unei facultăţi la distanţă.

Carlos: - Da? Ce facultate?

Eulalia: - De psihologie.

Carlos: - (Perplex) Vorbeşti serios?

Eulalia: - (Consimte) Am început şi să scriu. Uite, acesta este ultimul meu poem. Vrei

să ţi-l citesc?

146

Carlos: - Nu, lasă-l deocamdată...Lasă-l...

Eulalia: - După cum îţi spuneam, vreau să studiez... Deocamdată voi avea nevoie de

renta de la tine, dar e doar pentru moment. Când voi începe să lucrez, voi renunţa la ea.

Eşti de acord?

Carlos: - Da, da. Dar cine este el?

Eulalia: - Îngerul meu păzitor.

Carlos: - Îl cunosc? Îl cunosc pe acest bărbat?

Eulalia: - A, nu. Nu are nicio legătură cu lumea ta. El este un vindecător al sufletelor.

Carlos: - (Emoţionat) şi al minţilor?

Eulalia: - Şi al minţilor.

Carlos: - (Îşi scoate ochelarii şi se apropie drăgăstos de Eulalia) Eulalia, Eulalia... De

ce nu mi-ai spus?

Eulalia: - Ce e cu tine? De ce îmi vorbeşti aşa? Te bucuri, Paco?

Carlos: - (Tulburat, încercând să reintre în rol) Sunt... sunt un pic surprins... Simt,

simt...

Eulalia: - Ce simţi?

Carlos: - Nu ştiu... (Reintrând în pielea personajului) Casa aceasta, camera noastră,

faptul că te revăd... nu ştiu. Eulalia, mă doare că te-ai îndrăgostit de alt bărbat atât de

repede după despărţirea noastră.

Eulalia: - În cazul tău nu a fost nici măcar după! A fost înainte!

Carlos: - Dar spune, spune-mi, te rog, cine este el?

Eulalia: - De ce? Nu înţeleg insistenţa ta...

Carlos: - Nu reuşesc să mă conving...

Eulalia: - Insinuezi că mint?

Carlos: - Nu, nu, deloc, doar că... Eulalia, cum e posibil să mă fi uitat în doar o lună?

Eulalia: - (Implicată în situaţie) Dar câtă neruşinare din partea ta, Paco. Adică, tu m-ai

uitat complet când încă erai lângă mine. Iar eu, după atâtea zile de singurătate şi

umilinţă, nu am dreptul să te uit. Dar cine te crezi? Credeai că o să mor de dorul tău?

(Se sprijină de scaun, ameşită)

Carlos: - Eulalia, am greşit.

Eulalia: - Poftim?

Carlos: - Da, am făcut o mare greşeală. Pentru că, deşi am încercat, nu te-am putut uita.

Eulalia: - Ce?

Carlos: - Eu încă te iubesc.

147

Eulalia: - Tu...

Carlos: - Da, grăsuţo, eu încă te iubesc.

Eulalia: - (Aruncându-se cu pasiune în braţele sale) Paco... Paquito... Mai spune-mi-o o

dată.

Carlos: - (Scoţându-şi ochelarii) M-ai minţit. Încercai să te răzbuni făcându-l gelos. Nu

vrei să divorţezi. Încă îl iubeşti.

Eulalia: - (Confuză) Carlos... Ce ai făcut?

Carlos: - (Dezamăgit) Nu ai reuşit să depăşeşti ruptura. Încă ţii la el.

Eulalia: - (Încercând să-şi revină) Dar de unde ştii că îmi spune grăsuţă?

Carlos: - Nu trebuie să fii un geniu ca să ghiceşti.

Eulalia: - Mă simt... mă simt...

Carlos: - Eulalia, nu te mai preface. Eşti o manipulatoare... (Eulalia leşină) Eulalia! Ce

e cu tine? (Privind-o, Carlos îşi dă seama că e vorba de un leşin real. O ia în braţe cu

tandreţe şi o aşează pe pat) Eulalia, mă auzi? (Eulalia nu răspunde) Ce să mă fac cu

tine? Ce să mă fac cu mine? Credeam că e adevărat. Credeam că e posibil ca tu să te fi

îndrăgostit de mine. Eulalia, spicuşorul meu oacheţ, felina mea... Revino-ţi, te rog. (Se

apropie şi o sărută uşor pe buze)

Eulalia: - (Trezindu-se) Da...?

Carlos: - Cum te simţi? Ce s-a întâmplat?

Eulalia: - Nimic, sunt doar un pic ameţită...

Carlos: - Respiră, respiră adânc...

Eulalia: - Suc, dă-mi puţin suc de portocale. E în baie.

Carlos: - În baie? (Contrariat, se duce la baie. Se întoarce cu sucul) Uite, bea...

Eulalia: - (Bea) Gata... mă simt mai bine.

Carlos: - Eşti palidă...

Eulalia: - Sunt prea multe emoţii, Carlos. Sunt atât de confuză...

Carlos: - Nu te mai gândi acum la asta. Respiră, respiră... O să se clarifice tot...

Eulalia: - Nu mai ştiu nici ce simt... Of, Carlos, ce absurdă este iubirea. Când Paco era

lângă mine, spuneam că o să ajung nebună de legat. Şi acum... Acum voi ajunge nebună

de iubire. (Râde) Nebună de iubire...

Carlos: - Nu mai vorbi, eşti foarte obosită. Aşteaptă, voi chema un medic. Odihneşte-te,

Eulalia, revin imediat.

148

Cristina BLEORŢU

Estudiante de Master

Universidad “Alexandru Ioan Cuza” Iaşi

TRADUCCIÓN del ESPAÑOL al RUMANO

Ana y el 11 de marzo1

Paloma Pedrero

Escena II

Ana, esposa, el once de marzo

Pequeña sala de hospital. Al frente dos puertas con sendos números. Puerta número 1;

Puerta número 2. Ana, una mujer delgada y joven, espera trémula a que la llamen. A

los pies tiene una bolsa grande de plástico verde medio llena. De vez en cuando, de

dentro de la bolsa, suena un móvil. Ana se sobresalta, intenta abrir la bolsa para

cogerlo, pero se arrepiente y lo deja sonar. Coge su propio teléfono móvil y marca un

número.

Ana. –Sí, soy yo. (…) No, no sé todavía nada, pero ya me han hecho pasar a la salita,

ahora me van a llamar. (…) Ya te he dicho que no sé nada, sólo me han dicho que está

aquí. Está aquí, mamá, lo están… atendiendo. (…) Me han dado su ropa y sus cosas en

una bolsa. No, no te preocupes por eso, a todos nos dan la bolsa con la ropa para que no

se pierda nada. (…) ¿Cómo está la niña?... Por favor, no le digas nada. Ponle los dibujos

animados, que la niña vea los dibujos animados. (…) ¿Yo? No, déjalo, prefiero estar

sola. Mamá, te tengo que colgar, van a llamarme enseguida. Aquí sólo pasan a los que

van a informar inmediatamente. Te llamaré en cuanto me digan algo. Te llamaré.

(Cuelga).

1 Pedrero, Paloma. (2006). “Ana el once de marzo”. En: O`Connor, Patricia W. (2006). Mujeres sobre

mujeres en los albores del siglo XXI: teatro breve español. (Edición bilingüe). Madrid: Espiral/

Fundamentos.

149

Suena el teléfono móvil de dentro de la bolsa de plástico. ANA, en un impulso, va a

tomarlo, luego se arrepiente. Parece no ser capaz de meter la mano en el saco.

De pronto, aparece una mujer más mayor, de unos cincuenta años. Es rumana y no

habla bien el español. Arrastra su bolsa de plástico en la mano.

Irina. -¿Por qué estamos aquí? ¿Qué pasa con mí aquí?

Ana.- Nos van a decir algo. Los que pasan por esta puerta salen sabiendo…

Irina. – No entiendo.

Ana.- Nos van a informar de cómo están nuestros… ¿Qué es el suyo?

Irina. - ¿Cómo?

Ana.- ¿Quién iba en el tren? ¿Su marido?

Irina. –No. Es mi hijo. Tiene dieciocho años.

Ana. – En el tren iba mi marido.

Irina. - ¿Santa Eugenia?

Ana. – Sí, allí lo tomó. Allí lo coge todos los días. Cuando no está de viaje.

Irina. - ¿Por qué las bombas? ¿Qué han hecho de malo?

Ana. – Mi marido no ha hecho nada malo. Nada de política.

Irina. – Mi Víctor no política. No mata, no roba. Mi niño trabaja en obras. Pone ladrillos

en Madrid. Pone ladrillos y cemento desde las nueve de la mañana a las ocho tarde.

Abre la bolsa y saca un mono azul. Tiene sangre.

Ana. – Guarde eso. Por Dios, guarde eso.

Irina. – Es su ropa de trabajo. Otra ropa mancha de sangre.

Ana. - ¿Le han dicho algo a usted?

Irina. - ¿Cómo?

Ana. - ¿Le han dicho cómo está su hijo? ¿La han informado de algo?

Irina. –No. Nada. Tengo estas manos para cuidarlo. Que esté vivo y ya está. Ya está.

Suena el teléfono móvil en la bolsa de ANA. Ella lo pisa, quiere hacerlo callar.

Ana. – Calla. Calla. ¿Quién eres?

Irina. - ¿No contestas?

Ana. –No, no puedo.

150

Irina. - ¿Quieres que contestar yo? Yo puedo… (Intenta coger la bolsa.)

Ana. - ¡No toque esa bolsa! (Se la arrebata violentamente.)

Irina. – Perdón, señora.

Ana.- Lo siento.

Irina. – Te puede llamarte alguien que puede decirte algo importante. Saber algo de tu

marido, ¿no?

Ana.- No. Pueden llamar a mi móvil. Aquí está. ¿Quiere usarlo?

Irina. – (Niega). Gracias. Yo no puedo decir nada aún.

Ana. - ¿A qué esperan? ¿Por qué no nos llaman? (Camina de un lado para otro como

una leona enjaulada.)

Irina. – Muchos heridos. Muchos muertos. Mi niño es fuerte, joven. Mi niño… ¿Por qué

bombas?

Ana.- No sé. Yo que sé… Terroristas, ¿entiende?

Irina. - ¿Qué quieren? Lo malo no lo hace mi niño. Mi niño trabaja quince horas

contento. No papeles. Y es un hombre muy bueno.

Ana.- Los terroristas son bestias, bestias ciegas. No miran. (Pausa. Mira hacia el techo.)

Sabe, si le llama una voz de hombre es que ha muerto. Si es una mujer es que todavía

está vivo.

Irina. -¿Cómo?

Ana. – Lo he observado mientras estaba fuera. He oído las voces por megafonía. Los

que hablan con la psicóloga (Señala la puerta 2.), puerta dos, salen nerviosos, pero

aliviados, con esperanza. (Irina hace un gesto de no entender.) Cuando es la mujer

quien llama, es que está vivo. Cuando llama la voz masculina, puerta uno, es que… está

muerto.

Irina. – (Señalando.) ¿Esta puerta vivo? ¿Esta puerta muerto?

Ana. – Eso es. Ella, la mujer, llama a los familiares de los heridos. Los que hablan con

él, con el hombre, salen destrozados.

Irina. – Mujer. (Implorante). Llama mujer.

Ana. - ¿Cómo se llama usted?

Irina.- Irina.

Ana. – Yo Ana.

Irina. - ¿Su nombre?

Ana. - Ángel. Pero no es un ángel.

Irina. - ¿No es bueno?

151

Ana. - Ayer llegó muy tarde a casa. Hace muchos meses que llega tarde.

Irina. - Ahora perdonar.

Ana. - (Se oye un ruido por megafonía.) ¡Calle! (Las dos mujeres se ponen de pie.)

Voz de hombre. - Familiares de Antonio Fernández de Caso. Familiares de Antonio

Fernández de Caso, pasen por favor por la puerta uno.

Las dos mujeres se miran entre aliviadas y desoladas.

Irina. - Dumnezeul meu!

Ana. - (Mirando el micrófono por el que ha salido la voz, como si pudiera oírla.) ¡Aquí

no hay nadie más que nosotras! ¡Somos familia de Víctor y Ángel! (A Irina.) No saben

lo que dicen. Están descontrolados. Voy a llamar… a esa puerta. Voy a entrar.

ANA se cuela por la puerta número dos.

Suena el móvil de la bolsa de Ángel. IRINA mira la bolsa y duda. La abre un poco pero

no se atreve a coger el teléfono. El teléfono deja de sonar. Al momento vuelve a sonar.

IRINA, sin pensarlo esta vez, mete la mano, y sin sacar la chaqueta en la que está

guardando el teléfono, lo toma.

Irina. - ¿Sí? ¿Sí? ¿Quién? ¿Cómo? (Escucha un mensaje. Lívida cuelga el teléfono y lo

vuelve a introducir en la bolsa.)

Entra Ana desenfrenada.

Ana. - Me dicen que espere. Que espere. Que espere. (Mira la bolsa.) ¿La ha abierto?

¿La ha abierto usted? ¿Quién la ha dado derecho…? Está usted trastornada…

IRINA se levanta e intenta abrazarla.

Irina. - Tranquila, tranquila… (Ana se deshace de su abrazo.) No he hablar nada. Sólo

un mensaje. Yo no tengo miedo.

Ana. - Yo sí tengo miedo. Yo tengo mucho miedo. Usted qué sabe… Usted mete la

mano donde no la llaman. (Coge la bolsa.) Déjeme en paz.

152

Hay un silencio entre las dos mujeres.

Irina. - ¿Tienes hijos?

Ana. - Nunca llamarán. O llamará él. El hombre. La maldita voz del hombre sereno.

Irina. - No piense así.

Ana. (Abrazando la bolsa de plástico.) - Hijos de puta… Hijos de puta. Hijos de puta.

Hijos de puta… asesinos, hijos de puta…

Irina. - Toma una pastilla. Calma. Me ha dado la enfermera. Calma.

Ana. - No quiero, gracias.

Irina. - He oído que ha sido ETA. ¿Sabes quiénes son?

Ana. - Sí.

Irina. - ¿Mata gente buena?

Ana. - Sí.

Irina. - ¿Qué quieren de nosotros?

Ana. - ¿De nosotros? No sé. Nada.

Irina. - Otros dicen que son terroristas árabes.

Ana. - Qué más da…

Irina. - Nosotros no somos de aquí. Somos de Rumania.

Ana. - Les da igual niños rumanos, que perros, que mujeres preñadas. Son terroristas.

Todos matan igual. A los que pueden. Los poderosos no cogen trenes por la mañana.

Van con sus coches, con sus escoltas… A los que matan les da igual a quién matan. ¿A

qué esperan? ¿Por qué nos hacen entrar aquí y no nos dicen nada? Me va a estallar la

cabeza.

Irina. - Tienes que pensar que está herido. Tienes que pensar que está bien.

Suena otra vez el móvil dentro de la bolsa de plástico de Ana. Irina la interroga con la

mirada.

Ana. - Cójalo, Irina, por favor. Diga que no está, que Ángel no está.

Irina. - (Mete la mano en la bolsa, toma el teléfono y contesta.) ¿Sí? (Mira a Ana). No

habla nadie. Es un mensaje.

Ana. - ¿Qué dice?

Irina. - (Duda.) Que la llame.

Ana. - (Temblando.) ¿A quién?

153

Irina. - No sé. No entiendo bien. Ana. Sí, ha dicho Ana.

Ana. - (Con dolorida ironía.) Le gustan las Anas. Ayer, cuando llegó, no me dejó olerle.

Se fue enseguida a la ducha. Luego se acercó y me dio un beso. Hace meses que se

ducha continuamente, ¿sabe? Se ducha de día y de noche. Antes se duchaba sólo por la

mañana. Esta mañana cuando ya había abierto la puerta de casa para ir a trabajar le

llamé. No aguantaba más. Y le dije, entra, entra un momento y dime lo que me tengas

que decir. Él me miró extrañado y me contestó con una sonrisa: ¿Qué te pasa, Ana?

Vamos, tengo prisa voy a perder el tren. Entonces yo le contesté, me importa una

mierda que pierdas el tren. Yo te estoy perdiendo a ti y no huyo. Claro que yo no tengo

dónde huir.

Irina. - No entiendo.

Ana. - Cerré la puerta y seguí hablando y hablando. Él lo negaba todo, me miraba con

cara de niño acorralado. Incapaz de articular una puta verdad. Miró el reloj como si no

tuviese otra cosa a la que agarrase. Entonces yo le dije: Vete, hablamos luego. A ti te

toca hablar luego. Si no le hubiese detenido esta mañana no hubiera perdido el tren. No

hubiera…

Irina.- Perdóname, no entiendo todo.

Ana. - No importa.

Irina. - ¿No le amas ya?

Ana.- ¿Cómo?

Irina. - Yo no amo a mi marido. Mi marido no bien. Y yo ya no le amo. ¿Y usted?

Ana. - Yo… sí.

Irina. - Claro. ¿Estás enfadada con él, entonces?

Ana. - No sé.

Irina. - Si se ama a tu hombre, se perdona a tu hombre.

Ana.- No sé.

Irina. -Tenéis que hablar. Hablar de…

Ana.- Sí. Si Dios nos deja. Si nos deja tendremos que hablar.

Suena la voz femenina por la megafonía.

Voz. –Familiares de Víctor Dumitru pasen por la puerta dos, por favor. Familiares de

Víctor Dumitru pasen por la puerta dos.

Irina. – Víctor.

Ana.- Está vivo. Está vivo. (La aprieta las manos). Pase por ahí.

154

Irina. – Gracias. Gracias. Suerte, señora. (Corre hacia dentro.)

Ana se queda sola en la antesala.

Voz de hombre. - Familiares de Ángel Vera García pasen por la puerta uno, por favor.

Familiares de Ángel Vera García…

ANA da un grito ahogado. Cae suavemente de rodillas. Abre la bolsa de plástico y saca

la chaqueta arrugada de Ángel. La estira como si quisiese plancharla con las manos.

Mete la mano en el bolsillo y saca el móvil, presiona en “última llamada no atendida”.

Ana.- (Habla sin ninguna agresividad.) No, no soy Ángel. (…) Soy Ana, su mujer. (…)

Ángel no está. (…) Sí, sí que es verdad. No vuelvas a llamar, no vuelvas a marcar este

número. Nunca ¿entiendes? Este número ya no tiene dueño. (…) ¿Que te llame él? Te

he dicho que lo han matado. Está muerto (…) Estás loca, chica, completamente loca.

(…) Escucha, ¿qué es lo que sientes, Ana? ¿Qué sientes tanto? (…) Ah, que me haya

enterado de que existes de esta manera. Ya lo sabía, mujer, no te preocupes. Lo único

que no sabía es que te llamabas… como yo. (…) ¿Cómo? (…) ¿Que por favor que te

llame él? Ya. Se lo diré. (Se le cae el teléfono al suelo.)

Altavoz. – Familiares de Ángel Vera García, pasen, por favor, por la puerta uno.

Ana hace una bola arrugada con la chaqueta y la guarda en la bolsa de plástico.

Levanta la bolsa y se la aprieta contra su cuerpo mientras se encamina muy lentamente

hacia la puerta que le han indicando.

Se va haciendo oscuro.

Ana şi 11 martie

Paloma Pedrero

Scena II

Ana, soţia, 11 martie

155

O sală mică de spital. În faţă două uşi cu câte un număr, Uşa numărul 1. Uşa numărul

2. Ana, o femeie slabă şi tânără aşteaptă să fie chemată. La picioare are o sacoşă mare

de plastic, verde pe jumătate goală. Din când în când, în geantă se aude un mobil

sunând. Ana tresare, încearcă să deschidă sacoşa, dar se răzgândeşte şi îl lasă să sune.

Ia telefonul său şi formează un număr.

ANA- Da, sunt eu. (...) Nu, încă nu ştiu nimic, dar m-au lăsat să intru în sala de

aşteptare, acum mă vor chema. (...) Şi-am spus că nu ştiu nimic, mi-au spus doar că este

aici. Este aici, mamă, îi...oferă primul ajutor. (...) Mi-au dat hainele şi lucrurile sale

într-o sacoşă. Nu, nu îţi fă griji din cauza aceasta. Tuturora le este dată o sacoşă cu haine

ca să nu se piardă lucrurile. (...) Ce face cea mică? (...) Te rog nu îi spune nimic. Pune-i

desene animate. Ca să se uite la desene. (...) Eu? Nu, prefer să fiu singură. Mamă,

trebuie să închid pentru că trebuie să mă cheme. Aici aşteaptă doar cei care sunt chemaţi

imediat. Am să te sun când îmi vor spune ceva. Te voi suna.

Sună telefonul din sacoşa de plastic. Ana, condusă de un impuls, vrea să răspundă, apoi

se răzgândeşte. Parcă ceva o împiedică să bage mâna în sacoşă. Deodată apare o

femeie în vârstă, de aproximativ cincizeci de ani. Este româncă şi nu vorbeşte bine

spaniola. Târâie sacoşa sa de plastic.

IRINA.- De ce suntem aici? De ce sunt aici?

ANA.- Ne vor spune ceva. Cei care trec de uşa asta ies ştiind...

IRINA.-Nu înţeleg.

ANA.- Ne vor spune ce se întâmplă cu ai noştri. Cine este rănit?

IRINA.- Poftim?

ANA.- Cine era în tren? Soţul dumneavoastră?

IRINA.-Nu. Fiul meu. Are optsprezece.

ANA.- În tren era soţul meu.

IRINA.- Santa Eugenia?

ANA.- Da, de acolo ia trenul în fiecare zi. Când nu este plecat în vreo călătorie.

IRINA.- De ce bombele? Ce rău au făcut ei?

ANA.- Soţul meu nu a făcut nimic rău. Nimic relaţionat cu politica.

IRINA.-Victor al meu nu politică. Nu omoară, nu fură. Copilaşul meu lucrează în

construcţii. Pune cărămizi şi ciment de la nouă dimineaţa până la opt seara.

156

Deschide sacoşa şi scoate o şalopetă albastră pătată de sânge.

ANA.-Puneţi-o la loc. Vă rog, puneţi-o la loc.

IRINA.- Sunt hainele lui de la serviciu. Alte haine murdărită de sânge.

ANA.- V-au spus ceva dumneavoastră?

IRINA.- Poftim?

ANA.- V-au spus cum se simte fiul dumneavoastră? V-au dat vreo informaţie?

IRINA.- Nu. Nimic. Am mâinile acestea pentru a-l îngriji. Să fie viu, doar atât. Doar

atât.

Sună telefonul în sacoşa Anei. Ea îl calcă în picioare. Vrea să nu îl mai audă sunând.

ANA.- Încetează. Nu mai suna. Cine eşti?

IRINA.- Nu răspunzi?

ANA.- Nu. Nu pot.

IRINA.- Vrei răspund eu? Eu pot...(Încearcă să ia sacoşa)

ANA. Nu te atinge de sacoşă. (I-o smulge cu violenţă)

IRINA.- Îmi cer scuze, doamnă.

ANA:- Îmi pare rău.

IRINA.- Poate să fie cineva care vrea să îţi spună ceva important. Să ştie ceva de soţul

tău?

ANA.- Pot să mă sune pe mobilul meu. Îl am cu mine. Vreţi să sunaţi pe cineva?

IRINA. (Neagă din cap) Mulţumesc. Nu pot să spun încă nimic.

ANA.- Ce mai aşteaptă? De ce nu ne cheamă? (Se plimbă dintr-un capăt în altul ca o

leoaică închisă într-o cuşcă)

IRINA.- Mulţi răniţi. Mulţi morţi. Fiul meu este puternic, tânăr. Copilaşul meu... De ce

bombe?

ANA.- Nu ştiu. Nu ştiu...terorişti, înţelegeţi?

IRINA.- Ce vor? Copilaşul meu nu face rău. Lucrează cincisprezece ore pe zi bucuros.

Nu acte. Şi este o persoană foarte bună.

ANA.- Teroriştii sunt nişte bestii, bestii oarbe. Nu se uită. (Pauză. Se uită spre tavan)

ştiţi dacă vă cheamă un bărbat, să ştiţi că a murit. În schimb dacă vă cheamă o femeie

este încă în viaţă.

157

IRINA.- Cum?

ANA.- Cât timp am aşteptat afară am observat acest lucru. Am auzit vocile prin

difuzoare. Cei care vorbesc cu doamna psiholog (Arată spre uşa 2), uşa doi, ies agitaţi,

dar în acelaşi timp uşuraţi, plini de speranţă. (Irina pare să nu înţeleagă) Când femeia

strigă, persoana respectivă este în viaţă. În schimb când este un bărbat, cel care strigă,

uşa 1, individul este... este mort.

IRINA.- (Arătând) Această uşă viu? Această uşă mort?

ANA.-Da. Ea, femeia cheamă rudele celor răniţi. În schimb cei care vorbesc cu bărbatul

ies răvăşiţi.

IRINA.-Femeie. (Implorând) Să cheme femeie.

ANA.- Cum vă numiţi?

IRINA.- Irina.

ANA.- Eu Ana.

IRINA.- Soţul dumneavoastră?

ANA.- Ángel. Dar nu este un înger.

IRINA.- Nu este un soţ bun?

ANA.- Ieri a ajuns foarte târziu acasă. De luni întregi ajunge foarte târziu.

IRINA.- Acum iertare.

ANA.- (Se aude un zgomot prin difuzoare) Linişte! (Cele două femei se ridică în

picioare)

VOCE DE BĂRBAT.- Rudele lui Antonio Fernández Caso. Rudele lui Antonio

Fernández Caso să intre pe uşa numărul 1.

Amândouă femeile se uită una la alta uşurate şi îndurerate.

IRINA.- Dumnezeule!

ANA.- (Uitându-se la microfonul de unde s-a auzit vocea, ca şi cum ar putea să o

audă) Aici nu mai este nimeni decât noi! Suntem rudele lui Ángel şi ale lui Victor.

(Irinei) Nu ştiu ce spun. Parcă şi-au ieşit din fire. Am să sun... la această uşă. Am să

intru.

Ana se furişează pe uşa numărul doi. Sună mobilul lui Angel în sacoşă. Irina se uită la

sacoşă şi nu ştie ce să facă. O deschide un pic, dar nu are curajul să ia telefonul.

Telefonul nu mai sună. Peste puţin timp începe din nou să sune. De data aceasta Irina,

158

fără să se gândească, bagă mâna şi fără să scoată haina unde se află telefonul, scoate

mobilul.

IRINA.- Da? Da? Cine? Cum? (Ascultă un mesaj. Palidă închide telefonul şi îl pune din

nou în sacoşă)

Intră Ana dezlănşuită.

Ana.- Îmi spun să aştept. Să aştept. Să aştept. (Se uită la sacoşă) Aţi deschis-o? Aţi

deschis-o? Cu ce drept aţi deschis-o...? Sunteţi smintită.

Irina se ridică şi încearcă să o îmbrăţişeze.

IRINA.- Linişteşte-te, linişteşte-te...(Ana nu o lasă să o îmbrăţişeze) Nu vorbit nimic.

Doar un mesaj. Mie nu îmi este frică.

Ana.- Mie îmi este frică. Îmi este foarte frică. Dumneavoastră ce ştiţi...Vă băgaţi nasul

unde nu trebuie. (Ia sacoşa) Lăsaţi-mă în pace.

Un moment de linişte între cele două femei.

IRINA.- Ai copii?

ANA.- Niciodată nu ne vor chema. Sau ne va chema el. Bărbatul. Acea blestemată voce

atât de calmă a bărbatului.

IRINA.- Nu trebuie să gândiţi aşa.

ANA.- (Îmbrățişând sacoşa de plastic) Nemernici...nemernici. Nemernicii.

Nemernici...asasini, nemernici...

IRINA.- Ia o pastilă. Calmează. Mi-a dat-o o asistentă. Calmează.

ANA.- Nu, mulţumesc.

IRINA.- Se spune că a fost ETA. Ştiţi cine sunt?

ANA.- Da.

IRINA.- Omoară oameni nevinovaţi?

ANA.- Da.

IRINA.- Ce vor de la noi?

ANA.- De la noi? Nu ştiu. Nimic.

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IRINA.-Alţii spun că au fost teroriştii arabi.

ANA.- Ce mai contează?

IRINA.- Noi nu suntem de aici. Suntem din România.

ANA.- Le este indiferent dacă sunt copii români, câini sau femei însărcinate. Sunt

terorişti. Ucid pe cine pot. Cei de la putere nu iau aceste trenuri dimineaţa. Merg în

maşinile lor, cu gărzile lor... Celor care ucid nu le pasă pe cine ucid. Ce aşteaptă? De ce

ne cheamă în sala de aşteptare şi nu ne spun nimic? Îmi explodează capul.

IRINA.- Trebuie să te gândeşti că este rănit. Că e bine.

Sună din nou telefonul în sacoşa de plastic a Anei. Irina o întreabă din priviri.

ANA.- Răspunde, te rog frumos, Irina. Spune că nu este, că Ángel nu este.

IRINA.- (Bagă mâna în sacoşă, ia telefonul şi răspunde) Da? (Se uită la Ana) Nu

vorbeşte nimeni. Este un mesaj.

ANA.- Ce spune?

IRINA.- (Stă în dubii) Spune să o sune.

ANA.- (Tremurând) Pe cine?

IRINA.- Nu ştiu. Nu înţeleg bine. Ana. Da, a spus Ana.

ANA.- (Sarcastică) Îi plac Anele. Ieri, când a ajuns nu m-a lăsat să îl miros. S-a dus

imediat la duş. Apoi s-a apropiat şi m-a sărutat. De câteva luni se spală mereu. Se spală

zi şi noapte. Înainte se spăla doar dimineaţa. Azi dimineaţă când a deschis uşa să plece

la serviciu l-am chemat. Nu mai suportam. Şi i-am spus: intră un moment şi spune-mi ce

ai de spus. El s-a uitat cu uimire şi mi-a răspuns cu un surâs, Ce ţi se întâmplă, Ana?

Haide, spune-mi că pierd trenul. Atunci eu i-am răspuns, puţin îmi pasă că pierzi trenul.

Eu te pierd pe tine şi nu fug. Bineînţeles că eu nu am unde să fug.

IRINA.- Nu înţeleg.

ANA.- Am închis uşa şi am continuat să vorbesc fără să mă opresc. El nega totul, mă

asculta cu aceeaşi faţă pe care o are un copil când este prins făcând o şotie. Incapabil să

spună ceva adevărat. S-a uitat la ceas ca şi cum ar fi fost singurul care l-ar fi putut salva.

Atunci eu i-am spus: Du-te, vorbim mai târziu. Tu vei fi cel care va vorbi mai târziu.

Dacă nu l-aş fi reţinut dimineaţa, nu ar pierdut trenul lui. Nu ar fi luat trenul cu bombe.

IRINA.- Scuză-mă, nu înţeleg tot ce îmi spui.

ANA.- Nu contează.

IRINA.- Nu îl mai iubeşti?

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ANA.- Cum?

IRINA.- Eu nu îmi iubesc bărbatul. Bărbatul meu nu bun. Şi eu deja nu îl iubesc. Dar

dumneavoastră?

ANA.- Eu...da.

IRINA.- Atunci este supărată pe el?

ANA.- NU ştiu.

IRINA.- Dacă iubeşte bărbatul tău, iartă bărbat.

ANA.- Nu ştiu.

IRINA.- Trebuie să vorbiţi. Să vorbiţi despre...

ANA.- Da, dacă ne lasă Dumnezeu. Dacă ne lasă trebuie să vorbim.

Se aude vocea de femeie prin difuzoare.

Vocea.- Rudele lui Victor Stănescu să vină la uşa numărul doi, vă rog. Rudele lui Victor

Stănescu să vină la uşa numărul doi.

IRINA.- Victor.

ANA.- Este în viaţă. Este în viaţă. (Îi strânge mâinile) Treci pe aici.

IRINA.- Mulţumesc. Mulţumesc. Noroc, doamnă. (Fuge spre uşă)

Ana rămâne singură în sala de aşteptare.

Vocea de bărbat.- Rudele lui Ángel Vera García să vină la uşa numărul unu, vă rog.

Rudele lui Angel Vera Garcia...

Ana strigă înăbuşit. Cade în genunchi. Deschide sacoşa de plastic şi scoate haina

şifonată a lui Angel. O întinde ca şi cum ar vrea să o calce cu mâinile. Bagă mâna în

buzunar şi scoate mobilul şi apasă pe ultimul apel pierdut.

ANA.- (Vorbeşte calm) Nu, nu sunt Ángel. (...) Sunt Ana, soţia sa...(...) Angel nu este.

(...) Da, acesta e adevărul. Să nu mai suni, să nu mai suni pe acest număr. Niciodată.

Înţelegi? Acest număr nu mai aparţine nimănui. (...) Să te sune el? Ţi-am spus că l-au

omorât. A murit. (...) Eşti nebună, nebună de legat. (...) Ascultă-mă, ce regreţi, Ana? Ce

regreţi atât de tare? (...) că am aflat că exişti? Ştiam dinainte, femeie, nu îţi fă griji.

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Singurul lucru pe care nu îl ştiam era că te numeşti...ca mine. (...) Cum? (...) Să te sune

el? Bine. Am să-i spun. (Îi cade telefonul jos)

Difuzoarele.- Rudele lui Ángel Vera García să vină la uşa numărul unu, vă rog.

Ana face un ghem din haină şi o pune în sacoşa de plastic. Ia sacoşa în braţe şi-o

strânge în timp ce merge spre uşa indicată.

Se lasă întunericul.

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